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Contenido y Estrategias del Plan de Evaluación

Cuarta Unidad. Pedagogía, Filosofía y Tecnología


Valor 20 pts.

Descubriendo los secretos del Barbieverso

Por Kat Rosenfield


25 agosto 2023

Hay un momento en la película Barbie en el que la Barbie Rara,


interpretada por Kate McKinnon, explica el proceso mediante el cual una
Barbie puede salir de la dimensión Barbie y entrar al mundo humano.
Involucra varios vehículos, varios cambios de vestuario y, lo más
importante, la interrupción de la incredulidad mezclada con una gran
dosis de falta de curiosidad: “Es mejor si no lo piensas demasiado”, dice
Barbie Rara.
En este aspecto, Barbie Rara tiene la razón: es mejor si no lo piensas
demasiado. No solo porque no tiene sentido, sino porque tratar de hacer
que tenga sentido es un camino a la locura.
Para aquellos que no han visto la película de Barbie, una breve
introducción a los fundamentos físicos del Mundo Barbie. Las Barbies
viven en el Mundo Barbie, que existe en conversación con el mundo
humano, pero en un plano separado de este. Cada Barbie en el Mundo
Barbie es un avatar de una muñeca Barbie del mundo real –“juegan con
todas nosotras”, explica Barbie Rara–, pero la conciencia de las Barbies
está estrictamente limitada al Mundo Barbie. Las Barbies no saben, ni
tampoco les importa, lo que estás haciendo con sus cuerpos plásticos en
el mundo real, a menos que un humano haga algo para traspasar el velo
que separa a ambos mundos, en cuyo caso la Barbie con la que está
jugando comenzará a experimentar extrañas fallas en la matrix de
Barbie.
En la película, ese velo entre los mundos es perforado por una madre
que está viviendo una especie de crisis de la mediana edad. En el
Mundo Barbie, la Barbie con la que está jugando (interpretada por
Margot Robbie) de repente se ve atormentada por pensamientos sobre
la muerte, pies planos y celulitis. Esto también parece explicar el
predicamento de Barbie Rara: las Barbies Raras no nacen raras, explica
la película, sino que se vuelven raras cuando juegan muy intensamente
con ellas.
Los escritores de la película (Greta Gerwig y Noah Baumbach) casi le
ruegan a la audiencia (utilizando a Barbie Rara como portavoz) que evite
siquiera intentar comprender esto. Reflexionar sobre la metafísica del
Mundo Barbie, que puede ser o no ser similar a un multiverso Barbie, es
caer en una dimensión desconocida, interminable y color rosa eléctrico,
de lógica contradictoria y teoría cuántica, en donde ya no sabes qué es
real. ¿Qué hay al final del túnel? Una revelación:
No hay solo un Mundo Barbie.
Si cada Barbie en el Mundo Barbie representa una muñeca Barbie física
en el mundo real, la población del Mundo Barbie debería ser de
aproximadamente mil millones. En cambio, el Mundo Barbie es tan
pequeño que todas las Barbies que lo habitan, incluida la presidenta, se
pueden encontrar de manera constante en todos los eventos sociales.
Además, no hay duplicados de Barbies. La Barbie Estereotípica de
Robbie es la única de su tipo, igual que Barbie Rara, a pesar de que
según la lógica del Mundo Barbie debería haber cientos de ellas
(parafraseando a El Caballero de la Noche, en el Mundo Barbie, o
mueres como parte de una colección en perfectas condiciones o vives lo
suficiente como para convertirte en una Barbie Rara.)
En resumen, el Mundo Barbie de la película parece ser demasiado
pequeño y escaso como para ser el único; seguramente, debe ser uno
de los innumerables (¡si no infinitos!) Mundos Barbie.
Esta teoría inicialmente me pareció reconfortante: entre otras cosas,
significaba que podría haber un Mundo Barbie en el que los Kens no
estuvieran sin hogar y condenados a una vida de miserable
subyugación. (Además, si somos completamente honestos al respecto,
también implica la existencia de al menos un mundo lleno de Barbies y
Kens nudistas, que pasan mucho tiempo juntando sus bloques de
plástico desnudos, que es lo que hacían mis Barbies en sus tiempos
libres).
Sin embargo, al momento en que resolvía un misterio metafísico del
Mundo Barbie, surgían media docena más. Por ejemplo: según los
ejecutivos de Mattel en la película, antes de que apareciera la Barbie de
Robbie, solo un habitante Barbie (una Skipper) había cruzado con éxito
la frontera del Mundo Barbie al mundo humano. Pero considerando lo
fácil que parece ser traspasar el velo entre los dos mundos, esto parece
increíble, incluso para la propia lógica retorcida de la película … a
menos que también haya múltiples realidades humanas.
¿Y si el Mundo Barbie existe en diálogo no con el mundo real, sino con
un mundo real, uno de cientos, o de millones?
Y ¿qué hay del puente entre el Mundo Barbie, el “mundo real”
autocontenido de la película de Barbie, y el mundo real real en el que
estás leyendo este artículo sobre la metafísica de Barbie? La película
hace un guiño a este conducto bidireccional en su segundo acto: Ken
importa el patriarcado al Mundo Barbie, que a su vez comienza a
exportar mercancía temática de Ken al mundo humano. Pero la versión
del mundo real real de esto es increíblemente complicada: ahora puedes
comprar una muñeca Barbie conmemorativa que representa a la Barbie
Estereotípica de Barbie, interpretada por Robbie. (Incluso la
especificidad de esto podría argumentarse que la hace todo menos
estereotípica). Puedes comprar a la Barbie Presidenta de la película,
que viene vestida con un vestido de gala y una banda al estilo de un
concurso de belleza que lleva la inscripción “Presidenta”. “¡Está lista
para liderar Barbie Land con gracia y estilo!”, exclama el texto
publicitario, sin ofrecer ninguna explicación sobre cómo ascendió a tan
alto cargo.
Incluso puedes comprar una Barbie Rara, modelada según la muñeca
de la película, lo que crea la paradoja definitiva: si las Barbies Raras se
vuelven raras porque juegan con ellas con demasiada intensidad, ¿cómo
pueden también nacer siendo raras en la fábrica de Barbies? ¿Dónde
encaja Barbie Rara en la jerarquía del Mundo Barbie? ¿Merece más o
menos respeto que la Barbie Rara que fue, hasta los momentos finales
de la película, una paria relegada a una casa extraña en las afueras del
pueblo? ¿Estas Barbies de edición especial de la película habitan su
propia línea de tiempo a la medida, o sus avatares conscientes están
causando estragos al estilo de la película Invasion of the body
snatchers en el Mundo Barbie, manifestándose como copias
inquietantes junto a las Barbies que las inspiraron?
En este punto, decidí acudir a un experto en busca de segunda opinión:
Spiros Michalakis, un físico cuántico que también trabaja como consultor
científico para el Universo Cinematográfico de Marvel. Él no trabajó
en Barbie (de hecho, uno tiene la sensación de que ningún físico
cuántico fue consultado en la creación de esta película), pero estuvo
dispuesto a considerar mis teorías sobre el Barbieverso y ofrecer una
convincente teoría propia.
“Mi impresión de la película fue que era casi como el mundo platónico,”
dice Michalakis. “Era una relación de muchos a uno: aunque puedas
tener un millón de versiones de la muñeca Barbie física en el mundo
real, la representación de todas esas millones de versiones de esa
Barbie era la Barbie de Margot Robbie”.
En otras palabras, ¿y si he estado pensando en esto de manera
equivocada? Mi teoría expansiva del Barbieverso estaba
fundamentalmente limitada por su rígida y unidimensional premisa
inicial: que cada muñeca de plástico en el mundo real equivale a una
conciencia individual en el Mundo Barbie. ¿Pero qué tal si las Barbies en
el Mundo Barbie son más bien arquetipos de Barbie, cada una
representativa de Barbie no como un objeto físico, sino como un
concepto cultural?
Aunque esta teoría no termina de explicar todo (no pude evitar
preguntarme qué diría Barbie Rara al respecto), es a la vez satisfactoria
y revolucionaria. Según esta perspectiva, el Mundo Barbie no existe
como un universo paralelo, sino como uno interior, suspendido en el
medio de la imaginación humana.
Y debido a que se necesita más de una persona para cambiar el
concepto de Barbie a nivel cultural, cualquier fallo en la matrix del Mundo
Barbie no refleja una tristeza, rareza o crisis existencial individual, sino
nuestra comprensión colectiva en evolución, consciente o no, de lo que
Barbie representa. Incluso la estructura de poder superficialmente
feminista pero profundamente disfuncional del Mundo Barbie es en
última instancia una representación del anhelo humano por una solución
rápida: en lugar de construir versiones mejores y más justas de los
sistemas que conforman nuestra estructura social, ¿qué pasaría si nos
saltáramos esa parte y simplemente manifestáramos un matriarcado
sobre el desorden existente?
Michalakis señala al Mundo Barbie como la encarnación de esta visión
de progreso poco convincente. “Su versión es que aún debes lucir súper
hermosa, pero tienes un color de piel diferente y un Premio Nobel, pero
no tienes idea de qué hiciste para obtenerlo”.
O eres la presidenta, con una oficina rosa y la banda para demostrarlo.
Pero, ¿cómo fuiste elegida?
“Es como si te teletransportaras a la respuesta, pero no tienes idea de
cómo llegaste allí”, dice. “Esa es la parte confusa”.
Ciertamente, es confuso, de una manera en la que Barbie Rara sin duda
también nos aconsejaría que no pensáramos demasiado. Y tal vez todas
estas teorías sean su propio tipo de ideal aspiracional disfuncional,
diseñado para ocultar la singularidad oscura en el centro del multiverso
Barbie: que Mattel y Hollywood, en su sed de crear una simbiosis de
ganancias eternas desde taquillas hasta tiendas de juguetes y de vuelta,
han desatado una realidad monstruosa al estilo de Jurassic Park, que no
comprenden realmente. Tal vez en algún lugar del Mundo Barbie, un
Ken Extraño que se parece demasiado a un joven Jeff Goldblum está
golpeando una mesa y gritando: “¡Sí, sí, pero sus científicos estaban tan
ocupados preguntándose si podían hacerlo que no se detuvieron a
pensar si debían hacerlo!”
Y, sin embargo: la conversación metafísica que rodea a Barbie parece
ser diferente de otras similares en un aspecto crucial. No sabemos, y
quizás nunca sepamos, quién creó nuestro universo. Pero sabemos
quién creó a Barbie y, por lo tanto, al Mundo Barbie: fuimos nosotros. Y
cuando le pregunto a Michalakis que explique la diferencia entre un
multiverso en el cual cada realidad vive adyacente a las demás en el
espacio-tiempo, frente a un multiverso suspendido en el medio de la
imaginación humana, su respuesta es asombrosa.
“Honestamente, en este punto, son lo mismo”, dice. “Lo que me encanta
de mi trabajo es que estamos tratando de descubrir qué significa no solo
retroceder en el tiempo, sino también avanzar en el tiempo. ¿Y si el
tiempo no es unidimensional, pero solo sabemos cómo observarlo y
comprenderlo de esta manera unidimensional?”
En otras palabras, mientras vivamos en un mundo donde nuestro
movimiento y nuestra experiencia están limitados por una comprensión
lineal del tiempo, el multiverso es un lugar que solo podemos visitar
mediante la imaginación y compartiendo lo que hemos imaginado con
otros: en conversaciones, historias, películas; de manera que, por un
breve momento, también puedan transportarse allí. Y aunque quizá
nunca descifremos por completo los misterios metafísicos del Mundo
Barbie, sabemos dónde encontrarlo en cualquier momento.
Finalmente, ha estado dentro de nosotros todo el tiempo. ~
Descubriendo los secretos del Barbieverso | Letras Libres

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