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TEMA 2.

Normativa en materia de atención a la violencia contra las mujeres y violencia familiar

La normativa actual en torno a las violencias contra las mujeres, así como la relativa a los
derechos de otros grupos especialmente vulnerables como son la infancia y las personas
adultas mayores, ha significado un gran avance para ver y atender las violencias que
ocurren al interior de las familias.

Es importante señalar que cualquier integrante de la familia –mujer u hombre– puede ser
susceptible de sufrir agresiones por parte de otro de sus integrantes, independientemente
de su género, pero hay suficientes evidencias que demuestran que son las mujeres, las
niñas y los niños quienes mayoritariamente viven situaciones de violencia.

La creación de leyes tanto internacionales como nacionales que protejan a estas


poblaciones ha sido fundamental no sólo para dar nombre a un fenómeno tan complejo
como lo es la violencia, sino para la creación de programas e implementación de acciones
que la prevengan, atiendan y sancionen. En dichos programas la actuación del sector salud
tiene una importancia preponderante debido a las consecuencias que la violencia trae en
la salud de las personas que la viven. En el caso de la violencia contra las mujeres, debido a
su ocurrencia y gravedad, ha llegado a ser considerado un problema de salud pública.

En este sentido, es importante conocer los tipos de violencia que las personas puedan
estar viviendo, así como identificar indicios de otras formas de violencia más graves que
pongan en peligro la vida e integridad de las mujeres, de sus hijas e hijos, o de otra
persona integrante de la familia. Así mismo es muy relevante concientizar a los
profesionales de la salud de la responsabilidad que tienen al brindar atención médica y
psicológica libre de prejuicios y estereotipos.

Subtemas

1.1 Marco jurídico internacional en torno a la violencia contra las mujeres

1.2 Ley General de Acceso de las Mujeres a una Vida Libre de Violencia

1.3 Norma Oficial Mexicana 046-SSA2-2005

1.4 Derechos de la infancia


1.1 Marco jurídico internacional en
torno a la violencia contra las mujeres
1.1 Marco jurídico internacional en torno a la violencia contra las mujeres

A partir de la Convención para la Eliminación de Todas las Formas de Discriminación


Contra la Mujer (CEDAW), son varios instrumentos internacionales que hacen referencia a
este fenómeno:

 La Declaración sobre la Eliminación de la Violencia Contra la Mujer -proclamada


por la Asamblea General de las Naciones Unidas el 1º de diciembre de 1993-, la
cual señala que la violencia es una violación a los derechos humanos.
 La Convención sobre los Derechos del Niño -adoptada por la Asamblea General de
Naciones Unidas en 1989-, que proscribe todas las formas de abuso físico o
mental, descuido o trato negligente, malos tratos o explotación, incluido el abuso
sexual contra los niños, y en el ámbito regional latinoamericano.
 La Convención Interamericana para Prevenir, Sancionar y Erradicar la Violencia
contra la Mujer -Aprobada por la Asamblea General de la Organización de Estados
Americanos en 1994, la cual en su artículo tercero señala que “Toda mujer tiene
derecho a una vida libre de violencia, tanto en el ámbito público como en el
privado”.

1.2 Ley General de Acceso de las Mujeres a una Vida Libre de Violencia

Publicada el 1º de febrero de 2007 en el Diario Oficial de la Federación, establece las


medidas para garantizar la prevención, la atención, la sanción y la erradicación de todos
los tipos de violencia contra las mujeres durante su ciclo de vida y para promover su
desarrollo integral y su plena participación en todas las esferas de la vida. (Art. 3)
El objetivo de la LGAMVLV es:
“Prevenir, sancionar y erradicar la violencia contra las mujeres, así como los principios y
modalidades para garantizar su acceso a una vida libre de violencia que favorezca su
desarrollo y bienestar conforme a los principios de igualdad y de no discriminación, así
como para garantizar la democracia, el desarrollo integral y sustentable que fortalezca la
soberanía y el régimen democrático establecidos en la Constitución Política de los Estados
Unidos Mexicanos." (Art. 1)

De acuerdo con el Artículo 5. Fracción IV de esta ley, se entiende por violencia contra las
mujeres:
Cualquier acción u omisión, basada en su género que les cause daño o sufrimiento
psicológico, físico, patrimonial, económico, sexual o la muerte tanto en el ámbito privado
como en el público.
Consideran y definen los tipos y modalidades de la violencia:
Artículo 6. Tipos de violencia contra las mujeres. Violencia psicológica. Es cualquier acto u
omisión que dañe la estabilidad psicológica, que puede consistir en: negligencia,
abandono, descuido reiterado, celotipia, insultos, humillaciones, devaluación,
marginación, indiferencia, infidelidad, comparaciones destructivas, rechazo, restricción a
la autodeterminación y amenazas, las cuales llevan a la víctima a la depresión, el
asilamiento, a la devaluación de su autoestima e incluso al suicidio.
1. Violencia física. Cualquier acto que inflige daño no accidental, usando la fuerza
física o algún tipo de arma u objeto que pueda provocar o no lesiones, ya sean
internas, eternas o ambas.
2. Violencia patrimonial. Es cualquier acto u omisión que afecta la supervivencia de
la víctima. Se manifiesta en la transformación, sustracción, destrucción, retención
o distracción de objetos, documentos personales, bienes y valores, derechos
patrimoniales o recursos económicos destinados a satisfacer sus necesidades y
puede abarcar los daños a los bienes comunes o propios de la víctima.
3. Violencia económica. Es toda acción u omisión que afecta la supervivencia
económica de la víctima. Se manifiesta a través de limitaciones encaminadas a
controlar el ingreso de sus percepciones económicas.
4. Violencia sexual. Es cualquier acto que degrada o daña el cuerpo y/o la sexualidad
de la víctima y atenta contra su libertad, dignidad e integridad física.

Artículo 4. Existen diversas modalidades de la violencia, es decir formas,


manifestaciones o ámbitos en que ésta ocurre, una de ellas es la violencia en el ámbito
familiar.
Artículo 7. Violencia familiar. Es el acto abusivo de poder u omisión intencional,
dirigido a dominar, someter, controlar, o agredir de manera física, verbal, psicológica,
patrimonial, económica y sexual a las mujeres, dentro o fuera del domicilio familiar,
cuyo agresor tenga o haya tendido relación de parentesco por consanguinidad o
afinidad, de matrimonio, concubinato o mantenga o haya mantenido una relación de
hecho.

1.3 Norma Oficial Mexicana 046-SSA2-2005


Los lineamientos para la operación de los programas de atención a la violencia están
dictados por la NOM-046-SSA2-2005 para la prevención y atención de la violencia
familiar, sexual y contra las mujeres. Tiene como objetivo “establecer los criterios a
observar en la detección, prevención, atención médica y la orientación que se
proporciona a las y los usuarios de los servicios de salud en general y en particular a
quienes se encuentren involucrados en situaciones de violencia familiar o sexual, así
como en la notificación de los casos”.

Esta Norma Oficial Mexicana es de observancia obligatoria para las instituciones del
Sistema Nacional de Salud, así como para los y las prestadoras de servicios de salud de
los sectores público, social y privado que componen el Sistema Nacional de Salud. Su
incumplimiento dará origen a sanción penal, civil o administrativa que corresponda,
conforme a las disposiciones legales aplicables.

Que se entiende por:

Violencia contra las mujeres Cualquier acción u omisión, basada en su género, que les cause daño
o sufrimiento psicológico, físico, patrimonial, económico, sexual o la muerte tanto en el ámbito
privado como en el público . Considerando que:
 Tenga lugar al interior de la familia o en cualquier otra relación interpersonal, ya sea o no
que el agresor comparta el mismo domicilio que la mujer.
 que tenga lugar en la comunidad y sea perpetrada por cualquier persona

Violencia familiar: Acto u omisión, único o repetitivo, cometido por un miembro de la familia en
contra de otro u otros integrantes de la misma, sin importar si la relación se da parentesco
consanguíneo, de afinidad, o civil mediante matrimonio, concubinato u otras relaciones de hecho,
independientemente del espacio físico donde ocurra. Comprende:
 Abandono, el cual es un acto de desamparo injustificado, hacia uno o varios miembros de
la familia con los que se tienen obligaciones derivadas de disposiciones legales.
 Maltrato físico, acto de agresión que causa daño físico.
 Maltrato psicológico, acción u omisión que provoca en quien lo recibe alteraciones
psicológicas o trastornos psiquiátricos.
 Maltrato sexual, acción mediante la cual se induce o impone la realización de prácticas
sexuales no deseadas o respecto de las cuales se tiene imposibilidad para consentir.
 Maltrato económico, acto de control o negación del ingreso o patrimonio familiar,
mediante el cual se somete a una persona de cualquier edad o sexo, a prácticas que
vulneran su libertad e integridad física, emocional o social.

Violencia sexual: Todo acto sexual así como los comentarios o insinuaciones sexuales no
deseados o las acciones para comercializar o utilizar de cualquier otro modo la sexualidad de
una persona mediante coacción por parte de otra persona independientemente de la relación
de ésta con la víctima, en cualquier ámbito, incluido el hogar.
Establece una serie de criterios específicos para desarrollar las actividades esenciales para
prevenir y atender la violencia familiar y sexual desde el punto de vista de la salud pública:
 Promoción de la salud y prevención,
 Detección de probables casos y diagnóstico,
 Tratamiento y rehabilitación,
 Tratamiento específico de la violación sexual,
 Aviso al Ministerio Público,
 Consejería y seguimiento de casos.

1.4 Derechos de la infancia


Los niños y las niñas necesitan protección y cuidados especiales, particularmente en sus
primeros años de vida, ellos y ellas dependen de las personas adultas.
La comunidad internacional ha instado a los gobiernos y aprobar leyes en las que se
reconozca su condición y se promuevan y protegan los derechos de la infancia.
Por ello, a nivel internacional se encuentran multiples convenios, tratados y acuerdos de
que tienen relación con los derechos humanos de la infancia. La convención internacional
de los derechos del niño (Asamblea General de las Naciones Unidas, 1989) es una
concepción vanguardista sobre los derechos de la niñez, el Estado Mexicano la ratifico en
1990.
La convención tiene carácter de ley internacional, los estados participantes deberán
asegurar su aplicación y las medidas adecuadas para su protección.

De acuerdo con el Art. 18 de esta Convención, es responsabilidad primordial de los padres


y las madres la crianza de las y los hijos y es deber del Estado brindar la asistencia
necesaria para el desempeño de sus funciones.

Artículo 19 RESPECTO A LA PROTECCIÓN CONTRA LOS MALOS TRATOS, EL ARTÍCULO 19


SEÑALA:
1. Los Estados Partes adoptarán todas las medidas legislativas, administrativas, sociales y
educativas apropiadas para proteger al niño contra toda forma de per-juicio o abuso físico
o mental, descuido o trato negligente, malos tratos o explotación, incluido el abuso sexual,
mientras el niño se encuentre bajo la custodia de los padres, de un representante legal o
de cualquier otra persona que lo tenga a su cargo.
2. Esas medidas de protección deberían comprender, según corresponda, procedimientos
eficaces para el establecimiento de programas sociales con objeto de proporcionar la
asistencia necesaria al niño y a quienes cuidan de él, así como para otras formas de
prevención y para la identificación, notificación, remisión a una institución, investigación,
tratamiento y observación ulterior de los casos antes descritos de malos tratos al niño y,
según corresponda, la intervención.

Todos los derechos que se definen en ella son inherentes a la dignidad humana y el desarrollo
armonioso de todos los niños, niñas y adolescentes. El espíritu de la Convención es reconocer a
niñas, niños y adolescentes como actores sociales sujetos de derecho.

Ley General de Acceso de las Mujeres a una Vida Libre de Violencia. Diario Oficial de la Federación.
1 de febrero de 2007. [Publicación en línea] Consultado el 20/04/2020 en:
http://www.diputados.gob.mx/LeyesBiblio/pdf/LGAMVLV_130418.pdf

Norma Oficial Mexicana. NOM-046-SSA2-2005. Violencia familiar, sexual y contra las mujeres.
Criterios para la prevención y atención. Secretaría de Salud. [Publicación en línea] Consultado el
20/04/2020 en:
http://www.inm.gob.mx/static/Autorizacion_Protocolos/SSA/Violencia_familiar_sexual_y_contra_
las_mujeres_criterios_par.pdf
UNAM. Capítulo 2. Marco Jurídico Internacional Contra la Violencia hacia las Mujeres. Acervo de la
Biblioteca Jurídica Virtual del Instituto de Investigaciones Jurídicas de la UNAM. [Publicación en
línea] Consultado el 20/04/2015 en: http://biblio.juridicas.unam.mx/libros/6/2756/6.pdf

UNICEF. Convención sobre los derechos del niño. Consultado el 23/04/2020 en:
https://www.un.org/es/events/childrenday/pdf/derechos.pdf

ACTIVIDAD 1

1. Señala que la violencia puede ser psicológica, física, patrimonial, económica y sexual y que
a su vez éstas pueden presentarse en el ámbito familiar, laboral y docente, comunidad,
institucional entre otros. Ley general de acceso de las mujeres a una vida libre de
violencia
2. Reconoce a la población infantil y adolescente como una población social sujeta de
derechos Convención Internacional de los Derechos del niño
3. Garantizar la investigación y la elaboración de diagnósticos estadísticos sobre las causas, la
frecuencia y las consecuencias de la violencia contra las mujeres, con el fin de evaluar la
eficacia de las medidas desarrolladas para prevenir, atender, sancionar y erradicar todo
tipo de violencia Ley general de acceso de las mujeres a una vida libre de violencia
4. Establece los criterios a observar en la detección, prevención, atención médica y la
orientación que se proporciona a las y los usuarios de los servicios de salud en general y en
particular a quienes se encuentren involucrados en situaciones de violencia familiar o
sexual Norma Oficial Mexicana 046-SSA2-2005
5. Entre sus principios fundamentales están el derecho a la vida, la supervivencia y el
desarrollo, y la no discriminación. Convención Internacional de los Derechos del niño
6. Entre su principal objetivo está el prevenir la violencia contra las mujeres Ley general de
acceso de las mujeres a una vida libre de violencia
7. Propone desarrollar, desde la salud pública, la detección de probables casos y diagnóstico,
el tratamiento específico de la violencia sexual, la consejería y seguimiento de casos, entre
otros. Norma Oficial Mexicana 046-SSA2-2005

TEMA 2.

Violencia contra las mujeres y violencia familiar

En nuestra sociedad prevalece una imagen idealizada de familia, misma que se percibe
como el núcleo básico indivisible (madre, padre, hijos e hijas) que convive en armonía y
amor. Sin embargo, esta imagen contrasta con la realidad cotidiana de un espacio en el
que se expresan simultáneamente, relaciones de colaboración y conflicto y en el que con
frecuencia el poder se ejerce por cualquier medio, aun en contra de los derechos
individuales. La experiencia muestra que justamente en el ámbito familiar es donde se
registra la mayor prevalencia de la violencia contra las mujeres y que es un hombre
afectivamente cercano, generalmente la pareja, quien la inflige (CNEGSR, 2009).

La violencia contra las mujeres es una de las violaciones de los derechos humanos con
mayor prevalencia a nivel mundial, según cifras del Observatorio de Igualdad de Género
de la CEPAL tan solo en América Latina se encuentran 14 de los 25 países con mayor
número de feminicidios.

En la mayoría de las ocasiones, la violencia contra las mujeres es cometida por un hombre,
que por lo general tiene un vínculo afectivo o parentesco con la víctima. La violencia
recurrente puede exponer a la mujer a sufrir problemas psicológicos, como estrés
postraumático, suicidio e incluso el consumo de drogas y alcohol. Respecto al consumo de
alcohol en este contexto, la OMS advierte entre otras cosas que el alcohol “aumenta el
riesgo, la frecuencia y la gravedad de la victimización y todo tipo de actos de violencia
interpersonal, como la violencia de pareja, la violencia sexual, la violencia juvenil, el
maltrato a las personas mayores y la violencia contra niños y niñas” (OMS, 2020).

Cabe mencionar que existe la creencia de que la violencia en contra de la mujer es un


fenómeno que se presenta únicamente en el contexto familiar o en comunidades de bajos
recursos. Dicha creencia es falsa, ya que si bien el desempleo, la pobreza, el acceso a la
educación, la carencia de recursos, son factores que la propician y favorecen, la violencia
puede afectar a todas las personas de todas las condiciones sociales y económicas.

De acuerdo con el Fondo de Población de las Naciones Unidas, UNFPA, las mujeres y las
niñas son uno de los principales grupos vulnerables a vivir violencia ante periodos de
restricción por emergencia humanitaria –aunque también los hombres y los niños pueden
ser sobrevivientes– (UNFPA, 2015). Por lo general la víctima no pide ayuda, muchas veces
dependen económicamente de su agresor, acuden a mecanismos de sumisión para evitar
agresiones, no pueden defenderse de éste pues la situación lo ayuda a mantenerse en
impunidad, no pueden salir del entorno de violencia lo que les genera mayor estrés y
mayor posibilidad de ser violentadas por sus agresores (Infobae, 23 de abril de 2020).

Subtemas

2.1 Violencia en la familia

2.2 Violencia contra las mujeres en el ámbito familiar en México

2.3 Factores de riesgo asociados a la violencia en la familia

2.1 Violencia en la familia


La perspectiva de género nos brinda un entendimiento y una postura para comprender que la
violencia tiene su arraigo en fuertes premisas socioculturales que permean y sostienen la violencia
en la familia.
Desde esta perspectiva cobran importancia dos constructos: el poder y el género. Ambos aluden a
una particular organización jerárquica de la familia en la que la estructura del poder tiende a ser
vertical, según criterios de género y edad. El concepto de “jefe de familia” se corresponde con la
categoría “varón adulto”; cabe destacar que en muchas culturas y subculturas en la actualidad,
cuando muere el padre su lugar pasa a ser ocupado por el mayor de los hijos varones,
independientemente de la existencia de la madre y/o hermanas mayores.

Poder: Capacidad para alcanzar algo, un fin particular, y poder sobre los otros, sobre sus acciones
(Villoro, 1998). El poder se detenta mediante los pactos entre individuos, conformando jerarquías;
estos pactos vinculan prácticas particulares, la mayoría de las cuales son de orden simbólico.
Dentro de estas jerarquías, se vuelven necesarias las categorías por oposición (Bourdieu, 2000),
que asignan más valor a una de las categorías y devalúan a la otra u otras. Ello asegura un “orden
natural” de las cosas, un orden social administrado y perpetuado por los beneficiarios de éste. Así,
este sentido “natural” y “normal” de las cosas ha de ser sostenido, propagado y mantenido por
diversas instituciones (familia, escuela, trabajo, iglesia, etcétera).

El genero es una construcción simbólica que integra los atributos asignados a las personas según
su sexo, forma parte de la realidad subjetiva social e individual y condiciona el comportamiento de
hombres y mujeres (melgar y piñones 2008) Lo cual se expresa en su autoconcepto, el sentido de
si mismo, las expectativas, los deseos, las normas, los valores e incluso la definición de posición,
jerarquía, estatus y oportunidades sociales a partir de la visión de lo femenino o masculino, lo que
influye en cuestiones básicas de la vida cotidiana como las relaciones de pareja, amistosas,
familiares y laborales.

La perspectiva de género ha cuestionado las instituciones que generan y reproducen dinámicas


como la violencia (entre ellas la familia), ubicando sus raíces en la desigualdad en las relaciones de
poder y cuestiona el papel de la familia en esa normalización e invisibilizarían de la violencia, sobre
todo la que se dirige a mujeres, niñas y niños.
Los estudios de genero han mostrado la vigencia de los estereotipos culturales que atribuyen mas
valor a lo masculino que a lo femenino, ubicando jurídica y psicológicamente a varones y mujeres
en distintos niveles jerárquicos dentro de la organización familiar.

La socialización diferencial de genero es una de las bases de la inequidad, la discriminación y la


desigualdad social entre los géneros, en esta sitguacion nose presentan u otorgan oportunidades,
recursos, beneficios, derechos o satisfacción de necesidades a hombres y mujeres, quedadno en
situación de desventaja unos de otros.
La violencia en la familia se clasifica en tres formas de violencia: maltrato infantil, violencia
conyugal/ pareja y maltrato a las personas adultas mayores, en la siguientes paginas revisaremos
cada una de ellas:

Maltrato infantil: El maltrato infantil, es un ejemplo particular de los abusos que pueden ocurrir al
interior de la familia, no es un fenómeno reciente en nuestra sociedad. En nuestros días, si bien se
ha avanzado en la defensa de los derechos de las niñas y los niños, todavía se considera la infancia
como una etapa de segunda categoría en el desarrollo humano o como una propiedad de libre
administración de los padres o las instituciones, la falta de consideración o la abierta transgresión
de los derechos de la infancia se ha constituido en una práctica frecuente en nuestra población
como medio de crianza, enseñanza o disciplina.
El maltrato infantil cualquier acto, omisión, no accidental que provoque daño físico o psicológico a
una niña o niño, por parte de su padre, madre o cuidadores. Incluye varios tipos: abuso o
abandono físico, abuso sexual, abuso o abandono emocional, testigos de violencia. (OMS, 2002)
Este tipo de maltrato incluye conductas como el daño físico, no brindarles los cuidados apropiados
o privarlos de afecto. El grado puede variar desde humillarlos con frecuencia, hasta negarles
alimento e incluso, la violación sexual. El abuso físico de las y los niños no es un fenómeno que se
asocie a ciertos grupos poblacionales, ocurre en cualquier sector étnico, económico y social. Niñas
y niños que han recibido violencia necesitan ayuda para no repetir el esquema de abuso con otras
personas ya sea desde la postura activa de ejercerla hacia otros, o desde el sometimiento ante
nuevas relaciones violentas.

Al igual que con el tema de la violencia en la familia, la definición de este problema ha sido un
proceso difícil. Quizás, hoy en día, para la mayoría el hecho de golpear a un niño con un palo sea
entendido como maltrato, sin embargo, esta claridad es muy probable que disminuya a la hora de
responder sobre actos tales como “manazos”, “jalones de cabello”, gritos o insultos.

Es una tarea difícil intentar comprender los factores que inciden en el maltrato infantil, puesto que
implica introducirse en una compleja red de factores sociales, económicos, culturales, psicológicos
y educacionales, que se entrecruzan y complementan. Las explicaciones científicas de la violencia
han buscado especificar los factores asociados a la aparición, permanencia e intensidad del
maltrato. Estos factores no son necesariamente la “causa” de la violencia en el sentido de un
esquema lineal de causa-efecto, sino más bien son factores asociados al riesgo de aparición y
mantenimiento del maltrato.
En la tabla 1 se presentan algunos de los factores de riesgo planteados por la literatura, de
acuerdo a si éstos se relacionan con los padres y madres, el niño, la niña, la familia o el entorno.
2.1.2 Violencia conyugal/pareja
La violencia conyugal/pareja incluye el maltrato hacia la mujer (abuso físico, emocional o sexual),
la violencia recíproca o cruzada (sucede cuando hay simetría en los ataques y paridad en la fuerza
física y psicológica).
Es una problemática muy extendida y que, aún con los cambios en las leyes, los programas para su
erradicación y la información cada vez más clara y directa, sigue permaneciendo oculta.
Frecuentemente se hace visible sólo hasta que provoca graves daños físicos o psicológicos.

Las conductas violentas en las relaciones de pareja aparecen generalmente desde el noviazgo y se
agravan con el paso del tiempo. El fenómeno de la violencia se caracteriza por desarrollarse en
torno a un ciclo, el cual generalmente aumenta de intensidad, se ha conceptualizado en tres fases
(ver Esquema 1)

Esquema 1. Fases del ciclo de la violencia en la pareja

1. Sucesión de acontecimientos que incrementan la tensión, la hostilidad y ansiedad en la


pareja, variando en intensidad y frecuencia. Se produce una dinámica marcada por la
tolerancia al conflicto y la acumulación de tensiones. La duración de esta fase es diferente
en cada pareja y puede durar desde meses hasta pocas horas
2. Se produce la descarga incontrolada de las tensiones acumuladas durante la fase anterior.
Puede variar en gravedad y abarcar desde un empujón hasta el homicidio. Tiende a
incrementar tanto su ocurrencia como la gravedad de la violencia o bien, puede suceder
que permanezca igual durante algún tiempo, antes de aumentar, caracterizándose por
parecer incontrolable e impredecible.
3. Se distingue por la actitud del agresor, extremadamente amorosa y arrepentida.
Manifiesta sentirse arrepentido, prometiendo que nunca se volverá a repetir lo ocurrido,
mostrándose cariñoso y considerado con la mujer. Muchas veces se produce una negación
de lo ocurrido, minimizando la gravedad del acto violento, se intentan renegociar los
términos de la relación.

2.2 Violencia contra las mujeres en el ámbito familiar en México

Desde la mirada del género las relaciones entre mujeres y hombres se basan en el poder
asimétrico, donde los varones casi siempre ejercen poder abusivo sobre las mujeres con la
intención de control y dominio de sus cuerpos y mentes. El confinamiento y las
condiciones en que éste está ocurriendo como se ha mencionado, ha agravado la situación
de violencia que viven muchas mujeres en el ámbito familiar en nuestro país.

Durante el 2020, la Red Nacional de Refugios, atendió a 46,514 personas a través de sus
espacios de atención y protección, vía telefónica y redes sociales, lo que representa un
incremento del 39% respecto al 2019. Por otra parte, el rescate de mujeres, de sus hijas e
hijos, se incrementó en un 300%, siendo la Ciudad de México, el Estado de México y
Puebla las entidades donde se presentaron el mayor número de casos. De acuerdo con la
RNR el 29.37% de las mujeres atendidas informó haber sufrido agresiones psicológicas,
33.50% físicas, y dos de cada diez mujeres dijo haber sido víctimas de todos los tipos de
violencia, entre ellas la sexual, económica y patrimonial (RNR, 4 de febrero de 2021).

De acuerdo con el Secretariado Ejecutivo del Sistema Nacional de Seguridad Pública de


enero a diciembre de 2020 hubo una disminución en los feminicidios y homicidios dolosos
de mujeres en comparación con 2019, mientras en 2020 se cometieron 939 feminicidios,
siendo febrero con 93 y junio con 94 casos los meses de mayor ocurrencia, en 2019 la
tendencia fue de 943 feminicidios; en cuanto a los homicidios dolosos en 2020 ocurrieron
2,791 y en 2019, 2,868 casos. A diferencia de lo anterior, en 2020 hubo un aumento
considerable en el número de llamadas de emergencia relacionadas con incidentes de
violencia contra las mujeres, el cual fue de 260,067, presentándose el pico más alto en
marzo con 26,771, número muy por arriba del presentado el año anterior con 16,289
llamadas en el mismo mes y un total de 197,693 llamadas en todo el 2019.

La Secretaría de Seguridad y Protección Ciudadana en su informe “Violencia contra las


mujeres. Indicadores básicos en tiempos de pandemia”, señala que en el primer
cuatrimestre del año, es decir, al inicio del confinamiento se dio un incremento en un 53%
en las llamadas al 911 por incidentes de violencia contra las mujeres. Menciona también
que comparando los años 2019 y 2020, los Centros de Justicia de las Mujeres (CJM)
presentaron una disminución en el número de mujeres atendidas de 2.6% al pasar de
61,787 atenciones a 60,140, sin embargo, hubo un incremento en la demanda de atención
en el servicio social, atención psicológica y servicio médico (Inmujeres, s.f).

Por su parte la Fiscalía General de Justicia de la Ciudad de México reporta que en 2019 se
abrieron 72 carpetas por feminicidios y 16 por homicidio doloso, mientras en 2020 fueron
66 y 93 respectivamente, lo que representó en el caso de las primeras una reducción del -
8.3% y en las segundos de -19.8%. Sin embargo en el caso de las carpetas clasificadas por
violencia familiar hubo un aumento del 5.4% al pasar de 20,282 en 2019 a 21,348 en 2020
(FGJCDMX, 2021).

Por otra parte, es importante señalar que la violencia representa un problema de salud
global. La información actual con que cuenta la OMS demuestra que la violencia contra las
mujeres continúa siendo un problema generalizado y devastador que se empieza a sufrir a
edades tempranas. Cerca de 736 millones de mujeres, es decir, una de cada tres, sufren de
violencia física o sexual infligida por un compañero íntimo. Entre las mujeres que han
tenido algún compañero íntimo en el transcurso de los 12 meses previos, la tasa de
violencia más elevada corresponde a las jóvenes de entre15 y 24 años con un 16%

Finalmente, la OMS señala que todas las formas de violencia que sufre una mujer pueden
afectar su salud y su bienestar durante el resto de su vida. Las mujeres que son víctimas de
violencia corren mayor riesgo de presentar lesiones, depresión, trastornos de ansiedad,
embarazos no deseados, infecciones de transmisión sexual y otros problemas de salud
(OMS, 9 de marzo de 2021).

Es importante considerar que en México la cultura de la denuncia de la violencia todavía


está en vías de desarrollo y que en muchos sectores de la población el problema sigue
oculto, por lo que la medición de este fenómeno encuentra una serie de obstáculos
debido a la gravedad del tema, la vergüenza, la culpa y la creencia de que constituye un
asunto privado; la población muestra renuencia a tratar el tema o tiende a minimizar su
magnitud. Aun así, es posible saber que las mujeres son víctimas de violencia. El panorama
epidemiológico revela lo siguiente:

Encuesta Nacional sobre la Dinámica de las Relaciones en los Hogares (ENDIREH)


2016
 El 66.1% de las mujeres de 15 años y más en el país ha sufrido al menos un
incidente de violencia emocional, económica, física, sexual o discriminación a lo
largo de su vida en al menos un ámbito de los arriba señalados
 El 49% ha vivido violencia emocional
 El 41.3% violencia sexual
 El 34.0% violencia física
 El 29% violencia económica, patrimonial o discriminación en el trabajo.

Según el ámbito en que la violencia ocurrió, los porcentajes para la violencia en el ámbito familiar
fueron que en los últimos 12 meses 10.3% de las mujeres de 15 años y más fue víctima de algún
acto violento por parte de algún integrante de su familia, sin considerar al esposo o la pareja, el
8.1% experimentó violencia emocional, 3.1% violencia económica o patrimonial, 2.8% violencia
física y 1.1% violencia sexual.

Los agresores más señalados fueron los hermanos con el 25.3%, el padre 15.5% y la madre 14.1%.
Sin embargo, los principales agresores sexuales son los tíos y primos. Cabe decir que el 90.6% de
las mujeres que experimentaron violencia física o sexual por parte de algún familiar no solicitó
apoyo a alguna institución ni presentó una queja o denuncia ante alguna autoridad. Respecto a la
violencia de pareja, el 25.6% de las mujeres han experimentado violencia por parte de su actual o
última pareja, esposo o novio en el último año, el 23.2% ha experimentado violencia emocional,
10.0% violencia económica o patrimonial, 6.5% violencia física y 2.1% violencia sexual.
En el caso de las mujeres que sufrieron violencia física o sexual por parte de su pareja el 78.6% no
solicitó apoyo y no presentó una denuncia. Cabe decir que entre las razones por las cuales las
mujeres no denunciaron fue porque consideran que se trató de algo sin importancia que no le
afectó 28.8%, por miedo a las consecuencias 19.8%, por vergüenza 17.3%, no sabía cómo y dónde
denunciar 14.8%.

2.3 Factores de riesgo asociados a la violencia en la familia

Son aquellas situaciones que incrementan las posibilidades de que las personas desarrollen
conductas violentas o se vean in}volucrdas en estas. Ya sea como actores o receptores dee la
violencia.
La onu señaka que los principales factores vilencia familiar son:
 Atestiguar o experimentar abuso desde la infancia (lo que está a asociado a que en el
futuro los niños sean perpetradores de violencia mientras las niñas experimenten
violencia contra ellas).
 Pertenencia de las mujeres a grupos marginados o excluidos.
 Limitadas oportunidades económicas (factor agravante para la existencia hombres
desempleados o subempleados, asociado con la perpetuación de la violencia; y es un
factor de riesgo para mujeres y niñas, de abuso doméstico, matrimonios forzados,
matrimonios precoces, la explotación sexual y trata.
 La presencia de disparidades económicas, educativas y laborales entre hombres y mujeres
al interior de una relación íntima.
 Conflicto y tensión dentro de una relación íntima de pareja o de matrimonio.
 El acceso inseguro de las mujeres al control de derechos de propiedad y de tierras.
 Control masculino en la toma de decisiones y respecto a los bienes.
 Actitudes y prácticas que refuerzan la subordinación femenina y toleran la violencia
masculina (por ejemplo, la dote, pagos por la novia, matrimonio precoz).
 Historial de violencia y uso generalizado de la misma dentro de la familia para enfrentar
los conflictos;
 Falta de sanción (impunidad) para perpetradores de la violencia.
Abuso de alcohol y otras drogas por familiares.

2.3.1 Abuso de alcohol


Como hemos mencionado, el consumo de drogas es considerado como factor de riesgo de
violencia de pareja. En lo que se refiere concretamente a alcohol y violencia de género como de
punto de partida se establecen los siguientes puntos (Finney, 2004):

El abuso de alcohol es común entre maltratadores. En episodios de violencia a menudo el


maltratador actúa bajo los efectos del alcohol. La intensidad de la violencia puede aumentar
cuando el maltratador ha consumido alcohol.
Cuando la víctima se halla bajo los efectos del alcohol, generalmente el maltratador también lo
está, es decir, son raros los casos en que solo la víctima se halla bajo los efectos del alcohol.
Muchas mujeres desarrollan problemas de alcoholismo como consecuencia de ser víctimas de
maltrato. Las mujeres que beben en exceso se hallan en mayor riesgo de sufrir maltrato por parte
de sus compañeros que las que no lo hacen, sobre todo cuando ellos también beben.

EN CUANTO A LA INCIDENCIA DE ALCOHOL EN LA VIOLENCIA SEXUAL, LAS CONCLUSIONES MÁS


CONSENSUADAS AL RESPECTO SON LAS SIGUIENTES (FINNEY, 2004):

Muchos agresores habían consumido alcohol antes de la agresión o tienen problemas con el
alcohol.

El alcohol incrementa el nivel de agresión.


Las creencias en torno a los efectos del alcohol sirven para justificar una conducta agresiva o para
provocar una predisposición.
El alcohol aparece sobre todo en episodios de agresión sexual en los que agresor y víctima no se
conocen.
Las mujeres que se hallan bajo el efecto del alcohol son consideradas “víctimas fáciles”.

ACTIVIDAD 2
Arrastra las frases de la derecha conforme el enunciado.
RESPUESTAS
1. El género es una construcción simbólica que integra los atributos asignados a las personas
según su sexo, forma parte de la realidad subjetiva social e individual y condiciona el
comportamiento de hombres y mujeres
2. Los estereotipos culturales atribuyen más valor a lo masculino que a lo femenino.
3. Son violencias que ocurren en el ámbito familiar: maltrato infantil, violencia en la pareja,
violencia contra las personas adultas mayores,
4. El maltrato infantil incluye conductas como: daños físicos, no brindar los cuidados
adecuados, violación sexual.
5. Algunos de los factores de riesgo del maltrato infantil son: abuso de drogas y alcohol en la
familia, inestabilidad laboral en la familia, escasa red de apoyo.
6. Algunos de los factores de riesgo del maltrato hacia las personas adultas mayores
son: deterioro físico, mental o emocional que produce dependencia por parte de la
PAM, cuidador único sin ayudas, falta de espacio en la vivienda.
7. Los factores de riesgo asociados a la violencia son aquellas situaciones que incrementan
las posibilidades de que las personas desarrollen conductas violentas o se vean involucradas
en éstas, ya sea como actores o receptores de la violencia.
8. El consumo de alcohol y otras drogas es un factor de riesgo de violencia en la pareja debido
a que la intensidad de la violencia puede aumentar cuando el maltratador ha
consumido alcohol.
9. Dos constructos que cobran relevancia desde la perspectiva de género
son: género y poder.
10.Durrante la cuarentena las llamadas por violencia han aumentado en un
60%

. Una vez que hayas leído los materiales y realizado las autoevaluaciones, te sugerimos a ver la
siguiente película: Te doy mis ojos

 Año: 2003

 Director: Icíar Bollaní

 Duración: 120 min.

 Idioma: Español
A partir de la película y como un ejercicio, puedes a realizar lo siguiente (no se requiere la entrega
de tus reflexiones, pero puede ayudarte a reflexionar sobre el tema).

a) Reflexiona cómo es la dinámica familiar y las creencias culturales acerca de las relaciones entre
las mujeres y los hombres, del papel que deben desempeñar en sus relaciones de pareja y
familiares, considera que se desarrolla en España y compárala con México.

b) Identifica:

 Tipos de violencia, quien la ejerce y cuáles son sus motivos, ideas o justificantes para hacerlo, así
como, quien es la víctima de la violencia y los motivos, ideas o justificantes para tolerarla.

 Recursos con los que cuenta la protagonista para salir de la situación de violencia en la que se
encuentra.

5. Con base en las lecturas respecto a la relación entre el consumo de drogas y la experiencia de
violencia en la vida, reflexiona sobre los tipos de violencia que pueden presentarse contra las y los
integrantes de las familias, en especial las mujeres, la infancia y las personas adultas mayores,
cuando la persona que agrede tiene problemas de consumo de alcohol u otras drogas.

Escribe tus reflexiones ya que te serán de gran utilidad para el apoyo en tu practica profesional.
No se requiere entrega.
TEMA 3
3. Subjetividad de género

Las mujeres se enfrentan a diferentes riesgos permeados por la discriminación y el sexismo


manifestado a través de la violencia de la que son objeto, ejercida generalmente por su cónyuge.
Debido al lugar en el que social y culturalmente han sido ubicadas en su deber ser, se les asigna el
actuar y vivir como “seres-para-otros”, abnegadas, sumisas, dependientes, rutinarias, negadas a sí
mismas, sin autonomía, al cuidado de los otros (maternal, buena madre) entre otras (Cazés, 2005),
dentro del espacio doméstico en el que deben estar dedicadas a la maternidad, además de
habérseles asignado el poder en el espacio de los afectos. También se les ubica como las
dependientes del hombre. En tanto que el deber ser de los hombres les permite construirse y vivir
como “seres-para-sí-mismos”. A ellos se les ha asignado ese espacio público en el que desarrollan
su trabajo dedicado a la producción y ejerciendo su autoridad para ser proveedores de la familia,
así como la posesión natural del poder, el dominio, la violencia, la autonomía, la fortaleza, entre
otros tantos beneficios (Cazés, 2005).

Es importante contextualizar que desde una perspectiva antropológica, subjetividad y de


identidad, el concepto mujer y hombre son categorías que permiten aproximarse a hechos
delimitados y específicos, no son sinónimos (Lagarde, 1998). La identidad es la síntesis de la
historicidad del sujeto y, como tal, es una experiencia subjetiva, pues a partir de ella se elaboran
caracterizaciones de mujeres y hombres particulares (Castañeda, 2005). La subjetividad es aquello
que se introyectó o incorporó de los mandatos sociales del género femenino o masculino y que se
vivencia y expresa de manera particular en cada mujer y hombre; incluye la dimensión psíquica,
sus estructuras, sus capacidades, sus lenguajes y sus métodos. La subjetividad está conformada
por la afectividad, –afectos experimentados, usos afectivos, lenguajes, capacidades y marcas
afectivas–, y por la intelectualidad del sujeto –capacidades y estructuras de inteligencia, memoria,
olvido, imaginación, aprendizaje y creación–, así como los contenidos y métodos de pensamiento.
La subjetividad se expresa tanto en los sentires, en las preocupaciones, en los pensamientos, como
en la imaginación, en los sueños, las fantasías, en el humor, en todos los lenguajes del sujeto –
simbólico, gestual, verbal, imaginario y estético, concretados dentro y fuera de sí en sus deseos, en
sus formas de ser, de estar y de actuar con el mundo– (Lagarde, 1998).

Cuando se encuentran tanto mujeres como hombres en el espacio común que es la casa, el hogar,
suceden situaciones problemáticas como son las prácticas de violencia física, psicológica y sexual
sin distinción de edad, educación y nivel socioeconómico, misma que generalmente es ejercida por
la pareja masculina por el lugar que social y culturalmente les ha sido asignado, ejerciendo poder y
autoridad sobre las mujeres y la familia en una situación vulnerable.

Subtemas

3.1 Subjetividad femenina

3.2 Subjetividad masculina

S. FEMENINA
En la subjetividad de las mujeres, ellas no se encuentran en el centro de su vida, ahí se encuentran
los otros (Cazés, 2005) pues se le aprecia por tener la posibilidad de ser madres y esto
precisamente es lo que las define: ellas se diluyen en el abstracto de la familia (Esquema 1). Este
es el sentido y significado del ser mujer que se ha perpetuado y reproducido a través del entorno
familiar y mediante otras instancias y estímulos sociales como la escuela, los medios de
comunicación, la iglesia, el trabajo, etc., así, la construcción social de las mujeres tradicionales es
influida por factores impuestos que se han naturalizado y legitimado.
Cuando no cumplen con los roles de género establecido se genera una desfase entre las
expectativas femeninas y su desempeño, que suele ser “castigado” socialmente, pero también de
manera interna, ya que la mujer tiene tan introyectado su rol, que la falta de cumplimiento puede
incluso llegar a causar algún tipo de culpa o desencadenar cuadros psicosomáticos.
El mantenerse dentro del espacio privado como es la casa, puede exacerbar las desigualdades de
género y las vulnerabilidades existentes, lo que aumenta los riesgos, los abusos en las cargas de
trabajo doméstico y los cuidados de por sí exhaustivos al no haber una participación de los demás
integrantes de la familia, lo que determina una situación de conflicto y crisis derivados de los roles
de género específicos para ellas (el maternal, el de esposas y el de amas de casa).
Su salud se ve afectada por las situaciones de conflicto que vive derivadas de esas tensiones
crecientes en el hogar por la relación desigual que se establece con su cónyuge derivando en
depresión, quizás en el consumo de alguna droga medicada o no, el consumo de alcohol para
mitigar los malestares manifestados en angustia, ansiedad, desesperanza, tristeza, pérdida de
energía, estrés, entre otros y a la impotencia de no poder hacer nada dentro de las paredes del
hogar.
El significado del consumo de sustancias en las mujeres desde la norma
sociocultural es distinto al consumo masculino, para ellos es lo aceptado
porque se confirma su masculinidad, mientras que para ellas, el consumo de
alcohol por ejemplo, implica un rechazo social mucho más duro, se cuestiona
no sólo su propio consumo, sino el incumplimiento en su rol de género y la
siempre latente afectación a su sexualidad, ya que bajo los influjos de las
drogas, se intuye que pueden tener relaciones consensuadas o forzadas, con
consecuencias, casi siempre más complejas y peligrosas para ellas que para
ellos.
Son estigmatizadas incluso por su círculo más cercano, es criticada su
imagen y son vistas como “viciosas”, como disponibles para los hombres a
quienes en muchos casos se les deslinda de la responsabilidad de sus actos
cuando cometen algún abuso en contra de ellas al encontrarse bajo los
efectos de alguna drogas, concibiéndose a las mujeres como causantes de
que esa conducta se produzca por el simple hecho de haber consumido
alcohol u otras drogas.
Ante la sociedad, las mujeres consumidoras de drogas son descalificadas y
estigmatizadas al no corresponder con el estereotipo femenino, ya que es a
ellas a quienes se les considera como las “únicas” responsables de preservar y
transmitir los valores morales y espirituales en la familia, al consumir
sustancias adictivas, pierden su “calidad moral” e incluso son juzgadas con el
calificativo de “mala madre” (Fernández, 2010).
No se debe ocultar ni justificar la violencia del tipo que sea, ni la
discriminación a ninguna persona.

3.2 Subjetividad masculina y consumo de drogas

3.2 Subjetividad masculina y consumo


de drogas
3.2 Subjetividad masculina y consumo
de drogas
El ser hombre es un cuerpo construido en el conjunto de discursos y prácticas que son
incorporadas en la relación con los “otros” La sociedad patriarcal define el sistema de ideas,
creencias y mitos de la masculinidad con lo que se define qué es ser hombres; dicho sistema es un
modelo ideal al que los hombres aspiran, convirtiéndose así en el organizador de la subjetividad
masculina. Es decir, los contenidos de la masculinidad funcionan como mandatos prescriptivos y
proscriptivos que guían la construcción de la subjetividad para que los varones sean, sientan,
deseen, hagan, hablen, actúen, vivan y mueran (Lagarde, 1998)
Lo que significa ser hombres en una cultura se perpetúa tras generación y lo comparten mujeres y
hombres; ese significado se sustenta y reproduce en las instituciones desde la familia, escuela,
trabajo, iglesia, las leyes y los medios de comunicación.

“Hacerse hombre, como hacerse mujer, equivale a un proceso de construcción social en el que a lo
masculino le corresponden una serie de rasgos, comportamientos, símbolos y valores, definidos
por la sociedad en cuestión, que interactúan junto con otros elementos como la etnia, la clase, la
sexualidad o la edad y que se manifiestan en un amplio sistema de relaciones que, en esta cultura,
han tendido históricamente a preservar la experiencia exclusiva del poder al individuo masculino”.
(Téllez y Verdú, 2011)
Para algunos investigadores de estudios de los hombres, la coexistencia de
formas de vivir la masculinidad por parte de los varones da lugar a las
masculinidades; sin embargo, la masculinidad dominante permanece en esas
diferentes formas y matices porque continúan abusando del poder y
privilegios que les otorgan los pactos patriarcales.
Si las mujeres “comienzan a sentirse con derecho a tener derecho (entitlement) el varón no sólo
sentirá que pierde su dominio sobre la mujer, sino que lo vivirá como, un momento de riesgo o un
atentado a su identidad en el que su autoestima puede quedar dañada ya que no puede seguir
siendo dominante” (Bonino, 2002) Debido a que la sociedad patriarcal justifica y legitima la
dominación masculina, los hombres no sienten culpa de la violencia que ejercen contra las
mujeres.

En los hombres:;
Las emociones son una expresión de la condición humana. Las construcciones sociales del género
ubican a los hombres como “analfabetas emocionales” ya que no se les enseña a mostrar sus
sentimientos, y tampoco a identificarlos. Desde cortas edades silencian las expresiones
emocionales pero también ocultan el dolor y malestar ya que un imperativo de la masculinidad es
que deben ser duros.
El enojo es la expresión que les identifica. La empatía es ver en el “otro” a un sujeto diferente que
tiene derechos, implica descentrarse de sí mismos, ser sensibles a las necesidades del otro y
consiente para entender que lo que le pasa. Sin embargo, en la cultura hegemónica, la empatía no
es una característica que se asocie con los varones.
Es por ello que en los hombres durante este confinamiento las emociones juegan y tienen un
papel decisivo en su manera de sentir por estar obligados a cumplir con ello, es en este momento
en el que comienzan a sentirse molestos, tensos, frustrados, enojados, desesperados porque no se
cuenta con los medios para solventarlas, al mismo tiempo se suma el efecto de la pérdida del
trabajo
Está la preocupación de no poder proveer a la familia económicamente porque no puede salir a
buscar el sustento, los hace entrar en una situación de desesperación y estrés que puede
conducirlos a consumir drogas como el alcohol, además de que puede llevar a los hombres a
escenarios “idóneos” para la expresión de esas emociones reprimidas, siempre con la justificación
de propio consumo, bajo los efectos esta droga, el hombre llora, grita, canta, golpea a su pareja y
otros integrantes de la familia casi sin remordimiento alguno y justifica sus actos desde su pérdida
de juicio y control debida a los efectos de la sustancia.
Muchas veces es complejo para las familias, por los espacios en los que viven, por ser pequeños y
las familias son extensas, la convivencia entre sus integrantes se dificulta y la situación se complica
aún más cuando no se puede y/o saben gestionar todo este abanico de situaciones y emociones
desembocando en el uso o abuso del consumo de alcohol y otras drogas y, como se señaló,
cuando no se logra controlar estas situaciones, o no haya a quien acudir para ayudarles a tener un
control tanto en el manejo de emociones como del consumo para tener una sana convivencia,
puede generar tensiones y fricciones que los llevan a conductas violentas o que las potencian aún
más contra sus parejas y familiares, buscando la sumisión ante su autoridad.
El tema de corresponsabilidad es complicado porque muchos de ellos siguen
el modelo tradicional, en el que los hombres por pertenecer al grupo
dominante se viven como el centro de referencia, tienen libertad en el uso de
espacio y tiempo libre y “el derecho a no hacer” y no corresponsabilizarse del
trabajo doméstico y de los cuidados tanto de las/os hijos y de la familia, por
ser una labor considerada propia de las mujeres (Bonino, 2011 y Garda, 2009).
En esta situación de contingencia, a los hombres les está costando
trabajo reinventarse para entrar y adaptarse a una realidad distinta e
incorporarse a los roles tradicionalmente impuestos al género femenino, pues
de acuerdo a su construcción social, corren el riesgo de perder su poder sobre
la familia, por lo que temen preguntarse acerca de su autocuidado, y en caso
de querer integrarse se preguntan ¿cómo nos integramos a las tareas del
hogar? o ¿para qué me sirve a mí como hombre el vincularme con mi
familia?
Para evitar que el consumo de drogas y la violencia sigan siendo prácticas
recurrentes de los varones, es necesario apuntar al cambio, desactivando los
imperativos de la masculinidad hegemónica y con la construcción de
nuevas formas de ser y de relacionarse. Por supuesto que hay resistencias,
porque no es fácil asumir un nuevo rol después de muchos siglos de mantener
un estatus social, pero es necesario que los varones comiencen a dejar de ser
cómplices de la desigualdad e iniquidad de género y se permitan incluso
disfrutar de una vida compartida y libre, en la que no tengan que ocultar sus
emociones y tampoco tengan que estar demostrando su hombría de manera
cotidiana ejerciendo el poder de manera violenta.

ACTIVIDAD 3

Subjetividad femenina:
· Función materna: la reproducción sexual, la maternidad
· El trabajo doméstico y encargada del cuidado de los otros
· La dadora de los afectos
· Mantener relación de pertenencia
· La pasividad, obediencia, abnegación

Subjetividad masculina:
· Función paterna sostenedor y autoridad de la familia
· La autoridad y ejercicio del poder sobre la mujer e hijos
· Desarrollarse en el espacio público, como su espacio natural
· Alcanzar logros sociales
· Posición de propiedad y autoridad sobre la muje

TEMA 4.
Recomendaciones de atención a la violencia familiar
Los diferentes tipos de violencia que ocurren en el ámbito familiar son producto de las relaciones
de poder y dominio de una persona sobre otra. Esta violencia se ejerce en contra de las mujeres,
de las infancias, de las personas mayores, de las personas con una discapacidad o con alguna otra
situación que represente una desventaja ante la persona que ejerce la violencia.
Subtemas
4.1 La importancia de considerar las condiciones sociales de las personas que viven violencia en la
familia.
4.2 Atención en casos de violencia en la familia
4.3 Recomendaciones dirigidas a personas que viven violencia en la familia considerando su
condición social

Las acciones a realizar durante una llamada con una víctima de


violencia son esenciales, debido a las consecuencias que puede
causar en la salud mental o físicas que incluyen desde
la depresión, la baja autoestima, el consumo de drogas, el
suicidio, lesiones o la pérdida de la vida y no solo afecta a la
mujer, también a sus hijos, familiares y las comunidades. Por tal
motivo, si identificas o atiendes a una persona que es víctima de
violencia, es importante que compartas algunos tips de
seguridad y tomes en cuenta las siguientes recomendaciones a
seguir en llamadas de auxilio por casos de violencia.
1. información de la persona que agrede: ¿en que trabaja? ¿tiene algún arma?
2. si hay menores que vivan violencia o abuso, y da parte a las autoridades correspondientes.
3. resguardarse en un lugar seguro o de escapar en una situación de
violencia y llamar a los números de emergencia.
4. el tipo y modalidad de violencia que esta sufriendo.
5. un directorio de instituciones especializadas, albergues, agencias ministeriales,
ambulancias, números de emergencia por Estado.
6. datos de contacto: nombre, teléfono y ubicación en caso de que se corte repentinamente
la llamada.
7. acerca de sus redes de apoyo, familiares o personas de confianza que
puedan resguardarla en caso de que deba abandonar su hogar para
proteger su integridad.
8. un discurso clave en el cual la persona pueda responder preguntas
de forma segura.
9. el nivel de riesgo de la persona (si la persona que la violenta está
presente y/o cuál es su estado de salud actual).
10. mantener un celular cerca, para que pueda enlazarse con las líneas
de emergencia de su localidad.
1. Pregunta el motivo de la llamada.Solicita sus datos personales (nombre completo, teléfono, ubicación).

2., Da los datos exactos de la ubicación a la cual deberá dirigirse para ser atendida.
Otorga una cita para entrevista. Además de tu institución, si es necesario, canaliza a otras instituciones.
3.Pregúntale si está sola. Si se encuentra en estado de crisis, apóyala mencionando que estás para atender su
necesidad.
Se pueden dar dos situaciones:
a) Sí está sola valora todo el suceso: estado de salud y si hay alguien que la acompañe. Elaboren juntas (os)
un plan de seguridad. Coméntale que acuda a la institución.
b) Sí está con la pareja y puede hablar extrae la información. Si no puede, utilicen un código para este mismo
objetivo, por ejemplo "sí" o "no". En caso de que no pueda salir, que se contacte nuevamente o que se presente
en la institución.

4.Si la persona está en riesgo en el momento en que te llama pregunta: >¿Puedo enviarle una patrulla en este
momento? >¿Puedo reportar este caso? De acuerdo con la respuesta, canaliza a las autoridades correspondientes.
5.Con la finalidad de que esta información este disponible para tí en todo momento, te pedimos imprimir la
siguiente Guía de apoyo para intervenciones a distancia en casos de violencia, de esta forma podrás repasar durante
una llamada las acciones a realizar. Revisa a detalle la información.

6. A continuación, compartimos los siguientes folletos, el primero hace referencia a la Violencia contra las mujeres y
violencia contra los niños y las niñas, analiza la información que presenta y en el segundo encontrarás un resumen
de ¿Qué es la violencia familiar y cómo contrarrestarla?

5. Finalmente, revisemos los conocimientos que has adquirido con la actividad "Reforzando ideas y conceptos"

 Las violencias contra las mujeres, la infancia, las personas adultas mayores en la
familia, son producto de las relaciones de poder y dominio que una persona ejerce
sobre otra a quien considera en una posició n inferior en la estructura familiar. V

 La violencia familiar se clasifica en tres formas: Maltrato infantil, violencia


conyugal/pareja y maltrato adultos mayores V
 En las niñ as que viven violencia de género al vincularse con una discapacidad, ésta
es vista como deficiencia o anomalía colocá ndola en una situació n de
discriminació n V
 Uno de los principios fundamentales que facilitan el acercamiento con las personas
que viven violencia es evitar cualquier juicio de valor, por ejemplo, no culpar a la
víctima por haber vivido violencia. V
 Son factores de riesgo hacia la violencia familiar: V
1) Control masculino en la toma de decisiones y respecto a los bienes
2) Abuso de alcohol y otras drogas por familiares
3) La presencia de disparidades econó micas, educativas y laborales entre hombres y
mujeres al interior de una relació n íntima

EXAMEN CUESTIONARIO
La empatía es ver en "si mismo” a un sujeto diferente que tiene derechos, implica
descentrarse, ser sensibles a las necesidades y consiente para entender que lo que pasa Falso

Los ___________________ atribuyen má s valor a lo masculino que a lo femenino.


Estereotipos de genero

características de subjetividad femenina (puedes seleccionar varias opciones)


 unció n materna: la reproducció n sexual, la maternidad
 Reclusió n en lo privado y subordinar sus decisiones
 Mantener relació n de pertenencia.
Los roles femeninos establecidos por la norma social, asignan tareas y preocupaciones que se
normalizan en la vida cotidiana de las mujeres, situá ndolas en “situaciones de contexto
difíciles” v Deterioro físico, mental o emocional que produce dependencia por parte de la
PAM, cuidador ú nico sin ayudas, falta de espacio en la vivienda

Algunos de los factores de riesgo del maltrato hacia las personas adultas mayores son

La Ley General de Acceso a las Mujeres a una Vida Libre de Violencia fue publicada en el
Diario oficial de la federació n el 7 de febrero de 2001 F
La violencia familiar se clasifica en tres formas: Maltrato infantil, violencia
conyugal/pareja y maltrato adultos mayores V
El maltrato infantil incluye conductas como:
Dañ os físicos, no brindar los cuidados adecuados, violació n sexual

Uno de los principios fundamentales que facilitan el acercamiento con las personas que viven
violencia es evitar cualquier juicio de valor, por ejemplo, no culpar a la víctima por haber
vivido violencia. V
Algunos de los factores de riesgo del maltrato infantil son:
Abuso de drogas y alcohol en la familia, inestabilidad laboral en la familia, escasa red de
apoyo.
 Son factores de riesgo hacia la violencia familiar: V
4) Control masculino en la toma de decisiones y respecto a los bienes
5) Abuso de alcohol y otras drogas por familiares
6) La presencia de disparidades econó micas, educativas y laborales entre hombres y
mujeres al interior de una relació n íntima

Se produce la descarga incontrolada de las tensiones acumuladas. Puede variar en gravedad


y abarcar desde un empujó n hasta el homicidio. Acto violento
Se clasifica en tres formas de violencia: maltrato infantil, violencia conyugal/pareja y maltrato
a personas adultas. Violencia en la familia
Establece los criterios a observar en la detecció n, prevenció n, atenció n médica y la
orientació n que se proporciona a las y los usuarios de los servicios de salud en general y en
particular a quienes se encuentren involucrados en situaciones de violencia familiar o
sexual Norma Oficial Mexicana 046-SSA2-2005
Selecciona características de subjetividad masculina (puedes seleccionar varias opciones)
 Funció n paterna sostenedor y autoridad de la familia.
 Desarrollarse en el espacio pú blico, como su espacio natural.
 Posició n de propiedad y autoridad sobre la mujer

Corresponde a aquellas situaciones que incrementan las posibilidades de que las personas
desarrollen conductas violentas o se vean involucradas en éstas. Factores de riesgo
Señ ala que la violencia puede ser psicoló gica, física, patrimonial, econó mica y sexual y que a
su vez éstas pueden presentarse en el á mbito familiar, laboral y docente, comunidad,
institucional entre otros. Ley general de acceso de las mujeres a una vida libre de violencia

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