Está en la página 1de 231

tí i

v; *•

GASTÓN JÉZE
Profesor en la Facultad de Derecho de la Universidad de París

PRINCIPIOS GENERALES
DEL

DERECHO ADMINISTRATIVO

n1
LA N O C I Ó N D E S E R V I C I O PÚBLICO.
LOS AGENTES DE LA ADMINISTRACIÓN PÚBLICA

•V" ^ •<
>V

E D I T O R I A L DEPALMA BUENOS AIRES


1949
Traducción directa de la 3* edición francesa
Les principes généraux du droit administratif
Edit. Marcel Giard, París, 1930

por J U L I O N. S A N M I L L Á N ALMAGRO
Profesor adjunto en la Facultad de Derecho de Buenos Aires
ÍNDICE

LIBRO SEGUNDO

LA NOCIÓN DE SERVICIO PÚBLICO

CAPÍTULO I

E L SERVICIO' PÚBLICO

Los dos procedimientos en presencia: 1*) procedimiento del derecho


privado; 2°) procedimiento del derecho público 4
Queda hecho el depósito de
I . El procedimiento'del derecho público. Descripción 4
ley. Derechos reservados.
Satisfacción de necesidades de interés general 4
Impreso en la Argentina.
El interés particular debe ceder ante el interés general 5
Empleo facultativo de los procedimientos del derecho público
o del derecho privado 'por parte de los agentes públicos,
para hacer funcionar un servicio público ( E j . : contrato de
servicios personales, nombramiento o requisición) 6
Posibilidad de modificar en cualquier momento la organización
de un servicio público propiamente dicho 7
Terminología oscura 9
Distinción entre servicio público y gestión administrativa 12
Interés de la determinación del servicio público 12
Huelga 12.
Situación jurídica de« los empleados de la Administración 13
Condición jurídica de las cosas utilizadas por la Ad-
EDITORIAL DEPALMA ministración 14
Condición jurídica del dinero destinado al funciona-
Uruguay 4 7 8 - B u e n o s Aires
miento de los servicios públicos 15
Est« libro fué impreso en el Establecimiento Gráfico DEPALMA Teoría de las obras públicas;. expropiación 15
VIII ÍNDICE ÍNDICE IX

Actos administrativos 15 Interés práctico de la clasificación 37


La responsabilidad del patrimonio del establecimiento y Criterio 38
la responsabilidad de los agentes encargados de la
gestión de un servicio público se rigen por jeglas
especiales 16 CAPÍTULO II
Contratos administrativos. Teoría de la imprevisión . . 16
Competencia de los tribunales administrativos en lo
concerniente a los litigios pecuniarios que resultan LOS ESTABLECIMIENTOS PRIVADOS AUXILIARES DE LOS
del, funcionamiento de los servicios públicos 16 SERVICIOS PÚBLICOS. LOS E S T A B L E C I M I E N T O S D E
Posibilidad de modificación de las reglas de organiza- UTILIDAD PÚBLICA
ción y de funcionamiento de un servicio público
mediante leyes y reglamentos según las necesida- Posición de la cuestión 41
des del interés general 17
Sección I. Distinción entre los establecimientos de utilidad pública y
I I . ¿Cómo se reconoce la existencia de un servicio público? 18 los servicios públicos 43
¿Cómo se reconoce la voluntad de los gobernantes de adoptar Dificultades que a veces presenta la distinción 44
el procedimiento del servicio público ? 22 Estudio de la jurisprudencia 45
Examen de los diferentes criterios propuestos 22 1*) Cajas escolares (Cons. de Est., 22 mayo 1903) 45
I I I . Los establecimientos públicos 27 2') Montepíos (Cons. de Est., 20 junio 1919) 48
Trátase de una modalidad del servicio público 27 3*) Establecimientos hospitalarios (Cons. de Est., 21 junio
Comparación con la afectación de ingresos 27 1912, Pichot) 49
Criterio para reconocer el establecimiento público 30 Sección I I . De las subvenciones, dotaciones y afectaciones a título
1') Servicio público 30 gratuito concedidas a los establecimientos privados
2*) Patrimonio propio 30 o no como de utilidad pública 52
¿Cómo se reconoce la voluntad del legislador de adoptar el § 1. La subvención a las obras y establecimientos privados . . . . 53
procedimiento del .establecimiento público? 31 Ventajas del procedimiento 53
1*) El Parlamento puede declarar expresamente su volun- Naturaleza jurídica de la subvención 54
tad de adoptar el procedimiento de establecimiento Carácter precario de la subvención 55
público diciendo que determinado servicio público es un Casos en los cuales la ley prohibe la subvención 56
"establecimiento público" o que está investido de la Subvenciones para el culto 57
"personalidad civil" 31 Subvenciones a las escuelas privadas 58
2') El Parlamento puede organizar un patrimonio especial Subvenciones a las obras privadas de naturaleza comercial
para afectarlo a un servicio público * 32 o industrial 60
3P) El Parlamento puede decidir que los servicios públicos Estudio de la jurisprudencia: Subvención a una cooperativa
de determinada categoría se podrán convertir mediante de panificación 6fr
un decreto en establecimientos públicos. Caso de los Subvención a una partera o a un médico 61
establecimientos hospitalarios 33 § 2. Afectaciones de inmuebles a título gratuito 62
4*) En caso de falta de disposición legal que regule la cues- Autoridad competente 6¡S
tión es preciso indagar la voluntad de los gobernantes 33 Casos en los cuales la ley prohibe la afectación 63
Crítica de una teoría según la cual habría servicios que por su Carácter temporario 64
Afectaciones por tiempo ilimitado 65
naturaleza no podrían considerarse establecimientos públicos 35
Asunto del Institut des freres des Écoles Chrétiennes c.
I V . Clasificación de los establecimientos públicos en nacionales, de- Ville de Paris 66
partamentales, municipales y coloniales 37 La locación de alquiler ínfimo 70
ÍNDICE XI
X ÍNDICE

CAPÍTULO III 3*) En lo relativo a la condición jurídica de los empleados 97


4*) En lo relativo a la explotación del teatro 99
5*) ¿Los teatros forman parte del dominio público? 99
D E LOS S E R V I C I O S PÚBLICOS A CARGO
6*) ¿Es el director un concesionario público? 100
DE CONCESIONARIOS 7*) La responsabilidad que puede incumbir a la Administración
por el hecho de la explotación de un teatro, se rige por las
Posición de la cuestión 71 reglas del derecho privado o por las teorías especiales del
§ 1. Naturaleza jurídica del servicio público concedido y del derecho público ? Tribunales competentes 100
acto de concesión 72
Existe servicio público 73
Consecuencias jurídicas 73
CAPÍTULO V
§ 2. Aplicación del régimen del servicio público a los servicios
concedidos 74
I . Aplicación a los ferrocarriles concedidos 75 CREACIÓN, ORGANIZACIÓN Y SUPRESIÓN D E UN
1°) Ley del 3 diciembre 1908 75 SERVICIO PÚBLICO
2') Leyes del 21 julio 1909 y del 28 diciembre 1911 . . 78
3") Proyecto de ley del 22 diciembre 1910 79 Definiciones 103
I I , Aplicación del régimen del servicio público al servicio Naturaleza jurídica de los actos de creación 104
de alumbrado concedido por una municipalidad 79 Autoridades competentes 104
Posición de la cuestión 79
Sección I. Creación de un servicio público 105
Solución a la que conduce el procedimiento del de-
I . El acto de creación es una ley en sentido material y en
recho privado 81
sentido formal 106
Cons. de Est., 26 diciembre 1891, C. de Gaz de Saint-
I I . El Parlamento tiene un poder discrecional de apreciación 106
Etienne 81
I I I . Empleo obligatorio o facultativo del procedimiento del
La jurisprudencia del Consejo de Estado 86
servicio público 107
22 junio 1900, Commune de Maromme 86
I V . La ley de creación puede ser explícita o hallarse por el con-
10 enero 1902, Compañía de gas de Deville-les-Rouen 86
trario concebida en términos generales 108
Crítica 87 Aplicación a los servicios locales 108
V . Restricciones dispuestas por el Consejo de Estado en virtud
del principio de libertad de comercio y del régimen de la
CAPÍTULO IV libre competencia 109
V I . Ejemplos:
E M P L E O POR LA ADMINISTRACIÓN DE LOS PROCEDI- 1*) Organización de un servicio público municipal de asistencia
MIENTOS DEL DERECHO PRIVADO PARA LA SATISFAC- médica gratuita a todos los habitantes del municipio. Cons.
de Est., 29 marzo 1901, Casanova 110
CIÓN D E L A S N E C E S I D A D E S D E I N T E R É S G E N E R A L
2*) Servicio municipal de baños de ducha gratuitos. Cons. de
Est., 26 enero 1906, Propriétaires de bains 111
I . Teoría general 89 3P) Creación de una farmacia municipal. Opinión del Cons.
Servicios de seguros marítimos durante la guerra 90 de Est., 2 agosto 1894 113
Servicio de bomberos 90 Crítica de la jurisprudencia 114
Los contratos administrativos 91
I I . Los teatros nacionales y municipales 92 Sección I I . Organización de un servicio público 116
Interés práctico de la cuestión 95 Distribución de las competencias entre el Parlamento y las auto-
1*) En lo concerniente a la adquisición de los terrenos 96 ridades administrativas para la organización de un servicio
2*) En lo relativo a la construcción y a las reparaciones 96 público 116
XII ÍNDICE ÍNDICE XIII

1* regla. El Parlamento es siempre competente 117 Poder discrecional del Parlamento 149
2* regla. Casos en los cuales el Parlamento es el único com- Aplicación a la separación de las Iglesias y el Estado 149
petente 117 Estudio detallado del problema 150
3* regla. Casos en los cuales tienen competencia las autori- Significación del Concordato 150
dades públicas investidas del poder reglamentario 119 ¿ Debió denunciarse el concordato ? 151
Estudio de la jurisprudencia 119 La cuestión de la indemnización 152
Poderes del Presidente de la República 120 La protesta del Papa desde el punto de vista jurídico 153
1*) El Presidente de la República tiene facultad para distribuir Conclusión jurídica: Corresponde a cada generación
las atribuciones de los agentes administrativos 120 organizar los cultos según su ideal religioso 154
La ley del 20 junio 1920, art. 8, ha modificado la regla . . 121 I I . Supresión de los servicios públicos organizados en vir-
2*) El Presidente de la República tiene la facultad de crear tud de una autorización facultativa 155
cuerpos administrativos consultivos 126 Intervención de las autoridades administrativas locales 156
3') El poder ejecutivo tiene competencia para reglamentar la La supresión de un servicio público resulta siempre,
organización interna de los servicios públicos y las condi- directa o indirectamente, de una ley del Parlamento . . 158
ciones de su funcionamiento, siempre que éstas no lesionen Liquidación del patrimonio especial afectado al servicio
los derechos de los terceros 127 público suprimido 158
Poderes del Presidente en tiempo de guerra 129 Problemas que deben resolverse 159
4*) Los ministros carecen de poder reglamentario general . . . . 130
I . La supresión de un patrimonio administrativo es
5') La autoridad competente para organizar los servicios locales
siempre posible. Ejemplos: hospital, culto 159
es la asamblea deliberante y no el agente de ejecución . . 131
I I . Suerte de los bienes 162
Organización de los servicios públicos locales 131
¿Tienen los agentes públicos, jurídicamente, en lo re-
Hostilidad del Estado hacia la administración directa . . . . 134
4* regla. ¿ Puede el Parlamento delegar en el gobierno el poder lativo a la afectación y funcionamiento de otros servi-
de organizar totalmente un servicio público ? 136 cios públicos o de otras obras de interés general, algún
1*) Ley que otorga competencia al Presidente, de la poder discrecional sobre las cosas comprendidas en el
República para la organización o la reorgani- patrimonio especial suprimido ? 163
zación de un servicio público determinado . . . . 137 Teoría de la afectación indefinida 164
2*) Ley que otorga competencia al Presidente de la Crítica de esta teoría 165
República para la reorganización de todos los Es preciso investigar el origen de los bienes 165
servicios públicos en general 139 ler. caso. Bienes del establecimiento público supri-
Crítica de la ley del 22 marzo 1924, art. 1* 140 mido que no provienen de un particular 165
5* regla. "Delegación" del poder de dictar ciertos reglamentos 143 Aplicación: ley de 1905 sobre la separación de
6* regla. La situación de los agentes públicos no constituye un las Iglesias y el Estado 168
obstáculo jurídico para la reorganización de un ser- 2" caso. Bienes del establecimiento suprimido que
vicio público 144 provienen de un particular 172
Estudio de la jurisprudencia del Consejo de Estado 144 Principios que deben conciliarse 172
El problema de la indemnización. Cons. de Est., 11 l 9 ) Cuando un particular pone un bien a dispo-
diciembre 1903, Villenave 145 sición de un establecimiento público, desti-
nándolo a la satisfacción de una necesidad
Sección I I L Supresión de un servicio público 146
de interés general, no existe liberalidad en
Ejemplo: Supresión del servicio público de los cultos 147
Consecuencias jurídicas de esta supresión 147 el sentido jurídico del término 172
§ 1. Autoridad competente para disponer la supresión de un 2°) La puesta a disposición implica necesaria-
servicio público 149 mente una afectación 175
i I . La autoridad competente es el Parlamento 149 Estipulación de un derecho de reintegro . . 177
•pwwpwt-wiwwwppi^ ummwmim^**"*'^

XIV ÍNDICE ÍNDICE XV

Exposición y crítica de una teoría acerca I I . Disposición testamentaria en favor de un estableci-


del carácter público de la fundación 178 miento de utilidad pública a crearse (fundaciones) 203
3') Cuando el fin se vuelve imposible o ilícito la Naturaleza jurídica del acto de fundación 204
desafectación es posible 180 La persona jurídica o moral 206
4') Imposibilidad para el disponente de gravar Estudio de la jurisprudencia judicial 207
la cosa con una afectación perpetua aunque La práctica del Consejo de Estado (como cuerpo de
fuese con fines lícitos 180 asesoramiento) 208
Las cláusulas de inajenabilidad 183 Crítica 209
Aplicación de estos principios a la liquida-
Sección II. Organización del establecimiento de utilidad pública.. 209
ción de los establecimientos públicos ecle-
Los fundadores y los encargados de la obra son los que determi-
siásticos (leyes de 1905 y 1908) 183
nan la organización y los que la modifican 209
I I I . Reglamentación de las deudas que gravaban un pa- Medios de acción de la Administración 210
trimonio suprimido 186 ¿Puede el Parlamento modificar de oficio los estatutos de un
Principio 186 establecimiento de utilidad pública determinado ? 211
Ejemplo: supresión de un municipio y de un sindi-
cato de municipios 186 Sección III. Supresión de los establecimientos de utilidad pública .. 212
Ley del 9 diciembre 1905, art. 6 187 Posición de la cuestión 213
§ 3. Situación de los agentes de un servicio público suprimido 187 ler. caso. La obra privada a la que se reconoce establecimiento
La indemnización por despido 188 de utilidad pública constituye una asociación de indi-
Agentes de situación jurídica especial 188 viduos que persiguen un fin no lucrativo 213
Cons. de Est., 19 noviembre 1909, Zeilabadine 190 29 caso. La obra privada reconocida como establecimiento de
Ley 17 abril 1906, art. 67 190 utilidad pública es una fundación 213
Los eclesiásticos y la ley del 9 diciembre 1905. Estudio de- § 1. Autoridad competente 213
tallado 191 Acto que implica el retiro del reconocimiento 213
Disolución de los establecimientos-asociaciones 215
§ 2. Liquidación de los bienes de los establecimientos de utilidad
pública suprimidos 215
CAPÍTULO VI ler. caso. Liquidación de los bienes de un establecimiento-
asociación por haberse disuelto la asociación.
CREACIÓN, ORGANIZACIÓN Y SUPRESIÓN D E LOS Art. 9, ley de 1901 216
ESTABLECIMIENTOS DE UTILIDAD PÚBLICA 2" caso. Establecimiento-asociación. La asociación subsiste 219
3er. caso. Establecimiento fundación 220

Trátase de obras privadas con las que se persigue una finalidad de


interés general, que cuentan con un patrimonio propio, y a las LIBRO TERCERO
cuales se ha declarado expresamente auxiliares de la Adminis-
tración 197 LOS AGENTES DEL SERVICIO PÚBLICO.
Diferencias con las otras obras privadas y con los establecimientos
públicos 197
LA FUNCIÓN PÚBLICA.
Razones en virtud de las cuales estos establecimientos se someten a
un régimen jurídico 198 PRIMERA PARTE

Sección I. Creación de los establecimientos de utilidad pública . 202 TEORÍA GENERAL DE LA FUNCIÓN PÚBLICA
I . Intervención del Parlamento 202
Modalidades de la intervención 202 Distinción entre gobernantes y agentes 227
XVI ÍNDICE ÍNDICE XVII

Origen de la fuerza de los gobernantes 228 I . Permanencia del empleo 257


Crítica de las doctrinas usuales 228 I I . Servicio público propiamente dicho 259
El punto de vista sociológico 230
I I I . Resulta indiferente el nombre que se da a los in-
El punto de vista jurídico 233
dividuos 260
El derecho, administrativo se ocupa de los agentes y de los
I V . Poco importa el género de actividad que desarrollan 260
funcionarios 235
Crítica de la distinción entre funcionarios de auto-
El derecho constitucional se ocupa de los gobernantes 235
ridad y funcionarios de gestión 261
V . Los soldados son agentes públicos propiamente
dichos 262
CAPÍTULO I
V I . La modalidad del reclutamiento es indiferente . . . 264
VII. Poco importa que el servicio sea voluntario o
LOS A G E N T E S DEL SERVICIO' PÚBLICO
forzado 265
Sección I. Las diferentes categorías de individuos empleados en el V I I I . Es indiferente que el servicio sea remunerado o
servicio publico: gobernantes, funcionarios públicos/ au- gratuito 265
xiliares, requisados 237 I X . Poco importa que se invista temporariamente al
Imprecisión de la terminología 238 individuo de un empleo permanente normal para la
Número 239 satisfacción de un servicio público 265
§ 2. Caracteres generales del régimen jurídico al que se some-
Sección I I . Los gobernantes 241 ten los funcionarios públicos 266
Colegios electorales, diputados, senadores, ministros 241 I . Problema político 266
¿Es un gobernante el Presidente de la República? 241 Contrato de servicios 266
Los ministros son gobernantes 243 Régimen jurídico unilateral 267
Sección I I I . Los auxiliares 244 Régimen legal y reglamentario 268
I . Definición. Caracteres esenciales 244 I I . Régimen jurídico de los funcionarios públicos 268
I I . Intención de los agentes administrativos 245 I . La situación jurídica es legal y reglamentaria 268
I I I . Régimen jurídico: contrato de servicios del derecho privado 246 Consecuencias:
Consecuencias 247 1*) Naturaleza del acto de ingreso al servicio público 270
Huelga de auxiliares 249 2*) Naturaleza del acto de organización 270
3*) Naturaleza del acto de salida del servicio 270
Sección IV. Los requisados 251 < 4*) Sanción de los poderes y deberes de los agentes públicos 270
Características esenciales 251 I I . Se prohibe a los agentes públicos toda acción que pudiera
Influencia del elemento coercitivo sobre el régimen jurídico . . . 252
detener o contrariar el funcionamiento regular normal y
Ejemplos de requisados: Requisiciones militares ley del 3
continuo del servicio público 270
julio 1877 253
l 9 ) Se prohibe la huelga: Cons. de Est., 7 agosto 1909,
Requisiciones en materia de policía sanitaria marítima (ley 3
Winkel;
marzo 1822, arts. 12 y 13) 254
Cons. de Est., 18 julio 1913, Syndicat national des che-
Obligación de testimoniar en juicio 254
Requisición para declarar ante las comisiones investigadoras mins de fer 270
parlamentarias (ley 23 marzo 1914) 255 Crítica de la sentencia Winkel 27.1 '
Proyectos de ley de 1909 y 1919 273
Sección V. Agentes del servicio público propiamente dichos, funcio- 2') La asociación es lícita 274
narios públicos 257 Jurisprudencia del Cons. de Est., 11 diciembre 1908 . . 274
§ 1. ¿ Cuáles son los caracteres por los que se reconoce al fun- Jurisprudencia de los tribunales judiciales. París, 4
cionario público T 257 enero 1911, cardinal Lugo-n. Casac, 4 marzo 1913, car-
•*

XVIII ÍNDICE ÍNDICE XIX

dinal Lucon. Casac, ch. réuntes, 15 junio 1923, cardinal 4*) Sanciones correspondientes a las dos situaciones 297
Lucon 275 Sección V I I I . El concesionario de servicio público y sus obreros y
Crítica de las opiniones divergentes 276 empleados 297
Actitud de los gobernantes 277 Naturaleza jurídica de la concesión de servicio público 297
3*) ¿Son lícitos los sindicatos de funcionarios? 278 § 1. Situación jurídica del concesionario de servicio público . . 298
Jurisprudencia de los tribunales judiciales y del Con- I . Situaciones jurídicas múltiples en las cuales se
sejo de Estado 278 encuentra 298
Crítica de esa jurisprudencia 280 I I . El concesionario de servicios públicos tiene derechos y
Conclusión 281 obligaciones determinadas contractualmente 298
Solución propuesta por el Gobierno y por la Comisión § 2. Situación jurídica de los obreros y empleados de los conce-
de la Cámara de Diputados 281 sionarios de servicio público 300
Proyectos de ley de 1909, 1910, 1911 y 1920 281 I . Empleados confirmados por la Administración 300
Actitud de los gobernantes 283 I I . Empleados no confirmados por la Administración.
Doble situación 300
Sección VI. Los notarios, procuradores, escribanos (greffiers) y ofi-
1*) Situación jurídica individual 301
ciales ministeriales considerados como agentes del servi-
2') Situación jurídica general e impersonal 301
cio público propiamente dichos 285
a) Reglas 'legales expresas 301
I . Trátase de funcionarios públicos 286
Poder discrecional del legislador para formu-
I I . Modalidad especial de nombramiento 286
lar esas reglas 301
Modalidad especial de remuneración 286
6) Reglas que resultan implícitamente del hecho
Análisis del acto de nombramiento 287
de existir colaboración en un servicio público.
1') El contrato con miras a la propuesta 287
Obligación jurídica de no declararse en huelga 303
2') La propuesta 288
La jurisprudencia del Cons. de Est., 18 julio
3') El nombramiento 288
1913, Syndicat national des chemins de fer .. 307
I I I . ¿ Qué relación existe entre esos tres actos ? 288
Proyectos de ley de 1910 307
1*) Relaciones entre la propuesta y el nombramiento . . . . 288
2') Relaciones entre la propuesta y el contrato do ut facías 289 Sección IX. Conclusiones 309
I V . Aplicación de la idea que establece que el régimen jurídico
al cual se someten los oficiales ministeriales es legal y
reglamentario 290 CAPÍTULO II
Modificación y supresión de oficinas ministeriales. La in-
demnización 290 TEORÍA GENERAL DE LOS FUNCIONARIOS DE HECHO
Modificación de las tarifas 291
Ministerio obligatorio 292 Posición de la cuestión 311

Sección VII. Los agentes públicos al servicio de los particulares . . 292 Sección I. Ideas generales que dominan el problema a resolver 313
I . Guardas particulares 292 I . Consideraciones generales que conducen a proclamar la
1*) Son empleados de un particular 294 inexistencia de los actos jurídicos realizados por individuos
2») Son agentes públicos 294 no regularmente investidos 313
I I . Cómo debe conciliarse esta doble situación 294 Crítica de esas consideraciones. Distinción necesaria entre
I I I . Consecuencias de esa doble calidad 294 el usurpador y el funcionario de hecho 314
l p ) Entrada en el servicio 294 Riesgos a que exponen los razonamientos puramente lógi-
2") Salida del servicio 295 cos. Los problemas de derecho son problemas sociales y no
3*) Situación con respecto al patrón y con respecto a la problemas de matemática pura. Necesidad de tener en
Administración 295 cuenta todos los intereses en causa 315
XX ÍNDICE ÍNDICE XXI

I I . Consideraciones generales que conducen a proclamar la Aplicación al usurpador de la teoría financiera de la


validez de los actos jurídicos realizados por individuos no contabilidad de hecho 341
investidos regularmente 316 2* serie de hipótesis. Valor jurídico de los actos realizados por el
Interés legítimo de los terceros 317 funcionario de hecho 341
Interés público bien entendido 319 I . En épocas normales.
Circunstancias normales 319 1* aplicación. Actos realizados por agentes electivos cu-
Circunstancias excepcionales (guerra civil, revolución, etc.) 320 ya eleeción se impugna y luego se anula 342
No puede permitirse a los individuos intervenir a tontas y Elección irregular de todos los agentes electivos que
a locas en el funcionamiento de los servicios públicos . . . 321 resulta de la misma constitución del cuerpo
III. Distinción entre el funcionario de derecho, el funcionario electivo 342
de hecho y el usurpador de funciones 323 Elección irregular de uno o de varios agentes electi-
Funcionario regular pero incompetente 323 vos de un cuerpo regularmente constituido; ley
Usurpador de función 324 15-27 marzo 1791; ley 5 abril 1884, art. 40, § 7 343
Funcionario de hecho: carácter admisible de la investidura 325 Extensión a todos los agentes electivos 344
¿En qué casos puede decirse que la investidura es ad- Reglamento del Senado, arts. 9 y 10 346
misible ? 325 Reglamento de la Cámara de Diputados, art. 6 346
El common law anglo-americano 327 2* aplicación. Agentes públicos irregularmente nombra-
Trasformación del funcionario de hecho en funcionario dos y cuya designación se anula posteriormente . . . . 346
regular 330 3* aplicación. Agentes públicos reemplazantes de agen-
I V . Suerte jurídica de los actos, responsabilidad penal y civil tes irregularmente suspendidos o despedidos, ley 5
de los funcionarios de hecho y de los usurpadores de fun- abril 1884, art. 84 347
ciones 332 Extensión a todos los casos análogos 349
Responsabilidad penal 332 4* aplicación. Actos realizados por agentes públicos en
¿Pueden, el usurpador o el funcionario de hecho, invocar virtud de una delegación irregular 349
en su favor la ocupación de la función ? 333 Posición de la cuestión: Suplencia, delegación 349
V. Conclusiones. Principios generales de solución 334 Actos realizados por un suplente fuera de las condi-
ciones legales de la suplencia 349
Sección I I . Principales soluciones de la ley y de la jurisprudencia Actos realizados en virtud de una delegación irregular 350
francesas 336 Distinción que debe hacerse teniendo en cuenta la na-
§ 1. Valor jurídico de los actos realizados por el usurpador de turaleza de los actos realizados. Actos contra ter-
función y por el funcionario de hecho 336 ceros: nulidad. Actos en favor de los terceros:
1" serie de hipótesis. Valor jurídico de los actos realizados por validez 351
el usurpador de función 336 Crítica de la teoría absoluta de Laferriére 351
I . En épocas normales. Inexistencia 336 El asunto de los matrimonios de Montrouge. Casac,
Caso particular: recaudación de créditos públicos por 7 agosto 1883 '. 353
un usurpador 337 La jurisprudencia del Cons. de Est., 29 noviembre
I I . En tiempos de crisis política o social: guerra civil, revo-
1912, Delorme 356
lución, etc 338
5* aplicación. Recaudación de los créditos públicos . . . 357
Actos del estado civil luego de la revolución del 4 se-
Utilidad particular de la teoría de los funcionarios ,'
tiembre 1870; los matrimonios de Marsella, ley de 6
enero 1872 339 de hecho 358
Pago de créditos públicos a los agentes de la Commune Estudio de la práctica administrativa y de la juris-
de París en 1871 339 prudencia 359
Casac, 27 noviembre 1872, Crédit Foncier 340 6* aplicación. Deudas contraídas por personas no inves-
Caso particular: depósito de fondos en una caja pública 341 tidas regularmente de la función 3(34
XXII ÍNDICE
ÍNDICE XXIII
Validez con respecto a los terceros 364
Exceso de poder 365 1*) Actos del estado civil autorizados en los muni-
Caso en que los terceros debieron razonablemente co- cipios de Francia después de la revolución del
nocer la falta de competencia del individuo con 4 setiembre 1870. Ley del 6 enero 1872 395
quien trataron 365 2*) Actos del estado civil realizados en 1871 por los
Caso del funcionario regular que comete un exceso encargados de la Commune de París y de los
de poder 367 municipios del departamento del Sena. Ley del
7' aplicación. Pagos con destino a un patrimonio admi- 19 julio 1871 396
nistrativo, efectuados por un individuo no investido 4" aplicación*. La delegación implícita en tiempo de
regularmente de la función 367 guerra 398
ler. caso. Pago en virtud de orden o autorización . . 368 5* aplicación. Los contadores excepcionales de las regio-
2" caso. Pago con fondos públicos, sin orden ni nes invadidas durante la guerra de 1914-1918 399
autorización 369 Corte de Cuentas, recurso del 13 junio 1924 401
Orden ficticia 370 § 2. De la ratificación de los actos realizados por el usurpador 402
I I . Épocas anormales. Casos de crisis política o social: gue- Distinción entre la confirmación y la ratificación 402
rra civil, etc 371 Ratificación en derecho privado 403
1" aplicación. Los gobernantes de hecho 372 Principios absolutamente diferentes en derecho público .. 403
Principio sobre el cual se fundamenta la regularidad Imposibilidad de una ratificación 404
de los actos jurídicos realizados por los gober- El llamado acto de ratificación puede valer como acto in-
nantes de hecho 372 dependiente 405
Las tres etapas: l 9 ) el golpe de fuerza; 2*) la tras- La ratificación por el Parlamento 406
formación de los usurpadores en gobernantes de El reconocimiento de un gobierno o de un Estado en de-
hecho; 39) el establecimiento de los gobernan- recho internacional 406
tes regulares 374 § 3. Las soluciones de la ley y de la jurisprudencia francesas
Demostración: Formación del gobierno de la Defensa en lo concerniente a la responsabilidad penal de los usur-
nacional en 1870 375 padores y de los funcionarios de hecho 408
P ) El golpe de fuerza 375 Art. 197 del Código Penal; la jurisprudencia 408
2*) La trasformación en gobierno de hecho . . . 377 Art. 258; la jurisprudencia 409
Otros trastornos políticos 379 Alcance práctico de los arts. 197 y 258 • 410
Consecuencias jurídicas: validez de los actos 381 § 4. Las soluciones de la ley y de la jurisprudencia francesas
Misión de las "comisiones de examen" designadas en en lo concerniente a las relaciones entre la Administración
1871 por la Asamblea nacional 382 y el usurpador de función o el funcionario de hecho . . . . 411
Sentencia de la Corte de París del 9 julio 1891 .. . 383 I . ¿Tienen derecho, el usurpador o el funcionario de
2" aplicación. Enajenaciones o adquisiciones de bienes hecho, a un sueldo o pensión ? 412
dispuestas aplicando decisiones de un gobierno esta- Principio: ni el usurpador, ni el funcionario de hecho
blecido a consecuencia de una revolución y derribado pueden invocar en su favor la ocupación irregu-
posteriormente por el antiguo gobierno 385 lar de la función para obtener un beneficio per-
Corte de París, 31 mayo 1816 : 386 sonal 412
Corte do París, 8 febrero 1817 388 Justificación del principio 412»
Corte de París, 19 junio 1818 390 Correctivos del principio 412
Corto do Casación, 18 agosto 1828 391 1" aplicación. Pensiones de retiro 412
Corte de Casación, 16 marzo 1841 393 2" aplicación. Retribución 414
3* aplicación. Actos del estado civil autorizados por El usurpador 414
funcionarios de hecho 395 El funcionario de hecho 414
La jurisprudencia del Consejo de Estado 415
XXIV
ÍNDICE

Distinción según que la irregularidad de la inves-


tidura provenga o no de la falta del jefe de
servicio y que el funcionario de hecho lo sea
de buena o de mala fe 417
Las soluciones del common law anglo-americano 420
I I . Enriquecimiento procurado a la Administración por
el usurpador o el funcionario de hecho 421
Principio de la indemnización 421
LIBRO SEGUNDO
No existe teoría de la gestión de asuntos en derecho
público francés 422
La jurisprudencia del Consejo de Estado 425
La jurisprudencia de la Corte de Casación 426 LA NOCIÓN DE SERVICIO PUBLICO1
La jurisprudencia de la Corte de cuentas 427
I I I . Usurpación de funciones o función de hecho acompa-
ñada de manejo irregular de los fondos públicos . . 428
La contabilidad de hecho 428
Consecuencias de la contabilidad de hecho 429
Rigor de este procedimiento con respecto al contador
de hecho 430
El recurso de in rem verso 431

ÍNDICE ALFABÉTICO DE MATERIAS


433

l £1 libro primero ha sido consagrado a la técnica jurídica.


CAPÍTULO I

EL SERVICIO PÚBLICO

En todos los países civilizados, la administración pública


tiene por misión satisfacer las necesidades de interés general:
defensa nacional, policía, justicia, tránsito, etc.
Por otra parte, la Administración no satisface todas las
necesidades de interés general: en la actualidad, por ejemplo,
la alimentación no le compete, salvo en caso de crisis 2 ; y en
cuanto a los servicios médicos, a la provisión de medicamen-
tos, etc., por el momento —salvo casos excepcionales— corren
también por cuenta de los simples particulares.
No obstante, existen necesidades de interés general que
únicamente satisface la Administración con exclusión de los
particulares: justicia, policía, comunicaciones telegráficas y
telefónicas, trasporte de la correspondencia, etc. Trátasej en
este caso, de un monopolio.
Finalmente, existen otras que son satisfechas concurren-
temente por la Administración y por los particulares: verbi-
gracia, en Francia, la enseñanza, teatros, servicio de desin-
fección, asistencia, cajas de ahorro, trasporte de encomiendas
postales, etc.
Consideremos las necesidades de interés general, cuya
satisfacción asume, en determinado momento, la Administra-
ción, por sí sola (monopolio) o en competencia con los par-
ticulares. '

2 ROLIÍAND, Le ravitaillement de la population civüe, le rationnement des


consommateurs, les réquisitions civiles, l'extension des pouvoirs dm, chef de
l'État en matiére de ravitaillement, "Eevue du Droit Public" ( " R . D . P . " ) ,
3916, ps. 247 y ss.; 1917, ps. 320 y ss.; ps. 634 y es.; 1918, ps. 559 y 8S.
4 LA NOCIÓN DE SERVICIO PÚBLICO
EL SERVICIO PÚBLICO 5
Dos son los procedimientos que suelen emplearse con
esas finalidades: II. — Estas reglas jurídicas especiales, estas teorías
l 9 ) El procedimiento del derecho privado, que es el que jurídicas especiales, como asimismo los procedimientos del
usan los simples particulares cuando satisfacen las necesi- derecho público, convergen en esta idea esencial: el interés
dades de interés general; particular debe ceder ante el interés general.
2') el procedimiento del derecho público3. El procedimiento del derecho privado supone, esencial-
mente, la igualdad de los intereses particulares en conflicto.
¿En qué consiste el procedimiento del derecho público? 4 .
Ningún interés privado, por legítimo y digno de estímulo que
I sea, puede prevalecer sobre otro interés privado, por más
egoísta que fuese este último. Por ejemplo: un industrial
t El procedimiento del derecho público
La idea de servicio público se halla íntimamente vincu- " E s únicamente porque estos servicios (policía, correos, trasporte por ferroca-
lada con la del procedimiento de derecho público. rril, alumbrado o agua para las ciudades) no puede asegurarlos la iniciativa
privada, que constituyen necesariamente el objeto de una organización siste-
Decir que, en determinada hipótesis, existe servicio pú- mática, que un desorden local serio perturbaría por completo, y que el Estado o
blico, equivale a afirmar que los agentes públicos, para dar los municipios se reservan su monopolio; las razones que justifican este monopo-
satisfacción regular y continua a cierta categoría de necesi- lio son precisamente, las que también justifican las restricciones al derecho
común". EOMIEU, conclusiones en el caso Terrier, 6 febrero 1903, " E e c . " , p. 27
dades de interés general, pueden aplicar los procedimientos (supra, p. 4, nota 3). TARDIEU (comisario del Gobierno, conclusiones en el
del derecho público, es decir, un régimen jurídico especial^ y caso Winkel, Consejo de Estado, 7 agosto 1909, " E e c . " , p. 1302) expresa:
que las leyes y reglamentos pueden modificar en cualquier "Cuando el Estado, los departamentos o los municipios se sustituyen a la libre
iniciativa de los particulares para organizar un servicio público, lo hacen casi
momento la organización del servicio público, sin que pueda siempre con el objeto de asegurar a todos los habitantes de Francia, hasta los
oponerse a ello ningún obstáculo insuperable de orden jurídico. de los puntos más apartados del territorio, la satisfacción de las necesidades
generales a las cuales la iniciativa privada sólo podría proporcionar una satis-
I. — Toda vez que se está en presencia de un servicio facción incompleta e intermitente... La continuidad e s . . . de la esencia del
servicio público". CHAKDON (consejero de Estado) dice en Le pouvoir admi-
público propiamente dicho, se verifica la existencia de reglas nistratif, 1910, p. 205: " L a nación erige en servicios públicos ciertos servicios
jurídicas especiales, de teorías jurídicas especiales, todas las que habría podido dejar a cargo de la iniciativa privada; ¿por qué lo hacef
cuales tienen por objeto facilitar el funcionamiento regular y Porque los considera indispensables para la vida de cada ciudadano". Ps. 47
continuo del servicio público, satisfaciendo, en la forma más y ss.: " S i la nación o los municipios hiciesen de la elaboración del pan un
rápida y completa que sea posible, las necesidades de interés servicio público, es porque juzgarían necesario garantizar a los ciudadanos el
suministro regular de pan bueno y barato". P. 45: " E l límite entre los servicios
general6. públicos y los que no lo son, resulta muy claro. Toda persona que ingresa en un
servicio público, por el solo hecho de entrar a servir a la nación, se decide y se
8 La distinción entre el procedimiento del derecho público y el procedimiento compromete a hacer prevalecer siempre el interés de la nación sobre su interés
del derecho privado, la hizo especialmente EOMIEU (hoy [1930] presidente de la personal". HELBRONNER (comisario del Gobierno), conclusiones en el caso Syn-
sección de lo contencioso del Cons. de Estado), en el caso Terrier, 6 febrero 1903 dicat national des chemins de fer, 18 julio 1913, " E e c . " , p. 875 ( " E . D . P . " ,
( " E e c . " , p. 27), en los siguientes términos: "Corresponde a la jurisprudencia 1913, p. 566, nota 1), expresa: "Cuando el Estado, el departamento o el muni-
determinar... en cuáles casos se está en presencia de un servicio público que cipio organizan un servicio público, asumiendo directamente su funcionamien-
funciona con sus reglas propias y su carácter administrativo, o, por lo contra- to y explotación, o bien concediéndolo a terceros, siempre es para procurar
rio, de actos que, interesando irimóho a la comunidad, revisten la forma de la a la colectividad la satisfacción de necesidades generales, a las cuales la inicia-
gestión privada y entienden mantenerse exclusivamente en él terreno de las rela~ tiva privada sólo podría proporcionar una satisfacción incompleta e intermi-
oiones de particular a particular, en las condiciones del derecho privado''. tente". Consejo de Estado, 18 julio 1913, Syndicat national des chemins de fer,
< Véase mi nota en " E . D . P . " , 1913, ps. 503 y ss. " E e c . " , p. 875: " E l funcionamiento regular e ininterrumpido (del servicio de
6 Tales son las ideas que cuentan con el favor del Consejo de Estado. los ferrocarriles) resulta, en todo tiempo, indispensable para la seguridad del
OOLSON (consejero de Estado), Traite d'économie politique, n, p. 385, dice: territorio y para la defensa nacional". CORNEILLE (comisario del Gobierno),
conclusiones en el caso Société d'éclairage de Poissy ( " E . D . P . " , 1918, p. 246):
6 LA NOCIÓN DE SERVICIO PÚBLICO E L SERVICIO PÚBLICO 7

necesita un terreno para ampliar su fábrica, que constituye, servicios personales), el procedimiento de derecho público
para el país, un elemento de prosperidad económica. El pro- (nombramiento o requisición). Para seguir este último pro-
pietario del terreno reclamado por el industrial nada ha hecho cedimiento, se supone la existencia de un servicio público.
por su parte, pues lo mantiene inculto y sin que produzca Del mismo modo, para obtener los terrenos necesarios para
utilidad alguna, rehusándose, por puro capricho, a venderlo un servicio del Estado, los funcionarios públicos pueden uti-
a quien lo precisa. No existe recurso jurídico que obligue al lizar el procedimiento del derecho privado (compraventa) o
propietario obstinado a ceder su terreno. Los dos intereses el procedimiento del derecho público (expropiación por causa
en conflicto son intereses privados, y se consideran en un pie de utilidad pública); esto último supone, también, la existencia
de perfecta igualdad. de un servicio público. Asimismo, para procurarse provisiones,
Por lo contrario, el procedimiento del derecho público los agentes públicos pueden emplear el contrato de derecho
tiene su fundamento en la idea de desigualdad de los intereses privado (compra), o bien el procedimiento de derecho público
en conflicto: el interés público debe prevalecer sobre el interés (contrato administrativo de suministros)6.
privado 6 . Éste es el principio dominante 7 , y no es necesario Algunas veces, los agentes públicos tienen la obligación
que la ley se haya referido a él, expresamente, para tal o cual de usar el procedimiento del derecho público. Por ejemplo,
interés público. para el reclutamiento del personal de los cuadros permanentes
de los servicios públicos debe emplearse únicamente el proce-
III. — Los agentes públicos, para hacer funcionar un dimiento de derecho público (nombramiento, elección) , no
servicio público, pueden o deben servirse de los procedimientos admitiéndose la designación de los jueces y de los prefectos
del derecho público, pero no siempre están obligados a hacerlo. mediante el contrato de locación de servicios. Del mismo
A veces, si así lo prefieren, tienen la facultad de utilizar los modo, para el reclutamiento del ejército, sólo es aplicable el
procedimientos del derecho privado. Por ejemplo, para con- procedimiento del derecho público, desde el momento que la
seguir el personal de un servicio público propiamente dicho, conscripción y el enganche voluntario, son procedimientos de
existe, junto al contrato de derecho privado (locación de derecho público. Los trabajos efectuados en un inmueble per-
teneciente a un patrimonio administrativo y afectado a un
servicio público, se rigen necesariamente por el derecho pú-
" E l servicio público se presta para dar satisfacción regular y continua a las, blico (teoría de las obras públicas), etc.
necesidades colectivas; . . . la continuidad es de la esencia del servicio pú-
blico", etc.
Estas ideas son también las que predominan entre los autores contemporá- IV. — La organización de un servicio público propia-
neos: HAUBIOÜ, Droit adm., 9» ed., p. 44: " S e puede definir al servicio público mente dicho es modificable en cualquier momento.
como un servicio técnico prestado al público de manera regular y continua para
la satisfacción de una necesidad pública y por una organización pública". Esta posibilidad de modificación, resulta de la obligación
DUGÜIT, Droit const., 1* ed., 1911, i, ps. 98 y ss.; 2» ed., n, 1923, ps. 53 y ss. que incumbe a los agentes públicos de hacer funcionar lo
« DUGUIT, Droit const., 2» ed., n, 1923, p. 55: El servicio público " e s toda mejor posible el servicio a su cargo. Es preciso poder realizar
actividad cuya realización deben asegurar, regular y controlar los gobernantes, siempre las reformas aconsejadas por las trasformaciones
porque el cumplimiento de esta actividad es indispensable para la realización y
desarrollo de la interdependencia social, y ella es de tal naturaleza que económicas, sociales y políticas, o por los nuevos ideales polí-
no puede realizársela completamente sino con la intervención de la fuerza guber- ticos y sociales. Ningún obstáculo jurídico puede impedir esa
nativa". P. 56: "Actividad tal que los gobernantes están obligados a intervenir, modificación9. '
con el monopolio de la fuerza que ellos poseen, para asegurar su realización".
CHARDON, Le pouvoir administranf, p. 45 (supra, p. 5, nota). 8 Para la teoría de los contratos administrativos véase GASTÓN JÉZE, Les
7 Para un desarrollo particular de esta idea, GASTÓN JÉZE, Les principes principes généraux du droit administratif, 3» ed., ni, 1926, ps. 298 y BS.
généraux du droit administranf, 3* ed., in, Le fonotionnement des services 9 ROMIEU, conclusiones de su dictamen ante el Cons. de Est., 22 mayo 1903,
publics, 1926, ps. 161 y ss. Caisse des Écoles, " R e c . " , p. 395: " S i estas Cajas (escolares)... fuesen
8 LA NOCIÓN DE SERVICIO PÚBLICO EL SERVICIO PÚBLICO 9

Se t r a t a de la nueva versión de una idea antigua. En Esta posibilidad de modificación, ¿contraría la necesaria
otro tiempo se hablaba de la inalienabilidad de la soberanía. estabilidad de las instituciones sociales? No.
La soberanía —afirmábase— es inalienable; queriendo signi- Para dar estabilidad a ciertos servicios públicos, se puede
ficarse, en realidad, que la facultad de modificar la organi- prescribir determinado procedimiento, más complicado que el
zación de los servicios públicos no podía ser comprometida ordinario, destinado a asegurar que el cambio de organización
jurídicamente. Esta idea se justifica racionalmente. Cada es necesario y justificado. Tal es la idea que fundamenta las
generación tiene el derecho de adecuar los servicios públicos Constituciones rígidas y el procedimiento de revisión de las
a sus necesidades y a sus ideales. Ninguna autoridad pública leyes constitucionales.
puede imponer, por cierto tiempo —largo o corto— un deter-
minado funcionamiento o una determinada organización de V. — La terminología no se ha fijado aún debidamente
un servicio público; ya que ello entrañaría un abuso de en esta materia, siendo una fuente continua de confusiones y
poder, careciendo jurídica y políticamente de valor10. contradicciones. En el lenguaje corriente se emplean como
Sobre este punto, no existe ya ninguna discusión11. sinónimas las expresiones satisfacción de una necesidad de
interés general y servicio público. Así, después de afirmarse
que un servicio público funciona según sus reglas propias y su
. . . un establecimiento público, . . . constituirían una rama de la administración carácter administrativo, se ha llegado a decir que un "servicio
pública, uno de los resortes de un servicio público; luego, las modificaciones del
régimen del servido público, del cual constituyen parte integrante, entrañarán público" puede regirse exclusivamente por los procedimientos
necesariamente una modificación correlativa en su organización propia... Los del derecho privado12.
estatutos no podrían, en ningún caso, prevalecer contra la l e y . . . " . Cons. de Sería deseable que la expresión servicio público se reser-
Est., 22 mayo 1903, p. 400: ' ' No está permitido tener en cuenta las disposiciones
fie sus estatutos (de las Cajas escolares) que, aunque regularmente aprobados vase para los casos en que, para satisfacer determinada nece-
por la legislación vigente antes del 30 octubre 1886, son inconciliables con el sidad de interés general, los agentes públicos pueden recurrir,
régimen establecido a esta fecha y, como tales, inexistentes...". para los procedimientos del derecho público, a reglas que están
EOMIEXJ, conclusiones de su dictamen ante el Cons. de Est., 29 diciembre fuera de la órbita del derecho privado.
1905, Bardy, " B e c . " , p. 1019: " E l poder público puede siempre, en ejercicio
de las facultades que le confiere la ley, adoptar las medidas de autoridad —re- Para los casos de satisfacción de una necesidad de interés
glamentarias o fiscales— que estime necesarias en vista de las exigencias de la general por parte de los agentes públicos, siguiendo exclusiva-
vida colectiva, a las que tiene el encargo de proveer".
io Cons. de Est., 27 junio 1913, Cornus, " B e c . " , p. 764: "Los derechos y 12 Cons. de Est., 23 diciembre 1921, Société genérale d'armements, " B e c " ,
beneficios, que surgen para los funcionarios de una reglamentación, se hallan p. 1109: " E n la explotación de los servicios públicos industriales cuya gestión
subordinados al mantenimiento dé esta última, y no podrían, en ningún caso, cree deber asumir, el Estado se halla, con respecto a los usuarios, en la misma
obstaculizar el derecho de la Administración para proceder a la reorganización situación que un empresario ordinario, a menos que la propia naturaleza del
de los servicios". servicio o de las cláusulas especiales otorguen a los acuerdos individuales cele-
RrVET, conclusiones de su dictamen ante el Cons. de Est., 26 enero 1923, brados con dichos usuarios el carácter de verdaderos contratos administrativos.
Lafrégeyre ( " E . D . P . " , 1923, p. 248): " E l gobernador... al organizar el Si el Estado, mediante los decretos del 11 y 13 agosto 1914, ratificados por la
flervicio del ferrocarril... tenía incontestablemente el derecho de modificar, a ley del 10 abril 1915, ...con la finalidad de facilitar el aprovisionamiento del
medida que se produjera el crecimiento de la red, las condiciones de su explota- país, ha creado un servicio nacional de seguro y ha instituido a este efecto una
ción, los títulos y atribuciones correspondientes a cada empleo, y la repartición de comisión ejecutiva, no ha entendido administrar este servicio en condiciones
los puestos creados entre los agentes". Cons. de Est., 26 enero 1923, " B e c . " , jurídicas diferentes de aquellas en que se desenvuelven las empresas de seguros
p. 67: " E l señor L. no está autorizado para considerarse agraviado por la privadas". Cons. de Est., 23 mayo 1924, Société des affréteurs réunis ("B.D ; '
supresión del cargo de jefe del servicio de explotación comercial, que ha resul- P . " , 1924, p. 390): " L a ley del 19 abril 1917 ha trasformado, en interés del
tado implícitamente de la reforma introducida en la organización del ferrocarril abastecimiento nacional y para prevenir las dificultades de la guerra, las condi-
y que el gobernador tenia derecho a realizar". ciones jurídicas en que funcionaba, bajo el imperio de la legislación anterior, el
n Para el desarrollo de esta idea fundamental, véase GASTÓN JÉZE, Les servicio público de seguros marítimos... dictando ciertas disposiciones que en
principes généraux du droit administratif, 3* ed., i, La technique juridique du lo sucesivo diferencian claramente el régimen de funcionamiento de este servicio
droit public franeáis, 1925, ps. 112 y ss.; ps. 133 y ss.; ps. 426 y ss^ público de aquel de las empresas privadas de seguros...".
10 LA NOCIÓN DE SERVICIO PÚBLICO
E L SERVICIO PÚBLICO 11
mente los procedimientos del derecho privado, se podría em-
plear las palabras gestión administrativa o cualquiera otra La terminología de las resoluciones del Consejo de Estado
expresión13. no es más precisa. Por ejemplo, en 1922, el Consejo de Estado
todavía hablaba del servicio público de los cultos15, mientras
Los juristas usan también, algunas /veces, el término
que la ley del 9 diciembre 1905 ba declarado solemnemente
"servicio público" como sinónimo de "suministro hecho a todo
que el culto ya no es un servicio público. En otras resoluciones
solicitante". Por ejemplo, se dice que tal individuo realiza o
se reservan las palabras servicio público para el caso en que
asegura el servicio público de los trasportes entre tal o cual
deben aplicarse reglas especiales16.
localidad, o el servicio público de la distribución de la energía
eléctrica en determinado municipio. Aquí, "servicio público"
significa poner una obra o una cosa a disposición de todos, su profesión; o bien ha celebrado un convenio con la autoridad y se ha obligado,
siendo el propietario de esta obra o quien la suministra; no en compensación de las ventajas que se le han concedido, a satisfacer a todos
la Administración sino un simple particular, un empresario los solicitantes en tales o cuales condiciones, según determinada tarifa. En esta
que actúa en su interés personal; la Administración no inter- segunda hipótesis, la Administración ha estimado que no se hallaba en juego
una necesidad, sino un interés digno de toda consideración. Por ello, la Adminis-
viene para nada, o sólo interviene para vigilar la explotación y tración impone ordinariamente al concesionario: l 9 ) la continuidad del servicio,
proteger al público contra ciertos abusos del empresario. Sería si no permanentemente, al menos durante cierto período (trasportes de tem-
mejor, en este caso, hablar de empresa reglamentada1*. porada) ; 2») la regularidad; 3») la imparcialidad con respecto a los solicitantes
del servicio, es decir, el tratamiento de todos los que se hallan en las mismas
condiciones, en un pie de igualdad o de proporcionalidad, con aplicación de
13 En su resolución del 23 diciembre 1921, Société genérale d'armements ciertas tarifas ya impuestas. Aquí, pues, no existe empleo de procedimientos
( " R e c " , p. 1109), el Consejo de Estado habla de un servicio nacional, por ol que están fuera de la órbita del derecho común, sino compromiso para el empre-
cual "el Estado no ha entendido administrar este servicio en condiciones jurí- sario de observar determinadas reglas, so pena de perder los beneficios que se
dicas diferentes de aquellas en que funcionan las empresas... privadas''. El le han otorgado. La empresa se llama, por eso, reglamentada". Para la aplica-
servicio nacional se opondría, pues, al servicio público. Las palabras se asemejan ción de este distingo a la distribución de energía eléctrica, véase el precitado
demasiado para señalar bien la distinción esencial. estudio de CH. BLAEVOET.
14 Sobre la distinción entre el servicio público propiamente dicho y el servi- 15 Cons. de Est., 6 enero 1922, Commune de Pérquie, " R e c " , p. 14 ("R.
cio público prestado por una empresa reglamentada, véase CH. BLAEVOET, Mo- D . P . " , 1922, p. 99): " E l art. 2 de la ley del 9 diciembre 1905 (sobre la sepa-
difications apportées au régime des distributions d'énergie électriqne par la loi ración de las Iglesias y el Estado) sólo ha entendido prohibir la inscripción
du 27 février 1925, en " R . D . P . " , 1926, ps. 54 y ss. CH. BLAEVOET distingue de créditos que tengan por finalidad subvencionar, a título permanente y re-
entre el "servicio público en sentido material" y el "servicio público en sen- gular, el servicio público de los cultos".
tido absoluto". El "servicio público en sentido material" es " l a institución
destinada a proveer a una necesidad esencial de la población y que puede carac- 16 Cons. de Est., 28 diciembre 1923, Pierret, " R e c " , p. 905 ( " R . D . P . " ,
terizarse así: V>) necesidad de un funcionamiento continuo, regular, imparcial y 1925, p. 64 y la nota de A. Bosc): " P o r medidas legislativas y reglamentarias
no lucrativo; 2») aplicación posible de reglas que están fuera de la órbita tomadas sucesivamente en el trascurso de la guerra, el comercio de los cereales
del derecho común para asegurar este funcionamiento; 3*) previsión legal del y de las harinas ha sido trasformado, en interés de la alimentación del ejér-
empleo de estos procedimientos; 49) creación dejada a la apreciación discre- cito y de la población civil, en verdadero servicio público, a fin de evitar por
cional de la autoridad; 5*) establecimiento, por la Administración, de las tasas una parte, los despilfarros, y, por otra, la especulación; en especial, las leyes
que se imponen a los usuarios. Es preciso, pues, que se trate de satisfacer una del 16 octubre 1915, 17 abril 1916 y 7 abril 1917, han previsto el raciona-
necesidad de tal modo importante, que la empresa encargada de esta misión miento, primero de la harina y luego de cierto número de cereales, por la Ad-
deba funcionar con continuidad, regularidad, imparcialidad y en condiciones ministración...; finalmente, el decreto del 31 julio 1917 ha puesto bajo el
económicas, y que la autoridad no vacile, para asegurar tal explotación, en em- control del Estado la producción total de los cereales considerados en el decreto
plear procedimientos que salen de la órbita del derecho común o en prohibir el del 13 julio 1917, entre los cuales figuran el trigo y la avena, como asi-
ejercicio de ciertas libertades reconocidas" (ps. 54 y 55). "El servicio público mismo la comercialización de estos cereales, las entregas de harina y lo3 stocks
en sentido absoluto consiste en la provisión de determinada prestación o de cierto existentes en poder de los harineros". El Consejo de Estado había resuelto lo
producto a cualquiera que lo solicite... Servicio público quiere decir, entonces, contrario el 7 jul'o 1922, Groussard ("Rec.", p.,598: " R . D . P . " , 1925, p. 640
colocar un trabajo o una cosa a disposición de todos. Dos casos pueden presen- y la nota de A. Bosc): " L a dificultad existente entre la Administración y el
tarse: o el empresario que explota este rubro se halla bajo el régimen del recurrente versa sobre la ejecución de los contratos de cesión de harinas para el
derecho común y sólo está obligado a las responsabilidades ordinarias dentro de servicio del abastecimiento. Éstos son contratos de derecho común, con respecto
a los cuales sólo la autoridaoV,/iwZt'ciaZ puede ser instada a conocer".
12
LA NOCIÓN DE SERVICIO PÚBLICO
EL SERVICIO PÚBLICO 13
VI. — Besulta muy importante saber si se trata real-
mente de un "servicio público" propiamente dicho o sólo de sido ilegales y jurídicamente injustificables si los ferrocarriles
una gestión administrativa. Únicamente en el primer caso hay no se hubieran considerado un servicio público19.
derecho a usar reglas especiales de derecho público, que salen b) Del mismo modo también, la situación- jurídica de los
de la órbita del derecho privado. individuos empleados por la Administración no es la misma,
Algunas veces, los textos han resuelto expresamente la cuando están vinculados de manera permanente a un servicio
cuestión decidiendo que tales o cuales reglas, tales o cuales público propiamente dicho, que cuando se dedican a la reali-
teorías especiales, regirán determinado servicio. Pero resulta zación de tareas que no constituyen servicios públicos propia-
muy raro que ocurra así; poco menos que excepcional. Lo mente dichos.
más probable será la falta de texto preciso. Tomemos un ejemplo.
En ausencia de texto, los juristas investigarán si la tarea ¿Constituye un servicio público la explotación de la ma-
de la que se ocupa la Administración es realmente un servicio nufactura de porcelanas de Sévres, o la industria de los tapices
público17, en cuyo caso aplicarán las teorías especiales del de- de los Gobelinos? Se contesta negativamente de manera uná-
recho público, o bien si no existe servicio público, en cuyo caso nime. Todos están de acuerdo en opinar que las personas em-
aplicarán, en lugar de las teorías especiales, las reglas y las pleadas en estas industrias no son agentes propiamente dichos
teorías del derecho privado. de un servicio público, admitiéndose sin discusión que se hallan
sometidos al régimen jurídico de la locación de servicios, que
Veamos algunos ejemplos:
es el mismo que rige a los obreros y empleados de un particu-
a) En octubre de 1910, cuando estalló la huelga de los lar. Corresponde aplicar el régimen jurídico de la locación de
ferrocarriles, la cuestión capital que el Gobierno tuvo que servicios del derecho privado; trátase de una situación jurídica
resolver fué la de saber si la explotación de los ferrocarriles contractual. Por el contrario, la característica del régimen
—inclusive cuando la realizan las compañías concesionarias— jurídico del personal nombrado de manera permanente en un
era o no un servicio público. Y solamente después de haberse servicio público, vale decir de los agentes públicos propiamente
decidido por la afirmativa, aplicó las teorías especiales, adop- dichos, consiste en que su situación jurídica es reglamentaria
tando determinadas medidas 18 que, en su opinión, habrían y no contractual 20 ; los agentes públicos cumplen con su deber,
no para complacer a sus jefes, sino para asegurar el funciona-
17 ¿Existen tareas que rechazan, por su misma naturaleza, la constitu- miento regular y continuo del servicio público. El funciona-
ción de un servicio público? Así se ha afirmado con respecto a los teatros. miento regular y continuo del servicio público es, pues, la
HAÜBIOU, nota coment. fallo del Cons. de Est., 7 abril 1916, Astruc,'' Sirey'', 1916,
3, 49 (infra, p. 20). La jurisprudencia del Consejo de Estado se manifiesta en idea que siempre debe inspirar la actividad de los agentes
sentido contrario: Cons. de Est. (conflicto), 27 noviembre 1856, Dudan, " R e c . " , públicos21.
p. 660 (a propósito de la ópera) ,* Cons. de Est, 27 julio 1923, Gheusi, " R e c . " ,
p. 639, con las conclusiones de MAZERAT ( " R . D . P . " , 1923, p. 560). GASTÓN
JÉZE, Les principes généraux du droit adm., 3» ed., ni, 1926, ps. 402 7 ss. guardia de los intereses que el ministro tiene a su cargo". Cfr. " R . D . P . " ,
18 En particular, la militarización de los agentes de los ferrocarriles, o 1913, p. 506, nota 1.
aun la sustitución de los empleados de éstos por soldados, para asegurar el i» En sus conclusiones, HELBRONNER afirmó exactamente: " N o os corres-
funcionamiento del servicio. Cfr., sobre este punto: ROLLAND, La gréve des pondería, como tampoco corresponde al ministro de Guerra, intervenir en los
cheminots, en la "Revue du Droit Public", 1910, ps. 740 7 ss. El Consejo de conflictos económicos que puedan surgir entre los agentes u obreros de los
Estado, en el caso por él juzgado el 18 julio 1913, Syndioat national des chemins ferrocarriles 7 las compañías de que dependen. No tenéis que examinar aquí el '
de fer, " R e c " , p. 875, fallado conforme a las conclusiones de HELBRONNER, alcance de lo que se ha convenido en llamar el derecho de huelga".
comenzó por investigar si existía servicio público. Después de responder afirmati- 20 GASTÓN JÉZE, Les prinoipes ffénéraux du dr. adm., 3a ed., m, 1926,
vamente, el Consejo de Estado agregó: ' ' Así, la decisión impugnada (convocato- ps. 422 7 ss.
ria de los empleados 7 agentes de los ferrocarriles para un período de servicio 21 Este punto de vista ha sido muy bien desarrollado por CHAKDON, Le
de veintiún días a cumplirse bajo el régimen militar) ha sido dictada en salva- pouvoir administranf, 1910, p. 45: " N o se puede proponer seriamente al fun-
cionario, cualquiera que sea, como móvil principal de sus actos, un testimonio
14 LA NOCIÓN DE SERVICIO PÚBLICO
EL SERVICIO PÚBLICO 15
c) La discusión, acerca de si existe o no servicio público,
se suscita también a propósito de la condición jurídica de las denomina régimen del dominio público y que difiere del régi-
cosas puestas a disposición de los agentes de la Administración men jurídico de la propiedad privada.
para satisfacer los intereses generales. De conformidad con d) Estas reglas especiales las encontramos también en
la idea de servicio público puede incluirse lo relativo al do- lo referente a la condición jurídica de los dineros destinados
minio de la Administración dentro del dominio público j del al funcionamiento de los servicios públicos, que en el sentido
dominio privado22. Es evidente que sólo puede existir depen- técnico de la expresión se consideran dineros públicos. La
dencia del dominio público si la cosa está afectada a un servi- noción de dineros públicos implica, por consiguiente, la apli-
cio público23. Por otra parte, la idea de servicio público cons- cación de reglas especiales (contabilidad pública) 24 .
tituye la base de todas las reglas del régimen jurídico que se e) Cuando la Administración realiza una obra en un
inmueble, con destino a un servicio público, se aplican teorías
especiales a fin de facilitar la ejecución del trabajo. Surge
de satisfacción del ministro o del director respectivo. Sin duda, estos testimonios entonces la teoría de las obras públicas25. En particular, para
tienen su valor, pero no son más que la comprobación de que se ha cumplido
con el deber hacia la nación, y es en el sentimiento de este deber que reside
procurarse los terrenos necesarios para un servicio público, la
toda la noción del servicio público. Desde este punto de vista, resulta claro el Administración tiene el poder de ocupar temporariamente los
límite entre los servicios públicos y los servicios que no lo son. Toda persona terrenos pertenecientes a los particulares, o de expropiarlos
que ingresa en un servicio público, por el solo hecho de entrar a servir a la
nación, se decide y se compromete a hacer prevalecer siempre el interés de
por causa de utilidad pública 26 .
ésta sobre su interés personal y, por lo mismo, adquiere un valor moral supe- /) Los actos jurídicos realizados por los individuos que
rior. El día en que pierde esta noción, demuestra con ello que ya no posee la desempeñan una gestión administrativa erigida en servicio
cualidad esencial para seguir siendo agente de la nación; no le queda más
remedio que renunciar de inmediato". Cfr. las ideas análogas desarrolladas por 24 Cons. de Est., 20 junio 1919, Brincat ( " R . D . P . " , 1920, p. 80). Los
HELBRONNER, en las conclusiones de su dictamen ante el Cons. de Est., 18 julio montepíos " s o n establecimientos públicos. . . Los dineros (de los monte-
1913, Syndioat des chemins de fer, " B e c . " , p. 875: " E n las sociedades orga- píos) . . . son dineros públicos, a los que se aplican las reglas de la conta-
nizadas, en los Estados civilizados, por encima de los intereses individuales más bilidad pública y para cuya gestión los contadores se hallan sometidos a la
respetables, por encima de los intereses colectivos más serios y justificados, jurisdicción del juez de c u e n t a s " . Véase mi nota, " R . D . P . " , 1920, ps. 80 y BS.
existe el interés general, el derecho superior que tiene una sociedad, una nación, 25 Cons. de Est., 7 abril 1916, Astruc ( " R . D . P . " , 1916, p. 374), conclu-
de asegurar su existencia y de defender su independencia y BU seguridad. Y las siones de CORNEMÜE: " E n toda constitución de servicio público, son las necesi-
democracias, cuyos gobernantes tienen por enseña y divisa res publica, deben, dades del servicio público las que deben prevalecer sobre toda consideración de
con mayor razón que los otros países, mantener celosamente intactos los derechos interés financiero... Y no podría lícitamente reconocerse carácter de trabajos de
de la colectividad n a c i o n a l . . . El servicio de los ferrocarriles no es únicamente servicio público, de obras públicas, a los trabajos emprendidos por puro interés
un servicio público; es un servicio militar cuya permanencia y continuidad im- o espíritu de lucro, con el único interés de una sociedad comercial, con un
portan muchísimo a la defensa n a c i o n a l . . . " . interés p r i v a d o . . . La teoría particular del trabajo público e s . . . un derivado
22 E s por esta causa que, en mi opinión, las iglesias no forman parte del de la teoría más general del servicio público. Existe contrato de obra pública
dominio público. En sentido contrario: HAURIOU, Droit adm., 7» ed., p. 542; cuando hay un contrato que implica la idea de construcciones a hacerse y que
NOEL, Notion du travail public, p. 147; CORNEILLE, conclusiones de su dictamen tienen por causa un servicio público". El Cons. de Est. ha resuelto: " E l Pa-
ante el Cons. de Est., 20 junio 1921, Commune de Montségur, " R . D . P . " , 1921, lacio en cuestión (Palacio filarmónico) no estaba destinado a asegurar un
p. 369, y mi nota. El Consejo de Estado no se ha pronunciado sobre el punto. servicio público ni a proveer a un objeto de utilidad p ú b l i c a . . . Es, pues, equi-
23 DUGUIT, Traite de droit constitutionnel, 2* ed., in, 1923, p. 322: " L a vocadamente que el Consejo de prefectura, asimilando el caso a una controversia
causa esencial de su formación (de la distinción del dominio en dominio público sobre una concesión de obras públicas, ha seguido conociendo en dicho a s u n t o " .
y dominio privado) es el lugar cada vez más preponderante que va ocupando Sin embargo, la jurisprudencia del Cons. de Estado no reconoce todavía que la
la noción de servicio público. Lo mismo que a esta noción se vincula la de teoría de las obras públicas suponga esencialmente un servicio público. CORNEILLE,
función y de funcionario público, con ella se relaciona el dominio público, y en las conclusiones de su dictamen ante el Cons. de Estado, 20 junio 1921, Cvm-
sólo colocándose en este punto de vista se puede construir una teoría sólida del mune de Montségur, " R . D . P . " , 1921, p. 369, decía: " L a noción de la obra
dominio público. El principio de la distinción entre el dominio público y el pública y la del servicio público no se identifican exactamente". Existen obras
dominio privado es indudablemente exacto, precisamente porque responde a la públicas ajenas al servicio público.
distinción de las actividades erigidas o no en servicio público". 28 Conclusiones de BLUM, Con3. de Est., 27 abril 1917, Badin, " R e c . " ,
p. 335 ( " R . D . P . " , 1919, p. 514).
16 LA NOCIÓN DE SERVICIO PÚBLICO
E L SERVICIO PÚBLICO 17

público propiamente dicho, son actos administrativos, es decir, de reglas jurídicas y de teorías especiales, ha impulsado a la
actos jurídicos del derecho público27. jurisprudencia del Consejo de Estado y del Tribunal de Con-
flictos a hacer reconocer la competencia de los tribunales
g) La responsabilidad del patrimonio del establecimiento
y la de los agentes que participan en la gestión, se rigen por administrativos para entender en los litigios pecuniarios sus-
reírlas especiales, si se trata de un servicio público propia- citados por el funcionamiento de los servicios públicos30. Tal
mente dicho28. es el sentido, en la actualidad, de la famosa regla que establece
la separación de las autoridades administrativa y judicial 31 .
h) Únicamente los contratos relacionados con el funcio-
j) Todas las reglas de organización y de funcionamiento
namiento mismo de los servicios públicos pueden ser contratos
administrativos propiamente dichos, sometidos a las reglas de un servicio público son modificables, en cualquier momento,
especiales del derecho público, y que a veces, cuando se dan por las leyes y reglamentos 32 .
circunstancias excepcionales que trastornan por completo la 30 CORNEILLE, conclusiones de su dictamen ante el Cons. de Est., 18 junio
economía del contrato, importan la aplicación de la teoría de 1920, Bigault, " B . D . P . " , 1921, p. 9 5 : " E n recientes resoluciones, muy cono-
la imprevisión26. cidas y comentadas, habéis dicho, en resumen, que todas las acciones entre per-
sonas públicas y terceros, fundadas en la ejecución, la inejecución o la mala eje-
i) La idea de que el servicio público implica necesaria- cución de un servicio público, son de competencia administrativa... ". El Cons.
mente la aplicación de los procedimientos del derecho público, de Est., en su resolución, h a decidido: " T a l acción, que dimana de un cuasi
contrato relativo a la ejecución de un servicio público (servicio de iluminación
27 Cons. de Est., 28 junio 1912, Coutton, " B e c . " , p . 739: " L a Caja de de las calles públicas), es de competencia del Consejo de Estado, juez de derecho
Ahorros de B . no es un establecimiento público. Así, el Consejo de administra- común de lo contenciosoadministrativo " . Es, muy frecuentemente, en ocasión de
ción de esta Caja no se halla incluido en el número de las autoridades admi- estas cuestiones de competencia que se suscita y que se resuelve, en jurispru-
nistrativas cuyos actos pueden deferirse al Cons. de E s t a d o . . . " . dencia, la cuestión de saber si determinado establecimiento, institución u orga-
nismo, es o no un servicio público. Un ejemplo notable lo ofrece el caso Pichot,
28 Conclusiones del procurador general LAFERRIÉRE en su dictamen ante
juzgado por el Cons. de Estado, el 21 junio 1912, basado en las conclusiones
la Casación civ., 12 junio 1901 ( " S . " , 1906, 1, 41, con nota de FERRON). La
Corte de Casación declaró: " E n estricto derecho, el Estado considerado como del comisario del Gobierno, LÉON B L U M ( " B e c " , ps. 712 y ss.). Vincúlese las
propietario de los bienes que componen su dominio privado, se halla sometido, conclusiones de BOMIEU, en el asunto Caisse des Écoles, Cons. de Est., 22 mayo
en sus relaciones con los particulares, a las reglas del derecho civil, y, desde el 1903 ( " B e c . " , ps. 390 y ss.). Véase, también, las conclusiones de BLUM ante
punto de la responsabilidad por las faltas que pueda cometer, es justificable el Cons. de Est., 13 junio 1913, d'Azincourt, Asselineau (2 resoluciones), " B . D .
ante los tribunales del orden judicial. L a explotación de un teatro (ópera-Có- P . " , 1913, ps. 503 y ss. y mi nota: Cons. de Est., 7 abril 1916, Astruc, " B e c . " ,
mica) es una empresa privada. Las subvenciones que le concede el E s t a d o . . . p. 164 ( " E . D . P . " , 1916, p . 374), con las conclusiones de CORNEILLE.
no podrían tener por e f e c t o . . . trasformarlo en servicio público. Así, la a c c i ó n . . . 31 Consejo de Estado, 4 marzo 1910, Thérond ( " B e c . " , p. 1 9 7 ) : " L a
no se dirige de ningún modo contra el E s t a d o . . . en razón de la mala gestión ciudad de M. ha t e n i d o . . . por finalidad asegurar un servicio público. Así, las
de los servicios públioos". dificultades que puedan resultar de la inejecución o de la mala ejecución de este
servicio son, a falta de un texto que atribuya su conocimiento a otra jurisdic-
29 P a r a la teoría de los contratos administrativos propiamente dichos, véase ción, de competencia del Consejo de E s t a d o " . Sobre esta resolución, véase mi
GASTÓN J É Z E , Les principes généraux du droit administratif, 3» ed., m , 1926, nota, en la " B e v u e du Droit P u b l i c " , 1910, ps. 249 y ss. Cons. de Est., 31
Le fonotionnement des services publics, ps. 304 y ss. P a r a la teoría de la im- julio 1912, Société des granits, " B e c . " , p . 912. E n este asunto, BLUM definió
* previsión, Cons. de Est., 30 marzo 1916, Cié. du gas de Bordeaux, " B e c " , el contrato administrativo (de competencia de los tribunales administrativos)
p. 125, con las conclusiones de CHAKDENET ( " B . L > . P . " , 1916, p. 219 y mi n o t a ) ; como " a q u e l que sigue influido y coloreado en cierto modo por el servicio pú-
8 febrero 1918, Société d'éclairage de Poissy, " B e c " , p . 121 ( " R . D . P . " , 1918,
blico en vista del cual se ha concluido".
ps. 219 y ss. y mi n o t a ) . E n este asunto, CORNEILLE, comisario del Gobierno,
32 Conclusiones de B L U M , en el caso Pichot, Cons. de Est., 21 junio 1912
decía: " E s sobre la noción del servicio público, sobre la necesidad de su man-
( " B e c . " , p . 7 1 8 ) : " E l establecimiento de utilidad pública queda indefinida-
tenimiento, que se ha fundado la solución que habéis admitido en vuestra reso-
mente regido por el acto que le ha dado la vida civil, es decir, por sus estatutos
lución 4ie 1916. Se trata de una solución análoga apoyada sobre idénticos mo-
aprobados. Mientras que el establecimiento público, por el contrario, siendo una
tivos, que debe aplicarse a todos los c o n t r a t o s . . . desde el momento que se trata
creación de la ley, queda —con respecto a la ley que lo ha creado— en un
de contratos que interesan realmente al funcionamiento mismo de los servicios
estado de completa dependencia. Los estatutos, por consiguiente, no podrían
públicos". Véase también CORNEILLE, en las conclusiones de su dictamen ante
el Cons. de Est., 9 noviembre 1921, Sooiété des carbures, " B . D . P . " , 1921, —en ningún caso— prevalecer contra los reglamentos generales dictados por la
p. 486 y mi nota. Administración en virtud de su derecho de tutela, y así su constitución no se

Jéze, Der. adm., II». 2


18 LA NOCIÓN DE SERVICIO PÚBLICO EL SERVICIO PÚBLICO 19

En resumen, el servicio público es un procedimiento téc- Se habla única y exclusivamente de servicios públicos
nico —y no el único— con el que se satisfacen las necesidades cuando las autoridades de un país, en determinada época,
de interés general. Decir que, en determinado caso, existe deciden satisfacer las necesidades de interés general mediante
servicio público, significa que los agentes tienen la posibilidad el procedimiento del servicio público. La intención de los go-
de usar procedimientos del derecho público, de apelar a teorías bernantes es lo único que debe considerarse 35 . La opinión de
y a reglas especiales, o sea, de recurrir a un régimen jurídico tales o cuales autores no tiene ninguna importancia, siendo
especial: este régimen se caracteriza por la subordinación de indiferente la opinión personal del jurista que resuelve la difi-
los intereses privados al interés general; la organización del cultad 36 . El jurista puede muy bien decir que, a su juicio, los
servicio es siempre modificable con arreglo a las necesidades
del interés general, y, en consecuencia^ legal y reglamentaria.
fácil enumerar las diversas actividades que sirven de sostén a los servicios pú-
blicos". Como bien se ve, DUGUIT no desentraña el criterio jurídico que permita
II reconocer si, en determinado caso, se ha preferido el procedimiento jurídico del
servicio público.
¿Cómo se reconoce la existencia de un servicio público? 35 En su tratado de Droit const. (2» ed., n, 1923, p. 67), DUGUIT me re-
procha que enseñe "que el servicio público es una creación artificial del legis-
Planteada en esta forma, la cuestión se manifiesta con lador, quien es el único que puede instituirlo y otorgar discrecionalmente este
carácter a una actividad cualquiera". " E s t a proposición —escribe DUGUIT—
toda su importancia: es necesario saber, en determinado caso, se vincula directamente con una concepción contra la cual me he rebelado enér-
si existe o no un servicio público propiamente dicho. ¿A qué gicamente en diversas ocasiones, concepción según la cual el derecho es una
criterio, pues, es preciso atenerse? creación pura del Estado. Seguramente, si una ley positiva atribuye de modo
expreso el carácter de servicio público a determinada actividad, el juez estará
obligado a aplicar la disposición legislativa. Pero de ello no resultará que en
I. — En nuestra opinión, corresponde averiguar la inten- realidad exista un servicio público; y la realidad prevalecerá tarde o temprano
ción de los gobernantes™, solamente en lo relativo a la acti- sobre la decisión arbitraria del legislador. Por otra parte, estimo que aquí,
vidad administrativa considerada 34 . como en todo dominio social, el jurista falta a su misión si no indica al legis-
lador dónde está el derecho, si no le determina... el dato social, es decir, la
norma jurídica que el legislador no hace sino comprobar y emplear. La norma
halla establecida, sino que se modifica según las reglas generales aplicables a jurídica, cuando se trata de servicio público, es precisamente la que impone a
los establecimientos de la misma naturaleza entre los cuales se halla clasificado". los gobernantes el cumplimiento de determinada actividad. Finalmente, en la
33 ¿Cuál es la autoridad competente para decidir que, en determinado caso, práctica, si el jurista se abstiene de determinar teóricamente lo que es materia
existirá servicio público? El Parlamento, la jurisprudencia (v. infra). de servicio público, muy frecuentemente resultará imposible decir si, en un país
34 Estudio aquí la cuestión solamente desde el punto de vista jurídico. determinado, cierta actividad importa un servicio público, no estando el legislador
DUGUIT {Les transformations du droit public, 1913, ps. 47 y ss.) pone bien de bien compenetrado de este punto. Ello da lugar a controversias interminables
relieve, desde el punto de vista sociológico, la tendencia moderna hacia la exten- que JÉZB no ha sabido evitar mejor,'que MICHOUD".
sión de los servicios públicos e indica las razones de este desarrollo. DUGUIT, DUGUIT incurre en una confusión, que no alcanzo a explicarme, entre el
Droit const., 2» ed., n, 1923, p. 57: "¿Cuáles son las actividades cuya realiza- punto de vista de la técnica jurídica y el punto de vista sociológico. Como él,
ción es para los gobernantes una obligación? A esta pregunta no se le puede dar estoy convencido de que el derecho es una ciencia sociológica. Todo lo que diga
una respuesta fija. Hay allí algo esencialmente variable, que evoluciona a pri- a este respecto es completamente exacto. Pero éste es el lado político, social,
mera vista. Resulta en verdad difícil establecer el sentido general de esta evolu- del derecho. Existen, por otra parte, las reglas que, en país y en momento deter-
ción. Lo más que se puede decir es que, a medida que la civilización se des- minados, deben aplicar los tribunales. Éstos necesitan un criterio preciso para
arrolla, aumenta el número de las actividades que pueden servir de sostén a los decir si, en determinado caso, los agentes públicos están autorizados para em»
servicios públicos, y el número de los servicios públicos acrece por esa misma plear los procedimientos del derecho público, si hay servicio público propia-
razón. Esto es lógico. En efecto, de la civilización se puede decir que consiste mente dicho. Ejemplo: huelga de los cheminots. ¿Qué debe hacer el juez? Ésta
únicamente en el crecimiento del número de las necesidades de toda índole que es toda la cuestión que yo examino.
pueden satisfacerse en menos tiempo. Por tanto, a medida que la civilización 36 HAURIOU (nota en " S i r e y " , 1916, 3, 49, ante el Cons. de Est., 7 abril
progresa, la intervención de los gobernantes se va haciendo normalmente más 1916, Astruc) afirma que, "en razón de su objeto", existen empresas a las que
frecuente, porque sólo ella puede realizar aquello en que consiste la civilización. no se puede erigir en servicios públicos. Tal sería el caso de las empresas de
Al considerar las sociedades civilizadas de la actualidad, resulta relativamente espectáculos. Basta, para que los espectáculos, los teatros, los entretenimientos
20 LA NOCIÓN DE SERVICIO PÚBLICO E L SERVICIO PÚBLICO 21

gobernantes se han equivocado o no al dictaminar sobre la En Francia, por ejemplo, la religión ha sido, en deter-
existencia de un servicio público; pero no es ésa la cuestión minada época, un servicio público propiamente dicho: se sa-
principal para el tribunal llamado a pronunciarse en deter- tisfacían las necesidades religiosas de la población mediante
minado proceso. Puede suceder que el jurista descubra exce- los procedimientos del derecho público. Existían teorías espe-
dentes razones políticas, económicas o sociales para que no se ciales, es decir, un régimen jurídico especial. A algunos les
satisfaga determinada necesidad de interés general por medio parece lamentable que, en 1905, se haya abandonado el pro-
del servicio público37. En este caso, opinará que es lamentable cedimiento del servicio público; otros, por el contrario, se
que los gobernantes hayan prescrito el procedimiento del felicitan de ello. Todo esto carece de importancia desde el
servicio público. Pero, y digámoslo una vez más, no constituye punto de vista jurídico; pero lo que ningún jurista puede
la cuestión jurídica el hecho de que los gobernantes hayan negar, es que en la actualidad las necesidades religiosas de la
tenido razón o se hayan equivocado, ni tampoco la opinión del población francesa ya no son satisfechas por medio de un
señor X, jurista de renombre, no obstante el interés que des- servicio público30. ¿Y por qué ocurre así? Porque la ley del 9
pertara su parecer 38 . diciembre 1905, art. 2, proclama solemnemente la voluntad de
los gobernantes para que la religión deje de ser un servicio
públicos, no deban ser convertidos en servicios públicos, que estas cosas no eean público: "La República no reconoce, ni costea, ni subvenciona
absolutamente buenas. Se puede, en principio, establecer que los servicios ningún culto". Los motivos que han impulsado a los gober-
públicos deben ser empresas completamente eficaces 7 útiles para la vida nantes a adoptar esta solución no son de orden jurídico.
social, a menos que ellas sean de tal modo necesarias que esta misma nece-
sidad haga disimular los inconvenientes. Según HAURIOU, la definición del servi- P a r a satisfacer ciertas necesidades de interés general, se
cio público por la intención subjetiva de la Administración que organiza la puede estar seguro de que la Administración utiliza el servicio
empresa, sería peligrosa si de ello resultase la facultad, para la Admi-
nistración, de erigir en servicio público todas las categorías de empresas. Hay,
en la misma naturaleza de las empresas, obstáculos, resistencias, límites objetivos. puede darse ex cathedra, 7 de manera absolutamente precisa; . . . la noción no
La empresa de espectáculos, cuya explotación encierra tantos elementos de des- importa un criterio fijo e inmutable. Y luego, de deducción en deducción, se
moralización, repugna por sí misma al servicio público. En la definición del llega a una concepción sobre el particular (que es la del prof. JÉZE, en sus
servicio público es preciso, pues, agregar "siempre que la satisfacción de la Principes du droit admdmstratif, 2» ed., ps. 242 7 ss.). La noción del servicio
necesidad pública no tenga nada de contrario a las buenas costumbres"- Ésta público es una noción en cierto modo subjetiva; depende, en su mayor parte,
es una opinión personal, formalmente rechazada por el Consejo de Estado, 27 de la intención de la autoridad encargada de organizar el servicio. Véase, por
julio 1923, Gheusi, " R . D . P . " , 1923, p. 566 (con las conclusiones de MAZEFAT). otra parte, la resolución Thérond (4 ma7o 1910, " R e c " , p. 497): el Consejo
V. infra. Cfr. GASTÓN JÉZE, Les principes généraux du droit administranf, de Estado se declaró competente porque la ciudad (demandada) había tenido
3* ed., ni, 1926, Le fonctionnement dea services publics, ps. 402 7 ss.; ps. 438 por finalidad, al tratar con el señor Thérond, asegurar un servicio público.
7 ss. Lo que la resolución pone de relieve, es la intención que animaba a la ciudad''.
37 Acerca de estas razones, véase las consideraciones de HAURIOU, Droit 3» Tanto es así que, según la opinión del Consejo de Estado, del 23 fe-
adm., 9» ed., ps. 44 7 ss. 7 nota en "Sirey", 1916, 3, 49. brero 1921 (sección del Interior), si la expropiación por causa de utilidad pública
38 Ésta es la solución que, con diferente terminología, proponía MICHOUD, puede emplearse para la reconstrucción de los edificios civiles o culturales en
Personnalité moróle, 2» ed., 1, 1924, p. 250: " P a r a saber si el agrupamiento las regiones liberadas, es únicamente por aplicación de las le7es especiales sobre
pertenece al derecho público, el intérprete no tiene, pues, que preguntarse si, el reempleo de las indemnizaciones por daños de guerra (le7 del 14 marzo 1919,
por sí mismo, el fin es de interés general, ya que esta apreciación puramente art. 2; ley del 17 abril 1919, art. 12). En consecuencia, " e l legislador ha que-
subjetiva sería de las más inciertas. Solamente debe preguntarse si el Estado lo rido restringir la extensión de la reconstrucción a los edificios que presentan el,
ha considerado como tal, lo que equivale a decir que es en la organización dada mismo carácter, teniendo la misma importancia y el mismo destino que el edi-
a los grupos donde debe buscarse dicho criterio en el conjunto de las reglas que ficio demolido (por causa de la guerra); por consiguiente, no puede reconocerse
el Estado ha juzgado propias para aplicarle"'. En este sentido se ha pro- el recurso a la expropiación, para la reconstrucción de los edificios civiles o
nunciado también el comisario del Gobierno, CORNEILLE, en el caso Astruc, culturales, por aplicación de la disposición legal precitada (art. 2, le7 del 14
Cons. de Est., 7 abril 1916, " R e c . " , p. 164 ( " R . D . P . " , 1916, p. 373): "jQuó marzo 1919), sino dentro del límite fijado por el legislador para el derecho a
es, pues, un servicio público f... La doctrina ha procurado dar una definición indemnización". Cfr. CORNEILLE, conclusiones de su dictamen ante el Consejo
concreta del servicio público... La enumeración de los servicios públicos no de Estado, 19 junio 1914, Eéron, " E e c " , p. 720.
22 LA NOCIÓN DE SERVICIO PÚBLICO E L SERVICIO PÚBLICO 23

público. Tales son los servicios de justicia, de policía, de de- Veamos cuáles son las principales de estas circunstancias.
fensa del territorio, de la diplomacia, de los consulados, etc. En primer lugar, cabe citar el establecimiento de cargas
Para estos servicios, no hay dificultad alguna. especiales destinadas a asegurar el funcionamiento del servi-
Del mismo modo, hasta hoy, se consideran servicios pú- cio; en particular, la constitución de cargas sobre los indivi-
blicos propiamente dichos los establecimientos creados por duos: servidumbres que recaen sobre los vecinos linderos de
el Estado, por los departamentos y por los municipios, en lo las vías férreas o de las calles públicas.
relativo a la instrucción pública, la asistencia pública, la hi- Señalemos también la organización del poder de percibir
giene pública, los correos, telégrafos y teléfonos, aunque en los impuestos o las tasas propiamente dichas, para asegurar el
ciertas épocas no haya sido así para algunos de ellos. funcionamiento del servicio. Esta última facultad es el indicio
Después de muchas vacilaciones, se reconoce plenamente más seguro.
en la actualidad que el servicio ferroviario es un servicio pú- La creación de un monopolio de explotación es también
blico40, aun tratándose de Jos ferrocarriles concedidos a una un indicio muy valioso44. Es por demás evidente que la fabri-
compañía41. cación de pólvora, de tabacos o de fósforos, organizadas en
monopolio, son otros tantos servicios públicos.
II. — ¿Cómo se reconoce que la voluntad de los gober- El origen del establecimiento considerado tiene gran im-
nantes ha sido la de satisfacer una necesidad de interés gene- portancia: ¿quién ha tenido la iniciativa del servicio?
ral por el procedimiento técnico del servicio público propia- En cambio, puede haber servicio público cuando la satis-
mente dicho? facción de una necesidad de interés general se obtiene por la
Resulta imposible establecer un criterio único. Éste de- actividad de individuos que no han sido designados por la
pende de un conjunto de circunstancias 42 , cada una de las Administración; el servicio público propiamente dicho puede
cuales, por sí sola, no es suficiente para originarlo, pero de existir aunque la necesidad de interés general la satisfaga un
su agrupamiento surge la voluntad de organizar un servicio concesionario*5 o un arrendatario. Tal es el caso de los ferro-
público43. Los tribunales tienen amplios poderes de apreciación.
ministración) que caracteriza al servicio público? Va a reconocérsela por las
40 Consejo de Estado, 10 julio 1885, Charvet ( " R e c " , p. 664). En este medidas tomadas por la autoridad encargada de los intereses colectivos en juego,
asunto, el comisario del Gobierno, MARGÚEME, declaró: " L a administración de para asegurar la creación del servicio indispensable a los miembros de la colec-
los ferrocarriles del Estado maneja un servicio p ú b l i c o " . Cfr.: Consejo de tividad, para asegurar su duración, para reglamentar su funcionamiento. Puesto
Estado, 31 marzo 1905, Fournier ( " K e c . " , p. 325). Casación, 18 noviembre que es preciso que el servicio se realice, es preciso también que se cree, que
1895, " S i r e y " , 98, 1, 385, y la nota de CHAVEGRIN; 22 marzo 1889, " S . " , 1903, funcione y que dure. Especialmente, para asegurar su duración, la autoridad
1, 420. Si en 1885 esto se ha podido discutir, actualmente se acabó toda establecerá algunas veces un monopolio, y siempre cargas que pesan sobre los
discusión. usuarios; determinará, ante todo, los recursos financieros y las tasas a cobrar
41 Cons. de Est., 18 julio 1913, Syndicat national des chemins de fer y las al público. Si el servicio público, cuya autoridad ha tenido la iniciativa, se
conclusiones de HELBRONNER, " R e c " , p. 875 ( " R . D . P . " , 1913, p . 503, nota 1 ) : confía a un particular, debe haber, en el contrato, una reglamentación básica,
" E l servicio de los ferrocarriles es un servicio público y aun un servicio militar, que se concreta en el pliego de condiciones y en el máximo de las tasas a
cuya permanencia y continuidad interesan muchísimo a la defensa n a c i o n a l " . percibir''.
CORNEILLE, conclusiones de su dictamen ante el Consejo de Estado, 8 febrero 44 HAURIOU, Droit adm., 9» ed., p. 44: Aunque en general "un servicio
1918, Société d'éclairage de Poissy, " E e c . " , p. 124: " L a concesión no cambia público constituye un monopolio, esta condición no es esencial".
la naturaleza jurídica del servicio concedido, que sigue siendo un servicio pú- 45 La jurisprudencia del Consejo de Estado se halla actualmente bien
blico". afirmada en este sentido. E n el caso Société d'éclairage de Poissy, Cons. de Est.,
42 EOLIÍAND, La gréve des agents d'un service public concede, en la " E e v u e 8 febrero 1918, " R e c " , p. 121 ( " R . D . P . " , 1918, p. 247), el comisario del
du Droit P u b l i c " , 1910, ps. 504 y ss. Gobierno, CORNETL.LE, lo expresó muy claramente al recordar el estado de la
43 Conclusiones del comisario del Gobierno, CORNEILIÍE, en su dictamen jurisprudencia: " C o m o lo ha dicho un autor moderno de derecho administrativo
ante el Cons. de Est., 7 abril 1916, Astruc, " B e c " , p. 164 ( " R . D . P . " , 1916, (GASTÓN J É Z E , Principes généraux du droit administranf, 2» ed., p . 284), la
p. 3 7 3 ) : " ¿ P o r qué indicios va a poderse reconocer esta intención (de la Ad- concesión no cambia la naturaleza jurídica del servicio concedido, que sigue
24 LA NOCIÓN DE SERVICIO PÚBLICO
E L SERVICIO PÚBLICO 25
carriles concedidos, de la recaudación del impuesto municipal
al consumo llamado octroi, en los municipios que han recurri- aprobarlos un agente público (prefecto, ministro, etc.), no es
do a un arrendatario. decisivo. Por ejemplo, los estatutos de las cajas de ahorro
ordinarias, los estatutos de las sociedades de socorros mutuos,
se someten a la aprobación de los agentes administrativos; sin
III. — En conclusión, para saber si hay servicio público embargo, estos establecimientos son, sin duda alguna, estable-
propiamente dicho, es preciso averiguar si ha sido ésa la vo- cimientos de utilidad pública y no servicios públicos.
luntad de los gobernantes. Y esta voluntad no se reconoce por
una característica particular esencial sino por un conjunto c) El nombramiento, por el gobierno, de ciertos adminis-
de indicios. tradores de un establecimiento, tampoco suministra necesaria-
mente la prueba de que los gobernantes han querido adoptar el
Finalmente, el procedimiento del servicio público no se procedimiento del servicio público. Verbigracia: al director
usa en todas las épocas para una misma necesidad. Hay nece- del crédito hipotecario lo designa el Gobierno y, no obstante,
sidades para cuya satisfacción se ha abandonado el procedi- dicha institución no es un servicio público propiamente
miento del servicio público, luego de habérselo seguido (cul-
dicho48.
tos) ; a la inversa, existen otras para las que se recurre en la
actualidad a este procedimiento, no habiéndoselo utilizado d) Además, la necesidad de aprobación administrativa
anteriormente (teatros nacionales). para todos los actos o para algunos actos de administración
realizados por un establecimiento, no constituye una prueba
Hay que cuidarse bien de considerar como decisivos los decisiva49.
siguientes criterios 46 :
e) Por último, el hecho de que la contabilidad de un esta-
a) La realización de un acto de autoridad pública para blecimiento esté sometida al control de la Inspección General
la fundación de un establecimiento no es un criterio satisfac-
torio, pues, como se sabe, este acto es también necesario para 48 Seguramente ocurría lo mismo con el Banco de Francia, antes de la
el reconocimiento de utilidad pública*1. guerra. Pero después de la guerra la cosa resulta más dudosa, con el formidable
desarrollo de los adelantos hechos al Estado, del papel-moneda y con la ley del 20
b) Asimismo, el hecho de que a los reglamentos para el diciembre 1918, que establece el restablecimiento del privilegio del Banco de
régimen y para el servicio interno de un establecimiento debe Francia. En la exposición de motivos del proyecto de ley sometido al Consejo
de Ministros, en octubre de 1925, el ministro de Hacienda, CAILLAUX, expresaba:
" E s pueril imaginar que un pueblo pueda librarse de las inmensas dificultades
siendo un servicio público. De esta idea habéis deducido, en resoluciones re- motivadas por gigantescas crisis, tales como la última guerra, sin apoyar
cientes, la consecuencia capital de que la organización del servicio la hace exclu- todas sus finanzas sobre un Banco que, cualquiera sea el calificativo que se le
sivamente la Administración, que la organización del servicio no compete al aplique, es y debe ser un Banco de Estado. Para decir nuestro pensamiento
concesionario (Cons. de Est., 11 marzo 1910, Compagnie genérale des tramways); completo, resulta un escándalo pretender, como algunas veces se tiende a hacer,
que, por consiguiente, a esta organización podrá modificársela en cualquier que el Banco de Francia sea una potencia al lado del Estado, que pueda con-
momento, según las necesidades sociales o económicas de la época. Si el hecho templar, con serenidad y enriqueciéndose, las dificultades del Tesoro, rehusándose
de que haya concesión, es decir, remuneración por los mismos usuarios, no a apuntalar a la tesorería todas las veces y en la medida que sea necesario"
cambia la naturaleza del servicio público, de ello resulta que los mismos prin- ("Revue Politique et Parlamentaire", 10 noviembre 1925, p. 177). Si el pro-
cipios deben aplicarse a los servicios públicos concedidos o no, desde el momento yecto de ley de CAILLAUX hubiese sido adoptado por el Parlamento, indudable-
que estos principios derivan de la noción del servicio público". Ésta es la mente al Banco de Francia debería considerárselo como concesionario de un
solución consagrada por la resolución del Cons. de Est., 8 febrero 1918, " R e a " , servicio público propiamente dicho. En el estado actual, la cuestión sigue siendo
p. 121 ( " R . D . P . " , 1918, p. 248): "Conviene encontrar, para poner fin a las dudosa; pero la evolución de las ideas del legislador en el sentido del servicio,
dificultades existentes, una solución que tenga en cuenta al mismo tiempo el público parece evidente. '
interés del servicio público, cuya continuación exigía el ministro, y las condi- 49 Esto es lo resuelto por el Cons. de Est., 18 febrero 1910, Perfetti,
ciones especiales que no permiten que el contrato reciba su aplicación normal". " R e a " , p. 133, en el asunto de la Caisse du Gendarme, sociedad en la cual
46 Conclusiones de BLUM, en el caso Pichot, Cons. de Est., 21 junio 1912, cada decisión del consejo de administración era sometida a la aprobación del
" R e a " , p. 720. ministro de Guerra y no se hacía ejecutoria sino después de esta aprobación.
47 Véase infra. Cfr. las precitadas conclusiones de BLUM, ante el Cons. de Est., 21 junio 1912,
Pichot, " R e a " , p. 716.
26 LA NOCIÓN DE SERVICIO PÚBLICO
EL SERVICIO PÚBLICO 27

de Hacienda o del Tribunal de Cuentas, tampoco es absoluta-


mente decisivo. En lo que se refiere al control de la Inspección III
mencionada, no cabe ninguna duda, pudiendo decirse lo mismo Los establecimientos públicos
para el control del Tribunal de Cuentas. Es innegable que,
actualmente, según la jurisprudencia de este tribunal, el Cuando se satisface una necesidad generar mediante el *
control de dicho organismo sólo se realiza cuando existe un procedimiento del servicio público, surge otro problema: ¿con
servicio público propiamente dicho, y cuando un texto legal o qué recursos se administra el servicio público? ¿Con qué pa-
reglamentario especifica que el citado Tribunal verificará la trimonio administrativo se relaciona dicho servicio?
contabilidad de este establecimiento 50 . Pero esta clarísima so-
lución —y, por otra parte, del todo correcta— no siempre ha I. — Existen, en Francia, cuatro grandes categorías de
sido adoptada. Hasta hoy, por ejemplo, un establecimiento patrimonios administrativos, a saber: nacionales, departamen-
hospitalario antiguo (fundado en 1804), cuya contabilidad se tales, municipales y coloniales. Cuando se organiza un servicio
hallaba sometida, en virtud de su reglamento interno, al Tri- público se le vincula, ordinariamente, con uno de estos patri-
bunal de Cuentas 51 , no ha sido considerado servicio público monios generales: esto significa que los gastos de gestión de
por el Consejo de Estado 52 . este servicio se costearán con los recursos de este patrimonio
general.
50 JÉZE, Cours élém~. de se. des finances, 5* ed., 1912, p. 350. Cfr. en este
sentido las conclusiones de BLUM, en su dictamen ante el Cons. de Est., 21 junio Para los servicios públicos relacionados con una u otra
1912, Pichot, " R e c " , p. 717. V. infra. de las cuatro grandes categorías de patrimonios generales
51 Se trata del establecimiento hospitalario de la Providence. Cons. de Est., —del Estado, departamentos, municipios y colonias—, la regla
8 enero 1836; 21 junio 1912, Pichot, " R e c " , p. 720. V. infra.
52 Todas estas comprobaciones son desentrañadas en términos muy claros
fundamental es la siguiente: los gastos de los diferentes servi-
por una resolución del Consejo de Estado del 21 junio 1912, Pichot ("Rec.", cios públicos vinculados con un mismo patrimonio general se
p. 722), dictada de conformidad con las conclusiones del comisario del Gobierno, pagan con los recursos generales de este patrimonio; los gastos
LÉON BLUM. Idéntica solución: Conflictos, 31 mayo 1913, Pichot, " R e c . " , de todos los servicios forman una sola masa que pesa sobre el
p. 605. Cons. de Est., 21 junio 1912, Pichot, " R e c " , p. 722: " E l asilo de la
Providencia fué creado en 1804 por el señor y la señora M. de L. V. Si un conjunto de los recursos del patrimonio general. Es éste el
decreto del 24 diciembre 1817 aprobó dicho establecimiento, fué únicamente con principio de la no afectación de los ingresos, de la no asigna-
el objeto de asegurar la perpetuidad de esta fundación y de conferirle exis- ción de las rentas. En otras palabras: no se distingue entre los
tencia legal. El precitado decreto prevé, es verdad, la intervención de la admi- servicios públicos; no se les afectan los recursos propios. Las
nistración superior en el funcionamiento del asilo y en la designación de ciertos
pensionistas. Pero el decreto del 24 diciembre 1817, al prescribir, en vista del deudas originadas por el funcionamiento de los diferentes
interés público, ciertas obligaciones como condición para el reconocimiento, no servicios públicos son deudas del patrimonio general, sin orden
ha modificado el carácter privado que el establecimiento tuvo en su origen y no ni preferencia; análogamente, todos los créditos originados
permite su inclusión en el número de los establecimientos públicos. La circuns-
tancia de que el reglamento interno, aprobado por el ministro en cumplimiento por la actividad de los servicios públicos son créditos del pa-
del decreto del 24 diciembre 1817, haya señalado las condiciones según las trimonio general, sin orden ni preferencia™.
cuales la contabilidad del asilo se halla sometida al Tribunal de Cuentas, no ha
podido legalmente convertir a este asilo en un establecimiento público. Por
consiguiente, las cuestiones que se susciten entre el asilo de La Providencia y sus le proporciona la sociedad de la Providencia; el decreto del 24 diciembre 1817,
pensionistas no competen a la jurisdicción administrativa y, por lo tanto, el que aprobó dicho establecimiento, ha tenido por finalidad asegurar la perpe-.
Consejo de Estado no es competente". En su decisión del 31 mayo 1913, Pichot tuidad de esta fundación y conferirle existencia legal; pero imponiéndole, con
("Rec.", p. 605), el Tribunal de Conflictos expone argumentos de idéntico miras al interés público, ciertas obligaciones como condición para el reconoci-
orden: " E l Asilo de la Providencia —dice— ha sido creado en 1804, por el miento. Dicha disposición no ha producido el efecto de modificar el carácter
señor y la señora M., quienes han cedido a dicho establecimiento los edificios privado que este establecimiento tenía en su origen y no permite su inclusión
en que funciona el Asilo; los recursos proceden principalmente de las pensiones en el número de los establecimientos públicos".
que pagan la mayoría de los ancianos allí admitidos y de las subvenciones que 53 GASTÓN JÉZE, Le budget, ps. 285 y ss.; Cours de se. des finances, 6» ed.
Théorie genérale du budget, ps. 82 y ss.; ps. 97 y ss.
28 LA NOCIÓN DE SERVICIO PÚBLICO E L SERVICIO PÚBLICO 29

Consideremos, por ejemplo, los servicios públicos de jus- t r a t a de un servicio público nacional, asignado al patrimonio
ticia y de diplomacia. Dichos servicios públicos se asignan al general del Estado. Del mismo modo, los asilos departamen-
patrimonio administrativo general del Estado. Las deudas del tales de alienados son servicios públicos departamentales, con
servicio de justicia o del servicio diplomático son deudas del afectaciones de ingresos 55 .
Estado y forman un conjunto; entre ellas, no existe ninguna
29) Otras veces se resuelve que las deudas surgidas por
distinción, ningún orden, ninguna preferencia. Del mismo
modo, los ingresos provenientes de estos servicios (gastos de el funcionamiento de determinado servicio público no gravaran
justicia, tasas y gravámenes de cancillería) integran un con- un patrimonio administrativo general (Estado, departamento,
junto único —las rentas generales del Estado—, del cual municipio, colonia), y que los ingresos provenientes de tal
los agentes públicos toman, sin distinción de origen, el dinero servicio no entrarán en el patrimonio administrativo general.
necesario para pagar las deudas ocasionadas por la gestión De manera que las deudas y los ingresos se excluirán del
de los diferentes servicios públicos. citado patrimonio. No solamente los ingresos se afectarán a
los gastos del servicio; no sólo se dispondrá todo para que las
II. — He aquí la regla fundamental. rentas permanentes —que se reproducen periódicamente en
Esta regla tiene excepciones: gran cantidad— estén a disposición de los agentes públicos
para abonar los gastos del servicio; sino que además se orga-
l 9 ) A veces se decide que un ingreso determinado prove-
nizará, a título permanente, un nuevo patrimonio adminis-
niente de un impuesto, de una tasa, de un gravamen, perci-
bidos en ocasión del mismo servicio o de otro servicio público, trativo, distinto de los patrimonios generales (Estado, depar-
se afectará a cierta categoría de gastos de un servicio público. tamentos, municipios, colonias). Sobre este patrimonio espe-
Hay entonces afectación pura y simple de ingresos. El gasto cial pesarán las deudas ocasionadas por la gestión del servicio
del servicio público que provoca la afectación, queda como público, y a él pertenecerán en propiedad las rentas que se le
deuda del patrimonio general; el ingreso asignado queda, tam- asignen en estas condiciones. El excedente de los ingresos irá,
bién, como recurso del patrimonio general. La afectación es en principio, a engrosar el patrimonio administrativo especial,
un medio de limitar el gasto a deducir del monto del ingreso y no figurará de ordinario en los ingresos de un patrimonio
afectado, o, en otros términos, de limitar el ingreso a recau- general. Se dice entonces que existe establecimiento público
darse al monto del gasto a pagar. Éste es un procedimiento o también que tal servicio público ha sido personalizadom. La
esencialmente financiero. Existen también, a veces, consecuen- personalización de un servicio público determinado es, pues,
cias jurídicas, ya que la validez jurídica del ingreso puede un procedimiento jurídico consistente en la afectación de in-
estar subordinada al gasto 54 . El caso es frecuente en las finan- gresos al conjunto de los gastos de un servicio público, afecta-
zas locales: departamentales o municipales. Ejemplo: en lo
que atañe al servicio de inspección de caminos y carreteras, 55 Jurisprudencia uniforme. La jurisprudencia del Consejo de Estado dis-
unos céntimos adicionales se afectan a la conservación de tingue los asilos "autónomos" reconocidos como establecimientos públicos autó-
cualquier categoría de caminos públicos. Otro ejemplo de los nomos e independientes del departamento, y los asilos departamentales: estos
más característicos es el del servicio público nacional para la últimos no son establecimientos públicos: los asilos de alienados constituyen un
servicio público departamental (Cons. de Est., 3 diciembre 1886, Asilo d'Ar-
protección dle los niños desvalidos, organizado por la ley del mentiéres, " E e c . " , p. 842 y la nota donde se consigna la lista de los asilos
27 junio 1904, arts. 29 y ss. Existen en esa ley numerosas autónomos; 11 julio 1890, Asilo de alienados de Bassens, " R e c . " , p. 661). En
afectaciones de ingresos (arts. 45, 49, etc.). Sin embargo, se sentido contrario, MICHOUD, Personnalité moróle, 2» ed., i, ps. 395 y ss., quien
no distingue lo bastante claramente, según nos parece, los servicios públicos con
afectación de ingresos; HAUBIOU, Droit adm., 9* ed., 1919, p. 393.
64 GASTÓN JÉZE, Le budget, ps. 303 y ss.; Cours de se. des finances, 6' ed., w JÉZE, Le budget, ps. 321 y ss.; Cours de se. des finances, 6» ed., 1922,
1921, ps. 95 y ss.
ps. 97 y ss.
30 LA NOCIÓN DE SERVICIO PÚBLICO E L SERVICIO PÚBLICO 31

ción general y permanente, que lleva implícita su exclusión de En Francia, el "status" de establecimiento público, desde
un patrimonio general57. el punto de vista de las facultades jurídicas relativas a la
Este carácter general y permanente de la afectación se gestión del patrimonio afectado, no es absolutamente uniforme.
manifiesta necesariamente en forma de facultades generales Sin embargo, hay muchos rasgos comunes; el modelo lo pro-
otorgadas a ciertos agentes públicos: tal, por ejemplo, la fa- porciona el status imaginado para los patrimonios adminis-
cultad de recaudar determinados impuestos o determinadas trativos generales de los municipios. Éste es el régimen que la
tasas de los individuos, o la facultad de recibir liberalidades jurisprudencia aplica a los establecimientos públicos59.
para el funcionamiento del servicio, etc. Se sobrentiende que
Así, el procedimiento del establecimiento público propia-
estos recursos no forman parte de un patrimonio general, sino
que se afectan especial y exclusivamente a los gastos del servi- mente dicho sólo es una de las tres modalidades del servicio
cio público personalizado. En principio, el excedente no in- público; las otras dos modalidades son: 1*) el servicio público
gresa en uno de los patrimonios generales (Estado, departa- puro y simple financiado por un patrimonio general) 2*) el
mentos, municipios, colonias), pues se deja en reserva para las servicio público beneficiario de una afectación de ingresos.
necesidades ulteriores del establecimiento público, o sea, del
servicio público personalizado. III. — Para saber si existe establecimiento público pro-
Los agentes públicos autorizados para la gestión de este piamente dicho, es preciso tener en cuenta la voluntad del
patrimonio especial tienen, como es natural, competencia para legislador. En Francia, el Parlamento es el único que tiene
aplicar a los gastos del servicio los ingresos así asignados. competencia para afectar especialmente un patrimonio a un
Disponen también de los poderes jurídicos que son el corolario servicio público60.
obligado de estas facultades financieras, a saber, la compe- El Parlamento manifiesta de varias maneras su voluntad
tencia para estar en justicia, para tomar medidas conserva- de adoptar el procedimiento del establecimiento público:
torias, etc.; en una palabra: para realizar todos los actos jurí- l 9 ) Puede declararlo expresamente, diciendo que deter-
dicos necesarios para la buena gestión de un conjunto de bie- minado servicio público es un "establecimiento público" o que
nes, de un patrimonio. He ahí la característica esencial.
Por consiguiente, se reconoce el establecimiento público
por un doble carácter: 1°) hay un servicio publico; 2°) hay un implica competencias en beneficio de los agentes encargados del servicio pú-
patrimonio propio afectado a los gastos de este servicio. Por blico, sea que dicho servicio esté o no dotado de un patrimonio. P a r a la
el hecho de existir servicio público, y no por la existencia del refutación de la teoría de MICHOUD, véase sobre todo DUGUIT, Droit const.,
2» ed., 1921, I, ps. 346 y ss.
patrimonio propio, se explica por qué los agentes del estable- 59 Cons. de Est., 20 noviembre 1908, Chamare de commerce de Rennes,
cimiento público tienen, para asegurar el funcionamiento re- '' R e c . ' ' , p. 941: ' ' Las Cámaras de Comercio, cualquiera sea la independencia
gular y continuo del servicio, todo o parte de los deberes de que la legislación ha entendido reconocerles para la gestión de los intereses que
derecho público organizados para la buena marcha de los servi- representan, se hallan —como todos los establecimientos públicos— sometidas
al control superior del Gobierno, cuyo ejercicio no se encuentra limitado al dere-
cios públicos en general. E j . : los contratos administrativos 58 . cho conferido especialmente al ministro de Comercio por el art. 26 de la ley
57 KOMIEU, conclusiones de su dictamen ante el Cons. de Est., 22 mayo 1905, del 9 abril 1898, para la aprobación de los presupuestos y c u e n t a s " .
Caisse des Écoles, ''Rec.'', p. 936: " L o que caracteriza al establecimiento pú- 60 Véase infra, capítulo ni. Ésta es la opinión generalmente admitida. Mi-»
blico es el hecho de ser una persona moral creada para la gestión de un servicio CHOUD, Personnalité morale, 2* ed., i, ps. 365 y ss.: " S i un establecimiento no
público". puede invocar, en favor de su personalidad, ninguna ley general o especial, se
58 Algunos autores consideran estas facultades de los agentes públicos en- deberá, según los casos, considerarlo como un simple establecimiento privado
cargados del servicio público, como derechos del establecimiento público (Mi- (que, por lo demás, podrá ser reconocido como de utilidad pública por un de-
CHOUD, Personnalité morale, i, 2* ed., p. 232, n. 85). Esta concepción me parece creto), o como una dependencia directa de la Administración general, departa-
inaceptable y una complicación realmente inútil. La noción de servicio público mental o municipal".
32 T
-LA NOCIÓN DJS SERVICIO PÚBLICO
E L SERVICIO PÚBLICO 33
61
está "investido de la personalidad civil" . Ejemplos: ley del
22 marzo 1890, art. 170: "Los sindicatos municipales son esta- Art. 1 1 : "El presidente del Instituto de Asistencia tiene la
blecimientos públicos investidos de personalidad civil". Ley facultad de aceptar, a título provisional, donaciones y legados
del 9 abril 1898, art. I 9 , § 2: "Las Cámaras de Comercio... . . . El Instituto mencionado estará representado en juicio y
son establecimientos públicos". Ley del 18 febrero 1904, art. V, en todos los actos de la vida civil por uno de sus miembros".
§ 1: "La Oficina colonial creada por decreto del 14 marzo 1899, En estas dos primeras series de hipótesis, no existe difi-
se halla investida de personalidad civil". Ley del 27 febrero cultad : cualesquiera sean las fórmulas empleadas por el Par-
1912, art. 67, § 4: "La Oficina nacional de la navegación se lamento, no se puede dudar del alcance de su voluntad.
halla investida de personalidad civil y de autonomía finan- 3*) El Parlamento, en lugar de crear, nominalmente,
ciera". Ley del 31 julio 1920, art. 92: "El establecimiento un establecimiento público, procede por regla general y re-
denominado Biblioteca y museo de la guerra se halla inves- suelve que los servicios públicos de determinada categoría
tido de personalidad civil". pueden convertirse, mediante un decreto, en establecimientos
Estas fórmulas se emplean con mucha frecuencia en la públicos. Pero el decreto no crea, hablando con propiedad, el
actualidad 62 . establecimiento público. El acto de creación es la ley orgánica
Cuando se trata de establecimientos públicos nacionales, que autoriza, de manera general, la institución de un estable-
en virtud de la ley financiera del 13 julio 1925, art. 205, se cimiento público. Tal es el caso de los establecimientos hospi-
exige una ley expresa: "Los establecimientos públicos nacio- talarios ; por eso es que algunos hospitales son aparentemente
nales sólo pueden crearse mediante una ley que determine su erigidos en establecimientos públicos por decreto. E j . : Asi-
objeto, y los principios de su funcionamiento, confiriéndoles los de Vincennes, del Vésinet (decretos del 8 marzo 1855, 28
personalidad civil y, si corresponde, la autonomía financiera". octubre 1857 y 11 agosto 1859); asilo Vacassy (decreto del 30
2*) El Parlamento puede manifestar su voluntad de uti- junio 1876). En realidad, el decreto no hace más que aplicar
a casos particulares la ley orgánica de los establecimientos
lizar el procedimiento del establecimiento público —con res-
hospitalarios 63 . Sin embargo, uno puede preguntarse si, des-
pecto a los establecimientos públicos que no fuesen naciona-
pués de la ley del 13 julio 1925, art. 205, no es necesaria una
les— no al afirmar que hay establecimiento público o que
ley formal individual cuando se trata de establecimientos pú-
existe personalidad civil, sino al organizar, para un servicio
blicos nacionales64.
público, un patrimonio especial que será afectado a dicho
servicio. E j . : la ley del 15 julio 1893 organiza en todos los 4*) A veces, la voluntad del Parlamento de adoptar el
municipios el servicio público de asistencia médica gratuita procedimiento del establecimiento público, es muy difícil de
a los necesitados; dicha ley establece, en su art. 10, que "en desentrañar, porque ningún texto regula explícitamente la
cada municipio se asegurará el servicio de asistencia médica". cuestión 65 . En este caso, para saber si existe establecimiento
Para subrayar bien que se ha adoptado el procedimiento del público, es preciso retornar a la noción esencial del estableci-
establecimiento público, la ley se ocupa de inmediato del pa- miento público. En otros términos, indagar si se reúnen las dos
trimonio especial que se afectará a los gastos del servicio. condiciones esenciales: a) la voluntad de los gobernantes de
que haya servicio público; b) la voluntad del legislador de
61 Al parecer, la expresión "investido de la personalidad civil" fué que exista un patrimonio especialmente afectado a la gestión
empleada por el Parlamento francés, por primera vez, en 1884; ley del 5 de este servicio66. >
abril 1884, art. 111, $ 2: donación o legados hechos " a una aldea o barrio de
un municipio, que todavía no se halla en el estado de sección que tenga perso-
nalidad civil". 63 MICHOUD, La personnalité moróle, 2* ed., i, ps. 363 y es.
«4 V. supra, p. 32.
«2 ROLLAND, La personnification des services publics (création d'offices dans 65 Cfr. MICHOUD, Personnalité morale, 2* ed., i, ps. 362 y ss.; ps. 366 y ss.
les administrations centrales), en "Eevue du Droit Public", 1912, ps. 480 y ss. 66 Es menester no confundir "patrimonio" y "autonomía financiera" o
"individualidad financiera", aunque las dos cosas tengan muy frecuente vincu-

Jéze, Der. adm., II». 3


34 LA NOCIÓN DE SERVICIO PÚBLICO
E L SERVICIO PÚBLICO 35
Si bien la voluntad del legislador es esencial, no tiene
necesidad de manifestarse explícitamente. Corresponde al juez carácter de estos establecimientos. El Consejo de Estado ha
investigar si esa voluntad existe. Es indudable que, de hecho, reconocido68, finalmente, que se trata realmente de estableci-
el poder de apreciación de los tribunales resulta considerable, mientos públicos.
como sucede cuando toca al juez determinar cuál ha sido la
voluntad de los gobernantes o del legislador 67 , en el caso de IV. — Se ha pretendido que algunas ramas de la Admi-
que no se manifestase claramente. Un ejemplo digno de seña- nistración no deben considerarse como establecimientos pú-
lar, es el de los montepíos. Mucho se ha discutido acerca del blicos, "pues por su misma naturaleza repugnan dicha deno-
minación". "Ellas son —se ha dicho69— aquellas que repre-
lación entre sí. Por ejemplo, el servicio de asistencia a los niños tiene cierta indi- sentan servicios de interés general no relacionados con nin-
vidualidad financiera según la ley de 1894; carece de patrimonio afectado en guna agrupación distinta del grupo nacional o territorial...
propiedad. Del mismo modo, el servicio de pólvoras y salitres, según la ley del
13 julio 1911, arts. 32 y ss., tiene cierta individualidad financiera; tampoco Si el legislador confiere personalidad a estos servicios ello sería
tiene patrimonio afectado en propiedad. Inversamente, el art. 46 de la ley del sólo una mera ficción, jamás presumible, aun cuando el servi-
26 diciembre 1908 había dado un patrimonio propio al Instituto de legislación cio tuviera una administración autónoma y una individualidad
extranjera, sin reconocerle la individualidad financiera. Los gastos del Instituto
debían inscribirse en el presupuesto del Estado, al igual que sus ingresos. La ley financiera indiscutibles. Los ejércitos de mar y tierra, las
del 27 febrero 1912, art. 36, ha terminado con esta situación, confiriendo al cortes y tribunales, el Senado y la Cámara de diputados, el
Instituto autonomía financiera. Muy ordinariamente, el establecimiento público Consejo de Estado, los departamentos ministeriales, nos ofre-
tiene autonomía financiera. V. snpra, p. 33.
cen ejemplos de servicios de esta naturaleza... Lo mismo
67 P a r a determinar si el legislador ha querido adoptar el procedimiento
del establecimiento público propiamente dicho, no es preciso atenerse en forma
ocurre con la Caja de depósitos y consignaciones, cuyo fun-
exclusiva a las fórmulas por él empleadas, cuando los textos son antiguos; en • cionamiento reviste un interés tan general que sería imposible
efecto, hasta el último tercio del siglo xix, la terminología oficial ha sido im-
68 Cons. de Est., 20 junio 1919, Brincat, " E e c . " , p. 355 ( " E . D . P . " ,
precisa. Como lo señala MICHOUD (Personnalité morale, op. cit., 2* ed., i,
1920, p. 80 y mi n o t a ) . P a r a reconocer a los montepíos el carácter de esta-
p. 371, nota 2 ) , " e n ciertos textos antiguos se hallan las palabras estableci-
blecimientos públicos, el Consejo de Estado se atiene a s u . origen legal, al
miento de utilidad pública aplicadas a verdaderos establecimientos públicos: así,
hecho de que constituyen un monopolio, de que son instituidos en una localidad
en el art. 19 del decreto del 3 setiembre 1851, que establecía, antes de la ley
determinada por la autoridad pública: " S e g ú n los artículos 1*, 2 y 3 de la ley
de 1898, la organización de las Cámaras de Comercio; así, también, en el art. 10
del 24 junio 1851, los montepíos han sido organizados para el ejercicio
del decreto del 25 marzo 1852, relativo a las Cámaras consultivas de agricultura,
del monopolio establecido por la ley del 16 pluvioso año XII y sancionado por
y en el art. 1» de la ley del 24 junio 1851, sobre los montepíos. Esto obe-
el art. 411 del Código Penal (monopolio de los préstamos sobre prenda mobi-
dece —declara MICHOUD— a que la distinción entre las dos categorías todavía
liario). Son instituidos por decreto con el asentimiento de los concejos muni-
no estaba bien precisada en la época de estas l e y e s " . Esto mismo es lo resuelto
cipales, y sus consejos de administración son designados, en París, por el mi-
por el Consejo de Estado, 20 junio 1919, Brincat, " E e c . " , p. 355 ( " E . D . P . " ,
nistro del Interior y, en los departamentos, por el prefecto y presididos por el
1920, p. 80 y mi nota) : " L a calificación de establecimientos de utilidad pública
alcalde. En estas condiciones, son establecimientos públicos". La jurisprudencia
que les ha dado (a los montepíos) el art. 1» de la ley del 24 junio 1851,
de la Corte de Casación (18 dic. 1866, " D . " , 67, 1, 122; 3 abril 1878, " D . " ,
en una época en que la distinción entre estas dos clases de establecimientos
78, 1, 178) es incoherente. En 1878 ha declarado que el Montepío de
(establecimientos públicos y establecimientos de utilidad pública) no se hallaba
París era un establecimiento público, y que, por su destino, constituía, al mismo
todavía nítidamente precisada, no podría ser óbice para esta interpretación".
tiempo, un establecimiento de utilidad pública. En doctrina, las opiniones se
Por otra parte, no debe exagerarse esta manera de argumentar. E n principio,
hallan divididas. DUGUIT (Les Monts de Piété, " E . D . P . " , 1911, ps. 566
cuando el legislador ha empleado una fórmula precisa, el intérprete no debe
y ss.) estima que aun no constituyen servicios públicos. HAURIOU ha cambiado
sustituirla por otra fórmula que le parezca convenir mejor a la naturaleza (?)
de parecer; admite en la actualidad que existe establecimiento público (Droit¡
de las cosas. No olvidemos que se t r a t a de determinar cuál procedimiento jurídico
adm., 10» ed., p. 311. Cfr. Droit adm., 9» ed., 1919, p. 388 n o t a ) . Se invoca a
ha entendido adoptar el legislador para dar satisfacción a una necesidad de
veces una decisión del Trib. de Conflictos, 5 mayo 1900, Duval, " E e c " , p. 326,
interés general. Cuando ha dicho "establecimiento de utilidad p ú b l i c a " , es pre-
pero ella no es muy clara sobre la cuestión.
ciso, en principio, salvo error manifiesto cometido por el Parlamento, concluir
de ahí que el legislador ha querido excluir el procedimiento del servicio público, Según MICHOUD (Personnalité morale, op. cit., 2 a ed., i, p. 2 5 3 ) : " L o s
bajo cualquier modalidad. montepíos tienen, en virtud de la ley del 24 junio 1851, el carácter de
verdaderas fundaciones administrativas".
69 MICHOUD, Personnalité morale, 2» ed., i, p. 386.
36 LA NOCIÓN DE SERVICIO PÚBLICO EL SERVICIO PÚBLICO 37

hallar en su personalidad un substratum distinto". Se cita forma expresa, la ley del 13 julio 191174. Asimismo, el Consejo
también la Caja Nacional de Ahorros70. de Estado ha reconocido que la Caja de depósitos y consigna-
Algunos afirman, también, que los espectáculos públicos, ciones75 es un establecimiento público76.
por su propia 71 naturaleza, repugnan al concepto de estableci-
miento público .
IV
Esta tesis de los servicios que, por su misma naturaleza,
no pueden considerarse establecimientos públicos, es al pa- Clasificación de los establecimientos públicos en estable-
recer inadmisible, hallándose en contradicción evidente con la cimientos nacionales, departamentales, municipales
noción misma de establecimiento público: se trata pura y y coloniales
simplemente de un procedimiento jurídico. El legislador puede
utilizar este procedimiento cuando estime que, mediante dicho I. — El derecho positivo francés completa la organización
sistema, el servicio público será bien administrado. El legis-
del régimen de los servicios públicos con patrimonio propio,
lador puede equivocarse; pero no hay que decir, por eso, que
existen servicios públicos que, por su misma naturaleza, recha- realizando la clasificación de los establecimientos públicos en
zan dicho procedimiento, ya que ello depende de las épocas, nacionales, departamentales3 municipales y coloniales.
del medio, de las condiciones económicas, sociales y políticas. No se trata de una simple cuestión de terminología y de
La solución contraria es una aplicación de la vieja e inadmi- exposición doctrinal, pues la ley francesa asigna a esta clasi-
sible teoría del derecho natural, de un derecho ideal e in- ficación una importancia jurídica; la ley del 4 febrero 1901,
mutable. . sobre la tutela administrativa en materia de donaciones y le-
La jurisprudencia administrativa se atiene a la voluntad gados, determina las autoridades competentes para autorizar
del legislador 72 . Es así que el Consejo de Estado, por resolu- las donaciones y legados hechos a los establecimientos públicos,
ción del 20 enero 1905, Paternóster73, decidió que la adminis- distinguiendo entre "los servicios nacionales provistos de per-
tración de los ferrocarriles del Estado constituía un estable- sonalidad civil" (art. I 9 ) , que también llama "establecimien-
cimiento público. Esta solución la consagra actualmente, en tos que tienen carácter nacional" (art. 4, § 2), y los "estable-
cimientos que tienen carácter municipal o departamental"
70 E n el sentido del establecimiento público, TISSIER, Dons et lega, n» 3165; (art, 4, § 2 ) .
HAURIOU, Droit adm., 9» ed., p. 392.
71 HAURIOU ( " S i r e y " , 1916, 3, 49) invoca motivos de moralidad, en lo
que concierne a los espectáculos, a los teatros, a las diversiones públicas: basta 74 Ley de Hacienda del 13 julio 1911, art. 4 1 : " E l conjunto de las líneas
—dice— para que no deban erigirse en servicios públicos, que estas actividades que constituyen la red de los ferrocarriles del E s t a d o . . . lo explota, por cuenta
no sean absolutamente convenientes. Esto es confundir el punto de vista jurídico del Estado, una administración única colocada bajo la autoridad del ministro de
con el punto de vista político (V. supra, p. 18, nota 3 4 ) . Véase, a este respecto, Obras Públicas, y dotada de personalidad civil".
BOKNAKD, Précis élém. de dr. adm., 1926, ps. 327 y ss..
72 Véase supra, en p . 15, nota 25, las conclusiones de CORNEILLE. Cons. 75 Cons. de Est., 29 junio 1906, Lvrton, " E e c . " , p. 585: "De los textos
de Est., 7 abril 1916, Astruc, " E e c . " , p. 164; " R . D . P . " , 1916, ps. 363 y ss. legales y reglamentarios arriba mencionados, resulta que esta Caja constituye
73 " E . D . P . " , 1906, ps. 67 y ss. y mi nota. El Consejo de Estado declaró un establecimiento especial, que posee una personalidad distinta de la del Es-
en su resolución del 20 enero 1905: " L a administración de los ferrocarriles del t a d o . . . " . L a jurisprudencia es uniforme en este sentido. Cons. de Est., 18 dic.
Estado está investida de una personalidad jurídica distinta de la del E s t a d o " . 1862, Bergerat, " B e c " , p . 814 y las conclusiones de DE BELBEUF; Casación,
Oonsúltese: Consejo de Estado, 10 diciembre 1897, Vergnioux, " E e c . " , 4 enero 1865, Bergerat, '' S i r e y ' ' , 65, 1, 179; Casac, 22 febrero 1893, Caisse dies
p. 778: " L a administración de los ferrocarriles del E s t a d o . . . tiene una perso- dépdts et consignations, " S i r e y " , 1893, 1, 529.
nalidad jurídica distinta de la del E s t a d o " . P a r a la apreciación de una resolu- 76 E n lo que concierne a la Caja nacional de ahorros, el Consejo de
ción del Cons. de Estado del 13 julio 1900, Compagnie d'Orléans, " E e c " , p. 483, Estado, llamado en 1909 y 1918 a juzgar los casos en que podía suscitarse la
invocada equivocadamente por MXCHOUD, véase mi nota en " B . D . P . " , 1906,
ps. 67 y ss. cuestión, no ha resuelto la dificultad (Cons. de Est., 24 diciembre 1909, Coste-,
" E e c . " , p . 1030; 26 julio 1918, Hauret, " E e c " , p. 756.
38 LA NOCIÓN DE SERVICIO PÚBLI C 0
E L SERVICIO PÚBLICO 39
II. — ¿En qué se reconoce el carácter nacional, departa-
mental o municipal de un establecimiento público? presunta del legislador. También en estas circunstancias el
Resulta evidente que esta clasificación es artificial y que poder de apreciación del juez será considerable80.
únicamente debe tenerse en cuenta la voluntad expresa o pre-
sunta del legislador.
Hay que atenerse —se dice— a la naturaleza del servicio
administrado, según se trate de un servicio del Estado, del
departamento o del municipio 77 .
El legislador de 1901, por otra parte, olvidó decir en qué
se reconoce que un servicio público corresponde, por su na-
turaleza, al Estado, al departamento o al municipio.
En la práctica, ajuda mucho a resolver esta cuestión el
origen del establecimiento público. Cuando el servicio exis-
tiese como servicio público puro y simple o como beneficiario
de una afectación de ingresos, antes de ser erigido en estable-
cimiento público se le calificará de nacional, departamental
o municipal, según que sus gastos sean pagados, en principio 78 ,
por el patrimonio general del Estado, del departamento o del
municipio 79 . En los casos en que un servicio público se consti-
tuye de improviso en establecimiento público, la dificultad au-
menta. Es preciso siempre atenerse a la voluntad expresa o

77 En el informe presentado a la Cám. de diputados por BIENVENU MAKTIN,


éste ha dicho: "Tomamos la expresión 'establecimientos públicos' en el sentido
que le ha dado la definición de Aucoo (Conférences sur le droit administratif,
3» ed., tomo i, n» 208), es decir, que comprende las personas morales, las cuales,
siendo distintas del Estado, los departamentos o los municipios, lian sido crea-
das para la gestión de los servicios públicos... Los establecimientos públicos,
considerados desde el punto de vista de su esfera de acción, son municipales o
nacionales, según que el servicio al que están destinados sea un servicio del
Estado o del municipio".
78 En principio, pues ocurre muy frecuentemente que tales o cuales gastos de 80 Para una clasificación de los establecimientos públicos, véase HAURIOU,
un servicio público no erigido en establecimiento público se ponen a cargo de
varios patrimonios administrativos generales. Esto no impide que, para los gastos Droit administratif, 9* ed., ps. 390 y ss. Este autor, para hacer su clasificación,
no enumerados, haya un patrimonio administrativo general que deba soportarlos. se atiene al siguiente criterio: " L o s establecimientos públicos pueden conside-
Este patrimonio administrativo general es el que debe considerarse para deter- rarse vinculados al Estado, a los departamentos, a los municipios, en el sentido
minar el carácter nacional, departamental, municipal o colonial del servicio de que, si se los suprimiese, los servicios que administran volverían a quedar a
público. cargo del Estado, de los departamentos o de los municipios. Pero existen tam-'
bien establecimientos públicos subordinados a otros establecimientos de la misma
7» Por ejemplo, los asilos públicos de alienados son actualmente, en prin- índole". Este autor olvida decirnos a qué es preciso atenerse para resolver que,
cipio, servicios públicos departamentales (Cons. de Est., 1» mayo 1914, Michol, si el establecimiento fuese suprimido, los servicios que administra quedarían a
"Kec.", p. 520). Si estos servicios se convirtiesen en establecimientos públicos, cargo del Estado, de los departamentos o de los municipios. Según mi opinión,
serían establecimientos públicos departamentales. corresponde averiguar la voluntad expresa o presunta del legislador. El poder
de apreciación del juez será, en el hecho, muy amplio a este respecto.
CAPÍTULO II

LOS ESTABLECIMIENTOS PRIVADOS AUXILIARES


DE LOS SERVICIOS PÚBLICOS. — LOS ESTABLECI-
MIENTOS DE UTILIDAD PÚBLICA

I. — No sólo la Administración se encarga de la satis-


facción de necesidades de interés general. En la práctica su-
cede con mucha frecuencia que un particular o una asocia-
ción de personas se dediquen a prestar ciertos servicios al
público, lo que se comprueba muy especialmente en materia
de obras sociales o de beneficencia.
Así, en Francia, al lado de la Caja nacional de ahorros,
que es un servicio público, existen cajas de ahorros que no
son establecimientos públicos1. Todas ellas persiguen, sin em-
bargo, la misma finalidad de interés general: facilitar la
constitución de un pequeño capital.
Del mismo modo, además de la Asistencia Pública y de
los establecimientos de asistencia pública (juntas de benefi-
cencia, institutos de asistencia, hospicios, hospitales, etc.) or-
ganizados como servicios públicos generales o como estableci-
mientos públicos, es decir, con o sin patrimonio propio, encon-
tramos fundaciones privadas (hospitales privados, hospicios
privados, etc.).
También podríamos citar la instrucción: junto a los esta-
blecimientos de instrucción pública constituidos como servi-
cios públicos personalizados o no (universidades, facultades,
liceos, colegios, escuelas, etc.), existen establecimientos priva-
dos, fundados y dirigidos por particulares (Facultades cató-
licas, Escuela de ciencias políticas, etc.).
i Cons. de Est., 28 junio 1912, Coutton, " R e c " , p. 739: " L a caja de
ahorros de B. no es un establecimiento público".
42 LA NOCIÓN DE SERVICIO PÚBLICO LOS ESTABLECIMIENTOS DE UTILIDAD PÚBLICA 43

A veces, la satisfacción de necesidades de interés general un patrimonio privado especial constituido a ese efecto; se dice
se deja librada a la iniciativa de los particulares; entonces que hay un establecimiento de utilidad pública.
no se realiza paralelamente un servicio público. Tal era el caso, El establecimiento de utilidad pública no debe confun-
hasta la ley del 5 abril 1910, de las pensiones a la vejez. Exis- dirse con el establecimiento público.
ten actualmente asociaciones de socorros mutuos, estableci-
mientos privados que otorgan pensiones a la vejez; pero, por
otra parte, en virtud de la ley del 5 abril 1910, el otorgamiento
de pensiones de retiro, para toda una categoría de individuos SEC CTÓN I
(obreros, empleados y asalariados cuyas entradas son infe-
riores a una determinada suma), se ha convertido en servi- DISTINCIÓN ENTRE LOS ESTABLECIMIENTOS DE
cio público2.
UTILIDAD PÚBLICA Y LOS SERVICIOS PÚBLICOS*

II. — Cuando la satisfacción de una necesidad de interés


general no está asegurada por el procedimiento del servicio Es necesario no confundir los establecimientos privados
público, y la autoridad pública competente, en las condiciones que persiguen una finalidad de interés general, con los servi-
y formas legales, acepta la colaboración de particulares con cios públicos.

2 Por otra parte, sólo hay servicio público para los subsidios, bonificaciones I. — Así como los gobernantes no han querido emplear
y mejoras del Estado, y no para las pensiones de retiros constituidas por las el procedimiento del servicio público, es preciso descartar las
cuotas de los asegurados y de los empresarios. Los subsidios, bonificaciones y
mejoras del Estado se agregan a estas pensiones, no como una subvención, sino
reglas especiales que existen para el funcionamiento de los
como una pensión distinta, concedida por el Estado y pagada con los fondos servicios públicos. En principio, se aplicará el régimen jurí-
públicos. La ley de 1910 organiza, pues, un servicio público de pensiones. En dico que se denomina régimen de derecho privado. El funcio-
este sentido, Cons. de Est., 13 junio 1913, d'Azincourt, Asselineau (dos reso- namiento de estos establecimientos está reglado por sus esta-
luciones, y las conclusiones de LÍON BLUM, " R e c . " , ps. 678 y ss. ( " R . D . P . " ,
1913, ps. 516 y s s . ) : " E l sistema adoptado en el hecho por la ley de 1910, es tutos, y los cambios de la legislación referente al servicio
un sistema mixto, transaccional, que resulta de negociaciones entre el Gobierno público del que pueden ser auxiliares, no modifican de pleno
y las dos a s a m b l e a s . . . El legislador ha querido dejar subsistentes todos los derecho estos estatutos 4 . Los individuos empleados por estos
órganos que ya existían y, en especial, las sociedades de socorros m u t u o s . . . H a
deseado que estas c a j a s . . . siguiesen siendo, en sus relaciones con los asegurados,
personas de derecho privado. Una parte de la pensión de retiro está constituida, 3 Sobre esta distinción y los orígenes históricos de esta terminología, véase,
pues, por las cuotas del asegurado, administradas y capitalizadas por una caja en especial, MICHOUD, La théorie de la personnalité moróle et son application au
libremente designada y que, pese a estar colocada bajo el control del Estado, droit francais, 2» ed., i, ps. 220 y ss., ps. 405 y ss.
sigue siendo, sin embargo, un organismo autónomo... Pero no obstante ello, el * EOMIEÜ, conclusiones de su dictamen ante el Cons. de Est., 22 mayo 1903,
legislador... ha querido que al retiro obtenido por la capitalización de las cuotas Caisse des Écoles, " E e c . " , ps. 390 y ss.: Si las Cajas escolares " e r a n , desde
del asegurado y automáticamente liquidado por una caja autónoma, venga a su fundación, un establecimiento público, no constituían una persona privada,
agregarse, no una subvención, para hablar con propiedad, sino una pensión dis- sino una rama de la Administración pública, uno de los rodajes de un servicio
tinta, otorgada por el Estado y pagada con los fondos públicos... E n principio, público; luego, las modificaciones del régimen del servicio público, del que
todo lo que afecta las cuotas obligatorias o facultativas de los asegurados o de forman parte integrante, entrañarán, necesariamente, una modificación corre-
los empresarios, es decir, la porción privada del retiro, abonada a estas cajas lativa en su organización p r o p i a . . . Por lo contrario, si las mencionadas cajas
autónomas, administrada y capitalizada por ellas, y que corresponde, asi, a la son un establecimiento de utilidad pública, constituirán una persona privada,.'
ejecución de un contrato de derecho privado, debe ser de competencia judicial. distinta del servicio público, que puede serle útil, pero que no depende de ól.
Todo lo que afecta a los subsidios del Estado, otorgados sobre los fondos del Se rigen únicamente por el acto que les ha dado la vida civil de conformidad a
Tesoro por actos administrativos, es decir, todo lo que corresponde a la ejecu- la legislación en vigor desde su creación, es decir, por sus estatutos. Las modifi-
ción de decisiones administrativas y a la liquidación de deudas del Estado, caciones aportadas al servicio público, del cual son el auxiliar privado o
debe ser de competencia administrativa". independiente, no pueden retrotraerse sobre sus estatutos, o menos aún puede
estimarse que los alteran, a menos que exista una disposición formal en la l e y " .
44 LA NOCIÓN DE SERVICIO PÚBLICO
LOS ESTABLECIMIENTOS DE UTILIDAD PÚBLICA 45
establecimientos no son agentes públicos; su situación jurídica
es, pues, en principio, la de los empleados de la industria Otra causa de confusión se produce porque las leyes y
privada. Además, los dineros de estos establecimientos no son reglamentos toman en consideración el hecho de que los esta-
fondos públicos; su condición jurídica es la de los dineros de blecimientos de utilidad pública satisfacen los intereses gene-
los particulares. Los bienes que poseen estos establecimientos rales, siendo los auxiliares de los servicios públicos. En conse-
se hallan sometidos al régimen jurídico de la propiedad pri- cuencia, las leyes y reglamentos organizan un régimen de
vada. Los trabajos realizados por estos establecimientos no son vigilancia y de control administrativo, que aproxima mucho
necesariamente obras públicas; pueden ser, o son muy ordina- a los establecimientos de utilidad pública a los establecimien-
riamente, trabajos particulares. En principio, la expropiación tos públicos, manifestándose así, en apariencia, la voluntad
por causa de utilidad pública no se halla a disposición de los del legislador de organizar un establecimiento público6.
individuos que administran estos establecimientos. Los juicios No existe un criterio fijo que revele, en forma segura, la
que puedan suscitarse por el funcionamiento de estos estable- voluntad del legislador. Sin embargo, hay un signo que puede
cimientos, no son litigios relativos al funcionamiento de un hacer conocer inmediatamente si un establecimiento es de uti-
servicio público; no son de competencia de los tribunales ad- lidad pública o si se trata de un establecimiento público: es
ministrativos, sino de los tribunales judiciales, etc. su origen; si el establecimiento ha sido creado por la iniciativa
privada, no es seguramente un establecimiento público, a me-
La diferencia fundamental que se señala entre el estable-
nos que la ley expresase formalmente lo contrario 7 .
cimiento público y el establecimiento de utilidad pública,
consiste en que el establecimiento público es una modalidad
III. — Tres casos tomados de la reciente jurisprudencia
del servicio público, mientras que el establecimiento de utili-
del Consejo de Estado nos van a permitir poner de relieve,
dad pública es una modalidad de la iniciativa privada5.
a la vez, las dificultades y el criterio de distinción. Los dos
primeros ponen de manifiesto el carácter esencial de esta-
II. — A primera vista, parecería que siempre es muy blecimiento público; en el tercero, aparece la idea esencial del
fácil hacer la distinción; pero no sucede así. establecimiento privado.
A veces, la distinción es muy difícil de hacer, no sola- ler. ejemplo. Cajas escolares (Cons. de Est., 22 mayo 1903,
mente porque en los dos casos (establecimiento público y esta- "Rec", ps. 390 y ss.) 8 . — Las Cajas escolares fueron crea-
blecimiento de utilidad pública) existe un patrimonio afec- das por la ley del 10 abril 1867, para fomentar la concurrencia
tado al servicio, sino también porque el establecimiento de
« V. supra, ps. 33 y BS.
utilidad pública debe ser reconocido siempre, por un acto de 7 EOMIEU, ante el Cons. de Est., 22 mayo 1903, Caisse des Écoles, " E e c " ,
la autoridad pública, como que persigue una finalidad de p. 396: " E l servicio público puede existir en condiciones muy diversas: con
interés general (acto de reconocimiento de la utilidad públi- recursos de orígenes muy diferentes (tasas, cuotas voluntarias, donaciones
ca) ; esto e$ lo que lo separa decididamente de los otros esta- y legados, subvenciones de las personas públicas), con o sin individualidad finan-
ciera y contabilidad propia (sección del municipio, pobres del municipio), con
blecimientos privados. Desde luego, algunas veces se vacila; una organización más o menos bien definida y controlada, con o sin medios de
hay casos en que las dos condiciones del establecimiento pú- coerción explícitamente determinados por la ley (Cámaras de Comercio y algu-
blico (servicio público y patrimonio propio) se cumplen apa- nas veces fábricas), con una independencia casi completa con respecto a la
rentemente. Administración (Cajas de socorros a los sacerdotes ancianos o enfermos). Existen,,
pues, muchos criterios diferentes para reconocer un establecimiento público, y nd
es necesario que se hallen todos reunidos; pero nos parece que hay una condición
6 ROMIEU, conclusiones de su dictamen ante el Cons. de Est., 22 mayo 1903, esencial para que exista establecimiento de utilidad pública, y es que su creación
Caissé des Écoles, " R e c . " , p. 396: " L o que caracteriza al establecimiento pú- se deba a la iniciativa privada".
blico es el hecho de ser una persona moral creada para la gestión de un servi- 8 Sobre este caso, véase, sobre todo, las conclusiones de ROMIEU. Consúltese,
cio p ú b l i c o " . también, la nota de ATTHALIN, auditor del Consejo de Estado, " R e v . Gen.
d ' A d m . " , 1904, i, ps. 39 y ss.
46 LA NOCIÓN DE SERVICIO PÚBLICO LOS ESTABLECIMIENTOS DE UTILIDAD PÚBLICA 47

a las escuelas primarias. De manera más precisa, digamos que efecto, la modificación siempre posible de su régimen me-
son establecimientos de beneficencia escolares, sostenidos por diante leyes y reglamentos {supra, p. 7). En cambio, si las
las cuotas voluntarias y las subvenciones de los municipios, Cajas escolares son establecimientos privados, establecimientos
de los departamentos o del Estado, y destinados a estimular de utilidad pública, simples auxiliares de un servicio público,
la concurrencia a la escuela, estableciendo recompensas para la legislación de 1886 no puede modificar de pleno derecho
los alumnos que observan una asistencia regular y ayudas sus estatutos, que fueron regularmente aprobados por la le-
para los alumnos indigentes. Estas Cajas presentan dos carac- gislación anterior y que autorizan expresamente a esas Cajas
teres evidentes: l 9 ) tienen un patrimonio propio, especial- a disponer de sus recursos en favor de las escuelas públicas
mente afectado a la consecución de una finalidad de interés y privadas.
general; 2<?) las Cajas mencionadas colaboran con un servicio El Consejo de Estado, en sus resoluciones del 22 mayo
público: el servicio de instrucción primaria; son, por consi- 1903, ha sostenido el carácter de establecimiento público de
guiente, auxiliares de la escuela. las Cajas escolares: "Las Cajas escolares se han instituido
como establecimientos públicos, siendo su creación, origina-
El punto delicado es determinar la naturaleza de estos
riamente, facultad de los municipios, con el objeto de estimu-
establecimientos. Las Cajas escolares ¿son pura y simple-
lar y facilitar la asistencia a las escuelas primarias. Si su
mente un anexo del servicio público de la enseñanza, un
función consiste en distribuir recompensas, o socorros a los
rodaje del servicio público; en otros términos, establecimientos
alumnos indigentes, es sólo para asegurar la frecuentación de
públicos? o, por el contrario, ¿son simplemente establecimien-
la escuela, única finalidad de su creación. En estas condi-
tos privados, auxiliares del servicio, establecimientos de uti-
ciones, no son establecimientos de beneficencia, sino estable-
lidad pública?
cimientos escolares anexos. Si bien anteriormente a la ley del
En los casos juzgados por el Consejo de Estado el 22 mayo 30 octubre 1886, las Cajas podían usar indistintamente sus
1903, a propósito de las Cajas escolares del vi distrito de recursos en favor de todas las escuelas primarias del muni-
París, uno de los problemas prácticos era saber si el régimen cipio, ya no puede ser así después de la promulgación de esa
de las mencionadas Cajas estaba previsto por sus estatutos, o ley. En efecto, al hacerse obligatoria para los municipios la
bien si había sido modificado implícitamente por la ley del 30 creación de escuelas públicas y al derogarse los dos primeros
octubre 1886, sobre el servicio público de la enseñanza prima- títulos de la ley del lo marzo 1850 y la del 10 abril 1867, la
ria; en otras palabras, después de 1886, ¿pueden continuar ley de 1886 ha excluido del servicio público de la enseñanza
empleando sus recursos, en favor de todas las escuelas pri- primaria a las escuelas fundadas y sostenidas por particulares
marias del municipio, tanto públicas como privadas? En efec- o asociaciones. De modo que las Cajas escolares, obligatorias
to, la ley del 30 octubre 1886 ha excluido del servicio público para todos los municipios según los términos del art, 17, § 1,
de la enseñanza primaria a las escuelas privadas, es decir, a de la ley del 28 marzo 1882, no pueden ya, como estableci-
las escuelas fundadas y sostenidas por los particulares o por mientos públicos escolares, colaborar con el servicio de la
asociaciones. Esta modificación radical aportada por la ley enseñanza primaria pública, no admitiéndose, por otra parte,
precitada, a la organización del servicio público de la ense- aquellas disposiciones de sus estatutos que, aunque fueron
ñanza primaria, ¿ha influido sobre el funcionamiento de las
regularmente aprobadas por la legislación en vigor antes del
Cajas escolares de modo que en lo sucesivo las Cajas no
30 octubre 1886, no se concilian con el régimen establecido en
podrán emplear ya sus recursos en beneficio de las escuelas
esta fecha y, en consecuencia, deben tenerse por inexistentes" 9 .
privadas? La afirmativa se impone si las Cajas son estableci-
mientos públicos, anexos al servicio público de la enseñanza
» Cons. de Est., 22 mayo 1903, " B e c " , p. 400.
primaria. Una de las características del servicio público es, en
48 L A NOCIÓN DE SERVICIO PÚBLICO LOS ESTABLECIMIENTOS DE UTILIDAD PÚBLICA 49

Como se ve, el Consejo de Estado se atiene, para reconocer cencía que constituyen el objeto de las disposiciones contenidas
el carácter de establecimientos públicos de las Cajas escolares, en las cláusulas siguientes del decreto, y entre los cuales se
a la presunta voluntad del legislador de convertir estas Cajas hallan comprendidos los montepíos, son dineros públicos, a
en anexos de un servicio público como la enseñanza primaria. los que se aplican las reglas de la contabilidad pública y para
Esta voluntad aparece en la finalidad que persigue el legis- cuya gestión los contadores se someten a la jurisdicción del
lador. Por otra parte, la creación de las Cajas mencionadas no juez de cuentas" 10 .
corresponde a la iniciativa privada: es la ley quien las ha Ser. ejemplo. Establecimientos hospitalarios (Cons. de
creado por primera vez. Establecido esto, el Consejo de Estado E s t , 21 junio 1912, Pichot, "Rec", p. 712; Tribunal de Con-
deduce la consecuencia de que el régimen de estas Cajas flictos, 31 mayo 1913, Pichot, "Rec", p. 605) u . — E n 1804, los
puede ser modificado en cualquier momento por las leyes y esposos Micaud de La Vieuville, que habían perdido sus hijos
reglamentos, cualesquiera sean sus estatutos primitivos. durante la Revolución, trasformaron la casa que poseían en
29 ejemplo. Montepíos (Cons. de Est., 20 junio 1919, París, en el barrio de Montmartre, en asilo para ancianos de
Brincat, "Rec", p. 535; " R . D . P . " , 1920, p. 80 y mi nota). — ambos sexos. Hasta el año 1817, el asilo funcionó a título pri-
¿Son los montepíos establecimientos públicos propiamente vado, con recursos exclusivamente privados (fondos propor-
dichos o establecimientos de utilidad pública? El Consejo de cionados por los fundadores, aportes de los benefactores). E n
Estado responde que son establecimientos públicos por las 1817, una ordenanza real del 24 de diciembre, reconociendo
siguientes razones, enumeradas en su resolución de 1919, en el que este establecimiento "llenaba una finalidad útil", lo "con-
primer puesto de las cuales figura la idea de monopolio y de solidó" y "aprobó" con el nombre de Asile Royal de la Provi-
creación por la ley: dence, "dándole existencia legal". Se confirió al ministro del
Interior el derecho de disponer de dos plazas gratuitas y al
l 9 ) "Según los arts. I 9 , 2 y 3 de la ley del 24 junio 1851,
ministro de la Casa Real diez plazas costeadas por el Rey a
los montepíos han sido creados para el ejercicio del monopolio
establecido por la ley del 16 pluvioso año Xn y sancionado por expensas de la lista civil. Los arts. 10 y 11 de la ordenanza
el art. 411 del Código Penal". agregaban: "El Asile Royal de la Providence será dirigido por
un administrador-jefe, bajo la vigilancia de un Consejo de
2*) "Son instituidos por decreto, con el asentimiento de administración y la dependencia del ministro del Interior. In-
los concejos municipales". tegrarán el Consejo de administración el administrador-jefe y
3*) "Sus consejos de administración son designados, en cuatro vocales, nombrados uno por el ministro del Interior,
París, por el ministro del Interior, y en los departamentos por otro por el ministro de la Casa Real y los dos restantes por la
el prefecto, presidiéndolos en éstos el alcalde". Société de la Providence". Además, el reglamento interno del
4*) "La calificación de establecimientos de utilidad pú- Asilo, aprobado por el ministro del Interior, prevé la frecuente
blica, que se les dio en el art. V de la ley del 24 junio 1851, en intervención de dicho funcionario en la administración del
una época en que la distinción entre las dos clases de estable- Asilo (art. 12). Según el a r t 10, § 2, de la ordenanza de 1817,
cimientos no había sido todavía claramente precisada, no pue- "el Asilo se regirá con arreglo a las leyes y reglamentos con-
de ser óbice para esta interpretación". cernientes a los establecimientos de beneficencia". Finalmente,
5*) "Por otra parte, en virtud del último párrafo del las funciones de contabilidad del Asilo las ejercería un con-
art. 2 de la ley del 24 junio 1851, en lo que respecta a las
reglas de la contabilidad, los montepíos son asimilados a los io Para la tesis contraria, véase DUGUIT, Les Monts de Piété, " R . D . P . " ,
establecimientos de beneficencia". 1911, ps. 566 y ss. (supra, p. 33, texto y nota).
6*) "Finalmente, según el art. V del decreto del 31 mayo u " B . D . P . " , 1913, ps. 510 y ss. Cfr. las conclusiones de LÉON BLUM,
1862, los fondos de los establecimientos públicos o de benefi- " B e c . " , 1912, ps. 712 y ss.

Jéze, Der. adm., II 1 .


50 LA NOCIÓN DE SERVICIO PÚBLICO
LOS ESTABLECIMIENTOS DE UTILIDAD PÚBLICA 51

tador designado por el ministro; el presupuesto que aquél pre- Los argumentos invocados por la Corte de Casación en
parase se sometería a la aprobación del ministro, y las cuentas favor del carácter de establecimiento público del Asilo, se
anuales de gestión, por él redactadas, serían revisadas por el basaban en la intervención de los agentes administrativos en
Tribunal de Cuentas. Cuando el contador cesase en sus fun- su funcionamiento. Según el Consejo de Estado, éstos no son
ciones, la fianza que hubiese prestado sólo se le devolvería argumentos decisivos, ni aun el hecho —señalado por el comi-
cuando el Tribunal de Cuentas, por una resolución, lo decla- sario del Gobierno ante el Consejo de Estado y no por la
rase liberado y definitivamente desligado de su gestión Corte de Casación— de que la contabilidad del Asilo se somete
Después que se estableció eso, suscitóse primeramente ante al Tribunal de Cuentas. Lo que es preciso considerar ante todo,
los tribunales judiciales, luego ante los tribunales adminis- afirman el Consejo de Estado y el Tribunal de Conflictos, es
trativos y, finalmente, ante el Tribunal de Conflictos, la cues- "el origen" del establecimiento. El Asilo fué creado en 1804
tión acerca de la naturaleza del Asile National de la Provi- por la iniciativa privada, es decir, por los particulares; era,
dente. El problema se planteó con motivo de una acción por por consiguiente, un establecimiento privado. La ordenanza
daños y perjuicios entablada contra la administración del esta- del 24 diciembre 1817, que aprobó la creación del mencionado
blecimiento por una pensionista, que había sido expulsada del establecimiento —declara el Consejo de Estado—, "ha tenida
Asilo a raíz de sus interminables quejas y reclamaciones con únicamente por finalidad asegurar la perpetuidad de esta fun-
referencia a la calidad de la alimentación y a la humedad de dación y conferirle existencia legal. Es claro que la ordenanza-
las habitaciones puestas sucesivamente a su disposición. prevé la intervención de la administración superior en el fun-
La acción por daños y perjuicios se entabló primeramente cionamiento del Asilo y en la designación de ciertos pensio-
ante los tribunales judiciales (juez de paz; en apelación, Tri- nistas. Pero también es cierto que al imponer, en interés pú-
bunal civil; finalmente, Tribunal de casación). La Corte de blico, ciertas obligaciones como condición para el reconoci-
Casación, por sentencia del 17 febrero 1909, sostuvo que "el miento, no ha modificado el carácter privado que el estableci-
Asile National de la Providence forma parte de la organiza- miento tenia desde su origen y que no permite comprenderlo
ción administrativa y constituye un establecimiento público". dentro de los establecimientos públicos. La circunstancia de
En consecuencia, los tribunales judiciales fueron declarados que el reglamento interno, aprobado por el ministro en cum-
incompetentes para entender en la acción de responsabilidad. plimiento de la ordenanza del 24 diciembre 1917, haya deter-
La jurisdicción administrativa, requerida posteriormente minado las condiciones para que la contabilidad del Asilo se
para entender en este asunto 12 , decidió que al Asile National sometiera al Tribunal de Cuentas, no ha podido legalmente
de la Providence no podía incluírselo "entre los establecimien- convertir este establecimiento en un establecimiento público" 13 .
tos públicos". "Por consiguiente, las cuestiones suscitadas en-
tre el Asilo y sus pensionistas no son de la competencia de la 13 En el mismo sentido, conclusiones de LÉON BLUM en el caso Pichot,
" R e c . " , ps. 712 y ss.: " E n tesis g e n e r a l . . . nos parece que lo que debe pre-
jurisdicción administrativa, y, por lo tanto, el Consejo de Es- dominar es el carácter de la fundación. Los establecimientos públicos son, en
tado es incompetente para entender en el litigio respectivo". principio, desmembraciones del Estado, emanaciones de un servicio público
Tal es la solución dispuesta por la resolución del Consejo de o de una autoridad pública, o bien, lo que viene a ser lo mismo, creaciones
Estado del 21 junio 1912, Pichot. Esta decisión fué adoptada, del E s t a d o . . . Así como la condición esencial para que haya establecimiento de
utilidad pública, es que su creación pertenezca a la iniciativa privada, del mismo'
finalmente, por el Tribunal de Conflictos, 31 mayo 1913, modo la condición esencial para que haya establecimiento público es que «*•
Pichot. creación se deba a la iniciativa del Estado... E s ésa una comprobación
esencial contra la cual estimamos a priori que las condiciones de su funciona-
12 El Consejo de prefectura había sido requerido primeramente, declarán- miento no podrían prevalecer, en ningún caso... E n casos como éste, y en la,
dose incompetente; en efecto, él no es juez de derecho común en materia admi- mayor parte de los casos litigiosos, es preciso colocarse en el punto de v i s t a . . .
nistrativa. Únicamente el Consejo de Estado reviste esa calidad. del origen, en el punto de vista del carácter de la fundación. Se nace estableci-
miento público, no se llega a serlo. En tesis general, y salvo creación de una
52 LA NOCIÓN DE SERVICIO PÚBLICO LOS ESTABLECIMIENTOS DE UTILIDAD PÚBLICA 53

El Tribunal de Conflictos (31 mayo 1913) ha hecho suya, 1*) La Administración estimula frecuentemente las obras
palabra por palabra 14 , esta argumentación 15 . y establecimientos privados mediante subvenciones, dotaciones
y afectaciones de inmuebles a título gratuito.
29) El legislador facilita el funcionamiento de los esta-
blecimientos de utilidad pública, confiriendo a los individuos
SECCIÓN II
encargados de su gestión ciertos poderes jurídicos, esto es, una
capacidad especial.
DE LAS SUBVENCIONES, DOTACIONES Y AFECTACIONES 39) El legislador favorece su desenvolvimiento autori-
A TÍTULO GRATUITO CONCEDIDAS A LOS ESTABLECI- zando a los particulares a afectar especialmente las cosas y
MIENTOS PRIVADOS, RECONOCIDOS 0 NO COMO los bienes para la consecución de los fines de interés público
DE UTILIDAD PÚBLICA que se propone o se ha propuesto el individuo o la asociación
de individuos, fundadores del establecimiento.
I. — La idea de que los establecimientos privados persi- 49) El legislador somete a control la acción de los indi-
guen un objetivo de interés general, puede ejercer cierta in- viduos encargados de la gestión de los establecimientos de
fluencia sobre su situación y sobre su régimen jurídico. utilidad pública.

clase de establecimientos por la ley, los establecimientos públicos sólo se forman I I . — Bastará presentar, a este respecto, una teoría de
por disociación, por desmembración del poder público. Se trata de órganos que conjunto relativa a las subvenciones, dotaciones y afectaciones
se han separado del cuerpo central gracias a la creciente autonomía conferida a título gratuito, concedidas a las obras o establecimientos
a los agentes que los administran. Éstos son rodajes, en otro tiempo indisoluble-
mente ligados al poder central —laico o eclesiástico— y a los que la sociedad privados. Las demás teorías se sitúan naturalmente dentro
moderna deja más soltura de movimientos. Pero siempre provienen de una des- del estudio detallado de cada uno de los establecimientos de
centralización, de un movimiento del centro hacia la circunferencia. El movimiento utilidad pública. Se las encontrará en las obras especiales re-
contrario es imposible. Salvo voluntad expresa de la ley, no se llega a la con-
dición de establecimiento público por movimiento hacia el centro, por accesión o ferentes a estos establecimientos.
incorporación al cuerpo social. En los casos de establecimientos bastante vecinos,
por su importancia y su misión, del establecimiento litigioso, se halla también § 1
esta condición esencial. El Consejo de Estado ha clasificado expresamente como
establecimientos nacionales a un asilo Defresne (23 octubre 1907) y a un asilo La subvención a las obras y establecimientos privados
Koeniffswarter (1» julio 1908). Pero en uno y otro caso, el Estado legatario
había comenzado por recoger el emolumento, y es el Estado quien fundaba, con
dineros que se habían convertido en públicos, por su ingreso en las cajas del
Se entiende por subvención una suma de dinero que se
Tesoro, el establecimiento de beneficencia. Aquí, este carácter público de la entrega periódicamente o en su totalidad y que tiene por obje-
fundación, indispensable en nuestra opinión, falta totalmente, y esto es lo que to facilitar el funcionamiento de la obra o establecimiento pri-
nos decide". vado que persigue una finalidad de interés general. Esta sub-
14 El Tribunal de Conflictos, sin embargo, subraya el hecho de que "los vención no trasforma dicha obra o establecimiento en servicio
recursos (del establecimiento) provienen principalmente de las pensiones que
paga la mayoría de los ancianos admitidos en el asilo y de las subvenciones que público, ya que sigue siendo privado.
proporciona la Sooiété de la Providence".
w Observaremos, de paso, que el proceso ha comenzado en 1907 y que, una I. — Políticamente, el procedimiento de la subvención
vez dictada en 1913 la decisión del Tribunal de Conflictos, únicamente se puede resultar muy ventajoso para la Administración: infali-
reglamentó la cuestión de saber cuál es el tribunal competente para conocer del
proceso. Han sido necesarios, pues, seis años de trámite, nada más que para blemente, la subvención cuesta menos que la trasformación en
llegar a conocer el juez competente. Esta simple comprobación vale más que servicio público propiamente dicho. En primer lugar, una
extensos comentarios sobre las lagunas de la organización del servicio de parte de los gastos seguirá a cargo de la obra o establecimiento;
justicia.
la Administración asumirá sólo una parte de ellos.
t

54 LA NOCIÓN DE SERVICIO PÚBLICO


LOS ESTABLECIMIENTOS DE UTILIDAD PÚBIJCA 55

Además, la Administración puede modificar el monto de ción jurídica individual en favor de nadie. Es únicamente la
la subvención, según la eficacia del establecimiento o de la
obra que se realiza. condición necesaria para que proceda la designación indivi-
dual del beneficiario. Trátase, pues, de un acto condición19.
Finalmente, la Administración queda en libertad de supri- La designación nominativa del beneficiario es un acto
mir la subvención, si, posteriormente, advierte que el estable-
jurídico que crea una situación jurídica individual en favor
cimiento privado no presta al público los servicios que de él
se esperaba. La subvención es, pues, en principio, precaria del beneficiario, que corre por cuenta del patrimonio admi-
y revocable. nistrativo 20 .
En todo el régimen jurídico de los recursos jurisdiccio-
Es preciso insistir en que para estimular toda obra de
nales promovidos a propósito de las subvenciones, domina este
interés general, el procedimiento de la subvención es, en prin-
concepto fundamental.
cipio, lícito; lo que resulta importante para las administra-
Por otra parte, la subvención no es una liberalidad, some-
ciones locales. Frecuentemente, en efecto, los recursos de estas
tida al régimen de las liberalidades. Aquel que recibe la sub-
administraciones locales son demasiado modestos como para
vención no se enriquece; sólo obtiene la ayuda pecuniaria
satisfacer una necesidad de interés general, mediante la crea-
puesto que se compromete a realizar ciertas prestaciones de
ción de un servicio público propiamente dicho. La subvención
interés general 21 . Muy a menudo, el que otorga la subvención
a una obra privada permitirá obtener un resultado semejante 16 .
se exime, por ello, de llevar a cabo una organización más
costosa. E j . : un municipio concede una subvención a una so-
II. — En cuanto a la naturaleza jurídica de la subven- ciedad de bomberos voluntarios, en lugar de organizar un
ción17, hay que distinguir las dos fases por las que atraviesa: servicio público municipal de protección contra incendios.
1*) la apertura del crédito general de subvención por la
autoridad respectiva;
III. — La subvención es precaria. Este carácter precario
2*) la asignación individual de la subvención efectuada
por la autoridad competente, mediante la designación indivi- resulta normal, pero no esencial. La Administración puede
dual del beneficiario. comprometerse a abonar subvenciones periódicas, durante de-
terminado tiempo.
La apertura de un crédito general, sin designación de
beneficiario determinado1*, no crea, en manera alguna, situá-
is Cons. de Est., 24 diciembre 1909, Commune de La Bassée, "Rec.", naturaleza diferente. Cons. de Est., 12 julio 1922, Département de la Eaute-
p. 1024: " S i el decreto del 10 noviembre 1903 ha reglado las condiciones en Savoie, " R e c . " , p. 611. L a ley del 20 abril 1920, art. 1», ha abierto un crédito
contra de las cuales no pueden ser legalmente organizados, por los municipios, para el aumento de los sueldos del personal de las prefecturas y subprefecturas.
los servicios públicos contra incendios, resulta de la instrucción que el concejo El ministro del Interior debe conceder a los departamentos la subvención en las
municipal de La Bassée no ha entendido organizar un servicio público, sino que condiciones establecidas por la ley.
simplemente ha votado un crédito afectado a la compra y al sostenimiento de un i» GASTÓN J É Z E , Les principes généraux du droit administratif', 3» ed., I,
material de incendio y una subvención destinada a una sociedad, puramente La teohnique juridique, 1925, ps. 44 y ss.; el mismo autor: Cours de so. des
privada, de protección. Así, no ha hecho más que usar los poderes que emanan finances, ü* ed., 1922, Théorie genérale du budget, ps. 29 y ss.
de las precitadas disposiciones legislativas... (ley del 5 abril 1884, arts. 61 y 20 GASTÓN J É Z E , Les principes généraux, 3» ed., i, op. cit., ps. 38 y ss.
97, $ 6 ) " . Cons. de Est., 15 marzo 1912, Commune de Corrent, " R e c " , p. 374 21 Tiene similitud con esto la subvención del ofrecimiento de ayuda. •
(la misma doctrina). Las dos operaciones, desde el punto de vista jurídico, son muy semejantes, y '
tal vez constituyen la misma operación, con dos nombres diferentes: siendo la
17 Cfr. sobre este punto una nota de DEMOGUE, con respecto a un fallo de
subvención la ayuda ofrecida por la Administración a una obra privada, e im-
Casación civ., 6 enero 1913, Tranchant c. Département de la Sarthe, " S . " , 1920,
1, 257 (comentario en la " R . D . P . " , 1921, p. 103). plicando el ofrecimiento de colaboración una subvención ofrecida a una Admi-
nistración pública. Sobre el ofrecimiento de ayuda, véase GASTÓN J É Z E , Les
18 Si la apertura de crédito va acompañada de la designación nominativa de
principes généraux du droit adm., 3* ed., ni, 1926, Le fonctionnement des servi-
los beneficiarios, entonces hay en el mismo documento dos actos jurídicos de
ces publics, ps. 462 y ss.
56 LA NOCIÓN DE SERVICIO PÚBLICO LOS ESTABLECIMIENTOS DE UTILIDAD PÚBLICA 57

En principio, si la Administración no ha dicho nada al cultuales privados; 29) se prohibe a los agentes administra-
respecto, cabe interpretar que la subvención se ha concedido tivos municipales subvencionar a las escuelas privadas.
por una sola vez. Para que sea de otro modo, es preciso que la a) La prohibición de conceder subvenciones para el culto
Administración haya prometido formalmente una subvención figura expresamente en la ley del 9 diciembre 1905, art. 2:
por varios años. Ello sería un compromiso lícito22, sólo que, "Todos los gastos relativos al ejercicio de los cultos quedan
para contraerlo válidamente, puede suceder a menudo que los suprimidos de los presupuestos del Estado, de los departa-
agentes administrativos competentes no sean los mismos que mentos y de los municipios". Esta regla es general: la ley
aquellos que están en condiciones de aprobar una subvención dispone algunas excepciones que, según la jurisprudencia,
una vez efectuada23. deben interpretarse restrictivamente. En consecuencia, se
Se comprende que si bien la subvención puede ser válida- prohibe: el otorgamiento de una suma de dinero para la orga-
mente prometida por un determinado tiempo24, una subvención nización de un servicio de beneficencia en una escuela prima-
perpetua no es válida. Los agentes públicos no tienen derecho ria pública26; la sanción de un crédito afectado a la adquisi-
a hacer recaer cargas a perpetuidad sobre las futuras gene- ción de objetos destinados exclusivamente a la celebración del
raciones25. Por otra parte, las subvenciones para servicios de culto (ropas y ornamentos de iglesia)27.
interés general suponen, para su mantenimiento, que las obras Un elemento de apreciación para determinar si existe
subvencionadas continúen considerándose como de interés ge- subvención propiamente dicha, es el carácter permanente o
neral, lo que resulta incompatible con la idea de perpetuidad. accidental de la asignación. En el caso de que ésta sea perma-
nente, es muy probable, y aun casi evidente, que exista sub-
IV. — La subvención no es posible, si la ley la prohibe. vención disimulada28.
Veamos, primeramente, dos casos de prohibiciones muy impor-
tantes : l9) Está prohibido subvencionar a los establecimientos 26 Cons. de Est., 24 diciembre 1909, Commune de Sarzeau, " R e c " , p. 1029:
"Según el art. 2 de la ley del 9 diciembre 1905, todos los gastos relativos al
22 Cons. de Est., 14 febrero 1913, Lapeyre, " E e c . " , p. 199: " P o r un ejercicio de los cultos quedan suprimidos... Si el legislador ha creído que corres-
acuerdo... el concejo municipal... con la finalidad de procurar a los habi- pondía derogar esta regla general, permitiendo inscribir en los mencionados pre-
tantes del municipio la asistencia de un médico en determinadas condiciones, supuestos (del Estado, de los departamentos y de los municipios) los gastos refe-
ha decidido que se celebraría un convenio a este efecto, en nombre del municipio, rentes a los servicios de beneficencia y destinados a asegurar el libre ejercicio
con el doctor L., por un período de seis años, y este acuerdo ha sido aprobado de los cultos en los establecimientos públicos, tales como liceos, colegios y es-
por el prefecto... El prefecto..., al limitar a un año, por una nueva resolu- cuelas, sólo ha entendido considerar, con esta última denominación (escuelas),
ción. . . el efecto de la aprobación dada precedentemente, ha desconocido dere- los establecimientos cuyo personal interno no tiene la facultad de actuar
chos adquiridos". fuera de los ejercicios religiosos. Por consiguiente, las escuelas primarias ele-
mentales no entran en el número de los establecimientos escolares a los que se
23 Una vez pagada la subvención, es concedida por la autoridad presupues- aplica la derogación. Así, el concejo municipal de S. no ha podido, sin violar
taria. Por ejemplo, una subvención otorgada por un concejo municipal se in- las disposiciones del art. 2 de la ley del 9 diciembre 1905, votar, mediante su
cluye en el presupuesto y se aprueba, como crédito presupuestario, por el pre- acuerdo..., un crédito de 480 francos, a fin de organizar un servicio de bene-
fecto o por el Presidente de la República, según los casos. Por lo contrario, la ficencia en la escuela primaria elemental de este municipio... " .
jurisprudencia y la práctica asimilan a un empréstito el compromiso de pagar
una subvención durante varios años. Así, será preciso aplicar a las obligaciones 27 Cons. de Est., 11 julio 1913, Commune de Dury, " R e c . " , p. 830.
de este género, tomadas a su cargo por un concejo municipal, las reglas del 28 MAZERAT, conclusiones de su dictamen ante el Cons. de Est., 6 enero
art. 142 de la ley del 5 abril 1884. Cabe observar que una vez contraído el 1922, Commune de Perquie ( " R . D . P . " , 1922, p. 98): " E s evidente que la •
compromiso, hay obligación jurídica, para los agentes que manejan el presu- prohibición del art. 2 de la ley del 9 diciembre 1905, no se refiere al gasto '
puesto, de incluir el crédito necesario para cumplir el compromiso regularmente accidental, que corresponde a un servicio prestado ocasionalmente por un mi-
asumido". nistro del culto". Por lo contrario, en lo que concierne a la legalidad de los
servicios mencionados (liceos, prisiones, etc.), subsistía una duda, "porque
24 J Í S E , Le budget, 1910, ps. 530 y ss.
ellos significan un gasto permanente; de ahí el voto de la enmienda... que
28 Una cuestión análoga se suscita con respecto a las afectaciones perpe- autoriza expresamente este gasto". En el caso juzgado por el Consejo de
tuas, que como luego veremos son ilícitas: infra, ps. 6*4 y ss. Estado se trataba de un acuerdo de un concejo municipal que, "cuidando de
58 LA NOCIÓN DE SERVICIO PÚBLICO Los ESTABLECIMIENTOS DE UTILIDAD PÚBLICA 59

b) La prohibición de conceder una subvención a ciertos ciones imaginadas para eludir la prohibición30
establecimientos de interés general puede ser implícita. Es En particular, cuando un concejo municipal abre un
lo que sucede con respecto a las subvenciones a las escuelas crédito para auxiliar (con útiles escolares, ropas, etc.) a Jos
privadas. La jurisprudencia establece que no habiendo recono- alumnos indigentes de las escuelas privadas, debe investigarse
cido la ley del 30 octubre 1886 (art. 2) más que dos clases de si ello constituye o no una subvención a la escuela privada. Si,
escuelas —las escuelas públicas sostenidas por la Administra- en virtud de la medida adoptada por el concejo municipal,
ción y las escuelas privadas sostenidas por particulares o disminuyen las cargas del establecimiento privado, existe sub-
asociaciones—, estaba prohibida, por consiguiente, la sub- vención disimulada e ilegal31. En caso contrario, la donación
vención puesto que así originaríase una tercera clase de es- es válida 32 .
cuelas : las escuelas privadas subvencionadas por la Adminis-
tración 29 . En esta forma, resultan nulas todas las combina- podían emplear sus recursos en favor de todas las escuelas primarias del
municipio, indistintamente, no debe seguir siendo así después de la promulgación
de esa ley. En efecto, ésta, al hacer obligatoria para los municipios la creación
asegurar a todos los muertos (causados al enemigo), sin distinción de fortuna de escuelas públicas, y al derogar los dos primeros títulos de la ley del 15 marzo
y de condición social, exequias dignas de ellos, decidió tomar a cargo del 1850 y la del 10 abril 1867, por eso mismo ha excluido, del servicio público
municipio, hasta la concurrencia de 300 francos, los gastos de las ceremonias de la enseñanza primaria, las escuelas fundadas y sostenidas por particulares o
religiosas que se celebrarían en esa ocasión". El prefecto había anulado el asociaciones...". Cfr. supra, ps. 42 y ss.
acuerdo, invocando el art. 2 de la ley del 9 diciembre 1905. El Cons. de Est. 30 Cons. de Est., 3 mayo 1918, Commune de Monistrol, " R e c " , p. 411:
resolvió: " L a disposición del art. 2 de la ley del 9 diciembre 1905... sólo ha
querido prohibir la inscripción de créditos con miras a subvencionar, a título ' ' Es jurídicamente correcto que el prefecto... se haya negado a aprobar aque-
permanente y regular, el servicio público de los cultos. Pero no es óbice para llas disposiciones del acuerdo (del Concejo municipal) que decidían la entrega,
ello que el Estado, los departamentos, los municipios y los establecimientos por parte del municipio, de las rentas de la donación... al director de la
públicos concedan, a título temporario y accidental, a los ministros de los escuela privada".
diferentes cultos, una remuneración legítima y que corresponda al servicio pres- 31 y 32 Cons. de Est., 10 enero 1913, Commune de Pradelles, ' ' Rec.'', p. 28:
tado, en razón de actos de su ministerio, en el caso en que la Administración " L a atribución especial (por el Concejo municipal) de una parte de la poda
los hubiese requerido regularmente. Al decidir que se ponga a cargo del muni- (de madera de los bosques municipales) a los niños indigentes que frecuentan
cipio los gastos correspondientes a las exequias de los soldados cuyos cuerpos las escuelas privadas, habría tenido por efecto asegurar, parcialmente, la
se traen del frente de batalla, el Concejo municipal... no ha violado la calefacción de esos establecimientos, y así habría constituido, en su bene-
precitada ley". ficio, una subvención prohibida por la ley del 31 octubre 1 8 8 6 . . . " .
Cons. de Est., 28 noviembre 1923, Commune de Chamac, " R e c " , p. 768:
29 Dictámenes del Consejo de Estado del 19 julio 1888 y del 13 noviembre " S i el Concejo municipal podía conceder socorros a los niños pobres que fre-
1888. Resoluciones del Consejo de Estado del 20 febrero 1891, Filie de Vitré, cuentan las escuelas públicas y privadas del municipio, su acuerdo... ha con-
" R e c " , p. 137 (con las conclusiones del comisario del Gobierno, VALABREGÜE) : sentido el pago del crédito, lo que corresponde a las mismas escuelas, para
" D e las disposiciones de la ley del 30 octubre 1886, relacionadas con las leyes asegurar la calefacción de estos establecimientos. Tenía así, por efecto, atribuir
de 16 junio 1881 y 28 marzo 1882, resulta que el legislador ha admitido sola- a las escuelas privadas una subvención prohibida por la ley del 30 octubre 1886.
mente dos clases de establecimientos de enseñanza primaria: las escuelas pú-
De ahí se desprende que el prefecto... tenía razón para declarar nulo de dere-
blicas fundadas y sostenidas por el Estado, los departamentos y los muni-
cipios, y las escuelas privadas, fundadas y sostenidas por particulares o asocia- cho el precitado acuerdo".
ciones. Durante la discusión de la mencionada ley se rechazaron las en- Cons. de Est., 26 marzo 1915, Commune de Villefagnan, " R e c " , p. 100:
miendas presentadas, tanto en el Senado como en la Cámara de diputados, con "Resulta de los mismos términos del precitado acuerdo que los niños indigentes
el objeto de permitir a los municipios fundar, sostener o aun subvencionar las de las escuelas públicas debían, como los de las escuelas privadas, beneficiarse
escuelas privadas. Así, el legislador se ha rehusado a reconocer la existencia de con los bonos de suministros; esta asignación no tiene, pues, el carácter de una
escuelas formadas con la ayuda de los municipios y la de los particulares o subvención a las escuelas privadas y sólo constituye una ayuda a los alumnos
asociaciones. De ahí se desprende que al subvencionar por diversos conceptos a pobres, que en nada disminuye las cargas de estas escuelas". Véase, también,
las escuelas congregacionistas de Vitré, el concejo municipal ha contravenido las Cons. de Est., 11 febrero 1916, Commune de Saint-Marc, " R e c " , p. 75; Cons.
disposiciones de la ley del 30 octubre 1 8 8 6 . . . " . Cons. de Est., 22 mayo 1903, de Est., 9 agosto 1918, Brac, " R e c " , p. 824: "Los concejos municipales pue-
Caisse des Écoles, " R e c " , p. 390 (con las conclusiones del comisario del Go- den votar socorros a los alumnos indigentes de las escuelas libres, cuando esta
bierno, ROMIEU) : " L a s Cajas escolares han sido instituidas como establecimien- asignación no tiene el carácter de una subvención disimulada a estas escuelas".
tos públicos... Si, con anterioridad a la ley del 30 octubre 1886, dichas Cajas Cons. de Est., 15 febrero 1918, Commune d'Haironville, " R e c " , p. 140. Sobre
todos estos puntos, véase la nota de HAURIOU, "Sirey", 1916, 3, 33.
60 LA NOCIÓN DE SERVICIO PÚBLICO LOS ESTABLECIMIENTOS DE UTILIDAD PÚBLICA 61

V. — Un caso mucho más difícil es el de la subvención cooperativa de panificación Union des Travailleurs. Un pana-
a obras o establecimientos privados, de naturaleza comercial dero de Poitiers solicitó la anulación de dichas subvenciones
o industrial, que, de cualquier manera, persiguen una finalidad por considerar que violaban el principio que prohibe la inter-
lucrativa. Ejemplos: subvención concedida por un concejo vención de un concejo municipal para provocar y favorecer la
municipal a una sociedad cooperativa de panificación; sub- competencia con respecto a las industrias existentes. En su
vención anual a una partera, a un médico, etc. ¿Es lícita la resolución, el Consejo de Estado distingue dos casos: l 9 ) "En
subvención en estos casos? Según la jurisprudencia del Con- circunstancias excepcionales, la intervención del concejo mu-
sejo de Estado, toda la cuestión se reduce a averiguar si la nicipal puede tornarse necesaria para asegurar la alimentación
subvención satisface verdaderamente una necesidad de interés pública" (por ejemplo: cuando se producen huelgas de obreros,
general. Según que las circunstancias de hecho hagan aparecer coalición de patronos, etc., que ponen en peligro el abasteci-
o no el interés general, la subvención será lícita o ilícita. miento del municipio) ; en este caso, la subvención se efectuará
En efecto, el hecho de 'que los fondos públicos sólo puedan con un fin de interés general siendo, por consiguiente, lícita.
emplearse para satisfacer intereses generales, constituye un 29) Si no existe en el municipio ninguna circunstancia de esa
principio fundamental del derecho público francés moderno 33 . naturaleza, el concejo municipal, al abonar una subvención,
Toda subvención hecha a una obra privada que no persigue excede sus atribuciones legales. El acuerdo deberá declararse
un fin de interés general, viola este principio. Aunque él es jurídicamente nulo 35 .
indiscutible, claro está que su aplicación da lugar a graves 29 ejemplo. Subvención a una partera, a un médico (Cons.
dificultades. ¿Cuándo puede decirse que un fin es o no es de de Est., V junio 1900, dame Moreau, "Rec", p. 383; id., 9
interés general? Existe en esta materia un amplio poder de julio 1909, Boureau, "Rec", p. 673; id., 14 febrero 1913, La-
apreciación para el magistrado. El Consejo de Estado tiene,
peyre, "Rec", p. 199).
sobre el particular, una jurisprudencia claramente antisocia-
lista. El concejo de un municipio vota una subvención anual
para el médico o para la partera, que se instalarán en el
Veamos algunas aplicaciones hechas por el Consejo de municipio. ¿Es lícita esta subvención? El Consejo de Estado
Estado y que ponen de relieve la precisa significación de la distingue según las circunstancias de la causa. Si el municipio
regla y también los sentimientos hostiles del mencionado orga-
se hallase alejado de un centro urbano y careciera de médico,
nismo, con respecto al socialismo municipal:
es de interés general que el concejo municipal procure decidir
ler. ejem/plo. Subvención a una cooperativa de panifica- a un médico o a una partera para que se instalen en dicho
ción. Cons. de Est., I 9 febrero 1901, Descroix, "Rec", p. 10534.
municipio 36 .
E l Concejo municipal de Poitiers había votado un crédito
de 10.000 francos destinados a formar un fondo de reserva 35 Cons. de Est., 1» febrero 1901, Descroix, " R e c . " , p. 105: " S i en estas
para subvencionar a las sociedades cooperativas de panifica- circunstancias excepcionales la intervención del concejo municipal puede vol-
ción que pudieran crearse. Luego, el Concejo asignó dos verse necesaria para asegurar la alimentación pública, resulta de los autos que
subvenciones, una de 500 fr. y otra de 9.500 fr., a la sociedad ninguna circunstancia de esta naturaleza existía en Poitiers; por consiguiente,
el concejo municipal de esta ciudad se ha excedido de sus atribuciones legales
al pagar a la sociedad cooperativa de panificación... una subvención...; de
83 JÉZE, Cours de se. des fin., 6» ed., 1921, Les dépenses publiques, ps. 37 ahí se desprende que debe anularse jurídicamente este acuerdo, por aplicación
y ss. Const. de 1791, Declaración, art. 13: " P a r a el sostenimiento de la fuerza del art. 63, $ 1, de la ley del 5 abril 1884".
pública y para los gastos de administración, es indispensable una contribución 36 Cons. de Est., 14 febrero 1913, Lapeyre, " R e c " , p. 199: " E l concejo
común"; título v, art. 2 *n fine: " E l cuerpo legislativo no podrá, en ningún municipal..., para procurar a los habitantes del municipio asistencia médica
caso, poner a cargo de la Nación el pago de las deudas de un individuo". Const. en determinadas condiciones, ha resuelto que se celebraría un convenio a este
de 1848, art. 15: "Todo impuesto se establece para la utilidad común". efecto, en nombre del municipio, con el doctor L., con una duración de seis
34 Véase la nota de HAURIOU, en ' ' Sirey'', 1901, 3, 41. años... Este municipio, situado en una región montañosa, es de difícil acceso,
62 LA NOCIÓN DE SERVICIO PÚBLICO LOS ESTABLECIMIENTOS DE UTILIDAD PUBLICA 63

Cuando no existen estas circunstancias excepcionales, la tración para estimular las obras y establecimientos privados
subvención es ilícita 37 . que persiguen una finalidad de interés general40.
Estos ejemplos muestran el sentido en el cual se orienta
la jurisprudencia del Consejo de Estado, en materia de sub- I. — La afectación sólo es válida cuando emana de la
venciones a las obras o establecimientos privados. Esta juris- autoridad competente para realizarla, Así, el concejo muni-
prudencia, que puede ser criticada con referencia a las solu- cipal puede realizar afectaciones de inmuebles municipales,
ciones d'espéce y también por la hostilidad sistemática del sin la aprobación de la autoridad superior 41 .
Consejo de Estado hacia el socialismo municipal 38 , resulta,
en conjunto, satisfactoria, puesto que sanciona el principio II. — Por otra parte, la afectación puede estar prohibida
fundamental de que la subvención a las obras o establecimien- por la ley. Esto tiene lugar cuando se halla prohibida la sub-
tos privados sólo es lícita cuando, está en juego un interés vención propiamente dicha (supra, ps. 56 y ss.). Tanto es
general y cuando se condiciona a éste, únicamente 39 . así que, después de sancionada la ley del 9 diciembre 1905,
los concejos municipales no pueden conceder a un ministro
§ 2 del culto el goce gratuito del presbiterio que pertenece al
municipio 42 .
Afectaciones, de inmuebles a título gratuito
40 La ley del 5 abril 1884, art. 167, reconoce el carácter lícito de estas
afectaciones: " L o s concejos municipales podrán declarar la desafectación total
Las afectaciones de inmuebles a título gratuito consti- o parcial de los inmuebles concedidos... a cualquiera de los establecimientos...
tuyen otro medio frecuentemente empleado por la Adminis- civiles. Estas desafectaciones se declararán en la misma forma que las afecta-
ciones". Y el art. 68 de la misma ley dispone: " S ó l o son ejecutorios des-
pués de aprobados por la autoridad superior, los acuerdos relativos a los
no habiéndose establecido allí ningún médico; en estas circunstancias excepcio- siguientes objetos: . . . 5 » ) el cambio de afectación de una propiedad (inmueble)
nales, el acuerdo del concejo municipal debe reputarse legalmente a d o p t a d o . . . " . municipal ya afectada a un servicio p ú b l i c o . . . " . La ley del 18 julio 1837,
37 Cons. de Est., 9 julio 1909, Boureau, " R e c " , p. 673. El Concejo muni-
art. 19, expresaba: " L o s concejos municipales regulan mediante sus a c u e r d o s . . .
cipal del municipio de Septémes, situado a algunos kilómetros de Aix-en-Pro-
3») la afectación de las propiedades municipales a los diferentes servicios pú-
vence y de Marsella, había incluido en su presupuesto un crédito por 1100 fran-
b l i c o s " . Del mismo modo, la ley del 24 julio 1867, art. 1», establecía: " L o s
cos, a fin de tener la segundad de que un médico residiría en la localidad, y
concejos municipales regulan mediante sus a c u e r d o s . . . 8*) la afectación de una
también de que este profesional no aumentaría el precio de sus visitas, que en-
propiedad municipal a un servicio municipal, cuando esta propiedad no se halla
tonces era de 1,50 fr. El Consejo de Estado estimó que las circunstancias de
hecho no convertían la subvención en lícita. " S i los concejos municipales pue- aún afectada a ningún servicio público, salvo las reglas prescritas por las leyes
den, en circunstancias excepcionales, intervenir para asegurar los servicios mé- particulares". Se observará que la mayoría de estos textos consideran la afecta-
dicos a los habitantes privados de ellos y si la subvención de que se trata ha ción a un servicio público. Se admite que es necesario entender por dicha ex-
podido justificarse en la época en que el municipio de Septémes estaba aislado presión, no sólo un servicio público propiamente dicho, sino también un estable-
de los municipios vecinos, resulta de autos que esta circunstancia ya no existe cimiento privado que se dedica a un interés general. Por el contrario, resulta
actualmente. En efecto, medios de comunicación rápidos y baratos unen a la absolutamente cierto que sería nula la afectación de un inmueble a un estable-
ciudad de Marsella con el municipio de Septémes. De ahí se sigue que al tomar cimiento privado que no persiguiese una finalidad de interés general, pues se
los acuerdos impugnados, el concejo municipal ha colocado a cargo del municipio trataría de una donación.
un gasto que, legalmente, no debe incumbirle. Por tanto, resulta sin razón que 41 La ley del 24 julio 1867 otorgaba esta facultad de afectación al con-
el p r e f e c t o . . . no haya declaiado la nulidad de tales acuerdos". Véase, tam- cejo municipal. La ley del 5 abril 1884 sólo ha sometido a la aprobación de la
bién, Cons. de Est., 24 febrero 1912, Tech, " R e c " , p. 251. autoridad superior los cambios de afectación (ver la nota precedente). Por
38 P a r a la crítica respectiva, véase N/ÉZARD, La municipalisation du service tanto, el concejo municipal conserva su facultad de afectación.
de l'éclairage publie et la ville de Paris, en la " R e v . de Se. et de Lég. P i n . " , 42 Cons. de Est., 15 enero 1909, Commune de Gaudonville, " R e c . " , p. 34:
1905, ps. 296 y ss.; ANDKÉ MATER, Le sociálisme conservateur ou municipal, " E l art. 2 de la ley del 9 diciembre 1905 dispone que la República no reconoce,
París, 1909; E. BOTJVIER, Les régies municipales, 1910, ps. 232 y ss. ni costea, ni subvenciona ningún culto; en consecuencia, se suprimirán de los
39 Debe distinguirse muy claramente un problema semejante: el de la crea- presupuestos del Estado, de los departamentos y de los municipios, todos los
ción disimulada de un servicio público mediante una subvención. gastos relativos al ejercicio de los cultos. Si bien el art. 1 ' de la ley del 2 enero
64 LA NOCIÓN DE SERVICIO PÚBLICO LOS ESTABLECIMIENTOS DE UTILIDAD PÚBLICA 65

III. — La afectación sólo puede ser temporaria. Una es evidentemente revocable; puede cesar por la voluntad uni-
afectación perpetua no es posible. En primer lugar, porque lateral de los agentes públicos competentes, cuando éstos con-
sería contraria al régimen de la propiedad, tal como se halla sideren que el establecimiento beneficiario ya no proporciona
regulado por el derecho moderno43. Además, la idea de que la al público los servicios que de él se esperaban 45 . Es preciso,
afectación es una subvención en especie concedida a un esta- por otra parte, reservar el problema consistente en saber si
blecimiento, en vista de un servicio de interés general, conduce el establecimiento beneficiario puede, en caso de desafectación
a la misma solución que la que se admite para el caso de intempestiva, reclamar daños y perjuicios46.
subvención en dinero 44 . Pero los agentes administrativos pudieron establecer que
De manera, pues, que la afectación sólo puede ser tem- la afectación en favor del establecimiento privado, se realizaba
poraria. por tiempo determinado. ¿ Esta afectación es lícita, suponiendo
En consecuencia, siempre que los agentes públicos que que los agentes competentes la hubiesen efectuado para pro-
realizan la afectación nada hayan dicho en otro sentido, ella ceder a una enajenación, dentro de las formas prescritas para
ella?
La afectación por una duración limitada, determinada,
1907 establece que los municipios recobrarán a título definitivo la libre disposi-
ción de los presbiterios que les pertenecen y cuyo goce no ha sido reclamado por
debe asimilarse a la afectación por una duración ilimitada.
una asociación constituida en el año siguiente a la promulgación de la ley del 9 Por ejemplo: cuando un establecimiento privado se compro-
diciembre 1905, somete a la aprobación prefectoral la locación de dichos presbi- mete a prestar ciertos servicios de interés general, ¿puede la
terios. La concesión al ministro del Culto, por acuerdo del concejo m u n i c i p a l . . .
del goce gratuito del presbiterio que pertenece al municipio de G. constituía una
Administración prometer válidamente a ese establecimiento
subvención para el ejercicio del culto, prohibida por las disposiciones precitadas que la afectación durará siempre que realice el servicio pú-
de las leyes del 9 diciembre 1905 y del 2 enero 1907. Por consiguiente, es con blico?
razón que el prefecto, por aplicación de los arts. 63 y 65 de la ley del 5 abril
1884, ha declarado jurídicamente nulo este a c u e r d o " . Cons. de Est., 15 enero
Si posteriormente una ley prohibe toda subvención —en
1909, Commune de Brugnens, " E e c . " , p . 35; 12 marzo 1909, Commune de dinero o en especie— a los establecimientos privados por deter-
Charmanvülers, " E e c . " , p. 275. Por otra parte, el prefecto no puede negarse a 45 Esto es lo que declaraba el senador LENOEL, informante de la Comisión,
aprobar el arrendamiento, alegando que constituye una subvención disimu-
en la sesión del 14 marzo 1884, durante la discusión del texto que se convirtió
lada; Cons. de Est., 11 abril 1913, Lebon, " E e c . " , p. 394; 28 noviembre
en el art. 167 de la ley del 5 abril 1884, sobre los concejos municipales: El
1913, Commune de Chambón, " E e c . " , p . 1164: " N o resulta de las piezas agre-
concejo municipal podrá declarar la desafectación "cuando no ha habido con-
gadas al expediente que al rebajar a 200 francos puestos a cargo del
prestatario y a 150 francos puestos a cargo del inquilino, el monto del al- vención propiamente dicha, sino más bien una especie de abandono puramente
quiler del presbiterio, . . . e l concejo municipal haya tenido otra finalidad que benévolo y gratuito, por parte del municipio, una donación en goce de hecho,
asegurar el alquiler de un inmueble que, de otro modo, corría el riesgo de sin plazo estipulado, sin cargas correlativas... " . Cfr. también el informe del
seguir desocupado. Así, los mencionados acuerdos no concedían una subvención senador DEMÓLE, 26 enero 1884: " ¿ E n virtud de qué principio el municipio
al culto católico, prohibida por el art. 2 de la ley del 9 diciembre 1 9 0 5 " . Sobre estaría obligado a dejar sus inmuebles sometidos, a perpetuidad, a tal o cual
esta jurisprudencia, cfr. HAUBIOU, " S i r e y " , 1911, 3, 33. destino!".
•46 Senado, sesión del 14 marzo 1S84, discurso de LEONEL, relator de la
43 PLANIOL, nota en " D a l l o z " , 1907, 1, 249, comentando un fallo de Casa- Comisión: " S i , de manera inoportuna, de modo perverso, me despojáis de lo que
ción, 5 diciembre 1906, expresa: " E x i s t i r í a un interés superior en hacer reco- yo habla creído, razonablemente, que se me concedía por un tiempo más o
nocer que las ciudades no pueden obligarse, a perpetuidad, por contratos de menos largo, puede existir allí una cuestión de daños y perjuicios. Los tribuna-
derecho civil i n d i s o l u b l e s . . . " . No hay, después de la Eevolución, " l i b e r t a d les lo a p r e c i a r á n . . . Es evidente que los tribunales no admitirán que un cambio
para crear derechos perpetuos, porque la prohibición de los derechos de este de voluntad puramente arbitrario y caprichoso, pueda atentar contra derechos ;
género se encuentra fuera y por encima de la legislación de los contratos; ella que han existido, que en determinado momento han sido perfectamente recono-'
es una consecuencia de la organización del régimen de la propiedad inmobiliaria, cidos por todos y que han obligado al que los había obtenido a realizar sacri-
tal como ha resultado de la Eevolución y de las leyes que han asegurado la ficios para disfrutar del objeto puesto a su disposición". Es preciso ir más
liberación de las tierras, además de la liberación de sus propietarios. Ningún lejos: si la desafectación fuese declarada arbitrariamente (y no discrecional-
contrato nuevo puede desconocer dicha organización". mente), el acto respectivo sería ineficaz y debería ser anulado por desviación
** V. supra, p . 56. de poder.

Jéze, Der. adm., II».


66 LA NOCIÓN DE SERVICIO PÚBLICO LOS ESTABLECIMIENTOS DE UTILIDAD PÚBLICA 67

minado servicio de interés general, ¿deberán mantenerse las administrativos quienes deben decir si el estímulo debe mante-
afectaciones realizadas anteriormente, no obstante la ley pri- nerse, en el caso de que los servicios continuasen siendo de
mitiva, suponiendo naturalmente que la afectación primitiva interés general, o bien si debe suprimirse, en el caso contrario.
haya sido regular? 47 . Sería erróneo considerar que dichos agentes tienen poder para
Trátase de una cuestión muy delicada y muy controver- obligar a sus sucesores en la apreciación de lo que exige el
tida. Para resolverla es preciso —en nuestra opinión— tener interés general. La situación no es la de un propietario par-
en cuenta dos series de consideraciones. En primer lugar, la ticular que dispone discrecionalmente de su patrimonio, ya
afectación propiamente dicha se hace a título gratuito para que los bienes afectados forman parte de un patrimonio admi-
estimular la prestación de servicios de interés general por
parte de un establecimiento privado. Pero son los agentes siderársela como si tuviese el carácter de una afectación a un servicio público que
administrativos encargados de la gestión de los patrimonios entraña una presunción de precariedad i m p l í c i t a . . . E n estas condiciones, el
acuerdo celebrado en 1819 constituye un contrato...". Corte de apelac. de
París, 1899: " S e trata de un contrato que tiene en vista la instrucción primaria
47 La cuestión se ha suscitado —en toda su complejidad— en diversas (do ut fados)". Sin embargo, la Corte de París agregaba: " L a ley del 30
ocasiones en Francia. Uno de los casos más célebres y más notables es el asunto octubre 1 8 8 6 . . . ha privado a los municipios de la facultad de subvencionar a las
de la afectación de un inmueble por la Ciudad de París al Instituto de los escuelas p r i v a d a s . . . La concesión sin alquiler de un inmueble a las escuelas
Hermanos de las Escuelas Cristianas. E n 1819 y en 1847, la Ciudad de París les cristianas, ha sido una subvención abonada directa y abiertamente en virtud de
afectó un inmueble " p a r a formar allí su establecimiento principal y su novi- la legislación entonces v i g e n t e . . . Entra en la prohibición, ulteriormente san-
ciado y para disfrutarlo durante todo el tiempo que esta congregación subsistiera cionada, de toda subvención por parte de los municipios a las escuelas p r i v a d a s ' ' .
en el mencionado local, sin pagar ningún alquiler y quedando reservada la Pero la Corte de Casación, en 1901, ha casado la resolución antes mencionada, en
propiedad a la Ciudad de París, que no podrá recuperar la posesión de la los siguientes términos: " L o s efectos de un contrato se hallan regidos, en prin-
mencionada, casa sino en caso que el establecimiento de los Hermanos de cipio, por la ley en vigor en la época en que se celebró; especialmente, las
las Escuelas Cristianas cesase de ocupar dichos lugares por cualquier causa que causas de nulidad o de rescisión que se derivan de una nueva ley, no afectan
fuese". E n 1881 y 1883, el concejo municipal de París votó la desafectación los derechos contractuales legítimamente adquiridos bajo el imperio de la ley
del inmueble afectado a los Hermanos. El Instituto de los Hermanos sostuvo antigua''.
que esto no era posible, atento que se había celebrado entre la Ciudad y el Con posterioridad se dictó la ley del 7 julio 1904, que dispone (art. 2)
Instituto de los Hermanos un contrato teniendo en vista la instrucción primaria, que las congregaciones exclusivamente dedicadas a la enseñanza, no podrán
contrato do ut facias; las convenciones regularmente formadas obligan a las admitir nuevos miembros y que sus noviciados quedan disueltos de pleno derecho.
partes que las han concluido; la Ciudad de París se halla, pues, obligada. Este Esta ley ha sido invocada por la Corte de Rouen, designada por la Corte de
asunto ha sido llevado —durante más de veinte años— ante todas las jurisdic- Casación para resolver el litigio. La Corte de Rouen decidió, en 1905: " E l
ciones de Francia: Tribunal civil del Sena, 7 enero 1885; Consejo de Estado, compromiso contraído por la Ciudad de París, a cambio de las ventajas gene-
17 junio 1887, Ville de Paris, " R e c " , p . 473, con las conclusiones del comi- rales que aseguraba a sus habitantes, ha constituido, para el Instituto de los
sario del Gobierno, LEVAVASSETJR DE PRÉOOURT; Tribunal de Conflictos, 12 julio Hermanos, a la fecha del contrato, un derecho a d q u i r i d o . . . La ley del 30
1890, " R e c . " , p. 675, ver la nota que resume las conclusiones del comisario del octubre 1 8 8 6 . . . no vuelve caducos los derechos adquiridos en virtud de con-
Gobierno, LOUBERS; Tribunal civil del Sena, 2 enero 1896; Corte de apelaciones tratos que se hallaban en curso de ejecución a la fecha de su promulgación...
de París, 6 diciembre 1899; Corte de casación (Cámara civil), 7 junio 1901 El contrato c e l e b r a d o . . . es una convención sinalagmática regida por el art. 1184
(estas tres últimas decisiones pueden verse en " D a l l o z " , 1902, 1, 1 0 5 ) ; Corte (del Código Civil) y cuya inejecución... debe entrañar la resolución. E l estable-
de apelaciones de Kouen, 22 junio 1905; Corte de Casación (Cámara de re- cimiento principal continúa subsistiendo en las condiciones fijadas por la ley
quétes), 5 diciembre 1906 (estas dos últimas resoluciones pueden verse en del 7 julio 1904. Por tanto, en lo que concierne a este establecimiento, los Her-
" D a l l o z " , 1907, 1, 249, con una nota de P L A N I O L ) . Vincúlese con este asunto: manos continúan cumpliendo la obligación puesta a su cargo por el c o n t r a t o . . .
Consejo de Estado, 29 junio 1883, Archevéque de Sens, " E e c " , p . 597, con P e r o . . . el art. 2 de la ley de 1904 dispone q u e . . . en presencia de esta dispo-.
las conclusiones del comisario del Gobierno, GOMEL. sición l e g a l . . . el Instituto de los H e r m a n o s . . . se halla en la imposibilidad/
Todas las jurisdicciones han juzgado que existía contrato de derecho civil, legal de cumplir sus obligaciones tales como se las ha definido. Por consi-
Cons. de Est., 1887: " L a mencionada ordenanza ha tenido por objeto autorizar, guiente, la causa jurídica de la obligación contraída por la Ciudad de París
no una afectación administrativa en vista de un servicio público, sino un con- en 1819 y en 1 8 4 7 . . . se encuentra completamente d e b i l i t a d a . . . " . Los Herma-
trato...". Trib. de Conflictos, 1890: " E n razón de este destino del inmueble, nos perdieron, pues, el pleito, merced a esta intervención inesperada del legis-
la atribución de goce así hecha a los Hermanos que, por otra parte, en esa lador en 1904. La Corte de Casación, el 5 diciembre 1906, confirmó la doctrina
época, todavía no eran maestros públicos en la Ciudad de París, no podría con- aceptada por la Corte de Rouen.
68 LA NOCIÓN DE SERVICIO PÚBLICO
LOS ESTABLECIMIENTOS DE UTILIDAD PÚBLICA 69
nistrativo, que sólo existe para el interés general. He aquí por Con este criterio, resulta fácil saber si se impone la des-
qué la facultad de interrumpir la subvención, de desafectar, afectación, por parte de los agentes administrativos, cuando
debe considerarse, en nuestra opinión, como un principio con ciertos fines una ley prohibe las subvenciones o afecta-
esencial, fundamental. ciones. La afirmativa no es dudosa51.
Pero, por otra parte, el establecimiento subvencionado
puede haber sido incitado a hacer gastos de instalación, de
clusiones presentadas en el asunto ville d'Auxerre, resuelto por el Consejo de
arreglo, de organización, que ciertamente no habría realizado Estado, el 29 junio 1883, " R e c " , p. 597. Según GOMEL, sería preciso distinguir
si los agentes administrativos no le hubiesen estimulado con entre las afectaciones de inmuebles del Estado (afectaciones dominicales) y las
la afectación y con la promesa de mantenerla. Es ésta una afectaciones de inmuebles de los municipios. Sólo las primeras serían revocables
consideración que conviene examinar. y precarias, porque el Parlamento únicamente puede enajenar el dominio nacional
(ley del 22 noviembre-1» diciembre 1790, art. 8, y ley del 1» junio 1864). E n
Al reconocerse a la Administración la facultad discrecio- este sentido, declara GOMEL, puede consultarse: Cons. de Est., 31 enero 1817;
nal de desafectación, no se tiene en cuenta este segundo punto 25 julio 1827; 6 diciembre 1836; 13 enero 1847; 27 mayo 1847; 22 junio 1854.
de vista; por otra parte, el mantenimiento ilimitado de la Pero con respecto a los bienes de los municipios, esta razón no existe. Por tanto,
" c u a n d o el concejo municipal n e g o c i a . . . con los establecimientos de utilidad
afectación desatiende el primer aspecto de la cuestión. pública y conviene en poner a su disposición, por determinado tiempo y para
Para conciliar los intereses en presencia, es preciso reco- cierto objeto, uno de sus inmuebles, no realiza una afectación, en el sentido
nocer a los agentes administrativos el poder de desafectación, jurídico de la palabra; en lugar de consentir un puro favor sobre el cual le
será lícito volver en cualquier momento, concluye una convención que versa
dejando a salvo los daños y perjuicios, en caso de desafectación sobre la posesión de una propiedad m u n i c i p a l . . . Esta propiedad no es inalie-
inesperada y perjudicial al establecimiento subvencionado48. nable. . . El acto por el cual el concejo municipal la coloca a disposición... ¿el
Desde luego, la combinación jurídica que mejor cuadra establecimiento de utilidad publica tiene forzosamente el carácter de un con-
trato, y esta convención se halla regida por los principios del derecho común.
con el interés público es la que ve en la afectación, no un Las convenciones regularmente celebradas obligan a las partes que las han
contrato, sino un acto unilateral, provocado o aceptado*9, dis- contraído''.
crecional y revocable, del cual no resultará, para el estableci- E s t a distinción me parece inaceptable, porque: 1») Hace intervenir una
miento beneficiario, ningún derecho real sobre el inmueble idea ajena a la cuestión; cabría decir que no pudiendo el Parlamento autorizar
afectado, ni tampoco, para el establecimiento subvencionado, más que las enajenaciones de un valor superior a un millón de francos, la afec-
tación irrevocable por un tiempo determinado es posible que la haga la Adminis-
ningún poder legal para exigir el mantenimiento de la afecta- tración, con respecto a todos los bienes de un valor inferior a la precitada
ción, aun cuando los agentes administrativos hubiesen esti- suma; 2») GOMEL admite las afectaciones perpetuas de bienes municipales:
pulado un plazo. La indemnización por el perjuicio causado pero ésta es una situación jurídica incompatible con el régimen de la propiedad
organizado por el Código Civil, régimen que se aplica a las dependencias del
al establecimiento beneficiario es, a mi parecer, la solución que dominio privado de todos los patrimonios administrativos. Cfr. supra, p. 64,
imponen los principios generales del derecho público50. nota 43.
51 La solución contraria es la que ha prevalecido ante la Corte de Casación,
48 Y también bajo la reserva de la teoría de la desviación de poder, es 7 junio 1901, en el precitado caso de los Hermanos de la Doctrina Cristiana,
decir, de la posibilidad de que el Consejo de Estado anule la desafectación de- so pretexto de que las leyes no obran retroactivamente. Éste es un nuevo argu-
cretada en atención a un fin distinto del de interés general, bien o mal apre- mento en favor de mi tesis. Cuando una ley prohibe a los agentes administra-
ciado, por lo demás. Cfr. supra, p . 65, nota 46. tivos afectar los inmuebles en favor de ciertos establecimientos privados que
•*9 Véase GASTÓN JÉZE, Les principes généraux du droit administranf, 3* ed., persiguen ciertas finalidades de interés general, ¿rio resulta chocante ver cómo
m , 1926, Le fonctionnement des services publics, ps. 488 y ss. Es preciso insistir estos establecimientos siguen siendo subvencionados so pretexto de que la afec-
mucho sobre la diferencia que hay entre un acto unilateral provocado o aceptado tación es anterior a la leyf Esto equivale a desconocer la idea fundamental dé
y un contrato propiamente dicho (op. cit., p. 486). que el poder de apreciar lo que exige el interés general no puede ser compro-
50 Me parece completamente criticable la argumentación desarrollada metido de ningún modo. La teoría de la no retroactividad de las leyes nada
en el curso del litigio antes recordado (p. 66, nota 4 7 ) . No hay compromiso tiene que hacer aquí. Sobre esta teoría, véase GASTÓN JÉZE, Les principes géné-
válido para colocar un bien, gratuitamente, a disposición de un establecimiento raux du droit administratif, 3» ed., i, 1925, ps. 111 y ss.
privado que persigue una finalidad de interés general. Más criticable aún me
Véase un curioso caso de afectación, Cons. de Est., 8 diciembre 1922, Asso-
parece la distinción hecha por el comisario de Gobierno, GOMEL, en sus con-
ciation cultuelle, ' ' R e c . ' ' , p. 904.
70 LA NOCIÓN DE SERVICIO PÚBLICO

IV. — A la subvención en dinero y la afectación gratuita,


cabe asimilar la locación de alquiler ínfimo. Se trata de una
subvención o afectación indirecta que se rige por los prin-
cipios generales establecidos para las subvenciones y afecta-
ciones propiamente dichas, hallándose sometida, por consi-
guiente, a las prohibiciones y limitaciones dictadas por la ley
concerniente a las subvenciones y afectaciones52. CAPÍTULO III

DE LOS SERVICIOS PÚBLICOS A CARGO


DE CONCESIONARIOS

I. — El servicio público se distingue netamente de la


empresa o establecimiento privado puro y simple y del esta-
blecimiento de utilidad pública.
Hay un punto sobre el cual conviene fijar la atención: el
servicio público no siempre es atendido por los agentes pú-
blicos ; hay un caso especial de gestión de los servicios públicos:
la concesión de servicio público. Un individuo o una compañía
privada se encargan del funcionamiento del servicio público,
recibiendo una remuneración que, muy habitualmente, con-
siste en la percepción de tasas o rentas provenientes de los
individuos que usan el servicio público concedido. Tal es el
procedimiento que, en parte, se emplea actualmente en Fran-
52 Cons. de Est., 13 mayo 1910, Société d'enseignement libre de Saint-Ló, cia para la gestión del servicio público de los ferrocarriles.
" E e c . " , p. 388: "Según los términos del art. 69 de la ley del 15 marzo 1850,
sobre la enseñanza, los consejos académicos están obligados a dar su previo Además de los ferrocarriles del Estado, que constituyen un
dictamen sobre la oportunidad de las subvenciones abonadas, por los municipios, servicio público prestado de modo directo, existen grandes
a los establecimientos libres de enseñanza secundaria. I>el examen de las cláu- compañías concesionarias de ferrocarriles. En las localidades
sulas del contrato de alquiler concluido entre la ciudad y la recurrente (Société
d'enseignement libre de Saint-Ló) y de su relación con la importancia y el valor (departamentos, municipios), un sinnúmero de servicios pii-
de los edificios del colegio, tales como resultan de los mismos enunciados del blicos se prestan también por el procedimiento de la concesión:
acuerdo aprobatorio del proyecto de arrendamiento, surge que la concesión del tranvías, ómnibus, distribución de agua, del gas, de la electri-
mencionado local constituye una subvención en el sentido de dicho artículo. cidad, mercados, consumos, etc.
Por consiguiente, tal subvención sólo podia concederse previo dictamen del
consejo académico, y, por lo tanto, la sociedad recurrente no tiene razón para Los casos de concesión de servicio público abundan tam-
sostener que equivocadamente el prefecto... ha declarado jurídicamente nulo, bién en la actualidad, aunque son infinitamente menos nume-
como adoptado en violación de la ley, el acuerdo del concejo municipal...". rosos que antiguamente 1 . Hoy, la concesión de servicio público
Cons. de Est., 2 agosto 1912, Commune de Fleury, " E e c " , p. 1053: " E l
precio de dicho alquiler sería demasiado bajo y constituiría una subvención se emplea casi exclusivamente para los servicios que tienen un
disimulada al culto, prohibida por las leyes del 9 die. 1905 y del 2 enero 1907''.
Véase, también, las resoluciones citadas en p. 63, nota 42. Cons. de Est., 28 i DUGUIT, De la situation des partiouliers á l'égard des services publics,
noviembre 1913, Commune de Chambón, " E e c " , p. 1164; id., 18 marzo 1921, " E . D . P . " , 1907, p. 425; Traite de droit const., 2» ed., i, ps. 313 y ss.; m,
Commune de Mont-l'Evéque, " E e c " , p. 317. ps. 414 y ss.
72 LA NOCIÓN DE SERVICIO PÚBLICO SERVICIOS PÚBLICOS CONCEDIDOS 73

carácter económico. Sin embargo, este procedimiento se aplica dentistas, médicos de los establecimientos peligrosos, incó-
todavía en algunos municipios, para la recaudación del impues- modos o insalubres, etc. Pero no puede decirse lo mismo de las
to a los artículos de consumo (octroi). Antiguamente, la concesiones de servicio público, ferrocarriles, tranvías, etc. Lo
concesión de servicio público era muy frecuente: no sólo exis- fundamental es que se trata de un servicio público propiamente
tía para el servicio público de distribución y de recaudación dicho, y no de una empresa privada importante, vigilada por
de muchos impuestos (arrendatarios generales) 2 , sino también la Administración. Esta idea principal se traduce en la fórmula
para los servicios de policía y de justicia, de que el interés general es decisivo: prevalece siempre sobre
los intereses privados. En otros términos: deben aplicarse las
II. — Sea como fuere, dos puntos deben ser aclarados reglas del derecho público y no las del derecho privado.
perfectamente:
l 9 ) la concesión no cambia la naturaleza jurídica del II. — La proposición es esencial y conviene insistir sobre
servicio, que sigue siendo un servicio público', ella, tanto más si se tiene en cuenta que, hasta época muy
29) en consecuencia, cabe aplicar al servicio concedido el reciente, no se habían deducido de ella todas las consecuencias.
régimen del servicio público. Se veía bien que las teorías especiales (obras públicas, expro-
Consideremos estas dos proposiciones. piación, etc.), podían aplicarse a los servicios concedidos;
pero se discutía una consecuencia jurídica importante, que
§ 1 corresponde al derecho público y es la siguiente: la organiza-
ción del servicio corre exclusivamente por cuenta de la Admi-
Naturaleza jurídica del servicio público concedido y del nistración; la organización del servicio no es de competencia
acto de concesión de servicio público? del concesionario. Son las autoridades públicas, y únicamente
ellas, las que tienen competencia para decidir cómo deberá
I. — Es preciso desechar la idea de que la concesión de organizarse el servicio público concedido y cómo deberá fun-
servicio público sólo es una empresa privada que, en razón cionar. Por lo tanto, esta, organización podrá modificarse en
de su importancia, se somete al control de la Administración.
cualquier momento*, según las necesidades sociales y econó-
Esto será verdadero en lo que se refiere a los farmacéuticos,
micas de la hora. Indudablemente es natural que, antes de
2 JÉZE, Cours élém>¿ de se. des finances, 5 a ed., 1912, ps. 817 y ss. modificar el servicio concedido, las autoridades públicas re^
3 GASTÓN J É Z E , Les principes généraux du droit administratif, 3» ed., iu, quieran la opinión del concesionario: en efecto, toda modifica-
1926, Le fonctionnement des services publics, ps. 341 a 407 (le contrat de con-
cession du service publie). Mis artículos en la " R e v u e du Droit P u b l i c " , 1905,
ción puede entrañar gastos de tal naturaleza que trastornen
ps. 346 y ss.; 1907, ps. 682 y ss.; 1908, ps. 58 y ss.; 1910, ps. 270 y ' s s . ; 1916, los cálculos financieros hechos por el concesionario antes de
ps. 363 y ss.; 1918, ps. 219 y ss.; DUGUIT, De la situation des particuliers á l'é- aceptar la concesión. Pero el parecer del concesionario no
gard des services publics, en " R . D . P . " , 1907, ps. 411 y ss.; ROLLAND, DU droit
du législateur de compléter ou d'interpréter les dispositions d'un acte de conc.es-
es y no puede ser más que una opinión, que no obliga a la
sion de travaux publics, en " R . D . P . " , 1910, ps. 116 y ss.; y, también, " R . D . Administración. Las autoridades públicas tienen el imperioso
P.", 1909, ps. 520 y ss.; 1910, ps. 508 y ss.; HAURIOU, Droit adm., 9' ed., deber de organizar el servicio público en las mejores condi-
1919, ps. 865 y ss.; TEISSIER, conclusiones de su dictamen ante el Consejo de
Estado, 23 enero 1903, " R e c " , ps. 62 y ss.; BLUM, conclusiones ante el Con-
ciones para la satisfacción de las necesidades de interés gene- ¡
sejo de Estado, 11 marzo 1910, " R e c " , p . 216, y " R e v u e du Droit P u b l i c " , ral. Tienen, también, el poder de hacerlo sin que la voluntad
1910, ps. 274 y ss.; HELBRONNER, conclusiones ante el Consejo de Estado, 18 del concesionario constituya un obstáculo insuperable. El
julio 1913, Syndicat national des chemins de fer, " R e c . " , p. 875; CORNEILLE,
conclusiones ante el Consejo de Estado, 7 abril 1916, Astruc, " R e c " , p. 164
interés general representado por el servicio público no puede
( " R . D . P . " , 1916, p . 363), y 8 febrero 1918, Société d'éclairage de Poissy,
" R e c " , p . 124 ( " R . D . P . " 1918, ps. 242 y ss.). •* V. supra, p. 7.
74 LA NOCIÓN DE SERVICIO PÚBLICO SERVICIOS PÚBLICOS CONCEDIDOS 75

quedar subordinado al interés particular del concesionario 5 . § 2


La noción de servicio público se opone a ello6.
Aplicación del régimen del servicio público a los servicios
6 P a r a el desarrollo de esta idea, véase GASTÓN J É Z E , Les principes géné- concedidos
raux du droit adm., 3* ed., m , 1926, Le fonctionnement des services publics,
ps. 9 y ss.; ps. 349 y ss. Las aplicaciones que se han hecho, en la práctica, de la
« Ésta es la solución de la jurisprudencia más reciente del Consejo de
Estado: 11 marzo 1910, Compagine genérale francaise des tramways ("Rec",
idea general, son múltiples. Veamos algunas, muy recientes y
p. 216, y " R e v u e du Droit P u b l i c " , 1910, p . 270, con mi n o t a ) : " L a Admi- particularmente dignas de mención:
nistración, ha declarado el Consejo de E s t a d o . . . , no sólo tiene el derecho Unas conciernen al servicio de los ferrocarriles concedidos
de aprobar los horarios de los trenes desde el punto de vista de la seguridad y
de la comodidad de la circulación, sino también de prescribir las modificaciones
por el Estado.
y las adiciones necesarias para asegurar, en interés del público, la marcha Otras se refieren al servicio de alumbrado concedido por
normal del servicio... Así, la circunstancia de que el prefecto, como lo sostiene un municipio.
la Compañía, habría impuesto a esta última un servicio diferente del previsto
por las partes contratantes, no tendría mérito para entrañar, por sí sola, en
Por último, otras tienen un alcance más general y con-
el caso, la anulación de la resolución p r e f e c t o r a l . . . Sólo correspondería a la ciernen a todos los servicios públicos concedidos.
C o m p a ñ í a . . . entablar una demanda de indemnización por reparación del per-
juicio que probase haberle sido causado por la agravación así aportada a las I
cargas de la explotación". Esta resolución, dictada de conformidad a las con-
clusiones del comisario del Gobierno, BLUM, ha producido un cambio completo
de la jurisprudencia. Las resoluciones del Consejo de Estado del 23 enero 1903, Aplicación del régimen del servicio público a la explota-
Chemins de fer économiques du Nord ( " R e c " , p. 62), y del 30 junio 1905, ción de los ferrocarriles concedidos
Compagnie des tramways de París ( " R e c . " , p. 607), habían decidido, en
efecto, que la Administración no puede, sin el consentimiento del concesionario,
aportar modificaciones a la organización del servicio público, tal como se halla
Bastarán algunos ejemplos 7 :
reglada por el acto de concesión. E n el caso juzgado el 23 enero 1903, el comi- ler. ejemplo. Ley del 3 diciembre 1908, relativa a la
sario del Gobierno, TEISSIER, había declarado: " E l derecho del ministro de conexión de los ferrocarriles con las vías de navegación. — Es-
imponer adiciones a los horarios de los trenes en interés del público, no es uno La nueva tesis es actualmente admitida sin dificultad por el Consejo de
de esos derechos de policía otorgado al Estado por la naturaleza de las cosas, Estado. Tanto es así que CORNEILLE, en el caso Astruc, 7 abril 1916, " R e c " ,
imperativo, inalienable en cierto modo, como lo es, verbigracia, el derecho de p. 164 ( " R . D . P . " , p. 363), expresaba: " S i el servicio p ú b l i c o . . . se lo
policía que se ejerce en interés de la seguridad pública. Se trata de un derecho confía a un particular, debe existir, en el contrato, una reglamentación básica,
que el Estado ejerce únicamente porque le ha sido atribuido por un texto legal, que se concrete en el pliego de condiciones... Además, en toda creación de
ni siquiera legislativo, sino simplemente reglamentario; este derecho, que no
servicio público, son las necesidades de los usuarios las que deben privar sobre
deriva de los poderes esenciales del Estado, de sus poderes de soberanía, sino
toda otra consideración, y, en especial, sobre toda consideración de orden finan-
de su calidad de mandatario o más bien de negotiorum gestor de los intereses
del público, puede el Estado renunciarlo en todo o en p a r t e " . E n consecuencia, ciero. En caso de necesidad, el concesionario trabajará a pérdida (con ayuda del
el Consejo de Estado decidió: " S i el art. 33 del r e g l a m e n t o . . . del 6 agosto concedente) con tal que preste el servicio". Véase, también, CORNEILLE, con-
1881, confiere al prefecto el derecho de determinar, ante la proposición del clusiones de su dictamen ante el Consejo de Estado, 8 febrero 1918, Socicté
concesionario, el cuadro del servicio de trenes, esta disposición debe conciliarse d'éclairage de Poissy, " R e c " , p. 124: " L a concesión no cambia la naturaleza
con el art. 14 del pliego de condiciones de la Compañía recurrente, que establece jurídica del servicio concedido, que sigue siendo un servicio público. De esta
que el número mínimo de viajes que deberán hacerse todos los días en cada idea, en resoluciones recientes, habéis deducido la consecuencia capital de que
dirección, se fija en dos en invierno y en cuatro en verano. El número fijado por la organización del servicio la realiza exclusivamente la Administración, de que
este art. 14 constituye, pues, un mínimo contractual, que sólo puede modificarlo dicha organización no es de competencia del concesionario (11 marzo 1910,
el acuerdo recíproco de las partes''. Asimismo, la resolución del 30 junio 1905
Compagnie genérale des tram>ways); que, por consiguiente, esta organización
(2* caso) establece: " L a s resoluciones impugnadas, por las que el prefecto de
policía fijaba nuevos horarios, al importar un aumento del número de v i a j e s . . . podrá modificarse en cualquier instante, conforme a las necesidades sociales o
han tenido por objeto procurar la aplicación de las disposiciones contenidas en económicas del m o m e n t o " .
los convenios de concesión concernientes a estas diversas líneas. No podía ello 7 P a r a otras aplicaciones, véase GASTÓN JÉZE, Les principes généraux du
establecerse bajo la forma imperativa de prescripciones de policía". droit adm., 3» ed., m , 1926, Le fonctionnement des services publics, ps. 59 y ss.;
ps. 376 y ss.
SERVICIOS PÚBLICOS CONCEDIDOS
76 LA NOCIÓN DE SERVICIO PÚBLICO

Administración competente. El Estado no ha podido estipular


ta ley prescribe que, cuando la Administración juzgue útil
ni prometer a su concesionario que en su lugar se convertiría
realizar la unión de las vías férreas y de navegación, mediante
en juez de las necesidades de este servicio, invistiéndolo así de
el establecimiento de un embarcadero, es decir, construyendo
un poder de apreciación que constituye un atributo inalie-
un fondeadero contiguo a la estación ferroviaria, accesible a
nable del poder público. Resulta, pues, inevitable que las nece-
los barcos que realicen operaciones de trasbordo con el ferro-
sidades del servicio varíen en el curso de un siglo con las
carril, se podrá ordenar al concesionario, en virtud de decretos
condiciones económicas del país y los incesantes descubri-
dictados con la aprobación del Consejo de Estado, las medidas
mientos de la ciencia. Por lo tanto, a priori, y desde el mismo
necesarias para la instalación de dicho embarcadero. Se sus-
origen de la concesión, es por demás evidente que al poder
cita, entonces, el problema de saber si, entrañando esa insta- público —que no ha podido delegar la misión de salvaguardar
lación pesadas cargas para el concesionario del ferrocarril, los intereses públicos, puesto que esta obligación es una de
puede éste oponerse a las modificaciones, invocando el acto sus principales razones de existir— le corresponderá, por con-
de concesión. siguiente, adoptar nuevas disposiciones, para el cumplimiento
En la exposición de motivos del proyecto que luego se de este deber, del que no podría sustraerse, pudiendo. además,
convirtió en la ley del 3 diciembre 1908, relativa a la conexión dar al concesionario órdenes imposibles de prever en el mo-
de los ferrocarriles con las vías de navegación, el Gobierno mento de celebrarse el contrato Si fuere posible admitir sólo
hizo un planteamiento magistral de la cuestión: "La doctrina por un instante que, por efecto de los contratos de concesión,
y la jurisprudencia —dijo— están conformes en admitir que la voluntad de los concesionarios pudiese dificultar la ejecu-
el Estado, al conceder por 99 años un monopolio de interés ción de las decisiones adoptadas por la Administración con
general (ferrocarriles), no ha podido enajenar su derecho a una finalidad de utilidad pública, habría que condenar irre-
intervenir, durante casi un siglo, a los efectos de imponer a misiblemente el sistema de la concesión, como contrario al
las compañías concesionarias, cuando ellas no las realizaran interés general. Resalta, con la evidencia de los principios
voluntariamente, todas las mejoras que reclame el interés pú- generales anteriormente señalados, que el Gobierno o poder
blico, y cuya necesidad se imponga imperiosamente para ase- público posee, en materia de concesiones, todos los poderes
gurar el libre desarrollo de la prosperidad del país. Si, en lu- de intervención, de control y de dirección que no le han
gar de explotar por cuenta propia un ferrocarril, el Estado prohibido formalmente de antemano ninguna ley ni regla-
juzgase preferible concederlo a un empresario, los contratos mento de administración pública con fuerza de ley. ¿ Se quiere
que celebrase con este empresario (en el caso, la concesión y acaso decir con esto que los contratos celebrados por el Estado
el pliego de condiciones) no podrían en lo futuro impedir al con los concesionarios de servicios públicos, no obligan a aquél
poder público tomar todas las medidas que estimase necesarias, tanto como a los concesionarios? De ninguna manera. Toda
en salvaguardia de los intereses públicos. En cuanto al empre- vez que el poder público reconoce que el interés de uno de los
sario, cualesquiera fuesen las estipulaciones de su contrato, grandes servicios públicos concedidos exige imperiosamente la
estará obligado a sufrir la aplicación de estas medidas inevita- derogación de las condiciones primitivas de la concesión, y
esta derogación lesiona los intereses del concesionario, éste
bles, tanto más cuanto que es el sustituto, durante un período
tiene derecho a una indemnización por el perjuicio que se le
generalmente muy largo, del poder público, en la ejecución de
ocasiona. En lugar de reclamar la anulación de las disposi-
un gran servicio público, y que esta sustitución sólo ha podido
ciones reglamentarias dictadas en virtud de los poderes que
consentirse con la condición de que el servicio respondería
el Gobierno recibe de la misma ley, debe pedir, ante los tri-
constantemente a todas las necesidades reconocidas por la
78 LA NOCIÓN DE SERVICIO PÚBLICO SERVICIOS PÚBLICOS CONCEDIDOS 79

bunales competentes, que se le conceda una reparación pecu- Ser. ejemplo. — A fin de prevenir las huelgas en los
niaria equivalente al dafío que ha experimentado a raíz de servicios ferroviarios, el proyecto de ley del 22 diciembre 1910
esas disposiciones... De todo lo que precede, puede deducirse establece un estatuto del personal de los ferrocarriles y un
esta conclusión: en materia de concesiones, el Estado actúa procedimiento de conciliación y arbitraje. ¿Pueden las com-
con toda libertad, sin violar ningún principio de derecho, y pañías concesionarias oponerse a este proyecto invocando el
sin atentar contra la equidad, cuando ordena, dejando a salvo "contrato" de concesión? No, respondió el Gobierno en la
la indemnización en caso de que proceda, las medidas extra- exposición de motivos: "Las compañías concesionarias... no
contractuales que le sugiere el criterio de la utilidad pública". podrían legítimamente oponerse a que el poder público dicte,
29 ejemplo. Leyes del 21 julio 1909 y del 28 diciembre a propósito del estatuto del personal y de la solución amigable
1911, relativas a las pensiones de retiros de ciertos agentes de de los conflictos que interesan a dicho personal, nuevas dispo-
las compañías de ferrocarriles de interés general*. — Estas siciones, no previstas al celebrarse los contratos y convencio-
leyes expresan que ciertos agentes tienen derecho a una pen- nes. Toda concesión es, al mismo tiempo, una empresa privada
sión cuyo monto se establece por la ley. Así, por ejemplo, las y un modo de gestión de un servicio público. Es actualmente
leyes de 1909 y de 1911 obligan a las grandes compañías con- un principio admitido por la doctrina y la jurisprudencia, que
cesionarias de ferrocarriles a modificar sus reglamentos de el poder público, al conceder un monopolio de interés general
retiros para asegurar a todos sus agentes los derechos y bene- por largo tiempo, no enajena su derecho a intervenir para
ficios previstos por la ley. Las leyes disponen también que imponer a los concesionarios las mejoras exigidas por el buen
los fondos para atender el servicio de las pensiones proven- funcionamiento del servicio o por el mantenimiento del orden
drán: l 9 ) de descuentos sobre los salarios y sueldos de los público... Lo único que queda por saber es en qué forma...
agentes; 29) de aportes de las compañías. De este modo, se debe regularse la indemnización que se debe como reparación
impone a los concesionarios una nueva carga, no prevista en de este perjuicio".
el acto de concesión. ¿Podrán éstos rechazarla invocando el II
acto de concesión? El Parlamento, a pesar de las protestas
de los concesionarios de los ferrocarriles y de sus defensores9, Aplicación del régimen del servicio público al servicio de
no ha estimado decisiva la objeción. Lo curioso del caso es alumbrado concedido por una municipalidad10
que, en estas circunstancias, el Gobierno no haya empleado la
argumentación terminante de 1908, acerca de la conexión de I. — Los agentes municipales han recibido, de la ley
los ferrocarriles con las vías de navegación. municipal (del 5 abril 1884, arts. 115, ap. 29, y 97-19), el poder
El precedente de la ley de 1908 fué invocado, en cambio, de organizar en el municipio un servicio público de alumbrado:
en 1910, cuando el Gobierno presentó el proyecto de ley rela- alumbrado público y distribución de luz a los habitantes.
tivo a la solución pacífica de los conflictos colectivos que se ¿Pueden comprometerse a mantener, durante determinado pe-
suscitasen con los empleados y obreros de los ferrocarriles. ríodo, una organización determinada del servicio público de
Es éste el tercer ejemplo que deseamos citar. alumbrado?
Prácticamente, cuando las autoridades municipales adop-
8 Sobre este punto, véase el estudio de ROIXAND, Les retraites des óheminots tan el procedimiento de la concesión de servicio público, la '
et le droit du législateur d'imposer de nouvelles obligations á un concessionnaire
de travaux publics, en la "Bevue du Droit Public", 1909, ps. 520 y es. organización y el funcionamiento del servicio se establecen en
9 Véase la carta que las cinco grandes compañías concesionarias dirigie-
ron, el 5 marzo 1909, al presidente de la comisión senatorial encargada del exa- 10 Cfr. GASTÓN JÉZE, Les principes généraux du droit adán., 3» ed., m,
men de dicho proyecto de ley (agregada al dictamen del senador STRAUSS, 1926, Le fonctionnement des services publics, ps. 378 y ss. (concesión de servicio
25 mayo 1908, n» 119). público a título exclusivo).
80 LA NOCIÓN DE SERVICIO PÚBLICO
SERVICIOS PÚBLICOS CONCEDIDOS 81
el acto de concesión. El problema consiste, pues, en investigar
si dicho acto, desde el momento que determina las condiciones Al mismo tiempo, las autoridades municipales fijaron las
de funcionamiento del servicio público, no puede ser modifi- condiciones mediante las cuales habría de efectuarse el alum-
cado antes del vencimiento del plazo de concesión. brado público eléctrico del municipio y la distribución de luz
a los habitantes (tarifas, red de cables, medidores, etc.).
La cuestión se ha suscitado ante los tribunales, en las Si se profundiza, se observa que las autoridades muni-
siguientes circunstancias de hecho:
cipales, al obrar así, han organizado, además del primer servi-
En ciertos municipios, la municipalidad había concedido cio público de alumbrado concedido a la Compañía de gas,
el servicio público de alumbrado (público y privado) a una un segundo servicio público otorgado a la Sociedad eléctrica.
compañía de gas. El concesionario se comprometía a realizar ¿Es esto posible? ¿El primer acto de concesión no se
gastos considerables (obras de canalización, construcción de oponía a que se procediese de este modo?
usinas, etc.). Además, a fin de proporcionar al concesionario
la garantía de que los resultados financieros de la explotación III. — No es posible dar una solución satisfactoria de la
serían favorables, el acto de concesión establecía que el conce- cuestión, mientras no se haga intervenir la noción del proce-
sionario tendría, durante cierto número de años —por ejemplo, dimiento del servicio público.
treinta—, "el privilegio exclusivo de colocar, en las calles y Cuando se menosprecia este punto de vista, y se quiere
terrenos dependientes de la vía pública urbana, tuberías des- resolver el problema aplicando el procedimiento del derecho
tinadas al alumbrado''; y que estaría, "durante el mismo plazo, privado, se llega a la siguiente solución: la convención es la
encargado exclusivamente de la prestación del alumbrado pú- ley de las partes. La Compañía de gas ha obtenido contrac-
blico de la ciudad". En otros términos: se otorgaba al conce- tualmente un privilegio exclusivo de distribución de luz, den-
sionario el privilegio exclusivo de suministrar el alumbrado tro de ciertas condiciones previstas en el acto de concesión.
público y de distribuir la luz a los particulares. Durante toda la vigencia de la concesión, la Compañía de gas
puede exigir que no se introduzca ningún cambio en las con-
¿Puede afirmarse que el acto de concesión así redactado
impide a las autoridades municipales modificar la organiza- diciones de explotación así estipuladas. Puesto que sólo se
ción del servicio público de alumbrado y de distribución de había tenido en cuenta el alumbrado por gas, durante todo el
luz a los particulares? plazo de la concesión existirá únicamente este sistema de
iluminación. La Compañía puede obligar a todos a atenerse
a este sistema. Si los habitantes de la localidad quieren luz
II. — La dificultad se presentó en los últimos años del eléctrica, que cada uno de ellos la fabrique en su domicilio
siglo xix, cuando el alumbrado eléctrico se convirtió en la para su uso particular. Antes de la expiración del plazo —qui-
cosa más usual. En ciertos municipios, donde existía una con- zá muy largo— de la concesión, no puede funcionar un servicio
cesión en favor de una compañía de gas para el servicio pú- de distribución de luz eléctrica, sin el consentimiento de la
blico de alumbrado, las autoridades municipales quisieron Compañía de gas.
beneficiar a los habitantes a raíz del descubrimiento de este Evidentemente, esta solución carece de elasticidad y de
nuevo sistema de alumbrado, asegurándoles las ventajas de la elegancia. Coloca en un mismo nivel el interés general de los
luz eléctrica. Con esos fines, las autoridades municipales tra- habitantes y el interés privado del concesionario, sacrificando >
taron con una sociedad de electricidad y le concedieron, por el primero al segundo, lo que resulta inadmisible 11 .
determinado período de tiempo, el privilegio exclusivo de ins-
11 Esta solución criticable es, no obstante, la que adoptó primeramente el
talar, en las vías públicas del municipio, hilos, cables y otros Consejo de Estado. No sólo en materia de distribución de luz, sino tam-
aparatos destinados a la distribución de la luz eléctrica. bién de trasportes colectivos en común, el Consejo de Estado no ha visto de
inmediato que existía servicio público y que el procedimiento del derecho pri-

Jéze, Der. adm., II 1 . 6


82 LA NOCIÓN DE SERVICIO PÚBLICO SERVICIOS PÚBLICOS CONCEDIDOS 83

IV. — Muy distinta es la solución a la que conduce el Partiendo de la noción de servicio público, es necesario
procedimiento del servicio público. Esta solución más elástica, distinguir: 1°) la organización, en el municipio, del servicio
satisface las exigencias del interés general y, al mismo tiempo, público de alumbrado 12 ; 2') la designación de un individuo
respeta los legítimos intereses privados del concesionario. o de una sociedad determinados, como concesionarios encar-
vado era inaplicable. En la resolución del 26 diciembre 1891, Compagnie du gaz
gados de explotar el mencionado servicio. El hecho de que
de Saint-Etienne, " E e c . " , p . 789 (con las conclusiones del comisario del Go- estos dos puntos figuren en el mismo documento y de que se
bierno, VALABRÉGUE) , el Consejo de Estado se colocaba exclusivamente en el dé a éste el nombre de contrato de concesión, no cambia su
terreno contractual, es decir, que resolvía el problema según las reglas aplicables naturaleza jurídica 13 .
al procedimiento del derecho privado: " S i los municipios no pueden establecer
en beneficio de un tercero el monopolio del alumbrado privado, les corresponde, Esta distinción origina las dos proposiciones siguientes:
para asegurar dentro de su territorio el servicio del alumbrado, tanto público 1*) Las autoridades municipales tienen la facultad de
como particular, el derecho de prohibir, de autorizar o de favorecer dentro del modificar, en cualquier momento, el funcionamiento del servi-
dominio municipal, todo establecimiento que pueda hacerle competencia al con-
cesionario respectivo. De las disposiciones combinadas de los convenios cele- cio público de alumbrado. En consecuencia, con la aparición
brados en 1851 y 1857, entre la ciudad de Saint-Etienne y la Compañía de gas, del alumbrado eléctrico, dichas autoridades podían asegurar
resulta que dicha compañía ha sido única y exclusivamente encargada del servi- a los habitantes del municipio las ventajas de esta nueva ilu-
cio de alumbrado en la precitada ciudad, durante toda la duración de la con-
cesión, sin distinción alguna entre el alumbrado público y el alumbrado par-
minación, modificando la organización del servicio público en
ticular. Si estos convenios reglamentan únicamente el alumbrado de gas, único cuestión, de manera que, además de la luz del gas, distribuyese
procedimiento que entonces se utilizaba, el art. 14 del convenio de 1857 confiere la luz eléctrica. Esta modificación del servicio público se reali-
a la ciudad la facultad de imponer a la Compañía, bajo ciertas condiciones, la
adopción de todo nuevo sistema de alumbrado que venga a sustituir, a conse-
za mediante el ejercicio del poder reglamentario. El acto que
cuencia de los descubrimientos de la ciencia, en París y en Lyon, al método organiza un servicio público es una ley material, que puede
antes usado. Al imponer así a la compañía concesionaria la obligación de bene- modificarse en cualquier momento, siempre que se observen las
ficiarla con la aplicación de los descubrimientos futuros, la ciudad ha preci-
sado, por esto mismo, el sentido y el alcance de los compromisos que contraía
formalidades legales14.
con la mencionada empresa y del derecho exclusivo que entendía concederle. A 2*) La designación de un individuo o de una sociedad
este respecto, la común intención de las partes está, por lo demás, afirmada determinados para explotar por concesión el servicio público
expresamente por los mismos términos de los acuerdos del concejo municipal,
que han precedido y preparado los dos convenios. De ahí se desprende que, al 12 La adopción del procedimiento de la concesión como modo de explota-
celebrar con la sociedad Edison un contrato que autoriza a la empresa citada ción de este servicio público, forma parte también de la organización del servi-
a colocar en las calles urbanas cables para la distribución de la luz eléctrica cio público.
a los particulares y al estipular también en beneficio del municipio una renta 13 V. GASTÓN JÉZE, Les principes généraux du droit administranf, 3» ed., I,
proporcional al número de las lámparas colocadas, la ciudad de Saint-Etienne 1925, La technique juridique, p. 61 (Les actes juridiques complexes).
ha violado mis obligac'.ones para con la Compañía de gas. Por ello, dicha Com- 14 P a r a no complicar el problema, dejemos de lado la cuestión de saber
pañía tiene derecho para pedir la anulación de la resolución por la cual el si las autoridades municipales también tienen la facultad de modificar, en
consejo de prefectura ha rechazado su demanda por daños y perjuicios''. El cualquier momento, el modo de explotación del servicio público de alumbrado,
Consejo de Estado invitaba a la ciudad arriba mencionada a dejar sin efecto sustituyendo el procedimiento de la concesión por el de la administración intere-
la segunda concesión, bajo pena de daños y perjuicios. Posteriormente, después sada (economía mixta) o por el de la administración directa (régie directe).
de un dictamen pericial, por una resolución del 25 noviembre 1898, " E e c " , La afirmativa no me parece dudosa. La razón para ello es la misma que se ha
p. 724 —entre la resolución primera y la que fijaba la indemnización, tras- dado en el texto. Sólo se trata del ejercicio del poder reglamentario. El ejercicio
currieron siete años—, el Consejo de Estado condenó a la ciudad de Saint-Etien- del poder de organizar y de reglamentar un servicio público, no puede ser trabado
ne a pagar a la Compañía de gas una indemnización de más de 600.000 francos, por un compromiso contractual. El acto que dispone que la explotación del servi- .
que representa el perjuicio experimentado por la Compañía, tanto como conse- ció público se hará por concesión, es una ley material, que puede modificarse en»
cuencia de la segunda concesión, como por no haberse revocado la concesión cualquier momento, con la condición de que se observen las formas y procedi-
otorgada a la Compañía Edison. Además, el Consejo de Estado reconoció a la mientos legales. E n otros términos, y desde el punto de vista práctico, la cláusula
Compañía de gas el derecho de reclamar nuevas indemnizaciones, mientras la de rescate se sobrentiende; y, aun en el caso de que haya un cierto plazo a
ciudad de Saint-Etienne no hiciese desaparecer la causa del daño, es decir, la cuya expiración el rescate no podrá tener lugar, es preciso afirmar que esta
segunda concesión. cláusula no puede impedirlo. Solamente, que además de la indemnización propia-
mente dicha por el rescate, el concesionario podrá reclamar un resarcimiento
84 L A NOCIÓN DE SERVICIO PÚBLICO
SERVICIOS PÚBLICOS CONCEDIDOS 85

de alumbrado, durante cierto tiempo, no significa ejercicio del 1*) Las autoridades municipales tienen el poder de mo-
poder reglamentario. Trátase de un contrato15, que crea una dificar, en cualquier momento, la organización del servicio pú-
situación jurídica individual intangible, no modificable por el blico de alumbrado con el fin de procurar a los habitantes los
ejercicio del poder reglamentario 16 , ya que la convención que beneficios de la distribución de luz eléctrica. No pueden re-
estipula, en beneficio de un individuo o de una sociedad deter- nunciar a este poder, ni reducirlo, ni comprometerlo por el
minados, el privilegio exclusivo, durante un período, del alum- acto de concesión18. Esto, por lo que hace al interés general.
brado público y de la distribución de luz a los habitantes, crea 29) Si la convención celebrada con el individuo o con la
en favor del concesionario una situación jurídica individual, empresa encargada de la explotación del servicio público,
intangible. La convención que designa a otro individuo o a establece un privilegio exclusivo de suministro de luz, verbi-
otra empresa, antes de la expiración del plazo convenido, para gracia, si confiere al concesionario la exclusividad del alum-
explotar por concesión una parte del servicio público de alum- brado por el gas o por cualquier otro sistema, resulta posible
brado, desconoce el privilegio exclusivo para la distribución la organización de un servicio público de distribución de luz
de luz otorgado contractualmente. Existe, pues, falta contrac- eléctrica. El individuo o la empresa concesionaria primitiva,
tual : se halla comprometida la responsabilidad del patrimonio en virtud del contrato mismo, pueden invocar el privilegio
administrativo municipal. La Compañía de gas tiene derecho exclusivo para explotar el servicio público así modificado. En
a solicitar el pago de daños y perjuicios por la inejecución de otros términos: el privilegio exclusivo puede ser invocado
la convención. Las autoridades locales habían prometido a un por el concesionario primitivo, para explotar también el
solo concesionario el servicio público de distribución de luz: servicio de alumbrado eléctrico.
esta convención ha sido violada, por lo que será preciso re- Pero en esta circunstancia es necesario tener en cuenta
parar el perjuicio causado por la designación de un segundo dos consideraciones.
concesionario del servicio público de alumbrado, toda vez que 1*) E n primer lugar, la modificación introducida en el
se había convenido expresamente que sólo había uno {privi- servicio público de alumbrado es muy considerable y excede
legio exclusivo). ciertamente, por su importancia, lo que primeramente se había
previsto. E n consecuencia, es preciso reservar al concesionario
V. — Las conclusiones que se extraen son, pues, las si- el derecho, no de impedir el funcionamiento del nuevo servicio,
guientes 17 : sino de negarse a efectuar su prestación, que es, por lo demás,
perfectamente separable del antiguo servicio público.
por el perjuicio particular sufrido por dicha causa. En otras palabras: fijando 2*) En segundo lugar, no es admisible que el concesio-
cierto plazo la cláusula de no rescate, debe interpretársela como que simple-
mente entraña el derecho, para el concesionario, de obtener una indemnización
nario, bajo pretexto de la cláusula de privilegio exclusivo,
especial para el caso de rescate anticipado. pretenda imponer a las autoridades locales las condiciones
15 ROLLAND, " R . D . P . " , 1909, p. 529, estima que la designación del con- financieras que le plazca. Es necesario buscar una solución
cesionario no constituye un contrato, pero reconoce que el concesionario —que que concilie el interés general y el interés del concesionario,
él denomina un colaborador de la Administración— tiene "un derecho a ciertas
ventajas, a ciertos beneficios". Parece realmente que " e l derecho" de que sin sacrificar a ninguno de ellos.
habla ROLLAN» es precisamente la situación jurídica individual a que se ha
hecho referencia en el texto. Luego, en nuestra opinión, siempre que un acuerdo 18 En este sentido: ROLLAND, " R . D . P . " , 1909, p. 529: " E l servicio aten-
de voluntades crea una situación jurídica individual, existe contrato. La tesis de
dido (por un concesionario)..., aunque se lo organice de cierta manera,
ROLLAND nos parece idéntica en el fondo a la que sostenemos.
sigue siendo exclusivamente un servicio público. Los gobernantes, por tanto,
i« GASTO» JÉZE, Les principes généraux du droit administranf, 3» ed., i, no han abandonado su derecho de reglamentarlo y de reorganizarlo. Por otra
1925, ps. 180 y ss. parte, aunque hubiesen querido, no lo habrían podido hacer jurídicamente, ein
17 Cfr. GASTÓN JÉZE, Les principes généraux du droit admin., 3» ed., ni, faltar a su misión".
1926, ps. 388 y ss.
86 LA NOCIÓN DE SERVICIO PÚBLICO SERVICIOS PÚBLICOS CONCEDIDOS 87

En 1900 y 1902, el Consejo de Estado, en una serie de suministrar el alumbrado por cualquier sistema que fuera,
resoluciones, halló una conciliación satisfactoria. y al municipio... la facultad de asegurar este servicio por
En 1900, el Consejo de Estado sugirió el siguiente meca- medio de la electricidad, concediéndolo a un tercero en caso
nismo, al que deberían ajustarse los agentes municipales para de que la Compañía (de gas), debidamente intimada, se rehu-
dar satisfacción al interés general, sin sacrificar el del con- sara a encargarse del sencido en las condiciones ofrecidas por
cesionario : aquél22.
Cuando las autoridades de un municipio quieren orga- La solución del Consejo de Estado sólo se aplica, según
nizar un servicio público de alumbrado eléctrico, habiendo ya las mencionadas resoluciones, cuando el acto de concesión no
ellas, por concesión, confiado la explotación del servicio de contiene ninguna cláusula relativa al alumbrado eléctrico. El
luz a una Compañía de gas, con privilegio exclusivo, deben Consejo de Estado estima que se impondría su aplicación si el
intimar "al concesionario para que suministre la luz eléctrica acto de concesión contuviese una cláusula expresa a este res-
en las condiciones ofrecidas por el empresario de este nuevo pecto23. Esta solución es aceptable con una reserva: la cláusula
alumbrado", que ha formulado mejores ofertas al municipio 19 . no puede menoscabar el poder de las autoridades municipales
Ahora, "si la Compañía de gas propone al municipio susti-
22 Jurisprudencia uniforme desde entonces. Cons. de Est., 7 noviembre 1919,
tuir por la electricidad el sistema de alumbrado que constituía
Compagnie céntrale d'éclairage, " R e c . " , p. 798.
el objeto de la primera concesión, y si el municipio rechaza 23 Cons. de Est., 3 mayo 1912, Compagnie continentále, " R e c " , p. 517.
esta proposición", la concesión dada a la Sociedad eléctrica El contrato de concesión establece que " e n caso de que Be descubra un sistema
"entraña una violación de las obligaciones contraídas por el de alumbrado distinto al del gas, por lo menos cuatro años después de haberse
puesto en práctica el nuevo sistema en la ciudad de París o en otra de las
municipio con respecto a su concesionario {Compañía de gas), principales ciudades de Francia, y de aplicarse en una ciudad de igual impor-
estando autorizado este último para pedir la reparación del tancia que la de Argenton, la Administración podrá intimar a los concesionarios
perjuicio que de ello resulta" 20 . que apliquen el nuevo sistema y, en caso de que se nieguen a hacerlo, la ciudad
podrá conceder, sin ninguna indemnización en su favor, a cualquiera otra persona,
En la resolución del 10 enero 1902, Compagnie du gaz de completa autorización para establecer en Argenton el nuevo sistema de alum-
Deville-lés-Rouen, "Rec", p. 521, se describe minuciosamente b r a d o " . El Consejo de Estado ha interpretado esta cláusula de la manera si-
este procedimiento. "Se hará justicia a lo que hay de fundado guiente: " E l art. 17 del c o n t r a t o . . . según los términos en que está redactado,
reconoce, en beneficio del concesionario del alumbrado a gas, el derecho de
en las pretensiones encontradas (del municipio y de la Com- proceder por sí mismo a la instalación del alumbrado eléctrico, si la sustitución
pañía de gas), reconociendo a la Compañía el privilegio de es reclamada por la ciudad en la eventualidad prevista, pero no regla las condi-
ciones de funcionamiento del nuevo servicio. A falta de cláusula contraria, las
condiciones deben discutirse entre las partes, y, a falta de acuerdo amigable,
19 Si no lo hace, incurre en falta. Cons. de Est., 20 diciembre 1912, Société debe fijarlas la jurisdicción competente, de manera que la explotación sea regu-
la Fusión des Gaz, " R e c . " , p. 234: " S i la Sociedad... no ha formulado recla- larmente asegurada y normalmente remunerada. En ningún caso el concesionario
maciones a propósito de las autorizaciones concedidas por la c i u d a d . . . en 1891, del alumbrado a gas está obligado, bajo pena de privársele del derecho de que
a los señores P., para instalar cables para la distribución de la luz eléctrica, la goza según el art. 17, a aceptar la prestación del nuevo servicio de conformidad
Municipalidad... no está autorizada para prevalerse, a falta de otras justifica- a las ofertas hechas por un concesionario concurrente. Así, la ciudad no Be
ciones, de esta sola circunstancia, para sostener que la Sociedad... habría hallaba autorizada por el contrato para imponer a la Compañía recurrente las
renunciado, si hubiese sido intimada por la Municipalidad, a encargarse de la cláusulas de un convenio propuesto por un tercero. De lo que se desprende que,
empresa del alumbrado eléctrico y que, por tanto, las autorizaciones concedidas en las circunstancias del caso, el municipio no estaba desligado de sus propios
a los señores P . no le han causado ningún p e r j u i c i o . . . " . compromisos, como lo hubiera estado si la Compañía se hubiese negado a confor-
20 Los términos citados corresponden a la resolución del Cons. de Est., marse al art. 17; por tant«, ai conceder al señor M. autorizaciones de uso de Ja
22 junio 1900, Commune de Maromme, " R e c " , p. 415. vía pública para ra instalación de la luz eléctrica pública y privada, la ciudad
21 Véase la nota de HAURIOU, en " S i r e y " , 1902, 3, 17. Véase, también, ha desconocido y lesionado los derechos de la Compañía de gas, a quien debe
las notas del mismo tratadista en " S i r e y " , 1894, 3, 1, y 1903, 3, 65. indemnizar el perjuicio así c a u s a d o ' ' .
88 LA NOCIÓN DE SERVICIO PÚBLICO

de reorganizar el servicio público de alumbrado. La noción


de servicio público se opone a ello resueltamente 24 .

CAPÍTULO IV

EMPLEO POR LA ADMINISTRACIÓN DE LOS PROCE-


DIMIENTOS DEL DERECHO PRIVADO PARA LA
SATISFACCIÓN DE LAS NECESIDADES
DE INTERÉS GENERAL

Los procedimientos del derecho público son muy frecuente-


mente utilizados por los agentes públicos para satisfacer las
necesidades de interés general. Su uso es tan corriente, que
hasta parece que jamás se utilizan los procedimientos del de-
recho privado. Pero no hay nada de esto. La verdad es que
los agentes públicos se sirven de muy buena gana de los
procedimientos del derecho público: en efecto, los procedi-
mientos del derecho privado suponen, esencialmente, relaciones
de igualdad; por consiguiente, resultan fatalmente desechados
siempre que se trata de satisfacer una importante necesidad
de interés general. El interés general debe prevalecer sobre
los intereses privados. Se comprende, entonces, que el proce-
24 Cfr. HAUEIOU, Droit adm., 9* ed., 1919, p. 814, nota 1: "Hasta ahora,
dimiento del derecho privado, que no hace prevalecer el inte-
el Consejo de Estado sólo aplica este procedimiento de la opción cuando el rés general sobre los intereses privados sino que coloca a uno
convenio celebrado con la Compañía de gas no contiene ninguna cláusula que y a otros sobre la misma línea, no es el procedimiento conve-
regule el problema del alumbrado eléctrico (cláusula del mejor alumbrado); niente. Por ello resulta natural que el uso de los procedi-
si el contrato contiene una cláusula de esta índole, el Consejo estima que
habiendo las partes previsto la cuestión, no hay más remedio que aplicar lo mientos del derecho privado sea cada día más restringido, a
estipulado, cualquiera sea la convención. Por lo que a nosotros respecta, estamos medida que se impone más la idea de la supremacía del in-
persuadidos de que será procedente autorizar el procedimiento de la opción aun terés general.
en ciertas hipótesis en que haya cláusula del mejor alumbrado, porque algunas No obstante, incurriría en un grave error quien creyera
de estas cláusulas, insertas en los contratos celebrados por las Compañías de gas,
son muy hábilmente logradas y comprometen máa de lo debido la libertad de las muy raro el uso de los procedimientos del derecho privado.
administraciones municipales. En nuestra opinión, siempre que la Compañía de
gas, por una cláusula cualquiera, ha procurado restringir el derecho de que goza I. — Teoría general
la ciudad para procurarse un concesionario de luz eléctrica, debe la municipalidad
poder recuperar su libertad intimando a dicha Compañía para que se convierta
en concesionario de la luz eléctrica". I. — Por de pronto, la Administración puede satisfacer
90 LA NOCIÓN DE SERVICIO PÚBLICO EMPLEO DE LOS PROCEDIMIENTOS DEL DERECHO PRIVADO 91

una necesidad de interés general, aunque el legislador no haya III. — Aun cuando tuviese lugar la creación y organiza-
creado un servicio público propiamente dicho o aunque los ción de un servicio público propiamente dicho, los agentes
agentes administrativos no hayan organizado un servicio pú- públicos gozan muy a menudo de la facultad de recurrir a los
blico. En este caso, los agentes administrativos no pueden procedimientos del derecho privado, cuando prefiriesen esos
aplicar los procedimientos del derecho público, porque tienen procedimientos a los del derecho público.
la obligación de usar únicamente los medios del derecho pri- Esto se observa muy claramente en los contratos celebra-
vado. dos por los agentes públicos para asegurar el funcionamiento
Son muy numerosos los casos en que se da esa situación. de los servicios públicos.
Por ejemplo, en 1914 y en 1915 el Estado tomó a su cargo Sería erróneo creer que todos los contratos concluidos por
los seguros marítimos, sin que por ello mediase la creación los agentes administrativos para el funcionamiento de los
de un servicio público propiamente dicho. Para asegurar la servicios públicos, son contratos administrativos propiamente
gestión de este servicio, los agentes públicos sólo han podido dichos, sometidos al régimen del derecho público, y que jamás
usar los procedimientos del derecho privado 1 . fueron contratos del derecho privado. Hay contratos que nece-
sariamente son de derecho público; los agentes administra-
II. — En lo que atañe a la Administración local, muy tivos no pueden decidir lo contrario. Pero existen otros que
son de derecho público o de derecho privado, según la voluntad
frecuentemente el legislador faculta de manera general a las
de los agentes públicos.
autoridades municipales para organizar los servicios públicos,
Por ejemplo, los contratos de obras públicas son necesa-
pero sin obligarles a ello2. Si los agentes locales no organizan
riamente contratos administrativos sometidos al régimen del
un servicio público propiamente dicho, sólo pueden usarse los
derecho público. Los agentes públicos no pueden decidir que
procedimientos del derecho privado. Tal es el caso del servicio
el contrato celebrado con un empresario para realizar trabajos
para la protección contra incendios (bomberos). Existe en sobre un inmueble afectado a un servicio público, no se regirá
este caso una necesidad de interés general que, según la juris- por el derecho público. Sería, por otra parte, una solución
prudencia del Consejo de Estado, puede satisfacerse mediante injustificable, aunque indiscutible. No se ve por qué, cuando
el servicio público o sin él. Será preciso indagar la intención se trata de volver a pintar el edificio de la municipalidad,
de los agentes públicos competentes para saber cuál es la deba necesariamente utilizarse el procedimiento del derecho
solución que han adoptado. De este modo, el régimen jurídico público. Sea como fuere, la regla es verdadera 3 .
aplicable corresponderá al derecho público o al derecho Del mismo modo, la concesión de servicio público es nece-
privado. sariamente un contrato administrativo regido por el derecho
público. Los agentes públicos no tienen la facultad de usar el
i Cons. de Est., 23 diciembre 1921, Société d'armements, " R e c . " , p. 1109; procedimiento de derecho privado; lo que resulta totalmente
" E . D . P . " , 1922, ps. 74 y ss., con las conclusiones de EIVET: " S i el Estado,
mediante los decretos de 11 y 13 agosto 1914, ratificados por la ley del 10 justificado, ya que la concesión de servicio público es un modo
abril 1915, . . . c o n el fin de facilitar el abastecimiento del país, ha creado un de explotación del servicio público. El régimen del derecho
servicio nacional de seguros y ha instituido a este efecto una comisión ejecutiva, público es indispensable en este caso.
no ha entendido prestar este servicio en condiciones diferentes de aquellas en
que funcionan las empresas de seguros privadas; los convenios celebrados, por Por el contrario, cuando se trata de obtener un suminis-
intermedio de esta comisión, con los asegurados, no tienen carácter administra- tro, o un medio de trasporte para el servicio público propia-
tivo, sino que constituyen contratos de derecho c o m ú n " . Consúltese la resolución
del Cons. de Estado del 23 mayo 1924. Société les Affréteurs réunis ( " R . D . P . " ,
1924, ps. 390 y ss., con las conclusiones de R I V E T ) .
3 P a r a el desarrollo de estas ideas, véase GASTÓN JÉZE, Les principes géné-
raux du droit administranf, 3» ed., n i , 1926: Le fonctionnement des Services
2 V. infra, p. 107. publics, cap. m , ps. 297 y ss. (Les contrats administratifs).
92 LA NOCIÓN DE SERVICIO PÚBLICO EMPLEO DE LOS PROCEDIMIENTOS DEL DERECHO PRIVADO 93

mente dicho, los agentes públicos pueden, por lo general, ele- lo tanto, podrán aplicarse los procedimientos del derecho pri-
gir entre el contrato administrativo llamado contrato de su- vado para asegurar el funcionamiento de estas actividades.
ministros y el contrato de derecho privado (compraventa). La jurisprudencia se halla dividida. La Corte de Casación
Los contratos de suministros sólo tienen este carácter cuando se pronuncia en el mismo sentido que los autores. El Consejo
ésa ha sido la intención de los agentes públicos que los han de Estado, en cambio, parece sustentar con firmeza la opinión
celebrado4. En 1921, en el asunto Société genérale d'armements contraria, al resolver en varias oportunidades, muy paladina-
(Cons. de Est., 23 diciembre 1921, " R . D . P . " , 1922, p. 77), el mente, que la explotación pública de los teatros nacionales
comisario del Gobierno, RIVET, decía a este respecto: "Las constituía un servicio público propiamente dicho, implicando,
personas morales, cuando contratan con miras a la creación por consiguiente, el uso de los procedimientos del derecho pú-
o a la ejecución de un servicio público, tienen siempre en blico y la aplicación del régimen jurídico del derecho público.
cuenta el interés general, interés que puede ser más o menos Pero la jurisprudencia del Consejo de Estado no es tan
imperativo, pero que existe siempre. ¿Se desprende, por eso, coherente como lo exige la lógica.
que todo contrato, celebrado en estas condiciones y con esta Conviene estudiar con mayor detenimiento la cuestión
finalidad, pertenece necesariamente a la competencia de los
de los teatros nacionales o municipales.
tribunales administrativos? De ninguna manera. Lo que cabe
decir verdaderamente... es que el interés general, en virtud II. Teatros nacionales. — Y, ante todo, analicemos la
del cual se ha concluido la convención, encierra frecuente- cuestión principal. ¿Son los teatros nacionales un servicio
mente exigencias particulares, de donde resultará la elabora- público propiamente dicho?
ción de cláusulas que están fuera de la órbita del derecho Algunos contestan esta pregunta sosteniendo que, por su
común, que excluirán la competencia de la jurisdicción civil. misma naturaleza, no puede aplicarse a los espectáculos el
Pero si estas cláusulas excepcionales, estas cláusulas de natu- procedimiento del servicio público, pues no se trata de una
raleza propiamente administrativa, no existen, si se ha logrado actividad suficientemente moral para merecer el régimen del
satisfacer las necesidades de interés general que se hallan en servicio público 5 .
juego mediante las estipulaciones usuales en los contratos Esta manera de razonar resulta inadmisible: se confunde
celebrados entre particulares, será naturalmente competente el problema jurídico con el problema político. El Parlamento
la jurisdicción ordinaria en materia de contratos, es decir, la tiene competencia para elevar a la categoría de servicio pú-
jurisdicción de los tribunales judiciales". blico la satisfacción de cualquier necesidad de interés general.
Por ejemplo, si desea convertir en servicio público los juegos,
II. — Los teatros nacionales o municipales las carreras de caballos, la lotería, la prostitución, y se obje-
tase la moralidad de todas esas actividades, ello sería una
Un caso muy difícil es el de los teatros, nacionales o mu- objeción política, pero no un obstáculo jurídico.
nicipales. ¿Deben los agentes públicos usar, para su explota- La cuestión consiste, pues, en investigar cuál ha sido la
ción, los procedimientos del derecho público, o, por el contra- voluntad del Parlamento al respecto. Ningún texto legislativo
rio, los procedimientos del derecho privado? ha expresado claramente, en forma directa o indirecta, la.
voluntad del Parlamento sobre este punto. Se ha discutido,'
I. — La cuestión es muy controvertida en doctrina. Mu- incluso, acerca de la voluntad presunta del legislador, la cual
chos juristas se niegan a considerar a los teatros nacionales o
municipales como servicios públicos propiamente dichos. Por 5 Sobre la cuestión política de saber si conviene erigir en servicios públicos
a las empresas de espectáculos 7 de teatro, véase HAURIOU, trabajo publicado
en "Sirey", 1916, 3, 49; Cons. de Est., 7 abril 1916, Astruc. Cfr. supra,
•* GASTÓN JÉZE, Principes généraux, op. cit., ni, ps. 297 y ss. p. 19, nota 35.
94 LA NOCIÓN DE SERVICIO PÚBLICO EMPLEO DE LOS PROCEDIMIENTOS DEL DERECHO PRIVADO 95

se deduce de la necesidad de la existencia de espectáculos. No obstante, ninguna de las resoluciones invocadas en


Esto implica en realidad sustituir la voluntad del legislador apoyo de esta opinión es categórica: el Consejo de Estado se
por la del juez. Pero lo mismo sucede siempre que el juez limita a afirmar, en determinado caso, la competencia de los
estatuye en ausencia de una ley expresa. tribunales administrativos para resolver el litigio; pero esta
Los que consideran a los espectáculos como una necesidad competencia se explica, en cada asunto, por la naturaleza es-
general esencial, descubrirán fácilmente los textos de los cua- pecial de la controversia 10 .
les inducirán la voluntad del legislador de crear un servicio Por el contrario, existen resoluciones formales en las
público propiamente dicho6. cuales el Consejo de Estado ha resuelto finalmente que un
El Consejo de Estado ha decidido en 19237, a propósito teatro municipal no es un servicio público11.
de la Ópera Cómica, que los teatros nacionales son servicios
públicos propiamente dichos. IV. — Prácticamente, resulta muy importante saber si,
para la construcción y la explotación de un teatro nacional o
En cambio, la Corte de Casación, en 1901, se pronunció
municipal es únicamente correcto el procedimiento del dere-
sobre la mencionada cuestión en forma totalmente contraria 8 .
cho privado, es decir, si sólo deben aplicarse las teorías del
Según se adopte una u otra solución, se llega a conse- derecho privado.
cuencias jurídicas muy diferentes (v. injra, ps. 95 y ss.). A veces, la cuestión se complica por el hecho de que dos
explotaciones se hallan a cargo de un mismo concesionario:
I I I . Teatros o casinos municipales. — El Consejo de establecimiento termal, teatro o casino12. Es necesario distin-
Estado no se ha pronunciado con claridad sobre la cuestión
principal. ¿Corresponde considerar que la ley del 5 abril 1914 10 Muy a menudo el Consejo de Estado declara que los trabajos de cons-
trucción o de conservación del teatro o del casino municipal, son obras públicas
(art. 115) autoriza a los concejos municipales para organizar (de competencia del Consejo de prefectura); pero esto no implica necesaria-
ios teatros municipales como servicios públicos? Se ha res- mente que haya servicio público. E j . : Cons. de Est., 27 abril 1923, de Fállois,
pondido afirmativamente 9 . " R e c " , p. 367, construcción y explotación del casino municipal de Cannes. To-
davía más, el Consejo de Estado declara, a veces, a propósito de una concesión
a una sociedad, de un terreno, con el cargo de construir en él un edificio que
6 En sus conclusiones en el caso Gheusi (Cons. de Est., 27 julio 1923, pasará, al final de la concesión, a ser propiedad de la ciudad, que " e l inmueble
" R . D . P . " , 1923, p. 564), el comisario del Gobierno, MAZERAT, declaró: " L a no se halla destinado a asegurar un servicio público, ni a proveer a un objeto
existencia de la ópera Cómica (y, en general, de los teatros nacionales) responde de utilidad pública"; se trata, pues, de un " c o n t r a t o de derecho común, que
a una idea mucho más elevada (que la de asegurar la gestión de una parte del compete a los tribunales j u d i c i a l e s " (Cons. de Est., 12 mayo 1922, Ville de
dominio del Estado) : contribuir al progreso de las artes en Francia, perpe- Saint-Malo, " R e c " , p. 413).
tuando, al mismo tiempo, la ejecución de las obras maestras clásicas, y represen- 11 Cons. de Est., 5 diciembre 1906, Ville de Lyon, " R e c " , p. 892: " L a
tando cada año cierto número de obras nuevas. Ello entra en la misión civiliza- ciudad de Lyon ha explotado por administración d i r e c t a . . . el gran teatro mu-
dora del Estado, con el mismo título que los museos nacionales o la Escuela de nicipal. Estos hechos constituyen el ejercicio de una profesión... y no la
Bellas Artes. E n una palabra: constituye un servicio público". ejecución de un servicio p ú b l i c o . . . Al gran teatro municipal no puede conside-
MAZERAT generaliza su argumentación, extendiéndola a todas las explota- rárselo perteneciente a las categorías anteriormente previstas (edificios afecta-
ciones teatrales municipales. Véase infra, p. 94. dos a un servicio público).
7 Cons. de Est., 27 julio 1923, Gheusi, " R . D . P . " , 1923, p. 560 (con las 12 Así, según el Consejo de Estado (28 junio 1918, Société genérale ther-
conclusiones muy claras de MAZERAT). La resolución califica al decreto minis- male, " R e c " , p. 642), cuando el municipio concede y da en locación a una
terial de nombramiento del director (con el pliego de condiciones) de contrato sociedad, durante cincuenta años, " l a explotación del casino y del estableci-
de servicio público. El comisario del Gobierno decía: La Opera Cómica " c o n s - miento termal con todas las fuentes minerales de propiedad del municipio y los
tituye un servicio público", que " e n t r a en la misión civilizadora del Estado, edificios y dependencias del mencionado establecimiento, incluido el material
con el mismo título que los museos nacionales o la Escuela de Bellas A r t e s ' ' . industrial, mediante el pago de una renta anual por la sociedad y además varias
8 Casac, 12 junio 1901, L'État, " S . " , 1906, 1, 41. obligaciones, como la ejecución de obras de construcción y de mejoramiento",
9 Conclusiones de MAZERAT, en el caso Gheusi, Cons. de Est., 27 julio 1923, " e l contrato de que se t r a t a presenta, en SÍI conjunto, el carácter de un con-
" R . D . P . " , 1923, p. 565. trato de concesión de un servicio público...". " S i dicho contrato importa,
96 LA NOCIÓN DE SERVICIO PÚBLICO EMPLEO DE LOS PROCEDIMIENTOS DEL DERECHO PRIVADO 97

guir por separado las dos explotaciones, aunque estuviesen consejos de prefectura, etc. Para que así suceda, basta, según
juntas en un mismo acto; la jurisprudencia del Consejo de la jurisprudencia del Consejo de Estado, que se considere a
Estado es criticable en este aspecto, porque no hace la debida un teatro o a un casino como destinado a satisfacer un
separación. objeto de utilidad pública15. En consecuencia, las resoluciones
Establecido esto, veamos las principales teorías que se en las cuales el Consejo de Estado afirma la existencia de
aplican: obras públicas (de competencia administrativa) no significan
1*) Para la adquisición de los terrenos necesarios para la necesariamente que exista servicio público. La observación es
construcción o ensanche de un teatro nacional o municipal, de la mayor importancia en lo relativo a los teatros y casinos
¿puede aplicarse la expropiación por causa de utilidad pú- municipales 16 .
blica? La cesión amigable, si se ha celebrado, ¿es una venta 3*) ¿Tienen los individuos que desempeñan diversas
exclusivamente regida por las disposiciones del Código Civil tareas en un teatro nacional o municipal el carácter de colabo-
o por las de la ley del 3 mayo 1841 ?1?. radores de un servicio público? Por ejemplo, los socios de la
2*) La construcción o la reparación de un teatro pueden Comedia francesa ¿colaboran con un servicio público? Indu-
ser obras públicas en el sentido técnico de estas expresiones14, dablemente, ellos no son agentes públicos, aunque con arreglo
aun cuando no haya servicio público. Por consiguiente, podrán a la jurisprudencia del Consejo de Estado se considere servicio
aprovecharse las facilidades especiales de ejecución de las público a la Comedia francesa. Los comediantes y el personal
obras públicas (requisición de ocupación temporaria, de ex- del teatro no son sino los empleados de un concesionario de
tracción de materiales, etc.); los litigios que se susciten no servicio público. Según las soluciones de la jurisprudencia
serán de competencia de los tribunales judiciales, sino de los administrativa, el administrador de la Comedia francesa y el
comité, aunque designados por el ministro, no son autoridades
fuera de esto, la atribución de goce, en favor de la sociedad, de varias propie- administrativas. El administrador es siempre un concesionario
dades municipales, esta circunstancia no podría conferirle los caracteres de lo-
c a c i ó n " (cfr. la nota de MESTRE, en " S . " , 1922, 2, 89, comentando fallo de 15 E n este sentido, véase las conclusiones de CORNEILLE, en el caso Astruc.
Toulouse, 19 febrero 1919, en este mismo asunto; " R . D . P . " , 1923, p. 264). Cons. de Est., 7 abril 1916 ( " R . D . P . " , 1916, ps. 374 y ss.). El Consejo de
13 E s preciso dar la misma solución para toda construcción de edificio que Estado resolvió en este asunto: " E l Palacio de que se t r a t a (Palais philarmo-
no esté destinado a un servicio público, verbigracia, la construcción de una ñique) no se hallaba destinado a asegurar un servicio público, ni a proveer a
iglesia; en efecto, el culto no es más en Francia, desde 1905, un servicio un objeto de utilidad pública... E l proyecto de convenio, que participa de
público. Esta solución ha sido confirmada por la Sección del Interior del Con- la naturaleza de un contrato de derecho común, caía dentro de la competencia
sejo de Estado (dictamen del 23 febrero 1921) : A título excepcional, y por de la autoridad judicial; equivocadamente, pues, el consejo de prefectura, al
aplicación de leyes especiales (ley del 14 marzo 1919, art. 2 ; ley del 17 abril asimilar el caso a una controversia sobre una concesión de obras públicas, ha
1919, art. 12), los municipios pueden recurrir a la expropiación para adquirir seguido conociendo de é l " . E n lo relativo al desarrollo de esta idea, v. GASTÓN
los terrenos necesarios para la reconstrucción de los edificios del culto destruidos JÉZE, Les principes généraux du droit administratif, 3» ed., n i , 1926, ps. 337
por los acontecimientos de la guerra y perjudicados por el plan de reconstruc- y ss.; ps. 402 y ss.
ción de los municipios, " c o n la reserva de que la expropiación se limitará a la 16 E n sus conclusiones en el asunto Gheusi, 27 julio 1923 ( " R . D . P . " ,
adquisición de los terrenos imprescindibles para la construcción de un edificio 1923, p. 560), MAZERAT argumenta como si el Consejo de Estado reconociese
que tenga el mismo carácter, la misma importancia y el mismo destino que el formalmente a los teatros y casinos municipales el carácter de servicios públicos.
demolido por causa de la g u e r r a " . Al estudiar con mayor profundidad las resoluciones citadas por MAZERAT, ee
14 E n el curso del proceso por responsabilidad contra el Estado, motivado advierte que el Consejo de Estado ha declarado que los tribunales administra-
por el incendio de la ópera Cómica, de 1887, se ha sostenido que la construc- tivos no eran competentes en esta materia, lo que excluye la idea de servició
ción de dicho teatro en 1839, se consideró una obra pública. El procurador público, o bien de que se trataba de obras públicas (lo que no resuelve la cues-
general ante la Corte de Casación, LAFERRIÉRE, hizo las reservas más expresas tión del servicio público). La resolución más favorable a la tesis de MAZERAT
acerca de esta afirmación: " A l admitir, lo que es discutible, que haya existido es la del 28 junio 1918, Société genérale thermale. Aunque allí se trataba de
un contrato de obra pública para la construcción de la ópera Cómica, en una concesión que versaba al mismo tiempo sobre un establecimiento termal
1 8 3 9 . . . " (Conclusiones, en Casación, 12 junio 1901, L'État c. Dessauer, " D . " , (servicio público) y sobre un casino (v. supra, p. 95, nota 12. Véase, también,
1902, 1, 371; " S . " , 1906, 1, 4 1 ) . GASTÓN J É Z E , Les principes généraux, op. cit., n i , p. 485).

Jéze, Der. adm., II 1 . 7


98 LA NOCIÓN DE SERVICIO PÚBLICO
EMPLEO DE LOS PROCEDIMIENTOS DEL DERECHO PRIVADO 99

de servicio público17. En consecuencia, los individuos emplea- de los agentes públicos propiamente dichos20. Sin embargo,
dos en un teatro (comediantes, etc.) se rigen, en cuanto a sus resulta dudoso que el Consejo de Estado extraiga en alguna
derechos y obligaciones, por las reglas del derecho privado oportunidad esta consecuencia de su solución de principio.
y por el acto particular que reglamenta el funcionamiento del
4 ? ) Según el Consejo de Estado, la explotación de un
teatro. Las decisiones tomadas por los individuos empleados
teatro municipal, aunque se efectúe mediante administración
en un teatro 18 no tienen, bajo ningún aspecto, el carácter de
directa (régie), no constituye realización de un servicio pú-
actos que emanan de autoridades administrativas, en el sen-
blico; es, simplemente, el ejercicio de una profesión21. Por
tido técnico que tiene esta expresión en la teoría del recurso
consiguiente, la contribución territorial, la contribución de
por exceso de poder. Los litigios provocados por el personal
puertas y ventanas, la contribución de patentes, etc., se deben
competen a los tribunales judiciales 19 .
por los edificios afectados al teatro y para la explotación de
El Consejo de Estado no ha tenido ocasión de resolver
éste, aunque, de hecho, la administración municipal no obtu-
si los empleados de un teatro nacional o municipal elevado a
viese ningún beneficio de la explotación22.
la categoría de servicio público se hallan, en caso de huelga,
regidos por el derecho privado o por el derecho público. Si 59) Los edificios afectados a los teatros nacionales o mu-
colaboran verdaderamente con un servicio público propiamente nicipales ¿son dependencias del dominio público, en el sentido
dicho, se regirán en caso de huelga, por el derecho público; técnico que tiene esta expresión? De manera más precisa, ¿el
por su voluntaria colaboración con una explotación cuya con-
20 V. infra.
tinuidad y regularidad son esenciales, se hallan, desde ese 21 Casac. civ., 12 junio 1901, L'État c. Dessauer, " S . " , 1906, 1, 41 (con
punto de vista, en una situación jurídica legal análoga a la las conclusiones de LAFERRIÉRE y una nota de G. FERRON) : " L a explotación
de un teatro (ópera Cómica) constituye una empresa privada; las subvenciones
17 Cons. de Est., 27 julio 1923, Gheusi, " R . D . P . " , 1923, p. 560 (con las
que le concede el E s t a d o . . . no pueden tener el efecto de modificar su carácter
conclusiones de MAZERAT) : " L a resolución m i n i s t e r i a l . . . por la que se recurre
y de tranformarlo en servicio público". En el mismo sentido se pronunció
al señor G. y a los señores I. para la dirección del teatro nacional de la ópera
enérgicamente el procurador general LAFERRIÉRE: " ¿ E l teatro estaba afec-
C ó m i c a . . . , aunque reviste la apariencia de un acto de nombramiento... no ha
tado a un servicio público? No, porque el Estado no hace más que subven-
tenido ni por finalidad ni por efecto conferir a aquellos a quienes se refería la
cionar y vigilar al concesionario del teatro; pero la obra teatral no incumbe
calidad de funcionarios... Resulta del conjunto de las disposiciones (del pliego
al Estado y de ningún modo tiene el carácter de un servicio público". El
de condiciones), destinadas a asegurar, con un fin de interés general, la calidad
Tribunal civil del Sena, por sentencia del 29 enero 1895, decidió que " e l
artística y la continuidad de la explotación, que el contrato celebrado por
Estado explotaba por sí mismo o por su representante un verdadero servicio
el Estado con los señores G. e I., para la ejecución del servicio así reglamentado
público". La Corte de apelaciones de París (21 junio 1898) había vacilado sobre
por el mencionado pliego de condiciones, tiene el carácter de un contrato de
la cuestión: "Admitiendo, por hipótesis, que la ópera Cómica constituya, desde
concesión de servicio público".
el punto de vista del arte y de la educación artística, un servicio público... ".
18 Naturalmente, no sucede lo mismo con las decisiones tomadas por el
22 Cons. de Est., 5 diciembre 1906, Filie de Lyon, " E e c " , p. 892: "En lo
Ministro con respecto al personal de los teatros subvencionados.
que concierne a la contribución de patentes: Resulta del expediente que la ciudad
i» Cons. de Est., 11 nov. 1910, Sandrini, " R e c " , p . 780: " E n las rela-
de Lyon ha explotado por administración directa, durante el año 1904, el gran
ciones que tienen con los artistas cuyos servicios utilizan, a los directores de la
teatro municipal. Estos hechos constituyen el ejercicio de una profesión impo-
ópera no se los puede considerar funcionarios públicos, aunque actúen en calidad
nible y no la ejecución de un servicio público. Por consiguiente, y aun cuando
de empresarios comerciales. Fuera de esto, no corresponde al Consejo de Estado
ella en el hecho no hubiese obtenido ningún beneficio de la explotación del gran
apreciar si los derechos que la señorita Sandrini tenía en virtud de su respec-
teatro, es con razón que (la ciudad de Lyon) ha sido objeto de imposición y •
tivo contrato, para la ejecución integral de dicho contrato, o para el au-
mantenida como contribuyente de patentes por el año 1904, con motivo de esta '
mento de su pensión de retiro, han sido desconocidos por los directores de
explotación en calidad de director de espectáculos".
la ó p e r a " . Sin embargo, si se discute la validez o la legalidad de una decisión
"En lo que concierne a la contribución inmobiliaria de las propiedades
emanada de una autoridad administrativa ( e j . : decisión ministerial de nombra-
construidas, a la tasa de los bienes de mano muerta y ala contribución de puertas
miento del administrador, del comité de la Comedia francesa), el recurso de-
y ventanas: Según el art. 105 de la ley del 3 frimario año vil, únicamente ee
berá plantearse ante el Consejo de Estado. El nombramiento del administrador
exceptúan de la contribución inmobiliaria las propiedades públicas no produc-
no es un acto de nombramiento propiamente dicho, sino un acto de concesión
tivas de rentas, y, según los términos del art. 5 de la ley del 4 frimario año vil,
de servicio público.
no están sometidos a la contribución de puertas y ventanas los edificios afee-
EMPLEO DE LOS PROCEDIMIENTOS DEL DERECHO PRIVADO 101
100 LA NOCIÓN DE SERVICIO PÚBLICO

por las reglas del derecho privado o por las teorías especiales
régimen jurídico aplicable a estos inmuebles, es el régimen del derecho público? Y los tribunales competentes para esta-
de la propiedad privada o el régimen especial de protección tuir sobre esta responsabilidad, ¿son los tribunales adminis-
denominado régimen del dominio público? 23 . La negativa se
trativos o los tribunales judiciales? ¿Se trata o no del funcio-
admite muy generalmente.
namiento de un servicio público? 25 .
6*) Cuando la explotación de un teatro nacional o muni-
cipal no se realiza por administración directa, ¿el director
encargado de la explotación es un concesionario de servicio
público? ¿El pliego de condiciones es pura y simplemente un
contrato? ¿Es preciso investigar cuáles son las cláusulas del
acto de concesión, que organizan el servicio público, o bien
no hay de ningún modo servicio público, y, en consecuencia,
todas las cláusulas del contrato hacen la ley de las partes y
sólo pueden modificarse por el acuerdo de voluntades de las
partes contratantes? El Consejo de Estado responde: con
respecto a los teatros nacionales, hay concesión de servicio
público y el pliego de condiciones organiza dicho servicio.
Según la Corte de Casación, existe un contrato de derecho
privado; el concesionario no es más que un empresario pri-
vado24. En lo relativo a los teatros municipales, el Consejo de
Estado declara: hay ejercicio de una profesión y no concesión
de servicio público.
7*) La responsabilidad que puede incumbir a la Adminis-
tración por el hecho de la explotación de un teatro, ¿se rige 25 Trátase de la cuestión suscitada por las acciones por responsabilidad en-
tabladas contra el Estado, a consecuencia del incendio de la ópera Cómica. La
Corte de Casación ha decidido que las reglas del derecho privado eran aplicables
-todos a un servicio público. Al gran teatro municipal no se le puede considerar j que se imponía la competencia de los tribunales judiciales. En este sentido,
comprendido en las categorías previstas en los artículos antes estudiados. Por véase las conclusiones del procurador general LAFERRIÉRE, ante Casac. civ., 12
tanto, la ciudad de Lyon no está autorizada para pedir que se le libere de la junio 1901 ( " S . " , 1906, 1, 41, con nota concordante de G. FERRON).
contribución territorial, de la tasa de los bienes de mano muerta y de la contri- La Corte de Casación se ha pronunciado muy claramente (12 junio 1901,
bución de puertas y ventanas, por las cuales se le ha gravado y mantenido en L'État c. Dessauer): " E n derecho, el Estado, considerado como propietario de
las listas respectivas, en razón del teatro". los bienes que componen su dominio privado, se somete, en sus relaciones
23 Se discute acerca del punto relativo a saber si todos los edificios afec- con los particulares, a las reglas del derecho civil, y, desde el punto de vista de
tados a un servicio público forman parte del dominio público. Aun los autores si* responsabilidad por las faltas que pueda cometer, es justiciable ante los tri-
que se pronuncian por la afirmativa excluyen a los teatros. E n este sentido bunales del orden judicial. La explotación de un teatro constituye una empresa
HAÜRIOU, Droit adm., 9* ed., p . 760, nota 1, expresa: " L o s teatros no deben privada; las subvenciones que le concede el Estado... no pueden tener el efecto
clasificarse en el dominio público, aunque sean municipales, porque a la de modificar su carácter y de trasformarlo en servicio público. Así, la acción...
gestión teatral no se la considera como un servicio público, sino como una
no se entabla de ningún modo contra el Estado poder público, con motivo de la
profesión imponible, aun cuando exista explotación por administración d i r e c t a " .
En este sentido, también se expide el procurador general LAFERMÉBE, conclu-
mala gestión de uno de los servicios públicos de los que está encargado de
siones ante Casac. civ., 12 junio 1901, L'État o. Dessauer, "8.", 1906, 1, 41. proveer, sino contra el Estado propietario... Dicho edificio (ópera Cómica)
lia Corte de Casación, 12 junio 1901, declara: " E l mencionado edificio (ópera formaba parte del dominio privado del Estado, que lo poseía a título de propie-
Cómica) formaba parte del dominio privado del Estado, que lo poseía a título t a r i o . . . " . Por consiguiente, la competencia judicial se impone.
de p r o p i e t a r i o " . Según parece, para ser lógico con el principio por él adoptado, el Consejo
de Estado, en este asunto, debió resolver lo contrario.
24 Cfr. supra, p . 99, notas 20 y 21.
CAPÍTULO V

CREACIÓN, ORGANIZACIÓN Y SUPRESIÓN DE UN


SERVICIO PUBLICO

I. — Crear un servicio público significa decidir que la


satisfacción de determinada necesidad de interés general po-
drá efectuarse mediante los procedimientos del derecho pú-
blico.
Organizar un servicio público es formular las reglas ge-
nerales de su distribución, según las cuales se regirá la acti-
vidad de ciertas personas o deberán administrarse determi-
nados bienes. De manera más precisa, consiste en decidir,
ante todo, si habrá servicio público puro y simple a cargo de
determinado patrimonio administrativo general, o servicio
público con afectación de ingresos, o bien establecimiento
público, es decir, afectación de un patrimonio propio (supra,
ps. 27 y ss.), según que el servicio público sea explotado por
administración directa, por sociedad- mixta o por concesión.
Corresponde decidir, en seguida, si es admisible la actividad
concurrente de los individuos (servicio público monopolizado
o no monopolizado); habrá que determinar, luego, la categoría
de los agentes (número, nombramiento, jerarquía, disciplina,
destitución, etc.) que se encargarán del funcionamiento del
servicio1, así como también sus facultades (competencia), etc.
Finalmente se formularán las reglas generales aplicables a los
ingresos o a las cosas afectadas al servicio, en caso de que se
haya dispuesto la afectación. He aquí, pues, los principaleé

i La designación de los individuos investidos de la función, no constituye


la organización del servicio público; el acto de nombramiento no tiene la misma
naturaleza que la reglamentación impersonal y general relativa al personal.
V. infra.
104 LA NOCIÓN DE SERVICIO PÚBLICO CREACIÓN DE UN SERVICIO PÚBLICO 105

—pero no los únicos— objetos de la organización de un servi- ¿ Cómo se realiza la distribución de las competencias entre
cio público. estas autoridades públicas, en lo relativo a la creación, orga-
Suprimir un servicio público significa dejar sin efecto la nización y supresión de los servicios públicos? ¿Y cuál es, a
aplicación de las teorías especiales del derecho público para ciencia cierta, desde estos diferentes puntos de vista, la exten-
satisfacer determinada necesidad de interés general. La liqui- sión de las respectivas competencias?
dación de la organización anterior sigue necesariamente a la Para resolver estas cuestiones, es preciso, según nuestra
supresión, suscitando delicados problemas. opinión, diferenciar cuidadosamente la creación de un servicio
La creación, la organización y la supresión de un servicio público, de su organización y de su supresión.
público tienen, pues, diferentes objetos. La creación y la or-
ganización son dos cosas distintas, pero estrechamente vincu-
ladas. La organización es manifiestamente el complemento ne-
cesario, indispensable, de la creación. S E C CIÓN I

II. — La naturaleza jurídica del acto de creación es la CREACIÓN DE ÜN SERVICIO PÚBLICO


misma que la de los actos de organización y de supresión. La
creación, la organización y la supresión de un servicio público
se reducen a establecer reglas generales obligatorias: el acto I. — Crear un servicio público, significa declarar aplica-
que crea, organiza o suprime un servicio público es, pues, una bles las teorías especiales del derecho publico, para la satis-
ley en el sentido material de la palabra 2 . facción de determinado interés general (v. supra, ps. 4 y
Por otra parte, las únicas autoridades competentes para ss.). La regla que se acaba de mencionar corresponde, por su
crear, organizar o suprimir un servicio público, son las auto- importancia, a la competencia del Parlamento.
ridades públicas que tienen el poder de formular reglas de La tradición francesa se halla muy arraigada en este
derecho o leyes. Este principio no ofrece ninguna dificultad. sentido. Esta solución no es más que la consecuencia de un
principio moderno, vigente en Francia y en la mayoría de los
III. — Las autoridades que actualmente tienen en Francia Estados modernos, que exige la aprobación por el Parlamento
el poder de formular reglas jurídicas generales e impersonales, de toda regla jurídica que implicara una limitación a la
son: l 9 ) el Parlamento; 29) las autoridades administrativas libertad física de los individuos, a su propiedad, a la libertad
(Presidente de la Eepública, ministros, prefectos, alcaldes, del comercio y de la industria, al libre ejercicio.de los cultos,
consejos generales, concejos municipales, etc.). o, de manera general, a lo que se denomina las libertades indi-
viduales. Se impone el procedimiento legislativo, porque en-
2 GASTÓN J É Z E , Principes gen. de droit adm., 2» ed., m , 1926, ps. 5 y ss. traña, necesariamente, el debate contradictorio y la publicidad.
DUGUIT, De la situation des particuliers á l'égard des services publics, " R . D . Son éstas las garantías básicas de las "libertades individua-
P . " , 1907, p. 419, dice: " E l acto positivo, emanado de los gobernantes o les", necesarias en todo asunto de gran importancia. Se con-
hecho en su nombre, que crea un servicio público, que lo organiza, es, en su
naturaleza intrínseca, una ley. Tal a c o n t e c e . . . no solamente con el acto que sidera a menudo a la ley como la expresión de la voluntad
formula el principio, que reconoce la obligación que tiene el Estado de cumplir nacional, de la "soberanía", como si estos vocablos tuviesen
determinada misión y que, a este fin, crea un servicio público, sino también con una significación práctica o respondiesen a la realidad. Lk
todos los actos que organizan los detalles del servicio, estableciendo sus ele-
mentos materiales y personales... Los actos que crean un servicio público y
virtud de la forma legislativa propiamente dicha consiste en
que regulan su funcionamiento, son leyes en sentido material, sea cual fuere asegurar el debate contradictorio y la publicidad, la muy am-
el carácter de los órganos o de los agentes que han realizado estos actos, cual- plia publicidad que puede implicar o asegurar la discusión
quiera sea su forma exterior".
en las Cámaras. Téngase en cuenta, que por su parte la prensa
106 LA NOCIÓN DE SERVICIO PÚBLICO
CREACIÓN DE UN SERVICIO PÚBLICO 107

también comenta las cuestiones sometidas al Parlamento, lo I I I . — El Parlamento puede crear determinado servicio
que facilita el control de la opinión pública. público, decidiendo que la satisfacción de cierta necesidad de
Se comprende, entonces, que si el procedimiento del servi- interés general se hará obligatoriamente por el procedimiento
cio público implica necesariamente limitaciones a las liberta- del servicio público. E j . : telégrafos, teléfonos, trasporte de
des individuales, la regla general que dispone que, para la correspondencia, etc.
satisfacción de cierto interés general, será aplicable el proce-
dimiento del servicio público, deba emanar del Parlamento Además, al crear el servicio público puede disponer —y
y no de las autoridades administrativas. esto sucede frecuentemente para la satisfacción de las necesi-
dades generales de interés local— que determinadas autori-
Finalmente, implica serio peligro, aunque se tratase de
dades administrativas podrán aplicar el procedimiento del
un servicio público no monopolizado, crear un servicio que va
a competir con la actividad de los individuos, en condiciones» servicio público. En este caso, la creación de ese servicio
que frecuentemente hacen difícil, si no imposible, la compe- público sobre determinado lugar del territorio sólo es defini-
tencia de los particulares. La garantía del debate contradic- tiva cuando las autoridades administrativas competentes han
torio y de la publicidad, asegurada por la forma legislativa, dispuesto utilizar la autorización general otorgada por el
justifica la solución. Parlamento, aplicándose, por consiguiente, el procedimiento
del servicio público. La autoridad administrativa, hablando
Tales son las razones en virtud de las cuales, en derecho
con propiedad, no crea el servicio público; la creación ya ha
positivo francés, el acto jurídico que crea un servicio público
es una ley en sentido material y en sentido formal, es decir, sido decidida, de manera general, por el Parlamento; la deci-
una ley votada por los Constituyentes o por las Cámaras le- sión de las autoridades administrativas realiza, en determi-
gislativas. nada parte del territorio, la creación general dispuesta por
el Parlamento.
II. — El Parlamento tiene un poder discrecional de apre- Tomemos un ejemplo. La necesidad de protegerse contra
ciación, en lo relativo al empleo del procedimiento del servicio los incendios puede, según la ley municipal, satisfacerse por
público. Existe en este caso una cuestión política. Con el el procedimiento del servicio público. Pero la aplicación del
control exclusivo de la opinión pública, el Parlamento deter- procedimiento del servicio público no se declara obligatoria
mina si las circunstancias económicas, sociales o políticas para las autoridades municipales. El legislador ha dejado a
imponen o no la adopción del procedimiento. A este respecto, los concejos municipales de cada municipio en libertad de
las leyes constitucionales francesas sólo establecen unas pocas decidir si corresponde crear en el municipio un servicio pú-
limitaciones 3 , concernientes a los servicios públicos legislativo blico de bomberos, o si, por lo contrario, esta necesidad de
y ejecutivo. interés general puede satisfacerse por el procedimiento del
derecho privado, o aun por la iniciativa privada con o sin
3 No sucede así en todos los países. En los Estados Unidos, verbigracia, la
Constitución federal o las Constituciones de los Estados contienen principios subvención.
generales que se oponen a que la legislatura federal o las legislaturas de los No obstante, el concejo municipal, después de resolver el
Estados den satisfacción a ciertas necesidades de interés general por el proce-
dimiento del servicio público. Ej.: la Constitución de ciertos Estados de la uso del procedimiento del servicio público, puede cambiar de
Unión americana prohibe que las necesidades religiosas sean satisfechas por parecer y renunciar a dicho procedimiento. En este caso, deja
dicho procedimiento. Sería preciso, antes de votar una ley que crease un servicio de cumplirse la condición impuesta por el Parlamento para
público para satisfacer esas necesidades, comenzar por modificar la Constitución.
No acontece esto en Francia. Esta limitación existe en la mayoría de los Estados la creación del servicio público, desapareciendo, por consi-
federativos, en razón del reparto de competencias entre el Gobierno federal y guiente, el servicio público en la localidad. En otros términos:
los Estados particulares. Cfr. JÉZE, Le budget, ps. 529 y ss. y, en especial, la intervención especial del Parlamento no es necesaria para
ps. 550 y ss.
decidir que en determinado municipio habrá un servicio pú-
108 LA NOCIÓN DE SERVICIO PÚBLICO
CREACIÓN DE UN SERVICIO PÚBLICO 109
blico de bomberos, y, a la inversa, la intervención de las Cá-
maras legislativas tampoco es necesaria para resolver que para "prevenir y e v i t a r . . . los accidentes y plagas calamitosas,
dicho servicio público deja de existir en determinado muni- tales como los incendios (servicio público de bomberos), las
cipio. inundaciones, las enfermedades epidémicas o contagiosas (ser-
vicio público de desinfección®\ de estufas municipales, servicio
IV. — La ley del Parlamento que crea un servicio público
público de vacunación, de ambulancias sanitarias), las epizoo-
puede ser muy explícita, o hallarse, por el contrario, concebida
en términos generales. tias" ; para "obviar o remediar los sucesos molestos que podrían
ser causados por la libre circulación de animales dañinos o
La ley municipal del 5 abril 1884 es el ejemplo más no-
feroces" (servicio público muAiicipal de perreras), etc., etc.
table de ley que autoriza, en términos muy generales, la crea-
La jurisprudencia del Consejo de Estado interpreta muy
ción de servicios públicos. El art. 115 de dicha ley establece
ampliamente los textos arriba mencionados, encontrando en
expresamente que las municipalidades podrán organizar
ellos una base sólida para la organización de todos los servicios
"grandes servicios municipales" 4 . El art. 116 permite también
a los concejos municipales de varios municipios entenderse públicos municipales, cuyo objeto cierto es la satisfacción de
entre ellos y celebrar convenios "a los efectos de emprender una necesidad de interés general.
o de conservar, con gastos comunes, las obras o instituciones
V. — Sin embargo, el Consejo de Estado estima que esta
de utilidad común". Esto autoriza expresamente la creación
creación general por el Parlamento de servicios públicos lo-
de servicios públicos intermunicipales. Relacionemos ahora
cales se halla limitada por ciertos principios fundamentales
esos textos con el art. 97 de la ley municipal, relativo al objeto
establecidos por el mismo legislador; a saber: la libertad del
de la policía municipal. La combinación de estos textos lleva
comercio y de la industria y el régimen de la libre competencia
a la certidumbre de que existe una autorización general para
económica. Por lo tanto, las autoridades locales sólo pueden
crear servicios públicos, en "lo referente a la seguridad y a la
utilizar legalmente la autorización general y organizar un
comodidad del tránsito en las calles, plazas y vías públicas, o
servicio público cuando dicho servicio no atenta contra esos
sea, en cuanto al alumbrado, barrido y limpieza de dichos
principios fundamentales. Según el Consejo de Estado, ello
lugares". En virtud de estos textos generales, las autoridades
supone que la iniciativa privada no satisfaga de ningún modo
municipales tienen el poder de decidir la creación de servicios
la necesidad de interés general, o sólo lo haga de manera muy
públicos municipales de barrido y limpieza, de alumbrado por
incompleta. Por lo tanto, las autoridades locales no pueden
gas o electricidad, de distribución del agua, de los trasportes
decidir, fuera de estas hipótesis, la creación de un servicio
colectivos (ómnibus, tranvías). También en virtud de los tér-
público.
minos generales de la ley municipal, las autoridades respec-
tivas gozan del poder de disponer si habrá servicios públicos
"para la inspección de pesas y medidas y del buen estado de VI. — Tres ejemplos tomados de la jurisprudencia del
los comestibles ofrecidos en venta" (servicios públicos de los Consejo de Estado en lo contencioso o de la práctica adminis-
mataderos municipales 5 , de los laboratorios municipales) ;
4 Art. 115, $ 2: "Otro tanto es preciso (necesidad de aprobación pre- pero que posean un matadero público, tendrán el derecho de imponer tasas... " .
fectoral) para los contratos que establecen la concesión a título exclusivo, o Además, el art. 2 de la ley de 1905 da a este servicio público el carácter de
por mas de treinta años de duración, de los grandes servicios municipales, así monopolio. " E l funcionamiento de todo matadero legalmente establecido en un
como para las tarifas y convenios relativos a las pompas fúnebres". municipio, por su cuenta o por cuenta de un sindicato de municipios, . . . entra-
5 Una ley del 8 enero 1905 reconocía expresamente la validez —que, por ñará de pleno derecho la supresión de las carnicerías y triperías particulares
otra parte, no se discutía— del servicio público de mataderos. situadas en un perímetro determinado por una resolución del prefecto".
Art. 1*: "Los municipios sometidos o no al impuesto de consumo (octroi), 6 Véase la ley del 16 julio 1913, que excepcionalmente autoriza a las ciu-
dades de menos de 20.000 habitantes, para tener un servicio autónomo de des-
infección.
110 LA NOCIÓN DE SERVICIO PÚBLICO CREACIÓN DE UN SERVICIO PÚBLICO 111

trativa, servirán para que se advierta con claridad la solu- 2P ejemplo. Servicio público municipal de baños de ducha
ción adoptada: gratuitos. Cons. de Est., 26 enero 1906, Chambre syndicale des
ler. ejemplo. Organización de un servicio público munici- propriétaires de bains, ''Rec", p. 91 9 . — Con el objeto de difun-
pal de asistencia médica gratuita a todos los habitantes del dir entre la población obrera, y especialmente entre los niños
municipio, ricos o pobres. Cons. de E s t , 29 marzo 1901, Casa- de las escuelas, los hábitos de limpieza y de higiene, el Concejo
nova, "Rec", p. 333 7 . — El concejo municipal de un muni- municipal de París había comenzado por crear piscinas popu-
cipio de Córcega en el cual dos médicos ejercían su profesión, lares, pero sólo dieron un mediocre resultado. Se pensó enton-
votó un crédito de 2.000 francos para el sueldo anual de un ces en instalar baños de ducha, si no completamente gratuitos,
médico municipal, que debía proporcionar gratuitamente sus al menos casi gratuitos, que hallaron más favor de parte del
servicios a todos los habitantes del municipio, pobres y ricos público. El Concejo municipal votó un crédito de 150.000 fran-
indistintamente. Como se ve, el concejo municipal organizaba cos para la instalación, en el antiguo mercado de Belleville,
un servicio público de asistencia médica gratuita. ¿Era legal de un servicio público de baños de ducha. Este servicio era
esa decisión? El Consejo de Estado ha respondido negati- gratuito, con la única reserva del pago de un derecho de 0,10
vamente. francos por el alquiler de toallas. ¿Era lícita la creación de
En primer lugar, no se puede invocar, en el caso, los un servicio público municipal de este género? El servicio pú-
términos generales de la ley municipal, que permite organizar blico así organizado, ¿tenía base legal?
un servicio público a fin de prevenir o de hacer cesar las epi- La Cámara sindical de los propietarios de casas de baños
demias. Pero según el Consejo de Estado, la asistencia médica de París estimó ilegal este servicio público, por considerar que
gratuita a todos los habitantes, ricos o pobres, no entra en la con él se desconocía el principio de la libertad de comercio y
categoría de las medidas destinadas a prevenir o a hacer cesar de industria. Los propietarios de establecimientos particulares
las epidemias. Otra cosa sería si las circunstancias de hecho —decía la Cámara— se hallan sujetos al pago de impuestos y
fuesen tales que un municipio no pudiese tener un médico con soportan cargas que no pesan sobre el municipio de París. En
residencia en él, y se hallase alejado de todo centro en el que consecuencia, la Cámara sindical impugnó ante el Consejo de
hubiese médicos. Por otra parte, la ley del 15 julio 1893 ha Estado, mediante el recurso por exceso de poder, las resolu-
organizado el servicio público de la asistencia médica gratuita ciones del prefecto del Sena, que ordenaban la adjudicación
sólo para los indigentes. Finalmente, según el Consejo de Es- de las obras necesarias para la ejecución de los acuerdos del
tado, la creación de un servicio público de asistencia médica Concejo municipal.
gratuita general, atenta contra el principio fundamental de la
libertad de comercio y de industria, es decir, contra el régimen Olmeto, donde ejercían su profesión dos médicos. De ahí se sigue que el concejo
de la libre competencia. de dicho municipio ha excedido sus atribuciones al conceder, por dicho
Por todas estas razones, el Consejo de Estado, a instancias acuerdo impugnado, una remuneración anual de 2.000 francos a un médico
municipal encargado de atender gratuitamente a todos los habitantes, ricos y
de un médico de la localidad y de algunos contribuyentes del pobres, indistintamente... " . El ministro del Interior, por lo contrario, había
municipio declaró ilegal la creación del servicio público8. sostenido que el acuerdo era legal: " S i la ley del 15 julio 1893 —decía— ha
hecho obligatoria para los municipios la asistencia a los individuos desprovistos
7 Cfr., también, la nota de HAURIOU, en " S i r e y " , 1901, 3, 73. de recursos, dicha ley no se opone a que un municipio asigne a un médico, a
8 Cons. de Est., 29 marzo 1901, Casanova, " R e c " , p. 333: " E l acuerdo fin de inducirlo a residir en la localidad, una retribución fija, con la condición
impugnado no se ha adoptado con la finalidad de organizar la asistencia de prestar asistencia a todos los habitantes sin distinción, sean ricos o pobres''.
médica gratuita de los indigentes, de conformidad con la ley del 15 julio 1893. Cfr. supra, p. 61.
Si los concejos municipales pueden, en circunstancias excepcionales, intervenir 9 Véase nuestra nota en la " E e v . de Se. et de Lég. F i n . " , 1906, ps. 60 y FS.
para procurar cuidados médicos a los habitantes que se hallan privados de ellos, Allí se hallará un análisis de las conclusiones del comisario del Gobierno,
del expediente resulta que ninguna circunstancia de esta naturaleza se daba en TEISSIER.
CREACIÓN DE UN SERVICIO PÚBLICO 113
112 LA NOCIÓN DE SERVICIO PÚBLICO

de la libertad de comercio y de industria, ni contra el régimen


El prefecto del Sena, en nombre de la ciudad, respondió
de la libre competencia, ya que la clientela que lo usa es
que, con arreglo a las condiciones en que lo.había organizado,
completamente distinta de la que concurre a los estableci-
el Concejo municipal de París se había limitado a establecer
mientos de baños. E n las condiciones en que ha sido organi-
un servicio público de higiene, queno atentaba contra la liber-
zado, el servicio no puede rendir ningún beneficio; no se pue-
tad de comercio y de industria.
de, por lo tanto, decir que el concejo municipal hace recaer
En sus conclusiones, el comisario del Gobierno, TEISSIER, en la lucha industrial el peso de la riqueza colectiva, por
ha examinado muy cuidadosamente el problema jurídico sus- cuanto, en modo alguno, priva de clientela a los estableci-
citado por este litigio. La jurisprudencia del Consejo de Es- mientos de baños. El servicio de baños de ducha, en las condi-
tado —ha dicho— es firme en el sentido de que la acción eco- ciones en que está organizado, es exclusivamente un servicio
nómica de un municipio no es lícita cuando importa una de higiene pública10, destinado a prevenir las epidemias11. Por
"intervención que tiene por efecto un atentado voluntario y lo demás, como antes se hizo notar 12 , ya se han organizado en
sistemático a la libertad de comercio y de industria. El muni- cierto número de ciudades servicios públicos de baños de
cipio no puede hacer recaer en la lucha industrial el peso de ducha, sin que ello diese lugar a protestas.
la riqueza colectiva; no puede modificar artificialmente las Ser. ejemplo. Creación de una farmacia municipal. (Dic-
condiciones económicas que resultan del régimen de la libre tamen del Cons. de E s t , 2 agosto 189413). — En 1893, el
competencia". Pero, agrega TEISSIER, "es preciso no olvidar Concejo municipal de Roubaix resolvió "instalar en dicha
que las decisiones del Consejo de Estado siempre han reser- ciudad una farmacia municipal", cuyo titular sería designado
vado estas hipótesis para el caso de que circunstancias excep- por el Concejo con una remuneración de 3.500 francos anuales,
cionales, o un interés social fundamental, o bien una autoriza- pagaderos mensualmente", y que "vendería los medicamentos
ción explícita o implícita del legislador, legitimasen la a los precios de costo, con más los gastos de local y de per-
intervención de los poderes públicos locales. Así, por ejemplo, sonal". Los farmacéuticos de Roubaix reclamaron ante el
las grandes aglomeraciones de personas, sometidas a riesgos prefecto, alegando que "este proyecto provocaría la ruina de
especiales de epidemia, pueden justificar una intervención en su industria". El prefecto, poniéndose de parte de los farma-
interés de la higiene pública, para asegurar la creación o la
organización de ciertas industrias, que serían poco remunera- io Éste es el argumento invocado por el ministro del Interior en sus
doras si se les aplicase precios al alcance de las clases popu- observaciones con que respondió al recurso: " E n las condiciones en que fun-
ciona, el establecimiento municipal de París tiene el carácter de una institución
lares". Una ley del 3 febrero 1851 permitía incluso al Estado de higiene pública".
subvencionar a los municipios que tomasen la iniciativa en la ii Cons. de Est., 2 febrero 1906, Chambre syndicale des propriétaires de
creación de establecimientos modelos para baños o lavatorios bains, " R e c . " , ps. 91 y ss.; "Rev. de Se. et de Lég. Fin.", 1906, p. 63: "Re-
públicos gratuitos, o por lo menos a precios reducidos. En estas sulta del expediente que estos baños son gratuitos, con la única reserva de un
derecho de 0,10 francos por el alquiler de toallas; en estas condiciones,
condiciones, concluía TEISSIER, la organización de un servicio no se los puede considerar objeto de un comercio o de una industria. La insta-
público municipal de baños de ducha era legal. lación de este establecimiento sólo significa una mejora introducida en el
funcionamiento del servicio público y general de higiene, y tal extensión de
Esta argumentación, muy sólida, ha sido adoptada por el este servicio ha sido, por lo demás, prevista por la ley del 3 febrero 1851. Por
Consejo de Estado. Por otra parte, el legislador ha concedido lo tanto, la Cámara sindical carece de acción para pretender que la creación,
autorización general —y aun especial, por la ley del 3 febre- de dicho establecimiento se halla viciada de ilegalidad".
12 El comisario del Gobierno hacía observar que un servicio análogo fun-
ro 1851— para organizar servicios públicos municipales de cionaba en Reims, Roubaix, Lille y Montpellier.
higiene pública; el servicio tiene, pues, una base legal. Ade- 13 Sobre este punto, véase NÉZARD, en la "Rev. de Se. et de Lég. Fin.",
más, la organización de un servicio público municipal de 1905, p. 304, nota 2. Allí se hallará el texto de los diferentes documentos ofi-
ciales relativos al asunto de la farmacia municipal de Roubaix.
baños de ducha casi gratuitos, no atenta contra el principio
Jéze, Der. adm., II 1 . 8
114 LA NOCIÓN DE SERVICIO PÚBLICO
CREACIÓN DE UN SERVICIO PÚBLICO 115

céuticos, se negó a aprobar el acuerdo. El ministro del Interior


cual fuere la preocupación de los jueces del Consejo de Estado
consultó a su Comité en lo contencioso, el cual, por un dicta-
de no hacer política partidaria, es indudable que los progra-
men del 9 enero 1894, se pronunció en el mismo sentido. El
mas socialistas o aun intervencionistas no gozan del favor de
Consejo de Estado, a su vez, respondió, el 2 de agosto del
mismo año, con la siguiente opinión: "La fabricación, compra la mayoría. En estes condiciones, se explica que la apreciación
y venta de los medicamentos constituyen operaciones indus- de las circunstancias de hecho o la determinación de si existe
triales o comerciales ajenas a las atribuciones legales de los o no atentado contra el régimen de la libre competencia, se
municipios". encuentren, a menudo, dominadas por ese estado de espíritu.
Si variase el pensamiento de la mayoría de los miembros
VII. — Tales son las soluciones del Consejo de Estado en del Consejo de Estado, observaríamos que, por la misma argu-
lo relativo a la utilización que pueden hacer las autoridades mentación y sin modificación de la legislación, los distintos
locales del procedimiento del servicio público. casos que se le plantearan serían resueltos de muy distinto
Estas soluciones corresponden a un particular estado de modo15, lo que no tiene nada de particular.
espíritu en lo concerniente a los problemas económicos y polí- En suma, puede afirmarse que el legislador sólo ha que-
ticos que de modificarse originaría, a no dudarlo, una juris- rido dar a los municipios autorización para organizar servicios
prudencia diferente, con el mismo valor jurídico. públicos, cuando faltase la iniciativa privada. Ésta es la inter-
Existen en toda esta materia, en efecto, dos cuestiones de pretación actual del Consejo de Estado, que podría variar en
orden político o económico que dependen de la apreciación cualquier momento sin que por ello se modificara el texto de
discrecional del juez y, por consiguiente, de sus opiniones la ley16.
políticas o económicas. La primera consiste en determinar si
las circunstancias de hecho hacen necesario un servicio pú- satisfacen gracias a la iniciativa privada. La vida y la actividad públicas son
blico; la segunda, en saber si la organización de un servicio la excepción, pues la regla es la vida privada. Las organizaciones administra-
tivas no deben presentarse como panaceas a los desfallecimientos y a las insu-
público importa o no, en determinado caso, un atentado contra ficiencias de la actividad privada. No se puede negar que esta concepción
la libertad de comercio y de industria. Ahora bien: estas cues- individualista es muy sabia y se halla muy en armonía con los principios funda-
tiones de orden político o económico pueden resolverse en mentales de nuestro derecho público". Estas proposiciones demuestran que
sentidos opuestos, según la mentalidad de los jueces que en- toda la argumentación es de orden económico o político, pero no jurídico. Los
estatistas, los intervencionistas y los socialistas podrán hacer suyos dichos razo-
tiendan en ellas. Jueces de formación intelectual económica namientos, colocando simplemente negativas en lugar de afirmativas. Y esto es,
diferente o de opiniones políticas diferentes darán, con la por lo demás, lo que ellos hacen.
misma argumentación y con idéntica buena fe, soluciones 15 Cfr., sobre este punto, JÉZE, Cours. élém. de se. des finances, 5* ed.,
1912, ps. 1088 y ss., y la bibliografía citada en la nota 4 de la p. 1088. V. tam-
completamente contrarias. En la actualidad, el Consejo de oién: MIMIN, Le socialisme municipal devant le Conseil d'État, 1911.
Estado se compone, en su mayoría, de hombres cuya formación 16 La cuestión estudiada en el texto no debe confundirse con otros pro-
intelectual, desde el punto de vista económico, se remonta blemas vecinos:
hasta una época en que dominaban las doctrinas de la econo- 1») El problema de las subvenciones concedidas por las autoridades lo-
cales a las obras privadas que persiguen una finalidad de interés general (v.
mía política llamada ortodoxa, liberal, individualistas a ul- supra, ps. 53 y ss.). El otorgamiento de una subvención no significa, eviden-
tranza, resueltamente hostiles al desarrollo de los servicios temente, la creación de un servicio público. Resulta posible desde que existe ;
públicos14. Por otra parte, desde el punto de vista político, sea interés general; las subvenciones de este género no tienen necesidad de base
legal.
14 En su nota en " S i r e y " , 1901, 3, 75, HAURIOU expone muy bien el 2») El problema que se denomina municipalización de los servicios públicos
punto de vista individualista, que él acepta: " L a fórmula del Cons. de Estado o también socialismo municipal. Este problema es más complejo que el exami-
—dice— significa, primeramente, que la organización de un servicio público nado en el texto. En efecto, para que pueda hablarse de socialismo municipal,
nuevo debe seguir siendo excepcional. Normalmente, las necesidades sociales se de municipalización de un servicio público, no basta que las autoridades muni-
cipales hayan decidido utilizar el procedimiento del servicio público para la
J!
116 LA NOCIÓN DE SERVICIO PÚBLICO ORGANIZACIÓN DE UN SERVICIO PÚBLICO 117

SECCIÓN II nuevas distinciones, en relación con las consecuencias finan-


cieras de cualquier organización de servicio público. Toda nor-
ORGANIZACIÓN DE UN SERVICIO PÚBLICO ma de organización de un servicio público que entraña un
gasto debe emanar de la autoridad que tiene la facultad presu-
puestaria, o de lo contrario obtener su aprobación expresa-
I. — La organización de un servicio público es la ordena- mente o bajo la forma de otorgamiento de los créditos nece-
ción (personal 17 y material) que supone el empleo del proce- sarios para la aplicación de la regla. Por ejemplo, si se supone
dimiento del servicio público. que una autoridad, distinta de la que tiene la facultad presu-
Aquí no rige el mismo principio general que para la puestaria, tiene competencia para fijar la escala de sueldos
creación de un servicio público. El Parlamento no es ya la o de pensiones del personal empleado en el servicio, ello signi-
única autoridad competente para formular las reglas gene- fica que esta reglamentación sólo entrará en vigencia después
rales relativas a esta ordenación. Es norma tradicional en de un entendimiento con la autoridad presupuestaria. Salvo
Francia que las autoridades administrativas tengan también que exista una regla contraria dictada por el Parlamento, y,
competencia en esta materia. en consecuencia, obligatoria para todas las autoridades admi-
Sin embargo, conviene recordar que toda afectación de nistrativas, no se puede restringir o suprimir indirectamente,
recursos o de bienes a un servicio público, quebranta los prin- por el establecimiento de escalas imperativas de sueldos o de
cipios fundamentales del derecho público o financiero francés pensiones, los poderes financieros de la autoridad presupues-
actual (supra, ps. 28 y ss.). Por consiguiente, sólo el Parla- taria.
mento tiene la facultad de formular las reglas que derogan
estos principios. I I I . — La combinación de estas ideas generales conduce
a las siguientes proposiciones, referentes a la organización de
Por otra parte, en Francia, toda regla que importe una
limitación a la libertad individual de los individuos, a la pro- un servicio público:
piedad, a la libertad de comercio o de industria o al libre ejer- P regla. — El Parlamento es siempre competente para
cicio de los cultos, debe emanar de las Cámaras. organizar un servicio público. Fuera de algunas raras limita-
ciones constitucionales18, existe en Francia completa libertad
Según lo expuesto, puede hacerse una primera distribu- para que dicho cuerpo adopte la organización que le parezca
ción de competencias entre el Parlamento y las autoridades más conveniente para las condiciones sociales, económicas y
administrativas.
políticas del momento (v. supra, ps. 7 y ss.). La Constitu-
ción organiza los servicios públicos legislativo y ejecutivo.
II- — Pero hay algo más. Para precisar la competencia Solamente la Asamblea nacional puede modificar las reglas
de las autoridades administrativas, es necesario establecer de organización insertas en las leyes constitucionales. E j . : di-
visión del Parlamento en dos cámaras, sufragio universal, etc.
satisfacción de una necesidad de interés general; es preciso, también, que aqué- 2* regla. — El Parlamento es el único competente para
llas decidan que el servicio público será explotado por administración directa organizar un servicio público, cuando su funcionamiento re-
(régie direote). Cfr. infra. Si el servicio público lo explota un concesionario,
aun cuando se lo organice como sociedad mixta (régie intéressée), no se puede presenta una afectación de recursos (sin personalización del
ya hablar de socialismo municipal ni de municipalización. Naturalmente, la
primera cuestión consiste en saber si el empleo del procedimiento del servicio 18 Por ellas debe únicamente entenderse las limitaciones inscritas en las
público es lícito; para resolverla, se aplicarán las reglas formuladas en el texto. leyes constitucionales de 1875. Tanto es así que la reorganización de la magis-
17 Dejo de lado la designación de los individuos a quienes se les encargará tratura efectuada por ley del 30 agosto 1883, es jurídicamente correcta, aunque
hacer funcionar el servicio público. Este acto es un acto-condición o un contrato se haya desconocido la regla (no constitucional) de la inamovilidad. En este
(concesionario) (v. infra). sentido, DUGUTT, Tr. dr. oonst., 2» ed., m, 1923, ps. 181 y ss.
118 LA NOCIÓN DE SERVICIO PÚBLICO
ORGANIZACIÓN DE UN SERVICIO PÚBLICO 119
servicio) o una afectación de patrimonio (establecimiento pú-
blico) ; o también cuando determinadas reglas son de tal contravenido los reglamentos vigentes en materia de pros-
naturaleza que atentan contra la libertad física individual, la titución 21 .
propiedad, la libertad de comercio y de industria o ef libre 3 ? regla. — Las autoridades públicas investidas del poder
ejercicio de los cultos. De manera más precisa, las reglas que, reglamentario, tienen competencia para formular las reglas
en la organización de un servicio público, conducen a limita- de organización de un servicio público siempre que no afec-
ciones de la libertad física individual, etc., deben emanar ten la libertad individual, la propiedad, la libertad de co-
necesariamente del Parlamento, bajo pena de nulidad 19 . mercio o de industria, etc.22. Naturalmente, si el Parlamento
ya ha formulado una regla de organización, las autoridades
De ahí se desprende que cuando una explotación pública investidas del poder reglamentario no podrán modificarla, sino
estuviese organizada en monopolio (correos, telégrafos, ferro-
carriles, fósforos, etc.), se hace indispensable la intervención
21 Cons. de Est., 2 junio 1911, de Pressensé ( " R e c " , p. 665; " R e v u e du
del Parlamento 20 . Droit P u b l i c " , 1911, ps. 690 y ss. y mi n o t a ) : " P o r su a c u e r d o . . . el Concejo
Del mismo modo, cuando la efectuara una autoridad que municipal de París ha sancionado créditos destinados a asegurar el funciona-
miento de un tribunal administrativo cuya organización y atribuciones han
no fuese el Parlamento, se considera nula la organización de sido precisadas en la resolución del prefecto de p o l i c í a . . . Esta resolución con-
un tribunal represivo que tuviese el poder de infligir penas tiene disposiciones relativas a un tribunal administrativo instituido para la
pecuniarias o corporales, es decir, la facultad de atentar con- represión de la prostitución, en interés de la salud pública. Si el prefecto tiene,
según las disposiciones de la ley del 16-24 agosto 1790 y de la resolución del
tra la libertad física de los individuos o contra su propiedad. 12 mesidor año vin, la facultad de dictar reglamentos que prescriben las medidas
En particular, el prefecto de policía no tiene competencia para de inspección y de vigilancia a las cuales deben someterse las prostitutas
crear un tribunal administrativo de moralidad con el fin de en interés del orden público, de la moralidad y de la salud pública, no puede
corresponderle el derecho de crear un tribunal llamado a ejercer una verdadera
aplicar penas corporales (prisión) a las prostitutas que han jurisdicción y a dictar penas. De donde se sigue que la precitada resolución
está viciada de exceso de poder".
19 Comisario del Gobierno, EOMIEU (Cons. de Est., 4 mayo 1906, Babin, 22 ROMIEU, conclusiones en el asunto Babin, Cons. de Est., 4 mayo 1906,
" R e c " , p. 363: "Dependen, por su naturaleza, del poder legislativo todas las " R e c . " , p. 363; " R . D . P . " , 1906, p. 681: " E n principio, es el poder ejecu-
cuestiones que directa o indirectamente se refieren a las obligaciones que se tivo quien regula la organización interna de los servicios públicos y las condi-
imponen a los ciudadanos por vía de autoridad, sin ningún vínculo contractual ciones de su funcionamiento que no lesionen los derechos de terceros; es dicho
(verbigracia, todo lo concerniente al derecho de mandar y de reprimir, a la poder, especialmente, el que fija las r e g l a s . . . atinentes al reclutamiento, ar-
organización de la fuerza pública y de las jurisdicciones, a la expropiación de mamento, disciplina, separación, etc. Esta competencia general del poder eje-
la propiedad privada, a la aprobación de los impuestos y de los gastos públicos cutivo para todo lo que concierne al " p e r s o n a l " , puede vincularse con el
a que dan lugar, etc., etc.) " . derecho de que goza conforme al art. 3 de la ley constitucional del 25 febrero
20 JÉZE, Le budget, ps. 258, 271 y ss.; Théorie genérale du budget, 1922, 1875 para asegurar la ejecución de las leyes y proveer todos los empleos;
ps. 82 y ss.; Cons. de Est., 4 marzo 1910, Thérond, " Í R e c . " , p. 197 (con las resulta, por lo demás, de la amplia libertad que el legislador ha dejado, en el
conclusiones de PIOHAT) : " L a s disposiciones arriba recordadas establecían en hecho, al poder ejecutivo en esta rama de la administración". TEISSIER, con-
beneficio del señor T. un verdadero monopolio, en violación del principio de la clusiones en el caso Le Bigot, Cons. de Est., 17 mayo 1907, " R e c " , p. 460;
libertad de comercio y de industria, inserto en la ley del 17 marzo 1 7 9 1 " . Cons. y " R . D . P . " , 1908, ps. 254 y 255: " E l poder ejecutivo, cuando el legislador
de Est., 25 octubre 1918, Commune de Chagny, " R e c " , p. 942: " L o s munici- no se ha reservado la materia implícita o explícitamente, se halla investido, en
pios no pueden conceder, en beneficio de un tercero, el monopolio del alumbrado .Francia, del derecho de regular la organización de las diversas administracio-
p r i v a d o " . Casación, 25 julio 1882, Compagnie des eaux de Maisons-sur-Seine n e s " . La doctrina se pronuncia en el mismo sentido. DUGUIT, Tr. dr. const.,
( " D . " , 1883, 1, 106): " S i los municipios... pueden prohibirse celebrar con- 2» ed., rv, 1924, ps. 716 y ss.: " B a j o el imperio de las necesidades prácticas,
venciones de la misma naturaleza con otras personas y asegurar ciertos bene- se ha introducido lentamente, en el trascurso del siglo xix, la regla constitu-
ficios a aquellos con quienes tratan, no pueden tampoco trasferirles un mono- cional consuetudinaria de que el Gobierno puede dictar reglamentos autónomos,
polio de distribución de agua que no tienen el derecho de conceder, puesto que no a efectos de organizar los servicios públicos y determinar su funcionamiento...
les es lícito crearlo en su beneficio personal". Jurisprudencia uniforme. GASTÓN Pero cabe señalar c l a r a m e n t e . . . que, por un reglamento, el Gobierno jamás
J É Z E , Les principes généraux du droit administratif, 3» ed., ni, Le fonctionne- puede modificar o suspender la aplicación de una ley f o r m a l " (p. 719). DUGUIT
ment des services publics, 1926, ps. 381 y ss. dice, con razón, que esta competencia resulta del art. 3 de la ley constitucional
del 25 febrero 1875 (controlar y asegurar la ejecución de las leyes).
120 LA NOCIÓN DE SERVICIO PÚBLICO ORGANIZACIÓN DE UN SERVICIO PÚBLICO 121

solamente desarrollarla. La regla es por demás evidente. La relativo al presupuesto)25, sino que también podía confiar a
discusión sólo se produce cuando se trata de establecer si el
los subsecretarios de Estado una parte de las atribuciones
poder del Presidente de la República dimana o no de la fa-
cultad que le otorga la Constitución para asegurar la ejecu- ministeriales 26 .
ción de las leyes23. La ley financiera del 20 junio 1920, art. 8, ha modificado
la regla: "Las creaciones de ministerios o de subsecretarías de
La jurisprudencia ha aplicado esta regla en numerosas
ocasiones. Veamos algunas de ellas, que han originado difi- Estado, de cargos de secretarios generales o de jefes de servicio
cultades : en las administraciones centrales, cualquiera fuese la denomi-
nación que se diera a dichas creaciones, como asimismo las
l 9 ) El Presidente de la República tiene facultad para trasferencias de atribuciones de un departamento ministerial
distribuir las atribuciones de los agentes administrativos, es
a otro, sólo pueden efectuarse en virtud de una ley y entrarán
decir, para conferir ciertas atribuciones a un funcionario dis-
tinto del titular de la función, conservando este último el en vigencia sólo después de la sanción de la ley21.
control superior y la responsabilidad de los actos que realice Desde el punto de vista de la oportunidad política, la ley
el agente subordinado. Esto no es más que una modificación
en la organización del servicio público. ciones propias, establecidas por la Constitución o la ley, y con respecto al cual
no tiene la facultad de desligarlo de su propia autoridad. El derecho superior
En consecuencia, antes de la ley del 20 junio 1920 (art. 8), del jefe del Estado dimana, a nuestro juicio, de su facultad para distribuir los
el Presidente de la República no solamente tenía el poder de funcionarios y los servicios públicos entre los diversos ministerios. E n efecto,
es el Presidente de la República quien decide que tal o cual rama de la admi-
crear ministerios 24 (salvo ratificación del Parlamento en lo nistración dependerá de tal o cual ministerio, y son decretos suyos los que suce-
sivamente han encomendado a diversos ministerios los cultos, las colonias, los
correos, etc. El derecho del jefe del Estado es aun más considerable. Es él quien
23 DUGUIT (Droit oonst., 2» ed., rv, 1924, ps. 716 y ss.) demuestra vigoro- crea los nuevos ministerios. Sabéis que en 1791 y bajo la Constitución de 1848,
samente que este razonamiento no es aceptable: " L o s servicios públicos no los ministerios los creaba el legislador. Pero salvo en esas dos épocas, el poder
tienen, hablando con propiedad, la finalidad de asegurar la ejecución de las ejecutivo siempre ha estado en completa libertad para la creación de ministerios,
leyes; pero deben funcionar de conformidad a las leyes, lo que es completa- excepto la ratificación por el Parlamento, desde el punto de vista puramente
mente diferente. Si el razonamiento fuese verdadero, conduciría a afirmar que presupuestario. La cuestión fué nuevamente discutida a consecuencia de los de-
no existe materia sobre la cual no pueda dictar un reglamento el Presidente de cretos de 14 noviembre 1881 que, bajo la presidencia del Consejo de ministros
la República. E n efecto, no hay actividad, sea pública o privada, que no deba ejercida por Gambetta, crearon simultáneamente tres ministerios (Agricultura,
crearse y desarrollarse conforme a la ley; y, por consiguiente, no hay actividad Correos y Artes), y la 'prerrogativa del Presidente de la República' fué reco-
de la cual no se pueda decir que tiene por objeto asegurar la ejecución de las nocida por los mismos que, en el hecho, hallaban preferible el procedimiento de
leyes y que no pueda, por lo tanto, ser regulada por un decreto del G o b i e r n o . . . creación legislativa (Cámara de Diputados, sesión del 8 diciembre 1 8 8 1 ) " .
El legislador constituyente, al insertar en el art. 3 de la ley constitucional del Véase, también, el estudio publicado en la " R . D . P . " , 1906, ps. 741 y ss.
25 febrero 1875 la fórmula que tomaba del art. 49, $ 2, de la Constitución de
1848, le daba el sentido que tenía después del año m , y, en especial, después 25 Véase la discusión en la Cámara de Diputados, 8 diciembre 1881, a con-
de la Restauración y el Gobierno de Julio, es decir, que el Gobierno dicta los secuencia de los mencionados decretos del 14 noviembre 1881, que habían creado
reglamentos para complementar leyes determinadas, para establecer los detalles simultáneamente tres ministerios (Agricultura, Correos y Artes) ; véase, tam-
de su aplicación; pero jamás la fórmula ha tenido el alcance general que ahora bién, las discusiones en la misma Cámara, 15 marzo 1893; 8 noviembre 1906
se pretende darle. Los únicos reglamentos que el Gobierno puede dictar en ( " R . D . P . " , 1906, ps. 741 y ss.).
virtud del poder que saca del art. 3 . . . son los que se relacionan directamente 26 Véase el estudio aparecido en la " R . D . P . " , 1906, ps. 745 y ss., a pro-
con una ley que complementan". Según HATJEIOU (Droit oonst., 1924, ps. 443 pósito del decreto del 27 octubre 1906, que creaba una subsecretaría en el minis- .
y ss.), este poder dimana de " l a primacía del poder ejecutivo en relación a los terio de Guerra. Véase, también, BARTHÉLEMY, Les sous-secrétariats d'État,i
poderes deliberante o legislativo". " R . D . P . " , 1911, p . 342 (sobre la legalidad del decreto del 13 marzo 1911, que
creaba una subsecretaría en el ministerio de Justicia).
24 Cons. de Est., 2 diciembre 1892, Mogambury, " R e c . " , p. 836, y las 27 Ésta es la solución ya consagrada parcialmente por el art. 150 de la
notables conclusiones del comisario del Gobierno, ROMIEU: " E l derecho de Constitución del 5 fructidor año n i y por el art. 66 de la Constitución del 4
distribuir las atribuciones de los agentes administrativos nos parece ser de la noviembre 1848. E n 1894, el Parlamento había creado el ministerio de las Colo-
esencia del poder del jefe del Estado, salvo en lo que concierne a sus atribu- nias (ley del 20 marzo 1894).
122 LA NOCIÓN DE SERVICIO PÚBLICO ORGANIZACIÓN DE UN SERVICIO PÚBLICO 123

de 1920 ha sido muy vivamente29criticada por algunos 28 , mien- las atribuciones del subsecretario de Estado. Son éstos los
tras que otros la han aprobado . abusos que, evidentemente, ha querido impedir el legislador
En contra de la reglamentación se ha dicho30 que: "l 9 ) Se de 1920"31.
presenta la cuestión de saber si los departamentos ministe- Se ha tratado de plantear la cuestión en el terreno jurí-
riales pueden tener un estatuto legal fijo; por lo contrario, dico, al afirmar que la ley de 1920 era inconstitucional. "La
pareciera que las necesidades de la política, en el momento de ley constitucional del 25 febrero 1875, art. 3, § 4, dice con
la constitución de un nuevo gabinete ministerial, exigen fre- respecto al Presidente de la República: 'Provee todos los
cuentemente reajustes tanto en lo referente al número de los empleos civiles y militares'. De esta disposición se deducía la
departamentos ministeriales, como en lo que atañe a la tras- facultad del presidente, no sólo para nombrar sus ministros,
ferencia de atribuciones. Si así no fuese, se limitaría de manera sino también para crear los cargos de ministros a proveerse,
intolerable la libertad de que dispone el poder ejecutivo para es decir, los departamentos ministeriales (ESMEIN y NÉZARD,
la formación de los gabinetes ministeriales, obligándole a Droit const., 7* ed., ir, ps. 115 y ss.)'\ De este modo, se con-
respetar la lista estatutaria de los departamentos mencionados cluye que la ley de 1920 ha violado el texto del art. 3, y ade-
o la delegación estatutaria de las atribuciones. 29) Con esta más, lo que sería más importante, que desconoce los principios
legislación, sería desigual la situación del poder ejecutivo con esenciales de la organización política 32 .
respecto al poder legislativo, en cuanto a su organización. El
poder legislativo es dueño y señor de su propia organización, Esta objeción jurídica carece de valor. "Los principios
que se rige en un todo por leyes ordinarias; en cambio, el esenciales de la organización política" son consideraciones de
poder ejecutivo no podría disponer de su propia organización oportunidad política, que no tienen ni pueden tener ninguna
en su mecanismo esencial, como es el gabinete de los ministros, influencia sobre el problema jurídico. En cuanto al art. 3 de la
si esta organización, en lugar de regirse por decreto, se sujetara ley constitucional de 1875, se interpreta manifiestamente de
a la ley. 39) Las atribuciones que constituj r en los diversos manera tendenciosa. Proveer y crear los empleos no son sinó-
departamentos ministeriales ya no podrían considerarse dele- nimos. Por otra parte, el poder del Presidente de la República
gadas en los ministros por el Presidente de la República, por- para organizar los servicios públicos, no tiene esta base jurí-
que se delegarían estatutariamente por la ley". dica; trátase de una regla consuetudinaria 33 , que el Parla-
mento podía modificar.
En sentido opuesto, se ha observado siempre en lo relativo De hecho, el art. 8 de la ley de 1920 no se aplica siempre
a la oportunidad política, que la práctica seguida hasta el estrictamente 34 .
año 1920 para la creación de ministerios o de subsecretarías
de Estado, era muy deficiente. Se los creaba a la buena de Tanto es así que, sin un-a ley previa, se designaba por
Dios, sin verdadera necesidad, para satisfacer ambiciones per- decreto del 20 marzo 1923, un subsecretario en el ministerio
sonales. En especial, las subsecretarías de Estado se creaban
con profusión, sin que nadie se tomara el trabajo de organizar 31 DUGUIT, Droit const., 2 ' ed., iv, 1924, p. 721.
32 HAURIOU, Droit const., p. 4 6 1 : " E s t a s graves novedades constitucionales
su funcionamiento. A veces, todo se limitaba al nombramiento hacen que el art. 8 de la ley del 20 junio 1920 sea una disposición inconstitucio-
del titular, sin crear ni siquiera el cargo. Además, "decretos nal. No hay necesidad de hacer declarar judicialmente esta inconstitucionalidad;
mal redactados, plagados de herejías jurídicas, determinaban el poder ejecutivo no debe aplicar la ley mientras ella sea inaplicable". »
33 V. supra, p. 120, y la extensa demostración hecha por DUGUIT, Droit
const., 2* ed., rv, 1924, ps. 664 y ss., y 717 y ss.
28 HAURIOU, Droit constitutionnel, 1923, ps. 459 y ss. 34 P a r a la aplicación de la ley de 1920, véase GUILLOIS, Nomination d'un
29 DUGUIT, Droit const., 2» ed., rv, 1924, ps. 721 y ss.: " E l legislador ha sous-secrétaire d'État au ministére des finances, en " R . D . P . " , 1923, ps. 307
tenido perfecta razón para limitar tan estrictamente los poderes del Gobierno". y ss.; La détermination législative des départaments rninistériels, " R . D . P . " ,
30 HAURIOU, Droit const., ps. 460 y 461. 1924, ps. 638 y ss.; id., 1926, n» 2, Chronique administrative.
124 LA NOCIÓN DÉ SERVICIO PÚBLICO
ORGANIZACIÓN DE UN SERVICIO PÚBLTCO 125

de Hacienda 35 , y, acto seguido, solicitábase la ratificación de La ley de 1920 no es la única limitación al poder del Pre-
las Cámaras por la inserción, en una ley de duodécimos pro- sidente de la República para organizar por decreto los servi-
visionales, de una disposición que creaba la subsecretaría de
cios públicos37.
Estado. Se dictó una ley especial (ley del 30 marzo 1923; que
autorizaba la creación de una subsecretaría de Estado, en el El poder del Parlamento, al igual que el del Presidente,
ministerio de Hacienda). Las atribuciones del subsecretario se halla limitado por la ley constitucional del 25 febrero 1875.
se establecieron por un decreto del 31 marzo 1923. Verbigracia, los ministros, según la Constitución de 1875, son
Otra violación de la ley de 1920 se cometió en noviembre los únicos responsables ante el Parlamento; todo acto del
1925, al constituirse el segundo Gabinete PAINLEVÉ ; a raíz del Presidente debe ser refrendado por un ministro. El Parla-
nombramiento de un ministro del Presupuesto, efectuado sin mento no puede sustituir la responsabilidad de un subsecreta-
ley previa. La rápida caída del Gabinete hizo inútil la sanción rio de Estado a la del ministro, ni permitir a un subsecretario
de la ley de ratificación, que se había solicitado a las Cámaros.
Pareciera, por estos dos ejemplos, que la práctica aconseja
tro de Justicia actúa en nombre y bajo la autoridad del presidente del Consejo.
nombrar primero los titulares de los ministerios o subsecreta- Todas estas fórmulas parecen haber sido imaginadas para destruir la ley de
rías proyectados, y luego solicitar al Parlamento la sanción 1920, pues denotan más ingenio que respeto de la legalidad.
de la ley que crea el ministerio o la subsecretaría respectivos. 37 L a ley del 29 diciembre 1882, art. 16, establecía que " a n t e s del 1» de
Resulta jurídicamente incorrecto dar un cargo a un individuo, enero de 1884 la organización central de cada ministerio será regulada por un
antes de crearlo. En cuanto a la ley de 1920, es evidente que decreto dictado bajo la forma de los reglamentos de administración pública
inserto en el ' ' Journal Officiel'', y que no podrá introducírsele ninguna modifi-
resulta desconocida en su letra y en su espíritu. Esa práctica cación sino en la misma forma y con la misma publicidad''. L a ley del 13 abril
pone al Parlamento en presencia del hecho consumado; rehu- 1900 (art. 35) ha modificado esta regla: " L o s decretos dictados oído el Consejo
sar la creación es infligir un reproche al presidente del Con- de Estado que, en ejecución del art. 16 de la ley del 29 diciembre 1882, regula-
sejo por aquello que, a menudo, es su primer acto público, lo rán en lo futuro la organización central de cada ministerio, sólo determinarán la
remuneración del personal y el número de los empleos de cada categoría, así
cual, en verdad, significa un verdadero trastorno por una como las reglas relativas a los nombramientos, los ascensos y la disciplina.
simple cuestión de detalle. Las Cámaras vacilarán en hacerlo, Todas las otras disposiciones relativas a la organización, constituirán el objeto
pero si no rehusan esa creación pierden su libertad de acción. de un decreto que se insertará en el " J o u r n a l Officiel". Por excepción, el nú-
Otro caso de violación de la ley que nos ocupa es el mero de los cargos de jefes de servicio de cada categoría, a saber: directores
o secretarios generales, directores, jefes de división o jefes de servicio, subdi-
decreto del 26 marzo 1926, según el cual "los poderes conferi- rectores y jefes de oficina, no podrá ser aumentado sino mediante una ley".
dos por el decreto del 21 marzo 1919, la ley del 17 octubre 1919 Se ha visto obligado a introducir esta modificación, porque el Consejo de Estado
y la ley del 24 julio 1925, al presidente del Consejo de Minis- había dedicado mucho tiempo al examen de los incesantes proyectos de modifi-
tros, se le delegan a PIERRE LAVAL, guardasellos y ministro de cación presentados por los ministros sucesivos. A fines de 1898, el vicepresidente
del Consejo de Estado, en una carta dirigida al guardasellos, señalaba la fre-
Justicia, actuando, con este carácter, en nombre y bajo la cuencia con que se renovaban los proyectos de reglamentos: los ministros habían
autoridad del presidente del Consejo de Ministros". La ley trasmitido al Consejo de Estado más de cien proyectos, presentados por 11
de 1920 prescribe que "los traspasos de atribuciones de un ministerios en menos de 15 años (Informe general de BOUDENOOT, acerca del
departamento ministerial a otro, sólo puede disponerlos una presupuesto de 1900, 4 julio 1899, Cámara, Doc. part., nov. 1899, p. 2491). Leyes
ley"36. El decreto de 1926 dispone un traspaso de atribuciones, subsiguientes obligaron al Gobierno a respetar los poderes presupuestarios del
Parlamento. Sobre la interpretación del art. 35 de la ley del 13 abril 1900, del
por lo que resulta ilegal. art. 79 de la ley financiera del 30 marzo 1902 y del art. 43 de la ley financiera
del 22 abril 1905, y sobre delimitación de los dominios respectivos del decreto,
35 Sobre la legalidad del decreto del 20 marzo 1923, DUGUIT, Droit const., del decreto dictado previo dictamen del Consejo de Estado y de la ley, véase
2* ed., rv, p. 722.
las conclusiones de RIVET, ante el Consejo de Estado, 3 noviembre 1922, Associa-
3« La presidencia del Consejo de ministros no constituye —puede decirse— tion des fonctionnaircs du ministére des colonies, " R . D . P . " , 1922, ps. 562 y ss.
un departamento ministerial. Además, el decreto de 1926 establece que el minis- Cfr., también, Cons. de Est., 16 junio 1911, Empis, " R e c . " , p. 689.
126 LA NOCIÓN DE SERVICIO PÚBLICO ORGANIZACIÓN DE UN SERVICIO PÚBLICO 127

de Estado refrendar un acto del Presidente. Esto le estaba (libertad física individual, libertad de comercio o de industria,
prohibido al Presidente 38 y lo está también al Parlamento. libertad del ejercicio de los cultos).
El poder del Presidente está limitado también por las En particular, se ha declarado legal la creación de los
leyes ordinarias; cuando dichas leyes dispusieran una distri- Consejos del trabajo, dispuesta en virtud del decreto del 17 se-
bución o una atribución de competencia, el Presidente no po- tiembre 190041, organismos encargados de establecer en cada
drá modificarla aunque ninguna limitación expresa se oponga región una estadística qxte determine la tasa normal y co-
a ello39. El Consejo de Estado ha juzgado, antes de la ley de rriente de los salarios y la duración normal y corriente de la
1920, que la facultad de oponer la prescripción quinquenal no jornada de trabajo; esta estadística sólo es, en realidad, un
podía confiarse, por decreto, a un subsecretario de Estado 40 . elemento de información sometido a la apreciación de las ad-
2*) El Presidente de la República tiene la facultad de ministraciones públicas interesadas y no modifica, en absoluto,
crear cuerpos administrativos, compuestos, según su parecer, las atribuciones que ellas han recibido de las leyes y regla-
por funcionarios o por personas cualesquiera designadas por mentos 42 .
él o elegidas por determinada categoría de ciudadanos, siempre 3*) El poder ejecutivo (decreto del Presidente de la Re-
que estos cuerpos no tengan ningún poder sobre los individuos pública) tiene competencia para reglamentar la organización
38 EOMIEU, conclusiones en el asunto Mogambury, Cons. de Est., 2 diciem-
bre 1892, " R e c " , p . 839: "Corresponde al Presidente de la República efectuar 41 Cons. de Est., 19 febrero 1904, Chambre syndicale, " R e c " , p. 132:
por sí mismo esta delegación a los subsecretarios de Estado, de una parte de " L o s Consejos del trabajo, tal como han sido instituidos por estos decretos, Bon
las atribuciones ministeriales, por vía de simple d e c r e t o . . . La prerrogativa del esencialmente órganos de información; no se hallan investidos de ningún poder
Presidente de la República encuentra, primeramente, un límite natural en la propio de decisión, y sus dictámenes, destinados únicamente a ilustrar a las
Constitución: no puede atentar contra la responsabilidad ministerial, ni contra autoridades administrativas acerca de las medidas a adoptar en el límite de sus
la regla de la refrendata. Según la ley del 25 febrero 1875, los ministros sólo atribuciones, no son obligatorios para dichas a u t o r i d a d e s . . . " .
son responsables ante el Parlamento, y todo acto del Presidente de la República 42 Cfr. sobre este punto las conclusiones del comisario del Gobierno,
debe ser refrendado por un ministro. La delegación hecha a un subsecretario de ROMIEU, en el precitado caso, 19 febrero 1904, Chambre syndicale, " R e c " ,
Estado no podría, pues, tener por efecto sustituir su responsabilidad a la de un ps. 132 y ss. (nuestra nota en la " R e v u e du Droit P u b l i c " , 1904, ps. 88 y s s . ) :
ministro, ni permitirle refrendar un acto del jefe del Estado. El ministro debe " L a misión de arbitros o conciliadores, que se atribuye (a los Consejos del
siempre seguir siendo responsable de los actos de todos los agentes de su depar- trabajo), no podría considerarse contraria a la ley, desde el momento que los
tamento y, en especial, de aquellos mediante los cuales se hubiese delegado una mencionados Consejos, que son con respecto a la Administración un cuerpo pura-
facultad propia en el subsecretario de Estado; esta responsabilidad debe, pues, mente consultivo, sólo tienen con relación a los terceros un papel exclusiva-
mantenerse plena y entera, haya o no delegación. Del mismo modo, la mente facultativo y no intervienen sino cuando lo solicitan las mismas partes,
firma ministerial es la única que puede colocarse debajo de un decreto del
las que quedan en libertad de no recurrir a sus buenos oficios... Es difícil
Presidente de la República, porque dicha firma, cubriendo al jefe del Estado
percibir sobre qué principio de derecho público podría uno fundarse para
irresponsable, compromete la responsabilidad ministerial".
negar al Gobierno el derecho de crear cuerpos administrativos, compuestos como
39 ROMIEÜ, op. y loe. cits.: " L a facultad de delegación reservada al Presi- él entiende que deben serlo, ya sea de funcionarios, de cualesquiera personas
dente de la República podrá también, fuera de las reglas constitucionales, ser designadas por él o elegidas por tal o cual categoría de ciudadanos, desde que
limitada por las leyes ordinarias, cuando por estas leyes se hubiese entendido estos cuerpos tienen un carácter simplemente consultivo o que su intervención
efectuar una distribución o una delegación de atribuciones, oponiéndose, en posible en las relaciones de los terceros es puramente facultativa y amigable.
consecuencia, a toda iniciativa del poder ejecutivo". No cabe, en efecto, confundir dos puntos de vista esencialmente diferentes: el
40 Cons. de Est., 22 noviembre 1889, Ministre des Travaux publics, " R e c . " , del juez y el d¿l Parlamento. El Parlamento puede siempre impedir al Gobierno
p. 1065; 11 julio 1894, Départament de la Seine, " R e c " , p . 482: " L a aplica- realizar una reforma que él estime inoportuna o que pretenda reservarse la tarea
ción de las disposiciones que decretan caducidades de los derechos de los acree- de realizar. Pero mientras no se haya dictado ningún texto legislativo que limite, ,
dores del Estado se ha reservado, por la ley del 29 enero 1831, a los ministros en el hecho o en derecho, los poderes del Gobierno, éste puede siempre adoptar
competentes, salvo el recurso ante el Consejo de Estado. No se justifica las medidas de administración que estime necesarias para el interés general,
ninguna decisión especial del ministro que se oponga a la reclamación... la desde el momento que no impone ninguna obligación a nadie, que no ataca
c a d u c i d a d . . . ; la carta d i r i g i d a . . . por el subsecretario de Estado al ministerio ningún derecho y no lesiona directamente ningún interés. Si bien puede merecer
del Interior no podría nunca considerársela una decisión que causa agravio al eventualmente la censura del Parlamento, se halla al amparo de la acción
departamento (recurrente) y pasible de recursos contenciosos". jurídica de los t e r c e r o s " .
128 LA NOCIÓN DE SERVICIO PÚBLICO ORGANIZACIÓN DE UN SERVICIO PÚBLICO 129

interna de los servicios públicos y las condiciones de su fun- Naturalmente, el reglamento no podrá modificar una re-
cionamiento, pero de modo que no lesionen los derechos de gla establecida por el Parlamento. Así, por ejemplo, en Fran-
terceros. Puede establecer, en especial, las normas que regirán cia, el Parlamento se ha reservado, de hechof la reglamentación
la situación de los agentes del servicio público, el nombra- de las pensiones de retiro de los funcionarios públicos. En
miento de éstos, el ascenso, la disciplina, la destitución, las consecuencia, salvo disposición expresa del Parlamento, las
atribuciones, el control 43 . Además, el Presidente de la Repú- pensiones no podrían reglamentarse por decreto 46 .
blica podrá decidir, por decreto, que una categoría de agentes, En tiempo de guerra, el poder del Presidente de la Repú-
cuyo status no se rigiese aún por una ley del Parlamento, de- blica para organizar los servicios públicos es muy amplio, lo
berá someterse al régimen jurídico organizado por las Cámaras que importa aplicar la teoría de los poderes de guerra*7. El
para otra categoría de funcionarios públicos44. Consejo de Estado ha resuelto (28 junio 1918, Heyriés, "Rec",
Más delicado es determinar si el Presidente de la Repú- p. 651; "S.", 1922, 3, 49, y la nota de HAURIOU, " R . D . P . " ,
blica puede crear, mediante decreto, una jurisdicción discipli- 1923, p. 446) : "En virtud del art. 3 de la ley constitucional
naria nueva o bien modificar la competencia de una jurisdic- del 25 febrero 1875, el Presidente de la República se halla al
ción disciplinaria existente. En rigor de verdad, la jurisdicción frente de la Administración francesa, encargándose de asegu-
disciplinaria, por lo general, sólo debe emitir una opinión que rar la ejecución de las leyes; le incumbe, por lo tanto, pre-
no compromete a la autoridad pública investida del poder dis- ocuparse para que los servicios públicos establecidos por las
ciplinario. En este caso, la creación de una jurisdicción disci- leyes y reglamentos se hallen en todas las épocas en condi-
plinaria se refiere manifiestamente a las facultades generales ciones de funcionar y para que las dificultades que derivan
de organización de los servicios públicos que corresponden al de la guerra no paralicen su actividad. El Consejo de Estado
Presidente. Pero si dicha jurisdicción tuviera un poder de ha establecido que el poder del Presidente de la República en
decisión propio, sería preferible la negativa 45 , Cabe también tiempo de guerra llega hasta suspender provisionalmente,
preguntarse si, cuando se concede el poder disciplinario por mientras duren las hostilidades, ciertas reglas insertas en una
una ley, sin limitación, a un agente público, puede obligarse ley del Parlamento, cuando aquél estimara que su observancia
a este agente, por un decreto, a ejercer su potestad discipli- estricta "trabaría el funcionamiento de las administraciones
naria previo dictamen de un Consejo de disciplina. ¿Es posible necesarias a la vida nacional" 48 .
condicionar mediante un decreto el ejercicio de un poder legal
46 E n este sentido, dictamen del Cons. de Est., 1' agosto 1904 y 10 enero
no condicionado? 1905. E n consecuencia, el Parlamento, por una ley del .22 abril 1905, art. 38, ha
intervenido para disponer que las escalas de las pensiones militares se aplica-
43 Ésta es la fórmula empleada por el comisario del Gobierno, EOMIEU, rían a los administradores y agentes de la inscripción marítima. Ello equivalía
en las conclusiones de su dictamen ante el Consejo de Estado, 4 maro 1906, a reconocer que los decretos del 18 junio 1901 y del 10 octubre 1902, eran
Babin ( " R e c . " , p . 363). L a resolución del 4 mayo 1906 es categórica: " E n ilegales. Cfr., sobre este punto, EOLLAND, Les administrateurs de l'inscription
ausencia de toda disposición legislativa contraria, el Gobierno ha podido, por maritime, en " R . D . P . " , 1904, ps. 166 y ss., y, en especial, ps. 171 y ss., para
decreto d e l . . . , al determinar el estado de los empleados y agentes de la Admi- el examen de la legalidad del decreto del 7 octubre 1902.
nistración marítima, extender a este personal, desde el punto de vista discipli- 47 Sobre la teoría de los poderes de guerra, véase GASTÓN JÉZE, Les prin-
nario, el beneficio de la ley del 19 mayo 1 8 3 4 " . cipes généraux du droit administratif, 3» ed., i, 1925, La teohnique juridique,
44 Ejemplo: El decreto del 10 octubre 1902 ha declarado aplicable a los ps. 406 y ss.; véase también nuestras notas en " R . D . P . " , 1915, ps. 479 y ss.; .
administradores y agentes de la inscripción marítima, el status organizado por ps. 700 y ss.; 1916, ps. 407 y ss.; 1919, ps. 338 y ss.; 1920, ps. 88 y ss.; 1924, <
la ley del 19 mayo 1834, para el cuerpo de oficiales. ps. 594 j BS.
45 E n sentido contrario, DUGUIT, Droit const., 2* ed., rv, 1924, p. 725: " E l 48 Un decreto del 10 setiembre 1914 ha suspendido, mientras dure la guerra,
Gobierno, que por definición se encarga de asegurar el buen funcionamiento el art. 65 de la ley del 22 abril 1905, que prescribe la previa comunicación de
de los servicios públicos, puede crear por sus reglamentos una jurisdicción dis- su legajo a todos los funcionarios amenazados por una medida disciplinaria. El
ciplinaria y una competencia de este orden (a pesar de que ella pone en juego Consejo de Estado ha resuelto: " L e corresponde (al Presidente de la República)
el interés personal de los funcionarios) ' ' . a la fecha del 10 setiembre 1914, en que se ha dictado el decreto cuya legalidad

Jéze, Der. adm., II'. 9


130 LA NOCIÓN DE' SERVICIO PÚBLICO ORGANIZACIÓN DE UN SERVICIO PÚBLICO 131

4*) Los ministros no tienen el poder reglamentario gene- c) los ministros, aunque sólo fuere en parte, no pueden "dele-
ral, o, para decirlo con otras palabras, no pertenecen, con gar" espontáneamente en nadie su poder de decisión*1.
relación a los individuos, al servicio público. Sin embargo, el 5*) En lo relativo a los servicios públicos locales, cuya
Consejo de Estado les reconoce, en cierta medida, la facultad creación ha sido autorizada en general o en especial por el
de organizar, espontáneamente, mediante reglamentos, los Parlamento, la autoridad competente para organizarlos es, en
servicios públicos de los cuales son jefes49, aunque con las principio, la asamblea deliberante, y no el agente de ejecución.
siguientes reservas: a) el reglamento ministerial no afectará Existen para ello varias razones: a) entre las atribuciones
de ningún modo la regla de organización contenida en una ley normales de las asambleas locales deliberantes, se halla la de
del Parlamento o en un decreto del Presidente de la Repú- dictar las reglas generales de los servicios, exceptuándose lo
blica; b) una ley o un decreto no podrán establecer que la relacionado con la policía52, j b) la de estatuir sobre cuestio-
organización debe realizarse por una ley o por un decreto 50 ; nes importantes; c) finalmente, la organización de un servicio
se discute, apreciar si la comunicación ordenada por el art. 65 de la ley del 22
público entraña consecuencias financieras; ahora bien;, el poder
abril 1905, que debía hacerse a todo funcionario de su legajo, previamente a financiero se reserva a las asambleas locales. De ordinario, y
cualquier sanción disciplinaria, era —durante el período de las hostilidades— por este mismo motivo financiero, los agentes del poder central
capaz de impedir, en gran número de casos, la acción disciplinaria a ejercerse
y de trabar el funcionamiento de las diversas administraciones necesarias a la
deben aprobar la decisión de la asamblea local.
vida nacional. En razón de las condiciones en que se ejercían, en dicha época,
los poderes públicos, tenía la misión de dictar las medidas indispensables para la
ejecución de los servicios públicos colocados bajo su autoridad. Al decidir, por el han instituido cuatro servicios técnicos en el ministerio de las Colonias: Según
d e c r e t o . . . , que la aplicación del art. 65 se suspendería provisionalmente mien- la l e y . . . del 13 abril 1900 (art. 35), todas las disposiciones atinentes a la
tras durase la guerra, con facultad para los interesados de poder recurrir en organización central de un ministerio y distintas a aquellas cuya determinación
revisión, después de la cesación de las hostilidades, contra las decisiones que se siempre queda reservada, sea a una ley, sea a un decreto dictado con las forma-
hubiesen tomado a su respecto, el Presidente de la República no ha hecho más lidades de los reglamentos de administración pública, deben ser objeto de un
que usar legalmente de los poderes que le concede el art. 3 de la ley consti- decreto que se publicará en el " J o u r n a l Officiel". Por decisiones intituladas
tucional del 25 febrero 1 8 7 5 " . Véase, también, Cons. de Est., 16 enero 1920, ' ' órdenes de s e r v i c i o " . . . , el ministro de las Colonias ha establecido varios
Fabre, " R e c " , p. 38. "servicios técnicos", respectivamente encargados de los estudios relativos a la
49 El Cons. de Est. ha anulado por exceso .de poder una decisión (promo- justicia, a la instrucción pública, a la valuación de las colonias, a los Bancos
ción) que violaba un reglamento ministerial. Cons. de Est., 7 julio 1905, Warnier, y a las aduanas, y que, además, en lo que concierne a los dos primeros rubros,
" R e c " , p. 625 ( " R . D . P . " , 1905, p. 561, y nuestra n o t a ) . En el asunto Bageot, deberían examinar los nombramientos y movimientos habidos entre los magis-
6 agosto 1909, " R e c " , p. 809 ( " R . D . P . " , 1909, p. 707, y nuestra nota), el trados y los miembros de la docencia. Admitiendo que estos organismos sólo
Cons. de Est. declaró: " S e g ú n los términos del art. 1» de la instrucción (ministe- tuviesen carácter provisional y sólo debiesen funcionar a la espera de una próxi-
rial) del 19 octubre 1906, relativa al establecimiento de los cuadros de ascenso ma reorganización de la administración central, no podían crearse por simples
concernientes al personal civil de la administración central del Ministerio de decisiones ministeriales. Por tanto, procede anular las mencionadas decisiones".
Guerra, los directores... El ministro reconoce... q u e . . . sin observar las reglas 51 Cons. de Est., 21 febrero 1890, Mimieux, " R e c " , p. 201: " N o corres-
arriba recordadas... Pero sostiene que la inobservancia de las prescripciones de ponde a los ministros delegar, fuera de los casos previstos por la ley, ninguna
la instrucción ministerial, a diferencia de la de un texto legislativo o reglamenta- partícula del derecho de decisión de que se hallan investidos" Cfr. DUGUIT,
rio, no puede servir de base a un recurso por exceso de poder. La instrucción mi- Tr. dr. const., 2» ed., iv, p. 705; " R . D . P . " , 1906, p. 75. Cfr. infra, ps. 136 y ss.
nisterial antes recordada ha tenido por objeto asegurar la ejecución del decreto 52 Por lo contrario, la designación de los individuos encargados del servicio
d e l . . . y proporcionar garantías al personal de la administración central del público entra en la competencia de los agentes ejecutivos: prefecto, alcalde, etc.
Ministerio. Así, el recurrente tiene derecho a pretender, contrariamente a la En este sentido, HAUBIOU, Droit adm., 7* ed., p. 151: " L o s asuntos son distri-,
opinión del ministro, que el desconocimiento de las prescripciones dictadas, no buidos entre estas dos categorías de órganos (órgano deliberante, órgano eje»
compromete solamente la responsabilidad del director ante el ministro, sino cutivo), según su grado de urgencia o de importancia y, también, según que
que constituye, además, un atentado contra los derechos del p e r s o n a l . . . Por puedan ser resueltos por vía de medida general o por vía de decisión indivi-
consiguiente, la decisión... e s t á . . . viciada de exceso de p o d e r " . d u a l " . Sin embargo, " e n materia de policía, el órgano ejecutivo toma deci-
60 Cons. de Est., 3 noviembre 1922, Association des fonctionnaires du mi- siones reglamentarias que son medidas generales; pero, al menos en lo que
nistére des Colonies, " R e c " , p. 785 ( " R . D . P . " , 1922, ps. 561 y ss., con las concierne a la reglamentación de los servicios, el órgano deliberante tiende a
conclusiones de R I V E T ) : " E n lo que concierne a las decisiones ministeriales que quitarle esta reglamentación... " .
132 LA NOCIÓN DE SERVICIO PÚBLICO
ORGANIZACIÓN DE UN SERVICIO PÚBLICO 133
Tal es el principio aplicable a la organización de los
servicios públicos departamentales. En principio, el consejo Lo mismo debe decirse con respecto a la organización de
general es el órgano competente. Por ejemplo, la ley del 10 los servicios públicos municipales. En principio, el concejo
agosto 1871, art. 45, ha confiado a los consejos generales de municipal es el órgano competente; el alcalde sólo interviene
departamento la facultad de dictar los reglamentos que deter- excepcionalmente 66 .
minen las condiciones que deberán llenar los candidatos a las La solución contraria puede resultar de la ley. Verbigra-
funciones retribuidas exclusivamente con los fondos departa- cia, según la ley del 5 abril 1884, art. 88, "el alcalde provee
mentales, y, además, la facultad de formular las reglas de los todos aquellos empleos municipales para los cuales las leyes,
concursos con arreglo a los cuales habrán de efectuarse los decretos y ordenanzas actualmente en vigor no exigen un pro-
nombramientos 53 . La ley del 15 julio 1893, sobre asistencia cedimiento especial de nombramiento. Además, suspende y se-
médica gratuita (art. 4), dispone que el consejo general se para a los titulares de estos cargos". En virtud de este texto
encargará de la organización del servicio54. Cuando el prefecto debe entenderse que el concejo municipal no puede limitar
por sí solo, obrando a título excepcional, dicta los reglamentos indirectamente el poder del alcalde, dictando un reglamento
de organización de un servicio público departamental, ello relativo a la designación de los agentes municipales (concur-
sólo se refiere a cuestiones de detalle y que no acarrean gastos so), a su ascenso, a su disciplina (penas disciplinarias, con-
del presupuesto departamental. sejo de disciplina), o a su separación. Estas reglas limitarían
las facultades del alcalde, aunque la ley las declare discrecio-
Hay que exceptuar el caso en que una ley ha dispuesto
otra solución55. nales. Corresponde a dicho funcionario, exclusivamente, dictar

53 Del mismo modo, la ley de 1871 incluye entre las materias sobre las que diciones de ascenso de los mencionados a g e n t e s . . . Por el acuerdo (impugna-
el Consejo general estatuye definitivamente: "11») las concesiones a las aso- d o ) . . . , el Consejo general no ha entendido regular, por su propia autoridad,
ciaciones, compañías o particulares, de obras de interés departamental; 12») la lo que hubiese excedido el límite de sus poderes, las condiciones de ascenso de
dirección de los ferrocarriles de interés local, el modo y condiciones de su cons- los agentes veedores; se ha limitado a expresar, como tenía derecho de hacerlo,
trucción, convenios y disposiciones necesarias para asegurar su explotación; una opinión que se le había solicitado, prestando su asentimiento a una re-
17») la aprobación de los contratos celebrados con los establecimientos privados forma que el prefecto se proponía introducir en el estatuto de los agentes
o públicos, para la asistencia de los dementes del departamento; 18») el servicio veedores y que había sometido al examen previo del Consejo general, en consi-
de los niños objeto de asistencia; 20») la creación de instituciones departamen- deración y en previsión de las medidas de orden financiero a que daría lugar
tales de asistencia pública y el servicio de la misma índole en los establecimientos su aplicación. El prefecto ha dictado de inmediato la resolución reglamentaria
departamentales; 21») el establecimiento o la organización de las cajas de en virtud de sus poderes propios, y esta resolución ha sido, así, legalmente dic-
retiros o todo otro modo de remuneración en favor de los empleados de las pre- tada por la autoridad competente". En el asunto resuelto por el Consejo de
fecturas y de las subprefecturas y de los agentes asalariados, que deban abonarse Estado, el 22 diciembre 1922, Gwyot ( " R . D . P . " , 1923, p . 258), el comisario
con los fondos departamentales", etc., etc. del Gobierno, RIVET, observaba justamente: " A l Consejo general, dueño de las
M Cfr., también, la ley del 14 julio 1905, arts. 20 y ss., p a r a la organiza- remuneraciones, puede requerírsele su opinión sobre las cuestiones a las cuales
ción del servicio de asistencia a los ancianos. aquéllas se hallan íntimamente ligadas, y la estrecha conexión de los intereses
55 Por ejemplo, la ley del 21 mayo 1836, sobre caminos vecinales, establece: en juego impide concebir... delimitaciones de competencia absolutamente rí-
g i d a s " . Si no hay opinión, sino decisión, el Consejo general excede sus facul-
" E l prefecto podrá nombrar agentes veedores. Su sueldo lo fijará el Consejo
tades, como así lo ha resuelto el Consejo de Estado en una resolución de 1922:
g e n e r a l " . El Consejo de Estado, en dos resoluciones, del 26 abril 1918, Sellier,
" S i correspondía al Consejo general examinar las modificaciones a introducir .
" R e c . " , p. 385, y del 22 diciembre 1922, Gwyot, " R e c " , p. 983 ( " R . D . P . " ,
en la organización del servicio de la vía pública vecinal y decidir, en especial, la/
1923, ps. 253 y ss., con las conclusiones de R I V E T ) , ha interpretado este texto
supresión de los créditos referentes a un empleo de agente veedor por razones de
de la siguiente manera: Deben reservarse al Consejo general únicamente las
economía, no le correspondía, en cambio, intervenir, ni para proponer un agente
cuestiones de remuneración. Al prefecto sólo le corresponde, además de nombrar,
que fuese nombrado por el prefecto en el puesto de inspector a crearse, ni para
separar o conceder el retiro a estos agentes, organizar también su servicio. Por
jubilar de oficio a otro agente veedor".
otra parte, nada impide al prefecto requerir el dictamen del Consejo general,
antes de proceder a la reorganización del servicio. Cons. de Est., 26 abril 1918, 5« Por lo contrario, él es el órgano competente para la designación de
Sellier (1er. caso), " R e c " , p. 386: "Corresponde al prefecto regular las con- los individuos encargados de hacer funcionar el servicio público, una vez or-
ganizado.
134 LA NOCIÓN DE SERVICIO PÚBLICO ORGANIZACIÓN DE UN SERVICIO PÚBLICO 135

reglamentos sobre nombramientos, ascensos, disciplina, sepa- consecuencia, el Consejo prohibe, en principio, a las autori-
raciones, e t c . . . . Puede consultar al concejo municipal o seguir dades locales el empleo del procedimiento de la administración
su opinión; pero no está obligado a ello. Téngase en cuenta, directa69, obligándoles a conceder los servicios públicos muni-
no obstante, que el alcalde debe sujetarse a su reglamento. cipales.
Esta solución tiene un alcance general. Toda autoridad Esto no significa que en "circunstancias excepcionales"
pública que posee el poder de nombrar, tiene competencia para las autoridades locales no puedan efectuar la prestación di-
reglamentar el ejercicio de esa facultad; dicha reglamentación recta de los servicios60. Entre esas circunstancias excepciona-
puede modificarse en cualquier momento: pero mientras sub- les, hay que mencionar el caso en que no fuese posible encon-
sista, es obligatoria para la autoridad que la ha dictado 57 . trar ningún concesionario, para la explotación del servicio
El Consejo de Estado, ya como tribunal administrativo,
ya como consejo administrativo que asesora al Presidente de 59 En lo que atañe al Parlamento, es el Senado el que mantiene ese estado
la República en el ejercicio de su facultad de tutela adminis- de espíritu hostil hacia la administración directa de los servicios públicos. El
23 febrero 1905, el Senado rechazaba el proyecto de ley, aprobado por la Cámara
trativa sobre los municipios, aporta una restricción muy im- de diputados, que autorizaba a la ciudad de París a contraer un empréstito de
portante a los poderes de las autoridades locales para la 120 millones de francos para organizar por prestación directa el servicio de
organización de los servicios públicos. alumbrado de gas. Véase sobre este punto: GASTÓN CADOUX, Le projet d 'exploita-
tion du gaz en régie directe á Paris, en la " R e v u e de Se. et de Lég. F i n . " ,
En la actualidad, el Consejo de Estado se muestra con- 1904, ps. 61 y ss.; NÉZARD, La municipalisation du service de l'eclairage vublie
trario a la organización de los servicios públicos locales por et la ville de Paris, en la misma revista, 1905, ps. 296 y ss. Las ideas del
administración directa. Sus opiniones económicas ortodoxas 58 , ¡Senado no han variado después de la gran guerra.
le conducen a interpretar de determinada manera el principio 60 Cons. de Est., 21 enero 1921, Syndicat des agents généraux des com-
pagnies d'assurances du territoire de Belfort, " R e c . " , p. 82 ( " D a l l o z " ,
de la especialidad y los principios de la libre competencia, de 1922, 3, 34, con las conclusiones de CORNEILLE; " S . " , 1921, 3, 37 y la nota de
la libertad de comercio y de industria. El Consejo de Estado HAURIOU; " R . D . P . " , 1922, p. 120): Por acuerdo del Consejo general, " s e ha
considera que los municipios se han creado para administrar, creado en el territorio de Belfort, con la participación de las autoridades del
y no para realizar actividades industriales y comerciales. En departamento y un fondo de garantía constituido por él, una Caja departamental
cuyo objeto es asegurar, hasta cierto límite, a todo el que lo desee, contra los
riesgos de incendio, según la tarifa de las compañías aseguradoras sindicadas,
57 Cons. de Estado, 1» diciembre 1922, Grellet, " R e c . " ' , p. 899: " L a a reducida en un 20 %, es decir, mediante el pago de sumas que varían según el
Comisiones administrativas de los hospitales pueden, para asegurar el recluta- riesgo y que constituyen verdaderas primas de seguros. No obstante prever el
miento del cuerpo médico agregado a sus establecimientos, proceder por vía de pago de subsidios en favor de los indigentes por motivo de incendios, el regla-
nombramiento directo, ante la presentación de títulos o la realización de pruebas mento de la Caja no hace de estos seguros una obligación para ésta y menos aún
que sólo son para ellas un elemento de apreciación, o realizar concursos, bajo el objeto principal de su fundación. De ahí se sigue que a la Caja no podría con-
las condiciones que determinen, en los cuales el orden de clasificación impli- siderársela como una de las instituciones departamentales de asistencia previstas
ca, para los concurrentes, un verdadero derecho. En la ciudad de Elbeuf, la por el art. 46, $ 20, de la ley del 10 agosto 1891, sino que tiene el carácter de
comisión administrativa del hospital y de los hospicios d i c t ó . . . un reglamento una empresa cuyo fin principal es realizar operaciones^ de seguros remune-
aprobado por el prefecto, cuyo art. 11 dispone que los médicos y cirujanos son radas por una prima y cuya constitución no se halla entre las atribuciones reco-
nombrados por la. comisión administrativa luego de realizar un concurso, cuando nocidas a los Consejos generales por la ley orgánica precitada. Si bien puede
ello es p o s i b l e . . . La clasificación de los candidatos, efectuada por el jurado, corresponder excepcionalmente a las administraciones locales intervenir para
obliga a la comisión administrativa, respecto al nombramiento a realizar Si satisfacer las necesidades esenciales de la colectividad en caso de déficit o de
la comisión administrativa considerase que el jurado no se ha conformado insuficiencia manifiesta de la iniciativa privada, esta circunstancia extraordi- •
a las condiciones que regían para el concurso tal como se había ordenado, naria no es de ningún modo la de la especie, es decir, la de las numerosas so-'
le corresponde no designar al candidato propuesto por el jurado y, t e n i e n d o . . . ciedades de seguros, a prima fija o mutuales, que funcionan en el territorio de
los actos por nulos e inexistentes, proceder a -un nuevo concurso. Pero la B e l f o r t . . . Al instituir la Caja de que se trata, el Consejo general y el admi-
comisión no puede, sin incurrir en exceso de poder, sustituirse al jurado en la nistrador del territorio arriba mencionado han excedido sus atribuciones legales,
apreciación de los títulos de los candidatos y nombrar médico-jefe al profesional y el sindicato recurrente se halla autorizado para pedir la anulación, por exceso
clasificado en segundo término por dicho j u r a d o " . de poder, de los acuerdos que han decidido la creación y de la resolución que
58 V. supra, ps. 114 y ss. ha reglamentado el funcionamiento".
136 LA NOCIÓN DE SERVICIO PÚBLICO ORGANIZACIÓN DE UN SERVICIO PÚBLICO 137

público municipal. Así, por ejemplo, el Consejo de Estado de organizar o de reorganizar completamente determinado
autoriza a una ciudad a explotar en forma directa el gas o la servicio público o el conjunto de los servicios públicos?
electricidad, cuando no se presentara ningún adjudicatario, A mi juicio, la cuestión se plantea erróneamente. Los
o cuando los que se presentan no ofrecen condiciones suficien-
principios del derecho público francés se oponen a una dele-
temente ventajosas61. El Consejo de Estado admite también
gación', la competencia no se delega. El Parlamento no puede
la explotación en forma directa del servicio público de distri-
bución de agua 62 , etc. delegar el poder de formular las reglas de derecho que son
esencialmente de su competencia. Ello importaría violar la
Fuera de estas circunstancias excepcionales, el sistema de Constitución, que confiere al Parlamento el poder de hacer
la prestación o administración directa de los servicios debe la ley64.
ser autorizado expresamente por el Parlamento 63 . Pero en realidad, no es éste el problema a resolver. Ante
Estas soluciones tienen escaso valor desde el punto de la falta de textos constitucionales que regulen las competen-
vista jurídico. Como ya hemos dicho, la interpretación que se cias respectivas en lo relativo a la organización de servicios
dé a la regla de la libertad de comercio y de industria, carece públicos, se trata de saber si el Parlamento puede conferir a
de fuerza obligatoria. Con convicciones económicas o políticas una autoridad pública cualquiera la facultad de organizar o
diferentes, se interpretará este principio de manera totalmente
de reorganizar un servicio público o el conjunto de los servi-
opuesta. Sucede lo mismo con el principio de la especialidad.
En realidad, estas limitaciones no son más que la expresión cios públicos.
de convicciones económicos o políticas. Hay que distinguir dos hipótesis:
If regla. — ¿Puede el Parlamento investir a una autoridad 1*) Ley que otorga competencia al Presidente de la Re-
pública del poder reglamentario de formular todas las reglas pública para la organización o la reorganización de un servicio
de organización de un servicio público, itwluso aquellas que público determinado. En este caso, el Consejo de Estado, con
afectan la libertad individual, la propiedad, la libertad de co- una terminología discutible, da la solución. "Es evidente —de-
mercio y de industria, etc. ? cía el comisario del Gobierno, ROMIEÜ, en 1906— que el legis-
La cuestión se plantea, ordinariamente, en la siguiente lador puede, como lo hace a menudo, delegar sus poderes en
forma: ¿puede el Parlamento delegar en el Gobierno el poder otras autoridades e investirlas del derecho de reglamentar, en
lugar de él, estas materias" 65 .
61 Dictamen del Cons. de Est., 6 abril 1900, en la " R e v . Gen. d ' A d m . " , En consecuencia, se considera correcto el art. 38 de la ley
1900, I I , p. 151.
62 Dictamen del Cons. de Est., 7 junio .1877. financiera del 17 abril 1906, que dispone que el Presidente de
63 A consecuencia de fraudes escandalosos de proveedores, aparecieron la República establecerá, mediante un reglamento de admi-
proyectos o proposiciones de ley que autorizan expresamente la creación de nistración pública, las garantías especiales de capacidad pro-
servicios públicos municipales y su explotación por prestación directa. Así, en
el mes de noviembre de 1911, a raíz de que la prensa había señalado casos muy
fesional para los candidatos a las funciones judiciales, y orga-
numerosos de suministro de carnes en mal estado o de engaños acerca de la nizará, también, un cuadro de ascensos para los magistrados.
calidad o cantidad de las mercaderías vendidas, el Gobierno anunció la presen- En realidad, el Parlamento no hace sino invitar al Presidente
tación de proyectos de ley que autorizaban a los municipios a establecer carni-
cerías y panaderías municipales. Cfr., también, " R e v . de Se. et de Lég. F i n . " ,
de la República para que use de su competencia a fin de
1910, ps. 293 y ss., y G. J É Z E , Cours élém. de se. des finances, 5» ed., ps. 1090 organizar los servicios públicos.
y ss. Sobre toda esta materia, véase la excelente obra de BOUVIER, Les régies Indudablemente, esta invitación es correcta siempre y
municipales. Durante la guerra, la ciudad de París organizó la venta al detalle
de artículos de consumo. La administración directa de este servicio público ha
dado resultados financieros lamentables, en razón de la incompetencia de los «4 DUGUIT, Droit const., 2» ed., rv, 1924, ps. 747 y ss. y ps. 749 y ss.
agentes administrativos municipales que organizaron y dirigieron el servicio. 65 Cons. de Est., 4 mayo 1906, Babin, " R e c " , p. 363.
138 LA NOCIÓN DE SERVICIO PÚBLICO ORGANIZACIÓN DE UN SERVICIO PÚBLICO 139

cuando el reglamento del Presidente de la República no dero- 2*) Ley que otorga competencia al Presidente de la Repú-
gase, modificara o suspendiese una ley del Parlamento™. blica para la reorganización de todos los servicios públicos en
Pero, ¿puede el Parlamento ir más lejos y dar competen- general. La dificultad sólo se presenta cuando la 'ley otorga
cia al Presidente de la República para dictar un reglamento esta competencia al Presidente de la República, con facultad
de organización de un servicio público determinado, con la para modificar las leyes existentes. Es el caso de la ley del
facultad de modificar, derogar o suspender una ley existente? 22 marzo 1924, art. V: "En 1924 se efectuarán reducciones en
La respuesta afirmativa me parece correcta. En virtud los gastos del Estado, por un total que no deberá ser inferior
de esa atribución de competencia, el Parlamento priva del a mil millones de francos. Se autoriza al Gobierno, durante
carácter legislativo formal a las reglas de organización de este los cuatro meses siguientes a la promulgación de la presente
servicio determinado. Esto es perfectamente cierto: el Parla- ley, para que proceda por decreto, previo dictamen del Consejo
mento no excede su poder. de Estado y luego de la aprobación del Consejo de ministros,
La Asamblea nacional ha procedido de análoga manera a efectuar todas las reformas y simplificaciones administrati-
en lo que concierne a las reglas de organización del Senado. vas necesarias para la realización de dichas economías. Cuando
La ley constitucional del 14 agosto 1884 ha suprimido el carác-
ter constitucional de los arts. 1 a 7 de la ley constitucional del
24 febrero 1875 y, asimismo, ha otorgado competencia al Parla- opinión, ahí se hallan los elementos que determinan especialmente la evolución
mento para reglamentar las elecciones de senadores. en este sentido. Son éstas, en primer lugar y siempre, las razones de hecho
y de índole práctica. Con la creciente complejidad de las sociedades mo-
Análogamente, el Parlamento puede, mediante una ley, dernas, la tarea del Parlamento es considerable, y, a causa del gran número
privar del carácter legislativo formal a las reglas sobre la de sus miembros, de las ambiciones, de las pasiones políticas que, en el medio
organización de determinado servicio público y otorgar com- parlamentario, son forzosamente más vivas que en cualquiera otra parte, el
Parlamento resulta un órgano pesado que sólo muy difícilmente puede cumplir
petencia al Presidente de la República. íntegramente la misión que le incumbe. De ahí la necesidad, cada día más pre-
Tal es la significación de la ley que encarga al Presidente miosa, de extender el poder reglamentario del Gobierno y de darle competencia
la reorganización de un servicio público determinado, con la aun para modificar ciertas leyes f o r m a l e s . . . El otro elemento que trata sobre
la evolución tendiente al reconocimiento de la legalidad constitucional de estas
posibilidad de modificar la legislación existente 67 . delegaciones legislativas, es seguramente la concepción, en rigor defendible, de
que existe, pura y simplemente, una ratificación anticipada por las Cámaras del
66 DUGUIT, Droit const., 2» ed., rv, 1924, ps. 753 y ss.: " P o r consiguiente, reglamento que el Gobierno está autorizado para d i c t a r " .
las Cámaras no hacen más que conferirle (al Presidente) expresamente una Evidentemente, esta argumentación es débil. La primera consideración
competencia que ya posee. Más exactamente, le invitan a ejercer su poder —exacta como comprobación de hechos— sólo tiene un valor de oportunidad
reglamentario sobre un punto determinado; de ninguna manera le dan una política, pero no constituye un argumento jurídico. La segunda es más sutil.
nueva competencia. Por lo demás, es claro que en la hipótesis actual el Parla- Las ratificaciones anticipadas de medidas cuyo contenido el Parlamento no
mento no concede de ningún modo competencia al Gobierno para modificar, conoce, es una firma en blanco. Se trata de un mandato jurídico. No es una
derogar o suspender las disposiciones insertas en las leyes formales". verdadera ratificación. E n consecuencia, en derecho público francés, el mandato
67 DUGUIT, Droit const., 2* ed., iv, ps. 757 y ss., da la misma solución, pero está prohibido (DuGrrr, Droit const., 2' ed., n, ps. 414 y ss.; HAURIOU, Droit
invoca otras razones. "Teóricamente —dice— es preciso responder en forma public, 2* ed., 1906, ps. 637 y ss.). No obstante, DUGUIT escribe (rv, p. 761):
negativa, y por el motivo muy simple de que según los términos del art. 1* de la " S i el Parlamento puede ratificar ulteriormente un reglamento, ¿por qué, por
ley constitucional del 25 febrero 1875, es la sanción de la Cámara de Diputados y anticipado, no podría ratificar el reglamento que encarga al Gobierno legislar
del Senado la que da a una decisión el carácter de ley formal; que es indudable sobre determinada m a t e r i a ? " . He aquí mi respuesta. Cuando ratifica ulte-.
que una ley formal no puede ser modificada o derogada constitucionalmente nórmente, el Parlamento conoce la medida a la que da su aprobación; cuando*
sino por otra ley formal; que pudiendo únicamente el Parlamento hacer otra ratifica por adelantado, ignora aquello a lo que da su adhesión. Existe una
ley formal, sólo él puede, constitucionalmente, modificarla o derogarla, y que la diferencia notable entre la firma en blanco y la ratificación propiamente dicha.
Constitución le prohibe atribuir este poder a otro órgano; verbigracia, el Go- Tal es el motivo por el cual la argumentación de DUGUIT me parece inadmisible.
b i e r n o " . " S i n embargo —continúa DUGUIT—, no se puede negar que nuestro E s una afirmación gratuita decir: " R e s u l t a cada día más evidente la admisión
derecho evoluciona hacia el reconocimiento de la legalidad constitucional de seme- de esta ratificación anticipada, si no por la ley constitucional escrita, por lo
iante decisión, o, como suele decirse, de una delegación legislativa, y, en mi menos por la ley constitucional consuetudinaria".
140 LA NOCIÓN DE SERVICIO PÚBLICO ORGANIZACIÓN DE UN SERVICIO PUBLICO 141

para llevar a cabo estas medidas sea preciso introducir modifi- intención del Parlamento que el Gobierno preparase proyectos
caciones a las leyes vigentes, los decretos se someterán a la que, antes de llevarse a la práctica, debían someterse al cuerpo
sanción legislativa, dentro de un plazo de seis meses"68. legislativo para su ratificación; el Gobierno recibía compe-
Esta atribución de competencia es, a nuestro juicio, in- tencia para dictar reglamentos inmediatamente ejecutorios,
constitucional. En esa ocasión, el Parlamento no privaba del con fuerza jurídica, dejándose a salvo la facultad del Parla-
carácter legislativo formal a ciertas reglas determinadas, sino mento para anularlos ulteriormente.
que, más bien, renunciaba en general a su poder legislativo en Unánimemente se reconoce que una delegación de compe-
favor del Gobierno. Realizaba, pues, una verdadera delegación tencia legislativa general es inconstitucional 72 .
general de su competencia legislativa: "El Gobierno, según la Se ha sostenido también que la ley de 1924 no disponía
ley de 1924, está autorizado... para proceder a efectuar por una atribución de competencia legislativa general. Para fun-
decreto... todas las reformas y simplificaciones administrati- damentar esa afirmación, se opone dicha ley al proyecto de
vas necesarias para la realización de esas economías". En con- ley del 15 diciembre 1916, presentado por BRIAND, presidente
secuencia, se viola la regla constitucional inscrita en el art. 1° del Consejo: "Hasta la cesación de las hostilidades, por decreto
de la ley constitucional del 25 febrero 1875, que establece que dictado en acuerdo de ministros, el Gobierno está autorizado
la ley la hace el Parlamento 69 . para disponer, por modificaciones o derogaciones de las leyes
Es cierto que la ley de 1924 limitaba a cuatro meses el vigentes, todas las medidas impuestas por las necesidades de la
período de tiempo durante el cual el Gobierno podía disponer defensa nacional, especialmente en lo que concierne a la pro-
de esta competencia excepcional; pero ello no cambia la natu- ducción agrícola e industrial... A cada uno de estos decretos
raleza jurídica de la delegación general, del mandato general70. se les podrá fijar penalidades, cuyos límites no pasarán de seis
También es verdad que los decretos, cuando modificasen meses de prisión y de 10.000 francos de multa" 73 .
las leyes vigentes, debían someterse a la ratificación legislativa Se ha dicho que mientras este proyecto era inconstitucio-
en un plazo de seis meses; pero esto tampoco modifica en lo nal 74 , no lo sería, en cambio, la ley de 1924: el proyecto conte-
más mínimo la naturaleza jurídica de la delegación71. No era nía una delegación general; la ley mencionada sólo implicaría
una delegación especial.
«8 Acerca de la ley de 1924, véase el estudio de ROLLAND, Le projet du 17
janvier et la question des décrets-lois, en " R . D . P . " , 1924, ps. 42 y ss. Cfr. tam- 72 DUGUIT, Droit const., iv, p . 772: " E s t a s decisiones de las Cámaras sólo
bién el estudio del mismo autor, Pouvoir réglementaire du Président de la lié- serán constitucionalmente válidas con una condición indispensable: que la
publique en temps de guerre et la loi du 10 février 1918, en " R . D . P . " , 1918, atribución de competencia que ellas contienen sea especial y determinada. Una
ps. 543 y ss. atribución general de competencia reglamentaria al Gobierno, sobre materias
«9 DUGUIT sostiene la tesis contraria (Droit const., 2» ed., rv, p. 776): legislativas, sería evidentemente contraria a la Constitución, cualesquiera sean
" E n el estado actual de nuestro derecho constitucional consuetudinario, la dis- las circunstancias en las cuales .se otorgase". DUGUIT rechaza aquí, con razón,
posición del art. 1» de la ley del 22 marzo 1924 no es contraria a la legalidad el argumento de la ratificación anticipada: " P a r e c e que el Parlamento puede
constitucional''. dar competencia general al Gobierno, porque si se relaciona la legalidad consti-
70 DUGUIT {Droit const., rv, p. 775) sostiene la opinión contraria: pero no tucional de una atribución de competencia con la concepción de una ratificación
justifica esta proposición. En lo relativo al proyecto BRIAND de 1916 (v. infra, anticipada dada por las Cámaras, éstas pueden darla tanto para un objeto
p. 141), DUGUIT no sostiene, en favor de este proyecto, que los plenos poderes determinado cuanto para una materia especial. Trátase de una cuestión de con-
sólo se concedieron mientras durasen las hostilidades, sino que declara inconsti- fianza de las Cámaras en el Gobierno, y no tiene más límites que los que aqué-
tucional al proyecto. ¿Por qué esta diferencia de apreciaciónf llas juzguen conveniente establecer. Pero si se reflexiona sobre el punto, se i
advierte que no puede razonarse así, porque si el Parlamento concede al Go-
71 DUGUIT (Droit const., 2» ed., iv, p. 759) escribe justamente: " S e puede
omitir esta cláusula de ratificación. Hasta el momento en que las Cámaras se bierno una competencia reglamentaria general e indeterminada, abdica comple-
hubiesen negado a ratificar tales decretos, éstos, siendo legales, son ejecutorios, tamente sus poderes, y esto, desde luego, no lo permite la Constitución".
manteniéndose en pie el problema consistente en saber si el Parlamento puede 73 Sobre el proyecto de 1916, véase ROLLAND, Pouvoir réglementaire du
constitucionalmente dar competencia al Gobierno para dictar reglamentos que Président de la Bépublique, en " R . D . P . " , 1918, ps. 546 y ss.
modifican o derogan leyes formales". 74 DUGUIT, Droit const., 2» ed., rv, ps. 773 y 774.
142 LA NOCIÓN DE SERVICIO PÚBLICO ORGANIZACIÓN DE UN SERVICIO PÚBLICO 143

Para que haya especialidad, es preciso: l 9 ) que el Parla- ficación administrativa, con miras a la realización de eco-
mento no se despoje, de manera general, de las prerrogativas nomías?
que le otorga la Constitución; 29) que pueda seguir ejerciendo Nuestra conclusión es muy firme en el sentido de que la
su control sobre toda la actividad gubernativa 75 . Pero estas ley de 1924 es inconstitucional. Resulta, pues, razonable que
dos condiciones son enteramente respetadas por el texto de la el mismo Gobierno que la había hecho sancionar, no haya osado
ley de 1924. Los poderes del Gobierno se limitan en el tiempo servirse de ella. La ley se promulgó el 22 marzo 1924; el Go-
y con arreglo al objeto; en el tiempo, puesto que la competencia bierno de Poincaré, que la había solicitado, renunció el l 9 de
sólo se otorgaba por cuatro meses; en cuanto al objeto, ya que junio, pero se cuidó muy bien de utilizar los plenos poderes
la competencia sólo se otorgaba para simplificar los procedi- que había exigido. La ley de 1924, inconstitucional, no ha reci-
mientos administrativos y modificar la organización, con el fin bido ninguna aplicación.
de realizar economías.
„5? regla. — El Presidente de la República, en virtud de
Esta argumentación no es convincente. En este caso, el su poder reglamentario general, puede otorgar competencia a
tiempo no influye, en absoluto, sobre la naturaleza de la atri- una autoridad pública para dictar los reglamentos de orga-
bución de competencia76. Por otra parte, no se determina, no nización de un servicio público. Pero lo hará, siempre y cuando
se especializa el objeto, estableciendo que el Gobierno sólo ese poder no pertenezca ya a una autoridad que ha sido inves-
podrá simplificar los tramites administrativos y realizar eco- tida de él por una ley del Parlamento.
nomías77. ¿Se admitiría la constitucionalidad de una ley que En la práctica es muy frecuente que el Presidente de la
atribuyese competencia al Presidente de la República para República encargue a un ministro la organización de un
modificar el Código de procedimiento civil, con el fin de servicio público, o, más particularmente, la misión de dictar
simplificar y de realizar economías? Esto no significa una ciertos reglamentos para complementar la organización de un
verdadera especialización en cuanto al objeto; trátase de una servicio público78.
finalidad vaga. Las palabras simplificación, reforma, no tienen Pero lo que el Presidente de la República puede hacer, en
un sentido jurídico preciso. Por lo demás, el fin, aunque fuese su calidad general de organizador de los servicios públicos, no
preciso, no especializa la competencia. La generalidad resulta podría hacerlo otra autoridad pública, aunque estuviese in-
del texto mismo de la ley de 1924: "proceder por decreto... vestida del poder reglamentario general (prefecto o alcalde).
a efectuar todas las reformas y simplificaciones administrati-
Con mayor razón, un ministro (que no tiene el poder
vas necesarias para la realización de estas economías". La
reglamentario general) puede encomendar a sus jefes de servi-
supresión general de los departamentos y distritos, la supre-
cio la firma de la correspondencia, de las piezas de contabi-
sión de los prefectos y subprefectos, de los tribunales civiles
lidad, de las instrucciones dirigidas a los agentes de servicio;
de primera instancia, la reforma electoral del Senado por el
pero no tiene competencia para conferirles el poder de dictar
establecimiento del sufragio universal directo, etc., todo esto,
resoluciones u otras decisiones, a menos que una ley o un
según las personas, ¿no importa acaso una reforma o simpli-
decreto lo haya autorizado 79 .
75 DUGUIT, op. Cit., TV, p. 775.
7« V. supra, p. 140. 78 Una ordenanza del 9 mayo 1816 autorizaba a los ministros a ' ' delegar''
77 E n este sentido BOLLAN», Le projet du 17 janvier 1924 et la question des una parte de sus atribuciones en los subsecretarios de Estado. BARTHÉLEMY, Les
décrets-lois, " B . D . P . " , 1924, p. 6 3 : " E l art. 1* es incorrecto porque está Sous-Secr¿taires d'État, " B . D . P . " , 1911, ps. 358 y ss.
redactado en términos tan generales que debe interpretarse que confiere al Pre- 79 LAFERRIÉRE, Traite de la juridiction administrative, 2* ed., n , p. 502;
sidente de la República la facultad de regular por decreto materias reservadas ROMIETJ, conclusiones precitadas, Cons. de Est., 2 diciembre 1892, Mogambury,
al Parlamento por la costumbre, y porque de hecho tiende realmente a darle " B e c " , p. 840. Cons. de Est., 21 febrero 1890, Mvmieux, " B e c . " * p. 201;
este p o d e r " . supra, p. 125.
144 LA NOCIÓN DE SERVICIO PÚBLICO
ORGANIZACIÓN DE UN SERVICIO PÚBLICO 145
6* regla. — Cuando los gobernantes o la Administración
modificar la organización administrativa suprimiendo las pre-
deciden modificar la organización de un servicio público, no es
fecturas y subprefecturas, es evidente que esta reforma no
obstáculo para esta reforma el hecho de que cierto número de
podría impedirse por el hecho de que varios centenares de
agentes queden sin empleo. Los agentes públicos cuya perma-
individuos, prefectos o subprefectos en funciones, van a quedar
nencia se ve amenazada por una reorganización del servicio
sin empleo y no hallarán fácilmente un puesto en la industria
público, hablan siempre de violación de sus "derechos adqui-
privada.
ridos". ¿Qué valor tiene este argumento?
La única cuestión de derecho que puede plantearse en esta
Es preciso distinguir el punto de vista político y el punto
emergencia, consiste en determinar si los agentes despedidos
de vista jurídico. Antes de disponer la reorganización de un
pueden exigir una indemnización como reparación del perjui-
servicio público, es norma de buena política, preocuparse de
cio que les ocasiona la reorganización del servicio público. El
las consecuencias que pueda tener para los agentes de dicho
Consejo de Estado se ha pronunciado por la afirmativa, en las
servicio, ya que indudablemente resulta muy duro para estos
siguientes circunstancias de hecho 81 : A consecuencia de la
individuos verse privados de sus recursos, tanto más cuanto
reorganización de un servicio, el concejo municipal de Argel
que la mayoría de las funciones públicas no proporcionan, por
había suprimido un cargo público; por lo tanto, el agente que
cierto, una preparación eficiente para los empleos de la in-
lo ocupaba fué despedido, pero el concejo municipal le con-
dustria privada. Los hábitos y las aptitudes son por completo
cedió una indemnización consistente en tres meses de sueldo.
diferentes. Además, algunos agentes son demasiado viejos para
El comisario del Gobierno declaró que "los principios genera-
cambiar de empleo. Existe toda una serie de consideraciones,
les del derecho, las reglas más elementales de equidad, exigen,
que es perfectamente legítimo tener políticamente en cuenta.
en ese caso, el reconocimiento de una indemnización que per-
En la mayoría de los casos se dispondrá que los agentes que
mita a los agentes sacrificados en esa forma, buscar una nueva
van a quedar sin empleo se destinarán a otro servicio público,
ocupación. Es preciso, para emplear una expresión vulgar, que
o bien que la reforma del servicio público se efectuará paula-
estos agentes 'tengan tiempo para salir del p a s o ' . . . Nos
tinamente, a medida que se va produciendo la desaparición de
parece, concluía TEISSIER, que la asignación de tres meses de
los agentes actualmente en funciones. Ésas son medidas tran-
sueldo pagados por el concejo municipal constituye, para el
sitorias que políticamente pueden ser legítimas, pero que desde
señor V . . . —cuyo empleo ha sido regularmente suprimido y
el punto de vista jurídico no se imponen.
que no ha sido ilegalmente separado de su puesto, desde el
El régimen jurídico de los agentes del servicio público se momento que no se estipuló una duración mínima en sus fun-
caracteriza por la posibilidad, que tienen las autoridades en- ciones—, toda la reparación que podía pretender legítima-
cargadas de organizar el servicio, de modificar en cualquier mente en esta emergencia*'. El Consejo de Estado ha hecho
momento, según el interés general, las reglas de funciona- suyas estas conclusiones82.
miento, o aun de suprimir cualquier dependencia del servicio,
que se considerase inútil. No existen, a este respecto, "dere-
chos adquiridos'1''80. Si, por ejemplo, el Parlamento decidiese sus poderes, al modificar esta reglamentación que resulta de la precitada circular
de 1908, mediante una nueva circular, fechada el 26 febrero 1920... Por lo
80 Jurisprudencia constante. Ej.: Cons. de Est., 28 diciembre 1923, Biou, tanto, el señor B. carece de derecho para sostener que su despido se ha decretado '
" R e c . " , p. 895: " E l señor R., antiguo obrero supernumerario en la fábrica en condiciones que implican violación de los derechos que le aseguraban los
nacional de pólvora de Moulin-Blanc, se funda —para pedir la anulación de las reglamentos en vigencia".
medidas que disponen su despido— en la presunta violación de las dispo- 81 Cons. de Est., 11 diciembre 1903, Villenave, " R e c . " , p. 767, con las
siciones de la circular del 3 agosto 1908, que ha reglamentado, en lo que res- conclusiones del comisario del Gobierno, TEISSIER.
pecta al servicio antes mencionado, el ajuste y el despido de los obreros regidos 82 Cons. de Est., 11 diciembre 1903: " E n ningún momento se ha celebrado
por el decreto del 26 febrero 1897... El ministro no ha hecho más que usar de un contrato entre la ciudad y el recurrente, con referencia al servicio cuya
dirección se le ha encomendado (ingeniero-jefe de las obras de la ciudad)...

Jéze, Der. adm., II1.


146 LA NOCIÓN DE SERVICIO PÚBLICO
SUPRESIÓN DE UN SERVICIO PÚBLICO 147
79 regla. — El reglamento general que establece la orga-
vado, o bien entregar el servicio a la iniciativa privada;
nización de un servicio público (reclutamiento, disciplina,
desinvestidura de los agentes públicos) no puede válidamen- por último, puede suceder también que se les prohiba termi-
te dejar de lado los recursos contenciosos que la legislación nantemente proveer a esas necesidades.
organiza de manera general, en particular el recurso por ex- II. — El ejemplo más notable es el de los cultos en Fran-
ceso de poder. Los reglamentos sólo pueden organizar las re- cia. La ley del 9 diciembre 1905, sobre separación de las Igle-
clamaciones interpuestas ante la Administración y fijar el sias y el Estado, ha declarado solemnemente que las autori-
procedimiento a que deben ajustarse tales reclamaciones. La dades públicas ya no podrán satisfacer las necesidades reli-
disposición reglamentaria que prescinda de los recursos con- giosas, ni por el procedimiento del servicio público, ni por el
tenciosos sería nula para el orden público; un jefe de servicio
procedimiento del derecho privado. "La República no reconoce
no puede sustraer del control jurisdiccional su actividad o
ni otorga subsidios ni subvenciones a ningún culto. En conse-
la de sus agentes. Cons. de Est., 3 diciembre 1926, Nguyan-
cuencia, a partir del l 9 de enero siguiente a la promulgación
Hung, "Rec.", p. 1049: "Acerca de la excepción de improce-
de la presente ley, se suprimirán de los presupuestos del Es-
dencia deducida de que el art. 7 de la resolución del gober-
tado, de los departamentos y de los municipios, todos los gastos
nador general de Indochina... prohibía toda reclamación
de los candidatos descartados, en lo referente a la lista de- relativos al ejercicio de los cultos. Quedan suprimidos los esta-
finitiva de los candidatos hecha por el gobernador... Esta blecimientos públicos del c u l t o . . . " (art. 2, §§ 1 y 3).
disposición reglamentaria no podría tener por efecto prohibir De este modo la ley de 1905 no solamente suprime el
a toda persona que esté en condiciones de solicitar la anulación servicio público del culto, sino que prohibe también el pago
de las diversas irregularidades que habrían podido cometerse de subvenciones y las afectaciones gratuitas a todo servicio o
en los trámites de designación de los funcionarios nativos... establecimiento privado que satisfaga necesidades religiosas88.
dirigirse al Consejo de Estado mediante el recurso por exceso Trátase, pues, de uno de los ejemplos más evidentes y más im-
de poder, en las condiciones previstas por las leyes vigentes". portantes de la supresión de un servicio público.
I I I . — Las consecuencias jurídicas que dimanan de esta
supresión se advierten con facilidad. Veamos las principales:
SECCIÓN III 1*) Ningún agente eclesiástico tiene en lo sucesivo el ca-
rácter de agente público, en el sentido técnico. Las decisiones
SUPRESIÓN DE UN SERVICIO PÚBLICO de los agentes eclesiásticos ya no podrán considerarse jamás
como actos administrativos, en el sentido técnico. El régimen
I. — Suprimir un servicio público significa disponer que jurídico al cual se somete el personal eclesiástico y los actos
el procedimiento del servicio público ya no se aplicará para jurídicos realizados por dicho personal, ya no será el mismo
satisfacer necesidades de interés general. Una vez suprimido que rige a los agentes públicos y a los actos realizados por
el servicio público, las autoridades administrativas podrán sa- ellos, con carácter oficial. Será preciso aplicar entonces las
tisfacer esas necesidades por el procedimiento del derecho pri- reglas del derecho privado, y las normas especiales que puede
dictar el Parlamento 84 . '
El 12 noviembre 1909 el alcalde separó de BUS cargos al funcionario citado y al 83 V. sitpra, p. 57.
jefe de sección de vialidad, a raíz de un acuerdo del concejo municipal que
disponía la reorganización del servicio. En dicho acuerdo, el concejo consideró 84 En razón de la evidente existencia del fervor religioso en una parte
equitativo otorgarle una indemnización consistente en tres meses de sueldo. En importante de la población francesa, resulta manifiesta la necesidad de estas
las circunstancias del caso, esta indemnización es suficiente y el recurrente reglas especiales. Ej.: régimen penal especial para los ministros del culto; pro-
carece de derecho para reclamar daños y perjuicios". tección especial concedida a dichos ministros (arts. 29, 30, 31, 32, 33, 34 y 35
de la ley del 9 diciembre 1905).
SUPRESIÓN DE UN SERVICIO PÚBLICO 149
14S LA NOCIÓN DE SERVICIO PÚBLICO
§ 1. — Autoridad competente para disponer la supresión
2*) Las cosas afectadas al culto y que tenían el carácter de un servicio público
de dependencias del dominio público, dejan de estar sometidas
al régimen jurídico del dominio público85, desde el momento El acto de supresión de un servicio público es, por su
que se rigen por las reglas del derecho privado y por las nor- naturaleza intrínseca, una ley material**. Por otra parte, este
mas dictadas especialmente para dichas cosas86. acto conduce a la derogación de la regla que creó el servicio
3*) Ya no es posible aplicar el procedimiento de la expro- público, regla ésta que emanaba del Parlamento. Por consi-
piación por causa de utilidad pública para la construcción de guiente, la única autoridad competente en Francia para su-
un edificio del culto (iglesia, templo, etc.) 87 . primir un servicio público es el Parlamento. El acto de supre-
4*) Los fondos para el servicio del culto ya no tienen bajo sión es, al mismo tiempo, una ley material y una ley formal.
ningún concepto el carácter de fondos públicos.
5*) Los agentes públicos ya no pueden fomentar por me- I
dio de subvenciones o afectaciones las obras o establecimientos
privados que se ocupan de los cultos {supra, p. 57). I. — En Francia, salvo los servicios instituidos por las
leyes constitucionales de 1875 (servicio legislativo, servicio eje-
IV. — La supresión de un servicio público plantea tres cutivo), el Parlamento no se somete a ninguna limitación jurí-
problemas principales: dica en lo relativo a la supresión de un servicio público. El
l 9 ) ¿Cuál es la autoridad pública competente para dis- citado cuerpo legislativo aprecia discrecionalmente las circuns-
poner la supresión de un servicio público? tancias de hecho, las condiciones económicas, sociales o polí-
29) ¿Cómo se hace la liquidación del patrimonio especial ticas que conducen a esta solución o que se oponen a ella. Es
que estuviese afectado al servicio público suprimido? necesario distinguir cuidadosamente el punto de vista político
39) ¿Cuál es la situación del personal perjudicado por la y el punto de vista jurídico. Una decisión impolítica puede
supresión? resultar perfectamente correcta desde el punto de vista jurí-
85 Cfr., sin embargo, HAURIOL", Droit adm., 9» ed., p. 627; CORNEILLE, con-
dico (v. supra, p. 127, nota 41).
clusiones en el asunto Commune de Monségur, Cons. de Est., 10 junio 1921
( " R . D . P . " , 1921, p. 3 7 3 ) : " P o d r í a m o s , según parece, valiéndonos solamente II. — A nuestro entender, conviene resolver con arreglo
de vuestras resoluciones más recientes sobre el estado jurídico actual de los a esta distinción la cuestión suscitada por la sanción de la
edificios del culto, afirmar que al contrario de lo que sucedía con los antiguos
presbiterios, las iglesias forman siempre parte del dominio público municipal". ley del 9 diciembre 1905, sobre la separación de las Iglesias y
Como se ve, CORNEILLE hace del régimen del dominio público una exposición el Estado. En términos más o menos apasionados, se ha soste-
muy particular. Existiría dominio público desde que no habría dominio privado. nido que el Parlamento no podía suprimir el servicio público
Pero el dominio privado contiene tres atributos: derecho de usar, derecho de
gozar y derecho de disponer. El municipio no tiene, en lo relativo a la iglesia, del culto católico en Francia, sin el consentimiento del Papa.
ni el derecho de usar (afectación perpetua a los fieles), ni el derecho de gozar En efecto —se ha dicho—, el 26 mesidor del año ix se firmó un
(imposibilidad tle arrendar la iglesia), ni el derecho de disponer (imposibilidad concordato entre el Primer Cónsul y el Papa Pío vil. Este
de desafectar, si no es por decreto). Esta teoría del dominio público me parece
inadmisible. concordato determina las condiciones en las cuales funcionará
86 La necesidad de estas reglas especiales es evidente. E j . : régimen jurí- en Francia el servicio público del culto católico. Existe un
dico de las iglesias, ley de 1905, arts. 12 y ss., 24; ley del 2 enero 1907, art. 5. contrato sinalagmático, que hace la ley de las partes, mientras
87 Sin embargo, véase el dictamen del Consejo de Estado (sección del In- los dos contratantes no se pongan de acuerdo para modificarlo.
terior) del 23 febrero 1921. Según la jurisprudencia del Consejo de Estado, las
obras de reparación de una iglesia municipal son obras públicas propiamente En 1905, el Papa no quiso derogar el concordato; el Parla-
dichas. Cons. de Est., 10 junio 1921, Commune de Monségur, " R e c . " , p. 573;
" B . D . P . " , 1921, p. 369 (conclusiones de CORNEILLE) y la nota. D u o r r r critica 88 V. supra, p . 104.
esta resolución (Droit const., 2» ed., v, p. 570).
150 LA NOCIÓN DE SERVICIO PÚBLICO
SUPRESIÓN DE UN SERVICIO PUBLICO 151

mentó francés no podía, pues, por su sola voluntad, suprimir,


por la ley del 9 diciembre 1905, el servicio público del culto característica esencial de todo servicio público, de cualquier
católico89. especie, es la posibilidad de ser modificado, o suprimido, en
cualquier momento (supra, ps. 7 y ss.). La cláusula de mo-
Esta tesis es inadmisible 90 . El poder de modificar la orga- dificación y de supresión unilateral del Concordato estaba,
nización de un servicio público no puede ser comprometido por pues, sobrentendida; jurídicamente, no hubieran podido des-
un acto cualquiera 91 . Los gobernantes de determinada época, cartarla los firmantes del Concordato92.
no pueden obligar a las generaciones futuras a sujetarse a
¿Debió denunciarse, jurídicamente, el Concordato? La de-
determinado culto, a cierta organización religiosa. Cada gene-
nuncia de un acto es la expresión de la voluntad unilateral de
ración tiene el poder imprescriptible de rechazar toda orga-
rechazar ese acto. Según algunos, el Concordato debió denun-
nización que no convenga a su ideal. La solución es la misma
ciarse con. un año o seis meses de antelación 93 , para permitir,
cuando se trata de culto que cuando se refiere a organización
de ferrocarriles, de tranvías, de distribución de agua, de gas, que, en gran medida, son internas, puesto que reglan las vinculaciones de los
de electricidad, etc. El objeto del servicio público no altera el fieles católicos con su Gobierno; sin duda, en la forma, las relaciones se enta-
principio fundamental en que se basa dicho servicio. La blan con la Santa Sede: pero en el fondo, la Santa Sede representa a los fieles,
y, en cierto modo, el Concordato es un pacto que el Gobierno celebra con una
parte de sus subditos, por intermedio de la Santa Sede. Esta situación es falsa
89 Moción prejudicial del senador PONTHIER DE CHAMAILLARD, 19 noviembre
1905, " J . O . " , Senado, Debates, p. 1285: " E l Senado, considerando que el en un Estado centralizado, porque resulta inadmisible que el Gobierno celebre
Concordato constituye en el más alto grado un contrato sinalagmático; que capitulaciones especiales con una parte de sus subditos".
no habiendo sido ni regularmente denunciado, ni amigablemente rescindido, la Por el contrario, DUGUIT (Droit const., 2» ed., v, 1925, p. 528) sostiene que
ley que el cuerpo debe votar no podrá ser ejecutoria; por tanto, estima que ' ' el Concordato era un tratado-ley, en el cual son partes dos personas del derecho
no corresponde discutir el proyecto". de gentes, sometido por consiguiente a las reglas del derecho internacional, según
el cual un tratado semejante puede, sin duda, ser denunciado en cualquier
90 Eesulta inútil discutir seriamente la opinión sostenida por algunos, y
según la cual los concordatos son tratados que sólo pueden finalizar por la momento por una de las partes contratantes; pero ésta sólo puede realizar un acto
voluntad unilateral del Papa o por el consentimiento mutuo del Papa y del Go- de legislación interna que le sea contrario, cuando ha sido desligada, por la de-
bierno que ha firmado el Concordato (véase E. OLLIVIER, Manuel de droit ecclé- nuncia, de las obligaciones que para ella resultaban del t r a t a d o ' ' . Cfr., también,
siastique, ps. 503 y 505). Ni siquiera la Santa Sede defiende esta tesis (Encí-^ ps. 530 y ss. DUGUIT no responde a la objeción de HAURIOU.
clica de León x m , del 16 febrero 1892; Encíclica de Pío x, del 11 febrero 1906, 92 E n su informe a la Cámara de Diputados (4 marzo 1905, " J . O . " , Cá-
Vehementer nos: " E l concordato celebrado entre el soberano Pontífice y el mara, Doc, ps. 254 y ss., escribía BRIAND: " L a derogación del Concordato
Gobierno francés, al igual que todos los tratados del mis-mo género que i puede decretarse válidamente por acto unilateral! ¿Y bajo qué forma? E s
los Estados concluyen entre sí, era un contrato bilateral que obligaba a las necesario distinguir entre la ley que ha hecho ejecutorio en Francia el Concor-
dos partes''. dato y la convención misma concluida con la Santa Sede. La ley puede dero-
garse únicamente mediante otra ley. El acto legislativo es libre y el Parla-
91 ¿El Concordato es, como se ha dicho, un contrato? No es el caso de
mento tiene siempre el derecho de realizarlo. El Concordato, convención *u¿
discutir largamente esta cuestión. El Concordato es, por cierto, un acuerdo de
generis, es innegablemente un contrato sinalagmático, cuya duración no se ha
voluntades, pero no todo acuerdo de voluntades es un contrato (GASTÓN JÉZE,
Les principes généraux du droit adm., 3* ed., i, 1925, La technique juridique, determinado convencionalmente, que se ejecuta mediante actos continuos y
ps. 40 y ss.; t. n i , 1926, Le fonctionnement des services publics, ps. 486 y ss.). sucesivos, y para cuyas dificultades de aplicación o de interpretación ningún
Sería preciso, para determinar la naturaleza del Concordato, analizar una por tribunal puede ser competente. ¿Es perpetuo^ Ya se lo considere como un
una las disposiciones contenidas en este documento e investigar su contenido tratado diplomático, o como de derecho privado, cuando estableciese una cláu-
jurídico. Se llegaría a la conclusión de que el Concordato es un acto complejo sula de perpetuidad, ésta, en virtud de nuestro derecho moderno, debería consi-
(G. JÉZE, Principes généraux, i, ps. 60 y s s . ) : en ciertos aspectos, es una ley; derarse nula. Los Estados no pueden, al igual que los individuos, obligar inde-
en otros, un acto-condición; en otros, quizá, un contrato. Este análisis detallado finidamente a sus sucesores con lazos indisolubles''. Prescindiendo de la termi-
es inútil para la cuestión que examinamos en el texto. nología (contrato sinalagmático) y de las fórmulas demasiado generales, l a
tesis, en lo esencial, me parece exacta.
Sucede lo mismo con el problema consistente en saber si el Concordato
93 DUGUIT, Droit const., 2 ' ed., i, 1925, p. 529: " L a denuncia no es una
es un tratado internacional. HAURIOU, Principes de droit publie, ps. 391 y ss.,
simple formalidad, sino que contiene la fijación, por el Estado denunciante, de
escribe: " L a analogía de la situación concordataria con la del tratado inter-
un plazo a cuyo vencimiento se considerará que el tratado deja de ser aplicable,
nacional es engañosa. Los tratados internacionales tienen por objeto las rela-
y, por consiguiente, ella implica el ofrecimiento de negociar nuevamente para
ciones exteriores de cada Estado. Los concordatos tienen por objeto relaciones
t r a t a r de sustituir por un nuevo acuerdo aquel que se denuncia".
152 LA NOCIÓN DE'SERVICIO PÚBLICO SUPRESIÓN DE UN SERVICIO PÚBLICO 153
así, al Papa tomar las medidas destinadas a salvaguardar en social), un procedimiento poco cortés. Pero eso ya no consti-
Francia las instituciones religiosas que tiene a su cargo. Por tuye una cuestión de derecho96. '
su parte, el Gobierno francés ha afirmado que esta denuncia En su reclamación contra la ley de 1905, el Papa Pío x
era inútil en razón de la violación por parte de la Santa Sede invocó, en especial, consideraciones sentimentales, de orden
de algunos artículos del Concordato. El Concordato —ha di- religioso, sobre las cuales no he de pronunciarme. A pesar de
cho— se encuentra derogado por el mismo hecho de esa viola- la apelación al derecho que en ella se contiene, la protesta
ción (arg. art. 1184 del Código Civil). No hace falta examinar pontifical no tiene —en mi opinión— ningún carácter jurídico:
los hechos alegados por el Gobierno francés. La resolución de "Por ello Nosotros —dice la Encíclica Vehementer Nos, del
pleno derecho, que se basa en la aplicación, no del texto del 11 febrero 1906— reprobamos y condenamos la ley votada en
art. 1184 del Código Civil, sino del principio jurídico consa-
Francia sobre la separación de la Iglesia y el Estado, como
grado por este texto, considera —se dice— los contratos pro-
profundamente injuriosa con respecto a Dios, de quien reniega :
piamente dichos. Ahora bien, en este caso no existe contrato 94 .
oficialmente, estableciendo, en principio, que la República no
En mi opinión, esto se refiere también a los acuerdos de vo-
luntad no contractuales. reconoce ningún culto. La reprobamos y condenamos como
violatoria del derecho natural, del derecho de gentes... Pro-
Jurídicamente, la obligación de denunciar con un año de testamos solemnemente y con todas nuestras fuerzas contra la
antelación es muy razonable, pues concilia todos los intereses sanción y contra la promulgación de dicha ley, declarando
en presencia y se ciñe a las reglas del derecho internacional. que ella jamás podrá ser alegada para invalidar los derechos
Pero es preciso señalar que la obligación de denunciar no equi- imprescriptibles e inmutables de la Iglesia".
valía exactamente a la imposibilidad del Parlamento francés Cuando el Papa hace reserva de los derechos de la Iglesia
para suprimir el servicio público del culto católico sin el con- católica, cumple con lo que según él es su misión política y !
sentimiento del Papa. Sólo la responsabilidad pecuniaria del religiosa de Jefe de la Iglesia. Pero el jurista, aun cuando
Estado francés se hubiera visto comprometida con motivo del participe de las convicciones religiosas del Papa, está obli-
perjuicio causado por una falta delictual (violación de una gado a defender el derecho de las generaciones futuras para
regla del derecho público internacional e interno: inobservan- organizarse según sus conveniencias97.
cia del plazo de cortesía).
Por otra parte, según mi opinión, nada le correspondía 96 DUGUIT, Tr. droit const., 1» ed., i, p. 116: " E s indudable que el Go-
bierno francés, al disponer la supresión del presupuesto de los cultos y la
hacer al Estado francés en esta materia. La ley de 1905, al separación con la Iglesia Católica antes de haber denunciado el Concordato
prescribir que las disposiciones del nuevo régimen no entra- según las formalidades diplomáticas, ha cometido nna grave incorrección desde
rían en vigencia sino cierto tiempo después de la promulga- el punto de vista diplomático".
ción de la ley (arts. 4, 13 y 14), ha concedido a la Santa Sede En su 2» edición, t. v, 1925, p . 529, DUGUIT es más categórico: " E l
Gobierno francés debió, pues, antes de pedir al Parlamento la sanción de una
el plazo habitualmente usado en una materia semejante, pero ley de separación, denunciar el concordato por la vía diplomática, indicando
no idéntica95: la que se refiere a la denuncia de los tratados un plazo; y si, a la expiración de dicho plazo, no se había llegado a concretar
internacionales. Toda la cuestión consiste, pues, en establecer nada, podía haber dispuesto legalmente la separación. Al no proceder así, ha
violado indudablemente las reglas del derecho de gentes".
si ha existido, no una incorrección jurídica (no la ha habido, 97 Tal es lo que, en el curso de la discusión de la ley de 1905, han recono-
en mi opinión), sino una falta política (desconocimiento de cido, más o menos explícitamente, la mayoría de los oradores contrarios a la ¡
una fuerza social, a la que debía respetarse, en aras de la paz separación. El profesor y diputado BEAUREGARD, decía, en la 2» sesión del 13
abril 1905 ( " J . O . " , Cámara, Debates, p. 1384): " E n el Concordato tenéis
»•* DUGUIT, Droit const., 2» ed., v, 1925, ps. 533 y ss. en realidad dos contratos: un contrato que es evidentemente revisable, un
contrato que reglamenta las relaciones entre la Iglesia y el Estado. Es admi-
•5 P a r a quienes, como DUGUIT, declaran que el Concordato es un tratado, sible que, en cierto momento, haya que revisar este régimen, pues él es esen-
la responsabilidad del Estado francés estaría comprometida jurídicamente.
cialmente temporario". La parte del Concordato que, según dicho profesor,
154 LA NOCIÓN DE SERVICIO PÚBLICO SUPRESIÓN DE UN SERVICIO PÚBLICO 155

Jurídicamente, los gobernantes de determinada época no legislador a establecer un nuevo régimen jurídico, conforme
podían disponer que siempre existiría en Francia un servicio con su ideal religioso. Pero lo que resulta inadmisible, es que
público del culto católico, del mismo modo que hoy no podrían un grupo de hombres, que afirman hallarse en posesión de la
decidir que jamás existirá en Francia el servicio público men- verdad, pretendan obligar a los demás hombres, y para siem-
cionado98. Corresponde a cada generación establecer, modifi- pre, a una determinada organización religiosa. Este intolera-
car o rechazar la organización del culto católico, según su ble atentado contra uno de los principios esenciales del derecho
ideal religioso. El jurista imparcial no conocía ni la "divina público, tiene su sanción merecida en la imposibilidad práctica
constitución de la Iglesia, ni los derechos sagrados de ella", ni de realizarlo".
los "derechos inmutables del Pontífice romano y de los obis-
pos". Para el jurista, el servicio público del culto católico no II
era más que un procedimiento jurídico para satisfacer una
necesidad general. Cuando las autoridades públicas compe- I. — Frecuentemente sucede que una ley del Parlamento
tentes disponen el rechazo de dicho procedimiento por no autoriza de manera general la creación de un servicio público
convenir ya a las condiciones sociales del momento, el jurista determinado y deja a cargo de cierta autoridad administrativa
debe ceder. Aquellos que consideran políticamente que la so- el cuidado de decidir si el servicio público funcionará o no en
lución adoptada por los gobernantes es equivocada, tienen, en determinada localidad100. Es evidente que la autoridad admi-
un país libre, el derecho de organizarse legalmente con el nistrativa, después de haber dispuesto que había motivo para
objeto de influir sobre la opinión pública con referencia al organizar el servicio público en tal localidad, puede juzgar
fundamento de los procedimientos legales, y de llevar así al que no hay razón para mantenerlo.
Por ejemplo, la ley del 9 abril 1898 sobre las Cámaras de
tenía carácter perpetuo es la relativa a los bienes, a los subsidios pecuniarios Comercio, declara que "existirá por lo menos una Cámara
que debían entregarse al clero. Asimismo, el diputado LEROLLE, en la sesión de Comercio por departamento" (art. I 9 ), y que "las Cáma-
del 3 julio 1905 ( " J . O . " , Cámara, Debates, p. 2673), protestando en absoluto ras de Comercio se instituirán por decretos dictados bajo la
contra la tesis según la cual " e l Estado no puede jamás comprometer indefi-
nidamente a sus sucesores", reconocía que había, en esta afirmación, una
forma de reglamentos de administración pública, a propuesta
"pequeña parte de v e r d a d " . " N a d a de eterno hay en las cosas humanas; las del ministro de Comercio, etc.". Aunque la ley no habla de
circunstancias se modifican, y determinado tratado que es útil hoy puede llegar ello, no es dudoso que el Presidente de la República, por
a carecer de objeto más tarde. ¿Significa esto que basta un cambio de circuns- decreto dictado con audiencia del Consejo, de Estado, a propo-
tancias para anular de pleno derecho un tratado? ¿Es lícito que un Estado con-
t r a t a n t e sea juez en su propia causa y disponga que habiéndose modificado las sición del precitado ministro, etc., puede suprimir una Cámara
circunstancias, no cumplirá ya los compromisos que había contraído con otra de Comercio, con la condición de que subsista una en el depar-
potencia? No, es preciso, al menos, que el tratado sea denunciado por vía diplo- tamento.
mática . . . " . Como se ve, toda la crítica del diputado LEROLLE conduce a una
cuestión de procedimiento, más que a una simple formalidad. Todo habría sido Del mismo modo, la ley del 27 marzo 1907, sobre los Con-
regular si el Gobierno francés hubiese manifestado solemnemente al P a p a su sejos de conciliación, luego de crear, en términos generales,
voluntad de dejar de lado el Concordato. Esta formalidad era la condición este servicio público, dispone que "los Consejos de conciliación
necesaria y suficiente.
Tal parece ser también la tesis del senador PONTHIER DE CHAMAILLARD. se establecen por decretos dictados bajo la forma de reglamen-
Lamentándose de que " e l Concordato no haya sido ni regularmente denunciado tos de administración pública, a propuesta de los ministros de,
ni amigablemente rescindido... " , el senador católico parecía reconocer la fa- Justicia y del Trabajo,... en las ciudades en las cuales, por la
cultad del Gobierno francés de rechazar el Concordato, en cualquier momento,
por una manifestación de voluntad unilateral.
98 DUGUIT, preocupado en demostrar que era necesario denunciar previa- 99 GASTÓN JÉZE, Les principes généraux du droit adm., r, 1925, La techni-
mente el Concordato, descuida insistir sobre la proposición principal formulada que juridique, ps. 112 y ss.
en el texto. Ello es, sin embargo, lo esencial. 100 y . supra, p. 107.

V-
156 LA NOCIÓN DE SERVICIO PUBLICO
SUPRESIÓN DE UN SERVICIO PÚBLICO 157
importancia de la industria o del comercio, se demuestre su
necesidad". El art. 54, in fine, de la ley prevé que, en determi- El mismo razonamiento se aplica a la supresión de una
nada localidad, "los Consejos de conciliación pueden supri- asociación sindical de propietarios o de un sindicato de muni-
mirse también en virtud de decretos dictados bajo la forma de cipalidades.
reglamentos de administración pública, a propuesta de los mi- La ley del 21 junio 1865 autoriza, de manera general, la
nistros de Justicia y del Trabajo". creación de asociaciones sindicales obligatorias o autorizadas
En todos estos casos, no se trata de la supresión de un para la ejecución de ciertas obras. El acto particular que da
servicio público en forma general; sólo se suprime el servicio lugar a una asociación de esta índole, no debe confundirse
público en una localidad. El Presidente de la República dis- con la ley que crea impersonalmente el servicio público. Del
pone, por ejemplo, que en determinada localidad el servicio mismo modo, el acto particular que suprime determinada aso-
público de la Cámara de Comercio o el del Consejo de concilia- ciación, no debe confundirse con la ley que prohibe, en forma
ción no funcionará más, porque, en razón de modificaciones general, el empleo del procedimiento del servicio público para
producidas en las condiciones económicas de la región, se im- la ejecución de las obras de que se ocupan las mencionadas
pone su supresión, puesto que ha disminuido la importancia asociaciones sindicales 102 .
de la industria o del comercio. Otro tanto cabe decir de los sindicatos de municipalidades.
El acto de supresión del servicio público en la localidad No se debe confundir la ley general e impersonal (de marzo
no es más que la ejecución, por el Presidente de la República, 1890) que autoriza de manera general la constitución de sin-
de la regla formulada por la ley en el sentido de que, no exis- dicatos de municipalidades, con los actos constitutivos de
tiendo ya las condiciones económicas previstas por la ley, el
un sindicato entre los municipios &, y, z, etc. (decreto dic-
servicio público creado y organizado por ella no debe funcio-
tado con audiencia del Consejo de Estado y acuerdos unánimes
nar más en determinada localidad.
délos concejos de los municipios interesados) ; pero la facultad
II. — Lo mismo hay que decir de todos los servicios pú- general concedida a las autoridades administrativas para cons-
blicos locales, en particular de los servicios públicos munici- tituir un sindicato de municipalidades, implica el poder de
pales. La autorización general otorgada por el Parlamento a suprimir el sindicato, cuando ello se juzgase necesario. A ma-
las municipalidades para instituir, en tal o cual ciudad, deter- yor abundamiento, la ley lo dice expresamente (art. 179, ley 5
minado servicio público, contiene implícitamente la facultad abril 1884, modificada por la ley de 1890 ) 103 .
de las autoridades para suprimirlo, cuando el procedimiento
del servicio público deje de ser el más indicado. Un ejemplo
jurisprudencia del Cons. de Estado en esta materia, el estudio de HAURIOU,
muy conocido es el de la policía rural. La ley municipal del publicado en la ' < Rev. de Se. et de Lég. F i n . ' ' , 1903, ps. 499 y ss. P a r a com-
5 abril 1884, art. 102, establece que "todo municipio puede pletar este estudio, véase Cons. de Est., 7 diciembre 1906, Commune de Plasne,
tener uno o varios guardabosques". El concejo municipal, des- " R e c . " , p. 896; 3 agosto 1907, Commune d'Auzay, id., p. 772; 23 julio 1909,
Commune de Cotignac, id., p. 727; 12 enero 1917, Eczard, id., p. 36; 6 febrero
pués de haber hecho uso de esta autorización y creado un 1920, Bézard, id., p. 137.
servicio público de policía rural con guardabosques, puede 102 Véase la ley del 21 junio 1865 y el decreto del 9 marzo 1894, art. 71.
suprimir dicho servicio101. 103 Art. 179: " E l sindicato se constituye a perpetuidad o por una duración
determinada en el decreto de institución. Se disuelve de pleno derecho por la
101 Es preciso que esta supresión del servicio no tenga por único objeto expiración del tiempo o plazo por el cual se ha creado, por el cumplimiento de
destituir al individuo titular de la función. E n este caso, el acto del concejo la operación que constituía su objetivo, o por el consentimiento de todos los
municipal no sería un acto de supresión del servicio público de policía rural, concejos municipales interesados. Puede disolverse también por decreto dictado
sino un acto de separación del guardabosque, y esta separación sólo puede a raíz de la solicitud motivada de la mayoría de los mencionados concejos, o
emanar del prefecto (art. 102, ley de 1884). Cfr. sobre esta cuestión y sobre la bien de oficio por un decreto dictado de conformidad con la opinión del Con-
sejo de E s t a d o " .
158 LA NOCIÓN DE SERVICIO PÚBLICO SUPRESIÓN DE UN SERVICIO PUBLICO 159

III. — En consecuencia, la supresión de un servicio pú- Las cosas comprendidas en él, ¿dejarán de afectarse a la
blico resulta siempre directa o indirectamente de una ley del consecución del fin determinado, en cuanto se dispusiera que
Parlamento104. Cuando la ley del Parlamento crea directa- la satisfacción de esa finalidad ya no se efectuará por el pro-
mente un servicio público determinado, por ejemplo, un esta- cedimiento del servicio público? ¿En qué patrimonio figu-
blecimiento público determinado, sólo el Parlamento podrá rarán ellas?
suprimirlo como servicio público. Cuando la ley del Parla- ¿Deben pagarse las deudas ocasionadas por el funciona-
mento no ha creado directamente un servicio publico deter- miento del servicio, que aun no han sido canceladas? En caso
minado, sino que se ha limitado solamente a establecer las afirmativo, ¿con qué recursos se efectuará el pago?
condiciones dentro de las cuales los agentes administrativos
pueden aplicar el procedimiento del servicio público, en cual- II. — Estas cuestiones se suscitan casi en los mismos
quier caso y en cualquier localidad, esos mismos agentes términos cuando, en lugar de suprimirse un servicio público,
—a menos que exista un texto formal que regule de otro se abandona la modalidad del establecimiento público, adop-
modo la cuestión— tendrán, por lo tanto, competencia para tándose el procedimiento del servicio público puro y simple,
abandonar, en determinada localidad, el t procedimiento del es decir, sin afectación de un patrimonio especial (v. supra,
servicio público, sin que desaparezca por ello la posibilidad ps. 27 y ss.).
de volver a utilizarlo 105 . En la solución de estos difíciles problemas predomina
cierto número de ideas generales.
I
§ 2. — Liquidación del patrimonio especial afectado al I. — La supresión de un patrimonio administrativo espe-
servicio público suprimido109 cialmente afectado al funcionamiento de un servicio público,
sólo consiste, desde el punto de vista jurídico, en el abandono
I. — Supongamos que se suprime un servicio público exis- de un procedimiento técnico. Para satisfacer una necesidad de
tiendo un patrimonio propio afectado a él. ¿Qué será de ese interés general se había elegido un determinado procedimiento
patrimonio?
jurídico (establecimiento público). Se renuncia, pues, a este
procedimiento porque los gobernantes estiman que ya no co-
104 Al hacer intervenir la ficción de la personalidad jurídica, MICHOUD rresponde emplearlo (supresión radical del servicio público),
(Th. de la personnalité, 2* ed., n, p. 384) llega a la siguiente conclusión acerca
de los establecimientos públicos'. " S e debe considerar la persona moral como o bien que conviene adoptar otra diferente modalidad del
sobreviviente hasta que su desaparición haya sido comprobada por una autoridad servicio público (servicio público puro y simple) (v. supra,
competente que sólo en este caso decreta la supresión". ps. 27/'y ss.).
ios ¡MICHOUD, Th. de la personnalité morale, 2* ed., n, p. 408, n. 355:
"Fuera de estos textos especiales, se debe admitir, en principio, que el Estado Se comprende, entonces, que los motivos que conducen a
puede suprimir a los establecimientos públicos (lo que dice MICHOUD es vale- los gobernantes a escoger tal procedimiento o determinada
dero para todas las modalidades del procedimiento del servicio público), en la modalidad de un procedimiento son de orden político, econó-
misma forma en que han sido autorizados. Será preciso, pues, para ello una ley,
en los casos muy numerosos en que han sido creados por la ley. Un simple
mico y social, y no de orden jurídico (v. supra, ps. 18 y ss.).
decreto bastará, por el contrario, para los establecimientos públicos, tales como Los individuos perjudicados o aun lesionados por este cambio,
los hospicios u hospitales, que se han instituido por decreto". pueden muy bien, desde el punto de vista político_, económico
íoe Sobre este punto, consúltese MICHOUD, Th. de la personnalité morale, o social, criticar la solución adoptada, demostrar que los go-
2» ed., rr, ps. 410 y ss., que desarrolla ideas diferentes; GRUNEBAUM BAIÜN, bernantes se han equivocado gravemente, o afirmar que han
La séparation des Églises et de VÉtat, 1905, ps. 106 y ss., y los numerosos
autores citados en estas dos obras. tomado una medida de mala administración, peligrosa para
SUPRESIÓN DE UN SERVICIO PÚBLICO 161
160 LA NOCIÓN DE SERVICIO PÚBLICO

la paz social o para la prosperidad económica, o que han hecho tenerse en estas objeciones, pues son de la misma naturaleza
un mal negocio desde el punto de vista político. Pero, se- que los argumentos invocados por aquellos que hicieron su-
gún mi opinión, ellos no pueden oponer ninguna objeción primir el servicio público de los cultos y de los patrimonios
jurídica contra la elección que se ha realizado, puesto que especiales afectados a éstos. Ellos también invocaron la paz
emana de la autoridad competente actuando dentro de la órbita social, los peligros sociales que pueden resultar del manteni-
de sus poderes legales (v. supra, p. 149). En otros términos: miento del servicio público mencionado, la necesidad de hacer
la supresión de un patrimonio administrativo especial es. jurí- respetar la libertad de conciencia, etc. Se advierte de inmediato
dicamente, una simple cuestión de oportunidad, no siendo en que los argumentos invocados por ambos bandos, son argumen-
sí misma una cuestión jurídica. tos políticos, no jurídicos 108 . Evidentemente, impresiona más,
para dar fuerza al razonamiento, decir que hay violación o
II. — Veamos algunos ejemplos: aplicación "de los principios más elementales del derecho" o
Supóngase un hospital con patrimonio propio (estable- "de los principios superiores del derecho"109. Y esto es, justa-
cimiento público). Las autoridades competentes, con las for-
malidades legales, deciden la supresión de este establecimiento a los terceros como si se tratase de bienes sin dueño, y, finalmente, afirmar
público. En lo sucesivo, los servicios médicos que se prestan que obrando así no se despoja a la Iglesia, sino que solamente se dispone de los
a los indigentes se realizarán por el procedimiento del servicio bienes abandonados por ella, todo esto no sólo es razonar sofísticamente, sino
público no personalizado. Los habitantes del municipio pueden que significa agregar la irrisión a la más cruel de las expoliaciones".
ios DUGUIT, Droit const., 2» ed., v, 1925, p. 592: " P a r a que la libertad
muy bien criticar políticamente la solución adoptada, demos- religiosa exista verdaderamente en un país, es preciso que éste reconozca y
trando que ella es detestable, que sus consecuencias serán de- garantice la libertad de las funciones y, especialmente, la libertad de las aso-
plorables, que desanimará, por ejemplo, las liberalidades, etc. ciaciones y la de las fundaciones cultuales. Pero tengo el pesar de comprobar
Todos estos argumentos son de orden político, social. Jurídica- y de decir que el derecho francés todavía no reconoce ni la libertad de las
fundaciones en general, ni la libertad de las fundaciones cultuales, y, por ende,
mente, la solución es de una corrección irreprochable. no reconoce aún, verdaderamente, la libertad religiosa". Después de haber
Consideremos de nuevo los establecimientos públicos del recordado las disposiciones de la ley del 9 diciembre 1905, arts. 5 y 7, y arts. 4
culto. Los gobernantes disponen, con arreglo a las formalidades y 9, DUGUIT declara (p. 595): "No se puede decir que tal cual está la ley de
1905 fuese una ley de expoliación. Sin duda, ella aplicaba rigurosamente el
legales, que el culto ya no será de ningún modo un servicio principio de la especialidad de las personas administrativas. A este respecto,
público, y suprimen radicalmente los establecimientos públi- los católicos no pueden quejarse, puesto que sólo se privaba a los estableci-
cos destinados a ese fin. Los fieles del culto afectado pueden mientos eclesiásticos de los bienes que no se hallaban afectados a un fin cultual.
formular objeciones de orden político, demostrar que la me- Indudablemente, el Estado recobraba los bienes que había concedido a las
fábricas. Pero siempre se había entendido que allí no existían más que conce-
dida comprometerá la paz pública, insistir sobre los peligros siones precarias. En cuanto a la gran masa de los bienes eclesiásticos, se entre-
sociales que resultarán de la decisión tomada, mencionar la gaba a las asociaciones cultuales bajo la condición de que se constituyesen de
ofensa hecha a la divinidad, etc.107. El jurista no puede de- conformidad a las reglas de organización del culto, cuya existencia se propo-
nían asegurar". Hay allí una mezcla de consideraciones políticas y de argu-
mentos jurídicos.
107 En su Carta ' ' Una vez más'', del 6 enero 1907, el Papa Pío x ha pro- ioo DUGUIT, Droit const., 2» ed., v, 1925, p. 599, declara: " A l obrar como
testado en los siguientes términos: " E s una pérfida intimación a elegir entre lo ha hecho, el Gobierno francés ha despojado a la Iglesia contrariamente a los
la ruina material y un atentado consentido a su constitución, que es de origen principios superiores del derecho". En la pág. 600, DUGUIT escribe aún: " L a s i
divino, lo que ella (la Iglesia) ha rechazado exponiéndose a la pobreza, antes de disposiciones de los arts. 1* a 3 de la ley del 2 enero 1907 y la ley del 13 abril
permitir que en ella se atente contra la obra de Dios. Se le han quitado, pues, sus 1908, que disponen que en ausencia de asociaciones cultuales católicas los
bines, pero no los ha abandonado. Por consiguiente, declarar vacantes los bienes eclesiásticos serán inmediatamente sustraídos a su afectación cultual y
bienes eclesiásticos, en una época determinada, si en dicho tiempo la Iglesia entregados a los establecimientos públicos de asistencia o de beneficencia, eran
no ha creado en su seno un nuevo organismo; someter esta creación a condiciones contrarias al principio de la libertad religiosa, al respeto de la propiedad, o,
que se hallan en oposición evidente con la constitución divina de esta Iglesia, más exactamente, al respeto debido a toda afectación voluntaria de bienes a tm
la cual se ve entonces obligada a rechazarlas; atribuir de inmediato estos bienes
Jéze, Der. adm., II 1 . 11
162 LA NOCIÓN DE SERVICIO PÚBLICO SUPRESIÓN DE UN SERVICIO PÚBLICO 163

mente, lo que jamás se deja de afirmar. Pero en realidad se un patrimonio administrativo general, para afectarlas de de-
trata de puros artificios del lenguaje, de figuras retóricas que terminada manera a la realización de una determinada fina-
no pueden engañar al jurista avisado. lidad (supra, ps. 27 y ss.). La supresión del establecimiento
público pone fin a esta combinación. Para decirlo más precisa-
HI # — En definitiva, debe decirse que, jurídicamente, la mente, una cosa comprendida en el patrimonio administrativo
supresión de un patrimonio administrativo especial es siempre especial de un establecimiento público tiene dos caracteres:
posible. V) forma parte del conjunto de los medios económicos de los
II cuales disponen los agentes públicos para el desempeño de su
misión; 2 9 ) se halla afectada a determinado servicio público.
I. — La supresión de un patrimonio administrativo espe- La supresión del establecimiento público anula el segundo ca-
cial (establecimiento público) tiene una consecuencia inme- rácter, pero deja subsistente el primero. No cabe, pues, decir
diata y necesaria: las cosas comprendidas en dicho patrimonio que, suprimido el establecimiento público, las cosas que for-
administrativo pasan a un patrimonio administrativo general maban parte de su patrimonio son "cosas sin dueño", "bienes
(Estado, departamentos, municipios, colonias). vacantes". Estas cosas continúan integrando el conjunto de los
En efecto, el establecimiento público no es más que una medios económicos mediante los cuales los agentes públicos
combinación financiera y jurídica que toma ciertas cosas de cumplen su misión110.
En consecuencia, los agentes públicos competentes para
fin lícito". DUGÜIT aprueba la reclamación del Papa Pío X (v. supra, p. 160, decidir la afectación de las cosas comprendidas en el patri-
nota 107). monio administrativo general, ¿tienen, jurídicamente, un po-
Para justificar esta condena "en nombre de los principios superiores del
derecho", DUGUIT razona como sigue (p. 599): " L a ley de separación esta-
der discrecional en lo relativo a la afectación, para el funcio-
blecía que las únicas asociaciones hábiles para recibir los bienes católicos eran namiento de otros servicios públicos o de otras obras de interés
las que reconocía la jerarquía eclesiástica. Pero la única autoridad competente general, de las cosas hasta entonces comprendidas en el patri-
para determinar lo que es la jerarquía eclesiástica, para decir si una ley la monio administrativo especial que se suprimió?
reconoce o no, si de conformidad a esta ley pueden constituirse las asociaciones
canónicas, es el Jefe Supremo de la Iglesia. Por consiguiente, desde el momento
en que, equivocado o con razón, el Soberano Pontífice ha declarado que emen- n o Algunos sostienen que la supresión de un establecimiento público da
dóse a la ley de 1905 resultaba imposible constituir asociaciones cultuales lugar a la aplicación de la regla establecida en el Código Civil, arts. 539 y 713.
que fueran al mismo tiempo canónicas y legales, el Gobierno debía también Art. 539: "Todos los bienes vacantes y sin dueño y los de las personas que
reconocerlo. Al no hacerlo, atentaba contra la libertad religiosa de los católicos. fallecen sin dejar herederos o cuyas sucesiones se abandonan, pertenecen al
En otros términos: o el Gobierno francés no reconocía la jerarquía ecle- dominio público". Art. 713: "Los bienes que no tienen dueño pertenecen al
siástica, siendo su ley netamente cismática e indiscutiblemente contraria a la Estado". En principio —dicen—, y salvo texto contrario, los bienes de los
libertad religiosa; o bien pretende reconocerla, y desde el momento en que el establecimientos públicos pasan al patrimonio administrativo general del Estado.
Jefe de esta jerarquía decide que la ley no es canónica, que las asociaciones Esta solución es inaceptable. Los arts. 539 y 713 no tienen nada que hacer
cultuales que deben recibir los bienes no pueden ser al mismo tiempo canónicas aquí. Los bienes de los establecimientos públicos suprimidos no son "bienes
y legales, el Gobierno no puede imponer a los católicos de Francia, para con- que no tienen dueño"; son bienes pertenecientes a los patrimonios adminis-
servar la afectación de estos bienes al culto, la obligación de constituir asocia- trativos.
ciones cultuales que el Papa, Jefe Supremo de la Iglesia, declara cismáticas. Al Se advierte aquí uno de los numerosos inconvenientes de la teoría de la
obrar como lo ha hecho, el Gobierno francés colocaba a los católicos en esta personalidad moral. Cuando se afirma que un establecimiento público es una
alternativa: separarse de Roma y conservar los bienes, o permanecer fieles a persona moral, propietaria de determinados bienes, resulta lógico sostener que
Roma y perder sus bienes. Violaba, asimismo, el principio de la libertad religiosa, si el establecimiento público llega a ser suprimido, sus bienes son "bienes sin
no como principio de la libertad del culto, sino como principio de las iglesias". dueño'', o también que se trata de reglar la suerte de los bienes de una persona
Toda esta argumentación tiene un carácter netamente político. Se trata de fallecida sin dejar herederos; en otras palabras, de aplicar los arts. 539 y 713 del
consideraciones de oportunidad, pero no de argumentos de derecho. En conse- Código Civil. Para rechazar esta solución lógica, simplista y poco satisfactoria,
cuencia, es pura literatura decir que la Iglesia fué despojada "contrariamente uno se ve obligado a imaginar nuevas ficciones, y todos caen entonces en los
a los principios superiores del derecho". dominios de la fantasía.
164 LA NOCIÓN DE SERVICIO PÚBLICO
SUPRESIÓN DE UN SERVICIO PÚBLICO 165

I I . — No- hay por qué investigar lo que política, económica


IV. — Según mi opinión, esta tesis es inadmisible, por
y socialmente deben hacer para cumplir un eficiente trabajo
ser demasiado absoluta. Ante todo, no admite que la afecta-
político o administrativo. Es preciso, únicamente, situarse en
ción de los bienes sea simplemente un procedimiento técnico,
el punto de vista jurídico. Suponiendo que se hubiera produ-
una combinación jurídica y financiera, para alcanzar un deter-
cido un cambio de afectación, los individuos que resultan más
minado fin, combinación útil en cierto momento, mala en otro.
o menos directamente afectados por dicho cambio de afecta-
Me parece que cuando los gobernantes consideran que una
ción que hace más difícil o aun imposible la satisfacción de
obra ya no es de interés general, tienen el deber político de
una determinada necesidad de interés general, ¿tienen a su
abandonar la combinación adoptada, de cambiar la afectación,
disposición, para impugnar la decisión adoptada, argumentos y
pues no deben derrochar las riquezas económicas puestas a
medios jurídicos, o sólo tienen argumentos y medios políticos?
su disposición. Es conveniente, por el contrario, concentrar
todas las riquezas económicas de que disponen, para llevar a
III. — Algunos piensan que si los gobernantes dispusie- cabo las obras que ellos consideren de mayor utilidad pública.
ron, en determinado momento, una afectación de bienes, esta
afectación debía mantenerse indefinidamente, suceda lo que V. — Esto no quiere decir, sin embargo, que los agentes
suceda. Llegan así a sostener que "el fin es dueño de los públicos tengan siempre la más completa libertad para reali-
bienes", o que "los bienes se afectan con un fin determinado". zar cambios de afectación de las cosas comprendidas en los
Por consiguiente, la supresión del establecimiento público patrimonios administrativos generales.
puede muy bien conducir al traspaso de los bienes a un patri- Es preciso tener en cuenta su origen; debe investigarse si
monio administrativo general, dejando subsistir la afectación. estas cosas provienen o no de un particular. Jurídicamente, el
Existiría, en tal caso, una obligación jurídica para los gober- origen de los bienes debe ejercer su influencia sobre la liqui-
nantes, debiendo éstos mantener las cosas en el patrimonio dación del patrimonio administrativo suprimido.
administrativo general, afectándolas a la antigua obra; o bien ler. caso. Bienes del establecimiento público suprimido
deben organizar un patrimonio privado (fundación) afectado que no provienen de un particular. — En este caso, debe reco-
a un fin cuyo logro no constituye un servicio público; o deben, nocerse a los agentes piiblicos total libertad jurídica. La crea-
de lo contrario, asignarlas a un patrimonio privado existente ción del establecimiento público daba lugar a la sustracción
(fundación) afectado a un fin idéntico 111 . de ciertos bienes del patrimonio administrativo general, a la
usgla de la no afectación de los ingresos (v. supra, ps. 27
l l i MJCHOUD, partiendo de la idea de personalidad moral, y creyendo en la y ss.). La supresión del establecimiento público constituye un
existencia real de las personas morales, rechaza, sin embargo, la aplicación del
art. 713 del Código Civil y da la siguiente solución (Personnalité morale, 2* ed., retorno a la regla general que dispone la inclusión de dichos
n, p. 426) : "Cuando el Estado deje de reconocer el carácter de servicio público bienes en la masa de los bienes de los patrimonios administra-
a la gestión de los intereses a los cuales proveía el establecimiento público su- tivos generales, poniéndolos, además, a disposición de los agen-
primido, no tendrá derecho a apoderarse de sus bienes. El grupo interesado
subsiste, y el Estado, que ya no asegura el servicio..., debe poner los bienes tes públicos. El Parlamento o la autoridad administrativa de-
al servicio de este grupo, de una u otra manera, permitiéndole organizarse signada por el Parlamento, estatuirán discrecionalmente sobre
para hacerse cargo de la gestión como asociación privada, o bien conside-
rando como fundación privada al establecimiento que hasta entonces tenía ca-
rácter público, y adoptando las medidas de control necesarias para que los bienes tener simplemente como corolario un nuevo modo de gestión de estos bienes,
conserven su destino. Si el Estado, verbigracia, dejase de considerar la asistencia que se confiaría a asociaciones caritativas, o a organismos análogos a los
como un servicio público, no tendría por ello el derecho de apoderarse del pa- suprimidos, pero que deben, en lo sucesivo, administrar los bienes según las
trimonio de los establecimientos públicos de asistencia. Este patrimonio debería reglas de la gestión privada, y no según las de la gestión pública. El control
seguir siendo como hasta ahora,'' el bien de los pobres " ; la medida por la cual el del Estado disminuiría y se concretaría, en adelante, al control normal de las
Estado declarase desinteresarse de aquí en adelante de este objeto, debería personas privadas, destinado a asegurar el mantenimiento de la afectación y a
impedir el crecimiento excesivo de la mano muerta".
166 LA NOCIÓN DE SERVICIO PÚBLICO SUPRESIÓN DE UN SERVICIO PÚBLICO 167

la suerte de estos bienes. Naturalmente, existen argumentos entonces, que la voluntad del Parlamento dispone que los bie-
políticos, económicos o sociales para que la afectación se efec- nes que ya antes de ser afectados al establecimiento público
túe de determinada manera; pero estos argumentos no tienen suprimido figuraban en un patrimonio administrativo general,
valor decisivo. Trátase de una cuestión de política general; su vuelvan a este patrimonio general. Para los bienes que sin
solución depende de un sinnúmero de circunstancias, cuya provenir de particulares no pertenecían anteriormente a un
apreciación no corresponde a la misión de los juristas, sino patrimonio administrativo general —por ejemplo, para los
que corre por cuenta de los hombres de Estado112. bienes que han sido adquiridos con economías o con el pro-
Existe, sin embargo, un caso en que el jurista deberá ducto de tasas, rentas, etc.—, no se impone la misma solución.
considerar esos argumentos políticos, económicos o sociales. Es razonable presumir que el Parlamento ha querido que estos
Ello ocurre cuando el Parlamento no ha dado una solución bienes pasaran al patrimonio administrativo general, que pro-
precisa. El jurista, que tiene que descubrir la voluntad del porcionaba mayores contribuciones al establecimiento público
Parlamento, según los argumentos políticos, económicos o so- suprimido.
ciales que se han expuesto, presume que es voluntad de dicho Dadas las dificultades de la liquidación, cabe desear que
cuerpo que la atribución de los bienes del establecimiento la autoridad pública resuelva expresamente esta cuestión. Y
suprimido se realice de determinada manera. como se trata, en definitiva, de decidir qué nueva afectación
A este respecto, suponiendo que el Parlamento o la auto- —directa o indirecta— de los bienes del establecimiento pú-
ridad administrativa por él designada no haya reglamentado blico suprimido será la mejor para el conjunto de los servicios
expresamente la suerte de los bienes, importará conocer el públicos del país, corresponderá al Parlamento considerar la
carácter nacional, departamental, municipal o colonial del decisión a adoptarse teniendo en cuenta esa atribución 113 .
establecimiento público suprimido (v. supra, ps. 37 y ss.). Para decirlo una vez más —e insistimos, porque la opinión
Cuando el procedimiento del establecimiento público es susti- contraria cuenta con muchos partidarios—, la determinación
tuido por el procedimiento del servicio público puro y simple, de los patrimonios administrativos —generales o especiales—
el jurista presumirá que la voluntad del Parlamento dispone o aun de los patrimonios particulares que según esta primera
que los bienes del establecimiento público suprimido pasen al hipótesis se beneficiarán con esa atribución, no es una cues-
patrimonio administrativo general (Estado, departamento, tión jurídica. El Parlamento tomará su decisión teniendo en
municipio o colonia), que tendrá a su cargo, en lo sucesivo, el cuenta los intereses políticos, económicos o sociales que se
servicio público que subsista. Por lo contrario, si se abandona hallen en presencia. El cuerpo legislativo debe manifestar
por completo el procedimiento del servicio público, especial- cuáles son las obras de interés general que es preciso fomentar
mente cuando se dispone que la Administración no dará ya por asignaciones de bienes, en especial si es conveniente o no
satisfacción a determinada necesidad de interés general, la
dificultad se torna muy grande para el jurista. Presumirá, 113 A veces, el Parlamento dispone de antemano que una autoridad admi-
nistrativa efectuará la atribución de los bienes. Tal es el caso del sindicato
112 Las consideraciones políticas desarrolladas por MICHOÜD (supra, p. 164, de municipios, establecimiento público creado en virtud de la ley de 1890.
nota) serán muy frecuentemente de lo más razonables, y el Parlamento hará bien Supongamos ahora que se suprima uno de dichos sindicatos. La liquidación de
en adoptar los consejos políticos que así se le dan. Pero no hay aquí una obli- los bienes comprendidos en el patrimonio del sindicato es muy difícil; en efecto,
gación jurídica. Para decirlo una vez más, las razones desarrolladas por el pro- estos bienes provienen de los patrimonios administrativos generales de los ¡
fesor mencionado, son argumentos puramente políticos. Se puede imaginar las municipios miembros del sindicato, o de adquisiciones hechas con las contri-
circunstancias en que el Parlamento, para realizar una buena obra política, buciones de los municipios asociados, con las rentas de los bienes del sindicato,
no deberá fomentar, sino, por el contrario, combatir enérgicamente la realiza- con las subvenciones del Estado, de los departamentos, de los municipios, etc.
ción de un fin determinado, considerado antiguamente como de utilidad pública. La ley de 1890 (art. 179 de la ley municipal) establece que la asignación de los
En este caso, el Parlamento hará una buena administración, si no sigue las bienes del patrimonio del sindicato se hará por decreto del Presidente de la
indicaciones antes expuestas. República.
168 LA NOCIÓN DE SERVICIO PÚBLICO SUPRESIÓN DE UN SERVICIO PÚBLICO 169

beneficiar con ello a las obras o establecimientos privados que que, "desde la promulgación de la presente ley, el Estado, los
eran auxiliares del servicio público suprimido o que se crearon departamentos y los municipios recobrarán, a título definitivo,
para satisfacer la necesidad de interés general, tarea ésta de la libre disposición de los arzobispados, obispados, presbite-
la que ya no debe encargarse la Administración. Trátase esen- rios y seminarios que son de su propiedad, cuyo goce no fuese
cialmente de una cuestión política, no de un problema jurídico. reclamado por una asociación" cultual (art. I 9 ) . "Los bienes
La cuestión ha sido larga y apasionadamente discutida, de los establecimientos (públicos) eclesiásticos no reclamados
al votarse la ley de 1905, sobre separación de las Iglesias y el por asociaciones ( c u l t u a l e s ) . . . se asignarán a título defini-
Estado 114 . Existía un sinnúmero de establecimientos públicos tivo . . . a los establecimientos municipales de asistencia o de
(fábricas, mesas, capítulos, seminarios, etc.), y, por consi- beneficencia" (art. 2 ) . "De no existir asociaciones cultuales,
guiente, un sinnúmero de patrimonios administrativos espe- los edificios afectados al ejercicio del culto, así como los mue-
cialmente afectados al servicio público del culto. Había igle- bles que contengan, se considerarán, salvo desafectación, den-
sias y presbiterios, que gravaban los patrimonios administra- tro de los casos previstos por la ley del 9 diciembre 1905,
tivos generales del Estado, de los departamentos, de los muni- dejándolos a disposición de los fieles y de los ministros del
cipios, que se habían afectado al culto. Cuando se suprimieron culto, para la práctica de su religión" (art. 5 ) . Se ha dicho
los establecimientos públicos cultuales y los cultos dejaron que "desde el punto de vista del respeto de los compromisos,
de ser un servicio público, fué preciso reglar la suerte de todos de los contratos, era cosa grave apoderarse de bienes que no
estos bienes. ¿A qué patrimonios —administrativos o particu- pertenecen al Estado, sino que se deben al fin para el que se
lares— debían asignarse las iglesias, los presbiterios, los ar- los ha destinado...". "No es posible desviarlos de su finalidad
zobispados, los obispados, los edificios de los seminarios, etc.? a menos que haya u n a necesidad evidente, o que exista la
Se ha intentado discutir en derecho las soluciones pro- imposibilidad de mantener su afectación.. ,"115. Algunos han
puestas al Parlamento. Los diferentes partidos políticos han llegado a hablar de "expoliación'' 116 , en el sentido jurídico de
pretendido que los "principios generales del derecho público'' este término 117 .
conducían a tal o cual solución, y, naturalmente, esta solución
variaba según las opiniones políticas de quien la proponía. 115 EIBOT, en la Cámara de Diputados, 21 diciembre 1906, " J . O . " , Cá-
mara, Debates, p . 3392.
Asimismo, se ha intentado objetar desde el punto de vista ju-
116 EAIBERTI, Cámara de Diputados, 21 dic. 1906, " J . O . " , Debates, p.
rídico, las afectaciones dispuestas por las leyes del 9 diciem- 3389; M. DE LAS CASES, M. DE LAMARZEILLE, Senado, 28 dic. 1906, " J . O . " ,
bre 1905, del 2 enero 1907 y del 13 abril 1908. Por ejemplo: Debates, ps. 1219 y 1222.
La ley de 1905, art. 5, § 1, establece que "los bienes designados 117 DUGUIT, Dr. const., 2* ed., v, 1925, no deja de repetir que las leyes de
en el artículo precedente (bienes muebles e inmuebles de las separación, en lo atinente a las asignaciones de bienes, han violado los " p r i n -
cipios superiores del derecho". Dice en la p . 599, a propósito de la ley del 2
mesas, fábricas, consejos presbiteriales, consistorios y otros enero 1907, a r t . 5, $ 1, y de l a ley del 13 abril 1908: " E l Gobierno ha despo-
establecimientos públicos del culto), que provinieran del Es- jado a la Iglesia contrariamente a los principios superiores del derecho". E n la
tado y a los cuales no gravase una fundación piadosa creada p. 603 expresa, a propósito de las cargas a las que estaban afectados los bienes
con posterioridad a la ley del 18 germinal año x, retornarán eclesiásticos: " L a s disposiciones adoptadas a este respecto no han sido sufi-
cientes: muchas fundaciones piadosas han llegado a caducar y aquí también
al Estado". Del mismo modo, la ley del 2 enero 1907 dispone los principios del derecho han sido violados por el legislador". P . 604 (acerca
de l a devolución de los bienes prevista por el art. 9, $ 2, de la ley del 9 diciem-
i" V.: GRUNEBAUM BALLIN, La séparation, op. cit., 1905, ps. 106 y ss.; bre 1905 y de la ley interpretativa de 1908): "Declarándolas interpretativas,
MICHOÜD, Personnalité morale, 2* ed., n , ps. 466 y ss.; E S M E I N , Droit constitu- ella les daba (a estas disposiciones) un efecto retroactivo, lo que constituía una
tionnel, 7» ed., ps. 612 y es.; DUGUIT, Tr. dr. const., 2» ed., v, 1925, ps. 510 y ss., nueva violación de los principios superiores del derecho" (Cfr., acerca de las
ps. 590 y ss. (véase la bibliografía consignada en la p . 606) ; HAURIOU, Dr. ad- leyes interpretativas y de la ley de 1908, GASTÓN J É Z E , Les principes généraux
minist., 9» ed., 1919, ps. 617 y ss. (bibliografía, p . 617 en n o t a ) ; HAURIOU, du droit adm., 3* ed., i, 1925, ps. 171 y ss.). Finalmente, en la p . 605, DUGUIT
Principes de droit public, ps. 395 y ss. resume todas esas críticas en estos términos (ps. 605 y s s . ) : " S i el legislador
170 LA NOCIÓN DE SERVICIO PÚBLICO SUPRESIÓN DE UN SERVICIO PÚBLICO 171

Cualquiera sea la opinión política o religiosa que se afectadas al servicio público suprimido que no provengan de
profese, me parece imposible que se reconozca carácter jurídico particulares se afecten a cualquier otro servicio público, o
a estas acusaciones. Las leyes de 1905 y de 1907 son perfecta- bien a obras o establecimientos privados que se ocupan de un
mente correctas, desde el punto de vista del derecho. Al ju- servicio de interés general, que haya dejado de ser servicio
rista no debe interesarle apreciarlas desde el punto de vista público. Las dos soluciones son jurídicamente correctas.
político. No tiene por qué averiguar si la devolución de los Es porque se ha confundido el punto de vista político
bienes dispuesta por la ley era la que convenía mejor para el y el punto de vista jurídico119; por no haberse prescindido de
mantenimiento de la paz social, ya que ello es misión del esta- las pasiones políticas o religiosas, que se han presentado tan-
dista, no del jurista. Ahora, en el terreno estrictamente jurí- tas tesis peregrinas, en las cuales se invocaban principios
dico, el Parlamento tenía jurídicamente un poder discrecional jurídicos para justificar una determinada solución, cuando ?n
de atribución, de afectación, siempre que se tratase de cosas realidad tratábase únicamente de consideraciones de alta
provenientes de los patrimonios administrativos generales política120.
(Estado, departamentos, municipios), particularmente en lo 11» Muy justamente, a mi parecer, HAURIOU escribe (Principes de droit
relativo a las iglesias afectadas al culto. En estricto derecho, public, p. 4 0 9 ) : " E s t a supresión (de la dotación material de los edificios del
habría podido correctamente decidir la clausura total de las culto y del mantenimiento de los objetos cultuales) ha provocado las más
enérgicas protestas pues se produjo, en efecto, en condiciones insólitas. Es pre-
iglesias que figuran en los patrimonios administrativos del ciso, para darse perfecta cuenta de ello, distinguir dos categorías de considera-
Estado, de los departamentos y de los municipios, o el cese ciones que han sido frecuentemente confundidas, tanto por los adversarios de
puro y simple de su afectación al ejercicio del culto, o también la ley, como por sus defensores: más bien que saber si el Estado, al suprimir de
que ellas recibirían cualquier otra afectación; por ejemplo, sus presupuestos las remuneraciones eclesiásticas y las subvenciones, sin consti-
tuir a título de compensación una dotación suficiente, falta a una verdadera
que se las afectaría a los establecimientos pííblicos escolares o deuda jurídica, se trata de determinar si falta a una obligación de alta política
de caridad. Por más criticable que fuese una desafectación y de equidad. Adversarios y partidarios de la ley se han colocado desde luego
completa, desde el punto de vista político, por sus consecuen- en el terreno de la deuda jurídica, y los abogados de la ley no se han tomado el
cias sobre la paz social, habría sido jurídicamente correcta118. trabajo de demostrar su inexistencia. Pero el derecho no lo es t o d o . . . " . La
distinción hecha por HAURIOU es muy exacta. Es evidente que, en esta crisis de
En resumen, para resolver el problema, el jurista debe la separación de las Iglesias y el Estado, los problemas jurídicos ocupan, en
prescindir del objeto del servicio público suprimido. La si- realidad, sólo un lugar completamente secundario. Pero es esto justamente lo que
tuación que se presenta al jurista es la siguiente: un servicio conviene poner de relieve, porque adversarios y partidarios de la ley de 1905 han
creído o han aparentado creer que allí había problemas que se podían resolver
público desaparece; en derecho, nada se opone a que las cosas más o menos fácilmente, aplicando los principios generales del derecho público.
En realidad, como lo ha dicho muy exactamente HAURIOU, se trataba, sobre
todo, de un problema de ' ' alta política y de e q u i d a d ' ' ; tratábase de hallar, no
ha respetado el principio de la libertad del culto público, ha violado una de las lo que se imponía jurídicamente, sino " l o que convenía políticamente".
condiciones indispensables para la libertad religiosa, la afectación protegida de 120 No podemos estar de acuerdo con MICHOUD, Person. morale, 2» ed., n,
las riquezas a las necesidades del culto, la garantía de las fundaciones libre y p. 482, cuando escribe: " E l resultado final (de las leyes de separación en lo
legalmente constituidas". Todas estas críticas no tienen ningún valor jurídico: concerniente a la devolución de los bienes de los establecimientos eclesiásticos)
se refieren sólo a la oportunidad política. es evidentemente contrario a los principios jurídicos y a la equidad. El orror
H8 En su comunicación, BRIAND ha dado, a propósito del art. 5, $ 1", de la ha estribado en la ausencia de entendimiento entre el Estado y la Iglesia, lo que
ley del año 1905, la explicación exacta —según mi opinión— acerca de la trasformó esta legislación en una legislación de combate, impidiendo la apli-
situación jurídica: " E s t o s bienes no han sido enajenados, sino concedidos ñor cación serena de las reglas de derecho".
el Estado para un servicio público. Desaparecido el servicio, el Estado no tiene La mayor parte de los que discutieron esta cuestión, han confundido la
ya las mismas obligaciones: posee el derecho de considerar a estas concesiones política y la técnica jurídica.
como sin objeto; rescata sus bienes, para darles otro destino público". Esto es lo Veamos un ejemplo de razonamiento, en el cual se mezclan las considera-
jurídico, el derecho, pero insistamos una vez más en que no averiguamos BÍ, ciones políticas y los argumentos jurídicos: "Al suprimir sus propietarios
obrando así, el Parlamento ha hecho buena política. Ésta es otra cuestión muy actuales —escribe BRIAND— se hubiera podido considerar los bienes eclesiás-
distinta. ticos como bienes vacantes. Según el derecho común, el Estado se hubiese hecho
172 LA NOCIÓN DE SERVICIO PÚBLICO
SUPRESIÓN DE UN SERVICIO PÚBLICO 173

29 caso. Bienes del establecimiento público suprimido que La donación o el legado con cargo, una vez aceptados,
provienen de un particular. — El problema es en este caso obligan al beneficiario a cumplir el cargo en las condiciones
mucho más difícil. La solución jurídica dimana, según mi establecidas por el disponente.
opinión, de la combinación de varios principios jurídicos fun- Por el contrario, la afectación a una finalidad de interés
damentales, cuyas consecuencias son, a veces, contradictorias. general realizada para un establecimiento público, por acto
ler. principio. — Cuando un particular pone un bien a entre vivos o por testamento, no obliga a la Administración a
disposición de un establecimiento público, afectándolo a la hacer funcionar el servicio público en las condiciones fijadas
satisfacción de una necesidad de interés general, no hay libe- por el disponente 122 . No se trata de una liberalidad de parte
ralidad en el sentido jurídico del término. Para que exista de éste, sino de un ofrecimiento de colaboración para el fun-
liberalidad, es necesario: l 9 ) empobrecimiento del disponente; cionamiento de un servicio público. Por lo demás, al aceptar,
2°) enriquecimiento del beneficiario. Por lo tanto, quien afecta la Administración sólo contrae un compromiso moral y no
un bien a un servicio público, realiza siempre una operación jurídico, para cumplir el servicio público de determinada ma-
conmutativa, desde que persigue y obtiene una ventaja per- nera. No puede contraer válidamente un compromiso jurídico,
sonal, material o moral, y no sólo lo impulsa el espíritu de porque el servicio público es esencialmente modificable (v.
liberalidad. Por otra parte, la Administración a la cual se supra, ps. 7 y ss.).
entrega el bien no se enriquece; recibe una participación en Sin embargo, no sucede así cuando se analiza en general
un gasto público. Las dos partes que intervienen en la opera- la operación. La mayor parte de los jurisconsultos que han
ción no se preocupan del enriquecimiento de la Administra- estudiado esta cuestión, descuidaron, hasta ahora, la noción
ción ; la idea dominante en ellas es la de facilitar el funciona- de servicio público. Han admitido, sin vacilación, que se tra-
miento del servicio público, por el cual se interesa muy par- taba de una liberalidad. Se han limitado a considerar la forma
ticularmente el disponente. Nos hallamos ante una operación exterior, las apariencias del acto, aplicando, por consiguiente,
jurídica del derecho público, y no ante una liberalidad del de- el régimen del derecho privado para las liberalidades con
recho privado; no se trata de una donación con cargo, ni de cargo. El legislador, al organizar el régimen de las autoriza-
un legado con obligación del derecho privado 121 . ciones para aceptar, ha adoptado este punto de vista.
Existe, según mi opinión, un error de análisis jurídico.
cargo de ellos y los hubiese usado según reglas a determinarse. Vuestra Comi- Basta, para convencerse de ello, formular esta proposición
sión no ha creído que este principio y este método fuesen equitativos. Una parte
de los bienes que están en posesión de los establecimientos públicos cultuales evidente, que distingue la afectación de un bien por un par-
han sido constituidos por los fieles para el culto; la Comisión ha considerado ticular, de la liberalidad del derecho privado. La afectación
que en derecho natural su propietario real era la comunidad de los fieles. Esta tiene por objeto influir sobre el funcionamiento de un servicio
colectividad está actualmente personificada por las Iglesias; lo será mañana
por las asociaciones cultuales" (Informe de BRIAND, en nombre de la Comisión público propiamente dicho, es decir, sobre el ejercicio de una
de la Cámara de Diputados, "J. O.", p. 291). Menos incorrecta, desde el punto competencia funcional. No se trata, entonces, de una opera-
de vista jurídico, es la tesis sustentada más tarde por el mismo BRIAND (Senado, ción del derecho privado, ya que el ejercicio de la competencia
sesión del 28 diciembre 1906, " J . O.", Debates, p. 1230): " E l proyecto de
ley —se dice— es odioso.. . No hay que exagerar... No habléis de expoliación. funcional no se rige por las reglas del derecho privado.
¿Cuáles eran los bienes de la Iglesia? ¿Eran acaso de tal o cual personal No, El acto de afectación de un bien por un particular a un
eran propiedad de la colectividad (de los fieles)... Se trataba de una propiedad
colectiva, administrada y controlada por los establecimientos públicos del culto. servicio público es, por lo tanto, una operación del derecho
Suprimidos éstos, bastaba que esta propiedad, para quedar a disposición de la público, que se rige con arreglo a este derecho. Tiene la misma
colectividad de los fieles, pasase a nuevos órganos de gestión y de control".
121 Para la distinción entre el llamado a concurso para una obra pública
y la donación con cargo, véase GASTÓN JÉZE, Les principes généraux du droit 122 Para el desarrollo de esta idea, véase GASTÓN JÉZE, Les principes gé-
administranf, 3* ed., ni, 1926, ps. 461 y ss. néraux du droit adm., 3* ed., m, p. 457.
174 LA NOCIÓN DE SERVICIO PÚBLICO SUPRESIÓN DE UN SERVICIO PÚBLICO 175

naturaleza jurídica que el llamado a concurso propiamente reglas jurídicas. Es preciso, pues, interpretar los textos res-
dicho123, que la suscripción pública124. trictivamente y aplicar solamente las reglas particulares que
Los textos legales no pueden dar a una operación jurídica ellos prescriben para el caso (autorización para aceptar) ; no
una naturaleza intrínseca distinta de la que resulta de los cabe interpretarlos en el sentido de que prescribirían todo el
mismos hechos; sólo pueden prescribir la aplicación de ciertas régimen de las liberalidades. En otros términos, el art. 910 del
123 Es necesario criticar esta operación del llamado a concurso. La ju-
Código Civil y la ley del 4 febrero 1901, no establecen que las
risprudencia del Consejo de Estado le ha dado un alcance muy estrecho, además afectaciones de bienes, hechas por particulares en favor de
de injustificable. Según mi opinión, la naturaleza jurídica de las dos ope- un servicio público, son liberalidades (donaciones y legados)
raciones es la misma. El régimen jurídico, por su parte, debería ser el sometidas al régimen jurídico general de las liberalidades,
mismo. E n el asunto Gau Boso, Cons. de Est., 9 marzo 1906, " R e c . " , p . 725,
ROMIEU declaraba: " E l llamado a concurso e s . . . una especie de donación
sino que dichas afectaciones debe autorizarlas la Administra-
subordinada a la ejecución de obras públicas". Esta fórmula " u n a especie de ción. La observación es de gran importancia práctica.
donación" muestra que el Consejo de Estado no considera que hay una dife- 29 principio. — Cuando un particular pone un bien a dis-
rencia jurídica entre la liberalidad propiamente dicha del derecho privado y la
afectación de un bien a un servicio público. Se trata de precisarla mejor de posición de un establecimiento público, esto significa necesa-
lo que se ha hecho hasta ahora. GASTÓN J É Z E , Les principes généraux dv, riamente —se haya o no dispuesto así— que los bienes deberán
droit adm., 3» ed., n i , ps. 467 y ss.; APPLETON, nota en Nancy, 17 marzo 1920, destinarse a la satisfacción de la necesidad de interés general
Bailly, " D . " , 1920, 2, 60, y " R . D . P . " , 1921, p . 107. para la que se ha creado el establecimiento público. Esta afec-
124 A propósito de una resolución de la Corte de apelaciones de Nancy,
17 marzo 1920, Bailly, " D . " , 1920, 2, 60, J E A N APPLETON se pregunta si el tación es, evidentemente, la condición misma de la enajena-
suscritor público es un donante: " E l suseritor —responde— no es un donante ción; sin esta afectación, la enajenación no se hubiera reali-
propiamente dicho; se suscribe para facilitar el servicio público y colabora zado ciertamente. Resultaría, pues, lógico y útil 125 que, una
pecuniariamente en el funcionamiento de dicho servicio. E s al derecho públi-
co, el que tiene por misión regular el desenvolvimiento de los servicios pú-
vez suprimido el establecimiento público, los bienes enajenados
blicos, a quien corresponde tener recursos para establecer el régimen jurídico de bajo la condición expresa o implícita de una determinada
la suscripción, puesto que esta última no es más que un incidente de la opera- afectación, conservaran dicha afectación. La supresión del es-
ción administrativa". J E A N APPLETON saca de esta idea las seis consecuencias tablecimiento público tiene como consecuencia el traspaso de
siguientes: 1*) El acto de suscripción no constituye un contrato de derecho
privado; es un ofrecimiento de colaboración con un servicio público, que, una
los bienes enajenados a un patrimonio administrativo general
vez formulado, da lugar para su autor a la obligación unilateral de mantenerlo (v. supra, ps. 162 y ss.). Pero, de cualquier manera, deberán
un tiempo suficiente para que la Administración pueda conocer y aceptar esa conservar la afectación a la finalidad que persigue el dispo-
colaboración; 2») La suscripción no es una donación, y no cabe considerarla nente126.
como una liberalidad sujeta a autorización, en los casos excepcionales en que
también se exige este acto de tutela administrativa; 3*) La suscripción no se
somete a ninguna formalidad particular. La aceptación puede ser expresa o im- 125 Con el objeto de estimular a las personas para que hagan liberalidades
plícita; 4») J E A N APPLETON admite, sin embargo, que podrían aplicarse el acto a los establecimientos públicos.
de revocación por nacimiento de un hijo o la acción de revocación por violación 126 El Consejo de Estado, en 1903, basado en su conformidad con las con-
de la reserva. No se ve el porqué de esta regla; 5") El suscritor puede subordi- clusiones del comisario del Gobierno, KOMIEU, ha expresado su sentir, en una
nar su adhesión a determinadas condiciones, pero no goza de la acción de revoca- cuestión del todo similar, en favor del mantenimiento de la afectación que desea
ción por inejecución de las condiciones, ni por aplicación de una condición el disponente (Cons. de Est., 22 mayo 1903, Caisse des écoles, " R e c " , p. 3 9 4 ) :
resolutoria sobrentendida. E l suscritor solamente podrá intentar contra la Admi- " E s t á de más decir —declaraba ROMIEU— que no consideramos absolutamente
nistración una acción indemnizatoria. Esta solución no se justifica. Puede existir el caso de las 'fundaciones', es decir, de los legados que las Cajas escolares,
acción de resolución por inejecución de las condiciones, sin que haya liberali- con anterioridad a la ley del 30 octubre 1886, hubiesen sido autorizadas para
dad. E s éste un principio de equidad que no precisa ser inscrito en un texto legal; aceptar destinándolos especialmente a los niños pobres que concurren a las es-
6*) La competencia es judicial, porque el suscritor no se convierte en agente que cuelas libres. Se trataba, en efecto, en esta hipótesis, de la conservación de un
colabora en la misma gestión del servicio público. No se advierte la razón de esta derecho adquirido, al que no debían afectar las modificaciones introducidas
última solución. Siendo el acto una operación propiamente administrativa y por la legislación en la capacidad del establecimiento legatario. Tanto es así
pudiendo aplicarse el régimen del derecho público, los tribunales competentes que la sección del Interior del Consejo de Estado, en dos dictámenes del 2 marzo
deben ser —según mi opinión— los tribunales administrativos. 1893 y 6 julio del mismo año, ha admitido que un establecimiento de benefi-
176 LA NOCIÓN DE SERVICIO PÚBLICO
Sl^RESION DE UN SERVICIO PÚBLICO 177

Si se mantiene esa afectación, ni el autor de la enajena-


Supongamos ahora que el disponente haya incluido, en el
ción, ni sus causahabientes pueden formular objeción alguna
acto de enajenación, una cláusula de reintegro. Nos parece
contra la modificación resultante de la supresión del estable- que dicha cláusula debe tenerse por obligatoria jurídicamente,
cimiento público; en particular, poco importa que la cosa siempre y cuando prevea el reintegro al disponente. La enaje-
enajenada continúe figurando en un patrimonio administra- nación ha sido aceptada con la cláusula de reintegro; no hay
tivo o que se la asigne por afectación gratuita, a una obra o razón, pues, en principio, para no cumplirla 129 .
establecimiento privado 127 , desde el momento que se respeta
A pesar de que la cláusula de reintegro en beneficio del
lo esencial de la voluntad del disponente.
mismo disponente debe considerarse jurídicamente válida, la
Por lo contrario, en caso de cambio de afectación, el dis- cuestión se presenta más dudosa cuando la mencionada cláu-
ponente o sus causahabientes podrán hacer revocar la enaje- sula se ha estipulado también en favor de los herederos del
nación por incumplimiento de las condiciones estipuladas para disponente. Según mi opinión, esta cláusula no puede tener
ella. Esto conforma la voluntad de las partes. un valor indefinido130, ya que desconoce la naturaleza jurídica
He supuesto hasta aquí que el acto de enajenación no
contiene ninguna cláusula de rescate o de reintegro123. y exasperarlos, agregando a la pena que la supresión les causa, la de ver los
bienes destinados a una finalidad poco conforme, a veces contraria, a este
espíritu. Éstas son las ventajas indiscutibles que explican los numerosos textos
cencía y una fábrica, regularmente autorizados, bajo la legislación anterior,
en que se ha introducido el derecho de r e i n t e g r o " .
para aceptar un legado con la obligación de subvencionar una escuela privada,
Se observará, con MICHOUD, que se trata de consideraciones de orden polí-
tenían la facultad, en razón de la irrevocabilidad de los actos realisados, de
tico, aptas para hacer adoptar tal solución por el Parlamento, pero dichas
continuar asegurando el servicio de la fundación, aun después de la ley del 30
consideraciones no tienen, evidentemente, ningún valor jurídico, no pudiendo
octubre 1886. Pensamos, pues, que las Cajas escolares podrían, por aplicación decidir al jurista a que considere que el derecho de reintegro se halla sobren-
de la misma jurisprudencia, continuar actualmente distribuyendo socorros a los tendido.
niños de las escuelas privadas a título excepcional, siempre que se tratase de la
129 En sentido contrario, GRUNEBAUM BALLIN, La séparation des Églises et
ejecución de una fundación, previamente aceptada, y que tuviese carácter defi-
de l'État, p. 167. La razón dada por este autor en apoyo de su opinión es el
n i t i v o " . En su resolución, el Cons. de Estado afirma: " L a s Cajas escolares...
carácter público de la fundación. V. infra, p. 178.
sólo pueden colaborar, en lo sucesivo, en su condición de establecimientos públicos
130 En sentido contrario, MICHOUD, Personnálité morale, 2» ed., n, p. 449:
escolares, con el servicio de la enseñanza primaria p ú b l i c a . . . lo que debe hacerse
En caso de estipulación expresa, " d e b e observarse esta estipulación, porque
sin perjudicar el ejercicio de los derechos a que podrían dar lugar las fundaciones
constituye una condición puesta por el donante antes del ingreso de los
autorizadas en las condiciones particulares anteriores a la ley de 1886" ( " R e c . " ,
bienes en el patrimonio del ser moral, y porque esta condición la ha aceptado
p. 400).
la autoridad pública que aprobó la donación. Puesto que la intervención del
127 Podrá presentarse una dificultad en el caso de atribución a un esta-
Estado en el momento de la fundación o de la liberalidad no puede ser el
blecimiento privado no confesional, cuando el establecimiento público suprimido fundamento de su derecho a destruirla y a invalidar las cláusulas que ha auto-
tuviese carácter confesional, y viceversa. Dejamos de lado esta cuestión, para no rizado, es evidente que resulta un poderoso argumento en sentido contrario. Este
complicar el problema general. argumento sólo se invalidaría si la cláusula entrañase, por parte del Estado, re-
128 MICHOUD, que admite sin vacilación que existe liberalidad propiamente nuncia a un derecho para el cual no tuviese la facultad de renunciar. Pero no es
dicha, escribe (Personnálité morale, 2* ed., n , p. 4 5 0 ) : " C u a n d o no ha habido éste el caso. El Estado, sin duda, no podría renunciar al derecho de suprimir la
estipulación del derecho de reintegro, no pensamos que exiBta motivo para fundación o de trasformarla, pero puede renunciar al derecho de asignar a Ja
admitirlo de pleno derecho como principio general. Pero creemos que el legis- fundación trasformada, o a la persona moral que le suceda, los bienes que fueron
lador hará bien en admitirlo siempre que concuerde con las intenciones de los otorgados a esa fundación con una finalidad cuyo cumplimiento impide la ope-
disponentes. Existe para ello, si no una obligación, por lo menos una conducta ración; puede, según esta hipótesis, comprometerse a restituir los bienes al
ordenada por razones de alta conveniencia y también de política. Constituye una fundador o a sus herederos. Se trata de una renuncia de carácter patrimonial,
prueba de buena fe al suplir, en los actos de liberalidad, una cláusula que pro- que no interesa al poder público".
bablemente se encontraría en ellos ái el disponente hubiese previsto el caso de
Esta argumentación me parece muy sólida, pero demasiado absoluta, ya
supresión. Escapa, por lo demás, o, según los casos, hace escapar al poder ad- que prescinde de la imposibilidad, que existe para el propietario, de dar a
ministrativo, a la sospecha de haber sido guiado por el deseo de enriquecer eu cosa una afectación perpetua. El derecho de reintegro es la sanción de esta
al Estado o a sus obras. Evita, finalmente, ir directamente al encuentro de afectación perpetua. Si ella se prohibe, la sanción también queda prohibida.
las ideas de los que han seguido siendo fieles al espíritu de los disponentes, V. infra, p. 181.

Jéze, Der. adm., II >. 12


178 LA NOCIÓN DE SERVICIO PÚBLICO
SUPRESIÓN DE UN SERVICIO PÚBLICO 179
del acto de enajenación, que constituye, no una liberalidad sino que lo afectan a un fin de utilidad general. Desde el pri-
propiamente dicha, sino una colaboración para el funciona- mer momento la fundación es un bien público sustraído a la
miento de un servicio público, modif;cable en cualquier mo- acción de los particulares. Contrariamente a las reglas del de-
mento. El disponente lo sabía; no existe, en efecto, servicio recho privado que prohiben la indisponibilidad perpetua de
público que funcione indefinidamente en las mismas condi- los bienes, la Nación, bajo la forma del Estado, del departa-
ciones; los cambios del medio social, político, económico y mento, del municipio, o del establecimiento público, recibe la
moral, influyen sobre el servicio público, sobre su organización donación o el legado voluntario de un ciudadano generoso, y,
y sobre su funcionamiento. No es ésta la misma situación que con fines de interés público, lo afecta a perpetuidad según el
la donación con cargo hecha a un particular. Además, el prin- uso indicado por el benefactor. Pero se reserva el derecho
cipio fundamental del régimen de la propiedad moderna se imprescriptible de modificar en cualquier momento, teniendo
refiere a la imposibilidad jurídica en que se halla un propie- en cuenta ese mismo interés, las condiciones de afectación de
tario para dar a su cosa una cierta afectación perpetua (supra, la liberalidad. La perpetuidad del uso que se había admitido,
ps. 64 y ss., e infra, ps. 181 y ss.). no es una garantía eterna, pues no existe perpetuidad abso-
Se ha sostenido una teoría más radical, negándose al dis- luta. La ley de la evolución gobierna todo, tanto en el orden
ponente la posibilidad de estipular válidamente un derecho de social, como en el orden natural. Los Convencionales ya lo
reintegro para él y sus herederos. Las enajenaciones de dura- proclamaron, al adoptar la bella fórmula de CONDOROET, sobre
ción ilimitada, hechas para los establecimientos públicos —se la temporalidad de las leyes y de las Constituciones: ün
ha dicho— m , difieren totalmente de las donaciones y legados pueblo conserva siempre el derecho de rever, reformar y cam-
hechos a las personas físicas. La circunstancia de destinarse el biar su Constitución; una generación no puede sujetar a sus
bien a la satisfacción de una necesidad de interés general, es leyes a las generaciones futuras (art. 28 de la Declaración de
decir, su inclusión en un servicio público, se opone al derecho derechos de 1793). ¡ Cómo reconocer a las disposiciones testa-
de reintegro. Se ha expuesto esta opinión con fórmulas a veces mentarias de los particulares, leyes por cierto minúsculas, el
criticables. La circunstancia anotada —según se expresa— da poder de regir indefinidamente, a través de los siglos, la suerte
"la razón decisiva por la que debe rechazarse a los particulares de los bienes de la comunidad humana!".
—tanto a los benefactores como a sus herederos— toda acción
tendiente a recobrar el bien donado o legado, en caso de tras- Según mi parecer, existe, en esta argumentación, gran
formación profunda o de supresión de la persona moral bene- parte de verdad en lo que atañe a la colaboración del disponen-
ficiada. Dicha razón es el carácter público de la fundación, te con un servicio público. Pero la tesis es demasiado absoluta.
carácter éste que exige la intervención de las autoridades pú- Ante todo, me parece arbitrario atribuir a la intervención de la
blicas (centrales o locales) en el momento en que se constituye autoridad pública (aceptación de la enajenación) la significa-
la fundación. Estas autoridades intervienen para autorizar ción que se le da. Trátase de una afirmación sin prueba 132 .
primero y aceptar en seguida la liberalidad, o bien sólo para Creo, más bien, que resulta imposible al disponente estipular
aceptarla en virtud de una autorización general dada de ante- un derecho de reintegro ilimitado en el tiempo, en beneficio de
mano por la ley. Pero al realizar cualquiera de estos actos sus herederos: pues, a mi entender, contraría la noción del
administrativos, no hacen en verdad nada comparable a la servicio público y el régimen moderno de la propiedad. Por el
aceptación de una donación o de un legado por un particular, contrario, el derecho de reintegro no perpetuo^ limitado, por
puesto que obran en nombre de personas morales que no gozan ejemplo, al disponente y a la primera generación de sus here-
del emolumento de un legado como lo haría una persona física,
132 Erróneamente se argumenta con la posibilidad de modificar en todo
instante las leyes. Los testamentos no son leyes minúsculas. Son actos jurídicos
131 GRUNEBAUM BALLIN, La séparation, ps. 167 y ss. completamente diferentes.
180 LA NOCIÓN DE SERVICIO PÚBLICO SUPRESIÓN DE UN SERVICIO PÚBLICO 181

deros me parece que concilia todos los principios jurídicos y una cosa, de manera indefinida y perpetua, aunque se trate de
también todos los intereses en juego. Ante todo se respeta así un fin lícito. Ello resultaría contrario al régimen moderno de
la voluntad del disponente en la medida de lo posible; además, la propiedad, que no es, como se repite con demasiada fre-
se descarta la sanción de una afectación perpetua que, se- cuencia, un derecho absoluto y perpetuo. En principio, cual-
gún mi opinión, es contraria a los principios del derecho fran- quier individuo puede, mientras viva, asignar a las cosas que
cés moderno133. le pertenecen la afectación que desee. Pero después de su fa-
Ser. principio. — Cuando el fin al que se ha afectado el llecimiento, y a medida que el tiempo pasa, la afectación dis-
bien donado por el disponente se vuelve imposible de alcanzar puesta por él, no puede tener ya la misma eficacia. Llega un
o llega a ser ilícito, es posible la desafectación sin que por ello momento en que dicha afectación pierde todo valor. En Fran-
se origine el derecho de reintegro en beneficio del disponente cia, después de la Revolución, no existe "libertad para crear
o de sus derechohabientes nf tampoco la facultad de solicitar derechos perpetuos, porque la prohibición de los derechos de
la rescisión por inejecución de las condiciones134. esta índole se halla fuera y por encima de la legislación de
ly principio. — El derecho de propiedad no confiere a su los contratos, ya que resulta de la organización del régimen
titular el poder de imponer una determinada afectación, a de la propiedad inmueble (tal como dicha organización ha
surgido de la Revolución), y de las leyes que han asegurado la
133 Cfr. sobre este punto, GRUNEBAUM BALLIN y H . LÉVY ULLMANN, Essai liberación de las tierras, y, por consiguiente, la liberación de
sur les fondations, en la " R e v u e Trimestrielle de Droit Civil", 1904, ps. 22 y es.
134 E n el artículo intitulado Fondations, de la Encyclopédie, TUBGOT daba, sus propietarios" 135 . Como escribía TURGOT en la Encyclopédie,
como ejemplo de un fin que sería imposible de alcanzar, la donación de bienes "la utilidad pública es la ley suprema y no es posible, ni si-
hecha antiguamente con afectación a una leprosería; pero hoy ya no hay le- quiera por un respeto supersticioso, oponerle lo que se' llama
prosos. MICHOUD (op. cit., 2» ed., n , ps. 430 y ss.), haciendo suyo este ejemplo, la intención de los benefactores, como si los particulares igno-
declara: " S e r í a completamente deseable que el Estado haga aprovechar a todos
de obras aproximadamente similares, para que en lo posible se respeten las rantes y tontos tuvieran el derecho de imponer su voluntad
intenciones del fundador. Pero ésta no puede ser para el Estado una obligación suprema a las generaciones que todavía no existen. Es for-
jurídica, cuando han desaparecido realmente los interesados". El profesor men- zoso concluir, entonces, que ninguna obra humana se hace con
cionado examina en seguida los casos de donaciones con afectación a un fin miras a la inmortalidad... Si todos los hombres que han exis-
que ha llegado a ser ilícito. " L a misma solución —dice— sería aplicable si el
grupo de interesados considerado por el fundador llegase a ser ilícito, porque tido tuviesen una sepultura, sería, en verdad, necesario para
€l legislador considerase ilícito, en lo sucesivo, el género de necesidad que la hallar tierras para cultivar, derribar estos monumentos esté-
fundación debía satisfacer. Tal sucedería con una fundación religiosa en favor riles y remover las cenizas de los muertos para alimentar a
de una secta cuyos principios básicos fuesen considerados contrarios al orden
público. También en este caso se puede decir que el grupo interesado ha desapa-
los vivos"136.
recido, porque legalmente ya no puede existir; los bienes quedan entonces va-
cantes y el Estado puede apropiarse de ellos. Eesulta innecesario agregar que
éste es un derecho que el Estado sólo puede ejercer por motivos muy serios, so 185 PLANXOI,, nota en " D a l l o z " , 1907, 1, 249, comentando una sentencia de
pena de incurrir en t i r a n í a " . A mi juicio, el Estado no se apodera jamás Casación, 5 diciembre 1906. V. supra, p. 64, nota 43. PLANIOL escribía también
de los bienes de un establecimiento público suprimido como bienes vacantes, pues a proposito de la prohibición de las sustituciones, lo que sigue: "Resultaría tam-
los bienes de un patrimonio administrativo nunca revisten el carácter de vacan- bién propio de toda buena legislación impedir a las generaciones muertas dictar
tes y sin dueño. Desde el día en que han comenzado a formar parte de un pa- eyes a las generaciones f u t u r a s " ( " D a l l o z " , 1892, 2, 513). Cfr. DUGUIT Les
trimonio administrativo, ya no pueden ser vacantes y sin dueño (v. supra, p. 163). transformauons genérales du droit privé depuis le Code Napoleón, 1912, p s .
Su asignación a un establecimiento público sólo es, en realidad, una afectación
que se realiza en interés público. La supresión del establecimiento público no es 13« GKTTNEBAUM BALLIN (op. cit., p. 171), después de haber reproducido
más que una desafectación; la cosa cae de pleno derecho en el patrimonio ad- enteramente la magnífica página de TUROOT, recuerda* que el mismo pensanüento
día por ANATOLE FRANCE Les
™es ™£r&
ministrativo general, sometiéndose, también de pleno derecho, a la regla de la
no afectación de los recursos, según la cual todas las cosas de los patrimonios
administrativos forman una masa de medios económicos, a disposición discrecio-
í^sr^T"^
vZ0 ^ : , ,}
°
i
q u e l0S m u e r t
°s escribieron
'
será borrado ñor los
nal de los agentes públicos. vivo S m esto, la voluntad de los que ya no son se impondría a los que viven
con lo que los muertos serían los vivos, y los vivos serían los muertos?"
182 L A NOCIÓN DE SERVICIO PÚBLICO SUPRESIÓN DE UN SERVICIO PÚBLICO 183

Los más convencidos partidarios de la afectación perpe- siempre la desafectación del bien donado, ya que la facultad,
tua, como consecuencia del derecho absoluto y perpetua de que tienen los herederos del disponente, de pedir en caso de
propiedad, se ven forzados a reconocer, en ciertos casos, el desafectación la revocación de la disposición por inejecución
poder del Parlamento para modificar la afectación de los de las condiciones, no es perpetua 138 .
bienes, por ejemplo, cuando existe, para una obra determinada Veamos los diferentes principios que deben combinarse.
de interés general, una masa exagerada de bienes afectados, El legislador francés ha olvidado realizar la conciliación
es decir, una "manifiesta desproporción" entre la obra cuya por sí mismo y de manera general. No ha fijado plazo alguno
importancia ha disminuido y los bienes afectados a su uso137. vencido el cual las acciones de rescisión o de revocación ya no
La consecuencia lógica de este principio fundamental es, podrían intentarse en caso de desafectación, dejándose, en
a mi juicio, que la donación de un bien que hace un par- consecuencia, un amplio poder de apreciación al juez, que
ticular a un establecimiento público, no imposibilita para debe investigar si la obligación jurídica de mantener la afec-
137 MICHOUD (Th. de la personnálité moróle, 2» ed., n, p. 472) examina tación sigue subsistiendo o se ha extinguido.
la hipótesis de una escisión en una Iglesia, o de abandono del credo de esta El juez tendrá que resolver entonces una cuestión análoga
Iglesia por una parte considerable de sus fieles. En principio —dice— los disi- a la que se le plantea cuando existe una cláusula de inaliena-
dentes no pueden reclamar una parte de los bienes. La Iglesia, aunque disminuida
en el número de sus adeptos, debe conservar el conjunto de sus bienes. "Sin
bilidad de un bien, inserta en una convención o en un testa-
embargo, si él número de los fieles que lo siguen siendo estuviese en completa mento. La jurisprudencia admite la validez de esta cláusula,
desproporción con la importancia de los bienes, débese reservar al Estado el pero con la doble condición de que la justifique un interés
derecho de intervenir para reducir el patrimonio a la medida de las necesidades legítimo y que no sea estipulada a perpetuidad, ni por un
ampliamente apreciadas de esta Iglesia disminuida, y emplear el remanente en
favor de los disidentes, es decir, conservarle, si no la afectación al mismo credo, tiempo demasiado largo139.
por lo menos la afectación a las necesidades religiosas del conjunto del grupo El Parlamento aplicó este temperamento al realizarse la
primitivo. La intervención del Estado se apoya aquí sobre una necesidad política, separación de las Iglesias y el Estado.
cual es la de mantener en armonía el orden jurídico con las grandes trasforma-
ciones de la fe. No es admisible que una religión pueda sobrevivirse a sí misma,
En primer lugar, la ley del 9 diciembre 1905, después de
conservando los bienes para un culto que ya no tiene adeptos o que sólo los con- suprimir los establecimientos públicos del culto, preocupóse
serva por el deseo de beneficiarse con dichos bienes. Pero, por su misma natu- de mantener la afectación de estos bienes con arreglo a la
raleza, la intervención del Estado debe, en este caso, aceptarse sólo por excep- voluntad de los donantes. La ley distinguió entre los bienes
ción y no ejercerse sino en caso de manifiesta desproporción entre el grupo
disminuido y los bienes afectados a su uso". Esta excepción aceptada por cedidos con cargo de afectación cultual, y los cedidos con
MICHOUD me parece la propia condenación de la tesis de la afectación per- cargo no cultual (benéficos, por ejemplo).
petua. Si las afectaciones perpetuas son lícitas, si la voluntad del donante debe a) Los bienes muebles o inmuebles gravados con una
respetarse eternamente, la excepción admitida por el mencionado profesor
resulta injustificable. No se puede hablar aquí de la voluntad presunta del do- afectación ajena al ejercicio del culto se han asignado a los
nante de cambiar esta afectación. Primeramente, estamos en pleno campo de la servicios o establecimientos públicos o de utilidad pública,
fantasía. Además, es un hecho conocido que las creencias religiosas son las cuyo destino coincide con el de los mencionados bienes (art. 7,
más poderosas y que el donante, si hubiese vivido, no habría querido que BUS
bienes pasasen a ser usados por un culto distinto del que él profesaba. Esto es, 138 No se trata aquí del plazo durante el cual puede intentarse la acción de
por otra parte, lo que parece admitir MICHOUD, pues solamente invoca como revocación a partir de la desafectación, sino del plazo vencido el cual la des-
argumento " l a necesidad política, la necesidad de mantener la armonía entre afectación no puede ya dar lugar a una acción de revocación.
el orden jurídico y las grandes trasformaciones de la f e ' ' . Generalícese la fórmu- 138 COLÍN y CAPITANT, Cours élém. de droit civil francais, 4» ed., i, 1923,
la de dicho profesor —ninguna razón existe para no hacerlo—, y se llegará a ps. 767 y ss. La jurisprudencia no parece tener criterio fijo para la determina-
reconocer que las afectaciones perpetuas son jurídicamente imposibles. Cfr. ción de este tiempo. "Esta incertidumbre —declaran COLÍN y CAPITANT— es
CHARDONNET, conclusiones en el asunto Association cultuelle de Nice, Cons. de tanto más peligrosa si se considera que la Corte de Casación no tiene sobre este
Est., 9 diciembre 1910, "Kec.", p. 907; EIVETT, conclusiones en el caso Asso- punto el derecho de control; la apreciación de la legitimidad del motivo y de la
ciation presoytérale de l'Église réformée de Passy, Cons. de Est., 16 febrero duración del plazo permitido está comprendida en los poderes soberanos de los
1923, "Dalloz", 1923, 3, 17. jueces que conocen del fondo del asunto" (p. 768).
184 LA NOCIÓN DE SERVICIO PÚBLICO SUPRESIÓN DE UN SERVICIO PÚBLICO 185

ley de 1905). Con el objeto de"suprimir toda dificultad acerca afectación por no existir asociación cultual 142 , se desafectan, y
del derecho de revocación, la ley de 1905 establece, con espí- se atribuyen por decreto a los establecimientos municipales de
ritu de equidad, que este derecho existe, pero no obstante asistencia o de beneficencia (art. 9, ley de 1905). También en
señala que "toda acción de revocación o de reivindicación este caso la ley de 1905, modificada por la del 13 abril 1908143,
deberá iniciarse dentro del plazo de seis meses a partir de la precisa las condiciones requeridas para que el donante o sus
publicación del acto de asignación. La acción sólo se promo- herederos puedan accionar para lograr la revocación de la
verá en lo relativo a donaciones140 o legados, pudiendo inten- liberalidad por incumplimiento de la condición de afectación.
tarla únicamente los autores y sus herederos en línea recta"1*1, "Toda acción de rescate, ya sea calificada de reivindicación,
b) Los bienes donados por los particulares para una de revocación o de rescisión, debe promoverse dentro del plazo
afectación de carácter religioso, que no pueden conservar dicha que se ha determinado anteriormente (seis meses a partir de
la publicación de la lista de los bienes asignados o a asignar,
140 El legislador ha creído que existía liberalidad propiamente dicha. con las cargas que les corresponden). Dicha acción sólo puede
141 Otra cuestión sumamente importante es la relacionada con los medios iniciarse en lo que atañe a donaciones, legados o fundaciones
jurídicos para asegurar el respeto de las cargas por los establecimientos a los
cuales se han asignado los bienes. El art. 9, $ 8, de la ley del 9 diciembre 1905, piadosas, y únicamente por los autores y sus herederos en línea,
modificado por la ley del 13 abril 1908, dispone a este respecto: ' ' Toda persona recta... Ño podrá intentarse acción de ninguna clase en lo
interesada podrá demandar ante el Consejo de Estado, sección de lo contencioso, referente a las fundaciones piadosas anteriores a la ley del 18
la ejecución de las cargas impuestas por los decretos de asignación". Este texto
ha sido interpretado por el Consejo de Estado, de la siguiente manera: 1») el germinal año X".
recurso no es el recurso por exceso de poder; 2») puede ser intentado en cual- Desde el punto de vista político, podrá criticarse la solu-
quier momento, por todo interesado; 3') el Consejo de Estado puede ordenar ción adoptada en 1908144, pero jurídicamente me parece co-
toda clase de medidas para asegurar la observancia de la carga impuesta. Véase
las conclusiones de RIVET en el asunto Duriez, 26 febrero 1925 ( " R . D . P . " , rrecta.
1926, n ' 2 ) . El texto de la resolución concuerda con las conclusiones de RIVET.
H e aquí la resolución: " L a acción instituida por el $ 8 del art. 9 de la ley
del 9 diciembre 1905, modificada por la ley del 13 abril 1908, no tiene el carácter desconocimiento de sus derechos. Procede, por consiguiente..., reintegrar a la
de un recurso por exceso de poder; los interesados pueden ejercerla en cualquier obra del p a t r o n a t o . . . el goce del inmueble y anular el acuerdo impugnado, el
momento... El d e c r e t o . . . ha asignado a los hospicios de Saint-Amand un pliego de condiciones celebrado con miras a la adjudicación del inmueble y tam-
inmueble gravado por una afectación ajena al ejercicio del culto, que ha per- bién esta misma adjudicación".
tenecido a la fábrica de la I g l e s i a . . . en virtud de una donación cuya aceptación 142 El Papa ha prohibido formalmente la constitución de las asociaciones
se autorizó por d e c r e t o . . . ; la carga así impuesta a los hospicios por el decreto religiosas previstas por la ley de 1905 y a las que debían asignarse los bienes
de asignación consistía, según las estipulaciones del acto de donación del in- con afectación cultual.
mueble, en la obligación " d e mantener perpetuamente la afectación actual de 143 Sobre las dificultades suscitadas por la ley del 13 abril 1908, v. GASTÓN
este inmueble al patronato de las jóvenes, o, a falta de este patronato, de con- JÉZE, Les principes généraux du droit adm., 3* ed., i, ps. 171 y ss.
sagrar exclusivamente y a perpetuidad el mismo inmueble a otra obra p í a " . 144 DUGUIT, Tr. droit const., 1* ed., p. 137, escribía: " L a operación consis-
La obra del patronato, siempre existente, no ha d e j a d o . . . de ocupar el in- tente en privar a los antiguos establecimientos eclesiásticos de todos sus bienes,
mueble. No habiéndose modificado el carácter de esta o b r a . . . , la condición incluyendo aquellos asignados a fundaciones piadosas, trasmitiéndolos al Estado,
prevista para la sustitución del patronato por otro beneficiario del goce a los departamentos, a los municipios, o a los establecimientos públicos, está
del inmueble, no se ha realizado. Por lo tanto, la afectación primitiva del muy cerca de tener el carácter de una verdadera expoliación, y fácilmente se
bien debía mantenerse de conformidad a la voluntad del donante. Al decidir, comprenden las protestas del Papa en la Carta "Una vez más", del 6 enero
mediante un a c u e r d o . . . , arrendar el inmueble por adjudicación pública, es decir, 1907. Desde luego que puede sostenerse que si la Iglesia de Francia se ha visto
conceder su goce al que más ofrezca, o sea, al último postor, la Comisión admi- despojada de sus bienes, es porque no ha querido aceptar la ley que se le impo-
nistrativa de los hospicios no ha cumplido la carga que le incumbía en virtud nía legítimamente. Queda por saber, en efecto, si se le imponía legítimamente.
del decreto de asignación... Corresponde al Consejo de Estado, en virtud del Nada hemos hallado en la ley, a pesar de las afirmaciones del Papa, que fuese
a r t . 9, $ 8, de la ley del 9 diciembre 1905, modificada por la ley del 13 abril contrario al principio de la jerarquía e c l e s i á s t i c a . . . " . Toda esta crítica es de
1908, a fin de asegurar la ejecución de las cargas impuestas por los decretos de orden puramente político. En su 2» edición (v, 1925, ps. 604 y ss.) DUGUIT Be
asignación, restablecer a los beneficiarios de dichas cargas las ventajas de que vuelve mucho más categórico declarando que la ley de 1908 es contraria a los
se les privó indebidamente, y decretar la anulación de las decisiones tomadas en "principios superiores del derecho". V. supra, p. 161, nota 109.
186 LA NOCIÓN DE SERVICIO PÚBLICO SUPRESIÓN DE UN SERVICIO PÚBLICO 187

III marzo 1890, sobre los sindicatos de municipios, encomienda al


Presidente de la República determinar, por el mismo decreto
La liquidación de un establecimiento público suprimido de disolución, las condiciones en que se realizará la liquidación
suscita una nueva cuestión: la de las deudas que gravaban su del sindicato (art. 179, in fine, ley de 1884, modificada por la
patrimonio administrativo especial. de 1890 ) 146 . Esta última ley deja a salvo expresamente los
derechos de los terceros, cosa que no hace la ley de 1884, aun-
I. — El principio general establece que los bienes del pa- que esta reserva se halla implícita.
trimonio suprimido sólo pueden pasar a otro patrimonio des- 29) En el caso de atribución de los bienes a una obra
pués que se hayan pagado las deudas del anterior, o bien con privada (establecimiento de utilidad pública), resulta prefe-
cargo de pagarlas. No hay más que un activo, el activo neto, rible que la liquidación de las deudas preceda a la trasmisión
es decir, el que resta una vez abonadas las deudas existentes. de los bienes. No hay más activo que el activo neto. El interés
Se creó un patrimonio administrativo especial, para pagar los de los acreedores exige que haya separación de los patrimonios.
gastos originados por un servicio público. Es lógico que, una La ley del 9 diciembre 1905, sobre la separación de las
vez suprimido el mencionado servicio, se empleen, en su tota- Iglesias y el Estado, contempla expresamente la dificultad al
lidad o en parte los bienes del patrimonio desaparecido para establecer en su art. 6: "Las asociaciones a las que se asignen
pagar las deudas que resultan del servicio en cuestión. los bienes de los establecimientos (públicos) eclesiásticos su-
primidos se harán cargo de las deudas de dichos establecimien-
II. — ¿Deben pagarse las deudas antes de que los bienes tos, así como de sus empréstitos... La renta global de los
pasen al nuevo patrimonio, o, por el contrario, los bienes mencionados bienes queda afectada al pago del saldo de las
pasan inmediatamente a un nuevo patrimonio que se encarga deudas regulares y legales del establecimiento público supri-
de pagar las deudas? mido, cuando no se hubiera constituido ninguna asociación
I 9 ) Esta cuestión no presenta interés cuando los bienes para el culto capaz de recibir el patrimonio de este estable-
del establecimiento público suprimido van a parar a un patri- cimiento . . . " .
monio administrativo general, que es el caso normal. En esta
situación, los acreedores pasan a serlo del patrimonio adminis-
trativo general, dada la solvencia de éste.
§ 3. — Situación de los agentes de un servicio público
El acto que decreta la supresión del establecimiento pú- suprimido
blico es el que debe disponer la liquidación del pasivo. Se
sobrentiende que esta liquidación debe respetar íntegramente I. — La situación de los agentes no puede ser un obs-
los derechos de los acreedores, a los que no puede perjudicarse táculo para la reorganización de un servicio público147, ni tam-
bajo ningún pretexto. Esta solución la dan expresamente la poco para su supresión. Los agentes despedidos sólo tienen el
ley municipal de 1884 y la de 1890, sobre los sindicatos de derecho de reclamar el pago de una indemnización por des-
municipios. pido148. Es preciso, por consiguiente, incluir entre las deudas
La ley del 9 diciembre 1905, encarga a la autoridad que que gravan el patrimonio del establecimiento público supri-
decreta la supresión de un municipio (por fusión con otro), mido, la» indemnizaciones a pagarse al personal despedido.
es decir, al Parlamento o al Presidente de la República, la
tarea de proceder a la liquidación del pasivo145. La ley del 22 146 " E l decreto de disolución, bajo reserva de los derechos de los terce-
ros, determina las condiciones en las que se produce la liquidación del sindicato''.
145 "Los actos que disponen las reuniones... de municipios determinan 147 V. supra, p. 144.
expresamente todas las demás condiciones". 148 V. supra, p. 145.
188 LA NOCIÓN DE SERVICIO PÚBLICO SUPRESIÓN DE UN SERVICIO PÚBLICO 189

En ausencia de toda estipulación reglamentaria o contrac- reembolso de las retenciones efectuadas sobre sus sueldos para
tual, los agentes despedidos a consecuencia de la supresión del la constitución de una pensión de retiro151. Numerosos regla-
establecimiento público, no podrán exigir la prosecución del mentos departamentales o municipales sobre Cajas de jubila-
pago del sueldo de que gozaban, ni siquiera una pensión vita- ciones, que se inspiran en la antigua ley de pensiones del Es-
licia, sino simplemente una indemnización por despido, cuyo tado, prescriben que las retenciones para hacer frente a las
monto debe fijar el juez149, que "les permita subsistir hasta pensiones deben tolerarse "sin que sea posible su repetición
hallar un nuevo empleo"150. en ningún caso". La jurisprudencia del Consejo de Estado
La ley del 14 abril 1924, sobre pensiones, establece (art. aplica estrictamente la regla así establecida152. El Estado,
17) : "Los funcionarios y empleados civiles, excepto el caso mediante la ley de 1924 (supra, p. 188), ha rechazado esta
de invalidez, que abandonen el servicio por cualquier causa, solución muy dura por cierto para los agentes despedidos,
antes de obtener su jubilación, tienen derecho, en las condi- especialmente cuando las retenciones han sido numerosas. Se-
ciones que más adelante se expresan, a la devolución de las re- ría conveniente modificar a este respecto los reglamentos mu-
tenciones hechas de manera efectiva sobre su sueldo. El pro- nicipales y departamentales.
ducto de esas retenciones, aumentado con sus intereses calcu-
lados según el tipo de los que abona a los depositantes la Caja I I I . — La solución no es exactamente la misma cuando el
de ahorros y de previsión de París en la fecha del abandono agente despedido puede invocar una situación jurídica espe-
del cargo, se trasfiere a la Caja nacional de seguros por falle- cial. Por ejemplo, si se trata de un individuo adscrito al
cimiento para dar lugar así, en beneficio del funcionario y del servicio público por un determinado tiempo (alistamiento o
empleado, a un seguro del capital diferido cuya caducidad se reenganche de un suboficial, cabo o soldado por un cierto nú-
fija cuanto antes a la expiración del plazo de cinco años, a mero de anos). Es jurídicamente posible la supresión del
partir del momento en que el interesado abandona el cargo. servicio público antes del vencimiento de dicho plazo; la
Esta trasferencia puede —a pedido del beneficiario— efec- supresión produce necesariamente como efecto la rescisión del
tuarse a capital efectivo o a capital reservado... Al abandonar alistamiento, antes del plazo convenido. El agente, despedido
sus funciones, las mujeres funcionarías o empleadas, madres en estas circunstancias, experimenta un perjuicio especial que
de tres hijos que viven, pueden solicitar, sin tener derecho a debe repararse; en este caso, el monto de la indemnización no
pensión, el reembolso inmediato de las retenciones (aportes) sólo será aquello que el agente necesite para salir del trance,
acrecidas con sus intereses... Los funcionarios que, habiendo sino algo más, ya que el agente despedido esperaba seguir en su
abandonado el servicio, fueron puestos nuevamente en acti- puesto durante cierto tiempo y estaba obligado a permanecer
vidad en la Administración a la que pertenecían o en otra
151 La ley del 9 junio 1853, sobre las pensiones civiles, disponía, en efecto,
Administración pública, se benefician, para la jubilación, con en su art. 5, que los funcionarios del Estado " s o p o r t a n . . . sin poder repetirlas
la totalidad de los servicios que han prestado al Estado, con la en ningún caso, las r e t e n c i o n e s . . . " . El art. 11, párrafo 4, agregaba: " P u e d e n
única condición de que devuelvan al Tesoro público los aportes igualmente obtener pensión, si tienen 50 años de edad y 20 de servicios en la
que, eventualmente, se les hubiesen reembolsado". parte sedentaria, o 45 años de edad y 15 años de servicios en la parte activa,
aquellos... cuyo empleo se hubiese suprimido''. Se trataba de una situación
muy dura para los funcionarios civiles.
II. — Los agentes despedidos no sólo no tienen derecho a 152 Cons. de Est., 11 diciembre 1903, Villenave, " R e c " , p. 770: "En lo
pensión sino que, generalmente, tampoco podrán reclamar el que concierne a la demanda por reembolso de las retenciones efectuadas sobre
los haberes del señor V... en favor de la Caja Municipal de jubilaciones: De
149 El juez competente es el Consejo de Estado, juez de derecho común en las disposiciones combinadas de los arts. 4 y 13 del reglamento considerado (de
materia administrativa. la Caja de jubilaciones), resulta que desde 1884, época en la cual comenzó el
iso Véase las conclusiones de TEISSIER, en su dictamen ante el Consejo de funcionamiento de dicha Caja, las cantidades entregadas ya no quedan sujetas
Estado, 11 diciembre 1903, Villenave, " R e c . " , p. 767, supra, p. 145. a repetición, ni siquiera en el caso de supresión del empleo".
190 L A NOCIÓN DE SERVICIO PÚBLICO SUPRESIÓN DE UN SERVICIO PÚBLICO 191

en él. El juez deberá tener en cuenta este elemento para el dades municipales que soliciten al Parlamento la supresión
cálculo de la indemnización153. del impuesto de consumo en su territorio, se les advertirá que
las Cámaras desean que dichas autoridades regulen generosa-
IV. — El Parlamento, al ordenar la supresión de un esta- mente la situación de los agentes amenazados por la cesantía;
blecimiento o de un servicio público, puede conceder indemni- si así no fuera, el Parlamento manifestará su intención de no
zaciones superiores a las que resultan de la aplicación de los dar curso a la demanda. Si se dispone la supresión de un im-
principios generales. En este caso, los agentes despedidos puesto al consumo (octroi) sin que se hubiera resuelto sobre
podrán exigir estas indemnizaciones especiales, pero para que la situación de los agentes despedidos, estos últimos no podrán
ello suceda es preciso que estén expresamente previstas y pres- invocar, ante los tribunales, el art. 67 de la ley de 1906, como
critas imperativamente. que reconoce en favor de ellos el derecho de exigir una indem-
nización distinta de la indemnización ordinaria por despido,
Éste no es el caso, por ejemplo,'de la ley de hacienda consagrada por la jurisprudencia.
del 17 abril 1906, cuyo art. 67 dispone: "Toda solicitud de
supresión del impuesto al consumo (octroi) que significase la V. — La ley del 9 diciembre 1905, sobre separación de las
creación de una tasa sustitutiva deberá ser precedida de una Iglesias y el Estado, representa un ejemplo de indemnización
estipulación en beneficio de los agentes perjudicados por un especial. A falta de una ley especial que regule su situación,
despido". Esta ley no concede a los agentes despedidos ningún los eclesiásticos privados de su retribución ¿se hallaban sola-
derecho a reclamar una indemnización especial, sino que for- mente en condiciones de exigir las indemnizaciones por des-
mula simplemente una regla de procedimiento. A las autori- pido?
El problema ha sido muy discutido 154 .
153 Esta solución fué aceptada por el Cons. de Est. (19 noviembre 1909,
Zellabadine, " R e c . " , p. 894, con las conclusiones de TARDIEU; véase, también, En efecto, para el servicio público de los cultos existían
" S . " , 1910, 3, 1, con nota de HAURIOU) en el caso siguiente: Un decreto del disposiciones especiales, y, por lo tanto, se ha sostenido que el
17 marzo 1907 suprimió el cuerpo de cipayos. Un antiguo cipayo que, el día del régimen jurídico general establecido para el caso de supresión
licénciamiento de su cuerpo, se encontraba adscrito al servicio por un compro-
miso cuya duración debía prolongarse por cierto período de tiempo, se quejó del de un servicio público, no era aplicable al servicio público de
perjuicio que le causaba la supresión del mencionado cuerpo. "Obligado por un los cultos, en particular, al servicio público del culto católico.
reenganche —expresaba— tenía yo el derecho de contar con que me sería posible Estas disposiciones especiales son los decretos del 2 no-
llegar a cumplir 25 años de servicios y obtener, así, una pensión a la vejez, de la viembre 1789 y del 20 abril 1790, la Constitución de 1791 y el
que pudieran ser beneficiarios mi viuda o mis huérfanos. En virtud de dicho
compromiso, me obligué a permanecer en el servicio por el término conveni- Concordato155.
do; es justo que, por su parte, la Administración me pague las retribuciones
pecuniarias en virtud de las cuales me he comprometido". El comisario del Go- 154 DUGUIT, Droit const., 2* ed., v, 1925, ps. 535 y ss. y los autores que
bierno afirmó primeramente que el acto de reenganche, ni aun en el caso en que cita (p. 526).
el agente reenganchado tuviese un "estado", es decir, que existiesen garantías 155 Decreto del 2 noviembre 1789: " L a Asamblea Nacional Constituyente
de estabilidad en su función, era obstáculo para la supresión del cuerpo de cipa- declara que todos los bienes eclesiásticos se hallan a disposición de la Nación,
yos. Por consiguiente, el decreto de supresión de dicho cuerpo es perfectamente para atender con ellos, de manera conveniente, los gastos del culto, el sosteni-
legal. Establecido esto, el Consejo de Estado agregó, en su resolución, que el miento de sus ministros y el socorro de los p o b r e s " .
agente despedido tenía derecho a una reparación por el perjuicio que se le ha- Art. 5 del decreto del 20 abril 1790: " E n el presupuesto de gastos públicos
bía causado: " L a legalidad del decreto del 17 marzo 1907 no puede discutirse. de cada año se incluirá una suma suficiente p a r a afrontar los gastos del culto »'
Si su aplicación tuvo por efecto rescindir el reenganche del recurrente antes del y de la religión c a t ó l i c a . . . , el sostenimiento de los ministros, de los altares, el
término convenido, este último tiene derecho a sostener que ha sufrido, por parte socorro de los pobres y las pensiones eclesiásticas, de manera que los bienes
del Estado, un perjuicio que se debe reparar". El recurrente reclamaba una mencionados en el primer artículo (bienes del clero) puedan liberarse de todas
pensión a la vejes. El Cons. de Estado se la negó, porque estas pensiones están las cargas para ser destinados por el Cuerpo legislativo a las más grandes y
determinadas exclusivamente por las leyes y reglamentos; pero dicho cuerpo re- apremiantes necesidades del E s t a d o " .
conoció el derecho del recurrente para obtener una indemnización especial. Const. de 1791, título V, art. 2 : " B a j o ningún pretexto podrán suprimirse
192 LA NOCIÓN DE SERVICIO PÚBLICO SUPRESIÓN DE UN SERVICIO PÚBLICO " 193

También se ha discutido mucho sobre la significación de Una deuda jurídica presupone un quantum determinado
estos textos legales. Algunos han sostenido que ellos origina- o por lo menos que se establezcan sus elementos de cálculo con
ban una deuda jurídica a cargo del patrimonio administrativo derechohabientes fáciles de designar. Pero para cualquiera de
del Estado 15 *; otros, por su parte, han afirmado que no hay estos dos puntos de vista, los mencionados textos legales se
tal cosa157. hallan concebidos en términos demasiado generales. En lo
¿Cuál fué exactamente la voluntad de los gobernantes, en concerniente al quantum, sólo se dice que la nación "proveerá
1789, en 1790, en 1791, en 1803? ¿Qué valor jurídico pudo de manera conveniente". En cuanto a los derechohabientes,
tener? ¿Ha sido y podía ser jurídicamente su voluntad, la de hablase del sostenimiento de los ministros del culto y de la
dar origen a una deuda jurídica a cargo del patrimonio del ayuda a los pobres. Pero ¿cuál es el número de los ministros
Estado? derechohabientes? Los textos legales no lo dicen. La carga
prevista es, pues, completamente incierta. En 1803, el presu-
o suspenderse los fondos necesarios para el pago de la deuda n a c i o n a l . . .
puesto de culto alcanzaba a 4 millones de francos. ¿Es ésta la
El sostenimiento de los ministros del culto católico, pensionistas, sostenidos, suma jurídicamente exigida? En 1905, el mismo presupuesto
elegidos o nombrados en virtud de los decretos de la Asamblea Nacional Cons- era de 40 millones. Bajo el Segundo Imperio, llegaba a 50 mi-
tituyente, forma parte de la deuda nacional".
llones. ¿Cuál es el quantum de la deuda jurídica?
Concordato, art. 13: " S u Santidad, en homenaje al bien de la paz y al
feliz restablecimiento de la religión católica, declara que de ningún modo ella He aquí buenas razones para hacer dudar de que el pro-
ni sus sucesores molestarán a los adquirentes de los bienes eclesiásticos enaje- pósito de los gobernantes del período revolucionario fuese el
nados ' ' . Art. 14: " E l Gobierno asegurará una remuneración conveniente a los de crear una verdadera deuda jurídica. Es preciso ver, en los
obispos y curas cuyas diócesis y parroquias quedasen comprendidas en la nueva
circunscripción''. textos invocados, solamente la promesa de organizar los cultos
156 En este sentido, véase los discursos del diputado GROI'SSAU (27 marzo y la asistencia de los pobres en servicios públicos, a cargo del
1905, " J . O . " , Cám., Debates, p. 1090), del prof. diputado BEAUREGARD (2» Estado 158 .
sesión del 13 abril 1905, id., id., p. 1383) y del senador DE LAMARZELLE (16 nov.
1905, " J . O . " , Senado, Debates, p. 1420).
157 Particularmente, el informante de la ley, BRIAND, declaró, en la 2 ' si el total de las indemnizaciones pagadas hasta el día de la fecha no ha bastado
sesión del 6 abril 1905 ( " J . O . " , Debates, p. 1238), lo siguiente: " E s preciso para compensar el perjuicio s u f r i d o . . . P a r a la misma Iglesia, el presupuesto
comprobar, primeramente, que aquí no ha existido contrato. Se trata sólo de de culto, de 4 millones que importaba en 1803, ha subido, en el Segundo Im-
una simple declaración mediante la cual la Asamblea dispone entregar a la perio, a la cifra de 50 millones. Actualmente es de cerca de 40 millones. Si se
Nación los bienes eclesiásticos y añade liberalmente que toma a su cargo los calcula lo que la Nación ha pagado a la Iglesia Católica después de la realiza-
gastos del culto, el sostenimiento de los ministros y el socorro de los p o b r e s . . . ción de la Asamblea Constituyente..., se sacará en conclusión que, lejos de ser
La Asamblea... entendía únicamente restituir a la Nación propietaria la ad- expoliada, la Iglesia se hallaría, en un régimen semejante de cuentas, en calidad
ministración y el usufructo de los bienes eclesiásticos de que la Iglesia disfru-. de deudora de la Eepública. Ésta le ha asegurado desde hace mucho tiempo
t a b a . . . Pero la Asamblea Constituyente estimó que el ejercicio de la religión y una dotación lo suficientemente importante como para que pueda suprimirse el
de la caridad era una necesidad social que debía ser objeto de servicios públicos. presupuesto de culto con toda tranquilidad".
Entregando a los que quedan encargados de dicho servicio los bienes que les per- 158 Éste es el razonamiento de BRIAND, aunque algunos de los argumentos
mitiesen vivir, inscribió, en el presupuesto general, los créditos para remunerar jurídicos que invoca carezcan de valor. Tanto es así que, según BRIAND:
sus funciones consideradas indispensables''. Ello se demuestra en el art. (i 1°) No ha habido contrato, sino una simple declaración. Pero no es indis-
del decteto del 20 abril 1790, que establece: " N o existirá ninguna distinción
pensable un contrato para dar origen a una deuda jurídica, a una situación
entre este objeto del servicio público y los demás gastos nacionales. Las contri-
jurídica individual. Una declaración unilateral de voluntad puede crear una
buciones públicas se proporcionarán de manera que provean a dicha finalidad,
deuda.
y se hará el reparto de ellas sobre la generalidad de los contribuyentes del
2') El Estado, desde 1803, ha entregado a la Iglesia un número considerable
r e i n o . . . " . Sólo había, pues, en dicho régimen un sueldo como el de los
de millones. Si se hiciese la cuenta de lo que la Iglesia ha debido abandonar al
demás funcionarios, sueldo que podía sufrir las mismas vicisitudes. Como
segundo argumento, BRIAND expresaba (Cámara, 27 marzo 1905, " J . O . " , De- Estado y de lo que de él ha recibido, aquélla sería deudora de la República. El
bates, p. 1091): " A u n admitiendo el error evidente de que el presupuesto de argumento no tiene valor jurídico. La cuestión no consiste en saber si el Estado
culto hubiese tenido el carácter de indemnización, habría lugar para apreciar ha tomado a su cargo una pesada deuda, sino en establecer si los actos de
los gobernantes de la Revolución han creado o no una deuda jurídica a cargo

Jéze, Der. adm., II'. 13


194 LA NOCIÓN DE SERVICIO PÚBLICO SUPRESIÓN DE UN SERVICIO PÚBLICO 195

Pero, de ser así, el servicio público del culto católico se la intervención de los tribunales que pronunciarán condenas
rige por las mismas reglas que los demás servicios públicos. contra el Estado. Pero para juzgar estos litigios, los tribunales
Por tanto, en 1905 existía, para los gobernantes, la posibilidad habrán de atenerse únicamente a los textos especiales que
jurídica de modificar en cualquier momento este servicio o prevén estas indemnizaciones y pensiones; se trata de un ré-
aun de suprimirlo. Las leyes anteriores no podían disponer lo gimen particulart que sale de la órbita del derecho común y
contrario. En 1905, la ley suprimió el servicio público. El que se basta a sí mismo160.
único poder jurídico del clero secular católico consistía en re-
clamar una indemnización por despido.
La ley del 9 diciembre 1905 concedió algo más que una
indemnización por despido. Por equidad y por razones políti-
cas, otorgó a los eclesiásticos indemnizaciones y pensiones es-
peciales159. La ley mencionada organiza un poder jurídico que
los eclesiásticos ejercerán para dar lugar en su favor a un
verdadero crédito contra el patrimonio administrativo general
del Estado. En caso de producirse un pleito, deberá solicitarse

del Estado. Poco importa, en derecho, si el pago de esta deuda entraña la


entrega de grandes o de pequeñas sumas.
DUGT'IT, Tr. droit const., 2» ed., v, p. 535, niega que haya deuda jurídica
del Estado. " A l suprimir el presupuesto de culto, el Estado francés no ha
violado el derecho; lo ha violado al hacerlo sin denunciar el Concordato por vía
diplomática... Hubiese sido honroso para el legislador mantener las remunera-
ciones integrales de los ministros en funciones. Pero, al no hacerlo así, no se
puede decir que haya violado el derecho" (p. 539).
HAURIOU (Principes de droit publie, p. 409), según me parece, da la solución
exacta: " E s t a supresión (de la dotación personal relativa a las remuneraciones
y a l alojamiento de los ministros del culto) ha suscitado las más enérgicas pro-
testas y se produce, en efecto, en condiciones insólitas. Es preciso, para darse
cuenta de ello, distinguir dos órdenes de consideraciones que han sido frecuen-
temente confundidas, tanto por los adversarios de la ley, como por sus defensores.
Más bien que saber si el Estado, al suprimir de sus presupuestos las remu-
neraciones eclesiásticas y las subvenciones, sin*constituir a título de compensa-
ción una dotación suficiente, falta a una verdadera deuda jurídica, se trata de
averiguar si quebranta una obligación de alta política y de equidad. Adversarios
y partidarios de la ley se han colocado voluntariamente en el terreno de la deuda
jurídica y los abogados de la ley no se han preocupado de demostrar su inexisten-
cia". Cfr. GRUNEBAITM BALLIN, La séparation, ps. 58 a 79 y los numerosos
caso las pensiones podrán exceder de 1.500 francos. Estas pensiones serán
autores citados en las notas 1 y 2 de l a p. 60. L a demostración hecha por reversibles en determinadas condiciones. Los ministros del culto que no se
aquel autor de la intención de los hombres de la revolución, es decisiva. Véase, hallen en las condiciones exigidas p a r a tener derecho a una pensión recibirán,
también, la demostración hecha por DUGUIT, Droit const., 2» ed., v, ps. 535 y ss. durante cuatro años, una indemnización igual a la totalidad de su retribución
durante el primer año, a los dos tercios durante el segundo y tercero, y a un
15» Los ministros del culto de más de 60 años de edad y que hayan des- tercio durante el cuarto.
empeñado, durante 30 años por lo menos, funciones eclesiásticas remuneradas 160 Este régimen es especial en lo que se refiere a las condiciones requeridas
por el Estado, recibirán una pensión anual vitalicia equivalente a las tres cuartas para tener derecho a indemnización, al quantum de ella, a su duración, causas
partes de su retribución. Para los que tengan más de 45 años de edad y 20 años de suspensión y de caducidad, carácter de incesibilidad e inembargabilidad,
de servicios, la pensión será igual a la mitad de dicha retribución. E n ningún prohibición de la acumulación, etc.
CAPITULO VI

CREACIÓN, ORGANIZACIÓN Y SUPRESIÓN DE LOS


ESTABLECIMIENTOS DE UTILIDAD PÚBLICA 1

I. — Los establecimientos de utilidad pública son institu-


ciones privadas que persiguen la satisfacción de una finalidad
de interés general. En virtud de esta misión, son auxiliares de
la Administración pública. La ley permite también, de manera
general, y bajo el control de los agentes públicos, la afectación
de un patrimonio especial a la consecución de estos fines de
interés general 2 . Los establecimientos de utilidad pública son
muy numerosos. Los ejemplos principales los constituyen las
Cajas de ahorro ordinarias, ciertas sociedades de socorros mu-
tuos, algunos hospicios u hospitales, determinados asilos, la
Asociación General de Estudiantes de París, el Museo Social,
la Sociedad de Estudios Legislativos, etc.

II. — El establecimiento de utilidad pública presenta los


siguientes caracteres: V) es una institución privada; 29) per-
sigue u n fin de interés general y no un fin lucrativo; 39) posee
un patrimonio propio afectado a la realización de esta misión;
49) la autoridad pública ha reconocido expresamente, por un
acto formal, la utilidad pública de la obra y, por ello mismo,
le ha dado el carácter de auxiliar de la Administración pública.
III. — Así, en Francia, en el momento actual3, se debe dis-
tinguir cuidadosamente el establecimiento de utilidad pública:
1 G. PICHAT, Le contrat d'association, 1908, ps. 109 y ss.; MICHOUD, Théorie
de la personnalité moróle, 2» ed., i, ps. 404 y ss.; DUGUIT, Droit const., 2» ed., V,
1925, ps. 615 y ss.
2 V. supra, ps. 41 y ss.
3 La separación muy claramente establecida entre los establecimientos pú-
blicos y los establecimientos de utilidad pública, se basa en textos legales com-
198 LA NOCIÓN DE SERVICIO PÚBLICO CREACIÓN, ORG. Y SUPR. DE LOS EST. DE UTILIDAD PÚBLICA 199

V) de los establecimientos públicos (v. supra, ps. . . . y ss.) ; reconocidas, les permite, de manera general, tener un patri-
29) de las demás instituciones privadas no reconocidas oficial- monio propio, pero muy restringido5.
mente por las autoridades públicas como auxiliares de la Ad- Desde este punto de vista, el establecimiento de utilidad
ministración (reconocimiento de utilidad pública). pública se distingue perfectamente de las demás instituciones
Las instituciones privadas que no son establecimientos de privadas que persiguen un fin no lucrativo. La afectación de
utilidad pública, son: un patrimonio especial a la consecución de un fin de interés
sociedades —civiles o comerciales— que persiguen un fin general no lucrativo, se concede con mucha estrictez; la acu-
lucrativo;, razón por la cual no pueden ser reconocidas como mulación de recursos económicos se admite con más libera-
de utilidad pública; lidad 6 . Y ello es, justamente, la consecuencia del carácter que
o bien asociaciones o fundaciones, que persiguen un fin no oficialmente se atribuye al establecimiento de utilidad públi-
lucrativo. Las asociaciones son de varias clases: no reconoci- ca, de ser un auxiliar de la Administración.
das, simplemente reconocidas, congregaciones religiosas, aso-
ciaciones privilegiadas (sindicatos profesionales, sociedades de V. — A pesar de todo, la afectación de un patrimonio es-
socorros mutuos). pecial a la consecución de un fin de interés general no lucra-
tivo, es cosa que en Francia siempre ha parecido muy grave y
IV. — Dado el fin lucrativo perseguido por las sociedades, digna de ser vigilada muy de cerca por los agentes públicos.
su patrimonio y sus recursos económicos son ilimitados. Por En la actualidad, los peligros de estos patrimonios —que se
lo contrario, dado el fin no lucrativo de las asociaciones o fun-
daciones, su patrimonio y la posibilidad que tienen de acumu-
un determinado fin. E n este caso, los bienes puestos en común forman, no un
lar recursos económicos, se hallan muy estrictamente limitados patrimonio propio, sino la propiedad indivisa de los socios. Cfr., sobre este
y vigilados. La ley del l 9 julio 1901 prohibe tener patrimonio punto, MICHOUD, op. cit., 2» ed., i, ps. 437 y ss. y, en especial, p. 436, texto y
propio a las asociaciones no reconocidas11, y en cuanto a las nota 1; MARGAT, De la condition juridique des associations non déclarées, en la
' ' Revue Trim. Droit Civil'', 1905, ps. 235 y ss.; G. PICHAT, op. cit., ps. 132 y 88.
5 Art. 6, ley de 1901: " T o d a asociación regularmente reconocida puede,
pletamente precisos, pero es de fecha relativamente reciente. Durante muy largo sin ninguna autorización especial, estar en juicio, adquirir a título oneroso,
tiempo, se ha confundido ambas categorías de establecimientos; la separación poseer y administrar, además de las subvenciones del Estado, de los departa-
no ha adquirido toda su nitidez sino hacia la mitad del siglo xix. Los primeros mentos y de los municipios: 1*) las cuotas de sus miembros o las cantidades
juristas que han escrito sobre el Código Civil o sobre el Código de Procedimiento por medio de las cuales dichas cuotas han sido redimidas, no podiendo estas
nc habían hecho la distinción. El Consejo de Estado es el primero que la hizo. sumas ser superiores a 500 francos; 2») el local destinado a la administración
La Corte de Casación la adoptó en seguida en 1856 (Casac, 5 marzo 1856, de la asociación y a la reunión de sus miembros; 3») los inmuebles estrictamente
" D . " , 56, 1, 12; 8 julio 1856, " D . " , 56, 1, 278, a propósito de las Cajas necesarios para la realización del fin que se p r o p o n e " . Como se ve, está prohi-
de ahorro, que la Corte declaró que eran establecimientos de utilidad pública y bido acumular recursos económicos.
no establecimientos públicos). Posteriormente, la doctrina sistematizó esta prác- 6 Ley de 1901, art. 1 1 : " E s t a s asociaciones (reconocidas como de utilidad
tica y esta jurisprudencia. Por último, en 1862, la teoría ha sido definitivamente pública) pueden realizar todos los actos de la vida civil que sus estatutos no
consagrada por el legislador (ley del 26 febrero 1862, acerca del crédito inmo- prohiban, pero no pueden poseer o adquirir otros inmuebles que los necesarios
biliario, y decreto del 31 julio 1863). Sobre todos estos puntos, véase MICHOUD, para lograr la finalidad que se proponen. Todos los valores mobiliarios de una
Th. de la personnalité morale, 2* ed., i, ps. 406 y ss. asociación deben colocarse en títulos nominativos. Pueden recibir donaciones y
* Ley de 1901, art. 2 : " L a s asociaciones de personas podrán constituirse legados, en las condiciones previstas por el art. 910 del Código Civil y por el
libremente sin autorización ni declaración previa, pero no gozarán de capacidad art. 5 de la ley del 4 febrero 1901 (con autorización administrativa). Los
jurídica si no se conforman a las disposiciones del art. 5 " . Art. 5 : " A toda inmuebles comprendidos en un acto de donación o en una disposición testamen-
asociación que quiera obtener la capacidad jurídica prevista por el art. 6, se la taria, no necesarios para el funcionamiento de la asociación, serán enajenados
deberá considerar pública por las previsiones de sus fundadores. La declaración en los plazos y en la forma prescritos por el decreto o la resolución que autorice
previa se hará por la P r e f e c t u r a . . . " . Se observará que si la ley de 1901 prohibe, la aceptación de la liberalidad; su precio ingresará en la Caja de la asociación.
para el caso de asociación no reconocida, la formación de un patrimonio propio, Estas asociaciones no pueden aceptar una donación en muebles o inmuebles con
no prohibe a los socios poner en común todos los bienes que quieran para alcanzar reserva del usufructo en beneficio del d o n a n t e " .
200 LA NOCIÓN DE SERVICIO PÚBLICO CREACIÓN, ORG. Y SUPR. DE LOS EST. DE UTILIDAD PÚBLICA 201

suelen llamar bienes de mano muerta— parecen ser mucho Esta influencia corruptora, tanto los individuos aislados
más de orden político que de orden económico. Se considera como los coligados en un trust que poseen fuertes recursos
que, para asegurar la estabilidad de la organización política y económicos, raras veces dejan de ejercerla a fin de obtener
el leal funcionamiento de las instituciones públicas, conviene para ellos o para su clase, privilegios, legislaciones favorables
fiscalizar las afectaciones de bienes reunidos en cantidades o una Administración benévola para con sus maquinaciones.
considerables y particularmente las afectaciones de inmuebles7. Resulta muy difícil, con la organización social y jurídica ac-
Ello se explica, pues los grupos de individuos, que se proponen tual, defender eficazmente los intereses generales de la colec-
un fin no lucrativo, persiguen casi siempre un objetivo político tividad contra las poderosas individualidades financieras ais-
(relacionado con la gestión de los negocios públicos, desde el ladas o coligadas. Algunos prevén que será necesario llegar a
momento que tienen a su disposición recursos económicos po- la imposición*de un límite máximo para las fortunas privadas 9 .
derosos y actúan ocultos en el anonimato y pueden sentirse En este sentido se orienta desde hace mucho tiempo la
tentados de servirse de la enorme fuerza que estos recursos defensa contra los peligros que las instituciones privadas pue-
económicos les confieren, para dominar o derribar la organi- den oponer a la buena organización y gestión de los servicios
zación política existente o para ejercer sobre las autoridades públicos.
públicas de cualquier orden (Parlamento, Gobierno), una in-
fluencia ilegítima o corruptora; en otros términos: para salir VI. — En la actualidad, las asociaciones pueden consti-
de su misión de auxiliares de la Administración y convertirse tuirse libremente (ley del V julio 1901) ; pero con la reserva
en sus amos. Existe, en este caso, una seria amenaza para los de una estrecha fiscalización, no tanto sobre la actuación de los
intereses generales del país 8 . individuos encargados de la gestión del patrimonio afectado,
sino más bien con respecto a los recursos económicos conside-
7 HAURIOU {Droit adm., 7» ed., p. 356) estima que " l a mano muerta peli- rados en sí mismos, a su adquisición, a su desarrollo y a su
grosa para el Estado, la constituyen únicamente las propiedades inmobiliarias.
La fortuna mobiliaria ha de emplearse en la organización capitalista, en aplica-
ciones industriales o en fondos públicos; todo valor mobiliario utilizado se
coloca en el engranaje de las finanzas que, si bien no se halla completamente razón para hacer diferencias. Pero los gobernantes temen siempre que la libertad
bajo la dependencia del Estado, es en todos los casos su íntimo aliado. Lejos, de asociación sea demasiado amplia y que las agrupaciones libres se apoderen
pues, de ser para la corporación un elemento de independencia, la fortuna mobi- de dominios de los cuales quieren conservar la dirección, cuando no el monopolio.
liaria es una causa de dependencia: 'quien tiene tierra a la guerra', se decía Y entonces agitan el espantapájaros de la mano muerta. ¿Cómo, por lo demás,
antiguamente; 'quien tiene títulos depende de la cotización', puede decirse hablar de mano muerta en una época en que la concentración de capitales es un
hoy. Ahora bien: la cotización, el crédito público, todo esto proclama la esta- fenómeno que tiene un poder irresistible y que prepara la forma socialista del
bilidad del Estado. Por lo contrario, las posesiones territoriales son un elemento Estado f u t u r o ? " .
de independencia 7 una amenaza directa para el E s t a d o . . . " . Los peligros de la A mi juicio, la concentración de capitales enormes en las manos de un
mano muerta inmobiliaria, señalados por HAURIOU, son ciertos. Pero, según individuo o de una sociedad comercial, es un peligro público que conviene vigilar.
mi opinión, no deben cerrarse los ojos a los peligros de la fortuna mobiliaria. Pero éstas son consideraciones de orden sociológico y político, y no de orden
8 DUGUIT no cree en este peligro {Les transform. du droit privé, 1912, ps. 80 jurídico. E n todo caso, la legislación francesa actual, como lo reconoce DUGUIT,
y s s . ) : " E l legislador f r a n c é s . . . se ha dejado dominar —dice— por un temor se inspira en estos temores, fundados o quiméricos. Hay que tener en cuenta
tradicional en Francia: el de la mano muerta, es decir, el temor a la extensión este hecho para comprender el régimen jurídico aplicable a las instituciones
demasiado grande de los patrimonios colectivos. Temor absurdo y en completa privadas que persiguen un fin no lucrativo.
contradicción con los hechos". E n su Traite de droit constitutionnel (2* ed., V, 9 Tal parece ser la idea de GIDE, expresada en un estudio sobre la Sepa-i
1925, ps. 623 y ss.), DUGUIT se muestra aun más enérgico: " E l peligro de la ration des Églises et de l'État (ps. 19 y ss.). Este autor pide " p a r a las personas
mano muerta en nuestras sociedades modernas es quimérico. Ya no se habla de morales la aplicación anticipada de un régimen de propiedad que quizá será
dicho peligro para los bienes, a menudo considerables, que pertenecen a las un d í a . . . el que se aplicará a los individuos: la propiedad limitada a las nece-
sociedades comerciales, i Por qué la mano muerta no es un peligro cuando se sidades de cada uno". Éste es el sistema propugnado en los Estados Unidos,
trata de una compañía de seguros, de un gran almacén? ¿Por qué lo es cuando país donde más fuertemente se sufren la plutocracia y la influencia ilegítima
se trata de una asociación filantrópica o de enseñanza superior? No hay ninguna ejercida por los millonarios y los trusts.
CREACIÓN DE LOS ESTABL. DE UTILIDAD PÚBLICA 203
202 LA NOCIÓN DE SERVICIO PÚBLICO

acumulación. Este control incesante de los recursos econó- 2*) Lo más frecuente es que el Parlamento dé una autori-
micos, constituye el fundamento del régimen de las asociacio- zación general para afectar los bienes, en forma de patrimo-
nes y, en especial, del régimen de los establecimientos de uti- nios distintos, a la satisfacción de una necesidad de interés
lidad pública. general, encargando a los agentes administrativos —el Presi-
dente de la República estatuye por decreto dictado previo
Tal es la idea capital que conviene no perder de vista en
dictamen del Consejo de Estado, a propuesta del ministro del
esta materia. Interior— para que? examinen una por una las hipótesis cuyas
circunstancias pueden poner de manifiesto la utilidad pública
de determinada obra privada, y, luego de efectuar esta com-
SECCIÓN I
probación, invistan a estas obras privadas del estatuto del
establecimiento de utilidad pública12. Esta autorización gene-
CREACIÓN DE LOS ESTABLECIMIENTOS DE
ral se encuentra en la actualidad 13 en la ley del l 9 julio 1901,
UTILIDAD PÚBLICA
arts. 10 y ss.
El Gobierno goza de un poder discrecional: el ministro
puede negarse a dar trámite a la solicitud de reconocimiento,
Crear un establecimiento de utilidad pública significa
ya que no está obligado a fundamentar su decisión denega-
autorizar la afectación de un patrimonio para la satisfacción
toria 14 .
de un fin no lucrativo, que oficialmente se reconoce como de
utilidad pública. Por el mismo acto, se declara al estableci-
miento auxiliar de la Administración. II. — Suscítase una gran dificultad cuando los bienes
afectados a la institución privada provienen de una disposición
I. — Únicamente el Parlamento tiene competencia para testamentaria15.
conceder esta autorización, por la cual se afecta un patrimonio
12 El acto que declara de utilidad pública una institución privada es, pues,
para la satisfacción de una necesidad de interés general. un acto-condición. Se trata de la condición para que el establecimiento sea
Por otra parte, el Parlamento interviene de dos maneras : investido de un estatuto jurídico especial organizado por la ley.
1°) De manera- especial, reconociendo a una institución 13 Antes de la ley de 1901, la solución era la misma. Generalmente se
determinada como de utilidad pública, lo que constituye la estima que la regla se origina en el Edicto de 1749 ( D E LAPRADELLE, Théorie
et pratique des fondations, 1895, ps. 371 y ss.). Una aplicación de esta solución
excepción. Así, por ejemplo, a las instituciones de enseñanza había sido hecha, antes de 1901, por la ley del 1» julio 1898, art. 5 2 : " L a s
superior sólo se les puede reconocer el carácter de utilidad sociedades de socorros mutuos y las uniones serán reconocidas como de utilidad
pública por un acto especial del Parlamento (ley del 18 marzo pública por decreto dictado bajo la forma de reglamento de administración
pública...".
1880, art. T) 1 0 ; lo mismo sucede con las congregaciones reli-
14 Cfr. el reglamento del 16 agosto 1901, art. 8: " L a s asociaciones que
giosas que sólo por una decisión parlamentaria especial (ley soliciten el reconocimiento de utilidad pública deberán haber cumplido previa-
del l 9 julio 1901, art. 13), pueden obtener el reconocimiento mente con las formalidades impuestas a las asociaciones ya reconocidas".
de dicho carácter 11 . Art. 12: " L a solicitud se presentará al ministro del Interior. . . . El ministro
hará proceder, si corresponde, a la formación de expediente . . . Después de
haber consultado a los ministros interesados, pasará el expediente al Consejo
io Exposición de motivos: " L a importancia de los establecimientos, su de E s t a d o " . Art. 1 3 : " U n a copia del decreto de declaración de utilidad pú-
función social, las facilidades que pueden brindar para la constitución de bienes blica se remitirá al p r e f e c t o . . . " . P a r a los detalles y la práctica, consúltese
de mano muerta, nos parecen justificar este exceso de precauciones". P I C H A T , op. cit., ps. 109 y ss.
i i E n todo tiempo, en Francia, las congregaciones han sido tratadas con
15 Cfr., sobre todos estos puntos: D E LAPRADELLE, Théorie et pratique des
desconfianza, pues se estima que son particularmente peligrosas a causa de la
fondations, 1895; TISSIER, Dons et legs, n» 69 y ss.; LÉVY ULMANN y GRUNE-
rígida disciplina observada por sus miembros (votos de pobreza, de castidad
BAUM BALLIN, Essai sur les fondations par testament, " R e v u e Trim. Droit
y de obediencia).
204 LA NOCIÓN DE SERVICIO PÚBLICO
CREACIÓN DE LOS ESTABL. DE UTILIDAD PÚBLICA 205
Cuando el fundador de una obra privada se halla vivo
y desea obtener el reconocimiento de utilidad pública, no exis- franceses han visto en la fundación una liberalidad, bajo la
te ninguna dificultad jurídica, ya que, en este caso, le resulta forma de una donación o de un legado17.
posible obtener la autorización para la afectación de los bienes Se han atenido a las apariencias, sin ir al fondo de la
que ha destinado a la obra. Por lo contrario, cuando el fun- cuestión. No hay en esto nada de sorprendente; los análisis
dador de la institución privada fallece antes del reconocimien- jurídicos minuciosos suponen la aplicación al derecho del mé-
to de utilidad pública, habiendo afectado bienes por testa- todo científico de observación, y, por otra parte, son. de fecha
mento, para la satisfacción de un fin de interés general, se muy reciente. Lo más importante queda todavía por hacer.
plantea, al solicitarse la creación del establecimiento de utili- Ahora bien, ¿cuáles son las apariencias? La fundación es
dad pública, el problema de la validez jurídica del legado. una persona generosa; trátase, pues, de un acto de generosidad.
En el derecho francés se han producido controversias in- Es, jurídicamente, una liberalidad. Pero una liberalidad entre
terminables, que provienen exclusivamente de un error capital vivos se llama donación, y legado cuando se hace por acto
cometido unánimemente acerca de la naturaleza jurídica de testamentario. Luego, el acto de fundación es una donación
la fundación. o un legado.
En nuestro derecho, se denomina "fundación" la afecta- Por consiguiente, correspondería aplicar a las fundaciones
ción permanente de ciertos bienes para la satisfacción de un el régimen jurídico de las donaciones y de los legados libe-
fin de interés general 16 . ralidades.
A falta de un texto legal que regule la materia, los juristas De modo que cuando un individuo dispone, en su testa-
mento, la afectación de ciertos bienes a determinada obra, hace
un legado liberalidad en favor de dicha obra.
Civil", 1904; MICHOUD, Traite de la personnalité moróle, 2» ed., i, 1924, ps. 490 ¿Esto es válido? Para saberlo, basta aplicar las reglas de
y ss.; HAURIOU, Droit constitutionnel, 1923, ps. 706 y ss. Véase también, en
especial, la discusión en la Société d'Études Législatives, en el " B u l l e t i n de la
los legados liberalidades.
Société d'Études Législatives", 1908, ps. 188 y ss.; 357 y ss.; 1909, ps. 25 y ss. En el Código Civil (art. 906) se establece una regla según
(Informes de SALEILLES y de LARNAUDE) ; discusión en la Académie de Légis- la cual, para ser capaz de adquirir por testamento, es preciso
lation de Toulouse (noviembre 1919, febrero 1920), en " B u l l e t i n de 1'Académie
de Législation " , 3» serie, iv, 1920; PICHAT, op. cit., ps. 123 y ss.
existir a la fecha del fallecimiento del testador 18 . Ahora bien;
16 DUGUIT, Droit const., 2* ed., v, 1925, p . 5 2 1 : " L a fundación implica la obra no existía aún el día del fallecimiento del testador, el
la previa afectación de una determinada riqueza a un fin de interés colectivo, establecimiento de utilidad pública tampoco existía. El legado
el cual se exterioriza en las personas que aseguran la gestión de la fundación''. es, pues, nulo. Los herederos del testador podrán pedir a los
P. 592: " E l acto mediante el cual se afecta a un fin determinado de orden
colectivo una cierta cantidad de riqueza se denomina, en el lenguaje jurídico,
tribunales que declaren dicha nulidad. En vano podría ale-
una fundación". COLÍN y CAPITANT, Droit civil, 4» ed., n i , 1925, p . 686: " S e garse el reconocimiento de utilidad pública después del falle-
designa con el nombre de 'fundación' el acto por el cual una persona afecta cimiento del fundador, reconocimiento que no podrá práctica-
todos o parte de sus bienes al establecimiento de una obra que presenta un
carácter de utilidad general: asilo, orfelinato, escuela, hospicio, creación de
17 COLÍN y CAPITANT, Droit civil, 4» ed., n i , p . 687: " E l Código Civil no
camas en un hospital en beneficio de los pobres de determinado municipio, contiene ningún texto concerniente a las fundaciones. Sus autores han juzgado
institución artística, científica, literaria, social, creación de cátedras, de labora- inútil, sin duda, consagrar a nuestra materia una reglamentación especial, esti- ,
torios, de premios destinados a recompensar actos de abnegación, obras cientí- mando que las disposiciones aplicables a las donaciones y a los legados bastaban
ficas o literarias, becas de estudio, etc. Los bienes o los capitales que consti- para asegurar la realización de las generosas intenciones de los fundadores.
tuyen su objeto no deben beneficiar a un individuo; se hallan afectados de De este laconismo resulta que, en nuestro derecho, a la fundación no se la
manera perpetua a la dotación de una obra, formando, por así decirlo, un considera un acto jurídico original, sino una simple variante de la donación
patrimonio separado, que se destina a asegurar el funcionamiento indefinido de o del legado".
dicha o b r a " .
18 Art. 906 del Código Civil: " P a r a ser capaz de adquirir por testamento,
basta estar concebido en la época del fallecimiento del t e s t a d o r ' ' .
CREACIÓN DE LOS ESTABL. DE UTILIDAD PÚBLICA 207
206 LA NOCIÓN DE SERVICIO PÚBLICO

ficciones y de afirmaciones se puede demostrar todo. Cuando


mente producir efecto, salvo que los herederos renunciasen
un jurista da rienda suelta a su imaginación, puede ir tan
expresamente a prevalerse de la nulidad del legado19.
lejos como desee22.
III. — Esta argumentación carece de valor, porque su En suma, el fundador no se despoja sin contraprestación
punto de partida es falso: l 9 ) los antiguos juristas, poco há- al efectuarse la afectación permanente de un patrimonio para
biles en los análisis jurídicos, se equivocaban al declarar que satisfacer una necesidad de interés general. Por otra parte,
la fundación es un legado liberalidad; 2°) se equivocaron nue- nadie se enriquece; el funcionamiento de un servicio de interés
vamente cuando, suponiendo esencialmente la liberalidad un general no importa un enriquecimiento.
beneficiario, dijeron que dicho beneficiario era la obra; 39) Nada se opone a la ejecución de un legado de afectación
también se han equivocado cuando, al comprobar que la obra permanente de bienes a un fin de interés general. La ley no lo
no es una persona, crearon una persona ficticia, que se ha de- prohibe. El art. 906 del Código Civil supone un legado liberali-
nominado persona jurídica o persona moral. dad hecho a un individuo (puesto que el texto legal habla de
concepción); es erróneo, por consiguiente, aplicarlo para re-
Todo esto ha parecido muy simple a los juristas. No obs-
glar esta cuestión23.
tante, en todo ello radican los errores y las ficciones.
Dejemos de lado las apariencias y las ficciones. Examine-
IV. — Otros autores se han ingeniado, por lo demás, para
mos los hechos tal como se presentan.
hallar combinaciones o razonamientos que permitan rechazar
En primer lugar, ¿desea el fundador hacer una libera-
la solución de la Corte de Casación.
lidad?
Algunos partidarios de la personalidad moral no han va-
Una liberalidad supone dos elementos esenciales: l 9 ) el
cilado en decir: "Todo es ficticio en la personalidad civil; la
empobrecimiento del donante, que no recibe nada en cambio;
29) el enriquecimiento del donatario, que no da nada en cambio.
brece sin recibir nada en cambio, y, por otra parte, el establecimiento donatario
¿Estos dos elementos se hallan reunidos en la fundación? o legatario saca de la fundación un beneficio moral, porque los bienes que
La negativa se impone. recibe vienen a enriquecer y perfeccionar el funcionamiento de sus servicios".
El fundador personal busca siempre un beneficio, ya sea Estas proposiciones son inadmisibles. Muy frecuentemente las fundaciones son,
p a r a las Administraciones, una fuente de recursos (subvenciones, gastos de con-
material o moral. Al igual que el llamado a concurso, y la sus- trol, etc.). Además, resulta audaz considerar el perfeccionamiento de los servi-
cripción pública20, la fundación es un acto conmutativo. cios públicos como un enriquecimiento de la Administración. Todo esto no es la
Por otra parte, en vano se buscaría un beneficiario que se realidad, sino el deseo de justificar determinada solución jurídica. Mejor ins-
pirados, COLÍN y CAPITANT escriben algunas páginas más arriba (op. cit., m ,
enriqueciese sin dar nada. En la afectación de bienes para la p. 6 8 6 ) : " L a s fundaciones se asemejan a las liberalidades". Si se asemejan a
satisfacción de una necesidad de interés general, ¿cuál es el las liberalidades, es por lo mismo que no son liberalidades. E n el sentido de
beneficiario que se enriquece? Se afirma que es el estableci- la liberalidad, véase también MICHOUD, Personnalité moróle, 2» ed., n , p. 493.
miento beneficiado. Pero es preciso comenzar por crear, con- 22 ESMEIN, " B u l l e t i n de la Société d'Études Législatives", 1909, p. 96:
" L a s fundaciones son, jurídicamente, construcciones anormales. Son anormales,
trariando los hechos, una persona ficticia llamada "moral", en efecto, porque son bienes sin dueño que se poseen a sí mismos durante una
para afirmar luego que el establecimiento es esta persona serie indefinida de años y quizá de siglos, y gracias a una persona moral que se
beneficiaría 21 y que es ella la que se enriquece. A fuerza de crea únicamente con esta finalidad, para servir de apoyo a estas propiedades
que carecen de d u e ñ o " . Esta proposición pone de manifiesto la fragilidad de
las construcciones de pura fantasía de los juristas.
19 Casación'civ., 12 abril 1864 ( " S . " , 1864, 1, 153), 14 abril 1866 ( " S . " , 23 En este sentido, COLÍN y CAPITANT, Droit civil, m , 1925, ps. 689 y ss.:
1867, 1, 61) ; 7 febrero 1912 ( " S . " , 1914, 1, 305, con nota de HÜGUENKY). " N i n g u n a razón decisiva se opone a que se hagan liberalidades por testamento
20 V. supra, ps. 172 y ss. • (obras creadas o a crear), bajo la reserva de que adquirirán, como consecuencia,
21 Tal es el razonamiento de los juristas: COLÍN y CAPITANT, Droit civil, la personalidad jurídica de que tienen necesidad para ser dotadas de un pa-
4» ed., in, 1925, ps. 690 y 691: El legado hecho en favor de una Administración trimonio".
con cargo de fundación, es una liberalidad. " E n efecto, la fundación se empo-
ORGANIZACIÓN DE LOS ESTABL. DE UTILIDAD PÚBLICA 209
208 LA NOCIÓN DE SERVICIO PÚBLICO

V. — Todas estas dificultades provienen de la inútil y


autoridad pública que crea artificialmente la existencia jurí-
perturbadora teoría de la personalidad moral. Es preciso re-
dica puede establecer a fortiori el punto de partida de esta
conocer la validez de una afectación de bienes dispuesta por
existencia, la fecha de nacimiento de la persona moral"24.
testamento, para un fin de interés general, con la condición de
Otros, que creen en la realidad de la persona moral, pro- que la obra sea declarada de utilidad pública. La afectación
ponen, sin presentar, no obstante, ningún argumento lo sufi- no tiene nada de ilícito ni de contrario a las buenas costum-
cientemente sólido para quienes adopten su punto de partida, bres. Ningún texto la prohibe, siendo, por consiguiente, vá-
que se reconozca la validez del legado hecho directamente a la lida 30 .
obra a fundarse, bajo la condición de que se la reconocerá de La jurisprudencia más reciente se orienta en esta di-
utilidad pública25. rección31.
La jurisprudencia judicial admite la validez: l 9 ) del le-
gado que se hace a una persona física, con el cargo de crear la
obra privada y de obtener el reconocimiento de su utilidad SECCIÓN II
pública 26 ; 29) del legado que se hace a un establecimiento pú-
blico, o a un patrimonio administrativo general, con el mismo ORGANIZACIÓN DE LOS ESTABLECIMIENTOS DE
cargo 27 , lo que sucede muy frecuentemente 28 . UTILIDAD PÚBLICA
La práctica del Consejo de Estado (como cuerpo de ase-
guramiento) ha variado. Antes del año 1880, el Consejo ne- I. — Los establecimientos de utilidad pública son institu-
gaba la autorización para aceptar el legado gravado con ese ciones privadas32. De ahí se desprende que su organización no
cargo; de 1880 a 1900, concede la autorización, siempre que entra en la órbita de la competencia de las autoridades pú-
los herederos consintiesen la entrega del legado y que tuviese blicas. Son los fundadores de la institución o los individuos
lugar el reconocimiento de utilidad pública. Desde 1900, niega que la dirigen, quienes, conforme a los estatutos, determinan
la autorización para aceptar legados hechos en estas condi- la organización y la modifican.
ciones29.
30 DUGUIT, Les transformations genérales du droit privé, op. cit., 1912,
24 LÉVY ULLMANN y GRUNEBAUM BALLIN, Essai sur les fondations par p. 167: " E l t e s t a d o r . . . persigue ante todo un fin de solidaridad social; es
testament, en la " Revue Trim. Droit Civil'', 1904, ps. 277 y 278. Cfr. la crítica preciso, pues, proteger y garantir socialmente su acto de voluntad. Es necesario,
de esta teoría por MICHOUD, Th. de la personnalité moróle, 2» ed., i, p. 502, cueste lo que cueste, a despecho de textos prohibitivos anticuados y de doc-
nota 2. trinas estrechas y arcaicas, reconocer y sancionar la validez de semejante dis-
25 MICHOUD, op. cit., i, ps. 497 y ss.
posición. L a s sutilezas de los juristas tradicionalistas serán impotentes y el
nuevo derecho se establecerá a pesar de e l l o s " .
26 Besangon, 26 marzo 1891, " D . " , 1893, 2, 1 y la nota de BEUDANT. Y,
en especial, fundación de Goncourt, Trib. del Sena, 5 agosto 1897; Corte de 31 Casación, 12 mayo 1902, Molins, "8.", 1905, 1, 137 (con las conclu-
París, 1» marzo 1900, ' ' S . " , 1905, 2, 78. Cfr. DUGUIT, Les transformations gené- siones del procurador general BAUDOIN y una nota de LÉVY U L L M A N N ) : " N O
rales du droit privé, 1912, ps. 68 y ss.; especialmente, ps. 106 y ss.; p . 170. podrían considerarse los cargos y cláusulas mencionados (cargos impuestos a
los legatarios universales de fundar en Finestret un asilo para ancianos y
27 Cfr., sobre todos estos puntos, el informe de LARNAUDE, presentado a la
pobTes) como constitutivos de una mano muerta prohibida por la ley; dichas
Société d'Études Législatives, " B u l l e t i n de la Société", 1909 (análisis muy
cláusulas tienden simplemente a organizar una obra de beneficencia lícita en sí
detallado en " R . D . P . " , 1909, p . 185).
misma y capaz de convertirse en un establecimiento de utilidad pública, pero
28 E n el caso de legado hecho a un patrimonio administrativo, con cargo que, mientras no se la reconozca como tal, subsistirá como institución privada,
de fundación, se plantea la importante cuestión de saber si el cargo entra en la regida por las reglas del derecho común".
especialidad del patrimonio administrativo legatario. Sobre el principio de la 32 Cons. de Est., 27 enero 1911, Lalechére et Favre, " E e c " , p. 115: " L a
especialidad, véase TISSIER, Dons et legs, "Répertoire B é q u e t " , n 9 263 y ss.; fundación del Bord-Petit (hospicio), aunque este establecimiento haya sido
BEGUE, Théorie genérale de la specialité des personnes morales (tesis, Grenoble, reconocido como de utilidad pública por decreto de f e c h a . . . , no deja de seguir
1908); MICHOUD, Personnalité, 2* ed., n , 1924, ps. 143 y ss. siendo una obra privada...".
2» G. PICHAT, op. oit., ps. 123 y ss. y los precedentes por él citados.
Jéze, Der. adm., II 1 . 14
210 LA NOCIÓN DE SERVICIO PÚBLICO
ORGANIZACIÓN DE LOS ESTABL. DE UTILIDAD PÚBLICA 211

II. — Es eso lo que declara expresamente la ley del l 9


dificación de los estatutos, mediante la amenaza de la priva-
julio 1901 (art. 10) : "Ha^de acompañarse a la solicitud (de ción del reconocimiento34.
reconocimiento de utilidad pública)... 39) los estatutos de la
No obstante, no hay que ver en ello un vestigio de la
asociación....". Art. 11: "Los estatutos contendrán: l 9 ) la arbitrariedad administrativa, pues puede suceder, sobre todo
indicación del nombre de la asociación, de su objeto, duración si la institución privada es de antigua data, que las condi-
y domicilio social; 29) las condiciones de ingreso y baja de ciones sociales, económicas o políticas cambien de tal modo
sus miembros; 39) las reglan de organización y de funciona- que se imponga la modificación de los* estatutos que regulan
miento de la asociación y de sus establecimientos, así como la la organización del establecimiento de utilidad pública.
determinación de los derechos conferidos a los miembros en-
Esta presión resultará, pues, beneficiosa. En Francia,
cargados de la administración o de la dirección; las condicio- hace las veces del derecho de modificación, que existe en al-
nes de modificación de los estatutos y de la disolución de la gunos países extranjeros. En el estado actual del derecho
asociación...". positivo francés, dado el carácter de institución privada que
Si bien los estatutos no son obra de los agentes públicos, se reconoce al establecimiento de utilidad pública, cabe afir-
éstos tienen un medio muy eficaz para participar en su ela- mar que los agentes públicos no pueden modificar de oficio
boración. En efecto, antes de que se conceda el reconocimiento los estatutos, desde que el derecho de modificación no existe
de utilidad pública, los agentes públicos deberán examinar los en Francia 35 .
estatutos. Al negarse a conceder el reconocimiento mientras
no se incluyese, modificase o suprimiera una determinada IV. — ¿Puede el Parlamento modificar de oficio los esta-
cláusula, dichos agentes disponen de un recurso indirecto pero tutos de un establecimiento público determinado? A mi juicio,
eficaz para colaborar en la primitiva organización. Práctica- debe responderse negativamente, en razón del carácter pri-
mente, esta colaboración se manifiesta por la aprobación ex- vado de la obra.
presa de los estatutos. Pero como es natural, puede modificarse el status de los
34 Por otra parte, para que el acto que deja sin efecto el reconocimiento
III. — Los directores de la institución son los únicos de utilidad pública sea válido, es preciso que no esté viciado de desviación de
poder. La teoría general de la desviación de poder se aplicará a este acto, como
competentes para modificar la organización, debiendo hacerlo a todos los actos discrecionales.
según las formas previstas en los estatutos. Es lógico, entonces, 35 ¿Convendría introducirlo en la legislaciónt MICHOUD (Théorie de la
que la autoridad pública examine si procede mantener el re- personnalité morale, 2* ed., n , p . 403) se declara partidario de la introducción
en Francia del derecho de modificación de los establecimientos de utilidad pú-
conocimiento de utilidad pública. Para que la modificación blica: " E s t e derecho del Estado es indispensable, porque no siendo la funda-
de los estatutos sea válida, se exige, según los propios términos ción, como la asociación, un organismo vivo capaz de adaptarse por sí mismo
•i las exigencias del medio, en cierto momento puede resultar completamente
de los estatutos-modelos redactados por el Consejo de Estado anticuada, teniendo por objeto un fin que la trasformación de las costumbres
(arts. 16 y 19 ) 33 , la aprobación de la autoridad pública com- y de las ideas hace que las generaciones nuevas consideren inútil, ilícito o in-
petente para el reconocimiento; además, de hecho, se realizará moral. El derecho de modificación permite tener en cuenta este cambio, intro-
duciendo en el funcionamiento de las fundaciones existentes la mínima pertur-
de conformidad con la autoridad pública, a fin de no exponer bación posible. La trasformación debe preferirse a la supresión, siempre que se ,
a la institución al rechazo de sus estatutos y al retiro del pueda afectar la fundación a un fin aproximadamente similar y que la orga-
nización de la fundación justifique por su naturaleza el mantenimiento de ella' \
reconocimiento. Esto conduce, en la práctica, a reconocer a La Société d'Études Législatives se ha declarado partidaria del derecho de mo-
las autoridades administrativas el poder de provocar una mo- dificación, pidiendo que sea ejercido por los tribunales. Véase la comunicación
de SALETLLES, en el " B u l l e t i n de la Société d'Études Législatives", 1908,
ps. 357 y ss.; y la de LARNAUDE, Ídem, 1909, ps. 26 y ss. ( " R . D . P . " , 1909,
33 G. P I C H A T , op. cit., ps. 129 y 193.
ps. 184 y ss. y, en especial, p. 188).
212 LA NOCIÓN DE SERVICIO PÚBLICO SUPRESIÓN DE LOS ESTABL. DE UTILIDAD PÚBLICA 213

establecimientos de utilidad pública de manera general e im- ¿Cuáles son las consecuencias jurídicas de la supresión?
personal36, ya sea para todos los establecimientos de utilidad Hay que distinguir dos casos:
pública o para los establecimientos de utilidad pública de ler. caso. — La institución privada a la que se declara
una determinada categoría. Esta modificación del status establecimiento de utilidad pública constituía una asociación
implicaría el derecho de modificación en favor de una autori- de individuos que perseguían un fin no lucrativo. En este caso,
dad pública. En este caso, el nuevo status se aplicaría de puede suceder que subsista la asociación y pase entonces al
pleno derecho a los" establecimientos de utilidad pública rango de asociación declamada o no declarada39, con el régimen
existentes. Los directores de estos establecimientos no podrían aplicable a estas asociaciones 40 ; o bien que se disuelva, des-
•discutir el ejercicio del derecho de modificación con el pretexto apareciendo, por consiguiente, la institución.
de que, cuando se obtuvo el reconocimiento de utilidad pública, 29 caso. — La institución particular reconocida como es-
la legislación vigente no consagraba el derecho de modifica- tablecimiento de utilidad pública era una fundación: hospital,
ción. Las leyes que organizan los status generales e imperso- hospicio, asilo, etc. En este caso, la institución desaparece.
nales se aplican a todos37.
II. — En ambos casos, es necesario averiguar.
I 9 ) cuál es la autoridad competente para suprimir los
establecimientos de utilidad pública;
SECCIÓN III 29) cómo se realiza la liquidación de los bienes.
La necesidad de la liquidación es evidente en el caso de
SUPRESIÓN DE LOS ESTABLECIMIENTOS DE una fundación, ya que la institución desaparece. Sucede lo
UTILIDAD PÚBLICA38 mismo cuando la asociación se disuelve. La liquidación no es
menos necesaria cuando subsiste la asociación, pues a conse-
cuencia del retiro del reconocimiento de utilidad pública, el
I. — Suprimir un establecimiento de utilidad pública sig- patrimonio propio afectado se reduce considerablemente y es
nifica disponer que la institución privada deje de ser auxiliar preciso ajustarlo a las proporciones establecidas por la ley.
de la Administración, así como también el retiro de la autori- Actualmente, estas cuestiones se rigen, en forma parcial,
zación para poseer y acumular grandes recursos económicos por la ley del l 9 julio 1901.
con el objeto de satisfacer un determinado fin de interés ge-
neral.
36 EOMIEU, conclusiones de su dictamen ante el Cons. de Estado, 22 mayo § 1. — Autoridad competente para ordenar la supresión
1903, Caisse des Écoles, " B e c . " , p. 395: " S i . . . las Cajas escolares son esta-
blecimientos de utilidad pública, constituyen personas privadas, distintas del de un establecimiento de utilidad pública.
servicio público, que puede serles útil, pero que no depende de ellas; se hallan
regidas únicamente por el acto que les ha dado vida civil, de conformidad con la I. — La supresión del establecimiento de utilidad pública
legislación vigente cuando se crearon, es decir, por sus estatutos. Las modifica-
ciones introducidas en el servicio público del que son el auxiliar privado e se verifica bajo la forma de un acto que deja sin efecto el reco-
independiente, no pueden retrotraerse sobre sus estatutos, o, por lo menos, no nocimiento de utilidad pública.
puede estimarse que tengan dicho efecto, salvo disposición formal de la ley... i
El cambio de afectación de su patrimonio, la restricción del derecho de dispo- 39 P a r a los establecimientos de utilidad pública posteriores a la ley de
ner de él, importarían una especie de expropiación o de confiscación, que^ sólo 1901, la asociación subsiste como asociación declarada, puesto que según el
podría resultar de un texto legal explícito, que falta en este c a s o " . art. 8 del reglamento del 16 agosto 1901, " l a s asociaciones que soliciten el
37 P a r a el desarrollo de esta idea, véase GASTÓN JÉZE, Les principes géné- reconocimiento de utilidad pública deben haber cumplido previamente las for-
raux du droit administratif, 3* ed., r, La technique juridique, 1925, ps. 112 y ss. malidades impuestas a las asociaciones declaradas".
38 PICHAT, Le contrat d'association, 1908, p. 131, n» 106. •40 V. supra, p. 199, nota 5.
214 LA NOCIÓN DE SERVICIO PÚBLICO SüPRESIÓN DE LOS ESTABL. DE UTILIDAD PÚBLICA 215

La ley del l 9 julio 1901 no reglamenta expresamente esta cación sería ilegal, si estuviese viciado de desviación de poder,
supresión. Pero la solución es clara; resulta del principio ge- en el sentido técnico que tiene esta expresión en el derecho
neral del derecho público francés, según el cual el derecho de administrativo francés41.
realizar un determinado acto implica también el derecho de De hecho, el Consejo de Estado, en su condición de con-
llevar a cabo el acto contrario, siempre que no lo impidan dis- sejo administrativo llamado a emitir su opinión sobre las
posiciones legislativas o reglamentarias. revocaciones de reconocimiento, ha establecido reglas prácticas
a este respecto, que carecen, evidentemente, de fuerza obliga-
II. — De lo antedicho se desprenden las siguientes con-
toria para el Gobierno; no obstante, aunque éste queda en
secuencias :
libertad de no observarlas, difícilmente adoptará una decisión
Salvo disposición en contrario: l 9 ) la autoridad compe-
distinta de la que propone el Consejo de Estado 42 .
tente para privar a una institución determinada del recono-
cimiento de utilidad pública es la misma que tiene competen-
cia el día de la revocación, para reconocer la utilidad pública III. — Cuando se trata de un establecimiento-asociación,
de esa institución. resulta evidente que la disolución de la asociación —ya sea
29) Las formalidades a seguirse son exactamente las mis- voluntaria, estatutaria, ordenada por la justicia o por de-
mas que existían para el reconocimiento en el momento de la creto—, importa, simultáneamente, la revocación del recono-
revocación. cimiento de utilidad pública. Más exactamente, la afectación
39) La publicidad que debe darse al acto que deja sin especial de los bienes desaparece como consecuencia de la
efecto el reconocimiento es la misma que se exige para el acto propia desaparición de la institución privada.
de reconocimiento al momento de la revocación.
En otros términos, actualmente, la revocación del recono-
cimiento de utilidad pública se efectúa, en principio, por de-
creto dictado bajo la forma de reglamento de administración § 2. — Liquidación de los bienes de los establecimientos
pública, es decir, por decreto del Presidente de la República, de utilidad pública suprimidosiZ
oído el Consejo de Estado, a propuesta del ministro del In-
terior, y notificado a la asociación interesada. Excepcional- I. — Hay que distinguir tres hipótesis: 1*) establecimien-
mente, es preciso un acto del Parlamento; por ejemplo, en los to-asociación, que es disuelto; 2*) establecimiento-asociación,
casos en que el reconocimiento de utilidad pública debe otor- que subsiste; 3*) establecimiento-/wH(/ación.
garse mediante un acto de dicho Cuerpo.
4?) El derecho de dejar sin efecto el reconocimiento de 41 L. MICHOUD, Étude sur le pouvoir discrétionnaire, 1913, ps. 84 y ss.
Véase también GASTÓN JÉZE, Les principes généranx du droit adm., 3* ed., n i ,
utilidad pública es discrecional al igual que el derecho de otor- 1926, ps. 221 y BS., Théorie des motifs déterminants.
garlo. El acto de revocación no necesita ser motivado. No 42 M. PICHAT, Maítre des requétes del Consejo de Estado, expone así estas
debe confundirse poder discrecional con poder arbitrario. reglas prácticas: " L a revocación debe estar motivada por razones graves. L a
Para expresarlo de manera más precisa, el acto que deja sin jurisprudencia (más exactamente, la práctica seguida por el Consejo de Estado,
como órgano de asesoramiento) suministra algunos ejemplos: desórdenes e irre-,
efecto el reconocimiento de utilidad pública se somete pura y gularidades en el establecimiento, desaparición de todos los miembros de la/
simplemente al régimen jurídico de los actos discrecionales: asociación; o cuando se establece que una asociación ha sido reconocida como
su oportunidad no podrá ser objeto de control jurisdiccional, de utilidad pública teniendo en cuenta una dotación, la mitad de la cual era
pero los motivos de orden jurídico pueden discutirse ante el ficticia, el Gobierno debe invitarla a procurarse, en determinado plazo, la suma
que falta, pues si no se dejará sin efecto el reconocimiento".
Consejo de Estado, sección de lo contencioso, mediante el
43 MARGAT, De la dissolution des biens d'une association, " R e v u e Trim.
recurso por exceso de poder. Particularmente, el acto de revo- Droit Civil", 1908, p. 435.
216 LA NOCIÓN DE SERVICIO PÚBLICO SUPRESIÓN DE LOS ESTABL. DE UTILIDAD PÚBLICA 217

II. — Existe una doble regla común a los tres casos: del plazo señalado por el tribunal, dispondrá la reunión de
l 9 ) Antes de efectuar cualquiera devolución de bienes, una asamblea general con la exclusiva finalidad de estatuir
deberá pagarse el pasivo del establecimiento suprimido, satis- sobre el destino de los bienes. Dicho funcionario ejercerá los
faciendo todas sus deudas. No existe más activo que el activo derechos conferidos por el art. 813 del Código Civil46 a los
neto44. curadores de las sucesiones vacantes" 47 .
2*) A partir de la revocación del reconocimiento de uti- En la práctica, la cuestión del destino de los bienes se
lidad pública, desaparecen las facilidades especiales para ad- regulará, generalmente, por los estatutos, en lo que concierne
quirir bienes. Para cuando se tratara de una asociación, el a los establecimientos-asociaciones posteriores a la ley de 1901;
art. 17 de la ley de 1901 establece: "Son nulos todos los actos en efecto, según el artículo 11 del reglamento del 16 agosto
entre vivos o testamentarios, a título oneroso o gratuito, reali- 1901, los estatutos deben contener "las reglas según las cuales
zados directamente, o bien por mediación de otra persona o se dará destino a los bienes en caso de disolución voluntaria,
por cualquier otra vía indirecta, que tengan por objeto per- estatutaria, ordenada por la justicia o por decreto".
mitir a las asociaciones legal o ilegalmente constituidas, sus- Sin embargo, los estatutos-modelos, redactados en 1907 por
traerse a las disposiciones de los arts. 2, 6, 9, 11, 13. 14 y 16. la sección del Interior del Consejo de Estado (art. 18), per-
La nulidad podrá decretarse a instancia del ministerio público miten reservar la cuestión del destino de los bienes hasta el
o a solicitud de cualquier interesado". día de la disolución de la asociación: la asamblea general asig-
nará entonces "el activo neto a uno o varios establecimientos
similares, públicos o reconocidos como de utilidad pública".
I I I . — Establecido esto, volvamos sobre los tres casos Para los establecimientos-asociaciones anteriores a la ley
señalados anteriormente. de 1901, lo normal será la fijación del destino por la asamblea
ler. caso. Liquidación de los bienes de un establecimien- general.
to-asociación, que se disuelve. — El art. 9 de la ley del l 9 julio Ni la ley ni el reglamento de 1901 distinguen según el
1901 regula expresamente esta hipótesis. En caso de disolu- origen de los bienes; no aluden al derecho de reversión que el
ción "los bienes de la asociación tendrán el destino fijado por disponente hubiera podido estipular expresamente, ni tampoco
los estatutos, o, a falta de disposición estatutaria, el que fijen a la nueva afectación indicada por él, para el caso de disolu-
las reglas determinadas en asamblea general". Este principio ción. ¿Debe tenerse en cuenta un derecho de reversión formal-
es desarrollado y completado por el reglamento de administra- mente estipulado, o una afectación expresamente indicada?
ción pública del 16 agosto 1901, que se dictó en cumplimiento La solución negativa es seductora y halla sólido apoyo en
del art. 20 de la ley de 1901. En el art. 14 de dicho reglamento el texto de la ley de 1901.
se establece 45 : "Si los estatutos no han previsto las condiciones
de liquidación y devolución de los bienes de una asociación 46 Art. 813, Código Civil: " E l curador de una sucesión vacante está
obligado, ante todo, a proceder al inventario de los bienes: él ejerce los dere-
para el caso de disolución cualquiera fuese la causa, o si la rhos y entabla las acciones respectivas; contesta las demandas promovidas
asamblea general que resolvió la disolución voluntaria no ha contra la sucesión; administra, con la obligación de depositar el numerario que
adoptado ninguna decisión al respecto, el tribunal, a instan- se halle en la sucesión, así como el dinero proveniente del precio de los muebles
o inmuebles vendidos, en las cajas de Hacienda del Estado, con la obligación
cia del ministerio público, nombra un curador, el cual, dentro de conservar los derechos y de rendir cuenta a quien corresponda".
47 Aunque la ley y el reglamento de 1901 no lo digan, es indudable: 1*)
•44 V. supra, ps. 186 y ss. Esto es lo que establecen expresamente los esta- que los bienes deben entregarse a una institución que persiga un fin lícito;
tutos-modelos. 2») que el patrimonio agraciado no podrá recibir los bienes sino en tanto la
45 El art. 14 se halla incluido en el capítulo III, intitulado: "Disposiciones ley lo permita; y 3») todo con reserva de las autorizaciones administrativas
comunes a las asociaciones declaradas y a las asociaciones reconocidas como requeridas para las liberalidades. En este sentido, MICHOUD, Personnalité mo-
de utilidad pública". róle, 2* ed., n, ps. 439 y ss.
218 LA NOCIÓN DE SERVICIO PÚBLICO SUPRESIÓN DE LOS ESTABL. DE UTILIDAD PÚBLICA 219

Algunos han sostenido la solución afirmativa general48, no podrá, de conformidad a las disposiciones del art. P de la
como consecuencia del derecho de propiedad del disponente. ley del l9 julio 1901, adjudicar a los asociados, fuera de la de-
No obstante, estas soluciones nos parecen demasiado abso- volución de los aportes, parte alguna de los bienes de la aso-
lutas. Sería preferible admitir el derecho de reversión y la ciación" 51 .
eficacia de la afectación, pero con atenuaciones análogas a las 29 caso. Establecimiento-asociación. — La asociación sub-
que hemos formulado para los establecimientos públicos. En siste, como asociación declarada, o como asociación no decla-
otros términos, nos parece que las cláusulas de reversión, al rada. Pero como ya no tendrá el carácter de establecimiento
igual que las afectaciones, no pueden tener un carácter per- de utilidad pública, se necesitará, por consiguiente, reducir
petuo. A medida que trascurre el tiempo, la voluntad del dis- el patrimonio de la asociación a los límites establecidos por
ponente pierde su fuerza jurídica. Los tribunales apreciarán, la ley de 1901 (art. 6), en caso de que la asociación subsista
como en el caso de la cláusula de inalienabilidad, si la cláu- como asociación declarada, o liquidar todo el patrimonio, si
sula de reversión o de afectación no ha prescrito 49 . sólo subsiste como asociación no declarada.
La asamblea general que fija el destino, ¿podrá disponer a) La asociación subsiste como asociación declarada. Es
que los bienes se distribuyan entre los asociados? En nuestra preciso, en tal caso, proceder a la devolución del excedente
opinión, la solución negativa se desprende de la afectación de los bienes cuya afectación al fin de la asociación ya no se
primitiva de los bienes destinados a la satisfacción de un fin permite, devolución ésta, que se realizará según las reglas
de interés general, ya que la distribución de los bienes entre determinadas por los estatutos o las establecidas por la Asam-
los asociados trasformaría de pronto a una asociación con fin blea general de los asociados. Aunque no nos hallemos exacta-
no lucrativo, en una sociedad con fin lucrativo. Esta solución mente frente a los términos del art. 9 de la ley de 1901 y de
la consagra implícitamente el art. I 9 de la ley de 190150, y, los arts. 14 y 15 del decreto del mismo año, parece imponerse
expresamente, el reglamento de administración pública del la somción analógica.
16 agosto 1901, art. 15: "Cuando la Asamblea general deba
pronunciarse sobre el destino de los bienes, sea cual fuere éste, 51 L a legalidad del art. 15 del reglamento de 1901 ha sido discutida
—equivocadamente, según mi opinión— por MICHOUD (Personnalité, n, p. 462),
48 MICHOUD, Person. moróle, 2» ed., n , p. 457. quien desconoce el art. 1» de la ley de 1901: " L a legalidad de esta disposición
que modifica un artículo de la ley, es muy discutible". De lege ferenda, M I -
4» E n sentido contrario, MICHOUD (op. y loe. cits.), quien exagera el al-
CHOUD agrega: " L a libertad absoluta dejada por el texto legal a la asamblea
cance del derecho de propiedad: " D u e ñ o s de no dar nada a laa personas
general es excesiva, porque le permitiría adjudicar los bienes de manera abso-
morales, también lo son de darlo, imponiendo en esta materia una solución
lutamente contraria al espíritu de la asociación. La restricción contenida en el
diferente de la establecida en los estatutos. Al aceptar la liberalidad con las
reglamento de administración pública (dejando aparte la cuestión de legalidad)
autorizaciones necesarias, la persona moral acepta por otra parte, implícita-
no es menos excesiva, por su l a d o . . . Sería preciso, entonces, permitir a la
mente, esta condición". Este razonamiento descansa sobre la idea de que el asamblea general proceder al reparto de los bienes entre sus miembros, cuando
derecho de propiedad confiere al propietario el derecho de asignar a la cosa tal fuese el espíritu de los primitivos estatutos. Sería necesario también, aun
una afectación perpetua, lo que, a nuestro juicio, es contrario al régimen en las asociaciones que persiguen un fin altruista, permitirle repartir entre BUS
moderno de la propiedad (v. supra, ps. 181 y ss.). Por lo demás, MICHOUD miembros, por voto unánime, no solamente lo que ellos aportaron, sino también
admite que " l a s reglas (de disolución) establecidas por los estatutos, deben los aumentos provenientes de economías o del azar (verbigracia, premios de
prevalecer sobre el derecho de reversión legal, en beneficio de los donantes o de lotería correspondientes a billetes de esta clase pertenecientes a la asocia-
sus sucesores. E n otras palabras: el legislador no debe admitir dicho derecho ción) . . . Por lo contrario, ni un voto unánime debe poder repartir entre los
(basado, como ya hemos visto, en una presunción de voluntad de los donantes), miembros los bienes donados o aportados por los antiguos miembros con un
sino en el caso en que los estatutos no hayan regulado la suerte de los bienes, fin ideal, pues ello equivaldría a poner la mano sobre un verdadero patrimonio
pues si lo han hecho, es evidente que los donantes, al guardar silencio, han de fundación, que debe conservar su afectación p r i m i t i v a " . Estas distinciones
aceptado implícitamente esta reglamentación". son, a mi juicio, algo arbitrarias y contrarias: 1") a la idea de afectación;
50 Art. I 9 : " L a asociación es un convenio por el cual dos o varias perso- 2°) al concepto fundamental de asociación (fin no lucrativo), por oposición
nas ponen en común, de manera permanente, sus conocimientos o su actividad a la sociedad.
con un fin que no sea el de repartirse beneficios".
220 LA NOCIÓN DE SERVICIO PÚBLICO SUPRESIÓN DE LOS ESTABL. DE UTILIDAD PÚBLICA 221

b) La asociación subsiste como asociación no declarada. se vuelva ilícita, imposible o constituya un manifiesto despil-
En este caso, corresponderá hacer la devolución de todos los farro de los recursos económicos; 29) cuando los estatutos
bienes del patrimonio suprimido. La analogía entre este caso nada digan acerca del destino de los bienes54. En estos dos
y el de disolución de la asociación es aun mayor; en efecto, en casos, es imposible reconocer a los administradores de la fun-
ambas hipótesis hay supresión completa de un patrimonio de dación el derecho de hacer la devolución, ya que no se los
afectación. puede asimilar a los asociados de un establecimiento-asocia-
Ser. caso. Establecimiento-fundación. — La ley de 1901 ción. El derecho de devolución excede manifiestamente los
sobre las asociaciones, no considera las fundaciones. ¿Es po- poderes de administración, por más amplitud que se les reco-
sible admitir, por analogía, la solución formulada por el art. 9 nozca. La intervención de las autoridades públicas no puede
de la ley de 1901, para los establecimientos-asociaciones? evitarse.
Estas dificultades muestran cuan necesaria es la sanción
Admítese, en general, que los estatutos de la fundación
de una ley sobre las fundaciones55.
pueden regular la suerte de los bienes. Por lo demás, la prác-
tica también lo admite 52 . El fundador —se afirma— ha afec-
tado los bienes con cargo (devolución establecida en los esta-
tutos) ; los disponentes ulteriores, que son, en realidad, co-
fundadores, se han asociado a este cargo o condición. Por otra
parte, el Gobierno, al aprobar los estatutos en el instante del
reconocimiento de utilidad pública, se ha asociado también a
estas reglas que disponen la devolución53.
La argumentación no me parece muy sólida, pues supone
que el disponente tiene un derecho de afectación perpetua, lo
que es discutible.
Si se admite el carácter jurídico obligatorio de la devo-
lución estatutaria de los bienes, se termina por reconocer el
derecho de las autoridades públicas para intervenir y deter-
minar la devolución y la afectación de los bienes que componen
un patrimonio privado. Este derecho no resulta del hecho de
existir bienes vacantes y sin dueño, sino más bien de la idea
de que las autoridades públicas tienen el deber de velar para
que no se derrochen los recursos económicos. Trátase de algo 54 E n este sentido, MICHOUD, Th. de la personnalité morale, 2» ed., n , p. 460.
Este derecho de testar cuando suceda la disolución ' ' no puede e x i s t i r . . . para los
muy grave y, además, parece imponerse la intervención del representantes de una fundación, porque en toda fundación, aun privada, la
Parlamento, desde que se alcanza a la propiedad privada. afectación de los bienes se determina desde afuera y no puede ser modificada
Esta intervención de las autoridades públicas resulta evi- por la persona m o r a l " .
55 En el proyecto de ley redactado por la Société d'Études Législatives,
dentemente necesaria: l 9 ) cuando el fundador y los estatutos se da la siguiente solución: " E n caso de supresión de una fundación, el patri-
sean tan antiguos que la devolución que en ellos se prevea monio general del Estado no recibiría los bienes, que irían a ingresar a una
' c a j a de fundaciones' (idea sacada de los 'fondos de dotación' de las socie-
52 Estatutos-modelos de fundaciones, redactados en 1896 por la sección del dades de socorros mutuos, ley del 1» abril 1898, art. 31). Esta Caja se encar-
Interior del Consejo de Estado. garía de proporcionar socorros o ayudas a las obras de solidaridad social. La
53 MICHOUD, Th. de la personnalité morale, 2* ed., n , p. 458; HAURIOU, familia no tendría derecho a reclamar n a d a ' ' . Cfr., sobre este punto, la comuni-
Dr. adm., 9* ed., 1919, p. 409. cación de LARNAUDE ( " B u l l e t i n de la Société d'Études Législatives", 1909).

%
wmamtwr^^^•^

LIBRO TERCERO

LOS AGENTES DEL SERVICIO


PÚBLICO. LA FUNCIÓN PÚBLICA

Los problemas relativos a la función pública pueden agru-


parse en dos grandes categorías:
1*) Teoría general de la función pública.
2") Estudio particular de los principios generales que
dominan la organización de la competencia de los agentes pú-
blicos más importantes; separación de las autoridades admi-
nistrativas y judiciales; independencia de los agentes admi-
nistrativos con relación a los tribunales de todo orden; sepa-
ración de las autoridades civiles y militares; separación de los
ordenadores, administradores y contadores, etc.
mm ' • iju

PRIMERA PARTE

TEORÍA GENERAL DE LA FUNCIÓN PÚBLICA


I. — El servicio público, sensu lato, es uli procedimiento
jurídico tendiente a satisfacer las necesidades generales, tales
como las que experimenta una determinada población, en país
y época determinados. Los gobernantes determinan cuáles son
las necesidades que habrán de satisfacerse por el procedimiento
del servicio público y cómo funcionará este último. Los agentes
públicos o funcionarios colaboran en esta tarea. Los gober-
nantes, al igual que los agentes, deben tener en cuenta única-
mente los intereses generales que corresponden al servicio
público.

II. — Los gobernantes son los colegios electorales, dipu-


tados, senadores y ministros.
Los agentes o funcionarios son los prefectos, subprefectos,
alcaldes, consejeros generales, concejales municipales, jueces,
oficiales del ejército, soldados, agentes de policía, profesores,
maestros, ingenieros, etc.

III. — Lo que distingue políticamente a los gobernantes


de los agentes, es la fuerza social y política que poseen. En
Francia, se considera gobernantes a aquellos que, de hecho,
disponen del mayor poder. Actualmente, el mayor poder per-
tenece a la masa de los electores y a los diputados, senadores
y ministros. Su voluntad concordante es omnipotente y resulta
decisiva.
Por otra parte, las fuerzas respectivas de que goza cada
categoría de gobernantes varían.
V) La masa de los electores es la que parece tener, en
Francia, la mayor fuerza; tal es el derecho (principio de la
soberanía nacional) consagrado por la práctica. No obstante,
el cuerpo electoral, cuando falta la organización de los elec-
tores en razón de su ignorancia, de la imprecisión de sus vo-
luntades o de los largos intervalos que separan las épocas en
228 TEORÍA GENERAL DE LA FUNCIÓN PÚBLICA LOS GOBERNANTES Y IX)S AGENTES ' 229

que estas voluntades se manifiestan, es un amo al que resulta que con el desarrollo de la instrucción y del espíritu de obser-
fácil embaucar y corromper. La organización de la democracia vación, el escepticismo político hace enormes progresos. Los
es cosa muy difícil y que tarda mucho en realizarse. abstencionistas voluntarios y sistemáticos son muy numerosos.
29) Después de los electores, los elegidos, es decir, los No menos contrario a la realidad resulta erigir a los
diputados, que son los que más íntimo contacto tienen con la diputados en representantes de la voluntad del pueblo. Ante
primera fuerza política —la masa electoral—, poseen la mayor todo, ¿tiene voluntad un pueblo? ¿Sabe él lo que quiere? ¿Son
muchas las elecciones en las cuales los electores no hayan sido
influencia gobernante.
víctimas de embustes, de corrupción o de fraude? ¿No son
39) Vienen luego los senadores.
repugnantes las luchas electorales? ¿Cuántos candidatos ven-
49) Finalmente, los ministros.
cedores pueden vanagloriarse de no haber recurrido, para lo-
IV. — Los doctrinarios políticos, cuando estudian el Es- grar el triunfo, a maniobras desleales? ¿Cómo podrían ex-
tado democrático moderno e investigan la razón del poder de presar la voluntad del pueblo aquellos diputados cuya presen-
los gobernantes, emplean fórmulas místicas, que creo no cia en el Parlamento significa a menudo un verdadero desafío
deben aceptarse. Los colegios electorales expresarían la volun- al buen sentido o aun a la moral? En Francia, ¿no son acaso
tad de la nación. Los diputados y senadores expresarían, tam- una farsa las verificaciones de poderes? En los casos más
bién, la voluntad del pueblo soberano. favorables, ¿no son acaso la facundia, la audacia y la astucia,
La fuerza social de los gobernantes provendría, pues, úni- las cualidades esenciales que aseguran el éxito? La inteligen-
camente de la voluntad consciente de los gobernados. cia, el saber y la moralidad se hallan en segundo plano.
¿No es esto pura literatura? Por lo demás, esto no sólo se refiere a Francia, o a una
Los hechos no muestran nada semejante. Examinemos el determinada forma de gobierno. De cualquier manera, resulta
problema social. contrario a la realidad sostener que la democracia tiene la
En Francia, los electores tienen una sola misión: dar sus extraordinaria virtud de hacer de los diputados, elegidos como
votos a los diputados y senadores. Cuando se observan los lo son —y no se sabe cómo podrían elegirse de otro modo—,
hechos, las condiciones en que se eligen los candidatos y se los órganos de la voluntad del pueblo. Teniendo en cuenta el
realizan las elecciones, como así también el número de los estado de la instrucción pública, la inexperiencia política de
electores y el de las abstenciones, es imposible ver en ello una las masas, su afición por la retórica y el charlatanismo o su
manifestación libre y seria de la voluntad de los electores. En débil moral, no puede preverse, por mucho tiempo, una modi-
Francia, los electores carecen de organización. Su ignorancia, ficación de estos hechos. Por tales razones me parece ridículo
su inexperiencia, la venalidad de la prensa, la corrupción, los hablar de voluntad nacional y de expresión de la voluntad na-
embustes de los candidatos, las pujas electorales, las imper-
fecciones inevitables de todos los sistemas de escrutinio cono-
cidos y practicados hasta ahora, las pasiones inexplicables y simples, investigar lo que se oculta en las abstracciones", tal es el objeto del
método realista. No cabe, por lo demás, hacerse ilusiones sobre el favor de que
momentáneas que enardecen a los electores, originan serias pueda gozar este método entre el público en general: ' ' La demostración científi-
dudas acerca de la existencia de una voluntad nacional. Es ca de un fenómeno no se impone necesariamente a las masas, y no es porque la
preciso tener mucha imaginación, cerrar los ojos y taparse los esencia del Estado se haya establecido en términos realistas que renunciará»
las poblaciones a sus creencias, así como tampoco los descubrimientos de la
oídos, para hablar de la voluntad del pueblo, libre y clara- fisiología han llevado a los hombres a practicar una mejor higiene. Estos des-
mente expresada por el sufragio1. Tan cierto es lo que decimos cubrimientos actúan quizá como un freno, pero aun no han dado nacimiento a
verdaderas reglas sociales de conducta". Cfr., sobre este punto, el breve aun-
i A mi juicio, DUGUIT, que ha dado tan bello impulso a los métodos que excelente estudio de D. WARNOTTE, Gouvernants et gouvernés dans la société
realistas, asigna aún demasiado lugar a la imaginación y a las doctrinas lite- politique, Bruxelles, 1923, Inst. Solvay (32 ps.).
rarias: "Disecar las instituciones sociales, reducir las creencias a sus elementos
230 TEORÍA GENERAL DE LA FUNCIÓN PÚBLICA •. . LOS GOBERNANTES Y LOS AGENTES 231

cional por los diputados, ya que se trata de simples figuras se impone a los gobernados, como sucede con toda voluntad
de retórica. enérgica.
Lo antedicho se evidencia más aún en lo que respecta a 2*) La convicción profunda y casi unánime de los gober-
los senadores. Elegidos por pequeñísimos colegios electorales, nados de que un gobierno, cualquiera que fuera, es necesario
sobre los cuales se han ejercido durante muchos años la pre- y preferible a la anarquía. Los gobernados no discuten la ne-
sión, la corrupción y la intriga, los senadores no pueden, en cesidad de los gobernantes.
absoluto, pretender hablar en nombre del pueblo. Lo que les 3*) La profunda indiferencia de los gobernados: la mayo-
da fuerza, es su influencia personal de hombres expertos en ría, por ignorancia o por abulia; los demás, por escepticismo
política; son antiguos diputados que gozan de un semirretiro o por repugnancia.
en el Palacio de Luxemburgo; los ex presidentes de la Repúbli- En síntesis, en el estado actual de la civilización francesa,
ca se hacen elegir de buen grado, cuando no son demasiado los gobernantes de nuestra democracia constituyen un pequeño
viejos. Los prefectos, mediante favores concedidos mientras grupo de hombres que han logrado imponer, con éxito, su
ejercen sus funciones, preparan pacientemente su candidatura voluntad de gobernar a multitudes humanas desorganizadas
senatorial. Son muy numerosos entre los senadores los vete- que comprenden que los gobernantes son necesarios, pero que,
ranos políticos, nacionales o locales. Casi todos los senadores en su gran mayoría, son indiferentes en cuanto a la calidad de
son alcaldes o consejeros generales, asegurando así su influen- ellos. Esta indiferencia explica la muy débil o muy breve
cia sobre los colegios senatoriales. Numerosos son los senadores popularidad de que disfrutan los gobernantes en Francia. Sólo
cuya posición política está influida por preocupaciones fami- se les obedece a condición de que no contraríen demasiado las
liares, que tienen su hijo, su yerno o su sobrino en las admi- ideas y los prejuicios de los gobernados 2 .
nistraciones públicas. He ahí los pretendidos representantes No obstante, a pesar de todos sus defectos, me parece
del pueblo, sacando su fuerza política de la voluntad popular. que la democracia señala un notable progreso sobre todas las
Como se ve, todas son palabras. demás formas de gobierno que ha soportado Francia en el
En cuanto a los ministros, son diputados o senadores in- trascurso de los siglos.
fluyentes. Su poder proviene del número de amigos políticos Ante todo, es factible su mejoramiento, siendo la misma
que poseen en las asambleas. Las mismas cualidades que ase- naturaleza humana el único obstáculo. Además, es apta para
guran la elección de los diputados y senadores (facundia, au- combatir la indiferencia de los gobernados, ya que la resig-
dacia, savoir faire) les procuran las amistades que los lleva- nación de éstos constituye la finalidad de las teorías de de-
rán, a menudo, ante la estupefacción general, a ocupar un recho divino.
ministerio. Naturalmente, deberán pagar luego la ayuda que Por otra parte, y en especial, la garantía de los gober-
han recibido: trátase de la República de los camaradas. nados contra los abusos de los gobernantes se basa en la
2 En las democracias, hay toda una teoría política sobre el derecho de los
gobernados de resistir a la opresión (GASTÓN JÉZE, Les principes généraux du
V. — Siendo ésta la realidad, ¿cómo puede explicarse, droit administratif, 3» ed., i, 1925, p?. 342 y ss.). Esta teoría política, DUGUIT
sociológicamente, el hecho de que estos personajes tengan una la ha convertido en una regla jurídica. DUGUIT, Droit const., 2* ed., I, 1921,
verdadera fuerza social, una fuerza que no es quimérica? p. 565: ' ' Los gobernantes son individuos como los demás, sometidos como todos '
a las reglas de derecho basadas en la solidaridad social e intersocial; las
A mi juicio, esta fuerza real proviene de tres fuentes mencionadas reglas les imponen sus deberes y sus actos serán legítimos y debe-
principales: rán obedecerse, no porque emanen de una pretendida persona soberana, sino
cuando y solamente cuando sean conformes a las reglas de derecho que se impo-
1*) La voluntad apasionada de los diputados^ senadores nen a sus autores". Por otra parte, DUGUIT (Droit const., 2* ed., m , 1923,
y ministros, de ser gobernantes y de seguir siéndolo. En verdad, p. 749) se ve obligado a decir: "El derecho a la insurrección, indiscutible en
es eso lo único que desea la mayoría de ellos. Esta voluntad teoría, se halla, en la práctica, desprovisto de eficacia".
232 TEORÍA GENERAL DE LA FUNCIÓN PÚBLICA LOS GOBERNANTES Y LOS AGENTES 233

inestabilidad de su fuerza. En una democracia, el hombre que abusa de él. En esa forma, se cae inevitablemente en el go-
aparentemente es el más popular, sólo tiene un poder efímero. bierno del capricho y de la corrupción, sin ningún contrapeso.
Se ha comparado la multitud a un caballo indócil. En el mismo Únicamente en los cuentos de hadas y en las leyendas las cosas
momento en que el Gobierno cuenta con ella, se echa en tierra ocurren de otro modo.
y el jinete rueda con él3. El gobernante más popular tiene
rivales, envidiosos que sólo sueñan con derribarle, y que poseen VI. — Políticamente, los gobernantes no pertenecen a las
los recursos jurídicos para denunciar sus faltas y sus errores, mismas clases sociales. En la masa de electores, los pobres
pudiendo, además, castigarle durante un tiempo más o menos tienen la fuerza del número. El sufragio universal no les ase-
largo con la impopularidad, paralizando, así, su actividad po- gura la mayor fuerza real, pues muchos proletarios sufren la
lítica. Tal es la irreemplazable ventaja del sistema parlamenta- influencia de la clase poseedora. En Francia, la gran mayoría
rio, siempre y cuando exista libertad de palabra y de prensa. de los diputados y la casi unanimidad de los senadores son
El gobierno democrático y parlamentario tiene, pues, individuos pertenecientes a la burguesía. También en Francia,
enormes ventajas. Es indudable que en él, como en las demás políticamente y de hecho, el poder de gobierno pertenece, por
formas de gobierno, la corrupción, la presión y la mentira el momento, a las clases poseedoras. A lo sumo, mediante su
juegan un papel muy importante. Pero existe el antídoto que organización y su resistencia, los electores proletarios logran
no soportan los gobernantes autoritarios: la libertad de dis- a veces escapar a la dominación de la burguesía. ¿Pasará un
cusión en el Parlamento y en la prensa. día el poder de gobierno a manos de los proletarios, como en el
Según mi opinión, a pesar de todas sus taras, los gober- trascurso del siglo x i x pasó a manos de la burguesía? Esto
nantes, en una democracia parlamentaria, no son tan malos no resulta del todo factible.
como los gobernantes autoritarios: un buen dictador no existe.
Todo hombre que tenga un poder incontrolado, fatalmente VII. — Jurídicamente, los agentes se caracterizan porque
dependen de los gobernantes. Son éstos quienes discrecional-
3 Cfr, los propósitos que ANATOLE FRANCE (Monsieur Bergeret á Parts, mente les asignan su función organizando su competencia,
p. 166) atribuye al socialista Bissolo. " N o s o t r o s disfrutamos de la estimación
pública, somos populares (dice un conservador). La cabalgadura está ahí (re-
regulan su status y determinan los medios jurídicos o los re-
plica Bissolo), no tenéis más que montarla. Pero cuando hayáis subido a ella, cursos pecuniarios, mediante los cuales deberán cumplir su
se echará tranquilamente al borde del camino y os arrojará por tierra. No hay misión. Son también los gobernantes los que fijan el límite
más borricos estúpidos, os lo advierto. ¿A cuál de sus caballeros, si os place, la de los poderes de que disponen los agentes, sobre la persona o
popularidad no le ha roto los riñones? ¿La muchedumbre alguna vez ha ayu-
dado en lo más mínimo a sus ídolos en f u g a ? . . . Si jamás la multitud os toma los bienes de los individuos: servicios personales (militar,
amorosamente entre sus brazos, descubriréis pronto la enormidad de su impo- jurado, etc.), expropiación, impuestos, tasas, etc.
tencia y de su v i l e z a . . . Es en la ciencia y no en el pueblo, en quien reside
¡a soberanía. Una estupidez repetida por 36 millones de bocas, no deja de ser
El criterio jurídico que sirve para reconocer un agente
una estupidez. Las mayorías han mostrado muy frecuentemente una aptitud o un funcionario, es, pues, su dependencia con respecto a los
superior para la esclavitud. Entre los débiles, la debilidad se multiplica con el gobernantes.
número de los individuos. Las muchedumbres son siempre inertes. Sólo tienen
un poco de fuerza en el momento en que se mueren de hambre. Estoy en condi- Hay diversos grados en la dependencia. En Francia, el
ciones de probar que, la mañana del 10 agosto 1792, el pueblo de París era prefecto es el funcionario que depende en forma absoluta de
todavía r e a l i s t a . . . La educación del pueblo se halla apenas comenzada, lo que los gobernantes. Los jueces, los profesores, los agentes descen-
es verdad. En el cerebro de un obrero, en el lugar en que los burgueses alojan
sus preocupaciones inertes y crueles, existe un gran agujero que hay que colmar. tralizados (alcaldes, consejeros generales, concejales munici-
A eso se llegará, aunque se requiere tiempo. Mientras se espera, conviene más pales, etc.), son ejemplos de agentes sujetos a una dependencia
tener la cabeza vacía que llena de sapos y culebras. Todo esto es científico y menos rígida. Pero siempre la dependencia es grande con res-
se halla conforme con las leyes de la evolución... Igualmente, me repugna la
liviandad general. Y, en vuestro lugar, me daría m i e d o ' ' . pecto a los gobernantes.
234 TEORÍA GENERAL DE LA FUNCIÓN PÚBLICA Los GOBERNANTES Y LOS AGENTES 235

VIII. — Esta clasificación de los individuos cuya activi- nula; esto es lo que a veces se llama el principio de la inaliena-
dad está consagrada a los servicios públicos, en gobernantes y bilidad de la soberanía. Otro tanto cabe decir del principio de
la imposibilidad de las afectaciones perpetuas. La fuerza irre-
agentes, tiene sobre todo un valor político. Desde el punto de
sistible de estos principios reside en la creencia profunda de
vista de la técnica jurídica, la diferencia que separa ambas
las masas en ellos; aun cuando parezcan olvidados por mo-
categorías es muy débil.
mentos, terminan por reaparecer y por triunfar, si fuese nece-
En el derecho público francés, la técnica jurídica se funda- sario, por la violencia.
menta en el siguiente principio: los gobernantes y los agentes 2*) Los gobernantes no se someten a un control tan se-
no tienen derechos propios; sólo tienen competencia. Pero vero, tan fácil y tan eficaz como el de los agentes. Actualmente,
esta competencia no es arbitraria, sino reglada por la ley. Sus en Francia, el principio fundamental establece que las autori-
manifestaciones de voluntad tienen efectos jurídicos solamente dades parlamentarias escapan de cualquier manera, dado su
cuando exteriorizan el ejercicio de un poder legal. Estos efec- carácter oficial, al control de los tribunales, de cualquier ín-
tos jurídicos son los determinados por las leyes o los que pre- dole que sean4.
fieren los agentes de la Administración, dentro de los límites
establecidos por las leyes. IX. — En Francia, el derecho administrativo, por opo-
Las diferencias más importantes entre gobernantes y agen- sición al derecho constitucional 5 , se ocupa especialmente de
tes, son las siguientes: los agentes y de los funcionarios públicos. El derecho constitu-
P ) Los gobernantes, ordinariamente, dictan por sí mis- cional, en cambio, trata sobre todo de los gobernantes.
mos las leyes que determinan el límite de su competencia. Pero los problemas jurídicos a resolver son exactamente
Evidentemente, en las democracias, los gobernantes, por los mismos y los principios jurídicos sensiblemente idénticos.
lo mismo que se apoyan sobre los gobernados, invocan los prin- Conviene, pues, no mantener esta distinción.
cipios de justicia que surgen en el país en un momento deter- Corresponde estudiar las siguientes cuestiones:
minado. Se llega a decir que existe obligación de atenerse a 1*) ¿Cómo se clasifican los agentes del servicio público?
ellos. Empero, esta obligación es de orden político. No resulta 2*) El ingreso al servicio público ("reclutamiento").
fácil desentrañar de manera precisa estas ideas de justicia, 3*) La separación del servicio público.
una vez que se han encontrado los procedimientos de técnica 4*) Los derechos y los deberes de los agentes del servicio
jurídica para obligar a los gobernantes a actuar de confor- piiblico (competencia).
midad con los ideales de las masas: el referéndum y el derecho 5*) El control ejercido sobre los agentes del servicio pú-
de revocación popular son muy imperfectos. blico.
Existen algunos principios importantes de derecho pú-
blico —muy poco numerosos— que, aunque no escritos, domi- 4 GASTÓN JÉZE, Les principes généranx du droit administratif, 3 ' ed., I,
nan la actividad de los gobernantes, porque dichos principios 1925, ps. 349 y ss.
no son sino la expresión jurídica de fuerzas superiores a las 5 La separación del derecho constitucional y del derecho administrativo,
constantemente hecha en Francia, es por completo ficticia, y no responde a los
voluntades individuales. Verbigracia, el principio que esta- hechos políticos y sociales. E s tradicional en Francia, por lo menos en la anti-
blece que las reglas de derecho, las instituciones políticas, ad- gua doctrina y en la enseñanza actual de las Universidades francesas. E n mi
ministrativas o sociales pueden modificarse o suprimirse en opinión, sólo ofrece inconvenientes. Uno de los más graves es hacer olvidar toda
la parte de técnica jurídica, en lo que se acostumbra llamar derecho constitu-
cualquier momento, no se halla inserto actualmente en la Cons- cional. Hasta época muy reciente, las obras de derecho constitucional han tra-
titución; no obstante lo cual, se impone jurídicamente a los tado, sobre todo, los problemas de arte político y de historia política. El gran
gobernantes. La cláusula que establece que una ley no podrá mérito de DUGUIT es haber dado una nueva orientación a los estudios de de-
recho público.
modificarse o derogarse antes de cierto plazo, es jurídicamente
r

CAPÍTULO I

LOS AGENTES DEL SERVICIO PÚBLICO

SECCIÓN I

LAS DIFERENTES CATEGORÍAS DE INDIVIDUOS


EMPLEADOS EN EL SERVICIO PÚBLICO

En Francia, como en todos los países civilizados, gran


cantidad de individuos realizan prestaciones de actividad per-
sonal, para asegurar el funcionamiento de los servicios pú-
blicos. Pero todos estos individuos no son agentes del servicio
público. Hay que distinguir:
l 9 ) los gobernantes;
29) los agentes del servicio público propiamente dicho;
39) los auxiliares;
49) los requisados.

I. — El rasgo común es que todos estos individuos reali-


zan prestaciones de actividad personal en favor del funciona-
miento de los servicios públicos. Pero no todos se hallan en la
misma situación jurídica. Así, por ejemplo, los gobernantes
(electores, diputados, senadores, ministros) tienen una con-
dición jurídica muy especial. Los prefectos, subprefectos ; pro-,
fesores universitarios, etc., son evidentemente agentes del
servicio público propiamente dicho. Además, y con toda razón,
son auxiliares del servicio el individuo empleado accidental-
mente para reforzar el personal de la Alcaldía que se ocupa
de los trabajos del censo de la población, así como también el
LOS AGENTES DEL SERVICIO PUBLICO 239
238 TEORÍA GENERAL DE LA FUNCIÓN PÚBLICA

desocupado al que se contrata por algunas horas, cuando se III. — En Francia el número de los agentes del servicio
registran intensas nevadas, con el fin de ayudar al personal público es considerable, resultando imposible determinarlo de
permanente. Por otra parte, el individuo que, en virtud de manera precisa. En efecto, hay individuos que sólo pasan
una orden de requisición de la autoridad militar o de la auto- fugazmente por el servicio público: jurados criminales, jura-
ridad sanitaria, presta un servicio personal obligatorio para dos de expropiación, miembros de un organismo electoral, es-
suplir la insuficiencia del personal ordinario, se halla en una crutadores, etc. Por otra parte, para la redacción de estadís-
situación jurídica que no es la del servicio público propia- ticas no se está de acuerdo sobre la condición de agentes del
mente dicho, ni tampoco la del servicio auxiliar. servicio público de los soldados, los obreros de los arsenales,
Es preciso, pues, poner en claro los caracteres distintivos fábricas de tabacos y de fósforos, de los ferrocarriles, etc.
de estas diferentes situaciones: gobernantes, agentes del servi- Finalmente, muchos no incluyen entre los funcionarios
cio público propiamente dicho, auxiliares y requisados. públicos a los consejeros generales, consejeros de distrito, con-
cejales municipales, miembros de las comisiones administra-
II. — El problema resulta muy difícil. Hasta ahora, el tivas de los organismos de beneficencia, etc.
legislador no ha reglamentado la materia en su conjunto, exis- Todos estos individuos son, sin embargo, agentes del servi-
tiendo solamente disposiciones dispersas. La doctrina francesa cio público. Puede advertirse, entonces, cuan difícil es hacer
es muy incierta a ese respecto; los autores están en desacuer- su enumeración exacta 2 .
do. Es preciso, pues, dedicarse a desentrañar el sistema de la
jurisprudencia, aunque no hay ninguna seguridad de que ella delegados de la autoridad pública, de empleados, de agentes o de subagentes,
haya llegado a conclusiones definitivas en esta materia. Final- ocupan, en un servicio público del Estado, un cargo p e r m a n e n t e . . . " . Proyecto
mente, ofrece una nueva dificultad la terminología, por cierto de la Comisión de la Cámara de Diputados, 18 junio 1909: " S e consideran
funcionarios para la aplicación de la presente ley, todos los que, en calidad de
muy imprecisa, como ocurre siempre que el fundamento de delegados de la autoridad pública, de empleados, de agentes o de subagentes,
las cosas carece de firmeza. Se dice, por ejemplo, que los dipu- forman parte de los cuadros p e r m a n e n t e s . . . " ( " B . D . P . " , 1909, ps. 350 y
tados y los senadores se hallan investidos de un mandato, y 603). Proyecto de la Comisión de la Cámara de Diputados, 12 julio 1911
(ponencia MAGINOT, anexo n* 1214): " A r t . 1*: Se consideran funcionarios
que, por consiguiente, serían los mandatarios del pueblo. Se para la aplicación de la presente ley, todos los que, en calidad de delegados de
dice que el presidente de la República es el jefe del Estado. la autoridad pública, de empleados, de agentes o de subagentes, ocupan en un
Asimismo, no todos consideran sinónimas las palabras funcio- servicio civil regido por el Estado un cargo p e r m a n e n t e . . . " . Proyecto del 1°
nario, empleado, o agente, y además, cuando usan esos tér- junio 1920, art. 1»: " t o d o s los que, en calidad de delegados de la autoridad
pública, de agentes o de subagentes, ocupan un empleo en los cuadros perma-
minos con sentidos diferentes, no pueden explicar exactamente nentes de un servicio p ú b l i c o . . . " . Cfr. sobre este punto, A. LEPAS, L'État et
lo que quieren decir con ellos. les fonctionnaires, 1913, ps. 8 y ss.
Por nuestra parte, prescindiremos de esta terminología 2
A título de indicación, véase una estadística proporcionada por el Go-
defectuosa y sólo tendremos en cuenta los hechos. No llama- bierno, en el proyecto de presupuesto para 1913: " C u a d r o que ofrece, al 1"
enero 1912, el número de funcionarios y agentes retribuidos que figuran en el
remos, pues, a los diputados y senadores los mandatarios del presupuesto del Estado, de los departamentos y de los municipios:
pueblo, ni jefe del Estado al presidente de la República. Del 1*) Funcionarios y agentes retribuidos total o parcialmente por
mismo modo, usaremos como sinónimas las palabras funcio- el Estado 665.023
narios, empleados y agentes; tendencia que, por lo demás, se 2») Funcionarios y agentes retribuidos total o parcialmente por los
departamentos o los municipios, colonias y establecimientos
manifiesta actualmente en el Parlamento 1 . Mediante el análisis públicos 330.226
de los hechos, veremos lo que significan en realidad.
Total 995.249
i Proyecto de ley (del Gobierno) sobre el estatuto de los funcionarios, Estas cifras no comprenden los diputados, ni los senadores, ni el presidente
del 25 mayo 1909 (reproducido el 30 junio 1910), art. 1»: " S e consideran de la Eepública, pero incluyen los oficiales y asimilados, los suboficiales, cabos
funcionarios para la aplicación de la presente ley, todos los que, en calidad de
240 TEORÍA GENERAL DE LA FUNCIÓN PÚBLICA
Los AGENTES DEL SERVICIO PÚBLICO 241

La ley de hacienda del 23 abril 1905 ha impuesto a los SECCIÓN II


diferentes ministerios la obligación de presentar, el l 9 de
enero de cada año, una lista reseñando la situación de los LOS GOBERNANTES
cargos de toda índole, retribuidos total o parcialmente por el
presupuesto del Estado, y donde se determine, con respecto a I. — Se puede enumerarlos en forma limitada. Son ellos:
cada cargo, el número de funcionarios correspondiente. El
los colegios electorales, los diputados, los senadores y los
art. 152 de la ley de hacienda del 8 abril 1910 ha establecido,
ministros.
además, que cada cinco años, a más tardar el l 9 de octubre, se
Todos ellos, fuera de las reglas generales, gozan de un
publicará, por intermedio del servicio de la estadística general
régimen jurídico especial. La noción política en la que se fun-
de Francia, un cuadro donde figuren todos los funcionarios,
damentan estas reglas especiales, es la voluntad de asegurar
agentes, subagentes, empleados y obreros del Estado remune-
a los gobernantes una independencia tan completa como sea
rados mensualmente, así como también las escalas e importe
posible. El legislador no ha vacilado en formular excepciones
de los sueldos, retribuciones o indemnizaciones fijas de toda
al régimen de derecho común al que se hallan sometidos los
clase para el personal de oficiales y asimilado de los ejércitos
demás agentes públicos, relativas a la libertad de palabra, del
de tierra y mar, con excepción de las indemnizaciones que ten-
sufragio, protección contra la presión y la corrupción, control
gan el carácter de reembolso de gastos. La primera publicación
especial de sus actos, etc.
se realizó en setiembre de 19113 e indicaba las mejoras de
Aun cuando resultara insuficiente, la eficacia de estas
sueldos o emolumentos, concedidas después de 1901, como así
medidas es grande. Pero queda mucho por hacer en este sen-
también los importes y escalas de las retribuciones en vigor al
tido. Por otra parte, la ley es impotente para reformar las
l 9 de enero de 1871. Cada estadística subsiguiente debía indi-
car asimismo las mejoras realizadas en el último quinquenio, costumbres.
así como las fechas de las respectivas disposiciones legales.
II. — ¿El presidente de la República es un gobernante?
Estas indicaciones son, evidentemente, muy estimables, Los constituyentes de 1875 han querido hacer del presidente
pero no es correcto afirmar que nos darán la lista completa de un gobernante, para lo cual han constituido la presidencia
los agentes públicos, porque no todos ellos reciben retribucio- sobre el modelo monárquico.
nes pecuniarias y, por otra parte, porque figuran en estas Pero en Francia, es imposible el funcionamiento del go-
estadísticas los auxiliares que no son funcionarios 4 . bierno parlamentario con un presidente gobernante. Allí donde
Por lo demás, todas estas estadísticas se han interrumpido existe el poder, debe existir también la responsabilidad. Ha-
a raíz de la gran guerra de 1914, no habiéndose reanudado biéndose declarado políticamente irresponsable al presidente,
su publicación. no puede éste tener la autoridad de un gobernante. Si fuese
así, se pondría de inmediato en pugna con sus ministros o con
o soldados reenganchados o comisionados. El cuadro para 1909 se halla repro- el presidente del Consejo de ministros, todos los cuales son
ducido in extenso en la " E e v u e du Droit P u b l i c " , 1909, ps. 786 y 787. Se jefes de partido, que personalmente gozan de una gran fuerza
encontrarán estadísticas más detalladas en A. LEFAS, op. cit„, ps. 25 y ss. social y política, debido a la influencia que tienen sobre la,
3 " J o u r n a l Officiel", 30 setiembre y 11 octubre 1911.
4 Cfr. sobre este punto: FERNAND FAURE, en la " E e v u e Politique et Parle-
mayoría de los diputados o senadores. Por otra parte, la prác-'
m e n t a i r e " , mayo 1910, ps. 320 y ss.; EOLLAND, en la " E e v u e du Droit P u b l i c " , tica de la Presidencia después de 1875, demuestra que en
1910, ps. 331 y ss.; A. LEFAS, L'État et les fonctionnaires, op. cit., ps. 25 a 52. Francia está de más un presidente gobernante. De hecho, el
Cfr., también, Société de statistiques de París, sesión del 17 diciembre 1913, presidente sólo ejerce poderes muy limitados. Cuando algunos
comunicación de LUCIEN MARCH, sobre la estadística de los funcionarios ( " J .
O . " , 24 diciembre 1913, ps. 110, 24 y ss.). presidentes intentaron manifestar una acción personal de
Jéze, Der. adm., II». 16
242 TEORÍA GENERAL DE LA FUNCIÓN PÚBLICA
Los AGENTES DEL SERVICIO PÚBLICO 243

gobernante, la mayoría parlamentaria rechazó sus pretensio-


Pero también es evidente que el presidente de la Repú-
nes, viéndose obligados a renunciar 5 . Tan reducida es la in-
blica elige al presidente del Consejo de ministros, y que, en
fluencia personal del presidente, que algunos se preguntan si
esta elección, tiene cierta libertad. Claro está que debe desig-
no correspondería poner los textos legales en armonía con
nar primer ministro a uno de los jefes de la mayoría; pero
los hechos, suprimiendo la Presidencia. En realidad, el presi-
dado el estado de indisciplina en que se hallan los partidos
dente ya no es un gobernante; sólo sería el primero de los
políticos de Francia, es raro que un político aparezca como
funcionarios, el que ocupa la más alta posición, el mejor re-
el jefe indiscutible de la mayoría parlamentaria. Esta circuns-
munerado y el más respetado, pero ¿es solamente un funcio-
tancia deja una amplia libertad al presidente de la República.
nario? 6 .
Resulta difícil, por lo tanto, considerar al presidente exclusi-
Es ésta una cuestión muy delicada. vamente como un funcionario. Además, en muchos aspectos,
Indudablemente, muy a menudo, sólo es un funcionario. al presidente se lo trata como a un gobernante (control).
La mayoría de sus actos se someten al régimen de los actos Por otra parte, no existen dificultades en lo relativo al
de los funcionarios (así, por ejemplo, en lo referente a condi- régimen jurídico de sus actos, en razón de la refrendata mi-
ciones de validez y control, al régimen jurídico de los actos nisterial. Puesto que todo acto del presidente (salvo su dimi-
de los prefectos). sión) debe ser refrendado por un ministro responsable, el
5 Sobre la misión del presidente en la Tercera República, véase GASTÓN
régimen jurídico de los actos del presidente será el de los
J É Z E , La Présidence de la Bépublique, en " R . D . P . " , 1913, ps. 113 y ss.; 1920, actos realizados por los ministros.
ps. 575 y ss.; 1923, ps. 632 y ss.; 1924, ps. 242 y ss.; ps. 462 y ss.
6 DUGUIT, Traite de droit const., 2» ed., n , 1923, p . 628: " A s í , según la
Constitución de 1875, el presidente de la República es el jefe del Estado que III. — Los ministros son evidentemente gobernantes, en
personifica el Gobierno; se halla investido del poder ejecutivo. No es un simple el actual gobierno parlamentario de Francia. Pero la mayoría
agente del Parlamento, sino que, como el Parlamento, es un órgano de repre-
sentación. Pero, en realidad, bajo la acción de causas que se estudiarán más
de sus actos jurídicos, se someten al régimen jurídico de los
adelante, el presidente de la República tiende a ser nada más que un simple funcionarios propiamente dichos. Verbigracia: el control ju-
agente, un simple delegado del Parlamento, y el Gobierno a no ser más un órga- risdiccional se ejerce sobre sus actos como sobre los de un
no de representación, sino únicamente una autoridad administrativa".
Según HAUKIOU (Droit const., 1923, p. 447), " e l jefe del Estado no es el
prefecto. Asimismo, su responsabilidad personal, pecuniaria o
presidente de la República solo; es el presidente de la República completado penal, se halla comprometida en las mismas condiciones que
por los ministros y por el Consejo de m i n i s t r o s . . . El poder ejecutivo es deten- la de un prefecto.
tado en común por el presidente de la República, quien posee desde el punto
de vista jurídico las atribuciones ejecutivas y estas atribuciones son ejercidas, Pero los ministros son, ante todo, gobernantes. En virtud
en la realidad del poder, por los ministros, el Consejo de ministros y el presi- de ello se someten, además, a un régimen jurídico de respon-
dente del Consejo; por consiguiente, el poder ejecutivo está, al mismo tiempo,
constituido por las atribuciones del presidente de la República y el poder po-
sabilidad política y penal especial, que no tiene equivalente
lítico de los ministros. E n lugar de tener en cuenta estas realidades, se razona para los funcionarios propiamente dichos. Por ejemplo, según
como si todo el poder ejecutivo estuviese concentrado en las manos del presi- el art. 9 de la ley constitucional del 24 febrero 1875, "el Senado
dente de la República; no se toman el trabajo de demostrar que carece de
fuerza, tanto frente a los ministros, como con respecto al Parlamento, puesto
puede constituirse en Corte de justicia para juzgar a los mi-
que el papel personal del presidente de la República está reducido a muy pocas nistros . . . ••. Conforme al art. 12, párr. 2, de la ley constitucio-'
cosas. Así, se divide el poder ejecutivo en su contra y se triunfa seguidamente nal del 16 julio 1875, "los ministros pueden ser acusados por
sobre su pretendida debilidad". P . 448: " E l jefe del Estado no es el presi-
dente de la República solo, sino que es el presidente completado y, podría de- la Cámara de diputados por crímenes cometidos en el ejercicio
cirse, refrendado por sus m i n i s t r o s . . . Debe observarse que nuestras leyes cons- de sus funciones. En este caso, son juzgados por el Senado".
titucionales no emplean una sola vez la expresión jefe del Estado, que es pura-
mente d o c t r i n a l . . . " . Del mismo modo, existe un régimen jurídico especial (ac-
tos de gobierno), con respecto a ciertos actos realizados por
244 TEORÍA, GENERAL, DE LA FUNCIÓN PÚBLICA Los AGENTES DEL SERVICIO PÚBLICO ,245

los ministros, directa u ordinariamente, con la firma del pre- Dicho carácter temporario, accidental, se pone de relieve en
sidente de la República 7 . los proyectos de ley presentados para regular el estatuto de
los funcionarios 9 .
En definitiva, el servicio auxiliar presenta este carácter
esencial: es temporario, accidental y excepcional.
SECCIÓN III
II. — ¿A qué debe uno atenerse para saber si, en un caso
LOS AUXILIARES determinado, se está en presencia de un auxiliar o de un agente
del servicio público propiamente dicho? Hay que atenerse a la
intención de las partes, y, en particular, a la intención de los
I. — Los auxiliares son los individuos que prestan tem-
poraria, excepcional y ocasionalmente su actividad personal,
vinculado con los servicios generales de la administración central, y, por consi-
para asegurar el funcionamiento de un servicio público. guiente, debe ser atendido por un funcionario que forme parte de los cuadros
Si se apela a los auxiliares es para ayudar, momentánea regulares de esta administración... " . Cons. de Est., 5 diciembre 1919, Sensal,
y ocasionalmente. Un elemento esencial de su situación es, " R e c " , p. 896: "Los ayudantes de correos son los auxiliares personales de los
pues, el carácter temporario, excepcional, transitorio, ocasio- recaudadores, elegidos y retribuidos por ellos, y no forman parte de los cuadros
de la Administración. La señorita S., antigua ayudante, no tiene derecho a re-
nal, de su prestación. Como expresan algunas resoluciones, es- clamar por haber sido privada de las garantías establecidas en favor de los
tos auxiliares no forman parte de los cuadros permanentes9. empleados que forman parte de los cuadros permanentes de la Administración".
Cons. de Est., 29 octubre 1920, Maunoury, ' ' Rec.'', p. 881: " El Director de la
i GASTÓN JÉZE, Les principes généraux du droit adm., 3» ed., i, 1925, oficina del prefecto de policía no forma parte, en dicho carácter, del personal
ps. 392 y ss. comprendido en los cuadros de empleados de la prefectura de policía y no se
8 Tribunal de Conflictos, 17 mayo 1873, Michallard, " R e c " , primer supl., halla regido por el estatuto de este personal". Cons. de Est., 5 marzo 1920,
p. 103: Los individuos contratados especial y temporariamente por un muni- Tirón, " R e c " , p. 261; 22 abril 1921, Bailly, id., p. 408: " E n las condiciones
cipio para realizar trabajos extraordinarios de censos de la población, no son en que el señor B. ha sido contratado a títvilo temporario por el servicio de las
agentes del servicio público; se hallan en una situación contractual. Son auxi- regiones liberadas, no podía pretender ingresar en la categoría de los funcio-
liares. Consejo de Estado, 9 diciembre 1899, Lébert ( " R e c " , p. 785): "Los narios... ". Cons. de Est., 4 noviembre 1921, Lartigue, " R e c " , p. 909: " S i el
guardapuertos del Sena... no pertenecen al cuadro permanente de una admi- señor L. trabajaba como jornalero en el ministerio de Asuntos extranjeros...,
nistración pública...". Consejo de Estado, 24 marzo 1905, Vauthron ( " R e c " , no por ello se hallaba provisto de ningún empleo dentro de la Administración,
p. 308): " E l señor V. ...estaba empleado como simple jornalero en la admi- ni formaba parte de su personal''. Sobre todos estos puntos, véase GASTÓN JÉZE,
nistración central de las Colonias...; a este título, no se hallaba comprendido Les principes généraux du droit adm., 3* ed., ni, 1926, ps. 426 y ss. (Le contrat
en los cuadros permanentes del personal de dicha administración; por tanto, no administratif de louage de services).
ejercía ninguna de las funciones previstas por la ley de 1853... " . Cons. de Est., » Proyecto de ley (del Gobierno) del 25 mayo 1909, art. 1»: " S e consi-
15 febrero 1907, Moulié ( " R e c " , p. 160): " L a resolución del prefecto del deran funcionarios para la aplicación de la presente ley, todos los que...
Sena... que nombra al señor M. director de la escuela de mueblería de Boulle, ocupan, en un servicio público del Estado, un empleo permanente... " . Y la
dispone expresamente que dicho señor ejerce sus funciones a título temporario exposición de motivos desarrolla así esta idea: " E l proyecto comienza por la
y que el sueldo anual de 6.000 francos que se le reconoce no estará sujeto a los definición de los funcionarios sometidos a sus disposiciones, la que es bastante
descuentos legales. Estas enunciaciones restrictivas ponen de manifiesto la amplia como para englobar todos los titulares de cargos públicos, excluyendo
voluntad de la autoridad prefectoral de no conferir estas funciones al señor M., únicamente de sus previsiones a los agentes o empleados auxiliares que, tem-
sino a título provisional. Así, el recurrente no podía, antes de designárselo porariamente adscritos a un servicio del Estado y pasibles de despido a la
titular, ser considerado como formando parte del cuadro permanente de una expiración de un período de tiempo prefijado o tan pronto como hayan reali-
administración pública...". Cons. de Est., 13 marzo 1908, Héligon ( " R e c " , zado un trabajo determinado, no pueden, evidentemente, reclamar un estatuto".
p. 268): " S i el decreto del 26 noviembre 1897, bajo forma de reglamento de El proyecto presentado el 18 junio 1909, por la Comisión de la Cámara de
administración pública, que establece la organización de la administración
diputados que dictaminó sobre el proyecto del Gobierno, pone también de re-
central del Ministerio de Instrucción Pública y Bellas Artes, no ha mencionado
especialmente la biblioteca, ni las funciones de bibliotecario, este servicio, por lieve la distinción entre la función pública y los servicios auxiliares: Art. 1":
su carácter permanente, debe considerarse, a falta de disposición especial, " S e consideran funcionarios para la aplicación de la presente ley, todos los
que... forman parte de los cuadros permanentes organizados para asegurar
246 TEORÍA GENERAL DE LA PUNCIÓN PÚBLICA LOS AGENTES DEL SERVICIO PUBLICO 24T

agentes administrativos, la que a veces resultará de los mismos A veces, en los textos que regulan un servicio público se
términos del contrato concluido con el auxiliar 10 . En los casos tiene la precaución de establecer que el régimen jurídico de
en que nada se hubiera establecido, el juez deberá considerar los agentes del servicio público propiamente dicho, no es apli-
todas las circunstancias de hecho. En ciertas ocasiones, las cable a los auxiliares 12 . Si no existiese una disposición legal,
variaciones de apreciación conducen a soluciones contradic- no debe parecer dudosa esta solución.
torias 11 .
IV. — Las principales consecuencias de esta noción gene-
I I I . — El régimen jurídico al que están sometidos los ral, son las siguientes:
auxiliares, puede definirse en pocas palabras: trátase de la
locación de servicios, del derecho privado, o del derecho pú-
por lo contrario, que era " e n virtud de una decisión puramente graciosa de la
blico. Administración y no por un contrato sinalagmático, que el recurrente había
sido autorizada para dictar un curso público y gratuito de Ortofonía, en el esta-
blecimiento nacional de sordomudos de P a r í s ; que el recurrente era un funcio-
el funcionamiento de un servicio público civil regido por el E s t a d o " . El dic- nario asalariado, dependiente de la autoridad del ministro del Interior, y que,
tamen de la Comisión pone también de manifiesto la importancia de la palabra a l suprimir el curso en cuestión, el ministro había hecho uso de un legítimo
permanente para distinguir los agentes del servicio público de los auxiliares. derecho". E n su resolución del 8 febrero 1889, el Consejo de Estado afirma
Véase también el informe del diputado MAGINOT (12 julio 1911, anexo n» 1214) que existe empleo publico y no locación de servicios: " S e g ú n los términos del
y el texto del proyecto redactado por la Comisión. E l proyecto del 1 ' junio art. 1» del Eeglamento del 21 febrero 1841, los establecimientos generales de
1920, art. 1», habla también de "empleo en los cuadros permanentes" (supra, beneficencia... son administrados bajo la dirección del ministro del Interior.
p. 239, nota 1 ) . Por una resolución... el ministro mencionado, obrando en virtud de las facul-
io Cons. de Est., 15 febrero 1907, Moulié ( " B e c " , p. 1 6 0 ) : caso arriba tades que le otorga la precitada disposición, ha creado el curso de Ortofonía...
citado, p. 244, nota 8. Cons. de Est., 9 enero 1920, Saunao, "Bec", p. 22: y ha designado al señor C. profesor titular de dicho curso . . . La resolución
' ' L a resolución... que lo ha investido de este empleo (inspector de policía m i n i s t e r i a l . . . por la cual se ha reconocido al recurrente derecho al retiro,
especial), establece que se le contrata provisionalmente y a título de auxiliar como consecuencia de la supresión del cargo, ha sido dictada por el ministro
y que será remunerado mediante retribución mensual. El conjunto de estas del Interior dentro del límite de sus facultades".
disposiciones establece el carácter precario del título conferido al señor S . " . P a r a los cargos de secretaría (cabinet), existe una jurisprudencia un poco
Sin embargo, es preciso ir al fondo de las cosas y no contentarse con las apa- incoherente. Véase, en especial: Cons. de Est., 29 octubre 1920, Maunoury,
riencias. Cons. de Est., 30 julio 1920, Aubry, " B e c . " , p. 793: " L a decisión " B e c " , p. 881, Director de la secretaría del prefecto de policía: " E n razón de
del vicerrector... que delega en el señor A. las funciones de maestro provisional la naturaleza de su cargo, que implica una colaboración de un orden particular
e n el colegio d e . . . , no especificaba que este nombramiento se haría a título con el prefecto, que lo asocia a sus tareas por vn acto de libre elección y de
temporario. E n esta situación, el señor A. tenía derecho, durante su moviliza- confianza personal, el director de la secretaría del prefecto de policía no
ción, al goce del sueldo civil atribuido a su empleo". Éste, no es auxiliar. podría pretender conservar este empleo cuando ya no le agrade al prefecto
i i Cons. de Est., 1» junio 1900, Moreau ( " B e c " , p. 383): " P o r su acuer- mantenerlo en el cargo que o c u p a " . Cons. de Est., 1* junio 1906, Alcindor,
do, el Concejo municipal se ha limitado a votar una indemnización anual de " B e c " , ps. 517 y 518 (acerca de los adscritos a la secretaría de un ministro);
600 francos para la partera que se instalase en el municipio. Si a consecuencia Casac, 31 julio 1885, Lutaud ( " S . " . 1885, 1, 389) (sobre el jefe de secretaría
de este acuerdo, la señora M. ha venido a . . . para allí ejercer su profesión y del ministro, el que " n o puede considerarse funcionario p ú b l i c o " ) . Pero el
lia percibido d e l . . . a l . . . la subvención prometida, no resulta de estos hechos Cons. de Est. (11 abril 1919, Labussiére, " B e c " , p. 395) declara que los
que, durante ese tiempo, haya ocupado un cargo municipal". Tribunal de con- jefes-adjuntos, subjefes de secretaría y jefes de la secretaría privada del mi-
flictos, 16 noviembre 1901, Moreau ( " E e c " , p. 8 1 0 ) : "En las condiciones en nistro, son funcionarios públicos. Finalmente, el Cons. de Est., 6 marzo 1925,
que ella ha ejercido en el municipio... su profesión de partera, a la señora M. Pluyette, expresa: " E l jefe de secretaría del ministro, en dicho carácter, no
ixo podría considerársela como habiendo ocupado un empleo municipal". Cons. forma parte del personal comprendido en los cuadros de la Administración'
de Est., 8 febrero 1889, Colombat, " E e c . " , p. 173. El señor C , profesor de un central". GASTÓN JÉZE, Les principes généraux dni droit adm., 3» ed., m,'
•curso suprimido por el ministro del Interior, sostenía que ' ' la creación del curso 1926, p. 435, texto y notas.
de Ortofonía en 1868 (en el Instituto Nacional de Sordomudos) había sido el
12 Cons. de Est., 22 mayo 1908, Ville de Toulouse ( " E e c " , p. 560): " S e -
resultado de un contrato bilateral entre el Estado y el recurrente, quien no
gún los términos del art. 10 del Eeglamento de la Caja de retiros de los emplea-
había consentido la divulgación del método del cual era inventor, sino a condición
dos de la Alcaldía de Toulouse, los servicios prestados en calidad de supernu-
de que el Gobierno crease para él una cátedra en un establecimiento n a c i o n a l " .
merario, de auxiliar, de temporario o de interino, no se tienen en cuenta en
E n consecuencia, el ministro no podía suprimir el curso. El ministro sostenía,
ningún caso (para una pensión de retiro) . .. " .
248 TEORÍA GENERAL DE LA FUNCIÓN PÚBLICA L/OS AGENTES DEL SERVICIO PUBLICO 249

1*) Los auxiliares prestan su actividad personal en virtud peten a los tribunales administrativos, según que el contrato
de un contrato de locación de servicios. sea de derecho privado o de derecho público14.
2*) Los derechos y obligaciones de los auxiliares son los 5*) Los auxiliares dejan de prestar su actividad personal
que resultan de una locación de servicios del derecho privado en los mismos casos y condiciones de la locación de servicios
o del derecho público. Análogamente a lo que sucede con todo personales. En consecuencia, si el mencionado contrato ha
empleado particular, la condición jurídica del auxiliar com- establecido el momento en que el auxiliar abandonará el servi-
prende dos series de situaciones jurídicas: 1*) situaciones ju- cio, se aplicará la convención de las partes 15 . Cuando el con-
rídicas individuales, que son las establecidas por el acuerdo trato no fijase dicha época, se trata de una locación de servi-
expreso o tácito de las partes; 2*) situaciones jurídicas gene- cios de duración indeterminada, a la cual se aplicará el
rales y legales, que son las determinadas por las leyes y regla-
art. 1780 del Código Civil, o el principio que inspira dicho
mentos ; en particular, las referentes a la duración del trabajo,
texto: " . . .La locación de servicios celebrada sin fijación de
descanso hebdomadario, accidentes del trabajo, inembargabili-
plazo, puede cesar en cualquier momento por voluntad de una
dad e incesibilidad de los pequeños sueldos y salarios, prohibi-
ción del pago de los salarios en especies, prohibición a los de las partes contratantes. Sin embargo, la rescisión del con-
empresarios de vender directa o indirectamente a sus emplea- trato por voluntad de uno solo de los contratantes puede dar
dos y obreros géneros y mercancías, de cualquier naturaleza lugar al pago de daños y perjuicios. Para la determinación
que fueren, etc. de la indemnización a pagarse, deben tenerse en cuenta, lle-
Mucho interesa distinguir bien estas dos clases de situa- gado el caso, los usos, la naturaleza de los servicios prestados,
ciones jurídicas. Las situaciones individuales pueden modifi- el tiempo trascurrido, los descuentos efectuados con miras a
carse por el acuerdo mutuo de voluntad de las partes, pero no una pensión de retiro, y, en general, todas las circunstancias
por la voluntad unilateral de una de ellas. Por lo contrario, que pueden justificar la existencia y determinar la extensión
las situaciones jurídicas generales y legales pueden, en cual- del perjuicio causado.. ." 16 .
quier momento, ser modificadas unilateralmente por la auto- Por lo demás, en caso de abandono imprevisto del trabajo
ridad pública competente para organizarías 13 . por un auxiliar, sin observar los plazos en uso, existe, en prin-
Todo esto es válido tanto para los empleados y obreros de cipio, salvo motivos graves, falta característica. Cuando existe
la industria privada, como para los auxiliares de la Admi- abandono imprevisto y colectivo del trabajo (huelga) por
nistración. parte de un grupo de auxiliares, sin preaviso ni observancia
39) La sanción de los derechos y obligaciones de los auxi- de los plazos en uso, ¿procederá aplicar las reglas admitidas
liares, no es más que la sanción ordinaria de los derechos y para el caso de huelga de los empleados y obreros de la indus-
obligaciones que dimanan del contrato de locación de servicios tria privada? En caso afirmativo, la huelga no es un delito
del derecho privado o del derecho público, a saber: acciones penal, pero puede significar una falta, en razón de la ausencia
judiciales tendientes a que se reconozca la existencia del cré- de preaviso y de la inobservancia de los plazos acostumbrados.
dito o de la obligación y a hacer condenar al deudor a que Esta falta, cuando existe, justifica no solamente la indemni-
cumpla su prestación, dejando a salvo los daños y perjuicios.
4*) Las cuestiones que se susciten sobre el contrato de i

14 Sobre el contrato administrativo de locación de servicios, véase GASTÓN


locación de servicios entre la Administración y los auxiliares JÉZE, Les principes générav/x du dr. adm., 3» ed., n i , 1926, ps. 422 y ss.
son de competencia de los tribunales judiciales, o bien com- 15 La convención ha podido también fijar un plazo para el preaviso.
16 Según la interpretación dada por los tribunales a este texto, el ejercicio
18 GASTÓN JÉZE, Les principes généraw du droit adriü, 3* ed., i, 1925, abusivo del derecho de despido es una falta que justifica el pago de daños y
ps. 13 y ss.; ps. 19 y ss. Cfr. supra, ps. 144 y ss. perjuicios al que los h a sufrido.
250 TEORÍA GENERAL, DE LA FUNCIÓN PÚBLICA Los AGENTES DEL SERVICIO PÚBLICO 251

zación por daños y perjuicios, sino también la rescisión del huelga es una falta mucho más grave, por parte de un auxiliar,
contrato de locación de servicios17. que por parte de un obrero de la industria privada. Es una
falta inexcusable. La obligación jurídica que tienen los auxi-
¿No corresponde ir más lejos? El auxiliar colabora vo-
liares, de no abandonar el servicio sin observar los plazos de
luntariamente en el funcionamiento de un servicio público, es
preaviso, forma parte de las obligaciones legales que se suman
decir, de un servicio cuyo funcionamiento regular, continuado,
a las contractuales (v. supra, p. 246).
ha sido declarado de interés principal. Por el solo hecho de
esta colaboración, ¿no debe prohibirse acaso perturbar, por
una huelga, el funcionamiento regular del servicio? Tal es
mi opinión. Los auxiliares se rigen, a este respecto, por SECCIÓN IV
una regla especial referente a la huelga. No se hallan en
la condición jurídica de aquellos funcionarios que no sola- LOS REQUISADOS
mente no pueden declararse en huelga, sino que tampoco pue-
den abandonar el servicio sin el consentimiento de su jefe La situación del requisado es muy fácil de distinguir de
(toda renuncia debe aceptarse). Los auxiliares sólo están obli- las del auxiliar y del agente del servicio público propiamente
gados a observar los plazos de preaviso, pero deben observarlos dicho.
estrictamente. No es necesario aceptar su renuncia, pero la
I. — La prestación exigida del individuo requisado se
17 La jurisprudencia de la Corte de Casación ha sido resumida con mucha
claridad por el comisario del Gobierno, TARDIEU, en las conclusiones de su dicta- halla bien determinada, pues queda colocado por la fuerza,
men sobre el asunto Winkel, resuelto el 7 agosto 1909 por el Consejo de Estado mediante la manifestación unilateral de voluntad de un agente
( " R e c " , p. 1300): " I n t e r e s a al Consejo conocer . . . l a jurisprudencia de la público, en una situación jurídica individual.
Corte de Casación en lo que concierne a los efectos jurídicos de la huelga sobre
el contrato de trabajo. Esta jurisprudencia se ha afirmado en cuatro resolu- El mecanismo jurídico de la requisición es el siguiente:
ciones: Cámara de requétes, 18 marzo 1902, Loichot; Cám. civil, 4 mayo 1904, V) Por una parte, las leyes determinan: las autoridades
Cazy; 13 noviembre 1906, Christofle; 15 mayo 1907, Valentín Boussel. Puede competentes para proceder a las requisiciones; las formas de la
resumirse así: a) El obrero que se declara en huelga, cualesquiera sean los
móviles que lo han impulsado, Tompe voluntariamente el contrato que le ligaba
requisición; los casos en que resulta posible; las actividades
a su patrono; í>) Si este contrato establecía un plazo de preaviso, el obrero que pueden constituir su objeto; los límites de tiempo dentro
que declara imprevistamente la huelga puede verse expuesto a pagar daños y de los cuales la actividad podrá ser objeto de la medida; las
perjuicios a su patrono; c) E l patrono, por el hecho del obrero, queda desligado
de todas las obligaciones que el contrato le imponía; d) Puede, en consecuencia,
indemnizaciones que deben abonarse; las penas en que incu-
reemplazar a los obreros informales, si halla otros dispuestos a contratar; rren los requisados recalcitrantes; las sanciones que deben
e) Cuando la huelga ha concluido, es libre de no admitir a algunos de los aplicarse a los agentes públicos que hubiesen abusado de la
obreros huelguistas, sin que éstos tengan derecho a considerar esta negativa a facultad de requisición. Todo esto constituye la organización
admitirlos en el trabajo como un despido sin preaviso, no pudiendo, por consi-
guiente, reclamar indemnización; / ) Finalmente, cuando el patrono vuelve a general, impersonal, legal y reglamentaria, del poder legal de
tomar a sus obreros, aunque sea en las mismas condiciones que antes regían, requisición.
es un nuevo contrato el que se celebra entre el obrero y el p a t r o n o " . 29) Además, la manifestación unilateral de voluntad de
Esta jurisprudencia ha sido criticada muy vivamente. W A H L , en notas acer- los agentes competentes, en ejercicio de un poder legal, crea, ¡
ca de resoluciones de Casación, 29 enero 1897, " S . " , 1898, 1, 17; 18 marzo
1902, " S . " , 1903, 1, 465; 4 mayo 1904, " S . " , 1906, 1, 497; 15 mayo 1907, para el individuo requisado —sin que él pueda negarse, es
" S . " , 1908, 1, 408; PLANIOL (notas relativas a resoluciones de Casación, 4 decir, quiéralo o no— la obligación jurídica individual de
mayo 1904, " D a l l o z " , 1904, 1, 189; 13 noviembre 1906, id., 1907, 1, 372; proporcionar la prestación exigida.
Eléments du droit civil, t. n , n. 1845 bis). AMBROISE COLÍN, nota sobre la
resolución de Casación, 15 mayo 1907, " D a l l o z " , 1907, 1, 369; Pie, Législation
La situación del requisado es, desde el punto de vista
tndwstrielle, 4» ed., 1912, ps. 221 y ss., n'" 318 y ss. jurídico, análoga a la del deudor de impuestos. También en
252 TEORÍA GENERAL, DE LA FUNCIÓN PÚBLICA LOS AGENTES DEL SERVICIO PÚBLICO 253

este caso una manifestación unilateral de voluntad de un IV. — Este elemento coercitivo determina las siguientes
agente público, en ejercicio de un poder legal (ley orgánica consecuencias jurídicas:
impositiva), crea, para el contribuyente, quiéralo o no, una l 9 ) La extensión del poder de los agentes públicos en lo
obligación jurídica individual. La diferencia consiste en que, atinente a la requisición, se determina, y sólo puede serlo, por
en la requisición, la prestación determinada que debe propor- la ley propiamente dicha, es decir, por el Parlamento. Después
cionarse no es, como en el impuesto, una cantidad de dinero, de la Revolución de 1789, es un principio evidente en Francia
sino que son o pueden ser prestaciones de actividad personal. la exclusiva competencia del Parlamento para señalar las
Además, la requisición implica, cada vez más, el pago de una cargas públicas que afecten a la libertad personal, a la pro-
indemnización pecuniaria, lo que, evidentemente, se halla ex- piedad individual, a la libertad de comercio e industria, etc.
cluido de la requisición de dinero (impuesto). Finalmente, la (supra, p. 117).
idea política que constituye el fundamento de la requisición, 2*) La sanción de la requisición no consiste en la acción
no es la misma que aquella en que se basa el impuesto 18 . judicial tendiente a comprobar la existencia de la obligación
individual y a condenar a su cumplimiento o al pago de danos
II. — Así, pues, el requisado se distingue claramente y perjuicios. Consiste siempre en una pena que aplicará el juez
del funcionario público propiamente dicho porque el objeto respectivo. E incluso, muy generalmente, será la autorización
de la prestación que se le exige se halla perfectamente deter- dada a los agentes públicos para que, sin previa intervención
minado. de un juez, empleen directamente la fuerza contra el requi-
Esto tiene consecuencias muy numerosas e importantes: sado a fin de conseguir de éste la prestación necesaria para
a) el servicio del requisado es esencialmente acciden- el funcionamiento del servicio público.
tal, ocasional, temporario; 3*) La ley debe prever los abusos de la coerción por parte
b) las cualidades personales del individuo requisado de los agentes públicos. Conviene organizar garantías pre-
son indiferentes; poco importan su nacionalidad, su morali- ventivas automáticas para los administrados, las que pue-
dad, su inteligencia, su edad, su sexo, etc. den consistir en un procedimiento que tienda a hacer una inti-
mación al requisado, o en la amenaza de penas contra las
I I I . — Pero no cabe decir que una diferencia esencial autoridades públicas que abusen del poder de requisición.
entre la función pública propiamente dicha y la requisición,
sea el carácter obligatorio, forzoso, de esta última. El ele- V. — Veamos ahora algunos ejemplos de requisición de
mento coercitivo puede existir también en la función pública actividad individual, tomados de la legislación:
propiamente dicha: servicio militar, servicio del jurado cri- l 9 ) Según la ley del 3 julio 1877, sobre requisiciones mi-
minal o del jurado de expropiación. Lo único verdadero es litares, "en caso de movilización parcial o total del ejército o
que el elemento coercitivo se halla siempre en la requisición, de concentración de tropas, el ministro de Guerra tiene la
mientras que resulta excepcional en la función pública pro- facultad de determinar la época en que ha de comenzar, en
piamente dicha. todo o parte del territorio, la obligación de proporcionar las
prestaciones necesarias para suplir la insuficiencia de los
18 El impuesto es el procedimiento técnico de repartición de los gastos medios ordinarios de aprovisionamiento del ejército" (art. 1°).
públicos entre los individuos: la repartición debe ser equitativa. La requisición "Mediante la requisición pueden exigirse las prestaciones ne-
no es un procedimiento de repartición equitativa: es un recurso, un medio de cesarias al ejército y que comprenden especialmente. .. : 89)
fortuna: los requisados son tomados al azar, sin que nadie se preocupe casi de los guías, mensajeros, conductores, así como los obreros para
asegurar la igualdad de esta carga entre los individuos; en todo caso, ésta no
constituye la preocupación esencial. todos los trabajos que deben realizar los diferentes servicios
254 TEORÍA GENERAL DE LA FUNCIÓN PÚBLICA
Los AGENTES DEL SERVICIO PÚBLICO 255

del ejército; 99) la asistencia de los enfermos o heridos en las der al requerimiento que se le hace, de prestar juramento, de
casas de los particulares..." (art. 5). decir toda la verdad, y nada más que la verdad— se halla en
condiciones de ser requisado para el servicio público judicial.
En principio, todos los individuos, sin distinción de na-
En este caso, hallamos los elementos esenciales del régimen de
cionalidad, edad, sexo, etc., pueden ser requisados.
la requisición: l 9 ) prestación determinada; 2') coerción; 39)
La ley precisa cuáles son las autoridades competentes sanción penal.
para requisar.
Únicamente la ley determina las autoridades que tendrán
Naturalmente, dadas las condiciones políticas y sociales esta facultad y la extensión del poder de los agentes públicos
en que se desarrolla la requisición, los procedimientos jurí- competentes para exigir la prestación. La requisición recae
dicos de realización no son los que se usan comúnmente para sobre todos los individuos sin distinción de nacionalidad,
la realización de las situaciones jurídicas individuales: "En sexo, etc. La sanción de la obligación puede consistir en el
caso de negativa..., si el hecho proviene de la mala voluntad empleo de la fuerza (orden de comparecer), sin contar la
de los habitantes, la efectividad de las prestaciones se asegu- multa decretada por el juez19.
rará, si fuera necesario por la fuerza. Además, los habitantes
que no obedezcan las órdenes de requisición se hacen pasibles Como se ve, el régimen jurídico de la requisición para
de la aplicación de una multa... En tiempo de paz, cualquiera prestar testimonio ante la justicia es, a grandes rasgos, el
que abandone el servicio para el cual fué requerido personal- mismo que el de las requisiciones militares de actividad per-
mente, tendrá que abonar una multa... En tiempo de gue- sonal, y el de las requisiciones para el servicio sanitario, difi-
rra, . . .comparecerá ante un Consejo de guerra y podrá ser riendo considerablemente del régimen jurídico al que se so-
condenado a la pena de prisión..." (ley de 1877, art. 21). meten los jurados, que son verdaderos funcionarios.
La ley no reprime los abusos de la requisición para pres-
En cambio, existen garantías contra los abusos de la tar testimonio ante la justicia, ya que, en efecto, depende de
requisición: procedimiento, penas contra las autoridades pu- los individuos requisados abusivamente, someter a la con-
blicas culpables de abusos: "Todo militar que, en materia de sideración del juez una excusa que éste aprecia discrecional-
requisición, abusa de los poderes que se le han conferido.. . mente.
será castigado con la pena de prisión; todo militar que realiza
49) Requisición para prestar testimonio ante las comisio-
requisiciones sin tener facultades para hacerlo, será casti-
nes parlamentarias investigadoras. — La ley del 23 marzo
g a d o . . . " (art. 22).
1914, relativa a las declaraciones testimoniales recibidas por
29) En materia de policía sanitaria marítima, la ley del 3 las comisiones de investigación parlamentaria, organiza una
marzo 1822 íarts. 12 y 13) y el decreto del 4 enero 1896 requisición testimonial para el servicio público parlamentario,
(art. 111) reglamentan el derecho que tienen los agentes sa-
nitarios "de requerir, no sólo el concurso de la fuerza pública is> P a r a el servicio de la justicia penal, el art. 80 del Código de Instruc-
para el servicio que se les ha confiado, sino también, en ción Criminal establece: " T o d a persona citada para que se la oiga en calidad
casos de urgencia, . . . o de necesidad, de cualquier ciudadano". de testigo está obligada a comparecer y dar satisfacción a la citación: de lo
contrario, el juez de instrucción podrá obligarla a ello; a este efecto, previo
Esta requisición de servicios personales puede exigirse a dictamen del procurador de la República, sin otra formalidad ni plazo, y
todos los individuos, sin distinción de nacionalidad, edad, sin apelación alguna, impondrá una multa que no excederá de 100 francos, y <
podrá disponer que la persona citada sea obligada por la fuerza a deponer como
sexo, etc. No se halla sancionada por una acción judicial, sino t e s t i g o " . E n cuanto al servicio de la justicia civil, los arts. 263 y ss. del Código
por sanciones penales: prisión y multa. de Procedimiento Civil también autorizan el empleo de la fuerza, sin contar la
39) Otro ejemplo de requisición es el testimonio judicial, multa: " S i los testigos citados por segunda vez se mostrasen contumaces, nerán
condenados... al pago de una multa de 100 francos; y el juez comisario podrá
o, de manera más general, la obligación de ser testigo ante la aun dictar contra ellos una orden de comparecer" (art. 264).
justicia. El testigo —que según la ley está obligado a respon-
256 TEORÍA GENERAL DE LA PUNCIÓN PÚBLICA
LOS AGENTES DEL SERVICIO PÚBLICO 257

requisición que se ha calcado sobre el modelo de la requisición


para prestar testimonio ante el servicio público judicial. judicial. El Parlamento tiene, pues, competencia para esta-
blecer esta organización. Sostener lo contrario, es confundir
La ley de 1914 establece: "Toda persona a quien juzgue
la oportunidad política de dictar una ley que organice la men-
útil oír una comisión investigadora parlamentaria, estará
cionada requisición ante las comisiones parlamentarias inves-
obligada a cumplir la citación que le entregará el ujier o un
tigadoras y la constitucionalidad de esta ley una vez san-
agente de la fuerza pública, a instancias del presidente de la
cionada 20 .
comisión. En caso de incomparecencia, se castigará con una
El tribunal correccional del Sena no ha admitido, en 1926,
multa de 100 a 1.000 francos al testigo contumaz, que no pue-
el argumento de inconstitucionalidad alegado ante él. apli-
da justificar una excusa legítima. Además, a requerimiento
cando la multa respectiva a los testigos remisos.
de la comisión, aquél podrá ser objeto de una orden de compa-
recer, extendida por el procurador de la República. La nega-
tiva a prestar juramento se castigará con la pena prevista en
el § 2 del presente artículo. El culpable de falso testimonio SECCIÓN V
será castigado con las penas previstas por el art. 363 del Có-
digo Penal. El culpable de soborno de testigos se hará pasible AGENTES DEL SERVICIO PÚBLICO PROPIAMENTE
de las mismas penas que el falso testigo. Los expedientes en DICHOS; FUNCIONARIOS PÚBLICOS
los que se comprueben las infracciones previstas en los pá-
rrafos precedentes se enviarán al guardasellos para que les
dé el trámite que corresponda en derecho. El art. 463 del La mayoría de los individuos cuya actividad personal
Código Penal será aplicable al caso. Las presentes disposi- asegura el funcionamiento de los servicios públicos, la cons-
ciones sólo se aplicarán a las investigaciones parlamentarias tituyen los agentes del servicio público propiamente dichos,
en virtud de una decisión especial de la asamblea que las los funcionarios públicos.
haya ordenado".
Esta ley ha sido criticada muy enérgicamente. En 1925, § 1
a propósito de la Comisión parlamentaria investigadora nom-
brada para indagar el origen de los fondos empleados por los ¿Cuáles son los caracteres por los que se reconoce el agente
partidos políticos en las elecciones generales, se ha llegado del servicio público, el funcionario?
incluso a sostener la inconstitucionalidad de la ley de 1914.
Muchas personas convocadas, con este pretexto, se negaron a I- — Un primer elemento esencial que permite recono-
prestar juramento y a declarar. cerlo, es el carácter permanente, normal, ordinario, del empleo,
Numerosos juristas, a quienes se consultó acerca de esa de la función, conferidos al individuo. Este carácter lo pone de
negativa, han afirmado su corrección jurídica y el deber de relieve con toda claridad la jurisprudencia del Consejo de
los tribunales de poner en libertad a los prevenidos que invo-
20 DUGUIT, Droit const., 2» ed., rv, 1924, p. 399: " L a teoría que parece
can la inconstitucionalidad de la ley mencionada. Según ellos, haber inspirado la ley del 23 marzo 1914, es la negación misma de toda separa- •
la requisición para prestar testimonio sólo existe en el caso ción de poderes, cualesquiera sean los caracteres que se atribuyan a este prin- '
del servicio público judicial. cipio. Si, como nosotros, se considera que la separación de los poderes es una
simple separación de funciones y que ante todo importa dejar a cada órgano
Esta tesis resulta inadmisible. Ningún texto constitucio- su libre actividad en el círculo de sus atribuciones, y, especialmente, prohibir
nal prohibe al Parlamento organizar la requisición de testi- absolutamente a todo órgano político inmiscuirse en la esfera de las atribuciones
monios para los servicios públicos, con excepción del servicio reservadas a la autoridad judicial, porque allí se encuentra la garantía por
excelencia, indispensable para la libertad individual, no se puede sino criticar

Jéze, Der. adm., II >. 17


258 TEORÍA GENERAL DE LA FUNCIÓN PÚBLICA Los AGENTES DEL SERVICIO PÚBLICO 259

Estado 21 ; por otra parte, a este carácter de permanencia se Asimismo, después de la sanción de la ley de hacienda
atienen también los recientes proyectos del Gobierno y de la del 13 julio 1911, arts. 141 y 142, y del decreto del 13 febrero
Comisión de la Cámara de Diputados (1909, 1911, l 9 junio 3912, la jurisprudencia del Consejo de Estado reconoce al jefe
1920) sobre el estatuto de los funcionarios22. de la secretaría de un ministro el carácter de funcionario 25 .
Lo que debe ser permanente, es la función y no el goce del Existen pocos funcionarios que tengan, como éste, un goce
empleo. Ordinariamente, el agente que ocupa u n empleo per- tan precario, tan temporario, del cargo.
manente, tiene también un goce permanente, pero ello no es
indispensable. Por ejemplo, el jurado criminal o de expro- II. — Otro principio esencial dispone que la actividad
piación23, así como también el soldado, se vinculan a un em- personal del agente se consagre al funcionamiento de un servi-
pleo público permanente, de manera temporaria, más o me- cio público propiamente dicho. No son funcionarios los indi-
nos breve, pero en forma normal, no excepcional n i ocasional. viduos adscritos a un servicio administrativo que no es un
Son ellos agentes del servicio público, es decir, funcionarios. servicio público26.
Consideremos en especial al individuo que no siendo agre- Consideremos, por ejemplo, un inmueble perteneciente .1
gado, se encarga por un año de un curso de enseñanza supe- la Administración, que no se halla afectado a un servicio pú-
rior en una facultad de derecho. El empleo, o sea el curso, es blico, sino que se arrienda a particulares. El conserje de esta
permanente, aunque el individuo sólo se encargue de él por casa, los individuos empleados en el servicio de calefacción de
un año, a título no permanente. Trátase ciertamente, en este ella, ascensoristas, etc., no son agentes del servicio público,
caso, de un funcionario público: la función, el empleo que des- aunque gocen de una situación permanente. Su situación es
empeña, es permanente y no lo ocupa en forma ocasional sino idéntica a la de los conserjes, chóferes, electricistas, etc., que
normalmente24. son empleados de un particular propietario de un inmueble.
E] régimen jurídico al que se someten es el régimen del con-
severamente... l a ley de 1 9 1 4 . . . " . DÜGÜIT no sostiene en su Tratado que la
ley mencionada sea inconstitucional, pero lo ha afirmado en un reportaje pu-
blicado en " L e T e m p s " , a propósito de la investigación parlamentaria del nada, que, una vez cumplida, desaparece? L a cuestión es muy delicada. ¿Es
origen de los fondos electorales. Véase los reportajes de BERTHÉLEMY, DUGUIT, permanente el empleo! E n realidad, la cuestión es puramente teórica; ninguna
HAURIOU, MESTRE y ROLLAND, en " L e Temps", 15, 19 y 29 de noviembre; dificultad, que sepamos, se ha suscitado en casos de esta índole.
3 y 20 de diciembre de 1925. HAURIOU, Droit const., 1923, p. 583, cita la ley 26 Cons. de Est., 11 abril 1919, Labussiére, " B e c . " , p . 395. V. supra,
de 1914, sin criticarla. p. 247, nota.
21 V. las resoluciones del Cons. de Est., 1899, Lcbert; 1905, Vauthron; 1907, 26 L a Imprenta Nacional, ¿es un servicio público propiamente dicho? L a
Moulié; 1908, Héligon, etc., citadas supra, p . 244, nota 8. cuestión es dudosa. DUGUIT (Droit const., 2» ed., m , 1923, p . 10) estima que
22 Ver supra, p . 238, nota 1. no existe allí un servicio público, concluyendo por decir que los obreros que
23 E n sentido contrario, DUGUIT (Droit constitutionnel, 2* ed., n i , 1923, trabajan en la composición de la Imprenta Nacional no son funcionarios. Cita
p. 1 4 ) : " N o son funcionarios los miembros del jurado criminal o del de en este sentido una resolución del Cons. de Estado, del 29 noviembre 1918,
expropiación, aun considerados en el ejercicio de su misión. Seguramente, Association genérale des percepteurs, " R e c . " , p. 1068. Si bien es exacto que
colaboran en un servicio público. Según la expresión del art. 224 del Código los obreros que trabajan en la composición no son funcionarios, cabe observar
Penal, ' s e hallan encargados de una función pública', pero no son funciona- que el Consejo de Estado no ha dicho que la Imprenta Nacional no sea un
rios, pues no colaboran en el servicio público de manera permanente, ni forman servicio público, habiéndose limitado a comprobar que los mencionados obreros
parte de los cuadros permanentes del servicio". No obstante, DUGUIT admite no forman parte de los cuadros: " N i el decreto del 20 agosto 1824, ni los
que los soldados son funcionarios públicos. ¿Hará una excepción para los reser- textos legales que lo han modificado, han incluido a los obreros compositores
vistas, que hacen ejercicios durante períodos de algunos días? Si no, ¿cómo de la Imprenta Nacional en los cuadros constitutivos de esta Administración;
conciliar esta solución con la que él da para los jurados? El punto capital es "1 la circunstancia de que estos obreros reciban salarios pagados con los fondos
de que los reservistas forman parte normalmente de los cuadros permanentes del presupuesto y hagan aportes sobre dichos emolumentos para la pensión que
de u n servicio público. les abonará la Caja nacional de pensiones a la vejez, no basta para conferir a
24 iQuid del individuo que no pertenece ya a la Administración y a quien sus servicios carácter administrativo, en el sentido del art. 6 del decreto del
8e le encarga una embajada extraordinaria, una misión diplomática determi- 11 junio 1 9 2 1 " .
260 TEORÍA GENERAL DE LA FUNCIÓN PÚBLICA LOS AGENTES DEL SERVICIO PÚBLICO 261

trato dé locación de servicios del derecho privado, sin nin- Pero todavía hoy la rechazan algunos autores 30 —por lo
guna modificación27. demás, cada vez más escasos— que creen que la naturaleza
de los actos realizados por un individuo, puede influir sobre
III. — Resulta indiferente el nombre que se da a los indi- el régimen jurídico al cual se somete. Ello equivale a desco-
viduos : así, por ejemplo, los supernumerarios son funcionarios nocer la noción de servicio público31. Cuando se dice que la
propiamente dichos, porque forman parte de los cuadros per- satisfacción de necesidades de interés general se erige en servi-
manentes de la Administración y colaboran en un servicio pú- cio público, quiere significarse que se hsn elaborado teorías
blico28. especiales para que pueda lograrse dicho propósito en las me-
jores condiciones posibles: rapidez, seguridad, continuidad,
IV. — Poco importa el género de las prestaciones de acti- exactitud, etc. Una de esas teorías especiales sostiene que los
vidad que los individuos proporcionan. No sólo son funciona- individuos encargados de satisfacer dichas necesidades de in-
rios quienes realizan actos jurídicos, sino también los que lle- terés general se hallan sometidos a un régimen jurídico espe-
van a cabo actos materiales; no solamente lo son aquellos que cial, que implica la subordinación completa de los intereses
se dedican a trabajos que exigen una gran inteligencia, sino particulares al interés general, y que puede modificarse en
también los que no aportan más que la fuerza de sus brazos. cualquier momento. ¿Por qué causa la circunstancia de que
Los prefectos, los alcaldes, los jueces, los profesores, etc., son estos agentes realicen o no actos jurídicos, sean éstos unilate-
evidentemente funcionarios; pero también tienen ese carácter, rales o contractuales, debe oponerse a que se establezca para
los agentes de policía, los de correos, telégrafos y teléfonos,
los ujieres, cadetes de oficinas públicas, redactores, oficinis-
tas, dibujantes, arquitectos, etc. También son funcionarios los servicio de la represión de fraudes es un servicio p ú b l i c o . . . Dada su colabora-
oficiales del ejército y los gendarmes. ción en la aplicación de la ley del 1» agosto 1905 (sobre represión de fraudes),
los directores de estos laboratorios (del Estado, de los departamentos o de los
Esta solución se admite sin ninguna vacilación, en la municipios, adscritos por resolución ministerial) y los químicos que allí trabajan
jurisprudencia del Consejo de Estado 29 . bajo su control, son exclusivamente agentes de la A d m i n i s t r a c i ó n . . . " .
30 Por un momento, en Francia, se ha querido reservar el carácter de
27 Ésta es una diferencia con los auxiliares, los que colaboran en un funcionarios públicos propiamente dichos, únicamente a los individuos que reali-
servicio público. V. supra, p. 249. zasen actos jurídicos de poder público. " H a y —escribe todavía BERTHÉLEMY
28 Cons. de Est., 30 julio 1920, Aubry, " R e c " , p. 793: " S e g ú n los tér- (Droit adm., 10» ed., 1923, p. 4 9 ) — funciones que implican la participación en
minos del art. 2 del decreto del 30 julio 1909, los maestros particulares practi- la potestad de mando, las que se confieren en condiciones l e g a l e s . . . , no teniendo
cantes de los liceos y colegios son delegados del rector. La decisión del vice- ninguna base c o n t r a c t u a l . . . Existen otras funciones que, constituyendo un
rrector. . . por la que delega en el señor A las funciones de maestro practi- vínculo entre las personas morales administrativas y las que trabajan por su
cante en el colegio de M e l u m . . . no especificaba que este nombramiento se propia cuenta, son verdaderas locaciones de servicios, contratos de puro derecho
haría a título temporario. En esta situación, el señor A tenía derecho, durante civil. ¿En qué se distinguen estas diversas categorías de funciones?... La
su movilización, al goce del sueldo civil correspondiente a su c a r g o " . distinción que resulta de la misma naturaleza de las funciones públicas, es muy
29 Cons. de Est., 9 junio 1899, Bergeon ( " R e c " , p. 4 1 6 ) : " E l señor B d i f e r e n t e . . . Los administradores realizan dos clases de actos: de autoridad y
(administrador del impuesto al consumo), quien no justifica la existencia de de gestión. Puesto que los actos de gestión se realizan por cuenta del Estado-
ninguna convención especial celebrada entre él y la ciudad de Agde, carece de persona moral, la función que consiste en cumplirlos puede considerarse como
acción para prevalerse de la resolución del prefecto que le ha nombrado admi- una locación de servicios entre el Estado y el funcionario. La misión de realizar^
nistrador del impuesto al consumo y sostener que tenía derecho a conservar este actos de autoridad puede conferirse a cualquiera por elección o por una desig-
cargo durante determinado t i e m p o . . . " . nación que, aunque requiere la aceptación del funcionario, no es por ello menos
Cons. de Est., 11 diciembre 1903, Villenave ( " R e c " , p. 767): " E n nin- un acto de autoridad, y no un acto contractual. Funciones de autoridad, fun-
gún momento puede decirse que haya existido contrato entre la ciudad y el ciones de gestión; he ahí la distinción, gracias a la cual se define con toda
recurrente, con ocasión del servicio a cuyo frente se le colocó (ingeniero-jefe simplicidad la naturaleza de las funciones públicas".
del servicio de obras municipales)''.
31 V. supra, ps. 4 y ss.
Tribunal de Conflictos, 22 abril 1910, Bausillon ( " R e c " , p . 3 2 2 ) : " E l
262 TEORÍA GENERAL, DE LA FUNCIÓN PÚBLICA LOS AGENTES DEL SERVICIO PÚBLICO 263

ellos un régimen jurídico, de tal modo que el servicio público normalmente empleados en un servicio público, que en la mis-
funcione lo mejor posible?32 ma forma figuran en los cuadros constitutivos del ejército.
¿Podrá objetarse que los soldados no colaboran en un servicio
V. — A mi juicio, cabe también decidir que los soldados público; que se los llama bajo banderas, no para hacer funcio-
son agentes públicos propiamente dichos. Este criterio no se nar un servicio público, sino para instruirse? El ejército —se
discute respecto de los reenganchados y contratados (commis- ha dicho— no es más que una escuela para la guerra34. Des-
sionnés), pero también me parece aplicable a los soldados arrollando esta idea, correspondería decir que los soldados,
llamados bajo banderas, para cumplir con la obligación legal, así como los alumnos de los liceos o escuelas nacionales, no
o para los enganchados™. Trátase, en efecto, de individuos pueden considerarse funcionarios públicos: Escuela Militar
de Saint-Cyr, Escuela Politécnica, Escuela Normal Superior,
32 BERTHÉLEMY declara (p. 50, nota 1) lo siguiente: " E n c a r g a r a un Escuela de Artes y Oficios, etc.
ingeniero, mediante una retribución anual, que dirija la construcción y la
explotación de una vía férrea; encargar a un profesor, mediante la misma clase Esta manera de razonar es inadmisible. Sería preciso de-
de retribución, que enseñe retórica a los adolescentes; he ahí actos que son cir, entonces, que en tiempo de guerra los soldados se convier-
innegablemente contractuales, cuando los realizan una compañía de ferrocarriles ten en agentes públicos, porque en esos momentos no puede
o el director de un colegio l i b r e . . . Son contratos de locación de servicios...
¿Cómo pueden estos mismos actos cambiar de naturaleza jurídica y convertirse
hablarse de instrucción para la guerra. Por otra parte, el razo-
en actos unilaterales, dejando de ser locaciones de servicios, por el solo hecho namiento que precede desconoce la misión del Ejército. Éste
de que los realice una Administración pública en nombre del Estado ? ' ' . He aquí no es tínicamente una escuela. La Constitución del 3 setiembre
mi respuesta: Porque los gobernantes estiman que el régimen jurídico de 1791 ha definido la misión del Ejército en términos que siguen
la locación de servicios no es el régimen al que deben someterse los agentes del
servicio público, para que sean bien satisfechos los intereses generales. Eviden- siendo exactos: "La fuerza pública se instituye para defender
temente, nada impediría que este régimen fuese el de la locación de servicios; al Estado contra los enemigos exteriores, y asegurar en lo in-
pero los gobernantes han considerado que esta última carece de flexibilidad, terno el mantenimiento del orden y el cumplimiento de las
que no permite adaptar rápidamente la organización del servicio a las necesi- leyes35. "Ella se compone de los ejércitos de tierra y de mar,
dades sociales. E l régimen jurídico de la locación de servicios ha sido, pues,
descartado, como igualmente lo ha sido el régimen de la propiedad privada como asimismo de la tropa destinada especialmente al servicio
para ciertas cosas afectadas a un servicio público (dominio público). En ambos del interior... "30.
casos, el cambio tiene por objeto asegurar la satisfacción de los intereses gene-
rales. BERTHÉLEMY queda casi como único partidario de su opinión. Cfr. sobre Se ha dicho también que los soldados que cumplen el
este punto: LARNAUDE, " R e v u e Pénitentiaire", junio 1906; E S M E I N , Droit servicio militar son requisados37, lo que es un error evi-
const., 7» ed., 1921, n, ps. 119.y ss.; HAURIOU, Principes de droit public, 1910, dente. El carácter esencial de la requisición es ser una presta-
ps. 484 y ss.; DUGUIT, Traite de droit const., 2» ed., n, ps. 269 y ss.; ni, ps. 10
y ss. Cfr., también, mi nota en la " R . D . P . " , 1911, p. 78, acerca de la dife-
rencia entre la enseñanza pública y la privada: " E l servicio público de ense- mismo estatuto militar que los individuos convocados por la orden de movili-
ñanza funciona en las condiciones exclusivamente determinadas por las leyes zación g e n e r a l " . En sus conclusiones, el comisario del Gobierno, CORNEILLE,
y reglamentos: cada padre de familia carece de derecho para decir cómo de- decía: " L a situación jurídica se diferencia de la noción contractual. Es el
berá funcionar el servicio con respecto a su h i j o . . . El personal docente hace status legal de los convocados el que se va a aplicar a los enganchados... La
funcionar un servicio público, pero sólo puede hacerlo en las condiciones deter- situación jurídica será, en lo sucesivo, reglamentaria y no contractual".
minadas por las leyes y reglamentos". GASTÓN JÉZE, Les principes généraux du 34 OTTO MAYER, Droit administratif allemand, ed. francesa, iv, p. 1 1 : " E l
droit adm., 3* ed., in, 1926, ps. 26 y ss. e j é r c i t o . . . es la gran escuela de la nación para la g u e r r a " . LABAND, Archir,
33 Actualmente, el Consejo de Estado admite que los enganchados militares für óff. Becht, m , p. 519: " E l servicio militar obligatorio en tiempo de paz»
no se hallan colocados en una situación contractual. Cons. de Est., 16 julio 1920, no es más que una instrucción obligatoria".
Chirac, " R e c " , p. 708 ( " R . D . P . " , 1920, p. 537 y la n o t a ) : "Contratar un 35 C. 1791, título iv, art. 1».
enganche para toda la duración de la guerra, no implica que el Estado quede 36 C. 1791, título IV, art. 2.
obligado hacia los enganchados voluntarios, mientras dure la guerra, por esti- 37 HAURIOU, Droit administratif, 9» ed., 1919, p. 666: ' ' Estas sanciones pe-
pulaciones sinalagmáticas... Significa, únicamente, que los mencionados en- nales subrayan el carácter de requisición que tiene el servicio m i l i t a r " . Este
ganchados están sometidos, hasta esa fecha, a las mismas obligaciones y al autor confunde requisición con contrainte (coerción).
264 TEORÍA GENERAL DE LA FUNCIÓN PUBLICA LOS AGENTES DEL SERVICIO PÚBLICO 265

ción bien determinada?*; el soldado pone, en el servicio pú- VIL — Poco importa que el servicio sea voluntario o
blico, toda su actividad personal. forzado. Muy a menudo los funcionarios públicos ingresan
Se concluye, entonces, que todos los militares del ejército voluntariamente al servicio. Pero a veces éste tiene el carácter
de tierra —oficiales, suboficiales, cabos, brigadieres y solda- de obligatorio: jurados 42 , soldados, lo que no tiene ninguna in-
dos— y los marinos de todos los grados —oficiales, oficiales- fluencia sobre la naturaleza jurídica de la situación: ya que
marineros y marineros— son funcionarios públicos propia- voluntarios o forzados, todos son funcionarios públicos.
mente dichos39. Los oficiales y soldados de la reserva son fun-
cionarios públicos, durante el tiempo en que se hallan bajo VIII. — Es indiferente que el servicio sea remunerado o
banderas. gratuito. Los jueces de los tribunales de comercio no reciben
ninguna remuneración; los alcaldes ejercen sus funciones gra-
VI. — Es indiferente el modo de reclutamiento de estos tuitamente. Todos ellos son, evidentemente, funcionarios pú-
agentes: nombramiento o elección. El alcalde no dejó de ser un blicos propiamente dichos.
funcionario público el día en que se declaró electivo su cargo40.
Tampoco existe ya duda sobre el carácter de funcionarios pú- IX. — En síntesis, son funcionarios públicos propiamente
blicos que tienen los jueces de los tribunales de comercio o de dichos los individuos investidos, aunque sea temporariamente,
los consejos de conciliación (conseillers prud'hommes), aun- de un empleo permanente, normal, para colaborar en el
que todos estos agentes sean elegidos. Los miembros de los funcionamiento de un servicio público43.
concejos municipales y los consejeros generales no han cam-
Resulta importante colocar en sitio especial a los funcio-
biado de situación cuando sus cargos se hicieron electivos;
narios públicos propiamente dichos, porque se hallan someti-
son funcionarios públicos tanto antes como después de 1831- dos a un régimen jurídico especial, que no es la locación de
183341. servicios, ni siquiera la de derecho público.
38 V. supra, p. 251.
39 En este sentido DUGUIT, Traite de droit constitutionnel, 2* ed., III,
órganos administrativos, pero que los individuos que los componen no son
1923, p. 15: " T o d o s los militares, aun los simples soldados, son funcionarios.
funcionarios, sino simples ciudadanos encargados de una misión de servicio
Los oficiales y los suboficiales son, evidentemente, funcionarios, i Por qué no
público, cuando participan de una sesión legal del cuerpo que integran. Lo
lo serían los simples soldados? Ellos participan de manera permanente y normal
mismo ocurre cuando cumplen ciertas funciones que la ley les encomienda, a
en el funcionamiento de un servicio público. Se ha dicho: el servicio militar es
veces, a título individual". Esto resulta, a mi juicio, inadmisible. Los
un impuesto, y no una función. Todo lo que puede decirse, es que se trata de
jueces ejercen sus funciones colectivamente; lo mismo, los consejeros de pre-
una función obligatoria, pero no por ello deja de ser f u n c i ó n . . . " . DUGUIT hace
fectura. ¿Serán simplemente ciudadanos a quienes se encomienda una misión
alusión a una teoría según la cual el servicio militar constituiría un impuesto.
de servicio público?
Los que defienden esta manera de ver, desconocen absolutamente la noción del
impuesto (sistema de repartición de los gastos públicos entre los individuos). 42 E n sentido contrario, DUGUIT, Traite de droit constitutionnel, 2» ed., in,
•40 E n este sentido, DUGUIT, Droit const., 2» ed., m i , 1923, p. 16. 1923, p. 14. Cfr. supra, p. 258, nota 23.
41 En contra, DUGUIT, Droit const., 2» ed., n i , 1923, p. 16: " N o sucede lo 43 Cfr. DUGUIT, Droit const., 1» ed., 1907, p. 416: " S o n funcionarios los
mismo con los miembros de los cuerpos deliberantes, diputados, consejeros gene- agentes jerarquizados o disciplinados (queremos decir sometidos a las reglas
rales, concejales municipales. Tomados individualmente, no tienen ninguna fun- de una jerarquía o de una disciplina especial) que se hallan asociados de
ción y, por consiguiente, ningún carácter propio; las funciones y el carácter manera permanente y normal al funcionamiento de un servicio público, y de
propio que les es inherente pertenecen al cuerpo de que forman parte. Es ahí, precisamente, viene su nombre de funcionarios. Otra definición que es ;
verdad que, en realidad, éstos no son cuerpos que no tengan voluntad y que idéntica a la precedente. Los funcionarios propiamente dichos son todos loa
obren por sí mismos; los que actúan son los individuos que los componen. No agentes que están asociados de manera permanente y normal a la realización
es menos verdadero que los miembros de los cuerpos administrativos no repre- de una misión considerada obligatoria por el Estado en cierto momento; pero
sentan nada tomados individualmente y que no participan en el funcionamiento lo que hace que determinada misión a cumplirse pueda servir de base a un
del servicio público sino cuando se hallan reunidos como cuerpo y cuando éste servicio público, es precisamente que ella sea considerada, en cierto momento,
realiza una sesión legal. Así, pues, resulta exacto decir que estos cuerpos son obligatoria para el E s t a d o " .
266 TEORÍA, GENERAL, DE LA FUNCIÓN PÚBLICA LOS AGENTES DEL SERVICIO PÚBLICO 287

§ 2 ción de un servicio público para armonizarlo, así, con las nece-


sidades sociales, se hallará un obstáculo jurídico en la situa-
Caracteres generales del régimen jurídico al que se hallan ción de los individuos vinculados al servicio público, ya que,
sometidos los agentes públicos propiamente dichos desde el momento que hay contrato de locación de servicios,
(funcionarios) no pueden modificarse las condiciones en las cuales aquéllos
realizan su trabajo, si no se hace un nuevo contrato.
Existe aquí un problema político y otro jurídico. Resulta evidente que con semejante combinación el servi-
V) Políticamente, se trata de elegir entre tres procedi- cio podrá materialmente funcionar; pero no es menos evidente
mientos, o, lo que es lo mismo, entre tres regímenes jurídicos que el procedimiento del contrato de locación de servicios care-
posibles: l 9 ) el régimen del contrato de locación de servicios ce de flexibilidad. Se necesita que la organización del servicio
(del derecho privado o del derecho público); 29) el régimen de público pueda adaptarse fácilmente, en cualquier momento,
la requisición; 39) el régimen legal y reglamentario de la a las necesidades que deban satisfacerse. No se obtiene ello
función pública. con el régimen contractual.
29) Jurídicamente, es preciso mostrar el mecanismo del
procedimiento adoptado. III. — Una combinación más flexible es el régimen legal,
general, impersonal, determinado unilateralmente. La situa-
I. — El problema político ción de los agentes del servicio público propiamente dichos,
será reglada unilateralmente por los jefes de repartición o por
I. — En todos los Estados civilizados modernos, el proce- los gobernantes; el contrato no entrará en juego en ningún mo-
dimiento, el régimen de la requisición, con su carácter frag- mento.
mentario y forzoso, es absolutamente insuficiente para asegu- La Administración organizará, modificará y trasformará
rar la marcha normal, satisfactoria, de los servicios públicos. unilateralmente sin preocuparse jurídicamente*5 de la volun-
Económica, social y políticamente, trátase de un procedimiento tad y de los deseos de los agentes. En los países libres, resulta
lleno de inconvenientes, para el individuo y para el interés imposible prescindir por completo de la opinión y de los inte-
general. Sólo puede ser un procedimiento excepcional44. Que- reses de los funcionarios públicos. Una buena organización del
dan el contrato de locación de servicios y el régimen legal y servicio público es aquella que asegura la satisfacción de las
reglamentario de la función pública. necesidades de interés general, sin sacrificar de ningún modo
a los agentes empleados en dicho servicio. Es posible obtener
II. — En el régimen del contrato de locación de servicios, este resultado sin recurrir al procedimiento contractual, con-
el individuo discute, antes de ingresar, las condiciones del tra- servando siempre el unilateral. Basta para ello establecer que,
bajo, o bien acepta las que se le proponen. Una vez celebrado antes de adoptar tal o cual decisión concerniente al personal,
el convenio, este acuerdo hace la ley de las partes, debiendo los jefes de servicio escucharán las opiniones de los delegados
hacerse referencia a él. Este acuerdo sólo puede modificarse de los agentes del servicio público, quienes expresarán los
por la voluntad concordante de las partes; no puede ser modi- deseos del personal. Estos delegados no tomarán por sí mismos
ficado por la voluntad unilateral de una de ellas. La con- ninguna decisión, pero se les oirá. Es ésta una combinación ,
secuencia directa, necesaria, es que aunque se advirtiese, intermedia entre el sistema del contrato y el exclusivamente
en el curso del tiempo, la necesidad de modificar la organiza- unilateral. Jurídicamente, además, como la decisión emana

44 Para el desarrollo de esta idea, GASTÓN JÉZE, Cours de se. des finances, 45 Desde el punto de vista político, ésta es otra cuestión. Cfr. supra,
6» ed., Théorie genérale des dépenses publiques, 1922, ps. 34 y ss. ps. 144 y ss.
268 TEORÍA GENERAL DE LA FUNCIÓN PÚBLICA LOS AGENTES DEL SERVICIO PÚBLICO 269

exclusivamente de los jefes de servicio, puede decirse que, con ingresar los agentes en la Administración; no es un contrato el
la sola modificación de oír las opiniones de los delegados del que regula los derechos y obligaciones de los individuos em-
personal, se trata del sistema unilateral. pleados en el servicio público. No es tampoco un contrato el
que fija la duración de las funciones y las condiciones para
IV. — Tales son las combinaciones políticas. Los Estados
dejar el servicio público. Finalmente, la sanción de los dere-
civilizados modernos se adhieren a uno u otro sistema. Pa-
chos y obligaciones de los agentes del servicio público ; no es
reciera que Inglaterra practica el régimen contractual de la
locación de servicios, y que los Estados alemanes utilizan el la de los derechos y obligaciones resultantes de un contrato.
sistema unilateral sin modificaciones. El sistema francés es Todo ello está regulado por las leyes y reglamentos™.
el del régimen unilateral, con tendencia a introducir la moda-
lidad de oír las opiniones de los delegados del personal 46 . En podrían, en ningún caso, obstaculizar el derecho de la Administración para pro-
otras palabras: en Francia, los agentes del servicio público ceder a la reorganización de los servicios". Cfr. sobre este punto, JÉZE, Nature
propiamente dichos están colocados en una situación legal légale et réglamentaire de la fonction publique, en " R . D . P . " , 1910, ps. 85 y ss.
Cfr., también, las resoluciones precitadas (p. 260, nota 29) del Consejo de
y reglamentaria. Estado, en las cuales dicho tribunal administrativo afirma que no existe un
Es preciso demostrar ahora esta proposición y sacar de contrato ordinario entre la Administración y el agente del servicio público:
ella las consecuencias más importantes. Cons. de Est., 9 junio 1899, Bergeon ( " R e c . " , p. 4 1 6 ) ; 11 diciembre 1903,
Villenave (id., p. 767). Sin embargo, el Consejo de Estado emplea muy fre-
cuentemente la expresión " c o n t r a t o de derecho público", o también, " c o n t r a t o
II. — El régimen jurídico de los funcionarios públicos de función pública". Pero el comisario del Gobierno, TAKDIEU, en el caso Winkel,
7 agosto 1909 ( " R e c " , p. 1302), explica lo que debe entenderse por dichas
expresiones. Se verá que de las mismas explicaciones dadas por TARDIEU, resulta
I. — En Francia, los agentes propiamente dichos del servi- muy claramente que no se t r a t a de un contrato: todos los elementos esenciales
cio público están en una situación jurídica legal y reglamenta- de éste brillan por su ausencia. "Seguramente —dice— éste no es pura y sim-
ria. Esto significa que el procedimiento del contrato no inter- plemente el contrato de trabajo del Código Civil. A diferencia de lo que
viene en ningún momento47. No es, pues, un contrato el que hace sucede en derecho privado, aquí las partes no tratan sobre un pie de igualdad.
El Estado fija a su antojo, y teniendo como norte el mejor funcionamiento del
46 Esta tendencia se manifiesta muy claramente en los textos legales más servicio público, las diversas cláusulas del contrato. Determina por su cuenta,
recientes sobre la organización de la función pública. Véase, respecto de esta sin discusión y sin previo entendimiento con los candidatos funcionarios, los
tendencia, el estudio de BONNARD, La crise du fonctionnarisme, en la " R e v u e deberes y obligaciones que se imponen a cada agente. Establece igualmente los
du Droit P u b l i c " , 1907, ps. 481 y ss.; ps. 733 y ss. Véase, también: 1») exposi- beneficios que les concede, el monto de sus retribuciones, las condiciones y el
ción de motivos del proyecto de ley sobre el estatuto de los funcionarios, pre- monto de las pensiones, las reglas según las cuales serán ascendidos, las condi-
sentado por el gabinete CLÉMENCEAU, el 25 mayo 1909, y el texto de este pro- ciones en que se reprimirán sus faltas, las penas disciplinarias en que pueden
yecto ("Revue du Droit P u b l i c " , 1909, ps. 343 y s s . ) ; 2») el dictamen de la incurrir y el procedimiento según el cual se aplicarán estas sanciones, y, final-
Comisión de la Cámara de diputados sobre el proyecto de ley del 25 mayo 1909; mente, las garantías que les protegerán contra la arbitrariedad. No solamente
y el texto del proyecto de la Comisión ("Revue du Droit P u b l i c " , 1909, ps. 595 fija el Estado por sí estas condiciones, sino que también se reserva el derecho
y ss.). A. LEFAS, L'État et les fonctionnaires, 1913, ps. 322 y ss.; 350 y ss. de modificarlas antes de su ejecución total. Por último, queda siempre libre de
47 Eso es lo que muchas veces ha declarado el Consejo de Estado: 11 junio suprimir el servicio y, por consecuencia, el empleo... Es este acuerdo de volun-
1909, Association amicále des médecins des asiles publics d'áliénés ("Rec", tades que se produce luego del nombramiento aceptado por el funcionario
p. 5 7 6 ) : " L o s derechos y beneficios que p a r a los funcionarios resultan de una —acuerdo generador de obligaciones recíprocas—, lo que constituye lo que se
reglamentación hecha por decretos y resoluciones ministeriales, se hallan subor- denomina contrato de función p ú b l i c a " . Nada se podría decir mejor que lo
dinados al mantenimiento de dichas decisiones, y, en ausencia de una disposi- expuesto, para demostrar que este acuerdo de voluntades no es un contrato '
ción legislativa que estatuya sobre este objeto, la organización establecida me- creador de derechos y obligaciones, pero tiene sí por efecto jurídico aplicar a
diante un decreto puede ser modificada válidamente por un decreto u l t e r i o r " . un individuo un status legal y reglamentario, organizado unilateralmente por
Cons. de Est., 19 noviembre 1909, Zeilabadine, " R e c . " , p. 894 (con las conclu- las leyes y reglamentos. Es un acto-condición. E s un acto unilateral, promovido
siones de TAKDIEU, supra, p. 190, nota 153); Cons. de Est., 27 junio 1913, o aceptado. GASTÓN JÉZE, Les principes généraux du droit adm., 3» ed., m ,
Cornus, id., p. 764: " L o s derechos y beneficios que para los funcionarios re- 1926, p. 486.
sultan de una reglamentación, quedan subordinados a su mantenimiento, y no •48 Por otra parte, un contrato puede acoplarse a la situación legal. Sobre
LOS AGENTES DEL SERVICIO PÚBLICO 271
270 TEORÍA GENERAL DE LA FUNCIÓN PÚBLICA

Por lo tanto: l 9 ) el acto jurídico por el cual ingresa un den prevalecer sobre el interés general representado por el
individuo al servicio público es un acto-condición, es decir, servicio público. El régimen del servicio público descansa sobre
que no tiene por efecto jurídico crear para un individuo una la supremacía del interés general. La huelga es, pues, por parte
situación jurídica individual, sino investirlo de una situación . de los agentes del servicio público, un hecho ilícito, una falta
legal y reglamentaria. disciplinaria 50 . Fué esto lo que el Consejo de Estado declaró
29) El acto jurídico por el cual se organiza un servicio solemnemente, a propósito de la huelga de los empleados de
público, determinándose asimismo los derechos y deberes de correos, por resolución del 7 agosto 1909, Rosierf Winkel*1, y
los agentes vinculados a este servicio, es una ley o un regla- a raíz de la huelga de los agentes de los ferrocarriles, por
mento, es decir, un acto que crea una situación jurídica gene- resolución del 18 julio 1913, Syndicat national des chemins
de fer52. Y esta jurisprudencia, mantenida luego53, ha sido
ral e impersonal.
3') El acto jurídico por el cual un individuo deja el
50 La huelga de los agentes del servicio público, ¿cae, también, bajo el
servicio público es un acto-condición, es decir, una manifesta- dominio de la ley criminal (arts. 123 y ss. del Código Penal) f. Resulta inútil
ción de voluntad que coloca a una persona en una situación averiguarlo, porque es evidente que dichos textos legales, que no se han apli-
jurídica general e impersonal (status de agente renunciante, cado bajo los regímenes políticos monárquicos, menos lo serán bajo la Tercera
de agente destituido, de agente jubilado, etc.). República. Sin embargo, en 1905, el Gobierno afirmó que, en caso de huelga,
" l o s subagentes de c o r r e o s . . . no dejarán de estar sometidos a los arts. 123 y
49) La sanción de los derechos y deberes de los agentes 126 del Código Penal, que reprimen las coaliciones de funcionarios" (nota del
del servicio público es la de las situaciones jurídicas generales 7 setiembre 1905, en " R . D . P . " , 1905, p. 862).
e impersonales y no la de las situaciones jurídicas individuales. s i Veamos los términos empleados por el Consejo de Estado, Winkel, 7
La acción judicial no constituye el procedimiento que corres- agosto 1909 ( " R e c . " , p. 1302, con las conclusiones del comisario del Gobierno,
TARDIEU) : " L a huelga, si debe considerarse como un hecho que puede produ-
ponde al deber de servir. cirse legalmente en el curso de la ejecución de un contrato de trabajo regulado
II. — El régimen jurídico de los funcionarios públicos no por las disposiciones del derecho privado, es, por lo contrario, cuando resulta de
tiene únicamente esta primera serie de consecuencias que di- una negativa de prestar servicio concertada entre los funcionarios, un acto ilícito,
aun cuando no podría ser reprimido por aplicación de la ley penal. Por su
manan todas del hecho de no existir contrato. La noción de aceptación del cargo que se le ha conferido, el funcionario queda sometido a
servicio público tiene otras consecuencias necesarias; se prohi- todas las obligaciones derivadas de las mismas necesidades del servicio público
ben a los agentes públicos propiamente dichos todas las accio- y renuncia a todas las facultades cuyo ejercicio sería incompatible con el fun-
nes que pudiesen paralizar o trabar el funcionamiento regular, cionamiento normal y continuo de los órganos necesarios a la vida nacional.
Al declararse en huelga, los agentes adscritos al servicio público, bajo cualquier
normal y continuo del servicio público49. denominación que sea, no cometen solamente una falta individual..."'. Véase
De lo expuesto se desprende: el texto de la resolución y mi crítica, en la " R . D . P . " , 1909, ps. 494 y ss.
l 9 ) La huelga de los agentes del servicio público propia- 52 Veamos ahora los términos de la resolución de 1913 ( " R . D . P . " , 1913,
mente dichos, es siempre, sean cuales fueren las circunstancias, ps. 506 y ss., con las conclusiones de HELBRONNER y mi n o t a ) : " A l convo-
una falta grave. Huelga y servicio público son nociones anti- car, durante el trascurso de una huelga, por un período de servicio de veintiún
días a cumplirse bajo el régimen militar, a los empleados y obreros de la Compa-
nómicas. La huelga es el hecho que subordina el funciona- ñía de los ferrocarriles del N o r t e . . . , el ministro de Guerra ha entendido asegurar
miento de un servicio público, es decir, la satisfacción de una la continuidad del servicio de los ferrocarriles, cuyo funcionamiento regular e
necesidad general, a los intereses particulares de los agentes. ininterrumpido es, en cualquier época, indispensable para la seguridad del terri-
Por respetables que fuesen estos intereses particulares, no pue- torio y para la defensa nacional". HELBRONNER ha insistido mucho sobre esta
idea de que el servicio de los ferrocarriles es un servicio público, " y aun un
servicio militar, cuya permanencia y continuidad interesan en el más alto grado
este contrato adicional, véase GASTÓN JEZE, Les principes généraux du droit adm., a la defensa nacional".
3» ed., n i , 1926, ps. 428 y ss. 53 Cons. de Est., 13 enero 1922, Syndicat national. V. infra, p. 279, nota 76.
•*9 Cfr. supra, ps. 249 y ss.
LOS AGENTES DEL SERVICIO PÚBLICO 273
272 TEORÍA GENERAL DE LA FUNCIÓN PÚBLICA

falta individual, sino que, además, por un acto colectivo se


aprobada por todos los juristas de derecho público que han sitúan fuera de la aplicación de las leyes y reglamentos dicta-
escrito sobre la cuestión54. dos con la finalidad de garantir el ejercicio de los derechos
Sin embargo, el Consejo de Estado ha extraído, de esta que resultan, para cada uno de ellos, del contrato de derecho
idea exacta, consecuencias que, en general, han parecido cri- público que los vincula a la Administración". Trátase de expre-
ticables. Así, por ejemplo, el Consejo de Estado ha afirmado siones censurables. El hecho de que un individuo haya come-
que "al declararse en huelga, los agentes adscritos al servicio tido una falta, un delito, o aun un crimen, "no lo pone al
público, bajo cualquier denominación, no sólo cometen una margen de la aplicación de las leyes y reglamentos"; en un
54 JÉZE, Conséquences d'une gréve de fonctionnaires siir leur condition juri-
Estado civilizado, en todo caso en la Francia actual, no existe,
dique, en " R . D . P . " , 1909, ps. 494 y ss.; y también: " R . D . P . " , 1913, ps. 504 para nadie, la pena de ser colocado fuera de la ley, salvo un
y ss.; E S M E I N , Droit const., 5» ed., 1909, ps. 635 y 1119; ROLLAND, Les deu<c texto legal expreso55. Lo que sin duda quiso decir el Consejo
gréves des postes et le droit public, en " R e v u e Droit P u b l i c " , 1909, ps. 287 de Estado, es que debe considerarse que la ley de 1905 se re-
y ss.; La gréve des agents d'un,service public concede, en " R . D . P . " , 1910,
ps. 504 y ss.; BERTHÉLEMY, Droit adm., 10» ed., p. 5 3 ; HAITIIOU, nota en
fiere al caso normal y no a la hipótesis anormal, revoluciona-
" S i r e y " , 1909, 3, 145, y también Principes de droit public, 1910, p. 488: " E l ria, de la huelga. Sólo se trata, pues, de una cuestión de inter-
derecho de huelga no debería reconocérseles a los f u n c i o n a r i o s . . . " . A. LEFAS, pretación del art. 65 de la ley de hacienda de 19055G.
L'État et les fonctionnaires, 1913, ps. 175 y ss.; p . 206: " L o s servicios públicos
y sus titulares no tienen ninguna razón de ser, si no aseguran su misión con
Para disipar toda dificultad a este respecto, el gabinete
respecto al público". CLÉMENCEAÜ presentó, el 25 mayo 1909, en la Cámara de dipu-
Véase, también, los autores que pertenecen al Consejo de Estado. COLSON, tados, un proyecto de ley cuyas distintas disposiciones tienen
Traite d'économie politique, t. n , p. 385, expresa: " N o cabría admitir que el por objeto la prohibición de la huelga en los servicios públicos.
mantenimiento del orden y de la seguridad pública sea suspendido por una
huelga del personal policial, ni que servicios como el de correos, los trasportes El art. 22 establecía: "En caso de cesación colectiva o
por ferrocarril, el alumbrado o la alimentación se vean desorganizados por la convenida del servicio, puede aplicarse cualquier clase de pena
interrupción del trabajo en ciertos a g e n t e s " . CHARDON, Le pouvoir administratif, disciplinaria sin la intervención de los consejos de disciplina
1910, ps. 201 y ss. " E l más sagrado (de los deberes de los funcionarios) es el
de no desertar jamás —en ninguna circunstancia y cualquiera sea el pretexto,
y sin el cumplimiento de las formalidades antes especifi-
por legítimas que puedan parecer las revueltas, en ningún caso— del servicio cadas" 57 .
p ú b l i c o . . . Toda huelga en un servicio público cualquiera, tanto en un servicio El art, 33 agregaba: "Queda prohibido a las asociaciones
concedido como en el que preste directamente la Administración, es absoluta- y a las uniones (de funcionarios) incitar a los funcionarios, a
mente inadmisible, porque está en contradicción con la misma noción de servicio
público". Cfr., también, p . 111: " T o d o hecho huelguista en un servicio público 55 Ésta es una cuestión que volveremos a ver planteada al ocuparnos de las
cualquiera debe castigarse con rigor implacable, en razón de que resulta más garantías establecidas en favor de los agentes del servicio público, en materia
criminal para la nación que la mayor parte de las infracciones previstas por las de disciplina o de revocación.
leyes p e n a l e s " . Conclusiones del comisario del Gobierno, TARDIEU, en el caso 56 HAURIOU ha pretendido hallar en esta fórmula una declaración implícita
Winkel, 1909, " R e c . " , p. 1303): " E l funcionario que acepta su designación de inconstitucionalidad de la ley de 1905 (nota en " S i r e y " , 1922, 3, 4 9 ; Droit
acepta por ello m i s m o . . . la obligación... de asegurar, sin interrupción, la const., 1923, ps. 318 y 322; " S . " , 1920, 2, 33). Cfr. GASTÓN J É Z E , Principes
continuidad del servicio público, continuidad que es esencial a la vida nacional. gen. du droit adm., 3» ed., i, 1925, p. 357, notas 1 y 3.
E s ésa una obligación fundamental, que deriva de las necesidades mismas del 57 La misma fórmula la encontramos en el $ 1 del art. 22 del proyecto de
servicio público". Cfr., también, en el mismo sentido, las conclusiones del co- la Comisión de la Cámara de diputados (informe MAGINOT, 12 julio 1911, op. cit.,
misario del Gobierno, HELBRONNER, en el asunto Syndicat des chemins de fer, anexo n« 1214). En el proyecto de ley presentado por el Gobierno el 2 julio .
1913, éiupra, p . 247, nota 3. Véase, no obstante, LEÓN B L U M , en la Cámara de 1906, figuraba una disposición que tenía el mismo objeto: " E n los servicios *
diputados, el 15 diciembre 1924 (1» sesión), " J . O . " , Cám., Debates, p. 4498: públicos y en los establecimientos industriales del Estado cuyo funcionamiento
" N o s negamos por nuestra parte, y de manera formal, a admitir que la cesa- no podría ser interrumpido sin comprometer los intereses de la defensa nacional,
ción concertada del trabajo en los servicios públicos tenga el carácter de una la huelga o cesación concertada del trabajo constituye, ipso facto, una ruptura
falta o de un delito''. GASTÓN JÉZE, Principes généraux du droit adm., 3* ed., i, del contrato de t r a b a j o " . Por "establecimientos industriales del Estado cuyo
1925, ps. 431 y ss. Sobre el estado de las opiniones en los diferentes medios funcionamiento no podría interrumpirse sin comprometer los intereses de la
sociales, en lo concerniente a la huelga de los agentes públicos, véase GEORGES defensa nacional", se consideraba sobre todo el caso de los arsenales.
CAHEN, Les fonctionnaires, leur action corporative, 1911, passim.
Jéze, Der. adm., II 1 . 18
274 TEORÍA GENERAL DE LA FUNCIÓN PÚBLICA LOS AGENTES DEL SERVICIO PÚBLICO 275

los que se refiere esta ley, a la cesación simultánea de sus es lícita 68 . La ley de 1901 no se opone, en su texto, a la forma-
servicios". Por último, el art. 35 castigaba con una multa de ción de estas asociaciones; y, por otra parte, la asociación de
100 a 300 francos y, en caso de reincidencia, con una multa los agentes para la defensa de sus intereses profesionales, no
doble y prisión de 6 días a 1 año las infracciones al art. 33, entraña una amenaza para la marcha regular del servicio
sin contar la facultad dada a los tribunales para resolver, en público. Esta opinión del Consejo de Estado 64 la sustenta tam-
bién la Corte de Casación65.
casos como éstos, la disolución de la asociación o de la unión,
a instancia del ministerio público58. Por otra parte, después de la tentativa de huelga general
En un proyecto de ley aprobado por la Cámara de dipu- de mayo de 1920, el Consejo de Estado, sin variar su jurispru-
tados el 21 febrero 1919, se expresaba: "La presente ley (sobre dencia, ha señalado un importante retroceso. En 1913, el Con-
sejo de Estado declaró que las asociaciones de funcionarios
sindicatos) se aplica igualmente a los obreros del Estado, de
estaban facultadas para impugnar, mediante el recurso por
los departamentos y de los municipios, como asimismo a los
de los servicios públicos que no detentan ninguna parte del «3 Cons. de Est., 11 diciembre 1908, Association professionnelle des em-
poder público. Queda prohibida toda interrupción del servicio ployés civils de l'administration céntrale du Ministére des colonies ( " R e o . " ' ,
p. 1016, con las conclusiones de TARDIEU; véase, también, " R . D . P . " , 1909,
de las administraciones públicas del Estado, de los departa- ps. 61 y ss. y mi nota: Caractére licite des associations professiormelles de fonc-
mentos, municipios y establecimientos públicos. Los funciona- tionnaires). La resolución del 11 diciembre 1908, reconoce formalmente el ca-
rios y empleados de las administraciones que interrumpan su rácter lícito de las asociaciones, por lo mismo que les permite estar en juicio:
" L a asociación profesional... tiene derecho a pedir la anulación, por exceso
servicio, quedan de pleno derecho separados de sus cargos,m. de poder, de la resolución del m i n i s t r o . . . , que ha designado al señor D. en
El 26 febrero 1925, el ministro del Interior declaró, en calidad de redactor en la administración c e n t r a l " .
nombre del Gobierno, que "del derecho sindical concedido a 64 Todos los comisarios del Gobierno han terminado por reconocer el ca-
rácter lícito de las asociaciones de funcionarios. Véase mi nota, Caractére
los funcionarios no se desprende, como consecuencia, el dere- licite des associations professionnelles de fonotionnaires, en " R . D . P . " , 1909,
cho de huelga. Éste significa, en efecto, recurrir a la vio- ps. 61 y ss. Cfr., también, G. PICHAT, Le contrat d''association, op. cit., n ' s 18
lencia" 60 . y 52.
65 Tribunal de apelación de París, 1» Cámara, 4 enero 1911. Cardinal Lucon.
29) ¿Pueden los agentes públicos constituir asociado- " R . D . P . " , 1911, ps. 293 y ss. y mi nota: " L a ley del 1» julio 1901 define
61
nes? . La jurisprudencia del Consejo de Estado, por resolu- al contrato de asociación como la convención por la cual dos o más personas po-
ción del 11 diciembre 1908, confirmada en diversas oportuni- nen en común, de manera permanente, sus conocimientos o su actividad, con un
fin lícito que no sea el de repartirse los beneficios. Este texto es general y no for-
dades62, ha decidido que la asociación de agentes públicos, en mula ninguna exclusión. Además, el decreto del 16 agosto 1901 (arts. 7 y 10)
las condiciones de la ley del 1Q julio 1901, sobre asociaciones, prevé la federación de asociaciones. Es en virtud de estas disposiciones y para
gozar de las ventajas así ofrecidas a los instructores, como a todos los ciuda-
58 ge hallará fórmulas análogas en el proyecto de la Comisión (Informe danos, que se han fundado la Asociación fraternal de maestros y maestras pú-
de MAGINOT, 12 julio 1911), art. 35. blicos y laicos del Departamento del Mame y la Federación de amigos de los
69 E n el Senado, el proyecto de ley no fué aprobado, pues esta asamblea no maestros y maestras públicas de Francia y de las colonias. Estas entidades no
quería reconocer a ciertos funcionarios el derecho de constituir sindicatos. Se- han sido reconocidas como de utilidad pública, pero han adquirido la capacidad
nado, 19 abril 1919, " J . O . " , Senado, Debates, p. 671; Informe de CHÉRON, 10 jurídica determinada en el art. 6, para las que reúnen las condiciones del
abril 1919, Doc. Senado, n» 160, ps. 213 y ss. art. 5 " . Casación civ., 4 marzo 1913, Cardinal Lugon ( " R . D . P . " , 1913, p. 537 y
«o Cámara, 2» sesión del 26 febrero 1925, " R . D . P . " , 1925, p. 82. mi nota: " A diferencia de la ley del 21 marzo 1884 sobre los sindicatos pro- '
61 V. nuestras notas en la " R . D . P . " , 1909, ps. 61 y ss.; ps. 510 y ss.; fesionales, la ley del 1» julio 1901, sobre asociaciones, no ha establecido ninguna
1910, ps. 46 y ss.; p. 721; 1911, ps. 293 y ss.; 1913, ps. 537 y ss.; 1922, ps. 59 restricción, sea en cuanto a las personas que pueden celebrar entre sí un con-
trato de esta naturaleza, sea en cuanto al objeto que pueden proponerse al aso-
y ss.; BONNARD, Chronique en " R . D . P . " , 1907, ps. 481 y ss.; ROLLAND, Chro-
ciarse, bajo la única reserva de las prohibiciones formuladas en el art. 3. Por
ñique en " R . D . P . " , 1907, ps. 251 y ss.; 1911, ps. 106 y ss.; 1922, ps. 270 y ss.
consiguiente, es lícito que los funcionarios constituyan asociaciones para el
62 Cfr. en particular: Cons. de Est., 10 diciembre 1909, Association des
estudio y la defensa de sus intereses profesionales, con tal que el fin que les
fonotionnaires civils de l'administration céntrale de la Marine, " R e c . " , p. 974
asignen sea lícito''. Sobre esta resolución, véase las notas de CHAVEGRIN, " S . " ,
" ( " R . D . P . " , 1910, ps. 46 y ss.) ; 17 enero 1913, Fédération nationale des profes-
seurs de lycée, " R e c " , p. 82 ( " R . D . P . " , 1913, ps. 532 y mi n o t a ) .
LOS AGENTES DEL SERVICIO PÚBLICO 277
TTEORÍA GENERAL DE LA FUNCIÓN PÚBLICA
276
Al principio, la mayoría de los juristas rechazaban la
exceso de poder, todas las decisiones que afectaran a los fun- asociación de funcionarios como contraria, a la vez, al texto
cionarios, cuando hubiese de por medio una cuestión de lega- de la ley de 1901 y al espíritu general de la organización admi-
lidad?6. En 1921, después de los sucesos de mayo de 1920, el nistrativa francesa10. Actualmente, esta opinión se ha aban-
Consejo de Estado se mostró mucho menos liberal 67 , recha- donado por completo71.
zando por improcedente el recurso entablado por una unión El Gobierno, después de la resolución de 1908, no sola-
de asociaciones de funcionarios para "impugnar nombramien- mente ha declarado que estas asociaciones se conforman al
tos de personal en el Ministerio de Comercio". El Consejo de espíritu de la legislación francesa, sino que ha afirmado tam-
Estado declaró entonces que el recurso habría sido procedente bién el carácter lícito de las federaciones de asociaciones de
si lo hubiese deducido la asociación del personal del mencio- funcionarios, es decir, de las uniones de asociaciones'12.
nado ministerio. En 1922, el Consejo de Estado fué todavía Después de los sucesos de mayo de 1920, se propuso una
más restrictivo 68 : las asociaciones están facultadas para inter- legislación más estricta. En los arts. 20 y ss. del proyecto de
venir, pero no para impugnar directamente una medida que ley sobre el estatuto de los funcionarios, del l 9 junio 1920, se
suscita una cuestión de derecho. Esta jurisprudencia sufre expresaba: "Los funcionarios pueden constituir entre sí, con
las consecuencias del malestar social provocado por la guerra. fines de estudio y de defensa de sus intereses corporativos y
La Corte de Casación ha seguido siempre una jurispru- de los del servicio al cual pertenecen, agrupaciones profesio-
dencia restrictiva; sólo reconoce a las asociaciones de funcio-
narios facultades muy limitadas 69 . 70 y 71 BERTHÉLEMY, Droit adm., 10' ed., 1923, p. 59, texto y nota 1; E S M E I N ,
Droit const., 5» ed., p. 635; CHAVEGRIN, " S . " , 1912, 2, 1; ROLLAND, Les deuz
gréves des postes, en " R . D . P . " , 1907, p. 258: " E n nuestra organización
1913, 1, 345, quien se lamenta del estímulo prestado al juez administrativo por administrativa francesa, jerarquizada y disciplinada, no hay lugar para las
la Corte de Casación: " A u n limitada a la carrera, la actividad de las asocia- asociaciones de funcionarios, cualquiera sea el nombre que se les dé. Cfr. tam-
ciones es escabrosa. Si no se adoptan precauciones, radie resistirá al poder que bién la discusión que se suscitó en enero, febrero y marzo de 1913, en la
los agentes han colocado en sus manos y que crece día a d í a ' ' . Véase, también, Société d'Études Législatives acerca de esta cuestión y en el curso de la cual
todos los profesores de derecho que en ella tomaron parte se pronunciaron
la nota de ROLLAND, en " D . " , 1913, 1, 321, hostil a las asociaciones de funcio-
contra el carácter lícito de las asociaciones de funcionarios, mientras que todos
narios (análisis de estas notas en " R . D . P . " , 1913, ps. 717 y ss. y 723 y ss.).
los miembros del Consejo de Estado se mostraban partidarios del carácter lícito
Casac. en pleno, 15 junio 1923, Cardinal Lucon ( " R . D . P . " , 1923, p. 604), de estas asociaciones ( " B u l l e t i n " , 1913, n ' s 1-2, en especial ps. 161 y ss.). Esta
con el informe del consejero A. BOULLOCHE y las conclusiones del procurador curiosa oposición era puramente fortuita, porque eran entonces numerosos los
general MERILLON. profesores que reconocían el carácter lícito de las asociaciones de funcionarios.
66 Cons. de Est., 17 enero 1913, Fédération amicale des professeurs de lycée, E n la actualidad, hay casi unanimidad. ROLLAND, L'État aotuel des groupe-
" R e c " , p. 82; " R . D . P . " , 1913, p. 335 y mi nota. ments de fonctionnaires, " R . D . P . " , 1922, ps. 270 y ss.; DUGUIT, Droit const.,
67 Cons. de Est., 13 mayo 1921, Union des associations professionnelles du 2» ed., m , ps. 233 y ss.
personnel civil des administrations centrales, " R e c " , p. 491. 72 Declaración del ministro de Justicia, BARTHOU, Cámara de diputados,
«8 Cons. de Est., 17 febrero 1922, Fedel, " R e c " , p. 166 ( " R . D . P . " , 1922, 17 diciembre 1909 (ver " R . D . P . " , 1910, ps. 46 y ss.): " E s evidente e in-
p. 68), dictado contrariamente a las conclusiones del comisario del Gobierno, contestable que las asociaciones constituidas en virtud de la ley de 1901, pueden
CORNBILLE. formar entre ellas uniones, y que estas uniones, a su vez, pueden constituir una
69 Casac, 4 marzo 1913, Cardinal Lucon, " R . D . P . " , 1913, p. 537; Casac. federación. Por tanto, la cuestión que se presenta es muy simple. Es la de saber
en pleno, 15 junio 1923, id., " R . D . P . " , 1923, p. 604. La Corte de Casación si los funcionarios pueden reivindicar el beneficio de la ley de 1901, sobre las .
ha considerado que " a diferencia de los sindicatos profesionales, las asocia- asociaciones". BARTHOU ha respondido afirmativamente, invocando para ello la '
ciones no representan, de pleno derecho, la profesión de los que forman parte jurisprudencia del Consejo de Estado (resoluciones de 1908 y de 1909). La
de ellas; una asociación constituida por funcionarios no podría estar válida- declaración de BARTHOU había sido provocada por una cuestión que hiciera el
mente en juicio para defender la consideración que merece una profesión que diputado G. BERRY, sobre el carácter lícito de una Federación de asociaciones
profesionales de funcionarios, que acababa de constituirse. Cfr., también, 3a
sólo implica el ejercicio de una función pública, confundiéndose necesariamente
discusión en la Cámara de diputados del 28 noviembre 1923 ( " R . D . P . " ,
la defensa de esta consideración con la defensa de la misma función pública;
ps. 605 y BS.).
. . .la función pública sólo depende del Estado y sólo a éste corresponde asumir
su defensa contra los terceros".
278 TEORÍA GENERAL DE LA FUNCIÓN PÚBLICA LOS AGENTES DEL SERVICIO PÚBLICO 279

nales, las que no podrán perseguir ningún fin político, some- se han pronunciado claramente contra la legalidad de los sin-
tiéndose a las formalidades de declaración previstas por el dicatos de funcionarios. Por otra parte, para determinar si
art. 5 de la ley del P julio 1901... Las agrupaciones profesio- existe verdadero sindicato, el Consejo de Estado no se con-
nales de funcionarios y sus uniones sólo pueden constituirse tenta con examinar si la asociación ha tomado el nombre de
entre funcionarios que pertenezcan a una misma administra- sindicato, sino que investiga si ha seguido o no las prescrip-
ción central o a un mismo servicio exterior, o también entre ciones de la ley del l 9 de julio sobre las asociaciones; en parti-
cular, si ha llenado las formalidades de publicidad, exigidas a
funcionarios que, aunque pertenezcan a administraciones cen-
las asociaciones declaradas (ley de 1901, art. 5). En caso afir-
trales o a servicios exteriores distintos, ejercen una función
análoga. Toda unión con otras agrupaciones les está prohi-
bida". cato nacional de empleados de correos, telégrafos y teléfonos"; pero carecían
de derecho para prevalerse de las disposiciones de la ley del 21 marzo 1884. E n
Según este proyecto de ley, los funcionarios sólo podrían efecto, el texto de esta ley y sus trabajos preparatorios testimonian suficiente-
constituir asociaciones declaradas; se reduciría el personal de mente que el legislador no ha entendido dar la autorización para constituir un
las agrupaciones y la facultad de constituir uniones y federa- sindicato, sino a los empleados y obreros que trabajan por cuenta de patro-
n o s . . . " . Cfr., también, en el sentido de la prohibición de los sindicatos: Tri-
ciones de asociaciones sería menos amplia 73 . Finalmente, se- bunal del Sena, 8 julio 1903, y Tribunal de apelación de París, 26 octubre 1903
gún el proyecto, el personal obrero no podría ingresar en las (sindicato de alcantarilleros de la ciudad de P a r í s ) ; Casac. civ., 4 marzo 1913,
Cardinal Lucon ( " R . D . P . " , 1913, p. 537; Cám. en pleno, 15 junio 1923, Car-
asociaciones de funcionarios. dinal Lugon ( " R . D . P . " , 1923, p. 6 0 4 ) ; véase supra, p. 275, nota 65.
39) ¿Los agentes públicos de todo orden pueden consti- 7« Cons. de Est., 13 enero 1922, Syndicat national des agents des contri-
tuir sindicatos regidos por la ley del 21 marzo Í88-£?74. Los butions indirectes, " R e c " , p. 37 ( " R . D . P . " , 1922, ps. 57 y ss., con las con-
tribunales judiciales 75 primero, y luego el Consejo de Estado 76 , clusiones de BERGET; " S . " , 1922, 3, 1, y la nota de HAURIOU; " R . D . P . " ,
1922, p. 453; 1923, p. 610): " E s t a agrupación se presenta, no bajo la forma
73 DUGUIT (Droit const., 2» ed., ni, ps. 241 y ss.), reconociendo comple- de una asociación profesional constituida de conformidad a las prescripciones
tamente que, en el estado actual de nuestra legislación positiva, las federaciones de la ley del 1Q julio 1901, entre funcionarios pertenecientes a una misma Ad-
de asociaciones de funcionarios son lícitas, considera que la legislación debe ministración, sino de un sindicato que reclama se le aplique la ley del 21
prohibirlas: si no, ello equivaldría a permitir la formación de una especie de marzo 1884. Los agentes que componen esta agrupación no pueden prevalerse
gobierno de funcionarios, frente al Gobierno central constitucionalmente esta- del art. 6 de la mencionada ley de 1884, que otorga a los sindicatos el derecho
blecido (p. 244). de estar en juicio; las únicas asociaciones profesionales cuya constitución haya
74 Sobre esta cuestión, CAHEN, Les fonctionnaires et leurs groupements cor- previsto y autorizado esta ley son las que, conforme a los arts. 3 y 5, tienen
exclusivamente por objeto el estudio y la defensa de los intereses económicos,
poratifs; MÁXIME LEROY, Les transformations de la puissance publique, 1907;
industriales, comerciales y agrícolas de sus miembros; en efecto, resulta tanto
Syndicats de services publics, 1910; ROLLANT>, L'État acluel de la question des
de los trabajos preparatorios como de las expresiones limitativas empleadas por
groupements de fonctionnaires, " R . D . P . " , 1922, ps. 270 y ss. los mencionados artículos y en el art. 6, donde únicamente se mencionan los sindi-
75 Casac, 14 mayo 1908, Syndicat des employés de la región parisienne: catos de patronos y de obreros, que el legislador de 1884 sólo ha tenido en vista
" E l sindicato no puede estar en juicio si no se halla regularmente constituido, a los representantes de intereses particulares, libres de discutir conjuntamente
;»orque comprende a los empleados de las administraciones públicas, los que no las relaciones del capital y del trabajo, y no a los funcionarios, representantes
saen dentro de las previsiones de la ley del 21 marzo 1 8 8 4 " . Tribunal correc- de los intereses generales; estos últimos tienen un régimen propio, muy dife-
cional del Sena, 9» Cámara, 29 julio 1909, Employés des postes ( " R . D . P . " , rente del que rige en él derecho privado. Si bien se benefician con un conjunto
1909, p. 510): " . . . L a ley de 1884 ha tenido por o b j e t o . . . permitir que las de garantías que resultan de los reglamentos relativos a su carrera y a su sueldo,
personas designadas en la mencionada ley se agruparan con el f i n . . . , en lo que así como gozan del control ejercido por el Parlamento sobre el funcionamiento
concierne a los obreros, de aumentar su bienestar por la elevación de los sala- de las administraciones, quedan sometidos, por lo contrario, al aceptar su empleo, <
rios y la disminución de la jornada de trabajo. En beneficio de esta ley, patro- a todas las obligaciones que se derivan de las mismas necesidades del servicio
nos y obreros podían discutir y luchar con anuas iguales, habiéndose vuelto lícito público, habiendo renunciado a ciertas facultades, tales como el derecho de
el acuerdo en vista de la huelga... Siendo el derecho de huelga una de las pre- huelga que presupone el art. 1° de la ley de 1884, y que serían incompatibles
rrogativas de la ley de 1884, no podría admitirse que los empleados del Estado con la continuidad indispensable para la marcha de dichos servicios y para la
pudiesen usarlo...". Tribunal de apelación de París, 9* Cámara, 27 octubre vida nacional. Además, el Parlamento ha manifestado expresamente su voluntad
1910, Employés des postes ( " R . D . P . " , 1910, p. 721: " L o s acusados (emplea- sobte este punto. En especial, la ley del 12 marzo 1920, que tuvo por objeto
dos de correos) han constituido un s i n d i c a t o . . . , que han denominado ' ' Sindi-
LOS AGENTES DEL SERVICIO PUBLICO 281
TEORÍA GENERAL DE LA FUNCIÓN PÚBLICA
280
esta oposición. Las uniones o federaciones de sindicatos se
mativo —aunque en el momento de constituirse se hubiese
fundamentan en la lucha de clases; este principio resultaría
denominado sindicato—, la agrupación es, en realidad, una inadmisible dentro de la jerarquía administrativa. La lucha
asociación lícita17. de clases, o el derecho de huelga, significa recurrir al derecho
Algunos han justificado la condenación de los sindicatos de justicia privada. Esta situación se explica dentro de la
de funcionarios, por el hecho de que el sindicato no es más que esfera de las relaciones económicas, porque la organización
un acuerdo celebrado con miras a la huelga. Hallándose esta que allí existe es todavía insuficiente. En el campo adminis-
última prohibida a los agentes públicos, el sindicato debe trativo, que se halla bien ordenado, un recurso a la justicia
prohibirse, en consecuencia. Otros invocan: l 9 ) El texto y privada sería inadmisible 78 .
los trabajos preliminares de la ley del 21 marzo 1884, que sólo A mi juicio, esos argumentos están lejos de tener todos
se refieren a los obreros; 29) El texto y los trabajos prepara- el mismo valor.
torios de la ley del 21 marzo 1920, sobre sindicatos. Esta ley Después de la ley del l9 julio 1001, la libertad de asocia-
establece que otra ley especial fijará el estatuto de los fun- ción se ha convertido en un principio del derecho francés.
cionarios; 39) Por último, se invoca en especial la circuns- Sindicato fué el nombre que se dio a las asociaciones de obre-
tancia de que la forma sindical es, por sí misma, una organi- ros. En 1901 debió derogarse la ley de 1884 para que sólo
zación de lucha, lo que implica una actitud de hostilidad existiera una ley única sobre asociaciones. Si, a juicio del
hacia los superiores, mientras que la forma de la asociación Consejo de Estado y de los gobernantes, la asociación de fun-
no presenta dicho carácter hostil. La economía de la ley del cionarios no compromete la marcha de los servicios públicos,
21 marzo 1884 presupone la oposición de los sindicatos obreros ¿por qué entonces importa un peligro el sindicato? Éste no
y de los patronales; no prevé en ningún momento la posibi- implica necesariamente un acuerdo con miras a la huelga.
lidad de la existencia de sindicatos mixtos para atemperar Todo sindicato de funcionarios debe considerarse, después de
1901, como una asociación lícita, que puede beneficiarse única-
extender la capacidad de los sindicatos y ¡hacer aplicable la ley de 1884 a las mente con el régimen jurídico de la ley de 1901. Por ello, son
profesiones liberales, al haber establecido que una ley especial fijará el estatuto muy criticables, según mi opinión, las sentencias y resolucio-
de los funcionarios, resulta de ella y de los informes de que ha sido precedida, nes de los tribunales judiciales, que ordenaban la disolución
que el legislador entiende rehusar a las asociaciones de funcionarios el derecho
de ampararse bajo el régimen de la ley del 21 marzo 1884. De lo que precede, de los sindicatos de funcionarios.
se desprende que ninguna agrupación de funcionarios puede pretender constituir Tales fueron en 1909, 1910 y 1911, los sentimientos del
un sindicato profesional de los tenidos en cuenta por la ley de 1884, y que goce, Gobierno o de la Comisión de la Cámara de diputados. En la
como tal, de personería para estar en j u i c i o " . Las mismas fórmulas se hallan
en la resolución del Consejo de Estado, del 20 febrero 1925, Chambre syndicale exposición de motivos del proyecto de ley presentado a dicha
des agentes de l'octroi de Taris ( " R . D . P . " , 1925, p . 82). Cámara, el 25 mayo 1909, por el gabinete CLÉMENCEAU 79 , se
77 CORNEILLE, conclusiones de su dictamen ante el Cons. de Est., 22 di- dijo: "Se ha planteado una cuestión consistente en saber si
ciembre 1922, Association pour la défense des intéréts professionnels des agents
techniques de la marine ( " R . D . P . " , 1923, ps. 436 y ss.) : " N o debéis, en 78 HAURIOU, nota en " S . " , 1922, 3, 1 ( " R . D . P . " , 1922, p. 4 5 3 ) : " R e -
nuestra opinión, avanzar más para escudriñar la conciencia de los miembros de sulta interesante plantear la cuestión sobre el terreno de la incompatibilidad
la agrupación". La resolución respectiva establece: " R e s u l t a de las piezas que del principio de la lucha de clases y de la jerarquía, porque se evidencia al
obran en el expediente que la mencionada Asociación ha efectuado, de confor- instante que jamás será posible el sindicato de funcionarios, por lo menos du-
midad a las disposiciones del art. 5 de la ley del 1» julio 1901, la declaración... rante todo el tiempo que subsista el espíritu con el cual se ha concebido el
así como la presentación de sus e s t a t u t o s . . . Por consiguiente, y sin que haya sindicato profesional a c t u a l " . En el mismo sentido ROLLAND, L'état actuel dans
necesidad de indagar si, como lo s o s t i e n e . . . el ministro de Marina, la Asocia- la question des groupements de fonctionnaires ( " R . D . P . " , 1922, ps. 270 y ss.).
ción . . . se confunde en el hecho con el sindicato profesional precedentemente 79 El proyecto fué reproducido por el gabinete BRIAND, el 30 junio 1910.
constituido por los agentes técnicos de la marina, que no había dejado de existir Véase, en el mismo sentido, el informe del diputado MAGINOT, 12 julio 1911,
y carecería de personería para litigar ante el Consejo de Estado, la mencionada Cámara, anexo n« 1214, art. 33.
asociación... puede ser admitida a h a c e r l o " .
282 TEORÍA, GENERAL, DE LA FUNCIÓN PÚBLICA LOS AGENTES DEL SERVICIO PÚBLICO 283

debe solamente permitírseles (a los funcionarios) acogerse a sindicatos profesionales, cuyo art. 4 dispone: "Una ley espe-
las disposiciones de la ley del l 9 julio 1901, o si conviene reco- cial establecerá el estatuto de los funcionarios"? Así lo afirma
nocerles el derecho de acogerse al régimen de la ley del 21 el Consejo de Estado. Pero eso es discutible. Durante la dis-
marzo 1884, sobre sindicatos profesionales. Pero nos parece cusión suscitada en la Cámara de diputados, a raíz de la san-
que la controversia suscitada a este respecto se reduele a una ción del Senado, se estableció que "se mantendría el statu quo
simple cuestión de palabras, carente de todo interés práctico. existente en derecho y en el hecho hasta que se sancione la
Es indiferente recurrir a una u otra ley; cualquiera que fuese ley sobre el estatuto de los funcionarios" 82 . La Cámara de di-
el régimen legislativo aplicable, lo importante es conciliar el putados había concedido expresamente a los funcionarios el
principio de libertad de asociación, del cual se valen los fun- derecho de constituir sindicatos, salvo las categorías enume-
cionarios, ante todo, con el carácter y las exigencias de sus radas por la ley.
funciones, y, en especial, con el principio de autoridad del Lo que ha cambiado mucho, es el estado de los espíritus
cual es depositario el Gobierno, que no puede permitir que pe- acerca de la cuestión.
ligre en sus manos, pues, en tal caso, correría peligro la propia Después de la tentativa de huelga general en mayo de 1920,
existencia de la nación" 80 . se ha manifestado, en Francia, la voluntad de las clases socia-
El relator de la Comisión de la Cámara de diputados ha les que detentan la fuerza económica y ejercen una influencia
expresado la misma opinión81. muy grande sobre los gobernantes, de oponerse vigorosamente
¿Se ha modificado la situación después de sancionada la al movimiento sindicalista. Por otra parte, los funcionarios
ley del 12 marzo 1920, sobre extensión de la capacidad de los que constituyeron sindicatos han presentado esta forma de
80 Ver el texto del proyecto y de la exposición de motivos, en la " R . D . P . " ,
asociación como manifestación de la voluntad de los agremia-
1909, ps. 348 y ss. El art. 30 del proyecto de ley de 1909 establecía: " L o s fun- dos de adoptar una actitud revolucionaria y de usar, en caso
cionarios pueden asociarse libremente entre sí, con el fin del estudio y salva- de necesidad, el arma de la huelga.
guardia de sus intereses profesionales, si forman parte del mismo personal de A partir de este momento, aquellos que vacilaban sobre
un servicio público. Pueden igualmente asociarse entre sí, los funcionarios perte-
necientes a las administraciones centrales de los ministerios y a las administra- la solución jurídica se pronunciaron, naturalmente, contra los
ciones departamentales y municipales, que allí ocupen un cargo semejante. Las sindicatos de funcionarios. De este modo, la cuestión de la le-
asociaciones de funcionarios regularmente constituidas sólo pueden unirse entre galidad de los sindicatos ha llegado a ser> esencialmente, una
sí si sus miembros pertenecen al mismo personal de un servicio público, que
ocupa en las administraciones nacionales empleos semejantes. La misma facultad cuestión política, pues el interés jurídico es casi nulo 83 .
poseen los funcionarios de las administraciones departamentales o municipales. El punto de vista de los poderes públicos, también ha va-
Toda otra unión de estas asociaciones y de estas uniones de asociaciones —sea riado mucho. Hasta época muy reciente, los gobernantes decla-
entre sí, sea con otras agrupaciones— queda formalmente p r o h i b i d a " .
81 " H e m o s adoptado las proposiciones del Gobierno (en lo concerniente
raban que los sindicatos de agentes públicos eran ilícitos; sólo
a las asociaciones de funcionarios). Ellas se esfuerzan en terminar con las
disputas suscitadas entre los partidarios de los sindicatos y los de las asocia- 82 Véase las conclusiones de BERGET, comisario del Gobierno. Cons. de Est.,
ciones . . . JEANNBNEY se ha explayado sobre el poco interés práctico que ofrece 13 enero 1922 ( " R . D . P . " , 1922, p. 63).
esta distinción. Es preciso, en efecto, buscar, en el uso que se ha hecho de las 83 DUGUIT (Droit const., 2» ed., m , 1923, p. 221), contrario a los sindicatos
palabras, un sentido diferente del que les da la ley, para ver en los sindicatos de funcionarios, declara: " E n el momento en que más violentamente reivindi-
otra cosa que asociaciones profesionales y en éstas otra cosa que sindicatos" caban el derecho sindical, la diferencia entre las asociaciones de la ley de 1884
( " R . D . P . " , 1909, p . 602). El proyecto redactado por la Comisión de la y las de la de 1901, era nula o casi nula. Actualmente, es verdad que después ,
Cámara de diputados en 1911 (informe MAXHNOT, op. cit.) contenía un art. 33, de la ley del 12 marzo 1920 los sindicatos de la ley de 1884 tienen plena capa-
así redactado: " L o s funcionarios que no sean los agentes de la fuerza pública cidad para adquirir muebles e inmuebles a título oneroso y a título gratuito,
pueden constituir entre sí, con la finalidad de estudio y defensa de sus intereses capacidad que aun no poseen, pero que evidentemente tendrán pronto, las aso-
profesionales, sea asociaciones en las condiciones de la ley del 1* julio 1901, ciaciones de la ley de 1901. También es exacto que, al reclamar ruidosamente
sea sindicatos en las condiciones de la ley del 21 marzo 1884, pero únicamente el derecho sindical, los dirigentes del movimiento funcionarista no tienen para
bajo las derogaciones expresadas más adelante.. . " . nada en vista esta capacidad de adquirir, que les es completamente indiferente''.
284 TEORÍA GENERAL DE LA FUNCIÓN PÚBLICA LOS AGENTES DEL SERVICIO PUBLICO 285

se permitía la asociación**. A lo sumo, se toleraban los sindi- Se entablaron varias demandas con el objeto de obtener
catos de los obreros de las explotaciones industriales y de los de los tribunales judiciales la orden de disolución de los sin-
empleados de los servicios manifiestamente comerciales del dicatos de funcionarios86.
Estado. Los funcionarios sindicalistas, por su parte, han protesta-
Después del intento de huelga de 1920, el Gobierno pre- do y afirmado su derecho a constituir sindicatos.
Después de las elecciones generales de mayo de 1924, los
sentó un proyecto de ley relativo al estatuto de los funciona-
gobernantes han adoptado otra actitud, declarando que era su
rios, por el cual sólo se autorizaban las asociaciones declara- voluntad reconocer a los funcionarios el derecho de formar
das 85 (v. supra, p. 278). Sin embargo, se autorizaba implícita- sindicatos, pero sin que esto implicase el derecho de declararse
mente el sindicato al personal obrero (obreros de los arsenales en huelga87.
marítimos o militares, de las manufacturas de tabaco y de
fósforos).
SECCIÓN VI
84 Así, una nota de DUBIEF, ministro de Comercio, Correos y Telégrafos,
fechada el 7 setiembre 1905 ( " R . D . P . " , 1905, ps. 856 y ss.), hacía saber a los
subagentes de Correos y Telégrafos que en opinión del Gobierno "únicamente LOS NOTARIOS, PROCURADORES, ESCRIBANOS
podían sindicarse los obreros de las explotaciones industriales y los empleados (GREFFIERS) Y OFICIALES MINISTERIALES,
de los servicios manifiestamente comerciales del Estado, con exclusión de todos EN SU CONDICIÓN DE AGENTES DE LA AD-
los funcionarios". La nota recordaba los precedentes: circular ministerial del
20 setiembre 1887, que prohibía los sindicatos de los funcionarios de la instruc-
MINISTRACIÓN PÚBLICA PROPIAMENTE DICHA™
ción pública; declaración del ministro de Comercio, del 17 noviembre 1891,
hecha en la Cámara de diputados, por la que se prohibía otro tanto a los agentes
de Correos; declaraciones de los ministros de Instrucción Pública de 31 agosto Existe una categoría de funcionarios públicos que con-
1892, 13 diciembre 1895 y 22 marzo 1897 (Cámara de diputados) ; circulares
ministeriales del 12 julio y del 31 enero 1903, negando a los peones camineros viene estudiar por separado. Tales son los notarios, procurado-
el derecho de constituir sindicatos. Sin embargo, el 22 mayo 1894, la Cámara res, escribanos, oficiales ministeriales y ujieres.
de diputados derribó al Gabinete a consecuencia de una declaración del ministro
de Obras Públicas, JONNART, quien admitía el sindicato para los agentes no 86 Por ejemplo, Corte de Burdeos, 7 diciembre 1921, Syndicat des ins-
comisionados de los ferrocarriles del Estado y lo rechazaba para los comi- tituteurs de la Gironde; Trib. del Sena, 10 marzo 1922, Sindicato nacional
sionados. de los agentes del servicio activo de las aduanas, de los agentes de la Caja
A los precedentes citados por la nota del 7 setiembre 1905, cabe agregar de depósitos y consignaciones, sindicato nacional de maestros y maestras,
sindicato nacional de los agentes y empleados de los P . T . T . , sindicato de
las declaraciones del ministro de Instrucción Pública y del presidente del
los agentes de las contribuciones indirectas, etc.
Consejo en la segunda sesión del 7 noviembre 1905 (Cámara de Diputados).
87 El 26 febrero 1925, el ministro del Interior, CHAUTEMPS, contestó a
Todos estos precedentes son relacionados por la ' ' Revue du Droit P u b l i c ' ' ,
una cuestión planteada por un diputado, en los siguientes términos: " E s
1905, ps. 856 y ss. Cfr. también las obras de G. CAHEN, Les fonctiormaires,
necesario distinguir entre la legalidad y la legitimidad de los sindicatos de
leur action corporative, 1911, passim, y A. LEFAS, L'État et les fonctionnaires, funcionarios. Es solamente sobre la materia de la legitimidad que se ha pro-
1913, ps. 139 y ss., y los autores citados supra, p. 278, nota 74; ROLLAND, nunciado el Gobierno (en el sentido afirmativo), y la resolución del Consejo
" R . D . P . " , 1922, ps. 270 y ss.; y, en especial, DUGUIT, Droit const., 2» ed., de Estado no puede, en lo más mínimo, variar su opinión. Por lo contrario,
m , 1923, ps. 224 y ss. en lo que concierne a la legalidad de los sindicatos, solamente el Consejo de
85 E n el mes de mayo de 1920, el Gobierno había dirigido a los funcionarios Estado o los tribunales pueden pronunciarse en la actualidad. De todos
una nota así redactada: ' ' El Gobierno hace saber a los funcionarios que presenta modos, lo que interesa es que se resuelva el problema y, con este propósito,
en la secretaría de la Cámara un proyecto de ley que establece su e s t a t u t o . . . presentaremos dentro de poco tiempo un proyecto de ley regulatorio de la
No podría tolerarse por más tiempo que, contrariamente a las leyes existentes, cuestión. Debo hacer observar, sin embargo, que del derecho sindical así con-
las asociaciones de funcionarios continuasen viviendo bajo la forma sindical, cedido a los funcionarios, no se desprenderá, por ello mismo, el derecho dé
ni que, bajo cualquier forma que sea, agrupaciones de funcionarios adhiriesen huelga. Es éste, en efecto, un recurso a la violencia que no podemos reconocer
a la Confederación General del Trabajo. Las presentes prescripciones no se a los funcionarios" (Cám. de diputados, 2» sesión del 26 febrero 1925,
uplican al personal o b r e r o " . " E . D . P . " , 1925, p. 82).
LOS AGENTES DEL SERVICIO PÚBLICO 287
TEORÍA GENERAL DE LA FUNCIÓN PÚBLICA
286

I. — Su carácter de agentes públicos propiamente dichos efectos de comercio, o que el dentista compra un consultorio
no se discute 89 . Todos ellos colaboran en un servicio público y de su especialidad, etc.
En realidad, no ocurre nada de esto. La remuneración de
forman parte de los cuadros permanentes de la Administra-
los oficiales ministeriales no tiene carácter de sueldo, sino de
ción. Las leyes del 29 setiembre 1791 y del 25 ventoso año x i
tasa propiamente dicha; trátase de un impuesto especial, auto-
asi lo declaran expresamente para los notarios, y el art. 91, § 3, rizándoles la ley para que lo cobren al público, según las tari-
de la ley del 28 abril 181690, lo establece para los demás oficia- fas determinadas por las leyes y reglamentos y en las condicio-
les ministeriales, en el sentido lato de la palabra. nes previstas por ellos91.
II. — Es ésta una circunstancia que jamás debe perderse Tampoco es exacto, jurídicamente hablando, que los ofi-
de vista cuando se trata de determinar el régimen jurídico al ciales ministeriales compren sus cargos. Veamos cómo son las
que se someten esos funcionarios. Ciertas particularidades cosas. Dichos funcionarios se designan por decreto del Presi-
relativas al nombramiento hacen olvidar a veces este carácter dente de la República, pero a propuesta de sus predecesores o
esencial, así como también el modo de remuneración. de los herederos de éstos. Como esta propuesta se realiza, de
Ante todo, se los remunera mediante emolumentos paga- ordinario, mediante precio en dinero, en la práctica se habla
dos por los individuos que han requerido sus servicios. Aparen- corrientemente de cesión del oficio, diciéndose entonces que
temente, puede asimilárselos, en este punto, a los abogados o una notaría ha sido comprada o vendida; pero resulta comple-
a los médicos, pues arriendan su actividad, sus servicios, como tamente incorrecto expresarse así. Un agente público propia-
un obrero o un empleado, como un abogado o un médico. Por mente dicho no puede vender la función de que se halla in-
otra parte, parece que los oficiales ministeriales compraran vestido. Un análisis detenido de la situación lleva a distinguir
su oficio, en la misma forma que un comerciante adquiere tres actos jurídicos: l 9 ) el contrato que se celebra entre el
oficial ministerial que se retira y el aspirante al cargo; 29) la
88 GASTÓN JÉZE, Le régime juridique de la nomination des officiers mi- propuesta del candidato, hecha al Gobierno, por el oficial que
nistériels, en la " R . D . P . " , 1910, ps. 261 y ss.; LAFERRIÉRE, Jur. adm-. et rec. se retira; 3P) el nombramiento del candidato, por decreto del
cont., 2» ed., i, ps. 577 y ss. Presidente de la República.
89 Al menos, para los escritores de derecho público más modernos: L A -
FERRIÉRE, op. dt., i, p. 578; BERTHÉLEJTY, Droit administranf, 10» ed., 1923,
Examinemos estos tres actos:
ps. 63 y ss.; HAURIOU, Droit adm., 9* ed., 1919, p . 693, nota; MOREAU, Droit l 9 ) El acuerdo de voluntades que se celebra entre el ofi-
adm., 1909, p. 192. En sentido contrario, CHANTEGRELLET y PICHAT, V* Fonc- cial ministerial que se retira o sus herederos, por una parte,
tionnaires publics, n» 33, en el " R é p . de Droit A d m . " de BÉQUET. y el aspirante al cargo, por la otra, es un contrato propiamen-
E n cuanto a los agentes de cambio, algunos autores que han escrito sobre
dereciho comercial afirman que no son funcionarios públicos, pues son co-
te dicho. Se trata de un acuerdo de voluntades, en ejercicio
merciantes. MOLLOT, Bourses de commerce, n» 138. El Consejo de Estado, en de un poder legal (ley del 28 abril 1816, art. 91), que crea
una resolución del 17 febrero 1911, Finas ( " R e c " , p . 190), parece también obligaciones y créditos, situaciones jurídicas individuales.
negar el carácter de funcionarios públicos a los mencionados agentes: " S i el Esas obligaciones y esos créditos no tienen por objeto la fun-
art. 22 de la resolución del 27 pradial del año x y el art. 82 del decreto
del 7 octubre 1890, autorizan a las Cámaras sindicales de Agentes de cambio
ción; no es éste un contrato de compraventa de un fondo de
a dictar reglamentos concernientea a la disciplina interna y a los otros ob- comercio. El oficio ministerial es una función pública propia-
jetos considerados en este último artículo, y si reconocen al ministro de Ha- mente dicha. Pero las funciones públicas no se compran ni se
cienda, en interés económico y financiero, el derecho de controlar sus acuer- venden. El contrato es del tipo do ut facías. A consecuencia
dos, los precitados textos no han tenido ni por finalidad ni por efecto incluir
a las Cámaras sindicales elegidas por las compañías de Agentes de cambio entre
las autoridades administrativas... " . 9i P a r a el desarrollo de esta idea, véase GASTÓN JÉZE, Cours élémentaire
de science des financee et de législation financiére frangaise, 5» ed., 1912,
90 " E s t a facultad de proponer a sus sucesores no deroga de ningún modo, ps. 706 y ss.
por lo demás, el derecho de Su Majestad de reducir el número de estos fun-
cionarios. ..".
TEORÍA GENERAL DE LA FUNCIÓN PÚBLICA Los AGENTES DEL SERVICIO PÚBLICO 289
288

del contrato, el candidato tiene la obligación individual de El Gobierno puede, por otra parte, negarse a nombrar un
pagar la suma de dinero convenida; el oficial ministerial o sus candidato, si lo considera indigno, aunque esté regularmente
herederos tienen la obligación de hacer, al Gobierno, la pro- propuesto. La apreciación de la moralidad del candidato pro-
puesta en favor de un determinado individuo. puesto es discrecional94.
29) El acto de propuesta y el contrato do ut fados, ¿¿se
29) La propuesta hecha por el oficial ministerial o sus
hallan en una relación jurídica condicional? Es evidente que
herederos, es un acto-condición. Trátase de la condición im-
la propuesta no está condicionada por el contrato; la regulari-
puesta por la ley del 28 abril 1816, art. 91, para que el Go- dad de la presentación no depende del contrato. Aunque el
bierno pueda ejercer regularmente su poder legal de nombra- contrato fuese irregular o viciado, la propuesta no sería irre-
miento del oficial ministerial. gular, y tampoco, por consiguiente, el nombramiento, que
39) El nombramiento propiamente dicho, que emana ex- no se hallaría viciado de nulidad. Con mayor razón, si no
clusivamente del Presidente de la República y del ministro de se ha cumplido el contrato, si no se ha pagado el precio
Justicia, quien propone y refrenda el decreto de designación, convenido, la propuesta no es nula y el nombramiento no pue-
es también un acto-condición. Es la condición para que se in- de dejarse sin efecto. Análogamente, si el oficial ministerial,
vista, al candidato propuesto, de* un status legal, de la función no obstante existir un primer contrato, propone, en virtud de
pública que se denomina "oficio ministerial''. un segundo contrato, un candidato distinto y el Gobierno de-
III. — Establecidos estos principios, veamos ahora la re- signa a este último, el primer candidato no tiene derecho a
pedir la nulidad de la propuesta y del nombramiento. Éste es
lación existente entre estos tres actos jurídicos:
regular; se ha efectuado sobre la base de una propuesta regu-
l 9 ) La propuesta y el nombramiento se relacionan mu-
lar, aunque hubiese, en ello, violación de un contrato 95 . De
tuamente en el sentido de que la propuesta es la condición
para la regularidad del ejercicio del poder legal de nombra- que pertenece al propio titular. El Gobierno puede nombrar de oficio, previa
miento. El nombramiento de los oficiales ministeriales es un propuesta de un sucesor formulada por el heredero, reduciendo el precio
nombramiento reglamentado, condicionado92. Los motivos que (Nímes, 30 diciembre 1841; Consejo de Estado, 30 junio 1876, Chartier,
" B e c . " , p . 625). El heredero, en efecto, no tiene, como el titular, la facultad
han hecho adoptar esta combinación, son, desde el punto de de opción entre la conservación, para él mismo, de un cargo, y la aceptación
vista político, completamente censurables; sin embargo, si nos del precio reducido; y el interés público exige que el oficio no permanezca
atenemos a la técnica jurídica, corresponde aplicar a este indefinidamente vacante. Si no se aprobase una nueva propuesta hecha por
el heredero, i cabría formular una tercera! ¿Dónde estaría el límite más allá
nombramiento el régimen jurídico de los nombramientos con- del cual podría ejercerse este derecho de nombramiento de oficio?". L E
dicionales. En otros términos: únicamente es regular el nom- VAVASSEUB DE PKÉCOURT, conclusiones de su dictamen ante el Consejo de Es-
bramiento cuando se han observado las condiciones estable- tado, 23 junio 1893, Desprez, " K e c " , p. 523.
cidas, pues, en principio, el Gobierno sólo puede designar como 94 Sin embargo, el Gobierno incurriría en desviación de poder si hiciera
uso de su poder discrecional de rechazar un nombramiento, inspirándose en
nuevo titular del cargo a un individuo regularmente propues- un fin distinto del buen desempeño de la función pública; por ejemplo, si lo
to por el predecesor o sus herederos 93 . impulsasen motivos de rencor político o si la persistente negativa de nom-
brar tuviese por finalidad suprimir indirectamente el oficio ministerial (Cons.
»2 El texto legal que regula el nombramiento es el art. 91 de la ley
del 28 abril 1816: ' ' Los abogados de la Corte de Casación, notarios, procu- de Est., 22 marzo 1901, Hoz et Eerpinn " R e c " , p. 321, " S . " , 1902, 3, 1, con'
radores, escribanos, ujieres, agentes de cambio, corredores y tasadores, po- una nota de HAURIOU). GASTÓN JÉZE, Les principes généraux du droit adm.,'
3» ed., m , 1926, ps. 220 y ss. (Théorie des notifs déterminants).
drán proponer sus sucesores a S.M., con tal que reúnan las condiciones exigi-
das por las leyes''. Sobre los orígenes históricos-/tnancieros del mencionado 95 Es un principio fundamental —frecuentemente desconocido— que no
art. 91, véase GASTÓN JÉZE, Cours de se. des fin., 6* ed., La technique du es nulo un acto jurídico por el único motivo de que haya sido realizado en
violación de compromisos anteriores. Dicha violación da lugar a indemniza-
crédit publie, n, ps. 219 y ss. ción de daños y perjuicios, si las cosas no pueden ser restablecidas en su
93 Sin embargo, la jurisprudencia hace una distinción entre los oficiales estado primitivo (art. 1142, Cód. Civil).
ministeriales y sus herederos. ' ' El derecho de los herederos es diferente del
Jéze, Der. adm., II 1 . 19
TEORÍA GENERAL DE LA FUNCIÓN PÚBLICA Los AGENTES DEL SERVICIO PUBLICO 291
290
modo que la validez del contrato y su ejecución no afectan a la En caso de supresión general100, debe pagarse una indem-
validez de la propuesta ni a la validez del nombramiento, ni al nización especial101 de licénciamiento, cuyo monto dará lugar
mantenimiento del nombramiento 86 . a grandes dificultades 102 . En caso de supresión de un oficio
La verdad de todo esto es que, si no hay propuesta ni determinado, la ley de hacienda del 25 junio 1841, art. 13,
establece que se pagará una indemnización al titular o a sus
nombramiento, el contrato se menoscaba; si no existe propues-
herederos; no obstante, ello sólo ocurre cuando no se ha pri-
ta, la obligación de hacer no se ha cumplido. La condición vado al titular de su derecho de propuesta, a causa de una
que se impone al originarse la obligación del candidato, con- destitución disciplinaria 103 . Por medio de un decreto se fija el
sistente en el pago de una suma de dinero, desaparece si no monto de esta indemnización, que pagarán los titulares de los
tiene lugar el nombramiento. empleos que se mantienen, favorecidos con la clientela del car-
IV. — Habiéndose establecido, pues, que los oficiales mi- go suprimido. El Gobierno tiene un poder discrecional de de-
nisteriales, senso latu, son agentes públicos propiamente di- terminación y de repartición 104 .
chos, deberá aplicárseles el régimen jurídico de los funciona- c) Las tarifas de los salarios pueden modificarse en cual-
rios públicos; por consiguiente: quier momento, y aun reducirse, sin que puedan jurídicamente
l 9 ) Gozan de una situación exclusivamente legal y re-
cuitad de proponer los sucesores, no deroga de ningún modo, por lo demás,
glamentaria97. De donde: el derecho de S.M. de reducir el número de estos f u n c i o n a r i o s . . . " .
a) Son las leyes y reglamentos los que determinan unila- 100 Proyecto del senador CLÉMENCEAU, 1902; dictamen desfavorable del
senador GOMOT, 1903.
teralmente sus derechos y sus deberes. Estas atribuciones pue- 101 Especial, en razón de la estabilidad del oficio. Cfr. supra, ps. 189 y ss.
den modificarse en cualquier momento, conforme a las exigen- 102 LAFERRIÉRE (op. cit., i, p. 583) considera que " l a cuestión de la
indemnización no puede suscitarse, con respecto al Estado, sino cuando se
cias de interés público98. decretasen supresiones de oficios fuera de los casos expresamente reservados:
b) La función de oficial ministerial podría incluso supri- destitución, fallecimiento o renuncia, previstos por las leyes de 1816 y del
año x i " .
mirse, como todo empleo público. El hecho de que aquél haya 103 LAFERRIÉRE, op. cit., i, p. 583.
pagado una suma de dinero a su predecesor, de ningún modo 104 LAFERRIÉRE, op. cit., i, ps. 585 y ss. Los recursos contra el decreto
constituiría un obstáculo jurídico para la supresión, como tam- de fijación y de repartición son de competencia del Consejo de Estado: Cons.
de Est., 27 junio 1873, Traonouez ( " E e c " , p. 603 y la n o t a ) : " L a s supre-
poco lo es el hecho de que un funcionario haya sido designado siones de oficios decretadas por el Gobierno tienen por resultado privar al ti-
previo concurso". tular del cargo suprimido o a sus derechohabi entes de la facultad de propo-
«6 Consejo de Estado, 25 febrero 1910, Mouillot ( " E e c . " , p. 163, y ner un sucesor, y, por otro lado, repartir los asuntos que podían habérsele
" R . D . P . " , 1910, p. 265 y mi n o t a ) : " E n la fecha en que se dictó el de- confiado entre los titulares que siguen en funciones; los derechos reservados
creto nombrando al señor V., éste había sido propuesto al Gobierno por los al Gobierno implican, necesariamente, la facultad de determinar las condi-
herederos del señor L . . . Si el recurrente considera que esta propuesta se ciones en que deberá decretarse la supresión de los oficios y regular, entre
hizo violando el contrato celebrado entre él y los herederos, corresponde a la el titular del cargo suprimido y los titulares que siguen desempeñando sus
autoridad judicial apreciar el mérito de una reclamación así fundada. Pero funciones, las consecuencias de esta supresión... Esta práctica ha sido reco-
dicho recurrente carece de acción para sostener que el decreto impugnado, nocida y sancionada por el art. 13 de la ley del 25 junio 1 8 4 1 " . Cons. de
diatado de conformidad con el art. 91 de la ley del 28 abril 1816, está viciado Est., 11 junio 1886, Lasserre, " E e c " , p. 525: " E s t e decreto es un acto de
de exceso de poder". pura administración, no susceptible de recurso contencioso, debiendo recha-
97 Éstos no son concesionarios de servicios públicos, aunque haya la ana- zarse cualquiera que se entable, y la demanda de los señores L., E. y E. y las
logía de una remuneración por cobro de tasas al público. Esta analogía no conclusiones del señor C. tienden a hacer acrecer mediante el pago de inte-
es completa. Verbigracia: modificación de las tarifas (v. infra, ps. 291, c, reses, la indemnización fijada por el mencionado d e c r e t o . . . " . Cons. de Est.,
7 298). 16 mayo 1890, Galy Gasparrou, " E e c " , p. 497; 29 junio 1894, Guyonnet,
" E e c " , p. 443. Cfr. Orléans, 12 enero 1863, Faucon; Angers, 4 mayo 1886>
98 La única cuestión que podría suscitarse es la de la autoridad compe-
de Lacroicc et Guéranger.
tente para modificar su competencia. E n principio, es el Parlamento.
99 Por otra parte, la ley prevé expresamente la facultad del Gobierno de
suprimir los oficios ministeriales. Art. 91, ley del 28 abril 1816: " E s t a fa-
Los AGENTES DEL SERVICIO PUBLICO 293
TEORÍA GENERAL DE LA FUNCIÓN PÚBLICA
292
agentes es considerable. Los ejemplos principales los propor-
oponerse los titulares respectivos, alegando que han tenido en cionan los guardas particulares juramentados (de bosque, de
cuenta los salarios existentes en el momento de hacerse cargo caza, de pesca, de ferrocarriles, etc.).
de sus puestos. Observemos, ante todo, que estos individuos son agentes
2°) El hecho de que los oficiales ministeriales realizan un públicos propiamente dichos, pues colaboran con un servicio
servicio público, conduce a la consecuencia de que no pueden público: policía forestal, de caza, de pesca, de ferrocarriles, etc.
negar sus servicios a quienes los reclaman, siempre que estos Ocupan un empleo permanente y los textos legales disponen
últimos observen las condiciones legales y reglamentarias. El su organización.
oficial ministerial que se negase a ejercer su función, incurri- Así, por ejemplo, el Código forestal, art. 117, establece:
ría en falta disciplinaria 105 . Algunas veces se dice que ello "Los propietarios que deseen tener guardas particulares para
se produce porque los oficiales ministeriales ejercen un mono- la conservación de sus bosques, deberán hacerlos confirmar
polio, pero no es ése el argumento esencial, sino que más bien por el subprefecto del distrito, pudiendo interponerse el res-
se t r a t a de una consecuencia de la noción de servicio público. pectivo recurso ante el prefecto, en caso de negativa. Estos
Los oficiales ministeriales son agentes públicos de competencia guardas sólo podrán ejercer sus funciones después de prestar
obligatoria-f tienen la obligación funcional de ejercer su com- juramento ante el tribunal de primera instancia".
petencia cuando se hubiesen llenado las condiciones legales y La ley del 3 mayo 1844, sobre caza, contiene un artículo
—el 22— conforme al cual "las denuncias verbales de l o s . . .
reglamentarias. Ahora bien: entre estas condiciones figura
guardas juramentados de los particulares harán plena fe, has-
la petición del individuo que reclama, en su beneficio, el fun-
ta la prueba en contrario".
cionamiento del servicio público al cual pertenecen los oficiales
La ley del 15 julio 1845, sobre policía de los ferrocarriles,
ministeriales. establece, en su art. 23, § 1, que "los delitos o contravenciones
SECCIÓN VII
previstos en los títulos i y n i de la presente ley, podrán pro-
LOS AGENTES PÚBLICOS AL SERVICIO DE barse por las denuncias verbales de l o s . . . agentes de vigi-
LOS PARTICULARES lancia y guardas nombrados o confirmados por la Administra-
ción y debidamente juramentados". Un artículo del pliego de
I. — Existe una categoría de agentes públicos cuya si- condiciones aprobado por el Parlamento (y que constituye
tuación debe interesarnos. Se trata de los que se hallan, al una ley propiamente dicha por las disposiciones que orga-
mismo tiempo, al servicio de particulares. El número de estos nizan el servicio) dispone que "los agentes y guardas desig-
nados por la compañía para percibir los derechos o para la
105 Los textos legislativos o reglamentarios formulan muy frecuentemen-
te esta obligación, pero no es necesario que una disposición la establezca ex- vigilancia y la policía de los ferrocarriles y de sus depen-
presamente, pues ella se desprende de la idea de que los oficiales ministeria- dencias, podrán prestar juramento, quedando, en tal caso,
les son, como los jueces, agentes públicos cuya competencia debe ejercerse asimilados a los guardas de campo''.
obligatoriamente, a instancia de los individuos que se encuadren dentro de las La jurisprudencia ha interpretado estos textos legales
condiciones legales. en el sentido de que confieren a todos los individuos men-
Véase algunas disposiciones legales que proclaman el carácter obligatorio cionados el carácter de agentes públicos propiamente dichosj
del cargo de oficial ministerial: Notarios, ley del 25 ventoso, año xi, art. 3:
" L o s notarios están obligados a prestar su ministerio cuando fuesen reque- o, para emplear los mismos términos de las resoluciones, el
ridos para ello". Alguaciles, decreto del 14 junio 1813, art. 42: "Los algua- carácter de agentes de la fuerza pública, de agentes de la auto-
ciles están obligados a ejercer su ministerio siempre que fuesen requeridos ridad pública109.
para ello y sin distinción de personas... El art. 85 de nuestro decreto del
18 junio 1811, se aplicará a todo alguacil que, sin excusa válida, se rehusase a
loe La jurisprudencia ha aplicado el beneficio de las leyes que protegen
cumplir con su deber, a requerimiento de un particular" (destitución y
deber de pagar daños y perjuicios).
294 TEORÍA GENERAL DE LA FUNCIÓN PÚBLICA LOS AGENTES DEL SERVICIO PÚBLICO 295

II. — ¿Cómo conciliar, entonces, conforme a lo que se ha particular no ingresará al servicio público —aunque lo pro-
dicho, esta situación de agentes del servicio público con la de pusiese el patrono particular— cuando el patrono celebrara
empleados particulares? previamente con él un contrato de locación de servicios.
Es indudable que los guardabosques y los guardas de 2*) La Administración puede separar al agente del servi-
caza y de pesca de los particulares, como asimismo los agentes cio público, retirándole la confirmación. Este acto tiene la
juramentados de las compañías de ferrocarriles, son empleados naturaleza jurídica de una revocación. Por su parte, el patrono
particulares. Su situación jurídica, con respecto a su patrono queda en libertad de despedir a su empleado, aunque lo con-
particular, es, evidentemente, una locación de servicios; trá- firmase la Administración. Aquí también los dos actos —no
tase, por consiguiente, de una situación contractual. obstante ser independientes— se condicionan uno al otro. La
La solución del problema es la siguiente. Los individuos revocación del acto de confirmación no afecta directamente
en cuestión tienen un doble carácter: l 9 ) son encargados o el contrato de servicios celebrado entre el empleado y el par-
empleados de un particular; 2') son agentes públicos. ticular, pero ordinariamente tendrá como resultado poner fin
a la situación contractual. En efecto, el patrono quiere que su
I I I . — Este doble carácter tiene importantes consecuen- empleado sea al mismo tiempo agente público, pues en esa
cias: condición le presta los servicios que él desea. El acto de la
1*) En razón de su doble carácter, existe para el ingreso Administración que deja sin efecto la confirmación tendrá,
al servicio de los individuos de los cuales nos ocupamos aquí, por consiguiente, una influencia considerable sobre el mante-
un doble acto jurídico. Entran al servicio del particular por nimiento de la situación contractual. El patrono decidirá si
•el contrato de locación de servicios, pero ingresan al servicio corresponde, en tal caso, mantener a su servicio al guarda a
público por un segundo acto jurídico distinto: la confirmar quien la Administración ya no acepta como agente público. Si
ción de la Administración, que constituye el acto-condición el patrono también lo despide, no abusa, evidentemente, de
que los pone en la situación jurídica de agentes públicos. Esto los derechos que tiene al respecto.
corresponde exactamente al nombramiento de un agente pú- Pero es indudable que la cesación de la situación contrac-
blico. La naturaleza jurídica de la mencionada confirmación tual entre el particular y su empleado tiene que repercutir
•es, pues, la misma que la del nombramiento propiamente dicho. sobre la situación del agente público. El individuo confirmado
Lo que caracteriza al caso, es que, de ordinario, el guarda ha ingresado al servicio público con la condición de que segui-
o el agente particular sólo será contratado por su patrono ría siendo empleado particular. Si deja de existir la situación
particular (locación de servicios) a condición de que luego contractual, ello tendrá una consecuencia directa e inmediata
lo confirme la Administración. E inversamente, la Adminis- sobre la situación de agente público. Desde el momento que
tración exige, como condición para confirmar, la existencia
desaparece una de las condiciones esenciales para que el indi-
previa de dicha locación de servicios. Así, por una parte, el
viduo sea agente público, éste pierde, inmediatamente, dicho
individuo no está comprometido por el particular sino a con-
carácter.
dición de que sea confirmado por la Administración. Por otra
parte, la Administración no confirmará, es decir, que el agente Como se ve, la situación contractual y la situación 'de
agente público se condicionan recíprocamente, desde el punto
de vista de su mantenimiento.
a los funcionarios públicos contra la difamación 7 la injuria, a los jefes de
.estación y agentes de las compañías de ferrocarriles confirmados por la Ad- 3*) La situación contractual con respecto al patrono y la
ministración y que han jurado ante ella. No hay dificultad a este respecto. situación de agente público con respecto a la Administración r
296 TEORÍA GENERAL DE LA FUNCIÓN PÚBLICA LOS AGENTES DEL SERVICIO PÚBLICO 297

son independientes en lo que atañe al contenido, es decir, a 4*) Las sanciones condignas para cada una de las situa-
los derechos y deberes. ciones jurídicas en que se halla el guarda confirmado no son
Los derechos y deberes jurídicos del guarda confirmado, idénticas. En las relaciones del guarda con su patrono, privan
considerado como agente público, los determinan exclusiva- las sanciones ordinarias de las situaciones jurídicas contrac-
mente las leyes y reglamentos. El patrono particular carece tuales, es decir, las acciones judiciales. En las relaciones del
de competencia para modificarlos. En consecuencia, no debe guarda confirmado con la Administración, las sanciones ordi-
admitirse que el guarda confirmado no cumpla con sus deberes narias aseguran el respeto de las respectivas competencias:
legales de agente público, a raíz de las instrucciones de su poder, de vigilancia, de disciplina, etc., en favor de los jefes
patrono, ya que las órdenes de éste no pueden coartar el ejer- de servicio; reclamación jerárquica, recurso por exceso de
cicio de sus derechos. Dada su condición de agente público, no poder, en favor del guarda.
tiene por qué recibir órdenes de su patrono; sólo recibe órdenes 5*) Las jurisdicciones competentes para resolver las difi-
e instrucciones de la Administración. En caso de producirse cultades que se produjesen, son los tribunales judiciales, en
un conflicto, debido a las órdenes contrarias de la Administra- todo lo concerniente a las relaciones del agente con su pa-
ción y del patrono, el agente confirmado obedecerá a la pri- trono ; y los tribunales administrativos, en lo que atañe a las
mera antes que al segundo. El desconocimiento de las órdenes relaciones del agente con la Administración.
de la Administración, es una falta de servicio, que lo expone
a la separación (revocación de la confirmación).
El desconocimiento de las órdenes del patrono para ce-
ñirse a las instrucciones de la Administración, ¿expone al SECCIÓN VIII
agente a ser despedido por el particular? A mi juicio, el
despido de un agente por inobservancia de órdenes patronales EL CONCESIONARIO DE SERVICIO PÚBLICO Y SUS
contrarias. a las instrucciones legales de la Administración, OBREROS Y EMPLEADOS
implicaría un abuso del derecho de despido (art. 1780, Cód.
Civil). No obstante, si el patrono estimase que, a raíz de las
modificaciones introducidas en los derechos de los agentes Existen servicios públicos que no son atendidos directa-
confirmados o en las condiciones de su ejercicio, los servicios mente por la Administración. Ésta encarga el funcionamiento
de dichos agentes ya no representan para él ninguna utilidad, del servicio a un empresario (individuo o sociedad) mediante
y decidiera, entonces, prescindir de ellos despidiéndolos; si se una remuneración. Dicho empresario designa a los empleados
observan los plazos de preaviso, tal proceder no entrañaría y obreros y asegura la prestación del servicio.
ya un abuso del citado derecho107. Trátase de una consecuencia
lógica de la doble situación jurídica en la que se hallan los Trátase de la concesión de servicio público. En Francia,
guardas particulares confirmados por la Administración. En el ejemplo típico lo ofrece el servicio público de los ferroca-
realidad, estos conflictos de órdenes son muy raros, pues el rriles. Además de la red del Estado, explotada directamente
por la Administración, existen redes explotadas por compa-
patrono evitará impartir instrucciones contrarias a las de la
ñías concesionarias. Por otra parte, no es ése el único ejemplo
Administración, pues ello lo expondría al retiro de la confir-
de concesión, pudiendo citarse también los servicios públicos
mación ya concedida y a que en lo futuro se le rehusaran las
de tranvías, de ómnibus, de distribución de agua, de gas, de
confirmaciones de otros guardas que pudiese proponer.
electricidad, etc. Muy frecuentemente, la Administración no
107 Se puede asimilar esta situación con la de los guardas de campos.
explota directamente estos servicios públicos, pues se conce-
V. supra, p. 156, nota 101.
den a empresarios o sociedades.
298 TEORÍA, GENERAL DE LA FUNCIÓN PÚBLICA Los AGENTES DEL SERVICIO PÚBLICO 299

Por consiguiente, se plantea la cuestión referente a la bución de beneficios, etc. A este respecto, el concesionario de
situación jurídica: l 9 ) del concesionario; 2') de los empleados servicio público está en una situación jurídica individual, con-
tractual; únicamente la voluntad concordante de las partes
y obreros del concesionario.
puede modificar esa situación. Por consiguiente, la condición
La solución depende de la naturaleza jurídica de la con- jurídica del concesionario de servicio público se distingue
cesión de servicio público. muy claramente de la del agente público110.
La concesión de servicio público no es una empresa pri- Ese aspecto contractual de la concesión de servicio públi-
vada; trátase, más bien, de un servicio público propiamente co determina una importante consecuencia. El agente público
dicho, de una modalidad del servicio público108. Por lo tanto, sólo puede salir de la situación jurídica del servicio públi-
es preciso aplicar a la concesión de servicio público, el régimen co en los casos establecidos por las leyes y reglamentos,
jurídico del servicio público propiamente dicho. entre los que no figura la modificación inesperada del servicio
§1 público. Dicho agente no puede exigir indemnización por el
suplemento de trabajo que le impone la modificación del servi-
Situación jurídica del concesionario de servicio público109 cio. Por lo contrario, cuando la Administración modifica radi-
calmente el servicio, el concesionario puede pedir al juez del
I. — El concesionario de servicio público se halla en múl- contrato que declare que el cambio entraña para él una carga
tiples situaciones jurídicas. Ante todo, se compromete a hacer no prevista en sus cálculos financieros, por lo que experimenta
funcionar determinado servicio público no solamente en las un perjuicio que es preciso reparar. El concesionario puede
condiciones previstas en el pliego de condiciones, sino también pedir también, al mencionado juez, que disponga, en su bene-
en las condiciones que le prescribirá la Administración, en ficio, la rescisión de la concesión111.
nombre del interés general. El contenido de su obligación de
hacer, en lo relativo al funcionamiento del servicio público, no Este doble aspecto de la concesión de servicio público ha sido muy
bien señalado por el comisario del Gobierno, BLUM, en el asunto resuelto por
no se determina, pues, contractualmente, sino que se establece «1 Consejo de Estado, el 11 marzo 1910 ( " R e c " , p. 233): La concesión
legal y reglamentariamente. Desde este punto de vista, el con- tiene una doble naturaleza: " e s , en un sentido, un arreglo financiero bajo
forma cierta; en otro sentido, es el modo de gestión de un servicio público
cesionario se halla en una situación jurídica general e imper- con necesidades variables".
sonal, legal y reglamentaria, asemejándose a un agente pú- n i Véase, en este sentido, las muy claras y justas conclusiones del
blico propiamente dicho. comisario de Gobierno, BLUM, en el caso arriba mencionado: "Los poderes
del juez del contrato... son... extremadamente amplios... Puede conceder
II. — Por otra parte, el concesionario de servicio público una indemnización. Podrá también, si las modificaciones introducidas en el
contrato alteran completamente su economía, si ellas implican, verbigracia,
tiene derechos y obligaciones determinados contractualmente, la aportación de un capital o de un material más importante que aquel de
que la Administración no puede modificar unilateralmente, que dispone el concesionario, decretar la rescisión en beneficio de este último.
por vía legal o reglamentaria. Son ellos los derechos y obliga- Podrá también, . . . si el uso hecho del derecho de reglamentación tuviese ma-
nifiestamente por objeto favorecer la caducidad de la concesión, privándose
ciones pecuniarios: garantía de interés, subvenciones, distri- de ésta al concesionario sin utilizar el procedimiento del rescate, tendría
—decimos— el derecho..., en este caso excepcional, de anular los actos regla-
108 v . supra, ps. 71 y ss.: De los servicios públicos a cargo de conce- mentarios, y este poder de anulación se desprendería del poder que siempre se
sionarios. le ha reconocido en materia de concesión, para anular una caducidad injus-
lo» Cfr. nuestro artículo publicado en la "Revue du Droit Public", 1907, tamente decretada''. Cfr. supra, p. 83, nota sobre el poder de rescate de la
ps. 680 y ss. y, en especial, GASTÓN JÉZE, Les principes généraux du droit concesión.
adm., 3» ed., i, 1925, ps. 199 y ss.; m, 1926, ps. 346 y es.
300 TEORÍA, GENERAL DE LA FUNCIÓN PÚBLICA LOS AGENTES DEL SERVICIO PÚBLICO 301

§2 respecto a los empleados y obreros del concesionario de servi-


cio público, que están en una doble situación:
Situación jurídica de los obreros y empleados de los concesio- 1*) Existe, ante todo, una situación jurídica individual,
narios de servicio público112 cuyos elementos los determina el acuerdo de voluntades de las
partes (empleados y concesionarios). En esta primera serie
Los empleados y obreros de los concesionarios de servicio de situaciones jurídicas, el hecho de que intervenga la locación
público están en una situación jurídica fuertemente influida de servicios para asegurar el funcionamiento de un servicio
por el hecho de que colaboran en el funcionamiento de un público, hará que se estipulen expresamente o que se presuman
servicio público. ciertas condiciones especiales del mencionado contrato. Pero
no hay en ello nada de particular, pues esas cláusulas resultan
Para determinar más exactamente la situación de estos
de la voluntad expresa o presunta de las partes contratantes.
agentes, es preciso distinguir dos categorías: 1*) los emplea- 29) Existe, en segundo lugar, una situación jurídica ge-
dos confirmados por la Administración; 2*) todos los demás neral e impersonal, legal y reglamentaria. Es en esta situación
empleados y obreros113. donde el hecho de existir servicio público va a tener consecuen-
I. — Los empleados confirmados por la Administración, cias jurídicas importantes.
se hallan en una doble situación jurídica. Son agentes públicos a) El legislador no dejará de formular expresamente
propiamente dichos, y el acto jurídico que determina su ingreso ciertas reglas particulares para la locación de servicios, en
en el servicio público es la confirmación por la Administra- materia de servicio público concedido, destinadas a asegurar
ción 114 ; pero están ligados con el concesionario por un con- un buen funcionamiento del servicio. Así, por ejemplo, en lo
trato de locación de servicios. La combinación de estas dos que atañe a los ferrocarriles concedidos, el legislador francés
situaciones da lugar a las consecuencias jurídicas que se han ha determinado la duración máxima del trabajo, los descansos,
señalado más arriba, para los agentes públicos al servicio de la forma de pago de los salarios, los retiros, etc. Esta regla-
particulares 115 . mentación por vía unilateral es perfectamente legítima 117 , del

II. — Los empleados y obreros no confirmados por la H7 La opinión contraria ha sido sostenida por BERTHÉLEMY y BARTHÉLEMY.
Administración, no son agentes públicos propiamente dichos, El primero de ellos (Droit adm., 10» ed., 1923, p . 678) escribe: " L a s relaciones
entre estos funcionarios (personal de las compañías, en todos los grados jerár-
pues se vinculan al concesionario por un contrato de locación quicos) y las empresas, son las ordinarias entre patronos, empleados, viajan-
de servicios. Pero este acto jurídico tiene consecuencias algo tes y obreros, las que están reguladas, aun cuando se trata de las redea
diferentes de las que rigen a los obreros y empleados de un del Estado, por el derecho común de la locación de servicios". BERTHÉLEMY
examina el proyecto de ley presentado el 9 noviembre 1911, por el ministro
patrono ordinario. El acto jurídico de locación de servicios de Obras Públicas, según el cual: 1») los nombramientos de agentes superiores
implica, para todo empleado de un particular, dos series de de las líneas (director, subdirectores, jefes de grandes servicios) deberían
situaciones jurídicas: unas, individuales; otras, generales e ser aprobados por el ministro y sólo se harían por seis años, aunque renova-
impersonales, legales o reglamentarias 116 . Lo mismo ocurre bles; 2») los reglamentos sobre designación y ascenso de los agentes, sobre
funcionamiento de los consejos de disciplina y de las comisiones de reforma,
112 ROLLAND, La gréve des agents d'un service public concede, en la serán homologados por el ministro; 3») en el caso en la aprobación sólo se -
" R . D . P . " , 1910, ps. 504 y ss. y, en especial, ps. 508 y ss. concediese bajo reservas no aceptadas por la Compañía, se resolverá por de-
creto dictado previo dictamen conforme del Consejo de Estado. BERTHÉLEMY
113 Los autores no formulan esta distinción, que, a mi juicio, resulta in- se asocia a las siguientes protestas formuladas, el 12 noviembre 1911, por
dispensable. las Compañías, contra dicho proyecto: " N o menos atentatorias contra los
114 Ver supra, p. 294. derechos contractuales de las c o m p a ñ í a s . . . serían las disposiciones... que
l i s Ver supra, ps. 294 y ss. conciernen a la homologación... No podríamos alzarnos demasiado contra se-
ii« Ver GASTÓN J É Z E , Les principes gínéraux du droit adm., 3» ed., i, mejantes disposiciones. Al atribuir al ministro el derecho de homologar y, en
1925, ps. 13 y ss.
LOS AGENTES DEL SERVICIO PÚBLICO 303
302 TEORÍA, GENERAL DE LA FUNCIÓN PÚBLICA

El hecho de que estas reglas puedan hacer más costosa


mismo modo que la reglamentación del trabajo en la industria —para el concesionario de servicio público— la misión que se
privada. Pero para los obreros y empleados de esta última, le ha encomendado, ¿le da derecho a reclamar indemnización?
dicha reglamentación tiene por objeto, además de la protec- Ello ya es otra cuestión. Quizá se imponga una respuesta afir-
ción de ellos, la salvaguardia de lo que se denomina, de ma- mativa, precisamente porque la nueva carga se establece en
nera un poco vaga, la riqueza económica del país, mientras interés del servicio público. Sea lo que fuere, la legalidad de
que en este caso la reglamentación tiene por objeto, aparte de la reglamentación no puede ponerse en duda.
dichos fines, asegurar el mejor funcionamiento del servicio b) Aparte de las reglas especiales expresamente dictadas
público. por el legislador, es menester afirmar que los obreros y emplea-
dos de los concesionarios del servicio público tienen la obliga-
caso de necesidad, de modificar la escala de las remuneraciones, se le investiría ción general e impersonal de no hacer nada que pueda compro-
del derecho de establecer los sueldos, violando así, del modo más grave y más
insolente, los derechos contractuales de las Compañías, y se dispondría, me- meter la marcha del servicio118, y como uno de los elemen-
diante una verdadera expropiación sin indemnización, de la fortuna privada
de los accionistas". BERTHÉLEMY halla " m u y j u s t a s " estas objeciones y no sen impuestas por uno de los objetos cuya responsabilidad no podría abdicar
titubea en decir que las leyes de este número ' ' consagran verdaderas confis- el Estado, estarían viciadas de exceso de poder, siendo contrarias al derecho y
caciones contra los accionistas de las Compañías". Según mi opinión, estas jurídicamente nulas. La reserva que acaba de señalarse se aplica, por ejemplo,
objeciones carecen de valor jurídico. Dejamos de lado la cuestión de saber si, a las leyes sobre el trabajo de los obreros ferroviarios; al evitar el surmenage,
desde el punto de vista político, económico o social, la reforma propuesta sería contribuyen a la seguridad del servicio. Lo mismo sucede con las leyes sobre
conveniente. Desde el punto de vista jurídico, el poder de reglamentación del la higiene de los t r a b a j a d o r e s " .
Parlamento es indiscutible. Lo he demostrado más arriba (supra, pa. 72 y Las reservas hechas por BARTHÉLEMY me parecen la condenación misma de
ss.; ps. 78 y ss.) y la jurisprudencia actual se halla muy firme en este sentido su tesis; porque, a mi juicio —y ésta es también la opinión del legisla-
(v. supra, loe. cit.). Hago reserva, por consiguiente, de la cuestión de in- dor cuando dicta leyes de esta índole— las reglamentaciones generales, im-
demnización que podría deberse a las compañías. Véase, también, la opinión personales, relativas al reclutamiento del personal, sueldos, pensiones, etc.,
formulada por BERTHÉLEMY, en 1924, a las Compañías de ferrocarriles, a pro- tienen por objeto, como las leyes sobre la duración de la jornada de trabajo o
pósito del proyecto de ley de amnistía (reproducida en GASTÓN J E Z E , Les prin- relativas a la higiene, asegurar el buen funcionamiento del servicio público.
cipes généraux du droit adm., 3» ed., i, 1925, ps. 416 y ss.). Por lo demás, según mi parecer, no es jurídicamente discutible el dere-
BAKTHÉLEMY ( " B . D . P . " , 1911, ps. 146 y s.) me parece merecer la misma cho del legislador de establecer, de modo general e impersonal, un salario
crítica, aunque admite la distinción, en el acto de concesión, entre una parte mínimo para todos los obreros o para determinadas categorías de ellos; una
reglamentaria y otra contractual (p. 1 4 7 ) : " E x i s t e un dominio en el cual ley de esta índole sería jurídicamente correcta y se aplicaría, no solamente a los
la persona administrativa concedente está ligada por el contrato: es en todo obreros aun no contratados, sino también a los ya comprometidos por un
lo concerniente al régimen de los recursos internos empleados por el conce- contrato de locación de servicios. Lo que el Parlamento no podría hacer, es
sionario para alcanzar este fin: servir al público. La persona administrativa modificar, por un acto particular, las relaciones entre el obrero y su patrono.
puede siempre definir, precisar, modificar el fin, que es servir al público. El Se impone una distinción que no hace BARTHÉLEMY. Él afirma bien (p. 156)
concesionario sigue siendo dueño de los recursos, en las condiciones señaladas que las leyes de la naturaleza de las que se aplican a los obreros ferroviarios
para toda la duración de la concesión, por el acto que la establece. Este do- no son generales: " e l l a s imponen —dice— nuevas obligaciones a los patronos,
minio estrictamente contractual, concierne a todos los contratos que el conce- que no son fáciles de enumerar r á p i d a m e n t e " . Pero la ley constitucional que
sionario está llamado a celebrar con los terceros: agentes o abastecedores. modificase las atribuciones del Presidente de la Bepública, ¿ dejaría de ser
En el acto de concesión pueden preverse ciertas disposiciones que interesen a general por el hecho de que " i m p o n e obligaciones a los agentes, las que son
estas últimas personas, pero no podría modificárselas en el curso de la con- fáciles de enumerar r á p i d a m e n t e " ?
cesión por vía de autoridad, desde el momento que ya no se t r a t a de apreciar y 118 DUGUIT, influido por este hecho, no vacila en decir que " l o s empleados
de satisfacer las necesidades del público: en el curso del contrato, la Adminis- de los ferrocarriles son funcionarios" (Traite de droit constitutionnel, 2* ed.,
tración concedente no podría, sin incurrir en exceso de poder, imponer a la m , 1923, p. 39). En 1911 (Droit const., i, p. 513), el mismo autor escribía:
Administración concesionaria nuevas reglas sobre la compra de carbón o los ' ' Si fuesen, en efecto, simples empleados de un empresario privado, vinculados a
salarios o pensiones de sus o b r e r o s . . . Todas las intervenciones de la autoridad él por un contrato de trabajo, no se comprendería cómo podría el legislador,
posteriores al acto (de concesión) que limitasen la libertad de las Compa- por vía de autoridad, modificar y regular su situación''. Creemos que DUGUIT Be
ñías en cuanto a los medios para procurarse materiales o mano de obra, y equivoca. El argumento por él proporcionado se refiere a otra cuestión distin-
especialmente todas las intervenciones relativas al reclutamiento, disciplina y ta. Todos los empleados de la industria privada están, por parte del régimen
remuneración de los agentes, en la medida en que estas intervenciones no fue-
304 TEORÍA GENERAL DE LA FUNCIÓN PÚBLICA LOS AGENTES DEL SERVICIO PUBLICO 305

tos esenciales del servicio público lo constituye su conti- Sobre este punto, todos los autores de derecho público
nuidad, resultará entonces que todo empleado u obrero de se hallan de perfecto acuerdo119. Únicamente discuten al-
un concesionario de servicio público tiene la obligación jurí-
dica de no declararse en huelga. Cualquiera que fuese la situa- expresa seguidamente que, después de la conclusión del contrato celebrado entre
el concesionario y sus empleados, la libertad de las partes no es enteramente
ción de los obreros y empleados de la industria privada res- libre. El legislador ha intervenido para regular de antemano ciertas condiciones
pecto a la huelga, me parece evidente que la huelga de los de trabajo; las relativas al descanso hebdomadario o a la higiene de los talle-
obreros y empleados de un servicio público concedido es una res, verbigracia. Del mismo modo, en lo que concierne a " l a determinación de
la tarea a confiar a los agentes del concesionario, la libertad de las partes
falta grave, ya que importa una violación de su obligación está también limitada. Lo está en razón de las cláusulas del acto de concesión
jurídica general e impersonal. que regulan la organización y el funcionamiento del servicio concedido; en razón
del control que siempre se ejerce sobre el concesionario por los gobernantes y
sus agentes; en razón, finalmente, de la obligación que pesa sobre el concesio-
jurídico al que se hallan sometidos, en una situación legal (v. supra, p. 295). nario de asegurar el funcionamiento del servicio que se le ha confiado. Asi, en
DUGUIT no retoma más este argumento: ' ' En general —escribe en la p. 19— cierta medida, la misión confiada al agente del concesionario está regulada, no
se está naturalmente bastante inclinado a creer que el servicio público concedido solamente por el contrato de trabajo, sino también por la ley del servicio, e¿
cesa por ello mismo de ser un servicio público y que, por lo tanto, sus agentes, decir, por las cláusulas del acto de concesión que regulan el funcionamiento y lo
aun los normales 7 permanentes, no son funcionarios. Esto es un grave error. La organización del servicio concedido. Esto no trasforma seguramente en funcio-
concesión no es, en realidad, más que un cierto modo de explotación, mediante nario al agente del servicio concedido. El efecto de las cláusulas del acto de
descentralización, de un servicio público. Si, por ejemplo, el servicio de los concesión que regulan la organización y el funcionamiento del servicio no es,
ferrocarriles es un servicio público..., sigue siendo un servicio público cual- en verdad, sino indirecto. La situación del agente sigue siendo una situación
quiera sea su sistema de explotación, ya sea explotado directamente por el contractual, pero el contrato está manifiestamente dominado por el acto de
Estado, ya sea patrimonialmente, ya sea concedido a una Compañía que lo concesión... El agente de un servicio concedido... se diferencia, desde un doble
explote bajo el control del Estado. No se ve cómo podría ser de otro modo. Toda punto de vista, de un asalariado particular. Por una parte, está ligado por la
actividad que constituye un servicio público conserva siempre este carácter, obligación jurídica de colaborar sin descanso en el servicio concedido. Por otra
cualquiera sea la manera como funcione. Es preciso, pues, afirmar muy pala- parte, no puede discutir ni las reglas relativas a la organización del servicio
dinamente que los agentes normales y permanentes de un servicio público, aun de que se trate en el acto de concesión, ni las modificaciones que al legislador o
concedido, son funcionarios; que, especialmente, todos los empleados de los fe- a la Administración pueda parecerles oportuno introducirle". EOLLAND, cuyas
conclusiones son muy aceptables, procede a un análisis jurídico criticable,
rrocarriles, aun de los ferrocarriles concedidos, que están comprendidos en los
a mi juicio. La condición jurídica del empleado de un concesionario de
cuadros normales y permanentes del servicio, son verdaderos funcionarios a los servicio público (no confirmado) es la del empleado de la industria privada.
cuales se aplica todo lo que concierne a los funcionarios públicos en general... " . Ambos están sometidos a dos series de situaciones jurídicas: unas, individua-
Esta fórmula es demasiado general. les; otras, generales y legales. Lo verdadero es que el contenido de las situa-
La declaración del ministro de Obras Públicas, BARTHOU (Senado, 8 julio ciones generales y legales no es el mismo para los empleados del concesionario de
1909), tampoco es exacta: "Los empleados de los ferrocarriles no pueden servicio público y para los empleados de la industria privada. ¿Pero este con-
asimilarse a los funcionarios. Se puede, se debe, asimilarlos a los obreros de la tenido es el mismo para todos los empleados de la industria privada, ver-
industria privada". El ministro quería decir con esto que no se asemejaban a bigracia, para los obreros mineros y para los empleadlos de almacén!
los funcionarios, ' ' quienes no pueden declararse en huelga''. Es verdad que poco
después el mismo ministro rectificaba su declaración, manifestando que él quiso 119 CHARDON, Le pouvoir administratif, 1910, p. 46: "Ninguna huelga,
decir únicamente que los empleados de los ferrocarriles que se declaran en huelga ensayo, preparación o incitación a ella deben ser tolerados por un solo instante
no son punibles penalmente (sesión del Senado, 9 julio 1909). EOLLAND ("Bevue en un servicio público cualquiera, nacional, departamental o municipal, concedi-
du Droit Public", 1910, ps. 508 y ss.) es más exacto cuando declara: "Dos do o no concedido... Un empleado ferroviario no puede hablar de huelga sin
ideas dominan la situación del agente de un servicio público concedido. Por una destruir la noción de servicio público... Los procedimientos empíricos mediante
parte, el servicio con el cual colabora es un servicio público. Por otra, el vínculo los cuales la nación asegura la organización financiera y la dirección general,
que le une al concesionario es un vínculo contractual... El servicio atendido de un servicio público, no cambian en lo más mínimo la obligación fundamental
por el concesionario es un servicio público... A esto corresponde una obliga- que aquélla tiene y, por consiguiente, que tienen todos sus agentes hacia los ciu-
ción jurídica que alcanza... a todos los que colaboran en la gestión del dadanos, obligación que es la de asegurar ante todo la continuidad y la regula-
servicio, cualesquiera fueren y cualquiera sea el sistema por el que se les hubiese ridad del servicio público".
designado. De ahí se desprende que los agentes de los servicios concedidos, como EOLLAND, La gréve dans les services publics concedes, " B . D . P . " , 1910,
los funcionarios propiamente dichos, están obligados a no hacer nada que pueda ps. 520 y ss. Cfr. p. 750: " L a huelga de los agentes de un servicio público,,
perturbar, debilitar o paralizar el funcionamiento normal del servicio''. EOLLAND concedido o no, ¿es lícita o ilícita? Sólo cpbe una respuesta a tal pregunta.

Jéze, Der. adm., II1. 20


TEORÍA GENERAL DE LA FUNCIÓN PÚBLICA LOS AGENTES DEL SERVICIO PÚBLICO 307
306

gunos políticos; pero ellos, por regla general, no son El Consejo de Estado, por resolución del 18 julio 1913,
juristas 120 . Syndicat national des chemins de fer121, estableció que en caso
de huelga el ministro de Guerra tiene facultad para convocar,
El servicio público ha sido organizado para satisfacer necesidades colectivas por un período de servicio de veintiún días a cumplirse bajo
de los gobernados, a las cuales no podía dar satisfacción suficiente la iniciativa el régimen militar, a los empleados y obreros de las Compañías
privada. Este servicio público debe funcionar normalmente, sin interrupción. ferroviarias que forman parte de las secciones de los ferro-
El servicio público es esencialmente continuo. Si así no fuese, dejaría de ser un
servicio público. Por tanto, pesa sobre los gobernantes y sobre todos los que con carriles de campaña.
ellos colaboran en la gestión del servicio, por mínima que sea su función, la Para disipar todo equívoco sobre las obligaciones de los
obligación de asegurar siempre esta continuidad... " . Cfr., también, DUGUIT,
Le droit social, p. 138; HAURIOU, Principes de droit public, p. 488. obreros y empleados, de cualquier categoría, de los ferroca-
Sin embargo, BERTHÉLEMY (Droit administranf, 7* ed., 1913, ps. 52 y 678), rriles (concedidos o no), en lo concerniente a la huelga, el
aunque hostil a las huelgas de los empleados de los ferrocarriles concedidos, Gabinete BRIAND propuso al Parlamento, el 22 diciembre 1910,
parece creer que no estando la huelga oastigada por la ley a título de delito, considerar como un delito de carácter penal la huelga de los
es un hecho lícito. Sus explicaciones acerca de este punto no son muy firmes. Por
lo demás, su distinción entre los funcionarios de autoridad y los de gestión empleados ferroviarios 122 .
parece estorbarle para dar la solución correcta hacia la cual tiende mani- Esta trasformación de la huelga en delito penal, se con-
fiestamente. sideró necesaria a causa de la huelga que estalló en el servicio
120 A decir verdad, la gran mayoría de los hombres políticos afirman que
la huelga, en los servicios públicos concedidos, como en los demás, es un hecho de los ferrocarriles del Norte y del Oeste-Este, en el mes de
ilícito: Carta del ministro de Obras Públicas, MILLERAND, al sindicato nacional
de ferrocarriles (16 junio 1910), leída en el Senado el 28 junio 1910: " . . .Los
trasportes por ferrocarril no son una empresa comercial libre, sino un servicio que la cesación concertada del trabajo en los servicios públicos, tenga el carác-
público cuyo funcionamiento regular afecta a los intereses esenciales de la ter de una falta o de un d e l i t o " . GASTÓN JÉZE, Principes généraux du droit
nación. De ahí la preocupación de asegurar, en todas las circunstancias, el adm., 3» ed., i, 1925, p. 431.
mantenimiento, trátese de gestión efectuada directamente por el Estado o por una 121 Cons. de Est., 18 julio 1913 ( " R . D . P . " , 1913, p. 507 [nota], con las
compañía concesionaria del servicio, lo que constituye para el Gobierno uno de conclusiones conformes de HELBRONNER) : " A l llamar, en el curso de una huelga,
los deberes principales que ha contraído hacia la colectividad. El Gobierno falta- por un período de servicio de 21 días a cumplirse bajo el régimen militar, a los
ría a este deber si aceptase por un solo instante que la existencia de este servi- empleados y obreros de la Compañía de ferrocarriles del Norte, pertenecientes
cio público pudiese depender de un conflicto de intereses p r i v a d o s " . Discurso ala 5* y 8* secciones de los ferrocarriles de campaña y de las subdivisiones com-
de EIBOT (Senado, 9 julio 1909): " S e a n cuales fueren sus agravios, no se puede plementarias afectadas a dichas secciones, el ministro de Guerra ha entendido
permitir a los empleados y obreros de una compañía de ferrocarriles el dere- asegurar la continuidad del servicio de los ferrocarriles, cuyo funcionamiento
cho . . . de interrumpir un servicio esencial para la seguridad y para la vida regular e ininterrumpido es, en toda época, indispensable para la seguridad del
nacional". Declaración leída en las Cámaras, en nombre del Consejo de Mi- territorio y para la defensa nacional. Así, la decisión impugnada se ha dictado
nistros, el 8 noviembre 1910: " S e plantea la cuestión, a propósito de ciertos para salvaguardar los intereses a cargo del m i n i s t r o " .
servicios públicos —sean regidos directamente por el Estado, los departamentos
o los municipios, sean concedidos o arrendados—, acerca de si los obreros y em- 122 Exposición de motivos del proyecto de ley sobre arreglo amigable de
pleados encargados de asegurar su funcionamiento pueden, por una cesación los conflictos colectivos, presentado por el Gabinete BRIAND, en la Cámara de
diputados, el 22 diciembre 1910: " L a cuestión suscitada es la de saber si se
concertada del trabajo, interrumpir dichos servicios. Importa, tanto en interés
halla conforme con el interés social y con el propio interés de los trabajadores
de la nación como en el de los trabajadores, que esta grave cuestión reciba una
empleados en los servicios públicos cuya continuidad interesa esencialmente a la
solución franca, clara, exenta de todo equívoco... ¿Es admisible que los intere-
vida colectiva, considerar —en lo que les concierne— la cesación brusca y con-;
ses particulares de una corporación, por dignos de cuidado que puedan ser, se
certada del trabajo, como ejercicio de una facultad reconocida y garantizada'
alcen contra el interés general y prevalezcan sobre élf j Puede admitirse que,
por la ley; la cuestión consiste... en saber si, cuando se trata de estos servi-
en la esperanza de asegurar el éxito de sus reivindicaciones, los agentes, que cios públicos, la huelga es un acto lícito, o, por lo contrario, para reproducir la
voluntariamente han asumido la carga de un servicio p ú b l i c o . . . , lo abandonen y expresión empleada en una reciente decisión judicial, dictada a consecuencia de
paralicen su funcionamiento, en detrimento del conjunto de los ciudadanos''. la última huelga de los agentes de correos y telégrafos, es un 'acto ilícito,
Todas estas declaraciones han sido recibidas con los aplausos de la gran aun cuando no pudiese ser reprimido por ninguna sanción penal'. Creemos
mayoría de los miembros de ambas Cámaras. que en razón de la misma naturaleza del servicio, la huelga es, en semejante
LÉON BLUM, en la Cámara de diputados, el 15 diciembre 1924 ( ] • sesión), caso, un acto a la vez ilícito e ineficaz".
ha expuesto la tesis socialista: ' ' Nos r e h u s a m o s . . . de manera formal, a admitir
LOS AGENTES DEL SERVICIO PÚBLICO 309

308 TEORÍA, GENERAL DE LA FUNCIÓN PÚBLICA


SECCIÓN IX

octubre de 1910123. Los proyectos del Gobierno124 consistieron: CONCLUSIONES


1?) en un procedimiento de conciliación para resolver las dife-
rencias entre empleados y concesionarios o Administración pú-
blica; 29) en sanciones contra los empleados huelguistas y I. — Los agentes públicos se someten a regímenes jurí-
contra las asociaciones de toda índole que incitasen a la dicos muy diferentes:
huelga126. l 9 ) Algunos se hallan en una situación jurídica contrac-
tual, y, además, en ciertos aspectos, en una situación legal;
123 Sobre esta huelga, véase el estudio de EOLLAND, La grhve des cheminot» es el caso de los auxiliares, de los concesionarios de servicios
et les moyens employés pour y mettre fin, en la ' ' R. D . P . ' ' , 1910, ps. 740 y ss.
134 Sobre los proyectos del Gobierno, véase el estudio de ROLLAND, en la
públicos y de sus empleados y obreros (no confirmados por la
" R . D . P . " , 1911, ps. 99 y ss. Administración).
125 Veamos las principales disposiciones de los proyectos gubernativos: 29) Otros se hallan en una situación exclusivamente legal
Proyecto de ley del 22 dic. 1910, sobre arreglo de los conflictos colectivos.
Art. 2 1 : " E l personal de las redes a que se refiere la presente ley está obligado
y reglamentaria: son los gobernantes, los funcionarios (incluí-
a cumplir, dentro de los plazos fijados por la sentencia arbitral, las cláusulas dos los oficiales ministeriales), los requisados.
de ésta. E n caso de que un agente u obrero se negase a continuar el trabajo 39) Otros, finalmente, tienen un doble carácter: emplea-
en las condiciones establecidas por la sentencia, podrá ser inmediatamente re- dos particulares y funcionarios públicos: son los guardabos-
emplazado en su puesto, sin la observancia de las formalidades previstas en las
disposiciones vigentes en las diversas redes, acerca de la revocación, despido o
ques, los guardas de pesca y de caza, los empleados de los con-
supresión de empleo". cesionarios de servicio público, suponiendo que todos ellos
" A r t . 22: Queda prohibido a toda asociación, esté o no reconocida; a todo hayan sido confirmados por la Administración.
sindicato y a toda unión de asociaciones o de sindicatos, sea incitar a los agentes
u obreros de las redes consideradas por la presente ley, a la huelga, sea pre-
pararla u organizaría".
II. — Esta triple división fundamental, resulta esencial.
' ' Art. 2 3 : Toda infracción a la disposición del artículo precedente acarreará Si no se la formula, se tropieza después con dificultades in-
la responsabilidad de los miembros de la asociación, del sindicato o de la unión salvables. Las divergencias de los autores en esta materia
de asociaciones o de sindicatos, que con cualquier título participen de la direc- obedecen, en gran parte, a un análisis jurídico deficiente.
ción o de la administración de la asociación, del sindicato o de la unión. Esta
infracción será castigada con una multa de 50 a 200 francos y prisión de 15
días a 3 meses, o con una sola de estas penas. Si la falta ha sido cometida con I I I . — Por otra parte, como ya se ha visto, en cada gran
ocasión de un conflicto capaz de ser resuelto de conformidad al procedimiento categoría hay que hacer subdivisiones.
de conciliación y arbitraje previsto por la presente ley y antes de que dicho
procedimiento hubiese llegado a una solución definitiva, será castigada con Por ejemplo, el régimen legal y reglamentario no es el
una multa de 100 a 300 francos y prisión de dos meses a un año, o con una sola mismo para los gobernantes y funcionarios que para los re-
de estas penas. El art. 463 del Código Penal (circunstancias atenuantes) Berá quisados.
aplicable en los casos arriba previstos. Las penalidades establecidas en los pá-
rrafos segundo y tercero del presente artículo, podrán aumentarse al doble en Del mismo modo, entre los gobernantes y los funcionarios,
caso de reincidencia. E n caso de sentencia condenatoria dictada en virtud del existen diferencias en lo relativo al régimen legal y regla-
presente artículo, las disposiciones de los arts. 7, párrafo 1», y 8, párrafos 2 y mentario.
3 de la ley del 1* julio 1901, serán laa aplicables (disolución de la asociación).
Proyecto del 22 diciembre 1910, sobre seguridad de los trenes.
Pero estas diferencias son menos importantes de lo que
Artículo único: " E l art. 20 de la ley del 15 julio 1845 queda modificado parecen a primera vista. Se trata de modalidades del régimen'
como sigue: Será castigado con prisión de seis meses a dos años todo mecánico,
conductor, guardafreno o cualquier otro agente encargado de conducir o custo-
diar un tren que haga abandono de su puesto en el curso del servicio, así como explotación encargados de un servicio necesario a la seguridad de los trenes en
todo agente que, regularmente designado para asegurar, en viaje, el relevo de marcha, que hayan hecho abandono de su puesto, o se hayan olvidado o rehusado
un agente encargado de conducir o de custodiar un tren, se hubiese olvidado o a ocuparlo, sin causa j u s t i f i c a d a " .
rehusado, sin causa justificada, a ocupar su puesto. La misma pena se aplicará
a todo guardaagujas encargado de las señales u otro agente de la vía o de la
310 TEORÍA GENERAL DE LA FUNCIÓN PÚBLICA

legal y reglamentario, que se explican fácilmente por la misión


especial u ocasional de que todos están investidos. Pero éstas
no son diferencias fundamentales.
En el estudio particular de cada categoría de agentes
públicos, convendrá, pues, separar cuidadosamente las reglas
esenciales que dimanan de la noción del régimen jurídico legal
y reglamentario, o del régimen contractual, de las reglas de CAPÍTULO II
detalle referentes a las tareas particulares u ocasionales asig-
nadas a cada categoría de colaboradores del servicio público. TEORÍA GENERAL DE LOS FUNCIONARIOS
DE HECHO 1

I. — A veces, un individuo que no se halla regularmente


investido de una función pública, ejerce durante cierto tiempo
los atributos de esta función y realiza actos capaces de pro-
ducir consecuencias jurídicas. Por ejemplo, es el caso de un
individuo que no llena las condiciones legales y al cual se
nombra o elige para determinada función. En su desempeño,
realiza ciertos actos; posteriormente, el nombramiento o la
elección se anula, o bien, después de la expiración del plazo
establecido por la ley, un agente público sigue en funciones y
realiza actos jurídicos. Asimismo, un agente que ha renun-
ciado o ha sido separado o suspendido en su función, continúa
ejerciendo los atributos inherentes al cargo, a pesar del hecho
que ha puesto fin a sus funciones.
La hipótesis puede presentarse en circunstancias excep-
cionales. Habiendo desaparecido las autoridades públicas re-
gulares a consecuencia de una revolución, de una crisis política
o social (guerra civil, desórdenes, revuelta, creación de un
nuevo Estado por insurrección de una provincia, etc.), ciertos
i F. J. GOODNOW, Les principes du droit administratif des États-Unis, ed.
fr., 1907, ps. 286 y ss.; Cases on American administrative Law, 1906, u, ps.
141 a 183; LEÓN LEDOUX, Essai d'une théorie sur la fonction de fait, en la
"Eev. (Jen. d'Adm.", 1912, n, ps. 397 y ss.; ni, ps. 22 y ss.; GAÜDÜ, Essai
sur la légitimité des gouvernements dans ses rapports avec les gouvernement^s
de fait, París, 1914 (estudio filosófico e histórico); LARNAT*DE, Les gouver-
nements de fait, en la "Eev. Gen. de Droit Int. Public", 1921, ps. 457 y ss.;
A. AGOSTINELLI, II funzionario di fatto, Campobasso, 1921, 228 ps. (esta
obra, inacabada, sólo se refiere al aspecto histórico de la cuestión); Guio
VITTA, II funzionario di fatto, "Riv. di Dir. Pubblico", 1928, 88 ps. (estudio
."jurídico).
LOS FUNCIONARIOS DE HECHO 313
TEORÍA GENERAL DE LA FUNCIÓN PÚBLICA
312
29) considerar las principales aplicaciones que de ellos
individuos, espontáneamente o designados por los habitantes
se han hecho en la práctica, con respecto al valor de los actos
o las autoridades públicas superiores, aunque fuera de las
realizados, o bien con referencia a la responsabilidad de aque-
reglas legales, se encargan del funcionamiento de los servicios
llos que han actuado.
públicos esenciales y de la realización de los actos jurídicos
necesarios.
En todos los casos de esta índole, se está en presencia de
SECCIÓN I
funcionarios de hecho, por oposición a los funcionarios de
derecho. IDEAS GENERALES QUE DOMINAN EL PROBLEMA
¿Cuál es la suerte de los actos jurídicos realizados, de este A RESOLVER
modo, por individuos que no pertenecían al servicio público
en el momento de efectuarse esos actos? ¿Cuál es la situación
jurídica de tales individuos? Deben tenerse en cuenta algunas ideas generales para la
II. — He aquí un problema extremadamente difícil y solución del problema; es preciso combinar o conciliar estas
cuya solución general no está dada por la ley en derecho pú- ideas generales, para lograr soluciones satisfactorias.
blico francés. I. — Consideraciones generales que conducen a la
Es raro que la ley proporcione, de antemano, una solu- inexistencia de los actos jurídicos realizados por indivi-
ción para los casos de revolución, de guerra civil; la ley difí- duos a los que no se ha investido regularmente de la
cilmente puede prever la revolución o la guerra civil2. Cuando función respectiva
así sucede, la solución que se da no es correcta 3 .
Corresponde a la jurisprudencia estatuir posteriormente. I. — Una primera serie de consideraciones parece llevar-
Pero la jurisprudencia sobre la materia no es muy abundante; nos a proclamar la inexistencia de los actos jurídicos realiza-
las decisiones son poco numerosas. dos por individuos que no han sido regularmente investidos.
Es preciso, pues: I 9 ) En derecho público francés, el principio es que
l 9 ) desarrollar los principios generales; para que un acto sea jurídicamente válido, lo deben realizar
los individuos regularmente investidos de la función organi-
2 Véase, sin embargo, la doctrina Tobar. El 20 diciembre 1907 se firmó en zada por las leyes y reglamentos. Un acto jurídico es el resul-
Washington un tratado entre las Bepúblicas de Costa Rica, Guatemala, Hon- tado del ejercicio de un poder legal; si no hay poder legal, no
duras, Nicaragua y E l Salvador, cuyo art. 1» dispone: " L o s Gobiernos de
las Altas Partes contratantes no reconocerán ningún gobierno que se establez- puede haber acto jurídico. El individuo que no está regular-
ca en una cualquiera de las cinco Repúblicas, a consecuencia de un golpe mente investido de la función, carece de poder legal4.
de Estado o de una revolución contra un gobierno reconocido, mientras la 29) En derecho público francés, las nulidades son de or-
representación del pueblo, libremente elegido, no haya reorganizado el país den público: no es necesario que se las mencione formalmente
en forma constitucional".
3 E n las Constituciones de Chile { a r t . 151), Honduras ( a r t . 9 9 ) , Perú en la ley como sanción de las irregularidades 5 . Toda la teoría
(art. 1 0 ) , E l Salvador (art. 69) y Venezuela ( a r t . 104), figura un articulo del recurso por exceso de poder es una aplicación de esta idea.
en el cual se ha inspirado la doctrina Tobar. P o r ejemplo, la Constitución de 39) Políticamente, conviene declarar desprovisto de toda
Perú (de 1860) dispone (art. 1 0 ) : " S o n nulos los actos de los que usurpan existencia jurídica el acto realizado por un individuo no in-
las funciones públicas o los empleos conferidos en las condiciones señaladas en
la Constitución y las l e y e s " . Cfr. sobre estas Constituciones: ARTUKO B . CA- * GASTÓN JEZE, Les principes généraux du droit administranf, 3* ed.,
RRANZA, Digesto constitucional americano, Buenos Aires, 1910, 2 vols.; LAR- I, 1925, ps. 7 y ss.; ps. 10 y ss.; ps. 25 y ss.
NAÜDE, op. oit., ps. 498 y ss.; CARLOS W I E S S E , Le droit international appliqué 5 GASTÓN J É Z E , Principes généraux, op. cit., i, ps. 84 y ss.
aux guerres civiles, ps. 235 y ss.
314 TEORÍA GENERAL DE LA FUNCIÓN PÚBLICA
LOS FUNCIONARIOS DE HECHO 315
vestido regularmente de la función. En un Estado civilizado
ridad de que carecían^. "El Gobierno declara nulos los actos
y organizado, lo que confiere a los agentes públicos la auto- así celebrados, en razón de que emanan de individuos incom-
ridad y el prestigio necesarios para el normal funcionamiento petentes"7.
de los servicios públicos, es el hecho de obrar en virtud y de
conformidad a la ley. Si se reconociese algún valor a lo que
III. — Esta argumentación seduce por su lógica, pero
se hace fuera de ella, ello equivaldría a abrir la puerta a la
resulta demasiado absoluta. Es decisiva en el caso de un
violencia, a la revolución o a la anarquía. Poco importan la
usurpador de funciones*. Verbigracia: en Francia, un sacer-
pureza y la honestidad de las intenciones, puesto que el orden
dote que, por propia iniciativa, sin ninguna investidura pú-
sólo existe si se respeta la ley, ajustándose estrictamente a ella.
blica, declarase unidos en matrimonio a un hombre y a una
mujer, realizaría un acto jurídico inexistente.
II. — A esta primera serie de consideraciones parece ha-
Los actos del usurpador son jurídicamente inexistentes,
berse atenido el Gobierno de THIERS, después de la reunión de
debiendo prescindirse de sus intenciones. Por más loables que
la Asamblea Nacional, en 1871. Ante dicha Asamblea presentó
sean los sentimientos que animan al usurpador, sus actos
una serie de proyectos, con el propósito de "convalidar retro-
deben considerarse inexistentes: el matrimonio celebrado m
activamente" los actos concernientes al estado civil admitidos, extremis por un sacerdote, resulta por cierto inexistente en
después de la Revolución del 4 setiembre 1870, en los muni- Francia, desde el punto de vista jurídico. Lógica y jurídica-
cipios de los departamentos, por funcionarios incompetentes: mente, es ésta la solución que se impone.
"Las irregularidades más graves y que sólo el legislador puede
convalidar —declaraba el ministro de Justicia DUFAURE— No obstante, a mi juicio, se abusaría del razonamiento
son las que resultan de la incompetencia de las personas que lógico si se generalizase la solución y se aplicara a todos
han atendido los registros del estado civil, verificando durante los casos en que la función la desempeña un individuo que
un período más o menos largo los nacimientos, las defunciones, carece de una investidura regular. Para apreciar el valor
jurídico de los actos realizados por los funcionarios no inves-
los matrimonios y los reconocimientos de hijos n a t u r a l e s . . .
tidos regularmente, es preciso tener en cuenta el título de la
Los tribunales no podrían excusarse de disponer la nulidad de
investidura. Cuando dicho título existe, ello puede tener al-
los matrimonios que se hubiesen celebrado ante un funciona-
guna influencia, aun cuando fuese irregular.
rio incompetente"6.
En lo que concierne a los actos del estado civil de las
7 Ponencia de WALLON, del 13 julio 1871, sobre el proyecto de ley del
personas, admitidos después de la proclamación de la Com- 28 junio 1871 ( " J . O.", 23 julio, p. 2194). Véase la exposición de motivos del
mune (18 marzo 1871), en París y en los otros municipios proyecto del Gobierno, en el " J . O . " del 19 julio 1871, p. 2087. Sobre la
del departamento del Sena, por los agentes designados por solución definitiva adoptada, véase infra.
8 GOODNOW (Cases on administrative law, n, p. 141) recuerda una sen-
aquélla, el Gobierno de THIERS apelaba a los mismos argu- tencia de la Corte Suprema del Estado de la Carolina del Norte, de febrero de
mentos: "Al presentaros este proyecto de ley —decía—, el 1891, en la que el Chief Justice MERRIMON declaró: "Cuando, sin ninguna apa-
Gobierno no ha pretendido reconocer, a los individuos que no riencia de autoridad, un individuo asume una función, y ejerce la competencia
del funcionario, si el público conoce el hecho o razonablemente debe saber que
tienen carácter público, la facultad de actuar, para siempre, dicho individuo es un usurpador, los actos realizados por él son absolutamente
con respecto a la vida civil de los ciudadanos, con una auto- nulos bajo todo concepto. La simple circunstancia de que, prescindiendo de la
usurpación, sus actos llamados oficiales fuesen leales y honestos, no puede
conferirles ni validez ni eficacia... Se puede justamente acusar al ciudadano
« Exposición de motivos del proyecto de ley presentado el 11 diciembre de negligencia culpable, de acto dañoso para sí mismo y para el público,
1871, relativo a la reorganización de los actos del estado civil en los departa- cuando él reconoce, tolera, estimula y apoya a un usurpador, a un individuo
mentos ("Journal Officiel", 19 diciembre, p. 5332). Acerca de la solución que él sabe o debe saber —dadas las circunstancias— que es un usurpador. En
definitiva que dio la Asamblea Nacional, ver infra. este caso, ni la justicia, ni la necesidad, ni el interés público exigen que
LOS FUNCIONARIOS DE HECHO 317
316 TEORÍA GENERAL DE LA. FUNCIÓN PÚBLICA

II. — Consideraciones generales que conducen a la


IV. — Conviene tener el cuidado de no abusar de los razo- validez de los actos jurídicos realizados por individuos
namientos puramente lógicos, rigurosamente deducidos de má- no investidos regularmente de la función respectiva
ximas jurídicas corrientes. Las máximas y las soluciones pura-
mente lógicas que de ellas se deducen son indudablemente muy I. — Los actos jurídicos que exteriormente se presentan
seductoras por su simplicidad, su rigor y su precisión mate- como si emanaran de agentes regulares, deben producir, con
mática. Sin embargo, los razonamientos exclusivamente de- respecto a los terceros, al público, los efectos jurídicos propios
ductivos y lógicos, son muy peligrosos. El jurista no tiene de los actos que emanan de agentes verdaderamente regulares.
que resolver problemas de matemática pura, sino problemas
sociales eminentemente complejos, debiendo esforzarse por II. — El interés legítimo de los terceros estriba en consi-
conciliar los diversos intereses en conflicto, logrando así el derar, a dichos actos jurídicos, definitivamente regulares res-
mantenimiento de la paz social. Esto es lo que el jurista nunca pecto de ellos, aunque los hayan realizado individuos no inves-
debe dejar de tener en cuenta. Muy frecuentemente el razona- tidos regularmente de la función. Pero con una condición: los
terceros pudieron creer razonablemente y de buena fe que el
miento lógico y matemático conduce a aplicar a un problema
autor del acto estaba regularmente investido de la función.
complicado una fórmula obtenida para una hipótesis mucho
Prácticamente, no es posible pedir a los terceros que tratan
más simple y aun, a veces, completamente diferente. El razo- con un agente público que tiene las apariencias del que se
namiento puramente lógico es el enemigo de las conciliaciones, halla regularmente investido, que exijan de él la justificación
de las transacciones indispensables para el mantenimiento de de la perfecta regularidad de su investidura 9 .
la paz social y, por lo tanto, del buen funcionamiento de los Esta idea de buen sentido se aplica, en derecho público
servicios públicos. Cuando la aplicación lógica de una máxima francés, en una hipótesis análoga: la de la inobservancia de
jurídica conduce a consecuencias socialmente perniciosas, ello
es frecuentemente la mejor prueba de que la máxima ha sido » En el derecho público anglo-americano, éste es un principio indiscutido
del common law. Tanto es así que GOODNOW (Les principes du droit administra-
invocada abusivamente. Nunca se repetirá demasiado que el tif des États-Unis, ed. fr., p. 287) escribe: " D e manera general, es cierto
derecho no es un juego del espíritu, un ejercicio de lógica para que las relaciones funcionales sólo pueden ser constituidas por uno de los
modos reconocidos por la ley, y que los actos de las personas que, sin derecho,
teóricos de gabinete. Trátase ante todo de hallar soluciones se inmiscuyen en una función, son absolutamente nulos, tanto con respecto a
prácticas para un problema social, conciliando de la manera las personas públicas como a los terceros (State vs. Taylor, 108, N . C , 196) ;
más adecuada posible los intereses opuestos. Una solución ju- pero existe otro principio general del common law, basado en razones de
utilidad pública: los individuos que, no siendo jurídicamente funcionarios, han
rídica debe valorarse en la medida en que contribuye al man- obrado con apariencia de legalidad —«n otros términos, los individuos que han
tenimiento de la paz social. Una teoría jurídica se aprecia, sido declarados elegidos o nombrados, o de buena fe han ocupado funciones
ante todo, por sus consecuencias sociales. más allá de la duración fijada a sus cargos, o que han ejercido la función
durante largo tiempo con el asentimiento del público—, son considerados, en
Esto nos lleva a poner de relieve una segunda serie de muchos casos, como funcionarios; sus actos obtendrán la misma fe y el mismo
ideas generales en las cuales se tiende a considerar válidos, crédito, en los procedimientos en que no son partes, que los actos realizados
por los funcionarios de jure. A estos individuos se los denomina funcionarios
con respecto a los terceros interesados, los actos jurídicos de facto (State vs. Carroll, 38 Conn., 449 y los casos citados). Si, por razones ,
realizados por individuos no investidos regularmente de la de conveniencia política, se otorga a los actos de los funcionarios de fado,
en los procedimientos accesorios en que son partes, la misma autoridad y el
función. mismo crédito que a los actos de los funcionarios de jure, sin embargo no
se permite a los funcionarios de facto fundamentar ninguna pretensión por
sí mismos, basándola en el hecho de que han ocupado una función. Así, no
dichos actos tengan valor alguno. Estas circunstancias, como asimismo el es- pueden accionar por indemnización (Dolan vs. Mayor, 68 N. Y., 2 7 4 ) . . . " .
píritu y l a finalidad del gobierno, conducen claramente a la solución contraria".. Cfr. supra, p. 315, nota 8.
318 TEORÍA GENERAL DE LA FUNCIÓN PÚBLICA
LOS FUNCIONARIOS DE HECHO 319
ciertas condiciones necesarias para el ejercicio regular de una
Esta idea conduce, en la cuestión que nos ocupa, a recono-
competencia legal; verbigracia, los compromisos de gastos
cer, con respecto a los terceros de buena fe, la validez de los
hechos por los ministros fuera o más allá de una autorización
actos realizados por individuos no investidos regularmente,
presupuestaria. La ley declara que el ministro es personal-
pero que, en apariencia, se hallan en esas condiciones.
mente responsable, pero se admite, sin discusión, que los con-
tratos celebrados por los ministros sin los créditos respectivos III. — El interés público bien entendido se concilia con
o sobrepasándolos, son jurídicamente válidos 10 . el interés de los terceros. Es una exigencia del interés público
10 MARQUÉS DI BRAGA y C. LYON, Comptábüité de fait, n» 250 ( " B é p . Bé- que los servicios públicos funcionen regularmente, sin inte-
q u e t " , t. vn, p. 1 6 2 ) : " S i e m p r e que los terceros que han tratado con los ad- rrupción, pues la continuidad, del funcionamiento de los servi-
ministradores que actúan en nombre de los servicios públicos, no hayan tenido cios públicos es una necesidad social de primer orden11. En
prácticamente ninguna posibilidad de darse cuenta de los limites de la misión
legal de aquéllos, los servicios públicos quedan válidamente comprometidos, este principio fundamental de la organización política y admi-
aun más allá de estos limites. ¿Han tenido los terceros, por lo contrario, esta nistrativa de los Estados civilizados modernos, se basan nu-
posibilidad? El servicio público no la h a t e n i d o . . . Toda otra solución podría merosas teorías jurídicas. Con dicho principio se llega a
exponer a que se comprometa irremediablemente el funcionamiento de los
servicios públicos. No e s . . . posible aceptar el principio de que, cuando haya
proscribir la huelga de los agentes y obreros de los servicios
exceso en los créditos concedidos, el servicio público no responde; ello equi- públicos12, a impedir las dimisiones unilaterales de los funcio-
valdría . . . a suprimir, para los servicios públicos, toda posibilidad de con- narios, a imponer a aquellos que hacen abandono del servicio,
t r a t a r ; equivaldría, en todos los casos, a aportar un obstáculo insalvable a el ejercicio provisional de las funciones respectivas hasta la
la rapidez de ejecución, que es uno de los elementos necesarios para el fun-
cionamiento de dicho.s servicios. Las dudas que pudieran perpetuamente susci-
instalación de su sucesor. Constituye ese principio el funda-
tarse, acerca de la facultad que tuviesen sus administradores para contratar, mento del régimen jurídico de la ocupación de territorios por el
no podrían, en efecto, ser resueltas sino por la comunicación que se hiciera a enemigo en tiempo de guerra, legitimando los actos jurídicos
los contratantes del conjunto de las obligaciones ya contraídas por los admi- realizados por las autoridades públicas enemigas sobre el te-
nistradores, procedimiento q u e . . . sería tan opuesto a la naturaleza de las
cosas y a las posibilidades prácticas, como a las conveniencias más elementales''. rritorio ocupado13.
MICHOÜD, De la gestión d'affaires appliquée aux services publios ( " R e v . Gen.
d ' A d m . " , 1894, II, p. 1 2 ) : " L a s leyendas del presupuesto del Estado s o n . . . IV. — Este principio conduce también a la convicción de
mucho más amplias que las del presupuesto municipal y dejan a los administra- que, en épocas normales, se entorpecería la marcha regular y
dores una libertad mucho mayor; de ello resulta que, muy frecuentemente,
el tercero que haya tratado con un representante del Estado, no habrá tenido continua de los servicios públicos, si se exigiese al público que
medio de averiguar si se habían sobrepasado los créditos, y considerará al Estado reclamase siempre, a los individuos a quienes todos aceptan
obligado hacia él... por la propia acción del contrato". como regularmente investidos de la función, la justificación
HAURIOU, Droit adm., 7* ed., p. 904, nota 1: " Los contratos celebrados
por los ministros más allá de los créditos establecidos, es decir, sin autoriza-
de la regularidad del título. Veamos lo que sucede en una
ción presupuestaria, no serán por ello anulados, sino que obligan al Estado, y gran ciudad cuando se celebra un matrimonio. Dos personas
constituyen la prueba de que ciertas deudas nacen fuera del presupuesto". desean casarse, por lo que concurren a las oficinas de la Al-
G. JÉZE, Cours élémentaire de science des finances, 5* ed., 1912, ps. 21(i caldía para informarse de las condiciones, de los documentos
y ss., toda la sección m intitulada: Les actes juridiques engageant les finances
de l'État au déla des crédits budgétaires ou sans crédits ont pour, sanctior* que deben presentar, de las formalidades a llenarse. Es un
non pas la nullité juridique del acte, mais la responsabilité juridique personnel- empleado, desconocido para los interesados, quien recibe sus
le du ministre: " L o s terceros no tienen ningún medio práctico de saber exac- documentos y les comunica el día en que se realizará el matri-
tamente si el ministro dispone de créditos. Sería injusto, por tanto, exponerles
a que se declare la nulidad de los actos realizados por los ministros. E n lo que
monio. Los futuros esposos se presentan, en la fecha indicada,
concierne a los proveedores y contratistas, esto equivaldría a arruinar el crédito y son introducidos, junto con sus amigos, en una sala de la
público, impulsando a los primeros a aumentar sus precios, a título de seguro i i V. supra, ps. 4 y s.
contra los caso9 de n u l i d a d " . Cfr. J . LAFERRIÉRE, Les responsabilitcs pour les 12 V. supra, ps. 270 y ss.
engagements irréguliers de dépense, en la " Eev. de Se. et de Lég. Financiéres'', 13 P a r a el desarrollo de esta idea, véase LARNAUDE, Les gouvernements de
1913, ps. 115 y ss. fait, en la " R é v . Gen. de Droit I n t . P u b l i c " , 1921, ps. 490 y ss.
LOS FUNCIONARIOS DE HECHO 321
320 TEORÍA GENERAL DE LA FUNCIÓN PÚBLICA
asumen, de buena fe, por espíritu de abnegación en pro de la
Alcaldía; y luego de una espera más o menos prolongada, cosa pública, la carga de procurar su marcha regular, ¿no
aparece un individuo luciendo una banda tricolor, que resulta deben considerarse, también, jurídicamente válidos? ¿Acaso no
conviene ello al interés social ? Si prevaleciese la solución con-
absolutamente desconocido para los futuros contrayentes.
traria, habría que considerar usurpadores de funciones públi-
Éstos ignoran si están en presencia del Alcalde o del adjunto;
cas a los individuos que hacen funcionar los servicios públicos
suponen que todo marcha en forma regular, porque todo sucede
y los actos que realizaran deberían tenerse jurídicamente por
en la Alcaldía, pública y pacíficamente, y ellos saben que la
inexistentes, lo que daría lugar a una paralización brusca,
celebración debe tener lugar en dicha repartición y en forma
más o menos larga, del servicio público. Pero existen servicios
pública. ¿Cómo es posible exigir a los novios que interpelen públicos (policía, estado civil [comprobación de nacimientos
al individuo que se presenta ante ellos como oficial competente y fallecimientos, celebración de matrimonios, reconocimientos
del registro civil, que le exijan la justificación de su carácter, de hijos naturales, etc.], justicia criminal o civil, servicios
que discutan con él, por su cuenta y riesgo, sobre la regu- penitenciarios, etc.) cuya suspensión brusca, aunque fuese
laridad de su investidura? momentánea, entrañaría intolerables perturbaciones.
Pasemos revista a los diferentes servicios públicos y ve-
remos que las cosas ocurren siempre de este modo. El litigante
no conoce a los jueces; el administrado no conoce a las auto- VI. — Naturalmente, no es el caso de permitir que cual-
ridades respectivas, etc. Esas personas creen razonablemente quiera intervenga a troche y moche en el funcionamiento de
los servicios públicos, y considerar jurídicamente válidos todos
que los individuos que ejercen sus funciones pacíficamente en
los actos jurídicos realizados por los individuos no investi-
el tribunal, que los oficiales de policía que actúan pacífica- dos regularmente.
mente en los locales oficiales, se hallan regularmente inves-
tidos de sus funciones. La existencia de un servicio público En épocas normales, en que existen o pueden existir fácil-
sería imposible si el público —por su cuenta y riesgo— mente funcionarios regulares, conviene mostrarse severo y
debiese verificar en todo momento con la sutileza de un ju- reconocer la validez, con respecto a los terceros, de los actos
rista avisado, la regularidad de la investidura de quien, con- realizados por un individuo regularmente investido, siempre y
tando con el asentimiento general, se presenta ante él, pacífica cuando existiesen indicios serios acerca de la regularidad de
y públicamente, como funcionario regular. Tampoco sería po- la investidura; el público, y aun las demás autoridades pú-
sible el funcionamiento regular de un servicio público, si los blicas, deben considerar funcionario regular al individuo que
individuos, antes de obedecer a las autoridades públicas14, de- pública y pacíficamente ocupa la función.
biesen exigir algo más que las apariencias de la legitimidad. En las épocas de crisis política o social —revolución, gue-
rra civil, etc.— conviene mostrarse menos exigente. Para que
V. — En circunstancias graves —guerra civil, desórdenes, esta ingerencia sea excusable y los actos válidos, es necesario
epidemias, calamidades públicas, etc.—, cuando las autori- que las circunstancias sean muy graves, es decir, que las auto-
dades públicas regulares han desaparecido, los servicios pú- ridades públicas hayan desaparecido y que la intervención de
blicos esenciales corren el riesgo de no poder funcionar si no los particulares resulte indispensable. Será preciso también
intervienen otras personas. Los actos jurídicos realizados por que el particular que desempeñe el cargo sólo realice los actos
aquellos que, en virtud de una investidura regular concedida que el funcionario competente hubiese podido efectuar legal-
por los habitantes o por las autoridades públicas superiores, mente; en otros términos, el particular sólo, podrá ejercer un
poder legalmente organizado, cuyo titular ha desaparecido.
i* Para no complicar más un problema de suyo muy difícil, dejamos de No es posible que el particular, invocando la salud pública,
lado la cuestión de la resistencia a las órdenes de la autoridad, que se relaciona,
sin embargo, muy estrechamente con la teoría de los funcionarios de hecho. Jéze, Der. adm., I I i .
21
322 TEORÍA GENERAL DE.LA FUNCIÓN PÚBLICA Los FUNCIONARIOS DE HECHO 323

realice actos que las autoridades públicas regulares no hubie- III. — Distinción entre el funcionario de derecho, el
sen podido hacer. funcionario de hecho y el usurpador de funciones
VII. — De este modo, los tribunales, antes de reconocer I. — Las observaciones que preceden nos permiten pre-
la validez de los actos jurídicos, deberán proceder a un examen cisar con mayor claridad las situaciones que presenta la prác-
minucioso de la naturaleza de éstos y de las circunstancias de tica, y oponer al funcionario de derecho, el funcionario de
hecho en que se han realizado. hecho y el usurpador de función.
Se comprende, entonces, que para abreviar todos los pro- El funcionario de derecho es el que ocupa la función,
cesos, una vez restablecido el orden, el Parlamento, mediante ejerce la competencia y realiza el acto en virtud de una inves-
una ley expresa, determine las clases de actos que deberán tidura regular. Es el que invoca un título de investidura regu-
considerarse regulares. lar : nombramiento o elección; además, este título no deja de
Observemos que la ley dictada en esa forma, no tendría ser válido y eficaz durante la actuación del funcionario.
por objeto legalizar las cosas ilegales, declarando válidos actos El funcionario de hecho es el que, en ciertas condiciones
jurídicamente nulos. Insistamos: los actos realizados en las de hecho, ocupa la función, ejerce la competencia y realiza el
circunstancias de hecho a las que nos hemos referido, son acto, en virtud de una investidura irregular. Este funcionario
jurídicamente válidos en virtud del principio fundamental de invoca una investidura: nombramiento, elección, delegación,
la salvaguardia de los intereses legítimos de los terceros y de etcétera, pero dicha investidura es irregular^ ya porque ha
la necesidad social de asegurar la continuidad de ciertos servi- sido irregular desde el principio: nombramiento, elección o
delegación ilegales; o porque el título de investidura está
cios públicos15. Tendrá dicha ley por finalidad simplificar la
perimido: revocación, suspensión, dimisión aceptada, disolu-
tarea del juez, estableciendo la presunción de que los actos ción, expiración del plazo, nombramiento o elección para una
realizados eran necesarios para el funcionamiento de los servi- función incompatible, etc.
cios públicos esenciales y que las circunstancias de hecho justi-
ficaban la intervención de personas no investidas regular- El usurpador de función es el que ocupa la función, ejer-
ce la competencia y realiza el acto, sin ninguna investidura, ni
mente 16 . irregular, ni perimida.
15 Los antiguos publicistas (GROTIUS, PUFENDORFF, BERBEYRAC) admitían
que los actos de soberanía realizados por el gobierno de hecho pueden tener II. — La característica del funcionario de hecho es, pues,
fuerza obligatoria. " P o r q u e es muy probable —decían— que aquel a quien
pertenece la soberanía —pueblo, rey o Senado—, prefiera que se obedezcan
la existencia de una investidura; por ello se asemeja al fun-
provisionalmente las órdenes de este usurpador, a ver al Estado sumergido en una cionario regular y se distingue del usurpador.
extrema confusión, como consecuencia del aniquilamiento de las leyes y de La investidura en virtud de la cual actúa el funcionario
la supresión de los t r i b u n a l e s " (GROTIUS), porque " e l Estado no puede sub- de hecho es una investidura irregular; por ello se distingue del
sistir sin g o b i e r n o " (BARBEYRAC). Sin embargo, dichos autores estimaban que
una vez restablecido el orden, el gobierno regular podía declarar retroactiva- funcionario regular y se asemeja al usurpador.
mente inexistentes los actos realizados, según lo que él juzgara legítimo
(GROTIUS, Le droit de la guerre et de la paix, libro' i, cap. iv, art. xv, libro n , III. — Es preciso insistir sobre la diferencia que separa
cap. 14, art. 14, trad. PRAMER-FODÉRÉ, I , p. 330; n , p. 236). Esta reserva me al funcionario de hecho del agente público regular, pero in-
parece completamente inadmisible. Cfr. infra. Casac, Beq., 16 marzo 1841, competente.
Peráldi, " S . " , 41, 1, 1, 505. Sobre todos estos puntos, consúltese AGOSTINELLI,
11 funzionario di fatto, op. oit.; GINO VITTA, II funzionario di fatto, op. cit. Hay incompetencia cuando un agente público regular-
i« Parece completamente criticable, a este respecto, la solución adoptada mente investido de la función lleva a cabo un acto fuera de
por las Constituciones de ciertos Estados de la América del Sud. V. supra,
p. 312, nota 3. La prescripción establecida por dichas Constituciones, en el
turbación social causada por la guerra civil. E n este sentido, LARNAUDE, op.
sentido de tener los actos por nulos, sólo puede servir para agravar la per- cit., ps. 499 y es.
324 TEORÍA GENERAL DE LA FUNCIÓN PÚBLICA

los casos determinados por la ley o sin cumplir las formali- LOS FUNCIONARIOS DE HECHO 325
dades legales, o desviando sus poderes de la finalidad asig-
nada por la ley a la función, o cuando, por error, realiza un alcalde que celebrase matrimonios sería un usurpador y no un
acto que corresponde a la competencia de otra autoridad pú- funcionario de hecho.
blica. En todos estos casos17, el acto es, con mucha frecuencia, ¿ Cuál es, pues, el punto a partir del cual la irregularidad
jurídicamente anulable, porque los terceros pueden conocer la de la investidura es tal que ya no nos hallamos ante un fun-
irregularidad cometida. Nadie puede alegar ignorancia de la cionario de hecho, sino ante un usurpador?
ley; basta que el tercero vincule el acto realizado por el agente Para resolver esta cuestión, conviene recordar las razones
con la regla de derecho que debe conocer. de utilidad pública en virtud de las cuales se ha ideado la
La situación es muy diferente cuando se trata de verificar teoría de los funcionarios de hecho. Se trata de asegurar al
la regularidad de la investidura de un individuo, cuya compe- público, y a los terceros interesados en los actos realizados
tencia no pueden conocer los terceros, es decir, cuando se por el funcionario de hecho, el mantenimiento de dichos actos
trata de comprobar la existencia de condiciones de hecho o de respecto de ellos como si los hubiese realizado un funcionario
derecho cuya verificación no es materialmente posible para regular. Es preciso lograr el funcionamiento normal y conti-
el público. nuo de los servicios públicos.
Resulta evidente, entonces, que si el acto realizado por un De lo que antecede se desprende que el interés de los ter-
individuo no investido regularmente debe considerarse jurídi- ceros sólo es legítimo y merece protección cuando el público
camente válido, es con la condición de que dicho acto lo haya ha creído y, en verdad, ha podido razonablemente creer que la
cumplido el funcionario de hecho según las formas y requisitos investidura del individuo que ejercía la función era regular.
Esto puede sintetizarse en la siguiente fórmula: es necesario
legales, y dentro de los limites de la competencia propia de los
que la investidura sea admisible (plausible). El funcionario de
agentes regulares; en otros términos: el acto sólo será jurídica-
hecho es, pues, el individuo que ha ejercido una función en
mente válido si lo hubiese sido en caso de realizarlo el agente virtud de una investidura admisible. Este individuo será
regularmente investido de la función. El único vicio que es un usurpador cuando falte totalmente la investidura, o cuan-
convalidado por la teoría de los funcionarios de hecho, es la do ésta no sea admisible 18 .
carencia de investidura regular del autor del acto.
V. — El carácter admisible o no admisible de la investi-
IV. — Habiendo diferenciado ya al funcionario de hecho
dura es una cuestión de hecho. El juez deberá considerar las
del agente regular incompetente, tratemos ahora de distinguir
circunstancias políticas o sociales en las cuales el individuo
el funcionario de hecho del usurpador de función. ha ocupado la función, el tiempo durante el cual la ha ejer-
El problema es mucho más difícil. Se impone, en efecto,
averiguar los casos en que existe verdaderamente investidura, 18 LARNAUDE {Les gouvernements de fait, op. cit., "Bév. Gen. de Droit
aunque fuese irregular, y los casos en que la irregularidad de Int. Public", 1921, p. 495, nota 1) rechaza esta terminología: " E l criterio
de admisibilidad nos parece completamente vago e inaceptable".
la investidura es tal que en realidad debe considerársela inexis- El desacuerdo parece recaer sobre la palabra elegida. Pero esto carece
tente. Supongamos que el alcalde de un municipio encarga a de importancia. Por lo que hace al fondo del asunto, LARNAUDE acepta las
un hijo suyo que celebre matrimonios en su lugar; es induda- soluciones que hemos desarrollado y el principio sobre el cual las hemos >
ble que la investidura resulta tan irregular que un hijo de apoyado: la continuidad de los servicios públicos. Sin embargo, LARNAUDE ve
el fundamento del poder en la voluntad de la Nación (op. cit., p. 492). Es
—dice— la nueva legitimidad. "Los gobiernos modernos se basan sobre la
17 Pero no siempre. Cfr. GASTÓN JÉZE, Les principes généraux d/u droit soberanía nacional". La soberanía nacional se afirmaría, primeramente, por
"aclamación popular", por las "normas impartidas para las asociaciones,
administranf, 3» ed., i, 1925, ps. 68 y ss. las ligas, los comités y los informes (procés-verbaux) de ciertas asambleas
locales o regionales, por los votos plebiscitarios parciales en algunas gran-
des ciudades, en la capital especialmente, por las manifestaciones pasivas,
326 TEORÍA GENERAL DE LA FUNCIÓN PÚBLICA LOS FUNCIONARIOS DE HECHO 327

cido. Además, deberá investigar si el ejercicio de la función habitantes y tratado como tal por las autoridades públicas,
ha sido público, pacífico, si se ha efectuado de manera normal tiene una investidura admisible aun cuando, según la le}', el
(en los locales oficiales, utilizando registros y sellos oficia- alcalde deba ser designado por el concejo municipal. En este
les, etc.); si los habitantes han considerado al titular del último caso, no hay usurpación de función, pues la persona
cargo como funcionario regular, si las demás autoridades pú- que acepta es un funcionario de hecho y goza de un título
blicas lo han tratado como tal, etc. admisible.
Estas circunstancias son las únicas que interesan; en 39) Otra irregularidad puede consistir en el hecho de que
cambio, no debe tenerse en cuenta la naturaleza de la irregu- un individuo ocupe una función que se ha creado irregular-
laridad de la investidura. mente y que se suprime ulteriormente por ese motivo. La
I 9 ) La irregularidad puede consistir únicamente en el persona que desempeña un cargo creado por simple decreto,
hecho de que aquel o aquellos que poseían el poder legal de cuando se necesitaba un reglamento de administración pública,
conceder la investidura la han otorgado irregularmente (in- o creado por decreto cuando en realidad correspondía una ley
capacidad, ineligibilidad del individuo investido, inobservan- del Parlamento 20 , no es un usurpador. Es un funcionario de
cia de las formas legales, etc.). El ciudadano francés, mayor hecho, cuya investidura es admisible. Supongamos ahora que,
de 25 años, elegido alcalde por el concejo municipal, aunque en época normal, un consejo general dispone que para atender
no fuese elegible en razón de una condena penal, es un funcio- las funciones policiales en el departamento habrá un funcio-
nario de hecho: su investidura es admisible. Por lo contrario, nario distinto del prefecto. Aquel que ocupara la función crea-
si la elección del concejo municipal hubiese recaído en una da por el consejo general, no tendría una investidura plausible
mujer o en un niño de diez años, no sería admisible; existiría, y sería, por lo tanto, un usurpador 21 .
«n tal caso, usurpación de función.
29) La irregularidad puede consistir en el hecho de que revolución del 4 de setiembre, los alcaldes y adjuntos de un gran numero de
la investidura emane de personas que no tienen competencia municipios se han visto obligados a dejar sus cargos. Estas funciones fueron
llenadas, sea por miembros de los antiguos concejos municipales, sea por pre-
legal para conferir el cargo. En períodos normales, el individuo sidentes de comités que se habían formado para suceder a los concejos
que ocupase la función de alcalde en virtud del nombramiento municipales. En otras localidades, los habitantes se reunieron para nombrar
efectuado por un prefecto o por los habitantes del municipio, un alcalde y adjuntos provisionales. Los prefectos y subprefectos del nuevo
Gobierno designaron por sí mismos los alcaldes, antes de que fuesen formal-
sería un usurpador: la investidura no es admisible. En épocas mente autorizados por el decreto del 24 noviembre 1870. Sería casi imposible
•de guerra civil o de revolución, cuando han desaparecido las saber exactamente el número de municipios en los cuales los actos del esta-
autoridades regulares, el individuo nombrado por el Gobierno do civil han sido así autorizados por personas que carecían de todo título o
cuyo título podía discutirse. Este número es muy considerable...".
o elegido por los habitantes 19 , para alcalde, aceptado por los
20 En el common law anglo-americano, hallamos la siguiente regla: " S i
la ley de la legislatura que crea una función y que prescribe que un funcio-
la adhesión tácita que resulta de la obediencia a todos los actos del gobierno nario la ejerza, debe tener fuerza de ley hasta que los tribunales la declaren
•de hecho". " E s allí donde quizá se encuentra la investidura más característica, inconstitucional, sería absurdo decir que un funcionario así designado no
el título menos equívoco de legitimidad de los gobiernos de hecho" (p. 494). tiene apariencias de poseer un título regular (color of authority)" (Supreme
No participamos de esta fe mística en la soberanía nacional y en la voluntad Court of Errors del Connecticut, 1871, State vs. Carroll, citado en GOODNOW,
nacional. Los hechos no permiten hablar de voluntad nacional. Lo que más se Cases on Jdm. Law, n, p. 148).
•conforma con la realidad, es la renuncia al hecho realizado o la indiferencia. 21 En el caso de función creada irregularmente por una autoridad pública
La gran masa, inorganizada y débil, se inclina ante la voluntad tenaz de un que goza del poder (facultad) general de organizar los servicios públicos, no
dictador, de una mayoría de asamblea o de un pequeño grupo de revoluciona- hay por qué distinguir, a nuestro juicio, entre la ilegalidad flagrante y la ilega-
rios. V. supra, ps. 228 y ss. lidad dudosa. En ambos casos, la investidura es admisible y, por consiguiente,
i» Es lo que ha ocurrido en 1870-1871 en muchos municipios franceses. no hay usurpación de función. Todo lo que se debe exigir, es también lo
En la exposición de motivos del proyecto que se convirtió en la ley del 6 único que razonablemente se puede pretender que conozca el público en general:
«ñero 1872, el ministro de Justicia, DUFAUEE, declaraba: "Después de la la creación de la función debe emanar de una autoridad pública que tenga
328 TEORÍA GENERAL DE LA FUNCIÓN PÚBLICA LOS FUNCIONARIOS DE HECHO 329

En consecuencia, cuando la persona que ha ocupado la oficiales, sirviéndose de los registros y de los sellos oficiales,
función tuviese una investidura, habrá que atenerse al carácter siendo considerado por todos como si poseyese el poder legal
admisible o no admisible de ella. Hay funcionario de hecho de realizar ciertos actos23. Por ejemplo, el titular regular de
si la investidura es admisible, y usurpador de función si la una función encarga a una persona para que lo reemplace
investidura no tiene ese carácter 22 . mientras se halla ausente, a fin de expedir determinados do-
cumentos, autorizándolos con la firma del funcionario regular
VI. — Pero es preciso ir más lejos. La investidura admi- y los sellos oficiales. De hecho, esta situación se ha prolongado
sible puede, a veces, consistir únicamente en el hecho de que el durante largo tiempo sin que protestara el público, a vista y
individuo, aunque carezca de un título formal que lo invista paciencia de las autoridades superiores. En estas condiciones,
de la función, la ejerce pacífica y públicamente, en locales se induce al público a pensar razonablemente que el reempla-
zante tiene un título regular de investidura. En este caso
existe, pues, investidura admisible y funcionario de hecho24.
competencia general para crear cargos públicos. Si esta condición se cumple,
no existe usurpación de función. E n efecto, hasta el día en que se lo anula,
el acto creador de la función debe tenerse por regular. Los individuos que en esta medida, como funcionario de facto, Si esta persona tiene las aparien-
componen el público en general, no son juristas suficientemente hábiles para cias de un nombramiento o de una elección, aun cuando no fuese en realidad
resolver, por su cuenta y riesgo, la cuestión —que puede resultar muy difícil un funcionario regular, en razón de la incompetencia de la autoridad que hizo
y sobre la cual vacilan los mismos juristas— de saber si existe o no ilegalidad la designación, de la irregularidad en el ejercicio del poder de designación,
del hecho de que existía otro funcionario regular investido de la función, por-
en la creación de la función.
que el individuo no era elegible o no reunía las cualidades requeridas por la
22 Eesulta interesante considerar las soluciones admitidas por el common
ley, o había vencido el plazo asignado a sus funciones, vuestro caso será
law anglo-americano. GOODNOW (Cases on administrative laxo, op. cit., ti,
protegido por la apariencia; pero este género de apariencia no es esencial
ps. 144 y ss.) cita una resolución de la Supreme Court of Errors del Estado de
para vuestra protección, pues no tenéis la obligación de entregaros a una
Connecticut, de 1871 (State vs. Carroll), en la que el Chief Justioe BUTLER se
investigación para saber si e x i s t e " .
expresó en los siguientes términos: " E l funcionario de faeto es el individuo
cuyos actos, aunque no emanen de un funcionario legal, serán considerados 23 E n el common law inglés, Lord ELLENBOBOUGH declaraba en 1805 (Eex
por la ley, en virtud de principios de orden público y de justicia, como válidos, v. Bedford Level): ' ' Un funcionario de hecho es aquella persona que pasa
en tanto ellos no afecten los intereses del público o de terceros, cuando las atri- por funcionario (one who has a reputation of oeing an officer), que preten-
buciones de la función han sido ejercidas por él: 1°) sin un nombramiento o de serlo y que, sin embargo, no es funcionario regular desde el punto de
una elección regulares, pero en tales circunstancias de publicidad (réputation) vista j u r í d i c o " .
o de asentimiento que conducen al pueblo, sin más averiguación, a some- 24 E n sentido contrario, GINO VITTA, II funzionario di fatto, op. cit.,
terse a su acción o a provocarla, en la suposición de que esta persona es p. 45. E l autor invoca la legislación italiana: decreto-ley del 20 julio 1919,
realmente el funcionario que pretende ser; 2») con la apariencia de un nom- n« 1328; decreto-ley del 13 marzo 1923, n« 1159, art. 7, que se dictaron en las
bramiento o de una elección conocidos y válidos, pero sin que el funcionario siguientes circunstancias:
cumpla previamente alguna exigencia o condición, tales como la prestación de En el curso de la gran guerra, en los territorios venecianos ocupados por
juramento, depósito de caución, etc.); 3») con la apariencia de una elección el enemigo, personas que no eran los notarios, autorizaron testamentos. Después
o de un nombramiento conocidos, nulos en razón del hecho de que el funcionario de la liberación de dichos territorios, el decreto-ley de 1919 reglamentó la
no era elegible, o por motivo de la carencia de poder en el cuerpo que ha cuestión y distinguió dos hipótesis: 1*) se declaró válidos los testamentos
procedido a la designación o a la elección o en razón de una irregularidad en redactados por personas que habían recibido la autorización expresa de susti-
el ejercicio del poder, tales como inelegibilidad, incompetencia o irregularida- tuir a los notarios ausentes, pues dichas personas tenían una investidura, la
des desconocidas del público; 4') con la apariencia de una elección o de un que era irregular, pero existía; sin embargo, los testamentos debían depositar-/
nombramiento realizados en cumplimiento de una ley pública inconstitucional, se en la repartición pública designada por la ley, dentro del mes de su publi-'
antes de que haya sido declarada t a l " . El Chief Justice BUTLER recuerda tam- cación, junto con los documentos que prueban la autorización recibida; 2»)
bién que el common law inglés, puede resumirse así: " S i halláis un hombre ejer- también se declaró válidos los testamentos que, en los mencionados territorios,
ciendo las atribuciones de una función, en condiciones de continuidad, de pu- desde noviembre de 1917 hasta fines de diciembre de 1918, han sido autorizados
blicidad o de cualquiera otra, de tal naturaleza que autoricen razonablemen- por escrito por los síndicos de los municipios o sus suplentes, por ciudadanos
te a creer que dicho individuo es realmente el funcionario que pretende ser, italianos que desempeñaban cargos públicos, por ministros del culto o por no-
podéis obedecerle y emplearle, sin preocuparos de examinar el título de su tables, y firmados por el testador o por quien ha autorizado el testamento.
cargo; la ley tendrá sus actos por válidos en lo que os concierne, considerándole, Pero esta validez queda subordinada a la condición del decreto-ley, y de que el
330 TEORÍA GENERAL DE LA FUNCIÓN PÚBLICA LOS FUNCIONARIOS DE HECHO 331

VII. — La observación es de fundamental importancia, mundo conoce o debe razonablemente conocer. Verbigracia, un
ya que permite afirmar que el usurpador de función puede concejo municipal ha sido elegido para completar el período
trasformarse en funcionario de hecho, para lo cual basta que, de cuatro afíos, previsto por la ley del 5 abril 1884, art. 41 26 .
como consecuencia de circunstancias de hecho, su investidura Cuando ha trascurrido dicho plazo legal, la investidura del
llegue a ser admisible. Ello sucedería cuando hubiese ocupa- concejo municipal prescribe y deja de ser admisible. Si el
ción pacífica y prolongada del cargo y aceptación general por concejo pretendiese continuar ejerciendo sus funciones, habría
parte de los conciudadanos o de las demás autoridades públi- usurpación.
cas que tratan al ocupante de la función como si estuviese in-
vestido de ésta. Para saber si se ha producido esa trasforma- La usurpación sería aun más evidente si, después del
ción, el juez deberá, pues, considerar una serie de circunstan- vencimiento del plazo fijado para el desempeño de la función,
cias cuyo número resulta imposible determinar a priori, pero fuese designado y entrase en posesión del cargo un nuevo
que deben llevar a la convicción de que la investidura del titular. Por ejemplo, un alcalde elegido por un concejo muni-
ocupante ha llegado a ser admisible y que, a pesar de existir cipal cuyos poderes terminan, debe seguir en funciones hasta
un título irregular, debe tenérselo en cuenta. que tome posesión su sucesor, o, en caso de renovación integral
del concejo, hasta la instalación del nuevo concejo (ley del 6
VIII. — Puede suceder también que el funcionario do abril 1884, art. 81 ) 26 . El alcalde que a partir del momento en
hecho se trasforme en funcionario de derecho, lo que se pro- que entra en funciones su sucesor o el nuevo concejo, conti-
duce cuando, por una razón o por otra, la irregularidad de la nuase en ejercicio de su cargo en virtud de su título perimido,
investidura se convalida. Por ejemplo, supongamos que han sería un usurpador y no un funcionario de hecho. Su investi-
expirado los plazos para impugnar el acto irregular de inves- dura no es admisible.
tidura y hacerlo anular. Generalizando, puede decirse que
siempre que se convalida la irregularidad de la investidura, X. — Para que la investidura sea admisible, es preciso
el funcionario de hecho se trasforma en funcionario de derecho. que el cargo se ocupe pública y pacíficamente. Cuando lo ocu-
pase ya, pacíficamente, otra persona que es el funcionario de
IX. — Cuando un individuo continúa ocupando un cargo derecho, o que parece serlo, el público queda necesariamente
en virtud de un título primitivamente regular, pero actual- advertido de que la regularidad de la investidura invocada por
mente perimido, la investidura no es admisible y existe usur- el nuevo ocupante es dudosa, a pesar de la situación pacífica
pador y no funcionario de hecho, situación ésta que todo el existente. Aquel que, sin título regular, asume una función ya
ocupada pacíficamente, es un usurpador. De manera más ge-
testamento haya sido depositado dentro de breve plazo (un mes) a los fines neral, es un usurpador quien, sin título regular, se inmiscuye
de la verificación. en una función en la que existe un titular regular que la ejerce
El decreto-ley del 13 marzo 1923, n» 1159, art. 7, se refiere a las celebra-
ciones de matrimonios en los municipios de la Venecia invadida. Declara vá-
lidos los matrimonios autorizados por la autoridad eclesiástica conforme a 26 Art. 41: "Los concejos municipales se designan por cuatro años. Son
las formas prescritas y por personas que tenían, bajo cualquier título y con renovados íntegramente el primer domingo de mayo, en toda Francia, aun i
el nombre que fuese, las funciones o la competencia de oficiales de estado civil. cuando hubiesen sido elegidos en el intervalo''.
Gmo VITTA interpreta estos decretos-leyes como excepcionales. El legisla- 26 Art. 81: " A los alcaldes y adjuntos se los nombra por el mismo término
dor "ratifica actos que de otro modo debían, según los principios, declararse que el concejo municipal. Continúan en el ejercicio de sus funciones, salvo lo
carentes de todo valor. La excepción confirma la regla... " . dispuesto en los arts. 80, 86 y 87 de la presente ley, hasta la toma de posesión
¿No resulta más exacto decir que estos textos legales son, no excepciones, de sus sucesores. Sin embargo, en caso de renovación integral, los cargos de
sino, por lo contrario, la aplicación del principio general de la validez, con alcaldes y de adjuntos los ejercerán, a partir de la instalación del nuevo conce-
respecto a los terceros, de los actos realizados por los funcionarios de hecho! jo y hasta la elección del alcalde, los concejales, por orden de lista".
LOS FUNCIONARIOS DE HECHO 333

332 TEORÍA GENERAL DE LA FUNCIÓN PÚBLICA Resulta menos peligroso socialmente el ejercicio de la
función por el individuo regularmente investido. El elemento
efectivamente, o en la cual existe ejercicio público y pacífico intencional existe muy rara vez. El funcionario de hecho sólo
por un funcionario de hecho27. debe ser castigado criminalmente cuando ha ejercido en época
En conclusión, para que haya funcionario de hecho, es normal el cargo, en cuyo caso no podía razonablemente ignorar
indispensable una investidura admisible. Esta condición es que su investidura era irregular o que había perimido. En esta
necesaria y suficiente. circunstancia, aunque el ejercicio de la función haya sido po-
cífico, público y aceptado por todos, la sanción penal es acon-
IV. — Suerte jurídica de los actos, responsabilidad penal
sejable. En efecto, es preciso prevenir socialmente, en la me-
y civil de los funcionarios de hecho y de los usurpadores
dida de lo posible, el ejercicio de las funciones públicas por
de funciones
personas distintas de aquellas regularmente investidas.
I. — Lo que exige el interés legítimo de los terceros de Se comprende que en épocas de crisis política o social
buena fe, lo que necesita la buena marcha continua de los (guerra civil, revolución, etc.), resulte contrario al interés
servicios públicos, es la validez con respecto a los terceros, la público amenazar con penas a los ciudadanos valerosos y ab-
oponibilidad a los terceros, de los actos realizados por los fun- negados que, en virtud de la investidura otorgada por sus
cionarios de hecho. Se sobrentiende que el individuo que ha conciudadanos o por las autoridades públicas superiores, con-
ejercido la función, no estaba investido regularmente de ella. sienten, de buena fe, en ejercer las funciones esenciales aban-
Esta circunstancia tiene indudablemente influencia. La irre- donadas por las autoridades públicas regularmente investidas,
gularidad debe tener su sanción, la que variará según la im- sobre todo cuando dicho ejercicio ha sido pacífico y general-
portancia del peligro social experimentado. mente aceptado.
Es por el lado de la responsabilidad penal o civil de la
persona irregularmente investida, que cabe determinar dicha
I I I . — El usurpador o el funcionario de hecho ¿pueden
sanción.
reclamar una indemnización pecuniaria en razón del ejercicio
II. — Desde el punto de vista penal, sólo podría existir de la función? ¿Pueden exigir el pago de la remuneración
responsabilidad si hubiese verdadera intención de ejercer asignada al cargo, por el tiempo que lo ejercieron? En caso
irregularmente la función. de que posteriormente se los invista en forma regular, ¿podrán
En el caso de usurpación, esta intención es de ordinario hacer computar, para el cálculo de los servicios oficiales (re-
evidente, pues el usurpador no tiene ninguna investidura. La tiros, ascensos, etc.), el tiempo durante el cual ejercieron la
usurpación resulta socialmente muy peligrosa: es un germen función sin investidura o en virtud de una investidura irre-
de anarquía. En consecuencia, la ley penal debe prever y re- gular?
primir los hechos constitutivos de la usurpación de la función, Parece preferible dar una respuesta negativa a todas
la ingerencia en las funciones públicas, haciendo de ellos un estas cuestiones.
delito penal. Una respuesta así se impone para el usurpador, y lo mis-
27 En el corwmon law angloamericano se encuentra la siguiente regla: mo cabe decir para los funcionarios de hecho. El interés de los
" S i el funcionario de jure está en posesión del cargo; si el funcionario de
jure es también el funcionario de fado, entonces, para este cargo, ninguna terceros ya no está en juego; el funcionamiento regular y
otra persona puede ser funcionario de facto. Dos personas no pueden ser, al continuo de los servicios públicos ya no interesa. Sólo queda
mismo tiempo, funcionarios de facto para la misma función" (decisión de la el hecho de la investidura irregular; el individuo investido
Corte Suprema del Estado de Kansas, julio de 1871, James Me. Cahon vs. The
Commissioners of Leavenworth, citada por GOODNOW, Cases on admiwistrative
law, n, p. 157).
334 TEORÍA GENERAL DE LA FUNCIÓN PÚBLICA LOS FUNCIONARIOS DE HECHO 335

irregularmente no puede invocar en su beneficio un título 3er. principio. — En tiempos de crisis política o social
irregular 28 . —guerra civil, revolución, desórdenes—, cuando han desapare-
A lo sumo, el usurpador o el funcionario de hecho podrán cido las autoridades públicas regulares, son jurídicamente vá-
reclamar una indemnización igual al enriquecimiento que ob- lidos los actos que realizan de buena fe, pacífica y pública-
tuvo, por su gestión, el patrimonio administrativo. Para ello mente, individuos no investidos regularmente de una función,
invocarán, no ya su investidura irregular, sino el principio de que lo hacen en virtud de una investidura conferida por los
equidad, según el cual nadie debe enriquecerse a expensas de habitantes o las autoridades públicas superiores, siempre que
los demás20. dichos actos sean indispensables para asegurar la continuidad
de los servicios públicos esenciales y que entren en la compe-
V. — Conclusiones
tencia legal de las autoridades públicas desaparecidas 31 .
En síntesis, pueden formularse los siguientes principios: 49 principio. — Cualquiera que fuese la sanción penal
ler. principio. — Los actos jurídicos realizados por los establecida por la ley para la usurpación de función o para el
usurpadores, son jurídicamente inexistentes. Existe, en tal ejercicio de una función por una persona no investida regular-
caso, usurpación de función30. mente, el usurpador o el funcionario de hecho no pueden invo-
29 principio. — En épocas normales, son jurídicamente car en su favor el ejercicio del cargo. A lo sumo, podrán recla-
válidos con relación a los terceros los actos jurídicos realizados mar del patrimonio administrativo una indemnización por el
por los funcionarios de hecho, es decir, por personas no inves- enriquecimiento que le han procurado.
tidas regularmente, cuando el autor del acto tuviera todas las
apariencias del agente público regular competente para reali-
zarlo, y la opinión común le considerase regularmente inves- realizado por una persona desprovista de toda autoridad no es solamente
anulable, sino que es inexistente; las medidas de ejecución a las que daría
tido de la función. lugar pueden, en ciertos casos, significar violencias que acarrean la responsa-
28 Cfr. la solución que prevalece en el common law angloamericano: " S i bilidad personal de su autor ante los tribunales judiciales. E s inútil recurrir
los actos de un funcionario de facto son válidos en la medida en que se hallan ai procedimiento del recurso por exceso de poder para no admitir un acto
interesados los derechos del público y en que están afectados los derechos de semejante; basta hacer declarar su inexistencia legal ante toda autoridad o
terceras personas que tengan interés en dichos actos, sin embargo, cuando jurisdicción llamada a conocer de é l " . P . 505: " E l poder público sólo puede
imponerse a los ciudadanos cuando lo ejerce su verdadero depositario, no
una parte actúa o se defiende por su propia cuenta como funcionario público,
existiendo fuera de él. Tal es el p r i n c i p i o . . . " . Se puede aceptar las solucio-
no le basta ser simplemente funcionario de facto, sino que necesita ser fun-
nes de LAFERRIÉRE, con la condición de aplicarlas al usurpador, y no al fun-
cionario de jure. Como funcionario de facto, no puede reclamar nada para sí
cionario de hecho.
(People ex reí. Sullwan v. Weber) " (Corte Suprema del Estado de Illinois, ju-
nio de 1878, The people ex reí. Winstanley vs. Weber, decisión del juez DICKEY, Cfr., sobre lo inexistencia de los actos jurídicos, GASTÓN JEZE, Les princi-
citada por GOODNOW, Cases on adm. law, op. cit., n , p. 167). pes généraux du droit adm., 3» ed., i, 1925, ps. 76 y ss.
2» Cfr. GROTIUS, Le droit de la guerre et de la paix (libro n , cap. xrv, 31 Dejamos a un lado el régimen jurídico de la ocupación de territorios
art. 14; ed. PRADIER-FODÉRE, I I , p. 2 3 6 ) : ' ' Los pueblos o los reyes legítimos no enemigos en tiempo de guerra, y de los poderes de las autoridades públicas
están obligados por los contratos celebrados por los que usaron, sin derecho, de extranjeras sobre el territorio ocupado. El principio general es el mismo, pero
la soberanía, toda vez que esos usurpadores no han tenido el derecho de su dominio de aplicación, en razón de las mismas circunstancias del caso, es
obligar al pueblo. Estarán obligados, sin embargo (los pueblos y los reyes mucho más amplio. En particular, no se puede resolver del mismo modo la
legítimos), por lo que les haya producido un beneficio, es decir, en la propor- cuestión de saber si las autoridades públicas extranjeras actúan, al ejercer
ción en que se hayan enriquecido". los derechos establecidos, según la ley nacional o según la ley territorial. Otro
30 LAFERRIÉRE, Jur. adm. et rec. cmt., 2' ed., n, p. 497: " E x i s t e usur- problema inmediato, aunque completamente diferente, es el relativo al fun-
pación de poder cuando una decisión la adopta una persona desprovista de cionamiento de los servicios públicos en los Estados que se crean a consecuen-
toda autoridad, sea porque ella esté colocada fuera de la jerarquía aministra- cia de una rebelión contra el opresor. E j . : Checoslovaquia contra Austria-
tiva, sea porque las funciones que ejerce no le confieren ningún derecho de Hungría (1918). Se t r a t a de una hipótesis totalmente distinta de la de la
decisión, sea, finalmente, porque ha cesado por destitución, expiración del ocupación de un territorio por un ejército enemigo. En el nuevo Estado,
mandato u otro motivo, de ejercer los poderes que le pertenecían... El acto existen inmediatamente gobernantes de derecho y funcionarios de derecho.
336 TEORÍA GENERAL DE LA FUNCIÓN PÚBLICA
LOS FUNCIONARIOS DE HECHO 337

SECCIÓN II
de secretaría de un ministerio 32 . Según el Consejo de Estado,
PRINCIPALES SOLUCIONES DE LA LEY Y DE LA "la resolución (de negativa de pensión) no es una decisión
JURISPRUDENCIA FRANCESAS referible a la jurisdicción contenciosa". Para señalar clara-
mente la inexistencia del acto, el Consejo de Estado agregaba
que "en estas condiciones, el recurso del litigante debe decla-
La ley y la jurisprudencia han efectuado múltiples aplica-
rarse improcedente"33. Por otra parte, esta última solución es
ciones de los principios que acabamos de exponer. criticable 34 . El Consejo la ha abandonado también, al procla-
mar paladinamente la inexistencia del acto, después de haber
§1 declarado admisible el recurso 35 .
Valor jurídico de los actos realizados por el usurpador
de junción y por el funcionario de hecho II. — Naturalmente, los casos de usurpación de función
son muy raros fuera de las crisis políticas y sociales (revolu-
ción, desórdenes, guerra civil).
Es preciso distinguir cuidadosamente dos series de hi-
La hipótesis más frecuente en épocas normales es la de
pótesis : recaudación de fondos públicos por individuos que no tienen
l 9 ) Actos realizados por usurpadores, es decir, por indi- ninguna investidura admisible de la función de receptor. El
viduos que no tienen ninguna investidura admisible. pago de un crédito público al usurpador, no libera al deudor,
29) Actos realizados por funcionarios de hecho, es decir, quien podrá ser perseguido por el funcionario regular, como si
por individuos que tienen una investidura admisible nada hubiese entregado.
Esta hipótesis se estudiará más adelante, cuando se trate
Primera serie de hipótesis las recaudaciones de créditos públicos, efectuadas en épocas
normales, por funcionarios de hecho.
Valor jurídico de los actos realisados por el usurpador
de función III. — Debe hacerse una observación fundamental. Su-
pongamos que el usurpador haya recaudado un crédito de un
La inexistencia jurídica de estos actos es indudable y no patrimonio administrativo. Él no está en condiciones de otor-
se discute. gar un recibo liberatorio. Pero pueden suceder dos cosas:
Poco importa que dichos actos se hayan realizado en épo- 1*) Que el dinero irregularmente percibido haya ingre-
cas normales o en tiempos de crisis política o social sado en una caja pública. Es indudable que, en esta hipótesis,
el deudor no podrá ser perseguido nuevamente por el pago,
I. — Épocas normales pues de lo contrario la Administración percibiría dos veces el
dinero y se enriquecería sin causa a expensas del deudor 36 .
I. — En épocas normales, en favor de la inexistencia de 32 Cons. de Est., 21 febrero 1890, Mimieux, " R e c " , p. 201. V. GASTÓN
los actos realizados por el usurpador, se puede hacer uso de JÉZE, Principes générawx du droit adm., 3» ed., I, 1925, p . 76, texto y nota 3.
un argumento a fortiori tomado de la resolución dictada por 33 Cfr., en el mismo sentido, las conclusiones del comisario del Gobierno, ¡
KOMIEU, en el caso Mogambury, Cons. de Est., 2 dic. 1892, " E e c . " , p . 836;
el Consejo de Estado acerca del valor jurídico del acto reali- GASTÓN JÉZE, Principes génércmx, op. cit., i, p. 76, texto j nota 3.
zado por un agente que no posee ningún poder de decisión. 34 GASTÓN JÉZE, Les principes générattx, op. cit., i, p . 76, texto y nota 3 .
El Consejo de Estado, en 1890, declaró inexistente la de- 35 Cons. de Est., 10 enero 1908, Legorez, " R e c . " , p. 9 ; 18 julio 1911,
cisión negativa de un pedido de pensión, dictada por el jefe Gallet, " R e c . " , p. 887; 26 enero 1914, Morin, id., p. 111.
3« En derecho privado, una hipótesis análoga se halla prevista en el

Jéze, Der. adm., II 1 . 22


338 TEORÍA GENERAL DE LA FUNCIÓN PÚBLICA
LOS FUNCIONARIOS DE HECHO 339
2*) Que el deudor sea insolvente y el usurpador solvente.
En este caso, la Administración, en lugar de intentar la acción II. — Ello ha sucedido, por ejemplo, a consecuencia de la
para lograr el pago contra su deudor insolvente, actuará con- revolución del 4 setiembre 1870. En muchos municipios des-
tra el usurpador, en virtud de una teoría especial del derecho aparecieron sus autoridades. Las funciones de oficial del esta-
financiero francés: la teoría de la contabilidad de hecho. El do civil las ejercieron individuos más o menos irregularmente
tribunal de cuentas puede siempre declarar receptor de hecho investidos. Se ha planteado, entonces, el problema de la validez
al usurpador*1; a consecuencia de esta declaración, la Adminis- de los actos realizados por ellos. Dichos actos ¿eran inexisten-
tración se hallará investida de poderes muy amplios y de segu- tes como los realizados por los usurpadores? Se ha mencionado
ridades muy eficaces para el reembolso de los créditos públicos un caso muy curioso. "En Marsella, durante la insurrección
percibidos por el usurpador. del 31 octubre y del V noviembre 1870, dos individuos que se
El hecho de que la Administración no accione contra el decían miembros de la Municipalidad" 39 celebraron siete matri-
monios. ¿Eran válidos dichos matrimonios? La Asamblea na-
deudor y emplee contra el usurpador el recurso de la conta-
cional, al votar la ley del 6 enero 1872, hizo depender exclusi-
bilidad de hecho, no significa de ningún modo que se considere
vamente la solución, de la cuestión consistente en establecer si
válido el pago hecho al usurpador y que el deudor quede libe-
los individuos que habían autorizado los mencionados actos
rado. La Administración tiene, para hacer frente al mismo cré- eran o no usurpadores, es decir, si gozaban o no de una inves-
dito, dos deudores: el deudor y el usurpador, pudiendo elegir tidura admisible. "Una sola condición se exige para la validez
al que le plazca. Como es natural, elegirá siempre al que sea de los actos —declaraba el ministro de Justicia, P U F A U R F — :
solvente38. que la persona que los haya autorizado tuviese, en ese mo-
II. — Crisis política o social mento, el ejercicio público de las funciones municipales, bajo
cualquier título y sea cual fuere la denominación-,i0.
I. — En tiempos de crisis política o social —guerra civil,
revolución, desórdenes— los casos de usurpación de función III. — Otra hipótesis que dio lugar a dificultades fué la
son más frecuentes. del pago de ciertos créditos públicos efectuado a las personas

Código Civil, art. 1239, § 2: " E l pago hecho a quien no tenía el derecho de lo que necesita manifestarse, es, no la ratificación sino la ausencia de ratifi-
recibirlo por el acreedor es válido, si este último... se ha beneficiado de él". cación, de suerte que, aun a falta de una acción intentada por el servicio
37 Todo usurpador que ha recibido sumas de dinero destinadas a la Ad- público, el tribunal de cuentas... puede, si la cuestión de validez no ha
ministración, puede ser declarado receptor de hecho. Pero no puede sostenerse sido ya juzgada, tener en cuenta el silencio de los representantes del servicio
que todo receptor de hecho sea un usurpador. La noción de receptor de público, para concluir de él la liberación de la parte que ha hecho el pago".
hecho es mucho más amplia, pues comprende no solamente a los usurpadores Esta explicación nos parece inaceptable. No se ratifica un acto inexis-
sino también a los funcionarios de hecho y aun a los agentes regulares incom- tente. Además, la existencia de una teoría de la ratificación en derecho públi-
petentes. V. infra. co es muy discutible. Finalmente, el art. 1239 se refiere a las relaciones entre
88 A veces se da una explicación distinta. Se dice que al proceder así, la particulares, y no a las recaudaciones de los créditos públicos, las que están
Administración ratifica el acto del usurpador y que corresponde aplicar el sometidas a reglas especiales.
art. 1239, $ 2, del Código Civil, que establece: " E s válido el pago hecho a 39 El caso lo señala el ministro de Justicia, DUFAURE, en la exposición de
quien no tenía poder para recibirlo por el acreedor, si este último lo ratifica...". motivos del proyecto del 11 diciembre 1871, que se convirtió en la ley del 6
En este sentido, MARQUÉS DI BRAGA y C. LYON, Comptabilité de fait, op cit., enero 1872 ( " J . O.", 29 diciembre 1871, p. 5332). ¿
vn, ps. 77 y 78, n* 202: " S e permite no solamente admitir en principio tal 40 En cuanto a los siete matrimonios celebrados en Marsella, I>UFAUKE
ratificación, sino también no mostrarse muy riguroso acerca de las formali- advertía a la Asamblea Nacional que, ulteriormente, "seis de estos matrimo-
dades y de la prueba de esta ratificación... Se pueden aceptar ratificaciones nios habían sido celebrados nuevamente. En cuanto al séptimo, las partes se
implícitas, y, por ejemplo, la que resultaría de la misma acción que tiene rehusaron a presentarse por segunda vez ante el oficial del Begistro civil. No
por finalidad la declaración de una gestión de hecho. Se puede también... creemos —agregaba— que para este caso excepcional deba dictarse una dis-
ir más lejos todavía, y, trastrocando de algún modo la fórmula, admitir que posición especial. Los tribunales apreciarán si esta hipótesis puede compren-
derse en los términos muy generales de la medida legislativa que proponemos".
340 TEORÍA GENERAL DE LA FUNCIÓN PÚBLICA LOS FUNCIONARIOS DE HECHO 341

puestas al frente del municipio de París, en 1871. Quienes La Corte de Casación habría podido agregar que no exis-
efectuaron los pagos sostuvieron que la insurrección del 18 tía ninguna contradicción en declarar válidos los actos del
marzo 1871 había nombrado funcionarios de hecho y, por lo estado civil autorizados por las personas a cargo del municipio
tanto, el pago efectuado a estos agentes resultaba liberatorio, y considerar inexistentes los pagos de impuestos a dichas per-
según los principios del derecho público. La investidura es ad- sonas. En el caso de los actos del estado civil, tratábase de
misible, se agregaba; la prueba está en que las personas a actos que no pueden diferirse, de servicios públicos que no
cargo del municipio llevaban los registros de la Administración pueden interrumpirse ni cesar en su funcionamiento. En el
fiscal. La Administración regular, por su parte, sostuvo que caso de la recaudación de impuestos, se trataba de actos que,
los pagos se habían efectuado a usurpadores y no a funciona- para el contribuyente, no tienen carácter de urgentes, pues el
rios de hecho; por consiguiente, los recibos extendidos por tercero deudor no experimenta ningún perjuicio si retarda el
ellos eran jurídicamente inexistentes. Los agentes de la Com- pago de su deuda, mientras no tenga que satisfacer intereses
mune no tenían —según la Administración— ninguna inves- moratorios.
tidura admisible. La Commune no constituía un gobierno de
hecho; eran rebeldes que habían usurpado las funciones pú- IV. — En la hipótesis que acaba de examinarse, o sea la
blicas. recaudación de créditos públicos por un usurpador, es preciso
La Corte de Casación, al decir la última palabra sobre esta volver a la doble observación formulada más arriba (p. 337) :
cuestión, puso de relieve el carácter no admisible de la inves- 1*) La Administración nada podrá reclamar al deudor si,
tidura. Para demostrarlo, se atuvo a las siguientes circuns- de hecho, por una razón cualquiera, las sumas de dinero entre-
tancias : a) existían autoridades regulares: el gobierno residía gadas al usurpador hubiesen ingresado en las cajas de la
en Versalles; b) se advirtió al público que los encargados de la Administración regular.
Commune eran usurpadores, que no podían otorgar válidamen- 2*) La Administración puede accionar, a su elección, con-
te ningún recibo que pudiese producir un efecto cualquiera y tra el deudor, en virtud del crédito no extinguido, o bien,
liberar a los deudores. Mal podían entonces los contribuyentes contra el usurpador, en virtud de la teoría de la contabilidad
que pagaron alegar ignorancia a este respecto. Además, la de hecho. Después de 1871, el Gobierno desistió de usar contra
tenencia de los registros del fisco no era, en virtud de dicha
advertencia, una circunstancia suficiente para dar a los agen- Estado legal. Fracasada la insurrección, el Gobierno consideró nulos los
tes de la Commune una investidura admisible 41 . actos emanados de los agentes de la Commune, y los individuos que se inmis-
Todo esto es perfectamente correcto. cuyeron en la percepción de impuestos fueron perseguidos y castigados de
conformidad con el art. 258 del Código Penal. El único poder que tenía derecho
se ha pronunciado, pues, y no podría pertenecer al poder judicial hacer suya
•*i Casac., Beq., 27 noviembre 1872, Crédit Fonoier, " S . " , 1873, 1, 259 la cuestión... El título del Estado para la percepción del impuesto, se halla
(dictamen DUMON) : " E n lo que concierne al primer argumento, deducido de en la ley; la mera tenencia de los registros de la Administración por quienes
que, habiendo constituido un poder de hecho la insurrección del 18 marzo 1871, se hicieron cargo del municipio, no podría nunca constituir la posesión del
el pago efectuado a los detentadores de dicho poder debía considerarse obli- crédito. Por otro lado, la sentencia impugnada declara que la demandante (ad-
gatorio, según los principios del derecho público... En derecho, el gobierno ministración del Crédito territorial) sabía perfectamente que los encargados de la
legal que triunfa sobre una insurrección es el único investido de la facultad Commune no tenían ni título ni autoridad para percibir impuestos. Por tanto, '
de reconocer o de anulaT, en la medida en que lo juzgue útil para el bien no puede considerarse que aquélla haya pagado de buena fe. La violencia de que'
público, los actos realizados por los insurrectos. La Asamblea Nacional, único habría sido objeto y a la que habría cedido, podrá autorizarle a reclamar
poder legal, proclamó, por actos públicos reiterados, que el atentado del 18 daños y perjuicios contra los autores de la violencia, o a entablar cualquier
de marzo era una revolución declarada contra la soberanía nacional, de la otro recurso, pero nunca podría tener el efecto de suplir la buena fe exigida,
cual seguía siendo fiel depositaría. Los contribwyentes fueron advertidos por por parte de quien paga, para que se considere válido el pago".
el Gobierno de que los encargados de la Comuna no podían otorgar válidamente Véase una resolución idéntica del Tribunal de Casación, 27 noviembre
ningún recibo capaz de producir un efecto cualquiera y de liberarlos hacia el 1872, Compagnie du chemin de fer de Paris d Orléans, "S.", 1875, 1, 262.
342 TEORÍA GENERAL DE LA FUNCIÓN PÚBLICA
Los FUNCIONARIOS DE HECHO 343

los encargados de la Commune el segundo recurso, a causa


de la notoria insolvencia de sus agentes. nulos 42 . Sin embargo, cuando las circunstancias diesen la im-
presión de que pudo considerarse razonablemente al cuerpo
Segunda serie de hipótesis electivo irregularmente constituido como si tuviese una inves-
tidura admisible, sus actos serían jurídicamente válidos43.
Valor jurídico de los actos realizados por los funcionarios
de hecho II. — Elección irregular de uno o de varios agentes elec-
tivos de un cuerpo regularmente constituido. — Una ley de
La ley y la jurisprudencia se han inspirado en el principio 15-27 marzo 1791, relativa a la organización de los cuerpos
según el cual, en tiempos normales, o en épocas de crisis polí- administrativos (art. 9 in fine de la sección 2), establece que
tica o social —guerra civil, revolución, sublevación, etc.— los "el ejercicio provisional se impone para aquellos cuya elección
actos jurídicos realizados por personas no investidas regular- se impugnase".
mente de la función, son jurídicamente válidos para los ter-
ceros, siempre que el autor del acto revistiese todas las apa- Las leyes posteriores han deducido diversas consecuencias
de este principio general.
riencias de un agente público regular, competente para reali-
zar el acto, y que la opinión común lo considerase regular- 42 Jurispfrudencia constante: Cons. de Est., 20 abril 1923, Vevnier,
mente investido. " R e c " , p. 430: " S e g ú n el art. 24 de la primera parte de los estatutos de
I los empleados municipales de la ciudad de E., las condiciones de elección de
los delegados de los empleados ante el Consejo de disciplina, y, en especial,
Épocas normales la distribución de los empleados en servicios o categorías para la designación
de delegados, deben regularse por resolución del alcalde. Besulta del expediente
que se ha procedido a la elección de estos delegados... sin que se haya dictado
Veamos primero lo que sucede en épocas normales. ninguna resolución del alcalde, para reglamentar las condiciones de esta
En tales circunstancias las aplicaciones del principio son elección. Por tanto, en ausencia de esta formalidad esencial, y sin que sea
múltiples, pero sólo estudiaré algunas de ellas. necesario resolver sobre las demás irregularidades invocadas por el recurrente,
la resolución... que separa al señor V. de sus funciones de secretario-jefe
de la Alcaldía (previo dictamen del Consejo de disciplina así irregularmente
I. — P aplicación. Agentes electivos cuya elección se constituido) es irregular y debe anularse por exceso de p o d e r " .
impugna y luego se anula Por lo contrario, tratándose de un consejo de disciplina en el que figura-
ba un miembro cuya designación se impugnaba, el Consejo de Estado ha resuel-
Para aplicar este principio, me parece necesario hacer to (2 noviembre 1923, Association de fonctionnaires, " R e c " , p. 699) que " u n
funcionario irregularmente nombrado para las funciones que desempeña, debe
una distinción según se trate de la elección irregular de todos considerarse legalmente investido en tanto no se anule su nombramiento". V.
los agentes electivos en razón de la irregularidad de la cons- \nfra, p. 346, nota 50.
titución misma del cuerpo electivo, o de la elección irregular 43 Ante el Cons. de Estado se presentó una curiosa hipótesis, en que
de uno o de varios agentes electivos de un cuerpo regular- debía aplicarse el principio (Cons. de Est., 30 enero 1885, El. d'Hérouville,
" R e c " , p. 126 (con las conclusiones del comisario del Gobierno, G O M E L ) .
mente constituido. Un concejo municipal que sólo debía contar con diez miembros, se compone
de doce; este concejo, evidentemente, está irregularmente constituido. Si las ,
I. — Elección irregular de todos los agentes electivos, que elecciones se anulan en bloque, los actos ya realizados por el concejo son, no <
resulta de la misma constitución del cuerpo electivo. — En obstante, válidos. El Cons. de Estado no lo decidió expresamente, pero las
razones alegadas por el comisario del Gobierno son válidas para nuestra
esta hipótesis, la cuestión de la función de hecho se suscita hipótesis. " L a irregularidad de la composición del concejo —expresa dic;o
para el mismo cuerpo electivo. Dicha cuestión deberá resolverse funcionario— está convalidada por la falta de reclamación en tiempo. Decidir
con arreglo a los principios generales. En épocas normales, de otro modo sería hacer imposible la administración del municipio durante
cuatro años; sería quitar todo valor a los acuerdos que, durante dicho plazo,
un cuerpo irregularmente constituido lleva a cabo actos adopte el concejo municipal".
344 TEORÍA GENERAL DE LA FUNCIÓN PUBLICA LOS FUNCIONARIOS I>E HECHO 345

l 9 ) La ley del o abril 1884, art. ^O, § 7, consagra expresa- Uvas, cuya elección se impugna y posteriormente se anula;
mente la solución para los miembros de los concejos municipa- en particular, los consejeros generales, aunque la ley del 10
les. "Los concejales proclamados continúan en sus funciones agosto 1871 no haga referencia a ellos. Los actos jurídicos
hasta que se resuelva definitivamente sobre las reclamaciones realizados por dichos funcionarios antes de la anulación de su
formuladas contra la elección"44. Corresponde concluir, en elección, son jurídicamente válidos47. Para descartar este prin-
virtud de este texto, que los actos jurídicos realizados, pen- cipio, se necesitaría un texto formal48.
dente causa, por los miembros de los concejos municipales 39) Es preciso extender esta solución a los alcaldes y ad-
cuya elección se impugna y luego se anula, son válidos45. Es juntos, cuya elección se impugna y luego se anula. Los actos
indudable que al anular la elección el tribunal considera que jurídicos realizados por ellos hasta el día de la anulación de
el individuo no fué investido regularmente de la función. No
obstante, el interés legítimo de los terceros y la necesidad del 47 La ley del 5 abril 1884, art. 40, $ 7, proporciona una segunda solu-
funcionamiento ininterrumpido de los servicios públicos exigen ción —muy discutible— para el caso de que se apele la sentencia de anula-
la validez jurídica con respecto a aquéllos de los actos reali- ción de la elección: "Los concejales proclamados siguen desempeñando sus
cargos hasta que se haya resuelto definitivamente acerca de las impugnaciones''.
zados en esta forma, por personas cuya investidura era admi- En otros términos: la apelación tiene efecto suspensivo. No obstante la anula-
sible4*. ción, el concejal cuya elección ha sido anulada por el Consejo de prefectura,
29) La ley de 1884 se refiere expresamente a los conce- sigue en funciones hasta que el Consejo de Estado haya fallado. Por tanto, los
actos jurídicos realizados por él son válidos, cualquiera sea, ulteriormente, la
jales. Pero como no hace más que aplicar u n principio general, resolución del Consejo de Estado. La regla es exacta, pero difícilmente jus-
corresponderá la misma solución para todos los agentes pú- tificable. Cons. de Est., 6 mayo 1921, El. de Muro, " E e c " , p. 449: " S i la
blicos electivos: por ejemplo, los miembros de asambleas elec- elección del señor M. como concejal... se anuló por decisión del Consejo de
prefectura... de fecha 18 dic. 1919, dicha resolución no había llegado a ser
definitiva el 15 febrero 1920, fecha en la cual el Consejo de prefectura
44 La ley del 21 marzo 1831 aceptaba implícitamente la misma solución resolvió sobre la reclamación formulada contra la elección del señor M. como
(art. 52, in fine), y aunque la ley de 1855 no regulase expresamente la cues- alcalde. Así, por aplicación del art. 40, $ 7, de la ley precitada del 5 abril
tión, la solución hubiese sido admitida sin dificultad (MORGAND, La loi muni- 1884, el señor M. pudo, en el intervalo, ser válidamente elegido alcalde. Por
cipále, I, n« 267). otra parte, si en el momento de la elección del alcalde el número de concejales
45 MORGAND, La loi municipale, op. cit., i, n ? 267: " L a jurisprudencia sobrepasaba el que tenía derecho a poseer el municipio, los miembros del concejo
del Consejo de Estado ha deducido de dicho texto la consecuencia de que los en ejercicio no estaban por eso menos investidos, todos ellos, desde el día de
actos en que participó el miembro del concejo cuya elección se impugna, su elección, del conjunto de las atribuciones atinentes a sus funciones y podían
no son menos válidos aunque su elección se anule posteriormente, o cuando proceder válidamente al nombramiento del alcalde".
precisamente con su voto se hubiese formado mayoría, o aun cuando la mayo-
ría de los miembros del concejo municipal vean invalidados sus poderes". El Consejo de Estado interpreta la regla muy estrictamente. Cons. de
46 La jurisprudencia ha hecho numerosas aplicaciones de este principio: Est., 9 febrero 1912, Gonod, " E e c . " , p. 178: Los concejales cesan de estar
Cons. de Est., 16 julio 1920, El. de Ciadoux, " E e c " , p. 718: " E l señor A., investidos de la función desde que se dicta la resolución del Consejo de
proclamado electo concejal... ha podido válidamente, a pesar de la impug- Estado, no teniendo que esperar la notificación de dicha decisión al ministro
nación hecha a su elección, tomar parte... en la del alcalde y del adjunto. y al alcalde.
Si con posterioridad a esa fecha se anula la elección del señor A., esta Por otra parte, conviene no extender la regla del $ 7 a otras hipótesis
circunstancia no es apta para viciar de irregularidad la elección... del al- fuera de la prevista por la ley de 1884.
calde y del adjunto". El Cons. de Estado invoca el art. 40 de la ley del 5 48 No hay motivo para extender a los agentes electivos la segunda regla
abril 1884. del art. 40, $ 7, de la ley de 1844, que prevé el caso de que se apele la
Cons. de Est., 10 diciembre 1920, El. de Muides, " E e c " , p. 1063: " E l sentencia de anulación de la elección por el tribunal de primer grado; la
señor B., proclamado electo... por la secretaría electoral como resultado solución de la ley de 1884 es excepcional. En realidad, la cuestión no se pre-
del segundo turno de escrutinio, ha podido, pese a la impugnación formulada senta frecuentemente, pues los recursos en materia de elección sólo significan de
contra su elección, participar regularmente en el nombramiento del adjunto ordinario un solo grado de jurisdicción. La ley del 22 junio 1833 (sobre los
del alcalde, y la anulación de su elección, con posterioridad a esa fecha, no consejos generales y los consejos de distrito) distinguía: la apelación inter-
podría tener por efecto entrañar la anulación de la elección del adjunto". El puesta por el consejero era suspensiva; en cambio, si la promovía el prefecto,
Cons. de Estado invoca el art. 40 de la ley de 1884. no tenía dicho carácter (art. 54).
346 TEORÍA GENERAL DE LA FUNCIÓN PÚBLICA LOS FUNCIONARIOS DE HECHO 347

la elección, son válidos. La regla se formula expresamente en siempre que su nombramiento no se anulase". En consecuencia,
el art. 40 de la ley de 188449. los actos jurídicos que realice son jurídicamente válidos50.
49) El principio y la excepción se hallan en los reglamen-
tos del Senado y de la Cáma/ra de diputados, para los senadores I I I . — 3* aplicación. Agentes públicos reemplazantes
y diputados cuya elección se impugna. Bastará citar los textos de agentes irregularmente suspendidos o separados.
que consideran esta hipótesis: I. — Los actos jurídicos que realiza un agente público
a) Reglamento del Senado, art. 9 in fine: "Los senadores suplente o reemplazante de un agente irregularmente suspen-
cuyos diplomas aun no han sido aprobados, pueden tomar dido o separado, luego de volverse ejecutorio el acto de suspen-
parte en las deliberaciones y en las votaciones del Senado". sión o de destitución (notificación), ¿son válidos aunque se
Art. 10: "A todo miembro cuya admisión se aplazase, se le anule cualquiera de estos actos? Verbigracia, ¿son válidos los
suspende el derecho de participar en las votaciones del Se- actos realizados por la delegación especial, con posterioridad
nado. Todo senador cuya elección se impugna no puede, ni en a la disolución de un concejo municipal efectuada irregular-
la comisión, ni en la sesión del Senado, tomar parte en las mente, si el decreto de disolución se anula luego? Los actos
votaciones sobre la validez de su elección". realizados por el nuevo alcalde con posterioridad al decreto
b) Reglamento de la Cámara de diputados, art. 6: "Los de separación de un alcalde irregularmente destituido, ¿son
diputados cuyos diplomas aun no han sido aprobados, pueden válidos si el decreto de separación se anula luego?
tomar parte en las sesiones y en las votaciones. Sin embargo, Resultaría lógico decidirse por la negativa. Una vez anu-
se le suspende el derecho de voto a todo diputado cuya admi- lado el acto de disolución, de suspensión o de separación, debe
sión se aplazase por decisión de la Cámara. Los diputados no considerárselo no producido. Por lo tanto, el agente suspen-
aprobados, no votan sobre su admisión, ni en las comisiones dido o separado no ha perdido en ningún momento la investi-
ni en asamblea general. Además, no pueden presentar ningún dura regular de la función y de la competencia. Los actos
proyecto de ley". realizados por él después del acto de suspensión o de separa-
ción, emanan de un agente público regularmente investido.
II. — 2 ? aplicación. Agentes públicos irregularmente Son válidos. Por otra parte, no puede hablarse de agente re-
nombrados y cuya designación se anula posteriormente gularmente investido del cargo, mientras el titular no haya
sido desinvestido. Por consiguiente, la anulación del acto de
Las razones expuestas para los agentes electivos valen suspensión, de separación o de disolución motiva, además, la
plenamente para los agentes nombrados. "Al funcionario irre- anulación retroactiva de la investidura del agente reempla-
gularmente designado para las funciones que ocupa, debe con- zante y, en consecuencia, hace irregular el ejercicio de la fun-
siderárselo legalmente investido de las mencionadas funciones, ción por el sustituto.

49 El alcalde o el adjunto cuya elección ha sido anulada por el Consejo


II. — Pero esta argumentación lógica presenta, en la
de prefectura, se benefician con la segunda solución admitida por la ley práctica, inconvenientes muy graves. Prescinde de los interese»
de 1884, art. 40, $ 7, p a r a los concejales. La apelación es suspensiva. Esto no de los terceros de buena fe y de la necesidad del funciona-
significa argumentar por analogía; se trata solamente de una remisión formal miento continuo de los servicios públicos. El agente suspen-
al art. 40. Luego, en el caso en que la resolución del Consejo de prefectura
que pronuncia la anulación de la elección del alcalde o del adjunto se apele dido o destituido, aunque sea irregularmente, debe ser reem-
ante el Consejo de Estado, la persona cuya elección como alcalde o adjunto W> Cons. de Est., 2 noviembre 1923, Association des fonctionnavres de
haya sido anulada por resolución del Consejo de prefectura no será desinvestida l'administration céntrale des postes et télégraphes, " K e c . " , p. 699: "Un fun-
inmediatamente de su función; los actos jurídicos realizados por ella después cionario irregularmente nombrado para las funciones que ocupa, debe conside-
de esta época serán válidos, aunque ulteriormente el Consejo de Estado decla- rarse legalmente investido de las mencionadas funciones, mientras su nombra-
re la nulidad de la elección.
348 TEORÍA GENERAL DE LA FUNCIÓN PÚBLICA LOS FUNCIONARIOS DE HECHO 349

plazado por otro agente que ejerza provisionalmente la fun- te legalmente impedido. Esta solución no resulta muy lógica,
ción. Si no fuese así, se comprometería el funcionamiento del ni deja de tener inconvenientes prácticos, ya que hace producir
servicio público. Sólo algunos meses o años más tarde se sabrá efectos a una destitución nula, carácter éste que puede cono-
si la decisión es irregular. ¿Podrá sostenerse que, durante todo cer perfectamente el mismo autor; pero no obstante, nos pa-
ese período, los actos realizados por el reemplazante para ase- rece indispensable para asegurar el funcionamiento regular e
gurar el funcionamiento de los servicios públicos, sólo tienen ininterrumpido de los servicios públicos. A juicio del público,
un valor jurídico condicional? Esto es imposible. la investidura del alcalde suspendido o destituido ya no es
Según mi opinión, debe aplicarse al reemplazante lo admisible.
que muy justamente dispone el art. 84 de la ley del 5 abril 1884,
para el suplente, en caso de suspensión o de separación del III. — Según mi opinión, la regla establecida por la
alcalde: "En caso de ausencia, suspensión, destitución o cual- ley de 1884 (art. 84) para el alcalde suspendido o destituido
quier otro impedimento, el alcalde es reemplazado provisio- debe aplicarse en todos los casos análogos: concejo municipal
nalmente, en la plenitud de sus funciones, por un a d j u n t o . . . " . irregularmente disuelto y reemplazado por una delegación es-
El texto mencionado asimila los casos en que el alcalde ha pecial (art. 44, ley 1884) ; consejo general disuelto y reempla-
sido suspendido o destituido, a aquellos en que está ausente o zado por una comisión departamental (ley del 10 agosto 1871,
impedido; si se lo ha destituido regularmente, está desinves- art. 35), etc.
tido; si se lo ha suspendido o separado irregularmente, está
impedido. En ambos casos, se lo reemplaza. La función pasa IV.—4? aplicación. Actos realizados por agentes públicos
provisionalmente al adjunto, y, en caso de destitución, debe en virtud de una "delegación" irregular52.
hacerse una elección para nombrar un nuevo alcalde. Este
I. — Las leyes y reglamentos organizan la suplencia y la
último realizará válidamente los actos de la función de alcalde,
delegación para el caso en que el titular de una función se
aunque se anule posteriormente la separación irregular. Su
halla temporariamente impedido de ejercer su competencia
investidura es admisible hasta el día de la anulación.
legal.
Por el contrario, de resultas de la notificación 51 de una Hay suplencia cuando, en caso de impedimento del titular,
suspensión o separación aunque fuese irregular, el alcalde se el ejercicio de la competencia pasa, de pleno derecho, a otro
halla provisionalmente en estado de impedimento; los actos agente público. Ejemplo: en caso de impedimento del alcalde,
que realice son jurídicamente nulos, pues emanan de un agen- la función municipal la ejerce un adjunto en el orden de desig-
miento no haya sido anulado. Cuando la comisión central de ascensos ha pre-
nación (ley del 5 abril 1884, art. 84).
sentado la lista incriminada, el señor D., jefe de la secretaria administrativa, Hay delegación cuando, en caso de impedimento del titu-
tenía competencia para ejercer estas funciones; por consiguiente, los recurren- lar, o bien para ayudar a éste, la ley o el reglamento prescriben
tes no tienen derecho a prevalerse de su participación en los trabajos de la que determinado funcionario designará un agente público para
comisión de que se trata, para sostener que la resolución impugnada, dictada
a consecuencia de este acuerdo, está viciada de exceso de p o d e r " .
si E s a partir de la notificación y no del acto de suspensión o de revoca- sistema contrario tendría por resultado paralizar la acción de la justicia, des-
ción, que los actos son jurídicamente nulos. Esto es lo que ha resuelto, en 1838, organizar la Administración y, finalmente, comprometer el estado y la fortuna
la Corte de Orleáns a propósito de un guarda forestal destituido. Los sumarios de los ciudadanos, si se declarase nulos todos los actos en los que hubiese
promovidos por este agente después de la destitución pero antes de la notifica- intervenido en una u otra forma un funcionario destituido cuando él ignoraba
ción de dicha medida, han sido declarados válidos. L a Corte de Orleáns invoca su destitución" (Orleáns, 6 agosto 1838, " D a l l o z " , Ttépertoire, v» Forfaiture,
dos argumentos: uno —que no vale nada— está sacado de la teoría del mandato p. 49, nota 1).
civil: el funcionario no es más que un mandatario: cabe aplicarle los arts. 2006 52 LAFERRIÉRE, Jur. adm. et rec. cont., 2* ed., rr, ps. 500 y ss.; CHANTE-
y 2008 del Código Civil. El segundo argumento invocado por la Corte de GRELLET y PICHAT, Fonctionnaires publios, en " E é p . B é q u e t " , xvr, p . 569, n»
Orleáns es excelente, siendo el único que merece ser puesto de relieve: " E l 163. Sobre la teoría de la delegación implícita en tiempo de guerra, véase infra.
350 TEORÍA GENERAL DE LA FUNCIÓN PÚBLICA
LOS FUNCIONARIOS DE HECHO 351

ejercer provisionalmente todas o parte de las tareas del fun- un nombramiento irregular; no hay razón, pues, para no apli-
cionario impedido o recargado de trabajo. Ejemplo: si en caso car la teoría de la función de hecho. Los actos realizados en
de impedimento del alcalde, los adjuntos estuviesen también virtud de una "delegación" irregular serán jurídicamente vá-
impedidos, el concejo municipal designará a un concejal para lidos con respecto a los terceros, cuando la delegación, aunque
que asuma provisionalmente todas las funciones del alcalde irregular, constituya una investidura admisible.
(art. 84, ley de 1884); el alcalde puede "delegar", por decreto, La distinción no es sutil y se ajusta a los hechos. En el
parte de sus funciones en uno o varios de sus adjuntos (ley caso de suplencia irregular, hay un agente regular que quiere
de 1884, art. 82). y que puede hacer funcionar el servicio público, debiendo los
Entre suplencia y "delegación" hay una diferencia: el terceros entenderse con él. En el caso de "delegación", el fun-
suplente está investido de la función, antes del impedimento. cionario regular ya no desea continuar a cargo del servicio pú-
El ejercicio de su competencia sólo se subordina a una condi- blico, realizando, entonces, una "delegación" que cree regular.
ción: el suplente no puede ejercer su competencia si no se A los terceros que se dirigieran a él, se los enviaría ante el
realiza una condición de hecho, es decir, el impedimento. En "delegado". Por otra parte, existen condiciones de la regula-
la "delegación", en cambio, la investidura resulta del acto de ridad de la "delegación" cuya comprobación no puede razona-
delegación, que, en realidad, no es más que un nombramiento. blemente exigirse a los terceros.
29) Es necesario considerar también la naturaleza de los
II. — Establecido esto, supongamos que un agente público actos realizados. La teoría de los funcionarios de hecho se ha
ejerciese la competencia del suplente fuera del caso de impe- ideado en favor de los terceros de buena fe. Tratándose de un
dimento del titular, o que se lo invistiera de la función por acto dirigido contra un tercero (pena, medida disciplina-
"delegación" fuera de las condiciones legales. ¿ Cuál es el valor ria, etc.) o que impone obligaciones al público (reglamento),
de los actos jurídicos por él realizados? Verbigracia, el adjunto o bien de un contrato o de un acto relacionado con una opera-
que actúa como suplente, no estando impedido el alcalde, o el ción contractual, debe aplicarse la regla lógica: el acto es nulo.
concejal que actúa en lugar del alcalde, en virtud de una "de- La Administración no puede prevalerse de una teoría especial
legación" del concejo municipal, no estando impedidos los ad- que no fué creada para ella53. Cada contratante está obligado
juntos. ¿Podrán, en este caso, los interesados pedir la nulidad a verificar minuciosamente la capacidad del otro contratante.
de los actos jurídicos realizados por el suplente o por el dele-
gado, invocando la irregularidad de la suplencia o de la "de- IV. — El análisis que precede no se hace por lo general;
legación"? muchos son los autores que dan, para las dos hipótesis, una
solución estrictamente lógica.
III. — Según mi opinión, para resolver correctamente Lógicamente —se dice—, "la estricta observancia de las
el problema, es preciso: l 9 ) distinguir cuidadosamente el prescripciones legales es una condición necesaria para tras-
caso de suplencia y el caso de "delegación"'', y 29) considerar ferir la competencia". Cuando "un agente inferior ejerciese
la naturaleza de los actos realizados. por delegación un poder del que no puede ser legalmente in-
V) El suplente que actúa fuera de los casos de impedi- vestido, la decisión que dictara de buena fe deberá anularse ,
mento, es un funcionario regularmente investido que ejerce su por incompetencia" 54 . En efecto, la competencia "sólo puede '
competencia legal fuera de los casos previstos por la ley. No
se trata de funcionario de hecho, sino de un funcionario in- 33 Por lo demás, ella podrá, muy a menudo, invocar plazos breves de pres-
cripción: dos meses.
competente que comete un exceso de poder. Corresponde apli- 54 LAFERRIÉRE, op. cit., I I , p . 505: " N o s parece difícil —agrega LAPB-
car la teoría del exceso de poder. PTUÉRE— no responder afirmativamente, por rigurosa que esta solución pueda
En el caso de "delegación" irregular, la situación es la de parecer en ciertos casos".
352 TEORÍA GENERAL, DE LA FUNCIÓN PÚBLICA
LOS FUNCIONARIOS DE HECHO 353

imponerse a los ciudadanos cuando la ejerce su verdadero de-


positario". La competencia no existe fuera de él; tal es el prin- hecho, del principio fundamental del respeto de los intereses
cipio. Por excepción, la ley permite a un suplente o a un legítimos de los terceros de buena fe y de la continuidad del
delegado ejercer en lugar de otro un poder que no posee per- funcionamiento de los servicios públicos. El principio lógico
sonalmente, pero aun en este caso deben cumplirse exacta- debe desvanecerse cuando su aplicación comprometa el fun-
cionamiento continuado de un servicio público.
mente todas las condiciones legales de este reenvío de com-
petencia 55 . V. — Es preciso, pues, dar su lugar a cada uno de los
"Resulta difícil —se agrega— extender a las decisiones principios en juego; lo normal será aplicar el principio lógico,
adoptadas por un delegado irregular la solución que se ha siempre que no comprometa la marcha continuada de un servi-
admitido, algunas veces, para las resoluciones dictadas de cio público, descartándose dicho principio en los demás casos.
buena fe por un funcionario o un magistrado irregularmente El examen atento de todas las circunstancias de hecho,
nombrado. En materia de delegaciones viciosas, sólo con mu- obliga a decidir que, a veces, en ciertos casos de delegación
cha reserva podría invocarse el adagio communis error facit irregular, el principio lógico debe desaparecer; ello ocurre si
jus. En lo que atañe a los actos administrativos realizados por se trata de un acto no contractual que beneficia a terceros,
un delegado irregularmente designado, . . .la nulidad de la cuando razonablemente no se les puede reprochar la no com-
delegación efectuada fuera de las prescripciones legales... es probación de todas las condiciones necesarias para que hubiese
de derecho, y alcanza también a los actos realizados por el "delegación" regular. Es preciso, entonces, hacer prevalecer
delegado, puesto que era incompetente... Decir que una irre- los principios de la salvaguardia de los intereses de los ter-
gularidad en la delegación —sobre todo cuando resulta de la ceros de buena fe y de la necesidad de asegurar la continuidad
incapacidad legal del que la recibe— no tiene por efecto privar del funcionamiento del servicio público.
(al agente delegado) de la capacidad necesaria para reempla-
VI. — El caso más notable a este respecto, es el de los
zar (al titular), sería formular una proposición inexacta en matrimonios de Montrouge, en 1883.
derecho administrativo, pues no se trata de privar de una fa-
Un concejal, en quien el alcalde de Montrouge había de-
cultad a un agente que la posee, sino de conferírsela a quien
legado irregularmente las funciones de oficial del Registro
no la posee"56.
civil, sin seguir el orden de lista, celebró cierto número de
Esta solución es muy frecuentemente exacta y debe apli-
matrimonios. A instancias del Ministerio Público, el Tribunal
carse a todos los actos dirigidos contra los terceros o que im-
del Sena, por tres sentencias del 23 febrero 188358, declaró la
pongan obligaciones al público (medidas disciplinarias, penas,
nulidad de tres de los matrimonios así celebrados. Pero, por
reglamentos, etc.); así como a los contratos o actos que se
sentencia del 7 agosto 1883, la Corte de Casación (Sala en lo
relacionen con una operación contractual (acuerdo autoritati-
civil), de conformidad con las conclusiones de su procurador
vo} acto aprobatorio de un contrato) 57 .
58 " D a l l o z " , 1883, 2, 49; 1884, 1, 5. Veamos la sentencia del Tribunal
Pero me parece propio de una lógica demasiado rigurosa del Sena: " L a demanda del Ministerio Público tiene por finalidad hacer
prescindir en este punto de la teoría de los funcionarios de declarar nulos e inexistentes los matrimonios autorizados en la alcaldía de
Montrouge, con fechas 18 de febrero y 5 de abril 1882, entre B. y la señorita
55 LAFERRIÉRE, op. cit., ii, ps. 505 y 506. Li., P . y la señorita G., E. y la señorita F., en razón de que habrían sido
56 LAFERRIÉRE, op. cit., ii, ps. 506 y 507. celebrados ante un concejal de este municipio, delegado del alcalde, en virtud
57 Argumento del Cons. de Est., 23 abril 1882, Ville de Carines, " R e c " , de una delegación contraria a la ley. No le es lícito (al alcalde) delegar BUS
p. 387. Se trataba de un contrato aprobado por el Secretario General, que no funciones en un miembro del concejo municipal cuando los adjuntos no se
había recibido delegación del prefecto. La aprobación es nula por emanar de hallan ni ausentes ni impedidos, como tampoco en aquellos de los concejales
un agente regular, pero incompetente (supra, p . 350). La solución sería la que le conviniese, en caso de ausencia o de impedimento de los adjuntos. Por
misma en el caso de delegación irregular. tanto, la delegación que había recibido (el concejal) era doblemente irregular y
contraria a la ley; no poseía más poderes, como oficial del Eegistro civil, que

Jéze, Der. adm., II». 23


354 TEORÍA GENERAL DE LA FUNCIÓN PÚBLICA LOS FUNCIONARIOS DE HECHO 355

general, resolvió que los matrimonios eran válidos, conside- Pero sólo desde el punto de vista de la lógica jurídica ellos
rando que "el poder de delegación está sometido en su ejercicio tienen razón. Así, en lo relativo a la naturaleza del acto y de
a ciertas reglas, y que es voluntad del legislador que el alcalde la irregularidad, desconocen por completo los importantes
siga el orden que resulta de la combinación del art. 14 de la principios acerca del respeto que se debe a los intereses legí-
ley del 18 julio 1837, con las leyes del 23 marzo 1831 y del 5 timos de los terceros y sobre la continuidad del funcionamien-
mayo 185*5; pero ni la ley del 18 julio 1837, ni ninguna otra, to de los servicios públicos. Al delegar el alcalde de Montrou-
disposición legislativa, sancionaron la nulidad de estas pres- ge, en un concejal, las funciones de oficial del Registro civil,
cripciones, y las nulidades no se presumen. De donde resulta ha expresado su voluntad de no autorizar por sí mismo los
que la irregularidad de la delegación no puede tener por matrimonios. Los terceros sabían o debían saber que el alcalde
efecto quitar al miembro de la municipalidad, designado por podía "delegar" sus funciones de oficial del Registro civil en
el alcalde para reemplazarlo, la capacidad necesaria para ha- un concejal. Pero ¿era posible, razonablemente, exigirles que
cerse cargo de las funciones de oficial del Registro civil, y, comprobasen si el nombramiento del concejal "delegado" se
por lo tanto, no podrá, de ningún modo, dar lugar a la nuli- efectuaba respetando el orden de la lista? No lo creo. La
dad de los actos en los cuales se desempeñase con dicho ca- investidura del concejal es admisible en este caso. Por consi-
rácter". guiente, decir que los matrimonios celebrados por el concejal
delegado son nulos, equivale a decir que el servicio público del
VII. — Estas sentencias han provocado vivas discusiones. registro civil no podía funcionar regularmente y de manera
Gran número de juristas se han pronunciado por la nulidad continua mientras no se anulara el acto de delegación, y que
de los mencionados matrimonios 59 . los terceros se convertirían en responsables de una situación
que no habían creado, de irregularidades que muy difícilmente
los que habría tenido un simple ciudadano. Los matrimonios autorizados en podían advertir o impedir.
estas condiciones no podrían tener ninguna existencia legal, y llevan el castigo
de una nulidad radical, de la que no se les puede dispensar bajo ningún título.
No se trata, en el caso, de incompetencia del oficial del Begistro civil, en el VIII. — La Corte de Casación resolvió, con razón, según
sentido jurídico de la palabra, como sería la incompetencia territorial, sino me parece, que los matrimonios eran válidos60, pero las razones
de la ausencia completa y absoluta de poderes en la persona de quien ha obrado, que alegó carecen de valor. En derecho público francés, aun-
sin tener ningún derecho para hacerlo, en cualquier lugar que fuese. Debiendo
ser así anulados sus matrimonios, los defensores invocan a justo título el art. 201
del Código Civil (matrimonios putativos). Finalmente, cabe proporcionar una 1837, con las leyes del 23 marzo 1831 y del 5 mayo 1855; pero ni la ley
constancia de sus reservas a E. y a la señorita F., a fin de que puedan accionar del 18 julio 1837, ni ninguna otra disposición legislativa, sancionaron la nuli-
por daños y perjuicios contra el oficial del Registro civil". dad de estas prescripciones, y las nulidades no se p r e s u m e n . . . ' . No entendemos
discutir esta tesis desde el punto de vista de la validez de los actos del estado
59 Cfr. DUCROCQ, Études de droit public, ps. 364 y ss., y nota en " D a l l o z " , civil, sino que creemos deber descartarla en lo que concierne a los actos admi-
1883, 2, 49. En el mismo sentido, LAFERRIÉBE, op. cit., n, p. 506. Sin duda, nistrativos realizados por un delegado irregularmente designado. Con respecto
este autor declara su propósito de no discutir la tesis de la Corte de Casación a estos actos, no cabe preguntarse si la ley municipal o cualquiera otra ha
desde el punto de vista de la validez de los actos del estado civil, pero pronunciado o no la nulidad de la delegación hecha fuera de las prescripciones
demuestra fácilmente que el razonamiento de dicho tribunal descansa sobre erro- legales: esta nulidad es de derecho y entraña la de los actos realizados por el
res jurídicos: " T o d a v í a menos —dice— cabría aplicar a los actos administra- delegado, puesto que él era incompetente. Decir que una irregularidad en la
tivos realizados por un delegado incompetente la doctrina que la Corte de delegación —sobre todo cuando ella resulta de la incapacidad legal de quien,
Casación ha aplicado a los actos civiles, por una sentencia del 7 agosto 1835. la recibe— no tiene por efecto quitar al concejal designado por el alcalde la
La Corte, al reconocer en dicho fallo la ilegalidad de la delegación otorgada capacidad necesaria para reemplazarle, sería una proposición inexacta en dere-
por un alcalde a un concejal para llevar a cabo funciones de oficial del Regis- cho administrativo, pues no se t r a t a aquí de privar de una facultad a un agente
tro civil, ha resuelto sin embargo que los actos realizados por dicho delegada que la posee, sino de conferirla a quien no la t i e n e " .
eran válidos, por el motivo de que 'el poder de delegación está sometido en
su ejercicio a ciertas reglas, y que es voluntad del legislador que el alcalde «o El Tribunal de la Roche-sur-Yon (13 marzo 1883, " D . " , 1883, 2, 55),
ríga el orden que resulta de la combinación del art. 14 de la ley del 18 julio en un proceso análogo pero entablado por particulares, había resuelto más
hábilmente: " E l señor L. no es sino el décimotercer concejal... pero es
Los FUNCIONARIOS DE HECHO 357
356 TEORÍA GENERAL DE LA FUNCIÓN PÚBLICA

V. — <5? aplicación. Recaudación de los créditos públicos63


que piense otra cosa el mencionado tribunal, no es necesario
que las nulidades sean formalmente declaradas por la ley61. I. — Lógicamente, parece imponerse la nulidad de la re-
Los matrimonios debieron declararse válidos, por las si- caudación efectuada por un individuo que no fuese el agente
guientes razones: l 9 ) se trataba de un acto que favorecía a regularmente investido para la función64. Pero aun en esta
los terceros; 2*) éstos bien podían creer que la "delegación" circunstancia, es necesario admitir la validez, con respecto a
hecha a un concejal era regular, y no estaban razonablemente los terceros, de las recaudaciones realizadas por personas do-
obligados a comprobar si se cumplía la condición de hecho tadas de investidura irregular, pero admisible.
requerida para la regularidad de la delegación (orden de lista).
En los reglamentos de contabilidad y en la jurisprudencia
Los matrimonios celebrados por un alcalde irregularmente ele-
se declaran coincidentemente liberatorios, los pagos efectuados
gido, cuya elección se anula de inmediato, son válidos. Trá-
por los contribuyentes o, de manera general, por los deudores
tase, en verdad, del mismo caso, pues una delegación es un
del Tesoro, a los agentes públicos no investidos regularmente
nombramiento. El agente irregularmente delegado es, por lo
o aun a individuos que no son agentes públicos, siempre que
tanto, un agente cuyo nombramiento es irregular.
los deudores creyesen razonablemente que dichos individuos
IX. — Veamos ahora, en cambio, una hipótesis de "dele- son capaces de recibir el dinero por cuenta del fisco65.
gación" irregular, en la cual podría reprocharse a los terceros
el desconocimiento de la irregularidad. Ello sucede cuando la funcionario, la aptitud para reemplazarlo. Así, la delegación hecha a un con-
sejero de Gobierno para firmar la decisión aquí considerada (resolución regla-
"delegación" recae en un funcionario distinto del que señala mentaria) no era regular y, por consiguiente, está viciada de nulidad". Esta
la ley: verbigracia, el alcalde que "delega" sus funciones de solución es correcta y debería aplicarse a todos los actos, aun a aquellos que
oficial del Registro civil en el secretario de la Alcaldía. En benefician a terceros. E n efecto, en el caso citado, se podía razonablemente
exigir de los terceros el conocimiento del decreto de 1903; ellos debían conocer
este caso, los terceros deben saber que dicho funcionario no la irregularidad de la " d e l e g a c i ó n " . Cfr., también; Cons. de Est., 21 febre-
puede celebrar matrimonios en ninguna circunstancia de he- ro 1890, Mimieux, " R e c " , p . 2 0 1 ; supra, p . 336.
cho, pues entonces el matrimonio sería nulo 62 . 63 MARQUÉS DI BRAGA y C. LYON, Comptabilité de fait, en el " R é p e r t o i r e
du droit administratif", de BÉQUET, t. v n , ps. 75 y ss., n°" 200 y ss. Véase,
sobre todo, las ps. 78 y ss. y los n " 204 y ss.
preciso presumir, sobre todo mientras no se haya dispuesto lo contrario, que el 64 E n una nota de la primera presidencia de la Corte de cuentas (n° 49,
adjunto y los otros doce miembros del concejo elegidos antes que él, estaban del 24 diciembre 1879), el principio lógico se recuerda en términos de tal modo
entonces ausentes o impedidos. Por lo demás, la elección confiere a los conce- absolutos, que la solución de la nota no puede tenerse por exacta. Dícese allí:
jales una de las principales cualidades exigidas para llegar a ser oficial del " L a s leyes y ordenanzas relativas a la contabilidad de los municipios y esta-
estado civil, y los actos en los que habrían intervenido como consecuencia de blecimientos públicos indican formalmente que los recaudadores legalmente
una delegación hecha por error y de buena fe, serían solamente anulables según instituidos son los únicos que tienen derecho para cobrar y entregar recibos, y,
las circunstancias que se someterían a la apreciación y a la prudencia de según el a r t . 1239 del Código Civil, el pago, para ser válido, debe hacerse al
los tribunales. L a decisión contraria, lejos de garantir la tranquilidad de las acreedor, a su mandatario o a una persona autorizada judicial o legalmente.
familias, aportaría una perturbación profunda y lamentable. E l matrimonio de De donde se desprende que, cuando los deudores entregan las cantidades debi-
que se t r a t a . . . ha sido celebrado con todos los requisitos y con todas las das al municipio o a los establecimientos que no son legítimos recaudadores,
formalidades prescritas por la ley. Los esposos gozan de una posesión de no quedan válidamente liberados, y, por necesaria consecuencia, pueden ser
estado bien establecida. Por consiguiente, no hay motivo para pronunciar la perseguidos para el pago de sus deudas por el recaudador regular que repre- .
nulidad de su u n i ó n " . senta al municipio o al establecimiento acreedor". Esta fórmula es completa-»
«i GASTÓN JÉZE, Les principes généraux du droit adm., 3» ed., i, 1925, mente censurable. P o r u n a parte, comete el error, a mi juicio, de apoyarse
p . 84. en el a r t . 1239 del Código Civil, cuando sólo corresponde que intervengan los
«2 E n el asunto Delorme, resuelto el 29 noviembre 1912 ( " R e c . " , p . 1112), principios del derecho público. P o r otra, está concebida en términos demasiado
el Consejo de Estado ha decidido muy justamente, a nuestro juicio, que " e l absolutos, hallándose en contradicción con los reglamentos de contabilidad, con
decreto del 8 junio 1903, que determina las condiciones según las cuales puede la jurisprudencia y con la práctica administrativa, como veremos más adelante.
sustituirse al Gobernador general de Argelia, en caso de ausencia o impedi- 65 MARQUÉS DI BRAGA y C. L Y O N , Comptabilité de fait, op. cit., v n , p . 88,
mento, sólo h a conferido al secretario general, con exclusión de todo otro
358 TEORÍA GENERAL DE LA FUNCIÓN PÚBLICA LOS FUNCIONARIOS DE HECHO 359

II. — Son muy numerosos y variados los casos en que los Se precisa, en primer lugar, la buena fe del contribuyente, es
reglamentos de contabilidad o la jurisprudencia declaran libe- decir, su ignorancia del hecho de que el individuo carecía de
ratorios los pagos efectuados por los deudores del Tesoro pú- investidura legítima para recibir el pago. Es necesario, además,
blico, a una persona que no es el recaudador instituido e in- que el deudor haya podido considerar razonablemente capaz
vestido regularmente de la función. Las hipótesis que se pre- de recaudar por cuenta del fisco a quien recibió el pago; ésta
sentan en este caso, son más frecuentes que en cualquier otra es la condición para que la investidura de este último sea
materia. Sucede, en efecto, que la solución contraria, es decir, admisible.
la aplicación estricta del principio lógico, ocasionaría múlti-
III. — Veamos las principales consecuencias prácticas
ples trabas para el funcionamiento del servicio público de del principio:
recaudación de los créditos públicos. La recaudación rápida
1*) Es jurídicamente válido y liberatorio el pago hecho
de los mencionados créditos es un servicio esencial, del que
por un deudor del fisco al agente público vrregularmente nom-
depende la buena marcha de todos los demás servicios públicos.
brado, pero que ejerce públicamente sus funciones en los lo-
El dinero es el nervio de la guerra y de la paz. Los agentes cales oficiales, provisto de títulos y registros oficiales. La
públicos deben disponer rápidamente de los fondos necesarios anulación ulterior de su nombramiento no tendrá, con respecto
p a r a el funcionamiento de los servicios públicos. Es preciso, a las partes que efectuaron el pago, ninguna influencia jurídica
-entonces, evitar que, con cualquier pretexto, los contribuyentes sobre las recaudaciones efectuadas por él.
tengan la posibilidad de rehusar el pago de sus deudas. El
2*) La solución es idéntica en el caso de recaudación
espíritu de la legislación financiera francesa trata de que la
efectuada, por un contador, en las mismas condiciones de pu-
función de recaudar los créditos públicos se cumpla en la
blicidad y de buena fe, con posterioridad a su destitución. Así,
forma más rápida posible; en consecuencia, se niegan a los por ejemplo, es liberatorio el pago de contribuciones indirectas
deudores del fisco todos los medios dilatorios 66 . De conformi- efectuado al antiguo recaudador ambulante, cuya caja y libros
dad con esta tendencia 67 , se consideran jurídicamente válidos carecen de asiento oficial, cuando la Administración ha olvi-
los pagos efectuados razonablemente, de buena fe, a una per- dado retirar la credencial que deben llevar siempre los recau-
sona que no fuese el recaudador legítimamente competente. dadores ambulantes 68 .
3*) La misma regla se formula implícitamente, para el
n» 205: " L o s contribuyentes no están obligados, en principio, a verificar el caso de suspensión del recaudador, en la Instrucción general
carácter del presunto funcionario que provisto de los títulos y registros ha- del Ministerio de Hacienda, del 20 junio 1859. Este reglamento
bituales ejerce públicamente el cargo, en la sede normal de la Caja, o que
también continúa ejerciéndolo, aunque privado, por ejemplo, a raíz de una establece una amplia publicidad con respecto a la suspensión69.
destitución o una suspensión, de todo título legal. Incumbe a la Administración,
si quiere oponer eficazmente a las personas que pagan la falta de título del una hipótesis completamente diferente. Lo que interesa considerar principal-
recaudador, rodear las cesaciones de servicio, como las mismas designaciones, mente no es la " posesión del c r é d i t o ' ' , sino la bueno fe de la persona que paga
«de solemnidad, o, por lo menos, de suficiente publicidad. y la creencia razonable de que el recaudador estaba facultado para recibir el
6« Cfr., sobre este punto, GASTÓN JÉZE, Cours. élém. de se. des finances et pago. Conviene ser extremadamente prudente en la aplicación de las dispo-
•de léff. fin. francaise, 5» ed., 1912, ps. 272 y ss.; ps. 829 y ss. siciones del Código Civil a los problemas del derecho público. V. GASTÓN J É Z E ,
«7 Las soluciones expuestas en el texto se justifican por la teoría general Les principes généraux du droit administratif, 3* ed., ni, 1926, ps. 161 y ss.
de la función de hecho y por la idea del servicio público. De ordinario, se «8 MARQUÉS DI BRAGA y C. L Y O N , op. cit., p. 88, n» 205.
invoca el texto y el espíritu del art. 1240 del Código Civil, que establece: " E s «» Instrucción de 1859, art. 1310: " S i las irregularidades declaradas
válido el pago hecho de buena fe a quien se halla en posesión del crédito, pueden motivar la suspensión del recaudador, el receptor de Hacienda puede
aunque el poseedor legítimo sea s u p l a n t a d o " . MARQUÉS DI BRAGA y C. LTON, retirarle inmediatamente los valores de que fuese depositario, así como las
op. cit., ps. 78 y ss., n» 204. A pesar de la analogía de las situaciones, según listas, registros y documentos concernientes a los diversos servicios que tiene
mi parecer no cabe invocar este texto, cuya fórmula _es a la vez dema- en sus manos. Este receptor nombra entonces un gerente interino, y lo hace
siado amplia y demasiado estricta, y que evidentemente se la ha escrito para conocer al prefecto o subprefecto, según las reglas establecidas en el parágrafo
360 TEORÍA GENERAL DE LA FUNCIÓN PÚBLICA LOS FUNCIONARIOS DE HECHO 361

Re previene a los habitantes que el pago efectuado al recau- mental que constituye la base de toda la teoría; es preciso
dador suspendido no será válido. No obstante, a falta de esa facilitar el funcionamiento rápido del servicio público de la
publicidad, se admite que el pago efectuado de buena fe puede recaudación de los créditos del Estado. Es evidente que muy
considerarse jurídicamente válido 70 , lo que, por cierto, es a menudo, y especialmente en las grandes ciudades, resulta
muy razonable. materialmente imposible que el recaudador regular pueda
49) La jurisprudencia ha llegado todavía más lejos. realizar por sí mismo, personalmente, todas las funciones que
Son liberatorios con respecto al fisco, los pagos hechos de las leyes y reglamentos le encomiendan. Se ha necesitado, pues,
buena fe a una persona, a la cual se pudo razonablemente creer reconocer que no solamente serían válidos y obligatorios con
autorizada por el funcionario regular para recibir los pagos respecto al fisco, los pagos efectuados a los empleados del re-
por cuenta del fisco, aunque el contribuyente supiese perfec- caudador que fuesen agentes públicos, sino también los reali-
tamente que no se trataba del recaudador legítimo. Así, por zados por aquellos que no son más que sus agentes personales,
ejemplo, es jurídicamente válido y liberatorio el pago efectua-
do normalmente71 por el deudor a un empleado del recaudador designados y retribuidos por él, aunque no los hubiese confir-
legítimo. Esta solución es consecuencia de la noción funda- mado la Administración superior 72 .
siguiente, que t r a t a de las permutas de los recaudadores ( a r t . 1330). Un tes- Algunos, para justificar esta solución, invocan la idea de
timonio del sumario que comprueba la medida adoptada, queda en poder del mandato 73 .
funcionario suspendido en sus funciones; otra, la conserva el recaudador par- Esta justificación me parece inadmisible. En derecho
t i c u l a r . . . Independientemente de estas disposiciones, el receptor debe —bajo BU público francés, los funcionarios públicos no tienen facultad
responsabilidad—, el mismo día que ha suspendido a un recaudador por causa
para conferir a mandatarios libremente designados por ellos,
de desorden grave, notificar esta medida a cada uno de los alcaldes de la cir-
cunscripción, y requerirles informen inmediatamente a los habitantes del mu-
los derechos inherentes a sus funciones. La teoría del mandato
nicipio, por la vía más rápida, que, hallándose suspendido en sus funciones
civil no es aplicable, pues los casos de suplencia y de delega-ción
el recaudador, se abstengan de efectuarle el pago de la menor suma, aun contra son regulados por la ley. Por lo tanto, las soluciones arriba
l a entrega de un recibo por representación, bajo pena de pagar dos veces. E l
72 E n este sentido, MARQUÉS DI BRAGA y C. LYON, op. cit., p. 85, n» 205:
receptor de Hacienda debe adoptar toda clase de precauciones para justificar,
' ' La validez de los pagos efectuados por los particulares en las Cajas públicas,
llegado el caso, por un recibo de los alcaldes, que h a cumplido esta disposi- a los empleados y demás subalternos de los cajeros que atienden aquéllas, Be
ción l e g a l " . halla, en todos los casos, sometida a las mismas reglas, concebidas, desde el
70 MARQUÉS DI BRAGA y C. LYON, op. cit., p . 88, n ' 205: " I n c u m b e a la punto de vista de la validez de la liberación, en el sentido más amplio. Esta
Administración —si ella pretende oponer eficazmente a las partes que pagan liberación acompaña, no solamente a los pagos efectuados a los encargados
la falta de competencia del recaudador— rodear las cesaciones del servicio, funcionarios públicos, que obran en virtud de una verdadera "autorización
como las mismas designaciones, de una solemnidad, o, por lo menos, de una l e g a l " , no solamente a los pagos hechos a los mandatarios privados de los
publicidad suficiente. Desde el momento que la Administración suspende a cajeros, en razón de la validez de este mandato delegado que es una de las
un recaudador, debe, por su diligencia y por su cuenta y riesgo, retirarle los características de las funciones contables; sino también a los pagos hechos a
documentos y registros de que podría abusar para proseguir la recaudación, todas las personas que, a los ojos de los contribuyentes, tienen el aspecto exte-
y poner también en conocimiento de todos el cambio de situación de su man- rior de quien puede recibirlos. L a parte que paga no puede ser obligada, en
datario. . . A falta de estas precauciones y formalidades, los servicios públicos efecto, a cerciorarse de la existencia del mandato, público o privado, del indi-
no podrían —no en razón de la sola tenencia de los títulos de percepción por el viduo que, instalado en las oficinas y p r o v i s t o . . . de los documentos y de los
agente recaudador, sino de la especie de 'posesión de estado' que en el caso se libros y fórmulas habituales, ofrece todos los caracteres aparentes de un cajero
le asigna— negar el carácter liberatorio de los pagos". autorizado para el c o b r o ' ' .
71 E s preciso que el pago tenga lugar en condiciones nórmales; por ejem- 73 MARQUÉS DI BRAGA y C. LYON justifican esta solución por la idea del ¡
plo, en la sede oficial de la Caja, contra la entrega de un recibo extraído del mandato: " E s t e carácter liberatorio de los pagos —dicen— r e s u l t a . . . , no de
registro respectivo, etc. Los tribunales deberán apreciar si el pago se ha efec- la tenencia considerada en sí misma, de los títulos y registros de percepción,
tuado en condiciones normales. P o r eso, a mi juicio muy acertadamente, sino de la presunción del mandato para recibir pagos, que l a situación que
el Consejo de Estado ha resuelto (21 julio 1876, Ducatel, " R e c " , p . 701) acabamos de indicar hace nacer en beneficio de las personas que están en las
negar validez al pago realizado por un deudor en circunstancias de hecho oficinas oficiales y que desempeñan, por lo menos en sus apariencias exteriores,
anormales. V. infra, p. 362. las funciones de empleados y de c a j e r o s " .
362 TEORÍA GENERAL DE LA FUNCIÓN PÚBLICA LOS FUNCIONARIOS DE HECHO 363

mencionadas deben fundarse en la teoría de los funcionarios 1883 por el Tribunal de Conflictos, a propósito del pago efec-
de hecho. Repitámoslo una vez más: el Código Civil nada tiene tuado, en circunstancias anormales, a la esposa de un re-
que hacer aquí. caudador 76 .
La sección de Hacienda del Consejo de Estado, en dos
dictámenes del 8 octubre 1816 y 4 mayo 1822, aprobados por haber recibido el saldo de las contribuciones..., el apoderado del recaudador
el ministro de Hacienda 74 , declaró válido y liberatorio el pago debió entregar un recibo por representación y anotar marginalmente el pago
efectuado por un contribuyente a la esposa del recaudador. en las listas respectivas, lo que no ha hecho. E l recaudador no tiene derecho
a invocar, p a r a cubrir la malversación de los dineros públicos hecha por su
Evidentemente, el deudor sabía que no pagaba al recaudador agente, la inobservancia de las reglas de la contabilidad pública. En estas con-
legítimo. Si no obstante ello el pago se declaró liberatorio, fué diciones, el señor V. se ha liberado cálidamente con respecta al fisco... *'. Ha-
porque, en este caso, existía la presunción de que los fondos biendo apelado el recaudador, el Consejo de Estado (21 julio 1876, Ducatel,
'' R e c . ' ' , p. 701), de conformidad a las observaciones del ministro de Hacienda,
iban a la Caja pública y de que así pudo creerlo razonable- resolvió que: " P a r a pedir la anulación del apremio contra él entablado por
mente el contribuyente. vía administrativa, el señor V. se ha fundado en que había entregado la suma
de 300 francos, importe del saldo de las contribuciones, al señor G. padre, quien
Pero en todos los casos en que los pagos se hacen a per- habría pasado dicha cantidad, con indicación de su afectación, al señor G. hijo,
sonas que no son los recaudadores regulares, es necesario, apoderado del señor D., recaudador, y, además, en que estos hechos resultaban
para que el pago sea liberatorio con respecto al Tesoro pú- de los testimenios de los señores G., padre e hijo. Pero el señor V. no comprobó,
blico, que se haya efectuado en circunstancias normales, que ni por la presentación de un recibo reglamentario, ni por cualquier otro acto%
el pago del que se prevale, pago que no ha sido inscrito en los registros respec-
no solamente demuestren que quien pagó tenía buena fe, sino tivos. En estas circunstancias, procede dejar sin efecto la resolución del Conse-
también que pudo creer razonablemente que los fondos irían jo de p r e f e c t u r a . . . " .
a parar a las Cajas públicas. Por consiguiente, no es libera- 7« Trib. de Conflictos, 15 diciembre 1888, Moreau, " R e c . " , p. 986 (y la
torio el pago efectuado en circunstancias anormales. Así lo n o t a ) . Veamos las circunstancias de hecho: El señor M. se presentó en las ofi-
resolvió el Consejo de Estado en 1876, a propósito del pago cinas del recaudador para pagar sus impuestos; hallándose ausente dicho fun-
cionario, entregó a la esposa de éste la cantidad de 116 francos, para imputar
hecho, en circunstancias anormales, al padre del apoderado de al pago de sus contribuciones directas. La mencionada mujer no le dio constan-
un recaudador 75 . Tal es también la solución consagrada en cia alguna, pero al día siguiente el recaudador le hizo llegar una nota no firmada,
fechada y llevando el timbre correspondiente, en la que se hacía constar el pago.
En realidad, la suma entregada por el señor M. no fué ingresada en la Caja
74 En sus observaciones sobre el asunto resuelto por el Consejo de Estado pública. Posteriormente, el recaudador reclamó el pago de los 116 francos,
el 21 julio 1876, Duoatel, " R e c . " , p. 701 (v. infra, nota 75), el ministro por vía de apremio. P a r a evitar el embargo, el señor M. pagó, aunque bajo
de Hacienda hace referencia a estos dos dictámenes que declara haber sido protesta; y en seguida accionó por restitución ante el juez de paz, quien conde-
aprobados por sus predecesores, y que él también sigue. nó al recaudador a restituir la cantidad demandada. Promovida la apelación,
T5 Cons. de Est., 21 julio 1876, Ducatel, " R e c " , p. 701. He aquí las cir- el tribunal civil se pronunció en el mismo sentido. Habiendo reclamado el
cunstancias de hecho: El señor V. entregó la cantidad de 300 francos debida prefecto, el Tribunal de Conflictos resolvió que: " S i M., en apoyo de su deman-
por él en concepto de contribuciones directas, no al recaudador, ni al señor G. da, presentó una nota sin firma, con el timbre correspondiente... y fecha-
hijo, que él sabía era el apoderado de aquél, sino al señor G. padre, analfabeto, d a . . . , reconoció expresamente que dicho documento no tenía carácter liberatorio
quien entregó dicha suma a su hijo. Este pretendido pago no se inscribió en y, por ende, no podía descargarle de su deuda para con el fisco, puesto que
los registros respectivos, ni determinó la entrega de recibo alguno. El mismo (ulteriormente) se había hecho entregar un recibo regular, al abonarle al
señor G. hijo, malversó los fondos. Durante los procesos criminales entablados recaudador la cantidad r e c l a m a d a " .
contra dicha perfona ante la Corte de Assises, ella reconoció que los 300 fran- Se ha querido ver una contradicción entre la resolución del Cons. de Es-
cos le habían sido entregados por su padre. En atención a dichas circunstan- tado de 1876, Ducatel, y la decisión del Tribunal de Conflictos de 1888, Moreau
cias, estimando el recaudador que el pago efectuado era jurídicamente nulo, (MARQUÉS DI BRAGA y C. LYON, op. cit., ps. 87 y 88, n» 205). Según mi
no liberatorio, reclamó del contribuyente el pago por segunda vez de la suma en opinión, no hay nada de esto; y, sin duda, la solución del Tribunal de Con-
cuestión. Formulada oposición por el contribuyente, el Consejo de prefectura flictos hubiese sido diferente si las circunstancias del pago hubiesen sido
resolvió que el pago era liberatorio: " L a entrega de esta cantidad (300 normales, especialmente si la mujer del recaudador hubiese entregado al señor
francos) hecha al apoderado del recaudador con afectación de las contribu- M. un recibo en forma, extraído del registro por representación, o si el mismo
ciones, equivale a la entrega realizada al propio recaudador. Al instante de recaudador se lo hubiese enviado el día siguiente.
364 TEORÍA GENERAL DÉ LA FUNCIÓN PÚBLICA
LOS FUNCIONARIOS DE HECHO 365

Por lo contrario, me parecen criticables ciertas decisiones


de los tribunales judiciales, que. sin precisar las circunstancias riencias de un agente regular y cuando no puede reprocharse
de hecho, declaran válido y liberatorio el pago del precio de razonablemente a los terceros su ignorancia acerca de la falta
concesión en un cementerio municipal, efectuado al secretario de investidura legítima de esa persona (verbigracia, destitu-
de la Alcaldía 77 , alegando únicamente que el pago se hizo de ción o suspensión no hecha pública).
buena fe y que el mencionado funcionario era "un empleado Esta solución es absolutamente necesaria para el buen fun-
a quien todos consideraban mandatario de la misma munici- cionamiento de los servicios públicos y la exige el cuidado del
palidad". Eso no es suficiente78. crédito público. Ningún proveedor, ningún contratista serio
consentiría en tratar con los agentes administrativos, si estu-
VI. — 6? aplicación. Deudas contraídas por personas viesen expuestos a que se les opusiera posteriormente una irre-
no investidas regularmente de la función gularidad de investidura que no podían razonablemente cono-
cer. Admitir la solución contraria, equivaldría a alejar a los
I. — Para apreciar la validez de los actos jurídicos crea- contratistas y proveedores serios y honestos, o bien a incitarlos
dores de deuda, es preciso aplicar pura y simplemente los a aumentar los precios, a fin de precaverse de una eventual
principios generales que hemos expuesto. En otros términos, nulidad. En ambos casos, se comprometería el buen funciona-
el acto jurídico realizado por un individuo no investido regu- miento de los servicios públicos.
larmente del cargo (agente irregularmente nombrado, elegido,
destituido, suspendido, etc.), es válido con respecto a los ter- II. — Análoga solución se da para una hipótesis muy
ceros, cuando dicho individuo se presenta con todas las apa-
parecida, pero no idéntica. Trátase de aquella en que el agente
legítimamente investido de la función ha celebrado el acto,
77 Trib. civil de Pontoise, 12 abril 1883, Enghien-les Bains ( " E é p . Bé-
q u e t " , t. 7, p . 89, nota 1 ) : " L o s concesionarios han sido de buena fe en sus pero excediendo los límites de su competencia, verbigracia,
pagos y el municipio sería responsable, ante ellos, de las faltas de un empleado sin las autorizaciones legales. El exceso de poder sólo es
que se presentaba a los ojos de todos como el mandatario del propio munici- causa de nulidad jurídica del acto, cuando los terceros están
pio...". La Corte de apelaciones de París, en 29 junio 1886, confirmó la sen-
tencia, ' ' adoptando los considerandos de primera instancia''. razonablemente en condiciones de conocerlo y de verificarlo.
78 Es con razón, en cambio, que el Tribunal civil de Mayenne ha resuelto, Por ejemplo, un ministro compromete gastos sin crédito o
el 20 enero 1873, que, en caso de empréstito municipal regularmente autoriza- sobrepasa los gastos autorizados. Se admite que la sanción de
do, la entrega de fondos hecha al alcalde es irregular y no convierte a quien
hace el pago en acreedor del municipio. No hay aquí funcionario de hecho, esta irregularidad no puede ser la nulidad de la deuda, aunque
sino agente público incompetente. " S i los alcaldes están investidos... del el ministro haya excedido manifiestamente los límites de su
derecho de ordenar los gastos municipales, ningún texto les confia la facultad competencia legal. En efecto, en este caso, no se puede razona-
de inmiscuirse en la percepción de los recursos municipales y de expedir cons-
tancias; los arts. 62 y 65 de la ley precitada (del 18 julio 1837) invisten le blemente exigir de los terceros que comprueben antes de tratar
estas funciones, sea al recaudador municipal, sea, en su defecto, al receptor, con el ministro o su delegado, la existencia de los créditos o
cuya responsabilidad y solvencia están garantidas de manera especial por las la necesidad de no excederse de éstos79.
leyes de hacienda y los reglamentos de administración pública. Al e n t r e g a r . . .
la suma de 1.000 francos a l . . . alcalde, M. ha hecho un pago a una persona
que no tenía competencia para recibirlo. Por consiguiente, dicho pago no ha III. — En cambio, el acto jurídico creador de deuda es '
podido tener el resultado, según los términos de los arts. 1239 y 1241 (del
Código Civil), de obligar al municipio, a menos que el demandante pruebe jurídicamente nulo y la nulidad es oponible a los terceros,
que la suma por él pagada se ha empleado en beneficio del mencionado mu- cuando éstos debieron razonablemente conocer la falta de com-
nicipio o en las obras cuya ejecución él ha a u t o r i z a d o " . Estas últimas pala-
bras plantean otro problema: el de saber si la parte que pagó no tiene, contra
el municipio, otra acción que la derivada del contrato. V. infra. 79 JÉZE, Cours élémentaire de se. de finances, 5* ed., 1912, ps. 216 y ss.,
y supra, p. 318.
366 TEORÍA GENERAL DE LA FUNCIÓN PÚBLICA LOS FUNCIONARIOS DE HECHO 367

petencia del individuo con quien trataron 80 . Supongamos que IV. — La solución no es exactamente la misma en el caso
un proveedor celebra un contrato, para un servicio departa- de un funcionario regular, que ha incurrido en exceso de poder.
mental o municipal, con una persona que no es el prefecto ni Por ejemplo, el alcalde celebra un contrato municipal sin
su delegado legal, o el alcalde o su delegado legal, por ejemplo, haber obtenido la autorización del concejo municipal o la
con un jefe de secretaría de la prefectura o con el secretario aprobación de la autoridad prefectoral que en estos casos se
de la alcaldía. La inexistencia del contrato es evidente y opo- requieren por ley. En esta circunstancia, hay nulidad y no
nible al contratista: puede exigirse razonablemente a los pro- inexistencia jurídica. Hay vicio de incompetencia y no usurpa-
veedores que sepan que únicamente el prefecto o su delegado ción de función. Ambas eventualidades tienen un punto co-
legal, o bien el alcalde, tienen facultad para celebrar contratos mún: los terceros serán perjudicados por la irregularidad. Así,
para los servicios públicos departamentales o municipales 81 . pues, en caso de incompetencia, los contratistas pueden y
Supongamos ahora que algunos miembros de un concejo deben exigir del alcalde, antes de contratar, la justificación
municipal concluyen un empréstito por cuenta de la Muni- de que se sigue regularmente el procedimiento legal. Esta obli-
cipalidad, sin que eL concejo y las autoridades competentes gación no puede molestar a los proveedores o empresarios
discutan y aprueben dicho empréstito. El contrato respectivo serios, y, en esas condiciones, la nulidad no es más que la
se considera jurídicamente inexistente y la inexistencia es garantía del buen funcionamiento del servicio público83.
oponible a los prestamistas. No se trata, en este caso, de un
funcionario de hecho, ni de un funcionario incompetente; exis- VIL — ?'9 aplicación. Pagos efectuados, por cuenta de
te usurpación de función. Los prestamistas no podían ignorar un patrimonio administrativo, por una persona no
que las personas con las que trataban no tenían ningún dere- investida regularmente de la función
cho para contraer empréstitos en nombre del municipio 82 .
Deben preverse dos hipótesis: 1*) aquella en que el pago
80 Cons. de Est., 23 febrero 1921, de Boussac, " R e c " , p . 209: " N o
corresponde sino al m i n i s t r o . . . , en ausencia de toda delegación hecha a los
lo efectúa dicha persona, según el procedimiento del pago ad-
mencionados funcionarios (de la Intendencia), a este efecto, decidir, a título ministrativo, es decir, mediando orden o autorización regular
definitivo, el descuento del s u m i n i s t r o . . . " . Cons. de Est., 14 diciembre 1921, sobre un crédito legalmente abierto y con fondos públicos; 2*)
Hurteau, " R e c " , p. 1050 (la misma fórmula). Sin embargo, no es necesario
que la ' ' delegación'' tenga forma 3olemne: Cons. de Est., 23 diciembre 1920,
aquella en que el pago se realiza sin la observancia de dicho
May Bing, " R e c " , p. 1159; id., 11 enero 1922, Leroy, id., p . 23: " R e s u l t a procedimiento.
de los documentos agregados al expediente, especialmente de las cartas diri-
gidas al señor L., el 16 julio y el 3 y 15 agosto 1917, que el director del labo-
ratorio central de pólvora ha sido autorizado por el subsecretario de Estado de del Consejo de la fábrica: " L o s empréstitos contraídos por los miembros que
las fabricaciones de guerra para ofrecer al recurrente, a título transaccional, integraban entonces el Consejo de la fábrica, no se han efectuado respetando
un aumento de precio. La Administración jamás discutió que dicha autorización las formas legales. La construcción de la I g l e s i a . . . tenía el carácter de una
se hubiese concedido a este jefe de servicio. El señor L. ha aceptado esta obra pública: la jurisdicción administrativa era, pues, la única competente,
propuesta. E n estas circunstancias, aunque el acta preparada por el servicio no solamente para apreciar si las sumas entregadas por los demandantes han
de pólvora no haya sido finalmente firmada por el ministro, debe estimarse sido empleadas en estos trabajos, y en qué medida la fábrica ha aprovechado de
que el Estado ha concluido con este contratista un convenio definitivo cuyo dichas obras, sino también para estatuir acerca de la responsabilidad que podía
cumplimiento está autorizado para d e m a n d a r " . resultar de ahí para la f á b r i c a " .
81 Otra cuestión distinta es la de saber si el proveedor no tendrá, en el 83 Si se decidiese que el contrato celebrado por un alcalde sin el acuerdo
caso de acto inexistente jurídicamente, una acción contra el patrimonio admi- del concejo municipal es jurídicamente válido (salvo la responsabilidad
nistrativo departamental o municipal. Lo único cierto es que esta acción no personal del alcalde) y obliga al patrimonio municipal, dependería de aquél
es la acción del contrato. V. infra. forzar en el hecho al municipio a la ejecución de obras cuyo importe excediere
82 Esta solución ha sido dada por el Tribunal de Conflictos, el 9 diciembre de sus recursos. La cuestión de saber si los terceros y el propio alcalde tienen
1882, Fabrique de Saint-Louis de Roanne, " R « c " , p. 1017, a propósito de alguna acción contra el patrimonio municipal, es completamente distinta. En
un empréstito contraído, por cuenta de una fábrica, por varios miembros todo caso, ésta no es la acción del contrato. V. infra.
368 TEORÍA GENERAL DE LA FUNCIÓN PÚBLICA LOS FUNCIONARIOS DE HECHO 369

I. — ler. caso. Pago efectuado en virtud de orden o auto- las cajas respectivas una vez que se han observado todas las
rización, con fondos públicos, por un individuo que carece de formalidades prescritas por las leyes y reglamentos. Ésta es
investidura regular. — Este pago produce, en principio, todos la condición esencial del buen funcionamiento de los servicios
los efectos jurídicos del pago efectuado por el agente legítimo, públicos.
en virtud de orden o autorización. Debe considerarse que la
parte a la cual se paga, ha recibido jurídicamente lo que se le II. — 29 caso. Pago efectuado sin orden ni autorización,
debía. En efecto, provista de una orden o autorización regular, con fondos públicos**.
pudo razonablemente creer que quien le pagó, en circunstan- Efectuándose, en este caso, el pago con fondos públicos,
cias normales y con fondos públicos, tenía la facultad de dis- sin dificultad cabe declarar, en todas las circunstancias, sea
poner de los fondos de la caja pública. Se aplicarán en este quien fuere el que lo hubiese hecho, que con respecto al fisco,
caso las soluciones y la argumentación desarrolladas más arri- el pago no es válido, pues los fondos han salido irregularmente
ba, para el caso del pago84. Por consiguiente, no resulta posible, de la caja pública. La Administración puede reclamar a quien
en principio, que el agente regular reclame a la parte que recibió el pago, la restitución de los fondos que le fueron-entre-
recibió el pago, la restitución de la suma pagada normalmente gados irregularmente. La parte que recibió el pago no puede
en virtud de orden o autorización legales. Verbigracia: el pago alegar que se ha limitado a recibir lo que se le debía, y que lo
efectuado en virtud de una orden por un contador irregular- hizo de buena fe. A nadie le está permitido ignorar que el
mente nombrado, que ha renunciado, o bien, retirado y no pago de las deudas administrativas se efectúa por orden o por
mantenido en funciones, o destituido o suspendido. autorización. No basta que un acreedor posea un título indis-
Sin embargo, hay que hacer una excepción en el caso en cutible (sentencia pasada en autoridad de cosa juzgada, por
que el tercero debió saber razonablemente que la persona que ejemplo) para que reciba legalmente un pago. La buena mar-
le hizo el pago no estaba investida regularmente de la función. cha de los servicios públicos exige que el crédito se compruebe
Por ejemplo, en el caso de suspensión, cuando la Administra- y liquide administrativamente y, además, que se abone previa
ción ha advertido al público de la medida que inhabilitaba al apertura de un crédito, sobre el que se hará la imputación
funcionario, se podrá reprochar a la parte que recibe el pago, legal, y previo examen de un contador 86 . Los terceros no pue-
el hecho de haberlo aceptado del agente suspendido, estando den razonablemente alegar que creían que los fondos públicos
la Administración en condiciones de exigir la restitución de podían salir regularmente de las cajas públicas sin seguir este
los fondos respectivos. procedimiento, es decir, sin orden ni autorización. Kepitamos,
En el hecho, la cuestión no se planteará ordinariamente. una vez más: la buena marcha de los servicios públicos exige
Prácticamente, la Administración no tiene interés en hacer que se siga estrictamente el procedimiento legal.
reingresar en las cajas públicas los fondos que han salido de La argumentación es la misma sea cual fuere el autor del
ellas en virtud de una orden o de una autorización regulares, pago: usurpador de función, funcionario de hecho (contador
con imputación a un crédito regularmente abierto. En efecto,
apenas reingresados, los fondos deberían salir nuevamente, 85 Si el pago se hubiese hecho con fondos privados, se trataría de un
ante la presentación por el agente regular de la orden o de problema muy diferente. En ese caso cabría investigar: 1») si el acreedor .
la autorización. está obligado a recibir su pago de otro modo que por orden o mandato expe- '
didos contra la caja de un contador oficial; 2*) en el caso en que haya
Pero si, por excepción, apareciese ese interés práctico, el aceptado el pago hecho por un simple particular que paga con sus fondos
derecho de exigir la restitución no podría discutirse. La buena privados, qué relaciones existen entre la Administración y la parte que recibe
norma dispone que los fondos públicos sólo pueden salir de el pago, la parte que paga. Éstos son problemas que no conciernen a los fun-
cionarios de hecho.
84 V. supra, ps. 357 y ss. 86 JÉZE, Cours élémentaire de se. des finances, 5» ed., 1912, ps. 206 y SB.

Jéze, Der. adm., II1. 24


370 TEORÍA GENERAL DE LA FUNCIÓN PÚBLICA LOS FUNCIONARIOS DE HECHO 371

destituido, etc.) o contador investido regularmente. Sin em- juez de ellos. Debido a la forma ilusoria con que los ha reves-
bargo, procede hacer un distingo. En el caso de usurpación de tido, sólo él y los que le ayudaron en sus maniobras pueden
función no sólo puede reprocharse a la parte que recibió el conocer el destino de dichos gastos" 88 . El mero hecho de no
pago, el hecho de recibirlo sin orden o autorización, sino tam- existir orden de pago contra la caja del contador legítimo,
bién aceptarlo de una persona no investida regularmente. El advierte necesariamente & las partes que reciben los pagos de
pago será, por lo tanto, inexistente jurídicamente, debiendo
la existencia de graves irregularidades.
aplicarse el régimen de la inexistencia (v. supra, p. 313).
El pago será simplemente nulo cuando lo realizase un funcio- La sanción de la irregularidad debe ser enérgica a este
nario de hecho o el contador regularmente investido) corres- respecto; así lo exigen la lógica y el interés del servicio pú-
ponde aplicar entonces el régimen de la nulidad. blico. Es preciso, pues, afirmar claramente que los fondos per-
cibidos son fondos públicos y que los terceros que lor> han
El caso práctico lo constituye la orden ficticia frecuente
en las Administraciones locales, en particular, en la Adminis- recibido en esas condiciones, en pago de suministros entre-
tración municipal. Al amparo de un mandato, regular en apa- gados o de trabajos realizados, no pueden quedarse con ellos;
riencia, apoyándose en justificaciones falsamente establecidas, tienen la obligación de restituirlos. No siendo el pago jurídica-
verbigracia, en memorias que se refieren a gastos simulados, mente oponible al fisco, la Administración puede reclamar l a
recibos supuestos, certificaciones y declaraciones falsas87, un restitución de los fondos pagados 89 .
individuo, un alcalde, por ejemplo, saca de las cajas públicas
una determinada suma de dinero, que emplea para pagar en II
seguida, por sí solo o ayudado por cómplices, gastos de interés
público, pero sin seguir el procedimiento establecido para los Épocas anormales
gastos públicos, es decir, sin observar las reglas relativas a
apertura de créditos, compromiso formal, liquidación, orden Veamos ahora los casos de crisis política o social: guerra
de pago y, finalmente, pago por el contador regularmente in- civil, revolución, rebelión, motín, etc.
vestido. En los hechos, raramente estas prácticas tienen una
finalidad deshonesta. Por lo general, quien libra una orden o El principio es el mismo. Los actos realizados por los fun-
un mandato ficticios, trata solamente de prescindir de autori- cionarios de hecho, es decir, por las personas que tienen una
zaciones que estima inútiles o de esquivar formalidades que investidura irregular, pero admisible, son jurídicamente váli-
juzga arbitrarias y vejatorias. Es necesario, no obstante, re- dos para los terceros.
primir rigurosamente estas prácticas. En efecto, en virtud de Veamos algunas aplicaciones de este principio.
ese recurso, "la persona que libra una orden ficticia en aque-
llas operaciones minuciosamente consideradas cuya ejecución 88 Discurso de PETITJEAN, op. y loe. cits
se confía a su fidelidad y buena fe, sustituye gastos mediante 89 No consideramos la cuestión de las relaciones de la Administración con-
el autor del mandato ficticio, que constituye el problema de la responsabilidad
su autoridad privada, convirtiéndose en único apreciador y penal y civil de este último y de sus cómplices. Se impone, en este caso, apli-
car a los que así manejaron los fondos públicos, la teoría financiera de l a
contabilidad de hecho u oculta, con i odas sus consecuencias ( J É Z E , Cours élém. '
87 Tal es la definición dada por el procurador general de la Corte de
de se. des finances, 5* ed., 1912, ps. 259 y ss.). Es preciso comprender bien
Cuentas, PETITJEAN, en un discurso pronunciado en la sesión aolemne del 3
que la teoría de la contabilidad de hecho concierne a la responsabilidad, con
noviembre 1877. Cfr., también, el discurso del procurador general AUDIBERT, respecto a la Administración, de los que han manejado los fondos públicos, pero
del 3 noviembre 1881. Estos discursos están reproducidos in extenso en la no interesa directamente a los terceros, a las personas que recibieron los vagos.
obra del MARQUÉS DI BRAGA y C. LYON, Comptábilité de fait, op. cit., vn, ps. La situación jurídica de estas últimas no está regulada por la teoría de l a
100 y ss., n» 219, nota 1. contabilidad oculta, sino que debe serlo como se ha dicho en el texto.
372 TEORÍA GENERAL DE LA FUNCIÓN PÚBLICA LOS FUNCIONARIOS DE HECHO 373

I. — P aplicación. Los gobernantes de hecho90. II. — La aceptación general del hecho consumado será
tanto más fácil y la investidura tanto más admisible cuando
I. — En Francia, un principio de derecho público, consa- los individuos que asumen el gobierno de hecho son los mismos
grado por numerosos precedentes, establece que los individuos que ya participaban, de manera activa, en el gobierno del país.
que, a consecuencia de una revolución, se apoderan del poder Es por ello que, en Francia, a consecuencia de revoluciones
y asumen el gobierno del país, encuentran, en el asentimiento que modificaron gravemente la forma del gobierno, la Cámara
casi general o en la pasividad general, así como en el ejercicio
pacífico y público de la función, la investidura admisible nece- dad de un gobierno para representar al Estado en las relaciones internacio-
saria para la validez de sus actos. nales, no depende de ninguna manera de la legitimidad de su origen. El usur-
Este principio se basa en una necesidad social: asegu- pador que en el hecho detenta el poder con el asentimiento expreso o tácito
de la nación, actúa y concluye válidamente en nombre del Estado tratados que
rar la marcha de los servicios públicos del modo más regular el gobierno legítimo restaurado está obligado a r e s p e t a r . . . " . La única cues-
y continuo que sea posible; impedir que la colectividad caiga tión es la de saber si " u n gobierno aun interino o provisional ha dado pruebas
en la anarquía. Cuando las autoridades públicas regular- de vitalidad y ejercido el poder en el hecho, de modo indiscutible, sin hallarse
en conflicto con un gobierno legítimo coexistente" (DESCAMPS y L. RENAULT,
mente investidas han desaparecido, a consecuencia del triunfo Rec. intern. des traites du xx» siécle, 1901, p. 396).
de una revolución, o cuando son incapaces de hacer funcionar Louis ANDERSON, Rapport au Ser. Congrés scientifique panaméricain á
los servicios públicos esenciales, se plantea una alternativa te- Lima (20 diciembre 1924-6 enero 1925) (Year book, 1925, Carnegie Endow-
mible : la anarquía o el gobierno de hecho. ment for international peace, p. 105): " L o s actos políticos y jurídicos de un
gobierno de hecho general, firmemente establecido, son actos del Estado; las
He ahí la justificación del valor jurídico de los actos obligaciones que de ellos dimanan incumben al Estado, aun en el caso de
realizados por los gobernantes de hecho. Conviene señalarlo cambio de gobierno". En consecuencia, las deudas contraídas por un gobierno
bien: los gobernantes de hecho no son usurpadores. Ellos tienen de hecho son deudas del Estado y no deudas del régimen. Véase GASTÓN
JÉZE, Cours de se. des fin., 6» ed., Théorie genérale du crédit publie, 1922, ps.
un título, una investidura. Esta investidura es irregular, pero 302 y ss.; A. N. SACK, Les effets des transformations des États sur leurs dettes
admisible. Consiste en la aceptación general del hecho consu- publiques et mitres obligations financiéres, 1. Dettes politiques, 1927, ps. 6 y ss.
mado, que de ordinario se da en la forma pasiva de no protesta. Los tribunales de un Estado tienen la facultad de declarar la validez de
Dicha aceptación general se inspira ante todo en el sentimien- los actos jurídicos realizados por un gobierno de hecho extranjero, aunque este
último no haya sido reconocido por su propio gobierno. En sus conclusiones
to de la necesidad social, en el temor que infunden peligros ante la Corte de París, el 9 julio 1891 (CLUNET, Journ. droit int. privé, 1891,
más temibles. El deseo general de la inmensa mayoría de los ps. 893 y ss.), el abogado general SAKRUT (luego, primer presidente de la Corte
individuos es impedir la anarquía, mantener en el país, a toda de Casación) ha sostenido la afirmativa (v. infra). La negativa ha sido admi-
tida por las Cortes inglesas en el asunto Luther-Sagor. En 1918, el gobierno
costa, el orden y la paz públicos. Tal es el título del gobernante bolchevique (sentencia del Consejo de los comisarios del pueblo, del 20 junio
de hecho91. 1918) había declarado propiedad de la República los establecimientos indus-
triales; en 1919, en consecuencia, había despojado a un señor Luther de
8* Cfr. A. ROUGIER, Les guerres civiles et le droit des gens, París, 1903; ' ' stocks'' de madera, que habían sido vendidos a la Compañía Sagor, por el
ROMANO, La instaurazione di fatto di un govemo costituzionale e la sua jefe de la delegación comercial rusa en Londres (contrato del 14 agosto 1920).
legittvmazione, " A r c h i v . Giuridico", 1902; LARNAUDE, Les gouvemements de El señor Luther llevó su reclamación ante los tribunales ingleses. El decreto
fait, op. cit., en la " R e v u e Gen. de Droit Int. P u b l i c " , 1921, ps. 457 7 as.; del 20 junio 1918, ¿era válido para los tribunales ingleses? El 22 diciembre
S. GEMMA, Les gouvemements de fait, en el "Recueil des Cours de l'Académie 1920, el juez inglés ROCHE resolvió que, no habiendo el gobierno británico
de Droit I n t e r n a t i o n a l " , 1924, 111 (t. iv de la Colección); ps. 297 y ss. (se reconocido al soviético, la confiscación no era válida para los jueces in-
ocupa, sobre todo, del derecho internacional público) ; SANDER, das Faktum gleses, cualquiera fuese su valor jurídico en Rusia. E n su resolución del
der Bevolution und die Kontinuitát der Bechsordnung, en ' ' Zeitschrift für óff. 22 diciembre 1920, el juez inglés ROCHE había dicho: " a ) ' S i un gobierno
R e c h t " , Viena, 1919. extranjero es reconocido por el gobierno de este país (Inglaterra), los sub-
»i En derecho internacional público, la opinión hoy unánime es la de ditos y los tribunales de este último pueden y deben reconocer la soberanía
que el gobierno de hecho, que se ha sustituido al gobierno regular, realiza actos del gobierno extranjero, así como la validez de sus actos; b) si un gobierno
jurídicos obligatorios para el Estado. E n una sentencia dictada en Rapperschwyl, extranjero o su soberanía no son reconocidos por el gobierno de este país (In-
el 5 julio 1901, el Tribunal arbitral franco-chileno ha resuelto: " L a capaci- glaterra), un tribunal judicial de este último no tiene la facultad, o al
374 TEORÍA GENERAL DE LA FUNCIÓN PÚBLICA LOS FUNCIONARIOS DE HECHO 375

popular, sea cual fuere su nombre, ha intentado muy frecuen- aceptación general del hecho consumado; 39) la trasforma-
temente asumir el gobierno de hecho. Tan convencida estuvo eión en gobierna regular, mediante elecciones o plebiscito. Lo
de la evidencia del asentimiento del país, que no dudó de la esencial es que estas elecciones, o este plebiscito, aunque se
regularidad jurídica de su intervención. En verdad, el origen efectúen bajo un régimen de terror o de fuerte presión, expre-
electivo de sus miembros contribuía a dar un carácter admi- sen la voluntad nacional 93 .
sible a la investidura del gobierno de hecho. Pero también es V. — Consideremos los dos primeros actos.
indudable que las elecciones de las cuales la Cámara había A este respecto, resulta muy característica y demostrativa
surgido, hacía mucho tiempo que se habían realizado. Los la formación del Gobierno de Defensa nacional, a consecuencia
electores no se habían pronunciado, evidentemente, acerca de de la revolución del 4 setiembre 1870.
la revolución. No obstante, ya habían expresado su confianza, ler. acto. El golpe de fuerza. — El domingo 4 de setiembre
lo que, por cierto, puede hacer admisible la investidura. de 1870, a la una de la madrugada, el ministro de Guerra,

I I I . — Cualquiera que fuese el origen de los gobernantes una Administración pacífica, con el asentimiento del pueblo durante un período
de tiempo sustancial, no llega a ser un gobierno de hecho si no obra de con-
de hecho, la aceptación general del hecho consumado es siem- formidad a una Constitución anterior, equivaldría a sostener que, según las
pre el título de investidura invocado. Por otra parte, suele dár- reglas del derecho internacional, una revolución contraria a la ley fundamen-
sele una interpretación tendenciosa. La no protesta se consi- tal del gobierno existente no puede establecer un nuevo g o b i e r n o " (Arbitration
between Great Britain and Costa-Rica, en " T h e American Journal of Inter-
dera una manifestación de voluntad expresa, y aun entusiasta, national L a w " , 1924, xvín, p . 154).
en favor de los revolucionarios. Este título, manifiestamente 93 LARNAUDE (op. cit., p. 495) escribe al respecto: " L o que interesa y es
irregular, es, no obstante, admisible, con tal de que exista esencial para que exista un gobierno legal, es que el país sea regularmente con-
realmente, es decir, con tal de que no haya protesta general 92 . sultado. . . Sólo hay, pues, gobierno de hecho, cuando la fuente única del
poder se halla en la insurrección contra las autoridades legales o en el golpe
de Estado, sin que al país se lo consulte en forma constitucional... El gobier-
IV. — El drama consta siempre de tres actos: l 9 ) el golpe no de hecho general es, ante todo, un gobierno que no ha recibido la consagra-
de fuerza; 29) la trasformación en gobierno de hecho por la ción formal de la consulta popular regular, constitucional. Pero, además, es
un gobierno obedecido; si no existe obediencia, no podría haber gobierno de
menos no tiene necesidad, o no tiene la obligación, de tomar en cuenta o de hecho g e n e r a l . . . Es preciso, finalmente, . . . que el gobierno de hecho sea obe-
decido en todos los puntos o en la mayoría de los puntos del territorio sobre
Teconocer a dicho gobierno extranjero o su soberanía".
el que ejerce el Estado su poder soberano".
Se apeló ante la Corte respectiva. Pero antes de que la Corte fallase, el
gobierno británico firmó con el gobierno soviético el tratado comercial del 16 j Cómo puede tener lugar una consulta popular regular, constitucional,
marzo 1921, que reconocía a este último como gobierno de hecho de Eusia. toda vez que la Constitución en vigor ha sido derogada por la Revolución, por
E n estas condiciones, la Corte de apelaciones resolvió, el 12 mayo 1921, que el golpe de Estado triunfante T
" p r o c e d í a considerar los actos del gobierno soviético con todo el respeto que Según LARNAUDE (p. 479), " e l funcionamiento de los gobiernos de hecho,
merecen los actos de un Estado soberano debidamente reconocido: realizados como su organización, están dominados por la idea de que las funciones supre-
por el soberano legítimo, dichos actos escapan completamente y sin reserva mas se hallan concentradas en un solo órgano, colegiado o unitario, que se
fija a sí mismo sus reglas de acción".
alguna a la censura de las Cortes y tribunales del Eeino U n i d o ' ' .
Sobre este asunto, véase: MAC NAIR, Judicial recognition of States and Por tanto, parece que, según LARNAUDE, la consulta popular es regular y
constitucional si se hace de conformidad a las reglas establecidas por el
governments, en " B r i t i s h Year Book of Intern. L a w " , I^ondon, 1921-1922,
mismo gobierno de hecho.
ps. 60 y ss.; R. IDELSON, La révolution bolchevique et le statut juridigue des
Esto es exacto. Pero, ¿por qué hablar de legitimidad! Allí, no hay mas-
Busses, en " J o u r n . Droit I n t . " , 1924, ps. 30 y ss.; LAGARDE, La reconnaissan-
que la fuerza. Como escriben los autores de derecho internacional público, " l á
ce dv, governement des Soviets, Paris, 1924; S. GEMMA, Les gouvernements legitimidad o la legalidad del origen de un gobierno, carece de i m p o r t a n c i a "
ae fait, op. cit., ps. 393 y ss. (PASQUALE FIORE, Nouveau droit international public, 2* ed. francesa ( A N -
92 En derecho internacional público, en el arbitraje entre Inglaterra y TOINE), 1885, I, n» 322; C. WIESSE, Le droit international appliqué aux guerrea
Costa Bica, a propósito de la ley n* 41, del 22 agosto 1922, de este último civiles, op. cit.; conclusiones del abogado general SARRUT, ante la Corte de
país, que había anulado todos los contratos celebrados por el gobierno de París, 9 julio 1891 (CLUNET, " J o u r n . Droit Int. P r i v é " , 1891, ps. 983 y ss,).
TINOCO, desde 1917 a 1919, Mr. W. H. TAFT, anciano presidente de los Esta- V. infra.
dos Unidos, expresó: "Sostener que un gobierno que se establece y mantiene
376 TEORÍA GENERAL DE LA FUNCIÓN PÚBLICA LOS FUNCIONARIOS DE HECHO 377

conde de PALIKAO, comunicaba al Cuerpo legislativo la capi- tarde expresaba: "Ciudadanos, habéis comprendido que el or-
tulación de Sedan. JULES FAVRE y cierto número de diputados den es la más grande de las fuerzas...".
republicanos y de la izquierda, pidieron inmediatamente a la Pero la exhortación de GAMBETTA fué interrumpida. La
Asamblea que proclamase la caída del Imperio y nombrase muchedumbre invadió la sala, adoptándose las resoluciones
"una comisión de gobierno a la que se investiría de todos los decisivas en el edificio de la Municipalidad. Tales resoluciones
poderes gubernativos y que tendría por misión expresa resistir fueron: la caducidad del Imperio, la proclamación de la Re-
por todos los medios posibles la invasión y expulsar al enemigo pública, la constitución del Gobierno de Defensa nacional,
del territorio nacional". Por su parte, el Gobierno propuso compuesto por los diputados que representaban a París
crear, por ley, un "Consejo de gobierno y de defensa nacional, (THIERS no aceptó formar parte de él) y el general TROCHU.
compuesto de cinco miembros, nombrados por las Cámaras, Aun en ese momento, vuelve a sentirse la preocupación de
siendo nombrados los ministros por los miembros de dicho dar al nuevo Gobierno un título de investidura admisible-, el
Consejo". Finalmente, THIERS pidió que la Cámara designase título invocado es la voluntad del pueblo y la aceptación del
una comisión de gobierno y de defensa nacional, a la espera hecho consumado. Es el pueblo —se repite— quien hizo la
de la convocación de una Asamblea constituyente. Todas estas revolución; es el pueblo quien ha nombrado, por aclamación,
proposiciones eran inconstitucionales; el título de investidura el gobierno provisional?4. En realidad, el 4 setiembre 1870, el
de estas comisiones habría sido evidentemente irregular. Sin pueblo sólo era un puñado de hombres resueltos que, por un
embargo, el Cuerpo legislativo no dudó un instante de su golpe de fuerza, provocaron la caída del Imperio, proclamando
poder. Acto seguido levantóse la sesión para permitir que la la República y constituyéndose en Gobierno de Defensa nacio-
comisión correspondiente examinara las proposiciones e hicie- nal. Jurídicamente, eran usurpadores.
ra llegar luego el dictamen respectivo. 2° acto. Trasformación en gobierno de hecho. — El título
Al reanudarse la sesión la muchedumbre había invadido de los hombres del Gobierno de Defensa nacional existió cuan-
las tribunas públicas del Palacio Borbón, a los gritos de ¡Aba- do la población francesa aceptó o soportó el hecho consumado.
jo el Imperio! ¡Viva Francia! ¡Viva la República! Entonces En virtud de esta aceptación, la investidura, aunque era irre-
los hombres de orden se esforzaron en lograr, para el gobierno gular, se convirtió en admisible. De ese modo, los hombres de
de hecho que se preparaba, un título de investidura que cre- dicho Gobierno llegaron a ser gobernantes de hecho, dejando
yeron regular: a saber, la investidura otorgada por los elegidos de ser usurpadores.
por el país, vale decir, por el Parlamento y sólo por él. En este La aceptación tácita no solamente la dio la población pa-
momento, como sucede siempre en Francia en períodos de risiense, sino también, la parte que aun quedaba del Cuerpo
revolución, nadie pensó en el Senado. legislativo.
A fin de obtener un título de investidura, que a todos Resultan muy curiosas, a este respecto, las negociaciones
parecía regular, los diputados CRÉMIEUX y GAMBETTA, y que se entablaron entre el Gobierno de Defensa nacional y el
SCHNEIDER, presidente de la Asamblea, exhortaron a la multi- Cuerpo legislativo, el 4 setiembre 1870.
tud para que permitiese votar al Cuerpo legislativo. "Una de »•* Proclama al pueblo francés hecha por el Gobierno de Defensa na-
las condiciones primarias para la emancipación de un pueblo cional, el 4 setiembre 1870: "¡Franceses! El pueblo se ha anticipado a la ;
Cámara, que vacilaba. Para salvar a la patria en peligro, ha pedido la Repú-
—decía GAMBETTA— es el orden y la legalidad... ¿Queréis blica, j ha puesto a sus representantes, no en el poder, sino en el peligro... " .
que procedamos con legalidad? Pues si eso es lo que deseáis, Proclama a los habitantes de París, del 4 setiembre 1870: " \ Ciudadanos
si así lo quiere Francia, si vosotros lo queréis, es preciso de París! La República ha sido proclamada. Un gobierno ha sido nombrado por
aolamacvón. Se compone de los ciudadanos..., representantes de París. Al gene-
afrontar un compromiso solemne..., dejando que la delibe- ral Trochu se le han conferido plenos poderes militares para la defensa nacio-
ración prosiga con plena libertad". Algunos instantes más nal, habiéndosele llamado a la presidencia del Gobierno... " .
378 TEORÍA GENERAL DE LA FUNCIÓN PÚBLICA LOS FUNCIONARIOS DE HECHO 379

En la primera reunión, celebrada en la sede de la Presi- tes votos para que vuestros esfuerzos logren éxito en la defensa
dencia, y presidida por M. H.. LEROUX, a la que sólo concu- de París... Estos votos, los expresamos impulsados por el
rrieron algunos representantes, un diputado, que formaba par- amor a nuestra patria, porque vuestro éxito sería el de ella".
te del nuevo Gobierno, GARNIER-PAGES, invitó al Cuerpo le- JULES FAVRE no se engañaba. Luego de agradecer a THIERS
gislativo a reconocer formalmente al Gobierno provisional ins- los votos que había expresado "por el éxito de nuestra empre-
talado en la Municipalidad. BUFFET rechazó con indignación sa", agregó: "Estas patrióticas palabras obligan a vuestros
esta investidura y protestó enérgicamente por la situación vio- departamentos, cuyo concurso nos es necesario para la obra de
lenta en que se colocaba a la Asamblea. La mayoría fué menos la Defensa nacional".
intransigente. "Vista la vacancia del poder", ella "nombra Pero si el Gobierno provisional se constituía sin el Cuerpo
una comisión de Gobierno y de Defensa nacional". Además, legislativo, ¿qué iba a ser de este último? Tal fué la cuestión
envió delegados para que se entendieran con los diputados re- que planteó entonces un diputado, iniciándose la discusión no
unidos en la Municipalidad. Algunas horas más tarde, el Cuer- bien partieron los delegados del Gobierno provisional. En esas
po legislativo, o, para ser más exactos, los pocos diputados que circunstancias, THIERS hizo una declaración aun más clara en
representaban a esta Asamblea, disuelta de hecho, celebraron favor del Gobierno de hecho que acababa de constituirse. Es
una segunda reunión. JULES FAVRE, miembro del Gobierno indudable que no tendía a reconocerlo; pero, no obstante,
provisional, solicitó entonces al Parlamento que reconociese exhortaba a sus colegas a no combatirlo, a fin de no trabar
el hecho consumado. su acción. "Si no hice preguntas a FAVRE y SIMÓN, fué porque
"En este momento —dijo— existen hechos consumados; de ese modo hubiese reconocido al Gobierno que surgía de las
un gobierno, impuesto por circunstancias que no hemos podido circunstancias. Antes de reconocerlo, sería necesario resolver
prever, gobierno del cual nos hemos convertido en colabora- ciertas cuestiones de hecho y de principios, que no nos con-
dores . . . No podemos modificar nada de lo que ya se ha hecho. viene tratar ahora. Combatir hoy a dicho Gobierno sería anti-
Si queréis darnos vuestra ratificación, os quedaremos muy re- patriótico. Estos hombres deben contar con el concurso de to-
conocidos. Si, por lo contrario, la rechazáis, respetaremos las dos los ciudadanos contra el enemigo. Hagamos votos por ellos,
decisiones de vuestra conciencia, pero nos reservaremos la y no trabemos su acción con una, lucha intestina. .*. En nues-
entera libertad de la nuestra. Tal es lo que me ha encargado tros departamentos, debemos proceder como buenos ciudadanos
que exprese el Gobierno provisional de la República... En que aman a su patria. Mientras no se nos exija algo contrario
cuanto a nosotros, hombres de orden y de libertad, hemos creí- a nuestra conciencia y a los verdaderos principios sociales,
do cumplir con una misión patriótica, al aceptar el poder". nuestra conducta será fácil. No nos disolvemos J pero en presen-
Una vez consumado el hecho, THIERS y la mayoría de los cia de la magnitud de nuestras desgracias, volvemos digna-
diputados que asistían a la sesión, lo aceptan. Naturalmente, mente a nuestras casas, porque no nos conviene ni reconocer
THIERS era un político suficientemente hábil y experimentado ni combatir a los que van a luchar aquí contra el enemigo".
como para no comprometerse a fondo en una aventura que po- THIERS discrepó netamente con BUFFET y con los que
día terminar mal. No obstante, aunque sus fórmulas sean más proponían redactar una protesta. "Afortunadamente —decía—
o menos evasivas, hallamos evidentemente en este hecho su no somos de esa opinión. Estamos ante el enemigo, y, por lo.'
aceptación de la revolución y de la constitución del Gobierno tanto, todos hacemos un sacrificio dados los peligros que ace-
de hecho. "Mis colegas —dijo— no me han encomendado la chan a Francia, que son, en verdad, inmensos. Es necesario
misión de deciros si conceden o rechazan la ratificación de los callar, hacer votos por el triunfo y dejar a la historia la misión
sucesos de la jornada. Vosotros habéis contraído una inmensa de juzgarnos... No entremos en la vía de las recriminaciones,
responsabilidad. Es deber de todos nosotros formular fervien- que nos llevaría demasiado lejos". Y luego, con gran sutileza,
TEORÍA GENERAL DE LA FUNCIÓN PÚBLICA
LOS FUNCIONARIOS DE HECHO 381
380
VII. — Si los gobernantes provisionales, en virtud de los
decía a los hombres surgidos del golpe de Estado del 2 diciem-
principios del derecho público francés, no son usurpadores,
bre 1851: "Protesto contra la violencia que hemos sufrido hoy,
sino gobernantes de hecho, ello es a condición de que gocen
y contra todas las violencias de todos los tiempos dirigidas de una investidura admisible.
contra nuestras Asambleas, pero no es éste el momento de dar
Su carácter de gobernantes de hecho da a los actos jurí-
rienda suelta a los resentimientos. ¿Es posible demostrar hos- dicos que realizaren una validez jurídica indiscutible.
tilidad en este instante supremo, contra el Gobierno provisio- Tanto es así que se considera, sin ninguna discusión, jurí-
nal? En presencia del enemigo, que pronto estará a las puer- dicamente válidos las leyes, reglamentos, nombramientos, des-
tas de París, creo que sólo tenemos una cosa que hacer: reti- tituciones, impuestos, contratos, empréstitos, contratos de su-
rarnos con dignidad". ministros, etc., elaborados, establecidos o concluidos por los
Tales fueron las últimas palabras pronunciadas ante lo gobernantes de hecho.
que quedaba del Parlamento del Segundo Imperio. En particular, se ha admitido esta solución sin dificultad,
para los actos realizados en 1870-1871 por el Gobierno de la
VI. — No podría hallarse mejor demostración del prin- Defensa nacional y por los agentes (ministros, prefectos, sub-
cipio sobre el cual se apoyan los gobiernos de hecho. prefectos, jueces, etc.) instituidos o nombrados por él. Al igual
Esta demostración podría reconstruirse estudiando la his- que los gobernantes de hecho, dichos funcionarios no tenían
toria de los grandes acontecimientos políticos de Francia 95 : la una investidura regular, pero gozaban de una investidura ad-
caída del Primer Imperio 96 , la Revolución de 1830, la Revo- misible, y, en consecuencia, sus actos eran jurídicamente vá-
lución de 184897. Se comprobarían siempre los mismos hechos, lidos.
y a veces las mismas fórmulas. Desde luego que la Asamblea nacional elegida en febrero
de 1871, sometió a revisión los actos emanados del Gobierno
95 Para el extranjero, véase: A. N. SACK, Les effets des transformations provisional, pero dicha revisión de ningún modo tuvo por ob-
des États sur les dettes publiques et nutres obligations financiares, I. Dettes jeto plantear la menor objeción sobre la validez jurídica de
publiques, 1987, ps. 6 y ss.; S. GEMMA, op. cit., ps. 322 y ss. (Italia, Rusia, los actos mencionados. La Asamblea no habría podido hacerlo,
Alemania, etc.).
sin poner en discusión la regularidad de su propio título.
96 Constitución senatorial del 6 abril 1814, art. 2: " E l pueblo francés
llama libremente al trono, a Luis de Francia... " . Proclamación de Napoleón, ¿Acaso no había surgido ella de elecciones ordenadas9* y
el I o marzo 1815 (después de su desembarco en el golfo Juan): "¡Franceses! reguladas" por el Gobierno de Defensa nacional?
. . . Elevado al trono por vuestra elección, todo lo que se ha hecho sin vuestra
participación es ilegítimo... Reclamad este gobierno de vuestra elección, que
Los términos mismos de las resoluciones votadas por la
es el único legítimo". Acerca de la historia de los trastornos políticos de Asamblea no dejan ninguna duda al respecto. Los días 13 y 14
Francia, consúltese, en especial, DUGUIT y MOKNIEB, Les constitutions et les junio 1871, la Asamblea nacional resolvió hacer examinar, por
principales lois politiques de la France depuis 1789, 2» ed., 1908; toda la una comisión de treinta miembros, los actos de las delegaciones
primera parte: Notices historiques.
de Tours y de Bordeaux, "desde el triple punto de vista civil,
97 Proclama del 24 febrero 1848, dirigida al pueblo francés: " . . . U n
gobierno provisional surgido por aclamación y de urgencia por el voto del militar y financiero". No se trataba de discutir la validez
pueblo y de los diputados de los departamentos, es investido momentáneamente
con el mandato de asegurar y de organizar la victoria nacional". Art. 23 del 98 Decreto del 29 enero 1871, que dispone la convocación de los colegios
decreto del 1* mayo 1848, relativo a la constitución provisional de la Asamblea
electorales a efectos de elegir la Asamblea nacional.
nacional. " E l presidente del Gobierno provisional pide la palabra al presi-
dente de la Asamblea. Rinde cuentas, en un discurso, de la situación del Estado 99 El mismo decreto contiene normas sobre la elección por departamento,
el 24 de febrero y de la situación actual. En nombre del Gobierno, hace escrutinio de las listas, número de diputados, elegibilidad, incompatibilidad,
renuncia en manos de los representantes del pueblo de los poderes que la acla- indemnizaciones, electorado, escrutinio, etc. Cfr., también, el decreto del 29
mación popular le había conferido". enero 1871, concerniente a las causas de ineligibilidad.
382 TEORÍA GENERAL DE LA FUNCIÓN PÚBLICA LOS FUNCIONARIOS DE HECHO 383

jurídica de dichos actos, sino únicamente su oportunidad, su la: Una revolución es un motín que triunfa, es decir, que el
valor político. pueblo acepta.
El 23 junio 1871 se creó una comisión para el examen de
los decretos del Gobierno de la Defensa nacional, cuyo objeto IX. — La Corte de apelación de París, 9 julio 1891102, tuvo
no era legitimar posterior y retroactivamente los actos reali- ocasión de aplicar estos principios, a propósito de un gobier-
zados, sino solamente "determinar cuáles son, entre los decre- no extranjero 103 .
tos del Gobierno de la Defensa nacional, los que tienen un En 1884 estalló una rebelión en Chile. El gobierno legí-
carácter legislativo y no han sido aún derogados y cuáles tie- timo del presidente Balmaceda se mantuvo, ocupando las pro-
nen carácter temporario, habiendo cesado su imperio junto con vincias del Sud; el partido revolucionario (Congresistas) se
las circunstancias que fueron causa u ocasión de ellos" (art. 1") apoderó de las provincias del Norte. Antes de este suceso, el
y también para "señalar a la Asamblea y al Gobierno cuáles de gobierno chileno había encargado en Francia, a la Sociedad
los decretos legislativos que poseían carácter definitivo.sería
urgente derogar o modificar" (art. 2 ) . No fué ésta una obra cae inmediatamente y pierde su autoridad de pleno derecho, escribe: " E s t o
de convalidación propiamente dicha, sino más bien de estabili- sólo puede explicarse jurídicamente si se admite que el pueblo, al aceptar sin
resistencia la revolución realizada, ha manifestado, fuera de todas las formas
zación. Los actos realizados son jurídicamente válidos, pero legales, su voluntad de abrogar la Constitución anterior. Esto pertenece al
ya no responden a las nuevas necesidades, por lo que procede derecho revolucionario, pero traduce exactamente los hechos". Ésta es la
derogarlos o modificarlos. Tal fué la labor a la que se entregó misma idea que se ha desarrollado en el texto. Sin embargo, no puedo admitir la
fórmula de que la aceptación sin resistencia de la revolución consumada es
la Asamblea. una manifestación de la voluntad del pueblo de abrogar la Constitución anterior.
No es imposible que las cosas sucedan de ese modo. Pero no hay seguridad de
VIII. — Convenía insistir sobre esta demostración, por- que sea así. El pueblo es principalmente pasivo.
que las pasiones políticas —de suyo tan violentas en estas 102 Pandectes francaises, 1893, 5, 10. Véase, sobre todo, CLUNET, " J o u r -
nal du Droit Int. P r i v é " , 1891, ps. 868 y ss. (con las conclusiones de SARRUT)
épocas de perturbación— oscurecen los principios. Con el ne- y numerosos precedentes; PILLET, Des personnes morales en droit international
cesario retroceso a la imparcialidad, es posible desentrañar privé, Paris, 1914, p. 309.
la regla con toda la claridad deseable. El principio aplicado ios E n sus conclusiones ante la Corte de París, 9 julio 1891, el procurador
en 1870 y 1871, no es diferente del que prevaleció, primero, general SARRUT planteó bien el problema: " ¿ Q u é condiciones se requieren para
que el juez considere a un pretendido gobierno como sustituido al gobierno
durante las crisis políticas de fines del siglo xvm, y luego en legítimo que ha celebrado un contrato, como investido de los derechos que
1814,1815, 1830, 1818, 1851 y 1852100. Los actos jurídicos reali- confiere dicho contrato, al que ha sido a j e n o ? . . . Según las conclusiones de
zados por el o los gobernantes de hecho son válidos, a condi- intervención (del gobierno legítimo), un gobierno que no ha sido oficialmente
reconocido (por un Estado) no se halla facultado para estar en juicio (ante
ción de que se trate de gobernantes de hecho y no de usurpa- los tribunales de dicho Estado). El reconocimiento solamente puede conferir
dores, es decir, a condición de que la investidura, aunque irre- a un gobierno extranjero la personalidad jurídica y, por consiguiente, darle
gular, llegue a ser admisible como consecuencia de la acepta- entrada a los tribunales. Esta tesis es demasiado absoluta (v. rnpra, p. 374,
ción general del hecho consumado y del ejercicio público ,y nota 92). Sin duda, desde el punto de vista diplomático, en lo que concierne a
las relaciones internacionales, a los gobiernos no reconocidos no se los consi-
pacífico de la función101. Por eso se justifica la célebre fórmu- dera investidos de la soberanía; no forman parte de la familia de los go-
biernos, del concierto de los Estados. Pero nos hallamos colocados en un orden
ioo Sobre algunos de estos precedentes véase E S M E I N , Droit const., 5* ed., de ideas completamente diferente. Aquí, únicamente se trata de saber cuándo
ps. 521 y 88. Acerca del precedente de 1830, consúltese BARTHÉLEMY, La dis- y cómo un gobierno goza de personalidad suficiente para ser admitido a estar
tinction des lois constitutionnelles et des lois ordinaires sous la Monarchie de en juicio y reclamar los derechos derivados de un tratado celebrado por otro
juillet, en la " E e v . Droit P u b l i c " , 1909, ps. 25 y ss. gobierno, del cuál pretende ser el continuador. ¿De qué conjunto de hechos
ioi ESMEIN, Droit const., 5* ed., p. 519, buscando la explicación del prin- podrán deducir los tribunales que un nuevo gobierno tiene la posesión de la
cipio de derecho público francés, según el cual por el solo hecho de una herencia (saisine), es decir, ha llegado a ser el sucesor a título universal, el
revolución triunfante (insurrección popular o golpe de Estado) la Constitución heredero? No admitir en juicio a un gobierno extranjero mientras no haya sido
384 TEORÍA GENERAL DE LA FUNCIÓN PÚBLICA LOS FUNCIONARIOS DE HECHO 385

de herrerías y astilleros del Mediterráneo, la construcción de presentaba, en cambio, la personalidad civil del Estado chileno
varios buques de guerra. En 1891, una vez listos los buques, y podía prevalerse de su condición104.
el gobierno del presidente Balmaceda solicitó su entrega. Los
Congresistas se opusieron. Se requirió, entonces, la interven- II. — 2* aplicación.. Enajenaciones o adquisiciones de
ción de los tribunales franceses. Durante la instancia, los Con- bienes dispuestas por un gobierno establecido a conse-
gresistas, por decreto del 21 abril 1891, advirtieron a los inte- cuencia de una revolución y derribado posteriormente
resados que no reconocerían las deudas contraídas por los por el antiguo gobierno
agentes del gobierno del presidente Balmaceda.
La Corte de apelación de París resolvió, con razón, que Poco importa que el gobierno que dispuso o autorizó la
los Congresistas no demostraban que su gobierno hubiese re- enajenación fuese de hecho o de derecho. A pesar de la res-
emplazado efectivamente al gobierno legítimo. Puesto que la tauración del antiguo gobierno, la enajenación es válida.
guerra civil continuaba, los Congresistas no constituían un La regla no da lugar a dudas, pero no siempre la aplica-
ron correctamente los tribunales franceses. Algunos tribuna-
gobierno de hecho. El gobierno del presidente Balmaceda re-
les, influidos por sus pasiones políticas o religiosas, declara-
ron nulas las enajenaciones emanadas de gobiernos de derecho,
oficialmente reconocido, es no tener suficientemente en cuenta el alcance del porque el gobierno restaurado los consideraba usurpadores.
hecho, en una materia no regida por el derecho civil, es atenerse a una concep- Se comprende que en caso de revolución seguida después
ción a nuestro juicio inexacta. Un gobierno no es una abstracción teórica, una de algunos afíos de una restauración, establecer si el gobierno
simple personalidad jurídica, y, para emplear una expresión de la escuela
alemana, 'un sistema de derechos puramente formales'. Un gobierno es prin- surgido de la revolución es de derecho o de hecho, puede ser
cipalmente un poder, una fuerza actuante, que pone en movimiento todos los un difícil problema. Pero esto no debe influir sobre la solu-
rodajes del Estado, una autoridad que responde del orden y lo hace respetar^ ción. La enajenación es válida, aun cuando se admita que el
que manda los ejércitos, que se hace obedecer. No basta invocar un título y
pretender el derecho de gobernar, sino que es también preciso gobernar en gobierno derribado por la restauración sólo era un gobierno
realidad. Un soberano destronado ya no es más soberano. El gobierno no nace de hecho.
del derecho abstracto, ni hay derecho en esta materia. 'El primer rey fué
un soldado feliz'. Un gobierno no tiene su origen en el hecho, en la torna de Veamos algunas decisiones judiciales: las soluciones han
posesión, en la mano puesta sobre los atributos del poder... ¡Cómo! ¡Un sido unas veces correctas y otras discutibles.
gobierno de hecho cuya autoridad se extiende sobre todo el territorio, que per-
cibe los impuestos, levanta ejércitos, dirige las operaciones militares y nego- 104 Corte de apelación de París, 9 julio 1891 ("Journ. Droit Int. Privé",
cia los tratados, no tendría personalidad suficiente para obrar en justicia en 1891, p. 880): " L a construcción de los buques... ha sido encargada a la
nombre del gobierno (del país)! Esto sería absurdo... Es preciso consultar Sociedad... en el curso del año 1899, por M. C. A., en nombre y por cuenta
la realidad. En el hecho, i el gobierno se halla colocado en el mismo lugar que del gobierno de la Eepública de Chile, entonces indiscutido y que detentaba
ocupaba su predecesor? ¿Ha tomado el poder? ¿Es el amo? ¿Es la fuerza? solo, bajo la presidencia de Balmaceda, jefe del Poder Ejecutivo, todos los
¿Se le puede considerar sustituido al gobierno precedente, investido en con- órganos del poder público. No podría admitirse que M. y E. (representantes
secuencia de sus derechos y obligaciones ? . . . En resumen, un gobierno legíti- de los Congresistas) invoquen ante los tribunales franceses el beneficio de
mo, en posesión del poder en el hecho y en derecho, concluye un contrato; la convención arriba señalada... mientras no justifiquen que el gobierno
en el caso, un contrato relativo a la construcción de buques. ¿Un nuevo provisional, en nombre del cual se presentan, es actualmente, por lo menos en el
gobierno puede prevalerse de las cláusulas de dicho contrato? SI, si el primer hecho, sustituto del gobierno del presidente Balmaceda, cuya caída parecen
gobierno ha desaparecido, cediendo su lugar al nuevo. No, si el primer gobier- haber ocasionado. Esta prueba no se ha ofrecido en ningún momento...
no todavía subsiste. ¿Cuándo puede decirse que un nuevo gobierno tiene una La lucha armada existe siempre entre estos dos gobiernos, y el del presidente
existencia legal que le permite presentarse en juicio? Un sistema absoluto Balmaceda, hasta ahora, es el único reconocido por el gobierno francés, ante
subordina la admisibilidad de la acción judicial al hecho del reconocimiento el cual M. C. A. es siempre el único ministro plenipotenciario legalmente
legal; otro sistema, más conforme quizá con la realidad de las cosas..., in- acreditado. En estas condiciones debe estimarse, pues, que M. y R. no tienen
vestiga si, en el momento de deducirse la acción, el demandante detenta o no personería para actuar ante los tribunales franceses y valerse de un contrato
efectivamente el poder". al que han sido ajenos sus mandantes".

Jéze, Der. adm., n i . 25


386 TEORÍA GENERAL DE LA FUNCIÓN PÚBLICA
LüS FUNCIONARIOS DE HECHO 387

I. Corte d€ París, SI mayo 1816, Bourdois ("Sirey", v,


cesa en 1816105, preguntémonos: el gobierno de José Bonaparte
2, 153). — Durante el remado de José Bonaparte en Es-
¿era un gobierno de hecho? La Corte de París opina que no,
paña, los bienes del clero fueron confiscados y vendidos. ¿Eran
invocando las siguientes circunstancias: 1*) José jamás estuvo
válidas estas enajenaciones? El problema se suscitó después en posesión de todo el reino; 2*) el gobierno soberano legítimo
de la restauración de Fernando VII. Un adquirente francés, residía en las otras provincias, dictando allí decisiones que
al que se había despojado a consecuencia de la mencionada proclamaban la nulidad de los actos de José Bonaparte.
restauración, demandó entonces a su vendedor. La Corte de Estas aseveraciones no son decisivas. Fernando vn estaba
apelación de París, por sentencia del 31 mayo 1816, resolvió prisionero en Francia, desde 1808. Incluso había abdicado. Se
que existía venta de cosa ajena: "La dominación violenta ejer- habían elegido las Cortes, sancionándose una Constitución
cida por José Bonaparte en España sólo puede merecer el nom- (1812). Las Cortes que elaboraron la Constitución de 1812,
bre de gobierno usurpador, y sus actos no pueden obtener esa proclamaron luego la soberanía nacional creando una orga-
especie de legalidad que los publicistas atribuyen, en abstracto, nización política sobre el modelo de la Constitución francesa
a los actos de un gobierno semejante, puesto que jamás ha de 1791. Hubo, pues, una asamblea electiva. Sólo en 1813,
estado en posesión de todo el reino y que en el momento en que cuando los ejércitos ingleses repusieron al rey Fernando vn,
dominaba la capital y algunas provincias, el gobierno del sobe- éste expresó claramente: "Mi voluntad real no solamente me
rano legítimo residía en otras provincias y realizaba actos que impulsa a no jurar la Constitución ni aceptar ningún decreto
proclamaban la nulidad de todos los actos del gobierno intruso. de las Cortes, sino también a declarar nulos esa Constitución
Como se observa en la cédula de S. M. Católica del 31 agosto y esos decretos... Sea quien fuese el que intentase mantener-
1814, se dictó: l 9 ) el decreto del Consejo, de fecha 11 agosto l o s . . . cometería un atentado contra las prerrogativas de mi
1808; 29) el de la República, del 15 julio 1810, reiterado en las soberanía y el bien de la nación... Si llevase a cabo estos actos
circulares del 9 junio y 24 noviembre 1812, en los cuales, des- por escrito o verbalmente, lo declararé culpable de lesa majes-
cubriendo y poniendo de relieve la bajeza y la perversidad que tad y sufrirá la pena de muerte".
significa la compra de los fondos confiscados a los leales servi- La Corte de París, apasionadamente realista, se asoció a
dores de la persona del rey y de la patria, así como a los cuer- estas declaraciones antijurídicas. No cabe duda que, de no exis-
pos eclesiásticos y municipales, el Consejo y la Regencia de- tir el art. 9 de la Carta de 1814, sobre las ventas de bienes
claran la nulidad de dichas adquisiciones. Consecuentemente, nacionales 106 , los tribunales realistas franceses hubiesen con-
la causa eventual de la evicción sufrida por Bonaparte era siderado usurpadores a los gobiernos franceses de 1798 a 1814
patente y recíprocamente conocida por el vendedor y el com- y declarado nulas las leyes de confiscación y las enajenaciones
prador, en el momento en que ellos contrataron. En esa situa- de los bienes del clero y de los emigrados. No obstante, es
ción, debe considerarse que ambas partes han contratado a innegable que tanto en España como en Francia, ha habido
gobiernos de hecho y aun de derecho, antes de la restauración
sabiendas sobre una cosa en la cual podía manifestarse de
del monarca que se dice legítimo107. La sentencia de la Corte
manera irresistible y en cualquier momento, el derecho de
propiedad perteneciente a otra persona". 105 Véase la nota del "Sirey",. V, 2, 152: "Esta decisión se resiente,
evidentemente, de las circunstancias políticas en las que ha sido dictada". ¡
La Corte de apelación de París negó toda acción judicial loe Art. 9: "Todas las propiedades son inviolables, sin que se haga nin-
a ambas partes. guna excepción con las que se llama nacionales, ni la ley formule ningún dis-
tingo entre ellas".
La resolución es criticable. Dejando de lado la violencia 107 El anotador del " S i r e y " (escribiendo algún tiempo después, en 1843)
de los términos de la argumentación, en la que se advierten observa justamente: "|Puede uno preguntarse... si es verdad que se debe
las pasiones políticas que agitaban a la opinión pública fran- calificar de venta de cosa ajena, en el sentido del derecho civil, la enajenación
de un bien proveniente de la desposesión o confiscación efectuada contra el
LOS FUNCIONARIOS DE HECHO 389
388 TEORÍA GENERAL DE LA FUNCIÓN PÚBLICA
deudores de las letras estaban obligados a pagarlas 108 . Apelada
de París de 1916 no es una solución de derecho, sino un acto la sentencia, la Corte de París (8 febrero 1817) declaró, por
de parcialidad, dictado por la pasión realista y religiosa. lo contrario, que las oposiciones eran válidas.
El tribunal de comercio resolvió el caso aplicando los prin-
II. Corte de apelación de París, 8 febrero 1817, Liste cipios de los gobiernos de hecho. La Corte de apelación de
avile ("Sirey", v, 2, 23). — Durante los Cien Días, el 12 París se dedicó a demostrar que la entrega de las letras se
junio 1815, Napoleón tomó, de la Caja de la lista civil, letras había realizado después de la abdicación de Napoleón109. En
de cambio por valor de 1.600.000 francos, suscritas por los estas condiciones, la negociación era nula.
adjudicatarios de la tala de bosques dependientes del dominio La solución es correcta. Ambos tribunales aplicaban prin-
de la Corona, haciéndolas descontar por el Banco de Francia. cipios. La razón de la divergencia de las soluciones de hecho
Al regresar a París, después del desastre de Waterloo, Napo- se halla exclusivamente en la fecha de la negociación de las
león se hizo entregar por el tesorero general de la lista civil las letras. Según el tribunal de comercio, la negociación se había
letras de cambio restantes (710.000 francos), haciéndolas ne- realizado antes de la abdicación, y según la Corte de París,
gociar, por intermedio de un agente de cambio, con un ban- después de dicho acontecimiento.
quero de París que actuaba por cuenta de banqueros de Lon- 108 Tribunal de comercio del Sena, 29 mayo 1816: " E s t á comprobado que
dres. Las letras fueron remitidas al agente de cambio por José el 21 junio último, Bonaparte, a consecuencia de su usurpación, ejercía el
Bonaparte, y (como se hace de ordinario) con el endoso en poder y la autoridad como jefe del Gobierno. A este título, las letras de
cambio cuestionadas en el proceso han podido ser negociadas por su orden a
blanco del cajero del Tesoro. Al volver a París, Luis XVIII hizo los terceros. La cesación de este poder ilegal, no puede despojar a los terceros
que el intendente de la lista civil se opusiera al pago de las de los derechos legalmente adquiridos por ellos. Las letras de que los señores
letras en manos de los deudores. Se intentó una acción por J. B. y Cía. son portadores y cuyo pago demandan, han sido remitidas a Bona-
parte este mismo día, 21 junio 1815, época en la cual Bonaparte era todavía
reivindicación de estas letras de cambio. La negociación —de- jefe del Gobierno, puesto que su abdicación sólo se hizo pública el día 22.
cía el intendente— es nula, pues se ha realizado con posterio- La negociación de las letras en cuestión se consumó el mencionado día 21 de
ridad al 21 junio 1815, es decir, después de la abdicación de junio, como se puede comprobar...".
109 Corte de apelación de París, 8 febrero 1817: La Corte comienza por
Napoleón, en un momento en que éste había perdido su poder declarar que " e n el hecho, el descuento de efectos pertenecientes a la Corona,
de hecho. Por consiguiente, la negociación no pudo despojar ha tenido lugar en vista de un interés distinto al de la Corona". La Corte
al rey Luis XVIII de una propiedad que no podía quitarle nin- afirma de inmediato que " B . y Cía. no son, con respecto al Tesoro de la
lista civil, terceros portadores; deberán probar la sinceridad y la legitimidad
gún acto del usurpador, aunque fuese anterior a su abdicación. de la trasmisión de las letras de cambio por los agentes del Tesoro". " B . y
El tribunal de comercio del Sena, por sentencia del 29 Cía., obligados a suministrar la prueba de la validez de la operación celebrada
entre ellos y los agentes del Tesoro durante el tiempo de la usurpación, recono-
mayo 1816, decidió que la negociación era válida y que los cen que la operación no deberá considerarse válida mientras no se pruebe
que ha sido consumada en la jornada del 21 junio 1815, último día del hecho
del poder del usurpador". La Corte examina entonces en detalle los documen-
clero en las circunstancias del caso, es decir, durante la ocupación momentánea tos y registros de contabilidad del Tesoro de la lista civil, que comprueban
del trono de España por el rey José, después de la abdicación del rey Fernan- las operaciones efectuadas en esta fecha. " D e este estado material de los
do vil f Al considerar esta ocupación, desde el punto de vista de las restaura- registros y documentos de contabilidad (del tesorero de la lista civil) desde
ciones de entonces, como una verdadera usurpación, es siempre que ella no el 21 junio 1815 hasta la cesación de sus funciones, y de todos los otros ¡
haya constituido durante un tiempo un gobierno de hecho, cuyos actos no hechos y circunstancias de la causa, resulta una reunión de presuncione^ graves,
podían ser discutidos por ningún particular y que podía entonces considerarse precisas y concordantes, que establecen que los 710.851,56 francos de letras
que tendrían una duración indefinida, una consagración definitiva, al igual de cambio de tala de bosques, habiéndose remitido a Bonaparte, según su
de los actos semejantes de varios otros gobiernos a los cuales la voluntad recibo único, al mismo tiempo que la suma de tres millones en oro, la opera-
nacional o la razón de Estado no ha permitido que se atentase contra ellos. En ción relativa a dichas letras entre los agentes de Bonaparte y H., mandatario
tales circunstancias, no resultaba, pues, exacto decir que las partes hubiesen de B., no ha tenido lugar sino posteriormente al 21 jimio 1815... Por dolo y
contratado sobre cosa ajena y que la venta fuese nula como t a l " .
390 TEORÍA GENERAL DE LA FUNCIÓN PÚBLICA LOS FUNCIONARIOS DE HECHO 391

I I I . Corte de apelación de París, 19junio ISIS, Andral La Corte de apelación de París resolvió no adoptar de
("Sirey", t. v, 2, 395). — Durante el gobierno de Joaquín ningún modo los fundamentos de los jueces que entendieron
Murat en Ñapóles, el 3 mayo 1810, el rey J. Murat había antes.
donado a su médico, como testimonio de agradecimiento, una Sin embargo, se pronunció contra el adquirente (como
casa que antiguamente formaba parte del convento de Santa lo había hecho el tribunal) pero alegando que no existía evic-
Brígida, que se había suprimido. El médico vendió dicha casa, ción propiamente dicha, puesto que "si B. (adquirente) ha
el 21 octubre 1813, con una cláusula de garantía de la venta conservado la propiedad de la casa sin la participación de A.
de conformidad a la ley (arts. 1623, 1628 y 1630 del Código (vendedor) y mediante un suplemento de precio, ello debióse
Civil). Cuando, en 1815, Fernando iv fué restaurado en Ña- a las mejoras... considerables efectuadas en la c a s a . . . " .
póles, declaró, por ordenanza del 19 agosto 1815, que se man-
tendrían las enajenaciones a título oneroso de los bienes nacio- IV. Corte de Casación, 18 agosto .1828, Bouchepom
nales o del domino público efectuadas por el gobierno prece- ("Sirey", ix, 1, 159). — En 1807, Napoleón formó el reino de
dente, mientras que las hechas a título gratuito se revocarían Westfalia, concediendo la corona a su hermano Jerónimo. Un
sin indemnización. Sin embargo, los donatarios que hubiesen feudo, que comprendía especialmente tierras pertenecientes al
realizado gastos considerables en el inmueble donado, tendrían barón de D. y que dependía del electorado de Hesse-Cassel,
la facultad de conservarlo, con el cargo de pagar el precio que retornó —al fallecimiento del barón, quien no dejó herederos—
tenía en la época de la donación. Esta disposición reconocía, al soberano de Hesse-Cassel. El rey Jerónimo consideróse
pues, cierto efecto jurídico a las donaciones. El adquirente dueño con facultad para disponer del feudo, donándolo a sn
usó de este derecho y pagó 59.000 francos, accionando luego, ministro de Relaciones Exteriores, al mismo tiempo que
por garantía, contra su vendedor, el cual rechazó la pretensión, otorgaba a éste el r título de conde. Con posterioridad, nuevas
sosteniendo que la ordenanza del 19 agosto 1815 constituía un cartas patentes liberaron al inmueble del vínculo feudal y
caso de fuerza mayor, para el que no existía ninguna garantía. permitieron al nuevo conde disponer de él libremente. El 11
No había en este caso evicción, sino daño causado por un hecho agosto 1809 el conde vendió las tierras en la suma de 200.000
de fuerza mayor. francos En 1813, Jerónimo perdió su trono, siendo restaurado
el elector de Hesse-Cassel.
El tribunal civil del Sena, por sentencia del 17 abril 1817, El elector mencionado dictó de inmediato una ordenanza
admitió la tesis del vendedor: "La evicción... proviene de un declarando nulas e inexistentes todas las enajenaciones y alo-
hecho de fuerza mayor posterior a la venta''. Esto equivalía dificaciones de feudos pertenecientes a la casa electoral, que
a declarar que la donación era regular, lo cual es correcto. hubiese dispuesto el rey Jerónimo. Habiéndose despojado de
este modo al adquirente, sus herederos accionaron contra los
fraude, las 90 letras de que se trata han sido sustraídas del Tesoro de la herederos del vendedor por la garantía de evicción. Estos úl-
corona, después de la cesación del poder de hecho de Bonaparte, con Ja fina- timos sostuvieron que existía fuerza mayor, lo cual no daba
lidad de asegurar al usurpador o a sus secuaces el valor de dichas letras lugar a la garantía. Los herederos del adquirente respondieron
ante su futura caducidad. La presunción de dolo y de fraude atenta particu-
larmente contra un contrato, voluntario en su origen, que no puede haber que jamás pudo considerarse a Jerónimo soberano del electo-
significado un acto de obediencia impuesto por la violencia del gobierno de rado de Hesse-Cassel, ya que lo obtuvo por conquista. En con-
hecho dfl usurpador, y que, según los principios del derecho público, común a secuencia, era la suya una posesión precaria, hasta tanto el
los subditos de todas las naciones, es sustanoiálmente nulo... A sabiendas,
por su carta de la fecha alegada del 30 de junio, al Gobierno que abusaba
elector legítimo consintiese en abandonar sus derechos.
de las letras de cambio que ya no existían, B. y Cía. han hecho por su cuenta Por sentencia del 27 enero 1825, el Tribunal del Sena hizo
una negociación que podían rehusar y a la que estaban ligados por proba- lugar a la demanda por garantía, en razón de que los feudos
bilidades de distinta naturaleza que las ordinarias del comercio".
de Hesse eran inalienables según la ley fundamental. Esta ley


392 TEORÍA GENERAL DE LA FUNCIÓN PÚBLICA LOS FUNCIONARIOS DE HECHO 393

"tenía por objeto sostener el trono, debiendo respetarla todos alega ninguna consideración de hecho ni de derecho en apoyo
los soberanos. De modo que el elector de Hesse no podía enaje- de su decisión".
n a r los bienes definitivamente y sin cargo de reintegro, pues La sentencia de la Corte de Casación me parece muy cri-
la disposición que hiciese de ellos, contrariamente a las leyes ticable. Debió admitirse la solución del tribunal o la de la
de su país, no sería válida y podría revocarse. En efecto, du- Corte, pues ambas eran defendibles y reconocían, por lo demás,
rante su reinado, el soberano goza de todos los derechos inhe- la validez de los actos realizados por Jerónimo Bonaparte du-
rentes a su corona; pero, en interés del trono, no puede enaje- rante su reinado.
narlos en perjuicio de sus sucesores. Durante los seis años que
gobernó el electorado de Hesse, a raíz de la ocupación súbita y V. Corte de Casación, 16 marzo 1841111. — A principios
violenta, Jerónimo Bonaparte no pudo tener el derecho de de 1794 se produjo en Córcega una rebelión instigada por In-
liberarse por sí mismo de los principios fundamentales del glaterra El 5 de mayo del mismo año, un "consejo general nom-
trono, que previamente había reconocido... Su voluntad con- brado por el pueblo para el gobierno provisional de la isla"
traria a las leyes implica una nulidad que ha podido decla- dictó una resolución estableciendo que se comunicaría por es-
rarse en cuanto desapareció la fuerza que la sostenía. La re- crito a los tribunales para que suspendiesen la ejecución de
vocación de*la enajenación de los feudos dispuesta por el elec- las leyes francesas, especialmente las del 7 marzo 1793 y del
tor de Hesse, mediante su ordenanza del 18 enero 1814, es la 17 nivoso año 1, relativas a la prohibición de disponer, por
consecuencia y la confirmación de los citados principios y no testamento, o por acto entre vivos. Las leyes mencionadas
puede asimilarse al avasallamiento por el soberano de una pro- establecían que todos los descendientes gozarían de iguales
piedad particular que pudo válidamente venderse, y habiendo derechos en la partición de los bienes de sus ascendientes.
sucedido asi en definitiva, hizo responsable al comprador de Como consecuencia de ello, el 20 noviembre 1794, por acto
la pérdida de la cosa". En consecuencia, los herederos del notarial, el señor M . . . cedió en dote a su hija varios inmue-
vendedor fueron declarados responsables de la obligación de bles en ocasión de su matrimonio. Poco después, un acto del
garantía. Parlamento anglo-corso del 18 mayo 1795, abrogó las leyes
Por lo contrario, interpuesta apelación, la Corte de París francesas con efecto retroactivo, a partir del 15 julio 1789.
revocó el fallo, por sentencia del 23 enero 1826, "considerando Más tarde, Córcega cayó nuevamente bajo la dominación
que la evicción experimentada por el intimado es un hecho de francesa. En 1837, algunos herederos del señor M . . . atacaron
fuerza mayor, posterior al contrato de venta, al que no puede la donación del 20 noviembre 1794, por considerarla en pugna
aplicarse la garantía ordinaria de derecho". Esto equivalía a con las leyes de 1793 y del año II. Durante el proceso los de-
reconocer que los actos del rey Jerónimo eran jurídicamente fensores invocaron la resolución del consejo general, del 5
válidos. mayo 1794, que había abrogado estas leyes.
Se discutió, entonces, la validez jurídica del acto legisla-
Planteado el recurso110, la Corte de Casación casó el pro- tivo realizado en 1794 por el gobierno de hecho. El tribunal
nunciamiento de la Corte de París, por considerarlo despro- de Ajaccio la rechazó, pronunciándose por la nulidad de la
visto de fundamentos, pues este tribunal no ha dicho "en qué donación.
consiste esta fuerza mayor, ni de qué acto resulta, y tampoco Apelado el fallo, la Corte de Bastía lo confirmó112.
n o Los recurrentes sostenían que " l a Corte real que dictó la resolución 111 Casac., Beq., 16 marzo 1841, Peraldi, " S . " , 1841, 1, 505, con la nota
impugnada, se ha permitido juzgar de la validez o eficacia de un acto de crítica firmada G. M., y el informe del consejero LASAGNI.
u n soberano extranjero (elector de Hesse restaurado), acto sobre el cual 112 Bastía, 22 agosto 1839, Peraldi: La determinación del consejo ge-
aquel tribunal carecía de jurisdicción y que debía respetarse como si tuviese neral del gobierno de Córcega, de fecha 5 mayo 1794, que establece la apro-
la autoridad de la cosa j u z g a d a " . bación de un proyecto de carta a dirigirse a los tribunales a efectos de
394 TEORÍA GENERAL DE LA FUNCIÓN PÚBLICA Los FUNCIONARIOS DE HECHO 395

Ante la Corte de Casación, el consejero relator declaró, comprobado... que el acta de matrimonio mediante la cual
al igual que la Corte de Bastia, que la determinación del con- M . . . . , padre, hacía la donación mencionada... se realizó
sejo general, del 5 mayo 1794, sólo fué "una medida adminis- el 20 noviembre 1794, vale decir, con anterioridad al 18 mayo
trativa provisional que no tenía ni podía tener los caracteres 1795... En consecuencia, al decidir que la donación era nula,
de un acto legislativo". Mas luego, refiriéndose al valor de los de conformidad con las leyes del 7 marzo 1793 y 17 nivoso
actos y, en especial, de las leyes, "emanados de la dominación afío I I , en vigor en Córcega en la época de dicha donación, la
de hecho", el consejero afirmó que, "a menos que se opongan sentencia impugnada ha hecho una justa aplicación de estas
a ello tratados políticos, su validez o nulidad depende de la leyes, sin violar ninguna otra".
voluntad de la soberanía legítima restablecida, que se pronun- A mi juicio, el pronunciamiento de 1841 es por com-
cia por una u otra según lo juzgue necesario, atendiendo siem- pleto criticable. En 1794, el consejo general del gobierno de
pre al bienestar general que es la ley suprema" 118 . Córcega era el gobierno de hecho de la isla, y tenía, por lo
La Corte de Casación, en su sentencia del 16 noviembre tanto, el poder legislativo. De donde se deduce que los actos
1843, adoptó la argumentación siguiente: "La determinación legislativos realizados por el consejo general debieron conside-
del consejo general del gobierno de la isla de Córcega, del 5 rarse jurídicamente válidos. La donación era, pues, perfecta-
mayo 1794, sólo fué una medida administrativa provisional, mente regular. La teoría sostenida por el consejero relator,
que no tuvo ni podía tener los caracteres de un acto legisla- según la cual corresponde al futuro gobierno reconocer o
tivo, puesto que la redacción de las leyes de ningún modo figu- negar la validez de los actos cumplidos por los gobernantes de
raba entre las atribuciones de dicho consejo, encargado única- hecho, es una teoría anárquica, que debe rechazarse enér-
mente de la Administración en una época en que aun no había gicamente.
gobierno regular en Córcega. En efecto, esa determinación
sólo implicaba la aprobación de una simple circular a diri- III. — 3* aplicación. Actos del registro civil autorizados
girse a los tribunales, con el fin de abrogar las leyes francesas, por funcionarios de hecho.
abrogación que sólo se produjo realmente en virtud del acto
emanado del parlamento anglo-corso, el 18 mayo 1795.. . Está Un caso notable es el de los actos del registro civil autori-
zados en París, en 1871, por las personas a cargo de la muni-
derogar las leyes republicanas y hacer ejecutar las cjue se hallaban anterior- cipalidad, y, después de la revolución del 4 setiembre 1870,
mente en vigor, sólo ha sido una medida administrativa provisional, que no en los numerosos municipios de Francia donde habían des-
tiene ni podía tener los caracteres de un acto legislativo, porque la redacción aparecido las autoridades legítimas.
de las leyes no entraba en las atribuciones del mencionado consejo general. No
había ningún gobierno regular establecido, y es un principio de sabiduría, de
justicia y de derecho público que la sublevación no concede el derecho de san- I. I 9 ) Actos del registro civil autorizados después de
cionar leyes, y que aun el solo hecho de la conquista no destruye la legislación la Revolución del 4 setiembre 1810, en los municipios de
existente, mientras no haya sido formalmente derogada, lo que no ha tenido Francia. — La Asamblea nacional, con el objeto de eliminar
lugar en Córcega sino por el acto del Parlamento del 18 mayo 1875, y, por
consiguiente, con posterioridad al contrato de matrimonio de los esposos P., toda vacilación por parte de los tribunales, en lo concerniente
de fecha 20 noviembre 1794, contrato que se halla castigado por la ley del a la validez de los actos autorizados por los funcionarios de
7 marzo 1 7 9 3 " . hecho, ha declarado válidos dichos actos, con una doble con-
H3 " L o s menos versados en derecho público —decía el consejero relator—
saben que, algunas veces, todo o casi todo ha sido mantenido, a fin de que
dición: 1*) que la persona que los hubiese autorizado fuese un
por el remedio en sí mismo, las plagas de la Revolución no se vuelvan a funcionario de hecho, es decir, que gozara de una investidura
r e p e t i r . . . A veces, en cambio, todo o casi todo ha sido abolido, a fin de que admisible; 2*) que el acto fuese regular en todos los demás
la tiranía no sobreviviese al t i r a n o . . . Otras veces, finalmente, se ha respetado aspectos.
los derechos nacidos bajo la ocupación hostil, pero indemnizando a los anti-
guos propietarios injustamente e x p o l i a d o s . . . " . En la exposición de motivos del proyecto que se convirtió
396 TEORÍA GENERAL DE LA FUNCIÓN PÚBLICA
LOS FUNCIONARIOS DE HECHO 397
en la ley del 6 enero 1872, el ministro de Justicia, DUFAURE, Comisión, hizo distinciones. Primeramente, la Comisión de la
exigía, para que hubiese funcionario de hecho, que "la persona Asamblea nacional declaró que los actos del registro civil auto-
que los hubiese autorizado (a los actos del registro civil) tu- rizados por los agentes de la Commune no eran necesariamen-
viese, en dicho momento, el ejercicio público de las funciones te nulos. "Esta comisión piensa que los esposos que hubiesen
municipales, con cualquier título y bajo cualquier nombre". contraído matrimonio, en la Alcaldía, con arreglo a la ley ordi-
Se comprende que, dadas las graves circunstancias del naria vigente para estas ceremonias, en presencia de aquel a
momento, el carácter admisible de la investidura dimanaba quien creían funcionario público, no pueden ser autorizados,
únicamente del ejercicio público de la función, es decir, del por un solo instante, a considerarse desligados de la palabra
ejercicio pacifico, público y reconocido por todos. que empeñaron"115. Se alude aquí, directamente, a la distinción
El art. 1' de la ley del 6 enero 1872 emplea una fórmula que debe hacerse entre el usurpador y el funcionario de hecho,
más clara todavía: "Los actos inscritos en los registros del entre la investidura admisible y la falta de investidura.
estado civil desde el 4 setiembre 1870 hasta la fecha, no podrán
Por otra parte, la Comisión de la Asamblea nacional
anularse en razón de la mera falta de competencia de las per-
agregó que los actos autorizados, no por usurpadores sino por
sonas que los han autorizado, siempre que dichas personas tu-
funcionarios de hecho, sólo eran válidos en el caso de que fue-
viesen, en ese momento, el ejercicio público de las funciones
ran regulares en todos los otros aspectos. "Lo que todos deben
municipales o de las de oficial del registro civil, con cualquier
comprender perfectamente —expresó WALLON, informante de
título y bajo cualquier nombre que fuese".
la ley del 19 julio 1871— es que si bien la presente ley impone
Al informar el proyecto que se convirtió luego en la ley
al juez el deber de intervenir en la trascripción de estos actos
del 6 enero 1872, la Comisión de la Asamblea nacional declaró
(del registro civil), ello no ¡significa, de ningún modo, darles
expresamente que, habiéndose encargado en ciertos municipios
mayor valor del que hubiesen tenido en su origen, si se hubie-
de las funciones de oficial del registro civil, el escribano (del
ran celebrado ante el oficial regular del registro civil. El pro-
tribunal civil o de la justicia de paz), sin estar investido de
yecto de ley sólo persigue una finalidad: impedir la nulidad
las funciones municipales, debía considerarse dicho funcio-
nario poseedor de una investidura admisible por el solo hecho
115 Informe WALLON, 13 julio 1871, " J . O . " del 23 de julio, p . 2194. En
de ejercer públicamente las funciones mencionadas en primer su informe, WALLON invoca la autoridad de una sentencia de la Corte de
término. En consecuencia, los actos del registro civil autori- Bastia. La Comisión —escribe— " h a tenido presente una sabia resolución
zados por él se declararon válidos. dictada por la Corte de Bastia, a consecuencia de una revuelta que, durante
largos meses, tuvo a varias ciudades aisladas de toda autoridad legal: " a t e m
to que, si bien es verdad que los subditos que se declaran en estado de guerra
II. 29) Actos del registro civil autorizados, en 1871, por contra el soberano se hallan, hasta el establecimiento de un orden regular, en
los encargados de la Commune de París y de los municipios del la impotencia de cambiar la legislación existente, es también un principio de
departamento del Sena. — El Gobierno de THIERS propuso a derecho público y de prudente administración considerar que el soberano
la Asamblea nacional que comenzara por declarar nulos n legítimo ha aprobado y debe mantener todo lo que, durante la revuelta o ÍO|
usurpación, haya podido, como ocurre con los actos del registro civil, favorecer
todos esos actos, sin distinción, "por haber sido realizados por el interés de la sociedad y de la familia, porque interesa evitar un trastorno
usurpadores y luego darles plena validez, a fin de que el esta- cuyas consecuencias serían más funestas que el mal que se trataría de re-
do civil de los interesados no corra riesgos serios". parar y no haría más que i r r i t a r l o " . " E s por razones semejantes —concluía •
WALLON— que la Comisión, ateniéndose ante todo al pensamiento del go-'
La Asamblea nacional no accedió a lo que se le solici- bierno y al objeto de la ley, suprime la mención de nulidad... y se limita a
taba 114 , y de conformidad con el dictamen de la respectiva decir, en pocas palabras: 'Los actos del registro c i v i l . . . serán anulados'. Y
para que se conozca la causa de ello, agrega: Se hará mención de la presente
H4 Se t r a t a de un punto que no han advertido ciertos autores, que vie-
ley al margen de los actos anulados''. Como se observa, con respecto a los ter-
ron en la ley de 1871 una declaración de nulidad de los actos autorizados por
ceros, los actos son declarados válidos. Pero para castigar a los agentes de
los agentes de la Commune. H a y allí un error evidente. V. la nota siguiente.
la Commune, se anula sus actos y se les vuelve a trascribir.
398 TEORÍA GENERAL DE LA FUNCIÓN PÚBLICA
LOS FUNCIONARIOS DE HECHO 399

que resulta de la incompetencia de los individuos que autori- II. — Habría que preguntarse si, en este caso, no sería
zaron los actos, dejando a salvo el derecho de hacer valer en mejor hablar de funcionario de hecho. La situación es la de
justicia cualquier otra causa que los pudiese hacer anular" una persona investida irregularmente de una función, pero
cuya investidura tiene todas las apariencias de la función le-
(cfr. supra, p. 356).
gítima, y cuya actividad se halla justificada por las circuns-
IV. — 49 aplicación. La delegación implícita en tiempo tancias excepcionales de guerra.
de guerra El Consejo de Estado no ha pensado en la teoría de la
función de hecho; ha preferido hablar de una delegación im-
I. — La delegación, en principio 118 , sólo puede organizarse plícita. La solución es correcta, pero la explicación resulta
por una ley o por un reglamento del Presidente de la Repú- muy forzada.
blica. No se presume. "El delegado sólo dispone de su auto- La confusión por parte del Consejo de Estado aparece
ridad mediante una designación expresa hecha por la ley o manifiestamente. No ha querido formular, para el tiempo de
por decreto. La institución de la delegación no es más que una guerra, el principio general de la delegación implícita. La
modificación en la distribución de las funciones públicas, de teoría de la función de hecho es más ágil y proporciona la
la competencia del jefe del Estado, salvo leyes en contrario" 117 . explicación buscada por el mencionado Cuerpo.
Sin embargo, el Consejo de Estado ha admitido que, en tiempo
de guerra, si las circunstancias son excepcionales, puede exis- V. — ó" aplicación. Los "contadores excepcionales" de
tir delegación implícita118. En otros términos, una autoridad las regiones invadidas durante la guerra de 1914-1918119
pública, no investida por una ley o por un reglamento del
poder de hacer una delegación, puede atribuir una función a I. — La invasión alemana provocó una completa desorga-
un agente público. nización de la administración regular. Los prefectos y sub-
116 V. supra, ps. 351 y ss.
prefectos recibieron la orden de retirarse ante el avance del
H7 Conclusiones de EIBOULET, Cons. de Est., 1» agosto 1919, Saupiquet, enemigo. Los municipios quedaron abandonados a sí mismos.
" K e c " , p. 725. La interrupción de las comunicaciones hizo muy difícil la
H8 Conclusiones de EIBOÜLET, op. cit., " R e c . " , 1919, p . 827: " E s t o no tarea de las autoridades municipales. Además, en muchos mu-
equivale a decir que la posibilidad de una delegación implícita, aun en tiempo
de guerra, pueda llegar a ser una verdadera regla de derecho... El juez de
nicipios habían desaparecido los alcaldes, los adjuntos, la ma-
la legalidad se inspirará en las circunstancias de la c a u s a . . . Nosotros no yoría de los miembros de los concejos municipales, los funcio-
podríamos a d m i t i r l o . . . sino con la condición de que, por su objeto, entre en
la órbita de la competencia especializada, a la vez, de la autoridad delegante
autorizase expresamente las delegaciones así efectuadas no puede tener como
y de la autoridad d e l e g a d a . . . La delegación implícita se impone con tanta consecuencia, en las circunstancias de hecho antes señaladas, viciar de ile-
mayor razón cuanto que ella no lesiona, propiamente hablando, los derechos galidad las decisiones adoptadas. Al encargar al jefe de la 4» división del
de los terceros". E n este sentido se ha pronunciado el Consejo d c E s t a d o : " E n Estado mayor del ejército —intermediario normal entre el ministro y las co-
la época en que se han aprobado los affiches del 20 agosto y del 5 octubre misiones de redes ferroviarias— ciertas atribuciones incluidas por los regla-
1914 (que establecen que " l o s trasportes por ferrocarril se harán sin respon- mentos entre las del ministro de Guerra y las del jefe del Estado mayor
sabilidad ni garantía de ninguna clase, en razón de las condiciones actuales general, el ministro o el jefe mencionados sólo han tenido en vista asegurar
de la explotación de las vías f é r r e a s " ) , la situación creada por el estado lo mejor posible la ejecución del servicio. Ellos no han atentado, de ninguna
de guerra, el número y la complejidad de los problemas planteados, la nece- manera, contra pretendidos derechos de terceros. De ahí se desprende que la
sidad de la decisión más rápida en todos los dominios de la actividad, se sociedad recurrente no tiene derecho a sostener que por carecer de la firma
oponían a que las diversas autoridades, sobre todo las militares, ejerciesen del propio ministro, o por lo menos del jefe del Estado mayor general, la
siempre, por sí mismas, los poderes de que estaban investidas. Se han visto, pues, aprobación dada a los affiches del 20 agosto y del 5 octubre 1914 no tendría
constreñidas, por la misma fuerza de las cosas y bajo pena de caer en lenti- ninguna autoridad l e g a l " .
tudes capaces de impedir la defensa nacional, a confiar a tal o cual de sus
H9 COUTY, Les finances communáles pendant la guerra en France (tesis,
subordinados, al más calificado por sus funciones, el encargo de actuar en París, 1925), ps. 121 y ss.
su lugar y cargo y bajo su control. La circunstancia de que ningún decreto
400 TEORÍA GENERAL DE LA FUNCIÓN PÚBLICA LOS FUNCIONARIOS DE HECHO 401

narios municipales legítimos, a consecuencia de la moviliza- Después del armisticio, a pedido del Gobierno francés,
ción, o por temor al enemigo. Prácticamente, en todas partes los miembros de estos Comités siguieron desempeñando sus
aparecieron entonces funcionarios de hecho; se trataba de funciones, con el nombre de Comité del Norte liberado. El total
ex concejales no movilizados, o bien de simples particulares. de las operaciones efectuadas por este Comité alcanzó a la
Ellos tomaron a su cargo el funcionamiento de los servicios suma de 680 millones de francos. Este organismo fué reem-
públicos locales. En particular, entraron en relaciones con plazado paulatinamente por las oficinas departamentales re-
las autoridades militares alemanas (requisiciones, contribucio- gularmente creadas por la ley.
nes en dinero, deportación de habitantes, etc.) y se encargaron
de asegurar los aprovisionamientos, de distribuir los víveres II. — La validez de los actos jurídicos realizados por estos
y socorros a los habitantes, de emitir papel moneda, etc.120. funcionarios de hecho no se ha discutido. Se han realizado
Estos funcionarios improvisados se vieron obligados también numerosos actos para liquidar las operaciones, pero no para
a contratar empréstitos, con los habitantes más ricos del mu- otorgarles un valor jurídico.
nicipio, o con los Bancos 121 : estos empréstitos eran reembol- Así, por ejemplo, las leyes de 11 febrero 1919 y 31 mayo
sabas después de la cesación de las hostilidades. 1921 (art. 5) reglamentaron "el rescate de los bonos de mo-
Se constituyeron consorcios de emisión: primero, para la neda" emitidos en territorio invadido durante la ocupación
emisión de bonos de moneda; luego, para el pago de los gastos enemiga, por las ciudades, municipios, uniones o sindicatos de
públicos y de las contribuciones de guerra. Dichos consorcios municipios, cámaras de comercio y cajas de ahorros 122 . De
hicieron adelantos a los municipios o a los establecimientos este modo se han retirado de la circulación casi 1.750 millones
públicos. También se crearon Comités de alimentación en los de francos en bonos de moneda.
municipios. Estos comités municipales, se agruparon en Co-
mités regionales, y éstos lo hicieron en Comités de distritos, I I I . — Se planteó una cuestión delicada con referencia a
subordinados a un Comité central (Comité de alimentación la situación de los funcionarios de hecho que sustituyeron a
del Norte de Francia) que se hallaba en relaciones directas los contadores municipales regulares. ¿Tratábase, en verdad,
con la Comisión hispano-americana, con sede en Bruselas. de contadores de hecho en el sentido técnico de la expresión,
sometidos a las reglas de la contabilidad de hecho? La Admi-
En consecuencia, los funcionarios de hecho realizaron
nistración vaciló123. La Corte de Cuentas resolvió muy cate-
gran cantidad de actos jurídicos durante todo el trascurso de góricamente que eran contadores excepcionales que no podían
la guerra. El Comité de alimentación del Norte de Francia considerarse contadores ocultos, pues administraban pública-
distribuyó, hasta el día del armisticio, artículos de consumo mente los fondos públicos. Dicho tribunal, al reclamar la pre-
por valor de 947 millones de francos.
122 Véase, también, el decreto del 30 junio 1921, y la circular del Ministe-
120 Consúltese el segundo informe anual ( 1 ' enero 1917) de la Comisión rio del Interior, del 28 julio 1921.
hispano-americana, llamada Commision for Belief in Belgiwn. 123 Diversas circulares ministeriales han prescrito la apertura de cuentas
121 Por ejemplo, la ciudad de Sedan, ocupada por las tropas alemanas el de gestión para estos contadores, tomadas del modelo de las cuentas presenta-
26 agosto 1914, fué gravada el 28 del mismo mes y año con una contribución das por los contadores ocultos, en particular, con obligación de someter a la
de 200.000 francos a pagar en oro; el 31 agosto 1914 fué castigada con una autoridad presupuestaria (concejo municipal y prefecto) la apreciación de la
multa de 500.000 francos y el 23 enero 1915 con una nueva contribución oportunidad de los gastos efectuados. Circular del Ministro del Interior, del
de 500.000 francos. Dos empréstitos por 330.000 y 125.000 francos, fueron 19 julio 1920; circular interministerial del 15 setiembre 1920. En el hecho,
contratados con el Banco Internacional de Luxemburgo, por el presidente de sobre 1.000 contabilidades excepcionales sometidas al control de la Corte de
la Cámara de comercio, con la garantía de veinte vecinos notables de Sedan. cuentas, en el mes de enero de 1924, solamente 20 habían llegado a la Corte.
Con posterioridad debió contratarse otros empréstitos para hacer frente a nue- Las contabilidades excepcionales no sometidas al control del mencionado orga-
vas contribuciones de guerra. nismo, eran mucho más numerosas.

Jéze, Der. adm., n i . 26


402 TEORÍA GENERAL DE LA FUNCIÓN PÚBLICA LOS FUNCIONARIOS DE HECHO 403

sentación de las cuentas de gestión de esos "contadores excep- acto jurídico. Este acto es jurídicamente inexistente. ¿Pueden
cionales'' 124 , afirmó que no se habían inmiscuido ilegalmente ratificar lo que se ha hecho las autoridades públicas regular-
en el manejo de los fondos públicos. La intervención de estos mente investidas de la función y competentes para llevar a
funcionarios, según establece el recurso n 9 3457, del 13 junio cabo el acto? ¿Debe considerarse al acto así ratificado como
1924, "no puede asimilarse a una ingerencia ilegal en el ma- si lo hubiese realizado el agente regularmente investido? ¿Pro-
nejo de los fondos públicos. Además, la Corte se ha rehusado a cede admitir en derecho público las soluciones consagradas
aplicar a los contadores excepcionales el conjunto de reglas ad- para las relaciones entre particulares?
mitidas para los casos de gestión oculta"125. La Corte de Cuen-
tas comparó a renglón seguido la misión del municipio en I. — En derecho privado, en las relaciones de particular
territorio no ocupado con la del municipio invadido. Este a particular, cuando un individuo realiza, sin mandato regu-
último, "por la fuerza de las circunstancias se ha convertido lar, un acto jurídico, actuando por cuenta de otra persona,
en una especie de pequeño Estado independiente, con sus fi- ésta puede ratificar ese acto. Las cosas suceden como si exis-
nanzas y su moneda propias 1 '. La Corte comparó también "la tiese mandato previo; por consiguiente, el acto produce los
situación" de los contadores ocultos que han formado una caja mismos efectos jurídicos que si lo hubiese realizado el propio
particular dando así otro destino a los fondos públicos, con la interesado (Código Civil, art. 1375).
de los contadores regulares o excepcionales que, con el asenti- Esta solución se explica y se justifica perfectamente. En
miento de la autoridad de hecho, a vista y paciencia de todos, derecho privado, la mayoría de los actos jurídicos no necesitan
administraron una caja pública. . .12<i. que los realice el propio interesado, ya que también puede ha-
cerlos un mandatario. En consecuencia, conviene estimular a
§2 los terceros a obrar por cuenta de sus amigos, sin mandato
De la ratificación de los actos realizados por el usurpador expreso previo, siempre que esta intervención resultase útil.
Si, posteriormente, aquel a quien corresponde el asunto, rati-
fica lo que se ha hecho, no hay razón para no aplicar a esta
Un individuo que no es el agente regularmente investido
hipótesis las reglas del mandato, pues la ratificación es, en
de la función, y que no posee investidura admisible, realiza un
realidad, un mandato tardío. Luego, en todos los casos en que
124 Recurso n ' 3072, del 5 mayo 1923: " L o s consorcios no se han limita- un mandatario puede realizar un acto jurídico, es lógico y
do a suministrar a los municipios y a los establecimientos locales, recursos de prácticamente útil admitir su ratificación, lo que dará lugar
tesorería, sino que han abonado diversos gastos por su cuenta: contribuciones a que se considere en principio121, al acto ratificado, como si
de guerra, erogaciones de asistencia, e t c . . . . La mayoría de las operaciones
realizadas por dichos consorcios se traducen en adelantos a los municipios, a
se hubiera realizado, desde el comienzo, en virtud de un man-
los establecimientos públicos, al departamento o al Estado, adelantos que dato previo.
deben reglamentarse. ¿Cómo se pronunciaría la Corte acerca de este regla-
mento, si la contabilidad de los consorcios queda sustraída a su e x a m e n ? " .
128 El mismo recurso (référé) agrega: " P e r o sea cual fuere la conside- II. — Es muy diferente la situación en derecho público.
ración de equidad en que ella (la Corte de cuentas) entienda inspirarse, no deja Aquí, el principio fundamental establece que los agentes pú-
de ser menos evidente por ello que los contadores excepcionales deben rendirle blicos administran, no ya sus asuntos personales, sino un
cuenta de sus operaciones y que solamente una decisión del juez financiero
puede disponer su liberación".
servicio público o cosa pública, hallándose investidos de una
126 A consecuencia de este référé se modificó la circular interministerial determinada competencia, en razón de la confianza que inspi-
del 15 setiembre 1920. Las instrucciones dirigidas a los prefectos el 25 oc- ran por sus cualidades personales. Por consiguiente, deben
tubre 1924 establecen que la autoridad presupuestaria (concejo municipal y
prefecto) no tendrá ya que pronunciarse sobre la utilidad comunal de los 1^7 Y con la reserva del respeto de las situaciones jurídicas nacidas en
gastos realizados. beneficio de terceros.
404 TEORÍA GENERAL, DE LA FUNCIÓN PÚBLICA
Los FUNCIONARIOS DE HECHO 405

ejercer la competencia por sí mismos, no pudiendo delegar su mentó, encargar a un mandatario elegido por él para que
función en un mandatario126. El ejercicio de la función pública hiciese un reglamento, efectuase un nombramiento o dispu-
es esencialmente personal. Esto resulta tan verdadero que, siese una destitución. Un alcalde tampoco podría, fuera de los
para los casos de impedimento, la ley establece reglas espe- casos de delegación autorizada, confiar a un mandatario de-
ciales, designando de antemano a otros agentes públicos com- signado por él, la celebración de un matrimonio. La solución
petentes, para ejercer la función en lugar del agente impedido. es idéntica cuando se trata de actos relativos a la gestión de
Algunas veces, esos agentes públicos son investidos de pleno los patrimonios administrativos: venta, locación, permuta, etc.
derecho, pero con la condición de que exista el impedimento Así, por ejemplo, es el alcalde (o el delegado designado de
(suplencia). Otras veces, en cambio, los debe designar expre- conformidad a la ley) quien debe celebrar el acto de venta
samente un agente determinado (delegación)129. autorizado por el concejo municipal y por el prefecto. La com-
praventa concluida por un mandatario propiamente dicho, de-
III. — Tal es la regla, cuya aplicación se impone, sea signado libremente por el alcalde, sería inexistente. La juris-
cual fuere el objeto del acto, ya se trate de un reglamento, de prudencia es muy clara y firme en este sentido130.
un nombramiento, de una sentencia, de una medida discipli-
naria, de la celebración de un matrimonio, de un contrato de IV. — Siendo inaplicable en derecho público la doctrina
venta o de locación de servicios, etc. del mandato propiamente dicho, se deduce que la ratificación
Es evidente que un ministro o un prefecto no podría, propiamente dicha es imposible en derecho público. En efecto,
fuera de los casos de delegación autorizada por ley o regla- la ratificación no es más que un mandato tardío. En conse-
128 DUGJJIT, Tr. droit const., 2» ed., m, 1923, ps. 144 7 ss.: " L a doctrina
cuencia, el acto jurídico realizado por el usurpador de función
y la jurisprudencia se Hallan conformes en reconocer que estas delegaciones no puede ser ratificado por el funcionario regularmente inves-
de competencia son la excepción, y que un funcionario sólo puede hacer tido de la función y de la competencia. Este agente no pudo
una delegación total o parcial de sus poderes si una ley o un reglamento se lo otorgar al individuo que ha obrado como usurpador, el man-
permiten y en la medida y bajo las condiciones que se le permita... El man- dato de realizar el acto. Se comprende, entonces, que no pueda
dante puede elegir libremente su mandatario; el funcionario que delega su
competencia no puede elegir su delegado, que le es impuesto por la ley. El hacer, por vía de ratificación, lo que no pudo hacer por vía
mandato se extingue siempre por la muerte del mandante; la delegación de de mandato.
competencia subsiste a pesar del fallecimiento del delegante. El mandatario
se halla jurídicamente obligado por las instrucciones que le da su mandante;
el funcionario delegado tiene completa independencia en el ejercicio de las V. — Sin embargo, no se puede descartar todo acto deno-
facultades que le pertenecen, no estando obligado jurídicamente por las ins- minado acto de ratificación, considerando que carece de valor
trucciones que le diera el funcionario delegante. El delegante carece de acción
contra el delegado para obligarle a rendir cuenta de su gestión, quedando este
jurídico. Cuando el agente regularmente investido y compe-
último únicamente sometido al poder disciplinario y jerárquico del prime- tente, ajustándose a las formalidades y condiciones legales
r o . . . ' ' . En el mismo sentido, ESMETN, Droit const., 5» ed., ps. 616 y ss.; p. exigidas para realizar el acto jurídico, dice ratificar lo que
722: " L a facultad de delegar parece contraria a los principios del derecho ha hecho el usurpador de función, no deberá verse en eso una
constitucional y público de la Francia moderna. En principio... los funcionarios
no tienen el derecho de delegar la autoridad de la que están investidos. La ratificación propiamente dicha, sino la realización directa de
razón de ello estriba e n . . . que cada funcionario toma hoy su autoridad de un acto jurídico que deberá apreciarse en sí mismo, prescin-
la Constitución o de la ley, para ejercerla y no para disponer de ella. El diendo del acto del usurpador al cual impropiamente se refiere.'
funcionario tiene el deber de ejercerla de conformidad a la Constitución y a Además, habiéndose cumplido todas las exigencias legales, no
las leyes, mucho más que el correspondiente derecho; no puede, pues, delegar
sus funciones en otro, a menos que un texto expreso lo autorice. Toda autori- 130 LAPEBBIÉRE, Jur. adm. et recours contentieux, 2» ed., n, p. 502; Cons.
dad pública es, en principio, indelegable". Sobre la delegación implícita en de Es*., 21 febrero 1890, Mimieux, " B e c " , p. 201: " N o pertenece a los
tiempo de guerra, véase supra, ps. 398 y ss. ministros la facultad de delegar, fuera de los casos previstos por la ley, parte
129 Supra, ps. 350 y ss. alguna del poder de decisión de que están investidos". Cfr. supra, ps. 350 y es.
406 TEORÍA GENERAL DE LA FUNCIÓN PÚBLICA LOS FUNCIONARIOS DE HECHO 407

hay razón para negar efectos jurídicos a esta manifestación de Consideremos el caso de los matrimonios celebrados por
voluntad, aunque estos efectos no serán, como es natural, los usurpadores. El Parlamento podría disponer muy correcta-
de una ratificación propiamente dicha. En este caso, el acto mente que los individuos a quienes los usurpadores declararon
del usurpador no se considerará realizado regularmente por unidos por los vínculos del matrimonio, gozarán, en lo futuro,
el funcionario legalmente investido y competente, a partir del del status de esposos y que los hijos nacidos o por nacer ten-
día en que lo realizó el usurpador. La manifestación de volun- drán el status de hijos legítimos.
tad, impropiamente llamada ratificación, producirá los efectos Para proceder correctamente, sería preciso dejar a salvo
jurídicos del acto, ya que es ella la que lo constituye verda- las situaciones jurídicas originadas regularmente en favor de
deramente, a partir del día en que lo realizó el agente regular- los terceros. Verbigracia, si después de autorizado el matri-
mente investido y competente. Vale decir que se está en pre- monio por un usurpador, falleciese uno de los pretendidos
sencia, no de un acto ratificado, sino de un acto nuevo, absolu- cónyuges, antes de dictarse la llamada ley de ratificación, el
tamente independiente del acto del usurpador. supuesto esposo sobreviviente no podría, aunque se dictase
Veamos un ejemplo. Supongamos un matrimonio auto- aquella ley, hacer valer, contra los herederos naturales, los
rizado por un usurpador. Posteriormente, el alcalde legítimo derechos de sucesión resultantes de su pretendido matrimonio.
y competente autoriza de nuevo el matrimonio observando Por lo demás, no sería difícil que si se presentase este
todas las formalidades legales131 y agrega que la celebración caso, el legislador francés, convencido de su omnipotencia, lo
tiene por objeto ratificar el matrimonio celebrado anteriormen- decidiera de otro modo. Los tribunales franceses, que también
te por el usurpador. Esta declaración de ratificación carece de participan de esta convicción y que no poseen la facultad de
valor. El matrimonio sólo existirá con todos sus efectos jurí- descartar las leyes inconstitucionales 138 , aplicarían la ley, a
dicos, a partir de la celebración autorizada por el oficial del
registro civil regularmente investido y competente.
o de uno antiguo, no existe ahí una apreciación que recaiga sobre los actos
jurídicos realizados por el nuevo gobierno. El gobierno de quien emana el
VI. — ¿Podrá el Parlamento ratificar mediante una ley reconocimiento, simplemente comprueba que determinado gobierno posee la
general e impersonal los actos de los usurpadores? Es evi- mayor fuerza y tiene la posibilidad material de asegurar el funcionamiento
dente que el Parlamento francés no vacilaría en responder regular de los servicios públicos esenciales. El reconocimiento tiene efecto re-
troactivo. Una vez reconocido el gobierno de hecho, las autoridades públicas del
afirmativamente, pues tiene una convicción inquebrantable de Estado que lo ha reconocido, consideran que todos los actos por él realizados
su omnipotencia. desde el comienzo de su existencia han sido efectuados por un gobierno
A mi juicio, resulta incorrecto hablar de ratificación regular. E n este sentido se ha pronunciado siempre muy categóricamente la
Corte Suprema de los Estados Unidos ( A M O S S. HERSHEY, Notes on the recog-
propiamente dicha. Lo que el Parlamento puede hacer es de- nition, en " T h e American Journal of International L a w " , 1920, ps. 510 y s s . ;
cidir, de manera gen-eral e impersonal, cuáles serán las situa- L. F . CRANE, he statut du Gouvernement soviétique en Angleterre et en Amé-
ciones jurídicas que se producirán, en lo futuro, a consecuencia rique, en CLUNET, " J o u r n a l du Droit Int. P r i v é " , 1925, ps. 314 y ss.). Véase,
en particular, la sentencia de la Corte Suprema norteamericana, del 11 marzo
de los actos realizados por los usurpadores 132 . 1918 (caso Bicard v. The American Metal Co. Ltd.): " L a revolución comen-
zada por el general Carranza contra el general Huerta ha triunfado, y el go-
131 E s lo que ocurrió en 1870, en Marsella. Siete matrimonios habían sido
bierno por él establecido ha sido reconocido por el Departamento político de
autorizados por usurpadores de funciones. Posteriormente, seis de estos ma-
nuestro gobierno como gobierno de Méjico, en calidad de gobierno de facto
trimonios se celebraron nuevamente. No hubo ratificación. Sólo a partir de la (19 octubre 1915), y más tarde (31 agosto 1917) como gobierno de jure. Este
nueva celebración hubo matrimonio con todos los efectos jurídicos. Cfr. supra, reconocimiento es retroactivo en sus efectos y otorga validez a todos los actos
p. 340, nota 41. del gobierno de Carranza, a contar desde el comienzo de su existencia*'. Cfr.
132 A este acto del derecho público interno se puede asimilar el reconoci- HENRY, Les gouvernements de fait devant le jnge (tesis), París, 1927.
miento de un gobierno o de un Estado, en derecho internacional público. El
reconocimiento no significa ratificación. Cuando un gobierno extranjero reco- 133 GASTÓN JÉZE, Les principes généraux du droit administratif, 3» ed.,
noce a otro gobierno (sea de hecho, sea de derecho), trátese de un Estado nuevo i, 1925, ps. 350 y ss.
408 TEORÍA GENERAL DE LA FUNCIÓN PÚBLICA LOS FUNCIONARIOS DE HECHO 409

pesar de su incorrección. Por consiguiente, la cuestión que curaba que los terceros lo creyesen autorizado para seguir
examinamos carece de importancia práctica, siendo inútil in- realizando actos notariales 137 .
sistir más sobre ella. 29) A los miembros de un consejo de fábrica, destituidos,
y que habían proseguido en sus funciones, no obstante habér-
§3 seles comunicado la destitución 138 .
Soluciones de la ley y de la jurisprudencia francesas, 39) Una antigua sentencia 139 hace una aplicación muy
en lo concerniente a la responsabilidad penal de los interesante del art. 197 del Código Penal; su solución me
usurpadores y de los funcionarios de hecho13* parece, en la actualidad, la más indicada. Se había disuelto
un concejo municipal; el alcalde y los adjuntos fueron sepa-
Bastará señalar que el Código Penal francés135 castiga rados de sus cargos, nombrándose una delegación. Un adjunto
con una sanción penal al usurpador de función y aun, en cier- destituido, fundándose en que la disolución era ilegal y que,
tos casos, al funcionario de hecho. El delito y las penas se en- por consiguiente, también lo eran las destituciones y las susti-
cuentran en los arts. 197 y 258 del Código mencionado. tuciones, continuó ejerciendo sus funciones, no obstante la
destitución. La Corte de Casación (Cámara criminal) decidió
I. — Art. 197: "Todo funcionario público destituido, sus- que debía aplicarse el art. 197 del Código Penal 140 .
pendido o inhabilitado legalmente, que continuase en el ejer-
cicio de sus funciones, después de tener conocimiento oficial II. — Art. 258: "Cualquier persona que sin título ejer-
de su situación, o que, habiendo desempeñado un cargo de ciese funciones públicas, civiles o militares, o hubiese realizado
carácter electivo o temporario, continuase ejerciéndolo, luego actos correspondientes a una de dichas funciones, será casti-
de la designación de su reemplazante, será castigado con gada con prisión de dos a cinco años, sin perjuicio de la pena
prisión de seis meses a dos años, y con una multa de 100 a 500 establecida para el delito de falsedad, en caso de que el acto
francos. Asimismo, se lo inhabilitará para el desempeño de tuviese ese carácter".
toda función pública por un período de cinco a diez años, a
137 Casación, 13 diciembre 1894, Montella, "S.", 96, 1, 249 (véase la
partir del día en que se le aplicase la p e n a . . . " . n o t a ) . Cfr., también, Orléans, 13 dic. 1850, " D . " , 51, 2, 175. P a r a la aplica-
La jurisprudencia ha aplicado este texto legal 136 : ción a un ujier: Casac. crim., 11 abril 1835, Choy, " S . " , 35, 1, 246.
l 9 ) A un notario destituido que había proseguido el ejer- 138 Casac. crim., 30 octubre 1886, Eogat, " S . " , 86, 1, 493; " D . " , 87,
1, 507.
cicio de sus funciones notariales con el título de agente de 139 Pau, 29 diciembre 1841, Arsac; Casac, 26 febrero 1842, Arsac, " 8 . " ,
negocios, en condiciones de hecho particulares, y que no sola- 1842, 1, 962. Cfr.: 12 mayo 1894, Angelini, " D . " , 98, 1, 548.
mente continuaba desempeñando esas funciones en el mismo i*o Casac, 26 febrero 1842: " L a disolución de los concejos municipales
puede decretarla el Rey. En esta esfera de atribuciones, los actos del poder
local, sino que, además, mediante maniobras reiteradas, pro- ejecutivo tienen carácter de urgencia; interesan esencialmente al orden pú-
blico, imponen la obediencia y no se los puede impugnar sino por las vías
134 P a r a el comentario de estos textos, véase especialmente las considera- l e g a l e s . . . Los funcionarios así destituidos debían cesar en sus funciones y no
ciones de GABQON, Code Penal annoté, i, ps. 471 y ss.; ps. 609 y ss.; GARRAUD, tenían el derecho de controlar las formalidades que debían cumplirse para la
Traite de droit penal, iv, n» 1243, ps. 1396 y ss.; CHANTE-GRELLET y PICHAT, instalación del nuevo municipio... J . G., después de haber tenido conocimiento
Fonotionnaires publics, " R é p . B é q u e t " , xvi, ps. 570 y ss.; n " 164 y ss. oficial, tanto del decreto como de la resolución del prefecto, ha proseguido
135 Antes de 1810 existió una ley de 15-16 setiembre 1792, que tenía el ejerciendo sus funciones de adjunto provisional, con el pretexto de que el
mismo objeto. Dicha ley era muy 3evera en razón de la frecuencia con que decreto de disolución... era radicalmente nulo. Al declarar que este acto impor-
en esa época de perturbación se realizaban usurpaciones de funciones, como ta un delito previsto y penado por el art. 197 del Código Penal, el pronuncia-
asimismo visitas domiciliarias y pesquisas, llevadas a cabo por los usurpadores. miento impugnado ha hecho justa aplicación del artículo mencionado y no
136 Véase, en especial, Casac., 30 oct. 1886, Eogat, " S . " , 1, 493; y 12 ha violado ninguna l e y " . Cfr.: 12 mayo 1894, Angelini, " D . " , 98, 1, 548,
mayo 1894, Angelini, " D . " , 98, 1, 548. un caso análogo.
410 TEORÍA GENERAL, DE LA FUNCIÓN PÚBLICA Los FUNCIONARIOS DE HECHO 411

Este último texto se ha aplicado: Este criterio es quizá excesivo146. No obstante, muestra
l 9 ) a una persona que, valiéndose de una serie de manio- cuan restringido se halla en la práctica el campo de aplicación
bras, se hacía pasar por agente de policía con derecho para de las sanciones penales.
proceder al arresto de un individuo 141 ;
29) a los que se encargaron del municipio, en 1871, por § 4
haberse inmiscuido en la percepción de los impuestos 142 .
En 1850, un tribunal aplicó el art. 258 a un agente pú- Soluciones de la ley y de la jurisprudencia francesas, en
blico, regularmente investido, por excederse de los límites de lo concerniente a las relaciones entre la Administración
su competencia143. Tratábase, en efecto, de un adjunto que y el usurpador de función o el funcionario de hecho
había autorizado un matrimonio en lugar del alcalde, aprove-
chando una ausencia momentánea de este último. Esta solu- I. — ¿En qué medida pueden, el usurpador de función o
ción ha sido muy criticada, pues hoy resultaría difícil encon- el funcionario de hecho, invocar en su favor, con respecto a la
trar un tribunal que interprete el artículo en cuestión como
Administración, la ocupación irregular del cargo?
la sanción de una regla de competencia144.
¿En qué medida puede la Administración invocar la res-
III. — En la práctica, las sanciones penales contra los ponsabilidad pecuniaria del usurpador o del funcionario de
usurpadores o los funcionarios de hecho se aplican muy rara- hecho, en razón del ejercicio irregular de la función?
mente. En efecto, no existe delito penal si falta el elemento Tales son los dos importantes problemas que deben resol-
intencional. Ahora bien: la opinión general, en lo concerniente verse ahora.
a esta intención, es que el usurpador debe tener conciencia de
que se inmiscuye, sin título, en una función pública. Por con- II. — De conformidad con la ley y la jurisprudencia
siguiente, debe tener la voluntad de cometer, como delito, el francesas, pueden formularse las tres proposiciones siguientes:
hecho que se le reprocha. P proposición. — Por regla general, ni el usurpador de
Algunos llegan a afirmar que la ausencia del titular le- función ni el funcionario de hecho pueden invocar, en su favor,
gítimo de la función, como asimismo la necesidad de proveer la ocupación irregular del cargo, para obtener cualquier be-
a un servicio público urgente, excluyen toda intención culpa- neficio personal.
ble, vale decir, que si el usurpador o el funcionario de hecho 2* proposición. — Por regla general, cuando un individuo,
tuviesen buenas intenciones, no cometerían delito, y, en con- ya sea usurpador o funcionario de hecho, ha enriquecido un
secuencia, no podrían aplicárseles los arts. 197 y 258 del Có- patrimonio administrativo, mediante el ejercicio indebido de
digo Penal 145 . un cargo, puede reclamar una indemnización hasta la concu-
141 Casación, 14 junio 1861, "!>.", 61, 1, 355. rrencia del enriquecimiento proporcionado.
142 P a r a la aplicación del art. 258 a los contadores de hecho, véase es- 3 9 proposición. — Cuando además de la usurpación de
pecialmente: Casac, 16 marzo 1888, Henriot, " S . " , 89, 1, 4 5 ; " D . " , 88, 1,
393, con el informe del consejero SALLANTIN. función o la función de hecho hubiese manejo irregular de
143 Tribunal de Chateauroux, 19 julio 1850, " D . " , 52, 2, 133; véase la fondos públicos, la Administración puede emplear contra el .
nota crítica. usurpador o el funcionario de hecho, el procedimiento de la '
144 GARLÓN, Code Penal annoté, i, ps. 609 y ss.
145 GARRAUD (Droit penal, xv, n» 1243) escribe: " E s necesario tener con-
declaración de contabilidad de hecho u oculta.
ciencia de la ilegalidad cometida... La ley castiga, en efecto, una usurpación Volvamos sobre estas tres proposiciones.
de poderes, una especie de rebeldía del funcionario destituido o suspendido;
ella exige, pues, para su aplicación, una voluntad caracterizada de parte del
agente''. 146 GARLÓN, Code Penal annoté, i, ps. 609 y sa.
412 TEORÍA GENERAL DE LA FUNCIÓN PÚBLICA LOS FUNCIONARIOS DE HECHO 413

I de Hacienda), de fechas 3 febrero y 21 junio 1880, para tener


derecho a pensión es preciso poseer un título regular. En
El usurpador o el funcionario de hecho ¿tienen derecho consecuencia, el funcionario irregularmente designado cuyo
a una pensión, a una retribución, etc.? nombramiento se anula posteriormente 148 , no podrá invocar en
su beneficio, para el cómputo de sus servicios149, el tiempo du-
I. — En principio, ni el usurpador de función, ni el fun- rante el cual fué funcionario de hecho150.
cionario de hecho, pueden invocar, en su favor, la ocupación
irregular del cargo para obtener cualquier ventaja personal: 148 En el momento en que se liquida la pensión, la Administración debe
retribución, pensión, ascenso, etc. considerar regulares los títulos de investidura irregulares no anulados por las
vías legales. El Consejo de Estado ha resuelto que debían tenerse en cuenta
Esta solución es lógica, ya que para obtener una ventaja para el cálculo de la pensión, los servicios cumplidos en virtud de un nom-
personal es lógico presentar un título legítimo. Además, si se bramiento irregular, si dicha designación no se ha anulado. El liquidador de
consideran válidos los actos de los funcionarios de hecho, no la pensión debe tener por regulares los títulos de investidura no anulados.
Cons. de Est., 20 noviembre 1896, Favos, " R e c " , p. 742: " L a decisión por
obstante emanar de personas irregularmente investidas, es la cual el ministro de Instrucción Pública ha rechazado la demanda de pensión
porque se tienen en cuenta el interés público, la buena marcha de retiro... se funda únicamente en que los servicios prestados por la recu-
de los servicios públicos, el crédito público y la paz social1*7. rrente sin estar provista del brevet de capacidad, desde el 1» noviembre 1870
al 30 setiembre 1874, no pueden tenerse en cuenta para la liquidación de una
Finalmente, esta solución ofrece una gran ventaja práctica: pensión. La recurrente fué nombrada maestra por resolución prefectoral del
contribuye a desanimar a los usurpadores de funciones y a 2 noviembre 1870, dictada a propuesta del inspector de academias. En virtud
los funcionarios de hecho. Como se ve, el resultado práctico de este nombramiento ejerció sus funciones durante tres años y once meses; sus
es excelente. sueldos se pagaron con fondos municipales y, por otra parte, su retribución
se hallaba sometida a las retenciones prescritas por la ley d e . . . 1853. En
estas condiciones, equivocadamente el Ministro... se ha negado a tener en
II. — Sin embargo, cabe preguntarse si no sería mejor cuenta los servicios prestados por la recurrente desde el 1* noviembre 1870
al 30 setiembre 1874, por el motivo de que la señora F. no tenía, en dicha
combinar este principio con otros dos principios indiscutidos época, el brevet de capacidad...". Cons. de Est., 2 abril 1898, Lejeune,
del derecho público francés actual: " R e c " , p. 301: Se trataba de un joven que fué nombrado maestro antes de
l9) Los patrimonios administrativos no deben enrique- haber cumplido veinte años de edad. El nombramiento era irregular, pero no
había sido anulado. El Ministro, el día de la liquidación de la pensión, preten-
cerse sin causa a expensas de otros. dió prescindir de los servicios prestados en virtud de una designación irregu-
2r) Cuando una persona ha sido funcionario de hecho lar. El Cons. de Estado desechó esta pretensión, en los siguientes términos:
únicamente por negligencia o por obra de los agentes públicos "Resulta del expediente que el señor L. ha ejercido efectivamente, desde el 1*
jefes del servicio, habiendo, de buena fe, desempeñado irregu- octubre 1870 al 31 marzo 1871, las funciones de maestro suplente... y que
en dicho carácter ha recibido una retribución que tiene la índole de un sueldo
larmente un cargo, debe otorgársele una indemnización por el sometido a retención... De ahí se sigue que su viuda tiene derecho a solicitar
perjuicio experimentado, vale decir, una retribución pecunia- una pensión". Cfr.: Cons. de Est., 28 mayo 1897, Vincent, " R e c " , p. 429.
ria por los servicios que prestó de buena fe. 149 Es preciso aplicar a esta hipótesis la solución dada por el Consejo de
Estado para los servicios prestados fuera de los cuadros regulares y •perma-
III. — Veamos algunas aplicaciones de estos principios: nentes de la Administración, los que no se tienen en cuenta para la jubilación.
Cons. de Est., 11 diciembre 1912, Seignon, " R e c " , p. 1181: El alcalde de
P aplicación. Pensión de retiro. — Un agente público no un municipio ha encomendado ciertos trabajos a una persona. Dicha persona
puede pedir que, para el cálculo de su pensión de retiro, se le sólo era un funcionario auxiliar, que no pertenecía al cuadro regular y perma-
computen los servicios correspondientes al tiempo durante el nente de la Administración municipal. "Los servicios prestados en este carác-
ter. . . no son de los que... dan derecho a pensión, y es por esta razón que no
cual estuvo investido irregularmente de una función. Según han sido computados en la liquidación de su pensión de retiro".
los términos de un dictamen del Consejo de Estado (sección 150 Consideremos la hipótesis inversa. El agente irregularmente separado,
que logra la anulación de su destitución, ¿podrá pedir se le tenga en cuenta
147 Supra, ps. 334 y ss. el tiempo trascurrido desde su separación hasta su reintegración? Ésta es una
414 TEORÍA GENERAL DE LA FUNCIÓN PÚBLICA LOS FUNCIONARIOS DE HECHO 415

IV. — 2r aplicación. Retribución. — l 9 ) El usurpador de Supongamos, no obstante, que el título se anule posterior-
funciones no puede, en ningún caso, reclamar el sueldo asig- mente : ¿podrá el funcionario de hecho reclamar el pago de los
nado al cargo que ha desempeñado sin título. El contador haberes devengados, pero no satisfechos? ¿Estará obligado a
devolver todas las sumas que percibió durante el período
debería negarse a abonar la orden o el mandato librados en
trascurrido entre la investidura y el día en que se anuló el
favor del usurpador, por no existir pruebas de que los servi- título?
cios se prestaron regularmente. Por lo demás, los reglamentos
En favor de la afirmativa, debe decirse que el individuo
de contabilidad exigen, como fundamento de las órdenes de
sólo puede percibir, o conservar en su patrimonio, los fondos
pago del primer sueldo de los funcionarios públicos, la men- públicos, en virtud de un título regular. El art. 10, § 1, del
ción del acto de investidura (nombramiento o elección). reglamento de contabilidad pública de 1862, dice expresa-
2°) El funcionario de hecho tiene un título regular, en mente : "Sólo pueden efectuarse pagos al verdadero acreedor,
cuya virtud tiene derecho a exigir la retribución asignada a previa justificación de sus derechos y como retribución de un
la función que ocupa, siempre que la irregularidad no se com- servicio prestado". Aquel que carece de un título regular de
pruebe oficialmente, anulándose la investidura. Mientras el investidura no es un verdadero acreedor que justifica sus
título no sea anulado, merece plena fe1*1. El ordenador del derechos.
pago y el contador no podrían negarse a proceder al libramien- En resoluciones muy antiguas del Consejo de Estado, pa-
to o al pago, so pretexto de que el título es irregular. rece establecerse el principio de que no puede reclamarse la
retribución asignada a una función pública cuando el nom-
cuestión totalmente distinta. La única razón que hace dudar proviene de los bramiento para dicho cargo emana de una autoridad incom-
términos del art. 8 de la ley del 14 abril 1924, que establece: " E l derecho petente. Por consiguiente, cuando una persona ha ocupado un
de pensión a la vejez se adquiere a los sesenta años de edad y treinta años cargo en virtud de un nombramiento irregular, no puede re-
cumplidos de servidos efectivos". E n nuestra opinión, el funcionario ha sido
colocado, por la falta de la Administración, en la imposibilidad de prestar clamar los haberes devengados y no cobrados152.
servicios efectivos. Los servicios deben, pues, ser computados para la pensión.
E n esta materia, es necesario adoptar la solución admitida por el Cons. de 152 Cons. de Est., 29 mayo 1822, de Alinuty, " R e c " , 1822, p. 512: " U n a
Estado en materia de retribuciones: el funcionario irregularmente separado de persona había sido nombrada, en 1803, comisario de justicia o gran juez pro-
su cargo cuya destitución se anula, puede exigir el pago de su sueldo por visional en Santo Domingo, por los generales Leclerc y Rochambeau, quienes
todo el tiempo trascurrido desde la separación irregular hasta su reintegración. gozaban de los poderes más amplios, aunque no había sido reconocida —la
Jurisprudencia constante. Cons. de Est., 8 julio 1910, Danger, " R e c . " , p . 578: mencionada persona— por el gobierno de la metrópoli. Sin embargo, había ejer-
" L a anulación de la resolución por la que el a l c a l d e . . . ha reemplazado al cido sus funciones pacíficamente durante varios años y había percibido en
señor D. en sus funciones de secretario de la Alcaldía, tiene por consecuencia parte sus emolumentos. Después de su fallecimiento, en 1808, su viuda reclamó
el derecho del recurrente a obtener el pago del sueldo, del que ha sido privado, el pago del saldo adeudado por el fisco. El ministro se negó a ello, invocando
desde el día de su destitución hasta aquel en que su situación quede regu- una resolución consular del 30 vendimiario año xi, relativa a los nombra-
larmente definida...". Cons. de Est., 13 diciembre 1912, Turgot, " E e c . " , mientos coloniales, según cuyos términos: " t o d o grado, título o retribución
p. 1206. Cons. de Est., 30 julio 1920, Servan, " R e c . " , p . 780: " L o s funciona- que no ha sido dado o reconocido por el gobierno, no tiene ningún efecto y
rios o agentes cuya situación jurídica está determinada por disposiciones de no puede motivar ningún reglamento de descuento (art. 1 » ) " . E l ministro
una ley o de un reglamento que emanan de la autoridad competente, deben, observaba que esta disposición había sido cumplida constantemente y sin
cuando han sido suspendidos o destituidos y luego se anulen dichas medidas, excepción, con respecto a todos los funcionarios pertenecientes al servicio
ser restablecidos en todos los derechos de que gozaban conforme a su título de de las colonias, y que esta jurisprudencia había sido mantenida desde la Res-
nombramiento, y recibir el sueldo, así como las ventajas accesorias inherentes a tauración. En este sentido se pronunció el Cons. de Estado: " V i s t a la de-
EUS funciones, de las cuales se los ha p r i v a d o " . manda presentada a este Cuerpo, en nombre de la señora C. S. de M., acreedo-
ra, por F . L. de M., su marido, ex escribano de la senescalía y del almirantazgo
151 Cons. de Est., 2 noviembre 1823, Association des fonctionnaires, de Port de Paix, isla de Santo Domingo, ex gran juez interino de dicha colo-
" R e c . " , p . 699: " U n funcionario irregularmente nombrado para el cargo nia, donde falleció, siendo primer presidente de la Corte de apelación. Vista
que desempeña, debe considerarse legalmente investido de las respectivas fun- Ja resolución del 30 vendimiario año xi, que establece en su art. 1» (lo que se
ciones mientras no se anule el nombramiento". V. supra, p . 346, nota 50.
416 TEORÍA GENERAL, DE LA FUNCIÓN PÚBLICA LOS FUNCIONARIOS DE HECHO 417

Según ciertos autores 153 , esta solución debería aplicarse En efecto, desde principios del siglo x x , la jurisprudencia
sin UmitcLciones. del Consejo de Estado ha evolucionado en forma notable, en
Aunque no existe, según creo, jurisprudencia reciente lo que concierne a la responsabilidad de los patrimonios admi-
acerca de esta cuestión154, cabe preguntarse si el Consejo de nistrativos. El principio de la indemnización se admite am-
Estado, en la actualidad, daría la misma solución, sin limita- pliamente siempre que lo exija la equidad155. Ahora bien:
ción alguna. cuando existe falta de los jefes del servicio público, o cuando
un patrimonio administrativo se ha enriquecido sin causa, la
dice más a r r i b a ) . . . Lejos de haber reconocido al señor M. como juez interino
equidad exige que se conceda una indemnización a quien ha
de Santo Domingo, resulta de la comunicación de nuestro ministro de Marina sido víctima de esta falta o a quien ha procurado este enri-
que el Gobierno ha desautorizado formalmente su nombramiento en dicho quecimiento.
c a r á c t e r " . (Se desestima).
El Cons. de Estado ha hecho, en 1824 (26 agosto 1824, Froidevaux, " R e c " ,
Combinando esta nueva jurisprudencia con la noción ge-
p. 541), otra aplicación de la misma resolución del 22 octubre 1802 (30 vendi- neral que constituye la base de las antiguas resoluciones, se
miarlo año x i ) . El señor F . habla ejercido, en la isla de Santo Domingo, las llega —según parece— a resolver el problema estableciendo
funciones de comisario de Guerra y Marina, en virtud de nombramientos reali- ciertas distinciones. Será necesario, entonces, investigar si la
sados por el prefecto colonial y el general Ferrand, comandante en jefe. Dichos
cargos fueron desempeñados por él desde el año x hasta 1809, es decir, duran- irregularidad del título de investidura proviene o no de la fal-
te todo el tiempo que duró la expedición contra la colonia, percibiendo una t a o del hecho del jefe del servicio, es decir, determinar si el
parte de su retribución. Reclamaba el resto: " L o s cargos provisionales ejer- funcionario de hecho lo era de buena fe.
cidos —decia— le habían sido legaimente conferidos por las autoridades com-
petentes y, por tanto, había tenido derecho a percibir la retribución asignada a) Supongamos que la irregularidad de la investidura no
a dichos cargos por todo el tiempo durante el cual los había ocupado". El Mi- sea imputable al funcionario de hecho, sino que provenga de
nistro desestimó el pedido, oponiéndole las disposiciones de la resolución no
derogada del 30 vendimiario año XI, art. 1". El Ministro reconocía que el
recurrente había prestado servicios en Santo Domingo y los había estimado el nombramiento era regular; 2?) en que " a u n en el caso en que el nombra-
para el cálculo de la pensión de retiro, pero se rehusaba a computarlos para los miento hubiese sido irregular, como el agente había ejercido efectivamente
efectos de la retribución a causa del art. 1» de la resolución del año xi. El las mencionadas funciones en el matadero, tenía derecho a percibir la remn-
Cons. de Estado estuvo conforme con la argumentación del ministro, en lo con- tieración especificada en la resolución de nombramiento"', Z") en " q u e Be
cerniente al sueldo. comprendería, en el caso de irregularidad de la designación debidamente
establecida, que el municipio se rehusase a pagar toda retribución, pero no
Algunas veces se cita otra resolución del Cons. de Estado, de fecha 16 se podría admitir que pagase una retribución arbitrariamente r e d u c i d a " .
noviembre 1832, Hermé Duquesne ( " E e c . " , p. 623), pero ella no se refiere
La cuestión estaba claramente planteada, pero el Consejo de Estado, en
precisamente a esta cuestión.
su decisión, no la resolvió, limitándose a declarar que el nombramiento era
Como se ve, la jurisprudencia del Cons. de Estado de 1822 y 1824 se
regular y que se debía el sueldo. Pero no dijo que hubiese debido ocurrir otro
basaba enteramente en una disposición especial: la resolución consular del
tanto aunque el nombramiento hubiese sido irregular: " P o r resolución d e l . . .
año x i . ¿Entraña este texto legal la aplicación de un principio general! Este
el señor G. fué nombrado regularmente por el a l c a l d e . . . para el cargo de ad-
problema no ha sido resuelto por el Consejo de Estado.
ministrador del matadero, con una retribución anual de 800 francos. Sean
153 E n su tratado sobre la Comptábüité publique, M. V. MARCÉ, consejero cuales fueren las dificultades suscitadas al municipio a raíz de este nombra-
refrendario de la Corte de Cuentas (DALIX)Z, Code des lois adm., iv, p . 874, miento, por la autoridad superior, el señor G. no ha dejado de ejercer, du-
n* 9436 y ss.), parece afirmar que la solución dada por el Cons. de Estado, a rante tres años y ocho meses, las mencionadas funciones, para atender las
comienzos del siglo xix, se halla todavía en vigor. La resolución de vendimiario cuales figuraba un crédito de 800 francos en el presupuesto de la ciudad.
año xi no sería, pues, la aplicación de un principio general del derecho público. E n estas circunstancias, los r e c u r r e n t e s . . . tienen derecho a sostener que los
I M Raras veces, por lo demás, la cuestión ha sido claramente planteada atrasos de la retribución debida al señor G., deben pagársele de conformi-
ante el Cons. de Estado. Cuando lo ha sido, dicho Cuerpo no se ha pronunciado. dad con el acto de nombramiento... " . Cfr. dos resoluciones del Cons. de
Cons. de Est., 20 diciembre 1912, Gadaud, " R e c " , p . 1231. Cierto encargado Estado, dictadas en asuntos parecidos, pero, a nuestro juicio, diferentes y
de un matadero municipal, a quien se impugnaba la regularidad del nombra- que, por consiguiente, no interesa considerar aquí: Cons. de Est., 9 junio 1899,
miento, no había percibido el sueldo correspondiente a su cargo. Producido su Bergeon, " R e c . " , p. 415; Cons. de Est., 5 julio 1912, Commune de Marennes,
fallecimiento, sus herederos reclamaron dicha retribución. El municipio ofre- " R e c " , p. 789.
ció un sueldo reducido, pero los herederos lo rehusaron fundándose: 1») en que 155 TBISSIEB, La responsabilité de la puissance publique, n» 99, 202 y 204.

Jéze, Der. adm., II». 27


418 TEORÍA GENERAL DE LA FUNCIÓN PÚBLICA LOS FUNCIONARIOS DE HECHO 419

una falta cometida por el jefe del servicio y que, por consi- Por lo demás, aun admitiendo que el funcionario de hecho
guiente, el funcionario de hecho lo sea de buena fe. La persona esté obligado, en razón de su título irregular, a reembolsar
irregularmente investida, que de buena fe ha desempeñado la las cantidades percibidas en carácter de sueldo, resulta indu-
función durante un cierto tiempo, que de buena fe ha perci- dable que la acción de repetición no podría invocarse para la
bido y gastado la remuneración asignada al cargo166, no estará restitución de las sumas pagadas indebidamente, cuando han
obligada a restituir las sumas que cobró, si se anula el título trascurrido más de cinco años, pues se opone a ello la pres-
de investidura 167 . cripción del art. 2277, Cód. Civil168.
En caso de que aun no hubiese percibido la retribución,
166 Sin embargo, el Cons. de Estado no admite fácilmente que las retri- ¿podrá el funcionario de hecho reclamarla? La hipótesis es,
buciones tengan el carácter de rentas o frutos y puedan consumirse de buena a nuestro juicio, menos favorable. De todas maneras, parece
fe, sin repetición posible por el Estado (art. 549, Cód. Civil: " e l simple posee- razonable que el funcionario de hecho, habiéndolo sido de
dor no hace suyos los frutos, sino en el caso en que posee de buena f e " ) . El
Cons. de Est., 24 febrero 1912, Vignerte, " E e c " , p. 257, ha resuelto que:
buena fe y si la irregularidad de su título no le es imputable,
" L a s retribuciones de los funcionarios no tienen carácter exclusivamente ali- pueda reclamar una indemnización o remuneración por los
mentario. Por tanto, el recurrente no puede valerse del art. 549 del Código Civil servicios prestados a la Administración (acción de in rem
para sostener que el Estado no tiene el derecho de reclamar las sumas inde- verso)159. Desde luego que el crédito contra el Estado se some-
bidamente percibidas, por estimarse que se las h a consumido de buena fe, a
medida que ingresaban en las cajas públicas". Compárese esta resolución con tería a la prescripción quinquenal (ley del 29 enero 1831).
la del 1» julio 1904, Nivaggioni, " E e c " , p. 536 (nota siguiente), en la que
parece consagrarse la solución contraria.
157 Un caso muy semejante al que se examina en el texto, ha sido resuelto bolso de las sumas indebidamente percibidas a pesar de estar prohibida la
por el Consejo de Estado, el 1» julio 1904, Nivaggioni, " E e c " , p. 536 (v., acumulación, cuando existe falta de la parte que recibe el pago. P o r ejemplo,
también, en " S . " , 1904, 3, 121, la nota de HAURIOU) : Un suboficial en los certificados de subsistencia otorgados para la percepción de los atrasos de
situación de retiro, portero de plaza fuerte, había percibido durante quince una pensión, contienen la declaración inexacta de que la parte interesada
años su pensión proporcional, con la retribución asignada al otro cargo. Ahora no gozaba de ninguna retribución. "En estas circunstancias, la acumulación
bien: según las leyes y reglamentos nadie puede percibir, a la vez, pensión de de que dicha parte se ha beneficiado sobrepasando el máximum legal, no
retiro y sueldo de actividad, por un servicio permanente: está prohibida dicha puede atribuirse a una falta del servicio público, capaz de acarrear la respon-
acumulación. E n estas condiciones, el ministro estimó que el suboficial había sabilidad del Estado; por tanto, es con razón que el ministro de Hacienda
percibido indebidamente los atrasos de su pensión de retiro, por lo que estaba ha reclamado... la restitución de las sumas pagadas indebidamente'' (Cons.
obligado a devolver al Tesoro al suma de 13.000 francos, que representaba el de Est., 8 marzo 1911, Guillebot, ' E e c " , p. 266). Esta última solución es
importe de lo cobrado. El Consejo de Estado reconoció que " l a p e n s i ó n . . . no muy razonable.
puede acumularse con el sueldo correspondiente al cargo de portero de plaza 158 Cons. de Est., 24 febrero 1912, Vignerte, " E e c . " , p. 258: " E l a r t .
f u e r t e " . Pero agregó: " D u r a n t e más de quince años, el recurrente no ha 2277 del Código Civil dispone que " s e prescriben a los cinco años los inte-
cesado de percibir ambos beneficios, aunque la acumulación de ellos estaba reses de las cantidades prestadas y, en general, todo lo que se paga por año o
prohibida, únicamente una falta de servicio puede explicar que se haya come- períodos mas cortos'. Por consiguiente, el reembolso de las sumas indebida-
tido semejante error durante tan largo intervalo de tiempo, falta que compro- mente pagadas al señor V., por el Estado, debe limitarse a la cantidad re-
mete la responsabilidad del Estado. De esta suerte, el ministro carece de acción presentativa del total de cinco años de descuentos no efectuados".
para reclamar al recurrente una cantidad importante, a título de reembolso 159 El Consejo de Estado lo ha resuelto así en un caso muy semejante.
de numerosos pagos, que no eran capaces de acrecer su patrimonio". (V. un Cons. de Est., 9 junio 1899, Bergeon, " E e c . " , p. 415: Un antiguo jefe
caso idéntico, planteado pero no resuelto por el Cons. de Est., 8 marzo 1912, del servicio de consumos de una ciudad, cuyo cargo fué suprimido, reclamó
Sohlemmer, " R e c . " , p. 354: demanda declarada improcedente, por no estar fir- la retribución correspondiente al mes durante el cual, después de ser supri-
mada por letrado). E n una resolución del 24 febrero 1912, Vignerte, " E e c . " , mido el empleo, había él seguido prestando servicios al municipio, ponien- '
p. 257, el Consejo de Estado distingue, con cierta sutileza a mi juicio, entre do al día las escrituras, etc. El Cons. de Estado rechazó la pretensión del
el error de la Administración y la falta de ésta: el primero no determinaría reclamante, en cuanto al pago de la retribución, pero le concedió una indemni-
la responsabilidad del Estado. E l Consejo de Estado resolvió el caso contraria- zación'. "En lo que concierne a la demanda del recurrente tendiente a obtener
mente a las conclusiones del comisario del Gobierno, HELBRONNER ( " E e c . " , el pago de su sueldo correspondiente al mes de enero de 1891: Habiendo sido
p. 257, nota 1 ) . suprimido el impuesto al consumo a partir del 1* enero 1891, la retribución
Finalmente, el Consejo de Estado admite la demanda tendiente al reem- del recurrente deja de correr desde esa fecha; pero de hecho, dicho empleado
420 TEORÍA GENERAL, DE LA FUNCIÓN PÚBLICA
LOS FUNCIONARIOS DE HECHO 421
6) Si la irregularidad de la investidura fuese imputable II
al funcionario de hecho, el único argumento que puede invocar
éste, para retener la retribución percibida o para reclamar una Enriquecimiento procurado a la Administración por el
indemnización pecuniaria, es el principio de que nadie debe usurpador o el funcionario de hecho
enriquecerse a expensas de otro. Merced a su actividad, ha
funcionado el servicio público y la Administración no ha te-
I. — Por regla general, cuando durante la ocupación irre-
nido que pagar un funcionario regular. En consecuencia, si
gular del cargo se ha obtenido el enriquecimiento de un patri-
aquélla le hiciese restituir la retribución o si no la pagase,
monio administrativo, el usurpador o el funcionario de hecho
se enriquecería a expensas del funcionario de hecho. Es pre-
podrán accionar por indemnización hasta la concurrencia del
ciso admitir el argumento cuando fuese valedero, ya se trate
enriquecimiento procurado192.
de un funcionario de hecho —de buena o de mala fe— o de
un usurpador.
Pero aquí la base de la argumentación es frágil, ya que larmente nombrado reclamaba el pago de la retribución asignada a su cargo.
puede resultar difícil determinar con exactitud el enriqueci- La Court of Claims declaró: " E l recurrente no reclama una indemnización
como guardián de los bienes públicos existentes en su posesión... No se al-
miento procurado a un patrimonio administrativo por el usur- canza a ver cuál sería una indemnización razonable por lo que él ha hecho.
pador o por el funcionario de hecho. No existe equivalencia L a retribución establecida por la ley para la realización de todas las obliga-
entre el importe de una retribución y el enriquecimiento pro- ciones de la función, no sería una medida de indemnización para el cumpli-
miento de solamente una parte de estas obligaciones. Muchos de los servicios
curado a un patrimonio administrativo por la actividad del requeridos de un funcionario son de orden más elevado que la simple custodia
funcionario. Por otra parte, puede suceder que la Adminis- de bienes y su conservación hasta el nombramiento de un sucesor; a veces, son
tración tenga que pagar el sueldo del funcionario regular, delicados y confidenciales. Estos servicios han sido tomados indudablemente
en consideración por el Congreso, al fijar la remuneración inherente a la
aunque él no haya desempeñado el cargo que detentaba irre- función, y han contribuido a elevar su cuantía. Ya no podían ser realizado»
milarmente el funcionario de hecho: esto ocurrirá siempre legalmente por el recurrente, después de la expiración de la duración oficial
que un funcionario fuera irregularmente destituido y reem- de sus funciones. El recurrente debe percibir el sueldo entero o nada absoluta-
plazado por otro 160 . Por todos estos motivos, a mi juicio, no mente, pues no tenemos ningún elemento de valoración, aunque esta última pu-
diera admitirse. Las decisiones judiciales son uniformes en el sentido de que
puede admitirse en esta hipótesis especial, la acción de in quien reclama un sueldo debe probar su título legal para la función, y que
rem verso, ni al usurpador, ni aun al funcionario de hecho161. un funcionario de facto y no de jure no puede intentar una acción para obtener
el pago de la r e t r i b u c i ó n . . . Podrá ser demasiado riguroso que al recurrente se
le niegue el pago de la retribución por el tiempo durante el cual ha cumplido
ha tenido que consagrar una parte de dicho mes a poner al día las escrituras y las obligaciones del cargo, después de la expiración del término legal, pero
arreglar las cuentas. Se apreciarán exactamente las circunstancias del caso si así fuere, el remedio de la situación tendría que proporcionarlo el Congreso".
fijando en 50 francos (el sueldo era de 125 francos) la remuneración que el Cfr., también, la resolución de la Corte de apelaciones de Nueva York, enero
municipio debe al mencionado j e f e " . 1877, Dolan v. Mayor (en GOODNOW, Cases on adm. law, n, p. 171): " E s doc-
El Cons. de Estado también ha resuelto (12 enero 1923, Menguy, " R e c " , trina bien establecida en este Estado que el derecho al sueldo y a los emolu-
p . 32) " q u e una persona que no había sido nombrada secretario de la Alcaldía mentos de una función pública está asignado al título verdadero y no al título
por una resolución del alcalde, pero que de hecho realizaba dichas funciones simplemente aparente; tratándose de una acción intentada por un individuo que
desde hacía un año y medio, " d e b í a ser considerada agente municipal que pretende ser funcionario público para los derechos e indemnización asignados
tenia derecho a las garantías establecidas por el art. 65 de la ley del it por la ley, está en cuestión su título. Si este título es irregular y otro individuo ,
abril 1905" (vista del legajo antes de ser destituido). prueba ser dueño del verdadero título, aunque no se halle en posesión del
leo V. supra, p . 413, nota 150. cargo, nunca podría triunfar el recurrente. El ejercicio efectivo de la fun-
161 Según el common law anglo-americano, el funcionario de hecho no ción no basta para dar derecho al sueldo o a la indemnización".
puede reclamar sueldo alguno, sino, a lo sumo y a título gracioso, una indem-
162 MICHOUD, De la gestión d'affaires appliqués aux services publics, en
nización. En este sentido, la decisión de la Court of Claims (Corte de recla-
la "Eev. Gen. d ' A d m . " , 1894, u , ps. 5 a 22; ps. 146 y 164; MARQUÉS DI
maciones) de los Estados Unidos, de abril de 1889, Somero v. United States BRAGA y C. LYON, Comptabilité de fait ( " R é p . B é q u e t " , vi, pastim, y, en
(citada por GOODNO-W, Cases on adm. law, TI, p. 169) : Un funcionario irregu- especial, n» 14 a 28) ; HAURIOXT, en una nota muy importante, referente a una
422 TEORÍA GENERAL, DE LA FUNCIÓN PÚBLICA LOS FUNCIONARIOS DE HECHO 423

Supongamos que el usurpador o el funcionario de hecho, nes de edad, enfermedades, ausencias, etc. A mi juicio, esta
por cuenta de la Administración, han hecho ejecutar un tra- idea no tiene cabida dentro de la organización administra-
bajo, o bien entregado materiales, pagado una deuda, etc., con tiva de los Estados modernos165. El principio fundamental
sus bienes particulares. Verbigracia, en tiempo de guerra, pue- establece que, en un país civilizado como la Francia actual,
de suceder que las personas designadas irregularmente por existen, para hacer funcionar los servicios públicos: l 9 ) agen-
los habitantes para ocupar funciones municipales, después de tes cuidadosamente seleccionados, que ofrecen todas las garan-
la desaparición de las autoridades locales legítimas, paguen, tías ; 29) procedimientos. Solamente a estos agentes les corres-
de su propio peculio, las requisiciones particulares impuestas ponde decidir, obrando según estos procedimientos, la forma
al municipio por el enemigo163. en que debe funcionar el servicio público, los trabajos que
conviene realizar, los suministros que deben obtenerse; en
IL — El usurpador o el funcionario de hecho podrán ac- otros términos, los gastos que conviene hacer. Estos funciona-
cionar contra la Administración, en la medida en que estos rios, y sólo ellos, pueden, siguiendo los procedimientos legales,
trabajos, suministros o pagos hayan procurado un enriqueci- considerar la oportunidad de las erogaciones que deben reali-
miento a un patrimonio administrativo. Esta solución no tiene zarse.
nada de especial para el usurpador de función, ni para el fun-
cionario de hecho, pues no es más que la aplicación de una 165 E n sentido contrario, HAURIOU. Nota en " S i r e y " , 1893, 1, 181, y
teoría más general: quien enriquece sin causa, con su propio Droit adm., 9» ed., 1919, p. 526 ( n o t a ) : " L a doctrina se halla dividida acerca
de la cuestión de saber si el principio de la gestión de negocios debe aplicarse
dinero, un patrimonio (administrativo o particular), tiene de- en estas diversas hipótesis. La jurisprudencia se ha mostrado un poco inde-
recho a una acción de in rem verso, es decir, hasta la concu- c i s a . . . E n p a r t e . . . las vacilaciones provienen de una preocupación... que se
rrencia del enriquecimiento procurado. No hay razón para que relaciona con los mas graves problemas del derecho público: el régimen de
Estado, el sistema representativo y el de las competencias administrativas
el usurpador o el funcionario de hecho no puedan invocar legales, ¿deben fortificarse con una presunción de infalibilidad? ¿No sería
esta teoría general. peligroso admitir suplencias para este mecanismo! En nuestra opinión, nunca
es peligroso colocarse en la realidad de los hechos, pues, por lo contrario, el
peligro reside en la ficción a ultranza. Luego, resulta claro que el mecanismo
III. — Pero, obsérvese bien, ello no significa que una per- del régimen de Estado no es infalible, y que si es la menos mala de las orga-
sona pueda, espontáneamente, intervenir en el funcionamiento nizaciones sociales, ello no es una razón para que sea perfecta. Por consiguien-
de los servicios públicos y, para asegurar dicho funcionamien- te, aun bajo el régimen de Estado, es conveniente prever suplencias destinadas
a corregir la insuficiencia del mecanismo representativo frente a urgentes
to, adelantar sumas de dinero que más tarde le serán reem- necesidades sociales".
bolsadas. En otros términos, no puede admitirse en derecho Esta argumentación nada prueba en favor de la aplicación al derecho
publico francés, una teoría general de la gestión de negocios1**. público de la teoría de la gestión de negocios. Las consideraciones hechas por
La idea que sirve de base a esta doctrina nada tiene que ver con HAURIOU —cuyas fórmulas, por lo demás, no aprobamos— son las mismas sobre
las cuales se basa la teoría de los gobiernos de hecho, de los funcionarios de
el derecho público. Es de interés social estimular a los par- hecho. Esta teoría responde plenamente a las necesidades sociales; es necesa-
ticulares para que se ocupen espontáneamente de los asuntos ria, pero es también suficiente. No hay ninguna necesidad de trasladar al
de otras personas, cuando éstas no pueden hacerlo por razo- derecho público un régimen ideado para resolver un problema de derecho
privado, completamente diferente. E n este sentido, MICHOUD, MARQUES DI BRAGA ,
y C. LYON, op. y loe. cits. HAURIOU reconoce, por otra parte, " q u e podría ser»
causa de desorganización de las finanzas públicas, la generalización de la
resolución de Casac, 6 junio 1893, " S . " , 95, 1, 185; y Précis de droit adm., práctica de la gestión de negocios. Pero contra esto existen dos garantías:
9* ed., 1919, ps. 524 y ss.; MESTRE, Gestión d'aff aires et enrichissement san* una, la competencia de la jurisdicción administrativa para la apreciación
cause en droit adm., en " B e c . de l'Acad. de Législation de Toulouse", 1913; de la utilidad de la gestión; otra, la lentitud con que la Administración
J É Z E , Cows élém. de se. des finanoes, 1* ed., 1912, ps. 263 y ss. procede al pago de sus deudas, y que basta para desalentar las gestione»
i«3 V. aupra, ps. 399 y ss. imprudentes''.
i»4 Supra, p . 314.
424 TEORÍA GENERAL DE LA FUNCIÓN PÚBLICA LOS FUNCIONARIOS DE HECHO 425

Sería deplorable, desde el punto de vista social, que per- No hay que temer que la acción recursoria de in rem verso
sonas que no fuesen los agentes públicos pudieran entrome- fomente la intervención de los terceros. La dificultad que
terse impunemente en el régimen administrativo y hacer pri- supone la comprobación del enriquecimiento procurado, el he-
var su criterio sobre el de los agentes legítimos, eludiendo así cho de que sólo puede lograrse el reembolso hasta la concu-
todas las reglas concernientes al control jerárquico o adminis- rrencia del enriquecimiento y, finalmente, el poder de la Ad-
trativo, de modo que la Administración regular se encuentre ministración de efectuar, cuando lo juzgue conveniente, el
ante el hecho consumado. Cuando la ley ha permitido esta in- pago de las cantidades a que hubiese sido condenado el patri-
tervención, lo ha declarado expresamente (procesos entabla- monio administrativo, son circunstancias que tienden a des-
dos por los contribuyentes en nombre del municipio, cuando alentar a los imprudentes e indiscretos.
éste se niega o es negligente en litigar: art. 129, ley del 5
abril 1884), agregando a esta autorización minuciosas precau- V. — La jurisprudencia del Consejo de Estado, la de la
ciones. Estos casos son completamente excepcionales y no con- Corte de Casación y la de la Corte de cuentas, admiten la ac-
viene aumentar el número de ellos. ción de in rem verso. Pero los respectivos pronunciamientos no
Por consiguiente, si los terceros pretenden sustituirse a determinan claramente si el tercero puede lograr el reembolso
los funcionarios públicos actuando con sus bienes personales, de todos los gastos que efectuó o sólo hasta la concurrencia
debe comprenderse que lo hacen por su cuenta y riesgo. Para del enriquecimiento procurado al patrimonio administrativo.
obtener el reembolso de las cantidades por ellos facilitadas, A pesar de lo que pueda decirse168, la jurisprudencia del
no bastará que prueben que los gastos eran útiles. Podría su- Consejo de Estado se ha pronunciado paladinamente por el
ceder que un gasto útil no debió efectuarse, por existir otros 168 HAURIOU (op. cit., p . 472) menciona, en el sentido de la acción de
que eran más urgentes. Corresponde a los agentes públicos, o gestión de negocios, una resolución del Cons. de Est., 25 mayo 1906, Fabrique
a sus jefes jerárquicos —y únicamente a ellos—, decidir si un de St.-Michel de Montmercure, " R e c . " , p . 470. El pronunciamiento está
gasto es útil y cuál es su grado de urgencia. redactado así: " R e s u l t a del expediente y, en especial, de la opinión unánime
de los técnicos, que los trabajos suplementarios que han motivado la reclama-
ción, han sido emprendidos según las instrucciones del arquitecto que obraba
IV. — Por lo demás, no hay que ir demasiado lejos y (más allá de las autorizaciones primitivas) en nombre de la fábrica y que
negar, como se ha propuesto, toda acción recursoria contra los este establecimiento ha obtenido un beneficio positivo de su ejecución. E n
estas circunstancias, la fábrica no puede oponer a los empresarios la falta
patrimonios administrativos. Los principios generales de la de .autorización regular p a r a rehusarse al pago de estos trabajos". La resolu-
organización política deben conciliarse con el principio fun- ción admite la posibilidad de reclamar el reembolso de todos los gastos. ¿Será
damental de equidad que establece que nadie debe enrique- preciso ver en dicha decisión una resolución de principios t A mi pareceT,
cerse, sin causa, a expensas de otros 166 . Este principio propor- no hay nada de eso. El problema no ha sido claramente planteado ante el
Consejo de Estado, entre las dos alternativas formuladas en el texto: la acción
ciona el fundamento y la medida de la acción recursoria (de de reembolso de todos los gastos o la acción referente al enriquecimiento
in rem verso) que ha de limitarse estrictamente a los casos de procurado.
enriquecimiento procurado a la Administración; sólo se per- Lo que, por otra parte, parece probar que el Consejo de Estado no tenía
un criterio muy firme sobre la cuestión, son los términos según los cuales
mite obtener ese enriquecimiento 167 . se expresaba el comisario del Gobierno, TEISSIER, en el caso Sapor, resuelto
el 7 mayo 1909 ( " R e c " , ps. 460 y s s . ) : El alcalde de un municipio que
i«6 MICHOUD, op. oit., " R e v . Gen. d ' A d m . " , 1894, n , p . 150: " E n pre- había efectuado, Bin autorización, ingresos y gastos por cuenta del respectivo >
sencia de un principio como éste, que deriva de las ideas absolutas de derecho y municipio, fué declarado contador de hecho por la Corte de cuentas. El concejo
de justicia, deben ceder todas las reglas de organización interior, de contabi- se negó a reconocer la utilidad y la oportunidad de ciertos gastos. El juez de
lidad, de fiscalización del fondo s o c i a l . . . " . cuentas, por consiguiente, apartó dichos gastos y los puso a cargo del contador
167 ¿En qué casos podrá decirse que hay enriquecimiento y cuál es su de hecho, según jurisprudencia constante. El comisario del Gobierno pedía al
monto f V., sobre esta materia, las excelentes observaciones de MICHOUD, op. cit., Cons. de Estado confirmase esta solución (p. 4 6 6 ) : " C o m o la autoridad pre-
" R e v . Gen. d ' A d m . " , 1894, n, ps. 153 y ss. supuestaria se había negado expresamente a aprobar los gastos litigiosos, la
426 TEORÍA GENERAL DE LA FUNCIÓN PÚBLICA LOS FUNCIONARIOS DE HECHO 427

reembolso del enriquecimiento procurado al patrimonio admi- La Corte de cuentas se ha decidido muy claramente, en
nistrativo169. 1915, por la acción de in rem versó1"11.
La jurisprudencia de la Corte de Casación no es tan
clara170. Ello obedece a que esta jurisdicción aun no ha re-
suelto francamente cuál de las dos acciones es la que corres- dictamen del concejo municipal, del obispo y del prefecto; estas disposiciones
son de orden público. Se ha probado que, desde 1876 hasta 1878, el presbiterio
ponde. del municipio de Maroué ha sido reconstruido de nuevo, bajo la dirección del
cura rector, y que, siendo insuficientes los recursos de la fábrica para satis-
Corte de cuentas, con mucho fundamento, se negó a admitirlos, declarando, por facer el precio de los trabajos, dicho abate D . . . . proveyó al pago mediante
tanto, a Sapor deudor de su importe hacia el municipio de A u m a l e " . Pero empréstitos contratados por él, en su propio n o m b r e . . . Producido el falleci-
TEISSIER agregó: " E s t o no significa, de ningún modo, que si el señor S. ha miento del abate D . . . . , sus acreedores, actuando en nombre de su d e u d o r . . . ,
hecho efectivamente gastos útiles para el municipio de Aumale, deban dichos sostuvieron que había existido, entre su deudor y la fábrica, un cuasicontrato
gastos, a falta de su aprobación por el concejo antes del pago de la cuenta, de gestión de negocios y que, en consecuencia, la fábrica estaba obligada hacia
quedar definitivamente a su cargo. El señor S. podrá ejercer contra el muni- la sucesión D . . . . por las deudas contraídas por el c a u s a n t e . . . , hasta la
cipio la acción que desee, la que incumbe al gestor de negocios, o la acción de concurrencia, por lo menos, de la suma que ella había aprovechado. La reso-
in rem verso, y podrá hacer condenar al municipio, que no debe enriquecerse lución impugnada, al admitir esta demanda, condenó a la fábrica a pagar a la
a sus expensas. Y dado el caso (le que éste se negase a cumplir espontáneamen- sucesión la suma de 11.000 francos. Pero las disposiciones del decreto del 30
te esa condena, podrá obligársele a pagar por la vía de la inscripción de diciembre 1889 y de la ley del 18 julio 1837, precitados, son imperativas, no
oficio''. pudiendo derogárselas por convención de las partes, ni eludírselas por cual-
Estas mismas expresiones muestran cuál era el estado de incertidumbre quier combinación. De lo cual se desprende que pueden invocarse en cualquier
de los jurisconsultos más calificados del Consejo de Estado. TEISSIER hablaba estado del juicio. A la autoridad judicial no le corresponde sustituirse a la
de la acción de gestión de negocios o de la acción de in rem verso, pero no autoridad administrativa, para apreciar la conveniencia y la utilidad del
se pronunciaba decididamente. Por otra parte, invocaba el principio de que gasto efectuado. Por consiguiente, al estatuir sobre la d e m a n d a . . . , la reso-
nadie debe enriquecerse, sin causa, a expensas de los demás; pero este prin- lución impugnada ha violado las reglas de su competencia y desconocido el
cipio sirve de fundamento, no a la acción de gestión de negocios, sino a la principio de la separación de los p o d e r e s " .
de in rem verso. Esta resolución, declara MICHOUD (op. cit., " R e v . Gen. d ' A d m . " , 1894,
169 Cons. de Est., 26 julio 1916, Commune de Gaud, " R e c . " , p . 322: " S i II, 17), "contiene claramente —creemos— la negación de la teoría de la ges-
la Corte de c u e n t a s . . . ha negado la aprobación a ciertos gastos, a falta de tión de negocios... Pues si se admite que la autoridad administrativa es la
la mención que debió hacer el contador de una resolución del prefecto, dictada única que puede apreciar la conveniencia y la utilidad del gasto, la única
previo dictamen del concejo municipal, y que reconocía la utilidad de dichos autoridad competente para ello será la que está encargada de la gestión de
gastos para el m u n i c i p i o . . . , la precitada resolución no impedía que el señor C. los bienes de la persona m o r a l " . El recopilador del " D a l l o z " estima que la
ejerciese contra el municipio, que no debe enriquecerse a sus expensas, una resolución de 1893, "sin negar que haya habido otro juez para estatuir sobre
acción tendiente a hacerse reembolsar los gastos útiles que ha h e c h o . . . " . E l el problema de gestión de negocios planteado, ha resuelto que la Corte de ape-
municipio no establece... que el consejo de prefectura haya hecho una lación había desconocido el principio de la separación de los p o d e r e s " .
inexacta apreciación de las circunstancias del caso al decidir, después del HAURIOU, en su nota del " S i r e y " , declara, por lo contrario, que " e s t a
dictamen pericial, y de conformidad a las conclusiones del informe res- decisión puede causar alguna inquietud a los partidarios de la aplicación de
pectivo, que los trabajos impugnados habían significado, hasta la concu- los principios de la gestión de negocios en materia administrativa. Esto no
rrencia de la suma de 1.744,89 francos, una utilidad evidente para el comercio, quiere decir que la Corte de Casación abandone expresamente el sistema tan
y al condenar al municipio a p a g a r . . . la mencionada c a n t i d a d . . . " . claramente afirmativo que venía siguiendo desde 1870, pero la verdad es que
170 Una resolución de la Corte de Casación del 6 junio 1893, Fabrique de ha evitado pronunciarse sobre el fondo del asunto, limitándose a resolver una
l'Église de Maroué ( " D . " , 93, 1, 385 y la nota anónima; " S . " , 1895, 1, 185 cuestión de competencia... " .
y la nota de HAURIOU), parece descartar la teoría de la gestión de negocios. 171 Corte de cuentas, 25 febrero 1915, Jacquemet, " R e c . " , p. 385 (y la
La Corte de Eennes, por sentencia del 15 julio 1889 ( " D " , 93, 1, 386), había n o t a ) : " . . . e l contador (de hecho, cuyos gastos son rechazados por la auto- ,
admitido la acción de reembolso de sus gastos, entablada contra una fábrica Tidad presupuestaria) puede, por lo demás, si considera que los gastos de que /
por un sacerdote (cura) que había abonado personalmente los gastos de se trata han procurado un beneficio al municipio, que le debería indemnización,
reconstrucción de un presbiterio. La Corte de Casación modificó esta resolu- deducir una acción tendiente a hacer reconocer su crédito contra el menciona-
ción, expresando: " S e g ú n los términos de la ley del 18 julio 1837 (art. 2 1 , do municipio, ante la jurisdicción competente". En la nota, M. DE MARCÉ,
$ 5) y del decreto del 30 diciembre 1889 (arts. 12, 92 y 93), una fábrica no consejero de la Corte de cuentas, precisa la significación de la resolución:
puede pedir dinero prestado, ni hacer gastos de carácter extraordinario, sin la " E s necesario que el contador de hecho pueda hacer valer su pretendido
aprobación de la autoridad administrativa superior y, especialmente, previo crédito, nacido de la acción de in rem verso, del enriquecimiento procurado al
428 TEORÍA GENERAL DE LA FUNCIÓN PÚBLICA LOS FUNCIONARIOS DE HECHO 429

III Esta declaración de contabilidad oculta la efectúa el mi-


nistro, o el jefe del servicio.
Usurpación de funciones o función de hecho, acompañada- Observemos que, a veces, dicha declaración no se verifica.
de manejo irregular de fondos públicos. Cuando la Administración dispone del recurso de la inexis-
tencia o de la nulidad jurídica de los pagos efectuados, cono-
I. — Cuando además de la usurpación de función o la ciendo la insolvencia del contador y la solvencia de quienes
función de hecho existe manejo irregular de fondos públicos, recibieron el pago, deberá aplicarse este procedimiento, por
la Administración puede emplear contra el usurpador o el ser el más práctico.
funcionario de hecho, el procedimiento de la declaración de
contabilidad de hecho u oculta172. III. — De todas maneras, suponiendo que la Administra-
Este procedimiento no es especial para el usurpador o el
ción recurra a la declaración de contabilidad de hecho, las
funcionario de hecho, sino que se aplica a todos aquellos —in-
cluso a funcionarios investidos regularmente— que han ma- consecuencias de esta declaración son las siguientes:
nejado irregularmente los fondos públicos. Pero como puede El individuo declarado contador de hecho debe pre-
utilizarse contra los usurpadores y los funcionarios de hecho, sentar las cuentas de su gestión extrarreglamentaria, además
conviene decir algunas palabras acerca de él173. de los documentos justificativos de todos los ingresos y de los
gastos efectuados. La autoridad que juzga las cuentas regulares
II. — Para que el procedimiento de la declaración de —Corte de cuentas para los contadores del Estado, de los de-
contabilidad de hecho pueda aplicarse deben concurrir varias partamentos y de las ciudades; consejos de prefectura para los
condiciones, que se resumen en esta fórmula: es preciso que contadores de los pequeños municipios— revisará esas cuentas,
haya manejo irregular de fondos públicos. Una persona, que determinará las formas a seguir, los plazos a observar para la
no sea un contador regular, debió sacar —sin autorización presentación, los documentos que deben exhibirse.
legal— fondos del Tesoro, de las cajas públicas u olvidó ha- La justificación de los ingresos resulta, a veces, difícil.
cerlos ingresar, disponiendo de ellos174. Poco importan sus in- Si el juez de cuentas no está satisfecho de la prueba175, respon-
tenciones ; poco interesa que haya manejado muy honestamente
estos fondos, empleándolos hasta el último céntimo en gastos
de interés público. De todos modos, podrá ser declarado con- vistas en el a r t . 258 del Código Penal, por haberse inmiscuido sin derecho en
tador de hecho. las funciones públicas. L a s gestiones ocultas se hallan sometidas a las mismas
jurisdicciones y entrañan l a misma responsabilidad que las gestiones ostensibles
y regularmente descritas. Puede el juez, sin embargo, a falta de justificaciones
suficientes y cuando el contador no hubiere incurrido en ninguna infidelidad,
municipio... " . Desde 1915, la Corte mencionada h a seguido manteniendo esta suplir, por consideraciones de equidad, la insuficiencia de las probanzas pre-
jurisprudencia. Corte de cuentas, 7 febrero 1922, Vólle, " R e c " , p . 1025 (y sentadas ' ' .
la n o t a ) .
172 Supra, ps. 370 y 371. 175 Corte de cuentas, 22 abril 1920, Dussillol, " R e c . " , p . 1213: " E n ma-
teria de recursos, las decisiones de las autoridades presupuestarias no podrían
173 L a teoría de la contabilidad de hecho ha sido expuesta con lujo de
comprometer la del juez de c u e n t a s " . E n efecto, la fijación de los ingresos
detalles y de manera completa, en la medida de lo posible, por el MARQUÉS J>I
es simplemente un problema de justificación (y no de afirmación de la opor-
BRAGA y C. L Y O N , op. cit. ( " E e p . " de BÉQUET, VI, v n y v i n ) . V. u n a sucinta
exposición de esta teoría en GASTÓN JÉZE, Cours élém. de se. des finances, 5» tunidad) de la utilidad de la operación. Jurisprudencia constante. Véase:
ed., 1912, ps. 259 y ss. Oorte de cuentas, 26 enero 1922, Amiot, " R e c . " , p . 1017. E n l a nota con que
se comenta esta resolución, se dice muy acertadamente: " S i el prefecto y el
" 4 Decreto del 31 mayo 1862, sobre la contabilidad pública, art. 2 5 : " T o d a
concejo pueden rechazar el gasto por estar desprovisto del carácter municipal,
persona, que no sea el contador legítimo, que se hubiese inmiscuido, sin autori-
no pueden, en cambio, limitar el recurso del presupuesto de la gestión oculta;
zación legal, en el manejo de los fondos públicos, será considerada como
el ingreso de recursos es una cuestión de hecho, lo mismo que los hechos de des-
contador, por este solo hecho, sin perjuicio de la aplicación de las penas pre-
430 TEORÍA GENERAL, DE LA FUNCIÓN PÚBLICA LOS FUNCIONARIOS DE HECHO 431

sabilizará al contador por la cantidad que considere que éste bado179. En este caso, se declara, al contador de hecho, deudor
ha recibido. El juez de cuentas tiene, a este respecto, un poder del gasto con todas las consecuencias jurídicas condignas (in-
discrecional; se mostrará más o menos riguroso, según sea tereses moratorios, procedimientos de ejecución, hipoteca legal
honesto o deshonesto aquel que presenta las cuentas. sobre los bienes, etc.). Cuando la autoridad presupuestaria
En lo que concierne a la justificación de los gastos, la aprueba el gasto, el juez de cuentas examina si los pagos se
cosa es aun más difícil. En primer lugar, el gasto efectuado han realizado en debida forma, si los documentos justificativos
irregularmente por quien presenta las cuentas, debe someterse
se hallan en regla, etc. También en este caso el juez de cuentas
a la aprobación de la autoridad presupuestaria, para que de-
tiene un poder discrecional de apreciación; así, cuando falta-
cida si el gasto ha sido o no hecho en interés público. La auto-
ridad presupuestaria 178 goza de un poder discrecional de apre- ran comprobantes, siempre que el contador de hecho no haya
ciación177, pudiendo incluso negarse a aprobar un gasto abso- obrado deshonestamente, podrá suplir con consideraciones de
lutamente útil118. El juez de cuentas sólo puede comprobar equidad la insuficiencia de las justificaciones presentadas. En
esta negativa de aprobación, y debe desechar el gasto no apro- caso de que el juez rechace un gasto por considerarlo injusti-
ficado, el contador se constituye en deudor, con todas las con-
secuencias jurídicas antes mencionadas.
cargo del contador de hecho, es decir, los depósitos que ha realizado en la
caja municipal. El ingreso es o no t s tal, y sólo puede dar lugar a un debate
sobre su naturaleza y sus probanzas, el que se efectúa ante el juez de cuentas, IV. — Se observa cuan riguroso es este procedimiento, y
dueño de fijar el ingreso de la cuenta correspondiente a la gestión de h e c h o " . cuan peligroso para el contador de hecho.
176 La autoridad presupuestaria municipal es el concejo municipal; tam-
bién lo es el prefecto. La constitución en deudor del contador de hecho dispuesta
177 Sin embargo, no puede negarse a estatuir: Corte de cuentas, 26 enero por el juez de cuentas, no significa de ningún modo que el
1922, Amiot, " R e c " , p . 1018: " B e las disposiciones combinadas de loa
arts. 71 y 155 de la ley del 5 abril 1884 y del art. 812 de la Instrucción gene-
afectado por la medida no pueda entablar ante los tribunales
ral de Hacienda del 20 junio 1859, resulta que el concejo tiene la obligación de competentes una acción recursoria de in rem verso, contra el
revisar, debatir y aprobar las cuentas correspondientes a las gestiones de hecho
de los fondos públicos municipales y de pronunciarse sobre la utilidad munici-
pal de los gastos comprendidos en las mencionadas cuentas. Contrariamente a es en violación de sus derechos que el c o n c e j o . . . , llamado a pronunciarse...
las disposiciones citadas y precisadas por la resolución del 8 marzo 1 9 2 1 . . . sobre el interés municipal de los gastos que los recurrentes declaran ser el
el concejo m u n i c i p a l . . . por un acuerdo d e l . . . manteniendo la primera deci- empleo de los fondos por ellos manejados, ha fijado el monto de los mencio-
sión adoptada en un acuerdo anterior d e l . . . , formalmente se ha negado a nados gastos reconocidos como de utilidad municipal, en una suma inferior al
expedirse sobre la cuenta de gestión oculta del señor A. y ha declarado su deseo importe total de los créditos que figuran en los presupuestos p a r a . . . durante
de rechazarla sin e x a m e n . . . Subsidiariamente, la negativa se ha basado en el período abarcado por la gestión de hecho. Al tomar la decisión impugnada,
la insuficiencia de las probanzas, toda vez que únicamente el juez de cuentas el concejo no ha hecho más que usar de sus poderes de apreciación otorgados,
tiene competencia para apreciar la legitimidad y la sinceridad de los docu- para la sanción de los créditos correspondientes a los gastos de utilidad munici-
mentos justificativos. Por lo demás, el p r e f e c t o . . . ha encontrado en la cuenta pal, por las l e y e s . . . " . Jurisprudencia constante. E n este sentido, conclusiones de
suficientes elementos de apreciación para reconocer... la utilidad municipal
JAGERSCHMIDT (Cons. de Est., 17 enero 1896, Leroux, " R e c " , p . 3 1 ) ; D E
de los gastos, utilidad que no ha sido discutida expresamente por el concejo".
MABCÉ, L'acte de la cornptabilité publique, " D a l l o z " , n»* 2161 y ss.
E n consecuencia, la Corte de cuentas ha ido más lejos y ha declarado que debía
admitirse la utilidad del gasto. E n el mismo sentido, Corte de cuentas, 10 179 Corte de cuentas, 7 febrero 3922, Volle, " R e c " , p. 1025: " L a Comi-
enero 1923, Maire de Solon-la Chapelle, " R e c " , p . 924. sión administrativa de la Sociedad de beneficencia, al rechazar en su conjunto
178 Cons. de Est., 18 octubre 1918, Jousset de Bellesme, " R e c " , p . 916: las cuentas sometidas a su aprobación por el señor V., ha rehusado, por ello
" L a s aperturas de créditos votadas fuera de la sanción del presupuesto mu- mismo, reconocer como efectuados en interés del establecimiento, los gastos
nicipal no pueden tener efecto sino para los fondos empleados en las condi- tenidos en cuenta por el contador de hecho. No corresponde al juee de cuentas,
ciones establecidas por las leyes y reglamentos... ; de ningún modo podrían obligado por la decisión de la autoridad presupuestaria, aprobar estos gastos
considerarse como aprobación implícita de los gastos comprendidos en una en descargo del contador de hecho, quien debe, por consiguiente, seguir res-
gestión oculta. Por tanto, los señores J no tienen derecho a sostener que pondiendo por el cobro de todas las sumas que ha ingresado irregularmente".
432 TEORÍA GENERAL DE LA FUNCIÓN PÚBLICA

patrimonio a d m i n i s t r a t i v o que se h a enriquecido sin causa, a


sus expensas. E s t a acción es posible 180 .

ÍNDICE ALFABÉTICO DE MATERIAS


FIN DEL VOLUMEN I H especial: p. 189, m ; distinción
A entre los gobernantes y l o s . . . :
p. 227, in; el derecho adminis-
AFECTACIÓN de i n g r e s o s . trativo se ocupa de l o s . . . :
Comparación con el servicio p. 235, vn; los soldados s o n . . .
público: p. 28, 1 ' ; a título propiamente dichos: p. 262, v;
gratuito; ps. 52, sección n, y régimen jurídico de l o s . . . :
62, § 2; por un tiempo ilimi- p. 266, § 2 (v. FUNCIONA-
tado: p. 65; caso del Instituto RIOS). Oficiales ministeria-
de los Hermanos de las Escue- les: p. 285; l o s . . . al servicio
las Cristianas: p. 66, nota 47; de los particulares: p. 292;
. . . de los bienes de un patri- . . . irregularmente nombrados
monio suprimido: p. 163, m ; cuya designación se anula pos-
...indefinida: id.; b i e n e s teriormente: p. 346; actos rea-
c o n . . . , puestos a disposición lizados por l o s . . . en virtud de
de un establecimiento públi- una delegación irregular: p.
180 Conclusiones de TEISSIER, en el caso Sapor, Cons. de Est., 7 mayo 1909,
co : p. 171; . . . perpetua im- 349, iv.
" B e c " , p. 466. V. supra, p. 425, nota 168. Hasta 1915, la Corte de cuentas posible: p. 179.
AGENTES ELECTIVOS. Actos
se abstenía de estatuir sobre esta cuestión, que no le compete. En la resolu- AGENTES ADMINISTRATI-
ción del 25 febrero 1915 (Jacquemct, "Kec.", p. 385 y la nota) dicho tribu- realizados p o r . . . cuya elec-
VOS. Condición jurídica de ción es discutida y luego se
nal ha modificado su jurisprudencia, resolviendo lo siguiente: " E n estas l o s . . . : p. 13, b; responsabili-
condiciones (negativa de la autoridad presupuestaria a aprobar la utilidad del anula: p. 342; irregularidad
gasto), no puede declararse la aprobación de los gastos de que se trata; por dad de l o s . . . : p. 16, g; re- de la constitución misma del
lo demás, el contador podría —si estima que los gastos en cuestión han procura- partición de las atribuciones cuerpo electivo: id.; elección
do un beneficio al municipio, que por ello debería la pertinente indemnización— de l o s . . . : p. -120; la situación irregular d e . . . de un cuerpo
entablar una acción tendiente a hacer reconocer su crédito contra el men- jurídica de l o s . . . no es obs- regularmente constituido: p.
cionado municipio ante la jurisdicción competente, la única a la que puede co- táculo jurídico para la reorga-
rresponder ordenar, si procede, la enquéte reclamada subsidiariamente por el 343, n.
nización de un servicio públi-
recurrente". Desde 1915, la Corte de cuentas deja a salvo siempre el recurso co: p. 144; indemnización a ALUMBRADO. Servicio público
del contador de hecho, consistente en la acción de in rem verso. Corte de cuen- d e . . . : ps. 79, n, 81 y 86.
tas, 7 febrero 1922, Volle, " K e c " , p. 1025: " S i el señor V. estima que a. l o s . . . : p. 145; poder discre-
decisión de la autoridad presupuestaria le ha causado un perjuicio y que la cional de l o s . . . en lo relativo ASISTENCIA gratuita: p. 110.
Sociedad de beneficencia ha sacado provecho de los gastos rechazados, le ea a la afectación del patrimonio ASOCIACIONES que persiguen
lícito intentar, ante la jurisdicción competente, una acción tendiente a hacer suprimido: p. 163; situación un fin no lucrativo: p. 213;
que se reconozca su derecho a una indemnización resaroitoria". La jurisdic- de l o s . . . de un servicio pú- disolución de los establecimien-
ción competente es, en principio, la jurisdicción administrativa, puesto que &e blico suprimido: p. 187, 3 ;
trata de una acción por responsabilidad entablada contra la Administración,
tos-asociaciones : p. 215, i ; li-
en razón del funcionamiento de los servicios públicos.
. . . con una situación jurídica quidación de los bienes de un
434 ÍNDICE ALFABÉTICO DE MATERIAS
ÍNDICE ALFABÉTICO DE MATERIAS 435

establecimiento-asociación: p . ganizar y suprimir un servicio


216; establecimiento-asocia- público: p. 103; . . .del Parla- los obreros y empleados de los mente de la función: p. 364,
ción: p. 219; . . . d e funciona- mento y de las autoridades concesionarios de servicio pú- vi; exceso de poder: p. 365, n.
rios: p. 274. administrativas para la orga- blico: p. 300, § 2; ...de los fun- DIPUTADOS.Los... son gober-
AUXILIARES del servicio pú- nización de un servicio públi- cionarios públicos: p. 268, n. nantes: p. 241, i.
blico: p. 237; caracteres esen- co: p. 116; . . .del Parlamento C O N T A B I L I D A D DE H E -
ciales de l o s . . . : p. 244; régi- para la supresión de un servi- CHO : p. 428, m; consecuencias E
men jurídico de l o s . . . : p. cio público: p. 148, 1. de l a . . . : p. 429, m; rigor del E S T A B L E C I M I E N T O S DE
246, H ; huelga de los...: p. 249. CONCESIÓN del servicio públi- procedimiento para con el con- UTILIDAD PÚBLICA: p. 4 1 ;
co : p. 7 1 ; naturaleza del servi- tador de hecho: p. 431, iv; el creación, organización y su-
B cio público concedido y del recurso de in rem verso: id. presión de l o s . . . : ps. 197 y
acto d e . . . : p. 72; aplicación CONTRATOS ADMINISTRA- 202; diferencias entre l o s . . . y
BAÑOS DE DUCHA gratuitos: del régimen del servicio públi-
p. 111. TIVOS. Teoría de la imprevi- los establecimientos públicos:
co a los servicios concedidos: sión en l o s . . . : p. 16, h. p. 197, ni; disposición testa-
BIENES. Afectación de l o s . . . p. 74; teatros: p. 92, ii; natu-
provenientes de un patrimonio COOPERATIVA. Subvención a mentaria en favor de u n . . . a
raleza jurídica de l a . . . del u n a . . . de panificación: p. 60. crearse: p. 203, n ; organiza-
suprimido: p. 162, i; origen servicio público: p. 297.
de l o s . . . : p. 165; . . . del es- CRÉDITOS PÚBLICOS. Recau- ción de los...: p. 209, sección n ;
tablecimiento público suprimi- CONCESIONARIO' de servicio dación de l o s . . . : p. 357, v. modificación de los estatutos
do que no provienen de un público y sus obreros y em- de u n . . . por el Parlamento:
pleados: p. 297; situación ju- CUERPOS ADMINISTRATI- p. 211, rv; supresión de l o s . . . :
particular: id.; . . . que provie- VOS CONSULTIVOS: p. 126.
nen de un particular: p. 171; rídica de los obreros y emplea- p. 212, sección m ; asociación
dos d e l . . . : p. 300; empleados CULTOS. Supresión del servicio de individuos que persiguen
. . .puestos por un particular
confirmados por la Adminis- público del culto: p. 146, n; un fin no lucrativo: p. 213;
a disposición de un estableci-
tración: p. 300, i; empleados liquidación del patrimonio es- . . . que era una fundación:
miento público: id.
no confirmados por la Admi- pecial afectado a l o s . . . : p. id.; autoridad competente pa-
BOMBEROS: p. 90, n. nistración: p. 300, n. 158. ra suprimir l o s . . . : p. 214, n ;
C CONCORDATO. Significación D disolución de los establecimien-
d e l . . . : p. 149, II. tos-asociaciones : p. 216, n i ;
CAJAS ESCOLARES: p. 45. DELEGACIÓN del poder de liquidación de los bienes de un
CONDICIÓN JURÍDICA de los dictar ciertos reglamentos: p.
COLEGIOS ELECTORALES. agentes administrativos: p. 13, establecimiento-asociación: id.;
L o s . . . son gobernantes: p. 143; actos realizados por los establecimiento-asociación: p .
6; . . . de los bienes empleados agentes públicos en virtud de
241. por la Administración: p. 14, 219; establecimiento - funda-
u n a . . . irregular: p. 349, rv; ción: p. 220.
COMMON LAW anglo-america- c; . . . de los dineros destina- matrimonios de Montrouge: p.
no relativo al funcionario de dos al funcionamiento de los 353, vi; . . . Belorme -. p. 356, ESTABLECIMIENTOS PRI-
hecho: p. 327, nota 20. servicios públicos: p. 15, d; nota 62; . . . implícita en tiem- VADOS auxiliares de los servi-
COMPETENCIA de los tribu- . . . de los empleados de un po de guerra: p. 398, iv. cios públicos: p. 4 1 ; subven-
nales para resolver los litigios teatro nacional o municipal: ciones, dotaciones y afectacio-
p. 97; agentes c o n . . . espe- DERECHO DE RESCATE. Es- nes concedidas a título gratui-
pecuniarios suscitados por el
cial: p. 188, n; . . .de los fun- tipulación de una cláusula to a l o s . . . : p. 52.
funcionamiento de los servicios d e . . . : p. 176.
públicos: p. 16, i; . . . d e los cionarios: p. 266; § 2 ; . . .legal E S T A B L E C I M I E N T O S PÚ-
tribunales para la explotación y reglamentaria: p. 268, n ; DESAFECTACIÓN. Posibilidad BLICOS: p. 27; criterio de
de un teatro: p. 100; autori- . . . del concesionario de servi- de l a . . . : p. 179. reconocimiento de l o s . . . : p.
dad competente para crear, or- cio público: p. 298, § 1; . . .de DEUDAS contraídas por los in- 30; establecimientos hospitala-
dividuos no investidos regular- rios: ps. 33, 3', y 49; ...por
436 ÍNDICE ALFABÉTICO DE MATERIAS
ÍNDICE ALFABÉTICO DE MATERIAS 43T

naturaleza: p. 35, iv; clasifica- 311; inexistencia de sus actos u n a . . . : p. 203. ii; naturaleza 1905, s o b r e . . . : p. 167; los
ción de l o s . . . : p. 37, rv; cri- jurídicos: p. 313; diferencia jurídica del acto d e . . . : p. 204; eclesiásticos y la ley del 9 di-
terio de clasificación de l o s . . . : entre el usurpador y e l . . . : p. la obra privada reconocida co- ciembre 1905; p. 191, v.
p. 38, n ; liquidación de l o s . . . 315, in; validez de los actos mo de utilidad pública era IMPREVISIÓN. Teoría de la... r
eclesiásticos: p. 183; diferen- jurídicos de l o s . . . : p. 316, n ; u n a . . . : p. 213; establecimien-
carácter admisible de la inves- p. 16, h.
cia entre l o s . . . y los estableci- to-fundación: p. 220.
mientos de utilidad pública: tidura: p. 325, V; trasforma- INALIENABILIDAD. Cláusu-
p. 197, m. ción del usurpador e n . . . : p. las d e . . . : p. 183.
G
ESTADOS UNIDOS. Common- 330, vil; trasformación d e l . . . INDEMNIDAD para los agentes
en funcionario regular: p. 330, G E S T I Ó N administrativa y públicos: p. 144; . . . e n razón
law: ps. 327, nota 20, y 420,
v m ; suerte jurídica de los ac- servicio público: p. 12, vi; res- del Concordato: p. 152.
nota 161.
tos de l o s . . . , responsabilidad ponsabilidad del patrimonio y INMUEBLES. Afectación d e . . .
EXPROPIACIÓN. T e o r í a de de los agentes que participan
penal y civil de l o s . . . y de los a título gratuito: p. 62; loca-
l a . . . : p. 15, e. usurpadores de funciones: p. en l a . . . de un servicio públi- ción con alquiler ínfimo: p .
332, iv; valor jurídico de los co: p. 16, g. 70, iv.
F
actos realizados por l o s . . . : p. GOBERNANTES. Distinción en-
FARMACIA. Creación de una 341 (v.: AGENTES ELECTI- tre l o s . . . y los agentes: p. 227, L
. . . municipal: p. 113. VOS) : recaudación de las ren- m ; origen de la autoridad de LOCACIÓN DE SERVICIOS
FERROCARRILES. R é g i m e n tas públicas por l o s . . . : p. 357, l o s . . . : p. 228, rv; el derecho personales: ps. 6, ni, y 266.
del servicio público y d e . . . v; . . . e n tiempo de crisis po- constitucional se ocupa de
concedidos: p. 75, i. lítica o social: p. 371, n ; golpe l o s . . . : p. 235, vn; l o s . . . : p. M
de fuerza, trasformación de 239, sección n.
FUNCIONARIOS del servicio MILITARES. Los soldados son
los usurpadores en gobernan- GOLPE DE FUERZA: v. FUN-
público: ps. 237 y 257, sección agentes públicos propiamente
tes de hecho, establecimiento CIONARIOS DE HECHO.
V; régimen jurídico de los.. : dichos: p. 262, v.
de los gobernantes regulares:
p. 266, § 2; acto de ingreso de GUARDAS particulares: p. 292,
p. 374, rv; actos del estado MINISTROS. L o s . . . no tienen
l o s . . . al servicio público: p. sección v n ; l o s . . , son agentes
civil autorizados por l o s . . . : p. un poder reglamentario gene-
270, l 9 ; acto de abandono del públicos: p. 293; ingreso al
395, m ; responsabilidad penal ral: p. 129; l o s . . . son gober-
servicio por l o s . . . : p. 270, 3*; servicio: p. 294; abandono del
de los...: p. 408; relaciones de nantes: p. 243, m.
sanción de los derechos y debe- servicio: p. 295; situación de
l o s . . . con la Administración:
res de l o s . . . : p. 270, 4 9 ; prohi- l o s . . . con respecto al patrón MONTEPÍOS: p. 48.
p. 411, § 4 ; derecho a pensión, MUNICIPIOS. Supresión de un
bición de acciones que pudie- y a la Administración: id.;
a sueldo, de l o s . . . : p. 412, i;
ran entorpecer el funciona- sanción de ambas situaciones: sindicato d e . . . : p. 185, m.
. . . de buena o de mala fe: p.
miento del servicio público: p. 297.
417, a; enriquecimiento procu- O
p. 248, ii; huelga: id.; asocia-
rado a la Administración por H
ción: p. 274, 2 9 ; sindicatos:
e l . . . : p. 421, n ; jurispruden- OBRAS PÚBLICAS: Teoría de
p. 278, 3 ' ; oficiales ministe- HOSPITAL. Supresión del pa-
cia : p. 425, v; manejo irregular l a s . . . : p. 15, e.
riales : p. 285, sección vi; . . . de trimonio administrativo: p.
de fondos públicos: p. 428, m; O F I C I A L E S MINISTERIA-
hecho: p. 311; diferencia en- 159, n.
la contabilidad de hecho: id.; L E S : p. 285, sección vi; modo
tre e l . . . , el . . . de hecho y el HUELGA: p. 12, a; . . . d e los
la acción de in rem verso: p . de designación de l o s . . . : p'.
usurpador de funciones: p. funcionarios: p. 270, l 9 .
431, iv. 286, TÍ ; modo de remuneración
323, ni; . . . q u e cometen un
FUNDACIÓN. Carácter público de l o s . . . : id.; análisis del ac-
exceso de poder: p. 367, iv. I
de l a . . . : p. 17S; disposición to de nombramiento de l o s . . . r
FUNCIONARIOS DE HECHO. testamentaria en favor de IGLESIAS. Separación de las... p. 287; modificación, supresión
Teoría general de l o s . . . : p. y el Estado: p. 149, ii; ley de de los oficios ministeriales. In-
438 ÍNDICE ALFABÉTICO DE MATERIAS ÍNDIOE ALFABÉTICO DE MATERIAS 439

demnización: p. 290, IV; mo- PRESIDENTE DE LA REPÚ- cargados de la gestión de un asistencia gratuita: p. 110; ba-
dificación de los salarios: p. BLICA. Repartición de las servicio público: p. 16, g. ños de ducha gratuitos: p. 111;
291, c; ministerio obligatorio: atribuciones de los agentes ad- farmacia municipal: p. 113;
p. 292, 2". ministrativos por el...: p. 120; S organización de u n . . . : p. 116,
ORDEN DE PAGO ficticia: creación de cuerpos adminis- sección n; distribución de las
trativos consultivos: p. 126; SEGUROS MARÍTIMOS: p. 90.
p. 370. SENADORES. L o s . . . son go- competencias: p. 116, n ; po-
organización y funcionamiento
P de los servicios públicos: p. bernantes: p. 241. deres del Presidente de la Re-
127; poderes d e l . . . en tiempo SERVICIO PÚBLICO: p. 3. pública: p. 120; . . .en tiempo
PAGOS efectuados por cuenta de guerra: p. 129; competen-
de guerra: p. 129; competen- Funcionamiento d e l . . . : p. 6,
de un patrimonio administra- cia de la asamblea deliberante
cia d e l . . . para organizar o re- m ; modificación d e l . . . : p. 7,
tivo, por un individuo no re- para la organización de l o s . . .
organizar un servicio público: iv; distinción entre e l . . . y la
gularmente investido: p. 367, locales: p. 131; situación de
p. 139; e l . . . es un gobernan- gestión administrativa: p. 12,
vn; . . .hecho frente a una or- los agentes públicos: no cons-
te; p. 241, n. vi; huelga en l o s . . . : p. 12, a;
den o mandato: p. 368, i;
condición jurídica de los fon- tituye un obstáculo para la re-
. . .hecho sin orden o mandato R dos afectados al funcionamien- organización de u n . . . : p. 144;
con los fondos públicos: p.
to de l o s . . . : p. 15, d; respon- supresión de u n . . . : p. 146,
369, II. RATIFICACIÓN. Distinción en- sabilidad del patrimonio y de sección m; autoridad compe-
PARLAMENTO. Poder discre- tre la confirmación y l a . . . : los agentes: p. 16, g; contratos
p. 403, i; l a . . . en derecho pri- tente: p. 148; supresión de
cional de apreciación d e l . . . administrativos: p. 16, h; com- l o s . . . organizados en virtud
para la creación de un servicio vado: p. 403,i; l a . . . en dere- petencia de los tribunales pa-
cho público: p. 403, ii; el acto de una autorización facultati-
público: p. 106, n ; competen- ra los litigios pecuniarios: p.
cia d e l . . . para la organiza- d e . . . puede valer como acto va: p. 154, ii; liquidación del
16, i; modificación de las re- patrimonio afectado a l . . . su-
ción de un servicio público: independiente: p. 405, rv; la... glas de organización de u n . . . :
p. 116, i; poder discrecional para el Parlamento: p. 406, v. primido: p. 162, n ; situación
p. 17, j ; criterio d e l . . . : p. 18,
d e l . . . para la supresión de un REQUISADOS por el servicio de los agentes de u n . . . supri-
n ; establecimientos públicos:
servicio público: p. 148, I; ne- público: p. 237; características p. 27, m ; establecimientos de mido : p. 187; los agentes del...:
cesidad de una ley d e l . . . para esenciales: p. 251, sección iv; utilidad pública: p. 4 1 ; dis- p. 237, cap. i; acto de ingreso
suprimir un servicio público: influencia del elemento de tinción entre los establecimien- a l . . . : p. 270; acto de aban-
p. 157, n i ; intervención d e l . . . contrainte sobre el régimen ju- tos de utilidad pública y los...: dono d e l . . . : id.; concesionario
para la creación de un estable- rídico de l o s . . . : p. 252, m; p. 43, sección i; gestión de d e . . . : p. 297, sección vm;
cimiento de utilidad pública: ejemplos d e . . . : p. 253, V; de- l o s . . . por un concesionario: funcionarios de hecho: p. 371,
p. 202, i; ¿puede modificar de ber de ser testigo ante la jus- p. 71, cap. in; ferrocarriles: i.
oficio los estatutos de un esta- ticia: p. 254, 3 9 ; id., ante las p. 75, i; alumbrado: ps. 79, ii,
blecimiento de utilidad pública comisiones parlamentarias in- 82, iv y ss.; procedimientos de SUBVENCIONES a los estable-
determinado?: p. 211, iv; ra- vestigadoras : p. 255, 4 9 . derecho privado: p. 89, cap. cimientos privados: p. 52, sec-
tificación de los actos del usur- REQUISICIÓN: p. 5; . . .mili- IV; seguros marítimos: p. 90; ción ii; naturaleza jurídica de
pador por e l . . . : p. 406, v. tar : p. 253, v; . . . en materia bomberos: p. 90, n ; contratos l a s . . . : p. 54, n; prohibición
PATRIMONIO administrativo de policía sanitaria marítima: administrativos: p. 91, ni; tea- de l a . . . por la ley: p. 56, ni;
liquidado a consecuencia de la p. 254, 2 9 ; . . . p a r a prestar tros nacionales o municipales: . . . p a r a el culto: p. 57, a; ¡
supresión de un servició pú- testimonio ante las comisiones p. 92, n ; creación, supresión y ... para las escuelas privadas:
blico: p. 158; reglamento de parlamentarias investigadoras: organización de u n . . . : p. 103, p. 58, 6; . . . a las obras priva-
las deudas que gravan e l . . . p. 254, 3*. cap. V; poder discrecional de das de naturaleza comercial o
administrativo especial supri- RESPONSABILIDAD del pa- apreciación del Parlamento: p. industrial: p. 60, rv; . . .a una
mido: p. 185, m. trimonio y de los agentes en- 106, ii; . . .local: p. 107, in; cooperativa de panificación:
440 ÍNDICE ALFABÉTICO DE MATERIAS

p. 60; . . . a una partera, a un ponsabilidad penal y civil


médico: p. 61. d e l . . . : p. 332, iv; j e l . . . pue-
SUPLENCIA. Actos realizados de invocar en su beneficio la
fuera de las condiciones lega- ocupación de la función?: p.
les de l a . . . : p. 349, i. 333, n i ; ratificación de los ac-
tos realizados por e l . . . : p.
TEATROS nacionales y munici- 401, n ; responsabilidad penal
pales: p. 92, n; ¿forman parte del...: p. 408; relaciones entre
del dominio público?: p. 93, e l . . . y la Administración: p .
n ; el director, ¿es concesiona- 411; derecho a pensión, a suel-
rio de servicio público?: p . do, d e l . . . : ps. 412 y 414; en-
100; responsabilidad de la Ad- riquecimiento procurado a la
ministración, tribunales com- Administración por e l . . . : p.
petentes: ps. 100 y 101. 421, n ; jurisprudencia: p. 425,
USURPADOR: v. FUNCIONA- v ; manejo irregular de fondos
RIOS DE HECHO, p. 311, públicos por e l . . . : p. 428, n i ;
cap. n ; aplicación a l . . . de la contabilidad de hecho: ps. 428
teoría financiera de la conta- y ss.; la acción de in rem ver-
bilidad de hecho: p. 341; res- so: p. 431, iv.

UNIVERSIDAD DE SALAMANCA

640200486X

También podría gustarte