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SERMÓN DOMINICAL

SERIE: EVANGELIO DE MARCOS

TÍTULO DEL SERMÓN: PARA ESO HA VENIDO EL HIJO


DE DIOS

EXPOSITOR: ALEJANDRO CUETO GOENAGA

FECHA: NOVIEMBRE 20 DE 2022

Introducción
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Inmediatamente después de haber salido de la sinagoga,
fueron a casa de Simón y Andrés, con Jacobo y Juan.

Hasta ahora, Marcos se ha encargado de presentar a su


audiencia al Hijo de Dios. Primero él, mencionando de quien es
el evangelio, algo que no es de él sino del Hijo de Dios y narra
como los profetas anteriores profetizaron a este hombre que
posteriormente anunció Juan el Bautista el cual se
autodenominó indigno de desatarle la correa de Sus sandalias.

Luego el Hijo de Dios llegó de Nazareth y fue bautizado por


Juan el Bautista y los cielos se abrían y el Espíritu Santo
descendía como paloma y una voz de los cielos, donde el Padre
decía: Tú eres Mi Hijo amado, en Ti me he complacido.

Enseguida, nos dice Marcos, el Espíritu que lo ungió, lo impulsó


al desierto donde sería tentado por satanás, estaba entre
fieras, pero los ángeles le servían.

Luego de estar cuarenta días en el desierto, Jesús, ya con Juan


encarcelado, vino a Galilea a predicar el evangelio de Dios
anunciado el cumplimiento del tiempo y llamado al
arrepentimiento y a creer en el evangelio. Al predicar su
primera vez, caminando por el mar de Galilea, Jesús,
soberanamente llama a seguirle a Simón, Andrés, Jacobo y

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Juan. Estos hombres, sin importar nada, le siguieron a donde


Él iba.

Nos dice Marcos que entraron en Capernaum y enseguida, en


el día de reposo, Jesús entró a la sinagoga y comenzó a
enseñar. Dentro de la misma sinagoga un espíritu inmundo
comenzó a gritarle a Jesús que si tenía algo en contra de ellos
o que si venía a destruirlos.

El Señor, sin mediar explicación le dio la orden de que se callara


y que saliera de este hombre que estaba dominado por este
espíritu. Todos, sin excepción, se asombraban de la autoridad
de Jesús, quien es el Hijo de Dios en como enseñaba y como
aún los espíritus inmundos le obedecían.

Pero la inmediatez de Marcos no nos da lugar a descansar de


esta emocionante y poderosa historia. Marcos de una vez nos
engancha con lo siguiente que pasa. Recuerden que Marcos es
práctico y no da tanto detalle como quisiéramos para penetrar
más el texto, pero lo que nos da es suficiente para lo que él
quiere comprobar a la audiencia original el cual, como lo
dijimos al principio, es mayormente gentil romana.
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Inmediatamente después de haber salido de la sinagoga,
fueron a casa de Simón y Andrés, con Jacobo y Juan.

Parece una historia sin descanso. Marcos nos deja ver que
apenas sale de la sinagoga fueron a casa de Simón y Andrés,
con Jacobo y Juan. Los cuatro llamados por el Hijo de Dios
permanecían con Él. Como no, después de haber visto lo que
acababan de ver, después de ver con la autoridad con la que
enseñaba, el cual era muy diferente a los maestros
contemporáneos.

Pero no solo eso, sino que aún los demonios obedecían Su voz
y eso a cualquiera hubiera impactado. Hasta ahora, Marcos no
nos revela nada del corazón de estos cuatro hombres pero si
nos dice lo que Jesús hace, fueron a casa de Simón y Andrés

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los cuatro. El Señor se dirige hacia donde Él sabe que tiene que
estar. Por este texto que estudiaremos el día de hoy, podemos
ver que el Hijo de Dios sabe exactamente lo que vino hacer al
traspasar los cielos y someterse a la propia creación que Él
mismo creó con la Palabra de Su poder. Y es esto lo que
pretendo predicar en el día de hoy, a través de este sermón
que he titulado: Para eso ha venido el Hijo de Dios, y quiero
que veamos este sermón a la luz de dos encabezados:

I. Para sanar compasivamente (vv30-34;40-45)


II. Para predicar primordialmente (vv35-39)

Decidí juntar las dos enfermedades que vemos en los textos


porque es una misma idea, la compasión de Jesús lo mueve a
sanar a los enfermos sin esperar nada a cambio y sabiendo aún
lo que estos enfermos podrían hacer después de ser sanados.
Jesús conoce los corazones, pero al sanar lo hace
compasivamente para demostrar con estas obras que Él es el
Hijo de Dios.

Pero Marcos nos deja claramente el objeto de Su venida a este


mundo, el objeto de su encarnación y que primordialmente era
predicar el evangelio que trae salvación a todo aquél que se
arrepiente y cree. No es que no era importante para Jesús los
enfermos o los endemoniados, en ninguna manera, pero si
había algo primordial, la predicación del evangelio.

Y es esto lo que veremos hoy amados hermanos en el


desarrollo de estos textos. entonces entremos en nuestro
primer encabezado:

I. Para sanar compasivamente (vv30-34;40-45)

Vemos dos personas, mujer y hombre, enfermedades


diferentes y finalizaciones diferentes. La razón de juntarlas es
que lo importante no es la enfermedad ni quien la tiene, sino
quien la quita. Entonces veremos una a una con los detalles
que Marcos nos deja ver:

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La suegra de Simón estaba en cama con fiebre, y enseguida
hablaron a Jesús de ella. 31Él se le acercó, y tomándola de la
mano la levantó, y la fiebre la dejó; y ella les servía. 32A la
caída de la tarde, después de la puesta del sol, trajeron a Jesús
todos los que estaban enfermos y los endemoniados. 33Toda la
ciudad se había amontonado a la puerta. 34Y sanó a muchos
que estaban enfermos de diversas enfermedades, y expulsó
muchos demonios; y no dejaba hablar a los demonios, porque
ellos sabían quién era Él.

En esta primera parte de como el Hijo de Dios sana de manera


compasiva hay algunos detalles que Marcos nos deja saber el
cual son importantes mencionarlos también:

1. Simón, quien posteriormente Jesús lo llamará Pedro era


casado, por lo tanto, este hombre tenía familia lo cual es
importante y cobra relevancia al momento de poder
observar como este hombre dejó todo su trabajo para
volverse ahora pescador de hombres.
2. Se nos dice de la suegra de Simón, lo cual Marcos no
menciona como se llama porque no tiene relevancia que
estaba en cama con fiebre. Es posible que todos los que
estamos en este lugar alguna vez hayamos padecido de
fiebre. No es algo que no sea común. La caída trajo
consigo enfermedades por causa del pecado, no de un
pecado específico sino por causa de la caída en Adán y
Eva.

Es bueno hacer la claridad teniendo en cuenta los


diferentes contextos que tenemos en nuestra ciudad. No
necesariamente es a causa de un pecado personal lo que
ocasiona una enfermedad, en este caso la fiebre. Pero
también puede ser que a causa de un pecado personal
puede ocasionar fiebre lo cual es a causa de la caída.

Por ejemplo, podemos dormir hoy y amanecer con fiebre


por causa de alguna infección de gripa que está en el
ambiente y que necesariamente no fuimos imprudentes

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sino que soberanamente pasan estos asuntos. Pero


también, podemos comer algo que nos causa indigestión
que sabemos que corríamos ese riesgo y le hicimos daño
al cuerpo por el pecado de no tener dominio propio.
Entonces puede pasar por un lado u otro y en todo está el
pecado en la mitad porque se trata de una consecuencia
de la caída del hombre en Génesis 3.

3. La fiebre de esta mujer fue lo que ocasionó que le dijeran


a Jesús de ella, Él solo se acercó, la tomó de la mano, la
levantó y la fiebre la dejó. A diferencia del endemoniado,
Jesús no dijo una sola palabra. Solo su presencia fue
suficiente para que la fiebre se fuera. Es tremendo ver
como el Hijo de Dios tiene potestad ante las enfermedades
de esa manera. No era un hechicero el que estaba allí, era
el mismísimo Hijo de Dios quien estaba frente a la
enfermedad y esta se iba de manera contundente.
4. La respuesta inmediata de la suegra de Simón es que esta
mujer les servía a Jesús y a los demás de manera
inmediata. Una de las cosas que me asombra del poder
de nuestro Señor es que cuando nos da fiebre, la debilidad
se va acabando poco a poco y por lo tanto no es de un día
para otro que amanecemos totalmente vitales de una vez
sino que es progresivo la mejora.

Con nuestro Señor no ocurre así, el no es como un


medicamento, no, Él es el Salvador que vino a quitar el
pecado y Él soberanamente puede quitar cualquier
enfermedad de manera inmediata sin dejar signos de
debilidad y parte de ello vemos en esta historia. Cuando
nos da fiebre, el cuerpo queda golpeado y cansado y
buscas ir a descansar, pero esta mujer estaba al frente
del Hijo de Dios, el Rey del universo y quedó con el deseo
de servir. Solo cuando Cristo sale a nuestro encuentro
puede ocurrir algo parecido.

Luego Marcos nos dice (vv32-34) que, a la caída de la tarde,


después de la puesta del sol, es decir, entrando el anochecer

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trajeron a Jesús todos los enfermos y los endemoniados. Esto


es interesante porque si hay algo que Jesús no vino a hacer fue
a quitar la ley que el mismo Dios había dado, sino que vino a
cumplirla. Lo que Él vino a destruir son los mandamientos de
hombre que por causa de una mala interpretación de la ley los
judíos o fariseos ponían de carga al pueblo.

Lo digo porque es interesante ver que Marcos le deja ver a su


audiencia y a nosotros que el día de reposo había acabado
porque ya estaban en el anochecer, caída la tarde y no fue en
pleno día de reposo cuando ocurre esto. Es decir, Jesús no era
un revolucionario sin causa que vino a sabotear lo que Su
propio Padre había establecido desde el Antiguo Pacto. No, Él
vino a cumplirla y por ello comienza a sanar a muchos enfermos
y endemoniados terminado el día de reposo.

Además, había una causa adicional y si bien sabemos por todo


el consejo de Dios que Él es realmente nuestro reposo y que ya
ese día se cumple en Él, aún no era el tiempo. Y por ello Marcos
una vez más nos deja ver que Jesús no dejaba hablar a los
demonios que expulsaba porque ellos sabían quién era Él. El
Hijo de Dios sabía que aún no era el tiempo de que se supiera
todo sobre Él, sino que progresivamente Él iba mostrando a y
través de lo que enseñaba y lo que hacía quien era Él.

Así que hermanos, esto es lo que pasa con la suegra de Simón,


una mujer enferma que es informado a Jesús y que Él la sana
de esa fiebre y esto ocasionó que terminado el día de reposo
todos llevaran a la puerta de la casa de Simón a los enfermos
y endemoniados donde Jesús por amor a estos sanó a muchos.

Pero siguiendo en la misma línea de como el Hijo de Dios sana


compasivamente y adelantándonos en la estructura del texto
existe otro enfermo en el pasaje el cual nos enseña muchas
cosas importantes de como el Hijo de Dios ha venido a sanar
compasivamente:

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40
Un leproso vino rogando a Jesús, y arrodillándose, le dijo: «Si
quieres, puedes limpiarme». 41Movido a compasión,
extendiendo Jesús la mano, lo tocó y le dijo: «Quiero; sé
limpio». 42Al instante la lepra lo dejó y quedó
limpio. 43Entonces Jesús lo despidió enseguida amonestándole
severamente: 44 «Mira», le dijo, «no digas nada a nadie, sino
ve, muéstrate al sacerdote y ofrece por tu limpieza lo que
Moisés ordenó, para testimonio a ellos». 45Pero él, en cuanto
salió comenzó a proclamarlo abiertamente y a divulgar el
hecho, a tal punto que Jesús ya no podía entrar públicamente
en ninguna ciudad, sino que se quedaba fuera en lugares
despoblados; y venían a Él de todas partes.

El enfermo en esta ocasión es un leproso. Alguien que tiene


una enfermedad en la piel pero que además según la ley de
Dios es declarado inmundo por el sacerdote. El sacerdote tiene
el mandato por Dios de revisar al enfermo y declararlo inmundo
o no de acuerdo con la erupción que tenga el enfermo en la piel
y por lo tanto se debe aislar para que no contamine a nadie.
Este es el contexto de este hombre que se acerca a Jesús.

Y la manera como este hombre se acerca estando inmundo es


mucho más reverente de la manera como creyentes salvados
por gracia se acercan al trono de la gracia a rogar a nuestro
Dios: “Si quieres, puedes limpiarme”. Esto muestra
reconocimiento delante de quien estaba, humildad al
arrodillarse y rogar al Único que podía hacer algo por Él.

Al decir “si quieres”, este hombre está reconociendo que Jesús


lo podía sanar, tenía el poder de hacerlo. Él no está diciendo si
puedes hazlo, sino más bien, si quieres, entonces puedes
hacerlo. Todo dependía del corazón de Jesús y no de la lepra ni
de este hombre contaminado con dicha enfermedad. Dependía
absolutamente del Hijo de Dios.

Jesús fue movido a compasión. Sus entrañas fueron


estremecidas por este hombre leproso que fue declarado
inmundo y ahora el Hijo de Dios toma la decisión de hacerlo

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conforme a la petición del hombre enfermo. El Hijo de Dios que


ha venido a sanar de manera compasiva le dice a este hombre
después de extender su mano y tocarlo: “quiero, sé limpio”.

Jesús tiene el poder para no contaminarse al tocar a un


inmundo porque Él es santo y lo que toca lo limpia. A diferencia
de nosotros, el Hijo de Dios al tocar algo inmundo lo limpia,
nosotros al tocar algo inmundo nos contaminamos. El Hijo de
Dios tiene el poder y es movido a compasión por este hombre
y lo limpió de su lepra porque es el Soberano sobre toda cosa
creada y esto incluye la misma enfermedad.

Marcos le quiere enseñar a su audiencia y a nosotros que Jesús,


es el Hijo de Dios que ni la enfermedad puede enfrentarlo, sino
que se rinde delante de Él. Que solo Su presencia puede hacer
que toda cosa inmunda se vaya, que solo con una orden, los
demonios salen de donde habitan. Podemos ver también que
Marcos nos muestra que no es lo mismo un endemoniado que
un enfermo y que los endemoniados son personas poseídas por
hijos de satanás de manera espiritual.

Luego que la lepra lo deja y este hombre ahora es limpio, Jesús


lo despide con una reprensión severa dice Marcos, es como una
advertencia. Recuerden la ley. Así como un sacerdote
confirmaba a un hombre leproso o no, de la misma manera
luego que la enfermedad se va debe ser verificado y confirmado
por un sacerdote una vez más. Esto es lo que manda la ley de
Dios al leer Levítico 13 y 14.

«Mira», le dijo, «no digas nada a nadie, sino ve, muéstrate al


sacerdote y ofrece por tu limpieza lo que Moisés ordenó, para
testimonio a ellos».

Esta obra tenía que presentarse al sacerdote conforme lo


mandaba Moisés, ofrecer los sacrificios y ofrendas por esto de
acuerdo con su condición económica y que esto fuera
testimonio de la obra del Hijo de Dios frente a los sacerdotes
del pueblo. Jesús una vez más estaba cumpliendo la ley y

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sabiendo que todos estos sacrificios y ofrendas apuntaban al Él


mismo pero que aún no era el tiempo. Día de reposo, sacrificios
y ofrendas. Todo apunta al Hijo de Dios que Marcos está
describiendo, pero como no es el tiempo, el Hijo de Dios se
sujeta a ley del Antiguo Pacto hasta que llegue el tiempo de
establecer el Nuevo Pacto que tendríamos en Cristo.

A pesar de la manera como Jesús se le acercó, a pesar de que


fue sanado de una manera eficaz y contundente, lo primero que
hizo este hombre fue desobedecer. Jesús le dijo no digas a
nadie, solo ve al sacerdote y este hombre, nos dice Marcos,
hizo lo contrario. Movido por la emoción o por cualquier otra
cosa escuchó todo menos la voz del mismísimo Hijo de Dios.

Este hombre divulgó todo abiertamente y esto ocasionó que


Jesús ya no podía entrar públicamente en ninguna ciudad, sino
que se quedaba en las afueras donde estaba más despoblado,
pero sin embargo nos deja Marcos ver que, a pesar de eso,
venían a Él de todas partes.

Hermanos, de cuántas cosas no somos librados todos los días.


Podemos ser testigos de cosas que espiritual o materialmente
el Señor no libra y nos sigue librando todo el día, pero al igual
que este hombre, de muchas maneras no somos obedientes a
Su Palabra.

El énfasis en estas dos enfermedades que Jesús sanó es que Él


lo puede hacer si quiere hacerlo, pero el resultado de una fue
seguirle y del otro desobedecerle. Medita en esto hermano que
estás aquí. Medita en si se te evidencia o no en tu vida la
obediencia a causa del regalo más precioso que nosotros
tenemos y que fuimos librados de la peor enfermedad el cual
se llama pecado lo que nos tenía enemistados con Dios.

El Señor también nos libertó del poder del pecado sobre


nosotros en su vida, muerte y resurrección. Esta era la
enfermedad que nos llevaría directos a la condenación eterna
pero Cristo, movido a misericordia decidió a venir a triunfar

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sobre la muerte y por lo tanto hoy tenemos vida eterna a causa


de Su sacrificio perfecto que satisfizo las demandas de la
justicia de Dios el Padre.

¿Eres consciente de eso amado hermano? ¿se te nota en tu


vida? ¿eres de los que sirve o de los que desobedece
frecuentemente?

Quiero aclarar algo hermanos y visitas, como creyentes varias


veces desobedecemos, pero no vivimos una vida de
desobediencia. Vivir una vida de desobediencia es decir
realmente que no eres creyente. Vivir una vida de
desobediencia es ser un no creyente. Tú sabes lo que estás
haciendo en tu vida y sabes si estás en desobediencia, viviendo
una vida en contra de la voluntad de Dios, con ligereza y no
dando por sentado que al Dios que adoramos es tres veces
santo.

Yo deseo recordarte hermano y amigo que estás en este lugar


sin Cristo, que Dios no dará por inocente al culpable. Dios no
se mueve a compasión para que tu sigas haciendo algo que va
en contra de Su propia voluntad. No le pidas a Dios algo que Él
mismo desaprueba en Su Palabra. No seas terco, no te levantes
contra Dios porque ciertamente terminarás destrozado y
condenado eternamente.

El Hijo de Dios ha venido a sanar compasivamente pero no fue


lo que principalmente vino a hacer. La sanidad de
enfermedades hizo parte de su ministerio, pero no es la parte
principal del mismo, y es esto lo que nos lleva a nuestro
segundo encabezado:

II. Para predicar primordialmente (vv35-39)


35
Levantándose muy de mañana, cuando todavía estaba
oscuro, Jesús salió y fue a un lugar solitario, y allí
oraba. 36Simón y sus compañeros salieron a buscar a
Jesús. 37Lo encontraron y le dijeron: «Todos te buscan».

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38
Jesús les respondió: «Vamos a otro lugar, a los pueblos
vecinos, para que Yo predique también allí, porque para eso he
venido». 39Y fue por toda Galilea, predicando en sus
sinagogas y expulsando demonios.

Pasada la noche donde terminó el día de reposo y habiendo


sanado a la suegra de Simón y a muchos enfermos y
expulsando también demonios esa noche y asumiendo que
durmió, el Hijo de Dios, dice Marcos, que se levantó muy de
mañana cuando todavía todo estaba oscuro. Y la razón por el
cual Jesús se levantó tan temprano, cuando estaba oscuro todo
era para tener su tiempo a solas con el Padre.

Solo esto debe dejarnos una enseñanza con respecto a como


administramos nuestro tiempo para nuestras disciplinas
espirituales. El Hijo de Dios, el Dios encarnado, Rey del
universo, Aquél que incluso los demonios temían, que las
enfermedades salían solo con Su presencia, que era una
autoridad ya reconocida; que el Padre desde los cielos dijo que
era Su Hijo amado en quien se complacía, se levantaba muy de
mañana para tener Su tiempo a solas con Su Padre.

¿Es lo primero que hacemos o las distracciones de este mundo


nos llevan a hacer otras cosas primero? Si el Hijo de Dios oraba
de esta manera fervientemente, nosotros necesitamos vivir en
dependencia del Padre. Que el Señor nos ayude a buscar de Él
primeramente y de Su justicia y que nuestras oraciones no
sean como si estuviéramos hablando con la lampara de
Aladino.

Pero en medio de que Jesús está orando, Simón y sus


compañeros interrumpen a Jesús al encontrarlo y le dice que
todos lo buscaban. No sabemos quienes eran los compañeros
de Simón allí, si Andrés, Jacobo y Juan; o si había otros
adicionales allí, no es importante eso. Como tampoco Marcos
nos dice para que buscaban a Jesús. Es probable que por el
reciente evento todo el pueblo quería estar con Jesús.

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Esto tampoco importa, no es lo que Marcos hace el énfasis


porque no es lo que Jesús hace el énfasis, la prioridad de Jesús
es otra, es diferente a la de los hombres y por ello le dice a
Simón y sus compañeros: Jesús les respondió: «Vamos a otro
lugar, a los pueblos vecinos, para que Yo predique también allí,
porque para eso he venido». 39Y fue por toda Galilea,
predicando en sus sinagogas y expulsando demonios.

Jesús podía venir y sanar compasivamente a los hombres y


mujeres como ya lo había hecho, pero primordialmente le era
necesario predicar del Reino, para eso había venido, no de
Nazareth, sino del mismísimo cielo, desde la eternidad, del
lugar donde nadie ha podido llegar, desde ese lugar vino
exclusivamente a predicar.

Esto es importante porque el lugar de la predicación en el


ministerio de Jesús era preponderante. A de que Él podía salvar
de manera personal sin predicarle a nadie sino simplemente
escogiéndolos y ya; Él dice que le es necesario ir a predicar a
los pueblos vecinos porque para eso ha venido.

Si el Hijo de Dios vino a predicar a este mundo es porque la


predicación es el medio que utiliza el Señor para salvar a
pecadores como nosotros, por ello no podemos dejar de
predicar nunca. La predicación es el centro del culto cuando
estamos congregados. Es parte central de la adoración porque
es más importante lo que Dios tiene para decirnos que lo que
nosotros tenemos que decirle a Dios.

Él conoce cada corazón que está en este lugar y por lo tanto no


necesita que le digas lo que tienes en el corazón, sin embargo
lo hacemos porque Él nos manda a hacerlo, por ello oramos,
cantamos y hasta ofrendamos.

Pero la única manera de descubrir lo que está en el corazón de


Dios y eso, lo que a Él le plació revelar es lo que se encuentra
en Su bendita Palabra y es vital predicarla porque es lo que
salva a pecadores como tu y como yo.

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Por ello la predicación es vital para el Hijo de Dios y fue por


toda Galilea y predicaba en las sinagogas y expulsando
demonios. Una vez más Marcos nos deja ver que la expulsión
de demonios sale a relucir después de la predicación. Es la
segunda vez en este capítulo que nos deja con esa idea de la
mente.

Son los seres impuros expuestos a lo más puro y por ello no lo


soportan, no soportan al Dios vivo y verdadero que ellos sabían
que había venido a destruirlos. Son seres inmundos expuestos
delante lo más bello que es Jesucristo y las Palabras de su boca
a través de la predicación.

Amados hermanos, es esa Palabra de Dios predicada, la que


Dios usó como medio para salvarte. Es Su Palabra eterna
predicada fielmente la que salva a pecadores como fuimos
salvados a los que estamos en Cristo en este lugar. Pero
también es la Palabra de Dios predicada fielmente lo que
necesitamos para nuestra vida diaria, para nuestra
santificación.

El mismo Jesús en su oración sacerdotal dice al Padre:


santifícalos en Tu Verdad, Tu Palabra es verdad. Es a través de
la belleza de la Palabra de Dios predicada de manera fiel donde
el Seños nos llevará de gloria en gloria a la imagen de nuestro
bendito Señor Jesucristo. Un alma como la nuestra, que fue
creada con propósitos eternos solo puede mantenerse viva y
encendida de amor por Su Señor cuando es esa Palabra eterna
la que la alimenta en un mundo temporal como este.

Todo pasará más Su Palabra no pasará. Hermanos, la


predicación es primordial para Cristo, para eso Él vino a este
mundo salvando pecadores. No dejemos que la predicación se
desvanezca en esta iglesia, todos somos responsables de que
se siga predicando en esta iglesia de manera fiel, cada miembro
de IBDC es responsable de la predicación de esta iglesia. No
permitas que eso se pierda, hoy estamos estos pastores, pero
nosotros no somos eternos.

Para eso ha venido el Hijo de Dios


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Procuremos siempre estar como los de Berea, seamos celosos


de la Palabra de Dios. No nos dejemos manipular, no nos
dejemos engañar mientras estemos de este lado de la
eternidad, porque cuando pasemos la línea de esta vida y llegar
a la otra ya no necesitaremos que se nos predique porque
estaremos en presencia misma de la Palabra encarnada. Ese
cuerpo marcado por nuestras transgresiones estará delante de
nosotros para glorificar y alabar a nuestro Cristo por siempre.

Lo que nos debe dar esperanza es que estaremos con Cristo


eternamente y para siempre. Así que ánimo, mi hermano, no
permitas que tu vista se desvíe hacia lo temporal y ten la
mirada siempre puesta en Jesús, el autor y consumador de la
fe.

Y tu amigo que estás en este lugar y que no conoces de Cristo


déjame decirte algo. Es posible que conozcas de Cristo, pero
no conoces a Cristo, son dos cosas diferentes, no tienes una
comunión con Él íntima, no has abandonado tu pecado, sino
que te sigues deleitando en Él, te ruego me escuches.

Es posible que padezcas de alguna enfermedad ya sea física o


emocional, tu lo sabes, yo no. No estoy aquí para darte falsas
expectativas de que el Señor te va a sanar de eso, solo Dios
los sabe. Sin embargo, lo que sí te puedo asegurar es que ese
no es el mayor problema, porque padeces de una enfermedad
el cual está apoderado de ti y controla tu vida, esa enfermedad
se llama el pecado.

Y si bien, primeramente, padeces de esa enfermedad porque


nuestros primeros padres cayeron en pecado y desde entonces
nosotros lo heredamos, la verdad es que, si hoy pudiera
quitarte esa cabeza representativa sobre ti, tu propia vida
mostraría como igual tus propios pensamientos te llevan a
deleitarte en tus propios pecados. Amigo tu necesitas es a
Cristo para que te liberte del poder del pecado que hay sobre
ti.

Para eso ha venido el Hijo de Dios


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La encarnación de Cristo fue anunciada por los profetas siglos


anteriores y una de esas profecías es la que mueve mi corazón
a poder describírtela a ti:

Isaías 53:4-6

Ciertamente Él llevó nuestras enfermedades, Y cargó con


nuestros dolores. Con todo, nosotros lo tuvimos por azotado,
Por herido de Dios y afligido. 5Pero Él fue herido por nuestras
transgresiones, Molido por nuestras iniquidades. El castigo, por
nuestra paz, cayó sobre Él, Y por Sus heridas hemos sido
sanados. 6Todos nosotros nos descarriamos como ovejas, Nos
apartamos cada cual por su camino; Pero el SEÑOR hizo que
cayera sobre Él La iniquidad de todos nosotros.

Cristo voluntariamente padeció todo esto por pecadores como


tú y como yo amigo. Los que estamos en Cristo en este lugar
no somos mejores que tú, no, somos salvados por gracia y es
esa misma gracia de la que te predico hoy, así que deseo en
mi corazón que el Señor te salve hoy, que puedas ir a Él en
arrepentimiento y fe y puedas ver la necesidad que tienes de
un salvador.

Amigo, esta vida no se trata de ti, este mundo no se trata de


ti, no se trata de lo que tienes o no tienes, todo esto se trata
de Dios y de Su gloriosa eternidad, así que correo hoy a los
pies de Cristo porque aún estamos en tiempos de misericordia,
no esperes mañana porque ciertamente ni tú ni nadie sabe lo
que pasará, corre mientras puedas porque Él no rechaza ningún
corazón contrito y humillado.

No esperes el super milagro para creer cuando el mayor de los


milagros del cual puedes ser testigo es que Dios regenere tu
propio corazón a través de la predicación de Su Palabra y que
puedas ser salvo de Él, por Él y para Él. Quiera el Señor salvarte
en este día.

Que el señor bendiga Su Palabra. Amén.

Para eso ha venido el Hijo de Dios

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