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El surgimiento del peronismo dividió en dos la política argentina del siglo XX. En 1945 la
tradicional oposición entre radicales y conservadores, por la libertad del sufragio, se vio
modificada y el nuevo enfrentamiento sería entre peronistas y antiperonistas. Esta nueva fuerza
política estuvo cargada de contenidos de clase y sujeta a los conflictos que generaron la
expansión de los derechos sociales y la integración política y social de vastos sectores del
mundo del trabajo. Pero la hostilidad de las luchas entre los rivales fue aún más extrema,
provocando una recurrente crisis de legitimidad que afectó el avance de la democracia.
La restauración libertadora, iniciada en 1930 con el derrocamiento de Yrigoyen, terminó con otro
golpe militar que el 4 de junio de 1943 desplazo al gobierno de Ramón Castillo. Comenzó,
entonces, un nuevo ciclo político en medio de la confusión política reinante que atravesó también
las Fuerzas
Armadas que encabezaron el alzamiento militar.
Uno de los principales contrastes que dividían a la vida política nacional fue la actitud frente a
los bandos en pugna en la Segunda Guerra Mundial, pues el presidente Castillo siguiendo la
tradición del país había permanecido neutral y continuó así aun después de que EE.UU. entrara
en el conflicto bélico a fines de 1941, esto demostró su ideología y su resistencia a unirse a la
cruzada de las democracias contra el fascismo. Amplios sectores de la opinión pública, de la
política e intelectuales del conservadurismo reclamaron el alineamiento argentino con la causa
de los países Aliados.
EE.UU. respondió al neutralismo suspendiendo la venta de armamentos.
Dentro de las Fuerzas Armadas la opinión se dividió y los altos oficiales del Ejercito estaban a
favor de la alineación con los Aliados y el enfrentamiento contra el Eje, mientras que la
mayoría de los cuadros intermedios preferían la neutralidad.
Un segundo contraste giró en torno al funcionamiento de las instituciones políticas, que se veían
envueltas nuevamente por la corrupción, también ejercida por el presidente Castillo quien
utilizó el fraude para asegurar las victorias electorales de sus contados aliados políticos.
Para las elecciones presidenciales de 1943 los partidos de la oposición formaron una coalición
para reunir fuerzas “ la Unión Democrática” donde confluyeron La Unión Cívica Radical y el Partido
Demócrata Progresista. Castillo presentó a su candidato conservador Robustiano Patrón
Costas, un hacendado del norte asociado con las practicas feudales en los ingenios azucareros y
conocido por ser partidario del fraude a esto se sumaba su simpatía por EE.UU. y por la
causa de los Aliados. El rechazo de las Fuerzas Armadas fue unánime y en la postulación
del candidato Patrón Costas vieron la razón para un nuevo golpe de Estado apoyado por las
distintas facciones militares que se sumaron a la Revolución Libertadora aunque lo único que
realmente las unía era la represión al comunismo y a las organizaciones obreras.
Los primeros que perdieron las esperanzas en el Golpe fueron los radicales al comprobar
que el régimen militar en lugar de preparar la vuelta a comicios libres ponía limites a la
actividad política. Luego fue el turno de los oficiales que apoyaban la ruptura con el Eje y
la unión con los Aliados.
Finalmente en octubre de 1943 se produjo una revolución dentro de la revolución, el poder pasó
a manos de un grupo de coroneles y tenientes coroneles pertenecientes a la logia secreta
autodenominada Grupo de Oficiales Unidos GOU, partidarios del Neutralismo intransigente esta
organización vendría a acabar con la Argentina liberal y laica para imponer la religión y las
fuerzas armadas acabando con la corrupción política y la amenaza comunista.
Una vez en el poder redoblaron las medidas represivas contra los grupos de izquierda y los
sindicatos, declararon fuera de la ley a los partidos políticos, intervinieron las universidades,
lanzaron
una campaña moralizadora en los espectáculos y las costumbres, finamente, implantaron la
enseñanza religiosa en las escuelas públicas.
Para el exterior, el régimen militar del país fue visto como un experimento fascista que provocó el
aislamiento político y bajo la presión de EE.UU. en enero de 1944, el presidente Ramírez decidió
la ruptura con el Eje. Esta decisión solo fue diplomática y no implicó el enrolamiento activo del
país.
Cuando a mediados de 1944 estalló el conflicto dentro del GOU la Revolución de junio se
hallaba a
la defensiva. En parte por la situación internacional donde las potencias del Eje detuvieron su
avance y comenzaron a replegarse. Y por otro lado, por su propia orfandad de ideas y apoyos.
Todo parecía indicar que terminaría frustrándose y convirtiéndose en otro intento fallido
semejante al de Uriburu en 1931. Pero fue superado gracias al aporte de Perón que ofreció
un programa social y económica y una apertura hacia los grupos estratégicos de la
sociedad, así logró definir la disputa interna a su favor y acumulando los cargos de
vicepresidente, ministro de Guerra y secretario de trabajo, se convirtió en el jefe virtual de
revolución.
A mediados de 1944, una vez resuelta la disputa interna de la elite revolucionaria, las promesas
del Secretario de Trabajo se hicieron realidad.
Los poderes públicos irrumpieron en la vida de las empresas, imponiendo la negociación
colectiva, estimulando la afiliación sindical y reparando viejos agravios por decreto.
En 1945 encabezó el ajuste al régimen militar: en el mes de marzo argentina declaró la guerra a
Alemania e Italia, con vistas a romper el aislamiento diplomático y lograr la admisión en las
Naciones Unidas.
En el plano interno: los admiradores del nacionalsocialismo perdieron sus cátedras en la
enseñanza oficial, las libertaos publicas fueron restablecidas, los partidos volvieron a la
legitimidad y se convoco a elecciones presidenciales para 1946.
Al mismo tiempo que conducía la reconversión de la Revolución de Junio Perón se preparaba para
la próxima transición a la democracia.
Los sindicatos tomaron partido y en julio del mismo año organizaron un gran acto en defensa
de las reformas laborales. Pero el apoyo no fue incondicional a Perón y se mantuvieron
expectantes para aliarse con el bando que resultase ganador.
Perón tomó una decisión estratégica para ganar el fervor popular: proclamó el advenimiento de la
era de las masas, el fin de la dominación burguesa, y convocó a los trabajadores a movilizarse
contra el complot que amenazaba a la Revolución de Junio. Fue así como los trabajadores
pasaron a ser el principal soporte de la fórmula política de Perón.
Perón había despertado recelos y críticas por su fulminante asenso en el régimen militar, debido
a los cuestionamientos sobre el manejo de la política exterior, la audacia de las reformas
laborales, el uso de las posiciones oficiales para promover su candidatura y también por la
abierta relación con su amante, la joven actriz Eva duarte.
El desplazamiento de Perón tubo corta duración ya que una semana después recuperó el poder
político pero ahora convertido en un líder de masas.
Las noticias de su renuncia y posterior encarcelamiento provocaron descontento en fabricas y
barrios obreros, el 16 de octubre los dirigentes sindicales se reunieron en la CGT y declararon
la huelga general. En la mañana del día siguiente, columnas de manifestantes comenzaron a
fluir desde los suburbios a la Plaza de Mayo con la consigna de la libertad de Perón.
Los oficiales de Campo de Mayo solicitaron al nuevo responsable político del régimen, el general
Eduardo Ávalos, permiso para reprimir pero fue les fue negado y se les ordeno permanecer
en Campo de Mayo para evitar hechos de violencia, por la tarde Ávalos admitió la derrota e
inicio negociaciones con oficiales cercanos a Perón, quien se encontraba en el Hospital Militar.
Acordaron una capitulación, Ávalos y sus aliados debían renunciar, se nombraría un nuevo
gabinete con hombres de confianza de Perón e este, quedaría fuera del gobierno para
preparar en libertad su
candidatura a la presidencia. Con la aparición de Perón en la noche del 17 de octubre en los
balcones de la Casa Rosada nacería el movimiento peronista en la vida política nacional.
La Primera Presidencia
Situación social: para los migrantes provenientes del interior, la incorporación al trabajo
urbano implicó una elevación social; para los trabajadores de más antigua residencia
urbana, con más recursos y contactos, pudieron subir un escalón más en la pirámide social.
Se caracterizó por el fuerte crecimiento de los asalariados de cuello y corbata impulsado por
la expansión de la administración pública y las burocracias privadas, y la movilidad de hijos de
familias de obreros que habían podido insertarlos en el mundo escolar. Las clases medias
experimentaron un aumento en la cantidad de pequeños y medianos propietarios de la industria,
los servicios y el comercio, gracias al desarrollo del mercado interno.
A pesar de que el acento oficial se puso en la enseñanza primaria la matricula que mas aumento
fue la secundaria.
Una vez aprobada la reforma se inicio la campaña para la reelección de Perón en 1951.
En las elecciones de noviembre de 1951 la fórmula Perón-Quijano gana con gran diferencia
a la oposición (Balbín-Frondizi). El peronismo hizo gran diferencia con el voto femenino que
supero al voto peronista masculino en todos los distritos. Además sumó a los residentes de
los nuevos territorios nacionales que por primera vez participaron en elecciones de presidente y
vice, así logró captar la mayoría de los nuevos electores.
La Segunda Presidencia
La censura a la oposición se generalizó. Para crear un orden capaz de neutralizar los conflictos
de la lucha de clases se utilizó como instrumento la “Comunidad Organizada” dividida en grupos de
interés, donde se resuelvan las diferencias (CGT, Confederación General Económica,
Confederación General de Profesionales, la Confederación General Universitaria y la Unión
de Estudiantes Secundarios).
Otro cambio se vio en la incorporación de la doctrina justicialista a la escuela militar lo que
generó malestar en los cuerpos medios del ejército compartido con la intolerancia de las clases
medias más antiguas y establecidas hacia los cambios sociales y políticos en curso. Ese
rechazo hizo del antiperonismo una reacción política, social y cultural gestando un movimiento
de desobediencia civil por fuera de los partidos opositores.
La oposición crece y se une (Partidos Comunista, Socialista, los conservadores y parte de la
UCR). Se encarcela a la oposición y se llegó hasta la movilización militar de los
trabajadores.
Al tiempo que el país se deslizaba hacia la polarización política y social, el 26 de julio de
1952 muere Evita desapareciendo la mejor representante de los sectores populares y a la vez la
más aborrecida por sus adversarios. Para entonces buena parte de los hombres que
rodearon a Perón en los comienzos de su gestión ya no estaban a su lado, esos altos cargos
burocráticos fueron ocupados por figuras de menor brillo, quienes fueron en gran medida
responsables de los excesos autoritarios y escándalos que caracterizaron este tramo de la
historia peronista. Tal fue el caso de Juan Duarte, hermano de Evita y secretario privado de
Perón que fue acusado de corrupción, luego de que el gobierno ordenara una investigación a
fondo duarte fue encontrado muerto provocando un escándalo público. Lla CGT organizó una
concentración de apoyo a Perón donde comandos antiperonistas hicieron estallar dos
bombas y hubo 7 muertos y un centenar de heridos. La policía arrestó a casi cuatro mil
opositores y meses más tarde fueron liberados tras firmar una ley de amnistía.
Las nuevas prioridades del programa económico: obtener capitales y asistencia técnica para
impulsar la modernización industrial con la ayuda de EE.UU. para apalear el fin de la bonanza
del comercio exterior.
El gobierno apostó a la posibilidad de Una tercera Guerra Mundial que favorezca la demanda de
los productos del campo argentino, y su segunda apuesta era participar en el Plan Marshall
para la reconstrucción de Europa, pero EE.UU. le adjudicó una mínima cuota de
abastecimiento de alimentos.
En este marco estallo la crisis del sector externo: que se traslado a la actividad industrial
nacional, por la dificultad para importar maquinarias y equipos, e impulsó un crecimiento de la
inflación. Como consecuencia estallaron conflictos pero esta vez el gobierno reprimió deteniendo a
sus promotores e interviniendo a los sindicatos involucrados. El pico de la crisis fue en el 51-
52 debido a las secuelas causadas por dos sequias sucesivas.
Perón se enfrentó con la Iglesia y al hacerlo divido su apoyo en las FF.AA. y se puso en
marcha la conspiración militar.
Perón acuso a “ciertos sacerdotes” de antiperonistas, al mismo tiempo se comenzó a hablar de un
“cristianismo peronista” independizado de la condición católica. La Iglesia vio al peronismo como
una competencia y comenzó a alejarse, Perón suprimió todos los derechos y privilegios
otorgados, se eliminó la enseñanza religiosa de las escuelas públicas y los subsidios a las
privadas, se aprobó la ley del divorcio, se reabrieron los prostíbulos, se prohibieron las
procesiones religiosas, excomulgaron a curas opositores y se amenazó con separar el culto
católico del Estado.
Los civiles protestaron desafiando la proscripción del gobierno y celebraron una multitudinaria
procesión de corpus Cristi, en la que católicos, socialistas y comunistas marcharon en el centro
de Bs. As. al grito de ¡Viva Cristo rey!
El 16 de junio de 1955, se levanta un atentado contra la vida de Perón, la Marina y la
Fuerza Aérea bombardean la Casa Rosada y sus alrededores. Perón alertado salió pudo
escapar y salió ileso pero hubo 300 muertos y 600 heridos entre trabajadores y transeúntes.
Los trabajadores acudieron a defender a su líder, la CGT se encargó de armarlos, se quemaron
las iglesias. Perón trató de llegar a una conciliación que no tuvo éxito. El 31 de agosto
Perón redacta una carta dirigida al Partido Peronista y a la CGT comunicando su decisión
de renunciar para garantizar la pacificación. El 17 de octubre ante una nueva manifestación de
apoyo en la Plaza de Mayo Perón retira su renuncia y proclamó que había ofrecido la paz a
sus adversarios y la habían rechazado “”a la violencia le hemos de responder con una violencia
mayor, cuando uno de los nuestr os caigan caerán cinco de ellos. Hoy comienza para todos nosotros
una vigilia en armas”
Esta inesperada declaración de guerra terminó de convencer a muchos militares indecisos y el 16
de septiembre se produjo el alzamiento militar llevado a cabo por el Gral. Aramburu y que impuso
como presidente al Gral. Lonardi, Perón buscó asilo en la embajada de Paraguay y comenzó
un largo exilio.
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