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Justificación de las fuentes de lectura

Tema: Discriminación y Desigualdad de los Indígena en Guatemala


1.Romero, Wilson (2018). “Estudio sobre racismo, discriminación y brechas de desigualdad en
Guatemala” (Pág.13–15), Recuperado de https://repositorio.cepal.org/handle/11362/44244
• Perspectiva: Este documento analiza el racismo, discriminación y la desigualdad desde
una perspectiva económica, esta nos indica como es que afecta económicamente la
desigualdad y la discriminación.
• Autores: Es director del Instituto de investigaciones Económico-Sociales (IDIES), sus
investigaciones se centran a nivel económico social.
• Editorial: La plataforma la cual encontramos el documento es la plataforma de CEPAL,
NACIONES UNIDAS, la cual podemos encontrar documentos sobre todo tipo de
problemas que se plantean en nuestra sociedad.
2. Velásquez, A. M. (2022). “La desigualdad social en Guatemala: evolución y respuesta
institucional” (Pág.63–70) , Recuperado de https://repositorio.cepal.org/handle/11362/47938
• Perspectiva: Este documento analiza la desigualdad que pasa por el país de Guatemala y
como es que este afecta a los distintos grupos sociales.
• Autores: Consultora de la Unidad de Desarrollo Social de la sede subregional de la
Comisión Económica para América Latina y el Caribe (CEPAL).
• Editorial: La plataforma la cual encontramos el documento es la plataforma de CEPAL,
NACIONES UNIDAS, la cual podemos encontrar documentos sobre todo tipo de
problemas que se plantean en nuestra sociedad.
3. Pérez, Lizz (2020). “La educación y desigualdades de género de Guatemala” (Pág. 13 – 17)
Recuperado de https://redclade.org/wp-content/uploads/CLADE_Guatemala_Educac-y-
Desiguald_v3.pdf
• Perspectiva: El documento nos demuestra como la desigualdad y discriminación afecta las
personas de los diferentes grupos sociales a nivel educativo y cuales son las consecuencias
de ello.
• Autores: Coordinadora del Colectivo de Educación para Todas y Todos de Guatemala
• Editorial: CLADE- Campaña Latinoamericana por el Derecho a la Educación
4. Calí Tsay, José Francisco. “Algunos hechos y reflexiones a propósito de la discriminación contra
los pueblos indígenas” | Recuperado de https://www.un.org/es/chronicle/article/algunos-hechos-
y-reflexiones-proposito-de-la-discriminacion-contra-los-pueblos-indigenas
• Perspectiva: La perspectiva de una persona que ejerció el cargo dentro del Comité de
Eliminación de discriminación Racial el cual nos comparte su punto de vista.
• Autores: Defensa de los derechos de los pueblos indígenas, Miembro del Comité para la
Eliminación de la Discriminación Racial.
• Editorial: Naciones Unidas, esta nos probe de documentos de diversos problemas sociales.

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Lecturas
• Racismo, discriminación y desigualdad en Guatemala
Guatemala tiene una amplia producción de estudios que dan cuenta del racismo y la discriminación
racial a los que han sido sujetos los pueblos indígenas históricamente y hasta el presente. Este
capítulo recoge aquellos que son relevantes para el desarrollo de políticas públicas y que
constituyen referentes obligados por su dimensión o impacto. Sobre la realidad de la diversidad
cultural. Guatemala es un país con una parte significativa de su población autoidentificada como
indígena. En el último Censo de Población realizado en 2002, el 41% de la población se
autoidentificaba como perteneciente al pueblo maya, garífuna o xinka (INE, 2002). Además del
español existen 22 idiomas mayas, el idioma garífuna y el xinka1. La gran mayoría de
mestizos/ladinos2 son hispanohablantes monolingües, mientras que, por el contrario, la población
maya, garífuna y xinka practica altos grados de bilingüismo. La población maya carece de
delimitaciones geográficas estrictas; más bien, la migración interna ha generado superposiciones
lingüísticas en todo el país. La población indígena está presente en distintos grados en la gran
mayoría de los 22 departamentos del país, pero existe un patrón de segregación étnica a nivel
municipal, pues solo un 6% de los municipios tiene una composición étnica equilibrada entre
indígenas y mestizos/ladinos (PNUD, 2005). La segregación geográfica estructural en varios
departamentos con mayorías indígenas contribuye a que los niños y jóvenes no experimenten
relaciones interétnicas en la escuela ni en sus actividades sociales. En Huehuetenango, por ejemplo,
datos del Censo de Población 2002 indican que 18 de los 32 municipios del departamento están
habitados por 90% o más de población indígena, y siete de estos municipios presentaron índices
de 99% o más de población indígena. El racismo y la discriminación racial en Guatemala son
fenómenos de orden histórico y estructural, indica que el racismo y la discriminación racial han
sido uno de “los hilos conductores de la historia, y de la vertebración de las relaciones sociales y
del sistema de dominación” desde la Colonia hasta la actualidad. Durante la Colonia, el racismo y
la discriminación sirvieron para justificar el despojo y el sometimiento de los pueblos de “indios”,
legitimar la estructura de dominación y privilegios de peninsulares y criollos, cohesionar a las élites
frente al resto de grupos socio-raciales y permitirle a la Corona desplegar su proyecto político
facilitando el ejercicio de su autoridad desde la metrópoli. A partir de la Independencia “el racismo
provino directamente del Estado, expresándose en las Constituciones, ordenanzas laborales, en la
reestructuración político-administrativa, en el imaginario de las élites”. Así, durante la Revolución
Liberal de 1871 y hasta 1944, el Reglamento de Jornaleros (1877), el servicio militar obligatorio
para todos los indígenas mayores de 18 años, la Ley de Trabajadores (1894), el Decreto 657 (1906)
que prohibía o declaraba sin valor los convenios para el canje o venta de mozos indígenas entre
fincas, el Decreto 1474 (1933) y la Ley Contra la Vagancia (1934) dan cuenta de la situación de
esclavitud o servidumbre en la que se encontraba la población indígena hasta la primera mitad del
siglo XX. En este período también comenzó a impulsarse el indigenismo o asimilacionismo
denominado por Demetrio Cojtí como un racismo más civilizado que propugnaba el mestizaje, la
aculturación, la ladinización y la integración “buscando crear una cultura nacional y una
nacionalidad mediante la transculturación voluntaria del indígena”. Varios investigadores
concluyen que en la década de 1970 y hasta mediados de 1980 el racismo de Estado alcanzó su
máxima expresión en medio del conflicto armado interno. No es sino hasta que inicia la transición
a la democracia con la nueva Constitución Política de la República en 1985, cuando se firman los
Acuerdos de Paz en 1996 y los movimientos indígenas se fortalecen, que inicia el largo proceso
para comenzar a desmontar las instituciones formales e informales del racismo. Como resultado,

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la mayor parte de las relaciones interétnicas en la Guatemala de hoy aún son asimétricas y
verticales. El factor étnico continúa sirviendo como base ideológica para justificar las
desigualdades económicas y la exclusión política. La sociedad está étnicamente ordenada a través
del racismo estructural, aunque la pobreza, la exclusión y la desigualdad también afectan al mundo
mestizo/ladino (PNUD, 2005). Históricamente, la población indígena se ha visto obligada a migrar
estacional o permanentemente como parte de sus estrategias de sobrevivencia. Las poblaciones
indígenas en Guatemala se han caracterizado por patrones de migración económica que han
acompañado las necesidades de mano de obra en las plantaciones de agroexportación, tanto en
Guatemala como en regiones fronterizas con México. Esta movilidad humana ha sido cíclica y en
su mayoría temporal, con regreso a las comunidades ancestrales. Desde las últimas décadas del
siglo XX la migración interna desde las comunidades indígenas se ha dado sobre todo hacia las
áreas urbanas. Las migraciones temporales y cíclicas han tendido a alargar las temporadas de
permanencia fuera de sus comunidades de origen y, eventualmente, algunos se establecen fuera de
manera permanente, sin perder contacto con su comunidad. Luego tienden a sucederse migraciones
sucesivas conforme los desplazamientos involucran redes familiares. Estos patrones son evidentes
en la emigración a Estados Unidos (Del Popolo, 2017, pág. 254). Un aspecto poco visibilizado de
la emigración indígena es el de los pueblos indígenas transfronterizos. Es el caso de los pueblos
Mam (San Marcos, Quetzaltenango y Huehuetenango) y Q’anjob’al (norte de Huehuetenango con
poblaciones de la misma etnia del otro lado de la frontera en el estado mexicano de Chiapas). El
94% de los migrantes internacionales indígenas en Chiapas proceden de Guatemala. Existen
acuerdos entre México y Guatemala que facilitan el tránsito transfronterizo de residentes de
regiones cercanas a la frontera, así como permisos temporales para trabajadores agrícolas
estacionales. Durante la guerra interna en Guatemala fue mayúsculo el desplazamiento de
poblaciones indígenas, tanto a otras localidades en el país mismo como hacia México,
principalmente. Condiciones ambientales como el cambio climático empiezan a ser motivo de
preocupación en foros internacionales, debido a que el calentamiento global y la deforestación
están cambiando patrones de cultivo en poblaciones indígenas en América Latina. Esta amenaza
empieza a ser evidente en Guatemala, particularmente en el llamado Corredor Seco, que atraviesa
franjas de territorios indígenas en los departamentos de Baja Verapaz, Quiché y Huehuetenango.
El Estado guatemalteco continúa practicando el racismo y la discriminación y con ello,
manteniendo y profundizando las desigualdades entre indígenas y mestizos/ladinos. CEPAL -
CODISRA 16 indica que el Estado de Guatemala “opera desde una lógica históricoestructural que
afecta a todas las instituciones públicas y de la sociedad civil por lo que puede hablarse de un
racismo institucional”.

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• Esquema

-Racismo, discriminación y desigualdad en Guatemala


1. Población Indígena
1.2 Idiomas
1.3 Demografía
2. Desarrollo
2.1 Historia desde la colina
2.2 Factor Étnico
3. Inmigración

• Resumen

En Guatemala se han realizado varios estudios en los cuales la población indígena sufre racismo y
discriminación debido a varios aspectos, uno de ellos el por el idioma que estos usan debido a que
la población indígena habita en varios departamentos del país esto hace que su comunicación sea
dificultosa y por ende sean marginados.
Si observamos la historia el racimo y la discriminación de los pueblos indígenas han pasada desde
los tiempos de la colonia ya que desde entonces se les hacia aun lado por el factor étnico ya que
los españoles al considerarlos diferentes, los convertían en esclavos y violan sus derechos sin
ningún remordimiento, mas adelante en el presente esta discriminación y abuso aún se sigue
percibiendo pero en una menor medida.
En el caso de la inmigración de los pueblos indígenas podemos encontrar que mucha de la
población de Chiapas en el país de México es de población indígena guatemalteca, cabe destacar
que esta inmigración se debe a las malas condiciones de salud, trabajo, tierras que estos padecen.

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• Desigualdad por territorio-etnia
Los desequilibrios territoriales en la transición rural-urbana del siglo XXI Como resultado de los
cambios demográficos experimentados en el siglo XXI, la población de Guatemala pasó a ser
mayoritariamente urbana desde 2008. En 2030, se proyecta que la urbanización alcance a más de
dos tercios de la población del país (66,9%) y al cierre del siglo XXI, a cerca del 85% en 2099.
Entre 2000 y 2030, la población urbana se expandirá de 5,01 millones a 14,18 millones; mientras
que la rural de 6,63 millones a 7,02 millones. Este proceso de urbanización se presenta de manera
territorialmente diferenciada. De acuerdo con los datos departamentales del Censo 2018, mientras
que en 2 de los 22 departamentos del país más del 75% de la población (tres cuartas partes) era
urbana, en 4 departamentos la población urbana era menor a una tercera parte. Desde una mirada
municipal, los niveles de urbanización dentro de cada uno de los departamentos también son
heterogéneos. Los tres departamentos con mayores variaciones son Izabal, Totonicapán y
Quezaltenango, y los tres con menores variaciones son Guatemala, Sacatepéquez
(predominantemente urbanos) y Huehuetenango (predominantemente rural. B. Una transición
etaria territorialmente diferenciada Desde una perspectiva de largo plazo, la población urbana
presenta una composición etaria diferenciada a la de la población rural, conforme a la cual tendrá
una tendencia de dependencia demográfica menor, a lo largo del período 2000-2099. Esta
diferencia demográfica tiene repercusiones en la capacidad de acumulación de ingresos entre
ambas zonas geográficas, en detrimento del cierre de las brechas socioeconómicas estructuradas
en torno al eje urbano-rural. Los hogares rurales tienen una mayor carga etaria que los urbanos que
se maximiza con los niveles menos elevados de participación económica de su población en edad
de trabajar y la mayor precariedad de los empleos disponibles. Por otro lado, estas diferencias
demográficas tienen matices político-administrativos. Según el Censo 2018, solo en 13 de los 22
departamentos la tasa de dependencia es inferior al 66,67%, como un parámetro definido para
identificar un balance etario favorable para una mayor acumulación de riqueza. Asimismo, en 15
de los 340 municipios del país, la tasa de dependencia es inferior al 50% (es decir, la población en
edad de trabajar supera en volumen a la población en edad de dependencia): Estanzuela, Santiago
Atitlán, Santa Lucía Milpas Altas; Villa Nueva; San Lucas Sacatepéquez; Quetzaltenango;
Jocotenango; Santa Catarina Pinula; Guatemala; Mixco; Zunil; San Marcos La Laguna; San Miguel
Petapa; Almolonga; Fraijanes. Sin embargo, existe un municipio de los 340 en donde la tasa de
dependencia es superior al 100%: San Miguel Acatlán (véase el gráfico 50). En el marco de estas
brechas municipales, las tasas de dependencia departamentales presentan diferentes niveles de
heterogeneidad. Huehuetenango es el departamento en donde la diferencia del nivel de dependencia
demográfica entre el municipio con el valor más bajo y el municipio con valor más alto es mayor
mientras que Santa Rosa es el departamento con los valores más homogéneos. C. Disparidades
territoriales en la concentración poblacional y la composición étnica De acuerdo con los datos
censales de 2018, más del 70% de la población de Guatemala se concentra en los 10 departamentos
más poblados del país: Guatemala; Alta Verapaz; Huehuetenango; San Marcos; Quiché;
Quetzaltenango; Escuintla; Chimaltenango; Suchitepéquez, y Petén. Por su parte, más del 50% de
la población maya vive en 5 departamentos: Alta Verapaz, Quiché, Huehuetenango,
Chimaltenango y Totonicapán. En 7 de los 22 departamentos del país hay una sobrerrepresentación
de la población maya: Alta Verapaz, Huehuetenango, Quiché, Quetzaltenango, Chimaltenango,
Sololá y Totonicapán (véase el gráfico 51). Asimismo, 8 de los 22 departamentos del país poseen
una incidencia demográfica maya (población maya como porcentaje de la población
departamental) que se encuentra por encima del 50% (sobrepasando el umbral nacional del 41,7%):
Totonicapán, Sololá, Alta Verapaz, Quiché, Chimaltenango, Huehuetenango, Baja Verapaz y

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Quetzaltenango. En contraste a esta composición demográfica mayoritariamente maya, hay 14
departamentos del país en donde más del 60% de la población es ladina (sobrepasando el umbral
nacional del 56%): El Progreso, Zacapa, Escuintla, Guatemala, Retalhuleu, Santa Rosa, Jutiapa,
Chiquimula, Izabal, Petén, San Marcos, Suchitepéquez, Jalapa y Sacatepéquez. En el marco de
estos dos polos étnico-demográficos, la zona occidental y central del país posee una mayor huella
demográfica maya, mientras que la norte, oriental y sur tienen una más ladina. Esta huella
demográfica maya presenta matices diferenciados territorialmente según la comunidad lingüística.
De acuerdo con el censo 2018, el K'iche' es la lengua maya con mayor extensión poblacional en el
país (27,07% de la población maya), seguida por el Q'eqchi' (22,07% de la población maya) y el
Kaqchiquel (17,21%). Estas tres lenguas abarcan a más del 60% de la población maya del país. En
9 de los 22 departamentos del país el K'iche' es la lengua maya con mayor extensión demográfica.
Esta diversidad lingüística necesita ser considerada en las diferentes políticas públicas orientadas
a la inclusión de las poblaciones indígenas, especialmente mayas. D. Brechas territoriales en el
acceso a diferentes derechos básicos, como los de educación, salud, empleo, vivienda y tecnología
1. Asistencia escolar Según las cifras históricas censales del período 1981-2018, la inclusión
escolar de la población en edad escolar de 7 a 19 años ha subido progresivamente tanto en el área
urbana como en la rural. No obstante, este avance se ha visto ralentizado por los escasos logros que
se han experimentado en el siglo XXI. Entre 2002 y 2018, la cobertura de la asistencia escolar
subió apenas 0,2 puntos porcentuales en el área urbana y 0,3 puntos en el área rural. Asimismo, se
ha caracterizado por el rezago histórico del área rural frente a la urbana, a pesar de los avances
registrados en la brecha de cobertura urbano-rural. Desde una perspectiva etaria, los niveles de
asistencia escolar en la población de 4 a 29 años registrados en el Censo 2018 difieren
territorialmente tanto en el plano geográfico (urbano-rural) como en el departamental. En el área
urbana la asistencia escolar tiene una mayor cobertura que en la rural en las diferentes edades
escolares. La brecha es más amplia en la adolescencia de 12 a 18 años y menor en la niñez de 6 a
11 años. No obstante, presenta el mismo patrón de exclusión etario. Sin importar el área geográfica,
las brechas de universalización de la inclusión escolar son más amplias en la primera infancia (4 a
5 años) y la juventud adulta (19 a 29 años) y menores en la niñez (6 a 11 años) y la adolescencia
(12 a 18 años). De este modo, tanto en el área urbana como en la rural, los mayores retos de
incorporación educativa se configuran en torno al acceso a los tramos iniciales y finales del sistema
educativo formal (la educación preescolar y la terciaria. La atención de este desafío requiere de
políticas capaces de responder a las convergencias y divergencias de la causalidad de la inasistencia
escolar en la población urbana y la rural. En la primera infancia de 4 y 5 años, el mundo rural y el
urbano coinciden en la importancia de las valoraciones de los padres y la niñez, pero difieren en la
relevancia rural atribuida a la ausencia de personal docente y la importancia urbana asignada a la
presencia de enfermedades o discapacidades. En la niñez de 6 a 11 años, las principales causas de
la exclusión educativa rural y urbana son las mismas: voluntad de los padres, preferencia de los
estudiantes, ausencia de medios materiales y discapacidad. En la adolescencia de 12 a 18 años y la
población adulta joven de 19 a 29 años, la exclusión escolar rural y urbana se debe a motivos
económicos (ya sea por falta de dinero o dedicación laboral), preferencias individuales de los
estudiantes y las uniones nupciales. Sin embargo, puede tener causales diferenciadas por la
relevancia de las responsabilidades domésticas en el mundo rural y la importancia de la
discapacidad y la culminación de los estudios en el mundo urbano.

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• Esquema

• Desigualdad por territorio-etnia


1. Territorio
1.2 Rural
1.3 Urbano
2. Departamentos
2.1 Tasa de riqueza
2.2 Demografía
3. Educación

• Resumen
En nuestro país los territorios están debidos en rural y urbano, se han realizado diversos estudios
los cuales indican que área urbana crecerá en población cuatro veces más que el área rural todo
esto se debe a los accesos de servicios básicos y empleo que están tiene.
En los departamentos como lo son Jalapa, Jutiapa, Santa Rosa contiene una taza de riqueza mucha
más baja que lo departamentos más acercados a la capital de nuestro país, algunas condiciones para
que esto se debe al mantenimiento de las carreteras que llevan a estos departamentos, el turismo,
entro otros.
Sobre la educación se puede resaltar que esta es de difícil acceso al territorio rural, esto debido a la
lejanía que presentan con relación al a capital del país, también las consecuencias que produce que
la educación sea baja en el área rural es que podemos encontrar mas analfabetismo en estas zonas,
incluyendo que la población indígena es la más afectada debido es a la que más habitantes presenta
la zona rural.

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• La situación de Guatemala sobre la desigualdad
Guatemala es un país con 14,901,286 de habitantes 9, de los cuales 7,233,000 son hombres y
7,618,000 mujeres. Las condiciones de vida están marcadas por una exclusión histórica de las
mujeres. La ciudadanía de las mujeres se logró con el voto recién en 1945, con las reformas a la
Constitución de la República, derecho que podía ser ejercido siempre y cuando leyeran y
escribieran, excluyendo a un alto porcentaje de mujeres, en especial indígenas. Solo en 1965 las
mujeres logran el derecho al voto aun siendo analfabetas. Han transcurrido 55 años desde entonces
y aún se aprecia una incipiente participación cívica y política en los asuntos referidos al Estado y
a las transformaciones indispensables para cambiar la situación de las mujeres. El país ha avanzado
en su compromiso con la igualdad de género en materia legislativa, mediante la aprobación de leyes
que buscan erradicar la violencia contra las mujeres, la violencia intrafamiliar y los feminicidios,
así como superar las relaciones desiguales que actualmente viven. Sin embargo, la mayoría de las
mujeres no conoce sus derechos. Estos avances se han logrado pese al argumento que esgrimen
algunos sectores sobre la “inconstitucionalidad” de las leyes en favor de las mujeres porque, según
ellos, la Constitución no debe hacer distinción de género. Algunos datos dan cuenta de la compleja
situación que viven las mujeres. De acuerdo con el Instituto Nacional de Estadística (INE), el
embarazo adolescente es un grave problema en el país; uno de cada cinco nacimientos corresponde
a madres niñas y adolescentes. La tasa de mortalidad materna sigue siendo muy alta (140 por 100
mil), en especial en las mujeres indígenas, cifra que es 1.8 veces mayor que en las mujeres ladinas
o mestizas. La exclusión histórica de las mujeres se reafirma también con una tasa del 48% de
analfabetismo en mujeres indígenas y del 19 % en las mujeres no indígenas (INE 2016). La
situación de desigualdad de las mujeres en la sociedad guatemalteca es el resultado de relaciones
de poder desiguales que se han establecido y naturalizado en el imaginario social. La idea de ser
mujeres las coloca en condiciones de subordinación, exclusión, explotación, abuso, violencia,
discriminación y genera una dinámica de vida adversa. Según el Reporte Anual 2017 de ONU
Mujeres, Guatemala cuenta con 800 feminicidios al año, 5,000 casos de violencia sexual, 20,000
casos al año de embarazos adolescentes, de los cuales 2,000 son de niñas entre 10 y 14 años.
Asimismo, de acuerdo con datos del Observatorio en Salud Sexual y Reproductiva (OSAR), el
número de bebés que nacieron de niñas se incrementó en el primer trimestre del 2019, registrándose
641 bebés cuyas madres tienen entre 10 y 14 años – 72 más que en el primer trimestre del 2018
cuando se contaron 569. Asimismo, hasta el 3 de julio de 2019 se registraron 2,116 embarazos de
madres de entre 10 y 14 años. A pesar de que las mujeres constituyen un amplio contingente de la
economía, la mayoría vive en condiciones de alta precariedad. La economía de Guatemala “ha
crecido durante los últimos años a una tasa que oscila entre el 2.8% y 4.2% del PIB, pero el índice
de pobreza se ha mantenido. Las mujeres representan solo un tercio de la población
económicamente activa, sus ingresos corresponden al 67% del ingreso promedio de los hombres.
La mayoría de las mujeres trabajadoras está empleada en el sector informal y no tiene acceso al
sistema nacional de seguridad social, protección social o programas de compensación, lo que
incrementa las barreras para acceder a los servicios o productos financieros al no poder
proporcionar pruebas de ingreso estable o empleo. Las mujeres dedican más del doble del tiempo
que los hombres a actividades de trabajo de cuidado no remunerado con un promedio de 6.1 horas
por día, lo que invisibiliza su aporte a la economía del país” (ONU Mujeres, Reporte Anual 2017).
El mismo reporte señala que el panorama de Guatemala, “caracterizado por la desigualdad
económica y social, la falta de acceso a la tierra y a recursos productivos, que afectan
particularmente a las mujeres, en especial a las mujeres indígenas, garífunas y afro descendientes,
ha generado intersecciones de violencia y exclusión basadas en el origen étnico, que requieren de

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una estrategia nacional para superar las desigualdades de género, étnicas y regionales que
convergen para imposibilitar el empoderamiento político y económico de las mujeres”. Algunos
mecanismos intentan superar esta situación de profunda desventaja para las niñas, adolescentes y
mujeres desde la institucionalidad. Uno de ellos es la creación de la Secretaría Presidencial de la
Mujer (SEPREM), en el año 2000, como resultado del cumplimiento de los acuerdos de paz, y la
suscripción y adhesión de Guatemala a acuerdos y declaraciones internacionales. Este paso
importante, sin embargo, implica la generación de estrategias y acciones sociales permanentes para
que cumpla el rol asignado, un tema todavía pendiente. Uno de los desafíos es que el país produce
poca información desagregada por género, especialmente relativa a la situación educativa. En las
próximas páginas, sin embargo, se busca dar cuenta del panorama general de la educación en
Guatemala, con énfasis en la situación de niñas y mujeres. RASGOS DEL CONTEXTO
EDUCATIVO La educación es considerada un pilar fundamental del desarrollo y herramienta de
vida para el desarrollo pleno y digno de todo ser humano. En el caso de Guatemala, la compleja
situación educativa se expresa en múltiples problemas, entre ellos: el sistema falla como factor de
movilidad social; la baja cobertura de educación pública, que no permite asegurar el acceso
educativo a toda la población en edad escolar; la exclusión, que se mantiene y profundiza a lo largo
de los trayectos educativos; la marginalidad de las mujeres en el sistema educativo; y el presupuesto
asignado, que está por debajo de las necesidades. Un primer elemento preocupante es que la
educación no responde a las necesidades de desarrollo de las personas en el país, fallando como
motor de movilidad social. Así, quien nace en familias pobres y con bajos niveles educativos tiene
altas probabilidades de reproducir esta situación y continuar su condición de pobreza y desigualdad.
La cobertura de la educación pública, por otro lado, es insuficiente, siendo la más baja de
Centroamérica. El Informe Guatemala: Análisis de situación del país producido por el Sistema de
Naciones Unidas (Oficina de la Coordinadora Residente, 2014) revela que persisten enormes
brechas en todos los niveles educativos. En preprimaria (4-6 años), hay un déficit de cobertura
promedio del 45.1% a nivel nacional. En algunos departamentos y a nivel local, dicha brecha puede
alcanzar hasta el 60 y 70%. En la enseñanza media (13-18 años), la cobertura en el ciclo básico es
de 42.9% y en el ciclo diversificado alcanza apenas el 22.3% como promedio nacional. Por otra
parte, hay menos condiciones en los centros educativos estatales, por lo que las familias que pueden
tienden a mandar sus hijos e hijas a establecimientos privados. De hecho, la participación privada
en la educación en Guatemala tiene un peso muy elevado, representando una tercera parte de
establecimientos educativos en el ciclo básico o secundaria baja y dos terceras partes en el ciclo
diversificado o secundaria alta. “En relación a la cobertura, sobre tasas netas de inscripción en el
2018, se observa un 51.5% de cobertura en preprimaria; 77.5% en primaria; 42.4% en el ciclo
básico y 24.3% en el diversificado. El retroceso es marcado. Después de haber llegado en el 2009
al 98.7% de cobertura de la primaria, en los últimos gobiernos se ha descendido en más de 20
puntos porcentuales. Guatemala tiene la cobertura más baja de Centroamérica. El analfabetismo
cayó de 31.67% en el año 2000 a 12.37% en 2016, todavía es un fenómeno importante, con
desigualdades marcadas, tanto entre personas no indígenas e indígenas, como entre hombres y
mujeres. La suma de estas desigualdades da que, entre hombres no indígenas y mujeres indígenas,
hay una brecha de 30.6%” Otro problema grave es la exclusión educativa, que persiste en el sistema
público a lo largo del trayecto educativo de las y los estudiantes, desde su ingreso hasta culminar
la secundaria. Una gran parte de las y los jóvenes deja la escuela después de terminar la primaria.

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• Esquema

• La situación de Guatemala sobre la desigualdad

1. Mujeres
1.2 Empleos
1.3 Educación
1.4 Salud
2. Mecanismos de prevención

• Reseña

Pérez , L. (2020). La educación y desigualdades de género de Guatemala. En Campaña


Latinoamericana por el Derecho a la Educación, pp. 13-17

En este artículo, Cristales plantea la desigualdad que tiene la mujer en todas las áreas,
destacando algunas de ellas como la salud, educación, empleo, entre otras. Ella comunica que se
necesita un cambio empezando desde la educación desde jóvenes para que estas brechas de
desigualdad se eliminen, además de ello expone que el sector de mujeres más afectado es el de las
mujeres indígenas, ya que como plantea en el documento que a través de diversos estudios se a
determinado con cifras este sector es el más afectados de todos ya que en algunos datos resaltan
que es el más bajo de todos. En general, el articulo está planteado desde perspectiva crítica social.
Aunque no se lleve a cabo el programa de acción, es consciente de que para que desigualdad se
reduzca y no siga avanzado es importante llevar a cabo cambio en el ámbito educativo desde los
primeros niveles de este, ya que eso reducirá la desigualdad que existe en hoy en día.

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• Algunos hechos y reflexiones a propósito de la discriminación contra los pueblos
indígenas

Algunos hechos y reflexiones a propósito de la discriminación contra los pueblos indígenas, Al


abordar la cuestión de la discriminación contra los pueblos indígenas existe la tentación de parafrasear
un párrafo preambular de la Convención para la Prevención y la Sanción del Delito de Genocidio y decir
que: en todos los períodos de la historia, la discriminación, en sus múltiples dimensiones, ha infligido
grandes pérdidas a la humanidad. La lucha por los "buenos tratos" y la "humanidad" de los indígenas
que-- en los inicios del período colonial --llevaron a cabo algunos juristas-teólogos tiene una evidente
contradicción: hay que tratar bien a los indígenas para poder imponerles nuestro rey, nuestro dios y
nuestra fe; los indígenas tienen que pagarnos impuestos y alimentarnos, trabajar sacando minerales y
perlas, y, si no lo hacen les haremos "guerra justa"3. A veces, los conquistadores llegaron haciendo
"guerra justa" y después impusieron sus condiciones divinas y materiales. Las declaraciones de
independencia de las repúblicas del continente sobre la "igualdad de derechos de todos los habitantes"
no se tradujeron en una mejora en la situación de los pueblos indígenas; en algunos casos se reconocía
de jure la presencia, la existencia y los derechos de los indígenas, pero, de facto se los negaba. Todas las
luchas del período independiente están marcadas por la búsqueda de la igualdad de derechos y contra la
discriminación. En 1923 llegó a Ginebra, a la sede de la Sociedad de las Naciones, el Gran Jefe cayuga
Deskaheh, representante de los iroqueses de Ontario (Canadá), era titular de un pasaporte emitido por
las autoridades de su pueblo, llevaba una carta para "solicitar justicia" dirigida al Secretario General de
la Sociedad y actuaba por mandato del Gobierno de la Federación de las Seis Naciones del Gran Río. El
objetivo principal de su gestión era que la Federación que representaba fuera admitida como miembro
de la Sociedad y, al mismo tiempo, reclamaba el cumplimiento de un tratado firmado en 1784 por las
autoridades de su pueblo y ratificado por el rey Jorge III de Inglaterra. El Gran Jefe Deskaheh, en más
de un año que pasó en Europa, no fue recibido, oficialmente, por ningún funcionario de la Sociedad y
sus peticiones no fueron discutidas. El Gran Jefe Deskaheh es considerado como uno4 de los principales
precursores de la lucha actual de los pueblos indígenas en el plano internacional. La Carta de las
Naciones Unidas-- respondiendo a las terribles atrocidades padecidas durante la Segunda Guerra
Mundial por diversos grupos de personas a causa de sus ideas políticas, orientación sexual o creencias
religiosas o en razón de sus limitaciones físicas o mentales --consagra el principio (posteriormente,
desarrollado como derecho en otros instrumentos) de la no discriminación "por motivos de raza, sexo,
idioma o religión”. La Declaración Universal de Derechos Humanos, en su artículo 2.1, que estatuye el
derecho de no discriminación, dice: "Toda persona tiene los derechos y libertades proclamados en esta
Declaración, sin distinción alguna de raza, color, sexo, idioma, religión, opinión política o de cualquier
otra índole, origen nacional o social, posición económica, nacimiento o cualquier otra condición".La
Convención Internacional sobre la Eliminación de todas las Formas de Discriminación Racial (1965) y
los Pactos internacionales de derechos humanos (1966) marcan hitos importantes en la lucha contra la
discriminación. Aquí no se deben olvidar (en sus respectivos campos de competencia) el Convenio No.
111 de la OIT relativo a la discriminación en materia de empleo y ocupación (1958) y la Convención de
la UNESCO relativa a la Lucha contra las Discriminaciones en la Esfera de la Enseñanza (1960).
Específicamente, con respecto a la no discriminación de los pueblos indígenas es preciso destacar: el
Convenio No. 169 de la OIT sobre pueblos indígenas y tribales en países independientes (1989); las
referencias hechas en las declaraciones y en los programas de acción de las Conferencias internacionales
de derechos humanos (Río de Janeiro (1992), Viena (1993), El Cairo (1994), Copenhague (1995),
Beijing (1995), Estambul (1996), Roma (1996), Durban (2001) y Johannesburgo (2002))5; la
Recomendación General XXIII (51) relativa a pueblos indígenas adoptada por el Comité para la
Eliminación de la Discriminación Racial en 1997; y el documento del Comité de los Derechos del Niño
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sobre los derechos de los niños indígenas (2003). En 1974, el Consejo Económico y Social de las
Naciones Unidas, reconoció a la primera organización no gubernamental (ONG) de indígenas como
entidad de carácter consultivo. En 1977, un Comité especial de ONG organizó en el Palais des Nations,
en Ginebra, la "Conferencia internacional de ONG sobre la discriminación contra las poblaciones
indígenas de las Américas"; y en 1981, el mismo Comité, en el mismo lugar, organizó la "Conferencia
internacional de ONG sobre las poblaciones indígenas y la tierra"; dichas reuniones, entre otros asuntos
importantísimos, abordaron diferentes aspectos de la discriminación. Desde fines de los años 70 del siglo
pasado la mayoría de las reclamaciones o quejas, con respecto a indígenas, que han atendido los órganos
de derechos humanos establecidos en virtud de la Carta de las Naciones Unidas o que han recibido los
órganos previstos en los tratados de derechos humanos, de una u otra manera, se refieren a la
discriminación. La creación, en 1981 (y su funcionamiento de 1982 a 2006) del Grupo de trabajo sobre
poblaciones indígenas de la Subcomisión de prevención de discriminaciones y de protección a las
minorías fue un hito en la historia de las Naciones Unidas pues permitió la participación de
representantes de pueblos, comunidades y organizaciones indígenas en todos los debates y, en particular,
en la redacción del Proyecto de declaración sobre los derechos de los pueblos indígenas. El Comité de
Derechos Humanos, en 1989, con mucho acierto, afirmó que "la no discriminación es un principio
fundamental y general en materia de protección de los derechos humanos con el mismo valor que la
igualdad de y ante la ley". Los aspectos multifacéticos de la discriminación se desprenden de la
formulación del artículo 5 de la Convención internacional para la eliminación de todas las formas de
discriminación racial; ésto, sin olvidar la definición que establece en el artículo 1.16.
En este momento, es indiscutible el nexo que existe entre discriminación, genocidio, esclavitud
(moderna o no) y apartheid que son los más horrendos crímenes tipificados en las normas internacionales
de derechos humanos. Tanto en materia de no discriminación como en la formulación de otros
importantísimos derechos (particulares y específicos) de los pueblos indígenas se espera la pronta
aprobación, por parte de la Asamblea General de las Naciones Unidas, de la Declaración sobre los
Derechos de los Pueblos Indígenas.
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Teniendo como base los instrumentos y estudios del sistema de las Naciones Unidas, donde (directa o
indirectamente) se hace referencia a la discriminación, se puede afirmar que las luchas, rebeliones y
actitudes de resistencia indígenas, en el continente americano (tanto en el período colonial como en
período posterior), tienen un marcado sesgo antidiscriminatorio.
La discriminación que-- cotidianamente --enfrentan los indígenas tiene múltiples y variadas formas y
expresiones que afectan-- negativamente --todos los derechos y todas las libertades universalmente
reconocidos, hiriendo la vida y la dignidad de los pueblos, las comunidades y las personas indígenas.
Con respecto a algunos de los principales derechos y libertades negados, tergiversados o relativizados
(y que, al mismo tiempo, son reivindicaciones urgentes), es preciso citar: a) el reconocimiento, por parte
de los Estados, de la existencia física y cultural de los pueblos indígenas; b) el derecho a la propiedad,
real y efectiva, de las tierras y territorios tradicionales y a los recursos (materiales y espirituales) que
éstos contienen; c) el derecho a tener su propia lectura de su propia historia; d) el derecho a participar y
proponer políticas y proyectos de desarrollo, de salud, de educación, etc.; e) el derecho a contar con
recursos eficaces para reclamar u oponerse a legislaciones, medidas administrativas, proyectos, políticas
y programas que afecten negativamente la vida, la economía o el medio ambiente de sus comunidades;
y f) el reconocimiento, real y efectivo, de sus sistemas jurídicos, de sus religiones y de las contribuciones
que las culturas indígenas han hecho al progreso de la humanidad, en particular, con respecto al medio
ambiente, la agricultura, la filosofía, las matemáticas, etc.

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• Esquema
• Algunos hechos y reflexiones a propósito de la discriminación contra los pueblos
indígenas

1. Acontecimientos
1.2 Siglo XX
1.3 Siglo XXI
2. Organizaciones
2.2 Nacionales
2.3 Internacionales

-Reseña

Calí, J. (2010). Algunos hechos y reflexiones a propósito de la discriminación contra los


pueblos indígenas. En Crónicas Naciones Unidas

En este artículo, Calí nos plantea todos los hechos que han sucedido a lo largo del tiempo
con respecto a la discriminación que ha existido contra los pueblos indígenas en las diferentes áreas
como lo son la educación, política, salud, entre otras. Él nos indica que desde la época de la colonia
se ha tenido una discriminación contra los pueblos indígenas ya que nos indica que aunque estos
tuvieren derechos estos fueron violentados a pesar de existieran, también menciona que lo largo
del tiempo se han venido creando organizaciones y acuerdos que han querido resguardarlos
derechos de los pueblos indígenas para que estos no fueran violentados, además estas
organizaciones serían las encargadas de generar una buena educación para estos pueblos. En
general, el articulo está planteado desde una perspectiva social. Ya que este nos indica los
problemas que han pasado los pueblos indígenas a lo largo del tiempo, además recalca la creación
de organizaciones y acuerdo para la protección de los mismo ante la sociedad que existía en este
tiempo.

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