Documentos de Académico
Documentos de Profesional
Documentos de Cultura
1
Objetivos
Los alumnos podrán aprender a dominar el Cuadro de Mando Integral, Elementos y Proceso
de Elaboración de un Sistema de Gestión Basado en el Cuadro de Mando Integral.
1.1. Introducción
El Cuadro de Mando Integral (CMI) o Balanced Scorecard
(BSC) aparece como una herramienta de gestión al ser-
vicio de las empresas a finales del siglo pasado (1992), en
respuesta a la inestabilidad y complejidad de los merca-
dos como consecuencia del desarrollo tecnológico de
las últimas décadas.
7
Figura 1. Evolución del Balance Scorerecard.
El Cuadro de Mando Integral surge con el objetivo de relacionar las fases de formulación
estratégica e implantación de esta dentro del proceso de dirección estratégica. El Cuadro
de Mando Integral transforma la visión y la estrategia en objetivos e indicadores organizados
en diferentes perspectivas: financiera, clientes, procesos internos, aprendizaje y crecimiento.
Figura 3.
Los primeros usuarios del Cuadro de Mando Integral comprobaron cómo, si se realizaba una
elección correcta de los objetivos y de los indicadores, el CMI explicaba la línea de impulso
de la empresa, a la vez que hacía posible su medición y guiar el comportamiento de la direc-
ción de la estrategia, debido a que los objetivos influyen en el comportamiento.
De esta forma, su filosofía radica en una mayor atención a los objetivos que a la definición
de una lista de indicadores; basarse fundamentalmente en indicadores financieros lleva a las
organizaciones a cometer errores estratégicos en ocasiones insalvables, ya que proporcio-
nan una visión tardía o con retraso de las consecuencias de acciones estratégicas empren-
didas en el pasado.
Una vez definidas la visión, la misión y la estrategia empresarial, se establecen o definen los
objetivos estratégicos.
Con el fin de hacer operativos los objetivos estratégicos se definen los correspondientes in-
dicadores financieros y no financieros, así como sus valores previstos. Estos objetivos estra-
tégicos deben concretarse en acciones estratégicas que aseguren su consecución. A cada
acción estratégica se le asigna un responsable, un plazo y un presupuesto. A este paso de la
9
visión a definición estratégica y su consecución en acciones, Kaplan y Norton lo denomina-
ron “Transformando la Estrategia en Acción” (Figura 4). Por otro lado, cada objetivo, indicador
y acciones son definidos para una perspectiva particular. Sus creadores definen cuatro pers-
pectivas básicas: finanzas, clientes, procesos internos y aprendizaje-crecimiento.
Figura 4.
Los objetivos estratégicos, los indicadores, valores y acciones estratégicas están interrela-
cionados por medio de las relaciones causa-efecto. Solo cuando se han interrelacionado los
objetivos se describe una estrategia íntegramente.
Como indica Dávila (1999) una de las características fundamentales del Cuadro de Mando
Integral es la combinación de indicadores financieros y no financieros. Sin duda, esta es una
característica importante, pero no la más relevante, ya que con anterioridad algunas empre-
sas habían desarrollado el tablero de control que combina indicadores financieros y no finan-
cieros. Se puede afirmar que el antecedente al Cuadro de Mando Integral es una herramienta
llamada Tableau de Bord (tablero de control). El CMI frente al tablero de control aporta como
diferencia la forma en la que se seleccionan los indicadores, lo cual tiene efectos importan-
tes en el uso de la herramienta. Mientras que su antecedente aconseja la combinación de
indicadores financieros y no financieros, no establece ningún criterio sobre cómo definirlos
y elegirlos, sino que se deja a la discrecionalidad del directivo su elección, en función de su
propia experiencia e intuición. Por tanto, en cierto modo depende del acierto del directivo.
Sin embargo, el Cuadro de Mando Integral ofrece un método estructurado de selección de
indicadores basado en relaciones causa-efecto.
Kaplan y Norton (2000) indican que los procesos y los programas de gestión están cons-
truidos alrededor de estructuras. Los sistemas de gestión tradicionales se han construido
alrededor de una estructura financiera. La estructura financiera funcionó bien mientras los
indicadores financieros reflejaban la gran mayoría de las actividades de creación de valor.
Esta estructura dejó de ser valiosa a medida que las organizaciones se involucraban en acti-
vidades e inversiones relacionadas con la tecnología y capacidades que no pueden valorar-
se mediante un sistema financiero de coste histórico.
Los estados financieros siempre constituirán herramientas de uso útil y necesario para las
organizaciones, pero, sin embargo, no recogen un método que equilibre los resultados pa-
sados con los impulsos futuros derivados de la estrategia empresarial.
El Cuadro de Mando Integral incorpora en el modelo los indicadores financieros con medi-
das de los inductores de actuación futura. Los objetivos e indicadores se derivan de la visión
y estrategia de la organización, definiendo los objetivos organizativos más allá de los indica-
dores financieros. De esta forma, recoge las actividades críticas de la creación de valor trans-
formando en objetivos e indicadores la estrategia de una unidad de negocio. Esto supone
considerar o definir el Cuadro de Mando Integral como un sistema de gestión estratégica. No
elimina el papel de la medición financiera, sino que incorpora la medición en un sistema de
gestión más equilibrado que vincula la actuación a corto plazo con los objetivos estratégicos
a largo plazo.
11
Cuadro 1. Limitaciones de los indicadores financieros
Los estándares algunas veces no inducen a las mejoras continuas, especialmente si al fijar
estándares estos se realizan con la idea de fijar normas, sin considerar los cambios que
puedan hacerse durante la marcha de las operaciones para mejorar los procesos. Los tra-
bajadores no hacen más esfuerzos sino el alcanzar el estándar aun cuando puedan utilizar
mejor sus habilidades.
La complejidad de los sistemas de costo estándar y el análisis de variaciones hacen que
las personas de los sitios operativos se sientan frustradas, por cuanto no visualizan una co-
nexión directa y clara entre acciones y las cifras de informes periódicas, y es difícil asignar
responsabilidades individuales en cuanto a variaciones.
Efecto a corto plazo en los estados financieros de ciertas políticas empresariales como, por
ejemplo, una reducción en el gasto de investigación y desarrollo.
1. Mayor peso de los activos intangibles frente a los activos tangibles en la ventaja compe-
titiva.
El Cuadro de Mando Integral debe ser entendido como una nueva herramienta a disposición
de la dirección de la empresa y de la empresa en su conjunto que permite a esta adaptarse
al entorno dinámico, complejo, hostil e inestable.
El término que mejor define esta situación es VUCA (volátil, incierto, complejo y ambiguo).
Con el fin de lograr el objetivo de sobrevivir adaptándose a los cambios de los tiempos ac-
tuales, el Cuadro de Mando Integral trata de dar respuesta a los siguientes interrogantes.
Para la elaboración del Cuadro de Mando Integral es necesario que la organización desa-
rrolle un programa sistemático de consenso y claridad que permita traducir la estrategia en
los objetivos e indicadores. Se trata de un proceso que refleja el conocimiento, experiencia
y saber hacer, además de la necesaria implicación del equipo directivo de cada una unidad
de negocio para la cual se define.
Figura 5.
13
Cuadro
de Mando
Logístico
2.1. Descripción y Elementos del Cuadro de
Mando Integral
2. Descripción, El Cuadro de Mando Integral ofrece un marco para des-
Elementos y cribir estrategias destinadas a crear valor. La estrategia si-
guiendo a Andrews (1977) se puede definir como “el patrón
Proceso de de los principales objetivos, propósitos o metas y políticas
y planes esenciales para lograrlos, establecidos de tal
Elaboración de un manera que definan en qué clase de negocio la empresa
Sistema de Gestión quiere estar y qué clase de empresa es o quiere ser”.
a. ¿Dónde competiremos?
Solo contestando a las cuatro preguntas anteriores se realiza una gestión que puede ser ca-
lificada de estratégica al unir formulación con desarrollo. Y es precisamente de la respuesta
a las cuestiones anteriores de dónde surgen los factores determinantes de la naturaleza de
los problemas estratégicos.
15
Figura 6.
Una vez descrito el Cuadro de Mando dentro del proceso de dirección empresarial, proce-
de describir los elementos que lo componen para posteriormente abordar su proceso de
creación. Estos elementos son: misión, visión, mapas estratégicos, perspectivas, objetivos
estratégicos, indicadores, metas y acciones estratégicas.
La misión empresarial define la identidad de la empresa e indica su razón de ser. Por su parte,
la visión identifica el objetivo a largo plazo de la empresa y marca el camino de crecimiento
y transformación a seguir para conseguirlo, incluye los factores críticos de éxito, las normas
y los valores. Determina dónde y cómo quiere la empresa diferenciarse de sus competido-
res. Tanto la visión como la misión reflejan el espíritu de la empresa. Indican para qué existe
la empresa y por qué, cuáles son sus objetivos principales, hacia dónde se dirigen, además
de intentar determinar cómo pretenden llegar hasta allí basándose en los valores. Todo ello
debe tener impacto y vinculación con los trabajadores de la empresa, de forma que estos
entiendan que su labor es parte de un todo y así trabajen con gran entusiasmo para cumplir
los objetivos de la empresa.
Las perspectivas del negocio definirán los objetivos estratégicos, sus indicadores y metas,
así como las acciones estratégicas. Se pueden distinguir de forma general dos perspectivas,
una interna y otra externa.
— Dentro de la perspectiva interna se marcan los objetivos en los que la compañía tiene
margen de actuación, así procesos internos y aprendizaje y crecimiento.
Los objetivos estratégicos son el fin deseado clave para la organización. Es necesario definir
los objetivos de forma coherente a la estrategia de la compañía para así utilizar el Cuadro de
Mando Integral como una herramienta de gestión enfocada a la implantación de la estrate-
gia.
Se debe evitar formular demasiados objetivos estratégicos en los niveles más altos de la
empresa, como máximo se aceptará en torno a 20 objetivos. Deben seleccionarse los obje-
tivos más importantes basándose en los siguientes criterios:
Figura 7
Todos los objetivos estratégicos deben interrelacionarse y afectarse los unos a los otros. De
esta forma, surge la pirámide de objetivos donde la consecución de ciertos objetivos lleva
a la consecución de otro objetivo de orden superior, y así sucesivamente, hasta el cumpli-
17
miento del objetivo corporativo o estratégico. Las relaciones entre los diferentes objetivos
deben explicarse mediante una cadena de relaciones causa-efecto.
La cadena causa-efecto de los objetivos es una herramienta útil para transmitir el Cuadro de
Mando a los niveles inferiores de la empresa. En la figura mostrada a continuación se presen-
ta la cadena de relaciones causa-efecto del sector en relación con los objetivos estratégicos.
Figura 8.
Los indicadores son las reglas de cálculo y/o ratios de gestión que sirven para medir y
valorar el cumplimiento de los objetivos estratégicos. Su selección y definición es lo que
determina que la empresa tome uno u otro rumbo, ya que un indicador mal seleccionado
puede inducir a una desviación en el comportamiento empresarial materializándose en el no
cumplimiento de la estrategia empresarial.
Las metas son el valor objetivo que se desea obtener para un indicador en un período de
tiempo determinado. Las metas, como las acciones que implican el cumplimiento de los
objetivos, deben ser realizables y definirse para un período de tiempo que permita la correc-
ción de desviaciones para el cumplimiento de los objetivos.
La definición de metas dentro del proceso de gestión del Cuadro de Mando Integral tiene
una importancia vital, ya que es el momento en el cual se materializa el compromiso de los
recursos humanos, es decir, es la fase en la cual el personal de la organización asume los
compromisos de cara al futuro. Si el equipo no está completamente comprometido con el
proceso, no se obtendrá un buen resultado y se fracasará. Kaplan y Norton (2000) relatan
un caso en que un directivo importante elaboró un excelente cuadro sin comprometer en el
proceso al equipo de alta dirección.
Este ejecutivo era miembro del más alto equipo ejecutivo, un participante activo y que acu-
día a todas las reuniones de la alta dirección para la definición y gestión de estrategias em-
presariales. El Cuadro de Mando reflejaba fielmente la estrategia, el enfoque del cliente y los
procesos críticos internos de sus empresas.
El cuadro fue aceptado por su fiel representación de los objetivos e indicadores críticos de
la organización, pero, sin embargo, el modelo de gestión basado en el cuadro no impulsó el
cambio o se convirtió en parte integral de los procesos de la empresa. El cuadro fue enten-
dido como una iniciativa dirigida a mejorar un sistema de indicadores y no a realizar cambios
fundamentales en la forma en que se gestionaba la organización.
El último de los elementos del Cuadro de Mando Integral son las acciones estratégicas.
Estas son las actuaciones que contribuyen de forma específica a la consecución de los ob-
jetivos. Su proceso de selección, priorización y asignación de recursos es una tarea funda-
mental en el diseño del Cuadro de Mando Integral.
De forma general se presenta el plan de desarrollo típico y sistemático que los creadores de
esta herramienta utilizaron para elaborar Cuadros de Mando en diversas organizaciones. Se
trata de un proceso en cuatro fases o etapas.
19
Etapa1: Definir la unidad de negocio en la
que se quiere implantar
Una vez definida la unidad de negocio para la que se va a elaborar, el cuadro debe recoger
información relativa a:
3. Vínculos con las demás unidades de negocio de la empresa como son, entre otros, clien-
tes comunes, competencias centralizadas, oportunidad de enfoques integrados con los
clientes, relaciones clientes/proveedores, etc.
Toda la información relativa a la unidad de negocio debe ser remitida a los directivos de esta
para su revisión. Sería deseable que el responsable de desarrollar el Cuadro de Mando man-
tuviera entrevistas con cada uno de los miembros de la alta dirección con el fin de recoger
los objetivos estratégicos de la empresa y diseñar las propuestas de indicadores del Cuadro
de Mando en cada una de las perspectivas.
Una vez realizadas las entrevistas con el equipo directivo, la siguiente tarea es una sesión de
síntesis de forma que el responsable de diseño y su equipo deben reunirse para discutir la
información obtenida y elaborar una lista provisional de objetivos e indicadores que propor-
cionarán la base para la primera reunión del equipo de altos directivos.
También deben discutirse y analizarse las impresiones obtenidas sobre las resistencias per-
sonales y de la organización relativas al diseño e implantación de un sistema de gestión ba-
sado en el Cuadro de Mando Integral, así como al cambio de procesos que puede suponer
tal implantación.
El siguiente paso será obtener consenso dentro de lo que se denomina “taller ejecutivo:
primera ronda”. Este consenso debe establecer claramente la misión y la estrategia empre-
sarial. Posteriormente se ha de dar respuesta a la siguiente pregunta: ¿En qué grado variaría
la actuación de la empresa con respecto a los accionistas, clientes, procesos internos y ca-
pacidad para crecer y mejorar?
Las respuestas a esta cuestión implican el tratamiento de cada perspectiva. Cada uno de los
objetivos candidatos a incorporarse en una perspectiva debe ser discutido de forma individual.
Figura 11.
21
Etapa 3: Seleccionar y diseñar indicadores
2. Identificar para cada uno de los objetivos, el indicador o indicadores que permitan la
cumplimentación del objetivo/os.
3. Identificar para cada uno de los indicadores propuestos, las fuentes de información ne-
cesarias y las acciones que haya que realizar para que esta información sea accesible.
4. Identificar, para cada una de las perspectivas, los vínculos clave entre los indicadores
dentro de la perspectiva, así como entre esta perspectiva y las demás del cuadro de-
mando.
Sin embargo, el éxito del Cuadro de Mando está en la capacidad de los directivos de definir
los indicadores que posibilitan que las cosas ocurran con el propósito de que los indicadores
centrales recojan los resultados esperados.
Una vez realizado lo anterior, el responsable de elaborar el cuadro desarrollará el “taller eje-
cutivo: segunda ronda”, cuyo objetivo es elaborar un informe en el que se recojan las inten-
ciones y contenido del Cuadro de Mando a todos los empleados de la unidad de negocio a
implantar.
Este proceso debe finalizar alineando las iniciativas de cambio de la unidad de negocio con
los objetivos, indicadores y metas del cuadro. Ello debe suponer una nueva filosofía de ges-
tión y el desarrollo de un sistema de información de apoyo al Cuadro de Mando Integral.
Para concluir con el proceso de implantación, siguiendo a Martínez Pedrós y Milla Gutiérrez
(2005), se recogen las 10 reglas clave del éxito para la implantación del Cuadro de Mando
Integral:
4. El líder del proyecto de Cuadro de Mando Integral debe ser quien guíe el proceso, te-
niendo dotes de comunicación e involucrándose con toda la organización para conseguir
el mayor grado de apoyo en el proyecto.
9. Vinculación a la gestión operativa del negocio. Ello se consigue vinculándolo con los
presupuestos anuales y con un sistema de incentivos entre los objetivos personales y los
departamentales con los estratégicos de la empresa.
23
rrectamente lo deseado. Incluso el cambio del entorno justifica su modificación a medida
que pasa el tiempo.
Figura 12.
Cuadro
de Mando
Logístico
3.1. Introducción a las Perspectivas Básicas
Como ya se ha establecido, el Cuadro de Mando Integral
3. Perspectivas es un instrumento de dirección que permite la concreción,
representación y seguimiento de las estrategias adoptadas
Básicas del Cuadro por la empresa (Horváth y Partners, 2007). Para conseguir-
de Mando Integral lo, no basta con adoptar una orientación exclusivamente
económica y financiera, sino considerar otros elementos
clave como son clientes, procesos y fuerza de trabajo. De
esta forma, se interrelacionan los que se consideran as-
pectos fundamentales en el desarrollo e implantación de
las estrategias como vía para alcanzar el éxito empresarial.
— Perspectiva financiera.
25
La satisfacción de clientes y la consecución de objetivos financieros determina el “cómo”
hacer las cosas, es decir, los procesos internos de la empresa, y estos, a su vez, están con-
dicionados por los recursos y capacidades de las que la empresa disponga, en especial las
personas y la información.
Con el Cuadro de Mando Integral la dirección puede medir diferentes resultados, conocer
cómo modificar los mismos e integrar los indicadores en el proceso de gestión estratégica.
Además de indicadores financieros y de calidad, se pone énfasis en los clientes como for-
ma de orientar la organización hacia el mercado, enfatizando también en las competencias
clave de los procesos internos esenciales y en los recursos humanos. Cada una de las pers-
pectivas representa un elemento en la red de actividades y procesos de la empresa, dando
lugar a una visión global en la que la estrategia es el centro de los sistemas de gestión.
Cada perspectiva debe considerar los objetivos estratégicos a alcanzar, los indicadores re-
presentativos de la consecución de los objetivos que, además, suponen una medida de
rendimiento y las acciones estratégicas a desarrollar para el logro de los objetivos. La interre-
lación de todas las perspectivas se orienta a dar respuesta a la visión y estrategia de la em-
presa (Figura 13), dando lugar a un modelo de mejora continua. Se describen a continuación
cada una de las perspectivas.
27
Las preguntas clave a responder serían:
¿Cómo nos ven los accionistas? ¿Qué objetivos se derivan de las expectativas financieras de
los inversores de la empresa?
Desde el planteamiento financiero se parte de una premisa sencilla: “Solo se puede ganar
más dinero vendiendo más o gastando menos”. Cualquier actuación por parte de la empre-
sa crea valor si consigue incrementar las ventas o reducir gastos, de manera, que los dos
enfoques para mejorar la actividad financiera son crecimiento y productividad. En cuanto al
crecimiento, puede decirse que la empresa dispone de dos vías para alcanzar un incremen-
to de sus ingresos:
Los dos planteamientos son compatibles, pero con un equilibrio adecuado, si bien el creci-
miento se enfoca a largo plazo y la productividad acorto plazo.
Estos y otros objetivos pueden ser deseables, pero es necesario incluir solo los considera-
dos estratégicos para la empresa, en coherencia con su estrategia. En última instancia, los
objetivos financieros son el resultado de las acciones que la empresa realiza, sirviendo de
referencia para el resto de los objetivos en las demás perspectivas. Esta perspectiva suele
plantearse con el fin de transmitir que los objetivos financieros son el fin último de la estrate-
gia, de modo que sus indicadores reflejan si la estrategia de la empresa, incluyendo implan-
tación y ejecución, contribuyen a la mejora de los resultados finales.
— Valor: Objetivo final de toda empresa, que busca la creación de valor. Han surgido distin-
tos indicadores para medir la creación de valor.
¿Cómo es percibida la empresa por los clientes? ¿Qué objetivos se derivan de las caracterís-
ticas de nuestros clientes que son necesarios para alcanzar la satisfacción de estos?
La perspectiva refleja la percepción que tiene de la empresa cada uno de los segmentos de
clientes en los que actúa.
Puede decirse que los parámetros tiempo, calidad y servicio resultan fundamentales en esta
percepción y, por extensión, en el nivel de satisfacción alcanzado.
— Cumplir con las necesidades y deseos del cliente, al mismo tiempo que se cumplen los
objetivos de la empresa.
Para lograr esto, en primer lugar, hay que conocer de la mejor forma posible a los clientes,
empezando por saber quiénes son, para después poder determinar sus necesidades; de
este modo, se pueden establecer las características del producto/servicio para poder sa-
tisfacer las mismas y determinar cómo se va a hacer llegar el producto al cliente o se va a
prestar el servicio. Todas estas etapas pueden ser controladas por un amplio conjunto de
indicadores que deben estar contenidos en el Cuadro de Mando Integral.
Los objetivos de esta perspectiva deben establecerse sobre la premisa de ofrecer valor a
los clientes, este puede considerarse como la diferencia entre los beneficios percibidos por
29
el cliente y los costes en los que incurren (precio de compra, posible mantenimiento, defec-
tos…).
La importancia concedida a cada uno de los elementos facilita un valor para los clientes
que debe conseguirse que sea superior al de la competencia. Una empresa líder busca que
ese valor percibido sea cada vez mayor, ahora bien, en todo momento tiene que articular la
proposición de valor con la estrategia competitiva. Una empresa puede ser líder con una es-
trategia competitiva de diferenciación de producto o con una de bajos costes. La estrategia
que se elija determinará los objetivos estratégicos para la perspectiva de clientes y también
en la de procesos.
Los objetivos más habituales de la perspectiva del cliente están relacionados con:
— Satisfacción, intentando en todo momento cumplir y superar las expectativas del cliente.
En general, para evaluar la misma se utilizan las encuestas, desde las que se obtiene una
información muy útil sobre la valoración que hace el cliente de diferentes atributos del
producto y/o servicio. También se dispone de un amplio conjunto de indicadores, como
% de quejas, nivel de garantías, tiempos de respuesta, etc.
— Rentabilidad de los clientes, entendiendo que no siempre los clientes que más compran
son los más rentables.
— Reducción de plazos de entrega, dado que cada vez más las empresas del mismo sector
compiten con similares características del producto, un elemento diferenciador puede
estar en los plazos de entrega, medida en tiempo.
¿En qué procesos de la cadena de valor se quiere destacar? ¿Qué objetivos se derivan de los
procesos desarrollados por la empresa y que son necesarios para cumplir con los objetivos
económicos y con los clientes?
Surge una relación directa entre la gestión de procesos y la gestión de la calidad, que se
integra así en el Cuadro de Mando Integral. Tiempo, calidad y servicio se convierten en va-
riables clave.
Los procesos describen dos conceptos fundamentales de la estrategia de una empresa: por
un lado, desde ellos se obtienen los productos y/o se generan los servicios que se entre-
gan/prestan a los clientes; por otro lado, la mejora de los procesos se relaciona directamen-
te con la reducción de costes que, a su vez, se vincula con la productividad.
Los procesos de gestión operativa son aquellos procesos básicos de transformación me-
diante los cuales se obtienen los productos y servicios. Engloban lo que actualmente se
denomina “cadena logística”, es decir, gestión de proveedores, producción de bienes y ser-
vicios y distribución. Cada uno de estos puede entenderse como un proceso.
La gestión de proveedores resulta fundamental para casi todas las empresas. Se buscan ob-
jetivos vinculados al desarrollo de relaciones estables con proveedores, que faciliten sumi-
nistros de calidad a precios razonables. Indicadores de tiempo y coste facilitan información
básica para la gestión como, por ejemplo:
La producción de bienes y servicios ha centrado los cambios más importantes en los proce-
sos en los últimos años, así, reestructuraciones, rediseños, mejora continua, etc.
Hay muchos objetivos asociados a la misma, con indicadores diversos, entre los que desta-
can:
31
— Número procesos mejorados.
— Rendimiento proceso.
— Costes de inspección.
— Porcentaje de defectos.
— Mejora capacidad respuesta proceso.
— Tiempos de ciclo.
— Porcentaje utilización capacidad.
La distribución de los bienes y servicios completa la gestión operativa. Los criterios utiliza-
dos en los dos procesos anteriores se extienden a este. Los objetivos clave son la reducción
de costes de distribución, la entrega a tiempo de los bienes y la calidad de la entrega. Lo s
indicadores se vinculan con los costes de almacenamiento y distribución y los tiempos de
espera.
A nivel de objetivos, se trata de seleccionar a los clientes, identificando los segmentos más
atractivos para la empresa.
Esta perspectiva identifica los activos intangibles que son más importantes para la consecu-
ción de los resultados deseados para la estrategia, identifica qué trabajos (capital humano),
qué sistemas (capital de información) y qué clima (capital organizativo) se requieren para
apoyar los procesos de creación de valor; estos activos deben estar alineados con los pro-
cesos internos críticos.
¿Qué objetivos deben establecerse con respecto a las capacidades y potenciales de la em-
presa para hacer frente a los retos actuales y futuros? ¿Con qué recursos estratégicos se
cuenta? ¿Se puede seguir mejorando y creando valor?
La información es la pieza clave para que los empleados, cada uno en su nivel, puedan to-
mar las decisiones más convenientes en cada momento.
Esta perspectiva refleja los conocimientos y habilidades que la empresa posee, tanto para
producir y prestar servicios como para cambiar y aprender.
— El capital humano recoge las habilidades, talento y know-how para realizar las activida-
des requeridas por la estrategia. Hay que identificar las competencias clave, establecer
su perfil, evaluar la disponibilidad de capital humano y plantear un programa de desarro-
llo de este.
— El capital de información se considera la “materia prima” con la que se crea valor en las
organizaciones. La información ayuda en la consecución de la estrategia. Hay que dife-
renciar entre la infraestructura tecnológica y las aplicaciones de información que, a su
vez, pueden ser para procesar transacciones y para el análisis de sistemas de informa-
ción para la Dirección.
— Los resultados financieros solo se pueden conseguir si los clientes están satisfechos.
— La proposición de valor para el cliente describe cómo generar ventas y fidelidad de los
clientes objetivo.
— Las capacidades estratégicas respaldan los procesos internos que proporcionan los fun-
damentos de la estrategia.
Establecer los objetivos de forma correcta es la clave para que después el Cuadro de Mando
Integral sea una herramienta de gestión enfocada a la implantación de la estrategia. Pero la
adecuada selección de los objetivos a considerar en cada una de las perspectivas y que en
su conjunto constituyen los objetivos del Cuadro de Mando Integral, resulta una tarea com-
pleja.
Llegar a determinar los objetivos estratégicos supone inicialmente establecer qué se quiere
hacer en cada perspectiva y las opciones que se presentan para alcanzarlo. Las opciones
deben ser evaluadas para llegar a objetivos claros y concisos, además de fáciles de comu-
nicar y cuantificar. Para no confundir objetivo con acción estratégica, conviene formularlos
de manera breve, incluyendo una definición y explicación del objetivo. Como norma general,
33
su número no debe ser excesivo, por lo que cinco en promedio por cada perspectiva puede
actuar como guía.
Si bien es la estrategia la que marca la selección de objetivos, pueden considerarse los si-
guientes a modo de ejemplo por cada perspectiva.
El valor que alcanzar por cada objetivo resulta difícil de establecer. Debe ser planteado en
términos realistas, pero no con niveles excesivamente elevados ni excesivamente bajos. El
valor asignado implica explícitamente establecer prioridades a la hora de alcanzar los obje-
tivos; en este proceso hay que contemplar además el posible conflicto entre objetivos que,
en ocasiones, puede resolverse mediante una reasignación de valores.
Los indicadores representan la consecución de los valores de los objetivos. Si estos se han
establecido de manera equilibrada, los indicadores que los concretan también constituirán
un conjunto equilibrado. Como los objetivos responden a una estrategia dada, los indicado-
res también, de manera que para cada perspectiva y para cada estrategia se plantean objeti-
vos concretos y valores a alcanzar por estos cuantificados mediante indicadores específicos.
Como criterio general, no deben establecerse más de dos indicadores para cada objetivo,
siendo lo más habitual disponer de un indicador por objetivo. Para su selección, conviene
plantearse algunas preguntas. Así:
— ¿Se puede influir sobre el indicador en el corto plazo o solo a largo plazo?
Además, deben estar ligados a la estrategia, buscando la coherencia de esta; deben ser
cuantitativos, evitando las evaluaciones subjetivas; deben ser accesibles desde los sistemas
de información de la empresa y de fácil comprensión. Con carácter general, los indicadores
más utilizados son los siguientes:
Indicadores financieros
ROE, rentabilidad financiera Capital Circulante
ROI, rentabilidad económica Deuda total
Per, beneficio por acción Deuda a corto plazo
Beneficio Neto Coste total/volumen de ventas
Dividendo por acción Índice de solvencia
Beneficio por empleado Índice de liquidez
Indicadores de clientes
Cuota de mercado N.º de visitas a clientes
Ventas por cliente Valor de la imagen ante los clientes
35
Indicadores de clientes
Beneficio por cliente Nivel de reputación
Grado por satisfacción Número de quejas y reclamaciones
Cuota de fidelidad Coste de garantías
Clientes perdidos Tasas de reparaciones
Las acciones elegidas suponen incurrir en costes que habrá que afrontar, de manera que
hay que buscar el equilibrio entre el coste de la acción y el beneficio que se espera obtener
de la misma, considerando también los recursos de los que se dispone de partida. A la hora
de plantear la acción, hay que indicar quién es el responsable de esta y el equipo de trabajo
que la va a desarrollar.
Aun siendo muchos los beneficios de la herramienta, también hay que tener en cuenta una
serie de riesgos, que habrá que valorar.
39
ros se diferencian de los cuadros de mando en que están diseñados para monitorear un rol
específico o generar métricas que reflejan un punto de vista particular; por lo general, no se
ajustan a una gestión específica metodología.
Perspectiva financiera. La perspectiva que mira los resultados finales. En el sector público y
las organizaciones sin fines de lucro, las perspectivas financieras a menudo se consideran
dentro del contexto de las limitaciones bajo las cuales debe operar la organización.
Objetivo. Un resultado final observable y medible que tiene uno o más objetivos a alcanzar
dentro de un marco de tiempo más o menos fijo.
Iniciativas. Las iniciativas organizan personas y recursos y dictan qué actividades se requie-
ren para lograr un objetivo específico en una fecha determinada; las iniciativas proporcionan
el cómo, mientras que los objetivos proporcionan el qué. A diferencia de los proyectos, las
iniciativas apoyan directamente los objetivos estratégicos de una organización; los proyec-
tos pueden tener o no un impacto estratégico.
Medida (también llamada métrica). Término para describir un estándar utilizado para comu-
nicar el progreso en un aspecto particular de un programa. Las medidas suelen ser de natu-
raleza cuantitativa, expresadas en números, dólares, porcentajes, etc. (p. ej., $ De ingresos,
número de personal, % de aumento, promedio de calificación de la encuesta, etc.), aunque
pueden describir tanto cuantitativos (p. ej., Ventas realizadas) o información cualitativa (p. ej.,
motivación de los empleados).
Objetivo. Una declaración concisa que describe cosas específicas, críticas, procesables y
medibles que una organización debe hacer para ejecutar eficazmente su estrategia y lograr
su misión y visión. Los objetivos a menudo comienzan con verbos de acción como aumentar,
reducir, mejorar, lograr, etc. Mientras que las declaraciones de visión y misión proporcionan
un “grito de guerra” organizador y movilizador, los objetivos traducen la visión y la misión en
términos operacionales medibles y procesables.
Producción. Describe el papel de una organización; por ejemplo, “lo que hacemos” o “lo que
ofrecemos” y puede incluir talleres, entrega de servicios, conferencias, encuestas comuni-
tarias o facilitación.
Perspectiva. Es la visión que se tiene del conjunto y las diversas partes interesadas, internas
y externas, críticas para lograr la misión de una organización. Juntas, las perspectivas pro-
porcionan un marco holístico o equilibrado para contar la “historia de la estrategia” en tér-
minos de causa y efecto. Si bien el Cuadro de Mando Integral tradicional incluye las cuatro
perspectivas de aprendizaje y crecimiento, del cliente, del proceso interno y del empleado,
una organización puede optar por modificarlas y/o agregarlas para traducir y describir ade-
cuadamente su estrategia única.
Informes (reports). Suelen mostrar los detalles del rendimiento de una métrica o de varias
métricas. Los informes se utilizan a menudo para profundizar en la causa raíz de los proble-
mas de rendimiento.
Sistema de Gestión Estratégica. Describe el uso del cuadro de mando integral para alinear
las acciones a corto plazo de una organización con la estrategia. A menudo logrado por el
cuadro de mando integral a todos los niveles de la organización, alineando presupuestos,
negocios y planes a la estrategia, y utilizando el cuadro de mando como mecanismo de re-
troalimentación y aprendizaje.
Estrategia. La estrategia es la forma en que una organización busca lograr su visión y misión.
Es una declaración prospectiva sobre el uso planificado de los recursos y las capacidades de
implementación de una organización. La estrategia se vuelve real cuando se asocia con: 1)
un conjunto concreto de metas y objetivos; y 2) un método que involucre personas, recursos
y procesos.
Mapa estratégico. Una versión específica de un plan estratégico que se adhiere a la meto-
dología Balanced Scorecard. Los mapas de estrategia representan objetivos en múltiples
perspectivas con los correspondientes vínculos de causa y efecto.
Plan estratégico. Una representación visual de la estrategia de una organización y los obje-
tivos que deben cumplirse para alcanzar eficazmente su misión. Se puede utilizar un plan
estratégico para comunicar, motivar y alinear a la organización para asegurar una ejecución
exitosa.
41
Tarea (task). Representa detalles de actividades o tareas a realizar para lograr cada iniciativa.
Eso captura información como recursos, tiempo, limitaciones, riesgo, presupuestos, hitos,
duración para completar las tareas.
Cadena de valor. Los pasos del proceso mediante los cuales una empresa pasa de la iden-
tificación de las necesidades de sus clientes a la satisfacción del cliente.
43
Martínez Pedrós D. y Milla Gutiérrez, A. (2005): La Elaboración del Plan Estratégico y su Im-
plantación a través del Cuadro de Mando Integral, Díaz de Santos. Ministerio de Fomento
(2005): “Anexos IV. A6: Gestión de Indicadores” en Modelos para Implantar la Mejora Continua
en la Gestión de Empresas de Transporte por Carretera.
Olve, NG; Roy, J.yWetter, M. (2000): Implantando y Gestionando el Cuadro de Mando Integral
Ed. Gestión 2000, Barcelona.
www.eude.es