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Estenssoro, Fernando (2010). “El concepto de ideología”. Contenido en: Hermenéutica Cultural.

Revis-ta de Filosofía. Nº 15. Instituto de Estudios Avanzados. Julio-Diciembre. pp. 97-112.

Origen del concepto de ideología. El término de «ideología», como tal, tuvo su origen durante la
revo-lución francesa y fue acuñado por primera vez por Antoine Destutt de Tracy en 1796 para designar
con él una ciencia de las ideas. Esta ciencia habría tenido como objeto la «formación», la «expresión» y
la «deducción» de las ideas, es decir, de aquello que permite a los seres humanos desarrollar un
conocimiento particular sobre el mundo o sobre las cosas. Sin embargo y por cuenta de personajes como
Napoleón Bonaparte, la idea de una “ciencia de las ideas” perdió su prestigio y fue finalmente
menospreciada como una vana y especulativa teorización.

Crítica de las ideologías. Los estudiosos parecen estar de acuerdo en considerar la obra de Karl Marx
como el punto de inflexión histórica a partir del cual el término «ideología» pasaría a ser de absoluta
relevan-cia para el estudio de los fenómenos humanos. Sobre todo porque en Marx la ideología es
determinada según su función negativa en el contexto general del quehacer político-social. La ideología
fue concebida por Marx como una falsa conciencia de la realidad y, por lo tanto, como un mecanismo de
ocultamiento que encubre la lucha de clases y el modo en que esa lucha escinde el cuerpo social. De
acuerdo con esto, el pensamiento marxista clásico denunció la determinación ideológica del pensamiento
y la describió precisamente como la inconciencia de esa determina-ción. La ideología sería entonces
aquello sin lo cual el poder de los grupos y de las clases dominantes no pue-de legitimarse.

Althusser: ideología y estructura social. Pese al predominio de la comprensión clásica de la


ideología en el marxismo, el siglo XX tuvo en la obra de Louis Althusser el desarrollo de un
concep-to ambivalente para comprenderla. En efecto, Althusser no entendió la ideología como
una falsa conciencia o como una enajenación del sujeto social; por el contrario, el filósofo
francés concibió la ideología como algo inherente o esencial al sujeto humano: para Althusser la
ideología constituía una re-presentación de la relación imaginaria entre los individuos y sus
condiciones materiales de existencia. Ahora bien, es-ta concepción de la ideología fue
desarrollada con base en dos tesis fundamentales: 1) que el reflejo ideológico del mundo no
representa lo real de las condiciones de existencia sino la relación imagina-ria del sujeto con
tales condiciones (tesis negativa) y; 2) que la ideología posee una existencia material objetiva en
aparatos y prácticas sociales que interpelan a los individuos como sujetos (tesis positiva). De
acuerdo con lo anterior, Louis Althusser propuso pensar los «aparatos ideológicos de Estado»
como aparatos constituidos por dos «sub-aparatos» con distinta función: a) un «aparato
represivo» caracterizado por acciones coercitivas y violentas que favorecen a las clases
dominantes que detentan el poder del Estado y; b) un «aparato ideológico» caracterizado como
un conjunto de instituciones diferenciadas y especializadas a través de las cuales los grupos y
clases dominantes ejercen su hege-monía sobre los grupos y clases subalternas, pero también
aquellas superestructuras mediante las cuales estas últimas ejercen una resistencia a la
dominación. De acuerdo con lo anterior, podría de-cirse que para Althusser no se podía reducir
la función de los aparatos ideológicos del Estado al dominio hegemóni-co de las clases
dominantes sino que, además, estos aparatos ideológicos debían ser considerados como
espacios en los que se desenvuelve la lucha de clases. No importa que a partir de ellos se
garantice la explotación de las cla-ses subalternas por parte de las clases dominantes, por tanto,
que se garantice la «reproducción de las relaciones de producción»; en el fondo los aparatos
ideológicos del Estado constituyen una síntesis de la lucha hegemónica entre la ideología
dominante y sus «contra-ideologías» que se le oponen. Co-mo consecuencia de ello, Louis
Althusser diría que la ideología es «omni-histórica» en el sentido en que ha estado presente a lo
largo de toda la historia de la humanidad. Las ideologías siempre han ad-quirido una forma de
acuerdo con el momento histórico de su emergencia y de acuerdo con el curso de la lucha por la
hegemonía entre clases antagónicas. A partir de estas determinaciones teóricas, Al-thusser vio en
la «crítica de la ideología» un instrumento metodológico necesario para comprender la historia y
la lucha de clases, es decir, el curso histórico de las confrontaciones sociales.

Concepto contemporáneo de la ideología. La conciencia teórica contemporánea concede una


función positiva a la ideología. Esta concepción parte de una crítica a la función negativa de la ideología;
crítica que consiste en señalar el carácter ilusorio de una conciencia que, al rechazar la ideología como
una falsa concien-cia de la realidad, supone la existencia de una conciencia adecuada e inequívoca de la
realidad. De acuerdo con esta crítica, en la actualidad la ideología es concebida no sólo como una
expresión de la lucha de clases sino también como una expresión de la identidad y del comportamiento
político de los distintos y diversos «gru-pos» y «capas» que componen a las sociedades. A continuación
Estenssoro pasa revista a distintos conceptos de la ideología con los que se trabaja en la actualidad.

Ideología como utopía. En las reflexiones filosóficas de Paul Ricoeur la


«ideología» aparece en relación a la «utopía» siendo esta última una aspiración que
sobrepasa el presen-te y la primera un cuerpo discursivo en torno a la identidad y a la
integración de los grupos sociales que la materializan.

Ideología como discurso. En los trabajos de Teun Van Dijk se conciben las ideolo-
gías como cuerpos discursivos que dotan a los grupos dominados de herramientas para
la «solidaridad», la «organización» y la lucha de «oposición»; de este modo, las
ideologías se abren a todo tipo oposición al poder tales como oposición a la
discriminación de género, a la discriminación racial o a la reivindicación de cualquier
tipo de valor.

Ideología como política. En la obra de M. Seliger se define la ideología como un


con-junto de ideas a partir de las cuales los grupos sociales «proponen», «explican» y
«justifican» fines y significados asociados a la acción política; por lo tanto, la ideología
busca «preser-var», «enmendar», «desplazar» o «construir» un orden social
determinado.

Ideología y ciencia. En los trabajos de J. Donald y S. Hall las ideologías constituyen


los «conceptos», las «categorías», las «imágenes» y las ideas a partir de las cuales las
prácticas y representaciones del mundo social y político adquieren una significación
precisa.

Definición científico-operativa de la ideología. En la época contemporánea la comprensión de la


ideología nos exige ampliar su concepto hacia cualquier tipo de intersección entre las creencias y el poder
po-lítico puesto que tales intersecciones desafían o confirman el orden social; esta concepción integra la
función ne-gativa que concibe la ideología (discurso alienante por medio del cual las clases dominantes
logran posicionarse), y su función positiva (toma de conciencia por parte de los grupos subordinados). De
acuerdo con esta doble faz del campo ideológico, existen tres características básicas que definirían a un
sistema de ideas políticas como «ideología», a saber: a) que es una «descripción analítica» de la sociedad
que proporciona orientaciones socio-políticas; b) que es una «prescripción particular» de la sociedad que
hace de ella la expresión de una determi-nada naturaleza humana y; c) que es un «programa de acción
política» con el que se proponen los medios más adecuados para realizar o materializar la utopía.

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