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INDEPENCENCIA DE CUBA
El gesto de Céspedes se adelantó a la detención de los conspiradores prevista en una orden del
capitán general Francisco Lersundi, la cual hubiera retrasado el proceso por tiempo
indeterminado. Esa mañana el patricio bayamés pronunció la declaración de independencia
conocida como Manifiesto de la Junta Revolucionaria de la Isla de Cuba o Manifiesto del 10 de
Octubre. En el batey de La Demajagua, ante unos 500 congregados, expresó: “Ciudadanos, ese
sol que veis alzarse por la cumbre del Turquino viene a alumbrar el primer día de libertad e
independencia de Cuba”. Así comenzó esta primera guerra independentista que duró 10 años y
tuvo un carácter nacional-liberador, democrático y antiesclavista. Maduró una conciencia
nacional patriótica entre los cubanos, y aunque la oligarquía esclavista se mantuvo sometida a
España, se fundó para siempre la nación cubana. El fuerte peso de la esclavitud en la economía
de la colonia permitió a España mantener encadenada a Cuba cuando la mayor parte de los
países hispanoamericanos alcanzaron su independencia.
Según datos de 1862, del total de un millón 359 mil habitantes, unos 500 mil eran de la
denominada gente de color, supuesto peligro que esgrimían los ideólogos colonialistas para
frenar el movimiento emancipador. En el momento del estallido revolucionario la población
esclava ascendía a más de 300 mil hombres y mujeres, más del 70 por ciento en la región
occidental. Había también alrededor de 200 mil mulatos y negros libres (41,3 por ciento en
occidente, 20, 5 por ciento en el centro y 38,2 por ciento en oriente). Céspedes borró ese
fantasma del escenario cubano al saludar a sus esclavos que quedaron libres en ese momento e
invitar a otros dueños presentes que igual lo hicieran.
“¡Ciudadanos, exclamó, hasta este momento habéis sido esclavos míos. Desde ahora, sois tan
libres como yo. Cuba necesita de todos sus hijos para conquistar la independencia!”
“Los que me quieran seguir que me sigan; los que se quieran quedar que se queden, todos
seguirán tan libres como los demás”.
“Cuba -afirmó- aspira a ser una nación grande y civilizada, para tender un brazo amigo y un
corazón fraternal a todos los demás pueblos…”
La lucha revolucionaria iniciada el 10 de octubre de 1868 fue secundada en otras regiones del
país y aunque finalmente no alcanzó su objetivo de independencia y abolición de la esclavitud,
influyó decisivamente en la historia de Cuba. A ella siguieron la llamada Guerra Chiquita
(1879-1880) y la Guerra de independencia (1895-1898), organizada por José Martí.
De acuerdo con Fidel Castro solo hay una Revolución Cubana desde Céspedes hasta nuestros
días, incluida la que triunfo en enero de 1959.
Cuba fue una de las últimas colonias americanas en conseguir la independencia de la dominación
española. La lucha por volverse un Estado independiente comenzó en 1895, con el Grito de Baire,
y finalizó tres años más tarde con la rendición de las tropas españolas ante el avance de la armada
norteamericana. Estados Unidos participó de la independencia cubana respondiendo a sus propias
ansias colonialistas, motivado por su interés de expulsar a España de su zona de influencia.
La independencia de Cuba 1898-1899 / Cuba Muchos factores y razones pueden explicar las luchas
por la independencia respecto de Europa en el siglo XIX. Entre ellos se encuentran el deseo de
libertad de los pueblos, motivado en gran parte por las ideas de la Ilustración. Este conjunto de
ideas cuestionaba la autoridad del rey y defendía los principios liberales, republicanos y de
autodeterminación de los pueblos: el derecho de cada pueblo a decidir su forma de gobierno y a
no ser dominado por fuerzas extranjeras. Además de los motivos de carácter político e ideológico
existían razones económicas. Los criollos de las colonias estaban muy desconformes con las
medidas de la Corona española, que ponía trabas al comercio libre, precisamente en una época en
la que el comercio entre los países se veía estimulado por los avances de la revolución industrial.
En el Caribe, las oligarquías locales, muy vinculadas con los Estados Unidos, presionaban por una
independencia política que les asegurara libertad para comerciar sin restricciones. Los cubanos se
organizaron en una guerra de guerrillas que fue desgastando al ejército español. José Martí fue el
líder destacado de la insurrección. Lo que marcó un quiebre en la guerra de independencia cubana
fue la explosión de un barco norteamericano en la bahía de La Habana. Este episodio determinó
que los Estados Unidos culparan al ejército español y le declararan la guerra. El conflicto entre
ambos se decidió rápidamente a favor de los estadounidenses. España derrotada firmó un tratado
de paz en 1898, por el que cedió a Estados Unidos sus posesiones de ultramar: las Filipinas, Guam,
Puerto Rico y Cuba, por 20 millones de dólares. Posteriormente, Cuba tendría varios problemas
por la ocupación militar norteamericana, garantizada por una modificación a la Constitución
cubana conocida como la enmienda Platt.
Consecuencias
Ocupación estadounidense de Cuba
Artículo principal: Primer gobierno militar estadounidense en Cuba
La Guerra hispano-cubano-estadounidense[editar]
Artículo principal: Guerra Hispano-Estadounidense
Los combates se realizaron por completo en la costa sur del oriente de Cuba. Los buques
estadounidense desembarcaron con un considerable ejército para la ayuda a los mambises.
Se expulsaron a los españoles y se logró por completo una independencia.
Aun así existieron graves problemas. Las tropas estadounidenses, que se autoproclamaron
liberadoras de Cuba, desfilaron en varias ciudades —incluyendo La Habana— y apenas se
mencionó el esfuerzo de los mambises. Esto trajo desacuerdos, como el del general Calixto
García, que hizo una carta al general Shafter. Él mismo había desembarcado con 16 000
hombres a combatir en la bahía de Santiago de Cuba. Avanzó bajo el respaldo cubano por el
sur y el este mientras los cubanos retiraron a las fuerzas españolas desde el norte. Estas
contaban con la imponente cifra de 50 000 hombres. Finalmente abandonaron su importante
colonia.
La situación tomaba otro rumbo, la actitud aparentemente desinteresada que hizo Estados
Unidos, se convirtió en una ocupación militar que sometió a Cuba hasta dejarla prácticamente
vulnerable sin su protección.
El Gobierno de la Isla[editar]
No obstante que William Shafter dirigió a las fuerzas estadounidenses, el mando de la isla lo
obtuvo Leonard Wood, militar estadounidense. Así continuó hasta los primeros años del siglo
XX. Se organizaron elecciones para la presidencia del país luego de que de una vez se
retiraran las fuerzas estadounidenses. Los candidatos fueron Máximo Gómez, Bartolomé
Masó y Tomás Estrada Palma (pues Calixto García falleció en 1898). De ellos fue elegido el
último, que tomaría el poder desde 1902 hasta 1906, tras su renuncia forzada producto de
la Guerrita de Agosto.
Enmienda Platt (tratado) constituida para una nueva constitución y leyes implantadas para la
República de Cuba. Era un conjunto de leyes que en realidad favorecían intereses
estadounidenses y creaban dependencia.
El Segundo gobierno militar estadounidense en Cuba fue un gobierno militar
provisional en Cuba que se estableció después de la renuncia del presidente cubano Tomás
Estrada Palma tras la Guerrita de agosto de 1906, cuando los liberales cubanos se levantaron
en armas contra el gobierno de Estrada Palma, el cual, tras sofocar la breve guerra civil, llamó
a una nueva intervención militar de los Estados Unidos. La ocupación duró
desde 1906 hasta 1909.
Este período también fue referido como la Segunda ocupación estadounidense de Cuba,
para distinguirlo de la primera ocupación de 1898 a 1902.
La República de Cuba de 1902 a 1959, denominada por el actual gobierno
cubano como República Neocolonial,1 se refiere al primer estado cubano que existió tras el
fin de la ocupación estadounidense en la Isla de Cuba el 20 de mayo de 1902 (viéndose
interrumpida por otra ocupación entre 1906 y 1909) hasta el triunfo de la Revolución
Cubana el 1 de enero de 1959, la cual instauraría un estado socialista. La independencia de
Cuba se vio permitida por la Enmienda Platt en 1901.2 Aunque nominalmente el régimen de
jure era el de una democracia representativa, la realidad era una fuerte inestabilidad política, y
hubo varios gobiernos militares y golpes de estado a lo largo de la historia pre-revolucionaria,
como consecuencia de la inmensa influencia estadounidense sobre el país. 3
Cuba durante este período fue considerada en diversas ocasiones como un estado títere o
una colonia de facto de los Estados Unidos.3 En 1934 se había firmado un tratado entre los
gobiernos cubano y estadounidense que obligaba a Cuba a dar un trato preferencial a Estados
Unidos en cuanto a su política económica, a cambio, Estados Unidos daría a Cuba el 22 % de
la cuota del mercado del azúcar, lo cual fue modificado a 49 % en 1949.4
En 1933, un golpe de estado dirigido por Fulgencio Batista derrocó al gobierno autoritario
de Gerardo Machado, que gobernaba dictatorialmente desde 1925. Desde entonces, durante
las siguientes dos décadas, Batista dominaría casi al completo la vida política del país.
En 1940, tras una década de inestabilidad política, se diseñó una nueva constitución, de
corte semipresidencialista, que entró en vigor el 10 de octubre de ese mismo año. La
Convención Constituyente estuvo integrada por 76 delegados representando a nueve partidos
políticos. Con esta nueva Carta Magna, que recogía importantes reivindicaciones populares,
se abrió un nuevo período de legalidad institucional, siendo ésta una de las Constituciones
más avanzadas de su época.
El primer gobierno de esta etapa estuvo presidido por Fulgencio Batista, cuya candidatura
había sido respaldada por una coalición de fuerzas en la que participaban los comunistas.
Durante el gobierno de Batista, la situación económica experimentó una mejoría propiciada
por el estallido de la Segunda Guerra Mundial, coyuntura que beneficiaría aún más al
sucesor, Ramón Grau San Martín, quien resultó elegido en 1944 gracias al amplio respaldo
popular que le granjearon las medidas nacionalistas y democráticas dictadas durante su
anterior gobierno. Sin embargo ni Grau, ni Carlos Prío Socarrás (1948-1952) —ambos líderes
del Partido Revolucionario Cubano Auténtico—, fueron capaces de aprovechar las favorables
condiciones económicas de sus respectivos mandatos. Ambos Gobiernos se caracterizaron
por la represión política con sucesivos asesinatos de líderes opositores. Algunos militantes del
Partido Auténtico, descontentos con la línea de los gobiernos auténticos, fundan en 1947 bajo
la dirección de Eduardo Chibás el Partido del Pueblo Cubano (Ortodoxo) como
desprendimiento del Partido Revolucionario Cubano (Auténtico). El Partido Ortodoxo prometió
cumplir las promesas traicionadas por los auténticos, el carisma de Chibás fue decisivo en la
aceptación del pueblo.
En 1952, Batista volvió a presentarse como candidato para las elecciones presidenciales
previstas para ese año. Sin embargo, como las encuestas lo colocaban en el tercer lugar,
el 10 de marzo perpetró un golpe de estado que derrocó a Carlos Prío Socarrás e instauró
una dictadura militar. De vuelta en el poder, Batista abolió la Constitución de 1940 y suspendió
las libertades políticas, entre ellas el derecho de huelga. Se alió con los ricos terratenientes de
la isla que poseían las más grandes plantaciones de caña de azúcar y presidió una economía
estancada que amplió la brecha entre cubanos ricos y pobres. 5 El gobierno cada vez más
corrupto y represivo de Batista comenzó a enriquecerse de manera sistemática explotando los
intereses comerciales de Cuba y realizando lucrativos negocios con la mafia estadounidense,
que controlaba los negocios de drogas, prostitución y juego de La Habana.56 En un intento por
sofocar el creciente descontento de su pueblo, que se manifestó en numerosas ocasiones a
través de huelgas y disturbios de estudiantes, Batista estrechó la censura sobre los medios de
comunicación y recrudeció la represión de los comunistas a través de violencia
indiscriminada, torturas y ejecuciones que costaron la vida a unas 20 000 personas.789 Durante
la década de 1950, el régimen de Batista recibió soporte financiero, logístico y militar
de Estados Unidos.10
Durante dos años, desde 1956 a 1958, el Movimiento 26 de Julio de ideología comunista,
encabezado por Fidel Castro, lideró la resistencia contra la represión de Batista a través de
una guerra de guerrillas urbanas y rurales que culminó en la derrota definitiva del régimen
dictatorial a manos de los rebeldes dirigidos por Che Guevara en la batalla de Santa Clara,
librada el día 31 de diciembre de 1958. El 1 de enero de 1959, Batista huyó de la isla, y el
nuevo régimen socialista llegó oficialmente al poder, reemplazando el 7 de febrero la
constitución de 1940 por una Ley Fundamental, que regiría al país provisionalmente. Aunque
inicialmente Castro prometió el retornó a la constitución de 1940 y el pronto llamado a
elecciones,11 en 1976 una constitución abiertamente socialista convertía a Cuba en un estado
de partido único dominado por el Partido Comunista de Cuba, acabando definitivamente con el
régimen anterior.12
Tratado cubano-estadounidense
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Castro y sus seguidores serían amnistiados en 1955 gracias a la presión internacional, luego
de pagar 22 meses de cárcel, y fundaron el Movimiento 26 de Julio (M-26-7), organización
antiimperialista y democrática, fundamentada en las ideas de José Martí.
Al mando del Ejército Guerrillero, Fidel Castro, Ernesto “Che” Guevara y Camilo
Cienfuegos y Juan Almeida, gozaron de enormes simpatías mundiales en pleno contexto de
la Guerra Fría entre Estados Unidos y la Unión Soviética, a medida que iniciaron su lucha
de casi 3 años de duración por derrocar la dictadura.
La Revolución en el poder
A pesar del compromiso revolucionario con unas nuevas elecciones libres apenas llegaran
al poder, tal y como anunciaban en el “Manifiesto de la Sierra Maestra”, una vez en el
poder se decidió no celebrar comicios hasta 1974.
Una vez declarado el régimen comunista cubano, las elecciones se han repetido con
periodicidad, pero a través de un sistema indirecto a manos del Consejo de Estado que
presidió Fidel Castro, presidente de Cuba desde entonces hasta el año de 2008,
sucediéndolo en el cargo su hermano Raúl.
El régimen comunista contó con la ayuda y alianza de la Unión Soviética (URSS) y fue
sancionado y bloqueado económicamente por los Estados Unidos desde los años 60, luego
de que varias tentativas de invasión a la isla fracasaran, una desde la República Dominicana
de Leónidas Trujillo y otra desde los propios EE.UU, en la célebre Bahía de Cochinos.
En esa época, el intento de la URSS por instalar un conjunto de ojivas nucleares en Cuba
para amenazar a sus rivales norteamericanos dio pie a una crisis mundial conocida como la
Crisis de los misiles en Cuba (“Crisis del Caribe” para Rusia y “Crisis de Octubre” para
Cuba), y que se considera uno de los puntos más álgidos de todo el conflicto de la Guerra
Fría.
Tras la caída de la URSS en 1991, esto condujo a la Cuba comunista a una época de
hambruna y miseria sin igual que se denominó el “Período especial” y que motivó la fuga
desesperada de numerosos cubanos empobrecidos, arrojándose al agua en botes caseros
para ir a dar a territorio norteamericano.
- Fuente: https://concepto.de/revolucion-cubana/
PUERTO RICO
Etapa estadounidense[editar]
Véase también: Historia militar de Puerto Rico
El primer intento de independencia de los dominicanos fue detenido por los españoles, ya que
recuperaron el lado oriental de la isla en virtud del Tratado de París en 1814. Siete años
después, los dominicanos lograron la independencia y expresaron la esperanza de unirse a la
República de la Gran Colombia (que hoy casi comprendería Ecuador, Panamá, Venezuela y
Colombia.). Sin embargo, en 1822, Haití conquistó toda la isla y la gobernó durante 22 años.
La Independencia
Durante la ocupación haitiana, Juan Pablo Duarte, desde Santo Domingo, creó una sociedad
secreta llamada “La Trinitaria” y planeó un golpe de Estado en contra de los gobernantes
haitianos. El 27 de febrero de 1844, Juan Pablo Duarte y el resto de “La Triniatria” lograron la
independencia de la República Dominicana como Estado soberano con un cañonazo desde la
“Puerta del Conde”, en Santo Domingo e izaron la bandera azul, roja y blanca de la República
Dominicana.
Hoy, en el Día de la Independencia Dominicana, los locales honran a sus padres fundadores,
Juan Pablo Duarte, Ramón Matías Mella y Francisco del Rosario Sánchez en la “Puerta del
Conde”, en Santo Domingo, donde se llevó a cabo la declaración de la guerra de la
Independencia. El presidente de la República Dominicana también pronuncia un discurso anual
en este día para rendirles homenaje.
La Reconquista y España
Después de la declaración de independencia de Haití en 1804, varios gobernantes
haitianos trataron de unificar la isla, lo cual lograron en el año 1822, tan sólo
semanas después de que la parte oriental de la isla adquiriera la independencia de
España. A este breve periodo de autonomía se le llamó Independencia Efímera.
Independencia
En el año 1844, se inicia la gesta independentista, preconizada por Juan Pablo
Duarte, un joven de posición acomodada que había estudiado en España y de
ideales nacionalistas y dirigida por Francisco del Rosario Sánchez y Matías
Ramón Mella. La independencia fue lograda el 27 de febrero de 1844. En 1844 los
dominicanos expulsaron a los haitianos que ocuparon su país durante 22 años
luego de que en 1821 se lograra un acuerdo amistoso de independencia con la
Corona Española.
En busca de su propio destino y un futuro mejor, la colonia española en Santo
Domingo se separó de España en forma no bélica mediante transacciones
pacíficas. Sin embargo, el ansia de libertad e independencia de los habitantes de
la parte española de la isla de Santo Domingo se vio cercenado con la inesperada
invasión de nuestro país por el ejército de la vecina nación haitiana.
Durante 22 años ocuparon los haitianos territorio dominicano e intentaron eliminar
el idioma y las costumbres. Obligaron a publicar los documentos oficiales en
francés y otras medidas que atentaban contra la esencia misma de las tradiciones
y cultura de lo que vendría a ser más tarde el pueblo dominicano. Practicaron la
depredación de los grandes bosques maderables para pagar las reparaciones de
guerra a Francia con la madera exportada.
La segunda mitad de febrero presenta en República Dominicana una intensa
agenda de actividades dedicadas a las fiestas patrias en celebración de la
Independencia Nacional lograda el día 27 de febrero y en conmemoración de la
lucha patriótica de los héroes de la Independencia Nacional.
Aunque Duarte no estaba, los trinitarios no cejaban en sus acciones y en la causa
de la libertad del país. Francisco del Rosario Sánchez, Matías Ramón Mella y
Vicente Celestino Duarte dirigían a los trinitarios, quienes casi sin recursos hacían
circular las ideas en hojas manuscritas, para organizarse y sumar adherentes a las
ideas separatistas.
El 16 de enero de 1844, fue redactada por don Tomás Bobadilla, la Manifestación
de los pueblos de la parte este de la isla, denominada antes Española o de Santo
Domingo, en la que se enunciaban las causas de su separación de la República
haitiana. Esta Manifestación sería la ley que regiría la república proclamada, hasta
que se promulgara su constitución.
Esa noche del 27 de febrero de 1844 se congregaron poco a poco pequeños
grupos de patriotas que provenían de las distintas zonas de la ciudad.
El comienzo de la acción separatista fue indicado por un trabucazo disparado por
Matías Ramón Mella en la Puerta de la Misericordia, y que fue oído por todos los
habitantes de la ciudad.
Aunque Juan Pablo Duarte, el padre de la Patria, se hallaba ausente, la noche del
martes 27 de febrero de 1844, en la puerta del Conde de la ciudad de Santo
Domingo, la República Dominicana era proclamada por Francisco del Rosario
Sánchez, el precursor del movimiento armado y jefe del movimiento tras la
ausencia de Duarte, Tomás Bobadilla, representante de los conservadores, Matías
Ramón Mella, Manuel Jiménez, Vicente Celestino Duarte, José Joaquín Puello,
Gabino Puello, Eusebio Puello, Eduardo Abreu, Juan Alejandro Acosta, Remigio
del Castillo, Jacinto de la Concha, Tomás de la Concha, Cayetano Rodríguez,
Félix María del Monte y otros patriotas, quienes expresarían a a las autoridades
haitianas su "indestructible resolución de ser libres e independientes, a costa de
nuestras vidas y nuestros intereses, sin que ninguna amenaza sea capaz de
retractar nuestra voluntad".
Ese 27 de febrero de 1844, Francisco del Rosario Sánchez y Ramón Matías Mella,
cuando llegada la noche se dirigieron hacia la Puerta del Conde, en el baluarte de
San Genaro, e izaron la bandera dominicana. Ondeó en la ciudad de Santo
Domingo la bandera bordada por Concepción Bona y su prima María de Jesús
Piña, junto con otras damas. La Bandera había surgido de un proyecto presentado
por Juan Pablo Duarte, aprobado el 16 de julio de 1838 en La Trinitaria, donde se
presentaron los colores y la forma de la enseña que representaría al nuevo
estado, que se denominaría República Dominicana.
La cruz blanca. La cruz es el símbolo de la lucha de los libertadores para legarnos
una patria libre.
Los patriotas habían planeado que en la noche del 27 de febrero tomar posesión
de todos los fuertes emplazados en la muralla y del puerto. Para llevar a cabo
estas acciones, contaban con la cooperación de varios militares que apoyaban la
causa y que estaban dispuestos a entregar sus posiciones y ayudar a tomar la
Fortaleza.
Ante el apoyo popular y de diversos grupos que unían sus fuerzas por la libertad,
los haitianos se consideraron incapaces de combatir un alzamiento de tal
magnitud, y el 28 de febrero se obtuvo la capitulación de la guarnición haitiana.
Restauración
A partir de ese momento, y a falta de un liderazgo sólido de sus dirigentes, se
inicia una era dominada por hacendados que tenían poder económico, turnándose
los gobiernos durante breves períodos. Durante este tiempo, grupos internos no se
sentían contentos con la autonomía y buscaron anexarse nuevamente a España,
hecho que lograron el 16 de agosto de 1861.
En 1865, se recupera la independencia, pasando nuevamente a una etapa de falta
de liderazgo y cambios continuos de gobernante. Esta situación duró hasta que
Ulises Heureaux (Lilís) instaló su dictadura durante 12 años (1887-1899) hasta
que fue ajusticiado.
Invasión estadounidense
Durante los inicios del siglo XX, la inestabilidad política y económica y el atraso en
los pagos de los empréstitos realizados durante el siglo XIX, dieron pie a lo que se
denominó la Primera Invasión Estadounidense, que se extendió desde 1916 hasta
1924. Durante el período 1924-1930, la economía dominicana vivió un período que
se denominó la Danza de los Millones, motivado principalmente por el aumento en
los precios internacionales de la caña de azúcar.
Era de Trujillo
Desde 1930 hasta 1961 el país estuvo bajo la dictadura de Rafael Leónidas
Trujillo. El período en el que este dictador estuvo en el poder, fue la época más
prominente al igual que férrea de la historia dominicana. A pesar de todo, el país
siguió viviendo cierta bonanza económica gracias a la exportación de azúcar,
sobre todo a los Estados Unidos. Trujillo fue uno de los dictadores más corruptos
de la República Dominicana, ya que usaba la opresión para su enriquecimiento
personal. Luego de la eliminación del Movimiento Revolucionario 14 de junio
(1959) y el asesinato de las Hermanas Mirabal (que fueron mandadas a matar por
Rafael Leónidas Trujillo) el régimen comenzó a decaer rápidamente hasta que
Trujillo fue ajusticiado en 1961.
Del fin de la dictadura hasta el siglo XXI
Luego de su muerte, el país pasó por varias direcciones políticas entre las que se
encuentran la del profesor Juan Bosch, que fue derrocado a los 7 meses, un
triunvirato y una intervención armada estadounidense (1965), con unos 42,420
soldados en tierra dominicana. En 1966 Joaquín Balaguer ascendió al poder y se
mantuvo en él durante un periodo de 12 años, en un gobierno dictatorial en el cual
hizo uso de fraudes electorales y represiones sobre sus opositores políticos.
Durante las elecciones del año 1978, resultó electo Antonio Guzmán Fernández,
del opositor Partido Revolucionario Dominicano (PRD). Fue el primer gobierno
elegido por el voto popular desde 1924. Su mandato se caracterizó por ser uno de
los más liberales que había tenido la República Dominicana en décadas. Termina
cuando Guzmán se suicidó en 1982. Fue sucedido por el vicepresidente de turno,
Jacobo Majluta, quien gobernó por 43 días.
En 1982 ganó las elecciones Salvador Jorge Blanco, del entonces partido
gobernante, el PRD. En 1986 retomó el poder Joaquín Balaguer, quien a la sazón
tenía cerca de 80 años.
En 1990 resultó vencedor Joaquín Balaguer en unas elecciones empañadas por
denuncias de fraude por parte de Juan Bosch, del Partido de la Liberación
Dominicana (PLD). En 1994, Joaquín Balaguer resultó nuevamente vencedor en
las elecciones, resultado de una reforma constitucional del 14 de agosto del
mismo año, ve recortado su período presidencial a dos años, acordando la
celebración de elecciones en 1996 y con la condicionante de que no se
repostularía de nuevo en el 1996.
En 1996, con el apoyo del Doctor Joaquín Balaguer y el Partido Reformista Social
Cristiano, resultó electo Leonel Fernández el cual llevó a cabo un plan de
recuperación económica en la República Dominicana a base de negociaciones y
viajes hacia el exterior y convirtiendo a la República Dominicana en sede de
algunas reuniones de países y estados. En 2000, Hipólito Mejía ascendió al Poder
Ejecutivo. Su gobierno estuvo marcado por grandes reformas económicas y
sociales; en el año 2003 la economía sufrió una fuerte crisis, causada por la
quiebra de tres entidades bancarias que obligaron al gobierno a realizar un
salvamento de los ahorrantes para evitar un efecto dominó en el sistema bancario;
en el año 2004 se realizaron elecciones presidenciales en las cuales salió electo el
Dr. Leonel Fernández Reyna con más del 50% de los votos el 16 de mayo del
referido año.
Analiza las principales ideas agraristas de Emiliano Zapata en la Revolución
Mexicana. Contrasta con el documental México, la Revolución congelada
(Argentina, 1973) Raymundo Gleyzer:
Según Maldonado Gallardo[1], este proceso se había iniciado en el siglo XIX, con
la Constitución liberal de 1857 y las leyes de la reforma (1859-1863). Entre 1876 y
1911 el país estuvo sometido bajo la prolongada dictadura de Porfirio Diaz, en la
cual predominó la represión a la oposición y la penetración del capital extranjero.
Es por el interés de la colonización del país que comienzan a llevarse a cabo las
denominadas compañías deslindadoras, las cuales fueron organizadas para
colonizar el país e incorporar tierras baldías al área de cultivo. Estas compañías,
recibían en compensación una tercera parte del terreno deslindado. De esta
manera despojaron de sus tierras a campesinos, indígenas y mestizos. No solo a
través de los despojos, sino también de la compra y otras ilegalidades.
Tras largos años de lucha, la revolución termina con Lázaro Cárdenas, que
finalmente lleva a cabo una reforma agraria y reparte las tierras.[6] El documental
‘’Mexico, la revolución congelada’’, muestra la realidad de los campesinos e
indígenas años después de ese repartimiento de tierras. Podemos decir que si
bien el objetivo principal que era recuperar esas tierras se logró (no en su
totalidad) las condiciones en las que vivían ese sector de la sociedad no
cambiaron. El documental nos muestra distintos testimonios, para poder
comprender las consecuencias de la revolución, vemos que las diferencias
sociales se acentuaron mucho más, y que a pesar de que logró su objetivo, los
campesinos e indígenas siguieron viviendo en la miseria.
Los primeros intentos de este grupo, que terminaron en fracasos, llevaron a replantear la
estrategia y efectuar una guerrilla en Sierra Maestra, donde los revolucionarios, según Ansaldi y
Giordano “´descubrieron´ a los campesinos y sus duras condiciones de vida, al tiempo que
obtuvieron apoyo solidario y nuevos soldados de entre ellos”. 1 Los campesinos de esta forma,
conformaron una parte importante del ejército revolucionario.
A medida que la acción revolucionaria avanzaba, mas grupos opositores a Batista se unieron al
M26, como un sector del Partido Socialista Popular, nombre con el que se identificaba el Partido
Comunista. Sin embargo, Ansaldi y Giordano observan que pese a esta confluencia de poderes e
intereses, “ninguna de estas fuerzas políticas pudo superar el protagonismo y la dirección de Fidel
y sus compañeros”.2 Los autores de esta forma, afirman que el M26 adquirió un papel superior en
el plano político que sus aliados.3
Una vez derrotado Batista, el gobierno revolucionario se vio en la situación de llevar a cabo
diversas medidas reformistas en un contexto marcado por la dependencia económica de Estados
Unidos. Es importante destacar que en un principio la revolución se constituyó con una ideología
nacionalista-reformista, o como la denominó Fidel Castro, “humanista”. 4 La declaración del
carácter socialista de la revolución fue la culminación de un proceso de desgaste y tensión de las
relaciones con Estados Unidos, que llevaron a la necesidad de emprender un camino de
radicalización de la revolución.
Poco a poco los liberales fueron desplazados de los puestos de gobierno, tomados cada vez más
por la facción revolucionaria. Las medidas tomadas como la reforma agraria o las legislaciones
1
Ansaldi, Waldo y Verónica Giordano La construcción del orden: de la colonia a la disolución de la
dominación oligárquica, tomo II, Ariel, Buenos Aires, 2012, p. 252
2
Ibíd. p. 253
3
Ibíd.
4
Perez-Stable, Marifeli La revolución cubana. Orígenes desarrollo y legado, Madrid, 1933, p. 128.
5
Perez-Stable, Marifeli La revolución cubana. Orígenes desarrollo y legado, Madrid, 1933, p. 138
laborales llevaron a la oposición de las empresas norteamericanas. En 1960, la escalada de
tensiones desembocó en un hecho trascendental: el estallido de un barco cargado con armamento
en la Habana, ataque atribuido a la CIA por el gobierno cubano. En junio de ese año, Estados
Unidos suspendió la compra de azúcar cubana y el gobierno revolucionario acordó con la URSS su
compra. Tras el embargo declarado por Estados Unidos, Cuba nacionalizó las empresas
norteamericanas restantes en el país.
Fue en este contexto en el que Estados Unidos rompió relaciones diplomáticas con Cuba y envió
una brigada invasora. Ansaldi y Giordano observan que “contrariamente a lo esperado por los
organizadores, el pueblo cubano no les dio su apoyo y se movilizó masivamente en defensa del
gobierno y la revolución”.6 Unos días antes de la victoria, se había declarado el carácter socialista
de la revolución. En este acontecimiento, según Stable, la agresión norteamericana llevó al
gobierno cubano a buscar nuevos apoyos. Esta búsqueda significó el acercamiento con la URSS,
proceso que a su vez, significaba el afianzamiento del PSP en el gobierno revolucionario. 7
Como afirma el fragmento de Zanatta provisto para esta actividad, la revolución de 1959 inauguró
una etapa cargada de procesos que llevarían al deterioro de las instituciones democráticas y de los
órdenes populistas. Estos procesos estuvieron marcados por las diferentes revoluciones que
tomaron inspiración de la cubana (por ejemplo, la revolución sandinista en Nicaragua), además de
la conformación de guerrillas en la mayoría de los países de la región. Por otro lado, se dieron
también a raíz de estos acontecimientos, los procesos que marcarían la década siguiente: las
contrarrevoluciones llevadas a cabo por regímenes militares institucionalizados. Estos tuvieron
como principal ideología la Doctrina de Seguridad nacional y, en palabras de Ansaldi y Giordano,
esto significó que “la guerra era, entonces, una guerra contra el comunismo internacional y se
entablaba en todos los frentes: militar, político, social., económico, cultural e ideológico”. 8
6
Ansaldi, Waldo y Verónica Giordano La construcción del orden: de la colonia a la disolución de la
dominación oligárquica, tomo II, Ariel, Buenos Aires, 2012, p. 258.
7
Perez-Stable, Marifeli La revolución cubana. Orígenes desarrollo y legado, Madrid, 1933, p. 141
8
Ansaldi, Waldo y Verónica Giordano La construcción del orden: de la colonia a la disolución de la
dominación oligárquica, tomo II, Ariel, Buenos Aires, 2012, p. 368