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Intro
¡Muy buenos días!
Que alegre es que estemos reunidos el día de hoy. ¿Cómo están? Excelente, me alegra
muchísimo.
Me acompañan a que oremos y le entreguemos este tiempo en las manos de Dios, por
favor.
Orar
Hoy continuamos con la serie, La Lectura Esperada, donde hemos estado aprendiendo
desde el libro de Lucas capítulo 4. Narra cuando Jesus, va a la sinagoga al lugar donde
creció, Nazaret, y lee “La Lectura Esperada” siendo esta la profecía Mesiánica, encontrada
en Isaías 61.
César ya nos estuvo compartiendo las semanas pasadas acerca del contexto en el que se
encontraba Jesús y lo que significaban las primeras partes. Hoy nos estaremos enfocando
en el versículo 18 del mismo capítulo. Así que abramos nuestras Biblias a Lucas y leamos
una vez más estos versículos, para refrescar la mente.
Lucas 4:16-21
16 Fue a Nazaret, donde se había criado y, conforme a su costumbre, el día sábado
entró en la sinagoga y se levantó para leer. 17 Se le entregó el rollo del profeta
Isaías; y cuando abrió el rollo encontró el lugar donde estaba escrito:
18 El Espíritu del Señor está sobre mí, porque me ha ungido para anunciar buenas
nuevas a los pobres; me ha enviado para proclamar libertad a los cautivos y vista a
los ciegos, para poner en libertada los oprimidos 19 y para proclamar el año
agradable del Señor.
20 Después de enrollar el libro y devolverlo al ayudante, se sentó. Y los ojos de
todos en la sinagoga estaban fijos en él. 21 Entonces comenzó a decirles:
—Hoy se ha cumplido esta Escritura en los oídos de ustedes.
Este pequeño versículo tiene tres cosas muy importantes. Jesus les está diciendo
cuál es Su propósito para venir a la tierra.
Es interesante porque ellos tenían un concepto distinto del que nosotros tenemos
del mesías. Los judios pensaban que el mesías iba a ser un líder, un rey judío
proveniente de la línea davídica, quien los iba a liberar de la opresion. Incluso, en el
momento que escribió esto Isaias, ya iban a ser situados por Babilonia. El iba a
hacer una rebelión e iba a reinar, que por fin serían libres de la esclavitud. Esa era su
esperanza.
Claro que Jesus, el mesías, venia con un mayor propósito. Y es donde nuestra mente
humana queda corta, donde vemos las circunstancias actuales y no tenemos
confianza en que Dios sabe el futuro y tiene un plan más grande.
He recibido preguntas como, si Jesus era tan perfecto, porque no se levanto ante la
esclavitud, ante el machismo, ante la corrupción y cosas que se vivian en ese
momento. Y la respuesta es simple, Jesus tenía un propósito mayor, aun así vemos
el ejemplo de cómo trato a los esclavos, mujeres y niños.
Colosenses 1:13-14
13 Él nos ha librado de la autoridad de las tinieblas y nos ha trasladado al reino de
su Hijo amado, 14 en quien tenemos redención, el perdón de los pecados.
La liberación que traía Jesus no venían a tratar los síntomas, venía a tratar la raíz de
todos los males. A liberarnos del reino de las tinieblas, del pecado.
Cristo nos hace libres, y libres en verdad. Para que podamos seguirle, servirle y
amarle como él lo hizo. El vino a morir, y hacernos libres de la deuda que teníamos
por nuestro pecado.
Romanos 3:24
24 Pero Dios, por su gran amor, gratuitamente nos declara inocentes, porque
Jesucristo pagó todas nuestras deudas.
Y vemos como Jesus hace esto literalmente haciendo milagros, pero no es a eso
solamente que se está refiriendo, sino nuevamente, a algo mayor.
Quiero que vayamos a 2 Corintios, donde Pablo habla acerca de esta ceguera
espiritual. Y hace una alusión de cuando Moises al estar en la presencia de Dios se
le ilumina su rostro y dado a que las personas tenían miedo, se puso un velo para
tapar su rostro.
2 Corintios 3:13-18
13 Y no somos como Moisés, que ponía un velo sobre su rostro para que los
israelitas no fijaran su vista en el fin de aquello que había de desvanecerse.
14 Pero el entendimiento de ellos se endureció. Porque hasta el día de hoy, en la
lectura del antiguo pacto el mismo velo permanece sin alzarse, pues sólo en Cristo
es quitado. 15 Y hasta el día de hoy, cada vez que se lee a Moisés, un velo está
puesto sobre sus corazones. 16 Pero cuando alguien se vuelve al Señor, el velo es
quitado.
17 Ahora bien, el Señor es el Espíritu; y donde está el Espíritu del Señor, hay
libertad. 18 Pero todos nosotros, con el rostro descubierto, contemplando como en
un espejo la gloria del Señor, estamos siendo transformados en la misma imagen
de gloria en gloria, como por el Señor, el Espíritu.
Saben lo triste de esto, que este velo se ve en el pueblo de Israel hasta el día de hoy.
Donde ellos no aceptan a Jesus como su salvador, sino como un profeta más. Ellos
siguen bajo el Torá y se pierden de toda la libertad que viene al tener a Su Espíritu en
su vida.
Jesus vino a quitarnos ese velo, para que pudiéramos ver la gloria de Dios, que
miraramos la importancia de seguirle, obedecer y ser transformados. Como dice, de
ser como espejos, para ser transformados y así reflejar su Gloria.
El nos vino a dar claridad, a ser la luz para que viéramos el camino correcto.
El pecado nos ciega, Cristo vino a sanar nuestra ceguera espiritual y moral.
Lo penúltimo que Jesus vino a hacer es:
Poner en libertada los oprimidos
El pecado causa esto mismo en nuestras vidas. Nos separa por completo de Dios y
toma poder sobre nuestra vida. El pecado trae humillación, vergüenza y desilusión.
Juan 8:3-11
3 Entonces los escribas y los fariseos le trajeron una mujer sorprendida en
adulterio y, poniéndola en medio, 4 le dijeron:
—Maestro, esta mujer ha sido sorprendida en el mismo acto de adulterio. 5 Ahora
bien, en la ley Moisés nos mandó apedrear a las tales. Tú, pues, ¿qué dices?
6 Esto decían para probarle, para tener de qué acusarle. Pero Jesús, inclinado hacia
el suelo, escribía en la tierra con el dedo. 7 Pero, como insistieron en preguntarle,
se enderezó y les dijo:
—El de ustedes que esté sin pecado sea el primero en arrojar la piedra contra ella.
8 Al inclinarse hacia abajo otra vez, escribía en tierra. 9 Pero cuando lo oyeron,
salían uno por uno comenzando por los más viejos. Solo quedaron Jesús y la mujer,
que estaba en medio. 10 Entonces Jesús se enderezó y le preguntó:
—Mujer, ¿dónde están?. ¿Ninguno te ha condenado?
11 Y ella dijo:
—Ninguno, Señor.
Entonces Jesús le dijo:
—Ni yo te condeno. Vete y, desde ahora, no peques más.
El pecado nos puso en una mala posición delante de Dios. En una condenación para
muerte eterna. Y algo que me encanta de esta historia, es que muestra a Jesus en
una posición muy difícil. Siendo él, el único quien podía condenar/matar decidió no
hacerlo.
Por eso la última frase tiene tanto poder. Ni yo te condeno. Siendo la única persona
que podía, decidió no hacerlo. Y esto muestra la gracia y misericordia de Dios.
Luego le dice “Vete”, esto diciendo, eres libre. Ya no hay nada que debas esperar por
tu castigo aquí. Yo me encargue de darte esa libertad.
Pero no termina ahí, “y desde ahora, no peques mas”. Jesus reconoció que ella
había pecado. No le dijo vete y sigue haciendo lo mismo. Le dijo eres libre pero ya no
lo vuelvas a hacer.
Jesus hizo lo mismo con nosotros, vino a morir y así perdonar por ese pecado, para
que fuéramos libres, de igual manera nos dice “no peques más.”
Gálatas 5:1
Para libertad fue que Cristo nos hizo libres. Por tanto, permanezcan firmes, y no se
sometan otra vez al yugo de esclavitud.
Y a veces nuestras metidas de patas nos hacen sentir mal, humillados y sucios, pero
es ahí donde podemos quitar esos pensamientos que no provienen de Dios y
reemplazarlos por lo que Cristo nos dice. Ni yo te condeno, eres libre!! Desde ahora
no peques más.
FINAL
Jesus es el mesías, quien vino con el propósito de liberarnos, abrir nuestros ojos,
encontrar descanso y restaurarnos para que podamos ser transformados y así
llevarle gloria.
Sabiendo que no somos perfectos, pero que cuando cedemos ante el pecado es
ante nuestra propia voluntad y no porque no tenemos opción.
Cristo vino a abrir nuestros ojos ante este mundo. Donde nos ha dado el Espíritu
Santo, para que seamos guiados.
Juan 16:13
13 Pero cuando Él, el Espíritu de verdad venga, los guiará a toda la verdad, porque
no hablará por Su propia cuenta, sino que hablará todo lo que oiga, y les hará saber
lo que habrá de venir.
Romanos 6:17-18
17 Antes ustedes eran esclavos del pecado pero, gracias a Dios, ahora obedecen
(se rinden) de todo corazón la enseñanza que les hemos dado. 18 Ahora son libres
de la esclavitud del pecado y se han hecho esclavos de la vida recta.
Juan 8:34
34 Jesús les respondió: «En verdad les digo que todo el que comete pecado es
esclavo del pecado;
REF:
https://www.biblegateway.com/passage/?search=Lucas+4&version=RVA-2015
https://es.enduringword.com/comentario-biblico/lucas-4/