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Guía lecciones de patrología

TERCERA CLASE (22 DE SEPTIEMBRE)

 Los Padres apostólicos (Didaché – Clemente romano – Ignacio de Antioquia –


Policarpo de Esmirna – el Pastor de Hermas de Roma – Epístola de Bernabé.
o Denominación que desde el siglo XVII engloba una serie heterogénea de
escritos del cristianismo más antiguo, que no quedaron integrados en el
canon neotestamentario ni se puede catalogar entre los apócrifos o la
primitiva literatura apologética.
o Esto es, escritores cristiano del siglo I o principios del S. II, cuyas
enseñanzas pueden considerarse como eco bastante directo de la predicación
de los Apóstoles a quienes conocieron personalmente o a través de las
instrucciones de sus discípulos.
 Pertenecen a diversos géneros literarios y responden a problemas
pastorales y tensiones internas de varias comunidades. Cada uno
escribe obedeciendo a circunstancias particulares, proporcionan sin
embargo un conjunto uniforme de ideas, que nos proporciona una
imagen clara de la doctrina cristiana de finales del siglo I.
 Dicha expresión «Padres apostólicos» sale a la luz en el siglo XVII.
o Cuatro elementos caracterizan esta etapa:
 Crecimiento de la literatura apócrifa del NT.
 El inicio de la formación del canon del NT.
 Alejamiento entre judíos y xtnos.
 Organización de las primeras comunidades cristianas. Esto estará
presente en los distintos autores; es de importancia particular. Entre
Clemente Romano e Ignacio de Antioquía se dan dos líneas distintas.
Lo veremos.

 DIDACHÉ (Didah,): género literario, ordenanzas o constituciones eclesiásticas. Es


uno de los más antiguos documentos cristianos no canónicos; fundamental para la
comprensión de cómo los primeros cristianos ofrecían culto a Dios
o En cuanto a la composición algunos sostienen que su composición corre
paralela o ligeramente anterior a la de los sinópticos (50-70) [Hay quienes
afirman que toma de las mismas tradiciones de que hace uso Mt].
Probablemente escrita en Siria.
o Eusebio de Cesarea señala que no es un libro Canónico; San Atanasio lo
recomienda para los catecúmenos. Deja de ser mencionado a partir del s. XII
hasta que se descubre, en 1873 por parte de un monje ortodoxo griego cerca
de Constantinopla, un códice griego del año 1057 (codex Hierosolymitanus)
que contenía entre otros textos la Didaché, dicho texto se publica en 1883.
o Dos títulos: Breve: Doctrina de los doce apóstoles; largo: doctrina del Señor
por medio de los Doce apóstoles a los gentiles. (Ninguno pareciera ser
original sino de una época posterior en que la palabra apóstoles remite a los
Doce).
o Los deberes personales consisten en rechazar el mal y en practica las
virtudes. Los deberes sociales requieren el respeto y la paz entre los fieles,
así como la generosidad hacia los pobres y la educación de los hijos. La via
de la muerta consiste en llevar a cabo las obras que se presenta como
prohibidas.
o Tres secciones:
 Primera (1,1 – 6,3) Catequesis pre-bautismal que utiliza el topos de
las dos vías, se presentan como instrucciones morales.
 Segunda (7 – 15): Regulación comunitaria
 Una primera parte litúrgica (7 – 10): Bautismo, ayuno,
oración, eucaristía. Instrucciones litúrgicas. [primer texto
cristiano no canónico que incluye el Padrenuestro con la
indicación de la obligación de rezarlo tres veces al día
(similitud con la Shemá)]
 Una segunda parte disciplinar (11 – 15). Instrucciones
disciplinares.
 Tercera parte: Discurso escatológico (Parusía).

a. Las «dos vías» circulan separadamente como una pieza de instrucción usada para
objetivo catequéticos y homiléticos. Dicho recurso sirve de fuente no solo para la
didaché, también para la carta a Bernabé y Doctrina Apostolorum (texto judío
escrito en griego)

Hay dos caminos: uno de la vida y otro de la muerte; y hay gran


diferencia entre los dos caminos (Did 1,1).
Hay dos caminos en este mundo, el de la vida y el de la muerte,
el de la luz y el de las tinieblas. En ellos quedan colocados dos ángeles,
uno de la equidad y otro de la iniquidad. Es mucho lo que
distan los dos caminos (DLA 1,1).
Hay dos caminos de enseñanza autoritativa: el de la luz y el de
la tiniebla. Hay gran diversidad entre los dos caminos. Pues sobre el
uno están colocados ángeles luminosos de Dios; pero sobre el otro
ángeles de Satanás. Ya que el uno es Señor desde la eternidad hasta
la eternidad. El otro, en cambio, es príncipe del tiempo actual de
iniquidad (Bern 18,1 -2).

b. La parte litúrgica (7,1 – 10,7)

Tras la catequesis previa, reglamenta el bautismo con la fórmula bautismal trinitaria (como
Mt 28,19b). Cuenta con la inmersión en agua corriente como la práctica habitual, pero
admite también el bautismo por infusión (7,1-3).

El contexto bautismal le lleva a tratar del ayuno, pues habla de dos oportunidades en que
realizar esta práctica de piedad tradicional.
Hay un ayuno prebautismal, de un día o dos, que atañe al catecúmeno y a quien ha de
bautizarlo y que se desea hacer extensivo al menos a parte de la comunidad (7,4). Hay otro
ayuno semanal, el de los miércoles y viernes. La elección de estos dos días parece motivada
por el afán de no coincidir con los fijados para el ayuno por los judíos piadosos: los lunes y
jueves.

La misma preocupación se manifiesta al tratar de la oración. El «no como los hipócritas»


parece referirse esta vez al contenido. Si los judíos rezaban las bendiciones, o el
Shemonehesreh, el didaquista quiere sustituir estas fórmulas por la «ordenada» por el Señor
en el evangelio: el padrenuestro (8,2) y tres veces al día (8,4). Quien esto escribe conoce ya
un evangelio escrito l4. Podría ser Mt 6,9-13; pero también una sección «Q» (cf. Mt 6,9-
12/Lc 11,2-4) en la forma propia a la tradición mateana.

c. Plegaria eucarística

Se ofrecen modelos de plegaria (9, 1-3)

Lo mismo que la oración final, que corresponde a las bendiciones judías para después de la
comida (10,1-2). Para unos estas plegarias son simplemente bendiciones del «ágape» (la
comida de encuentro fraterno de la comunidad). Un rito equivalente al qiddush judío.
Estaríamos en una fracción del pan común, la comida previa a la celebración eucarística. La
transición a la eucaristía sacramental quedaría aludida después 17, entre aclamaciones
conclusivas de la celebración anterior:

«¡Venga la gracia y pase este mundo! ¡Hosana al Dios de David!


Si uno es santo, que venga. Si no lo es, que haga penitencia. ¡Marañadla!
¡Amen! (10,6)»

La misa dominical queda clara en la sección disciplinar (14,1) Se evidencia la valoración


sacrificial de la eucaristía aun cuando el acento se pudiera ver en el elemento de
celebración universal.

Dos intercesiones por la Iglesia bastante significativas: 9,4 y 10, 5.

d. Regulación de ministerios (11-13.14-15)


e. El discurso escatológico

 SAN CLEMENTE DE ROMA: Hebreo helenista, consagrado obispo


de Roma por parte del mismo San Pedro
o Segun Irineo (quien presenta la lista más antigua de obispos romanos)
Clemente es el tercer sucesor de Pedro (es decir que es el cuarto obispo de
Roma).
o Eusebio de Cesarea (Hist. Eccle.) lo menciona también como tercer suceso
de Pedro. Fija el inicio de su pontificado en el año doce del reinado de
Domiciano y su fin en el tercer año del reinado de Trajano (esto es desde el
año 92 hasta el 101).
o Tertuliano hace mención del hecho que Clemente es consagrado por parte
del mismo San Pedro.
o No se sabe mucho acerca de su vida anterior. Orígenes y Eusebio lo
identifican como aquel que san Pablo alaba en su epístola a los Filipense
(4,3) (siendo que esta opinión carece de pruebas).
 La importancia de san Clemente radica, en primer lugar, al ser el primer padre
apostólico: «Clemente había visto a los Apóstoles y se había encontrado con ellos,
aun tenía presente en los oídos el eco de sus predicaciones e delante a sus ojos la
tradición apostólica» (HE III, 16)
 Poseemos un único escrito de él «epístola a los Corintios». Esta carta puede ser
considerada como uno de los más importantes documentos del período que sigue
inmediatamente a la época de los Apóstoles, la primera pieza de la literatura
cristiana fuera del NT.

1 Carta a los Corintios (de San Clemente)


 En su tiempo estuvo integrada al canon del NT de las Iglesias de Egipto y Siria. Se
encuentra también presente –junto con la didaché– en el codex Hierosolymitanus.
 Datación: la posición más común es entre el 94 y 97. Dos referencias «calamidades
súbitas» (1,1) y «tenemos el mismo combate ante nosotros» (7,1) aluden a la
persecución de los cristianos de Roma por parte de Domiciano.

 Una carta de la Iglesia de Roma a la de Corinto. Motivada por la discordia dentro de


esta. Había luchas internas por motivos doctrinales y disciplinares. Debido a una
revuelta de algunos jóvenes que había conducido a la deposición de presbíteros de
esta comunidad.
 Esta carta la podemos definir como: «un intervento de autoridad por parte de la
Iglesia de Roma en los asuntos internos de la Iglesia de Corinto».
 Un punto interesante es que el autor no se presenta a sí mismo, pero los patrólogos
reconocen claramente la personalidad de Clemente en ella.

*Benedicto XVI - San Clemente Romano


AUDIENCIA GENERAL. Miércoles 7 de marzo de 2007.

Cuarta sesión (29 septiembre)


 Estructura:
o Introducción (1-3) O prólogo: Donde saluda a las Iglesia de Corinto y
expone la situación de la comunidad entrando en el corazón de la división.
o Dos partes principales (4-36; 37-61)
 La primera parte (4-38) Expone algunas recomendaciones morales
para el cristiano. Las virtudes más necesarias son la caridad, la
penitencia, la obediencia, la compasión y la humildad. Además que
se ofrecen los motivos que conducen a la práctica de dichas virtudes.
La segunda parte (39-58) Consejos prácticos, expone además el
orden que Dios ha querido para la Iglesia y la regla de conducta para
los habitantes de Corinto.
 Una tercera parte (59-61) En el que se presenta una oración.
o Una recapitulación (62-65)

 El motivo de la carta como ya se ha dicho se lo puede encontrar en el VII : «Todo


esto, carísimos, os lo escribimos no sólo para amonestaros a vosotros, sino también
para recordárnoslo a nosotros mismos, pues hemos bajado a la misma arena y
tenemos delante el mismo combate (2) Demos, por tanto, de mano a nuestras
vacuas y vanas preocupaciones y volvamos a la gloriosa y veneranda regla de
nuestra tradición. (3) Y veamos qué es lo bueno, qué lo agradable, qué lo acepto en
la presencia de nuestro Creador.».

 La carta condena rotundamente la rebelión (1,1): «Nos referimos, carísimos, a la


sedición, extraña y ajena a los elegidos de Dios, abominable y sacrílega, que unos
cuantos sujetos, gentes arrojadas y arrogantes, han encendido has ta punto tal de
insensatez, que vuestro nombre, venerable y celebradísimo y digno del amor de ·
todos los hombres, ha venido a ser gravemente ultrajado».

 Busca defender vigorosamente la estructura jerárquica tradicional (7,2) por el


principio de la sucesión apostólica.

o (42) «Los Apóstoles nos predicaron el Evangelio de parte del Señor


Jesucristo; Jesucristo fué enviado de Dios. En resumen, Cristo de parte de
Dios, y los Apóstoles de parte. de Cristo: una y otra cosa, por ende,
sucedieron ordenadamente por voluntad de Dios. 3. Así, pues, habiendo los
Apóstoles recibido los mandatos y plenamente asegurados por la
resurrección del Señor Jesucristo y confirmados en la fe por la palabra de
Dios, salieron,, llenos de la certidumbre que les infundió el Espíritú Santo,
a dar la alegre noticia de que el reino de Dios estaba para llegar. 4. Y así,
según pregonaban por lugares y ciudades la buena nueva y· bautizaban a
los que obedecían al designio de Dios, iban estableciendo a los -que eran
primicias de ellos-después de probar los por el espíritu-por inspectores y
ministros de los que habían de creer».
o Pero además ricos testimonios relacionados con la historia de la Iglesia
(estancia de San Pedro en Roma y viaje de Pablo a España, así como el
martirio de los príncipes de los Apóstoles)
o Se podría considerar un manifiesto de la jurisdicción eclesiástica, se haya -
por primera vez- una declaración clara y explícita de la doctrina de la
sucesión apostólica [la cual es la forma de legitimación de la estructura
institucional establecida] de modo que los miembros de la comunidad no
pueden deponer a los presbíteros, porque no son ellos los que confieren la
autoridad, sino que deriva de los Apóstoles. (44,1-3): «También nuestros
Apóstoles tuvieron' conocimiento, por inspiración de nuestro Señor
Jesucristo, que habría contienda sobre este nombre y dignidad del
episcopado. 2. Por esta causa, pues, como tuvieran perfecto conocimiento
de lo por venir, establecieron a los susodichos y juntamente impusieron
para adelante la norma de que, en muriendo éstos, otros que fueran varones
aprobados les sucedieran en el ministerio. 3. Ahora, pues, a hombres
establecidos por los Apóstoles, o posteriormente por otros eximios varones
con consentimiento de lá Iglesia entera; hombres ,que han servido
irreprochablemente al rebaño de Cristo con espíritu de humildad, pacífica y
desinteresadamente; atestiguados, otrosí, durante mucho tiempo por todos;
a. tales hombres, os decimos, no creemos que se los pueda expulsar
justamente de su ministerio».
o Habla además del primado de la Iglesia romana, no existe una afirmación
explícita o expresa, pero la misma existencia de la carta constituye en sí
misma un testimonio de la autoridad del obispo de Roma. El diálogo se
presente como el de un superior a un súbdito.

 Algunas hipótesis en torno al origen del conflicto.


o Una lucha de poder en el seno de la comunidad, la cual surge por el deseo de
una generación más joven de una nueva distribución de las relaciones de
poder. Estos eran motivados por el ejemplo de otros colegios cultuales en los
que los elegidos lo son solamente por un tiempo, siguiendo una reelección o
remplazo.
o Otra hipótesis señala el choque entre una facción ortodoxa y una facción
herética de tinte gnóstico, la cual tendría raíz desde tiempos de San Pablo,
pero esta explicación queda descartada.
o Conflictos entre oficio y carisma. Durante un tiempo –dicen los estudiosos–,
estuvo de moda una reconstrucción de la evolución de las primitivas
comunidades, basada en la presunta tensión entre carismas y ministerios.
Aplicándola a nuestro documento se llega a afirmar que había llegado un
choque entre los nuevos carismáticos y profetas de la segunda generación y
los obispos y diáconos. Se descarta la hipótesis porque nada alude a estos.

 Elementos eclesiológicos del escrito.


o El objetivo de la carta es expresamente eclesiológico (63, 2), se tiene el
interés por asegurar la paz y la concordia como un valor social y
eclesiológico, esto es, importante dentro de la Iglesia.
o La Iglesia se entiende como una estructura organizada con autoridad
institucional. El corazón teológico de la carta es la corroboración
institucional de la autoridad.
o Clemente ve a la Iglesia en continuidad con Israel y recurre por ello a los
precedentes del NT (tiene más citas del AT que cualquier otro libro del NT).
Para Clemente no hay «dos tiempos» ni un salto del Antiguo al NT, el
verdadero Israel tiene su réplica en la comunidad cristiana, organizada y
sometida a la autoridad.
o Hay una clara distinción entre clero y laicado. «El hombre laico por
preceptos laicos está ligado» (40,5); «procuraremos, hermanos, cada uno
agradar a Dios en nuestro propio puesto, conservándonos en buena
conciencia, procurando con espíritu de reverencia no transgredir la regla de
su propio ministerio.
 La jerarquía está compuesta por «epíscopos» y «diáconos»
(evpi,skopoi kai. Dia,konoi); sin embargo en la epístola se les llama
colectivamente presbíteros (presbu,teroi) (44,5 y 57,1).

*Audencia general Papa Benedicto XVI, 14 marzo del 2007.

La carta a Bernabé
Mas que una carta es un tratado teológico, de carta no tiene más que la apariencia, cariendo
además de introducción y conclusión, además de que no se indica que fuera dirigida a
alguna persona en particular.

Los escritores cristianos primitivos consideraban el género epistolar como el único apto
para dar instrucciones piadosas y recurrían a este género aun cuando no se dirigían a un
círculo limitado de lectores.

 Propósito del autor (cuyo nombre no se menciona)


o Enseñar el conocimiento perfecto (gnwsij) (1,5) y la fe.
 Se distribuye en dos partes
o Una sección doctrinal de carácter dogmático (1-17) que trata de dar
respuesta a la cuestión sobre el valor y sentido de la revelación del AT para
los cristianos.
 Sostiene que la interpretación literal de la Ley por los judios ha sido
un engaño diabólico que la han entendido muy mal, al interpretarla
literalmente. Ofrece además una visión muy negativa sobre la
historia de Israel, la cual considera como una larga apostasía.
 El autor está convencido de que la fe ha de culminar en un mayor
conocimiento. El complemento de la fe es un conocimiento perfecto.
 El sentido espiritual genuino (telei,a gnwsij): una explicación
alegórica de las doctrinas y mandamientos del AT.
 Dios no quiere el don material de sacrificios sangrientos, sino
la ofrenta de un corazón arrepentido
 no quiere la circuncisión de la carne, sino la de nuestro oído,
para que nuestra mente se incline a la verdad.
 No insiste en que nos abstengamos de la carne de animales
impuros, sino que renunciemos a los pecados simbolizados
por aquellos animales.
o La segunda sección (18-21) se ocupa de moral. Lo mismo que en la didaché,
describe las dos vías del hombre (18), la de la vida y la de la muerte; a la
primera la denomina camino de luz y a la segunda camino de tinieblas.
 Para trazar la senda de la luz da un gran número de preceptos
morales que recuerdan el decálogo (19). Por otro lado el pasaje que
trata de la senda de las tinieblas consiste en un catálogo de vicios y
pecados (20).
 Documento con una gran recepción en la antigua cristiandad alejandrina: Lo citan
Clemente Alejandrino, Eusebio de Cesarea y Orígenes, entre otros.
 En cuanto al autor, el antijudaísmo que presenta y su probable composición tardía,
lleva a excluir que el autor haya sido Bernabé (compañero de Pablo en el viaje
misionero, Hch, 13-15). Por tanto sólo se puede afirmar que es un judeocristiano
atento a la venida del Señor, un maestro que transmite una enseñanza tradicional
(1,5)
 Lugar de composición: Alejandría, dado que corresponde a la tradición del judaísmo
helenístico alejandrino, ya sea por su soteriología y ética, así como por el uso
abundante del alegorismo// sin embargo hay que notar la falta de toda la teología del
logos y que tiene una muy fuerte orientación escatológica.
 La fecha de composición oscila entre los estudiosos entre el 70 y el 130.

Doctrina

Aunque el elemento doctrinal esté desparramado en este libro, hay detalles que merecen
destacarse:

1) Bernabé proclama la preexistencia de Cristo. Estaba con Dios Padre cuando éste creó el
mundo; las palabras «hagamos al hombre a imagen y semejanza nuestra» fueron dichas por
el Padre a su divino Hijo (5,5). Bernabé emplea, además, la parábola del sol, tan popular en
la teología alejandrina, para explicar la encarnación:

Porque de no haber venido en carne, tampoco hubieran


los hombres podido salvarse mirándole a El, como
quiera que mirando al sol, que al cabo está destinado a
no ser, como obra que es de sus manos, no son capaces
de fijar los ojos en sus rayos (5,10).

Dos fueron las causas de la encarnación:

Primeramente: «El Hijo de Dios vino en carne a fin de que llegara a su colmo la
consumación de los pecados de quienes persiguieron de muerte a sus profetas. Luego para
ese fin sufrió».
En segundo lugar: «El mismo fue quien quiso así padecer» (5,11-13).

2) Los capítulos 6 y 11 describen bellamente cómo el bautismo confiere al hombre la


adopción de hijos e imprime en su alma la imagen y semejanza de Dios:

Habiéndonos renovado por el perdón de nuestros pecados,


hizo de nosotros una forma nueva, hasta el punto
de tener un alma de niño, como de veras nos ha plasmado
El de nuevo. Y, en efecto, la Escritura dice de nosotros
lo mismo que Dios dijo a su Hijo: «Hagamos al
hombre a imagen y semejanza nuestra» (6,11-12)

3) El bautismo transforma a las criaturas de Dios en templos


del Espíritu Santo:

Quiero hablaros acerca del templo, cómo extraviados


los miserables confiaron en el edificio y no en su Dios,
que los creó, como si aquél fuera la casa de Dios. Pues,
poco más o menos como los gentiles, le consagraron en
el templo. Mas ¿cómo habla el Señor destruyéndolo?
Aprendedlo: «¿Quién midió el cielo con el palmo y la
tierra con el pulgar? ¿No he sido yo?—dice el Señor—.
«El cielo es mi trono, y la tierra escabel de mis pies:
¿Qué casa es esa que me vais a edificar o cuál es el lugar
de mi descanso? Luego ya os dais cuenta de que su
esperanza es vana».

Y otra vez les dice: «He aquí que los que


han destruido este templo, ellos mismos lo edificarán».
Así está sucediendo, pues por haberse ellos sublevado,
fue derribado el templo por sus enemigos, y ahora hasta
los mismos siervos de sus enemigos lo van a reconstruir...
Pues inquiramos si existe un templo de Dios. Existe,
ciertamente, allí donde El mismo dice que lo ha de hacer
y perfeccionar. Está, efectivamente, escrito : «Y será,
cumplida la semana, que se edificará el templo de Dios
gloriosamente en el nombre del Señor».

Hallo, pues, que existe un templo. ¿Cómo se edificará


en el nombre del Señor? Aprendedlo. Antes de creer
nosotros en Dios, la morada de nuestro corazón era corruptible
y flaca, como templo verdaderamente edificado
a mano, pues estaba lleno de idolatría y era casa de
demonios, porque no hacíamos sino cuanto era contrario
a Dios. «Mas se edificará en el nombre del Señor». Atended
a que el templo del Señor se edifique gloriosamente.
¿De qué manera? Aprendedlo. Después de recibido el
perdón de los pecados, y por nuestra esperanza en el
Nombre, fuimos hechos nuevos, creados otra vez desde
el principio. Por lo cual, Dios habita verdaderamente
en nosotros, en la morada de nuestro corazón. (16, 1-4,6-8).

4) En el capítulo 15,8 insiste en la celebración del día octavo de la semana, o sea del
domingo, en lugar del sábado de los judíos, por ser aquél el día de la resurrección:
Por último, les dice: «Vuestros novilunios y vuestros sábados no los aguanto». Mirad cómo
dice: No me son aceptos vuestros sábados de ahora, sino el que yo he hecho, aquel en que,
haciendo descansar todas las cosas, hará el principio de un día octavo, es decir, el principio
de otro mundo. Por eso justamente nosotros celebramos también el día octavo con regocijo,
por ser día en que Jesucristo resucitó de entre los muertos y, después de manifestado, subió
a los cielos (15,8-9).

5) La vida del niño, antes como después de su nacimiento, está protegida por la ley: «No
matarás a tu hijo en el seno de la madre ni, una vez nacido, le quitarás la vida» (19,5).

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