La Psicobiología: Su relación con la creatividad y el arte:
Debemos iniciar definiendo a la psicobiología, o como algunos también la
denominan, biopsicología. Al respecto, para Diego Redolar (2010), “… es la disciplina cuyo motivo de estudio es la conducta y la cognición... puesto que esta se aborda como un proceso biológico”. Es decir, estudia las bases biológicas de la conducta humana y los procesos biológicos que nos permiten relacionarnos activamente con el conjunto de variables que constituyen el medio ambiente en el que se desarrolla nuestra vida, aquellos que contemplan, de un modo u otro, interacción social o cultural. De esta manera, toda conducta se genera por una serie de estímulos que pueden ser internos o externos, y pueden estar íntimamente relacionados a la creatividad y al arte, dos de los elementos fundamentales que, en distintas formas, estimulan y enriquecen el comportamiento humano. Además, a través de ellas, podemos expresar nuestras emociones y gracias a estas somos capaces de distinguirnos de otras especies. Así, alguien puede tener una actitud creativa cuando se enfrenta a un evento sin respuesta y se ensayan múltiples posibilidades para su solución. Por ello, la actitud creativa, en palabras de Penagos-Corzo (2014), “… es un conglomerado de evaluaciones, afectos y comportamientos proactivos, primordialmente flexibles, tenaces en la incertidumbre, orientados a la generación de ideas o acciones, que resultan socialmente relevantes.”.
La capacidad creativa como parte del ser humano:
Debemos partir de la premisa que, la creatividad es el resultado del funcionamiento de los procesos mentales del individuo que lo conducen al logro de acciones novedosas, originales y valorables por los demás. Así, conforme lo establece Amador (2001), la creatividad es un rasgo fundamental del ser humano que debe ser estimulado para que sea parte importante de su vida. En ese sentido, todos los seres humanos compartimos la capacidad creadora y las cualidades que la determinan, no importa si son niños o adultos, o si es en el campo de las artes, la ciencia, el deporte, la política o la industria. Además, estudios recientes afirman que la creatividad no es un don extraordinario, sino una capacidad básica de los seres humanos, una posibilidad inherente a la naturaleza humana y, en este sentido, todo hombre y toda mujer puede desarrollarla. Siendo ello así, podríamos concluir que, todos los individuos por naturaleza somos potencialmente creativos, y que con la experiencia y el conocimiento llegamos a construir productos creativos que cumplan con criterios de novedad, que brinden soluciones innovadoras para nosotros mismos y para la sociedad. Además, de salvarnos en situaciones que se nos presentan día a día. Bibliografía:
PENAGOS-CORZO, J. C., Creativity as an attitude: An approach to origins of
creativity. En F. Reisman (Ed.), Creativity in business, Philadelphia, PA: KIE Books Series, 2014.
REDOLAR, Diego, Fundamentos de la piscobiología, Editorial UOC, Barcelona,
2010.
AMADOR, G., Cómo promover la creatividad en un grupo de niños y niñas de
segundo grado de la Escuela Inglaterra. Informe de práctica dirigida para optar por el grado de Maestría en Psicopedagogía. Universidad de La Salle, Costa Rica, 2001.