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Luciana Corasaniti
El narrador
El subtítulo debería haber sido el no-narrador ya que esta novela tiene una
particularidad: no tiene narrador. No hay una conciencia que nos guíe a través de la
historia, que nos “cuente” el final.
Cuando uno lee esta obra debe realizar un trabajo adicional: ir ordenando las ideas.
Los capítulos se van presentando de diversas maneras: nos encontramos con diálogos, con
monólogos interiores, diarios íntimos, cartas, entre otros. El lector debe ir armando la
historia a partir de esa información que se brinda. Umberto Eco aporta que
[…] un texto está plagado de espacios en blanco […]; quien lo emitió preveía
que se los rellenaría y los dejó en blanco por dos razones. […] un texto es un
mecanismo perezoso (o económico) que vive de la plusvalía de sentido que el
destinatario introduce en él. […] un texto quiere dejar al lector la iniciativa
interpretativa […]. Un texto quiere que alguien lo ayude a funcionar.1
Manuel Puig quería hacer trabajar a su lector, de eso no hay duda. Nosotros debemos armar
la historia, ubicar a los personajes, los acontecimientos, intentar buscarle el orden
cronológico de los hechos. Todo es un gran rompecabezas del cual las piezas están
desparramadas por todos lados. Es necesario, por ejemplo, construir a quién corresponde
cada enunciado del diálogo del primer capítulo. Sólo se nos presentan voces interactuando,
1
Eco, Umberto, Lector in fabula. Barcelona, Lumen, 1985, p. 76.
1
no sabemos entre quiénes. Un ejemplo concreto es la entrada de Adela a escena: gracias a
lo que se venía hablando y a lo que se dice después podemos deducir que es ella la recién
llegada:
-Yo tenía ganas de hablar con Violeta, pobre. El padre se hace la cena solo,
quién sabe a dónde se fue Violeta.2
Similar es lo que sucede a partir del capítulo XI, ocupado por los pensamientos de Cobito:
luego de interiorizarnos un poco en la lectura, nos damos cuenta de que Casals es Toto. El
capítulo IV es todo un diálogo, pero un diálogo que tiene una particularidad: una de las
voces está suprimida. Bajtín llamó a esto “dialogismo oculto” y lo define de la siguiente
manera:
Este es otro interesante ejemplo en el que el lector debe realizar su trabajo de armado del
diálogo. También es interesante la importancia que tiene esa otra voz en el diálogo, pero
sobre estos aspectos en general se hablaran más adelante. Finalmente, estos son sólo tres
casos de “espacios en blanco” de la obra que el lector debe llenar para poder ordenar las
piezas de este rompecabezas literario.
2
Puig, Manuel, La traición de Rita Hayworth, Buenos Aires, Booket, 2008, p. 14.
3
Bajtín, Mijail, Problemas de la poética de Dostoievski, México, F.C.E., 1986, p. 275.
2
La ausencia del narrador nos lleva también hacia otra cuestión: la falta de una
conciencia que cierre el significado de la obra. No está presente una conciencia
monológica, en términos bajtiniamos. El teórico ruso afirma que
En esta novela de Puig, los personajes interactúan, discuten, dialogan. Al lector se les van
presentando las distintas formas de ver la realidad por parte de los personajes: tenemos la
visión de Toto (niño que encuentra su amparo en el cine, marginado por su forma de ser),
Mita (“ángel de la guarda” de Toto), Teté y Paquita (ambas niñas con una fuerte influencia
religiosa), Héctor y Cobito (los “hombres fuertes” dentro de su círculo), Delia y Esther
(eternas enamoradas). Sólo voces, conciencias, ideologías. Éstas discuten, comparten,
4
Bajtín, Mijail, Problemas de la poética de Dostoievski, México, F.C.E., 1986, p. 285.
5
Bajtín, Mijail, Op. Cit., p. 33.
3
dialogan. Pero nadie nos dice quién es el que tiene la razón, el poder, la verdad. Por lo
tanto, esta obra del autor argentino tiene alma polifónica.
Cada personaje se diferencia del otro por su forma de hablar, se distingue así su edad, su
nivel de conocimientos, su procedencia.
Lo que se sabe de todos los personajes es que son argentinos: uno, como
perteneciente de este país, conoce las jergas, las frases armadas, tenemos un registro propio
de palabras. En el diálogo entre la niñera de Toto, Amparo, y Felisa, la sirvienta, hay ciertas
palabras que son usadas corrientemente en la lengua vulgar: “-Las enfermeras son todas
6
Bajtín, Mijail, Op. Cit., p. 44.
7
Es necesario aclarar que toda novela polifónica es plurilingüe, pero no se da lo mismo en el caso
de las novelas plurilingües: no son todas necesariamente polifónicas.
8
Bajtín, Mijail, Teoría y estética de la novela, Madrid, ¿Tames?, 1989, p. 129.
4
una atorrantas.”9, “-[…] ¡Te querés dormir de una vez, mocosito del diablo!”10, “-
Amparo, roñosa desgraciada, tuve que limpiar yo el piso.”11. Delia, por ejemplo, para
referirse a piernas grandotas, utiliza la frase: “piernas de maceta”, expresión muy usada en
Argentina. Los discursos de todos los personajes absorben muchísimo el registro y la
fraseología de los argentinos, hay miles de ejemplos a lo largo de la obra. En muchos
personajes se observa el artículo “la” o “el” delante de un nombre. Esto es propio de una
forma de hablar populares. Delia, por ejemplo, se refiere a personajes como “la Pirula” o
“el Héctor”12. Esto sería una visión general de los personajes, como argentinos, que se
distinguen del resto. A continuación analizaré los discursos de los personajes en particular,
distinguiéndolos unos de otros.
Esa mirada triste que busca una superficie queda donde apoyar una lágrima, su
pecho es una fragua templada por el fuego del sufrimiento pero de ella brota y se
9
Puig, Manuel, Op. Cit., p, 20.
10
Puig, Manuel, Op. Cit., p. 21.
11
Puig, Manuel, Op. Cit., p. 26.
12
Puig, Manuel, Op. Cit., p. 124.
13
Puig, Manuel, Op. Cit., p. 29.
14
Puig, Manuel, Op. Cit., p. 172.
15
Puig, Manuel, Op. Cit., p. 173.
16
Puig, Manuel, Op. Cit., p. 175.
17
Es necesario aclarar que lo de Esther es un diario íntimo, no son pensamientos que fluyen. Por
supuesto, el diario tiene una estructura más organizada que los pensamientos.
5
escurre un diamante, una lágrima acrisolada e hirviente, una lágrima de
hombre.18
Herminia, la profesora de piano de Toto, una mujer adulta, tiene un vocabulario diferente19
a los recién nombrados. Su vocabulario es mucho más culto y nos remite a otro sector, a
alguien profesional: “Tal aserción provenía de las impresiones que había tenido en una
visita a los alaoríes, raza indígena de la Polinesia.”20. Como puede observarse en los
ejemplos, se nota la variedad de jergas, de vocabulario, en cada uno de los casos. Esta
representación de voces, su distinción según los registros, la fraseología, hacen de “La
traición de Rita Hayworth” una novela completamente plurilingüe.
En el relato oral se trata de imitar la forma de hablar de cierto círculo social. Este concepto
se presenta en “La traición de Rita Hayworth” de forma muy clara. Como dijimos
anteriormente, cada personaje se distingue del otro, tanto por lo que dicen como por cómo
lo hacen.22
En los pensamientos de los héroes también conviven las ideologías y los discursos
ajenos. Es muy claro que un nene tan chiquito como Toto no va a razonar y a tener ciertos
18
Puig, Manuel, Op. Cit., pp. 222-223.
19
La aclaración que realicé para el diario de Esther es necesario realizarla también para este caso:
no estamos tratando con corrientes de conciencia sino con anotaciones, por lo tanto es un discurso
muchísimo más organizado y consciente.
20
Puig, Manuel, Op. Cit., p. 268.
21
Bajtín, Mijail, Problemas de la poética de Dostoievski, México, F.C.E., 1986, p. 268.
22
Debo realizar en este momento una aclaración. Si bien Mijail Bajtín habla de relato oral como
forma hablada, en este momento hago extensivo este concepto a lo escrito (relato oral en el diario
de Esther, por ejemplo) y también al monólogo interior. Las formas recién citadas no se expresan
oralmente en el lenguaje, pero de todas formas contienen la marca individual y social del personaje.
6
conocimientos (aunque el personaje es de por sí un adelantado) sino que muchas veces se
capta en su discurso la influencia de otros. Por ejemplo, el discurso de la madre:
En este caso hay estilo indirecto libre. La respuesta que da el niño a su propio interrogante
es una de la madre, pero disfrazada en su propia voz. En términos bajtiniamos, nos
encontramos frente a una palabra bivocal pasiva: hay una voz (la de Mita) dentro de la otra
(la de Toto) pero estas no están disociadas.
Una ideología que predomina en la obra y que influye tanto en el discurso de los
personajes como en sus acciones es la de la Iglesia. En dos personajes se ve especialmente
esta influencia: en Teté y en Paquita. Teté no piensa en otra cosa que en rezar para salvar en
la vida de su madre y en las consecuencias que tiene el no hacerlo:
Mita es buena pero no va nunca a misa y yo recé para que me diera una naranja,
pero recé para que fuera a misa y Dios la haga ir siempre a misa, a rezar por
Jesucristo que sufre en la cruz, así le hacen doler menos las espinas de la corona
que se le clavan en la piel de la cabeza y si son muy filosas, pobre Jesús que es
tan bueno, se les clavan cada vez más.24
La ideología política deja también sus huellas. Un personaje que está impregnado de
ella, por cuestiones familiares, es Esther. De manera parecida a la influencia de la Iglesia a
las niñas, el discurso comunista alza su voz mediante el de Esther:
23
Puig, Manuel, Op. Cit., pp. 36-37.
24
Puig, Manuel, Op. Cit., p. 96.
7
Chancha, no me venga usted con que hay que ocultar al trabajador y su sudor, y
alabando a ese rascacielo porque oculta de la vista de los ricachones (y de sus
conciencias) el espectáculo feroz (y hasta ayer triste por lo mal remunerado del
trabajo.25
De esta manera podemos observar cómo las distintas ideologías y voces van
interponiéndose las unas con las otras. Bajtin describe al discurso interior (llamado
anteriormente monólogo interior) como:
Esta extensa cita nos da variados datos acerca de los monólogos interiores, o como los
llama el teórico ruso, los discursos interiores. Es interesante lo que plantea acerca de los
pensamientos de los personajes con respecto a las últimas vivencias. En la novela de Puig,
por ejemplo, Toto recuerda sus últimas idas al cine, la última vez que jugó con Pocha, el
espectáculo que fue a ver con su padre, entre otros. En general, los pensamientos van a
estar abocados a las últimas vivencias, las cuales quedan en la conciencia durante cierto
tiempo.
Nuestros héroes, al perteneces a una novela polifónica, deben ser héroes polifónicos.
¿A qué me refiero con héroes polifónicos? Según Mijail Bajtín, los héroes de este tipo de
novela tienen ciertas características que los diferencian del resto. Una de estas
características es que los héroes polifónicos no tienen un antes de la obra ni un después,
todo ocurre ahí, en ese momento, la enunciación es el presente de la obra, por lo tanto del
25
Puig, Manuel, Op. Cit., pp. 242-243.
26
Bajtín, Mijail, Problemas de la poética de Dostoievski, México, F.C.E., 1986, p. 335.
8
personaje. A medida que ellos mismos van hablando vamos conociéndolos un poco. No
tenemos a un narrador, como ya lo describí antes, por lo tanto de estos personajes no
sabemos sino lo que ellos mismos dicen y lo que opinan los demás (lo cual no deja de ser
muy interesante).
En la novela de Puig podemos ver con claridad esta característica de los héroes polifónicos.
El hecho de no conocer ningún tipo de biografía, no tener una guía ni nada que nos ampare
(como lectores), es parte de la intención de Manuel Puig de “hacernos trabajar”, como dije
anteriormente. Berto, por ejemplo, es un personaje que no tiene voz, excepto al final de la
obra. Es un personaje que vamos conociendo a partir de la visión de los otros. De él
tenemos una visión peyorativa por parte del resto de los personajes. Desde la óptica de
Mita, Berto es una persona autoritaria y bastante machista: “Perro y gato, y pelear no es
nada, lo peor es que Berto nos tiene prohibido llorar cada vez que nos acordamos.”28. Choli
lo describe de manera similar: “-Esa vez no te habrán dado permiso en el hospital, pero
todas las otras veces que no viajaste fue por Berto, por el capricho del señor Berto.” 29.
Berto, en el capítulo final, toma la palabra y se nos demuestra como una persona
completamente diferente a la descripta por sus allegados: un hombre bueno, que desea lo
mejor para su familia. De esta manera tenemos variadas visiones sobre un mismo
personaje. Es el lector –nosotros- el que debe construir su propia opinión y poder ir
armando “vida y obra” de sus héroes.
27
Bajtín, Mijail, Op. Cit., p. 49.
28
Puig, Manuel, Op. Cit., p. 142.
29
Puig, Manuel, Op. Cit., p. 55.
9
Bajtín, a diferencia de todas las otras teorías que hay sobre la literatura, no la separa
de las demás esferas de la lengua, sino que la incluye como una más dentro de los géneros
discursivos. Profundizando un poco, lo que él teoriza sobre esto es lo siguiente:
Si bien el concepto en general es sumamente interesante, lo que más me sirve para trabajar
la novela de Puig es la última afirmación: que los géneros discursivos secundarios
absorben y reelaboran diversos géneros primarios. En el caso de la novela, también se
reelaboran géneros secundarios.
-En el cantero del fondo ya Tenés que empezar a cortar la lechuga porque las
puntas se están poniendo moraditas.
-Puedo hacer unos bifes con mucha ensalada. Tu padre se puede terminar el
puchero del mediodía si no está lleno. ¿Por qué tiene que regalarle un pollo a ese
zapatero?31
Los ejemplos de la obra de Puig de diálogos cotidianos son prácticamente infinitos. Sabe
captar perfectamente esa forma de hablar cotidiana de la gente. El diálogo cotidiano lleva
sus marcas propias: un léxico cotidiano (valga la redundancia), una forma desorganizada de
interacción (con más razón en este caso si hay varios hablantes, y para colmo no sabemos
quién es quién).
30
Bajtín, Mijail, Estética de la creación verbal, México. Siglo XXI, 1998, p. 250.
31
Puig, Manuel, Op. Cit., p. 12.
10
Los monólogos interiores son también pertenecientes al grupo de los géneros
discursivos primarios: no tienen una elaboración en la mente (si el diálogo cotidiano era
algo desordenado, este caso lo es de forma completa). La conciencia fluye y eso no permite
elaborar nada. El léxico utilizado en este caso es el que sea propio del personaje dueño de la
conciencia. Hay variados ejemplos de monólogos interiores en “La traición de Rita
Hayworth”, uno de ellos es el siguiente (Cobito):
32
Puig, Manuel, Op. Cit., p. 199.
33
Puig, Manuel, Op. Cit., p. 220.
34
Puig, Manuel, Op. Cit., p. 267.
11
Finalmente, otro género reelaborado es la carta. El último capítulo es todo una carta
de Berto hacia su hermano Jaime. Presenta, como ocurre con todos los distintos géneros, su
propia estructura: “Querido hermano: Aunque sin tener ninguna tuya a la que contestar
[…].”35. El encabezado, que refiere al receptor del mensaje, la utilización de la 2da persona,
son dos ejemplos de las características que tienen las cartas en general.
12
determinan el curso de la vida normal […] se cancelan durante el carnaval, antes
que nada, se suprimen las jerarquías y las formas de miedo.37
Estos “aspectos subliminales de la naturaleza humana”, algo así como instintos, se ven
manifestados en chicos de entre ocho y trece años aproximadamente.
37
Bajtín, Mijail, Problemas de la poética de Dostoievski, México, F.C.E., 1986, pp. 172-173.
38
Puig, Manuel, Op. Cit., p. 144.
39
Bajtín, Mijail, Problemas de la poética de Dostoievski, México, F.C.E., 1986, p. 173.
40
Puig, Manuel, Op. Cit., pp. 39,40,41.
13
Esta sexualidad explícita en la obra es un discurso, una acción que corre por detrás de las
órdenes morales, sociales y por sobre todo religiosas que encabezan al pueblo. Mientras los
“grandes” duermen la siesta, los chicos juegan al sexo, sin tener ellos mismos un gran
conocimiento del tema.
Cronotopos en la novela
En “La traición de Rita Hayworth” hay un cronotopo que predomina y hay otros que
están esparcidos por toda la novela. Coronel Vallejos es el “salón-recibidor”. En él se
producen encuentros, los nudos. Surgen diálogos. Pero lo principal es ese juego entre la
vida íntima y la pública.42 Está la gente en el cine, pero también está la muchacha en el
zaguán con el novio. Se realiza ese juego de planos, está todo muy mezclado.
Hay una serie de situaciones que se pueden identificar con el cronotopo del umbral:
asociado a la crisis y la ruptura vital43. Un ejemplo de este cronotopo es cuando la partera le
informa a Mita que su hijo acababa de morir:
Y con los ojos secos me agarró la partera, ni una lágrima me quedaba, de esas
lágrimas de alivio al pensar que se había salvado, y se me presenta ahí la partera,
y en esa pieza que desde el principio no me había gustado, y me dijo que ya no
había nada que hacer […] porque el nene no respiraba más.44
41
Bajtín, Mijail, Teoría y estética de la novela, Madrid, ¿Tames?, 1989, p. 237.
42
Bajtín, Mijail, Teoría y estética de la novela, Madrid, ¿Tames?, 1989, p. 397.
43
Bajtín, Mijail, Teoría y estética de la novela, Madrid, ¿Tames?, 1989, p. 399.
44
Puig, Manuel, Op. Cit., p. 142.
14
Este momento corresponde a un cronotopo de umbral: lugar: habitación abandonada de la
clínica, momento: información de la muerte del hijo. A partir de ese momento se produce
en Mita una ruptura vital: deja de creer en Dios.
A modo de conclusión
Bibliografía
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