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5 formas de enseñar en el jardín maternal

1- Ofreciendo disponibilidad corporal.


2- Acompañando con la palabra.
3-compartiendo expresiones mutuas de afecto.
4- realizando acciones conjuntas.
5- construyendo escenarios.

Nuevo diseño: Propósitos, objetivos y contenidos


Los propósitos expresan la intencionalidad docente en términos de enseñanza, aquello que
la institución y los docentes se comprometen a ofrecer.
Los objetivos expresan la intencionalidad docente en términos de aquello que se espera que
los niños puedan alcanzar a partir de las acciones docentes.
Se definen los contenidos como “aquello que se enseña”. Sin contenido no hay enseñanza. “Cualquier proyecto
educativo acaba concretándose en la aspiración de conseguir algunos efectos en los sujetos que se educan (...). Cuando
hay enseñanza es porque se enseña algo, y se ordena el ambiente para que alguien aprenda algo (...).”
Las dos preguntas que surgen entonces son:
•• ¿Qué se enseña en estas secciones?
•• ¿Cuáles son los criterios para establecer los contenidos?
Qué se enseña está directamente relacionado con qué necesitan aprender los niños. Por una parte, aprendizajes
referidos a sí mismo: el cuerpo, los impulsos internos, la manifestación de sus necesidades, sentimientos, intereses y
deseos; por otra parte, aprendizajes relacionados con el mundo externo: las personas y los vínculos afectivos, los
objetos del ambiente,la gradual ubicación en el espacio y en el tiempo, el juego, el lenguaje, los lenguajes no
verbales, etcétera
El “aprendizaje despierta una serie de procesos evolutivos internos capaces de operar solo cuando el niño está en
interacción con las personas de su entorno y en cooperación con un semejante”. 27 Para plantearse esa
“diferencia” entre lo ya conocido y aquello por conocer, será imprescindible considerar anticipadamente
las líneas evolutivas que sigue el desarrollo infantil, relacionadas con las características
y posibilidades de cada niño.

5 EJES
•• Experiencias para la construcción de la identidad y la interacción con los otros;
•• Experiencias para el desarrollo corporal y motriz;
•• Experiencias para la exploración del ambiente;
•• Experiencias para la actividad lúdica;
•• Experiencias para la expresión y la comunicación.

Los ejes están planteados en torno de campos de experiencias, para indicar que lo que se procura es estructurar
ámbitos donde se ofrezcan ricas oportunidades de exploración y de juego.
Algunos contenidos están planteados en términos de prácticas, dado que expresan la necesidad de que el niño ponga
en juego su accionar en relación con su propio cuerpo, con las personas y con los objetos de su ambiente cercano.
Otros contenidos, en cambio, están considerados en términos de proceso; se refieren, en un comienzo, a los primeros
aprendizajes que debe hacer un niño al ingresar a la sección, para luego señalar las adquisiciones que gradualmente
logra.

Organizar tiempos, espacios y tareas para sostener la simultaneidad que implican las acciones en el Jardín
Maternal.
Siempre se hace necesario realizar diversas tareas en un mismo tiempo y, a veces, en un mismo
espacio por ejemplo en la sala de bebés mientras algunos comen, se va cambiando
o acostando a otros. Es importante, entonces, distribuir las tareas para maximizar los recursos humanos y materiales y
que los/as niños/as siempre tengan adultos disponibles y propuestas a realizar. Esta organización debe estar
establecida de forma consensuada, clara y flexible.

Los tiempos inertes que debilitan las posibilidades infantiles.


La riqueza de las propuestas radica en alternar algunas con consignas con otras de juego espontáneo, con distintos
posibilidades exploratorias, abarcando los diferentes campos (literatura, música, plástica...),
más serenas o más activas…Es importante realizar propuestas con diferentes dinámicas, con todo el grupo, en
pequeños grupos o brindado diferentes opciones para que los niños elijan (multitarea); todas
deben tener un tiempo en el desarrollo de las tareas y en cada una de las jornadas; lo mismo sucede con las propuestas
secuenciadas, las de juego espontáneo y la resignificación de las actividades de cuidado cotidiano o de crianza. Es
importante realizar diferentes tipos de actividades con diversas características: alternar, variar, reiterar, siempre
sosteniendo la coherencia en las modalidades de vincularse y de realizar las propuestas; la coherencia no se refiere a
hacer todo igual ni todos de la misma forma, sino
a sostener un estilo basado en el respeto y el cuidado tanto al realizar las acciones como al establecer las relaciones .

Planificación
Las secuencias didácticas son la base de la organización de las propuestas de enseñanza y por lo tanto de la
planificación en el Jardín Maternal fundamentalmente en las salas de bebés y de un año en las cuales no es posible
trabajar en función de unidades didácticas y proyectos. La propuesta es diseñar variadas secuencias didácticas, que
aborden diferentes ejes e integren contenidos pertenecientes a los diferentes campos de experiencia. Las mismas se
van intercalando en el desarrollo de las jornadas logrando la inclusión de distintas propuestas, alcanzando la
variedad (al pertenecer a diferentes
secuencias didácticas que abarcan distintos aspectos) y la continuidad (al realizar al interior de cada secuencia
didáctica actividades relacionadas entre sí, en función de los contenidos, que implican complejizaciones, variaciones
o reiteraciones).

Multitarea en sala de 2
La organización de la jornada tiene que contemplar tiempos que posibiliten que los niños
alternen entre momentos de autonomía, de vínculos con pares en pequeños grupos, de
vínculo con el maestro, de libre circulación, de entrar y salir de situaciones diversas, de poner
en juego iniciativas, de posibilidad de observar, de ensayar, experimentar con un docente
disponible interviniendo con la palabra, el gesto, la mirada, la escucha. La tarea central del
maestro ya no será convocar y concentrar la atención y el interés de los niños, sino hacer
foco en planificar y organizar el espacio con cuidado atendiendo a que sea atractivo,
organizado, desafiante, cálido, bello,donde se conjugue la amplitud y la intimidad. Idear
escenarios en los que los chicos puedan desplegar sus potencialidades y que nos permitan
brindarles libertad de movimiento en un lugar seguro, propiciando su autonomía. Al mismo
tiempo, formará parte esencial de nuestra tarea como docentes seleccionar qué materiales
ponemos a disposición de los chicos, teniendo en cuenta que sean poco estructurados,
sugerentes, variados, atractivos. Que inviten a ser tocados, explorados, descubiertos,
combinados, investigados, permitiendo que cada niño pueda buscar y encontrar con ellos sus
propios recorridos en la construcción de su conocimiento.
Para iniciar la propuesta de juego en sectores proponemos ofrecer 2 ó 3 actividades
simultáneas que puedan elegirse teniendo en cuenta los siguientes aspectos:
Los materiales
Es importante que estén en buen estado, y que incluyan una cantidad de
elementos variados y suficientes para lo que la actividad requiere, teniendo en
cuenta el número de niños que pueden concurrir a cada sector.
La sugerencia es combinar actividades que ya sean conocidas por los chicos
para que puedan jugar en forma más autónoma e introducir otra que sea
nueva o atractiva o que necesite más la presencia del docente.

Los espacios y el tiempo:


Es importante tener en cuenta al momento de armar los sectores, organizar los
espacios previendo cuales son las actividades en las que los niños realizan un
mayor despliegue en sus juegos, como en construcciones, dramatizaciones o
exploración con objetos. Por eso generalmente, estos sectores se arman sobre
las esquinas de la sala para evitar que durante la libre circulación de los niños
por los sectores se derriben construcciones o se interrumpan otras actividades.
El tiempo puede variar según las características de cada grupo de niños, pero
generalmente promedia entre 40 minutos y 1 hora y media de actividad.
Sugerimos tener en cuenta que a veces durante ese periodo de tiempo pueden
cerrarse ciertos sectores y abrirse otros porque los niños han perdido el interés
en una propuesta en particular, pero no en el resto. Así por ejemplo, se podría
cerrar el de construcciones y abrir el de exploración.
Es importante establecer con los niños las pautas de juego. Estas son pocas,
claras y sencillas.
-Se puede cambiar de sector pero se debe evitar llevar los materiales de un
sector a otro.
-No se puede hacer nada que dañe a otros, a si mismo o los materiales y
juguetes.
-El momento de ordenar es parte de la actividad y todos participan.
María tiene 9 meses. Pepa, su educadora, está acabando de preparar su comida. La pequeña la escucha con atención
cuando le dice:
Educ.: Estoy preparando tu papilla, pronto vas a comer.
Toma en brazos a la pequeña que sonríe y acelera su respiración mientras mueve sus brazos y piernas.
Educ.: Qué contenta estás. Te he preparado la papilla que te gusta.
Marta abre su boca repetidamente.
Educ.: ¿Tienes apetito? Se acomodan.
Educ.: Voy a ponerte tu babero —se lo muestra y espera que la pequeña lo tome con sus manos.
Con la niña sentada en su regazo, Pepa sostiene el plato con la mano que pasa por detrás de la espalda de la
pequeña y con la otra, sostiene la cuchara. La llena y la aproxima a la boca de Maria que adelanta su cuerpo como
saliendo al encuentro de la comida. Come con apetito y mira el plato, la cuchara, su educadora... estableciendo un
ritmo que, poco a poco va volviéndose algo más lento. Pepa espera que María abra la boca o muestre de algún modo
que desea seguir comiendo.
De pronto, la pequeña pone su mano dentro del plato y se queda absorta. Los movimientos de sus dedos dentro de
la masa de la papilla son lentos y observa atentamente como constatando la consistencia, la temperatura, la textu-
ra... Levanta su mano untada, la observa y se la mete en la boca. La educadora, que la está observando le pregunta:
Educ.: ¿Está rica?
La pequeña sonríe mientras chupa sus dedos y vuelve a meter la mano en el plato, frotándola por el fondo; levanta
su mano untada, la acerca al rostro de Pepa tocando su mejilla, sin dejar de mirarla.
La educadora le sonríe, preguntándole:
Educ.: ¿Quieres darme un poco de tu papilla?, creo que me va a gustar.

Sergio tiene 11 meses y medio. Está tomando su comida de media tarde, sentado en el regazo de su educadora. Ya
hace casi dos meses que empezó a interesarse por la cuchara. Ahora quiere tenerla siempre en su mano, durante las
comidas; de vez en cuando, la mete en el plato intentando llenarla con precisión y la lleva a la boca; la sacude, arriba
y abajo, mientras su educadora le da de comer. Ella cuando lo hace por sí solo, le anima diciéndole cosas como:
Educ.: Qué bien llenaste tu cuchara.
Cuando se cansa o se distrae, Sonia le da de comer con otra cuchara, procurando mantener el mismo ritmo, para
que el niño pueda volver a intentarlo. Lo hace varias veces durante la merienda y sonríe satisfecho después de tragar
el alimento. Cuando ya le queda poco en el plato dice:
Sergio: «Ta».
Sonia le pregunta
: Educ.: ¿Ya está?
Sergio quiere poner su cuchara en el plato; ella se lo acerca y le pregunta:
Educ.: ¿Quieres más?
Sergio ladea la cabeza, quedándose inmóvil unos momentos.Sonia repite:
Educ.: Sergio, ya está.
El niño adelanta sus dos brazos hacia el vaso de leche, que está sobre la mesa.

Nico tiene 13 meses. Empezó a andar hace dos semanas. Está jugando con una pelota y va tras ella, unos ratos a pie
y otros gateando. A distancia sigue los movimientos de su educadora que de vez en cuando le sonríe, respondiendo
a su mirada o a sus gestos. Nico se acerca a la educadora y le muestra la pelota sujetándola con las dos manos.
Educ.: La pelota. Qué bonita ¿Juegas con ella? Nico sonríe
Nico: Ta.
Educ.: La pelota ° ° ° ° Nico, ¿tienes mocos? ¿Dónde está tu nariz? ¡Aquí! Vamos a buscar un pañuelo.
Se van tomados de la mano. La educadora le muestra el pañuelo y le dice:
Educ.: ¿Te limpio la nariz? —al tiempo que se la señala con el dedo.
El niño ladea la cabeza. La educadora, sonándose ella y sonriendo, le dice:
Educ.: Mira cómo me limpio los mocos ° ° ¿Quieres hacerlo tú solo?
Le ofrece a Nico otro pañuelo desechable. El niño lo toma y lo sacude con su mano, sonriendo. La educadora le
anima a acercarlo a la nariz, acompañándole suavemente la mano. El pequeño se deja acompañar y, al contacto de la
nariz con el pañuelo, cierra un momento los ojos. Después de breves momentos, retira su mano con el pañuelo, se lo
ofrece a Marisa (la educadora) y dice:
Nico: ¡Ta!
Educ.: ¡Ya está limpia la nariz de Nico! Vamos a echar el pañuelo a la papelera.
Elsa tiene 8 meses.
Es su segundo trimestre de estancia en la escuela.
Está sentada junto a algunos juguetes y empieza a frotarse los ojos. Su educadora la observa y le comenta:
Educ.: Cómo te frotas los ojos, Elsa ¿tienes sueño? Después de Raquel, te tocará a ti Te lavaré y te acostaré. (... )
María (la educadora) se acerca a Elsa y la toma en brazos. Mientras la lleva a la mesa de cambio de pañales, le dice:
Educ.: Ahora le toca a Elsa.
Extiende la toalla de Elsa y pone a la pequeña echada sobre ella, reclinando su cabeza con delicadeza. Mientras, le
habla.
Educ.: Qué cansada estás ° Con unos pañales limpios estarás bien para descansar —la va desnudando—. Has hecho
caca. Te voy a lavar —con la manopla mojada en agua y unas gotas de jabón líquido le limpia todos los pliegues de la
piel, la vulva y las nalgas.
La pequeña bracea y se ladea. Toma el pañal limpio que se halla doblado. Mientras, la educadora la seca con toques
suaves, la unta con crema y le dice:
Educ.: ¿Que quieres ponerte el pañal tú sola? ° Elsa se quiere poner su pañal.
La educadora toma el pañal que la niña todavía mantiene en su mano. Tirando suavemente le pregunta:
Educ.: ¿Dónde está el culito para ponerle el pañal?
Le da unos ligeros toques en las nalgas. La pequeña levanta sus piernas, gorgea y sonríe.
El pañal queda aprisionado entre las piernas de Elsa. Su educadora bromea, sonriendo y tirando suavemente del pa-
ñal, al tiempo que balancea las piernas de la pequeña.
Educ.: ¿Que quieres jugar? ° ° Ya veo que tu sueño puede esperar. «Aserrín aserrán (...) Unos vienen y otros van».
Mientras renueva el balanceo, la pequeña se enrola en el juego sonriendo y parloteando, sin dejar de mirar a la edu-
cadora.
Educ.: ¿Quieres que te ponga el pañal?
La niña suelta el pañal y la educadora aprovecha para levantar su camiseta y colocarle el pañal por debajo. Mientras se
lo va poniendo, le dice:
Educ.: ¡Qué bien! Elsa se sostiene su camiseta ¿Dónde está la barriga? ¡Aquí! ¡Aquí! Ahora vamos a poner las bragas
—al tiempo que se las muestra.
Ambas agarran las bombachas conjuntamente. La educadora le muestra su mano por la pierna.
Educ.: ¡Un pie de Elsa! °¡Por aquí! —con la otra mano acompaña el pie de la pequeña, pasándolo por el hueco—. ¡El
otro pie! ° ° ¿Dónde está? ¡Aquí! —pasándolo también.
Después de vestir a la niña, le ofrece sus manos.
Educ.: Vamos. Hay que levantarse para lavarse la cara y las manos y acostarse muy limpia.
La pequeña Elsa se ladea en dirección al grifo tan pronto como oye manar el agua.
María acerca a la niña hacia donde está el agua y espera a que la pequeña la toque con sus manos.
Educ.: Vamos a lavar la cara... ¿Dónde está la nariz? —mientras le limpia la nariz Elsa abre y cierra los ojos, se relame.
Sigue lavándole las diversas partes de la cara al tiempo que se las va nombrando «y la boca» (...) «y los ojos... Elsa va
haciendo muecas, sorbiendo el agua que le resbala.
Educ.: ¡Uy!, ¡qué valiente! ¿Y las manos? Muy limpias.
La educadora sienta a Elsa frente a ella y empieza a secarla cuidadosamente con una toalla pequeña. Por unos mo-
mentos le oculta la cara con la toalla y espera que la pequeña tire de ella.
Educ.: ¿Dónde está Elsa? ¡Cucú! ¡Aquí! Las dos se ríen.

Quique tiene 14 meses. Lleva puestos unos calcetines rojos que se le han escurrido y le impiden caminar bien. Sole,
su educadora, lo advierte y se acerca al pequeño preguntándole:
Educ.: ¿Dónde están los calcetines de Quique? —mientras se acerca a él y le ofrece una mano.
Quique se agarra a ella e intenta levantar un pie. Mirándolo dice:
Quique: ¡Oh!
Educ.: Vamos a ver ¿qué les pasa a estos calcetines tan bonitos. Quique se sienta a su lado. La educadora tira del
calcetín por la puntera y hace un ligero vaivén sin dejar de sujetarlo.
Educ.: ¡Ah! ¡Ah! ¡Cómo se columpia! —ladeando la cabeza al compás.
El pequeño se ríe y repite Quique: ¡Ah! ¡Ah!
La educadora sigue dando cortos tirones al calcetín, que finalmente se desliza y sale.
Educ.: ¡Ah! ° ° ¿De quién es? ¡Es de Quique! Tómalo.
Quique levanta sus manos y coge el calcetín con gran alborozo diciendo: Quique: A, ta.
Agita el calcetín y con el toca el otro pie. Quique: Pe.1
Sole repite el mismo juego con el otro pie
La situación ha provocado el interés de Luis (9 meses) y de Inma (12 meses) quienes después de mirar atentos, se
aproximan hacia donde están Quique y Sole
La educadora acoge a los bebés recién incorporados. Les enseña el otro calcetín rojo. Mete su mano dentro del
calcetín y gesticula como si de un títere se tratara. Educ. (como si hablase el títere): ¡Hola Inma! ¡Hola Luis! ¡Hola
Quique! —les acaricia la mejilla, dándoles tiempo para que los niños puedan palpar la mano enfundada en el
calcetín.
Los niños están absortos. Quique reacciona tocando con el otro calcetín la «mano roja» de Sole. Sole le responde:
Educ. (títere): ¡Hola! —toca el calcetín de Quique y se lo enfunda en la mano del niño.
Quique acerca su mano enfundada hacia Sole. Sus compañeros tienden sus brazos como si quisieran tocarlo. Quique
se muestra algo confuso. No parece gustarle demasiado.
La educadora toma la mano de Quique entre las suyas y le dice:
Educ.: ¡Qué bonita! Así no tiene frío —le saca el calcetín lentamente y entona una cantinela mientras va tocando los
pies de Quique: «Peu polidó, de la Margalideta peu polidó, de la Margalidó». 2
Luego hace lo mismo con los pies de Inma y de Luis. Finalmente la ofrece un calcetín a Quique, mientras ella le calza
el otro. El pequeño desliza el calcetín por encima de su pie como si fuera a ponérselo y protesta cuando Inma tira de
él para cogerle su calcetín.
Se trata de un grupo de 12 niños, de dos y tres años, en la escuela infantil.
Los pequeños se están preparando para hacer la siesta; después de asearse van entrando en la estancia donde
tienen las colchonetas preparadas al fondo. Se sientan en la zona donde se desnudan y descalzan; los niños están
tranquilos, desnudándose.
Marta, que es una niña habilidosa, empieza a desabrochar los botones de la blusa. Mario, la observa, sin moverse.
Ella se saca las mangas y deja su blusa en la percha. Cuando ve a Mario quieto le dice:
Marta: Quítate los zapatos.
Mario: No puedo.
Marta: Yo te ayudo —y se agacha para alcanzar el pie de su compañero
Después de desatarle los zapatos le dice:
Marta: Ya está, quítalos. Mario: No sé.
Marta se sienta delante de él y le dice: Marta: Ahora yo te miro y tú te los quitas.
Mario coge un zapato con las dos manos y tira de él sin prestar demasiada atención.
La educadora ha observado la escena y decide intervenir.
Educ.: ¿Quién te ha desatado los zapatos, Mario?
Marta: Yo.
Educ.: ¡Cómo te ayuda Marta! A ver si puedes ahora... —le afloja un poco los cordones para ahuecar el zapato.
Marta sigue sentada frente a Mario y le anima con unos gestos de sus manos, mientras él se esfuerza. Le dice:
Marta: Ya falta poco.
Mario refunfuña. Marta se levanta y dice:
Marta: Bueno, éste te lo quito yo, pero el otro tú solo.

a) Adquisiciones motrices y habilidades motoras


Los aspectos vinculados con el desarrollo se enseñan, dado que intermedia un adulto, de manera sistemática, en un
contexto institucional y social. Se enseña a:
desplazarse y caminar;
usar diversidad de esquemas de acción y coordinación para alcanzar un fin;
realizar destrezas motrices (ascender, descender, trepar, hacer equilibrio, etcétera);
ejercitar y desarrollar sus posibilidades motrices manuales.

1
La palabra catalana para decir «pie» es "peu"

2
Se trata de un pareado que se refiere al pie aseado y bonito de la pequeña Margarita.
b) Cuidado personal y social; hábitos vinculados con la salud física y emocional
El cuidado de sí y de los otros desde el punto de vista físico y emocional contribuye a la salud integral del individuo
en una sociedad que intenta formar niños saludables. Se enseña a
relajarse para dormir, dormir tranquilo, adquirir el hábito de la siesta como momento social de descanso en el día;
reconocer objetos y situaciones peligrosas;
manifestarse cuidadosos en lo personal y de los otros frente a situaciones de riesgo;
respetar el hambre y la saciedad; disfrutar de una ingesta variada, proteica, láctea; adquirir el hábito de una buena
conducta nutricional, aceptar las diferentes consistencias de los distintos alimentos; reconocer el bienestar luego de
satisfacer las necesidades;
lavarse los dientes y las manos antes y después de comer; higienizarse cuando se va al baño.

c) Autonomía
Uno de los ejes de contenidos centrales a enseñar en el jardín maternal lo constituye el logro de cierta autonomía,
que se adquiere a través del pasaje paulatino del control de las situaciones cotidianas del adulto al niño. Se enseña a
comenzar a ser autónomos:
en la comida: el uso de utensilios, de la servilleta, o de una galletita para empujar la comida;
en la higiene y cuidado personal: a lavarse las manos y los dientes, a vestirse solos y doblar la ropa;
en el momento del sueño: a dormir solos en su cuna 3 o colchoneta;
en la exploración y observación de sí mismos y del entorno: descubrir, explorar, probar; alcanzar lo que se desea por
propios medios.

d) Modos de comportamiento social


La idea de este grupo de contenidos es asegurar la transmisión social del quehacer cultural, del alfabeto cultural que
nos permite comunicarnos socialmente, de aquello que se enseña y se lega. En este eje, entonces, se enseña a:
actuar de acuerdo con gestos y modalidades aceptadas socialmente;
actuar respetando modos sociales de satisfacer necesidades básicas respecto de la alimentación, la higiene y el
sueño. Por ejemplo:
en el momento de comer, se enseña a estar sentado, con babero, sin tirar la comida, comer despacio, usarla
servilleta, comer con la cuchara;
en el momento de la higiene se enseña a usar la pelela o bacinilla y el inodoro, el papel higiénico, a hacer correr el
agua del inodoro;
en el momento del sueño se enseña a adecuarse a un horario de siesta social, en su cuna o colchoneta, relajado y
placenteramente.
actuar respetando modos sociales de establecer vínculos con otros, por ejemplo:
ayudarse entre sí, reconocer la ayuda de otros, dar gracias;
saludar cuando se llega a un lugar, a todos los que están y a cada uno, expresar afecto con besos, abrazos, caricias,
etc.;
preguntar, comunicar, sonreír, escuchar;
respetar pautas de convivencia: respetar a los adultos, no arrebatar un objeto que tiene otro, no pegar, no pelear,
disfrutar junto a los otros y con los otros, tratarse con respeto, no decir malas palabras, esperar, compartir.
utilizar los objetos respetando los usos socialmente aceptados: compartirlos con otros, prestar, cuidar, ordenar cuando se
termina de jugar.

e) Sentimientos de seguridad y confianza en sí mismo, en los otros y en el mundo


Este grupo de contenidos hacen al desarrollo personal y social, a la conformación de los niños como individuos
sociales saludables. La seguridad se enseña, como así también la inseguridad. Se enseña a confiar o desconfiar de un
mundo que es continente o que no lo es, así como a confiar en sus posibilidades. De esta manera, se enseña a:
reconocerse como sujeto: a sentirse reconocido por los otros a través de sus acciones, a sentirse reconocido en sus
logros, a sentir que vale la pena expresar las necesidades y demandas porque los otros "nos" ayudan a responderlas,
a sentir que el afecto de los otros ayuda a sentirse mejor cuando hay problemas;
confiar: en sí mismos, en sus posibilidades, en los otros, en los adultos que los cuidan, los quieren, que responden a
sus demandas, que los escuchan, que logran interpretar lo que necesitan, que aprecian sus logros; aceptar ayuda del
adulto y poder pedirla; sentirse cuidados en sus necesidades físicas, en un medio afectuoso y conocido con pares y
adultos significativos;

3
Como logro de cierta autonomía es esperable que los bebés y los niños aprendan a dormir placenteramente en sus cunas o colchonetas, pero entendemos que este logro es el
resultado deseable de un proceso que seguramente se inicia con el acunamiento en brazos del maestro. Creemos que respetar estos momentos de estrecho apego permiten el logro de
otros momentos de mayor autonomía y despegue. No adherimos a posturas que consideran que no acunar facilita la autonomía.
disfrutar: de la alimentación, de jugar con otros, colaborando en la realización de tareas; de participar en el juego
que realiza el adulto para él, de la comunicación con otros, de explorar y experimentar con los objetos.

f) Significados y usos de objetos y producciones culturales


Las producciones de la cultura llegan a los niños mediadas por el adulto, quien las selecciona, enseña a disfrutarlas y
a apropiarse de ellas de diferentes formas. De la misma manera, los objetos, con sus propiedades físicas y culturales,
son acercados y "significados" por el adulto para que los niños, a su vez, puedan otorgarle significados dentro del
contexto social diverso en el que viven. En este eje de contenidos se enseña a:
disfrutar de producciones culturales: la música, canciones de cuna, canciones y música con diferentes estilos, juegos
folclóricos con elementos de la composición musical; rimas, canciones, nanas, retahílas, rondas, juegos grupales,
secuencias narrativas, li bros y títeres; imágenes plásticas para mirar, herramientas para experimentar;
utilizar los diferentes utensilios y herramientas de modo convencional en los contextos cotidianos: uso de biromes,
crayones, goma de pegar, tijera para recortar; uso del mouse, los cubiertos, los juguetes, el manejo de herramientas
sin peligro.

g) Lenguaje verbal
Se enseña a hablar en situaciones comunicativas. Un medio rico en expresiones orales acerca el mundo al niño y le
enseña a hablar. Los contenidos de este eje son:
comunicarse con otros con gestos y palabras;
utilizar el lenguaje, a hablar para nombrar las cosas, las partes de su cuerpo, los objetos y sus propiedades, las
comidas, expresar acciones y sensaciones, anticipar sucesos, "dialogar" con otros;
"usar" el lenguaje para comprender y responder a pedidos, para comprender el significado de las palabras en
contextos cotidianos.
h) Juego
El juego es central como forma de comunicación, tanto entre el niño y el adulto como entre pares; es una manera de
conocer el mundo y de apropiarse de él. El juego se enseña4 y se aprende, por lo tanto se erige como contenido. Se
enseña a:
jugar con los otros;
jugar participando de la secuencia de acciones realizada por la docente;
elegir con qué y cómo jugar;
realizar diferentes juegos: aparecer-desaparecer, dar-tomar, correr-atrapar.

i) Conocimiento del entorno físico


Los contenidos de este eje tienen como finalidad posibilitar el conocimiento del entorno físico desde la acción, desde
las posibilidades que el niño puede entablar entre sus acciones y el mundo de los objetos, sin olvidar que los objetos
son también producciones culturales. Con este objetivo, se enseña a:
explorar y conocer el mundo, el ambiente que lo rodea;
observar con atención todos los detalles de los objetos;
actuar sobre los objetos, observar diferentes reacciones de éstos frente a las mismas acciones del sujeto;
reconocer objetos y sus propiedades: su permanencia, su cantidad, su forma y tamaño, sus desplazamientos, etc.;
reconocer relaciones entre los objetos, acciones posibles entre dos objetos: poner dentro, sacar, meter, sacudir, etc.
Sabemos que lo que se enseña, al ser fragmentado en ordenadores, corre el riesgo de superponerse, dividir lo
indivisible, repetirse; pero creemos que tener algunos organizadores permite al docente contar con una guía para
saber qué enseñar. El listado obtenido de esta categorización permite apreciar la especificidad del contenido en el
jardín maternal: su ámbito de referencia privilegiado reconocido en la cultura de crianza hogareña, la transmisión de
las producciones culturales, especialmente las artísticas, y los aprendizajes ligados al desarrollo evolutivo.
A continuación se desarrollan dos ejemplos que permiten observar cómo se enseñan en el jardín maternal los
contenidos de dos de los ejes mencionados, analizando el hacer de los docentes.

1.3. ENSEÑAR LOS MODOS DE COMPORTAMIENTO SOCIAL


En la sala de los bebés se enseñan diferentes modos de comportamiento social; por ejemplo, a comer sentado, con
babero, a saludar cuando se llega a un lugar, a conversar, etc.

4
Véase el capítulo 2, donde se desarrolla cómo se enseña a jugar.
La docente va a buscar a una beba a la cuna y la sienta en la silla alta diciendo: "ahí está muy bien... uno para
Clari...", habla mientras distribuye los potes de yogur. Les pone los baberos a los tres bebés mientras expresa
verbalmente las acciones que realiza. Ya listos, comienza a darles de comer [...]
Una de las docentes entra a la sala con una beba en brazos y dice a la otra maestra: "hola, seño", nombrando a la
maestra como si lo hiciera la beba. La docente que está sentada en la colchoneta mira a la beba que recién llega y le
dice: "hola, ¿cómo te va? ¿Bien?" La docente que tiene alzada a la pequeña contesta: "más o menos" ("Parece que
pasó una mala noche", le comenta una maestra a la otra frente a los chicos). (Sala de bebés, noviembre de 1999.)
En este ejemplo podemos apreciar que hacer conjuntamente con los niños y verbalizar las acciones son modos de
enseñar los comportamientos sociales. Los adultos hacen partícipes a los bebés de las situaciones cotidianas
transmitiendo pautas sociales, modos de hacer propios de nuestra cultura. El bebé participa de la situación total
incorporando el sentido social que tienen ciertas acciones: "come" con babero y cuchara, "saluda" al llegar a través
de las palabras que expresa la docente, "conversa" comunicando su estado de ánimo. En definitiva, viendo hacer a
su maestra, aprende a hablar, a relacionarse con los otros, a comunicarse, a comer.

1.4. ENSEÑAR A CONFIAR


Enseñar a confiar implica el despliegue de determinados modos de actuación docente que señalen a los niños sus
logros y que reconozcan sus "posibilidades de hacer". Por ejemplo, la docente acerca a una beba a la zona de juego y
trata de dejarla parada. La nena da unos pasitos y la docente dice: "¡Qué bien, cómo camina!".
También se observa cómo se enseña a los niños a confiar en los adultos que los cuidan, que responden a sus
demandas. El adulto encuentra modos de escucharlos y observarlos con atención, interpretando lo que necesitan.
Una beba llora, la docente auxiliar le acerca un cilindro para jugar, pero sigue llorando. La docente auxiliar le tiende
los brazos. La beba contesta abriendo sus brazos y esperando que la tomen en brazos. La auxiliar la abraza, la beba
se calma y no llora más. (Sala de bebés, noviembre de 1999.)
La docente arma una estructura con bloques grandes para trepar y saltar. Sostiene a los niños de la mano para que
puedan pasar sobre ellas y les dice "cuidado, mi lindo"; otro nene contesta "cuidado"; la maestra continúa el diálogo
diciendo "claro, tiene razón, cuidado" (reafirma y repite lo dicho por el niño, que a su vez había repetido lo
escuchado). Luego sostiene a los nenes con las dos manos mientras los acompaña a pasar. (Sala de deambuladores,
noviembre de 1999.)
La actitud de las docentes como observadoras atentas les permite reconocer las necesidades que manifiestan los
niños al interpretar diferentes señales: llantos, palabras, sonrisas, pasividad. En todo momento se muestran
disponibles, afectuosas, cercanas y presentes, conteniendo a cada niño en particular sin descuidar la atención puesta
en lo que sucede a la totalidad de los niños de la sala.
Enseñar a disfrutar de los momentos de alimentación, de juego, de comunicación con los otros, como así también
enseñar a confiar son diferentes dimensiones presentes en los procesos de construcción de Ios sentimientos de
confianza y seguridad en sí mismo, en los otros y en el mundo. El hecho de saber que se puede contar con un adulto
que escucha, que está presente, que presta su cuerpo para sostener, abrazar y calmar resulta un referente afectivo
sumamente valioso para los pequeños. El niño percibe que vale la pena expresar las necesidades y demandas porque
los otros "nos" ayudan a satisfacerlas. Enseñar a confiar en sí mismo, en los otros y en el mundo constituye, entonces,
un contenido central a trabajar con los niños porque promueve la construcción de sentimientos de seguridad y
confianza básicos que los acompañarán como sujetos plenos en su desarrollo.

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