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Celos vitales

Los tipos de celos que se engloban en esta categoría no tienen que ver
tanto con el acceso a una relación íntima a personas en concreto, sino
con la constatación de que otras personas tienen mucha más facilidad
para cultivar una buena autoimagen sin apenas esforzarse y, a la vez,
resultan más atractivas para uno mismo que la propia autoimagen. En este
sentido, los celos existen porque cada pequeño éxito del resto de personas
es un agravio a la propia autoestima. En esta categoría se encuentran los
celos laborales y los celos de autorrealización.

1. Celos laborales

Este tipo de celos se basa en la parte de la autoimagen que apela al valor


que tiene uno mismo como trabajador en relación a los demás. Así, una
persona que siente que parte de una situación de desventaja en todo lo
relacionado a su propia empleabilidad puede experimentar los celos
laborales, porque ve una injusticia cada vez que alguien consigue el trabajo
que uno quiere para sí, el ascenso que se estaba deseando obtener o,
simplemente, cuando cree tener evidencias de que los demás obtienen
trabajos más valorados que el suyo. Además, este tipo de celos puede
inducir a una actitud pasivo-agresiva que hace más difícil promocionarse
laboralmente, ya que de cara a los demás se da una imagen de hostilidad,
resignación y pocas ganas para esforzarse en lo que se hace.

Celos de relación concreta


Los tipos de celos que se encuadran aquí tienen que ver con la relación
que se tiene con personas concretas. Normalmente, esta celosía nace por
la creencia de que hay ciertos agentes que impiden que nuestra relación
con esa persona llegue a ser tan íntima y privada como se desearía. La
autoestima también se ve involucrada en este tipo de celos, tanto como
parte de las causas como parte de las consecuencias.

1. Celos infantiles

Suelen darse entre niños y niñas de corta edad y en adolescentes.


Normalmente se trata de celos entre hermanos, casos en los que se percibe
que un hermano o hermana se interpone en la relación con al menos uno
de los progenitores. En general, este tipo de celos resulta de una lucha por
llamar la atención de una figura de autoridad, que puede ser un padre, una
madre o cualquier persona adulta del entorno familiar.

2. Celos de pareja

Son crisis de la relación de pareja en las que al menos uno de sus


miembros desconfía de la otra persona o de la capacidad propia para
resultar lo suficientemente atrayente para hacer que la relación dure.
En un inicio suelen basarse en hechos muy concretos, aunque a medida
que los celos se van desarrollando, las "evidencias" en las que se
fundamente son cada vez más espurias, lo cual puede hacer que la
situación empeore rápidamente. Este tipo de celos también tiene
un componente posesivo y cosificador hacia la otra persona, ya que se
entiende que la pareja es un recurso que tiene demanda más allá de la
relación y que la solvencia o no del noviazgo o matrimonio depende en
todo momento de factores externos, como lo que ofrecen el

las causas como parte de las consecuencias.


Celos patológicos
Todos los tipos de celos nombrados anteriormente pueden variar entre la
moderación de la celosía hasta lo patológico. Por lo tanto, todos pueden
ser apenas perceptibles o tan extremos que supongan un grave problema
en la calidad de vida de la persona que los padece y la de las personas de su
entorno.

Por ejemplo, los celos de pareja pueden basarse en delirios acerca de lo


que hace la pareja a escondidas, o puede que incluso aparezcan en casos
en los que no sólo no existe una relación de pareja como tal, sino que la
persona que se quiere "retener" no tiene ningún interés en llegar a conocer
íntimamente al otro. Sería el caso, por ejemplo, de ciertos casos en los que
el "fenómeno fan" hacia un famoso que no se conoce en persona ha
desembocado en conductas temerarias o directamente homicidas. Los
celos patológicos también pueden ser uno de los factores que intervienen
en la violencia doméstica.

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