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Juan Domingo Perón impulsó una serie de reformas con el apoyo de una alianza entre militares
nacionalistas y el movimiento obrero. Su primera presidencia se caracterizó por el crecimiento
económico y las políticas favorables a los sectores populares. Durante su segunda presidencia, la
crisis económica y el autoritarismo profundizaron el enfrentamiento con la oposición, que terminó con
el derrocamiento del gobierno.
El gobierno de Farrell
EI régimen militar quedó muy debilitado por no llamar a elecciones y sostener la neutralidad
argentina en la guerra. El Grupo de Oficiales Unidos (GOU) logró salir de la crisis política gracias a
las políticas sociales del coronel Juan Domingo Perón.
Militares en el poder
El golpe militar de 1943 no condujo a una nueva restauración conservadora, pero tampoco tuvo
como resultado inmediato la apertura democrática que reclamaba la oposición. Los miembros de las
Fuerzas Armadas que lideraron el golpe lograron imponer un proyecto político propio. Durante la
presidencia del general Pedro Ramírez, los principales órganos del gobierno fueron manejados por el
Grupo de Oficiales Unidos (GOU), una sociedad secreta compuesta por militares nacionalistas de
rango medio. Su objetivo era mantener la neutralidad argentina ante la guerra y se oponían a la
continuidad del gobierno conservador.
El GOU admiraba el modelo industrialista, corporativista y autoritario de los países del Eje, que
parecía una alternativa al régimen oligárquico y su dependencia económica con Inglaterra y los
Estados Unidos.
En 1944, cuando la derrota de Alemania en la guerra era inminente, se redoblaron las presiones para
que Ramírez tomara una postura más agresiva contra el Eje. En enero, la Argentina rompió relaciones
diplomáticas con Alemania y Japón, razón por la cual el GOU desplazó a Ramírez y puso en su lugar
al general Edelmiro Farrell
El derrocamiento de Ramírez generó una crisis en el régimen militar, que quedó aislado y sin
apoyos en la sociedad civil. La debilidad del gobierno de Farrell facilitó la emergencia de una figura
hasta entonces secundaria, el coronel Juan Domingo Perón.
Perón y la política social
En noviembre de 1943, el coronel Juan Domingo Perón se había hecho cargo del Departamento
Nacional del Trabajo (DNT). Esta dependencia, creada en 1907, tenía la función de recoger,
coordinar y publicar todos los datos relativos al trabajo en el país, para conocer las condiciones
laborales y redactar proyectos de ley que solucionaran los conflictos. Más tarde, sumó tareas de
inspección y control del cumplimiento de las leyes laborales, y la capacidad de mediar en conflictos
entre trabajadores y empleadores. Sin embargo, el DNT tuvo poca capacidad para intervenir.
Cuando Perón asumió esa tarea, la jerarquizó y pasó a constituir la Secretaría de Trabajo y
Previsión (STP). La nueva secretaria absorbió otras dependencias estatales y asumió facultades de
carácter conciliatorio y arbitral, así como funciones de policía del trabajo. Además, amplió su
influencia en el país, con delegaciones en las provincias.
Desde su oficina, Perón tejió una alianza con dirigentes sindicales y lanzó un programa de reformas
favorables a los trabajadores. Como fruto de su labor, entre 1943 y 1945, se sancionó el Estatuto del
peón rural, el salario mínimo, el sueldo anual complementario y las vacaciones pagas. La popularidad
de Perón le permitió ascender en jerarquía en el gobierno de Farrell, ya que fue nombrado ministro de
Guerra y vicepresidente.
Guía de estudio
1. ¿Por qué el golpe de 1943 no dio como resultado inmediato una apertura democrática?
2. Redacten un texto explicando qué fue el GOU y cuál fue su posicionamiento en la Segunda Guerra Mundial.
3. ¿Cómo fue el ascenso político de Perón?
El gobierno peronista
Las elecciones de 1946 dividieron a la Argentina entre los partidarios de Perón y la Unión
Democrática, en una campaña condicionada por la intervención del gobierno militar y los Estados
Unidos. El triunfo de Perón te permitió aplicar sus ideas, con un discurso que planteaba una
alternativa al capitalismo y al comunismo.
17 de octubre
La tibia recepción que tuvo la convocatoria de Perón envalentonó a la oposición, que protagonizó la
Marcha de la Constitución y la Libertad el 19 de septiembre de 1945. Esta imponente manifestación
callejera reunió a 240.000 personas, en su mayoría pertenecientes a las clases medias y altas, quienes
reclamaban que el poder fuera otorgado a la Corte Suprema.
El gobierno de Farrell, golpeado por la demostración opositora y presionado por los sectores más
conservadores de las Fuerzas Armadas, restauró el estado de sitio, intervino las universidades y ordenó
el arresto de Perón, quien debió renunciar a todos sus cargos. Temerosos de un retroceso en las
políticas sociales del gobierno, los dirigentes gremiales declararon la huelga general. El 17 de octubre
de 1945, grupos de trabajadores de Avellaneda, Berisso y otras localidades del conurbano bonaerense
marcharon a la plaza de Mayo para exigir la libertad de Perón. El centro de la ciudad, lugar de trabaja
o paseo para las clases medias y altas, había sido ocupado por los sectores populares. La imagen de los
manifestantes con ‘las patas en la fuente" fue glorificada más tarde como un símbolo del desafío de la
clase obrera a las élites. Lo significativo del 17 de octubre fue que en ese momento nació el peronismo
como movimiento de masas y alianza de clases. Para tranquilizar a la multitud, Perón fue llevado a la
Casa de Gobierno.
Aunque no era su plan original, tras un acercamiento fallido con el dirigente radical Amadeo
Sabattini, Perón debió apoyarse en los sindicatos para promover sus aspiraciones presidenciales.
Fortalecidos tras el 17 de octubre, los dirigentes gremiales crearon su propia estructura política para
apoyar la candidatura de Perón: el Partido Laborista. La coalición peronista se completó con la
Unión Cívica Radical-Junta Renovadora (un grupo disidente del radicalismo) y partidos
conservadores provinciales.
Elecciones de 1946
La candidatura de Perón tuvo como antagonista a la Unión Democrática. Esta alianza, nacida en
1942 bajo los auspicios de la Unión Cívica Radical, el Partido Demócrata Progresista y el Partido
Socialista, presentó la fórmula José Tamborini y Enrique Mosca. A estas fuerzas se sumó el Partido
Comunista. Los conservadores, por su parte, dividieron su apoyo entre la Unión Democrática y las
candidaturas de Perón y Hortensio Quijano.
La campaña electoral reflejó la fuerte polarización generada por la Segunda Guerra Mundial:
mientras Perón defendió su programa de reformas económicas y sociales, Tamborini y Mosca se
centraron en la restitución de las libertades políticas y civiles, con el lema “Por la libertad contra el
nazifascismo". Para apoyar la candidatura de Perón, Farrell emitió una serie de decretos que
beneficiaban a los trabajadores, como las vacaciones pagas y el aguinaldo. Las medidas provocaron el
rechazo de los empresarios y la Unión Democrática. La actitud de la oposición le permitió a Perón
mostrarse como el representante de la clase obrera y las mayorías populares que aspiraban a mejorar
sus condiciones de vida.
Otro suceso que inclinó la balanza a favor de Perón fue la intervención en la campaña electoral del
embajador estadounidense Spruille Braden, quien acusó a la dirigencia militar de complicidad con el
nazismo. Perón aprovechó esta injerencia para apelar a los sentimientos nacionalistas y
antiimperialistas del electorado argentino. Los peronistas empapelaron las ciudades con la consigna
"Braden o Perón", sugiriendo que se votaba a favor o en contra de la soberanía nacional.
Los comicios, realizados el 24 de febrero de 1946, consagraron a la fórmula Perón-Quijano. El
análisis de los cómputos electorales muestra que los votos expresaban una división que iba más allá de
la atracción hacia un candidato o un partido: en las grandes ciudades, la mayoría de los trabajadores
eligieron a Perón, mientras que las clases medias y altas optaron por la Unión Democrática.
Del laborismo al peronismo
La coalición electoral que había llevado a Perón al poder era una alianza heterogénea y sin historia,
conformada por sindicalistas, radicales disidentes y conservadores provinciales, que tenían en el
candidato triunfante su única garantía de unidad. Luego del triunfo electoral, Perón exigió deshacer las
estructuras partidarias que lo habían apoyado y reunirse en una nueva fuerza, el Partido Único de la
Revolución Nacional (PURN). Aunque en un primer momento los laboristas se opusieron, un
congreso nacional decidió la disolución del partido. En 1947, el PURN adoptó el nombre de Partido
Peronista.
Ideología peronista
El sistema de símbolos y creencias compartido por los peronistas combinó diversas tradiciones
culturales que se abrieron a un público masivo gracias al control estatal de la radio y la prensa. La
llamada doctrina peronista se nutrió principalmente de las ideas nacional-populares, pero supo
adaptarse al lenguaje de la clase obrera y la burguesía. Las tres banderas del peronismo eran la justicia
social, la independencia económica y la soberanía política, una reelaboración de los principios de la
Unión Cívica Nacionalista de 1942.
El movimiento peronista se veía a sí mismo como una tercera posición, que sostenía una política
exterior independiente de los Estados Unidos y la URSS. En la misma línea, el peronismo respetaba la
propiedad privada, pero creía que el Estado debía regularlos conflictos entre empresarios y
trabajadores quienes, junto a la Iglesia y el Ejército, formaban en el imaginario de Perón una
comunidad organizada de corte corporativista.
Guía de estudio
1. Expliquen las causas de la movilización del 17 de octubre de 1945 y su significado posterior.
2. ¿Cuáles fueron los temas centrales de la campaña electoral de 1946?
3. Expliquen los principales conceptos de la ideología peronista.
Las bases del gobierno peronista
El peronismo fue una variante de los populismos latinoamericanos como los de México y el Brasil,
que se apoyaron en las clases populares para oponerse a las elites tradicionales. El gobierno de
Perón nacionalizó servicios públicos como el ferrocarril y la electricidad, organizó la economía con
planes quinquenales y transfirió recursos del campo a la industria.
Peronismo y populismo
El peronismo coincidió en varios aspectos con otros movimientos políticos, como el varguismo en
el Brasil y el cardenismo en México, conformando una tríada que los científicos sociales denominaron
populismos clásicos. El peronismo, al igual que el varguismo y el cardenismo, apeló a la movilización
popular contra las elites tradicionales, con el fin de implementar reformas nacionalistas e
industrialistas en el contexto de la crisis del capitalismo liberal. Sin embargo, Vargas y Cárdenas
accedieron a la presidencia en 1930, y mientras que Perón lo hizo recién en 1946.
Hay otras diferencias que revelan la singularidad del peronismo: si el varguismo se preocupó más
por la modernización económica que por la redistribución de la riqueza, el peronismo operó al revés y
se centró en la “justicia social” para fomentar el consumo popular. A diferencia del cardenismo, que no
se acomodó a las reglas de la democracia liberal por ser un régimen revolucionario de partido único, el
peronismo reconoció a los partidos políticos, las elecciones periódicas y las libertades civiles. Eso no
fue obstáculo para que, sobre todo en el segundo gobierno de Perón, el Estado adoptara prácticas
autoritarias.
Un Estado interventor
La política económica del peronismo profundizó el papel intervencionista del Estado que habían
inaugurado los gobiernos de la Década Infame en respuesta a la crisis de 1930. Pero el peronismo se
preocupó por la variable del consumo imitando el keynesianismo1 del New Deal implementado por
Franklin D. Roosevelt en los Estados Unidos.
En teoría, la economía peronista tomaba recursos del campo para subsidiar a la industria, con el
objetivo de aumentar la producción y el pleno empleo. Este último, a su vez, impulsaba la demanda de
productos industriales y alimentos con un gobierno que subsidiaba el consumo. Los salarios altos
permitían a los trabajadores comprar automóviles y electrodomésticos, lo que estimulaba la producción
industrial.
1
keynesianismo Doctrina de John Maynard Keynes (1883-1946), economista británico que criticó la idea liberal de que los
mercados pueden autorregularse. Propuso la Inversión estatal, el estimulo de la demanda y el pleno empleo como salida a
las crisis del capitalismo.
El consumo popular y la inversión pública eran los ejes del programa keynesiano. En América
Latina, estas medidas fueron motorizadas por los movimientos populistas, que concentraron el poder
en el Ejecutivo y apelaron a la movilización popular para imponer su programa de reformas.
Plan Quinquenal
El instrumento del Estado para derivar recursos del campo a la industria era el Instituto Argentino
de Promoción del Intercambio (IAPI). Con este organismo, el gobierno peronista se aseguró el
monopolio del comercio exterior de granos: compraba cereales a los productores agropecuarios a un
precio fijo y luego los revendía a un mayor valor en el mercado mundial. Gracias al IAPI, el Estado
acumuló grandes reservas de divisas que utilizó para subsidiar el consumo y la industria.
Con la iniciativa de planificar la intervención estatal en la vida social, económica y cultural del país,
Perón lanzó, en 1947, un Plan Quinquenal, que se proponía transformar en cinco años las áreas de
Gobernación del Estado, Defensa Nacional y Economía. Estas tres áreas se encargaban, a su vez, de
planear políticas en materia de salud pública, educación, cultura, justicia, relaciones exteriores, fuerzas
armadas, obra social, producción, energía y comercio.
Otras medidas que se tomaron dentro del Plan Quinquenal fueron el voto femenino, la
provincialización de territorios nacionales, el Fondo de Salud y Asistencia Social, y los planes de
vivienda popular. Aunque se ocupó de organizar las políticas públicas, el ambicioso Plan Quinquenal
solo pudo sostenerse tres años, y debió ser abandonado en medio de un creciente deterioro económico.
Empresas estatales
El peronismo aceleró la intervención del Estado en la economía mediante un programa de
nacionalizaciones de empresas privadas de servicios públicos y energía. En 1948, el gobierno
compró los ferrocarriles de capital británico y, luego, los teléfonos, manejados por la empresa
británica ITT.
El país adquirió también usinas eléctricas, puertos y elevadores de grano, e instalaciones en otras
áreas estratégicas de la economía. De esta manera, las nacionalizaciones fueron la clave de la inversión
pública del Estado empresarial en la Argentina peronista, que, a su vez, era la columna vertebral del
modelo económico.
También creó la Dirección Nacional de Industrias del Estado, un organismo encargado de
administrar a las empresas alemanas que habían sido incautadas en 1945, cuando el país declaró la
guerra a las potencias del Eje.
Finalmente, el gobierno también creó empresas para intervenir en sectores estratégicos. Fue el caso
de Gas del Estado, que abasteció al mercado local gracias a la expansión de la red domiciliaria, y de
Agua y Energía, que construyó numerosos diques.
Guía de estudio
1. Confeccionen un cuadro comparativo sobre las diferencias y semejanzas entre varguismo, peronismo y
cardenismo.
2 ¿Por qué era importante la inversión pública para el peronismo? Tengan en cuenta el Plan Quinquenal y el
programa de nacionalizaciones.
Políticas sociales y cambios políticos
El gobierno peronista impulsó una democratización del bienestar. Las clases medias, los
trabajadores urbanos y los sectores más marginados pudieron acceder a beneficios antes reservados a
las elites, como vivienda propia, hospitales, educación pública, asistencia social y turismo. En materia
política, logró la sanción una nueva constitución y del voto femenino.
Justicia social
Durante los tres primeros años del peronismo en el poder, tuvo lugar una distribución de la riqueza que
alcanzó niveles hasta entonces desconocidos en el país. Las políticas sociales llevadas a cabo por
Perón se basaban en la noción de justicia social, otra de las ideas centrales de la doctrina peronista.
Según este concepto, solo era posible terminar con las injusticias mediante la activa participación del
Estado, sobre todo para arbitrar en las relaciones entre capital y trabajo. En este sentido, el pleno
empleo y el notable aumento de trabajadores sindicalizados permitieron que estos tuvieran una mayor
capacidad para negociar mejores condiciones de trabajo y, sobre todo, salarios más altos. Entre 1946 y
1948, por ejemplo, el salario real de los trabajadores se incrementó casi un 50 %.
Convenios colectivos de trabajo
EL Decreto 23652, de asociaciones profesionales, de 1945, subordinó a los sindicatos al
reconocimiento del Estado. Esto canalizó la afiliación masiva de los trabajadores. En este modelo
sindical, los convenios colectivos de trabajo fueron la principal herramienta que regulaba las
relaciones entre empresarios y trabajadores. Eran contratos entre un sindicato y el empleador, que
negociaban salarios, duración de la jornada laboral, vacaciones y otros temas concernientes al mundo
del trabajo. El gobierno peronista intervino en las negociaciones laborales, y la mayoría de las veces se
puso del lado de los trabajadores.
Crisis económica
La democratización del bienestar ensayada por el gobierno peronista se había apoyado en la
excepcional situación económica de la inmediata posguerra, sin presiones estadounidenses en América
Latina y con altos precios para las exportaciones de bienes primarios. Hacia 1945, la Argentina carecía
de deuda externa, prestaba dinero y enviaba alimentos a una Europa agotada por la guerra. Sin
embargo, hacia 1949, el viento a favor de la economía argentina comenzó a detenerse: los Estados
Unidos recuperaron la iniciativa y volvieron a ganar la competencia por el mercado latinoamericano, y
los precios de los alimentos empezaron a bajar al ritmo de la reactivación económica mundial.
La crisis del sector exportador golpeó a la industria, que se financiaba a través del IAPI con la
moneda extranjera obtenida por la venta de cereales y carne en el mercado mundial. Se volvió cada vez
más caro importar maquinaria, y la inflación empezó a deteriorar el salario real de los trabajadores.
La respuesta del gobierno fue aplicar un moderado ajuste en los subsidios públicos al consumo y la
producción, lo que generó una ola de huelgas en los sectores más afectados, como los obreros del
azúcar en Tucumán y los trabajadores ferroviarios. El malestar económico alcanzó su techo en 1951 y
1952, con una sequía que empeoró el panorama económico al disminuir la productividad agropecuaria.
La muerte de Eva Perón, el 26 de julio de 1952, y la necesidad de comer pan negro, debido a la baja
producción de alimentos, fueron consideradas por varios peronistas como una señal de que la “edad de
oro" había terminado.
Segundo Plan Quinquenal
La crisis obligó al gobierno a modificar el rumbo económico: se redujeron las importaciones, se ajustó
el gasto público y se pidió a la población que gastara menos para bajar la inflación, congelando los
precios y los salarios por dos años.
El Segundo Plan Quinquenal lanzado en 1952, también fue un síntoma de cambio, ya que priorizó
la rentabilidad agropecuaria por encima de la expansión industrial. De esta manera, el IAPI benefició a
agricultores y ganaderos con mejores precios, una medida que trataba de estimular el alicaído sector
exportador para obtener un mayor saldo de divisas.
El plan económico del gobierno resolvió los problemas más urgentes: los precios dejaron de subir, y
la economía mostró índices de recuperación en 1953 y 1954, lo que permitió a los sindicatos volver a
discutir aumentos de salarios.
Inversiones y productividad
La crisis ayudó a visibilizar otro problema que intentó solucionar el Segundo Plan Quinquenal. La
industrialización peronista se había orientado a la producción de bienes de consumo durables, como
automóviles, textiles y electrodomésticos. Pero la industria requería insumos importados muy caros,
como maquinaria y combustibles, de manera que el Estado trató de impulsar su producción local.
Como los ingresos estatales se habían reducido, el gobierno promulgó, en 1953, una ley con
ventajas para la inversión de capital extranjero. El proyecto fue bloqueado en el Congreso por
opositores y oficialistas, ya que varios peronistas creían que la llegada de empresas como la petrolera
Standard Oil contradecía el principio justicialista de la independencia económica.
Lo mismo ocurrió con el Congreso de la Productividad de 1954, que generó rechazo en el mundo
sindical al promover un mayor control empresarial del proceso de trabajo, con el objetivo de aumentar
la producción.
Guía de estudio
1. ¿Cómo analizarían los resultados de las elecciones presidenciales de 1951?
2. ¿Por qué el modelo económico peronista entró en crisis? ¿Qué hizo el gobierno para frenar el declive?
3. ¿Cuáles fueron las principales medidas del Segundo Plan Quinquenal? ¿Cómo reaccionaron los peronistas?
Crisis política y golpe militar
El enfrentamiento de Perón con la iglesia católica dividió a las Fuerzas Armadas, lo que animó a
los civiles y militares antiperonistas a conspirar para derrocar al gobierno. La violencia política llegó
a su punto más alto con el bombardeo a la plaza de Mayo.
Peronización de la sociedad
El abrumador apoyo del electorado a la reelección de Perón y el temor al descontento provocado
por la crisis económica llevaron al gobierno a avanzar sobre las instituciones liberales que habían
funcionado con normalidad entre 1946 y 1952. La “peronización" de la sociedad obligó a los
empleados estatales a afiliarse al Partido Peronista, discriminó a los militares antiperonistas en los
ascensos en el interior de las Fuerzas Armadas, y difundió el culto a la personalidad de Perón y Evita
en la escuela primaria y sitios públicos.
La utopía de la comunidad organizada empezó a materializarse con la afiliación de los empresarios
cercanos al gobierno en la Confederación General Económica, que debía interactuar con los
sindicatos de la CGT. Luego se crearon otras organizaciones sectoriales, como la Confederación
General Universitaria, la Confederación General de Profesionales y la Unión de Estudiantes
Secundarios.
Por otro lado, la Sección Especial de la Policía Federal reprimió ilegalmente a los disidentes
políticos. El caso más resonante fue el de Juan Ingallinella, un médico comunista secuestrado,
torturado y asesinado por las fuerzas de seguridad en 1955.
Conflicto con la Iglesia
La polarización política llegó a un punto crítico en abril de 1953, cuando dos bombas colocadas por
comandos antiperonistas estallaron en un acto de la CGT, dejando varios muertos y centenares de
heridos. En represalia, manifestantes peronistas asaltaron la sede del Jockey Club y locales del Partido
Socialista, el Demócrata y el Radical, mientras el gobierno realizaba numerosas detenciones de
miembros de la oposición.
Con la reactivación de la economía hacia 1954 y el buen resultado del peronismo en las elecciones
legislativas de ese año, parecía que lo peor había pasado para el gobierno.
Sin embargo, en noviembre, Perón acusó a miembros del clero católico de inmiscuirse en
actividades antiperonistas. La Iglesia veía con recelo la transformación del peronismo en un culto
religioso, que ganó más importancia luego de la muerte de Evita, y criticaba el desembarco del
gobierno en ámbitos que la pastoral eclesiástica consideraba propios, como la niñez, la juventud y las
mujeres.
El catolicismo argentino pasó del oficialismo a la oposición en tan poco tiempo que provocó una
crisis política de grandes proporciones.
La gota que colmó el vaso del enfrentamiento entre Perón y la Iglesia fue el proyecto católico de
formar un partido demócrata cristiano para competir en la arena electoral con un sesgo claramente
opositor.
La respuesta del gobierno fue anular las concesiones que La Iglesia había obtenido desde 1943 por
su apoyo al régimen militar y a la candidatura de Perón. Además, se suprimió la enseñanza religiosa en
las escuelas públicas, se aprobó una ley de divorcio y se legalizaron los prostíbulos. También se
promovió la movilización de sus apoyos en contra de la Iglesia.
Movilización de Corpus Christi
La situación se volvió favorable para la oposición con la realización de la procesión de Corpus
Christi. Esta tradicional ceremonia correspondía en 1955 el día 9 de junio. Sin embargo, ese año, la
Iglesia había decidido postergarla al día sábado 11, para atraer más fieles y demostrar a Perón su poder
de convocatoria. El gobierno no otorgó el permiso para el cambio de fecha, y la procesión se convirtió
en una masiva demostración política. La oposición socialista, comunista y radical encontró en la
ceremonia de la Iglesia católica un punto de reunión. La procesión, que otros años solo recorría la
plaza de Mayo, se dirigió al Congreso. En el camino, los manifestantes apedrearon las redacciones de
los diarios oficialistas y arrancaron un busto de Evita.
Bombardeo de la plaza de Mayo
Las medidas del gobierno contra la Iglesia dividieron a las Fuerzas Armadas. Esta situación alentó
a los sectores más antiperonistas del Ejército a planear el derrocamiento de Perón.
El 16 de junio, al mediodía, aviones de la Marina y la Fuerza Aérea intentaron asesinar a Perón
bombardeando la plaza de Mayo. El presidente, enterado de la conspiración, no estaba en la Casa
Rosada.
Sin embargo, debido a que era un día laborable, en ese momento la plaza se hallaba repleta de
civiles. El primer proyectil cayó sobre un trolebús y mató a todos sus ocupantes, pero eso no impidió
que los aviones pasaran una y otra vez en vuelo rasante, ametrallando todo el lugar y lanzando más
bombas. Enterados del ataque, obreros de toda la ciudad se acercaron a la plaza de Mayo para defender
la Casa Rosada, pero fueron repelidos por un segundo bombardeo.
En paralelo, se realizaron ataques contra la Jefatura de Policía, la sede de la CGT y la residencia
presidencial. El atentado dejó como saldo alrededor de trescientos muertos y seiscientos heridos.
Golpe Militar
El bombardeo a la plaza de Mayo fue un golpe muy duro para el gobierno, que no fue capaz de
recuperarse. Aunque las fuerzas leales del Ejército impidieron la caída de Perón, por la noche
militantes peronistas incendiaron iglesias de la Ciudad de Buenos Aires. El gobierno, temeroso de
perder el control de la situación, ofreció una tregua que no sirvió para desmovilizar a la oposición, lo
que llevó a Perón a reemplazar el lenguaje conciliador por las amenazas directas.
No obstante, el peronismo había perdido la iniciativa: el 16 de septiembre de 1955, un golpe militar
encabezado por el general Eduardo Lonardi tomó el poder, frente a la inacción de la CGT y la mayor
parte de las Fuerzas Armadas.
Guía de estudio
1. ¿Qué significó la peronización de la sociedad?
2. ¿Por qué el gobierno peronista se enfrentó con la Iglesia católica?
3. ¿Cuáles fueron las consecuencias del bombardeo a la plaza de Mayo?
PUNTEO DE TEMAS
1. GOU
2. Secretaria de Trabajo y Previsión. (Rol de perón en dicha secretaria)
3.17 de Octubre
4. Quienes conforman la UNION DEMOCRATICA y de que acusan a Perón
5. Quien fue el embajador Braden, de que acusa a Perón y como utiliza ello para su campaña
6.3 banderas del peronismo: INDEPENDENCIA ECONÓMICA, SOBERANÍA POLÍTICA y JUSTICIA SOCIAL
7. En qué consiste el 1er plan quinquenal y el IAPI
8. JUSTICIA SOCIAL (Ver la Fundación Eva Perón)
9. Constitución del 49 (que artículos incorpora)
10. Problemas económicos después de 1949
11. Elecciones de 1951
12.2do plan quinquenal
13.- PERONIZACION de la sociedad
14. Oposición de la iglesia y del ejercito (y que acciones realizan)