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Santa Sylvina, 02 de Abril de 2019

Autoridades Presentes,

Docentes, estudiantes, comunidad de Santa Sylvina,

y especialmente ustedes, queridos Veteranos de Guerra, héroes de la Patria:

GUILLERMO BELIZAN JORGE ORTIZ


ANGEL BRAVO CARLOS PEREYRA
HUGO BUSTAMANTE FEDERICO PORGERT
HUMBERTO CALDERON MARCELINO RAMIREZ
GREGORIO CONTRERAS VICTOR RAMIREZ
MIGUEL ESCALADA RUBEN RIVAROLA
CARLOS IBALO RENE SALTO
JULIO LUCHABA AGUSTIN TORALES
RITO MACIEL JUAN VALENZUELA
JULIO NAVARRO ALBERTO ZAPATA
ALFREDO NIZ

Y a CARLOS OMAR OSSYGUS

Pensaba cuando me consultaron sobre esta posibilidad, de tejer estas


palabras para conmemorar la GESTA DE MALVINAS; pensaba en todos
los significados que sobrevuelan en el pensamiento argentino cuando
hablamos de MALVINAS, y por supuesto siempre en este pensamiento
están ustedes primero.

Hete aquí, que hace 25 años, borrosa es la imagen de niños observándolos


muy seriamente, como palomas de guardapolvo blanco, a ustedes dejando
el testimonio y la enseñanza de cómo y por qué a la Patria hay que
defenderla. Esa docencia que han hecho en Escuelas, en desfiles, en
charlas, ha sembrado la semilla que permite este encuentro entre diferentes
generaciones; para que el respeto, el reconocimiento y el cariño que les
tenemos se extienda hacia el horizonte que a veces se nos pierde.

El gobierno militar que había asaltado el Estado en 1976, hacia 1981


acumulaba y coleccionaba denuncias por el aberrante Terrorismo de Estado
que se llevó adelante contra la población civil, y pese a la censura y a la
persecución de personas, las marchas de los trabajadores afectados por la
desocupación y la pobreza ya no se podían contener.
Así, ante este descontento popular con un régimen antidemocrático, el
gobierno militar considero oportuno llevar adelante la operación Rosario
desde fines de 1981, justo cuando muchos de nuestros soldados habían
terminado el Servicio Militar Obligatorio y ya habían regresado a su casa
en la ciudad o en el campo para recuperar las Islas Malvinas. Las Islas
Malvinas habían sido ocupadas por el Imperio Británicos desde 1833, y la
idea de que esta Perdida Perla Austral es Argentina la hemos incorporado
desde pequeños, incluso, sin saber todo lo que ello signifique, porque es un
mandato que construye y configura nuestra identidad.

Y quizás por ello, cuando en Abril de 1982, el Comandante Leopoldo


Fortunato Galtieri anunciaba a una plaza colmada de una muchedumbre
enardecida, “hemos recuperado las Islas Malvinas”, “si quieren venir que
vengan les presentaremos batalla”, todo el pueblo argentino, o en su gran
mayoría, apoyo la contienda.

Hacia allí fueron nuestros soldados, aquellos que se encontraban


realizando el Servicio Militar, otros que ya lo habían terminado pero que
fueron llamados para servir a la Patria, y otros muchos, que se presentaron
como voluntarios. En las Islas nuestros jóvenes, estos hombres que hoy en
día son padres, y abuelos de los hacedores del mañana, emprendieron una
tarea inconmensurable marcada por el monstruo de la guerra, por el clima
salvaje de ese territorio tan lejano, por la falta de criterio y de cordura en
muchos casos de los superiores, y se enfrentándose a un enemigo
demasiado poderoso y temible, acostumbrado a este tipo de contiendas.
Hoy podemos entender, que nunca la guerra debe convertirse en una medio
para solucionar conflictos, para servir a intereses políticos o de cualquier
índole; y sin embargo, nuestros soldados estaban convencidos y muchos de
ellos lo siguen sosteniendo, que defenderían a toda costa, nuevamente
nuestra soberanía nacional.

Sostienen los filósofos que un Héroe es una persona que realiza una
hazaña extraordinaria, alguien que enfrenta múltiples escollos y
adversidades para realizar una acción por el bien común. Y nosotros aquí
en Argentina, los tenemos a ustedes. Ustedes que han enfrentado la
oscuridad, que han surcado los vaivenes políticos y sociales de nuestra
historia, ustedes que han atravesado el tiempo, llevando nuestra bandera de
libertad.
A partir de las lecturas, de las investigaciones y de los testimonios de ex
combatientes y soldados, sé que muchos antes de partir a defender nuestra
soberanía acariciaron la mano de un familiar, besaron la mejilla del amor
que dejaban, abrazaron a una madre o a un padre que muy triste quedaba.

Y en esta tierra tan austral, muchos soldados no pudieron volver. Hay 237
argentinos, cuyos restos descansan en el cementerio de Darwin, cuyas
placas tenían inscripta la leyenda “Soldado solo conocido por Dios”, pero
gracias un acuerdo humanitario entre nuestro país y el Reino Unido 112
soldados ya se encuentran identificados, y en las placas ya se encuentra su
nombre. Los acuerdos son posibles.

En esta línea considero que ustedes, soldados y las enseñanzas que de su


lucha se desprende, los argentinos tenemos que encontrar un horizonte que
nos una y nos fortalezca como nación. Hay que superar las grietas que nos
dividen y nos debilitan como sociedad, y creo que las semillas que han
sembrado hasta en los más lejanos rincones de la Patria son el camino que
debemos comenzar a desandar. Hoy el niño al que ustedes enseñaron hace
más de 25 años que a la Patria se la protege y se la defiende, ya se
encuentra pintando canas como dice una canción, y hoy les quiere dejar
estas últimas palabras: “no los hemos de olvidar, porque la inmortalidad de
sus almas queda inscripta en estas palabras”: Viva la Patria!!!

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