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TOUSSAINT LOUVERTURE

“Entre los grandes hombres de la historia universal se destaca la figura de Toussaint Louverture,
sorprendente por su trayectoria de dirigente y estadista de proyección internacional surgido en un
marco geo histórico tan singular, el de una isla azucarera del Caribe del siglo XVIII. Esta figura
asume una fuerza particular: se inserta en la historia del antagonismo milenario dominación-
liberación, esclavitud-libertad, colonización-emancipación, que hace cinco siglos, en este
continente americano, constituyó uno de los elementos fundamentales de la evolución histórica y
alimentó la utopía humana de la igualdad entre los hombres y entre las naciones.”
Gérard Pierre-Charles
Sociólogo y ensayista experto en Estudios Latinoamericanos

Líder de la revolución antiesclavista en Haití, Toussaint Louverture murió el 7 de abril de 1804,


casi a los sesenta años de edad, en Francia. Había sido capturado y desterrado por sus enemigos,
tras liderar la revuelta de esclavos más exitosa en la historia del continente americano.
[1] Toussaint logró que Haití fuera el primer país de América Latina y el Caribe en
independizarse de una potencia colonial europea, estableciendo en 1804 la primera República
negra.
La efervescencia social por la explosión de la Revolución Francesa de 1789 llegó a la colonia
francesa de Saint-Domingue (hoy Haití), donde las personas negras esclavizadas se levantaron en
agosto 1971, exigiendo la libertad, igualdad y fraternidad establecidas en la Declaración de los
Derechos del hombre y del ciudadano. Sin embargo, aquellos derechos que se presentaban como
universales en realidad eran extremadamente selectivos, ya que donde decía “Hombre” se refería
al hombre blanco, europeo y propietario. Fue por esto que líderes de la rebelión, Jean François,
Biassou y Toussaint, escribieron en su Carta a la Asamblea General en 1792: "Sí, caballeros,
somos tan libres como ustedes […] Somos sus iguales, por derecho natural, y si la naturaleza se
congratula asimismo dando una diversidad de colores a la raza humana, no es un crimen haber
nacido negro, ni una ventaja haber nacido blanco". [2]
Toussaint Louverture nació el 20 de mayo de 1773 cerca de Cabo Francés, puerto que fuera la
primera capital de la colonia administrativa francesa de Saint-Domingue, en la zona oeste de la
isla de La Española (hoy Santo Domingo). Esta colonia, productora de café, caña y algodón, era
la más rica de Francia, por lo cual era conocida como “la perla de las Antillas”.
De linaje real en Dahomey (hoy Benin), sus padres fueron capturados y vendidos como esclavos
a Baillon de Libertat, administrador de una de las plantaciones cañeras del conde de Breda. Ahí
tuvieron a François Dominique. Esclavo “por nacimiento” —como eran designados los hijos de
padres cautivos, que nacían en empresas esclavistas— fue nombrado Toussaint de Breda. Pese a
las condiciones de esclavitud, Toussaint aprendió a leer y escribir francés, estudió a los filósofos
ilustrados y aprendió a montar caballos. Fue liberado a los 33 años de edad.
El 22 agosto de 1791, un grupo de esclavos firmó el Juramento de sangre de Bois Caiman, bajo
el liderazgo de Boukman, cimarrón de origen jamaiquino. A este pacto se unió Toussaint
Louverture, quien era autodidacta en el conocimiento herbolario, afinó su experiencia médica al
ejercer como médico en este ejército insurgente.[3] Durante las guerras napoleónicas luchó
contra españoles e ingleses, expulsando a los colonos de estas nacionalidades que, aprovechando
el movimiento de liberación contra Francia, habían logrado avanzadas colonialistas en el
territorio. Finalmente asumió la dirección de la revolución haitiana el 29 de agosto de 1793, con
una proclama donde pedía a quienes aún permanecían esclavos: “Uníos, hermanos, y luchad
conmigo por la misma causa. Arrancad de raíz conmigo, el árbol de la esclavitud.” Se unió
formalmente al Ejército de Tierra Francés en 1794, llegando a ser General.[4]
El 4 de febrero de 1794, un grupo de delegados haitianos, entre quienes estaba Jean-Baptiste
Belley, diputado del departamento del Norte de Haití, logró que la Asamblea Constituyente
declarara el fin de la esclavitud en todos los territorios de la República Francesa. François
Dominique Toussaint lideró las tropas negras mostrando dotes de gran estratega, conduciendo a
su ejército a numerosas victorias que expulsaron a los españoles de la isla. Fue como militar que
recibió el sobrenombre L’Ouverture, “la apertura”, pues abriendo brecha entre las filas enemigas
era como más destacaba. [5]
En 1801, Louverture promulgó una Constitución para toda la isla de Santo Domingo,
declarándola autónoma de Francia, se impuso como jefe supremo y rompió con la metrópoli
europea, por lo cual contó de inmediato con el reconocimiento de Gran Bretaña y los Estadios
Unidos de América. En respuesta, Napoleón Bonaparte envió, en 1801, un ejército de veinticinco
mil soldados para restablecer el poderío francés y recuperar para su provecho la industria
azucarera, pretendió también restablecer la esclavitud, y obligar a Louverture a resarcir a los
colonos franceses, promesa que éste había hecho al establecerse como gobernador en Santo
Domingo.
En su Constitución, el revolucionario antiesclavista garantizó la igualdad y libertad para todos
los ex esclavos, estableciendo normativas contra el libertinaje, el lujo, el robo y la pereza, y a
favor de la unión familiar y la educación de la infancia con base en la sencillez, la dignidad y el
trabajo, contraria a la mera enseñanza de “buenas costumbres” y “obediencia”. En este sentido,
también organizó la instrucción pública con base en un sistema propio que implicaba llevar el
currículo al ambiente rural, crear escuelas y talleres en las principales villas y fundar un Liceo en
la Ciudad del Cabo (Cap-Haitien). Así, su objetivo principal fue erradicar los instrumentos de
represión que usaban los amos de esclavos para perpetuar su sometimiento. A esto sumó, entre
más, leyes a favor de los pobres y de los hijos fuera del matrimonio, prohibiendo fueran
desheredados en los testamentos. Además, asentó la organización política y administrativa que
había aplicado durante la etapa previa, y creó un tribunal de apelaciones. [6]
Este paso aceleró la decisión de Napoleón Bonaparte de recuperar el territorio haitiano, fuente de
grandes ingresos por la industria azucarera. En diciembre de 1801 desembarcó en la isla una
expedición militar franca, bajo el mando del general Charles Victoire Emmanuel Leclerc, cuñado
del emperador y uno de los más importantes militares del momento. El 4 de febrero inició la
invasión, topándose con enemigos más combatientes de lo que esperaba. Louverture y sus
aliados recurrieron a la técnica de quema y rasa, evitando que los franceses pudieran abastecerse
en su avanzada y protegiendo, a la vez, a los pobladores. Aprovecharon también la fiebre
amarilla, que diezmó al ejército francés. Sin embargo, Leclerc traía un as bajo la manga: utilizó a
Placide e Issac, los dos hijos de Toussaint, quienes estaban estudiando en Francia, para acorralar
al prócer haitiano. El 7 de junio de 1802, Toussaint Louverture acudió a parlamentar con Leclerc
y fue apresado inmediatamente.[7] Al partir como preso político rumbo a Francia, Toussaint
Louverture declaró ante los presentes. “Al derrocarme, sólo se ha abatido el tronco del árbol de
la libertad de los negros, pero éste volverá a brotar de sus raíces, porque son muchas y muy
profundas.” Toussaint Louverture fue encarcelado en Fort de Joux, antigua fortaleza medieval en
las montañas del Jura que servía como prisión. Maltratado, su salud se deterioró hasta que
falleció por neumonía el 7 de abril de 1804. Murió el hombre, pero su legado vive hasta el día de
hoy.

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