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Demandas de protección de derechos e interés colectivo y difuso:

Serán aquellos derechos que por su naturaleza no son titularidad de un individuo sino que
corresponden a todos o a un grupo. Ejemplo: «El derecho a un ambiente limpio es un
derecho colectivo que tenemos todas las personas».

A partir de la Constitución de 1999, la defensa de los derechos colectivos o difusos supone


un verdadero derecho de acción destinado a proteger derechos de tipo supraindividual y no
susceptibles de fragmentación, por la acción, actuación u omisión de sujetos de Derecho
Privado o Público.

Demanda de protección Artículo 146. Toda persona podrá demandar la protección de sus
derechos e intereses colectivos o difusos. Salvo lo dispuesto en las leyes especiales,
cuando los hechos que se describan posean trascendencia nacional su conocimiento
corresponderá a la Sala Constitucional; en caso contrario, corresponderá a los
tribunales de primera instancia en lo civil de la localidad donde aquéllos se hayan
generado.

En caso de que la competencia de la demanda corresponda a la Sala Constitucional, pero


los hechos hayan ocurrido fuera del Área Metropolitana de Caracas, la o el demandante
podrá presentarla ante un tribunal civil de su domicilio. El tribunal que la reciba dejará
constancia de la presentación al pie de la demanda y en el Libro Diario, igualmente remitirá
el expediente debidamente foliado y sellado, dentro de los tres días de despacho siguientes.

1) Legitimación.

Una vez aceptada la protección del interés difuso mediante acciones de los propios
particulares, surge el problema de la legitimación, esto es, de a quien debe conferirse la
capacidad para ejercer la representación de tales intereses.

El ejercicio individual de la protección de los derechos se estimaba suficiente para la


efectividad de los mismos, pero la representación de esos intereses colectivos o difusos sólo
podía ser asumida por los órganos estatales, creados a esos efectos, y en base al principio de
la representatividad.

Ante la afectación del interés individual nadie más apropiado que el afectado para intentar
una acción en justicia para su restauración, pero si la disatisfacción era compartida por
centenares de usuarios, el Estado se contentaba en dar como repuesta su propia
representación, como gestor del bien común, representación ésta que resultaba limitada,
desde que es el mismo el que produce, a través de otro de sus órganos, la afectación
indebida, y es posible que los funcionarios no se sientan concernidos.

El articulo 26 mencionado en efecto consagra: "Toda persona tiene derecho de acceso a los
órganos de administración de justicia para hacer valer sus derechos e intereses, incluso los
colectivos o difusos, a la tutela judicial efectiva de los mismos y a obtener con prontitud la
decisión correspondiente. (...) (omissis)."

Se ha verificado por tanto un cambio fundamental, como es la protección constitucional del


interés difuso o colectivo, pues (i) de una parte se ha atribuido a un órgano -la Defensoría
del Pueblo'" específicamente su protección -y no como antes que se derivaba de un
atribución genérica del Ministerio Público para velar por el respeto de los derechos y
garantías constitucionales

La legitimación por ende, se distingue cuando se acciona en defensa de los intereses


colectivos o difusos de la siguiente manera:

Cuando se trata de intereses difusos: No se requiere que el accionante tenga un vínculo


previo con el ofensor, pero debe invocar su derecho o interés compartido con la ciudadanía.

La sentencia de la Sala señala que el accionante debe personalmente temer la lesión o


haberla sufrido o estada sufriendo como parte de la ciudadanía. Ello excluye de
legitimación a quienes no estén domiciliados en el país o no puedan ser alcanzados por la
lesión. De allí que no sea una acción popular.

Cuando se trate de intereses colectivos: El accionante requiere basar su acción en su


condición de miembro o vinculado al grupo o sector lesionado ---componente de esa
colectividad y que por ello sufre la lesión conjuntamente con los demás con quienes
comparte el derecho o interés.

Tienen legitimación en materia de intereses difusos o colectivos los siguientes sujetos:

1.- La Defensoría del Pueblo;

2.- Los entes públicos especialmente designados por ley a estos efectos;

3.- Los particulares, sin distinción alguna, siempre que cumplan con las exigencias antes
señaladas, pertenencia al grupo o sector afectado;

4.- El carácter amplio que debe dársele a la interpretación del artículo 26 de la Constitución
permite establecer como legitimados igualmente -según el fallo de la Sala Constitucional-
"a las asociaciones, sociedades, fundaciones, cámaras, sindicatos y demás entes colectivos
cuyo objeto sea la defensa de la sociedad, siempre que obren dentro de los límites de sus
objetivos societarios".

2) Competencia.

3) Requisitos de la demanda.
Requisitos de la demanda

Artículo 147. La demanda de protección de derechos e intereses colectivos o difusos


deberá presentarse por escrito y contendrá:

1. Los datos concernientes a la identificación del demandante y de la persona que actúe en


su nombre, y en este caso con la suficiente identificación del poder conferido;

2. Suficiente identificación de la o el demandante y de la demandada o demandado,


señalamiento de su domicilio o residencia y, de ser el caso, indicación de las circunstancias
de su localización.

3. La relación de los hechos y los fundamentos de derecho en que se base la pretensión;

4. Cualquier explicación complementaria relacionada con la situación jurídica infringida, a


fin de ilustrar el criterio jurisdiccional.

5. Identificación de los instrumentos en que se fundamente la pretensión, esto es, aquéllos


de los que se derive inmediatamente el derecho deducido. Estos instrumentos deberán ser
producidos con el escrito de la demanda.

4) Causales de inadmisión.

5) Admisión.

6) Cartel de emplazamiento y contestación de la demanda.

7) Lapso probatorio.

8) Audiencia pública y decisión.

9) Apelación.

10) Medidas Cautelares.

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