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JOSÉ RAMÓN PARADA VÁZQUEZ
DOCTOR EN DERECHO .Ai.2r
PROFESOR. AYUDANTE DE LA UNIVERSIDAD DE MADRID

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Los orígenes del contrato administrativo
en el Derecho español

AYUDA A L A INVESTIGACIÓN

FACULTAD DE DERECHO
Biblioteca

Ej. Consulta en Sala *


Excluido de préstamo

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UNIVERSIDAD *D1¿JEVlLL/FfS)
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RESERVADOS A Eduardo García de Enterria, mi maestro.
LOS DERECHOS

Depósito legal SE - 8 3 - 1 9 6 3

G. E. H. A. Alfonso XII, 12.—SEVILLA


INTRODUCCIÓN

En otra ocasión hemos hecho notar que.


desde el punto de vista de las relaciones
entre los diversos noderes del Estado. Ja ca-
racterística más sobresaliente de la jurisdic-
ción contencioso-administrativa, en su últi-
ma regulación, es su carácter judicialista. 2
La misma Exposición de Motivos de la Ley
Reguladora lo afirma en términos que no ad-
miten duda: «La ley es judicialista siguiendo
la orientación que impuso la ley de 5 de abril
de 1904, en cuanto confia la Jurisdicción
contencioso - administrativa a verdaderos
tribunales encuadrados en la común organi-
zación judicial e integrados por Magistrados
profesionales, con los deberes e incompatibi-
lidades propios de su cargo».

i Vid. mi trabajo: La responsabilidad criminal de los


funcionarios y sus obstáculos, en "Revista de Administración
Pública", núm. 31, 96 y ss.

7
Nada tenemos que objetar a esta judicia- de la Ley Reguladora «cualquiera que sea su
lización de lo contencioso-administrativo, naturaleza jurídica» (privada), continuarán
máxime cuando este encuadre dentro del en la Jurisdicción administrativa si concurre
poder judicial ha tenido una compensación en ellos la finalidad, obras o servicios públi-
tan provechosa, y de la que tan fecundos re- cos.2 Por ello, las relaciones jurídicas de
sultados es de esperar, cual es la especializa- Derecho privado en que interviene la Admi-
ción de los propios Magistrados que han de nistración, entran, sólo en parte, dentro de
juzgar el actuar administrativo. Sin embar- la Jurisdicción administrativa. Esta entrada
go, creemos que de este hecho, que de *sta parcial es la que expresa la Exposición de
generosa sumisión de la Administración a Motivos de la Ley Reguladora, al decir que
la fiscalización del poder judicial, no se han la competencia de la Jurisdicción, sólo nor-
extraído todas las consecuencias debidas en malmente está determinada por la esencia
orden a alcanzar el máximum de control y propio contenido del Derecho administra-
sobre la actividad administrativa en cuanto tivo. La anormalidad viene dada por estos
exigencia del principio de legalidad. contratos, por naturaleza civiles, de que co-
Nuestra queja va dirigida contra un punto noce la Jurisdicción administrativa. Y este
concreto: el reparto de competencia en ma- es, precisamente el objeto de nuestra queja:
teria contractual entre la Jurisdicción admi- que se haya mantenido el reparto de com-
nistrativa y la jurisdicción ordinaria. En
este punto la Ley Reguladora nada ha a En contra, S. MARTIN RETORTILLO (El Derecho
civil en la génesis del Derecho administrativo y sus institu-
innovado. La actividad administrativa de ciones, Sevilla, 1960, págs. 158 y ss.) interpreta la expresión
derecho privado sigue domiciliada en la Ju- legal "cualquiera que sea su naturaleza", para que el texto
de la ley no carezca de significado, en el sentido de referirla
risdicción contencioso-administrativa. Antes, a la posible naturaleza pública o privada de los contratos de
según el artículo 5 de la Ley de 1894, a pesar la Administración. Entendemos, por el contrario, que el texto
dj la Ley tiene sentido con referencia a las diversas natura-
de su naturaleza civil (lo que se expresaba lezas jurídicas existentes dentro del Derecho privado. Así los
por el término adversativo sin embargo), los contratos privados de la Administración pueden ser civiles,
mercantiles, laborales, y dentro de éstos caben a su vez nuevas
contratos que celebra la Administración, si distinciones por diversidad de naturaleza. Sobre la interpre-
tenían por finalidad obras o servicios públi- tación del término "sin embargo" y la naturaleza privada de
los contratos, vid. GARCÍA DE ENTERRIA, La configura-
cos, entraban en la Jurisdicción administra- ción del recurso de lesividad, en "Revista de Administración
tiva. Ahora, según el artículo 3, apartado a) Pública", núm. 15, págs. n a y ss.

8 9
petencias en materia contractual; que se lucha entre los Tribunales y una Jurisdicción
haya mantenido dentro de los mismos lími- administrativa no judicialista. Es fruto este
tes; que no se haya otorgado a la Jurisdic- reparto, en otras palabras, de una transac-
ción administrativa, competencia para co- ción entre el poder judicial y el ejecutivo,
nocer de todos los contratos privados en que que se consideraban defensores de unos in-
la Administración es parte. Las razones en tereses privados y públicos, contrapuestos.
que apoyamos nuestra crítica las examina- Desaparecida la causa de esta fricción, por
mos a continuación. 2 bta la existencia de una jurisdicción administra-
El primer cargo que cabe formular contra tiva judicialista, su efecto, en cuanto limi-
el reparto de la competencia en materia con- tativo de su competencia, debía de haber de-
tractual, es que tiene su origen en una larga jado de pesar cuando en 1956 la nueva Ley
Reguladora establece de nuevo el reparto de
2 bis Queremos dedicar un breve comentario al artíce- la materia contractual entre una y otra ju-
lo 41 de la ley de Régimen Jurídico, cuya redacción nos pa-
rece en contradicción evidente con el artículo 3 de la Ley
risdicción.
Reguladora. Creemos que la intención del legislador en la Por otra parte, y este es el principal mo-
Ley de Régimen Jurídico ha .sido solamente la de regular la
responsabilidad extracontractual del Estado, distinguiendo den-
tivo, los contratos privados que la Adminis-
tro de ésta la ocasionada por la actividad de los servicios pú- tración celebra, tengan o no por finalidad
blicos (artículo 40) de la ocasionada por los entes privados obras y servicios públicos, están sometidos a
del Estado y su patrimonio privado (artículo 41) provocando,
la primera, la competencia de la jurisdicción administrativa, un régimen mixto de Derecho público y pri-
y la segunda, la competencia de la jurisdicción ordinaria. Sin vado, en el cual las reglas de Derecho pú-
embargo, el articulo 41, al usar la expresión "cuando el Esta-
do actúa en relaciones de Derecho privado", sin más precisio- blico guardan su individualidad propia, por
nes ni salvedades, extravasa el supuesto de responsabilidad tratarse no de un régimen de fusión, sino
extracontractual, por daño originado por el dominio privado
del Estado y de los entes privados de él dependientes, y viene de yuxtaposición.3 La domiciliación en la Ju-
a comprender los supuestos de responsabilidad contractual ori-
ginados por el incumplimiento de todos los contratos privados
risdicción ordinaria de parte de los contra-
del Estado. Por esta vía, los de esta índole que tuviesen por tos privados de la Administración implica,
finalidad obras y servicios públicos, vendrían a ser sustraídos por consiguiente, que aquella Jurisdicción
a la competencia de la jurisdicción administrativa. Esta, repe-
timos, creemos que no ha sido la intención del legislador, pero haya de pronunciarse sobre la aplicación de
el peligro de esta interpretación por él uso del término "rela-
ciones", que incluye forzosamente los supuestos de responsa-
bilidad contractual, obliga, con urgencia, a postular la opor- 3 LAMARQUE, Recherches sur l'application du Droil
tuna reforma. privé aux s^rvices publics odministratifs, París, 1960, ,pág. 529.

10 11
siglo, concretamente desde 1845, en que los
normas de Derecho público, constituidas
contratantes con la Administración han en-
fundamentalmente por las que regulan la
formación de los contratos y las que marcan contrado en el confuso criterio de biparti-
la competencia para contratar, a las que se ción de competencias un serio obstáculo al
reconduce el problema de capacidad. ¿Y esta reconocimiento de sus pretensiones, origi-
apreciación de la validez de los contratos nándose vías inútiles, declaraciones de in-
privados de la Administración, respecto a la competencia e, incluso, reduplicación de pro-
aplicación en los mismos de normas de Dere- cesos en una y otra jurisdicción, en la apre-
cho administrativo, no excede de la propia ciación de una misma relación jurídica. 5
JEZE, en su comentario al arrét «Société des
competencia de la Jurisdicción ordinaria y
quebranta la ecuación Derecho administra- Granits des Vosgues», declaraba en 1914:
tivo-jurisdicción administrativa, que esta- «Si hay alguna condición esencial de una
blece el artículo 1 de la Ley Reguladora? buena organización jurisdiccional, es ésta:
¿Y si a la Jurisdicción ordinaria se le niega que los litigantes puedan determinar fácil-
competencia sobre estos extremos, no que- mente, rápidamente, el Tribunal ante el que
dan estas normas sin posible fiscalización hayan de comparecer. Toda regla de compe-
ante la resistencia de nuestra jurispruden- tencia difícil de interpretar es mala. Expone
cia, a admitir la fiscalización por la Jurisdic- a los litigantes a errores y por consecuencia
ción administrativa de los actos separables a pérdidas de tiempo y de dinero. El servicio
y la falta de regulación, por otra parte,
de un recurso de interpretación ante esta 5 Como un ejemplo de reduplicación de procesos sobre una
última? 4 misma relación, pueden verse las sentencias de 15 de octubre
de 1960, de la Sala Primera, v la sentencia de 21 de septiem-
Pero también son razones prácticas las bre de 1960, Sala Tercera, publicadas simultáneamente en el
B O. del E. de 23 de noviembre de 1960, en las que se dis-
que aconsejan la unidad de jurisdicción. Los cute una misma relación jurídica: la cesación de un contrato
litigantes deben saber con claridad cuál es de concesión de servicio de una explotación de cantina en una
estación. La primera sentencia recae dentro de un procedi-
la jurisdicción donde deben ejercitar sus miento de desahucio y el T. S. califica la relación de contrato
pretensiones. Por contra, llevamos más de un de arrendamiento de industria; la segunda recae en un proceso
contencioso-administrativo y califica la relación de concesión
de servicio. El peligro de esta duplicidad es que pueda originar
4 Sobre el primer punto, GARCÍA TREVIJANO, Con- fallos contradictorios. De todas formas la reduplicación de
tratos y actos ante el Tribunal Supremo, en "Revista de gastos y molestias para los administrados es indudable.
Administración Pública", núm. 28, pág. 164.

12 13
administrativos, se ha reconciliado con los
de justicia debe estar organizado para los
litigantes».7
litigantes y no para los jueces o para los
Pero algo puede hacerse mientras esta
abogados y procuradores». Y añadía: «por
reforma no se efectúa. Una jurisprudencia
esto sólo, porque el criterio propuesto por el
particional, con criterio restrictivo, había li-
Comisario del Gobierno L. Blum y aceptado
mitado la competencia de la Jurisdicción ad-
por el Consejo de Estado es sutil y de inter-
ministrativa en los contratos de Derecho pri-
pretación difícil, es prácticamente detesta-
vado a sólo aquellos que tuvieran por finali-
ble».6 Y LAMARQUE ha puesto de palpitante dad directa e inmediata un servicio público.
actualidad en el Derecho francés, este viejo La exigencia de esta inmediatividad entre el
problema de repartición de competencias. contrato y el servicio, a pesar de la reitera-
Los supuestos en nuestro Derecho son simi- ción con que era exigida, no ha sido recogida
lares, si no dogmática, sí, al menos práctica- por el artículo 3 de la actual Ley Reguladora,
mente, y, por ello, suscribimos íntegramente por lo que el criterio de la finalidad creemos
sus afirmaciones: «Para los contratos, como que no debe ser entendido con esta restric-
para los agentes de la administración y el ción. Con ello todos los contratos privados
dominio, una sola jurisdicción debe ser com- que encajan en la categoría de los llamados
petente. Atendiendo a la fusión de los órde- instrumentales, deben tener libre entrada en
nes jurisdiccionales, administrativo y judi- la Jurisdicción administrativa. 8
cial, que, avidentemente hace posible la El sistema que propugnamos en orden a
mejor solución, ésta no puede ser otra, en
el estado actual de nuestro sistema jurídico, 7 LAMARQUE, pág. 5^9-
y en razón de su especialización, que la Ju- 8 Sobre el concepto de contrato instrumental, CAM'MEO
(1 contrati de la publica administrazione, Firenza, 1954 (pá-
risdicción administrativa. Nada le impide ginas 121 y ss.). Opone el autor los contratos instrumentales
aplicar los principios de Derecho privado; a los finales. Los primeros tienen por objeto el procurarse la
Administración los medios y servicios necesarios para el soste-
presenta las mismas garantías que la Juris- nimiento de sus órganos. Por contra, los contratos finales tienen
dicción civil y después de la Reforma de 1953, por finalidad procurar a los administradas ciertos servicios uti
singuli, e implican una salida de bienes y servicios de la Ad-
con la nueva organización de los Tribunales ministración a los administrados; también GARCÍA TREVI-
J A N O : Principios sobre los contratos de la Administración
con especial referencia a la esfera local, en "Revista de Es-
tudios de la Vida Local", núm. 87, pág. 316.
6 Cit. por LAMARQUE, pág. 5*8.

14 15
la competencia para la materia contractual Derecho francés, del que se importan con las
no carece de antecedentes en nuestro Dere- construcciones legales los opuestos criterios
cho. Es más, el diseño ordinario de la Juris- de la lucha por las competencias. El hecho
dicción administrativa partia de este supues- de esta importación es lo que justifica nues-
to: la atribución a la Jurisdicción adminis- tro trabajo sobre el origen de la bipartición
trativa de todos los litigios originados por de competencias en el Derecho francés, pues,
los contratos en que la Administración era sin esta referencia, el estudio posterior de
parte. En este sentido, el articulo 1 del Re- análogo problema en nuestro Derecho no
glamento de 30 de diciembre de 1846, some- podría ser correctamente entendido y va-
tió a la jurisdicción del Consejo Real «las lorado.
demandas contenciosas sobre el cumplimien- Es esta misma circunstancia la que jus-
to, inteligencia, rescisión y efectos de los tifica la amplia referencia a la doctrina de
remates, y contratos celebrados directamente CORMENIN sobre los contratos de la Admi-
por el Gobierno, o por las Direcciones Ge- nistración, por responder el sistema que pro-
nerales de los diferentes ramos de la Admi- pugna para éstos a un tratamiento mixto,
nistración», y si bien el articulo 8 de la Ley equidistante del que correspondería a las
de 2 de abril de 1845 usó la expresión «para materias puramente administrativas y pura-
toda especie de servicio y obras públicas», mente civiles, y que se recogerá en el Real
esta expresión no se formuló con alcance Decreto de 27 de febrero de 1852. Sistema éste
limitativo, sino que la atribución de compe- que no explica por sí solo el origen de las
tencia a los consejos provinciales, se realiza prerrogativas de la Administración en el
«para todos los negocios de naturaleza civil», contrato, ya que si bien la técnica pacciona-
y, por ende, «de los contratos de cualquier da no deja de producir su efecto, pues en
especie», celebrados por la Administración cierto modo aquellas prerrogativas tienen su
con los particulares» (artículos 2 y 3 del Real base en una cláusula del contrato, son más
Decreto de 23 de abril de 1846). A partir de bien consecuencia del sistema procedimental
este momento se inicia la pugna Tribunales- contencioso-administrativo, lo que pone pe-
Administración originadora del criterio par- ligrosamente en tela de juicio buena parte
ticional con casi medio siglo de retraso al de la pretendida substantividad del contrato
planteamiento de análogo problema en el administrativo.

16 17
(2)

SEMINARIO DE D.° ADMINISTRATIVC


r
El estudio del origen de la bipartición de
competencias en el Derecho español no tiene,
por otra parte, un interés meramente histó-
rico. Y ello, porque la jurisprudencia de la
Jurisdicción administrativa, en la época que
estudiamos desde 1845 a 1875, creemos puede
tener el mismo interés que el estudio similar • * -

de cualquier otra etapa, porque desde enton-


ces hasta ahora la bipartición de competen-
cias entre la Jurisdicción administrativa y la
ordinaria se verifica sobre la repetida fórmula
«para toda especie de servicios y obras públi-
cas». La critica, pues, que es posible verificar PRIMERA PARTE
de la bipartición operada en aquella época
puede ser válidamente trasladada a la pre- LOS ORÍGENES DE LA COMPETENCIA DE
sente, y lo mismo puede afirmarse acerca del LA JURISDICCIÓN ADMINISTRATIVA
alcance real del sistema de prerrogativas de SOBRE LOS CONTRATOS EN
la Administración en el contrato, ya que las EL DERECHO FRANCÉS
soluciones del Real Decreto de 27 de febrero
de 1852, todavía perduran en el capítulo V
de la Ley de Administración y Contabilidad
de la Hacienda Pública de 1 de julio de 1911
y en su reforma por la Ley de 20 de diciem-
bre de 1952.

18
»
CAPITULO I

LOS ANTECEDENTES EN EL ANTIGUO


RÉGIMEN Y EL CONDICIONAMIENTO
CONSTITUCIONAL DEL REPARTO
DE COMPETENCIAS

1.°—LA MATERIA CONTRACTUAL EN LA J U R I S D I C -


CIÓN ADMINISTRATIVA DEL «ANCIEN REGIME»

La pugna entre el poder judicial y la


Administración, que en la Revolución va a
adquirir el máximum del triunfo para la Ad-
ministración, al lograr la exención total res-
pecto al poder judicial ,se gesta en el «An-
cien Regime», y los gérmenes de Jurisdicción
administrativa que en esta época aparecen,

21
concretadas en las facultades jurisdicciona- tando al mismo ritmo que disminuyen las
les de los Intendentes y del Consejo del Rey, 9 posibilidades de permanencia del sistema
se manifiestan, más que como competencias político. n Éste hurto continuado de compe-
propias y especificas, como substracciones tencias en asuntos contenciosos se consigue
individualizadas respecto a la normal y ge- mediante la inserción de una fórmula que se
neral competencia de los Parlamentos judi- repite en casi todas las reglamentaciones y
ciales10 que llega a convertirse en una cláusula de
Esta competencia en formación se veri- estilo: «Ordena, además, S. M., que todas las
fica sobre la base de disposiciones aisladas. contestaciones a que dé origen la ejecución
No existen disposiciones generales mediante de este acuerdo y sus circunstancias y con-
la fórmula de cláusula general, ni siquiera secuencias, se lleven ante el Intendente para
por via enumerativa. Cuando la Administra- que éste las resuelva, quedando a salvo la
ción Real acomete y reglamenta una nueva apelación ante el Consejo. Prohibimos a
actividad, se cuida de evitar que los podero- nuestros Tribunales entender en estos asun-
sos Parlamentos puedan condicionar con su tos».™ Para los casos en que se temiese una
competencia contenciosa las finalidades pú- fuerte oposición de los Tribunales, sobre todo
blicas que aquélla persigue y que van aumen- en materias en las que su contencioso goza-
ba de una vieja tradición judicial, se recu-
rría al arbitrio de configurar esta atribución
9 TOCQUEVILLE, El antiguo régimen y la Revolución, de competencia por tiempo limitado. Con
Madrid, 1911, traducción castellana de la segunda edición
francesa. Toda la obra es una demostración de que las institu- ello se pensaba que esta oposición sería
ciones surgidas en la Revolución tienen su raíz en el antiguo menor. Sin embargo, pasado el término de
régimen. Concretamente en lo que se refiere a la centralización
administrativa, esta obra contiene dos capítulos, cuyos títulos esta atribución, y no obstante la ausencia de
son suficientemente expresivos: "La centralización adminis- prórroga, la competencia de la Jurisdicción
trativa es una institución del antiguo régimen". "La justicia
administrativa y la garantía de los funcionarios son institu- administrativa sobre la materia en cuestión
ciones del antiguo régimen". quedaba definitivamente consagrada. 13
id GARCÍA DE ENTERRIA: La Revolución francesa
y la emergencia histórica de la Administración contemporánea,
en "Estudios homenaje a D. Nicolás PÉREZ SERRANO", 11 TOCQUEVILLE, págs. 213 y ss.
Madrid, 1959, t. II, págs. 222 y ss.; ROUSSET, Videé de 12 LAFERRIERE, Traite de la Jurisdicion Administra-
puissance publique en droit administratif', París, 1960, pági- tive ét de recours contencieux, París, 1898, t. I, pág. 172.
nas 22 y s*. 13 LAFERRIERE, pág. 173.

22 23
Por este mecanismo se va substrayendo a conexión real con el contrato de obra, y no
los Tribunales la competencia sobre los con- en motivos de orden dogmático, se encuentra
tratos de obras públicas. Cada obra tenia su el origen dé la competencia administrativa
ley particular que atribuía el conocimiento sobre estas materias, competencia que no va
de todas las cuestiones que se suscitasen a a ser reducida a la Administración central,
los Intendentes con apelación ante el Con- sino que se hace extensiva a los contratos de
sejo del Rey. Los Parlamentos Judiciales pa- obras y materias conexas que realizan los
rece que soportan más pacientemente que en Municipios.
otras materias, a pesar de tratarse de un
contrato de Derecho privado, esta limitación 2.°—EL IMPACTO DE LA REVOLUCIÓN Y DE LA NUEVA
de su competencia.14 Quizás ello sea debido FORMA DE ENTENDIMIENTO DE LA DIVISIÓN
a que la realización de las obras públicas DE PODERES EN LA FORMULACIÓN DE LOS CRI-
constituía la actividad más normal, más fre- TEDIOS DE ATRIBUCIÓN DE COMPETENCIAS.
cuente y más deseada entre todas de la Ad-
ministración. En base al contrato de obra La Revolución, supone, en principio, la
van a tener su primera entrada en la Juris- desaparición de estas jurisdicciones en lucha.
dicción administrativa la expropiación for- El Decreto de 3 de noviembre de 1789 pone
zosa, la responsabilidad por daños y la con- a los Parlamentos judiciales en «vacaciones
cesión de servicio.1S Precisamente en esta indefinidas», y la Ley de 22 de diciembre de
1792 establece una Administración nueva en
14 LAFERRIERE, pág. 173, precisa "que incluso en las provincias transformadas en departa-
los pays d'Etat, donde la dirección de las obras públicas era mentos.
menos centralizada que en los países de elección, y donde el
servicio de los puentes y caminos dependía principalmente de
loa Estados provinciales, la jurisdicción de los Intendentes la concesión de servicio sigue apoyándose en su competencia
era aceptada sin dificultad. Esto ocurría también con las sobre el contrato de obra pública pública, aunque la concesión
órdenes del Consejo autorizando los trabajos ejecutados por de servicio no implique la realización de obra alguna. Por
Empresas, y en los arrendamiento; de entretenimiento de ca- ello se habla en el Derecho francés de la fuerza expansiva
rreteras y obras públicas". del contrato de obra. Vid. por todos PBQUIGNOT: Les con-
15 Queda cdmo residuo de este planteamiento inicial la trate de l'Administration, "Juris Claseurs Administratif", fase.
competencia de la jurisdicción administrativa sobre la conce- 500, núms. 37, 44 y ss. Sobre la "vis atractiva" que el domi-
sión de servicio. En el orden dogmático su independencia res- ni público ejerce sobre la concesión de servicio, vid. GARCÍA
pecto al contrato de obra pública es incuestionable. Sin em- DE ENTERRIA. Problemas actuales de Régimen Local, pá-
bargo, la competencia de la jurisdicción administrativa sobre ginas si y ss.

24 25
artículo 13, es la base de todos los «arréts»
Por otra parte, la Revolución, al instau- de casación en materia de competencia, es-
rar unos Tribunales y una Administración tablece que «les fonstions judiciares sont
de nueva planta, va a invertir el reparto de distinntes et demeurent toujours separées
competencias de modo totalmente favorable des fonstions administratives». De manera
a la Administración. Sirve a esta finalidad más general se establece también que «les
la forma peculiar con que los revolucionarios juges ne pourront a peine de fortaiture trou-
pusieron en práctica el principio de división oler de quelque maniere que se soit les ope-
de poderes. La vieja repugnancia a unos rations des corps administratifs».
Parlamentos Judiciales, identificados de he- Los poderes ejecutivos y judicial, así se-
cho con el estamento nobiliario y la necesi- parados, van a ser investidos de sus compe-
dad, por otra parte, de realizar los propios tencias respectivas con arreglo a criterios
contenidos de la Revolución, hacen que lo dispares. Los Tribunales reciben su compe-
que se pretenda sea, según feliz expresión de tencia siguiendo los dictados de un criterio
GARCÍA DE ENTERRÍA, tratar de evitar los
material, objetivo. La materia civil, comer-
«condicionamientos judiciales» y lograr, en cial y penal, acotada por una vieja tradición,
consecuencia, el máximum de exención juris- es atribuida en bloque a los Tribunales. Pos-
diccional. 16 Se instaura, pues, como primera teriormente, el fenómeno de la codificación,
concreción de la división de poderes, la se-
en 1804 y 1807, completará y reforzará la
paración tajante de autoridades y se excluye
cristalización del criterio material.
toda posible orientación del sistema político
Frente a este monopolio de los Tribunales
hacia un gobierno de jueces. «Aquello —dice
sobre las relaciones regidas por normas de
KOECHLIN—,17 que el antigua régimen no
Derecho privado, en las que había de incidir
había podido nunca realizar, a pesar de los
forzosamente la Administración, la Jurisdic-
esfuerzos de un MAPOU —la separación efec-
ción de ésta se diseña siguiendo los dictados
tiva de autoridades— la Revolución y el Con-
de un criterio orgánico. La Administración
sulado lo obtienen». La Ley 16-24 de agosto
es competente para conocer de todas las re-
de 1790 sobre la organización judicial, cuyo
laciones jurídicas en que interviene. Este
16 Vid. nota. 10. criterio orgánico, subjetivo, es el que exigía
17 KOECHLIN: Competence administrative et judiciale la concepción integrista de la Administra-
de 1800 a 1830, París, 1950, págs. 5 y ss.

27
26
ción, según fue concebida por los revolucio- mente al Consejo de Estado del Imperio, y
narios. Fundándose en él «los constituyentes sobre toólo el de la Restauración, 20 a quien
y sus sucesores no han tenido en cuenta la toca matizar el alcance real de los criterios
protección del individuo, sino la protección encontrados, en un período político, éste de
del poder contra la censura de los jueces».18 la Restauración, en que la Jurisdicción ad-
La competencia de los Tribunales es pensada ministrativa atraviesa una crisis con hondas
con esta limitación: «conocer de los actos de
repercusiones en materia competencial,
la Administración de cualquier especie que
afectando primordialmente al Consejo de
sean».
Estado, su órgano representativo. Aquel Con-
Diseñados de esta forma los dominios
respectivos de uno y otro poder, va reanu- sejo de Estado que «bajo la dirección de NA-
POLEÓN y bajo su presidencia, ejercía la fun-
darse la vieja lucha para ampliar las respec-
tivas competencias, si bien con normas de ciones de Consejo, de Justicia, de Policía y
juego diversas de las que la habían presidido de Legislación, que era el alma de la Admi-
en el anden régime. La lucha se reanuda nistración, la fuente de las Leyes y la llama
porque «las jurisdicciones no adoptarán su del Imperio, y que resumía en su historia la
posición por consideraciones racionales, sino historia del gobierno interior de la Francia
por lo que se llama la tendencia natural de Imperial»,21 atraviesa bajo la Restauración,
las jurisdicciones a incrementar su compe- la etapa más crítica de su existencia. «Atta-
tencia», y por ello «para poder tener com- qué dans son existence, dans son organiza-
petencia sobre la materia en causa, tomarán ron, dans ses attributions, il faillit disparai-
una posición que será dictada por el resul-
tado a obtener».™ Y al resultado de esta 20 KOECHLIN señala que el equilibrio entre las juris-
pugna no será ajena la postura de preva- dicciones se restablece en el Imperio y que la Restauración
sólo le imprime unas oscilaciones poco perceptibles (op. cit.,
lencia o disfavor político de las respectivas págs. 303 y ss.). Sin embargo, en materia contractual, la ma-
jurisdicciones contendientes. Y es precisá- yoría de las decisiones jurisprudenciales que cita como origi-
nadoras de la crisis del concepto orgánico del acto administra-
tivo son de fecha posterior a la Restauración. Señalamos tam-
i s RIVERO, Cours de doctorat, 1954-1955, pág. 119, bién que el Decreto de 11 de junio de 1806 constituye la más
citado por ROUSSET, pág. 22. importante atribución de ' competencia en materia contractual.
19 CHAPUS, Responsabilité Publique et Responsabilité ai CORMENIN, cit. por OLIVIER-MARTIN : Le Con-
Priveé, París, 1954, págs. 34 y ss. seis (TEtat de la Restauración, Sirey, París, 1941, pág. 12.

28 29
tre sous les coups redoubles des plus ardentes la opinión liberal ve una mayor protección
campagnes».22 de los derechos privados. El resurgimiento
Los ataques al Consejo de Estado, vienen de los Tribunales 24 y la reivindicación de sus
de distintos campos. Los restauradores y par- viejas competencias, se verifica en todos los
tidarios del antiguo régimen ven con des- órdenes de sus relaciones con la Administra-
confianza su reciente poderío en el Imperio. ción. Los tribunales civiles y criminales, hijos
Se culpa al Consejo de Estado de la forma también en su nueva estructura de la Revo-
de aplicación de las leyes de venta de bienes lución y cuyo porte en nada recuerda al de
nacionales, que con entereza había mante- los viejos Parlamentos, ven aumentada su
nido en sus efectos, y de su resistencia a mo- competencia, en parte por sus propios es-
dificar las decisiones administrativas toma- fuerzos reivindicadores y, en parte también,
das por las Autoridades de la Revolución y porque el Consejo de Estado se decide motu
del Imperio .Pero si estos cargos eran formu- propio a restringir los dominios de su com-
lados por los restauradores, también fueron petencia contenciosa.25
formulados otros y graves por la opinión li- Surge en este ambiente, cargado de ten-
beral. Le hace ésta responsable de algunas sión política, una jurisprudencia adminis-
leyes administrativas no debidas a él pero trativa particional que se extiende a todas
que su jurisprudencia había revelado en sus las relaciones jurídicas en que es parte la
rigores, e incluso se le niega existencia legal Administración. Característica de este «par-
al no ser mencionado en la Carta de 1814.23 tage» es que se verifica por la propia Juris-
Cogido así entre dos fuegos y perdida la dicción administrativa, con dominio casi
inamovilidad de sus miembros, no ofrecía 24 Vid. mi trabajo La responsabilidad de criminal de
garantías suficientes a los litigantes contra ios funcionarios, R.A.P., núm. 29, págs. 112 y ss.
25 PICHAT: pref. cit. VII. M. DE BOOGLIE, en un
la Administración, creándose, en consecuen- célebre articulo publicado en la "Revue Fran^aise", en marzo
cia, una mentalidad favorable a la potencia- de 1828, pide la supresión de la jurisdicción administrativa.
Propone que se envíen a los Tribunales la mayor parte de los
ción de los Tribunales, en donde, sobre todo, litigios en que e3 parte la Administración: impuestos, obras
públicas, contratos y obligaciones pecuniarias del Estado, de-
jando únicamente al Gobierno, bajo la responsabilidad de lo;
22 PICHAT, en el prefacio de la obra citada en la Ministros y el control del Parlamento, las reclamaciones for-
nota anterior. madas contra los actos de autoridad. LAFERRIERE, t. I,
23 LAFERRIERE, I, pág. 226; OLIVIER-MARTIN, págs. 229 y ss.
págs. 41 y ss.

30 31
absoluto, en situación de neta superioridad entendido como separación de Autoridades,
sobre los Tribunales. Estos tendrán la com- de principios conexos con él y de formula-
petencia que el Consejo de Estado les otor- ciones legales explícitas, reforzadas por las
gue al declarar la no-admisibilidad de algu- primeras interpretaciones jurisprudenciales.
nos recursos ante él planteados y la que él La Ley de 16 de fructidor del año III,
mismo decida al resolver .los conflictos de prohibió a los Tribunales «conocer de los
jurisdicción para cuyo planteamiento sólo la actos de Administración de cualquier espe-
Administración, a través de los prefectos, se cie que sean». La competencia de los Tribu-
encuentra legitimada.26 nales, queda reducida a los actos entre par-
ticulares, como resultado de esta concepción
3 . ° — E L FUERO DE LA A D M I N I S T R A C I Ó N E N M A T E -
amplísima del «acto de la Administración».
RIA CONTRACTUAL COMO CONSEOUENCIA DEL
Salvo que una ley lo autorizase, los Tribu-
CONCEPTO ORGÁNICO DEL ACTO ADMINISTRA-
nales no podían ser jueces de las acciones
TIVO.
intentadas contra la Administración. Las ac-
Ahora bien. ¿Cuál fue el diseño originario ciones contra ésta tropiezan con un autén-
del reparto de la atribución de competencias tico fuero, contra el que nada puede el ar-
en materia contractual? ¿En qué medida, y gumento del criterio material que sirve de
en virtud de qué criterios, la jurisprudencia articulación a la atribución de competencia
particional se aparte de él? La atribución se de los Tribunales. La resignación de éstos no
realiza, en principio, de modo totalmente fa- pareció completa, y por ello el arrété del
vorable a la Administración con el triunfo Directorio de 2 de germinal del año V, pre-
del criterio orgánico. Para todos los contra- cisa que, bajo el concepto de acto adminis-
tos en que sea parte el Estado se proclama trativo, se comprenden «todas las operacio-
la exención de los Tribunales y la competen- nes que se ejecuten por orden del Gobierno,
cia de la Administración. Es este un corola- por sus agentes inmediatos y con fondos su-
rio del principio de separación de poderes, ministrados por el Tesoro público». Los Tri-
bunales, no sólo se pliegan ante esta inter-
26 Sobre el uso y abuso del sistema de conflictos en la pretación, sino que para declarar su incom-
época, vid. OLIVIER-MARTIIN, págs. 183 y ss.
33
32
(S)
petencia reproducirán en sus decisiones los rial: «II existe una concesión emannée du
propios términos del arrété.27 Conseil municipal de la commune d'Anoud et
Las protestas contra este auténtico fuero cette concesión est un acte administratif que
administrativo no dejaron de producirse, les tribunaux ne peuvent pas réformer. Cette
pero estas mismas protestas son la prueba concesión est un acte administratif? Ces sont
más evidente de la amplitud con que fue done aussi des actes administratifs que les
diseñado y primeramente aplicado.28 Puede baux par lesquels les conseils municipaux
atribuirseles en la época un valor de lege afferment les biens de leurs communes? Ce
ferenda, pero no puede afirmarse por ello sont done aussi des actes administratifs que
que en 1803, fecha en que se producen las les transactions par lesquelles les conseils
airadas protestas de MERLIN, Comisario del municipaux aprés s'y étre fait autoriser par
Gobierno ante el Tribunal de Casación, pro- Vadministrations superieure terminent les
testas frecuentemente recordadas por la procés qui interesent les communes? Se sont
doctrina francesa al tratar de los criterios done aussi des actes administratifs que les
de repartición de competencias, rija como contrats quelqonques dans lesquels les con-
criterio de la posible reducción del fuero ad- seils municipaux traitent et stipulent au
ministrativo la idea de gestión privada. nom de leurs communes? Et si ces baux, ces
Todos los contratos en que interviene la Ad- transactions, ces contrats glonnent lieu á des
ministración son considerados como «actos contestations, le pouvoir judiciaire, ne pou-
de Administración», y, como tales, escapan rra done pas en connaitre? Se sont la, il faut
al conocimiento de los Tribunales. en convenir, des idees nouvelles, parlons plus
MERLIN, reivindica efectivamente la com- juste, des idees bizarres qui repugnent a tou-
petencia de apoyándose en el criterio mate- tes les notions recues, qui revoltent le bons
sens».w La crítica y la ironía de MERLIN, eran
27 ROUSSET, págs. 27 y ss.; CHAPUS, pág. 65; LA
FERRIERE, I, -pág. 477.
28 CORMENIN, Quesiions de drot administratif, 1837, 29 Es a esta época, 1803, y no a la Restauración, en
4.» ed., pref. V, "Quant a la justice administrative... elle ne la que CHAPUS concreta la reacción contra el principio de
. participe que trop au vice des temps orageux oú elle est née, separación de poderes. En estas expresiones de MERLIN, ve
qui était arbitraire ella se melé a presque tour nos interets, el origen de la dualidad gestión publica-gestión privada, como
elle affecte presque toute nos propietés et ella touche k presque criterios delimitadores de las competencias de los Tribunales
toutes nos persons... La' jurisprudence administrative fut tra- y la Administración. Que existieron protestas, no cabe duda,
vaillé par le= caprices du pouvoir". pero no alteraron el sistema. En 1806 se refuerza todavía más

34 35
fáciles colocándose, como lo hace, desde un Los que cita son, en efecto, vistos con cri-
punto de vista material. Sus irónicas pre- terio material, contratos de Derecho privado,
guntas sobre la naturaleza de los contratos pero tafribién son actos administrativos por
que celebran los municipios, abstracción el juego simultáneo del criterio orgánico. La
hecha, por el momento, de la naturaleza pri- crítica de MERLIN, es, pues, una crítica con-
vada de éstos, sólo tienen una respuesta: son tra el fuero de la Administración. Crítica
contratos de Dereho privado, pero existe un que, por otra parte, no tuvo consecuencias
fuero de la Administración. Por ello el con- inmediatas.
cepto de «acto de Administración», que es
su expresión materializada, no puede opo- 4.°—EL PRINCIPIO DEL ESTADO-DEUDOR
nerse al de contratos de Derecho privado.
Intimamente relacionado con el concepto
el fuero del Estado, en materia contractual, con el decreto de
11 de junio de 1806. CHAPUS, págs. 66 y ss. En contra, amplio de acto administrativo, se desen-
KOECHLIN, págs. 137 y ss.; el litigio en el que se producen vuelve el principio del Estado-deudor. Igual
las protestas de M'ERLIN, no oponia a un particular con la
Adtninistración, sino a dos propietarios ribereños de un curso que aquél, se formula éste como un principio
de agua. La fuente de ésta se encontraba en un arroyo muni- constitucional. «La Asamblea Nacional de-
cipal, habiendo concedido el municipio su disfrute a una de
las partes mediante un acuerdo aprobado por el prefecto. La creta como un principio constitucional que
competencia judicial estaría suficientemente determinada por ninguna obligación sobre el Tesoro publico
el hecho de tratarse del ejercicio de una acción posesoria.
Según los comentadores del Sirey, MERLIN habría entendido puede ser admitida entre las deudas del Es-
que el acto comunal era un arrendamiento, que pertenecería tado más que en virtud de un decreto de la
mág al régimen de los bienes que al ejercicio de la autoridad.
Esta interpretación equivocada del pensamiento de MERLIN Asamblea Nacional» (art. 1.° de la Ley de
es la que motivó su cita por BERTHELEM'Y en apoyo de su 17 de julio-8 de agosto de 1790); y el Decreto
tesis sobre la distinción actos de autoridad-actos de gestión.
En ella se basa la interpretación reciente de CHAPUS para de 26 de septiembre de 1793, estableció que
la idea de gestión pública. Además de la oposición de KOECH-
LIN a estas interpretaciones, puede verse, recientemente, la de
«todos los créditos contra el Estado, serán
ROUSSET, págs. 44 y ssi.: "La idea de gestión pública es regulados administrativamente». Con ello,
rna idea moderna, y sería falsear la perspectiva histórica, en
la cual se ha planteado y se ha resuelto el problema de la la exención de la Administración respecto de
determinación de las competencias ¡respectivas de los dote-' los Tribunales se refuerza.
órdenes de jurisdicciones, el presentarla como habiendo sido
utilizada de manera consciente por las jurisdicciones en tanto En virtud de este principio, las acciones
que criterio del acto administrativo".
contra el Estado en base a contratos de De-
36 37

SEMINARIO DE D.' ADMINISTRATIVO


recho privado no encuentran más vía útil que, a pesar de contener disposiciones rela-
que la vía administrativa. tivas a las leyes sobre separación de poderes,
Pero los Tribunales no se plegaron con se entendió como formulador de este nuevo
docilidad a este principio, y por ello uno de principio substantivo. Por su parte, los Tri-
los primeros cuidados de la Convención, des- bunales no aplican la doctrina del Estado-
pués de la Revolución de 9 de thermidor, es deudor como principio substantivo distinto
anular varias sentencias de los Tribunales del principio de separación de poderes. Para
que habían excedido sus atribuciones, y re- ellos, el criterio fundamental en materia de
cordarles la prohibición de la Ley de 16 de separación de los poderes es exclusivamente
agosto de 1790: «Defenses iteratives sont el concepto amplio de «acto de Administra-
ifaites aux tríbunax de connaitre des actes ción» apoyándose, para ello, en las Leyes de
d'administration de quelque espece qu'ils 16-24 de agosto de 1790 y en la Ley de 16 de
soient, aux peines de droiU. El propio MER- fructidor del año III.
LIN, reconoce explícitamente la doctrina del Las consecuencias prácticas de una y otra
Estado-deudor: «II est aujourd'hui de prin- concepción no se dejaron sentir por el mo-
cipe, que les tribunaux ne peuvent connaitre mento. Ello es debido a que el arréte de 2 de
des actions qui tendent a faire Vetat de- germinal del año V, reunía y conjuntaba los
biíewr».30 argumentos de uno y otro principio.31 Las
Interesa precisar, sin embargo, que desde divergencias comenzarán a medida que los
que se formula este principio existe una dis- Tribunales vayan reduciendo el concepto
crepancia teórica en su fundamentación amplio de «acto de Administración», fenó-
entre la Jurisdicción administrativa y los meno que gana en intensidad a medida que
Tribunales. La autoridad administrativa,
primero, y el Consejo de Estado, a partir de 31 CHAPUS, pág. 48 y nota 4. Lo evidente es que
en la época los Tribunales se declaran incompetentes para co-
su creación, aplican de una forma directa el nocer de típicos contratos de Derecho privado. La naturaleza
principio del Estado - deudor, apoyándole civil está fuera de duda en el siguiente supuesto que cita LA-
FERRIERE : el regidor de un depósito municipal es condena-
sobre el arréte de 2 de germinal del año V, da a pagar una suma de ocho francos por un aparato médico
que había sido suministrado al establecimiento. El arret, casa
3a LAFERRIERE, I, pág. 199; recientemente, CHA y anula la sentencia por incompetencia y exceso de poder
PUS, pág. 47. El principio del Estado-deudor, comprendía, en (Cour de casation, n de Mesidor año X). LAFERRIERE, I ;
principio, tanto la declaración de la deuda como la liquidación. pág. 200.

38 39
su posición politica se refuerza permitién-
doles afirmar el carácter general de su com-
petencia, basado en un criterio material, y
considerarse a si mismo como «Tribunales
ordinarios», con monopolio sobre el Derecho
común, frente a los que la Jurisdicción ad-
ministrativa no pasaría de ser una Jurisdic-
ción de excepción. Dicho en otros términos:
los jueces irán estrechando en sus resolu- CAPITULO II
ciones el concepto de acto administrativo a
medida que por el transcurso del tiempo van LOS PRINCIPIOS LEGALES Y DOCTRINA-
olvidando que en el pensamiento del legisla- LES DEL REPARTO DE COMPETENCIAS
dor revolucionario fueron concebidos como
«simples jueces entre particulares'». Pero lo 1.°—LA FORMULACIÓN POSITIVA DE LA EXENCIÓN
cierto es que el principio del Estado-deudor JURISDICCIONAL: Los TEXTOS DE ATRIBU-

sigue jugando a favor del Estado. Hasta 1850 C I Ó N EXPRESA A LA JURISDICCIÓN ADMINIS-
los Tribunales no atacarán de frente este TRATIVA.
principio, y sólo a partir de 1873, con los
arréts Blanco y Dugaye at Bransiet, es aban- Hasta aquí, la formulación del fuero de
donado definitivamente como principio de la Administración en materia contractual no
repartición de competencias. La administra- es sino consecuencia de los principios cons-
tiva quedará reducida a la liquidación, stric- titucionales examinados: los Tribunales no
to sensu, de la deuda, y la judicial se exten- pueden conocer de los contratos celebrados
derá a la declaración de la existencia misma por el Estado porque estos contratos entran
de la deuda cuando ésta sea consecuencia de dentro del concepto de «acto de Adminis-
una relación que, conforme a los nuevos cri- tración», o porque las acciones en ellos ori-
terios, entre dentro de sus atribuciones.32 ginadas pueden quebrantar el principio del
Estado-deudor. Pero al lado de esta formula-
ción negativa, el fuero de la Administración
32 CHAPUS, pág. 62. se formula también positivamente. Textos

40 41

N&*««tf£:
expresos atribuyen competencia a la juris- tación restrictiva, excluyente, en consecuen-
dicción administrativa. cia, de la Jurisdicción administrativa de las
Así, se conserva la antigua competencia restantes hipótesis, contractuales o no con-
de los Intendentes sobre el contrato de obra tractuales, a que pudiera dar origen la ges-
que es heredada en la nueva Administración tión del patrimonio privado de la Adminis-
por los directores de distrito y departamento tración. Las acciones basadas en la gestión
(Ley de 7-11 de septiembre de 1790) por las del dominio privado de las colectividades lo-
administraciones centrales (Constitución de cales pasan tardíamente a los Tribunales, en
5 fructidor año III) y, por último, por los plena Restauración, en 1815, pero el Consejo
Consejos de prefectura (Ley de 28 de plu- de Estado mantendrá su competencia sobre
viose del año VIII). las acciones contra el Estado, entre otros
Por otra parte, la Ley últimamente citada motivos porque hasta 1824 la jurisprudencia
atribuye también a los Consejos de prefec- de los Tribunales no había admitido con
tura competencia para conocer de las ventas absoluta firmeza «que el dominio del Estado
de bienes nacionales. Esta atribución tiene es como el de los particulares, de la compe-
una gran trascendencia si se tiene en cuenta tencia de los Tribunales». Y es, sin duda, por
que la división dominio público-patrimonio este motivo, para evitar conflictos, por lo que
privado es inexistente en la época.M La ex- el Consejo de Estado admite en 1840 la com-
presión «bienes demaniales» cobra así un petencia judicial, a pesar de la subsistencia
sentido amplio y es la causa de que todavía del principio del Estado-deudor.34
en la actualidad la Jurisdicción administra-
tiva francesa sea competente para conocer de
34 CHAPUS, págs. 71 a 74. Las etapas son las siguien-
las ventas de bienes del dominio privado del tes: En 1815 (C. E. noviembre 1815, Richou) admite la com-
Estado. A esta atribución expresa tampoco petencia judicial para los actos de gestión patrimonial de las
colectividades locales; en 1820 (C. E. 23 febrero 1820, Regie
es dable asignarle en la época una interpre- des domaines) se afirma la regla de la competencia judicial para
toda clase de acciones sobre el dominio con exclusión de las
33 El conjunto de los bienes del Estado es denominado ventas de bienes nacionales y acciones contra el Estado; ga-
dominio nacional, dominio público o dominio del Estado. El nada esta primera competencia, los Tribunales tratan de ex-
mérito de la distinción es atribuido a PROUDHON con su tender su competencia a las acciones nacidas con ocasión de
Traite de Domaine Public, 1833-834. Vid. BARCKAUSEN, la gestión del dominio del Estado (Trib. Seine, marzo, 1823),
Etude sur la Théorie genérale du domaine public, R. D. P., oponiendo el Consejo de Estado contra esta reivindicación el
1902, citado por CHAPUS, pág. 73. principio del Estado-deudor (C. E. 4 febrero 1824), Courbon-

42 43
Otro supuesto de atribución expresa lo Completa esta enumeración de atribucio-
constituyen los arrétés de los Cónsules de nes para contratos específicos una fórmula
3 de floreal del año VIII, que atribuye a los generaí Ue atribución a la Jurisdicción ad-
Consejos de prefectura competencia sobre ministrativa de todos los contratos en que
los arendamientos de aguas minerales per- sea parte el Estado. El artículo 13 del Decreto
tenecientes al Estado. La falta de mención de 11 de junio de 1806, en base únicamente
de los arrendamientos de los municipios y al criterio orgánico, cierra a los Tribunales
departamentos originará también, en plena la posibilidad de conocer de los contratos
Restauración, la competencia de los Tribu- celebrados por el Estado. En su virtud, se
nales, no sin que con posterioridad a 1824, en atribuye al Consejo de Estado el conocimien-
que es admitida, la Administración deje de to de «toutes constestations ou demandes
reivindicar su competencia.35 relatives, soit aut marches passés avec nos
ministres avec Vintendent de notre maison
Conti); deja de oponerse este principio y es admite la compe- ou au leur nom, soit aux travaux ou fourni-
tencia judicial en el arret de conflicto de 7 de dicietnbre de tures faites pour le service de leurs departa-
1840, Finot et cons.
La admisión de la competencia judicial por las acciones ments respectifs...». Que este precepto cons-
derivadas de la gestión del dominio provocó el que, ante la tituyó una exención total de la materia con-
falta de distinción del dominio público y privado, los Tribuna-
les conociesen de la gestión del primero. Contra esta compe- tractual respecto a los Tribunales está fuera
tencia, reacciona el Decreto-ley de 17 de junio de 1938, que de duda. La competencia en un principio
establece la competencia de la jurisdicción administrativa, no
sin posterior resistencia de los Tribunales, que motivó la sólo se determina ratione-personae. A partir
intervención del Tribunal de Conflictos. El artículo 1 del De-
creto-ley citado establece que son de la competencia de la
Jurisdicción administrativa "los litigios relativos a los contra- esta usurpación injertando en la Ordenanza de 18 de junio
tos comportando ocupación del dominio público, cualquiera que de 1823 el siguiente precepto: "Las cláusulas de los arrenda-
sea su forma o denominación, celebrados por el Estado, De- mientos estipularán siempre que la rescisión podrá ser pro-
partamentos y Municipios, establecimientos públicos y sus con- nunciada por el Consejo de Prefectura en caso de violación
cesionarios...". Esta atribución de competencia a la Jurisdic- del Pliego de Condiciones". A pesar de ello, el Consejo de
ción administrativa sobre el dominio público, que había sido Estado mantiene la competencia de los Tribunales para los
sustraída por los Tribunales, concretará para lo sucesivo el arrendamientos que realicen los municipios, fundándose en
reparto de competencia sobre la base de la distinción dominio que la citada ordenanza no tenía rango suficiente para estatuir
público-dominio privado. sobre un problema de competencia.
35 LAFERRIERE, I, pág. 591. A pesar de que el arret En lo que hace a los arrendamientos de los productos
de 4 de diciembre de 1822 (hospice de Bagnéres), había admi- de los bosques, el C. E. reconoce la competencia judicial a
tido para los arrendamientos de las colectividades locales la partir de 1815 ( n de diciembre de 1815, Baudoin), LAFE-
competencia de los Tribunales, la Administración lucha contri RRIERE, I, pág. 589-

44 45
de 1820 parece que el Consejo de Estado co- de la materia contractual que postulan en
mienza a analizar los diversos contratos con forma negativa los principios constituciona-
los criterios de una concepción más estrecha, les examinados no guarda en su formulación
material, en otros términos del «acto de Ad- positiva la misma intensidad, ni tiene la
ministración». A pesar de ello subsisten de- misma aplicación para todas las Adminis-
claraciones contrarias y la repudia del cri- traciones.
terio orgánico no se realiza formalmente Aplicadas en su totalidad al Estado, no
hasta 1851.36 guarda la misma extensión para las colec-
tividades locales. La cobertura de éstas en
2.°—LA NATURALEZA PRIVADA DE LOS MUNICIPIOS materia contractual frente a la competencia
Y SU DEBILITADA PROTECCIÓN FRENTE A LOS de los Tribunales sólo se encuentra afirmada
TRIBUNALES. por el concepto orgánico de «acto de Admi-
nistración» y por la atribución expresa a los
Pero el fuero, exención de los Tribunales, Consejos de prefectura de la competencia
sobre el contrato de obra (Ley de 28 plusioso
36 En 1812, el arret Malezieux, 12 enero 1812, aplica del año VIII). Incluso la atribución expresa
el criterio orgánico. Todavía subsiste en 1826 (C. E. 22 de
febrerq de 1826); Thoret y Cié), como se deduce de los si- de este contrato parece que no debe ser en-
guientes términos: "Cons. que la maison T. s'est engagée com- tendida como un propósito innovador, por-
misssionaire et salón les usages du comerce á acheter... pour le
compte du gouvemement...; que ce traite de comisión constitue que con ello no se hacía otra cosa que res-
un marché, quaux termes del art. 13 du decret de 8 de junio petar lo que en el «anden régimen era ya,
de 1806, toute contestations ou demande relative a des mar-
ches pases avec nos ministres droit etre portee devant notre en cierto modo, de la normal competencia de
Conseis d' Etat". La admisión definitiva del criterio material la Jurisdicción administrativa.
y la repudia del criterio orgánico parece ser que no se efectúa
hasta la instauración del primer Tribunal de Conflicto (23 mayo Quizás la razón de ser de esta disparidad
1851): "Cons. que el Sr. L. invoca contra el Estado arrenda- de trato entre el Estado y las colectividades
tario de su propiedad inmobiliaria, las disposiciones del artícu-
lo 1773 del C. C , cons. que la aplicación de estos principios locales, haya que buscarla en la naturaleza
a un contrato de Derecho privado no puede pertenecer más ambigua de los Municipios, considerados, en
que a la autoridad judicial". (Citados ambos arrets por CHA-
PUS, págs. 79 y So, nota I ; vid. también ROUSSET, pág. 38). su última raíz, como personas privadas, a
Estas limitaciones a que es sometido el texto explican el hecho pesar de los esfuerzos centralizadores inicia-
da que el concepto actual de contrato de suministros tengan
una acepción amplia que extravasa el sentido literal de la pa- dos con anterioridad a la Revolución y que
labra "fournitures". (Vid. LAFERRIERE, II, pág. 138). habían de continuar la Convención y el Im-

46 47
perio. Por de pronto, esta disparidad es un proceso de centralización que en ellos opera
argumento más a favor de su naturaleza pri- el poder real, que había de originar desde el
vada, tal como fueron concebidos por la siglo XVI la paulatina pérdida de sus liber-
Asamblea Constituyente, Para ésta, la Ad- tades y la ingerencia de aquel poder en su
ministración municipal no es concebida administración, proceso éste que, a pesar de
como propia Administración pública; es más, esa concepción iusprivatista, continúa la
se entiende que está fuera de la Administra- Revolución organizando administrativamen-
ción general. En el sistema de la Asamblea te los municipios (Ley de 14 de diciembre de
Constituyente se considera a los Municipios 1789), y aplicando a los mismos el principio
como «Asociaciones privadas», cuyos intere- de separación de los poderes (Ley de 22 de
ses en nada afectan a la Administración ge- diciembre de 1789).38
neral y cuyos poderes no son auténticos po- Por ello, no sería del todo exacto afirmar
deres públicos, sino unos «poderes privados», categóricamente la naturaleza pública o pri-
análogos a los del Derecho de familia.37 vada de los Municipios. Su adscripción a una
Pero si esta concepción de los Municipios u otra categoría dejaría en la sombra as-
como personas privadas no puede ser minus- pectos privados o públicos. Partiendo de esa
valorado, tampoco puede escamotearse el
38 En estos textos apoya CHAPU su negación de
la naturaleza privada de los municipios. También se pronun-
37 THOURET afirmaba que "le régime municipal, borne cia por la naturaleza pública TEISSIER (La responsábilité de
exclusivement au soin des affaires particulieres, et pour ainsi de la puisance publique, 1906, núms. 85 y ss.), para el cual
diré prives, de chaqué ressort municipal ne peut entrer sous "desde el comienzo del dglo último el Municipio cesa de ser
aucun rapport, ni dans le systéme de la representation natio- una asociación de copropietarios vecinos para pasar a ser una
nale, ni dans celui de l'administration genérale". Cit. por MI- persona moral administrativa". Citado por ROUSSET, (35,
CHOUT: La theorie de la personalité morale, París, 1924. nota 20). Precisa éste por último, "que los municipios hayan
Sobre la consideración del poder municipal, como poder do- sido considerados como colectividad públicas, no significa de
méstico, vid. HENRION DE PENSEY: Du pouvoir municipal, la misma forma que hayan aparecido en tanto que gestores de
3.a ed. París, 1833. los intereses comunales, como Autoridades administrativas de-
Otra muestra de la consideración privada de los munici- legatarias del poder público, y no porque su naturaleza se opu-
pios la constituye la atribución a la competencia judicial de siera a ello, sino porque la gestión de estos intereses no pare-
los daños causados con motivo de los "attroupements"' por las cía reclamar el recurso de tal delegación". La distinción de
Leyes de 23-24 febrero de 1790 y 10 de vendhniaire del año que el Alcalde haya tratado como representante del Municipio
IV, competencia judicial que todavía subsiste. Vid. CHAPUS, o del Estado, tiene un sentido diver-o que en la actualidad, y
146; recientemente GARCÍA DE ENTERRIA: "Turgot y los lleva en el primer supuesto a admitir el carácter privado del
Origenes del municipalismo moderno" en R.A.P. núm. 33, Municipio (Vid. KOECHLIN, pág. 125).
págs. 79 y ss.

48 49
(4)
3.°—LOS CRITERIOS DOCTRINALES DE LA REPARTI-
ambigüedad de naturaleza, y en virtud de
CIÓN DE COMPETENCIAS.
la preponderancia que el aspecto iuspriva-
tístico había de originar en las relaciones
contractuales, se comprende que la exención La materia contractual, que entra en la
jurisdiccional en materia contractual no Jurisdicción administrativa con esa tenden-
tenga para los Municipios la misma ampli- cia inmanente a su reducción a causa del
tud que para el Estado y, a su vez explica, éxito en aumento creciente del criterio ma-
que el desbordamiento de la concepción or- terial, va a llenar fundamentalmente la ca-
gánica, integrista del acto administrativo, se tegoría de una de las partes de la primera
realice primeramente sobre los que los Mu- gran sistematización del Derecho adminis-
nicipios otorguen y que, una vez que el cri- trativo: los actos de gestión. Estos actos
terio material que los Tribunales postulan de 1825, ambas de la Corte de Casación y recogidas por
ha triunfado sobre los actos de éstos, se tras- KOECHLIN, 239, nos parece de interés y muy ilustrativa al
re?pecto: "Attendu... que le bail á ferme... ría pu étre consentí
laden los argumentos para la reducción del qu'en vertu de ynandat tacite et inherent aux fonsctions muni-
concepto orgánico, integrista del «acto de cipales, por la gestión des biens dea communes; que cet acte
Administración del Estado».39 ría pos eté l'exercice d'une delegation de poivoir faite pour le
gouvemement Vofficier municipal avec qui Lecardé a contrac-
té pas eté dans cet acte, le caractere a"agent de la commune,
que cet acte ríest done pas un acte administratif"... En la se-
39 Mientras el Consejo de Estado se ciñe a afirmar la
gunda de las decisiones se dice: "que le bail consentí par le Con-
competencia de una y otra jurisdicción sin apoyarla en motivo
seil municipal tient a l'exercice des fonctions municipales re-
alguno, los Tribunales, y en particular la Corte de Casación,
latives ó la gestión des communes et r-entre dans les regles or-
tienden a señalar los motivos en que fundan su competencia,
y entre éstos está presente el hecho de que los "Tribunales dinaires du droit civil dont l'aplication appartient aux tribu-
tienden con firmeza a considerar los Municipios como personas naux; qu'il ne peut étre rangé dans la classe des actes admi-
privadas". Un argumento de los Tribunales "consiste en obser- nistratif s propement dits, dont ils ne peuvent connáitre, et que
var —dice KOECHLIN— que el arrendamiento no emana de Tappróbation dont Va revetu le prefet, comvne tutor legal de
una autoridad gubernamental, ni de una autoridad que haya la commune, ne peut changer la nature d'un acte purement
recibido delegación del Gobierno. Si ha sido realizado solamente comunal".
por un agente municipal, implica únicamente el ejercicio de La reducción de la competencia administrativa sobre los
funciones municipales. Por consiguiente, y por la razón antes contratos de los municipios, va a extenderse de tal modo que
enunciada del carácter privado del municipio, el arrendamiento por esta vía hubiese quedado reducida al contrato de obras
no es un acto administrativo. Conclusión capital, que es sufi- públicas, si no hubiese sido por la reacción jurisprudencial que,
ciente en la época a excluir la competencia administrativa, posteriormente, asimiló determinados contratos de los munici-
principalmente fundada, sobre todo a los ojos de los Tribunales pios a éste, determinados contratos que LAFERRIERE (598)
judiciales, sobre la noción de acto administrativo". (KOECH- denomina de suministros sin serlo propiamente, sino más bien,
LIN, 238). La transcripción de la argumentación contenida en concesiones de servicio, electricidad, suministro de aguas, pom-
la9 decisiones de 2 janvier 1817, Lecardé y 24 de septiembre pas fúnebres...

50 51
constituidos por los «contratos celebrados Jurisdicción administrativa, por el contrario,
para aseguarar el funcionamiento de los se basa fundamentalmente en ellas: «Une
servicios públicos y la ejecución de los tra- affaire-est de contencieux de Vadministration
bajos de interés general los actos hechos toutes les fois que Vopposition d'interéts porte
para la puesta en venta de propiedades pú- sur une obligation ou sur un droit de nature
blicas, los préstamos pecuniarios contraídos á étre regi par les lois civiles, et que nait du
por el Estado o las Corporaciones Locales fait de Vadministration... lorsque Vobligation
para subvenir a las necesidades a que están ou le droit a sa sourse dans Vadministration
obligados...», implican únicamente «el ejer- publique, Vaffaire me parait appartenir a la
cicio de facultades que no exceden, en ge- justice administrative. C'est ainsi qu'un
neral, de aquellas que los ciudadanos poseen fournisseur dont la creance derive d'un con-
en virtud del Derecho privado, o que éstos trat de vente, contrat de sa nature soumis au
puedan atribuirse en virtud de cláusulas ex- droit privé, est jugé administrativemenU.
presas». Por esta naturaleza privada de los Estas expresiones de LOCRÉ, en corresponden-
contratos, o, si se quiere, por ser regidos por cia con el conceptos orgánico de acto admi-
el Derecho privado, deduce LAFERRIERE la nistrativo, lo evidencian. Condena LOCRÉ la
consecuencia de que lo contencioso contrac- fundamentación del criterio de reparto de
tual no es, como toda la materia que entra competencias fundado en la distinción del
dentro del concepto de actos de gestión, ad- Estado como poder y como persona moral;
ministrativa por naturaleza, sino por deter- los cuerpos políticos son personas morales,
minación de la Ley.40 no sólo en su calidad de propietarios, sino
Nada, sin embargo, más lejos del pensa- también «pour les engagements et les con-
miento de los primeros teóricos de la compe- trats qui s'y rapporten»; de aquí que la dis-
tencia que esta afirmación de que las rela- tinción mencionada no pueda servir de so-
ciones jurídicas en que interviene la Admi- porte al reparto de competencias, pues, obli-
nistración y regidas por el Derecho privado garía «d'y porter (devant les tribunaux ju-
no corresponden por naturaleza a la Jurisdic- diciares) toutes les (affaires) ou VEtat est
ción administrativa. La competencia de la partie».*1
41 LOCRE: Legislation e_ jurisprudence frangaise, 1807,
40 LAFERRIERE, I, pág. 485. citado por KOECHLIN, pág. 293.

52 53
El límite de la jurisdicción administrativa que-», según feliz expresión de HAURIOU, es
no se encuentra, pues, en los contratos pri- desde el que los Tribunales encuentran el
vados sometidos al Derecho civil que ésta apoyo necesario para la adopción, ipso f acto,
celebra, sino únicamente en las cuestiones de del criterio material. «Si los Tribunales ad-
propiedad. La formulación de este limite se ministrativos tienen detrás de ellos todo el
encuentra claramente en el otro gran teórico poder público, es necesario admitir que los
de la competencia, HENRION DE PANSEY. Al Tribunales judiciales tienen detrás de sí toda
Estado que trata como gobernante (no en la fuerza de los intereses privados de los
su calidad de poder, sino como representan- administrados, y es en nombre de esta fuerza
te del interés general de la sociedad), opone por lo que se impone un cierto reparto de
el Estado como propietario y, por consiguien- competencias».43 Pero el triunfo paulatino,
te, sólo los litigios que entre la propiedad y siempre relativo por la existencia de textos
privada y de la propiedad pública pudieran concretos de atribución, del criterio material
originarse son de la competencia de la au- que juega a favor de los Tribunales judicia-
toridad judicial: «A Vegard de ees droits, de les, no se realizará porque haya conciencia
ees prestations et de ees immeubles: que le en la época de la existencia de dos procedi-
prince attaque ou qu'il se defende, qu'ü mientos formales, gestión publica-gestión
agisse pour acquérir ou pour conserver, c'est privada, en la actuación administrativa, di-
una question de propieté qu'il s'agit de re- ferenciados de tal forma que originasen la
soudre, et comme les propietés particuliéres competencia de una y otra jurisdicción. Por
ne sont pas moins sous la sauvagarde des el contrario, la competencia administrativa
lois que les propietés publiques, les chances atraviesa un período de «elaboración secre-
dans une lutte de cette espéce doivent ne- ta» y los reagrupamientos y sistematizacio-
cessairement étre égales».42 nes serán posteriores, revelando el estudio
Desde este reducto, la propiedad, poder de la jurisprudencia que durante toda la
privado, «exat pendant de la puisance publi- Restauración las jurisdicciones han recurri-
do a variedad de criterios.44
42 HENRION DE PENSEY: L'autorité judiciaire en 43 HAURIOU, La Gestión Administrative, París, 1899,
France, 1827, citado por KOECHLIN, pág. 297; la misma págs. 84 y 85.
idea de la propiedad como límite en LOCRE* citado por KO- 44 En contra del juego de la idea de gestión pública,
ECHLIN, pág. 295. como criterio del reparto de competencias, ROUSSET afirma

54 55
que falta por demostrar que esta idea de gestión haya sido,
er el pensamiento de los contemporáneos, compatible con la
idea de poder público (ROUSSET, pág. 35 y nota 21, 44).
Ccímo señala KOECHLIN: "La jurisprudencia ha puesto en
pie un sistema más complejo de lo que piensa. Lejos de usar
de un medio único, y por tanto brutal —el acto administrati-
vo—, se sirve de una pluralidad de criterios. Si es importante
señalar esta variedad, esto no empece para que el criterio do-
minante sea el del acto en causa. El acto administrativo se opone
al título de Derecho común, a la regla de Derecho privado.
El litigio administrativo viene dado, como GERANDO ha no- CAPITULO III
tado, por la existencia del acto administrativo. Pero esta com-
petencia puede faltar por la concurrencia de un título que per-
tenezca al Derecho común, según los términos del mismo autor. LAS NORMAS DE FONDO APLICABLES A
El Juez va a juzgar con estas dos nociones. Bien pondrá el
acento sobre la regla de Derecho privado, sobre el título de LOS CONTRATOS DENTRO DE LA JURIS-
Derecho común, a fin de abandonar la competencia adminis- DICCIÓN ADMINISTRATIVA, LA EXIGEN-
trativa, o bien buscará un acto administrativo, incluso lejano,
sobre el que apoyarse para fundar esta misma competencia CIA DE FORMALIDADES Y LA ARTICULA-
administrativa. Es el dominio de la política jurisprudencial, tan CIÓN DE LA PRERROGATIVA EN EL
típica de la Jurisdicción administrativa. El Consejo de Estado,
inspirándose en las exigencias de la política, admitirá unas PENSAMIENTO DE CORMENIN
verdaderas extensiones del dominio administrativo en la es-
fera normalmente reservada a la competencia judicial; la emi-
gración es un ejemplo. En otras ocasiones hará plegar las pre-
Pero, ¿qué pasa entretanto con los con-
tensiones de la Administración, ante la necesidad de salvaguar- tratos que entran en la jurisdicción admi-
dar los Derechos individuales y en particular el Derecho de nistrativa? ¿Qué principios aplica el Consejo
propiedad... En 1830 todavía le queda a la Administración la
tarea de organizarse en su dominio, al Derecho administrativo de Estado? Este no disponia de normas es-
perfeccionarse. Las justificaciones de la competencia aparecerán pecíficas para juzgar los problemas contrac-
más tarde con los grandes teóricos de los actos de autoridad y
de gestión, y del servicio público. Estas justificaciones permi- tuales. Procurando no citarlos, aplica los
tirán desplazar eventualmente la frontera de los dos dominios, mismos principios contenidos en el Código
o adaptarla a las nuevas necesidades... o al embarazamiento de
los papeles". (KOECHLIN, 302 ss.). civil. La Ley de 31 de enero de 1833 había
Respecto al posible juego del concepto de servicio público, prescrito unos reglamentos sobre los contra-
el Consejo de Estado en el arrét de conflicto, Simón contra tos, pero ni ésta ni los reglamentos emitidos
Grasset et Balguiere, 23 avril 1807, formula un concepto de
servicio público, aunque no se extraigan todas las consecuen-
por su mandato, Ordenanzas de 4 de diciem-
cias posibles de esta definición, similar al que un siglo después bre de 1836 y Decreto de 20 de noviembre del
han de formular los arrét Terrier, Feutry, Fomscolombe y mismo año, contienen normas de fondo,
Therond, de 1903, á 191 o (KOECHLIN, pág. 04).

56 57
concretándose a dictar las reglas precisas particular. De aquí que el Consejo de Estado
para la formación de los contratos, reglas no se atiene ni a la magnitud de las pérdi-
que, por otra parte, se aplican a todos los das sufridas, ni a la importancia de los be-
contratos que la Administración celebra. neficios obtenidos por los suministradores,
El sistema que se instaura, reúne las si- ni a la calidad de las personas, ni a los efec-
guientes características: normas de fondo tos de las circunstancias. El Consejo de Es-
civiles, formas especificas para la elección tado no se considera como juez de equidad,
del contratista y, privilegio posicional de la como un arbitro encargado de terminar esta
Administración para dictar providencias eje- suerte de negocios por las vías de una ami-
cutivas contra los contratistas en base a sus gable composición, sino como un tribunal,
pretendidos derechos nacidos en la relación como un juez ligado por las estrechas esti-
contractual. Con algunas variantes, este sis- pulaciones de las partes, a las que él se liga
tema responde al que diseña, algunos años religiosamente, sean favorables o contrarias
antes de estas disposiciones, CORMENIN,43 y a los intereses del Gobierno. De aquí que el
cuya amplia exposición nos permitimos, ya Gobierno está ligado por la consumación del
que, al mismo tiempo que descubre la doc- contrato y debe pagar a los contratistas,
trina del Consejo de Estado sobre los con- según las condiciones y precios sinalagmá-
tratos administrativos en la época, pone de ticamente previstos y reglados por el con-
manifiesto las raices de un planeamiento ini- trato... no puede, una vez consumado, creer-
cial para la institución contractual al que se unos privilegios que él no habría aceptado
responde la regulación legal originaria en el y que no reconocería en su adversario... el
Derecho francés, belga y español y, cuyas único juez, el único lazo, en materia de con-
bases, al menos en nuestro ordenamiento, venciones libres y sinalagmáticas es el con-
siguen siendo las mismas. trato... es, pues, el contrato solo lo que es
«El Estado cuando contrata —dice COR- necesario considerar, lo que es necesario
MENIN— no trata por vía de autoridad, sino aplicar, lo que es necesario ejecutar».
como un particular que contrata con otro No se crea, sin embargo, que CORMENIN
repudia estos principios, que responden a la
45 CORMENIN: Questions de droit administratifs, Bru- más típica formulación del contrato de De-
selas, 1834, págs. 374 á 579. En estas páginas se contienen
todas las citas que se hacen en el texto. recho privado, sino que, por el contrario,

58 59

SEMINARIO DE D.' ADMINÍSTRATE


piensa que «la vigencia de estos principios cias sobre la relación contractual, que serían
constituye, a la par que la garantía del ciu- inmediatamente ejecutivas sin que ningún
dadano, la fuerza del Gobierno, porque no recurso pudiera paralizar su real efectividad.
hay nada de fuerza sin crédito, ni de crédito El contratista, en esta primera fase, se ha-
sin confianza, ni confianza sin justicia... llaría por completo sometido a las decisiones
No olvidemos una observación importante: de la Administración: «Como el retraso de
si es de buena justicia, también es de buena un solo día puede conducir a males irrepa-
administración el ejecutar sincera y literal- rables, es necesario que el Ministro tenga la
mente esta suerte de contratos». plena facultad de obligar al contratista, por
Si las normas que rigen la contratación todas las vías de coerción, a ejecutar su con-
del Estado son las normas civiles, y ello en trato; es necesario que él solo pueda decidir,
interés del propio Estado y de los contratis- provisionalmente, todas las diferencias que
tas, también es de interés del uno y de los se susciten sobre el tiempo, el lugar, el modo,
otros «que todos ios litigios a que den lugar la cualidad, el precio de las prestaciones y el
estos contratos, como todos los litigios sobre pago de las cuentas». El Consejo de Estado,
los contratos ordinarios, sean de la compe- por medio del Comité correspondiente, que-
tencia de Tribunales independientes». da relegado a la categoría de asesor, siempre
¿Pero la independencia de este Tribunal que no se tratase de cuestiones de simple
—se pregunta CORMENIN— no comprometería ejecución o de urgencia. Sistema parecido
a los intereses del Gobierno y la rapidez de pretende para los contratos celebrados por
los servicios? Indudablemente no, porque los prefectos o administraciones generales:
«no restaría al Estado más que la arbitra- «Si existe urgencia, el prefecto o el director
riedad de sus juicios, pero le dejaría todas general deberían solos y por ellos mismos
sus garantías». decidir, con la misma extensión de poderes
La peculiaridad del pensamiento de COR- que el Ministro, las dificultades de pura eje-
MENIN, radica en su concepción de estas ga- cución; ellos debían conocer, el prefecto en
rantías para el Estado como un simple pri- consejo de prefectura, y el Director General
vilegio posicional. Privilegio posicional que en Consejo de Administración, las dificulta-
consiste en otorgar a la Administración la des de naturaleza contenciosa hasta la ter-
facultad de adoptar toda clase de providen- minación del contrato. Si no hay urgencia,

60 61
las decisiones de los prefectos o de los Direc- garantiza con la posterior intervención del
tores Generales podían no ser ejecutorias Tribunal independiente. «Una vez que el
hasta la aprobación del Ministro». contrato ha sido rescindido, falto de ejecu-
Este sistema de privilegio posicional en ción total o parcial, o cuando esta ejecución
la actividad privada de la Administración se ha sido totalmente consumada, y que, por
articula y fundamenta por un medio de la consiguiente, no hay interrupción del servi-
misma índole, privada. No propugna CORME- cio, peligro inminente o daño para la cosa
NIN que esta facultad administrativa de de- pública, entonces convendrá que un Tribu-
Cisión previa ejecutiva se plasme en una nal administrativo, independiente del Minis-
norma jurídica con rango de ley o simple- tro, pronuncie en definitiva sobre la liquida-
mente reglamentaria, sino que piensa «ser ción de las cuentas, sobre la aplicación del
suficiente que el Ministro estipulase en sus precio, sobre el valor de los suministros o del
contratos que hasta la rescisión o hasta la trabajo, sobre las indemnizaciones de daños
ejecución consumada él solo será juez pro- o intereses en reducción del precio, en fin,
visional, tanto en los casos de simple eje- sobre todas las cuestiones litigiosas, que se
cución como en los supuestos contenciosos. deriven del contrato».
El contratista, que habría aceptado esta
cláusula, no podría lamentarse, y el interés
del Estado estaría entonces plenamente cu-
bierto en todas las circunstancias». Se trata,
pues, de una superioridad posicional pacta-
da, pero que en nada afecta al fondo del
contrato, en el que no existe ninguna supe-
rioridad, sino la que únicamente pudiera
derivarse del puro juego de las normas civi-
les, como si hubiese contratado «un particu-
lar con otro particular», según la corriente
expresión de la época.
La igualdad ante las normas de Derecho
privado, o, si se prefiere, dentro de ellas, se

62 63
la competencia de la Jurisdicción adminis-
trativa se opere primeramente sobre los con-
tratos -de los Municipios y, que posterior-
mente, se vaya aplicando a los que celebre
el Estado.
2.a—La ampliación de la competencia de
los Tribunales y la correlativa reducción de
la competencia de la Jurisdicción adminis-
trativa es posible, en primer lugar, porque
CONCLUSIONES en todo momento se entiende que los con-
tratos que celebra la Administración son de
1.a—Las bases iniciales de la atribución naturaleza civil. En segundo lugar, por el
de competencia en materia contractual a la abandono sucesivo del concepto orgánico de
jursdicción administrativa, son dobles: prin- acto de la Administración y de la aplicación
cipios de Derecho constitucional, tales como rigurosa del principio del Estado-deudor, im-
el concepto orgánico de acto de Administra- pedimentos éstos de la competencia de los
ción, y el principio del Estado-deudor; y Tribunales que, una vez desaparecidos, fa-
textos expresos de atribución a la Jurisdic- cilitan la interpretación restrictiva de los
ción administrativa. Los primeros, cierran a textos de atribución expresa a la Jurisdicción
los Tribunales la posibilidad de conocer de administrativa.
los contratos de la Administración y los se- 3.a—En la mitad del siglo, la competencia
gundos, atribuyen positivamente la compe- de la Jurisdicción administrativa en materia
tencia a la Jurisdicción administrativa. Sin contractual llega a su límite mínimo y, con-
embargo, esta atribución guarda diferente siguientemente, los contratos que todavía
intensidad para los contratos celebrados perduran dentro de ella se encuadran en la
por el Estado que para los contratos que ce- categoría de los actos de gestión, categoría
lebran los Municipios. Para éstos no opera que los tratadistas de la época, consideran ya
el principio del Estado-deudor, y sólo se como una excepción a la normal competen-
atribuye expresamente a la Jurisdicción ad- cia de los Tribunales (Aucoc: Conférenees
ministrativa el contrato de obra pública. de droit administratif, 1855, I, pág. 488;
Esta disparidad provoca que la reducción de
65
64 (5)
LAFERRIÉRE: Traite de la jurisffiction admi- terias administrativas: las disposiciones eje-
nistrative). cutivas tomadas por la Administración en
4.a—Sólo a partir de 1873, con el «arrét» base a la relación contractual serían revisa-
Blanco, puede afirmarse que esta tendencia bles ante el Tribunal competente, una vez
a la reducción de la competencia de la juris- consumados todos los efectos del contrato.
dicción administrativa desaparece. Para ello Con ello la rigidez de la doctrina del acto
es necesario proclamar un nuevo principio consentido no sería de aplicación al contra-
de competencia: la relación del contrato con to, reforzándose las garantías del contra-
el servicio público. Este criterio es puramen- tista con esta reapertura de plazos y revisión
te jurisprudencial, y su adopción implicará a posteriori.
retorsionar el sistema originario facilitando,
por otra parte, la unidad de criterio com-
petencial para los contratos del Estado y de
los entes locales («arrét» Terrier, 1903) y la
posterior afirmación de la substantividad de
los contratos administrativos mediante el
criterio de las cláusulas exorbitantes.
5.a—El sistema de fondo que en esta pri-
mera etapa se pretende para los contratos
de la Administración responde a unas carac-
terísticas que lo sitúan en un grado equidis-
tante de la materia civil y la administrativa.
Se proclaman que se regirán por normas
civiles, pero se reconoce a la Adminis-
tración la posibilidad de usar la prerroga-
tiva de acción unilateral, si bien articulada
por una técnica paccionada. Este privilegio
tiene en el pensamiento de CORMENIN una
menor intensidad que la que pudiera deri-
varse de su aplicación a las restantes ma-

66 67

SEMINARIO DED. § ADMINISTRAT


SEGUNDA PARTE

LOS ORÍGENES DE LA COMPETENCIA DE


LA JURISDICCIÓN ADMINISTRATIVA
SOBRE LOS CONTRATOS EN
EN DERECHO ESPAÑOL
CAPITULO I

ANTECEDENTES: DESDE LA CONSTITU-


CIÓN DE BAYONA A 1845

La bipartición de la competencia de los


contratos celebrados por la Administración,
entre la Jurisdicción ordinaria y la Jurisdic-
ción administrativa, tiene su fuente de ins-
piración en el Derecho francés. Después de
estar en marcha los distintos criterios que
presiden esta bipartición en el Derecho fran-
cés comienza a producirse el mismo fenó-
meno en el Derecho español. El retraso con
que el problema es resuelve y se plantea en
nuestro Derecho encuentra fácil explicación

71
X
en la azarosa vida política que nuestra Pa- los poderes intrusos y que se tengan pocos
tria atravesó en la primera mitad del pasado datos sobre su vida».1
siglo. Los movimientos reaccionarios que im- Las Cortes de Cádiz inician nuestro sis-
pidieron el establecimiento del régimen tema constitucional sin esa carga de temores
constitucional impidieron también durante para un poder judicial potenciado que, a se-
este tiempo el establecimiento de la Jurisdic- mejanza de los viejos Parlamentos franceses,
pudiera paralizar la acción del poder eje-
ción administrativa, de la que, como conse-
cutivo. Por eso el Consejo de Estado que esta
cuencia ineludible, al fijar su competencia,
Constitución diseña parece pretender única-
se deriva aquella partición. mente hacer el oficio de un Senado y servir
El primer intento de configuración de la de vía para que los Ministros ejerciesen in-
Jurisdicción contencioso-administrativa, en fluencia sobre el monarca, 2 pero sin atribuir-
el sentido moderno de la expresión, se for- le competencia alguna en materia conten-
mula en el artículo 58 de la Constitución de ciosa. Esta circunstancia unida al respetuoso
Bayona. Señala este precepto entre las com- trato que esta Constitución otorga al poder
petencias del Consejo de Estado, la de judicial, para el que no se escatiman ánimos
conocer de «la parte contenciosa de la Ad- y estímulos, hacen sospechar que en el pen-
ministración». Que boj o esta expresión se samiento de los constituyentes la competen-
comprendía la competencia de buena parte cia del ejecutivo en materia contenciosa
de los contratos que la Administración cele- contractual, o no fue pensada, o implícita-
brase parece obvio si se tienen en cuenta los mente era admitida la de los Tribunales. El
antecedentes de esta misma fórmula de atri- único temor que se patentiza en el Discurso
Preliminar es el de que él Consejo de Estado
bución genérica en el Derecho francés. Pero
pueda invadir la competencia natural de
precisar si se comprendieron todos los con- aquéllos. «En él —dice el título XXX— se
tratos, o, en caso contrario, cuál fue el cri- habrá de refundir el conocimiento de los
terio particional, es difícil, toda vez que «la negocios gubernativos que andaban antes
inspiración de este Consejo de Estado en la
Constitución francesa de 22 de brumario del i CORDERO TORRES: El Consejo de Estado, Insti-
tuto de Estudios Políticos, Madrid, 1944. pág. 80.
año VIII hizo que sufriera las vicisitudes de a CORDERO TORRES: ou. cit., pág. 81.

72 73
repartidos entre los Tribunales Supremos de mo produjo en la acción administrativa se
la Corte, con grande menoscabo del augusto hizo notar bien pronto. En una Administra-
cargo de administrar justicia; y porque con- ción en donde apenas existia un ramo de ella
viene también determinar con toda escru- sin su correspondiente Juzgado privativo,
pulosidad y conservar enteramente separa- cuya competencia operaba incluso como un
das las facultades propias y específicas de la fuero personal de los funcionarios, los prin-
autoridad judicial». cipios de la Constitución de 1812 suponian
Se repudia, también, el sistema de fue- un cambio radical. A los Tribunales ordi-
ros privilegiados, se atribuye la materia narios pasaron los negocios de que antes
contenciosa relativa al Real Patronato al conocían aquellos juzgados y «la Adminis-
Tribunal Supremo y, con carácter excepcio- tración —como dice GIL DE ZARATE—3 se vio
nal, se contemplan los Tribunales especia- de repente sin fuerza y acometida de una
les: «la potestad judicial —se dice en el dis- paralización espantosa, no le fue dado ya
curso preliminar— queda del todo organiza- ejercer en bien de la sociedad ninguna de
da bajo los principios establecidos; pero sus funciones. La recaudación de las contri-
al mismo tiempo, es preciso considerar que buciones, las obras públicas, los servicios de
la naturaleza de ciertos negocios, el méto- toda clase, quedaron entorpecidos y no hubo
do particular que conviene al fomento de ramo que no se resintiese lastimosamente y
algunos ramos de la industria, juntamente en que el Estado no recibiese perjuicios de
con los reglamentos y ordenanzas, que más consideración. En los tres años que duró
que al Derecho privado pertenecen al públi- aquel vicioso sistema fue tal el desconcierto
co de las naciones, pueden exigir Tribunales
en que cayó la Administración general del
especiales y de un arreglo particular. Los
reino que ya se dejaba sentir, hasta por los
Consulados, los asuntos de presas y otros
mas obcecados, la necesidad de una refor-
incidentes del mar, las Juntas de Minería
ma». Por ello, «amaestrados por aquella cos-
de América, y tal vez el complicado y vicioso
tosa experiencia, no hemos caído en el mismo
sistema de rentas, mientras no se reforme de
raíz, podrán requerir una excepción de la
3 GIL DE ZARATE: Administración de los Tribunales
regla general de los Tribunales». Contencioso-Administrativos, "Revista Madrid", 1838, recogido
en GALLOSTRA: Bibliografía de lo Contencioso-Administra-
El impacto que este exceso de judicialis- tivo, Madrid, 1881, págs. 146 y sis.

74 75
error cuando el Código de 1812 ha sido res- se jo de Estado, bajo patrón napoleónico, se le
tablecido. Si bien no ha dejado de haber atribuye el conocimiento de los negocios con-
quien abogase todavía por semejante des- tencioso-administrativos. Su evidente filia-
concierto, si bien fueron suprimidos con ción con el Consejo de Estado francés explica
poco acuerdo ciertos Cuerpos de indispensa- el uso de esta fórmula genérica y la no re-
ble existencia, unos han sido restablecidos ferencia específica a la materia contractual.
interinamente, como el Tribunal de aplica- Sin embargo, un año antes, en la proposición
ciones de Correos y caminos; y otros están de Ley presentada al Congreso de Diputados
suplidos por juntas auxiliares, y no hay ya en la sesión de 12 de noviembre de 1838, se
quien deje de reconocer la necesidad de dar definen siguiendo el «sistema de lista» las
a esta parte de la Administración una orga- las facultades de los Consejos Provinciales
nización fundada en los buenos principios». en materia contenciosa y consiguientemente
Lo cierto es que el proceso hacia la ju- los distintos supuestos contractuales que
risdicción contencioso - administrativa, res- entran en la competencia de aquéllos.
pecto al cual los principios constitucionales El interés como precedente de este inten-
actuaban de retárdanos, tarda en iniciarse. to es importante como interpretativo, en
El 24 de marzo de 1834 se suspende el fun- parte, de la fórmula «para toda especie de
cionamiento del Consejo de Estado y se crea servicios y obras públicas» que posterior-
el Consejo de Estado de España e Indias, mente había de usar la Ley de 2 de abril de
con carácter esencialmente consultivo, que 1845. Tres tipos de contratos diversos en re-
había de durar hasta su derogación por lación con el servicio público se contienen
R. D. de 21 d eseptiembre de 1836. en el artículo 47 de este frustrado proyecto
A partir de este momento parece que de ley: a) Supuestos netamente concesiona-
nuestros legisladores toman consciencia de la les que implican el traslado de funciones
necesidad del establecimiento de la Jurisdic- públicas a los particulares, y por tanto de
ción contencioso - administrativa, como lo imposible realización por éstos por propia
evidencian dos proyectos de Ley que la aza- iniciativa (arrendamientos de los derechos
rosa vida política de 1840 hizo naufragar. En de portazgo, barcage y navegación interior);
uno de ellos, presentado al Senado el 3 de b) supuestos de contratos instrumentales por
enero de 1839, al estructurar un nuevo Con- su relación de simples medios respecto al

76 77
servicio público (obras y suministros); es Los proyectos se van a hacer realidad con
precisamente a propósito del contrato de su- la legislación que se inaugura en 1845, pero
ministro, donde aparece usada la expresión antes~de entrar en el estudio de ésta con-
«para toda clase de servicios públicos», en viene detenerse a considerar los criterios
un sentido puramente orgánico, como lo
prueba su equiparación al término «estable- lenecientes al Estado; 17. A la nulidad o validez de los rema-
tes e interpretación y ejecución de las condiciones de las con-
cimiento público»; c) supuestos de contratos tratas para obras públicas de todas clases, con facultad de de-
de gestión del patrimonio privado (arrenda- cretar la rescisión pedida por el empreario, o por la Adminis-
tración, en los casos en que deba haber lugar a ella, y deter-
mientos de manantiales pertenecientes al minar las indemnizaciones que puedan corresponderle; o el
Estado, ventas de leña, maderas...). Los su- pago de los trabajos no comprendidos en la contrata y hechos
a consecuencia inevitable de los primeros y demás contesta-
puestos son tan diversos, y su reconducción ciones ; 22. También al conocimiento de las reclamaciones re-
a un único criterio tan inviable, que permi- lativas a la nulidad o validez de los remates; interpretación
y ejecución de las condiciones de las subastas para ventas de
ten conjeturar que los redactores pretendie- leña, maderas, bellotas y montanera; o arrendamiento de pas-
ron substraer al conocimiento de los Tribu- tos, y otros usos y aprovechamientos.
La atribución de competencia ?e justifica en el consenti-
nales ordinarios todos los contratos de la miento que al efecto presta el contratista al fuero administra-
Administración, recogiendo al efecto en la tivo : " Para el caso de que descargue la ejecución de los su-
ministros y obras públicas sobre particulares que contratei-*
lista los supuestos contractuales más fre- con ella la Administración se arma de precauciones extraor-
cuentemente repetidos justificándose la com- dinarias, con la mira de asegurar más y más la satisfacción de
aquellas necesidades que ocurran. Al efecto propone al con-
petencia en el consentimiento prestado por tratista futuro que renuncie al derecho común en esta parte;
el contratista al fuero administrativo. 4 así lo expresa el Pliego de Condiciones, dándole meses enteros
para que a su .sabor lo medite y cuando aquél consienta en la
excepción claro está que lo hace por conveniencia propia; por-
4 El artículo 47, establecía: Las atribuciones de los que ve compesada en otra parte la desventaja que lleva con-
Consejo en 'materia contenciosa son: oir y decidir las recla- sigo la condición de que se trata. De forma que, llegado el
maciones relativas: 7. Al pago de los derechos de pontazgo, memento de cumplirse aquélla, nada tienen que alegar en con-
portazgo y navegación interior; a la interpretación y ejecución tra. La Administración no es en ello tiránica; no abu^a de su
de los arriendo^, cuando no se administren éstos derechos, y posición, sucumbe ella misma al imperio de una fuerza mayor.
nulidad y validez de los remates; 15. A la nulidad o validez Si así no lo hiciese si no se ligase a ella tan fuertemente a
de los remates y ejecución e interpretación de las contratas los que con ella contratan, se expondría a ver desatendidos
de suministros para toda clase de servicios públicos, o estable- servicios que por ser público no pueden serlo ni un instante
cimientos públicos de la provincia, a la rescisión de las mismas, siquiera".
cuando deba hacer lugar a ella, determinando las indemniza- POSADA HERRERA: (De los Tribunales Administrati-
ciones que puedan corresponder, y demás contestaciones; 16. vos: Proyecto de Ley presentado para su creación en las Cor-
A la nulidad y validez de los remates e interpretación y eje- tes de 1838, en GALLOSTRA, op. cit., pág. 202). al interpre-
cución de los arrendamientos de los manantiales de aguas per- tar la atribución de competencia que hacía este proyecto, se-
,;>
78
doctrinales que, en la época inmediatamente
anterior, se postulan como delimitadores de
la competencia de la Jurisdicción adminis-
trativa, en general, y en sus particulares re-
ferencias a la materia contractual.

CAPITULO II

LOS CRITERIOS DOCTRINALES DE LA


COMPETENCIA ADMINISTRATIVA
EN MATERIA CONTRACTUAL

La doctrina administrativista presenta


un interés sustancialmente diverso antes y
después de 1845, y ello es debido a que con
posterioridad a esta fecha el problema de
competencias sobre los contratos queda fun-
damentalmente reducido, ya a la crítica, ya
al análisis o exposición del criterio de la fina-
lidad, obra o servicio público que había
adoptado como básico la jurisprudencia par-
ticional. Antes de este momento este criterio
no sólo no opera en nuestra patria, sino que
ni siquiera tiene virtualidad en el Derecho
ñala que comprende el "examen, rescisión y nulidad o recla-
francés, en el que no hace su aparición hasta
maciones a que pueden dar lugar todos los contratos cele- 1873 con el arrét Blanco. En nuestra patria,
brados, sobre negocios de intereséis públicos, ya sean de cami- además, la temática queda reducida a la
nos y canales, ya de suministros o de montes, ya de aguas o
cualquiera cosa de interés general". conveniencia o inconveniencia de que los

80 81
(6)
contratos de la Administración que se com- ció, en esta época de recepción, para ofrecer
prenden bajo ese criterio continúen dentro criterios seguros, hallándose en todo su apo-
de la competencia de la Jurisdicción admi- geo la lucha del criterio material y el cri-
nistrativa o se proclame sobre ellos la com- terio orgánico. No sorprende, pues, que la
petencia de los Tribunales, cuestión intima- doctrina española muestre unánimemente su
mente ligada a la pervivencia de aquella perplejidad ante la cuestión: «En cuanto a
Jurisdicción. Con anterioridad, pues, a esta la por ahora insoluole dificultad —señala
fecha en que se instaura la Jurisdicción ad- SILVELA— 6 de deslindar bien las materias
ministrativa los criterios doctrinales son judiciales de las contencioso-administrativas,
puros criterios de lege ferende y en cuanto hasta el dia no se ha logrado completamente
tales inspiradores de la competencia de la en ninguna parte, o al menos, no ha llegado
Jurisdicción que se instaura. a noticia del diputado que suscribe». A la
Pero nuestros teóricos se encuentran confesión de este conocedor exhaustivo de la
ante el problema de los limites compe- bibliografía de la época 7 una la suya POSADA
tenciales en una auténtica encrucijada; HERRERA: «Esta división es sumamente de-
no hay textos positivos que pudieran per- licada y confieso con toda sinceridad que no
mitirles una labor de simple exégesis y acertaré a resolver una cuestión que hom-
los constitucionales parece que sólo se han bres tan eminentes en este estudio no han
preocupado de defender la competencia podido resolver... el que quiera examinar
de los Tribunales. 5 En su afán de aca- toda la complejidad de la materia, puede
bar con los excesos de los juzgados priva- ver las 96 reglas de CORMENIN... la Constitu-
tivos y huir, por otra parte, de la compe- ción del Estado y las leyes orgánicas pudie-
tencia judicial, no encuentran más norte ran haber distribuido de un modo u otro las
que el ejemplo francés, y éste no era propi-
6 En el discurso de la proposición de Ley, presentada al
Congreso de Diputados en la sesión de 12 de noviembre de
5 Todas las Constituciones españolas de;de la de 1812 1838, y tomada en consideración en la del 16 del mismo mes,
hasta la de 1931 contienen preceptos garantizadores de la in- recogida en Estudios Prácticos de Administración, Madrid,
dependencia judicial atribuyendo a los jueces en exclusiva "la 1839, pág. 217.
potestad de juzgar y hacer ejecutar lo juzgado", pero en nin- 7 En la obra citada en la nota anterior, se contiene al
guna de ellas se contienen preceptos garantizadores de la in- final un índice con más de 150 obras francesas que se hallaban
dependencia de la Administración frente a las ingerencias de en venta en Madrid. Entre ellas se citan las obras de GERAN-
los tribunales. DO, CORMENIN, MACAREL y HENRION DE PANSEY.

82 83
facultades del poder eejcutivo, y no se puede en el contrato, cuya naturaleza aceptan que
por tanto, fijar ninguna máxima filosófica es civil y similar al que se celebra entre par-
que fije a priori la esfera de los dos poderes ticulares, ~sino en el interés que a través de
administrativo y judicial».9 él se actúa. Pero analicemos más detenida-
Los criterios que se propugnan son fun- mente estos dos criterios:
damentalmente dos: el criterio orgánico,
que por el mero hecho de intervenir la 1.°—CRITERIO ORGÁNICO
Administración en un contrato, excluye
la competencia judicial, y el de la na- La afirmación de este criterio, que lleva
turaleza del Derecho aplicable, que impli- consigo la competencia de la Jurisdicción ad-
ca una bipartición de competencias entre ministrativa para todos los contratos que la
una y otra jurisdicción. Pero en uno y otro Administración celebre, se encuentra formu-
caso la fundamentación de la atribución lada por SILVELA, 10 pero es sin duda GIL DE
de competencia de la materia contractual se
realiza por afirmarse que en estos contratos 10 Op. cit., págs. 207 y 208. El límite de la competencia
administrativa para las relaciones en que interviene la Admi-
se halla en juego el interés general, superior, nistración lo sitúa SILVELA en las cuestiones de propiedad:
en cuanto que reúne la suma de los intereses "El sagrado Derecho de propiedad exigía de lleno de la inde-
pendencia y del saber del poder judicial y no podía rebajarse
de todos los miembros de la sociedad repre- ni un sólo ápice de las garantías humanamente posibles mien-
sentados en la Administración, al propio tras se le considerarse aislado, sin oposición o roce con el in-
terés general". Este línjite se hereda del Derecho francés
interés del contratista, simple interés indi- cuando éste se encuentra en una etapa expansiva tendente a
vidual, y de aquí que por ser aquel interés abrazar toda materia de Derecho privado y cuando ya ha sido
desbordado el concepto orgánico del acto administrativo como
cuantitativamente superior no puedan redu- criterio de la competencia: "de este principio, el negar1 a los
cirse las cuestiones sobre los contratos de la Tribunales administrativos el resolver cuestiones de propiedad,
de servidumbres, de estado de las personas e interpretar títulos
Administración a «simples cuestiones de privados como se expresa en el artículo 25". El sistema que
tuyo y mío», según corriente expresión de este artículo y el 26 regulan para la resolución de estas cues-
la época.9 La razón de la atribución no está tiones se supedita a la alegación de parte, suspendiéndose el
procedimiento administrativo y afianzando el alegante los per-
juicios que de esta alegación y posterior sustanciación pudieran
8 Lecciones de Administración, recogido por GALLOS- derivarse.
TRA, op. cit, pág. 167.
9 GIL DE ZARATE, POSADA HERRERA, OLIVAN, La doble naturaleza de los contratos, como contratos de
AGUIRRE DE TEJADA, en los trabajos recojidos sobre el Derecho privado y actos administrativos, está también presente
tema en GALLOSTRA, op. cit., págs. 148, 157, 180, 311 y 365. en SILVELA (op. cit., pág. 218): "En los números o, io, 16,

84 85
ZARATE, quien la lleva a sus consecuencias sobre la aplicación de la Ley civil, si está
más extremas al hacer coincidir la compe- fundada en un acto administrativo o si se
tencia de la Jurisdicción administrativa con trata dé* ventilar si el interés público debe
el concepto orgánico de acto administrativo. prevalecer sobre el privado, pertenece a los
Presenta para ello su doctrina con una por- Tribunales administrativos... toda declina-
tada constitucional que recuerda fielmente toria de jurisdicción voluntaria de los par-
la interpretación del principio de división de ticulares sometiéndose en sus contratos con
poderes como pura y simple separación de la Administración al juicio de los Tribunales
autoridades: el poder ejecutivo comprende administrativos es válida; pero no la de la
tanto al poder judicial, que aplica las leyes Administración a los Tribunales comunes...
en las relaciones de los particulares entre sí, y admitida la institución es necesario admi-
como el poder administrativo o administra- tirla con todas sus consecuencias, con todas
ción, que aplica las leyes, de cualquier índole, sus condiciones, de otro modo se crea una
a sus relaciones con los administrados. n De ilusión, que sólo puede producir engaños».12
aquí que aun entrando la Administración en La competencia de la jurisdicción admi-
relaciones con los particulares, en materias nistrativa, entendida de esta forma, no cons-
netamente judiciales, la competencia judi- tituiría una innovación respecto a la situa-
cial debe ceder a la administrativa: «toda ción de la época, en donde los Juzgados
cuestión entre Administraciones públicas, o privativos de cada ramo de la Administra-
entre la Administración y un particular, ción entendían de asuntos que traspasaban
estos límites, sino que esta innovación con-
iS y 19 del artículo de que se trata, se expresa que corres-
ponde a los Consejos la interpretación de las contratas para
sistiría únicamente en sustituir la variedad
suministros, obras públicas y para cierta clase de arriendos; por la unidad de Jurisdicción «sujetando
y como en el artículo 25 se les prohibió el conocimiento de
cualquier instrumento privado parece que hay contradicción
todos los asuntos de esta clase a un fuero
entre ambas disposiciones. Y en efecto es así: la eegunda común».™
forma la regla general de que las otras son excepción; y el le-
gislador hará muy bien en repetir las excepciones, atribuyendo
a los jueces de Administración el conocimiento de las contes-
taciones que se originen de actos administrativos".
11 Op. cit., pág. 149, circunscribe, en consecuencia el
poder judicial a "aplicar las leyes que arreglan los intereses 1 a Op. cit., págs. 156 y ss.
de lo> particulares entre sí". 13 Op. cit., pág. 160.

86 87
2 . ° - ^ E L CRITERIO DE LA NATURALEZA DEL DERECHO tencia se ha de buscar en la causa de la
APLICABLE. obligación, parecerá a primera vista que
todos tos contratos son del conocimiento de
Parte este criterio, cuyo principal man- los Tribunales civiles... en todos ellos tiene
tenedor es POSADA HERRERA, de la afirmación aplicación aquella regla del Derecho civil de
de dos principios que operan a favor de una que siempre que aparezca uno querer obli-
y otra jurisdicción: imposibilidad para los garse queda obligado, y en todos, por consi-
Tribunales de conocer de actos de la Admi- guiente, hay contrato y en todos sería legiti-
nistración e imposibilidad para la Jurisdic- mo el conocimiento de los Tribunales».'15
ción administrativa de pronunciarse sobre Desde este punto de vista todos los con-
las relaciones regidas por el Derecho civil, tratos que la Administración celebrase en-
porque «las cuestiones entre particulares o trarían en la competencia de los Tribunales.
entre la sociedad y un particular, pero que Sin embargo, esta competencia judicial se
hubiesen de resolverse por los principios del coordina con una competencia de la Jurisdic-
Derecho civil, corresponderá su conocimien- ción administrativa sobre esos mismos con-
to a los Tribunales».14 Dentro del Derecho tratos cuando la «ejecución de la ley y de
privado, se sitúan precisamente todos los las disposiciones viene encomendada a la
contratos de la Administración. misma Administración, o se alegue como
«Si hubiéramos de atenernos solamente causa principal el interés público».16 De aquí
al objeto de la obligación todos serian del que un mismo contrato pueda ser, en abs-
conocimiento y resolución de los Tribunales tracto, de la competencia judicial o adminis-
porque... la materia tendrá siempre un ca- trativa, según la ley o principio en que se
rácter privado susceptible de propiedad par- funda la acción ejercitada. Un temperamen-
ticular, y, por consiguiente, de la acción del to a este relativismo, viene dado por esta
Magistrado ordinario, puesto que los contra- consideración: que la Administración se pre-
tos que celebra la Administración versan senta con una doble personalidad, siendo
sobre las mismas cosas que los civiles entre esta personalidad de carácter privado cuan-
particulares... Si la razón legal de la compe-
15 De lo contencioso-administrativo con relación a Espa-
ña, en GALLOSTRA, op. cit., pág. 266.
14 Op. cit, pág. 179. 16 Op. cit., en GALLOSTRA, pág. 277.

88 89
do la Administración gestiona sus bienes,17 competencia judicial, y en caso contrario
provocando en este caso una presunción de de competencia de la Jurisdicción adminis-
trativa,- sin suponer este temperamento una
17 La tesis de la doble personalidad, se predica en pri- excepción al criterio del Derecho que se adu-
mer término para los Municipios, "según gestionen sus bienes ce en la acción ejercitada. En resumen: si
o ejerzan actos de Gobierno y Administración que su especial
Derecho público les señala". (Op. cit., por GALLOSTRA, la Administración contrata sobre su patri-
pág. 277). Esta doctrina la hace extensiva, no a la Adminis- monio privado la competencia es de los Tri-
tración del Estado, pero sí al ramo de Hacienda, ofreciendo
un claro eco de la doctrina del Fisco: " Los productos del bunales, «salvo que se trate de decidir de la
Real Tesoro pueden ser ya de contribuciones legalmente im- validez de actos administrativos, o bien por-
puestas, ya de ventas que produzcan las fincas rústicas y ur-
banas que pertenecen a la Nación, ya de cualquier otra clase que se deban aplicar disposiciones adminis-
que tengan el carácter de privados. Si en el primer caso, el trativas» ; cuando se trate de pactos celebra-
derecho del Real Tesoro se funda en principios constitucio
nales y puede ejercer, no el que de igual clase corresponde dos sobre la construcción de obras públicas,
para dirigirse contra el deudor, sino el que al poder público admisión de empleados o materias análogas,
toca cuando impera a sus inferiores; en el segundo y en el
tercero es el Real Fisco una persona particular en la calidad
«la competencia será de la Administración,
de su derecho, y por ello debe de usar sólo de aquéllos medios salvo si la cuestión versa «sobre la legalidad
propios a la situación que representa. Las relaciones con los
individuos son entonces las que al Derecho civil toca determi-
de la escritura o le existencia de la obli-
nar ; a sus reglas ha de atemperarse. La Nación sé hace en- gación». 18
tonces igual al individuo, para respetar la santidad de la ley
civil". (En GALLOSTRA, op. cit., pág. 285).
Las dificultades que de la aplicación de
La tesis de la personalidad privada de la Administración este criterio se derivarian son evidentes,
conectada, en principio, a la gestión del patrimonio privado puesto que nunca podria saberse de antema-
de la Administración, se va a extender posteriormente a la
misma gestión privada de los servicios públicos. Su sentido
en nuestro Derecho es ambivalente; unas veces se refiere a 18 Por vía de aplicaciones concretas, precisa que los con-
la gestión del patrimonio privado, en otras al recurso al pro- tratos instrumentales, que permiten subvenir a las necesidades
cedimiento contractual. En este segundo sentido, y aún más de los servicios públicos, la competencia debe ser administra-
amplio, se predica, en el Decreto Ley de la supresión de la Juris- tiva con las limitaciones que en el texto se expresan; respecto
dicción Administrativa de 26 de noviembre de 1868, la natu- a las ventas de bienes nacionales, señala que los litigios naci-
raleza privada de la Administración en los deslinde de montes, dos de las contrarias pretenciones de los particulares sobre
expropiación sin solemnidades y contratos para servicios y a quién se vendió la finca son de la competencia de la juris-
obras públicas, que devienen de la competencia judicial, "aun- dicción administrativa, por tratarse de interpretación de actos
que sus juzgadores deben tener presentes disposiciones admi- administrativos; pero si los reclama como propios un tercero
nistrativas". En este mismo sentido, ALFARO: Tratado de a un comprador de la Administra la competencia debe
lo Contencioso-Administrativo, Madrid, 1875, págs. 88, 188 y corresponder a la jurisdicción ordinaria porque se trata de
207: AGUIRRE DE TEJADA, De la Jurisdicción Conten- aplicación de leyes civiles (En GALLOSTRA, págs. 176, 243,
cioso-Administrativa, en GALLOSTRA, pág. 375. 255 y 306).

90 91
no cuándo un contrato es de la competencia
de una y otra Jurisdicción. Esto por si solo
es suficiente para condenarle como criterio
de bipartición de competencias, ya que éstos
han de ser, ante todo claros y precisos, pero
no debe dejar de reconocerse a POSADA H E -
RRERA el mérito de haber resaltado que en
todos los contratos de la Administración, han CAPITULO III
de aplicarse normas de Derecho público y
privado en proporción tan similar que hace
imposible fijar a priori, si se pretende hacer LOS CRITERIOS DE LA COMPETENCIA
coincidir naturaleza del Derecho y Jurisdic- CONTRACTUAL EN LA LEGISLACIÓN
ción, qué tipos de contratos habrían de ser DE 1845: LA IDEA DE FUERO
de la competencia de los Tribunales o de la
Jurisdicción administrativa. «La legislación de 1845 —señala AGUIRRE
DE TEJADA— 19 no introdujo la Jurisdicción
administrativa como ordinaria en su esfera,
sino como una Jurisdicción especial, esto es,
no como una jurisdicción que surge de una
manera forzosa siempre que la materia ob-
jeto del litigio presenta los caracteres seña-
lados por la ciencia a lo contencioso-admi-
nistrativo, sino limitada a los casos que ta-
xativamente enumera y que presenta, ya los
caracteres propios de este orden, ya los pri-

19 Estudio sobre el proyecto de ley presentado al Con-


greso de Diputados, en 26 de enero de r88i, reformando la
organización, competencia y procedimiento de los Tribunales
Contencioso-Administrativos, en GALLOSTRA, op. cit., pági-
na 467.

92 93
vativos del civil». Concretamente entre las la recaudación de los derechos de por-
materias civiles que se atribuyen a la Juris- tazgo...».21
dicción administrativa es la más acusada la Pifes, bien, esta atribución consciente de
materia contractual. La doctrina anterior a materia civil a la Jurisdicción administra-
este establecimiento, como acabamos de ver, tiva se justifica por razones prácticas, que,
e incluso la posterior, lo afirman reiterada- además de ensalzadoras de las virtudes de
mente: «Si tuviéramos que atenernos exclu- una Jurisdicción todavía no ensayada, se
fundamentan en el defectuoso funciona-
sivamente a la Índole diversa de los nego-
miento de los Tribunales judiciales, inade-
cios y a las leyes con arreglo a las cuales
cuado por su lentitud para el tratamiento de
deben decidirse, parece fuera de duda que
los negocios contractuales en que es parte
todos los contratos celebrados por la Admi- la Administración, y se encuadra la Juris-
nistración, incluso los referentes a obras y dicción administrativa en la categoría de los
servicios públicos, debían ser los Tribunales fueros privativos,22 de los que viene a ser en
comunes los competentes, porque a ellos co- cierto modo su sucesora. Tan cierta es esta
rresponde conocer de estas cuestiones de afirmación que el mismo COLMEIRO23 recono-
Derecho privado civiU, en que la Adminis- ce expresamente esa identidad de naturaleza
tración es una persona jurídica que contrae, de este y otros fueros: «si fueran los Jueces
en nombre del Estado, de la provincia o del ordinarios llamados por la ley a sentenciar
pueblo».20 Valga por todos, el testimonio de
COLMEIRO: «Hay servicios que el Gobierno
2\ Vid. por todos COLMEIRO, (op. cit., pág. 251). "En
encomienda a la industria particular, cele- el juicio común hay trámites lentos, preceptos de rigurosa
brando obligaciones en la forma establecida justicia, hábitos de dirimir cuestiones privadas y, en suma,
un espíritu diferente del que conviene a la fácil expedición
por el Derecho común. Son también verda- de los negocio-:, conforme a las reglas de la equidad y con-
veniencia pública".
deros actos civiles, cuyo objeto es el sumi- 22 ARRAZOLA, (op. cit. voz "Administración", t. I,
nistro de víveres, la fabricación del papel pág. 157) emplea el término fuero contencioso-administrativo,
y se enuncia con los demás existentes en la época, Marina,
sellado, el transporte de géneros estancados. Guerra, Minas, Hacienda... ; configuración ésta, recientemente
recordada por GARCÍA DE ENTERRIA: La configuración
del recurso de lesividad, en "Revista de Administración Pú-
blica", núm. 15, pág. 113.
20 ARRAZOLA, Enciclopedia de Derec. y Administra-
23 Op. cit., pág. 76.
ción, Madrid, 1860, vez "competencia", XI, pág. 93.

94 95
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las demandas y reclamaciones promovidas 1.°—CRITERIO ORGÁNICO: FUERO TOTAL PARA LOS
por el interés particular contra el interés CONTRATOS DE LA ADMINISTRACIÓN.
público, entorpecían la marcha rápida y
blanda de la Administración... Tan clara es Para los contratos celebrados por la Ad-
esta doctrina, que desde muy antiguo se acu- ministración central un texto expreso atri-
dió al establecimiento de Juzgados privativos buye la competencia de todos los celebrados
como un medio de excluir a la Administra- por el Gobierno o las Direcciones Generales
ción del fuero común y librarla del yugo de a la Jurisdicción Administrativa. Asi lo es-
los Tribunales ordinarios». tablece el artículo 1.° del Reglamento sobre
Ahora bien, esta atribución de competen- el modo de proceder el Consejo Real, apro-
cia en materia contractual, ¿comprendió a bado por el Real Decreto de 30 de diciembre
todos los contratos que la Administración ce- de 1846:
lebrase, o quedó, por el contrario limitada «Corresponde al Consejo Real conocer en
a los que cumplieran con determinados re- primera y única instancia: 1.° De las deman-
quisitos? Creemos que no puede afirmarse ni das contenciosas sobre el cumplimiento, in-
no uno ni lo otro de manera absoluta, por teligencia, rescisión y efectos de los contratos
existir textos que permiten sostener ambas y remates celebrados directamente por el
posiciones. Sin embargo, parece ser que Gobierno o por Direcciones Generales de los
abundan más las razones a favor de la tesis diferentes ramos de la Administración civih.
omnicomprensiva, amplitud que no sigue la Ninguna salvedad ni restricción formula
jurisprudencia particional del Consejo Real este precepto que pudiera autorizar una
al exigir el requisito de la finalidad obra o merma de la competencia que se atribuye al
servicio público, como condicionante de la
competencia administrativa, anticipándose
París, 1954, pág. 3 : "El origen de esta noción es puramente
desgraciadamente, con toda la inseguridad jurisprudencial y no doctrinal, como sostiene M. AUBY".
de este criterio, a la jurisprudencia francesa El origen se encuentra en el arrét Blanco, 1873, que pasa de-
sapercibido para la doctrina, y sólo después de los arréts,
que inicia la vigencia de idéntica doctrina Tenief, Fentry, Therond, de primero de siglo "la doctrina
particional en 1873 con el arrét Blanco.24 toma realmente consciencia de la evolución en curso y se
apropia esta noción, que gracias a unos autores, cuya ense-
24 Vid., por todos, CORAIL: La crise de la notion juri- ñanza domina nuestra ciencia del Derecho administrativo, va
diqué de Service Publique en Droit Administratif Francote, a conocer un destino prestigioso".

96 97
(7)
Consejo Real, tobre toda clase de contratos servicios públicos, se formula por vez pri-
de la Administración del Estado, pudiendo, mera en nuestro Derecho en el párrafo 3.°
pues, parangonarse al artículo 13 del Decreto del artículo 8 de la Ley de 2 de abril de 1845,
de 11 de junio de 1806 —incluso la redacción dictada para «la organización y atribuciones
guarda cierta identidad— que, como vimos, de los Consejos Provinciales». Entre otras
supuso la introducción del criterio orgánico, competencias contenciosas se les atribuye la
si bien con escasa fortuna, en el Derecho de los contratos que celebrasen los entes lo-
francés. cales y los órganos de la Administración pe-
Se suscitaron, ciertamente, algunas dudas riférica :
sobre la interpretación de este precepto, «Cumplimiento, inteligencia, rescisión y
pero éstas, de ningún modo afectaron a una efectos de los contratos y remates celebrados
posible restricción de la atribución omnicom- por la Administración civil, o con las provin-
prensiva que de su sentido literal se deduce. ciales o municipales para toda especie de
Concretamente, la expresión final, «Adminis- servicios y obras públicas».
tración civil», hizo dudar de que la compe- Ciertamente que el Consejo Real desde
tencia del Consejo Real se extendiera a los sus primeras resoluciones entendió que la
contratos celebrados por la Administración atribución de competencia que este precepto
militar, y con objeto de soslayar esta dificul- comportaba no suponía una atribución total,
tad el Real Decreto de 17 de julio de 1849, pero cosa distinta es que el requisito de la
cuatro años más tarde, reproduce la misma finalidad de obra o servicio público, exigido
fórmula suprimiendo el término «civil», pero como condicionante, se desprenda con evi-
sin alterar su redacción, lo que patentiza que dencia de este precepto y de la totalidad del
la amplitud de la atribución no fue fruto sistema de atribución de competencias: en
de una redacción impremeditada. primer lugar, el término «servicio» es em-
pleado sin la carga de precisión técnica con
2.°—EL CRITERIO DE LA FINALIDAD DE OBRA O que muy posteriormente habría de quedar
SERVICIO PÚBLICO: FUERO PARCIAL DE LA acuñado por la ciencia del Derecho admi-
ADMINISTRACIÓN. nistrativo. * Es más bien sinónima en la

El criterio de la finalidad para obras o 25 CORAIL, op. cit., págs. 12 y ss.

98 99
época de «órgano», de «necesidad», o de noviembre de 1846, que sale al paso de la po-
«función», y desde esta perspectiva com- sible merma que la alegación de la natura-
prendería todos los contratos instrumenta- leza civil de los contratos, pudiera implicar
les, e incluso los de gestión del patrimonio en la competencia total de los Consejos pro-
privado, que son «función» y «competencia» vinciales :
de los órganos de la Administración, con- «Art. l.°—En virtud de las disposiciones
curriendo en ellos la circunstancia de ser de la ley de 2 de abril de 1845, se considera
celebrados con vistas al interés general, privativo de los Consejos provinciales por
como, si bien tardíamente la propia juris- ella creados, el conocimiento de todos los ne-
prudencia terminará por reconocer, y asimis- gocios de naturaleza civil correspondientes a
mo la admisión de la competencia sobre la Administración de los ramos de Correos,
bienes nacionales, materia en la que la adop- caminos, canales y puertos, cuando pasen de
ción de un criterio restrictivo hubiese dejado la clase de gubernativos a la de contenciosos.
fuera de la competencia de la Jurisdicción Art. 3.°—En cuanto a las cuestiones con-
administrativa. 26 tenciosas a que pudieran dar lugar los con-
Pero de otros preceptos que a posteriori tratos de cualquier especie celebrados para
tratan de interpretar el que comentamos no el servicio de los mismos ramos por la Ad-
se deduce que la atribución de competencia ministración con los particulares, su conoci-
se realice para los Consejos provinciales con miento tocará a los Consejos Provinciales,
sentido restrictivo. Resulta así un argumen- siempre que se tratare de contratos celebra-
to de primera mano el Real Decreto de 23 de dos por la Administración provincial o mu-
nicipal para servicios de sus respectivos dis-
26 La Real Orden de 14 de junio de 1848, al mismo tritos, pero si la contienda nace de un con-
tiempo que declara la competencia de los Consejos provinciales,
y del Real en su caso, contiene, según atestigua GÓMEZ DE trato, que hubiese celebrado por si el Gobier-
LA SERNA (Jurisdicción contencioso-administrativa, recogido no o las respectivas Direcciones Generales,
en GALLOSTRA, op. cit., pág. 32.7) reprensiones a un Inten-
dente, a un Fiscal de Audiencia y a tres Promotores fiscales, conocerá de ellas directamente el Consejo
qu« no lo habían entendido así; posteriormente, la Real Orden Real».
de 25 de enero de 1849, el Real Derecho de 17 de julio de
1849 Y de la Ley de 20 de febrero de 1850, confirman esta He aquí, fijados en un mismo precepto,
competencia con el límite de las cuestiones de dominio y pro-
piedad que se reservan a la jurisdicción ordinaria. con identidad de contenido, los criterios para

100 101
la competencia de los contratos celebrados Podría objetarse que el artículo 1 de este
por la Administración del Estado, tanto Real Decreto hace uso de la expresión «para
central como periférica, y este precepto nos toda clase de servicios y obras públicas», pero
parece que recuerda más la amplitud de la indudablemente tampoco es usada esta ex-
fórmula del Reglamento del Consejo Real presión con sentido delimitador restrictivo,
que la de atribución a los Consejos Provin- toda vez que este precepto formula realmen-
ciales. Evidentemente, se usa el término te el ámbito de aplicación por la circuns-
«servicio» como sinónimo de «competencia tancia de que el contrato se realice «por
territorial». Entendido de otra forma lle- cuenta» de la Administración, lo que es una
varía a la absurda consecuencia de que los prueba más del sentido simplemente explica-
contratos de la Administración del Estado tivo y justiflcatorio de aquella fórmula. Real-
entrarían total o parcialmente en la Juris- mente no podía ser de otra manera, pues
dicción administrativa según que se hubie- esta disposición regula las formalidades para
sen otorgado por la Administración Central ser contratista y este sistema, concretamen-
o por la Administración periférica. te la subasta, tendente primordialmente, en
Pero incluso pasada la etapa del estable- la época, a garantizar el patrimonio público
cimiento de la Jurisdicción contenciosa de frente a maniobras fraudulentas, sobre todo
de los propios funcionarios, es aplicable a
1845, y no obstante haberse pronunciado ya
toda clase de contratos, cualesquiera que sea
el Consejo Real por la bipartición de la ma-
su objeto; y lo mismo cabe decir de la prohi-
teria contractual, el Real Decreto de 27 de
bición de someter a juicio arbitral los litigios
febrero de 1852 sigue manteniendo el cri- de los contratos, cuestión que, íntimamente
terio orgánico de atribución total a la juris- relacionada con la prohibición de transigir
dicción administrativa: sobre los derechos de la Hacienda, implica
«Ningún contrato celebrado por la Admi- su aplicación a todos los que la Administra-
nistración podrá someterse a juicio arbitral, ción celebra.
resolviéndose cuantas cuestiones puedan
suscitarse sobre su inteligencia, rescisión y
efectos, por la via contencioso-administra-
tiva que señalan las disposiciones vigentes».

102 103
3.°—LA AUSENCIA DE REGULACIÓN DE LA PRE- ción de los contratos a la Jurisdicción admi-
JUDICIALIDAD CIVIL! ARGUMENTO INDICIARIO nistrativa comporta, «una excepción», }ue
DEL FUERO TOTAL. debe-ser ampliada —según SILVELA—27 al
máximo, pero que no evita el que se piense
La fijación de los límites entre la juris- que la atribución de contratos a la Jurisdic-
dicción administrativa y los Tribunales, tiene ción administrativa deba hacerse —como se-
en el sistema de la legislación de 1845 otras ñala POSADA HERRERA—,26 con la limitación
características que permiten reforzar esta de que «si la acción ejercitada se funda en
consecuencia de que la atribución de los con- que se faltó a algunas de las solemnidades
tratos se realiza de forma total. Estas ca- que las leyes civiles prescriben o si se duda
racterísticas resaltan por la comparación de la aptitud legal de las personas» estas
con las soluciones del proyecto Silvela de cuestiones deben ser, en todo caso, de la
1838. En éste la competencia de la Jurisdic- competencia de los Tribunales.
ción administrativa sobre los contratos, A su vez, esta materia que se declara
se encuentra limitado por una intangible civil en todo caso y que tiene entrada directa
materia judicial que se precisa en el artícu- o indirecta en el proceso administrativo, por
lo 25: la técnica de la prejudicialidad debería re-
«Los Consejos no podrán resolver cues- mitirse para su resolución al Juez civil. No
tiones en que se verse el Derecho de propie- falta en el proyecto de SIVELA la regulación
dad, de servidumbres, ni apreciar el mérito del tratamiento de estas cuestiones prejudi-
o interpretar los instrumentos relativos a ciales civiles:
herencias, sucesiones, posesiones, convenios, *La parte que alegue como excepción el
transacciones, subrogaciones, poderes y de- Derecho de propiedad, las servidumbres ac-
más títulos privados». tivas y pasivas, el estado de las personas, o
Interesa retener particularmente este lí- que arguya de falsos civilmente los instru-
mite de interpretar títulos privados, fenó- mentos privados, afianzará, según los casos
meno de trasposición por el que la materia
civil se identifica con los medios en que se 27 Op. cit., pág. ai 8.
instrumenta la prueba, límite que consti- »8 Dt lo conténcioso'odministrativo, en "Revista de Es-
paña y del Extranjero", año 1844. recogido en GALLOSTRA,
tuye «una regla general» al que la atribu- op. cit., pág 272.

104 105

^Wi
a satisfacción del Tribunal, estar a las re- ciariamente, deducir el propósito del legis-
sultas del juicio ante los Tribunales ordina- lador de 1845 de diseñar la competencia de
rios y resarcir todos los daños y perjuicios la jurisdicción administrativa en materia
causados a la parte contraria, al común del contractual, siguiendo el pensamiento de
30
pueblo, a la provincia o al Estado» (art. 26). GIL DE ZARATE, como una «justicia de atri-
Pues bien, en la legislación de 1845 una bución ejercida por jueces especiales y en-
y otra regulación han desaparecido. Ni en el teramente ajena de los Tribunales comunes»,
Reglamento de los Consejos Provinciales, ni atribución que se realiza para las materias
en el del Consejo Real, se define ninguna civiles especificadas «con todas sus conse-
materia como estrictamente civil, y por ende, cuencias», plasmando en ellas la idea de
aunque la consecuencia no sea del todo lógi- fuero.
ca,29 falta también una regulación procesal
de las cuestiones prejudiciales civiles. Es 4.°—LA NEUTRALIDAD DEL PRINCIPIO DEL ESTADO-
más, en el Reglamento del Consejo Real (ar- DEUDOR EN LA DELIMITACIÓN DE COMPETENCIAS.
tículos 181 a 203) se regula entre otros me-
dios la prueba por documentos privados sin Es obligado también el examen en nues-
salvedad alguna, y el Real Decreto de 23 de tro Derecho del alcance, en cuanto delimi-
septiembre de 1846 al interpretar la compe- tador de competencias, del principio del Es-
tencia de los Consejos Provinciales sobre los tado-deudor. Anticipamos que a diferencia
negocios de naturaleza civil de los ramos de del juego de este principio en el Derecho
Correos, caminos, canales y puertos, excep- francés, en donde realmente opera como res-
túa únicamente de la competencia de aqué- trictivo de la competencia judicial, en nues-
llos los litigios sobre dominio y propiedad. tro Derecho es puramente neutral como de-
Esta doble omisión, de ninguna manera limitador de las competencias. Ni siquiera
inconsciente, permite también, aunque indi- puede trasladarse lícitamente el uso del tér-
mino «Estado-deudor», y ello porque su
29 Decimos que la consecuencia no es del todo lógica,
aplicación no se predica en nuestra patria
porque las cuestiones pueden ser incidentales respecto a la respecto del Estado, sino únicamente, en
relación principal, y en cuanto meras cuestiones entre parti-
culares deben ser, en todo caso, remitidas a la Jurisdicción
ordinaria. 30 GIL DE ZARATE, op cit., págs. 155 y iS7-

106 107
principio, respecto de los pueblos, generali- Recopilación,32 mandándose al mismo tiem-
zándose posteriormente su aplicación, por po, que las reclamaciones se sustancien por
vía jurisprudencial, a las provincias y a los la Contaduría General de Propios y Arbitrios
establecimientos públicos.31 Por esto es más y con formas gubernativas.
exacto hablar del principio de «Administra- Después del advenimiento del régimen
ción-deudora», principio, sin embargo, de constitucional, que muestra en este punto la
orígenes y contenido sustancialmente dife- misma despreocupación que por la cuestión
rentes de su paralelo en el Derecho francés. más general de la exención jurisdiccional de
Aparece en nuestra patria en la época la Administración, el sistema pasa, con el
preconstitucional como una manifestación intermedio de la regulación de las formali-
de la tutela ejercida por el poder central res- dades presupuestarias de los Municipios por
pecto del patrimonio municipal. Se pretende las leyes de 3 de febrero de 1823, de 14 de
el apartamiento de las reclamaciones por junio de 1840 y 8 de enero de 1845, a la Real
deudas contra los pueblos de los procedi- Orden de 21 de enero de 1845, perfeccionán-
mientos judiciales, medidas que se contie- dose el sistema en base a determinadas re-
nen en la Real Orden de 22 de noviembre de soluciones del Consejo Real, en el Real De-
1763 y que se reitera en la de 14 de noviem- creto de 12 de marzo de 1847. Su justificación
bre de 1775, recogidas ambas en la Novísima no se liga a preocupaciones constitucionales
de relación entre los poderes del Estado, sino
31 A las provincias se extiende el principio por el R. D.
a una preocupación puramente práctica, de
de 9 de julio de 1846, al resolverse una competencia entre el buena administración, cual es la de evitar
Juez de primera instancia de Oviedo y el Jefe Político a
propósito de una deuda procedente de un censo, fundándose
que las acciones judiciales entorpezcan la
no sólo en que los presupuestos de las provincias están su- la aplicación rígida del presupuesto. Y, por
jetos a principios rígidos señalados por la Ley que serían
alterados por las disciplinas del embargo, íino también en
ende, porque a este mecanismo no le afecta
fundamentaciones que recuerdan el principio de división de el ejercicio de la acción en sí misma, sino la
poderes entendido como separación de autoridades, al afirtnarse
que el juicio ejecutivo envuelve una ilegalidad "porque ma-
extemporánea ejecución judicial, se limita
nifiestamente lo es que¡ el juez, tomando el nombre de la ley únicamente la posibilidad de proceder ejecu-
intime al Jefe Político". A los establecimientos públicos sujetos
a formación de presupuestos, y en particular las Juntas de
Beneficencia, se les aplica el principio, en virtud de aquelk 32 Ley 46, título 16, Libro 7.0 y Ley 18 del mismo tí-
sujeción, en el R. D. de 9 de junio de 1852. tulo y Libro.

108 109
tivamente, y no la acción tendente a la sim- que los Tribunales tuvieran vía franca para
ple constatación del crédito o al señalamien- proceder contra él. Realmente ningún pre-
to de la preferencia entre varios acreedores.33 cepto^ legal lo impedía y si de iure era po-
Se sitúa, pues, nuestro Derecho desde las sible, de j'acto el Estado gozaba de una vieja
primeras regulaciones de este principio en tradición de exención de los procedimien-
la misma posición en que se situará el Dere- tos ejecutivos, contra la que, al parecer,
cho francés después de 70 años de aplicarlo nada pueden las declaraciones constitucio-
como principio de repartición de competen- nales que organizan la competencia de los
cias, y cuando se ella a distinguir entre liqui- Tribunales, según los dictados del criterio
dación strictu sensu de competencia admi- material, y hasta tal punto aquella posibili-
nistrativa, y declaración de la deuda, de la dad se muestra inviable que un autor de la
competencia judicial o de la Jurisdicción época llega a afirmar que «cuando se trata
administrativa según la naturaleza del títu- de la alta Administración, de la Central del
lo de que trajere causa.34 Estado, no creemos que a nadie se le haya
La ausencia de regulación de este prin- ocurrido que debía poder procederse ejecu-
cipio para las deudas del Estado no supone tivamente contra ella por los Tribunales...
y que se hubiera tenido por poco avisado, o
33 Se distinguen en la regulación del R. D. de 12 de por mal dirigido, al que por tan extraviado
marzo de 1847 dos supuestos: Si la deuda no estaba declarada
en una ejecutoría, correspondía a los superiores jerárquicos de
camino se propusiera llegar al término ape-
los Ayuntamientos decidirlo en el término de un mes, y en el tecido».35
caso de no autorizar la inclusión en el presupuesto habrían al
mismo tiempo de autorizar al cuerpo 'municipal para compa- En resumen, pues, el principio de la Ad-
recer en el juicio que el acreedor promoviere a consecuencia ministración deudora, no supone respecto de
de la denegación; mediando ejecutoria, el Ayuntamiento ha-
bría de incluir la deuda en el presupuesto municipal en el las deudas originadas por contratos celebra-
término de diez días.
También se prevé el supuesto de que los Ayuntamientos
no tuviesen medios suficientes para satisfacer un crédito, de- 35 ARRAZOLA: Enciclopedia Española de Derecho y
biendo, en este caso, convenir un arreglo con los acreedores. Administración, t. XI, pág. 118. Al parecer, estos extravíos
En este supuesto de insolvencia, con convenio o sin él, se de- 210 eran frecuentes, ya que en todo el período jurisprudencial
clara la competencia exclusiva de la Administración, con lo que examinado (1845-1868) no hemos encontrado resoluciones de
la protección al acreedor que pretende salvarse con la reserva conflictos entre los Jueces y la Administración del Estado por
de competencia a la autoridad judicial sobre la declaración de deudas, siendo frecuentes, sin embargo, en las reclamaciones
legitimidad de la deuda, queda de hecho muy debilitada. por deudas a los pueblos, provincias y establecimiento- pú-
34 Vid. Supra, Primera Parte, Cap. I, 4.0 blicos.

110 111
dos por la Administración, alteración alguna,
ni a favor ni en contra, de la atribución total
de competencia a la Jurisdicción administra-
tiva y que los textos examinados permiten
conjeturar.

CAPITULO IV

LOS CRITERIOS DE COMPETENCIA EN


LA JURISDICCIÓN ADMINISTRATIVA
El Consejo Real y sus sucesores el Tri-
bunal Contencioso-administrativo y el Con-
sejo de Estado, se encontraron, pues, con
textos, lo suficientemente amplios como para
llevar la idea de fuero hasta sus últimas con-
secuencias. Pero lo cierto es que, bien porque
la idea de fuero había perdido los favores
de la doctrina imperante, o bien porque el
criterio material con que estaba fundada la
competencia de los Tribunales presionaba
su restricción, ésta se opera de hecho, aun-
que inicialmente en muy escasa medida.
A esta restricción contribuyen también los
Municipios, pues frecuentemente ejercitan
acciones contractuales ante la Jurisdicción
ordinaria, lo que demuestra que el fuero no
les resultaba particularmente grato, sin

113
112 (8)
período de jurisdicción retenida desde su
duda porque al conocer de estas demandas la implantación en 1845 hasta la vuelta a la
Jurisdicción ordinaria escapaban a la ago- Jurisdicción retenida por Decreto - Ley de
biante fiscalización de los Jefes Políticos que 20 de enero de 1875) nos ha evidenciado:
se extendía a la gestión de los servicios y de por una parte, que se rechaza el criterio
su patrimonio. ^ Por contra, son los particu- orgánico contenido implícitamente en el
lares los que, incluso en contratos en que se sentido general de los textos de atribu-
deciden cuestiones de propiedad, demues- ción, y expresamente formulado en el ar-
tran frecuentemente una preferencia por la tículo 1 del Reglamento del Consejo Real,
Jurisdicción administrativa, constituyendo y de otra, que la competencia administra-
este doble fenómeno, a la par que una para- tiva se fundamenta primordialmente en el
doja, un voto real de confianza en esta ju- criterio de la finalidad, obra o servicio pú-
risdicción. blico. Sin embargo, y este dato que sepamos
El estudio de la repartición de competen- ha pasado desapercibido para la doctrina,
cias que opera la jurisprudencia de conflic- este criterio no es el único fundamento de
tos entre la Jurisdicción ordinaria y la ad- la competencia administrativa: juntamente
ministrativa y la que esta misma declara con él la competencia administrativa se basa
como propia al examinar de oficio su com- en el interés general, criterio éste que la ju-
petencia (estudio que comprende el primer risprudencia formula como plenamente di-
ferenciado del anterior, sin llegar a consti-
36 Sirvan de ejemplo, a este respecto, las dos siguientes
tuir el sentido más genérico y amplio que
resoluciones: En el R. D., Sentencia (asunto Marqués de pudiera deducirse del concepto «servicio pú-
Casa Riera) de 14 de marzo de 1847, es el Ayuntamiento blico». La competencia judicial no se formu-
de Sevilla quien pide, ante la jurisdicción ordinaria, la res-
cisión del contrato (cesión al Marqués de la Isla Mayor la siguiendo los dictados de un criterio po-
del Guadalquivir, perteneciente a los propios, comprometién-
dose aquél a realizar determinadas obras), y es el propio
sitivo, sino que se aparece como una com-
Marqués quien pide al jefe político que reclame contra la petencial residual sobre aquellos contratos
competencia judicial; en el R. D. (asunto Elguezábal)
de 14 de enero de 1857, el Ayuntamiento de Durango ejercita
en que se declara que aquellos criterios no
acción de nulidad del contrato (venta de unos terrenos sin concurren. Puede afirmarse, sin embargo,
observar las solemnidades exigidas por la Legislación vigente)
ante la jurisdicción ordinaria y el conflicto se plantea por el
que viene a coincidir, prácticamente, con
jefe político a instancia del comprador Elguezábal.
115
114

SEM.NAWO DE D." ADM.N.STRATWO


los contratos de gestión del patrimonio pri- jueces y parte en los conflictos jurisdiccio-
vado de la Administración. nales, lo que sin duda ha de tener relación
También tiene oportunidad la jurispru- con ei escaso esfuerzo argumental que des-
dencia de este periodo de pronunciarse sobre pliegan para precisar los criterios de su pro-
las convenciones complejas en las que se pia competencia.
enfrentan los opuestos criterios de la com-
petencia, así como sobre los actos y dispo- 1.°—LA RELACIÓN DEL CONTRATO CON EL SERVICIO

siciones administrativas concurrentes en PÚBLICO O LA CONSTRUCCIÓN DE OBRAS. L A

aquellos contratos en que se declara la com- AFIRMACIÓN DEL CRITERIO.

petencia de la Jurisdicción ordinaria.


En general, puede afirmarse que la doc- Desde sus primeras resoluciones, la juris-
trina de la jurisprudencia es pobre, limi- prudencia particional rechaza el criterio or-
tándose a afirmar los criterios sin definir- gánico : no es suficiente para afirmar la com-
los, y a afirmar o negar su concurrencia. petencia administrativa que el contrato sea
Quizás esa falta de fecundidad sea debida realizado por un ente público, exigiéndose
a la posición de neta superioridad que la que éste tenga por objeto una obra o servi-
Jurisdicción administrativa detenta respecto cio público. Comienza afirmándose este cri-
a la ordinaria. Mientras ésta ni siquiera terio en el R. D. Competencia de 23 de fe-
puede promover conflictos a la Administra- brero de 1847, a propósito de un contrato
ción, el Consejo Real y de Estado son a la celebrado entre los Ayuntamientos de Lérida
vez, si no de derecho, sí al menos de hecho, 37 y de Bell-Lloc, en el que este último se com-
prometió a pagar una cantidad al de Lérida
37 Aludimos a la caracterización del Concejo Real y
a fin de que sus vecinos tuviesen paso franco
del Consejo de Estado, que si bien con arreglo al Derecho
positivo no pasaban de ser unos órganos consultivos, de jacto
actúan como verdadera jurisdicción, respetándole por el Go- Castro, de n de diciembre de 1861, en que se discute si
bierno las consultas emitidas. Suscribimos al respecto la opi- es o no relativo al servicio público un arrendamiento de local
nión de GARCÍA DE ENTERRIA (La configuración del re- para oficina telegráfica. Firma el Real Decreto, siguiendo el
curso de lesividad, en "Revista de Administración Pública", parecer de la minoría, como hemos dicho, POSADA HERRE-
núm. 15, pág. 112), añadiendo por nuestra parte que en todo RA, c incluso la solución favorable a la competencia admi-
el período jurisprudencial examinado sólo hemos encontrado nistrativa nos parece acertada dada la amplitud con que se
un caso en que el Gobierno se separa de la consulta del Con- manejan los criterios competencialees en relación con el ser-
sejo y sigue el voto particular de la minoría: R. D., asunto vicio e interés general.

116 117
por el puente del río Segre: se declara la su reglamento, pues aunque dicho párrafo
competencia judicial porque «no se trata de no expresa que los contratos que mencionan
un contrato que tenga por objeto una obra sean para servicios y obras públicas esta
pública o un servicio de la misma clase a que circunstancia debe entenderse subentendida
terminantemente se contrae el párrafo 3 del en su disposición».
articulo 8 de la ley de 2 de abril de 1845». Unificado así el criterio de la competen-
Admitido con energía este criterio para cia administrativa para los contratos de
los contratos de los entes locales, restaba cualquier Administración, formalmente no
dudosa su aplicación a los contratos cele- se abandonará, pero no es infrecuente que
brados por la Administración del Estado, en supuestos idénticos o muy parecidos se
respecto de los cuales la competencia admi- declare su concurrencia, después de haberla
nistrativa estaba atribuida por el artículo 1 rechazado y viceversa.38 Esto ocurre porque
del Reglamento del Consejo Real que no falta un concepto de servicio público, que
contenía ninguna referencia a este criterio. queda sin definirse, en la sombra, como un
Más de dos años tarda el Consejo Real en riguroso secreto que el Consejo no reve-
encontrar ocasión propicia para declararse lará en todo el período; falta también la
sobre este extremo, y esta ocasión se la precisión del grado de relación que el con-
brinda un contrato de arrendamiento otor- trato ha de tener con el servicio público para
gado por la Dirección General de Minas predicar la competencia administrativa; y
sobre las plazas, hornos y escombre del Pre- por último, por si estos inconvenientes fue-
sidio de Audurat. Directamente se aborda la ran pocos, se declara que este criterio no es
cuestión y se declara la necesidad de la con- criterio único, aunque pueda considerarse
currencia de aquel requisito. He aquí la ar-
gumentación de este R. D. Sentencia (asunto 38 Así el R. D. ¡sentencia (asunto Casáis) de 22 de mar-
Gonzálvez) de 9 de mayo de 1849: zo de 1851, el Consejo conoce de un supuesto análogo al
asunto Gonzálvez, sin cuestionar sobre la competencia; en el
arrendamiento de las minas de Riotinto se habían arrendado
«Considerando que aunque se estime otr- íügunos edificios pertenecientes al Estado y expresamente se
gado el contrato por la Dirección General de declara que este arrendamiento es independiente del principal
y .se resuelve, a pesar de la no relación de este arrendamiento
Minas, tampoco corresponde su conocimiento con el servicio público, sobre la obligación del arrendatario de
al Consejo Real con arreglo al articulo 1.° $e p?.gar el precio.

118 119
como general de la competencia adminis- de venta de una finca perteneciente al do-
trativa, cuestiones todas ellas que seguida- minio privado de la Administración:
mente estudiaremos. «Considerando que el texto mismo de la
disposición anterior excluye de la Jurisdic-
a) Extensión del concepto de contrato ción administrativa todo contrato que no
para servicios públicos. tenga por objeto una obra o servicio público;
y que en el caso presente se trata de una
Insistimos en que la jurisprudencia no transmisión ordinaria de dominio hecha por
formula ningún concepto de servicio público, medio de un instrumento público, otorgado
pero, sin embargo, una resolución de con- con las solemnidades comunes del Derecho
flicto, el R. D. Competencia (asunto Elgue- civil, y que surte los mismos efectos jurídi-
zábal) de 14 de enero de 1857, formula un cos que cualquier contrato de igual natura-
concepto, si bien en forma negativa, de los leza, celebrado entre particular y particular,
contratos de servicios públicos, entendiendo sin que de su rescisión o incumplimiento
por tales «aquellos de cuya rescisión e in- dependa el quedar desatendido ningún ramo
cumplimiento depende la desatención de un o servicio de la Administración».
ramo o servicio de la Administración». El Pero, además, el sentido más general y
concepto no es muy preciso, pero era incues- amplio de la expresión «contratos celebrados
tionablemente susceptible de ser entendido para las atenciones de los órganos y servi-
con toda la amplitud que se otorgue a las cios» es realmente el concepto que explica
«atenciones» del servicio, no todas de la más cumplidamente la generosidad con que
misma importancia. Pues bien, en este con- tienen entrada en la Jurisdicción adminis-
cepto parece que entran toda clase de con- trativa los tipos más variados de contratos
tratos celebrados para cubrir todo tipo de por su grado de relación con la actividad
atenciones y necesidades, incluso las de gra- pública. La prueba de esta afirmación la re-
do simplemente accesorio o instrumental, duciremos al estudio de los casos limites en
deducción que es consecuencia, en parte, los que la relación con el servicio público es
de la oposición que en esta resolución se más distanciado, de tal forma que podamos
contiene de estos contratos a un supuesto asi precisar su extensión real. Con ello damos

120 121
nistrativa sin dificultad alguna; y lo mismo
de lado al estudio de los contratos que im- ocurre con los arrendamientos de servicios
plican la realización de una obra de cual- personales, aunque sean simplemente oca-
quier tipo, por no ponerse en duda durante sionales o esporádicos, como la reparación
todo este periodo la competencia adminis- del reloj de la torre de un edificio municipal
trativa, máxime cuando la realización de la
o la medición del afanegado de una parro-
obra lleva consigo la explotación de un servi-
quia por encargo de varios propietarios para
cio, como en el caso de las concesiones
servir en su dia al reparto de las contribu-
de lineas de ferrocarriles; por idéntica razón
ciones. 39
no cuestionaremos sobre los contratos de
Sin embargo, el arrendamiento de lo-
concesión de servicios que implican la tras-
cales para la instalación de servicios pú-
lación de funciones propias de la Admi-
blicos no tuvo la misma fortuna, preten-
nistración tributaria (arrendamientos de
diéndose centrar en él la aplicación rigorista
pontazgos y portazgos, recaudación de tri-
del criterio material, mediante la exigencia
butos), los de cesión de monopolio del dere-
de un grado más intenso y directo de rela-
cho de venta de determinados articulos a
ción con el servicio, iniciándose de este modo
una población (contratos de abastecimiento en nuestro Derecho el peregrinaje 40 de este
exclusivo de carnes, vinos...), o los que im- contrato de una a otra Jurisdicción, según
plican la participación directa de un contra- las variedades de grado con que el criterio
tante en la realización de un servicio (con- de la relación del servicio público es exigido.
tratos con médicos titulares). Comienza, en efecto, este contrato siendo
Las dificultades comienzan al nivel de los repudiado de la Jurisdicción administrativa
contratos instrumentales, contratos cuya re- en el R. D. Competencia (asunto Juan de
lación con el servicio público implica, no la Dios) de 27 de octubre de 1847:
realización directa de una actividad propia 39 Reales Decretos Sentencias (asunto Beses y asunto
Amoedo) de 5 de agosto de 1865 y 16 de enero del mismo año.
de aquél, sino el facilitamiento a los órganos 40 La mcertidumbre de la jurisprudencia particional so-
públicos de prestaciones personales y reales bre el arrendamiento de locales para instalación de oficinas
necesarias para su subsistencia. Algunos de llega a nuestros días, lo que hace decir a ALBI que ello es
una muestra "de las bases tan deleznables en que se apoya la
ellos, ciertamente, como el suministro y el diferenciación de amba9 jurisdicciones" (Los Contratos Mu-
transporte, entran en la Jurisdicción admi- nicipales, Valencia, 1944, pág. 384).

123
122
«Considerando que los contratos de la hasta el punto de autorizar en su caso contra
clase a que pertenece el de que aquí se trata ésta la expropiación forzosa».
no tienen por objeto inmediato un servicio Pero la exigencia de este grado de rela-
público, limitándose su obligación a permitir ción no se mantiene abandonándose en el
a los agentes de la Administración el uso de R. D. Competencia (asunto Castro) de 11 de
la casa para el servicio general durante el diciembre de 1861 -^dictado de conformidad
contrato, por lo que las cuestiones que sobre con el voto de la minoria del Consejo de Es-
éste se susciten no están comprendidas en tado—41 situando este contrato al nivel de
competencia de los Tribunales administra- los demás contratos instrumentales:
trativos». «Considerando que la demanda que mo-
Se rechaza, pues, la competencia admi- tiva esta competencia versa sobre la inteli-
nistrativa porque el grado de relación no es gencia y efectos del alquiler de una casa
suficientemente intenso, pero no deja de re- celebrado por el Estado con un particular
conocerse en otro considerando de esta mis- para situar en ella la estación de Telégrafo
ma resolución que este grado de relación público, cuyo contrato es notoriamente re-
existe y que es bastante para limitar las fa- lativo a un servicio público, como lo sería el
cultades de ejecución que del fallo por la de un edificio cualquiera para la custodia en
autoridad judicial se originaren: él de municiones de boca y guerra destinadas
«Considerando que cuando los Tribunales a la Marina o al Ejército, o al contrato de
ordinarios declaran que ha cesado el con- fletamento de naves o cargos para conducir
trato y mandan que quede libre la casa a esos efectos o alguno de los estancados cuyo
disposición de sus dueños, no puede la eje- monopolio constituye una de las rentas del
cución de este jallo competirles como en los Estado.
casos comunes, porque debiendo al verificar- Considerando que si fuese aplicable a los
la atendense a la necesidad de evitar que el arrendamientos de edificios alquilados por
servicio público sufra por este motivo parali-
zación o entorpecimiento deben a este fin 41 Este Real Decreto aparece firmado por POSADA
HERRERA y su autoridad doctrinal es bastante, sin duda para
dictarse providencias que sólo caben en las compensar con creces la desconfianza que pudiera inspirar el
facultades de la Administración, y que legiti- haber sido dictado en contra de la opinión de la mayoría del
Consejo de Estado. Sobre los criterios particionales de POSADA
ma la utilidad pública superior a la privada HERRERA, vid. Supra, Cap. II, 2.0

124 125
el Estado para el servicio público el articu- b) El origen de la exigencia de inmedia-
lo 633 de la Ley de Enjuiciamiento civil, de- tividad entre el contrato y el servicio público.
bería el Gobierno, sin levantar mano, acudir
a las Cortes para su derogación, porque de ¿Dónde está pues, y cuál fue la causa de
no hacerlo se seguiría el absurdo de que un la exigencia de un grado más intenso de re-
Juez de Primera Instancia, por sí y sin ne- lación entre el contrato y el servicio público,
cesidad de ninguna clase de auxilio, podría que se concreta en la expresión «objeto direc-
lanzar de los edificios alquilados por la toe inmediato», y que termina siendo repu-
Administración militar por sentencia de diada en este primer período de Jurisdicción
desahucio aunque dicha Anministración se retenida? Por primera vez aparece formulada
opusiere». esta exigencia en el R. D. Sentencia (asunto
La competencia de la Jurisdicción admi- Marqués de Casa-Riera) de 14 de marzo de
nistrativa, se asegurará, posteriormente, en 1847. El supuesto de hecho de esta resolución
lso contratos de arriendos de edificios para de conflicto respondía a las características
los Municipios en el R. D. Competencia de un contrato complejo en el sentido de que
(asunto Verdes) de 8 de octubre de 1864, afir- en él concurrían prestaciones que respondían
mándose la competencia «porque el arriendo a los opuestos criterios en que se fundamen-
de una casa para el servicio de una corpora- tan las competencias de la Jurisdicción ad-
ción municipal viene a satisfacer directa o ministrativa y la ordinaria.
indirectamente una necesidad indispensa- Sin perjuicio de volver sobre el tema
ble». Con ello, evidentemente, se consagra el del contrato complejo, conviene retener
criterio de la relación con el servicio público aquí esa noción provisional para ver su juego
en su sentido más amplio, admitiéndose in- en este contrato: la prestación a que se obli-
cluso que esta relación pueda ser mediata gó el Ayuntamiento de Sevilla consistía en
o indirecta.A3- ceder, como de hecho lo realiza, al Marqués

4a Incluso esta relación se había admitido para los con- el adquirente en la Aduana del puerto de Vigo de uno-: géne-
tratos que ni siquiera tienen relación instrumental con el ser- ros de algodón decomisados a unos contrabandistas, contrato
vicio, sino que a lo más son una consecuencia muy indirecta que, aisladamente considerado, es un supuesto de venta de
do su funcionamiento. En este sentido, el Consejo de Estado bienes muebles y cuya entrada en la Jurisdicción administra-
conoce en el R. D. Sentencia (asunto Lafuente) de 18 de abril tiva sólo puede explicarse por una relación consecuencial con
de 1853, de una acción de rescisión por lesión ejercitada por el «servicio público.

126 127
de Casa-Riera el dominio útil de la Isla implicada en el ejercicio de la acción resciso-
Mayor del Guadalquivir, perteneciente a sus ria que pone en marcha el Ayuntamiento por
propios, prestación ésta que aisladamente incumplir el Marqués sus obligaciones. Se
considerada seria de la competencia de la trata, pues, en último término, de dar una
jurisdicción ordinaria por envolver un acto primera solución, mediante esa incongruente
de gestión del patrimonio privado sin rela- exigencia, al problema de las convenciones
ción alguna con el servicio público; el Mar- complejas, solución favorable absolutamente
qués de Casa-Riera, a su vez, se compromete a la competencia judicial, que, será abando-
a realizar determinadas obras de cerramien- nada, no sin que antes, como ya hemos hecho
to del nuevo caño del Zurraque y al esta- notar, esa exigencia impidiera, inicialmente,
blecimiento de una máquina de vapor para la entrada en la Jurisdicción administrativa
la distribución y conducción del agua del río de los contratos de arrendamiento de locales,
para riegos. Pues bien, a pesar de que esta dando origen a la expresión «objeto directo
última prestación era esencialmente una e inmediato».
prestación de obra y que expresamente el
2.°—EL INTERÉS GENERAL COMO CRITERIO CON-
párrafo 8 del artículo 8 de la ley de 2 de abril
de 1845 consideraba materia contencioso- CURRENTE DE LA COMPETENCIA DE LA JURIS-
administrativa la relativa a «obras hechas DICCIÓN ADMINISTRATIVA.
en los cauces y márgenes de los ríos y pri-
mera distribución de las aguas para riegos Hasta 1865 puede afirmarse que el criterio
y otros usos», a pesar de ello, pues, se de- de la relación con el servicio público es el
clara la competencia judicial por aducirse único determinante de la competencia admi-
que el contrato no tenía por «objeto inme- nistrativa. Pero en esta fecha se inicia la
diato y directo una obra o servicio público». afirmación de un nuevo criterio que se yux-
Esta afirmación era indudablemente gra- tapone al anterior, ampliando la competen-
tuita, pues una de las prestaciones compor- cia administrativa, que rebasa el límite hasta
taba, por sí misma, la realización de una obra, aquel momento trazado y que venía dado
pero con ello lo que pretende el Consejo Real por los contratos afectantes a la gestión del
es reservar a la Jurisdicción ordinaria el co- patrimonio privado de la Administración.
nocimiento sobre la cuestión de propiedad Esta frontera entre una y otra jurisdicción

128 129
<•)
había sido fijada dias antes de la introduc- estimarse como hecho para un servicio pú-
ción del nuevo criterio por el R. D. Compe- blico, declara la competencia de la Jurisdic-
tencia (asunto Albarrán) de 7 de abril de ción administrativa porque esta materia de
1865, afirmándose que los contratos de ges- aprovechamiento de arbolado es materia de
tión del patrimonio privado de la Adminis- interés general, apuntándose también como
tración, con la excepción de las ventas de fundamento el concepto puramente orgánico
bienes nacionales, eran de la competencia de acto administrativo:
de la Jurisdicción ordinaria: «CONSIDERANDO:
«CONSIDERANDO: 1.°— Que si bien el contrato a cuyo cum-
l.°—Que el contrato celebrado entre el plimiento se dirige la demanda no tuvo por
Ayuntamiento y los adquirentes de los arbo- objeto inmediato y directo la realización de
lados no es de los que tienen por objeto obras municipales, y en este concepto no
inmediato y directo un servicio u obra pú- puede estimarse como hecho para un servi-
blica, ni puede, en modo alguno, estimarse cio público, es indudable que tuvo por fin
como enajenación de bienes nacionales. directo un aprovechamiento común forestal.
3.°—Que en los contratos relativos a los 2.°—Que habiendo recibido este contrato
bienes de propios proceden las corporaciones y todas sus condiciones el examen y aproba-
municipales como personas jurídicas y no ción de las autoridades administrativas,
como entidades administrativas, y las facul- antes y después de celebrado, según está pre-
tades de las Autoridades jerárquicas en el venido para todos los aprovechamientos fo-
orden superior respecto a este punto están restales, no puede someterse hoy a los Tri-
limitadas a la inspección y vigilancia en la bunales de justicia, a menos de entregar a
gestión de tales bienes; por lo cual no es le- las Autoridades de este orden la apreciación
gítimo el acto administrativo que declara de los actos y disposiciones generales admi-
sobre la validez de semejantes contratos». nistrativas.
Con motivo de un supuesto análogo, venta 3.°—Que la corta de árboles en montes pú-
de pinos maderables efectuada por un Ayun- blicos es materia de interés general por el
tamiento, el R. D. Sentencia (asunto Yáñez) que tiene el Estado en el fomento y conser-
de 12 de abril de 1865, reconociendo expresa- vación de la riqueza, y los contratos celebra-
mente que el contrato en cuestión no puede bros para el expresado aprovechamiento, si

130 131
M

no tienen por objeto un servicio u obra pú- de propiedad, cuestiones de la exclusiva com-
blica, están sujetos a la intervención y vigi- petencia de la Jurisdicción ordinaria, tute-
langia de la Administración, a la cual toca ladora, por declaración constitucional expre-
decidir, por lo tanto, su validez, inteligencia sa, de aquel derecho. Pero esta afirmación
y efectos». no puede hacerse sin formular algunas sal-
Interesa resaltar que la variación de la vedades: es la primera que la coincidencia
competencia afecta no solamente al dato de de contratos sin relación con el servicio pú-
la personalidad con que la Administración blico y contratos de gestión sobre el patri-
interviene en el contrato, omitiéndose, en monio privado no puede sostenerse hasta
este último, la referencia a la actuación de que el R. D. Competencia (asunto Castro) de
la Administración como persona jurídica, 11 de diciembre de 1861, abandona la exigen-
sino que también afecta a la prerrogativa de cia de un cierto grado de intensidad entre
la Administración para declarar unilateral- el contrato y el servicio; 43 por otra parte, no
mente la nulidad, interpretación y efectos todos los contratos del patrimonio privado
del contrato. son de la competencia judicial, constituyen-
do excepciones a la misma las ventas de
3.°—LA GESTIÓN DEL PATRIMONIO PRIVADO: CRI- bienes nacionales y a partir de 1865 los con-
T E R I O GENERAL DE LA COMPETENCIA JUDICIAL. tratos relativos a los aprovechamientos fo-
restales, que, por constituir materia de «in-
Los contratos de gestión del patrimonio terés general», son excluidos, según hemos
privado vienen a constituir el límite real de examinado.
la Jurisdicción administrativa, y ello por una
43 Por existir hasta este momento unos contratos con
doble razón: primeramente, no concurre en relación puramente instrumental reípecto al servicio público,
ellos la circunstancia de tener relación di- como los arrendamientos de locales para oficinas, que son de
la competencia de la Jurisdicción ordinaria en un principio, y
recta o indirecta con un servicio público; que, evidentemente, no son contratos de ges " n del patrimonio
en segundo lugar, si no en todo caso, sí fre- privado de la Administración. Posteriormente se llega ya a afir-
mar que servicio público patrimonio privado son conceptos ex-
cuentemente, concurre en estos contratos la cluyentes: En el R. D. Sentencia (asunto Labeiria) de 14 de
circunstancia de que al resolverse sobre las noviembre de 1863 se expresa "que el arrendamiento o sub-
arriendo de la plaza de toros de Madrid no puede een modo
acciones rescisorias o anulatorias se decide alguno considerarse servicio público, sino puramente como un
directa o indirectamente sobre una cuestión arriendo ordinario de una finca perteneciente a una Corporación".

132 133
La hipótesis de gestión sobre las que la en un único negocio que contenga presta-
jurisprudencia tiene oportunidad de pro- ciones que, aisladamente consideradas, co-
nunciarse son las de ventas y arrendamiento rresponderían a jurisdicciones diversas.44
de bienes, iniciándose esta doctrina con el Esta última hipótesis es la que únicamente
R. D. Sentencia (asunto Pinto) de 26 de se plantea en este período, y por primera vez
marzo de 1847: en el asunto Marqués de Casa-Riera, origi-
«CONSIDERANDO: nándose en él la exigencia de un cierto grado
l.o-^Que los Ayuntamientos para la reso- de inmediatividad entre el contrato y el
lución de las cuestiones de propios tienen servicio que, como hemos visto, no respondía
que acudir a los Tribunales. a otra finalidad que la de buscar un funda-
2.°—Que no siendo el objeto de estas ena- mento, aunque ilógico, a la competencia ju-
jenaciones un servicio u obra pública, sino dicial sobre un contrato complejo.
la traslación del dominio absoluto o limi- El aquívoco sostenido en esta resolución
tado». se desvanece en el R. D. Sentencia (asunto
Esta doctrina es confirmada para los con- Arnaiz) de 7 de septiembre de 1864. El Conse-
tratos de los Municipios por los Reales De- jo de Estado se enfrenta con el problema de
cretos Sentencias de 4 de junio y 18 de agos- la competencia en un contrato en que los cri-
to de 1847, y surge posteriormente su apli- terios básicos de ambas jurisdicciones son
cación para el Estado en el R. D. Sentencia igualmente operantes: de una parte el Ayun-
(asunto Gonzálvez) de 9 de mayo de 1849. tamiento de Burgos se compromete a ceder
a Arnaiz unos terrenos de su propiedad
4#°—APLICACIÓN DE LOS CRITERIOS DE B I P A R T I - (competencia judicial); de otra, Arnaiz ad-
CIÓN A LAS CONVENCIONES COMPLEJAS. quiere el compromiso de construir un puente
(competencia administrativa).
Entendemos por convenciones complejas Pues bien, lejos de partir del principio del
aquellas que reúnen en un mismo instru- acto indivisible y afirmar la competencia de
mento dos o más contratos que por aplica- una u otra jurisdicción, el Consejo resuelve
ción de los criterios de partición de compe-
tencias corresponderían a distintas jurisdic-
44 LAUBADERE: Traite Thearique ét Pratique des
ciones. La complejidad puede también darse contracts administratifs, París, 1956, I, pág. 31.

134 135
que ambas jurisdicciones son competentes, la unidad del vinculo contractual domiciliar,
la ordinaria sobre la posesión de los terrenos como arbitra en esta resolución el Consejo
y la administrativa sobre la obra pública a de Estado, el conocimiento de la prestación
realizar: de obra pública en la Jurisdicción adminis-
«CONSIDERANDO: trativa, y el efecto rescisorio, que envuelve
1.°—Que mirada aisladamente la obliga- una cuestión de propiedad, en la Jurisdic-
ción de construir el puente correspondería ción ordinaria.
conocer en vía contenciosa al Consejo Pro-
vincial de las resoluciones adoptadas por el 5.°—UNA COMPETENCIA DE LA ADMINISTRACIÓN
Gobernador, por tratarse de la inteligencia ACTIVA: ACTOS ADMINISTRATIVOS SEPARA-
y cumplimiento de un contrato de obra mu- BLES EN LOS CONTRATOS DE GESTIÓN DEL
nicipal. PATRIMONIO. SU TRATAMJENTO CON LA TÉC-
2.°—Que si se mira la cuestión como de NICA DE LAS CUESTIONES PREVIAS.
interpretación de una de las cláusulas del
contrato ordinario de compra y venta cele- Con independencia del fenómeno disocia-
brado entre los mismos, su conomiento no es torio que la existencia de dos jurisdicciones
de la competencia de la Jurisdicción admi- implica en los contratos complejos, disocia-
nistrativa'». ción interna que recae sobre el mismo vincu-
La resolución adoptada de que «las partes lo contractual al rechazarse la técnica del
usen de su derecho donde y como proceda» acto indivisible, se produce otro fenómeno
es prácticamente inviable, ya que por tra- de disociación meramente exterior al vinculo
tarse de un contrato con obligaciones reci- contractual estrictamente considerado, y que
procas el ejercicio de una acción rescisoria tiene su razón de ser en el hecho de la in-
comporta el resolver sobre el efectivo incum- cidencia en la fase de formación del contra-
plimiento de una de las prestaciones y even- to, previa a su perfeccionamiento, de normas
tualmente sobre el efecto rescisorio de pri- puramente administrativas 45 reguladoras de
vación total de efectos contractuales. Pero, los sistemas de elección del contratista y de
en todo caso, ambas declaraciones han de
efectuarse por el mismo órgano jurisdiccio- 45 El sistema de subasta como procedimiento para la
elección del contratante gozaba de continuada tradición en
nal, sin que sea permitido sin atentar contra nuestra Patria: la Ley 7*, título 7.0, Partida 5*; y la Ley i.a.

136 137
las facultades de control jerárquico concre- sino de la propia Administración activa, no
tadas sustancialmente en los actos de apro- se advendrá sino hasta que la instaura-
bación. ción dér sistema de conflictos en 1847 —pos-
Este segundo fenómeno disociatorio recae terior, por consiguiente, al establecimiento
únicamente sobre los contratos de la Admi- de la Jurisdicción administrativa— y su des-
nistración respecto de los que se predica arrollo hayan habilitado la técnica necesa-
la competencia de la Jurisdicción ordina- ria para esta disociación.
ria, al afirmarse esta competencia con la res- El punto de partida es la afirmación de la
tricción de que no comprende la fiscalización competencia sin restricción de los Tribuna-
de la validez de los actos administrativos dic- les, solución que se contiene en el R. D. Com-
tados en aplicación de aquellas normas. Pero petencia (asunto Pérez) de 24 de marzo de
a este resultado, que envuelve en nuestro 1847. En esta resolución se decide una com-
Derecho la singularidad de que la compe- petencia con ocasión de unas ventas de bienes
tencia sobre estos actos separables se pre- de propios efectuada sin haberse observado
dica no ya de la Jurisdicción administrativa, las correspondientes formalidades adminis-
trativas, lo que da lugar a dos procedimientos
Libro 9J0, título 10 y Ley 2.*; Ley 4.", Libro 7.0, título 15, distintos: uno ante la autoridad judicial,
de la Novísima Recopilación sobre arrendamientos de rentas ejercitándose una acción posesoria por un
reales portazgos, pontazgos, propios y arbitrios de las villas
y ciudades, se verifiquen por subasta; la Real Orden de 13 de poseedor anterior; otro ante el Consejo pro-
octubre de 1828 contenía iguales prevenciones. Existía también vincial, ejercitándose una acción de nulidad
•una copiosa legislación para las ventas de los aprovechamien-
tos de Montes (Vid. COS GAYÓN: Diccionario Manual de por la infracción en la venta de las for-
Derecho administrativo, Madrid, 1860, págs. 71 ss.). malidades administrativas necesarias.
La unificación del sistema para toda clase de contratos de Pues bien, a pesar de que en uno de los re-
la Administración se realiza en nuestra Patria por el Real
Decreto de 27 de febrero de 1852, directamente inspirado en sultandos de esta resolución se hace constar
la Ordenanza de 4 de diciembre de 1836 y el Decreto de que el Juez y el Consejo Provincial se pusieron
20 de noviembre del mismo año del Derecho francés. El ám-
bito de aplicación viene marcado por la circunstancia de que de acuerdo en que las cuestiones de propie-
I03 contratos se realicen "por cuenta" de la Administración. dad y posesión eran ordinarias y la de nuli-
Su finalidad parece ser la misma que la de la legislación ante-
rior : lograr una contratación justa y evitar los fraudes que dad administrativa, faltando la conformidad
la contratación directa pudiera implicar de los propios fun- sólo en cuanto a la prioridad de uno u otro
cionarios, más que la de plasmar el principio constitucional
de igualdad de los ciudadanos a ser contrastistas. procedimiento, a pesar, pues, de esta expresa

138 139
sugerencia, el Consejo Real se pronuncia por lo 3 del Real Decreto de 4 de junio de 1847
la competencia de la Jurisdicción ordinaria, había previsto únicamente para imposibili-
alegándose la no relación del contrato con tar a los Tribunales criminales el conoci-
un servicio u obra pública. miento de los actos y disposiciones adminis-
Sin embargo, pronto comenzará a nacer trativas implicados en el proceso penal: «Los
cierta preocupación en la Jurisdicción admi- Jefes Políticos, no podrán suscitar contienda
nistrativa por la retención de la competencia de competencia... en los juicios criminales,
sobre estas materias administrativas impli- a no ser que por disposición de la ley deba
cadas en los contratos en que se declara la decidirse por la autoridad administrativa
competencia judicial, <* preocupación que lle- alguna cuestión previa de la que dependa el
vará al Consejo de Estado a hacer uso de la fallo que los Tribunales ordinarios o espe-
técnica de la cuestión previa47 que el artícu- ciales hayan de pronunciar». La generaliza-
ción de esta técnica para reservar a la juris-
46 Así en el Real Decreto Competencia (asunto Elgue- dicción administrativa el conocimiento de
zábal), de 14 de enero de 1857, en un isupuesto análogo (el
Ayuntamiento de Durango pide la nulidad de un contrato de
los actos y disposiciones administrativas im-
venta de una finca de propios que la Corporación anterior había plicadas en los procesos civiles es patente
realizado con infracción de las solemnidades exigidas por las
disposiciones vigentes para este tipo de ventas), al resolverse
ya en el R. D. Competencia (asunto Marqués
el conflicto, aunque sigue 'manteniéndose la competencia judi- de Castrofuerte) de 6 de octubre de 1864, a
cial, se declara que esta competencia judicial es "sin perjuicio propósito de un contrato de transacción
de que por la vía gubernativa puedan promoverse las recla-
maciones a que haya lugar contra los Concejales y funciona- sobre unos prados pertenecientes a los pro-
rios que intervinieron en preparar y llevar a efecto la venta pios de un Ayuntamiento, transacción rea-
do que se trata".
47 Aparece la técnica de la cuestión previa en nuestro lizada sin la aprobación del Jefe Político:
Derecho en el Real Decreto de 4 de junio de 1847, sobre el
modo de resolver las competencias de jurisdicción, directa-
mente inspirado en la ordenanza france a de 1 de junio de generaliza para la materia civil, sin duda porque resultaba UTJ
1828. En amba9 la técnica de la cuestión previa está pensada expediente sencillo para resolver los casos dudosos. Actual-
como una excepción a la prohibición de plantear competencias mente, en la ley de 18 de julio de 1948 sobre conflictos única-
en los juicios criminales. Por ello es requisito para su alegación mente se permite plantear competencia por cuestión previa
que, a juicio de la Administración, la resolución en uno u otro administrativa en los juicios criminales, con lo que la preju-
sentdo, de la cuestión previa dependa el fallo que los tribunales dicialidad administrativa en el procedo civil queda virtualmente
hayan de pronunciar (vid. PARADA VÁZQUEZ : La respon- incluida en la competencia judicial. Lo mismo ocurre, en sen-
sabilidad criminal de los funcionarios públicos y sus obstáculos: tido inverso, con la prejudicialidad civil en el proceso admi-
Autorización previa, perjudicialidad administrativa y cuestiones nistrativo (artículo 4.0, Ley Reguladora de 27 de diciembre
previas, en R.A.P., núni. 31, págs. 95 y FS.). El sistema se de 1956).

140 141
«CONSIDERANDO: petencia exclusiva de ésta, ya que por una
l.°—Que la presente cuestión versa sobre parte la no relación del contrato con una obra
los efectos de la transacción y convenio ce- o servicio público impedía la del Consejo Pro-
lebrado entre el Ayuntamiento y el Marqués vincial y, de otra, la técnica de la cuestión
por otra, cuyos actos no pueden causar efec- previa implicaba la vinculación del juez or-
tos sin la aprobación superior según el citado dinario a la decisión administrativa, pudien-
articulo 81 de la Ley de Ayuntamientos.tt do ésta contener tanto un pronunciamiento
2.°—Que por lo tanto hay cuestión previa de nulidad como de validez sin posible fisca-
administrativa de la que dependa el fallo lización jurisdiccional posterior.
que hubieran de pronunciar los tribunales A esta solución, sin duda aberrante, por
de justicia. hacer a la Administración Juez y parte, con-
Vengo en decidir esta competencia a dujo de manera fatal la ausencia en nuestro
favor de la Administración, sin perjuicio de sistema procedimental contencioso-adminis-
que la Autoridad judicial conozca de la cues- trativo del tratamiento de las cuestiones ci-
tión sobre la propiedad de los prados». viles implicadas en el proceso administrativo
Interesa resaltar cómo esta reserva pro- prevista ya en el proyecto SILVELA de 1838;
voca de suyo la inversión de la decisión con- y, por la ausencia, también, de una regula-
ción adecuada para resolver jurisdiccional-
flictual, decidiéndose la competencia a favor
mente las cuestiones prejudiciales adminis-
de la Administración activa. Con ello, el con-
trativas surgidas en un proceso civil.
trato en sí mismo termina siendo de la com-
Por ello, de esta técnica de la cuestión
48 Artículo 81 de la ley de 8 de enero de 1845, según
previa, que hace tambalear peligrosamente la
el cual los Ayuntamientos deliberan sobre enajenación de bie- competencia de los Tribunales sobre los con-
nes muebles e inmuebles y ¡sus adquisiciones y transacciones tratos de gestión del patrimonio privado de la
de cualquier especie que tuviese que hacer el común; y los
acuerdor. sobre cualquiera de estos puntos han de comunicarse Administración,49 se pasará, con el Decreto-
al Gobernador, sin cuya aprobación o la del Gobierno, en su
caso, no podrán llevarse a efecto; el artículo 17 de la ley
de 25 de septiembre de 1863 disponía que los Gobernadores 49 En el R. D. (asunto Yáñez) de 12 de abril de 1865
sean siempre consultados, entre otros asuntos, sobre las auto- •se apunta ya junto al criterio del interés general "como nuevo
rizaciones que soliciten los Ayuntamientos para adquirir o criterio fundamentador de la competencia de la jurisdicción
enajenar bienes muebles o inmuebles, redimir censos, hacer administrativa" y la repudia de la competencia ordinaria tiene
transacciones de cualquiera clase y entablar y sostener litigios lugar precisamente en la imposibilidad para ésta de conocer de
en nombre del Municipio. loa actos y disposiciones de la Administración", ya "que habiendo

142 143
existencia de dos jurisdicciones queda, pues,
Ley de 26 de noviembre de 1868 que suprime como un fenómeno exterior, sin relevancia
la Jurisdicción administrativa, a afirmarse sobre la caracterización sustancial, de forma
que la atribución de competencia a la juris- tal que la jurisprudencia no duda en afirmar
dicción ordinaria de los contratos sobre la naturaleza civil de los contratos que por
servicios públicos y obras públicas llega con- aplicación de los criterios expuestos entran
sigo «la del conocimiento sobre todas las dis- en la competencia de la jurisdicción admi-
posiciones administrativas que en ellos se nistrativa. Sirvan de ejemplo a este respecto
implicasen», pretendiéndose asi evitar el pe- los pronunciamientos expresos sobre la na-
ligro de que, con la alegación sistemática de turaleza privada de los contratos contenidos
cuestiones previas por la vía del conflicto, en los Reales Decretos Sentencias, dictados
pudiera la Administración reducir conside- en los asuntos Pozo y Tapia, de 30 de diciem-
rablemente la competencia de la Jurisdicción bre de 1860 y 16 de marzo de 1868 respectiva-
ordinaria. mente :
«CONSIDERANDO: que estos contratos
6.°—LA NATURALEZA DE LOS CONTRATOS DE LA (suministros) se entienden celebrados a ries-
ADMINISTRACIÓN Y LA TEORÍA DE LA DOBLE go y ventura de cualquier caso fortuito, pen-
PERSONALIDAD. sado o impensado, que sobrevenga después
de su otorgamiento, excluyéndose también
El reparto de la competencia sobre los tal beneficio por su naturaleza mercantil.
contratos entre una y otra jurisdicción no CONSIDERANDO:... que los contratos bi-
lleva consigo la predicación de una natura- laterales a los que corresponde la comisión
leza diversa de unos y otros contratos. La mercantil no pueden modificarse por la sola
voluntad de las partes; que, en consecuencia,
recibido el contrato en todas sus condiciones el examen y apro-
bación de la= autoridades administrativas, según está preve-
al examinar el desempeño de la comisión
nido para todos los aprovechamientos forestales, no puede so- mercantil en los extremos examinados no es
meterse hoy a los tribunales de justicia a menos de someterse posible prescindir de los principios y reglas
a las autoridades de este orden la apreciación de los actos
y disposiciones generales administrativos". Se marca, pues, una consignadas en las leyes mercantiles, y en
tendencia a fundar la competencia de la Jurisdicción adminis- su defecto, en las generales, o sea en el De-
hubiera podido desconocer, si se hubiese llevado al extremo,
incluso la competencia judicial sobre los contratos de gestión del
recho civil*.
patrimonio privado.
145
144 (10)

SEMINARIO OE D- . n .
En general, también se omite la referen- aparece como propitaria se toma de la doc-
cia a la doble personalidad de la Adminis- trina anterior al establecimiento de la juris-
tración para explicar la bipartición de com- dicción, en que aparece expuesta por POSADA
HERRERA,50 y con ella se pretende reforzar
petencias. Si la jurisprudencia particional
alude expresamente a la Administración argumentalmente la competencia judicial
como persona jurídica que «actúa como un sobre los contratos de gestión del patrimo-
particular con otro particular», esta alusión nio privado en los que, normalmente, se
no se predica, en ningún caso, de la Admi- ventilan cuestiones de propiedad. La com-
nistración del Estado y concretada a los Mu- petencia de la Jurisdicción ordinaria aparece
nicipios sólo se afirma para los contratos así fundada en un doble motivo: negativa-
sobre sus bienes de propios. En los demás mente, por la no concurrencia de los crite-
que éstos celebran, aunque se declare la com- rios determinantes de la Jurisdicción admi-
petencia judicial, se omite la imputación del nistrativa; positivamente, por decidirse en
contrato al Municipio considerado como per- estos contratos cuestiones de propiedad.
sona jurídica para afirmarse, pura y simple- Pero de este uso reducido de la teoría de
mente, que esta competencia judicial viene la personalidad privada de la Administra-
dada por la no concurrencia de los criterios ción como argumento positivo de la com-
determinantes de competencia de la Juris- petencia judicial, se va a pasar, por medio
dicción administrativa. Esta doctrina de los de una generalización, que es obra de la
Municipios como personas jurídicas en cuan- doctrina posterior al establecimiento de la
to contraten sobre su patrimonio privado, se Jurisdicción administrativa y contraria a su
formula con toda claridad en el R. D., asunto mantenimiento, a predicarse que la Admi-
Albarrán, de 7 de abril de 1865: nistración actúa, siempre que contrata, in-
«CONSIDERANDO: que en los contratos cluso cuando celebra contratos sobre servi-
cios y obras públicas, como una persona ju-
relativos a los bienes de propios proceden las
rídica.S1 Este argumento se vuelve, pues,
corporaciones municipales como personas
jurídicas y no como entidades administra- 50 Vid. Supra, nota 17.
tivas». 51 La doctrina amplia de la personalidad jurídica se
inspira en el Derecho francés. CORMENIN <Op. cit., pág. 375)
La concreción de la personalidad privada dice que en los contrato* "el Estado no trata por vía de auto-
de la Administración a los supuestos en que
147
146
contra la propia competencia administrativa que se afirmaba la competencia judicial. Si
en materia contractual para negarla de ma- la naturaleza de ambos grupos de contratos
nera absoluta. Precisamente será el argu- eran idénticas, no había motivo ya para con-
mento único y rotundo que justificará la cretar la tesis de la personalidad privada a
atribución de todos los contratos de la Ad- uno solo de estos grupos.
nistración a la Jurisdicción ordinaria que Desde esta perspectiva, estrictamente
verifica el Decreto-Ley de 26 de noviembre dogmática, llévase el planteamiento del
de 1868.52 La generalización habla forzosa- problema de competencia a un nuevo te-
mente de resultar facilitada por la circuns- rreno, puramente material, substantivo,
tancia de que la Jurisdicción administrativa en el que la competencia judicial habla
no habla dejado de reconocer que la natura- forzosamente de ganar la partida a la
leza de los contratos para obras y servicios Jurisdicción administrativa, pues esta com-
públicos era idéntica a la de los contratos en petencia en materia contractual le había
sido atribuida, con independencia de la ca-
ridad y poder público, contrata como un particular con otro racterización sustancial de los contratos por
particular". Con la excepción que se hace notar en el texto
de POSADA HERRERA, la doctrina española afirmará la motivos ajenos a ésta; apoyándose en la
personalidad privada de la Administración para todo los con- idea de fuero, en el interés general al que
tratos que la Administración celebre: ARRAZOLA (Op. cit.,
pág. 93): "Si tuviéramos que atenernos a la índole de los los contratos afectaban, en el principio de di-
negocios..., las cuestiones que suscita el cumplimiento, inteli- visión de poderes entendido como principio
gencia y efectos de los contratos, en que la Administración es
una persona jurídica" : AGUIRRE DE TEJADA (Op. cit., pá- de separación de autoridades y concretado
gina 367) señala que "el Estado, en tales convenios, obra en el concepto orgánico de acto administra-
como una simple persona moral" ; ALFARO (Op. cit., pág. 89)
afirma "que en todos los contratos que la Admini-.tración cele- tivo, y en razones prácticas, todas ellas ex-
bra, ésta obra siempre como persona jurídica" : un examen de teriores e independientes del problema de la
leí polémica en torno de este problema, en GONZÁLEZ:
La materia contecioso-administrativa, Madrid, 1903, pág. 358. personalidad pública o privada con que la
52 "No cabe, en efecto, poner en duda —dice la Exposi- Administración intervenía en los contratos
ción de Motivos— que a la jurisdicción ordinaria corresponde
entre otras cuestiones las de ventas de bienes nacionales... y de la naturaleza civil de las normas por las
y las que versan sobre el cumplimiento, interpretación y efectos que, en su fondo, habían de regirse.
de los contratos relativos a servicios y obras públicas. En estas
cuestiones y otras de índole parecida, el Estado, los pueblos
y las Corporaciones son personas jurídicas a cuyas contiendas
debe aplicare la ley civil, iue°to que; se refieren a la propie-
dad y a la contratación de materias definidas en la Ley Común".

148 149
teniendo carácter ejecutivo, tiendan, en base
a relaciones contractuales, a declarar a la
Administración deudora; de otra parte, se
observa que el principio de división de po-
deres se recibe en nuestro Derecho constitu-
cional, más como un principio defensor de
la competencia, en sentido material, de los
Tribunales, que como fundamentador de la
CONCLUSIONES competencia administrativa en el concepto
puramente orgánico del acto administrativo.
1.a—El sistema legal de reparto de com- 2.a—En la jurisprudencia se rechaza la
petencias en materia contractual responde a tesis omnicomprensiva y se declara que la
la idea de fuero, y hay base suficiente para competencia administrativa sólo tiene lugar
afirmar que la atribución de la competencia cuando el contrato tiene relación con un
a la Jurisdicción administrativa fue total. servicio o una obra pública. Simultánea-
A diferencia del Derecho francés, no existe mente se exige un cierto grado de intensidad
una disparidad, en cuanto a las atribuciones en esta relación, que se plasma en la expre-
expresas, que provoque una atribución en sión «objeto directo e inmediato», con cuya
más o en menos, según que los contratos se exigencia se pretende excluir de la Jurisdic-
hayan otorgado por los entes locales o por ción administrativa los contratos complejos
el Estado. Pero si desde este punto de vista en que una de las prestaciones no tiene re-
la competencia de la Jurisdicción adminis- lación con el servicio público, además, de im-
trativa parece tener en nuestra patria un plicarse en el litigio contractual una cues-
fundamento mayor, no ocurre lo mismo si tión de propiedad. En una segunda fase esta
la cuestión se contempla desde el punto de exigencia de inmediatividad entre el contra-
vista de las relaciones a nivel constitucional to y el servicio desaparece, siendo bastante
del poder ejecutivo y el poder judicial: en que el contrato tenga relación con el servi-
el Derecho español el principio del Estado- cio, aunque esta relación sea indirecta, y, al
deudor no restringe la competencia de los mismo tiempo, se afirma la competencia de
Tribunales respecto de las acciones que, no la Jurisdicción administrativa sobre las pres-

150 151
taciones, que implicadas en un contrato com- 4.*—La jurisprudencia administrativa di
plejo, tienen relación con un servicio pú- clara la sumisión de los contratos de que
blico. conoce a. las normas jurídico-privadas y la
También, con posterioridad a 1861, mo- naturaleza civil de todos los contratos. El
mento en el que se inicia el período de en- problema de la competencia es, pues, ajeno
tendimiento amplio del criterio de la relación al de la naturaleza de los contratos. A su vez,
con el servicio público, se afirma, como cri- también, es ajena a la cuestión de la natura-
terio coexistente y formalmente diverso de leza, la referencia o imputación de determi-
la competencia administrativa, el del «inte- nados contratos a la Administración en
rés general»: por afectar a este interés de- cuanto persona jurídica. No se dice que la
terminados contratos realizados por la Ad- Administración sea persona jurídica en
ministración como gestora de su patrimonio cuanto celebra contratos de Derecho civil,
privado se excluyen de la competencia judi- sino únicamente en cuanto celebra contratos
cial y se reservan a la Jurisdicción adminis- sobre su patrimonio privado. Personalidad
trativa. privada y calidad de propietario vienen, pues,
3.*—La competencia judicial viene a que- a coincidir. Con esta referencia se pretende
dar positivamente circunscrita a los contra- reforzar la competencia judicial la cual al
tos de gestión del patrimonio privado de los no estar fundada sobre la naturaleza de los
entes públicos, con la limitación apuntada contratos, todos ellos civiles, encuentra en
de los contratos afectantes al interés gene- la propiedad su fundamento irreductible. Al
ral. A su vez, la competencia judicial ni si- ser propietaria, la Administración «es un
quiera es total en los contratos que restan particular que trata con otro particular» y
después de esta amputación: el enjuicia- de igual a igual deben contender en la Ju-
miento de los actos y disposiciones adminis- risdicción ordinaria.
trativas en ellos implicados se reservan a la 5.*—Como resumen práctico de la repar-
Administración activa por la técnica de la tición de competencias en este período pue-
cuestión previa, lo que provoca de fado, de afirmarse que la competencia de la Juris-
además de la inversión del principio de com- dicción ordinaria es tan escasa cualitativa
petencia, la reducción de la judicial a las y cuantitativamente, sobre todo para los
simples cuestiones de propiedad. contratos del Estado, que la garantía, por

152 153
otra parte muy discutible, de reservar deter-
minados contratos a esta Jurisdicción no
compensó la incertidumbre que en cuanto a
la determinación de la Jurisdicción compe-
tente se hizo recaer con ello sobre todos los
contratos de la Administración. Esta incer-
tidumbre podria haber sido evitada si la ju-
risprudencia particional hubiese afirmado
que la competencia administrativa compren-
día todos los contratos de la Administración,
formulando esta competencia como una
regla general de la que la competencia ju-
dicial vendría a ser una excepción circuns- TERCERA PARTE
crita a las simples cuestiones de propiedad.
Al fin y al cabo, a esta misma conclusión se ORIGEN, FUNDAMENTO Y MODALIDADES
llegará por el inseguro camino de afirmar la DE LA PRERROGATIVA DE ACCIÓN
competencia administrativa sobre la relación UNILATERAL
del contrato con el servicio público, el interés
general y las cuestiones previas.

154 SGMto
<¿
CAPITULO I

EL PROCEDIMIENTO DE ACCIÓN
UNILATERAL Y EL CONTRATO

La atribución de determinados contratos


a la Jurisdicción administrativa en la forma
que hemos visto, no comportaba ni comporta
de suyo, por este simple hecho, una variación
de su naturaleza ni de sus normas regulado-
ras de Derecho privado, ni que, en consecuen-
cia, se alterasen las condiciones de igualad
de las partes y que naciesen para la Adminis-
tración ciertas prerrogativas que la situasen
en una posición de superioridad sobre su co-
contratante. Y ello porque en el momento del
establecimiento de la jurisdicción conten-

157
cioso administrativa, no sólo hay una clara ción de nulidad, la rescisión y la resolución
consciencia del carácter jurídico privado de cuando procedieran, solicitando la interpre-
estos contratos y de que se trata de una tación de cláusulas oscuras o controvertidas
competencia de atribución, sino también por y por medio también de esta Jurisdicción
la inexistencia en el momento, 1845, de nor- debiera haber exigido el cumplimiento de las
mas específicas en qué apoyar esa preten- obligaciones contraídas por el contratista
dida superioridad. recalcitrante. En otros términos: a la Admi-
Estas normas, limitadas a fijar una posi- nistración, al gestionar las obras y servicios
públicos por un procedimiento de Derecho
ción de superioridad de la Administración,
privado, el procedimiento contractual, no se
aparecerán ciertamente en el Real Decreto
le ofrecía más recurso para la tutela de su
de 27 de febrero de 1852, pero sólo des- derecho que el recurso al Juez, ni más tutela
pués de que la Jurisdición administra- que la jurisdiccional administrativa. Sin em-
tiva lleva siete años de vida y cuando ya el bargo, no ocurre así, y la Administración se
Consejo Real ha sentado las bases de una aparece, desde el primer momento, haciendo
prerrogativa posicional para la Administra- uso del procedimiento de acción unilateral
ción más amplia y ambiciosa que la regulada tutelando por medio de la emisión de deci-
en este Reglamento. Sin este reconocimiento ciones con valor de cosa decididal sus pro-
jurisprudencial de unos poderes no sancio-
nados por el ordenamiento, la Administra- i La exorbitancia de este modo de proceder, típico del
ción, aunque el contrato celebrado corres- actuar administrativo, es ciertamente doble: creación unilateral
pondiera a la Jurisdicción Contencioso-Ad- de un derecho en virtud de la correspondiente declaración ad-
ministrativa, y ejecución de oficio del derecho por ella decla-
ministrativa, debiera haberse comportado rado valiéndose de los propios medios de ejecución forzada
sin impetrar el auxilio judicial. Puede afirmarse que en la
como un simple particular, respetando no actualidad constituye una forma de actuar irrenunciable para
sólo las obligaciones legítimamente contraí- la Administración, que no puede hacer dejación de este privi-
legio pidiendo a los Tribunales administrativos que reconozcan
das, sino también ejercitando ante el Juez sus pretensiones y que las lleven a ejecución frente a los par-
del contrato, es decir, ante esta Jurisdicción, ticulares; por el contrario, en el sistema procesal contencioso-
administrativo se parte de la premisa contraria, salvo la excep-
las pretensiones que, con base al mismo, cre- ción que supone nuestro recurso de lesividad. Sin embargo,
yere detentar. Ante la Jurisdicción Adminis- en el Derecho francés se han admitido excepciones a la irre-
nunciabilidad de este privilegio de la Administración, sobre
trativa debiera haber pretendido la declara- todo en materia de contratos; la Administración, en lugar de

158 159 ^

\>
Esta posición de ventaja, que supone
pias pretensiones. Por medio de esta prerro- un anticipo.de los poderes del Juez, te-
gativa se sitúa en una posición de superiori- niendo su misma extensión y reducién-
dad, que si bien, en principio, no tenia por dole a mero órgano corrector y revisor de
qué afectar al fondo de la regulación del las resoluciones ya adoptadas por la Ad-
contrato y los derechos y obligaciones de él ministración se extenderá a todos los con-
nacidos no sufren alteración, provoca, por tratos de los que se predique la competencia
de pronto, una situación de desigualdad de de la Jurisdicción administrativa, determi-
Índole procedimental que lleva aparejada nando su entrada o salida en ella, el naci-
para su cocontratante la incómoda posición miento o cese de este privilegio. Así, el órgano
de eterno recurrente de las decisiones uni- jurisdiccional hará dejación provisional de
lateralmente emitidas por la Administra- los poderes que el ordenamiento define como
ción, desplazando sobre él sistemáticamente propios de la Jurisdicción en una de las
la carga de recurrir. partes, la Administración, sufriendo, después,
ejercitar por sí misma una pretensión contra el contratista,
la jurisprudencia y la doctrina el espejismo
recurre al Juez del contrato. Con ello obtiene, a través de la de verlos como contenido y sustancia propia
sentencia, una decisión con valor de res iudicata superior en del contrato administrativo o contrato pú-
vdor al de cosa decidida en virtud de simple declaración uni-
lateral administrativa sin concurso judicial alguno, por cuanto, blico, convirtiéndose lo adjetivo en sustan-
esta última, sólo opera como una barrera procesal en la qu?. tivo, el privilegio posicional en norma de
puede abrirse una brecha mediante una excepción de ilegalidad.
Respecto de la ejecución de oficio, exorbitancia identifi- fondo, olvidándose la especificidad y singu-
cada por HAURIOU con la anterior, al estudiar ambas bajo laridad, que el derecho privado reconoce a
el concepto, evidentemente amplio, de decisión ejecutoria, se
reconduce, fuera de los casos de actos creadores de derechos, cada figura contractual, para predicarse, de
en que su uso sería paradójico, y fuera también de los su- todos los que tienen entrada en la Jurisdic-
puestos en que ejecución y efectos producido por el acto, se
confunden (por ejemplo, apercibimiento de un funcionario) a ción contencioso-administrativa, unas ca-
dos posibilidades distintas, según que la adopción de la medida racterísticas homogéneas e igualitarias en
dependa únicamente de la Administración o requiebra el con-
sentimiento del destinatario, proponiendo RIVERO el término las que se pretenderá fundamentar una na-
ejecución de oficio para el primer supuesto, y ejecución forzada turaleza diversa, y que no son otra cosa esas
para el segundo. (Una síntesis de la doctrina de los autores
citados, así como la de VEDEL y EISEM'AN y de la juris- peculiaridades —repetimos una vez más—
prudencia francesa, puedee vense en ROUSSET, L'idee de que el uso anticipado, provisional y en pre-
Puissance Publique en Droit Administratif, Dalloz, París, 1960,
págs. 71 y ss.).
161
160 di)
cario de los propios poderes del juez del con- 1.°—LA POSICIÓN DE IGUALDAD DE LAS PARTES EN
trato. EL PROCEDIMIENTO CONTENCIOSO-ADMINIS-
¿Cuál es el origen de esta prerrogativa? TRATIVÓ DE LOS CONSEJOS PROVINCIALES Y
¿Con qué apoyo en el ordenamiento contaba DEL CONSEJO REAL.
su formulación por el Consejo Real? A nues-
En el procedimiento contencioso-admi-
tro parecer esta solución, la más cómoda sin nistrativo que regulan los Reales Decretos de
duda para la Administración y, también, para 1 de octubre de 1845 y 30 de diciembre de
la Jurisdicción, no sólo no era la única po- 1946 para los Consejos Provinciales y para
sible, sino que la legislación de 1845, lo que el Consejo Real, respectivamente, no había
contenia era una solución radicalmente con- base alguna para fundamentar la técnica de
traria: el planeamiento de una situación de acción unilateral. Es más, al preveerse en uno
rigurosa igualdad sustancial y procedimen- y otro reglamento la posibilidad de recursos
tal de la Administración y del contratista. entablados a instancia de la Administración,
Frente a estas dos soluciones extremas, el implícitamente se negaba el uso de la pre-
Real Decreto de 27 de febrero de 1852 ofre- rrogativa con esta habilitación de una vía
cerá una solución intermedia de las ante- jurisdiccional similar a la de los particulares.
riores: la Administración podrá actuar uni- «En los negocios que se entablen a instan-
lateralmente, anticipándose provisionalmen- cia de la Administración, se incoará el pro-
te al Juez del contrato solamente en los casos cedimiento administrativo con un escrito o
de incumplimiento del contratista a sus memoria documentada, que el Jefe Político
obligaciones. Llegados a este punto conviene mandará pasar al Consejo». (Art. 21 del Re-
analizar más detenidamente estas tres solu- glamento de los Consejos Provinciales).
ciones, ya que si bien, la primera de ellas ha «En los negocios que se entablen a ins-
desenvuelto todas sus posibilidades con la tancia de la Administración, se incoará el
teoría del contrato administrativo y la afir- procedimiento con una Memoria, que pre-
mación de su naturaleza a través del criterio sentará el Fiscal, a virtud de órdenes e ins-
de la cláusula exorbitante, las otras dos, aun- trucciones del respectivo Ministro de la Co-
que vencidas, se hallan latentes todavía en rona». (Art. 50 del Reglamento del Consejo
nuestro ordenamiento. Real).

162 163
Esta configuración del proceso adminis- el Reglamento del Consejo Real en el que la
trativo como contienda entre partes, en si- competencia sobre la materia contractual,
tuación de igualdad, se manifiesta, también, sobre los contratos, no es una competencia
en la regulación de la preferencia en los in- entre otras de la «lista» —como ocurre en la
formes, que se actúa con abstracción de la enumeración de competencias de los Con-
calidad de las partes: «En la vista informará sejos Provinciales a tenor del artículo 8 de
una vez al actor y otra al demandado» (ar- la Ley de 2 de abril de 1845— sino que es la
tículo 99 del Reglamento del Consejo Real). única materia de competencia jurisdiccional
El sistema de igualdad posicional se ha de que se impone efectivamente al conocimien-
continuar en el artículo 93 de la Ley para to del Consejo, ya que la restante competen-
el Gobierno y Administración de las Provin- cia en primera instancia enunciada genéri-
cias, de 25 de septiembre de 1863, en el que camente y por simple oposición a la materia
el término «demanda» se emplea con refe- contractual («De las demandas contenciosas
rencia a los escritos que presenten, ya la a que den lugar las resoluciones de los Mi-
Administración, ya los particulares, des- nistros de S. M.»), sólo es efectiva competen-
apareciendo la diferencia terminológica cia del Consejo, cuando el Gobierno acuerde
«memoria-demanda» que se observa en los previamente someter al conocimiento del
primitivos reglamentos. Consejo las reclamaciones de las partes. Esta
Con ello, el recurso al órgano jurisdiccio- diferencia de trato sólo es explicable por el
nal quedaba sancionado, y si para alguna respeto a una materia sobre la que el legisla-
materia este recurso era la vía procedente, dor tiene clara consciencia de su carácter
para ninguna otra podría haberse predicado civil, y por ende, la Administración debía
con más fundamento que para la materia —como certeramente señala GARCÍA DE EN-
contractual, que entra en la compténcia de TERRÍA— «tomar la iniciativa de accionar
la Jurisdicción contencioso - administrativa siempre que le incumba esta carga según el
como materia puramente civil y diferenciada derecho material civil rigurosamente aplica-
de las restantes materias que la integran. °- ble». Pero, esto, que no ocurre y que queda
Esta diferenciación se marca claramente en reducido a una simple posibilidad no actuada
en los litigios a que dan lugar los contratos
2 Vid. Supra, parte 2 . \ cap. IV, 6.°
celebrados por la Administración del Estado

164 165
(y cuya competencia corresponde al Consejo 2.°—LA PRERROGATIVA PACTADA Y LIMITADA A LOS
Real), se verifica, sin embargo, ante los Con- SUPUESTOS DE INCUMPLIMIENTO EN EL REAL
sejos Provinciales, donde se sustancian pro- DECRETO^ DE 27 DE FEBRERO DE 1852. LA
cedimientos en los que la iniciativa de la CONCEPCIÓN ESTRICTA DE LA TEORÍA DEL
acción correspondió efectivamente a los mu- MlNISTRO-JUEZ.
nicipios de tal forma que para éstos puede
afirmarse que el recurso al órgano jurisdic- Frente al sistema de igualdad posicional
cional constituyó en la época la regla general para la Administración y el contratista con-
de actuación. 3 tenido en las primeras regulaciones de nues-
tro procedimiento contencioso-administra-
3 De la manifiesta preferencia de los Municipios por la tivo, el Real Decreto de 27 de febrero de 1852,
Jurisdicción ordinaria, preferencia que de ninguna manera
parece compartir la Administración del Estado, hemos hablado rubricado por BRAVO MURILLO, y antecedente
ya, al tratar de la repartición de competencia (Vid. Supra, más remoto del actual Capitulo V de la Ley
parte 2*, cap. V). En esta jurisdicción, cuando la iniciativa
de accionar partía de los Municipios, la carga de accionar se de Administración y Contabilidad de la Ha-
imponía evidentemente. Con frecuencia los Municipios tam- cienda Pública, pone en vigor un sistema
bién toman la iniciativa de accionar ante los Consejos Pro-
vinciales. Así en los Reales Decretos Sentencias (asunto Aldea) intermedio, en virtud del cual, la prerroga-
de 18 de diciembre de 1850; (asunto Equino) de 7 de octubre tiva de acción unilateral de la Administra-
de 1857, y (asunto Martínez) de 12 de marzo de 1851. Por
otra parte hay que tener en cuenta que en los contratos de ción, queda limitada a los supuestos de in-
loa Municipios, la intensa centralización, que lleva consigo cumplimiento del contratista, y condiciona-
amplios poderes de tutela, hace que, al ejercitarse éstos sobre
I09 contratos, los jefes políticos y, eventualmente, el Gobierno da, en todo caso, a su incorporación en los
hagan uso de la prerrogativa de acción unilateral resolviendo, pliegos de condiciones por medio de una clá-
generalmente por motivos de legalidad (falta de formalidades
en la elección del contratista, necesidad de aprobación de los sula expresa. Esta técnica, que es una téc-
órganos tutores, etc.) los contratos celebrados. Esta circuns- nica de importación, responde al modelo
tancia, unida a la entrada en juego, aunque tardíamente, del
Real Decreto de 27 de febrero de 185a, aplicable a los Muni- francés y se inspira indubitadamente en el
cipios, así como la traslación a éstos del w-o dé la prerroga- pensamiento de CORMENIN, formulador de la
tiva ya reconocida para la Administración central, determinará
¡a extensión de esta exorbitancia a los entes locales. Todavía doctrina del Ministro-Juez, que recogerá y
en el R. D. Sentencia (asunto Recaséns) de 30 de enero de generalizará el Consejo de Estado, originán-
1861 se recoge el dato de que el Ayuntamiento de Igualada
habría preguntado al Gobernador de si procedía la vía de dose así una doble concepción: una estricta,
apremio para el cobro de un crédito resultante de un contrato con las limitaciones apuntadas y base en el
do suministro de gas, contestando afirmativamente el Consejo
de Estado, en base al citado R. D. de 1852. ordenamiento; y otra amplia, pura creación

166 167
jurisprudencial que ha de triunfar y hacer por las que éste habría de juzgar el contrato
caer en un olvido injustificado a la primera. habrían de ser normas civiles y su comporta-
miento ante ellas similar al juez ordinario,
a) La prerrogativa pactada y la teoría ¿a qué atribuirle esta competencia? La razón
del Ministro-Juez en el Derecho francés. de ésta hay que verla en la especial posición
que a la Administración se atribuye durante
Las ideas de CORMENIN sobre los contratos la ejecución del contrato, concediéndole po-
de la Administración, ya las hemos expues- deres cuasi-judiciales que la convierten en
to, 4 pero conviene recordarlas brevemente: una especie de órgano judicial de primera
los contratos celebrados por la Administra- instancia. De aquí la expresión Ministro-Juez,
ción son contratos civiles y las normas de que descubre esta técnica con la que se trata
Derecho privado garantizan la posición de de armonizar la salvaguarda de los intereses
igualdad de las partes, salvaguardada en privados de los contratistas, cuya garantía
último extremo, por la existencia de un Tri- está en las normas de derecho privado y en
bunal independiente, en este caso, el Con- la independencia absoluta del Consejo de
sejo de Estado, que juzgaría «no como juez Estado, con el interés público que se apun-
de equidad, como arbitro encargado de ter- tala con el otorgamiento a la Administración
minar esta suerte de negocios por las vías de un poder de obligar provisionalmente al
de una amigable composición, sino como un contratista al cumplimiento de las obliga-
Tribunal, como un juez ligado por las estre- ciones asumidas, a fin de evitar trastornos en
chas estipulaciones de las partes, a las que el funcionamiento de los servicios públicos.
él se liga religiosamente, sean favorables o Pero, el respeto a la naturaleza civil de
contrarias a los intereses del gobierno». los contratos, lleva a CORMENIN a huir del
Sin duda, que el desenvolvimiento de las reconocimiento indiscriminado de estos po-
anteriores premisas hubiera hecho inoperan- deres: a su limitación a los supuestos de in-
te la atribución de la competencia a la Juris- cumplimiento del contratista agrega una
dicción contencioso-administrativa, al Con- nueva cortapisa cual es la necesidad de su
sejo de Estado. Efectivamente, si las normas aceptación por éste, de su inclusión por
pacto expreso en el contrato. Solución evi-
4 Vid. Supra, parte i. a , cap. VIII. dentemente casuística, de fino compromiso,

168 169
que da prueba de la calidad de gran jurista mente el equilibrio entre los sujetos al reco-
que es CORMENIN, y, que fiel a su oficio, huye nocer a la Administración, sin paliativo al-
de soluciones radicales y planas, haciendo guno, la cualidad de juez y parte.
gala de una justa capacidad discernidora.
El reconocimiento en CORMENIN de la b) La recepción de la doctrina del Mi-
paternidad de la doctrina del Ministro-Juez, nistro-Juez en el Real Decreto de 27 de /e-
aparece claramente en obras de la época, 5 orero de 1852.
pero, también, aparece claramente que la
generalización de esta doctrina mediante Constituye el Real Decreto de 27 de fe-
la supresión de las limitaciones apuntadas, brero de 1852 la primera regulación sistemá-
y con apoyos legales muy confusos, se veri- tica del procedimiento administrativo para
fica por el Consejo de Estado, antes de la elección del contratista en los contratos
doblar el medio siglo, con lo que, sin la celebrados por la Administración del Estado.
menor sospecha, se pone la primera pie- Fiel trasunto de la Ordenanza francesa de
dra para la construcción, ya en este siglo,6 4 de diciembre de 1836, a la par que es-
de la teoría del contrato administrativo tablece el principio general de la necesi-
en el Derecho francés, como contrato sus- dad de elección del contratista mediante
tancialmente distinto de los contratos civi- subasta, y las excepciones a este sistema, se
les a los que sustituye y suplanta mediante regula el contenido formal y sustancial de
un cuadro genérico de cláusulas exorbitantes los pliegos.8 Es al regular este punto, en
aplicables a todos ellos,7 cláusulas que no donde el mencionado decreto, firmado por
son otra cosa que el precipitado de un largo BRAVO MURILLO, incluye la técnica de la pre-
proceso de deformación, todo lo acertada que rrogativa de acción unilateral, recogiendo la
se quiera, pero deformación a la postre, de doctrina del Ministro-Juez, en su versión
las normas civiles que pierden su milenaria estricta, según la formulación de CORMENIN
utilidad cuando se rompe tan descarada-
8 "Les cahiers de charges détermineront la nature et
5 FOUCART: Elémenls de Droit Public et Administratif, l'importance des garanties que les foumisseurs ou entrepeneurs
París, 1843, pág. 274, nota 1. auroi á produire, soit pout étre admis aux adjudications, soit
6 LAUBADERE, OP. cit., I, pág. 31. pout repondré a l'execution de leurs engagements; ils détermi-
7 LAUBADERE, Op. cit.; PEQUIGNOT: Theorie Ge- neront aussi l'action que l'administration exercera sur ees ga-
nérale du Contrat Administratif, París, 1945. ranties, en cas de d*inexecucion de ees engagements".

170 171
Sl
*<N4ft,0oe
que implica un uso limitado a los supuestos
nistración no se reservase en los pliegos el
de incumplimiento y su condicionamiento a
la inclusión en los pliegos de condiciones. ejercicio d e j a prerrogativa.
«En los pliegos de condiciones deberán Lo cierto es, sin embargo, que la Admi-
preverse los casos de falta de cumplimiento nistración no se conformará con estos po-
por parte de los contratistas, determinando deres limitados que implica la doctrina del
la acción que haya de ejercer la Administra- Ministro-Juez en su versión originaria y la
ción sobre las garantías y demás medios por Jurisdicción administrativa permitirá esta
los que se hubiese de compeler a aquéllos a rebeldía, quizás inconsciente, contra la limi-
que cumplan sus obligaciones y a que resar- tación, a pesar de que este sistema no se de-
zan los perjuicios irrogados por dicha causa... rogará y de que, todavía, en norma de rango
Cuando ocurriesen tales casos las disposicio- superior, proclama inútilmente su vigencia
nes gubernativas de la Administración serán el artículo 62 de la Ley de Administración
ejecutivas». (Art. 9). y Contabilidad del Estado, según la nueva
En concordancia con este precepto, el redacción dada a su Capítulo V por la Ley
artículo 12 de esta misma disposición reser- de 20 de diciembre de 1952.9
va a la Jurisdicción Contencioso-adminis-
trativa «cuantas cuestiones puedan suscitar- 3.°—JEL RECONOCIMIENTO JURISPRUDENCIAL DE LA
se sobre su cumplimiento inteligencia, res- PRERROGATIVA DE ACCIÓN UNILATERAL PARA
cisión y efectos», prueba irrefutable de que LA ADMINISTRACIÓN DEL ESTADO. LA CON-
la Administración sólo quedaba investida de
carácter judicial en los supuestos antes
mencionados, y que, en todo caso, las preten- 9 "En las condiciones de todos los contratos deberán
preverse los casos de falta de cumplimiento por parte de los
siones de rescisión y nulidad quedaban re- contratistas, detertninando la acción que haya de ejercitar la
servadas a la Jurisdicción sin que sobre ellas Administración sobre las garantías y demás medios por los
pudiera pronunciarse la Administración, ni que se hubiere de compeler a aquellos a que cumplan sus
obligaciones.
siquiera con carácter provisional, y lo mismo En tales casos, las disposiciones de la Administración serán
había de acontecer en las contestaciones a ejecutivas, y, consiguientemente, las certificaciones de los acuer-
que diere lugar el cumplimiento de las obli- dos que ésta adopte servirán, en dichas circunstancias, para ini-
ciar, cuando sea necesario, los procedimientos administrativos de
gaciones del contratista cuando la Admi- apremio a que hubiera lugar".

172 173
CEPCIÓN AMPLIA DE LA DOCTRINA DEL MINIS- acaecido por los Juzgados privativos, que el
TRO- J U E Z . estrictamente revisor.
La Jurisdicción Administrativa no hará
10
COLMEIRO será el primero en hacerse eco otra cosa que reconocer a posteriori el
de la doctrina del Ministro-Juez, al afirmar hecho consumado, cuidándose muy bien
que «los ministros son jueces de excepción» de no recordar a la Administración activa
en materia de contratos. La proclamación de la existencia y procedencia del recurso
este carácter, que realiza sin limitaciones y jurisdiccional. En cierto modo esa retor-
condicionamientos, no es más que la expli- sión del sistema procedimental se ve favo-
cación con terminología francesa de la rea- recida por la exigencia del «acto previo»
lidad jurisprudencial española, pues, el Con- administrativo, como requisito sine qua non
sejo Real, desde sus primeras consultas no de los recursos entablados por los contratis-
duda en reconocer a la Administración cen- tas, exigencia que, sin duda, podía deducirse
tral estos poderes judiciales, de tal forma correctamente de la mecánica del procedi-
que si el recurso al órgano jurisdiccional es miento, " pero que no podía predicarse con
una vía actuada por los Municipios, perma-
nece letra muerte para aquélla que, desde- 11 Así se deducía, en efecto, del artículo 8 de la Ley
ñando esa posibilidad recurre, desde el pri- de 2 de abril de 1845, al determinar que los Consejos Provin-
ciales por ella creados, conocerían de las cuestiones enumeradas
mer momento, a la técnica de acción unila- (entre ellas los contratos) cuando pasasen a ser contenciosas.
teral. De aquí la presunción de una fase gubernativa previa y de la
exigencia del acto previo. A su vez, en el Reglamento del Con-
Continúa con ello la Administración sejo Real aquella presunción se constituye fundamentalmente
del Estado su vieja tradición de poder auto- sobre el párrafo 2.0 del artículo i.° en el que hay una directa
alusión al procedimiento de acción unilateral: "de las demandas
ritario, tradición que no concurre en los contenciosas a que den lugar las resoluciones de los Ministros
Municipios, poder cargado todavía de su de S. M., materia que se opone a la contractual definida en el
párrafo i.° Pero el Consejo, haciendo caso omiso de e ta dis-
ideología absolutista y al que por su natura- tinción —materia contractual, materia no contractual— apli-
leza repugna, aun en una materia de Dere- cará a los contratos la exigencia de que existan resoluciones
previas antes de las reclamaciones contenciosas. Sirva de ejem-
cho privado, el recurso al Juez, no soportan- plo el R. D. Sentencia (asunto Burgundofero) de 13 de agosto
do más control, como anteriormente había de 1851 : "Visto el párrafo 2.0 del artículo 1 del Reglamento
del Consejo Real. Cons. que sin proceder dicha resolución
gubernativa no es llegado el caso de que pueda tener efecto lo
io Derecho administrativo Español, Madrid, 1858, I, pá- dispuesto en el párrafo 2.0 del artículo 1 mencionado".
gina 251.

174 175
carácter general para todos los supuestos, tanto ha de impetrarse del correspondiente
comprendiendo, incluso, los casos en que la órgano jurisdiccional». Esta argumentación,
carga de accionar correspondiese a la propia perfectamente correcta, a nuestro parecer,
Administración, ya que esta extensión pro- es rotundamente rechazada por el Consejo
vocaría, como de hecho ocurrió, vaciar de Real, generalizando el procedimiento de ac-
todo posible contenido el recurso jurisdiccio- ción unilateral para toda clase de supuestos
nal de la Administración. y fundándolo en la mecánica del sistema
Pues bien, simultáneamente a la pro- procedimental contencioso-administrativo.
clamación de la doctrina del «acto previ©» «Considerando que el único fundamento
(que de por sí implica ya un reconoci- de la demanda de Carlos Eire, consiste en
miento de la prerrogativa de acción unila- suponer que mi Gobierno no está facultado
teral en cuanto este acto previo, aun no para rescindir por sí y ante si el contrato
siendo espontáneo sino provocado, es pro- celebrado directamente por el demandado,
ductor, por vía unilateral, de un efecto jurí- puesto que la rescisión de los contratos es
dico con autoridad de «cosa decidida» hasta por su naturaleza esencial y exclusivamente
el momento de su revocación jurisdiccio- contenciosa, cuya doctrina es ilegal e in-
nal), el Consejo Real tiene ocasión de pro- competente, porque con arreglo al indicado
nunciarse en el R. D. Sentencia (asunto párrafo primero, artículo primero del Regla-
Eire), de 15 de noviembre de 1849, sobre si mento el Consejo Real, en concepto de Tri-
esta doctrina del «acto previo» es aplicable bunal, puede conocer únicamente en primera
incluso a aquellos supuestos en que de modo instancia de las demandas, así como según
evidente la carga de recurrir correspondería el citado artículo octavo de la Ley de 2 de
a la propia Administración. El recurso que abril de 1945, los Consejos Provinciales, en
da origen a esta resolución, negaba, en efec- igual concepto, sólo pueden conocer de los
to, que la Administración pudiera declarar asuntos contenciosos, todo lo cual supone la
la nulidad de un contrato y la Real Orden facultad que reside en la Administración ac-
en que esta declaración se formula se im- activa para decidir previamente los mismos
pugna porque, «con independencia de la asuntos por vía gubernativa».
cuestión de fondo, la declaración de nulidad Pero la incómoda posición de eterno re-
es materia esencialmente contenciosa, y por currente, en que al contratista de la Admi-

176 177
(12)
nistración coloca el reconocimiento a ésta el Derecho privado, siendo sustituidos por un
de la prerrogativa de acción unilateral, va a plazo único, generalmente mezquino, el plazo
resultarle todavía más onerosa cuando a la que el ordenamiento vigente conceda para
carga de recurrir, en todo caso, se añada el recurrir contra las resoluciones en vía gu-
señalamiento de un plazo preclusiva de seis bernativa y en vía contenciosa. De no ejerci-
meses para la interposición del recurso, que tar dentro de estos plazos su acción el con-
tratista, la Administración podrá paralizarla
se toma del Real Decreto de 21 de mayo de
mediante la excepción de acto consentido,
1853 sobre impugnación de las resoluciones
naciendo así una auténtica exorbitancia no
emanadas del Ministerio de Hacienda, re-
puesta todavía, que sepamos, de manifiesto
forzándose con la posibilidad de la adquisi- por la doctrina, y cuya vinculación a la me-
ción del carácter de «firmeza» el valor vincu- cánica del proceso contencioso-administra-
lante de la prerrogativa de acción uni- tivo es evidente.
lateral. 12
De esta forma se provoca que, una vez Por otra parte, la recepción de la doctrina
fijada por la Administración una determina- del Ministro-Juez en la Jurisprudencia lleva
da relación jurídica con base en un contrato a reconocer a la Administración la posibili-
dejen de operar en favor del contratista los dad de ejercitar sus propias decisiones, fuera
generosos plazos de prescripción que para el incluso de la inclusión en los pliegos de la
ejercicio de los derechos de crédito reconoce cláusula habilitante, con una amplitud en
los medios de coerción, que, como veremos
i a Por vez primera en el R. D. Sentencia (asunto Inda) más detenidamente, al tratar del poder de
de 9 de enero de 1864: "Visto mi Real Decreto de 21 de sanción, ni siquiera en manos de un órgano
mayo, que señala el término de seis meses para recurrir por
la vía contenciosa contra las resolución - del Ministerio de judicial serían admisibles. A este respecto,
Hacienda. Visto mi Real Decreto de 20 de junio de 1852, que el R. D. Sentencia (asunto Muñiz) de 20 de
declara obligatorias para todos los Ministerios las disposiciones
contenidas en el anterior para la Hacienda. Considerando que, octubre de 1859, es terminante prescribiendo,
sin embargo de ella, el contratista no reclamó en tiempo estas «que no puede negarse al Gobierno, como
Reales Ordenes por la vía contenciosa, eiendo ya, en conse-
cuencia, irrevocables". tal, el derecho de apremiar con multa o
En cuanto al origen del concepto de firmeza frente al par- cualquier otro medio coercitivo a un contra-
ticular en la vía administrativa, como consecuencia del señala- tista para que lleve a efecto un servicio con-
miento de un plazo para el recurso de alzada. Vid. GARCÍA
DE ENTERRIA: La Configuración del recurso de lesividad, tratado, aunque sobre los términos del con-
cit., pág. 127.

178 179
trato se ofrezcan dudas, porque de lo con-
trario podrían seguirse a la causa pública,
perjuicios irreparables». Ante este supremo
argumento del servicio público, queda el con-
tratista desamparado por el órgano judicial,
que se encierra en una cómoda posición es-
trictamente revisora, y totalmente abando-
nado en manos de la Administración que CAPITULO II
resuelve y ejecuta sus pretensiones sin to-
marse siquiera la molestia, como CORMENIN
propugnaba para evitar equívocos y tardías LAS MODALIDADES DEL PROCEDIMIENTO
lamentaciones, de conseguir su previa DE ACCIÓN UNILATERAL Y SU DISTINTA
anuencia en el momento de la celebración RELEVANCIA
del contrato. 13
Si en el Derecho francés y como corolario
de la doctrina del Ministro-Juez, se afirma
que la Administración conoce en primer
grado de «toutes les contestations ou deman-
des relatives á la resHiation, a l'execution ou
á Vintepretation des marches de fournitures
ou de services quelconques»14 también la
doctrina española señala entre los poderes
de la Administración, y como características
de los contratos para obras y servicios pú-
blicos los poderes judiciales de cumplimien-
13 CORMENIN, Op. cit., pág. 579: "Es suficiente (en
garantía de los intereses del Estado) que el Ministro estipule to, inteligencia, rescisión y efectos.15
en sus contratos que hasta la rescisión o ha^ta la ejecución
consumada él sólo será juez provisional tanto en los caeos 14 FOUCART: Op. cit., II, pág. 273.
de simple ejecución como en los contenciosos. El contratista, 15 A pe;ar de ello, la similitud entre uno y otro Dere-
que habría aceptado esta cláusula, no podría lamentarse, y el cho no es completa. En el Derecho francés, el contrato de
interés del Estado estaría plenamente garantizado en todas las obra es de la competencia del Consejo de Prefectura con ape-
circunstancias". lación ante el Consejo de Estado, y esta doble instancia juris-

180 181
Interesa, sin embargo, precisar hasta qué tendencia de la Administración a convertir
punto esa sustitución de la Administración lo formal en sustantivo, la técnica procedi-
en la posición del órgano jurisdiccional in- mental en privilegio de fondo. Esta tenden-
cide sobre la relación jurídica contractual cia es patente en las modalidades de la res-
provocando alteraciones distintas de la me- cisión y modificación: se manifiesta una as-
ramente posicional. Se puede ser Juez y piración a generalizar sustantivamente estos
parte de forma neutral, pero cabe también poderes que operaría más allá de los supues-
prevalerse de esa superioridad, en principio tos, muy numerosos, en que por propia pre-
simplemente posicional, para alterar la re- visión de las partes o por mandato legal
gulación de fondo. Más concretamente, afir- serán posibles en los contratos entre particu-
mar que la Administración puede decretar lares. La Jurisdicción administrativa, ¿tiene
la nulidad, declarar la rescisión, interpretar consciencia y permite realmente estos exce-
el contrato, modificarle e incluso sancionar sos? Este es el punto fundamental de nues-
al contratista, no es afirmar un plus, una tra búsqueda, sin olvidar tampoco el poner
exorbitancia sustancial, que implique alte- de manifiesto cuál sea efectivamente la ex-
ración de la normativa jurídico - privada. orbitancia en el caso de admitirse la gene-
Simplemente se está enunciando una prerro- ralización. Quizás haya sorpresas: unas
gativa de índole procedimental. El privilegio veces se afirmará con la exorbitancia una
y la exorbitancia sustancial existirán si la posibilidad ya contenida en el Derecho pri-
Administración ejercita esos poderes en su- vado, fenómeno de reduplicación; en otras,
puestos distintos y más allá de lo que en el la aplicación del principio general puede en-
contrato en cuestión sería posible para un gendrar situaciones de desventaja para la
particular. Administración. Toda generalización no sólo
Es muy difícil, sin embargo, ser juez puede resultar falsa, sino también peligrosa,
y parte sin forzar la balanza del lado y es que no resulta fácil la tarea de mejorar,
del propio interés, y por ello existirá una incluso con toda la picardía del que persigue
una ventaja, el Derecho contractual, tan fér-
diccional impide lo que no ocurre en nuestro Derecho, que til en soluciones, tan adaptable a la defensa
respecto de este contrato pueda predicarse la doctrina men- de todo tipo de intereses, tan preñado de
cionada.

182 183
justicia, precisamente por su vejez y ca- trato a aquella relación jurídica en cuyo
suismo.16 seno son incondicionalmente admitidos. De
Ahora bien, de las varias prerrogativas aquí que Convenga analizar separadamente
que se atribuyen a la Administración hay al- unos y otros supuestos.
gunas que por su propia naturaleza com-
portan poderes externos, ad extra, que no
sólo no implican alteración de lo acordado
por las partes, o alteración de la regulación
legal de los principios generales de la con-
tratación, en general o de cada contrato en
particular, sino que por el contrario, se apa-
recen como poderes que están al servicio di-
recto de esa normativa pactada o contenida
en el ordenamiento. Por el contrario, hay
otros que, al predicarse con carácter general
para todos los contratos de la Administra-
ción, y así ocurre como decíamos con la res-
cisión y la modificación, indican no sólo una
posición de privilegio posicional, sino lo que
es más peligroso para la institución contrac-
tual, unos privilegios de fondo, sustantivos,
de tal intensidad que impiden seguir deno-
minando seriamente con el término de con-

16 En este uentido, resulta paradójico lo acaecido con


el principio del "riesgo y ventura" con el que se pretendió
afirmar una posición privilegiada de la Administración con
respecto a la propia del dominus operis en el contrato civil.
GARCÍA DE ENTERRIA ha demostrado que con ello se llegó
cabalmente a lo contrario. (Vid. Riesgo y ventura y fuersa
mayot en la contratación administrativa, en "Revista de Ad-
ministración Pública1', núm. 2, pág?. 83 y ss.

184 185
CAPITULO III

LAS MODALIDADES DE LA PRERROGA-


TIVA DE ACCIÓN UNILATERAL SIN
PRETENSIONES SUSTANCIALES

Según el concepto expuesto, pueden en-


cuadrarse bajo este epígrafe los llamados
poderes de rescisión por motivos de legalidad
o de lesión en el otorgamiento, el poder de
interpretación y el de sanción o vigilancia.
No todos ellos, sin embargo, que hoy se pre-
dican como exorbitancias propias del con-
trato administrativo17 se reconocen explíci-
tamente por la Doctrina de la época.18 La
omisión del poder sanción y del poder de
control y vigilancia sobre el contratista,
aunque sobre el reconocimiento de ambos se
pronunciará el Consejo de Estado, es una
prueba más de la virtualidad de la doctrina
17 PEQUIGNOT: Op. át., págs. 306 y ss.
18 COLMEIRO: Op. cit., II, pág. 251.

187
del Ministro-Juez, ya que ni uno ni otro se anulatorio tiene una mayor trascendencia
contienen en la enumeración de las facul- en los contratos de la Administración que
tades de los Consejos Provinciales o del en los celebrados entre particulares, por la
Consejo Real,19 y, por ende, tampoco se afir- existencia de un bloque de normas puramen-
marán de la Administración activa. Pero si te administrativas reguladoras del procedi-
no se reconocen con nombre propio sí pueden miento de selección de los contratistas. Tam-
considerarse incluidos en el poder de velar poco puede verse exorbitancia sustancial en
por el cumplimiento y efectos del contrato. el poder de interpretar el contrato, pues
Lo interesante es resaltar que todos ellos cualquier interpretación que se realice trata
apuntan directamente a garantizar la sin- de inquirir la común intención de las partes,
gular vida de cada contrato sin introducir o clarificar el sentido de las normas sub-
alteración alguna en el juego de las recípro- sidiariamente aplicables, y en una y otro
cas prestaciones que entre las partes son caso sirve con estricta neutralidad al con-
debidas, que operan consiguientemente desde trato en que se ejercita, ya que si esa neu-
fuera del contrato, que son poderes ad extra, tralidad se abandonara como norte de la
un simple anticipo de los poderes del órga- interpretación, dejaría de ser tal por dege-
no jurisdiccional y cuya fiscalización por neración de su esencia última. Igualmente
éste ha de ir primordialmente dirigida a al servicio de la inmodificabilidad del con-
impedir que a través de su ejercicio se altere trato, de la inmodificabilidad que pudiera
no sólo el puro equilibrio económico en las provenir de los intentos incumplidores o
prestaciones sino la propia especificidad de defraudadores del contratista, están los po-
éstas: así el poder anulatorio garantizará, deres de sanción y de inspección y vigilancia,
lo que es previo a toda otra cuestión, que cuyo ejercicio, en ningún caso, puede ser otra
en el contrato concurren sin vicio alguno cosa que garantía de lo estrictamente pac-
invalidante todos sus elementos. Este poder tado y debido.

19 El artículo 1 del Reglamento del Consejo Real de 1.°—LA R E S C I S I Ó N POR MOTIVOS DE LEGALIDAD
3 ode diciembre de 1846 alude sólo "al cumplimiento, inteli- O ANULACIÓN.
gencia, rescisión y efectos", y la misma enumeración se con-
tiene en el párrafo 3. 0 del artículo 8 de la Ley de 2 de abril
de 1845 sobre Organización y atribuciones de los Consejos
Provinciales.
El término rescisión es de los más equívo-

188 189
eos y es empleado por la jurisprudencia ad- sea desfecho». También en el Código de Na-
ministrativa para designar conceptos hoy poleón se regulan conjuntamente la nulidad
plenamente diferenciados. Con él se cubren y la rescisión por lesión en el otorgamiento. 21
la nulidad absoluta, la anulabilidad, la res- De todas formas aquí nos interesa única-
cisión por lesión en el otorgamiento, la res- mente la rescisión por vicios o por inexis-
cisión unilateral prevista en el contrato tencia de alguno de los elementos del con-
como facultad de las partes, la revocación trato, es decir, la nulidad absoluta y la anu-
legal, etc. Quizás este uso indiscriminado labilidad, ya que la rescisión por lesión en
encuentre explicación parcial en la circuns- el otorgamiento del contrato, a pesar de la
tancia de que en el Derecho español anterior vigencia de la Ley 10, Tít. XIX, de la Par-
al Código civil no se empleaba el término tida 6.a, en la que se podía fundar el pri-
rescisión en sentido técnico y distinto del de vilegio de la mencr edad para la Administra-
nulidad. El lenguaje de las Leyes de Partida ción, que llevaría aparejada la integrum res-
era equivoco y confuso, y como dice GUTIÉ- titutio, no tiene acogida en la Jurisdicción
20
RREZ hacen «esta palabra sinónima de nu- administrativa. 22
lidad como se infiere de las leyes 56 y 57, tí-
21 Libro tercero, Título III, Cap. V, Sección VII "De
tulo V, Part. V, que al enumerar las causas l'Actio en nullité ou en rescisión des conventions".
por las que no vale una venta, tan pronto 22 "Como las Eglesias, e los Reyes, e los Concejos, pue-
dicen, que no valga el contrato, como el que den demandar restitución, por aquellas mismas razones que los
menores", así reza el epígrafe de la Partida citada en el texto,
y comienza así: "Porque los bienes de las Eglesias de los
20 Códigos o Estudios Fundamentales sobre Derecho civil, Reyes e de los Concejos, se pierden, o se menoscaban por
1871, IV, pág. 179. Entre las obligaciones susceptibles de res- culpa de los que las han de procurar o por engaño de los otros
cisión, enumera: las que versen sobre cosas de menores, igle- E por ende fue establecido antiguamente que tales bienes ayan
sias y corporaciones por daños sufridos en un contrato: las aquel privilegio e aquella mejoría que han las cosas de los
contraídas por fuerza, miedo o dolo incidente en el contrato; menores de veinte e cinco años", GARCÍA DE ENTERRIA
(La Configuración del Recurso de Lesividad, cit. pág. 119,
las procedentes de enajenaciones hechas en fraude de los acree-
neta 2) señala que el beneficio de la restitutio in integrum a fa-
dores ; las que se hicieren maliciosamente a personas muy po-
vor de la Hacienda parece que tuvo efectividad en la jurisdicción
derosas ; las que provienen del contrato de compra-venta por
civil a pesar de que en apoyo de esta vigencia puedan citarse
haber ocultado el vendedor maliciosamente los vicios de la cosa
sólo pruebas muy débiles. El 'mismo autor señala que este
vendida; las obligaciones en que ha habido en más de la mitad principio no tuvo vigencia en la Jurisdicción contencioso-
del justo precio lesión, y sin llegar a esta cuantía se probase administrativa y que expresamente fue negada su aplicación
que había mala fe o engaño, y por último, los que provienen cuando la Administración lo solicitó.
de contratos en que acompaña pacto resolutorio, como sucede
en la compraventa con el de Lez comisoria, el de la adición Por nuestra parte diremos que en el estudio de la juris-
in diem y el de retroventa. prudencia hasta 1873 en materia de contratos no hemos en-

190 191
Pues bien, ciñéndonos de momento a la sus propios contratos, sino, también, sobre
nulidad, diremos que la jurisprudencia sien- los que los entes locales otorgan, constitu-
ta el principio de la facultad anulatoria como yendo, pues, en parte, una manifestación de
facultad o poder que reside en la Adminis- los poderes de tutela. 24
tración activa en todos aquellos supuestos Los motivos alegados por la Administra-
en que la competencia de fondo sobre el con- ción para declarar la invalidez van, desde la
trato corresponde a la Jurisdicción adminis- alegación de inobservancia de las normas de
trativa, siendo precisamente formulada la control previas o de las que rigen la elección
prerrogativa de acción unilateral a propó- del contratista, hasta la constatación de
sito de la facultad anulatoria 23 en el R. D. vicios en el consentimiento. Respecto de las
Sentencia (asunto Eire) de 15 de octubre de primeras, en unas ocasiones, se declara la in-
1859. Es más, parece que la extensión de la validez por no haberse observado las normas
competencia de la jurisdicción administra- precisas para la selección del contratista,
tiva sobre algunos contratos de gestión del concretamente la subasta considerada como
patrimonio privado de la Administración está requisito esencial, y en otros, se afirma la
motivada precisamente por la conveniencia concreción de esta exigencia a los contratos
de no entregar a los Tribunales ordinarios, que tienen por objeto obras y servicios pú-
reservándosela la Administración, esta fa- blicos. *
cultad anulatoria. A través de ella se pre- 24 Esta tendencia se manifiesta tardíamente. Véase al
tende, también, lograr un control más eficaz respecto la contradicción entre dos Reales Decretos Sentencias
sobre los actos y contratos de los Municipios, de abril de 1865, dictados con sólo cinco días de intervalo;
en el R. D. Sentencia (asunto Albarrán) de 7 de abril, a pro-
por lo que esta facultad parece reservarse a pósito de un contrato de venta de pinos por un Ayuntamiento
la Administración del Estado y no sólo sobre en el que no se habían observado las formalidades previas, se
niega a la Administración esta facultad anulatoria "porque no
puede estimarse legítimo el acto administrativo que declara
contrado sentencias en que se aplique. Únicamente le hemos sobre la validez de semejantes contratos"; en un supuesto
idéntico, el Real Decreto Sentencia {asunto Yáñez) de 12 de
visto alegado en el R. D. Sentencia (asunto Villalvilla) de
abril afirmará la doctrina contraria: "habiendo recibido este
22 de abril de 1858. Conviene hacer notar que no es alegado
contrato y todas sus condiciones el examen y aprobación de las
por la Administración, eino por un particular recurrente que
autoridades administrativas no puede someterse hoy a los Tri-
pretendía le fuera adjudicado a él el arrendamiento de una
bunales de justicia, a menos de someter y entregar a las
plaza de toros aduciendo que en el contrato anteriormente sus- Autoridades de este orden la apreciación de los actos y dispo-
crito había lesión para la Administración, argumento que no siciones generales administrativas".
recoge el Consejo de Estado.
23 Vid. Supra, Cap. I, 3. 0 25 En los Reales Decretos Sentencias de 13 de octubre

192 193
(18)
resuelve la Administración, primero, por la
2.°—INTERPRETACIÓN . vía gubernativa y luego, en caso de agravio,
por la vía contenciosa».
Este poder de la Administración se afir- Consecuencia directa del acto previo,
ma ya por COLMEIRO, 26 como una manifesta- este poder no va más allá del recono-
ción de esa sustitución de la administración cimiento de ejecutividad a las decisiones
en la posición del órgano jurisdiccional: administrativas emitidas con este fin. La
«todas las dudas que sobrevengan con mo- prerrogativa no pasa al menos en esta
tivo del cumplimiento, inteligencia rescisión época de aquí puesto que las normas de
y efectos de los contratos de esta clase los fondo aplicables a la función interpretativa
y que la Jurisdicción Contencioso-Adminis-
de 1857 y 15 de enero de 1861 se declara la rescisión por no trativa declara como válidas para los con-
haberse celebrado los contratos mediante subasta considerada
como requisito esencial. En el R. D. Sentencia (asunto Villal-
tratos de la Administración, no difieren de
villa) de 22 de abril de 1858 se afirma, por el contrario, que las que se predican en la interpretación de
la subasta sólo es requisito esencial en los contratos que no los contratos entre particulares: búsqueda
tienen por finalidad obras y servicios públicos. Esta afirmación
no deja de ser paradójica: si el contrato en cuestión no cum- de la intención común, indagación de esa
plía esta finalidad (arrendamiento de la plaza de toros de Ma- intención común por actos posteriores de
drid) debía de haberse declarado la incompetencia de la Ju-
risdicción administrativa. los otorgantes: imputación de consecuencias
En el R. D. Sentencia (asunto Eire) de 15 de octubre desfavorables al consignante de términos
de 1859 se declara la rescisión por error en el objeto: venta
de un bien propiedad de la Corona como "bien nacional".
oscuros, incluso cuando el causante de la
En la actualidad se sigue reconociendo eíte poder anula- oscuridad es la propia Administración, etc.
torio en nuestro Derecho: GONZÁLEZ PÉREZ (Derecho pro- Hay además un expreso reconocimiento de
cesal administrativo, Madrid, 1957, II, págs. 51 y ss.); en
contra, GARRIDO (Tratado dé Derecho Administrativo, II la vigencia de las reglas de interpretación a
págs. 110 y ss.) estima que la declaración de nulidad ha de la sazón vigentes para los contratos civiles
actuarse a través de la lesividad. En el Derecho francés esta
declaración ha de pedirse al juez del contrato (Vid. por todos contenidas en la Ley 2.a, tít. 33, Partida 7.27
LAUBADERE, Op. cit., I, pág. 251); sin embargo, la ley
de 30 de julio de 1947 ha reconocido esta facultad anulatoria
a las colectividades locales para los contratos celebrados con 27 Sirva de ejemplo el R. D. Sentencia (asunto Man-
posterioridad al 16 de junio de 1940 y antes de la terminación zanedo) de 15 de noviembre de 1861 cuya argumentación se
de la guerra, lo que ha provocado, como dice LAM ARQUE repite en otras resoluciones: "Considerando que ante la insu-
(Op. cit., pág. 165), que en estos supuestos la Administración ficiencia de los datos que suministran las restantes cláusulas
haya usado de esta prerrogativa tanto en los contratos admi- del contrato para fijar, ein género de duda, las obligaciones
nistrativos como en los contratos civiles. recíprocas, es forzoso recurrir a la interpretación legal del
26 Op. cit., II, págs. 81 y ss.

194
SEMINARIO DE D'
^MINISTRA
3. 0L —SANCIÓN. Sentencia (asunto Muñiz) de 20 de octubre
de 1869, se consagra la solución afirmativa,
El Real Decreto de 27 de febrero de 1852 sin que en ningún momento de este período
había diseñado un sistema coactivo consti- sea desmentida, si bien, tampoco confirmada
tuido fundamentalmente sobre la multa en los amplios términos que de esta resolu-
como sanción básica, admitiendo al propio ción se desprenden: a un suministrador de
tiempo la posibilidad de otros medios de la Administración militar se le impone la
coacción. Pero la posibilidad del uso de este multa de 200 reales diarios por retraso en
sistema está condicionada al pacto previo el suministro, sin estar la multa ni su cuan-
de la multa y los otros medios coercitivos en tía previstas en el contrato, y frente a la
los correspondientes pliegos de condiciones.28 tesis del recurrente, de que no puede ser con-
La Administración y la Jurisdicción ad- denado más que a la indemnización de daños
ministrativa se habían de encontrar muy po- y perjuicios, este R. D. Sentencia, afirma
siblemente en la encrucijada de determinar «que no puede negarse al Gobierno el dere-
si las facultades de coerción de la Adminis- cho de apremiar con multa o cualquier otro
tración activa ante el incumplimiento del medio coercitivo a un contratista para llevar
contratista podrían ser actuadas o no fuera a efecto un servicio contratado, aunque sobre
de su previsión en el contrato. En el R. D., los términos del contrato se ofrezcan dudas,
porque de lo contrario se podrían seguir a
contrato en los términos y bajo las reglas establecidas en la
Ley 2. a , tít. 33, Partida 7.a, que trata de las contiendas que
la causa pública perjuicios irreparables».29
acaecen en los casos dudosos en los pleitos, e las posturas qt* Indudablemente, se contiene en esta re-
los corresponden entre sí". Esta regla de que los principios
de interpretación de los contratos administrativos deben ser
solución30 la afirmación de una posibilidad
lo- mismos que los que rigen la interpretación de los con-
tratos civiles se admite todavía si bien con algunos tempera- 29 Señala LAUBADERE (Op. cit., II, pág. 137) que
mentos. Vid. LAUBADERE (OP. cit., II, págs. 12 y ss.); el principio de la existencia del poder sancionatorio fuera del
ZWAHLEN (Op. cit., pág. 631); PEQUIGNOT (Op. cit., ccr.trato, afirmando por el Arret Deplanque, 1908 no es abso-
págs. 267 y ss). Para ZWAHLEN es incluso excesiva la afirma- luto, sino que constituye más bien un principio directivo para
ción de PEQUIGNOT de que "el contrato administrativo no se el Juez, pues se presume que la sanción prevista es la conve-
aparece como la combinación de dos voluntades iguales, sino niente, aunque la impuesta realmente pueda ser más o menos
como la manifestación de una voluntad preponderante a la que severa.
otra se adhiere".
30 La afirmación de este poder sancionatorio fuera de
28 Artículos 9 y siguientes del Real Decreto de 27 de su previsión en el contrato no se repite en todo el período
febrero de 1852. c-ue hemos examinado (1845-1868).

196 197
en beneficio de la Administración, la de una ad factum. Por el contrario, para la Admi-
cláusula penal indeterminada, que en nin- nistración este principio no tendría virtua-
gún caso, ni siquiera por pacto expreso, lidad y podría exigir el cumplimiento forzoso
podría operar en los contratos entre par- en forma específica en todo caso y con una
ticulares. Si la especialidad teórica de las variedad de medios coercitivos directos su-
sanciones en el contrato administrativo ra- perior al que detenta el Juez civil.M
dica únicamente en la actuación de estas Ahora bien. ¿Este poder encuentra su fun-
sanciones por vía unilateral, sin posibilida- damento en el contrato, o, por el contrario, es
des de alterar lo que al respecto ha sido pre- ajeno y exterior a éste? Creemos que esta es
visto en el contrato, 31 se formula aquí con la única explicación posible.& De otra suerte,
carácter general un poder de la Administra- reconocer semejante poder como nacido del
ción que desborda incluso la prerrogativa de propio contrato, ad intra, comportaría la
acción unilateral, entendida como técnica ruina del mínimo de equilibrio que la bila-
I de sustitución de la Administración en la teralidad contractual supone.34 En otras pa-
! posición y poderes del Juez. Este plus, esta
exorbitancia respecto de los propios poderes 32 En este sentido señala FLAM'ME (Les Marches de
I de un organismo judicial vendría dada por l'administration, Bruselas, 1955, pág. 512) que "si en el De-
recho privado la sanción esencial de la inejecución de las
la limitación con que los poderes del Juez en obligaciones consiste en la ejecución por equivalencia, en los
I el cumplimiento forzoso en forma específica contratos administrativos importa poco al público la cantidad
más o menos elevada que supongan los daños y perjuicios,
de las obligaciones son otorgados, por apli- y por ello este incumplimiento por equivalencia juega una im-
I cación de la regla nemo praecise cogí potest portancia menor en los contratos administrativos"; un punto
d> vista coincidente en ZWAHLEN (Op. cit, pág. 637).
[i 3 1 A este respecto, señala LAMARQUE (Op. cit., pá- 33 FLAMME (Op. cit., pág. 512) señala que "incluso
E gina 150) que "substancialmente las sanciones de Derecho en el silencia del contrato, la Administración goza de toda
|; Administrativo pueden ser pronunciadas por el Juez civil en una gama de sanciones, cuyo fundamento reside en su poder
I cualquiera de sus variedades. Lo que distingue unos y otros de coerción general e inalienable, propio de su carácter de
I contratos es la posibilidad de su implantación por vía uni- Puissattce Publique y de su misión de salvaguarda del interés
| lateral". general". En contra, ZWAHLEN afirma que "este poder no
I' Ahora bien, incluso este privilegio no es tan exorbitante puede ejercerse sino dentro del cuadro de las estipulaciones de
\ como se cree: La Administración puede hacer uso de su pri- la convención. Admitirlo fuera del contrato sería privar al
1 vilegio de prealable por medio del procedimiento de etat-exé- administrado del mínimo de seguridad jurídica necesario para
l cutoire en los contratos de Derecho privado, si bien la fuerza que pueda hablarse de contrato".
I ejecutoria de éste es inferior a la del arret du debet, que 34 La objeción no escapa a ZWAHLEN (Op. cit., pági-
I opera en los contratos administrativos. na 640): "A primera vista este sistema original de sanciones...

198 199
labras, más que de un poder de sanción se que sectores doctrinales eleven voces disi-
trata de la manifestación más extrema del dentes poniendo de manifiesto que un cier-
procedimiento de acción unilateral: la eje- to contrbr y vigilancia sobre las prestaciones
cución, y, evidentemente, una ejecución que que son debidas, se da también en los con-
supera en posibilidades coercitivas a la pro- tratos entre particulares. 36 Si alguna espe-
pia ejecución judicial. La exorbitancia es cialidad puede verse en él, creemos que no
pues, exclusivamente posicional, exterior al está tanto en la inexistencia de este poder
contrato: los derechos y obligaciones que en los contratos entre particulares cuanto
éste confiere quedan incólumes, pero el acto en la posibilidad de su ejercicio en los con-
administrativo sustituye provisionalmente a tratos administrativos con una mayor inten-
la sentencia y una ejecución administrativa, sidad, no siendo este plus, esta ventaja, otra
realmente exorbitante, sustituye, también, cosa que la posibilidad de su ejercicio directo
provisionalmente a la ejecución judicial sin necesidad de impetrar auxilio alguno del
órgano jurisdiccional.
4.°—EL PODER DE INSPECCIÓN Y VIGILANCIA.
36 GARRIDO FALLA (Op. cit., II, págs. 90-91) cita,
en apoyo de la existencia del poder de inspección y control, el
No se afirma en la doctrina española de artículo 11 del Pliego de Condiciones Generales de 13 de marzo
la época un poder de vigilancia y control de de 1903, "las obras se construirán con estricta sujeción al
proyecto que haya servido de base a la contrata, a las modi-
la Administración sobre el cumplimiento de ficaciones que la Administración apruebe para él y a las
las prestaciones. 35 La razón, como hemos órdenes e instrucciones que, por sí o por medio de sus sub-
alternos, diera al contratista el ingeniero encargado de la ins-
apuntado, radica en que tampoco este poder pección y vigilancia". Opinamos en contra que una condición
de vigilancia y control se predica del órgano o cláusula semejante es posible en un contrato entre particu-
lares. La única diferencia de hecho vendría dada por la nece-
jurisdiccional. sidad para el particular de recurrir al órgano jurisdiccional si
En la actualidad se habla de este poder el obligado a sufrir el control se negara a ello sin la posibilidad
de evitar el recurso al Juez e imponerlo directamente a través
como una de las características exorbi- de la técnica de acción unlateral. Recientemente, LAMARQUE
tantes del contrato administrativo no sin (Op. cit., pág. 149) hace notar respecto de la general afirma-
ción de que este poder constituye una exorbitancia de los con-
tratos administrativos "que los poderes de control y vigilancia
rompe hasta tal punto la igual de las partes que parece sustraer de hecho no sobrepasan a menudo los poderes contractuales
a! contrato administrativo francés el carácter de un contrato de Derecho privado". Con relación al Derecho suizo, ZWAH-
digno de este nombre. LEN (Op. cit., pág. 635) señala que la jurisprudencia suiza
35 COLMEIRO (Op. cit., págs. 81 y &.). únicamente tiende a admitirlo en la concesión.

200 201
En la primera jurisprudencia únicamente
hemos encontrado su afirmación en el Real
Decreto Sentencia (asunto Muñiz) de 12 de
octubre de 1859 en el que se afirma «que la
Administración puede ejercer la vigilancia
sobre el contratista incluso con personas
distintas de las prefijadas en el contrato,
pues no puede quitarse al Gobierno la fa- CAPITULO IV
cultad de aumentar otras personas a las se-
ñaladas para mayor garantía de los intereses
públicos, pues con ello no se lastimaban los LAS MODALIDADES DE LA PRERROGA-
derechos del contratista». TIVA DE ACCIÓN UNILATERAL CON
PRETENSIONES SUSTANCIALES

Entre las exorbitancias que se predican del


contrato administrativo las hay que tienden
a introducir alteraciones sustanciales, alte-
raciones de fondo, en el régimen de las pres-
taciones. Evidentemente esto ha de ocurrir
con la rescisión y la modificación si se pro-
clama su existencia indiscriminadamente
para todos los contratos por simples circuns-
tancias de interés público apreciables por la
Administración.37 Estos poderes sustantivos

37 GARRIDO FALLA (Op. cit., II, págs. 91 y 105)


admite ambos poderes y trata de fundar la generalidad de
la admisión del poder modificatorio en el artículo 60 de la
Ley de Administración y Contabilidad, que establece la nece-
sidad de la consulta previa al Consejo de Estado para la
modificación de aquellos contratos en que hubiese informado
con anterioridad ese alto organismo. La afirmación nos parece

202 203
/
Ambas posibilidades, la rescisión y la mo-
serán además reforzados por su ejercicio a dificación, no son admitidas ni siquiera de
través del procedimiento de acción unilate- lege ferenda por la primera doctrina france-
ral. La admisión o no admisión en todo caso sa. Repugna su admisión con la naturaleza
es lo que puede otorgar a la teoría general civil del contrato, naturaleza que parece
del contrato administrativo una real pecu- también respetar escrupulosamente el Con-
liaridad, peculiaridad, por otra parte, peli- sejo de Estado fallando las controversias
grosa en orden a la utilidad del manteni- contractuales con arreglo a las estrictas es-
miento del concepto de contrato ya que a la tipulaciones de las partes, y huyendo de la
esencia de éste repugna evidentemente que inspiración que una equitas indeterminada
su misma existencia y la identidad de las y contraria a la voluntad de las partes pu-
prestaciones se dejen de manera tan radical diera suministrarle. 39 Se percibe, no obstan-
al arbitrio de una de las partes. M te, un cierto intento de generalizar a todos
ios contratos la rescisión o resolución uni-
exagerada, pues se trata de una norma de procedimiento per- lateral, en base, precisamente, al artículo
fectamente explicable para las hipótesis de modificaciones que
se efectúan por estar ya de antemano previstas por las partes 1.794 del Código civil napoleónico que la
en el contrato o a supuestos de modificaciones consentidas por admite para el contrato de obra por la sola
ambas partes después de otorgado el contrato. Si el Consejo
de Estado ha informado en la celebración de estos contratos, voluntad del dominus operis,*0 intento que
debe volver a informar cuándo se modifican en estos supuestos.
Negamos también que en el Capítulo V de la referida Ley se
contengan normas sustantivas que afecten al fondo de la re- 39 CORMENIN (OP. cit., pág. 375) dice "que el Consejo
gulación de los contratos administrativos. Precisamente esta de Estado no se considera como Juez de equidad, como un
normativa, en cuanto establece primo rdialmente el procedimien- arbitro encargado de terminar esta suerte de negocios por las
to de elección del contratista y las garantías de la Adminis- vías de una amigable composición, sino como un tribunal, como
tración, se aplica a todo los contratos que ésta celebra y, por un juez ligado por las estrechas estipulaciones de las partes, a
ende, a los que la doctrina partidaria de la bipartición consi- las que él se liga religiosamente, sea favorable o contraria a
dera como contratos civiles. El artículo 6o, que cita GARRIDO los intereses del Gobierno".
FALLA, es aplicable a todos los contratos que la Administra- 40 FOUCART (Op. cit., II, pág. 270) afirma que "l'ad-
ción celebra y, por consiguiente, no puede, a través de un ministration peut resilier le marché par sa seule volonté (C. civ.
proceso de generalización, afirmarse sobre él el poder modifi- arl. 1794), et par conséquent mns qu'on puisse se pourvoir
catorio únicamente para el contrato administrativo: o se de- pat la vote contentieuse contre la resiliation. Quant aux conse-
clara también aplicable a los llamados contratos civiles de la quences que peut avoir cette resiliation, el faut distinguer si
Administración o para ninguno de los que ésta celebre. elle a été prevue dans le tfontrat, ou si ella ne Va pont été;
dans le premier cas, le contrat sera la lai des parties; dans
38 Artículo 1256: "La validez y el cumplimiento de los le second, el semblerait que Vori dut appliquer les regles du
contratos no puede dejarse al arbitrio de uno de los contra- droit comnuun, et si le fowrniseur ná pas donné lien á la
tantes".

204 205
no se percibe con el poder modificatorio que de qué manera su ejercicio, en los supuestos
también es posible en el contrato de obra en que sería admisible por el Derecho pri-
como en otros, pero siempre que los límites vado, es reconducible pura y simplemente
de esa modificación hayan sido inicialmente a su actuación por la técnica de acción uni-
previstos. lateral.
En el Derecho español, el problema se
presenta de manera similar y por ello para 1.°—RESCISIÓN.
afirmar o negar su existencia trataremos
de inquirir si estos poderes se dan con Con este término se encubren otras fa-
independencia de los supuestos en que son cultades y situaciones de la Administración
posibles dentro del Derecho privado y de qué en el contrato distintas de la rescisión por
forma lo extralimitan, y si esto no ocurre, motivos de legalidad o facultad anulatoria. 41
Lo mismo que ocurre en el Derecho francés
resiliation par Vinexecution des conditions, qu'on devrait lui con el término resiliation,*2 acaece en el
payer une indemnité non-^eulement pour les dépenses quíil aura
faites, mais encoré pour les bénefices qu'il aura manqué de
nuestro con la rescisión: se emplea con muy
taire. (C. civ. 1794). Cependant le Conseil d'Etat riadmet pas diverso significado, resultando un cómodo
qu'il puisse, dans cette hypothese, reclamer una indemnité par
la voie contentieuse. (arr. 18 aout 1823), et Vari. 3 du regle-
arbitrio para el encuadramiento de potesta-
mente du 25 aoui 1833 sur les travaux publies decide positi- des contractuales y situaciones muy dispa-
vement que, dans se cas, V adjudicataire ná pos droit a'une res. Incluso los efectos que pueden producirse
indemnité pour les bénefices qu'il aurait manqué de faire".
Tengamos en cuenta que el párrafo trascrito se incluye en el
Cap. XV, titulado Des marches de fournitures contractas par
l'Etat, y bajo el epígrafe siguiente: Resilitation des marches 41 COLMEIRO {Op. cit., pág. 82) señala que "procede
par le fait de l'administration. Por predicar esta resiliationJ una rescisión de parte del Gobierno, mediante indemnización,
fundada en el contrato de obra civil y en la legislación de cuando el contrato resulte oneroso a los intereses públicos";
obras públicas, de los demás contratos de la Administración, DELGADO y ARRIAGA (Contratos Administrativos, pág. 217)
hablamos en el texto de intento de generalización, pues no afirmarán posteriormente que debe reconocerse esta facultad a
la Administración, precisando, sin embargo, que la jurispruden-
puede dejar de causar sorpresa que se trate la resiliation en
cia unas veces lo admite y otras no.
este lugar y se omita en el capítulo siguiente, que trata del
contrato de obra pública. 42 G. J E Z E : "Revue de Droit Public", 1935, págs. 486
El artículo 1794 citado, con redacción muy similar al y ss.; LAURADERE (Traite Theorique et Practique des Con-
artículo 1594 de nuestro Código Civil, establece que: "Le mai- trats Administratifs., París, 1956, t. III, págs. 143 y ss). dis-
tre peut resilier par sa volunté, le\ marché a forfatit qué'que tingue la convencional, de pleno derecho jurisdiccional, y la
Vozrage soit deja commencé, en dedomnageant fentrepenur administrativa, por falta del contratista o sin falta de éste, en
este caso una modalidad del poder modificatorio que incide sobre
de tuotes ses dépenses, de tous ses travaux, et de tout ce
la duración del contrato.
qu'il aurait pu gagner dans cette entreprise".

206 207
son muy divergentes; mientras que en la ción según lo estipulado. En este último su-
rescisión por motivos de legalidad los efec- puesto ninguna especialidad, con respecto a
tos se producen ex tune, en los demás su- los contratos civiles, podría predicarse de los
puestos no se da este efecto retroactivo, pro- celebrados por la Administración.
duciéndose simplemente la extinción de la
relación contractual para el futuro. Precisar, a) Rescisión por incumplimiento del
sin embargo, cuál sea la especialidad de la contratista.
rescisión o resolución de los contratos de la
Administración obliga a un examen minu- En los contratos entre particulares puede
cioso de las distintas situaciones y supuestos incluirse una cláusula que prevea la resci-
en que esta rescisión se produce, y constatar sión del contrato para determinados supues-
si los efectos deducidos por el uso de este tos de incumplimiento, aunque éste no llegue
arbitrio serian posibles para cualquier par- a ser total. Pero también fuera de pacto es
ticular que se encontrara dentro de un con- posible esta rescisión en los contratos bila-
trato en la misma postura que la Adminis- terales por la entrada en juego de la exceptio
tración. Si esta posibilidad concurriera nos non adimpleti contratus de las obligaciones
seria licito afirmar que no existe en el su- reciprocas. tó El interés de la parte que ha
puesto analizado ninguna especialidad. cumplido su prestación se ve no sólo am-
Ahora bien, como los efectos del acuerdo parado con esta potestad resolutoria o res-
unilateral de rescisión adoptados por la Ad- cisoria, sino que, además, puede pedir la in-
ministración son fundamentalmente la ex- demnización de daños y perjuicios. Idéntica
tinción de los efectos del contrato para el posibilidad debe corresponder a la Adminis-
futuro y la indemnización de daños y per- tración cuando es parte en un contrato. Sin
juicios hemos de analizar todas aquilas hipó-
tesis, incluidas las del incumplimiento, en 43 Art. 1.124 del Código civil. Sobre este precepto puede
consultarse la doctrina civil al uso: GASTAN Derecho civil
que ambos efectos concurren, conjunta o se- español Común y Foral, 7* ed. t. III, pág. 60; PUIG BRU-
paradamente, pasando por alto, sin embargo, TAU, Fundamentos de Derecho civil, t. I, vol. II, págs. 153
y ss. recientemente GARRIDO (Tratado de Derecho Adminis-
el supuesto de rescisión y resolución conven- trativo, t. II, pág. 106) se pronuncia por la aplicación a los
cional que tiene lugar por simple acuerdo de contrato^ administrativos del artículo 1.124 del Código civil
y por cierto con una gran amplitud al señalar que esta reso-
las partes y lleve o no consigo indemniza- lución procede por falta del contratista sin más precisiones.

208 209
(14)
embargo, no deja de sorprender que la juris- Con la afirmación, pues, de que la Ad-
prudencia administrativa, lejos de fundar el ministración puede rescindir sus contratos
efecto rescisorio en la propia naturaleza de por incumplimiento del contratista no se
las obligaciones recíprocas, pretenda apo- afirma ninguna especialidad de los contra-
yarlo en una razón ajena a la naturaleza tos de la Administración. En este caso ni
del contrato, el perjuicio para el servicio siquiera puede predicarse que exista una pre-
público. He aquí expuesto este fundamento rrogativa o exorbitancia posicional: si la
en el R. D. Sentencia (asunto Ferrán) de Administración puede declarar esta rescisión
25 de enero de 1867. o resolución de forma unilateral, también
«Considerando que, cuando de servicios esta declaración, sin necesidad del recurso
públicos se trata el abandono tan prolongado al Juez, puede ser actuada en un contrato
del cumplimiento de todas las obligaciones entre particulares. **
autoriza la rescisión de los contratos, porque
no es justo ni racional sujetar a la Admi- b) Rescisión administrativa y revocación
nistración en ninguna clase de sus esferas o denuncia en los contratos civiles.
a las dilaciones y perjudiciales consecuencias Frante al principio general de que «la
de exigir por otros medios la prestación del
44 PUIG BRUTAU (Op. cit., pág. 162) cita en apoyo de
servicio contratado». esta facultad que consurre en los contratos entre particulares,
La pobreza de la argumentación conte- las sentencias de 24 de octubre de 1941, 28 de enero de 1942
y 20 de febrero de 1950. Más recientemente la sentencia de
nida en este considerando es evidente. No 16 de noviembre de 1956 precisa que la facultad que concede el
sólo presupone, indundadamente, que el inte- artículo 1.124 del Código civil "puede ejercitarse, ya en la
vía judicial, ya fuera de ella, por declaración del acreedor".
rés de un particular en igual circunstancia Por consiguiente es inexacta la afirmación de GARRIDO (Op.
no podría obtener el mismo remedio resci- cit., pág 107) de que "estamos ante un supuesto de extinción
común a las obligaciones civiles y administrativas; pero que
sorio, sino que, también, parece presumir que se potencia en estas últimas, habida cuenta de las facultades
la Administración lo detenta como algo ex- de que la Administración dispone de decretar por sí la reso-
lución. Por consecuencia de ellas, la figura del contratista se
cepcional, ya que se parte de la premisa de desplaza visiblemente hacia el terreno de las relaciones1 especia-
que la Administración no tendría otra alter- les del poder". La afirmación, sin embargo, es válida para
el Derecho francés (en este sentido LAUBADERE (Op. cit.,
nativa, ante el incumplimiento del contra- pag. 148). Problema distinto es el de la posibilidad de que
tista, que la de exigir por otros medios la en un contrato de la Administración, y siendo ésta incumplidora,
el contratista pueda resolver el contrate.
prestación del servicio contratado.

210 211
validez y el cumplimiento de los contratos La hipótesis no es excepcional, concurrien-
no puede dejarse al arbitrio de uno de los do en todos los contratos que engendran re-
contratantes», 45 la Ley civil prevé la posibi- laciones dé obligación duraderas, es decir,
lidad de que los contratos válidamente ce- aquellos contratos en que la prestación total
lebrados y que no acarrean consecuencias depende del tiempo durante el cual deban
injustas, que pudieran dar lugar al remedio hacerse periódicamente las prestaciones par-
rescisorios de la lesión," cesen en sus efectos ciales. 47 La razón de ser de esta denuncia
vinculantes respecto de los efectos que en viene dada porque estas relaciones exigen
todo o en parte se encuentren pendientes una confianza recíproca y una especial ob-
de producción, bastando para ello un acto servancia de la diligencia en el cumplimien-
unilateral de uno de los contratantes. to, amén, claro está, de poner remedio a la
indeterminación temporal con que estos con-
45 Artículo 1.256 del Código civil. tratos han sido celebrados.
46 Señala GARCÍA DE ENTERRIA (La configuración del
recurso de lesividad, R. A. P., núm. 15, pág. 119), que, "La El Código civil prevé la posibilidad de esta
Hacienda venía tradicionalmente disfrutando como un singular denuncia unilateral en el arrendamiento de
fñvilegium fisci, del beneficio de la menor edad, que traía
aparejada la in integrum restitutio, que es una acción resci- servicios (art. 1.584); el mandato (art. 1.732);
soria por lesión, como es sabido"... Este privilegio está vigente sociedad (artículo 1.700); comodato (artícu-
en nuestro Derecho hasta la promulgación del Código civil,
en virtud de la expresa determinación de la Ley 10, título XIX, lo 1.750); depósito (artículo 1.775). «* Sin
de la Partida 6.a, cuyo epígrafe dice: "Como las Iglesias duda que la denuncia también puede efec-
e los Reyes, e los Consejos, puedan demandar restitución, por
aquellas razones mismas que los menores", y que comienza tuarse en el contrato de suministros, 49 con-
afirmando "que los bienes de las Iglesias, de los Reyes e de los trato tan frecuentemente celebrado por la
Consejos, se pierden o se menoscaban por culpa de los que
han de procurar o por engaño de otro=. E por ende fue estable- Administración. Por otra parte, con inde-
cido antiguamente que tales bienes ayan aquel privilegio a pendencia de estos supuestos de contratos
aquella mejoría que han las cosas de los menores, de veynte
y cinco años". Queremos hacer notar que sobre el beneficio
de la rescisión por lesión no hemos encontrado, en materia
contractual, aplicación alguna en esta época. Se aduce en el 47 Sobre el concepto de obligaciones duraderas, vid. LA-
recurso que origina el Real Decreto, Sentencia (asunto Villal- RENZ Derecho de obligaciones, trd. esp. Madrid, 1958, t. I,
villa) de 22 de abril de 1858, pero el Consejo Real no se página 41.
pronuncia sobre este motivo del recurso. Claro que, quizás, la 48 Los enunciados, con excepción del depósito y del
solución hubira sido distinta si se hubiese abogado por la pro- comodato, que ton omitidos, los encuadra PUIG BRUTAU,
pia Administración y no por un tercero a quien no se le había (Op. cit., t. II, vol. I, pág. 357) en el concepto de revocación
adjudicado el contrato en cuestión. unilateral por previsión legal.
49 LARENZ, op. cit., pág. 46.

212 213
de prestaciones duraderas, se admite la fa- Este olvido de las soluciones del Derecho
cultad de desistimiento en el contrato de privado es tanto más flagrante por cuanto
obra. El articulo 1.594 establece «que el dueño que se realiza, en la mayoría de los casos, en
puede desistir por su sola voluntad de la el contrato de obra o en verdaderos contra-
construcción de la obra, aunque se haya em- tos de empresa (así, concesiones) que entra-
pezado, indemnizando al contratista de todos rán bajo el módulo formal de la locatio
sus gastos, trabajo y utilidad que pudiere operis, en que esa facultad o renuncia se re-
obtener de ella».50 En todos estos contratos conoce de una manera expresa. Se pretende
la Administración puede, sin extralimitar el con ello, sin duda, afirmar una posición de
Derecho privado, poner fin a la relación con- ventaja a la Administración, pero, al genera-
tractual. En unos casos esta extinción por lizar excesivamente la regla de la rescisión
acto unilateral llevará consigo una indem- con indemnización, esa situación se puede
nización; en otros, la denuncia podrá reali- trocar en situación de desventaja al olvidar -
zarse sin ella y se nos ocurre que esta hipó- que la rescisión puede actuarse también sin
tesis puede concurrir en un contrato de indemnización.52
suministro de prestaciones periódicas sin
supeción a plazo. sunt servanda: contrato de trabajo, arrendamiento, contrato
de emprea. Admite, sin embargo, este poder rescisorio y el
Pues bien, la jurisprudencia tiende a modificatorio, pese a la garantía patrimonial de la propiedad
escamotear estas soluciones de Derecho pri- de orden constitucional, que ampararía, incluso, la intangibili-
da<l de los derechos derivados del contrato (op. cit., pág. 652).
vado y a fundar simplemente la rescisión en 52 La objeción la formulamos sobre todo para la doc-
motivos de utilidad o conveniencia pública.51 trina francesa, que proclama para la Administración, en los
contratos administrativos este poder rescisorio sin matización
alguna, dando la impresión de que se trata de una exorbitancia
50 GARCÍA DE ENTERRIA: DOS reculaciones orgá- que no concurría nunca en los contratos civiles. En este sentido
nicas de la contratación administrativa, en R. A. P. núm. 10, PEOJUIGNOT (Théorie Genérale de Contrat Administratif
página 277. París, 1945, pag. 39.1) peca indudablemente de inexacto al
51 En este sentido el Real Decreto, Sentencia de 20 de afirmar que "la resiliation del contrato existe tanibién en De-
diciembre de 1865, asunto Font, a propósito de la rescisión recho privado, pero sólo en dos hipótesis: o bien está fundada
unilaterarmente acordada por la Administración precisa que "al en un acuerdo de las partes en la conclusión del contrato o
declarar mi Gobierno la rescisión por los motivos de utilidad y durante su ejecución; bien constituye una sanción al incum-
conveniencia pública la única cuestión pendiente es la de indem- plimiento". FLAMME no es tan desconocedor de la doctrina
nización de daños y prejuicios al contratista". Recientemente civil y señala que las consecuencias civiles de la rescisión ad-
ZWAHLEN ha puerto de manifiesto que en el Derecho civil ministrativa deben determinarse por el artículo 1.794 del Có-
se contienen también derogaciones al principio del pacti digo civil: " El dueño de la obra puede rescindir el contrato

214 215
c) La rescisión desde la perspectiva del contratante que prefiera soportar el cumpli-
incumplimiento. miento por equivalencia a la consumación
específica de las obligaciones asumidas. 53
No hay que olvidar, por último, que la Precisamente la virtualidad con carácter ge-
Administración, como cualquier otro par- neral de esta regla en el common lavo es lo
ticular, puede incumplir sus contratos. De que a fuerza de admitir a HOLMES 54 que «la
este incumplimiento pueden resultar incluso
positivas ventajas para el incumplidor, ya 53 En nuestro Derecho, CASTAN, (Op. cit., pág. 138),
que la reacción del Derecho frente al in- se pronuncia por la aplicación del principio Nemo praecise
cogi potest ad factum con carácter general, constituyendo su-
cumplimiento no es siempre la de constreñir puestos excepciones los cumplimientos, en forma específica:
al cumplimiento en forma específica, sino ESPIN (Manual de Derecho civil español, Madrid, 1954.
vol. III, pág. 219), trata el problema de forma análoga y dice
que generalmente lo que procede es la sus- que no es posible determinar si aquel principio constituye la
titución de la prestación específica debida regla general o la excepción; decididamente en contra de la
por la de un equivalente pecuniario, el mon- posición de CASTAN, PUIG BRUTAU, (Op. cit., t. II, vol. I,
pág. 145) afirma que el cumplimiento por equivalencia tiene
tante de los daños y perjuicios. en nuestro Derecho carácter subsidiario, lo que puede predi-
carse en base de lo>s artículosJ 921 y siguientes de la L. E.
La regla del nemo praecise cogi potest ad civil reguladores de la ejecución de las sentencias. Véase sobre
factum puede pues ser aprovechada por un todo el artículo 924: " Si el condenado a hacer alguna cosa
no cumpliere lo que se le ordena para la ejecución de la sen-
indemnizando al contratista de todos los gastos, trabajos y tencia dentro del plazo que el Juez le señale, ise hará a su
utilidades que podría ganar en la empresa". (Les Marches de costa; y si por ser personalísimo el hecho no pudiera verificarse
l'Administration, Bruselas, 1955, pág. 647). Existe también una en esta forma, se entenderá que opta por el resarcimiento de
corriente negadora: JEZE (Revue de Droit Public, 1945, daños y perjuicios". De este precepto entendemos que lo que
pág. 257), niega este derecho después de haberlo admitido en •se deduce es que la actividad del deudor es incoercible y que
sus "Principes Generaux", HUILLIER (Chronique, Dalloz, de él depende, en último extremo, que se dé una u otra forma
i9S3, Pág. 90 ha defendido que la rescisión no existe como de cumplimiento: el específico sólo podría ser actuado en las
regla de Derecho común administrativo, isino solamente por hipótesis que se precisan en el Código civil, artículo 1.096 y ss
aplicación del artículo 1.135 del Código civil: "Las conven- 54 The common Law, pág. 301, citado por PUIG BRU-
ciones obligan a todas las consecuencias que la equidad, el uso, TAU, (Op. cit., t. II, vol. I, pág. 145), precisando sin embargo
o la Ley, dar a la obligación según su naturaleza". Este uso se que "la jurisdicción del Canciller completó en este punto el
hubiera creado para los contratos administrativos, y sobre todo sistema de Derecho inglés permitiendo la ejecución de las
para el contrato de obra pública, por la inserción reiterada en obligaciones contractuales en forma específica (specific perfor-
los pliegos de la cláusula rescisoria. mance) cuando la indemnización de daños y perjuicios no
Respecto a la indemnización, ésta no procedería en prin- pudiese servir para compensar debidamente al acreedor... espe-
cipio,en un contrato de suministros ni en un contrato de pres- cialmente fundándo&e en la equity anglosajona si se trata de
tación de servicios, siempre y cuando, claro está, que no fuera contratos sobre derechos inmobiliarios... Lo contrario se con-
de aplicación la legislación laboral o la de empleos públicos. sidera en el caso de los contratos que tienen por objeto bienes

216 217
manera más práctica de estudiar un contra- forma específica.55 Así en el Real Decreto
to es la de considerarlo como la asunción del Sentencia (asunto Vila) de 5 de abril de 1865,
riesgo de tener que pagar daños y perjuicios se llama «rescisión de hecho» al incumpli-
en caso de incumplimiento». miento por la Administración de su obliga-
La posición de un órgano judicial o de ción, en un arrendamiento de consumos, de
la Jurisdicción administrativa ante el in- prestar la colaboración necesaria y pactada
cumplimiento de un contratante particu- al concesionario, hasta tal punto que esta
lar o de la Administración es idéntica: falta de colaboración hizo imposible la re-
analizarán, en primer término, si es po- caudación; y en el R. D. Sentencia (asunto
sible el cumplimiento en forma especifica
y, en caso contrario, condenarán al cum- 55 Al plantearse los problemas del incumplimiento, la
doctrina francesa explica la regla del nemo praecise cogi
plimiento por equivalencia, cesando el con- potest ad factum con el recurso a un principio más general y
trato de producir efectos para el futuro. ajeno a la materia contractual: la imposibilidad para el Juez
Sólo falta que ante una situación de incum- de dictar órdenes a la Administración activa. LAUBADERE,
(Op. cit., t. II, pág. 195) precisa la regla diciendo "que la
plimiento de la Administración ya consuma- Administración no puede ser condenada a unas obligaciones de
da, y en la que no es posible la ejecución hacer", y añade: "el Juez administrativo puede únicamente
pronunciar la condena a una obligación alternativa, es decir,
específica, la Jurisdicción administrativa la condenar al resarcimiento de daños y perjuicios si la Adminis-
encubra a posteriori en el concepto de res- tración no prefiere ejecutar su obligación". La solución puede
ser en cierto modo idéntica aunque menos matizada a la de
cisión para que la hipótesis del incumpli- nuestro artículo 927 de la L. E. Civil, a propósito de las
miento de la Administración quede diluida, obligaciones de hacer en el que se parte de la incoercibilidad
del deudor pudiéndose únicamente ejecutar la obligación a su
oscurecida y confundida en el concepto am- costa, o si se trata de hechos personalísimos condenar al
plio de rescisión. Parece como si con este equivalente pecuniario, es decir, en ambos casos se da el cum-
plimiento sustitutorio. Una variante de este escamoteo de los
rótulo se pretendiera, en ocasiones, encubrir problemas de la regla del cumplimiento específico en los con-
un doble hecho vergonzante :el del incum- tratos administrativos lo constituye la afirmación del principio
del equilibrio financiero. PEQUIGNOT señala que "apreciamos
plimiento y el de la imposibilidad de obligar cuan frágiles son los derechos que el particular contratista
a la Administración al cumplimiento en tiene reconocidos de manera expresa en el contrato. Podemos
decir que todo contrato administrativo es afectado de una con-
dición potestativa. La justicia del contrato administrativo resi-
dirá en la indemnización que el particular obtendrá cuando
inmueble*, por estimarse más fácil hallar en el mercado, por sus intereses legítimos hayan sido lesionados por la acción uni-
reglageneral, otros bienes equivalentes". En el Derecho alemán, lateral de la Administración. Esto se plasma en la teoría de la
sin embargo, la regla parece ser la contraria (Ibidem). ecuación financiera" {Op. cit., pág. 446).

218 219
Mata) de 20 de agosto de 1864, se llama res- d) Los orígenes de la rescisión por inte-
cisión al abandono por la Administración, rés público: confusión entre rescisión y pre-
antes del tiempo fijado en el contrato, del rrogativa de acción unilateral.
arrendamiento de un local sin pagar el pre-
COLMEIRO ha sido, que sepamos, el primero
cio ni ninguna otra cantidad compensadora
de la extinción anticipada. ** en afirmar en nuestro Derecho el principio
de la rescindibilidad de los contratos de la
La explicación de supuestos de incumpli- Administración por simples motivos de inte-
miento mediante el arbitrio de la rescisión rés público: «Procede asimismo la rescisión
puede tener el mismo inconveniente que se- de parte del Gobierno mediante indemniza-
ñalábamos en las hipótesis anteriores: por ción cuando el contrato resulta oneroso a
depender la indemnización de daños y per- los intereses públicos, como si las obras o
juicios de la concurrencia en el incumpli- los servicios adjudicados en el remate fueren
miento de un elemento subjetivo, la culpa o ya innecesarios por la reforma de un pro-
dolo del incumplidor (artículos 1.101 y ss. del yecto, el término de una guerra».58
Código civil), se corre el riesgo de hacer de La doctrina de COLMEIRO va a tener
peor condición a la Administración que al un eco en DELGADO Y ARRIAGA, 59 si bien
particular si todos los supuestos de incum- éstos pretenderán apoyarla en la doctrina
plimiento de la Administración se encubren jurisprudencial. Citan al respecto como pri-
bajo el concepto de rescisión con indemniza- mera resolución en que se admite la resci-
ción de daños y perjuicios.57 sión el R. D. Sentencia (asunto Eire) de 15 de
56 Con ésto queremos hacer notar que la doctrina de la cometido una falta. El principio es inverso en Derecho admi-
rescisión unilateral con indemnización de los contratos de la nistrativo. La Administración debe, generalmente, reparar todo,
Administración, no envuelve consecuencia? mayores de las que lo; perjuicios que ella causa, incluso sin falta".
pudieran deducirse de la aplicación a la Administración, en 58 Elementos de Derecho Administrativo, Madrid, 1858.
todo caso, del princijio Netno paecise cogí potest ad factum. tomo II, pág. 81
Hay que tener en cuenta además, que lo que la Administración 59 Op. cit., pág. 217: "Aunque por regla general las
debe casi siempre es una suma de dinero, y por ello la pro- disposiciones de Derecho civil son de aplicación a los contratos
blemática del cumplimiento específico muy pocas veces se administrativos en materia de rescisión, ofrece la legislación
planteará para los contratos de la Administración. administrativa ciertas particularidades dignas de mención, siendo
entre ellas la más notables la libre facultad de rescindir los
57 Así lo afirma PEQUIGNOT, (Op. cit., pág. 454): "En contratos sin causa justificada y por la sola voluntad de la
Derecho privado el perjuicio sufrido por un particular no debe, Administración".
generalmente, ser reparado por otro particular si éste no ha

220
221
octubre de 1849, resolución ésta en que no nal, revocación legal por la propia naturale-
se afirma en manera alguna tal poder de la za del contrato, supuestos de incumplimien-
Administración, sino como ya hemos visto, to ya irreductibles en los que no es posible
se consagra simplemente como derivado del la condena al cumplimiento en forma espe-
propio sistema procedimental contencioso- cífica, y, por último, la propia prerrogativa
administrativo, la prerrogativa de acción de acción unilateral.
unilateral, actuándose a su través, en este 2.°—MODIFICACIÓN.
caso, un supuesto de anulabilidad. Y es que
como DELGADO Y ARRIAGA no dejan de reco- Con el poder de modificación pasa lo con-
nocer en la jurisprudencia lo que se procla- trario que con el poder de rescisión: pasa
ma es el principio inverso: la inalterabilidad desapercibido para la doctrina, 63 pero, sin
de la lex contractas.60 Parece, pues, que es- la jurisprudencia; en cuanto a la rescisión por lesión preten-
tamos en presencia de un caso típico de dida por el contratista, se rechaza de conformidad con lo esta-
blecido en la Ley segunda de la Novísima Recopilación que la
«huida a la cláusula general»,61 encuadrán- exceptúa "cuando la venta fuese pública y por apreciadores",
dose en el concepto de rescisión supuestos de por entenderse que en los contratos de la Administración la
subasta implica esa publicidad que excluye el remedio res-
rescisión por lesión, ^ revocación convencio- cisorio.
63 COLMEIRO (Op. cit., pág. 81) alude a la modalidad
más extrema de la modificación, la rescisión, pero silencia el
60 "Considerando que el contrato fue válido y obligatorio posible juego del poder modificatorio. Más bien parece desmen-
por una y otra parte, sin que pueda rescindirse sino por causas tirlo, incluso en supuestos concesionales: "Si de las vías pú-
suficientes conforme a las leyes", así en el R. D. Sentencia blicas se trata, la ejecución por empresa otorga a las compañías
(asunto Arce) de 16 de marzo de 1849, a propósito de la concesionarias el monopolio de los medios de transporte y estos
pretendida rescisión por un Ayuntamiento de los servicios de privilegios exclusivos se oponen a las grandes mejoras en el
un Cirujano: en el R. D. Sentencia (asunto Banet) de 30 de •sistema de comunicaciones, a la baja de las tarifas y a todo
marzo de 1861 se afirma que "la prohibición general de res- cambio en los métodos de locomoción. El Gobierno ligado de
cindir los contratos de recaudación es relativa a losi contratos esta suerte con un pacto no puede reformar los derechos de
celebrados con todas las solemnidades, es decir, en eubasta tránsito cuando quisiera, ni tampoco nivelar el precio de los
pública: DELGADO y ARRIAGA, (Op. cit., pág. 139) reco- transportes nacionales con los más económicos del extranjeros".
nocen también, contradiciéndose, el principio de inalterabilidad (Derecho Administrativo español Madrid, 1850, t. II, pág. 33):
d¿ la lex contractus. DELGADO y ARRIAGA, (Op. cit., pág. 217) afirma que no
61 Según la expresión usada por HEDEMAN, para seña- es lícito a la Administración como parte contratante introducir
lar la abdicación por los juristas de su genuina función dis- modificación alguna en los contratos sin el consentimiento del
cernidora, citado por GARCÍA DE ENTERRIA: la doctrina contratista"; GARRIDO (Op. cit., II, pág. 91) sostiene recien-
de los actos propios y el recurso dé lesividad, en "R. A. P." temente que este poder encuentra un indudable apoyo en nues-
número 20, pág. 72. tro Derecho positivo en el artículo 60 de la Ley de Adminis-
62 Acerca de la rescisión por lesión a favor de la tración y Contabilidad, al prescribirse la necesidad de consulta
Administración no tiene ocasión de pronunciarse sobre ella

222 223
embargo, encuentra algún eco en la juris- dolo así el bien público, no puede, sin em-
prudencia. Esto último no debe en modo al- bargo, ordenar esta modificación sin in-
guno sorprender, pues, la rescisión consti- demnizar al contratista convenientemente».
tuye la manifestación más enérgica de la Frente a esta resolución otras muchas
modificación, al entrañar la alteración de señalan la vigencia del principio pacta sunt
uno de los elementos del contrato, su du- servanda y niegan consiguientemente a la
ración. M Administración la facultad de alterar el con-
Dejando aparte los supuestos en que el tenido de las obligaciones asumidas. Algo,
poder modificatorio se refleja en las resolu- además del reconocimiento expreso señalado,
ciones jurisprudenciales como una conse- permite suponer que este poder modificatorio
cuencia de su previsión en el contrato de se encuentra únicamente admitido para la
obras públicas,« la jurisprudencia lo admite concesión, y es ello la circunstancia de que
en un solo caso, en el R. D. Sentencia (asun- se niega siempre este derecho a la Adminis-
to Pérez Bobo) de 30 de agosto de 1865, a tración en supuestos que de admitirse hubie-
propósito de un supuesto concesional de ran implicado una merma de los derechos
conducción de correo: «Si bien la Adminis- económicos del contratista, insistiéndose
tración está autorizada para modificar las además, como argumento contrario en la
condiciones del servicio contratado exigién- circunstancia de que los contratos en que se
pretendía -^transporte y comisión mercan-
al Consejo de Estado para modificar los contratos en que til— eran de índole civil y exigían un pro-
hubiese informado previamente este Alto Cuerpo consultivo;
Ir* afirmación nos parece, como ya hemos dicho, exagerada fundo respeto a lo estipulado. a
(Vid. SuPra, nota 37).
64 LAUBADERE (Op. cit., III, pág. 156) concibe la res- 66 En el ,Real Decreto Sentencia (asunto Velasco) de 19
cisión como el poder de modificar la duración fijada en el de abril de 1854 s e afirma contra la pretensión de la Adminis-
contrato anticipando la extinción; se admite con carácter gene- tración de alterar los leguarios establecidos en las condiciones en
ral este poder en la doctrina francesa compensado con la in- un contrato de transporte de productos estancados que "los fun-
demnización oportuna; Así PEQUIGNOT (Op. cit., pág. 367) damentos en que se apoya la Real Orden no pueden alterar el
en el Derecho suizo, se pronuncia por la conveniencia de FU texto literal del contrato, cualquiera que sean las considera-
admisión ZWAHLEN (Op. cit., pág. 651). ciones conveniencia y las interpretaciones que se adopten para
65 En el contrato de obras públicas estaba ya prevista, en realizarlo"; en el Real Decreto Sentencia (asunto Bajo y
la condición 3.a de la R. O. de 18 de marzo de 1846 la posi- Compañía) de 16 de marzo de 1868, se dice frente a la pre-
bilidad de decretar variaciones en el proyecto de obra que no tensión modificatoria de la Administración que "los contratos
alterasen el precio en una diferencia en más o en menos de bilaterales a los que corresponde la comisión mercantil no
la sexta parte. pueden modificarse por la sola voluntad de las partes". •

224 225
(15)
o rescisión; pero, incluso, para que la Ad-
ministración pudiera hacer uso de aquel pri-
vilegio en los supuestos de incumplimiento
del contratista era preciso que se pactase
previamente en los pliegos de condiciones el
reconocimiento de esta facultad. Esta ver-
sión estricta y reducida de la doctrina del
CONCLUSIONES Ministro-Juez se recoge en el Real Decreto
de 27 de febrero de 1852, pero nuestro Con-
1.*—La atribución de la mayor parte de sejo de Estado, saltando por encima de la
los contratos que celebra la Administración a limitación apuntada y de la necesidad del
la Jurisdicción Contencioso-Administrativa pacto previo, reconoce la prerrogativa de
no implicaba un cambio en la regulación acción unilateral en toda clase de supuestos.
sustancial de éstos y ni siquiera el proceso La Administración queda así exonerada de
contencioso-administrativo en su primera demandar al contratista ante el órgano ju-
regulación permitía para la Administración risdiccional, y aquél, a su vez, no puede de-
privilegios de índole procedimental. A pesar
mandar a la Administración ante éste sin
de ello la Administración hace valer sus pre-
la concurrencia de un acto previo en la vía
tensiones sin recurrir al órgano jurisdiccio-
nal emitiendo declaraciones con valor de gubernativa o administrativa.
cosa decidida y desplazando sobre el contra- 2.*—En virtud de esta sustitución provi-
tista la carga de recurrir en todo caso. Este sional de la Administración en la posición
privilegio encuentra su fundamento en la y poderes del órgano judicial se comienza a
doctrina del Ministro-Juez que, formulada afirmar que en los contratos para obras y
por CORMENIN, implicaba que la Administra- servicios públicos, es decir en todos los con-
ción podía usar de este privilegio sólo en el tratos celebrados por la Administración
caso de incumplimiento del contratista a sus cuya competencia corresponde a la Jurisdic-
obligaciones, sin extenderse a otras presta- ción Contencioso - Administrativa, la Admi-
ciones tales como la declaración de nulidad nistración puede forzar directamente al con-

226 227
tratista al cumplimiento de sus obligaciones, mismo, tampoco va más allá del reconoci-
interpretar las cláusulas controvertidas y miento de ese privilegio posicional la facul-
declarar la rescisión. En principio, esta tras- tad de la Administración de controlar e
lación de facultades judiciales no implicaba inspeccionar el cumplimiento de las obliga-
ni implica alteración sustancial del contrato ciones del contratista, y lo mismo ocurre con
ya que tales poderes han de ser ejercicios el poder sanción que sirve de garantía al
sólo en los casos y conforme a la regulación cumplimiento de las obligaciones y que no
general del contrato por el Derecho privado, viene a ser otra cosa que la manifestación
la regulación singular de cada figura con- última del procedimiento de acción unila-
tractual y conforme a las cláusulas insertas teral, es decir, la coacción al servicio de las
por los contratantes. decisiones unilateralmente acordadas por la
3.a—Ninguna modificación en el régimen Administración, o lo que es lo mismo, una
de las prestaciones debidas, ningún cambio ejecución administrativa provisional que se
sustancial en el contrato se produce por el anticipa a la ejecución judicial.
hecho de que se reconozca a la Administra- 4.a—La tendencia al nacimiento de unas
ción un poder anulatorio. Este poder, que no peculiaridades de fondo se manifiesta con el
se especifica en la época con este nombre, reconocimiento indiscriminado de los pode-
pero que puede recoger todos los supuestos res de rescisión y modificación por circuns-
de rescisión siempre que ésta se fundamente tancias de interés público apreciadas discre-
en la concurrencia de vicios invalidantes, cionalmente por la Administración. A pesar
por estar directamente al servicio de la de las afirmaciones doctrinales de la época
legalidad no implica alteración sustancial el principio que proclama la Jurisprudencia
alguna. Tampoco se altera el régimen sus- es el principio inverso de inalterabilidad de
tancial del contrato al afirmarse que la la Lex contractu, y los supuestos en que se
Administración goza de un poder interpreta- afirma la procedencia de la rescisión son re-
tivo al no admitir el Consejo de Estado que conducibles a situaciones en que su admisión
esa interpretación pueda hacerse con normas es posible, también, dentro del Derecho pri-
y criterios distintos de los que rigen en la vado. Con el término genérico de rescisión
interpretación de los contratos civiles. Asi- se encubre el ejercicio de la facultad, reso-

228 229
lutoria por incumplimiento en los contratos In- terna procesal contencioso - administrativa,
originadores de obligaciones recíprocas, las que, no^sin cierta violencia, termina permi-
facultades revocatorias propias de singula- tiendo el uso del procedimiento de acción
res figuras contractuales, o bien, simples su- unilateral.
puestos en que la Administración incumple
sus obligaciones dentro del contrato y que
por no poder ser forzada por el órgano ju-
risdiccional al cumplimiento en forma espe-
cífica es condenada al cumplimiento por
equivalencia, es decir, a la indemnización de
daños y perjuicios declarándose al propio
tiempo rescindido el contrato. Tampoco es
admitido con carácter general el poder mo-
dificatorio, si bien parece iniciarse su reco-
nocimiento en la concesión.
5.a—En resumen, no se aprecia ninguna
singularidad de fondo en los contratos de
la Administración que son de la competencia
de la Jurisdicción Contencioso-Administra-
tiva. Todas las aparentes situaciones de ven-
taja, toda posible exorbitancia en el período
jurisprudencial que hemos examinado, 1845
a 1875 (es decir, desde que se instaura la
Jurisdicción Contencioso - Administrativa
hasta que con la Restauración se vuelve al
sistema de Jurisdicción retenida por el De-
creto-Ley de 20 de enero de 1875) pueden
reconducirse a la especialidad del comporta-
miento de la Administración dentro del sis-

230 231
ÍNDICE
Página
INTRODUCCIÓN 7

PRIMERA PARTE

LOS ORÍGENES DE LA COMPETENCIA DE LA JU-


RISDICCIÓN ADMINISTRATIVA SOBRE LOS
CONTRATOS EN EL DERECHO FRANCÉS ... 19

CAPITULO I.—Los antecedentes en el antiguo régimen


y el condicionamiento constitucional del reparto de
competencias 21
i.°—La materia contractual en la Jurisdicción ad-
ministrativa del "Ancien Régimen" 21
4.*—El impacto de la revolución y de la nueva
forma de entendimiento de la división de po-
deres en la formulación de los criterios de
atribución de competencias 25
3."—El fuero de la Administración en materia con-
tractual como consecuencia del concepto orgá-
nico del acto administrativo 32
4.0—El principio del Estado-deudor 37

CAPITULO II.—Los principios legales y doctrinales del


reparto de competencias ,.. 41

233
Página Página
i°—La formulación positiva de la exención juris- i.°—La relación del contrato con el servicio público
diccional : Los textos de atribución expresa a • - o la construcción de obras: la afirmación del
la jurisdicción administrativa 41 criterio "7
2.0—La naturaleza privada de los Municipios y su a) Extensión del concepto, contrato para
debilitada protección frente a los Tribunales... 46 servicios públicos 120
3 o—Los criterios doctrinales de la repartición de b) El origen de la exigencia de inmediati-
competencias 51 vidad entre el contrato y el servicio
público 127
CAPITULO III.—Las normas de fondo aplicables a los 2.0—El interés general como criterio concurrente
contratos dentro de la Jurisdicción administrativa, la de la competencia de la jurisdicción adminis-
exigencia de formalidades y la articulación de la pre- trativa 129
0
rrogativa en el pensamiento de Cormenin 5? 3. —La gestión del patrimonio privado criterio ge-
neral de la competencia judicial 132
CONCLUSIONES 64 4.0—Aplicación de los criterios de bipartición a
las convenciones complejas 134
SEGUNDA PARTE 5.°—Una competencia de la Administración activa:
Actos administrativos separables en los contra-
LOS ORÍGENES DE LA COMPETENCIA DE LA JU- tos de gestión del patrimonio privado como
RISDICCIÓN ADMINISTRATIVA SOBRE LOS cuestiones previas 137
CONTRATOS EN EL DERECHO ESPAÑOL ... 69 6."—La naturaleza de los contratos de la Adminis-
tración y la teoría de la doble personalidad ... 144
CAPITULO I.—Antecedentes: Desde la Constitución de
Bayona a 1845 71 CONCLUSIONES 150

CAPITULO II.—Los criterios doctrinales de la compe- TERCERA PARTE


tencia administrativa en materia contractual 81
i.°—Criterio orgánico 85 ORIGEN. FUNDAMENTTO Y MODALIDADES DE
2.0—El criterio de la naturaleza del Derecho apli- LA PRERROGATIVA DE ACCIÓN UNILATERAL 155
cable 88
CAPITULO I.—El procedimimento de acción unilateral
CAPITULO III.—Los criterios de la competencia con- y el contrato iS7
tractual en la legislación de 1845: La idea de Fuero. 93 i.°—La posición de igualdad de las partes en el
i°—Criterio orgánico: Fuero total para los con- procedimiento contencioso-administrativo de los
tratos de la Administración 97 Consejos Provinciales y del Consejo Real ... 163
0
2.0—El criterio de la finalidad de obra o servicio 2. —La prerrogativa pactada y limitada a los su-
público: Fuero parcial de la Administración. 98 puestos de incumplimiento en el Real Decreto
3-°—La ausencia de regulación de la prejudiciali- de 27 de febrero de 1852. La concepción es-
dad civil: Argumento indiciario del fuero total. 104 tricta de la teoría del Ministro-Juez 167
4-°—La neutralidad del principio del Estado-deudor, a) La prerrogativa pactada y la teoría del
en la delimitación de competencias 107 Ministro-Juez en el Derecho francés... 168
b) La recepción de la doctrina del Ministro-
CAPITULO IV.—Los criterios de competencia en la Ju- Juez en el Real-Decreto de 27 de fe-
risdicción Administrativa 113 brero de 1852 171

234 235

i
Pagina
3.0—El reconocimiento jurisprudencial de la pre-
rrogativa de acción unilateral para la Admi-
nistración del Estado. La concepción amplia
la doctrina del Ministro-Juez 173
B IBLIOGRAFIA
CAPITULO II.—Las modalidades del procedimiento de
acción unilateral y su distinta relevancia 181 AGUIRRE DE TEJADA: 84, 90, 93-
ALBI: 123.
CAPITULO III.—Las modalidades de la prerrogativa de
acción unilateral sin pretensiones sustanciales 187 ALFARO: 90, 148.
i.°—La rescisión por motivos de legalidad o anu- ARRAZOLA: 94, I O I , 148.
lación 189 AUCOC: 65.
2."°—Interpretación 194 BARCKAUSEN: 42.
3 o —Sanción 196
4.0—El poder de inspección y vigilancia 200 CAM'MEO: 15.
C A S T A N 209, 217.
CAPITULO IV.—Las modalidades de la prerrogativa de C G L M E I R O : 05, 174, 187, 200, 207, 221.
acción unilateral con pretensiones sustanciales 203 CORAIL: 96, 99.
i.°—Rescisión 207
a) Rescisión por incumplimiento del contra- CORDERO TORRES: 73.
tista 209 CORMENIN: 17, 29, 34, 58, 59, 60. H7, l 6 8 , 169, 170.
b) Rescisión administrativa y revocación o CHAPUS : 28, 34. 36, 38, 39, 40, 43, 46, 4 S , 49-
denuncia en los contratos civiles 211 DELGADO Y ARIAGA: 207, 221, 222, 223.
d) La rescisión desde la perspectiva del
EISEMMAN: 160.
incumplimiento 216
d) Los orígenes de la rescisión por interés E S P I N : 217.
público: confusión entre rescisión y pre- FLAME: 199.
rrogativa de acción unilateral 221 FOUCART: 170, 181, 205.
2.0—Modificación 221
GALLOSTRA: 75, 79-
CONCLUSIONES 226 GARCÍA DE ENTERRIA: 9, 22, 25, 26, 48, 95, " 6
AUTORES CITADOS 233 178, 184, 121, 212, 214, 222.
GARCÍA TREVIJANO: 12, 15.
G A R R I D O : 194, 201, 203, 209, 223.
GERANDO: 56.
G E Z E : 13, 207, 216.
GIL DE ZARATE: 7 5 , 84, 85, 107.
GONZÁLEZ: 75, 84, 107.
GONZÁLEZ P É R E Z : 194-
HAURION: 56, 160.

236 237
HFDEMAN: 222.
HENRION DE PENSEY: 54.
HUILLIER: 216.
KOECHLIN: 26, 29, 36, 49, 50, 51, 53, 53, 54, 56.
LAFERRIERE: 23, 24, 31, 34. 3«, 39, 44» 46, 51, 5*, 65.
LAMARQUE: 11, 15, 194, 198.
LAUiBADERE: 170, 194, 196, 197, 207, 219, 224.
LOCRE: 53, 54. Este libro ha sido elaborado bajo la dirección del
M. DE BOOGLIE: 31. Catedrático de la Universidad de Valladolid, Don Eduardo
MARTIN RETORTILLO, SEBASTIAN: 9. García de Enterría y Martínez Carande, actualmente titular
M'ERLIN: 34, 36, 37.
de la Primera Cátedra de Derecho Administrativo de la
MICHOUT: 48.
OLIVAN: 84. Facultad de Derecho de la Universidad de Madrid.
OLIVIER MARTIN: 29. Presentado como tesis doctoral en la Facultad de Dere-
PARADA VÁZQUEZ: 7, 31, 140. cho de la Universidad de Valladolid, obtuvo la calificación
PEGUIGNOT: 25, 170, 187, 196, 219, 224. de Sobresaliente Cum Laude, en la sesión de lectura cele-
PICHAT: 30.
brada al efecto el 17 de enero de 1962.
POSADA HERRERA: 79, 83, 88, 92, 117, 147, 148.
PROUDHON: 42. Formaron parte del Tribunal, además del director de
PUIG BRUTAU: 209: 211, 213, 217. la tesis, el Excmo. Sr. Don Luis Jordana de Pozas y Don
RIVERO: 28. José Antonio García-Trevijano y Fos, Catedráticos de Dere-
ROUSSET: 22, 34, 36, 46, 49, 56, 160.
cho Administrativo; el Catedrático de Derecho Civil Don
S1LVELA: 83, 85, 104, 105.
TEISSIER: 49. Ignacio Serrano y Serrano; y Don Teodoro González,
THOÜRET: 48. Catedrático de Derecho Político.
TOCQUEVILLE: 22, 23.
VEDEL: 22, 23.
ZWAHLEN: 194, 199, 214, 224.

239 /

K
Títulos publicados

9. Eficacia general del con- '*.


venio colectivo, por^WÍ-
guel Rodríguez-Pinero.
10. De las administraciones
autónomas de las aguas
p ú b l i c a s , por Sebastián
!Mar\ín-Retortillo f}ac¡uer.
11. La superficie urbana
(El derecho de superfi-
cie en la Ley del Suelo y
Legislación Hipotecaria),
por Antonio Qulíón Balleste-
ros.
12. El Auxiliar Asociado,
por TAiguel Rodríguez Pi-
nero.
13. Dos métodos en el es-
tudio de la Administra-
ción Pública, por Fernando
Qarrido falla.
14. La reclamación admi-
nistrativa previa, por JAa-
nuel Alonso Olea.

15. El mito de la adminis-


tración prusiana, por Ale-
jandro Nieto.
16. La novación ilícita del
contrato de trabajo, por
José Cabrera Bazán.
17. Los orígenes del con-
trato administrativo en
el'Derecho español, por
José Ramón Parada Váz-
quez.

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