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ACCIÓN DE REPARACIÓN DIRECTA / PROMULGACIÓN DE LA LEY /

FUNCIÓN LEGISLATIVA DEL CONGRESO DE LA REPÚBLICA / ATENCIÓN


DE DESASTRES / EXPLOSIÓN DE ARTEFACTO EXPLOSIVO / FUNDAMENTO
DE LA RESPONSABILIDAD DEL ESTADO / TRÁMITE DE LA CONCILIACIÓN
EXTRAJUDICIAL / REPARACIÓN DE PERJUICIOS / DECLARACIÓN DE
EXISTENCIA DEL SINIESTRO / CALIDAD DE DAMNIFICADO / LEY
REGLAMENTARIA / MODIFICACIÓN DE LOS ESTATUTOS DE LA
FUNDACIÓN / FUNDACIÓN CIUDAD DE CALI / FINALIDAD DE LA NORMA /
INDEMNIZACIÓN DE PERJUICIOS A CARGO DEL ESTADO

[M]ediante la Ley 179 de 1959, la Nación colombiana, por conducto del Congreso,
deploró la catástrofe causada por la explosión del 7 de agosto de 1956 en la
ciudad de Cali y admitió su responsabilidad al disponer el pago extrajudicial "de
las reparaciones a que haya lugar como consecuencia del siniestro en favor de los
damnificados. "En el Artículo 21 de la citada Ley se preceptúa: "El Presidente de
la República reglamentará la presente Ley, revisará los Estatutos de la Fundación
Ciudad de Cali, para adecuarlos al completo logro de los fines de esta Ley, que
son los de indemnizar a las personas que sufrieron perjuicios por la explosión y
especialmente a las personas pobres".

FUENTE FORMAL: LEY 179 DE 1959 – ARTÍCULO 21

INTERPRETACIÓN DE LA LEY / RECLAMACIÓN DE LA INDEMNIZACIÓN DE


PERJUICIOS / AFECTACIÓN A BIEN INMUEBLE / CUANTIFICACIÓN DEL
DAÑO / DESTRUCCIÓN DE BIEN INMUEBLE / EXPLOSIÓN DE ARTEFACTO
EXPLOSIVO / RECONOCIMIENTO DEL DAÑO EMERGENTE / EXISTENCIA DE
LA RENTA LIQUIDA / OCURRENCIA DEL SINIESTRO / RECONOCIMIENTO
DEL PATRIMONIO / RECONOCIMIENTO DE INTERESES

De conformidad con la Ley, los perjuicios reclamados por el actor en el presente


juicio están constituidos por el valor de los daños al inmueble que parcialmente
destruyó la explosión […], daño emergente y la renta líquida cierta o probable que
la parte destruida producía o podía producir en el lapso comprendido entre la
fecha de su destrucción y el día en que la Nación restituya el patrimonio aniquilado
y a falta de este cálculo o prueba, los intereses de dicho patrimonio entre las
fechas indicadas.

CÁLCULO DEL LUCRO CESANTE / SALAS DEL CONSEJO DE ESTADO /


LUCRO CESANTE / PRESENTACIÓN DE LA DEMANDA / CUMPLIMIENTO DE
DEBER LEGAL / ALCANCE DE LA SENTENCIA JUDICIAL / PRODUCCIÓN
DEL DAÑO / RESPONSABILIDAD DEL ESTADO / PÉRDIDA DEL BIEN /
INDEMNIZACIÓN POR LO DEJADO DE PERCIBIR / RECONOCIMIENTO DEL
LUCRO CESANTE / INTERPOSICIÓN DE LA DEMANDA / DESTRUCCIÓN DE
BIEN INMUEBLE / PARTE DEMANDANTE

En relación con el lucro cesante, es de opinión del Consejo que aunque es cierto
que últimamente la SALA ha considerado que el lucro cesante solamente debía
reconocerse a partir de la presentación de la demanda —tal doctrina del Consejo
no se ajusta a las disposiciones legales— pues con tal interpretación se estaba
creando una forma de extinción de las obligaciones […]; además, con esa decisión
la SALA no lograba en la sentencia declarar toda la justicia que debe llenar la
sentencia judicial, pues es indiscutible que el daño producido por el Estado no solo
consiste en la pérdida de un bien sino también en la privación de las ganancias
que ese bien hubiera producido hasta el momento en que se restituya […] el valor
de tal bien. [E]n esta providencia se reconocerá el lucro cesante no a partir de la
presentación del libelo, sino desde la fecha de la destrucción del inmueble de la
demandante.

CLASES DE RESPONSABILIDAD EXTRACONTRACTUAL DEL ESTADO /


RECUENTO JURISPRUDENCIAL / RESPONSABILIDAD DIRECTA DE LA
PERSONA JURÍDICA / RESPONSABILIDAD DEL ESTADO / INDEMNIZACIÓN
DE PERJUICIOS / CONFIGURACIÓN DE LA FALLA DEL SERVICIO / CAUSA
EFICIENTE DEL DAÑO / CULPA DEL AGENTE DEL ESTADO / PROTECCIÓN
DEL DERECHO A LA SEGURIDAD / CAUSAL DE EXONERACIÓN DE LA
RESPONSABILIDAD DEL ESTADO / HECHOS CONSTITUTIVOS DE FUERZA
MAYOR / CULPA DE LA VÍCTIMA / DAÑO OCASIONADO POR HECHO DEL
TERCERO

[E]n este caso, como en todos aquellos que se refieren a la responsabilidad


extracontractual de la administración, la jurisprudencia tanto del Consejo de
Estado como de la Corte Suprema de Justicia ha sentado que se trata de una
responsabilidad directa, por falla de un servicio público que no se presta o se
presta deficientemente: "La Administración está en la obligación de indemnizarlos
porque la falla en la prestación del servicio es la causa eficiente del [daño] de una
manera tan clara como si éste fuera consecuencia de un acto realmente positivo,
ilegal o culposo del representante del Estado (latus sensü) en relación con las
garantías de la seguridad individual. Sólo estará exonerada de responsabilidad la
Administración cuando el daño ha sido directo, en el caso de que aquélla
demostrare la existencia de fuerza mayor, o culpabilidad de la víctima o
intervención de un tercero".

NEGOCIO JURÍDICO / COMPETENCIA DEL CONSEJO DE ESTADO /


ESTUDIO DE FONDO DE LA SENTENCIA / CAUSACIÓN DEL DAÑO /
CONCEPTO DE RESPONSABILIDAD DEL ESTADO / EXPLOSIÓN DE
ARTEFACTO EXPLOSIVO / CONOCIMIENTO DEL HECHO DAÑOSO /
NECESIDAD DE LA PRUEBA / HECHO DAÑOSO / DESTRUCCIÓN DE BIEN
INMUEBLE / HECHO PROBADO / DECLARACIÓN EXTRAJUDICIAL /
DECLARACIÓN DEL TESTIMONIO / RATIFICACIÓN DEL TESTIMONIO /
CERTIFICADO DE INSPECCIÓN / FUNDACIÓN CIUDAD DE CALI / CALIDAD
DE DAMNIFICADO

Varios negocios similares al presente ha fallado el Consejo de Estado; en aquellas


sentencias tuvo la oportunidad de estudiar a fondo lo relacionado tanto con el
hecho mismo causante del perjuicio, como con la responsabilidad que incumbe a
la Nación. Considera, por tanto, la SALA innecesario extenderse aquí sobre estos
dos aspectos. Bien puede decirse que la explosión del 7 de agosto de 1956 en la
ciudad de Cali constituye un hecho notorio y de público conocimiento que no
requiere, por tanto, ser probado dentro del juicio. El hecho dañoso, la destrucción
del edificio de la demandante, se encuentra probado con las declaraciones
rendidas extrajuicio por los [indagados] y ratificadas por los deponentes en este
proceso […] y por el certificado expedido por el Gerente y Archivero de la
Fundación Ciudad de Cali en donde consta que la demandante figura como
damnificada.

CONSEJO DE ESTADO

SALA DE LO CONTENCIOSO ADMINISTRATIVO


SECCION TERCERA

Consejero ponente: CARLOS PORTOCARRERO MUTIS

Bogotá, D.E., once (11) de diciembre de mil novecientos setenta y dos (1972)

Radicación número: 403-CE-SEC3-EXP1972-N1282

Actor: ALICIA MUÑOZ DE REBOLLEDO

Demandado: NACIÓN

Referencia: ORDINARIO INDEMNIZACIONES. ACTOR: ALICIA MUÑOZ DE


REBOLLEDO

(FALLO discutido y aprobado en la sesión del día siete (07) de diciembre de mil
novecientos setenta y dos (1972).

En escrito presentado ante esta Corporación por el apoderado de la señora


ALICIA MUÑOZ DE REBOLLEDO, demandó a la Nación colombiana para que,
previos los trámites de rigor y con citación y audiencia del señor Agente del
Ministerio Público se hicieran las siguientes declaraciones y condenas:

"PRIMERA. Que la nación colombiana es civilmente responsable de los perjuicios


que a la señora ALICIA MUÑOZ DE REBOLLEDO ocasionó la explosión ocurrida
en Cali en la madrugada del día siete (7) de agosto de mil novecientos cincuenta y
seis (1956), explosión a que se refiere la Ley 179 de 30 de diciembre de 1959, en
razón de la destrucción total, causada por la mencionada explosión de la
edificación de dos plantas o pisos que la señora MUÑOZ DE REBOLLEDO tenía
como de su exclusiva propiedad, edificación ubicada en Cali, en la esquina
Noroeste de la intersección de la calle 25 o Avenida López Muñoz con la carrera
tercera;

"SEGUNDA. Que la nación colombiana está obligada a pagar a la demandante,


señora ALICIA MUÑOZ DE REBOLLEDO, una completa indemnización por los
mencionados perjuicios, indemnización que comprende tanto el daño emergente
como el lucro cesante;

"TERCERA. Que, por concepto de daño emergente consistente en la destrucción


total de la edificación ubicada en el cruce de la calle 25, o Avenida López Muñoz,
con la carrera 3a., esquina Noroeste de Cali, la nación colombiana debe pagar a la
demandante señora Alicia Muñoz de Rebolledo, la suma de trescientos cincuenta
mil pesos, que era el valor comercial mínimo de dicha edificación a la fecha de la
explosión del 7 de agosto de 1956 que la destruyó totalmente; o, si esta
estimación no era aceptada, el valor que se de a la misma edificación dentro del
término probatorio del juicio, o, en último caso, el valor que se fije posteriormente,
mediante el procedimiento previsto en el Artículo 553 del Código Judicial;

"CUARTA. Que, por concepto de lucro cesante, la Nación colombiana debe pagar
a mi representada señora ALICIA MUÑOZ DE REBOLLEDO, como mínimo, un
interés del uno por ciento (1%) mensual liquidado sobre el valor de la condena por
daño emergente durante el lapso comprendido entre el día 7 de agosto de 1956,
fecha de la explosión que destruyó el edificio, y el día en que la nación verifique el
pago de la indemnización. O, si esta estimación no es aceptada por Uds., el valor
que ustedes fijen en vista de las pruebas que obran en el juicio, o el valor que se
fije posteriormente de acuerdo con lo previsto por el Artículo 553 del Código
Judicial, en caso de que la condena por el lucro cesante se haga en abstracto por
ustedes".

Los hechos fundamentales que dieron lugar al ejercicio de la acción pueden


resumirse así:

1. La demandante era propietaria de una edificación de dos plantas, construida


con paredes de ladrillo y techo de tejas de barro, que ocupaba un lote de terreno
de 400 (cuatrocientos) metros, ubicada en la ciudad de Cali, edificación que se
encontraba arrendada y ocupada totalmente el 7 de agosto de 1956;

La edificación anterior fue adquirida por el actor por adjudicación que se le hizo en
la partición de los bienes de la sucesión del que fue su legítimo marido, según
consta en la escritura pública No. 2513 de 20 de agosto de 1952 de la Notaría 3a.
del Circuito de Cali, título que se encontraba vigente el día 7 de agosto de 1956;

El edificio antes mencionado se encontraba en muy buen estado y completamente


ocupado por inquilinos el día 7 de agosto de 1956 y su valor comercial en esa
fecha, según el decir del libelo, era de TRESCIENTOS CINCUENTA MIL PESOS
($ 350.000.00) m/cte.

Como es de público conocimiento el día 7 de agosto de 1956 en la ciudad de Cali


explotaron varios camiones, pertenecientes a la Nación colombiana, cargados de
explosivos y causaron la llamada catástrofe de Cali, en una extensión de varias
manzanas que quedaron totalmente destruidas. La responsabilidad del Estado por
tal hecho fue plenamente reconocida y establecida por la Ley 179 de 30 de
diciembre de 1959.

Como consecuencia de dicha explosión se destruyó la edificación de la actora,


daño que fue plenamente establecido por la Junta Informadora de Daños y
Perjuicios, creada por el Decreto 1932 de 1956, entidad que expidió la ficha censal
No. 7024 y el Certificado de Damnificado No. 270, conforme al Acta No. 68; y,

6. La demandante no ha recibido indemnización alguna por el hecho dañoso que


demanda.

Como fundamentos de su derecho invocó el actor los Artículos 2341, 2347, 2356 y
2539, 1613, 1614, 1494 y ss. del C. C; la Ley 179 de 1959, el Decreto 1932 de
1956, el Decreto 528 de 1964, las Leyes 16 de 1968 y 1969, los Arts. 84 y. ss 124,
125 y ss. Del C.C.A. y las disposiciones pertinentes del C. J.

La cuantía de la acción fue fijada en más de QUINIENTOS MIL PESOS ($


500.000.00) m/cte.

Admitida la demanda, se le dio el trámite señalado para el efecto y como éste se


encuentra agotado y no existe causal de nulidad que puede invalidar lo actuado,
se procede a dictar la sentencia del caso, no sin antes manifestar que el señor
Fiscal 2°. de la Corporación en su vista de fondo es de parecer que se acceda a
las súplicas del libelo.

CONSIDERACIONES:
Varios negocios similares al presente ha fallado el Consejo de Estado; en aquellas
sentencias tuvo la oportunidad de estudiar a fondo lo relacionado tanto con el
hecho mismo causante del perjuicio, como con la responsabilidad que incumbe a
la Nación. Considera, por tanto, la SALA innecesario extenderse aquí sobre estos
dos aspectos. Bien puede decirse que la explosión del 7 de agosto de 1956 en la
ciudad de Cali constituye un hecho notorio y de público conocimiento que no
requiere, por tanto, ser probado dentro del juicio.

El hecho dañoso, la destrucción del edificio de la demandante, se encuentra


probado con las declaraciones rendidas extrajuicio por los señores Jaime Correa
López, Luis Enrique Hormaza Córdoba, Ovidio Botero Lourido y César Pinto
Barajas y ratificadas por los deponentes en este proceso (fls. 61 a 82) y por el
certificado expedido por el Gerente y Archivero de la Fundación Ciudad de Cali en
donde consta que la demandante figura como damnificada con la ficha censal No.
7024 (fl. 3).

Por otro lado, mediante la Ley 179 de 1959, la Nación colombiana, por conducto
del Congreso, deploró la catástrofe causada por la explosión del 7 de agosto de
1956 en la ciudad de Cali y admitió su responsabilidad al disponer el pago
extrajudicial "de las reparaciones a que haya lugar como consecuencia del
siniestro en favor de los damnificados. "En el Artículo 21 de la citada Ley se
preceptúa:

"El Presidente de la República reglamentará la presente Ley, revisará los


Estatutos de la Fundación Ciudad de Cali, para adecuarlos al completo logro de
los fines de esta Ley, que son los de indemnizar a las personas que sufrieron
perjuicios por la explosión y especialmente a las personas pobres".

En el Artículo 22 ibidem se precisa aún la responsabilidad del Estado cuando


expresa que "todo damnificado que reciba la indemnización de la Fundación
Ciudad de Cali se entiende que renuncia a toda acción contra el Estado por causa
de perjuicios derivados de la explosión". Frente a las previsiones de la Ley 179
basta al damnificado acreditar esa calidad y determinar el monto del perjuicio. La
responsabilidad quedó reconocida por medio de la Ley 179 de 1959.

No sobra agregar que en este caso, como en todos aquellos que se refieren a la
responsabilidad extracontractual de la administración, la jurisprudencia tanto del
Consejo de Estado como de la Corte Suprema de Justicia ha sentado que se trata
de una responsabilidad directa, por falla de un servicio público que no se presta o
se presta deficientemente: "La Administración está en la obligación de
indemnizarlos porque la falla en la prestación del servicio es la causa eficiente del
darlo de una manera tan clara como si éste fuera consecuencia de un acto
realmente positivo, ilegal o culposo del representante del Estado (latus sensü) en
relación con las garantías de la seguridad individual. Sólo estará exonerada de
responsabilidad la Administración cuando el daño ha sido directo, en el caso de
que aquélla demostrare la existencia de fuerza mayor, o culpabilidad de la víctima
o intervención de un tercero". (Sentencia de 29 de septiembre de 1967.
Expediente No. 787).

Probada, por tanto, la existencia del hecho como el daño causado por éste, el
autor, establecida la responsabilidad de la Nación y demostrada como está la
relación de causalidad entre el daño y el evento dañoso, pasa la SALA a estudiar
lo referente al quantum de los perjuicios sufridos.

De conformidad con la Ley, los perjuicios reclamados por el actor en el presente


juicio están constituidos por el valor de los daños al inmueble que parcialmente
destruyó la explosión del 7 de agosto de 1956, daño emergente y la renta líquida
cierta o probable que la parte destruida producía o podía producir en el lapso
comprendido entre la fecha de su destrucción y el día en que la Nación restituya el
patrimonio aniquilado y a falta de este cálculo o prueba, los intereses de dicho
patrimonio entre las fechas indicadas.

Para determinar estos perjuicios fueron designados, en la oportunidad legal,


peritos a los señores Drs. Mario Enrique Pérez y Miguel Villegas Umaña, quienes
después de hacer las consideraciones del caso, conceptuaron que el daño
emergente se debía fijar en la suma de $ 96.000.00 y el lucro cesante en $
208.119.84 m/cte. hasta el día 30 de Enero de 1972 y en la cantidad de $ 1.200.00
mensuales desde esa fecha hasta el momento del pago.

La SALA comparte el avalúo del daño emergente por estar suficientemente


fundamentado y no exceder sino en una pequeña suma a la cantidad señalada en
la ficha censal No. 7024 de la Junta Informadora de Daños y Perjuicios de la
Fundación Ciudad de Cali y ser menor al valor enunciado en la demanda. Por ello
y por estar claramente razonado y sólidamente fundamentado, cree la SALA
conveniente transcribir, por acogerlos, los apartes del experticio relacionados con
el daño emergente. Expresan los peritos:

II VALOR DE LOS PERJUICIOS QUE CONSTITUYEN EL DAÑO EMERGENTE.

"La indemnización de los perjuicios vinculados a la pérdida o destrucción total de


la casa de habitación de la señora Alicia Muñoz de Rebolledo, con motivo de la
tragedia ocurrida el 7 de agosto de 1956 en

Cali, constituye propiamente el daño emergente que esa calamidad le irrogó a ella.

"Debemos advertir, como cuestión previa, que mucho antes de la citada fecha
habíamos viajado en varias ocasiones a Cali, algunas veces por vía férrea, lo que
nos permitió conocer la vieja Estación del Ferrocarril de esa ciudad y, en general,
ese sector urbano. En consecuencia, por directa percepción nos dimos cuenta de
que dicha zona estaba constituida por vivienda de gentes modestas; hoteles,
restaurantes, cantinas y cafés de tipo popular; bodegas y establecimientos de
transportes y numerosos almacenes y tiendas de toda índole. Era un barrio
densamente poblado y de gran movimiento comercial, irrigado económicamente
por el intenso transporte de pasajeros y de carga que hacía el Ferrocarril del
Pacífico. Este concepto nuestro sobre lo que era el 7 de agosto de 1956 el
mencionado sector, tiene también respaldo en las pruebas que obran en el
expediente.

"En la inspección judicial se pudo verificar que el lote de terreno sobre el cual
estaba construida la antigua casa de dos pisos, de que era propietaria la señora
Muñoz de Rebolledo queda, calle 25 de por medio, a una distancia aproximada de
quince metros (15 mts.) del sitio donde funcionaba la anterior Estación del
Ferrocarril, en la cual se produjo la explosión comentada, lo que concuerda, entre
otras pruebas, con la declaración del señor Víctor Gironza Casanova (fl. 47)

"Se halla suficientemente probado en el proceso que la casa de habitación de


propiedad de la actora y que destruyó la mencionada explosión era dedos plantas
y que estaba construida en el lote de terreno ubicado en la calle 25 o Avenida
López Muñoz con la carrera 3a. en la esquina noroeste, habiendo estado
distinguida en la nomenclatura de Cali con los números 2-40 a 2-52, precisamente
donde hoy se levanta el edificio de tres plantas determinado, descrito y alindado
como figura en el acta de inspección judicial.

"El área del lote de terreno en el que estaba construida la casa destruida es
aproximadamente de cuatrocientos metros cuadrados (400m2). Así quedó
establecido en la inspección judicial y con esta superficie figura en la hijuela
adjudicada a la actora en la sucesión de su esposo, señor Carlos Rebolledo C,
cuyo expediente fue protocolizado por medio de la escritura número 2513 de 20 de
agosto de 1952, de la Notaría Tercera del Circuito de Cali. En las tarjetas y kárdex
de la Oficina de Catastro del Municipio de Cali aparece la anotación de que dicho
lote tenía el 7 de agosto de 1956 un área de 400 metros cuadrados, según consta
en el certificado que esa Oficina expidió el 2 de diciembre de 1971, a petición
nuestra, y que acompañamos a este

dictamen. Además, en la escritura numero 3065 de 22 de diciembre de 1945, de la


Notaría Segunda de Cali, se dice que este lote tiene la expresada área, según la
aseveración que contiene el certificado de libertad y tradición de este bien raíz (fl.
14).

"La casa de habitación destruida tenía dos pisos. Era de construcción antigua,
pues en 1945 la había adquirido la demandante, según consta en el certificado de
libertad y tradición del inmueble. Por lo demás, del proceso se deduce que la
edificación no era de categoría, como lo reconoce el propio apoderado de la actora
en su demanda. En la primera planta había unos locales que daban a la calle 25 y
otros que estaban sobre la carrera 3a. Cuando sobrevino la catástrofe el local de
la esquina estaba arrendado para el funcionamiento de un café bastante
concurrido, otro lo estaba para una peluquería y dos más para talleres de
mecánica, conforme se desprende de la constancia de la "Fundación Ciudad de
Cali" que corre al folio 3 y de la declaración del señor Víctor Gironza Casanova. Y
en la misma fecha el segundo piso estaba arrendado y en él funcionaba un hotel
de modesta categoría.

"Sobre el valor del inmueble en general —lote y construcción— se tiene que a la


demandante le fue adjudicado en 1952 en la sucesión de su esposo por la suma
de $ 60.000.00 y que el mismo tenía el 7 de agosto de 1956 un avalúo de $
25.000.00 con vigencia desde 1950, según consta en el certificado de la Oficina de
Catastro de Cali, ya comentado.

"En relación con la construcción destruida, se tiene que ella fue prácticamente
estimada en $ 90.000.00 por la Junta Informadora de Daños y Perjuicios, creada
con motivo de la explosión que hubo en Cali, de conformidad con lo que al efecto
dice la constancia del folio 3.

"En nuestro criterio el valor de la casa completa —lote y construcción— era el 7 de


agosto de 1956 muy superior al valor por el cual le fue adjudicada a la
demandante en la sucesión de su esposo, toda vez que esta adjudicación fue
cuatro años antes de la catástrofe y con sometimiento a un avalúo que, como es
sabido, para las sucesiones no se eleva demasiado. Y, obviamente, en dicha
fecha era muy superior al avalúo catastral, pues como también es sabido este tipo
de avalúos está muy por debajo del precio real y comercial de los inmuebles y,
más aún, hace lustros.

"Para el avalúo de la construcción destruida, específicamente considerada, nos


corresponde tener muy presente como factores importantes los siguientes: la
ubicación, con las características esenciales de ese sector el 7 de agosto de 1956;
el hecho de tratarse de un inmueble de esquina; la cabida del lote sobre el cual
estaba edificada; la circunstancia de componerse de dos pisos y de estar
integrada por varios locales, tanto por la calle como por la carrera; la clase de la
construcción; su antigüedad; la superficie de ella y la rentabilidad, regulada esta
última por la índole de los negocios que allí había.

"A todos los factores que acabamos de enumerar nos hemos referido en los
párrafos que anteceden, excepción hecha del área construida y de la rentabilidad,
por ignorar estos datos en particular. En cuanto al área construida, no es
aventurado calcular que de los 400 metros cuadrados del lote existieran 320
metros cuadrados edificados en la primera planta y otros tantos en la segunda, es
decir, que el área total construida fuera de 640 metros cuadrados. Este cálculo
equivale a las cuatro quintas partes del lote, quedando un área libre de un 20%, lo
que se compadece con los sectores urbanos de gran hacinamiento humano, en
los que hay un aprovechamiento exagerado de los lotes de terreno.

En lo relacionado con el rendimiento económico de los arrendamientos de los


locales del primer piso y con el hotel que funcionaba en la segunda planta,
opinamos, atendidos los otros factores y el índice de vetustez, en un todo de
acuerdo con nuestras apreciaciones y deducciones sobre el particular, que el 7 de
agosto de 1956 el rendimiento fuera equivalente a $ 1.400.00 mensuales.

Sentadas las bases que anteceden, avaluamos en la suma de ciento cincuenta


pesos ($ 150.00) el valor de cada metro cuadrado de construcción, y por
consiguiente los 640 metros cuadrados de edificación los avaluamos en noventa y
seis mil pesos ($ 96.000.00), advirtiendo que en esta estimación inciden todos los
factores atrás comentados.

En consecuencia, dictaminamos que el valor de la sola construcción de que era


propietaria la señora Alicia Muñoz de Rebolledo y que fue completamente
destruida en la explosión que hubo en la ciudad de Cali el 7 de agosto de 1956,
era de NOVENTA Y SEIS MIL PESOS ($ 96.000.00).

De la anterior manera hemos estimado el valor del daño emergente objeto de


avalúo pericial".

En relación con el lucro cesante, es de opinión el Consejo que aunque es cierto


que últimamente la SALA ha considerado que el lucro cesante solamente debía
reconocerse a partir de la presentación de la demanda —tal doctrina del Consejo
no se ajusta a las disposiciones legales— pues con tal interpretación se estaba
creando una forma de extinción de las obligaciones no consagrada en nuestra
normación legal; además, con esa decisión la SALA no lograba en la sentencia
declarar toda la justicia que debe llenar la sentencia judicial, pues es indiscutible
que el daño producido por el Estado no solo consiste en la pérdida de un bien sino
también en la privación de las ganancias que ese bien hubiera producido hasta el
momento en que se restituya, por lo menos, el valor de tal bien. Por ello, en esta
providencia se reconocerá el lucro cesante no a partir de la presentación del libelo,
sino desde la fecha de la destrucción del inmueble de la demandante.

En vista de la observación anterior, y por compartir el estudio que los peritos


hacen del lucro cesante sufrido por la señora Alicia Muñoz de Rebolledo y no
existir una limitación en la demanda en relación con el monto del mismo, La SALA
transcribe los apartes del trabajo de los expertos que se refieren a tal tema.

DICEN LOS PERITOS:


La indemnización de los perjuicios que integran el lucro cesante, sufridos por la
señora Alicia Muñoz de Rebolledo, se deriva de la ganancia dejada de reportar por
la misma como consecuencia de la destrucción total de su casa de habitación,
ubicada en la esquina de la calle 25 con la carrera 3° de Cali, de que dan cuenta
los autos, a consecuencia de la explosión tantas veces citada, lucro cesante que
se extiende en el tiempo desde el 7 de agosto de 1956 hasta el mes de
septiembre —inclusive— de 1959, cuando se terminó la construcción en el referido
lote del edificio que en él existe, y que se establecerá con referencia al valor de los
arrendamientos dejados de recibir en ese lapso. A partir del 1°. de octubre de
1959 y hasta la fecha en que la Nación Colombiana le pague el valor del daño
emergente, tal lucro cesante se fijará liquidando el interés corriente en la plaza de
Cali sobre el valor deducido para el daño emergente.

Para deducir el monto de los perjuicios de esta índole nos corresponde establecer
el valor completo del inmueble, tanto por concepto del lote de terreno como de la
edificación. En vista de que en el capítulo anterior señalamos el precio de la
construcción destruida en $ 96.000.00, procedemos a fijar el del lote de terreno,
invocando al efecto los factores de situación de él, la importancia económica del
sector donde está ubicado, el área y la calidad de lote de esquina.

Como en el proceso está demostrado que el área del lote de terreno era entonces
de 400 metros cuadrados, aproximadamente, hacemos en seguida la estimación
de cada metro cuadrado para luego concluir con la estimación global.

Invocando las consideraciones que en el capítulo que antecede hicimos sobre los
mencionados factores, creemos no equivocarnos al avaluar el metro cuadrado de
ese terreno, con retroactividad al 7 de agosto de 1956, en la suma de ciento diez
pesos ($ 110.000). Por lo tanto, en la misma fecha el precio del referido lote era la
suma de cuarenta y cuatro mil pesos ($ 44.000.00). Al respecto nos hemos
guiado, entre otros aspectos, por los conceptos que en este sentido nos dieron
firmas tan acreditadas como Wiesner & Cía. Cali Ltda. y Carlos B. Meló Sucs Ltda.
ambas con domicilio en esa ciudad, que adjuntamos a este dictamen.

Lo anterior significa que el precio del inmueble —lote y construcción—, en 7 de


agosto de 1956, era de ciento cuarenta mil pesos ($ 140.000.00).

En atención a que ya habíamos apreciado en $ 1.400.00 el valor mensual de los


arrendamientos del inmueble en cuestión, para estimar el lucro cesante de la
primera etapa (7 de agosto de 1956 a 30 de septiembre de 1959), que equivale a
37 meses y 24 días, afirmamos que el lucro cesante en este lapso representa la
suma de cincuenta y dos mil novecientos diez y nueve pesos con ochenta y cuatro
centavos ($ 52.919.84).

La segunda etapa del lucro cesante (lo. de octubre de 1959 a la fecha en que le
sea pagado a la actora el valor del daño emergente), vamos a deducirla con la
aplicación del interés corriente hasta el 30 de enero de 1972. Para la posterior
liquidación de él, del lo. de febrero de 1972 en adelante estableceremos una pauta
que permita determinar dicho lucro cesante.

"Agregamos a este experticio una copia fotostática del certificado expedido por la
Sucursal del Banco de Colombia en Cali, con destino a otro proceso que se
tramita en el H. Consejo de Estado, en el que consta la rata de interés cobrada por
ese establecimiento de crédito entre el 1° de enero de 1959 y la fecha en que fue
expedido (9 de marzo de 1971) con miras a poder liquidar con ayuda de él el lucro
cesante.

"Tenemos, por lo tanto, que los $ 96.000.00 del daño emergente devengan, al
interés del 10% anual, entre el 1°. de octubre y el 30 de diciembre de 1959 (3
meses), la cantidad de $ 2.400.00; al interés del 12% anual, entre el lo. de enero
de 1960 y el 30 de diciembre de 1964 (60 meses), devengan $ 57.600.00; a la rata
del 14% anual, entre el lo. de enero de 1965 y el 30 de enero de 1971 (sic) (85
meses), devengan $ 95.200.00. Suman estos intereses $ 155.200.00.

En consecuencia, si al lucro cesante de la primera etapa ($ 52.919.84) le


sumamos el de la segunda ($ 155.200.00), tenemos que el valor del lucro cesante
materia de esta peritación, hasta el 30 de enero de 1972, es la suma de
doscientos ocho mil ciento diez y nueve pesos con 84/100 ($ 208.119.84) moneda
corriente.

Nos corresponde advertir que, a partir del lo. de febrero del año en curso, hasta
que el pago del valor del daño emergente se haga, seguirá corriendo un lucro
cesante mensual de un mil doscientos pesos ($ 1.200.00), el cual adoptamos
como pauta o constante aritmética. Esta adopción obedece al interés corriente del
14% anual, vigente en esta fecha, adicionado con el 1% anual que compense el
aumento del interés, a consecuencia de la progresiva devaluación monetaria,
mientras termine la tramitación del proceso y se verifica el pago.

Resumiendo, se tiene que el valor de los perjuicios ocasionados a la actora, es el


siguiente:

A) DAÑO EMERGENTE:

Valor construcción destruida $ 96.000.00

B) LUCRO CESANTE:

1. Del 7 de agosto de 1956 hasta

El 30 de enero de 1972 $208.119.84

2. Del 1° de Febrero de 1972 hasta la fecha del pago, $ 1.200.00 m/cte.


mensuales.

O sea, que en la parte resolutiva se condenará a la Nación colombiana a pagar la


suma de TRESCIENTOS CUATRO MIL CIENTO DIEZ Y NUEVE PESOS CON
OCHENTA Y CUATRO CENTAVOS ($ 304.119.84) (daño emergente y lucro
cesante causados hasta el 30 de enero de 1972) más la cantidad de UN MIL
DOSCIENTOS PESOS ($ 1.200.00) moneda corriente mensuales, desde el lo. de
febrero de 1972 hasta la fecha en que se realice el pago.

Por lo expuesto, el CONSEJO DE ESTADO -SALA DE LO CONTENCIOSO


ADMINISTRATIVO- SECCION TERCERA, administrando justicia en nombre de la
República de Colombia y por autoridad de la Ley, de acuerdo en parte con su
inmediato colaborador Fiscal.

FALLA

PRIMERO: La NACION COLOMBIANA es responsable de los perjuicios causados


a la señora ALICIA MUÑOZ DE REBOLLEDO como consecuencia de la explosión
ocurrida en la ciudad de Cali el día siete (7) de agosto de mil novecientos
cincuenta y seis (1956).

SEGUNDO: CONDENASE a la NACION COLOMBIANA a pagar, dentro de los


treinta (30) días siguientes a la ejecutoria de esta providencia, a la señora ALICIA
MUÑOZ DE REBOLLEDO las siguientes sumas de dinero.

La cantidad de TRESCIENTOS CUATRO MIL CIENTO DIEZ Y NUEVE PESOS


CON OCHENTA Y CUATRO CENTAVOS MONEDA CORRIENTE ($ 304.119.84)
y

La cantidad de UN MIL DOSCIENTOS PESOS ($ 1.200.00) MONEDA


CORRIENTE, mensuales, desde el primero (1°) de febrero de mil novecientos
setenta y dos (1972) hasta la fecha en que se efectúe el pago.

Cópiese, notifíquese, comuníquese y archívese el expediente.

CARLOS PORTOCARRERO M, GABRIEL ROJAS ARBELAEZ, OSVALDO


ABELLO NOGUERA, ALFONSO CASTILLA SAIZ, VICTOR M. VILLAQUIRAN
M, SECRETARIO

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