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"La exposición de transacción se refiere al riesgo asociado a la posibilidad de que el tipo de cambio

no sea favorable al realizar una transacción que implique la conversión de divisas. En el caso de
una empresa que opta por facturar exclusivamente en dólares, su exposición a las transacciones se
ve influida por dos situaciones:

Cuando el valor del dólar se deprecia en comparación con la moneda local, la empresa recibirá
menos moneda local por sus ventas en dólares.

Cuando el valor del dólar se aprecia con respecto a la moneda local, la empresa tendrá que pagar
más moneda local por sus compras en dólares.

Ambos casos implican un impacto financiero negativo para la empresa. Para reducir este riesgo,
las empresas pueden aplicar diversas estrategias, como las siguientes:

Una de las estrategias más eficaces para minimizar la exposición a las transacciones en el caso de
una empresa que opta por facturar en dólares es fijar los precios en dólares pero permitir que los
pagos se realicen en moneda local. De este modo, la empresa recibirá el pago en la moneda local
al tipo de cambio vigente en el momento del pago, lo que contribuirá a reducir el impacto de la
exposición a las transacciones."

Entre las limitaciones de la utilización de futuros y opciones sobre divisas figuran los costes de
transacción, como comisiones y diferenciales, que pueden disminuir la rentabilidad de las
coberturas, la posibilidad de encontrarse con mercados sin liquidez que dificulten la liquidación a
precios razonables, el riesgo de incumplimiento de una de las partes contratantes y el riesgo de
que los futuros y opciones no converjan con el precio de mercado subyacente en la fecha de
vencimiento, lo que podría acarrear pérdidas para el coberturista. Estos problemas pueden afectar
a las empresas aumentando sus costes, exponiéndolas a pérdidas y limitando la eficacia de la
cobertura. Además, es importante señalar que los futuros y opciones sobre divisas no son
adecuados para todas las empresas, especialmente las pequeñas y medianas, y no pueden
eliminar por completo el riesgo de divisas. Por lo tanto, las empresas deben analizar
detenidamente las ventajas e inconvenientes antes de decidirse a utilizar estas estrategias.

Para mitigar la exposición a los riesgos de conversión, mi empresa puede tomar varias medidas,
como utilizar coberturas de tipo de cambio, que incluyen contratos como futuros, opciones y
swaps para protegerse de las variaciones del tipo de cambio. Otra opción es fijar los precios en la
moneda local, lo que nos permitiría recibir pagos en esa moneda al tipo de cambio vigente,
reduciendo la exposición en caso de devaluación. Además, mi empresa podría adoptar una
estrategia de gestión del riesgo que aborde específicamente el riesgo de tipo de cambio, utilizando
instrumentos financieros como los derivados. La elección de la estrategia dependerá de factores
como el tamaño de la empresa, su tipo de negocio, el grado de exposición al riesgo de cambio y su
presupuesto disponible. Para una empresa colombiana que opera en el mercado internacional,
estas mismas estrategias, como el uso de coberturas de tipo de cambio, la fijación de precios en
moneda local y la aplicación de una estrategia de gestión de riesgos, pueden ser especialmente
útiles para protegerse de las fluctuaciones de los tipos de cambio.

El control corporativo a nivel internacional implica garantizar que las actividades de una empresa
se llevan a cabo de manera eficiente y ética, lo que se complica en el contexto global por retos
como la distancia, las diferencias culturales y legales, y la creciente complejidad de los negocios
globales. Entre las principales barreras se encuentran la distancia física, que dificulta la supervisión
de las filiales, las divergencias culturales, que obstaculizan la comunicación, las disparidades
jurídicas, que complican la aplicación de los controles corporativos, y la creciente complejidad de
la gestión de riesgos. Para superar estas barreras, las empresas deben establecer sistemas de
control adecuados, promover una cultura de cumplimiento en todas sus filiales y formar a sus
empleados en materia de control corporativo. Este enfoque es esencial para proteger los intereses
de accionistas, empleados y clientes, reduciendo el riesgo de fraude y corrupción. Algunos
ejemplos de estos obstáculos son la dificultad de supervisar las filiales en países con sistemas
jurídicos corruptos, garantizar el cumplimiento de las leyes locales en varios países y gestionar los
riesgos financieros en los mercados emergentes. Por lo tanto, las empresas que operan a escala
internacional deben ser conscientes de estas barreras y tomar las medidas adecuadas para
superarlas.

El control corporativo internacional abarca las medidas y procedimientos que una empresa emplea
para garantizar que sus operaciones en todo el mundo sean eficaces, eficientes y éticas. Estas
medidas incluyen la implantación de sistemas adecuados de contabilidad y auditoría, la gestión de
riesgos y el cumplimiento de la normativa local, así como el mantenimiento de un gobierno
corporativo sólido y la promoción de una cultura de cumplimiento en todas sus filiales. La
evaluación de estas medidas puede llevarse a cabo mediante auditorías internas y externas,
análisis de riesgos, así como encuestas y entrevistas para medir la percepción que tienen los
empleados de los controles corporativos. Esta evaluación constante es esencial para garantizar la
eficacia y la mejora continua de los sistemas de control. Ejemplos concretos de acciones
internacionales de control corporativo incluyen la creación de comités internacionales de
auditoría, programas de formación ética para empleados globales y auditorías periódicas de las
filiales para garantizar el cumplimiento de las leyes locales. Las empresas que operan a escala
internacional deben adaptar estas acciones a sus necesidades específicas.

Las formas comunes de gobierno corporativo incluyen el sistema anglosajón, caracterizado por un
consejo de administración independiente; el sistema europeo continental, donde los accionistas
tienen mayor influencia en el consejo de administración; y el sistema japonés, que da importancia
a la voz de los empleados en la gestión. Además, algunas empresas pueden optar por sistemas
duales de gobierno corporativo. En un contexto internacional, las empresas pueden adaptar sus
sistemas a las circunstancias específicas de los países en los que operan, teniendo en cuenta
factores culturales y jurídicos. Cada sistema presenta ventajas e inconvenientes. Por ejemplo, el
sistema anglosajón promueve la independencia del consejo pero puede ser costoso, el sistema
europeo continental da influencia

que da importancia a la voz de los empleados en la gestión. Además, algunas empresas pueden
optar por sistemas duales de gobierno corporativo. En un contexto internacional, las empresas
pueden adaptar sus sistemas a las circunstancias específicas de los países en los que operan,
teniendo en cuenta factores culturales y jurídicos. Cada sistema presenta ventajas e
inconvenientes. Por ejemplo, el sistema anglosajón promueve la independencia del consejo pero
puede ser costoso, el sistema europeo continental da influencia a los accionistas pero puede ser
menos transparente, y el sistema japonés ofrece estabilidad pero puede ser menos eficaz. La
elección del sistema adecuado depende del tamaño de la empresa, su estructura de propiedad, la
cultura empresarial y la normativa local.

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