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UNIVERSIDAD NACIONAL MAYOR DE SAN MARCOS

FACULTAD DE LETRAS Y CIENCIAS HUMANAS


ESCUELA DE LITERATURA

TRABAJO ACADÉMICO
“MALDITO AMOR” DE ROSARIO FERRÉ

Aura Estefany Pariente Verde

Ciudad universitaria, 13 de diciembre del 2019


INTRODUCCIÓN
Desde las teorías aristotélicas, la literatura ha sido considerada como una de las
artes que representa la realidad -e incluso más allá-, sin embargo hoy se sabe que
la literatura más que representar, cumple una función de refractar la realidad. Esto
se traduce usando el símil de un río, la literatura actúa como un espejo de la
realidad. Sin embargo, a lo largo del desarrollo de la literatura y en especial en el
siglo XVIII con el realismo, la literatura va a tomar un cambio y se trata a la
literatura como un arte que posee cierta verdad, donde los conflictos y costumbres
sociales poseen determinada verdad que condice con la realidad a la cual elude.
En tanto, en el siglo XX se puede observar el retorno a dicha postura en las obras
que se escribieron en ese periodo y especialmente en los países de
Latinoamérica.
Un caso especial lo ocupa Puerto Rico, país que es símbolo de la dependencia
norteamericana y un pasado histórico conflictivo. En relación a ello, las obras que
proceden de estas tierras sirven para demostrar que la literatura no puede escapar
totalmente de la realidad que los acoge. El conjunto de cuentos recogidos en la
novela “Maldito amor” de la puertorriqueña Rosario Ferré son una prueba de lo
anterior. ´Por ello, se postula que la hipótesis a demostrar es la relación de la
historia ficcional de Ferré con la realidad histórica y social de Puerto Rico. Para tal
asunto se analizará la serie de cuentos que compone la novela y se señalará en
cada caso el componente real dentro la ficción.
La intención del presente análisis parte de reforzar las relaciones interdisciplinarias
entre la literatura y la historia. Esto no quiere decir que toda literatura tiene un
soporte histórico o social, se conoce las teorías sociocríticas de la falacia
referencial, mas no se pretende ignorar dicha visión, sino dar a conocer el caso
particular de “Maldito amor” con Puerto Rico y como esta obra escapa de tal
falacia.
LA NOVELA “MALDITO AMOR” DE ROSARIO FERRÉ COMO ESPEJO DE LA
HISTORIA DE PUERTO RICO
La novela “Maldito amor”, que en realidad compone un total de cuatro cuentos, fue
publicada en 1989 por la autora Rosario Ferré y este no sería su primera novela
publicada. Antes de “Maldito amor” hay una lista de cinco novelas que la
anteceden y dejan ver la acción crítica hacia la sociedad que enmarcan sus obras.
Los motivos que mueven a la autora a realizar una novela que deje huella de lo
que es y significa ser puertorriqueña parten de la actividad política que le rodeo
cuando su padre Luis A. Ferré Aguayo es elegido representante de su país que le
ocupa un periodo del 1968 al 1972 y su situación privilegiada, por decirlo de cierto
modo, dentro de la sociedad puertorriqueña. Rosario Ferré como mujer tuvo la
oportunidad de terminar los estudios secundarios y realizar estudios superiores
fuera de su país y como un legado a dicha posibilidad, Ferré se ocupa de retratar
la realidad de su país tal como ella lo ha vivido y cómo la ha conocido a través de
la historia. Este es un aspecto valioso dentro de su narrativa porque aporta con su
visión femenina una forma diferente a como está acostumbrado a ser mostrada
Puerto Rico.
Entrando en el desarrollo de la postura anteriormente señalada respecto a esta
obra, se parte con analizar el primer cuento que compone la obra: “Maldito amor”.
Este primer cuento empieza con el ensalzamiento de las tierras fructíferas y
dadoras de la población de Guamaní, las descripciones tanto de tierra como de su
población están llenas de un sentimiento positivo que aseguran casi retratar un
estado de paraíso terrenal. Toda esta descripción está narrado desde una postura
que posibilita entrever que el narrador habla desde un tiempo diferente al descrito,
es decir, donde la situación actual ya no es como la del pasado. En el siguiente
fragmento se ha de demostrar esta separación del pasado y presente en la
narración:
En el pasado los guamaneños nos sentíamos orgullosos de nuestro pueblo
y de nuestro valle... Los habitantes de Guamaní amábamos nuestro pueblo
y lo considerábamos, con razón, el pueblo más hermoso del mundo...
Nuestro pueblo vivía, a fines del siglo pasado, de la producción de azúcar...
Pero la caña no era el único producto que lo sostenía...Y no era solo la
feracidad de nuestro valle lo que nos llenaba de orgullo y de felicidad. La
gente bien vivía en casas elegantes... En aquella época los guamaneños de
buena cepa éramos todos como una gran familia: nos apoyábamos en
nuestra lucha diaria por producir al máximo nuestras haciendas, nuestros
hijos estudiaban en Europa y nuestras hijas aprendían las virtudes excelsas
de la maternidad. Nuestras actividades culturales y sociales eran siempre
del más acerado buen gusto: no se toleraba nada vulgar... Hoy todo esto ha
cambiado. (17-19)
Como es evidente, la imagen que los pobladores tienen de Guamaní se va
transformando con el paso del tiempo, esto tiene su referente histórico ya que
Puerto Rico pasa a ser parte de la dominación norteamericana a partir del año
1898. Como luego hace mención el texto, los norteamericanos serán los enemigos
principales o la figura que va a encarnar el desastre y la deformación de esa
sagrada tierra paradisiaca de Guamaní. La presencia extranjera va a significar la
ruptura y el quiebre de la tranquilidad y prosperidad que poseían.
El relato continúa luego con el pasaje de “Las bodas de Doña Elvira”, en él se
desarrolla la historia principal del cuento de la familia De la Valle. Todo empieza
cuando la joven Elvira queda enamorada del apuesto Julio Font. Las tías de Elvira
al percatarse de tal situación deciden entrometerse y lograr la unión de ambos
jóvenes con motivos de interés familiar y económico. Es así que doña Emilia y
doña Estéfana propician el matrimonio entre ambos protagonistas. La intención
secundaria de las tías era disponer de la figura masculina de Julio Font para
administrar las haciendas que estas poseían. Con el matrimonio de Elvira y Julio,
las tierras de las haciendas pasan a ser organizadas por el hombre. La Central
Justicia era una de las haciendas más importantes en la familia De la Valle y esta
se hallaba en el campo, por ello la pareja conyugal tuvo que mudarse al campo
para el seguimiento más cercano de las actividades. El conflicto en el matrimonio
comienza precisamente allí al notar Elvira la precariedad de la casa hacienda
donde vivían y el poco interés de su esposo por mejorar las condiciones de su
hogar. Las discusiones entre ambos llegan al nivel de la violencia física. La
situación en la Central Justicia también se agravó ante las lluvias y el peligro que
sufrían los esclavos negros ante las altas exigencias del oficio. Elvira, por otro
lado, calló los maltratos que sufría y en medio de ello da a luz a su hijo Ubaldino.
La vida miserable que vive culmina al morir tras enfermar por el tifus producto de
la precariedad de su hogar y deja a su hijo huérfano de madre a los pocos meses
de haber nacido.
La historia prosigue con “La consulta”, en este relato el narrador cambia y se
convierte en un testimonio de Titina Rivera dirigido hacia el señor Hermenegildo,
abogado y amigo cercano del fallecido Ubaldino De la Valle. Como es evidente, en
este pasaje la historia de Elvira y Julio ha quedado atrás y está narrada muchos
años después y centrado en la familia que ha formado Ubaldino, el hijo de los dos
anteriores protagonistas. La situación que narra Titina, sirvienta por veinte años de
la familia De la Valle, está enfocada en la disputa por la herencia que ha dejado el
patrón Ubaldino a su familia y la promesa que hizo a Titina y a su hermano Néstor.
En esta parte de la historia, el hijo de Elvira y Julio ya ha fallecido y los hijos de
este están confrontados con su madre, doña Laura, por la venta de la Central
Justicia a manos extranjeras. La razón de la promesa de Ubaldino con su sirvienta
tiene sentido al saber que fue la madre de Titina, Encarnación Rivera, quien
amamantó a Ubaldino en reemplazo de su fallecida madre Elvira.
“Niño Ubaldino le decíamos porque había mamado leche de negra, sí Señor, que
el Niño creció prendido de la teta de nuestra madre...esclava liberta.” (29)
El conflicto de la familia De la Valle se torna más complicado al aparecer la figura
de Gloria, viuda de don Nicolás, uno de los hijos de Ubaldino. El pueblo de
Guamaní circula rumores perversos sobre doña Gloria y miran con sospecha su
actitud devota hacia su suegra doña Laura. Los hijos del fallecido don Ubaldino
tampoco confían en su presencia. Todo el relato se centra en condenar ciertos
personajes, llorar su ausencia y sospechar de la situación en la que terminará la
Central Justicia si es son puestas al servicio de los norteamericanos.
“El niño Ubaldino fue siempre un hombre digno, que se hubiese dejado cortar una
mano antes de venderle una pulgada de tierra a los extranjeros… Nunca pude
comprender por qué el Cristo del Gran Poder nos había enviado a aquellos
extranjeros… a quitarnos lo nuestro” (33)
En el anterior fragmento queda demostrado que la imagen de los extranjeros
norteamericanos es rechazada dentro del pueblo y de los esclavos, pues ellos no
quieren servir a otros. La perspectiva de Titina permite dar cuenta no solo su
situación social sino de la población. Su función es más de observadora y
narradora de los acontecimientos más importantes dentro de los De la Valle.
Las hijas de don Ubaldino, por otro lado, tienen un papel relevante ya que son las
que configuran la articulación de lo prohibido para Ubaldino, es decir, las hijas de
él al casarse con hijos de los norteamericanos posibilitan el dominio de los
extranjeros sobre los De la Valle. De ahí la decisión de Ubaldino, antes de fallecer,
de desheredar a todas sus hijas para no perder el honor y la libertad frente a sus
enemigos. Sin embargo, su segundo hijo varón don Arístides está decidido a
vender la Central Justicia a la famosa Central Ejemplo de los extranjeros.
Al final de este fragmento, la voz narrativa de Titina es puesto a su fin y se
intercepta la voz del abogado don Hermenegildo. A través de él, se da a conocer
que es él quien está escribiendo una historia sobre su amigo Ubaldino,
retratándolo como un mártir y el testimonio de Titina pone en duda la continuación
de este relato.
En el siguiente fragmento “El desengaño” se narra la historia muchos años antes
de la historia anterior, se centra en don Julio y las vicisitudes que le trae la llegada
de los norteamericanos con su modernidad y tecnología superior a las de sus
tierras. Para ello, don Julio está empeñado en no ceder su título de propiedad de
la Central Justicia a la nueva y gran Central Ejemplo de los extranjeros. Para tal
fin, decide fortalecer sus maquinarias e instalaciones a mano de préstamos
bancarios.
“Aquí, aunque los puertorriqueños gobiernen, los norteamericanos mandan, y yo
ya estoy demasiado viejo para dejarme hacer gringo a la fuerza” (39)
La llegada de los norteamericanos va a ser, dentro de este primer cuento, un
símbolo de rechazo, más allá de significar prosperidad, lo que se remarca es el
sentido de identidad que los personajes temen y ven en peligro.
Las banderas norteamericanas se encontraban desplegadas por todas
partes... Parece una nueva invasión... En la primera le trajimos el orden, y
ahora le traemos el progreso de nuestra gran nación… ¿Y eso qué quiere
decir? ¿Qué con los españoles no había progreso?... Mr. Durham quiso
decir que los norteamericanos han traído a la isla el progreso del siglo XX.
(42-43)
En el fragmento “La confesión” la narración se va a centran en el testimonio de
don Arístides. La versión de la historia de los De la Valle con su testimonio va a
dar un giro a la historia antes conocida. Esta versión que presenta Arístides tiene
el fin de degenerar la figura de su hermano don Nicolás, se nos muestra a éste
último como el hijo preferido y el que gozó de más privilegios que Arístides. El
ejemplo más significativo es la educación diferenciada que cada uno recibió. Sin
embargo, el punto de quiebre para que Arístides odie a su hermano es cuando su
amada Gloria, una mulata pobre que estudiaba para ser enfermera, es arrebata de
sus cariños para casarse y ser esposa de su hermano don Nicolás. Según cuenta
Arístides, desde que regresó su hermano de estudiar del extranjero empezaron a
ocurrir sucesos extraños con los trabajadores, luego señala que don Nicolás
abusaba sexualmente de los esclavos y que el matrimonio entre Nicolás y Gloria
fue arreglado por su madre doña Laura para ocultar y corregir la conducta de su
hijo. El testimonio se torna más oscura cuando acusa a su padre don Ubaldino de
tener relaciones con Gloria y que el hijo que ella está esperando es fruto de esta
relación. Degrada la imagen de Gloria refiriendo que ella se prostituye por las
noches ante la ausencia de su esposo Nicolás al fallecer. Y finalmente, acusa a su
madre doña Laura de retener la Central Justicia hasta que quiebre por rencor a
don Ubaldino, un rencor producto de sus desengaños con Gloria.
En “El rescate”, la historia vuelve a retroceder y se desarrolla en los años jóvenes
de don Ubaldino. Luego de quedar a la deriva y sin tener responsabilidad con su
padre Julio Font, al tener este otro matrimonio, Ubaldino se entera que la Central
Justicia está a punto de ser entregada a la Central Ejemplo, pero necesitan de su
firma para dar los derechos totales. Este fragmento da cuenta de la astucia de don
Ubaldino en su juventud para recuperar y comprar la Central Justicia y a la vez
mostrar un lado más político dentro de su etapa universitaria. Este fragmento
pertenece a la escritura desde el punto de vista de don Hermenegildo, quien está
empeñado en mostrar a Ubaldino como un héroe y mártir de los De la Valle.
En “El juramento”, ahora es doña Laura quien da testimonio de su verdad de toda
la historia, desde cómo comenzó y cómo desea que termine. Es aquí donde da
lugar la revelación del mayor secreto de los De la Valle: don Julio Font era negro y
toda la imagen de hombre prominente de ojos claros se derrumba. Este secreto
permite entender el amor entre Elvira y Julio, en un principio rechazado por las tías
y revelado a sus hijos antes de que Laura dé su último aliento. Gloria destruye el
testamento y los hijos quedan desheredados totalmente.
“Don Julio era... un mulato alto y fornido… Era por eso que en Guamaní a
nuestras pobres hijas las habían siempre ninguneado... A mí los extranjeros no me
podrán quitar jamás la Central Justicia.” (75-76)
Dentro de las temáticas más importantes dentro del ámbito histórico, es evidente,
como lo demuestra la anterior cita, la problemática de la raza. Para la historia de
los De la Valle el color de la piel ha marcado el destino de sus integrantes, en este
detalle se da a conocer los prejuicios sociales de la sociedad puertorriqueña. Si
bien la autora Rosario Ferré es una persona con rasgos producto de la mezcla
española e hija de criollos, la importancia que da a la identidad racial de la
sociedad puertorriqueña es rescatable porque señala los orígenes históricos y la
mezcolanza racial que habita en dicho territorio que es semejante al caso peruano.
“Gloria entró a esta casa a ocupar el cargo de enfermera y dama de compañía... lo
correcto hubiese sido sentarla junto a nosotros a la mesa... Pero Arístides se
opuso... porque decía que Gloria era negra” (78)
Finalmente, este primer cuento cierra con “Homenaje a Morel Campos” y la voz de
Gloria es quien da su testimonio. Este testimonio da una nueva versión de los
hechos señalados por don Arístides: Gloria confirma un amor pasional con
Nicolás. Y señala que su muerte fue provocada por algún enemigo. Ella y su hijo
Nicolasito se quedan herederos de la Central Justicia y Titina no recibe la
recompensa de los años de servicio. Un final injusto para los sirvientes fieles de
los De la Valle, pero que retrata la injusticia.
En síntesis, el primer cuento “Maldito amor” da a conocer el inicio y el cambio que
significó la dominación norteamericana en los primeros años para la población
puertorriqueña. El aspecto productivo se pone en peligro, los extranjeros son
concebidos como enemigos y competencia al desbaratar sus cultivos frente al
mercado internacional.
El segundo cuento que compone la obra se titula “El regalo”. Sus personajes
principales son dos jóvenes escolares: Merceditas Cáceres y Carlota Rodríguez.
La narración desde el principio anuncia que ambas muchachas se han enfrentado
a alguien y salen victoriosas del colegio Sagrado Corazón. Luego a través de un
retraso el narrador explica cómo llegaron a esa situación. Empieza contando cómo
se conocieron ambas y qué significó el nacimiento de esta amistad para la
sociedad y para el resto del colegio. Carlota y Merceditas eran diferentes en
muchos sentidos, pero lo que resaltaba sus diferencias eran su aspecto físico:
morena-blanca, gorda-flaca. Sin embargo, entre ellas se formará una complicidad
que permite que cada una aporte de forma significativa en la perspectiva de la
otra. Carlota con sus ideales semejante a su padre Agapito Rodríguez se contará
a Merceditas la realidad social del pueblo de Guamaní. Por esta amistad es que
Merceditas abrirá su campo de visión y tendrá mayor juicio respecto a la actividad
extranjera y la que hacen sus padres.
“Gracias a los cuentos de Carlota, Merceditas comenzó a enterarse de la historia
del pueblo” (97)
En el cuento también es evidente resaltar la realidad de la mujer dentro de la
sociedad puertorriqueña y esto gracias a las diferentes perspectivas y
aspiraciones de Merceditas y Carlota. La primera estaba empeñada en obtener
buenas calificaciones con el fin de obtener una beca y estudiar en el extranjero,
por otro lado, la segunda estaba contenta de estudiar en el convento porque eso le
habría nuevas oportunidades y tiene aspiraciones más sociales que individuales.
A Merceditas le daba terror pensar que podría quedarse enterrada en la
Central, casada con algún primo segundo y esclavizadas a los quehaceres
de una casa... Carlota, por su parte, comprendía que graduarse... le abriría
muchas puertas... y podría ayudar entonces más eficazmente a su padre en
su empeño por modernizar el pueblo (96)
El contraste entre el pasado y el presente se retoma cuando Carlota relata a
Merceditas cómo era el pueblo antes y a qué se debía el abandono de ciertos
lugares y cómo afectó la llegada de los norteamericanos.
Los guamaneños enorgullecíanse entonces de que su azúcar, su café y su
tabaco fuesen considerados los mejores del mundo en los pueblos más
alejados de Europa y Asia, y habían aprovechado bien las bonanzas de la
prosperidad, edificando hermosos teatro, plazas, logias y canódromos, y
hasta una cátedras… Todo eso cambió, según Carlota, y había de seguir
cambiando, con la llegada de los norteamericanos a la isla. (97-98)
La familia de Merceditas, los Cáceres se verán ajenos a todo este desencanto con
los extranjeros y serán los mayores beneficiados con su llegada. Por ello, la
admiración de Merceditas hacia Carlota va aumentando ya que reconoce en ella el
amor genuino hacia su pueblo, el original y del cual se siente orgullosa. Como bien
señala el narrador, hay una sola vez en el año donde se celebra el carnaval de
Guamaní y se recoge las costumbres tradicionales y originarias, es así como
Carlota decide postular a reina del Carnaval. Gracias a la influencia de su padre
Agapito, tal hazaña va a ser posible y es así como se dan los preparativos y da
lugar la marginación de parte de varias compañeras del convento Sagrado
Corazón y de las monjas, al presentarse maquillada de forma exuberante en las
clases. El rechazo llega a tal extremo de prohibir dirigirle la palabra o serán
expulsadas. Merceditas, fiel a su amistad no teme las represalias y le dirige la
palabra. Al verse descubiertas, ambas son castigadas, pero Carlota lleva la peor
parte: le cortan el cabello, su uniforme y la golpean. Sin embargo, ambas se
reponen y salen valientes tras enfrentar a la Madre Artigas.
“Carlota parecía estar sobrellevando admirablemente bien aquella prueba de
desgraciada discriminación social.” (113)
En el tercer cuento “Isolda en el espejo” los aspectos históricos se vuelven más
visibles y se centra en el rol de la mujer dentro de su sociedad. La narración se
ubica en el año 1972 en la ciudad de Santa Cruz, ahí dará lugar el acontecimiento
político más importante debido al matrimonio entre Augusto Arzuaga y Adriana
Mercier. Dicho evento será el primero espacio donde criollos y norteamericanos se
darán encuentro de forma pacífica. La coyuntura social que circunscribía a todos
los habitantes de Santa Cruz está separado por dos ambientes: Un espacio de
prosperidad y trabajo productivo y otro espacio de abandono y marginalidad.
Se divisaban en algún momento dos panoramas: por detrás del monto... se
multiplicaban las casuchas de tablones y techo de zinc... del caserío de
Tabaiba... El caserío llevaba allí más de cien años, y en realidad había
cambiado poco... El segundo panorama se desplegaba en dirección
contraria... donde se sostenían... las chozas del arrabal... A pesar del
cinturón de fábricas que ahora lo ceñía en todo su diámetro... presentaba
aún un espectáculo impresionante... Junto a los escombros de los edificios
coloniales... se levantaban los restos desafiantes los restos desafiantes de
la antigua ciudad... de la Perla del Sur. (124-125)
El vínculo de los criollos con los españoles, en este cuento, es visto desde un
enfoque de conveniencia. Los intereses de los criollos por mantener sus fábricas y
empresas se sostienen gracias a las relaciones bancarias entre ellos. El poder
político es secundado por el poder económico, en este caso, el poder del
personaje de Augusto Arzuaga está en peligro si no se alía con los
norteamericanos, allí la importancia de reunir a ambas figuras de poder política y
económica en su boca con Adriana.
Luego, la historia se remite al pasado a partir de tal evento para narrar cómo se
conoció la pareja. La protagonista Adriana Mercier antes de conocer a Augusto ya
tenía una relación con Gabriel Arzuaga, hijo de su actual esposo. La partida de
Gabriel al extranjero permitió que ambos personajes se conocieran. Augusto
Arzuaga se quedó sorprendido por la belleza de Adriana y la comparó con la
pintura de Isolda. El encuentro entre ambos, en un principio es percibido como un
interés casi familiar, pero se desvía en un interés amoroso de parte de Augusto.
El pensamiento de Adriana respecto a su primera relación es determinante, ella no
quiere ser esposa y dedicarse al hogar, pero luego se observa cómo su
pensamiento se transforma con la llegada de Augusto y es evidente el interés solo
con el fin de terminar su carrera de Música.
“Allí iba Gabriel con sus sueños de idealista; Gabriel, que quería que se casara
con él y que lo siguiera al fin del mundo, abandonando su carrera para forman con
él un hogar” (135)
Ante la oportunidad de un nuevo encuentro con Augusto, ella decide aprovechar la
oportunidad. Para tal decisión es importante la escena familiar que se cuenta y
dónde se observa a Adriana en su hábitat natural, perteneciente a la clase media
baja y la constante presión que recibe de su padre.
Adriana entró a la casa... En el pasado, antes de la enfermedad de su
padre, éste lo había hecho siempre todo en la casa... Pero Adriana se
sentía asfixiada en aquel espacio recuperado a la pobreza por una actividad
siempre febril... como si la vida fuese un perenne cumplimiento de tareas...
Adriana se sentía mortificada, al escuchar que le hablaba en inglés. (139)
Este aspecto del idioma marca el dominio de los norteamericanos luego de su
llegada. La forma imperante de desarraigar sus costumbres y su identidad
puertorriqueña es evidente en el cuento cuando su padre le pide hablar inglés a
Adriana con la intención de camuflarse como una norteamericana en el futuro, y
para tal fin, tiene que hablar sin rastro de su dialecto original. Como bien lo ha
contado en una oportunidad la autora Ferré este es un aspecto real y biográfico
que le tocó vivir.
-Please Darling, don’t sing so loud! I’m watching the last lap of the
Superbowl! –le gritó desde la habitación contigua su padre…
-¡Inglés, inglés, inglés, siempre y en todas partes! –replicó esta vez
Adriana...
-¡La clave está en no ser reconocidos, en no ser diferenciados!... You must
learn to speak English without an accent! –había sido la consigna de su
niñez (143-144)
La decisión de recurrir a Augusto Arzuaga estuvo incentivado por el peligro que
suponía ver sus estudios de pianista y cantante truncados, la posibilidad de
continuar pagar sus estudios ya no le eran factibles. Por ello, volvió a reunirse con
el señor Arzuaga en su galería y es ahí donde le propone matrimonio y le promete
pagar sus estudios y todo lo que ella desee en adelante.
Pensó en el futuro depresivo que le esperaba a ella, si no lograba
graduarse del Conservatorio: quedarse a vivir en aquella casa y servir de
anfitriona a las amistades de sus padres; encontrar quizás entre ellos algún
marido... Pensó en don Augusto... Pensó entonces que lo peor era no
llegar... a decidir su suerte... Había decidido aceptar... la invitación de don
Augusto Arzuaga... (146-147)
El rechazo inicial al matrimonio se transforma gracias al interés individual que
significa para Adriana casarse con el poderoso Augusto. Este último es un
personaje que una vida complicada, pero gracias a eventos históricos pudo salir
adelante. La muerte de su padre don Arnaldo hizo que su crianza quedara en
manos de don José Izquierdo, su tío, pero él desatendió sus estudios y lo
maltrataba por medio del trabajo. Pero esto llegó a su fin cuando su tío falleció y
Augusto se hizo con el manejo de la herrería La Fragua que heredó de su familia.
Además, la llegada de los norteamericanos cambió el rumbo de la herrería y se
transformó en una siderúrgica. Con la Segunda Guerra Mundial, su empresa se
vio favorecida y es así cómo Augusto se hizo de una gran fortuna. Sin embargo, la
crisis por el petróleo dentro de la isla hizo que su bonanza económica entrara en
riesgo. Por ello que necesitaba de los bancarios norteamericanos en su festividad
de la boca para propiciar esa oportunidad.
“Don Augusto tenía amplia razones para pensar bien de los
norteamericanos y considerarlos sus amigos… Por aquel entonces casi
todos los habitantes de Santa Cruz vivían convencidos de que los
norteamericanos traerían la democracia, el progreso y la libertad a la isla...
[Augusto] tenía un carácter risueño y paciente, y vivía tranquilo en la
confianza de que cualquier día, cuando menos se lo esperase, los
norteamericanos, a quienes veneraba como héroes, harían cambiar su
suerte.” (131-133)
El día de la visita de Adriana a la galería de Augusto, la narración que acompaña
tal suceso permite que se contraste del pasado de la ciudad de Santa Cruz con la
real, la causa señalada a este cambio está relacionado al proceso de
industrialización de la mano de los norteamericanos.
“Hacía mucho tiempo…que no visitaba aquel pueblo… le pareció que el pueblo
había cambiado para lo peor. A la entrada del mismo había tenido que atravesar
una región industrial, donde se aglomeraban las nuevas fábricas que se habían
establecido en el pueblo.” (147)
Una vez sucedido la pedida de mano aceptada por Adriana y jurar apoyar en sus
estudios, Augusto decidió invitarla a conocer su empresa y sus locaciones. En su
narración se puede observar nuevamente el marcado contraste del pueblo con su
nueva faceta industrial y la crítica de parte del narrador.
Adriana pronto se sintió aburrida. Se levantó y caminó hasta la ventana,
pero el espectáculo de las fábricas la deprimió. Las calles del pueblo se
veían tristes, cubiertas por aquella eterna capa de polvo que se
arremolinaba en pequeñas nubes sobre las copas de los árboles... -Es el
polvo del progreso, Adrianita –le dijo don Augusto... –Ese polvo vale su
peso en oro. Es lo que permite comer, dormir y disfrutar. (159)
Es interesante que Ferré a través de su personaje se permita criticar el sistema
industrial de los pueblos puertorriqueños, la importancia de resaltar el daño
ambiental y el poco interés por desarrollar una economía sostenible ya estaba
presente en esta novela que fue escrito el siglo pasado, lo lamentable es que no
solo Puerto Rico se vio y es afectado sino que aún aquel sistema impera en la
actualidad de países latinoamericanos.
La confianza ciega de don Augusto en los norteamericanos para buscar en ellos
su apoyo y la salvación a sus problemas termina siendo la lección para el
personaje y la actitud de Adriana al bailar con un americano, el despoje de su
vestido y que su piel morena reluzca condenarán a que todo el plan de Augusto
caiga en ruina por el descuido de su esposa. El cuento termina con un final que
castiga a ambos personajes, dejando que el interés producto del matrimonio no
llegue a realizarse.
Finalmente, el último cuento que integra la obra se titula “La extraña muerto del
Capitancito Candelario”. El cuento se sitúa en un universo utópico o no
relacionado a un realidad de Puerto Rico, la introducción de este cuento de parte
de Ferré es mostrar la posible realidad de ver a su país libre, ya no más
dependencia norteamericana. La ciudad de San Juan es centro de la historia y
esta acaba de ser declarada independiente. Para llegar a esa situación, entre
otras muchas acciones y muertes, el principal protagonista y más recordado es el
Capitán Candelario.
Este personaje pertenece al linaje de los De la Valle, pero como el destino de la
familia ya no era como en el pasado, Candelario se enlistó al ejército y su
reclutado por el Partido y elegido para el grupo de Los Misioneros, del cual era
líder. Lleno de una personalidad culta y con valores heroicos, el contexto político
de San Juan termina por encerrarlo en una encrucijada cuando se enamora.
Acaba de cumplir veintidós años y llevaba lo militar en la sangre… no le
interesaba para nada el dinero, pero sí el honor, la dignidad y la gloria...
Para él la guerra era la actividad más heroica de la que era capaz el
hombre, y el amor la más sublime, pero el amor y la guerra solo podían
hacerse en aras de una mujer y de una patria perfectas. Tenía aún
esperanzas de encontrar a la primera, pero consideraba que su destino
trágico lo había estafado para siempre de la segunda… Aquella dulce patria
que le había deparado la suerte era... una isla pobre y pequeña. (175-176)
El escenario de guerra dentro de la historia estará propiciado por las contrarias
posiciones frente al destino de San Juan. Por un lado están los que desean lo
independencia total, y por el otro, están los que desean permanecer vinculados al
gobierno norteamericano. Ante este contexto de divergencias, la música será el
medio de la difusión de ideas y el mensaje de libertad. Por un lado estará los
Salseros (soneros) y por el otro, Los Rockeros.
“Si bien no tenían el valor de luchar por la independencia, en su música y en su
cantos sí se atrevían a hacerlo” (191)
La diferencia de ambos géneros musicales reside en la procedencia cultural
originaria. Los soneros son netamente puertorriqueños y estaban a favor de la
independencia norteamericana, y el rock es la representación de los extranjeros y
norteamericanos. El hito central del cuento está en la realización de un concierto
de competencia y en donde se presentarán grupos de ambos géneros. El Partido
(que apoya la dependencia) quiere evitar tal evento y para ello manda a
Candelario con su grupo de Misioneros para prohibir la realización de ese
concierto. Sin embargo, el capitán Candelario ha conocido días atrás a una mujer
a la que llama Bárbara (que es sonera) y se ha enamorado, de esta forma pone en
peligro su posición de jefe de los Misioneras, pero no duda en desacatar órdenes
mayores del Partido por amor. Esta acción es descubierta y juzgada por parte de
los miembros del Misionero. En especial su amigo Pedro, quien anteriormente le
había pedido que tenga piedad por su tío que era sonero y algunos otros
miembros de su familia y que no ponga en peligro las vidas de ellos.
“Organizó varias expediciones punitivas a los arrabales durante los cuales los
Misioneros tomaron presos a innumerables Soneros, aleccionándolos según
antiguos métodos...” (192)
El rechazo a este pedido ocasiona que el romance con Bárbara sea planteado por
este y finalmente lo ejecute en pleno concierto. La muerte de capitán Candelario
será tomada con un punto de referencia a la consigna lograda, la libertad de San
Juan. Será dibujado como un héroe, ya que permitió la realización del concierto de
los Soneros y Rockeros, aunque él no considerara que la música posibilitara la
libertad deseada.
“Se encontraba convencid[o]… de que el destino de su patria era no llegar jamás a
ser libre, porque la independencia hundiría a la isla en un caos y en una ruina
atroz” (198)
Con la construcción de esta utopía de un Puerto Rico libre de Estados Unidos,
Ferré introduce juicios que denotan una notable neutralidad. La incertidumbre de
un desarrollo próspero no es asegurado si su país es dejado en libertad, dentro de
todo el derrotero de Puerto Rico es posible encontrar una actitud pasiva o estoica
ante el manejo de su territorio.
*
De forma adicional y como cierre, la denominación de la novela que tiene rasgos
antitético al anteponer lo maldito con el sujeto amor evidencia el conflicto pasado y
actual de Puerto Rico. Como ciudadana Ferré muestra una realidad disconforme,
pero no deja de lado la valoración pasada y actual con su país, y ese vínculo
contradictorio de amar y maldecir lo amado engloba un destino casi marcado de
Puerto Rico.

CONCLUSIÓN
Los cuatro cuentos que compone “Maldito amor” son un claro espejo de una
realidad que vive y vivió la patria de la escritora Rosario Ferré. Esta obra permite
constatar que la literatura es una actividad que permite plasmar juicios y críticas
de un pasado histórico para comprender el presente de un país, pero también
mostrar el devenir histórico y formular uno utópico que evidencia el compromiso
social injerto dentro de toda actividad artística y en particular la literaria.
La novela demuestra las estrechas relaciones de la literatura con otras disciplinas
como la historia en los aspectos tratados como la identidad, la cultura, el idioma, la
raza, el género y la música popular, todos estos dispuestos como temas de
trasfondo de los cuatro cuentos.
BIBLIOGRAFÍA
Divine, Susan. “La meta historia de Puerto Rico en Maldito amor de Rosario
Ferré”. Divergencias Revista de estudios lingüísticos y literarios 2 (2004):
73-80. Web. 28 Oct. 2019
Ferré, Rosario. Maldito amor. México: Editorial Joaquín Mortiz, 1986. Impreso.

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