Autoridades presentes, familias, colegas docentes, estudiantes, y a todos los
que hoy nos acompañan en este sencillo acto en homenaje a quienes
participaron en la gesta de Malvinas, con el objetivo de defender nuestro pedacito de tierra, ubicado en la zona más austral del continente.
Un día como hoy, hace exactamente 42 años, recibíamos la noticia, a través
el comunicado n° 1 de la junta militar, de la recuperación de las islas Malvinas, Georgias y Sandwich del sur, reintegrándolas a nuestro territorio nacional, usurpadas en 1833 por los británicos. Podíamos también observar a hombres y mujeres valientes que con el corazón henchido de orgullo partían a defenderlas, mientras nosotros los acompañábamos con nuestros rezos, intenciones y donaciones de elementos necesarios para sobrellevar las inclemencias del clima que azota esa parte del territorio sur de la República Argentina.
Hoy, tenemos la posibilidad de conocer sus rostros, los Rostros de Malvinas,
esos rostros cuyas miradas expresan el compromiso para con nuestra Patria, compromiso imposible de asumir sin sentir un genuino y profundo amor por ella. A los Veteranos de Guerra, Héroes de Malvinas, quisiera decirles que fueron y son fuente de inspiración para muchos jóvenes que gracias a su ejemplo ingresaron a las filas de nuestro ejército dispuestos a defender y dar la vida, si fuese necesario, por la patria; sembrando también, en muchos de los que no tuvieron la posibilidad de participar en el frente de batalla, la necesidad de sumarse a la causa apoyándolos para que obtuvieran su merecidísimo reconocimiento posterior. A los presentes, quienes los miramos y admiramos, quiero decirles que somos privilegiados de poder compartir con ellos este tiempo y escuchar a través de sus propios relatos las vivencias inimaginables de una guerra. Recuerdos, sentimientos y emociones difíciles de olvidar, compañeros inseparables por el resto de sus vidas. A la sociedad toda, pero en especial a los niños, niñas y jóvenes les quiero decir ellos son nuestros verdaderos superhéroes, héroes de carne y hueso, personas comunes cumpliendo roles de papá, abuelo, hermano, tío y vecinos que forman parte de esta hermosa patria chica, que es nuestra ciudad.