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[M]ediante la Ley 179 de 1959, la Nación colombiana, por conducto del Congreso,
deploró la catástrofe causada por la explosión del 7 de agosto de 1956 en la
ciudad de Cali y admitió su responsabilidad al disponer el pago extrajudicial "de
las reparaciones a que haya lugar como consecuencia del siniestro en favor de los
damnificados. "En el Artículo 21 de la citada Ley se preceptúa: "El Presidente de
la República reglamentará la presente Ley, revisará los Estatutos de la Fundación
Ciudad de Cali, para adecuarlos al completo logro de los fines de esta Ley, que
son los de indemnizar a las personas que sufrieron perjuicios por la explosión y
especialmente a las personas pobres".
En relación con el lucro cesante, es de opinión del Consejo que aunque es cierto
que últimamente la SALA ha considerado que el lucro cesante solamente debía
reconocerse a partir de la presentación de la demanda —tal doctrina del Consejo
no se ajusta a las disposiciones legales— pues con tal interpretación se estaba
creando una forma de extinción de las obligaciones […]; además, con esa decisión
la SALA no lograba en la sentencia declarar toda la justicia que debe llenar la
sentencia judicial, pues es indiscutible que el daño producido por el Estado no solo
consiste en la pérdida de un bien sino también en la privación de las ganancias
que ese bien hubiera producido hasta el momento en que se restituya […] el valor
de tal bien. [E]n esta providencia se reconocerá el lucro cesante no a partir de la
presentación del libelo, sino desde la fecha de la destrucción del inmueble de la
demandante.
CONSEJO DE ESTADO
Bogotá, D.E., once (11) de diciembre de mil novecientos setenta y dos (1972)
Demandado: NACIÓN
(FALLO discutido y aprobado en la sesión del día siete (07) de diciembre de mil
novecientos setenta y dos (1972).
"CUARTA. Que, por concepto de lucro cesante, la Nación colombiana debe pagar
a mi representada señora ALICIA MUÑOZ DE REBOLLEDO, como mínimo, un
interés del uno por ciento (1%) mensual liquidado sobre el valor de la condena por
daño emergente durante el lapso comprendido entre el día 7 de agosto de 1956,
fecha de la explosión que destruyó el edificio, y el día en que la nación verifique el
pago de la indemnización. O, si esta estimación no es aceptada por Uds., el valor
que ustedes fijen en vista de las pruebas que obran en el juicio, o el valor que se
fije posteriormente de acuerdo con lo previsto por el Artículo 553 del Código
Judicial, en caso de que la condena por el lucro cesante se haga en abstracto por
ustedes".
La edificación anterior fue adquirida por el actor por adjudicación que se le hizo en
la partición de los bienes de la sucesión del que fue su legítimo marido, según
consta en la escritura pública No. 2513 de 20 de agosto de 1952 de la Notaría 3a.
del Circuito de Cali, título que se encontraba vigente el día 7 de agosto de 1956;
Como fundamentos de su derecho invocó el actor los Artículos 2341, 2347, 2356 y
2539, 1613, 1614, 1494 y ss. del C. C; la Ley 179 de 1959, el Decreto 1932 de
1956, el Decreto 528 de 1964, las Leyes 16 de 1968 y 1969, los Arts. 84 y. ss 124,
125 y ss. Del C.C.A. y las disposiciones pertinentes del C. J.
CONSIDERACIONES:
Varios negocios similares al presente ha fallado el Consejo de Estado; en aquellas
sentencias tuvo la oportunidad de estudiar a fondo lo relacionado tanto con el
hecho mismo causante del perjuicio, como con la responsabilidad que incumbe a
la Nación. Considera, por tanto, la SALA innecesario extenderse aquí sobre estos
dos aspectos. Bien puede decirse que la explosión del 7 de agosto de 1956 en la
ciudad de Cali constituye un hecho notorio y de público conocimiento que no
requiere, por tanto, ser probado dentro del juicio.
Por otro lado, mediante la Ley 179 de 1959, la Nación colombiana, por conducto
del Congreso, deploró la catástrofe causada por la explosión del 7 de agosto de
1956 en la ciudad de Cali y admitió su responsabilidad al disponer el pago
extrajudicial "de las reparaciones a que haya lugar como consecuencia del
siniestro en favor de los damnificados. "En el Artículo 21 de la citada Ley se
preceptúa:
No sobra agregar que en este caso, como en todos aquellos que se refieren a la
responsabilidad extracontractual de la administración, la jurisprudencia tanto del
Consejo de Estado como de la Corte Suprema de Justicia ha sentado que se trata
de una responsabilidad directa, por falla de un servicio público que no se presta o
se presta deficientemente: "La Administración está en la obligación de
indemnizarlos porque la falla en la prestación del servicio es la causa eficiente del
darlo de una manera tan clara como si éste fuera consecuencia de un acto
realmente positivo, ilegal o culposo del representante del Estado (latus sensü) en
relación con las garantías de la seguridad individual. Sólo estará exonerada de
responsabilidad la Administración cuando el daño ha sido directo, en el caso de
que aquélla demostrare la existencia de fuerza mayor, o culpabilidad de la víctima
o intervención de un tercero". (Sentencia de 29 de septiembre de 1967.
Expediente No. 787).
Probada, por tanto, la existencia del hecho como el daño causado por éste, el
autor, establecida la responsabilidad de la Nación y demostrada como está la
relación de causalidad entre el daño y el evento dañoso, pasa la SALA a estudiar
lo referente al quantum de los perjuicios sufridos.
Cali, constituye propiamente el daño emergente que esa calamidad le irrogó a ella.
"Debemos advertir, como cuestión previa, que mucho antes de la citada fecha
habíamos viajado en varias ocasiones a Cali, algunas veces por vía férrea, lo que
nos permitió conocer la vieja Estación del Ferrocarril de esa ciudad y, en general,
ese sector urbano. En consecuencia, por directa percepción nos dimos cuenta de
que dicha zona estaba constituida por vivienda de gentes modestas; hoteles,
restaurantes, cantinas y cafés de tipo popular; bodegas y establecimientos de
transportes y numerosos almacenes y tiendas de toda índole. Era un barrio
densamente poblado y de gran movimiento comercial, irrigado económicamente
por el intenso transporte de pasajeros y de carga que hacía el Ferrocarril del
Pacífico. Este concepto nuestro sobre lo que era el 7 de agosto de 1956 el
mencionado sector, tiene también respaldo en las pruebas que obran en el
expediente.
"En la inspección judicial se pudo verificar que el lote de terreno sobre el cual
estaba construida la antigua casa de dos pisos, de que era propietaria la señora
Muñoz de Rebolledo queda, calle 25 de por medio, a una distancia aproximada de
quince metros (15 mts.) del sitio donde funcionaba la anterior Estación del
Ferrocarril, en la cual se produjo la explosión comentada, lo que concuerda, entre
otras pruebas, con la declaración del señor Víctor Gironza Casanova (fl. 47)
"El área del lote de terreno en el que estaba construida la casa destruida es
aproximadamente de cuatrocientos metros cuadrados (400m2). Así quedó
establecido en la inspección judicial y con esta superficie figura en la hijuela
adjudicada a la actora en la sucesión de su esposo, señor Carlos Rebolledo C,
cuyo expediente fue protocolizado por medio de la escritura número 2513 de 20 de
agosto de 1952, de la Notaría Tercera del Circuito de Cali. En las tarjetas y kárdex
de la Oficina de Catastro del Municipio de Cali aparece la anotación de que dicho
lote tenía el 7 de agosto de 1956 un área de 400 metros cuadrados, según consta
en el certificado que esa Oficina expidió el 2 de diciembre de 1971, a petición
nuestra, y que acompañamos a este
"La casa de habitación destruida tenía dos pisos. Era de construcción antigua,
pues en 1945 la había adquirido la demandante, según consta en el certificado de
libertad y tradición del inmueble. Por lo demás, del proceso se deduce que la
edificación no era de categoría, como lo reconoce el propio apoderado de la actora
en su demanda. En la primera planta había unos locales que daban a la calle 25 y
otros que estaban sobre la carrera 3a. Cuando sobrevino la catástrofe el local de
la esquina estaba arrendado para el funcionamiento de un café bastante
concurrido, otro lo estaba para una peluquería y dos más para talleres de
mecánica, conforme se desprende de la constancia de la "Fundación Ciudad de
Cali" que corre al folio 3 y de la declaración del señor Víctor Gironza Casanova. Y
en la misma fecha el segundo piso estaba arrendado y en él funcionaba un hotel
de modesta categoría.
"En relación con la construcción destruida, se tiene que ella fue prácticamente
estimada en $ 90.000.00 por la Junta Informadora de Daños y Perjuicios, creada
con motivo de la explosión que hubo en Cali, de conformidad con lo que al efecto
dice la constancia del folio 3.
"A todos los factores que acabamos de enumerar nos hemos referido en los
párrafos que anteceden, excepción hecha del área construida y de la rentabilidad,
por ignorar estos datos en particular. En cuanto al área construida, no es
aventurado calcular que de los 400 metros cuadrados del lote existieran 320
metros cuadrados edificados en la primera planta y otros tantos en la segunda, es
decir, que el área total construida fuera de 640 metros cuadrados. Este cálculo
equivale a las cuatro quintas partes del lote, quedando un área libre de un 20%, lo
que se compadece con los sectores urbanos de gran hacinamiento humano, en
los que hay un aprovechamiento exagerado de los lotes de terreno.
Para deducir el monto de los perjuicios de esta índole nos corresponde establecer
el valor completo del inmueble, tanto por concepto del lote de terreno como de la
edificación. En vista de que en el capítulo anterior señalamos el precio de la
construcción destruida en $ 96.000.00, procedemos a fijar el del lote de terreno,
invocando al efecto los factores de situación de él, la importancia económica del
sector donde está ubicado, el área y la calidad de lote de esquina.
Como en el proceso está demostrado que el área del lote de terreno era entonces
de 400 metros cuadrados, aproximadamente, hacemos en seguida la estimación
de cada metro cuadrado para luego concluir con la estimación global.
Invocando las consideraciones que en el capítulo que antecede hicimos sobre los
mencionados factores, creemos no equivocarnos al avaluar el metro cuadrado de
ese terreno, con retroactividad al 7 de agosto de 1956, en la suma de ciento diez
pesos ($ 110.000). Por lo tanto, en la misma fecha el precio del referido lote era la
suma de cuarenta y cuatro mil pesos ($ 44.000.00). Al respecto nos hemos
guiado, entre otros aspectos, por los conceptos que en este sentido nos dieron
firmas tan acreditadas como Wiesner & Cía. Cali Ltda. y Carlos B. Meló Sucs Ltda.
ambas con domicilio en esa ciudad, que adjuntamos a este dictamen.
La segunda etapa del lucro cesante (lo. de octubre de 1959 a la fecha en que le
sea pagado a la actora el valor del daño emergente), vamos a deducirla con la
aplicación del interés corriente hasta el 30 de enero de 1972. Para la posterior
liquidación de él, del lo. de febrero de 1972 en adelante estableceremos una pauta
que permita determinar dicho lucro cesante.
"Agregamos a este experticio una copia fotostática del certificado expedido por la
Sucursal del Banco de Colombia en Cali, con destino a otro proceso que se
tramita en el H. Consejo de Estado, en el que consta la rata de interés cobrada por
ese establecimiento de crédito entre el 1° de enero de 1959 y la fecha en que fue
expedido (9 de marzo de 1971) con miras a poder liquidar con ayuda de él el lucro
cesante.
"Tenemos, por lo tanto, que los $ 96.000.00 del daño emergente devengan, al
interés del 10% anual, entre el 1°. de octubre y el 30 de diciembre de 1959 (3
meses), la cantidad de $ 2.400.00; al interés del 12% anual, entre el lo. de enero
de 1960 y el 30 de diciembre de 1964 (60 meses), devengan $ 57.600.00; a la rata
del 14% anual, entre el lo. de enero de 1965 y el 30 de enero de 1971 (sic) (85
meses), devengan $ 95.200.00. Suman estos intereses $ 155.200.00.
Nos corresponde advertir que, a partir del lo. de febrero del año en curso, hasta
que el pago del valor del daño emergente se haga, seguirá corriendo un lucro
cesante mensual de un mil doscientos pesos ($ 1.200.00), el cual adoptamos
como pauta o constante aritmética. Esta adopción obedece al interés corriente del
14% anual, vigente en esta fecha, adicionado con el 1% anual que compense el
aumento del interés, a consecuencia de la progresiva devaluación monetaria,
mientras termine la tramitación del proceso y se verifica el pago.
A) DAÑO EMERGENTE:
B) LUCRO CESANTE:
FALLA