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Luego de un intento de Ortiz de garantizar elecciones libres. El oficialismo había vuelto a recurrir al fraude
electoral en muchos distritos. Había dirigentes opositores que consideraban la intervención militar como la
única alternativa posible para la restauración de las condiciones electorales aceptables y trasparentes.
Frente a las elecciones presidenciales de 1943 la candidatura oficialista de Robustiano Patrón Costas
(conservador, partidario del fraude, miembro de la elite salteña, hacendado y empresario del azúcar en
ingenios) + Pedido de renuncia que Castillo formulo a su Ministro de Guerra el Gral. Ramírez
desencadeno:
Otro Golpe 4 de junio de 1943. Derroco al presidente Castillo Arturo Rawson -- disputa entre
militares-- Pedro Ramírez Edelmiro Farrell (Perón Ministro de Guerra – Vicepresidencia de la
Nación). Comenzó a ganar visibilidad la figura del Coronel Juan Domingo Perón.
El ejercito aparecía involucrado institucionalmente. Eran los propios mandos de guarniciones y sus altas
autoridades los que hacían intervenir el ejército en la definición de la situación política y en el ejercicio
directo del manejo del aparato estatal.
El GOU En el interior del ejercito el Grupo de Oficiales Unidos (GOU) fue el sector más eficaz y
operativo. Se trataba inicialmente de una logia secreta, constituida en gran parte por coroneles y tenientes
coroneles, mayores y capitanes y pocos generales. Eran oficiales de rango bajo y medio relativamente
jóvenes. En el golpe el GOU tuvo un lugar secundario, esta logia pronto se transformó en el único sector
en condiciones de encauzar el proceso abierto luego del golpe.
Cerrar profesional de Perón Profesor en la Escuela Superior de Guerra, agregado militar en Chile y
cursos de perfeccionamiento realizados en la Italia fascista entre 1930 y 1940. Tenía contactos iniciales
con el uriburismo y un alineamiento final con el bando de Justo en el golpe de 1930.
Preocupaciones del GOU:
La defensa nacional: tarea que competía a toda la Nación.
La autonomía industrial: necesaria para garantizar la defensa, frente a la decisión norteamericana
de suspender la venta de armas como una de las respuestas a la política de neutralidad argentina.
Intervención estatal en la vida económica: modo de evitar en conflicto y la lucha de clases.
Política social: atenuaba la posibilidad de que se abrieran frentes internos de disputa articulados
alrededor de las diferencias sociales y fortalecía la capacidad bélica de la población.
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Hacia el 17 de Octubre
Con distintos mecanismos se iba tejiendo una rama que convertiría a Perón en líder de vastos sectores
populares y de los trabajadores (reuniones con la dirigencia sindical).
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Luego de la victoria electoral del peronismo se produjeron algunos cambios en el plano político:
Desaparición de la Unión Democrática, la alianza no se recuperó de la derrota.
Los socialistas sufrieron una conmoción electoral importante. El PS se mantuvo como uno de los
núcleos antiperonistas más duros y consecuentes.
Las relaciones de PC y el gobierno también se modularon en función de las relaciones diplomáticas
con la Unión Soviética.
Las elecciones de 1946 pusieron de manifiesto la extinción de varias de las fuerzas que habían
controlado el aparato estatal desde el golpe de 1930. Ni al UCR Antipersonalista, ni el Partido
Socialista Independiente tuvieron un lugar destacado en la partida. Los grupos conservadores se
dispersaron, dejaron de constituir alternativas con posibilidades electorales a escala nacional, se
debilitaron marcadamente en provincias donde habían tenido gran potencia.
EL PERONISMO EN EL GOBIERNO
Primera presidencia
Antes de asumir Perón decidió la unificación de las organizaciones que lo habían apoyado en el Partido
Único de la Revolución Nacional, transformado en Partido Peronista a comienzos de 1947. En el
laborismo, de fuerte raigambre sindical, poco recibieron la medida con fervor, ya que el Partido Laborista
era una herramienta que los viejos dirigentes sindicales intentaban utilizar para mantener cierto margen de
acción autónoma ante el estado y ante Perón. En 1949 el Partido Peronista de dividió en ramas: sindical,
masculina y femenina (Partido Peronista Femenino) y el liderazgo que Perón ejercía en los hechos se vio
ratificado formalmente por su carácter de jefe de partido.
Juan Domingo Perón y Hortensio Quijano asumieron sus cargos el 4 de junio de 1946. Entre 1946 y 1955
los desempeños electorales del peronismo, en elecciones parlamentarias o presidenciales, se estabilizaron
alrededor del 60% a escala nacional y el radicalismo núcleo más fuerte de la oposición el 30% de los
votos.
La figura de Evita adquirió importancia tanto en las relaciones más institucionales con la dirigencia obrera
como en aquellas más informales con lo que ambos líderes solían llamar “el pueblo peronista”.
1949 tuvo lugar la reforma constitucional que estableció el voto directo para presidente, vicepresidente y
senadores nacionales y posibilito la reelección. También se estableció el derecho al voto de las mujeres.
Reestableció el sistema de circunscripción uninominal. Versión del liderazgo peronista más jacobina,
relación directa con sus partidarios, los más desprotegidos, y más hostil a la oligarquía.
Situación política Solidos apoyos electorales del oficialismo; existencia de un importante sector de la
sociedad que se manifestaba opositor y que lograba sostenerse; dificultades de los dirigentes de los
partidos opositores para construir una alternativa de reemplazo dentro del propio espacio de la política.
El peronismo se concebía como la mayoría popular que legítimamente tenía el derecho a gobernar y veía
a sus opositores como minoría. Se tildaba a los opositores de enemigos de la nación y del pueblo, de
aliados de la oligarquía, el imperialismo. Obstaculizaban el proceso de transformación encarada por el
gobierno y alteraban la vida tranquila y justa de la que gozaban los trabajadores y el pueblo.
Para la oposición el peronismo violaba las normas del juego político leal (prohibición que sufrió la
oposición de utilizar la radio en las campañas electorales).
La UCR (opositores) el partido más estable y con mayor apoyo, pero se vio atravesada por pujas internas
entre unionistas e intransigentes.
Apoyos iniciales: fuerzas armadas y la iglesia.
Políticas de industrialización acelerada.
Nacionalización de servicios y algunas manufacturas.
Consolidación de políticas sociales.
Política de reparto.
Situación económica La situación económica a la salida de la Segunda Guerra mundial tenía dos
carcateristicas:
Se disponía de divisas acumuladas en virtud de varios años de balanza comercial favorable,
resultado de la restricción de las importaciones a causa de la guerra. Luego del conflicto los precios
de los productos agropecuarios, en alza, fortalecieron este saldo favorable.
Se había ampliado y consolidado el sector industrial asociado a la sustitución de importaciones, en
alza notoria desde mediados de 1930. La tendencia a la industrialización se había visto favorecida
por la guerra, cuando la producción industrial de los países en conflicto estaba en gran parte
destinada al esfuerzo bélico, así como a los sistemas de transporte marítimo.
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Política económica Primer Plan Quinquenal (1947-1951).
Antes de su llegada a la presidencia, Perón había conseguido que el gobierno militar nacionalizara el
sistema financiero, incluido el Banco Central y creara el Instituto Argentino para la Promoción del
Intercambio (IAPI) que podía intervenir en el comercio exterior, comprando a los productores y vendiendo
en el mercado externo; subsidiaba la producción de algunos bienes y resignaba recursos entre los
diversos sectores económicos.
Fue una de las herramientas utilizadas por el peronismo al momento de defender la industria local
apuntando a sostener la instruía liviana, relacionada con la ampliación del consumo popular.
Se retomaba y alentaba una política general de nacionalización que incluía: gas, teléfonos, puertos,
energía y ferrocarriles.
Lograr una mejora sustantiva en los salarios reales, lo que implicaría un fuerte impulso hacia la
redistribución de la riqueza, y de alcanzar una situación de pleno empleo, beneficiando a los sectores que
habían sido la base social del peronismo. La mejora en los salarios entendía el gobierno, actuaría como
motor de la demanda interna, que a su vez sostendría las posibilidades de expansión de la economía del
país y el desarrollo social.
Se produjo un fuerte crecimiento de la anticipación de los trabajadores en el ingreso y en las capacidades
de consumo y ahorro de los actores populares a raíz de los aumentos de salarios.
Los grupos populares como los grupos medios se vieron beneficiados.
Tales políticas se combinaron con las acciones de la Fundación Eva Perón, dedicada al auxilio de los
sectores populares menos integrados.
Impulso los créditos baratos para la vivienda a través del Banco Hipotecario Nacional y la construcción de
barrios.
De 1946-1955 Posibilidades de movilidad social ascendente para amplios sectores de la población, que
lograba alcanzar bienes y servicios que habían estado restringidos en etapas previas.
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17 de octubre: Dia de la Lealtad, gesta inicial del peronismo, momento en que los trabajadores
rescataban a su líder.
1º de mayo: “Fiesta del Trabajo”.
Cabildo Abierto del 22 de agosto de 1951: para imponer la candidatura de Evita a la
vicepresidencia.
Actos a fines de 1954, ante conflicto con la iglesia.
Concentraciones y marchas de 1955, ante las contiendas políticas de 1955.
Franjas sociales en oposición idea del 2arreo” de manifestantes, de la coerción aplicada para lograr la
movilización.
Reelección de Perón La cuestión de la vicepresidencia suscito disputa dentro del propio esquema de
poder del oficialismo. En 1951 la CGT apoyo la candidatura del presidente y la candidatura de Evita a la
vicepresidencia Cabildo Abierto del Justicialismo del 22 de agosto de 1951: la multitud vivo a Evita y
reclamo su candidatura. Lo cual fue cuestionado por la alta jerarquía militar y Evita renuncio a la
posibilidad de ser vicepresidente.
28 de septiembre de 1951 Gral. Benjamín Menéndez intento un golpe de estado que fue fácilmente
reprimido. Fue significativo porque señalaba que ciertas figuras de la oposición estaban decididas por
acciones por fuera de las estrictas políticas.
En el campo militar se produjo una conspiración que fue desbaratada antes de comenzar.
Elecciones de noviembre de 1951 Victoria del peronismo formula Perón-Quijano frente a los candidatos
radicales Ricardo Balbín-Arturo Frondizi.
Segunda presidencia
Asunción 4 de junio de 1952.
26 de julio de 1952, muere Evita.
Apoyos electorales importantes: *perfil trabajador (obreros industriales y empleados) de zonas urbanas de
economías capitalinas *variados y diferentes sectores sociales en el interior.
1952 Plan de Estabilización: Frenar la inflación. Se congelaron precios, salarios y tarifas por el
termino de dos años y se estableció que luego de ese plazo, cuando volviera a tener lugar las
discusiones entre empresarios y sindicatos por salarios, estas quedarían supeditadas a la
productividad. Fue eficaz. En 1954 las negociaciones entre sindicatos y empresarios se reabrieron
y se reactivo el activismo sindical (mejora salarial).
1953 Segundo Plan Quinquenal: Apunto a la industrialización pesada de los sectores básicos
(siderurgia, maquinaria y petroquímica). Convocatoria al capital extranjero (se firmaron acuerdos
petroleros con empresas de capitales norteamericanos). Objetivo: aumento de la productividad.
Avance del peronismo sobre las instituciones estatales.
El conjunto de principios doctrinarios del peronismo fue transformado en “doctrina nacional”.
Difusión de los principios peronistas en el ejército, pasando ser parte de la bibliografía examinada
en las escuelas militares.
Sistema de promoción militar que beneficio a partidarios del oficialismo.
“La razón de mi vida” fue transformado en texto oficial de las escuelas primarios e incluido en los
programas de literatura de las secundarias.
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Creación de la Confederación General Económica y sus equivalentes herramientas para la
intervención estatal, de carácter corporativos y afanes regulatorios, dirigidos s controlar la
expresión publica de los intereses sectoriales.
Expropiación del diario porteño “La Prensa” quedo en manos de la CGT así como otras
expresiones periodísticas opositoras.
Participación del gobierno en varias vías de la red de radiodifusión y en primeras transmisiones de
televisión.
La CGT era parte del movimiento peronista. Se afirmaron sindicatos mas grandes, con mayor
poder, mas modernos, burocratizados y menos permeables a la acción en la base.
Concilito entre peronismo y antiperonismo Se torno cada vez mas tenso dese 1950-1951 y creció
marcadamente 1953. Muerte de Juna Duarte. 15 de abril concentración en Plaza de Mayo explotaron
dos bombas atentado opositor respuesta peronista = fueron episodios graves.
Decisiones:
Eliminación de subsidios para colegios religiosos católicos.
Clausura de diario El Pueblo.
Sacerdote a prisión.
Supresión de la educación religiosa.
Sanción de la Lay de Divorcio.
Reducción de feriados religiosos.
Intento de reforma constitucional para establecer la separación Iglesia-Estado.
Activismo católico Acompañado por militares y dirigentes de partidos opositores Procesión de Corpus
Cristi de 1955: Junto a los católicos miembros de partidos comunistas, socialistas, radicales,
conservadores y nacionalistas católicos.
Crisis política de 1955 No existían reglas que resolvieran las tensiones entre el régimen y aquellos
actores ajenos a no totalmente integrados al peronismo como: partidos opositores, empresarios, iglesia
católica y clases medias. Los conflictos acumulados con todos ellos y con los partidos opositores se
radicalizaron y llegaron a los cuarteles.
16 de julio de 1955 oficiales de la marina y de la fuerza aérea intentaron un nuevo golpe de estado, uno
de los objetivos era asesinar a Perón. Bombardeo de la Plaza de Mayo y otras zonas céntricas. Por otro
lado, activistas peronistas emprendieron la quema de iglesias tradicionales y distinguidas del centro
porteño.
Pero levanto el estado de sitio, permitió que los opositores hablaran por al radio en mensajes a la
población y produjo modificaciones en el gabinete. Poco después, retomo la actitud de abierto
enfrentamiento, asumiendo el papel de jefe de una facción en lucha con un enemigo mortal. Esa actitud
definió muchas voluntades militares hacia el bando del golpe de estado del 16 de septiembre de 1955.
La sublevación comenzó en Córdoba, las tropas leales al gobierno se dieron por derrotadas.
23 de septiembre de 1955, el Gral. Eduardo Lonardi asumió la presidencia; la interna militar llevo a que el
Gral. E. Aramburu desplazara a Lonardi en noviembre.
Las fuerzas armadas estaban de nuevo en el poder.
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OTRAS DIMENSIONES DE LA EXPERIENCIA PERONISTA
Educación y cultura
Otro de los sectores en los que la política peronista se relaciono con la extensión social del bienestar fue la
educación. La escolarización de nuevos sectores, mientras que el analfabetismo continuaba su tendencia
a la disminución. Los avances mas significativos tuvieron lugar en el nivel secundario. Aumento el numero
de estudiantes que eran miembros de sectores trabajadores. También creció el numero d estudiantes en el
sistema universitario. Un decreto estableció la gratuidad de la enseñanza universitaria.
El 9 de Octubre del 45, los principales jefes militares consiguieron que Perón renunciara a todos sus
cargos oficiales en el gobierno de Farrell. Consideraban que el coronel se había apartado de los principios
de la revolución del 4 de Junio; lo acusaban de un desempeño demagógico al frente de la vicepresidencia,
del Ministerio de Guerra y de la Secretaria de Trabajo y Previsión; estaban convencidos de la intención de
Perón de ser presidente. Lo que había sido una destitución se convirtió en una detención.
Esto no impidió la proclamación de una huelga general para el día 18 de Octubre, ni tampoco la sorpresiva
congregación de multitudes obreras en la Plaza de Mayo desde las primeras horas del día 17 de Octubre.
El 45 no solo es importante por ser el año fundacional del movimiento político que llevaría a Perón al
poder. Es también el año de una fuerte inflación que superó el promedio mundial y cuyas consecuencias
fueron la caída del nivel de actividad y de los salarios reales y la desaceleración en el ritmo de creación de
empleo, en particular del empleo industrial. Un año mediocre y olvidable. Durante el cual las autoridades
económicas tuvieron como preocupación principal frenar la expansión del crédito y contener el
desequilibrio fiscal.
En ese año termina la 2GM en un siglo signado por las grandes guerras y por las secuelas de la
posguerra.
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En 1945 la industria manufacturera en el PBI superaba por primera vez en la historia argentina a la del
sector agropecuario. Así, guerra, posguerra e industrialización armaban el escenario inicial en el que se
desplegaría la política económica peronista.
Después de la guerra
La lectura que hacía Perón de la posguerra partía de considerar que de aquella no había surgido
ganadores claros, y de ello se iría convenciendo aún más al transcurrir los 3 primeros años posteriores al
armisticio, cuando los estrepitosos fracasos de los gobiernos de coalición de la Europa occidental dieran
lugar al inicio formal de la denominada GUERRA FRIA entre EUU y la Unión Soviética.
La herencia de la industrialización
Desde 1945, la industrialización argentina y sus consecuencias sobre la estructura social eran un
fenómeno acumulativo que venía de lejos.
Lo que para Perón representaba una experiencia vivida eran los 5 años previos a su llegada a la
presidencia. AL comenzar la 2GM, la opinión ilustrada coincidía en que el conflicto bélico tendría efectos
deletéreos (venenoso) sobre la producción.
Desde comienzos de la 2GM, la economía argentina experimentaba un proceso distinto del de la 1GM y
del de la Gran Depresión. En aquellos dos eventos, el derrumbe de las exportaciones y la fuga de
capitales habían llevado a la Argentina a recesiones profundas: faltaban divisas y sobraban bienes.
Durante la 2GM la dinámica fue otra: sobraban divisas y faltaban bienes, en particular los indispensables
para mantener en movimiento la maquinaria de la producción.
El caso de mayor impacto en la economía mundial fue el de los EEUU, prohibió algunas exportaciones,
redujo otras, se retiro de muchos mercados, aumento sus importaciones y usó las bodegas de sus barcos
casi exclusivamente para transportar municiones bélicas. La Argentina fue afectada por los movimientos
de este. Sufrió dificultades para acceder a bienes que hasta ese momento formaban parte de su comercio
regular. Comenzó a venderle significativamente a la primera potencia mundial y a ocupar su lugar como
proveedor de muchos países latinoamericanos.
Durante la guerra, la Argentina tuvo superávit en todas las áreas comerciales. El acceso de las
exportaciones argentinas al área del dólar permitió acumular divisas de libre disponibilidad. En 1946, luego
del cambio de gobierno, las reservas internacionales del Banco Central estuvieron constituidas en una
65% por oro y divisas de libre transferencia y en un 35% por divisas de compensación.
La insuficiencia en la oferta de bienes provenientes del extranjero en un contexto en que el sector externo
creaba dinero, tuvo una doble consecuencia. La primera consistió en que los gobernantes tuvieron que
cuidarse de la inflación y no de la recesión. La segunda fue que se abrió un espacio para una industria que
había venido consolidándose desde fines del siglo anterior y que ahora estaba en condiciones de ocupar el
lugar de las importaciones que no podían efectivizarse.
En 1945 Perón tenía una Argentina que emergía de la guerra e iba al encuentro del fenómeno político que
lo tendría como protagonista.
La guerra había sido un test con resultado positivo sobre la salud de la nueva estructura productiva y sobre
su capacidad de sostenerse y expandirse; había significado industrialización con crecimiento del empleo.
SI una primera reacción tendría Perón sería la de conservar el principal activo que heredaba: LA
INDUSTRIALIZACION.
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¿Prosperidad sin fin?
La necesidad política de Perón era la de sortear sin problemas el desafío de unificar en un movimiento
político y bajo su liderazgo personal los fragmentos que lo habían apoyado en las elecciones de febrero de
1946.
En cuanto al diagnostico económico, no podía estar, y no lo estaba, en contradicción de su estrategia
política. Perón entreveía un equilibrio político internacional inestable, con posibilidades de un nuevo
estallido bélico.
Esto hacia necesario que la Argentina se refugiase en su mercado interno como el espacio económico y
político donde asegurar su futuro.
Si lo que había que atender era el mercado interno, lo primero que había que hacer era darle forma. Para
ello Perón necesitaba consolidar una demanda interna que actuara como locomotora de un ciclo virtuoso
de crecimiento económico y cuyo punto de partida fuera la expansión del consumo.
Un factor vital ayudo al Gob. de Perón a cumplir su objetivo; con el final de la guerra y la gradual
adaptación de las naciones beligerantes a los nuevos tiempos de paz fue desapareciendo el racionamiento
de bienes importados. Los EEUU comenzaron a reconvenir su economía, ocupar mercados y expandir su
oferta de bienes al resto de las naciones.
Entre 1939 y 1948 hubo 10 años consecutivos de superávit de balanza comercial. Entre 1941 y 1948 hubo
8 años consecutivos de superávit de cuenta corriente; entre 40 – 46 hubo 7 años de acumulación de
reservas. La argentina había estado ahorrando en exceso y disponía de un sobrante de divisas, esto era
una invitación a gastar.
El liderazgo fue del consumo popular, y el instrumento para impulsarlo fue el aumento de los salarios
nominales, que a partir del 44 ya se venía gestando.
Hasta que Perón llego a la presidencia en Junio del 46 los salarios todavía no habían aumentado en
términos reales.
A partir del 46, las cosas cambiaron favorablemente. La fortuna residió en que las cotizaciones
internacionales de las exportaciones argentinas permanecieron muy altas hasta el 49, y ello determino que
el país se beneficiara de los mejores términos del intercambio exterior del siglo. Miranda encontró los
mecanismos para que de estas cuestiones participaran los trabajadores. Una primera y eficaz herramienta
fue la abundancia de reservas internacionales en oro y divisas de libre disponibilidad y la perspectiva que
tenía el gobierno de que esa abundancia se perpetuaría.
La segunda y crucial herramienta fue el IAPI. El instituto financio la venta de productos argentinos a países
europeos que no tenían liquidez para comprar; importo arpillería, cemento, caucho, maderas, maquinarias
y material de transporte, que luego eran colocados a precios promocionales en el mercado interno;
subsidio precios de artículos de consumo masivo; participó en la adquisición de los ferrocarriles de
propiedad británica y francesa; otorgó créditos a las empresas publicas y a los ministerios para apoyar las
inversiones previstas en el Primer Plan Quinquenal.
Si algo hizo el IAPI para que aumentaran los salarios reales tuvo que ver con la centralización del
comercio exterior.
De los múltiples objetivos a los que podía aspirar un gobierno popular industrialista como el de Perón, más
de uno se alcanzaba a través de la administración de precios relativos en cuyo centro estaba el IAPI.
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Nadie pensaba que la Argentina había entrado en una nueva era caracterizada por la alta inflación. La
demanda de dinero aumento porque esa era una forma de atesorar una riqueza que repentinamente se
había multiplicado y que nadie sospechaba que se iba a erosionar.
Hubo otro factor, relacionado a la política peronista, que debe haber contribuido a la monetización: el
aumento de los salarios reales y el cambio en la distribución del ingreso. La gente retiene en forma de
dinero una proporción de sus ingresos y de su riqueza pero los sectores de menores ingresos retienen una
proporción mayor. El dinero de inmediata disponibilidad sirve para consumir y para afrontar circunstancias
adversas inesperadas.
La política de Perón se sucede de hechos virtuosos: los salarios reales aumentaban, el patrón distributivo
era más igualitario, la demanda de dinero se incrementaba y las presiones inflacionarias se moderaban.
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necesarios para el crecimiento y para moderar el conflicto entre el campo y la ciudad; la inflación bajo
control evitaba una carrera entre precios y salarios que terminaría perjudicando a los trabajadores.
A partir del 49 la economía argentina ingreso en una zona de penumbra. La economía no iba a crecer un
8% anual sino que permanecería estancada hasta principios de 1952.
Caídas de precios y sequías derivaron en una reducción de las divisas disponibles lo que obligo a
comprimir aun mas las importaciones. El gobierno debió ser selectivo en la asignación de divisas y fue
reforzando el sistema de permisos de cambio que regulaba la obtención de bienes extranjeros.
Tuvo un costo: el país había llegado a un punto en que era imposible contraer las importaciones sin alterar
la producción industrial, que obtenía del exterior muchos de sus insumos.
Los años 49 y 52 fueron en los que la producción industrial resultó menos que la del año anterior. La
solución consistía en aumentar las exportaciones, recibir inversiones extranjeras o una combinación de
ambas cosas.
En ese escenario el gobierno apostó al campo. El IAPI se limito desde ahí a su función primordial que era
comercializar las cosechas.
A partir de 1949 el gobierno se adapto a los nuevos términos del intercambio exterior, menos beneficiosos
para el país, y comenzó a comprar las cosechas a los productores a precios mas altos que los que
percibía por su venta en los mercados internacionales.
Al IAPI pro agrario y a la política crediticia pro agraria se le sumaria otra herramienta; ofrecerle al campo
los insumos y los bienes de capital necesarios para incrementar su productividad y su volumen de
producción.
¿fue exitosa la apuesta al campo?, las repetidas sequías afecto tanto al agro que la política económica se
convirtió en un factor secundario. La economía permaneció frenada, las exportaciones hundidas en un
nivel muy bajo, los salarios comenzaron a deteriorarse.
La inflación se hizo consciente como problema político de gobierno a fines de 1948. Para contener la
inflación, el gobierno, en primer lugar, redujo el desequilibrio fiscal. A ello contribuyeron los nuevos
impuestos sobre los salarios para financiar la seguridad social, los gravámenes sobre los ingresos de las
personas u las corporaciones y, en menor medida, las cargas indirectas sobre el consumo.
La inflación derrotada.
En febrero del 52, Perón anunció a los argentinos el “Plan de Emergencia”, un programa de estabilización.
Este plan tuvo una dimensión fiscal que fue la continuidad y la profundización de lo que se venía haciendo.
La austeridad en el gasto público se constituyo en una consigna de cumplimiento generalizado. Los gastos
de capital del Estado, que eran los pilares del modelo de desarrollo peronista, cayeron. Los gastos
corrientes en cambio, no dejaron de aumentar.
No hubo a partir del Plan de Emergencia un cambio de rumbo en la estrategia fiscal del gob peronista. La
verdadera innovación en materia de política antiinflacionaria fue el ataque a la puja distributiva, el intento
de quebrar el régimen inflacionario que se había instalado en el país. Perón anuncio que los salarios, los
precios y las tarifas públicas quedarían congelados por dos años.
Si la austeridad y el equilibrio fiscal se habían convertido en un mandato para el Estado, la productividad
se colocaba en el centro del funcionamiento de los mercados.
El Plan de Emergencia consiguió modificar rápidamente el oscuro cuadro en el que se encontraba la
argentina.
Desde el 52 con la alta inflación, de la sequía, de la especulación y de la muerte de Evita, la Argentina de
Perón parecía reencontrarse con las buenas noticias.
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En abril del 55, el gob argentino firmo con la California Argentina de Petróleo un contrato de explotación
petrolera, cuya aprobación final quedaba en manos del Parlamento. Este contrato fracaso.
El antiimperialismo y la autosuficiencia económica ya no eran banderas exclusivas del peronismo. Desde
el radicalismo se criticaba la conducción económica no por estatista y nacionalista sino por todo lo
contrario.
FINAL.
El panorama se agravo frente al conflicto innecesario entre Perón y la Iglesia Católica.
Mientras el gobierno provocaba suprimiendo la enseñanza religiosa, promoviendo el divorcio vincular y
proyectando una reforma constitucional que separara a la Iglesia del Estado, la oposición veía su
oportunidad de resucitar. El 16 de junio Perón comenzó su jornada firmando decretos y concediendo
audiencias. Recibió al embajador norteamericano Nufer. Luego de esa visita el bombardeo de aviones de
la Marina sobre Plaza de Mayo, operación que queria asesinar a Perón, termino con más de 300 víctimas
civiles. Grupos adictos al gobierno reaccionaron quemando varias Iglesias de Buenos Aires. Perón pensó
en una táctica: tenderle una mano a sus adversarios. Se concedió a los opositores el uso de la radio.
La idea de que un golpe de Estado se avecinaba convenció a Perón de cambiar nuevamente su política. A
fines de Agosto ofreció su renuncia por la mañana y retiro la oferta por la tarde ante una concentración
organizada por la CGT y el Partido Peronista.
Lonardi en Septiembre, inicio el levantamiento militar en Córdoba y Cuyo. Percibiendo que la voluntad de
poder de Perón estaba quebrada mas unidades se desplegaron a la rebelión. Poco después del mediodía
se anuncio mediante un comunicado la renuncia de Perón como la única forma de evitar un “baño de
sangre”. Perón parte rumbo a la embajada de Paraguay donde solicito asilo. Perón no volvería a pisar
suelo argentino hasta noviembre de 1972.
MILITARES AL GOBIERNO
Los 30 vieron crecer una esperanza de mayor democratización de la política argentina. Ortiz se preocupó
por la limpieza electoral, su sucesor Castillo tenía una posición distinta en relación a la Segunda Guerra
Mundial, sin alterar la neutralidad argentina se mostró simpático con las naciones aliadas. El golpe del 30
había sido un fracaso desde lo político no puede decirse lo mismo en cuanto a sus
proyecciones ideológicas. Castillo era visto como una administración débil corrupto dentro de
fuerzas armadas politizadas: mantener la neutralidad, impedir la penetración comunista y
asegurar el peso de los militares como elemento estabilizador era el Grupo de Oficiales Unidos
(GOU) éste estableció sectores opositores al gobierno para dar un golpe en Setiembre de 1943.La
Revolución de 1943 resultó bastantes improvisada, como en el 30 su única decisión era
derrocar al presidente, el Gral. Ramírez ascendió a la presidencia pero su gobierno ge dominado por
miembros del GOU entre los que se destacan el Gral. Farell y el Coronel Perón .La política entre los años
43 y 45 giró en torno al ascenso político de Perón y la posición internacional de Argentina ante una guerra
cuyo curso parecía ya definido, desde la Secretaría de Trabajo entabló relaciones con gremios y se ganó
el apoyo políticos dando indicios de sus ambiciones. Recién en 1944 rompen relaciones con
Alemania y Japón provocando la reacción de militares antinorteamericanos cayendo Ramírez
reemplazado por Farell.
Perón al poder
La relación de Perón con los sindicatos se inicia meses después de la revolución del 4 de Junio para ese
entonces la CGT estaba dividida en la CGT 1 agrupaba gremios menos politizados que la CGT 2
dominada por socialistas y comunistas esta última fue disuelta en julio. El gobierno intentaba un mayor
control sobre los sindicatos sin embargo en la tan resistida intervención a la Fraternidad y Unión
Ferroviaria estaba el germen de lo que sería la más decisiva participación sindical en la historia argentina.
Cuando en el 43 Perón se hace cargo del Departamento de Trabajo era evidente que la política de control
y dominación que el gobierno estaba ejerciendo sobre los sindicatos no servía ni para a sus propios fines.
Estos argumentos sumados a una pretensión personal de poder convencieron a Perón que era hora de
pasar de una política de control a una de concesiones, facilita por la creación de la Secretaria de Trabajo y
Previsión encabezada por él siendo beneficiados primeramente los trabajadores ferroviarios a
quienes se les aumentó el salario, se otorgó subsidios para prestaciones sociales y se falló a
favor de disputas contra compañías de trenes, la sectores socialistas obtuvo lo máximo de la
estructura gremial por las organizaciones que apoyaron su política laboral debilitando independencia.
La cuestión de la participación política de los sindicatos. Perón aprovechaba la ambición
política de muchos dirigentes sindicales respaldar su candidatura a partir de la constitución de un
partido Laborista, la oposición democrática encabezada por radicales y socialistas. Desde la
Universidad, prensa y empresariado descontento por las medidas sociales partían presiones. Perón
antes de ser detenido y enviado a Martín García se despidió un mensaje radial esto hizo reaccionar a los
gremios que organizaron una movilización popular organizada por sindicatos pero por los trabajadores que
marcharon a Plaza de Mayo volcando la crisis a favor de Perón forzando su restitución al gobierno, desde
ese 17 de Octubre de 1943 hasta febrero de 1946 se vivió un clima de agitación electoral jamás visto. El
apoyo de los sindicatos, iglesias y militares, en ese orden decidió el triunfo peronista.
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En el campo las espinas
Asumir la presidencia Perón con los términos de intercambio, durante su gobierno la influencia sobre
precios agrícolas se intensificó, el IAPI monopolizó desde el 46 la comercialización de
cereales y oleaginosas, sus ganancias sirvieron para sostener el aumento en el gasto público su
intervención desligó la evolución de los precios internos delos alimentos en el mercado internacional. A
través de la política del IAPI el gobierno cerraba un triángulo de redistribución sectorial de ingresos en el
sector rural, el sector urbano, y el Estado. El gobierno financiaba la expansión del gasto y
empleo público, obtenía del IAPI una inmejorable condición internacional. El comercio de postguerra
era bilateral en todo el mundo, los aumentos salariales en la industria repercutieron en los costos de los
productores que debían aumentar los salarios de sus peones para evitar la emigración a las ciudades. El
sistema de arrendamiento entró en crisis dándose al arrendatario el derecho a renovar su contrato en
perjudicando al dueño de la tierra por la erosión inflacionaria. El campo tenía el rol de proveer
divisas necesarias para importar insumos y maquinarias que aún la industria local no producía. El
congelamiento de arrendamientos y proponían
La hegemonía cuestionada
El año 1948 había sido el mejor del gobierno peronista. La economía todavía crecía con solidez, y el futuro
era visto con optimismo. En el marco de abundancia, Perón se ocupaba de realizar una reforma
constitucional que le permitiera ser reelecto. La victoria oficialista en las elecciones fue total. La reforma
del artículo 40 fue la más significativa desde el punto de vista económico, ya que consagraba la
monopolización del comercio exterior por parte del estado.
El encierro de la oposición se veía agravado por la política de comunicaciones del oficialismo. No era fácil
para los integrantes de los partidos opositores acordar una posición común ante un gobierno que los
ignoraba. Con el apoyo de varios políticos de la oposición, el general Menéndez encabezó un intento de
golpe de esta, que le permitió a Perón señalar enemigos peligrosos. La minoría antiperonista no se
acobardó ante la superioridad numérica de quienes apoyaban al gobierno. Paradójicamente, la estrella de
Perón comenzó a declinar cuando la economía empezaba a encaminarse nuevamente en una senda de
crecimiento.
Síntomas de crisis
Lo que ha quedado para la historia económica como la etapa “clásica” del peronismo abarcó tres años,
entre 1946 y 1948, y entró en crisis en 1949. La intensa expansión del producto y del gasto durante este
tiempo había sido fomentada desde el gobierno. En 1949 se produjo un debilitamiento económico por la
balanza comercial y la inflación. Esta caída puede ser vista como la vuelta a una normalidad de términos
de intercambio, a lo que se sumaron las consecuencias de una política exterior orgullosa, que impidió la
participación argentina en el Plan Marshall.
La campaña agropecuaria de 1949-1950 fue bastante mala. El bajo nivel de exportación redujo las divisas
disponible y obligó a comprimir las importaciones, que eran la base de la producción industrial local. Los
controles que el gobierno impuso perjudicaron a la industria. El aumento de la inflación fue acompañado
por un ajuste en los tipos de cambio. Pero más allá de una tímida desaceleración de la creación de dinero,
no hubo signo de una firme voluntad estabilizadora. Para algunos peronistas la inflación era un mal
necesario. Pero en 1951, el panorama volvió a empeorar. La inflación superó a la tasa de aumento salarial.
La reaparición de las huelgas contribuyó a difundir la sensación de que una era de rápido progreso popular
estaba concluyendo.
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Una vuelta al campo
Más allá de la discusión acera de los efectos de la intervención inicial del IAPI, lo que está fuera de duda
es el nítido cambio de signo de la política de compras de cosechas a partir de fines de la década del 40. La
política de estímulo a las exportaciones agropecuarias descansó solamente en los subsidios del IAPI, y no
en una devaluación. Las opiniones de la Sociedad Rural reflejaron el cambio de humor de la gente del
campo a partir de los años 50. Hubo intentos más o menos exitosos por aumentar la productividad y bajar
los costos de la producción agropecuaria argentina. El drástico replanteo de la política para el agro puede
ser visto como un reconocimiento de los límites que tenía la pretendida transformación de la economía.
Atrayendo el capital
La inversión de origen interno era insuficiente para aumentar la productividad. Por esto, el gobierno
recurrió a la inversión extranjera. En el Segundo Plan Quinquenal se declaró la importancia de los
capitales extranjeros, y se abrió la posibilidad de que participaran en servicios públicos. Las prioridades
eran la mecanización agrícola y la producción local de insumos. Los acercamientos entre los empresarios
petroleros norteamericanos y el gobierno desencadenó un contrato con la California Argentina de Petróleo.
Esta es una evidencia nítida de que el problema de abastecimiento de combustibles era un callejón que no
tenía otra salida. Sin embargo, el contrato con la California fracasó.
Arturo Frondizi, uno de los líderes de la oposición radical, publicaba por entoncesPetróleo y política, y
defendía la tesis de que YPF era capaz de autoabastecer al país. El desgaste político del gobierno se
estaba acelerando, y cada vez sonaban más fuertes los rumores de un levantamiento militar.
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Una vez más, la hora de la espada
Que el país oyera por la radio la voz de Frondizi no era cosa de todos los días en 1955. El panorama
político cambió sustancialmente a partir del innecesario conflicto de Perón con la Iglesia Católica. La
rebelión consecuente fue sofocada y los grupos que apoyaban al gobierno reaccionaron quemando varias
iglesias. Perón pensó que la única salida al enfrentamiento era un relajamiento en el control sobre la
oposición. Las amenazas de Perón de un enfrentamiento eran una invitación a la revolución. Lonardi
encabezó la Revolución Libertadora. La idea del presidente provisional era que no debería haber “ni
vencedores ni vencidos”. Pero quienes habían sufrido la coacción peronista reclamaban una intensa
“desperonización”. Proscripto el peronismo, la Unión Cívica Radical era por lejos la fuerza más importante.
Las políticas económicas: los intentos de ajustes y las ambigüedades de la política económica
militar 1955-1958.
El deterioro del escenario político durante ese año, atizado por las agudización del enfrentamiento de
Perón con la iglesia católica y el desconcierto de la dirigencia política y sindical peronistas antes esos
sucesos, y el enfrentamiento del ejército crearon las condiciones que pretermitieron el triunfo de los
rebeldes. Lombardi había encabezado la rebelión, pero estaba de acuerdo con las políticas nacionalistas e
intervencionalistas; Aramburu, quien reemplazo a Lombardi, tenía idea más liberales. Revolución
libertadora encomendó a Prebisch. El identifico 3 importantes desaciertos de las políticas peronistas. 1ra,
el gobierno había caído en el error de desalentar la producción primaria a través del control del comercio
externo. 2da, la política industrial peronista había alentado en forma excesiva el desarrollo industrial, había
provocado un demanda desmedida de insumos importados. 3ro, la política crediticia expansiva y los
incrementos salariales acordados por encima de los aumentos de la productividad había originado una
aguda inflación. Al mantenerse el tipo de cambio, la moneda de había sobrevaluado, distorsionando los
incentivos para la producción agraria e industrial. Prebisch preveía los desequilibrios externos mediante la
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aplicación de recetas ortodoxas: devaluación de la moneda y simplificación del régimen de tipos de cambio
múltiples, congelamiento de los salarios, reducción del régimen fiscal y privatización de algunas empresas
públicas y aplicación de una política monetaria y crediticia constrictiva. En 1955, el gobiernos devaluó la
monea, aplazo la aplicación de segundo plan quinquenal, ordeno la liquidez del IAPI anuncio el
levantamiento te lo controles de precios. En 1957, el gobierno dispuso una reforma bancaria que reintegro
parcialmente la autonomía al banco central, elimino el control de este sobre los depósitos realizados en los
bancos privados y se saneó a través de as colocación de un bono en el banco central. El gobierno militar
fue el que abandono el bilateralismo y la integración de la Argentina a las organizaciones del FMI y el
banco mundial. Para acelerar el comercio exterior y conseguir inversiones de capital. En el 57 se alcanzo
el arreglo definitivo con los países miembro del club del Paris (Alemania Occidental, Austria, Bélgica,
Dinamarca, Francia, Italia, Noruega, los países bajos, el Reino unido, Suecia y suiza). El convenio
obligaba a la argentina a dar prioridad, en el uso de divisas generadas por las exportaciones a esos
destinos, a los pagos de los servicios de la deuda y las importaciones de mercaderías a aquellos estados.
Contra las previsiones de Prebisch ni la devaluación ni la eliminación de la IAPI, permitieron incrementar la
producción primaria exportable.
La crisis de 1962
En el 62, el triunfo del peronismo en la provincia de Buenos Aires, desato una crisis política que termino
con el derrocamiento de Frondizi. Asumió Guido y designo a Pinedo como ministro de economía que
aplico medidas ortodoxas: el banco central anuncio el cese de la intervención sobre el mercado cambiario
y la moneda se devaluó un 23% en pocas semanas. El periodo de Pinedo fue corto, y Guido designo a
Alsogaray quien siguió con los lineamientos del FMI. El descenso de la actividad económica y la liquidez
en el mercado de capitales se tradujeron en una quiebre generalizadas de empresas. Alsogaray dispuso la
emisión de un empréstito público (los bonos del 9 de julio), que el gobierno empleo para hacer frente a sus
obligaciones. Sin el apoyo de los empresarios y menos aun con el de los sindicatos peronistas, en dic del
62 Alsogaray renuncia.
En 1963, normalización institucional. El gobierno y las fuerzas armadas parecían tolerar la aparición del
peronismo en las elecciones a través de un frente electoral que lo incluiría al jefe del ejercito Ongania
La breve recuperación de los sesenta (1963-1966) En 1963, Illia asumo como presidente. Aplico una
política algo heterodoxa, inspirada en el análisis estructuralista de la CEPAL y en el keynesianismo. Por
primera vez desde el 58, se estableció el control de cambio y el sistema de cuotas sobre las
importaciones. También se hizo una reforma a la carta orgánica del banco central, le permitió al gobierno
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adoptar una política monetaria y crediticia expansiva. Estos cambios fueron acompañados con una policía
cambiaria que consistía en ajustes periódico del tipo de cambio mediante pequeñas devaluaciones. Illia
desalentó el ingreso de nuevos capitales extranjeros. E incluso logro disminuir la deuda externa.
La estrategia económica oficial y sus mejoras salariales obtenidas por la CGT permitieron una
recuperación apreciable de los salarios reales y estimularon la demanda domestica, pero también
originaron una inflación de costos. En 1964 el Plan de Lucha dispuestos por las 62 organizaciones
peronistas tenía como iniciativa el proscripto del partido peronista y la frustración del retorno de Perón a la
Argentina.
Una década de cambio. Los sectores de la producción: la recuperación del agro pampeano
Agricultura: precios internos mas remunerativos y nuevas tecnologías que a partir del 63 dieron lugar a un
incremento notable de la producción. La devaluación de la moneda en el 55 constituía un incentivo
importante para el sector, en tanto incrementaba el ingreso a expensas del sector urbano de la economía.
La mecanización agrícola se vio impulsado por la gran escases de mano de obra, resultante de las
migraciones del campo a la ciudad.
Ganadería: el reemplazo de la raza Shorthorn por la Aberdeen Angus, las carnes mas magras y aptas para
el nuevo sistema. La pérdida del mercado externo, el británico, acelero la crisis de los grandes frigoríficos y
transfórmala estructura de la industria al incentivas el surgimiento de plantas más pequeñas y modernas.
La profundización del desarrollo industrial a fines de la década del 50, el sector manufacturero
emprendió una etapa de transformación que se extendería a lo largo de la década del 60. En el 1958, la
estrategia desarrollista impulsaría con mayor éxito este objetivo, a expandir la industria orientada hacia el
comercio interno, se buscaba acelerar la implantación de ramas tecnológicamente complejas mediante la
apertura de la economía al capital extranjero. Con el plan de estabilización del 59, el sector sufrió una
aguda recesión. En el 1960, se puso en marcha la planta de SOMISA en la industria siderúrgica y se
autorizaron algunos proyectos privados para la implantación de una acería integrada. En 1963, la
participación de las empresas extranjeras en la producción de caucho, químicos, derivados del petróleo,
maquinas y aparatos electrónicos, y material de transporte.
Las Políticas económicas El Onganiato y el tiempo económico. En 1966, las fuerzas Armadas
derrocaron al presidente Illia y designo al general Ongania, cuyo propósito fundamental era transformar la
estructura económica y el orden político. Ongania provenían de los grupos católicos integristas de clara
raíz autoritaria y conservadora. Designo a Salimei quien fue el ministro de economía y trabajo, obtuvo el
apoyo de los sindicatos proclives a la negociación denominados “participacionista” y cierto respaldo por
parte del vandorismo y los grupos sindicales leales a Perón. La sanción de una ley de abastecimiento, que
reforzaba las atribuciones estatales para reprimir a los empresarios inescrupulosos. En diciembre de 1966,
Ongania reorganizó su gabinete y designo ministro de economía y trabajo a Krieger Vasena.
El Plan de Krieger Vasena (1967-1969) Se trataba de un programa económico original que combinaba
instrumentos clásicos de estabilización con medidas destinadas a promover el desarrollo económico. A
diferencia de los planes de estabilización de 1959 y 1962, la política económica de Krieger Vasena
buscaba evitar las bruscas transferencias de ingresos que este tipo de medidas solía provocar. En primer
lugar, la devaluación de la moneda en un 40%, esta acción sería compensada por medio de la aplicación
de las retenciones a las exportaciones de los productos primarios y un programa de reducciones
arancelarias destinado a corregir la protección excesiva sobre el sector industrial. En segundo lugar, con el
propósito de impedir la reanudación de las demandas sindicales a favor de aumentos de salarios, la
elevación de los ingresos hasta alcanzar el nivel de los salarios reales de 1966 y su congelamiento hasta
diciembre de 1968. El plan intentaba contener la inflación a través de acuerdos con las grandes firmas, y
se aplicaba, desde un comienzo, una política monetaria y crediticia expansiva para favorecer la inversión
privada.
Sin embargo, la política oficial escondía algunos desequilibrios, el mantenimiento de un tipo de cambio fijo
y la inflación acumulada entre 1967 y 1969 provocaron una sobrevaluación de la moneda. La implantación
de un régimen autoritario, la prohibición impuesta a la actividad política y la falta de canales de
participación orgánica de los intereses sectoriales debilitaban el plan Krieger Vasena. La propia sociedad
rural acentuó sus críticas frente a un programa económico que no parecía contemplar los intereses de los
productores pampeanos. La sanción de una nueva ley de arrendamientos, que permitía a los propietarios
expulsar a los arrendatarios, genero una dura censura de la Federación Agraria.
El Cordobazo
En mayo del 1969, estallo el Cordobazo, un ciclo de movilizaciones sociales que se prolongaría hasta
1975. El Cordobazo provoco una aguda crisis política y quebró la confianza en la política económica. La
fuga de capitales, la caída de la inversión y la presión contra el peso se acentuó. Krieger Vasena se vio
obligado a renunciar y fue reemplazado por Pastore.
Del liberalismo al nacionalismo económico (1970-1973) En junio de 1970, la junta militar reasumió el
ejercito del poder, la Fuerza Armadas cogobernarían junto con el presidente, poniendo fin al periodo de
Ongania. Y designaron presidente a Levingston. Luego, en 1971, Lanusse destituyo a Levingston e inicio
el lento camino hacia la normalización institucional del país. En noviembre, Perón retorno al país y poco
después dio a conocer su decisión a favor de la candidatura de Cámpora para las elecciones de marzo del
73.
El tercer Peronismo (1973-1976). La política económica de Gelbard y el Pacto Social. Las elecciones
de marzo de 1973, dieron el triunfo del Frente Justicialista de Liberación una alianza electoral entre el
peronismo, el desarrollismo y otras fuerzas políticas menores. Cámpora asumió como presidente, pero con
la imposición de Campora como candidato, Perón presiono hasta conseguir su renuncia, entonces una
nueva elección presidencial dio el triunfo a la formula Perón-Isabel Perón. Entre marzo de 1973 y de
octubre de 1974, la política económica peronista estuvo conducida por Gelbard, líder de la CGE. La
política oficial se basó en un acuerdo entre la CGT, la CGE y el ministro de Economía. El programa
económico que intensificaba el intervencionismo estatal, alentaba una distribución más equitativa del
ingreso y proponía medidas favorables al capital nacional. El plan de estabilización tiene como piedra
angular el pacto social, un acuerdo tripartito entre el gobierno, la CGE, y la CGT, mediante el cual estas
corporaciones aceptaban una tregua en el conflicto por la distribución del ingreso. La implantación del
22
Pacto Social, se vio beneficiada por un contexto internacional y local muy favorable. El incremento de los
precios internacionales de los productos primarios y una cosecha record de trigo permitieron revertir el
déficit del sector externo.
El gobierno sanciono, una ley de asociaciones profesionales que consolidó la autoridad de la burocracia
sobre las organizaciones sindicales. El plan tuvo efectivo impacto durante la segunda mitad del 73. Pero
en 1974, el fuerte incremento de los precios del petróleo y de otros productos e insumos de importación
transmitió las tensiones inflacionarias internacionales a la economía local. Se multiplicaron los conflictos
laborales; los empresarios respondieron a los precios máximos con desabastecimiento y el surgimiento de
un mercado negro.
Crisis política y económica. De Gómez Morales a Rodrigo El 1 de julio de 1974 fallece Perón; ocurrió
un medio de un empeoramiento del contexto económico internacional y de la economía Argentina. A su
vez los conflictos sociales y políticos del escenario local se profundizaron. Isabel Perón asume como
presidenta, y apoya al ala derechista del peronismo encabezado por López Rega, quien desplaza junto a
los sindicalistas a Gelbard y asume en su lugar Morales. Se anunció el cierre del mercado común europeo
para la compra de carnes. A ello se le sumo, durante la segunda mitad del 1974, el fuerte deterioro de los
términos de intercambio, provocado por la caída de los precios de exportación y el ascenso de los precios
de los insumos importados. Morales intento corregir algunos aspectos pero no llevo a cabo un plan
ortodoxo, este se quedo sin apoyo político, López Rega se enfrento con él y se vio forzado a renunciar.
Neoliberalismo y populismo: el Rodrigazo de 1975 La lucha por el poder se dirimía entre el ala
derechista del partido que rodeaba a Isabela Perón, y el movimiento obrero. El propósito de López Rega
era que el gobierno ganara mayor independencia de las bases sindicales; incluso ambicionaba remover a
la cúpula sindical dirigente. Celestino Rodrigo, un viejo funcionario de Perón ligado a López Rega, asumió
ministro de Economía. El denominado Rodrigazo implicaba una fuerte redistribución del ingreso a favor del
sector exportable y deprimía la actividad productiva ligada al mercado interno. La CGT presionó y obtuvo
de la presidenta la decisión de supeditara la libre negociación de las partes el aumento de los salarios. Las
entidades empresarias se mostraron muy receptivas a los reclamos obreros y firmaron acuerdos que
implicaban aumentos salariales en una escala entre el 60% y 200%. Isabela anulo las paritarias y anuncio
un aumento uniforme del 50% y dos incrementos adicionales del 15% en octubre del 1975 y a principios
del 1976; por primera vez la CGT realizo un paro contra el gobierno nacional. López Rega y Rodrigo se
vieron obligados a renunciar
Una economía sin rumbo (1975-1976) Isabel Perón designo a Cafiero como ministro de Economía. Las
organizaciones empresarias, con excepción de la UIA, retiraron su apoyo a la CGE y constituyeron la
Asamblea Permanente de Entidades Empresarias (APEGE) El equipo de Cafiero se propuso atacar tres
problemas, la alta inflación, el desequilibrio externo y la recesión. También inicio negociaciones con el FMI,
para que el país fuera beneficiario de préstamos para compensar la caída de las exportaciones y el
aumento de los precios del petróleo. En enero del 1976, la presidenta reemplazó a Cafiero por Mondelli
quien anuncio un nuevo programa de emergencia pero 3 semanas después se produce el golpe de estado,
las fuerzas Armadas toman el poder.
23
El apogeo de la industrialización por sustitución de importaciones
Entre 1963 y 1974, fue un periodo excepcional. La época como industria dinámica, ya que se
desarrollaban a un ritmo mayor, debido a que la demanda domestica continuaba siendo importante y
existían márgenes para la sustitución de importaciones. El despliegue de la producción industrial y los
avances en el proceso de integración vertical se debieron, en gran medida, a la maduración de las
inversiones llevadas a cambo durante el periodo desarrollista y a nuevas inversiones realizadas durante
los años de Krieger Vasena.
La denominada “desnacionalización” derivó de las leyes que introdujeron diversos controles al capital
extranjero y prohibieron su ingreso en algunos sectores de la economía.
2.1.2 Crecimiento económico, distribución del ingreso y expansión industrial durante los primeros
gobiernos peronistas.
Durante el periodo 1946-1955 se plasmó una divisoria de aguas en el desarrollo económico, social y
político del país. El modelo oligárquico agroexportador quedó atrás y se fortaleció la industrialización. Los
primeros gobiernos peronistas pusieron en marcha una experiencia inédita al conjugar el crecimiento
económico con un importante aumento en la participación de los trabajadores en el ingreso.
Complementariamente, en 1945 se sancionó la mítica Ley de Asociaciones Profesionales que permitió la
expansión y el fortalecimiento de los sindicatos en la sociedad.
Si bien el crecimiento económico de los primeros años del gobierno peronista no logró mantenerse,
después de 1948, la tendencia fue positiva aún a pesar de la crisis de 1952. Esta expansión y la creciente
participación de los asalariados en el ingreso estuvieron directamente relacionados con un notable
crecimiento de la producción industrial, que pasó a ser el eje central del proceso económico. Tal como se
muestra en el cuadro 2.2 en 1945 la incidencia relativa de la industria en el PBI superó por primera vez la
de la producción agropecuaria.
En términos de la composición de la producción industrial, la comparación intercensal (1946-1954) permite
apreciar un notorio avance de la metalmecánica, de la cual la fabricación de la heladera Siam es un hecho
simbólico que perdura en el tiempo. Todos los cambios reseñados, se plasmaron mediante una
profundización de la intervención estatal en el proceso económico, lo que significó una significativa
redistribución de la renta agropecuaria – antes retenida por la oligarquía y el capital extranjero vinculado a
exportaciones – hacia los trabajadores, los empresarios industriales vinculados al abastecimiento interno y
el propio Estado.
En el sector financiero la tendencia intervencionista iniciada en el 29´, también se intensificó mediante la
nacionalización de los depósitos bancarios por parte del Banco Central, la asignación de crédito mediante
redescuentos, la creación del Banco Hipotecario Nacional y la regulación del mercado de seguros. En el
plano del comercio exterior el IAPI (Instituto Argentino para la Promoción del Intercambio) reguló el
intercambio comercial de importaciones y exportaciones, incluso imponiendo cuotas de destinadas a
controlar la salida de divisas por impos y cupos de expo para garantizar el abastecimiento del mercado
interno. La consolidación del banco Industrial, creado en 1944 y la implementación de diversos incentivos,
arancelarios y crediticios, completaron las medidas de promoción industrial.
La acción estatal también pudo observarse en la constitución y fortalecimiento de numerosas empresas
estatales, entre las que se contaron Fabricaciones Militares (DGFM), Investigaciones y Fabricaciones
Aeronáuticas (DINFA) Astilleros y Fábricas Navales del estado (AFNE), Industrias del Estado (DINIE) que
tomó a su cargo las empresas alemanas intervenidas luego de la guerra y finalmente Sociedad Mixta
Siderúrgica Argentina (SOMISA) creada en el 47 para producción de acero, para citar las más relevantes.
26
realizaban a nivel mundial y gozando de amplio consenso entre los actores políticos y económicos de
relevancia en el país.
Volviendo a la cuestión financiera, si bien los activos totales del banco central se mantuvieron
relativamente estables, la relación activos-pasivos a partir del 48 mostró una tendencia decreciente. La
evolución de ese endeudamiento (crecimiento de pasivos) estuvo influenciada por los saldos negativos en
la balanza comercial, que irrumpieron por el estancamiento de las exportaciones agropecuarias y el
dinamismo de las importaciones de insumos intermedios y bienes de capital demandados por la creciente
actividad industrial. Algunos autores subrayan el atraso tecnológico en el sector rural como causante del
estancamiento (G. Vitelli). Así comenzó a expresarse el típico estrangulamiento en la Balanza de Pagos
que acompañó la evolución de esta etapa.
En realidad las restricciones externas pusieron de manifiesto la extrema debilidad de las políticas estatales
para avanzar, mediante la inversión pública, en la integración de la estructura industrial interna. El estado
buscó garantizar márgenes de rentabilidad al conglomerado manufacturero nacional, pero finalmente esa
rentabilidad no se plasmó en nuevas inversiones que permitieran integrar la industria y diluir las presiones
del sector externo.
Si bien todos los sectores sociales impulsaron un recambio del modelo agroexportador y acordaron en el
papel acentuado del estado, los desacuerdos fueron evidentes. Las fracciones de la oligarquía pensaron
una mayor injerencia estatal con mantenimiento de las exportaciones agropecuarias pero también
fomentando un nuevo eje productivo basado en la construcción y sobre todo en la venta externa de los
productos industriales. La expresión más acabada de este programa nuevamente lo expresa el Plan
Pinedo de 1940. En este proyecto igualmente se menciona explícitamente la nacionalización de los
servicios públicos como medida necesaria.
Por otra parte, los sectores nacionalistas de las Fuerzas Armadas, influenciados todos ellos por FORJA,
conformaron una propuesta alternativa al modelo agroexportador, también de corte industrialista, pero
asentada en el consumo interno y la redistribución del ingreso hacia los asalariados como motor del
desarrollo.
Pese a la impronta que asumió la industrialización en el periodo peronista, es indiscutible que éste no logró
profundizarla al punto de superar la etapa de “industrialización liviana” lo que hubiera permitido una mayor
expansión económica y autonomía nacional.
2.1.4 Comportamiento e incidencia de las fracciones industriales durante los primeros gobiernos
peronistas
Dado el contenido políticamente antiimperialista del peronismo en el plano político, se suele asumir que el
capital extranjero industrial fue acentuadamente perjudicado, en oposición al capital nacional o local. Pero
no es tan claro que haya sido el caso y es necesario fundamentar este lugar común histórico en términos
económicos.
Un indicador apropiado para evaluar la posible discriminación del capital extranjero es evaluar la evolución
histórica de las utilidades que percibió durante esta etapa en comparación con otros momentos históricos.
Se sigue de la serie estadística que los capitales que se insertaron en el país haciendo una inversión
extranjera directa, percibieron entre los años del peronismo las utilidades totales más elevadas desde el
momento en que hay registros y en adelante. Y se comprueba (prestando atención a las otras variables)
que pese a la notable rentabilidad de la época, las empresas extranjeras prácticamente no efectuaron
nuevas inversiones pero si reinvirtieron parte de las utilidades totales.
Otros datos muestran que las utilidades distribuidas en efectivo (del 46 al 53, U$s 2.255 millones)
representan el 81% de las utilidades totales del periodo considerado, dejando un 19% en concepto de
reinversión. Las utilidades totales percibidas por las empresas para el periodo 46-53 fueron tan
voluminosas que pueden comparase con los valores de los saldos exportables. Equivalen a dos años de
exportaciones argentinas, cuadruplican el saldo de balanza comercial para el mismo periodo, y fueron dos
veces y media el promedio de lo que el BCRA dispuso como reservas para el periodo. El primer plan
quinquenal consumió 1.270 millones de dólares, la estatización del total de los servicios públicos para el
periodo demandó un estimado de 1.000 millones de dólares.
Se puede concluir que la política económica del peronismo, si bien no tenía entre sus objetivos
fundamentales promover el capital extranjero en la industria, si respetó las consecuencias de su peso
estructural en la economía, y las altas tasas de rentabilidad así como los montos de utilidades no
muestran ninguna excepción sectorial sino una situación generalizada de rentabilidad industrial.
En todo caso el “contenido oligárquico” de la política peronista radicó en el salto cualitativo que registró la
oligarquía diversificada como fracción empresaria industrial. Quizá por eso el papel de los terratenientes se
modificó de ahí en adelante quedando subordinados a los segmentos de esa clase tradicional que lograron
insertarse en el más dinámico ciclo sustitutivo.
27
Así el escollo insalvable del peronismo se observó en lo nuevo que aportó la industrialización al desarrollo
económico y no en el mundo laboral, como señalan algunas lecturas liberales del peronismo. El fenómeno
de elevada rentabilidad y tasas de ganancia extraordinarias es el punto grave, por el hecho de que no se
trató de un caso restringido a una fracción del capital industrial, sino que se extendió a lo ancho de todas
las fracciones empresarias, tanto extrajeras como nacionales y diversificadas.
En síntesis, durante sus primeros gobiernos, el peronismo consiguió disciplinar a varios de los sectores
centrales de la agotada economía agroexportadora, pero fue doblegado por las fracciones del capital que
conducían la actividad dinámica promovida, entre ellos el capital extranjero y el de la oligarquía. Si desde
el gobierno se promovió y alentó una fuerza propia dentro del empresariado industrial, no es menos
evidente que esa burguesía fue estructuralmente endeble y, quizá, más dependiente en términos
ideológicos y productivos de los sectores dominantes que de la concepción y la iniciativa
gubernamentales.
El principio del fin del gobierno peronista comenzó cuando la rentabilidad de las facciones dominantes
empezó a descender (a disminuir respecto de la época de oro del 40% sobre monto invertido). Ante esta
situación, y tal como lo harían sistemáticamente en los años posteriores, las fracciones dominantes del
capital llevaron a cabo una ofensiva política, ideológica y económica, para instalar socialmente la
convicción de que el problema radicaba en los excesivos gastos estatales y en el elevado nivel de los
salarios.
En términos estructurales al final del peronismo la industrialización quedó fortalecida, pero trunca como eje
del proceso económico, y tres fracciones se disputaban la conducción del proceso económico, social y
político: el capital extranjero; la oligarquía diversificada y la burguesía nacional, que oscilará entre la
subordinación a los sectores dominantes y la alianza con los trabajadores.
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La oligarquía diversificada tenía una significativa inserción en la construcción y especialmente en la
elaboración de insumos, parece evidente que esta iniciativa estatal se orientaba a integrar esa fracción
empresarial dominante al proyecto en marcha, y así neutralizar la posible oposición de la oligarquía en su
conjunto. La relación entre el Estado y sus proveedores de bienes y servicios de lo que luego se conoció
como "la patria contratista".
La movilización popular tuvo una notable influencia en la invisibilidad del plan.
El Cordobazo: el socialismo nacional. Dentro de este frente social convivieron dos tendencias que se
enfrentaron de distinta manera e intensidad, incluso luego de convertirse en un frente político que ejerció la
hegemonía en la sociedad argentina. Las líneas nacionalistas más conservadoras, relacionadas con el
régimen oligárquico. Por otro lado, los sectores que reivindicaban el contenido popular, anti oligárquico y
antiimperialista, vinculados al proceso de industrialización y a potenciar a la clase trabajadora como el
sujeto social dinámico de la sociedad.
La revolución cubana tuvo una notable influencia en América Latina.
Con posterioridad al Cordobazo, se inicio el retroceso a la dictadura militar. Ese es el sentido de la
tendencia hacia una mayor participación de los asalariados en el ingreso y también el de la puesta en
marcha de grandes proyectos controlados por capitales locales que eran centrales en la propuesta
alternativa del peronismo ortodoxo.
En 1970 hubo nuevos criterios restrictivos para el uso de la promoción industrial por parte de los
inversores extranjeros, se impusieron por primera vez limitaciones al capital extranjero respecto del acceso
al crédito bancario interno, así como la exigencia de la nominatividad de las acciones y la obligación de
que los técnicos y profesionales locales constituyeran por lo menos el 85% de la nómina total del personal
ocupado por estas firmas. Se estableció un Registro Nacional de Inversiones Extranjeras y se dispuso
publicar, previa autorización, el contenido de los futuros contratos de promoción que se acordasen con el
gobierno. Luego de la desnacionalización de empresas locales durante la gestión de Vasena, se registró
una retracción de la inversión extranjera. Durante la breve gestión del peronismo aumentó la participación
de los asalariados en el ingreso sino que también se ampliaron los controles sobre el capital extranjero.
Se prohibió la presencia extranjera en áreas consideradas de seguridad nacional, como servicios públicos,
medios de comunicación, etc., a lo que se sumó la expresa prohibición de adquirir empresas de capital
nacional. Se confirmó la imposibilidad de que las empresas extranjeras tuvieran acceso al crédito interno y
se detallaron las condiciones normativas para su endeudamiento externo. Dicha norma regía el
comportamiento tanto de las nuevas inversiones como de los capitales extranjeros.
2.2.1 Modificación del ciclo sustitutivo de corto plazo y las transformaciones en el sector externo
de la economía argentina
A partir de 1964, los ciclos sustitutivos se sucedieran con desaceleración del crecimiento del PBI implicó
un cambio positivo en la economía industrial de la época, al permitir alcanzar un crecimiento promedio
claramente superior al obtenido en los años anteriores. La tendencia hacia una mayor participación del
ingreso por parte de los asalariados, a partir de 1969. A lo largo de esta segunda etapa de la sustitución de
importaciones, ante el estancamiento relativo de las exportaciones agropecuarias, hubo reiteradas
manifestaciones en el ámbito político y académico acerca de la necesidad de diversificar las exportaciones
locales, incorporando las ventas externas de productos industriales como forma de expandir la
disponibilidad de divisas destinadas a la compra de bienes intermedios y capital demandados por el propio
sector industrial. A partir de 1966 las exportaciones de origen industrial crecieron a tasas notablemente
superiores a la de las ventas externas totales e incluso a las manufacturas de origen agropecuario,
incremento igualmente relevante en la participación de las exportaciones de origen industrial. Las
exportaciones de origen industrial alcanzaron su mayor incidencia relativa durante el gobierno peronista,
que implemento un conjunto de políticas promocionales destinadas explícitamente a expandirlas y a
diversificar los mercados jerarquizando a los países latinoamericanos y a los que conformaban el bloque
socialista. Los bienes de origen industrial fueron el componente mas dinámico de las ventas externas
durante la segunda etapa de sustitución de importaciones.
En la caída registrada en las exportaciones de productos textiles, pasaron de ser los más importantes en
1962 a ser intrascendentes en el último año de la serie. Hubo una mayor diversificación de las empresas
textiles que accedieron al mercado interno. Este decaimiento de las exportaciones de productos textiles
fue compatible con la perdida de relevancia de la burguesía nacional en las ventas de las 100 empresas
de mayor facturación, las que se ubicaban como las principales exportadoras de bienes.
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Las actividades industriales de mayor dinamismo fueron la producción de maquinarias y material eléctrico
y la automotriz. En una situación intermedia se encontraban la química, la siderurgia y metalúrgica. Si bien
el papel de las exportaciones fue un factor clave en la modificación de las características que adopto el
ciclo sustitutivo a mediados de la década del 60, también hubo endeudamiento externo.
La deuda contraída por el sector publico era el principal, aunque no el único componente. Eran
obligaciones contraídas con los organismos internacionales de crédito que tuvieron como objetivo
fundamental subsanar las restricciones surgidas en el sector externo de la economía argentina. La deuda
externa del sector privado fue minoritaria, pero se fue incrementando a lo largo del tiempo.
La deuda externa fue otra variable relevante para ampliar la disponibilidad de divisas. El tipo de
endeudamiento externo contribuyo a que la fase depresiva del ciclo sustitutivo no implicara una reducción
del valor agregado en términos absolutos sino una desaceleración de su ritmo de expansión, lo que
permitió un crecimiento del PBI, en el mediano o largo plazo, superior al registrado durante la etapa
anterior. Se observa entonces la disponibilidad de un saldo creciente de divisas, ya que las principales
variables del sector externo no neutralizaron el efecto positivo que trajo aparejado el nuevo
comportamiento tanto de las exportaciones como de la deuda externa. La tendencia en las divisas
disponibles entre 1958 y 1964 fue decreciente, mientras que la vigente entre 1965 y 1975 fue creciente.
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Las políticas aplicadas en un comienzo no se apartaron, de las características de los planes de ajuste
tradicionales, basados en devaluación y reducción del gasto público, excepto por la profundidad del
cambio regresivo en la distribución del ingreso producido en 1976.
Luego de una reducción inicial del gasto publico basada en el congelamiento de los salarios, se observo
un fuerte incremento de aquel, debido a una notable expansión de la inversión pública. Esta política
favoreció el crecimiento de diversos sectores empresariales proveedores y contratistas del estado,
beneficiarios también, de la promoción industrial. Desarrollaron y fortalecieron algunos conglomerados
económicos de origen nacional que adquirían protagonismo.
A mediados de 1977 una reforma financiera cambio profundamente la forma de funcionamiento del
sistema financiero, liberando las tasas de interés y colocando en manos de los bancos decisiones de
asignación del crédito. El banco central comenzó a aplicar medidas monetarias muy restrictivas, la cual no
estaba aun dando buenos resultados en materia de control de la inflación.
Mientras el disciplinamiento de los formadores de precios y de los asalariados parecía progresar con
lentitud puesto que los precios internos y los salarios en dólares subían, un nuevo elemento, que resultaría
decisivo por sus efectos de largo plazo sobre la economía, aparecía con intensidad en la escena
económica: los movimientos internacionales de capitales. Los movimientos de capitales serán limitados y
estaban normalmente sujetos a restricciones. El cambio en este periodo fue drástico. Los controles a los
movimientos de capitales fueron progresivamente eliminados, y la economía paso a estar financieramente
abierta.
La apertura financiera era concebida como plenamente funcional a la política de estabilización: permitía
financiar el déficit comercial al que posiblemente daría lugar la combinación de políticas escogida.
Las tasas negativas incentivaron la demanda de crédito interno y externo, lo que alimento a su vez la
demanda agregada y favoreció la expansión de la economía. El ingreso de divisas permitió además la
acumulación de reservas en el banco central.
Fines de 1979, la ya notoria sobrevaluación de la moneda parecía tornar cada vez más riesgoso el
endeudamiento en dólares.
El sector agropecuario es también afectado por la caída de su tasa de rentabilidad. El nivel de actividad
dejo de expandirse y enseguida comenzó a declinar. Eso combinado con la suba de las tasas de interés,
empeoro la situación de los deudores, agropecuarios y otros. Maduraron condiciones para una crisis
financiera, que se inicio en marzo de 1980, con la quiebra del que era por entonces el mayor banco
privado nacional, el banco de intercambio regional, a la que siguió la de varias otras entidades.
A lo largo de 1980, la salida de fondos se reflejo en la caída de depósitos y complico aun mas la delicada
situación bancaria interna. El gobierno desarrollo entonces una serie de acciones a sostener la política de
estabilización. Se forzó un mayor endeudamiento público externo, para recomponer las reservas que eran
minadas por las fugas de capitales privados. Las empresas estatales cancelaron créditos internos
recurriendo a fondos obtenidos mediante endeudamiento en el exterior. Los balances de las empresas
públicas aumentaban considerablemente su exposición al riesgo de una devaluación, mientras que el
sector privado estaba haciendo exactamente lo contrario.
El banco central concedía créditos a los bancos que enfrentaban dificultades para hacer frente al drenaje
de depósitos. Para reafirmar su compromiso con la política de estabilización, en 1980 el gobierno redoblo
la apuesta, eliminando las últimas restricciones, que todavía afectaban a los movimientos de capitales,
procurando convencer al público de que se seguiría hasta el final con las reglas establecidas.
La tablita cambiaria fue abandonada en febrero de 1981, cuando el propio ministro Martínez de hoz
produjo una devaluación de 9%.
Las notables fugas de capitales ocurridas en 1980-1981 convirtieron a la argentina en una economía
dolarizada, las tendencias financieras totales del sector privado interno paso a estar constituida por
moneda extranjera p activos en el exterior.
Apreciación y desempleo
Aun en esa fase de crecimiento inusitadamente rápido, las tasas de desempleo hayan comenzado a
incrementarse. Esto revela uno de los afectos mas corrosivos de la fuerte apreciación cambiaria de los
tempranos noventa. La relación entre las personas ocupadas y la población comenzó a declinar, por la
pérdida de puestos de trabajo de ese carácter en la industria manufacturera, sometida a la doble presión
de la apertura comercial y el dólar barato. Muchas firmas no lograron sobrevivir.
La pérdida de puestos de trabajo industriales afecto sobre todo a los ocupados hombres y jefes de hogar,
y no fue compensada por la creación de nuevas posiciones laborales en otros sectores.
Recesión y después
El PBI recupero el sendero ascendente. A mediados de 1998, en parte como resultado de un nuevo shock
externo negativo debido a la crisis rusa, que impacto sobre los movimientos internacionales de capitales,
se inicio una extensa contracción que culminaría a fines de 2001 con el abandono del esquema de caja de
conversión, en medio de una profunda crisis económica y política.
Entre el segundo trimestre de 1998, cuando el PBI alcanzo su máximo en la década, la declinación del
producto agregado fue de 15,6%. Son anteriores a la devaluación y a la ruptura de los contratos, factores a
los que una difundida interpretación entiende como causa principal de la crisis.
Un punto importante, es el cambio favorable en el mercado financiero, con una fuerte caída de las tasas de
interés internacionales y la recuperación del acceso a fondos externos. Ya en 1991 los ingresos de
capitales adquirieron significación. En la fase inicial de los años 90, las entradas netas de fondos del
exterior superaba al déficit en cuenta corriente, partiendo de un stock inicial muy bajo, se acumularon
reservas de divisas a un ritmo muy importante.
A lo largo de la fase de auge, la fragilidad externa de la economía había aumentado: el déficit en cuenta
corriente había tendido a crecer y se venía acumulando deuda. La dependencia en relación con influjos
positivos de capital se había hecho más notoria.
En lugar de experimentarse el mecanismo endógeno de ajuste propio del régimen de caja de conversión,
el shock externo negativo dio lugar a una veloz y masiva fuga de capitales a comienzos de 1995, con una
suba vertiginosa de la prima de riesgo y de las tasas de interés. Estos factores llevaron a la economía a
una contracción y a una crisis financiera, que fue seguida de una intensa concentración bancaria.
Se recupero el acceso a fondos externos, los ingresos netos de capital comenzaron a superar nuevamente
al déficit en cuenta corriente, que se había reducido como consecuencia de la recesión, se acumularon
reservas y con ello se expandió la cantidad de dinero y de crédito, alentando el crecimiento de la demanda
y el incremento del producto.
El déficit de cuenta corriente volvió a aumentar rápidamente, se acumulo deuda a un ritmo importante, y
con ello se fortaleció la dependencia de la economía en la relación con las condiciones financieras
internacionales.
Los ingresos de capitales declinaron a partir de ese momento y se atenuó la acumulación de reservas, se
freno la expansión, para que luego se iniciara la contracción.
Desde mediados de 1998, los capitales privados dejaron de fluir en cantidades importantes, para
finalmente iniciar un movimiento contractivo abrupto durante 2001. En esta larga contracción, el
mantenimiento del acceso a fondos multilaterales por parte del gobierno no fue suficiente para reabrir los
mercados privados de crédito, que se cerraron progresivamente de la crisis rusa.
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El papel del aumento de la deuda pública externa a lo largo de los noventa puede verse en mejor
perspectiva si se compara con el comportamiento del endeudamiento privado. El incremento de la deuda
externa pública bruta entre los extremos de la década explica menos de 40% de la variación de la deuda
externa total en el periodo.
El nivel de actividad se mantuvo deprimido, comprometiendo la recaudación fiscal y las propias metas de
recomposición de las cuentas públicas. Puede decirse que una y otra vez la política fiscal contractiva actuó
de manera autodestructiva, contribuyendo en realidad a consolidar un escenario depresivo y un cuadro de
expectativas muy negativas
En marzo y abril los depósitos bancarios se redujeron en alrededor de 6700 millones de dólares y las
reservas en 7900 millones, lo que constituyo una caída de 22% en el correspondiente stock.
La corrida se reanudo en julio-agosto, y nuevamente en noviembre. La fuga de depósitos fue muy intensa
y llevo al gobierno a establecer, desde comienzos de diciembre, restricciones a los retiros de efectivo de
los bancos y a los movimientos de capitales. Era formalmente el fin de la caja de conversión.
Las medidas de restricción financiera de diciembre contribuyeron a un agravamiento súbito de las
tensiones sociales y políticas. Cayo en 1999 el gobierno electo, y el país entro en default en los pagos del
servicio de la deuda pública y abandono definitivamente la paridad de 1 a 1 del peso con el dólar de los
Estados Unidos.
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La pasada herencia de “Progreso”
Alfonsín presidente. Durante su primer año del gobernó radical, la política oficial fue conducida por
Grinspun, un economista radical que había colaborada con el equipo económico del ex presidente Illia.
Alfonsín tuvo una mirada más política que económica. La protesta social, que incluía una buena dosis de
conflicto político entre peronistas y radicalismo, se acentuó en 1986, la CGT llevo adelante cuatro paros
generales. Una reforma del estado, que incluyo la privatización parcial de Aerolíneas Argentinas, de la
empresa nacional de telecomunicaciones (ENTEL) y otras empresas estatales menores. La creciente
debilidad del oficialismo alimentó la profundización de la crisis económica. En 1988, el gobierno lanzo el
plan Primavera, que disponía un acuerdo de precios y salarios, y establecía un aumento de las tarifas
públicas con el gobierno de recomponer los ingresos del estado.
La hiperinflación de 1989-1990
El gobierno justicialista de Menen A fines de 1988, el déficit fiscal seguía ascendiendo y la balanza de
pagos mostraba una tendencia deficitaria. Menen asumen en mayo de 1989. El impacto negativo de la
hiperinflación, que afecto los ingresos de amplio sectores de las clases populares y los sectores medios
asalariados y el estallido de conflictos sociales y saqueos en las grandes ciudades. El presidente decidió
conceder el manejo de la economía de Bunge & Born, implementaron un plan de estabilización que
consistía en una devaluación el austral del 170%, incrementos de tarifas e impuestos y acuerdos de
precios con las empresas líderes. El gobierno también logro la sanción de dos leyes, de emergencia
económica y de reformas del estado. La reorientación propuesta por el menemismo causo también una
división en el movimiento obrero y una fractura en la CGT. El gobierno anuncio el plan Bonex, que
consistía en la conversión compulsiva de depósitos a plazo fijo en bonos de la deuda pública a un tipo de
interés bajo con respecto a los intereses pagados en el mercado a otras inversiones. Al mismo tiempo, se
incremento sus ingresos mediante la generalización del impuesto al valor agregado (IVA). El conjunto de la
medidas tendió a mejorar la posición el austral frente al dólar y modero la inflación, aunque el costo de
sumergir la economía en la recesión. Entre 1989 y 1990 alentaron un nuevo clima, que privilegiaba el
mantenimiento de la estabilidad monetaria a cualquier costo.
El sueño de la convertibilidad
En 1991, se sanciono la ley que estableció la convertibilidad de la moneda nacional con respecto al dólar
a un tipo de cambio fijo. La convertibilidad buscaba la estabilización de los precios a la paridad establecida
en el tipo de cambio, al limitar la base monetaria a las reservas del banco central que clausuro la
posibilidad de que en el futuro del déficit del tesoro cubierto con emisión monetaria. La política de
estabilización fue acompañada de la reforma de estado, la desregulación de los mercados y la apertura de
la economía. Políticas inspiradas en el neoliberalismo: el papel del estado empresario y las regulaciones
sobre el mercado laboral. La ley autorizo a los empresarios a emplear trabajadores en forma temporaria y
redujo los costos laborales. Las reformas incluyeron las normas sobre seguros y accidentes de trabajo.
Cavallo, suspendió licencias de importación y acelero la conformación del Mercosur. La expansión
económica en los tempranos años noventa fue impulsada por el fuerte ingreso de capitales extranjero y las
privatizaciones. Contexto: la crisis mexicana de ese año y luego las crisis asiáticas, brasileña y rusa de 97-
98 empujaron a la argentina a una nueva crisis a finales de 1990, acompañada de un incremento de la
desocupación.
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