Está en la página 1de 39

La violencia contra

las mujeres:
normativas,
modalidad, ámbitos
Violencia contra
las mujeres:
definición
El 9 de junio de 1994, en el vigésimo
cuarto período ordinario de sesiones de
la Asamblea General de la Organización
de los Estados Americanos –OEA-, fue
adoptada por unanimidad la Convención
Interamericana para prevenir,
sancionar y erradicar la violencia
contra la mujer, conocida como
Convención de Belem do Pará.
En su art. 3 declara:
“Toda mujer tiene derecho
a una vida libre de violencia,
tanto en el ámbito público
como en el privado”.
Afirma esto en base a los dos primeros
artículos: “Para los efectos de esta
Convención debe entenderse por violencia
contra la mujer cualquier acción o
conducta, basada en su género, que cause
muerte, daño o sufrimiento físico, sexual
o psicológico a la mujer, tanto en el
ámbito público como en el privado” (art. 1)
El art. 2 agrega:
“Se entenderá que
violencia contra la mujer
incluye la violencia física,
sexual y psicológica:
a) que tenga lugar dentro de la familia o
unidad doméstica o en cualquier otra
relación interpersonal, ya sea que el
agresor comparta o haya compartido el
mismo domicilio que la mujer, y que
comprende, entre otros, violación,
maltrato y abuso sexual;
b) que tenga lugar en la comunidad y sea
perpetrada por cualquier persona y que
comprende, entre otros, violación, abuso
sexual, tortura, trata de personas,
prostitución forzada, secuestro y acoso
sexual en el lugar de trabajo, así como en
instituciones educativas, establecimientos
de salud o cualquier otro lugar;
y c) que sea perpetrada o
tolerada por el Estado o sus agentes,
dondequiera que ocurra”.
La convención delimita con fines analíticos
las esferas en las que se ejerce la
violencia, sin embargo, pone mucho
cuidado en señalar que no es el espacio
físico donde se realiza la violencia el que
la define, sino las relaciones de poder que
se producen y la naturaleza de las
relaciones interpersonales de las víctimas
con sus agresores.
Por su parte, en Argentina fue sancionada
el 11 de Marzo 2009 y Promulgada el 1 de
Abril de 2009 la ley 26485, Ley de
Protección integral para prevenir
sancionar y erradicar la violencia contra
las mujeres en los ámbitos en que se
desarrollen su relaciones interpersonales.
Allí, en el artículo 4, se define la violencia
contra la mujer como “toda conducta,
acción u omisión, que de manera directa o
indirecta, tanto en el ámbito público como
en el privado, basada en una relación
desigual de poder, afecte su vida, libertad,
dignidad, integridad física, psicológica,
sexual, económica o patrimonial, como así
también su seguridad personal.
Quedan comprendidas las
perpetradas desde el Estado o por
sus agentes. Se considera violencia
indirecta, a los efectos de la
presente ley, toda conducta, acción
omisión, disposición, criterio o
práctica discriminatoria que ponga
a la mujer en desventaja con
respecto al varón”.
Un aporte interesante de la ley es
la enumeración de tipos de
violencia contra la mujer, ya que
dicha enumeración es más amplia
que la que efectúa la Convención de
Belém Do Pará.
La Convención hace referencia esencialmente al
sufrimiento físico, psicológico y sexual causado
por la violencia, y la ley nacional menciona también
la violencia económica - patrimonial y la llamada
violencia simbólica . Otro dato significativo es que
en la definición de violencia se incluye no sólo las
acciones sino también las omisiones .
Violencia contra
la mujer:
tipologías
Dice la Ley 26485 en su art. 5ª:
“Quedan especialmente comprendidos
en la definición del artículo
precedente, los siguientes tipos de
violencia contra la mujer”:
5.1- Física: “La que se emplea contra el cuerpo
de la mujer produciendo dolor, daño o riesgo de
producirlo y cualquier otra forma de maltrato
agresión que afecte su integridad física” (Ley).
Abarca cachetadas, empujones, patadas,
quemaduras, ahogamiento, utilización de objetos
contundentes. También queda comprendida en
este tipo el feminicidio .
5.2- Psicológica: “La que causa daño emocional y
disminución de la autoestima o perjudica y perturba el
pleno desarrollo personal o que busca degradar o
controlar sus acciones, comportamientos, creencias y
decisiones, mediante amenaza, acoso, hostigamiento,
restricción, humillación, deshonra, descrédito,
manipulación aislamiento. Incluye también la
culpabilización, vigilancia constante, exigencia de
obediencia, sumisión, coerción verbal, persecución,
insulto, indiferencia, abandono, celos excesivos,
chantaje, ridiculización, explotación y limitación del
derecho de circulación o cualquier otro medio que cause
perjuicio a su salud psicológica y a la
autodeterminación.”
5.3.- Sexual: “Cualquier acción que implique la
vulneración en todas sus formas, con o sin
acceso genital, del derecho de la mujer de
decidir voluntariamente acerca de su vida
sexual o reproductiva a través de amenazas,
coerción, uso de la fuerza o intimidación,
incluyendo la violación dentro del matrimonio o
de otras relaciones vinculares o de parentesco,
exista o no convivencia, así como la prostitución
forzada, explotación, esclavitud, acoso, abuso
sexual y trata de mujeres”.
Puede incluir, además, burlas en relación a la
conducta o a un aspecto físico de la mujer
exhibicionismo, realización de actos sexuales
denigrantes y/o inseguros, ya sea por el uso de
la fuerza física u otro mecanismo que obligue a
participar en alguna interacción sexual.
5.4- Económica y patrimonial: La que se dirige a ocasionar
un menoscabo en los recursos económicos o patrimoniales de
la mujer, a través de:
a) La perturbación de la posesión, tenencia o propiedad de
sus bienes;
b) La pérdida, sustracción, destrucción, retención o
distracción indebida de objetos, instrumentos de trabajo,
documentos personales, bienes, valores y derechos
patrimoniales;
c) La limitación de los recursos económicos destinados a
satisfacer sus necesidades o privación de los medios
indispensables para vivir una vida digna;
d) La limitación o control de sus ingresos, así como la
percepción de un salario menor por igual tarea, dentro de un
mismo lugar de trabajo.
5.5- Simbólica: La que a través de patrones
estereotipados, mensajes, valores, íconos o
signos transmita y reproduzca dominación,
desigualdad y discriminación en las relaciones
sociales, naturalizando la subordinación de la
mujer en la sociedad. Es muy frecuente en los
medios masivos de comunicación, aunque no es
el ámbito exclusivo y excluyente.
Violencia contra
la mujer:
modalidades.
Dice la la ley 26485 art. 6º:
“A los efectos de esta ley se entiende por
modalidades las formas en que se manifiestan
los distintos tipos de violencia contra las
mujeres en los diferentes ámbitos, quedando
especialmente comprendidas las siguientes”
a) Violencia doméstica: aquella ejercida contra las
mujeres por un integrante del grupo familiar,
independientemente del espacio físico donde ésta
ocurra, que dañe la dignidad, el bienestar, la
integridad física, psicológica, sexual, económica o
patrimonial, la libertad, comprendiendo la libertad
reproductiva y el derecho al pleno desarrollo de las
mujeres. Se entiende por grupo familiar el originado
en el parentesco sea por consanguinidad o por
afinidad, el matrimonio, las uniones de hecho y las
parejas o noviazgos. Incluye las relaciones vigentes
o finalizadas, no siendo requisito la convivencia;
b) Violencia institucional: aquella realizada por
las/los funcionarias/os, profesionales, personal y
agentes pertenecientes a cualquier órgano, ente o
institución pública, que tenga como fin retardar,
obstaculizar o impedir que las mujeres tengan acceso a
las políticas públicas y ejerzan los derechos previstos
en esta ley. Quedan comprendidas, además, las que se
ejercen en los partidos políticos, sindicatos,
organizaciones empresariales, deportivas y de la
sociedad civil;
c) Violencia laboral: aquella que discrimina a las
mujeres en los ámbitos de trabajo públicos o
privados y que obstaculiza su acceso al empleo,
contratación, ascenso, estabilidad o permanencia
en el mismo, exigiendo requisitos sobre estado
civil, maternidad, edad, apariencia física o la
realización de test de embarazo. Constituye
también violencia contra las mujeres en el ámbito
laboral quebrantar el derecho de igual
remuneración por igual tarea o función. Asimismo,
incluye el hostigamiento psicológico en forma
sistemática sobre una determinada trabajadora
con el fin de lograr su exclusión laboral;
d) Violencia contra la libertad reproductiva:
aquella que vulnere el derecho de las mujeres a
decidir libre y responsablemente el número de
embarazos o el intervalo entre los nacimientos,
de conformidad con la Ley 25.673 de Creación
del Programa Nacional de Salud Sexual y
Procreación Responsable;
e) Violencia obstétrica: aquella que ejerce el
personal de salud sobre el cuerpo y los procesos
reproductivos de las mujeres, expresada en un
trato deshumanizado, un abuso de medicalización
y patologización de los procesos naturales, de
conformidad con la Ley 25.929.
f) Violencia mediática: aquella publicación o
difusión de mensajes e imágenes estereotipados
a través de cualquier medio masivo de
comunicación, que de manera directa o indirecta
promueva la explotación de mujeres o sus
imágenes, injurie, difame, discrimine, deshonre,
humille o atente contra la dignidad de las
mujeres, como así también la utilización de
mujeres, adolescentes y niñas en mensajes e
imágenes pornográficas, legitimando la
desigualdad de trato o construya patrones
socioculturales reproductores de la desigualdad o
generadores de violencia contra las mujeres.
Violencia contra
la mujer:
estadísticas
Según los datos ofrecidos por diversos países al
Fondo de Naciones Unidas para la Mujer
(UNIFEM) “un 70% de las mujeres sufren, en
el transcurso de sus vidas, violencia física o
sexual ejercida por varones, en su mayoría
esposos, compañeros íntimos, o alguien
conocido. La violación y la violencia doméstica
representan un riesgo más alto para las
mujeres de entre 15 y 44 años que el cáncer,
los accidentes de tránsito y la malaria…
Hasta un 53 % de las mujeres abusadas
físicamente por su compañero íntimo reciben
patadas o puñetazos en el abdomen”. De todas
maneras, cabe mencionar que la mayoría de los
casos aún no son denunciados. Así datos
recogidos en 10 países sobre 24.000 mujeres,
señalan que un porcentaje que va del 55% al
95% de las mujeres físicamente abusadas por
sus parejas, jamás contactó a ONGs, refugios o
a la policía para pedir ayuda.
Violencia en Argentina:
la Asociación Civil Casa del
Encuentro informó que se
produjeron 286 femicidios y
femicidios vinculados de mujeres y
niñas y 43 femicidios vinculados de
hombres y niños entre el 1º de enero
al 31 de diciembre de dicho año.
La edad promedio de
las víctimas es de 33 años.
En el 70 % de los casos las víctimas tenían un vínculo
reconocido con el femicida.
En 2015, 322 hijos e hijas perdieron a sus madres por
femicidios y 66 % eran menores de edad.
En 8 años, 2008 a 2015, 2094 mujeres fueron
asesinadas por violencia sexista en nuestro país y
2518 hijos e hijas quedaron sin madre, siendo el 65 %
de ellos y ellas (1617) menores de edad.
Entre 2009 y 2015, 206 hombres fueron asesinados
por violencia sexista en nuestro país.
Normativa de género
A. Normas internacionales:
→ Convención Interamericana para prevenir,
sancionar y erradicar la violencia contra la mujer
(Belém do Pará).
→ Convención sobre la eliminación de todas
formas de discriminación contra la mujer
(CEDAW).
→ Convención sobre los derechos del niño.
B. Normas locales (nacionales y de la
Provincia de Córdoba):
→ Ley 23364 sobre prevención y sanción de trata
de personas y asistencia a sus víctimas.
→ Ley 26485 sobre protección integral para
prevenir, sancionar y erradicar la violencia contra
las mujeres en los ámbitos en que se desarrollen
sus relaciones interpersonales.
→ Ley 9283 (Ley provincial de violencia familiar).

También podría gustarte