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PODER JUDICIAL DEL

0024
ESTADO DE NUEVO LEÓN
JUZGADO TERCERO DE LO CIVIL Monterrey, Nuevo León, a 6 seis de julio del 2022 dos mil
DEL PRIMER DISTRITO JUDICIAL
MONTERREY, N.L. veintidós.

Visto el estado que guardan los autos del expediente judicial


número 1110/2020, que se tramita ante este Juzgado Tercero de lo Civil
del Primer Distrito Judicial en el Estado, tocante al juicio ordinario civil
promovido por **********, en ejercicio de sus propios derechos, en
contra de **********.

Las partes con domicilios visibles en autos.

Obran igualmente las autorizaciones conferidas con fundamento


en el artículo 78 del Código de Procedimientos Civiles para el Estado de
Nuevo León.

Asentados los datos de identificación de rigor y una vez


analizado todo lo actuado en el presente asunto, cuanto más consta en
autos, debió verse y tenerse en cuenta, se articula el siguiente:

RESULTANDO

Primero: Que por escrito presentado en fecha 7 siete de


diciembre del 2020 dos mil veinte, compareció la parte actora antes
señalada en ejercicio de sus propios derechos, interponiendo juicio
ordinario civil en contra de la citada demandada; demanda en la que se
reclaman los conceptos que ahí se precisan y que funda en los puntos
hechos que describe dentro de la misma, a los cuales formulamos
expreso reenvío a fin de tenerlos por reproducidos como si a la letra se
insertaren.

Segundo: Admisión y emplazamiento.- Demanda la anterior


que se acogió a trámite mediante auto de admisión, ordenándose el
emplazamiento respectivo a la parte demandada para que dentro del
término legal de 9 nueve días ocurriera ante este tribunal si para ello
tuviese excepciones o defensas legales que hacer valer, corriéndosele
para tal efecto el traslado de ley por medio de las copias simples de la
demanda y demás documentos allegados a la misma, debidamente
selladas y rubricadas por la secretaría de este juzgado.
Verificándose lo anterior mediante diligencia actuarial practicada
el día 4 cuatro de marzo del 2021 dos mil veintiuno.

La parte demandada ocurrió oportunamente a dar contestación a


la demanda interpuesta en su contra, ello en los términos del escrito
presentado en fecha 18 dieciocho de marzo del 2021 dos mil veintiuno.

En vista de ello, tanto la parte actora como el demandado


formularon oportunamente sus ocursos de réplica y dúplica,
respectivamente, en los términos que de los mismos se desprenden.

Tercero: Audiencia de pruebas y alegatos.- Fijada la litis


dentro del presente procedimiento, se procedió a la calificación de
pruebas ofrecidas en el presente sumario, fijándose fecha y hora para la
celebración de la audiencia de pruebas y alegatos correspondiente,
misma que se desahogó en la forma y términos que se advierten en
autos; momento en el que se ordenó que se procediera a dictar en su
oportunidad la sentencia definitiva correspondiente a este juicio, la cual
ha llegado el momento de emitir con estricto apego a derecho, y;

CONSIDERANDO

Primero: Legislación aplicable.- Es importante mencionar que


el escrito inicial de demanda se presentó en fecha 7 siete de diciembre
del 2020 dos mil veinte, de ahí que el Código de Procedimientos Civiles
para el Estado de Nuevo León aplicable al presente asunto lo será el
que contenga las reformas indicadas en el auto inicial del presente
juicio.

Segundo: Reglas generales de la sentencia.- Para la


redacción de la sentencia deberá estarse conforme lo enmarcan los
artículos 19 del Código Civil y 400, 401, 402, 403 y demás relativos del
Código de Procedimientos Civiles del Estado, los cuales a letra rezan:
"Artículo 19.- Las controversias judiciales del orden civil deberán
resolverse conforme a la letra de la ley o a su interpretación jurídica. A
falta de ley se resolverán conforme a los principios generales de
derecho."

"Artículo 400.- Sentencia definitiva es la que decide el negocio


principal, e interlocutoria, la que decide sobre una cuestión secundaria
tratada en forma de incidente."

"Artículo 401.- En las sentencias se observará lo dispuesto por el


artículo 19 del Código Civil."
"Artículo 402.- Las sentencias deberán ser claras, precisas y
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JUZGADO TERCERO DE LO CIVIL como en su caso, con la reconvención, contestación, réplica y dúplica,
DEL PRIMER DISTRITO JUDICIAL y con las demás pretensiones deducidas oportunamente en el pleito,
MONTERREY, N.L. condenando o absolviendo al demandado, y decidiendo todos los
puntos litigiosos que hayan sido objeto del debate. Cuando éstos
hubieren sido varios, se hará el pronunciamiento correspondiente a
cada uno de ellos."

“Artículo 403.- La sentencia se ocupará exclusivamente de las acciones


deducidas y de las excepciones opuestas, respectivamente, en la
demanda y en la contestación, así como de lo argumentado en la
réplica de ésta última y en la dúplica, y en su caso, en la reconvención,
en la contestación, en la réplica y en la dúplica.”

Tercero: Estudio de la competencia.- En la especie se


cumplen a cabalidad los criterios que determinan la competencia, como
son materia, cuantía, territorio y grado, por las razones que se expresan
enseguida:

a) Materia.- El negocio en cuestión es eminentemente civil, ello


al instalarse la acción de revocación de un contrato de donación, figura
jurídica regulada en los artículos 2226, 2264, 2266 y demás relativos
del Código Civil en vigor en el Estado; de ahí que se surta la
competencia por materia a favor de esta autoridad al amparo del
artículo 34 de la Ley Orgánica del Poder Judicial del Estado de Nuevo
León.

b) Territorio.- Así también, se debe señalar que en lo que hace


al territorio, este tribunal también posee la competencia debida para
desplegar su función jurisdiccional, toda vez que en observancia a lo
dispuesto en el artículo 111 fracción IV del Código de Procedimientos
Civiles para el Estado de Nuevo León, es juez competente para conocer
de una controversia derivada de una acción personal el del domicilio del
demandado; hipótesis que se actualiza, pues la demandada tiene su
domicilio en el municipio de **********, Nuevo León.

c) Grado.- Por último, se tiene que en razón de grado este


tribunal es competente para conocer del asunto en cuestión, al iniciarse
la controversia en comento ante este juzgado y por ende conocer del
mismo en esta instancia.

Sin que sea el caso de analizar la competencia por cuantía, pues


en el caso particular se demanda la revocación de un acto jurídico, lo
que implica el ejercicio de una acción personal al discutirse la
revocación del mismo y no de dominio de los bienes o cobro de
prestaciones en dinero, por lo que no es dable estimar que se trate de
un negocio de cuantía determinada o determinable, sino que es de
cuantía indeterminada, en razón de que el efecto jurídico en comento
no involucra temas económicos, sino únicamente el tema referente a la
revocación del referido acto jurídico.

Al amparo de las ideas precedentes, se tiene que en la hipótesis


de mérito se reúnen en este órgano de justicia los atributos relativos a
la materia, territorio y grado necesarios para definir la competencia
para conocer del asunto en comento, de ahí que ésta deba de
validarse.

Cuarto: Análisis de la vía.- La vía ordinaria civil es la idónea y


correcta, pues la acción planteada no tiene señalada tramitación
especial alguna dentro de las disposiciones contenidas en el Código
Procesal Civil para el Estado de Nuevo León, lo anterior con apoyo
legal en lo dispuesto por el artículo 638 del código adjetivo en cita.

Quinto: Legitimación.- Pues bien, es el caso de abordar el


análisis de la legitimación de las partes.

Al respecto, es de precisarse que la legitimación en sentido


general, según opinión del jurista Eduardo Pallares plasmada en su
obra Diccionario de Derecho Procesal Civil, Editorial Porrúa, vigésimo
tercera edición, México 1997, página 535, consiste en la situación en
que se encuentra una persona con respecto a determinado acto o
circunstancia jurídica, para el efecto de poder ejecutar legalmente aquél
o de intervenir en ésta.

Procesalmente suele distinguirse entre legitimación activa y


pasiva, la primera de éstas atañe a la parte actora y la segunda a la
parte demandada.

Con ello en mente, se procede arriba a la conclusión de que en lo


que atañe a la accionante se justifica su legitimación activa en la causa,
ello atendiendo a que ésta comparece como donante en el acto jurídico
respecto del cual se reclama su revocación, de donde nace el derecho y
por ende, la legitimación para comparecer a ejercer la acción que se
analiza, en el presente fallo, justificándose de esa forma el interés
jurídico de la parte accionante para comparecer a ejercitar la acción que
aquí se analiza.
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Ahora bien, por lo que respecta a la legitimación pasiva en la
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causa de la demandada, también se actualiza la misma, esto
considerando que la demandada en cuestión es la donataria en la
celebración del acto jurídico respecto del cual se demanda su
revocación.

Sexto: Estudio de la acción.- En tales términos, es el caso


entrar al estudio de la acción de revocación de donación, misma que
fue propuesta por la actora.

En principio de cuentas, se torna indispensable aludir al


contenido de los artículos 223, 224 y 225 del Código de Procedimientos
Civiles para el Estado de Nuevo León; preceptos que en lo básico
disponen:
“Artículo 223.- El actor debe probar los hechos constitutivos de su
acción y el reo los de sus excepciones, pero sólo cuando el actor
pruebe los hechos que son el fundamento de su demanda, el reo está
obligado a la contra prueba que demuestra la inexistencia de aquéllos,
o a probar los hechos que sin excluir el hecho probado por el actor,
impidieron o extinguieron sus efectos jurídicos.

Artículo 224.- El que niega sólo está obligado a probar:


I.- Cuando su negación no siendo indefinida envuelva la afirmación de
un hecho, aunque la negativa sea en apoyo de una demanda o de una
excepción.
Los jueces en este caso no exigirán una prueba tan rigurosa como
cuando se trate de un hecho positivo, pero sin dejar de observar el
artículo 387;
II.- Cuando desconozca la presunción legal que tenga en su favor el
colitigante.

Artículo 225.- Sólo los hechos están sujetos a prueba. El Derecho


Extranjero lo verificará y aplicará de oficio el juzgador, sin perjuicio de
que las partes coadyuven al logro de esa información.”

De los anteriores preceptos, se obtiene como conclusión que la


parte accionante se encuentra obligada a acreditar su acción, es decir,
en el recae la responsabilidad de soportar la carga probatoria en
relación a sus afirmaciones, y que sólo cuando esta cumpla con dicha
imposición, la contraria se encuentra obligada a la contraprueba, esto
es, a desvirtuar la acción deducida.

Por ende, debe tomarse en cuenta que la improcedencia de la


acción por falta de uno de sus requisitos esenciales, puede ser
estimada por el suscrito juzgador, aún de oficio, por ser de orden
público el cumplimiento de las condiciones requeridas para la
procedencia de dicha acción, siendo indudable que cuando no los
prueba, su acción no puede prosperar, independientemente de que la
parte demandada haya o no opuesto excepciones y defensas. Sirven de
apoyo a lo anterior, los criterios jurisprudenciales que se procede a
transcribir:
ACCIÓN. ESTUDIO OFICIOSO DE SU IMPROCEDENCIA. La
improcedencia de la acción, por falta de uno de sus requisitos
esenciales, puede ser estimada por el Juzgador, aun de oficio, por ser
de orden público el cumplimiento de las condiciones requeridas para la
procedencia de dicha acción.1

ACCION. FALTA DE PRUEBA DE LA. Dado que la ley ordena que el


actor debe probar los hechos constitutivos de su acción, es indudable
que, cuando no los prueba, su acción no puede prosperar,
independientemente de que la parte demandada haya o no opuesto
excepciones y defensas.2

Pues bien, en el presente caso tenemos que como acción


principal la accionante reclama del demandado la revocación de la
donación por ingratitud, apoyándose dicha acción en lo dispuesto por el
artículo 2264 del Código Civil en vigor, pues afirma, que la demandada
la despojó de la explotación del usufructo del bien inmueble donado,
dejándola en un estado de abandono, pues las rentas que recibe del
mencionado bien inmueble le sirven para poder sobrevivir y comprar los
diversos medicamentos que requiere para controlar las enfermedades
propias de la edad.

Pues bien, es el caso de abocarnos al análisis de la acción de


revocación de donación planteada por la accionante, precisándose que
como elemento sine qua non de la acción ejercida, debe demostrarse la
celebración del contrato de donación respecto del cual se demanda su
revocación.

Al efecto, se advierte del sumario que la parte accionante allegó


junto a su escrito inicial el siguiente documento:

Copia certificada de la escritura pública número **********, de


fecha 29 veintinueve de julio del 2005 dos mil cinco, pasada ante la fe
del titular de la notaría pública número **********, con ejercicio en el
Primer Distrito Registral del Estado, en la cual se contiene el contrato
de donación gratuita de inmueble con reserva de usufructo vitalicio que

1
Octava Época Instancia: SEGUNDO TRIBUNAL COLEGIADO DEL SEXTO CIRCUITO.
Fuente: Apéndice de 1995 Tomo: Tomo VI, Parte TCC Tesis: 541 Página: 359 Sexta Época
Instancia: Tercera Sala Fuente: Apéndice de 1995 Tomo: Tomo IV, Parte SCJN Tesis: 6 Página:
6
2

Octava Época Registro: 220946 Instancia: Tribunales Colegiados de Circuito Jurisprudencia


Fuente: Semanario Judicial de la Federación Tomo: VIII, Diciembre de 1991 Materia(s): Civil
Tesis: VI.2o. J/166 Página: 95
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celebraran ********** y **********, como parte donante y **********, como
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donataria con relación al inmueble siguiente:
DEL PRIMER DISTRITO JUDICIAL “finca marcada con el número ( ********** ) **********, de la **********, del
MONTERREY, N.L.
fraccionamiento **********( antes ********** ) de la ciudad de **********,
Nuevo León, construida sobre el lote de terreno de la subdivisión
marcado catastralmente con el número ( **********) **********, de la
manzana ( **********) **********, de dicho fraccionamiento, el cual tiene
una superficie de ( 163.20 m2 ) ciento sesenta y tres metros veinte
centímetros cuadrados y las siguientes medidas y colindancias: al
Oriente mide ( 10.00 ) diez metros, dando frente a la **********; al
Poniente mide ( 15.00 ) quince metros a colindar con propiedad
privada; al Norte mide ( 11.00 ) once metros y colinda con el lote
número ( ********** ) ********** de la subdivisión; y al Sur mide ( 22.23 )
veintidós metros veintitrés centímetros, a colindar con el lote (
**********) **********. La manzana la circundan las calles de: ********** al
Norte; ********** al Sur; ********** al Oriente y calle ********** al
Poniente.”

Precisándose en la cláusula primera de dicho acto jurídico, que la


señora ********** se reservó el usufructo vitalicio del inmueble objeto de
la donación.

Documental pública la anterior a la cual se le concede valor


probatorio pleno en términos de los artículos 239 fracción II, 287 y 369
del Código de Procedimientos Civiles vigente en el Estado, y con la cual
se justifica la celebración del contrato de donación cuya revocación se
reclama, por lo que se concluye que dicha documental es suficiente,
para tener por demostrado la existencia del acto jurídico respecto del
cual se demanda su revocación.

Ahora bien, continuando con el análisis de la acción instada,


debe señalarse que la parte accionante precisa como causas de
ingratitud que motivan la revocación del contrato en comento, que la
demandada la despojó de la explotación del usufructo del bien inmueble
donado, dejándola en un estado de abandono, pues las rentas que
recibe del mencionado bien inmueble le sirven para poder sobrevivir y
comprar los diversos medicamentos que requiere para controlar las
enfermedades propias de la edad.

Al efecto, es de señalarse que el artículo 2264 del Código Civil


vigente en el Estado, establece las diversas causas que motivan la
revocación del contrato de donación por ingratitud, siendo estas las
siguientes:
Art. 2264.- La donación, puede ser revocada por ingratitud:
I.- Si el donatario comete algún delito contra la persona, la honra o los
bienes del donante o de los ascendientes, descendientes o cónyuge de
éste;
II.- Si el donatario rehúsa socorrer, según el valor de la donación, al
donante que ha venido a pobreza;
III.- Si el donatario es condenado por sentencia que haya causado
ejecutoria en proceso civil por cometer contra el donante hechos o
actos de violencia familiar;
IV.- Por falta de ministración de alimentos; y
V.- Por cualquier otra causa grave que a juicio del juez, esté
debidamente fundada.

Ahora bien, la primera de las causales de revocación previstas


por dicho numeral y que se hace consistir en que dicha revocación
puede acontecer si el donatario comete algún delito contra la persona,
la honra o los bienes del donante o de los ascendientes, descendiente o
cónyuge de éste, no debe interpretarse en un sentido técnico-penal,
sino como una conducta condenable tanto por la sociedad como por el
donante, ejecutada con intención.

Esto es, como un acto que constituye una afectación a la


persona, bienes u honra del donante, mediante el cual se demuestra
una falta al deber de gratitud que le debe el donatario a éste, sin que
sea necesario que dicho acto se encuentre prohibido y sancionado en la
ley penal (delito stricto sensu); pues la palabra "delito" debe
interpretarse en sentido lato, es decir, no como conductas penalmente
sancionables, sino como actos igualmente condenables por la
conciencia social y por la afectación al animus donandi, los cuales
comprenden los hechos ilícitos que afectan el derecho al honor, a la
intimidad personal y a la propia imagen del donante.

De ahí que la revocación de una donación por ingratitud, basada


en la mencionada fracción del artículo en cita, debe tenerse como la
realización por el donatario de ciertos actos ilícitos que aun sin serlo en
el terreno criminal, lo son para el donante por su relación con el
donatario, en el ámbito del derecho privado y que la sociedad califica de
ingratos de la donataria hacia el donante.

Por ello esta autoridad al abocarse al análisis de la acción


planteada, no dictaminará sobre la existencia o no de un delito en
términos penales, sino únicamente de la ingratitud hacia el donante.

De ahí que si se toma en cuenta, por un lado, que la revocación


de la donación por ingratitud se dirige a dotar al donante de un medio
coactivo y psicológico para obligar al donatario al cumplimiento de sus
deberes morales y, por el otro, que se trata de un procedimiento civil
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mediante el cual pretende demostrarse la falta del deber de gratitud
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moral que tiene el donatario para con el donador, resulta evidente que
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para la procedencia de la revocación de donación por ingratitud no es
necesario que la conducta asumida por el donatario sea calificada como
delito en sentencia ejecutoria dictada por un juez penal.

Ya que en el derecho privado el acto ilícito sólo se considera en


relación con el daño, prescindiendo de la idea de hecho punible
penalmente, en virtud de que en la especie la tutela jurídica se dirige a
sancionar una acción entre particulares que aun sin ser ilícita en el
ámbito criminal, es reprochable tanto por la sociedad como por el
donante, al tratarse de una conducta realizada con ánimo de causar
una afectación a las personas estipuladas en la ley.

Lo que permite concluir, que de conformidad con la fracción I del


artículo 2264 del Código Civil en vigor, no es necesario que el donante
acredite la existencia de sentencia penal contra el donatario por un
delito cometido por éstos en agravio de aquél, de su honra o de sus
bienes, para ejercitar la acción de revocación de donación por causa de
ingratitud.

Pero sí deben acreditarse en este procedimiento civil los hechos


en que se hace consistir la ingratitud.

Ello tal y como se indica en el siguiente criterio jurisprudencial.


DONACIÓN. SU REVOCACIÓN POR CAUSA DE INGRATITUD, SE
DEMUESTRA MEDIANTE LA PRUEBA DE LA COMISIÓN DE UN
ILÍCITO O DELITO CIVIL POR EL DONATARIO EN AGRAVIO DEL
DONANTE, SUS FAMILIARES, CÓNYUGES O BIENES. POR LO
QUE PARA LA PROCEDENCIA DE LA ACCIÓN
CORRESPONDIENTE NO ES NECESARIA LA PREEXISTENCIA DE
SENTENCIA CONDENATORIA PENAL. De la interpretación integral,
sistemática y teleológica del artículo 2224 del Código Civil para el
Estado de México abrogado, equivalente al numeral 7.642 de su similar
en vigor, y el diverso 2344 del Código Civil del Estado de Chiapas, que
prevén el supuesto de revocación de la donación por ingratitud cuando
el donatario cometa algún delito contra la persona, la honra o los
bienes del donante o de sus ascendientes, descendientes o cónyuge,
se advierte que dichos preceptos no remiten a los ordenamientos
penales de esas entidades, por lo que al referirse a la comisión de un
delito, éste no debe interpretarse como una conducta criminosa en
sentido técnico-penal, sino como el hecho ilícito que trastoca el
derecho privado. Por ello el Juez civil no resolverá la existencia o no de
un delito en términos penales, sino de la ingratitud hacia el donante. De
ahí que si se toma en cuenta, por un lado, que la revocación de la
donación por ingratitud se dirige a dotar al donante de un medio
coactivo y psicológico para obligar al donatario al cumplimiento de sus
deberes morales y, por el otro, que se trata de un procedimiento civil
mediante el cual pretende demostrarse la falta del deber de gratitud
moral que tiene el donatario para con el donador, resulta evidente que
para la procedencia de la revocación de donación por ingratitud no es
necesario que la conducta asumida por el donatario sea calificada
como delito en sentencia ejecutoria dictada por un Juez penal, pues en
el derecho privado el acto ilícito sólo se considera en relación con el
daño, prescindiendo de la idea de hecho punible penalmente, en virtud
de que en la especie la tutela jurídica se dirige a sancionar una acción
entre particulares que aun sin ser ilícita en el ámbito criminal, es
reprochable tanto por la sociedad como por el donante, al tratarse de
una conducta realizada con ánimo de causar una afectación a las
personas estipuladas en la ley. Por tanto, el Juez civil que conozca de
la revocación señalada está facultado para analizar las pruebas
ofrecidas por las partes para determinar con su libre apreciación si la
conducta de que se trata es ingrata o no, ya que de lo contrario se
limitaría su jurisdicción en tanto que se condicionaría su actuar a la
existencia de una sentencia dictada por un Juez penal; máxime que la
Suprema Corte de Justicia de la Nación ha sostenido que los juicios
civiles cuentan con sus propias pruebas y que las actuaciones penales
sirven como meros indicios para la comprobación de los hechos que
tendrán que valorarse junto con los demás elementos probatorios
existentes. Además, si se admitiera como único medio de prueba la
sentencia que condene al donatario por un delito, en la mayoría de los
casos la acción de revocación sería improcedente, pues al tener que
esperar hasta la emisión de la sentencia penal, aquélla prescribiría por
el plazo que tarda en integrarse y resolverse el juicio penal.
Contradicción de tesis 175/2009. Entre las sustentadas por el entonces
Tribunal Colegiado del Vigésimo Circuito, actualmente Primer Tribunal
Colegiado del Vigésimo Circuito y el Segundo Tribunal Colegiado en
Materia Civil del Segundo Circuito. 23 de septiembre de 2009. Mayoría
de tres votos. Ausente: José de Jesús Gudiño Pelayo. Disidente: Juan
N. Silva Meza. Ponente: Sergio A. Valls Hernández. Secretaria: Paola
Yaber Coronado. Tesis de jurisprudencia 104/2009. Aprobada por la
Primera Sala de este Alto Tribunal, en sesión de fecha veintiocho de
octubre de dos mil nueve.3

Siendo igualmente aplicable los siguientes criterios.

DONACIÓN. SU REVOCACIÓN POR INGRATITUD, BASADA EN EL


HECHO DE HABERSE COMETIDO UN DELITO EN CONTRA DEL
DONANTE, NO DEBE INTERPRETARSE EN UN SENTIDO
TÉCNICO-PENAL. El fundamento de la revocación de la donación por
ingratitud (del latín ingratitudo, que significa desagradecimiento, olvido
o desprecio de los beneficios recibidos. Vicio del ingrato
desagradecido), prevista en el artículo 2370, fracción I, del Código Civil
para el Distrito Federal, no debe interpretarse en un sentido técnico-
penal, sino como una conducta condenable tanto por la sociedad como
por el donante, ejecutada con intención; esto es, como un acto que
constituye una afectación a la persona, bienes u honra del donante,
mediante el cual se demuestra una falta al deber de gratitud que le
debe el donatario a éste, sin que sea necesario que dicho acto se
encuentre prohibido y sancionado en la ley penal (delito stricto sensu);
pues la palabra "delito" debe interpretarse en sentido lato, es decir, no
como conductas penalmente sancionables, sino como actos
igualmente condenables por la conciencia social y por la afectación al
animus donandi, los cuales comprenden los hechos ilícitos que afectan
el derecho al honor, a la intimidad personal y a la propia imagen del
donante; de ahí que la revocación de una donación por ingratitud,
basada en la figura jurídica que nos ocupa, debe tenerse como la
realización por el donatario de ciertos actos ilícitos que aun sin serlo en
el terreno criminal, lo son para el donante por su relación con el
donatario, en el ámbito del derecho privado y que la sociedad califica
3
Registro digital: 165034. Instancia: Primera Sala. Novena Época. Materias(s): Civil. Tesis:
1a./J. 104/2009. Fuente: Semanario Judicial de la Federación y su Gaceta. Tomo XXXI, Marzo
de 2010, página 261. Tipo: Jurisprudencia
de ingratos de la donataria hacia el donante. SEXTO TRIBUNAL
PODER JUDICIAL DEL
ESTADO DE NUEVO LEÓN COLEGIADO EN MATERIA CIVIL DEL PRIMER CIRCUITO.4
JUZGADO TERCERO DE LO CIVIL
DEL PRIMER DISTRITO JUDICIAL
MONTERREY, N.L. DONACION, REVOCACION DE LA, POR INGRATITUD. De
conformidad con la fracción I del artículo 2495 del Código Civil anterior
al vigente para el Estado de Puebla, no es necesario que el donante
acredite la existencia de sentencia penal contra los donatarios por un
delito cometido por éstos en agravio de aquél, de su honra o de sus
bienes, para ejercitar la acción de revocación de donación por causa
de ingratitud, pero sí deben acreditarse en el juicio civil los hechos en
que se hace consistir la ingratitud. PRIMER TRIBUNAL COLEGIADO
DEL SEXTO CIRCUITO.5

De ahí que corresponda a la parte accionante el demostrar los


hechos en que descansa su acción de revocación del contrato de
donación en atención a la ingratitud que le atribuye a la parte
demandada.

En atención a ello, debe señalarse que la parte actora precisa


como actos de ingratitud la acción de la demandada de impedir el uso
del derecho de usufructo que se reservó sobre el bien inmueble que le
donó, ello al despojarla de la explotación del mismo, pues no se le
entregó las rentas que dicho bien inmueble genera.

Sobre el particular, debe precisarse que conforme a lo dispuesto


por los artículos 977, 986 y 987 del Código Civil en vigor, el usufructo es
un derecho real y temporal para disfrutar los bienes ajenos, y además el
usufructuario tiene derecho a ejercitar todas las acciones y excepciones
reales, personales o posesorias, y de ser considerado como parte en
todo litigio; asimismo, tiene derecho a percibir todos los frutos que
genere el bien materia del usufructo, ya sean naturales, industriales o
civiles.

Pues bien, debe señalarse que la parte accionante precisa en su


ocurso inicial de demanda, que dado que de la donación basal se
advierte que tiene vigencia la cláusula de usufructo a su favor con
relación al bien objeto del contrato, es por lo que en conjunto con la
demandada decidieron que el bien inmueble objeto de la donación se
rentara y que el producto de las rentas le fuera entregado mes con mes

4
Registro digital: 2010251. Instancia: Tribunales Colegiados de Circuito. Décima Época.
Materias(s): Civil. Tesis: I.6o.C.49 C (10a.). Fuente: Gaceta del Semanario Judicial de la
Federación. Libro 23, Octubre de 2015, Tomo IV, página 3927. Tipo: Aislada

5
Registro digital: 246840. Instancia: Tribunales Colegiados de Circuito. Séptima Época.
Materias(s): Civil. Fuente: Semanario Judicial de la Federación. Volumen 217-228, Sexta Parte,
página 260. Tipo: Aislada
a la accionante, pues el usufructo del citado bien lo tenía la aquí
promovente.

Indicando la accionante, que el bien en comento tiene dos


inquilinos, ya que es de dos planas, por lo que se percibía por parte de
la planta de arriba la renta de $2,500.00 ( dos mil quinientos pesos
00/100 moneda nacional ), y por la parte de abajo la cantidad de
$3,000.00 ( tres mil pesos 00/100 moneda nacional ), por lo que se
obtenía por producto de rentas la cantidad de $5,500.00 ( cinco mil
quinientos pesos 00/100 moneda nacional ).

Pues bien, de la propia narrativa de hechos de la demanda se


puede colegir, que las partes contendientes pactaron que el bien objeto
de la donación - del cual le asiste a la accionante el usufructo del
mismo- fuera materia de arrendamiento, incluso se precisa el monto
que su rentabilidad genera, así como que dichas rentas serían
entregadas a la parte promovente como usufructuaria de dicho bien.

Lo que incluso es reconocido como cierto por la parte


demandada al momento de producir su contestación, pues acepta como
cierto el hecho cinco de la demanda, en que se precisan dichos hechos;
confesión que merece valor probatorio pleno en términos de lo
dispuesto por el artículo 362 del Código de Procedimientos Civiles en
vigor.

Ahora bien, la parte accionante precisa como causa para revocar


la donación de dicho contrato, la falta de cumplimiento de la parte
demandada en entregar las rentas que el bien inmueble genera.

Sin embargo, lo referido por la parte actora no constituye una


causa de ingratitud que genere la revocación del contrato de donación.

Pues la falta de cumplimiento en el acuerdo concertado por las


contendientes con relación a la rentabilidad del bien objeto de la
donación, no constituye un acto de ingratitud, ya que no debe olvidarse,
que la ingratitud (del latín ingratitudo ) significa desagradecimiento,
olvido o desprecio de los beneficios recibidos.

Mientras que el convenio concertado por las contendientes con


relación a la administración del bien objeto de la donación y respecto
PODER JUDICIAL DEL
del cual le asiste a la parte actora el usufructo vitalicio del mismo, se
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JUZGADO TERCERO DE LO CIVIL
encuentra tutelado en lo dispuesto por el artículo 2464 del Código de
DEL PRIMER DISTRITO JUDICIAL
MONTERREY, N.L.
Procedimientos Civiles en vigor, mismo que dispone que el mandatario,
en este caso la demandada, tiene obligación de entregar a la
mandante, es decir a la accionante, todo lo que haya recibido en virtud
de la administración del bien objeto de usufructo vitalicio, como sería en
el caso que nos ocupa, las rentas recibidas por el arrendamiento del
inmueble.

Se inserta a continuación el dispositivo legal en cita para mayor


comprensión.
Art. 2464.- El mandatario tiene obligación de entregar al mandante todo
lo que haya recibido en virtud del poder.

Por tanto, es dable concluir, que la causa que se invoca por la


parte accionante para obtener la revocación del contrato de donación
por esta otorgada, no se encuentra tutelada en el artículo 2264 del
Código Civil en vigor.

Pues el convenio concertado por las contendientes sobre la


administración del bien controvertido, en los términos antes referidos,
constituye un acto contractual autónomo e independiente del
mencionado contrato de donación.

En cuyo caso, la parte actora se encuentra en la aptitud de exigir


el cumplimiento de dicho acto contractual, pues como se mencionó
líneas atrás, la obligación de la demandada de entregar lo que hubiere
recibido en virtud de las rentas que el inmueble objeto de donación
general, se encuentra prevista por el artículo 2464 del Código Civil en
vigor.

Aunado a ello, debe señalarse que de acuerdo con lo establecido


en el artículo 986 del Código Civil en vigor, a la usufructuaria le asiste el
derecho para ejercitar todas las acciones y excepciones reales,
personales o posesorias, siempre que en ellas se interese el usufructo,
como sería en el caso que nos ocupa, la relativa a exigir el
cumplimiento de las obligaciones derivados del acuerdo contractual
concertado con la ahora demandada, incluso exigir la posesión
definitiva del inmueble objeto de la donación.
Por tanto, al no situarse la causal que precisa la parte accionante
como acto de ingratitud, dentro de las previstas por el artículo 2264 del
Código Civil en vigor, sino que la privación de las frutos del bien dado
en usufructo proviene de la celebración de un diverso pacto contractual
concertado por las contendientes, es de donde resulta infundada la
acción instada por la parte demandante.

Resultando innecesario el análisis de los elementos de prueba


aportados por la parte accionante, pues estos se encuentran
encaminados a demostrar el incumplimiento en el pago de las rentas
que el inmueble objeto de la donación produce, el cual como ya se dijo,
constituye un acto autónomo e independiente al contrato respecto del
cual se demanda su revocación.

Por tanto, se reitera que en el caso particular no se actualizan


las diversas causas de ingratitud que se contemplan en el artículo 2264
del Código Civil en vigor.

En consecuencia se declara infundado el presente juicio ordinario


civil promovido por **********, en ejercicio de sus propios derechos, en
contra de **********. Ventilado en este juzgado bajo el expediente
judicial número 1110/2020.

Por lo que, se absuelve a la parte demandada de las


prestaciones que se le reclaman en el escrito inicial de demanda.

Consecuentemente, por los razonamientos y fundamentos


expuestos, resulta innecesario el estudio del resto de las excepciones
que hiciera valer la parte demandada en su escrito de contestación;
citándose la siguiente tesis que a la letra dice:
EXCEPCIONES, INNECESARIAS ESTUDIO DE LAS. Toda sentencia
debe ocuparse en primer lugar, del estudio de la acción ejercitada; y si
se llega a la conclusión de que no se probó, es ocioso ocuparse de las
excepciones opuestas, que no son sino las defensas empleadas para
destruir o entorpecer la acción.6

Séptimo: Gastos y costas.- Los artículos 90, 91 y 92 del Código


de Procedimientos Civiles para el Estado de Nuevo León, son claros al
definir las reglas que deben otorgar para fincar condena en costas con
motivo de asuntos sustanciados en primera o única instancia,
señalando que en toda sentencia definitiva en asuntos de carácter
6
No. Registro: 359,872, Tesis aislada, Materia(s): Común, Quinta Época, Instancia: Tercera
Sala, Fuente: Semanario Judicial de la Federación, XLIV, Tesis: Página: 159
PODER JUDICIAL DEL
contencioso, se hará forzosamente condenación en costas,
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JUZGADO TERCERO DE LO CIVIL
determinando cuál de las partes debe pagar a la contraria las costas
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MONTERREY, N.L.
que se le hayan causado en el juicio; precisándose que siempre será
condenado en costas el litigante que no obtenga resolución favorable
sobre ninguno de los puntos de su demanda, así como el que fuere
condenado de absoluta conformidad con la reclamación que se le
formulare; precisándose que cuando se obtuviere sólo parte de lo
demandado y existiera en consecuencia una condena parcial, la suerte
de dicho accesorio se determinará atendiendo a la temeridad o mala fe
que hubieren observado las partes en el curso del juicio.

Al efecto, de lo establecido en el presente fallo, se puede advertir


que la parte accionante no obtuvo sentencia favorable a sus
pretensiones reclamadas, por tanto, en cumplimiento a los numerales
en cita, esta autoridad determina que la parte accionante deberá pagar
a la parte demandada los gastos y costas que se hubieren erogado con
motivo de la tramitación del presente asunto.

Por lo anteriormente expuesto y fundado, es de resolverse y


se resuelve:

Primero: Se declara que la parte accionante no justificó el acto


de ingratitud que se invoca como causa de revocación del contrato de
donación base de la acción.

Segundo: Por ende, se declara infundado el presente juicio


ordinario civil promovido por **********, en ejercicio de sus propios
derechos, en contra de **********. Ventilado en este juzgado bajo el
expediente judicial número 1110/2020.

Tercero: Se absuelve a la parte demandada de las prestaciones


que se le reclaman en el escrito inicial de demanda.

Cuarto: Se condena a la parte actora a pagar a la parte


demandada los gastos y costas que se hayan originado con motivo de
la tramitación del presente juicio.

Quinto: Notifíquese personalmente. Así juzgando en definitiva lo


resuelve y firma el ciudadano licenciado Rubén Martínez Tamez, Juez
Tercero de lo Civil del Primer Distrito Judicial en el Estado, ante la fe de
la ciudadana secretario que autoriza, licenciada Norma Virginia
Pachuca Cortés. Doy fe.

La presente resolución se publicó en el Boletín Judicial número


8193, del día 6 seis de julio de 2022 dos mil veintidós. Lo anterior se
hace constar para los efectos legales a que hubiere lugar. Doy fe.

La ciudadana secretario.
**********

Este documento constituye una versión pública de su original. En consecuencia, se suprimió toda aquella
información considerada legalmente como confidencial, en virtud de encuadrar en los supuestos normativos
previstos en el artículo 3 de la Ley General de Protección de Datos Personales en Posesión de Sujetos Obligados
y en los artículos 3 y 141 de la Ley de Transparencia y Acceso a la Información Pública del Estado de
Nuevo León.

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