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Bebé muy adormilado, letárgico, flácido

Cuando observamos que el bebé se encuentra con muy poco tono muscular, tiene un llanto muy
débil o se encuentra muy adormilado (que incluso no se despierta para sus tomas, apenas se
mueve o se mueve mucho menos de lo habitual), debemos consultar con el especialista. Las
causas pueden ser muy variadas pero de cualquier forma, no es un comportamiento normal en un
recién nacido y podría ser la expresión de alguna enfermedad grave.

Temperatura corporal del bebé menor de 36ºC o mayor de 38ºC

Cuando la temperatura corporal del bebé está por debajo de 36ºC (piel fría) o por encima de 38ºC
(fiebre), sobre todo si se acompaña de otros síntomas debemos consultar con el especialista para
valorar las posibles causas detrás de estas alteraciones en la temperatura.

Alteraciones en la respiración /dificultad para respirar

Los recién nacidos presentan un ritmo para respirar más rápido e irregular que el de los adultos. Si
observamos cómo es el patrón respiratorio de los bebés veremos cómo, por momentos, parece
que respiran a un ritmo muy rápido y a ratos éste se enlentece, incluso haciendo pausas de varios
segundos de duración sin respirar (lo que se llaman apneas). Este patrón es normal durante los
primeros meses de vida, sin embargo, si observamos que el ritmo de la respiración es muy elevado
(60 respiraciones por minuto o más) durante un periodo más o menos mantenido y/o que se
presentan otros signos como una coloración de la piel en el bebé es azulada en zonas como la
lengua o el tronco, o que presenta ruidos al respirar o un quejido constante, se deberá consultar
con el especialista con urgencia. Igualmente, si las pausas sin respirar o apneas fueran largas (más
de 20 segundos), no se considera normal e igualmente debe consultarse con urgencia con el
especialista.

Convulsiones

Las convulsiones son una manifestación que requiere la atención inmediata. No debemos
confundir los temblores originados por una convulsión de los temblores de brazos y piernas y los
sobresaltos que presentan los bebés cuando están despiertos y dormidos. Si observamos que
estos temblores son más severos, no cesan al estimular al bebé (tocarlo, cogerlo), presentan la
mirada fija e inmóvil, se deberá consultar con el pediatra de forma inmediata.

Color de la piel anormal

El color de la piel y de las mucosas es un claro indicador del bienestar del recién nacido. Cuando
observamos alteraciones en la coloración, debemos sospechar la presencia de algún problema.
Dependiendo de la coloración, el problema puede ser más urgente o menor pero lo que sí que
está claro es que va a estar fuera de lo normal y por ello precisará que el bebé sea valorado por un
especialista. Entre las alteraciones podemos observar:

Piel azulada/morada (cianosis). En los recién nacidos es normal observar como hay zonas del
cuerpo como las manos o los pies, que presentan cierto grado de cianosis. Este hecho no es
patológico sin embargo es importante saber diferenciar cuando este signo no es normal. Por lo
general, la cianosis debe preocuparnos si se observa en zonas como el interior de la boca y la
lengua. Esto se produce por la falta de oxigenación y las causas pueden ser muy variadas,
pudiendo ir desde la hipotermia a la presencia de defectos cardíacos o problemas respiratorios.

Piel amarillenta (ictericia). La ictericia se denomina a la coloración amarillenta de piel y mucosas


por acumulación de una sustancia denominada bilirrubina. Aunque aproximadamente un 60% de
los recién nacidos van a presentar lo que se denomina una ictericia fisiológica en la primera
semana de vida, esa ictericia suele ser de carácter leve y remite de forma espontánea en unos
días. Por el contrario, si la aparición de la coloración es muy exacerbada y brusca, se produce en
las primeras 24 horas de vida del bebé o se acompaña de orina muy oscura y deposiciones
blanquecinas, se debe consultar lo antes posible.

Piel muy pálida o grisácea, podría indicarnos que el bebé se encuentra muy frío (debido a la
vasoconstricción) o podría ser la manifestación de algún problema que está comprometiendo su
estado de salud, como por ejemplo una anemia severa.

Signos de infección en la zona del cordón umbilical

El cordón es una puerta de entrada de infecciones al cuerpo. Estas infecciones, aunque son muy
poco frecuentes en los países desarrollados si se realizan unos cuidados adecuados del cordón
umbilical; la mayoría de las veces, las infecciones suelen ser locales (lo que se denomina onfalitis),
aunque si se generaliza podría convertirse en un cuadro de sepsis grave para el bebé. Entre los
signos más relevantes que nos hacen sospechar la presencia de una infección en el cordón están:

 enrojecimiento y la inflamación de la piel alrededor del cordón


 las secreciones de pus o sangre
 el mal olor
 Fiebre

Come menos de lo habitual, rechaza el alimento constantemente

El apetito del bebé puede variar de un día para otro, pero cuando tiene, suele comer con energía.
Si observamos que el bebé succiona más lentamente de lo normal o no lacta apenas, no tolera
bien el alimento o rechaza sistemáticamente el alimento puede que esté enfermando por tanto,
debéis observarlo y consultar con el especialista.

Estreñimiento severo

La frecuencia normal de hacer caca en un recién nacido varía según la edad y el tipo de
alimentación que está tomando. En líneas generales los bebés que toman leche materna suelen
presentar menos problemas de estreñimiento que los alimentados con formula artificial. En bebé
de 0 – 4 años se considera que si hace dos o menos deposiciones a la semana y observamos que la
defecación es dolorosa o difícil, debemos consultarlo con el especialista.

Diarrea

Cuando el bebé toma el pecho las deposiciones suelen ser más blandas y líquidas de lo normal sin
embargo, si observamos que empiezan a ser más acuosas, más frecuentes y/o acompañadas de
moco o sangre, se considera diarrea.
No orina u orina muy poco

El 90% de los bebés normales van a orinar en las primeras 24 horas de vida y, un 99% en los
primeros 2 días. Es cierto que en los recién nacidos a veces es difícil identificar si han orinado o no
por la escasa cantidad y las características de la orina así como porque es difícil detectarla una vez
se ha absorbido en los pañales. Ante la duda debemos prestar atención si el bebé está orinando o
no.

Vómitos

Aunque hasta los seis primeros meses de vida es habitual que los recién nacidos regurgiten con
frecuencia parte del contenido gástrico tras las tomas, no es lo mismo regurgitar que vomitar. El
vómito suele ser más violento, se acompaña de arcadas o esfuerzos y por lo general se expulsa
mayor cantidad de comida al exterior. Si observas que el bebé vomita de forma continuada, debes
observar las características del vómito (si es comida sin digerir, si el contenido es verdoso o bilioso,
etc.). Si los vómitos son constantes y/o están asociados a otros síntomas como, por ejemplo, el
vientre hundido o en distensión, la pérdida de peso, signos de deshidratación, etc. deberás
consultar con el pediatra lo antes posible. Ten en cuenta que un recién nacido con vómitos
constantes corre el riesgo de deshidratarse rápidamente.

Llanto inconsolable, malestar general

La irritabilidad excesiva y el llanto inconsolable que no están asociados a causas banales como a
hambre, sueño, pañal sucio, etc., deben ponernos en alerta sobre posibles problemas de salud en
el bebé. Uno de los cuadros más frecuentes de llanto inconsolable en el bebé es lo que se conocen
como cólicos del lactante pero no debemos confundirlo con otros problemas por tanto, ante la
duda conviene consultar.

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