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CIUUDADANO

TEXTO ENRIQUE ESTEVE


LA MEJOR PELÍCULA DE LA HISTORIA DEL CINE (SEGÚN DICEN)
FUE TAMBIÉN UN JUEGO DE MAGIA, DOBLES SENTIDOS,
OCULTAMIENTOS Y MEDIAS SOMBRAS A CARGO DE UN GENIO
(ESTO SÍ ES INDISCUTIBLE) LLAMADO ORSON WELLES.

ESQUIRE/MAR/16
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i Orson Welles viviera se congratularía de ver que aquello que radio. Caótico, exigente y carismático, Welles seducía a su troupe
se convirtió en leitmotiv de su obra y de su vida es hoy algo para a la que dirigía a contrarreloj durante jornadas interminables, im-
cuya puesta en práctica las masas disponen de sofisticados provisando in extremis hasta alumbrar sorprendentes montajes.
medios que manejan con la mayor naturalidad. Redes sociales Auténticos festines de efectos sonoros y visuales como, por ejemplo,
y aplicaciones han normalizado la impostura, convirtiéndola los cilindros de terciopelo negro colgados de cuerdas y coronados
en cool y en requisito para la creación de nuestra propia marca. Un por proyectores enfocados hacia abajo que, al subir o caer de golpe,
selfie pasado por un mar de filtros embellecedores en Instagram para hacían aparecer o desaparecer silenciosamente a los personajes
ganar seguidores; un perfil falso en Tinder con la foto de alguien más sobre el escenario. Un técnico diría: “Hasta entonces la luz era el
atractivo para multiplicar las solicitudes de contacto; un álbum foto- instrumento que iluminaba lo que había que ver. A partir de Welles,
gráfico en Facebook que reduzca el último año a cuatro momentos la propia luz sustituía el objeto a iluminar”. Tras proyectar sobre
de aparente felicidad para cosechar el mayor número de likes; o una Norteamérica la sombra de un ejército invasor de platillos volantes en
cuenta con identidad oculta en Twitter desde la que lanzar soflamas la adaptación radiofónica de La guerra de los mundos, retransmitida
amparado en el anonimato para convertirse en líder de opinión son como un noticiario real que sembró el pánico entre la audiencia, el
ejemplos cotidianos de la impostura y la manipulación. El peaje y prestidigitador fue requerido por la fábrica de sueños.
la consecuencia de convertirse en producto en una nueva fase de la
sociedad de consumo en la que nosotros somos la mercancía. Por WELLES VIO EN EL CINE la posibilidad de llevar su magia a un
todo ello, quizás si Orson Welles viviera no se alegraría, sino que se nuevo nivel. Tras años adaptando textos ajenos decidió escribir uno
lamentaría al ver que aquello que tanto le subyugó, el fraude, ya no original. Junto al curtido guionista Herman Mankiewicz creó la his-
es algo de lo que paradójicamente servirse para denunciar y glorifi- toria de Charles Foster Kane, un magnate del periodismo inspirado
car el engaño mismo (la quintaesencia del arte), sino un devaluado en el rey del fraude: el padre de la prensa amarilla norteamericana,
instrumento al servicio de la conversión del ciudadano en objeto de William Randolph Hearst. Una semblanza que el megalómano Orson
consumo, esclavo último de una sociedad en contra de la cual Welles transformaría en una suerte de velado autorretrato a través del cual
hizo un genial alegato llamado Ciudadano Kane (1941). revisitar su pasado, reflejar su presente y apuntar irónicamente su
futuro. En la película, los padres de Kane, dueños de un humilde
GRAN APASIONADO DE LA MAGIA (era miembro de la hotel, reciben como pago de un cliente una mina abandonada que
Hermandad Internacional de Magos y de la Sociedad de Magos resulta estar llena de oro. Abrumados por su repentina riqueza, en-
Americanos), Welles encontraba brillante la definición de Houdini tregan a su hijo a un banco para que un tutor le eduque acorde a las
según la cual un mago es un actor que interpreta el papel de mago. responsabilidades que habrá de asumir cuando herede su fortuna
El engaño articulado cual juego de matrioskas fascinaba al cineasta. al cumplir los 25. Como Welles, Kane quedaba ‘huérfano’, a cargo
De ahí que considerase la apoteosis de su carrera el momento en de un tutor. En el ecuador de la veintena las puertas del poder se le
que, cuando trabajaba en la radio imitando a los protagonistas de la abrían de golpe. Fiel a su fascinación por lo falso, Welles presentaba
actualidad, tuvo que hacer de un actor que imitaba a Orson Welles, en su alegato contra el sueño americano basado en el materialismo
al ser él mismo noticia por el estreno en el teatro de su Macbeth con una versión fraudulenta del mismo, en tanto que la riqueza de Kane
actores negros. Fraude (1973) –un documental sobre lo falso centrado no procedía del trabajo duro de un self made man venido de la nada,
en un falsificador de arte cuyo biógrafo resulta ser el autor de una falsa sino que era fruto de una carambola del destino. Una vez heredada
biografía del magnate Howard Hughes, vendida como verdadera a su fortuna, Kane se pone al frente de un periódico que relanza in-

MIEMBRO DE SOCIEDADES DE MAGIA, WELLES ENCONTRABA BRILLANTE LA DEFINICIÓN


DE HOUDINI SEGÚN LA CUAL UN MAGO ES UN ACTOR QUE INTERPRETA EL PAPEL DE MAGO
una editorial– fue el último filme de Welles. El broche a una carrera ventando escándalos y creando guerras como la de España contra
en la que el artista fue el rostro de impostores como Harry Lime EE UU. “No sé cómo dirigir un periódico, sólo pruebo todo lo que se
(capaz de fingir su propia muerte ante su novia y mejor amigo en El me ocurre”, afirma en el filme. Tal y como hacía Welles en el plató
tercer hombre), o Charles Rankin (un nazi huido a EE UU donde se de Ciudadano Kane al explorar, como un niño con un juguete nuevo,
hace pasar por profesor en El extraño) y que había comenzado con las posibilidades que le ofrecía el medio cinematográfico realizando
Ciudadano Kane, lúcida reflexión sobre el fraude del sueño americano un compendio magistral de los avances producidos desde el inicio
envuelta desde su gestación en una red de audaces engaños. del sonoro e introduciendo valiosas innovaciones. Con Kane el cine
mostró por primera vez el techo de las estancias en busca de realis-
‘CIUDADANO KANE’ SUPUSO el inicio y el fin del sueño mo. Anteriormente permanecía oculto, pues era la parte hueca de
americano para Orson Welles. El director e intérprete entró en Ho- los decorados de la que colgaban los focos, los cuales Welles colocó
llywood en 1940 a los 24 años por la puerta grande, con un contrato lateralmente haciendo que los personajes pasaran drásticamente
en el estudio RKO que le garantizaba formación técnica, todos los de campos de luz a otros de sombra. De la verdad a la mentira. Kane
recursos para la realización de su primer filme (con libre elección del traicionó como nunca al tiempo condensándolo en un frenético
tema) y total control sobre él. Tras su debut, sin embargo, se pasó la baile de elipsis y fundidos, a la vez que le rindió pleitesía mediante
vida tratando de embaucar a inversores para que le financiaran sus largos planos secuencia sin cortes, inusitados entonces y que ponían
películas fuera de EE UU, dejando algunas inacabadas a falta de pre- de relieve el artificio del montaje. Pero, sobre todo, Kane obligó a
supuesto y viendo cómo otras eran amputadas por los productores. mirar. Una nueva lente permitió a Welles captar con total claridad
Hijo único de un inventor y una pianista, a los 15 años Welles quedó lo que sucedía al fondo del plano forzando al espectador, cual mago
huérfano y a cargo de un tutor. Un año después debutó como actor consumado que reta a su audiencia a no perder detalle en busca de
teatral. Con 21 era director escénico y toda una figura del teatro y la cualquier indicio del truco, a mantener un cara a cara con el engaño.

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WELLES JAMÁS TENÍA dudas sobre dónde poner la cámara. En del tiempo, fruto de la dirección de Welles y sus improvisaciones, el
una ocasión, sin embargo, no supo cómo filmar una escena y aban- guión, modificado en plató, proporcionó una sólida base de trabajo.
donó el plató un día entero para pensarlo. Se trataba de la escena en Welles aportó la idea de contar la historia desde los diferentes puntos
que un enemigo de Kane destapa un affaire secreto de éste, echando de vista de los allegados a Kane. Su coguionista Mankiewicz, la de
por tierra su carrera política. Al hábil mago Welles le costaba mostrar estructurarla en torno a la investigación sobre el significado de la
cómo su álter ego fracasaba en la ocultación. A diferencia de Kane última palabra pronunciada por Kane antes de morir: “Rosebud”.
con su adulterio, Welles corrió mejor fortuna al comienzo del rodaje Un misterio nunca desvelado y acerca del cual Welles, contrario a
haciendo creer a los espías presentes en el plató (enviados por RKO los símbolos y a la explicación de significados en sus obras, nunca dio
para informar del método de trabajo del debutante) que estaba ha- pistas. Inicialmente la relación entre ambos guionistas fue tensa. Tras
ciendo simples pruebas de cámara. De ese modo logró que se fueran y establecer las líneas generales, cada uno escribió por separado su ver-
pudo filmar sin interferencias durante semanas. Finalizado el rodaje, sión del guión y a continuación Welles hizo un compendio de ambas.
otro ardid de Orson salvó a Ciudadano Kane de desaparecer para
siempre. La RKO proyectó la película al jefe de la censura Joe Breen, A LA MUERTE DE KANE, su antiguo compañero Leland dice de
un ferviente católico que debía decidir si destruir los negativos o no él que nunca lograba terminar nada. En 1971 Orson Welles llevaba
ante las presiones de los estudios para que se quemaran. Welles, que décadas luchando por acabar muchos de sus proyectos, prestando
una vez diría “intento ser cristiano pero nunca rezo para no aburrir su imagen a películas mediocres y campañas publicitarias a cambio
a Dios”, pasó junto a Breen, dejó caer del bolsillo un rosario al suelo de dinero para autofinanciarse, cuando Ciudadano Kane, la película
y lo recogió mirando al censor a los ojos. El truco funcionó y la cinta de la que solía rehusar hablar por considerar que había condicionado
se salvó para espanto de quien había chantajeado a Hollywood para su accidentada carrera, volvía a ser noticia. La crítica Pauline Kael
que lo destruyera: William Randolph Hearst. publicó en The New Yorker un celebrado ensayo titulado Raising
Kane en el que acusaba a Welles de fraude, argumentando que Man-
AL MAGNATE le indignaba el retrato que de él hacía la pelícu- kiewicz era el único autor del guión y que Welles había conspirado
la, mostrando a Kane como un hombre egocéntrico que, a pesar para excluirle de los créditos. La respuesta llegó desde las páginas
de su carisma e incalculable riqueza, se ve abocado al fracaso y la de Esquire mediante Kane mutiny, un contundente artículo firmado
soledad, recluido en un palacio por el prometedor cineasta Peter
habitado por un sinfín de objetos Bodganovich. En él Bodganovich
y obras de arte sin desembalar. La desmontaba a Kael apoyándose
noche de la presentación del filme, en charlas mantenidas con Welles
Welles se encontró con Hearst en (que consideraba “enorme” la
el ascensor de un hotel y le invitó contribución de Mankiewicz al
al estreno. El magnate, amigo de guión) y en testimonios como los
juventud del padre de Welles, no del mejor amigo de Mankiewicz
contestó. Welles le dijo: “Kane sí o la secretaria que tenía Welles
hubiera aceptado la invitación”. durante la redacción de su ver-
Maestro de la mentira, mediante sión del texto. Asimismo acusaba
la cual había forjado su imperio pe- a Kael de parcialidad al no reca-
riodístico, Hearst no toleraba las bar el testimonio de la secretaria
falsedades sobre su persona. Ni y ceñirse sólo al de la asistente de
las verdades. Kane era un refinado cóctel de ambas, de modo que Mankiewicz. A sus 61 años Welles, celoso de su exuberante risa
trató de boicotearla. El guión incluía un hecho oscuro de la vida (detestaba que fuese grabada), reía el último: el artículo no había
del millonario. En una ocasión, éste encontró a su mujer en brazos sido escrito por Bodganovich, sino por el amigo de éste, el genial
de Charles Chaplin, cogió un fusil para ahuyentar al actor y terminó Orson Welles. El amante de lo falso rebatía la acusación de fraude
matando a otra persona por accidente. El episodio había permanecido mediante su enésima impostura. De nuevo Welles imitaba a su
silenciado y, de haberlo recreado, Welles hubiera atado de pies y primera película. En ella, Kane, tras el pésimo debut como cantante
manos a Hearst, que no se hubiera atrevido a admitir ninguna rela- de su esposa –a la que quiere convertir en estrella a pesar de su nulo
ción del filme con su vida. Pero Welles optó por no rodarlo, dando al talento–, escribe una hiriente crítica y la publica con el nombre de
magnate vía libre para la extorsión. Hearst introdujo a una menor de su compañero Leland. “Al final, el nombre de un hombre no es tan
edad desnuda y a varios paparazzis en la habitación de hotel donde importante”, diría el cineasta en Fraude a propósito del papel de la
Welles iba a pasar una noche. Un chivatazo alertó de la trampa al firma a la hora de establecer si la copia de una obra de arte es una
cineasta, que la esquivó. A continuación Hearst arremetió contra los falsificación o no. Sólo importa la obra, el soporte de la firma. Lo
jefes de los estudios de Hollywood, en su mayoría judíos, amenazán- apuntaba al final de Ciudadano Kane cuando, entre los enseres del
doles con publicar cómo durante la Gran Depresión dieron trabajo a magnate que están siendo incinerados, aparece un viejo trineo sobre
multitud de judíos huidos de Europa en vez de contratar a ciudadanos el que está escrito “Rosebud”. El trineo con el que juega el pequeño
americanos. A pesar de las artimañas de Hearst, Ciudadano Kane fue Kane frente al hotel de sus padres el día que el tutor asignado por
finalmente estrenada aunque con una pobre distribución en salas. el banco le arranca de brazos de éstos. No importa “Rosebud”, sino
dónde está escrito. El medio como metáfora del paraíso perdido.
NOMINADA EN MÚLTIPLES CATEGORÍAS, sólo obtuvo Welles, cuyo recuerdo más feliz de infancia era la época en que su
el Oscar al Mejor Guión. Premio de consolación prueba de que Ho- padre regentó un cochambroso hotel para artistas ambulantes que
llywood recelaba del recién llegado Welles y no estaba listo para su acabó pasto de las llamas, sabía que el medio es el mensaje y con su
incómodo retrato del lado oscuro del sueño americano. Si bien la primera incursión en la industria de los sueños nos alertó de que el
grandeza del filme residía en sus soluciones visuales y su manejo consumismo es la falsificación más barata de la felicidad.

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