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Discípulos El Maestro

B.- Los Objetivos de Jesús como Maestro


Ciertamente Jesús como el Mesías tenía el objetivo de restaurar a Israel y luego, llevar luz
de salvación a todas las naciones.

“dice: Poco es para mí que tú seas mi siervo para levantar las tribus de Jacob, y

para que restaures el remanente de Israel; también te di por luz de las

naciones, para que seas mi salvación hasta lo postrero de la tierra”. Isaías 49:6

Ambos objetivos fueron logrados por él; “la restauración de Israel” lograda en el Calvario,
y la “salvación a las naciones”, lograda por medio de sus discípulos. Esto último nos arroja un
principio importante del Maestro; “para llevar luz de salvación a muchos debe preparar a pocos”.
Como hombre sabía que él no podría alcanzar ni preparar a grandes cantidades de hombres, pero
si, por medio de la preparación de pocos, llevaría luz de salvación a esos muchos. Por ello
mismo, Jesús no iba a invertir tiempo en programas de alcance multitudinario ni en aquello que
lo alejaría de este objetivo… “prepararía a doce que llevarían luz de salvación a las naciones”.
(Mateo 10:5-7; 28:19)

Para lograr aquello, Jesús establece objetivos específicos a alcanzar en sus futuros discípulos:
1) Que sus discípulos lo conozcan,
2) Que sus discípulos conozcan,
3) Que sus discípulos lleguen a ser siervos útiles y efectivos,
4) Que su ministerio se prolongue a través de sus discípulos y
5) Que carácter se manifiesten a través de sus discípulos.

Descripción de los objetivos específicos:


1. Que sus discípulos lo conozcan: Jesús como Maestro va desvelando progresivamente su
“verdadera identidad”. Lo hace así porque busca que sus discípulos logren tener una experiencia
personal irrefutable, o sea, un “encuentro personal” donde cada uno pueda testificar con entera
convicción; “Yo se quien eres, Tu eres mi salvador, el Hijo de Dios”. Jesús se muestra a ellos
como el Mesías porque ninguno podría llevar la “luz de salvación” a las naciones si no conoce
personalmente su verdadera naturaleza divina (Jeremías 9:23-24).

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2. Que sus discípulos conozcan: En un ambiente en que predominaban enseñanzas de hombres


como la “tradición de los ancianos” era esencial que la “Torá” en su espíritu y correcta
interpretación volviera al corazón de la nación, y principalmente, al corazón de los discípulos. Si
sus discípulos habrían de ser los que llevarían la luz de salvación a las naciones, ellos mismos
deberían tener la luz de la Torá en sus corazones, ya que fuera de Torá no hay luz de vida… “la
Torá contiene en si el mensaje de las buenas nuevas de Salvación”. Por ello Jesús debe enseñarles
e instruirles en la Palabra de Dios, pues después de su muerte, serán ellos los “comisionados” en
llevar la Palabra de salvación a todos los hombres”.

3. Que sus discípulos lleguen a ser útiles y efectivos: A medida que sus discípulos le conozcan
y conozcan correctamente la Torá, más útiles y efectivos podrán ser. No es au sencia de errores
pero si, disminución de ellos, y por ende, menos perjudicados. Por lo mismo, en la medida que
sus discípulos conozcan bien la Palabra de Dios (2 Timoteo 2:15; 3:15) podrán servir a Dios y
obedecer con pleno conocimiento de la razón y propósito de sus acciones.

4. Que su ministerio se prolongue a través de sus discípulos: Conciente que su ministerio


terrenal tendría un cambio después de su muerte, le era imperativo tener a ese tiempo, discípulos
ya formados. Será por medio de ellos, que Jesús prolongaría su ministerio, específicamente la
tarea de proseguir la “restauración de la Casa de Israel” y llevar la “luz (Torá) de salvación” a
todas las naciones. Físicamente él ya no estaría en el mundo, pero estaría en ellos por medio del
Espíritu Santo, y así por medio de ellos, prolongaría su ministerio.

5. Que carácter se manifiesten a través de sus discípulos: Por ultimo, el cimiento y la validez
de todo lo anterior. Nada más valioso e irrefutable en la proclamación de las buenas nuevas que
la manifestación de un carácter apropiado por parte del que las proclama. Sus discípulos serán
esos pregoneros, serán los responsables directos en trasmitir la “verdad Escritural”, pero, esta
trasmisión era en el nombre de Jesús, o sea, como si el mismo Jesús lo hiciese. Es el carácter de
Cristo manifestado por medio de sus discípulos “es” y “será” siempre el mayor y mas efectivo
evangelismo. Los discípulos darían a conocer a su Maestro en el mundo a través de sus obras, sus
palabras y su carácter.

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COMENTARIOS FINALES
El objetivo de este primer capítulo es dejar establecido el modelo y el método para el
creyente que ha de llegar a ser un discípulo. El Maestro Jesús concentra en sí mismo toda la
experiencia de aprendizaje e instrucción que el discípulo deberá vivir. Dicho de otro modo, cada
vivencia a la que el discípulo será expuesto en su vida está previamente planeada y diseñada de
acuerdo a los objetivos y propósitos que el maestro tiene para con él.

El Maestro como Modelo del discípulo sigue siendo el mismo hasta hoy, así también, el
Método es el mismo para producir y formar discípulos como ayer.

Principios importes del Maestro:


1. Jesús fija bien sus objetivos… sabe lo que quiere de su mentoreo.
2. Jesús elige bien la materia prima con la que trabajará… mentoreará a hombres comunes.
3. Jesús establece su programa de acción sólo para pocos… prioriza lo poco sobre lo mucho.
4. Jesús diseño un plan de estudio para los pocos… enseñará su visión, misión y la Torá.
5. Jesús guía y evalúa permanentemente a sus mentoreados… no los deja solos

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Discípulos El Maestro

CUADRO PRIMERO

JESÚS MODELO COMO ÉL ES

Mente
Colmada de la Palabra de Dios

Voluntad
Rendida a la voluntad de Dios

Sentimientos
Amante de Dios y los hombres

UN HOMBRE ESPIRITUAL

JESÚS METODO COMO ÉL LO HIZO

Servicio
Amoroso y desprendido

Obediencia
Voluntaria y desinteresada

Conducta
Santa ante Dios y los hombres

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Discípulos Génesis de un Discípulo

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