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Nota: este glosario fue elaborado para el curso Pensar las migraciones en el
mundo actual y debe leerse de manera complementaria a las clases..
Condición o estatuto de refugiado/a. Las personas que han huido de sus países debido a
fundados temores de ser perseguidas (por motivos de raza, religión, nacionalidad,
pertenencia a determinado grupo social u opiniones políticas); o porque su vida, seguridad
o libertad han sido amenazadas por la violencia generalizada, la agresión extranjera, los
conflictos internos, la violación masiva de los derechos humanos u otras circunstancias
que hayan perturbado gravemente el orden público, pueden solicitar la condición o el
estatuto de refugiado/a ante los organismos o instituciones correspondientes del país en
el que se encuentran (y del que no son nacionales). En Argentina, la Comisión Nacional
para los Refugiados —CO.NA.RE— (del Ministerio del Interior) recibe las solicitudes
presentadas por las y los peticionantes de asilo, las evalúa (para confirmar el “temor
fundado”) y otorga o deniega el estatuto de refugiado. Cuando un país reconoce el
estatuto o la condición de refugiada a una persona extranjera asume un compromiso de
no devolución, central en el derecho de asilo, y la principal diferencia con el inmigrante
(que sí puede ser expulsado o deportado y devuelto a su país de procedencia). Para más
información: https://www.argentina.gob.ar/interior/migraciones/comision-nacional-
para-los-refugiados
Desplazado/a interno/a. Son personas que se han visto forzadas a escapar de su hogar o
de su lugar de residencia habitual debido a conflictos armados, situaciones de violencia
generalizada, violaciones de los derechos humanos o catástrofes naturales o ambientales,
pero que no han cruzado una frontera internacional.
Extranjero. Persona que no es nacional (no tiene la nacionalidad) del territorio en el que
se encuentra. (Ver más abajo ius sanguini y ius soli, relativos a cómo se adquiere una
nacionalidad).
Flujos migratorios mixtos. Este término alude a lo complejo que puede resultar para los
Estados determinar quiénes son las personas en movilidad que requieren algún tipo de
protección (como la que corresponde a las personas refugiadas o similar). En las últimas
décadas, es cada vez más común que migrantes económicos, potenciales demandantes de
asilo y posibles víctimas de explotación partan de los mismos lugares de origen hacia los
mismos destinos, a menudo recurriendo a las mismas vías de traslado. Es decir que tanto
en las rutas como en los puntos de control en las fronteras, las autoridades migratorias se
encuentran con “flujos mixtos”, dentro de los cuales deben identificar lo más rápidamente
posible quiénes son las personas con necesidades de protección.
Ius Sanguini. En latín, el derecho que se basa en la sangre, es decir en la filiación. Es uno
de los criterios para otorgar la nacionalidad. Según este criterio, las personas adquieren la
nacionalidad directamente de sus m/padres (a través de la sangre), y no según el territorio
en el que hayan nacido. De esta manera, la nacionalidad es hereditaria y no depende
dónde nació la persona. Se opone al criterio de Ius Soli.
Ius Soli. En latín, el derecho que se basa en el suelo, es decir en la tierra. Es el criterio más
frecuente en los Estados modernos para otorgar la nacionalidad. Según el criterio de Ius
Soli, las personas adquieren la nacionalidad del lugar (del suelo) en donde ocurrió su
nacimiento. En Argentina, la ley indica que a la persona que nació en suelo argentino le
corresponde la nacionalidad argentina (aunque existen excepciones en los casos de
hijos/as de diplomáticos extranjeros nacidos en el país durante el cumplimiento de sus
funciones). Se opone al criterio de Ius Sanguini.
Nacionalidad. Igual que la ciudadanía, la nacionalidad alude al vínculo jurídico entre una
persona y el Estado. A diferencia de la ciudadanía, la nacionalidad de origen se adquiere
en el momento del nacimiento (por lo general). Existen dos grandes criterios por medio de
los cuales los Estados otorgan la nacionalidad de origen: el ius soli y el ius sanguini. En
Argentina rige el ius soli: todas las personas que nacen en territorio argentino pueden
reclamar la nacionalidad. La nacionalidad puede ser natural (para los nacidos en el
territorio), adquirida (para los que nacieron en otro país y eligen nacionalizarse o
naturalizarse) o por opción (para las personas que nacieron en el extranjero pero son hijos
de padre o madre argentina – es decir que portan “sangre” argentina).
Nacionalidad por naturalización. Se trata del proceso judicial, ante un tribunal federal,
mediante el cual una persona extranjera solicita adquirir la nacionalidad argentina. Su
obtención está regulada en el artículo 20 de la Constitución Nacional y en la ley N° 346.
Solicitante de asilo. Es la persona que ya partió del país donde consideraba que estaba en
peligro, y arribó a otro país, donde presentó formalmente la solicitud para que se le
reconozca la condición de refugiada. Esta solicitud debe presentarse ante las autoridades
que cada país establece. Esas autoridades evalúan cada solicitud para decidir si
corresponde reconocerle, a esa persona en particular, el estatuto de refugiada. Si deciden
que corresponde, la persona deja de ser solicitante y se convierte en refugiada. Si deciden
que no corresponde, es posible que le indiquen a la persona que regularice su situación
por la vía migratoria. Mientras una persona es solicitante, se le aplica el principio de no-
devolución (es decir que no puede ser deportada).
Tráfico ilícito de migrantes. Consiste en la facilitación del ingreso irregular de una persona
a un país que no es el suyo y del que no es residente regular. Este ingreso ocurre de forma
irregular o clandestina, y con la asistencia de un tercero (el pasador) que recibe a cambio
dinero u otros beneficios. Es decir que sin cruce irregular de una frontera internacional
con asistencia de un tercero no hay tráfico ilícito. Quien comete el delito de tráfico ilícito
es el traficante, que facilita el ingreso clandestino a cambio de un beneficio. En Argentina,
el tráfico ilícito está tipificado en los artículos 116 a 121 de la ley de Migraciones Nº
25.871. Se sugiere evitar expresiones tales como tráfico humano o tráfico de mujeres, ya
que son imprecisas y sólo aportan confusión.
Créditos
Autora: María Inés Pacecca