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En este extracto de Últimos días de la víctima (PP.

17), Mendizábal mira las persianas sin


luz de la casa e infiere lógicamente que Külpe todavía no regresa. Sin embargo, el narrador
en ningún momento explicita que aquel proceso mental haya ocurrido, nosotros inferimos
lógicamente que Mendizábal infiere lógicamente que Külpe no está. En la novela no solo los
personajes hacen inferencias lógicas, sino que nosotros, los lectores, realizamos nuestras
propias inferencias en torno a esta y, para poder hacerlo seguimos al narrador, quien tiene
más información que nosotros y el mismo Mendizábal, tal cual puede apreciarse en los
siguientes extractos de las páginas 16 y 18 correspondientemente:

En estos ejemplos puede notarse cómo el narrador juega con nosotros, divagaba que,
quizás sí, quizás no, sea el destino de Mendizábal morir allí. Durante toda la obra
Mendizábal cree ser el verdugo de Külpe, sin embargo, no puede encontrarse más lejos de
la verdad: Es Külpe quien lo acecha, quién depreda a Mendizábal, es quien ha trazado el
espacio perfecto —el lugar de su infancia— para acabar con él. Nosotros estamos
presenciando una ejecución, la ejecución de Mendizábal y estos son sus últimos días. El
narrador es consciente de esta información que aún no nos revela, mas deja "migajas",
"guiños", "signos" al lector que en una primera lectura son pasados por alto, pero que en
una relectura cobran un significado.

El narrador no solo presta atención a los acontecimientos que narra, también hace énfasis
en ciertas palabras u oraciones, marcándolos con cursiva bastardilla. Pero…

¿Por qué el narrador marca palabras o frases con cursiva?


Debemos remontarnos a Mijaíl Bajtín (1895-1975), reconocido historiador, crítico literario,
teórico y filósofo del lenguaje. En cuanto a sus estudios del lenguaje, ha puesto como objeto
de estudio aquello que Ferdinand de Saussure ignoró por considerarlo poco sistematizable:
El habla. Los hablantes no hemos inventado el lenguaje, lo hemos heredado. Cuando
hablamos, por más que lo creamos por momento, no creamos ni innovamos en nada que no
haya sido trazado en el sistema del lenguaje, remitimos a todas las composiciones posibles
de nuestras generaciones pasados. Véase la siguiente conversación:

—Hola.
—¿Cómo estás?
—Bien, ¿y tú?

Este saludo no lo he creado yo, ni tú ni nadie en particular, puede ser encontrado en ciento
de miles de textos escritos y orales, quizás alguien esté empezando una conversación de
esta misma forma, y es porque el habla nos introduce estas fórmulas verbales para
comunicarnos, las cuales aprendemos durante nuestro desarrollo en la comunidad
lingüística. Los hablantes nos construimos en base a lo que escuchamos, a lo que leemos,
oímos y no podemos evitarlo, es más, no tenemos control sobre el lenguaje, el lenguaje
tiene control sobre nosotros.

Debido a esto, el narrador de Últimos días de la víctima intenta tener dominio sobre lo que
narra, utiliza la "heterogeneidad discursiva mostrada", propuesta por Jacqueline
Authier-Revuz en 1954. Es decir, selecciona ciertas partes del texto a fin de señalar que es
un discurso ajeno a este. Como por momentos selecciona elementos importantes y otros
más bien al azar, probablemente lo haga para depistar al lector, tal cual lo hacía Jorge Luis
Borges en sus obras. Este narrador intenta de forma constante mantenernos distraídos de
los hechos que ocurren tras el telón de la trama principal.

Ricardo Piglia (1941-2017), escritor, crítico literario y teórico, ha propuesto que toda buena
historia cuenta, en realidad, dos historias: La historia "A", la superficial, la que el lector
puede percibir a simple vista, y la "B", que se encuentra latente, de forma tácita, que el
lector no persive hasta el final de la obra. Últimos días de la víctima sigue esta propuesta:
Hay una historia "A", Mendizábal persiguiendo a Külpe, y una historia "B", Külpe
persiguiendo a Mendizábal, esta última no se revela hasta las últimas dos hojas de la
novela.

Para finalizar, Mendizábal realiza inferencias lógicas en el primer capítulo, mas en el


segundo capítulo empieza a formular inferencias ilógicas, totalmente disparatadas….

TAREA:
Encontrar algunas inferencias ilógicas de Mendizábal en Últimos días de la víctima.

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