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Química orgánica definición.

La química orgánica es una rama dentro de la química que se ocupa de


estudiar una variada y cuantiosa clase de moléculas que disponen de carbono
y que conforman enlaces covalentes de carbono y carbono, carbono e
hidrógeno y otros heteroátomos.

La química orgánica (también llamada química del carbono) es el estudio de las


sustancias y compuestos de tipo orgánico, lo cual quiere decir que tienen como
base combinatoria de su estructura atómica los elementos carbono, hidrógeno
y algunos otros como azufre y oxígeno. Además, los compuestos orgánicos
constituyen las distintas formas de seres vivos en nuestro planeta.

En ese sentido, la química orgánica como campo de estudio se interesa por la


estructura, el comportamiento, las propiedades y los usos de este tipo de
compuestos químicos. Por eso, es fundamental para comprender cómo
funciona la vida y los diversos procesos energéticos e industriales que ha
desarrollado la especie humana a lo largo de su historia.

Usos y aplicaciones de la química orgánica.

Hoy en día, prácticamente todo tiene una gran influencia de la química


orgánica. Desde los colores de teñido en los tejidos, los medicamentos, hasta
los propios alimentos que consumimos día a día, han sido manipulados
mediante un proceso químico, con el fin de brindar los mejores resultados para
la humanidad.

El sector industrial de la química orgánica es quizás el de mayor crecimiento en


las últimas décadas, principalmente por su gran diversidad y por la cantidad de
recursos que producen para alimentar otras grandes industrias. De hecho esta
industria, es la responsable de alimentar sectores como el de la explotación
petrolera, gasífera y de carbón, eso por el lado inorgánico.

Desde el punto de vista de las fábricas de elementos de origen natural o


vegetal, también juega un papel crucial. Bien sea, para la fabricación de
elementos de uso directo, tales como los fármacos o los plásticos, o si bien,
para formar parte de otros procesos productivos.
A continuación, hemos preparado un listado con una buena parte de los
productos que son fabricados gracias a la química orgánica:

Industria del plástico

Medicamentos y farmacéutica

Detergentes y productos de limpieza

Abonos químicos

Fibras textiles

Colorantes, resinas, barnices, etc.

Industria del caucho

Cosméticos y cosmecéuticos

Perfumes

Como hemos visto, la química orgánica tiene influencia en prácticamente todas


las actividades de la sociedad. Es por ello que, se trata de una de las ciencias
naturales más importantes, por lo que deberíamos conocer y estudiar con
especial atención.

Diferencias entre química orgánica e inorgánica

1. Tipos de compuesto con los que se trabaja

La principal y más marcada diferencia entre química orgánica e inorgánica la


encontramos en el tipo de compuestos con los que trabaja cada una.

La química orgánica trabaja con todos aquellos componentes cuya estructura


se base o en los que aparezca el carbono y sus interacciones con otras
sustancias o elementos (especialmente el hidrógeno y el oxígeno, así como el
nitrógeno). Es decir, sobre las bases químicas de la materia que configura a los
seres vivos (la vida tal y como la conocemos se basa en el carbono y sus
derivados).

En lo que respecta a la química inorgánica, esta trabaja con todo aquel


compuesto que no contenga carbono (con la excepción de algunos compuestos
como el dióxido de carbono), su estructura y propiedades y sus interacciones
con otros componentes.

2. Tipo de enlaces entre moléculas

Otro elemento diferencial entre ambas es el tipo de enlace entre moléculas que
suele observarse en cada una. En la química orgánica es muy frecuente que se
trate de enlaces covalentes, mientras que en la orgánica prevalece el enlace
iónico.

3. Reacciones químicas que contemplan

Esta diferencia se deriva de las anteriores: aunque en ambas ramas se


observan reacciones químicas semejantes o que actúan bajo los mismos
principios, cada de ellas dispone de reacciones en las que se tiende a
especializar. En la química inorgánica se exploran procesos como la oxidación,
la cristalización, las reacciones endo y exotérmicas y la conducción eléctrica
mientras que en la orgánica encontramos reacciones como la combustión, la
fermentación, hidrogenación y fotoquímica.

4. Ámbito de investigación fundamental

Las investigaciones de la química, tanto de la orgánica como la inorgánica, han


permitido obtener un profundo conocimiento del funcionamiento y
comportamiento de la materia.

Mientras la química orgánica permite el conocimiento de la estructura del


material biológico y cómo éste se ve afectado ante la interacción con otros
compuestos (con lo cual permite evaluar por ejemplo el efecto de
medicamentos), la química inorgánica permite el conocimiento de la estructura
y características del material no vivo y la realización de diferentes compuestos
de tal manera que se pueden crear nuevos materiales.

Enlaces

Un enlace químico es la fuerza que une a los átomos para formar compuestos
químicos. Esta unión le confiere estabilidad al compuesto resultante. La
energía necesaria para romper un enlace químico se denomina energía de
enlace.
En este proceso los átomos ceden o comparten electrones de la capa de
valencia (la capa externa de un átomo donde se determina su reactividad o su
tendencia a formar enlaces), y se unen constituyendo nuevas sustancias
homogéneas (no mezclas), inseparables a través de mecanismos físicos como
el filtrado o el tamizado.

Como surge la química orgánica.

A principios del siglo XIX se aislaron muchas sustancias orgánicas en estado


puro y se determinó su composición.

El químico sueco J.J. Berzelius los catalogó por separado, y así nació la
química orgánica. Como en aquel entonces todavía no era posible preparar
compuestos orgánicos en el laboratorio, se creía que sólo los organismos vivos
eran capaces de reproducirlos.

Hasta el año 1828, los químicos estaban convencidos de que los compuestos
se dividían en dos categorías o clases distintas: compuestos inorgánicos del
mundo mineral, como la sal de mesa extraída de las minas o del agua de mar,
cloruro de sodio, y compuestos orgánicos de organismos vivos, tanto animales
como vegetales, como el azúcar obtenido de la remolacha o la caña de azúcar.

En el pasado, los químicos sabían, por ejemplo, cómo extraer alcohol de la


fruta, algunos azúcares de las plantas, numerosas sustancias medicinales y
numerosos colorantes. Sin embargo, nadie había pensado nunca en reproducir
estas sustancias en el laboratorio, pero todos se habían limitado a utilizar lo
que el mundo mineral viviente podía ofrecer. De hecho, una particularidad de la
historia de la química es la dificultad que los primeros químicos encontraron al
sintetizar compuestos orgánicos en el laboratorio. Por lo que la síntesis de
compuestos orgánicos presenta más dificultades que muchos derivados
inorgánicos que, por el contrario, pueden sintetizarse fácilmente.

Las dificultades en la síntesis orgánica y el hecho de que estos compuestos


derivados de organismos vivos llevaron a los primeros químicos a asumir que
era una fuerza vital (en latín vis vitalis) el poder místico o sobrenatural que
permitía su síntesis. Esta teoría, conocida con el nombre de vitalismo, parece
explicar la razón por la que los químicos del siglo XVIII fueron incapaces de
sintetizar el material orgánico del laboratorio.

La teoría del vitalismo se derrumbó definitivamente gracias a un experimento


realizado en Alemania en 1828 por el químico alemán Friedrich Wohler (1800-
1882). En ese año Wohler logró obtener urea, un compuesto puramente
orgánico presente en la orina animal, calentando cianato de amonio, un
reactivo puramente inorgánico, según la reacción:

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