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Resumen

AMBIENTACIÒN DEL AULA DE SALA


MATERNAL

El aula de maternal debe tener una dimensión física superior que el aula
de preescolar, ya que los niños y niñas de las etapas, de 9 a 5 años
requieren más espacio para su desplazamiento, también se debe tomar
en cuenta la decoración, entendida como la vinculación a los aspectos
estéticos para crear un salón acogedor, agradable y proporcionado.

Es muy importante que el aula de clases haya que saber elegir el color y
tono de la decoración que se va a decorar, combinar los colores vivos y
pasteles a fin de crear un clima armonioso, acogedor y estético. La
iluminación y ventilación del aula deben ser naturales o artificiales y
suficientes.

Es de vital importancia para la salud de los niños que se mantenga los


ambientes higiénicos y seguros, a la vez confortables y amplios, que
estén bien diferenciadas cada una de las aulas de zonas. 

Al equipar el aula, los docentes y adultos indicadores ubicarán los


materiales de modo que favorezcan el desplazamiento y el tránsito seguro
de los estudiantes.

En cuanto al aula destinada a niños en edades entre 9 meses a 5 años de


acuerdo a las orientaciones curriculares se tiene que esta debe estar
integrada por espacios para alimentación, descansar, higiene y
actividades pedagógicas.
 
El ambiente en el jardín infantil es de vital importancia, dado que la
mayoría de las situaciones de aprendizaje que se dan durante la rutina
diaria, suceden dentro del salón de clase. Sin embargo se debe tener
claridad que toda actividad, situación dentro y fuera del salón de clases
puede ser motivo de enseñanza aprendizaje.
 

Es importante que exista un ambiente de libertad para que el niño


desarrolle su potencial creativo. Y a su vez existan reglas para el manejo
de los elementos, el lugar donde van guardados, hacer buen uso de ellos,
reglas sociales: esperar el turno cuando el juguete o material lo tiene un
compañero, no tirarlos. Los niños que sienten libertad para intentar
nuevos modos de usar los materiales, serán más creativos que los niños
a quienes se les enseña que sólo existe un modo correcto de hacerlo
todo.

Es necesario y recomendable que desde el primer día el maestro permita


que los niños experimenten, es decir, dejar que éstos dejen aflorar a
través de la escogencia de los materiales su interés, posibilitando que el
maestro a través de la observación se dé cuenta de lo que a cada niño le
gusta; si por el contrario, el maestro vacila o les da muestra a los niños de
qué han de hacer en la actividad, entonces aguardarán cada día la
intervención o guía del maestro.

 
En el proceso de la organización se requiere que el maestro tenga en
cuenta la manera como distribuye los espacios al interior del salón de
clase, por lo que esta actividad debe ser prevista antes de que se
comience el período escolar. En esta adecuación deberá evaluar los
materiales a utilizar y definir de qué manera pueden estimular y ayudar al
alcance de los objetivos previstos para cada actividad.
 
María Montessori basó sus ideas en el respeto hacia el niño y en su
capacidad de aprender, partía de no modelar a los niños como
reproducciones de los padres y profesores imperfectos, sino que fueran
por lo menos un poco más acertados. Concibió a los niños como la
esperanza de la humanidad, dándoles oportunidad de aprender y utilizar
la libertad a partir de los años de desarrollo, así el niño llegaría a adulto
con la capacidad de hacer frente a los problemas de vivir, incluyendo los
más grandes de todos: la guerra y la paz.
 
A partir de esta diferenciación, se puede decir que cada una (ambiente y
espacio físico) se convierten en elementos fundamentales del quehacer
educativo; además, permite orientar al maestro en cuanto al proceso de
ubicación de objetos en relación a los diferentes actores y la comprensión
de las dinámicas a nivel cognitivo y socioemocional que se pueden
presentar en el desarrollo de las actividades (LEONOR JARAMILLO). 

Por otra parte, Froebel resaltó el espacio exterior como facilitador, pues
permite el desarrollo de actividades variadas y espontáneas. Desde su
perspectiva, con respecto al espacio interior, lo más relevante era que
éste fuera amplio y ventilado para que el niño pudiera realizar actividades
variadas y desarrollar sus potencialidades. El tamaño del mobiliario debe
ser proporcional a la estatura de los niños (Peralta, 1996). 

Así, el ambiente físico es de vital importancia en el proceso educativo; al


respecto, García (1992) propone que el aprendizaje del niño se da
mediante la construcción de conocimientos generados por medio de
interacciones con otros niños, con el maestro y con los recursos; de esta
forma el pequeño explora, experimenta y construye (LEONOR
JARAMILLO).

Lo anterior permite decir que el maestro no sólo debe dar importancia a la


manera como determina la ubicación de los objetos dentro del aula, sino
que deberá pensar y analizar cómo esa organización influirá en el niño, en
la relación niño objetos y niños maestro, en otras palabras, es
comprender las múltiples formas de relacionar y la influencia que tiene en
ese nuevo ámbito en el proceso de aprendizaje de cada niño.

Es por esta ordenación espacial en relación con los objetos o materiales


que se posibilitan las condiciones mínimas de aprendizaje con los otros
iguales, con el maestro que guía su proceso y con los objetos que, en la
medida de su manipulación, comprenderá e interiorizará sus
características, semejanzas y diferencias que le suelen identificar

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