La construcción de una Escribimos sus nombres desde muy chiquitos, con la lengua en la punta entre
Argentina imaginaria y porteña
los dientes. La señorita en la escuela primaria los dictada despacito y a cada uno de ellos les seguía una sentencia -breve y estatua en la que todos vieron tenido alguna relación en el reverencial- que se concretadas sus aspiraciones de largo período que Rosas gobernó adosaba con pretensión independencia y libertad”. el país) esos antecedentes le fue- de eternidad: “el Padre de Tras Moreno vino “una minoría ron convenientemente ocultados ilustrada” que cultivó sus semi- o disimulados (el mismísimo ge- la Patria”; “el más grande llas “luchando siempre contra el neral San Martín por caso, que hombre civil”; “el orador torrente de la barbarie”. Y a con- donó su sable a Rosas por de- de la Constitución”, el tinuación, “cuando todos creían fender la soberanía nacional en “padre del Aula”, etc. esas semillas extirpadas bajo las la Vuelta de Obligado, cosa que patas de los caballos de los Atilas su biógrafo Mitre obviará olím- de la Pampa, han aparecido picamente). Por Mario Casalla hombres como Rivadavia que las Tercera condición básica: ser han vivificado bajo el soplo fe- hombre culto e ilustrado, lo cual Con el paso de los años vendría cundante de la civilización”. Por ha de interpretarse literalmente alguna que otra desilusión (o no), supuesto, al final de la galería como: no haber sido caudillo, pero lo cierto es que la Nación está Mitre mismo, gobernando “hombre del vulgo”. Por eso el ya había construido su primer a una Buenos Aires separada de propio Mitre realizará las tres Panteón Nacional y lo colocó en la Confederación Argentina primeras exclusiones expresas de el mejor lugar posible: nuestra (1853/1860) para preservar así esa galería: allí no entraron Saa- memoria infantil. Por supuesto al verdadero pueblo (el porteño) vedra, ni Dorrego, ni el general que –al igual que todas las ilu- de la nueva vulgaridad federal Güemes (y éste a pesar de haber siones de ese tipo- fueron irreme- (Urquiza). sido reconocido como héroe de diablemente atacadas por las pos- la Independencia, pero, un “hé- teriores desilusiones, ¡pero Requisitos para roe gaucho” era poco para cele- cuánto duraron y qué eficaces ser hombre celebre bridad). Los tres fueron caudillos fueron en su momento! Por supuesto que para ingresar (y caudillos populares) razón por Eso que alguna vez se llamó “el a ese panteón, no basta con ha- la cual –advertirá Mitre- “aun- granero del mundo”, aquello que ber protagonizado los sucesos de que no merezcan las bendiciones la composición “tema la vaca” la Revolución de Mayo sino que de la posteridad, se presentarán expresó como ninguna otra, tuvo era necesario contar con tres re- a sus ojos con el resplandor si- también un comienzo escritural: quisitos esenciales: primero (¡y niestro de aquélla soberbia figura me refiero a la “Galería de Cele- hombres también “célebres”. Mi- carlos en dignos pedestales, a fin en todo el sentido del término!) de Milton que pretendía arras- bridades Argentinas: biografías tre escribió allí la biografía de de que la juventud les venere”. servir o haber servido a la “causa trar en su caída todas las estrellas de los personajes más notables Manuel Belgrano (anticipo de su Para ello deben limpiarse “las porteña”, es decir formar parte del firmamento (…) son los re- del Río de la Plata”. “Historia de Belgrano”, que pu- manchas de lodo con que los sal- de lo que Mitre llamaba el “Par- presentantes de las tendencias Imaginada por Bartolomé Mitre blicará al año siguiente). Juan picó el carro revolucionario” y tido de la Libertad” que nacía dominadoras de la barbarie”. en 1843 (durante su exilio uru- María Gutiérrez escribirá la bio- construir un panteón morali- con Moreno y culminaba en él, Sarmiento con la publicación de guayo) se editó posteriormente grafía de Rivadavia; Tomás zante (cívico y militar) que en tanto primer servidor de los su “Civilización y Barbarie, vida en Buenos Aires (en 1857 y a Guido la del almirante Gui- pueda servir de referencia a las intereses de Buenos Aires contra de Juan Facundo Quiroga” todo lujo) por la imprenta de Le- llermo Brown; Domingo F. Sar- nuevas generaciones cultas. Se el nuevo “atropello federal” (la (1845), había ya escrito el mejor doux y Vignal. Fue tan impor- miento la biografía de San Mar- trataba –nada más ni nada me- Constitución Nacional de 1853, modelo de una No-Celebridad. tante que la Galería –publicada tín; Luis Domínguez la de nos- que de gestar un nuevo mito que sólo firmará en 1860 y des- La “Galería” ya tenía cara y como se advertirá cuatro años Florencio Varela; Manuel Rafael de los orígenes (esta vez post ba- pués de imponer las modifica- cruz. Largo fue superar esa fija- después del derrocamiento de la García la de su padre Manuel talla de Caseros) el cual presen- ciones porteñas). ción infantil y por lo que veo, no “primera Tiranía” (Rosas)- se re- García y a Pedro Lacasa se en- tará de otra manera los viejos Así que para ser porteño no hemos logrado superarla del editaría solemnemente en 1957, cargará de la biografía del gene- ideales de Mayo y reescribirá la basta con haber nacido en Bue- todo. Acaso Jean Paul Sartre te- es decir al cumplirse su centena- ral Lavalle. Historia como proceso de elites nos Aires, sino que es necesario nía parcialmente razón cuando rio y dos años después del derro- Por supuesto que hay muchas liderados por Celebridades (no- serlo ”de buena ley” (por ejem- decía –al final de su autobiogra- camiento de la “segunda tiranía” otras más, por eso yo me permito torias y excepcionales) que mo- plo, el sanjuanino Sarmiento sí fía “Las Palabras”- “…podemos (Perón). Esta vez su éxito fue mu- sugerirle amigo lector que con- delaron la Nación, casi desde la lo era y sin ninguna duda). En deshacernos de una neurosis, cho menor (acaso porque ya los sulte esa singular “Galería” en nada, expresando al mismo consecuencia: provincianos: abs- pero no curarnos de nosotros chicos estaban creciditos) pero lo alguna biblioteca de su localidad tiempo a un Pueblo rescatado tenerse de pretender entrar a esta mismos”. cierto es que la labor pionera de y estoy seguro que no saldrá de- del Vulgo. galería (por las dudas, la expre- Me parece que lo que sí puede don Bartolo es innegable. Fue re- fraudado. El prólogo fue escrito Por eso Mitre –en el Prólogo de sión “Río de la Plata” figuraba hacerse es cambiar, aventura di- almente la primera historia ofi- también por Juan María Gutié- la “Galería de Celebridades”- co- en el subtítulo de la obra). fícil que puede intentarse hasta cial de la Argentina moderna, rrez, repatriado ese mismo año loca a Mariano Moreno como Segunda condición básica para el minuto final. Con una sola con todas las implicancias del de 1857 y quien más tarde será la primera de todas y lo bautiza, ser una celebridad: no haber sido condición, claro: renunciar de caso. rector de la UBA. Allí Gutiérrez “el Miguel Ángel de la Revolu- rosista confeso, o bien haber he- antemano a Galerías de ese tipo fija con meridiana claridad el ob- ción de Mayo”, el cual “como cho apostasía pública de tal de- y con ese precio. Recién aparece, Un índice bien razonado jetivo principal de la galería y magnífico trozo de mármol, le bilidad, es decir: no ser federal, aquí en Salta y en todo el país, Por cierto que la labor no fue sólo dice –refiriéndose a los biogra- dio forma y vida, y presentó a de ninguna manera. A los pocos una bocanada de aire fresco. Y de Mitre, sino de un puñado de fiados- que “es necesario colo- los ojos atónitos del pueblo una que ingresaron (a pesar de haber hay que saber aprovecharla.