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RESUMEN 2DO PARCIAL HISTORIA ARGENTINA

LA LLEGADA DEL PERONISMO 1943-1946

Luego de un intento de Ortiz de garantizar elecciones libres. El oficialismo había vuelto a recurrir al fraude
electoral en muchos distritos. Había dirigentes opositores que consideraban la intervención militar como la
única alternativa posible para la restauración de las condiciones electorales aceptables y trasparentes.
Frente a las elecciones presidenciales de 1943 la candidatura oficialista de Robustiano Patrón Costas
(conservador, partidario del fraude, miembro de la elite salteña, hacendado y empresario del azúcar en
ingenios) + Pedido de renuncia que Castillo formulo a su Ministro de Guerra el Gral. Ramírez
desencadeno:

Otro Golpe  4 de junio de 1943. Derroco al presidente Castillo  Arturo Rawson -- disputa entre
militares--  Pedro Ramírez  Edelmiro Farrell (Perón Ministro de Guerra – Vicepresidencia de la
Nación). Comenzó a ganar visibilidad la figura del Coronel Juan Domingo Perón.
El ejercito aparecía involucrado institucionalmente. Eran los propios mandos de guarniciones y sus altas
autoridades los que hacían intervenir el ejército en la definición de la situación política y en el ejercicio
directo del manejo del aparato estatal.

El GOU  En el interior del ejercito el Grupo de Oficiales Unidos (GOU) fue el sector más eficaz y
operativo. Se trataba inicialmente de una logia secreta, constituida en gran parte por coroneles y tenientes
coroneles, mayores y capitanes y pocos generales. Eran oficiales de rango bajo y medio relativamente
jóvenes. En el golpe el GOU tuvo un lugar secundario, esta logia pronto se transformó en el único sector
en condiciones de encauzar el proceso abierto luego del golpe.
Cerrar profesional de Perón  Profesor en la Escuela Superior de Guerra, agregado militar en Chile y
cursos de perfeccionamiento realizados en la Italia fascista entre 1930 y 1940. Tenía contactos iniciales
con el uriburismo y un alineamiento final con el bando de Justo en el golpe de 1930.
Preocupaciones del GOU:
 La defensa nacional: tarea que competía a toda la Nación.
 La autonomía industrial: necesaria para garantizar la defensa, frente a la decisión norteamericana
de suspender la venta de armas como una de las respuestas a la política de neutralidad argentina.
 Intervención estatal en la vida económica: modo de evitar en conflicto y la lucha de clases.
 Política social: atenuaba la posibilidad de que se abrieran frentes internos de disputa articulados
alrededor de las diferencias sociales y fortalecía la capacidad bélica de la población.

Perón, los sindicatos y la Secretaria de Trabajo  Perón designado al frente de Departamento


Nacional de Trabajo en octubre 1943, logro la transformación del organismo en Secretaria de Trabajo y
Previsión asumiendo como secretario en diciembre de 1943. Los movimientos de Perón eran resultado de
una serie de contactos con dirigentes sindicales de varias tendencias, con la exclusión de aquellos
vinculados al PC.
A lo largo de 1944 la relación entre Perón y los dirigentes de numerosos sindicatos se afirmó notoriamente.
Esta vinculación entre parte de la dirigencia obrera y sectores de los militares jóvenes una de las más
importantes novedades. La base en la que se apoyaba aquella aproximación era un conjunto de
disposiciones legales que trastocaron profundamente las relaciones laborales:
 Firma de convenios de trabajo.
 La propia Secretaria de Trabajo aprobaba cada convenio entre los sindicatos y los empresarios, el
acuerdo se tornaba obligatorio. La secretaria disponía del poder de imponerlo a la patronal.
 Mayor afiliación a sindicatos.
 Las comisiones gremiales fueron una herramienta de movilización y participación para los
trabajadores.
 Se establecieron tribunales de trabajo.
 Se controlo el cumplimiento de las jornadas laborales.
 Se extendió el régimen jubilatorio.
 Se sanciono el Estatuto del Peón (establecía derechos para los trabajadores rurales por primera
vez).
 Se fijaron: vacaciones pagas, el aguinaldo y condiciones de estabilidad para los trabajadores.

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Hacia el 17 de Octubre 
Con distintos mecanismos se iba tejiendo una rama que convertiría a Perón en líder de vastos sectores
populares y de los trabajadores (reuniones con la dirigencia sindical).

Opositores al gobierno militar:


 La base social más activa y movilizada de la oposición estaba en los sectores medios urbanos
 La patronal ante la modificación de las leyes que ampliaban los derechos laborales.
 El frente militar no era absolutamente homogéneo. El GOU se disolvió en momentos del
derrocamiento de Ramírez y eran varios los oficiales que miraban con recelo el avance de Perón,
militares dejados en segundo plano. La relación que Perón había comenzado con la actriz Eva
Duarte (Evita Perón) la cual muchos militares no toleraban con facilidad.
 Sectores mayoritarios de los grandes partidos.
 Organizaciones de estudiantes.
 Embajador norteamericano Spruille Braden.

9 de octubre de 1945  Marcha de la Constitución y la Libertad: por militares opuestos a Perón.


Movimiento interno encabezado por el Gral. Eduardo Avalos forzó a Perón a renunciar a sus cargos, días
después el funcionario era encarcelado y enviado a la Isla Martin García.
Los dirigentes de las organizaciones sindicales y los militares cercanos a Perón maniobraron, a la vez que
se extendía la agitación en las fábricas y en los barrios populares. El 16 de octubre la CGT decidió llamar a
una Huelga general para el 18 de octubre, en defensa de las conquistas obtenidas. El 17 de octubre, en
una acción anticipada y coordinada por los comités de huelgas locales, nutridas columnas de trabajadores,
que provenían de los barrios de la Capital y del Gran Bs. As., ocuparon el centro de la ciudad, mientras se
procedían movilizaciones en otras ciudades. La consigan central era la libertad de Perón. Al anochecer, el
ex secretario se dirigió a la multitud desde los balcones de la Casa Rosada. Finalizaban de este modo los
acontecimientos sobre los cuales el peronismo organizaría su propi mito de los orígenes, al tiempo que se
inauguraba el que sería el ritual identitario más fuerte en ese movimiento: Perón Hablando a sus fieles en
la Plaza de Mayo.

Elecciones  El gobierno convoco a elecciones generales para febrero de 1946 y comenzaron a


delinearse los dos bloques que habrían de enfrentarse:
 Oposición  Unión Democrática = Radicalismo + Socialismo + PDP + PC (el apoyo conservador
fue informal e imparcial ya que el radicalismo no admitía a sus viejos adversarios responsables del
fraude y las violencias electorales)  en torno a la candidatura radical de José Tamborini – Enrique
Mosca. La constitución de esta alianza fue una novedad para el radicalismo que las desestimaba.
Alianza que tenía el apoyo de los diarios nacionales más importantes y de las entidades patronales.
 Conjunción de fuerzas que apoyaban la candidatura de Perón  Partido Laborista
(constituido a pocos días del 17 de octubre) = Base Sindical + UCR Junta Renovadora
(desprendimiento del radicalismo cuyos dirigentes ocupaban altos cargos en el gobierno militar) +
Centro Cívicos Coronel Perón (agrupamientos que se pretendían independientes) + Grupos
Conservadores Provinciales + Alianza Libertadora Nacionalista (agrupación del nacionalismo
radicalizado)  Juan Domingo Perón – Hortensio Quijano (radicalista).
Apoyo de la iglesia católica.
Elecciones 24 de febrero de 1946  Triunfo del peronismo. En el Congreso la nueva formación contaba
con mayoría en ambas cámaras y pronto se tornó unanimidad en el Senado.

1945-1946: disputas políticas, dimensiones sociales, conflictos imaginarios.


 Perón, candidato desconocido, apoyado por partidos organizados recientemente, derrotaba en casi
todo el país gran parte de las estructuras oficiales de los partidos tradicionales y a conocidos
dirigentes políticos.
 La disputa electoral había adquirido un marcado anclaje social: apoyo empresario a la Unidad
Democrática – apoyo sindical al Peronismo.
 Enfrentamiento en grandes principios absolutos: libertad - autoritarismo militar (fascismo) / justicia
social - privilegio /Soberanis nacional - intervención de las potencias extranjeras.
 La victoria peronista fue presentada como: la victoria de la justicia social y de las grandes mayorías
populares con eje en los trabajadores. Triunfo de la causa nacional que ahora los incluía. El triunfo
anunciaba la llegada de la era de las masas. Los cual fue reforzando los cambios identitarios.

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Luego de la victoria electoral del peronismo se produjeron algunos cambios en el plano político:
 Desaparición de la Unión Democrática, la alianza no se recuperó de la derrota.
 Los socialistas sufrieron una conmoción electoral importante. El PS se mantuvo como uno de los
núcleos antiperonistas más duros y consecuentes.
 Las relaciones de PC y el gobierno también se modularon en función de las relaciones diplomáticas
con la Unión Soviética.
 Las elecciones de 1946 pusieron de manifiesto la extinción de varias de las fuerzas que habían
controlado el aparato estatal desde el golpe de 1930. Ni al UCR Antipersonalista, ni el Partido
Socialista Independiente tuvieron un lugar destacado en la partida. Los grupos conservadores se
dispersaron, dejaron de constituir alternativas con posibilidades electorales a escala nacional, se
debilitaron marcadamente en provincias donde habían tenido gran potencia.

EL PERONISMO EN EL GOBIERNO

Primera presidencia 
Antes de asumir Perón decidió la unificación de las organizaciones que lo habían apoyado en el Partido
Único de la Revolución Nacional, transformado en Partido Peronista a comienzos de 1947. En el
laborismo, de fuerte raigambre sindical, poco recibieron la medida con fervor, ya que el Partido Laborista
era una herramienta que los viejos dirigentes sindicales intentaban utilizar para mantener cierto margen de
acción autónoma ante el estado y ante Perón. En 1949 el Partido Peronista de dividió en ramas: sindical,
masculina y femenina (Partido Peronista Femenino) y el liderazgo que Perón ejercía en los hechos se vio
ratificado formalmente por su carácter de jefe de partido.
Juan Domingo Perón y Hortensio Quijano asumieron sus cargos el 4 de junio de 1946. Entre 1946 y 1955
los desempeños electorales del peronismo, en elecciones parlamentarias o presidenciales, se estabilizaron
alrededor del 60% a escala nacional y el radicalismo núcleo más fuerte de la oposición el 30% de los
votos.
La figura de Evita adquirió importancia tanto en las relaciones más institucionales con la dirigencia obrera
como en aquellas más informales con lo que ambos líderes solían llamar “el pueblo peronista”.
1949 tuvo lugar la reforma constitucional que estableció el voto directo para presidente, vicepresidente y
senadores nacionales y posibilito la reelección. También se estableció el derecho al voto de las mujeres.
Reestableció el sistema de circunscripción uninominal. Versión del liderazgo peronista más jacobina,
relación directa con sus partidarios, los más desprotegidos, y más hostil a la oligarquía.
Situación política  Solidos apoyos electorales del oficialismo; existencia de un importante sector de la
sociedad que se manifestaba opositor y que lograba sostenerse; dificultades de los dirigentes de los
partidos opositores para construir una alternativa de reemplazo dentro del propio espacio de la política.
El peronismo se concebía como la mayoría popular que legítimamente tenía el derecho a gobernar y veía
a sus opositores como minoría. Se tildaba a los opositores de enemigos de la nación y del pueblo, de
aliados de la oligarquía, el imperialismo. Obstaculizaban el proceso de transformación encarada por el
gobierno y alteraban la vida tranquila y justa de la que gozaban los trabajadores y el pueblo.
Para la oposición el peronismo violaba las normas del juego político leal (prohibición que sufrió la
oposición de utilizar la radio en las campañas electorales).
La UCR (opositores) el partido más estable y con mayor apoyo, pero se vio atravesada por pujas internas
entre unionistas e intransigentes.
Apoyos iniciales: fuerzas armadas y la iglesia.
Políticas de industrialización acelerada.
Nacionalización de servicios y algunas manufacturas.
Consolidación de políticas sociales.
Política de reparto.

Situación económica  La situación económica a la salida de la Segunda Guerra mundial tenía dos
carcateristicas:
 Se disponía de divisas acumuladas en virtud de varios años de balanza comercial favorable,
resultado de la restricción de las importaciones a causa de la guerra. Luego del conflicto los precios
de los productos agropecuarios, en alza, fortalecieron este saldo favorable.
 Se había ampliado y consolidado el sector industrial asociado a la sustitución de importaciones, en
alza notoria desde mediados de 1930. La tendencia a la industrialización se había visto favorecida
por la guerra, cuando la producción industrial de los países en conflicto estaba en gran parte
destinada al esfuerzo bélico, así como a los sistemas de transporte marítimo.

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Política económica  Primer Plan Quinquenal (1947-1951).
Antes de su llegada a la presidencia, Perón había conseguido que el gobierno militar nacionalizara el
sistema financiero, incluido el Banco Central y creara el Instituto Argentino para la Promoción del
Intercambio (IAPI) que podía intervenir en el comercio exterior, comprando a los productores y vendiendo
en el mercado externo; subsidiaba la producción de algunos bienes y resignaba recursos entre los
diversos sectores económicos.
Fue una de las herramientas utilizadas por el peronismo al momento de defender la industria local
apuntando a sostener la instruía liviana, relacionada con la ampliación del consumo popular.
Se retomaba y alentaba una política general de nacionalización que incluía: gas, teléfonos, puertos,
energía y ferrocarriles.
Lograr una mejora sustantiva en los salarios reales, lo que implicaría un fuerte impulso hacia la
redistribución de la riqueza, y de alcanzar una situación de pleno empleo, beneficiando a los sectores que
habían sido la base social del peronismo. La mejora en los salarios entendía el gobierno, actuaría como
motor de la demanda interna, que a su vez sostendría las posibilidades de expansión de la economía del
país y el desarrollo social.
Se produjo un fuerte crecimiento de la anticipación de los trabajadores en el ingreso y en las capacidades
de consumo y ahorro de los actores populares a raíz de los aumentos de salarios.
Los grupos populares como los grupos medios se vieron beneficiados.
Tales políticas se combinaron con las acciones de la Fundación Eva Perón, dedicada al auxilio de los
sectores populares menos integrados.
Impulso los créditos baratos para la vivienda a través del Banco Hipotecario Nacional y la construcción de
barrios.
De 1946-1955  Posibilidades de movilidad social ascendente para amplios sectores de la población, que
lograba alcanzar bienes y servicios que habían estado restringidos en etapas previas.

Hacia la reforma constitucional 


 1947, ley de voto femenino. Acción que tuvo como protagonista destacada a Eva Perón. El voto
femenino se concretó en 1951.
 Obtuvieron el derecho al voto los habitantes de varios territorios nacionales transformados en
provincias.
Transformaciones de impacto electoral: Medidas que se tradujeron en un notorio aumento del número de
personas habilitadas para votar y un efecto de integración y de ampliación de la ciudadanía política.
 1949 sanción de la nueva Constitución (incluyo el retiro de los opositores de las sesiones, con lo
que la reforma perdió todo viso de haber sido fruto de debates y consensos).
Plasmaba el objetivo del peronismo: “Construir una nación socialmente justa, económicamente libre y
políticamente soberana”.
Reconocía derechos especiales a la ancianidad y fijaba los derechos del trabajador: derecho a una
retribución justa, a condiciones de trabajo y vivienda digna, al esparcimiento la seguridad social y la salud.
El derecho a huelga no fue sancionado. La inclusión de estos derechos sociales significaba una novedad
en la tradición constitucional argentina.
Se establecía: la propiedad nacional del subsuelo, la elección directa de senadores, del vicepresidente y el
presidente (las posibilidades de reelección eran indefinidas).

La continuidad inicial del activismo obrero 


1946-1948 gran afiliación de trabajadores a los sindicatos. Fuerte aumento del salario real.
El estado reconocía la personería gremial a la organización con mayor numero de afiliados, esa personería
habilitaba a participar de las negociaciones de los convenios. Sindicatos: instituciones eficaces para llevar
adelante las disputas en el ámbito laboral (reivindicaciones económicas, condiciones de trabajo y garantías
de estabilidad).
La CGT acotada autonomía como actor político ante la derrota laborista.

Otras movilizaciones  Movilizaciones de masas: Grandes concentraciones convocadas y amparadas


por el propio estado o por la CGT. Manifestaciones con las que el peronismo lograba exhibir el apoyo
trabajador y popular, mostrar cuanto de masivos, mayoritarios y plebiscitarios (no era compatible con el
respeto a la representación política plural) eran los apoyos que cosechaban: los trabajadores, el pueblo de
la patria, la mayoría popular fueron elementos importantes del imaginario peronista. Eva Perón ocupo un
lugar central en las movilizaciones. Los trabajadores podían mostrar que eran participantes plenos de la
vida colectiva.

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 17 de octubre: Dia de la Lealtad, gesta inicial del peronismo, momento en que los trabajadores
rescataban a su líder.
 1º de mayo: “Fiesta del Trabajo”.
 Cabildo Abierto del 22 de agosto de 1951: para imponer la candidatura de Evita a la
vicepresidencia.
 Actos a fines de 1954, ante conflicto con la iglesia.
 Concentraciones y marchas de 1955, ante las contiendas políticas de 1955.
Franjas sociales en oposición  idea del 2arreo” de manifestantes, de la coerción aplicada para lograr la
movilización.

Un cambio de etapa: crisis económica y reelección 


1949 - 1950 -1951  Condiciones económicas comenzaron a variar:
 Deterioro en los términos del intercambio.
 Malas cosechas a raíz de la sequía.
 Inflación.
 Huelgas de sectores afectados por la baja de subsidios estatales (Ej.: Ferroviaria, reprimida con
dureza)
 Caídas en las exportaciones impacto en la capacidad de importación, complicaba la producción
industrial.

Detonaron el cambio de etapa en 1952  Decisiones:


 Medidas para el agro: Fortalecer al sector rural. Impulso a la tecnificación.
 Aumentar las exportaciones para sostener el crecimiento industrial.

Reelección de Perón  La cuestión de la vicepresidencia suscito disputa dentro del propio esquema de
poder del oficialismo. En 1951 la CGT apoyo la candidatura del presidente y la candidatura de Evita a la
vicepresidencia  Cabildo Abierto del Justicialismo del 22 de agosto de 1951: la multitud vivo a Evita y
reclamo su candidatura. Lo cual fue cuestionado por la alta jerarquía militar y Evita renuncio a la
posibilidad de ser vicepresidente.
28 de septiembre de 1951  Gral. Benjamín Menéndez intento un golpe de estado que fue fácilmente
reprimido. Fue significativo porque señalaba que ciertas figuras de la oposición estaban decididas por
acciones por fuera de las estrictas políticas.
En el campo militar se produjo una conspiración que fue desbaratada antes de comenzar.
Elecciones de noviembre de 1951  Victoria del peronismo formula Perón-Quijano frente a los candidatos
radicales Ricardo Balbín-Arturo Frondizi.

Segunda presidencia 
Asunción 4 de junio de 1952.
26 de julio de 1952, muere Evita.
Apoyos electorales importantes: *perfil trabajador (obreros industriales y empleados) de zonas urbanas de
economías capitalinas *variados y diferentes sectores sociales en el interior.
 1952 Plan de Estabilización: Frenar la inflación. Se congelaron precios, salarios y tarifas por el
termino de dos años y se estableció que luego de ese plazo, cuando volviera a tener lugar las
discusiones entre empresarios y sindicatos por salarios, estas quedarían supeditadas a la
productividad. Fue eficaz. En 1954 las negociaciones entre sindicatos y empresarios se reabrieron
y se reactivo el activismo sindical (mejora salarial).
 1953 Segundo Plan Quinquenal: Apunto a la industrialización pesada de los sectores básicos
(siderurgia, maquinaria y petroquímica). Convocatoria al capital extranjero (se firmaron acuerdos
petroleros con empresas de capitales norteamericanos). Objetivo: aumento de la productividad.
 Avance del peronismo sobre las instituciones estatales.
 El conjunto de principios doctrinarios del peronismo fue transformado en “doctrina nacional”.
Difusión de los principios peronistas en el ejército, pasando ser parte de la bibliografía examinada
en las escuelas militares.
 Sistema de promoción militar que beneficio a partidarios del oficialismo.
 “La razón de mi vida” fue transformado en texto oficial de las escuelas primarios e incluido en los
programas de literatura de las secundarias.

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 Creación de la Confederación General Económica y sus equivalentes  herramientas para la
intervención estatal, de carácter corporativos y afanes regulatorios, dirigidos s controlar la
expresión publica de los intereses sectoriales.
 Expropiación del diario porteño “La Prensa” quedo en manos de la CGT así como otras
expresiones periodísticas opositoras.
 Participación del gobierno en varias vías de la red de radiodifusión y en primeras transmisiones de
televisión.
 La CGT era parte del movimiento peronista. Se afirmaron sindicatos mas grandes, con mayor
poder, mas modernos, burocratizados y menos permeables a la acción en la base.

Concilito entre peronismo y antiperonismo Se torno cada vez mas tenso dese 1950-1951 y creció
marcadamente 1953. Muerte de Juna Duarte.  15 de abril concentración en Plaza de Mayo explotaron
dos bombas  atentado opositor  respuesta peronista = fueron episodios graves.

Conflicto con la iglesia 


Con la Iglesia se produjo un primer roce, cuando el oficialismo tomo distancia de la celebración del
Congreso Eucarístico de 1950.
En 1954, articulo la contienda política y social y fue finalmente la contienda que el peronismo no pudo
ganar. Los partidos antiperonistas encontraron un aliado en la iglesia y una masa de activistas fervorosos
en los católicos.

Decisiones:
 Eliminación de subsidios para colegios religiosos católicos.
 Clausura de diario El Pueblo.
 Sacerdote a prisión.
 Supresión de la educación religiosa.
 Sanción de la Lay de Divorcio.
 Reducción de feriados religiosos.
 Intento de reforma constitucional para establecer la separación Iglesia-Estado.

Activismo católico  Acompañado por militares y dirigentes de partidos opositores  Procesión de Corpus
Cristi de 1955: Junto a los católicos miembros de partidos comunistas, socialistas, radicales,
conservadores y nacionalistas católicos.

Crisis política de 1955  No existían reglas que resolvieran las tensiones entre el régimen y aquellos
actores ajenos a no totalmente integrados al peronismo como: partidos opositores, empresarios, iglesia
católica y clases medias. Los conflictos acumulados con todos ellos y con los partidos opositores se
radicalizaron y llegaron a los cuarteles.
16 de julio de 1955  oficiales de la marina y de la fuerza aérea intentaron un nuevo golpe de estado, uno
de los objetivos era asesinar a Perón. Bombardeo de la Plaza de Mayo y otras zonas céntricas. Por otro
lado, activistas peronistas emprendieron la quema de iglesias tradicionales y distinguidas del centro
porteño.
Pero levanto el estado de sitio, permitió que los opositores hablaran por al radio en mensajes a la
población y produjo modificaciones en el gabinete. Poco después, retomo la actitud de abierto
enfrentamiento, asumiendo el papel de jefe de una facción en lucha con un enemigo mortal. Esa actitud
definió muchas voluntades militares hacia el bando del golpe de estado del 16 de septiembre de 1955.
La sublevación comenzó en Córdoba, las tropas leales al gobierno se dieron por derrotadas.
23 de septiembre de 1955, el Gral. Eduardo Lonardi asumió la presidencia; la interna militar llevo a que el
Gral. E. Aramburu desplazara a Lonardi en noviembre.
Las fuerzas armadas estaban de nuevo en el poder.

Otras dimensiones de la experiencia peronista 


 Extensión del bienestar social
 Salarios, consumo y vivienda.
 Salud pública.
 Turismo social.
 Educación y cultura.

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OTRAS DIMENSIONES DE LA EXPERIENCIA PERONISTA

El peronismo y la extensión del bienestar social


Los casi 10 años de gobierno del primer peronismo fueron un periodo de importantes mejoras en la
situación de franjas muy amplias de la población, en particular de los sectores populares. Se trato de un
proceso de democratización del bienestar. Así, se amplió el número de personas con posibilidades de
acceso a bienes antes reservados a sectores sociales restringidos. Creció el tiempo libre del que disponían
quienes trabajaban. El consumo de sectores populares y medios se modifico en el mismo sentido. Se
volvió a acelerar el ritmo de crecimiento de la escolarización primaria y también, la secundaria, mientras se
producía una ampliación de los grupos sociales que aportaban estudiantes al nivel universitario.
La extensión de las jubilaciones, las mejoras en la salud publica, la puesta en marcha de planes oficiales
de vivienda y la apertura de línea de créditos baratos llevaron a una recuperación de las posibilidades de
ascenso social y a una mayor integración.

Salarios consumo y vivienda


Los salarios reales eran en 1955 mas de un 60% superiores en relación con los de 1945. Estos aumentos,
en parte fruto de las políticas económicas y sociales del gobierno, implicaban un movimiento general de
redistribución de la riqueza. Aquellos que realizaban trabajos no calificados y mal remunerados aplicarían
buena parte de esa mejora a satisfacer necesidades imperiosas: alquiler de una vivienda, alimentación,
indumentaria básica. Quienes disfrutaban de una situación mas desahogada en el punto de partida,
podrían dedicarla al consumo de otros bienes y al acceso a otros servicios. El porcentaje del total de la
producción de carne consumida en el mercado interno creció del 75 al 89%. La producción de bebidas
registro notables aumentos, así como la venta de vestimenta, etc. El consumo se expandió.

Salud pública y turismo social


La creación de reparticiones estatales dedicadas específicamente a esta cuestión; la Dirección Nacional
de Saludos Publica fue transformada en Secretaria en 1946 y en Ministerio en 1949. Entre 1946 y 1954,
casi se duplicara el número de camas disponibles en hospitales. La fundación Eva Perón contaba con
hogares para ancianos sistemas de becas y subsidios, hospitales en el conurbano y en el interior, hogares
escuelas, etc.
También el turismo social, experimento un notable crecimiento en la época peronista. Fueron los
sindicatos mas organizados, antiguos y poderosos los que primero ofrecieron servicios más eficaces.
Medidas como el establecimiento de las vacaciones pagas y el aguinaldo, regían para el conjunto de los
trabajadores.

Educación y cultura
Otro de los sectores en los que la política peronista se relaciono con la extensión social del bienestar fue la
educación. La escolarización de nuevos sectores, mientras que el analfabetismo continuaba su tendencia
a la disminución. Los avances mas significativos tuvieron lugar en el nivel secundario. Aumento el numero
de estudiantes que eran miembros de sectores trabajadores. También creció el numero d estudiantes en el
sistema universitario. Un decreto estableció la gratuidad de la enseñanza universitaria.

DE LA BONANZA PERONISTA A LA CRISIS DEL DESARROLLO

El 9 de Octubre del 45, los principales jefes militares consiguieron que Perón renunciara a todos sus
cargos oficiales en el gobierno de Farrell. Consideraban que el coronel se había apartado de los principios
de la revolución del 4 de Junio; lo acusaban de un desempeño demagógico al frente de la vicepresidencia,
del Ministerio de Guerra y de la Secretaria de Trabajo y Previsión; estaban convencidos de la intención de
Perón de ser presidente. Lo que había sido una destitución se convirtió en una detención.
Esto no impidió la proclamación de una huelga general para el día 18 de Octubre, ni tampoco la sorpresiva
congregación de multitudes obreras en la Plaza de Mayo desde las primeras horas del día 17 de Octubre.
El 45 no solo es importante por ser el año fundacional del movimiento político que llevaría a Perón al
poder. Es también el año de una fuerte inflación que superó el promedio mundial y cuyas consecuencias
fueron la caída del nivel de actividad y de los salarios reales y la desaceleración en el ritmo de creación de
empleo, en particular del empleo industrial.  Un año mediocre y olvidable. Durante el cual las autoridades
económicas tuvieron como preocupación principal frenar la expansión del crédito y contener el
desequilibrio fiscal.
En ese año termina la 2GM en un siglo signado por las grandes guerras y por las secuelas de la
posguerra.
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En 1945 la industria manufacturera en el PBI superaba por primera vez en la historia argentina a la del
sector agropecuario. Así, guerra, posguerra e industrialización armaban el escenario inicial en el que se
desplegaría la política económica peronista.

Después de la guerra   
La lectura que hacía Perón de la posguerra partía de considerar que de aquella no había surgido
ganadores claros, y de ello se iría convenciendo aún más al transcurrir los 3 primeros años posteriores al
armisticio, cuando los estrepitosos fracasos de los gobiernos de coalición de la Europa occidental dieran
lugar al inicio formal de la denominada GUERRA FRIA entre EUU y la Unión Soviética.

La herencia de la industrialización
Desde 1945, la industrialización argentina y sus consecuencias sobre la estructura social eran un
fenómeno acumulativo que venía de lejos.
Lo que para Perón representaba una experiencia vivida eran los 5 años previos a su llegada a la
presidencia. AL comenzar la 2GM, la opinión ilustrada coincidía en que el conflicto bélico tendría efectos
deletéreos (venenoso) sobre la producción.
Desde comienzos de la 2GM, la economía argentina experimentaba un proceso distinto del de la 1GM y
del de la Gran Depresión. En aquellos dos eventos, el derrumbe de las exportaciones y la fuga de
capitales habían llevado a la Argentina a recesiones profundas: faltaban divisas y sobraban bienes.
Durante la 2GM la dinámica fue otra: sobraban divisas y faltaban bienes, en particular los indispensables
para mantener en movimiento la maquinaria de la producción.
El caso de mayor impacto en la economía mundial fue el de los EEUU, prohibió algunas exportaciones,
redujo otras, se retiro de muchos mercados, aumento sus importaciones y usó las bodegas de sus barcos
casi exclusivamente para transportar municiones bélicas. La Argentina fue afectada por los movimientos
de este. Sufrió dificultades para acceder a bienes que hasta ese momento formaban parte de su comercio
regular. Comenzó a venderle significativamente a la primera potencia mundial y a ocupar su lugar como
proveedor de muchos países latinoamericanos.
Durante la guerra, la Argentina tuvo superávit en todas las áreas comerciales. El acceso de las
exportaciones argentinas al área del dólar permitió acumular divisas de libre disponibilidad. En 1946, luego
del cambio de gobierno, las reservas internacionales del Banco Central estuvieron constituidas en una
65% por oro y divisas de libre transferencia y en un 35% por divisas de compensación.
La insuficiencia en la oferta de bienes provenientes del extranjero en un contexto en que el sector externo
creaba dinero, tuvo una doble consecuencia. La primera consistió en que los gobernantes tuvieron que
cuidarse de la inflación y no de la recesión. La segunda fue que se abrió un espacio para una industria que
había venido consolidándose desde fines del siglo anterior y que ahora estaba en condiciones de ocupar el
lugar de las importaciones que no podían efectivizarse.
En 1945 Perón tenía una Argentina que emergía de la guerra e iba al encuentro del fenómeno político que
lo tendría como protagonista.
La guerra había sido un test con resultado positivo sobre la salud de la nueva estructura productiva y sobre
su capacidad de sostenerse y expandirse; había significado industrialización con crecimiento del empleo.
SI una primera reacción tendría Perón sería la de conservar el principal activo que heredaba: LA
INDUSTRIALIZACION.

MUNDO FELIZ, 1946-1949.


Cuando Perón accedió a l Poder Ejecutivo, Junio 46, sería su colaborador más estrecho en materia
económica durante los 2 primeros años de gestión Miguel Miranda.
Farrell había nacionalizado y reformado el sistema financiero por decreto y había creado el Instituto
Argentino para Promoción del Intercambio (IAPI) como parte del sistema financiero.  A pedido de Perón,
Farrell nombró a Miranda presidente del Banco Central y titular del IAPI.
La preservación de una estrategia de industrialización con ser una pieza fundamental de la política
económica del peronismo, no fue en los inicios el signo distintivo de la acción del gobierno. La
característica particular que transcurrió entre el 46 y 48 fue la persecución del ideal de pleno empleo, el
aumento de los salarios reales y un profundo cambio distributivo.
El “Mundo Feliz” del peronismo se montó sobre el legado de una estructura productiva profundamente
modificada por la expansión de la manufactura.

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¿Prosperidad sin fin?
La necesidad política de Perón era la de sortear sin problemas el desafío de unificar en un movimiento
político y bajo su liderazgo personal los fragmentos que lo habían apoyado en las elecciones de febrero de
1946.
En cuanto al diagnostico económico, no podía estar, y no lo estaba, en contradicción de su estrategia
política. Perón entreveía un equilibrio político internacional inestable, con posibilidades de un nuevo
estallido bélico.
Esto hacia necesario que la Argentina se refugiase en su mercado interno como el espacio económico y
político donde asegurar su futuro.
Si lo que había que atender era el mercado interno, lo primero que había que hacer era darle forma. Para
ello Perón necesitaba consolidar una demanda interna que actuara como locomotora de un ciclo virtuoso
de crecimiento económico y cuyo punto de partida fuera la expansión del consumo.
Un factor vital ayudo al Gob. de Perón a cumplir su objetivo; con el final de la guerra y la gradual
adaptación de las naciones beligerantes a los nuevos tiempos de paz fue desapareciendo el racionamiento
de bienes importados. Los EEUU comenzaron a reconvenir su economía, ocupar mercados  y expandir su
oferta de bienes al resto de las naciones.
Entre 1939 y 1948 hubo 10 años consecutivos de superávit de balanza comercial. Entre 1941 y 1948 hubo
8 años consecutivos de superávit de cuenta corriente; entre 40 – 46 hubo 7 años de acumulación de
reservas. La argentina había estado ahorrando en exceso y disponía de un sobrante de divisas, esto era
una invitación a gastar.
El liderazgo fue del consumo popular, y el instrumento para impulsarlo fue el aumento de los salarios
nominales, que a partir del 44 ya se venía gestando.
Hasta que Perón llego a la presidencia en Junio del 46 los salarios todavía no habían aumentado en
términos reales.
A partir del 46, las cosas cambiaron favorablemente. La fortuna residió en que las cotizaciones
internacionales de las exportaciones argentinas permanecieron muy altas hasta el 49, y ello determino que
el país se beneficiara de los mejores términos del intercambio exterior del siglo.  Miranda encontró los
mecanismos para que de estas cuestiones participaran los trabajadores. Una primera y eficaz herramienta
fue la abundancia de reservas internacionales en oro y divisas de libre disponibilidad y la perspectiva que
tenía el gobierno de que esa abundancia se perpetuaría.
La segunda y crucial herramienta fue el IAPI. El instituto financio la venta de productos argentinos a países
europeos que no tenían liquidez para comprar; importo arpillería, cemento, caucho, maderas, maquinarias
y material de transporte, que luego eran colocados a precios promocionales en el mercado interno;
subsidio precios de artículos de consumo masivo; participó en la adquisición de los ferrocarriles de
propiedad británica y francesa; otorgó créditos a las empresas publicas y a los ministerios para apoyar las
inversiones previstas en el Primer Plan Quinquenal.
Si algo hizo el IAPI para que aumentaran los salarios reales tuvo que ver con la centralización del
comercio exterior.
De los múltiples objetivos a los que podía aspirar un gobierno popular industrialista como el de Perón, más
de uno se alcanzaba a través de la administración de precios relativos en cuyo centro estaba el IAPI.

Protección, crédito, industrialización.


A partir de 1946 la política monetaria y crediticia se convirtió en una estrella de la economía peronista y en
una potente palanca para el sostén de la industria. En marzo de ese año prolífico se modifico el régimen
de funcionamiento del Banco Central. La nacionalización lo convirtió en un instrumento pleno de la acción
del gobierno.
La distribución del crédito revela otro rasgo de la política peronista. Los préstamos a la industria se
sextuplicaron mientras que los destinados al sector agropecuario se duplicaron.
El privilegio mayor fue durante los años iniciales de gobierno, para los empresarios industriales sin
distinciones.
Una elección mas o menos consciente sobre el patron productivo que se quería alentar era la
industrialización sustitutiva de importaciones sin ninguna clase de selectividad, sin industrias naturales y
artificiales, desde las confecciones, las cocinas y heladeras hasta los bienes de capital y los materiales
que necesitaban los servicios públicos.
Para Perón la cifra de progreso económico era el autoabastecimiento.
La razón por la que en esos años iniciales del peronismo la sociedad respondió con una inflación
moderada a la exuberancia monetaria de sus autoridades es un enigma. Hay una certeza de que a los
argentinos no les parecía mal guardarse una buena cantidad de los billetes adicionales que recibían.

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Nadie pensaba que la Argentina había entrado en una nueva era caracterizada por la alta inflación. La
demanda de dinero aumento porque esa era una forma de atesorar una riqueza que repentinamente se
había multiplicado y que nadie sospechaba que se iba a erosionar.
Hubo otro factor, relacionado a la política peronista, que debe haber contribuido a la monetización: el
aumento de los salarios reales y el cambio en la distribución del ingreso. La gente retiene en forma de
dinero una proporción de sus ingresos y de su riqueza pero los sectores de menores ingresos retienen una
proporción mayor. El dinero de inmediata disponibilidad sirve para consumir y para afrontar circunstancias
adversas inesperadas.  
La política de Perón se sucede de hechos virtuosos: los salarios reales aumentaban, el patrón distributivo
era más igualitario, la demanda de dinero se incrementaba y las presiones inflacionarias se moderaban.

La transformación del Estado.


El Estado tenía un papel importante que desempeñar. Había que nacionalizar lo que Perón llamaba “el
sistema nervioso de la economía”, esto es los servicios públicos, había que invertir en muchas actividades
que requerían grandes volúmenes de capital y que por lo tanto no estaban al alcance del empresariado
nacional pero que eran fundamentales para el buen desempeño de una estructura productiva de la que se
pretendía la autosuficiencia.
Las grandes guerras, la depresión económica y el atraso de muchas naciones eran desde hacia tiempo el
caldo de cultivo propicio para una mayor intervención pública en países de tradiciones políticas muy
disimiles. Antes de que llegara Perón a la presidencia ese desplazamiento hacia una creciente
participación del Estado en las cuestiones económicas permeaba en la Argentina.
Lo que Perón hizo al acceder a la presidencia fue imprimir velocidad a la transformación del Estado. Si la
evolución de las erogaciones publicas indica prioridades, entonces la prioridad de Perón fue poner al
Estado nacional al servicio del modelo de desarrollo económico naciente.
La participación del Estado empresario en el gasto total paso del 36% en 1946 al 47% en 1950. La obvia
explicación de este fenómeno  reside en el traspaso a manos del Estado de los servicios públicos y de las
fuentes de energía hasta entonces de propiedad extranjera.
La nacionalización de los ferrocarriles fue la mas importante. El primer intento por encontrar una solución
simultánea que abriera paso a la nacionalización y destrabara el litigio financiero fue el pacto Eady-
Miranda, acordado apenas 3 meses después de la asunción de Perón.
La delegación argentina logro el acuerdo formal para que las libras que obtendría del comercio con GB
pudieran canjearse por dólares estadounidenses a partir de la firma del tratado.
La argentina denuncio el convenio, por incumplimiento de parte, puesto que el mismo estaba supeditado a
la vigencia de la convertibilidad. Esto obligo a una nueva negociación que culmino en la firma del Pacto
Andes, en febrero del 48. La Argentina termino pagando los ferrocarriles con un crédito otorgado por el
propio gobierno ingles a cuenta de los futuros excedentes comerciales.  
En el lenguaje de Perón para 1949 el “sistema nervioso de la economía” ya estaba en manos del Estado.
El Primer Plan Quinquenal 1947-1951 complemento las nacionalizaciones con una guía sistematizadora
de las inversiones públicas que incluyo la defensa exterior, un rubro que durante 1946 había explicado el
60% de los gastos de capital llevados a cabo por el sector publico.
Perón acelero la construcción de un Estado empresario, nunca construyo un Estado benefactor en sentido
estricto. Los gastos públicos en educación y salud se incrementaron, pero a un ritmo apenas mayor que el
del PBI.
La transformación del Estado estaba en marcha, como consecuencia de esa transformación el gasto
publico liderado por las erogaciones de capital y en particular por la política de nacionalizaciones aumentó
aceleradamente.
El gobierno de Perón concentro esfuerzos en cobrar impuestos y aumentar la presión tributaria.

ENTRE AYER Y MAÑANA (1949-1952)


La Argentina había recuperado su riqueza, ahora estaba  mejor distribuida. Los salarios reales crecían sin
pausa en un contexto inédito del pleno empleo y de fortaleza institucional de los sindicatos; los beneficios
empresarios también crecían gracias al impresionante volumen de ventas y al crédito barato para financiar
las inversiones y el capital de trabajo.
El 1947 Perón proclamó en Tucumán la independencia económica intentando otorgarle una jerarquía igual
a la de la independencia política, el clima optimista era intenso.
Para que la expansión productiva y la justicia social se sostuvieran debían cumplirse dos condiciones: la
perdurabilidad de los beneficiosos términos del intercambio exterior y la inflación bajo control. Los términos
del intercambio favorables servían para financiar las importaciones de bienes de capital y de insumos

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necesarios para el crecimiento  y para moderar el conflicto entre el campo y la ciudad; la inflación bajo
control evitaba una carrera entre precios y salarios que terminaría perjudicando a los trabajadores.
A partir del 49 la economía argentina ingreso en una zona de penumbra. La economía no iba a crecer un
8% anual sino que permanecería estancada hasta principios de 1952.
Caídas de precios y sequías derivaron en una reducción de las divisas disponibles lo que obligo a
comprimir aun mas las importaciones. El gobierno debió ser selectivo en la asignación de divisas y fue
reforzando el sistema de permisos de cambio que regulaba la obtención de bienes extranjeros.
Tuvo un costo: el país había llegado a un punto en que era imposible contraer las importaciones sin alterar
la producción industrial, que obtenía del exterior muchos de sus insumos.
Los años 49 y 52 fueron en los que la producción industrial resultó menos que la del año anterior. La
solución consistía en aumentar las exportaciones, recibir inversiones extranjeras o una combinación de
ambas cosas.
En ese escenario el gobierno apostó al campo. El IAPI se limito desde ahí a su función primordial que era
comercializar las cosechas.
A partir de 1949 el gobierno se adapto a los nuevos términos del intercambio exterior, menos beneficiosos
para el país, y comenzó a comprar las cosechas a los productores a precios mas altos que los que
percibía por su venta en los mercados internacionales.
Al IAPI pro agrario y a la política crediticia pro agraria se le sumaria otra herramienta; ofrecerle al campo
los insumos y los bienes de capital necesarios para incrementar su productividad y su volumen de
producción.
¿fue exitosa la apuesta al campo?, las repetidas sequías afecto tanto al agro que la política económica se
convirtió en un factor secundario. La economía permaneció frenada, las exportaciones hundidas en un
nivel muy bajo, los salarios comenzaron a deteriorarse.
La inflación se hizo consciente como problema político de gobierno a fines de 1948. Para contener la
inflación, el gobierno, en primer lugar, redujo el desequilibrio fiscal. A ello contribuyeron los nuevos
impuestos sobre los salarios para financiar la seguridad social, los gravámenes sobre los ingresos de las
personas u las corporaciones y, en menor medida, las cargas indirectas sobre el consumo.

LA BUSQUEDA DEL DESARROLLO (1952-55)

La inflación derrotada.
En febrero del 52, Perón anunció a los argentinos el “Plan de Emergencia”, un programa de estabilización.
Este plan tuvo una dimensión fiscal que fue la continuidad y la profundización de lo que se venía haciendo.
La austeridad en el gasto público se constituyo en una consigna de cumplimiento generalizado. Los gastos
de capital del Estado, que eran los pilares del modelo de desarrollo peronista, cayeron. Los gastos
corrientes en cambio, no dejaron de aumentar.
No hubo a partir del Plan de Emergencia un cambio de rumbo en la estrategia fiscal del gob peronista. La
verdadera innovación en materia de política antiinflacionaria fue el ataque a la puja distributiva, el intento
de quebrar el régimen inflacionario que se había instalado en el país. Perón anuncio que los salarios, los
precios y las tarifas públicas quedarían congelados por dos años.
Si la austeridad y el equilibrio fiscal se habían convertido en un mandato para el Estado, la productividad
se colocaba en el centro del funcionamiento de los mercados.
El Plan de Emergencia consiguió modificar rápidamente el oscuro cuadro en el que se encontraba la
argentina.
Desde el 52 con la alta inflación, de la sequía, de la especulación y de la muerte de Evita, la Argentina de
Perón parecía reencontrarse con las buenas noticias.

Hambre de ahorro, hambre de divisas.


La estabilización era la urgencia que enfrentaba Perón a principios del 52. Hacía más de 3 años que el
país estaba estancado. La reactivación también se transformaba en una urgencia. Las propuestas para
salir de la recesión no eran simples. El ahorro de los argentinos debía aumentar para financiar más
inversiones públicas y privadas.
Perón comenzó a aceptar que un podo de ahorro externo serviría para amortiguar ese sacrificio.
Otro obstáculo era la escasez de divisas. Podía aumentarse el ahorro interno pero si con ese ahorro no se
podía acceder a las divisas necesarias para adquirir bienes de capital en el resto del mundo, el sendero de
expansión económica quedaba clausurado.
El Plan de Emergencia sirvió para aumentar el ahorro por dos canales distintos. Por un lado el Estado
incremento su superávit corriente y pudo financiar sus propias inversiones sin un endeudamiento
importante. Por otro lado, la estabilidad de precios estimulo la frugalidad privada.
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En el contexto de una recuperación económica que se hizo visible a partir del 53 y se extendió más allá de
la caída de Perón, hasta 1958, el ahorro interno en efecto se incremento.
Se mantuvo y se profundizo la política de promoción de exportaciones y la vuelta a la campo, inaugurada
en el 49.
Nunca la Argentina retorno al escenario de los primeros 3 años peronistas, durante lo que el sistema
financiero nacionalizado estuvo al servicio de la industria.
El alivio vendría de la mano de un gran paso adelante en el proceso de industrialización. El Plan de
Emergencia abría una oportunidad. Con estabilidad y mas ahorro se generaban las condiciones para
capitalizar al país sustituyendo importaciones en sectores básicos.
La inversión que había llegado al 14% del PBI en la segunda mitad de los 40, alcanzo al 17% durante la
primera mitad de los 50.
El Estado jugó un papel muy importante en ese esfuerzo y su herramienta fue el Segundo Plan
Quinquenal.  Un nuevo actor entró en escena, las empresas extranjeras.

Un nuevo plan, una nueva economía.


Fabricas, escuelas, empresas estatales, organismos públicos, fueron los blancos de una masiva
propaganda oficial orientada a promocionar el nuevo PLAN QUINQUENAL.
A partir de 1953 el plan fue una pieza indispensable de las reformas de carácter estructural que
acompañaron al proyecto estabilizador de 1952.
El Primer Plan Quinquenal consolido en el país la industria liviana y corresponde a este Segundo Plan
arraigar la industria pesada.
Se trataba de una reestructuración de acuerdo con la que el consumo popular ya no diseñaría
espontáneamente el patrón productivo, ni la producción se llevaría a cabo exclusivamente para satisfacer
las demandas inmediatas del consumo popular.
Esto tenía que ver con las nuevas prioridades de inversión que contemplaba el plan. Un objetivo claro era
solventar las necesidades básicas del país, a través de la acumulación de capital que podía realizar el
Estado.
El énfasis puesto en el equipamiento militar y en la construcción de hospitales y escuelas durante los
primeros años del peronismo ahora dejaba paso a una nueva prioridad: poner en orden las bases
productivas de la nación. La urgencia era avanzar hacia un estadio superior del desarrollo y eso implicaba
la instalación de la industria pesada en la Argentina.
El déficit de inversión pública no golpeo solo el objetivo de forjar una industria pesada nacional y estatal.
En otros sectores, sobre todo en los servicios públicos, las consecuencias fueron mas agudas y visibles.
El caso mas discutido que se convirtió en el centro del mayor debate de política económica desde
mediados de los 50 hasta principios de los 60 fue el del petróleo.
En el Segundo Plan Quinquenal se reflejaron los conflictos económicos que marcaron los últimos años del
gobierno peronista: la política de corto plazo se concentraba en la defensa de la estabilidad de precios,
pero eso limitaba las inversiones publicas, necesarias para profundizar la industrialización y atenuar el
drenaje de divisas. El Estado por sí solo no podía solucionar los problemas de la economía argentina.

¿Vivir con lo nuestro?


En abril del 53 Perón presento al Congreso un proyecto de Ley de inversiones extranjeras cuyo objetivo
era alentar la presencia de capitales internacionales en la industria y la minería.
Para el 53 3l mundo estaba completamente normalizado, el comercio internacional se revitalizaba y había
indicios de que firmas poderosas con sedes en las grandes potencias buscaban saltar por encima de las
barreras proteccionistas de las naciones subdesarrolladas y ganar sus mercados de consumo.
El Proyecto de Perón provoco un duro debate en la Cámara de Dip. La Ley fue sancionada en Agosto del
53, apuntaba a un trato igualitario entre compañías nacionales y extranjeras. Autorizaba la transferencia de
utilidades al exterior hasta un máximo del 8% anual libre de impuestos una vez transcurridos los dos años
de operaciones y la repatriación de capitales en cuotas del 10% al 20% anual una vez transcurridos 10
años de operaciones.
Era una ley que intentaba convertirse en un punto de inflexión. Debía contribuir a mejorar la difícil situación
de divisas que enfrentaba el país.
Entre la puesta en marcha de la ley de inversiones extranjeras y el derrocamiento de Perón transcurrieron
2 años. Las prioridades del gobierno eran la mecanización agrícola y la producción local de insumos que
hasta entonces se importaban.
Lo más innovador en inversiones extranjeras se dio en el ámbito de la política petrolera.
Los acercamientos entre los empresarios petroleros norteamericanos y el gob peronista no quedaron allí.

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En abril del 55, el gob argentino firmo con la California Argentina de Petróleo un contrato de explotación
petrolera, cuya aprobación final quedaba en manos del Parlamento. Este contrato fracaso.
El antiimperialismo y la autosuficiencia económica ya no eran banderas exclusivas del peronismo. Desde
el radicalismo se criticaba la conducción económica no por estatista y nacionalista sino por todo lo
contrario.

El toque del rey Midas.


Habiendo transcurrido 2 años de la aplicación del Plan de Emergencia, se veía un logro en el equilibrio
estable al que se había apuntado.
Para marzo del 54 el gobierno debía enfrentar una prueba difícil, en esa fecha comenzaba la
renegociación de salarios. Algunos gremios organizaron huelgas y movilizaciones callejeras que
convulsionaron las grandes ciudades hasta agosto.
las demandas obreras fueron bastante exitosas y llevaron el salario real promedio de 1954 a un nivel
superior al registrado en el 52.
Este avance de los trabajadores amenazaba con derrumbar los logros alcanzados tras 2 años de
neutralización del conflicto social.
Ya no era posible beneficiar a un determinado sector mediante el aumento de su participación en el
ingreso si ello se hacia en detrimento del resto.
Perón y sus colaboradores tenían preocupación por el congelamiento de los precios y salarios. El gobierno
estaba convencido que solo existía margen para aumentar los salarios reales si crecía la productividad. La
productividad podía hacer que al mismo tiempo los salarios fueran altos y los costos laborales bajos.
En octubre del 54 se convoco al Congreso Nacional de la Productividad y el Bienestar Social. La
preparación de este congreso, fue una de las últimas ocasiones en que el gobierno desplego su imponente
aparato de propaganda y mostro su sustento corporativo. El Congreso tendría como protagonistas a los
sindicatos y los empresarios.
Los empleadores reclamaban la imposición de medidas contra el ausentismo., la posibilidad de usar
incentivos para el esfuerzo, etc.
Los sindicatos se colocaron a la defensiva, custodiando el terreno ganado desde el 44. El CNP cuyo
documento final fue el Acuerdo Nacional de la Productividad termino sin vencedores ni vencidos. La CGT
no cedió prácticamente nada en materia de relaciones laborales.
Entrado 1955 el desgaste político del gobierno se aceleraba y sonaban fuertes rumores de un
levantamiento militar.

FINAL.
El panorama se agravo frente al conflicto innecesario entre Perón y la Iglesia Católica.
Mientras el gobierno provocaba suprimiendo la enseñanza religiosa, promoviendo el divorcio vincular y
proyectando una reforma constitucional que separara a la Iglesia del Estado, la oposición veía su
oportunidad de resucitar. El 16 de junio Perón comenzó su jornada firmando decretos y concediendo
audiencias. Recibió al embajador norteamericano Nufer. Luego de esa visita el bombardeo de aviones de
la Marina sobre Plaza de Mayo, operación que queria asesinar a Perón, termino con más de 300 víctimas
civiles. Grupos adictos al gobierno reaccionaron quemando varias Iglesias de Buenos Aires. Perón pensó
en una táctica: tenderle una mano a sus adversarios. Se concedió a los opositores el uso de la radio.
La idea de que un golpe de Estado se avecinaba convenció a Perón de cambiar nuevamente su política. A
fines de Agosto ofreció  su renuncia por la mañana y retiro la oferta por la tarde ante una concentración
organizada por la CGT y el Partido Peronista.
Lonardi en Septiembre, inicio el levantamiento militar en Córdoba y Cuyo. Percibiendo que la voluntad de
poder de Perón estaba quebrada mas unidades se desplegaron a la rebelión. Poco después del mediodía
se anuncio mediante un comunicado la renuncia de Perón como la única forma de evitar un “baño de
sangre”. Perón parte rumbo a la embajada de  Paraguay donde solicito asilo. Perón no volvería a pisar
suelo argentino hasta noviembre de 1972.

El legado económico de Perón.


Perón dejaba como herencia una sociedad políticamente fracturada. El gobierno provisional era un
mosaico multicolor e incoherente que solo se unificaba en la descalificación al “tirano”.
Prebisich, asesor del gobierno a través del Consejo Económico y Social afirmo: “La argentina atraviesa la
crisis más aguda de su desarrollo económico. Sera necesario un esfuerzo intenso y persistente para
restablecer el crecimiento.”
Según Prebisich el principal obstáculo para impulsar el desarrollo argentino era la imposibilidad de
expandir las importaciones de maquinarias, materias primas y combustibles.
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Perón había postergado la necesaria devaluación, las exportaciones agropecuarias estaban estancadas; la
inversión en las industrias básicas para sustituir importaciones era insuficiente; no había estímulos para
aumentar la producción petrolera.
Los planes quinquenales acentuaron la tendencia al estancamiento al concentrar las inversiones públicas
en actividades no productivas.
Perón no había tenido una estrategia de crecimiento. La economía estaba paralizada.
Según Prebisich el congelamiento de las tarifas públicas derivo en un desequilibrio financiero en el sistema
de transportes y la desaparición de las cedulas hipotecarias en emisión monetaria para solventar la
construcción de viviendas.
Los lineamientos económicos del peronismo a partir del 49 y del 52 eran un obvio reconocimiento
anticipado a lo que Prebisich denunciaba.
El Segundo Plan Quinquenal, la apertura al capital extranjero y el Congreso de la Productividad fueron
intentos validos para superar los obstáculos. Por lo demás la economía argentina no estaba paralizada.
Aquella tormenta política que culmino con el derrocamiento de Perón y que dejaría heridas profundas no
tuvo mucho que ver con la economía.

ASCENSO Y APOGEO PERONISTA (1940-1949)

MILITARES AL GOBIERNO
Los 30 vieron crecer una esperanza de mayor democratización de la política argentina. Ortiz se preocupó
por la limpieza electoral, su sucesor Castillo tenía una posición distinta en relación a la Segunda Guerra
Mundial, sin alterar la neutralidad argentina se mostró simpático con las naciones aliadas. El golpe del 30
había sido un fracaso desde lo político no puede decirse lo mismo en cuanto a sus
proyecciones ideológicas. Castillo era visto como una administración débil corrupto dentro de
fuerzas armadas politizadas: mantener la neutralidad, impedir la penetración comunista y
asegurar el peso de los militares como elemento estabilizador era el Grupo de Oficiales Unidos
(GOU) éste estableció sectores opositores al gobierno para dar un golpe en Setiembre de 1943.La
Revolución de 1943 resultó bastantes improvisada, como en el 30 su única decisión era
derrocar al presidente, el Gral. Ramírez ascendió a la presidencia pero su gobierno ge dominado por
miembros del GOU entre los que se destacan el Gral. Farell y el Coronel Perón .La política entre los años
43 y 45 giró en torno al ascenso político de Perón y la posición internacional de Argentina ante una guerra
cuyo curso parecía ya definido, desde la Secretaría de Trabajo entabló relaciones con gremios y se ganó
el apoyo políticos dando indicios de sus ambiciones. Recién en 1944 rompen relaciones con
Alemania y Japón provocando la reacción de militares antinorteamericanos cayendo Ramírez
reemplazado por Farell.

Economía argentina ante un nuevo impacto exterior


La influencia de la Segunda Guerra Mundial en la economía argentina hizo sentir su cambio más profundo.
Al iniciarse el conflicto en el 39 la recuperación post-depresión era un hecho pero en la economía
argentina en todo el 40 quedaron huellas profundas de la crisis: las
Instituciones creadas como reacción al derrumbe Banco Central, controles cambiarios, Juntas
Reguladoras y una industria nacional Favorecida por esas mismas industrias. El impacto
fundamental de la Segunda Guerra estuvo ligado a las mayores dificultades para el comercio
internacional. El Plan de Pineda un intento de minimizar el perjuicio a la economía nacional, Pinedo
proponía la extensión al crédito industrial y vivienda, e intervención del Estado para sostener
los precios de productos exportables el plan fracasó por razones políticas error en las
previsiones. La expansión de la producción argentina provino sobre todo dela industria que se exportó
en magnitudes importantes especialmente a otros países de América Latina que encontraron
las mismas dificultades que Argentina para importar desde Europa y EE UU.
El efecto neto de la Guerra sobre la industria contó con el apoyo técnico de EE UU que a través de
su Comisión para el Desarrollo Interamericano se aseguró productos provenientes de América
Latina creciendo así su mercado comparado con el descalabro económico de los países europeos, la
economía Argentina entre el 39 y 45 no puede dejar ya que la agricultura se había estancado en años de
guerra y la escasez de materias primas y bienes de capital en la industria estaba impidiendo las
satisfacción de demanda por productos industriales.

El eje militar industrial


La idea de la Argentina una nación industrial a través de políticas estatales tenía antecedentes del siglo
XIX, en el 30 la Unión Industrial Argentina resaltaba los beneficios que acarreaba la sustitución
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de importaciones por producción manufacturera local sin embargo la Argentina antes del 30 como
una país fuertemente proteccionista algo que es exagerado estas medidas fueron en general bastante
improvisadas y resultó proporciones de tres factores: necesidad de recaudación fiscal con impuesto a las
importaciones, deseo de restringir compras al exterior para evitar desequilibrios comerciales y presiones
del sector económico con suficiente poder. No hubo una política coherente de fomento a la industria
comienza a cambiar antes del 40es decir antes de peronismo. Entre el 40 y 43 la política de redescuentos
del Banco Central favoreció la industria más que la agricultura y comercio, se dictaron leyes de promoción
industrial, se creó la Flota Mercante del Estado y se sancionó la ley de fabricaciones militares.
La Unión Industrial Argentina había mantenido una posición que no reparaba en distinciones inter
industriales. Esas industrias son la base de liberación económica y autonomía nacional, las Fuerzas
Armadas, se limitaba a la fabricación local de material bélico reflejado en la creación de la
Dirección de Fabricaciones Militares en 1941, expandió a toda la producción de manufacturas civil a la
Unión Industrial Argentina.
Hacia 1943 se planteaba la necesidad de sustituir importaciones entre industrias naturales y
artificiales, se opta por una industrialización cerrada crediticia a productos destinados al mercado interno. El
Consejo Nacional de postguerra comandado por Perón refleja en sus documentos que se proponía una
industrialización razonable. E n l a industrialización la posibilidad de intensificar la industrialización para
enfrentar la economía argentina en postguerra. En ese sentido una de las preocupaciones centrales era el
nivel de empleo, el estímulo provocado por el conflicto mundial había hecho crecer el empleo industrial.

Perón al poder
La relación de Perón con los sindicatos se inicia meses después de la revolución del 4 de Junio para ese
entonces la CGT estaba dividida en la CGT 1 agrupaba gremios menos politizados que la CGT 2
dominada por socialistas y comunistas esta última fue disuelta en julio. El gobierno intentaba un mayor
control sobre los sindicatos sin embargo en la tan resistida intervención a la Fraternidad y Unión
Ferroviaria estaba el germen de lo que sería la más decisiva participación sindical en la historia argentina.
Cuando en el 43 Perón se hace cargo del Departamento de Trabajo era evidente que la política de control
y dominación que el gobierno estaba ejerciendo sobre los sindicatos no servía ni para a sus propios fines.
Estos argumentos sumados a una pretensión personal de poder convencieron a Perón que era hora de
pasar de una política de control a una de concesiones, facilita por la creación de la Secretaria de Trabajo y
Previsión encabezada por él siendo beneficiados primeramente los trabajadores ferroviarios a
quienes se les aumentó el salario, se otorgó subsidios para prestaciones sociales y se falló a
favor de disputas contra compañías de trenes, la sectores socialistas obtuvo lo máximo de la
estructura gremial por las organizaciones que apoyaron su política laboral debilitando independencia.
La cuestión de la participación política de los sindicatos. Perón aprovechaba la ambición
política de muchos dirigentes sindicales respaldar su candidatura a partir de la constitución de un
partido Laborista, la oposición democrática encabezada por radicales y socialistas. Desde la
Universidad, prensa y empresariado descontento por las medidas sociales partían presiones. Perón
antes de ser detenido y enviado a Martín García se despidió un mensaje radial esto hizo reaccionar a los
gremios que organizaron una movilización popular organizada por sindicatos pero por los trabajadores que
marcharon a Plaza de Mayo volcando la crisis a favor de Perón forzando su restitución al gobierno, desde
ese 17 de Octubre de 1943 hasta febrero de 1946 se vivió un clima de agitación electoral jamás visto. El
apoyo de los sindicatos, iglesias y militares, en ese orden decidió el triunfo peronista.

Ni capitalistas, ni comunistas, justicialistas


La alianza de estos tres sectores reemplazó al Parlamento como representantes de la sociedad ante un
estado. El Estado fue su política previa a 1946 desde la Secretaría de Trabajo. Los trabajadores
sindicalizados recibieron mayor atención que los no afiliados a gremios, esta concepción corporativa
peronista reemplazando al sindicalismo. Perón esforzó por diferenciarse del pensamiento de izquierda y
opuso al concepto de lucha de clases. Su propaganda era una verdadera doctrina que pronto se llamó
justicialista ya que el empresariado temía la acechanza comunista. Perón sustantivo y coherente, la
ausencia de compromiso doctrinario en materia económico social era explícita, con la recuperación
económica de postguerra las tensiones remitieron.

Una nación políticamente soberana


Perón había formado parte del gobierno revolucionario que había mantenido la neutralidad argentina en la
Segunda Guerra. A principios de 1948 se anunció el Plan Marshall, un sistema de créditos para que los
países europeos desbastados por la guerra tuvieran acceso a importaciones cruciales. La Argentina fue
excluida como proveedor de alimentos una perdida para un sector rural. Esta exclusión argentina del Plan
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Marshall fue el segundo problema en importancia con repercusiones económicas, el primer problema fue
la negociación con Gran Bretaña su “especial relación comercial”. La dedicación de la industria
británica al esfuerzo bélico, la decadencia de los ferrocarriles por la competencia automotriz y la crisis
del comercio sumada a las repatriaciones de la deuda pública generaron un fuerte superávit global para la
Argentina.. Finalmente, los dos problemas bilaterales más importantes fueron (los ferrocarriles y las libras
bloqueadas), se destinó la mayor parte del saldo argentino en el Banco de Inglaterra a la compra de los
ferrocarriles con un crédito británico a pagar con superávits comerciales.

El avance del estado


La compra de los ferrocarriles británicos por parte del estado argentino debe considerarse
en su doble aspecto de nacionalización y estatización, junto con la adquisición de otros servicios
públicos era un síntoma del crecimiento del estado como productor de bienes y servicios. A la
nacionalización de los ferrocarriles siguió la de los teléfonos. Con la creación de Yacimiento Petrolíferos se
inició la explotación de las minas de Río Turbio (Santa Cruz) , la estatización del servicio de gas se
completó con la creación de Gas del Estado al tiempo que se estatizada el transporte urbano . El texto
constitucional de 1949 consagró, declarando al estado mayor dueño de los servicios públicos.
Previéndose la compra o confiscación de aquellos que aún estuvieran en manos privadas y
de las fuentes de energía.
El partido opositor la Unión Cívica Radical criticó la política de nacionalizaciones y estatizaciones. Desde
la crisis del 30 la confianza en las capacidades del estado venía en aumento y la inevitable participación
en la economía de los sectores públicos en diversos países durante la Segunda Guerra Mundial. Él
aumento del gasto en inversión fue determinante para el incremento global de las erogaciones estatales.
Las nacionalizaciones, hubo inversiones en comunicaciones, energía y material ferroviario, y se dio
impulso a la construcción de caminos. Creció también la importancia del gasto en salud, educación y
vivienda. El aumento del empleo público en general aún sin considerar las empresas públicas estatizadas.

Una nación socialmente justa


El primer plan quinquenal está asociado a una fase de expansionismo salarial, esto llevo a
una distribución del ingreso nacional más equitativa. Detrás de esta política había una intención de
Perón. La explosión salarial no era solo una forma de mejorar el nivel de vida delos trabajadores para
alimentar la demanda agregada y garantizar el pleno empleo. Entre el 46 y 48 los trabajadores
argentinos tuvieron el mayor bienestar, la mayor disponibilidad de bienes fruto de la producción industrial y
creciente valor de las exportaciones se volcó a expandir el consumo. El control de los alquileres y
congelamiento de precios de bienes básicos fueron otros medios para mejorar el bienestar del trabajador.
Garantizar el pleno empleo y redistribuir el ingreso a los sectores populares fue lo central de su política
económica hasta 1949, Se fue extendiendo el sistema de seguridad social y el provisional, sistema
jubilatorio hubo un enorme superávit ya que la proporción de beneficiarios sobre contribuyentes fue ínfima.

Una nación económicamente libre: el impulso industrialista


La declaración de independencia económica y fuertes restricciones a las inversiones extranjeras mayor
autarquía actuando el gobierno deliberadamente a favor de la industria sustitutiva de importaciones, los
medios para llevar a cabo este proyecto fueron: restricción a las importaciones y generosa
política crediticia. Se elevaban aranceles a importaciones de productos que competían con esas
industrias, se reforzaban permisos previos para la obtención de cambio y se establecía un sistema de
preferencias para la importación de maquinarias y bienes de capital. El sistema de
preferencias cambiarias para la importación de insumos y bienes de capital así los industriales
pudieron acceder a maquinarias importadas en condiciones más favorables. La política de crédito
industrial se canalizo a través de dos bancos: Banco Central y Banco Industrial, la industria se encontró
con fondos abundantes a su disposición reducibles a plazos largos y con tasas de interés
favorables. Contribuyó la industrialización la política fiscal del peronismo, se invirtió en instrucción para
la industria apuntando a las escuelas técnicas aumentando fuertemente los graduados en carreras que
habilitaban para trabajar en el sector industrial. Pueden encontrarse varios defectos en el desarrollo
manufacturero de la primera época del peronismo entre ellos están las limitaciones de escala impuestas
por el reducido mercado interno, las consecuencias del rechazo inicial al capital extranjero, la ausencia de
un énfasis en la productividad o la aún escasa sustitución de importaciones en ramas básicas. Los altos
precios mundiales de productos rurales estaban siendo aprovechados por el gobierno para financiar su
política expansiva.

16
En el campo las espinas
Asumir la presidencia Perón con los términos de intercambio, durante su gobierno la influencia sobre
precios agrícolas se intensificó, el IAPI monopolizó desde el 46 la comercialización de
cereales y oleaginosas, sus ganancias sirvieron para sostener el aumento en el gasto público su
intervención desligó la evolución de los precios internos delos alimentos en el mercado internacional. A
través de la política del IAPI el gobierno cerraba un triángulo de redistribución sectorial de ingresos en el
sector rural, el sector urbano, y el Estado. El gobierno financiaba la expansión del gasto y
empleo público, obtenía del IAPI una inmejorable condición internacional. El comercio de postguerra
era bilateral en todo el mundo, los aumentos salariales en la industria repercutieron en los costos de los
productores que debían aumentar los salarios de sus peones para evitar la emigración a las ciudades. El
sistema de arrendamiento entró en crisis dándose al arrendatario el derecho a renovar su contrato en
perjudicando al dueño de la tierra por la erosión inflacionaria. El campo tenía el rol de proveer
divisas necesarias para importar insumos y maquinarias que aún la industria local no producía. El
congelamiento de arrendamientos y proponían

DEL PARAISO PERONISTA A LA CRISIS DEL DESARROLLO (1949-1958)

La hegemonía cuestionada
El año 1948 había sido el mejor del gobierno peronista. La economía todavía crecía con solidez, y el futuro
era visto con optimismo. En el marco de abundancia, Perón se ocupaba de realizar una reforma
constitucional que le permitiera ser reelecto. La victoria oficialista en las elecciones fue total. La reforma
del artículo 40 fue la más significativa desde el punto de vista económico, ya que consagraba la
monopolización del comercio exterior por parte del estado.
El encierro de la oposición se veía agravado por la política de comunicaciones del oficialismo. No era fácil
para los integrantes de los partidos opositores acordar una posición común ante un gobierno que los
ignoraba. Con el apoyo de varios políticos de la oposición, el general Menéndez encabezó un intento de
golpe de esta, que le permitió a Perón señalar enemigos peligrosos. La minoría antiperonista no se
acobardó ante la superioridad numérica de quienes apoyaban al gobierno. Paradójicamente, la estrella de
Perón comenzó a declinar cuando la economía empezaba a encaminarse nuevamente en una senda de
crecimiento.

Síntomas de crisis
Lo que ha quedado para la historia económica como la etapa “clásica” del peronismo abarcó tres años,
entre 1946 y 1948, y entró en crisis en 1949. La intensa expansión del producto y del gasto durante este
tiempo había sido fomentada desde el gobierno. En 1949 se produjo un debilitamiento económico por la
balanza comercial y la inflación. Esta caída puede ser vista como la vuelta a una normalidad de términos
de intercambio, a lo que se sumaron las consecuencias de una política exterior orgullosa, que impidió la
participación argentina en el Plan Marshall.
La campaña agropecuaria de 1949-1950 fue bastante mala. El bajo nivel de exportación redujo las divisas
disponible y obligó a comprimir las importaciones, que eran la base de la producción industrial local. Los
controles que el gobierno impuso perjudicaron a la industria. El aumento de la inflación fue acompañado
por un ajuste en los tipos de cambio. Pero más allá de una tímida desaceleración de la creación de dinero,
no hubo signo de una firme voluntad estabilizadora. Para algunos peronistas la inflación era un mal
necesario. Pero en 1951, el panorama volvió a empeorar. La inflación superó a la tasa de aumento salarial.
La reaparición de las huelgas contribuyó a difundir la sensación de que una era de rápido progreso popular
estaba concluyendo.

La hora de la austeridad: el plan económico de 1952


Los pronósticos para el año 1952 eran del todo desalentadores. El plan de estabilización de 1952 apuntó a
detener la inflación y resolver el problema del déficit comercial externo. Había que gastar menos. La
retracción fiscal se combinó con una política monetaria mucho más restrictiva que hasta entonces. La tasa
de crecimiento de la cantidad de dinero descendió abruptamente. La política antiinflacionaria fue
acompañada por un manejo de los salarios. Hubo algunas medidas que apuntaron al aumento de las
exportaciones y se cambió la actitud hacia el capital extranjero. A juzgar por el movimiento de las
principales variables desde 1952, el plan debe considerarse exitoso. La caída de la inflación restableció la
confianza en el peso y la balanza comercial pasó a ser superavitaria.

17
Una vuelta al campo
Más allá de la discusión acera de los efectos de la intervención inicial del IAPI, lo que está fuera de duda
es el nítido cambio de signo de la política de compras de cosechas a partir de fines de la década del 40. La
política de estímulo a las exportaciones agropecuarias descansó solamente en los subsidios del IAPI, y no
en una devaluación. Las opiniones de la Sociedad Rural reflejaron el cambio de humor de la gente del
campo a partir de los años 50. Hubo intentos más o menos exitosos por aumentar la productividad y bajar
los costos de la producción agropecuaria argentina. El drástico replanteo de la política para el agro puede
ser visto como un reconocimiento de los límites que tenía la pretendida transformación de la economía.

Dilemas de una industrialización acelerada


Durante el peronismo, el impulso industrialista se intensificó a través de políticas que buscaban completar
el proceso de sustitución de importaciones. Los dos instrumentos clave fueron la política crediticia y la de
protección. Los años del peronismo fueron años de vigoroso crecimiento industrial. Lo que sí es más difícil
de establecer con las estadísticas disponibles es la performance argentina. El desarrollo de la industria
sólo puede calificarse como un éxito parcial, ya que la mayoría de sus industrias no tenía ventajas
comparativas. Es más apropiado asociar la política del peronismo a la estrategia “diversificada” que a la
versión “concentrada” de la industrialización. Muchas de las industrias no alcanzaban una cierta escala
mínima a partir de la cual pudieran trabajar con eficiencia, defecto que se habría atenuado con una
industrialización más selectiva. El resultado fue una producción manufacturera de alto costo y con pocas
posibilidades de exportación.

¿Un defecto estructural?


Después de dos años de un superávit comercial provocado por el plan de estabilización reapareció el
déficit comercial. La recuperación de la demanda por sus productos industriales locales se traducía en
mayores necesidades de insumo, en su mayoría de importación. Parte de la debilidad exportadora se
debía a las políticas internas, pero también influían las condiciones internacionales. La respuesta
peronistas era el control de cambios, que se reforzaba o relajaba según la gravedad de la coyuntura. Estos
controles eran sólo una solución temporaria. Era necesario incentivar las exportaciones y alentar la
producción local de maquinarias e insumos industriales. Pero producir localmente acero y petróleo
demandaría grandes inversiones iniciales, que presionarían la balanza de pagos hasta que éstas
inversiones rindieran sus frutos. Los años siguientes a la guerra fueron de “oportunidades perdidas”, ya
que podría haberse encarado la capitalización del país en industrias básicas. En lugar de ello, se utilizaron
las reservas para la nacionalización de activos extranjeros.

Un intento de corrección: el Segundo Plan Quinquenal


Un objetivo explícito era el de solventar las necesidades básicas del país en lo concerniente a la
producción de materias primas, energía y transportes y bienes de capital. La urgencia era ahora avanzar
hacia un estadio superior de la industrialización. Pero la principal complicación del plan fue el problema
fiscal que venía acarreando el peronismo. Los esfuerzos del gobierno no alcanzaron para satisfacer la
creciente demanda.

Una nueva bandera peronista: la productividad


Perón sabía que para mantener una economía dinámica era necesario incentivar la producción y la
inversión garantizando las ganancias de los empresarios. Aumentar la cantidad de bienes a repartir era la
clave, había que producir más. Con esta intención se convocó a un Congreso de la Productividad y el
Bienestar Social (CNP). Los debates en el CNP tuvieron mucho más de conflicto que de acuerdo. Las
prácticas laborales no eran la única manera de mejorar la capacidad de producción de la economía.

Atrayendo el capital
La inversión de origen interno era insuficiente para aumentar la productividad. Por esto, el gobierno
recurrió a la inversión extranjera. En el Segundo Plan Quinquenal se declaró la importancia de los
capitales extranjeros, y se abrió la posibilidad de que participaran en servicios públicos. Las prioridades
eran la mecanización agrícola y la producción local de insumos. Los acercamientos entre los empresarios
petroleros norteamericanos y el gobierno desencadenó un contrato con la California Argentina de Petróleo.
Esta es una evidencia nítida de que el problema de abastecimiento de combustibles era un callejón que no
tenía otra salida. Sin embargo, el contrato con la California fracasó.
Arturo Frondizi, uno de los líderes de la oposición radical, publicaba por entoncesPetróleo y política, y
defendía la tesis de que YPF era capaz de autoabastecer al país. El desgaste político del gobierno se
estaba acelerando, y cada vez sonaban más fuertes los rumores de un levantamiento militar.
18
Una vez más, la hora de la espada
Que el país oyera por la radio la voz de Frondizi no era cosa de todos los días en 1955. El panorama
político cambió sustancialmente a partir del innecesario conflicto de Perón con la Iglesia Católica. La
rebelión consecuente fue sofocada y los grupos que apoyaban al gobierno reaccionaron quemando varias
iglesias. Perón pensó que la única salida al enfrentamiento era un relajamiento en el control sobre la
oposición. Las amenazas de Perón de un enfrentamiento eran una invitación a la revolución. Lonardi
encabezó la Revolución Libertadora. La idea del presidente provisional era que no debería haber “ni
vencedores ni vencidos”. Pero quienes habían sufrido la coacción peronista reclamaban una intensa
“desperonización”. Proscripto el peronismo, la Unión Cívica Radical era por lejos la fuerza más importante.

El sombrío Informe Prebisch


La breve administración de Lonardi tuvo una nota saliente en materia económica. En el Informe Prebisch,
el ministro subrayaba la gravedad de dos problemas: la balanza de pagos y la inflación. La culpa era casi
toda del gobierno anterior, que había desalentado las exportaciones, ignorado el desarrollo de las
industrias básicas y no había estimulado la producción petrolera. Prebisch criticaba a la administración
anterior por las expansivas políticas monetaria y salarial, que habías conducido a la inflación. El informe
sugería que se requerían ajustas en el tipo de cambio para hacer más rentable la exportación y que debía
procurarse la ayuda del capital externo. El diagnóstico de Prebisch era excesivamente pesimista.

¿Moneda sana o inflación incontenible?


La preocupación prioritaria del Plan Prebisch, lanzado también por el ministro, era detener la inflación por
medio de la reducción de la tasa de creación de dinero y la corrección del déficit fiscal. Los cálculos de
Prebisch concluían en que el gobierno se vería obligado a recurrir a la emisión monetaria, y el peso se
devaluó rápidamente. En 1957, bajo el ministerio de Krieger Vasena, se intentó una mini-estabilización.

El recurrente problema externo


La balanza de pagos siguió siendo una preocupación central durante la Revolución Libertadora, ya que los
términos de intercambio externos eran declinantes. El déficit externo se financió tanto con pérdida de
reservas como con endeudamiento de corto plazo. Si la incipiente integración de la Argentina al circuito
financiero internacional permitió suavizar las consecuencias de los déficits de balanza de pagos, no hubo
en cambio grandes avances en la resolución de los problemas de fondo que presionaban sobre las
cuentas externas. Poco se hizo de lo recomendado por Prebisch. La voluntad oficial de reequipar el país
sólo se manifestó en acciones menores.

Un espectáculo visto de lejos


Mientras la economía argentina parecía estar ingresando en una triste era de inflación y crisis en la
balanza de pagos, en otras latitudes se avanzaba a paso acelerado. La performance de la economía
argentina en los diez años anteriores a 1958 no fue tan mala como afirmaba el Informe Prebisch, pero la
comparación con el resto del mundo muestra un estancamiento relativo. Con Frondizi llegaría un intento
más firme y más exitoso.

POLITICAS ORTODOXAS E INTENTOS DE TRANSFORMACION 1955-1966 (Belini)

Las políticas económicas: los intentos de ajustes y las ambigüedades de la política económica
militar 1955-1958.
El deterioro del escenario político durante ese año, atizado por las agudización del enfrentamiento de
Perón con la iglesia católica y el desconcierto de la dirigencia política y sindical peronistas antes esos
sucesos, y el enfrentamiento del ejército crearon las condiciones que pretermitieron el triunfo de los
rebeldes. Lombardi había encabezado la rebelión, pero estaba de acuerdo con las políticas nacionalistas e
intervencionalistas; Aramburu, quien reemplazo a Lombardi, tenía idea más liberales. Revolución
libertadora encomendó a Prebisch. El identifico 3 importantes desaciertos de las políticas peronistas. 1ra,
el gobierno había caído en el error de desalentar la producción primaria a través del control del comercio
externo. 2da, la política industrial peronista había alentado en forma excesiva el desarrollo industrial, había
provocado un demanda desmedida de insumos importados. 3ro, la política crediticia expansiva y los
incrementos salariales acordados por encima de los aumentos de la productividad había originado una
aguda inflación. Al mantenerse el tipo de cambio, la moneda de había sobrevaluado, distorsionando los
incentivos para la producción agraria e industrial. Prebisch preveía los desequilibrios externos mediante la
19
aplicación de recetas ortodoxas: devaluación de la moneda y simplificación del régimen de tipos de cambio
múltiples, congelamiento de los salarios, reducción del régimen fiscal y privatización de algunas empresas
públicas y aplicación de una política monetaria y crediticia constrictiva. En 1955, el gobiernos devaluó la
monea, aplazo la aplicación de segundo plan quinquenal, ordeno la liquidez del IAPI anuncio el
levantamiento te lo controles de precios. En 1957, el gobierno dispuso una reforma bancaria que reintegro
parcialmente la autonomía al banco central, elimino el control de este sobre los depósitos realizados en los
bancos privados y se saneó a través de as colocación de un bono en el banco central. El gobierno militar
fue el que abandono el bilateralismo y la integración de la Argentina a las organizaciones del FMI y el
banco mundial. Para acelerar el comercio exterior y conseguir inversiones de capital. En el 57 se alcanzo
el arreglo definitivo con los países miembro del club del Paris (Alemania Occidental, Austria, Bélgica,
Dinamarca, Francia, Italia, Noruega, los países bajos, el Reino unido, Suecia y suiza). El convenio
obligaba a la argentina a dar prioridad, en el uso de divisas generadas por las exportaciones a esos
destinos, a los pagos de los servicios de la deuda y las importaciones de mercaderías a aquellos estados.
Contra las previsiones de Prebisch ni la devaluación ni la eliminación de la IAPI, permitieron incrementar la
producción primaria exportable.

El proyecto frondicista y su transformación


En 1958, Frondizi triunfo en las elecciones presidenciales. Como líderes del ala izquierdista de la UCR,
Frondizi había criticado las políticas de fomento de las inversiones extranjeras y la explotación de petróleo
del peronismo tardío. La medida mas destacada de Frondizi es la firma de contratos con 10 empresas
extranjeras para la extracción del petróleo. La política industrial combino dos instrumentos básicos: la
sanción de la ley de inversiones extranjeras, que aseguraba el libro giro de utilidades a las empresas y les
confería un estatus similar al de los capitales nacionales, eliminando los controles establecidos por la ley
peronista en el 1953; y la ley de promoción industrial, que otorgo al poder ejecutivo amplias facultades
para establecer por decreto regímenes especiales de fomento sectorial. Para ellos ordeno que se
cumplieran los compromisos asumidos con los países del club del Paris.
La nueva política fue acompañada de un programa macroeconómico destinado a resolver el déficit
externo. El gobierno firmo con el FMI un crédito stand by a cambio del cual se comprometía a aplicar un
programa de estabilización que incluía la devaluación monetaria y la instauración del mercado libre de
cambio, una política crediticia restrictiva, la supresión del control de precios y la corrección del déficit del
estado mediante el incremento de las tarifas de los servicios públicos y de los impuestos. La orientación de
las políticas ortodoxas se mantuvo firme hasta el 1961. El FMI otorgo 2 créditos como muestra de
colaboración. Alentó la llegada de capitales, las inversiones directas se concentraron en nuevos sectores,
como la explotación de petróleo, la industria automotriz y la petroquímica.
Mas importante aun fue el endeudamiento externo, alentadas por la política oficial, las grandes empresas
tomaron créditos en el extranjero para la adquisición de maquinarias, equipos, etc, los cuales contaban
con el respaldo del banco central. El estado también obtuvo nuevos créditos de los organismos
internacionales como el banco mundial destino sus fondos a los programas oficiales de transporte vial y
ferroviario y a la energía. Con el fin de alentar la inversión, el gobierno desarrollista promovió la
importación de bienes de capital mediante la liberación de los aranceles. Se lanzo una dura política de
racionalización de la administración estatal y de privatización de empresas públicas.

La crisis de 1962
En el 62, el triunfo del peronismo en la provincia de Buenos Aires, desato una crisis política que termino
con el derrocamiento de Frondizi. Asumió Guido y designo a Pinedo como ministro de economía que
aplico medidas ortodoxas: el banco central anuncio el cese de la intervención sobre el mercado cambiario
y la moneda se devaluó un 23% en pocas semanas. El periodo de Pinedo fue corto, y Guido designo a
Alsogaray quien siguió con los lineamientos del FMI. El descenso de la actividad económica y la liquidez
en el mercado de capitales se tradujeron en una quiebre generalizadas de empresas. Alsogaray dispuso la
emisión de un empréstito público (los bonos del 9 de julio), que el gobierno empleo para hacer frente a sus
obligaciones. Sin el apoyo de los empresarios y menos aun con el de los sindicatos peronistas, en dic del
62 Alsogaray renuncia.
En 1963, normalización institucional. El gobierno y las fuerzas armadas parecían tolerar la aparición del
peronismo en las elecciones a través de un frente electoral que lo incluiría al jefe del ejercito Ongania

La breve recuperación de los sesenta (1963-1966) En 1963, Illia asumo como presidente. Aplico una
política algo heterodoxa, inspirada en el análisis estructuralista de la CEPAL y en el keynesianismo. Por
primera vez desde el 58, se estableció el control de cambio y el sistema de cuotas sobre las
importaciones. También se hizo una reforma a la carta orgánica del banco central, le permitió al gobierno
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adoptar una política monetaria y crediticia expansiva. Estos cambios fueron acompañados con una policía
cambiaria que consistía en ajustes periódico del tipo de cambio mediante pequeñas devaluaciones. Illia
desalentó el ingreso de nuevos capitales extranjeros. E incluso logro disminuir la deuda externa.
La estrategia económica oficial y sus mejoras salariales obtenidas por la CGT permitieron una
recuperación apreciable de los salarios reales y estimularon la demanda domestica, pero también
originaron una inflación de costos. En 1964 el Plan de Lucha dispuestos por las 62 organizaciones
peronistas tenía como iniciativa el proscripto del partido peronista y la frustración del retorno de Perón a la
Argentina.

Los empresarios y los trabajadores


En 1955, la CGE fue intervenida y poco después se ordeno su disolución. En el 1956 estallaron
importantes huelgas en las industrias metalúrgica, textil y de la construcción, reprimidas por los militares.
En 1957, surgieron dos organizaciones gremiales: las 62 organizaciones peronistas, liderada por la OUM,
se transformo en la principal organización gremial del país; y los 32 gremios democráticos, de tenencia
socialista y comunista. En 1958, el ascenso de Frondizi, restauro la ley de asociaciones profesionales y la
rehabilitación de la CGE, que agrupo a los empresarios sobre una base federal. En 1959 con el plan de
estabilización también desato una ola de huelgas. En el 1962 la CGE se fortaleció y relanzo su programa
económico de corte nacionalista e industrialista En 1963, las entidades censuraron las políticas
heterodoxas del radicalismo del pueblo y su aislamiento de las entidades representativas. En medio de la
crisis del 62-63 las 62 organizaciones peronistas comandadas por Vandor, empleo la fuerza política y la
representatividad de los sindicatos en el peronismo como arma de negociación económica y política como
los factores de poder.

Una década de cambio. Los sectores de la producción: la recuperación del agro pampeano
Agricultura: precios internos mas remunerativos y nuevas tecnologías que a partir del 63 dieron lugar a un
incremento notable de la producción. La devaluación de la moneda en el 55 constituía un incentivo
importante para el sector, en tanto incrementaba el ingreso a expensas del sector urbano de la economía.
La mecanización agrícola se vio impulsado por la gran escases de mano de obra, resultante de las
migraciones del campo a la ciudad.
Ganadería: el reemplazo de la raza Shorthorn por la Aberdeen Angus, las carnes mas magras y aptas para
el nuevo sistema. La pérdida del mercado externo, el británico, acelero la crisis de los grandes frigoríficos y
transfórmala estructura de la industria al incentivas el surgimiento de plantas más pequeñas y modernas.

La profundización del desarrollo industrial a fines de la década del 50, el sector manufacturero
emprendió una etapa de transformación que se extendería a lo largo de la década del 60. En el 1958, la
estrategia desarrollista impulsaría con mayor éxito este objetivo, a expandir la industria orientada hacia el
comercio interno, se buscaba acelerar la implantación de ramas tecnológicamente complejas mediante la
apertura de la economía al capital extranjero. Con el plan de estabilización del 59, el sector sufrió una
aguda recesión. En el 1960, se puso en marcha la planta de SOMISA en la industria siderúrgica y se
autorizaron algunos proyectos privados para la implantación de una acería integrada. En 1963, la
participación de las empresas extranjeras en la producción de caucho, químicos, derivados del petróleo,
maquinas y aparatos electrónicos, y material de transporte.

El complejo papel del estado


En 1955, Prebisch había llamado la atención sobre los riesgos del intervencionismo excesivo, entonces el
secretario del CEPAL había abogado por una reducción de la presencia del estado en la economía, la
racionalización de la administración pública y la privatización de algunas empresas, cuya permanencia en
manos del estado consideraba fuente de erogaciones innecesarias. La aplicación de políticas económicas
ortodoxas implicó, la reducción del gasto público y la corrección del déficit fiscal, considerado por los
liberales como el origen de la inflación. La iniciativa más radical fue la racionalización de los ferrocarriles.
En 1963, Illia retomó las políticas de expansión del gasto público e incremento del personal del estado.

EL FRACASO DEL AUTORITARISMO DESARROLLISTA Y DE LOS POPULISMOS 1966-1976 (Belini)

El periodo de madurez el modelo mercado internista


Luego, superados los efectos de la crisis de 1962-1963, se inicio una etapa de crecimiento sostenido, que
se prolongaría hasta 1974. Un cambio notable fue el aumento sostenido de la inversión. El conflicto por la
distribución del ingreso no pudo ser resuelto por medio de mecanismo institucionalizados y, luego de la
aplicación del plan Krieger Vasena (1967-1969), cuando se intento frenar la puja distributiva por medio de
21
la imposición del estado, al congelarse los salarios, la lucha retorno con mayor virulencia. La inflación se
aceleró, alcanzando niveles record, incluso a escala internacional. El estallido de la primera crisis del
petróleo en 1973 y sus efectos sobre la economía mundial y la local pusieron al descubierto algunas de las
debilidades de la economía argentina.

Las Políticas económicas El Onganiato y el tiempo económico. En 1966, las fuerzas Armadas
derrocaron al presidente Illia y designo al general Ongania, cuyo propósito fundamental era transformar la
estructura económica y el orden político. Ongania provenían de los grupos católicos integristas de clara
raíz autoritaria y conservadora. Designo a Salimei quien fue el ministro de economía y trabajo, obtuvo el
apoyo de los sindicatos proclives a la negociación denominados “participacionista” y cierto respaldo por
parte del vandorismo y los grupos sindicales leales a Perón. La sanción de una ley de abastecimiento, que
reforzaba las atribuciones estatales para reprimir a los empresarios inescrupulosos. En diciembre de 1966,
Ongania reorganizó su gabinete y designo ministro de economía y trabajo a Krieger Vasena.

El Plan de Krieger Vasena (1967-1969) Se trataba de un programa económico original que combinaba
instrumentos clásicos de estabilización con medidas destinadas a promover el desarrollo económico. A
diferencia de los planes de estabilización de 1959 y 1962, la política económica de Krieger Vasena
buscaba evitar las bruscas transferencias de ingresos que este tipo de medidas solía provocar. En primer
lugar, la devaluación de la moneda en un 40%, esta acción sería compensada por medio de la aplicación
de las retenciones a las exportaciones de los productos primarios y un programa de reducciones
arancelarias destinado a corregir la protección excesiva sobre el sector industrial. En segundo lugar, con el
propósito de impedir la reanudación de las demandas sindicales a favor de aumentos de salarios, la
elevación de los ingresos hasta alcanzar el nivel de los salarios reales de 1966 y su congelamiento hasta
diciembre de 1968. El plan intentaba contener la inflación a través de acuerdos con las grandes firmas, y
se aplicaba, desde un comienzo, una política monetaria y crediticia expansiva para favorecer la inversión
privada.
Sin embargo, la política oficial escondía algunos desequilibrios, el mantenimiento de un tipo de cambio fijo
y la inflación acumulada entre 1967 y 1969 provocaron una sobrevaluación de la moneda. La implantación
de un régimen autoritario, la prohibición impuesta a la actividad política y la falta de canales de
participación orgánica de los intereses sectoriales debilitaban el plan Krieger Vasena. La propia sociedad
rural acentuó sus críticas frente a un programa económico que no parecía contemplar los intereses de los
productores pampeanos. La sanción de una nueva ley de arrendamientos, que permitía a los propietarios
expulsar a los arrendatarios, genero una dura censura de la Federación Agraria.

El Cordobazo
En mayo del 1969, estallo el Cordobazo, un ciclo de movilizaciones sociales que se prolongaría hasta
1975. El Cordobazo provoco una aguda crisis política y quebró la confianza en la política económica. La
fuga de capitales, la caída de la inversión y la presión contra el peso se acentuó. Krieger Vasena se vio
obligado a renunciar y fue reemplazado por Pastore.

Del liberalismo al nacionalismo económico (1970-1973) En junio de 1970, la junta militar reasumió el
ejercito del poder, la Fuerza Armadas cogobernarían junto con el presidente, poniendo fin al periodo de
Ongania. Y designaron presidente a Levingston. Luego, en 1971, Lanusse destituyo a Levingston e inicio
el lento camino hacia la normalización institucional del país. En noviembre, Perón retorno al país y poco
después dio a conocer su decisión a favor de la candidatura de Cámpora para las elecciones de marzo del
73.

El tercer Peronismo (1973-1976). La política económica de Gelbard y el Pacto Social. Las elecciones
de marzo de 1973, dieron el triunfo del Frente Justicialista de Liberación una alianza electoral entre el
peronismo, el desarrollismo y otras fuerzas políticas menores. Cámpora asumió como presidente, pero con
la imposición de Campora como candidato, Perón presiono hasta conseguir su renuncia, entonces una
nueva elección presidencial dio el triunfo a la formula Perón-Isabel Perón. Entre marzo de 1973 y de
octubre de 1974, la política económica peronista estuvo conducida por Gelbard, líder de la CGE. La
política oficial se basó en un acuerdo entre la CGT, la CGE y el ministro de Economía. El programa
económico que intensificaba el intervencionismo estatal, alentaba una distribución más equitativa del
ingreso y proponía medidas favorables al capital nacional. El plan de estabilización tiene como piedra
angular el pacto social, un acuerdo tripartito entre el gobierno, la CGE, y la CGT, mediante el cual estas
corporaciones aceptaban una tregua en el conflicto por la distribución del ingreso. La implantación del
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Pacto Social, se vio beneficiada por un contexto internacional y local muy favorable. El incremento de los
precios internacionales de los productos primarios y una cosecha record de trigo permitieron revertir el
déficit del sector externo.
El gobierno sanciono, una ley de asociaciones profesionales que consolidó la autoridad de la burocracia
sobre las organizaciones sindicales. El plan tuvo efectivo impacto durante la segunda mitad del 73. Pero
en 1974, el fuerte incremento de los precios del petróleo y de otros productos e insumos de importación
transmitió las tensiones inflacionarias internacionales a la economía local. Se multiplicaron los conflictos
laborales; los empresarios respondieron a los precios máximos con desabastecimiento y el surgimiento de
un mercado negro.

Crisis política y económica. De Gómez Morales a Rodrigo El 1 de julio de 1974 fallece Perón; ocurrió
un medio de un empeoramiento del contexto económico internacional y de la economía Argentina. A su
vez los conflictos sociales y políticos del escenario local se profundizaron. Isabel Perón asume como
presidenta, y apoya al ala derechista del peronismo encabezado por López Rega, quien desplaza junto a
los sindicalistas a Gelbard y asume en su lugar Morales. Se anunció el cierre del mercado común europeo
para la compra de carnes. A ello se le sumo, durante la segunda mitad del 1974, el fuerte deterioro de los
términos de intercambio, provocado por la caída de los precios de exportación y el ascenso de los precios
de los insumos importados. Morales intento corregir algunos aspectos pero no llevo a cabo un plan
ortodoxo, este se quedo sin apoyo político, López Rega se enfrento con él y se vio forzado a renunciar.

Neoliberalismo y populismo: el Rodrigazo de 1975 La lucha por el poder se dirimía entre el ala
derechista del partido que rodeaba a Isabela Perón, y el movimiento obrero. El propósito de López Rega
era que el gobierno ganara mayor independencia de las bases sindicales; incluso ambicionaba remover a
la cúpula sindical dirigente. Celestino Rodrigo, un viejo funcionario de Perón ligado a López Rega, asumió
ministro de Economía. El denominado Rodrigazo implicaba una fuerte redistribución del ingreso a favor del
sector exportable y deprimía la actividad productiva ligada al mercado interno. La CGT presionó y obtuvo
de la presidenta la decisión de supeditara la libre negociación de las partes el aumento de los salarios. Las
entidades empresarias se mostraron muy receptivas a los reclamos obreros y firmaron acuerdos que
implicaban aumentos salariales en una escala entre el 60% y 200%. Isabela anulo las paritarias y anuncio
un aumento uniforme del 50% y dos incrementos adicionales del 15% en octubre del 1975 y a principios
del 1976; por primera vez la CGT realizo un paro contra el gobierno nacional. López Rega y Rodrigo se
vieron obligados a renunciar

Una economía sin rumbo (1975-1976) Isabel Perón designo a Cafiero como ministro de Economía. Las
organizaciones empresarias, con excepción de la UIA, retiraron su apoyo a la CGE y constituyeron la
Asamblea Permanente de Entidades Empresarias (APEGE) El equipo de Cafiero se propuso atacar tres
problemas, la alta inflación, el desequilibrio externo y la recesión. También inicio negociaciones con el FMI,
para que el país fuera beneficiario de préstamos para compensar la caída de las exportaciones y el
aumento de los precios del petróleo. En enero del 1976, la presidenta reemplazó a Cafiero por Mondelli
quien anuncio un nuevo programa de emergencia pero 3 semanas después se produce el golpe de estado,
las fuerzas Armadas toman el poder.

Los sectores de la producción

La expansión de la agricultura pampeana En la década de 1970, la expansión se acentuó por la


introducción de semillas mejoras de maíz, trigo y girasol y la difusión de cultivos de soja y las nuevas
formas de utilización del suelo y practicas agronómicas asociadas a este cultivo. El hecho de que dicha
expansión se basara en un aumento de la productividad de la tierra permitió que fuera acompañada de un
incremento de la producción ganadera, que alcanzaría niveles récords a finales de la década del 70.
Recién a partir del 1977 se iniciaría un periodo de retracción ganadera a favor de la expansión agrícola. En
esos primeros años, un cambio de peso fue el fin de las prórrogas a los arrendamientos, lo cual condujo a
que el conflicto entre propietarios y arrendatarios dejara de ser el centro de disputas sectoriales. Durante la
presidencia de Isabela Perón, las retenciones se volvieron a incrementarse, el fuerte despegue de los
precios internacionales de la carne y cereales evitó que se viera afectada la rentabilidad del sector al
menos por un tiempo. Con la sanción de la ley que establecía un impuesto a la renta potencial de la tierra,
con el objetivo de gravar a los propietarios de tierras improductivas

23
El apogeo de la industrialización por sustitución de importaciones
Entre 1963 y 1974, fue un periodo excepcional. La época como industria dinámica, ya que se
desarrollaban a un ritmo mayor, debido a que la demanda domestica continuaba siendo importante y
existían márgenes para la sustitución de importaciones. El despliegue de la producción industrial y los
avances en el proceso de integración vertical se debieron, en gran medida, a la maduración de las
inversiones llevadas a cambo durante el periodo desarrollista y a nuevas inversiones realizadas durante
los años de Krieger Vasena.
La denominada “desnacionalización” derivó de las leyes que introdujeron diversos controles al capital
extranjero y prohibieron su ingreso en algunos sectores de la economía.

La modernización de la sociedad y sus límites


La expansión urbana se vio favorecida por el dinamismo del sector terciario, especialmente el comercio y
los servicios personales. La expansión economía, la modernización de la industria y los aumentos de la
productividad estuvieron acompañados de una declinación de la participación de los trabajadores en la
distribución del ingreso. En la década del 70, la sociedad Argentina mostraba signos de maduración y
modernización con altos niveles de urbanización, sociedades desarrollistas y algunas con niveles de vida
relativamente altos y con patones de consumo más sofisticados, como la adquisición de automóviles el
disfrute de vacaciones anuales en un departamento propio o alquilado.

LA SEGUNDA ETAPA DE LA SUSTITUCION DE IMPORTACIONES Y EL PAPEL DEL


ENDEUDAMIENTO EXTERNO (1956-1975)

2.1 Antecedentes: la reestructuración de los sectores dominantes y los primeros gobiernos


peronistas: (Conformación de las fracciones industriales, antes y durante el peronismo)
El debate en torno a la cuestión ha tendido a minimizar el aporte de las fracciones empresarias extranjeras
en el periodo de sustitución de importaciones, tendió a centrarse en el papel que jugaron las empresas
nacionales en dicho desarrollo. Pero un análisis pormenorizado, muestra las dificultades de designar a
ciertos estratos del empresariado nacional incluso como sector en sí mismo. La falta de cohesión e
identidad de estos sectores dificulta la tarea de identificarlos como una burguesía nacional propiamente
dicha.
También existen consideraciones sobre si el aspecto identitario se agotaba en la disyuntiva nacional-
extranjera de los emprendimientos empresariales o había otras incidencias que ayudaban a definir el tipo
de inserción en la economía y la identidad como facción.
Si bien en un primer momento la presencia de capital extranjero (siglo XIX) en el país fue claramente
minoritario, a partir de las primeras décadas del siglo XX se multiplicaron las empresas foráneas con un
comportamiento distinto de las pocas que ya tenían presencia en el país. La nueva modalidad fue la
instalación de filiales que replicaron los procesos productivos implementados por las casas matrices en los
países de destino, buscando abastecer con sus productos los mercados internos locales. Durante los años
20 se radicaron en el país firmas extranjeras que se convirtieron en tradicionales del mercado local, como
Refinerías de Maíz SA y Chiclet´s Adams, también Roche y Cyanamid, Bayer, entre otras.
En los años 30, la protección arancelaria y las restricciones del mercado cambiario impuestas por la
situación del sector externo impulsaron un aceleramiento del proceso de industrialización basado en la
sustitución de importaciones que a su vez resultaron en una alta concentración económica. Las cifras
censales muestran que los principales establecimientos, los que contaban con más de 200 empleados
(1,4% del total de empresas) daban cuenta del 37% de la ocupación y el 58% del valor de la producción
industrial. También se incorporaron nuevas filiales extranjeras a la producción industrial (Nestlé, Suchard,
Bols, Gillette, Remington, Osram, entre otras) que para 1937, según A. Dorffman, controlaban el 50% del
capital industrial total.
Algunas características económicas: En este período las empresas nacionales, por lo general más
pequeñas y aquellas de capital extranjero no constituyeron fracciones empresarias desvinculadas. El
desarrollo de la matriz insumo-producto, derivó en una identificación de tipo de bloque sectorial, donde
emergieron ramas monopólicas u oligopólicas que detentaron tanto la capacidad de moldear las
condiciones estructurales de su sector, como e incluso de otras ramas industriales igualmente oligopólicas.
Esta característica de la conformación del sector productivo local hizo que en general las empresas
extranjeras se ubicaran en el centro oligopólico de la actividad mientras las empresas locales de menor
envergadura quedaron supeditadas al comportamiento de aquéllas que ejercieran el liderazgo sectorial. La
segunda característica fue que en general las firmas extranjeras controlaron las ramas industriales que
eran los núcleos económicos y tecnológicos de cada uno de los sectores; en consecuencia tuvieron la
24
capacidad de subordinar también actividades industriales, aun cuando no tuvieran relaciones directas de
insumo producto.
Será bueno mantener estas características en mente para comprender y evaluar las consecuencias de la
disminución en el grado de extranjerización de la producción en el decenio peronista, ya que la
disminución del grado de extranjerización no implicó necesariamente la disminución del control extranjero
sobre la producción, sino más bien, un cambio en la estructura económica y en las formas de inversión.
Entre los censos de 1935 y 1946 se registrará un considerable crecimiento de la cantidad y la incidencia
de las empresas locales en todo el espectro de variables; valor de producción, ocupación y número de
establecimientos, que superará holgadamente el aporte para el mismo periodo de las nuevas subsidiarias
extranjeras instaladas en el país.
Los ejemplos de las empresas nacionales que actuaron en la producción industrial durante los primeros
gobiernos peronistas son múltiples, especialmente en el sector textil (Castelar, Teubal, Impa, Lombardi e
Hijos, etc). Sin embargo más trascendente, es que las empresas locales se conformaron como burguesía
nacional propiamente dicha en el momento en que establecieron su propia central empresaria: la
Confederación General Económica (CGE), a partir de la cual enarbolaron sus propias reivindicaciones,
habitualmente contrapuestas a las esgrimidas por la Unión Industrial Argentina (UIA).
Pero la identificación de las diferencias entre las empresas extranjeras y las firmas locales no se agota
aquí, ya que dentro de estos dos tipos de firmas quedó subsumida una fracción empresaria tradicional
diferente a ambas, con intereses, contradicciones estructurales, e identidad propia. Esta facción estaba
compuesta por capitales de distinto origen y grado de diversificación:
1) en primer lugar se encontraron capitales de origen extranjero con formas de industrialización temprana,
instalados en el país a finales del siglo XIX, como tales integraron la clase dominante local en términos
sociales y económicos. Estos capitales participaron en la propiedad y explotación agropecuaria pampeana,
participaron en la exportación de productos primarios, en los negocios financieros de la época e, incluso,
instalaron o adquirieron firmas en otros países del cono sur.
2) En segundo lugar, formaron parte de esta facción empresaria otros capitales locales que provenían de
integrantes de los sectores dominantes pampeanos y provinciales, que adquirieron trascendencia nacional
por su pertenencia o integración social con la oligarquía pampeana. Tal como los anteriores, estaban
presentes en múltiples actividades económicas y detentaban un nítido y significativo predominio en la
propiedad y producción agropecuaria pampeana (ej, Braun Menéndez, Ingenio Ledesma, Terrabusi,
Fortabat y Corcemar).
3) También formaron parte de este sector algunos capitales estrechamente relacionados con el sector
financiero de antigua data en Argentina, cuyos representantes se ligaron también social y económicamente
a la oligarquía pampeana (Caso de Alpargatas – grupo Roberts y Cía. Gral de Combustibles – por la suiza
Brown Boverí).
Esta facción empresaria se diferenció claramente tanto de las típicas subsidiarias extranjeras instaladas en
el período de sustitución de importaciones como de las pequeñas y medianas empresas (grandes también)
de origen local. Por su origen, conformación, e intereses se la puede considerar como un sector de la
oligarquía local con intereses en industria, agro y otras actividades; se lo denominará “oligarquía
diversificada”. En los años 30 esta fracción de clase influenció las grandes firmas industriales, y en los 40
fue la que se impulso la alternativa industrial exportadora del Plan Pinedo, como respuesta del sector al
agotamiento del esquema agroexportador. Un estrato económico integrante del establishment más estable
y tradicional del país.
La cuestión analítica clave en este estudio consistirá en aprehender lo que ocurrió con las diferentes
facciones empresarias que interactuaron en la nueva actividad dinámica impulsada por el peronismo: La
producción industrial.
Hay consenso en que el peronismo generó la burguesía nacional. Durante los años de peronismo las
empresas nacionales registraron un salto cualitativo, la expansión de empresas de origen nacional se
acentuó y muchas de ellas devinieron en grandes firmas oligopólicas que disputaron con las otras
facciones industriales el control de producciones industriales clave (alimentos, textiles, cuero, etc). Esta
transformación fue impulsada tanto por el gobierno como por la CGE.
La creación de la CGE, como aglutinante de la burguesía, fue dentro del capital el equivalente de la
creación de la CGT en el mundo sindical, a través de ella un nuevo sujeto social (la burguesía nacional)
logró constituirse y expresarse. Los lazos con la CGT trabajadora fueron imbricados, hasta la
conformación de una alianza social, hecha posible dentro la impronta peronista que buscó conformar una
burguesía nacional con amplia participación del sector trabajador. La producción industrial de este sector
se volcó a los “bienes salario” (alimentos, textiles, etc) que dependen grandemente del ingreso trabajador
como factor de demanda. Paralelamente la protección arancelaria y para-arancelaria hizo posible que
salarios relativos altos, así como tasas de rentabilidad elevada{s se dieran al unísono; solventadas por el
25
desplazamiento de los “costos” a otros sectores de la economía (agro). Este funcionamiento de la
economía fue decisivo para que los asalariados y la burguesía funcionaran como “bloque social”
enfrentado en reiteradas oportunidades con las otras fracciones manufactureras.
Respecto de la oligarquía diversificada, si bien exhibía en la producción agropecuaria uno de sus ejes
relevantes, no cabe duda de que el peronismo la afectó económicamente y en términos ideológico-
políticos. Además de tener inserción en la producción de alientos y bienes intermedios, fue claramente
beneficiada por la industrialización. Durante el peronismo se instalaron empresas importantes como
Acindar, Pérez Companc y Bridas.

2.1.2 Crecimiento económico, distribución del ingreso y expansión industrial durante los primeros
gobiernos peronistas.
Durante el periodo 1946-1955 se plasmó una divisoria de aguas en el desarrollo económico, social y
político del país. El modelo oligárquico agroexportador quedó atrás y se fortaleció la industrialización. Los
primeros gobiernos peronistas pusieron en marcha una experiencia inédita al conjugar el crecimiento
económico con un importante aumento en la participación de los trabajadores en el ingreso.
Complementariamente, en 1945 se sancionó la mítica Ley de Asociaciones Profesionales que permitió la
expansión y el fortalecimiento de los sindicatos en la sociedad.
Si bien el crecimiento económico de los primeros años del gobierno peronista no logró mantenerse,
después de 1948, la tendencia fue positiva aún a pesar de la crisis de 1952. Esta expansión y la creciente
participación de los asalariados en el ingreso estuvieron directamente relacionados con un notable
crecimiento de la producción industrial, que pasó a ser el eje central del proceso económico. Tal como se
muestra en el cuadro 2.2 en 1945 la incidencia relativa de la industria en el PBI superó por primera vez la
de la producción agropecuaria.
En términos de la composición de la producción industrial, la comparación intercensal (1946-1954) permite
apreciar un notorio avance de la metalmecánica, de la cual la fabricación de la heladera Siam es un hecho
simbólico que perdura en el tiempo. Todos los cambios reseñados, se plasmaron mediante una
profundización de la intervención estatal en el proceso económico, lo que significó una significativa
redistribución de la renta agropecuaria – antes retenida por la oligarquía y el capital extranjero vinculado a
exportaciones – hacia los trabajadores, los empresarios industriales vinculados al abastecimiento interno y
el propio Estado.
En el sector financiero la tendencia intervencionista iniciada en el 29´, también se intensificó mediante la
nacionalización de los depósitos bancarios por parte del Banco Central, la asignación de crédito mediante
redescuentos, la creación del Banco Hipotecario Nacional y la regulación del mercado de seguros. En el
plano del comercio exterior el IAPI (Instituto Argentino para la Promoción del Intercambio) reguló el
intercambio comercial de importaciones y exportaciones, incluso imponiendo cuotas de destinadas a
controlar la salida de divisas por impos y cupos de expo para garantizar el abastecimiento del mercado
interno. La consolidación del banco Industrial, creado en 1944 y la implementación de diversos incentivos,
arancelarios y crediticios, completaron las medidas de promoción industrial.
La acción estatal también pudo observarse en la constitución y fortalecimiento de numerosas empresas
estatales, entre las que se contaron Fabricaciones Militares (DGFM), Investigaciones y Fabricaciones
Aeronáuticas (DINFA) Astilleros y Fábricas Navales del estado (AFNE), Industrias del Estado (DINIE) que
tomó a su cargo las empresas alemanas intervenidas luego de la guerra y finalmente Sociedad Mixta
Siderúrgica Argentina (SOMISA) creada en el 47 para producción de acero, para citar las más relevantes.

2.1.3 Deuda externa, nacionalización de los servicios públicos y proyectos alternativos.


Desde el punto de vista del sector externo, se trató de una etapa excepcional en al que luego irrumpieron
los problemas de Balanza de Pagos típicos de esa etapa de la industrialización por sustitución de
importaciones. Dichos problemas pusieron de manifiesto la ausencia de políticas estatales orientadas a
completar el esquema industrial interno. Los primeros años del gobierno peronista, la Argentina exhibía
una holgada posición acreedora neta con el resto del mundo, pero con una parte significativa de ese saldo
acreedor colocado en libras esterlinas inconvertibles. El saldo acreedor argentino tocó techo en 1946
(1.687 millones) en el 47 bajó a 1.163 millones para tocar los 674 millones en el 48, rango en el que se
mantendría por el resto del período.
La medida más polémica fue la transferencia de los ferrocarriles de propiedad británica a la órbita del
Estado, aunque cabe recordar que si bien la transferencia en sí misma causó gran polémica y posiciones
encontradas no fue el caso con el hecho de la nacionalización. La discusión e incluso las negociaciones
para nacionalizar los servicios públicos en general y los ferrocarriles en particular, comenzaron durante el
gobierno de la concordancia en la década infame, siendo contemporánea de las estatizaciones que se

26
realizaban a nivel mundial y gozando de amplio consenso entre los actores políticos y económicos de
relevancia en el país.
Volviendo a la cuestión financiera, si bien los activos totales del banco central se mantuvieron
relativamente estables, la relación activos-pasivos a partir del 48 mostró una tendencia decreciente. La
evolución de ese endeudamiento (crecimiento de pasivos) estuvo influenciada por los saldos negativos en
la balanza comercial, que irrumpieron por el estancamiento de las exportaciones agropecuarias y el
dinamismo de las importaciones de insumos intermedios y bienes de capital demandados por la creciente
actividad industrial. Algunos autores subrayan el atraso tecnológico en el sector rural como causante del
estancamiento (G. Vitelli). Así comenzó a expresarse el típico estrangulamiento en la Balanza de Pagos
que acompañó la evolución de esta etapa.
En realidad las restricciones externas pusieron de manifiesto la extrema debilidad de las políticas estatales
para avanzar, mediante la inversión pública, en la integración de la estructura industrial interna. El estado
buscó garantizar márgenes de rentabilidad al conglomerado manufacturero nacional, pero finalmente esa
rentabilidad no se plasmó en nuevas inversiones que permitieran integrar la industria y diluir las presiones
del sector externo.
Si bien todos los sectores sociales impulsaron un recambio del modelo agroexportador y acordaron en el
papel acentuado del estado, los desacuerdos fueron evidentes. Las fracciones de la oligarquía pensaron
una mayor injerencia estatal con mantenimiento de las exportaciones agropecuarias pero también
fomentando un nuevo eje productivo basado en la construcción y sobre todo en la venta externa de los
productos industriales. La expresión más acabada de este programa nuevamente lo expresa el Plan
Pinedo de 1940. En este proyecto igualmente se menciona explícitamente la nacionalización de los
servicios públicos como medida necesaria.
Por otra parte, los sectores nacionalistas de las Fuerzas Armadas, influenciados todos ellos por FORJA,
conformaron una propuesta alternativa al modelo agroexportador, también de corte industrialista, pero
asentada en el consumo interno y la redistribución del ingreso hacia los asalariados como motor del
desarrollo.
Pese a la impronta que asumió la industrialización en el periodo peronista, es indiscutible que éste no logró
profundizarla al punto de superar la etapa de “industrialización liviana” lo que hubiera permitido una mayor
expansión económica y autonomía nacional.

2.1.4 Comportamiento e incidencia de las fracciones industriales durante los primeros gobiernos
peronistas
Dado el contenido políticamente antiimperialista del peronismo en el plano político, se suele asumir que el
capital extranjero industrial fue acentuadamente perjudicado, en oposición al capital nacional o local. Pero
no es tan claro que haya sido el caso y es necesario fundamentar este lugar común histórico en términos
económicos.
Un indicador apropiado para evaluar la posible discriminación del capital extranjero es evaluar la evolución
histórica de las utilidades que percibió durante esta etapa en comparación con otros momentos históricos.
Se sigue de la serie estadística que los capitales que se insertaron en el país haciendo una inversión
extranjera directa, percibieron entre los años del peronismo las utilidades totales más elevadas desde el
momento en que hay registros y en adelante. Y se comprueba (prestando atención a las otras variables)
que pese a la notable rentabilidad de la época, las empresas extranjeras prácticamente no efectuaron
nuevas inversiones pero si reinvirtieron parte de las utilidades totales.
Otros datos muestran que las utilidades distribuidas en efectivo (del 46 al 53, U$s 2.255 millones)
representan el 81% de las utilidades totales del periodo considerado, dejando un 19% en concepto de
reinversión. Las utilidades totales percibidas por las empresas para el periodo 46-53 fueron tan
voluminosas que pueden comparase con los valores de los saldos exportables. Equivalen a dos años de
exportaciones argentinas, cuadruplican el saldo de balanza comercial para el mismo periodo, y fueron dos
veces y media el promedio de lo que el BCRA dispuso como reservas para el periodo. El primer plan
quinquenal consumió 1.270 millones de dólares, la estatización del total de los servicios públicos para el
periodo demandó un estimado de 1.000 millones de dólares.
Se puede concluir que la política económica del peronismo, si bien no tenía entre sus objetivos
fundamentales promover el capital extranjero en la industria, si respetó las consecuencias de su peso
estructural en la economía, y las altas tasas de rentabilidad así como los montos de utilidades no
muestran ninguna excepción sectorial sino una situación generalizada de rentabilidad industrial.
En todo caso el “contenido oligárquico” de la política peronista radicó en el salto cualitativo que registró la
oligarquía diversificada como fracción empresaria industrial. Quizá por eso el papel de los terratenientes se
modificó de ahí en adelante quedando subordinados a los segmentos de esa clase tradicional que lograron
insertarse en el más dinámico ciclo sustitutivo.
27
Así el escollo insalvable del peronismo se observó en lo nuevo que aportó la industrialización al desarrollo
económico y no en el mundo laboral, como señalan algunas lecturas liberales del peronismo. El fenómeno
de elevada rentabilidad y tasas de ganancia extraordinarias es el punto grave, por el hecho de que no se
trató de un caso restringido a una fracción del capital industrial, sino que se extendió a lo ancho de todas
las fracciones empresarias, tanto extrajeras como nacionales y diversificadas.
En síntesis, durante sus primeros gobiernos, el peronismo consiguió disciplinar a varios de los sectores
centrales de la agotada economía agroexportadora, pero fue doblegado por las fracciones del capital que
conducían la actividad dinámica promovida, entre ellos el capital extranjero y el de la oligarquía. Si desde
el gobierno se promovió y alentó una fuerza propia dentro del empresariado industrial, no es menos
evidente que esa burguesía fue estructuralmente endeble y, quizá, más dependiente en términos
ideológicos y productivos de los sectores dominantes que de la concepción y la iniciativa
gubernamentales.
El principio del fin del gobierno peronista comenzó cuando la rentabilidad de las facciones dominantes
empezó a descender (a disminuir respecto de la época de oro del 40% sobre monto invertido). Ante esta
situación, y tal como lo harían sistemáticamente en los años posteriores, las fracciones dominantes del
capital llevaron a cabo una ofensiva política, ideológica y económica, para instalar socialmente la
convicción de que el problema radicaba en los excesivos gastos estatales y en el elevado nivel de los
salarios.
En términos estructurales al final del peronismo la industrialización quedó fortalecida, pero trunca como eje
del proceso económico, y tres fracciones se disputaban la conducción del proceso económico, social y
político: el capital extranjero; la oligarquía diversificada y la burguesía nacional, que oscilará entre la
subordinación a los sectores dominantes y la alianza con los trabajadores.

2.2 Evolución y características de la segunda etapa de sustitución de importaciones (1958-1975)


Entre los años cincuenta y mediados de los setenta, la economía argentina evolucionó sobre la base de un
comportamiento cíclico de corto plazo del producto y los precios (ciclo corto). El pare-siga o stop-go que a
partir de los años cincuenta se produjo un agotamiento de las fuerzas productivas, de la industrialización.
Durante esos años el crecimiento económico había sido sumamente reducido, casi equivalente al
estancamiento. La expansión económica que trajo aparejada la implantación de nuevas inversiones
extranjeras durante la gestión gubernamental del desarrollismo (1958-1964), que afianzaron la
industrialización y dieron lugar a la segunda etapa de sustitución de importaciones.
Las evidencias disponibles sobre la evolución del PBI entre 1956 y 1974 indican de manera indubitable la
existencia de un crecimiento entre los años extremos. La economía argentina operó durante algunos de
esos años con capacidad ociosa en términos de su capital instalado y por debajo de su disponibilidad de
mano de obra debido a los periódicos estrangulamientos en el sector externo que determinaron ese
sendero típico basado en el pare-siga. Dos etapas netamente diferenciadas con tasas de crecimiento
disímiles.
La primera abarcó desde 1956 hasta 1963, en la cual el PBI creció a una tasa del 2,1% anual y los ciclos
de corto plazo acarrearon, en su fase descendente, una disminución del producto en términos absolutos.
La otra se desplegó entre 1964 y 1974, con un crecimiento del PBI del 5,1% anual y, con un crecimiento
ininterrumpido del producto, pero con tasas anuales positivas más reducidas en la fase descendente del
ciclo de corto plazo.
En la primera, a la dictadura que derrocó al peronismo le siguieron gobiernos surgidos del voto pero
constitucionalmente ilegítimos por la proscripción del peronismo. En la segunda etapa, a la dictadura
autodenominada Revolución Argentina la sucedió el primer gobierno constitucional elegido libremente
después de dieciocho años de dictaduras y proscripciones.
La primera etapa, una vez consumado el golpe de Estado, en marcha el denominado Plan Prebischy, se
dieron los primeros pasos para que la Argentina se incorporara al FMI y al Banco Mundial y se firmó
acuerdo con el Club de París, que expresaba el tránsito de la bilateralidad hacia el multilateralismo como
política externa. Estas iniciativas involucraron la remoción o modificación de los controles sobre el sector
externo y la economía interna que había implementado el peronismo, así como un cambio drástico en el
enfoque y el contenido de la política económica.
Los organismos internacionales, el FMI, tuvieron una intensa injerencia en la política económica. Las
recomendaciones del FMI asumieron que los problemas inflacionarios y de crisis de Balanza de Pagos se
originaban en un exceso de demanda que se corregía a partir de, eliminar los controles sobre la economía
interna y el funcionamiento del sector externo junto a una devaluación de la moneda local y, restringiendo
28
la oferta monetaria y comprimiendo el estatal, mientras se incrementaba la presión fiscal, reduciendo los
salarios. La principal restricción se encontraba en la escuálida oferta de bienes exportables
(agropecuarios). Mediante la restricción de la demanda interna por la reducción del gasto estatal y los
salarios, se generaban tendencias recesivas con una marcada concentración del ingreso en manos de los
sectores oligopólicos industriales y la oligarquía agropecuaria. Se transitó esta primera etapa de la
segunda sustitución de importaciones, cuyos resultados fueron el estancamiento económico y una
profunda reversión de la distribución del ingreso plasmada anteriormente por el peronismo. Se puede
identificar una característica del proceso sustitutivo de importaciones, se trata de la trascendencia que
asumían los salarios como factor fundamental de la demanda interna, la cual impedía objetivamente su
descenso más allá de cierto límite. Se pueda deducir que el marcado descenso de la participación de los
asalariados, trajo aparejado un relativo estancamiento económico y no una recesión severa, por la
influencia de un factor excepcional que consistió en la incorporación de ahorro externo bajo la forma de
inversión extranjera directa, que alivió la situación del sector externo y expandió la producción interna y el
nivel del empleo. La concepción desarrollista del gobierno que asumió en 1958 se concretó mediante una
serie de medidas orientadas a facilitar el ingreso de capital extranjero para lograr incrementos sustanciales
en la productividad y la producción.
Además de haberse firmado algunos contratos con empresas extranjeras, se aprobó la ley de garantías
que resguardaba a los inversores extranjeros de una eventual inconvertibilidad cambiaria y se puso fin a
todos los litigios pendientes entre el estado y los capitales extranjeros provenientes de la época del
peronismo.
Se puso en marcha la segunda etapa de sustitución de importaciones, que reconocía un claro predominio
de las firmas extranjeras industriales, sustentado en las actividades que se incorporaron durante estos
años y que de ahí en más fueron los sectores más dinámicos del espectro manufacturero. Maduraron las
inversiones realizadas, el PBI creció ininterrumpidamente, pero sobre la base de un ciclo corto en el que
se sucedieron aceraciones y desaceleraciones de la tasa de crecimiento aunque nunca caídas en términos
absolutos. Un incremento de la participación de los asalariados en el ingreso pero con alteraciones
relevantes en el mercado de trabajo. Los cambios estructurales de la etapa desarrollista fragmentaron el
mercado de trabajo, las nuevas actividades industriales demandaron y capacitaron mano de obra
especializada que percibía salarios relativamente más elevados. En las ramas tradicionales de la
producción industrial en las que predominaban las empresas y los establecimientos fabriles de menores
dimensiones, el nivel salarial exhibió un retraso creciente.
En 1967 hubo un predominio extranjero en la producción industrial. La oligarquía diversificada contenía
cambios estructurales orientados a reforzar la presencia extranjera mediante la adquisición de empresas
locales, lo que estableció una diferencia con la anterior experiencia desarrollista, en la que el capital
extranjero se consolido mediante la instalación de nuevos emprendimientos productivos. El plan
económico, desecho la idea de que el exceso de demanda era el factor exclusivo que desencadenaba la
crisis económica. Buscaba articular los intereses del capital extranjero industrial con los de la oligarquía
diversificada.
La tentativa de conformar un bloque social dominante y hegemónico que hiciese sustentable esta nueva
fase de la industrialización. El plan económico de Onganía y Vasena comenzó en 1967, con una
acentuada devaluación del peso que benefició prioritariamente las transacciones financieras y las
exportaciones industriales, se fijaron retenciones considerables a las exportaciones tradicionales, aunque
inferiores a la devaluación. También se redujeron los aranceles de los productos importados, que
aminoraron el incremento de sus precios en el mercado interno. En términos monetarios y fiscales, las
medidas del plan aminoraron significativamente la inflación, lo que provocó el alza de la tasa de interés
real. Al mismo tiempo se expandió la oferta monetaria (primero a través de la entrada de capitales del
exterior y luego por la reducción de los encajes bancarios). El incremento de la tasa de interés interna y la
consecuente vigencia de una tasa de interés real positiva produjeron el colapso financiero de numerosas
empresas locales que terminaron en manos del capital extranjero. El déficit fiscal tendió a reducirse pero
estuvo relacionado con una modificación en la composición del gasto estatal. Se produjo un incremento
relativo de la inversión pública asociado a la expansión de la infraestructura.
Gracias a la inversión pública y al reconocimiento estatal de sobreprecios a los proveedores de insumos
para la construcción, esta actividad obtuvo un nivel de rentabilidad que superó al del resto de las que
componían la economía real.

29
La oligarquía diversificada tenía una significativa inserción en la construcción y especialmente en la
elaboración de insumos, parece evidente que esta iniciativa estatal se orientaba a integrar esa fracción
empresarial dominante al proyecto en marcha, y así neutralizar la posible oposición de la oligarquía en su
conjunto. La relación entre el Estado y sus proveedores de bienes y servicios de lo que luego se conoció
como "la patria contratista".
La movilización popular tuvo una notable influencia en la invisibilidad del plan.
El Cordobazo: el socialismo nacional. Dentro de este frente social convivieron dos tendencias que se
enfrentaron de distinta manera e intensidad, incluso luego de convertirse en un frente político que ejerció la
hegemonía en la sociedad argentina. Las líneas nacionalistas más conservadoras, relacionadas con el
régimen oligárquico. Por otro lado, los sectores que reivindicaban el contenido popular, anti oligárquico y
antiimperialista, vinculados al proceso de industrialización y a potenciar a la clase trabajadora como el
sujeto social dinámico de la sociedad.
La revolución cubana tuvo una notable influencia en América Latina.
Con posterioridad al Cordobazo, se inicio el retroceso a la dictadura militar. Ese es el sentido de la
tendencia hacia una mayor participación de los asalariados en el ingreso y también el de la puesta en
marcha de grandes proyectos controlados por capitales locales que eran centrales en la propuesta
alternativa del peronismo ortodoxo.
En 1970 hubo nuevos criterios restrictivos para el uso de la promoción industrial por parte de los
inversores extranjeros, se impusieron por primera vez limitaciones al capital extranjero respecto del acceso
al crédito bancario interno, así como la exigencia de la nominatividad de las acciones y la obligación de
que los técnicos y profesionales locales constituyeran por lo menos el 85% de la nómina total del personal
ocupado por estas firmas. Se estableció un Registro Nacional de Inversiones Extranjeras y se dispuso
publicar, previa autorización, el contenido de los futuros contratos de promoción que se acordasen con el
gobierno. Luego de la desnacionalización de empresas locales durante la gestión de Vasena, se registró
una retracción de la inversión extranjera. Durante la breve gestión del peronismo aumentó la participación
de los asalariados en el ingreso sino que también se ampliaron los controles sobre el capital extranjero.
Se prohibió la presencia extranjera en áreas consideradas de seguridad nacional, como servicios públicos,
medios de comunicación, etc., a lo que se sumó la expresa prohibición de adquirir empresas de capital
nacional. Se confirmó la imposibilidad de que las empresas extranjeras tuvieran acceso al crédito interno y
se detallaron las condiciones normativas para su endeudamiento externo. Dicha norma regía el
comportamiento tanto de las nuevas inversiones como de los capitales extranjeros.

2.2.1 Modificación del ciclo sustitutivo de corto plazo y las transformaciones en el sector externo
de la economía argentina
A partir de 1964, los ciclos sustitutivos se sucedieran con desaceleración del crecimiento del PBI implicó
un cambio positivo en la economía industrial de la época, al permitir alcanzar un crecimiento promedio
claramente superior al obtenido en los años anteriores. La tendencia hacia una mayor participación del
ingreso por parte de los asalariados, a partir de 1969. A lo largo de esta segunda etapa de la sustitución de
importaciones, ante el estancamiento relativo de las exportaciones agropecuarias, hubo reiteradas
manifestaciones en el ámbito político y académico acerca de la necesidad de diversificar las exportaciones
locales, incorporando las ventas externas de productos industriales como forma de expandir la
disponibilidad de divisas destinadas a la compra de bienes intermedios y capital demandados por el propio
sector industrial. A partir de 1966 las exportaciones de origen industrial crecieron a tasas notablemente
superiores a la de las ventas externas totales e incluso a las manufacturas de origen agropecuario,
incremento igualmente relevante en la participación de las exportaciones de origen industrial. Las
exportaciones de origen industrial alcanzaron su mayor incidencia relativa durante el gobierno peronista,
que implemento un conjunto de políticas promocionales destinadas explícitamente a expandirlas y a
diversificar los mercados jerarquizando a los países latinoamericanos y a los que conformaban el bloque
socialista. Los bienes de origen industrial fueron el componente mas dinámico de las ventas externas
durante la segunda etapa de sustitución de importaciones.
En la caída registrada en las exportaciones de productos textiles, pasaron de ser los más importantes en
1962 a ser intrascendentes en el último año de la serie. Hubo una mayor diversificación de las empresas
textiles que accedieron al mercado interno. Este decaimiento de las exportaciones de productos textiles
fue compatible con la perdida de relevancia de la burguesía nacional en las ventas de las 100 empresas
de mayor facturación, las que se ubicaban como las principales exportadoras de bienes.
30
Las actividades industriales de mayor dinamismo fueron la producción de maquinarias y material eléctrico
y la automotriz. En una situación intermedia se encontraban la química, la siderurgia y metalúrgica. Si bien
el papel de las exportaciones fue un factor clave en la modificación de las características que adopto el
ciclo sustitutivo a mediados de la década del 60, también hubo endeudamiento externo.
La deuda contraída por el sector publico era el principal, aunque no el único componente. Eran
obligaciones contraídas con los organismos internacionales de crédito que tuvieron como objetivo
fundamental subsanar las restricciones surgidas en el sector externo de la economía argentina. La deuda
externa del sector privado fue minoritaria, pero se fue incrementando a lo largo del tiempo.
La deuda externa fue otra variable relevante para ampliar la disponibilidad de divisas. El tipo de
endeudamiento externo contribuyo a que la fase depresiva del ciclo sustitutivo no implicara una reducción
del valor agregado en términos absolutos sino una desaceleración de su ritmo de expansión, lo que
permitió un crecimiento del PBI, en el mediano o largo plazo, superior al registrado durante la etapa
anterior. Se observa entonces la disponibilidad de un saldo creciente de divisas, ya que las principales
variables del sector externo no neutralizaron el efecto positivo que trajo aparejado el nuevo
comportamiento tanto de las exportaciones como de la deuda externa. La tendencia en las divisas
disponibles entre 1958 y 1964 fue decreciente, mientras que la vigente entre 1965 y 1975 fue creciente.

DICTADURA Y DEMOCRACIA (1976-2001)

LA ECONOMIA DEL PROCESO: REFORMA FINANCIERA Y APERTURA, ENDEUDAMIENTO Y CRISIS

Los antecedentes: acumulación con “represión financiera”


El modo de acumulación dominante, con eje en la industrialización sustitutiva de importaciones, había
conformado una economía semicerrada, con un sector industrial protegido y fuertemente oligopolizado y
un sector agroexportador de escaso dinamismo.
Una segunda constatación: aquella expansión se apoyaba en la acumulación financiada casi
exclusivamente con el ahorro generado internamente.
Entre 1964 y 1974 la economía se expandió año tras año sin enfrentar crisis de balance de pagos
comparables a las del pasado. Esto era un reflejo del relativo éxito de las políticas de promoción de
exportaciones no tradicionales: las exportaciones industriales, que apenas llegaban al 3% del total hacia
1960, habían alcanzado a 24% en 1975. El sesgo “anti comercio” que se atribuía al modelo basado en la
sustitución de importaciones se iba alterando en forma paulatina.
El estado jugaba, en el modelo de acumulación basado en la sustitución de manufacturas industriales, un
papel central tanto en la generación de ahorros cuanto en su asignación. La inversión era financiada en
parte a través de mecanismos de ahorro forzoso y transferencias de riqueza financiera entre sectores,
como el impuesto inflacionario.

Los antecedentes: Alta inflación


En 1975 el gobierno peronista que había sido elegido en 1973 atravesaba su crisis final, en un cuadro de
inflación reprimida y muy elevado déficit fiscal, cubierto en gran medida con emisión monetaria.
El rodrigazo, un intento de producir una fuerte devaluación real y de incrementar las tarifas públicas
mediante un shock nominal, para corregir los desequilibrios de balance de pagos y fiscal que presentaba
por entonces la economía, coincidió con esa grave crisis política y encontró una intensa resistencia
salarial.
La naturaleza del procesos inflacionario sufrió una transformación. Solo en dos oportunidades en 1980 y
1986 las tasas de inflación cayeron por debajo del 100% anual.
El régimen de alta inflación en el que opero la economía argentina desde entonces se caracterizaba
centralmente, por una trama de contratos en los que predominaba la indexación automática a la inflación
pasada.

De la apertura financiera a la crisis


En 1976 se inicio, con el golpe militar que derroco a Isabel Perón, un intento de cambio radical de las
condiciones de funcionamiento de la economía. En el plano económico se trataba de daro a los mercados
el papel central en la asignación de recursos.

31
Las políticas aplicadas en un comienzo no se apartaron, de las características de los planes de ajuste
tradicionales, basados en devaluación y reducción del gasto público, excepto por la profundidad del
cambio regresivo en la distribución del ingreso producido en 1976.
Luego de una reducción inicial del gasto publico basada en el congelamiento de los salarios, se observo
un fuerte incremento de aquel, debido a una notable expansión de la inversión pública. Esta política
favoreció el crecimiento de diversos sectores empresariales proveedores y contratistas del estado,
beneficiarios también, de la promoción industrial. Desarrollaron y fortalecieron algunos conglomerados
económicos de origen nacional que adquirían protagonismo.
A mediados de 1977 una reforma financiera cambio profundamente la forma de funcionamiento del
sistema financiero, liberando las tasas de interés y colocando en manos de los bancos decisiones de
asignación del crédito. El banco central comenzó a aplicar medidas monetarias muy restrictivas, la cual no
estaba aun dando buenos resultados en materia de control de la inflación.
Mientras el disciplinamiento de los formadores de precios y de los asalariados parecía progresar con
lentitud puesto que los precios internos y los salarios en dólares subían, un nuevo elemento, que resultaría
decisivo por sus efectos de largo plazo sobre la economía, aparecía con intensidad en la escena
económica: los movimientos internacionales de capitales. Los movimientos de capitales serán limitados y
estaban normalmente sujetos a restricciones. El cambio en este periodo fue drástico. Los controles a los
movimientos de capitales fueron progresivamente eliminados, y la economía paso a estar financieramente
abierta.
La apertura financiera era concebida como plenamente funcional a la política de estabilización: permitía
financiar el déficit comercial al que posiblemente daría lugar la combinación de políticas escogida.
Las tasas negativas incentivaron la demanda de crédito interno y externo, lo que alimento a su vez la
demanda agregada y favoreció la expansión de la economía. El ingreso de divisas permitió además la
acumulación de reservas en el banco central.
Fines de 1979, la ya notoria sobrevaluación de la moneda parecía tornar cada vez más riesgoso el
endeudamiento en dólares.
El sector agropecuario es también afectado por la caída de su tasa de rentabilidad. El nivel de actividad
dejo de expandirse y enseguida comenzó a declinar. Eso combinado con la suba de las tasas de interés,
empeoro la situación de los deudores, agropecuarios y otros. Maduraron condiciones para una crisis
financiera, que se inicio en marzo de 1980, con la quiebra del que era por entonces el mayor banco
privado nacional, el banco de intercambio regional, a la que siguió la de varias otras entidades.
A lo largo de 1980, la salida de fondos se reflejo en la caída de depósitos y complico aun mas la delicada
situación bancaria interna. El gobierno desarrollo entonces una serie de acciones a sostener la política de
estabilización. Se forzó un mayor endeudamiento público externo, para recomponer las reservas que eran
minadas por las fugas de capitales privados. Las empresas estatales cancelaron créditos internos
recurriendo a fondos obtenidos mediante endeudamiento en el exterior. Los balances de las empresas
públicas aumentaban considerablemente su exposición al riesgo de una devaluación, mientras que el
sector privado estaba haciendo exactamente lo contrario.
El banco central concedía créditos a los bancos que enfrentaban dificultades para hacer frente al drenaje
de depósitos. Para reafirmar su compromiso con la política de estabilización, en 1980 el gobierno redoblo
la apuesta, eliminando las últimas restricciones, que todavía afectaban a los movimientos de capitales,
procurando convencer al público de que se seguiría hasta el final con las reglas establecidas.
La tablita cambiaria fue abandonada en febrero de 1981, cuando el propio ministro Martínez de hoz
produjo una devaluación de 9%.
Las notables fugas de capitales ocurridas en 1980-1981 convirtieron a la argentina en una economía
dolarizada, las tendencias financieras totales del sector privado interno paso a estar constituida por
moneda extranjera p activos en el exterior.

El ajuste caótico y la herencia económica de la democracia


Se inicio la fase final de la economía del régimen militar. La etapa del ajuste caótico.
Las políticas económicas estuvieron dominadas en este lapso por dos elementos básicos: por los intentos
de reequilibrar el balance de pagos, que se había deteriorado entre 1978 y 1980, mediante fuertes
devaluaciones y la utilización de diversos mecanismos que significaron masivos subsidios al
endeudamiento externo privado. Y por las acciones orientadas a reducir el sobreendeudamiento de
importantes sectores de empresas privadas que había resultado de la fase interior, y que fue agravado
32
por el efecto de las devaluaciones sobre las deudas en moneda extranjera. Esto llevo a la estatización de
buena parte de la deuda privada externa. Esta fue licuada con los depósitos del público en el sistema
financiero, mediante la fijación de las tasas de interés de niveles muy inferiores a la inflación, por el
entonces titular del banco central, Domingo Cavallo. El banco central soporto grandes pérdidas como
consecuencias de los subsidios otorgados al endeudamiento privado externo y también crédito privado
interno.
En relación con el balance de pagos, se verifico un cambio estructural. Como consecuencia de los nuevos
y muy elevados niveles de endeudamiento del país, la cuenta corriente paso a ser crónicamente deficitaria,
a pesar de la importante mejora que se alcanzo en el saldo del comercio.
A partir de 1981, el carácter parcial del ajuste externo que la argentina pudo lograr dio lugar a un
permanente exceso de demanda de divisas, y a la acumulación de atrasos de los pagos al exterior.

Las cuentas públicas y el superávit comercial


La transferencia interna. Los intereses de la deuda recaían sobre las cuentas fiscales, las divisas
requeridas para hacer frente a los correspondientes pagos, eran generadas por el sector privado. El
estado debía contar con recursos para comprar las divisas a los exportadores.
No solo no se intento una solución más permanente para el problema de la transferencia interna, y del
financiamiento fiscal en general, sino que el progresivo debilitamiento del gobierno militar y de la
capacidad de gestión administrativa, tendió a agravar la situación.
El ahorro nacional, descendió dramáticamente. El déficit fiscal del año 1983 fue equivalente al 15,6% del
PBI. El grado de monetización de la economía había descendido abruptamente, a pesar del saldo
comercial favorable, la cuenta corriente del balance de pagos de 1983 presentaba un déficit superior
debido a la carga de los intereses de la deuda.
Los problemas derivados del endeudamiento externo podrian ser aliviados considerablemente por la
combinación de dos elementos: una actitud favorable de los gobiernos del mundo desarrollado hacia la
nueva democracia y una posición negociadora diferente de la atribuida a los funcionarios del régimen
militar.
Se mantuvo la tendencia ascendente de los salarios que se había iniciado en los últimos meses de la
dictadura, “pacto militar sindical”. El producto se expandió moderadamente como resultado de crecimiento
del consumo. El déficit fiscal siguió por sobre los doce puntos del PBI.

El principal intento de estabilización del primer gobierno democrático: El plan austral


El creciente descontrol del curso de la economía llevo entonces al gobierno a intentar la estabilización
mediante un complejo e innovador programa de shock, lanzado a mediados de 1985, el plan austral.
Apuntaba no a profundizar el ajuste del balance de pagos, sino a recuperar ciertos equilibrios internos y
parte de la capacidad de maniobra gubernamental en el campo de la política económica. Acciones
dirigidas a regular los precios básicos de la economía: tipo de cambio, salarios, tarifas públicas.
La política de ingresos consistió en la fijación del tipo de cambio y del congelamiento de salarios, tarifas y
precios industriales. Apuntaba a quebrar la inercia inflacionaria, interrumpiendo las prácticas de indexación
a la inflación pasada.
El déficit fiscal y el ritmo de creación de dinero debían reducirse abruptamente. El gobierno anuncio el
compromiso de no emitir dinero para financiar el desequilibrio de las cuentas públicas.

El contexto externo de los tempranos noventa


Las tasas de interés internacionales cayeron drásticamente desde 1989 en adelante. Esa caída de los
rendimientos financieros internacionales alentó los flujos de capitales hacia los mercados que comenzaron
entonces a ser dominados emergentes.
Ambos factores, la baja de tasas de interés y la recuperación del acceso a fondos en los mercados
privados, tuvieron mucha gravitación en el desempeño macroeconómico latinoamericano en los tempranos
noventa, al permitir remover la restricción externa, o sea la escasez de divisas que limitaba el crecimiento.
Uno de los componentes de la desregulación financiera fue la legalización de las transacciones internas en
cualquier moneda. Hubo una progresiva dolarización de las relaciones financieras internas que alcanzo, a
los depósitos y los créditos bancarios. En los momentos finales de este régimen macroeconómico, casi
75% de los depósitos privados en los bancos locales, y poco menos de 80% del crédito, se encontraba
denominado en dólares.
33
Baja inflación y crecimiento
El índice de precios al consumidor se incremento en 58,5% en el mismo lapso. La caída del ritmo
inflacionario fue abrupta, la inflación residual que se acumulo en los primeros tres años no fue
despreciable. Esto se explica por el mayor peso que tienen los bienes y servicios no comercializables
internacionalmente en el cálculo del IPC, y expresa, el cambio de precios relativos ocurrido en el periodo.
Cuando el salario se mide en relación con el IPC, en términos de una canasta de bienes internos, o en
términos reales, tiene un comportamiento muy diferente, que relaja también el proceso de apreciación
cambiaria. Los precios de los bienes y servicios no transables también subieron considerablemente
medidos en dólares. El salario deflactado por este índice apenas ascendió, al inicio del programa, tras
haber sufrido una caída en los meses anteriores.
En los tempranos 90, el éxito antiinflacionario se conjugo con una rápida expansión económica, extendida
a lo largo de cinco años.

Apreciación y desempleo
Aun en esa fase de crecimiento inusitadamente rápido, las tasas de desempleo hayan comenzado a
incrementarse. Esto revela uno de los afectos mas corrosivos de la fuerte apreciación cambiaria de los
tempranos noventa. La relación entre las personas ocupadas y la población comenzó a declinar, por la
pérdida de puestos de trabajo de ese carácter en la industria manufacturera, sometida a la doble presión
de la apertura comercial y el dólar barato. Muchas firmas no lograron sobrevivir.
La pérdida de puestos de trabajo industriales afecto sobre todo a los ocupados hombres y jefes de hogar,
y no fue compensada por la creación de nuevas posiciones laborales en otros sectores.

Recesión y después
El PBI recupero el sendero ascendente. A mediados de 1998, en parte como resultado de un nuevo shock
externo negativo debido a la crisis rusa, que impacto sobre los movimientos internacionales de capitales,
se inicio una extensa contracción que culminaría a fines de 2001 con el abandono del esquema de caja de
conversión, en medio de una profunda crisis económica y política.
Entre el segundo trimestre de 1998, cuando el PBI alcanzo su máximo en la década, la declinación del
producto agregado fue de 15,6%. Son anteriores a la devaluación y a la ruptura de los contratos, factores a
los que una difundida interpretación entiende como causa principal de la crisis.
Un punto importante, es el cambio favorable en el mercado financiero, con una fuerte caída de las tasas de
interés internacionales y la recuperación del acceso a fondos externos. Ya en 1991 los ingresos de
capitales adquirieron significación. En la fase inicial de los años 90, las entradas netas de fondos del
exterior superaba al déficit en cuenta corriente, partiendo de un stock inicial muy bajo, se acumularon
reservas de divisas a un ritmo muy importante.
A lo largo de la fase de auge, la fragilidad externa de la economía había aumentado: el déficit en cuenta
corriente había tendido a crecer y se venía acumulando deuda. La dependencia en relación con influjos
positivos de capital se había hecho más notoria.
En lugar de experimentarse el mecanismo endógeno de ajuste propio del régimen de caja de conversión,
el shock externo negativo dio lugar a una veloz y masiva fuga de capitales a comienzos de 1995, con una
suba vertiginosa de la prima de riesgo y de las tasas de interés. Estos factores llevaron a la economía a
una contracción y a una crisis financiera, que fue seguida de una intensa concentración bancaria.
Se recupero el acceso a fondos externos, los ingresos netos de capital comenzaron a superar nuevamente
al déficit en cuenta corriente, que se había reducido como consecuencia de la recesión, se acumularon
reservas y con ello se expandió la cantidad de dinero y de crédito, alentando el crecimiento de la demanda
y el incremento del producto.
El déficit de cuenta corriente volvió a aumentar rápidamente, se acumulo deuda a un ritmo importante, y
con ello se fortaleció la dependencia de la economía en la relación con las condiciones financieras
internacionales.
Los ingresos de capitales declinaron a partir de ese momento y se atenuó la acumulación de reservas, se
freno la expansión, para que luego se iniciara la contracción.
Desde mediados de 1998, los capitales privados dejaron de fluir en cantidades importantes, para
finalmente iniciar un movimiento contractivo abrupto durante 2001. En esta larga contracción, el
mantenimiento del acceso a fondos multilaterales por parte del gobierno no fue suficiente para reabrir los
mercados privados de crédito, que se cerraron progresivamente de la crisis rusa.
34
El papel del aumento de la deuda pública externa a lo largo de los noventa puede verse en mejor
perspectiva si se compara con el comportamiento del endeudamiento privado. El incremento de la deuda
externa pública bruta entre los extremos de la década explica menos de 40% de la variación de la deuda
externa total en el periodo.
El nivel de actividad se mantuvo deprimido, comprometiendo la recaudación fiscal y las propias metas de
recomposición de las cuentas públicas. Puede decirse que una y otra vez la política fiscal contractiva actuó
de manera autodestructiva, contribuyendo en realidad a consolidar un escenario depresivo y un cuadro de
expectativas muy negativas
En marzo y abril los depósitos bancarios se redujeron en alrededor de 6700 millones de dólares y las
reservas en 7900 millones, lo que constituyo una caída de 22% en el correspondiente stock.
La corrida se reanudo en julio-agosto, y nuevamente en noviembre. La fuga de depósitos fue muy intensa
y llevo al gobierno a establecer, desde comienzos de diciembre, restricciones a los retiros de efectivo de
los bancos y a los movimientos de capitales. Era formalmente el fin de la caja de conversión.
Las medidas de restricción financiera de diciembre contribuyeron a un agravamiento súbito de las
tensiones sociales y políticas. Cayo en 1999 el gobierno electo, y el país entro en default en los pagos del
servicio de la deuda pública y abandono definitivamente la paridad de 1 a 1 del peso con el dólar de los
Estados Unidos.

DESINDUSTRIALIZACION, HIPERINFLACION, CONVERTIBILIDAD Y CRISIS 1976-2001

Las políticas económicas (1976-1981)


“Proceso de reorganización nacional” propuso formas institucionales más complejas, en un intento de no
repetir la experiencia de Ongania. Modelo de economía semicerrada y de fuerte intervención estatal,
centrada en la industrialización sustitutiva. Con el apoyo de las fuerzas Armadas, los grupos liberales
consiguieron nuevamente el control del ministerio de Economía, que iba a durar 5 años, Martínez de Hoz;
planteo que el problema de la argentina era su falta de crecimiento, la declinación de la participación en el
comercio mundial y el establecimiento de las exportaciones primarias. Un síntoma clave de la crisis
económica era la perduración de altas tasas de inflación, Hoz proponía una progresiva liberación
económica con la reimplantación de los incentivos del mercado, la apertura de la economía local, la
racionalización del papel del estado y la privatización de empresas públicas.
Entre el 1976-1977, se llevo a cabo una política ortodoxa. La crítica situación de sector externo resulto
aliviada por dos créditos del FMI, que mejoraron la disponibilidad de divisas. A finales de 1976, se
unificaron los tipos de cambio para operaciones comerciales y financieras. Martínez de Hoz, derogo la ley
peronista de inversiones extranjeras. A mediados de 1977, un aspecto clave fue la liberalización de las
tasas de interés, cuyo objetivo declarado era estimular la competencia y la transparencia en el sector
financiero. Ese año se detecto un record historia del 446% de inflación, dicha tasa alentó el ingreso de
capitales extranjeros, el endeudamiento externo de las firmas y la emisión monetaria, conspirando contra
el objetivo oficial de contener la inflación.
Se abandono la política ortodoxa. La nueva política económica fue anunciada en diciembre de 1978 y se
prolongo hasta marzo del 1981, cuando finalizo el gobierno de Videla. La estrategia consistió en la fijación
oficial de un tipo de cambio mediante devaluaciones programadas “la tablita”, una reforma aduanera que
reducía los aranceles para la introducción de artículos y la apertura al ingreso de capitales extranjeros. La
actividad económica se paralizo y un gran número de empresas quebró. Ente 1977- 1978, la deuda
externa argentina había crecido debido a la adquisición de material de guerra en medio de la
profundización de las tensiones con Chile por conflictos limítrofes del canal de Beagle. En marzo de 1980,
la decisión del Banco Central de intervenir y liquidar bancos. Nada esto freno la presión sobre el tipo de
cambio ni la elevada tasa de interés.

Después de Martínez de Hoz


En marzo de 1981, el general Roberto Viola asumió la presidencia y Sigaut, opositor de Hoz, ministro de
Economía. Su mandato no fue bueno. Ambos son reemplazados por Galtieri como presidente y Alemann
como ministro de Economía. La carga más pesada era el endeudamiento externo de los privados, ya que
las devaluaciones periódicas de la moneda había incrementado su peso en forma consideraba. El estado
asumió estas deudas.

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La pasada herencia de “Progreso”
Alfonsín presidente. Durante su primer año del gobernó radical, la política oficial fue conducida por
Grinspun, un economista radical que había colaborada con el equipo económico del ex presidente Illia.
Alfonsín tuvo una mirada más política que económica. La protesta social, que incluía una buena dosis de
conflicto político entre peronistas y radicalismo, se acentuó en 1986, la CGT llevo adelante cuatro paros
generales. Una reforma del estado, que incluyo la privatización parcial de Aerolíneas Argentinas, de la
empresa nacional de telecomunicaciones (ENTEL) y otras empresas estatales menores. La creciente
debilidad del oficialismo alimentó la profundización de la crisis económica. En 1988, el gobierno lanzo el
plan Primavera, que disponía un acuerdo de precios y salarios, y establecía un aumento de las tarifas
públicas con el gobierno de recomponer los ingresos del estado.

La hiperinflación de 1989-1990
El gobierno justicialista de Menen A fines de 1988, el déficit fiscal seguía ascendiendo y la balanza de
pagos mostraba una tendencia deficitaria. Menen asumen en mayo de 1989. El impacto negativo de la
hiperinflación, que afecto los ingresos de amplio sectores de las clases populares y los sectores medios
asalariados y el estallido de conflictos sociales y saqueos en las grandes ciudades. El presidente decidió
conceder el manejo de la economía de Bunge & Born, implementaron un plan de estabilización que
consistía en una devaluación el austral del 170%, incrementos de tarifas e impuestos y acuerdos de
precios con las empresas líderes. El gobierno también logro la sanción de dos leyes, de emergencia
económica y de reformas del estado. La reorientación propuesta por el menemismo causo también una
división en el movimiento obrero y una fractura en la CGT. El gobierno anuncio el plan Bonex, que
consistía en la conversión compulsiva de depósitos a plazo fijo en bonos de la deuda pública a un tipo de
interés bajo con respecto a los intereses pagados en el mercado a otras inversiones. Al mismo tiempo, se
incremento sus ingresos mediante la generalización del impuesto al valor agregado (IVA). El conjunto de la
medidas tendió a mejorar la posición el austral frente al dólar y modero la inflación, aunque el costo de
sumergir la economía en la recesión. Entre 1989 y 1990 alentaron un nuevo clima, que privilegiaba el
mantenimiento de la estabilidad monetaria a cualquier costo.

El sueño de la convertibilidad
En 1991, se sanciono la ley que estableció la convertibilidad de la moneda nacional con respecto al dólar
a un tipo de cambio fijo. La convertibilidad buscaba la estabilización de los precios a la paridad establecida
en el tipo de cambio, al limitar la base monetaria a las reservas del banco central que clausuro la
posibilidad de que en el futuro del déficit del tesoro cubierto con emisión monetaria. La política de
estabilización fue acompañada de la reforma de estado, la desregulación de los mercados y la apertura de
la economía. Políticas inspiradas en el neoliberalismo: el papel del estado empresario y las regulaciones
sobre el mercado laboral. La ley autorizo a los empresarios a emplear trabajadores en forma temporaria y
redujo los costos laborales. Las reformas incluyeron las normas sobre seguros y accidentes de trabajo.
Cavallo, suspendió licencias de importación y acelero la conformación del Mercosur. La expansión
económica en los tempranos años noventa fue impulsada por el fuerte ingreso de capitales extranjero y las
privatizaciones. Contexto: la crisis mexicana de ese año y luego las crisis asiáticas, brasileña y rusa de 97-
98 empujaron a la argentina a una nueva crisis a finales de 1990, acompañada de un incremento de la
desocupación.

La crisis de fin de siglo (1998-2001)


El peso, atado al dólar, sufrió una nueva apreciación, con lo que la competitividad de la producción
nacional frente a la importada declino y la exportaciones de productos argentinos se vio perjudicada en
extremo. En dic de 1999, Fernando de la Rúa presidente. Encabezado por la unión cívica Radical y el
FREPASO. El gobierno lanzo el “megacanje” un programa de refinanciación de la deuda que resulto muy
costoso en términos de las obligaciones comprometidas. Designo a Domingo Cavallo al frente del palacio
de Hacienda, quien estableció el “Corralito” medida que impedía retirar el dinero de los bancos aunque
permitía utilizar esos fondos dentro del sistema financiero, para evitar colapsos bancarios.

Los sectores de la producción

La nueva faz del agro pampeano


Una severa crisis ganadea y la mayor rentabilidad de la agricultura impulsaron el traslado de las tierras
dedicadas a la ganadería hacia la agricultura. A partir de 1977, la ganadería retrocedió de manera
considerable. A partir de 1976, la política económica de Martínez de Hoz favoreció al sector por medio de
la eliminación de las retenciones y la puesta en marcha de una generosa política de créditos oficial. Hacia
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1978, el cierre de mercado europeo para las carnes argentinas y la combinación de atrasos cambiarios
con altas tases de interés deterioraron los ingresos de los productores. A mediados de 1980, se detuvo el
crecimiento del agro pampeano iniciado 20 años atrás. En la década del 90, las políticas de desregulación
de los mercados de apertura de la economía afectaron al sector primario. El gobierno elimino las
retenciones para la introducción de maquinas e insumos destinados al agro. El fuerte despegue de los
precios mundiales entre el 94 y 98 mejoro las expectativas de los productores. A partir del 94, la
producción de cereales se elevo. El desarrollo de la producción fue impulsada por dos el maíz y la soja, y
el trigo creció a un ritmo menor. Se emplearon nuevas semillas hibridas y fertilizantes químicos. La
industria lechera y la avícola también tuvieron un notable crecimiento en esta década. La ganadería bovina
atravesó una etapa de cambios, la demanda domestica se debilito y luego de 1996, las exportaciones se
vieron muy perjudicadas por la enfermedad de la vaca loca.

La económica del interior


En 1970, el atraso cambiario afectaba la rentabilidad de los productores, impidieron la exportación de
productos como el algodón, té, tabaco y tung. En 1981, la devaluación de la moneda asestó un duro golpe
a los productores, fuertemente endeudados en su mayoría. Entre 1985 y 1997, el crecimiento del volumen
de producción agrícola no pampeana mostro un dinamismo mayor al de la regios pampeana. Los
principales cultivos no pampeanos continuaron siendo la caña de azúcar y la vid. Las políticas neoliberales
eliminaron los mecanismos de intervención afianzados durante medio siglo, como los cupos de
producción, los pecios oficiales y las cuotas de abastecimiento, aunque ello no supone el fin de la
protección aduanera. Las desregulaciones de la industria, la contracción del mercado domestico y el
ingreso de empresas extranjeras alentaron un cambo en la industria: la producción de vinos de mesa
comunes descendió y se elevo la elaboración de vinos de calidad.
En el noreste, la economía algodonera, entre 1985 y 1998, la producción de fibras creció un 87% gracias a
la aplicación de la superficie cultivada y, en menor medida a los rendimientos. Hacia el final de la década,
la expansión de la soja comenzó a afectar el cultivo algodonero, ya que ofrecía menores costos de
implantación y mayores márgenes de ganancia. El arroz también tuvo un auge.

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