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Clase 9: La dinámica demográfica en América

Fecha: 13/10/20

PROFESOR: Gerardo Villán ASIGNATURA: Geografía CURSO: 3° A

Tema: Condiciones de Vida y Empleo

1. Explicación sobre el tema:


En la clase anterior vimos un tema importante para varias ciencias y disciplinas como es la
población. No podemos ignorar sus características generales y sobre todo no podemos
desestimar el crecimiento constante de la misma.
Este hecho, pone a la humanidad toda en alerta sobre temas que redundan en el bienestar
de los seres humanos y que tiene que ver con la posibilidad de tener las mejores
condiciones de vida y empleo.
América se caracteriza por los grandes contrastes sociales en su población. Mientras que en
los países de América anglosajona los niveles de bienestar de la población en general son
buenos, la mayor parte de la población de América latina presenta altos niveles de pobreza
y desigualdad. Sin bien en los últimos años han mejorado las condiciones de vida de la
población en América latina, aún hay mucho que hacer, por ejemplo, en el sistema de
salud, la educación y la asistencia social.
Veamos cómo se trata el tema según, García Carolina (2016) y otros en Geografía, América
latina y anglosajona. Editorial Estrada, Buenos Aires:
La Calidad de Vida
La brecha que separa a los países de América del Norte de los del sur ha aumentado en las últimas
décadas.
Durante la última década, en América del Norte se observa una declinación en la calidad de vida de la
población a causa de múltiples factores. Entre ellos, la crisis económica que agravó la inequitativa
distribución de la riqueza y produjo grandes problemas en sus sistemas de salud, educación, bienestar

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social, entre otros. Sin embargo, Estados Unidos y Canadá, según los indicadores económicos mundiales
cuentan con una buena calidad de vida.
La calidad de vida en los países de América latina tuvo mejoras significativas; sin embargo, sigue siendo
una de las regiones más desiguales del mundo. La conjunción de la llegada al poder, en gran parte del
continente, de gobiernos con una marcada preocupación social y de un contexto internacional favorable
para la economía de los países latinoamericanos, redundó en una mejora de las condiciones de vida. El
nuevo contexto internacional favoreció el crecimiento económico, principalmente, sobre la base de las
exportaciones de materias primas. Los ingresos generados de esta manera permitieron incrementar la
inversión de los gobiernos en materia social.

La educación
Cada sociedad tiene capacidad para satisfacer las necesidades básicas de su población y mejorar su calidad
de vida, y también de generar las condiciones y oportunidades para que los ciudadanos alcancen todo su
potencial. A partir del gasto público que realiza cada Estado, se lleva a cabo la prestación de subsidios y
adquisición de bienes y servicios, entre otros, con el objetivo de contribuir a la redistribución de la riqueza.
Cuando el gasto público es mayor que el ingreso se produce déficit, y en esos casos, el Estado debe acudir
a la deuda pública para financiarse. Cada país destina una parte de esto a educación, salud, asistencia
social, y otros.
En América latina, en la última década, las políticas sociales predominantes apuntan a combatir la
reproducción intergeneracional de la pobreza. Es decir, se busca que niños y jóvenes provenientes de
familias cuyos padres y abuelos han sido pobres, tengan posibilidades de dejar de serlo. La mejor
herramienta para ayudar a niños y jóvenes es la educación y la capacitación. Por ejemplo, para contener
desde temprano a los niños con deficiencias alimentarias y de salud, y para asegurar el acceso y la
continuidad en el sistema educativo.
En América del Norte, las estrategias que adoptan para superar las crisis económicas no afectan la
participación en la enseñanza primaria y secundaria. Sin embargo, estos países redujeron el apoyo en
infraestructura y materiales didácticos, pero sobre todo trasladaron los costos a los padres. A medida que
declinan los recursos, los grupos marginados o desfavorecidos son los más afectados. Por ejemplo, en
Estados Unidos, los programas y las instalaciones que se dedican a la educación especial son los más
afectados por las reducciones presupuestarias.

La pobreza y la indigencia

La pobreza es la carencia de medios materiales para satisfacer las necesidades básicas de las personas.
Puede medirse teniendo en cuenta los ingresos monetarios de una persona o de una familia, o
considerando las condiciones materiales en que se desarrolla la vida de esas personas: los materiales y el
tamaño de la vivienda, el acceso al agua potable, entre otras.
Todos los países del mundo utilizan el método del ingreso, que calcula cuánto es el mínimo de dinero que
necesita mensualmente una familia tipo para alimentarse, vestirse, pagar los servicios, el transporte
público, los útiles escolares, la atención de la salud.
A partir del valor obtenido, se considera que las familias con ingresos inferiores a ese mínimo son pobres. Y
entre las personas pobres, aquellos que ni siquiera pueden cubrir sus necesidades alimentarias son
considerados indigentes.

La desigualdad

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La desigualdad social es la condición por la cual las personas tienen un acceso diferencial a los recursos de
todo tipo, a los servicios y a ciertas posiciones que valora la sociedad. La pobreza y la desigualdad
repercuten sobre las poblaciones más vulnerables y afectan la distribución entre personas dentro de los
países, entre países y entre generaciones.
En el continente, la desigualdad entre ricos y pobres es significativa. Según el Banco Mundial, 73 millones
de personas dejaron de ser pobres durante la última década en América latina; sin embargo, como ya
vimos, el continente sigue siendo el más desigual del mundo, es decir, donde hay mayores diferencias
entre los más ricos y los más pobres. Además, la desigualdad no es solamente un asunto de distribución:
también existen desigualdades en cuanto al acceso y la calidad de la educación, la salud, la vivienda y la
seguridad pública. En este sentido, en los últimos años la distribución de los ingresos mejoró, por la
implementación de programas y ayuda estatal.
En cuanto a América del Norte, Estados Unidos registra una desigualdad mucho mayor que el resto de las
economías desarrolladas, superando a Canadá y a Europa.
Para esta parte del continente, el principal factor determinante de la desigualdad no es el trabajo, sino las
rentas del capital. Los países del sur también se enfrentan a condiciones crecientes de desigualdad, es
decir, a la concentración de riqueza en pocas personas, al mismo tiempo que importantes sectores de su
sociedad están excluidos.

Las estadísticas del mercado laboral


En la vida cotidiana se suele hablar de "trabajo", "empleo" o "desocupación" sin necesidad de definir con
exactitud estos conceptos, En las Ciencias Sociales, este grado de ambigüedad no es aceptable. Por ello,
antes de iniciar cualquier análisis sobre el mercado laboral, es imprescindible especificar un vocabulario en
común a la vez que familiarizarse con las fuentes y herramientas de las que se dispone.
En términos concretos, puede mencionarse que las estadísticas sobre el mercado laboral provienen
fundamentalmente de dos grandes fuentes: el Censo Nacional de Población, Hogares y Viviendas y la
Encuesta Permanente de Hogares (EPH), ambos formulados por el Indec (Instituto Nacional de Estadísticas
y Censos), en el caso de la República Argentina u organismos equivalentes en el resto de los países de
América. El resto de las fuentes incluye los datos del Ministerio de Trabajo y algunas producciones
privadas, aunque estos presentan un carácter más disperso.

Categorías e indicadores básicos del mercado laboral

Si bien trabajo y empleo suelen ser tomados como sinónimos, expresan fenómenos diferentes. El trabajo
refiere a una actividad humana, socialmente útil, orientada a la producción de un bien o a la prestación de
un servicio. El empleo es únicamente aquel trabajo que se realiza con la finalidad de obtener a cambio un
ingreso; de esta manera, este concepto abarca el trabajo del asalariado, el del cuentapropista y el del
empleador, pero excluye muchas formas de trabajo no remuneradas, actuales o históricas, como el trabajo
familiar, el solidario o el esclavo. Por ello, cuando se utilice el término empleo, se deberá recordar que
refiere fundamentalmente al mundo del trabajo mercantil.
Luego, debe tenerse en cuenta que la mayoría de las tasas e indicadores se calculan únicamente sobre la
población a partir de los 14 años de edad, ya que se supone esta como la edad suficiente para trabajar.
Este segmento poblacional se divide en población económicamente activa (PEA) y población
económicamente inactiva (PEI). La PEA está compuesta por aquellas personas, con 14 años de edad como
mínimo, que tienen una ocupación o que, sin tenerla, la están buscando activamente. La PEI está

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compuesta únicamente por personas de 14 o más años de edad que no tienen ni buscan ocupación:
incluye mayormente estudiantes de dedicación exclusiva y jubilados. Es por ello que, cuando se analiza el
empleo desde las estadísticas, se excluye a la población inactiva.

ÍNDICES PARA TENER EN CUENTA

La medición de la desocupación y la subocupación

La medición de la desocupación y de la subocupación, representan dos temas centrales dentro de la


estadística del mercado laboral.
La población desocupada es el conjunto de personas de 14 y más años de edad que, no teniendo
ocupación, está buscando activamente trabajo. Si la persona trabajó al menos una hora la semana anterior
al relevamiento, o bien si realizó tareas regulares de ayuda en la actividad de un familiar, no será captada
como desocupada, sino como ocupada.
Puede observarse que la desocupación representa una categoría limitada, que no incluye otras situaciones
de precariedad laboral como la de aquellas personas que realizan trabajos transitorios, las que
involuntariamente trabajan jornadas por debajo de lo normal, a los desocupados que han suspendido la
búsqueda por falta de oportunidades visibles de empleo, a los que trabajan en puestos por debajo de la
remuneración mínima o en puestos por debajo de su calificación, etc. Esta limitación puede ser
parcialmente superada incorporando al análisis la categoría de subocupación, que agrupa a aquellas
personas ocupadas que trabajan menos de 35 horas semanales por causas involuntarias. El Indec suele

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distinguir también entre subocupados demandantes y no demandantes: los primeros son aquellos que
buscan activamente otra ocupación, mientras que los segundos, aquellos que no lo hacen.
Los censos también permiten analizar el mercado laboral desagregando la población ocupada en diferentes
categorías ocupacionales, niveles de calificación y ramas económicas. Las categorías ocupacionales
permiten distinguir entre trabajadores asalariados, trabajadores cuentapropistas, trabajadores familiares y
empleadores. El nivel de calificación permite distinguir entre aquellas ocupaciones que demandan una
preparación profesional, técnica, operativa o no calificada. Por último, la ocupación por sectores permite
distinguir entre aquellas personas ocupadas en los sectores primario, secundario, terciario y cuaternario,
diferenciando incluso ramas en el interior de cada sector (pesca, minería, etcétera).

ÍNDICES PARA TENER EN CUENTA

El problema de la desocupación y el trabajo precario

Los vaivenes en la desocupación deben analizarse a la luz de las transformaciones económicas y


productivas registradas en el país. En los últimos cuarenta años, pueden distinguirse cuatro grandes
períodos.
1. Un lapso comprendido entre 1974y 1984, donde los valores de desocupación eran bastante bajos y se
ubicaban en torno al 4%, similar a períodos anteriores.
2. La etapa que va desde 1985 hasta 1993, donde estos valores están cerca del 6,5%,denotando un lento
pero sostenido incremento, producto del agotamiento del modelo industrial tradicional y de los efectos de
las primeras políticas neoliberales de la dictadura.
3. Un período que comprende entre 1993 y 2003, donde la adopción de las políticas neoliberales hizo que
la desocupación se disparara al 15%, con un pico del 21,5% inmediatamente después de la crisis de 2001.
4. Finalmente, una etapa de marcado descenso que llega hasta la actualidad, donde la recuperación
económica apuntalada por la inversión pública lleva a que la desocupación haya bajado al 7%, valor en el
que parece haberse estancado.

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La ciencia económica considera usual que una pequeña porción de la PEA siempre esté desocupada por
motivos circunstancial es que tienen que ver con cambios de trabajo, demoras en las contrataciones, etc.
No obstante, lo aceptable es que esta desocupación, denominada friccional, no represente más del 5%.

Los efectos directos e indirectos de la desocupación

Los efectos directos de la desocupación repercuten sobre los ingresos de los que disponen los hogares, sus
aportes jubilatorios y las posibilidades de acceso a la salud; en otras palabras, inciden sobre la situación de
privación actual y futura de las personas. Sin embargo, existen otras consecuencias menos evidentes
aunque igualmente perjudiciales para la integración social. En primer lugar, la descalificación que conlleva
la marginación del mercado laboral, es decir, la pérdida y desactualización de conocimientos en las
distintas profesiones. En segundo término, la pérdida de la cultura del trabajo, esto es, un acervo de
valores y actitudes fundamentados en la idea de que el trabajo es una expresión creadora y que a través de
él se puede alcanzar el bienestar individual y social. En tercer lugar, la pérdida de la práctica sindical,
entendida como un conjunto de saberes solidarios y asociativos que ayudan a la defensa de los derechos
del trabajador. Por último, el menoscabo de los ámbitos de socialización vinculados al trabajo formal, es
decir, la desaparición del mundo laboral como espacio de aprendizaje de valores y normas a través de la
interacción entre pares.

La subocupación y la precarización laboral

En nuestro país, entre 1991 y 1995 se sancionó una serie de leyes de flexibilización laboral que debilitaron
y vulneraron muchos de los derechos de los trabajadores. Sus efectos fueron, entre otros, reducción
salarial, limitaciones a la negociación colectiva con los empleadores y al derecho a huelga,
desmejoramiento del ambiente laboral, flexibilización horaria, contrataciones temporales y con períodos
de prueba, reducción de las indemnizaciones por despidos y accidentes.
El conjunto de estas medidas respondió a la creación de un marco jurídico que impulsaba la subordinación
del país a la lógica económica de la globalización. Las posibilidades de subcontratación, flexibilización
horaria, reducción salarial, etc., redundaron en beneficios para las grandes empresas, que obtuvieron
ganancias extraordinarias, pero tuvieron impactos negativos sobre el empleo.
El resultado final fue un escenario de alta precarización laboral, es decir, situaciones laborales
caracterizadas por la falta de estabilidad o seguridad de los trabajos, así como por la insuficiencia de los
ingresos que estos generaban.
Además de la precariedad laboral, el mercado de trabajo comenzó a mostrar crecientes niveles de
desocupación y subocupación.
La subocupación presenta un comportamiento similar a la desocupación, solo que con cifras aún más
elevadas. Así, este fenómeno acompañó el incremento de la desocupación a lo largo de las décadas de
1980 y 1990. En 1983, la tasa de desocupación era del 5,3% y la de subocupación, del 6,5%; estas cifras
subieron al 7,0%y el 8,2%, respectivamente, en 1993, y al 16,7%y el 19,3% en 2003.

El trabajo infantil

La Organización Internacional del Trabajo (OIT) define trabajo infantil como todo trabajo que prive a los
niños de su niñez, su potencial y su dignidad, y que sea perjudicial tanto para su desarrollo físico y

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psicológico como para su escolarización. Vale aclarar que no todas las tareas realizadas por niños y
adolescentes se corresponden con esta clasificación, ya que muchos trabajos desempeñados en ámbitos
familiares o de amistad no atentan contra su bienestar y pueden, además, suponer experiencias útiles para
la vida laboral adulta futura.
En la Argentina, desde el momento en que no se contempla la población menor de 14 años de edad para
los cálculos sobre empleo, la estadística censal prácticamente no arroja datos sobre el trabajo infantil. Sin
embargo, la ley 26.390 sobre Prohibición del Trabajo Infantil y Protección del Trabajo Adolescente eleva a
16 años la edad mínima para emplear a una persona, a la vez que establece máximos de horas por día y
por semana para el trabajo en ámbitos familiares.

ACTIVIDADES

PARA HACER EN CASA


Las siguientes actividades son para que puedas copiarlas y realizarlas en tu carpeta de la
materia. No tenés que enviarlas a la plataforma, sólo realizarlas en tu carpeta. En caso de
tener dudas podés preguntar en la plataforma en Comentarios.

En tu carpeta tenés que escribir y completar lo siguiente:

a) Clase N°:
b) Fecha:
c) Tema:
d) Tenés que redactar con tus palabras una breve síntesis sobre la explicación del
tema
e) Tenés que hacer las Actividades que son para realizar en tu casa. Tienen que
estar completas en tu carpeta de la materia.

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f) Leer y hacer las siguientes consignas:
a. Observar el siguiente cuadro y contestar:

a.1 ¿Cuál es la diferencia entre la pobreza y la indigencia? ¿Cómo evolucionaron


ambos segmentos en los últimos años para América latina, según el gráfico?

b. Indicar si la siguiente afirmación es verdadera o falsa y explicar por qué.


La tasa de desocupación no es un indicador suficiente para caracterizar correctamente los
problemas del empleo precario.

c. Los niveles de desocupación que presenta la Argentina entre los diferentes períodos
identificados pueden ser considerados “friccionales”. ¿Por qué?

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PARA RESPONDER EN LA PLATAFORMA


CONSIGNA:

 Observar el siguiente gráfico sobre la distribución de la


riqueza y en base a todo lo estudiado, elaborar una
conclusión.

Es importante que participen en COMENTARIOS en la


plataforma porque es el modo de poder encontrarnos, saber que están
presentes y que pueden ir cursando clase a clase en este nuevo espacio de
aprendizaje “el virtual”

Tienen que responder desde la computadora en Comentarios

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 Consigna para responder en la Plataforma en COMENTARIOS:


Esta consigna deben responderla desde una computadora entrando a
www.blended.com.ar en COMENTARIOS en nuestra materia.

Los espero para compartir los comentarios


y encontramos en las clases virtuales

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