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Con motivo del 200 aniversario de las Cortes de Cádiz y de la primera Constitución
La isla transparente,
primera novela histórica sobre Antonio Ruiz de Padrón,
el canario que derribó la Inquisición española
Editada en formato e-book y en papel con encuadernación en tapa dura
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La isla transparente. Esta particularidad va a per- sus personajes, yo lo fui por las palabras y los
mitir que cualquier lector tenga la oportunidad sig-nos de puntuación. Desaparecieron las co-
de documentarse sobre la periferia de estas nar- mas, excepto un reducido número para destacar
raciones, sin necesidad de acudir a una biblioteca vocativos y aposiciones nominales. Se borraron
o archivo histórico. Esas partes complementarias los guiones de los diálogos y otros signos de pun-
se han situado al final del libro para facilitar la tuación se acomodaron o también se esfumaron.
lectura corrida del texto narrativo. En estas circunstancias, las mismas palabras que
El mismo tratamiento tendrá el habían expulsado los signos, bus-
resto de los volúmenes, quizás con caron nuevos nichos dentro de las
más razón porque las alusiones a frases para no perder sus significa-
lugares lejanos son más frecuentes. dos convencionales o para reinven-
Si hemos de referirnos a las visitas tarlos y aportar mayor transparencia
de Ruiz de Padrón a Filadelfia, Balti- al relato.
more, Nueva York, La Habana, París, Como el resto de novelas históricas,
Roma, Cádiz, Madrid, Oporto, Lis- La isla transparente no es histórica
boa,... es preferible contar con ref- en sentido estricto, porque necesa-
erencias suficientes y fehacientes, riamente hay en ella diálogos y per-
antes que desconocer el terreno sonajes que nunca existieron o, si lo
que pisamos. Puedo asegurar a los hicieron, no eran idénticos a los des-
lectores que he recorrido personal- critos. No obstante, lo mismo podría
mente, y detenidamente, cada una decirse de cualquier ensayo históri-
de las poblaciones donde residió o co, puesto que quien lo escribe se ve
que, simplemente, visitó nuestro protagonista; obligado a completar con su imaginación objetos
y he consultado en su geografía urbana, en sus y acontecimientos desconocidos, pero necesa-
archivos, bibliotecas, iglesias, museos y personas rios para entender el desarrollo de la historia.
expertas cuantos datos estuvieron a mi alcance. La diferencia está en que el ensayista califica de
Sobre el estilo de los textos narrativos, resulta hipótesis a esta argamasa de suposiciones, mien-
evidente que no es el más tradicional. El que es- tras el novelista prefiere denominarla ficción. Ex-
cribe es hijo de sus lecturas y, en las mías, no son trañamente, a medida que el tiempo transcurre,
ajenas autoras como Nivaria Tejera o Gertrude las ficciones históricas de las novelas nos van
Stein. En realidad, a medida que avanzaba en la pareciendo menos falsas que las hipótesis for-
obra, la sintaxis fue buscando caminos propios. muladas por los historiadores académicos.•
Como otros escritores han sido arrastrado por