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CULTURA Y CULTURAS

¿Qué es lo que permite que en Argentina o en otros lugares del mundo una persona interprete
que cuando otra guiña un ojo le está comunicando algo? ¿Qué es lo que hace posible que en
otros lugares del mundo este mismo gesto no comunique nada o comunique algo distinto? Por
ejemplo, el guiño de un ojo, dentro de nuestra cultura y en el contexto del juego del truco, es un
signo, es decir, una marca que se refiere a algo más que a sí misma, una marca que en este caso
se refiere al "ancho" de basto. Dentro de la misma cultura, pero en otro contexto, el guiño puede
ser interpretado como un signo de complicidad. Dentro de esa misma cultura, sin embargo,
nadie confunde los dos significados del guiño. En el marco de otra cultura, este mismo gesto
puede no tener ningún significado.
Pensemos otro ejemplo. ¿Cuál es la mejor prueba de respeto que puede mostrar un niño frente a
un adulto que lo está retando: mirarlo a los ojos o bajar la vista? En ciertas culturas, los adultos
exigen que los niños los miren a los ojos como signo de respeto, porque se supone que de ese
modo demuestran que están prestando atención a lo que se les dice. En otras culturas, los
adultos demandan que los niños bajen la vista, pues se entiende que mirar a los ojos es un signo
de desafío a la autoridad de los mayores.

LA CULTURA COMO UNA RED DE SIGNOS:


En la década de 1970, dentro del campo de la antropología, surge la llamada antropología
simbólica, cuyo mayor representante es Clifford Geertz. Esta rama de la antropología entiende a
cada cultura como un contexto en el cual los sujetos pueden entender qué se está comunicando,
cómo debe interpretarse un gesto, una mirada y, por lo tanto, qué gestos deben hacerse para dar
a entender algo, qué palabras deben usarse y cuáles no, etcétera. Es decir, la cultura es una red
de signos que permite, a los individuos que la comparten, atribuir sentido tanto a las prácticas
como a las producciones sociales.
En síntesis, esta concepción permite pensar que la cultura es, en realidad, un contexto social de
producción e interpretación de significados y que, como es un contexto
social, hay tantas culturas como sociedades. Definir la cultura resulta de
interpretar la diversidad de acciones que realizan los seres humanos para
construir sus vidas por medio de su propia actividad.
En el mundo existe, entonces, más de una cultura, e incluso podemos
preguntarnos: ¿es posible que a cada sociedad le corresponda una sola
cultura?
Dado que los individuos que habitan en una ciudad o en un país son
concebidos como una sociedad en su conjunto, corresponde preguntarse:
¿es acaso el mismo entramado de signos el de los individuos de un barrio
de clase inedia alta que el de las personas de un barrio pobre? ¿Es la Antropólogo cultural nacido en 1923
en San Francisco, Estados Unidos de
misma red de signos la que usan los seres humanos que siempre han Norteamérica. Estudió en el Antioch
vivido en una determinada ciudad y la de los sujetos que siempre han College de Ohio y en la Universidad
de Harvard. Condujo una extensa
vivido en el campo, aun cuando vivan en el mismo país, en la misma investigación etnográfica en el sudeste
provincia e incluso en el asiático y en África del norte. Sus
mismo partido? principales temas de investigación son:
la religión, en especial el islam; el
desarrollo económico; las estructuras
políticas tradicionales; la aldea y la
vida familiar. Hasta el momento ha
Es
publicado más de una docena de
libros, entre los que se destacan: La
religión de Java (1960),£í Islam
observado (1968), Interpretación de las
culturas (1973) y Conocimiento local
(1983), Actualmente se desempeña
como profesor del Instituto de
Estudios Avanzados de la Universidad
de Princeton.
usual en los nuevos proyectos urbanísticos del conurbano bonaerense la edificación
de barrios cerrados, con vigilancia propia, donde tienen sus viviendas los sectores
inris ricos de lo sociedad, lo cual genera espacios de diferenciación social.

LOS CONCEPTOS DE CULTURA ALTA Y CULTURA POPULAR


La sociología materialista también aportó una visión de la cultura como un campo de lucha en el
cual se enfrentan, dentro de una sociedad, la "cultura alta", también llamada "de élite", "domi -
nante" o "hegemónica", con las culturas populares, es decir, con los modos de vida populares.
La cultura alta corresponde a lo que las instituciones culturales sancionan como cultura. Por
ejemplo, las grandes exposiciones de pintura realizadas en algún museo prestigioso o la música
que se toca en el Teatro Colón. Mientras que las culturas populares fueron consideradas como
aquellas manifestaciones que se oponen a la cultura oficial y que no cuentan con el apoyo de las
instituciones culturales. Las culturas populares tampoco son homogéneas entre sí, algunas se
forman a partir de las costumbres del medio rural, otras en cambio se originan en el espacio de
la vida urbana. En los últimos años, con el desarrollo de las grandes urbes y el consumo masivo
de miles de mercancías distintas, la cultura popular ha comenzado a asociarse con aspectos
culturales propios de esta sociedad de masas.
Pero, si toda práctica social es cultural, ¿cómo puede decirse la frase "es una persona sin
cultura"? Desde la perspectiva de Geertz, todo individuo participa de una cultura. Por ello, lo
que esta frase está marcando, implícitamente, es que "es una persona que no sigue el modelo de
la cultura alta" o que "es una persona que no tiene estudios".

Estética: distintos modos de aproximación al concepto


Abrimos los diarios o algunas revistas y observamos que en la sección de espectáculos hay
largos o breves comentarios que discuten la calidad de una obra de teatro, de una película o de
un recital. Habitual-mente escuchamos o emitimos comentarios tales como: "esta pintura me
gusta", "esa canción me parece horrenda". Tanto en las críticas de espectáculos como en las
expresiones citadas, sus autores atribuyen valores estéticos a las canciones, los cuadros, las
películas, los libros.
Las valoraciones estéticas y los actos estéticos están presentes en nuestra vida cotidiana.
Cuando sentimos placer al encontrarnos con amigos y mantener una buena charla; cuando
retrasamos nuestra salida para elegir la ropa que usaremos durante el día para sentirnos bien;
cuando cambiamos los afiches que adornan nuestra habitación para que sea más agradable y
más nuestra, estamos actuando a partir de la En la decisión de teñimos el pelo o de colocarnos un aro están presentes
experiencia sensible. Cuando en esa nuestros valores estéticos.
experiencia sensible interviene la
intencionalidad del sujeto, podemos hablar de
un acto o valoración estética. El placer, el
gusto, lo bello, la creación, están incorporados
a nuestras acciones y usos más frecuentes. La
experiencia sensible es el punto de partida del
cual tienen lugar los actos estéticos.
También utilizamos conceptos estéticos
cuando realizamos creaciones estéticas,
cuando realizamos actos creativos. Por
ejemplo, cuando componemos una canción
para nuestros amigos, cuando creamos un paso
de baile para estrenar en la próxima fiesta,
cuando adornamos la tapa de nuestra carpeta
de trabajo con imágenes de nuestros grupos musicales favoritos, cuando nos hacemos un
peinado novedoso o nos teñimos el pelo con el simple objetivo de modificar nuestro aspecto.
Constantemente utilizamos recursos estéticos para crear distintas cosas, gracias a que todas las
personas estamos dotadas de sensibilidad. Sin embargo, no deben confundirse actos creativos
con creaciones artísticas. Para que un acto creativo" produzca un objeto artístico, es necesario
que el producto responda a un plan de trabajo técnico, se inserte en la sociedad y circule por
medios que no dependen sólo de nosotros mismos, como una galería de arte, un museo, una sala
de música, librerías. Si estas características no se cumplen, se tratará de una expresión estética
individual o colectiva pero no de un trabajo artístico. El término "estética" proviene del griego
aisthesis, que significa "sensación", "sensibilidad", y fue introducido por el filósofo alemán
Alexander Baumgarten (1714-1762) en el siglo XVIII para nombrar toda investigación sobre la
experiencia que proviene de la sensibilidad, que se extiende más allá de lo artístico.

EL ORIGEN DE LOS CONOCIMIENTOS SOBRE LA ESTÉTICA


El término "estética" comenzó a ser utilizado en el siglo XVIII cuando surgen los primeros
estudios sistemáticos que pretendieron encontrar reglas, normas, formar conocimientos y
construir métodos de análisis de la sensibilidad. Sin embargo, la preocupación por lo estético y
las teorías sobre este tipo de experiencias son muy antiguas. La característica general de estos
estudios es la de vincular lo estético no sólo con lo artístico ni tampoco exclusivamente con la
belleza.
El filósofo griego Platón (428-347 a.C.) reflexionó sobre el tema de la belle-/a en varias de sus
obras. Platón consideraba que el hombre, además de reconocer la belleza materializada en las
cosas —una mujer bella, un hermoso paisaje— debe aspirar a conocer qué es lo bello más allá
de las cosas, es decir, la idea de lo bello o el ideal de belleza, como cualidad de conjunto. La
idea de lo bello sólo es accesible para Platón a través del conocimiento filosófico, ya que el
ideal de belleza no existe en la realidad y no es posible de ser conocido a travos de la
experiencia. Para Platón, lo bello se relaciona con lo bueno, con la idea del bien. Para alcanzar
la idea de lo bello el hombre debe avanzar en el Conocimiento como subiendo los peldaños de
una escalera —que representa la jerarquía de la belleza—: la belleza de los cuerpos ocupa los
primeros peída-nos de la escalera, la belleza de las almas tiene una jerarquía superior y, en la
cnspiíle, está la belleza en sí, es decir, la idea de lo bello, que no se encuentra iii nuestro mundo
sino en lo que Platón llama "el mundo de las ideas". Como, .r,"i¡n Platón, el arte siempre copia
cosas de este mundo, no puede alcanzar el intitulo de las ideas, y queda relegado a los primeros
peldaños de la escalera. Aristóteles (384-322 a.C.), discípulo y luego confrontador de las ideas
platónicas, se ocupó en su obra Poética de estudiar la comedia, la epopeya y la tragedia, como
formas literarias que relatan sucesos de la vida y que sirven para entender de otra manera la
realidad. En este sentido, Aristóteles entiende que el arte sirve para mejorar la vida. Las formas
literarias que elige Aristóteles son imitaciones de lo real, de la naturaleza, que nos sirven para
conocerla mejor. Elige estudiar en forma preferencial la tragedia porque, aunque describe la
acción de los hombres ejemplares, no los muestra tan alejados de los demás hombres,
permitiendo al espectador identificarse con los personajes representados. Para explicar la
relación entre el espectador y la obra, Aristóteles habla de "catarsis": la emoción y el placer que
experimenta el espectador le permiten "verse" en esa vida narrada, liberarse y mejorar su propia
vida.

La Estética como campo disciplinar autónomo


En el siglo XVIII, el término "estética" comienza a ser utilizado para designar un campo
disciplinar específico que se ocupa de las investigaciones que estudian lo bello. En la segunda
mitad del siglo XVIII aparecen los textos considerados fundadores de la estética: Estética de
Baumgarten (1750), Salones de Diderot (1759) e Historia de las artes en la antigüedad de
Winckelman (1764).
Si bien Baumgarten fue quien acuñó el término "estética" y le dio un sentido moderno, es decir,
como campo de conocimiento referido a la imaginación y la creación humanas, será Immanuel
Kant (1724-1804) el primer gran sistematizador del pensamiento estético, en su obra Crítica del
juicio (1790). En esta obra, Kant fundamenta filosóficamente la autonomía de la estética, como
un campo separado y en oposición al conocimiento científico y al conocimiento empírico, es
decir, el procedente de la experiencia.
El concepto de Estética
El siglo XVIII inauguró nuevas formas de pensamiento que continuaron su desarrollo hasta la
actualidad. Hasta ese momento, para explicar el origen del conocimiento, el funcionamiento de
los objetos y las causas de los procesos naturales e históricos, el discurso filosófico se había
centrado en dos tipos de respuestas: las vinculadas con la razón y las vinculadas con la
experiencia. La razón proporcionaba respuestas acerca de los problemas científicos, los relacio -
nados con la lógica, los modelos de conocimiento, las causas y los efectos. El estudio de la
experiencia, por su lado, permitía explicar los fenómenos, el modo en que los hombres se
apropian del conocimiento, descubrir la importancia del campo de la observación en el
conocimiento de la realidad. Entre la razón, y la experiencia aparecieron nuevas aproximaciones
al mundo y a los objetos, aproximaciones que no tenían su fuente en la razón ni en la
experiencia, sino en la sensibilidad. Durante el siglo XVIII fue surgiendo la necesidad de
sistematizar el conjunto de conocimientos relacionados con la sensibilidad, que en ese momento
incluían el gusto y lo bello. Paulatinamente, se fue construyendo un campo de conocimientos
referido a estos procesos, que se consideró independiente del conocimiento racional y del
empírico.
No sólo el campo de la filosofía contribuyó a esta sistematización; el desarrollo que para el siglo
XVIII habían alcanzado las distintas artes fue tan importante que resultó imprescindible
elaborar teorías y sistematizar las experiencias y el conocimiento para poder explicar y analizar
las producciones artísticas. Desde el campo del arte surgieron, entonces, las primeras
reflexiones sobre las creaciones artísticas. El arte y la filosofía encontraron en la estética la po -
sibilidad de estudiar los fenómenos vinculados con la sensibilidad, tanto en relación con la vida
cotidiana como con las cuestiones artísticas.
En el siglo XIX, ya avanzada la modernidad, la estética se fue definiendo como el campo de
conocimientos que se ocupa de las cuestiones relacionadas con el guisto, el placer, lo bello, la
creación, la imaginación, la intuición sensible, la armonía. En esta época so incorporal al
estudio e interpretación de lo estético tanto los aspectos objetivos, es decir, aquellos que no
dependen del sujeto, como el gusto social, las normas estéticas, las leyes de la perspectiva, los
criterios que definen la armonía, como los aspectos subjetivos, es decir, los construidos por el
sujeto, como la relación placentera con una canción, un libro, una pintura.
Es recién durante la segunda mitad del siglo XX cuando comienza a acentuarse el carácter
independiente do la estética en relación con otras áreas del conocimiento, como la psicología, la
sociología y la historia.
Las preocupaciones de la estética durante el siglo XX se orientan especialmente al estudio de
lo artístico, lanío en relación con los actos individuales como en sus aspectos sociales.
Son actos estéticos individuales, por ejemplo, la elección y apreciación de un poema, la
determinación do si una melodía nos gusta o nos disgusta. También son actos individuales las
tomas de decisión estéticas en relación con objetos artísticos, es decir, las interpretaciones
personales sobre productos artísticos que realizamos desde nuestra sensibilidad. Por ejemplo,
cuando leemos una poesía, decidimos la película que vamos a ir a ver, prestamos atención a una
canción que escuchamos. Tanto la lectura, como la elección de una película, el poner un disco o
sintonizar una radio son todos actos intencionales, actos que implican una elección. Nuestra
relación con los productos artísticos es inevitablemente estética, ya que es nuestra sensibilidad
la que permite que nos pongamos en contacto con dichos productos, que entendamos lo que nos
comunican. Sin embargo, estas actividades y elecciones individuales están construidas en un
contexto, en una relación con la sensibilidad de carácter colectivo que incide en nuestros gustos
y creaciones.
En su conjunto, todos estos actos individuales parecen pertenecemos en forma muy privada,
cada uno de nosotros sabe qué le gusta, qué es capaz de imaginar o de inventar. Sin embargo,
nos encontramos con una gran cantidad de amigos que comparten nuestros gustos, a los que les
gusta vestirse del mismo modo que a nosotros, que admiran a la misma banda de rock, y somos
capaces de compartir con otras personas
nuestra visión de cómo sería un mundo "más
bello".
Al admirar la belleza de los movimientos de un gimnasta, estamos aplicando criterios estéticos
individuales, pero también criterios sociales.
El gusto es hoy un término muy equivoco, que hace referencia a nuestras preferencias
subjetivas, incluso al capricho personal; recordemos la frase "sobre gustos no hay nada escrito".
Pero también tiene que ver con la formación de la sensibilidad y del gusto de los individuos, por
ejemplo, la educación recibida, los gustos transmitidos por los padres o el entorno más cercano;
las cosas que nos agrada comer, los colores que preferimos, las zapatillas que usamos o
usaríamos, todas estas elecciones están en relación directa con el medio en el que vivimos.
Los estudios en el campo de la estética reconocen que en toda apreciación estética existe una
pretensión de universalidad. Esta pretensión de universalidad es lo que nos permite, como
espectadores o productores, manifestar el gusto y nuestras diferencias.
Así como nos manejamos por nuestras elecciones individuales podemos trazar algunas
definiciones que se constituyen socialmente:
• lo estético es una característica que les pertenece a determinadas cosas y que se capta
perceptivamente;
• la estética es una capacidad de entendimiento social que no exige razonamiento o explicación,
por ejemplo, es lo que agrada universalmente y sin necesidad de que se busque un concepto
que lo defina;
• lo estético es un fenómeno objetivo con sus propias reglas y principios, que cada época va
definiendo.
Finalmente, es necesario evitar confundir la sensibilidad con nuestras reacciones derivadas
directamente de los sentidos, es decir, nuestros actos inmediatos de reacción ante distintos
estímulos: una luz que enceguece, un golpe que sorprende. La sensibilidad incluye aspectos más
complejos y ricos, como la imaginación, la intuición, la creación, el gusto, y nos permite
conocer nuevas maneras de ver el mundo. La estética se ocupa de ver, analizar, reflexionar,
observar y recuperar los actos sensibles que poseen un individuo, un grupo de artistas, un
pueblo, una comunidad, un país.
La estética, entonces, es el conjunto de conocimientos de origen filosófico que reflexiona
sobre las cuestiones de la sensibilidad en el marco de una época determinada, entendiendo por
sensibilidad al conjunto que abarca la imaginación, la creación, la invención, el gusto y la
expresión, y que no pertenecen al campo de la experiencia ni al campo de la razón, aunque
ambos participen de alguna manera en el campo estético, por ejemplo, a través de la teoría o de
la práctica artísticas.

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