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Estudiante:
Medellín
2023
1. VIOLENCIA SEXUAL EN EL CONTEXTO COLOMBIANO
Con respecto a este fenómeno, se puede observar que se indica lo que se considera como
“violencia sexual” en el sistema jurídico colombiano, asegurando que «la violencia sexual
es cualquier contacto, acto, insinuación o amenaza que degrade o dañe el cuerpo y la
sexualidad, de algún niño, niña, adolescente, hombre o mujer y que atente contra su
libertad, dignidad, formación e integridad sexual.»
También, se indica allí que la violencia sexual se acompaña en la mayoría de casos, de una
creencia de superioridad ya que se presenta en un gran número de casos, que el victimario
es un sujeto que se siente con poder sobre otro que está en desventaja, al cual se le vulneran
varios de sus derechos más fundamentales; también, es muy común que este tipo de
violencia se dé dentro de un contexto de violencia de género, ya que en los eventos de
violencia sexual en su gran mayoría, se evidencia maltrato o agresión de los hombres hacia
las mujeres, solo por su identidad de género.
El fenómeno de la violencia sexual no solo da cuenta de los daños físicos que ocurren
cuando se efectúa la agresión, si no que viene con una serie de consecuencias como los
trastornos psicológicos y emocionales como la depresión, ira, ansiedad, paranoia, entre
otros.
En el contexto colombiano, el mayor número de víctimas de violencia sexual suelen ser las
mujeres, niñas y adolescentes; y los principales agresores suelen ser personas cerca de su
círculo social o familia, como la pareja, expareja, un vecino, alguien con quien comparta la
vivienda, entre otros. Así mismo, en los eventos de conflicto armado en nuestro país, se ha
evidenciado que, durante los conflictos bélicos y armados, en muchas ocasiones en las que
se presentan asesinatos, por ejemplo, antes de cometer el delito, se presentan sometimientos
de estas víctimas, al fenómenos de violencia sexual,
Así las cosas, para combatir la violencia sexual en Colombia, un elemento principal al cual
se debe apostar y fomentar en mayor medida, es la educación, dado que es este el origen de
una sociedad con mayores valores, con mayor consciencia e inclusividad. Además, en mi
opinión, nuestro Estado colombiano, debería trabajar también, en un lugar donde las
victimas se sientan seguras, donde estas encuentren todos los servicios asociados al evento
traumático, tanto servicios psicológicos, como médicos, legales y sociales.
Según lo visto, puede presumirse que, la forma más efectiva para combatir los eventos de
violencia mental, física y sexual, así como tomar medidas de promoción y protección, es
abordar los estereotipos colectivos e individuales que mantienen la desigualdad social,
empoderar a las mujeres y las personas vulnerables en general. Además, realizar campañas
no solo de educación sexual, reproductiva y mental, sino de identificación de riesgos,
protección y autocuidado, fortalecimiento de factores protectores en el ámbito familiar y
comunitario y los casos de violencia intolerable dentro de estos ambientes.
La violencia sexual es utilizada, a menudo, como un arma de guerra por varios tipos de
actores armados, que contribuye a que este tipo de victimización oculte el hecho de que no
se distingue entre civiles y combatientes, al equiparar a los civiles con el enemigo,
deshumanizar a las personas en general, legitimar comportamientos ilegales en los
combatientes, negar o minimizar el impacto de las propias acciones y culpar a la víctima.
3. ANÁLISIS IMAGEN INTERACTIVA: “PROMOCIÓN DE LA SALUD SEXUAL
Y REPRODUCTIVA Y PREVENCIÓN DE LA VIOLENCIA SEXUAL.”
- Prevención universal.
- Prevención selectiva: a subgrupos con riesgo significativos.
- Prevención indicada: a sujetos con alta probabilidad.
- Planificación.
- Implementación.
- Evaluación.
- Control constante de la salud sexual.
Por último, nos hablan sobre la intervención de los sectores que intervienen en los
diferentes casos que puedan ocurrir de violencia sexual, los cuales son principalmente:
- Sector salud.
- Sector justicia.
- Sector protección.
- Sector educación.
Según lo escuchado, la violencia sexual es un fenómeno muy común entre las poblaciones
más vulnerables, esto es, niños, niñas, adolescentes y mujeres, así como población con
discapacidades, LGTBI+, habitantes de calle, entre otros. La detección de este fenómeno
por parte de los profesionales de la salud es el primer paso para lograr justicia, restauración
y futuras prevenciones de estos acontecimientos a través de la educación.
Son los actores del sector salud, los que se enfrentan a una mayor responsabilidad en este
aspecto, dado que son el primer contacto con la víctima o potencial víctima de un delito
sexual, por ejemplo. Son estos los que deben activar una serie de protocolos como el
“Código Fucsia”, para lograr que esta persona reciba todos los servicios de ayuda posibles.
Es importante, por ello, que los trabajadores de este sector tengan un entrenamiento y
aprendizaje constante sobre los eventos de violencia sexual, lo anterior, haciendo énfasis en
que la situación, el tratamiento y el protocolo a seguir, van a depender del estado natural de
la persona, su edad, su situación y entorno familiar, laboral o social.
Existen 5 principios fundamentales para lograr una atención integral: dignidad, respeto,
solidaridad, empatía y efectividad, estas características son las que logran que se brinde
una mejor ayuda y calidad en los servicios.
Por último, se indica que lo que hace que una mujer sea víctima de violencia sexual, en
gran medida es su situación emocional y física que depende de los hechos o situaciones
que viven día a día ya sea individual, familiar o en su aspecto social. Por ello, el apoyo
emocional es muy importante en el proceso de toda víctima.
Las víctimas de violencia sexual cuentan con herramientas para enfrentar estos sucesos, por
ejemplo en casos de que la víctima sea menor de edad, se solicita el acompañamiento del
defensor de familia o del Ministerio Público; si la violencia se presenta en el marco del
conflicto armado, se remite a la Personería (Ley 1448 de 2011) quien inicia el proceso de
atención. Si el agresor no pertenece a su familia se remite a la víctima a la Policía Nacional
en principio, para que adelante las actuaciones de acuerdo con sus competencias; si el
agresor hace parte del grupo familiar se hará cargo la Comisaria de Familia.
La victima cuenta con unas medidas de protección indicadas en la Ley 1257 de 2008 y en el
Decreto 4799 de 2011. La comisaria de familia deberá remitir al hospital municipal para las
valoraciones medico legales que se requieran y emitir dichos resultados a la Fiscalía
General de la Nación. Si el caso cuenta con un menor de edad como víctima, la Comisaria
de Familia tendrá competencia para manejar su atención y protección e informar al ICBF
para el restablecimiento de derechos. Así mismo, si la victima solicita medidas de
protección, la Comisaria deberá decretar las medidas de protección provisionales en un
plazo de 4 horas.
Existe también, la ruta de orientación que brinda espacios de acompañamiento para que
estudiantes, empleados, docentes y padres de familia, puedan ser escuchados y
direccionados en la resolución de dificultades familiares, personales, sociales, laborales,
académicas. Las actividades de acompañamiento a estudiantes son adaptación y
acompañamiento psicosocial, en las cuales se prestan los siguientes servicios:
Acompañamiento al estudiante y a su familia en su adaptación a la vida
universitaria.
Apoyo a los estudiantes que requieran de una atención diferenciada en su proceso
de formación.
Asesorías individuales para abordar situaciones emocionales, relacionales y
académicas que estén afectando el bienestar integral.