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Introducción

El Consejo Nacional de Género, presidido por el Instituto Nacional de las


Mujeres-Ministerio de Desarrollo Social (Inmujeres-MIDES) conjuntamente
con otras instituciones del Estado coordinan la Campaña “Noviazgos Libres
de Violencia. 50 días de reflexión”.
Es una acción colectiva a nivel nacional que promueve el involucramiento y
la participación protagónica de adolescentes de todo el país. Busca generar
acciones que impulsen la reflexión, la sensibilización y la promoción de
noviazgos libres de violencia. Para ello, es fundamental la participación
activa de diversas instituciones públicas y privadas, organizaciones comu-
nitarias y prensa a nivel nacional.

Las dos primeras ediciones de la campaña “Noviazgos Libres de Violencia.


50 días de reflexión” (2016-2017) alcanzaron a más de 25.000 adolescentes
y jóvenes, en aproximadamente 300 actividades en todo el país con el
apoyo de 1500 personas adultas referentes promoviendo la reflexión. Se
destaca la intervención en salas de teatros del Ministerio de Educación y
Cultura y de la Intendencia de Montevideo, alcanzando un total de 68.290
personas, entre otros.

Mientras que en su edición 2018, se alcanzó a 13.519 adolescentes en más


de 128 actividades realizadas en 45 localidades de todo el país. Asimismo,
contó con el apoyo de 1.358 personas adultas referentes que se encargaron
de promover la participación y acciones en el marco de la campaña. Se
destacan la difusión de dos spots en pantallas de +BUS, en 120 líneas de
ómnibus de transporte en Montevideo, alcanzando a 278.333 personas.

En cuanto a la difusión del audio de promoción de la campaña, en salas de


teatro de la Intendencia de Montevideo, se alcanzó a más de 77.200 perso-
nas espectadoras. El cierre de esta edición se realizó en el Salón de los
Pasos Perdidos del Palacio Legislativo y participaron más de 700 adoles-
centes y jóvenes de todo el país, que vivieron una jornada de reflexión y
sensibilización, culminando con una presentación en vivo de la banda No te
va gustar, integrante de la Campaña “Nunca más a mi lado”.
¿por qué trabajar este tema?
Las desigualdades sociales son producto de múltiples factores que
históricamente han tenido que ver con la situación económica, política y
social de los países. Desde una perspectiva de género se debe poner énfasis
en las desigualdades y brechas que existen entre varones y mujeres para
acceder a determinados bienes y recursos reconocidos y valorados
socialmente de distinta forma.

En nuestro país, aproximadamente 7 de cada 10 mujeres declara que ha


vivido situaciones de violencia basada en género y generaciones (VBGG) en
algún momento de su vida.
Si consideramos sólo lo que refiere a la violencia en la pareja, el 23,7% en las
mujeres de 15 años o más que tienen o han tenido pareja ha vivido
situaciones de violencia en los últimos 12 meses. Particularmente, en el
caso de las jóvenes de 15 a 29 años, este porcentaje asciende a más del
30%. Es decir, entre las mujeres jóvenes los índices de prevalencia de
violencia basada en género dentro de la pareja son mayores, por lo cual
resulta estratégico trabajar en la prevención y atención de esta problemática
desde el inicio de las relaciones, en el noviazgo.

Existen diversas manifestaciones (anexo 1) de la Violencia Basada en Género


y Generaciones (VBGG) que se expresa en prácticas de discriminación,
exclusión y abuso, tanto en el ámbito público como privado, especialmente
en el marco de la familia y la relación de pareja, es una de las formas de
discriminación más generalizadas que inhibe y vulnera el goce de los
derechos de las mujeres.

El femicidio es la manifestación más extrema de la violencia basada en


género, en Uruguay, durante el 2018, se registraron 30 femicidios de
mujeres por parte de sus parejas y ex parejas varones. El 10% de estos
casos eran jóvenes mujeres de 18 a 29 años de edad.
¿por qué trabajar este tema?
En Uruguay, el mes de julio del 2002 marca un antes y un después en la
lucha contra la violencia doméstica. Dando cumplimiento al compromiso
asumido al ratificar la Convención para la eliminación de la discriminación
contra la mujer (CEDAW), se aprueba la Ley Nº 17.514 de Violencia
Doméstica, incorpora la disposición de medidas de protección para las
personas en situación de violencia doméstica estableciendo un marco
jurídico, que comprende no sólo la intervención, sino también la prevención
cuando no se constituye delito. En su art. 3° define cuatro manifestaciones
de violencia doméstica: violencia física, psicológica o emocional, sexual y
patrimonial.

Declara de interés general aquellas actividades orientadas a la prevención,


detección temprana, atención y erradicación de la violencia doméstica, para
dicha tarea crea en el artículo 24º un órgano intersectorial denominado
Consejo Nacional Consultivo Honorario de Lucha contra la Violencia
Doméstica quien deberá elaborar, implementar, monitorear y luego evaluar
el Plan Nacional de Lucha Contra la Violencia Doméstica para el periodo
2004-2010.

Actualmente se encuentra en vigencia el “Plan de acción 2016-2019: por


una vida libre de violencia de género con mirada generacional”, también
elaborado en el marco de dicho consejo donde se encuentra enmarcada la
política pública de enfrentamiento a la violencia basada en género.

En diciembre de 2017 se aprobó la Ley N° 19.580 de “Violencia hacia las


mujeres Basada en Género”, representa un hito significativo en el proceso
de trabajo para un abordaje integral de la VBG. Esta ley sustituye al
anteriormente mencionado Consejo, creado por la Ley Nº 17.514, por el
Consejo Nacional Consultivo por una Vida Libre de Violencia de Género hacia
las Mujeres (CNCVLVGM). Esta ley representa un avance sustantivo para la
respuesta intersectorial e integral que el Estado uruguayo a través de las
instituciones que integran el nuevo Consejo, brinda los lineamientos para
que las instituciones del Estado (en el ámbito de su competencia) puedan
adoptar y ejecutar programas, acciones, protocolos, registros e
investigaciones para la erradicación de la violencia basada en género.
Esta ley tiene como objeto “garantizar el efectivo goce del derecho de las
mujeres a una vida libre de violencia basada en género”. Establece como
prioritaria la erradicación de la violencia contra mujeres, niños, niñas y
adolescentes. La define en su art. 4 como: “una forma de discriminación
que afecta, directa o indirectamente, la vida, libertad, dignidad, integridad
física, psicológica, sexual, económica o patrimonial, así como la seguridad
personal de las mujeres”. Entiende por violencia basada en género hacia las
mujeres “ toda conducta, acción u omisión, en el ámbito público o el privado
que, sustentada en una relación desigual de poder en base al género, tenga
como objeto o resultado menoscabar o anular el reconocimiento, goce o
ejercicio de los derechos humanos o las libertades fundamentales de las
mujeres”
En el art. 6, reconoce, enumera y amplía (en relación a la Ley 17.514) las
manifestaciones de violencia: física; psicológica o emocional; sexual; Por
prejuicio a la orientación sexual; económica; patrimonial; simbólica;
obstétrica; laboral; en el ámbito educativo; acoso sexual callejero; política;
mediática; femicida; doméstica; comunitaria; Institucional; étnica-racial
(anexo 1).

VIOLENCIA DE GÉNERO
EN NIÑOS, NIÑAS Y ADOLESCENTES

Reconocer los derechos de los niños, niñas y adolescentes supone ceder


poder de parte del mundo adulto al mundo de los niños/as y jóvenes y
respetar la forma de ejercicio de derechos propios en cada etapa del
proceso de crecimiento. Implica, entonces, revisar el pacto social que nos
une como sociedad e incluir en él a niños, niñas y adolescentes. Una vez que
tomamos conciencia de que niños, niñas y adolescentes son titulares de
derechos propios, habilitar la ciudadanía es una cuestión de democracia y
de Estado de Derecho.
1

La Convención de los Derechos del Niño tiene en cuenta las características


que hacen a la identidad infantil y adolescente. Por ello continuamente
refiere a las personas que se encargan de su crianza: padres, familia
ampliada, comunidad local.
La perspectiva generacional permite visualizar la existencia de un
ordenamiento social que determina las prácticas sociales en función de las
diferencias de edad. Se confiere un poder desigual en nuestra cultura a
niños, niñas y adolescentes y a los adultos mayores, que, dentro del ámbito
familiar se encuentran en condiciones de vulnerabilidad frente al poder que
detentan los adultos y adultas. Este escenario promueve la persistencia de
una cultura adultocéntrica que ubica en su gran mayoría a niños, niñas y
adolescentes y a adultos mayores como colectivo carentes de poder y voz.

La discriminación de edad en nuestra cultura, ubica a la infancia y la


adolescencia en el lugar de objetos de posesión y tutela del mundo adulto.
Hemos escuchado más de una vez: “Mis hijos son míos, y con ellos hago lo
que quiero”. A lo largo de la historia los abusos de poder se han naturalizado
y legitimado de diversas maneras. De hecho, estamos inmersos en un
sistema social donde se siguen permitiendo diversos tipos de
autoritarismos. En diferentes circunstancias hemos estado aprendiendo,
ejerciendo, justificando, padeciendo, minimizando y/o negando diferentes
situaciones abusivas. Vamos aprendiendo sobre la impunidad y el silencio.
También aprendemos a naturalizar los sometimientos y, aunque nos cueste
reconocerlo, también aprendemos a cometer abusos. Somos la
herramienta de trabajo, en este sentido, las cuestiones de género, la edad,
de clase social, las ideas políticas, la formación, “hacen a lo que somos y
también lo que hacemos”.
2

Aún existen ideas y prácticas que siguen sosteniendo que hijos e hijas
pertenecen a los padres, que éstos poseen un dominio particular sobre su
persona y su cuerpo, que niñas/os y adolescentes en su condición de sujetos
de derecho se han vuelto unos tiranos, los cuales ahora resultan imposibles
de “educar”. Cotidianamente vemos perder de este modo su condición de
sujetos (de derechos), su condición de niña/o que implicaría que se
encuentra en un momento particular de su desarrollo, para ser ubicados en
condición de dominación, desde lo cual se justifica una perspectiva tutelar
para someter, controlar, castigar a la infancia y adolescencia en “situación
irregular”.3

1. “QUE PINTE SIN VIOLENCIA” MATERIAL DE APOYO PARA REALIZACIÓN DE TALLERES DE PREVENCIÓN DE VIOLENCIA EN EL
NOVIAZGO. NOVIEMBRE 2018.
2. Idem.1.
3. Idem.1.
Género
4

Para la autora Joan Scott, el género es constitutivo de las relaciones sociales


y considera el ordenamiento de género como una relación de poder. La
estructuración de género llega a convertirse en un hecho social de tanta
fuerza que incluso se piensa como natural. Lo mismo pasa con ciertas
capacidades o habilidades supuestamente biológicas que son construidas y
promovidas social y culturalmente. Los estudios de género han permitido
constatar que es el aprendizaje sociocultural del ser hombre y el ser mujer
lo que explica la diferencia y permite desarrollar un enfoque que ubica las
transformaciones en el plano sociocultural.

Aportes de los Estudios de género al mundo académico y a la sociedad en


general:

Una nueva forma de concebir el mundo, de entender aspectos


centrales de la organización social, económica y política.
Colocar en el centro del debate y dar visibilidad a las formas en que el
poder hegemónico logró justificar y naturalizar la desigualdad entre
hombres y mujeres subordinadas a éstas últimas.
Romper con la naturalización de la dominación por cuestiones
naturales que el mundo académico y del saber habían generado.
Plantear que estos paradigmas son falaces y que dejan en la sumisión
y la opresión las verdaderas causas de la desigualdad entre hombres y
mujeres.
Redimensionar las capacidades de transformación real de las
desigualdades que anteriormente se visualizaban como imposibles de
contravenir ya que devienen de procesos naturales.
Resquebrajar las bases que con pretendida investidura científica,
explicaban y justificaban la dominación hombre-mujer como parte de
un proceso natural de la evolución de la humanidad.
5
Masculinidades
Nuestra sociedad le atribuye y reproduce determinadas características, roles
formas de ser, estar y sentir diferentes por ser varón o mujer.
Se denomina patriarcado al sistema cultural donde lo masculino se coloca
como figura referente de autoridad y poder para la organización social, en la
cual la figura masculina toma una posición hegemónica para tutelar y
dominar a quienes son definidos como subalternos, en base a atributos
materiales y simbólicos que garantizan una distribución desigual de poder
entre varones y mujeres.
4. idem.1.
5. Folleto Masculinidades libres de estereotipos. Inmujeres-Inju-Ucc/MIDES, UNFPA.
-Construcción de las masculinidad hegemónica: una aproximación a su expresión en cifras. Cuaderno del Sistema de Información de Género|Uruguay, número 6, 2016.
“Género y masculinidades”miradas y herramientas para la intervención. Inmujeres-Inju-Ucc/MIDES, UNFPA.
Problematizar lo que se concibe como hombre y mujer permite reconocer las
tensiones y contradicciones que estas categorías sexuadas poseen. Posibilita
a su vez visibilizar otras formas de existencia subjetiva y corporal que no se
ajustan a la dicotomía hombre-mujer.

¿Cómo la masculinidad va marcando la forma de ser varón?


Por ejemplo a partir de mensajes en la infancia y en la adolescencia del estilo
de: “no llores, pareces una nena”; “si te pega, pegale”; “que nadie te domine
ni te mande”; “sos inquieto porque sos varón”, entre otras.
Algunas de estas frases y actitudes de las personas que nos rodean (familia,
amigos/as, docentes), dejan en evidencia qué se espera de este “ser varones”.
De esta forma, se identifica a la masculinidad hegemónica (Connell, 1995), es
aquel modelo que se impone, reproduce y por tanto naturaliza, como práctica
e identidad de género obligatoria para todos los varones.
También las mujeres, las feminidades y las masculinidades no hegemónicas
-o no dominantes- aprenden a reconocer y avalar como tal, este modelo
hegemónico como el válido.

Pero ¿Qué consecuencias traen estas ideas, valores, formas de actuar en la


construcción de las identidades de varones?
En la vida cotidiana se reproducen las lógicas o aprendizajes que se imponen
durante el proceso de conformación de identidad, por ejemplo, a los varones
les “cuesta” demostrar cariño o cualquier tipo de emoción que los deje en un
lugar de vulnerabilidad.
En el trabajo no se valora como trabajo las actividades en el hogar o de cuida-
dos, dado que el rol que se espera de los varones es el de proveedor, ello les
lleva también a aceptar determinados tipos de trabajos “más duros” que
afectan su salud, mientras que los que implican mayor sensibilidad son sólo
“de mujeres”.
En la violencia se les enseña que para ser “más varones” no pueden demos-
trar sentimientos y generalmente acuden a la fuerza física (peleas) para
resolver los problemas. De una forma u otra se “legitima” como derecho el
controlar todo, inclusive en las relaciones de pareja, sin tener en cuenta a las
demás personas.
En la sexualidad se cree que los varones siempre tienen que “rendir” y tener
ganas, cuesta intercambiar ideas o pareceres sobre cómo dar placer, así
como el uso del preservativo, dado que no identifican los riesgos.
Por otra parte, se encuentran las masculinidades alternativas, subversivas
o subalternas, son todas aquellas manifestaciones que aun considerándose
masculinas, son vistas como versiones secundarias, inferiores, averiadas,
inauténticas o diferentes de la masculinidad hegemónica. Estas abarcan las
que se expresan de forma sensible y afectuosa, no competitiva, no
heterosexual o de maneras que desconfirman el prejuicio de lo masculino
asociado a la de un arrollador y siempre presente deseo sexual. También
abarca a las masculinidades no violentas, vistas como feminizadas y/o
infantilizadas, habitando cuerpos de mujeres, así como también a aquellas
masculinidades desplegadas por hombres transgénero. (Campero, 2014).
Estas masculinidades suelen ser vistas devaluadas en la medida que el
modelo ideal aún lo representa lo que tradicionalmente se entiende por
“masculinidad”

VIOLENCIA EN LOS NOVIAZGOS

La violencia de género en el marco de una relación de noviazgo, constituye


una forma de violencia hacia las mujeres que se ejerce en el ámbito privado.
Según la Organización Mundial de la Salud, 3 de cada 10 adolescentes
denuncian que sufren violencia en el noviazgo. Por otro lado muchas de las
mujeres que son víctimas de VBG en sus relaciones de parejas estables
(unión libre, concubinato, matrimonio) vivieron violencia en el noviazgo.

La violencia de género en los noviazgos es un problema que está instalado en


los vínculos afectivos, pero suelen minimizarse o negarse los daños que
producen este tipo de situaciones. Del trabajo con mujeres adultas en
situación de violencia por parte de sus parejas, surge que en la mayoría de
las situaciones la violencia se instala desde el noviazgo, a partir de conductas
que comienzan a ser de apropiación, sometimiento y control, pero que están
fuertemente arraigadas y naturalizadas en un ideal de amor romántico que
ubica a las mujeres al servicio del deseo de los otros.

Para saber si la relación es violenta se debe analizar cómo se siente la pareja


cuando está al lado de quien la violenta, por ejemplo:
Se siente libre de comentar o hacer cualquier cosa, o tiene que cuidarse de
sus comentarios y comportamientos porque teme que en cualquier
momento se enoje y se ponga agresivo(a).
La pareja se tensa constantemente, su tensión se acumula y crece tanto que
insulta y reprocha.
Agrede física y/o emocionalmente sin poder controlarse.
Busca la reconciliación, dice arrepentirse, promete que va a cambiar y le
llena de obsequios y se muestra muy complaciente.
Cuando este ciclo sucede más de una vez en la relación o la pareja tiene
episodios de agresión que aparecen de la nada, se está ante un caso de
violencia que debe ser detenido y atendido.

Una relación de violencia en el noviazgo ocurre cuando:


No soporta a tus amigos/as y prefiere que estén siempre los dos a solas.
Si siempre es él quien decide qué hacer, a qué hora, en qué lugar...
Si te dice que no le gusta que vayas a ninguna parte sin él y te lo justifica
diciendo que no puede estar sin ti.
Si controla tu manera de vestir, maquillarte, hablar o comportarte.
Si se muestra protector y paternal hacia ti diciendo cosas como: "yo sé lo
que es bueno para ti", " yo sé lo que te conviene"...
Si para conseguir lo que quiere hay veces que te hace sentir culpable.
Si te chantajea si no querés mantener relaciones con él, poniendo en duda
tus sentimientos hacia él.
Si te hace responsable de su infelicidad.
Si "le pone mal" que lo contradigas.
Si te dice que sería "capaz de cualquier cosa" si lo dejaras.
Si a veces "se calienta" y te dice que le dan ganas de pegarte.
Si no soporta no saber lo que hacés a lo largo del día.
Si necesita saber todo lo que dicen tus compañeros/as de él.
Si intenta tener controlado tu celular para saber con quién hablás.
Si tiene la sensación de que lo estás provocando para que "salte".
Si no te cree lo que le contás y lo comprueba.
Si le cuesta mucho disculparse, y más si es ante ti.
Si es él el que toma las decisiones importantes de la pareja.
Si se burla de ti y te avergüenza en público.
Si critica constantemente tus opiniones o tu forma de pensar.
Si alguna vez se pone tan nervioso contigo que se descontrola y sientes
miedo.
Si te trata como si fueras menos capaz que él.
Alerta cuando piensan que:

• Las mujeres son inferiores y deben obedecer a los hombres


• Las tareas domésticas y los hijos "son cosas de mujeres"
• La mujer debe seguir al marido, aunque tenga que renunciar a sus
proyectos
• Lo más importante en la vida de una mujer es casarse
Otras cosas importantes a tener en cuenta:
• No suele mostrarse agresivo ni violento delante de otras personas, es muy
probable que incluso logre engañar a los padres de su novia, con gestos
cariñosos, amables, demostrando que es un joven educado en el que se
puede confiar.
• Ni tu familia ni tus amistades más cercanas, conocerán la situación real en
la que vives y su gravedad. Si en alguna ocasión llegan a presenciar alguna
discusión, es muy probable que piensen que se trata de un hecho aislado y
que no volverá a suceder. Y como “parece un chico tan bueno”... y tú “tienes
carácter”... puede que incluso lo justifiquen.
• Es muy importante el entorno familiar y social. Aunque parezca que tu
familia no lo entenderá es mejor pedirles ayuda, contarles lo que está
sucediendo. Saber que podemos contar con nuestra familia y amistades, que
pueden ayudarnos mucho, puede ejercer gran influencia, especialmente
nuestro grupo de amigos y amigas; recordemos que el agresor te aislará,
haciéndote mucho más dependiente de él.
•Amigos y amigas, padres y madres., es preciso que estemos muy
pendientes de ti, llamándote, atendiéndote y escuchándote.
En el noviazgo la violencia es muy sutil y va creciendo poco a poco con el
tiempo, de hecho las personas sin darse cuenta y al vivir en un entorno
violento, frecuentemente aprenden a relacionarse de esta manera.

Ideas que justifican la violencia en el noviazgo y te ponen riesgo:


"sólo estamos jugando"
"me cela porque me quiere"
"me dice cómo vestirme porque se preocupa por mí"
"Me vigila todo el tiempo, porque no quiere que me pase nada"
"Me golpeó porque yo lo provoqué".
Los celos no son una demostración de amor, representan un abuso de poder.
Posesividad, control, prohibiciones, amenazas, encubren una baja
autoestima, inseguridad y desconfianza que tienen que ver con la historia del
sujeto y no con lo que haga o no haga su pareja. Por eso, aunque consiga
dominarla o encerrarla no deja de manifestar sus celos, distorsionando
situaciones o haciendo acusaciones desde su imaginación.
La violencia es una conducta aprendida, previa a la formación de pareja y no
cambia espontáneamente por la voluntad de las personas. Requiere un
trabajo de cambio orientado por especialistas.

¿Que hacer frente a una situación de violencia?


No siempre se está preparada/o para intervenir frente a una situación de
violencia. A veces genera impotencia o no se sabe cómo actuar. Otras veces
da miedo, y eso paraliza. O se tiende a minimizar la situación, invisibilización,
hacer de cuenta que no pasó nada; o tener actitudes de sobreprotección:
actuar en lugar de la personas en situaciones de violencia, decidiendo por
ello y esto puede tener consecuencias que la personas tal vez no podrá
sostener, ni hacerse cargo.

Orientación para la prevención y abordaje


de situaciones de violencia en el noviazgo
La estrategia más adecuada será aquella que logre un equilibrio entre: la
protección de quien está atravesando la situación específica de violencia; el
acompañamiento y asesoramiento así como el respeto a las decisiones que
la persona tome; y la conexión com instituciones y servicios que brindan
respuesta específica a sus necesidades. Derivar no es desentenderse de la
situación. En el trabajo cotidiano con adolescentes y jóvenes irrumpen
situaciones que pueden habilitar el trabajo en dispositivos pedagógicos para
promocionar el buen trato, el respeto y la no discriminación en los vínculos
cotidianos. De esta forma, se promueven relaciones libres de violencia.

Sugerencias para la intervención:


Escuchar en un clima de respeto y libre de prejuicio
Respetar los tiempos y la carga emotiva del relato
Ofrecer privacidad
Construir confianza, mantener el contacto personal y directo con la persona
Ofrecer contención y apoyo
Definir conjuntamente con la persona los pasos a seguir
Informar acerca de posibilidades de actuación y recursos disponibles
Articular con programas de asistencia, asesoramiento y apoyo, según la
situación.
Evaluar la situación de acuerdo a los indicadores de riesgo.
Diferencias entre situaciones graves de urgentes.
Construir con las personas una red de apoyo, lograr identificar adultos
protectores en su entorno
Recuerda que existen instituciones y dispositivos en los que podés
apoyarte: podés indagar a la interna de tu institución por guías de actuación
o protocolos6. Es importante no trabajar en soledad estos temas, siempre es
bueno pensar en conjunto.
Podés apoyarte en el sistema Interinstitucional de Respuesta a la Violencia
Basada en Género y Generaciones.7

Además, si conoces o estás en una situación de violencia basada en género,


podés comunicarte al 0880 4141 o *4141 desde cualquier celular. Se trata
de un servicio confidencial y gratuito, atendido por personal especializado
que realiza a través de una escucha activa el primer asesoramiento y
contención de la persona que llama.

6. Educación formal:
-Guía didáctica: Educación y violencia doméstica. CODICEN-DIrección de DDHH - ANEP- CES-CETP
-Derechos Humanos y violencia Doméstica. Herramientas conceptuales para docentes. Inmujeres-MIDES/ Dirección de DDHH-ANEP
-Situaciones de Violencia Doméstica en Adolescentes. Protocolo para enseñanza media. CODICEN-ANEP-INAU-SIPIAV
-Ley 18.561 Acoso Sexual en la relación docente- alumno y resolución de ANEP
7. https://www.gub.uy/ministerio-desarrollo-social/tramites-y-servicios/servicios/servicios-de-atencion-mujeres-en-situacion-de-violencia-basada-en
Anexo:
Manifestaciones de violencia basada en género reconocidas por la Ley N°19.580.
Artículo 6 (Formas de violencia).- Constituyen manifestaciones de violencia basada
en género, no excluyentes entre sí ni de otras que pudieran no encontrarse explicita-
das, las que se definen a continuación:
A) Violencia física. Toda acción, omisión o patrón de conducta que dañe la integridad
corporal de una mujer.
B) Violencia psicológica o emocional. Toda acción, omisión o patrón de conducta
dirigido a perturbar, degradar o controlar la conducta, el comportamiento, las creen-
cias o las decisiones de una mujer, mediante la humillación, intimidación, aislamien-
to o cualquier otro medio que afecte su estabilidad psicológica o emocional.
C) Violencia sexual. Toda acción que implique la vulneración del derecho de una
mujer a decidir voluntariamente sobre su vida sexual o reproductiva, a través de
amenazas, coerción, uso de la fuerza o intimidación, incluyendo la violación dentro
del matrimonio y de otras relaciones vinculares o de parentesco, exista o no convi-
vencia, la transmisión intencional de infecciones de transmisión sexual (ITS), así
como la prostitución forzada y la trata sexual.
También es violencia sexual la implicación de niñas, niños y adolescentes en activi-
dades sexuales con un adulto o con cualquier otra persona que se encuentre en
situación de ventaja frente a aquellos, sea por su edad, por razones de su mayor
desarrollo físico o mental, por la relación de parentesco, afectiva o de confianza que
lo une al niño o niña, por su ubicación de autoridad o poder. Son formas de violencia
sexual, entre otras, el abuso sexual, la explotación sexual y la utilización en porno-
grafía.
D) Violencia por prejuicio hacia la orientación sexual, identidad de género o expre-
sión de género. Es aquella que tiene como objetivo reprimir y sancionar a quienes no
cumplen las normas tradicionales de género, sea por su orientación sexual, identi-
dad de género o expresión de género.
E) Violencia económica. Toda conducta dirigida a limitar, controlar o impedir ingre-
sos económicos de una mujer, incluso el no pago contumaz de las obligaciones
alimentarias, con el fin de menoscabar su autonomía.
F) Violencia patrimonial. Toda conducta dirigida a afectar la libre disposición del
patrimonio de una mujer, mediante la sustracción destrucción, distracción, daño,
pérdida, limitación o retención de objetos, documentos personales, instrumentos de
trabajo, bienes, valores y derechos patrimoniales.
G) Violencia simbólica. Es la ejercida a través de mensajes, valores, símbolos,
íconos, imágenes, signos e imposiciones sociales, económicas, políticas, culturales
y de creencias religiosas que transmiten, reproducen y consolidan relaciones de
dominación, exclusión, desigualdad y discriminación, que contribuyen a naturalizar
la subordinación de las mujeres.
H) Violencia obstétrica. Toda acción, omisión y patrón de conducta del personal de
la salud en los procesos reproductivos de una mujer, que afecte su autonomía para
decidir libremente sobre su cuerpo o abuso de técnicas y procedimientos invasivos.
I) Violencia laboral. Es la ejercida en el contexto laboral, por medio de actos que obsta-
culizan el acceso de una mujer al trabajo, el ascenso o estabilidad en el mismo, tales
como el acoso moral, el sexual, la exigencia de requisitos sobre el estado civil, la edad,
la apariencia física, la solicitud de resultados de exámenes de laboratorios clínicos,
fuera de lo establecido en los marcos legales aplicables, o la disminución del salario
correspondiente a la tarea ejercida por el hecho de ser mujer.
J) Violencia en el ámbito educativo. Es la violencia ejercida contra una mujer por su
condición de tal en una relación educativa, con abuso de poder, incluyendo el acoso
sexual, que daña la autoestima, salud, integridad, libertad y seguridad de la víctima y
atenta contra la igualdad.
K) Acoso sexual callejero. Todo acto de naturaleza o connotación sexual ejercida en los
espacios públicos por una persona en contra de una mujer sin su consentimiento, gene-
rando malestar, intimidación, hostilidad, degradación y humillación.
L) Violencia política. Todo acto de presión, persecución, hostigamiento o cualquier tipo
de agresión a una mujer o a su familia, en su condición de candidata, electa o en ejerci-
cio de la representación política, para impedir o restringir el libre ejercicio de su cargo
o inducirla a tomar decisiones en contra de su voluntad.
M) Violencia mediática. Toda publicación o difusión de mensajes e imágenes a través
de cualquier medio masivo de comunicación, que de manera directa o indirecta
promueva la explotación de las mujeres o sus imágenes, injurie, difame, discrimine,
deshonre, humille o atente contra la dignidad de las mujeres, legitime la desigualdad
de trato o construya patrones socioculturales reproductores de la desigualdad o gene-
radores de violencia contra las mujeres
N) Violencia femicida. Es la acción de extrema violencia que atenta contra el derecho
fundamental a la vida y causa la muerte de una mujer por el hecho de serlo, o la de sus
hijas, hijos u otras personas a su cargo, con el propósito de causarle sufrimiento o daño.
O) Violencia doméstica. Constituye violencia doméstica toda acción u omisión, directa
o indirecta, que menoscabe limitando ilegítimamente el libre ejercicio o goce de los
derechos humano de una mujer, ocasionada por una persona con la cual tenga o haya
tenido una relación de parentesco, matrimonio, noviazgo, afectiva o concubinaria.
P) Violencia comunitaria. Toda acción u omisión que a partir de actos individuales o
colectivos en la comunidad, transgreden los derechos fundamentales de una o varias
mujeres y propician su denigración, discriminación, marginación o exclusión.
Q) Violencia institucional. Es toda acción u omisión de cualquier autoridad , funcionario
o personal del ámbito público o de instituciones privadas, que discrimine a las mujeres
o tenga como fin menoscabar, obstaculizar o impedir el goce y ejercicio de los derechos
y libertades fundamentales de las mismas, así como la que obstaculice el acceso de las
mujeres a las políticas y servicios destinados a prevenir, atender, investigar, sancionar
y erradicar las manifestaciones, tipos y modalidades de violencia contra las mujeres
previstas en la presente ley.
R) Violencia Étnica Racial. Constituye este tipo de violencia, toda agresión física, moral,
verbal o psicológica, tratamiento humillante u ofensivo, ejercido contra una mujer en
virtud de su pertenencia étnica o en alusión a la misma; provocando en la víctima senti-
mientos de intimidación, de vergüenza, menosprecio, de denigración. Sea que este tipo
de violencia sea ejercida en público, en privado, o con independencia del ámbito en el
que ocurra.

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