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LA VIDA VEGETATIVA, SENSITIVA E INTELECTIVA.

El primer grado de vida es el vegetativo.


Es la propia de las plantas, caracterizada por la presencia de tres funciones básicas:
nutrición crecimiento y reproducción.
También se denominan funciones vegetativas, por ser propias de esta primera
graduación vital.

Las funciones primarias.


La Nutrición.
La nutrición cumple una función, una necesidad, varia la substancia
manteniéndose en el ser.
No somos los mismos físicamente, de hace años, ni seremos los mismos en el
futuro ya que la nutrición tiene el efecto de estarnos renovando constantemente.

El crecimiento.
Los seres vivos tienen la necesidad de crecer en tanto alcanzan la dimensión que
les conviene, el ser llega a su límite de crecimiento conforme es su naturaleza.

La reproducción.
Por medio de esta función hay transcendencia, se da en otro cuerpo, mientras
que la nutrición y el crecimiento tienen como principio y termino la misma
substancia del viviente.

El segundo grado de vida es el sensitivo.


Esta actividad se lleva a cabo por medio de los sentidos externos e internos
Los sentidos externos son: la vista, oído, olfato, gusto y tacto; órganos que
perciben las propiedades de las cosas materiales, como son textura, longitud,
colores, sonidos.
Los sentidos internos son:
 La imaginación. Los objetos que fueron percibidos por los sentidos
externos se reproducen o re-presentan (sin estar físicamente) en la
imaginación como imagen, y se producen nuevas imágenes surgiendo la
imaginación, en conjunción con el entendimiento.
 La memoria. Al igual que la imaginación o fantasía el acto de la memoria
es la representación. Como la estimativa en el hombre la memoria reviste
una forma superior, y el entendimiento puede regular o dirigirla,
mientras que en el animal es un recuerdo súbito, espontáneamente
producido. La imagen percibida por los sentidos, pesando por la
imaginación termina por llegar a la memoria, en la que es conservada.
 La estimativa. El viviente se ve impulsado a actos útiles que convienen a
su naturaleza específica, instinto de conservación y propagación de la
especie pero de un modo precisamente concreto, no por una operación
intelectiva. El animal y el hombre no proceden de un modo racional en
este tipo de apreciaciones, actúa de una manera puramente espontanea,
natural por eso no se equivoca en ellas. La estimativa no se halla en el
hombre de la misma manera que en el ser irracional sino en una forma
superior por su unión al intelecto. Es por ese sentido que la oveja capta la
cercanía del lobo, un pájaro hace un nido, o el gato pesca al ratón, en el
hombre la madre amamanta a su hijo y cuida de él, etc.
 Sentido común. Por medio de este sentido se unen en común diferentes
sensaciones, es decir lo que perciben varios sentidos externos, los toma
este como en un solo.
 El sentido común no entiende, sino siente las sensaciones, ejemplo. Al
mencionarnos el azúcar sabemos que es un terrón, blanco, dulce y demás
propiedades, a la vista no le corresponde distinguir lo blanco de lo dulce,
el sentido común los unifica. El animal tiene sentidos internos, excepto el
sentido común porque reconocen personas, lugares, tienen inclinaciones,
son disciplinables, luchan contra el enemigo, todo esto sería imposible
para el animal sin los sentidos internos, en él no se dan la inteligencia y
la voluntad.

El tercer grado de vida es la intelectiva.


La intelectiva, el hombre tiene habla, juicio, libertad, progreso, moralidad, perfección y
otras características.
Con la inteligencia que si es reflexiva nos hallamos en el grado más elevado de la vida,
se realiza la actividad de la inteligencia de una manera más o menos perfecta, según se
trate; el hombre toma del exterior los datos materiales fundamentales para inteligir.
Concepto de alma para Aristóteles: vegetativa, sensitiva, intelectual.

Aristóteles trató la naturaleza del alma en su obra clásica llamada Perí psychés (Sobre el
alma), o De anima en la traducción latina. En esta obra, compuesta por tres libros,
Aristóteles discute las teorías sobre el alma elaboradas por sus predecesores, señalando
sus errores y aciertos; y luego presenta su propia concepción del alma.

Para entender lo que es el alma para Aristóteles, es necesario comprender también


algunos conceptos fundamentales de su metafísica.

¿Qué es el alma para Aristóteles?


Según Aristóteles, el alma es una sustancia como forma de un cuerpo natural que tiene
vida en potencia. Y como sustancia, en el sentido de forma, el alma es acto (enteléquia,
en griego) del cuerpo vivo.
Esta es la primera definición de alma presentada por él al comienzo del Libro II del De
ánima. Analizaremos mejor esta definición.

La relación cuerpo y alma en Aristóteles


Para entender la definición de alma presentada anteriormente, es necesario retomar
algunos conceptos metafísicos implicados en ella, especialmente la teoría del
hilemorfismo.

Según la metafísica aristotélica, uno de los géneros del ser es la sustancia.

Pero, ¿qué es la sustancia?


La sustancia puede entenderse en tres sentidos:
1. materia: significa algo no determinado
2. forma: por el cual algo es determinado
3. compuesto de materia y forma

Como la materia no es algo determinado, es pura potencia; la forma, en cambio, es acto.


La sustancia compuesta significa la unión de la materia y la forma.

Los cuerpos naturales son sustancias compuestas. Cuando Aristóteles habla en


cuerpo, él no se está refiriendo, al principio, al cuerpo humano, o al cuerpo de cualquier
ser vivo. Cuerpo es, aquí, entendido de manera general, pudiendo significar tanto cuerpo
vivo como no vivo.
Algunos cuerpos naturales tienen vida, como los animales, otros no tienen vida, como,
por ejemplo, una piedra. ¿Cuál es la diferencia esencial entre ambos?

Lo que hace que un cuerpo tenga vida es precisamente el alma. El alma es el


principio (causa) de la vida, y en esto consiste la diferencia esencial entre un ser vivo y
no vivo.

El cuerpo (la materia) sólo tiene vida en potencia, pero es el alma la que actúa como
primer principio (acto) que actualiza esta potencialidad del cuerpo.

La cosa no acaba ahí. Aristóteles sigue tratando la tripartición y las funciones del alma.

Tripartición del alma


La psicología aristotélica abarca los tres reinos de la vida: las plantas, los animales y el
hombre. Por lo tanto, para Aristóteles, hay 3 tipos de alma con diferentes funciones.
1. Alma vegetativa: principio de la vida vegetal y animal;
2. Alma sensitiva: principio del movimiento y de la sensibilidad de los animales;
3. Alma intelectiva o racional: por la cual el hombre posee el movimiento, la
sensibilidad y la inteligencia.

Alma vegetativa.
El alma vegetativa, también llamada alma nutritiva, es responsable de las funciones mas
elementales de la vida como:
Nacimiento.
La nutrición.
Crecimiento.
Reproducción.

Las plantas son los seres vivos que solo tienen estas funciones. Nacen se nutren, se
reproducen y mueren.

Por lo tanto, las plantas son ejemplos de seres vivos que poseen el alma vegetativa. Sin
embargo, el ama vegetativa no es exclusiva de las plantas.

Obviamente, los animales también, nacen, crecen y se reproducen, es decir, también


tienen alma vegetativa. Sin embargo, los animales tienen otras funciones muy
específicas, como la capacidad de moverse y sentir, funciones que están más allá del
alma vegetativa.

Alma sensitiva.
Aristóteles destaca en sus reflexiones sobre el alma, que hay otras características que se
encuentran en los seres vivos:
Percepción sensible.
Apetito: del apetito.
Movimiento.
La percepción sensible se refiere a los cinco sentidos, no todos los animales tiene todos
sus sentidos, pero todos poseen el más necesario que es, según el filósofo griego, el
sentido del tacto. Y si los animales tiene percepción, entonces también tiene apetito
(deseo, impulso, voluntad), porque la capacidad de sentir implica sentir lo placentero y
lo doloroso.

Del apetito se deriva el movimiento, a través de la sensación el animal capta lo que es


deseable y placentero, moviéndose para alcanzarlo. Por lo tanto, el movimiento y el
deseo están estrechamente relacionados.

Alma intelectiva.
Es responsable de las operaciones intelectuales. Gracias a ella, el hombre es un ser
racional, capaz de pensar y comprender.

El hombre es la única especie que posee las funciones del alma vegetativa (nutrición,
crecimiento, etc.), sensitiva (percepción, deseo, movimiento) e intelectual.

Esto no quiere decir que el hombre posea 3 almas juntas. De hecho, el alma intelectiva,
al ser de naturaleza superior, realiza las funciones de los otros tipos de almas.

Lo mismo ocurre con los animales que, por que tener un alma sensible, realizan las
funciones del alma vegetativa.

Por lo tanto, hay una jerarquía en la teoría del alma de Aristóteles, donde el alma
intelectiva está en la cima.
LA ESENCIA DEL HOMBRE.

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