12 de Octubre de 2018

Día del respeto a la Diversidad Cultural

Sra Directora, Profesora Rafaela Viñon, Profesores, Auxiliares Docentes, Sr.

Bibliotecario y estudiantes de la EES N° 125, nos encontramos reunidos en esta
fecha para Promover la reflexión histórica y el diálogo intercultural acerca de los
derechos de los Pueblos Originarios, derechos que a lo largo de siglos fueron
cercenados y menospreciados en nuestra cultura y en las naciones
latinoamericanas.

A partir de la Conquista europea, todos accedemos al estudio de la “América

Precolombina”, se trata de un mundo que “esperaba” a “Europa y los blancos”.
Es difícil escaparnos de este sentido histórico y comprender que América Latina
era un complejo heterogéneo y yuxtapuesto de mundos culturales diversos
donde se expandían, se ramificaban y concretaban distintas civilizaciones
singulares como el pueblo azteca. Justamente para quienes entrar en contacto
con los españoles significó la muerte y el pesar. De este modo, la frontera (zona
de contacto) se demarcó específicamente entre el conquistador y el dominado,
entre el hombre que impondrá su modo de ver el mundo y el sometido que
sufrirá la pérdida de su universo simbólico.

Desde la llegada de Cristobal Colón, ese 12 de Octubre de 1492, América fue,

antes que descubierta, inventada por la imaginación europea, y este imaginario
fue impuesto por el español para legitimar su dominio sobre el territorio
americano…. Así, América se presentó al Viejo Mundo de forma exuberante, con
seres primitivos para el Español, para quien el “indio” era bueno y sensato
cuando no generaba obstáculos para el Español, pero era un “indio malo y
salvaje” al que se debía castigar cuando se defendía y resistía el avance
colonizador.

Y así, a las sociedades indígenas de esta América mestiza se las marginó, se las
separó y se les esquilmaron sus derechos. El día de la Raza se conmemoraba la
llegada de Colón, la llegada del europeo que supuestamente trajo consigo el
progreso, el saber y la civilización; y de esa forma se ocultaba, cuanto menos se
negaba que nuestra América, nuestra tierra, nuestra sociedad es mestiza, es el
resultado de la mezcla de diferentes razas.

En el año 2010 cuando se modificó la denominación del feriado del día 12 de

octubre, se doto a dicha fecha de un significado acorde al valor que asigna
nuestra Constitución Nacional a diversos tratados y declaraciones de
derechos humanos, sobre el respeto que merece la diversidad étnica y
cultural de todos los pueblos".
 Me pareció interesante, que en esa cartelera se refleje de algún modo lo que
significa esa diversidad; ustedes verán allí a una mujer tejer un paño con un
método ancestral como es el telar artesanal. Fueron muchas las culturas, las
sociedades y comunidades indígenas que utilizaban esta técnica, cada una con
sus variantes. Si observamos, solo veríamos a una mujer, un poco anciana
quizás, que entrelaza la trama con la urdimbre para constituir un tejido. Pero si
indagamos, estudiamos y buscamos entender por qué lo hace una mujer,
entenderíamos quizás que no se trata solo de hacer una prenda de vestir, porque
el hilo elegido, las imágenes y los símbolos que formaran parte de la tela
hablaran de su historia, identificará a un grupo social, a una región, o contarán
un mito o alguna creencia.

En cada sociedad indígena hay una palabra que designa la tarea de hacer el
textil, y en casi todas ellas se traduce como ciencia o conocimiento; en este
sentido, este es el mensaje que creo y considero nos deja este sencillo acto,
respetar la Diversidad Cultural es aceptar al otro diferente, que seguramente
tiene puntos de vista y maneras de entender y observar el mundo, de un modo
que también es diferente; esta aceptación debe conducirnos a aceptar, y sobre
todo “reconocer” en esa diferencia la oportunidad para crecer como personas.
Cada uno de ustedes es valioso, cada ser humano es valioso, y esa valía no se
determina por lo que cada uno piense del otro, esa valía será más importante
cuando nuestros pensamientos sean coherentes con nuestras acciones, haciendo
lo que hay que hacer, pero sobre todo, respetando al otro con el que convivo día
a día.