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GASTÓN JÉZE
^ (T» Profetor en la Facultad de Derecho de la Vnivertidad de Parí»
pn
PRINCIPIOS GENERALES
DEL
DERECHO ADMINISTRATIVO
III
EL FUNCIONAMIENTO DE LOS SERVICIOS PÚBLICOS
SITUACIÓN DE LOS AGENTES DE LA ADMINISTRACIÓN PÚBLICA T DE LOS
PARTICULARES FRENTE A LOS SERVICIOS PÚBLICOS. TEORÍAS GENERALES
SOBRE LA COLABORACIÓN DE LOS PARTICULARES EN EL FUNCIONAMIENTO
DE LOS SERVICIOS PÚBLICOS. LOS CONTRATOS ADMINISTRATIVOS
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ÍNDICE
LIBRO QUINTO
CAPÍTULO I
Queda hecho el depósito de ley.
Derechos reservados. SITUACIÓN JURÍDICA DE LOS AGENTES PÚBLICOS
impreso en la Argentina. Y DE LOS INDIVIDUOS CON RESPECTO
A LOS SERVICIOS PÜBLICOS
X Í N D I C E
cedimiento del art. 65 puede cubrir la irregu-
laridad 108
Consecuencias de las instrucciones y órdenes viciadas
5*) Casos en los cuales es obligatoria la comunicación 108
de desviación de poder 81
Casos en los cuales el art. 65 deja de ser aplicable:
Cons. de Est., 26 noviembre 1875, Pariset 81
Huelga: Cons. de Est., 7 agosto 1909, Winkel 109
Tribunal de Conflictos, 15 febrero 1890, Vincent . . 81
Guerra: Cons. de Est., 25 octubre 1918, Mariami 109
I I I . Teoría general de la obediencia de los agentes pú-
V I I I . Distinción entre la represión disciplinaria y la repre-
blicos a las instrucciones generales y a las órdenes
sión penal 110
individuales — . 82
IX. Los tribunales disciplinarios 111
Tribunal de Conflictos, 23-25 marzo 1889 83
Consejos universitarios 112
IV. Atenuación en lo concerniente a la responsabilidad
Corte de Casación 113
penal de los agentes públicos que resulta de los arts.
Las cesantías llamadas dimisiones de oficio, ley del
114 y 190 del Código Penal 86
7 junio 1873, son verdaderas sentencias 114
V. Del deber de obediencia de los agentes militares . . . . 86
Tribunales civiles que ejercen el poder disciplinario
Teorías en presencia 87
sobre los oficiales ministeriales 114
a) Con respecto a los gobernantes 87
Conseils d'enquéte 114
b) Con respecto a los agentes civiles 88
X. Diferencias fundamentales entre la represión penal y
c) Con respecto a los superiores militares 88
la represión disciplinaria 115
§ 3 . El poder de los agentes superiores de impartir instrucciones
generales y órdenes individuales de servicio existe con res- Sección I I I . El poder jerárquico 117
pecto a todos los agentes públicos 89 Caracteres generales 117
Casación, 17 noviembre 1913 91 § 1. El poder jerárquico se ejerce sobre todos los agentes
centralizados 118
Sección I I . El poder disciplinario 92 I. Los jefes de la jerarquía son los ministros 118
I. El poder disciplinario tiene por objeto mejorar el Cons. de Est., 31 julio 1903, Lefort 119
funcionamiento del servicio público 92 II. Subordinación directa o indirecta de todos los agen-
II. Todos los agentes públicos se someten a él; pero sólo tes centralizados a un ministro 119
mientras están en el servicio 93 I I I . Caso particular: el alcalde 121
Cons. de Est., 20 enero 1911, Bonfante; 5 mayo 1911, 5 2. El poder jerárquico sólo se ejerce sobre los actos jurídicos
Desreumeaux 94 unilaterales 122
I I I . El poder disciplinario sólo puede ejercerse a raíz de I. El poder jerárquico no puede ejercerse sobre los
una falta de servicio 95 actos contractuales 122
La lealtad política 96 Cons. de Est., 2 marzo 1877, Instituí catholique de
El juramento político 99 Lille 123
IV. Aplicación discrecional de la pena disciplinaria por II. El poder jerárquico no puede ejercerse sobre los
el jefe de servicio 100 actos jurídicos unilaterales regulares que crean una
V. Jurisdiccionalización del poder disciplinario 102 situación jurídica individual 124
VI. Lagunas de la legislación que reglamenta el poder I I I . El poder jerárquico no puede ejercerse sobre los
disciplinario 105 actos jurídicos regulares que han conferido un status
Cons. de Est., 25 octubre 1918, Plazanet 105 a un individuo 124
VII. Comunicación previa del legajo. Art. 65 de la ley 4 3 . El poder jerárquico confiere al jefe de servicio la facultad
del 22 abril 1905 106 de suspender, anular o modificar el acto jurídico realizado
1*) Agentes públicos que pueden prevalerse de ella 106 por el agente subordinado 124
2*) Derecho a la comunicación del legajo 106 I. Suspensión, anulación 124
3') Procedimiento de la comunicación 107 II. Modificación 125
4*) El jefe de servicio que no ha seguido el pro-
r 4t**-, O'*
Í N D I C E Í N D I C E XIII
I I I . Caso particular: el alcalde 127 3*) Poder de pronunciar la suspensión por cualquier
5 4 . El jefe de servicio que ejerce su poder jerárquico no es motivo, dentro de ciertos plazos y con determina-
juez de apelación 127 . das formalidades 145
I. El jefe de servicio que ejerce su poder jerárquico 4*) Poder de aprobación 146
realiza actos jurídicos 127 5*) Poder de actuar en lugar del Consejo general . . 146
I L El ejercicio del poder jerárquico no es el ejercicio 6*) No existe poder de modificación 147
de un poder jurisdiccional. Consecuencias 128 I I . Poder de control administrativo sobre los actos jurí-
§ 5 . Los agentes centralizados de ningún modo pueden impug- dicos de los concejos municipales 148
nar, mediante recursos contenciosos, el ejercicio del poder 1*) Poder de anulación, por ilegalidad, en cualquier
jerárquico 130 momento 148
Cons. de Est., 27 febrero 1914, Payaud 131 2°) Poder de anulación, por ilegalidad, dentro de
determinado plazo 149
Sección IV. El poder de control administrativo 132
3*) Poder de aprobación 149
§ 1. El contenido del poder de control administrativo 133
4") Poder de actuar en lugar del concejo municipal 151
I. Varía con el grado de centralización 133
5*) Todos los actos del concejo municipal se someten
I I . Diversas modalidades 134
al poder de control 152
§ 2. Los agentes descentralizados tienen el recurso jurídico para 6") No existe poder de modificación 152
defenderse de los excesos del poder de control de los agentes I I I . El poder de control administrativo sobre los actos
centralizados 134 jurídicos de los alcaldes 152
I. Recurso por exceso de poder ante el Consejo de Es- Situación especial de los alcaldes 152
tado en lo contencioso 134 1*) Poder de anulación o de suspensión por cual-
II. Estado de la jurisprudencia 135 quier motivo y en cualquier momento 154
Cons. de Est., 18 abril 1902, maire de Néris 137 Excepciones a la regla (actos contractuales, nom-
Recursos de los Consejos actuando en cuerpo . . . . 137 bramientos, medidas disciplinarias, delegación,
Recursos de miembros de un Consejo descentralizado 138 policía) 155
§ 3 . El poder de control administrativo no es un poder juris- Apreciación de los motivos por el Consejo de Estado 156
diccional 139 2*) Poder de aprobación 159"
I. No tiene su declaración fuerza de verdad legal 139 3*) Poder de actuar en lugar del alcalde 166
I I . La solución es la misma cuando el poder de control 4 9 ) No existe poder de modificación 161
debe ejercerse con formalidades jurisdiccionales . . . . 140 5*) Medio del alcalde para defender su indepen-
I I I . Consecuencias del carácter no jurisdiccional < 141 dencia 161
IV. Jurisprudencia del Consejo de Estado 142
Cons. de Est., 5 marzo 1915, Cuvellier; 10 febrero
1905, Monsservin; 7 agosto 1903, Chabot 142 CAPÍTULO III
§ 4. Aplicación del poder de control administrativo a los actos
jurídicos de los principales agentes descentralizados: Con- LA COLABORACIÓN DE LOS PARTICULARES EN
sejos generales, concejos municipales y alcaldes 143 EL FUNCIONAMIENTO DE LOS SERVICIOS PÚBLI-
I. El poder de control administrativo sobre los actos COS. TEORÍAS GENERALES.
jurídicos de los Consejos generales 144 i
l 9 ) Poder de pronunciar, en casos de ilegalidad boración voluntaria y colaboración forzosa 163
grave, la nulidad de derecho en cualquier época 144 "6n I. Principales formas de colaboración voluntaria. El elemen-
2*) Poder de pronunciar la anulación dentro de de- to común: el acuerdo bilateral de voluntades 165
terminados plazos por motivos de derecho según S 1. Diferencias jurídicas entre las diversas formas de colabora-
determinadas formalidades 144 ción voluntaria 165
firr.
S
XIV ÍNDICE Í N D I C E XV
Exposición de la jurisprudencia desde principios II. ¿Cabe distinguir entre los contratos administrativos
del siglo xx 316 del Estado y los contratos administrativos de los
Cons. de Est., 6 febrero 1903, Terrier 316 departamentos, municipios y otras organizaciones
Cons. de Est., 21 julio 1912, Société des granits 316 políticas ? 341
Cons. de Est., 3 diciembre 1920, Fromassol ... 317 Estudio de la jurisprudencia 341
Cons. de Est., 23 diciembre 1921, Société gené- Cons. de Est., 6 febrero 1903, Terrier r 342
rale d'armements 317 Cons. de Est., 31 julio 1912, Société des granits 343
Cons. de Est., 23 mayo 1924, Société les Affré-
teurs réunis 318
Sección I I . ¿ Cómo se reconoce un contrato administrativo f 319 CAPÍTULO V
§ 1. 'Posición de la cuestión. Enumeración de las condiciones . . 319
I o ) Acuerdo de voluntades 322 LOS P R I N C I P A L E S CONTRATOS ADMINISTRATIVOS
2*) Creación de obligaciones jurídicas individuales 322
3*) Funcionamiento de un servicio público 322 Enumeración 345
4') Voluntad de someterse al régimen de derecho público 322
§ 2. Exposición de la jurisprudencia 323 Sección I. Contrato de suministros 346
I. Labre elección de la Administración, y signos por los § 1. Elementos esenciales 346
que se reconoce que ella ha elegido el contrato ad- 1*) Contrato administrativo 346
ministrativo 324 2') Provisión y suministro de cosas muebles 346
Libre elección 324 3°) Gastos y riesgos a cargo del proveedor 346
Signos principales 325 Comparación con la administración directa 347
1*) Sumisión a un pliego de cláusulas y condiciones 4*) Remuneración en dinero 347
generales 325 Modalidades para la fijación del precio 348
2*) Cooperación personal activa 325 § 2. Clasificación de los contratos de suministros 348
3*) Servicio público que implica necesariamente el 1') Suministro aislado, único 349
régimen del derecho público 325 2*) Suministros múltiples o continuos 349
4*) Cláusula que estipula la jurisdicción adminis- Importancia de la distinción 349
trativa 325 Sección I I . Contratos de trasporte 350
Estudio de la jurisprudencia 325 Variedad de los contratos de trasporte 350
1') Cons. de Est., 6 febrero 1903, Terrier 325 § 1. Caracteres esenciales del contrato de trasporte 352
2*) Cons. de Est., 4 marzo 1910, Thérond 327
1°) Contrato administrativo 352
3*) Cons. de Est., 31 julio 1912, Société des granits 328
2') Trasporte o cesión de un buque 352
4») Cons. de Est., 15 noviembre 1922, Bocandé.. 330
3*) Remuneración en dinero (modalidades) 353
5') Cons. de Est., 22 diciembre 1922, Lassus 331 4*) Gastos y riesgos 353
6*) Cons. de Est., 7 marzo 1923, Hellenic Trans- § 2. Clasificación de los contratos de trasporte 355
port Steamship Co 331 1') Trasporte único 355
7») Tribunal de Conflictos, 7 noviembre 1922, 2°) Trasportes múltiples 355
Manon 333 Imprecisión de la terminología 355.'
8*) Cons. de Est., 23 diciembre 1921, Société gené-
rale d'armements; 23 mayo 1924, Société les Sección I I I . Contrato de obras públicas 356
Affréteurs réunis 334 Elementos esenciales 356
9*) Cons. de Est., 26 enero 1923, Lafrégeyre 337 1') Contrato administrativo con un objeto de utilidad pública 357
10') Tribunal de Conflictos, 2 agosto 1920, Ville de Crítica 358
Rennes 340 2*) Ejecución o conservación de una obra inmueble 359
XX ÍNDICE ÍNDICE XXI
3') Remuneración en dinero o en otra forma (modalidades: a) Obligación del concesionario de hacer funcionar el
forfait, serie de precios, unidad de medida) 360 servicio público 390
4*) Riesgos. Comparación con la administración directa . . . . 361 b) Ecuación financiera de la concesión 392
S 2. Clasificación de los contratos de concesión de servicio público 394
Sección IV. Contrato de concesión de servicio publico 361
I. Concesión de un servicio público monopolizado . . . 394
Posición de la cuestión 361
Ejemplos: Sociedad de teléfonos 395
§ 1. Elementos esenciales del contrato de concesión de servicio
Sociedad de fósforos 395
público 362
Pompas fúnebres 395
1*) Carácter administrativo del contrato de concesión de
I I . Concesión de un servicio público con monopolio pu-
servicio público 363
ramente de hecho 396
2*) El contrato de concesión de servicio público tiene por
En qué consiste el monopolio puramente de hecho . . 396
objeto la explotación o funcionamiento de un servicio
Ferrocarriles, tranvías, ómnibus 396
público 367
Cons. de Est., 7 diciembre 1888, Ponthas 397
Distinción entre la concesión de obras públicas y la
concesión de servicio público 367 Cons. de Est., 4 marzo 1904, Société du
Contratos de concesión de servicio público sin obra chemin de fer funiculaire de Rouen . . . . 398
pública 369 I I I . Concesión de servicio público a título exclusivo . . . . 400
Extensión de la obligación del concesionario al caso de 1*) Necesidad de una ley 400
modificación del servicio público 371 a) Ley del 5 abril 1884, art. 115 400
3*) El servicio público se explota a costa y riesgo del con- b) Leyes especiales 401
cesionario 373 c) Ley del 15 junio 1906, art. 8 401
4*) La remuneración consiste siempre en el derecho con- 2") El carácter exclusivo no se presume 402
ferido por la Administración al concesionario para 3*) Se interpreta estrictamente 402
percibir, en su beneficio, del público una contribución 4*) Intervención de autoridades superiores 403
mientras dure el servicio 374 Los casos más frecuentes de concesión a título
Naturaleza jurídica de las tasas 374 exclusivo 403
Régimen jurídico de las tasas 374 Consecuencias jurídicas de una concesión de servicio
público a título exclusivo 403
Naturaleza jurídica de la tarifa 375
1*) No hay monopolio de derecho en favor del con-
Estudio detallado de la jurisprudencia en lo refe-
cesionario 403
rente a los tribunales competentes para apli-
Anulación y responsabilidad de la Administra-
car las tasas y tarifas 377
ción que concede en caso de concesión de
Competencia judicial 377
un monopolio de derecho ilegal. Cons. de
Competencia de los tribunales administrativos 381 Est., 4 marzo 1910, Thérond 407
Aplicación de las tarifas diferenciales 382 2*) Poder de la Administración de reorganizar el
Litigios entre el concesionario y la Administración . . 382 servicio concedido o de completarlo 409
Litigios entre el concesionario y la Administración Ejemplos: servicio de trasporte colectivo . . . . 410
con respecto a una tarifa especial 383 Servicio de iluminación 410
Subvención, garantía de intereses, distribución de be- 3*) Privilegio de explotación del concesionario . . 414
neficios 384 Significación precisa 414 '
Cuestiones de competencia de los tribunales adminis- Estudio detallado y crítica de la jurispru-
trativos. Estudio de la jurisprudencia 385 dencia 414
5*) La concesión de servicio público se conviene siempre Ejemplos: servicio de iluminación 414
por un largo período de tiempo 389 Servicio de publicidad en la vía pública 416
Importancia de este elemento 389 IV. Concesión de servicio público sin título exclusivo,
XXII ÍNDICE Í N D I C E XXIII
sin ningún monopolio de hecho 416 I I I . Operaciones sobre empréstitos de Estado no someti-
1*) Concesión con el compromiso de no dar a ningún das al régimen del derecho público 442
otro empresario una situación mejor 417 IV. Los contratos de empréstitos de los departamentos, de
Cons. de Est., I9 julio 1900, Tille de Pam 417 los municipios y de los establecimientos públicos . . 443
2*) Concesión de un servicio público de distribución
Sección VI. El contrato administrativo de locación de servicios per-
de energía eléctrica para fuerza motriz (ley del
sonales 446
15 junio 1906 y ley del 27 febrero 1925) 418
$ 1. Casos en los cuales no hay contrato 447
Estudio detallado 418
Distinción entre el nombramiento del funcionario y el con-
Terminología defectuosa 418
trato 448
Concesión de ocupación del dominio y concesión
Caracteres por los que se reconoce, según la jurispru-
de servicio público 419
dencia, al funcionario público 450
La concesión de ocupación no implica necesa-
§ 2. Casos en los cuales existe contrato administrativo 452
riamente una concesión de servicio público 419
ler. caso. Convención que precede o que acompaña a un nom-
Por el contrario, la concesión de servicio pú-
bramiento propiamente dicho 452
blico implica necesariamente la concesión
de ocupación y no permiso de ocupación de Estudio de la jurisprudencia 453
Cons. de Est., 11 diciembre 1903, Villenave 453
vía pública 420
Cons. de Est., 26 enero 1923, Lafrégeyre 453
Concesión simple de ocupación 421
2* caso. Contrato administrativo de locación de servicios sin
Concesión con declaración de utilidad pública 422
nombramiento 457
Crítica de opiniones divergentes 423
Estudio de la jurisprudencia 458
3*) Concesión del servicio público de teatros 426
Casos dudosos 459
Teatros nacionales 426
Interés de la distinción entre el nombramiento y el contrato
Jurisprudencia de la Corte de Casación, 1901 . . 426 administrativo 461
Jurisprudencia del Consejo de Estado, 1856 3er. caso. Contrato administrativo de locación de servicios, en
y 1923 426 los servicios públicos industriales 462
Teatros municipales 428 1* hipótesis. Servicio público concedido 463
Crítica de la jurisprudencia del Consejo de Es- Situación jurídica de los directores de los teatros na-
tado 429 cionales 463
V. Interés de la distinción entre las concesiones con mo- 2* hipótesis. Servicio público explotado por administración
nopolio y las concesiones sin monopolio 430 directa 464
1* regla. Distinción entre los servicios, según que
Sección V. El contrato administrativo de empréstito público de Es-
funcionen o no en las mismas condiciones
tado 432
que si los dirigiera un particular 464
Diferentes clases de empréstito de Estado 432
Cons. de Est., 22 enero 1921 y 23 diciembre 1921 465
I. Carácter administrativo del contrato de empréstito
2* regla. En los servicios industriales que no son
público de Estado 432 servicios públicos, hay contrato de derecho
Los textos 433 privado 466
Crítica 433 ¿Debe distinguirse entre el personal subal-
Los principios 434 terno y el personal dirigente! 466 '
II. Operaciones jurídicas del empréstito de Estado so- Cons. de Est., 26 enero 1923, Lafrégeyre 466
metidas al derecho público 435 3' regla. Servicios públicos industriales, contrato
Actos parlamentarios relativos al empréstito 436 administrativo de servicios 466
Actos administrativos relativos al empréstito 437 Distinción entre el personal dirigente y el
Letras del Tesoro 440 personal subalterno 467
m~m&i
2o) Naturaleza jurídica del ofrecimiento de ayuda 2*) Peligro de una aplicación demasiado rigurosa de las
que importa cesión de tierras 503 reglas del derecho público 527
Exposición de la jurisprudencia 504 La Corte de Casación y la noción de desviación de poder 527
Distinción que se hace actualmente según la La Corte de Casación y la protección del dominio pú-
fecha del ofrecimiento en terrenos 506 blico en materia de pequeño tránsito 529
Crítica de esta distinción 507 § 2. Principales contratos administrativos cuyo contencioso se
atribuye por ley, a los tribunales judiciales 530
Sección VIII. Otros contratos administrativos 508 1') Arrendamiento del impuesto municipal sobre los artícu-
Evolución de la jurisprudencia más reciente tendiente a la elimi- los de consumo (octroi) 530
nación de pretendidos "contratos" administrativos 508 2*) Arrendamiento de las tasas de mataderos, ferias y mer-
§ 1. Contratos administrativos verdaderos 509 cados 531
I. Concesión de incrementos futuros 509 Sección X. Contratos de derecho privado cuyo contencioso es atribuido
Naturaleza jurídica: contrato de obras públicas . . 509 por una ley a los tribunales administrativos 532
Jurisprudencia de la Corte de Casación 510 Razones históricas de esta anomalía 533
Jurisprudencia del Tribunal de Conflictos 510 § 1. Las ventas de bienes del dominio público 533
II. Arrendamientos de yacimientos minerales pertene- Razones históricas 533
cientes al Estado, a los departamentos y a los mu- La jurisprudencia desde la Restauración 534
nicipios 510 Nuevas restricciones al alcance de la regla primitiva 535
Estudio de la jurisprudencia 511 Crítica 535
Cons. de Est., 28 junio 1918, Société genérale § 2. Régimen de derecho privado y competencia judicial normal
thermale et balnéaire 514 con respecto a los contratos de derecho privado celebrados
§ 2. Casos en los cuales no hay contrato administrativo, pero por la Administración 537
cuya operación jurídica es administrativa 514 Aplicaciones principales 537
Distinción entre el acuerdo de voluntades y el acto unila- § 3 . Influencia de las formas y de los actos preparatorios sobre
teral provocado, demandado o aceptado 514 la naturaleza jurídica de los contratos de derecho privado 540
Interés de la distinción 515
1*) Concesiones de ocupación del dominio público 515 ÍNDICE ALFABÉTICO DE MATERIAS 543
2*) Afectaciones de dependencias del dominio (público o
privado) 516
Estudio de la jurisprudencia 517
3*) Concesión de minas 519
4*) Concesión de tierras en Argelia y en las colonias 520
5 3 . Casos en los cuales hay contrato, pero no contrato admi-
nistrativos : balsas y travesías de agua 521
Las balsas y travesías de agua 522
Estudio de la jurisprudencia 523
Tribunal de Conflictos, 22 enero 1921 524
EL FUNCIONAMIENTO DE LOS
SERVICIOS PÚBLICOS
El fin del Estado es organizar y hacer funcionar los
servicios públicos: justicia, policía, instrucción pública, defen-
sa nacional, comunicaciones, caminos, ferrocarriles, canales,
correos, telégrafos, teléfonos, asistencia, higiene, etc.
Los agentes públicos tienen por única misión hacer fun-
cionar los servicios públicos.
Las cosas del dominio público sirven únicamente —directa
o indirectamente— para el funcionamiento de los servicios
públicos.
Los principales problemas que conviene estudiar ahora, en
lo concerniente al funcionamiento de los servicios públicos en
general, son los siguientes:
l 9 ) ¿En qué situación jurídica se hallan los agentes pú-
blicos, los concesionarios y los administrados con respecto a
los servicios públicos?
29) ¿Cuáles son los poderes de que están investidos los
agentes públicos, con respecto a otros agentes públicos, y con
respecto al concesionario y a los administrados, para asegurar
el funcionamiento regular y continuo de los servicios públicos?
Es preciso, en efecto, indicar a los agentes públicos, al conce-
sionario y a los individuos en general, cómo deben compor-
tarse, previniendo su posible resistencia.
3*) ¿Tienen los agentes públicos la facultad o la obliga-
ción de hacer funcionar los servicios públicos y de hacerlos
funcionar estrictamente en las condiciones legales?
4 ? ) ¿Cuáles son los medios jurídicos de que disponen los
administrados para obligar a los agentes públicos a hacer fun- >
cionar los servicios públicos en las condiciones legales?
5*) ¿Cuáles son las responsabilidades pecuniarias de la
Administración con respecto a los particulares y a los conce-
sionarios, en razón del funcionamiento de los servicios pú-
blicos?
4 E L FUNCIONAMIENTO DE LOS SERVICIOS PÚBLICOS
fondo, las ideas dominantes de la organización política inglesa dente de la República, ministros, prefectos, alcaldes, conseje-
son las mismas que en Francia y en los Estados Unidos. ros generales, concejales, etc.;
29) es esencialmente modificáble en cualquier momento
II. — Establecido esto, ¿cuál es, en Francia, la significa- por la ley o el reglamento;
ción jurídica de estas ideas desde el punto de vista de la natu- 39) es permanente. Tal gobernante o tal agente público
raleza jurídica de los derechos y de los deberes de los gober- conserva, pues, el derecho y el deber, mientras no se haya
nantes y de los agentes públicos, en lo concerniente a los servi- modificado la ley orgánica de su competencia y mientras esté
cios públicos?6. personalmente investido de la función;
Evidentemente, los derechos y los deberes de los gober- 49) el derecho y el deber del gobernante y del agente
nantes y de los agentes públicos son situaciones jurídicas gene- público —los derechos y las obligaciones, como generalmente
rales, impersonales. Los gobernantes y los agentes públicos se dice— no pueden ser objeto de una renuncia general, abso-
de todo orden sólo tienen, en efecto, una competencia, en el luta; es preciso todavía agregar aquí —sin que esto sea conse-
sentido técnico de esta palabra. Ahora bien; la competencia cuencia de la situación jurídica general— que la competencia
de un agente público nunca es una situación jurídica indivi- del gobernante, del agente público, no puede ser objeto de una
dual. Se dice frecuentemente que tal gobernante o tal agente renuncia relativa.
público tiene el derecho y el deber de realizar determinado Veamos las ideas jurídicas generales que dominan la situa-
acto, concerniente a la organización o al funcionamiento de un ción jurídica de los gobernantes y de los agentes, en lo refe-
servicio público. Estas expresiones no deben ilusionarnos; la rente a la organización y al funcionamiento de los servicios
competencia es siempre una situación general e impersonal. públicos. Como veremos más adelante, ellas sirven para re-
Ella presenta, pues, los cuatro caracteres esenciales de solver fácilmente las numerosas dificultades que se presentan
esta situación 7 : en la práctica.
1*) es general e impersonal, la misma para todos los indi-
viduos investidos de esta función: diputados, senadores, presi- I I I . — Resuelta esta cuestión, se plantean otros proble-
mas : ¿cuál es la responsabilidad pecuniaria de los gobernantes
y agentes públicos? ¿Cuál es la responsabilidad pecuniaria del
8 Una de las consecuencias jurídicas más importantes de los principios
generales enumerados en la Declaración de los Derechos del Hombre y del patrimonio administrativo, en razón del funcionamiento del
Ciudadano y en la Constitución de 1848, es que los agentes públicos sólo pueden servicio público? Esto representa ya otra serie de problemas,
servirse de sus poderes con miras al interés general y para alcanzar el fin que ligados, por lo demás, al primero. Son los problemas generales
les asigna la ley orgánica de su competencia. En esta idea general se funda-
menta toda la teoría de la desviación de poder, que tan importante papel tiene de la responsabilidad personal de los gobernantes y agentes
en el derecho público francés. La significación exacta del poder discrecional no públicos, de la responsabilidad pecuniaria de los patrimonios
podrá comprenderse si se hace abstracción de este principio. También errónea- administrativos.
mente, algunos juristas han afirmado que los principios inscritos en la Decla-
ración de los Derechos del Hombre no eran más que preceptos filosóficos o de En principio, no hay razón para no aplicar a todos los
moral polínica, sin significado jurídico alguno. Se trata de un error evidente. servicios públicos, cualesquiera sean, el mismo régimen jurí-
Por lo demás, fuera de las teorías sobre desviación de poder y poder discrecio-
nal, el Consejo de Estado ha debido aplicar en los litigios, ciertos principios dico. El hecho de que el servicio público consista en procurar»
proclamados por la Declaración de los Derechos del Hombre. El mencionado a individuos determinados una prestación particular, no es
Cuerpo, el 9 mayo 1913, Boubeau, " R e c . " , p. 521 (y mi nota en la " E . D. P . " , razón suficiente para hacer descartar este régimen jurídico.
1913, p. 685), ha examinado la cuestión de saber si un reglamento " n o atenta
contra el principio de igualdad de todos los ciudadanos frente a los regla- Para decidir que tal o cual regla de dicho régimen jurídico
mentos administrativos". no es aplicable, se necesitará, pues, una disposición legislativa
i Supra, vol. i, ps. 9 y ss.; ps. 13 y ss. especial.
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La observación es fundamental; en efecto, en el derecho hacer funcionar el servicio público en las condiciones regla-
público francés, los regímenes jurídicos de la responsabilidad mentarias, el concesionario se halla en una situación jurídica
personal de los agentes públicos o de los patrimonios adminis- general e impersonal. Pero no es en razón de la persona del
trativos, no son los mismos del derecho privado. Hay que con- concesionario que el servicio público se ha organizado y debe
cluir, entonces, que en el caso de perjuicio causado por el fun- funcionar de cierta manera.
cionamiento de un servicio público, no son aplicables las reglas El concesionario se halla, pues, desde el punto de vista del
del derecho privado, salvo que la ley positiva disponga lo con- funcionamiento del servicio público, en una situación jurídica,
trario. idéntica a la del agente público propiamente dicho. Por otra
Habrá que decir también que los tribunales administra- parte, no es un agente público, ni integra los cuadros perma-
tivos son, en principio, los únicos competentes para estatuir nentes de la organización administrativa.
acerca de la responsabilidad de los patrimonios administra- 2') Viene luego, en el acto de concesión, el contrato que
tivos; para otorgar competencia a los tribunales judiciales, crea, en beneficio del concesionario o a su cargo, créditos pro-
será necesario un texto legal. piamente dichos o deudas, es decir, situaciones jurídicas indi-
En cuanto a la responsabilidad personal de los agentes viduales.
públicos, en principio, sólo podrá invocarse en caso de falta
E n efecto, el concesionario de servicio público es un em-
personal, en el sentido técnico que esta expresión tiene en
presario, que no se propone un acto de filantropía, sino la
derecho público; y los tribunales judiciales son los únicos com-
realización de beneficios. Para ello, antes de comprometerse a
petentes para conocer en el caso8.
hacer funcionar el servicio público, en las condiciones estable-
cidas por la Administración, hace sus cálculos. Considera las
cargas pecuniarias que tendrá que soportar al respecto, como
asimismo los beneficios que obtendrá. Esto es perfectamente
SECCIÓN II
legítimo: el empresario debe tener, en esta materia, una situa-
SITUACIÓN JURÍDICA DEL CONCESIONARIO DE ción estable, intangible; la situación jurídica que corresponde
SERVICIO PÚBLICO a lo antedicho es la situación jurídica individual creada por el
contrato 9 . Pero esto no concierne en absoluto a la organización
o al funcionamiento del servicio público.
Mucho se ha discutido acerca de la naturaleza de la situa-
ción jurídica del concesionario de servicio público, es decir, I I . — La responsabilidad del concesionario, en razón del
del individuo o de los individuos constituidos en sociedad, a funcionamiento del servicio público, es, en principio, la misma
quienes se encomienda el funcionamiento de un servicio pú- que la del patrimonio administrativo en caso de explotación
blico. del servicio por prestación directa (en régie); sin embargo, la
ley puede disponer las cosas de otro modo.
I. — Se admite hoy que el acto de concesión es un acto La responsabilidad personal de los empleados del conce-
jurídico complejo. sionario, en caso de falta, no es la de los agentes públicos, pues >
I 9 ) Existe, ante todo, en el acto de concesión, la organi- aquéllos (préposés) no son agentes públicos. Se trata de la
zación del servicio público, que es una ley o un reglamento en responsabilidad de los empleados en derecho privado (art.
el sentido material. En su condición de persona encargada de 1382, Cód. Civ.). Del mismo modo, la responsabilidad subsi-
diaria del concesionario para garantizar el pago de las indem- La situación jurídica sería la siguiente:
nizaciones puestas a cargo de los empleados, se rige por el De hecho, cuando se celebra un contrato entre dos partes,
derecho privado (art. 1384) y no por el derecho público. E n casi siempre una de ellas se halla en una situación económica
efecto, el concesionario y sus empleados no son agentes pú- más fuerte que la otra; es la que hace la ley del contrato y
blicos. fija las condiciones; la otra parte, de hecho, se limita a adhe-
rirse. Ello resulta tan verdadero que hay casos en que la inde-
pendencia de una de las partes, para la determinación de las
SECCIÓN III condiciones del contrato, se ve enteramente paralizada. Tal
es el caso del contrato de trabajo: el obrero que contrata con
SITUACIÓN DE LOS ADMINISTRADOS un patrón, no discute las condiciones, sino-que acepta las que
este último ha establecido y se adhiere a ellas. Lo mismo ocu-
rre en el contrato de seguros contra incendio o de vida: el
Ante todo, parece que la situación jurídica en la que se asegurado sólo puede, de hecho, adherirse a la póliza que la
halla el particular que reclama a la Administración o a quien compañía de seguros le presenta. Un ejemplo, aun más típico,
la Administración reclama una prestación determinada, es la es el de los aparatos automáticos: todo individuo que intro-
del acreedor o del deudor del derecho privado, a raíz, verbi- duce en el aparato una moneda determinada, tiene derecho
gracia, de un contrato de compraventa o de un contrato do al objeto anunciado en la propaganda; él se adhiere a la pro-
ut facial. posición inscrita en el aparato.
Nada de esto sucede. Tal es justamente, según se afirma, la situación de los
Consideremos sucesivamente los derechos de los usuarios usuarios de los servicios públicos: trasportes, correos, telégra-
y las cargas de los administrados. fos, teléfonos, agua, gas, electricidad, etc. El particular que
usa el servicio no tiene más remedio, de hecho, que adherirse
§ 1 a las condiciones establecidas por la Administración. Se trata
de un contrato de adhesión11.
Derechos de los usuarios ¿Este hecho modifica el derecho? ¿Esto equivale a decir
que no hay contrato? Se responde negativamente. Los contra-
I tos de adhesión son verdaderos contratos. "Quien se adhiere
a las condiciones que se le proponen se halla, al fin y al cabo,
Teorías en presencia sobre la naturaleza del derecho de
en libertad de aceptarlas o no. Podría rechazarlas en bloque,
los usuarios y, por consiguiente, cuando las acepta, da su pleno consenti-
I. — Muchos juristas estiman que la situación jurídica 1910, ps. 503 y ss.; FORTIER, Des pouvovrs du juge en matiére de contrat d'ad-
del usuario de un servicio público —por ejemplo, del servicio hésion, 1909, Dijon (tesis); BOÜRCART, nota en " S i r e y " , 1911, 1, 521, Casa-
ferroviario o del servicio postal— es la de un acreedor, surgida ción, 4 enero 1910; FERRON, nota en " S i r e y " , 1911, 2, 233, Bordeara, 8 julio
de un contrato. No obstante, como existen algunas particula- 1909; GÉNY, Des droits sur les lettres missives, 1911, i, ps. 52 y ss.; SALEILI,ES,
De la déclaration de volonté, n» 89; COLÍN y CAPITANT, Cours élém. de droit
ridades, han elaborado la teoría de los contratos de adhesión civil franeáis, 2* ed., 1920, n, ps. 258 y ss.; THALLER y PERCEROÜ, Traite élém.
o de guichet10. de droit cornmercial, 5* ed., 1916, ps. 614 y ss.
n Para el caso de servicio público concedido, existe también otra teoría,
10 DOLLAT, Les contrats d'adhésion, 1905, París (tesis); DEREUX, De expuesta por ciertos civilistas: es la teoría de la estipulación por otro (LAM-
l'interprétation des actes juridiques, 1905, París (tesis), ps. 152 y ss.; y, BERT, Du contrat en faveur de tiers, ps. 322 y ss.), hoy abandonada. Para su
también, Les contrats d'adhésion, en la "Éevue Trimestrielle de Droit Civil",. refutación, véase DUGUTT, " K . D. P . " , 1907, ps. 430 y ss.
16 E L FUNCIONAMIENTO DE LOS SERVICIOS PÚBLICOS
SITUACIÓN JURÍDICA DE LOS AGENTES PÚBLICOS 17
miento. Se caería en inextricables dificultades si se negara a
tales operaciones el carácter contractual" 12 . bación; sólo los agentes públicos establecen unilateralmente
las condiciones precisas en que funcionará el servicio. Los
II. — La gran mayoría de los publicistas rechazan la usuarios no intervienen ni de hecho, ni de derecho, ni tampoco
teoría del contrato de adhesión o de guichet13. pueden hacerlo. E n el caso —muy frecuente— en que el servi-
Por de pronto, se puede observar, de manera general, que cio público sea un monopolio, el usuario no tiene derecho a
cuando se obliga a los juristas a calificar un contrato para negarse a recurrir al servicio público, puesto que únicamente
explicar ciertas particularidades, existen las mayores proba- l a Administración puede suministrar la prestación. E j . :
bilidades de que el acto jurídico así calificado no sea un con- correos, telégrafos, teléfono, etc.15. Todo esto no es el hecho,
trato. Tal es el caso del contrato de adhesión. Además, muchos es el derecho. Además, los agentes encargados de un servicio
civilistas tienen una tendencia a ver contratos donde hay obli- público no pueden, en derecho, a instancia de un usuario, hacer
gaciones ; es por eso que muy ordinariamente, en todo acuerdo funcionar el servicio de otro modo que siguiendo sus reglas de
de voluntades, ellos ven un contrato. E s un error: todo con- organización. De lo contrario habría una irregularidad, una
trato supone siempre un acuerdo de voluntades, pero no todo falta que podría entrañar la nulidad de la acción y compro-
acuerdo de voluntades es un contrato 14 . meter la responsabilidad de la Administración o aun la res-
ponsabilidad personal del agente.
En el caso del funcionamiento de los servicios públicos, la Así, pues, los usuarios se adhieren realmente al funciona-
situación de los usuarios no es contractual, porque no hay miento del servicio público, pero ellos no contratan.
acuerdo de voluntades. Si se examinan, uno por uno, todos los
servicios públicos, se hará, en todos ellos, la misma compro- Tomemos el caso del servicio público postal, telegráfico o
telefónico o del servicio público de los ferrocarriles.
12 COLÍN y CAPITANT, Droit civil, 2* ed., 1920, n, p. 258. En el mismo Los usuarios no discuten, de ninguna manera, las condi-
sentido, GÉNY, Des droits sur les lettres missives, 1911, i, p. 52; THALLER y ciones del funcionamiento del servicio postal. No pueden ob-
PERCBROU, Droit commeroial, 5» ed., 1916, p. 614: " L a s tarifas de ferrocarri- tener, acualquier precio que sea, una modificación del funcio-
les son verdaderas convenciones, que se mantienen como simples proposiciones,
mientras no se hace la reclamación del caso. Surgen y se renuevan en condi- namiento del servicio, que es el mismo para todo el mundo, no
ciones constantes, a medida que los particulares solicitan la aplicación de la solamente de hecho, sino también en derecho. Y aquí existe
respectiva tarifa. Someterse al régimen de una tarifa, es aceptar un sistema u n punto que al parecer no advirtieron los sostenedores de la
de trasporte propuesto por la Compañía. La situación es la misma que en el
contrato de seguro, en que las condiciones generales, impresas y semejantes teoría de los contratos de adhesión, en lo relativo a los servi-
para todos los clientes de la. Compañía, forman la materia de la convención. cios públicos.
Se está ante un contrato de adhesión". Por lo demás, THALLER reconoce que la
jurisprudencia se orienta en sentido contrario y que la Corte de Casación ve En un gran almacén donde se exhiben las mercaderías
en las tarifas no convenciones, sino leyes (Casac civ., 3 marzo 1874, " D . " , con sus precios marcados, a todos los clientes se los trata, de
75, 1, 171; Casac, 13 mayo 1874, "V.", 75, 1, 467) o actos de orden público hecho, de la misma manera; pero en derecho, y de hecho, nada
(Casac, 17 noviembre 1909, " D . " , 1911, 1, 317). impide al comerciante brindar condiciones especiales a tal o
13 Véase mis notas en la " B . D. P . " , 1908, ps. 48 y ss.; 1916, ps. 52 y cual cliente. Esto se halla absolutamente prohibido en los
ss.; 1916, p. 242; DUGUIT, Situation des partiouliers á l'égard des services
publics, en la " B . D. P . " , 1907, ps. 411 y ss.; Les transformations du droit
privé depuis le Code Napoleón, París, 1912, ps. 121 y ss. V., también, Droit 15 El Cons. de Est., enero 1912, Marc, " B e c " , p. 75 ( " B . D. P . " , 1912,
const., 2» ed., 1921, i, ps. 274 y ss.; HAÜRIOÜ, notas en " S i r e y " , 1907, 3, 33, ps. 41 y ss.), puso perfectamente de relieve esta situación, a propósito de un
Cons. de Est., 21 dic 1906; en " S i r e y " , 1908, 3, 17, Cons. de Est., 23 marzo servicio público con monopolio de hecho (servicio público del alumbrado a gas):
1906, Chauvin; en " S i r e y " , 1908, 3, 137, Cons. de Est., 17 mayo 1907, Com- •"De hecho, todo propietario que quiera asegurarse para sí o asegurar a los
pagnie Transatlantique. inquilinos de su inmueble la posibilidad de usar el gas, cuyo suministro es un
servicio público, deberá necesariamente contratar con la Sociedad del g a s . . . y,
!•* Supra, vol. I, ps. 40 y ss. por esto, someterse a las condiciones de la resolución (prefectoral que organiza
«1 servicio) ''.
en lo sucesivo, una plaza fuerte, entraña la aplicación, de vocadas son investidas del status legal de soldado: es una
pleno derecho, a los propietarios de inmuebles vecinos, del situación jurídica general, impersonal. La orden de moviliza-
régimen especial de propiedad inmobiliaria llamado servidum- ción es, pues, un acto-condición.
bre non aedificandi. La afectación de una fortaleza es, pues,
un acto-condición. A la inversa, el día en que los agentes Ser. ejemplo. — La ley prescribe que, en caso de movili-
públicos disponen que la plaza fuerte sea desafectada, los zación, los agentes públicos de cierta categoría podrán exigir
propietarios quedan investidos, de pleno derecho, de un status a todos los individuos que se hallan dentro del territorio, pres-
nuevo: el status legal ordinario de propietario de inmueble, o, taciones de determinada naturaleza. Trátase del status legal
en otros términos, el régimen legal normal de la propiedad de todos los que se hallan en el territorio francés: situación
inmobiliaria es el que se aplica a los terrenos. Por consiguiente, jurídica general, impersonal. Una vez proclamada la moviliza-
la desafectación es también un acto-condición. ción, determinado agente público competente requiere de cierto
El mismo razonamiento se hará para las servidumbres non individuo que le suministre 100 quintales de forraje; se trata
aedificandi o aquellas otras a las que se someten los terrenos de una deuda propiamente dicha, de una situación jurídica
situados en determinado radio alrededor de un cementerio. individual. La requisición del agente público es un acto unila-
Una ley organiza estas servidumbres de manera general: es el teral, creador de situación jurídica individual. Supongamos
régimen de la propiedad que circunda los cementerios, status que el agente público requisicione a cierto individuo para ser-
legal. Supongamos ahora que los agentes públicos competentes vir de guía; el individuo está obligado en virtud de una deuda
disponen la creación de un cementerio en determinado sitio: de servicio personal, hallándose en una situación jurídica indi-
se trata de un acto-condición, que aplica a determinados pro- vidual. La requisición es, pues, un acto unilateral creador de
pietarios de los terrenos vecinos el régimen legal llamado ser- situación jurídica individual. En ningún caso existe obUgar
vidumbre non aedificandi. Inversamente, la desafectación de ción contractual19.
un cementerio pone fin a este status especial; más exacta-
mente, al cabo de los pocos años establecidos por la ley general
sobre cementerios, el status ordinario denominado propiedad
ordinaria se aplicará a los propietarios de los terrenos vecinos SECCIÓN IV
al cementerio desafectado. La desafectación del cementerio es,
pues, un acto-condición. CONSECUENCIAS GENERALES DE LOS PRINCIPIOS
P
2 ejemplo. — Supongamos que una ley disponga que
todos los franceses, hasta los 50 años de edad, se someterán al
servicio militar y podrán ser llamados en caso de movilización La mejor demostración de la exactitud de los principio»
general. Se trata del status general de los franceses, situación antes señalados, es la exposición sumaria del mecanismo de
jurídica general e impersonal. Producido el caso previsto por algunos grandes servicios públicos, que persiguen objetivos
la ley, los agentes públicos competentes lanzan la proclama de muy diferentes: por ejemplo, los servicios de justicia, instruc-
movilización, por la cual puede llamarse a todos los franceses ción pública, asistencia pública, correos, telégrafos y teléfo-
hasta los 50 años de edad, para prestar servicio militar. Prác- nos, ferrocarriles.
ticamente, desde el tiempo de paz, una orden condicional de
llamado bajo banderas se hace llegar a cada individuo, pres- l» Casación civ., 6 marzo 1917, Erischen, " E . D. P . " , 1917, ps. 185 y as.;
cribiendo los plazos dentro de los cuales debe presentarse y eí ps. 278 y ss. (y el estudio del consejero COLÍN): " l a s requisiciones militares...
Jugar de reunión (nota de movilización). Las personas así con- son actos del poder público...; no tienen ellas el carácter... de ningún contra-
to de derecho común".
24 EL FUNCIONAMIENTO DE LOS SERVICIOS PÚBLICOS
SITUACIÓN JURÍDICA DE LOS AGENTES PÚBLICOS 25
I
parte, el usuario no puede obtener una prestación o modali-
Reglas esenciales de los servicios públicos dades que no sean las fijadas por la ley general orgánica del
servicio; en especial, el usuario no puede lograr una presta-
Un análisis esquemático de este mecanismo, hace aparecer ción o modalidades que quiebren, en su favor, la igualdad de
la identidad de las reglas esenciales, que son las siguientes: los individuos ante los beneficios de los servicios públicos, o
P regla. — Todos los individuos que reúnen determinada» que vayan contra el fin perseguido por el servicio público21.
condiciones, establecidas de manera general e impersonal por
la ley orgánica del servicio (ley, reglamento, instrucciones ge- lf regla. — Entre las condiciones establecidas para que se
nerales), tienen el poder jurídico de exigir la prestación que es suministre la prestación, puede suceder que la ley orgánica
el objeto del servicio público: se trata del principio de la igual- del servicio público ordene el pago de determinada suma de
dad de los individuos ante los servicios públicos20. dinero, de una tasa. Esta última deberá ser general, es decir,
Para apreciar la manifestación de voluntad del individuo la misma para todos los individuos que reclaman el mismo
que llena las condiciones legales, es indiferente su capacidad género de prestación (igualdad de los individuos ante los
civil: menores, mujeres casadas, etc. Dicha manifestación de servicios públicos). Por lo demás, no siempre se exige una
voluntad es la condición para que los agentes públicos tengan tasa; en efecto, en un servicio público, la cuestión dinero rara-
la obligación de suministrar la prestación. Trátase, pues, de mente se halla en primer plano. La mayoría de los servicios
un acto-condición. públicos se organizan con la preocupación de no producir be-
2* regla. — Puede suceder que el servicio público haya neficios. Ésta es una de las características del servicio pú-
sido erigido en monopolio: en este caso, los individuos no po- blico22, que lo diferencia de una explotación industrial privada,
drán obtener la prestación sino de los agentes puestos al frente en la que predomina el fin lucrativo. Ello demuestra lo absur-
del servicio público. do de la fórmula, frecuentemente repetida, "la Administración
3* regla. — La prestación debe ser suministrada por la debe explotar comercialmente, industrialmente", si con dicha
Administración, como lo prescribe la ley orgánica del servicio,
y no de otro modo. La ley orgánica del servicio (ley, regla- 21 El fallo principal es el del Cons. de Est., 29 diciembre 1911, Chomel,
" R e c . " , p. 1263 (y la nota) ("R. D. P . " , 1912, ps. 26 y ss.): " E l despacho
mento, instrucción general) establece el contenido y las mo- del director de correos..., confirmado por el del subsecretario de Estado, es-
dalidades de la prestación, de manera general e impersonal: pecifica expresamente que los telegramas dirigidos al recurrente sólo se le
en principio, salvo el caso de fuerza mayor, la Administración remitirán, en lo futuro, a la dirección telegráfica de F. o por el servicio postal,
a menos que el interesado consienta en colocar un buzón y una campanilla en
no puede suministrar la prestación de otro modo y, por su la puerta de su propiedad. Estas decisiones causan agravio al señor C, y, por
consiguiente, el ministro no tiene derecho a sostener que aquéllas no son actos
20 En el caso Chomel, juzgado por el Cons. de Est., el 29 diciembre 1911, administrativos que puedan deferirse al Consejo de Estado, por la vía con-
" R e c . " , p. 1265 y la nota (V. mi nota, en la " R . D. P . " , 1912, ps. 26 y ss.), tenciosa. En virtud del decreto del 12 enero 1894 y de la instrucción regla-
el comisario del Gobierno, CORNEILLE, expresó que " u n habitante y un contri- mentaria concerniente al servicio de carteros, los telegramas deben remitirse
buyente tienen, en principio, derecho adquirido a los servicios públicos y a su» al domicilio del destinatario y a él mismo o a su representante. No resulta
modalidades reglamentarias". El Consejo de Estado, en su resolución, afirmó del expediente que la Administración se haya visto obligada a excluir al recu-
que únicamente circunstancias excepcionales pueden poner a " l a Administra-
ción en la obligación de excluir (a un usuario del servicio telegráfico) de la rrente de la aplicación de la regla general antes recordada. Por tanto, el señor
aplicación de la regla general" (que organiza el servicio público). Por otra C. tiene derecho a sostener que las decisiones impugnadas están viciadas de
parte, el Consejo de Estado ha declarado nula la organización de un servicio- exceso de poder".
público que no fuese general e impersonal. Cons. de Est., 9 mayo 1913, Soubeaur 22 Véase las conclusiones de CORNEILLE, ante el Consejo de Estado, 7
" R e c . " , p. 521 ("R. D. P . " , 1933, p. 685): El reglamento " n o vulnera el abril 1916, Ástruc, " R . D. P . " , 1916, p. 374: " E n toda constitución de ser-
principio de igualdad de todos los ciudadanos frente a los reglamentos admi-
nistrativos". vicio público, las necesidades del público deben prevalecer sobre toda otra
consideración y, especialmente, sobre toda consideración de interés financiero.
En caso de necesidad, el concesionario trabajará a pérdida —con la ayuda del
concedente— con tal de que trabaje".
26 E L FUNCIONAMIENTO DE LOS SERVICIOS PÚBLICOS SITUACIÓN JURÍDICA DE LOS AGENTES PÚBLIOOS 27
expresión se quiere significar que los gobernantes deben —al recurso jurisdiccional por exceso de poder {recurso de casa-
igual que los industriales o los comerciantes— organizar los ción, recurso por exceso de poder). Para descartarlo, es pre-
servicios públicos con la finalidad de obtener el mayor bene- ciso que la ley haya dispuesto lo contrario en términos que no
ficio posible. De esa manera, convendría, respecto al servicio de dejen absolutamente ninguna duda.
ferrocarriles, suprimir todas las líneas poco productivas; pa- 69 regla. — E n caso de falta cometida en el funcionamiento
ra el servicio postal, suprimir la distribución en el campo, etc. del servicio público, si el servicio es explotado por la Adminis-
La verdad es que la explotación de los servicios públicos no tración, la responsabilidad personal de los empleados (agentes
se hace, en principio, con fines de lucro, sino para desarrollar públicos) sólo resulta comprometida con respecto al usuario,
el bienestar material, intelectual y moral de la población. cuando existe falta personal (en el sentido técnico que esta
Se puede, al respecto, distinguir tres grandes categorías expresión tiene en derecho publico francés), salvo cláusula
de servicios públicos: a) aquellos cuyos gastos se pagan ente- expresa en contrario de la ley. Además, la responsabilidad de
ramente con las tasas de los usuarios. Verbigracia: verifica- la Administración se acumula, en condiciones especiales24. E n
ción de pesas y medidas, calderas de vapor, etc.; a veces, el el caso de servicio concedido, la responsabilidad personal de
servicio postal, telegráfico, telefónico, etc.; b) los servicios los empleados, no agentes públicos, es la del derecho privado.
cuyos gastos no los pagan totalmente los usuarios (servicios 79 regla. — En caso de perjuicio causado por el funciona-
públicos gratuitos), pues corren por cuenta del conjunto de miento del servicio público —con o sin falta—, los tribunales
los individuos (impuestos). E j . : instrucción primaria pública, administrativos aplicarán, no las reglas del derecho privado
asistencia pública, etc.; c) aquellos cuyos gastos son cubier- sobre la responsabilidad de los explotadores, sino las reglas
tos en parte por las tasas de los usuarios y en parte por el del derecho público, salvo disposición expresa de la ley.
conjunto de los individuos (impuestos). E j . : servicio de justi-
cia, servicio ferroviario, etc. II
5 9 regla. — Cuando los agentes públicos no hacen funcio-
nar el servicio público en las condiciones legales, violan las Aplicación al servicio público de justicia civil
normas orgánicas de su competencia, cometiendo un exceso de de los principios expuestos25
poder. E n consecuencia, si el agente público realiza un acto Las reglas generales antes expuestas, se aplican en las
jurídico unilateral violando las reglas que establecen su com-
siguientes condiciones:
petencia, el usuario podrá deferirlo a un tribunal mediante el
1*) Todo individuo que llene las condiciones legales (ca-
recurso por exceso de poder 23 ; podrá o deberá emplearse el
pacidad para estar en juicio) puede exigir que el servicio de
justicia civil funcione en su beneficio en las condiciones deter-
23 Cons. de Est., 29 diciembre 1911, Chomel, " K e c . " , p. 1265 y la nota
(y mi nota en " E . D. P . " , 1912, ps. 26 y ss.). En sus conclusiones, el comi- minadas, de manera general e impersonal, por las leyes orgá-
sario del Gobierno, CORNEILLE, desarrolló esta tesis: " U n habitante, un nicas del servicio de justicia (principio de la igualdad de las
contribuyente, tienen, en principio, derecho adquirido a los servicios públicos y personas ante el servicio mencionado). E s esto lo que esta-
a sus modalidades reglamentarias; a la Administración no puede permitírsele blecen, en materia civil, el art. 4 del Código Civil y los artícu-
excluir a un particular de las reglas generales y de derecho común, salvo en caso
de fuerza mayor o si el interesado, por su parte, impide verdaderamente la
observancia de los reglamentos a su respecto". La resolución del Consejo de recordada. Por tanto, el señor C. tiene derecho a sostener que las decisiones
Estado se expresa en estos términos: "En virtud del decreto... del 12 enero impugnadas están viciadas de exceso de poder".
1894 y de la instrucción reglamentaria concerniente al servicio de carteros, los 24 Cons. de Est., 26 julio 1918, Lemonnier, " B e c . " , p. 761 (y " R . D. P . " ,
telegramas deben remitirse al domicilio del destinatario y a él mismo o a su 1919, p. 62, con las conclusiones de LEÓN BLUM).
representante. No resulta del expediente que la Administración se haya visto 25 Para la justicia represiva (aplicación de las penas) hay reglas análo-
obligada a excluir al recurrente de la aplicación de la regla general antea gas, pero la materia es demasiado especial para exponerla en este lugar.
28 E L FUNCIONAMIENTO DE LOS SERVICIOS PÚBLICOS SITUACIÓN JURÍDICA DE LOS AGENTES PÚBLICOS 29
los sobre la denegación de justicia (art. 505, Proc. Civil; art. 4*) El servicio de justicia civil da lugar al pago de con-
185, Cód. Penal). Art. 4 : "El juez que se rehuse a juzgar, so tribuciones pecuniarias (tasas de justicia), que establecen uni-
pretexto de silencio, oscuridad o insuficiencia de la ley, podrá lateralmente los gobernantes y agentes públicos, debiendo ser
ser procesado como culpable de denegación de justicia". La las mismas para todos (tarifas). Por otra parte, su monto no
acción en justicia es un acto-condición, por el cual un indivi- se fija de manera que los gastos del servicio sean cubiertos por
duo obliga al juez a ejercer su competencia, a juzgar. los litigantes, sino que una parte la cubre el conjunto de los
2*) El servicio público de justicia está organizado, para individuos (impuestos). La remuneración de los agentes pú-
los litigantes, en forma de monopolio, es decir, con obligación blicos auxiliares de la justicia —procuradores, ujieres, nota-
de recurrir a los tribunales. Se trata de una carga que resulta rios— no se discute libremente entre los oficiales ministeria-
de la organización del servicio; por ejemplo, justicia represi- les y los litigantes. No se trata de un precio, como en el caso
va, pleito concerniente a la Administración 26 . Sin embargo, del abogado. Hay tarifas generales e impersonales, obligato-
en materia civil o comercial, los individuos pueden, en lugar rias para todos los interesados. Sólo se las puede derogar en
de recurrir a los tribunales, elegir arbitros. Art. 1003, Proc. los casos previstos por la ley (asistencia judicial, etc.). Exis-
Civil: "Todas las personas pueden someter a arbitros todos los t e un control especial (juez tasador).
derechos de los cuales disponen libremente". El monopolio del 5*) Si los agentes públicos empleados en el servicio de
servicio de justicia existe, por lo demás, para ciertos asuntos. justicia, no lo hacen funcionar en las condiciones legales, co-
Ej.: donaciones y legados de alimentos, habitación y vestidos; meten una violación de la ley, un exceso de poder. Existe siem-
Reparación de cuerpos, divorcios, cuestiones de estado, liti- pre un recurso jurisdiccional de anulación por violación de la
gios que se hallen sujetos a comunicación al Ministerio Pú- ley —exceso de poder— aun cuando el asunto no pueda ape-
blico (art. 1004, Proc. Civil). larse. E n Francia, recibe el nombre de recurso de casación.
3*) El servicio público de justicia sólo puede funcionar Aunque la ley no lo haya previsto expresamente, aun cuando
en las condiciones establecidas por la ley: tribunal competen- diga formalmente que no hay recurso, el recurso de casación
te, formas, plazos, sistema de pruebas, manera como deben es siempre factible por violación de la ley o exceso de poder28.
fallar los jueces, recursos, etc. Ello se traduce por la fórmula:
las reglas relativas al funcionamiento de la justicia son de 28 LAFERRIÉRE, Juridiction adra, et recours contentieux, 2» ed., 1896, n,
arden público. En principio, no se puede derogarlas. No obs- p. 576: "Cuando no existen textos que prevean el recurso de casación con
respecto a determinada jurisdicción, este recurso no deja por ello de ser menos
tante, a fin de atenuar el carácter formalista que tendría el procedente en virtud de los principios generales... La jurisprudencia del
servicio de justicia por la aplicación rigurosa de esta regla, Consejo de Estado ha aplicado siempre esta regla... En estos casos y en otros
la ley permite expresamente a las partes no invocar ciertas análogos se ha reconocido la existencia del recurso, no solamente a pesar de
nulidades de procedimiento o renunciar a prevalerse de ellas. la falta de disposición expresa de las leyes especiales, sino también a pesar
de las disposiciones de estas leyes que calificaban las decisiones de definitivas, o
Verbigracia: art. 173, Proc. Civil: "Toda nulidad de ejecución declaraban que se habían dictado sin recurso y aun sin ningún recurso. La
o de acto de procedimiento queda cubierta, si no se propone jurisprudencia ha interpretado estas expresiones, sin exceptuar la última por
antes que cualquier defensa o excepción que no sean las excep- absoluta que parezca, en el sentido de que sólo excluyen la apelación, pero no
el recurso de casación en caso de incompetencia o de exceso de poder".
ciones de incompetencia"27. La Corte de Casación ha aplicado estos principios (Cámara civil), el 15
26 Sin embargo, la ley de Hacienda del 17 abril 1906, art. 69, permite noviembre 1911 ("Becueil de Législ. et de Jurisp. Coloniales", 1912, 3, 43),
que las Administraciones públicas recurran a arbitros para los litigios sus- a raíz de un recurso de casación entablado contra una sentencia del tribuna]
citados por los contratos de obras y de suministros. De hecho, este texto del Laos, entendiendo en materia indígena: " L a vía del recurso de casación
resulta inaplicable e inaplicado. E n todo caso, se t r a t a de una excepción a la queda abierta por violación de la ley francesa, contra todas las decisiones que
regla. E n los demás casos existe el monopolio. emanan de los tribunales franceses, siempre que se dicten en última instancia.
27 Sobre la interpretación que debe darse a este texto, hay una jurispru- Esta regla se extiende, en principio, a las sentencias pronunciadas por los
dencia muy técnica. tribunales franceses establecidos en los países de protectorado y sólo deja do
30 EL. FUNCIONAMIENTO DE LOS SERVICIOS PÚBLICOS SITUACIÓN JURÍDICA DE LOS AGENTES PÚBLICOS 31
art. 4). Aun cuando se reconozca que la instrucción dada en tos establecen que determinada enseñanza es obligatoria, el
la familia es insuficiente, y que el niño debe ser enviado a una educador no podrá dispensar de ella a un alumno. Las leyes
escuela, no existe obligación de enviarlo a una escuela públi- y reglamentos enumeran las enseñanzas facultativas.
ca (ley de 1882, art. 16). 49) El servicio público de instrucción primaria es gra-
39) Las condiciones de funcionamiento del servicio de tuito (ley del 16 junio 1881, art. I 9 ). En la enseñanza secun-
instrucción pública las fijan unilateralmente y por vía gene- daria (liceos) o superior (facultades) se exige una retribu-
ral e impersonal los agentes públicos (programas, personal ción escolar, la que no se calcula con miras a cubrir los gastos
docente, disciplina, castigos, horas de clase, vacaciones, libros del servicio, ya que una parte de dichos gastos se cubre con el
de texto, etc.). Los padres no tienen ninguna participación en impuesto. La tasa se fija mediante una tarifa general, que es
la fijación de estas condiciones32. Es allí donde aparece cla- la misma para todos los individuos de una misma categoría;
ramente la diferencia entre el servicio público de enseñanza y no se trata de un precio libremente debatido34.
la enseñanza privada. Un padre de familia que envía a su hijo
a una escuela privada, puede hacer toda clase de arreglos con
hibición en las escuelas públicas —por aplicación del art. 4 de la ley del 27
el educador privado. No sucede lo mismo con el servicio pú- febrero 1880— de los libros incriminados y de presentarse de inmediato, en
blico de enseñanza. El servicio público no puede funcionar de oaso de exceso de poder, ante el Consejo de Estado. Pero mientras no se haya
otro modo que el prescrito33. En particular, si los reglamen- pronunciado dicha prohibición, la negativa por parte de los niños a servirse de
las obras elegidas por el maestro en la lista regularmente aprobada, los hace
pasibles de las penalidades arriba mencionadas (exclusión temporaria de la es-
32 Es una cuestión política la de saber si en los Consejos de enseñanza cuela)". Esto, en cuanto a los padres de familia. Veamos, ahora, lo referente
resulta conveniente admitir representantes de los padres de familia. Aunque a los agentes escolares. En la resolución Pichón, del mismo día, 20 enero 1911,
la ley responda en forma afirmativa, sólo hay allí una influencia que se ejerce " E e c . " , p. 77, el Consejo de Estado precisa la circunstancia de que los
sobre las condiciones generales del servicio; no se celebra, ni puede celebrarse, agentes públicos sólo pueden hacer funcionar el servicio de conformidad a los
entre tal padre y tal maestro público, un contrato relativo al funcionamiento reglamentos; en particular, en lo que concierne a las sanciones aplicables a los
del servicio público para tal alumno. niños: " E n la escuela pública elemental de D., el alumno P. se ha negado a
33 Acerca de este punto hay resoluciones fundamentales: Cons. de Est., utilizar un libro de historia que figuraba en la lista de libros preparada re-
20 enero 1911, Porteret, " E e c . " , ps. 68 y ss. (con las conclusiones de PICHAT) gularmente. . . de conformidad a los arts. 20 a 22 de la resolución del 38
(mi nota en la " E . D. P . " , 1911, ps. 69 y ss.; la nota de HAUBIOU en " S i r e y " , enero 1887, dictada por el ministro de I. Pública con intervención del Consejo
1911, 3, 49): "Del conjunto de estas disposiciones legislativas y reglamentarias superior, para el cumplimiento del art. 16 de la ley del 30 octubre 1886...
(leyes del 28 marzo 1882, del 19 julio 1889 y del 25 julio 1898, resolución del Este hecho era, de parte del alumno, una falta a la disciplina escolar, teniendo
ministro de Instrucción Publica, del 18 enero 1887), resulta que las autoridades la autoridad el derecho y el deber de reprimirla, infligiendo al niño una de las
universitarias son las únicas competentes para todo lo concerniente a la orga- penas que las leyes y reglamentos le permiten aplicar. Sin embargo, el regla-
nización de la enseñanza en la escuela, especialmente para la elección de los mento dictado por el Consejo departamental para el régimen interno de las
métodos y de los libros escolares; los niños que frecuentan la escuela pública escuelas del departamento, de conformidad a las indicaciones contenidas en el
están obligados, pues, a someterse a las reglas establecidas a este respecto por reglamento modelo, aprobado el 18 enero 1887 por el ministro de I. Pública,
las mencionadas autoridades y, en especial, a la elección que el educador haga en cumplimiento del art. 16 de la ley del 30 octubre 1886, dispone que los
libremente para la escuela que dirige, entre las diversas obras inscritas en la únicos castigos que puede aplicar el director son: .. .Este texto legal sólo
lista que se ha preparado en las condiciones arriba indicadas. Por consiguiente, prevé con respecto al inspector de academia, el derecho de disponer la exclusión
la negativa de un alumno a conformarse a dicha elección es una falta a la de la escuela con una duración más larga que la que pueda disponer el director
disciplina escolar, que da lugar a la aplicación de las sanciones penales prescri- de esta escuela, pero no comprende, dentro del número de las penalidades auto-
tas por el reglamento interno de la escuela, tal como lo ha resuelto el Consejo rizadas, la que consistiría en la exclusión de todas las escuelas del departa- '
departamental, según las indicaciones contenidas en el reglamento modelo mentó. De ahí se deduce que el inspector de academia se ha equivocado acerca
aprobado el 18 enero 1887, por el ministro, con intervención del Consejo supe- de la extensión de los poderes que le asigna el precitado reglamento... y su
rior. Si los padres estiman que los libros que se usan en las escuelas violan el decisión, sobre este punto, carece de base legal...".
principio de la neutralidad escolar, consagrado por la ley del 28 marzo 1882, 34 Cons. de Est., 3 agosto 1904, Durnerin, " E e c . " , p. 649: "Los derechos
como una consecuencia del régimen del laicismo que ella ha instituido, les co- de escolaridad, cuya percepción en favor de la Escuela Nacional Superior de
rresponde hacer sus reclamaciones ante las autoridades competentes. Ellos Minas autoriza cada año la ley de presupuesto, participan del carácter de
tienen, especialmente, el derecho de solicitar al ministro que pronuncie la pro- contribuciones indirectas".
59) Los agentes públicos que no hacen funcionar el servi- lidad escolar), los padres de familia podrán impugnar la de-
cio de conformidad a las leyes y reglamentos orgánicos, co- cisión ante el Consejo de Estado, por exceso de poder86. El
meten un exceso de poder. Los usuarios pueden, mediante un Consejo de Estado'se reconoce competente, para el caso en que
recurso por exceso de poder deducido ante el Consejo de Es- los libros de texto que se elijan contengan pasajes violatorios
tado, hacer anular sus actos unilaterales realizados en viola- de la neutralidad escolar, para verificar si, de hecho, los pa-
ción de las leyes o de los principios generales 35 , salvo tearto en sajes incriminados violan o no la neutralidad religiosa37.
contrario.
3« Cons. de Est., 20 enero 1911, Porteret y Pichón, " R e c . " , p. 68, con
Por ejemplo, según el art. 12 de la ley del 30 octubre las conclusiones de PICHAT (mi nota en la " R . D. P. "r 1911, ps. 79 y ss.);
1886, "en todo municipio debe haber, por lo menos, una escue- 17 enero 1913, Lachaise, " R e c " , p. 80 (mi nota en la " R . D. P . " , 1913,
la primaria pública, salvo autorización del Consejo departa- ps. 72 y ss.); 14 enero 1916, Assodation des famules de Gamarde-les-Bains,
mental". Si las autoridades municipales se rehusan explícita " R e c " , p. 30 (mi nota en la " R . D. P . " , 1916, pa 53 y ss.). En el caso
Porteret, resuelto en 1911, el comisario del Gobierno, PICHAT, dijo: " L a en-
o implícitamente a instalar una escuela, ¿podrán los padres de señanza impartida en las escuelas primarias públicas no debe entrañar ningún
familia hacer anular esta decisión mediante un recurso por atentado contra las creencias religiosas. El Estado tiene al respecto una obli-
exceso de poder? Debe responderse negativamente, porque la gación legal •.. Los padres de familia tienen derecho a exigir el respeto de
la neutralidad escolar en materia religiosa. Si su derecho llega a ser descono-
ley del 28 marzo 1882, en su art. 18, ha descartado dicho re- cido, es necesario que una acción judicial les permita hacerlo reconocer. Dicha
curso: "Las resoluciones ministeriales dictadas a raíz de la acción se deduce ante el Consejo de Estado. Podría entablarse un recurso por
solicitud de los inspectores de academia y de los Consejos de- exceso de poder, contra la decisión del ministro de Instrucción Pública, que
partamentales, determinarán cada año los municipios en los rechazase una solicitud de prohibición de un libro escolar, fundada especial-
mente en que dicho libro atenta contra las creencias religiosas... El Consejo
que no podrán aplicarse, debido a la insuficiencia de los locales de Estado requerido, en el caso que nos ocupa, por un recurso que invoca la
escolares, las prescripciones de los arts. 4 y ss., sobre la violación de la ley, sería, pues, llamado a apreciar de hecho el carácter del
obligación de impartir la enseñanza. Un informe anual pre- libro incriminado". CORNEILLE ha desarrollado las mismas ideas en las con-
clusiones a que llegó en el asunto juzgado el 14 enero 1916 ("R. D. P . " f
sentado a las Cámaras por el ministro de Instrucción Públi- 1916, ps. 53 y ss.).
ca, proporcionará la lista de los municipios a los que se apli- 37 A mi juicio, esta cuestión no es de competencia de los juristas del
case el presente artículo". El recurso jurisdiccional de los Consejo de Estado. La enseñanza primaria observa la neutralidad religiosa
usuarios queda, pues, excluido. Sólo existe la facultad de con- desde que no ofende la fe religiosa del término medio de los ciudadanos. No
toca al Consejo de Estado, integrado por juristas, decir cuál es esta fe media,
trol administrativo de los agentes centralizados. Por un lado, la ya que ello corresponde a un jurado. He aquí por qué el control por una
ley del 30 octubre 1886 hace del establecimiento de las escue- autoridad universitaria, con la colaboración de padres de familia, es la mejor
las primarias elementales un gasto obligatorio (con derecho solución política. Además, en derecho francés actual, es la solución de la ley
de 1882: las comisiones cantonal y departamental, el Consejo superior de
de inscripción de oficio en el presupuesto municipal); por Instrucción Pública, forman el jurado encargado por la ley de apreciar la
otra parte, el prefecto, en caso de negativa de las autoridades neutralidad religiosa de los libros escolares. En sus conclusiones formuladas
municipales tiene poder para establecer una escuela (ley del en un asunto resuelto en 1916, el comisario del Gobierno, CORNEILLE, ha com-
20 marzo 1883, art. 10; decreto del 7 abril 1887, arts. 41 y ss.; batido la solución que preconizamos, por medio de una argumentación a la
que me asocio pero de la cual extrae consecuencias que no acepto. Para esta-
ley del 10 julio 1903). blecer la violación de la neutralidad escolar, expresaba CORNEILLE que "los
Al contrario, cuando la ley no ha descartado el recurso, padres de familia recurrentes invocan un único argumento, un argumento de
autoridad y no de discusión. Os dicen ellos: los obispos han decidido; la
es posible entablarlo. Así, para la elección de los libros escola- prohibición, pues, debe resultar de ello, lo que equivale a decir que la prohibi-
res, si no la han hecho las autoridades competentes, de con- ción debe decretarse previa conformidad de la autoridad religiosa, cuya
formidad a los reglamentos (respetando, sobre todo, la neutra- opinión entrañaría, forzosamente, la decisión; lo que también equivale a sos-
tener que la autoridad religiosa es el único juez de la aplicación de la ley
85 Cons. de Est., 20 enero 1911, Pichón, " R e c " , p. 77. Véase la nota del 28 marzo 1882, que consagra el principio de la neutralidad de la escuela,
33, de la p. 32. en materia religiosa. Dicha tesis nos parece difícil de sostener en el estado
/
personal— por las leyes y reglamentos, podrán exigir el fun- 1880 dispone: "Todos los candidatos se someten a las mismas
cionamiento del servicio de verificación oficial. reglas, en lo que concierne a los programas, condiciones de
La solicitud que tiene por objeto aprobar un examen, en edad, de grados, de inscripciones para trabajos prácticos, de
un acto-condición: la condición puesta por la ley para que períodos de aprendizaje en los hospitales y en las oficinas,
pueda ejercerse la competencia de los agentes públicos. los plazos obligatorios entre los exámenes y los derechos que
29) El servicio público del otorgamiento de títulos está deben pagar en beneficio del Tesoro público"46.
organizado en forma de monopolio. Ley del 18 marzo 1880, 4°) Los usuarios del servicio público están obligados a
art. I 9 : "Los exámenes y pruebas prácticas que determinan el pagar un tributo: se trata, no de un precio, sino de una tasa,
otorgamiento de títulos, sólo pueden rendirse ante las Fa- fijada mediante una tarifa y que es la misma para todos (ley
cultades del Estado"*2. Art. 5: "Los títulos o grados universi- de 1880, art. 2, in fine).
tarios sólo pueden asignarse a las personas que los han ob-
tenido después de los exámenes o los concursos reglamentarios, 5') En caso de violación, por parte de los agentes pú-
realizados ante los profesores o los jurados del Estado"**. blicos, de las reglas generales acerca del otorgamiento de tí-
Art. 4, § 2: "Los certificados de estudios que se juzgue apro- tulos universitarios46, cada uno de los actos que componen la
piados —en los establecimientos privados de enseñanza supe- operación47 y el acto final de colación resultan viciados de
rior— para conceder a los alumnos, no podrán otorgar el títu-
lo de bachilleratos de licenciatura o de doctorado". Existe, nerales ministeriales. Por ejemplo, según una decisión ministerial del 19 dic.
pues, una obligación para los individuos. 1918, los candidatos que resultaron aplazados en sus exámenos de bachillerato,
licenciatura y doctorado en derecho, de julio de 1913 y 1914, y los movilizados,
39) El servicio público de otorgamiento de títulos, sólo serían aprobados si hubiesen obtenido la nota promedio de 5 (sobre 20). Esta
puede funcionar en la forma prescrita por la ley y los regla- medida es, evidentemente, ilegal. El Consejo de Estado ha pronunciado la ile-
mentos, y no de otra manera44. El art. 2 de la ley del 18 marzo galidad de los diplomas otorgados por el ministro sin examen o contrariamente
a los resultados de los exámenes. Cons. de Est., 25 enero 1918, Gillet, " R e c " ,
42 Recuérdese el art. 17 del decreto orgánico de la Universidad, del 17 p. 76: " L a demanda del señor G. tiende a que se resuelva que el grado de ba-
marzo 1808, que establece: "Los títulos los otorgará la Facultad, luego de chiller sea conferido a su hijo por el ministro de Instrucción Pública, no
exámenes y de actos públicos". obstante el resultado desfavorable de su examen, en razón de que la apreciación
43 Antes de 1880 sucedía lo mismo; sin embargo, para los estudiantes alum- del jurado sería errónea y, además, por violación del art. 4 del decreto del 31
nos de las Facultades católicas, si lo pedían, la ley del 12 julio 1875 —arts. 13 mayo 1902, que establece que «los profesores de la enseñanza secundaria que
y 14— organizaba jurados mixtos, cuyos miembros eran designados por el mi- ejerzan sus funciones en los jurados, no pueden examinar a los alumnos del
nistro, bajo la presidencia de un profesor de la enseñanza pública: eran establecimiento a que pertenecen». Pero no corresponde al ministro de Instruc-
jurados de Estado. ción Pública otorgar el título de bachiller, fuera de l<w, pruebas, previstas por»
44 Una decisión del Consejo real, del 5 febrero 1831, demuestra que hasta los reglamentos sobre la materia o contrariamente a su resultado. Las conclu-
el fin de la Restauración han existido abusos, debido a un cierto poder dis- siones de la demanda sólo pueden, por consiguiente, tenerse en cuenta cuando
crecional conferido temporariamente al ministro por el decreto de 1808, arts. 10 tienden a la anulación de los actos del jurado, por violación de los mencionados
y 11. La decisión de 1831 establece: " E l Consejo real, vistos los arts. 10 y 11 reglamentos''.
del decreto del 17 setiembre 1808; vista la ley del 2 mayo 1827, sobre organi- 45 A consecuencia de la guerra de 1914-1918, un decreto del 10 enero 1919
zación del jurado; considerando que el plazo dispuesto por el primer párrafo dispuso derogaciones a las reglas generales, en favor de los estudiantes des-
del artículo arriba mencionado para el otorgamiento de títulos en virtud del movilizados. La legalidad de este decreto es muy dudosa.
tiempo de servicios, ha vencido el 1» febrero 1815; que si bien después de 46 Para el detalle de estas reglas, véase mi estudio en la " R . D . P . " ,
dicha época se han concedido otros títulos en ciencias y letras, en virtud del 1906, ps. 273 y ss.
segundo párrafo del mencionado artículo y del consentimiento del jefe del 47 Según algunos, sólo se podría impugnar ante el Consejo de Estado eí
Estado, la continuación de esta práctica tendría graves inconvenientes, ahora acto final. Prácticamente, esto sería desastroso para los candidatos. Después
que los títulos de ciencias y letras confieren también funciones en el orden de haber hecho largos estudios y rendido numerosos exámenes, todo este tra-
civil. Resolución: No se concederán más títulos en ninguna Facultad...". líajo resultaría inútil por la anulación del acto final. Más vale permitir que
Los abusos recomenzaron a consecuencia de la guerra de 1914-1918. se impugne de inmediato la decisión de cada uno de los jurados examina-
Sin embargo, se procedió, no por medidas individuales, sino por medidas ge- dores. El Consejo de Estado ha evitado pronunciarse sobre este punto.
40 E L FUNCTONAMIENTO DE LOS SERVICIOS PÚBLICOS SITUACIÓN JURÍDICA DE LOS AGENTES PÚBLICOS 41
exceso de poder y el Consejo de Estado puede anularlos, ante Todos estos servicios públicos funcionan según los prin-
un recurso por exceso de poder48. cipios generales descritos anteriormente (v. supra, ps. 24 y
69) En caso de falta cometida en el servicio de exámenes ss.). Bastará hacer la demostración con respecto a uno de
y de otorgamiento de títulos, la responsabilidad personal de ellos: el servicio de la asistencia médica gratuita (ley del 15
los agentes públicos no se rige por las reglas del derecho pri- julio 1893; ley del 17 abril 1906, art. 39).
vado, sino por las del derecho público acerca de la responsa- I 9 ) Todos los individuos que llenan las condiciones fi-
bilidad personal de los agentes públicos. jadas por la ley, de manera general e impersonal, pueden exi-
7*) En casó de perjuicio causado por el servicio público gir, de los agentes públicos, la asistencia médica gratuita
de otorgamiento de títulos, la responsabilidad del Estado se (principio de la igualdad de los individuos frente a los servi-
somete al régimen especial de la responsabilidad de los patri- cios públicos). Art. I 9 , ley de 1893: "Todo francés, enfermo,
monios administrativos, en razón del funcionamiento de los carente de recursos, recibe gratuitamente del municipio, de-
servicios públicos, con competencia de los tribunales admi- partamento o Estado, según su domicile de secours90, la asis-
nistrativos. tencia médica a domicilio, o, si existe imposibilidad de aten-
derlo eficazmente a domicilio, en un establecimiento hospita-
V lario". Las mujeres embarazadas son asimiladas a los enfer-
mos. Los extranjeros enfermos, privados de recursos, serán
Aplicación al servicio público de la asistencia médica asimilados a los franceses "siempre que el Gobierno hubiese
gratuita de los principios expuestos49 celebrado un, tratado de asistencia recíproca con la nación de
origen".
Los servicios públicos de asistencia se han desarrollado Prácticamente, a fin de no realizar continuas investiga-
macho en Francia, desde fines del siglo x i x . E n la actuali- ciones acerca de las condiciones legales de las personas, con el
dad, la asistencia se presta: l 9 ) a los indigentes sanos (comi- objeto de simplificar la tarea y de facilitar el funcionamiento
sión de asistencia y de beneficencia); 29) a los enfermos pri- del servicio, la ley prescribe que, en cada municipalidad, se
vados de recursos (asistencia a domicilio u hospitalización); llevará una lista de asistencia en la cual deberán inscribirse
3*) a los indigentes, ancianos o incurables; 4') a los niños todos los individuos que reúnan las condiciones legales (ley
pobres abandonados; 59) a los alienados indigentes. 1893, arts. 12 a 18).
Frecuentemente se dice que las personas carentes de re-
4» Cons. de Est., 9 febrero 1906, Syndicat des chirurgiens dentistes de cursos tienen derecho a la asistencia médica gratuita. ¿Cuál
France, " R e c " , p. 117 ( " R . D . P . " , 1906, ps. 270 y ss., con mi nota). Un es la naturaleza jurídica de este derecho? Algunos responden:
candidato que no reunía las condiciones legales fué autorizado para rendir
loa exámenes. " P o r error —declaraba el Consejo de Estado— se ha permitido es un derecho individual*1.
al señor N. presentarse en estas condiciones a los exámenes dispuestos para 50 Sobre el domicilio de asistencia, véase las conclusiones de CORNEIIAE
la obtención del título de cirujano dentista. De lo que precede... resulta que ante el Consejo de Estado, 5 enero 1917, ville de Grenóble ( " R . D . P . " , 1917,
el ministra de Instrucción Pública, al conferir al señor N. el diploma de ciru- ps. 616 y ss.).
jano dentista, ha excedido sus poderes... Art. 1»: Son nulas las decisiones por «i BEKTHÉLEMT (Droit adm., 9* ed., 1921, p. 917, nota 1) escribe: " N o
las que el ministro de Instrucción Pública ha rechazado la reclamación de) resulta razonable hablar del deber legal de asistir —sustituido por el Estado
sindicato de cirujanos dentistas de Francia, como asimismo la resolución por al deber moral—, sin admitir que a este deber legal corresponde un derecho i
la cnal dicho funcionario ha conferido el diploma de cirujano dentista a! individual. Cuando se crea un servicio público para beneficiar a cierta cate-
señor N . " . Véase, también: Cons. de Est., 25 enero 1918, Gület, " R e c " , goría de ciudadanos con determinadas ventajas, las personas que reúnen la?
p. 76; supra, p. 39, nota 44. condiciones previstas por la ley tienen evidentemente un derecho individual
49 GASTÓN JÉZE, Nature juridique de l'obligation de la commune de verser, a los beneficios prometidos. Esto es más evidente en materia de asistencia
une allocation aux vieillards (1-14 julio 1905), en la " R . D . P . " , 1913, ps. 79 médica, puesto que el derecho a la mencionada ayuda está sancionado por e)
7 «s. funcionamiento de una verdadera jurisdicción, la comisión cantonal".
42 E L FUNCIONAMIENTO DE LOS SERVICIOS PÚBLICOS
SITUACIÓN JURÍDICA DE LOS AGENTES PÚBLICOS 43
viciados de exceso de poder; los indigentes que reúnan las con- t e r de profesional de la asistencia médica gratuita 60 , es el
diciones legales podrán deferirlos al Consejo de Estado me- Consejo de prefectura la autoridad competente, por aplicación
diante el recurso de exceso de poder, salvo el caso en que la del art. 33 de la ley de 189361.
ley haya organizado otro recurso. En otros términos: a falta 59) La responsabilidad personal de los agentes públicos
de un recurso especial establecido por la ley, lo normal es el encargados del servicio de asistencia, para el caso de falta,
recurso por exceso de poder. Así, la ley de 1893 organiza, para se somete al régimen especial de la responsabilidad de los
las inscripciones en la lista de asistencia y para las bajas, agentes públicos y no a las reglas del derecho privado.
un procedimiento tomado de aquel de las listas electorales.
69) La responsabilidad de los patrimonios administrati-
Las reclamaciones por inscripción o por baja deben plantear-
vos en razón del funcionamiento del servicio público de asis-
se ante una comisión cantonal compuesta por el subprefecto
tencia médica gratuita, se rige por las reglas del derecho pú-
del distrito, presidente, consejero general, un consejero de
blico y no por las del derecho privado, siendo la competencia
distrito y el juez de paz del cantón, vicepresidente (ley de
1893, art. 17). La ley declara que esta comisión cantonal "es- administrativa62.
tatuye soberanamente sobre estas reclamaciones" (art. 17). VI
Según la jurisprudencia, esta comisión cantonal no es un
tribunal; sus decisiones no son sentencias propiamente dichas. Aplicación al servicio público de correos, telégrafos
Por tanto, dichas decisiones pueden impugnarse ante el Con- y teléfonos de los principios expuestos63
sejo de Estado, mediante el recurso de exceso de poder58. Los
reglamentos que establecen tarifas podrán impugnarse por el El servicio público de correos, telégrafos y teléfonos se
mismo recurso 59 . En cambio, cuando se trata de la demanda asemeja mucho, en apariencia, a una explotación privada. Es-
deducida por un hospital, tendiente al reembolso, por el ser- to es tan verdadero —se dice— que, en los casos en que el ser-
vicio departamental de asistencia, de los gastos de curación 60 Cons. de Est., 18 diciembre 1908, Kandel, " R e c " , p. 1053: " E l liti-
de un indigente admitido por razones de urgencia en un hos- g i o . . . se vincula... con la organización de la asistencia (médica gratuita);
pital de una municipalidad en la que no tenía su domicilio, por tanto, el Consejo de prefectura es competente según el art. 33 de la lev
de 1893". Cons. de Est., 11 febrero 1914, Thadée, " R e c " , p. 169.
o de una controversia entre un médico y un Consejo general, «i Acerca de la extensión de la competencia del Consejo de prefectura,
a propósito de los honorarios debidos al médico, en su carac- véase las conclusiones de JAGERSCHMIDT ante el Cons. de Est., 10 marzo 1899,
as Cons. de Est., 12 mayo 1905, Commune de Portiragnes, "Rec.", p. 414: Hospices du Havre, " R e c " , p. 183.
"Resulta de los propios términos del acuerdo impugnado, que a raíz de la «a Tribunal de Conflictos, 29 febrero 1908, Feutry, " R e c " , p. 208, con
las conclusiones de TEISSIER. Se trataba de la responsabilidad en que había
reclamación de los miembros del organismo de asistencia médica actuando eD incurrido un departamento, en razón de la organización y del funcionamiento
dicho carácter, la Comisión cantonal ha dispuesto numerosas bajas en la lista de un servicio público de asistencia (alienados). La Corte de apelación de
redactada por el concejo municipal... El concejo municipal tiene derecho a Amiens (28 noviembre 1907) había resuelto: " E s jurisprudencia constante
sostener que al admitir un recurso entablado por un cuerpo sin personería, la que si bien el art. 1384, Cód. Civil, no puede invocarse contra el Estado por
faltas cometidas por sus agentes, puede serlo, en cambio, contra los departa-
Comisión cantonal ha violado la ley de, 1893 y ha excedido sus facultades; por mentos y municipios, por faltas imputables a sus agentes. En estas circuns-
consiguiente, . . . corresponde anular su decisión''. Cons. de Est., 19 julio 1912, tancias, la autoridad judicial tiene, evidentemente, competencia para conocer
Braussard, " R e c " , p. 835: "Resulta de los propios términos del acuerdo en el litigio". El Tribunal de Conflictos rechazó esta tesis: "Esta citación
no se refiere a ninguna falta personal imputable a un agente de la Adminis- ¡
mencionado de la Comisión cantonal de asistencia... El alcalde... está en BU
tración, que deja su función; incrimina la organización y el funcionamiento de
derecho al sostener que dicha Comisión ha excedido el limite de su competencia, un servicio a cargo del departamento y de interés publico. La apreciación de
y a solicitar, en consecuencia, la anulación —por exceso de poder— del acuerdo las faltas que se produzcan en la ejecución de dicho servicio, no pertenece a la
precitado. Acuerdo de la Comisión cantonal de asistencia... anulado". autoridad judicial".
«3 GASTÓN JEZE, Essai d'wne théorie sur le fonctionnement des services
6» Cons. de Est., 17 mayo 1895, hospice de Nantes, " R e c " , p. 413. ld. r publics ( " R . D . P . " , 1911, ps. 26 y ss., y, en especial, ps. 35 y ss.). Cours élé-
24 diciembre 1897, hospices d'Angers, " R e c " , p. 843. mentaire de so. et de lég. fin., 5» ed., 1912, ps. 652 y ss.
48 E L FUNCIONAMIENTO DE LOS SERVICIOS PÚBLICOS SITUACIÓN JURÍDICA DE LOS AGENTES PÚBLICOS 49
vicio postal no se halla monopolizado, hay empresas compe- cubiertos, a la vez, por los usuarios y por las personas en ge-
tidoras: verbigracia, distribución de impresos. Ante todo, pa- neral (impuesto). Es éste el sistema de organización y de ex-
rece, pues, que desde el punto de vista jurídico como desde plotación normal y correcto de los Estados civilizados.
el punto de vista económico, las situaciones fuesen idénticas. Por consiguiente, desde el punto de vista jurídico, no es
Muchos civilistas franceses no dudan de ella, y es para los extraño que un régimen aplicable a un servicio dominado por
servicios públicos de este género que han elaborado la teoría ideas económicas, políticas y sociales particulares, no sea el
del contrato de adhesión64. mismo que el régimen de las empresas privadas. Es, pues, un
Pero la realidad es muy distinta. Ni económica ni soci al- error grosero querer aplicar al servicio público postal las
íñente, ni política ni jurídicamente, el servicio postal, tele- reglas del derecho privado. El servicio postal, telegráfico y te-
gráfico o telefónico, es en Francia una organización idéntica lefónico es un servicio público. Es preciso, pues, aplicarle las
a una empresa privada. reglas jurídicas esenciales que constituyen el derecho común
Económica, social y políticamente, la organización y la de los servicios públicos. No cabe descartar tal o cual regla
explotación se orientan exclusivamente hacia el interés gene- de este régimen, salvo cuando la ley lo ha declarado expresa-
ral. Los gobernantes no han organizado y no hacen funcionar mente. Veamos las reglas esenciales:
estos servicios con la finalidad de retirar beneficios: lo hacen l9 regla. — Todos los individuos que llenen las condicio-
con el objeto de promover la prosperidad general, desarrollar nes fijadas por las leyes y reglamentos, de manera general e
el comercio y la industria, estimular la producción económica, impersonal, pueden exigir el funcionamiento —en su bene-
elevar el nivel intelectual y moral de la población, excitar sus ficio— del servicio postal (principio de la igualdad de los in-
sentimientos de solidaridad nacional y humana por la fácil dividuos frente a los servicios públicos). La capacidad re-
comunicación de sus opiniones y fomentar su educación polí- querida no es la del derecho privado, sino la determinada por
tica por la lectura de los diarios y revistas. las leyes y reglamentos sobre el servicio postal 65 . Según dichas
Éstas son las ideas esenciales que dominan actualmente leyes y reglamentos, la capacidad jurídica de los usuarios es,
la organización del servicio, en particular la fijación de tari- en principio, indiferente. Así, las cartas y postales no deben
fas. Es evidente, por ejemplo, que, comercialmente hablando, ser enviadas por los remitentes a un agente postal, sino po-
es una locura enviar todos los días a una granja aislada en nerse en el buzón. Es la regla expresamente formulada por
pleno campo, situada a varios kilómetros de la oficina de los reglamentos, siendo evidente que es exclusiva de cualquier
correos, por intermedio de un cartero rural, un periódico teoría acerca de la capacidad civil de los usuarios. Asimismo,
franqueado con uno o dos centavos. Un comerciante avisado las cartas simples o certificadas o los valores declarados diri-
suprimiría estas distribuciones ruinosas y concentraría sus gidos a menores, a mujeres casadas o a interdictos, deben remi-
esfuerzos sobre el desenvolvimiento del servicio postal en los tirse a estos mismos individuos, y no al padre, al marido o al
centros urbanos, industriales o comerciales, con el objeto de tutor, a menos que una sentencia decida de otro modo.
obtener el mayor beneficio pecuniario posible. Pero los gober- Todo esto pone de manifiesto claramente la situación ju-
nantes no lo hacen ni deben hacerlo. Hoy se admite universal- rídica —general e impersonal, legal y reglamentaria— en la
mente que los gobernantes no deben organizar los servicios que se hallan los usuarios. La circunstancia de depositar en
postales, telegráficos y telefónicos con la finalidad de obtener el buzón una correspondencia que llena las condiciones re-'
ganancias. El funcionamiento a pérdida se justifica perfecta- glamentarias, es el hecho-condición que obliga a los agentes
mente: significa —fuera, naturalmente, del caso de gestión públicos a hacer funcionar el servicio.
desacertada— que los gobernantes desean que los gastos sean «5 Véase la Instruction genérale sobre el servicio postal. Se trata de un
•verdadero Código que comprende centenares de artículos. GÉNY, op. cit., i,
«< GÉNY, Dea droits sur les lettres misswes, 1911, i, ps. 39 y ss. ps. 21 y ss.
gún el carácter de la prestación. En razón de la influencia de actos unilaterales pueden deferirse al Consejo de Estado, me-
las tarifas sobre la prosperidad nacional, o bien a causa de diante el recurso de anulación por exceso de poder72.
su naturaleza jurídica de tasas —si se admite este carácter— 69 regla. — En caso de falta cometida por los agentes pú-
las tarifas debe fijarlas el Parlamento70. Los agentes públicos blicos en el funcionamiento del servicio postal, telegráfico o
telefónico, las reglas aplicables son las del derecho público y
no pueden conceder una reducción de su monto, a un individuo no las del derecho privado. En consecuencia, los agentes pos-
determinado. Las leyes y reglamentos establecen impersonal- tales sólo son responsables personalmente de sus faltas per-
mente los casos de reducción o exención. sonales, en el sentido técnico de esta expresión en derecho pú-
Por otra parte, en caso de que el pago de la contribución blico francés78.
se haga por suscripción (teléfono), la tarifa es modificable 7? regla. — La responsabilidad del Estado en razón del
en cualquier momento, y el abonado debe pagar la nueva tari- funcionamiento del servicio postal, telegráfico o telefónico, se
fa desde que se modifica; en caso de aumento, no puede pre- rige por las reglas del derecho público acerca de los servicios
tender pagar la antigua contribución durante toda la dura- públicos en general. Las normas del derecho privado son in-
ción de la suscripción71, pues el usuario de un servicio pú- aplicables. A veces, a título excepcional, en ciertos casos, leyes
blico es un beneficiario de las ventajas resultantes de su fun- especiales formulan determinada regla de responsabilidad.
cionamiento, en las condiciones que fijan o fijarán los actos Por ejemplo, el art. 8 de la ley del 5 abril 1879 dispone que la
de organización del servicio. La tarifa no es más que una Administración no es responsable en caso de retardo de las
parte de la organización del servicio público; no tiene ningún piezas de correspondencia, aunque se trate de cartas certifi-
carácter contractual, a pesar del nombre dado al acto de sus- cadas74. Asimismo, según la ley del 29 noviembre 1850, art. 6r
cripción. "el Estado no se somete a ninguna responsabilidad, en razón»
59 regla. — En caso de violación, por parte de los agentes 72 Cons. de Est., 29 diciembre 1911, Chomel, " B e c . " , p . 1265 ( " B . D . P . ' V
públicos, de las reglas relativas al funcionamiento del servi- 1912, p . 3 5 ) ; supra, p . 50, nota 67.
cio, hay, de parte de dichos agentes, exceso de poder, y sus 73 La noción de falta personal se ha atenuado mucho en lo que concierne
a los agentes de correos. La falsa dirección dada a una carta, por inadvertencia,
se había considerado siempre una falta que entrañaba la responsabilidad per-
cho de uso, se descuentan según una tarifa determinada e impuesta a todo con- sonal del agente (Tribunal de Conflictos, 7 junio 1873, Godart, " B e c . " , 1er.
cesionario de línea telefónica, en razón de la afectación de dicha línea para su suplemento, p . 110). Actualmente no es más que una falta de servicio, si no
uso. Así, sin que pueda hacerse distinción entre ellas, estas sumas tienen todas ha habido mala intención; ello no compromete la responsabilidad personal del
el mismo carácter de contribución o de suscripción, que se vincula con un agente (Tribunal de Conflictos, 19 noviembre 1881, Bouhier; 24 febrero 1906,
servicio general del Estado y no puede considerarse que representan una oferta Sureau, " B e c . " , p . 197: " L a falta imputada al señor E., consistente en haber
de concurso voluntario en los gastos de un trabajo de utilidad pública". La demorado la remisión de un telegrama, entregándolo por error en el n» 229"
misma fórmula se halla en el fallo del 5 agosto 1901, Vrillac, " B e c " , p. 766; de la calle Saint-Martin en vez del n« 219 que indicaba correctamente la di-
DARESTE, Les voies de recours contre les actes de la puissance publique, 1914, rección, es un hecho de servicio, no una falta p e r s o n a l " . P a r a esta jurispru-
p. 210, ve, en las tasas telegráficas y telefónicas, impuestos. dencia, véase la nota del " B e c " , 1906, p . 196. E l Tribunal de Conflictos h a
70 En cuanto a las contribuciones telefónicas, pueden fijarse provisional- visto allí una falta de servicio que no entraña la responsabilidad personal del
mente por decreto, pero deben someterse a la aprobación de las Cámaras en la agente, en los siguientes hechos: negativa a trasmitir un telegrama por errónea
próxima ley de presupuesto (ley del 21 marzo 1878, art. 2). apreciación de los reglamentos (9 diciembre 1899, Deyres, " B e c . " , p . 7 2 9 ) ; .'
Ti Jurisprudencia constante. Véase mi nota en la " B . D . P . " , 1916, p. 239, error en la remisión de una carta (8 junio 1907, Hévin, " B e c " , p . 536). E n
a propósito de una sentencia del tribunal civil del Sena, del 10 mayo 1916 cambio, es una falta personal la sustracción por parte de un agente de correos
(Delille): " D . , que ha aceptado la póliza de abono redactada en las condi- de ciertos planos, contenidos en un pliego remitido por el expedidor (Conflic-
ciones del pliego respectivo, debe soportar las modificaciones que se han intro- tos, 12 diciembre 1908, " B e c " , p . 1027).
ducido en este pliego de condiciones". Se trataba de un abonado al servicio 74 A fin de tener tarifas módicas, el Estado sólo es responsable del tras-
público de gas, pero la regla, de carácter general, se aplica a todos los servi- porte de los objetos que se le confían, en caso de pedido expreso (art. 14,
cios públicos. in fine, de la ley del 5 nivoso año v). No es el caso de exponer aquí las reglas
54 E L FUNCIONAMIENTO DE LOS SERVICIOS PÚBLICOS
# SITUACIÓN JURÍDICA DE LOS AGENTES PÚBLICOS 55
del servicio75de la correspondencia privada expedida por vía existe en los casos considerados formalmente por los textos
telegráfica" .
legales78.
El principio general del régimen de derecho público ha VII
sido sostenido muchas veces por la jurisprudencia del Consejo
de Estado y del Tribunal de Conflictos, en condenas contra el Aplicación al servicio público de ferrocarriles
Estado 76 , o en resoluciones acerca de la competencia. En efec- de los principios expuestos
to, para aplicar el régimen de la responsabilidad de la Ad-
ministración en razón del funcionamiento de un servicio pú- I. — El hecho de que los ferrocarriles sean explotados por
blico, el tribunal competente es —salvo texto formal— el Con- concesionarios, ha motivado que durante mucho tiempo se
sejo de Estado 77 . les desconociera el carácter de servicio público. Aun en la ac-
tualidad, muchos civilistas explican la situación jurídica de
La ley del 19 agosto 1790, art. 3, y la ley del 4 junio 1859, los usuarios de los ferrocarriles como si se tratase de relacio-
art. 3, dan competencia a los tribunales judiciales para en- nes entre un conductor común y un particular. Aunque se trate
tender en los litigios relativos a las tarifas o a la extensión de de un particular empresario de trasportes o de una empresa
la responsabilidad de la Administración en caso de pérdida o ferroviaria o de la administración de los ferrocarriles del Es-
de robo, por lo que el Tribunal de Conflictos y el Consejo de tado, se define generalmente el trasporte como "la convención
Estado juzgan que esta competencia es excepcional y sólo por la cual, mediante una remuneración llamada flete (o
precio que se paga por el trasporte, tarifa de asiento, de pasa-
precisas sobre la responsabilidad, bastando demostrar que no se aplican las
je, etc.), el dueño de un vehículo se compromete a hacer reco-
normas del derecho privado. Véase DAKESTE, Les voies de recours contre les rrer un itinerario a una persona o a trasportar una cosa,
actes de la puissance publique, 1914, ps. 580 y ss.; GÉNY, op. cvt., i, ps. 90 y ss. mediante una determinada tracción" 79 . Se califica a los tras-
75 Esta regla es, por lo demás, absurda. portes por ferrocarril, de empresas comerciales. A las empre-
76 Cons. de Est., 3 febrero 1911, Anguet, " E e c . " , p. 146: "Del expe- sas ferroviarias se las considera comerciantes9®. lia explota-
diente resulta que la puerta de acceso para el público en la oficina de correos... ción, las relaciones entre el ferrocarril y los pasajeros o expe-
fué cerrada el 11 enero 1908, antes de la hora reglamentaria y antes de que
«1 señor A. —que se hallaba en el interior de dicha oficina— hubiese termi- 78 Tribunal de Conflictos, 17 junio 1899, May, " E e c " , p. 450; 19 enero
nado sus trámites en ventanilla. A invitación de un empleado y a falta de otra 1907, l'Abeille, " E e c " , p. 59; Cons. de Est., 23 marzo 1906, Sylviac, " E e c " ,
salida, dicha persona salió por la puerta de acceso de los empleados. En estas p. 251; 6 abril 1906, l'Abeille, " E e c " , p. 346; Casac, 25 junio 1890, Gagneux,
condiciones, el accidente de que ha sido víctima el recurrente —como conse- ^Dalloz", 91, 1, 457; Casac., Eeq., 9 mayo 1911, "Dalloz", 1912, 1, 401.
cuencia de su brutal expulsión— debe atribuirse, cualquiera sea la responsa- Consúltese, acerca de esta jurisprudencia, DARESTE, Les voies de recours contre
bilidad personal en que han incurrido los agentes —autores de la expulsión—, les actes de la puissance publique, 1914, p. 608; GÉNY, op. oit., ps. 127 y ss.
al mal funcionamiento del servicio público. Por tanto, el señor A. tiene dere- La responsabilidad del Estado en razón del servicio de la Caja Nacional de
cho a demandar al Estado la reparación del perjuicio que le ha causado el Ahorro Postal es, al contrario, de competencia del Consejo de Estado. Cons. de
mencionado accidente" (Se condena al Estado a pagar una indemnización de Est., 28 julio 1916, Zeissloff, " E e c " , p. 334.
20.000 fr.). "Véase, acerca de este caso, la nota de HAÜRIOU, en " S i r e y " , 79 THALLEE y PEKCEROÜ, Droit commercial, 5» ed., 1916, p. 606.
1911, 3, 137. 80 " L a comercialidad —escriben THALLER y PEKCEROÜ {op. cit., p. 607)—
se extiende al Estado por la explotación de su red y, con mayor razón, a las
77 Cons. de Est., 2 febrero 1917, Société coopérative des ouvriers rnenui- Compañías concesionarias". Véase, también, p. 28, n» 32. Al hablar de lo»,
jsiers, " E e c . " , p. 113: " L a demanda... tiende a hacer declarar al Estado ferrocarriles del Estado —que ellos oponen a las empresas ferroviarias—, lo*
responsable de las consecuencias perjudiciales del retardo sobrevenido en la mismos autores expresan: " E l servicio de los ferrocarriles del Estado no ee
trasmisión de una carta certificada; las acciones dirigidas contra el Estado, confunde —ni desde el punto de vista administrativo ni desde el punto de
por reparación de un perjuicio causado por la falta de un servicio publico, son vista presupuestario y financiero— con los demás servicios nacionales. Se ase-
de competencia del Consejo de Estado estatuyendo en lo contencioso, a menos meja más bien al régimen de los estableoimientoa públicos, o más exactamente
quizá, al de los establecimientos de gestión primada". Estas fórmulas embro-
que exista un texto que atribuya su conocimiento a la jurisdicción civil".
lladas no son muy felices.
56 EL FUNCIONAMIENTO DE LOS SERVICIOS PÚBLICOS
SITUACIÓN JURÍDICA DE LOS AGENTES PÚBLICOS 57
didores dependen del derecho privado. Entre los usuarios y la
Administración, o los concesionarios, se celebran contratos*1. Con respecto a las tarifas, a pesar de que los usuarios no
Por otra parte, se comprueba obligadamente que el ser- pueden discutirlas, se afirma que son remuneraciones conven-
vicio de ferrocarriles no es una explotación ordinaria y que, cionales, ya que la Administración ofrece realizar el trasporte
en todo momento, se encuentran reglas especiales. Esto se ex- en determinadas condiciones pecuniarias; el trasportista con-
plica por el monopolio92, por la falta de competencia. siente en ello84; trátase, pues, de un contrato de adhesión85.
Se está, así, obligado a reconocer que los contratos cele- En todo momento, se advierten reglas especiales: respon-
brados entre los usuarios y la administración de los ferroca- sabilidad del guarda que cuida los bultos desde la entrada
rriles son contratos de naturaleza particular, contratos sui al depósito o a la estación del ferrocarril, declaración de ex-
generis, en que abundan las cláusulas de carácter imperativo83. pedición y recepción (en lugar de un contrato), responsabili-
dad especial de los ferrocarriles, cláusulas de irresponsabili-
81 THALLER y PERCEROU, op. oit., p. 609: " 4 El monopolio de explotación dad, etc. Todas estas reglas se esfuerzan en explicarlas por la
de la red por el ferrocarril ha extendido al tráfico de mercaderías y de pasa-
jeros el régimen legal que se derivaba de su carácter de concesionario de obra»
públicas? No, en principio al menos. La explotación, las relaciones entre el ferro- 84 THALLER y PERCEROU, op. cit., p. 613: "¿Qué es una tarifal Es el conjun-
carril y los pasajeros o expedidores, dependen del derecho privado: no existe en to de las condiciones ofrecidas por el ferrocarril a los particulares para regular
este caso un servicio dominical". los trasportes que se le confían. En el lenguaje usual, tarifa es sinónimo de
tasa; ése es el sentido vulgar del término... Esta acepción es demasiado res-
82 THALLER y PERCEROU, op. cit., p. 609: "Pero, por otra parte, como tringida, aunque parezca convenir en rigor a la tarifa general". P. 614: " L a s
el ferrocarril goza de un monopolio de trasporte sobre su red e ignora toda tarifas son verdaderas convenciones, que permanecen en el estado de simple
competencia, era indispensable someter a un control los contratos celebrados
por aquél con el público. De otro modo habría llegado a ser omnipotente. Ya proposición, durante todo el tiempo que trascurre sin que nadie las reclame.
bajo el antiguo régimen era una idea admitida por todos que el uso de la vía Se originan y se renuevan en condiciones constantes, a medida que los particu-
pública no puede dar lugar a preferencias ni favores; régimen igualitario que lares solicitan que se les aplique la tarifa. Aceptar el régimen de una tarifa,
se traducía por oposición a las nociones feudales, cuando se decía que "los es consentir en un medio de trasporte propuesto por la Compañía. La situación
caminos pertenecen al Rey", es decir, a cada uno y a todos. Por eso, los prin- es la misma que la existente en el contrato de seguro, en el cual las condiciones
cipios reglamentarios del dominio público ejercen su contrapeso en el servicia generales, impresas y semejantes para todos los clientes de la Compañía, forman
comercial que es su accesorio". A grandes rasgos, no hay contradicción entre la materia de la convención. Se está en presencia de un «contrato de adhe-
estas dos proposiciones: 1*) " L a explotación, las relaciones entre el ferrocarril sión». Poner en duda el sentido o la aplicación de una tarifa, es discutir la
y los pasajeros y expedidores, dependen del derecho privado"; 2*) "Los prin- forma en que las partes han querido que se realice el trasporte; los tribunales
cipios reglamentarios del dominio público tienen su contrapeso en el servicio ordinarios conocen en estos contratos como en todos los demás".
comercial que es su accesorio". 85 THALLER y PERCEROU, op. cit., p. 614, reconocen, por lo demás, que la
83 THALLER y PERCEROU, op. cit., ps. 610 y ss.: " S i se hubiese extendido jurisprudencia interpreta de distinto modo las tarifas: " S i n embargo, la ju-
a los ferrocarriles el derecho común de las convenciones y del trasporte, la risprudencia caracteriza diferentemente la tarifa. No hace mucho, le reconocía
desigualdad de los contratantes habría provocado abusos. El ferrocarril habría fuerza legal (Civ. rech., 3 marzo, y Casac, 13 mayo 1874, " D . " , 75, 1, 171
impuesto condiciones al público. Habría tenido el derecho de rehusar las mer- y 467). Esto no era racional, pues una ley es obra del Parlamento. Si los
caderías de determinado expedidor, consentir a otro condiciones especiales fa- tribunales le otorgaban el valor de una ley, ello obedecía, quizá, a la finalidad
voreciendo sus especulaciones, establecer caprichosamente precios de trasporte, de explicar por qué la violación de las tarifas debe dar lugar a la promoción
plazos o cláusulas de irresponsabilidad intolerables. Este todopoderoso —en des- de un recurso de casación. E j . : una tarifa de trasporte de " v i n o s " se reclama
acuerdo con los principios del derecha público— rompía el equilibrio. Un tras- para la "cerveza", o para otras bebidas espirituosas; el problema de la asi-
portista "necesario" es dueño de la situación. Era preciso restablecer el milación de la cerveza a los vinos no entra en la apreciación soberana de los
equilibrio con el objeto de proteger el comercio y los pasajeros, introduciendo- jueces que resuelven sobre el fondo; la decisión puede deferirse a la Corte de
en el contrato de trasporte nuevas prescripciones con carácter imperativo". Casación. En la actualidad, los fallos se limitan a expresar que las tarifas son
P. 613: "Todos los elementos del trasporte, excepto el monto del flete, soi» de orden público (Casac, 17 noviembre 1909, " D . " , 1911, 1, 317)". Por lo»
determinados por las leyes y reglamentos". Así, tenemos " u n a explotación demás, THALLER y PERCEROU, op. cit., p. 614, nota 1, observan que " e l interés
que depende del derecho privado", que " n o es un servicio dominical" (p. 609); general quiere que todos los tribunales del país interpreten uniformemente una
"todos" los elementos se hallan determinados por las leyes y reglamentos, y tarifa; de otro modo, la competencia industrial dejaría de ejercerse en con-
es preciso preocuparse de no estar " e n desacuerdo con los principios del de- diciones de igualdad. Es misión de la Corte de Casación asegurar esta aplica-
recho público" (p. 611)! ción uniforme, y corregir los errores de los tribunales y de las Cortes acerca
del alcance de las tarifas".
58 E L FUNCIONAMIENTO DE LOS SERVICIOS PÚBLICOS
SITUACIÓN JURÍDICA DE LOS AGENTES PÚBLICOS 59
86
convención de las partes ; a veces, por lo demás, se asustan de
las consecuencias a que llegan87. un pueblo. No cabe presentar aquí todas las consideraciones
de orden político, social y económico que dominan la explo-
Basta leer los tratados de derecho comercial y los fallos
de la jurisprudencia civil, para comprobar lo confuso de las tación están completamente en sejgundo plano. Se puede sos-
explicaciones y, a veces, la insuficiencia o aun la incoherencia punto de vista de los beneficios que se obtienen de la explo-
de las soluciones adoptadas 88 . Los miembros del Parlamento tación están completamente en segundo plano. Se puede sos-
imbuidos de las ideas corrientes de los civilistas, sobre los tener legítimamente que una explotación debe ser deficitaria;
ferrocarriles, proponen algunas veces explicaciones criticables. evidentemente, ello no quiere decir que deba ser mal adminis-
trada, sino que las tarifas deben ser inferiores a lo que resul-
taría necesario para cubrir todos los gastos. De hecho, esto es
II. — Observemos los hechos sin prevenciones. Compro-
lo que sucede. No hay país en el mundo en que los gastos de
bamos, primeramente, que el servicio ferroviario no es una
construcción de los ferrocarriles se hayan pagado sin el con-
empresa industrial o comercial. La explotación no se organi-
curso del Estado". En otros términos: en todas partes se
za con el objeto de obtener ganancias. Es necesario repetir
admite que el conjunto de los individuos debe contribuir, con
aquí las consideraciones expuestas acerca del servicio postal.
el impuesto, al pago de una parte de los gastos de los ferroca-
Si se explotase comercialmente los ferrocarriles, sería preciso
rriles; los usuwrios no deben ser los únicos que paguen estos
suprimir inmediatamente todas las líneas secundarias, que
gastos.
ocasionan amplio déficit. No obstante, no se lo hace, sino que
por el contrario se acrecienta el desarrollo de dichas líneas. Desde el punto de vista económico, es evidente que el
Sin duda, sería pueril negar que ciertas líneas son de interés trasporte por ferrocarril facilita considerablemente las opera-
electoral más bien que de interés general. Pero hecha esta ob- ciones industriales o comerciales de los individuos. Si un co-
servación, es indiscutible que una política ferroviaria debe merciante o un industrial tiene ventajas a este respecto, obten-
inspirarse, ante todo, en la idea de promover la prosperidad drá al mismo tiempo una situación preponderante sobre sus
económica y también en el propósito de elevar el nivel intelec- competidores.
tual y moral de las poblaciones. Pues no hay agente civiliza- Por todos estos motivos y otros del mismo orden, el siste-
dor más poderoso que el ferrocarril. La facilidad de las co- ma del servicio público parece ser el que mejor conviene para
municaciones tiene marcada influencia sobre la mentalidad de alcanzar todos los fines que se tienen en vista. Es dicho siste-
ma, ciertamente, el que han adoptado los gobernantes fran-
86 THALLER y PERCEROX', op. oit., p. 625: " E s t a acción (por daños y per- ceses. Actualmente, la jurisprudencia es muy firme en este
juicios) releva de la responsabilidad contractual, tal como la exponen los sentido, ya se trate de ferrocarriles del Estado o de ferroca-
arts. 1147 y 1151, Cód. Civil, y no de la responsabilidad por delitos, sobre la
que trata el art. 1382". rriles concedidos90.
87 Por ejemplo, al oponer el sistema de la responsabilidad ilimitada al
sistema de la indemnización forfaitaire, THALLER y PERCEROÜ escriben (op. oit., 8» THALLER y PERCEROÜ, op. cit., p. 608: "Una Compañía ha construido
p. 630): " ¿ E s justo hacer recaer sobre el ferrocarril la indemnización plena, con sus capitales el ferrocarril y lo conserva". Es un error. La mayor parte
la carga del derecho común? El ferrocarril no se halla en la situación de los de los gastos de construcción, en Francia, corren por cuenta del Estado. GASTÓN
demás deudores; debe aceptar todos los bultos que se le entreguen y en cantida- JÉZE, Cours élémentaire de se. des finances, 5» ed., 1912, ps. 674 y ss.
des considerables durante los grandes movimientos comerciales. El servicio que «o Cons. de Est., 10 julio 1885, Charvet, " E e c " , p. 664. El comisario del
realiza es de interés general, por lo que sería preciso preservarlo de una respon- Gobierno, MARGUERIE, expresaba: " L a Administración de los ferrocarriles del
sabilidad demasiado abrumadora". Estado tiene a su cargo un servicio público". En el caso juzgado por el Con-
88 THALLER y PERCEROÜ, op. cit., p. 611, comprueban esta incoherencia: sejo de Estado el 18 julio 1913, Syndicat national des chemins de fer, el comi-
" E n cuanto a estas reglas internas del derecho francés, se les reprocha su falta sario del Gobierno, HELBRONNER, también decía: " E l servicio de los ferroca-
de precisión, su formación incompleta. No habiendo sido jamás sometidas a un rriles no es únicamente un servicio público, sino además un servicio militar cuya
trabajo de conjunto, dejan bastante que desear". permanencia y continuidad interesan en el más alto grado a la defensa na-
cional ' ' .
60 E L FUNCIONAMIENTO DE LOS SERVICIOS PÚBLICOS
SITUACIÓN JURÍDICA DE LOS AGENTES PÚBLICOS 61
III. — No hay, pues, más que sacar de esta idea las con-
secuencias habituales: tisfacción adecuada al interés general. De ahí resulta que,
l9 regla. — Todos los individuos que llenan las condicio- de hecho, no hay competencia.
nes fijadas por las leyes y reglamentos orgánicos del servicio Esta circunstancia se expresa frecuentemente diciendo
de ferrocarriles, pueden exigir el trasporte de su persona o que existe un monopolio de hecho9*.
de sus efectos (principio de la igualdad de los individuos fren- 3* regla. — La prestación debe ser y sólo puede suminis-
te a los servicios públicos).
trarse en las condiciones prescritas, de manera general e im-
La capacidad necesaria no es la del derecho privado; es personal, por las leyes y reglamentos orgánicos del servicio
la capacidad especial establecida por las leyes y reglamen- público de ferrocarriles. Esto no significa, por otra parte, que
tos orgánicos del servicio ferroviario. la prestación sea siempre la misma. Para los trasportes de
Los pliegos de condiciones —que determinan de manera pasajeros, por ejemplo, existen varias clases, sin contar los
general e impersonal las condiciones en que se hará la explo- trasportes de lujo (coche-salón, coche-dormitorio, etc.). Para
tación— son los reglamentos y no los contratos. los trasportes de efectos, hay varias categorías de prestacio-
La petición hecha por cualquier usuario de determinado nes, determinadas impersonalmente por los reglamentos. Es
género de trasporte —persona, animal, mercadería— es un lo que se llama la tarifa general y las tarifas especiales; según
acto-condición: es la condición para que deba ejercerse la los casos, el trasporte se hará en determinados plazos, según
competencia de los agentes encargados del servicio público. ciertos itinerarios, mediante determinadas tarifas y una cier-
No existe contrato.
ta responsabilidad. Todo ello se establece de manera general e
2* regla. — El servicio público de trasportes no está or- impersonal en las leyes y reglamentos orgánicos del servicio94.
ganizado en forma de monopolio. Los individuos no tienen
obligación de recurrir al servicio de ferrocarriles para realizar 9Z THALLER y PERCEROU, Droit commercial, 5» ed., 1916, p. 609: " E l fe-
sus trasportes. Ni siquiera hay monopolio para el trasporte rrocarril disfruta de un monopolio de trasporte sobre su red e ignora toda
competencia". Nota 1: " S e dice que tiene un monopolio de hecho y no de
ferroviario. Nada impide a los gobernantes construir varias derecho. Esto no es muy exacto. Sin duda, no puede prohibirse al publico el
líneas ferroviarias para ir de un punto a otro 91 . El concesio- empleo de los otros caminos que permiten llegar al mismo destino. Pero, sobre
nario de un ferrocarril no podría, pues, en este caso, reclamar la línea de su propiedad, resulta correcto decir que él es el único jurídicamente
una indemnización por violación de su privilegio 92 . De hecho, autorizado para efectuar el trasporte". Esta explicación es inexacta. La línea
no pertenece al concesionario, sino que forma parte del dominio público. El
en la construcción de los ferrocarriles —que exige gastos muy concesionario hace funcionar el servicio público del ferrocarril. Es evidente
considerables, cubiertos en gran parte mediante el impuesto— que, si de ello se le ha encargado, ningún otro tiene derecho a hacerlo en la
los gobernantes, al organizar una red, se esfuerzan por redu- linea concedida.
cir al mínimo las líneas, con tal de que proporcionen una sa- HAUBIOU, Droit adm., 9* ed., 1919, p. 872: "Cuando una Administración
pública da una concesión de obras públicas para asegurar un servicio de tras-
portes. . . , cabe preocuparse del monopolio que esta organización puede con-
91 Es lo que 'ha resuelto el Consejo de Estado a propósito de un ferroca- ferir al concesionario, en detrimento del público, en razón del hecho de que la
rril funicular. Cons. de Est., 4 marzo 1904, Société du chemin de fer funiculaire ocupación de las vías públicas ordinarias para la colocación de rieles de tran-
de Rouen-Eauplet, "Bec.", p. 198: " L a concesión hecha por la ley del 8 junio vías... sólo puede concederse cómodamente a una sola empresa... El mono-
1892 a los señores L. y S., cuyos derechos ejerce la Compañía recurrente, no polio de hecho así cedido sólo existe como consecuencia de la ocupación de la
representa un monopolio de trasporte en favor del concesionario...". vía pública...". Esta explicación —muy exacta— concierne únicamente a los
92 En este sentido, HAUBIOU, Droit adm,, 9* ed., 1919, p. 872: " E l mono- tranvías o ferrocarriles sobre caminos públicos.
polio, que no resulta de pleno derecho de la concesión, debe estipularse en el M THALLER y PERCEROU, op. cit., p. 613: Con la tarifa general, " l a s leyes
sentido de que la Administración que concede debe comprometerse formalmente y reglamentos determinan todos los elementos del trasporte, excepto el monto
«a no favorecer a ninguna empresa competidora». Especialmente, la Admi- del flete". Con las tarifas especiales, llamadas también condicionales o a pre-
nistración que ha concedido lineas de ferrocarriles o de tranvías no está obli- cios reducidos, " e l ferrocarril ofrece al expedidor, a elección de este último, y,
gada, por ello mismo, a no concederlas a otros en la misma dirección". pqr derogación de la tarifa general, condiciones de trasporte menos costosas,
siempre que renuncie a determinada ventaja que el derecho común le otorgaría
62 EL FUNCIONAMIENTO DE LOS SERVICIOS PÚBLICOS
SITUACIÓN JURÍDICA DE LOS AGENTES PÚBLICOS 63
If regla. — Entre las condiciones establecidas por las le-
yes y reglamentos para que los individuos puedan exigir el Naturalmente, una ley especial puede organizar otras
funcionamiento del servicio, figura el pago de una contribu- vías legales. Pero, si no existe una ley especial, es aplicable
ción periódica (redevance), que no es un precio convencional, el régimen del exceso de poder.
ni se fija por convención de las partes. La establecen los agen- Existe una ley especial, concebida en términos muy ge-
tes públicos unilateralmente y por vía general e impersonal95. nerales; el art. 22 de la ley del 15 julio 1845, sobre la policía
No es tampoco el concesionario quien fija la tarifa: puede de los ferrocarriles, establece: "Los concesionarios o arrenda-
suceder que se le deje la iniciativa o que tenga la facultad de tarios de un ferrocarril serán responsables, con respecto al
opinar 96 . No es él quien toma la decisión, sino un agente pú- Estado, o a los particulares, del daño causado por los adminis-
blico: el ministro. Las tarifas son reglamentos97. Son las tradores, directores o empleados, a cualquier título, en el
mismas para todo el mundo; no puede existir precio especial servicio de explotación del ferrocarril. El Estado tendrá la
para un individuo determinado; sólo hay tarifas reducidas, misma responsabilidad con respecto a los particulares, si se
por vía general e impersonal. encarga de los gastos o explota el ferrocarril por su cuenta".
5* regla. — En caso de que el servicio público de los fe- Cuando en 1878 se creó una red del Estado (ley del 18
rrocarriles no funcione en las condiciones establecidas por mayo 1878), el decreto del 25 mayo del mismo afío (art. 8)
las leyes y reglamentos, existe violación de la ley o del regla- recordaba la regla del art. 22 de la ley de 1845: "La explota-
mento, y no violación de una convención. Las vías generales ción. . . por el Estado se efectuará de conformidad a las leyes
de derecho son las que existen para el caso de violación de y reglamentos en vigor. Se regirá, sin distinción de líneas, por
una ley o de un reglamento. el pliego de condiciones de los ferrocarriles de interés general,
agregado a la ley del 4 diciembre 1875".
(itinerario indirecto, duración más larga del trasporte, atenuación y aun exen- Los términos muy generales de este texto especial (ley
ción de toda responsabilidad)". Trátase de una explicación errónea de los de 1845, art. 22) hacen decir —inexactamente, por lo demás—
hechos. No existe convención entre el usuario y el ferrocarril. Cuando el pri-
mero reclama una tarifa especial, ello significa que solicita una prestación de que las empresas ferroviarias y la administración de la red
determinada categoría. Pero la tarifa general y las tarifas especiales tienen del Estado son trasportistas ordinarios". Es un error, como
exactamente la misma naturaleza jurídica: son reglamentos. se ha demostrado antes.
95 Ley del 15 julio 1845; reglamento del 15 noviembre 1846.
»6 El ministro no puede imponer a las compañías concesionarias una tarifa El texto del art. 22 de la ley de 1845 es excepcional. Siem-
a la que ellas se oponen. pre que no se esté en los casos previstos por esta ley especial,
«7 HAURIOU, Droit adm., 9» ed., 1919, p. 88, nota 2: "Los ejemplos má? se aplica el régimen del servicio publico".
notables de estas resoluciones ministeriales reglamentarias territoriales son:
1») los reglamentos dictados para la policía de estaciones y de vías, así como Así, según los principios generales, las controversias rela-
para la composición y la marcha de los trenes, por el ministro de Obras Públi- tivas a las encomiendas postales han sido, durante cierto
cas, en virtud del reglamento del 15 noviembre 1846, modificado por el decreto
del 1» marzo 1901, arts. 1 a 44; 2») las homologaciones de las tarifas de tras- 98 Tribunal de Conflictos, 22 junio 1889, Vergnioux, " R e c " , p. 777: "Al
portes hechas por el mismo ministro, en virtud del art. 44 del mismo regla- explotar una línea, (la Administración de los ferrocarriles del Estado) realiza
mento. Las tarifas, una vez homologadas, se convierten en verdaderos regla- un acto de empresario de trasportes, y, a este título, puede, como las Compañías
mentos; dejan de ser convenciones celebradas entre la Compañía y el público concesionarias, contraer, respecto a los terceros, obligaciones que comprometen
para la remuneración de una locación de servicios; «son iguales a las leyes>. su responsabilidad, ante la jurisdicción del derecho común —civil o comercial—
La jurisprudencia ha deducido sucesivamente todas las consecuencias de esta en los términos de los arts. 631 y 632 del Código de Comercio, 1382 y ss. del
idea; de ella resulta, especialmente, que una vez llenadas las condiciones de Código Civil; por lo demás, el propio Estado, si explotase el servicio directa-
publicidad, nadie está autorizado para ignorar la existencia de una tarifa; que mente, estaría, en principio, sujeto a las mismas reglas de responsabilidad, por
la interpretación de la tarifa por el juez debe ser literal; que no se puede aplicación del art. SS de la ley del 15 julio 1845, expresamente considerado en
derogar una tarifa, mediante convenciones particulares, etc. (Casac, 25 enqro el primer decreto del 25 mayo 1878".
1898, Bonne, "8.", 98, 1, 361)".
9» Sobre este punto, véase las conclusiones de COBNEELLE, ante el Cons. de
Est., 2 julio 1915, Bepéré, " E e c . " , p. 225.
64 E L FUNCIONAMIENTO DE LOS SERVICIOS PÚBLICOS
SITUACIÓN JURÍDICA DE LOS AGENTES PÚBLICOS 6&
tiempo, de competencia del Consejo de Estado (art. 10 de la
convención aprobada por la ley del 3 marzo 1881). Si actual- La solución puede justificarse de la siguiente manera:
mente son de competencia de los jueces de paz, ello es en ra- el art. 22 de la ley de 1845 es excepcional, pues se refiere al
zón de la ley del 12 julio 1905, art. 5, 59. funcionamiento del servicio ferroviario en tiempo de paz.
El carácter excepcional del art. 22 de la ley de 1845, se Ahora bien; aquí se trata de un acto que organiza el servicio
ha puesto de manifiesto en el caso juzgado por el Tribunal para el tiempo de guerra. Es un acto modificativo de la orga-
de Conflictos el 29 julio 1916, Vioin, y por el Consejo de Esta- nización de un servicio público. Desde el momento que ya no
do, el l 9 agosto 1919, Vion100. Allí se ha resuelto que la lega- se está dentro de los términos del art. 22 de la ley de 1845,
lidad de un reglamento, dictado en tiempo de guerra, con- se aplica el derecho común del exceso de poder; es el régimen
cerniente a la responsabilidad por el trasporte de mercaderías del exceso de poder, con competencia del Consejo de Estado 162 .
por ferrocarril, sólo podían apreciarla los tribunales adminis-
trativos 101 .
Se entabló una acción ante el tribunal de comercio de Amiens. £1 prefecto del
Somme intervino para declinar la competencia de los tribunales judiciales. No
íoo Consúltese, sobre este punto: las conclusiones de BLONDEL ante el es la legislación ordinaria —decía—, la legislación del tiempo de paz, la apli-
Tribunal de Conflictos, 29 julio 1916, Vion, "Dalloz", 1916, 3, 57; la nota de cable, especialmente el art. 103 del Código de Comercio, sino más bien la legis-
HAÜRIOTJ en "Sirey", 1917, 3, 1; la nota de WAHL, a raíz de un fallo de lación del tiempo de guerra, tal como ha sido organizada por la ley del 2B-
Montpellier, 3 febrero 1916, "Sirey", 1917, 2, 1; mi nota en la " R . D . P . " , diciembre 1888 y el decreto del 8 diciembre 1913. Por consiguiente, los tribu-
1919, ps. 346 7 ss. nales judiciales son incompetentes para estatuir acerca de la cuestión: corres-
101 Veamos el caso: La ley del 28 diciembre 1888, arts. 22 y 23, y el decreto ponde al Consejo de Estado apreciar la legalidad de la decisión de la Comisión
del 8 diciembre 1913, confieren a la autoridad militar, en tiempo de guerra, de la red del Norte. El tribunal de comercio de Amiens, por sentencia del 19
facultades muy amplias sobre el servicio de ferrocarriles. Según los arts. 22 y octubre 1915, revocó la declaración del prefecto. La Corte de apelación de
23 de la ley de 1888, "durante el trascurso de las hostilidades, el servicio Amiens, por sentencia del 8 marzo 1916, confirmó el pronunciamiento del tri-
ferroviario depende, por entero, de la autoridad militar"; en consecuencia, el bunal de Amiens: La resolución de la Comisión de la red —expresaba la Corte
ministro de Guerra dispone de los ferrocarriles en toda la extensión del terri- de Amiens—, aunque es un acto administrativo, no tiene la naturaleza de los
torio nacional ocupado por los ejércitos de operaciones, y el comandante en mandatos u órdenes individuales y especiales que la Administración imparte
jefe de cada grupo de ejércitos o de ejército que actúa separadamente, dispone a los particulares y cuyo conocimiento escapa a los tribunales del orden judi-
de los ferrocarriles en la parte del territorio que se le asigna. cial; al contrario, en razón de la generalidad de las prescripciones que con-
Los arts. 1», § 3, 19, § 2, y 30, § 3, del reglamento anexo al decreto del tiene, esta decisión pertenece a la categoría de las medidas complementarias
8 diciembre 1913, dictado en cumplimiento de la ley de 1888, confieren al mi- que dicta la Administración para asegurar la ejecución de las leyes; en conse-
nistro de Guerra —sobre la red interior— y al comandante en jefe —sobre la cuencia, corresponde a los tribunales apreciar la legalidad e interpretar sus
red del ejército—, cuando ellos lo juzguen útil, la facultad de autorizar la términos. El tribunal de comercio, al retener el conocimiento del asunto j al
continuación parcial o total de los trasportes comerciales para pasajeros y mer- declarar que el acto invocado no podía ser legalmente un obstáculo para la
caderías, siempre que se sometan a su aprobación las órdenes de servicio que aplicación de las disposiciones del Código de Comercio, ha obrado dentro de lo»
al efecto dicten las comisiones respectivas. límites de su competencia.
A consecuencia de ello, en el trascurso de la guerra de 1914, la Comisión El Tribunal de Conflictos ha desautorizado a la Corte de apelación de
de la red ferroviaria del Norte —por decisión de fecha 19 agosto 1914—, debi- Amiens. Por sentencia del 29 julio 1916, Vion ("Bec.", p. 339), ha resuelta
damente aprobada, autorizó la continuación del servicio de los trasportes comer- que, " e n el litigio antes analizado, se planteaba la cuestión de saber si la
ciales por cuenta de particulares, con los horarios y los itinerarios designados Comisión de la red del Norte había insertado legalmente, en su orden de
en la resolución de reapertura y bajo la condición expresa de que " n o podría servicio del 19 agosto 1914 —regularmente aprobada—, una disposición modi-
resultar de ella para la Compañía responsabilidad ni garantía de ninguna ficativa del derecho común, en lo que concernía a la responsabilidad de la
clase".
empresa ferroviaria. Sólo la autoridad administrativa podía resolver una cues-
Un expedidor, cuyas mercaderías (toneles de aceite expedidos del Havre tión prejudicial de esta naturaleza'*.
hacia Amiens) habían sufrido averías, el 30 enero 1915, durante el trayecto, loa Veamos cómo razona el Tribunal de Conflictos: " L a s órdenes dadas
reclamó una indemnización a la Compañía del Norte y esta última contestó por la autoridad militar, en virtud de las facultades que le han conferido los
oponiendo la decisión de la Comisión antes mencionada, del 19 agosto 1914. precitados textos {ley de 1888, decreto del 8 diciembre 1913), no tienen —eomo
El expedidor replicó arguyendo que la decisión era ilegal y contraria al art. 103 lo decide la Corte de Amiens— el carácter de reglamentos que complementan
del Código de Comercio, relativo a la responsabilidad de los trasportistas. una ley, en cumplimiento de una delegación contenida en ella. Son actos del
poder público, que tienen por objeto proveer —en circunstancias excepcionales
Esta tesis es muy defendible, aunque complica las reglas de Se hace notar que esta teoría de los actos de guerra 104
la competencia de los tribunales, en lugar de simplificarlas. constituiría una novedad jurisprudencial, sin fundamento al-
Sea como fuere, algunos han creído poder explicar la guno105. Por mi parte, creo que la decisión del Tribunal de
decisión del Tribunal de Conflictos sólo por una teoría nueva: Conflictos se explica mucho más fácilmente y, a pesar de pre-
la teoría de los actos de guerra103, que habría creado el juez sentar algunos inconvenientes, se justifica perfectamente por
supremo de las compietencias. el carácter excepcional del art. 22 de la ley de 18J^5XW.
6* regla. — Fuera de los casos expresamente contempla-
que resultan del estado de guerra— las necesidades de la defensa nacional, dos por la ley, la responsabilidad personal de los agentes pú-
cuya organización incumbe asegurar al Gobierno, Tales actos escapan a la blicos empleados en el servicio ferroviario se rige por el dere-
apreciación de la autoridad judicial, que no puede pronunciarse sobre su le- cho público y no por el derecho privado. Debido a los términos
galidad. Esta regla se aplica especialmente a las resoluciones adoptadas por el
comandante en jefe para autorizar la apertura al servicio comercial de ciertas
líneas de la red del Ejército, así como a las órdenes de servicio de las comi- argumentación del Tribunal de Conflictos —expresa también— no significa
siones de la red que forman el complemento necesario de dichas decisiones, y nada o bien significa que las órdenes de las Comisiones de redes ferroviarias,
se incorporan a ellas". El comisario del Gobierno, BLONDEL, ha opuesto cuida- aprobadas por el ministro de Guerra, no son actos reglamentarios, porque son
dosamente el caso para el que existe la competencia judicial; en la materia actos excepcionales del poder público, y, en suma, actos del estado de guerra.
especial de los ferrocarriles —ha dicho— la competencia de los tribunales ju- La resolución tiende, pues, a crear una nueva categoría de actos del poder
diciales ha persistido con respecto a los actos administrativos que entran, en público, que serían los actos del estado de guerra. Según HAURIOU, la decisión
principio, en las atribuciones del ministro de Obras Públicas. En esta circuns: de la precitada Comisión era un reglamento, y la interpretación de este regla-
tancia, la medida no ha sido inspirada por el interés pecuniario de la Compañía, mento corresponde a la autoridad judicial, porque los tribunales judiciales
smo por la preocupación de la defensa nacional. No cabe, pues, hablar de acto tienen, actualmente, una competencia general para apreciar la legalidad de
de gestión 7 de explotación comercial, sino de acto de autoridad, absolutamente todos los reglamentos. Desde este punto de vista, concluye HAURIOU, el Tri-
diferente, por su naturaleza y su objeto, de los que en tiempo de paz realiza él bunal de Conflictos, con su decisión de 1916, no ha estado muy acertado pues
ministro de Obras Públicas. Por lo demás, este acto no escapará tampoco al complicó las reglas de la competencia, en lugar de simplificarlas.
control de toda jurisdicción. Esta parte de la argumentación es muy poderosa. 104 Los actos de gobierno, dice HAURIOU, escapan a toda apreciación
103 Lo que parece haber dado lugar a esta interpretación, es la segunda contenciosa. Los actos de guerra estarían simplemente sustraídos a la apre-
parte de la argumentación —inútil, a mi entender, para la solución del litigio— ciación de los tribunales judiciales, sometiéndose a la apreciación de la juris-
del abogado general ante la Corte de Casación, comisario del Gobierno. BLON- dicción administrativa. El único efecto reconocido al acto de guerra sería, pues,
DEL sostiene que la decisión de la Comisión de la red ferroviaria no es un un fortalecimiento del principio de la separación de los poderes y del privi-
reglamento. Su definición del acto administrativo, por oposición al reglamento, legio de jurisdicción administrativa.
es absolutamente inadmisible. Eesulta difícil no ver, en la exposición del 105 Ninguna disposición especial de ley alguna —expresa justamente
comisario del Gobierno, un conjunto de proposiciones contradictorias. jQue se HAURIOU— considera este carácter particular de los actos de estado de guerra.
juzgue! Los reglamentos —dice BLONDEI/— tienen por rasgos distintivos pre- Se concebiría que el estado de guerra entrañase una especie de dictadura con-
sentar los mismos caracteres que la ley; como ella, ofrecen la generalidad de fiada al poder ejecutivo, pero no se ha establecido esta dictadura y la expe-
las disposiciones, la reglamentación de lo futuro, la fuerza obligatoria, la riencia demuestra que el Parlamento no lo permitiría.
sanción penal. El acto administrativo propiamente dicho es individual y espe-
106 Cons. de Est., 19 agosto 1919, Vion ( " B . D . P . " , 1919, ps. 341 y ss.) :
cial, verdadero acto de dominio directo o de administración propiamente dicha
Los poderes de la autoridad militar "no podrían estar limitados por las dis-
y no de legislación secundaria, como un reglamento. Aquí, el general en jefe
posiciones de la legislación del tiempo de paz, . ..El ministro de Guerra no ha
abre ciertas líneas y mantiene el cierre de otras. Se trata de medidas especiales
hecho sino usar, con la única finalidad de salvaguardar los intereses de la
para la Compañía de que se trata, motivadas por circunstancias especiales. La
defensa nacional..., de las facultades de apreciación y de decisión que le confiere
orden se dirige individualmente a la empresa. Sin duda, se adopta la medida
la ley. En verdad, la cláusula de que se trata no se ajusta a las prescripciones
en cumplimiento de la ley de 1888, pero toda autoridad que dicta una resolu-
del art. IOS del Código de Comercio, pero la necesidad que se imponía de adop-
ción administrativa debe estar habilitada para hacerlo por ley, siendo preciso,
tar un principio distinto en lo que concierne a la responsabilidad del traspor-
para saber si el acto es individual o reglamentario, considerarlo en su principio,
tista, no es más que la consecuencia directa de la profunda diferencia existente
su alcance, su finalidad y sus efectos. Por lo demás, no se desprende de ello-
entre él régimen normal de trasportes, al que se aplica el art. 103, y él régimen
que la medida interese a la generalidad del público, ni que sea reglamentaria.
especial de ferrocarriles en tiempo de guerra, para los que Be ha instituido una
HAUEIOU critica enérgicamente esta argumentación ("Sirey", 1917, 3, 1).
legislación especial, que da a la autoridad militar la facultad de establecer
I » orden de servicio —dice con toda razón— era un reglamento orgánico. La
reglas particulares fuera de la órbita del derecho común".
68 EL FUNCIONAMIENTO DE LOS SERVICIOS PÚBLICOS
<*m¿ S : Z 8 S Í 1 - E x t e r i » ™ - t e , las instruc- del jefe de servicio, del poder disciplinario, o aun del poder de
tores, se asemejan^ucho?!™ ¡ T ' 0 « " • " » « " 7 1 " <*t»- anulación, de suspensión o de reforma, si él también tiene esta
competencia.
superiores pueden taS • * ? q u e í o r f o s l o s "«entes 2*) La instrucción general, la orden individual de servi-
rUCCI nes
de^rviciogenerairr^,, ° Seneral<*, órdenes cio, no causan, pues, agravio alguno a los individuos: lo que
M causa agravio, es el acto del subordinado realizado en ejecu-
• w W octo, jJUucZ, ' "° P°Sem U
/«*«<«* de ción de la instrucción o de la orden. Es por ello que la juris-
prudencia del Consejo de Estado declara improcedentes los
1 6rde recursos por exceso de poder entablados contra las instruccio-
'eJL'-Z^Jt^T
jo, imperativos.
^ 4 actos
™ **«*«l» de
""Micos, sino de conse-
nes generales o las órdenes individuales de servicio8.
3*) Para saber si el autor del acto jurídico impugnado
era competente para realizarlo, es preciso tener en cuenta, no
al autor de la instrucción general, de la orden individual de
servicio, sino al autor del acto, es decir, al agente subordinado*.
Teali 4*) El agente subordinado que realiza un acto jurídico,
la orden i n d i c a T j ^ t ^ ^^ ordenan. Si en cumplimiento de una orden de servicio o de una instrucción
mente, disminuiría ¿ S ' d e , ? 5? ^ J U r M Í C 0 ' P 0 ^ » - general, no puede jurídicamente apoyarse en dichas instruc-
«as y de la jerarquía El a ^ o l A ^ 2" l M c o m P e t e n - ciones u órdenes. El juez no debe tenerlas en cuenta, pues debe
*ado en ejecución de la ordTn ¡nrf' f f » * "»l»'<Hnadoi " * » - apreciar el acto del agente subordinado, como si lo hubiese
realizado espontáneamente™.
0 D S6ría
— « - la « « / ^ ^ V e l X o ^ l ^ c ^ ' °
Jur. adm. et reo. contentieux, 2» ed., 1896, i, p. 526, generaliza la doctrina de
esta resolución 7 expresa: " L a inobservancia de las formas prescritas por las
circulares e instrucciones ministeriales, no es causa de nulidad del acto". Confr.,
de S e
«o, resultan las Z ^ ^ ^ T * * " * " ^ sin embargo, infra, p. 77. Véase, también: Gons. de Est., 30 junio 1853, Dumas,
" R e c . " , p. 656; 25 junio 1864, Gaunard, " R e c . " , p. 573, con las conclusiones
d agente 8ubordi muy importantes del comisario del Gobierno, EOBERT {infra, p. 77); 14 di-
nado, en el sentido de que si nn . » T f -
0 4 a la ciembre 1883, Lacroix, " R e c " , p. 927.
general o a la orden indW H L^ f' ™ atracción 8 Cons. de Est., 7 julio 1905, Borel, " R e c " , p. 609: " E l precitado des-
eI
dico del s u b o r ^ o ' r e S ' e ^ ^ ^^1°'' «*» * " * pacho. . . sólo contiene instrucciones impartidas por el ministro de Guerra al
de la prefecto... con el objeto de hacer inscribir al señor B. —por la autoridad
«eneral o de la orden taSal1 "^ ^^ción
competente— en las listas de empadronamiento de la respectiva clase...; estas
- M „ , No hay o tr
a sa^e £ rSWSS^S instrucciones no constituyen una decisión que pueda deferirse al Consejo de
Estado estatuyendo en lo contencioso". Cons. de Est., 7 julio 1905, Vittoriani,
«miraría: «Las instrucciones son «&£!,* • ' P
* 6
' parece dar
^ solución " R e c . " , p. 611: " L a s decisiones (del ministro de las Colonias) sólo podían
tener él valor de instrucciones dirigidas a una autoridad subordinada-; y, por1 .
alganM consiguiente, debe considerarse que el recurrente ha sido suspendido en su '
p l a n t e : «La* instrucciones n o 2 TrntneT ""T** «-~T3£
80lución l08 empleo, no por el único efecto de estas decisiones, sino por las resoluciones
*"%•<* ^P«esta en el textT ' * * * « • « * « " . Esto con- tomadas de inmediato por el gobernador. De modo que no tiene ningún derecho
a sostener que ha sido castigado por una autoridad incompetente".
» Cons. de Est., 7 julio 1905, Vittoriani, " R e c . " , p. 611. Véase la nota
precedente.
10 Cons. de Est., 7 julio 1905, Vittoriani, " R e c . " , p. 611: " L a circuns-
tancia de que el gobernador habría obrado ante la orden del ministro, no puede
74 * E L FUNCIONAMIENTO DE LOS SERVICIOS PÚBLICOS 75
PODERES DE VIGILANCIA
IV. La imprecisión del lenguaje jurídico de las Admi- estas expresiones, se puede confundir una instrucción propia-
nistraciones públicas ha originado, muchas veces, confusiones.
mente dicha con un verdadero reglamento, y viceversa. Es pre-
Los administradores que, por lo general, se jactan de no ser
"teóricos", "ideólogos", sino "prácticos" enemigos de sutilezas ciso, pues, dedicarse a desentrañar la verdadera naturaleza del
jurídicas, "empíricos", emplean indiferentemente las expresio- acto realizado por el jefe de servicio. Es lo que hace el Consejo
nes: instrucciones, circulares, órdenes de servicio, despachos, de Estado 12 .
resoluciones, decisiones, reglamentos, etc.11. Ateniéndose a A veces, en efecto, el Consejo de Estado declara jurídica-
mente obligatoria cierta instrucción general o determinada
viciar de ilegalidad las medidas adoptadas por aquél dentro del limite de sus circular18; otras veces, considera sin efecto jurídico tal ins-
atribuciones". El Consejo de Estado y el Tribunal de Conflictos han aplicado trucción o tal circular. No hay en ello la menor contradicción;
la misma solución, en una materia semejante, en las invitaciones dirigidas por
una Cámara legislativa a un ministro, en la forma de sanción de un orden del esto significa que, en el primer caso, los "prácticos" de la
día. Tribunal de Conflictos, 5 noviembre 1880, Marquigny; Cons. de Est., 20 Administración han denominado incorrectamente instrucción
mayo 1887, prince d'Orléans y prince Murat, " E e c " , p. 409; Trib. de Con- o circular, lo que era un verdadero reglamento14.
flictos, 25 mayo 1889, Dufeuille, " E e c " , p. 144: " E l embargo (de letras
del conde de París) no cambia de naturaleza por el hecho de ordenarlo el minis-
tro del Interior con un fin político y de que la medida la hayan aprobado las 12 Cons. de Est., 19 abril 1918, Madon, '' Eec.'', p. 351: ' ' Las instrucciones
Cámaras". Sobre todos estos puntos, la jurisprudencia es muy firme. impartidas por el Inspector de la Academia del Var al inspector primario de
Toulon, a propósito de la admisión de alumnos en la escuela pública de jóvenes
ii A veces ellos se apoyan en esta terminología para defender la tesis de la Valette-de-Var, niegan al alcalde el derecho de excluir de dicha escuela,
más favorable a la Administración. Un caso típico es el resuelto por el Consejo
de Estado el 15 noviembre 1907, Poirier, " E e c " , p. 820 (con las conclusiones durante el curso anual, a los alumnos procedentes de un municipio vecino y a
de TEISSIER). En este asunto, un oficial, licenciado hacía tres años, solicitaba los de origen italiano; ellas constituyen, pues, una verdadera decisión. Por tanto,
la anulación, por exceso de poder: 1») de una circular del 31 enero 1905, ema- el alcalde tiene razón al deferir la solución del caso al Consejo de Estado".
nada del ministro de Guerra, que disponía que los oficiales licenciados tres años Naturalmente, hay casos en que el Consejo de Estado tiene alguna duda
antes, pierden sus derechos a la tarifa reducida en los ferrocarriles; y 2») de acerca de la naturaleza jurídica de la instrucción. Cons. de Est., 18 mayo 1917,
una decisión del ministro, del 22 febrero 1905, que aplicaba al mencionado Tisseire '' Eec.'' p. 397: " Al admitir que el desconocimiento de las indicaciones
oficial esta circular. El ministro de Guerra solicitaba el rechazo de la demanda contenidas en las instrucciones sobre la aptitud física para él servicio militar
como improcedente, ya que la decisión impugnada no llevaba la firma del —en vigor en las fechas en que el señor T. fué examinado por las comisiones
ministro; que sólo era en realidad una instrucción al general en jefe del 10* cuyas decisiones impugna— pueda convertir en irregulares dichas decisiones... " .
cuerpo, recordándole la circular del 31 enero 1905; que, por tanto, no podía 13 Cons. de Est., 18 mayo 1917, maire de Monguilhem, " R e c . " , p. 409. El
dar lugar a recurso contencioso; que, por lo demás, el ministro no podía tomar, poder de nombramiento conferido al alcalde por el art. 88 de la ley del 5
en él caso, ninguna decisión provista de fuerza ejecutoria, puesto que el litigio abril 1884, debe ejercerse de conformidad con la instrucción general sobre el
versaba sobre la interpretación del art. 54 del pliego de condiciones de las servicio de correos (confirmación de los mensajeros nombrados por el alcalde,
Compañías y que esta interpretación es del resorte exclusivo del ministro de por el director departamental de correos).
Obras Públicas. *4 Cons. de Est., 3 febrero 1911, Bossi, " E e c " , p. 125 ( " E . D. P . " , 1911,
El carácter reglamentario de la circular del 31 enero 1905, no me parece ps. 685 y ss.): " P o r la circular de fecha 13 junio 1908, el ministro de Guerra
dudoso. En sus conclusiones, TEISSIER lo ha admitido claramente, calificando no se ha limitado a dar instrucciones para la aplicación del decreto del 12 junio
a la circular ministerial del 31 enero 1905 de "decisión general y, en cierto 1908, sino que, además, ha hecho conocer decisiones adoptadas por él sobre ciertos
modo, reglamentaria"; un poco más adelante, TEISSIER es más terminante. puntos. Dentro del número de estas decisiones, figura una en virtud de la cual
Después de haber enumerado el decreto del 4 junio 1902, la resolución del los agentes de la categoría a la que pertenece el señor E. continuarían sometidos
ministro de Obras Públicas del 9 mayo 1903 y la decisión del ministro de —desde el punto de vista de los gastos de movilidad— a las disposiciones del
Guerra del SI enero 1905, expresa: el recurrente tiene derecho a sostener que decreto del 3 julio 1897, concerniente a los empleados y agentes civiles de los
" l a decisión individual del 22 febrero 1905, que niega al interesado el derecho servicios coloniales o locales. El señor E. pretende que debe considerársele, para
al beneficio de la tarifa militar, está viciada de nulidad por haberse tomado los mencionados gastos, como un funcionario perteneciente al cuadro militar. <
en violación de los textos generales y reglamentarios precitados". En este Si esta pretensión fuese reconocida como fundada, la decisión del ministro conte-
asunto, el Consejo de Estado no se ha pronunciado sobre la naturaleza de la nida en la instrucción del 1S junio 1908 le causaría agravio. Por consiguiente,
circular de 1905: "Sin que resulte necesario estatuir sobre la improcedencia su demanda es admisible". Cons. de Est., 30 enero 1914, Decormis, " E e c " , p.
opuesta a la demanda, por el ministro de Guerra... " . Ha rechazado el recurso 99: " Según los términos del art. 2 del decreto del 5 julio 1907, una instrucción
como improcedente, por haberlo deducido un recurrente sin personería. ministerial determinará las condiciones en que se redactará la lista de ascensos y
se harán los nombramientos en los diversos empleos del grado de suboficial, en
76 E L FUNCIONAMIENTO DE LOS SERVICIOS PÚBLICOS PODERES DE VIGILANCIA
V. ¿A qué es preciso atenerse para saber si, a pesar de la jurídica a su acto. En consecuencia, existe el máximo de efi-
forma y el calificativo empleados por la Administración, existe cacia para el reglamento.
instrucción o reglamento, orden individual de servicio o acto 39) Prácticamente, esto nos lleva a determinar los casos
jurídico individual? en los cuales los ministros —que son los jefes de los servicios
I 9 ) Cuando la instrucción o la circular ministerial versa públicos— tienen poder reglamentario. A veces, la ley se lo
sobre una materia para la cual el jefe de servicio no tiene el atribuye expresamente. Pero fuera de estos casos, ¿cuál es el
poder reglamentario o el poder de decisión, no puede, evidente- criterio? En sus conclusiones emitidas en el caso Oaunard
mente, ser objeto de un reglamento o de un acto jurídico indi- (Cons. de Est., 15 junio 1864, "Réc.", p. 573), el comisario del
vidual; se trata de una circular, de una instrucción, de una Gobierno, ROBERT, proponía la siguiente distinción: "Una ins-
orden individual de servicio. trucción dictada por un ministro, a propuesta de sus reparticio-
2°) Cuando el jefe de servicio tiene el poder reglamenta- nes subordinadas, no es un acto tan solemne como para que las
rio 15 , la solución es más difícil. Si el funcionario mencionado formas así señaladas (por esta instrucción) puedan prescri-
se limita a recordar y a interpretar una regla formulada por birse bajo pena de n u l i d a d . . . P e r o . . . , partiendo de la idea de
una ley o un reglamento, existe instrucción; si, por el contra- que, en el doble interés de cada ciudadano y de la propia
rio, el jefe de servicio estatuye sobre un punto nuevo y pres- Administración, es preciso multiplicar las garantios que son la-
cribe una nueva regla, hay reglamento y no instrucción 16 . En salvaguardia de todos los derechos, ... ciertas instrucciones
la duda, debe considerarse que el jefe de servicio ha querido ministeriales tienen un carácter obligatorio, que la jurisdicción
ejercer su poder reglamentario y no su poder de instrucción; contenciosa debe tener en cuenta. Impotentes para restringir
se debe suponer que ha deseado dar el máximo de eficacia los derechos que los administrados tienen por la ley o los de-
cretos dictados para su cumplimiento, las instrucciones minis-
las tropas coloniales; la instrucción ministerial del 7 julio 1909 se ha dictado teriales tienen una autoridad indiscutible cuando —regulando
en cumplimiento del mencionado decreto". Establecido esto, el Consejo de los deberes y las atribuciones de los funcionarios administra-
Estado comprueba que el recurrente no justifica que no se le hayan aplicado
las reglas establecidas en la instrucción ministerial, y, por otra parte, que tivos— señalan así, para cada uno, los límites de la delegación
dichas reglas sean ilegales. Cons. de Est., 12 enero 1917, Deveaud, " B e c " , p. 45: que se le hace en nombre del jefe del poder ejecutivo, y cuando,
" S i en la fecha de su ingreso (en la Administración) el recurrente tenía el lejos de atentar contra los derechos privados, los rodean de una
derecho de invocar las disposiciones de la precitada circular ministerial...".
15 Así, existe reglamento siempre que una ley o un decreto encarga a un saludable protección...".
ministro dictar las reglas de detalle. Cons. de Est., 30 julio 1915, Boitel,
" B e c . " , p. 255: " E l art. 2 del decreto del 26 setiembre 1914, ratificado En conclusión, los ministros tendrían un poder reglamen-
posteriormente en las medidas adoptadas para su aplicación por la ley del 30 tario general para dictar reglas que confieren nuevas garan-
marzo 1915, dispuso que los hombres del servicio auxiliar, entonces bajo tías a los particulares o a los agentes públicos, lia, jurispru-
banderas, podrían ser sometidos al examen de una comisión especial de licén-
ciamiento, en loa condiciones que el ministro determinase. En la resolución dencia del Consejo de Estado no está en contradicción con esta
dictada a este efecto el 9 de octubre, el ministro dispuso... Las prescripciones, tesis, que presenta grandes ventajas prácticas y no contraría
tanto las del decreto del 26 setiembre 1914, como las resoluciones y circulares ningún principio jurídico. Ella hace que se dé al Consejo de
diatadas para su aplioación, no permiten hacer una distinción entre los hombres
del servicio auxiliar... En estas condiciones, el señor B. ha fundado mal sus Estado un amplio poder de apreciación, puesto que debe decir
conclusiones con miras a la anulación de las instrucciones dadas por el ministro si determinada instrucción ministerial tiene por objeto con-
para el cumplimiento del decreto del 26 setiembre 1914...".
l« Es el caso del asunto Sossi, Cons. de Est., 3 febrero 1911; véase la
nota 14 de la p. 75. Naturalmente, si hay reglamento, su validez está regida propiedad privada, etc., debe emanar del • Parlamento. Esto, tomado en
por las reglas ordinarias; en particular, por el principio fundamental de que sentido con que algunas veces se dice que las circulares administrativas
una regla de derecho que impone una restricción a la libertad individual, a la son obligatorias para los individuos, lo que resulta demasiado impreciso.
78 E L FUNCIONAMIENTO DE LOS SERVICIOS PÚBLICOS PODERES DE VIGILANCIA 79
ferir una nueva garantía a los administrados o a los agentes fuerza jurídica obligatoria reglamentaria resultaría del asenti-
públicos 17 . miento de los interesados afectados por dichas instrucciones.
El Consejo de Estado no ha admitido esta tesis; y ha tenido
VI. La aplicación de estas ideas al orden individual con- mucha razón. La fuerza obligatoria jurídica de un acto regla-
duce a reconocer el carácter de acto jurídico individual a la mentario no deriva jamás de la voluntad de los individuos
medida tomada por el jefe de servicio, siempre que tenga com- afectados por el reglamento, que pueden muy bien respetarlo
petencia para realizarla directamente; para que haya simple- de hecho, pero nunca impugnarlo ante un tribunal. Eso es todo.
mente orden individual de servicio, es preciso que el jefe de
servicio haya manifestado su intención expresa al respecto. § 2
zado por un agente público con una finalidad distinta a aquella II. — Apliquemos la teoría de la desviación de poder a las
pa/ra la cual se le ha conferido, está viciado de exceso de poder instrucciones y órdenes de servicio. Las instrucciones genera-
les y las órdenes individuales de servicio que se impartiesen
y es nulo 19 . con "un fin distinto de la salvaguardia del interés general y el
Es necesario generalizar esta teoría y aplicarla aun fuera buen funcionamiento del servicio" estarían viciadas de desvia-
de la institución particular del recurso por exceso de poder. ción de poder.
Es, por lo demás, lo que hoy hace —demasiado tímidamente,
V) Si se observan las instrucciones, los actos jurídicos
en mi opinión— la Corte de Casación, en lo que concierne a realizados en virtud de ellas son jurídicamente nulos. El ejem-
los reglamentos y órdenes de policía sancionados por el art. plo clásico de un acto declarado jurídicamente nulo en razón
471, n 9 15, del Código Penal 20 . de las instrucciones generales que lo han inspirado, es el de las
» Cons. de Est., 7 julio 1916, Moreau, " R e c " , p. 277: " N o resulta de resoluciones prefectorales de clausura de fábricas de fósforos,
ninguna pieza del legajo que (el agente público) haya obrado con una fina- en cumplimiento de instrucciones generales impartidas a los
lidad distinta de la salvaguardia del interés general y el buen funcionamiento prefectos por el ministro de Hacienda, no con una finalidad de
del servicio". LAFERRIÉRE, Jur. adm. et recours contentieux, 2» ed., 1896, n,
p. 548: " L a expresión «desviación de poder» se ha introducido en una época policía, sino con un objetivo de orden financiero 21 .
relativamente reciente, en el lenguaje de lo contenciosoadministrativo. El vicio 29) Para dejar a salvo su responsabilidad personal, el
que dicha expresión designa consiste en desviar un poder legal del fin para el agente público subordinado no puede, en principio, prevalerse
que se ha instituido, haciéndolo servir a fines para los cuales no está destinado.
«La desviación de poder —ha dicho Auooc...— es el hecho de un agente de instrucciones generales o de órdenes de servicio dadas para
de la Administración que realizando enteramente un acto de su competencia y alcanzar un fin que no sea el interés general y el buen funcio-
conforme a las formas prescritas por la legislación usa de su poder discrecional namiento del servicio. Naturalmente, cabe suponer que el agen-
para casos y por motivos distintos a aquellos para los cuales se le ha atribuido te subordinado debió y pudo verificar por sí mismo que la
dicho poder». Numerosas resoluciones han expresado la misma idea al hacer
resultar la desviación de poder de la circunstancia de haber usado el autor del instrucción general o la orden individual de servicio estaban
acto «de los poderes que le pertenecen para un objeto distinto a aquel para viciadas de desviación de poder. Por ejemplo, cuando la ins-
el cual se le confirieron». La desviación de poder representa, pues, un abuso trucción general o la orden de servicio prescriben la comisión
del mandato que el administrador ha recibido; quien lo comete adopta —bajo de un delito penal22.
una falsa apariencia de legalidad— decisiones que no le corresponde tomar, y
que resultan, asi, viciadas de una especie de incompetencia, si no por las pres- 39) En principio, los agentes públicos subordinados no
cripciones que ordenan, al menos por el fin que ellas persiguen". Cons. de Est., deben obedecer las instrucciones generales y las órdenes indi-
20 diciembre 1918, Favrot, " R e c " , p. 1152: " S i bien correspondía al alcalde,
en virtud de los poderes que recibe del art. 97 de la ley del 5 abril 1884, pres-
cribir todas las medidas de precaución necesarias para el mantenimiento del 21 Cons. de Est., 26 noviembre 1875, Pariset, Laumonnier Carriol (dos
orden en los alrededores del hipódromo, ha excedido sus poderes al imponer, en resoluciones): " Se ha establecido por la instrucción que el prefecto, al orde-
interés exclusivo de una asociación privada, restricciones al uso por el público nar la clausura de la fábrica de fósforos del señor... en virtud de los poderes
que le concedían las leyes y reglamentos relativos a los establecimientos peli-
de las precitadas avenidas, así como al ejercicio del derecho de pasaje de los grosos, incómodos e insalubres, no ha tenido por finalidad los intereses que
propietarios de terrenos que dependen del parque de Maisons-Laffite". dichas leyes y reglamentos tienen por objeto garantizar; ha obrado en virtud
20 Sobre este punto, se han realizado algunos progresos, que hacen menos de instrucciones emanadas del ministro de Hacienda, a raíz de la ley del 2
exacta, en la actualidad, la crítica de LAFERRIÉRE, Jur. adm. et recours conten- agosto 1872, y en interés de un servicio financiero del Estado. Ha usado, pues,
tieux, 2» ed., 1896, II, p. 559: " L a Corte de Casación, que ejerce un control de los poderes de policía que le correspondían sobre los establecimientos pe-
tan amplio como el de los tribunales ingleses o belgas sobre la legalidad de ligrosos, incómodos e insalubres, para un objeto distinto de aquel para el cual
los reglamentos de policía, nunca ha querido reservarse el recurso de anula- se le confirieron".
ción mediante la desviación de poder, porque el examen de dicho recurso le ha pa-
recido que le llevaba demasiado lejos en el dominio de la Administración activa". 22 Tribunal de Conflictos, 15 febrero 1890, Vincent, " R e c " , p. 184: " E l
Esto ya no es completamente exacto. Lo verdadero es que la Corte de Casación art. 17 de la ley del 29 julio 1881 no se limita a reprimir la destrucción de
—en materia de desviación de poder— es muy prudente'. Sobre este punto, «arteles electorales cometida por particulares, sino que prevé especialmente el
véase las conclusiones de CHAKDENET, ante el Consejo de Estado, 19 febrero 1909, «aso en que ciertos funcionarios se hubiesen confesado culpables del hecho y
Olwier, " R e c . " , ps. 181 y ss. ("R. D. P . " , 1910, ps. 69 y ss.). les castiga con una pena más grave. El acto así vedado a los funcionarios
nistrativo o de acto de gobierno. Si bien el Gobierno tiene el Conflictos, estimamos que es preciso hacer una distinción: el
deber de defender la seguridad del Estado y de reprimir cual- agente ¿pudo razonablemente dudar de la legalidad de la orden
quier acción intentada contra la República por los miembros recibida? A este respecto, la situación del agente de correos y
de las familias que hayan reinado en Francia, sólo está inves- la del prefecto no eran las mismas. El agente de correos recibía
tido, a este respecto, de los poderes que le otorga la ley. El la orden de un agente de la policía judicial, investido, según
derecho de trabar embargos discrecionalmente no resulta, ni el famoso art. 10 del Código de Instrucción Criminal, de pode-
res extraordinarios, sobre cuya extensión ya no hay dudas en
de la precitada ley del 21 junio 1886, ni de ninguna otra ley"23.
la jurisprudencia desde 185325. Es de firme jurisprudencia
Se ha criticado muy enérgicamente la distinción hecha
que el prefecto de policía y los prefectos tienen, en virtud del
por el Tribunal de Conflictos; se ha sostenido que el deber de art. 10 del Código de Instrucción Criminal, el poder de dete-
los agentes públicos —cuando se trata del prefecto o del agente ner las cartas en el correo. En estas condiciones, el agente res-
de correos— consistía en negarse a obedecer las órdenes del pectivo no podía discutir las órdenes del prefecto.
superior 24 . No es ésta nuestra opinión. Con el Tribunal de
Muy diferente era la situación del prefecto al recibir las
23 La decisión del Tribunal de Conflictos es tanto más digna de señalar órdenes del ministro del Interior. El ministro ordenaba una
por la circunstancia de que en el caso Üsannaz-Joris, el comisario del Gobierno, medida ilegal, y el prefecto podía y debía saber que era ilegal,
MARGÚEME ( " B e c " , 1889, ps. 411 y ss.), había desarrollado, en sustancia, la por lo que, jurídicamente, debía desobedecer. Naturalmente, es
tesis siguiente: " E n la acción por daños e intereses entablada contra el pre- muy raro que un prefecto sacrifique su carrera administrativa
fecto, sólo se le reprocha haber ejecutado las instrucciones que le trasmitió
el presidente del Consejo, ministro del Interior, en nombre del Gobierno. Re- por escrúpulos de legalidad, pero esto ya no es una cuestión
sulta, por tanto, imposible apreciar los actos de estos funcionarios separada- de derecho.
mente de los actos ministeriales, órdenes expresamente consideradas en todos
los actos realizados por el prefecto. Ahora bien; dichas órdenes prescribían
medidas de orden político o gubernamental, destinadas a reprimir un acto se opone diametralmente a él, no solamente el agente técnico no está obligada
exclusivamente político, realizado por un príncipe al que se había prohibido a conformarse a ella, sino que además está obligado a no conformarse. Esta»
entrar en territorio francés, por el art. 1» de la ley del 22 junio 1886. Esta órdenes de ningún modo cubren su responsabilidad. Que no se diga que nuestra
disposición legal ha sometido a las personas a las que se refiere a un régimen solución hace imposible toda disciplina administrativa y conduce a la anarquía.
excepcional, análogo al que habían establecido las leyes del 12 enero 181(¡, No es así, porque si el agente es responsable cuando ejecuta una orden con-
10 abril 1832 y 26 mayo 1848, para prohibir el acceso al territorio a los traria a la ley, es igualmente responsable cuando se niega a cumplir una
miembros de las familias Bonaparte, de Borbón y de Orléans. Bajo el imperio orden conforme a la ley, y el buen funcionamiento de los servicios estará mejor
de estas diversas leyes, las medidas adoptadas por el Gobierno con respecto a asegurado por la clara noción que tengan de su responsabilidad, todos los
ciertos príncipes, han sido siempre calificadas, por la jurisprudencia, de medi- agentes —desde los de más alta jerarquía hasta los más modestos—, antes
das de alta policía o de gobierno. Del mismo modo deben calificarse las ór- que por un sistema de disciplina pasiva que debilite los caracteres, aniquile
denes del ministro del Interior trasmitidas al prefecto. Por consiguiente, la las voluntades y atrofie las inteligencias". Por mi parte, me adhiero a la
autoridad judicial es incompetente para conocer en los actos de ejecución argumentación general de DUGUIT contra la obediencia pasiva, pero hacemos la
que se confundan con estas órdenes ministeriales". Para el texto in extenso reserva de las instrucciones y órdenes de dudosa legalidad. La tesis de DUGUIT
de las conclusiones de MARGÚEME y de los alegatos de los abogados, véase la no es muy elástica. Éste es, por lo demás, el único reproche que le hago.
"Gazette des Tribunaux", 24, 25 y 26 marzo 1889. 25 Casac. en pleno, 21 noviembre 1853, de Coetlogon, " S i r e y " , 1853, 1, 774;
24 DUGUIT (L'État, 1903, n, ps. 627 y ss.): " S i los agentes de un ser- ' ' Dalloz'', 1S53, 1, 279: " A l autorizar al prefecto... a buscar, en cualquier
vicio técnico están obligados, al igual que los agentes de correos, a ajustarse lugar, la prueba de las infracciones y los documentos que puedan servir de
a las injonctions de las autoridades de vigilancia, es porque se presume que estas convicción, la ley no establece ninguna excepción con respecto a las cartas en-
instrucciones se han dado para asegurar el exacto cumplimiento del servicio, tregadas en el correo y que se presumen constituyen el instrumento, la prueba o
porque se presumen conformes a la finalidad que ha tenido la ley al crear el cuerpo mismo del delito. El principio indiscutible de la inviolabilidad del se-
tal o cual servicio, al instituir tal o cual función. El agente de correos debe creto de la correspondencia, no es aplicable en semejante caso... " . Casac. crim.,
atenerse a dichas instrucciones, porque está legalmente obligado a realizar 16 agosto 1862, " S . " , 1863, 1, 221; id., 5 noviembre 1903, " S i r e y " , 1905, 1,
exactamente todos los actos conformes al fin de su función. De donde resulta 297. Sobre esta cuestión, consúltese las consideraciones que hace GÉNY, Des droits
que, si está establecido de hecho —como sucedía en la especie recordada—, que sur les lettres missives, 1911, t. n, ps. 352 y ss. y, sobre todo, p. 355. V., también,
la orden dada, en lugar de conformarse al fin del servicio público considerado, la nota de L E PonTEVTN, en "Dalloz", 1904, 1, 569.
86 E L FUNCIONAMIENTO DE LOS SERVICIOS PÚBLICOS PODERES DE VIGILANCIA 87
IV. — Estos principios no tienen excepciones en lo con- los agentes civiles. Todo agente público debe, antes de cumplir
cerniente a las responsabilidades civil y disciplinaria. E n lo u n a instrucción general o una orden individual, establecer:
referente a la responsabilidad penal, hay una atenuación re- l 9 ) si ellas emanan de una autoridad pública competente para
sultante de los arts. 114 y 190 del Código Penal. impartirlas (competencia ratione materias, competencia ra-
El art. 114 del Código Penal, puesto bajo el título tion-e personae); 29) si la instrucción o la orden se refieren
"atentados contra la libertad", prohibe a los agentes públicos al servicio; 39) si la instrucción o la orden no disponen accio-
de toda índole ordenar o realizar cualquier acto arbitrario o nes evidentemente ilegales26. La oportunidad de la medida
atentatorio de la libertad individual o de los derechos cívicos está fuera de la apreciación de los subordinados. En caso de
de los ciudadanos, bajo pena de degradación cívica. "No obs- duda acerca de la legalidad, deben obedecer. Desde luego que
tante, si justifica que ha obrado por orden de sus superiores, los arts. 114 y 190 del Código Penal liberan a los agentes
a los cuales debía obediencia jerárquica, y para fines del resorte militares, en los casos estrictamente enumerados y definidos
por los textos legales, sólo de su responsabilidad penal, no de
de ellos, quedará exento de la pena, que, en este caso, se apli-
su responsabilidad civil o disciplinaria.
cará únicamente a los superiores que hubiesen dado la orden".
Una fórmula análoga es la del art. 190 del Código Penal, que Se ha sostenido una tesis contraria, con una serie de dis-
se halla bajo el título "de los abusos de autoridad contra la tinciones :
cosa pública", lo que tiene en cuenta las acciones realizadas a) Con respecto a los gobernantes: "Las fuerzas armadas
con el propósito de impedir la ejecución de una ley, la percep- —se ha dicho— deben ser, según su propia finalidad, un ins-
ción de una contribución legal, el cumplimiento de un regla- trumento de constreñimiento ciego e inconsciente en manos de
mento u orden judicial o de cualquier otro mandato que emana los gobernantes. De ello resulta, evidentemente, que la acti-
de la autoridad legítima. vidad de las mencionadas fuerzas no puede comprometer jamás
Estos textos son completamente excepcionales. Es preciso, la responsabilidad de los individuos que las componen, que no
pues, aplicarlos exclusivamente a las hipótesis previstas por la pueden ser obligados a apreciar si los actos cuya realización
ley. Además, sólo tienen en cuenta la responsabilidad penal ordenan los gobernantes son legales o no, puesto que lo ideal
es una fuerza armada mecánica, sin inteligencia, a disposición
y no la disciplinaria, ni la responsabilidad civil pecuniaria
de los gobernantes" 27 . Se invoca el art. 12 del título rv de la
hacia las víctimas.
Constitución de 1791, que establece: "La fuerza pública es
Así, pues, no cubren los actos que atentan contra la pro-
esencialmente obediente; ningún cuerpo armado puede deli-
piedad privada, contra la vida (golpes y heridas), ni la fal-
berar". Este texto ha sido confirmado por las Constituciones
sedad de escrituras, ni la destrucción de documentos, etc. E n
de 1793, art. 114; del ano n i , art. 275; del ano vm, art. 84; de
todas las materias que no son las definidas por los arts. 114 1848, art. 104. La idea que lo inspiró se vuelve a hallar en el
y 190 del Código Penal, aun la responsabilidad penal queda art. 3 de la ley constitucional del 25 febrero 1875: "El presi-
comprometida y la instrucción general o la orden individual dente de la República dispone de la fuerza armada" 28 .
de servicio del superior jerárquico, no la hace desaparecer.
26 El art. 218 del Código de Justicia Militar para el ejército de tierra, y el
V. — ¿Sucede lo mismo con los agentes militares? El pro- art. 295 para la marina de guerra, no están en oposición con estas proposiciones:
blema se plantea, de hecho, en dos series de circunstancias: * 'Se castiga a . . . todo militar que se rehusa a obedecer cuando se le ordena '
1*) las instrucciones o las órdenes emanan de agentes públicos marchar". Queda evidentemente sobrentendido: cuando regularmente se l e '
ordena marchar.
civiles; 2*) las instrucciones u órdenes emanan de agentes 27 DUGUIT, L'État, 1903, H, ps. 629 7 ss. Cfr., también, FAUSTIN-HÉLD;,
militares. Droit penal, 3» ed., 1, p. 542.
A mi juicio, la regla —para los agentes militares— es la 28 DUGUIT (op. cit., p. 631) afirma que la situación es la misma para los
misma, en ambas hipótesis, que la señalada más arriba para agentes civiles de las fuerzas armadas: agentes de policía, guardas de campo.
83 E L FUNCIONAMIENTO DE LOS SERVICIOS PÚBLICOS PODERES DE VIGILANCIA 89
b) Con respecto a los agentes civiles, los agentes militare» superior, no existen sino hombres responsables según los prin-
están bajo el régimen especial establecido expresamente por la cipios generales del derecho".
ley y que se denomina poder de requisición; en otros términos, No hay que insistir en detalle sobre la refutación de estas
algunos agentes civiles enumerados por la ley (ley del 3 agosto soluciones, que jurídicamente carecen de gradaciones y que
1791, art. 22) pueden ordenar a ciertos agentes militares:, es políticamente están en absoluta oposición con las ideas demo-
decir, hacerles llegar una orden escrita, fechada y firmada, cráticas modernas. Estas proposiciones conducirían a decidir
para encontrarse, con las tropas armadas, en un lugar del te- que un gobernante, un general, deberían ser obedecidos por los
rritorio y a una hora determinada, pero dicha orden no puede soldados si recibiesen la orden de desertar, de invadir las Cá-
llegar hasta prescribirle tal o cual acto. El agente militar, una maras y de hacer fuego sobre los diputados o senadores, de
vez verificada la competencia del autor de la orden y la regu- fusilar sin proceso alguno a los huelguistas detenidos durante
laridad exterior del mandato, no debe apreciar la legalidad del desórdenes. Por mi parte, condeno enérgicamente estas solu-
fin perseguido por los agentes civiles. Por otra parte, él obe- ciones, no sólo desde el punto de vista político, sino también
dece cuando acude al sitio de que se trata. A partir de este desde el punto de vista del derecho positivo francés.
momento, el agente militar decide por sí solo; sólo puede, en
consecuencia, adoptar medidas conformes a la ley. No podría § 3
liberar su responsabilidad apoyándose en las órdenes impar-
tidas por los agentes civiles, pues la competencia de éstos ter- El poder de los agentes superiores de impartir instruc-
mina con la requisición. ciones generales y órdenes individuales de servicio existe
c) Con respecto a los superiores militares, "el militar de con respecto a todos los agentes públicos
grado inferior está obligado a obedecer las órdenes dadas por
el superior, aunque lo que se haya ordenado sea ilegal... Esta I. — La organización muy centralizada de la Administra-
solución resulta evidentemente indispensable para asegurar la ción francesa y de los servicios públicos, tiene como conse-
cohesión de la fuerza armada, que es una máquina de compul- cuencia que la vigilancia se ejerce sobre todos los agentes pú-
sión y sólo puede proporcionar un trabajo útil a condición de blicos sin excepción, aun sobre los agentes públicos que pa-
que todos sus resortes sean estrechamente dependientes unos recen muy independientes: jueces, profesores de enseñanza
superior, agentes descentralizados (alcaldes, consejeros gene-
de o t r o s . . . El agente inferior no viola jamás la ley al confor-
rales, miembros de los concejos municipales), oficiales minis-
marse a las órdenes de su superior... El Gobierno no tendría teriales, etc.
ya, en el ejército, el instrumento pasivo que necesita, si, ha-
biendo obedecido los jefes las órdenes gubernamentales, los Es preciso solamente comprender bien lo que esto significa.
Es evidente que el jefe del servicio público de justicia no puede
subordinados, por cualquier causa, se negaran a obedecer a sus
ordenar a los jueces en general o a determinado juez en par-
superiores" 29 . Se admite, por lo demás, que esta completa
ticular, que juzguen de cierta manera 30 ; tampoco puede el jefe
subordinación "sólo existe en lo referente al servicio de la
fuerza armada propiamente dicha, y que, para todo lo que está 30 Fuera de Bonaparte, nadie ha comprendido así el servicio de justicia.
fuera de la verdadera función militar, no hay ya inferior y Esto ha sido generalmente muy criticado. CORMENIN (Questions de droit admi-
nistran/, 1822, i, p. 207, nota 1) recuerda una resolución del Gobierno sobre
conflicto, de fecha 15 brumario del año x, así concebida: "Considerando que
antes de recurrir a medidas más severas, interesa al Gobierno saber si la con-
"Estos agentes deben obedecer sin apreciar la legalidad o la ilegalidad deí ducta del tribunal de apelación del Doubs no es más que el efecto de un simple
acto que se les ordena. Ellos también son instrumentos, no de los gobernantes, error de opinión o si cabe atribuirlo a una afectación culpable. Art. 1«: Las
jñno de ciertos funcionarios". sentencias se declaran inexistentes. Art. 2»: El presidente se atendrá a las
2» DÜGUTT, L'État, 1903, n, p. 633. resultas del Consejo de Estado". Véase, también, el decreto del 4 julio 1813
90 E L FUNCIONAMIENTO DE LOS SERVICIOS PÚBLICOS PODERES DE VIGILANCIA 91
del servicio público de enseñanza superior ordenar a los pro- absolutamente. Así, las instrucciones generales o circulares de
fesores que enseñen determinada doctrina política, económica, la Cancillería que llevan a conocimiento de los tribunales una
financiera, jurídica, filosófica, histórica, etc. La independencia nueva ley y hacen su comentario, no tienen ningún valor jurí-
de la magistratura, de la enseñanza superior, de los oficiales dico obligatorio, pues son simplemente comentarios doctrina-
ministeriales 31 , de los agentes descentralizados, se opone a ello les, que los jueces toman en cuenta según la importancia que
tiene para ellos la exposición doctrinal.
que anula una sentencia de un consejo de guerra irregularmente integrado. Este
decreto contenía la exposición de principios siguientes: " E s un principio II. — Pero si bien existen materias en las cuales las ins-
constante que no existe más grave defecto que la falta de poder y que este trucciones generales u órdenes individuales no proceden,
vicio debe reprocharse a todo tribunal irregularmente compuesto. El derecho de hay otras en las que son lícitas y aun necesarias; son las que
vigilar la ejecución de las leyes y de corregir las infracciones que de ellas se
hacen, es inherente a la soberanía y jamás puede dejar de existir. Asi, en conciernen al funcionamiento regular del servicio y no afectan
caso de que el príncipe no haya delegado su ejercicio, se presume que lo ha la independencia de los jueces, de los profesores, de los ofi-
reservado para sí". Véase, también, el famoso decreto del 14 agosto 1813, dic- ciales ministeriales, de los agentes descentralizados, etc.
tado en el campo de Dresde, por el que se anuló una sentencia de la Corte de
Asises de Bruselas, del 24 julio 1813, que habia absuelto a los administradores
Por ejemplo, el ministro de Justicia tiene la facultad de
del impuesto al consumo de Anvers, acusados de concusión. Un senado-consulto impartir instrucciones generales y órdenes individuales de
del 28 agosto 1813, ordenó el envío de los acusados ante otra Corte de Asises. servicio relativas a la celebración de audiencias, duración y
El decreto del Senado Conservador del 3 abril 1814, estableciendo que Napoleón número de audiencias por semana, asiduidad de los magistra-
Bonaparte había perdido el trono, hacía alusión a estas prácticas en el si-
guiente pasaje: ' ' Considerando que Napoleón Bonaparte... ha... destruido dos; en una palabra, todo lo relativo al servicio material 32 , etc.
la independencia de los cuerpos judiciales".
Bajo la ^Restauración, una ordenanza real del 4 julio 1814, relativa al
informe de las secciones de legislación y de hacienda del Consejo de Estado, derecho de dirigir a los notarios una circular en esta materia, y el juez, in-
estableció: "Considerando que el acto denominado senado-consulto del 28 vestido del poder disciplinario, no podía castigar a un notario por violación de
agosto 1813 es contrario a la autoridad de la cosa juzgada y atentatorio a la la circular. En este sentido se ha pronunciado la Corte de Casación, 17 no-
autoridad del jurado, declara S. M. que el mencionado senado-consulto y todo viembre 1913, "Dalloz", 1914, 1, 5 (con una nota de BINET) : " L a s comuni-
lo que sea su consecuencia debe considerarse nulo e inexistente. Ordena que caciones impuestas por la ley del 22 frimario año vn, tiene por exclusivo objeto
la sentencia de la Corte de Asises del 24 julio último surtirá su pleno y com- asegurar la percepción de los derechos de registro y, a falta de una ley, no
pleto efecto y que el secuestro efectuado sobre los bienes de los recurrentes pueden ser exigidas, en virtud de simples circulares ministeriales, con el objeto
legalmente absueltos, se dejará sin efecto inmediatamente si se ha reali- de la distribución y de la recaudación de un impuesto diferente. De donde se
zado". Cfr., acerca de este ultimo caso, LAFERRIÉEE, Jur. adm. et recours con- desprende que la circular precitada, contraria al art. 23 de la ley del 25 ventoso
tentieux, 2* ed., 1896, i, p. 219 nota. año xi (sobre el secreto de los actos notariales), carece de fuerza obligatoria, y
que su desconocimiento no puede justificar la aplicación de una pena disci-
31 El problema se les ha presentado a los notarios a propósito de una plinaria. Al decidir lo contrario, y al llamar al orden al notario X . . . , sin
circular dirigida por el ministro de Justicia, ordenándoles —con el objeto de «omprobar que su resistencia haya presentado un carácter ofensivo para el
mejorar el servicio de las modificaciones catastrales— proporcionar al admi- guardasellos o sus representantes, el pronunciamiento impugnado ha violado
nistrador un extracto de todos los actos traslativos de dominio autorizados •el texto legal arriba señalado".
por ellos. Habiéndose negado algunos notarios a obedecer las precitadas pres- En mi opinión, es preciso decir que las circulares del ministro de Justicia
cripciones, fueron castigados disciplinariamente. Ante los tribunales, y, en •que prescriben a los oficiales ministeriales ejercer su competencia de deter-
particular, ante la Corte de Casación, se expusieron los siguientes argumen- minada manera, deben considerarse jurídicamente simples invitaciones para
tos: Los notarios son independientes, habiendo ellos mismos discutido su carác- -ejercer dicha competencia. Tienen el mismo valor jurídico que las circulares
ter de funcionarios públicos. No están sometidos al poder jerárquico del minia- dirigidas a los magistrados, acerca de la interpretación de una ley. Esto sig-
tro de Justicia. Aplican las leyes, interpretándolas bajo su responsabilidad. nifica, como lo ha declarado la Corte de Casación, que no tienen ninguna fuerza
Ahora bien; la ley establece el principio del secreto de los actos notariales y obligatoria.
sólo admite una excepción: la comunicación a los agentes de la Administración 32 En este sentido deben interpretarse los textos relativos a la disciplina
de los datos del registro respectivo, con el objeto de asegurar la percepción de de los tribunales. La ley del 30 agosto 1883, art. 17, dispone: " E l guarda-
los derechos que por ello se cobran. Solamente una ley puede introducir ex- sellos tiene un derecho de vigilancia sobre los magistrados de todas las jurisdic-
cepciones al principio del secreto. El ministro de Justicia no gozaba, pues, del ciones civiles y comerciales. Puede aplicarles una amonestación... El guarda-
se
92 E L FUNCIONAMIENTO DE LOS SERVICIOS PÚBLICOS PODERES DE VIGILANCIA 93
Cabe decir lo mismo de las instrucciones generales y órdenes servicio y el delito del agente público, sería un error capital,
individuales de servicio relacionadas con el funcionamiento en el que muchas veces se ha incurrido. Olvidar esta idea fun-
material del servicio público de enseñanza superior (horarios, damental, es correr el riesgo de dar al poder disciplinario una
vacaciones, puntualidad, cursos y exámenes, etc.). significación jurídica que no tiene. La represión disciplinaria
de los agentes públicos que cometen faltas y la represión penal
de los agentes públicos delincuentes son dos cosas totalmente
diferentes. La represión disciplinaria tiene en cuenta el mejo-
SECCIÓN 11 ramiento del servicio público, mientras que la represión penal
tiene esencialmente por objeto la punición personal del agente
EL PODER DISCIPLINARIO público delincuente, en nombre de la idea de justicia, siendo
secundaria la idea de ejemplaridad. La represión penal de los
agentes públicos delincuentes no tiene por finalidad el mejo-
El poder disciplinario consiste esencialmente en la facul- ramiento del funcionamiento de un servicio público.
tad reconocida a los agentes públicos superiores para castigar Por lo demás, la represión penal de los agentes públicos
a los agentes públicos subordinados, cuando éstos han come- presenta caracteres particulares:
tido una falta de servicio. Se trata de una medida represiva l 9 ) Dada la competencia de que están investidos, los agen-
y no preventiva. tes públicos tienen la ocasión —que no se les presenta a los
particulares— de cometer infracciones penales. Hay, pues, in-
I. — El poder disciplinario tiene por objeto esencial me- fracciones penales especiales de los agentes públicos: es lo qua
jorar el funcionamiento del servicio público por la enmienda suele denominarse crímenes y delitos de los funcionarios pú-
personal del agente público o por su exclusión temporaria o blicos. E j . : participación de un agente público en una empresa
definitiva de los cuadros de la Administración. El castigo que está bajo su vigilancia (art. 175 del Código Penal), etc.
personal del agente público faltante, en nombre del sentimiento 29) Los agentes públicos tienen, en razón de la autoridad
de justicia represiva, no existe o es completamente secundario. de que están investidos, más ocasiones que los particulares de
E n efecto, una falta cometida en el servicio no exterioriza cometer ciertas infracciones penales: la ley penal los castiga,
necesariamente, de parte del agente público faltante, maldad, como a los otros individuos, pero más severamente. V. gr.: la
deseo de dañar, o intención de violar las leyes sociales^de orden violación del domicilio, según el art. 184 del Código Penal, se
público. Puede tratarse simplemente de torpeza, inoportuni- castiga con prisión de 6 días a 3 meses y con una multa de 16
dad, negligencia u omisión perjudicial al buen funcionamiento a 200 francos, si el delincuente es un simple particular; de 6
del servicio. Cuando el agente público comete, en el servicio,, días a 1 año y de 16 a 500 francos, si se trata de un funcio-
un delito propiamente dicho, la cosa es muy diferente; hay en nario público, etc.
este caso malignidad, intención de violar una ley social de Esta idea general explica todo el régimen del poder dis-
orden público: el castigo personal es reclamado por el senti- ciplinario.
miento de justicia. La falta disciplinaria y la infracción penal
no tienen, pues, la misma naturaleza; no nos hallamos ante I I . — Teniendo el poder disciplinario por objeto esencial
una cuestión de gravedad de la falta. Confundir la falta de mejorar el funcionamiento del servicio, todos los agentes pú-
blicos sin excepción se someten a él, pero sólo mientras pres-
tan servicios.
sellos puede ordenar a cualquier magistrado que le informe sobre los hecho»
que se le imputan". El poder de vigilancia no se aplica a la manera como Ios-
I 9 ) Todos los agentes públicos, sin excepción, se someten
jueces interpretan las leyes. al poder disciplinario; no solamente los agentes comprendidos
J»
94 E L FUNCIONAMIENTO DE LOS SERVICIOS PÚBLICOS PODERES DE VIGILANCIA 95
en la jerarquía propiamente dicha, como los subprefectos y III. — El poder disciplinario sólo puede ejercerse en razón
prefectos en relación a los ministros, sino también los que de una falta de servicio.
gozan de la mayor independencia, tales como los jueces33, los lia, falta de servicio es todo acto de negligencia, inoportu-
profesores de la enseñanza superior, los oficiales ministeriales, nidad o ilegalidad realizado por un agente durante el funciona-
los agentes descentralizados. La idea de independencia influye
únicamente sobre el procedimiento a seguir para el ejercicio en un decreto de fecha 20 octubre 1892, que reglamenta el servicio interno de
del poder disciplinario, o, como se suele decir, sobre las garan- las tropas de infantería. Vanamente se busca en dicho reglamento una dis-
tías dadas a los agentes públicos para el ejercicio del poder posición que permita retener al oficial en el regimiento, para hacerle sufrir
un castigo en forma integral. Esta disposición existe, en cambio, para los cabos
disciplinario (v. infra, p. 102). y soldados, insertándose en el art. 314. Pero no se reproduce en el art. 312,
29) El poder disciplinario sólo puede ejercerse mientras relativo a los castigos de los suboficiales, ni en los arts. 305 y siguientes,
él agente publico presta servicios. Desde que deja el servicio, concernientes a los castigos de los oficiales. ¿Puede considerarse que la regla
establecida por las disposiciones del art. 314 debe considerarse, por asimilación,
cesa el poder disciplinario 34 . Aquí surge claramente una dife- aplicable a los oficiales territoriales? Nosotros no creemos... que esta asimila-
rencia fundamental entre el poder disciplinario y la represión ción pueda admitirse. A primera vista, hay en eso algo chocante. Lo primero
penal: teniendo ésta por objeto el castigo del culpable en nom- que se experimenta ante la cuestión así planteada, es que resulta necesario,
ante todo, que se respete la disciplina, que se obedezca la orden impartida, que
bre de la idea de justicia, se extingue por prescripción y no el castigo se ejecute y que, de todas maneras, la autoridad jerárquica tenga
por haber dejado el servicio. Por otra parte, este último hecho fuerza. Pero la autoridad jerárquica no es la ley... El principio de la jerar-
no impide la ejecución de la sanción disciplinaria que empezó quía y de la autoridad militar es un principio de gran fuerza, pero existe, no
obstante, un principio que domina a todos los otros, aun cuando se halle insu-
a cumplirse durante el servicio, por una falta cometida y re- ficientemente formulado o garantizado por la ley: es el de la libertad indi-
primida en el servicio35. vidual . . . Al expirar su período legal, el hombre castigado el último día, estaría
33 Ley del 30 agosto 1883, art. 17. V. supra, p . 91, nota 32. en condiciones, si no existiese el texto de las leyes generales de reclutamiento,
34 Cons. de Est., 20 enero 1911, Bonfante, " R e c . " , p . 67 ( " R . D. P . " , de responder válidamente que ya no es soldado... Nos parece, pues, imposible
1911, p. 64, mi n o t a ) . Se trataba de un tesorero-pagador general a quien se reconocer, a falta de un texto y fundándonos para ello solamente en los prin-
había permitido invocar sus derechos a la jubilación. Después de concederle cipios generales de la jerarquía y de la disciplina, que la medida adoptada
esta última, la Administración había descubierto ciertas irregularidades en la por la autoridad militar contra el señor D. (hacerle sufrir un castigo al
gestión del agente público retirado del servicio y deseaba castigarlo discipli- expirar su período de servicio) haya sido regular... La autoridad militar
nariamente. El Consejo de Estado resolvió: " P o r un decreto de f e c h a . . . , al queda muy suficientemente armada frente a los oficiales de la reserva y de la
señor B . se le permitió ejercer sus derechos a la j u b i l a c i ó n . . . y efectivamente territorial, y se halla en absoluta libertad para imponerles castigos discipli-
fué reemplazado en sus funciones a partir de esa fecha. Por tanto, desde ese narios durante toda la duración del periodo... Nos resulta imposible aceptar
momento no formaba parte de la Administración y no podía ser objeto de una
que un principio arbitrario de disciplina pueda aquí sustituirse a la ley y al
medida disciplinaria. Consiguientemente, si correspondía a la Administración
reglamento. Ningún texto legal permitía someter al señor D. a una obligación
militar, después del día 13 a la noche (fecha de expiración de su período de
—requerida por la demanda de pensión del mencionado señor— investigar si
servicio), aunque resultase de una obligación disciplinaria cualquiera".
se hallaba ante un caso en que el funcionario pierde sus derechos al precitado
beneficio, el decreto d e l . . . que, derogando el d e l . . . , le releva de sus fun- El Consejo de Estado no admitió esta tesis. Cons. de Est., 5 mayo 1911:
ciones, está viciado de exceso de p o d e r " . Véase una curiosa explicación: Cons. "Hallándose el recurrente en el servicio militar desde el 28 set. 1908 hasta el
de Est., 22 noviembre 1918, Samuel, " R e c " , p. 1037. 12 octubre 1908, inclusive, las faltas contra la disciplina de que pudo ser
35 Cons. de Est., 5 mayo 1911, Desreumeaux, " E e c " , ps. 508 y ss. (con culpable, durante este tiempo, lo relevaban de la autoridad jerárquica de sus
las conclusiones de LÉON B L U M ) . U n oficial de la reserva, arrestado en una jefes, y la circunstancia de que ilegalmente haya abandonado el cuerpo antes
fortaleza como medida disciplinaria, ¿puede ser mantenido en esta situación de la expiración de su período de instrucción no podía obstaculizar el derecho
luego de finalizar su período de instrucción militar I No estando ya en servi- del coronel de infligirle los castigos previstos en el decreto del 2 octubre 1892,
cio el oficial, | puede afectarlo la medida disciplinaria, automáticamente, de entonces vigente. Por otra parte, si bien en razón de la fecha en la que se
pleno derecho, después de la expiración del respectivo período! El comisario han producido los actos que motivan la pena infligida por el coronel, dicha
del Gobierno, LÉON BLUM, se pronunció negativamente (p. 5 2 0 ) : " E l art. 42 pena sólo podía ejecutarse después del período de instrucción cumplido por el
de la ley de 1875 delega en el ministro de Guerra el derecho de determinar las recurrente, este hecho no podía entorpecer la acción disciplinaria que se ejerció
reglas de disciplina a las que se someten los oficiales de la reserva en tiempo regularmente contra este último. De donde se desprende que el señor D. no
d e paz. De hecho, las reglas de disciplina aplicables en el caso están contenidas tiene derecho a quejarse de las medidas de que ha sido objeto".
PODERES DE VIGILANCIA 97
96 E L FUNCIONAMIENTO DE LOS SERVICIOS PÚBLICOS
Se debe considerar como una falta disciplinaria el voto
miento del servicio público en el que trabaja. Estos hechos se de censura o de felicitaciones, dirigido oficialmente a los mi-
aprecian discrecionalmente36. Aquí también aparece la dife- nistros por los cuerpos constituidos 37 , cualesquiera sean.
rencia capital entre la represión disciplinaria y la represión La regla se formula, por lo demás, expresamente para mi
penal. La violación caracterizada de la ley, y de la ley penal, número muy grande de agentes públicos: magistrados (ley del
es la condición esencial, sine qua non, de la represión penal: 30 agosto 1883, art. 14, apartado 2°); agentes militares (Cons-
nulla poena sine lege. La falta disciplinaria puede consistir
titución de 1791, título iv, art. 12; Const. de 1793, art. 114;
en una torpeza o en una medida inoportuna; naturalmente, la
Cons. del año ni, art. 275; del año vin, art. 84; de 1848,
violación de una regla de derecho (ley o reglamento), la viola-
art. 104) 38 ; Consejos generales (ley del 10 agosto 1871, art. 51,
ción de una ley penal, son también faltas disciplinarias.
apartado 39)311; concejos municipales (ley del 5 abril 1884,
Además, no es dudoso que todo hecho, cometido en su vida art. 72 ) 40 . Esta regla se aplica a todos los agentes públicos, sin
privada por un agente y que atenta contra su honorabilidad, excepción. De hecho, los ministros sólo hacen respetar la regla
es una falta de servicio, lúa, dignidad de la vida privada es una cuando los cuerpos constituidos censuran al Gobierno. Esto es
obligación funcional de los agentes públicos. Es indiscutible lo que permite decir que, en la práctica administrativa fran-
que un magistrado que se embriagase o que hiciese trampas en cesa —pero no en el derecho público francés—, la manifesta-
el juego, cometería una falta de servicio, legitimando el ejer- ción política es la que resulta hostil a los ministros del mo-
cicio del poder disciplinario. Por cierto que la significación mento.
de las palabras "dignidad de la vida privada" varía según los No hace falta ir más lejos. En un Estado de formas demo-
agentes públicos. La dignidad de la vida privada de un magis- cráticas, como la República francesa, la libertad de opiniones
trado, de un profesor, de un maestro, se apreciará más severa- políticas existe para los agentes públicos que no están direc-
mente que la de un alcantarillero o la de un peón caminero. tamente vinculados a la acción ministerial. Debería también
Pero la regla es la misma para todos los agentes públicos; la existir dicha libertad para los prefectos y subprefectos, quienes
obligación funcional de la dignidad de la vida privada existe según la legislación, son administradores regionales, pero de
siempre. hecho, tradicionalmente en Francia, después de Bonaparte,
Es preciso no confundir, como se ha hecho a menudo, la la función esencial de los prefectos y subprefectos ha sido pre-
dignidad de la vida privada con la lealtad política. Todos los
37 En su informe al Senado, del 12 julio 1883 ( " J . O.", Senado, Doc. parí.,
agentes públicos sin excepción deben un mínimo de lealtad ps. 899 y ss.), TENAILLE-SALIGNY expresaba: La disposición "relativa a la
política, acerca de la cual la ley del 30 agosto 1883, art. 14, actitud rigurosamente neutra a que deberán limitarse en lo futuro las compa-
proporciona buenas fórmulas para los magistrados. Apartado ñías judiciales..., representa una importante innovación... En el estado actual
3 9 : "Se prohibe a los magistrados toda manifestación o demos- de la legislación, en efecto, nada impide que los cuerpos judiciales adopten
—en determinadas circunstancias— una actitud política, y nadie ignora que
tración de hostilidad al príncipe o a la forma de gobierno de los gobiernos precedentes no han dejado de ejercer una lamentable presión,
la República". Apartado 2 9 : "Se prohibe a los cuerpos judi- para obtener felicitaciones y adhesiones explícitas a los actos más discutible»
ciales toda deliberación política". Apartado 4 9 : "La infrac- de su política. Ésos son hechos cuya repetición hay que evitar''.
88 "Ningún cuerpo armado puede deliberar". Ésta es la fórmula tradi-
ción a las disposiciones precedentes es una falta disciplinaria". •cional, inserta en la Const. de 1791 y que se ha reproducido textualmente en
Lo que se prohibe a los agentes públicos, es la manifesta- 1793, en el año rn, en el año vm, en 1848.
ción, la demostración. Si no hay ni manifestación ni demostra- 39 Ley del 10 agosto 1871, art. 51, § 3: " S e le prohiben todas las expre-
siones políticas. Sin embargo, puede emitir opiniones sobre todas las cues-
ción hostil, debe presumirse la lealtad a la Constitución. tiones económicas y de administración general".
•40 Ley del 5 abril 1884, art. 72: " S e prohibe a todo concejo municipal...
«« Cons. de Est., 7 abril 1916, Aziére, " B e c . " , p. 153; 5 julio 1918, expresar opiniones políticas...".
Gérard, " B e c . " , p. 665.
Jéze, Der. Adm., III 9
f ^
aun de tendencias democráticas 45 . Lo evidente es que estas Por lo demás, cuando el castigo consiste en un atentado
ideas están en formal contradicción con los principios del contra la libertad de la persona o la propiedad (multa en
derecho público francés actual acerca del servicio público. forma de retención del sueldo), es indispensable un texto legal,
en virtud de los principios generales del derecho público fran-
IV. — Las formas a observar y los castigos se dejan al cés. Así, en lo relativo a los agentes militares —para los que
criterio del jefe de servicio, o bien se establecen en la ley o el existen penas disciplinarias privativas de la libertad (prisión,
reglamento orgánico del servicio público. Es ésta una nueva celda, arresto)— la base legislativa del poder disciplinario
diferencia capital con la represión penal, en la que los prin- para imponerles dichas sanciones, se halla confirmada por
cipios fundamentales son un procedimiento contradictorio y la todas las leyes sobre reclutamiento del ejército. Por ejemplo,
regla nulla poena sine lege. según la ley del 21 marzo 1905, art. 39, "los militares que,
mientras dure su servicio, hubiesen sufrido castigos de prisión
45 Para no hablar más que de los políticos fallecidos veamos algunas o de celda, de una duración superior a ocho días, permanecerán
manifestaciones, extrañas y lamentables, de este estado de espíritu. El 24 en el cuerpo después del licénciamiento de su clase o de la
octubre 1899, BERTEAUX presentaba a la Comisión de presupuesto de la Cámara expiración de su compromiso...".
de diputados una proposición "tendiente a prohibir a los funcionarios qu.°
enviasen a sus hijos a una escuela que no fuese del Estado, del departamento Del mismo modo, la ley del 9 junio 1853, art. 3 in fine,
o del municipio". El 28 octubre 1900, el presidente del Consejo de Ministros, es la base legislativa del poder disciplinario de aplicar multas
en un discurso pronunciado en Toulouse, expresaba: " S e ha erigido en doc- a los agentes públicos directamente retribuidos por el Esta-
trina que las exigencias del Estado respecto a las personas que emplea, no
deben ir más allá de una resignada neutralidad y que por ello puede trocarse, do*6. Siendo excepcional la ley de 1853, sólo se aplica a los
si la fortuna parece indecisa, en hostilidad disimulada o aun franca. La regla agentes públicos a quienes se refiere, a saber, los agentes pú-
fundamental de una política republicana debe ser, pues, otorgar su confianca
fiólo a aquéllos de quienes se puede esperar una colaboración leal y resuelta...
Debe exigir de los que elige esta lealtad absoluta y elemental, que no permite depositado en vosotros. Creo deber agregar que si, en vuestra Administración,
que ellos repudien su enseñanza y vuelvan las espaldas a sus escuelas". Casi debéis a todos la justicia —sin distinción de opinión o de partido—, vuestro
no hay necesidad de observar que WALDECK-BOUSSEAU confundía el Estado, la deber os manda reservar los favores de que disponéis solamente a aquellos de
cosa pública, los servicios públicos, con el gobierno momentáneamente en el vuestros administrados que hayan dado pruebas inequívocas de fidelidad a las
poder. instituciones republicanas. Me he puesto de acuerdo con mis colegas del Gabi-
El 20 junio 1902, el presidente del Consejo de Ministros, COMBES, envió nete para que no se produzca ningún nombramiento o ascenso de funcionario
una circular a los prefectos para anunciarles las decisiones adoptadas por el en vuestro departamento, sin consultaros previamente. Tengo confianza, señor
Consejo de Ministros, con relación a los nombramientos y ascensos de los fun- prefecto, en que no olvidaréis estas recomendaciones. Finalmente, el Gobierno
cionarios: " E l sufragio universal acaba de pronunciarse una vez más y de no toleraría ni la menor vacilación, ni el menor desfallecimiento de parte de
manera elocuente en favor del mantenimiento y del desarrollo de nuestras ins- los funcionarios en los que delega su autoridad y cuyo primer deber es la adhe-
tituciones republicanas, y el Gabinete que tengo el honor de presidir tiene el sión absoluta a la Eepública".
deber y la firme voluntad de seguir sus indicaciones. Para realizar efectiva- Estas declaraciones, injustificables, se explican por las circunstancias po-
mente la obra democrática tan felizmente inaugurada por el precedente Minis- líticas en cuya ocasión se formularon.
terio, necesito vuestra colaboración más leal y decidida, y la de todos los •*6 Ley del 9 junio 1853, art. 3, in fine: "Los funcionarios y empleados
funcionarios que ejercen una parte cualquiera del poder público. Sois en vues- retribuidos directamente por el Estado... soportan, sin poder repetirlas en
tro departamento, señor prefecto, el representante del poder central y el ningún caso: ...3») las retenciones por . . . ausencia o por medida disciplina-
•delegado de todos los ministros. A este titulo, os corresponde ejercer, bajo ria". El art. 35 establece que un reglamento de administración pública deter-
vuestra responsabilidad, una acción política sobre todos los servicios públicos; minará: "2») la fijación de los descuentos mencionados en el § 3 del art. 3 " .
sus jefes, si bien gozan de cierta autonomía en lo que concierne a la resolución Véase el decreto del 9 noviembre 1853, art. 17: " U n descuento, que no podrá '
•de los asuntos administrativos, y aunque dependen, desde este punto de vista, exceder de dos meses de sueldo, puede imponerse como medida disciplinaria,
de sus superiores jerárquicos, no podrían olvidar que tienen la obligación es- en caso de inconducta, negligencia o incumplimiento de servicio". Por lo
tricta de conformarse a vuestra dirección política. Vuestra autoridad sobre demás, estas disposiciones no se aplican a los agentes públicos para los que
ellos será tanto más eficaz por el hecho de que conformándoos a los principios existen textos especiales: magistrados, profesores, etc. El Cons. de Est., 27
en que se inspira el Gobierno, vuestra actitud será franca y resueltamente febrero 1914, Payaud, " B e c . " , p. 262, parece hacer dimanar la multa del
republicana y todos vuestros actos tenderán a reconocer la confianza que él ha poder disciplinario.
102 EL FUNCIONAMIENTO DE LOS SERVICIOS PÚBLICOS PODERES DE VIGILANCIA 103
blicos del Estado; no se tiene en cuenta a los agentes públicos amenazado por una pena disciplinaria, de presentar observa-
municipales*1. ciones antes de que se adopte la medida; obligación, para el
Si bien el principio general sigue siendo todavía el de la jefe de servicio, de motivar su decisión (disciplinaria51; enume-
fijación discrecional de la pena disciplinaria por el jefe de ración limitativa de las sanciones disciplinarias que puede im-
servicio, se comprueba, desde los comienzos del siglo xx, una poner el jefe de servicio52; prohibición de aplicar a un agente
evolución muy notable en el sentido de una restricción del varias penas disciplinarias por una misma falta (regla non
poder discrecional. Es lo que algunas veces se ha denominado
la jurisdiccionalizacióti del poder disciplinario48. Existen dos bis in idem)*3; prohibición de castigar disciplinariamente so-
manifestaciones (reglamentarias y jurisprudenciales) de esta bre la base de documentos secretos64.
tendencia: 1*) el establecimiento de ciertas formas para el 61 E j . : Ley del 8 julio 1908, modificatoria del art. 83 de la ley del 5
ejercicio del poder disciplinario; 2*) la creación de jurisdic- abril 1884: "Después de oír a los alcaldes y agentes o invitarlos a dar expli-
ciones disciplinarias. caciones por escrito de los hechos que se les imputan, puede suspendérselos por
resolución del p r e f e c t o . . . Las resoluciones de suspensión y los decretos de
destitución, deben ser motivados...".
V. — Generalmente, la jurisdiccionalización significa
simplemente que el poder disciplinario debe ejercerse obser- 62 Por ejemplo, para el alcalde, las dos únicas penas disciplinarias pre-
vistas por la ley son la suspensión y la destitución.
vando determinadas formalidades tomadas del procedimiento
63 No es necesario que la regla non bis in idem se formule expresamente
de los tribunales represivos: colegialidad de la autoridad dis- en un texto legal. Cons. de Est., 15 octubre 1918, Plazanet, " B e c . " , p. 952:
ciplinaria o dictamen solicitado obligatoriamente de un Consejo " E l señor P . ha sido citado ante el Consejo de disciplina en razón de hechos
(Consejo de disciplina, Conseil d'enquéte)49; debate contradic- sucedidos el 23 setiembre 1913, distintos de aquellos en virtud de los cuales el
torio (comunicación del legajo)*0; derecho que tiene el agente ministro de Instrucción Pública había pronunciado, el SI de marzo precedente,
una represión contra el recurrente". Por lo demás, en materia disciplinaria,
la regla non bis in idem debe entenderse en forma distinta que en materia
47 Tribunal de Conflictos, 14 junio 1879, Nonancourt. U n secretario de penal. E n efecto, el fin perseguido (mejoramiento del servicio público) debe
alcaldía, castigado disciplinariamente con un descuento sobre su sueldo, ac- influir sobre esta interpretación. El Consejo de Estado acepta, pues, que un
cionó por repetición contra el alcalde, ante los tribunales judiciales. Planteada agente puede ser destituido después de ser castigado disciplinariamente. Cons.
l a controversia por el prefecto, el Tribunal de Conflictos anuló la resolución de Est., 5 mayo 1911, Desreumeaux, " B e c . " , p. 524: " S i bien, según los tér-
prefectoral de conflicto, atento a que ningún texto legal otorga a la autoridad minos del art. 302 del decreto del 20 octubre 1892, no puede imponerse a un
municipal la facultad de retener, como medida administrativa, todo o parte oficial más de un castigo por la misma falta, el poder disciplinario de los
d e los sueldos de los empleados municipales. Véase " B e v u e Genérale d'Admi- superiores jerárquicos no podría impedir el ejercicio del derecho que corres-
n i s t r a t i o n " , 1879, n , p. 437. pondía al presidente de la Bepública para decretar la destitución de los ofi-
48 BONNARD, De la répression disoiplinaire, 1902 (tesis, B u r d e o s ) ; Déorets ciales de la reserva, por las causas previstas y en las formas prescritas a tal
récents sur la situation juridique des fonctionnaires, en la " R . D . P . " , 1907, efecto''.
ps. 498 y ss.; ps. 733 y ss.; NJÉZARD, Les principes généraux du droit disoipli- Cons. de Est., 15 diciembre 1911, Bergey, " E e c . " , p . 1187 (con las con-
naire, 1903 (tesis, París) ; DUGUIT, Droit oonst., 1» ed., 1911, I, ps. 542 y ss.; clusiones de LÉON B L U M ) : " S i el recurrente fué castigado por su superior
HAUBIOÜ, Droit adm., 1919, 9* ed., ps. 684 y ss. jerárquico directo, con los arrestos simples del 27 febrero al 14 marzo 1908,
49 Ejemplo: para los oficiales de las fuerzas de tierra y de mar, Conseils este castigo, regularmente ordenado en virtud del decreto del 20 octubre 1892
d'enquéte. Acerca de estos Conseils d'enquéte, véase las tres importantes conclu- sobre el servicio interno de las tropas de infantería, no podía impedir el ejer-
siones de LÉON B L U M , Cons. de Est., 15 diciembre 1911, Bergey, " E e c . " , cicio, por parte del ministro de Guerra, del derecho que exclusivamente le per-
p. 1187. tenece —y que saca tanto de la ley del 19 mayo 1834, como del precitado decreto
60 Ley de presupuesto del 22 abril 1905, art. 65: "Todos los funcionarios del 8 noviembre 1903—• de enviar ante un Conseil d'enquéte a todo oficial que
civiles y militares, todos los empleados y obreros de todas las Administraciones se halla en la situación prevista por el art. 12 de la mencionada ley de 1 8 3 4 " .
públicas, tienen derecho a la comunicación personal y confidencial de todas
64 Cons. de Est., 12 enero 1917, Normand, " E e c . " , p . 35: " L a decisión
las notas, papeles personales y todos los demás documentos que componen su
{de destitución)..., contrariamente a esta opinión (de la comisión investiga-
legajo, antes de ser objeto de una medida disciplinaria o de u n traslado de dora), se ha tomado a consecuencia de un informe confidencial... fuera d e
oficio, o antes de ser postergados en su ascenso por a n t i g ü e d a d " . V. vnfra, todo procedimiento r e g u l a r . . . No se han respetado los derechos de la defensa
ps. .106 y ss. . . . A n u l a c i ó n por exceso de poder de la r e s o l u c i ó n . . . " .
104 Eli FUNCIONAMIENTO DE LOS SERVICIOS PÚBLICOS PODERES DE VIGILANCIA 105
Todas estas formalidades dan a los agentes públicos ga- ciso, por lo demás, observar que el Consejo de Estado se abs-
rantías apreciables contra los abusos de poder, pues el Consejo tiene estrictamente de apreciar la oportunidad de la decisión
de Estado anula, por exceso de poder, las decisiones discipli- disciplinaria, siempre que ella no esté viciada de exceso de
narias que no se conforman a ellas55. El Consejo de Estado poder; finalmente, incumbe al interesado demostrar la des-
vigila atentamente a la Administración: viación de poder, valiéndose solamente de documentos escritos.
l 9 ) Vela para que se observen estrictamente las formali-
dades legales o reglamentarias. VI. — Estaría de más exagerar la importancia y la efi-
29) Vela para que los jefes de servicio no las alteren, al cacia de estas garantías que importan —legislativa y jurispru-
calificar de medidas de servicio adoptadas discrecionalmente dencialmente— un gran progreso sobre el estado de cosas an-
las sanciones disciplinarias para las que existen formalidades terior, que era, según la opinión general, un régimen intolerable
establecidas. Verbigracia, el retiro de oficio de un oficial puede de arbitrariedad y de capricho. A pesar de estos progresos, hay
ser una medida de servicio o una pena disciplinaria. El Con- todavía lagunas. Algunos ejemplos tomados de la jurispru-
sejo de Estado examina si, en las circunstancias de hecho en dencia, las pondrán de manifiesto.
que se ha dictado, la decisión representa una u otra medida 56 . V) Cuando las leyes y reglamentos organizan un Consejo
39) El Consejo de Estado vigila también las desviaciones de disciplina, para dar una opinión al jefe de servicio, acertaa
de poder que pueden cometer los jefes de servicio, en el ejer- de la existencia y la gravedad de la falta imputada al agente
cicio de su poder disciplinario. Por ejemplo, si un agente des- público, dicha opinión, en principio —y salvo texto legal ex-
tituido logra probar que ha sido castigado por venganza po- preso—, no obliga al jefe de servicio; éste puede no seguir la
lítica, el Consejo de Estado anulará, ante la demanda del opinión de la Comisión, y, por consiguiente, aplicar una pena
agente castigado, el acto realizado en ejercicio del poder dis- disciplinaria distinta y más severa que la aconsejada por la
ciplinario, por estar viciado de desviación de poder57. Es pre- Comisión de disciplina 58 . Esta solución resulta muy rigurosa.
55 Como ejemplos del cuidadoso estudio al que se entrega el Consejo de
Estado acerca de la observancia de las formalidades del poder disciplinario, M . . . , el mencionado funcionario ha obrado con otra finalidad que la salvaguar-
véase las conclusiones de LÉON BLUM, en los casos Desreumeaux (5 mayo 1911, dia de los intereses que se le confían, y que, por consiguiente, ha excedido los
" B e c . " , ps. 506 y ss.) y Bergey (15 diciembre 1911, id., ps. 1187 y ss.). poderes que le confiere la ley". En dicha carta el alcalde había escrito al
66 Cons. de Est., 19 junio 1903, Ledochowski, " R e c . " , p. 453: "Aunque comisario de policía de Denain que, por haber promovido un sumario contra
corresponde al jefe del Estado, como bien acaba de decirse más arriba, pro- el dueño de un despacho de bebidas que había permanecido abierto después
nunciar —cualesquiera sean, por lo demás, las razones que lo determinen— la de la hora reglamentaria, el agente M. había sido suspendido en sus funciones.
jubilación de oficio de todos los oficiales que no sean los oficiales generales, Ahora bien; el tribunal de simple policía de Denain había condenado al comer-
desde que hayan cumplido 30 años de servicios, no puede fundar su decisión en ciante contraventor al máximo de la pena prevista por la ley; quedaba así
•motwos que le dan, como en la especie, el carácter de una penalidad contra la reconocido, con fuerza de verdad legal, que el sumario del agente M. estaba
que el recurrente no ha sido regularmente invitado a presentar sus medios de perfectamente fundado. El alcalde, al castigar al agente, había obrado, pues,
defensa. De ahí se desprende que la decisión impugnada está viciada de exceso para vengar al citado comerciante.
de poder". Cons. de Est., 3 abril 1914, Digard, " R e c " , p. 441: " E s t a deci- 58 Cons. de Est., 25 octubre 1918, Plasanet, " R e c . " , p. 951: "Según el art.
sión (puesta en inactividad) no era motivada por ninguna razón disciplinaria, 12 del decreto del 12 enero 1912, las sanciones disciplinarias —en las cuales
por lo que no entra en ninguno de los casos en que la ley... hace necesaria está expresamente comprendida la destitución— las aplica el rector, previo
la previa comunicación de su legajo al interesado". dictamen de la mencionada Comisión. Ninguna disposición de este reglamento'
57 Cons. de Est., 16 noviembre 1900, Maugras, " R e c " , p. 617: " S i lo» obliga al rector a conformarse con el dictamen de la Comisión, ni le prohibe
alcaldes, encargados de la policía municipal, pueden adoptar la medida que aplicar una pena diferente de aquella cuya aplicación se le propone, aunque
corresponda en interés del mantenimiento del orden, del respeto de la ley y de la fuese más severa. Al destituir al recurrente, cuando ya la Comisión había opi-
disciplina por parte de los agentes puestos bajo sus órdenes, y si no corresponde nado que debía castigarse a dicho funcionario con la pena de la Tetrograda-
al Consejo de Estado indagar los motivos de las decisiones tomadas por ello» ción de clase, sanción que de hecho, por lo demás, no podía aplicársele por
en ejercicio de su autoridad, de los propios términos de la carta del alcalde de pertenecer al señor P. a la última clase de los empleados de su grado, el rector
Denain resulta... que al castigar con una sanción disciplinaria al agente no ha excedido los límites de los poderes que emanan del precitado decreto".
106 E L FUNCIONAMIENTO DE LOS SERVICIOS PÚBLICOS PODERES DE VIGILANCIA 107
Tiende a eliminar la intervención de los Consejos de disciplina. el legajo antes de castigar al agente. El agente amenazado es
2') Los textos legales que confieren garantías a los agen- quien debe reclamar esta comunicación', entonces puede exi-
tes públicos contra los abusos de poder están a veces mal re- girla. Por tanto, para que se observe el art. 65, basta que el
dactados, de modo que la garantía no tiene toda la eficacia que jefe de servicio invite al interesado a tomar conocimiento de
de ella se esperaba. Tal es el caso de la garantía de la previa su legajo62. Si el agente declina este ofrecimiento o no res-
comunicación del legajo, prevista por el art. 65 de la ley del ponde a él, el mencionado artículo no resulta violado™. De
22 abril 1905. La importancia de esta garantía es tal que re- manera práctica, basta que entre el aviso dado por el jefe de
sulta necesario un estudio especial de este texto. servicio y la medida disciplinaria, trascurra un plazo sufi-
ciente para que el interesado pueda exigir la comunicación
VII. — A primera vista, el texto del art. 65 parece muy del legajo y tomar conocimiento de él64. Con mayor razón se
eficaz por la amplitud de sus términos: "Todos los funciona- observa el art. 65 si, en el curso del procedimiento discipli-
rios, civiles y militares, todos los empleados y obreros de todas nario seguido contra un agente público, éste ha tenido, de
las Administraciones públicas, tienen derecho a la comunica- hecho, pleno conocimiento de los hechos que se le imputan y
ción personal y confidencial de todas las notas, hojas sígnale- se le ha permitido deducir sus recursos de defensa65. Si, de
tiques y todos los demás documentos que componen su legajo, hecho, ha sido imposible comunicarle el legajo (fuga del agente
antes de ser objeto de una medida disciplinaria o de un tras- ante la proximidad del enemigo, sin dejar ninguna seña de su
lado de oficio, o antes de ser postergados en su ascenso por paradero), ya no se exige la observancia del art. 65m.
antigüedad". Veamos, ahora, cómo interpreta este texto el 39) Procedimiento de la comunicación. — a) La comuni-
Consejo de Estado en lo contencioso 59 : cación debe ser "personal y confidencial". De ahí cabe concluir
l 9 ) Agentes públicos que pueden prevalerse de él. — a) que debe hacerse sobre el lugar, sin traslado alguno, al propio
Según el Consejo de Estado, sólo pueden invocar esta regla agente, y no a su defensor. El Consejo de Estado ha resuelto
los agentes nombrados y no los agentes elegidos™, b) Sólo que el agente no tiene el derecho de sacar testimonio del
pueden invocar el art. 65 los agentes públicos propiamente legajo67.
dichos, y no los auxiliares (en el sentido técnico de esta ex-
presión) 61 . 22 abril 1905, antes mencionada, y que en este carácter tenía derecho a las
2') Derecho a la comunicación del legajo. — Según el garantías estipuladas por dicho artículo". Cons. de Est., 12 noviembre 1915,
Roinat, " B e c . " , p. 310; id., 15 febrero 1918, Fontaine, " B e c " , p. 138: " E n
Consejo de Estado, el derecho a la comunicación del legajo atención a las condiciones en que los ujieres y pasantes de ujieres ejercen, en
no significa que el jefe de servicio d-eba comunicar de oficio Indochina, las funciones de orden judicial que se les asignan..., no es posible
6» Sobre esta jurisprudencia, consúltese: G. JÉZE, Communication préalable considerarlos funcionarios en el sentido del art. 6 5 . . . " .
dv, dossier aux fonctionnaires, en la " B . D . P . " , 1906, ps. 497 y ss.; 1909, 62 Cons. de Est., 17 mayo 1918, Le Cunff, " B e c " , p. 475.
ps. 474 y ss.; y las conclusiones de TARDIEU, en el caso Wirikell, " B e c . " , ps. «3 Cons. de Est., 21 febrero 1908, Busoni, " B e c " , p. 174; 22 mayo 1908,
826 y ss. ( " B . D . P . " , 1909, ps. 494 y ss.). Guérry, " B e c . " , p. 558; 28 junio 1918, Roudil, " B e c . " , p. 652.
«o Cons. de Est., 30 enero 1914, Claverie, " B e c . " , p. 107: "Ninguna dis- w Cons. de Est., 25 junio 1909, Sembat y Janvion (dos resoluciones),
posición legal o reglamentaria confiere a los alcaldes y tenientes alcaldes el " B e c . " , p. 609; 26 abril 1918, Gouy, " B e c . " , p. 375; 1* marzo 1918, Eebert,
derecho de obtener vista de los documentos de la investigación a la que pueda " B e c . " , p. 214: " E l señor H. ha sido destituido... sin que se le haya dado
haberse procedido sobre los hechos que se les imputan". vista de su legajo y sin que se lo haya puesto en condiciones de pedir dicha
«l Cons. de Est., 20 marzo 1914, Bessiéres, " B e c . " , p. 378: " A l requerir vista. Así, . . . n o se han satisfecho las prescripciones del art. 6 5 . . . " .
los servicios del señor B., la Administración militar no le confirió ninguna «5 Cons. de Est., 27 diciembre 1907, Parenteau, " B e c " , p. 1010; 25
función pública; la misión que se le confió era sólo temporaria y le daba octubre 1918, Rullac, " B e c . " , p. 950.
derecho únicamente a una indemnización calculada sobre la duración de los «« Cons. de Est., 22 noviembre 1918, Samuel, " B e c . " , p. 1037.
servicios efectivamente prestados en el ejército. En estas condiciones, el recu- «T Cons. de Est., 22 mayo 1908, Caussé, " B e c " , p. 559: " E l derecho a
rrente no está autorizado para sostener que debía considerársele comprendido la comunicación del legajo no implica necesariamente... el derecho a sacar
entre los funcionarios a que se refiere el art. 65 de la ley de presupuesto, del testimonio de é l " .
108 E L FUNCIONAMIENTO DE LOS SERVICIOS PÚBLICOS PODERES DE VIGILANCIA 109
b) Por lo demás, la comunicación debe ser integral. Si a) Consideremos primero el caso de huelga79. "En caso
existe un legajo, todas las piezas que lo componen deben co- de abandono colectivo o concertado del servicio público —ex-
municarse al agente 68 . Si no existe legajo, el jefe de servicio presa el Consejo de Estado— la Administración está obligada
deberá hacer saber al agente los motivos precisos de la medida a tomar medidas de urgencia y proceder a sustituciones inme-
que se adoptará contra él69. diatas ... De lo que precede resulta que no obstante la ampli-
49) El jefe de servicio que ha adoptado una medida dis- tud de los términos del precitado artículo, el legislador no ha
ciplinaria sin seguir el procedimiento del art. 65, puede con- podido incluir la huelga en un servicio público, dentro de los
validar la irregularidad invitando al interesado a tomar cono- casos para los cuales ha formulado esta prescripción". Esta
cimiento de su legajo y dictando en seguida una nueva deci- solución es perfectamente jurídica y muy sólidamente moti-
sión disciplinaria (que puede ser la reproducción de la deci- vada. Es lamentable que no se haya tenido en cuenta esto. El
sión anterior) 7 0 . comisario de Gobierno ha creído necesario, para defender esta
59) Casos en los que es obligatoria la comunicación. — La solución, enunciar no sólo la tesis de que "la huelga es incom-
comunicación del legajo sólo es obligatoria en tres casos: pos- patible con la noción misma del servicio público" —lo que es
tergación en el ascenso por antigüedad11', medidas disciplina- exacto—, sino también que "los funcionarios que se declaran
rias 72 , lo que comprende la puesta en disponibilidad13', tras- en huelga renuncian al beneficio de los reglamentos que garan-
lado de oficio, es decir, no solicitado ni aceptado por el agen- tizan su estatuto", lo que es inadmisible, pues si los agentes
te 74 ; carece de importancia que sea o no favorable al agente 75 . públicos no pueden renunciar a su estatuto expresamente, con
Según el Consejo de Estado, el art. 65 deja de ser aplica- mayor razón no pueden hacerlo implícitamente. Es antijurí-
ble en circunstancias excepcionales, tales como la huelga o dico afirmar, como TARDIEU, que "la huelga, al romper todos
l a guerra. los lazos que los unen al Estado, libera a éste de la obligación
de observar las formalidades que ha establecido para la protec-
«8 Cons. de Est., 1» febrero 1918, Mantrond, " B e c " , p. 87: " A l recu- ción de sus funcionarios". Es sobre todo lamentable que el
rrente no se le ha dado vista, en su integralidad —a pesar de la solicitud que Consejo de Estado haya creído necesario complementar su
ha presentado en tiempo útil—, de los documentos que contienen la exposición
completa de los hechos que se le imputaban. Por consiguiente, tiene funda- argumentación mediante fórmulas desacertadas: "Al declarar-
mento para sostener que ha sido privado de las garantías que le aseguraba el se en huelga, los agentes ocupados en el servicio público, bajo
art. 6 5 . . . " ; Cons. de Est., 10 agosto 1918, Saint-Pouloff, " B e c " , p. 852. cualquier denominación que sea, . . . se colocan por sí mismos,
«» Cons. de Est., 22 mayo 1908, Baudelot, " B e c . " , p. 559: ''Esta dispo- por un acto colectivo, fuera de la aplicación de las leyes y
sición tiene por objeto impedir que pueda castigarse con una sanción discipli-
naria a algún funcionario o empleado, sin comunicársele los motivos de la reglamentos dictados para garantizar el ejercicio de los dere-
medida adoptada contra él y sin ponerlo en condiciones de presentar sus chos que resultan, para cada uno de ellos, del contrato de dere-
medios de defensa". El Cons. de Est. agrega que " n o cabe detenerse en la cho público que los vincula a la Administración".
afirmación... según la cual no existiría, en realidad, legajo con el nombre
del señor B . " . b) En tiempo de guerra, el Gobierno puede, por decreto,
70 Cons. de Est., 22 mayo 1908, Guéry, " B e c . " , p. 558. suspender la aplicación del art. 65. Es lo que se ha hecho por
71 Cons. de Est., 6 agosto 1909, Vilar, " B e c " , p. 811; 17 mayo 1918, los decretos de 10 y 16 de setiembre de 1914. El Consejo de
Jouannis, " B e c . " , p. 474. Estado ha reconocido la validez de estas decisiones77. Esta so-
72 Cons. de Est., 6 agosto 1909, Hughes, Vilar (dos resoluciones), " B e c . " .
p. 811.
73 Cons. de Est., 15 febrero 1918, Gervais, " B e c . " , p. 153. .76 Cons. de Est., 7 agosto 1909, Winkell, Bosier (dos resoluciones),
74 Cons. de Est., 28 febrero 1908, Franco, " E e c . " , p. 184; 28 febrero " B e c . " , p. 826 ( " B . D . P . " , 1909, ps. 494 y ss., con las conclusiones del
1908, Poissonneau, " B e c . " , p. 189; 22 mayo 1908, Mayoux, " B e c . " , p. 559; comisario del Gobierno, TARDIEU) ; mi nota en la " E . D . P . " , 1909, ps. 494 y ss.
10 mayo 1918, Claudel, " B e c " , p. 455. 77 Cons. de Est., 25 octubre 1918, Mariani, " E e c . " , p. 951: " D e las
75 Cons. de Est., 6 julio 1906, Nicól, " B e c . " , p. 629; 27 diciembre 1907, disposiciones del decreto del 16 setiembre 1914 resulta que, durante las hosti-
Grémillet, " E e c . " , p. 1008; 22 noviembre 1907, Bossi, " B e c . " , p. 842. lidades, la regularidad de las medidas disciplinarias adoptadas por la autori-
PODERES DE VIGILANCIA 111
110 E L FUNCIONAMIENTO DE LOS SERVICIOS PÚBLICOS
Ilición me padece censurable, pero se ajusta a la teoría general tomarse en consideración toda su conducta posterior a su nom-
bramiento80 ;
de los poderes del Ejecutivo en tiempo de guerra, tal como la
á9) el poder disciplinario, aun jurisdiccional, ya no puede
admite el Consejo de Estado en sus resoluciones dictadas du- ejercerse, desde el momento que el agente ha abandonado el
rante la gran guerra™. servicio;
59) la sanción disciplinaria no es un castigo que dé lugar
VIII. — Por numerosas que sean las formalidades juris- penalmente a la aplicación de la regla non bis m idem. El
diccionales con que cuenta el poder disciplinario, nunca pue- agente público castigado disciplinariamente, aun con obser-
den llevar a confundir la represión disciplinaria con la repre- vancia de las formalidades jurisdiccionales, puede ser perse-
sión penal. Ante todo, el fin perseguido no es idéntico en las guido penalmente ante los tribunales represivos. El agente
dos hipótesis (v. supra, p. 93). Hay más: absuelto en el fuero criminal puede, en principio81, ser casti-
l 9 ) la determinación de la falta disciplinaria sigue siendo gado penalmente. Por lo demás, puede aplicarse una medida
discrecional, mientras que la definición de la infracción penal disciplinaria al agente castigado penalmente 82 . Ello es evidente
la da estrictamente la ley; y no puede discutirse seriamente, si se recuerda la diferente
29) la comprobación de la falta disciplinaria no se hace finalidad de la pena disciplinaria y de la represión penal, y el
con fuerza de verdad legal (v. supra, p. 100), a diferencia de carácter esencialmente discrecional de la falta disciplinaria.
la comprobación de la infracción penal; Una acción que no reúna todas las condiciones legales para
39) no hay prescripción de la falta disciplinaria mientras que haya delito penal, puede ser una falta disciplinaria. Por
el agente permanece en el servicio público. La prescripción de otra parte, no hay en eso nada de exorbitante: ¿acaso la abso-
la acción pública para la represión penal, no impide el ejer- lución de un imputado impide entablar una acción por danos
cicio del poder disciplinario con respecto a la infracción am- e intereses?
parada por la prescripción 79 . En consecuencia, cuando un agen-
te va a ser castigado disciplinariamente, puede examinarse y IX. — Para ciertos agentes públicos la jurisdiccionaliza-
ción del poder disciplinario va todavía más lejos. En determi-
nados casos, muy raros, la ley ha sustituido el poder discipli-
dad competente respecto a todos los agentes de servicios públicos, generales o
locales, se subordinan exclusivamente a la doble condición de que dichas deci- 80 Cons. de Est., 25 octubre 1918, Flazanet, " R e c . " , p. 952: "Corres-
siones se hayan tomado, en la medida de lo posible, luego de oído el informe pondía al Consejo de disciplina... requerido con el objeto de determinar el
del jefe de servicio, y después que hayan sido provocadas las observaciones carácter y la gravedad de las faltas que motivaban el proceso disciplinario y
del interesado, acerca de los hechos que se le imputan". Oons. de Est., 15 no- apreciar las posibles sanciones contra este funcionario, examinar en conjunto
viembre 1918, Maréchál, " R e c . " , p. 998: "Según los términos del art. 1» del su conducta y la manera como había desempeñado sus funciones a partir de
decreto del 10 setiembre 1914, se suspende el art. 65 de la ley del 22 abril 1905 su nombramiento".
mientras duren las hostilidades. Por tanto, el recurrente —que ha sido sepa- 81 Casac, 21 diciembre 1869, " D . " , 70, 1, 305. Sólo en casos muy espe-
rado de sus funciones de secretario de alcaldía, con fecha 12 abril 1917— ciales las cosas sucederían de otro moflo. Por ejemplo, el tribunal represivo ha
no tiene deredho a prevalerse de las disposiciones del precitado texto legal". declarado que el agente público no era materialmente autor, ni cómplice, ni
Véase, también: Cons. de Est., 2 agosto 1918, Bouis, " R e c . " , p. 801; 10 agos- inspirador del hecho que había originado el proceso. Aquí, la fuerza de verdad
to 1918, Martial, " E e c . " , p. 851; 13 diciembre 1918, Bourniquel, " R e c . " , legal que se asigna a la declaración hecha por el juez represivo, exige que el
p. 1139. agente público no sea castigado disciplinariamente; la sanción disciplinaria
78 Acerca de esta jurisprudencia, consúltese: GASTÓN JÉZE, Étendue des estaría viciada de exceso de poder (violación de la autoridad de la cosa juz-
pouvoirs de l'admvnistration en temps de guerra, en la " R . D . P . " , 1915, gada). Esto es muy excepcional.
ps. 700 y ss.; 1919, ps. 338 y ss.; Cons. de Est., 6 agosto 1915, Delmotte et Sen- 82 Jurisprudencia constante: Cons. de Est., 12 enero 1917, LétriUard,
martin; 28 febrero 1919, Dol et Laurent; 1» agosto 1919, Saupiquet et Vion. " R e c " , p. 34; 23 marzo 1917, Boisselet, " B e c . " , p. 276; 27 julio 1917,
Olwari, " R e c . " , p. 603.
7» París, 25 abril 1881, " S . " , 82, 2, 73.
112 E L FUNCIONAMIENTO DE EOS SERVICIOS PÚBLICOS PODERES DE VIGILANCIA 113
nario del jefe de servicio por una verdadera jurisdicción disci- sejos pronuncian por sí mismos la pena disciplinaria. "El
plinaria. En otros términos: la ley ha creado un tribunal dis- Consejo académico —establece el art. 11, § 3, de la ley del 27
(íiplinario que comprueba la falta del agente y aplica la pena febrero 1880— está encargado por el ministro o el rector de
disciplinaria. No solamente el tribunal estatuye, siguiendo las los a s u n t o s . . . disciplinarios relativos a la enseñanza secun-
formas jurisdiccionales (en particular, debate contradictorio), daria. . . p ú b l i c a . . . ; los instruye y pronuncia —salvo recurso
sino que también realiza un acto jurisdiccional propiamente ante el Consejo superior...— las penas a aplicarse".
dicho: declara con fuerza de verdad legal la falta disciplina-
2') Según la ley del 30 agosto 1883, art. 13, "la Corte de
ria 83 . Esto es esencial en el caso. Se comprendería que se atu-
viese a eso; correspondería al jefe de servicio extraer la conse- Casación constituye el Consejo superior de la magistratura,
cuencia de la comprobación hecha por el juez disciplinario. No pudiendo estatuir en este carácter sólo cuando funciona en
es ésta la solución adoptada por la ley; ella confiere al tribunal pleno. El procurador general ante la Corte de Casación repre-
disciplinario la facultad de extraer por sí mismo la conse- senta al Gobierno ante el Consejo superior". Conforme al
cuencia de su declaración y de aplicar la pena disciplinaria. art. 14, "el Consejo superior de la magistratura ejercerá, con
Veamos algunos casos dignos de señalar: respecto a los presidentes primeros, presidentes de cámara,
V) Los Consejos universitarios, en lo que concierne a los consejeros de la Corte de Casación y de las cortes de apela-
profesores de la enseñanza pública secundaria o superior (Con- ción^ presidentes, vicepresidentes, jueces, jueces suplentes de
sejo académico, Consejo de la Universidad, Consejo superior los tribunales de primera instancia y de paz, todos los poderes
de Instrucción Pública) son verdaderas jurisdicciones disci- disciplinarios actualmente atribuidos a la Corte de Casación y
plinarias 84 , que comprueban con fuerza de verdad legal las a las cortes y t r i b u n a l e s . . . " .
faltas imputadas al profesor incriminado. Además, estos Con- La Corte de Casación, como Consejo superior de la magis-
tratura, es una verdadera jurisdicción que comprueba las fal-
83 E n sus conclusiones en el caso Téry, Cons. de Est., 20 junio 1913,
" K e c " , p. 737, CORNEILLE ha puesto perfectamente de relieve esta evolución
tas disciplinarias mediante actos jurisdiccionales, con fuerza
y sus razones: " E l poder disciplinario, ejercido en su origen por vía jerár- de verdad legal. Después de la ley de 1883, dicho tribunal pro-
quica, tiende a trasformarse y, poco a poco, se sustituye, a la vía jerárquica, nuncia por sí mismo las penas disciplinarias. Sucede que, en
la vía jurisdiccional; es decir, que la represión de las infracciones a las reglas
que someten a los funcionarios —en razón de su carácter propio— a obliga- virtud de la regla de la separación de las autoridades admi-
ciones especiales, ya no se produce de hombre a hombre, de jefe a subordinado, nistrativa y judicial, no existe ningún recurso de casación con-
pues la ejerce el órgano de asambleas emanadas, en parte al menos, del mismo t r a el fallo disciplinario que' debe ser dictado por las cámaras
seno de los justiciables. En lo que concierne a los miembros de la enseñanza
pública, esta evolución de lo que se ha llamado el derecho represivo secundario, reunidas (en pleno); de una parte, la Corte de Casación no se
está afirmada desde hace ya mucho tiempo, lo que ha ocurrido por la institu-
ción de los Consejos académicos, y por la creación de atribuciones disciplina-
rias para el Consejo superior de Instrucción Pública, cuerpo que según los sultar ello de la ley y de las mismas expresiones de este texto. De donde resulta:
términos de la ley del 27 febrero 1880, estatuye en apelación y en última por una parte, que tenéis competencia, no p a r a apreciar el fondo de sus deci-
instancia sobre las " r e s o l u c i o n e s " dictadas por los Consejos académicos en siones, sino la legalidad de ellas; y, además, que, ante el Consejo superior,
materia contenciosa y disciplinaria, y que toma " d e c i s i o n e s " que deben existen reglas de procedimiento a observar, porque la observancia de un pro-
adoptarse por dos tercios de votos cuando se trata de destitución, de jubilación cedimiento es el corolario indispensable de la instrucción de una jurisdicción".
o de suspensión de los profesores titulares de la enseñanza pública secundaria Así, el Consejo de Estado estatuye como Corte de Casación y no como juez
o superior". del recurso por exceso de poder: " E l recurso para el que sois requerido —de-
84 Sobre la naturaleza jurídica de las decisiones de estos tribunales dis- claraba justamente CORNEILLE, en el caso Téry—, es un recurso en materia de
ciplinarios, no puede existir la menor duda; se trata realmente de actos juris- acción disciplinaria, un recurso contra una decisión de una jurisdicción disci-
diccionales en el sentido preciso de esta expresión. E n el caso Téry, Cons. de plinaria estatuyendo en apelación y en última instancia". E n su fallo, el Con-
Est., 20 junio 1913, " E e c . " , p . 739, CORNEILLE ha insistido mucho sobre este sejo de Estado califica, en varias oportunidades, de " sentencias" las decisio-
punto: " E l Consejo superior es, pues, una jurisdicción disciplinaria, por re- nes del Consejo académico y " de apelación'' el recurso ante el Consejo superior.
II. — El poder jerárquico no puede ejercerse sobre los agente subordinado 106 . Entre la suspensión y la anulación no
actos jurídicos unilaterales regulares que crean una situación hay diferencia: la suspensión es una fórmula cortés de anula-
jurídica individual, un crédito propiamente dicho. En efecto, ción. Generalmente, el jefe de servicio suspende el acto jurí-
en este caso, el acto unilateral crea, en beneficio del individuo,
dico que estima inoportuno y anula el acto jurídico que estima
una situación jurídica intangible. El jefe de servicio no puede
afectarla. ilegal. Pero, en ambos casos, priva al acto de toda eficacia
jurídica: la manifestación de voluntad del agente subordinado
También aquí debe hacerse la distinción entre el control no producirá el efecto jurídico deseado por él.
de oportunidad y el control de legalidad. El jefe de servicio,
el ministro, no puede, en esta hipótesis, controlar la oportu- II. — El jefe de servicio puede, en lugar de suspender o
nidad del acto jurídico del agente subordinado, pero puede, de anular el acto, reformarlo, es decir, modificar acerca de
en virtud de su poder jerárquico, controlar su legalidad y tal o cual punto el acto jurídico del agente subordinado. Por
decretar su anulación. La solución es la misma que la que ejemplo, un prefecto ha elaborado un reglamento de policía;
corresponde al agente público autor del acto. el ministro puede modificar determinado artículo y dejar
subsistentes los demás.
I I I . — El poder jerárquico no puede ejercerse sobre los Como el poder de modificación puede ejercerse sobre
actos unilaterales regulares que han conferido a un individuo todas las partes del acto jurídico, de hecho, lleva a dar al jefe
un status, del cual sólo puede despojárselo por un procedi- de servicio la facultad de rehacer el reglamento íntegramente.
miento especial. Verbigracia, un agente subordinado realiza Pero entonces se plantea una cuestión. ¿Puede el jefe de
regularmente un nombramiento para una determinada fun- servicio realizar por sí mismo espontánea y directamente o
ción pública, y las leyes y reglamentos confieren a otro agente después de requerido para ello, el acto jurídico que compete
el poder de destitución o rodean de garantías a la destitución. al agente subordinado?
El jefe de servicio, en virtud de su poder jerárquico, no puede Debe responderse negativamente. Sin duda, el jefe de
controlar la oportunidad de este acto, pero puede controlar servicio puede, en virtud de su poder de vigilancia, dar la
su legalidad y decretar, por este motivo, su anulación. La so- orden de realizar cierto acto, de determinada manera. Es in-
lución es la misma que la que rige para el propio agente dudable, también, que el jefe de servicio puede, en virtud de
subordinado 105 .
tachar de los controles, con fecha 9 julio 1909. Este compromiso no ha modi-
§ 3 ficado los poderes atribuidos al general, cuya decisión no estaba viciada de
ninguna ilegalidad; la mencionada resolución ha creado, en beneficio del
El poder jerárquico confiere al jefe de servicio la facultad señor W., derechos contra los cuales la autoridad superior no podía atentar, en
las condiciones y con las formalidades prescritas por el art. 67 de la ley del
de suspender, anular o modificar el acto jurídico realizado 21 marzo 1905. Si bien correspondía al ministro, por aplicación de esta dis-
por el agente subordinado posición legislativa, conceder de oficio el retiro al recurrente, o decretar su
destitución previo dictamen de un Conseil d'enquéte, no podía, sin desconocer
I. — El jefe de servicio, investido del poder jerárquico, derechos adquiridos, volver, con una anulación pura y simple, sobre una deci-
sión regularmente tomada". Véase, también: Cons. de Est., 26 julio 1912,
puede suspender o anular el acto jurídico realizado por el Vallanet, " E e c . " , p. 888: " E l ministro de Instrucción Pública no puede re-
tirar a un estudiante «el beneficio de una dispensa que, desde el momento que '
105 Cons. de Est., 14 junio 1912, Wulliet, " B e c " , p. 659: " P o r resolu- se le había concedido..., (al estudiante), era para él un derecho adquirido»".
ción..., el general comandante de la 6» brigada de infantería colonial —ac- 106 Hay que suponer, desde luego, que el ejercicio del poder jerárquico es
tuando por delegación del ministro— ha entregado, previo dictamen favorable posible en razón de la naturaleza del acto. Así, el ministro no puede suspender,
del Consejo de regimiento, una comisión de suboficial al señor W. Para anular anular o modificar el nombramiento regular hecho por un prefecto, porque ello
dicha decisión, el ministro de Guerra se basa en que ésa sería una intervención sería una destitución que no es de competencia de dicho funcionario, aun ejer-
contraria al compromiso suscrito por el recurrente, en el sentido de hacerse ciendo su poder jerárquico.
P O D E R E S DE VIGILANCIA 127
126 E L FUNCIONAMIENTO DE LOS SERVICIOS PÚBLICOS
te, el Consejo de Estado las estima sometidas al poder de de tal o cual localidad—, el poder de control sobre los actos
control administrativo 115 (v. infra, p. 158). jurídicos debe organizarse de manera que subsista la inde-
pendencia deseada por la ley. No es necesario que el poder
de control llegue a eliminar esta independencia. Reconocer
a los agentes descentralizados, elegidos por los habitantes, la
SECCIÓN IV facultad de realizar acuerdos acerca de todos los servicios
públicos locales, y permitir a los agentes centralizados para-
EL PODER DE CONTROL ADMINISTRATIVO lizar, con su veto, la ejecución de tqdos esos acuerdos o mo-
dificar las decisiones adoptadas, equivaldría a seguir un sis-
tema que, de hecho, sólo dejaría a los agentes descentralizados
Los agentes públicos descentralizados no están compren- un derecho de dictamen y de consejo. Esto ya sería algo, pero
didos en la jerarquía. La descentralización tiene precisamente sería muy poco. Seguramente, un sistema semejante puede
por objeto sustraer al poder jerárquico determinados agentes organizarse y ha existido, pero sólo confiere a los agentes des-
públicos y atribuirles, con respecto a ios jefes de servicio, centralizados una independencia muy débil, una autonomía
cierta independencia para la gestión de ciertos servicios pú- muy pequeña. Es por eso que el poder de control sobre los
blicos. actos jurídicos de los agentes descentralizados debe ser dife-
Esta independencia no es absoluta. Los jefes de los gran- rente del poder jerárquico ejercido sobre los actos jurídicos
des servicios públicos nacionales, los ministros, conservan y de los agentes centralizados.
deben siempre conservar un poder de vigilancia sobre los agen- Para establecer claramente esta diferencia, se ha dado a
tes descentralizados 116 y un poder de control. Existe, al res- este poder un nombre especial: se le denomina poder de con-
pecto, un mínimo: aquello que resulta necesario para mante- trol administrativo, o poder de tutela administrativa. La ex-
ner la unidad nacional. Los actos jurídicos de los agentes des- presión tutela administrativa, muy frecuentemente usada en
centralizados deben, pues, someterse a un control análogo al otro tiempo, se halla cada vez más abandonada en la actua-
que acaba de estudiarse para los actos jurídicos de los agentes lidad, en razón de su inexactitud: resulta evidente, en efecto,
centralizados comprendidos en la jerarquía. El fin perseguido que los agentes públicos locales descentralizados no están
•es el mismo: vigilar para que los agentes descentralizados bajo tutela.
hagan funcionar eficiente y legalmente los servicios públicos
de los que se encargan. § 1
En razón de la independencia asegurada por la ley a los
agentes descentralizados —independencia que se manifiesta en El contenido del poder de control administrativo
«el reclutamiento de estos agentes elegidos por los habitantes
I. — La descentralización, la autonomía, importan gra-
115 Cons. de Est ; , 6 febrero 1900, maire de Jargeau, " R e c " , p. 270: " L a dos. Entre la independencia casi absoluta, próxima al fede-
policía corresponde al alcalde, y los poderes que le confiere en esta materia ralismo, y la centralización absoluta, hay toda una gama de
el art. 97 de la ley de 1884 se ejercen, no bajo la autoridad, sino bajo la vigi-
lancia de la Administración superior, que sólo puede anular las resoluciones sistemas de autonomía. La historia de la organización admi- ,
dictadas por el alcalde o suspender su ejecución... Al adoptar... (su) resolu- nistrativa local en Francia, después de 1789, señala cuántas
ción, el prefecto no ha usado del poder de vigilancia jerárquica que le perte- variedades de combinaciones puede adoptar el legislador en-
nece, sino que ha cometido un despojo de los poderes de policía del alcalde,
estando viciada su decisión de exceso de poder". tre la idea de centralización y la idea de autonomía local.
lie Sobre la vigilancia y la disciplina de los agentes descentralizados,
Esta variedad de combinaciones de descentralización tiene un
wéase supra, ps. 71 y ss. y 92 y ss. contrapeso directo en el contenido del poder de control admi-
134 E L FUNCIONAMIENTO DE LOS SERVICIOS PÚBLICOS PODERES DE VIGILANCIA. 135
nistrativo, contenido que varía según el grado de descentra- quico, es que los agentes descentralizados —en los actos jurí-
lización.
dicos sobre los cuales aquél se ejerce— pueden defenderse de
De manera más precisa, el poder de control administra- los excesos de poder cometidos por los agentes centralizados
tivo sobre los actos jurídicos de los agentes descentralizados en el ejercicio de su poder de control administrativo, mediante
confiere a los jefes de los grandes servicios públicos nacio- el recurso por exceso de poder entablado ante el Consejo de
nales, cierto número de poderes: poder de suspensión o de Estado en lo contencioso117. Es la consecuencia lógica y nece-
anulación, poder de aprobación, poder de sustituir su acción
saria de la idea de descentralización. Luego de vacilaciones118,
a la de los agentes descentralizados que cometan faltas.
la jurisprudencia del Consejo de Estado se orienta, hoy, en el
sentido de que todos los agentes descentralizados pueden de-
II. — E n este cuadro, las modalidades son muy nume-
rosas : fender —contra el jefe de servicio centralizado— su indepen-
l 9 ) Se refieren, primeramente, al número y naturaleza de dencia legal, mediante el recurso por exceso de poder: Con-
los actos jurídicos sometidos a cualquiera de dichos poderes. sejo general en su carácter de cuerpo, concejo municipal, al-
Por ejemplo, un sistema que somete todos los actos jurídicos calde, etc.
al poder de aprobación, sólo importa un débil grado de auto- Por tanto, es el Consejo de Estado en lo contencioso
nomía. En cambio, un sistema que sólo confiere un poder de quien, requerido por los recursos de los agentes descentrali-
anulación por razones de legalidad, asegura una independen- zados, determina los límites precisos del poder de control ad-
cia muy grande á los agentes descentralizados. ministrativo.
29) Además, las formalidades de las que puede acompa-
ñarse el ejercicio de cada una de las facultades comprendidas II. — La jurisprudencia no es todavía del todo coherente.
en el poder de control administrativo, refuerzan o disminuyen I 9 ) Así, con respecto a los Consejos generales, la juris-
esta autonomía: intimación, plazos para el ejercicio del con- prudencia distingue según que el acto jurídico de control ad-
trol, obligación de fundarlo, etc. ministrativo sea un decreto dictado en Consejo de Estado o
3*) Sea cual fuere la combinación adoptada, aunque mu- que emane de otra autoridad. En el primer caso, el hecho de
chas reglas sean idénticas, entre el poder jerárquico y el que el Consejo de Estado —como Consejo administrativo—
poder de control administrativo hay diferencias fundamenta- haya dado su opinión acerca del ejercicio del poder de control,
les. El poder jerárquico comprende el poder de modificación parece a dicho cuerpo en lo contencioso una razón suficiente
y no comprende —salvo para el alcalde— el poder de obrar
para descartar todo peligro serio de ejercicio abusivo del poder
en lugar del agente subordinado. En cambio, el poder de con-
trol no comprende el poder de modificación, pero importa el de control administrativo: por ello, declara improcedente el
poder de actuar en lugar del agente subordinado. recurso por exceso de poder deducido por un Consejo general
contra el acto de control dictado en forma de decreto en Con-
§ 2 117 LAFERRIERE, Jur. adm. et reo. cont., 1896, 2» ed., n, p. 446: " L o s
principios de la jerarquía y de la subordinación administrativa se oponen a
Los agentes descentralizados tienen el recurso jurídico que un subordinado pueda entorpecer el acto de su superior y promoverle una
para defenderse de los excesos del poder de control de oposición ante un juez. Desde este punto de vista, la situación del funcionario
subordinado que obra bajo la autoridad de un superior jerárquico, es muy dife-
los agentes centralizados rente a la de una Administración descentralizada, que sólo se somete a la
vigilancia de la autoridad central, con relación a determinadas infracciones".
I. — Una de las características del poder de control ad- 118 LAFERBIÉRE, Jur. adm. et rec. contentieux, 1896, 2» ed., n, ps. 444 y es.,
ministrativo, por la que se opone netamente al poder jerár- expone las vacilaciones del Consejo de Estado.
136 E L FUNCIONAMIENTO DE LOS SERVICIOS PÚBLICOS
PODERES DE VIGILANCIA 137
119
sejo de Estado . En cambio, lo admite en cualquier otra cir-
cunstancia 120 . jurisprudencia admitida con respecto a los demás agentes
121
Esta distinción es criticable . Además, es generalmente descentralizados: concejos municipales y alcaldes122.
muy combatida por la doctrina, que exige la extensión de la En efecto, la jurisprudencia es muy firme en lo referente
a los concejos municipales 123 y a los alcaldes considerados
11» Cons. de Est., 2 abril 1897, Conseil general des Cótes-du-Nord, " R e c " , como agentes descentralizados12*. No hay ninguna razón vale-
p. 275: "Ninguna disposición de ley o de reglamento de administración da dera para no extender la solución a todos los agentes descen-
a ios Consejos generales el derecho de recurrir ante el Consejo de Estado tralizados, para todos los actos del control administrativo.
estatuyendo en lo contencioso contra los decretos que establecen la anulación
de sus acuerdos, de conformidad a las prescripciones del art. 47 de la ley del
10 agosto 1871; de donde se desprende que el recurso entablado por el Consejo
general... debe rechazarse por improcedente". Por el momento ningún nuevo ley del 10 agosto 1871, el control de sus deliberaciones pertenecería sólo en
fallo ha decidido lo contrario. apariencia al Gobierno, previo dictamen del Consejo de Estado; correspondería,
en realidad, al Consejo de Estado estatuyendo en lo contencioso, cuerpo que en
120 Esto ocurre frecuentemente con respecto a los Consejos generales de última instancia se pronunciaría acerca de la legalidad de sus decisiones".
colonia, para los cuales el poder de control es ejercido por él gobernador de la LAFERRIÉRE señala acertadamente la razón de esta censurable jurisprudencia,
colonia. El Consejo de Estado (8 agosto 1896, Guadeloupe, " R e c " , p. 655) al admit'r una excepción a la regla para el caso " e n que el recurso pusiese
ha declarado procedente el recurso del Consejo general contra la resolución del de manifiesto una ilegalidad inherente al propio decreto, verbigracia un vicio
gobernador que, al decir del Consejo general, atentaba contra sus poderes de de forma por el hecho de no haberse dictado previo dictamen de la asamblea
decisión, tal como los establece la ley: " S i el gobernador podía negar su apro- general del Consejo de Estado, o de no haberlo precedido la notificación pres-
bación, no le correspondía, sin provocar un nuevo acuerdo del Consejo general,,
crita por el art. 47 de la ley del 10 agosto 1871. Este dictamen y esta notifi-
sustituir otro modo de concesión del servicio de barcos de vapor al que había
adoptado esta asamblea en el precitado acuerdo. Por consiguiente, las decisiones cación son, en efecto, garantías legales que la ley concede a los Consejos gene-
del gobernador... deben anularse por exceso de poder". Asimismo, en 1901 rales y no puede depender del Gobierno retirarlas". La argumentación de
(24 mayo 1901, Sénégal, " R e c " , p. 493), el Consejo de Estado ha declarado LAFERRIÉRE echa abajo su tesis: El Consejo de Estado en asamblea general
que el Consejo general tiene derecho a criticar el ejercicio de su poder de administrativa no ofrece las mismas garantías de imparcialidad que el Consejo
control, por parte del gobernador, en lo concerniente a las inscripciones de de Estado en lo contencioso. LAFERRIÉRE estaba en condiciones favorables para
oficio en el presupuesto colonial. Cons. de Est., 22 julio 1910, Martinique, saber eso.
" E e c " , p. 601; 24 nov. 1911, Conseil general de la Martinique, "Rec.",. 122 En este sentido se pronuncian unánimemente los jurisconsultos más
p. 1083: " E l Consejo general tiene personería para deferir al Consejo de modernos. HAURIOU, Droit adm., 9* ed., 1919, p. 490: Tienen capacidad para
Estado, por estar viciado de exceso de poder, un acto de la autoridad adminis- entablar el recurso por exceso de poder " l a s asambleas electivas obrando
trativa que estima dictado en violación de las atribuciones que le otorga la colectivamente, Consejos generales, concejos municipales, contra las decisiones
legislación vigente, para la gestión de las finanzas de la colonia". por las que se anulan sus acuerdos". DARESTE, Les votes de recours contre les
El Consejo de Estado acepta también que un consejero general de colonia actes de la puissance publique, 1914, p. 360: "Habría que preguntarse si esta
impugne, mediante el recurso por exceso de poder, la resolución del gobernador excepción se justifica".
de la colonia, que modifica el presupuesto votado por el Consejo general (Cons. 123 Con respecto a los concejos municipales, el recurso de defensa está
de Est., 21 julio 1911, Lara et Béville, " R e c . " , p. 845). inscrito en la propia ley, en el art. 67 de la ley de 1884: " E l concejo muni-
Por el contrario, el Consejo de Estado (18 marzo 1898, Sénégal, " R e c . " r cipal... puede recurrir contra la resolución del prefecto ante el Consejo de
p. 234), requerido por el recurso deducido por un Consejo general de colonia Estado. El recurso es deducido y resuelto en las formas del recurso por ex-
contra un acto de control administrativo en forma de decreto, ha puesto en ceso de poder".
dnda el derecho del Consejo general para entablar un recurso: "Sin que quepa 124 TJn caso digno de señalar es el juzgado por el Cons. de Est., 18 abril
examinar si el señor de E., obrando como presidente del Consejo general del 1902, maire de Néris, " R e c " , p. 275 ("Sirey", 1902, 3, 81, con la nota de
Senegal, tiene personería para solicitar la anulación del decreto, ...que ha HAURIOU), resuelto a raíz del recurso de un alcalde, en materia de policía: " D e
concedido al señor C. a título de locación... la parte francesa del cabo. las disposiciones del art. 91 de la ley del 5 abril 1884, resulta que la policía
Blanco...".
municipal corresponde al alcalde y que los poderes que se le confieren en esta
121 LAFERRIÉRE, Jur. adm. et rec. contentieux, 4* ed., 1896, n, p. 445, pro- materia por el art. 97 de la ley se ejercen, no bajo la autoridad, sino bajo la
cura justificarla: " E l derecho al recurso contencioso debe negarse a lo» vigilancia de la Administración superior... Al anular una resolución adoptada
Consejos generales contra los decretos dictados oído el Consejo de Estado quft por el alcalde para asegurar en su municipio la ejecución de la ley, el prefecto
anulan sus decisiones. Si dichos Consejos pudiesen impugnar por la vía con- ha excedido los poderes de vigilancia que' le corresponden". El Consejo de Es-
tenciosa loa decretos de anulación dictados, en virtud de los arta. 33 y 47 de la tado ha resuelto, pues, que el alcalde, en su carácter de jefe de policía, es un
agente descentralizado. En 1896, LAFERRIÉRE escribía (Jur. adm. et rec. conten-
138 E L FUNCIONAMIENTO DE LOS SERVICIOS PÚBLICOS
PODERES DE VIGILANCIA 139
29) Asimismo, es preciso reconocer a los miembros de un dicho Consejo. Cualquier miembro de esta asamblea tiene de-
Consejo descentralizado, actuando por separado, el poder de recho a deferir al Consejo de Estado en lo contencioso, me-
pedir al Consejo de Estado en lo contencioso la anulación, por diante el recurso por exceso de poder, la decisión del agente
exceso de poder, de todos los actos de control administrativo centralizado. El Consejo de Estado así lo ha juzgado para el
ejercido sobre los acuerdos del cuerpo de que forman parte 125 . recurso de un concejal municipal que actuaba por separado
No existe dificultad para los actos del control adminis- contra la resolución prefectoral aprobatoria de una delibera-
trativo motivados por la inobservancia de las formas legales ción ilegal de un concejo municipal 127 .
prescritas para que los agentes descentralizados realicen los No se advierte por qué la solución no sería la misma para
actos jurídicos de su competencia. En efecto, según el Consejo los consejeros generales, y en todos los actos realizados en
de Estado todo miembro de una asamblea "tiene interés en ejercicio del poder de control administrativo 128 .
que la asamblea de la que forma parte delibere según las for-
mas legales" 126 . Supongamos que el agente centralizado, en
§ 3
ejercicio de su poder de control administrativo, afirme, me-
diante una decisión, que la asamblea ha deliberado con arre- El poder de control administrativo no es mi poder
glo a las formas legales, cuando en realidad ello no es exacto. jurisdiccional
Es evidente que cualquier miembro de la asamblea puede
impugnar esta decisión mediante el recurso por exceso de I. — Cuando un agente público, investido del poder de
poder; es la consecuencia necesaria de todo lo que precede. control administrativo, ejerce este poder sobre el acto jurí-
Admitido esto, no hay razón para no generalizar la solvr dico de un agente descentralizado, no realiza un acto juris-
ción. Un miembro de un Consejo descentralizado tiene interés diccional propiamente dicho; en otras palabras, no hace nin-
en que la asamblea de la que forma parte no cometa ninguna
ilegalidad, en que sus decisiones legales no sean anuladas por 127 Cons. de Est., 11 abril 1913, Laroche, " E e c " , p. 391: "Los recurrentes
ilegalidad por el agente centralizado. Supongamos que este (consejeros municipales que atacan la resolución prefectoral de aprobación del
último, en ejercicio de su poder de control administrativo, informe administrativo de un alcalde) sostienen que ciertos gastos incluidos en
dicho informe... se habrían hecho con violación de la ley. Esta cuestión puede
aprueba una decisión ilegal del Consejo descentralizado o someterse al Consejo de Estado, estatuyendo sobre un recurso por exceso de poder.
anula, por motivos de derecho erróneos, una decisión legal de Así, la demanda es procedente".
128 El Consejo de Estado, hasta ahora, ha resuelto lo contrario. Cons. de
Est., 10 febrero 1905, Monsservin, " E e c " , p. 134 (y mi nota en la " E . D. P . " ,
tieux, 2* ed., n, p. 446): " E l Cons. de Est. ha decidido frecuentemente que los 1906, ps. 56 y ss.).
alcaldes no tienen derecho a deferir por exceso de poder las resoluciones prefec- Este fallo es muy importante. Sostiene que cualquier interesado tiene
torales que anulan las medidas tomadas por ellos en su condición de represen- derecho a impugnar el decreto de anulación, pero que los consejeros generales
tantes del poder central en el municipio, o que suspenden o anulan sus decisiones ut singuli, en este único carácter, no tienen interés directo y personal y que, por
de policía municipal en virtud de los poderes conferidos a los prefectos por los consiguiente, su recurso es improcedente: " S i los señores M. no tienen, en su
arts. 98 y 95 de la ley del 5 abril 1884". carácter de miembros del Consejo general..., personería para recurrir contra
125 MOREAU, Nullité de droit établie par les arts. 63, 65 y 67 de la ley del 5 el decreto que ha anulado —considerándola en violación del art. 11 de la ley
abril 1884, en la " E . D. P . " , 1912, ps. 675 y ss. del 5 abril 1884— una deliberación de este Consejo general que disponía el
126 Cons. de Est., 22 marzo 1912, Le Moign, " E e c " , p. 415: " E l señor L. seccionamiento del municipio d e . . . , los demás firmantes de la demanda tienen ;
(consejero general) sostiene que los diversos acuerdos (del Consejo general) cuya interés como electores de este municipio, en el mantenimiento del acuerdo anu-
anulación solicita, se han realizado fuera de las condiciones prescritas por la ley lado, y, por lo tanto, pueden —a falta de toda disposición contraria de la ley—
para la validez de las deliberaciones del Consejo general. El recurrente tiene sostener, ante la jurisdicción contenciosa, que la anulación de dicha deliberación
interés en que la asamblea de la que forma parte delibere según las formalidades se ha dispuesto con violación de las condiciones previstas por el art. 47 de la ley
legales. Por consiguiente, resulta procedente deferir' al Consejo de Estado, por del 10 agosto 1871. Por consiguiente, corresponde estatuir sobre el fondo ante
exceso de poder, las mencionadas deliberaciones". la precitada demanda, en tanto ella haya sido presentada por los mencionados
electores".
140 E L FUNCIONAMIENTO DE LOS SERVICIOS PÚBLICOS
PODERES DE VIGILANCIA 141
gima declaración con fuerza de verdad legal. Por ejemplo, el
prefecto que anula o suspende la resolución de un alcalde o el recurso por exceso de poder129, que supone esencialmente que
acuerdo de un concejo municipal, el presidente de la Repú- el acto impugnado no es una sentencia.
blica que, previo dictamen del Consejo de Estado, anula una Cabe decir otro tanto del decreto del presidente de la
resolución de un Consejo general, no son jueces en el sentido República, dictado oído el Consejo de Estado, que dispone la
propio de la palabra. Aunque su decisión anulatoria se fun- anulación de un acuerdo de un Consejo general, en virtud del
damente en argumentos de derecho, por la pretendida viola- art. 47 de la ley del 10 agosto 1871. No se trata de un acto de
ción de la ley por el alcalde, el concejo municipal o el Con- jurisdicción130. La declaración de la ilegalidad hecha por el
presidente de la República previo dictamen del Consejo de
sejo general, no existe en estos casos una sentencia propia- Estado, no tiene fuerza de verdad legal, ya que la ley no ha
mente dicha; la comprobación así hecha de la ilegalidad de asignado —ni expresa ni implícitamente— fuerza de verdad
la resolución del alcalde o del acuerdo del concejo municipal legal al decreto del presidente de la República dictado en
o del Consejo general, no tiene fuerza de verdad legal. virtud del mencionado art. 47131.
El acto jurisdiccional es aquel que la ley declara tal.
Ahora bien; ningún texto legal —expresa o implícitamente— III. — Del principio expuesto, es preciso deducir las con-
confiere al poder de control administrativo el carácter de po- secuencias ya expuestas en lo concerniente al poder jerár-
der jurisdiccional. Participa de este último poder como del quico (v. supra, ps. 128 y ss.). En particular, el agenta pú-
poder jerárquico, del que sólo es una modalidad (supra, ps. blico que, a instancia de un interesado, guarda indefinida-
127 y ss.). mente silencio, no incurre en denegación de justicia. Su silen-
cio prolongado durante más de cuatro meses es una decisión
II. — Ello resulta evidente cuando el poder de control denegatoria implícita132, al igual que el silencio de un alcalde
administrativo se ejerce sin ninguna formalidad jurisdiccio-
nal. V. gr.: anulación de una resolución de policía del alcalde 129 Art. 67: " E l Concejo municipal, y, fuera del Concejo, todo particular
interesado, puede recurrir contra la resolución del prefecto ante el Consejo de
por el prefecto, en virtud del art. 95 de la ley del 5 abril 1884; Estado. El recurso se deduce y resuelve en las formas del recurso por excesa
suspensión de un acuerdo de un Consejo general por el presi- de poder".
dente de la República, fundado en el art. 49 de la ley del 130 GASTÓN JÉZE, Nature juridique du décret en Conseil d'État prónoncant
l'annulation d'une déliberation d'un conseil general, ¿par application de l'article
10 agosto 1871. 47 de la loi du 10 aoüt 1871, en la "K. D. P . " , 1906, ps. 51 y ss.
La solución es idéntica cuando la ley establece formalida- 131 HAURIOU, Droit adm., 9» ed., 1919, p. 479, nota 2, hace lugar aparte a
este decreto. Se trataría de un acto cuasijurisdiocional, de una decisión cuasi-
des jurisdiccionales para el ejercicio del poder de control ad- contenciosa. El recurso por exceso de poder no sería posible contra este decreto;
ministrativo. Ejemplo: El prefecto, en virtud del art. 65 de en efecto —declara HAURIOU— puesto que este decreto de anulación "resulta
verdaderamente una decisión cuasicontenciosa, la naturaleza del acto se opone
la ley del 5 abril 1884, anula, oído el Consejo de prefectura, al recurso". No llego a comprender lo que puede ser una decisión cuasiconten-
los acuerdos del concejo municipal que versan sobre un objeto ciosa, es decir, un "acto cuasijurisdicdonal", es decir, una declaración que
extraño a sus atribuciones o que se han realizado con violación casi tenga fuerza de verdad legal. La declaración tiene o no tiene fuerza de
verdad legal, sin que haya término medio.
de una ley o de un reglamento de administración pública. La 182 Cons. de Est., 10 noviembre 1905, Carrére, " R e c " , p. 810: " H a
ley del 5 abril 1884, art. 67, declara formalmente que la reso- trascurrido un plazo de más de cuatro meses sin que se produzca ninguna deci-
lución anulatoria del prefecto no es un acto de jurisdicción; sión del prefecto, acerca de la reclamación... de los señores C, presentada es
la prefectura... Por tanto, y en virtud de las disposiciones combinadas del
en efecto, el recurso jurisdiccional contra dicha decisión no art. 67 de la ley del 6 abril 1884 y del art. 3 de la ley del 17 julio 1900, los
es —según este texto— la apelación, ni la casación, sino el señores C . . . pueden considerar rechazada su reclamación y presentarse ante el
Consejo de Estado".
142 E L FUNCIONAMIENTO DE LOS SERVICIOS PÚBLICOS
PODERES DE VIGILANCIA 143
I
generales estatuyen definitivamente son ejecutorias si, dentro
del plazo de 20 días a partir de la clausura de la sesión, el
\El poder de control administrativo sobre los actos jurí-
prefecto no ha pedido la anulación por exceso de poder o por
dicos de los Consejos generales violación de la ley o de un reglamento de administración pú-
blica. El recurso138 deducido por el prefecto debe notificarse
El poder de control administrativo ejercido sobre los al presidente del Consejo general y al presidente de la Comi-
actos jurídicos realizados por los Consejos generales, está
organizado por la ley del 10 agosto 1871, de conformidad a las sión departamental. Si, dentro del plazo de dos meses a partir
siguientes reglas, enumeradas según el control cada vez más de la notificación, no se ha pronunciado la anulación, la deli-
estricto. beración es ejecutoria. Esta anulación sólo puede pronunciar-
se mediante un decreto dictado en la forma de los reglamentos
de administración pública", es decir, previo dictamen del
I. — Poder de pronunciar, en los casos de ilegalidad gra- Consejo de Estado (art. 47, ley del 10 agosto 1871). El art. 46
ve, la nulidad de derecho en cualquier época. — Este poder enumera 26 objetos para los cuales los actos jurídicos reali-
existe en dos casos, con las formalidades siguientes: zados por el Consejo general se someten al poder de anulación
ler. caso: "Todo acto y toda deliberación de un Consejo así determinado. Ej.: adquisición, enajenación y permuta de
general, relativos a objetos que no están comprendidos en sus las propiedades departamentales —mobiliarias o inmobilia-
atribuciones, son nulos y de ningún efecto. La nulidad se rias— cuando estas propiedades no están afectadas a alguno
pronuncia mediante un decreto dictado en la forma de los de los siguientes servicios: prefectura y subprefectura, Corte
reglamentos de administración pública", es decir, por decreto de Asises, tribunales, escuelas normales, cuarteles de la gen-
del presidente de la Kepública, una vez oído el Consejo de darmería, prisiones.
Estado (art. 33, ley del 10 agosto 1871). A título de ejemplo
de acuerdo excluido expresamente por la ley de las atribucio-
nes de los Consejos generales, pueden citarse los compromisos III. — Poder de pronunciar la suspensión, por toda clase
políticos. Art. 51, apart. 3*: "Se le prohiben todos los compro- de motivos, aun de oportunidad, pero dentro de ciertos plazos,
misos políticos". La cuestión de saber cuáles son, fuera de un con determinadas formalidades. — "Las resoluciones tomadas
texto formal, los asuntos que no están comprendidos en las por el Consejo general sobre las materias enumeradas en el
atribuciones de los Consejos generales, es un delicado proble- precepto precedente (art. 48) son ejecutorias si, dentro del
ma, para cuya solución existe una jurisprudencia muy téc- plazo de 3 meses a partir de la clausura de la sesión, un de-
nica. creto fundado no ha suspendido su ejecución" (art. 49, ley
del 10 agosto 1871). V. gr.: adquisición, enajenación y per-
29 caso: "Toda deliberación realizada fuera de las reunio- muta de las propiedades departamentales afectadas a la pre-
nes del Consejo, previstas o autorizadas por la ley, es nula fectura y subprefectura, escuelas normales, Cortes de Asises
y de ningún efecto. El prefecto, mediante una resolución fun- j tribunales, cuarteles de la gendarmería y prisiones (art. 48,
dada, declara ilegal la reunión y pronuncia la nulidad de los ley del 10 agosto 1871). El régimen normal de los actos jurí-
actos..." (art. 34, ley del 10 agosto 1871).
138 A mi juicio, esta terminología es muy incorrecta. Se trata aquí de
II. — Poder de pronunciar la anulación, dentro de de- Ja aplicación, por parte del prefecto, de un procedimiento administrativo para-
terminados plazos, por motivos de derecho, según ciertas for- hacer anular mediante un decreto; no se trata, pues, de un recurso. Debe reser-
varse el nombre de recurso para la reclamación entablada por un particular
malidades. — "Las resoluciones por las cuales los Consejos &nte un juez.
municipal solamente son ejecutorios después de la aprobación IV. — Poder de actuar en lugar del concejo municipal. —
de un agente centralizado; en principio, el prefecto. Art. 68: Este poder es completamente excepcional. El caso más impor-
"Sólo son ejecutorios después de haber sido aprobados por la tante se presenta en materia financiera, con respecto al fun-
autoridad superior, los acuerdos que tratan de los siguientes cionamiento de los servicios públicos que la ley declara obli-
objetos: l 9 ) las condiciones de los arrendamientos cuya du- gatorios para los concejos municipales. Art. 149: "Si un con-
ración sobrepasa los 18 años; 29) las enajenaciones y permu- cejo municipal no pagase los fondos exigidos para hacer frente
tas de las propiedades municipales, etc.". Sigue una enumera- a un gasto obligatorio, o pagase sólo una suma insuficiente,
ción de 13 objetos. Art. 69: "Los acuerdos de los concejos la suma necesaria se incluiría en el presupuesto por decreto
municipales sobre los objetos enunciados en el artículo pre- del presidente de la República, para los municipios cuya renta
cedente, son ejecutorios, una vez aprobados por el prefecto, es de tres millones o más de francos, y por resolución del
salvo los casos en que las leyes y reglamentos disponen la prefecto oído el Consejo de prefectura, para aquellos cuya
aprobación del ministro competente, del Consejo general o la renta es inferior. No puede hacerse ninguna inscripción de
comisión departamental, por un decreto o una ley. El prefecto oficio sin convocar previamente al Concejo municipal para
estatuye oído el Consejo de prefectura, en los casos previstos que realice una deliberación especial al respecto". Siguen
en los n08. 1, 2, 4 y 6 del artículo precedente. Cuando el pre- prescripciones minuciosas sobre los límites dentro de los cua-
fecto niega su aprobación o no ha dado a conocer su decisión les debe ejercerse el poder de inscripción de oficio, tanto en
dentro del plazo de un mes a partir de la fecha de la presen- lo concerniente al monto del gasto, como a la creación de
tación, el concejo municipal tiene derecho a recurrir ante el fondos disponibles para hacerle frente.
ministro del Interior". E n lo referente a las materias finan-
Asimismo, en lo referente al presupuesto, "en caso de que,
cieras, el poder de aprobación confiere a los agentes centra-
por una causa cualquiera, no se hubiese regulado definitiva-
lizados amplios poderes de modificación (arts. 147 y 148, ley
mente el presupuesto de un municipio antes del comienzo del
del 5 abril 1884 ) 145 .
ejercicio, los recursos y los gastos ordinarios continúan ha-
ciéndose, hasta la aprobación de este presupuesto, de confor-
145 "¿Puede anular el prefecto su acto de aprobación después de concederlaf
Cabe aplicar aquí la teoría de la revocación de los actos jurídicos. Véase GASTÓN"
midad al del año precedente. En los casos en que no se hubiese
JÉZE, Les principes généraux du droit adm.., i, La technique juridique. El Con- aprobado anteriormente ningún presupuesto, se encargaría de
sejo de Estado considera la revocación de un acto aprobatorio, cuando la establecerlo el prefecto, oído el Consejo de prefectura".
motiva la ilegalidad de esta aprobación, no como la anulación del acto de apro
bación, sino como la anulación de la decisión aprobada. Esta anulación debe,
Sucede lo mismo cuando los agentes centralizados desti-
pues, bajo pena de nulidad, pronunciarse de conformidad a las formalidades tuyen en masa a los concejales (disolución del concejo muni-
requeridas por las leyes y reglamentos. Cons. de Est., 18 octubre 1918, vüle cipal) ; por un decreto del presidente de la República se nom-
de Toulon, " B e c " , p. 914: "Después de aprobar... la deliberación del concejo bra una comisión, llamada delegación especial (art. 44 de la
municipal... que establece la revisión de la tarifa de los derechos de estaciona-
miento..., el prefecto..., por la resolución impugnada, ha dejado sin efecto
ley de 1884), que realiza los actos jurídicos necesarios en lugar
la aprobación precedente... y esta revocación de aprobación se funda en que del concejo municipal. No obstante, "los poderes de esta dele-
los derechos de que se trata se habrían establecido ilegalmente... La precitada gación especial se reducen a los actos de pura administración
deliberación estaba viciada de ilegalidad. Si el prefecto no ha tenido expresa- conservatoria y urgente. E n ningún caso le está permitido
mente en cuenta los arts. 63 y 65 de la ley del 5 avrü 1884 y simplemente no- comprometer las finanzas municipales más allá de los recur-
declarado que retiraba su aprobación, en realidad, por su decisión adoptada una
vez oído el Consejo de prefectura, ha entendido pronunciar la nulidad de dere- sos disponibles en el ejercicio corriente. No puede preparar el
cho de la mencionada deliberación, en virtud de los poderes que le otorgan los presupuesto municipal, ni recibir las cuentas del alcalde y
precitados artículos. Por tanto, la ciudad de Tolón no tiene derecho para de- del receptor, ni modificar el personal o el régimen de la en-
mandar la anulación de la resolución impugnada". señanza pública".
152 E L FUNCIONAMIENTO DB LOS SERVICIOS PÚBLICOS
PODERES DE VIGILANCIA 153
a
V. — No hay acto jurídico del concejo municipal que art. 91, "el alcalde se encarga, bajo la vigilancia de la Admi-
escape al poder de control, tal como acaba de exponerse.
nistración superior, de la policía municipal, de la policía rural
y de la ejecución de los actos de la autoridad superior rela-
VI. — El poder de control administrativo sobre los actos tivos a dichas materias. Es el caso de los actos jurídicos del
jurídicos de los concejos municipales no entraña, en ningún alcalde sometidos al poder de control administrativo, y com-
caso, el poder de modificación.
prende la mayor parte de los actos jurídicos de aquel fun-
cionario.
III Por otra parte, el art. 92 enumera limitativamente las
materias con respecto a las cuales los actos jurídicos del al-
El poder de control administrativo sobre los actos jurí- calde se someten al poder jerárquico y no al poder de control
dicos de los alcaldes administrativo: "El alcalde se encarga, bajo la autoridad
de la Administración superior: l 9 ) de la publicación y de la
Durante muchos aSos, el alcalde ha sido exclusivamente ejecución de las leyes y reglamentos; 2 ? ) del cumplimiento
un agente del poder central, como el prefecto y el subprefecto. de las medidas de seguridad general; 3') de las funciones
Sus actos jurídicos, pues, han estado sometidos durante mu- especiales que le confieren las leyes".
chísimo tiempo al poder jerárquico, en las mismas condicio- Trátase de fórmulas demasiado vagas, que han suscitado
nes que los actos jurídicos de los prefectos. Posteriormente, dificultades de interpretación. ¿Cuáles son, de manera pre-
el alcalde se ha convertido en un agente descentralizado, ele- cisa, las materias con respecto a las cuales los actos jurídicos
gido por el concejo municipal entre sus miembros. La ley del del alcalde se someten al poder jerárquico? /.Cuáles son aque-
5 abril 1884 (arts. 73 y 76) consagró esta solución para todos llas materias en las cuales el régimen aplicable es el del poder
los municipios de Francia, con excepción de París. Pero no de control? El problema es delicado.
ha otorgado al alcalde, para todos sus actos, la independencia Generalmente se lo resuelve por la distinción entre inte-
de un agente descentralizado, sino que ha distinguido los ac- reses generales e intereses locales. Para la gestión de los inte-
tos jurídicos que realiza bajo la autoridad de los agentes cen- reses locales, el alcalde se sometería al poder de control; para
tralizados, y los actos jurídicos que lleva a cabo bajo su vigi- la gestión de intereses generales, se aplicaría a los actos del
lancia, bajo su control. La oposición se señala claramente en alcalde el régimen jurídico del poder jerárquico.
los arts. 90, 91 y 92, que clasifican los diferentes actos jurí- Por mi parte, este criterio —aunque se lo admita muy
dicos del alcalde bajo estos dos títulos. Art. 90: "El alcalde comúnmente 146 — me parece muy criticable e incierto. Resul-
se encarga, bajo el control del concejo municipal y la vigilan- to Es el criterio seguido en la instrucción legislativa de 12-20 agosto 3790:
cia de la Administración superior: V) de conservar y admi- "Las municipalidades, en las funciones que son propias del poder municipal,
se someten a la inspección o a la vigilancia de los cuerpos administrativos,
nistrar las propiedades del municipio y de realizar, en conse-
siendo enteramente dependientes de su autoridad en las funciones propias de la
cuencia, todos los actos conservatorios de sus derechos...". Administración general que sólo ejercen por delegación". Esta teoría ha sido
El art. 90 enumera, así, diez categorías de materias en las retomada por todos los autores: LAFERRIÉRE, Jur. adm. et rea. contentieux, 2»
cuales el alcalde se somete al poder de control de los agentes ed., 1896, II, ps. 512 y ss., dice: " E l alcalde actúa de dos diferentes maneras:
centralizados. Subrayemos el párrafo 10, que encarga al al- como delegado del poder central y como representante dé la autoridad muni-
calde, "de manera general, ejecutar las decisiones del concejo cipal". Asimismo, BERTHÉLEMT (Droit adm., 9* ed., 1921, p. 222) expresa:
municipal", y comparémoslo con el art. 61, que da competen- "El alcalde se encarga, bajo la autoridad de la Administración superior, de
cierto número de atribuciones en lo concerniente al interés general... En
cia general al concejo municipal para regular por medio de
cuanto a sus atribuciones principales, el alcalde... se somete únicamente a su
acuerdos "los asuntos del municipio". Además, conforme al vigilancia... El alcalde, como representante del municipio administra... El
154 E L FUNCIONAMIENTO DE LOS SERVICIOS PÚBLICOS
PODERES DE VIGILANCIA 155
b) Nombramiento, por el alcalde, de un concejal, para el do ha aplicado esta idea a las materias de policía154. Es preciso
ejercicio de una determinada competencia. Según los términos generalizar la solución y extenderla a todas las medidas para
del art. 82 de la ley del 5 abril 1884, "el alcalde puede, bajo las que la ley confiere al alcalde un poder de apreciación
su vigilancia y su responsabilidad, delegar por resolución discrecional.
parte de sus funciones". La decisión municipal de "delega- 4?) Cuando el prefecto anula o suspende un acto jurídico
ción", aunque sea ilegal, no puede ser anulada por el prefecto del alcalde, en virtud del art. 95, y da los motivos de su deci-
en virtud del art. 95153. sión —lo que puede no hacer—, el prefecto debe dar razones
39) En materia de policía, el poder de controldebe ejer- de hecho o de derecho exactas. Si se trata de un motivo de
cerse estrictamente, en las condiciones establecidas por la ley. hecho, es preciso que sea materialmente exacto. Si se trata
Por ejemplo, en caso de que el alcalde, mediante un acto le- de un motivo de derecho, debe ser jurídicamente exacto. De lo
galmente realizado, disponga que conviene derogar un regla- contrario, el alcalde podrá impugnar, por exceso de poder,
mento municipal preexistente, la apreciación de la oportuni- la resolución prefectoral de anulación o de suspensión 155 (v.
dad de una medida de esta índole no se somete al poder de supra, p. 134).
control del prefecto; de lo contrario, la independencia otorgada
a los alcaldes en materia de policía por las leyes de descen- II. — Poder de aprobación. — Es excepcional. Ciertos
tralización desaparecería completamente. El Consejo de Esta- actos jurídicos del alcalde sólo son ejecutorios después de la
abril 1884 y su decisión no era de aquellas que corresponde al prefecto anular o 154 Cons. de Est., 12 diciembre 1913, Balayé, " R e c . " , p. 1230: " S i bien
suspender por aplicación del art. 95 de la precitada ley". Acerca de la fórmula el art. 95 de la ley del 5 abril 1884 dispone que el prefecto puede anular o sus-
general empleada por el Consejo de Estado véase las observaciones de la nota pender la ejecución de las resoluciones adoptadas por el alcalde, este derecho
anterior. sólo se ha conferido al prefecto con el objeto de permitirle evitar la aplicación
En el caso commune de Grabéis, 11 abril 1913, " R e c " , p. 392, el Consejo de prescripciones que estime ilegales o inoportunas... La resolución d e l . . . ,
de Estado se preocupa de descartar la desviación de poder: " E l alcalde de por la que el alcalde... dejó sin efecto la de su predecesor —que prohibía
Grabéis al suspender varias veces al señor S. en sus funciones de guarda de las procesiones y otras ceremonias exteriores del culto—, lejos de ordenar una
campo por faltas cometidas en ejercicio de su cargo ha obrado por aplicación medida de policía, hacía desaparecer una prescripción precedentemente dictada.
del artículo (102)... de la ley del 5 abril 1884. Admitiendo que haya abusado Si el prefecto consideraba que el orden público exigía una prohibición, cuya
de los poderes que dicho artículo le concede, las resoluciones impugnadas no utilidad no era ya reconocida por la autoridad municipal, tenía el derecho de
eran de aquellas que corresponde al prefecto anular o suspender, por aplica- pronunciarla en virtud del art. 99 de la misma ley, pero únicamente después
ción del art. 95 de la ley precitada". Cons. de Est., 30 julio 1915, Hérault, de una intimación sin resultado. Al anular la resolución del alcalde d e . . . , en
" R e c " , p. 258. Cfr., sobre esta cuestión, las conclusiones de LEVAVASSEÜR DE virtud del art. 95 —en lugar de proceder de conformidad al art. 99—, el pre-
PREOOURT, comisario del Gobierno, en su dictamen presentado al Consejo de fecto ha hecho una falsa aplicación del art. 95, y, por consiguiente, el alcalde...
Estado, 13 julio 1883, ville de Bourges, " R e c " , p. 642, y "Revue Gen. d'Adm.", tiene derecho a sostener que la decisión del prefecto,.. está viciada de exceso
setiembre 1892, t. 45, p. 42. de poder".
153 Cons. de Est., 7 diciembre 1917, Masson, " R e c " , p. 791. Se trataba 155 Cons. de Est., 11 abril 1913, ville de Toulouse, " R e c " , p. 389: " P o r
de una delegación hecha a un concejal, maestro público, del servicio de ins- esta resolución, el prefecto..., para anular una decisión del alcalde..., se ha
trucción pública: " S i bien este derecho (de delegación, inserto en el art. 82) fundado únicamente en que esta última atentaba contra los derechos que para
está limitado por ciertas prescripciones contenidas en la ley municipal o en la sociedad (de limpieza de pozos negros) resultaban de una autorización
leyes posteriores, ninguna disposición legislativa otorga al prefecto el poder de dada por el prefecto en virtud de los poderes que le correspondían en materia
asegurar directamente la observancia de los mencionados preceptos; en es- de policía de la navegación y conservación del dominio público. El alcalde, al
pecial, las resoluciones dictadas por el alcalde en esta materia no se hallan dictar su resolución, había obrado en virtud de los derechos que le concede la
entre aquellas cuya anulación puede pronunciarse o su ejecución suspenderse, ley del 5 abril 1884, para asegurar la salubridad pública en la aglomeración
por aplicación del art. 95 de la ley del 5 abril 1884. Si el prefecto considera- urbana, por lo que no había usurpado los poderes del prefecto, y, por tanto,
ba que la resolución por la que el alcalde ha delegado en el señor L. una parte su decisión no merecía la anulación de que fué objeto. De ahí se desprende
de sus funciones, estaba viciada de ilegalidad, le correspondía deferirla al Con- que él prefecto... ha hecho una falsa aplicación de la ley del 5 abril 1884, y
sejo de Estado. Pero de lo que precede se desprende que al pronunciar por sí que, en consecuencia, el alcalde... está autorizado para sostener que la resolu-
mismo la anulación, el prefecto ha excedido sus poderes". ción (prefectoral)... está viciada de exceso de poder".
160 EL FUNCIONAMIENTO DE LOS SERVICIOS PÚBLICOS PODERES DE VIGILANCIA 161
aprobación de un agente centralizado, que, por lo general, es IV. — El poder de control sobre los actos jurídicos del
el prefecto. Por ejemplo, según el art. 88 de la ley de 1884, el alcalde no importa el poder de modificación168. Hay, por otra
alcalde "puede hacer prestar juramento y comisionar a los parte, dificultades sobre la significación precisa del término
agentes por él nombrados, pero con la condición de que sean "modificación". La anulación de un artículo de un reglamento,
aceptados por el prefecto o el subprefecto". Asimismo, confor- o de un párrafo de un reglamento ¿constituye una modifica-
me al art. 102, "los guardas de campo los nombra el alcalde, ción? Se trata de una cuestión de hecho, que debe resolverse
y deben ser aceptados y comisionados por el subprefecto o por caso por caso; ello depende, en efecto, del cambio introducido
el prefecto en el distrito que corresponde a la cabecera". Según en la economía general del reglamento. "Si la resolución con-
el art. 103, "en todos los municipios, los inspectores de policía, tiene disposiciones distintas, no solidarias entre ellas, el pre-
los brigadieres y subbrigadieres y los agentes de policía nom- fecto puede anular unas y dejar que las otras reciban ejecu-
brados por el alcalde, deben ser aceptados por el subprefecto ción ; el derecho de anulación parcial no se confunde entonces
o por el prefecto". con el derecho de modificación y de enmienda"158.
III. — Poder de actuar en lugar del alcalde. — Este poder
se halla incluido, en términos muy generales, en el art. 85 de V. — El alcalde tiene el medio jurídico de defender su
la ley del 5 abril 1884, que dispone: "En caso de que el alcal- independencia con respecto al prefecto y a los agentes centra-
de se rehusase o descuidase realizar alguno de los actos que le lizados, mediante el recurso por exceso de poder deducido ante
indica la ley, el prefecto puede —luego de haberlo requerido— el Consejo de Estado en lo contencioso160.
proceder de oficio por sí mismo o por un delegado especial".
El art. 99 confirma este poder para el caso de policía. El pre-
fecto tiene facultad de dictar reglamentos de policía para un
municipio "en todos los casos en que no los hubiesen dictado 158 Cons. de Est., 20 abril 1883, de Bastard. Cons. de Est., 6 abril 1900,
commune de Jargeau, " E e c " , p. 270: " L a policía municipal corresponde al
las autoridades municipales". Sin embargo, el prefecto sólo alcalde y los poderes que le confiere en esta materia el art. 9 7 . . . se ejercen, no
podrá ejercer este derecho con respecto a un solo municipio, bajo la autoridad, sino bajo la vigilancia de la Administración superior, la qae
después de una intimación al alcalde hecha sm resultado159 sólo puede anular las resoluciones adoptadas por el alcalde o suspender su eje-
cución. . . Por resolución... el alcalde ha prohibido a todas las sociedades
(v., también, supra, p. 158). musicales o corales... actuar en la vía pública sin la pertinente autorización.
La jurisprudencia interpreta el art. 85 con mucha am- Por la decisión impugnada, el prefecto... sólo ha suspendido la resolución del
plitud, siguiendo, por lo demás, el ejemplo de la propia ley alcalde en lo que concierne a la sociedad musical de Jargeau... y ha concedido
de 1884, que hace aplicaciones múltiples de la idea general a dicha sociedad la autorización para actuar en la vía pública, el 20 de octubre.
Al dictar esta decisión individual y al conferir esta autorización, el prefecto
inserta en el mencionado precepto. Art. 98, in fine: "Los rer- no ha usado del poder de vigilancia jerárquica que le corresponde, sino que hsí
misos de tránsito... pueden, en caso de negativa del alcalde cometido una usurpación de los poderes de policía del alcalde, estando su deci-
no justificada por el interés general, ser concedidos por el sión viciada de exceso de poder". Cons. de Est., 10 marzo 191G, Marchand,
prefecto". Art. 152: "El alcalde sólo puede dar órdenes de " E e c " , p. 113: Un alcalde suspendió por un mes a un brigadier de policía,
en virtud del art. 103 de la ley del 5 abril 1884. El prefecto no puede prolongar
pago. Si se rehusase a ordenar un gasto regularmente autori- la suspensión a tres meses, pues ello equivaldría a reformar el acto del alcalde.
zado y líquido, lo autorizaría el prefecto oído el Consejo de El prefecto sólo puede usar su poder de destitución de los agentes de policía: •
prefectura, y la resolución prefectoral reemplazaría la orden " S i bien el prefecto tiene el derecho exclusivo de destituir a los agentes de la '
policía municipal, sólo corresponde al alcalde decretar su suspensión. Por tanto,
del alcalde"1*1. al suspender en sus funciones al señor M., brigadier de la policía municipal...,
«1 prefecto ha invadido indebidamente la competencia del alcalde... Por con-
156 El Consejo de Estado ha hecho una interesante aplicación de esta siguiente, su resolución está viciada de incompetencia".
regla: 19 julio 1918, Berthoin, " E e c " , p. 732. 159 LAFERRIÉRE, Jur. adm. et rec. contentieux, 2* ed., 1896, n, ps. 513 y 514.
157 Cons. de Est., 26 marzo 1915, commune de Pouzac, " E e c " , p. 102. 160 Véase supra, toda la jurisprudencia arriba mencionada.
164 E L FUNCIONAMIENTO DE LOS SERVICIOS PÚBLICOS COLABORACIÓN DE PARTICULARES EN SERVICIOS PÚBLICOS 165
Así, el enganche militar voluntario es realmente un acuer- 3*) el acuerdo bilateral de voluntades debe referirse a un
do bilateral de voluntades, pero no es un contrato. No crea objeto determinado, posible y licito;
una situación jurídica individual, sino que aplica a un indi- 49) las voluntades deben ser determinadas por un fin
viduo una situación jurídica general e impersonal; inviste al lícito.
enganchado de un status legal y reglamentario. Por ello, el
enganche militar voluntario —acuerdo de voluntades— no es
un contrato 2 . SECCIÓN II
dicha; este término "obediencia" recuerda un régimen polí- que si el individuo no suministra la prestación que se le re-
tico desaparecido, ideas perimidas sobre la misión de los go- clama, se empleará contra él la fuerza. Pero la idea de fuerza
bernantes, sobre la noción de Estado. La noción de rey abso- se relega, cada vez más, al segundo plano. De hecho, los indi-
luto, investido de derechos personales sobre su pueblo, repug-
viduos prestan su colaboración desde el momento en que ella
na hoy a la conciencia de los individuos. La noción de Estado,
se les solicita, sin que sea necesaria la compulsión. El recurso
ser sobrehumano, investido de los derechos que se asignaba
a la violencia es completamente excepcional. Por ejemplo, la
a los reyes absolutos, no es más satisfactoria 4 .
inmensa mayoría de los individuos sometidos a las obliga-
Lo que se llamaba en otro tiempo la obediencia a las ciones militares, se presentan espontáneamente a los agentes
órdenes del rey, lo que actualmente se denomina la obediencia públicos para cumplir el servicio militar, sin que sea necesa-
a las órdenes de la autoridad, se manifiesta en la colaboración rio enviar los gendarmes para buscarlos. Los individuos cita-
de los individuos en el funcionamiento de los servicios pú- dos ante la justicia como testigos, comparecen ante el tribunal
blicos5. Sin duda, hay colaboración forzosa, en el sentido de sin ser obligados por la fuerza, etc. Lo verdadero es que "el
4 En su admirable libro sobre Les transformations du droit public (París, garrote está detrás de la puerta". Pero a medida que la ins-
1913), DUGUIT ha puesto en relieve la perturbación producida en la mentalidad trucción pública y la educación cívica se desarrollan, los indi-
de los hombres, al menos en Francia. Señala, en una síntesis sorprendente, el
antiguo credo, que muchos todavía siguen profesando (p. XII) : " L a nación viduos conocen mejor lo que es un servicio público, como asi-
tiene una personalidad distinta de la de los individuos que la componen. Como mismo las razones de interés general por las cuales ciertos
tal, tiene una voluntad que es naturalmente superior a las voluntades indivi- agentes públicos dirigen injonctions a las que las personas
duales, puesto que la colectividad es superior al individuo. Esta superioridad,
es la soberanía o poder público. La nación se organiza. Constituye un gobierno
deben conformarse 6 ; la idea de fuerza —razón última— se
que la representa, que manda por ella y que ejerce, así, en nombre de la nación, pierde de vista. Los agentes públicos resultan, cada vez más,
ia soberanía de la que sigue siendo titular inmutable. La nación soberana y individuos que, empleados en los servicios públicos cuyo fun-
organizada en gobierno, establecida sobre determinado territorio, es el Estado. cionamiento desean los administrados, dicen lo que interesa
No siendo el Estado más que la nación organizada, es titular de la soberanía,
del poder público, que es para él un derecho subjetivo. En virtud de este derecho que cada uno haga para que el servicio público funcione en las
ordena a los particulares. Los mandatos que formula no son más que el ejercicio mejores condiciones, o sea, de la manera regular y continua
de este mismo derecho. Los particulares son al mismo tiempo ciudadanos y su- en que quieren los individuos que funcione. Es por eso que las
jetos: ciudadanos, porque son parte componente de la colectividad nacional,
que detenta la soberanía; sujetos, puesto que se subordinan al gobierno que, expresiones "soberanía", "poder público", "autoridad", "man-
en nombre de la nación, ejerce la soberanía. El derecho público es el conjunto dato", "orden", "obediencia", suenan cada día peor en un
de las reglas que se aplican en lo referente a la organización del Estado y a medio democrático; que se prefieren las palabras reglamento
las relaciones de este último con los particulares. Estas relaciones existen entre
dos sujetos de derecho que no son iguales, entre un superior y sus subordinados, o prescripción a los términos ordenanza u orden, y que la
entre una persona jurídica que imparte órdenes y otras que deben obedecerlas. expresión sujeto se ha sustituido en los Estados democráticos
Ya per eso, este sistema de derecho público es esencialmente subjetivista, puesto por el término ciudadano.
que considera que el derecho subjetivo de mandar pertenece al Estado persona".
5 DUGUIT, Les transformations du droit public, op. cit., p. xvi: " S e com- « DUGUIT, Les transformations du droit public, op. cit., p. XVIII: "Hoy,
prende ahora que el derecho de poder público no puede explicarse por una ya no se pide únicamente a los gobernantes que aseguren los servicios de guerra,
delegación divina. Se comprende también que ya no se explique por una delega- de policía, de justicia, sino también que organicen y hagan funcionar toda una
ción nacional, que la voluntad nacional no es sino una ficción, pues en realidad serie de servicios industriales e impidan que se interrumpan aunque sea por
ella sólo es —por más que se haga— la voluntad de algunos- individuos, y, un solo instante. Esta obligación general, que la conciencia moderna impone a;
aunque fuese una voluntad unánime, sólo sería la voluntad de un conjunto de los gobernantes, se halla en flagrante contradicción con la noción de soberanía.'
personas, es decir, una voluntad individual que no tendría derecho de imponerse Lo que aparece en primer plano, no es ya el poder de mandar, sino la obligación
al que se rebelase contra ella. Se ha comprendido, así, que el Contrato social de de obrar prácticamente. Si se reconoce un poder a los gobernantes, ello ya no
JUAN JAOOBO EOUSSEAU —que ha entusiasmado a muchas generaciones de hom- sucede en virtud de un derecho primario de poder público, sino en razón de los
bres— en cuyo nombre se ha hecho la Eevolución, no es, tras el brillo del estilo, deberes que les incumben; por consiguiente, este poder sólo existe en la medida
más que un tejido de sofismas". en que ellos cumplen estos deberes. Estas actividades cuya realización se im-
pone a los gobernantes, representan el objeto mismo de los servicios públicos".
170 E L FUNCIONAMIENTO DE LOS SERVICIOS PÚBLICOS
COLABORACIÓN DE PARTICULARES EN SERVICIOS PÚBLICOS 171
Desde su creación, el Tribunal de Conflictos, por decisión derecho privado, que, como hemos dicho, ha penetrado igual-
del 1" febrero 1873, Blanco ("Rec", 1873, 1er. suplemento, mente en el derecho público moderno, no permite —salvo que
p. 51), retomó esta tesis y la hizo triunfar definitivamente. un principio superior impida su aplicación— que un ciuda-
"La acción intentada por el señor Blanco tiene por objeto dano sufra más que los otros los actos de la autoridad pú-
hacer declarar al Estado civilmente responsable, por aplica- blica que se estiman realizados en interés de todos".
ción de los arts. 1382, 1383 y 1384 del Código Civil, del daño El principio de que las teorías del derecho privado deben
resultante de la herida que su hija habría sufrido por el hecho conciliarse con las necesidades del buen funcionamiento de
de obreros de la Administración de tabacos. La responsabili- los servicios públicos —desarrollado primeramente para la
dad que puede incumbir al Estado, por los daños causados a
responsabilidad delictual— se ha aplicado de inmediato a
los particulares por el hecho de las personas que emplea en
muchos otros problemas del derecho público, lo que demuestra
el servicio público, no puede regirse por los principios esta-
blecidos en el Código Civil para las relaciones de particular a su alcance general.
particular. Esta responsabilidad no es general ni absoluta. He aquí, entre nosotros11, algunos ejemplos, sobre los que,
Tiene sus reglas especiales que varían según las exigencias por lo demás, convendrá volver más adelante: teoría general
del servicio y la necesidad de conciliar los derechos del Esta- de los contratos administrativos, teoría de los acuerdos de
do con los derechos privados. Por tanto, . . . la autoridad ad- voluntades no contractuales, teoría de la repetición de lo in-
ministrativa es la única competente para conocer en ella". debido en derecho público, etc.
Hoy el principio es indiscutido. Los jurisconsultos del
Consejo de Estado desarrollan las razones que lo justifican. § 2
El derecho privado —escribía LAFERRIÉRE a fines del siglo
xix— "prevé las relaciones de derecho civil que se establecen Los contratos administrativos
entre las personas privadas, cuando una de ellas solicita la
colaboración de otra para su servicio personal o para sus Se entiende por esta expresión los contratos celebrados
negocios, y no las relaciones muy diferentes que se establecen por la Administración para asegurar el funcionamiento de
entre el Estado y quienes están investidos de una parte del los servicios públicos.
poder público, a fin de coadyuvar al interés general"®. El derecho público francés no aplica pura y simplemente
En 1906, TEISSIER, maitre des requétes del Consejo de las reglas del derecho privado a los contratos administrativos
Estado, desarrollaba —a propósito de la teoría de la respon- celebrados para el funcionamiento de los servicios públicos;
sabilidad— argumentos que tienen un alcance completamente concilia estas reglas con la idea fundamental de que ellas no
general 10 . "Los arts. 1382 y ss. (del Código Civil) no son deben contrariar, sino, por el contrario, facilitar el funciona-
como esas disposiciones arbitrarias de la ley escrita, que exis- miento regular y continuo de los servicios públicos. En 1920,
ten por la sola voluntad del legislador; son consecuencias di- resumiendo la jurisprudencia elaborada por el Consejo de
rectas y necesarias del principio superior de equidad que do-
mina todo el derecho, que es la base, puede decirse, de toda 11 Toda la teoría del dominio público, de creación jurisprudencial, está
sociedad organizada, y en virtud del cual todo daño causado dominada por el principio fundamental estudiado en el texto. Es el régimen de
obliga a su autor a repararlo. El principio fundamental del la propiedad privada, modificada en numerosos puntos por las necesidades del
buen funcionamiento de los servicios públicos. La teoría de la expropiación
indirecta se rige también por el mismo principio fundamental (incorporación
9 LAFERRIÉRE, Traite de la juridiction administrative et des recours con-
tentieux, 2* ed., 1896, I, p. 677. de derecho, a la obra pública, de parcelas pertenecientes a los particulares y
10 G. TEISSIER, La responsábilité de la puissance publique, 1906, p. 49, n* 52. sobre las cuales la Administración ha edificado por error), etc.
COLABORACIÓN DE PARTICULARES EN SERVICIOS PÚBLICOS 177
176 E l i FUNCIONAMIENTO DE LOS SERVICIOS PÚBLICOS
I. — Convención de afectación de inmuebles dominicales esperaban, no debe mantenerse la afectación. Las cosas de los
a título gratuito en favor de una asociación privada que patrimonios administrativos no están a disposición de los
persigue una finalidad de interés general14. agentes públicos, para que hagan actos de liberalidad a los
particulares; sólo deben servir para la realización de fines
I. — "En todos estos casos —escribe LAFERRIÉRE 1 8 — de interés general 16 . Ahora bien; el poder de apreciar lo que
existe un concurso de voluntades entre la autoridad pública el interés general exige, no puede ser trabado jurídicamente1"1.
y el beneficiario, y el goce del inmueble dominical puede ser
objeto de diversas estipulaciones".
II. — A estas convenciones de afectación de inmuebles
¿Cuál es el régimen jurídico aplicable? Algunos han bus-
dominicales en favor de los establecimientos privados, cabe
cado analogías en el derecho privado. "Si se quisiese encontrar
asimilar las concesiones perpetuas de inmuebles para un servi-
en el derecho privado algo análogo a la afectación adminis-
cio público. Se les llama también concesiones gratuitas. E j . :
trativa —dice LAFERRIÉRE—, no cabría detenerse en la idea
el decreto del 9 abril 1811 establece: "Concedemos gratuita-
de contrato a título oneroso (porque la afectación es esen-
mente a los departamentos, distritos o municipios, la propie-
cialmente gratuita), ni en la de donación o de constitución
dad plena de los edificios y construcciones nacionales actual-
de usufructo, sino más bien en la de préstamo de uso o como-
mente ocupados para el servicio de la administración de las
dato, con facultad para el Estado prestamista de retomar a
cortes y tribunales y de la instrucción pública". Su naturale-
voluntad la disposición de la cosa prestada. Más vale recono-
za jurídica y las reglas aplicables fueron objeto de discusio-
cer, no obstante, que se trata de un acto sui generis, propio
nes : "¿ Podría decirse —escribe LAFERRIÉRE 18 — que estos actos
del derecho administrativo y sin analogía con el derecho pri-
son donaciones asimilables a las del derecho civil?".
vado. De ahí el carácter esencialmente administrativo que le
ha reconocido la jurisprudencia, y que tiene por consecuencia Una gran diferencia evidente es que no siempre existe
reservar exclusivamente a la jurisdicción contenciosa la inter- acuerdo de voluntades. Tal es el caso del decreto del 9 abril
pretación de los actos de afectación o de desafectación, la 1811. Aun cuando haya acuerdo bilateral de voluntades, la
apreciación de su validez y la discusión de los derechos y analogía con la donación del derecho privado, no es más que
obligaciones que de ellos derivan". aparente. "Se desconocería así —dice justamente LAFERRIÉ-
¿Por qué, en esta hipótesis, se modifican las reglas del I « Esta cuestión ha dado lugar a un proceso célebre que ha durado Veinte
derecho privado? Porque la afectación tiene necesariamente años: el del Instituto de los hermanos de las Escuelas cristianas y la ciudad
su compensación directa en el funcionamiento de los servicios de P a r í s : Tribunal civil del Sena, 7 enero 1885; Cons. de Est., 17 junio 1887,
ville de Taris, " K e c . " , p . 473, con las conclusiones del comisario del Gobierno,
públicos. Estas afectaciones de inmuebles a título gratuito LEVAVASSEUR DE PRÉCOURT; Tribunal de Conflictos, 12 julio 1890, " R e c " ,
son un medio de fomentar las obras y establecimientos pri- p. 675, con una nota que sintetiza las conclusiones del comisario del Gobierno,
vados que persiguen un propósito de interés general, parale- LOUBERS; Trib. civil del Sena, 2 enero 1896; Corte de apelación de París, 6
lamente a un servicio público. Se trata de una subvención en diciembre 1899; Corte de Casación (Cám. civil), 7 febrero 1901 (estas tres
ultimas decisiones se han publicado en " D a l l o z " , 1902, 1, 1 0 5 ) ; Corte de
especie hecha a un establecimiento, teniendo en vista un servi- apelación de Bouen, 22 junio 1905; Corte de Casación (Beq.), 5 diciembre
cio de interés general. Desde el momento en que los agentes pú- 1906 ( " D a l l o z " , 1907, 1, 249, con una nota de PLANIOL). Sobre este proble-
blicos competentes consideren que el establecimiento benefi- ma, consúltese: GASTÓN J É Z E , Les principes généraux du droit administratif, i
2* ed., 1914, i, ps. 278 y ss.
ciario ya no rinde al servicio público los servicios que de él se
17 No han advertido esta idea la mayoría de las jurisdicciones o de los
juristas que se han ocupado del caso del Instituto de los hermanos de las
14 GASTÓN JÉZE, Les principes généraux du droit administratif, 2» ed., Escuelas cristianas.
1914, i, ps. 275 y ss.
18 LAFERRIÉRE, Traite de la juridictiqn adm. et des recours contentieux, 2*
15 LAFERRIÉRE, Jur. adm. et rec. cont., 2» ed., 1896, i, ps. 610 y ss. ed., 1896, i, p . 606.
180 E L FUNCIONAMIENTO DE LOS SERVICIOS PÚBLICOS
COLABORACIÓN DE PARTICULARES EN SERVICIOS PÚBLICOS 181
BE 1 9 — la parte que corresponde en estas decisiones al Estado yes mediante reglamentos o decisiones, sino que estipula como
poder público más todavía que al Estado propietario. El do- representante del Estado propietario y enajena, por una con-
minio sólo es, en semejante caso, un medio de acción para el vención del derecho civil, una parte de su dominio. Este acto
Gobierno, porque la idea dominante es la de dotar y desarro- no es un acto de autoridad, sino un contrato perfeccionado
llar los servicios públicos, y no de enriquecer a los beneficia- por el concurso de dos voluntades; los problemas de propiedad
rios de la liberalidad". El carácter administrativo de estas con- a que dan lugar las relaciones de este acto con los derechos
cesiones, y la incompetencia de la autoridad judicial para de terceros, son de competencia de los tribunales judiciales" 28 .
conocer en su contencioso, se reconocen desde hace mucho
Pero esta teoría no ha prevalecido. El Consejo de Estado
tiempo en una jurisprudencia concordante de la Corte de Ca-
y el Tribunal de Conflictos han puesto de relieve el vínculo
sación, Consejo de Estado y Tribunal de Conflictos. Estos
esencial existente entre estos actos y un servicio público.
actos "son administrativos tanto por su naturaleza como por
su origen", expresa un pronunciamiento de la Corte de Casa- Estas concesiones de incrementos futuros no solamente
ción, del 2 de marzo 1870, ville de Bapaume20. "No contienen persiguen una finalidad de interés general, sino que además
más que concesiones administrativas que, por lo demás, sólo su ejecución tiene necesariamente su contrapeso en el funcio-
se han hecho para satisfacer las necesidades de los servicios namiento de un servicio público. El concesionario va a reali-
públicos", dice también el Tribunal de Conflictos, en una deci- zar obras sobre la orilla del mar o en el mar, sobre las már-
sión del 12 diciembre 1874, ville de Paris21. genes de un río o en un río. Estos trabajos pueden obstaculizar
el funcionamiento del servicio público de tránsito, en el cual
II. — Concesión de incrementos futuros la orilla del mar y el río navegable tienen un papel esencial.
De esta idea, el Consejo de Estado y el Tribunal de Conflictos
Se denominan así los acuerdos bilaterales de voluntades han sacado la consecuencia de que las reglas del derecho pri-
por los que un agente público autoriza a un particular o a una vado debían modificarse24.
sociedad a ocupar partes del dominio público (orilla del mar,
28 " S i r e y " , 1848, 1, 350. La misma fórmula se halla en: Casación, Cám.
curso de agua navegable o flotable), y a construir allí diques civil, 8 enero 1861, Pradeau, " S i r e y " , 1861, 1, 130.
u otras obras destinadas a favorecer la formación de aluvio- 24 El objeto de estas convenciones —expresa LAFERRIÉRE, op. cit., i,
nes; una vez formado el aluvión, se convertirá en propiedad p. 608—, es decir, la toma de posesión eventual de terrenos ganados al mar o a
privada del particular o de la sociedad22. La Corte de Casa- los ríos, podría no realizarse jamás, si no se diesen al concesionario los medios
ción había resuelto, por fallo del 2 mayo 1848, préfet du Mor- de asegurar ello mediante obras hechas sobre el dominio público. No estamos,
pues, en presencia de un simple acto de g e s t i ó n . . . sino ante un acto administra-
bihan, que este acuerdo bilateral de voluntades era una com- tivo, que a pesar de su conexión con las estipulaciones contractuales no escapa
praventa de derecho privado: "Cuando el Gobierno, autori- a la competencia judicial... No se podría, por lo demás, negar el carácter de
zado por una ley, concede una parte del dominio público o del acto administrativo a una autorización para ocupar el dominio público y
dominio del Estado, no aparece en el acto respectivo como realizar obras en él; estas clases de autorizaciones no emanan del Estado pro-
pietario, puesto que el lecho de los ríos y las orillas del mar no le pertenecen;
poder administrativo que procura el cumplimiento de las le- emanan del Estado poder público, que ejerce su autoridad propia sobre las
cosas de este dominio, inalienables e imprescriptibles". Por mi parte, apruebo la '
l» Op. y loe. cits. solución, pero no adopto ni esta terminología oscura, ni estas explicaciones y
20 " S . " , 1871, 1, 161. E n 1844, la Corte de Casación había admitido una estas fórmulas misteriosas e ininteligibles " p o d e r público que ejerce su auto-
solución contraria y hablado de donación. Casac., 6 mayo 1844, ville de Pau, ridad p r o p i a " . Resulta más simple y más claro demostrar que estos acuerdos
" S . " , 1844, 1, 691. bilaterales de voluntad afectan a un servicio público (orilla del mar, río) y
21 " K e c . " , 1874, p . 993, con las conclusiones de DAVID. que, por consiguiente, deben necesariamente tener en cuenta las necesidades del
22 LAPEBRIÉRE, Jur. adm. et rec. contentieux, 2* ed., 1896, i, p . 608. buen funcionamiento de estos servicios.
182 E L FUNCIONAMIENTO DE LOS SERVICIOS PÚBLICOS COLABORACIÓN DE PARTICULARES EN SERVICIOS PÚBLICOS 183
se trate de los empleados y obreros de un concesionario de Todos reconocen en la actualidad que las necesidades del
servicio público —empleados y obreros que, sin embargo, no buen funcionamiento del servicio público militar son incom-
son agentes públicos—, cuando así lo exigen las necesidades patibles con la aplicación pura y simple de las reglas del
del buen funcionamiento de un servicio público29. Es lo que derecho privado, sobre locación de servicios. No obstante, to-
resolvió el Consejo de Estado a raíz de la huelga de los obreros davía en 1878, la Corte de Casación, cámara civil, sostenía lo
ferroviarios de 1910, huelga que fué desbaratada por la movi- contrario 32 . No tenía en cuenta el funcionamiento de un servi-
lización de dichos obreros ordenada por el ministro de Guerra: cio público; consideraba al Estado como "simple parte con-
"Al convocar, durante una huelga y por un período de servicio tratante".
de 21 días a cumplir bajo el régimen militar, a los empleados LAFERRIÉRE protestó con razón contra esta manera de
y obreros de la Compañía de los ferrocarriles del N o r t e . . . y ver33, hoy abandonada. El Consejo de Estado, en el caso
el ministro de Guerra ha entendido asegurar la continuidad Chirac, 16 julio 1920, ha señalado muy claramente que el en-
del servicio ferroviario, cuyo funcionamiento regular e inin- ganche militar no era un contrato 34 , y que las reglas del dere-
terrumpido es, en cualquier época, indispensable para la se- cho privado no eran aplicables 35 . Un oficial enganchado vo-
guridad del territorio y para la defensa nacional".
entre el enganchado y el Estado, contrato que se vincula estrechamente con el
II. — Alistamiento militar voluntario acto de alistamiento; es una condición necesaria puesto que el Estado no
podría imponer, en virtud de la ley, el servicio que le ofrece libremente el en-
El Consejo de Estado ha terminado por reconocer que el ganchado voluntario, o el militar que contrata un reenganche".
acuerdo de voluntades —llamado alistamiento militar volun- 32 Casac. civ., 10 diciembre 1878, Garnier, "Sirey", 1879, 1, 222 y las
tario— no es un contrato. El mencionado cuerpo ya no habla conclusiones de DESJARDINS: " E l contrato de alistamiento militar es una con-
vención Tbremente consentida por parte del enganchado que se compromete res-
más de contrato, como lo hacía en otro tiempo 30 según los des- pecto al Estado y en la cual lo Administración estipula como simple parte con-
arrollos de LAFERRIÉRE 31 . tratante, sin estatuir ni disponer ordenando como autoridad pública. Ninguna
disposición especial de la ley ha quitado a los jueces civiles el derecho de cono-
20 Conclusiones de HELBRONNER, en su dictamen ante el Cons. de Est., 18 cer en esta materia, que se rige, en cuanto a la forma, por el art. 50 de la ley
julio 1913, Syndicat national des chemins de fer, " E e c " , p. 881: "Los de- del 27 julio 1872, que se limita a tomar del Código Civil las principales forma-
rechos respectivos de los agentes de los ferrocarriles y de las Compañías, en lidades de que está rodeado el mencionado contrato, sin derogar en lo más
la ejecución o la ruptura del contrato de trabajo —declaraba el comisario del mínimo las reglas especiales de la competencia. Finalmente, el decreto del 30
Gobierno—, están dominados singularmente por la necesidad de asegurar ante noviembre 1872, que no ha podido ni querido crear una jurisdicción excepcio-
todo la vida nacional. No cesaremos de repetirlo: antes que los derechos de los nal en beneficio del ministro de Guerra, deja intacta la competencia de los
individuos y los intereses de los sindicatos profesionales o de las sociedades tribunales ordinarios, para eliminar las cuestiones contenciosas concernientes a
comerciales, están los derechos de la colectividad, el interés general de la na- la valides del contrato de que se trata, entre la autoridad militar y el engan-
eión francesa, el derecho que tiene un país para no permitir que se atente chado ' ' .
contra sus fuerzas y de hacer uso, para conseguir esto, de todas las armas que 33 LAFERRIÉRE, op. cit., i, p. 616: " L a verdad es que el Estado sólo contra-
las leyes le proporcionan. Que los agentes y obreros de las Compañías ferro- ta aquí porque alista. Realiza una operación de reclutamiento, que es en
viarias, como asimismo las Compañías que los emplean, comprendan, pues, que primer lugar un acto del poder público, y que lo sigue siendo no obstante los
sus intereses particulares —por respetables que sean— se subordinan por com- elementos contractuales que vienen a asociársele. De ahí resulta una profunda
pleto a este interés superior de la defensa nacional, que aquí viene a fijar la diferencia entre los enganches en el ejército y la marina militar, y los engan-
extensión de sus deberes y el límite de sus derechos". ches en la marina mercante. Los primeros son contratos administrativos, por- '
30 Cons. de Est., 29 marzo 1917, Péchin ( " E e c . " , p. 264; " E . D. P . " , que se vinculan estrechamente con el ejercicio del poder público; los segundos,
1917, p. 269, con las conclusiones del comisario del Gobierno, CORNEILLE) : son contratos de derecho común, pues en el reclutamiento de las tripulaciones
" E n estas circunstancias, el contrato de alistamiento se halla definitivamente de los barcos mercantes no interviene dicho poder".
concluido''. 34 " E . D. P . " , 1920, p. 537.
31 LAFERRIÉRE, Jur. adm. et rec. cont., 2* ed., 1896, i, p. 614. El recluta- 85 El comisario del Gobierno, CORNEILLE, en sus conclusiones ( " E . D. P . " ,
miento del ejército —decía LAFERRIÉRE— se realiza mediante llamamientos, o 1920, ps. 533 y ss., y, en especial, ps. 535 y ss.), ha sido muy categórico: " U n a
por alistamientos voluntarios. " E n este último caso se celebra un contrato vez que el acuerdo de voluntades ha llegado a ser efectivo, la situación jurídica
186 E L FUNCIONAMIENTO DE LOS SERVICIOS PÚBLICOS COLABORACIÓN DE PARTICULARES EN SERVICIOS PÚBLICOS 187
luntariamente sostenía que, habiéndose alistado por el tiempo preocupándoos, como lo habéis hecho en materia de responsa-
que durase la guerra, tenía derecho —en virtud de las reglas bilidad cuasidelictual, de conciliar los derechos del Estado y
del derecho privado sobre contratos— a seguir prestando los principios generales de equidad, y de aplicar las reglas del
servicios hasta la cesación de las hostilidades. El Consejo de Código Civil, sólo cuando ello resulta compatible con las ne-
Estado rechazó esta tesis. La expresión "contratar un engan- cesidades de la vida colectiva, que no podéis olvidar dada vues-
che por la duración de la guerra" "no implica —ha dicho el tra misión de tribunal administrativo supremo". Combinando
Consejo de Estado— que el Estado se comprometa, respecto estas ideas, el Consejo de Estado ha construido una teoría de
a los enganchados voluntarios por toda la duración de la gue- la repetición de lo indebido en derecho público, que se aparta
rra, por estipulaciones sinalagmáticas que le obligarían a man- un poco de la admitida en derecho privado 37 .
tener efectivamente bajo banderas a los enganchados hasta Tal es la línea general de conducta adoptada por la juris-
la fecha de la cesación legal de las hostilidades. Significa prudencia del Consejo de Estado.
únicamente que esos enganchados se someten, hasta dicha fe- Corresponde estudiar más particularmente su aplicación
cha, a las mismas obligaciones y al mismo estatuto militar a la teoría general de las manifestaciones unilaterales o bi-
que los individuos convocados por la orden de movilización laterales de la voluntad.
general. El ministro de Guerra, al disponer la baja del señor
G., en el mes de marzo de 1919, al mismo tiempo que la de
todos los militares de su categoría, no ha hecho más que usar
legalmente de los derechos que la ley le confiere para la utili- SECCIÓN IV
zación de los efectivos. Por consiguiente, no ha cometido nin-
gún exceso de poder". APLICACIÓN DEL PRINCIPIO GENERAL A LA TEORÍA DE
LOS ACTOS JURÍDICOS DEL DERECHO PÚBLICO
§ 5
Repetición de lo indebido en derecho público Cuando un agente público solicita y obtiene de un par-
ticular su colaboración voluntaria o forzosa para el funcio-
En el caso Olive, resuelto por el Consejo de Estado el 23
37 Las Jabonerías Henri Olive demandaban al Estado el reembolso de la
noviembre 192136, el comisario del Gobierno, RIVET, expresó: suma de alrededor de 43.000 francos que se habría exigido indebidamente a
"Si resulta interesante para vosotros conocer las aplicaciones dicha sociedad, como condición puesta a la autorización para importar a Fran-
que, del Código Civil, hacen los tribunales judiciales, en ma- cia —por derogación de las prohibiciones en vigor— 540 barriles de ácido
teria de pago de lo indebido, no podéis olvidar que no se trata graso de sebo animal. El Consejo de Estado, sin dejar de reconocer que la per-
cepción de los 43.000 francos por el Tesoro era ilegal, rechazó la demanda de
de resolver un litigio entre particulares, sino una controversia restitución. " L a s autorizaciones que la Administración debe conceder a los
en la que el Estado es parte, y que por lo tanto vuestra deci- ciudadanos, no podrían someterse directa o indirectamente a gravámenes fis-
sión puede inspirarse en principios diferentes. En el terreno, cales no establecidos por la ley. De ahí se desprende que la obligación contraída
por la Sociedad recurrente con respecto a la Administración, para que se le
bastante nuevo, del cuasicontrato, al que este asunto os con- permitiese importar sus mercaderías, se fundaba en una cláusula ilícita. Pero
duce, sois dueños de vuestra jurisprudencia. Os toca crearla, la Sociedad no podría pretender que está autorizada por ello mismo para ejercer
la acción de repetición de lo indebido. En efecto, ella conocía, al pagar al
fisco, el vicio del contrato que ejecutaba, y esta ejecución estaba destinada a
va a diferenciarse de la noción contractual. Es el status legal de los convoca- procurarle, con respecto a sus competidores, una ventaja que, por lo demás, ha
dos el que se va a aplicar al enganchado... La situación jurídica será, en lo aprovechado efectivamente. De ahí se deduce que sus argumentaciones, con el
sucesivo, reglamentaria y no contractual... " . propósito de lograr el reembolso, y, con mayor razón, de obtener el pago de
36 "H. D. P . " , 1921, p. 113. daños e intereses no pueden admitirse".
188 E L FUNCIONAMIENTO DE LOS SERVICIOS PÚBLICOS COLABORACIÓN DE PARTICULARES EN SERVICIOS PÚBLICOS 189
namiento de un servicio público, se realiza una manifestación acto jurídico produzca sus efectos jurídicos es que el agente
unilateral de voluntad, o un acuerdo bilateral de voluntades. público sea competente para realizar el acto (compraventa,
Para que este acto produzca efectos jurídicos, es preciso que locación de servicios, alistamiento militar, ofrecimiento de
sea competente el agente público de quien emana la manifes- concurso, etc.). Es preciso, además, que el particular sea capaz
tación de voluntad, que su voluntad sea libre, que tenga un de realizar este mismo acto.
objeto posible y lícito y que la determinen motivos lícitos. La competencia del agente público y la capacidad del
Pueden también exigirse ciertas formalidades. particular, tienen evidentemente la misma naturaleza jurídi-
En apariencia, estas condiciones son exactamente las mis- ca: la competencia y la capacidad son situaciones jurídicas
mas que las del derecho privado. Para que la manifestación generales, impersonales, que consisten en el poder legal de
de voluntad produzca, en derecho privado, sus efectos jurí- realizar actos jurídicos.
dicos, es necesario que emane de un individuo capaz, que haya ¿Se rige la competencia del agente público por las mis-
sido libre, que el objeto sea lícito, que la determinen motivos mas reglas que la capacidad del particular? La capacidad del
lícitos (causa) y, si corresponde, que se observen las formas particular cuando concluye un acuerdo de voluntades con un
legales. agente público para asegurar el funcionamiento de un servicio
Resultaría exagerado decir que las reglas del derecho pú- público, ¿es la misma que cuando perfecciona un acuerdo bi-
blico y las del derecho privado son absolutamente opuestas, lateral de voluntades con otro particular? 39 .
pero sería también erróneo creer que son idénticas. Existen La competencia del agente público se somete a un régi-
diferencias muy importantes. Conviene, pues, presentar una men jurídico especial. En efecto, no todas las ideas generales
exposición sintética del régimen jurídico general de las mani- que inspiran el régimen de la capacidad de los individuos
festaciones de voluntad en derecho público, antes de estudiar, convienen al funcionamiento regular y continuo de los servi-
uno por uno, los principales actos jurídicos del derecho públi- cios públicos. Veamos algunas de las reglas más importantes:
co por los cuales se realiza la colaboración voluntaria o for-
zosa de los individuos en el funcionamiento de los servicios l9 regla: Un agente público no se halla en libertad de
públicos. ejercer o no su competencia.
El régimen jurídico general del acto jurídico en derecho I. — El agente público tiene el deber de ejercer su com-
público, comprende: petencia siempre que el interés público lo exija. A veces, in-
l 9 ) la teoría de la competencia y de la capacidad; cluso la ley establece que, cuando se cumpla determinada con-
29) la teoría de los vicios del consentimiento; dición de hecho, el agente público deberá realizar cierto acto
39) la teoría del objeto; en determinado sentido, cualquiera sea su opinión personal
49) la teoría de los motivos determinantes; sobre la oportunidad del acto.
59) la teoría de las formalidades. En cambio, un particular siempre se halla en libertad de
Veamos estas cinco grandes teorías. ejercer o de no ejercer su capacidad sin más guía que su inte-
rés personal, su conciencia, o aun su capricho.
§ 1
jurídico. La teoría de la organización política de la competencia (territorial,
Teoría general de la competencia en derecho público** unipersonal o colegiada, discrecional o forzosa) no será expuesta en esta parte
de la obra.
39 De ordinario, la ley regula expresamente esta cuestión, que sólo suscita,
En derecho público, la primera condición para que un por consiguiente, dificultades de interpretación de textos. Ej.: capacidad para
contratar un enganche militar voluntario. Es por esto que este problema no se
88 Esta teoría sólo se expondrá aquí en sus vinculaciones con el acto estudiará en forma general.
190 E L FUNCIONAMIENTO DE LOS SERVICIOS PÚBLICOS COLABORACIÓN DE PARTICULARES EN SERVICIOS PÚBLICOS 191
Hay en eso una diferencia fundamental. Veamos una apli- autoridad que nombra ya no tiene el poder de elegir sus co-
cación práctica. laboradores, o los individuos que ocuparán la función. Esta
La ley reserva a los antiguos reenganchados militares elección no la hace la autoridad que nombra, que sólo tiene
ciertos cargos civiles. Teniendo el agente público poder de una facultad: decidir si se designará un titular para deter-
nombramiento para una de las funciones públicas civiles pre- minada función y fijar el momento en el que se efectuará el
vistas por la ley, no puede rechazar la colaboración volunta- nombramiento. Por lo demás, no cabe decir que en este caso
ria del antiguo reenganchado militar, cosa que puede hacer no existe acuerdo bilateral de voluntades. En efecto, por más
un particular al que se solicita un empleo. Para el cargo rigurosas que sean las limitaciones impuestas al poder de
vacante debe aceptarse la candidatura de aquel que llena las nombramiento, aun cuando el que designa no tenga que elegir
condiciones legales40. El agente público tiene el deber jurí- el candidato, y esta elección emane de otra autoridad, el indi-
dico de ejercer su competencia al proceder al nombramiento, viduo sólo está investido de la función cuando el agente pú-
aun cuando estime que la colaboración de estos candidatos es blico que tiene el poder de nombramiento manifiesta su volun-
indeseable. Se quita a la autoridad que tiene la competencia tad de que la función pública se confiera al individuo que se
de nombramiento toda facultad de apreciación de los indivi- le presenta. El acto de nombramiento es esencial; el acuerdo
duos. Este poder no tiene ya su significación ordinaria 41 ; la bilateral de voluntades, indispensable 42 . El Consejo de Estado,
después de comprobar —mediante su decisión— que el agente
40 Ley del 21 marzo 1905, art. 73, §§ 1, 2, 3, 6 y 7: " L o s nombramientos
deben hacerse en el orden de la clasificación adoptada por la Comisión y co- público no ha tenido razón para no nombrar, no puede nom-
municados por ella a los Ministerios y Administraciones interesadas. Se publi- brar por sí mismo en su lugar. Se limita a anular la negativa
can, cualquiera sea la autoridad de la que emanan, en el ' ' Journal O f f i c i e l " . . . de nombramiento: trátase de una censura doctrinal 43 .
Todo nombramiento no publicado en el " J o u r n a l Officiel" es nulo e inexis-
tente, sin que esta nulidad pueda oponerse a los terceros. Los militares regu-
larmente inscritos en las listas de clasificación pueden llevar ante el Consejo de II- — Aun en caso de que la competencia del agente pú-
Estado, sección de lo contencioso, sus reclamaciones contra las decisiones de las blico no esté comprometida en términos expresos, como en la
autoridades competentes que hubiesen designado titulares para los empleos,
sin tener en cuenta su orden de clasificación o la proporción exclusivamente hipótesis que acaba de examinarse, no obstante ser discrecio-
asignada a los candidatos m i l i t a r e s " . nal, la competencia no se somete a las mismas reglas que la
41 Esto es lo que ha decidido el Consejo de Estado, mediante dos pronun- capacidad de los individuos. El ejercicio de la competencia
ciamientos del 10 junio 1910, Butot y Aubry ( " B . D. P . " , 1910, ps. 689 y ss.;
" R e c . " , p. 450). El prefecto de policía se había negado a nombrar agentes discrecional del agente público está dominado por el principio
de policía a dos antiguos suboficiales reenganchados, regularmente clasificados fundamental de que la competencia sólo puede ejercerse en
por la Comisión de empleos civiles. El prefecto estimaba que, habiéndose con- interés del buen funcionamiento del servicio público.
denado a estos candidatos a prisión por robo, el cargo de agente policial no
les correspondía. Esto resulta tanto más verdadero —agregaba el prefecto de Se ha presentado la cuestión, a propósito de la negativa
policía— si se considera que los candidatos civiles al mencionado empleo deben de un ministro para permitir: l 9 ) que un candidato inter-
justificar no haber sufrido ninguna condena. El Consejo de Estado ha resuelto
que el prefecto de policía no tenía la facultad de nombrar: " E n virtud del
venga en las pruebas de un concurso para determinada fun-
cuadro G., el empleo de agente de policía de las municipalidades del departa- ción pública; 29) que un proveedor participe en una licitación
mento del Sena, se reserva a los candidatos militares en la proporción de los 5/6 para un contrato de suministros o de obras.
de las vacantes. De la instrucción resulta que la Comisión de clasificación h a . . .
inscrito al señor B. en la lista de los candidatos militares al mencionado cargo, Examinemos ambas hipótesis.
después de haber cumplido todas las formalidades p r e s c r i t a s . . . Así, el pre-
fecto de policía no podía pretender, para negarse a nombrar al señor B., que 42 G. JÉZE, Ébauche d'une théorie des actes administratifs unilatéraux non
éste no llenaba las condiciones exigidas para ser designado agente de policía, y opposables á certains individus, en la " R . D. P . " , 1910, ps. 682 v ss.
debía, de conformidad a lo establecido en el art. 73 precitado (ley del 21 43 La persistente negativa de nombramiento, ¿no sería una falta personal
marzo 1905), hacer los nombramientos en el orden de clasificación adoptado por del agente público, falta que comprometería su responsabilidad personal con
la Comisión". respecto al candidato perjudicado? Esto resulta probable, pero es otra cuestión.
P ^ i | ' L | i y ^ í y , -J^A*,,
Tr^rnw^.
192 E L FUNCIONAMIENTO DE LOS SERVICIOS PÚBLICOS COLABORACIÓN DE PARTICULARES EN SERVICIOS PÚBLICOS 198
1*) Exclusión de las pruebas de un concurso. — La ma- No resulta, pues, exacto decir que "el Gobierno está en
yoría de los reglamentos sobre concursos confieren al jefe de libertad de elegir sus funcionarios". Esta fórmula frecuente-
servicio competencia para cerrar la lista de candidatos admi-
tidos al concurso, lo que le confiere el poder de no inscribir
en dicha lista a determinado aspirante. Este poder es discre- de Instrucción Pública, quien sostenía que el poder del ministro era absoluta-
mente discrecional. " E l Gobierno es dueño de elegir sus funcionarios" ("R.
cional. Pero, ¿significa esto que el jefe de servicio puede des- D. P . " , 1904, ps. 517 y ss.; ps. 528 y ss. y mi nota).
cartar a determinado candidato por cualquier motivo? Si se En 1912, por resolución del 10 de mayo, ábbé Bouteyre ("Eec.", p. 553:
tratase del ejercicio de la capacidad, la respuesta afirmativa " E . D. P . " , 1912, ps. 453 y ss. y mi nota), ha decidido que el jefe de servicio,
no sería dudosa. "Cada uno es rey en su casa". Si bien, des- cuando completa la lista de candidatos admitidos para tomar parte en las
pruebas de un concurso que tiene por objeto el reclutamiento para ocupar una
pués de la ley del 27 diciembre 1890, que ha modificado el función pública, no tiene un poder absolutamente discrecional. Puede ejercer
art. 1780 del Código Civil, el poder de rescindir el contrato Su poder sólo " e n interés del servicio puesto bajo su autoridad". El juez tiene
de trabajo está limitado, si el ejercicio del poder de despido, el deber de averiguar si la decisión de exclusión " n o está viciada de exceso o
de desviación de poder". El comisario del Gobierno, HELBRONNER, lo ha ex-
aun acompañado de preaviso, puede censurarse cuando lo mo- presado claramente ( " E . D. P . " , 1912, p.457; " E e c . " , p. 553): "Tanto
tiva un capricho, no sucede lo mismo para la formación del cuando la autoridad que hace el nombramiento se halla en completa libertad
contrato de trabajo. Un empleador tiene absoluta libertad para hacer su elección, en virtud de los textos orgánicos, como cuando el legis-
para elegir sus empleados y obreros, pudiendo negarse a con- lador le impone ciertas obligaciones que limitan este derecho y restringen su
elección, existe siempre para esta autoridad que disfruta de la facultad de
tratar a un obrero sin motivos legítimos, por puro capricho nombramiento y que debe asumir la pertinente responsabilidad, un derecho
y arbitrariedad, incluso por un motivo ilegal: voluntad de más o menos extenso para apreciar la aptitud de los candidatos y descartar, en
perjudicar a los obreros agremiados 44 . Tiene, al respecto, una interés del servicio, aquellos que no le parecen en condiciones de realizar el
servicio público en vista del cual se ha creado la función. ¿Dentro de qué
capacidad jurídica ilimitada. límites, según qué reglas, debe ejercerse este derecho de apreciación de la
Al contrario, cuando se trata de la competencia de nom- aptitud funcional de los candidatos, que pertenece a la autoridad encargada
bramiento se sobrentiende una limitación general: existe para de hacer el nombramiento? Durante mucho tiempo, la doctrina y la. jurispruden-
cia admitían el carácter discrecional de este derecho de apreciación, y se ne-
el funcionario investido de ella, pero sólo para asegurar el gaban a someter al control jurisdiccional los actos de esta naturaleza. El 5
buen funcionamiento del servicio público. Cuando se ejerce julio 1851, el Consejo de Estado rechazó un recurso deducido por un señor de
por un motivo distinto al interés público, el agente público co- apellido Kouget (contra una decisión del ministro de Instrucción Pública que
mete un exceso de poder, siendo irregular el acto jurídico 45 . se negaba a admitirlo en el concurso de oposición de ciencias matemáticas),
" p o r el motivo de que la apreciación de las razones de esta decisión no era
•44 A lo sumo, el patrón, en este caso particular, podría ser objeto de una del dominio de la jurisdicción contenciosa". La teoría según la cual no
acción por daños y perjuicios en razón de su falta: hecho perjudicial realizado existía, en esta materia, control jurisdiccional, la teoría del acto discrecional,
con la intención de dañar. Tampoco esto es cierto, en el estado de la jurispru- está hoy abandonada y casi no existe ya acto ministerial que escape a vuestro
dencia. control. En otras palabras, habéis llegado a restringir el sentido de las pala-
•45 La cuestión se ha planteado en varias oportunidades ante el Consejo de bras "poder discrecional", a lo siguiente: Es un amplio poder de apreciación
Estado en lo contencioso. Por su fallo del 5 julio 1851, Bouget ("Eec.", p. para quien está investido de él a condición de que se ejerza legítimamente y con
498, con las conclusiones del comisario del Gobierno, CORNUBERT), dicho cuerpo la finalidad para la que se ha creado. Las condiciones en las que se ejerce
había resuelto: "Los arts. 3 y 4 del reglamento del 17 junio 1845 se limitan escapan, en principio, al control del juez, a menos que ellas sean una desviación
a dar a conocer las condiciones generales o especiales de aptitud exigidas para de poderes. No rechazaríais ya, en la actualidad, por improcedente, el recurso que
poder presentarse a concurso. La justificación de esta aptitud no representa un el señor Eouget entablaba en 1851 ante el Consejo de Estado de la segunda
derecho absoluto a la inscripción en las listas de candidatos. Según los términos Eepública''.
del art. 8 del mencionado reglamento, estas listas se completan definitivamente El Consejo de Estado, en su resolución Bouteyre, del 10 mayo 1912 ( " E e c . " ,
en el Consejo de Instrucción Pública. Por tanto, el ministro..., al decidir, p. 553; " E . D. P . " , 1912, p. 469), no ha opuesto una excepción de improce-
previo dictamen del Consejo de Instrucción Pública, que no cabía admitir al dencia al recurrente; ha discutido minuciosamente la demanda. Si la ha des-
señor E. al concurso,... no ha cometido ningún exceso de poder" (Cfr. mi cartado, es después de demostrar que, en la especie (negativa a admitir a nn
nota en la " B . D. P . " , 1904, ps. 532 y ss.). sacerdote en el concurso de agregación de filosofía de la enseñanza secundaria
El 1» julio 1904 la Cámara de diputados aprobó la actuación del ministro pública), el ministro había ejercido correctamente su poder de apreciación: " L a
mente usada por los ministros, ya no responde al derecho de hecho, verbigracia, la inmoralidad del candidato, el Conse-
público actual 46 . jo de Estado, si los hechos imputados son materialmente exac-
Por otra parte, no hay que exagerar. El juez que con- tos, no tiene derecho a criticar las consecuencias que ha ex-
trola el ejercicio de la competencia "no tiene facultad para traído de ellos el ministro 40 . Si los hechos imputados al can-
aprobar o censurar los principios según los cuales un ministro didato son materialmente inexactos, el Consejo de Estado
ejerce sus poderes, el espíritu que lo anima en la administra- puede hoy50 anular la decisión denegatoria, cuando demuestra
ción del departamento que se le ha confiado. Esto corresponde que los motivos son materialmente erróneos; 3) cuando el jefe
a la política; no es ante el Consejo de Estado que los ministros de servicio ha invocado motivos de derecho, el Consejo de Es-
tienen que rendir cuenta de su manera de comprender la tado en lo contencioso tiene competencia para controlar estos
marcha y el interés del servicio público que dirigen" 47 . En un motivos; si se ha demostrado que el jefe de servicio ha come:
gobierno parlamentario, el Parlamento es la única autoridad tido un error de derecho, su decisión ya no tiene ninguna base
encargada de apreciar los motivos políticos. legítima 51 .
De modo más preciso, cabe decir: 1) cuando el jefe de 29) Exclusión de un proveedor de una adjudicación. —
servicio no ha dado las razones de la exclusión, y los motivos Cuando un jefe de servicio tiene competencia para concluir
de ésta no aparecen en el expediente, el Consejo de Estado no un contrato administrativo (contrato de suministros o de
tiene que indagar los verdaderos motivos de la decisión mi- obras públicas), ¿tiene el contratante un poder discrecional
nisterial 48 ; 2) cuando el jefe de servicio ha invocado motivos de elección? En derecho privado, la capacidad de los indivi-
agregación se ha instituido exclusivamente para proveer los cargos de profe- 49 En el caso Boisselet, 28 junio 1912 ( " R e c " , p. 740; " R . D. P . " , 1917,
sores de la enseñanza secundaria pública, pero no confiere a los agregados un p. 454, con las conclusiones de CORNEILLE), en el caso Camino, 14 enero 1916
grado universitario, sino un título de orden profesional, cuyo objeto es asegurar ( " R e c " , p. 15; " R . D. P . " , 1917, p. 448, con las conclusiones de COENEILLE),
a quienes lo obtienen luego del concurso, ventajas particulares en la carrera el Consejo de Estado ha resuelto que " n o puede apreciar la oportunidad de las
de la enseñanza pública. Los precitados textos (decreto del 10 abril 1852, medidas que se le defieren por vía del recurso por exceso de poder". El
art. 7; reglamento del 29 julio 1885, art. 4) han podido, pues, legalmente comisario del Gobierno, CORNEILLE, había explicado lo que debe entenderse por
—dado este carácter de la agregación— no hacerla aplicable a todos, pero ello: " E l Consejo no puede apreciar en sí misma la oportunidad de las me-
reservarla a los candidatos que según reconoce el ministro, jefe responsable de didas . . . que se le defieren; debe... detenerse ante el examen del valor de
la enseñanza secundaria pública, pueden eventualmente encargarse de las fun- hecho de los motivos puestos de manifiesto en el acto impugnado".
ciones de profesor, en un liceo o en un colegio. Al negarse, por la resolución
impugnada, a admitir al recurrente para intervenir en el concurso de oposición co Esto es reciente. Cfr.: GASTÓN JÉZE, L'erreur de fait comme grief
de filosofía, el ministro de Instrucción Pública no ha hecho sino usar, con res- pouvant servir de base á un recours pour excés de pouvoir, en la " R . D. P . " ,
pecto a otro candidato, —en interés del servicio puesto bajo su autoridad—, 1911, ps. 286 7 ss.; De la vérification des motifs des actes administratifs, en
el derecho de apreciación que le ha reservado el decreto del 10 abril 1852 y el la misma revista, 1917, ps. 443 7 ss.; Cons. de Est., 28 junio 1912, Boisselet
reglamento del 29 julio 1885, 7 la mencionada decisión no está, por consiguiente, ( " R e c " , p. 740; " R . D. P . " , 1917, ps. 454 y ss.); Cons. de Est., 18 junio 1915,
viciada ni de exceso ni de desviación de poder". Ponsonnaille ( " R e c " , p. 206; " R . D. P . " , 1917, p. 447): " E l recurrente no
demuestra que los hechos originados por la decisión impugnada son inexactos, y,
•*« Era la tesis sostenida por el ministro de Instrucción Pública, ante la por tanto, de ningún modo está autorizado para sostener que aquélla estaría
Cámara de diputados, el 1» julio 1904 ( " J . O.", Cámara, Debates, ps 1788 7 viciada de exceso de poder"; Cons. de Est., 14 enero 1916, Camino ( " R e c " ,
ss.; " R . D. P . " , 1904, p. 530). p. 15; " R . D. P . " , 1917, ps. 448 7 ss., con las conclusiones del comisario del
47 HELBRONNER, conclusiones emitidas en el caso abbé Bouteyre, " R e c . " , Gobierno, CORNEILLE): " S i bien el Consejo de Estado no puede apreciar la
p. 558; " R . D. P . " , 1912, p. 464. oportunidad de las medidas que se le defieren por vía del recurso por exceso
•48 Como lo verificaba HELBRONNER, en sus conclusiones sobre el caso Bou- de poder, le corresponde... verificar la materialidad de los hechos que han
teyre ("R. D. P . " , 1912, p. 458), " s i bien se trata de funciones públicas en las motivado estas medidas...".
cuales el poder de nombramiento pertenece al ministro sin condición alguna, 61 Cons. de Est., 14 enero 1916, Camino ("R. D. P . " , 1917, p. 453;
es evidente que este control jurisdiccional será puramente teórico, pues la mayor " R e c " , p. 15): "Corresponde al Consejo de Estado verificar la materialidad
parte del tiempo, el agente que tiene la facultad de nombramiento, no tiene de los hechos que han motivado estas medidas, 7, además, determinar, en los
que dar 7 no da los motivos por los que se niega a designar a determinado casos en que se demuestren esos hechos, si pueden legalmente motivar la deoir
candidato". tión".
196 E L FUNCIONAMIENTO DE LOS SERVICIOS PÚBLICOS COLABORACIÓN DE PARTICULARES EN SERVICIOS PÚBLICOS 197
dúos no entraña, a este respecto, ninguna limitación. No su- materia no debe sobrepasar lo que conforma al buen funcio-
cede lo mismo en derecho público francés. namiento del servicio público. Por tanto, si el ministro excluye
La competencia de los agentes públicos para elegir los a un proveedor de las licitaciones públicas de su departamento
contratantes, sólo debe ejercerse por motivos de interés pú- —aunque el mencionado proveedor sea sólo negligente, pero
blico, rigiéndose no solamente por los textos legales o regla- sin haber cometido ningún fraude—, excede su competencia54.
mentarios acerca de la celebración de los contratos (regla de Estas limitaciones se estudiarán más acabadamente a pro-
la adjudicación) 52 , sino también por el principio general so- pósito de la teoría de los motivos determinantes (v. infra).
brentendido de que la competencia se ejerce irregularmente
cuando las razones que han inspirado al agente público no 2* regla: La competencia de los agentes públicos está di-
son de interés general. vidida.
En consecuencia, un jefe de servicio excede sus poderes En derecho privado, la capacidad es la regla; la incapa-
cuando excluye a un proveedor —de antemano y mediante cidad, la excepción. Todo individuo puede realizar, por si
una medida general— de toda adjudicación futura, fundán- solo, todos los actos jurídicos, salvo que la ley decida expre-
dose en motivos extraños a la ejecución de los contratos en los samente lo contrario. "Cualquier persona puede contratar, si
que el proveedor es titular, o a la situación o a la capacidad la ley no la ha declarado incapaz de hacerlo" (art. 1123, Có-
profesional de este proveedor53. digo Civil). "Todas las personas pueden disponer y recibir,
por donación entre vivos, o por testamento, excepto aquellas
La jurisprudencia del Consejo de Estado ha ido aun más
que la ley declara incapaces al respecto" (art. 902, Código
lejos. El ejercicio de la competencia del agente público en esta
Civil).
52 GASTÓN J É Z E , Cours de se. et de lég. financiére, 6* ed., 1922, Théorie Cuando se trata de la competencia de un agente público,
genérale des dépenses publiques, ps. 177 y ss. la regla es muy distinta: l 9 ) la competencia de un agente
53 Es lo que ha decidido el Consejo de Estado, en el caso Lespinasse, 4
agosto 1905 ( " K e c . " , p. 757, con las conclusiones del comisario del Gobierno, a los proveedores que se presentan como concursantes, no creemos que dichas
SAINT-PAUL). El ministro de Guerra había excluido para lo futuro, de toda facultades carezcan de Umite, y que, cualesquiera sean las condiciones en las
participación en las adjudicaciones y contratos del departamento de Guerra, a que se han ejercido, no deba permitirse al particular a quien se le ha causado
un negociante en granos y harinas, de una honorabilidad, solvencia y capaci- un perjuicio, recurrir ante la jurisdicción c o n t e n c i o s a . . . " .
dad profesional indiscutibles, por el motivo de que durante una campaña E l Consejo de Estado, por su pronunciamiento del 4 agosto 1905, Lespi-
electoral, el proveedor habría censurado la regularidad de la gestión financiera nasse, resolvió: " E e s u l t a de los propios términos de la decisión impugnada que
del Gobierno. E n el recurso por exceso de poder deducido ante el Consejo de
al excluir al señor L. de toda participación en las adjudicaciones de los servicios
Estado, contra esta decisión de exclusión, el ministro de Guerra sostenía que " e l
del Departamento de Guerra, el ministro se ha fundado en motivos ajenos a la
Estado tiene el derecho de servirse sólo de los empresarios que tengan confian-
ejecución de los contratos en los que el recurrente era titular, o a la situación o
za en él, y dispuesto, por consiguiente, a tratarlo como buen cliente; desde el
a la capacidad profesional del señor L. Por consiguiente, no podía excluir al
momento que el proveedor declaraba públicamente que los procedimientos em-
recurrente, de antemano y por una medida general, de toda adjudicación futura
pleados por la Administración eran irregulares y denotaban una situación crí-
tica de las finanzas del país, ya no llenaba las condiciones deseadas para con- y, por ende, su decisión está viciada de exceso de p o d e r " .
currir útilmente a las adjudicaciones y contratos del E s t a d o " . Por lo demás, 54 Cons. de Est., 13 junio 1913, Surhomme, " R e c " , p . 672: Suministro
" a n t e todo y principalmente, el ministro oponía al recurso del proveedor una de pan para la tropa. Un administrador del proveedor realiza malversaciones de
excepción de improcedencia sacada de la naturaleza del acto impugnado, el que, mercancías en perjuicio del Estado, sin que el principal tenga conocimiento. El
siendo un acto de administración pura, no podía deferirse a í Consejo de ministro rescinde el contrato y, a título de penalidad accesoria, decreta la ,-
Estado por la vía contenciosa". exclusión del proveedor de las adjudicaciones y suministros de guerra. El
ministro sostenía que esta decisión era un acto de pura administración, que no
E n sus conclusiones, SAINT-PAUL expresaba: " U n solo punto está en liti- podía impugnarse por vía contenciosa. El Consejo de Estado rechazó la tesis
gio y debe ser resuelto por el Consejo de Estado: establecer si el ministro, al del ministro: " L a instrucción no ha probado ningún fraude por parte del
adoptar la decisión impugnada, se ha mantenido dentro del límite de sus facul- recurrente. Por tanto, en estas circunstancias, no podía excluirse a este último
tades y las ha usado legalmente. Desde este punto de vista, por amplios que sean —a título de sanción accesoria— de las adjudicaciones del departamento d<?
los poderes de apreciación del ministro cuando se trata de admitir o de excluir la G u e r r a " .
198 E L FUNCIONAMIENTO DE LOS SERVICIOS PÚBLICOS
COLABORACIÓN DE PARTICULARES EN SERVICIOS PÚBLICOS 199
público sólo existe para las materias en que la ley la ha orga-
nizado; 2*) con relación a los actos jurídicos importantes, es cada instante en derecho público: la necesidad de asegurar el
muy raro que un agente público sea el único competente para buen funcionamiento de los servicios públicos.
llevarlo a cabo: es necesaria la colaboración de varios agentes.
No existe, en Francia, autoridad pública que tenga la 3* regla: La competencia de hecho.
competencia de hacer por sí sola todos los actos jurídicos, ni Existe, en derecho público, una teoría muy importante
aun la Asamblea Nacional constituyente, que sólo tiene com- que se aplica muy frecuentemente, y que, en derecho privado,
petencia para los actos legislativos. tiene un papel mucho más restringido. Se trata de la compe-
tencia de hecho, de la función de hecho.
P a r a todos los agentes públicos, la competencia es espe- Existen circunstancias en las que un individuo, que no
cial desde dos puntos de vista: l 9 ) se divide según las mate- está regularmente investido de una función pública, realiza
rias, en los actos jurídicos que forman parte de la competen- —en interés de los servicios públicos— actos jurídicos que
cia; 29) para un mismo acto jurídico, se divide generalmente
entre varios agentes. producirán sus efectos jurídicos como si emanasen de un
agente público regularmente investido.
Aparece así la oposición entre el derecho público y el Esto se presenta, en primer lugar, en época normal: un
derecho privado 55 . individuo inelegible es elegido alcalde. Posteriormente, su
Toda vez que un agente público realiza un acto jurídico, elección se anula. Los actos realizados por él producen sus
debe, pues, resolverse una doble cuestión: l 9 ) este agente, ¿es efectos jurídicos. Los matrimonios que ha celebrado son vá-
en verdad el agente competente para realizar el acto?; 29) ¿han lidos. Los contratos que realizó también son válidos.
intervenido todos los agentes entre los cuales se reparte la La misma situación se presenta en períodos anormales:
competencia para realizar el acto? revolución, guerra civil, invasión. Las autoridades públicas
Tal es la significación de la regla de separación de las regulares han desaparecido: los individuos designados, fuera
funciones, que en Francia se lleva muy lejos. Se quiere, así, de las normas legales, por los habitantes o por las autoridades
asegurar automáticamente el funcionamiento de los servicios públicas superiores, o aun obrando espontáneamente, hacen
públicos en interés general. Es preciso que los asuntos se funcionar los servicios públicos esenciales y realizan los actos
estudien cuidadosamente. Interesa, pues, que cada agente no jurídicos necesarios. Estos actos producirán los mismos efec-
tenga demasiado que hacer. Por otra parte, hay que evitar el tos jurídicos que si emanasen de agentes públicos regulares.
predominio del interés privado de determinado agente pú- Trátase de los llamados funcionarios de hecho, por opo-
blico sobre el interés general. sición a los funcionarios de derecho56. ¿Cómo explicar esta
La necesidad de obtener, para los actos importantes, el solución?
concurso de varias voluntades, es una garantía preciosa. He Resulta de interés esencial que los servicios públicos fun-
aquí la explicación del gran principio de organización política cionen regularmente, sin interrupción: la continuidad del fun-
y administrativa francesa: el doble desmembramiento de la cionamiento de los servicios públicos es una necesidad social
competencia. de primer orden. Por consiguiente, en período normal se en-
La justificación de esta organización especial de la com- torpecería el funcionamiento regular y continuo de los servi-
petencia de los agentes públicos por oposición a la capacidad cios, si se exigiera al público que reclamase en cualquier m o '
de los individuos, es la idea fundamental que se encuentra a mentó, a los individuos que para todos están regularmente
investidos de la función, la justificación de la regularidad de
65 Por lo demás, esta oposición es meaos terminante cuando se trata de su título. De hecho, los futuros esposos, que se presentan ante
administradores de sociedades.
66 GASTÓN JÉZE, Les principes généraux du droit administranf, 2» ed.,
1914, I, ps. 441 y ss.
200 E L FUNCIONAMIENTO DE LOS SERVICIOS PÚBLICOS ' COLABORACIÓN DE PARTICULARES EN SERVICIOS PÚBLICOS 201
el oficial del registro civil para la celebración del matrimonio, necesidades del funcionamiento regular y continuo de los
no lo conocen. ¿Debe exigírseles que interpelen al oficial pú- servicios públicos, necesidades que exigen atenuaciones fre-
blico y le obliguen a justificar minuciosamente su competen- cuentes de la doble regla fundamental.
cia, que discutan, por su cuenta y riesgo, la regularidad de ¿Cuáles son, en derecho privado, las razones en favor de
su investidura? la atenuación de la doble regla? Son las necesidades prácticas
Pásese revista a los diferentes servicios públicos, y se de orden económico, de estabilización de las situaciones jurí-
comprobará que las cosas suceden siempre así. El justiciable dicas, de paz social. Ello se pone de manifiesto cuando se exa-
no conoce a sus jueces; el administrado no conoce a las auto- minan algunas de las principales atenuaciones de la doble
ridades de policía, etc. No podría existir servicio público si regla.
todos debieran, por su cuenta y riesgo, y, con la sutileza de La aplicación más notable y más frecuente es la del art.
un jurista avisado, verificar a cada instante la regularidad de 2279 del Código Civil: en materia de muebles corporales, la
l a investidura de quien se presenta ante él, pacífica y pública- posesión real (de buena fe) vale título. No serían posibles las
mente, con el asentimiento general, como funcionario regular. relaciones comerciales si los terceros, antes de adquirir un
No podría existir tampoco servicio público si, antes de obede- objeto mueble, debiesen, por su cuenta y riesgo, proceder a una
cer las órdenes de las autoridades públicas, los individuos exi- investigación detallada de los orígenes de la propiedad de
giesen algo más que las apariencias de regularidad. aquel que se presenta como verdadero propietario.
En derecho privado, existe una teoría análoga, pero su No es ésta la única atenuación a la doble regla. En la
alcance es mucho más restringido. Es la teoría del propietario teoría de la ausencia, el Código Civil ha debido asignar efectos
aparente. Cuando un individuo —sin derecho verdadero— se jurídicos a los actos jurídicos realizados por los beneficiarios
presenta al público con todas las apariencias del titular re- de una puesta en posesión provisional o definitiva de los bie-
gular de un poder jurídico, la ley atribuye a veces a los actos nes del ausente. Si este último aparece, deberá respetar estos
jurídicos que realiza los mismos efectos jurídicos que si los actos, aunque los haya realizado un individuo que, como lo
hubiese realizado el titular regular de este poder. demuestra el retorno del ausente, no era el verdadero titular.
No corresponde exponer aquí en detalle la teoría de los La ley ha debido organizar una teoría especial.
efectos de la posesión de buena fe. Comprobamos simplemente La jurisprudencia debió construir teorías cuando la le-
la existencia, en derecho público y en derecho privado, de estas gislación no estableció reglas. Tal es el caso del valor jurídico
dos teorías paralelas, que se apoyan en ideas de necesidad de los actos de administración normal realizados por el po-
práctica, ideas parecidas pero no idénticas, y que, por consi- seedor de buena fe de un patrimonio o de un inmueble, o de
guiente, conducen a reglas jurídicas diferentes. los actos jurídicos realizados por el heredero aparente51.
En derecho privado como en derecho público, la doble lf regla: Teoría de la competencia "ratione temporis".
regla fundamental es: 1*) los actos jurídicos, para producir Un agente público no puede comprometerse jurídicamente
sus efectos jurídicos, deben emanar de los individuos que a ejercer su competencia o a no ejercerla, cuando dicho com-
están regularmente investidos de la capacidad; 2 ? ) los terce- promiso pueda entorpecer el buen funcionamiento de un servi-
ros deben, antes de contratar, informarse por su cuenta de la cio público.
capacidad jurídica de su cocontratante. En derecho privado, las obligaciones de hacer o de no
Pero en derecho privado, las modificaciones a esta doble hacer, son extremadamente numerosas. Los particulares se
regla son menos numerosas y menos importantes que en dere- comprometen constantemente a ejercer su actividad o su capa-
cho público. E n efecto, en derecho pública existen,, además de 57 Sobre este último punto, consúltese: A. COLÍN y H. CAPITANT, Droit
las consideraciones que tienen valor en derecho privado, las civil, 2* ed., 1921, ni, ps. 489 y ss.
202 E L FUNCIONAMIENTO DE LOS SERVICIOS PÚBLICOS COLABORACIÓN DE PARTICULARES EN SERVICIOS PÚBLICOS 203
cidad jurídica en determinado sentido o a no ejercerlas. Ello En derecho privado, esto sería perfectamente legal. Las
es perfectamente lícito. Resulta muy excepcional que una convenciones colectivas de trabajo tienen justamente por ob-
obligación de hacer o de no hacer carezca de valor jurídico; jeto estabilizar, por cierto tiempo, las relaciones entre patro-
cabe suponer que la ley ha formulado expresa o implícitamen- nos y obreros.
te una prohibición al respecto. La jurisprudencia no admite 2*) Un agente público no puede comprometerse válida-
fácilmente estas prohibiciones, limitando su alcance. Por mente a nombrar a determinado individuo en un cargo pú-
ejemplo, según la jurisprudencia, un individuo puede, en cier- blico, cuando este empleo llegue a vacar. En efecto, si fuese
tas circunstancias, comprometerse válidamente a no casarse; de otro modo, podría suceder que, en el momento en que el
sin duda, su matrimonio no será nulo, si la obligación de no cargo esté vacante, la competencia de nombramiento o las
hacer no ha sido observada, pero la violación de su obliga- cualidades requeridas para ser investido del empleo se hubie-
ción tendrá consecuencias jurídicas (revocación de un legado, sen modificado de manera general; podría ocurrir también
por ejemplo) 58 . que el candidato designado de antemano no tenga las cuali-
En derecho público, el compromiso de un agente público dades personales que convengan dadas las circunstancias del
en el sentido de ejercer o de no ejercer su competencia, muy caso61. Finalmente, los nombramientos hechos con mucha an-
ralamente tiene valor jurídico. En efecto, la competencia está ticipación, aparecen de inmediato como lo que en realidad
únicamente organizada y debe ser exclusivamente ejercida en son: actos de favoritismo, la sinecura que representan los
vista del buen funcionamiento del servicio público. Ahora bien; cargos y empleos públicos ofrecidos por los políticos en favor
la apreciación de lo que exige el buen funcionamiento del de su clientela personal 62 .
servicio público no puede hacerse correctamente con mucha
antelación. Esta apreciación depende de las circunstancias muy claramente los principios: ' ' Los representantes del poder público... pue-
del momento. Por tanto, si el compromiso, contraído de ante- den, con la única condición de respetar la Constitución y las leyes, regular
mano por un agente público con respecto a un individuo, de para lo futuro la organización de las diversas Administraciones públicas y el
estado del personal que asegura su funcionamiento. En tal caso, no hay ninguna
ejercer o de no ejercer su competencia, obligase a la Adminis- usurpación de función, ninguna invasión de los poderes de los sucesores que
tración, el buen funcionamiento del servicio público se vería siempre estarán en libertad de modificar o de derogar las disposiciones regla-
perturbado, gravemente comprometido. Tal es el significado mentarias así establecidas".
de lo que se denomina teoría de la competencia ratione tem- 61 Cons. de Est., 7 agosto 1903, Douriez, " K e c " , p. 636 ("K. D. P . " ,
1908, p. 254 y mi nota): " N o correspondía a la Comisión administrativa de
poris59. los hospitales, al reservar al señor D. un cargo aun no vacante en los servicios
La jurisprudencia ha hecho numerosas aplicaciones de hospitalarios, comprometer, para la elección del titular de dicho empleo, a
aquellos a quienes debe incumbir normalmente el cuidado y la responsabilidad
esta idea. Veamos las principales: del nombramiento cuando se produzca la vacante. Por tanto, la deliberación
1*) Un agente público no puede comprometerse a no de la Comisión administrativa... no ha creado -ningún derecho en beneficio del
ejercer, en determinado sentido, su competencia para organi- señor D . " .
zar los servicios públicos y regular el estatuto de los funcio- 62 Como este punto suscitaba controversias de parte de los gobiernos,
TEISSIER (conclusiones en el caso Le Bigot, Cons. de Est., 17 mayo 1907, "Eec. "f
narios 60 . p. 460) ha debido hacer una exposición de principios, y precisar "cuáles son,
según los principios mismos del derecho y las leyes constitucionales que nos
08 V. supra, vol. i, p. 18, nota 6, la exposición y la crítica de esta juris- rigen, el poder de organización de los servicios públicos y las facultades de nom-
prudencia. bramiento que pertenecen a los representantes del poder ejecutivo. Como a ve-
60 La expresión es de TEISSIER, comisario del Gobierno (conclusiones en el ces se ha perdido de vista a estos principios y a estas reglas, hay lugar para
caso Le Bigot, Cons. de Est., 17 mayo 1907, " E e c . " , p. 465): " E l ministro... que el Consejo de Estado los afirme hoy muy claramente, con la elevada auto-
era incompetente, ratione temporis, para adoptar una decisión semejante". ridad que le corresponde... Si se examina los poderes de nombramiento para los
«0 Cfr. supra, vol. I, ps. 18 y ss. En el caso Le Bigot, Cons. de Est., 17 cargos de estos servicios (públicos), se debe reconocer que el derecho de los
mayo 1907, " B e c " , p. 460, GEORGES TEISSIER, comisario del Gobierno, expone representantes del Estado y de sus organismos está esencialmente limitado en el
204 E L FUNCIONAMIENTO DE LOS SERVICIOS PÚBLICOS COLABORACIÓN DE PARTICULARES EN SERVICIOS PÚBLICOS 205
He aquí una serie de razones que no se encuentran en y donde resulta del todo evidente que la designación antici-
derecho privado y que justifican la diferencia del régimen pada sólo se ha hecho para asegurar la continuidad del fun-
jurídico existente para los nombramientos hechos de ante- cionamiento del servicio público.
mano. En derecho privado, las convenciones de locación de 3*) Por idénticas razones, deducidas del buen funciona-
servicios por anticipado son muy frecuentes y perfectamente miento de los servicios públicos, el Consejo de Estado declara
válidas. nulos los nombramientos retroactivos, es decir, con la cláu-
Por lo demás, si bien en derecho público los nombramien- sula que considera nombrado al funcionario en una época an-
tos anticipados son ilegales, el principio debe aplicarse razo- terior a su designación real 64 .
nablemente; en especial, no tiene en cuenta las promociones
en que el legislador ha previsto las promociones y los ascensos en cierto modo
o ascensos que, según el legislador, son en cierto modo auto- automáticos: después de la expiración de un tiempo de estudios o de grados de-
máticos 63 , o los nombramientos hechos con poca anticipación terminados. En tal caso, para que no se produzca ninguna interrupción en el
servicio, para que la promoción o el ascenso produzcan efectivamente BU efecto
en la fecha legal, para facilitar, finalmente, la aplicación de las reglas de con-
tiempo. Este derecho de nombramiento, que asigna al presidente de la Repú- tabilidad sobre remuneraciones o sueldos, se puede concebir que el acto
blica el art. 3 de la ley constitucional del 25 febrero 1875, y que se confiere a de nombramiento se realice con algunos días de antelación a la entrada en fun-
los ministros, prefectos y alcaldes en virtud de una delegación legislativa o gu- ciones o a la promoción de grado".
bernamental, sólo puede ejercerse en lo presente. Los diversos representantes Sería necesario, a mi juicio, extender un poco estas fórmulas. Por ejemplo,
del poder público, investidos del poder de nombramiento, sólo pueden designar un profesor de Facultad debe llegar al límite de edad durante las vacaciones.
candidatos en los cargos vacantes en el momento mismo en que disponen de exe Resulta perfectamente legal, por parte del ministro, provocar —con algunos
derecho, sin poder modificar los hechos anteriores, ni comprometer lo porvenir. meses de anticipación— el trámite de nombramiento del sucesor en la cátedra,
No pueden —para decirlo de otro modo— retrotraer a lo pasado los efectos de y aun proceder a la designación desde el mes de julio, para que produzca efecto
tm nombramiento actual (Cons. de Est., Bounau, 6 febrero 1874, " R e c . " , p. a partir del 1» de noviembre siguiente, a fin de que el servicio público de en-
119), ni proveer, por anticipado, empleos que aun no están vacantes, descontando señanza funcione regularmente, desde la reapertura de las clases.
posibles fallecimientos o límites de edad evidentes y postergando hasta la fecha 64 Cons. de Est., 17 mayo 1907, Le Bigot, " R e c " , ps. 460 y ss. (con las
de estas vacantes esperadas la toma de posesión del funcionario nombrado conclusiones de G. TEISSIER. V. las notas precedentes): " E l decreto (de nom-
(Cons. de Est., Dourtez, 7 agosto 1903, " R e c " , p. 635). El presidente de la bramiento) está viciado de irregularidad por cuanto retrotrae la designación
República y los ministros, que firmasen semejantes nombramientos anticipa- de oficiales, de los señores M., E. y otros, a una época anterior a la fecha en
dos, podrían no hallarse ya en el poder en el momento en que se produjesen que se produjo... Cabe, pues, anular este decreto... " . Cons. de Est., 6 di-
efectivamente las vacantes, resultando así que no solamente habrían ejercido ciembre 1907, Brugnot ( " R e c " , p. 906; " R . D. P . " , 1909, p. 60 y mi nota):
un derecho aun no nacido, sino que además habrían usurpado un poder que " A l nombrar por la resolución impugnada (del 28 diciembre 1905), al señor S.,
sólo debe pertenecer legálmente a sus sucesores. Por lo demás, hasta el mo- escribiente titular a partir del 27 enero 1905, el ministro... ha violado las
mento en que la vacancia de un empleo existe realmente, no es posible apreciar prescripciones de los artículos... del decreto del 26 noviembre 1897. Por lo
la legalidad y la oportunidad de un nombramiento. Respecto de la provisión demás, dicha resolución está viciada de irregularidad, pues retrotrae a una época
prematura de un empleo o de un grado y la entrada en funciones de BU benefi- anterior a su fecha el efecto del nombramiento del señor S.". Cons. de Est., 10
ciario, la legislación o la organización del servicio pueden variar, en efecto; el enero 1913, Association des administrateurs des colonies, " R e c " , p. 36: " E s t e
funcionario nombrado puede no llenar ya las condiciones reglamentarias; puede decreto (que dispone que " e l decreto del 30 octubre 1911 producirá sus efec-
surgir un candidato más apto. En esa forma, las exigencias de una eficiente y tos, exclusivamente desde el punto de vista de la antigüedad, a partir del l9
sana administración se concilian ampliamente con los principios más verdaderos julio 1911") está viciado de irregularidad por cuanto retrotrae el nombra-
del derecho público, para condenar al mismo tiempo el ejercicio retroactivo y miento de administrador de segunda clase del señor B., a una época anterior a
el ejercicio anticipado del poder de nombramiento. Por consiguiente, es siem la fecha". Esta decisión es notable, por cuanto precisa los poderes de loa
pre en el momento preciso en que se produce una vacante en un empleo o en jefes de servicio cuando desean conceder nua "compensación" a un agente
un grado, cuando nace, en favor del poder ejecutivo, el derecho de designar un público: "Si el ministro de Colonias considera que el señor B., quien llenaba
titular para dicho empleo o grado, y es únicamente por el período posterior a las condiciones exigidas para poder ser nombrado en el cargo de administrador
la publicación de la decisión de nombramiento, que este último puede producir de segunda clase, el 1» julio 1911, tiene derecho a la reparación del perjuicio
efecto". que le ha causado el retardo producido en su designación, en razón de hechos
«3 En sus conclusiones (Cons. de Est., 17 mayo 1907, Le Bigot, " R e c . " , que se le habían imputado erróneamente, esta compensación no se le puede con'
p. 461), GBORGES TEISSIER observa justamente: "Sólo puede haber derogación ceder en una forma que atente contra tos derechos de los demás agentes del ser-
de esta regla —también esta excepción es más aparente que real— en el caso vicio ''.
COLABOBACIÓN DE PARTICULARES EN SERVICIOS PÚBLICOS 207
206 E L FUNCIONAMIENTO DE LOS SERVICIOS PÚBLICOS
los que se ha aplicado la teoría del error como vicio del con- error acerca de la sustancia que entrañe la nulidad de dicho
sentimiento, en derecho público. contrato, puesto que se han satisfecho todas las condiciones
ler. ejemplo: Cons. de Est., 28 diciembre 1917, Belmont que la Administración creyó deber prescribir en el mencio-
("Rec", p. 878). — El ministro de Agricultura había adqui- nado contrato".
rido un padrillo para los harás nacionales, por el precio de 29 ejemplo: Cons. de Est., 29 marzo 1917, Péchinm. — El
85.000 francos. Trece meses después de la venta, el ministro señor P . . . , de la clase de 1900, licenciado en 1903, se esta-
rescinde la operación por error acerca de la sustancia (el mi- blece en el Sudán en 1911 y es condenado en 1913, por contu-
nistro decía también por falta de objeto): el caballo no estaba maz, a 20 años de trabajos forzados. En el momento de la
en condiciones de cumplir las funciones de reproductor en vista declaración de guerra, en 1914, vuelve a Francia y se presenta
de las cuales la Administración había celebrado el contrato de ante la alcaldía de Burdeos para celebrar un enganche volun-
compraventa. El vendedor respondía: "La negativa de un ca- tario por toda la duración de la guerra, entregando a las
ballo a cumply* sus funciones de reproductor sólo podría ser autoridades civiles y militares su partida de nacimiento y su
causa de rescisión del contrato si el comprador aportase la libreta militar. No habla para nada de su condena por con-
prueba de que el vicio es anterior a la venta. En la especie, tumaz, que —dice— ignoraba (lo cual es admisible). El al-
ningún principio de prueba se ha aportado, y es aun probable calde celebra el acto de enganche, sin exigir ningún otro do-
que la mala voluntad del caballo se deba a alguna impruden- cumento. La autoridad militar tampoco exige ningún otro
cia o al error de un agente del servicio de los harás". El Con- documento fuera del certificado de examen médico. La con-
sejo de Estado, antes de pronunciarse, examinó todas las cir- ducta del señor P . . . ante el enemigo, le vale un ascenso rá-
cunstancias del caso, para ver si hubo error y cuál fué su na- pido. A principios de 1915, se lo nombra subteniente. Herido
turaleza; poniendo de relieve estas circunstancias en su fallo en varias ocasiones, es en el hospital donde —expresa— se
y deduciendo la conclusión de que no hubo error acerca de la informa por primera vez de su condena por contumaz. Al
sustancia: "Según las propias enunciaciones del contrato-tipo salir del hospital, se pone a disposición del procurador de la
que rige las compraventas de padrillos por parte de la admi- República. Comparece ante la Corte de A sises y en enero
nistración de los harás, «la obligación del vendedor consiste de 1916 se lo absuelve. Tres días después, la autoridad mili-
en entregar un padrillo en condiciones de buena salud». Está tar se entera de la situación militar del señor P . . . Después
probado por los documentos agregados al expediente y ello de un examen del caso, el ministro de Guerra decide que el
no se ha discutido, que el caballo Enamorado I I I ha sido en- contrato de enganche está afectado por un vicio del consenti-
tregado por su vendedor en las condiciones precisadas en el miento: ha existido error. Contrariamente a la ley y a los
contrato-tipo... Además, de conformidad a las otras disposi- reglamentos, no se ha suministrado el prontuario judicial del
ciones del mismo contrato, el padrillo queda, durante un plazo candidato, ni tampoco un certificado del alcalde comproban-
de quince días —para ser experimentado— a disposición de la do que el interesado no estaba comprendido en uno de los
Administración. Esta última, intimada también a afirmar si el casos de exclusión del ejército. Si la Administración civil o
caballo estaba en las condiciones requeridas por el título de militar hubiese conocido la condena, el enganche militar no
compra, ha renunciado —una vez vencido el plazo— a preva- se habría aceptado. Esta argumentación sería muy sólida, si
lerse de la facultad de rescisión que le estaba reservada y ha la decisión ministerial que deja sin efecto el enganche volun-
aceptado definitivamente al animal. La circunstancia de que tario se hubiese realizado antes de la absolución del señor
el caballo, con posterioridad a la adquisición, no haya podido P . . . Pero por la presentación de dicha persona a la autori-
cumplir con las funciones de reproductor en vista de las cua-
les la Administración había celebrado el contrato, no es un «« " R e c " , p. 264; "B. D. P . " , 1917, ps. 269 y ss., con las conclusión**
de CORNEJLLE y mi nota.
212 E L FUNCIONAMIENTO DE LOS SERVICIOS PÚBLICOS COLABORACIÓN DE PARTICULARES EN SERVICIOS PÚBLICOS 213
1674 y ss., Código Civil). El comprador no puede prevalerse Ante todo, las ventas de inmuebles del Estado sólo se
de ella (art. 1683); únicamente el vendedor puede invocarla. realizan después de un procedimiento detallado (ley del 1' ju-
Por lo demás, el vendedor no puede renunciar por anticipado nio 1864): redacción de un pliego de condiciones por el Minis-
a prevalerse de ella (art. 1674). terio de Hacienda; venta en subasta pública, después de una
En derecho público, ¿la solución es la misma? estimación hecha por peritos y publicidad; exclusión de la
adjudicación de los administradores y oficiales públicos a que
I. — En caso de ventas de inmuebles por el Estado, se ad- se refiere el art. 1596 del Código Civil. Finalmente, por lo
mite que sus agentes nunca podrán invocar la lesión68. común, la adjudicación sólo se convierte en definitiva, para
En general, se explica esta regla particular del derecho el Estado, luego de aprobarla el ministro, quien, antes de ha-
público por las ideas generales que han inspirado el art. 1684 cerlo, podrá examinar la regularidad del acto, y ver si el precio
del Código Civil: La rescisión por lesión "no se produce en de venta es suficiente.
todas las compraventas que, según la ley, sólo pueden hacerse Habiéndose concluido una compraventa en estas condi-
por orden judicial". ciones, con estas garantías, se considera que, a pesar de la
¿Cuáles son estas razones? falta de un texto formal, la regla del art. 1684 del Código
1*) La primera es que, en estas ventas, las formalidades Civil debe descartarse, pues resulta inútil para el buen fun-
destinadas a asegurar la publicidad y la libre competencia cionamiento del servicio público.
parecen dar la certeza de que se ha alcanzado el más alto
precio posible. II. — El problema general subsiste. En derecho público
francés, ¿es la lesión un vicio del consentimiento del que pue-
El argumento no es decisivo. De hecho, esta certeza no den prevalerse los agentes públicos en interés del patrimonio
existe. Por otra parte, esta razón no es la única que ha in-
administrativo que administran?
fluido sobre el espíritu del legislador; de lo contrario habría
que admitir que en toda venta de inmueble realizada con pu- La cuestión se plantea de manera muy aguda al terminar
blicidad y libre competencia, aunque no fuesen ventas por or- una guerra. Se comprueba entonces que, apremiados por las
den judicial, no podrá invocarse la lesión. Nada de esto suce- necesidades de la defensa nacional, los agentes públicos —a
de; en las ventas facultativas ante la justicia (licitación de menudo ocasionales—, por negligencia, inexperiencia o lige-
inmueble sucesorio, por ejemplo), el vendedor podrá preva- reza, han celebrado, con los proveedores y empresarios, con-
lerse de la lesión. tratos muy onerosos. Aun cuando se hayan tomado precau-
ciones para el control de dichos contratos, la presión de las
2*) Una segunda razón, más decisiva, es que las ventas necesidades del servicio público, de la defensa nacional, ha
por autoridad de la justicia son liquidaciones de situaciones sido tal que los agentes públicos han considerado completa-
de deudores apremiados; luego de la venta se hará una dis- mente secundaria la cuestión dinero, pues los suministros o
tribución de fondos. Es preciso que todo esto se haga rápida-
mente. En consecuencia, se excluye la rescisión por causa de el trabajo debían obtenerse a cualquier precio. Los proveedo-
lesión. res y empresarios se han aprovechado más o menos de esta
situación. Los proveedores menos escrupulosos fijaron los
Estas diversas razones han inspirado ciertamente la regla precios, beneficiándose los otros con ello; la nivelación de,
que se sigue en derecho público. Aunque ningún texto legal los precios se ha hecho frecuentemente hacia arriba y no hacia
formula la regla, la lesión no se considera causa de rescisión abajo. De ahí, las considerables fortunas adquiridas en pocos
en las ventas de inmuebles del Estado. meses. Es un fermento de desmoralización. Durante la guerra,
la represión no es muy enérgica, porque el Estado necesita de
«8 PEREIQUET, Les contrats de l'État, 2» ed., 1890, p. 49. los proveedores. Pero una vez terminada la guerra, cuando
214 E L FUNCIONAMIENTO DE LOS SERVICIOS PÚBLICOS COLABORACIÓN DE PARTICULARES EN SERVICIOS PÚBLICOS 215
el público debe afrontar las deudas formidables que el Estado riormente irregulares los contratos que eran regulares cuando
ha asumido, las quejas se multiplican. Se produce una grita se concluyeron y no los invalidaba un vicio del consentimien-
general contra los proveedores de guerra. Se buscan los medios
to. Ésta es la objeción presentada por la Cámara de Comercio
de revisar estos contratos onerosos, para aligerar la carga de
los contribuyentes y terminar con el escándalo de las fortunas de París, el 20 octubre 1920, y por la asamblea de los presi-
mal adquiridas. dentes de Cámaras de comercio, el 8 noviembre del mismo
año, cuando fué presentado por el Gobierno y votado por la
Muy a menudo, por lo demás, los poseedores de estas gran- Cámara de diputados un proyecto de ley que disponía la re-
des fortunas tienen, en virtud de ello, una fuerza política lo visión de los contratos administrativos celebrados durante
suficientemente grande para contrariar los movimientos de la la guerra 71 .
opinión pública. Disfrutan del apoyo espontáneo de todos los
En el caso particular de los contratos administrativos,
que no quieren sentar el peligroso precedente de la revisión
de los contratos de suministros del Estado. Finalmente, tie- la dificultad jurídica parece aun mayor, pues se agrava por
nen los medios pecuniarios suficientes para ejercer una pre- una consideración de hecho: admitir el principio de la revi-
sión sobre los poderes públicos y sobre la prensa y para reducir sión de los contratos de la Administración, ¿no equivale a
a. sus adversarios a manifestaciones oratorias o epistolares. provocar sospechas con respecto a los agentes públicos que los
han concluido? Los contratos, en efecto, los han firmado los
Es necesario reconocer, además, que jurídicamente el pro-
jefes de servicio competentes luego de haberlos estudiado los
blema no es de fácil resolución69. Comprende todo lo relativo
administradores y controlado las comisiones de control. Todos
a la lesión como vicio del consentimiento. La lesión, ¿es un
estos agentes, ¿son, pues, incapaces o bribones?
vicio del consentimiento en derecho público, no siendo así, en
principio, en derecho privado? Es ésta la objeción señalada por la Cámara de Comercio
Si la lesión es un vicio del consentimiento, los contratos de París (20 octubre 1920 ) 7 2 : "Es indigno del Estado alegar
celebrados durante la guerra y viciados de lesión son irregu- una pretendida incapacidad de derecho, en ocasión de los
lares. Una ley nueva puede, para facilitar el control de la contratos que ha celebrado con los particulares. Resulta in-
regularidad de los contratos, prescribir un procedimiento es- admisible ampararlo tras la incompetencia de sus funcionarios
pecial, organizar una jurisdicción competente especial para para obtener la revisión de sus contratos, cuando le era lícito
examinar la regularidad de cientos de miles de contratos cele- y fácil obtener las capacidades y competencias necesarias".
brados por las Administraciones públicas durante la guerra. Esta objeción de hecho no tiene, en realidad, mucho va-
Esta ley sólo regula, en realidad, lo porvenir10, no afectando lor. En tiempo de guerra, por la fuerza de las cosas, ciertos
los estatutos, ni las situaciones jurídicas generales e imper-
sonales. No afecta a los actos concluidos antes de la ley nueva; 71 Protesta de la Cámara de Comercio de París: " E l proyecto de ley*
los contratos, irregulares desde su origen, siguen siendo irre- tendiente a la revisión de los contratos de toda naturaleza, celebrados desde el
gulares ; la nueva ley sólo organiza los medios de hacer valer 24 julio 1914 al 24 octubre 1919, por el Estado, los departamentos, los munici-
pios y los establecimientos públicos..., votado por la Cámara de Diputados
esta irregularidad. el 30 julio 1920..., entraña el más grave atentado al principio fundamental de
Al contrario, si la lesión es un vicio del consentimiento la no retroactividad de las leyes, sin el cual ya no existe derecho ni salvaguar-
dia de los intereses privados" ( " B . D. P . " , 1920, p. 539). Protesta de la
en derecho público, entonces una ley no puede ordenar la Asamblea de presidentes de las Cámaras de comercio: "Este proyecto, al,
revisión de los contratos. Eso equivaldría a declarar poste- instituir la revisión de todos los contratos celebrados por el Estado..., atenta
as Sobre este punto, cfr. GASTÓN JÉZE, La revisión des marches de la gravemente contra el principio de orden público de la no retroactividad de las
leyes y contra el de la irrevocabilidad de las convenciones legalmente celebradas".
guerre, en la " B . D. P . " , 1920, ps. 416 y ss.
72 Véase el texto de este documento en la " E . D. P . " , 1920, ps. 539 y as.
70 En lo concerniente al problema de la retroactividad, véase el volumen i, La asamblea de presidentes de Cámaras de comercio, en su manifiesto del 8
consagrado a la Técnica jurídica, ps. 140 y ss.
noviembre 1920, no se ha adherido a esta objeción ( " B . D. P . " , 1920, p. 541).
216 E L FUNCIONAMIENTO DE LOS SERVICIOS PÚBLICOS COLABORACIÓN DE PARTICULARES EN SERVICIOS PÚBLICOS 217
servicios públicos —aquellos que celebran contratos— son to resulta tan inevitable que no se conoce ningún país en que
administrados por un personal eventual, por agentes públicos no se haya producido este fenómeno. Hablar, en estas condi-
ocasionales, reclutados apresuradamente; cuando se ha ele- ciones, de la libertad de acción de los agentes del Estado, o
gido dicho personal en razón de su capacidad técnica, perte- de la legitimidad de los beneficios, del saber técnico, de la ha-
nece al mundo de los industriales y de los comerciantes; a bilidad en la dirección, de la iniciativa o de la actividad in-
veces, continúa celebrando contratos con el Estado. Éste siem- dividual de los empresarios, es hacer una novela. Algunas co-
pre mantiene relaciones de amistad, de negocios, de intereses, misiones de los contratos, al examinar los celebrados antes de
con sus proveedores y empresarios. Le resulta muy difícil proponerlos a la firma de los ministros competentes, se cre-
defender los intereses públicos con toda la energía deseable. yeron obligadas a escribir, en sus informes sobre determina-
La intervención de algunos miembros del parlamento, políti- dos contratos, que el contrato se había celebrado con "el re-
cos sin escrúpulos o débiles, agrava la situación. Todos estos vólver al pecho", o incluyeron en el expediente una nota
fiechos indiscutidos destruyen la argumentación de las Cá- —para darle valor jurídico— que comprueba la intransigencia
maras de comercio. del proveedor o la extrema necesidad del suministro, que no
Esto no es todo. Aunque los agentes públicos cumplan permitía ninguna resistencia de la Administración 73 .
con su deber, las circunstancias de guerra no les permiten E n suma, de hecho, no es dudoso que en tiempo de guerra
discutir seriamente los precios. Para que estos últimos se dis- muchos contratos están viciados de lesión. Pero esto no re-
cutiesen y aceptasen libremente se necesitarían dos condicio- suelve la cuestión de derecho: la lesión, en derecho público,
nes esenciales: 1*) la posibilidad, con relación al Estado, de re- ¿es un vicio del consentimiento? Por mi parte, estaría dis-
nunciar por completo al suministro, en caso de que los precios puesto a admitirlo. Las reglas del derecho privado no son un
solicitados fuesen excesivos; 29) la posibilidad de recurrir a obstáculo, pues como hemos visto, las mencionadas normas
uno de los competidores. Pero estas dos condiciones faltan no se aplican necesariamente al derecho público; siempre es
completamente en tiempo de guerra. En el trascurso de la preciso conciliarias con las necesidades del buen funciona-
guerra de 1914-1918, debieron celebrarse a menudo contratos miento de los servicios públicos. Pero, en tiempo de guerra,
muy onerosos en circunstancias trágicas, en vista de los des- los agentes públicos están obligados de hecho, para asegurar
pachos del Generalísimo que reclamaba de inmediato suminis- el buen funcionamiento de los servicios públicos de defensa
tros, ante la amenaza de catástrofe. ¿Qué libertad de dis- nacional, a celebrar contratos sin poder discutir seriamente
cusión tenían los agentes públicos encargados de negociar los los respectivos precios o sin poder resistir las pretensiones
precios con los proveedores? Por otra parte, las necesidades excesivas de los proveedores que abusan de su monopolio de
de la defensa nacional fueron tan numerosas y tan apremian- hecho.
tes, que no existió en verdad libre competencia. Los provee-
Tal ha sido la opinión del Gobierno y de la Cámara de
dores no iban a hacer propuestas a los agentes públicos; eran
diputados en 1920. El 30 julio 1920, esta última aprobó, sin
estos últimos quienes acosaban a los proveedores, incluso a
discusión, un proyecto de ley presentado por el Gobierno, el
los que estaban en peores condiciones; el Estado les presta-
24 abril 1920, acerca de la revisión de los contratos de la gue- .
ba dinero para construir una fábrica o comprar las maquina-
ira: "Los contratos de toda índole, celebrados, desde el 24 '
rias; les suministraba materias primas y mano de obra; les
julio 1914 al 14 octubre 1919, por el Estado, los departamen-
rogaba que produjeran al máximo, encargándose de pedidos
tos, los municipios y los establecimientos públicos, se somete-
que superaban su capacidad de producción. Estaba en juego
rán a revisión". Lo mismo reza "para todos los contratos"
la suerte del país. Teniendo los proveedores en tiempo de gue-
r r a una situación de monopolio, se aprovecharon de ella. E S - 73 " B . D. P . " , 1920, p. 543.
218 E L FUNCIONAMIENTO DE LOS SERVICIOS PÚBLICOS COLABORACIÓN DE PARTICULARES- EN SERVICIOS PÚBLICOS 219
relativos a la reconstitución de las regiones liberadas y a la El Senado archivó este proyecto de ley. No se oyó hablar
liquidación de los stocks, cuando dichos contratos se han ce- más de él76, aunque la mayoría de los gobernantes que lo
lebrado con anterioridad al 24 octubre 1919. Todos los provee- habían presentado al Parlamento hayan continuado partici-
dores de la Administración, cualesquiera sean, deberán hacer, pando en el gobierno.
dentro del plazo de un mes, ante el Ministerio de Hacienda, Lo que debe retenerse de este incidente parlamentario,
una declaración que indique la naturaleza de sus contratos, es que el Gobierno y la Cámara de diputados han considerado,
el monto de la cifra de sus negocios y los gastos resultantes sin duda, que la lesión es, en derecho público, por lo menos en
de estos contratos, así como los beneficios obtenidos de los tiempo de guerra, un vicio del consentimiento. El principio
mencionados contratos, por ellos mismos o por intermedia- de la no retroactividad de las leyes no se ha considerado
violado por la medida votada.
rios, cuyos hombres y direcciones deberán suministrar. En
caso de que los proveedores obligados a la declaración hayan
fallecido, deberán hacerla sus herederos. Los corredores e § 3
intermediarios tendrán la misma obligación de formular la
declaración". Sólo se hace una excepción con respecto a los Objeto posible y lícito
pequeños contratos: "No se someterán obligatoriamente a la
revisión, los contratos celebrados por un mismo proveedor, I. — La manifestación unilateral de voluntad, el acuer-
cuyo monto total no sobrepase los 100.000 francos". Por lo do de voluntades, deben recaer sobre un objeto posible y lícito.
demás, incluso estos pequeños contratos podrán revisarse a El objeto es la prestación que deberá cumplirse como
consecuencia de la situación jurídica creada por el acto jurí-
instancia de la Administración.
dico77. Es necesario que la ley considere materialmente posi-
Dejemos de lado el mecanismo de la revisión, establecido ble esta prestación y no la prohiba.
por el proyecto de ley74. Resulta impracticable; es asombroso
que la sanción de un proyecto de esta importancia se haya 76 El 7 abril 1922, en la Cámara, la Comisión de contratos de guerra
efectuado sin discusión, a libro cerrado, en una sesión ma- despachó favorablemente un proyecto de resolución invitando al Gobierno a
solicitar al Senado que acelerase la sanción del proyecto de ley (Informe
tinal y al término de ella. Sin duda se consideró al voto de la D U P I N , n* 4274).
Cámara una manifestación sin importancia. Esta sanción 77 DUGUIT, Droit const., 2» ed., 1921, i, ps. 246 y ss., analiza cuidadosamente
precipitada no hace mucho favor a quienes impulsaron a la el oojeto del acto jurídico. Distingue el objeto inmediato y el objeto mediato...:
Cámara a realizar este gesto inútil 75 . " E n todo acto de voluntad, hay un objeto inmediato y un objeto mediato,
existiendo, además, un fin determinante... Son estos dos elementos, uno material
y el otro psicológico, los que determinan el valor moral y el valor jurídico del
74 V. el texto del proyecto en la " B . D. P . " , 1920, ps. 421 y ss. acto... El objeto inmediato del acto de voluntad es siempre un acto material
75 E n nombre del Gobierno, el subsecretario de Estado, EEIBEL, " s e feli- consistente en un movimiento corporal de la persona física del sujeto; a veces
cita, ante todo, de que se vote este proyecto de ley. El Gobierno —agrega— se una tradición, lo más a menudo una declaración verbal o escrita. Cuando es una
compromete a poner toda su diligencia ante el Senado, para que dicho cuerpo tradición, el objeto inmediato y el objeto mediato del acto jurídico se distinguen
lo apruebe en el más breve p l a z o " . Sin duda, " p u e d e n originarse discusiones muy claramente... El acto material inmediatamente deseado lo es como medio
acerca de los detalles de su aplicación, pero lo que era esencial en él, está en para llegar al nacimiento de una situación de derecho, a la formación de una
principio sancionado". Por su parte, el relator interino del proyecto en la obligación que tiene por objeto una determinada prestación... Cuando el dere-
Cámara, D U P I N , afirma que el problema está resuelto, " e s t a cuestión que in- cho objetivo exige formalidades para la formación de un acto jurídico, el
teresaba vivamente al país y que apasionaba realmente a la opinión pública objeto inmediato es la declaración solemne. Si la solemnidad exigida por el
dentro y fuera de la Cámara, en especial, a las asociaciones de combatientes". derecho objetivo no se ha cumplido, no existirá acto jurídico válido, aunque el
Esta sanción " m o s t r a r á al país que la Cámara ha realizado una obra que puede objeto mediato, el objeto de la intención, sea perfectamente lícito. A la in-
quizá sufrir algunas modificaciones posteriores, pero que prueba su voluntad versa, si el objeto mediato es lícito y la declaración se hubiese hecho en la
de hacer algo en este orden de ideas, y eso ya es m u c h o " . forma solemne que establece el derecho objetivo, el acto jurídico está viciado,
220 E L FUNCIONAMIENTO DE LOS SERVICIOS PÚBLICOS COLABORACIÓN DE PARTICULARES EN SERVICIOS PÚBLICOS 221
Tal es la regla del derecho privado. Entre particulares, Veamos algunos ejemplos:
las partes pueden fijar libremente las prestaciones que esti- l 9 ) Los acuerdos bilaterales de voluntades concernientes
pulan ; las excepciones son estrictas, no pudiendo crearse otras a la atribución de una función pública fuera de las condicio-
que no sean las previstas por la ley o que fuesen contrarias nes legales, carecen de valor jurídico. Las "promesas de com-
al orden público o a las buenas costumbres. pensación" —para emplear la expresión vulgar— nada valen
II. — La regla general del derecho privado se aplica a en derecho público francés, cualquiera sea, por lo demás, el
las manifestaciones unilaterales de voluntad, a los acuerdos valor político de dichas promesas. En efecto, ellas tienen por
bilaterales de voluntades del derecho público, salvo que aquí objeto atribuir de antemano una función, es decir, comprome-
es preciso tener en cuenta el hecho de que las manifestaciones ter el ejercicio de la competencia de nombramiento para lo
de voluntad sólo tienen por objeto asegurar el buen funcio- futuro 78 .
namiento de los servicios públicos. Los casos de objeto ilícito 29) Los acuerdos bilaterales de voluntades que tienen por
son, pues, más numerosos y variados en derecho público que objeto dejar de lado una regla legal que concierne al funcio-
en derecho privado. namiento de un servicio público, son ilícitos, a menos que la
Todo acto, toda convención, celebrados por un agente legislación los permita. La jurisprudencia del Consejo de Es-
público, que tuviesen por objeto una prestación cuyo efecto tado da un curioso ejemplo (13 julio 1917, Sarvonat et Tour-
fuese entorpecer el funcionamiento regular y continuo de un nade, "Rec", p. 567). Se abrió un concurso de oposición para
servicio público, son nulos; el objeto es ilícito, puesto que se medicina. Según los términos de los reglamentos (estatuto de
opone al mismo servicio público que el acto debe hacer fun- la agregación, resoluciones ministeriales del 31 julio 1887,
cionar. art. 39, y del 21 julio 1909), en la primera de las pruebas pre-
paratorias consistentes en una lección oral de tres cuartos de
porque su objeto mediato no se ajusta a las prescripciones del derecho objetivo. hora, el candidato podrá utilizar obras señaladas por el
En caso de que el derecho objetivo no exija una declarac'ón en forma solemne
consagrada, el objeto inmediato y el objeto mediato, el objeto de la volición y jurado. Se ha querido así trasformar el carácter de la prime-
el objeto de la intención se confunden. En el caso de acto-regla, el objeto del r a prueba del concurso, pues anteriormente los candidatos no
acto es el objeto de las obligaciones generales prescritas. En el caso de acto
subjetivo, el objeto del acto es el objeto de las obligaciones concretas y espe- podían consultar ningún libro y la memoria tenía, entonces,
ciales que el declarante piensa ver nacer en virtud de su declaración. Para un papel preponderante. Poniendo a disposición de los can-
resolver la cuestión de saber si el objeto del acto jurídico es licito, es preciso didatos las obras señaladas por el jurado, para que las utili-
examinar la prestación que deberá realizarse a raíz del nacimiento de la situa-
ción jurídica consecutiva al acto. Si esta prestación es contraria al derecho, el cen, llegado el caso, como ayuda de su memoria, la lección
objeto del acto jurídico es, por ello mismo, contrario al derecho, y el acto, por oral de tres cuartos de hora ha llegado a ser una prueba que
consiguiente, es también contrario al derecho. La declaración de la intención se puede permitir al jurado apreciar las cualidades de método y
confunde entonces con el acto jurídico, o, por lo menos, se puede hablar sólo de
declaración de intención, puesto que, siendo ella misma objeto inmediato de la la aptitud para la enseñanza, antes que la erudición biblio-
volición, no interviene sino para exteriorizar el objeto mediato de esta misma gráfica de aquéllos.
volición, el objeto de la intención. Es por eso que en la terminología moderna,
la expresión "declaración de voluntad" tiende a emplearse cada vez más para Establecido lo que antecede, en el momento del concurso
designar el acto jurídico; por eso se habla corrientemente del objeto y del fin el jurado dispuso que no se pondría ningún libro a disposición
de la declaración de voluntad. Esta terminología no presenta inconveniente si se de los candidatos. De hecho, según se sostuvo en el juicio
comprende bien que la declaración no es el acto de voluntad, sino únicamente
la ejecución de la volición interna y el medio que el sujeto desea para que el ante el Consejo de Estado, los propios candidatos habían
efecto de derecho se produzca de conformidad al derecho objetivo". Véase, tam-
bién, DUGUIT, op. y loe. cits., i, ps. 284 y ss.: El objeto y el fin en el contrato. 78 Cons. de Est, 17 mayo 1907, Le Bigot, " E e c . " , p. 465, con las conclu-
V. infra, p. 223, nota 81.
siones de TEISSIER. V. supra, p. 203, nota 62.
222 E L FUNCIONAMIENTO DE LOS SERVICIOS PÚBLICOS COLABORACIÓN DE PARTICULARES EN SERVICIOS PÚBLICOS 223
mismo motivo determinante. Puede suceder que preste, un La idea general, en derecho privado como en derecho
día, para realizar un negocio; otro día, para adquirir un in- público, es que los motivos pueden influir sobre el valor jurí-
mueble; otro, para jugar a las carreras, etc. El objeto de cada dico de una manifestación unilateral de voluntad o de un
uno de estos préstamos es el mismo, pero varía el motivo de-
terminante.
no sabemos qué precedentes históricos que nada tienen que hacer aquí, o en
tina estrecha interpretación de los textos del Código Napoleón, que el motivo
que determina a las partes a contratar escapa a la acción del derecho. Cada
celebrar un contrato. Es necesario, luego, determinar el objeto y el fin de contratante que quiere celebrar un contrato es determinado por un fin, que es
cada uno de los actos de voluntad emanados de cada contratante y relativos a la un elemento de su acto voluntario. El objeto y el fin son dos elementos esencia-
misión que entiende desempeñar en el contrato... En el préstamo..., el presta- les de todo acto de voluntad. No se puede dejar de lado ninguno de ellos, pues
mista quiere entregar la cosa prestada y convertirse en acreedor, a fin de que se corre el riesgo de llegar a soluciones que lesionan al mismo tiempo el interés
el prestatario se convierta en su deudor. Entregar la cosa prestada es el objeto social y el sentido de la justicia".
inmediato que persigue; convertirse en acreedor, el objeto mediato; " a fin de
Beprocho, por mi parte, al análisis que precede, no distinguir con sufi-
que el otro quiera convertirse en deudor" es el fin determinante de su vo-
ciente claridad el motivo determinante (de carácter subjetivo), del fin deter-
luntad de desempeñar en el contrato el papel de prestamista. Por su parte, el
minante (de carácter objetivo). Consideremos el ejemplo de un préstamo de
prestatario quiere dar a conocer su intención de comprometerse a devolver,
dinero para jugar. Si adoptamos la primera parte del análisis de DUGUIT, di-
para que el prestamista le entregue la cosa prestada. La declaración de la
remos, empleando sus propios términos: " E l prestatario quiere dar a conocer
voluntad de obligarse es el objeto inmediato que persigue; la obligación de
la intención de comprometerse a devolver, para que el prestamista le entregue
reintegrar, es el objeto mediato; la recepción de la cosa prestada es el fin deter-
el dinero; la declaración de voluntad de obligarse es el objeto inmediato que
minante de la voluntad que tiene el prestatario de desempeñar dicho papel en el
persigue; la obligación de reintegrar, es el objeto mediato; la recepción de
contrato. Finalmente..., es preciso señalar que la entrega de la cosa prestada
los fondos es el fin determinante de la voluntad que tiene el prestatario de
es únicamente el fin determinante de la voluntad del prestatario de obligarse
desempeñar dicho papel en el contrato". La entrega de la cosa prestada es el
a reintegrar, y no el fin de la voluntad del prestamista de convertirse en acree-
fm determinante de la voluntad del prestatario de obligarse a devolverla. Pero
dor, y además y sobre todo, el fin determinante de la voluntad de celebrar un
tal no es, evidentemente, el motivo determinante que impulsa al jugador al
contrato de préstamo... Si consideramos el ejemplo de la compraventa, con-
solicitar el préstamo para jugar. Este análisis no hace, pues, aparecer clara-
trato sinalagmático, su análisis nos revela las mismas distinciones. Quiero reali-
mente el motivo determinante que impulsa al prestatario a pedir dinero pres-
zar un contrato de compraventa, he aquí el primer acto de voluntad. En esta
tado. Este motivo determinante, en el ejemplo elegido, es el destino de lo»
compraventa, quiero desempeñar el papel de vendedor, es decir, quiero expre-
fondos prestados: el juego. Es un motivo subjetivo, personal para el presta-
sar la voluntad de ser vendedor con la intención de convertirme en deudor de
tario. El motivo determinante, en el préstamo, varía, no solamente según lo»
la cosa para que el comprador se convierta, respecto a mí, en deudor del precio.
prestatarios, sino según las circunstancias en las que un mismo individuo soli-
La declaración de la voluntad de ser vendedor es el objeto inmediato; la in-
cita un préstamo. Ahora bien; el fin determinante, tal como surge del análisis
tención de convertirme en deudor de la cosa es el objeto mediato; ila fin de
hecho por DUGUIT en el pasaje arriba señalado, sería el recibo de los fondos,
que él comprador se convierta en deudor del precio", es el fin determinante del
es decir, un fin que es el mismo para todos los prestatarios en todas la*
acto de voluntad del vendedor. Si se considera al comprador..., el objeto in-
circunstancias. En efecto, cualquiera sea el destino de los fondos prestados, el
mediato es la declaración de querer ser comprador; el objeto mediato, la inten-
prestatario quiere recibirlos.
ción de llegar a ser deudor del precio; el fin determinante, la idea de que el
vendedor se convertirá en deudor de la cosa". Preferimos la exposición hecha por DUGUIT en otra parte de su libro
(Droit const., 2» ed., 1921, i, ps. 249 y ss.), y donde aparece claramente el
Aquí, DUGUIT presenta al fin determinante con un carácter puramente ob- carácter subjetivo del motivo determinante, por oposición al carácter objetivo
jetivo. El fin determinante, tal como acaba de definirlo DUGUIT, es el mismo del objeto: "El fin o motivo determinante —escribe— no es de ningún modo
para todos los vendedores, para todos los compradores. El mencionado profesor el objeto, ni inmediato, ni mediato, del acto jurídico, puesto que es simple-
agrega (p. 288): " E s preciso también investigar el fin determinante del acto mente una representación del espíritu, la imagen que se forma el espíritu de
de voluntad que consiste, no en desempeñar tal o cual papel en un contrato, aquel que realiza el acto, de la posible realización de otro deseo que puede
sino en hacer este contrato mismo... Cuando una de las partes desea un con- emanar de sí mismo o de otro sujeto. Es esta imagen la que ha determinado la
trato en sí mismo con un fin determinante ilícito, este contrato está indudable- volición. De donde resulta que si el objeto de este deseo futuro o pasado es
mente viciado. El fin tiene un papel preponderante en la apreciación del valor ilícito, la volición que ha sido determinada por la representación que el espí-
social y moral de un acto de voluntad cualquiera. El acto contractual no puede ritu del sujeto se ha formado de ella, es también ilícita. No se puede desear
escapar a esta ley. Es imposible admitir la doctrina que afirma, apoyándose en jurídicamente el nacimiento de una situación, para que se haga realizable una
y los jefes de servicio. Esta evolución se acentúa a medida que un vicio radical. Esta laguna hace suponer que el motivo
desaparecen los vestigios del régimen monárquico. determinante no es un motivo de interés público. El Consejo
2*) Bajo la influencia de la misma idea, la jurispruden- de Estado no va más lejos, ni indaga si, de hecho, el acto mo-
cia del Consejo de Estado se ha mostrado y se muestra cada tivado se ha realizado en vista del interés público. Anula el
vez más severa, en lo concerniente a la aplicación de la teoría acto, sin admitir que la Administración pruebe que el autor
de los motivos determinantes, habiendo establecido reglas del acto perseguía un fin de interés general, dentro de su com-
concordantes que forman un sistema coherente. petencia legal95.
Esta teoría general jurisprudencial de los motivos deter- 39 regla. Cuando un agente público expresa, en el acto
minantes en derecho público, engloba y supera la teoría de la mismo, los motivos que le han hecho obrar, estos motivos, por
desviación de poder. Es tan amplia y sus tendencias de des- lo mismo que están expresados en el acto, se consideran, en
arrollo tan grandes, que el Consejo de Estado estima que con- principio, determinantes; el Consejo de Estado les aplica, pues,
viene limitarla, de hecho, mediante exigencias particulares la teoría de los motivos determinantes. Esta regla se aplica
sobre los medios de prueba relativos a los motivos determinan- estrictamente cuando el agente público ha dado los motivos,
tes. De lo contrario, todos los actos realizados por los agentes porque la ley o un reglamento le creaba una obligación. Tam-
administrativos correrían el riesgo de ser impugnados por es- bién se aplica la regla, aunque con menor severidad, cuando
píritu de chicana político, tan difundido en las democracias, el agente ha expresado los motivos espontáneamente, fuera de
y la actividad de los agentes públicos se paralizaría. So pre- toda obligación legal o reglamentaria de motivar su decisión.
texto de asegurar el buen funcionamiento de los servicios pú- Se llega, pues, muy a menudo, a la consecuencia de que debe
blicos, se correría el peligro de perturbarlos. anularse un acto jurídico, mientras que si no se hubiese mo-
Es necesario insistir sobre esta jurisprudencia. Se la tivado sería inatacable puesto que, por una parte, la le}' no
puede condensar en las siguientes reglas:
P regla. Los agentes públicos sólo están obligados a mo- 95 Jurisprudencia constante, muy antigua. Cons. de Est., 22 enero 1892,
tivar sus actos, cuando la ley o un reglamento así lo dispo- Maillet, " R e c " , p. 40: "Según los términos del art. 12, § 6, del decreto del 12
abril 1880, los consistorios están obligados a motivar sus decisiones cuando
nen. A falta de texto legal, no necesitan fundar sus decisio- estatuyen acerca de las protestas de los electores. Conforme a las disposiciones
nes 94 . Por lo demás, esto no quiere decir que se les prohiba combinadas del mencionado artículo y del art. 15 del mismo decreto, la resolu-
motivarlas ni que el juez no deba investigar los motivos de ción del ministro de Cultos será motivada cuando debe estatuir sobre las recla-
los actos, fuera de los casos en que la ley exige que se den los maciones entabladas ante él contra la decisión adoptada por un consistorio a
raíz de protestas. La decisión impugnada no contiene ningún motivo, y cabe
motivos. anularla por aplicación de las disposiciones arriba recordadas, sin que sea
2* regla. Cuando un agente público está obligado, según necesario investigar si es verdad, como sostienen los recurrentes, que estaría des-
las leyes y reglamentos, a motivar su acto, debe hacerlo, bajo provista de todo carácter contradictorio". LAFERRIÉRE (Jur. adm. et rec. con-
tentieux, 2* cd., 1896, n, p. 520) justifica como sigue esta jurisprudencia: " E l
pena de nulidad del acto. La ausencia de motivos es entonces vicio de forma consiste en la omisión o en la realización incompleta o irregular
de las formalidades a las que se somete un acto administrativo, por las leyes y
»4 Jurisprudencia constante: Cons. de Est., 8 mayo 1914, Douchet, " R e c . " , reglamentos. Estas formalidades nunca deben considerarse procedimientos de
p. 550; id., 11 agosto 1916, Leguay, " R e c " , p. 370: Retiro de oficio de un pura forma, un aparato exterior destinado a dar mayor solemnidad al acto;
oficial. " E l señor L. solicita que se proceda a la verificación de la exactitud según la intención de la ley, ellas son garantías ofrecidas a los interesados, al¡
de los motivos de la decisión impugnada. Pero esta decisión no está fundada; público, a la propia Administración, contra las decisiones apresuradas o insufi'
ninguna disposición legal o reglamentaria exigía que lo estuviese". Cons. de Est., cientemente estudiadas. Estas formalidades... pueden tener en vista solamente
7 julio 1916, Levi, " R e c " , p. 279. Decreto de retiro de la naturalización: "Si la redacción del acto, por ejemplo, cuando la ley exige que una decisión sea
bien el art. 2 de la ley del 7 abril 1915 exige una decisión especial, adoptada motivada. A cada una de estas formalidades corresponde, en el pensamiento del
por decreto publicado en el "Journal Officiel", para dejar sin efecto ana legislador, un medio de evitar un error, de impedir una injusticia, de asegurar
naturalización posterior al 1» enero 1913, este texto no exige que dicha decisión la madurez y la oportunidad de la decisión; de tal modo que el acto sólo se
tea motivada". presume correcto cuando se han observado todas las formalidades exigidas''.
234 E L FUNCIONAMIENTO DE LOS SERVICIOS PÚBLICOS COLABORACIÓN DE PARTICULARES EN SERVICIOS PÚBLICOS 235
obligaba al agente público a motivarlo y, además, no se podría 4* regla. Cuando la ley o un reglamento obligan a un agen-
probar que los motivos determinantes fueron, en realidad, mo- te público a dar a conocer los motivos del acto jurídico que
realiza, debe exponer dichos motivos de manera clara y pre-
tivos distintos del interés público.
cisa, y no mediante fórmulas de estilo, fórmulas ganzúas98 o
Excepcionalmente, las circunstancias del caso pueden po- frases sin significación exacta 99 .
ner de manifiesto que los motivos invocados en una decisión
59 regla. Los motivos alegados deben ser materialmente
que no era necesario motivar, no han sido determinantes. En
exactos. El Consejo de Estado, en su jurisprudencia más mo-
este caso excepcional, el Consejo de Estado no pronuncia la
anulación 96 . El caso Monod, resuelto el 28 junio 1907, pone de 98-99 En los casos Jacquin et autres, resueltos por el Cons. de Estado, el
relieve las ideas que prevalecen en el Consejo de Estado: El 30 noviembre 1906 (11 resoluciones), " B e c " , p. 863 (a propósito de las de-
señor M. había sido reemplazado como director en el Ministe- cisiones sobre pedidos de derogación del descanso hebdomadario), el comisario
rio del Interior. El decreto expresaba que se lo había jubilado del Gob :erno, EOMIEU, decía: ' ' Las resoluciones prefectorales, por lo general,
no contienen ninguna respuesta a los medios particulares invocados en la
a su pedido. En realidad, el señor M. no había solicitado su demanda, y se limitan a afirmar, por una simple fórmula de estilo, que el
reemplazo. Sostenía que al invocar este motivo "a su pedido" establecimiento no satisfacía ninguna de las condiciones establecidas por la
ante el presidente de la República, el ministro del Interior, ley; incluso algunos pronunciamientos son simples hojas en las que está todo
que había presentado el proyecto de decreto a la firma del impreso, la parte dispositiva y los motivos que consisten en esta fórmula " passe-
partout" redactada de antemano, salvo el nombre del industrial que ha sido
presidente, había sorprendido su buena fe: "El presidente dejado en blanco para ser escrito con tinta. No es esto lo que ha querido la ley,
ha ignorado —decía— las circunstancias en que firmó el de- cuando ha exigido la autorización individual y la resolución motivada, bajo el
creto". Si hubiese sabido que el señor M. no había pedido su control del Consejo de Estado: el juez, en muchos de los casos, se vería en la
reemplazo, el presidente no habría firmado. La "solicitud" imposibilidad de estatuir con conocimiento de causa y quedaría reducido a pe-
dir a la Administración un suplemento de instrucción".
invocada en el decreto como motivo del acto, ha tenido, pues,
En el caso Camino, decidido por el Consejo de Estado, el 14 enero 1916
el papel de motivo determinante. El ministro del Interior res- ( " B e c " , p. 15; " E . D. P . " , 1917, ps. 443 y ss.), el comisario del Gobierno,
pondió: "El presidente de la República no ha ignorado las CORNEILLE, ha tenido que apreciar el motivo que sigue, inserto en una resolu-
condiciones en las cuales se permitió al señor M. invocar sus ción prefectoral de suspensión y en un decreto de destitución de un alcalde.
derechos a la jubilación, y si el decreto establece que la me- Veamos la redacción (del motivo): "Considerando que, por razones de orden
dida se ha adoptado a pedido del interesado, es únicamente personal y local, particularmente lamentables, en las circunstancias actuales
en que el interés de los heridos debe privar sobre toda otra preocupación.
para evitar que dicha medida pueda considerarse una sanción M. C, alcalde..., por una sistemática resistencia, ha rechazado, con respecto a
disciplinaria"'. Esta última tesis fué admitida en 1907 por el una fle las ambulancias que él administra, los socorros médicos y financieros con
Consejo de Estado 97 . los que tenía derecho a contar". El comisario del Gobierno consideró que este
motivo no era claro ni preciso: " E l recurso acaba de haceros ver, no sin alguna
96 Cons. de Est., 28 junio 1907, Monod, " E e c . " , p. 616: Si bien- equi- razón, que la resolución impugnada no está motivada en términos que permitan
vocadamente el decreto impugnado, que nombra al señor Miman en reemplazo comprobar la existencia de faltas de servicio de las que resulte responsable el
del señor Monod (como director de asistencia y de higiene pública en el Mi- alcalde... Es evidente, en efecto, que el motivo es quizá una bella frase, pero
nisterio del Interior), expresa que se ha permitido a este último hacer valer no es más que una frase, y que el segundo motivo, en los términos en que
sus derechos a la jubilación a su pedido, la inexactitud de esta mención no está concebido, es un simple enigma, de tal suerte que después de la lectura ,
puede, en las circunstancias del caso, viciar de ilegalidad el citado decreto". de estos dos motivos, se tiene la impresión —impresión molesta— de que la /
medida pudo adoptarse por razones de las que todos hablan, pero que nadie
97 En el caso Trépont, Cons. de Est., 20 enero 1922 ( " E . D. P . " , 1922,
osa escribir". De conformidad a estas conclusiones, el Consejo de Estado ha
p. 83), el comisario del Gobierno, EIVET, exponía como sigue la doctrina de la
resuelto: " E l motivo sacado de pretendidas vejaciones ejercidas por el recu-
resolución Monod: " E n las circunstancias del caso (Monod), la consideración
rrente con respecto a una ambulancia privada, pone de manifiesto hechos que,
de los hechos erróneos ha permanecido totalmente extraña a los motivos deter-
además de estar establecidos incompletamente, no constituyen faltas cometidas
minantes de la decisión". Se podría preguntar si el Consejo de Estado juzga-
por el recurrente en ejercicio de sus atribuciones... " .
ría hoy el caso Monod en la misma forma.
236 E L FUNCIONAMIENTO DE LOS SERVICIOS PÚBLICOS
COLABORACIÓN DE PARTICULARES EN SERVICIOS PÚBLICOS 237
derna, admite que los interesados prueben que los motivos ale-
gados son materialmente inexactos100. El Consejo de Estado ha hecho aplicaciones de ésta regla,
El solo hecho de que el motivo alegado sea materialmente dignas de señalar.
falso, podrá tener como consecuencia la nulidad del acto, En el caso Monod, 20 junio 1907 (supra, p. 234), el Con-
aunque el agente público no estuviese obligado a motivarlo, sejo de Estado no ha anulado, reconociendo cabalmente que
aun cuando no se pudiese establecer que el autor del acto ha el único motivo invocado era materialmente inexacto. En cam-
perseguido un fin que no era el interés público. bio, en el caso Trépont, 20 enero 1922, el mencionado Cuerpo
Esta nulidad no es, por otra parte, una consecuencia in- ha anulado la decisión impugnada 103 . La sentencia Trépont,
eludible. Ello depende de las circunstancias de la causa. Muy ¿no marca un cambio de la jurisprudencia? Es ésta mi opinión.
frecuentemente, por lo demás, el Consejo de Estado anula101: Examinemos el caso Trépont, 1922.
el acto no se ha realizado correctamente 102 . Un prefecto es separado de su cargo por decreto del pre-
sidente de la Eepública, a propuesta del ministro del Interior.
100 Cons. de Est., 19 julio 1918, ville de Saint-Etienne, " E e c " , p . 739 No era necesario motivar este decreto. Pero el decreto esta-
(con las conclusiones de CORNEILLE) : Negativa de aprobación de la ampliación
de un cementerio: " E l ministro ha fundado su decisión en un motivo cuya blece el siguiente motivo: El señor T. es separado a su pedido.
inexactitud está demostrada". El prefecto establece que, lejos de solicitar esa medida, había,
ioi Conclusiones de EIVET, en el caso Trépont, 20 enero 1922 ( " E . D. P . " , por el contrario, manifestado su intención de permanecer en
1922, p . 8 3 ) . E n la hipótesis en que el trámite del recurso revela una "inexac- su puesto. El motivo era, pues, materialmente inexacto104. El
titud material en los hechos" mencionados en el acto como motivo de éste,
EIVET expone como sigue la jurisprudencia del Consejo de E s t a d o : " O s parece
que dada la elasticidad de los poderes de que, en la especie, dispone la Admi- aando volver a poner en actividad al general, reconociendo enteramente que la
nistración, el acto impugnado hubiese podido conciliarse con la realidad de loa primera decisión se fundaba únicamente en comprobaciones de hecho erróneas),
hechos, el problema se hace más delicado. Muy frecuentemente, anuláis la deci- basada en motivos que le correspondía apreciar, produce —a partir de esta
sión que se os defiere, considerando que está de algún modo viciada, porque
última fecha— su pleno y completo e f e c t o " .
ha faltado en ella el libre arbitrio de su autor, y que no se ha adoptado, en
definitiva, en las condiciones en que legalmente debió adoptarse (en este sen- Asimismo, en el caso Congrégation de soeurs hospitaliéres de Lyon, resuelto
tido, general de Noué, 5 julio 1918, " E e c . " , p. 660; Congrégation des Soeurs por el Consejo de Estado, el 22 febrero 1918 ( " E e c " , p . 187), el citado
hospitaliéres de Lyon, 22 febrero 1918 ( " E e c . " , p. 187). A veces, en cambio, Cuerpo ha anulado un decreto de clausura de un establecimiento congregacio-
habéis rehusado la anulación, cuando estimabais —y es éste el caso de vuestro nista que no era necesario motivar, pero que, en realidad, lo había sido; el
pronunciamiento Monod, del 28 junio 1907 ( " E e c " , p . 616)— que, en las Consejo de Estado comprobó que el único motivo alegado era de hecho erróneo,
circunstancias del caso, la consideración de los hechos erróneos ha permanecido por lo que anuló el decreto: " E e s u l t a , tanto del informe presentado por el
totalmente extraña a los motivos determinantes de la decisión". V. supra, p. ministro del Interior en apoyo del d e c r e t o . . . como del ar-t. 7 de este decreto,
234, nota 96. que la abrogación del reglamento del 18 marzo 1827, que autorizaba el estable-
102 Cons. de Est., 5 julio 1918, general de Noué, " E e c " , p. 660. E l Con- cimiento de la congregación de las hermanas de St. Charles de Lyon en Am-
sejo de Estado ha anulado una decisión del ministro de Guerra relevando a un plepuis, se h a pronunciado a título de simple medida de orden y por el único
general de su comando y declarándolo en inactividad, porque el único motivo motivo de que dicho establecimiento habría desaparecido... Del expediente y
de dicha decisión faltaba en realidad: E l ministro no tenia necesidad de moti- de las observaciones del ministro del Interior, en respuesta a la intimación,
var, pero lo ha hecho; si los motivos son materialmente inexactos, la resolución resulta q u e . . . en la fecha en que el decreto se dictó, . . .las mencionadas her-
es nula. " S i bien el ministro de Guerra —dijo el Consejo de Estado— está manas ejercían todavía en Amplepuis las obras de caridad en favor de los
investido, en lo que concierne al mantenimiento o no en actividad de los enfermos. De ahí se deduce que el citado establecimiento no había desaparecido.
oficiales incluidos en el cuadro de reserva, de poderes discrecionales, que im- Por tanto, el d e c r e t o . . . está fundado sobre un motivo erróneo y, por consi- '
portan una soberana apreciación de lo que manda el interés del servicio, no guíente, ha sido dictado en violación de la ley, y corresponde decretar su
podía, como lo ha hecho, por la decisión impugnada del 26 junio 1916, relevar anulación''.
a este oficial general de su comando, fundándose únicamente... en hechos ios GASTÓN J É Z E , La situation des préfets, en la " E . D. P . " , 1922, ps. 81
materialmente inexactos. De ahí se desprende que la decisión... esté viciada
y ss. V., también, las conclusiones de EIVET.
de exceso de poder. L a anulación de aquella no impide, por lo demás, que la
segunda decisión del ministro de Guerra, de fecha 21 noviembre 1915 (rehu- 104 E n sus conclusiones, el comisario del Gobierno ha expresado que la
inexactitud material no era involuntaria.
238 E L FUNCIONAMIENTO DE LOS SERVICIOS PÚBLICOS COLABORACIÓN DE PARTICULARES EN SERVICIOS PÚBLICOS 239
Consejo de Estado anuló el decreto, debiendo señalarse que Las aplicaciones de esta regla son extremadamente va-
dicho Cuerpo aplica aquí —con muy poco acierto— la teoría riadas. Resulta imposible estudiarlas todas, pues son muy
de la causa: "Al presentar la resolución como si se hubiese dis- numerosas. Veamos las principales: se puede clasificarlas en
puesto a pedido del interesado, el ministro del Interior la cuatro categorías; la jurisprudencia ha establecido una gra-
funda en un hecho materialmente inexacto y le da así una dación* muy delicada y sutil:
causa jurídica inexistente. Cabe, por consiguiente, pronunciar
su anulación por exceso de poder". l 9 ) el agente público persigue un fin prohibido por la ley;
29) el agente público persigue un fin de interés general
Se suscita una cuestión, cuando el agente público ha da-
y lícito, pero que no es de su competencia propia;
do varios motivos, de los cuales solamente uno es erróneo. En
este caso, si el acto debía ser motivado, el juez debe investigar 39) el agente persigue un fin de interés general y lícito,
si el motivo exacto que subsiste es suficiente para justificar el de su competencia, pero mediante el ejercicio de un poder ju-
ejercicio de su competencia por parte del agente público. En rídico general que no se ha organizado para obtener ese fin;
la duda, a mi juicio, deberá decidirse por la negativa. Sin du- 49) el agente público persigue un fin que no es un fin de
da, hay poderosas razones en favor de la afirmativa. El acto interés general.
sigue siendo, en efecto, motivado. Pero los actos administra- Volvamos sobre estas cuatro categorías:
tivos, ¿no deben ser completamente correctos para producir
P categoría. — El motivo determinante es ilícito, cuando
sus efectos?
el fin perseguido por el agente público es contrario a la ley o
Si no era necesario motivar el acto, si el agente público a un reglamento.
tenía un poder discrecional de apreciación, la inexactitud de Se puede distinguir aquí tres grados de motivo determi-
uno de los motivos invocados no vicia el acto. El motivo que nante ilícito: l 9 ) el motivo determinante está en oposición
subsiste, siempre que no sea ilegal, justifica el ejercicio de
flagrante con la ley; 29) el motivo determinante está en oposi-
la competencia105.
ción con la interpretación oficial de la ley; 39) el motivo de-
6* regla. El motivo determinante invocado debe ser lícito. terminante desvirtúa la ley.
Los agentes públicos se encargan de asegurar la ejecución de I 9 ) Motivo determinante en oposición flagrante con la
las leyes, no pudiendo, pues, perseguir un fin contrario a la
ley108. Ejemplo: un alcalde es suspendido en sus funciones
ley. La Administración debe ser legal. Esto es lo que algunos
"por haber penetrado en un aula" de una escuela primaria pú-
denominan el principio de la legalidad106, o también la teoría
blica. Este motivo se halla en oposición flagrante con el decre-
de la moralidad administrativa10*. La manifestación de volun-
tad determinada por un motivo contrario a la ley, está afec- to del 18 enero 1887, que dispone que el alcalde vigilará el
tada por un vicio; el acto jurídico es irregular.
108 En el caso Boisselet, resuelto por el Cons. de Est., el 28 junio 1912
("K. D. P . " , 1917, p. 454), el comisario del Gobierno, CORNEILLE, decía:
105 Conclusiones de CORNEILLE, en el caso Compagnie des ómnibus et tram- "Debéis examinar el valor legal de los considerandos de los pronunciamientos
ways de Lyon, Cons. de Est., 6 mayo 1921, " E . D. P . " , p. 525. El Consejo de de suspensión; debéis indagar si los motivos dados por el prefecto, en apoyo
Estado, cuando examina el agravio proveniente de la inexactitud material de
de su resolución, no evidencian, a la simple lectura, una ilegalidad. Por con-
un motivo, y cuando de él extrae como consecuencia la nulidad del acto, jamás
deja de subrayar que el único motivo invocado era el reconocido materialmente siguiente, si el prefecto, al adoptar la medida, ha obrado fuera de la ley, ha
inexacto. V. supra, p. 236, nota 102. desconocido su texto, el fin de la ley, su decisión no está jurídicamente motiva-
d a . . . Ya habéis hecho reserva formalmente del caso de desviación de poder... ;
loe HAÜEIOU, nota en "Sirey", 1917, 3, 25 ( " B . D. P . " , 1918, p. 409). hoy, debéis hacer reserva, además, para tenerlo en cuenta, del caso de violación
107 HAURIOU, Droit adm., 9» ed., 1919, p. 510. de la ley...".
240 E L FUNCIONAMIENTO DE LOS SERVICIOS PÚBLICOS COLABORACIÓN DS PARTICULARES EN SERVICIOS PÚBLICOS 241
comportamiento de los alumnos, y la higiene109. El acto es jurídicamente. En tal caso, la medida se adopta "por motivos
nulo y el Consejo de Estado lo ha anulado 116 . extraños a las reglas administrativas" 111 .
2*) El motivo determinante es ilícito, cuando el agente Veamos algunos ejemplos:
público comete un error de derecho. a) Un alcalde es suspendido, y luego destituido, por el
El error de derecho debe distinguirse de la violación de siguiente motivo: ha cometido una falta de servicio, en ejer-
la ley. Toda ley o reglamento puede prestarse a dificultades cicio de sus funciones. El motivo de falta de servicio es, segu-
de interpretación. En derecho público francés, los agentes ramente, un motivo de derecho, pero suscita una delicada
públicos están obligados a dar a las leyes y reglamentos una cuestión de interpretación de la ley. ¿En qué condiciones
puede considerarse que los hechos incriminados representan
interpretación uniforme. El Consejo de Estado es el órgano
Tina falta de servicio en el sentido del derecho público francés?
que asegura la uniformidad de la interpretación de la ley y
El Consejo de Estado, en el caso Camino, 14 enero 1916, ha es-
de los reglamentos por los agentes públicos. Por consiguiente,
timado que tenía autoridad para resolver esta delicada cues-
cuando un agente público da, como motivo determinante de su tión de interpretación 112 .
acto, un motivo de derecho, el Consejo debe determinar si este
o) Un concejo municipal es disuelto por el motivo de que
motivo es, en verdad, legal, si el agente ha interpretado bien la estaría imposibilitado de asegurar el orden público. El poder
ley que invoca. De lo contrario, el motivo determinante falta de disolución se ha ejercido con un fin distinto a aquel para
el cual lo ha organizado la ley del 5 abril 1884, atento a que la
10» Conclusiones del comisario del Gobierno, CORNEILLE ( " B . D. P . " ,
1917, p. 457): " E l Sr. B. ha sido suspendido «por haber entrado en un aula de
escuela». Esto está escrito en grandes letras, y no hay más que esto. ¿Acaso n i Conclusiones de CORNEILLE, en el caso Camino, Cons. de Est., 14 enero
el motivo dado no desconocía disposiciones legales o reglamentarias? Evidente- 1916 ( " B . D. P . " , 1917, p. 449): Cuando una decisión debe motivarse, "tenéis
mente, sí. El decreto de 1887 prescribe, al alcalde, la obligación de vigilar el el derecho de preguntaros... si la medida ha sido jurídicamente motivada...
comportamiento de los alumnos. El texto no ha querido hablar del comporta- Lo que el legislador ha entendido decir, es que la resolución o el decreto deben
miento de los alumnos en la calle, sino en la clase. Para comprobarlo, es ne- ser motivados en el sentido de la ley; es decir, que deben contener un motivo que
cesario entrar en la clase, mientras ellos están allí... Luego, el texto regla- se apoye en una disposición legal o reglamentaria; que deben expresar un
mentario dictado por aplicación de la ley otorgaba al alcalde el derecho, más motivo que, después de ser examinado, no falte en derecho; de otra manera, la
aún, le imponía el deber de entrar en la escuela, en horas de clase, para ejercer medida se adopta por motivos extraños a las reglas administrativas y caemos
allí la vigilancia de que se trata. Ahora bien; se ha suspendido al alcalde •en la desviación de poder caracterizada".
exclusivamente por haber penetrado en el aula. La suspensión se funda en un 112 En sus conclusiones, el comisario del Gobierno, CORNEILLE ( " B . D. P . " ,
motivo que entraña un desconocimiento de la ley, una ilegalidad. El señor B. 1917, p. 453), declaraba al respecto: " E l motivo que resulta del hecho de haber
está autorizado y debe ser admitido a hacerlo valer ante vos".
negado el alcalde por una resistencia sistemática, a una de las ambulancias del
n o Cons. de Est., 28 junio 1912, Boisselet, " E e c " , p. 740 ( " B . D. P . " , municipio, los auxilios médicos y financieros con los cuales tenía el derecho de
1917, p. 458): " D e los propios términos de la resolución resulta... que el «ontar, en parte, no se justifica, y, en parte, no es jurídico, puesto que hace
prefecto ha suspendido al señor B. en sus funciones de alcalde... por el único un reproche al alcalde por haber observado estrictamente los términos del
motivo de que este último habría faltado gravemente a sus deberes, al penetrar acuerdo del Concejo municipal {que prescribían que provisionalmente no se
en el aula de la escuela municipal en horas de clase, violando así los arts. 9 otorgarían las subvenciones municipales a las ambulancias privadas), único
de la ley del 30 octubre 1886 y 140 del decreto del 18 enero 1807. El art. 9 «ompetente en la materia y cuyas deliberaciones parecen, por lo demás —en la
de la ley del 30 octubre 1886 ha comprendido al alcalde en el número de las «specie—, perfectamente justificadas. La resolución impugnada debe consi-
autoridades encargadas de la inspección de las escuelas públicas y privadas, y
si el art. 140 del decreto del 18 enero 1887 ha especificado que la inspección derarse... motivada -en forma no jurídica". El Consejo de Estaco resolvió:
4
del alcalde, en lo que concierne a las escuelas públicas, sólo versaría sobre el 'El motivo proveniente de pretendidos agravios ejercido por el recurrente con
estado de los locales y del material, sobre la higiene y sobre el comportamiento Tespecto a una ambulancia privada, pone de relieve hechos que... no serían
de los alumnos, ni este artículo, ni ninguna otra disposición legislativa o regla- faltas cometidas por el recurrente en ejercicio de sus atribuciones, y que, por
mentaria prohibe al alcalde el acceso a las escuelas durante las horas, de clase. sí mismas, no podrían hacer imposible el mantenimiento del señor C. al frente
Por tanto, el recurrente tiene derecho a sostener que la resolución no está legal- de la Administración municipal. De todo esto resulta que la resolución y el
mente motivada y a pedir, por consiguiente, su anulación...". decreto impugnados están viciados de exceso de poder".
policía no es de la competencia del concejo municipal. Hay utilidad pública. Trátase de una cuestión de interpretación
motivo erróneo de derecho118. de la ley115.
c) El presidente de la República nombra una delegación e) Es, sobre todo, en lo que concierne a la obligación que
especial municipal —a consecuencia de la anulación de la elec- tienen los agentes públicos, de no afectar con sus actos jurídi-
ción de la mayoría de los concejales municipales—, con el pro- cos la libertad de las personas, la propiedad privada, la liñ
pósito de reemplazar al concejo municipal. El nombramiento bertad de comercio y de industria1™, y la libertad de concien-
de una delegación municipal sólo puede tener por finalidad cia, que los motivos determinantes corren el riesgo de ser ilíci-
reemplazar un concejo municipal, después de una disolución* tos por falsa interpretación de la ley.
Existe motivo determinante ilícito, por falsa interpretación La interpretación de la ley de 1905, sobre separación de
de la ley114. la Iglesia y el Estado, origina un control constante por el
Consejo de Estado de la legalidad de los motivos determi-
d) Una declaración de utilidad pública de una obra, pre- nantes.
via al procedimiento de expropiación, es motivada por la uti- Es preciso subrayar también, en el mismo orden de ideas,
lidad pública del trabajo. La utilidad pública que legitima el la regla jurisprudencial según la cual los motivos determinan-
empleo de la expropiación debe, según la ley, tener determina- tes pueden ser lícitos cuando un agente público organiza un
do carácter. El Consejo de Estado examina si los motivos de servicio público para circunstancias excepcionales, y los moti-
utilidad pública invocados son realmente los que desea el le-
gislador, y pueden servir de base jurídica a la declaración de 115 Jurisprudencia constante. Consejo de Estado, 27 abril 1917, commune
de Venoix, " R e c " , p. 335, con las conclusiones de LÉON BLUM; " R . D. P . " ,
1917, p. 459 y mi nota. ¿La creación de un depósito público constituye un ob-
jeto en vista del cual pueda regularmente dictarse una declaración de utilidad
" 3 Cons. de Est., 27 marzo 1914, Hupet, " R e c " , p. 399: " D e los propio» pública? El Consejo de Estado ha respondido negativamente: " E l decreto ira-
términos de esta resolución (del gobernador de la isla de la Reunión), resulta pugnado, conforme a los propios términos de su art. 1", ha declarado de utilidad
que la disolución del Concejo municipal... se ha resuelto por él motivo de que pública, en Caen, el establecimiento y la ampliación del depósito público creado
el mencionado Concejo estaría en la imposibilidad de asegurar él orden público. para la mejora y aprovisionamiento del barrio de la "place du P a r e " y, por
Si bien correspondía al gobernador decretar la disolución por razones de opor- su art. 2, ha autorizado a la mencionada ciudad a recurrir al procedimiento de
tunidad que no podían discutirse por vía contenciosa, él sólo podía hacer uso la expropiación por causa de utilidad pública instituida por la ley del 3 mayo
de los poderes que se le han conferido, en interés del buen funcionamiento del 1841, con el propósito de adquirir los terrenos necesarios para la realización de
concejo municipal. El mantenimiento del orden público, que incumbe al alcalde, este proyecto... La creación de un depósito público, destinado a permitir a los
no entra en las atribuciones del concejo municipal. De lo expuesto, resulta que empresarios de obras y otros particulares que se desembaracen de los materiales
los recurrentes tienen perfecto derecho a sostener que la resolución impugnada viejos y de los escombros provenientes de demol'ciones, no es una obra que,
está viciada de exceso de poder". por su naturaleza, pueda ser objeto de una declaración de utilidad pública y
dar lugar a que se recurra al procedimiento de expropiación, regido por la ley
H4 Cons. de Est., 18 enero 1907, Verdalle, " R e c " , p. 44: " E l decreto del 3 mayo 1 8 4 1 . . . " .
(de disolución) se ha dictado con el propósito de reemplazar el Concejo muni-
116 Un alcalde no puede prohibir la introducción, en el municipio, de
cipal por una delegación especial..., a consecuencia de la anulación del man-
carnes de animales muertos en un sitio que no sea el matadero municipal, con el
dato de la casi totalidad de sus miembros. Ante todo, si, según el art. 44 de propósito de proteger el comercio local de carnicería. Este motivo determinante
la ley del 5 abril 1884, el nombramiento de una delegación especial debe seguir, es ilícito, por cuanto desconoce el principio legal de la libertad del comercio y
como consecuencia necesaria, a la disolución de un concejo municipal, no podría de la industria. Cons. de Est., 22 mayo 1896, Carville, " R e c . " , p. 408 ("Sirey",
ter su causa determinante. Por otra parte, en caso de anulación de la totalidad! 1897, 3, 121 y la nota de HAUEIOU): " S i bien correspondía al alcalde prescri-
o parte de los actos electorales, corresponde al prefecto disponer lo necesario bir las medidas destinadas a asegurar la fidelidad de la venta y la salubridad
para que el concejo municipal se complete mediante nuevas elecciones, por de los artículos de consumo, dicho funcionario no podía, sin exceder sus poderes
aplicación del art. 40 de la ley precitada. De lo que precede, resulta que e! y sin violar el principio de la libertad del comercio, inserto en la ley de 2-17
decreto impugnado se ha dictado fuera de las condiciones legales 7 cabe pro- marzo 1791, prohibir la introducción y la venta en la ciudad de carnes de
nunciar eu anulación". animales que no provenían del matadero municipal o de cualquier otro mata-
dero público".
244 EL FUNCIONAMIENTO DÉ LOS SERVICIOS PÚBLICOS COLABORACIÓN DE PARTICULARES EN SERVICIOS PÚBLICOS 245
vos determinantes son ilícitos, si las circunstancias no son a) Esto es muy frecuente, desde la sanción de las leyes de
excepcionales117.
carácter laico (ley del 30 octubre 1886, sobre la enseñanza
39) El motivo determinante es ilícito cuando un agente primaria, y del $ diciembre 1905, sobre separación de la Igle-
público se sirve de su competencia legal con el propósito de sia y el Estado); la primera de estas leyes prohibe subven-
torcer una ley o un reglamento. cionar a las escuelas primarias privadas; la segunda, sub-
vencionar algún culto. Ahora bien; el acto realizado por el
IIT Jurisprudencia constante. Cons. de Est., 29 marzo 1901, Casanova, agente público puede no aparecer de plano como una violación
" E e c " , p. 333 ( " S . " , 1901, 3, 73, con la nota de HAURIOU). Crédito votado
por un concejo municipal para la retribución anual de un médico municipal de la ley. Para saberlo, es preciso indagar los motivos deter-
que debía prestar gratuitamente sus servicios a todos los habitantes del munici- minantes. Por ejemplo, una municipalidad abre un crédito
pio, pobres y rióos, indistintamente. El ministro del Interior sostenía que el para el cuidado de la iglesia, propiedad municipal; o bien
acuerdo respectivo era legal. El Consejo de Estado interpretó de otro modo la
legislación francesa: " E l acuerdo impugnado no se ha dictado con él proposite
arrienda a un establecimiento de enseñanza primaria priva-
de organizar la asistencia médica gratuita de los indigentes, de conformidad a da, o al cura, un inmueble municipal, y el acto aparece como
la ley del 15 julio 1893. Si bien los concejos municipales pueden, en circuns- un acto jurídico de locación. Pero dadas las condiciones
tancias excepcionales, intervenir para procurar atención médica a los habitan- particulares del cuidado o el monto pecuniario muy pequeño
tes privados de ella, resulta del expediente que ninguna circunstancia de esta
índole existía en Olmeto, donde ejercían su profesión dos médicos. De ahí se de la locación, el motivo determinante puede resultar ser el
deduce que el Concejo del mencionado municipio ha excedido sus atribu- deseo de subvencionar el culto, la escuela privada. El acto ya
ciones". Cons. de Est., 26 enero 1906, Chambre syndicale des propriétaires no es jurídicamente una remuneración de servicios de cuida-
de bains, "Eec.'.', p. 91 ("Bev. de Se. et de Lég. Fin.", 1906, ps. 60 y
ss. y mi nota): Crédito votado por el concejo municipal de París para el es-
do, una locación, sino una subvención118. Este motivo deter-
tablecimiento de un servicio gratuito de baños de ducha, con el propósito de minante pone de manifiesto la verdadera naturaleza del acto.
difundir, en la población obrera, y, en especial, entre -los niños escolares, los
hábitos de aseo y de higiene. El comisario del Gobierno, TEISSIER, expresó que municipal... diversos productos necesarios para el lavado", no ejerce "una
" l a acción económica de un municipio no es lícita cuando resulta una inter- industria que exceda las atribuciones de las municipalidades... La instalación
vención cuyo efecto es llevar a cabo un atentado voluntario y sistemático contra de este lavadero, en el cual sólo se percibe, por otra parte, una tasa mínima por
la libertad de comercio y de industria. La municipalidad no puede utilizar en el consumo facultativo de agua caliente, sólo representa un mejoramiento en el
la lucha industrial el peso de la riqueza colectiva; no puede modificar artifi- funcionamiento del servicio público de la higiene, y, por otra parte, la venta
cialmente las condiciones económicas que resultan del régimen de la libre en el mismo lugar, al precio de costo y a título facultativo, de ciertos produc-
competencia". Pero " n o debe olvidarse que las decisiones del Consejo de Esta- tos indispensables a las lavanderas, no es sino accesorio del mencionado ser-
do siempre han reservado estas hipótesis para cuando circunstancias excepcio- vicio. Por consiguiente, la explotación de este establecimiento, en las condiciones
nales, o un interés social primordial, o una autorización explícita o implícita arriba indicadas, no constituye el ejercicio de un comercio o de una industria,
del legislador, legitimen una intervención de los poderes públicos locales. Así, que atente contra los derechos que los comerciantes de la localidad obtienen
pueden intervenir cuando se producen grandes aglomeraciones, sometidas a de la ley de 2-17 marzo 1791".
especiales peligros de epidemia, en interés de la higiene pública, para asegurar En cambio, cuando se creó una farmacia municipal en Eoubaix, el Consejo
la creación o la organización de ciertas industrias, que serían poco productivas de Estado (no la sección de lo contencioso) emitió la opinión de que " l a fa-
si se les obligase a cobrar precios accesibles en los medios populares". En las bricación, la compra y la venta de medicamentos son operaciones industriales o
condiciones de hecho del caso, TEISSIER se inclinaba por la legalidad de la or- comerciales extrañas a las atribuciones legales de los municipios". NÉZARD,
ganización del servicio municipal de baños de duchas. Ésta es también la "Eev. Se. et de Lég. Fin.", 1905, p. 304.
solución del Consejo de Estado: "Estos baños son gratuitos con la sola reserva
de una tasa de 0,10 por el alquiler de toallas. En estas condiciones, no puede 118 Cons. de Est., 16 mayo 1919, Montjoie, " E e c " , p. 429: " L a delibe-
considerarse que constituyen el objeto de un comercio o de una industria. La ración por la que el concejo municipal... ha votado un crédito referente al.
instalación de este establecimiento sólo representa un mejoramiento en el guardián y al sostenimiento de los objetos mobiliarios que adornan las iglesias/
funcionamiento del servicio público y general de la higiene, y, por lo demás, no ha tenido por finalidad remunerar servicios efectivamente prestados, sino
esta extensión de dicho servicio la ha previsto la ley del 3 junio 1851... " . mantener, por vía indirecta, la retribución precedentemente pagada a los sa-
cerdotes del municipio. Por tanto, al anular dicha deliberación, el prefecto ha
Cons. de Est., 19 abril 1918, Chapelon, " E e c . " , p. 344: " E l municipio,
hecho una exacta aplicación del art. 2 de la ley del 9 diciembre 1905". Cons.
. . . a l explotar... un lavadero público y al poner en venta en beneficio de las
de Est., 11 abril 1919, Vivonne, " E e c . " , p. 377 (locación de un inmueble mu-
lavanderas mediante los precios fijados por la deliberación... del concejo
nicipal a una sociedad de enseñanza primaria privada).
\
3*) Un prefecto reglamenta el desagüe de un curso de Consejo de Estado anula estos actos, por determinarlos un
agua no navegable, ni flotable, para dejarlo seco por medio de motivo ilícito.
una derivación. El motivo determinante de esta medida no es Ej.: negativa de un alcalde a entregar a un propietario
mejorar el régimen de los cursos de agua, sino facilitar la eje- un permiso individual, una autorización para edificar junto a
cución, por el cuerpo de ingenieros, de las obras de construc- la vía pública, a fin de que el municipio no tenga que pagar
ción de un puente. El motivo determinante es ilícito: se ha más tarde —cuando expropie el terreno— una indemnización
ejercido el poder de policía de los cursos de agua con una fina- por el inmueble que se ha construido129. ^
lidad distinta a la que se refiere la ley127. 69) Existe un caso particular en que esta jurisprudencia
49) Los agentes municipales tratan, a menudo, de usar suscita graves dificultades: es el de los permisos o concesiones
su poder de policía a fin de acrecentar los ingresos municipa- de vía pública, es decir, de ocupaciones temporarias de la vía
les. El Consejo de Estado anula sin miramientos los actos de- pública, del dominio público. Dos cuestionas se plantean:
terminados por dicho motivo. Ej.: resolución municipal que 1) ¿Puede un agente público poner, como condición para
ordena que se trasportarán todas las mercancías al mercado, otorgar el permiso o concesión de vía pública el pago de una
únicamente para que paguen los derechos de piso128. suma de dinero a ingresar en la caja pública, de una con-
tribución? Esta condición pecuniaria ¿es un motivo deter-
59) Los agentes municipales se esfuerzan, a veces, en uti- minante lícito? ¿Puede reprocharse al agente que haya ejer-
lizar su poder de policía para reducir un gasto municipal. El cido su poder de policía con un interés financiero?
127 Cons. de Est, 19 enero 1894, Mazeron, " R e c " , p. 52: " A l dictar la
2) El agente público, luego de conceder el permiso sin
resolución impugnada, el prefecto no ha tenido en vista el interés general y tasa o mediante ella, ¿puede establecer un gravamen o rele-
el libre desagüe de las aguas, sino únicamente la desviacón del río, por medio var de pagar su importe, y, para obligar al permisionario a
de una derivación que facilite la ejecución, por el cuerpo de ingenieros, de pagar dicha tasa, en caso de que éste se niegue a ello, puede
los trabajos de construcción de un puente. Por tanto, los recurrentes tienen
derecho a sostener que el prefecto ha usado de sus poderes con un fin dis- el agente público privar del permiso de ocupación de vía pú-
tinto a aquel para el cual se le han conferido. Su resolución debe, pues, blica? ¿Es lícito el motivo determinante del acto de retiro del
anularse''. permiso?
* 128 Cons. de Est., 15 febrero 1895, Tostain, " R e c " , p. 150 (y la nota):
" E l alcalde... ha reglamentado la verificación y la venta de pescados, crus-
La jurisprudencia ha respondido y responde negativa-
táceos y mariscos, para obligar a todos los pescadores que venden al por mayor mente a estas preguntas.
a servirse del intermediario de los concesionarios del mercado y a pagarle las
129 Cons. de Est., 23 enero 1868, Terravalien, " R e c " , p. 85 (y la nota):
tasas establecidas en la tarifa, no solamente para la verificación, sino también
" S i bien correspondía al prefecto (del Sena), al conceder al señor T. la auto-
para la venta al por mayor de pescados, sin distinción entre los pescados des-
rización (de edificar) por él solicitada, comprobar que había puesto en cono-
tinados al consumo local y los vendidos directamente al exterior. Al tomar esta
cimiento de este propietario las propuestas de la Administración, en cuanto a
medida, el alcalde no tenía por finalidad asegurar la comodidad de la circula-
la prolongación de la calle de Reuilly, para sacar ulteriormente de esta adver-
ción y la salubridad pública, sino que ha obrado teniendo en vista solamente el
tencia la consecuencia que resultara procedente, no podía incluir en la resolu-
interés financiero del municipio y de los concesionarios del mercado. Ha usado,
ción reservas que parecían implicar, de parte del señor T., el reconocimiento de
pues, sus poderes de policía con un fin distinto a aquel para el cual se los con-
que la Administración, en caso de expropiación de su inmueble, estaría auto-
fiere el art. 97 de la ley del 5 abril 1884, y los recurrentes están autorizados
rizada para oponerle, ante el jurado especial, las disposiciones del art. 52 de ,
para pedir la anulación de la resolución impugnada".
la ley del 3 mayo 1841. Por tanto, corresponde declarar inexistentes estas re-,
Cons. de Est., 21 diciembre 1900, Trotin, " R e c . " , p. 804 ( " S . " , 1903, 3, 57,
servas''.
y la nota de HAURIOÜ): " E l alcalde..., para acrecentar los recursos munici-
Cons. de Est., 17 abril 1869, Tobardel, " R e c " , p. 389: "Habiendo reco-
pales, ha reglamentado la venta del pescado para obligar a todos los pescadores
nocido, el prefecto... del Sena, que el muro que la señora T. solicitaba cons-
a servirse del intermediario del factor del mercado, sin distinción entre el
truir estaba en el límite, y que cabía autorizar a dicha señora para aue h> re-
pescado consumido en el lugar y el destinado a la expedición. Por estas resolu-
construyera, y para construir un piso más en su casa, no podía imponerle,
ciones, el alcalde ha atentado contra el principio de la libertad de comercio y
para la ejecución de estas obras, otras condiciones que las establecidas por la
de industria, y los recurrentes están autorizados para solicitar su anulación
ley en interés del tránsito público".
por exceso de poder". :. , ¡
COLABORACIÓN DE PARTICULARES EN SERVICIOS PÚBLICOS 253
252 E L FUNCIONAMIENTO DE LOS SERVICIOS PÚBLICOS
de vista que la cosa pública tiene un destino de utilidad pú- Considerar sólo el elemento policía, significa perder de
blica, que se crea para el funcionamiento de un servicio pú- vista la naturaleza esencial, económica y jurídica, de la licen-
blico, que no debe ser comprometido, ni entorpecido, en su cia de ocupación de vía pública134. Es totalmente erróneo plan-
funcionamiento regular y continuo, por el uso anormal que le tearse la cuestión en los siguientes términos:
den los individuos. El agente público tiene únicamente que decir, en ocasión
Veamos cómo se plantea el problema económica y jurídi- del permiso de ocupación de vía pública, si la ocupación pro-
camente, y no de otro modo. Hay dos elementos que deben yectada entorpece o no el buen funcionamiento del servicio
respectivo; sólo tiene que responder a esta pregunta, por sí o
considerarse, no uno solo133. por no, no pudiendo aprovechar esta ocasión para subordinar
133 Es por esto que no podemos adoptar pura y simplemente la explica- el ejercicio de su poder de policía al pago de una contribución.
ción que dan BOMIEU (conclusiones precitadas, Cons. de Est., 6 junio 1902,
Goret, " R e c " , ps. 421 y ss.) y BERTHÉLEMY (Droit adm<., 9» ed., 1921, p. 466)
y donde sólo aparece claramente el segundo elemento (policía): " L a Adminis- puramente pasivo, limitándose a ver si el uso anormal solicitado por el parti-
tración —escribe BERTHÉLEMY— se encarga de la policía del dominio público', cular para obtener beneficios, no perturba al servicio público?
a este titulo, debe asegurar su libre disposición; debe impedir la usurpación o BERTHÉLEMY se aproxima a la solución que me parece la única correcta,
el abuso. El poder que se le concede en interés general, no implica, sin em- cuando (p. 466) escribe: "nadie puede, en principio, exigir que la Adminis-
bargo, que ella estará obligada a impedir una ocupación que no moleste a tración se muestre tolerante; no se trata, en la especie, de ejercer un derecho,
sino de obtener un favor".
nadie, y que aunque no entre en el destino habitual del dominio, es preferible
para todos que sea tolerada. ¿Se ha autorizado acaso el uso general del domi- Esto resulto más exacto, pero no es todavía la verdadera solución. Se trata,
nio para la instalación de casillas de baños sobre las playas del mar, para la para el particular y para la Administración, de hacer un negocio, que debe ser
ventajoso para ambas partes.
instalación de pontones, de barcos lavaderos, de piscinas de natación sobre las
orillas de los ríos, para la instalación de conductos para el agua, gas o elec- Es por no haber dado al elemento "negocio" el lugar que le corresponde,
tricidad, en los subsuelos de las callesf... La Administración, guardián del que BERTHÉLEMY emplea una fórmula, criticable en mi opinión (p. 467): "Los
dominio público, puede, pues, y esto es indiscutible, mostrarse tolerante con permisos (de ocupación de vía pública) son actos por los que la Administración,
respecto a estos usos privativos. Pero conviene recordar, para resolver las de- encargada de la policía de la vía pública, declara tolerar —como no contrario al
licadas cuestiones a las que da lugar esta práctica, que aquí solamente se trata interés general— determinado uso particular del dominio público". Hay algo
de tolerancias". más que esto: la Administración desempeña un papel activo, y no sólo un papel
En mi opinión, al plantear así la cuestión, BERTHÉLEMY olvida el primer pasivo, pues realiza un negocio. BERTHÉLEMY lo reconoce perfectamente, en lo
elemento del problema (locación); razona como si este primer elemento no referente al permisionario (p. 471): "Los ocupantes pueden decir, s'n duda, que
existiese, como si los particulares tuviesen el derecho de hacer aún, un uso ellos no molestan a nadie, al menos por hipótesis. Pero no es menos verdadero
anormal de las cosas públicas, como si los agentes públicos sólo tuviesen que que su ocupación privativa constituye una ventaja que no pertenece a todos.
No es para indagar los inconvenientes de su ocupación, sino para compensar
defender los usos anormales que puedan entorpecer el buen funcionamiento del
el beneficio que de ella sacan, que deben, muy legítimamente, ser obligados a
servicio público. "Una tolerancia de la Administración encargada de la policía pagar una tasa". La observación es muy exacta. ¿Por qué no hacer el mismo
—escribe BERTHÉLEMY (op. cit., p. 470)— no podría venderse legalmente... razonamiento con respecto a la Administración f
Una de dos, en efecto: o bien existe estorbo, y no debe concederse ninguna
licencia; o bien no hay molestia, y el permiso concedido no es más que la 134 HAURIOU da una solución semejante (pero no idéntica) a la que merece
comprobación de esta ausencia de inconveniente, comprobación cuya conse- nuestras preferencias. Advierte, en los permisos de ocupación de vía pública, dos
cuencia natural es la libertad de ocupar". A mi juicio, no es ésa la realidad. elementos distintos: 1») uso por la Administración de su derecho de propiedad,
Las calles se hacen normalmente para la circulación, y su uso es gratuito para que conduce a una locación; 2») policía (Droit. adm., 9» ed., 1919, p. 789): " L a s
todos. En consecuencia, los particulares tienen el derecho de circular por la dependencias del dominio público —escribe HAURIOU— son objetos de propiedad,
vía pública, sin tener que pagar tasa alguna. Pero si un individuo (dueño de y las Administraciones públicas tienen, sobre estos objetos, no solamente un
café o establecimiento de baños) trata de obtener beneficios por un uso derecho de policía y de superintendencia, sino también un derecho de propiedad '
anormal de la vía pública, i no tienen derecho los agentes públicos a invocar «1 administrativa, especialmente adaptado al destino del dominio... Es en su ca-
argumento de que para su creación, arreglo y conservación, la cosa pública lidad de propietario que una Administración pública concede permiros de este
ha costado y cuesta dinero a los contribuyentes, y que nadie debe enriquecerse a género, en la medida en que son compatibles con el destino general del dominio;
de ahí se deben deducir las siguientes consecuencias: ...los permisos de ocupa-
expensas de otrof jPor qué razón el particular obtendría gratuitamente este
ciones temporarias se otorgan mediante tasas que, muy lógicamente, tienen el
aso anormall jPor qué motivo la Administración, desdeñando la cuestión di- «arácter jurídico de alquileres".
nero que preocupa al particular, se mantendría soberbiamente en un papel
256 E L FUNCIONAMIENTO DE LOS SERVICIOS PÚBLICOS
COLABORACIÓN DE PARTICULARES EN SERVICIOS PÚBLICOS 257
En esta forma se desnaturaliza completamente el pro-
blema, de hecho y de derecho. todavía hoy numerosos juristas siguen ignorando la ley men-
b) Soluciones de la ley. La interpretación dada por la cionada, sin comprender tampoco la naturaleza económica y
jurisprudencia y aprobada por los autores, es contraria a la jurídica del permiso de ocupación de vía pública creyendo que
legislación francesa. la solución lógica sería la licencia gratuita, y que, para descar-
No debió cometerse el error; el legislador, desde el año t a r esta solución lógica, es preciso un texto legal. En realidad,
vn, había planteado muy bien el problema, a proposito del uso si se han necesitado numerosos textos legales, es porque el le-
de los ríos, puertos y paseos públicos. La ley del 11 frimario, gislador ha debido corregir el error inicial y persistente de los
año vn, que determina el carácter administrativo de los in- juristas y los tribunales. Él no ha hecho más que confirmar
gresos y gastos departamentales, municipales y comunales, la solución del año vn, solución de la que jamás debió dudarse.
había incluido, entre los recursos comunales, "el producido de En esta materia, tenemos primero la ley de presupuesto
la locación de los puestos en las ferias, los mercados y as- del 16 julio 1840, art. 8, para las contribuciones en beneficio del
tilleros existentes sobre los ríos, puertos y paseos públicos". Estado, en razón de los permisos de fábricas y de tomas de
Pero el mismo artículo hacía una importante recomendación a agua temporarias, sobre los canales y ríos navegables137. Pero
los agentes públicos: el ingreso pecuniario no debe hacerles los juristas, los tribunales y las Administraciones (fuera de la
perder de vista el buen funcionamiento del servicio público. de Hacienda) vieron en ella una ley excepcional, de interpre-
La ley establecía, pues, que la locación sólo debe consentirse tación estricta. El ministro de Hacienda solicitó entonces al
"cuando las Administraciones hubiesen comprobado que ella Parlamento que sancionara otro texto: éste fué la ley finan-
no puede entorpecer la vía pública, la navegación, la circula- ciera del 20 diciembre 1872, art. 2, para las ocupaciones del
ción y la libertad del comercio"136. dominio público marítimo138. Una vez más, los juristas, la
Como se ve, la cuestión estaba muy bien planteada y muy Administración y los tribunales declararon que la ley de 1872
sólo regulaba el dominio público marítimo, pues era excepcio-
sabiamente resuelta por la ley del ano v n : Cuando se solicita
nal. Finalmente se redactó, en 1881, un texto absolutamente
a los agentes públicos el arrendamiento de una parcela per-
general: la ley financiera del 29 julio 1881, que tiene en cuenta
teneciente al dominio público, ellos no deben dejar predominar
las ocupaciones de todas las dependencias del dominio pú-
el interés financiero sobre el buen funcionamiento del servicio
blico, fluvial, marítimo y terrestre139. La regla correcta, esta-
público.
No se alcanza a comprender por qué esta solución, jurí-
dicamente correcta y de buen sentido, no se ha generalizado ministro de Hacienda protestó. La Corte de Casación (7 julio 1869, " S . " ,
de inmediato, por qué el problema de las ocupaciones tempo- 1869, 1, 418) daba la razón al Ministerio de Marina, al declarar que "estando
las playas del mar fuera del comercio, no podían ser objeto de ninguna con-
rarias del dominio público —a pesar de la ley del año vu— Tención, según los términos del art. 1128 del Código Civil, y, por consiguiente,
se han planteado y resuelto erróneamente, en casos distintos -de ninguna estipulación de tasa". Por lo demás, agregaba la Corte de Casa-
de los que tiene en cuenta esta ley136, y, finalmente, por qué ción, "aunque el Estado tenga sobre las playas del mar un derecho general, no
puede conceder en goce exclusivo lo que está librado al uso de todos".
135 Ley del 11 frimario año vn (ingresos y gastos departamentales, muni- 137 Ley del 16 julio 1840 (ley de Hacienda, recursos, art. 8: " S e seguirá
cipales y comunales), título 1*, art. 7: "Los recursos municipales se compo- haciendo, para 1841, de conformidad a las leyes existentes y con el agregado
nen: " . . . 8«) del producto de la locación de puestos en las ferias, los merca- de las tasas por permiso de fábrica y de tomas de agua, la percepción... .
dos y astilleros, sobre los ríos, los puertos y los paseos públicos, cuando las de las contribuciones por permiso de fábrica y de tomas de agua temporarias,
Administraciones hubiesen reconocido que esta locación puede efectuarse sin siempre reversibles sin indemnización, sobre los canales y ríos navegables...".
estorbar la vía pública, la navegación, la circulación y la libertad de comercio". 138 Ley de 1872, art. 2: " S e autoriza en beneficio del Estado la percep-
136 A propósito de las playas del mar, el Ministerio de Marina declaraba ción de tasas a título de ocupación temporaria o de locación de las playas y de
que las concesiones sobre las orillas del mar, las autorizaciones de pesca, los 'todas las demás dependencias del dominio marítimo...".
permisos para instalar casillas de baños, debían otorgarse gratuitamente. El 18» Ley de 1881, art. 5, § 1»: " S e seguirá haciendo... en beneficio de?
Justado, . . . la percepción de los diversos derechos, productos y rentas enuncia-
contribución o que se relevará del pago de ella. Expresa tam- dido que, en estas circunstancias, el retiro del permiso era irre-
bién que esta decisión unilateral es suficiente para constituir gular, desde el momento que no tenía por motivos determi-
al particular en deudor. La Administración cobrará, pues, la nantes el interés del público y de la conservación del do-
nueva tasa; en caso de negativa por parte del permisionario, minio148. La consecuencia de esta jurisprudencia era la si-
usará todas las vías de ejecución forzosa: embargo, venta de guiente : no pudiendo dejar sin efecto el permiso, el municipio
los bienes. Pero, según el Consejo de Estado, los agentes pú- debía pagar indefinidamente daños e intereses a la sociedad
blicos no podrán usar el único recurso verdaderamente efi- de gas. La situación era insostenible. El Consejo de Estado
caz: el retiro del permiso146. se ha librado tranquilamente de ella, estableciendo una excep-
¿Es esto realmente razonable?147. ción a la regla. Habiéndola creado, no vacila en modificarla
Pero no es todo. La práctica se ha encargado de mostrar cuando aparece la necesidad de hacerlo149. Decidió que el
los inconvenientes de la regla, al plantear una cuestión im- retiro del permiso podía decretarse "cuando el mantenimiento
prevista, que ha molestado mucho a la Corte de Casación y de las licencias retiradas comprometiese la responsabilidad
al Consejo de Estado. Una municipalidad había otorgado un pecuniaria de los municipios u originase una situación incon"
permiso de ocupación de vía pública, violando una promesa he- ciUable con la autoridad de la cosa juzgada"150. Todos han
cha a una sociedad de gas, investida de un monopolio de hecho. aprobado esta solución; pero, ¿no pone ello de manifiesto el
¿Qué hacer? Si el agente público no retira el permiso, el muni- error inicial cometido por el Consejo de Estado?161.
cipio deberá pagar daños e intereses a la mencionada sociedad. Si bien el poder de policía no puede ejercerse para obte-
Pero si el agente deja sin efecto la licencia, el permisionario ner un resultado pecuniario, puede suceder que la cuestión
hará anular la decisión respectiva, por tener un motivo deter- pecuniaria y la cuestión de policía estén tan íntimamente li-
minante pecuniario ilícito. La Corte de Casación no ha podido gadas, que el ejercicio del poder de policía motivado por ra-
salir de este dilema. Ha aplicado la regla de referencia y deci- zones pecuniarias no deje de ser, en realidad, una medida de
policía. Por ejemplo, un alcalde autoriza a un individuo para
146 Cons. de Est., 29 noviembre 1878, Dehaynin, " E e c . " , p. 960 (y la
nota). V. la nota precedente. 148 Casac, 27 julio 1893, Colette; 3 agosto 1893, Baoul Jay, "Dalloz",
147 LAFERRIÉRE, Jur. adm. et rec. contentieux, 2» ed., 1896, n, p. 552, nota 5, 1894, 1, 197; 25 octubre 1900, Goret, "Dalloz", 1900, 1, 302.
aprueba la jurisprudencia del Consejo de Estado: " E s t a solución nos parece 149 Cons. de Est., 10 julio 1896, Colette, " E e c " , p. 566: " E l alcalde...
jurídica. No se ve, en efecto, cuál puede ser el alcance del compromiso exigido ha podido, sin incurrir en exceso de poder, dejar sin efecto y anular... su
al permisionario: este compromiso es inútil si la tasa es legal, porque basta precedente resolución (de permiso de tránsito)".
entonces, a la Administración, tratar de obtener el cobro, que no depende del leo Ésta es la fórmula empleada por el fallo del 27 diciembre 1901, Picará,
consentimiento del permisionario; si, por el contrario, la tasa no está autori- " E e c . " , p. 925, reproducida por el pronunciamiento del 6 junio 1902, Goret,
zada por la ley, es una tasa ilegal, 7 el permisionario puede negarse a pagarla, " E e c . " , p. 421 (véase la nota de HAURIOU, en " S i r e y " , 1903, 3, 65).
aun cuando hubiese prestado su consentimiento por error o bajo una presión 151 El comisario del Gobierno, BOMIEU (02?. y loe. cits.), se ha preocupado
de la Administración; el establecimiento de un impuesto indirecto o de una mucho para justificar esta solución, y demostrar que no se halla en contra-
tasa asimilada sólo puede resultar, en efecto, de la ley y de las tarifas válida- dicción con la regla. Asimismo, HAURIOU (op. y loe. cits.). BERTHÉLÉMY (Droit
mente establecidas, pero no de un acuerdo entre la Administración y el con- adm., 9* ed., 1821, p. 469, nota) "aprueba estas soluciones. Sin duda —dice—,
tribuyente". Esta argumentación es muy defectuosa, pues conduce a dar a las revocaciones arbitrarias, por ejemplo, las que tuviesen por finalidad exigir
la contribución exigida para los permisos de uso anormal, el carácter de im-
áe los permisionarios sacrificios que no se les habían impuesto primeramente,
puesto, de tasa. Hoy se admite comúnmente en doctrina que estas contribucio-
nes son alquileres. BEKTHÉLÉMY (Droit administratif, 9» ed., 1921, p. 471) lo no podrian tolerarse. Pero sería verdaderamente irrazonable que se pudiese, al '
dice expresamente: " E s t a contribución no es una tasa; es el precio de un mismo tiempo, condenar al municipio como responsable de un permiso que debió
servicio prestado; es un alquiler". HAURIOU (Droit adm., 9» ed., 1919, p. 735: negarse, e imponer al alcalde el mantenimiento de dicho permiso, teóricamente
ps. 788 y ss. V. supra, p. 255, nota 134) llega a la misma solución. Cfr., también, revocable". |Acaso una revocación de permiso de ocupación de vía pública es
la nota a una resolución del Cons. de Est., 29 noviembre 1878, Dehaynin, arbitraria, intolerable, porque tenía por finalidad obtener del permisionario
" E e c . " , p. 960. sacrificios que no se le habían impuesto desde un principio f Esto es lo que no
alcanzamos a comprender.
264 E L FUNCIONAMIENTO DE LOS SERVICIOS PÚBLICOS . COLABORACIÓN DE PARTICULARES EN SERVICIOS PÚBIJCOS 265
alquilar su inmueble amueblado a mujeres públicas, que lo agente público —mediante el ejercicio de su competencia—
ocupan con el solo propósito de dedicarse a la prostitución. t r a t a de satisfacer un resentimiento personal, una venganza
Pero la autorización establece expresamente la reserva de política.
que el propietario deberá afrontar, personalmente, los gastos a) La, venganza política es un motivo que determina bas-
exigidos por los servicios prestados por el hospital a las pros- tante a menudo los actos de los agentes públicos, mezclados
titutas, sus pensionistas. Posteriormente, el propietario se en la política: ministros, prefectos, alcaldes, concejos muni-
niega a pagar estos gastos; el alcalde retira la autorización cipales. Se t r a t a de un motivo ilícito, que vicia el acto jurídi-
para hospedar mujeres, facilitándoles los muebles. ¿Existe co. Veamos algunos ejemplos:
allí un motivo determinante pecuniario que hace ilegal el a) Industrial excluido, de antemano, de las adjudicacio-
ejercicio del poder de policía? El Consejo de Estado ha res- nes de contratos de suministros de un Ministerio, en razón
pondido negativamente: la cláusula relativa a los gastos de de sus opiniones políticas o de su posición política154.
hospitalización tenía un motivo determinante de policía, y /?) Medida disciplinaria (suspensión, destitución) apli-
no un motivo pecuniario 152 . cada a un agente público por resentimiento político155.
Jf categoría. El motivo determinante es ilícito cuando el y) Prohibición particular dirigida a una sociedad musi-
agente persigue un fin que no es de interés general. — La cal de armonía, para salir a la vía pública, prohibición moti-
competencia no debe ejercerse con un "fin distinto a la sal- vada por espíritu de partido político156.
vaguardia del interés general y al buen funcionamiento del
servicio". Tal es la fórmula que ha terminado por adoptar el 154 Cons. de Est., 4 agosto 1905, Lespinasse ("Eec.", p. 757, con las
Consejo de Estado en sus sentencias más recientes 153 . conclusiones de SAINT-PAUL, supra, p. 196, nota 53): " E l ministro se ha fun-
Hagamos algunas aplicaciones de la idea general: dado en motivos extraños a la ejecución de los contratos de que el recurrente
era titular y a la situación o a la capacidad profesional del señor P Por
l 9 ) El fin perseguido no es de interés general cuando el tanto, su decisión está viciada de exceso de poder".
155 Cons. de Est., 16 noviembre 1900, Maugras ( " E e c " , p. 617; " E . D.
152 Cons. de Est., 23 mayo 1919, Boussillon, " E e c . " , p. 462: " S i el P . " , 1904, p. 791 y mi nota; " S i r e y " , 1901, 3, 57 y la nota de HAURIOU). Un
señor E. había obtenido, del alcalde, la autorización para alojar mujeres en alcalde suspende en sus funciones a un agente de policía, por haber hecho un
casa amueblada, esta autorización especial, que era siempre revocable, sólo sumario al dueño de un despacho de bebidas cuyo establecimiento había per-
se le concedió con la condición de obtener determinadas prescripciones que le- manecido abierto después de la hora reglamentaria. El tribunal de simple
imponía la autoridad municipal, con el propósito de salvaguardar la salud policía, que debió entender en la contravención comprobada por el agente de
pública... El señor E. se ha negado a someterse a las condiciones a las que policía, había condenado a dicho comerciante al máximo de la pena. El Consejo
la autoridad municipal había subordinado la autorización...; por tanto, es de Estado decidió: " S i bien los alcaldes, encargados de la policía municipal,
jurídicamente correcto que, por la decisión impugnada, el alcalde..., obrando* pueden adoptar la medida que corresponda, en interés del mantenimiento del
en virtud de los poderes de policía..., le haya retirado la autorización. Tratán- orden, del respeto de la ley y de la disciplina, por parte de los agentes bajo sus
dose expresamente de habitaciones que estaban arrendadas a mujeres con la órdenes, y aunque no corresponde al Consejo de Estado investigar los motivos
finalidad de que se dedicaran a la prostitución, el recurrente, que por lo demás de las decisiones por ellos tomadas en ejercicio de su autoridad, resulta de los
no ha probado que el alcalde haya usado sus facultades con un propósito dis- propios términos de la carta del alcalde de D . . . que al castigar con una pena
tinto a aquel para el que se le han conferido, no tiene ningún derecho a sostener disciplinaria al agente M . . . , dicho alcalde ha obrado con una finalidad que
que la decisión impugnada ha desconocido... la ley... y a solicitar su anula- no es la salvaguardia de los intereses que se le confían y que, por consiguiente,
ción, por exceso de poder". ha excedido los poderes que la ley le ha conferido".
163 Cons. de Est., 7 julio 1916, Moreau, " E e c . " , p. 276. Eecurso contra el 156 Jurisprudencia muy abundante. Cons. de Est., 1» julio 1898, Sooiété la- ¡
acuerdo de una comisión administrativa de hospital, que reduce a 60 años Scynoise, " E e c . " , p. 498: " S i bien correspondía al alcalde, en virtud de los
(en lugar de 70) el límite de edad del personal médico. El Consejo de Estado- poderes de policía que le confiere la ley, prohibir, como medida general, a Jas
rechazó el recurso entablado contra dicho acuerdo por un médico nombrad» sociedades musicales, salir colectivamente a la vía pública, dicho funcionario
anteriormente, que había sido relevado de sus funciones por aplicación de la no podía, sin exceder sus poderes, pronunciar, con prescindencia de todo motivo-
nueva norma: " D e ninguna pieza del expediente resulta que la Comisión haya especial mencionado en su resolución, esta prohibición solamente contra la so-
obrado con una finalidad que no sea la salvaguardia del interés general y el ciedad La Seynoise". Se observará que en este caso el motivo determinante
buen funcionamiento del servicio". político se desprende implícitamente del carácter particular de la prohibición,
266 E L FUNCIONAMIENTO DE'LOS SERVICIOS PÚBLICOS COLABORACIÓN DE PARTICULARES EN SERVICIOS PÚBLICOS 267
2*) El fin perseguido no es de interés general cuando el caso Ponthas, juzgado por el Consejo de Estado en 1888161.
agente público ha procurado, mediante el ejercicio de su com- Un individuo anuncia al prefecto de policía que tiene inten-
petencia, favorecer los intereses privados de un particular, de ción de organizar un servicio de vehículos de trasporte colec-
un empresario privado o de una sociedad comercial privada. tivo en París, entre las estaciones de Saint-Lazare y de Vin-
El ejemplo clásico es el caso Lesbats, resuelto por el Consejo cennes (Bastilla), sin estacionamiento en la vía publica, y
de Estado en 1864 y en 1865157 y que LAFERRIÉRE 168 resume siguiendo determinado itinerario. De este modo, creía eludir
como sigue: "La policía y la vigilancia de los ferrocarriles, el pago de los derechos de estacionamiento, que ascendían a
de sus estaciones y dependencias, que forman parte del do- 2.000 francos por vehículo y por año, que pagaba la Compa-
minio público, tiene por finalidad asegurar la libertad y la ñía general de ómnibus. El prefecto de policía contestó con
seguridad de la circulación y el libre acceso del público a una negativa de autorización fundada "en el interés del buen
dichos lugares; se la aparta de su destino legal, si tiende a orden, de la circulación y de la seguridad pública". La reso-
asegurar el monopolio de carruajeros que sirven los trenes, lución prefectoral denegatoria fué deferida al Consejo de
y la ejecución de contratos celebrados entre ellos y las empre- Estado; entre otros argumentos, el recurrente alegaba que la
sas ferroviarias159, con el propósito de reservar el acceso de negativa tenía por motivo determinante, no el interés general,
sus vehículos a las estaciones. Se ejerce, en cambio, de confor- sino el interés particular de la Compañía general de ómnibus;
midad a los derechos de la Administración, si la decisión re- "se ha dictado, pues, con una finalidad diferente de aquella
glamenta el estacionamiento y la circulación de los vehículos para la cual el prefecto de policía ha recibido el derecho de
en las proximidades de las estaciones, teniendo en vista sola- regular la circulación de vehículos". El comisario del Gobier-
mente un interés público" 160 .
no afirmaba que este agravio no era fundado162, o en todo
No es preciso exagerar. Puede suceder que un agente caso, que no estaba probado. Parece, realmente, que la res-
administrativo, al realizar un acto jurídico, sea impulsado puesta no estaba fundada. No parece dudoso que el prefecto
por un doble motivo determinante: un motivo de interés ge- de policía haya tomado muy seriamente en consideración la
neral y otro de interés particular y que ambos motivos se competencia que se le haría a la Compañía general de ómni-
confundan de tal modo que resulte imposible separarlos. En
esta hipótesis, el motivo determinante de interés general, bas-
íei Cons. de Est., 7 diciembre 1888, Ponthas, " R e c " , p. 1921 (con las
tará para que se mantenga el acto. Un ejemplo notable es el conclusiones de GAUWAIN).
162 " S i n duda —decía GAUWAIN—, la Compañía de ómnibus tiene el mayor
interés en que se rechace la demanda. Si fuese admitida, si se estableciera que
que no es general, pues sólo se refiere a una sociedad musical determinada. el prefecto de policía no tiene el derecho de limitar el número de los vehículos
Cons. de Est., 5 julio 1918, Sooiété la Cécilienne, " B e c . " , p. 666: " L a Sociedad de una línea determinada, ni el número de las empresas, que él debe deferir
musical "la Cécilienne" ha solicitado la autorización exigida por las disposi- todas las demandas que se le presenten, que por la vía pública pueden circular
ciones municipales vigentes (para salir a ejecutar música a la vía pública). El todos los ómnibus y que la competencia puede allí desarrollarse libremente, la
alcalde se la ha negado siempre. Estas decisiones no estaban justificadas por situación de la Compañía general se vería gravemente comprometida... Pero
ningún motivo proveniente de la necesidad de mantener el orden público. En la del hecho de que la negativa opuesta... beneficia a la Compañía general, no
misma época se otorgaba dicha autorización a la fanfarra de la subdivisión de resulta necesariamente que haya tenido por finalidad beneficiarla, que al pro-
bomberos. Por consiguiente, la Sociedad recurrente tiene derecho a sostener que, ceder así el prefecto haya obedecido a consideraciones que no fuesen las que
en la aplicación que se le ha hecho de los reglamentos municipales, el alcalde... deben preocuparle; que haya hecho, en una palabra, algo que no es policía...
ha excedido sus poderes". El interés general, es verdad, se confundirá, en este caso, con ciertos intereses
157 Cons. de Est., 25 febrero 1864, Lesbats, " R e c " , p. 209; 17 junio 1865, privados, pero, ¿no es deseable este acuerdo cuando puede realizarse sin oca-
Lesbats, " R e c . " , p. 624. sionar perjuicio a ningún derecho f Sólo podríais anular la resolución impugnada
158 LAFERRIÉRE, Jur. adm. et rec. contentieux, 2» ed., 1896, n, p. 554. por desviación de poder, cuando la desviación se prueba y resulta de los propios
15» Cons. de Est., 2 agosto 1870, Bouchardon, " R e c . " , p. 971. términos del acto, de la confesión de su autor, de las indiscreciones del expe-
i«o Cons. de Est., 20 marzo 1885, Paul, " R e c . " , p. 355. diente o de las circunstancias".
268 E L FUNCIONAMIENTO DE LOS SERVICIOS PÚBLICOS
COLABORACIÓN DE PARTICULARES EN SERVICIOS PÚBLICOS 269
bus. Pero no es menos indudable que la negativa del prefecto
de policía se hallaba también motivada por el interés general Entre los motivos invocados, sólo se tendrán naturalmente en
de la seguridad de la circulación en París. Era ése, segura- cuenta los motivos determinantes165.
mente, uno de los motivos determinantes. Ello bastaba, a mi S9 regla. Los agentes públicos no pueden sustraerse al
juicio, para que la denegatoria opuesta por el prefecto fuese control jurisdiccional, sosteniendo que los motivos determi-
jurídicamente correcta 163 . nantes son de orden político. — Es ésta la célebre teoría de
Esto nos lleva a formular una nueva regla relativa a los los móviles políticos169.
motivos determinantes. Hasta la Tercera República, y aun desde entonces, la
Administración francesa ha tratado de que sus actos escapen
7* regla. — Cuando los motivos de derecho determinantes al control jurisdiccional, sosteniendo simplemente que el mo-
son múltiples, si uno de ellos se considera ilícito, el juez de- tivo determinante que los había inspirado era de orden po-
berá investigar si, fuera del motivo determinante de derecho lítico. P a r a emplear las expresiones corrientes, la razón de
estimado ilícito, los motivos determinantes de derecho que Estado era un móvil determinante que confería a los actos de
subsisten, son suficientes para legitimar el acto jurídico 164 . la Administración una absoluta inmunidad. La jurispruden-
cia de todos los tribunales se inclinaba en este sentido y ad-
163 Es lo que ha hecho el Consejo de Estado, 7 diciembre 1888, Ponthas, mitía esta pretensión. La doctrina había hecho una exposi-
" B e c " , p. 927. Se ha limitado a afirmar que la negativa del prefecto era ción sistemática de ella: era la teoría de los actos de gobierno
motivada —no ha dicho exclusivamente motivada— por un fin de interés general:
"Corresponde al prefecto de policía, en virtud de los poderes que le confiere en razón del móvil político.
la ley de 16-24 agosto 1790 y la resolución de los cónsules del 12 mesidor año vnr, Esta teoría fué especialmente invocada para las medidas
adoptar todas las medidas necesarias en interés de la comodidad de la circulación que se tomaron contra los miembros o los beneficiarios de
y de la seguridad de la vía pública. Por tanto, al tomar la decisión impugnada favores, de dinastías o regímenes caducos. Por ejemplo, bajo
en interés del orden, de la circulación y de la seguridad pública, el prefecto ha
obrado en ejercicio y dentro de los límites de los poderes que le otorgan las la Restauración, habiendo la princesa Borghése cedido sus
leyes precitadas". derechos a los atrasos vencidos (por lo menos 1.488.000 fr.)
164 Ver el caso Ponthas, Cons, de Est., 7 diciembre 1888, " E c c " , p. 921, de una renta de 670.000 francos que se le había concedido e
anteriormente estudiado. Véase, también: Cons. de Est., 18 mayo 1917, Baffin, inscrito en el Gran Libro de la deuda pública, el ministro
" R e c . " , p. 408: resolución prefectoral de suspensión de un alcalde y decreto
de destitución, que contiene dos motivos: 1») negativa a realizar estadísticas 166 Cons. de Est., 30 enero 1914, Colomb, " B e c " , p. 116: " S i bien la
de los actos del registro civil; 2») respuesta en términos injuriosos, a las inti- resolución por la que el prefecto... ha ordenado la demolición de los restos del
maciones del prefecto. El alcalde discute la legalidad del primer motivo: los dique de toma de agua del molino... indica que esta antigua obra dificulta el
gastos de la estadística de los actos del estado civil, no incumben a los muni- libre curso de las aguas, resulta del expediente que la medida se ha adoptado
cipios (Cons. de Est., 26 noviembre 1915, " B e c " , p. 328): por consiguiente, el principalmente en interés de la conservación de un puente recientemente cons-
prefecto no podía, jurídicamente, reprochar al alcalde su negativa a hacerle
truido para un camino departamental. Por lo demás, el recurrente justifica que
llegar esta estadística. El Consejo de Estado resolvió: ''Sin que sea necesario
estatuir para determinar si la resolución y el decreto impugnados han podido, el antiguo dique formaba parte de una fábrica que tiene una existencia legal.
válidamente, causar agravio al señor R. fundado en el hecho de haberse negado En estas condiciones, sólo se podía tratar de obtener la supresión de la obra,
a cumplir las obligaciones inherentes a su cargo, porque no ha querido realizar motivada en un interés que no es el de asegurar la salubridad pública y prevenir
la estadística del estado civil en boletines individuales, estas decisiones se fun- las inundaciones, por aplicación de la disposición legislativa antes citada
dan, además, en el hecho de que el alcalde ha expresado comentarios ofensivos (art. 14, ley del 8 abril 1898), mediante indemnización. Por consiguiente, la •
acerca de intimaciones que le había hecho el prefecto. El buen fundamento de resolución impugnada, en virtud de la cual los gastos de demolición quedan a '
los motivos presentados por la Administración y la oportunidad de las medidas cargo del señor C. y no se dejan a salvo los derechos de este último a ser indem-
adoptadas con respecto al mencionado señor, no pueden discutirse ante la juris- nizado, está viciada de exceso de poder".
dicción contenciosa". Cfr. las conclusiones de CORNEILLE, en el caso Compagnie i«e Véase, en especial: MICHOUD, Les actes de gouvernement, 1889; BRÉ-
des ómnibus et tramways de Lyon, Cons. de Est., 6 mayo 1921, " B . D . P . " , MOJJD, Des actes de gouvernement, en la " E . D . P . " , 1896, i, ps. 23 y ss.; LA-
1921, ps. 525 y ss.; supra, p. 238, nota 105. FERBI&RE, Traite de la jurid. adm. et des recours contentieux, 2* ed., 1896, n,
ps. 32 y ss.; L E COUETOIS, Théorie des actes de gouvernement, 1899 (tesis, Poi-
tiers); TEISSIER, La responsabilité de la puissance publique, 1908, p. 126, n» 109.
270 E L FUNCIONAMIENTO DE LOS SERVICIOS PÚBLICOS COLABORACIÓN DE PARTICULARES EN SERVICIOS PÚBLICOS 271
opuso, en 1821, al banquero cesionario que había accionado razón de Estado siguió considerándose legitimante de las vio-
en pago contra el Estado, una excepción de improcedencia laciones de la ley.
proveniente de la ley del 12 enero 1816167. Pero el Consejo de Después del golpe de Estado del 2 diciembre 1851, y du-
Estado en lo contencioso se negó a examinar si la ley era o no rante todo el Segundo Imperio112, se hicieron numerosas y
aplicable al caso. Se rehusó a pronunciarse, por tratarse de variadas aplicaciones de la teoría del móvil político. Veamos
una cuestión política168. algunos ejemplos célebres: En 1852, habiendo los príncipes
Bajo la monarquía de Julio, en ocasión de las demandas de Orléans reivindicado del dominio del Estado los bienes
por pago de rentas de mayorazgo, entabladas por los benefi- provenientes de la donación hecha, en 1830, por Luis Felipe
ciarios de regímenes caducos, la teoría del móvil político fué a sus hijos —bienes que un decreto del 22 enero 1852 incor-
propuesta 169 por el Gobierno y admitida por el Consejo de poraba al dominio público—, el Gobierno opuso la razón de Es-
Estado 170 . tado, y el Consejo de Estado, por vía de conflicto, admitió esta
Bajo la Segunda República, se pudo creer que la teoría excepción de improcedencia173. En 1863, habiendo publicado
ya no se ajustaba a los principios del nuevo régimen político, el duque de Aumale su libro Histoire des princes de Conde
por lo que se la abandonaría, pero nada de eso sucedió171. La pendant les XVI" et XYIF siécles, en donde había pasajes
que no agradaban al gobierno imperial, el prefecto de policía,
167 Los motivos de la decisión denegatoria opuesta por el ministro, confor- por orden del ministro del Interior, hizo secuestrar en casa
me al acuerdo del Consejo de ministros del 5 octubre 1821, eran los siguientes: del editor los ejemplares de esta obra. A raíz del recurso
" L a disposición de la ley política del 12 enero 1816, que establece que los
miembros de la familia Bonaparte no podrán gozar en Francia de ningún dere- entablado ante los tribunales judiciales, el Gobierno propuso
cho civil, ni poseer ningún bien, título o pensión otorgados a título gratutio, una denegatoria de incompetencia, que fué aceptada por los
es general; no distingue los fondos de las donaciones gratuitas de sus frutos tribunales 174 . Ante el Consejo de Estado, en un recurso por
no percibidos, 7 debe, por tanto, aplicarse a todos los bienes y pensiones, a exceso de poder, el ministro del Interior opuso la excepción
título gratuito, que los miembros de la familia Bonaparte pudieran reclamar
contra el Estado". del móvil político, y el Consejo de Estado la admitió 175 .
íes Cons. de Est., 1» mayo 1822, Laffitte, " E e c " , p. 377: " L a reclama-
ción del señor Laffitte obedece a una cuestión política, cuya solución corres-
ponde exclusivamente al Gobierno". los derechos privados puedan ser afectados por aquéllos. No se podría librarlos,
169 El ministro decía en 1838, a propósito de la demanda de la duquesa de sin riesgo, a la apreciación de una jurisdicción cualquiera".
Saint-Leu: "Tratándose de la interpretación de la ley del 12 enero 1816 o del 172 TEISSIER parece creer (op. cit., p. 127, n« 109) que la teoría del móvil
reglamento de 1815, que son actos de alta política..., la autoridad administra- político sólo ha existido bajo el Segundo Imperio: "Bajo el Segundo Imperio,
el Consejo de Estado, evidentemente impresionado por las tendencias y las prác-
tiva o contenciosa no tiene competencia para conocer en ellos".
ticas de este régimen, tendía a admitir que el acto de gobierno se definía por el
170 Cons. de Est., 5 diciembre 1838, duchesse de Saint-Leu (ocho resolucio- móvil que lo había inspirado, por su carácter de medida política. De donde se
nes), " R e c . " , p. 641: " L a s cuestiones que las demandas plantean para re- desprende que todo acto de Administración podía, en razón de circunstancias
solver. . . se vinculan... con actos del Gobierno que tienen un carácter esencial' del momento, ser denominado acto de gobierno o de alta policía, lo que tenía
mente político, y cuya interpretación y ejecución no se nos puede deferir por por consecuencia privar a los que resultaban víctimas de él, de todo recurso de
vía contenciosa, ante nuestro Consejo de Estado". Cons. de Est. (por conflicto), anulación y de toda acción por reparación". En realidad, la teoría es mucho
22 agosto 1844, prince Louis-Napoléon, " E e c " , p. 508, idéntica fórmula. más antigua: es tradicional.
171 En 1849, en el informe sobre la ley orgánica del Consejo de Estado, del
3 marzo de dicho año, VIVIEN exponía muy categóricamente, como indiscutible, 173 Cons. de Est. (por vía de conflicto), 18 junio 1852, héritiers d'Orléans,
la teoría del móvil político: " E n un gobierno representativo —escribía— bajo " E e c " , p. 252: " E l decreto del 22 enero 1852 es un acto político y de go-
el principio de responsabilidad, existen circunstancias en que, teniendo en vista bierno, cuya ejecución y efectos no pueden someterse a la apreciación de la
una gran necesidad pública, los ministros adoptan medidas que lesionan los autoridad judicial".
derechos privados. Besponden de ellas ante el poder político. Hacerles justicia- 174 Trib. civil del Sena, 20 mayo 1863; Corte de París, 16 julio 1864;
bles ante el tribunal administrativo, sería paralizar una acción que se ejerce Casación, Beq., 15 noviembre 1865, "Dalloz", 1866, 1, 49 y la nota de
THIERCELIN.
en atención al interés común y crear en el Estado un nuevo poder, que amena-
zaría a todos los demás. Las medidas de seguridad general, la aplicación de los 1T5 Cons. de Est., 9 mayo 1867, duc d'Aumale et Michel Lévy, " E e c . " ,
actos diplomáticos, no entran tampoco en lo contenciosoadministrativo, aunque p. 472 (con las conclusiones de Auooo y una nota crítica de EEVEBCHON) : ' ' Las
272 E L FUNCIONAMIENTO DE LOS SERVICIOS PÚBLICOS COLABORACIÓN DE PARTICULARES EN SERVICIOS PÚBLICOS 273
Bajo el Segundo Imperio, la teoría del móvil político fué n o son seres sobrenaturales. Son, simplemente, individuos que,
también invocada por la Administración para sustraer del temporariamente, tienen poderes, disponen de la fuerza y de
control de los tribunales las medidas adoptadas contra los la.fortuna públicas; sólo tienen facultades para organizar y
periodistas 176 , o la prohibición de ciertas industrias 177 . l a c e r funcionar los servicios públicos. En un Estado civili-
Después del establecimiento de la Tercera Eepública, zado democrático, la obediencia a la ley se impone, pues, a
comienza el movimiento de opinión que reprueba la razón de todos, tanto a los gobernantes como a los gobernados. La
Estado y ve en ella, sobre todo, la máscara de la arbitrariedad -contradicción entre las ideas políticas nuevas y la teoría del
gubernamental y administrativa. Es, en efecto, una fórmula móvil político, debía señalarse cada vez más fuertemente. El
muy cómoda para los gobernantes que cometen ilegalidades, desarrollo de la teoría de los motivos determinantes, debía
responder misteriosamente: móvil político, razón de Estado. eliminar el pretexto cómodo de la razón de Estado.
Con los progresos de las ideas de legalidad, de moralidad ad- Pero esto no ha sucedido sin obstáculos ni sin resistencia.
ministrativa, y con el desarrollo de las ideas democráticas, El móvil político resulta tan cómodo que los gobernantes, bajo
desde fines del siglo x i x , la opinión pública estima cada vez l a Tercera República, no vacilaron en invocarlo, y han se-
guido invocándolo hasta época muy reciente, y no es seguro
más que los gobernantes deben ser los primeros en dar el
que hayan renunciado a hacerlo, aun en la actualidad.
ejemplo de respeto de la ley, de no violarla. Los gobernantes
En 1872, el ministro del Interior, por orden de Thiers,
presidente de la República, —luego de un acuerdo del Consejo
cuestiones relativas a la validez del embargo de un libro, no están comprendidas de ministros— decretó la expulsión del príncipe Jerónimo
en aquellas que puede correspondemos conocer en nuestro Consejo de Estado Napoleón, que fué aprehendido personalmente por un briga-
en lo contencioso... Por otra parte, la medida por la cual el prefecto de policía
ha dispuesto... el embargo de los mencionados ejemplares, y la decisión de dier de gendarmería y dos gendarmes y conducido de nuevo
nuestro ministro del Interior, que ha confirmado esta medida, son actos polí- a la frontera. Acusó entonces al ministro del Interior y al
ticos, que no se pueden deferir por exceso de poder, ante nuestro Consejo de prefecto de policía ante el tribunal civil del Sena, deman-
Estado, por vía contenciosa".
176 Cons. de Est., 5 enero 1855, Boulé, " B e c " , p. 18. Orden del ministro dando la suma de 20.000 francos, en concepto de daños e
del Interior, dada el 13 junio 1849 —a consecuencia de la declaración del intereses. Pero ante la denegatoria de incompetencia plantea-
estado de sitio en la ciudad de París— para impedir, por todos los medios da por el prefecto, el tribunal del Sena (19 febrero 1873,
posibles, la publicación de ciertos diarios. La fuerza pública ocupa militarmente prince Jeróme Napoleón) se declaró incompetente. Y, al co-
la imprenta del señor Boulé; se destruyen los muebles, se deterioran las prensas,
se confunden los caracteres de imprenta, se rompen los manuscritos de las obras nocer de la apelación, la Corte de París (29 enero 1876) con-
editadas. El tribunal, requerido por una demanda por daños y perjuicios, valor firmó la sentencia: la medida era un acto político116.
de 80.000 francos, dicta el 7 noviembre 1849, " u n mandamiento de no ha
lugar". El ministro del Interior es requerido entonces; en 1854, rechaza la 178 Tribunal del Sena, 19 febrero 1873 ("Sirey", 1876, 2, 300): " L a
demanda porque "los actos de esta naturaleza, inspirados por la inminencia del resolución del ministro del Interior..., según cuyos términos el príncipe Napo-
peligro, no pertenecen al derecho común. Son actos de alta justicia adminis- león debía ser conducido inmediatamente a la frontera, se ha tomado por orden
trativa, que el gobierno realiza bajo su propia responsabilidad... Ejecutados del presidente de la Eepública, oído el Consejo de Ministros, y se motiva en el
en la esfera de la alta Administración, escapan a las reglas ordinarias del hecho de que la presencia del príncipe en Francia podría, en las actuales cir-
contencioso y no pueden deferirse a ningún tribunal del orden administrativo o cunstancias, originar desórdenes. Este pronunciamiento es un acto guberna-
judicial... Sólo correspondía a la autoridad administrativa superior, en ejer- mental, realizado por el Poder Ejecutivo en ejercicio del poder público. Escapa, ,
cicio de su poder discrecional, conocer en ellos". El Consejo de Estado admitió por su naturaleza, al conocimiento y a la apreciación de la autoridad judicial. Por
esta tesis: " A l dar, el 13 junio 1849, la orden de impedir la publicación de los consiguiente, el tribunal no podría indagar, sin desconocer el principio de la
diarios, el ministro del Interior ha tomado una medida de alta policía, impuesta separación de los poderes, si entraña —como lo pretende el demandante— una
por los sucesos que hicieron declarar el estado de sitio en la ciudad de París; violación del derecho en su persona y un atentado contra su libertad individual''.
tal acto no puede deferirse a nuestro Consejo de Estado, por vía contenciosa''. Corte de apelación de París, 29 enero 1876, prince Jeróme Napoleón ("Sirey",
177 Cons. de Est., 10 enero 1856, Dautreville, " R e c . " , p. 28 y la nota; 1876, 2, 297 y la nota de J. E. LABBÉ) : "Adoptando los motivos de los jueces
26 febrero 1857, Cohén, " E e c . " , p. 167 (y la nota). anteriores, confirma". En su nota, escribía LABBÉ: "¿Debemos admitir que el
La primera vez que la teoría del móvil político fué solem- Este fallo causó sensación. La nueva jurisprudencia fué
nemente condenada por la jurisprudencia, fué en 1875, en el confirmada, afíos más tarde, en 1880, por el Tribunal de Con-
caso prince Napoleón, resuelto por el Consejo de Estado, el flictos, cuando se expulsó a los jesuítas, a pesar de los esfuer-
19 febrero de dicho afío. zos del Gobierno para hacer reconocer la vieja teoría del
El ministro de Guerra, en cumplimiento de un acuerdo móvil político181. Diversos pronunciamientos del Consejo de Es-
del Consejo de ministros, del 9 marzo 1872, había borrado al tado182 y de la Corte de Casación188 rechazaron el móvil po-
príncipe Jerónimo Napoleón de la lista de generales de divi- lítico.
sión. Ante el recurso por exceso de poder, el ministro opuso Pero fueron, sobre todo, las dos resoluciones decisivas
la teoría del móvil político179. del Consejo de Estado, del 20 mayo 1887 —princes d'Orléans
El Consejo de Estado no admitió esta excepción de im- et princes Mwrat— las que fijaron la jurisprudencia184. El
procedencia. Examinó la demanda y la rechazó sólo después
de haber comprobado que el príncipe había obtenido su grado actos de gobierno, son discrecionales por su naturaleza, la esfera dentro de la
en condiciones especiales, en virtud de la Constitución de 1852; cual corresponde esta clasificación no podría extenderse arbitrariamente al
estando abrogada esta Constitución, el grado no podía sub- capricho de los gobernantes; es naturalmente limitada... No basta que un acto
emane del Gobierno o de uno de sus representantes, que se haya dispuesto en
sistir180. Consejo de ministros o que se haya dictado por un interés político...".
No se trata de examinar aquí si el Consejo de Estado ha juzgado bien o
mal el caso. Se sostenía que, el día que el grado se había conferido, lo había
gobierno puede, fuera de sus atribuciones regulares, al invocar la razón de sido definitivamente, de conformidad a la legislación existente, y que, para
Estado, dar a una medida cualquiera un carácter excepcional, cubrirla de una revocarlo, se habría necesitado una ley que confiriese este poder. En sentido
inmunidad extralegal, despojar de su conocimiento a los tribunales? El gobierno contrario, se alegaba que, el 1* marzo 1871, la Asamblea nacional había votado
que, según la ley, tiene bien precisadas sus funciones, ¿puede salirse de la la caída de la familia Bonaparte, lo que implicaba la exclusión del ejército de
esfera de las leyes constitucionales cuando le parece que lo exige el interés los miembros de dicha familia. No cabe estudiar esta cuestión. El punto impor-
general y obstaculizar el trámite de la justicia al declarar que realiza un acto tante es que, en 1875, el Consejo de Estado rechazó la excepción de improce-
políticol A pesar de existir ilustres contradictores (SERKIGNY, Compétence en dencia deducida del móvil político y examinó a fondo los argumentos presen-
matiére administrative, i, n» 35; Auooc, concl. caso duc d'Aumale, Cons. de Est., tados por el príncipe Napoleón.
9 mayo 1867, " S . " , 1867, 2, 124), la negativa no nos parece dudosa... Si el 181 Trib. de Conflictos, 5 noviembre 1880, Marquigny, Bouffier (dos reso-
gobierno se ha hecho atribuir, por leyes accidentales y provisionales, o se ha
luciones), " R e c . " , p. 801 (con los alegatos de SABATIER, BOSVIEL y JOZON, las
conferido a sí mismo, por decretos que imitan las leyes, el poder de atentar
contra la libertad de determinados individuos, por motivos políticos, ello signi- conclusiones de RONJAT, abogado general de la Corte de Casación y de GOMEL,
fica que, en principio, el gobierno no tiene este poder; que, en principio, no maitre des requétes del Consejo de Estado). Disolución de congregaciones reli-
basta al gobierno invocar la razón de Estado para legitimar actos arbitrarios giosas no autorizadas (jesuítas), decretada por el Gobierno y aprobada por la
que atentan contra la libertad individual... Éstas cuestiones, ¿pueden llevarse Cámara de diputados. En estos asuntos, el comisario del Gob:erno, RONJAT,
ante los tribunales ordinarios (judiciales) f No dudamos de ello, y tampoco abogado general de la Corte de Casación, defendió la teoría del motivo deter-
podrían dudar los autores que piensan que la autoridad judicial tiene por misión minante político; GOMEL, en cambio, la combatió. El Tribunal de Conflictos
esencial la de proteger y garantizar el estado, la libertad y la propiedad de los decidió que los decretos de disolución eran actos administrativos que podían
ciudadanos, contra las vías de hecho, que no entran en el ejercicio de los pode- deferirse al Consejo de Estado.
res constitucionales del Gobierno". 182 Cons. de Est., 2 abril 1886, Fontenaud, " R e c . " , p. 295: Prohibición
hecha por un prefecto de fijar, dentro del departamento, carteles con un mani-
179 " L a medida de la que se agravia el recurrente... no se ha tomado por fiesto político del príncipe Jerónimo Napoleón. El Consejo de Estado anuló
ana simple decisión ministerial, sino por un acto del Gobierno dispuesto en este pronunciamiento.
Consejo de ministros... Semejante medida, en razón de la forma y de las cir- 183 Casación crim., 1» enero 1885, Cuneo d'Ornano ("Sirey", 1885, 1, 89; ¡
cunstancias en que se ha adoptado, es un acto de gobierno, que no puede defe- "Rev. Gen. d'Administration", 1885, n, p. 72, para las observaciones de LBVA-
rirse al Consejo de Estado, por exceso de poder". VASSEUR DE PEÉOOURT; v. el informe de VÉTELAY ante la Corte de Casación, en
180 Cons. de Est., 19 febrero 1875, prince Napoleón, " R e c . " , p. 155 (con la ley del 8 febrero 1886). Se le negó fuerza ejecutoria a la resolución prefec-
las conclusiones de DAVID). El Consejo de Estado no se pronuncia expresamente toral prohibitiva de la fijación de carteles con un manifiesto político del prin-
sobre la excepción de improcedencia opuesta por el ministro, pero la rechaza cipe Napoleón.
implícitamente, puesto que examina el fondo del recurso. El comisario del Go- 184 Cons. de Est., 20 mayo 1887, princes d'Orléans ("Rec.", p. 409, con
bierno, DAVID, declara: " S i los actos calificados, en el lenguaje jurídico, como» las conclusiones del comisario del Gobierno, MARGUERIE). V. nota siguiente.
276 E L FUNCIONAMIENTO DE LOS SERVICIOS PÚBLICOS COLABORACIÓN DE PARTICULARES EN SERVICIOS PÚBLICOS 277
ministro de Guerra había eliminado de los cuadros del ejército bales invocadas por el prefecto de policía se hubiesen dado
a los príncipes, en cumplimiento de la ley del 22 junio 1886 para la aplicación de la ley del 29 julio 1881, sobre la prensa,
(art. 4 ) , que prohibe a los miembros de las familias que hayan o la del 23 junio 1886, relativa a los miembros de familias que
reinado en Francia, ingresar en los ejércitos de tierra y de hubiesen reinado en Francia, no podrían imprimir al mandato
mar. Sostenía que sus decisiones eran actos de gobierno, en y al embargo el carácter de actos administrativos o de go-
razón del pensamiento exclusivamente político que las había
inspirado, y la prueba de ello era la aprobación de estas me- bierno. En efecto, el embargo no cambia de naturaleza por el
didas por la Cámara de diputados y por el Senado, los días hecho de que lo ordene el ministro del Interior con,una fina-
13 y 15 julio 1886. El comisario del Gobierno, MARGÚEME, lidad política y de que las Cámaras hayan aprobado la medida.
atacó esta tesis 185 . El Consejo de Estado la rechazó clara- Si bien el Gobierno tiene el deber de asegurar la seguridad
mente186. del Estado y de reprimir toda empresa que se intente contra la
República..., sólo está investido al respecto de los poderes que
Desde esa época, el Consejo de Estado y el Tribunal de la ley le otorga. El derecho de realizar discrecionalmente em-
Conflictos, en diversas ocasiones, han condenado enérgicamen- bargos, no r e s u l t a . . . de ninguna ley"188.
te la antigua teoría de los motivos determinantes políticos.
La mejor fórmula parece ser la adoptada por el Tribunal de Por lo demás, los gobiernos posteriores no han renun-
Conflictos, en 1889187: "Al admitir que las instrucciones ver- ciado, ni siquiera en la actualidad, a invocar la teoría de los
motivos políticos189. Pero los comisarios del Gobierno ante el
185 " E l pensamiento político que ha determinado a un representante del
poder público a realizar un acto determinado, no le quita necesariamente el dirigido el embargo contra un príncipe de Orléans, pretendiente al trono de
carácter administrativo, si este acto es, por su naturaleza, un acto de adminis- Francia, había un motivo político. Por tanto, los tribunales eran incompetentes.
tración . . . Las órdenes del día votadas por la Cámara de diputados y por el El Tribunal de Conflictos rechazó esta tesis.
Senado... no pueden considerarse ya definidoras del carácter de las decisioaos
del ministro de Guerra". Por lo demás, el comisario del Gobierno hacía una 188 Véase, también, Tribunal de Conflictos, 15 febrero 1890, Vtncent,
concesión peligrosa: " S i el Gobierno había querido hacer un acto de soberanía, " R e c . " , p. 183: Destrucción de carteles electorales realizada por un subpre-
el Consejo de Estado debería declararse incompetente". ¿No equivalía esto, en fecto, a raíz de una orden del ministro del Interior: " E l acto así vedado a los
realidad, a hacer revivir la teoría del móvil político f funcionarios por una prohibición formal de la ley (ley del 29 julio 1881, art. 17)
186 Cons. de Est., 20 mayo 1887, dúo d'Áumale et autres, " R e c " , p. 418: no podría —aun cuando se hubiese realizado por orden del ministro del Interior—
' ' Del texto mismo de las decisiones impugnadas resulta que el ministro de Guerra tener el carácter de acto administrativo, ni de acto de gobierno". Trib. de Con-
,las ha tomado con el propósito de aplicar el art. 4 de la ley del 22 junio 1886. flictos, 24 noviembre 1894, Saffroy ( " R e c " , p. 628).
Ha obrado, pues, en ejercicio de los poderes de administración que corresponden 189 En el caso Bouzier, Trib. de Conflictos, 25 mayo 1911 ( " R e c " , p. 392;
a los ministros para asegurar la ejecución de las leyes con respecto a BUS " R . D . P . " , 1911, ps. 663 y ss.), el ministro de Relaciones Exteriores afirmaba
subordinados, y estas decisiones son actos administrativos que pueden deferirse que " u n agente diplomático es el representante de Francia ante una potencia
al Consejo de Estado, por aplicación de las leyes de 7-14 octubre 1790 y 24 extranjera, y como tal, ae encarga ante todo de la misión esencialmente política
' mayo 1872". En el caso Murat, el Consejo de Estado resolvió que " s i bien la de asegurar las buenas relaciones —pacíficas y corteses— del país que repre-
familia a que pertenecen los Murat está emparentada con la familia Bonaparte, senta con el de su residencia. En este carácter, el agente diplomático es manda-
no son miembros de esta última familia, en el sentido de la mencionada ley (del tario de su Gobierno, al que obliga con sus actos... Tiene un poder propio de
22 junio 1886, art. 4). La familia Murat no es de aquellas a las que se refiere decisión y al tomar una medida motivada por consideraciones de orden diplo-
la precitada ley. Por tanto, los recurrentes tienen derecho a sostener que el mi- mático, realiza un acto político, un acto de gobierno. No es a los tribunales
nistro de Guerra, al eliminarlos de las listas del ejército, en cumplimiento del —del orden administrativo o del orden judicial— sino al agente diplomático •
art. 4 de la ley del 22 junio 1886, ha hecho una inexacta aplicación de dicha l e y ' \ mandatario del Gobierno y, en última instancia, al ministro de Relaciones Exte-'
187 Trib. de Conflictos, 25 marzo 1889, Dufeuille ( " R e c " , p. 412; las riores —encargado de la dirección de nuestra política exterior— a quienes co-
conclusiones de los comisarios del Gobierno, VALABREGUE, BERTBAND y MARGÚE- rresponde apreciar lo que imponen, en cada caso, el respeto de la soberanía
ME, se reseñan en la "Gazette des Tribunaux", 24, 25 y 26 marzo 1889). Se territorial extranjera y el mantenimiento de nuestras buenas relaciones inter-
trataba de una acción entablada contra el prefecto de policía por restitución de nacionales, para realizar actos políticos o conocer en ellos. La acción guberna-
impresos, estampillas y clisés embargados por orden del ministro del Interior. mental es incompatible con cualquier otra acción. El control gubernamental es
El ministro y el comisario del Gobierno, MARGUERIE, sostenían que estando exclusivo de todo otro control".
278 EL FUNCIONAMIENTO DE LOS SERVICIOS PÚBLICOS
COLABORACIÓN DE PARTICULARES EN SERVICIOS PÚBLICOS 279
Consejo de Estado y el Tribunal de Conflictos, no dejan de 9* regla. — En principio, el juez no investiga de oficio
rechazarla enérgicamente190.
los motivos determinantes; solamente los examina si se le
El Consejo de Estado adopta la misma actitud, afirman- señalan y si se los critica193. Sin embargo, se admite que cuan-
do que un acto jurídico realizado por el Gobierno no deja por do el motivo determinante es flagrante y tiene por resultado
ello de someterse al control jurisdiccional, no solamente en el
caso de que se haya aprobado políticamente por órdenes del hacer salir manifiestamente al agente público de su compe-
día de las Cámaras legislativas, sino también cuando el Par- tencia legal para invadir la competencia de otro agente, el
lamento debe con ulterioridad aprobar normalmente el acto juez tiene el deber de comprobar de oficio el motivo deter-
y trasformarlo en ley propiamente dicha. Mientras esta tras- minante ilícito; en efecto, debe comprobar de oficio el vicio
formación no se haya producido, el acto jurídico realizado de incompetencia; ahora bien, en la hipótesis considerada, es
por el Gobierno sigue sometido al control de los tribunales. realmente un vicio de incompetencia lo que pone de manifiesto
Esta solución, dada en un principio para rechazar la teoría el motivo determinante194. En el hecho, esto se produce muy
de los motivos determinantes políticos191, se aplica hoy de raramente.
manera general192. 10* regla. — El juez no puede apreciar la oportunidad
de las medidas adoptadas por los agentes administrativos. No
i»o El 2 diciembre 1902, en el caso préfet du Bhóne ("Bec.", p. 716) puede dictar una sentencia sobre la aptitud del agente admi-
resuelto por el Tribunal de Conflictos (acción por violación de los sellos coloca-
dos por la autoridad administrativa, para asegurar la clausura de un estableci- nistrativo, cuando deduce consecuencias de motivos determi-
miento congregacionista no autorizado), el comisario del Gobierno, BOMIET.*, ha
proclamado "el abandono definitivo de la antigua teoría del acto de alta poli-
cía o de gobierno''. Est., 3 agosto 1918, Compagnie des chargeurs d'Extréme Orient, "Bec.", p. 815:
<4
El 25 mayo 1911, en el caso Bouzier, resuelto por el Tribunal de Conflictos La circunstancia de que el Parlamento se haya reservado el derecho de rati-
("Bec.", p. 392, y " B . D . P . " , 1911, ps. 663 y ss. y mi nota) (acción por ficar los decretos que él ha autorizado a dictar al Poder Ejecutivo, sobre ciertas
daños y perjuicios intentada contra un cónsul francés, que se habia negado materias por él especificadas, no podría tener por efecto cambiar el carácter
a celebrar un matrimonio en el extranjero), el comisario del Gobierno, CHAR- de los decretos dictados en virtud de esta delegación. Éstos siguen siendo acto»
PENET, ha comprobado también el abandono de la antigua teoría del móvil administrativos sometidos al control de la jurisdicción administrativa, la cual
político: " S i se inicia una acción por daños e intereses contra los prefectos, en —mientras el legislador, por sí mismo y mediante su intervención expresa, da a
razón de actos realizados por ellos, en virtud del art. 10 del Código de Instruc. dichos actos valor legislativo— tiene competencia, por aplicación del art. 9 de
•Crim., no es dudoso que los tribunales judiciales tienen competencia para conocer
•en ella, y esto sin que haya que preocuparse del fin político perseguido al eje- la ley del 24 mayo 1872, para examinar si no exceden los límites de la delega-
cutar el acto, ni tampoco de determinar si el acto lo ha dispuesto el ministro ción". La misma fórmula se halla en el pronunciamiento del Cons. de Est., 30
•del Interior, o aun si lo ha aprobado el Parlamento. El acto sigue siendo un abril 1920, Société genérale d'armement. Se ha sostenido la tesis contraria en.
.acto de policía judicial; no tiene el carácter de acto administrativo, ni de acto una nota firmada A. P., comentando un fallo del Cons. de Est., 26 abril 1918,
.de gobierno". Gaillard, " B e c . " , p. 391. Estos pronunciamientos muestran cuan poca fuerza
ífli Supra, p. 276. tienen hoy los argumentos deducidos del control político o de los motivos polí-
192 Veamos una aplicación notable: Durante la guerra de 1914, una ley del ticos, ante el Consejo de Estado, sección de lo contencioso.
10 febrero 1918 (art. 1») dispuso: "con el fin de asegurar el abastecimiento 193 En este sentido, LAFEERIÉRE, Jur. adm. et rec. contentieux, 2» ed., 1896,
nacional, podrá procederse por decreto a la requisición de la totalidad de la flota n, p. 550: " L a desviación de poder no es, en general, un recurso de orden pu-
mercante, y los decretos que se dicten, por aplicación del mencionado artículo blico que pueda alegarse de oficio; es necesario que lo invoque la parte, a quien
se someterán a la ratificación de las Cámaras, en el mes siguiente a su promul- incumbe la respectiva prueba".
gación". El Gobierno sostuvo que los decretos de requisición, por lo mismo que 194 En el mismo sentido, LAFERRIÉRE, op. cit., n, p. 550: " S i n embargo,'
debían someterse a la ratificación del Parlamento, eran "leyes provisionales", si nos hallásemos ante un caso en que la desviación de poder fuese una verdadera'
y., a este título, escapaban al control jurisdiccional; solamente podía ejercerse, usurpación, pensamos que el agravio podría invocarse de oficio, al igual que el
a este respecto, el control político de las Cámaras. Esto no equivalía completa- agravio aun de incompetencia. Tal sería el caso en que un prefecto redujese el
mente a la vieja teoría de los motivos políticos, pero se le asemejaba mucho. descuento de una fábrica, fundándose, en los propios motwos de su resoluciónr
Sea como fuere, el Consejo de Estado, en numerosos fallos, ha rechazado cate- en un contrato civil o en una sentencia cuya ejecución entre las partes intere-
góricamente la excepción de improcedencia opuesta por el ministro. Cons. de sadas creería asegurar".
1580 E L FUNCIONAMIENTO DE LOS SERVICIOS PÚBLICOS COLABORACIÓN DE PARTICULARES EN SERVICIOS PÚBLICOS 281
nantes materialmente exactos y lícitos 195 . El juez no puede Desde luego que la solución es muy diferente si se pide
decir si, dado el motivo determinante, la medida adoptada al juez que se pronuncie, no sobre la oportunidad, sino sobre
es la que realmente era necesaria. Esta apreciación de la la legalidad de las consecuencias deducidas por el agente pú-
oportunidad trasformaría al juez en administrador, en supe- blico197.
rior jerárquico de los agentes administrativos, lo que sería 1P regla. — La prueba del motivo determinante incumbe
contrario al principio de la separación y de la división de l a s a aquel que critica el motivo, debiendo resultar de las piezas
competencias. El juez no tiene, pues, que investigar si el del expediente1**.
agente público ha obrado válida y prudentemente, al realizar lia, carga de la prueba incumbe al recurrente. Ésta es una
el acto. E s ésta una salvedad que el Consejo de Estado hace regla de buen sentido 199 .
constantemente, cuando examina los motivos. Distingue cui-
Por lo demás, el Consejo de Estado no admite cualquier
dadosamente entre el examen de la exactitud material y jurí-
medio de prueba; no se reconoce el derecho de citar, para que
dica de los motivos determinantes, por una parte, y la oportu-
comparezcan ante él, a los agentes públicos para interrogarlos
nidad de las consecuencias que de ellos ha sacado el agente
oralmente sobre los motivos que les han determinado a reali-
público, por la otra 196 .
zar determinado acto.
El interrogatorio sobre hechos y artículos, la compare-
i»5 GASTÓN JÉZE, nota en la " E . D . P . " , 1917, ps. 460 y ss. Conclusiones
de CORNEILLE, en el caso Boisselet, Cons. de Est., 28 junio 1912, " E . D . P . " , cencia personal con el propósito de provocar reconocimientos
1917, p. 456: "Vosotros no sois jueces de apelación de la medida; no tenéis del agente público, son medios de prueba que no tienen apli-
que examinar si el motivo expresado «equivalía» a la suspensión o a la destitu- cación en esta materia 200 .
ción. Pero vuestra jurisdicción debe detenerse solamente ante el examen del
valor de hecho de los motivos".
Conclusiones de CORNEIIAE, en el caso Camino, Cons. de Est., 14 enero 1916,. 22 marzo 1918, Senet, " E e c . " , p- 294). Algunas de estas fórmulas no son muy
" E . D . P . " , 1917, p. 449: " E l Consejo no puede apreciar en sí misma la opor- felices, hallándose en contradicción con toda la teoría general de los motivos
tunidad de las medidas de suspensión y de destitución de alcaldes y adjuntos determinantes; no es exacto decir que una medida es regular "cualesquiera
que se defieren; debe... detenerse ante el examen del valor de hecho de lo* sean los motivos que la han inspirado"; el juez tiene el deber de examinar " s i
motivos alegados en el acto impugnado...". los motivos determinantes están bien fundados".
i»6 Jurisprudencia constante: Cons. de Est., 5 julio 1918, Gérard, "Bec.V r i»7 Cons. de Est., 14 enero 1916, Camino ( " E e c " , p. 15; " E . D . P . " ,
p. 665, destitución de un alcalde: " N o corresponde al Consejo de Estado exami- 1917, p. 453), destitución de un alcalde: " S i bien el Consejo de Estado no
nar la oportunidad de la medida, ni lo bien fundado de los motivos, salvo en- puede apreciar la oportunidad de las medidas que se le defieren mediante el
caso de que la inexistencia flagrante de los hechos alegados deje sin ninguna, recurso por exceso de poder, le corresponde verificar la materialidad de los
base al acto impugnado, o si los motivos no pudiesen, por sí mismos, provocar hechos que han motivado estas medidas, y, además, en caso de que se prueben
una medida disciplinaria". Cons. de Est., 8 agosto 1919, Marcérano, " E e c " , . los mencionados hechos, investigar si ellos podían legalmente motivar la aplica-
p. 733 (destitución de un peón caminero): " N o corresponde al Consejo de- ción de las sanciones previstas por la precitada disposición (ley del 8 julio
Estado apreciar la oportunidad de la medida de que ha sido objeto el recurren- 1908)".
t e " . Cons. de Est., 8 agosto 1919, Benard, " E e c . " , p. 753: " L a oportunidad 198 LAFEBEIERE, Jur. adm. et rec. contentieux, 2* ed., 1896, H, ps. 549 y ss.;
de la medida disciplinaria adoptada a su respecto, no puede discutirse ante el mi nota en la " B . D . P . " , 1904, ps. 793 y ss.
Consejo de Estado". Cons. de Est., 8 julio 1921, Dadole, "E.1XP.*', 1921 199 Jurisprudencia constante. Cons. de Est., 8 febrero 1918, Bebout, " E e c " ,
p. 385. p. 105: " E l recurrente no justifica que su licénciamiento haya sido inspirado
Algunas veces, para subrayar que no debe apreciar la oportunidad de las- por motivos que no sean de interés general". Cons. de Est., 26 julio 1918,
medidas tomadas por los agentes públicos, el Consejo de Estado emplea las Union des réassurances, " E e c " , p. 755: "No aportando la prueba de que la •
siguientes fórmulas: " S i bien corresponde a (tal agente público) pronunciar,. mencionada decisión esté viciada de exceso de poder, los recurrentes no están... '
cualesquiera sean, por lo demás, las razones que la provocan, determinada me- autorizados para pedir, por este motivo, su anulación". Cons. de Est., 12 di-
dida... " (Cons. de Est., 19 junio 1903, LedochowsU, " E e c . " , p. 452). "No- ciembre 1919, Forque, " E e c " , p. 901: " E l recurrente no demuestra que la
corresponde al Consejo de Estado examinar si los motivos están bien fundados' r medida tomada esté viciada de desviación de poderes".
(Cons. de Est., 5 julio 1918, Gérard, " E e c " , p. 665): " S i no hay ninguna, 200 Eesulta curioso comprobar que el Código de Procedimiento Civil,
desviación de poder, el recurrente no podría discutir ante el Consejo de Estado- art. 336, prevé el interrogatorio sobre hechos y artículos, de los administradores
Jas razones que han podido motivar la medida de que se queja" (Cons. de Est.» de establecimientos públicos; el establecimiento público nombra, entonces, un
282 EL FUNCIONAMIENTO DE> LOS SERVICIOS PÚBLICOS COLABORACIÓN DE PARTICULARES EN SERVICIOS PÚBLICOS 283
Del mismo modo, el Consejo de Estado no puede, a fin de acto declaratorio de utilidad pública de una obra, que precede
descubrir los motivos determinantes exactos, oír testigos en la a la expropiación202.
audiencia pública, ni encargar a uno de sus miembros que 2*) Motivos que preceden a la parte dispositiva del ac-
proceda a una audiencia secreta, para oír testigos cuyas decla- to. — Es éste un medio de prueba muy frecuente203. La ley
raciones serán, de inmediato, leídas y discutidas en audiencia prescribe cada vez más a los agentes públicos la obligación de
pública. El buen funcionamiento de los servicios públicos re- motivar sus actos más importantes204. Pero esto no significa
sultaría prácticamente trabado: la acción administrativa, la que cuando la ley no establece la obligación de motivar, el
iniciativa, quedarían paralizadas. "Tales investigaciones, per- juez no deba tener en cuenta los motivos expresados por el
mitidas al superior jerárquico, se prohiben al juez adminis- agente público, no pueda investigar los motivos205. El poder
trativo, pues en esta forma intervendría indebidamente en la de indagar los motivos, es general. Por otra parte, el juez
administración activa". no está obligado a creer lo que diga el agente público, pudien-
Es en el expediente*01 donde debe encontrarse la prueba do investigar si los motivos que ha expresado son sinceros
del motivo determinante. y exactos206.
3*) Correspondencia que ha precedido o seguido al acto,
Tal es el correctivo poderoso de la teoría —excelente, pero la que puede ser agregada al expediente, por el recurrente207,
muy invasora— de los motivos determinantes. espontáneamente por la Administración, o a instancia del
La expresión "piezas del expediente" debe entenderse en juez208. El Consejo de Estado informa siempre al ministro
un sentido muy amplio. Tiene por objeto, sobre todo, excluir 202 Cons. de Est., 27 abril 1917, Commune de Venoix, " E e c . " , p. 335
la comparecencia personal de los agentes públicos, al interro- {supra, p. 243): " E l decreto impugnado ha declarado de utilidad pública,
gatorio sobre hechos y artículos, la producción de prueba tes- conforme a los propios términos de su art. 1*, .. .al establecimiento y la amplia-
ción de un desaguadero público..., y, por su art. 2, ha autorizado a la ciudad
timonial en audiencia pública o secreta. d e . . . a recurrir al procedimiento de expropiación por causa de utilidad pú-
Resulta imposible enumerar limitativamente todas las blica...".
203 Cons. de Est., 31 enero 1902, Grazietti, " E e c . " , p. 55: "Besulta de los
clases de "pruebas del expediente" admitidas por el Consejo propios términos del decreto impugnado, que la disolución del Concejo municipal
de Estado. Veamos las principales, que permitirán compren- se ha pronunciado sólo en razón de las irregularidades de que habría estado
der la orientación general de la jurisprudencia administrativa. viciada la elección de los miembros del Concejo". Cons. de Est., 19 diciembre
1919, Commune de Lusé, " E e c " , p. 925: " D e los propios términos de la men-
1*) Contextura del acto. — La redacción de los artículos, ción precitada (puesta por el prefecto al margen de un acuerdo de un Concejo
el conjunto de las disposiciones, puede poner de manifiesto municipal) resulta que la exclusión del crédito se ha motivado en considera-
ciones extrañas... " .
muy claramente el motivo determinante. Tal es el caso de un 204 Ver supra, p. 231.
205 Supra, p. 232, 1* regla.
206 V. supra, ps. 237 y ss. Cons. de Est., 20 enero 1922, Trépont, " E . D . P . " ,
administrador o agente para responder acerca de los hechos y artículos que se 1922, p. 81: "Según los documentos agregados al expediente, consta que el
le habrán comunicado. Se reconoce que semejante interrogatorio es absurdo, recurrente, lejos de haber solicitado su licénciamiento, había, por el contrario,
puesto que las respuestas del agente que comparece se las dicta de antemano afirmado su intención de seguir en su puesto; al presentar la decisión de licén-
el jefe de servicio. ciamiento como dictada a pedido del interesado, el ministro del Interior la ha
201 Cons. de Est., 24 enero 1919, Société des asphaltes, " E e c " , p. 89: " N o fundado en un hecho materialmente inexacto...".
está probado por ninguna pieza del expediente que... el prefecto se haya fun- 207 Cons. de Est., 16 noviembre 1900, Maugras, " E e c " , p. 617: "De los >
dado en motivos distintos de aquellos que le correspondía legalmente reservarse propios términos de la carta del alcalde resulta... que al castigar con una pena
en el ejercicio de sus atribuciones". Cons. de Est., 8 agosto 1919, Marcérano, disciplinaria al agente M . . . , el mencionado alcalde ha obrado con una finalidad
" E e c " , p. 733: " N o resulta de los documentos agregados al expediente que la distinta a la salvaguardia de los intereses que se le confían".
208 Cons. de Est., 20 enero 1922, Trépont, " E . D . P . " , 1922, p. 81. Véase,
separación del recurrente se haya motivado en consideraciones extrañas al interés
sobre todo, las conclusiones del comisario del Gobierno, recordando los pedidos
del servicio...". Cons. de Est., 8 julio 1921, Dadole, " E . D . P . " , 1921, p. 385. del Consejo de Estado y las cartas de llamada. Supra, p. 237.
284 E L FUNCIONAMIENTO DE LOS SERVICIOS PÚBLICOS
COLABORACIÓN DE PARTICULARES EN SERVICIOS PÚBLICOS 285
interesado, de los recursos que se deducen, pidiéndole que
presente sus observaciones. En esa oportunidad puede pre- ¿Tiene el Consejo de Estado el poder de ordenar por sí
cisar su demanda, reclamándole la comunicación de la corres- mismo medidas de instrucción, para conocer las circunstan-
pondencia intercambiada. cias de hecho que pueden descubrir los motivos determinantes?
4*) Instrucciones generales o particulares dadas por los En general, se responde negativamente 212 : ello podría en-
superiores jerárquicos a los agentes subordinados que han torpecer el buen funcionamiento de los servicios públicos. La
realizado el acto impugnado. El ejemplo más célebre es el de constante ingerencia de un juez en la Administración, sería
las instrucciones generales impartidas por el ministro de Ha- un obstáculo para la marcha regular de los servicios, una
cienda a los prefectos, para la clausura de fábricas de fós- causa de lentitud.
foros209. También aquí las instrucciones serán comunicadas Por lo demás, prácticamente, la comunicación del expe-
al juez por el propio recurrente, espontáneamente por la Ad- diente a la Administración, con preguntas precisas, conduce
ministración, o a pedido del juez. sensiblemente al mismo resultado que la orden formal de pro-
59) Explicaciones suministradas por la Administración ceder a una instrucción. Sin duda, la Administración no está
en respuesta a la comunicación del recurso por el juez. Esto obligada a responder a las proposiciones precisas: pero el si-
es muy frecuente210. lencio, en este caso, ¿no es frecuentemente una confesión?
6*) Circunstancias de hecho puestas de manifiesto por el Conclusiones generales
conjunto del expediente, y que dan al juez la convicción de
que el agente público ha sido influido por determinado motivo
Tal es la teoría general de los motivos determinantes en
de hecho o de derecho211.
derecho público, teoría que es fundamental.
209 V. supra, p. 249; Cons. de Est., 26 noviembre 1875, Pariset, Laumonnier- I. — Una de sus ventajas, sobre la cual hay que insistir,
Carriol (dos fallos), " E e c . " , p. 934: "Está demostrado por la instrucción
que el prefecto... no ha tenido por finalidad los intereses que estas leyes y es la de permitir señalar la verdadera naturaleza jurídica
reglamentos tienen en vista garantizar; que ha obrado en virtud de instrucciones de un acto, a pesar de las apariencias, las disimulaciones y los
emanadas del ministro de Hacienda...". términos impropios con que se lo ha calificado, descubrir si la
210 El decreto del 2 noviembre 1864, art. 8, establece que "cuando los competencia se ha ejercido correctamente, en los casos y con-
ministros deban producir defensas o presentar observaciones sobre los recursos
entablados ante el Consejo de Estado, la sección de lo contencioso fija, con diciones que establece la ley.
respecto a las circunstancias del caso, los plazos dentro de los cuales deberán La teoría de los motivos determinantes es el comple-
presentarse las respuestas y observaciones". En la práctica, el plazo es de 40 mento de la teoría de la competencia de los agentes públicos,
días. Como no hay sanción, la Administración casi no lo observa. El presidente
de la sección de lo contencioso, envía entonces una advertencia, y, en caso siendo realmente imposible separar ambas teorías. Para saber
de que ello sea necesario, la sección de lo contencioso —mediante resolución— si la competencia existe en determinado caso, es preciso in-
intima al ministro para que le haga llegar el expediente en determinado plazo. vestigar ante todo qué acto se ha realizado; el motivo deter-
Ej.: Cons. de Est., 8 marzo 1904, Paulé, " E . D . P . " , 1904, p. 99 y mi nota.
minante permitirá decirlo, como así también, si el motivo
Cons. de Est., 6 diciembre 1878, Larbaud, " R e c . " , p. 972: "Resulta tanto
del texto de la decisión impugnada como de las declaraciones que el ministro determinante es lícito, afirmar que, a pesar de las aparien-
de Agricultura y Comercio ha hecho sobre el recurso...". V. supra, p. 249. cias, no existía la competencia exigida para alcanzar el fin .
211 Cons. de Est, 30 julio 1915, Vaughan, " E e c . " , p. 265: " N o resulta que tuvo en cuenta el agente público. Así, una vez que s e ' 4
de la instrucción y tampoco se halla indicado en la resolución que jubila de
oficio al señor V., que este funcionario... (se halle en uno de los casos pre- 212 LAPEREIÉRE, Jur. adm. et rec. cont., 2» ed., 1896, n, p. 550: " E l Con-
vistos por el decreto sobre pensiones). Por tanto, su jubilación presenta el sejo de Estado puede también fundarse en las circunstancias de hecho puestas
carácter de una destitución, que no se ¿a rodeado de garantías...". COKNEILI.E, de manifiesto por la instrucción escrita y de donde nacen presunciones graves,
ante Cons. de Est., 8 julio 1921, Dadole, " E . D. P . " , 1921, p. 384 in fine. precisas y concordantes; pero no creemos que pueda llegar a ordenar medidas
de instrucción para indagar por sí mismo cuáles han sido estas circunstancias''.
286 EL FUNCIONAMIENTO DE LOS SERVICIOS PÚBLICOS COLABORACIÓN DE PARTICULARES EN SERVICIOS PÚBLICOS 287
conoce el motivo determinante, un acto jurídico que presenta tes, y sólo ellos, los que permiten descubrir la naturaleza ju-
todas las apariencias de la legalidad, puede estar viciado de rídica precisa del acto214.
incompetencia, de exceso de poder.
Frecuentes aplicaciones de esta idea suelen hacerse con II. — La investigación de los motivos determinantes es
motivo de los reglamentos municipales sobre los toques de una cuestión muy delicada. En realidad, es especialmente el
campanas. La ley del 9 diciembre 1905, relativa a la separa- Consejo de Estado quien debe resolverla. La Corte de Casa-
ción de la Iglesia y el Estado, art. 27, § 2, prevé resoluciones ción, llamada a veces a apreciar la legalidad de actos admi-
municipales para reglamentar los toques de campanas. El de- nistrativos, se ha negado durante mucho tiempo a examinar
creto del 16 marzo 1906, art. 51, prescribe que las campanas los agravios de esta índole alegados contra los actos adminis-
trativos215. En la actualidad, ya no opone la misma negativa
de los edificios que sirven para el ejercicio público del culto, sistemática, aunque se advierte que no se conforma con ello.
sólo pueden emplearse para toques de rebato en caso de peli-
gro común o cuando así lo establecen las disposiciones de las 214 Cons. de Est., 19 junio 1903, Ledochowski, " R e c " , p. 452: Un coronel
leyes o reglamentos o lo autorizan las costumbres locales. Si, es retirado de oficio, por decisión del presidente de la República. Al ponerle
en conocimiento de esta decisión, el general que manda el cuerpo de ejército
fuera de estos casos, un alcalde ordena repiques —por ejem- avisa al coronel "que se ha decretado su retiro de oficio en razón de ciertas
plo, para las agonías y las honras fúnebres de los habitantes, irregularidades que la autoridad superior creía debían ponerse de manifiesto
sin distinción de fe religiosa, aun para las exequias civiles—, en la administración de su regimiento". El Consejo de Estado resolvió: " S i
bien corresponde al jefe del Estado... decretar —sean cuáles fueren, por lo
el acto es ilegal: el motivo determinante pone de manifiesto demás, las razones que lo determinen— el retiro de oficio de todos los oficiales
que la competencia no existe para esta hipótesis218. que no sean los oficiales generales, desde el momento que hayan cumplido
El motivo determinante puede, también, modificar com- treinta años de servicio, no puede fundar su decisión sobre motivos que le dan,
como sucede en la especie, el carácter de una penalidad contra la cual el
pletamente la naturaleza jurídica de un acto, de modo que la recurrente no ha podido presentar regularmente medios de defensa. De ahí se
manifestación de voluntad, bien señalada en cuanto a su desprende que la decisión impugnada está viciada de exceso de poder".
objeto por el motivo determinante, se someterá a un régimen Cons. de Est., 12 febrero 1904, Correará, " R e c " , p. 109: " R . D. P . " ,
1904, p. 789 y mi nota. Licénciamiento de un geómetra, sin requerir el dictamen
jurídico especial, a garantías particulares. de una Comisión investigadora. El Consejo de Estado ha juzgado: "Resulta,
Un ejemplo muy frecuente es el de la jubilación de oficio, tanto de la instrucción como de los términos mismos de la decisión del go-
bernador general..., que en las condiciones en que se ha dispuesto, el licencia-
de licénciamiento de los agentes públicos. El agente público miento por medida disciplinaria de que ha sido objeto el señor C, equivale a una
investido del poder de jubilación de oficio o de licénciamiento, destitución. Las formalidades previstas no se han observado con respecto a
dicha persona, por lo que está autorizada para pedir la anulación de las dos
no está obligado a dar los motivos de su decisión. Pero puede decisiones por las cuales el gobernador general ha decretado su licénciamiento
suceder que el interesado esté en condiciones de probar .que, como medida disciplinaria". Véase, también: Cons. de Est., 12 marzo 1915,
en realidad, no obstante el nombre de jubilación de oficio, o Vandenberg, " R e c . " , p. 69; 30 julio 1915, Vaughan, " R e c . " , p. 265 (supra,
p. 284, nota 211).
de licénciamiento, se trata de una medida disciplinaria, de
215 En sus conclusiones sobre el caso Ponthas, Cons. de Est., 7 diciembre
una destitución. Al mismo tiempo, la manifestación de vo- 1888 ("Rec.", p. 927), el comisario del Gobierno exponía como sigue esta
luntad del agente público cambia de régimen jurídico; a pesar actitud de la Corte de Casación: " L a Corte de Casación siempre se ha rehusa-
de los términos "jubilación", "licénciamiento", empleados por do a examinar los agravios de esta índole (motivos determinantes ilícitos,.'
desviación de poder). Para que ella declare una resolución municipal legal y
el agente público, éste debería aplicar las garantías previstas obligatoria, le basta con que la decisión se haya dictado en el círculo legal de
por la ley para el caso de medida disciplinaria, de destitución. las atribuciones de los alcaldes. Cuando las partes le solicitan investigue cuáles
Si no lo ha hecho, el acto es nulo; son los motivos determinan- son los verdaderos móviles que han inspirado esta decisión, toda vez que, de
algún modo, se hace proceso al administrador, se abstiene dé apreciar —por
respeto al principio de separación de los poderes— y envía a dicho efecto a
ai* Cons. de Est., 21 marzo 1919, abbé Laparre, " B e c . " , p. 286. las partes ante la jurisdicción administrativa. El Consejo de Estado, en cam-
288 E L FUNCIONAMIENTO DE LOS SERVICIOS PÚBLICOS COLABORACIÓN DE PARTICULARES EN SERVICIOS PÚBLICOS 289
Se limita, pues, a aplicar la jurisprudencia del Consejo de III. — La teoría de los motivos determinantes desempeña,
Estado, a veces con bastante torpeza 216 . Por otra parte, la finalmente, una misión fundamental en la determinación d e
Corte de Casación se inclina más aún que el Consejo de Es- la falta de que son responsables los agentes públicos, personal
tado a admitir la legalidad de los actos administrativos, por y pecuniariamente, con respecto a los individuos. La jurispru-
lo mismo que no se atreve a investigar seriamente los motivos dencia francesa parece fijada en el sentido de que el agente
determinantes de los actos de los agentes públicos. público es personalmente responsable cuando el motivo deter-
Esta actitud se explica por dos razones principales: minante que ha inspirado el acto jurídico o el hecho perjudi-
1») Después de la devolución de 1789, hay gran descon- cial pone de manifiesto la "perversidad" del agente, su "mal-
fianza en los tribunales judiciales, respecto a la Adminis- dad" 219 , su "intención de dañar". En este caso, sin discusión,
tración 217 . puede invocarse la responsabilidad personal del funciona-
2») Además, el hecho de que, en derecho privado —que
es el derecho que aplican diariamente los jueces judiciales y • * •
1909, " R e c . " , ps. 181 y ss., y " R . D. P . " , 1910, ps. 70 y ss.): " L a Corte
al que están habituados—, la teoría de los motivos determi- de Casación se inclina más que vosotros a admitir la legalidad de las resolu-
nantes sólo tenga un papel impreciso, mientras que en dere- ciones municipales... La Corte de Casación, que carece del poder de anular los
cho público se halla enteramente en primer plano 218 . reglamentos municipales, que sólo tiene que examinarlos desde el punto de vista
de la sanción penal, investiga únicamente si el alcalde ha estatuido en una
materia que tenía competencia para reglamentar, y si el reglamento, tomado
bio, tiene el derecho 7 el deber de reparar las ilegalidades de esta índole". en sí mismo, independientemente de las circunstancias de la causa, contiene dis-
LAFERRIÉRE también ha evidenciado esta precaución de la Corte de Casa- posiciones que el alcalde, de manera general, tenía el poder de dictar. Este
ción (op. cit., n, p. 559): " L a Corte de Casación, que ejerce un control tan sentimiento de gran cautela, que observamos en las decisiones de la Corte de
amplio como el de los tribunales ingleses o belgas, sobre la legalidad de los Casación, |se lo inspira el recuerdo del art. 13 de la ley de 16-24 agosto 1790,
reglamentos de policía, jamás ha querido retener el recurso de anulación pro- que prohibe a los jueces «perturbar los actos de los cuerpos administrativos»,
veniente de la desviación de poderes, porque la investigación de dicho recurso o el temor de cometer la más pequeña invasión de las atribuciones de la Ad-
le ha parecido que la llevaría demasiado lejos en el dominio de la Administra- ministración f Vosotros, en cambio, que tenéis que estatuir sobre el manteni-
ción activa". LAFERKIÉRE cita, en apoyo de su opinión, los casos suscitados por miento o la anulación de los reglamentos, vosotros que sois llamados a tener
la clausura —dispuesta por motivos financieros— de las fábricas de fósforos
en cierto modo el papel de superior jerárquico de las autoridades administra-
después de 1872 (v. supra, p. 249) : " L a s resoluciones de clausura juzgadas ilega-
les por el Consejo de Estado (26 noviembre 1875, Pariset y Lamonnier-Carriol, tivas, debéis examinar cuál es el límite de los poderes del alcalde. Debéis
" R e c " , p. 934) habían sido declaradas legales por la Corte de Casación investigar hasta qué punto son legales las prescripciones de sus resoluciones, y
(Casación crim., 31 agosto 1874, Pariset, " S i r e y " , 1874). Se comprende, en a partir de qué momento se convierten en abusivas. Siempre lo habéis hecho...
efecto, cuan difícil hubiese resultado, a la Corte Suprema, entrar —como ha Reconocemos que esta apreciación —que importa el examen de circunstancia*
podido hacerlo el Consejo de Estado— en el examen de las instrucciones ema- enteramente locales— es frecuentemente muy delicada para vosotros que estáis
nadas del ministro de Hacienda y del verdadero fin que ellas perseguían". lejos de los municipios donde se han dictado las resoluciones impugnadas; vos-
2i« Véase las conclusiones de ROMIEU, en el caso Goret, Cons. de Esj;., 6 otros, que, a veces, sólo halláis, en el expediente, un pálido reflejo de la»
junio 1902, " R e c . " , p. 420, a propósito de la revocación de un permiso de animosidades o de las disensiones locales. Reconocemos que es más delicada
tránsito (Casación, 25 octubre 1900, Goret. V. supra, ps. 252 y ss.). aún cuando el expediente contiene observaciones de los ministros que han reci-
217 Esto se pone de manifiesto, de manera brillante, en la respectiva bido la comunicación del recurso y que os declaran que la resolución del alcalde
actitud, asumida el mismo día —ante el Tribunal de Conflictos, en dos casos se justifica por la necesidad de mantener el orden público... Por delicada que
idénticos— por los comisarios del Gobierno, en lo concerniente a la teoría de sea esta apreciación, os corresponde hacerla, desde el momento que el recurso
los motivos determinantes políticos. El abogado general de la Corte de Casa- por exceso de poder sea procedente, desde el momento que se admite que los;
ción, EONJAT, admitía esta teoría; el maitre des requétes del Consejo de Esta- particulares pueden venir a deciros que el alcalde se ha equivocado, que el orden
do, GOMEL, la rechazaba. El Tribunal de Conflictos, en 1880, Marquigny, público no ha exigido jamás y no exige medidas semejantes a las que se han
adoptó la solución liberal preconizada por GOMEL (v. supra, p. 275, nota 181). adoptado...".
218 Los comisarios del Gobierno ante el Consejo de Estado han comproba- 219 TEISSIEE, conclusiones en el caso Feutry, Trib. de Conflictos, 29 fe-
do, a menudo, la timidez de la Corte de Casación. Véase, además de las con- brero 1908, " R e c . " , p. 208; " R . D. P . " , 1908, p. 267. Cfr. P. Cor, La respon-
clusiones de GAÜTVAIN, en 1888, en el caso Ponthas (supra, p. 267), las conclu-
siones de CHABDBNET, en 1909, en el caso Olivier (Cons. de Est., 19 febrero sábilité oivile des fonctionnaires publica (tesis, París), 1922, ps. 207 y ss.
rio 220 . Existe al respecto una teoría especial que bastará seña-
lar, sin insistir sobre ella por el momento. E n derecho público, en cambio, las formas son garantías
automáticas creadas por las leyes o los reglamentos para ase-
gurar el buen funcionamiento de los servicios públicos, evi-
§ 5 tando las decisiones irreflexivas, prematuras, insuficiente-
mente estudiadas. Los agentes administrativos no tienen, para
Las formas
combatir su negligencia o su imprudencia, la preocupación de
su interés o de su responsabilidad personales. E s preciso, pues,
Para producir sus efectos jurídicos, las manifestaciones proteger automáticamente mediante formas, al mismo tiempo,
unilaterales o bilaterales de voluntad deben efectuarse en las los intereses generales de la colectividad y los intereses par-
formas exigidas por las leyes y reglamentos. ticulares de los individuos afectados por las medidas adop-
tadas por los agentes públicos. Las formas son tanto más
I numerosas y minuciosas, cuanto más graves son las conse-
cuencias que debe tener el acto. Ejemplo: requisiciones mili-
Esta regla existe tanto en derecho privado como en dere- tares. "A cada una de estas formalidades corresponde, según
cho público, pero su aplicación es mucho más estricta en de- el pensamiento del legislador, un recurso para evitar un
recho público. La sanción de la nulidad por vicio de forma es
error, impedir una injusticia, asegurar la madurez y la opor-
una regla muy generalizada en derecho público, mientras que
tunidad de la decisión, de manera que el acto sólo se presume
en derecho privado no tiene la misma amplitud de aplicación,
correcto cuando se han observado todas las formas requeri-
ni la misma energía de sanción221.
das" 222 . En realidad, las formas no son más que condiciones
La razón es la que priva en todo el derecho público: las impuestas al ejercicio de la competencia de los agentes pú-
exigencias del buen funcionamiento de los servicios públicos. blicos, limitaciones de su competencia.
Es muy raro que en las relaciones de los particulares entre
(sí, la ley establezca formalidades solemnes, a fin de atraer II
la atención de los interesados sobre la gravedad del acto jurí-
dico que realizan, sobre las consecuencias más importantes ¿En qué consisten las formas?
que el acto va a producir. La solemnidad del acto jurídico, en
derecho privado, es completamente excepcional (donación, tes- I. — No se han hecho aún, sobre este punto, los análisis
tamento, contrato de matrimonio, constitución de hipoteca, precisos que serían convenientes. La mayoría de los publicis-
etcétera). Se considera que el cuidado del interés personal de
cada parte, bastará para que los individuos se pongan a salvo 222 LAFERRIÉRE, Jur. adm. et rec. contentieux, 2* ed., 1896, n, p. 520. Un
análisis muy exacto hace HAURIOU, Droit adm., 9* ed., 1919, p. 507, nota 3 :
de sus imprudencias. " P a r a comprender la importancia del vicio de forma, es preciso darse cuenta
de que las formalidades de los procedimientos son, con la determinación precisa
220 GASTÓN JÉZE, Besponsábilité personnelle des fonctionnai/res publics á de las competencias, la principal condición del orden y de la moderación en el
raison de leurs actes, en la " R . D. P . " , 1909, ps. 263 y ss. Cfr., DUGUIT, nota ejercicio del poder administrativo. La Administración no es sino un organismo
en " S i r e y " , 1918-1919, 2, 1, Bordeaux, 19 enero 1917. automático, existiendo una conciencia central siempre alerta; este elemento de
22U G. JÉZE, Principes du droit adm., 3» ed., i, 1925, ps. 85 y ss. HAURIOU, la conciencia central es suplido por la multiplicidad de las formalidades que
Droit adm., 9» ed., 1919, p. 508, expresa: " N o es preciso aplicar la regla vi- hacen entrar en el procedimiento de la operación una cantidad de agentes que
gente en ciertas materias de derecho y de procedimiento civiles, según la cual se controlan unos a otros. Por tanto, no solamente las formalidades limitan eí
las nulidades no se suplen y debe establecerlas expresamente la ley. Jamás poder de cada agente sino que lo hacen controlar y complementar por otros;
existirían, entonces, —lo que resulta inadmisible— pues las leyes administra- de ahí la importancia y la gravedad de la omisión de una formalidad. Se ha
tivas no se preocupan de declararlas". protestado mucho, desde hace algún tiempo, contra el expedienteo; es posible
que en tiempo de crisis sea perjudicial, pero en tiempo normal es una necesidad''.
' " I
tas franceses enumeran, entre las formas: las medidas de ins- por un elector), el acuerdo realizado bajo una presidencia
trucción destinadas a esclarecer la autoridad que realiza el
regular 224 , con el quorum exigido, la observancia de determi-
acto, tales como las opiniones solicitadas a los cuerpos delibe-
rantes o a ciertos agentes administrativos o técnicos; las in- nados plazos, la sesión simultánea de dos Cámaras, el debate
vestigaciones para las que se llama al público; las verifica- contradictorio, la previa comunicación de un legajo, etc.
ciones administrativas o las pericias; los motivos que deben Al contrario, desde que un acto jurídico implica el con-
preceder a la decisión223. curso de varias manifestaciones de voluntades, se trata, no de
Resulta algo sorprendente ver que se incluya entre las formas, sino de competencia colectiva.
formas la consulta hecha a Consejos o asambleas llamadas a Es de gran interés práctico distinguir la forma propia-
emitir dictámenes. Un dictamen es una manifestación de vo- mente dicha de la colaboración en un acto jurídico: las reglas
luntad, un acto jurídico, y de ningún modo una forma: es la sobre la forma tienen una sanción menos enérgica que las
colaboración en el acto jurídico definitivo, que será, así, obra relativas a la colaboración, a la competencia colectiva. Se
de varios agentes públicos. puede admitir, en rigor, que no se exija determinada forma
Tomemos, verbigracia, el caso de un nombramiento para bajo pena de nulidad del acto: ello parece imposible en el
una función pública, a propuesta de un jurado de concurso. caso de competencia colectiva. Si un agente público no tiene
La propuesta del jurado de concurso, ¿es una forma? ¿No es en cuenta el procedimiento que ordena la legislación, ejerce
la colaboración en el acto de nombramiento, esencial, de dere- por sí solo una competencia que se ha confiado a varios: se
cho y de hecho? Ello es evidente en esta hipótesis. Pero la trata de un evidente exceso de poder225. Si un agente público
observación es valedera para todos los casos de dictámenes requiere el dictamen de una autoridad distinta de la desig-
de cuerpos consultivos: Consejo de disciplina, Consejo de in- nada por la ley, hay también exceso de poder: el agente con-
vestigación, de reforma, etc. Trátase de casos de competen- sultado no tenía competencia para emitir un dictamen, para
cia colectiva. colaborar en el acto 226 .
La competencia colectiva es muy frecuente en las demo-
cracias. El acto legislativo realizado por las Cámaras y pro- 224 Cons. de Est., 12 mayo 1922, maire de Guéthary, " R e c " , p. 409.
225 Cons. de Est., 14 noviembre 1919, Queinneo, " R e c " , p. 821: "Los
mulgado por el jefe del Estado, es el ejemplo más importante alumnos administradores de la inscripción marítima... sólo pueden ser váli-
de competencia colectiva. Sería absurdo decir que, en Francia, damente nombrados previo concurso y en el límite del número de los puestos
la ley es el acto jurídico realizado por el presidente de la para los que se llama a concurso, cada a ñ o . . . Habiéndose asignado inmedia-
República, en la forma de opinión del Senado y de la Cámara tamente los siete cargos de alumnos administradores... para los que se llamó
a concurso en setiembre-octubre de 1913, los candidatos... clasificados en las
de diputados. listas de admisibilidad después de los que fueron entonces designados en los
Es preciso, pues, reducir considerablemente —a mi # jui- cargos, sólo podrán ser nombrados válidamente después de un nuevo concurso,
cio— la noción de forma propiamente dicha. La forma tiene que no han afrontado los señores M., V. y R., nombrados alumnos adminis-
tradores por la decisión ministerial... De ahí se desprende que los nombra-
esencialmente un carácter material. mientos de que se trata son irregulares. Por tanto, al señor Q . . . , quien en
Podrá citarse como formas propiamente dichas: la forma el momento en que ellos se han dispuesto reunía todas las condiciones reque-
escrita, la firma, la inscripción en un registro oficial, la obli- ridas para tomar parte en el concurso que debió realizarse normalmente, para
proveer las vacantes existentes en el cuadro de los pasantes, debe permitírsele ,
gación de realizar el acto en determinado lugar (alcaldía, por pedir la anulación por exceso de poder de la decisión impugnada del ministro i
ejemplo), con acceso del público, en determinada época o a de Marina".
cierta hora (sesión del concejo municipal, sufragio expresado 226 Cons. de Est., 6 diciembre 1918, Duplanté, " R e c " , p. 1092: anula-
ción de una decisión por la que se destituía a un oficial de reserva, durante
228 LAFEBRIÉRE, Jar. adm. et reo. contentieux, 2* ed., 1896, n, p. 520; HAU- la guerra: la destitución se había dictado previa opinión del general coman-
taov, Droit administratif, 9* ed., 1919, ps. 507 7 ss. dante de la región, mientras que el reglamento disponía el dictamen del general
comandante en jefe o del general que comandaba el ouerpo de ejército.
294 E L FUNCIONAMIENTO DE LOS SERVICIOS PÚBLICOS
COLABORACIÓN DE PARTICULARES EN SERVICIOS PÚBLICOS 295
II. — Existen casos dudosos, en que es difícil decir si dicos; el matrimonio debe ser precedido de publicaciones, y,
hay forma o competencia colectiva. Ejemplos: adjudicación,
etiquetes de commodo. además, debe celebrarse públicamente; el divorcio debe ha-
cerse público mediante una inscripción, en los registros del
V) La adjudicación no es, evidentemente, un caso de
competencia colectiva. estado civil; las enajenaciones de inmuebles a título oneroso
En efecto, la misión de la junta de adjudicación es pura- deben hacerse públicas por medio de una inscripción en el
mente mecánica. Esta repartición no tiene poder de aprecia- registro de hipotecas, donde también deben inscribirse las
ción, ni opinión que emitir. Se encarga de recibir las pro- constituciones de hipotecas convencionales. Las ventas de bu-
puestas, de verificar su regularidad, de comprobar las rebajas ques deben hacerse públicas mediante inscripción en los re-
de precios, de declarar provisionalmente adjudicatario a quien gistros aduaneros, etc. Las elecciones deben precederse de una
ha ofrecido las condiciones menos onerosas, etc.227. Es una publicación; los contratos de suministros y de obras, en prin-
máquina para elegir los empresarios, los proveedores, los com- cipio, deben anunciarse públicamente antes de concluirse (ad-
pradores, etc. Sin embargo, la adjudicación se presenta como judicación); las leyes y reglamentos deben publicarse; las
un acto jurídico distinto. Su validez se aprecia separada y leyes deben discutirse públicamente; los acuerdos de las asam-
distintamente 228 . Esto hace que sea preferible, sin duda, ver bleas locales deben adoptarse publicamente y puestos de inme-
en la adjudicación, no una forma propiamente dicha de un diato en conocimiento del público (fijación de carteles en la
acto jurídico 229 , sino un acto preparatorio de un acto jurídico: puerta de la alcaldía, etc.) 230 . Las convocaciones, las intima-
venta, compra, empresa de obra, etc. ciones previas, constituyen, también, una publicidad frecuen-
29) Muy delicada es la cuestión de las enquétes de com- temente exigida por las leyes y reglamentos.
modo et in commodo, tan frecuentes en derecho público. ¿Se La publicidad, ¿es una forma propiamente dicha del
trata de formas? No; hay allí, más bien, una opinión moti-
acto?
vada solicitada a los individuos, y, por tanto, un caso de co-
laboración voluntaria de los administrados en el funciona- Es preciso, a este respecto, hacer una distinción funda-
miento de los servicios públicos, en condiciones análogas (pe- mental según que la publicidad deba preceder o acompañar
ro no idénticas) a las de la consulta al Consejo de Estado, a al acto, o que deba seguirlo:
un concejo municipal, a un Consejo de prefectura, etc. 230 Ejemplos: art. 96, ley del 5 abril 1884: " L a s resoluciones del alcal-
de sólo son obligatorias después de ponerse en conocimiento de los interesados,
III. — La publicidad se establece, muy frecuentemente, mediante publicaciones y carteles siempre que contengan disposiciones genera-
les, y, en los demás casos, mediante notificación individual. Las decisiones (del
en derecho privado o en derecho público, para los actos jurí- alcalde)... se inscriben según su fecha en el registro de la alcaldía". Art. 56:
" E l acta de la sesión (del concejo municipal), dentro de los ocho días, se
227 Véase los arts. 13 y ss. del decreto del 18 noviembre 1882, relativo a fija resumida en la puerta de la alcaldía". Art. 57: "Los acuerdos (del
las adjudicaciones y a los contratos celebrados en nombre del Estado. Consúl-
tese, también, el desarrollo de estos artículos, por ejemplo, en el art. 17 del concejo municipal) se inscriben por orden, de fecha en un registro anotado o
"Cuaderno de cláusulas y condiciones generales de los contratos de guerra", rubricado por el prefecto o el subprefecto. Los firman tqdos los miembros
del 6 julio 1909. presentes en la sesión, o se deja constancia de la causa que les ha impedido
firmar''.
228 GASTÓN JÉZE, Cours de se. des finances, 6* ed., 1922, Les dépenses Ley del 10 agosto 1871, art. 32: " L a s actas de las sesiones (de los
publiques, ps. 177 y ss.; Régvme juñdique des adjudications publiques, en la
" E . D. P . " , 1906, ps. 668 y ss.; 1909, ps. 61 y ss.; 1910, ps. 611 y ss.; 1919, Consejos generales), redactadas por uno de los secretarios, deben aprobarse
ps. 344 y ss.; 1920, ps. 85 y ss. al comienzo de cada sesión y ser firmadas por el presidente y el secretario.
Todo elector o contribuyente del departamento tiene derecho a pedir la comuni-
22» No obstante, los textos parecen hacer de la adjudicación una forma.
Ejemplo: decreto del 18 noviembre 1882, art. 1»: "Los contratos de obras, cación del traslado, de sacar copia de todos los acuerdos del Consejo general...
suministros o trasportes por cuenta del Estado, se hacen con competencia y pu- y de reproducirlos por medio de la prensa". Art. 67: "Los presupuestos y la*
blicidad". euentas del departamento definitivamente ajustadas, se hacen públicas por
medio de impresos".
296 E L FUNCIONAMIENTO DE LOS SERVICIOS PÚBLICOS
COLABORACIÓN DE PARTICULARES EN SERVICIOS PÚBLICOS 297
9
l ) La publicidad posterior al cumplimiento del acto no>
es una forma de éste: el acto se ha realizado, definitivamente,. públicas 281 . Se ha establecido que a partir del momento en
cuando se efectúa la publicidad. El objeto de esta publicidad que es dimisionario, el ministro —aunque jurídicamente inves-
es, generalmente, poner el acto en conocimiento de los intere- tido de la competencia ministerial hasta la designación de su
sados o del público. La publicidad no se manifiesta aquí como sucesor— no debe hacer ciertos nombramientos, sospechados
una limitación de la competencia, como una condición de ejer- de favoritismo. La inserción en el "Journal Officiel" está des-
cicio de la competencia, destinada a servir de freno automá- tinada a prevenir los nombramientos arbitrarios mantenidos
tico y prevenir los excesos de poder. secretos o antedatados, abuso frecuente en las Administracio-
nes públicas 232 .
29) La publicidad anterior o concomitante a la realización
del acto jurídico tiene un objeto muy distinto, distinguiéndose Es completamente excepcional que la publicidad poste-
claramente de la publicidad dada al acto una vez llevado a rior que tiene por objeto limitar el ejercicio de la competencia,
cabo. Es una verdadera limitación de la competencia, una sea una forma del acto. Por regla general, la publicidad pos-
condición de su ejercicio, o bien una forma del acto, o un acto terior del acto no es una forma de él; tiene simplemente por
distinto, preparatorio del acto y que condiciona el ejercicio- objeto poner el acto en conocimiento de los interesados.
regular de la competencia. Veremos más adelante la influencia considerable que tie-
Por ejemplo, la publicidad que debe preceder o acompa- ne, para la validez de los actos jurídicos, la distinción entre
ñ a r la celebración de un matrimonio, la sentencia de un pro- la publicidad anterior o concomitante (forma del acto) y la
ceso, la deliberación de una asamblea colectiva, las pruebas publicidad posterior al acto (notificación del acto).
de un examen o de un concurso, la celebración de un contrato,
las convocaciones e intimaciones previas, tienen un objeto IV. — La idea general del buen funcionamiento, regular
completamente diferente que la publicación de un reglamento y rápido, de los servicios públicos, ha hecho admitir una regla
de policía o la notificación de una orden de policía. Al orga- fundamental en materia de formas. La ley prescribe a veces
nizar la publicidad, anterior o concomitante, la legislación que determinado acto, celebrado entre particulares, debe re-
procura instruir automáticamente al agente público sobre la
231 Acerca de las razones de esta medida, véase EOLLAND, La réaction
oportunidad o la legalidad del acto que va a realizar, obli- contre les ábus du favoritisme. Les testaments ministériels, en la " B . D. P . " ,
garle a reflexionar, hacer que el público ejerza un control 1911, ps. 571 y ss.; ps. 579 y ss. jEn qué preciso momento un ministro es
sobre el ejercicio de la competencia del agente público. dimisionario^ ¿El día en que la mayoría del Parlamento le es desfavorable,
—lo que provoca su dimisión—, el día en que presenta su renuncia al presi-
39) Por lo demás, no siempre sucede así. La publicidad dente de la República, o el día en que se acepta su dimisión f
posterior puede tener también por objeto principal limitar el 232 Véase los ejemplos citados por EOLLAND, en su precitado estudio, en la
ejercicio mismo de la competencia. Es, entonces, una forma " E . D. P . " , 1911, p. 586. Consúltase, también, el caso Fighiera, juzgado por el
Consejo de Estado, el 5 julio 1919, " E e c " , ps. 605 y ss.: " E l decreto del 2
del acto. Esto resulta muy excepcional. Por ejemplo, el art. 141 diciembre 1913, nombrando al señor F. director del personal, de exposiciones
de la ley de presupuesto, del 13 julio 1911, exige, bajo pena de y de trasportes del Ministerio de Comercio, se ha publicado en el número del
nulidad, que "todo nombramiento para una función pública "Journal Officiel" del 6 diciembre 1913, mientras que el ministro que lo ha
refrendado había presentado su dimisión el día 2 de diciembre. En verdad, el
o toda promoción de una persona adscrita —bajo cualquiera recurrente sostiene que había dejado de ser jefe de secretaría del ministro .'
denominación— a un Ministerio o a una subsecretaría de desde el 1» de diciembre, fecha en la cual una resolución ministerial habría
Estado" se "publique en el «Journal Officieh con anterioridad •dispuesto su reemplazo. Pero resulta del expediente que no había abandonado
de hecho las mencionadas funciones con anterioridad a la dimisión del ministro,
a la dimisión del ministro o del subsecretario de Estado que no obstante la referida resolución, que, por lo demás, no había sido objeto de
los han refrendado". Se ha querido combatir el favoritismo,, ninguna publicación. En estas condiciones, su nombramiento en carácter
fermento de anarquía y de desorden en las Administraciones de director caía bajo la sancióa del art. 141 precitado, de la ley del 14
julio 1911".
298 E L FUNCIONAMIENTO DE LOS SERVICIOS PÚBLICOS COLABORACIÓN DE PARTICULARES EN SERVICIOS PÚBLICOS 299
vestirse de una forma solemne, acto notarial. Ejemplo: hi- el momento que la ley ha dispuesto que debe seguirse deter-
poteca convencional. En derecho público, la regla es que este minada forma, ello significa que se ha creado una garantía
mismo acto, si se realiza para el funcionamiento de un servi- para el buen funcionamiento del servicio público. La Comisión
cio público, no necesita la forma notarial. Así, por ejemplo, tiene por sanción la nulidad. Veamos algunos ejemplos: debía
puede constituirse una hipoteca convencional en beneficio de efectuarse un acuerdo mediante votación secreta; se ha votado
un patrimonio administrativo, por acto con forma adminis- por sentados y de pie. El acuerdo es nulo 236 .
trativa, la que confiere al acto la autenticidad233 y también b) Habiéndose convocado a un concejo municipal a sesión
la fuerza ejecutoria 234 . extraordinaria, la convocación no establece de manera sufi-
El acto con forma administrativa está redactado en papel cientemente precisa una cuestión sobre la cual el concejo mu-
simple o en formulario, firmado por el agente público y por nicipal debe pronunciarse en seguida: la deliberación es
los particulares interesados. A veces se somete a los derechos nula 237 . Como es natural, es necesario que un texto legal o de
de sellado y de registro (contratos, actos traslativos de pro- reglamento haya prescrito la forma omitida. No corresponde
piedad, de usufructo, adjudicaciones, intimaciones), otras ve- al juez agregarla a las formas legales o reglamentarias 238 .
ces se exime de ellos (ley del 15 mayo 1918, art. 80: lev del 25 c) Por lo general, la legislación no exige la forma escrita
junio 1920). para la validez de los actos jurídicos administrativos. En
v
particular, aunque sería deseable que los contratos de buena
- — Generalmente, y salvo excepción formulada por un fe se redactasen por escrito, no existe en el caso una forma
texto legal, el sellado y el registro no son formas; se trata de exigida por la legislación francesa bajo pena de nulidad 239 . En
un modo de percepción del impuesto235. La sanción de la omi-
sión no implica, pues, en principio, la nulidad del acto. Su- 236 Cons. de Est., 21 junio 1918, Eamarony, " E e c . " , p. 616: "Según el
cede, por lo demás, que los textos o la jurisprudencia impo- árt. 51, § 2, de la ley del 5 abril 1884, se votará en forma secreta cuando se
deba proceder a un nombramiento o propuesta. Eesulta del acta de la sesión
nen la sanción de la nulidad. Pero esto no convierte al sellado del Concejo municipal... que, para designar el suplente provisional del alcalde
y al registro en formas, en el sentido propio de la palabra. y de los adjuntos, el mencionado Concejo ha votado invitándose a ponerse de
pie a los miembros que estén de acuerdo con el candidato propuesto. Por
tanto, la resolución impugnada se ha adoptado en violación de la disposición
III legislativa arriba recordada; por consiguiente, los recurrentes tienen pleno
derecho a sostener que es por error que el prefecto... se ha negado a declarar
En derecho público francés, se puede comprobar la exis- la nulidad de dicho acuerdo".
tencia de varias reglas concernientes a las formas: 237 Podría existir ahí dificultad para saber si la cuestión estaba indicada
de manera suficientemente precisa. Ejemplo: Cons. de Est., 26 marzo 1915,
P regla: La omisión completa de una forma prescrita Canet, " E e c " , p. 100: " L a convocación dirigida a los miembros del Concejo
por la ley o por un reglamento entraña, en principio, la nu- municipal para la sesión (extraordinaria) del... estableciendo que se comuni-
caría el informe del director de correos... concerniente a la construcción de
lidad del acto. una oficina de correos, indicaba por ello mismo, de manera suficientemente
a) No es necesario que la ley haya dispuesto la sanción precisa, la cuestión sobre la que debía pronunciarse el Concejo. Por tanto, esta
de la nulidad. A este respecto, no se tiene que distinguir entre convocación satisfacía las prescripciones del art. 47 de la ley del 5 abril 1884".
238 Cons. de Est., 20 diciembre 1918, Syndicat de garantie, " E e c " , p.
las formas que serían sustanciales y las que no lo serían. Desde 1149: " L a s únicas condiciones exigidas por loa textos vigentes para la valide?
de las revocaciones de autorización de los sindicatos de garantía son... Ni lá
233 HAUBIOU, Droit. adm., 9» ed., 1919, p. 70, nota 1. ley del 9 abril 1898... ni la ley del 12 abril 1906, han extendido a los sindi-
234 Esta última consecuencia no se admite cuando se trata de actos realiza- catos de garantía la aplicación de la primera de estas leyes, que exige para la
dos por cuenta de los municipios y de los establecimientos públicos. Circ. mi- revocación de las autorizaciones dadas a los aseguradores... una intimación
nisterial del 19 mayo 1840 y la jurisprudencia. Esta excepción es, por otra dirigida al interesado para que formule observaciones por escrito".
parte, injustificable. 239 Corte de Cuentas, 1» diciembre 1919, Vernay, " E e c " , p. 1047: " E n
235 Q. J Í Z E , So. des finances, 5* ed., 1912, ps. 714 y ss.; p. 812. tales condiciones (de hecho), parece evidente que se ha celebrado una conven-
300 E L FUNCIONAMIENTO DE LOS SERVICIOS PÚBLICOS COLABORACIÓN DE PARTICULARES EN SERVICIOS PÚBLICOS 301
cambio, la forma escrita se exige, a veces, bajo pena de nuli- Si el acto jurídico para el que la ley ha establecido formas,
dad, pues es una garantía automática. E j . : toda requisición debe realizarse normalmente en tiempo de guerra, es evidente
militar debe ser escrita (ley del 3 julio 1877). Una requisición que la omisión completa de una forma tiene por sanción la
no escrita es ilegal240. nulidad jurídica del acto. Por ejemplo, según la ley del 3
I 9 ) Aun en caso de urgencia, debe observarse la forma. julio 1877, art. 19, la requisición para las necesidades del
Corresponde al legislador dejar sin efecto la forma en la hi- ejército no debe ser directa, sino que debe dirigirse al alcalde,
pótesis de urgencia, si lo cree necesario. representante de los habitantes del municipio. "¿A qué obe-
29) Sin embargo, la jurisprudencia del Consejo de Es- dece esta municipalización de las requisiciones? Al hecho de
tado ha atemperado esta regla para el tiempo de guerra241. que se debe respetar, ante todo, la regla de la igualdad de los
Por ejemplo, según el Consejo de Estado, "si el art. 20 ciudadanos frente a las cargas públicas; a que la requisición
de la ley del 15 febrero 1902 exige que los dos tercios de los no debe recaer siempre sobre los mismos ciudadanos, sino
miembros de la Comisión sanitaria estén presentes para que repartirse entre todos; al hecho de que solamente el alcalde
ésta pueda deliberar sobre los objetos que se le someten, esta está en condiciones de hacer una repartición. Es por ello que
disposición no podría imponerse en caso de movilización ge- el art. 19 de la ley de 1877 dispone: toda requisición debe
neral. En tal circunstancia, debe entenderse en el sentido de dirigirse a la municipalidad; ella se notifica al alcalde" 244 .
que las comisiones sanitarias pueden deliberar válidamente Sin duda, la ley de 1877 prevé —art. 19— excepciones; en
cuando los dos tercios de sus miembros no movilizados asisten particular, cuando se necesita hacer una requisición urgente
a la sesión"242. en un punto alejado del municipio y resulta imposible noti-
Por lo demás, cuando el Consejo de Estado atenúa la ficarla regularmente, la requisición podrá hacerse sin media-
regla para el tiempo de guerra, lo hace a título excepcional248. ción del alcalde. Al invocar este texto legal y la urgencia, la
Administración —durante la guerra— había creído que po-
ción entre el municipio y el señor V. y que, si esta convención no ha dado dría efectuar requisiciones directas sobre los contratos de
lugar a la celebración de un acto en forma, no por ello ha dejado de compro- ganados; es lo que se ha denominado la raffle. "La urgencia
meter recíprocamente a las partes y producir sus efectos... " . —decíase— justifica y hace legal la requisición directa" 245 .
240 Conclusiones de CORNEILLE, en el caso Niviére, Cons. de Est., 18 junio
1920, " E . D . P . " , 1920, p. 529: "iCuál ha sido, justamente, el alcance de El Consejo de Estado ha rechazado esta opinión y ha declarado
la ley del 3 julio 1877 f... Las intenciones de los autores de la ley son formales
y precisas. Ellos conocían los abusos antiguos y creían así ponerles término.
I Cómo! Dando garantías al particular. ¿Qué garantías f Los informes las enu- A. a producir sus observaciones, y que intencionalmente —porque estimaba
meran. . . 4«) la requisición se realiza según determinadas formas protectoras: que ellas eran inútiles— la administración militar no las ha provocado. Por
a) debe ser escrita...". tanto, equivocadamente no se ha dado satisfacción a la precitada disposición,
241 G-. JÉZE, Le recours pour excés de pouvoir en temps de guerre, en la y, en estas circunstancias, la señora A. tiene derecho a pedir la anulación del
" B . D. P . " , 1915, ps. 81 y ss. decreto impugnado".
242 Cons. de Est., 13 diciembre 1918, Chambre syndicale des négooiants ova 244 Conclusiones de CORNEILLE, en el caso Niviére, Cons. de Est., 18 junio
Ediles de Bordeaux, " E e c . " , p. 1134. Cabe señalar que, para los concejos mu- 1920, " B . D. P . " , 1920, p. 529.
nicipales, la ley del 5 junio 1915 ha establecido expresamente la regla al com- 248 Conclusiones de CORNEILLE, en el caso Niviére, Cons. de Est., 18 junio
pletar el art. 50 de la ley del 5 abril 1884. Cons. de Est., 28 febrero 1919, 1920, " E . D. P . " , 1920, p. 529: " S e puede objetar lógicamente (con la tesis.
Guérin, " E e c . " , p. 210. de la Administración) que la requisición directa se convertiría en la regla»,
243 Cons. de Est., 21 febrero 1919, Arnaud, " E e c " , p. 169: "Según el porque en tiempo de guerra la requisición es, por su naturaleza, urgente".
último párrafo del art. 1» de la ley del 9 setiembre 1914, la destitución de los El Consejo de Estado resolvió: "Resulta del expediente que... se ha procedido
oficiales del ejército territorial no podrá disponerse por decreto si no se han sobre el campo de batalla..., sin intervención de ninguna municipalidad, a
provocado, en la medida de lo posible, las observaciones del interesado sobre los la requisición directa de los animales... Las requisiciones efectuadas en
hechos que se le imputan. De las propias explicaciones dadas por el ministro semejantes condiciones, no entran en ninguna de las previsiones de la l e y . . . ;
de Guerra resulta que nada se oponía, en realidad, a que se invitase al señor están, por consiguiente, viciadas de exceso de poder".
302 E L FUNCIONAMIENTO DE LOS SERVICIOS PÚBLICOS COLABORACIÓN DE PARTICULARES EN SERVICIOS PÚBLICOS 303
ilegales las requisiciones directas fuera de los casos excepcio- trario, pese a la irregularidad, el fin se ha logrado plenamente?
nales previstos por la ley e interpretados estrictamente. La sanción de la nulidad se aplica rigurosamente tratán-
39) La omisión completa de una forma sólo se sanciona dose de medidas disciplinarias. Por ejemplo: se ha adoptado
con la nulidad del acto cuando se trata de una forma tendien- tina medida disciplinaria contra un agente público, sin que
te a organizar una garantía, por débil que sea, siendo todavía se le haya enviado una citación para comparecer, con ocho
necesario que la omisión completa no haya sido corregida por días por lo menos de anticipación, como lo prescriben los re-
tal o cual circunstancia de hecho. No es necesario que el res- glamentos. La decisión es nula 248 .
peto de la forma conduzca a consecuencias ridiculas y a nuli- 3" regla: Las formalidades omitidas o incompletamente
dades inútiles, perjudiciales para la buena marcha del servi- observadas deben decretarse a título obligatorio y no a título
cio público. facultativo (como medidas de orden interno). En este iiltimo
Veamos algunos ejemplos: caso, la omisión o la irregularidad no influyen sobre la vali-
a) Según el art. 57 de la ley del 5 abril 1884, los acuerdos dez jurídica del acto.
del concejo municipal deben consignarse en un registro y ser Esta regla es una consecuencia de la naturaleza jurídica
firmados por los miembros del concejo que hayan participado de las instrucciones de servicio249.
en la deliberación. La formalidad de la firma en el registro
lf regla: Cuando la forma omitida o irregularmente cum-
¿garantiza, de cualquier manera, el recto ejercicio de la com-
plida concierne a la publicación, es preciso, para determinar
petencia? El Consejo de Estado ha respondido negativamente,
la sanción y la influencia de la omisión o de la irregularidad
declarando que la omisión de esta forma no influía sobre la sobre la validez del acto jurídico, hacer la distinción funda-
validez jurídica del acuerdo 246 . mental, efectuada anteriormente (p. 296), entre la publicidad
b) Según una circular ministerial dictada al principio posterior al acto, de una parte, y la publicidad anterior o
de la guerra de 1914, los enganches voluntarios por la dura- concomitante, de otra parte:
ción del conflicto sólo debían aceptarse a partir del vigésimo
l 9 ) En lo referente a las formas de publicidad anteriores
día de la movilización. Los enganches contratados antes de ese
o concomitantes, se aplicarán las reglas generales sobre la
día, ¿eran nulos? El Consejo de Estado no ha pensado así247.
omisión de las formas o sobre su irregularidad (v. supra,
2" regla: Si se ha observado la forma ordenada por la ley, ps. 298 y 302, 1* y 2* reglas). Según las circunstancias de
pero ella es irregular, en principio la sanción es la nulidad No hecho, conforme al objeto de la medida de publicidad y la
obstante, la jurisprudencia tiende a investigar la influencia
que puede tener la irregularidad de la forma: ¿ha faltado el 248 Cons. de Est., 21 junio 1918, Yerhelst, "Kec.", p. 616: " N o está
fin de protección automática considerado por la ley, o, al con- establecido por la instrucción que el señor V. haya recogido —con ocho días
por lo menos de anticipación— una citación para comparecer ante el Consejo
de administración...; por consiguiente, el acuerdo... que pronuncia contra el
246 Cons. de Est., 10 enero 1919, Société d'Énergie Industrielle, " K e c . " , recurrente la pena de exclusión del cuerpo, está viciado de exceso de poder".
p. 16: " S i bien el acuerdo del... no ha sido firmado en el registro por los 24» Cfr. supra, p. 72. Cons. de Est., 6 febrero 1920, Lézin-Girand, " E e c " ,
miembros del concejo municipal, de conformidad al art. 57 de la ley del p. 129: " L a s prescripciones contenidas en el § 2 de las instrucciones del
5 abril 1884, esta circunstancia no es por sí misma suficiente para entrañar ministro de Obras Públicas, del 28 febrero 1855, relativas a las concesiones de
la nulidad del contrato, cuya validez debe apreciar el juez". tomas de agua para el funcionamiento de fábricas en Argelia y recordadas en
247 Cons. de Est., 21 febrero 1919, Faure, " E e c " , p. 169: " S i bien, la circular del gobernador general del 16 enero 1863, no son más que reglas de
según los términos de la circular ministerial del 15 agosto 1914, los enganches orden interno cuya estricta aplicación no es una condición sustancial de la
voluntarios por la duración de la guerra sólo debían admitirse a partir del regularidad de los actos a dictarse. De ahí se desprende que la inobservancia,
vigésimo día de la movilización, esta disposición inspirada en razones de pura en la especie, de algunas de las formalidades previstas en el mencionado pará-
oportunidad, no ha podido tener el efecto de dictar una prescripción reglamen- grafo no puede, por sí misma, viciar de nulidad la resolución arriba conside-
taria cuya inobservancia podría viciar de irregularidad los enganches contratados rada del prefecto de Argel, que, por lo demás, contiene todas las cláusulas
. con anterioridad a la precitada fecha". necesarias para salvaguardar los derechos e intereses de los terceros...".
COLABORACIÓN DE PARTICULARES EN SERVICIOS PÚBLICOS 30&
304 E L FUNCIONAMIENTO DE LOS SERVICIOS PÚBLICOS
El ministro de Guerra, para romper la huelga, había movili- día del decreto del 16 julio 1910 no influía sobre su validez,
zado a los ferroviarios del Norte. Pero la resolución del 11 sino únicamente sobre su fuerza obligatoria; del mismo modo,
octubre 1910, que ordenaba la movilización del personal de la la resolución ministerial dictada en ejecución de este decreto
Compañía de los ferrocarriles del Norte, se apoyaba en un estaba afectada, no en su validez, sino en su fuerza obligato-
decreto del 16 julio 1910 (que organiza en forma general la ria. A partir del día en que el decreto fuese válidamente pu-
movilización del personal de los ferrocarriles), que aun no se blicado, se hacía ejecutorio al igual que la resolución minis-
había publicado, al 11 octubre 1910. Al advertir esa circuns- terial que en él se apoyaba. Antes de esta publicación, el de-
tancia, el Gobierno hizo publicar de inmediato el mencionado creto y la.resolución eran válidos, aunque desprovistos de
decreto, en el "Journal Officiel" del 12 octubre 1911. Los fuerza obligatoria; a partir de la publicación, se convertían en
ferroviarios impugnaron ante el Consejo de Estado la resolu- obligatorios para lo futuro (pero no retroactivamente) 267 .
ción del 11 octubre 1910, por ilegal, en razón de que se apoyaba El caso de la huelga de los ferroviarios no es el primero
en un decreto que no se había publicado hasta el día siguiente en que el Consejo de Estado ha resuelto la cuestión en este
a aquel en que había aparecido la resolución ministerial. El sentido 268 .
Consejo rechazó esta tesis, afirmando que la publicación tar- c) El Consejo de Estado considera también que no in-
fluye sobre la validez de un acto jurídico individual, el hecho
los ferrocarriles del Norte incorporado a las subdivisiones complementarias, de que se haya notificado tardíamente al interesado 269 .
una nueva obligación (la posibilidad de ser llamados para cumplir un período 257 Cons. de Est., 18 julio 1913 ( " E e c " , p. 883): " L a resolución minis-
de instrucción), se ha insertado en el "Journal Officiel", del 12 de octubre. terial impugnada, de fecha 11 octubre 1910, tiene una base legal en el decreto
El "Journal Officiel"... llega el mismo día a todas las subprefecturas de la del 16 julio 1910, que ha creado las subdivisiones complementarias de las sec-
red del Norte. Así, pues, desde el 12 de octubre, se cumplía en toda la red, con ciones de los ferrocarriles de campaña. La circunstancia de que este decreto
el plazo de un día hábil, previsto por el art. 2 del decreto de 1870. Este plazo no se haya publicado en el "Journal Officiel" hasta el 12 octubre 1910r
expiraba el 13 de octubre, a la noche. El 14 de octubre, a primera hora, las cuando se había convocado al personal al que se refiere la resolución ministe-
disposiciones del decreto del 16 de julio eran aplicables, pues, a todos los rial del 11 octubre 1910, para un período de 21 días, a partir del 13 octubre
interesados. Ahora bien; la resolución ministerial del 11 de octubre establece que: siguiente, sólo podía tener por efecto autorizar a los interesados —en caso de
" s e convoca al personal de la quinta sección... por un período de instrucción que se hubiesen iniciado procesos contra ellos, por no haber obedecido, el men-
de 21 días, a partir del 13 de octubre"; y las citaciones individuales envia- cionado día, la convocación— a sostener que él decreto del 16 julio 1910 y la
das a los interesados en la jornada del 13, establecen que deben volver "in- resolución ministerial dictada en ejecución de aquél sólo eran obligatorias,
mediatamente y sin plazo". Estas convocatorias, ¿son ilegales?; y los actos para cada uno de ellos —según loa términos del art. 2 del decreto arriba men-
que las ordenan, ¿deben anularse por exceso de poderf No pensamos así; según cionado de 5-11 noviembre 1870—, un día hábil después de llegar el "Journal
los principios que os hemos recordado y que habéis sancionado en vuestro Officiel" a la cabecera del distrito de su residencia; pero la decisión ministerial
pronunciamiento Cornus, el hecho de que la resolución ministerial dictada en no estaría viciada de ilegalidad en sí misma, por este hecho... Por lo demás^
cumplimiento del decreto del 16 julio 1910, convocase al personal de la Com- en realidad, una instrucción ministerial del 13 octubre 1910, ha ordenado a
pañía del Norte, para un período de instrucción de 21 días, a partir del 13 de los jefes de las secciones... considerar remolones solamente a aquellos de los
octubre, mientras que las disposiciones del decreto mencionado sólo eran obli- empleados y obreros de la Compañía... que no volvieron a sus puestos hasta
gatorias para este personal a partir del 14 de octubre, no podía tener otro el 14 de octubre, a las 6 de la mañana, es decir, precisamente luego del ven-
efecto que autorizar a los interesados para invocar esta excusa legal, en caso cimiento del plazo previsto por el art. 2 del precitado decreto de 5-11 no-
de que se hubiesen entablado procesos contra ellos, por haberse presentado viembre 1870".
el 14 de octubre, en lugar del 13. Ahora bien; una instrucción ministerial del 258 Cons. de Est., 27 junio 1913, Cornus ("Eec.", p. 765; " B . D. P . " ,
13 octubre 1910, ha venido precisamente a indicar a los jefes de las secciones 1913, p. 679): " L a resolución ministerial, de fecha 31 mayo 1910, que dis- .'
ferroviarias, que sólo debían enjuiciar a los agentes de la Compañía del Norte pone el nombramiento, . . . se ha dictado de conformidad a los decretos de 25 y
que, el 14 de octubre, no hubiesen ocupado el puesto indicado por su orden 27 de mayo 1910... y la circunstancia de que esta decisión se haya publicado
de convocatoria. La Administración ha reconocido, así, que él orden de en el "Journal Officiel", el 31 mayo del mismo año, la víspera del día en
llamada sólo era obligatorio para los interesados, él 14 de octubre por la ma- que los decretos mencionados se insertaron allí, puede, por sí misma, viciar de
ñana. Si bien la resolución ministerial del 11 de octubre establece que las ilegalidad dicha designación".
convocatorias se harán a partir del día 13, este hecho no puede, por sí solo, 259 Cons. de Est., 26 marzo 1915, Mayon, " E e c " , p. 106: " S i bien la
viciar de ilegalidad esta resolución". decisión impugnada (de suspensión en sus funciones) no se le ha notificado
310 E L FUNCIONAMIENTO DE LOS SERVICIOS PÚBLICOS
Cuando se trata de asegurar el funcionamiento de un Es preciso, además, que el contrato tenga por objeto asegurar
servicio público, no se aplican necesariamente los propios el funcionamiento de un servicio público. Aun no basta este
textos del Código Civil o de las leyes de derecho privado, que nuevo elemento; es indispensable que las partes contratantes
rigen las relaciones entre particulares en hipótesis análogas. deseen someterse a un régimen jurídico que sale de la órbita
Ante todo, cabe inspirarse en las ideas generales que justi- del derecho civil, al régimen del derecho público.
fican dichos textos, que deben concillarse con las necesidades
del funcionamiento regular y continuo del servicio público 1 .
SECCIÓN I
I I I . — Las leyes y reglamentos aplican muy raramente,
por sí mismos, el principio fundamental. Es la jurisprudencia
del Consejo de Estado la que, por sus pronunciamientos con- EXISTENCIA DE CONTRATOS ADMINISTRATIVOS
cretos, ha elaborado paulatinamente y continúa elaborando
el régimen jurídico aplicable, no sin contradicciones, vacila-
ciones" y oscuridades. Es ésta la teoría de los contratos admi- En derecho público francés existen contratos administra-
nistrativos. tivos, es decir, contratos diferentes de los concluidos entre
Por ellos se entiende los contratos celebrados por la Ad- particulares, por el régimen jurídico al que se someten estos
ministración para asegurar el funcionamiento de un servicio- últimos.
público, que se rigen por reglas especiales, distintas de las que El Consejo de Estado en lo contencioso, admite sin dis-
se aplican a las relaciones de los particulares entre sí. cusión esta proposición, pero la rechazan algunos juriscon-
sultos de gran autoridad.
Las principales de estas reglas especiales se relacionan
con: Conviene, pues, hacer su demostración precisa.
l 9 ) la forma de los contratos;
29) los poderes de la Administración para obtener, me- I. — Teoría de Duguit
diante intimaciones unilaterales, la ejecución fiel y regular
de la prestación convenida; I. — Según DUGUIT 2 , "en lo referente a sus elementos
39) ciertas facilidades dadas a los cocontratantes de la intrínsecos, un contrato tiene siempre los mismos caracteres.
Administración para el cumplimiento de sus obligaciones con- El contrato es una determinada categoría jurídica, y cuando
tractuales (teoría de la imprevisión); los elementos que lo forman se hallan reunidos, existe un
49) la competencia de los tribunales administrativos para contrato que tiene siempre los mismos caracteres y los mismos
juzgar los litigios que se susciten entre la Administración y efectos. Por consiguiente, si existen contratos que dan lugar
los proveedores. a la competencia de los tribunales administrativos, ello sólo
No son éstas las únicas reglas especiales, pero la mayoría puede ser en razón del fin para el cual se celebran. Algo aná-
se relaciona directa o indirectamente con estas cuatro clases logo sucede en los contratos comerciales. E n el fondo, no
principales. existe diferencia entre un contrato civil y uno comercial. Lo >
que caracteriza al contrato comercial y fundamenta la com-
IV. — P a r a que estas reglas particulares se apliquen, n o petencia de los tribunales de comercio, es el fin comercial
basta que se celebre un contrato entre la Administración y para el cual se celebra. No hay diferencia en cuanto al fondo,
u n particular, para la prestación de una cosa o de un servicio. entre un contrato civil y otro administrativo. Lo que da a un
i Para el desarrollo de este principio, véase supra, ps. 170 y ss. 2 Traite de droit oonstitutionnél, 2* ed., m, 1923, p. 41.
314 E L FUNCIONAMIENTO DE LOS SERVICIOS PÚBLICOS IiOS CONTRATOS ADMINISTRATIVOS 315
contrato el carácter administrativo y fundamenta la compe- trativos tienen por finalidad asegurar el funcionamiento de un
tencia de los tribunales administrativos, es la finalidad de servicio público.
servicio público en vista de la cual se celebra". Pero, en el derecho público francés actual, es inexacto
decir que entre los contratos administrativos y los contratos
I I . — Esta argumentación se halla en contradicción con civiles no hay diferencia de fondo.
los hechos. La tesis de DUGUIT no es la del derecho público
francés actual. La teoría jurídica actual no es la de contratos II. — Teoría de Hauriou
administrativos de competencia de los tribunales administra-
tivos, en razón del fin de servicio público en vista del cual I. — HAURIOU 3 tiene una teoría más próxima a la que hoy
se celebran. prevalece en la jurisprudencia.
Si los tribunales administrativos son competentes para
A propósito de los contratos de suministros, que son
los contratos administrativos, es porque se trata de aplicar un
los contratos administrativos más frecuentes, HAURIOU es-
régimen jurídico especial; el carácter esencial de los contratos
cribe : "Los contratos de suministros son aquellos por los cua-
administrativos es que se someten a un conjunto de reglas
les las Administraciones públicas tratan de obtener, por in-
especiales. Todas estas reglas especiales se resumen así: los
termedio de un empresario, objetos muebles, mercancías o
efectos de los contratos administrativos no son los mismos que
materiales y aun servicios (por ejemplo, servicios de traspor-
los de los contratos civiles. Quien concluye un contrato admi-
tes marítimos o aun servicios de trasportes terrestres por óm-
nistrativo no solamente asume la obligación de no entorpecer
nibus), todo ello mediante una operación que se resume en
el funcionamiento del servicio público, sino también de faci-
una compraventa, o que, si se concreta en una locación de obra,
litarlo. Los contratos civiles suponen dos contratantes en pie
no tiene por consecuencia la creación de una obra pública".
de perfecta igualdad. El contrato administrativo propiamente
dicho supone, esencialmente, dos contratantes que se reconocen HAURIOU parece, pues, colocar en un mismo plano los
en pie de desigualdad: uno representa el interés general, el contratos de suministros del derecho público, los contratos de
servicio público; el otro, el interés privado del contratante. compraventa y los contratos de locación de obra. Ésta sería la
La noción de servicio público entraña la obligación, para la tesis de DUGUIT. Pero algunas líneas más adelante, HAURIOU
persona que se compromete por un contrato administrativo, expresa: "Es preciso que exista contrato especial con pliego
de hacer prevalecer el funcionamiento del servicio público so- de condiciones. Una compra al contado no es un contrato de
bre sus propios intereses, aparte de la indemnización. Esta suministros. Un trasporte efectuado por una compañía ferro-
obligación tiene, pues, un carácter extensivo que no tiene la viaria o de vapores cuando la Administración ha usado el me-
obligación resultante de los contratos civiles, aunque los cele- dio de trasporte en las mismas condiciones que el público, no
bre la Administración. es un contrato de suministros".
En la actualidad, los contratos administrativos son de
competencia de los tribunales administrativos, no porque el II. — Esto es, en gran parte, la reproducción de las ex-
contrato tenga por finalidad asegurar el funcionamiento de presiones corrientemente empleadas por el Consejo de Estado ,
un servicio público, sino porque hay reglas especiales para la en lo contencioso. Pero, ¿no existe contradicción entre las
determinación de los efectos jurídicos de los contratos ad- dos proposiciones? Si el contrato de suministros se concreta
ministrativos. en una compraventa o en una locación de obra, ¿dónde está la
diferencia entre el contrato administrativo, llamado contrato
I I I . — Lo único que resulta verdadero en la teoría de
DUGUIT es que las reglas especiales de los contratos adminis- 3 Précis de droit administranf, 9» ed., 1919, p . 905.
LOS CONTRATOS ADMINISTRATIVOS 317
316 E L FUNCIONAMIENTO DE LOS SERVICIOS PÚBLICOS
se ha concluido la convención, importa frecuentemente exi- tinguir: V) los servicios "que sólo pueden ser administrados
gencias particulares de las que resultará la elaboración de por el Estado o las personas morales que de él dependen";
cláusulas que salen de la órbita del derecho común y que ex- en este caso tienen "reglas propias"; 29) los monopolios,
cluirán la competencia de la jurisdicción civil. Pero si estas "cuyo funcionamiento no implica, generalmente, la aplicación
cláusulas excepcionales, estas cláusulas de naturaleza propia- de ninguna regla que salga de la órbita del derecho común";
mente administrativa, no existen, si se ha podido satisfacer 39) "los servicios industriales administrados sin monopolio",
las necesidades de interés general que se hallan en juego, para los que ordinariamente uno existen reglas especiales''.
mediante estipulaciones que generalmente se usan en los contra- Estas citas podrían multiplicarse.
tos celebrados entre particulares, la jurisdicción ordinaria en
materia de contratos, es decir, la jurisdicción de los tribunales !H- — De todo ello resulta que hay contratos administra-
judiciales, será naturalmente competente (en este sentido, tivos en sentido preciso, contratos distintos de los civiles, y
Société des Granits des Vosges, Cons. de Est., 31 julio 1912). que no todo contrato celebrado por la Administración para
De lo que acabamos de decir resulta que el contrato celebrado asegurar el funcionamiento de un servicio público es un con-
para la realización de un servicio público —aunque lo inspire trato administrativo.
siempre el interés general—, no pertenece necesariamente y Por consiguiente, la cuestión a resolver es la de saber
de pleno derecho a la jurisdicción administrativa; con mayor cómo se reconoce el contrato administrativo propiamente di-
razón, esta competencia administrativa no se impone, cuando cho, en el sentido que tiene esta expresión en el derecho pú«
se está en presencia, no ya de contratos concluidos con fines blico francés actual.
de creación o de ejecución de un servicio público, sino de un
contrato celebrado entre un servicio público ya existente y un
usuario de este servicio. En esta segunda hipótesis, el interés SECCIÓN II
general tendrá cada vez menos por efecto justificar por sí solo
la competencia administrativa, a medida que en cualquier ¿CÓMO SE RECONOCE UN CONTRATO
forma se aleje de él. Ya no figura entre los motivos determi- ADMINISTRA TITO ?
nantes del contrato que obliga a la persona moral, que explo-
ta el servicio público, y el usuario: aparece sólo entre las ra-
En la actualidad, es posible responder a esta pregunta
zones lejanas que han podido provocar, en su tiempo, la crea-
fundamental. Durante mucho tiempo la jurisprudencia del
ción del servicio mismo. Si el recuerdo de este origen se tra- Consejo de Estado no ha sido muy precisa. Pero ha evolucio-
duce en la inserción, en las convenciones particulares celebra- nado mucho. Se puede encontrar ahora, en los más recientes
das entre la persona moral y el usuario, de cláusulas de na- fallos del Consejo de Estado, un criterio más claro, más fácil
turaleza verdaderamente administrativa, también podrá de- de aplicar.
ducirse de allí la competencia del tribunal administrativo,
Para resolver el problema es necesario determinar las con-
pero ello será, esta vez, completamente excepcional". diciones en que se plantea.
Asimismo, en sus conclusiones ante el Consejo de Estado
(23 mayo 1924, Société les affréteurs reunís) 6, el comisario § 1
del Gobierno, RIVET, distingue, entre los contratos celebrados
para satisfacer una necesidad de interés general, según la Posición de la cuestión. Enumeración de las condiciones
naturaleza del servicio público. Según RIVET, es necesario dis-
!• — Un agente público solicita a un individuo su cola-
6 " R . D. P . " , 1924, ps. 387 y es. boración voluntaria en el funcionamiento de un servicio pú-
320 E L FUNCIONAMIENTO DE LOS SERVICIOS PÚBLICOS
LOS CONTRATOS ADMINISTRATIVOS 321
blico, mediante la prestación de cosas materiales o de ser-
vicios. causara un perjuicio anormal, que no podía razonablemente
Si no se trata del funcionamiento de un servicio público, prever en el momento de contratar.
no se halla en juego ningún interés general esencial. No hay
que hacer prevalecer el interés general sobre el interés parti- I I I . — Es imposible enumerar de antemano todas las con-
cular. Por tanto, se aplican pura y simplemente las reglas del secuencias que dimanan de esta idea, que sólo aparecen a me-
derecho privado, que se basan en el principio de igualdad de dida que se desarrollan los acontecimientos. En período nor-
los individuos. mal, los contratantes pueden conocer la mayoría de estas con-
En cambio, si la colaboración se solicita para el funcio- secuencias, según la jurisprudencia administrativa. Hasta se
namiento de un servicio público, la noción del servicio pú- cree —equivocadamente— que se las conoce todas; se las ha
blico, ¿entraña por sí misma, de pleno derecho, la consecuencia inscrito en los documentos (pliegos de cláusulas y condiciones
inevitable de que el interés general del servicio deberá preva- generales). Pero, en realidad, nunca se conocen todas.
lecer sobre el interés privado del contratante? La colaboración, Supongamos que sobreviene una crisis económica, polí-
aun voluntaria, para un servicio público, ¿entraña, para todos tica, internacional. Entonces el servicio público exige, para su
los colaboradores, cualesquiera sean, la obligación de asegu- funcionamiento continuo y regular, —de parte de todos lo»
rar, cueste lo que cueste, el funcionamiento continuo y regular colaboradores, aun voluntarios— una aplicación todavía más
del servicio, sin que sea necesario que una ley lo diga expre- atenta, de las obligaciones sobre las cuales no se había pen-
samente, sin que se necesite incluso que una cláusula especial sado de manera precisa. El legislador no las había previsto,
del contrato precise esta obligación? Esta obligación, ¿surge ni determinado de antemano. Las partes contratantes no la»
implícita y fatalmente de la noción de servicio público? han insertado expresamente en el contrato. Poco importa. La
Administración podrá exigir de su cocontratante la presta-
II. — No, esto no es necesario, y sería demasiado grave. ción prometida y que es indispensable para el funcionamiento
Es preciso que el colaborador voluntario haya consentido esta regular y continuo del servicio público. El juez será el arbi-
consecuencia que sale de la órbita del derecho civil; es preciso tro para apreciar si, para el funcionamiento del servicio pú-
que haya manifestado, de una u otra manera, su voluntad acer- blico, la prestación reclamada por la Administración no es
ca de este punto preciso. excesiva, y si, en caso afirmativo, resulta equitativo conceder
Por tanto, entre los contratos concluidos con el propósi- una compensación al colaborador voluntario, a fin de que no
to de asegurar el funcionamiento de un servicio público, hay sufra un perjuicio que no ha podido razonablemente prever al
dos categorías: comprometerse por el contrato.
1*) los contratos ordinarios, regidos por el Código Civil; Es la noción del servicio público que debe funcionar re-
2*) los contratos administrativos, sometidos a las reglas gularmente, de manera continua, sin interrupción, la que le-
especiales del derecho público, todas las cuales se resumen en gitima y justifica esta obligación especial que nunca incumbe
esta fórmula: el cocontratante no está obligado únicamente a a un contratante, cuando se trata de un contrato entre parti-
cumplir su obligación como lo haría un particular con relación culares o aun de un contrato civil celebrado con la Adminis-
a otro particular; deberá interpretarse que sus obligaciones tración. En esto consiste el contrato administrativo7.
se extienden a todo lo que es absolutamente necesario para
asegurar el funcionamiento regular y continuo del servicio 1 TARDIEU, conclusiones de su dictamen ante el Cons. de Est., 29 enero
público, con el cual consiente en colaborar. La Administra- 1909, Compagnie des Messageries Maritimes, " R e c " , p. 116: " D a d o que lo»
empresarios, proveedores o concesionarios de servicio* públicos se encargan d e
ción, por su parte, estará obligada a indemnizar al cocontra- una misión que ofrece un interés general, los tribunales administrativos tienen
tante en caso de que la ampliación de estas obligaciones le él derecho, en razón precisamente de este interés general que está en juego, de
mostrarse más severos en la apreciación de la conducta del empresario, y de
IV. — La determinación precisa de lo que puede exigir- este régimen jurídico especial. Por otra parte, el proveedor,
se del contratante para el funcionamiento del servicio público, al someterse voluntariamente a este régimen especial, ha re-
supone una flexibilidad de espíritu particular y una larga nunciado a prevalerse de las reglas del derecho privado, para
experiencia. Además, el derecho público francés actual atri- la determinación de su situación jurídica (derechos y obli-
buye el conocimiento de los litigios suscitados por los contra- gaciones ) 9 .
tos administrativos a tribunales especiales: los tribunales ad-
ministrativos. VI. — De todo esto resulta que los agentes públicos, para
Existe hoy un vínculo indisoluble entre estas ideas: prin- hacer funcionar un servicio público, es decir, para asegurar la
cipio del funcionamiento regular y continuo del servicio pú- satisfacción de las necesidades de interés general para la cual
blico ; obligaciones especiales que incumben a todos los colabo- la legislación organiza un régimen jurídico (servicio público
radores, aun voluntarios, de un servicio público; competencia propiamente dicho), pueden celebrar contratos civiles, regidos
de los tribunales administrativos. por el derecho civil, o bien contratos administrativos, regidos
Es necesario dejar de lado, por considerarlas perimidas, por el derecho público. La noción actual de servicio público
las ideas de soberanía, de poder público, de mandato, de auto- no significa que los agentes públicos deban utilizar exclusiva-
ridad pública. Las instituciones democráticas modernas son de mente los procedimientos jurídicos del derecho público. Exis-
base puramente racionalista y no mística o metafísica. ten casos en que sucede así, en que no es posible elegir, en que
Veamos cómo se plantea el problema. el contrato administrativo se impone. Muy frecuentemente,
los agentes administrativos pueden usar el contrato civil o el
contrato administrativo, según lo que juzguen más útil.
V. — Se llega a afirmar, así, que hay contrato administra-
tivo propiamente dicho, cuando se reúnen las siguientes con- Tal es la significación de esta proposición, en el sentido
diciones : de que todo contrato celebrado con miras a un servicio públi-
co no es necesariamente un contrato administrativo.
1*) es preciso un acuerdo de voluntades entre la Admi-
nistración y un particular;
2*) el acuerdo de voluntades tiene por objeto la crea- § 2
ción de una obligación jurídica de prestación de cosas mate-
riales o de servicios personales, mediante una remuneración Exposición de la jurisprudencia
(en dinero o de otro modo);
3*) la prestación que suministrará el individuo está des- Es preciso demostrar ahora que tal es cabalmente la so-
tinada a asegurar el funcionamiento de un servicio público; lución adoptada por la jurisprudencia francesa actual. Con-
4*) las partes, por una cláusula expresa, por la misma viene precisar, al respecto, los tres puntos siguientes:
forma dada al contrato, por el género de cooperación solicita- l 9 ) Según la jurisprudencia, la Administración puede,
da al contratante, o por cualquier otra manifestación de vo-
luntad, han entendido someterse al régimen especial del de- vo: " E l art. 14 (del contrato celebrado por el Estado con la Société des voiliers
recho público8. Por una parte, la Administración ha querido frangais) prevé que todos los litigios se resolverán administrativamente. Si
esta última cláusula no podía, por sí misma, ser atributiva de competencia,
no deja de tener por efecto indicar la comen intención de las partes en lo que
exigirle mayores esfuerzos para asegurar el cumplimiento de su contrato que concierne al carácter de la convención celebrada entre ellas. La mencionada
los que podrían exigir los tribunales judiciales a un empresario privado". convención es, por consiguiente, un contrato administrativo".
8 El Consejo de Estado, en un pronunciamiento del 19 junio 1918, Sooiété » Cfr. MAX RÉGLADE, De l'applioation aux marches de foumitures du
des voiliers frangais, " R e c . " , p. 597, ha subrayado cuidadosamente la condi- principe de la séparation des autorités judiciaire et administrative, en la " R .
ción de la común intención de las partes, de concluir un contrato administrati- D. P . " , 1924, ps. 189 y ss.
324 E L FUNCIONAMIENTO DE LOS SERVICIOS PÚBLICOS
LOS CONTRATOS ADMINISTRATIVOS 325
en principio, elegir —aun para la satisfacción de una necesi- I I I . — Según la jurisprudencia más reciente, se reconoce
dad de interés común para la cual pueden usarse los procedi-
que la Administración ha adoptado el procedimiento de de-
mientos del derecho público, para una misma prestación de
recho público, el contrato administrativo, por los signos prin-
cosa mueble o de servicios— entre el acto jurídico del derecho
cipales siguientes:
privado y el del derecho público (contrato administrativo pro-
piamente dicho). l 9 ) Sumisión expresa a un pliego de cláusulas y condi-
ciones generales que formulan la mayoría de las reglas que
29) ¿Cómo se reconoce que la Administración. y el con-
están fuera de la órbita del derecho privado. Es éste un caso
tratante han elegido el régimen del derecho público, el régimen
de declaración expresa, en el sentido de que se trata de un
del contrato administrativo?
contrato administrativo.
39) ¿Corresponde esta elección a todos los agentes pú-
2 9 ) Compromiso de cooperación personal activa del pro-
blicos, o está reservada a los agentes públicos del Estado? Las
veedor en el funcionamiento de un servicio público propia-
administraciones departamentales y municipales, ¿no gozan
de ella? mente dicho: el carácter de contrato administrativo resulta
de este compromiso.
Es preciso reunir las dos primeras preguntas, que están
íntimamente vinculadas: 39) Contrato relacionado con el funcionamiento de un
servicio público de tal modo que, por la misma naturaleza de
I. — Libre elección de la Administración, y signos por los este servicio público, el contrato implica necesariamente el
que se reconoce que ella ha elegido el contrato administrativo. régimen del derecho público.
49) Cláusula del contrato que somete los litigios a la
I. — La jurisprudencia del Consejo de Estado y del Tribu- jurisdicción administrativa.
nal de Conflictos ha debido pronunciarse muy claramente sobre *
estas dos cuestiones. La jurisprudencia las ha resuelto a pro- IV. — Veamos los principales fallos, de fecha reciente,
pósito de un problema, secundario teóricamente, pero prácti- en los cuales se han aplicado las ideas precedentes:
camente primordial: el de la competencia administrativa. l 9 ) En el caso Terrier, resuelto por el Consejo de Es-
Como, hoy, la competencia administrativa existe cuando tado, el 6 febrero 1903, "Rec", p. 94, el comisario del Gobier-
debe aplicarse un régimen jurídico de derecho público, el Con- no, ROMIEU, ha planteado con mucha claridad el problema de
sejo de Estado y el Tribunal de Conflictos han tenido, a propó- los contratos administrativos, a propósito de la cuestión de
sito de la competencia, que deducir las condiciones necesarias competencia, y ha formulado algunas proposiciones relativas
para que haya contrato administrativo propiamente dicho. al criterio de los contratos administrativos 10 : "Es preciso re-
servar, tanto para los departamentos y los municipios, como
II- — En numerosos pronunciamientos recientes, el Con- para el Estado, las circunstancias en que debe considerarse
sejo de Estado y el Tribunal de Conflictos afirman que la Ad-
10 Es el célebre caso denominado de los cazadores de víboras. Un Consejo
ministración, aun para asegurar el funcionamiento de un general de departamento había organizado un servicio público de destrucción
servicio público, no está obligada a recurrir al contrato ad- de las víboras. Al mismo tiempo, había insertado en el presupuesto departa-
ministrativo; la jurisprudencia decide que los litigios son, mental un crédito para el pago de primas a los cazadores de dichos animales.
entonces, de competencia de los tribunales judiciales. Se planteó la cuestión —pero el Consejo de Estado no la resolvió— de saber
si la promesa de una prima por cada víbora muerta, era un contrato. EOMIEU
P a r a decirlo una vez más, esto es muy importante; sig- no resuelve este problema. En 1910, en sus conclusiones sobre el caso Thérond
nifica que, para un mismo servicio público, la Administración (Cons. de Est., 4 marzo 1910, " É e c . " , p. 195), el comisario del Gobierno,
tiene, generalmente, la elección entre dos actos jurídicos: el PICHAT, declaraba que allí existía un contrato administrativo: "litigio rela-
tivo a un contrato de servicios celebrado por un departamento, con miras a la
de derecho privado y el de derecho público. ejecución de un servicio público". Esta solución es completamente discutible.
l o s CONTRATOS ADMINISTRATIVOS 327
326 E L FUNCIONAMIENTO DE LOS SERVICIOS PÚBLICOS
que la Administración actúa en las mismas condiciones que se exclusivamente en el terreno de las relaciones entre particu-
un simple particular, y se somete a las mismas reglas y a las lares, en las condiciones del derecho privado".
mismas jurisdicciones. Esta distinción entre lo que se ha pro- 29) En el caso Thérond, juzgado por el Consejo de Esta-
puesto llamar gestión pública y gestión privada puede hacerse do, el 4 marzo 1910, "Rec", p. 194, el comisario del Gobierno,
en razón de la naturaleza del servicio de que se trata, o en PICHAT, retomó la doctrina formulada por ROMIEU en 1903,
razón del acto que se trata de apreciar. El servicio puede, en aunque con una terminología muy imprecisa. Se trataba de
efecto, interesando directamente a una persona pública, un contrato celebrado entre una ciudad y un individuo, por el
concernir sólo a la gestión de su dominio privado; se conside- cual el adjudicatario se comprometía a capturar y a encerrar
ra, en este caso, que la persona pública actúa como persona en la perrera a los perros vagabundos, y a enterrar a los
privada, como un propietario ordinario, en las condiciones del animales muertos en las estaciones de los ferrocarriles, en el
derecho común (Conflictos, 30 mayo 1884, Linas, "Rec", p. matadero, en la vía pública o en el domicilio de los particula-
436; 29 noviembre 1884, Jacquinot, "Rec", p. 855; 21 marzo res. "¿Cuál es —preguntaba PICHAT— la naturaleza del con-
1891, Cohén d'Anvers, "Rec", p. 252; 24 noviembre 1894, Loi- trato de concesión, celebrado entre la ciudad y el señor T. ? Se
seleur, "Rec", p. 631; Casación civ., 12 junio 1901, VÉtat c. t r a t a de una concesión de servicio público. En efecto, ella
Dessauer, "S.", 1906, 1, 41). tiene por objeto la ejecución del servicio de la seguridad y de
la salubridad públicas (ley del 5 abril 1884, art. 97; ley del 21
"Por otra parte, puede suceder que la Administración,
junio 1898)". PICHAT se atiene a mostrar, no los caracteres
actuando no como persona privada, sino como persona pública
esenciales que hacen de ella un contrato administrativo pro-
—en interés de un servicio público propiamente dicho—, no
piamente dicho, sino a distinguir este contrato del contrato
invoque el beneficio de su situación de persona pública y se
de concesión de obras públicas. Para él, la naturaleza de con-
coloque voluntariamente en las condiciones del público, al ce-
trato administrativo no es dudosa; es la categoría de contra-
lebrar uno de estos contratos de derecho común de tipo clara-
to público lo que le preocupa. Concluye con esta fórmula cri-
mente determinado por el Código Civil (alquiler de un inmue- ticable: "El contrato celebrado entre la ciudad y el señor T.
ble, por ejemplo, para instalar allí las oficinas de una admi- es la locación de servicios de los arts. 1110, 1779 y 1780 del
nistración cualquiera), que no supone por sí mismo la apli- Código Civil, que tiene por objeto la ejecución de un servicio
cación de ninguna regla especial para el funcionamiento de los público y que presenta el carácter de una concesión".
servicios públicos, o bien al efectuar una de esas operaciones
corrientes que los particulares realizan diariamente, que supo- La terminología es incorrecta. Si el contrato fuese un
nen relaciones contractuales de derecho común y para las contrato de locación de servicios del Código Civil, no sería
cuales se considera que la Administración actúa como un un contrato administrativo, por la sencilla razón de que un
simple particular (orden verbal dada a un proveedor, salario contrato civil no es un contrato administrativo. Lo que es pre-
ciso retener, para el criterio del contrato administrativo, es
de un jornalero, remesas hechas por ferrocarril, de conformi-
el hecho de que, por el contrato, el adjudicatario se encarga
dad a las tarifas que se cobran al público, etc. Cons. de E s t , 13
personal y activamente, de realizar un servicio público.
julio 1883, Compagnie P. L. M., "Rec", p. 658). Corresponde a
la jurisprudencia determinar, con respecto a las personas pú- Es éste el carácter que subraya PICHAT ; es también sobre
blicas locales —como lo hace para el Estado—, en qué casos él que insiste el Consejo de Estado en su resolución: "El con-
se está en presencia de un servicio público que funciona con trato celebrado entre la ciudad y el señor T. tenía por objeto
sus reglas propias y su carácter administrativo, o, por el con- capturar y encerrar en la perrera los perros vagabundos y
trario, de actos que, interesando directamente a la comunidad, trasportar los animales m u e r t o s . . . Al tratar en las condiciones
revisten la forma de la gestión privada y entienden mantener- arriba señaladas con el señor T., la ciudad ha obrado en con-
328 E L FUNCIONAMIENTO DE LOS SERVICIOS PÚBLICOS
LOS CONTRATOS ADMINISTRATIVOS 329
sideración de la higiene y seguridad de la población, y ha
tenido como finalidad, por consiguiente, asegurar un servicio público en cuyo interés se ha celebrado el contrato. Aunque
público"... El Consejo de Estado insiste, también, sobre el un contrato de suministros sea un contrato administrativo,
modo de remuneración del cocontratante (tasas percibidas es preciso, pues, que participe, por poco que sea, de las carac-
del público): "Estas tasas (previstas en el contrato y perci- terísticas del contrato de obras públicas o del contrato de con-
bidas del público)... representan la remuneración que se ase- cesión; es necesario que establezca relaciones precisas y cons-
gura al concesionario por el contrato". Es ésta, en efecto, tantes del proveedor o de sus agentes, con el municipio —en
una de las características del contrato administrativo de con- el caso, se trataba de un contrato de suministros municipal—,
cesión (v. infra). o con el público. Es preciso que asocie al proveedor, en cual-
3*) En el caso resuelto por el Consejo de Estado, el 31 quier medida, con la gestión del servicio. Pero cuando, por el
julio 1912 (Société des granits, "Rec", p. 912, "R. D. P." r contrario, la sola intervención del proveedor en el servicio
1914, ps. 145 y ss.), se trataba del suministro de adoquines, público es la entrega misma, cuando el contacto entre el mu-
que una ciudad necesitaba para sus calles. P a r a saber si hay nicipio y aquél no se prolonga después de dicha entrega,
contrato administrativo en este caso, el comisario del Go- cuando el contrato —en una palabra— no establece entre el
municipio y el cocontratante relaciones diferentes de las que
bierno, LÉON BLUM, trató de determinar si el contrato conte-
se establecen entre un particular y un comerciante cualquiera,
nía cláusulas especiales, o si hacía cooperar activamente al
siempre que el contrato se celebre en las condiciones habituales
proveedor en el servicio público respectivo. En esta ocasión, del comercio, nos hallaremos en el caso en que el municipio
LÉON BLUM retomó, precisándolas, las conclusiones de ROMIEU
—habiendo obrado del mismo modo que un simple particular—
del año 1903. Decía: "Cuando se trata de contrato, no es ne- "se halla sometido a las mismas reglas y a las mismas juris-
cesario determinar con qué objeto se celebra el contrato, sino dicciones".
lo que es el contrato por su misma naturaleza... No basta
que el suministro, que es el objeto del contrato, deba ser utili- En el caso juzgado por el Consejo de Estado —un contra-
zado de inmediato para un servicio público; es preciso que to celebrado por la ciudad de Lille con la Société des granits—
este contrato, por sí mismo, y por su propia naturaleza, sea se trataba "del reglamento de una factura, preparada por el
de aquellos que sólo puede celebrar una persona pública, es alcalde después de la entrega de adoquines encargados por la
decir, que sea, por su forma y su contexto, un contrato admi- ciudad para el empedrado de sus calles". "Poco importa —de-
nistrativo ... No se trata de determinar si el suministro se cía LÉON B L U M — que el municipio haya celebrado el contrato
destinará o afectará de inmediato a un servicio público, sino y que haya intervenido una persona municipal; la presencia de
si el contrato, considerado en sí mismo, presenta o no los esta persona no influye sobre la competencia. Poco importa
caracteres del contrato administrativo. Los caracteres del con- igualmente que los adoquines encargados a la sociedad se
trato administrativo son bastante difíciles de precisar. Sin destinasen al empedrado de las calles de Lille, y que, por con-
embargo, refiriéndonos a vuestras más recientes decisiones (11 siguiente, el contrato se haya celebrado en vista y en interés
noviembre 1910, Départament du Maine-et-Loire, "Rec", p. del servicio público. Lo que es preciso examinar, es la natura-
777; 26 enero 1912, Paris, "Rec", p. 101; 17 mayo 19l5, Agen- leza del contrato en sí mismo, independientemente de la per-
ce nationale d'affichage, "Rec", p. 579), puede decirse que él sona que lo ha celebrado y del objeto con el cual ha sido con-
contrato administrativo es el que permanece influido y teñido cluido. Pero este contrato prevé simplemente la entrega de un
en cierto modo por el servicio público en vista del cual se ha suministro. Una vez entregado, cesa toda relación entre el
concluido, el que, por consiguiente, crea y organiza un contac- municipio y el cocontratante. No subsiste contacto de nin-
to —cualquiera que sea— entre el cocontratante y el servicio guna naturaleza —una vez entregada la mercadería— entre el
proveedor que la entregó y el servicio público que la utilizará.
330 E L FUNCIONAMIENTO DE LOS SERVICIOS PÚBLICOS
LOS CONTRATOS ADMINISTRATIVOS 331
cluía, simplemente, dos contratos de fletamento de conformi- nada convención es, por consiguiente, un contrato adminis-
dad a las reglas del derecho marítimo; dichos contratos, que trativo".
V) Tribunal de Conflictos, 7 noviembre 1922, Manon
no son de aquellos que prevé el decreto del 11 junio 1806 (con-
("Rec", p. 794; "R. D. P.", 1923, ps. 433 y ss.).
tratos de suministros), no hacen procedente, por sí mismos,
la jurisdicción administrativa... Los fletamentos se conclu- Este caso es muy importante: los tribunales han vacilado
mucho.
yeron en las condiciones habituales ofrecidas a todo fletador;
Se trataba de un barco que había sido requisado durante
ninguno de los dos contratos de fletamento contenía cláusula
la guerra, y que, durante el período de requisición, se había
alguna que estuviese fuera del derecho común, que pudiese
averiado.
imprimir carácter administrativo a estos contratos".
El tribunal civil de Bastía se declaró incompetente para
El Consejo de Estado, en un fallo del l 9 junio 1918, Socié- entender en la acción por indemnización, "considerando que
té des voiliers franeáis ("Rec", p. 597), ha señalado clara- todo fletamento es acto de comercio". El tribunal competente
mente la diferencia existente entre el contrato de fletamento^ era el de comercio.
del derecho comercial y el contrato administrativo: "Los con- La Corte de Bastía resolvió que "el contrato de fletamen-
tratos celebrados por el Estado con una compañía marítima to celebrado por la administración de la M a r i n a . . . no era
para los trasportes que interesan a las diferentes administra- un contrato comercial; se había celebrado con el solo fin de
ciones, se rigen por el decreto del 11 junio 1806, que dispone abastecer un puesto de defensa...; por tanto, el litigio entra-
la competencia de la jurisdicción administrativa; los tras- ba en la competencia del tribunal civil".
portes, efectuados por cuenta del Estado, sólo pueden, pues, Ante este último, el prefecto marítimo dedujo una decli-
dar lugar a la intervención de los tribunales del orden judicial, nación de competencia, alegando "que el contrato de fletamen-
en caso de que el Estado, fuera de todo contrato que contenga to de que se t r a t a tiene por objeto la gestión de un servicio
cláusulas especiales, entienda tratar con el trasportista en público, siendo, por consiguiente, un contrato administrativo,
las mismas condiciones que el público en generar'. Lo que hay perteneciente al dominio de lo contenciosoadministrativo".
de interesante en este pronunciamiento, es la indicación, que El tribunal civil se declaró entonces incompetente, en ra-
hace el Consejo de Estado, de los signos por los cuales se puede zón de que "el contrato de fletamento celebrado con el señor
reconocer que realmente se trata de un contrato administrativo. M. es, en las circunstancias en que se ha celebrado, un acto
Primeramente, dice el Consejo de Estado, es preciso examinar de poder publico".
"el conjunto de las disposiciones del contrato celebrado entre ~~ La Corte de apelación, requerida en el caso, decidió, ante
el ministro que estipula en nombre del Estado y la Sociedad". la declinación de competencia del prefecto, que correspondía
Otro indicio importante —según el Consejo de Estado— postergar su pronunciamiento hasta que el Tribunal de Con-
es el hecho de que, por una cláusula del contrato, las partes flictos se hubiese pronunciado.
han "previsto que todos los litigios se juzgarán administrati- El ministro de Marina expresó que "el contrato de fleta-
vamente". Sin duda, declara el Consejo de Estado, "esta últi- mento celebrado por el E s t a d o . . . tenía el carácter de con-
ma cláusula no puede, por sí misma, atribuir competencia"; trato administrativo".
en efecto, las reglas de competencia ratione materiae son de El Tribunal de Conflictos, por decisión del 7 noviembre
orden público, no pudiendo derogarlas la convención de las 1922, resolvió que realmente se trataba de un contrato admi-
partes. Pero "esta cláusula no por ello deja de tener por efec- nistrativo: "Los trasportes efectuados por cuenta del Estado
to indicar la común intención de las partes en lo que concierne sólo pueden ser de competencia del orden judicial, en caso de
al carácter de la convención celebrada entre ellas. La mencio- que la Administración, fuera de todo contrato, entienda tratar
334 E L FUNCIONAMIENTO DE LOS SERVICIOS PÚBLICOS LOS CONTRATOS ADMINISTRATIVOS 335
con el transportista en las mismas condiciones que el público administrativos. Veamos el pronunciamiento del Consejo de
en general". El Tribunal de Conflictos pone de relieve las Estado, del 23 diciembre 1921, Société genérale d'armements,
circunstancias en las cuales se manifiesta la voluntad de las "Rec", p. 1109: "En la explotación de los servicios públicos
partes contratantes de concluir un contrato administrativo. industriales cuya gestión cree deber asumir, el Estado se halla,
Si ellas no han celebrado un contrato y si han entendido con- con relación a los usuarios, en la misma situación que un em-
tratar en las mismas condiciones que el público en general, no
presario ordinario, a menos que la naturaleza propia del ser-
hay contrato administrativo, aunque el contrato tenga por fi-
vicio o de las cláusulas especiales, den a los acuerdos indivi-
nalidad asegurar el funcionamiento de un servicio público.
duales celebrados con dichos usuarios el carácter de verdade-
En el caso en examen, el Tribunal de Conflictos señala ros contratos administrativos. Si el Estado, por los decretos
que el propietario del barco se ha comprometido a colaborar de 11 y 13 de agosto 1914, ratificados por la ley del 10 abril
activa y personalmente en el servicio público. "Se había com- 1915, vigentes al celebrarse el mencionado contrato, ha creado,
prometido a asegurar, con su barco, el trasporte de hombres y para facilitar el abastecimiento del país, un servicio nacional
de provisiones para un puesto de defensa". En estas condicio- de seguros e instituido a este efecto una comisión ejecutiva,
nes, el Tribunal de Conflictos no ha visto en ello un contrato no ha entendido administrar este servicio en condiciones ju-
de fletamento ordinario, sino la "cooperación" directa y activa, rídicas diferentes de aquellas en que funcionan las empresas
la participación verdadera y personal del propietario del privadas de segm'os; los acuerdos celebrados, por intermedio
barco, en el funcionamiento de un servicio público. Hay, pues, de esta comisión, con los asegurados, no tienen carácter ad-
un contrato administrativo. Esta decisión resulta muy clara, ministrativo, sino que son contratos de derecho común".
si se la vincula al pronunciamiento del Consejo de Estado, del
7 marzo 1923, Société Hellenic Transport Steamship Co., en b) Algunos meses más tarde, cuando la guerra submari-
que el Consejo de Estado señala que "la sociedad no se com- na produjo perjuicios tales que ningún armador quiso ya
prometía a efectuar entregas de suministros, ni trasportes que hacer salir a sus buques, la ley del 19 abril 1917 reorganizó el
participaran en alguna forma en la ejecución de un servicio seguro del Estado contra los riesgos de guerra. El seguro se
público". convirtió en obligatorio; el ministro estableció por sí mismo la
89) Qons. de Est., 23 diciembre 1921, Société genérale importancia del seguro (dejando al armador en libertad de
d'armements, "Rec", p. 1109, "R. D. P.", p. 74; 23 mayo 1924, hacer cubrir el excedente por una compañía privada); la in-
Société les Affréteurs reunís ("R. D. P.", 1924, p. 390). Se demnización se pagaba, en caso de pérdida total, hasta la con-
trataba de contratos de seguros, celebrados por los armadores currencia del 75%, y el 2 5 % restante sólo debía entregarse
con el Estado, durante la guerra, contra los riesgos marítimos. si se hacía una nueva inversión del 75 % ya entregado, en la
En lo referente a los riesgos marítimos durante la guerra, compra o construcción de un nuevo buque aprobadas por el
se han dictado dos leyes: l 9 ) la ley del 10 abril 1915; 29) la ministro.
ley del 19 abril 1917. El comisario del Gobierno, RIVET, expresaba: "En la ges-
a) Para los seguros contratados en virtud de la ley de tión de un servicio de naturaleza necesaria y exclusivamente
1915, el Consejo de Estado en lo contencioso ha declarado que, pública, dicho litigio relativo a una compra de suministros
para el servicio público de seguros creado en 1915, los con- aislados, efectuada sin contrato, corresponderá, naturalmente,
tratos celebrados con los usuarios de este servicio no conte- a la competencia de los tribunales civiles"; pero "el servicio
nían ninguna señal distintiva de naturaleza propiamente ad- industrial no monopolizado y que funciona habitualmente
ministrativa. Se declaró, pues, incompetente para conocer del como una empresa particular, podrá, llegado el caso, dar lugar
aspecto contencioso de estos contratos. Éstos no son contratos a la celebración de un contrato de fisonomía especial, respecto
336 E L FUNCIONAMIENTO DE LOS SERVICIOS PÚBLICOS LOS CONTRATOS ADMINISTRATIVOS 337
del cual estaréis obligados a retener lo contencioso. Cada caso A mi juicio, no existe contrato; se trata de un usuario a
os obligará, en definitiva, a un examen distinto". quien se le impone colaborar en el funcionamiento de un ser-
Conforme a lo que antecede, RIVET, examinando el servi- vicio público obligatorio.
cio de seguros contra los riesgos de guerra después de la ley 99) Cons. de Est., 26 enero 1923, Lafrégeyre ("Rec", p.
de 1911, ha declarado que se trataba de un verdadero servicio 67). Un caso difícil de resolver es el del acuerdo de volunta-
público, y que el contrato hecho con cláusulas especiales (fi- des que se realiza entre un individuo y la Administración y
jación de autoridad, por el ministro, del valor garantía, cláu- que tiene por objeto conferir al individuo un empleo en la
sula de reempleo), es un contrato administrativo: "Es evi- gestión de un servicio público industrial. E j . : ferrocarril local.
dente que allí —decía RIVET— se halla el tipo mismo de la Sobre este punto, la jurisprudencia ha evolucionado.
cláusula de naturaleza propiamente administrativa, de la En sus conclusiones sobre el caso Lafrégeyre, resuelto por
cláusula que únicamente han podido inspirar poderosas razo- el Consejo de Estado, el 26 enero 1923 ("R. D. P.", 1923, ps.
nes de interés general, extrañas a las relaciones entre particu-
237 y ss.), el comisario del Gobierno, RIVET, expresaba:
lares, y, a menos que neguéis vuestra razón de ser, no podéis
"Hace algunos años, el problema no existía: el servicio in-
dejar de admitir que la presencia de tal disposición en el con-
trato celebrado exige que seáis el juez de las controversias que dustrial administrado por una persona moral, fuese o no mo-
se relacionan con la celebración o con la ejecución de este con- nopolizado, por el solo hecho de ser un servicio público, hace
trato^ (Vincúlense con esto las conclusiones del año 1921, de los vínculos existentes entre la unidad administrativa que
en la "R. D. P.", 1922, ps. 75 y ss.; supra, ps. 317 y ss.). lo dirige y aquellos que asumen su funcionamiento, un do-
El Consejo de Estado, adoptando este punto de vista, ha minio reservado, con respecto al cual los tribunales ordinarios
resuelto (23 mayo 1924) : "La ley del 19 abril 1917 —en in- deben comprometerse rigurosamente a no conocer'7. En otros
terés del abastecimiento nacional, y para impedir las dificul- términos: había contrato administrativo.
tades de la guerra— ha trasformado las condiciones jurídicas El legislador atacó por vez primera estos principios con
en que funcionaba, bajo el imperio de la anterior legislación, la sanción de la ley del 21 marzo 1905, que estableció: los
el servicio público de seguros marítimos, al hacer obligatorio tribunales judiciales han sido declarados competentes para
el seguro de los buques contra los riesgos de guerra, que antes estatuir sobre "las controversias que puedan suscitarse entre
el Estado sólo hacía facultativamente, y, además, al dictar la administración de los ferrocarriles del Estado y sus em-
ciertas disposiciones que diferencian claramente, en lo suce- pleados, acerca del contrato de trabajo". ¿ Significaba esto que
sivo, el modo de funcionamiento de este servicio público del la voluntad del legislador era que el acuerdo de voluntades
de las empresas privadas de seguros, especialmente al dar al fuese un contrato civil y no un contrato administrativo? Es
m i n i s t r o . . . el poder de determinar el valor asegurado, sobre evidente que no. La ley de 1905 no se motivó en consideracio-
el cual recae la garantía del Estado: sin que el interesado nes sobre la naturaleza jurídica del contrato, sino en el deseo
pueda discutir su exactitud, y al disponer que el valor asegu- de beneficiar a los obreros ferroviarios del Estado con la ju-
rado sólo se pagará, en caso de pérdida, hasta la concurrencia risprudencia considerada más liberal de los tribunales judi-
del 75%, no entregándose el complemento del 2 5 % si no se ciales.
realiza nueva inversión del monto del seguro en la adquisición También, hasta estos últimos años, el principio general
o construcción de otro buque aprobadas por el ministro de era que el acto de comprometer a un individuo en un servicio
Marina. En estas condiciones, los contratos celebrados con el público industrial, tal como un ferrocarril explotado por la
Estado, por aplicación de la mencionada ley del 19 abril 1917, Administración, era un contrato administrativo regido por
tienen el carácter de verdaderos contratos administrativos". el derecho público, sometido a la competencia administrativa.
t
338 EL FUNCIONAMIENTO DE LOS SERVICIOS PÚBLICOS
LOS CONTRATOS ADMINISTRATIVOS 339
raba a los contratos de los municipios, contratos de derecho operación administrativa, que pertenece, ^por su naturaleza,
privado 11 . La noción de servicio público no estaba aún clara-
mente establecida. No se comprendía la importancia de los al dominio de la jurisdicción administrativa... Se llegaría,
servicios públicos municipales. así, a asimilar lo contencioso departamental y municipal, a
lo contencioso del Estado y a unificar... las reglas de com-
Uno de los primeros que la percibieron, ROMIEU, en sus petencia para la gestión de los intereses colectivos por parte
célebres conclusiones de 1903, sobre el caso Terrier, 6 febrero de personas públicas de cualquier índole".
1903 ("Bec", ps. 94 y ss.), preconizó la unidad de solución.
"La teoría del contencioso de los servicios públicos municipa- "La vida de las personas públicas —agregaba ROMIEU—
les —decía— se halla, desde hace unos quince años, en plena tiene sus reglas propias que no pueden tomarse en su totali-
evolución; la competencia administrativa se ensancha día a dad de la vida de las personas privadas: si los principios
día por la acción lenta pero incesante de la jurisprudencia". generales de derecho son los mismos, difieren las aplicaciones.
ROMIEU buscaba la base de la competencia administrativa —es
Existe, evidentemente, más analogía entre los contratos del
decir, del régimen jurídico especial— en lo que concierne a Estado y los de los municipios, que entre los contratos de
los servicios públicos del Estado. Llegaba a la conclusión de estos últimos y los de los particulares".
que era una base racional y no una decisión arbitraria del Seguramente, ROMIEU hacía, con respecto a los contra-
legislador. "Lo contencioso —expresaba— es administrativo, tos celebrados por los municipios, departamentos y estableci-
no en virtud de la ley, sino por su propia naturaleza. Si tal mientos públicos con miras al funcionamiento de los servicios
es la base de la competencia administrativa en lo concerniente públicos, la distinción entre los contratos de derecho privado
a los servicios públicos del Estado, no se ve por qué no sub- y los contratos administrativos (v. supra, ps. 316 y ss.).
sistiría para los servicios públicos de los departamentos, de En 1912, en el caso Société des granits (Cons. de Est.,
los municipios, o de los establecimientos píiblicos que tienen 31 julio 1912, "Rec", p. 909), LÉON BLUM proclamaba la
un carácter adminitrativo del mismo grado. Cuando se trata nueva doctrina jurisprudencial: "Es exacto que hoy la juris-
de los intereses nacionales o locales, desde el momento que prudencia ya no admite la antigua teoría según la cual los
se está en presencia de necesidades colectivas que las personas municipios deben considerarse personas privadas... La actual
públicas deben satisfacer, la gestión de dichos intereses no jurisprudencia sostiene la competencia administrativa para
podría considerarse sometida necesariamente a los principios todos los litigios surgidos de la organización o del funciona-
del derecho civil que rigen los intereses privados: ella tiene, miento de los servicios públicos, sea que estos servicios de-
en cambio, por sí misma, carácter público, ya que es una rama pendan del poder central o se relacionen con los poderes lo-
de la administración pública en general, y, a este título, debe cales . . . Se puede admitir, en la actualidad, que todas las
corresponder a lo contenciosoadministrativo". ROMIEU con- acciones relativas a la actividad del servicio público en sí
cluía diciendo: "Todo lo que concierne a la organización y al mismo, como así también todas las acciones fundadas en cua-
funcionamiento de los servicios públicos propiamente dichos, sidelitos administrativos, son de competencia del Consejo de
generales o locales —ya sea que la Administración actúe por Estado, cuando se trata del Estado, del departamento o del
vía de contrato, o que proceda por vía de autoridad—, es una municipio. Pero cuando se trata del contrato y no del cuasi-
delito, la jurisprudencia es mucho menos extensiva. Sin duda,
u Cons. de Est., 28 marzo 1888, Commime de Saissac, " R e c . " , p. 339: ya no admite que todos los contratos celebrados por los mu-
"Ninguna disposición legal atribuye a la autoridad administrativa el conoci- nicipios son, de pleno derecho, y a falta de texto legal en
miento de las controversias relativas a la ejecución de los contratos de locación
de obra o de los contratos de suministros celebrados por los municipios". Véase, contrario, de competencia judicial, como sucede en los con-
sobre este punto, la nota de ROMIEU, en la "Revue Gen. d'Adm.", 1888, n, tratos de obras públicas. Pero mantiene, en materia contrac-
p. 191.
tual, la distinción entre lo que se ha denominado la gestión
344 E L FUNCIONAMIENTO DE LOS"SERVICIOS PÚBLICOS
CAPÍTULO V
III. — Esta idea se explica, a veces, diciendo que los con- cuyo horario establece el ministro. Los pliegos de condiciones
tratos de suministros continuos o múltiples son esencialmente regulan aquellas en que deben hacerse estos trasportes 8 .
contratos de buena fe, es decir, que los derechos y obligaciones Asimismo, durante la guerra, el Estado ha celebrado, a
respectivos deben interpretarse de buena fe, de manera equi- menudo, contratos con los armadores y propietarios de bar-
tativa, y no solamente según la letra del contrato. Existe una cos, por los cuales los mencionados armadores o propietarios
parte extracontractual considerable. se comprometían a abastecer un puesto marítimo 9 .
Para conocer los derechos y obligaciones en los contratos En tiempo de paz, sucede frecuentemente que el ministro
de suministro único o aislado, habrá que atenerse, ante todo,
de Colonias o bien un gobernador de colonia celebra un con-
a lo que se ha estipulado formalmente. La parte extracontrac-
tual es sumamente pequeña o está ausente. trato con un individuo o una sociedad marítima, con el objeto
El Consejo de Estado ha hecho muy claramente la dis- de asegurar el abastecimiento militar 10 .
tinción 7 . Sucede también que el Estado arrienda un buque para
realizar trasportes por su cuenta; por ejemplo, locación de
un buque por el sistema time-charter11.
SECCIÓN II
II. — A veces, el contrato de trasporte tiene por objeto
CONTRATOS DE TRASPORTES trasportes terrestres. Por ejemplo, la Administración de
correos celebra, con los empresarios respectivos, contratos pa-
ra el trasporte de piezas de correspondencia en vehículos de
I. — Los contratos de trasportes son muy frecuentes y tracción a sangre o en automóviles12.
muy variados. Así, el ministro encargado del servicio de correos y telé-
El servicio postal marítimo del Mediterráneo, de los ma- grafos ha celebrado, con la Compagnie genérale des automo-
res de las Indias, China y Japón, de Australia y de Nueva biles postales, un contrato para el trasporte de corresponden-
Caledonia, de la costa oriental del África y del Océano índico, cia en París. "El contrato celebrado entre el Estado y la Com-
ha sido el objeto de un contrato celebrado con la Compagnie pañía creaba un trasporte diario conforme a itinerarios y ho-
des Messageries maritimes. Existen también contratos admi-
nistrativos celebrados con la Compagnie transatlantique, con 8 Cons. de Est., 29 enero 1909, Compagnie des messageries maritimes,
la Société genérale des transports maritimes á vapeur y con " R e c " , ps. 111 y ss. (con las conclusiones de TARDIEU).
la Compagnie de navigation mixte pour le service de trans- 9 Tribunal de Conflictos, 7 noviembre 1922, Manon, " R e c " , p. 794.
" R . D . P . " , 1923, ps. 433 y ss. Supra, ps. 333 y ss.
ports par paquebots a vapeur des depécHes, colis postaux, du lo'Cons. de Est., 8 noviembre 1911, Labeye, " R e c " , p . 987.
personnel et du matériel de VÉtat, entre Francia y Argelia, i i Cons. de Est., 18 junio 1919, Compagnie des chargeurs franeáis, " R e c " ,
Túnez, la Tripolitania y Marruecos. p. 520: " C o n t r a t o de locación por el sistema time-charter del buque " l ' A n -
g l e t " , celebrado entre el Estado y la Compañía, el 18 marzo 1914, según cuyos
Estas diversas Compañías reciben subvenciones del Es- términos la administración de la Marina arrendaba este buque por un período
tado y están obligadas a realizar cierto número de viajes, de tres años, mediante el precio de 1,80 fr. por tonelada de arqueo y por d í a " .
12 Cons. de Est., 16 octubre 1918, Gouvernement general de l'Algérie,
7 En sus conclusiones en el caso Sooiété d'éclairage de Poissy, 8 febrero " R e c " , p. 895: " E l contrato, celebrado... entre el gobernador general de
1918 ( " R e c " , p. 121; " R . D . P . " , 1918, ps. 242 y ss.), el comisario del Argelia y los señores T. y G., relativo al trasporte de correspondencia, . . . e s
Gobierno, CORNEILLE, distingue, desde este punto de vista, entre " l o s contratos un contrato de trasporte, que tiene por finalidad asegurar un servicio público
de suministros continuos y múltiples celebrados por el Estado, que se oponen de Estado, y, por consiguiente, las controversias suscitadas por los empresarios
a los contratos de entrega, a los contratos consistentes en una entrega acci- en materia de su rescisión son —por aplicación del art. 14-2' del decreto del
dental y única". V. infra, la teoría de la imprevisión. 11 junio 1806— de competencia del Consejo de E s t a d o " .
352 E L FUNCIONAMIENTO DE LOS SERVICIOS PÚBLICOS
LOS PRINCIPALES CONTRATOS ADMINISTRATIVOS 353
rarios establecidos de antemano y combinados con los hora- de la cláusula que dispone que las controversias se llevarán
rios de los trenes" 13 . ante los tribunales administrativos 18 (v. supra, p. 325).
Podrían también celebrarse "contratos administrativos"
de trasporte entre el Estado y las Compañías de ferroca- I I I . — El objeto del contrato de trasporte es una obliga-
rriles 14 . ción de hacer (trasporte), o una locación de cosas (locación
de un buque).
I I I . — En todas estas hipótesis, hay contrato de tras- Cuando hay obligación de hacer (trasporte), los objetos
porte, contrato administrativo; si se trata de trasportes marí- de la obligación de hacer se enumeran con precisión. En caso
timos, no existe contrato de fletamento del derecho comer- de trasportes múltiples, la convención prevé, muy ordinaria-
cial marítimo. mente, dos hipótesis: los trasportes normales y los trasporte»
excepcionales', itinerario, horarios, número de vehículos, ve-
§ 1 locidad si se t r a t a de trasportes marítimos, etc.
La locación de un buque comprende, también, casi siem-
Caracteres esenciales del contrato de trasporte pre, los servicios del capitán y de la tripulación. Esto hace
que, muy a menudo, el objeto del contrato de trasporte sea
I. — Estos caracteres son cuatro, como los de los con- una obligación de hacer y no una locación de cosas.
tratos de suministros (v. supra, p. 346):
1') contrato administrativo; IV. — Los procedimientos convenidos para la remunera-
2') el objeto del contrato es un trasporte o la cesión de ción en dinero, son extremadamente variados. Muy rara vez
un buque al Estado; se establece a forfait. Los elementos de cálculo son casi siem-
39) remuneración en dinero; pre complicados: días de trabajo, kilómetros recorridos, nú-
4') los gastos y riesgos del trasporte o el buque quedan mero de vehículos puestos en circulación. A veces, se garan-
a cargo del empresario, del armador. tiza un mínimo.
No habría más que reproducir aquí los desarrollos ex- 15 Cons. de Est., 19 junio 1918, Société des voilier» franeáis, " E e c . " ,
puestos para los contratos de suministros. p. 597: "Los contratos celebrados por el Estado con una compañía marítima,
para los trasportes que interesan a sus diversas administraciones, se rigen por
Veamos, sin embargo, algunos detalles según la más re- el decreto del 11 junio 1806, que establece la competencia de la jurisdicción
ciente jurisprudencia del Consejo de Estado. administrativa. Los trasportes efectuados por cuenta del Estado sólo pueden,
pues, corresponder a los tribunales del orden judicial, en los casos en que el
Estado, fuera de todo contrato que contenga reglas especiales, ha entendido
II. — Los contratos de trasporte solamente son contratos dirigirse al trasportista en las mismas condiciones que el público en general.
administrativos cuando los celebra la Administración, tenien- Eesulta del conjunto de las disposiciones del convenio celebrado, el 19 setiem-
do en vista un servicio público y con la voluntad de aplicar el bre 1906, entre el ministro de Marina estipulando en nombre del Estado y la
Société des voiliers francais, que el mencionado convenio no es un simple con-
régimen jurídico del derecho público. Esta voluntad resulta trato de fletamento concluido en las condiciones ordinarias del comercio. En
del conjunto de las cláusulas del contrato y, en particular, especial, el art. 2 se refiere de manera expresa —en lo que concierne a los
cargamentos— a los usos .del departamento de Marina. Por otra parte, el
art. 14 prevé que todas las controversias se resolverán administrativamente.
13 Cons. de Est., 20 julio 1917, Compagnie genérale des automobiles pos- Si esta última cláusula no puede ser por sí misma atributiva de competencia,
tales, " E e c . " , p. 586. no por ello deja de tener el efecto de indicar la común intención de las partes
i-* Cons. de Est., 6 mayo 1921, Compagnie P. L. M., " B . D . P . " , 1921 en lo concerniente al carácter de la convención celebrada entre ellas. La men-
ps. 510 y ss., con las conclusiones de CORNEILLE. A mi juicio, no hay contrato, cionada convención es, por consiguiente, un contrato administrativo". Véase,
sino funcionamiento de un servicio público en beneficio del usuario Estado. también, Tribunal de Conflictos, 7 noviembre 1922, Manon, " E e c . " , p. 794;
Cfr. supra, ps. 55 y ss. " E . D . P . " , 1923, ps. 433 y ss. V. supra, p. 333.
porte; en el segundo caso, se habla también, a veces, de con- II. — El contrato de obras públicas presenta cuatro ele-
cesión de servicio de trasportes17. mentos esenciales:
E n realidad, más vale no emplear la expresión concesión l 9 ) es un contrato administrativo (v. supra, ps. 304 y
de servicio de trasportes. El empresario no es, hablando con
propiedad, un concesionario de servicio público, pues no se 2') tiene por objeto la ejecución de una obra inmueble-,
encarga de explotar, de hacer funcionar un servicio público. 39) mediante una remuneración en dinero o en cualquier
E s simplemente un cooperador activo de este servicio público.
otra forma;
Es la Administración la que explota el servicio, quien lo hace
h) los riesgos están a cargo del empresario (v. supra,
funcionar, con la ayuda, con la colaboración del empresario
de trasportes. La remuneración no es la de un concesionario p. 346).
de servicio público: el empresario recibe una suma de dinero, III. — El contrato de obras públicas es un contrato ad-
y no la facultad de percibir una tasa de los usuarios del ministrativo. — Deberá, pues, presentar los tres caracteres
servicio. En rigor de verdad, no tiene relaciones directas con siguientes: a) acuerdo de voluntades con la Administración
el público, con los usuarios. con el fin de crear una situación jurídica individual; b) para
un servicio público; c) adopción voluntaria, por la Adminis-
tración, del régimen jurídico del derecho público, fuera de la
órbita del derecho civil.
SECCIÓN III La jurisprudencia actual no admite la segunda condición
y no se orienta hacia esta solución.
CONTRATO DE OBRAS PÚBLICAS La noción de obra pública y la noción de servicio público
son lógicamente indisolubles 18 . No obstante, la solución racio-
nal no es aún la de la jurisprudencia del Consejo de Estado:
I. — Los elementos esenciales del contrato administrativo
llamado contrato de obras públicas, se han establecido desde "La noción de obra pública y la de servicio público no con-
hace mucho tiempo. Es el mismo contrato administrativo el cuerdan exactamente", expresaba, en 1921, el comisario del
que ha servido de modelo para todos los demás. Es el contrato Gobierno, CORNEILLE, en el caso Commune de Monségur19. "No
para el cual la jurisprudencia ha formulado, desde un primer sólo los trabajos de los servicios públicos pueden considerarse
momento, las reglas más precisas. obras públicas. La noción e* más amplia: después de algunos
tanteos doctrinales y jurisprudenciales, se ha llegado a la si-
17 Por lo demás, la terminología no es firme. Ej.: Cons. de Est., 29 guiente fórmula: es obra pública todo trabajo que tenga un
enero 1909, Compagnie des Messageries Maritimes, " R e c . " , ps. 111 y es. Se
trataba de trasportes postales (colaboración en el servicio postal explotado fin de utilidad general, ejecutado por cuenta de una persona
por el Estado). El comisario del Gobierno, TARDTEU, habla de concesión: " L a moral administrativa". ' I J n a obra pública, es una obra de uti-
Compagnie des Messageries Maritimes es concesionaria de los servicios postales lidad general'™.
marítimos". El Consejo de Estado no emplea esta expresión: "convención
celebrada entre el Estado y la Compañía... para la ejecución de los servicios 18 CORNEILLE, conclusiones en el caso Astruc, 7 abril 1916, " R . D . P . " ,
postales marítimos". 1916, p. 374): " E l edificio de que se trata no estaba destinado a asegurar un
Cons. de Est., 8 noviembre 1911, Lábeye, " R e c " , p. 987: Se trataba de teoría más general del servicio público".
un contrato de trasportes múltiples para el abastecimiento militar de una co- 19 Cons. de Est., 10 junio 1921, " R e c . " , p. 573; " R . D . P . " , 1921, p. 369,
lonia. El Cons. de Estado califica este contrato " d e empresa": " E n el mo- y mi nota. Cfr., sin embargo, el caso Astruc, Cons. de Est., 7 abril 1916
mento de la adjudicación en la región atendida por la empresa... La anulación < " R e c " , p. 164; " R . D . P . " , 1916, p. 374), con las conclusiones de COR-
NEILLE.
de su empresa... " .
El Cons. de Estado, en el pronunciamiento del 20 julio 1917, Compagnie 20 Cons. de Est., 7 abril 1916, Astruc ("Rec.", p. 164; " R . D . P . " ,
genérale des automobiles postales, " R e c . " , p. 586, habla de "empresa". 1916, p. 374): " E l edificio de que se trata no estaba destinado a asegurar un
servicio público, ni a satisfacer un fin de utilidad publica".
358 E L FUNCIONAMIENTO DE LOS SERVICIOS PÚBLICOS LOS PRINCIPALES CONTRATOS ADMINISTRATIVOS 359^
En consecuencia, declaraba CORNEILLE, el Consejo de Es- en el sentido técnico de la expresión (Cons. de Est., 10 junio
tado ha resuelto que son obras públicas "los trabajos realiza- 1921, Commune de Monségur), o que las obras de reparación
dos en las salas municipales de las sociedades de socorros hechas en una casa alquilada para instalar en ella un cuartel
mutuos y de reuniones públicas, que no son salas de servicios de gendarmería, son obras públicas (Cons. de Est., 20 febrero
públicos". Se ha resuelto, también, en 1921, en el caso de la 1880, Ville de Cannes) ? Habría que decir tamjbién que la colo-
Commune de Monségur —a propósito de una iglesia munici- cación de un vidrio en una ventana de la escuela primaria
pal— que "si bien después de la ley del 9 diciembre 1905, pública o de la alcaldía, es una obra pública. ¿Cuál es la
sobre separación de las iglesias y el Estado, el servicio del utilidad, en todas estas hipótesis, de un régimen jurídico
culto ya no es un servicio público, el art. 5 de la ley del 2 especial de derecho público?
enero 1907 establece que los edificios destinados al culto En mi opinión, debe revisarse toda esta jurisprudencia,
tratando de darle una base racional. Las dos bases fundamen-
seguirán, salvo desafectación, . . . a disposición de los fieles
tales son, primero, la noción de servicio publico21, y, luego,
y de los ministros del culto, para la practica de su religión.
la adopción voluntaria, en el caso particular, del régimen ju-
De ahí se sigue que las obras efectuadas en una iglesia por
rídico especial del derecho público.
cuenta de una persona pública, con una finalidad de utilidad
general, conservan el carácter de obras públicas".
IV. — Ejecución o conservación de una obra inmueble. —
Esta jurisprudencia no es racional y no ha sufrido toda-
L a obra pública es una obra de ejecución, o de conservación,
vía la crítica jurídica profunda que los comisarios del Go-
referente a un inmueble (construido o no). La construcción
bierno han hecho a los contratos de suministros. Aun hoy,
de un buque de guerra no es, pues, una obra pública.
como sucedía hasta fines del siglo x i x con respecto a los con-
Ejecución. Ejemplo: Construcción de un camino, de un
tratos de suministros que se basaban en el decreto de 1806, edificio.
el Consejo de Estado no aplica una teoría jurídica racional, Conservación. Ejemplo: un contrato para el cuidado de
sino un texto legal (art. 4 de la ley de pluvioso año V I I I ) . u n cementerio, cuando implica trabajos de mantenimiento, es
Tarde o temprano, el Consejo de Estado hará, con relación un contrato de obras públicas 22 .
a los contratos de obras públicas, las mismas distinciones que La jurisprudencia interpreta esto ampliamente, incluyen-
recientemente ha hecho para los contratos de suministros. do entre los contratos de obras públicas aquellos por los cuales
Ante todo, deberá eliminar todos los contratos de construc- un individuo se encarga del barrido y limpieza de la vía pú-
ción, de reparación o de conservación de inmuebles, que no se
vinculan al funcionamiento de un servicio público. Son éstos 21 Muy acertadamente, en 1916, el comisario del Gobierno, CORNEIIXE
contratos civiles y no contratos administrativos; debe regirlos (Cons. de Est., 7 abril 1916, Astruc, " R . D . P . " , 1916, p. 374), expresaba: " L a
el derecho civil y deben juzgarlos los tribunales judiciales. teoría particular de la obra p ú b l i c a . . . es un derivado de la teoría más gene-
ral del servicio público. H a y contrato de obra pública cuando existe u n con-
Luego, el Consejo de Estado deberá distinguir, entre los con- trato que implica la idea de construcción futura y que tiene por causa un
tratos de construcción, de reparación o de conservación de servicio público". Sobre la jurisprudencia del Consejo de Estado, véase: MARC
inmuebles, celebrados para el funcionamiento de un servicio NOEL, La notion de travail public (tesis, París, 1924).
22 Cons. de Est., 27 julio 1906, Permanne, " R e c . " , p. 700: " L a empresa
público, aquellos en los que la Administración entiende apli- de. la que el señor P . ha llegado a ser adjudicatario tiene por objeto, según el
car el régimen jurídico de derecho público, y aquellos en los pliego de condiciones que la rige, al mismo tiempo que el cuidado del cemen-
cuales la Administración entiende aplicar el régimen jurídico terio, principalmente el servicio de inhumaciones, el de exhumaciones y la
ejecución de las obras de conservación general del cementerio, que es una
de derecho civil. ¿No es racionalmente absurdo decidir, con dependencia del dominio municipal afectada a un servicio público. Por t a n t o ,
la actual jurisprudencia, que la reparación de una pila del «1 contrato celebrado entre el recurrente y el m u n i c i p i o . . . tiene, en conjunto,
agua bendita de una iglesia municipal es una obra pública, el carácter de contrato de obras públicas".
360 E L FUNCIONAMIENTO DE LOS SERVICIOS PÚBLICOS Los PRINCIPALES CONTRATOS ADMINISTRATIVOS 361
blica, el trasporte de lodo e inmundicias; considera que estos obra pública que ha ejecutado. En este último caso, ya no se
trabajos contribuyen a la conservación de la vía pública 23 . t r a t a del contrato de obras públicas puro y simple. Hay dos
contratos combinados: 1*) un contrato de obras públicas, y
V. — Remuneración en dinero o en cualquier otra for- 29) una concesión de explotación de servicio público, porque
ma. — El contrato de obras públicas importa, generalmente, la obra pública, una vez realizada y entregada al uso público,
u n a remuneración en dinero. Dicha remuneración se determina es? en realidad, un elemento esencial de un servicio público
de varias maneras: forfait, sobre una serie de precios, por (verbigracia: ferrocarril, puerto, etc.). Esto se vincula a una
unidad de medida. nueva categoría de contratos administrativos: los contratos
En el forfait hay una suma fija única, invariable, sin que de concesión de servicio público (v. infra).
tenga que hacerse la medición de los trabajos realizados. Este
VI. — Gastos y riesgos a cargo del empresario. — El con-
sistema se usa muy poco; es muy peligroso para ambos con-
trato de obras públicas pone los riesgos a cargo del empre-
tratantes, a causa de los errores que, demasiado tarde, revela
sario. Esto es lo que distingue el contrato de obras públicas
l a ejecución.
de la administración directa (simple o interesada), que pone
E n el contrato sobre una serie de precios, el convenio los riesgos a cargo de la Administración.
indica el precio de cada categoría de obras por metro cúbico, Se aplicará, pues, el principio general formulado por el
metro cuadrado o metro lineal. E j . : terraplenamiento, alba- fallo del 30 marzo 1916, Société du gaz de Bordeaux ("Rec",
fíilería, demolición, pintura, etc. Terminada la obra, se me- p. 125; " R . D . P . " , 1916, p. 206, con las conclusiones de CHAR-
dirá (por metro) los trabajos realizados y se aplicará la serie DENET). "En principio —diremos—, el contrato de obras pú-
de precios. El precio total lo dará la suma de los precios de blicas regula de manera definitiva hasta su expiración, las
detalle. Este sistema se usa poco, porque no puede saberse de obligaciones respectivas de la Administración y del empre-
antemano el gasto total exacto. sario. Este último está obligado a ejecutar la obra pública
E n el contrato por unidad de medida, se estipula la serie prevista en las condiciones precisadas en el contrato y será
de precios, pero al mismo tiempo las cantidades a ejecutar, remunerado con el precio que allí se estipula. La variación
teniendo la Administración, por otra parte, la facultad de de los precios de las materias primas en razón de las circuns-
aumentar o disminuir las cantidades a ejecutar en determi- tancias económicas, representa un alea del contrato que puede,
nada proporción, por ejemplo 1/4, 1/6, 1/10. E s éste el caso «egún el caso, ser favorable o desfavorable al empresario y
más frecuente. queda a su costa y riesgo, considerándose que cada parte ha
A veces, no se remunera al empresario de obras públicas tenido en cuenta dicho alea en los cálculos y previsiones que
con una suma de dinero, sino con la promesa de asignación efectuó antes de contratar" 26 .
de las tierras provenientes de las obras ( E j . : concesión de in-
crementos futuros)2*', o con la concesión de explotación de la
SECCIÓN IV
23 Cons. de Est., 10 enero 1890, Lorin, " B e c " , p. 4: El Consejo de pre-
fectura (juez de los contratos de obras públicas) ha sido declarado competente CONTRATO VE CONCESIÓN DE SERVICIO PÚBLICO
para resolver las dificultades relativas a una empresa de barrido de las calles
de una ciudad. Cpns. de Est., 20 marzo 1891, Ville de Rennes, " E e c . " , p. 232:
Se ha declarado competente al Consejo de prefectura para resolver los litigios Cuando se ha creado una organización pública, un servi-
suscitados por los contratos que encargan a una sociedad la conservación y cio público propiamente dicho, para satisfacer una necesidad
lünpieza de las cloacas, saneamiento de las aguas cloacales, y el riego j barrido
de las calles. 26 Sobre la aplicación de este principio general, véase la teoría de la
** V. supra, p. 180, e infra, p. 509. imprevisión.
362 E L FUNCIONAMIENTO DE LOS SERVICIOS PÚBLICOS LOS PRINCIPALES CONTRATOS ADMINISTRATIVOS 363
de interés general, se plantea la cuestión de saber quién hará 59) la concesión se hace por un largo período de tiempo;
la explotación, quién asegurará el funcionamiento del servicio es un contrato de larga duración.
público. El caso, cada vez más frecuente, es el de los servicios
públicos industriales. E j . : trasportes por ferrocarril, ómnibus, I. — Carácter administrativo del contrato de concesión
tranvías, autobús; distribución colectiva de agua, gas, elec- de servicio público
tricidad, etc.
I. — El contrato que se celebra entre la Administración
Cuando la Administración explota por sí misma el servi- y el concesionario es un contrato administrativo en el sentido
cio, cuando ella hace funcionar el servicio por medio de sus preciso del término. E n efecto, el funcionamiento del servicio
agentes, se dice que hay explotación directa, o más simple- industrial organizado en servicio público, implica siempre la
mente, administración directa (régie). aplicación de reglas que están fuera de la órbita del derecho
En cambio, si la Administración encomienda a un indi- civil. De ahí se deduce que todos los contratos de concesión
viduo o a una sociedad que haga funcionar el servicio público, de servicio público son contratos administrativos.
que lo explote, se habla de concesión de servicio público. Cuando la Administración crea una organización para
satisfacer una necesidad de interés general y la ley le confiere
§ 1 el poder de hacer de ella un servicio público propiamente di-
cho, ello significa que la Administración goza de poderes que
Elementos esenciales del contrato de concesión de están fuera de la órbita del derecho civil, para explotar el
servicio público servicio, es decir, para asegurar la satisfacción regular y con-
tinua de la necesidad de interés general.
Cinco elementos son esenciales: Si la Administración encomienda la explotación, median-
l 9 ) el contrato de concesión de servicio público es un te un contrato de concesión, a un individuo o a una sociedad,
contrato administrativo propiamente dicho; naturalmente que el individuo o la sociedad concesionarios
29) tiene por objeto la explotación de un servicio pú- van a ejercer las facultades dentro de la órbita reconocida a la
blico, el funcionamiento de un servicio público; Administración. Esto basta para que el contrato de concesión
se diferencie muy claramente del contrato de locación de
39) la explotación se realiza con gastos y riesgos a cargo
servicios del derecho civil 27 ; el sistema de remuneración
del concesionario]
(tasa) bastaría por sí solo para hacer de él un contrato ad-
49) la remuneración del concesionario consiste en el de- ministrativo.
recho que se le confiere para percibir, en su beneficio, de los
usuarios, del público, una contribución (tasa), establecida II. — El contrato es, pues, un contrato administrativo
mediante una tarifa, durante toda la duración de la con- en el sentido técnico de la expresión28. Sobre este punto, no
cesión 26 ; 27 Equivocadamente PICHAT, conclusiones en el caso Th&rond, Cons. de
Est., 4 marzo 1910 ( " R e c " , p. 194), reconociendo claramente que hay con-
26 CHAKDEKET, conclusiones de su dictamen ante el Cons. de Est., 30 marzo trato administrativo, expresa: " E l contrato (de concesión de servicio público)
1916, Société du gas de Bordeaux, " R e c " , p. 128 ( " R . D . P . " , 1916, p. 213): es la locación de servicios de los arts. 1710, 1779 y 1786 del Código Civil, que
" S e trata del contrato que encarga a un particular o a una sociedad ejecutar tiene por objeto la ejecución de un servicio público y que presenta el carácter
una obra pública o asegurar un servicio público, a su costa, con o sin subven- de una concesión". Para la crítica respectiva, véase supra, p. 328.
ción, con o sin garantía de interés, y por lo que se le remunera confiándole la 28 CHARDENET, conclusiones ante el Consejo de Estado, en el célebre caso
explotación de la obra pública o la ejecución del servicio público con el dere- de la Société du gaz de Bordeaux, resuelto por dicho cuerpo el 30 marzo 1916
cho de percibir tasas de los usuarios de la obra o de quienes se benefician ("Rec.", p. 128): "El contrato de concesión es un contrato de orden esen-
con el servicio público". cialmente administrativo, que no tiene similar en el derecho civil".
36á E L FUNCIONAMIENTO DE LOS SERVICIOS PÚBLICOS
Los PRINCIPALES CONTRATOS ADMINISTRATIVOS 365
hay discusión alguna. La jurisprudencia del Consejo de Estado contrato de concesión de servicio público, el Consejo de Es-
es muy clara y muy firme en este sentido, cualquiera sea la tado afirma que el caso está previsto por el art. 4 de la ley
forma exterior del contrato de concesión de servicio público 29 . de pluvioso año viii, que consagra la jurisdicción administra-
En la actualidad, la base racional del contrato adminis- tiva del Consejo de prefectura para juzgar las controversias.
trativo de concesión de servicio público está muy claramente
desentrañada por la jurisprudencia. Pero durante mucho Por otra parte, desde que el contrato de concesión de
tiempo, en una época en que la noción de servicio público no servicio público interesa a una dependencia del dominio pú-
estaba bien precisada, el Consejo de Estado, que comprendía blico, es decir, a una obra pública, el Consejo de Estado lo
la utilidad de sustraer estos contratos al derecho civil y some- atribuye aún, por extensión, a la jurisdicción administrativa,
terlos al derecho público, trataba de encontrar textos legales en virtud del art. 4 de la ley de pluvioso año vm. E j . : contrato
para lograr este resultado deseable. Hacía al respecto un ra- de concesión de los servicios de agua, gas, tranvías, etc., a
zonamiento muy discutible: asimilaba los contratos de con- causa de las canalizaciones de la vía pública; contrato de
cesión de servicio público a los contratos de obras públicas concesión del barrido y limpieza de la vía pública 30 . Se ex-
entendidos muy ampliamente. presa también que el contrato de suministros múltiples para
el servicio de las prisiones (alimento, vestuario y trabajo de
los presos) es un contrato de obras públicas o asimilado a
III. — Esta jurisprudencia, basada en esa argumentación él, porque, generalmente, el empresario debe hacer ciertas
defectuosa, se ha mantenido. obras de conservación de los edificios de la cárcel.
Ante todo, desde que existe concesión de obras públicas, Finalmente, cuando no hay ningún vínculo entre la con-
es decir, combinación del contrato de obras públicas y del cesión de servicio público y el dominio público o una obra
29 Cons. de Est., 16 diciembre 1921, Sassey, " E e c " , p. 1062: " P o r pública, el Consejo de Estado examina más atentamente los
carta... el señor S. ha pedido al concejo municipal... la concesión de un textos y deduce de ellos argumentos sumamente curiosos,
servicio de trasporte de viajeros de tracción a sangre desde la estación...
hasta la puerta de Egleny á Auxerre. Por acuerdo del..., el Concejo muni- para obtener la misma solución —por lo demás, correcta—, a
cipal decidió que correspondía hacer lugar a la solicitud... bajo determinadas saber, la sumisión al régimen del derecho público.
condiciones, las que se han reproducido en la resolución... por la que el
alcalde concedió la autorización solicitada. La mencionada decisión, aprobada
por el prefecto..., indica el recorrido que deberán seguir los vehículos y les IV. — El caso más notable es el de la concesión del
fija los puntos de parada facultativos y obligatorios. Independientemente de servicio público de las pompas fúnebres. Resulta imposible
disposiciones relativas a la distribución del material y al precio de los asientos, encontrar alguna relación entre este contrato y una obra pú-
otros artículos estipulan expresamente que " e l servicio se hará sólo en la
dirección indicada a fin de evitar la perturbación y la incomodidad que resul- blica cualquiera. No obstante, es manifiestamente un contrato
tarían del paso casi simultáneo de varios vehículos por los mismos lugares administrativo, sometido al régimen del derecho público y a
de parada", que " l a autorización se concede por veinte años, con la expresa la competencia de los tribunales administrativos.
reserva de que si se establece en Auxerre un sistema de tranvías con vía
férrea, cualquiera sea el modo de tracción, se retirará la mencionada autori- En una época en que los juristas creían que debían apo-
zación de pleno derecho sin ningún resarcimiento ni indemnización"; final- yar sus soluciones, no ya sobre principios jurídicos, sino sobre
mente, que ' ' la autorización se anulará en caso de una suspensión no justificada textos legales, el Consejo de Estado halló, en el decreto del
durante más de treinta días en el funcionamiento del servicio''. Mediante los
actos así celebrados, la explotación de un. servicio de trasporte de pasajeros 18 mayo 1806, concerniente al servicio en las iglesias y los
se ha concedido al señor S. Corresponde a la jurisdicción administrativa cortejos fúnebres, el art. 15 así redactado: "Las adjudicacio-
estatuir sobre las dificultades relativas a la interpretación y a la ejecu- nes (de la concesión del servicio a un empresario) se harán
ción de este contrato de servicio público". Cons. de Est., 27 julio 1923,
Gheusi, " B . D . P . " , 1923, p. 560: "Aunque en apariencia sea un acto de en la forma establecida por las leyes y reglamentos para todas
nombramiento..., el contrato concluido por el Estado... tiene el carácter de
un contrato de concesión de servicio público". 30 Cons. de Est., 12 diciembre 1924, Ville de Dieppe, " E . D . P . " , 1925,
ps. 64 y ss.
« , • • • • UIII, i • I.II • ••un ni ni m iLjj.L uij|f ji^ "-'
366 E L FUNCIONAMIENTO DE LOS SERVICIOS PÚBLICOS LOS PRINCIPALES CONTRATOS ADMINISTRATIVOS 367
las obras públicas". Este texto ha servido al Consejo de Es- II. — El contrato de concesión de servicio público tiene
tado para afirmar que el contrato de concesión del servicio por objeto la explotación o funcionamiento de un
público de pompas fúnebres, es un contrato administrativo servicio público
asimilable al contrato de obras públicas, de competencia de
los Consejos de prefectura. E s ésta una base muy frágil 31 . I. — De hecho, en la actualidad sólo hay concesión de
servicio público para los servicios de orden económico. Por
eso se los denomina servicios públicos industriales. Pero nin-
V. — E n la actualidad, con el desarrollo de la noción del
gún obstáculo jurídico se opone a que la concesión de servicio
servicio público, el Consejo de Estado ya no recurre, para los
público se haga para otros servicios públicos: policía, justicia,
casos nuevos, a estos argumentos de texto, sino que se apoya impuestos 33 . Las grandes compañías de colonización han sido,
sobre la naturaleza jurídica del contrato para decidir si el no hace mucho, concesionarias de los servicios públicos de
régimen del derecho público debe aplicarse y, en consecuencia, policía y de justicia. La concesión del servicio público de per-
también la competencia de los tribunales administrativos. cepción de impuestos municipales, llamado corrientemente
Una consecuencia curiosa de este cambio de base jurí- arrendamiento de los impuestos municipales a los artículos de
dica, es que antiguamente el tribunal administrativo compe- consumo (ferme de l'octroi), que existe todavía en la actua-
tente era el Consejo de prefectura, juez del contencioso de lidad en algunos municipios, es una verdadera concesión de
obras públicas (art. 4, ley de pluvioso año vni). Actualmente, servicio público (decreto del 17 mayo 1809, sobre el impuesto
es el Consejo de Estado, juez administrativo de derecho de octroi, arts. 108 y ss.).
común32.
Si hoy se suscitase, por primera vez, el problema de los II. — La concesión de servicio público, por su objeto, se
litigios provocados por los contratos administrativos de con- distingue muy claramente del contrato de obras públicas. No
cesión del servicio público de pompas fúnebres, se lo resolvería tiene por objeto la construcción de una obra pública, ni la
en el sentido de la competencia del Consejo de Estado, en pri- conservación de una obra pública.
mera y última instancia. Estos litigios siguen siendo de com- Por lo demás, puede suceder y sucede muy frecuentemente
petencia de los Consejos de prefectura en primera instancia que el contrato de concesión de servicio público se agregue a
y del Consejo de Estado en apelación, debido a la antigua ju- un contrato de obras públicas. Por ejemplo, el servicio público
risprudencia que no se ha creído conveniente modificar. Trá- concedido supone la construcción previa de una obra pública,
tase de una anomalía sin importancia. o bien la conservación de una obra pública. Verbigracia: con-
cesión del servicio público de un mercado cerrado, de un
si A fines del siglo xix, LAFERRIÉRE, Juridiction admin. et reo. oontentieux, puente, de un ferrocarril, de una red de tranvías, de tranvías
2* ed., 1896, n, p. 124, confesaba: " S e debe reconocer que el vínculo entre el subterráneos, de distribución de agua, de gas, de electricidad,
objeto de estos contratos y la idea de obra pública, es a veces frágil; que en de barrido y limpieza de la vía pública, de trasporte de basu-
todo caso, no es esta idea la más importante. Se podría concluir entonces que
cuando un contrato es mixto, no es necesario que domine allí el contrato de ras y desperdicios, etc.
obras públicas; basta que aparezca, aun bajo una forma muy atenuada, para En todos estos casos, la reunión de los dos actos jurídicos:
que resulte de ello la competencia del Consejo de prefectura. La jurispru- contrato de obras públicas (construcción o conservación de
dencia ha dado quizá así, a la ley de pluvioso año vra, una extensión que sus
autores no habían previsto, pero no por ello debe dejar de considerarse acep- una obra pública) y contrato de concesión de servicio público,
tada: el Tribunal de Conflictos y el Consejo de Estado la han consagrado en
numerosas decisiones". 33 DUGUIT, De la situation des partiouliers á l'egard des services publics,
32 Cons. de Est., 4 marzo 1910, Thérond, " R e c . " , p. 194; " B . D . P . " , en la " R . D . P . " , 1907, ps. 411 y ss. y, en especial, ps. 425 y ss.; Traite de
1910, ps. 249 y ss., con las conclusiones de PICHAT. Cfr. supra, ps. 327 y ss. droit const., 2* ed., n, 1923, ps. 54 y ss.
368 E L FUNCIONAMIENTO DE LOS SERVICIOS PÚBLICOS
Los PRINCIPALES CONTRATOS ADMINISTRATIVOS 369
lleva, en la práctica, el nombre de contrato de concesión de Los casos de concesión de obras públicas son, práctica-
obras públicas. mente, los más numerosos.
El interés que hay en distinguir bien el contrato de con-
cesión de obra* públicas, del contrato de concesión de servi- IV. — Existen, también, contratos de concesión de servi-
cios públicos, es de orden secundario, pero muy práctico: se cio público sin mezcla de contrato de obra pública. Esto ocurre
trata de determinar el tribunal competente para juzgar los siempre que el concesionario de servicio público no está en-
litigios suscitados por el contrato. Tratándose del contrato cargado de construir o de conservar una obra pública.
de concesión de obras públicas, el tribunal competente es el
Veamos algunos ejemplos tomados de la jurisprudencia 34 :
del contrato de obras públicas, vale decir, el Consejo de pre-
fectura, en primera instancia, y el Consejo de Estado, en l 9 ) Cons. de Est., 4 marzo 1910, Thérond ("Kec",
apelación (ley 28 pluvioso año vm, art. 4). Si se trata de p. 193). — Un individuo es declarado adjudicatario, por diez
un contrato de concesión de un servicio público, el tribunal afíos, de la concesión que comprende todo el ámbito de una
competente es, en primera y última instancia, el Consejo de ciudad, para capturar y encerrar en la perrera a los perros va-
Estado, juez de derecho común en materia administrativa. En gabundos y para el retiro de los animales muertos en las esta-
el primer caso, la ley fija la competencia; en el segundo, la ciones ferroviarias, en el matadero, en la vía pública o en el do-
competencia resulta de los principios generales del derecho micilio de los particulares. El Consejo de Estado ha resuelto:
público francés. "este contrato no podría asimilarse a un contrato de obras
públicas,>.
Es ésta una regla de importancia práctica considerable, En efecto, expresaba el comisario del Gobierno, PICHAT,
pero de valor jurídico completamente secundario. en sus conclusiones, "es una concesión de servicio público,
Más importante, jurídicamente, es la siguiente observa- que tiene por objeto la ejecución del servicio de seguridad y
ción. Para resolver las dificultades suscitadas en ocasión de de salubridad públicas... No se trata de una concesión de
un contrato de concesión de obras públicas, es preciso aplicar obras públicas, pues: V) no tiene por objeto la construcción
distributivamente las reglas del contrato de obras públicas y de obras públicas; 29) no puede tampoco asimilarse, en virtud
las del contrato de concesión de servicio público. En efecto, de la jurisprudencia —no obstante, muy extensa—, a un con-
cuando se t r a t a de una dificultad relativa a la ejecución o a trato de obras públicas. Ante todo, porque no implica trabajos
la conservación de la obra pública, el problema a resolver no de conservación de obras públicas..., ni obras públicas acce-
es otro que la ejecución de un contrato de obras públicas, no sorias, a diferencia, por ejemplo, de los contratos de suminis-
la de un contrato de concesión de servicio público. tros de agua o de gas celebrados por los municipios. Es verdad
que el señor T., según su pliego de condiciones, debe instalar
I I I . — Sin embargo, puede suceder que el elemento con- una perrera, un corral para descuartizamiento y un local para
cesión de servicio público influya sobre el elemento contrato el depósito de los animales muertos. Pero se trata en el caso
de obras públicas. Esto se observa claramente en la remune- de obras cuyo concesionario debe seguir siendo propietario y
ración. no de obras públicas, es decir, de obras instaladas por cuenta
Mientras se trate únicamente de la ejecución o de la de la persona moral y destinadas a convertirse en su propie-
conservación de la obra pública, hay contrato de obras públi- dad. Por otra parte, no puede verse, en el servicio concedido
cas verdadero, pero la remuneración del empresario consiste al señor T., un servicio análogo a los de barrido y limpieza
en el derecho conferido a este último, que se encarga también
del funcionamiento del servicio público, para percibir una 34 Existen otros: Théátres nationaux ou municipaux (Cons. de Est., 27
tasa de los usuarios de la obra pública (v. infra, ps. 374 y ss.). julio 1923, Gheusi, " K . D . P . " , 1923, ps. 560 y ss.; infra, p. 426. El Banco de
Francia, |no es un concesionario de servicio público f
de la vía pública, o de trasporte de basuras que la jurispru- BRONNBR decía: "Cuando el Estado, el departamento o el mu-
dencia ha incluido en la categoría de obras públicas, porque nicipio organizan un servicio público, asegurando directa-
contribuyen al mantenimiento de la vía pública... E n efecto, mente el funcionamiento y la explotación, o los conceden a
la captura de los perros vagabundos en la vía pública y el terceros, lo hacen para procurar a la colectividad la satisfac-
retiro de los animales muertos en las calles, se relacionan con ción de necesidades generales, que la iniciativa privada sólo
el interés del tránsito y no con la conservación de la obra". podría satisfacer de manera imperfecta e intermitente. Nadie
29) Cons. de Est., 16 diciembre 1921, Sassey ("Kec", puede discutir que el servicio ferroviario no sea un servicio
p. 1062). — O t r o ejemplo de contrato de concesión de servicio público"38. Esta observación es de la mayor importancia.
público, es la concesión del servicio de trasporte colectivo de
pasajeros (sin contrato de obras públicas combinado), por VI. —r Sucede muy a menudo que el servicio público que
tracción a sangre o por automotores, sin que se realicen obras el concesionario debe hacer funcionar, se organiza y regla-
en la vía pública**. En cambio, la concesión de un servicio
menta en el mismo acto de concesión. La reunión, en un mis-
público de tranvías es un contrato de concesión de obras pú-
mo documento, del contrato de concesión de servicio público
blicas**, pues el concesionario se encarga de instalar los rieles
en la vía pública. y de las reglas generales de organización del servicio público
concedido, no debe ocasionar confusión acerca de la naturale-
za jurídica de ambos actos, que son muy diferentes. El servi-
V. — El servicio público concedido sigue siendo servicio cio concedido sigue siendo un servicio público y el acto de
público. — No se trata de una explotación que se convierte organización del servicio es jurídicamente una ley, es decir,
en una empresa privada. Sobre este punto, la jurisprudencia un acto creador de situación jurídica general, impersonal.
del Consejo de Estado es terminante.
El acto de concesión de la explotación del servicio pú-
La concesión no es más que una forma de gestión de un blico así organizado es un contrato, es decir, un acto creador
servicio público. La idea esencial que es la base del servicio
de situación jurídica individual*9.
público permanece intacta; se trata de satisfacer una nece-
sidad de interés general, necesidad lo suficientemente impe- La observación es fundamental. Lo que el concesionario
riosa como para legitimar el empleo de procedimientos jurí- debe hacer funcionar es el servicio público, no solamente tal
dicos de derecho público37. En sus conclusiones de 1913, HEL-
38 Resulta extraño que, en su consulta de 1924 sobre los efectos de la
amnistía, BERTHÉLEMY y los demás jurisconsultos hayan sostenido lo contrario
35 Cons. de Est., 16 diciembre 1921, Sassey, "Kec.", p. 1062. V. supra, ( " R . D . P . " , 1924, ps. 625 y ss.): " L a s Compañías (de ferrocarriles) no
p. 364, nota 29. tienen, como concesionarias del Estado, un carácter excepcional que las some-
36 Cons. de Est., 21 diciembre 1906, Syndioat des propriétaires du quartier tería a un régimen particular. Son sociedades comerciales, sometidas al Código
Croia de Séguey-Tivóli, " R e e . " , p. 961. Cfr. el estudio de DÜGÜIT, en la de Comercio y a todas las disposiciones que a él se vinculan... Disfrutan,
" R . D . P . " , 1907, ps. 411 y ss. para cumplir sus compromisos, de una libertad de acción absoluta, que justi-
37 Entre las declaraciones más categóricas, es precisó citar la del fallo fica la responsabilidad que tienen con relación al Estado y o los usuarios, y
del Cons. de Estado, del 18 julio 1913, Syndicat national des chemins de fer que sólo está y debe estar limitada por las cláusulas contractuales que han ,
de France, " R e c " , p. 882 (con las conclusiones de HELBKONNER) ; " R . D . P . " , aceptado libremente". Hay en ello un error jurídico evidente, que fué seña- i
1914, p. 176 (y mi nota) (a propósito de los Ferrocarriles de la Compañía del lado en la Cámara de diputados, el 15 diciembre 1924, por LÉON BLUM: " L a s
Norte, cuyos agentes se habían declarado en huelga): " E l ministro ha enten- relaciones del Estado con sus concesionarios... son relaciones de derecho pú-
dido asegurar la continuidad del servicio ferroviario, cuyo funcionamiento re- blico. Toda la jurisprudencia administrativa... tiende a proclamar que un
gular e ininterrumpido es, en toda época, indispensable para la seguridad del servicio público, aunque fuese concedido —cualquiera sea su forma de explo-
territorio y para la defensa nacional". Véase, también: G. JÉZE, Principes tación—, nunca pierde su carácter". Cfr. mi nota en la " R . D . P . " , 1924,
ffénéraux du droit adm., 2* ed., 1914, ps. 283 y ss.; ps. 429 y es.: DUGUIT, ps. 634 y ss.; supra, vol. i, ps. 435 y ss.
" R . D . P . " , 1907, ps. 411 y ss. 3» Supra, vol. i, ps. 65 y ss. y 210 y ss.
n^aoamBWHm
IV. — La remuneración consiste siempre en el derecho 1*) Toda tasa debe percibirse en virtud de una ley del
conferido por la Administración al concesionario para Parlamento. Es preciso, pues, que una ley haya previsto la
que perciba, en su beneficio, de los usuarios, del público, tasa y conferido a una autoridad pública el poder de esta-
una contribución, mientras dure la concesión blecerla y de fijar la tarifa. Por ejemplo, en lo referente a las
concesiones de ferrocarriles de interés general, son leyes del
I. — Esta contribución tiene la naturaleza jurídica de Parlamento las que han dado al ministro de Obras Públicas
una tasa, en el sentido técnico del término, es decir, de un la facultad de homologar las tarifas (ley del 15 julio 1845,
impuesto especial. reglamento del 15 noviembre 1846; ley del 29 octubre 1921,
He aquí una característica esencial del contrato de con- art. 5, y convención del 28 junio 1921, arts. 7, 9 y 17, apro-
cesión de servicio público44. bada por la ley del 29 octubre 1921).
Debe insistirse sobre la naturaleza jurídica de la contri- 2*) Generalmente, la tarifa la propondrá el concesionario
bución. Se trata de una tasa en el sentido técnico, es decir, de
un verdadero impuesto especial*5. o la establecerá la Administración, pero previa opinión del
concesionario. Nunca podrá entrar en vigencia sin la apro-
bación de la autoridad pública designada por la ley.
II. — El carácter fiscal de la contribución tiene conse-
cuencias muy importantes, de las cuales veremos las prin- La intervención del concesionario es económicamente útil
cipales : «• y jurídicamente necesaria.
Económicamente, puesto que si el concesionario es un
44 CHARDENET, conclusiones de su dictamen ante el Cons. de Est., 30 marzo empresario que afronta los riesgos, es preciso que pueda hacer
1916, Société du gaz de Bordeaux, " R e c " , p. 128; " R . D . P . " , 1916, p. 213: conocer a todos los cálculos por los cuales llega a una deter-
*' E s el contrato que encomienda a un particular o a una sociedad... asegurar
un servicio público, a sus riesgos, con o sin subvención, con o sin garantía de minada tarifa, necesaria y suficiente para cubrir los gastos
interés, yt que se lo remunera confiándole la ejecución del servicio público, con de la explotación y remunerar convenientemente (ni excesi-
el derecho de percibir contribuciones de los usuarios de la obra pública o de vamente, ni demasiado poco) los capitales invertidos en la
aquellos que se benefician con el servicio público. Cuando se t r a t e de la con-
cesión de una obra pública o de un servicio de trasporte, el concesionario se concesión.
hallará subrogado en los derechos que tendría la Administración para cobrar Jurídicamente, la intervención del concesionario no es
un peaje o un precio de trasporte. Cuando se trate de la concesión del servicio
de iluminación a gas, el concesionario hará a su costa todos los trabajos de una formalidad sin importancia. La decisión administrativa
canalización 7 suministrará el gas. Será remunerado mediante el derecho que que fijase la tarifa sin la intervención del concesionario, seria
el municipio le cede para percibir, de los particulares, las contribuciones que nula jurídicamente.
sobrepasen el precio corriente del gas suministrado. Si el municipio hubiese
explotado por sí mismo el servicio, hubiese tenido el derecho de percibir estas Pero esto no significa de ningún modo que la tarifa sea
contribuciones; lo cede a su empresario, imponiéndole una tarifa que está des- un acto que emana del concesionario. La tarifa es un acto
tinada a proteger al público contra las exigencias abusivas o arbitrarias del
concesionario''. reglamentario (en el sentido preciso de la expresión), reali-
zado por la autoridad pública. Cuando se ha solicitado la
4ñ LAFERBIÉRE, Jur. adm. et rec. cont., 1896, 2* ed., 1, p . 605: " L a remu- opinión del concesionario, la tarifa es jurídicamente obliga-
neración del concesionario no consiste... en un precio determinado, ni en las
subvenciones o garantías de interés que pueden otorgársele y que siempre toria, siempre que la Administración haya concedido a dicha
tienen un carácter accesorio; consiste, esencialmente, en el derecho que pe le opinión el valor jurídico fijado por la ley. Por ejemplo, para ,.
concede para percibir una contribución de quienes usan la obra pública. Esta los ferrocarriles de interés general, el ministro de Obras Pú-
contribución es una especie de impuesto, asimilable a las tasas indirectas; la
autoridad pública la establece mediante tarifas 7 delega en el concesionario el blicas no puede establecer una tarifa a la que se oponga el
derecho de percibirla. La tasa impuesta al público 7 la delegación del derecho concesionario 46 .
de percepción en el concesionario, exigen una doble intervención del poder
público e imprimen al contrato de concesión un carácter administrativo". *• Cfr. supra, p. 62.
376 EL FUNCIONAMIENTO DE LOS SERVICIOS PÚBLICOS
LOS PRINCIPALES CONTRATOS ADMINISTRATIVOS 377
La jurisprudencia declara, por otra parte, que la compe- cuando ya no se trata de la percepción de las tasas previstas
tencia judicial en lo concerniente a las tarifas, es excepcional; en las tarifas.
desde que ya no nos hallamos dentro de los términos de las Veamos tres aplicaciones importantes de esta idea:
leyes del período revolucionario, que atribuían a los tribu- ler. caso. — Varios particulares (usuarios del servicio
nales judiciales lo contencioso de los impuestos indirectos, los concedido) e industriales entablan, contra una Compañía con-
tribunales administrativos son competentes. Es lo que sucede, cesionaria de ferrocarriles, una acción de daños e intereses
por reparación del perjuicio causado por la aplicación de tari'
de las tarifas autorizadas para el trasporte de pasajeros, se realiza al igual
que en materia de contribuciones indirectas. Así, conforme a los términos de fas diferenciales. El Consejo de Estado (sobre conflictos) ha
las l e y e s . . . de 7-11 setiembre 1790 y del 5 ventoso año x n , la jurisdicción ad- resuelto, en 185366, que la competencia era administrativa:
ministrativa no es competente para conocer de e l l a s " . "So pretexto de un pretendido daño causado por las modifi-
Cons. de Est., 17 enero 1867, CJtemms de fer de Lyon, " E e c " , p . 87 caciones de tarifa, a los intereses privados, la autoridad judi-
(con las conclusiones de BELBBUF). Se t r a t a b a de la aplicación de una tarifa
a un explotador de minas; la tarifa estaba inserta en una convención especial cial no podría —sin desconocer el principio de la separación
celebrada entre el ministro de Obras Públicas y una compañía ferroviaria, de los poderes— inmiscuirse directa o indirectamente en la
sobre trasporte de hulla por los ferrocarriles de ramificaciones de minas. E l
Consejo de Estado se pronunció por la competencia judicial, desde el momento
aplicación de actos de esta naturaleza o atentar contra ellos"58.
que la controversia se planteaba entre el usuario y el concesionario'. " L a de- 29 caso. — La controversia sobre la tarifa de las tasas
m a n d a . . . , a los efectos de hacer establecer que la tarifa fijada por la con- no se produce entre un usuario y el concesionario, sino entre
vención celebrada (entre el ministro de Obras Públicas y la compañía P.-L.-M.)
era aplicable al trasporte de hulla por f e r r o c a r r i l . . . , se fundaba en el des-
acuerdo existente entre el ministro y la mencionada Compañía, en el sentido 55 Cons. de Estado (conflicto), 21 abril 1853, Dupont, " E e c " , p . 485.
de dar a la precitada convención (competencia a d m i n i s t r a t i v a ) . . . En lo que 56 E l Tribunal de Conflictos, el 3 enero 1851, Compagnie du ch. de fer
concierne a las dificultades que pudieran suscitarse entre la Compañía y los d'Amiens ( " E e c " , ps. 1 y ss., con las conclusiones de CORNUDET), había re-
particulares sobre la aplicación de las tarifas, corresponde a la autoridad suelto lo contrario: " L a interpretación y la aplicación de esta disposición
judicial estatuir sobre ello, según los términos de la ley de 7-11 setiembre legislativa (art. 41 bis del pliego de condiciones anexo a la ley del 15 julio
1790...". 1845), invocado como originando derechos particulares y obligaciones deter-
Véase, también: Cons. de Est., 20 junio 1874, Lacampagne, "Eec", minadas, corresponden al poder judicial, único competente para estatuir sobre
p. 603, con las conclusiones de DAVID; Cons. de Est., 1» junio 1870, Voilquin las demandas por daños e intereses reclamados en razón del pretendido aten-
(puentes de peaje), " E e c . " , p . 690. tado referido a lo pasado o que se referiría a lo futuro, contra estos derechos
Casac, 30 marzo 1863, Chemin de fer de Lyon, " S . " , 1863, 1, 252: " L a particulares, por inejecución de obligaciones legales. Por lo demás, la homo-
a c c i ó n . . . tenía por objeto la reparación del perjuicio resultante para ellos logación de las tarifas r e d u c i d a s . . . se ha realizado sólo bajo reserva de los
de una situación excepcional y de favor hecha por la C o m p a ñ í a . . . a tina derechos de terceros. P a r a lo futuro, la demanda no tiene por objeto discutir
empresa rival, contrariando las obligaciones a las que estaría obligada esta el derecho de homologación de las tarifas, reservado por la ley a la Adminis-
Compañía, con respecto a todos los empresarios de trasporte y despreciando tración. Asi, la autoridad judicial no encuentra, en el ejercicio de su compe-
la regla de igualdad inserta en el art. 53 de su pliego de condiciones... L a tencia, ningún obstáculo derivado de la existencia de actos administrativos, que
controversia r e f e r e n t e . . . a la interpretación y aplicación de las disposiciones se trataría de apreciar".
del pliego de condiciones que reglamentan los derechos y los deberes de la No obstante el pronunciamiento sobre conflicto de 1853, la Corte de Casa-
Compañía hacia los terceros, era de competencia de la autoridad judicial". En ción ha seguido, en 1857 y 1858, la solución del Tribunal de Conflictos, de 1851:
contra: Cons. de Estado (conflicto), 21 abril 1853, Dupont, " E e c " , p . 485. Casac, 28 diciembre 1857, Vasse, " S . " , 1858, 1, 231. La Corte de Casación
se ha declarado competente para juzgar las acciones por daños e intereses
Casac, 26 agosto 1874, Compagnie des Dombes, " S . " , 1874, 1, 490: " L a
compañía de E h ó n e . . . reclama simplemente la aplicación de su tarifa a los deducidas por los usuarios contra las Compañías de ferrocarriles que, por
trasportes de diversas clases que realiza en su línea la Compagnie des Dombes. contratos particulares celebrados con los empresarios de trasporte o expedi-
Entre ellas se debate, pues, una cuestión puramente pecuniaria y de interés dores, han convenido reducciones de tarifas, bajo determinadas condiciones
privado. La tarifa, cuya aplicación se solicita, es ley tanto p a r a la Compañía de carga.
últimamente mencionada como para un particular, y no se halla, en la causa, La misma solución e idéntica fórmula se hallan en el fallo de la Corte de
una cuestión de interpretación de un acto administrativo, que exija una previa Casación, del 22 febrero 1858, Chemin de fer du Nord, "8.", 1858, 1, 237.
remisión a la autoridad de la que emana". LAFERRIÉBB (Jur. adm. et rec. cont., I, p. 699, nota 1) cita erróneamente estos
pronunciamientos como si afirmasen la competencia administrativa.
382 E L FUNCIONAMIENTO DE LOS SERVICIOS PÚBLICOS LOS PRINCIPALES CONTRATOS ADMINISTRATIVOS 383
el concesionario y la Administración. El litigio pertenece a la dones de tasas, o a las tarifas de favor, estipuladas con una
competencia administrativa: es un juicio que se vincula con finalidad de interés general 60 .
el sentido y la ejecución de un contrato administrativo. Ser. caso. — La controversia se produce entre el conce-
Es lo que se ha resuelto respecto a los arrendatarios de sionario y una Administración pública, no en lo referente a
los derechos municipales sobre los artículos de consumo™, y la aplicación de la tarifa general, sino a una tarifa especial
también para los arrendatarios de los derechos de piso en las prevista para ciertos trasportes de la Administración. E j . :
ferias y mercados58. Ambos son concesionarios de servicio cláusulas del pliego de condiciones de la concesión de ferro-
público (v. supra, ps. 367 y ss.). carriles, relativas a los trasportes de cartas y demás piezas de
Es necesario subrayar que si se trata de un concesionario correspondencia, a los trasportes de tropas o de militares que
de obras públicas, el tribunal competente será el Consejo de viajan aisladamente, de sus caballos y bagajes, del material
prefectura (art. 4, ley del 28 pluvioso año v m ) ; si se trata militar o naval, de los prisioneros o de las guardias que los
de un concesionario de servicio público, el tribunal competente conducen, de los agentes encargados de la vigilancia de los
será el Consejo de Estado (v. supra, p. 367) 59 . ferrocarriles y de las líneas telegráficas, etc.61; exenciones de
Sea como fuere, sobre este último punto, los tribunales tasas estipuladas, en una concesión de puente de peaje, en
favor de los empleados de correos, gendarmes, niños que van
administrativos son competentes en todas las controversias
a la escuela, etc.
que se susciten entre la Administración y un concesionario de
obras públicas o de servicio público, con relación a las exen- La jurisprudencia, en todos estos casos, estima que se
trata de litigios sobre el sentido y la ejecución de cláusulas de
57 Decreto del 17 mayo 1809, art. 136, sobre los impuestos municipales un contrato administrativo.
sobre los artículos de consumo: "Las controversias que puedan suscitarse, para Asimismo, son también de competencia administrativa
la administración o percepción de dichos impuestos por el sistema de empresa
mixta {régie intéressée), entre los municipios y los directores..., se deferirán las controversias entre la Administración (usuaria de un fe-
al prefecto que estatuirá oído el Consejo de prefectura... salvo el recurso rrocarril concedido) y el concesionario, en lo concerniente al
ante nuestro Consejo de Estado... Lo mismo sucederá con las controversias precio del trasporte, en caso de que el trasporte se efectúe no
que pudieran suscitarse entre los municipios y los arrendatarios de los impues-
tos mencionados, sobre el alcance de las cláusulas de las locaciones. Todas las
en las condiciones ordinarias ofrecidas al público en general,
demás controversias que pudieran plantearse entre los municipios y esos arren- sino en virtud de un contrato especial de trasporte, contrato
datarios se llevarán ante los tribunales". administrativo (v. supra, p. 346 y la nota 14).
58 Tribunal de Conflictos, 4 agosto 1877, Commune de Langeac, " R e c . " , Fuera de estos casos, la competencia judicial observará
p. 825 (y la nota): "Los derechos de piso percibidos en las ferias y merca-
dos en virtud de tarifas regulares, son tasas indirectas de la misma natura- si la Administración ha usado el servicio público concedido
leza que los impuestos municipales sobre los artículos de consumo; por consi- como un usuario cualquiera. E n este caso, la Administración
guiente, las convenciones celebradas entre los municipios y los arrendatarios será tratada como un usuario ordinario, ya se trate de las
que emprenden, mediante el pago de un precio anual, la percepción de estos reglas de fondo aplicables o de la competencia de los tribu-
derechos, deben asimilarse a las convenciones por las que los municipios arrien-
dan el producido de los impuestos sobre los consumos. Cuando las controversias
entre los municipios y los arrendatarios de los derechos de piso en las ferias «o LAFERBIÉRE, op. oit„ i, p. 700: "Poco importa que la cláusula debatida ,
y mercados se refieren al sentido de las locaciones, corresponde a la autoridad entre la Administración y el concesionario se refiera a ejemplos de tasa o a
administrativa —previamente a la determinación del fondo del proceso— fijar tarifas de favor estipuladas con una finalidad de interés general; estas esti-
pulaciones son cláusulas de la concesión; los litigios que provocan se vinculan,
el sentido y determinar la extensión de las cláusulas cuestionadas". pues, con lo contencioso del contrato de obras públicas, y no con lo conten-
Tribunal de Conflictos, 15 marzo 1879, Benaud, " B e c . " , p. 229: la misma cioso de las contribuciones indirectas".
fórmula. «i LAFERRIERE, Traite de la jur. adm. et du rec. cont., 2* ed., 1896, i,
69 LAFERRIERE, Jur. adm. et rec. cont., 2* ed.? 1896, i, p. 700. ps. 700 y 701.
384 EL FUNCIONAMIENTO DE LOS SERVICIOS PÚBLICOS LOS PRINCIPALES CONTRATOS ADMINISTRATIVOS 385
nales62.63Se vuelve a la regla expresada más arriba (v. supra, Se trata de un problema financiero y no jurídico, por lo>
p. 377 ) .
que basta señalarlo64.
La contrapartida de la garantía de intereses será, a me-
III. — Puede suceder que el monto del producido de las nudo, una cláusula de participación de la Administración en
contribuciones a percibir de los usuarios, no pueda calcularse los beneficios de la concesión, para el caso en que las ganancias
de manera bastante exacta como para que el concesionario sobrepasen un determinado máximo.
consienta en afrontar los riesgos de la explotación del servicio
público. Por otra parte, es necesario establecer tarifas no de- IV. — Todas estas cláusulas (subvención, garantía de
masiado elevadas, que podrían alejar a los usuarios. La Ad- interés, participación en los beneficios) tienen carácter con-
ministración, en este caso, dará al concesionario la garantía tractual. Son cláusulas esenciales de un contrato administra*-
de que no sufrirá pérdida alguna en la explotación del servi- tivo propiamente dicho. Son el complemento de la cláusula
cio público concedido. relativa a la tasa. Se someten, pues, al régimen jurídico espe-
Pero interesa que el elemento de empresa, es decir, de cial del derecho público; los litigios son de competencia de
riesgos a cargo del concesionario, no desaparezca. La combi- los tribunales administrativos65. Después de algunas vacilacio-
nación financiera adoptada será la subvención o la garantía nes66, la jurisprudencia consagra actualmente esta solución".
de interés:
V) La subvención consiste en una ayuda pecuniaria esta- «4 Para la crítica, a este respecto, de lasconvenciones de 1921 —concluidas
con las grandes Compañías de ferrocarriles—, véase la protesta hecha en el
ble, que se pagará suceda lo que suceda. Senado por JEANNENEY (9 julio 1921), y en la Cámara por A. MEUNIEB y
2Q) La garantía de intereses es una promesa de ayuda LEÓN BLÜM (1» sesión del 28 octubre 1921). GASTÓN JÉZE, Cours de se. des
pecuniaria, para el caso de que los resultados financieros de finances, 6* ed., 1922, Théorie genérale des dépenses publiques, ps. 204 y ss.
la explotación no llegasen a alcanzar cierto mínimo necesario 65 LAFERRIÉRE, Jur. adm. et rec. contentieux, 2» ed., 1896, n, ps. 125 y ss.
para remunerar convenientemente los capitales invertidos en 66 El Cons. de Estado había vacilado, primeramente, y no había reco-
nocido el carácter administrativo: Cons. de Est., 20 marzo 1862, Compagnie
el negocio. grenóbloise, " R e c . " , p. 243: La reclamación "tiende a hacer establecer la
El peligro de la garantía de intereses, para las grandes situación financiera de la Sociedad (de iluminación), a apreciar su conta-
bilidad interna y a regular la repartición de los beneficios, tanto entre la ciu-
concesiones de gestión necesariamente burocrática, reside en dad y la Compañía, como entre esta última y los abonados. Estas cuestione*
que trasforma al concesionario en administrador, es decir, no entran en la competencia del Consejo de prefectura".
que hace desaparecer, de hecho, el elemento de los riesgos. Asimismo, la Corte de Casación, Eeq., 24 julio 1867, Compagnie grenó-
bloise, " S . " , 1867, 1, 395, había resuelto: " L a s controversias relativas a la
aplicación o a la interpretación de estas cláusulas (cláusulas del pliego de
62 Véase supra, ps. 377 y ss. Jurisprudencia constante. Cons. de Est., 13 condiciones que tienen únicamente por objeto regular los diversos intereses
julio 1883, Chemins de fer de Lyon, " R e c . " , p. 658: Las liquidaciones efec- privados comprometidos en la Sociedad de Grenoble y, en especial, la forma
tuadas por el ministro de Comercio, en lo referente a los gastos de trasportes de amortización), prescinden por completo del interés público, en cuyo nombre
en las condiciones de los usuarios ordinarios, " n o impiden que la Compañía solamente se podía reivindicar su conocimiento para la autoridad adminis-
(concesionaria) entable su reclamación ante la autoridad judicial, única com- trativa; ellas permanecen dentro de la competencia de los tribunales. En la
petente para conocer de las controversias relativas a la aplicación de las tarifas". especie, las cláusulas (a interpretar)... sólo conciernen al interés privado de
63 LAFERRIÉRE, op. oit., i, p. 702, resume como sigue las soluciones relativas la ciudad y al de los accionistas y no exceden el reglamento relativo al juego
a la competencia: "1») lo contencioso de las contribuciones indirectas y de las de la amortización entre ellos. Es, pues, muy correcto que las partes no hayas
tasas asimiladas, es un contencioso judicial entre el agente de percepción y demandado, y que el fallo no haya ordenado el envío de la interpretación de
el deudor, aun cuando este último sea el Estado usuario de las tarifas genera- estas cláusulas a la autoridad administrativa".
les; 2») lo contencioso de las concesiones de obras públicas es administrativo,
entre el Estado y el concesionario, aun cuando las cláusulas litigiosas estipulen 67 El Tribunal de Conflictos (16 diciembre 1876, Ville de Lyon, " R e c . " ,
exenciones o reducciones de tarifas, teniendo en vista servicios públicos u otros p. 913 y la nota) se ha pronunciado por el carácter administrativo de estas
intereses generales". cláusulas contractuales (al apoyarse, por lo demás, muy inútilmente, en el
art. 4 de la ley del 28 pluvioso año vni, relativo a la competencia de los Con-
Según la jurisprudencia, es preciso hacer distingos no b) La competencia será la del Consejo de Estado, juez
del todo racionales, acerca del tribunal administrativo com- de derecho común en materia administrativa, en los contratos
petente para estatuir sobre los litigios entre la Administración de concesión de servicio público.
y el concesionario, suscitados por las cláusulas financieras de
Veamos las dos reglas principales:
un contrato de concesión de servicio público.
c) Sin embargo, cuando se trata de convenciones finan-
a) El tribunal administrativo compétente será el Conse-
jo de prefectura, si la cláusula financiera figura en un con- cieras de garantía de interés y de participación en los bene-
trato de concesión de obras públicas o en un contrato de con- ficios, celebradas con concesionarios de ferrocarriles de inte-
cesión asimilado por la jurisprudencia a un contrato de con- rés general, local o de tranvías, aunque se trate en ese caso
cesión de obras públicas (v. supra, ps. 365 y 382). de concesiones de obras públicas, procede la competencia del
Consejo de Estado, en primera y última instancia.
sejos de prefectura en materia de obras públicas): " E s t a disposición es ¿Cómo se explica esta solución?
general, atribuyendo competencia a la jurisdicción administrativa en todas las Los reglamentos de Administración la han consagrado.
controversias que puedan surgir en ocasión de contratos de obras públicas; el
artículo del contrato sobre el que se basa la demanda entablada por la ciudad Ante todo, ello se ha producido en los ferrocarriles de interés
de Lyon, es una cláusula del convenio que estipula, en beneficio de la ciudad, general; los reglamentos dictados en virtud de la ley del 11
una participación eventual en los beneficios de la explotación. Esta cláusula junio 1859, han atribuido competencia al Consejo de Estado
es una condición esencial de la prórroga de la concesión, concedida por la
ciudad. De ahí se desprende qué la autoridad administrativa era la única (decretos del 6 mayo 1863, arts. 18 y ss.; decreto del 6 junio
competente para fijar entre las partes el sentido de esta cláusula y las con- 1863, arts. 19 y ss.). Sin duda, una atribución de competencia
diciones de su aplicación". ratione materiae no puede resultar de un reglamento, pero la
Es ésta también, hoy, la solución de la Corte de Casación, 2 marzo 1880, competencia administrativa resulta de la naturaleza del con-
Compagnie Union des gaz, " S . " , 1881, 1, 20: " E n derecho, esta disposición
(art. 4, ley del 28 pluvioso año VIII) es general, atribuyendo a la jurisdicción trato, y la competencia del Consejo de prefectura, en esta ma-
administrativa todas las controversias que puedan surgir entre la Administra- teria, no estaba aun consagrada por la jurisprudencia.
ción y los empresarios de obras públicas, acerca del sentido y de la ejecución Cuando se planteó por primera vez el problema ante los
de sus contratos. Rige los convenios que tengan por objeto la iluminación a gas
de una ciudad, los que implican la necesidad de realizar obras, tanto en el tribunales, aun no se había fijado la jurisprudencia acerca del
subsuelo como sobre la superficie de las calles, siendo verdaderos contratos punto consistente en saber si el art. 4 de la ley de pluvioso
de obras públicas. Pero no entraña ninguna distinción, en cuanto a la compe- año VIII debía regir los litigios suscitados por las convenciones
tencia que ella instituye, entre las cláusulas del contrato que conciernen a la
naturaleza o la forma de ejecución de las obras emprendidas, y las cláusulas financieras de cuenta de primera instalación, de garantía
que conciernen al precio y a las condiciones financieras de la empresa. EV pre- de interés y de participación en los beneficios anexos a una
cio y las combinaciones que con él se relacionan son las condiciones esenciales concesión de ferrocarriles. El Tribunal de Conflictos sólo ha
del contrato. No se podría separar, para componer otros tantos contratos de
naturaleza diferente, los elementos constitutivos de una convención sinalagmá- respondido afirmativamente en 1876 (v. supra, p. 71). Pero,
tica, de los compromisos recíprocos que ella encierra. De hecho, el litigio... Be en esa época, el Consejo de Estado ya había admitido que la
había suscitado entre la Administración de la ciudad... y la Compañía... competencia administrativa —resultante de la naturaleza del
en lo referente a la cuestión de saber si la ciudad había o no modificado las
condiciones convencionales de la empresa al aumentar, en el trascurso de la contrato— debía ser la del Consejo de Estado. Esta jurispru-
concesión, las tarifas de impuesto municipal al consumo, vigentes con respecto dencia no se ha modificado; se ha mantenido 68 .
a la hulla, en el momento de la adjudicación, y si, por consiguiente, el aumento
de que se trata era una violación de los compromisos contraídos por la ciudad «8 Para la garantía de interés: Cons. de Est., 11 enero 1895, Chemin de
con la Compañía concesionaria y resultaba de la mencionada adjudicación.
fer du Midi et chemin de fer d'Orléans, " R e c . " , p. 32. En sus conclusiones,
Semejante litigio suscitaba, realmente, una controversia entre la ciudad y la
concesión, acerca del sentido y de la ejecución del contrato celebrado para la JAGERSCHMIDT decía: " E l litigio es de competencia del Consejo de Estado,
iluminación a gas de dicha ciudad y, por tanto, entraba exclusivamente en la por tratarse de un recurso en materia de garantía de intereses, y, en esta
competencia de la autoridad administrativa". materia, el Consejo de Estado es juez de primer y segundo grado, en virtud
de textos especiales". El Consejo de Estado, en su fallo, tiene en cuenta el
388 E L FUNCIONAMIENTO DE LOS SERVICIOS PÚBLICOS LOS PRINCIPALES CONTRATOS ADMINISTRATIVOS 389
Todo esto no es muy coherente, pero carece de importancia. Todo esto es muy complicado. Debemos insistir en que lo
La solución correcta, resultante de los principios, es la de la esencial es la competencia administrativa.
competencia administrativa (poco importa que sea la del Con-
sejo de prefectura o la del Consejo de Estado). V. — La concesión de servicio público se conviene
En todos los casos, no existe ninguna duda sobre la natu- siempre por un largo período de tiempo
raleza administrativa de las convenciones financieras.
La misma solución (competencia del Consejo de Estado) I. — La concesión del crédito público es, esencialmente,
se ha aplicado a las convenciones financieras de garantía de un contrato administrativo de larga duración. No se concibe
interés y de repartición de los beneficios, de las concesiones de una concesión de servicio público hecha por algunos meses. El
ferrocarriles de interés local y de tranvías, establecidas por el contrato de concesión se concluye, generalmente, por 25, 30,
art. 8 del decreto del 20 marzo 1882, dictado en cumplimiento 40, 50, 60 ó 75 años. La necesidad de estabilidad la experimen-
del art. 16 de la ley del 11 junio 1880 (véase, también, el de- tan la Administración, el público y el concesionario.
creto del 23 diciembre 1885). En efecto, ante todo, no puede hablarse de un funciona-
Por lo demás, el Consejo de Estado ha dado cabida a la miento regular y continuo del servicio público, si el sistema de
jurisprudencia del Tribunal de Conflictos, de 1876; reconoce explotación o el concesionario cambian frecuentemente. Exis-
la competencia del Consejo de prefectura para todas las con- ten hábitos que deben adquirirse, para llegar a una explota-
venciones financieras que no sean de cuenta de primera insta- ción satisfactoria.
lación, la garantía de interés y la repartición de los beneficios, Por otra parte, la concesión supone, a menudo, grandes
en particular, para las subvenciones y el rescate69. capitales invertidos en la explotación del servicio concedido.
Ej.: ferrocarriles, tranvías, ómnibus, gas, agua, electrici-
dad, etc. Este capital sólo se conseguirá si hay estabilidad. No
decreto del 6 mayo 18G3. Véase, también: Cons. de Est., 26 julio 1912, Chemin
de fer d'Orléans et du Midi, " E e c . " , p. 889. se encontrarán accionistas ni personas que se hagan cargo de
En lo relativo a la cuenta de primera instalación, véase: Cons. de Est., obligaciones para las grandes concesiones, si éstas no tienen
19 julio 1912, Compagnie du P.-O., " E e c . " , p. 852: "Los recursos se deducen larga duración. Por lo demás, estos capitales se remuneran
contra cuatro resoluciones... por las cuales el ministro de Obras Públicas ha
liquidado la cuenta de establecimiento de la Compagnie du P.-O., al 31 de con un largo período de tiempo. Cuando se trata de obligacio-
diciembre de los años 1894 7 1896 y fijado la cuenta de las anualidades que nes, existe un cuadro de amortización para estas deudas. Cuan-
debe el Estado, en concepto de reembolso de los adelantos hechos por ella to más lenta es la amortización, más débil es la carga respec-
durante los mencionados años". El Cons. de Estado ha resuelto directamente tiva. Pero interesa a los usuarios que la carga de la amortiza-
estos recursos, sin oponer la competencia del Consejo de prefectura.
69 LAFERRIÉRE, op. cit., ir, p. 127. Cons. de Est., 8 febrero 1895, Chemin
ción sea débil, porque así las tasas serán más reducidas 70 .
de fer de Lyon, 1er. caso, " E e c " , p. 137: " L a controversia suscitada por el
recurso de la Compagnie des chemins de fer P.-L.-M., no se refiere al regla- que dimanan, respectivamente, para las partes, del contrato contenido en el
mento de una cuenta de primera instalación, de garantía de intereses o de art. 4 de la convención del 26 mayo 1883. Conforme a los términos del art. 4
participación en los beneficios..., sino que tiene por objeto hacer determinar de la ley del 28 pluvioso año vm, corresponde al Consejo de prefectura estatuir
el sentido y el alcance del compromiso asumido por el Estado, en el art. 4 de la primeramente sobre esta controversia".
Convención del 26 mayo 1883, de afrontar la mitad del valor de los terrenos 70 En el caso Société du gaz de Bordeaux, decidido por el Consejo de
adquiridos para la construcción de esta linea. Según los términos del art. 4 de Estado, el 30 marzo 1916 ("Eec.", p. 128, " E . D . P . " , 1916, ps. 213 y ss.),
la ley del 28 pluvioso año vin, corresponde al Consejo de prefectura estatuir CHARDENET oponía la situación del concesionario a la del empresario o del
en primera instancia, sobre este litigio". proveedor. Expresaba: " E l concesionario de servicio público deberá compro-
Cons. de Est., 8 febrero 1895, Compagnie de Lyon, 2» caso, " E e c . " , p. 137: meter capitales importantes, que quedarán inmovilizados por largo tiempo, y
" L a controversia suscitada por el recurso, en lo relativo a la distribución entre hasta después de muchos años no percibirá una suma que represente para él
el Estado y la Compañía del producto de la permuta de terrenos adquiridos la remuneración por las obras ejecutadas y explotadas o por el servicio público
para el establecimiento de la línea..., implica la apreciación de los derechos realizado. En cambio, se paga al empresario de obras públicas o al proveedor,
390 E L FUNCIONAMIENTO DE LOS SERVICIOS PÚBLICOS LOS PRINCIPALES CONTRATOS ADMINISTRATIVOS 391
I I . — La larga duración de la concesión es, pues, un ele- al concesionario en la imposibilidad de ejecutarlo en las condi-
mento que debe influir mucho sobre el régimen jurídico del ciones en que se ha celebrado y existe, es necesario afrontar
contrato administrativo de concesión. Me limitaré, por el mo- esta nueva situación que las partes no habían podido prever;
mento, a subrayar los dos puntos siguientes: es preciso hacerle frente mientras ella subsista, pues así lo
l 9 ) Dada la larga duración del contrato, el concesionario exigen las necesidades del servicio público. Incumbe, pues, al
está muy estrechamente ligado al funcionamiento del servicio poder público, con respecto a todos, la responsabilidad del
público. Debe hacerlo funcionar, cueste lo que cueste, aunque servicio, debiendo intervenir y adoptar las medidas indispen-
ello resulte oneroso para sus intereses. La Administración y el sables para superar las dificultades excepcionales momentá-
público cuentan absolutamente con él, para este funcionamien- neamente aparecidas... El poder público, el concedente, exi-
to 71 . No se puede, de la noche a la mañana, poner en condiciones girá al concesionario la ejecución del servicio, a que está obli-
una nueva organización. El concesionario debe hacer funcionar gado por su contrato; pero el poder público tendrá que tener
el servicio existente, retocando, si cabe, las combinaciones en cuenta al concesionario, pagándole indemnizaciones, res-
financieras primitivamente establecidas. tringiéndole ciertas obligaciones que ha tomado a su cargo, o
Es lo que ha señalado perfectamente el comisario del Go- en cualquier otra forma; tendrá que tenerlo en consideración
bierno, CHARDENET, en el caso juzgado por el Consejo de Es- en lo que atañe al excedente de las cargas que sobrepasan el
tado el 30 marzo 1916 (Société du gaz de Bordeaux, "Rec.", máximo de las dificultades o el máximo de la amplitud de las
p. 132): "Es necesario que el servicio público continúe sumi- variaciones económicas, cuya previsión fuese posible en el
nistrándose, que se realice sin interrupción ni inconvenientes, momento de contratar. El poder público está obligado a ha-
y para esto es preciso que se disponga de todos los recursos cerlo, puesto que más allá del máximo de las dificultades \we-
materiales de producción, de fábricas, de materias primas, de vi si bles, el concesionario no estaría obligado a asegurar el
personal, etc.; el interés público lo exige. Por consiguiente, el servicio en virtud de su contrato, en razón de eventos que se
concesionario, debe continuar asegurando el servicio; no puede produzcan... Esto no significa enriquecer al concesionario,
negarse a prestarlo; el vinculo contractual debe subsistir... no equivale a ponerle al abrigo de todos los riesgos. Significa
Cuando se está en presencia de acontecimientos que llegan a solamente ponerlo en condiciones de continuar asegurando el
perturbar profundamente la economía del contrato, que ponen
.servicio público cuyo funcionamiento se ve amenazado en razón
de hechos que las partes no podían prever en lo más mínimo
cuando la obra a realizar o el suministro a entregar se han terminado o reci- y que afectan gravemente la ejecución normal del contrato".
bido definitivamente, sin hablar de las sumas que puedan recibir a cuenta, en
el trascurso de la ejecución de su contrato. Para ellos, no hay inmovilización El Consejo de Estado, en su fallo del 31 marzo 1916
de capitales durante largos años, ni riesgos en la explotación de una obra o un ("Rec", p. 146; " R . D . P . " , 1916, ps. 213 y ss.), dijo, por su
servicio público".
parte: "Importa hallar, para poner fin a las dificultades tem-
71 CHARDENBT, conclusiones en el caso Société du gaz de Bordeaux (Cons. porarias, una solución que tenga en cuenta al mismo tiempo
de Est., 30 marzo 1916, " R e c . " , p. 126; " R . D . P . " , 1916, p. 212): "Todo
servicio público debe organizarse en condiciones que permitan contar con su el interés general, que exige la continuación del servicio por
funcionamiento en forma regular, sin interrupción, aunque sea momentánea..., la Compañía, con ayuda de todos sus medios de producción,
y que, al mismo tiempo, puedan satisfacer plenamente a quienes necesiten el y las condiciones especiales que no permiten que el contrato
servicio público, pues ha sido creado y funcionará regularmente para ellos. Es
preciso, igualmente, —y esto en interés general— que el servicio público Be se aplique normalmente. A este efecto, conviene decidir, por >
halle al abrigo de modificaciones incesantes o demasiado frecuentes que, muy otra parte, que la Compañía está obligada a asegurar el servicio
a menudo, producirían perturbaciones en el funcionamiento o la marcha del concedido, dejando a salvo "la indemnización a que tiene dere-
servicio. Por consiguiente, el servicio público debe ser organizado para cierto
número de años, dejando a salvo, desde luego, los perfeccionamientos que pue- cho, en razón de circunstancias extracontractuales en las que
dan introducirse". tendrá que asegurar el servicio durante el período en cuestión".
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se trata de servicios públicos de trasportes, este poder no es que dicho servicio público estaba concedido a los particulares
solamente el dominio vago, general, indeterminado, variable
según los casos y las necesidades, que se denomina poder de (de 1879 a 1889), era legalmente imposible que un empre-
policía". sario no concesionario organizara un servicio telefónico que
hiciese competencia a las líneas telefónicas concedidas. La
sanción era la misma que la que protege el monopolio del
§ 2 servicio público telegráfico: prisión de un mes a un año y
multa de 1.000 a 10.000 francos.
Clasificación de los contratos de concesión de servicio
público II. — Los casos de concesiones de servicios públicos mo-
nopolizados de derecho, son cada vez más raros en Francia.
El servicio público, objeto de la concesión, puede ser or- Ha habido algunos recientemente. Fuera del servicio pú-
ganizado en monopolio de derecho, en monopolio de hecho o sin blico concedido del teléfono, ha existido, de 1872 a 1889, la
ningún monopolio. Los contratos de concesión de servicio pú- concesión del monopolio de derecho de la fabricación de fós-
blico deben, pues, clasificarse en cuatro grandes categorías: foros. La ley del 2 agosto 1872 ha creado el monopolio de
1*) contratos de concesión de servicio público con mono- fabricación de fósforos. Inmediatamente se concedió el servi-
polio de derecho;
cio a una sociedad, la Compagnie des allumettes (pliego de
2 ? ) contratos de concesión de servicio público con mono- condiciones del 5 setiembre 1872). Pero el público experi-
polio puramente de hecho; mentó de inmediato los inconvenientes de este sistema de
3*) contratos de concesión de servicio público con mono- explotación del monopolio. Las leyes del 15 marzo 1873 y
polio de hecho (concesiones a título exclusivo); del 28 julio 1875 reconocían a los agentes del concesionario
4*) contratos de concesión de servicio público no monopo- el poder de inspeccionar el interior de las casas de los par-
lizado. ticulares sospechados de fraude. El uso riguroso que hizo de
esta facultad la Compañía concesionaria, indignó a la opinión
I pública. Además, existía el convencimiento de que la Com-
pañía concesionaria obtenía grandes beneficios, que con-
Concesión de un servicio público monopolizado venía pasaran al Tesoro público mediante la organización
de la explotación por administración directa (en régie).
I. — Para que haya monopolio de derecho es necesario Usando, entonces, de la facultad contenida en la ley de 1872,
que así lo haya dispuesto una ley propiamente dicha, sancio- el Gobierno —por decreto del 30 diciembre 1889— suprimió
nada por el Parlamento (o la autoridad legislativa). En efec- la concesión. El monopolio se explota en la actualidad por
to, el monopolio es contrario a la regla fundamental de la administración directa.
libertad de comercio y de industria proclamada por la Kevo-
lución francesa (ley de 2-17 marzo 1791). Únicamente la auto- I I I . — Hoy, el principal —si no es el único72— servicio
ridad legislativa, el Parlamento, tiene la facultad de desvir- público monopolizado concedido es el de las pompas fúnebres.
tuar este principio. En este caso, sólo el concesionario puede La ley del 28 diciembre 1904 confirma el monopolio legal del
suministrar la prestación a los usuarios del servicio público. servicio público de pompas fúnebres y lo atribuye a los mu-
Por ejemplo, el servicio público telefónico está organizado
en forma de monopolio legal (argumento que surge del decreto- 72 Ej.: balsas y travesías de agua explotadas por un arrendatario (v. infra,
ps. 523 y ss.). El Banco de Francia, ¿no es acaso concesionario del servicio
ley del 27 diciembre 1851, art. I 9 ). Por tanto, en la época en público monopolizado de la emisión de la moneda de papel f
396 E L FUNCIONAMIENTO DE LOS SERVICIOS PÚBLICOS
LOS PRINCIPALES CONTRATOS ADMINISTRATIVOS 397
73
nicipios . Por lo demás, los. municipios pueden explotar di-
rectamente (en régie) este servicio público monopolizado, o cesión a título exclusivo y, con mayor razón, cuando el acto
concederlo a un empresario. La ley de 1904 consagra expre- de concesión deja a salvo expresamente el derecho de la Ad-
samente esta libertad de elección, en cuanto al sistema de ministración para reorganizar el servicio público, mediante
gestión del servicio público. Lo esencial es que los municipios la creación de otro servicio competidor.
cumplan con "la obligación que les incumbe, en virtud del La explotación de los servicios públicos de esta natura-
decreto del 23 pradial año XII y de la ley del 5 abril 1884, de leza supone, generalmente, la ocupación de la vía pública
asegurar, en condiciones convenientes, el trasporte y la inhu- (colocación de rieles, por ejemplo). Prácticamente, muy a
mación de los cadáveres de las personas fallecidas en su terri- menudo la ocupación de la vía pública no es posible más que
torio, sin distinción de culto o de creencia" 74 . por un solo concesionario, sin que ello signifique que sea
absolutamente imposible imaginarla ocupada por las instala-
ciones de varios concesionarios 75 .
II
75 Un monopolio puramente de hecho puede resultar, para un empresario de
Concesión de un servicio público con monopolio pura- trasportes colectivos, no concesionario de un servicio público, de la negativa de la
autoridad a conceder nuevas autorizaciones, indispensables para que otros
mente de hecho empresarios privados pongan en servicio, en la vía pública, nuevos vehículos.
Cons. de Est., 7 diciembre 1888, Ponthas, " E e c " , p. 921, con las conclusiones
I. — Los monopolios de hecho son de varias clases: 1*) el de GAUWATN: " E n cuanto a las leyes de 1791, del año ni y de 1817 —expre-
saba el comisario del Gobierno—, si ellas proclaman el principio de la libertad
monopolio puramente de hecho, precario', 29) el monopolio de de comercio y de industria, no lo hacen sin restricción. La ley de 1791, art. 7,
hecho, resultante de un compromiso de la Administración, no al mismo tiempo que permite a cualquier persona hacer determinado negocio
precario (concesión a título exclusivo). o ejercer determinada profesión, arte u oficio que sea de su agrado, agrega
que deberá conformarse a los reglamentos de policía que se dicten o puedan
dictarse. En consecuencia, quien se limita a ejercer una industria en su casa,
I I . — El monopolio puramente de hecho es el que resulta en su propiedad, no goza de una libertad sin límites. ¿Cómo podría entonces
sólo de la naturaleza material de la instalación del servi- ser más libre quien ejerce su industria en la vía públicaf... En todos los
tiempos, a fin de asegurar la libertad del tránsito en las calles y de prevenir
cio público concedido. Tal es el caso de las concesiones de accidentes, el legislador ha confiado a la autoridad administrativa el derecho
servicio público de ferrocarriles, tranvías y ómnibus, cuando de dictar reglamentos sobre la materia... La reglamentación de la circulación
el acto de concesión no contiene ningún compromiso de con- y de los trasportes colectivos, dictada en interés del orden y de la seguridad
pública en las calles de París, no representa, de ningún modo, una violación
del principio de la libertad. No es más que la garantía misma de la libertad
73 Art. 2: " E l servicio externo de pompas fúnebres, que comprende exclu- de tránsito para todos, que se vería trabada, si no anulada, por la competencia
sivamente el trasporte de los cadáveres, la provisión de coches fúnebres, ataú- sin freno de los empresarios... La Administración tiene el derecho de regla-
des, colgaduras exteriores de las casas mortuorias, vehículos de duelo, así como mentar la circulación... de estos grandes vehículos que conducen hasta 40
las prestaciones y el personal necesarios para las inhumaciones, exhumaciones personas, que solicitan a cada momento los transeúntes y que se detienen a la
y cremaciones, corresponde a los municipios, a título de servicio publico, que menor señal, obstruyendo durante un tiempo más o menos largo parte de la
pueden asegurar dicho servicio directamente o por empresa... Todos los objetos vía pública o a veces toda la calle... No era suficiente fijar los recorridos;
no comprendidos en la enumeración antes mencionada, quedan a cargo de las era necesario también, bajo pena de hacer estériles todas las precauciones ya
familias.... En las localidades en que las familias realizan directamente o me- adoptadas, limitar el número de vehículos que podrían destinarse a cada línea.
diante sociedades caritativas laicas, en virtud de antiguas costumbres, el tras- Pero la limitación del número de vehículos implica, forzosamente, la limitación
porte o el entierro de sus muertos, podrán mantenerse los mismos usos con del número de empresas". Esto conduce a que se rechacen los pedidos de auto-
autorización del Concejo municipal y bajo la vigilancia del alcalde". Art. 4: rización formulados por nuevos empresarios. Los empresarios existentes gozan,
" E n las localidades en que el monopolio de las pompas fúnebres lo ejercen así, de un monopolio puramente de hecho. Ésta es una consecuencia natural del
los empresarios... " . derecho de reglamentación. De lo contrario, "sería preciso llegar hasta pre-
tender que en el momento en que se haya alcanzado el número de vehículos
i* Son éstos los términos del pronunciamiento del Cons. de Estado, del 8
julio 1910, Commune de Lardy, " B e c . " , p. 568. que, sin peligro, puede permitirse circular, toda solicitud nueva debería tener
por efecto reducir, en beneficio del solicitante, el número de los vehículos ya
398 E L FUNCIONAMIENTO DE LOS SERVICIOS PÚBLICOS
LOS PRINCIPALES CONTRATOS ADMINISTRATIVOS 399
III. — Trátase de un monopolio puramente de hecho, y cours. El contrato de concesión fué aprobado por la ley del 8
muy precario. Resulta únicamente de las dificultades mate- junio 1892. En virtud de ello, el municipio se comprometía a
riales existentes para la instalación de competidores.
no hacer ninguna nueva concesión de ferrocarril funicular,
Además, si la Administración considera que la satisfac- dentro de un radio de 500 metros, pero se reservó expresa-
ción de una necesidad de interés general se obtendrá en forma
mente la facultad de autorizar cualquier empresa de tras-
más completa mediante varias organizaciones, nada se opone,
jurídicamente, a que se efectúe una segunda instalación, con porte por tranvías u otro sistema de locomoción. Posterior-
un segundo concesionario que haga competencia al primero. mente, el municipio de Blosseville concedió el servicio público
Veamos un ejemplo tomado de la práctica. de tranvías eléctricos de Rouen a Mesnil-Esnard, por Blosse-
Este ejemplo, el más importante, es la concesión del ville. El concesionario del ferrocarril funicular demandó al
servicio público ferroviario. municipio por danos e intereses en razón de vulnerarse su
El servicio público ferroviario no está" organizado en monopolio de hecho. El Consejo de Estado rechazó esta de-
monopolio legal de trasporte. Los administrados no están obli- manda, expresando: "La concesión hecha por la ley del 8
gados a recurrir al servicio de ferrocarril para realizar sus junio 1892... no es constitutiva de un monopolio de trasporte
trasportes, como lo están con respecto al servicio público de en beneficio del concesionario. En efecto, si bien el municipio
correos para enviar sus cartas. No existe todavía monopolio se compromete —por el art. 59 del contrato del 9 noviembre
legal de trasporte ferroviario. Ningún obstáculo jurídico se 1891, aprobado por esta ley— a no hacer ninguna nueva con-
opondría a que los gobernantes crearan varias líneas de fe- cesión de ferrocarril funicular dentro de un radio de 500 me-
rrocarriles para viajar de un punto a otro 76 . El concesionario tros, se reservaba expresamente el derecho de autorizar cual-
de un servicio público ferroviario no podría pretender, si se quier empresa de trasporte por tranvías u otros medios de
constituyese una línea que le hiciese competencia, que se ha locomoción. La concesión del servicio de tranvías eléctricos
violado su privilegio. de Rouen a Mesnil-Esnard, por Blosseville, era de las auto-
Pero, en realidad, la construcción de un ferrocarril exige rizadas por la precitada disposición. Por consiguiente, el Con-
gastos muy considerables; cuando se establece una línea, nun- sejo de prefectura ha rechazado, con todo derecho, la deman-
ca se crea otra para hacerle competencia. De hecho, no hay da de indemnización entablada por la sociedad recurrente
competencia. Existe monopolio puramente de hecho. contra la ciudad" 77 .
Es esto lo que ha decidido el Consejo de Estado en 1904,
en las siguientes circunstancias:
IV. — La solución sería la misma si la Administración
El municipio de Blosseville-Bon-Secours concedió, por concedente no hubiese contraído compromiso de ninguna
contrato del 9 noviembre 1891, a una sociedad, el servicio clase.
público del ferrocarril funicular de Rouen-Eauplet a Bon-Se-
De hecho, esto será muy raro en la práctica. La preca-
riedad del monopolio puramente de hecho no conviene en
autorizados y en posesión de la vía pública, lo que de hecho —en derecho y en
equidad— sería inadmisible". Actualmente, todas las dificultades se salvan
absoluto a la organización de una explotación costosa. Un
por la organización de un servicio público de trasportes colectivos, concedido concesionario no podrá invertir capitales en el servicio pú-
a título exclusivo a un empresario, con contrato y pliego de condiciones. La blico, si no puede contar con determinados ingresos. La posi-
concesión a título exclusivo reemplaza al monopolio puramente de hecho.
76 Cons. de Est., 4 marzo 1904, Société du chemin de fer funiculaire de
bilidad jurídica de organizar una competencia ruinosa, es un
Bouen-Eauplet, " R e c . " , p. 198: " L a concesión hecha por la ley del 8 junio alea tan formidable que alejará a todos los empresarios serios.
1892 a los señores L. y S., cuyos derechos ejerce la Compañía recurrente, no
es constitutiva de un monopolio de trasporte en favor del concesionario". 77 " R e c " , 1904, p. 198.
LOS PRINCIPALES CONTRATOS ADMINISTRATIVOS 401
400 E L FUNCIONAMIENTO DE LOS SERVICIOS PÚBLICOS
III Una ley especial será la ley aprobatoria del acto de con-
cesión. Por ejemplo, en el precitado caso del ferrocarril fu-
Concesión de servicio público a título exclusivo nicular de Eouen-Eauplet a Bon-Secours, el contrato de con-
cesión de 1891 fué aprobado por la ley del 8 junio 1892.
I. — El monopolio de hecho del concesionario de servicio Por último, existen leyes generales que prohiben formal-
público puede resultar del compromiso formal, contraído por mente, para determinada prestación, la concesión a título
la Administración frente al concesionario, en el sentido de exclusivo, es decir, la organización administrativa de un mo-
que esta última se abstendrá de toda medida que pueda favo- nopolio de hecho. Ello significa, manifiestamente, que hay
recer una competencia hecha al concesionario. posibilidad de otorgar concesiones a título exclusivo, en los
Este compromiso formal es muy frecuente en la práctica. casos que no son aquellos previstos por la ley.
En la ley del 15 junio 1906, hay un ejemplo, con respecto
II. —Jurídicamente, esta obligación se somete a cierto a las distribuciones de energía eléctrica. El art. 8 dispone:
número de reglas: "Ninguna concesión puede impedir que se otorguen permisos
1*) Sólo es legal mientras una ley general o especial de tránsito o una concesión a una empresa competidora, con
autorice a contraerlo a las autoridades administrativas 78 . Hay, la salvedad de que esta última no gozará de condiciones más
en efecto, una limitación de la competencia. Los agentes pú- ventajosas. Sin embargo, el acto por el cual un municipio o
blicos se comprometen a no ejercer su competencia en lo futu- un sindicato de municipios otorga la concesión del alumbrado
ro. Este compromiso es, en principio, ilegal y carente de valor público y privado de todo o parte de su territorio, puede esti-
jurídico. Para que sea válido, es necesario que lo autorice un pular que el concesionario será el único que tendrá derecho
texto legal. Una ley general al respecto es la ley municipal; a utilizar las calles del municipio o de los municipios agremia-
actualmente el art. 115 de la ley municipal del 5 abril 1884, dos, dentro de los límites de su concesión, para suministrar
dice: "Son aprobados por el prefecto o por decreto... los con- el alumbrado privado mediante una distribución pública de
tratos que importan concesión a título exclusivo... de los energía, sin que pueda extenderse este privilegio a los usos
grandes servicios municipales". Cuando la ley de 1884 habla de la energía que no sean el alumbrado, ni a su empleo acce-
de concesión a título exclusivo de un servicio, autoriza, por sorio para la iluminación de los locales en los que la energía
eso mismo, a los agentes municipales a contraer el compro- se utiliza con otros fines. Mientras dure el privilegio así ins-
miso, con respecto a un concesionario de servicio público, a tituido, los permisos de tránsito otorgados por el prefecto y
no hacer nada que facilite la competencia. los actos de concesión celebrados en nombre del Estado, de«
78 La jurisprudencia del Consejo de Estado y de la Corte de Casación berán tener en cuenta este privilegio en las obligaciones im-
reconoce, desde hace mucho tiempo, la legalidad de las concesiones a título puestas a los permisionarios y concesionarios".
exclusivo, sin apoyarse en ningún texto legal. Cons. de Est., 20 mayo 1881,
Ville de Crest, " R e c . " , p. 522. Cons. de Est., 17 noviembre 1882, Compagnie La ley de 1906 hace una distinción entre: l 9 ) la distri-
des eaux, " R e c " , p. 888 (con las conclusiones del comisario del Gobierno, bución de energía destinada a fuerza motriz, con respecto a la
MARGÚEME) : " S i los municipios pueden, para asegurar el servicio dé distri-
bución de agua dentro de su territorio, conceder el derecho exclusivo de instalar cual se prohibe organizar un monopolio de hecho por una
una canalización en las calles que les pertenecen", Casac, 25 julio 1882, Com- concesión a título exclusivo, y 29) la distribución de energía
pagnie des eaux de Maisons-sur-Seine ( " D . " , 1883, 1, 106): " S i bien los destinada al alumbrado, para la cual, en cambio, es lícito otor-
municipios, para asegurar el servicio de distribución de agua dentro de su
territorio, pueden comprometerse, en los contratos que celebren a este efecto,
gar una concesión a título exclusivo, es decir, organizar por
a no concluir convenciones de la misma naturaleza con otras personas, y ase- acto administrativo un monopolio de hecho.
gurar ciertas ventajas a aquellos con quienes contratan, no pueden trasferirles Se ha pensado que la prohibición de la organización ad-
un monopolio de distribución de agua que no tienen derecho a conceder puesto
que no pueden crearlo en su beneficio personal". ministrativa de un monopolio de hecho para el servicio de
Jéxe, Dtr. Adm., III
402 EL FUNCIONAMIENTO DE LOS SERVICIOS PÚBLICOS LtOS PRINCIPALES CONTRATOS ADMINISTRATIVOS 403
alumbrado, impediría que muchos pequeños municipios en- 4*) Cuando la ley lo autoriza, la concesión a título ex-
contrasen un concesionario para el suministro de la energía clusivo es un asunto muy importante. Tratándose de una con-
destinada al alumbrado público y privado, o, por lo menos, cesión hecha por una municipalidad, el contrato administra-
les obligaría a pagar demasiado cara la electricidad. Resulta,
tivo debe ser aprobado por el concejo municipal, lia. ley de
en efecto, frecuentemente imposible en los pequeños munici-
1884 exige, además, la aprobación del prefecto o del presi-
pios, que subsistan dos empresas similares 79 .
dente de la República (art. 115).
29) El carácter exclusivo de una concesión de servicio
público no se presume. Es preciso que el acto de concesión
de servicio público no deje ninguna duda al respecto. Induda- III. — Los casos más frecuentes de concesión a titulo
blemente, no hace falta una declaración expresa; el carácter exclusivo, es decir, de organización de un monopolio de hecho
exclusivo puede resultar del conjunto de las disposiciones del a raíz de una concesión de servicio público a título exclusivo,
acto de concesión80. Así, el Consejo de Estado, a propósito de son hoy los trasportes colectivos (tranvías, ómnibus), la dis-
una concesión de servicio público de trasporte en común por tribución de agua, de gas y de electricidad. Pero no son los
ómnibus, ha resuelto que el carácter exclusivo de la conce- únicos. La ley del 5 abril 1884, art. 115, autoriza a las muni-
sión resultaba de la indicación de un recorrido, de los lugares cipalidades a hacer concesiones a título exclusivo para la
de parada, etc. La unidad del servicio, es decir, el carácter realización de todos los grandes servicios municipales. Esta
exclusivo, dimana —según el Consejo de Estado— del "pe* fórmula general es muy comprensiva, pues abarca todos los
ligro de obstrucción" de la vía pública 81 . servicios públicos municipales; en particular, el servicio de
3*) El carácter exclusivo de la concesión debe interpre- distribución de agua, de gas, de electricidad, el servicio de
tarse restrictivamente. Siendo la regla la libre competencia, limpieza y conservación de la vía pública, el servicio de tras-
toda derogación al principio general mencionado debe inter- portes colectivos (ómnibus, autobús, tranvías), etc.
pretarse estrictamente 82 .
IV. — ¿Cuáles son las consecuencias jurídicas de una
79 L a ley del 27 febrero 1925, art. 5, reproduce, en lo que concierne a los concesión de servicio público a título exclusivo?
permisos, la prohibición de organizar administrativamente un monopolio de
hecho. La ley de 1925 no agrega, como el art. 8 de la ley de 1906, " c o n la Se las puede resumir en las tres proposiciones principa-
salvedad de que la empresa competidora no gozará de condiciones más ven- les siguientes:
tajosas".
80 En este sentido HATTRIOU, Droit adm., 9* ed., 1919, p . 872: " E l mo- 1*) la concesión a título exclusivo no crea un monopolio
nopolio, que no resulta de pleno derecho de la concesión, debe estipularse en el de derecho en favor del concesionario;
¡••entido de que la Administración concedente debe ser obligada formalmente
a no favorecer a ninguna empresa competidora". 2*) la concesión a título exclusivo no priva a la Admi-
81 Cons. de Est., 16 diciembre 1921, Sassey, " R e c " , p . 1063: " L a con- nistración de la facultad de reorganizar el servicio público
cesión otorgada al señor S. importa, por la misma razón del peligro de estorbo concedido, ni de la de organizar otro servicio público comple-
que le ha hecho imponer la unidad del servicio, garantía contra toda compe-
tencia". mentario del concedido;
82 HAURIOU, Droit adm., 9» ed., 1919, p. 873: " L o s compromisos contraído» 3*) la concesión a título exclusivo confiere al concesio-
por los municipios en el sentido de no favorecer ninguna empresa competidora,
deben interpretarse restrictivamente. Es lo que ha admitido el Consejo de
nario un privilegio de explotación del servicio público con-
Estado en lo concerniente a las empresas de trasporte, por la decisión del 4 cedido.
marzo 1904, Sodété du chemin de fer funiculaire de Bouen-Eauplet ("Rec."r Es necesario considerar cada una de estas proposiciones
p. 198; supra, p. 399), en la que ha reconocido que un tranvía eléctrico no
representaba una competencia para un ferrocarril funicular". E s preciso ob- y mostrar mediante ejemplos cuál es su significación precisa.
servar que el acto de concesión lo decía expresamente. V. supra, p. 398. P consecuencia. — Una concesión a título exclusivo no
404 E L FUNCIONAMIENTO DE LOS SERVICIOS PÚBLICOS
LtOS PRINCIPALES CONTRATOS ADMINISTRATIVOS 405
crea un monopolio de derecho83. Hay gran diferencia entre el Asimismo, el Consejo de Estado acepta que un individuo
monopolio de derecho y el monopolio de hecho. no desconoce el carácter exclusivo de la concesión, al obtener
El monopolio de derecho es la prohibición impuesta a la autorización para hacer canalizaciones en el suelo de la
los que no son concesionarios, de suministrar determinada vía pública o cañerías por encima de ella, para atender varias
categoría de prestación. Por tanto, la concesión a título ex- casas o establecimientos que le pertenecen85.
clusivo no impide que los individuos se procuren la prestación Es preciso dar la misma solución para la distribución
recurriendo a otros que no sean los concesionarios. No existe de agua. Una ciudad ha concedido a un empresario, a título
compromiso, de parte de la Administración, para impedir en exclusivo, el servicio público de distribución de agua. Esto
absoluto la competencia. La competencia se hace más difícil, no quita a un individuo la libre disposición de las aguas de
pero sigue siendo posible; el público puede obtener la presta- que pueda ser propietario, para su uso particular, aunque
ción de quien no es el concesionario. dicho individuo utilice una canalización hecha en la vía pú-
blica86.
Se trata de un punto sobre el cual el Consejo de Estado
nunca vaciló. Afirma, al respecto, que no hay ni puede existir Otro ejemplo es el de una concesión del servicio público
monopolio**. de recolección de basuras. El Consejo de Estado (12 di-
ciembre 1924, Tille de Dieppe, " R . D . P . " , 1925, ps. 64 y ss.,
Por ejemplo, no obstante la existencia de una concesión con las conclusiones de RIVET) ha decidido: "El contrato ce-
a título exclusivo para la iluminación eléctrica, todos tienen lebrado . . . entre la ciudad de Dieppe y el señor D., para
derecho a fabricarse su electricidad. Aun más, un empresario
puede fabricar y vender electricidad a sus vecinos, siempre 85 Cons. de Est., 6 julio 1900, Metge, " R e c " , p. 458: "Según los tér-
que no utilice, para la distribución de la energía eléctrica, la minos del art. 6 del contrato, . . . ningún empresario de alumbrado que no sea
vía pública. E j . : distribución de electricidad en una man- el concesionario podrá instalar en la ciudad... tubos o cañerías destinados al
alumbrado público y privado mientras dure la concesión, a menos que ocurra
zana de casas. una interrupción de alumbrado por lo menos de un año, por parte del conce-
sionario actual, siendo este derecho privilegio del concesionario, lo mismo que
la aplicación, llegado el caso, de los procedimientos descubiertos y de los per-
83 Cons. de Est., 17 noviembre 1882, Compagnie genérale des eaux, feccionamientos eventuales. El señor M. ha pedido autorización para colocar,
" R e c " , p. 889. En sus conclusiones sobre este caso, MARGÚEME decía ("Rec.", por sobre ciertas calles de la ciudad..., cables exclusivamente destinados a
p. 892): " N o resulta quizá inoportuno recordar el carácter esencial de los asegurar el alumbrado de su café y del radio anexo, por medio de la electricidad
contratos celebrados por los municipios para asegurarse el beneficio de distri- que él mismo produce en el molino ...del que ha alquilado parcialmente la
bución de agua: la jurisprudencia los considera contratos de obras públi- fuerza motriz a tal efecto. Esta autorización se le ha concedido. El señor M.
cas. . . Como los municipios, por estos contratos, se comprometen a no cele- no es un empresario de alumbrado, obra por cuenta propia. Por tanto, la
brar convenciones análogas con quienes no sean sus concesionarios, los conce- Compañía... no tiene derecho a sostener que al otorgar al señor M. esta auto-
sionarios pueden estimarse investidos de un monopolio de hecho, para la pro- rización, el alcalde... ha desconocido los compromisos contraídos por la
visión de agua, pero no de un monopolio de derecho". Casación, 25 julio 1882, ciudad''.
Compagnie des eaux de Maisons-sur Seine ( " D . " , 1883, 1, 106): " S i bien
los municipios pueden comprometerse... a no concluir convenciones de la 86 Cons. de Est., 12 junio 1891, Ville de Maubeuge, " R e c " , p. 430:
misma naturaleza con otras personas, y asegurar a aquellos con quienes con- " S i bien correspondía a la ciudad, para asegurar el servicio de distribución de
tratan determinadas ventajas, no pueden trasferirles un monopolio de distri- agua dentro de su territorio, otorgar al concesionario el derecho exclusivo (de
bución de agua que no tienen derecho a conceder, puesto que no pueden crearlo colocar bajo los caminos municipales y calles de la ciudad tubos de conduc-
en su beneficio personal". ción) mencionado en el art. 1» (del pliego de condiciones), las disposiciones
del precitado artículo no han tenido por finalidad y no han podido tener por
84 Cons. de Est., 25 octubre 1918, Commune de Chagny, " R e c " , p. 942: efecto privar a la Administración militar de la libre disposición de las aguas
"Si bien los municipios no pueden constituir, en beneficio de un tercero, el que pertenecen al Estado y que alimentan su canalización, desde época lejana.
monopolio del alumbrado privado, les corresponde, para asegurar, dentro de su Por resolución..., la autoridad municipal no había renunciado a la facultad
territorio, el servicio de alumbrado tanto público como privado, comprometerse de otorgar permisos de tránsito a los efectos de autorizar la refección de una
a no autorizar o favorecer, dentro del dominio municipal, a ningún estableci- antigua canalización, destinada a conducir esas aguas en los establecimientos
miento que pueda hacer competencia a su concesionario". militares, para cuyo uso están exclusivamente afectadas*'.
406 E L FUNCIONAMIENTO DE LOS SERVICIOS PÚBLICOS
, Los PRINCIPALES CONTRATOS ADMINISTRATIVOS 407
sibilidad de satisfacer los compromisos contraídos. En estas tario del matadero construido por el concesionario). Es pre-
condiciones, corresponde —de conformidad a las conclusio-
ciso únicamente que los contratantes se separen en iguales
nes de la petición— pronunciar la rescisión del contrato en
favor del señor T.88 y condenar a la ciudad... a indemnizar condiciones. Este resultado se obtendrá si el concesionario
los daños que para él resultan del incumplimiento del con- que, como ya se dijo, cumplió con todas sus obligaciones pe-
trato". cuniarias desde el comienzo de la concesión hasta su resci-
sión, recibe del municipio una indemnización que comprenda:
En este asunto, el comisario del Gobierno, PICHAT, pro- l 9 ) necesariamente, el monto de las diversas percepciones
puso limitar la responsabilidad del municipio a los daños —tasas de eliminación, valor de los despojos— de que ha sido
sufridos por el empresario, y no pagarle el beneficio que dejó privado, durante el mismo período y por el hecho del muni-
de percibir: "El concesionario —expresaba PICHAT— ha cum- cipio, con deducción de los gastos de explotación correspon-
plido con todas las obligaciones pecuniarias que le imponía dientes a estas percepciones. Si este primer rubro de indem-
el pliego de condiciones. En especial, ha suministrado el ma- nización permite al señor T. cubrir sus gastos y obtener a la
terial y el personal; ha instalado un corral de descuartiza- vez un beneficio, o solamente cubrir sus gastos, se lo indem-
miento y un local de eliminación. El municipio le d e b e . . . nizará completamente en la medida en que debe serlo, puesto
una compensación pecuniaria. La determinación de esta com- que no debe tenerse en cuenta los beneficios que hubiera ob-
pensación pecuniaria es delicada. Si el contrato hubiese pre- tenido del contrato con posterioridad a la rescisión. Pero si
visto la eventualidad de una imposibilidad de cumplimiento r no se cubren los gastos, la indemnización deberá comprender:
bastaría aplicar sus disposiciones (v., para las construcciones 29) la parte de los gastos del señor T., para satisfacer las
de mataderos: Cons. de Est., 26 enero 1894, YUle de Lorient, obligaciones de su contrato (locales, material, personal), que
"Rec", p. 68; 16 enero 1903, Commune de Juvisy, "Rec", p. no fuese amortizado por las diversas percepciones, que ya ha
16; 4 marzo 1904, Société genérale des abattoirs, p. 174). Aquí r recibido, o por la porción de la indemnización que debe pa-
en caso de falta de disposición expresa del contrato, la indem- gársele, referente a los ingresos de que se lo ha privado".
nización debe regularse según los principios siguientes: El
El Consejo de Estado ha adoptado estos principios rec-
señor T. no tiene derecho a que se le indemnice por la privación
tores 89 .
de los beneficios que pudo obtener de la concesión, si el con-
2* consecuencia. — La concesión a título exclusivo no
trato se hubiese realizado. En efecto, el incumplimiento por
quita a la Administración el poder de reorganizar el servicio
parte del municipio no es voluntario, sino que proviene de un
público concedido, ni de organizar otro servicio público com-
obstáculo legal. No sería justo, entonces, hacer soportar, en
plementario del concedido. Si se adoptase la solución contra-
lo futuro, las consecuencias, al municipio antes que al con-
ria, se sacrificaría el interés general (satisfacción adecuada
cesionario (v., sin embargo: Cons. de Est., 19 marzo 1897,
de una necesidad colectiva) al interés particular del con-
Audibert, "Rec", p. 230; 12 enero 1906, Commune de Caudry,
cesionario.
"Rec", p. 22. Pero la situación era un poco diferente de la
Cabe reconocer que el Consejo de Estado no siempre ha
del caso actual, porque el municipio se convertía en propie-
hecho privar el interés general sobre el interés particular del
88 En sus conclusiones ( " R e c " , 1910, p. 196), PICHAT decía: "Existe,, concesionario.
por consiguiente, una cláusula del contrato que, en realidad, el municipio no 89 Al designar a los peritos, ha trazado el programa a seguir: "Esta
cumple, debido a una imposibilidad legal. Resulta así, en la especie, que eT indemnización —establece el fallo— deberá comprender: 1*) el monto de las
contrato, en verdad, no se cumple en su conjunto; porque aquélla es la cláusula
diversas percepciones de que se ha privado al concesionario..., con deducción
esencial del contrato, y por sí sola no debe importar alea. Es preciso concluir
de ahí que el señor T. está autorizado para pedir la rescisión, es decir, para de los gastos de explotación correspondientes a dichos recursos; 2«) la
que se lo releve de su compromiso (Cons. de Est., 19 marzo 1897, Audibert, parte de loa gastos arriesgados por el señor T., para satisfacer las obligaciones
" R e c " , p. 230; 4 mayo 1900, Commune de la Turballe, " R e c " , p. 303)". del contrato y que no sería amortizada por las percepciones diversas hechas
por ™, o por las que están previstas en el párrafo anterior".
410 E L FUNCIONAMIENTO DE LOS SERVICIOS PÚBLICOS LOS PRINCIPALES CONTRATOS ADMINISTRATIVOS 411
A título de ejemplo se puede citar un fallo del Cons. de concede a una Compañía de gas el servicio público del alum-
Estado relativo a una concesión a título exclusivo de un servi- brado (público y privado). El acto de concesión establece
cio de trasporte colectivo por ómnibus (de tracción a sangre). que el concesionario tendrá, durante tantos años —treinta,
Un municipio había concedido un servicio de ómnibus de trac- por ejemplo—, "el privilegio exclusivo de instalar en las
ción a sangre por veinte anos, según determinado recorrido, calles y terrenos dependientes de la vía pública urbana, tubos
con la salvedad expresa de que, si se estableciese en la ciudad destinados al alumbrado", y que, durante el mismo plazo, se
un sistema de tranvías con rieles —cualquiera fuese el medio encargará exclusivamente de la empresa del alumbrado pú-
de tracción—, se retiraría la mencionada autorización de pleno blico de la ciudad". Posteriormente, habiéndose vuelto fácil
derecho sin reparación ni indemnización y que aquélla se y práctico el alumbrado eléctrico, la municipalidad concedente
anularía en caso de paralización no justificada cuya duración desea que los habitantes se beneficien con el descubrimiento
excediese de un mes, en el funcionamiento del servicio. Poste- de este nuevo sistema de iluminación, para lo cual contrata
riormente, el municipio autorizó a otro empresario a orga- con una sociedad eléctrica y le concede, por cierto número de
nizar un servicio de autobuses. años, el privilegio exclusivo de instalar, en las calles munici-
En estas circunstancias de hecho, el Consejo de Estado pales, hilos, cables y otros aparatos destinados a la distribu-
ha decidido (16 diciembre 1921, Sassey, "Kec", p. 1063) : "La ción de la luz eléctrica.
concesión hecha al señor S., importa por la razón misma del En otros términos: la municipalidad organiza, junto al
peligro de obstrucción que le ha hecho imponer la unidad del primer servicio público de alumbrado a gas, un segundo servi-
servicio, una garantía contra toda competencia, y sólo puede cio público, el del alumbrado eléctrico. La primera concesión
dar lugar a revocación en los dos casos expresamente estipu- a título exclusivo, ¿es un obstáculo jurídico para esta reor-
lados, de creación de un servicio de tranvías con rieles, o de ganización del servicio público de alumbrado?
interrupción del servicio, no justificada, que dure más de un El Consejo de Estado tenía que hallar una solución, que
mes. Por resolución... el alcalde de Auxerre ha autorizado respondiese a las tres condiciones siguientes:
al señor O. a organizar un servicio de autobuses con el mismo 1*) no establecer un monopolio en beneficio del conce-
recorrido y los mismos puntos de parada que el servicio de sionario; 29) no sacrificar el interés general, es decir, no su-
ómnibus del recurrente. El señor S. tiene derecho a sostener primir el derecho y el deber de la Administración de reor-
que esta decisión atenta contra los derechos que emanan de ganizar el servicio público, según las necesidades del interés
su concesión". general; 3*) dar un valor práctico al privilegio del concesio-
Esta solución es discutible, pues sacrifica el interés ge- nario a título exclusivo.
neral al interés particular del concesionario. El interés gene- El Consejo de Estado no halló de inmediato una solución
ral exige que la municipalidad pueda beneficiar a los habi- completamente satisfactoria, es decir, que respondiese a la
tantes con un servicio de trasporte colectivo por autobús, y segunda condición: reorganización del servicio público con
que la resistencia del concesionario de ómnibus de tracción a miras al interés general.
sangre no obliga a los habitantes a utilizar, durante muchos I 9 ) En un primer pronunciamiento del 26 diciembre 1891,
años, este medio de trasporte desusado. Compagnie du gaz de Saint-Etienne ("Rec", p. 789, con las
Más seductora y más correcta es la jurisprudencia del conclusiones de VALABRÉGUE 90 ), el Consejo de Estado expresó:
Consejo de Estado en lo concerniente a las concesiones a título "Si bien los municipios no pueden establecer el monopolio del
exclusivo del servicio público de alumbrado. alumbrado privado en beneficio de un tercero, les correspon-
En una época en que la electricidad no había entrado so Estas conclusiones no plantean la cuestión sobre el terreno de los prin-
aún en el terreno de las aplicaciones prácticas, un municipio cipios generales del derecho público.
412 E L FUNCIONAMIENTO DE LOS SERVICIOS PÚBLICOS
Los PRINCIPALES CONTRATOS ADMINISTRATIVOS 413
de —para asegurar dentro de su territorio el servicio del 29) El Consejo de Estado ha considerado, poco más tarde
alumbrado, tanto público como particular— no autorizar o (22 junio 1900, Commune de Maromme, "Rec", p. 415), que
favorecer en el dominio municipal, a ningún establecimiento la concesión a título exclusivo no podría llegar a impedir que
que pueda hacer competencia a su concesionario. De las dis- la municipalidad, indirectamente, ante la amenaza de una de-
posiciones combinadas de los contratos celebrados en 1851 y manda por daños e intereses, modificase el servicio público de
1857, entre la ciudad de Saint-Etienne y la Compañía del gas, alumbrado a gas, autorizando otro servicio de alumbrado por
resulta que se ha encargado a dicha Compañía única y exclu- electricidad. Ello equivaldría a sacrificar el interés general
sivamente el servicio de alumbrado en la mencionada ciudad, al interés privado del concesionario. En 1900, el Consejo de
mientras dure el arrendamiento, sin distinción alguna entre Estado ha ideado, pues, una combinación muy atractiva.
el alumbrado público y el privado. Si estos contratos regla- Cuando las autoridades municipales quieren organizar
mentan únicamente el alumbrado a gas, único procedimiento en un municipio un servicio público de alumbrado eléctrico
usado entonces, el art. 14 del contrato de 1857 confiere a la —cuando ya han confiado la explotación del servicio de ilu-
ciudad la facultad de imponer a la Compañía —bajo ciertas minación, por concesión y a título exclusivo, a una Compañía
condiciones determinadas— la adopción de todo nuevo siste- de gas—, deben "intimar al concesionario a suministrar la
ma de alumbrado que —como consecuencia de los descubri- luz eléctrica en las condiciones ofrecidas por el empresario de
mientos de la ciencia— sustituyese en París y en Lyon al este nuevo sistema de alumbrado", que ha hecho proposiciones
sistema en uso hasta entonces. Al imponer, así, a su Compañía serias al municipio. "Si la Compañía de gas propone a la
concesionaria la obligación de hacerla beneficiar con la apli- municipalidad sustituir el alumbrado que era el objeto de la
cación de los futuros descubrimientos, la ciudad ha precisado, primera concesión, por el alumbrado eléctrico, y si el muni-
por eso mismo, el alcance y el sentido de los compromisos que cipio rechaza esta proposición", únicamente en este caso la
contraía con la mencionada empresa y del derecho exclusivo concesión hecha a la Sociedad eléctrica "importa una viola-
que entendía concederle. A este respecto, la común intención ción de las obligaciones admitidas por la municipalidad con
de las partes está afirmada expresamente, por lo demás, por respecto a su concesionario (Compañía de gas), y esta última
los propios términos de los acuerdos del, concejo municipal tiene derecho a pedir la reparación del perjuicio que resulta
que han precedido y preparado los dps contratos. De ahí se para ella91.
desprende que al celebrar con la Sociedad Edison, un con- Más tarde, en un nuevo fallo del 10 enero 1902, Com-
trato que autorizaba a ésta para instalar en las calles urbanas pagnie du gaz de Deville-lés-Rouen ("Rec", p. 5), el Consejo
hilos para la distribución de la luz eléctrica a los particulares de Estado describió minuciosamente el procedimiento a seguir,
y al estipular también, en favor del municipio, una contribu- lo que da la significación enteramente precisa del monopolio
ción proporcional al número de lámparas colocadas, la ciudad de hecho de que goza el concesionario a título exclusivo de la
de Saint-Etienne ha desconocido sus obligaciones con respecto distribución de alumbrado público y privado: "Se hará jus-
a la Compañía de gas. Por tanto, la mencionada Compañía ticia, por lo que hay de fundado en sus pretensiones contra-
tiene derecho a pedir la anulación de la resolución por la cual rias —del municipio y de la Compañía de gas—, reconociendo
el Consejo de prefectura ha rechazado su demanda por daños a la Compañía el privilegio del alumbrado por cualquier sis-
e intereses". tema, y al municipio... la facultad de asegurar este servicio
El Consejo de Estado condenó a la ciudad de Saint-Etien- mediante la electricidad, concediéndolo a un tercero en caso
ne a pagar daños e intereses a la Compañía de gas, mientras de que la Compañía (de gas) debidamente intimada, se rehu-
no se hubiese dejado sin efecto la segunda concesión otorgada
a la Sociedad eléctrica. 91 Éstos son los términos mismos del pronunciamiento del Cons. de Est.,
22 junio 1900, Commune de Maromme, " R e c . " , p. 415.
414 E L FUNCIONAMIENTO DE LOS SERVICIOS PÚBLICOS LOS PRINCIPALES CONTRATOS ADMINISTRATIVOS 415
sase a prestarlo en las condiciones aceptadas por este últi- Supongamos, en cambio, que la Administración haya
mo"92. autorizado a un empresario de alumbrado para ocupar la vía
39) El Consejo de Estado no llega todavía muy lejos. pública para el suministro de luz; en tal caso, puede invo-
Según él, si el acto de concesión a la Compañía de gas con- carse el privilegio 94 .
tiene una cláusula relativa al alumbrado eléctrico, es preciso El Consejo de Estado se muestra todavía muy exigente
aplicarla, sea cual fuere. Este último punto suscita la obje- con la Administración. No sólo existe violación del privilegio
ción principal, de sacrificar el interés general al interés pri- del concesionario a título exclusivo cuando la Administración
vado del concesionario. Una cláusula del acto de concesión no concede directamente autorizaciones en las calles que ella
puede restringir el derecho y el deber de la municipalidad de misma administra, sino también cuando emite una opinión
procurar a los habitantes el mejor alumbrado, en las mejores favorable a una autorización que debe conceder otra autoridad
condiciones pecuniarias posibles. Conviene, pues, decidir que, sobre las calles que no administra 95 .
cualquiera sea la cláusula inserta en el acto de concesión a El Consejo de Estado, al parecer, declara aún que el mu-
título exclusivo, la Administración tiene derecho a intimar al nicipio es responsable pecuniariamente respecto al concesio-
primer concesionario a título exclusivo que suministre la luz nario a título exclusivo, si, conociendo la existencia de cana-
eléctrica, en las condiciones seriamente propuestas por un lizaciones en los caminos nacionales, autorizadas por el pre-
candidato a concesionario83. fecto antes de la concesión a título exclusivo y sin la opinión
3r consecuencia. — La concesión a título exclusivo con-
fiere al concesionario un privilegio de explotación del servicio 94 Cons. de Est., 14 enero 1921, Ville d'Oloron, " K e c " , p. 51: " E l pri-
vilegio de la Sociedad de gas y de electricidad de la ciudad... comprende la
público concedido. En otros términos: si bien el concesionario provisión de la energía eléctrica destinada a todos los demás usos que no sean
no goza de un monopolio de suministro de la prestación, si la distribución de la fuerza motriz para hacer funcionar las máquinas... A
bien no puede impedir que la Administración reorganice el consecuencia de las autorizaciones concedidas... para instalar cables sobre las
calle* para la distribución de la electricidad empleada como fuerza motriz, los
servicio público o lo complete, el concesionario a título exclu- señores M. han suministrado corriente que ha servido, no solamente para hacer
sivo tiene derecho a exigir que la Administración no favorezca funcionar máquinas, sino también para iluminar talleres, escritorios, almacenes
a un competidor, mientras no se modifique el servicio, o, en y locales de habitación de sus abonados. Este suministro se ha efectuado con
caso de modificación, que se le dé preferencia respecto de los menosprecio de las estipulaciones de los contratos celebrados entre la ciudad...
y la Sociedad de gas y de electricidad. Esta última tiene derecho a sostener
demás empresarios para explotar el nuevo servicio. que el perjuicio que se le ha causado proviene de un hecho del que es respon-
Veamos algunas aplicaciones de estas ideas: sable la ciudad. Si ésta ha subordinado las autorizaciones otorgadas a los
ler. ejemplo. — Concesión a título exclusivo del servicio señores M. a la condición de que la energía eléctrica distribuida por ellos no
ge emplearía nunca en un uso que no fuese la provisión de fuerza motriz,
público de alumbrado. Ante todo, no se atenta contra el ca- correspondía al alcalde, en presencia de abusos comprobados, dejar sin efecto
rácter exclusivo de la concesión cuando: l 9 ) la Administra- los permibos concedidos en razón de la inejecución de las condiciones estable-
ción autoriza a un individuo que no es un empresario de cidas. La revocación no se pronunció. Por consiguiente, la ciudad no tiene
alumbrado; 29) cuando no hay autorización para el uso de la fundamento para considerarse liberada de toda responsabilidad".
»5 Cons. de Est., 25 octubre 1918, Commime de Chagny, " R e c " , p. 942:
vía pública. Si se cumple una de estas dos condiciones ello no " A l dar una opinión favorable a la concesión —por el prefecto— de permi-
afecta el privilegio del concesionario, porque dicho privilegio sos sobre dependencias del tránsito mayor, que se otorgarían a la Sociedad...
no es un monopolio (v. supra, p. 411). con miras a la instalación de canalizaciones para conducir la energía eléctrica,
y al otorgar por sí misma a la mencionada Compañía, autorizaciones sobre lo»
92 Esta jurisprudencia ha sido confirmada por numerosos fallos. Véase: caminos del tránsito menor, la ciudad..., que, por lo demás, no había intimado
Cons. de Est., 7 noviembre 1919, Compagnie céntrale d'eclairage et de chauf- a la Compañía de gas para que la beneficiase con el alumbrado eléctrico, ha
fage par le gas, " R e c . " , p. 798. desconocido sus obligaciones con el señor B. Por tanto, es con toda razón que
s*3 En este sentido, HAURIOÜ, notas en " S i r e y " , 1894, 3, 1; 1902, 3, 17; el Consejo de prefectura, por la resolución impugnada, ha reconocido el dere-
1903, 3, 65; y Précis du droit administranf, 9» ed., 1919, ps. 873 y ss. cho a indemnización que tiene el concesionario".
416 E L FUNCIONAMIENTO DE LOS SERVICIOS PÚBLICOS
Los PRINCIPALES CONTRATOS ADMINISTRATIVOS 417
29 caso. — Concesión de un servicio público de distribu- sa, con ignorancia de la teoría general de la concesión de
ción de energía eléctrica para la fuerza motriz (ley del 15 servicio público; también sobre esta cuestión hay gran
junio 1906 y las subsiguientes, en especial la ley del 27 fe- oscuridad:
brero 1925). V) Las leyes y los autores no diferencian con bastante
La ley de 1906 (art. 8) prohibe formalmente la conce- claridad la empresa privada de distribución pública de ener-
sión a título exclusivo. La concesión de un servicio público gía eléctrica, y el servicio público de distribución de energía
de distribución de energía eléctrica, sólo puede organizarse eléctrica. En ambos casos, los textos hablan de servicio. Pero
bajo el régimen de la libre competencia; en otros términos, el servicio de distribución pública de energía eléctrica no está
no puede haber en este caso concesionario privilegiado100. constituido necesariamente en servicio público. Por tanto,
La ley reglamenta la distribución de energía eléctrica todo empresario que presta el servicio de distribución pública
para fuerza motriz con una terminología imprecisa, defectuo- de energía, no es necesariamente un concesionario de servi-
cio público.
mente, en lo que concierne al precio máximo admitido para el alumbrado de 29) Toda empresa de distribución de energía eléctrica,
los particulares, . . . l a Municipalidad se ha limitado a tener en cuenta las constituida o no en servicio público, supone una ocupación
proposiciones para las que se la ha requerido y a hacer beneficiar a los consu- de la vía pública. Los textos no distinguen el acto jurídico
midores con una ventaja que se le ofrecía libremente, y que ninguna disposi-
ción de su contrato con la Sociedad eléctrica le prohibía aceptar. En estas
que autoriza la ocupación de la vía pública —que siempre
condiciones, la rebaja del máximo no ha sido el resultado de la intervención existe, ya se trate de una empresa privada o de una concesión
de la Municipalidad, sino la consecuencia natural de una competencia que de servicio público— y el contrato de concesión de servicio
preveía el art. 9 del contrato de 1890. Por consiguiente, la mencionada sociedad público, que manifiestamente no existe en el caso de empresa
no tiene derecho a exigir a la ciudad una indemnización por reparación del
perjuicio que ha podido ocasionarle esta disminución de precio. Por otra parte, privada. Los textos legales y los juristas han construido su
. . . la ciudad, luego de reservarse el derecho de otorgar todas las concesiones, sistema partiendo exclusivamente de la ocupación del dominio
permisos o autorizaciones de su competencia, ha explicado que puede, bajo público, sin preocuparse de la teoría general de la concesión
ciertas condiciones, según los términos . . . del contrato celebrado entre ella y
la Compañía del gas, obligar a esta última a trasformarse en sociedad eléc- de servicio público.
trica. Por consiguiente, la Sociedad recurrente (eléctrica) no tiene funda- 39) La misma palabra concesión se emplea en los textos
mento para pretender que la competencia de la Compañía del gas es de las legales franceses y en los pronunciamientos del Consejo de
que no podía prever para la venta de la energía eléctrica, y para sostener
que al otorgar a esta Compañía la autorización para instalar conductores de Estado, para designar la autorización para ocupar de manera
electricidad en todo su territorio, la ciudad ha faltado a sus obligaciones estable101 la vía pública, aun con un interés privado102, o el
para con ella".
ioo Cons. de Est., 12 julio 1918, Lefebvre, " R e c " , p. 699: " E l acuerdo íoi TROTABAS, De l'utilisation du domaine public par les particuliers
impugnado (del Concejo municipal) se ha adoptado con posterioridad a la (tesis, París, 1924, ps. 93 y ss.; ps. 120 y ss.), opone el permiso de ocupación,
entrada en vigencia de la ley del 15 junio 1906. Por consiguiente, se sometía "forma precaria de utilización privativa" del dominio público, a la concesión
necesariamente a las disposiciones de dicha ley. Según los términos del art. 8 que " s e distingue de las demás formas de utilización privativa por un carácter
de ella, ninguna concesión puede impedir —salvo en materia de alumbrado propio: produce siempre una situación contractual. El concesionario es siempre,
público y privado— que se otorguen permisos de tránsito o una concesión a una por definición, titular de un verdadero derecho... En otros términos: el con-
empresa competidora, con la reserva de que ésta no contendrá condiciones más cesionario debe estar en condiciones de defender su concesión contra los ter-
ventajosas. Al conceder al señor V., por su acuerdo..., «el derecho exclusivo ceros y contra la Administración, dirigiéndose directamente al juez del con-
de instalar y de conservar dentro del territorio del municipio los cables des- tencioso pleno' '. Reservamos la oposición entre el carácter precario del permiso
tinados a una distribución pública de energía eléctrica», no sólo para la de ocupación y el carácter estable de la concesión de ocupación del dominio pú-
distribución del alumbrado, sino también para la de la fuerza motriz y de la blico.
calefacción, el Concejo municipal... ha desconocido la disposición legislativa 102 Cons. de Est., 16 noviembre 1900, Leboucker, " R e c . " , p. 626: "Los
arriba recordada. Por tanto, la mencionada deliberación era nula de derecho, señores L. . . . , concesionarios de líneas telefónicas de interés privado, han
y, por consiguiente, el recurrente tiene derecho a sostener que, equivocada- entablado ante el Consejo de prefectura una demanda para que se determinen
mente, el prefecto... se ha negado a declarar esta nulidad". las condiciones en que el Estado está obligado a asegurarles el uso de estas
»
Los PRINCIPALES CONTRATOS ADMINISTRATIVOS 421
420 E L FUNCIONAMIENTO DE LOS SERVICIOS PÚBLICOS
422 E L FUNCIONAMIENTO DE LOS SERVICIOS PÚBLICOS Los PRINCIPALES CONTRATOS ADMINISTRATIVOS 423
Sería deseable, para evitar las oscuridades, las confusio- tración para la ejecución de las obras públicas, del derecho
nes y los errores, que jamás se usase sola la palabra concesión ; de expropiar en nombre de la autoridad concedente, del dere-
convendría decir: concesión de ocupación (del dominio pú- cho de instalar soportes y anclajes fijos para los conductores
blico), concesión de servicio público. aéreos sobre las casas de los particulares, del derecho de
En todo caso, la primera cosa que debe hacerse es deter- hacer pasar los conductores de electricidad por encima de
minar cuidadosamente en cada hipótesis, si se está en pre- las propiedades privadas o de colocar cañerías fijas en las
sencia de un x verdadero servicio público o de una empresa propiedades de los particulares, etc. Todo esto supone, esen-
privada de distribución pública de energía. Si no hay servicio cialmente, que hay organización de un verdadero servicio
público, evidentemente no puede haber concesión de servicio público.
público. Estas teorías no tienen nada que hacer aquí 105 , aunque
Por consiguiente, la distribución al público de la energía se trate de un empresario privado que deseando distribuir al
eléctrica no debe necesariamente erigirse en servicio público. público la energía eléctrica, ha obtenido una concesión de
La ley no lo exige. Puede haber empresa privada de distribu- ocupación de la vía pública.
ción pública de energía eléctrica, o concesión del servicio pú- La mayoría de los autores propone otra interpretación
blico de distribución pública de energía eléctrica. de las leyes de 1906 y de 1925. Según ellos, toda concesión
En el primer caso se aplicarán las reglas del derecho de ocupación del dominio público entrañaría, necesariamente,
privado, salvo en lo que concierne a la validez e interpreta- concesión de servicio públicolwt. Pero ellos omiten justificar
ción de los actos administrativos que autorizan la ocupación
del dominio público. En particular, son aplicables a las em- ios La teoría de las obras públicas no podría aplicarse al caso de distri-
presas privadas las teorías de la expropiación, de las contri- bución colectiva por empresa privada, con permiso de ocupación de vía pública.
¿Sería aplicable al caso de empresa privada, pero con concesión simple de
buciones (tasas), de las tarifas reglamentarias, etc., aunque ocupación? Es preciso, primero, suponer que la concesión de ocupación' se ha
exista concesión de uso de la vía pública. otorgado con la cláusula de entrega de las instalaciones a la Administración, al
En el segundo caso se aplicarán las reglas generales del término de la concesión de ocupación. En consecuencia, puede decirse que, en
este caso, las. instalaciones se hacen por cuenta de la Administración y que la
derecho público relativas a las concesiones de servicio público noción extensiva de obras públicas (supra, p. 357) no exige que exista servicio
(obras públicas, expropiación, tasas, tarifas reglamentarias, público. Se cita, en este sentido, un pronunciamiento del Cons. de Estado, del
etcétera). 30 julio 1909, Compagnie électrique de la Loire, ' ' Rec.'', p. 796. Este fallo se
refiere a dos Compañías eléctricas demandadas por responsabilidad por acci-
Existe un caso en que, sin vacilación posible, hay conce- dente. Decide: "Los cables conductores de energía eléctrica pertenecientes a la
sión del servicio público de distribución de energía eléctrica; Compañía (de tranvías) los ha colocado ella sobre la vía pública, en virtud de
es aquel en que se ha dictado un decreto, oído el Consejo de su contrato de concesión. Por tanto, tratándose de una reclamación fundada
en la mala ejecución de una obra pública, resulta jurídicamente correcto que el
Estado, sobre declaración de utilidad pública de la concesión Consejo de prefectura se haya declarado competente... No se desprende del
de ocupación del dominio público. La ley de 1906 —art. 12— expediente que la Compañía (électrique de la Loire) haya colocado BUS cables
establece que la declaración de utilidad pública inviste al eléctricos en la ciudad... en carácter de concesionaria del alumbrado, público
concesionario de los derechos que pertenecen a la Adminis- o privado; las instalaciones de esta empresa, hechas únicamente en virtud de
un permiso de ocupación de vía pública, no tienen el carácter de obras públicas;
por tanto, el Consejo de prefectura era incompetente*'. Como se ve, este fallo
siempre de larga duración (v. supra, ps. 400 y ss.), implica una ocupación se vincula estrechamente con el problema de saber si ha habido o no contrato
estable del dominio público. La concesión le confiere este derecho a una de concesión de servicio público (tranvías, alumbrado); subsidiariamente, con
ocupación estable. Por otra parte, la ley del 27 febrero 1925 excluye los per- la naturaleza de la autorización para ocupar la vía pública (permiso). No
misos de ocupación para la distribución de energía eléctrica en la que la potencia tiene, pues, la significación que se le asigna. Cfr., Casac. civ., 28 noviembre
total de la linea excede de los 100 kilovatios. Por tanto, la concesión de este 1923, Bulletin des usines électriques, 1924, p. 12.
servicio público implica siempre una concesión de uso de la vía pública, y no un loe A. MESTRE, Propriétaires et compagnies de distribution d'énergie élec-
permiso de ocupación de vía pública. trique, 1925, y notas en " S i r e y " , 1924, 1, 241 y 289.
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424 E L FUNCTONAMIENTO DE LOS SERVICIOS PÚBLICOS LOS PRINCIPALES CONTRATOS ADMINISTRATIVOS 425
esta proposición, olvidan examinar si su solución se ajusta a Francia, empresarios privados, aunque la ley prevea el esta-
la teoría general de la concesión de servicio público. En lugar blecimiento de tarifas máximas.
de combinar la concesión de ocupación del dominio público Asimismo, el pliego de condiciones, la tarifa máxima, la
con la concesión de servicio público, parten de la concesión de cláusula de entrega de las instalaciones al término de la con-
ocupación sin inquietarse, en lo más mínimo, por las reglas cesión de uso, no hacen necesariamente, de los empresarios de
de la concesión de servicio público. distribución pública de energía eléctrica que han obtenido
Para afirmar que existe concesión de servicio público, se una concesión de ocupación del dominio público, concesiona-
atienen a hechos que carecen de importancia esencial, que se rios de un servicio publico de distribución pública de energía
encuentran en una cantidad de casos de empresas privadas, y eléctrica. La existencia de un pliego de condiciones y de una
que, por consiguiente, no justifican su solución. Por ejemplo, tarifa máxima, hacen simplemente de las empresas de distri-
cuando existe concesión de ocupación para distribuir energía bución de energía eléctrica, profesiones reglamentadas; la
al público, el empresario debe someterse a las cláusulas de protección del público en lo relativo a los precios es una
un pliego de condiciones, suscribir una convención con la contraprestación del monopolio puramente de hecho que exis-
Administración, aceptar una tarifa máxima para la venta
al público, y dejar a la Administración las instalaciones he- tirá en beneficio de los empresarios de distribución.
chas sobre el dominio público. Además, es preciso reconocer —si había allí concesión
Pero ¿cómo puede deducirse de esto que hay servicio pú- de servicio público— que ella importaría muy graves deroga-
blico de distribución? Estas reglas particulares se hallan en ciones del régimen normal de la concesión de servicio público.
empresas que no son ciertamente servicios públicos. Verbi- En especial, la iniciativa de la creación de este servicio pú-
gracia: el "concesionario de una línea telefónica privada", blico emanaría del empresario y no de la Administración, lo
que ocupa la vía pública, celebra con la Administración —se- que es un signo característico de la empresa privada109; las
gún el Consejo de Estado— un "contrato"101. El "concesiona- obras efectuadas por los simples concesionarios de distribu-
rio" de un terreno de la Administración dado para cons- ción, no son evidentemente obras que justifiquen la expropia-
truir un teatro que al término de la concesión pasará a ser ción por causa dé utilidad pública (arg. a contrario del
propiedad de la Administración, no es necesariamente un con- art. 12); las sumas pagadas por el público al mencionado
cesionario de servicio público, ya que no realiza un fin de concesionario, son tasas propiamente dichas; la tarifa no está
utilidad pública108. Los panaderos y los carniceros son, en establecida ni homologada por acto administrativo; la Admi-
nistración sólo fija una tarifa máxima, etc.
107 Cons. de Est., 16 noviembre 1900, Leboucher, " R e c " , p. 626: " L a s
sumas que los 'concesionarios (de lineas telefónicas de interés privado) están
obligados a pagar en virtud de sus contratos, tanto por gastos de instala- pasar a ser propiedad de la ciudad de París, el Palacio en cuestión no estaba
ción o de conservación como derechos de uso, se descuentan según una tarifa destinado a asegurar un servicio público, o satisfacer un fin de utilidad pública.
determinada e impuesta a todo concesionario de líneas telefónicas de interés Por otra parte, la convención a celebrarse entrañaba una asignación de goce,
privado, en razón de la afectación de dicha línea a su uso". mediante el pago de una contribución anual... El proyecto de convención par-
108 Cons. de Est., 14 abril 1916, Astruc, " R e c . " , p. 164 (con las conclu- ticipaba, así, de la naturaleza de un contrato de derecho común...". Cons. de
siones de OORNEILLE, " R . D . P . " , 1916, ps. 377 y ss.): " L a demanda... tendía Est., 12 mayo 1922, Ville de Saint-Malo, " R e c " , p. 413: " S i bien el Concejo
a hacer condenar a la ciudad de París al pago de una indemnización, como- municipal ha concedido a la sociedad anónima del Gran Casino un terreno, con
consecuencia de la inejecución de una promesa de concesión de un solar sito» cargo de construir en él un inmueble que debía, al concluir la concesión, pasar
en los Champs-Elysées, para la construcción de un Palacio filarmónico. Si a ser propiedad de la ciudad, el inmueble de que se trata no estaba destinado
bien, en razón del solar que debía ocupar el Palacio proyectado, el Concejo- a asegurar un servicio público, o satisfacer un fin de utilidad pública".
municipal insertó en su acuerdo... ciertas prescripciones relativas a las di- loo OOKNEILLE, conclusiones en el caso Astruc, " R . D . P . " , 1916, p. 374:
mensiones de este inmueble 7 a su arreglo, 7 a pesar de que este inmueble "¿Quién ha tomado la iniciativa de las obrasf ¿Acaso la autoridad local, tra-
débia, al término de la concesión, en caso de que ésta se hubiese realizado, tando de satisfacer los deseos de los habitantes?".
426 E L FUNCIONAMIENTO DE LOS SERVICIOS PÚBLICOS LOS PRINCIPALES CONTRATOS ADMINISTRATIVOS 427
En mi opinión, todo esto hace muy dudoso que la simple Cómica. En esta última circunstancia, el Consejo de Estado
concesión de ocupación del dominio para una distribución ha dicho en conclusión que el director es un concesionario de
pública de energía eléctrica, sea necesariamente una conce- servicio público y que el vínculo que lo une al Estado es un
sión de servicio público. Creemos que allí puede haber empresa contrato administrativo de concesión de servicio público112.
privada de distribución, con concesión de uso del dominio pú- Esta solución es muy discutible. No basta, para que exista
blico, es decir, con autorización de ocupación estable. El único servicio público propiamente dicho, que la Administración
caso necesario de concesión de servicio público es el de la establezca una organización para satisfacer una necesidad de
concesión de ocupación, declarada de utilidad pública. interés general. Se necesita algo más. Es preciso que el fun-
Lo cierto es que los redactores de las leyes de 1906 y de cionamiento regular y continuo del servicio sea tan esencial,
1925, ignoraban la teoría general de la concesión de servicio que justifique la aplicación de reglas propias que estén fuera
público. Esto resulta muy lamentable y hace oscura e incohe- de la órbita del derecho privado 113 .
rente a la reglamentación.
112 Cons. de Est., 27 julio 1923, Gheusi, " R . D . P . " , 1923, p. 560 (con
Ser. caso. — Concesión de un servicio público de espec- las conclusiones de MAZERAT) : " L a resolución ministerial... que encarda al
táculos. — Los teatros nacionales (Ópera, Ópera Cómica, Co- señor G. y a los señores I. la dirección del teatro nacional de la ópera Cómica,
media Francesa, Odeón), los teatros y casinos municipales, se ha dictado ante la aceptación, por parte de ellos, de las cláusulas y condi-
que no son explotados en forma directa por la Administra- ciones contenidas en un pliego de condiciones, fechado el mismo día. Aunque
tiene la apariencia de un acto de nombramiento, la mencionada resolución no
ción, son —según la jurisprudencia del Consejo de Estado— ha tenido por finalidad ni por efecto, conferir a aquellos a quienes se refería
servicios públicos concedidos. Naturalmente, trátase de un el carácter de funcionarios. E n realidad, no es más que la aceptación definitiva
caso de concesión de servicio público sin monopolio de dere- por el Estado, de la precitada convención, en una forma particular, y es única-
mente según sus disposiciones que deben determinarse los derechos y obliga-
cho, ni puramente de hecho, sin concesión a título exclusivo. ciones recíprocos del Estado y de los directores de la ópera Cómica. Por otra
Según la Corte de Casación, el servicio de los teatros na- parte, el pliego de condiciones arriba mencionado prevé en especial, en su
cionales (en particular, el de la Ópera Cómica) no es un art. 1», que «los directores estarán obligados a dirigir la ópera Cómica con la
dignidad y brillo que convienen a un teatro nacional». Se establece la conce-
servicio público propiamente dicho. Por tanto, el acto que sión gratuita de locales pertenecientes al Estado y la promesa de una subven-
obliga al director con el Estado, no es un contrato de conce- ción anual. Contiene una serie de disposiciones precisas y detalladas, relativas
sión de servicio público. Sólo puede ser un contrato de dere- a los compromisos, a los programas de espectáculos, al número de representa-
ciones. Fija la tarifa máxima de las localidades. Establece las relaciones coti-
cho privado 110 . dianas entre el teatro y la Administración de Bellas Artes y confiere a esta
En cambio, el Consejo de Estado ha considerado siempre última derechos especiales, tanto en lo que se relaciona con el control de la
que allí había servicio público. Lo ha resuelto así en 1856, a gestión realizada por intermedio de un comisario del Gobierno como en lo que
concierne, llegado el caso, a la revocación de la autorización. Resulta del
propósito de la ópera111, y en 1923, con respecto a la Ópera conjunto d-3 estas disposiciones, destinadas a asegurar, en interés general, la
calidad artística y la continuidad de la explotación, que el contrato celebrado
n o Casación, 12 junio 1901, " D . " , 1902, 1, 371 (con las conclusiones por el Estado con los señores G. e I., para la ejecución del servicio así regla-
del procurador general, LAFERRIÉRE) : " L a explotación de un teatro constituye mentado por el mencionado pliego de condiciones, tiene el carácter de un
una empresa privada; las subvenciones que el Estado le o t o r g a . . . no podrían contrato de concesión de servicio público. De ahí se desprende que la aprecia-
tener por efecto modificar su carácter y trasforinarlo en servicio público". ción de las dificultades con él relacionadas, es de competencia del Consejo
n i Cons. de Est. (conflicto), 27 noviembre 1856, Dudon, " R e c " , p. 660: de E s t a d o " .
" E l señor R. había iniciado la explotación de la ópera en virtud de un con- H3 RIVET, conclusiones en el caso Société genérale d 'armement, Cons. de
trato celebrado con el ministro del I n t e r i o r . . . ; el convenio tenía por objeto Est., 23 diciembre 1921 ( " R . D . P . " , 1922, p. 77), insiste, con razón, sobre
la explotación de la Academia real de música, con una subvención pagada con este punto, a propósito de la creación del servicio de seguros marítimos del
los fondos del Tesoro, en los edificios que eran de propiedad del Estado y Estado, en 1914: "JE1 hecho de que el interés general —interés general serio
habían sido afectados por él a este destino. Comprendía, fuera de esto, el e incluso imperativo, lo reconocemos de buen grado— haya podido inspirar
mantenimiento, la conservación y la renovación de un material perteneciente la creación del servicio de los seguros marítimos del Estado, no tiene influencia,
al Estado. Por tanto, tenía el carácter de un contrato administrativo". por si, sobre la cuestión de competencia que se os somete. Falta saber si las
428 EL FUNCIONAMIENTO DE LOS SERVICIOS PÚBLICOS
LOS PRINCIPALES CONTRATOS ADMINISTRATIVOS 429
114
¿Es ése el caso de los teatros nacionales? .
¿Es ése el caso de los teatros y casinos municipales?119. 1*) El personal de los teatros nacionales, aunque sea
La solución del Consejo de Estado (concesión de servicio personal de un servicio público concedido, ¿puede declararse
público) conduce a respuestas difícilmente aceptables para en huelga? ¿Tendría derecho el ministro a adoptar medidas
algunas preguntas: extraordinarias para asegurar la continuidad del servicio?116;
2*) Las tarifas de las localidades, ¿son reglamentos? No obs-
condiciones en las que se ha creado el servicio, han impreso a los contratos
tante, no son homologadas por la autoridad pública, que sólo
particulares... una característica particular que atribuye necesariamente BU establece un máximo; 3*) Las contribuciones pagadas por los
conocimiento a vuestra jurisdicción". Examinando las condiciones en que
funcionaba el servicio nacional de los seguros marítimos del Estado, BIVET
concluía así: " P o r más cuidadosamente que comparemos las dos situaciones miento, se está en presencia de una concesión de servicio público, cuyo con-
—gestión por el Estado, gestión por las Compañías privadas— nos es impo- tencioso pertenece al Consejo de Estado en primera y última instancia (Cons.
sible percibir, entre ellas, una verdadera diferencia. El ministro reemplaza al de Est., 28 junio 1918, Société genérale thermale et balnéavre, " B e c . " , p. 642,
director, con el seguro del Estado". casino y termas de Luchon; 8 agosto 1919, Berók, " B e c " , p. 742, teatros
114 MAZERAT, en sus conclusiones sobre el caso Gheusi (Cons. de Est., 27 municipales de Hanoi' y de Hai'phong)''.
julio 1923, " E . D . P . " , 1923, p. 564), expresa, para justificar el carácter de Así, según MAZERAT, basta que un concejo municipal tenga la intención
servicio público de los teatros nacionales: " L a existencia de la ópera Cómica de crear un teatro o un casino municipal, para que haya servicio público pro-
(y en general, de los teatros nacionales) responde a una idea mucho más piamente dicho. El fallo del Consejo de Estado del 12 mayo 1922, Ville de
elevada (que la de asegurar la gestión de una parte del dominio del Estado): Saint-Malo, " B e c " , p. 413, declara, no obstante: " S i bien el Concejo municipal
contribuir al progreso de las artes en Francia, asegurando a la vez la repre- de Saint-Malo ha concedido a la sociedad anónima del gran casino un terreno, con
sentación de las obras maestras clásicas y, cada año, el estreno de cierto nú- el cargo de construir en él un inmueble que debía, concluida la concesión,
mero de obras nuevas. Ello entra en la misión civilizadora del Estado, a igual pasar a ser propiedad de la ciudad, el inmueble de que se trata no estaba des-
título que los museos nacionales o la Escuela de Bellas Artes. "Representa, en tinado a asegurar un servicio público, ni a satisfacer un fin de utilidad pú-
una palabra, un servicio público. Como la ejecución de este servicio exige, tanto blica. . . Las disposiciones del pliego de condiciones aprobado por el Concejo
en el orden artístico como en el orden comercial, aptitudes que raramente municipal y aceptado por los arrendatarios de los juegos, que regulan las rela-
poseen los funcionarios públicos, el Estado lo ha concedido. El contrato cele- ciones financieras entre el municipio y los mencionados arrendatarios, tienen
brado ...es ...una concesión de servicio público. Este carácter explica los el carácter de un contrato de derecho común, cuyo conocimiento corresponde a
sacrificios que consiente el Estado (art. 12: cesión gratuita del goce de los los tribunales judiciales". El fallo Astruc, de 1916, contiene fórmulas idénticas.
locales; art. 76: subvención) y las sujeciones impuestas a los directores (art. 2: MAZERAT, que era relator del caso Ville de Saint-Malo, 1922, y que, por
prohibición de emprender otra explotación teatral o lírica; art. 39: programa consiguiente, conocía bien el alcance del fallo de 1922, lo interpreta (como
de representaciones; arts. 44 y ss.: compromisos de los artistas; art. 53: precio interpreta el fallo Astruc, de 1916), no en el sentido de que un teatro o
de las localidades; art. 79: vigilancia de un comisario del Gobierno; art. 82: casino municipal nunca es un servicio público, sino de que, para saber si hay
retiro de la concesión). Estas disposiciones tan características diferencian cla- o no servicio público, es necesario determinar la intención del Concejo municipal.
ramente el caso de la ópera Cómica, de las situaciones de derecho privado''. Es éste, por lo demás, el criterio que daba, en 1916, el comisario del Gobierno,
U5 En sus conclusiones sobre el caso Gheusi (Cons. de Est., 27 julio 1923, OORNEILLE, en el caso Astruc, " B . D . P . " , 1916, p. 316: " L a noción de servi-
" B . D . P . " , 1923, p. 565), MAZERAT generaliza la solución y resume como sigue cio público es una noción en cierto modo subjetiva; depende, sobre todo, de la
la jurisprudencia del Consejo de Estado en esta materia: " E l Consejo de intención de la autoridad encargada de organizar el servicio".
Estado sólo admite la competencia de la autoridad judicial en los casos en Es preciso reconocer, sin embargo, que esta solución no concuerda mucho
que el contrato no tiene por objeto la construcción o explotación del estableci- con algunos pronunciamientos del Cons. de Estado, en materia de teatros mu-
miento teatral, por ejemplo, en el caso de que una ciudad se comprometa a nicipales. Por ejemplo, en 1906, el Consejo de Estado (5 diciembre 1906,
ceder un terreno a un empresario de espectáculos, para la construcción de un Ville de Lyon, " B e c " , p. 892), a propósito de la explotación por administra-
teatro o de un casino que seguirá siendo establecimiento privado (Cons. de Est., ción directa, por la ciudad de Lyon, del gran teatro municipal, declaraba:
14 abril 1916, Astruc, " E e c . " , p. 164, con las conclusiones de OORNEILLE, y "Estos hechos representan el ejercicio de una profesión... y no la ejecución
" E . D . P . " , 1916, ps. 377 y ss.; 12 mayo 1922, Ville de Saint-Malo, " B e c " , de un servicio público". Es verdad que, para conciliar todos estos fallos, basta
p. 413). Si el contrato se refiere a la construcción y la explotación del estable- decir que en Lyon la voluntad del Concejo municipal no era organizar el
cimiento, se trata de un contrato de obras públicas —sería más exacto decir teatro municipal en forma de servicio público. Si su intención hubiese sido
concesión de obras públicas—: de donde surge la competencia del Consejo de diferente, habría habido servicio público.
prefectura en primera instancia (Cons. de Est., 27 abril 1923, consorts de lie Aplicación de la regla formulada para los ferroviarios en huelga. Cons.
Fallois) (casino de Cannes). Si sólo se refiere a la explotación del establecí- de Est., 18 julio 1913, Syndicat national des chemins de fer, " B e c " , p. 882;
" B . D . T . " , 1913, ps. 506 y ss.
430 E L FUNCIONAMIENTO DE LOS SERVICIOS PÚBLICOS LOS PRINCIPALES CONTRATOS ADMINÍSTRATEOS 431
usuarios (precios de las localidades), ¿son tasas propiamente La situación del usuario debe ser tanto más enérgica-
dichas, sometidas al régimen de los impuestos indirectos? mente organizada desde este triple punto de vista, si se tiene
Parece preferible decidirse por la negativa en estas tres en cuenta que el concesionario goza de monopolio, recibe
preguntas. Esto nos lleva a descartar las reglas esenciales del frecuentemente subvenciones y garantías de interés, y que es
régimen de los servicios públicos concedidos (v. supra, ps. el usuario, en su calidad de contribuyente, quien paga estas
367 y ss.). retribuciones pecuniarias 117 .
También, a pesar de la decisión muy categórica del Con-
sejo de Estado, se puede preguntar si ella hará jurisprudencia II. — Para permitir que los usuarios se defiendan, sólo
y si, reflexionando, no se volverá a la solución que LAFERRIÉRE hay un medio práctico: un recurso judicial. Los usuarios tie-
había impuesto en 1901, ante la Corte de Casación: la explo- nen el derecho de actuar en justicia para obligar a la Admi-
tación de los teatros nacionales no es un servicio público. En nistración a obrar legalmente, para forzar al concesionario de
este caso, el contrato celebrado con el director de un teatro
servicio público a realizar el servicio en las mismas condicio-
nacional sería un contrato privado (y no un contrato admi-
nistrativo), que tiene por objeto la explotación de un servi- nes que se han previsto en el pliego de condiciones. La exis-
cio comercial. tencia del contrato de concesión no importa un obstáculo ju-
rídico a estos recursos.
V Son éstas las soluciones que, por el momento, bastará
poner de manifiesto. Las examinaremos en detalle cuando nos
I. — La existencia de un monopolio —de derecho, pura- ocupemos de la ejecución de los contratos administrativos119.
mente de hecho o de hecho— tiene una consecuencia impor-
tante. El monopolio tiene por resultado conferir al concesio- 117 ROMIEXT, conclusiones en el ca30 Syndicat des propriétaires de Croix
nario poderes muy amplios con respecto al público, puesto que de Seguey-Tivoli, resuelto por el Cons. de Est., el 21 diciemre 1906, " R e c " ,
los usuarios del servicio público concedido no pueden, en p. 963: " P a r a los suministros cotidianos y de primera necesidad, se reemplaza
cada vez más a los contratos individuales libremente debatidos por distribu-
derecho o de hecho, procurarse en otra parte las prestaciones ciones colectivas establecidas por la autoridad en forma de servicio público
del servicio público o sólo pueden procurárselas difícilmente, monopolizado (agua, alumbrado, trasportes, etc.). Por tanto, el consumidor,
a precio elevado. cuyos derechos restringe el monopolio, y que paga a menudo como contribu-
yente los gastos del servicio público, tiene mayor necesidad de ser defendido
El Consejo de Estado ha considerado que esta situación para lograr que este servicio —explotado directamente o por un concesionario—
tan poderosa del concesionario de servicio público, debía tener le proporcione, por lo menos, las ventajas en vista de las cuales se ha cons-
su contrapartida: tituido ' ' .
l 9 ) Los usuarios obligados en la realidad a sufrir el H 8 Sobre esta cuestión, véase las conclusiones de ROMIEU, ante el Cons.
de Est., 21 diciembre 1906, Syndicat des propriétaires de Croix de Seguey-Tivoli,
monopolio de hecho, deben ser protegidos contra los abusos " R e c " , ps. 867 y ss.; DUGUIT, De la situation des particuliers á l'égard des
del monopolio. services publics, " R . D . P . " , 1907, ps. 411 y ss.
2') Es preciso, además, que se los proteja para que sólo Véase, también, el fallo del Cons. de Est., 12 julio 1918, Lefebvre,
se conceda un servicio público con monopolio de hecho, en los " E e c " , p. 699: " E n su calidad de contribuyente de la c i u d a d . . . y de
usuario de los servicios públicos municipales, el señor L. está interesado en la
casos en que la ley lo permite, y no en aquellos en que la ley observancia de las reglas a las que la ley subordina la validez de los acuerdos
lo prohibe. del Concejo municipal, relativas a la organización de los mencionados servicios.
39) Deben tener el medio jurídico para lograr que el Por tanto, tiene personería para discutir la regularidad del a c u e r d o . . . que
considera nulo de derecho". E n la especie, se t r a t a b a del acuerdo de un con-
servicio concedido funcione en las condiciones previstas en el cejo, municipal que otorgaba una concesión a título exclusivo del servicio de
acto de su organización, y les proporcione todas las ventajas distribución de energía eléctrica para fuerza motriz, contrariamente al art. 8
para las cuales se ha creado y organizado el servicio. de la ley del 15 junio 1926. V. supra, ps. 418 y ss.
432 E L FUNCIONAMIENTO DE LOS SERVICIOS PÚBLICOS LOS PRINCIPALES CONTRATOS ADMINISTRATIVOS 433
SECCIÓN V
Ellos son: V) la ley del 17 julio 1790, y 2 » ) la ley del 26
setiembre 1793.
EL CONTRATO ADMINISTRATIVO DE EMPRÉSTITO En la ley del 17 julio 1790, la Asamblea Nacional "dé-
PÚBLICO DE ESTADO119 creta como un principio constitucional que un crédito contra
el Tesoro público sólo puede admitirse entre las deudas del
Estado, en virtud de un decreto de la Asamblea Nacional...".
I. — Para asegurar el funcionamiento de los servicios Por otra parte, según la ley del 26 setiembre 1793, "todos
públicos, los gobernantes piden prestado dinero, a plazo inde- los créditos contra el Estado se regularán administrativa-
terminado (rentas perpetuas), a plazo fijo: largo término mente".
(empréstito amortizable, obligaciones treintañales); término II. — El carácter administrativo del contrato de emprés-
medio (obligaciones del Tesoro decenales, sexenales, quinque- tito público de Estado, ¿resulta únicamente de estos textos?
nales, etc.); corto término (dos a ñ o s ) ; muy corto término Si se responde afirmativamente 120 , la naturaleza admi-
(algunos meses, un año como máximo, bonos del Tesoro, bo- nistrativa de estos contratos resulta muy frágil. En efecto,
nos de la Defensa nacional después de 1914, empréstitos de después de 1871, es decir, después de más de cincuenta años,
Tesorería). la jurisprudencia del Consejo de Estado y del Tribunal de
Conflictos ha reducido mucho el campo de aplicación de las
II. — Estos empréstitos se realizan con el publico (sus-
cripción pública), con los banqueros o con el Banco de Francia 120 LAFERRIÉRE, Jur. adm. et recours contentieux, 2* ed., 1896, i, p. 598:
(adelantos al Tesoro). ' ' Existen muchos... contratos a los que se ha reconocido el carácter adminis-
trativo, en virtud de los principios generales que rigen la Deuda pública y las
Se celebran, en esta ocasión, contratos de empréstito pú- obligaciones del Tesoro. Estos principios se fundamentan, aun hoy, en la ley
blico. del 17 julio 1790... y en la ley del 26 setiembre 1793". LAFERRIÉRE insiste
"sobre la fuerza legal inherente a estos textos". " L a jurisprudencia —agre-
El contrato de empréstito público de Estado, ¿es, en ga—, ...los ha dejado subsistir con todo su vigor, en lo referente a la Deuda
Francia, un contrato administrativo? pública propiamente dicha y a los contratos relacionados con ella. El más im-
portante de estos contratos es el que se celebra entre el Estado y sus acree-
dores, bajo la forma de constitución de rentas perpetuas o amortizables. El
I. — Carácter administrativo del contrato de empréstito ministro de Hacienda, guardián del Gran Libro de la Deuda pública, resuelve
—salvo recurso ante el Consejo de Estado— todas las controversias que pueden
público de Estado originar la emisión y la repartición de las rentas emitidas por suscripción pú-
blica, la entrega de los títulos, el pago de los atrasos, el rescate de los títulos
I. — La solución es indudable. Según la jurisprudencia, amortizados". DÜMESNIL y PALLAIN, Trésor public, op. cit., 3* ed., ps. 47 y ss.
(n» 45), invocan un número considerable de leyes: "Conforme a los términos
es afirmativa. En favor del carácter administrativo se invo- de todas las leyes constitutivas de la deuda pública y, en especial, de las de
can dos textos legales que datan del período revolucionario. 24 marzo 1793, 22 y 28 floreal año vil, de la resolución de los cónsules del 27
pradial año X, de los decretos del 3 mesidor año xn, 13 abril 1809 y 14
marzo 1852, todo lo que se relaciona con el Gran Libro de la Deuda pública,
118 PERRIQUET, Contrata de VÉtat et travaux publica, 2* ed., 1890, i, ps. 416 con las modificaciones y extractos de renta, así como con la entrega de loa
y es., n** 448 y ss., se ocupa muy brevemente del problema jurídico. Asimismo, extractos de inscripción, son operaciones esencialmente administrativas, sometidas
DÜMESNIL y PALLAIN, Traite de la législation spéciale du Trésor public en al juicio de la Corte de Cuentas.*. La autoridad judicial debe declararse in-
matiére contentieuse, 3* ed., 1898. LAFERRIÉRE, Traite de ia jurid. adm. et des competente. . . Los tribunales no podrían conocer de semejante acción, sin
recoura contentieux, 2» ed., 1896, i, ps. 598 y ss., trata, sobre todo, de los contravenir las leyes de 28 diciembre 1789; 22 enero, 25 y 28 marzo 1790;
tribunales competentes para juzgar los litigios suscitados por los empréstitos 24 agosto 1793; 25 marzo 1814, art. 13; 23 marzo 1817; 17 agosto 1822; 29
públicos de Estado. Cfr. GASTÓN JÉZE, Cours de se. des finances, 6» ed., Théorie «ñero 1831, que reservan exclusivamente a la autoridad administrativa la tarea
genérale du crédit public, 1922, ps. 294 y ss. (todo el capítulo intitulado L'em- de liquidar las deudas del Estado. Los tribunales judiciales, al declararse compe-
prunt au point de vue jwridique).
leyes de 1790 y de 1793. En particular, la jurisprudencia ha 29) La voluntad de las partes contratantes es someterse
dejado de prevalerse de estos textos en lo referente a la teoría a un régimen jurídico especial de derecho público. La ley que
de la responsabilidad del patrimonio administrativo del Es- aprueba la emisión del empréstito público establece que los
tado. La jurisprudencia ve allí una teoría de derecho público, prestamistas están investidos de derechos que no correspon-
por su propia naturaleza, sin que sea necesario invocar las den a los prestamistas ordinarios128. Existen numerosas reglas
leyes de 1790 y de 1793121. especiales relativas a la membargabilidad de las rentas del
¿No cabe decir hoy lo mismo de los contratos de emprés- Estado, a la inmunidad fiscal, a las tasas de interés no sujetas
tito público de Estado? á las leyes contra la usura, a la prescripción especial, a la
inscripción en el Oran Libro, a la imposibilidad de entablar
III. — El contrato de empréstito público de Estado es, oposición, etc. Todas estas normas están fuera de la órbita
evidentemente, un contrato administrativo. del derecho privado.
V) Se trata de un contrato, y de un contrato relativo al Las características del contrato administrativo se mues-
funcionamiento de un servicio público122.
tran, pues, muy paladinamente.
tentes, violarían abiertamente los principios que aseguran la separación de IV. — Es preciso concluir, entonces, que, por su natu-
poderes y la competencia administrativa, establecidos por las leyes de 22 raleza, en razón de las reglas especiales aplicables, el conten-
diciembre 1789, art. 7; 16 y 24 agosto 1790, art. 13; 7 y 14 octubre 1790;
16 y 20 fructidor año m, y, especialmente, por las resoluciones del Gobierno, cioso del contrato de empréstito público del Estado corres-
del 2 germinal año v y 5 fructidor año ix, que han prohibido formalmente a ponde a los tribunales administrativos124.
los tribunales inmiscuirse en los actos de la autoridad administrativa y per-
turbar a ésta en sus actividades". II. — Operaciones jurídicas del empréstito de Estado
Esta avalancha de textos no debe impresionarnos. Cuando se los lee uno sometidas al derecho público
por uno, cuidadosamente, se comprueba que no tienen absolutamente ninguna
relación con el problema. Véase, para esta demostración, MESTRE, De l'autorité
competente pour déclarer l'État débiteur (tesis, París, 1899). I. — El régimen de derecho público existe para todo lo
121 MESTRE, De l'autorité compétente pour déclarer l'État débiteur (tesis,
París, 1899), ha demostrado, definitivamente, que las leyes de 1790 y de 1793 op. cit., 3» ed., p. 50. Algunos hablan del empréstito de Estado como acto de
no tenían, en absoluto, la significación que se les ha dado. Es solamente des- soberanía; otros, del empréstito de Estado como acto legislativo. Otros, final-
pués de 1830 que la Administración, deseando que las acciones entabladas mente, afirman que el contrato mencionado tiene un carácter aleatorio. Para
contra el Estado por los acreedores de Carlos X convertidos en acreedores del LAPRADELLE y POLITIS, Beoueil des arbitrages internationaux, n, 1924, ps. 545
Estado, escapasen a la competencia de los tribunales judiciales, buscó textos y ss.: " E l empréstito público, en el conjunto de los contratos de Estado,
que justificasen la competencia exclusiva de los tribunales administrativos. Se ocupa... un lugar aparte: es una operación de crédito realizada, en virtud de
halló la ley de 1790 y la de 1793. El Consejo de Estado se apoyó en ellas actos soberanos, para asegurar la vida del país y facilitar el funcionamiento de
(Cons. de Est., 17 junio 1835, Commune de Vincennes, " R e c . " , p. 418). Todos sus servicios públicos". Estos autores muestran " e l vicio de la doctrina (que
los pronunciamientos hicieron lo mismo hasta el año 1871 (Cons. de Est., 21 no hace distinción entre el empréstito público y los contratos de los particula-
enero 1871, " B e c . " , p. 6). Desde 1871, estas leyes sólo se invocan para la
res) ' ' . Según ellos, es preciso adoptar ' ' una teoría más elástica que, teniendo
Deuda pública propiamente dicha, es decir, el contrato de empréstito público
de Estado. Basta leer estos textos y relacionarlos con las circunstancias histó- en cuenta las particularidades de los empréstitos públicos, procure conciliar los
ricas que los hicieron dictar para ver que no tienen ninguna relación, ni aun intereses igualmente legítimos de los portadores de títulos y del Estado deudor".
lejana, con el contrato de empréstito público de Estado. Véase MESTRE, op. cit., Cfr., sobre todos estos puntos, GASTÓN JÉZE, Cours de se. des finances, 6* ed.,
ps. 66 y ss. La ley de 1790 encarga; al cuerpo legislativo la tarea de verificar Théorie genérale du crédit public, 1922, ps. 297 y ss. (L'emprunt au point de
los créditos contra el Estado {liquidación fuera de todo Juicio). La ley de 1793 vue juridique); La technique du crédit public, i, 1925, ps. 345 y ss.
hace pasar esta competencia a los ministros. Ésta es una regla del mismo 128 Después de la ley del 11 junio 1878 (que crea la Deuda amortizable
orden que la inserta en el decreto sobre contabilidad pública, de 1862, art. 62: por anualidades), votada a iniciativa de LEÓN SAY, las leyes de empréstito con-
"Sólo un ministro... puede liquidar los créditos". tienen una cláusula de estilo, que dice: " S e aseguran todos los privilegios e
inmunidades inherentes a las rentas del Estado" a los títulos del presente
122 Según algunos, esto basta para que el contrato de empréstito público empréstito.
de Estado sea un contrato administrativo. DUMESNIL y PALLAIK, Trésor public, 124 Jurisprudencia constante (v. infra, p. 437, nota 129).
LOS PRINCIPALES CONTRATOS ADMINISTRATIVOS 437
436 E L FUNCIONAMIENTO DE LOS SERVICIOS PÚBLICOS
III. — Operaciones sobre empréstitos de Estado, no II. — Sin embargo, el ministro de Hacienda, que tiene
sometidas al régimen del derecho público a su cuidado el Gran Libro de la Deuda pública, tiene, según
la jurisprudencia del Consejo de Estado, el deber de velar
I. — Todas las operaciones jurídicas entre dos particu- para que no se inscriba en el Gran Libro ninguna trasferencia
lares, concernientes a la propiedad de un título de la Deuda en contradicción con las leyes sobre inembargabilidad de las
pública, se someten al régimen del derecho privado y no al
del derecho público. rentas del Estado. El Consejo de Estado puede, pues, ante un
recurso deducido contra una decisión del ministro, decidir
Ejemplos: trasferencia de propiedad de un título de la
Deuda pública, en virtud de un acto de adquisición del dere- que la sentencia dictada por un tribunal judicial es contraria
cho privado (compraventa, donación, sucesión, etc.); las re- a la ley sobre inembargabilidad de las rentas140.
glas del derecho privado son aplicables. La compraventa, entre
particulares, de un título de la Deuda pública, es un contrato IV. — Los contratos de empréstito de los departamentos,
de derecho privado, regido por el derecho civil y de compe- de los municipios y de los establecimientos públicos1*1
tencia de los tribunales judiciales.
Un título de la Deuda pública se ha constituido en dote. I. — Al parecer, no existe realmente ninguna razón para
¿Es o no enajenable? Un título de la Deuda pública legado atribuir a los contratos de empréstito de los departamentos,
con la cláusula de incesibilidad, ¿es o no enajenable? Se ha municipios y establecimientos públicos, el carácter de con-
dado en garantía a un particular un título de la Deuda pú- tratos administrativos.
blica139, ¿cuáles son los derechos del acreedor prendario? Sin duda, estos empréstitos se celebran para asegurar el
Todos estos problemas se regularán según los principios del funcionamiento de los servicios públicos, pero esto no basta
derecho privado, y los tribunales judiciales serán los únicos para que el contrato sea administrativo. Es preciso que haya
competentes para conocer de ellos. exclusión evidente del régimen jurídico del derecho privado
(v. supra, p. 325). Ahora bien; en materia de empréstito
Código de Comercio. Se trata, en estos términos, de estatuir acerca de la validez público que no sea de Estado, no es aplicable a los contratos
del endoso según las disposiciones del derecho común; esta cuestión previa sólo respectivos ninguna regla especial de derecho público. No hay
pueden juzgarla los tribunales... Se difiere estatuir sobre el recurso... Se
envía al señor L. ante los tribunales, para que ellos se pronuncien, en forma ni inembargabilidad, ni inmunidad fiscal, ni prohibición para
previa, contradictoriamente con el agente judicial del fisco, sobre la validez deducir oposición, ni prescripción especial, ni caducidad es-
del endoso de que se trata, quedando a salvo todos los demás recursos del
Tesoro' \ pecial para el capital o los atrasos, ni excepción a las leyes
139 Cons. de Est. (conflicto), 30 julio 1850, Tilhard, " R e c " , p. 726: contra la usura en lo relativo a la tasa de interés, ni reglas
" L a viuda T. hizo dos inscripciones de renta en el Tesoro público afectándolas, especiales para la entrega de duplicado en caso de pérdida,
a título de fianza y de caución, en garantía eventual del rescate que pudiese
originar el pago de un bono del Tesoro... declarado perdido. El acto en virtud robo o destrucción de los títulos de empréstito, etc. En todos
del cual este depósito se ha realizado, es un contrato de derecho civil celebrado estos problemas se aplican las reglas del derecho privado.
en la forma administrativa, y en el juicio se trata, no de estatuir sobre la
regularidad de dicho acto, o de interpretar su sentido originario, sino de deci- En estas condiciones, parece conforme a los principios
dir ei la legislación de 1848, relativa a los bonos del Tesoro, tuvo por efecto generales del derecho público ver, en los contratos de emprés-
modificar las condiciones mencionadas y extender a treinta años la duración tito público que no sean los empréstitos de Estado, contratos
del caucionamiento estipulado por cinco años. La apreciación de los efectos de
la legislación de 1848 sobre la suerte y alcance de esta convención, no es una
cuestión de interpretación de acto administrativo, sino un problema de apli- 140 Sobre toda esta cuestión y para la crítica de esta jurisprudencia,
cación de una disposición legislativa. Por tanto, los tribunales civiles son véase supra, vol. i, ps. 317 y ss.
competentes para conocer de ella". 141 LÉON BÉQUET, Communes, en "Répert. Bóquet", v» Communes,
n<" 3204 y ss., sobre el régimen de los empréstitos municipales.
444 E L FUNCIONAMIENTO DE LOS SERVICIOS PÚBLICOS
Los PRINCIPALES CONTRATOS ADMINISTRATIVOS 445
de derecho privado. 142
Los litigios se llevarán, pues, ante los
tribunales judiciales . Los contribuyentes, por este solo carácter, tienen recursos
contenciosos ante los tribunales -administrativo, para obligar
II. — Se comprueba, también, que los actos que disponen a las autoridades locales a observar estas reglas. Por ejemplo,
los empréstitos emanan de autoridades administrativas y no todo contribuyente podrá deferir primero al prefecto, y luego
del Parlamento. Por tanto, no se halla aquí obstáculo para el al Consejo de Estado en lo contencioso, la deliberación por la
control jurisdiccional. E j . : conversión de un empréstito mu- cual un concejo municipal autoriza un empréstito fuera de
nicipal amortizable. las condiciones legales145 para un gasto ilegal o excediendo la
competencia del municipio. Asimismo, cualquier contribuyen-
I I I . — El hecho de que los actos que autorizan los em- te podrá pedir al Consejo de Estado la anulación de un acuer-
préstitos emanen de autoridades administrativas, tiene gran do de una asamblea local, que viola la afectación del produ-
importancia en lo que concierne a los recursos contenciosos cido de un empréstito local. Igualmente, todo contribuyente de
en materia de empréstito. impuesto directo podrá, en caso de que el gasto que haya
Los acuerdos de Consejo general, de concejo municipal, motivado el empréstito emitido no se haya efectuado, o se
de comisión administrativa, que autorizan el empréstito, se
someten al régimen general de control de los acuerdos de los 145 Así, según la ley del 18 julio 1837, art. 42, el concejo municipal no
concejos deliberantes locales o especiales 148 ; en particular, puede votar los empréstitos si no se cuenta con el concurso de los mayores
al recurso por exceso de poder ante el Consejo de Estado 144 . contribuyentes. Se admitía que en caso de. que esta conformidad no se hubiese
solicitado, los mayores contribuyentes podían dirigirse al Consejo de Estado
Esto no contraría la regla de que lo contencioso de los con- en lo contencioso, pidiendo la anulación del acuerdo del concejo municipal.
tratos de empréstito público de los departamentos, municipios Cons. de Est., 14 agosto 1865, Commune de Béaumont, "Kec.", p. 800, con
y establecimientos públicos, regidos por el derecho privado, las conclusiones de Aucoc: " S i bien el ministro del Interior... ha podido
es de competencia de los tribunales judiciales. No se impugna decir que, en el ejercicio del control que le pertenece, toleraría irregularida-
des..., ello no es una razón para que el Consejo de Estado, estatuyendo en lo
el contrato: se ataca la manifestación unilateral de voluntad contencioso, requerido por un recurso deducido por los interesados, que le piden
que prepara el contrato; pero este acto es un acto administra- la estricta ejecución de la ley, pueda dispensarse de anular un acto en evidente
tivo, sometido al control jurisdiccional de los tribunales ad- violación de la ley. Sin duda, resultarán así dificultades para aquellos que han
ministrativos. ordenado las obras ya ejecutadas en parte. Pero si bastase ponerse en dificul-
tades para ser dispensado de ejecutar las leyes, ninguna ley se cumpliría. Con-
El Consejo de Estado facilita este control jurisdiccional, cluímos, en consecuencia, que os corresponde anular los acuerdos del concejo
que pueden invocar los contribuyentes, por este solo carácter. municipal... y las resoluciones del prefecto que las han aprobado. En el juicio
sumario, los recurrentes han solicitado en conclusión que se anulase la adju-
Las leyes sobre la organización departamental (10 agos- dicación que se ha hecho en cumplimiento de la resolución prefectoral. Pero
to 1871) y municipal (5 abril 1884) limitan las facultades no se ha insistido en esta materia... y, en efecto, hay allí un contrato que ha
de los Consejos generales y municipales para la emisión de otorgado derechos a terceros y de cuya validez no sois directamente los jueces''.
empréstitos. Los recursos provenientes del empréstito tienen Cons. de Est., 23 enero 1868, Chauffy, "Kec.", p. 74: "Los mayores contri-
buyentes del municipio... han sido convocados regularmente, en número igual
una afectación especial. El servicio del empréstito está ase- al.de los miembros del concejo municipal en ejercicio, de conformidad con las
gurado por impuestos especiales. prescripciones del art. 42 de la ley del 18 julio 1837, para deliberar conjunta-
mente con los concejales acerca de las propuestas del alcalde..., tendientes a
142 Es lo que decide BÉQUET, op. cit., n» 3215, con respecto a los litigios hacer contraer un empréstito al municipio y a hacer votar una imposición extra-
suscitados por una conversión de empréstito municipal: "Puede suceder qué ordinaria. El acuerdo impugnado lo ha tomado la asamblea compuesta por los
los acreedores formulen el pedido de no ser rescatados por anticipado; corres- miembros del concejo municipal y los mayores contribuyentes, por una mayoría
ponde estatuir entonces a la autoridad judicial''. de 15 votos contra 2, sobre 17 votantes. En estas circunstancias, los recurrentes
143 V. mpra, ps. 143 y ss. no tienen derecho a prevalerse del hecho de que 7 miembros de la mencionada
'i** Si se trata de un acuerdo del Concejo municipal, será preciso dirigirse asamblea se han abstenido de tomar parte en la votación, pretendiendo que el
primeramente al prefecto (art. 66, ley del 5 abril 1884). acuerdo precitado se ha tomado sin la conformidad de los mayores contribu-
yentes ' ' .
443 E L FUNCIONAMIENTO DE LOS SERVICIOS PÚBLICOS LOS PRINCIPALES CONTRATOS ADMINISTRATIVOS 447
haya hecho en forma incompleta, solicitar del juez adminis- hasta época muy reciente, las expresiones contrato adminis-
trativo la restitución del impuesto que ha pagado en concepto trativo, contrato de derecho público, para designar el acto
de servicio del empréstito 146 . jurídico que se celebra entre el administrador y los agentes
públicos. Por ejemplo, en el caso Winkel (Cons. de Est., 7
agosto 1909, "Rec.", p. 1302), TARDIEU, comisario del Go-
bierno, después de LAFERRIÉRE y otros miembros del Consejo
SECCIÓN VI de Estado, calificaba de contrato de derecho público o con-
trato de función pública el acuerdo de voluntades entre la
EL CONTRATO ADMINISTRATIVO DE LOCACIÓN DE Administración y los funcionarios públicos147. Hoy esta opi-
SERVICIOS PERSONALES nión está abandonada.
31
Jéze, Der. Adm., III
450 E L FUNCIONAMIENTO DE LOS SERVICIOS PÚBLICOS
Los PRINCIPALES CONTRATOS ADMINISTRATIVOS 451
III. — E n esta primera serie de hipótesis, el contrato suprimir el cargo que está ocupando o reorganizar el servi-
celebrado entre la Administración y el agente público para cio público.
un nombramiento ulterior, es, incontestablemente, un con-
trato administrativo. "El poder público —decía en 1905 ROMIEU, comisario del
Gobierno161— puede siempre, en ejercicio de las facultades
Por de pronto, hay contrato. En efecto, el acuerdo bila- que le otorga la ley, adoptar las medidas de autoridad —re-
teral de voluntades tiene por objeto crear una situación jurí- glamentarias o fiscales— que estime necesarias teniendo en
dica individual y no aplicar un status legal, una situación
jurídica general e impersonal. cuenta las necesidades de la vida colectiva que debe satisfacer,
dejando a salvo la indemnización de la parte contratante le-
Por otra parte, el contrato tiene por finalidad asegurar sionada".
el funcionamiento de un servicio público.
Asimismo, en 1923, en el caso Lafrégeyre, RIVET expre-
Finalmente, las partes contratantes tienen la voluntad saba 162 : "El gobernador..., al organizar el servicio ferro-
de hacer atribuir, bajo determinadas condiciones contractua-
viario . . . , tenía, indiscutiblemente, el derecho de modificar, a
les, una función pública propiamente dicha, que se somete
medida que se produjese el crecimiento de la red, las condi-
indudablemente al régimen del derecho público; el vínculo
indisoluble que existe, en este caso, entre el contrato y la ciones de su explotación, los títulos y asignaciones correspon-
función pública, tiene por consecuencia necesaria la sumisión dientes a cada empleo y la distribución de los cargos creados,
del contrato al régimen del derecho público. entre los agentes. ¿Cuál era el limite de sus facultades en
presencia de la situación especial creada al señor L., por su
contrato?, o, más exactamente, ¿a partir de qué momento el
IV. — Es preciso insistir sobre este punto. La conven-
ejercicio de sus poderes ilimitados, al contrariar los derechos
ción, por más formal que sea, no puede tener por efecto jurí-
dico limitar la competencia de la Administración. La com- contractuales del señor L., podía justificar, por parte de éste,
petencia de un agente público sólo puede ser comprometida una demanda por indemnización?163. El Consejo de Estado, en
jurídicamente por una convención, en los casos en que la ley su pronunciamiento, resolvió: "El señor L. no tiene derecho
lo permite. No es ésa la hipótesis de una función pública. En a quejarse por el empleo de jefe del servicio de explotación
particular, la convención por la cual la Administración se comercial que ha resultado implícitamente de la reforma in-
compromete a mantener a un individuo en funciones durante
cierto tiempo, no tiene por efecto jurídico privar al jefe del que le aseguraba un sueldo de 225 francos por mes, por lo menos durante un
servicio competente del poder de destituir a este agente 160 o año, . . . y que, por consiguiente, no podía separárselo de sus funciones antes
de la expiración del término fijado por la convención. Pero la convención
celebrada no podía tener por efecto prwar al alcalde del derecho de separar
las partes... f Estando asi formado el vínculo contractual, se dicta el decreto. de su cargo a w» empleado municipal" (véase la nota de HAURIOU, en " S i r e y " ,
del... Por este decreto... el gobernador, haciendo uso de las facultades gene- 1907, 3, 97; MICHOUD, La théorie de la personnalité morale, 1909, n, p. 273;
rales inherentes a su función 7 ejerciéndolas en los límites del contrato, ROMIEU, conclusiones en el caso Bardy, Cons. de Est., 29 diciembre 1905,
nombra al señor L. "jefe de los servicios de explotación del ferrocarril"... " R e c . " , p. 1019; véase supra, p. 206, texto y nota 65).
¿Cuál era el limite de sus poderes en presencia de la situación especial oreada i«i Cons. de Est., 29 diciembre 1905, Bardy, " R e c . " , p. 1019.
al señor L. por su contrato! Hablando de la situación del agente, EIVET agrega:
"Este título lo sacaba de un decreto de nombramiento jurídicamente distinto 162 Cons. de Est., 26 enero 1923, " R . D . P . " , 1923, p. 248.
de su contrato de enganche". ' les En el mismo sentido, HAURIOU, nota en "Sirey", 1907, 3, 97: " E n
derecho administrativo, es de orden público que las autoridades no renuncien
En su fallo, el Cons. de Estado reconoce la existencia " d e derechos que a su poder y no dejen comprometer sus facultades por convenciones. Si se
resultan para el recurrente del contrato que lo vinculaba con la colonia". concluyen convenciones del comercio jurídico que parecen contrarias, deben
160 Cons. de Est., 29 junio 1906, Carteron, " B e c . " , p. 589: " E l señor C . interpretarse en el sentido de que el poder no se halla comprometido, pero que
empleado com» dibujante en la alcaldía de Langres, ha sido destituido... Sos-
su ejercicio, realizado en oposición a la convención, dará lugar a indemni-
tiene que había ingresado al servicio de la ciudad en virtud de una convención
zación ' ' .
456 E L FUNCIONAMIENTO DE LOS SERVICIOS PÚBLICOS
IiOS PRINCIPALES CONTRATOS ADMINISTRATIVOS 457
t r a d u c i d a . . . en la organización del ferrocarril y que el go-
bernador tenía derecho a realizar". II. — 29 caso. Contrato administrativo de locación de
servicios sin nombramiento
V. — A, veces, el análisis jurídico se hace más difícil por
el hecho material de que la convención y el acto de nombra- I. — Hay contrato administrativo de locación de servicios
miento se inscriben en un mismo documento material que cuando la Administración encomienda a un individuo la tarea
parece ser el acto de nombramiento. Un ejemplo es el caso de colaborar en un servicio público, pero sin conferirle el título
Lafrégeyre, resuelto por el Consejo de Estado el 26 enero 1923 de funcionario público propiamente dicho, sin incorporarlo a
( " B . D . P . " , ps. 247 y ss.) 164 . Tratándose de un jefe del servicio los cuadros permanentes de la Administración; en este último
de ferrocarril colonial, el gobernador, por un acto único (el caso, trataríase de un acto unilateral de nombramiento.
decreto de designación), procedió al mismo tiempo a la re- En realidad, es muy frecuente que una persona celebre
novación del contrato primitivo y al otorgamiento del empleo. con la Administración un contrato de locación de servicios
A pesar de todo, hay allí dos actos y dos situaciones jurídicas que le hace colaborar directamente en el funcionamiento de
diferentes: l 9 ) contrato administrativo que crea una situa- un servicio público. Esto basta muy a menudo para que las
ción contractual; 29) acto de nombramiento que aplica una condiciones del contrato no sean exactamente las del derecho
situación legal165. privado; hay, pues, contrato administrativo de locación de
servicios.
El hecho de que el análisis jurídico se haga más delicado*
y que deba temerse la confusión, no modifica en absoluto la Al igual que en el caso del contrato administrativo de
realidad. Para resolver las dificultades, el juez deberá hacer, suministros (por oposición al contrato civil de compraventa),
con todo cuidado, la separación que la Administración ha es preciso pero basta que el contrato celebrado por la Admi-
olvidado hacer sin razón alguna. Aplicará a cada acto y a nistración con miras a un servicio público haga cooperar al
cada situación jurídica el régimen que le convenga166. abastecedor en la gestión del servicio público; asimismo es
necesario pero basta que el contrato de locación de servicios
164 V. supra, ps. 339 y sa. celebrado por la Administración para un servicio público haga
165 Krarr, conclusiones ( " B . D . P . " , 1923, p. 247): "Con el decreto... cooperar al individuo en la gestión del servicio público, lo
se manifiesta... la apariencia de confusión... En vez de consagrar por actos
distintos la renovación del contrato y la colación consecutiva del cargo, el asocie a esta gestión. "El contrato administrativo —decía
gobernador general dicta un decreto único, cuya aceptación por el interesado» LÉON BLUM en 1912, ante el Consejo de Estado (31 julio 1912,
vale como conclusión de un nuevo acuerdo. Sin duda, nada en el decreto dictada Société des granits, "Rec", p. 912; " R . D . P . " , 1914, ps. 145
permite inducir que el contrato, modificado y ampliado en su contenido, se y ss.)— es el que sigue influido y teñido en cierto modo por
extiende, en lo sucesivo, a la naturaleza de la función. Pero el solo hecho de
que el acto, que dispone el nombramiento del señor L. como jefe de explotación el servicio público en razón del cual se ha concluido, y que,
comercial del ferrocarril, sea al mismo tiempo el título por el cual la colonia por consiguiente, crea y organiza un contacto, cualquiera sea,
renovaba su compromiso de conservar, en cualquier caso, a su agente durante entre el contratante y el servicio público en cuyo interés se ha
tres años en las condiciones de sueldo y de licencia primitivamente fijadas, no-
podía dejar —en caso de conflicto ulterior— de prestarse a controversia, y esto celebrado el contrato". Esta colaboración, esta asociación para
es lo que efectivamente se ha producido... Este vínculo era, a la vez, de la gestión del servicio público, este contacto, existe. Hay, pues,
naturaleza contractual y reglamentaria, y toda la dificultad del problema contrato administrativo de locación de servicios. Es aplicable
proviene de la existencia de ciertos actos, cuya redacción demasiado elíptica
da la impresión inexacta de desconocimiento del principio de esta dualidad".
16« EIVET, conclusiones ( " K . D . P . " , 1923, p. 248): "jQué decir de esta* mentó de indemnización que reclama! No lo creemos. El gobernador..., al
comprobaciones f i Que la colonia se ha expuesto algo a la resistencia que ha organizar el servicio del ferrocarril, ... tenia incontestablemente el derecho de
encontrado? Seguramente. ¿Que ella ha dado al señor L. derechos para la modificar, a medida que se produjese el crecimiento de la red, las condiciones
obtención de la indemnización que se le ha concedido, y, a fortiori, del suple- de su explotación, los títulos y asignaciones correspondientes a cada empleo y
la distribución de los cargos creados, entre los agentes".
458 E L FUNCIONAMIENTO DE LOS SERVICIOS PÚBLICOS
LtOS PRINCIPALES CONTRATOS ADMINISTRATIVOS 459
blica como auxiliar temporario171; antes de la ley del 13 julio LOS PRINCIPALES CONTRATOS ADMINISTRATIVOS 461
1911 (arts. 141 y 142) y del decreto del 13 febrero 1912, los
adscritos a la secretaría de un ministro172; el director o jefe de secretaría de un prefecto173; los ayudantes de correos y
telégrafos174, etc.
171 Cons. de Est., 5 marzo 1920, Tison, " E e c . " , p. 261: " E l empleo de
auxiliar en el Ministerio del Interior no era, cuando se llamó al recurrente,
una forma de acceso normal a los demás cargos de dicho Ministerio. Si bien, IV. — ¿Cuál es, pues, el interés práctico que hay en
con posterioridad al nombramiento del señor T. en uno de estos empleos, el precisar si se está en presencia de un funcionario público
decreto del... ha concedido a los auxiliares en ejercicio ciertas dispensas para propiamente dicho o de un empleado vinculado al servicio
permitirles intervenir en los concursos abiertos para los cargos de expedicio-
narios y de redactores, esta medida no modifica el carácter de los servicios público por un contrato administrativo de locación de
prestados por los mencionados auxiliares hasta su nombramiento como expedi- servicios?
cionarios o redactores". Durante este período, no son funcionarios; se vincu-
lan con la Administración por un contrato administrativo de locación de En principio, parece que no hubiese ningún interés. En
servicios. ambos casos, se excluye el régimen de derecho privado de la
172 Cons. de Est., 1» junio 1906, Alcindor (1er. y 3er. caso), " E e c . " , locación de servicios. En los dos casos, la colaboración activa
ps. 517 y 518: El señor L. (adscrito a la secretaría del ministro) "no ejercía en el servicio público excluye toda posibilidad jurídica de
ninguna función, en los servicios exteriores del Ministerio, o en otra Adminis-
tración pública". Cons. de Est., 11 abril 1919, Labussiére, " E e c . " , p. 395:
"Los adscritos a secretarías de ministros, con anterioridad al decreto que razón de las atribuciones que implican sus funciones y del concurso que los
contiene el reglamento de Administración pública del 13 febrero 1912, que jefes adscritos, subjefes de secretaría y jefes de la secretaría privada de los
ha limitado su número, no tenían ninguna atribución que les permitiese concu- ministros deben prestar a la Administración, sus servicios presentan el carác-
rrir, en forma regular y continua, a la gestión de los intereses de orden general ter de servicios públicos en el sentido del art. 90, § 1, de la ley del 13 julio 1911
relativos a un departamento ministerial. Por consiguiente, sus servicios no (sobre las condiciones que deben cumplir los candidatos que no sean auditores
tenían de ningún modo el carácter de servicios públicos...". En lo que con- de primera clase en ejercicio, para poder ser nombrados maitres des requétes
cierne a los jefes de secretaría de un Ministerio, la Corte de Casación (31 julio en el Consejo de Estado)''.
1885, Lutaud, " S . " , 1885, 1, 389) ha resuelto que el jefe de secretaría es un Después de sancionada la ley de presupuesto del 13 julio 1911 (arts. 141
simple particular asociado al ministro por un concurso puramente privado. Ni y 142) y el decreto del 13 febrero 1912, ya no hay problema. Las funciones
siquiera habría, pues, contrato administrativo: " E l jefe adscrito de la secre- de jefes, subjefes, adscritos de secretaría de ministro, forman parte de los
taría de un ministro no puede considerarse funcionario público, ni depositario cuadros permanentes de la Administración. Cons. de Est., 11 abril 1919, La-
o agente de la autoridad pública, ni ciudadano encargado de un servicio o bussiére, " E e c " , p. 395. Sin embargo, el Cons. de Est., en lo que concierne
mandato público, en el sentido de los artículos arriba mencionados (arts. 31 a las condiciones requeridas para el honorariato, ha resuelto (Consr de Est.,
y 45 de la ley del 29 julio 1881, sobre la prensa). En efecto, lo llama personal- 6 marzo 1925, Pluyette): " E l jefe de secretaría de ministro, en este carácter,
mente el ministro para dirigir su secretaría, y es revocable a voluntad de éste;
no forma parte del personal comprendido en los cuadros de la Administración
debe seguirlo cuando se retire, no pertenece a la jerarquía administrativa; no
central''.
está investido de ningún carácter público, no ejerce por sí mismo ningún
poder, y sólo está asociado a las tareas de su jefe mediante un concurso pura- 173 Director de la secretaría del prefecto de policía, Cons. de Est., 29 oc-
mente privado y a título de simple auxiliar. En estas condiciones, ajeno en tubre 1920, Maunoury, " R e c " , p. 881. Cfr. supra, p. 451, nota 155.
realidad a la gestión de los intereses públicos, y sin ninguna iniciativa personal, 174 Tribunal de Conflictos, 7 diciembre 1912, Sensal, " E e c " , p. 1172:
se debe considerar —con relación a las imputaciones difamatorias de que es " L a s mujeres sólo pueden formar parte del cuadro de los "auxiliares" ads-
objeto— que pertenece a la categoría de los particulares''. La Corte de apelación critos a ciertos ingresos de Correos y telégrafos, si el director departamental
de París (12 mayo 1885, Lutaud, "8.", 1885, 2, 171) había decidido lo con- ha admitido sus candidaturas y si han prestado el juramento profesional... ;
trario. El Consejo de Estado (11 abril 1919, Labussiére, " E e c . " , p. 395) se el recaudador, que ha admitido una empleada de esta categoría y fijado con
ha pronunciado por el carácter de funcionario público del jefe de secretaría ella el monto de su sueldo, que se saca de los fondos afectados por el Estado
de ministro: "Bajo la autoridad y dirección de los ministros, junto a los a este destino, no concluye, en su interés privado, un contrato de locación de
cuales se hallan, los jefes adscritos, subjefes de secretaría y jefes de la secre- servicios perteneciente al derecho común; ejerce un acto propio de su fun-
taría privada de los ministros, tienen que ejecutar trabajos de orden adminis- ción... y destinado a asegurar la marcha regular de un servicio público".
trativo, con el objeto de asegurar la gestión de los servicios comprendidos en Cons. de Est., 5 diciembre 1919, Sensal, " E e c " , p. 896: " L o s auxiliares de
un departamento ministerial y, en el empleo que ocupan, intervienen, en forma correos son los ayudantes principales de los recaudadores, elegidos y retribuidos
regular y continua, en el funcionamiento de estos servicios. Por tanto, en por ellos y no forman parte de los cuadros de la Administración... La señorita
S,, antigua auxiliar..., no tiene derecho a quejarse por habérsela privado de
las garantías establecidas en favor de los empleados que forman parte de los
cuadros permanentes de la Administración".
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dica del director, del administrador? ¿Es un funcionario pú- camino público, y dirigido por la Administración, era un
blico, un concesionario de servicio público o un empresario servicio de trasporte explotado en las mismas condiciones que
privado que recibe una subvención del Estado? por un industrial ordinario; por tanto, son aplicables el régi-
Según la Corte de Casación, el servicio de los teatros sub- men jurídico del derecho privado y la competencia judicial182.
vencionados no debe considerarse un servicio público propia- No es un servicio público.
mente dicho. Por tanto, el acto jurídico que obliga al director En el caso Société genérale d'armements, juzgado el 23
o al administrador con el Estado, sólo puede ser un contrato diciembre 1921 ("Rec", p. 1109; " R . D . P . " , 1922, ps. 74 y ss.),
de derecho privado180. el Consejo de Estado decidió que el servicio de seguros marí-
Pero el Consejo de Estado ha decidido lo contrario en timos, organizado por los decretos de 1914, funcionando en
1856, a propósito de la ópera, y en 1923, a propósito de la las condiciones ordinarias de las empresas de seguros priva-
Ópera Cómica. En el fallo del 27 julio 1923, Gheusi ("R.D.P.", das, no era un servicio público183.
1923, ps. 560 y ss., con las conclusiones de MAZERAT), se dijo Es una cuestión algunas veces difícil la de saber si el
que los teatros subvencionados (en el caso, la ópera Cómica) servicio industrial es o no un servicio público propiamente
son un verdadero servicio público y que el director es un con- dicho. Nosotros la supondremos resuelta 184 .
cesionario de servicio público. No existe, pues, contrato ad-
ministrativo de locación de servicios181. 182 " A n t e todo, el servicio de balsas de Eloka no es una obra pública.
Por otra parte, al trasportar mediante remuneración, personas y vehículos, de
2* hipótesis. — El servicio público industrial se explota una orilla a otra de la laguna, la colonia... explota un servicio de trasporte,
por administración directa. — Los agentes empleados en este en las mismas condiciones que un industrial ordinario. Por consiguiente, a falta
servicio de manera permanente, no provisional ni accidental, de un texto especial que atribuya competencia a la jurisdicción administrativa,
sólo corresponde a la autoridad judicial conocer de las consecuencias dañosas
¿están obligados o no por un contrato? Este contrato, ¿es del accidente invocado". ¿No es esto un cambio de jurisprudenciaf Trib. de
administrativo o de derecho privado? Conflictos, 7 noviembre 1850, Perriat; Cons. de Est., 15 marzo 1878, Société
Según la jurisprudencia más reciente del Consejo de Es- de la Vieille montagne. V. infra, p . 524.
183 " E n la explotación de los servicios industriales cuya gestión cree que
tado, es necesario, para responder a estas preguntas, hacer debe asegurar, el Estado se halla, con respecto a los usuarios, en la misma
una serie de distinciones y establecer cierto número de reglas. situación que un empresario ordinario, a menos que la propia naturaleza del
P regla. — Hay dos grandes categorías de servicios in- servicio o de las cláusulas especiales otorguen a los acuerdos individuales cele-
dustriales : 1*) los servicios que funcionan en las mismas con- brados con los mencionados usuarios el carácter de verdaderos contratos admi-
nistrativos. Si bien el Estado, por los decretos de 11 y 13 agosto 1914, rati-
diciones que si fuesen dirigidos por un particular; éstos no ficados por la ley del 10 abril 1 9 1 5 . . . , ha creado, con la finalidad de facilitar
son servicios públicos propiamente dichos; 2*) los servicios el abastecimiento del país, un servicio nacional de seguros e instituido a este
industriales que funcionan según reglas propias, que están efecto una comisión ejecutiva, no ha entendido administrar este servicio en
fuera de la órbita del derecho civil. Estos últimos son servicios condiciones jurídicas diferentes de aquellas en que funcionan las empresas de
seguros privadas". E n sus conclusiones, KIVET ha hecho la distinción muy
públicos propiamente dichos. claramente. Véase, acerca de la distinción entre el servicio público propia-
El Tribunal de Conflictos y el Consejo de Estado hicie- mente dicho y los servicios explotados por la Administración sin que haya
ron muy claramente esta distinción, en 1921. servicio público, GASTÓN JÉZE, Les principes généraux du droit administranf,
2» ed., 1914, ps. 241 y ss., ps. 378 y ss.
En el caso Société commercial de VOuest africam, resuel- 184 Sobre esta cuestión, GASTÓN JÉZE, Les principes généraux du droit ai-
to el 22 enero 1921 ("Rec", p. 91), el Tribunal de Conflictos ministratif, 2» ed., 1914, ps. 247 y ss. Véase, también, RIVET, conclusiones en el
ha decidido que un servicio de balsas establecido en una la- «aso Lafrégeyre, Cons. de Est., 26 enero 1923 ( " B . D . P . " , 1923, p. 245): " P a r a
los servicios legalmente monopolizados, . . . l a existencia misma del monopolio
guna con el objeto de unir nuevamente dos tramos de un descarta toda idea de comparación posible con la industria privada. Sin duda,
180 Casación, 12 junio 1901, " D . " , 1902, 1, 371, con las conclusiones se debería excluir igualmente, en ciertas hipótesis, lo contencioso de las rela-
de LAFERRIÉRE.
ciones entre el empleado y la persona pública que explota, no y a un monopolio
181 V. supra, ps. 427 y ss. de derecho, sino un monopolio de hecho, cuando en razón del carácter indu-
dúos contratados especial y temporariamente (por algunas ministración se ha procurado los servicios de estos indi-
horas) por un municipio para el escrutinio de una elección;
personas contratadas especial y temporariamente (algunas viduos194.
semanas) por el Estado, a objeto de recibir las suscripciones Sin embargo, parece que algunos, en el Consejo de Estado,
para un empréstito público; individuos contratados especial se inclinan a hacer, aun aquí, una distinción entre el personal
y temporariamente (por algunas horas) por un municipio, dirigente y el personal subalterno, y a ver un contrato de
para ayudar al personal normal a barrer la nieve de la vía derecho privado sólo para el personal subalterno, hallándose
pública, para realizar obras de defensa ante una amenaza de el personal dirigente de la Administración en la situación de
inundación; personas contratadas temporariamente por la Im- funcionario público193. En mi opinión, esta distinción es in-
prenta nacional, para prevenir las ausencias de los obreros justificable. Si la Administración no ha querido erigir el servi-
permanentes 192 , etc. cio industrial en servicio público, no hay razón para distinguir
entre el personal subalterno y el personal dirigente. El régi-
En todos estos casos, la cooperación en la gestión de un men del derecho privado es plenamente satisfactorio; sólo
servicio público es de tal modo transitoria, efímera, que no hay que aplicarlo. Si no se procede así, habrá que erigir el
hay ninguna necesidad de recurrir a un régimen jurídico
especial; no existe contrato administrativo de locación de servicio industrial en servicio público propiamente dicho.
servicios.
29 caso. — Agentes de los servicios industriales, no eri-
gidos en servicios públicos propiamente dichos, que funcionan SECCIÓN VII
como empresas privadas. — Puesto que el servicio funciona
como una empresa privada, no hay razón alguna para dar al LA OPERACIÓN ADMINISTRATIVA DE OFRECIMIENTO
personal una situación jurídica especial, y para aplicarle el DE AYUDA
régimen del derecho público193.
Poco importa la forma material mediante la cual la Ad-
I. — Sucede muy a menudo que para decidir a una Ad-
ministración pública a crear o reorganizar determinado servi-
ías personas que, a título de empleados auxiliares, deben realizar en nombre y
bajo la responsabilidad del alcalde, el empadronamiento de la población de
la ciudad que éste administra. Semejante trabajo no puede incluirse —sin 194 BIVET, conclusiones en el caso Lafrégeyre, Cons. de Est., 26 enero 1923,
violar tanto al espíritu como a la letra del art. 4 de la ley del 28 pluvioso " R . D . P . " , 1923, p. 245: "Cuando los servicios industriales funcionan en laa
año vni— en las obras materiales de excavación, de construcción, de terra- mismas condiciones que si los dirigiese un particular, . . . en lo que concierne
plenamiento, o en las obras intelectuales que las preparan, preceden o siguen, especialmente a las relaciones de loa empleados y el patrón, la persona pública
que dicho artículo ha tenido en vista en las diversas hipótesis que prevé. La se halla, con respecto a sus agentes y obreros (prescindiendo de la cuestión,
convención, que regla las bases y las condiciones de su cumplimiento, sólo sin importancia decisiva, de la forma material por la que hubiese podido, por
constituye un contrato de locación de servicios, cuyo conocimiento ninguna ley acto unilateral —decreto u otro cualquiera—, procurarse sus servicios), en la.
ha quitado a la autoridad judicial". misma situación en que se hallaría un industrial ordinario, con respecto al
personal contratado para su explotación".
192 Cons. de Est., 6 junio 1919, Assooiation mutuelle des Anciens militaires, 195 BIVET, conclusiones en el caso Lafrégeyre, Cons. de Est., 26 enero 1923,
" B e c " , p. 513.
" B . D . P . " , 1923, p. 245: ¿Cabe " d e j a r . . . a los tribunales ordinarios la
183 EIVET, conclusiones en el caso Lafrégeyre, Cons. de Est., 26 enero 1923,
totalidad de los litigios que puedan suscitarse entre la persona pública y ana
" B . D . P . " , 1923, p. 244: "Desde el instante que una persona pública em-
prende la explotación de un servicio industrial o comercial limitándose a una agentes, sea cual fuere la categoría de éstos y el papel que han podido «
imitación tan completa como sea posible de la gestión privada, el conjunto de podrán desempeñar en el funcionamiento del serviciol". BIVET responde ne-
las controversias que pueden surgir de la marcha de este servicio — . . . contro- gativamente en lo que concierne a un servicio ferroviario colonial. Pero se
versias que colocan frente a la persona pública al agente que asegura el trata de un servicio público propiamente dicho. Sin embargo, agrega (lo que
funcionamiento...—, debe devolverse en su totalidad a la autoridad judicial". parece referirse a los servicios industriales no erigidos en servicios públicos):
" E s t a distinción (entre el personal subalterno y el personal dirigente) parece
472 E L FUNCIONAMIENTO DE LOS SERVICIOS PÚBLICOS
Los PRINCIPALES CONTRATOS ADMINISTRATIVOS 473
ció público o a estructurarlo de determinada manera, las línea; 29) el local destinado al funcionamiento del servicio
personas, las sociedades o aun las Administraciones públicas
telefónico; 39) el arreglo de este local; 49) su conservación
son solicitadas 196 u ofrecen espontáneamente su participación
en su costo, y, de manera más general, en los gastos del servi- (reparaciones, alumbrado y calefacción de la oficina) ; 59) la
cio público a crear o a reorganizar. Es el ofrecimiento de retribución de los agentes a cargo del servicio198.
ayuda. Si lo acepta la Administración, se dice que hay con- Los ofrecimientos de ayuda son, también, muy frecuentes
trato administrativo de ofrecimiento de ayuda. por parte de los municipios, para obtener la creación de un
servicio telegráfico199.
II. — Karamente, en la práctica, el ofrecimiento de ayuda Un propietario ofrece a un municipio cederle un terreno
será completamente desinteresado por parte de aquel que lo para construir allí una represa, a condición de que el ofertante
propone. se beneficiará con el excedente del agua derivada de un río
La proposición de participar en los gastos tiene muy or- para el consumo urbano 200 .
dinariamente, por motivo determinante, la obtención de una Podrían multiplicarse los ejemplos.
ventaja particular para quien la hace. Veamos algunos ejem-
plos : Un propietario, que tiene interés en que se construya III. — Si es raro que quien hace el ofrecimiento de ayuda
un camino según determinado trazado que le procurará un persiga un fin absolutamente desinteresado, la cosa no es im-
beneficio, ofrece pagar una suma de dinero o ceder a la Admi- posible y hay ejemplo de ello.
nistración una parcela de terreno sobre la que pasará el Una persona ofrece participar en los gastos de reparación
camino 197 . de un inmueble histórico o artístico afectado a un servicio
Deseando un municipio que se establezca una línea tele- público, o en los gastos de la construcción o reparación de
fónica, que lo una con la red general, ofrece: l 9 ) una suma una iglesia.
de dinero que representa los gastos de construcción de la
IV. — Algunas veces, el motivo determinante del ofreci-
que puede satisfacer vuestra preocupación de dejar a la autoridad judicial miento de ayuda no es muy claro: hay vanidad, o ambición
sólo los litigios verdaderamente asimilables, en todos sus aspectos, a las contro- política201.
versias privadas, y de reservar a la jurisdicción administrativa todos los liti-
gios que pueden tener una real repercusión sobre el interés general".' A esta
argumentación le falta claridad. Existe alguna confusión entre los servicio» V. — Las Administraciones públicas se hacen entre sí,
públicos industriales y los servicios industriales no erigidos en servicios pú- muy a menudo, ofrecimientos de ayuda para la organización
blicos.
186 Cons. de Est., 6 diciembre 1880, Morange, " B e c " , p. 1135: " P o r
de un servicio público. Por ejemplo, los municipios suscriben
circular, . . . e l prefecto... ha invitado a los alcaldes del departamento a pro- con el Estado esta clase de ofrecimientos para el establecí-
vocar ofrecimientos de ayuda por parte de los municipios y los particularesr
con miras a la conclusión de los caminos de interés común, indicando que la. as Cons. de Est., 6 marzo 1908, Commune de St.-Jean, "Bec", p. 233;
importancia de los sacrificios consentidos tendría gran influencia sobre la 5 julio 1911, Commune de Céron, " B e c " , p. 793.
fijación del orden de prioridad a dar a las obras a emprender en los diferentes- 199 Cons. de Est., 22 noviembre 1912, Commune des Gours, " B e c " , p. 1089.
municipios interesados". Cons. de Est., 21 marzo 1890, Départament de l'Allier, 200 Cons. de Est., 18 noviembre 1892, Gau-Bosc, " B e c " , p. 786; 28 julio
" B e c " , p. 325: " E l prefecto... ha invitado a los alcaldes de los diverso» 1899, Gau-Bosc, " B e c " , p. 556.
municipios interesados en la construcción del puente . . . que constituye la 201 BOMIEU, conclusiones en el caso Gau-Bosc, Cons. de Est., 9 marzo 1906,
prolongación del camino de interés común..., a reunir suscripciones cuyo " B e c " , p. 225: "Frecuentemente, sólo ha existido una pura liberalidad, como
monto disminuiría la parte contributiva que debía incumbir a los municipios sucede en las construcciones de iglesias; la finalidad, aun siendo interesada,
en los gastos de la obra proyectada". puede ser múltiple: quien ha suscrito el ofrecimiento tenía una situación no-
i»7 Trib. de Conflictos, 30 julio 1887, Guíllaumin, " B e c " , p. 617; 11 table en el país, a la que debía hacer honor, o alguna segunda intención polí-
enero 1890, Veil, " B e c " , p. 21. tica, o tenía en vista algunas ventajas de orden general; verbigracia, en caso
de creación de un ferrocarril".
f
474 E L FUNCIONAMIENTO DE LOS' SERVICIOS PÚBLICOS LOS PRINCIPALES CONTRATOS ADMINISTRATIVOS 475
miento de una red telefónica o telegráfica, o para la construc- VII. — Comprobemos, finalmente, que la fórmula con-
ción de un ferrocarril (línea secundaria). trato de ofrecimiento de ayuda no parece correcta. Un contra-
El Estado participa con frecuencia en los gastos de servi- to supone esencialmente un acuerdo de voluntades. El ofreci-
cios públicos municipales, departamentales o de establecimien- miento de ayuda evoca la idea de una proposición unilateral;
tos públicos: construcción de edificios escolares, caminos, ca- si, una vez aceptada, se trasforma en contrato, si se hace
rreteras, puertos, maquinaria de un puerto 202 . irrevocable, entonces deja de ser un ofrecimento.
Hay en ello varios motivos determinantes: l 9 ) la volun- No obstante, en la práctica, se emplea la expresión "ofre-
tad de que determinado servicio público se organice en deter- cimiento de ayuda" para designar el "contrato", el compro-
minada forma, conciliando lo mejor posible el interés general miso irrevocable 203 . Es para precisar que se trata de una
nacional y el interés general local; 2°) el deseo de que una ayuda voluntaria™*.
Administración se comprometa a hacer el gasto principal,
prometiéndosele aliviar la carga mediante una participación. § 1
Por ejemplo, se desea construir una carretera, un camino o Caracteres esenciales de la operación administrativa de
una escuela, pero el municipio no es lo suficientemente rico ofrecimiento de ayuda
para pagar todo el gasto y, por esta razón, se abstiene de
actuar. El Estado logrará vencer esta abstención si le promete El ofrecimiento de ayuda presenta actualmente los cinco
encargarse de una parte de los gastos, o bien será el municipio caracteres esenciales siguientes:
o un grupo de ellos quienes vencerán la resistencia del Estado. l 9 ) el ofrecimento debe ser volunta/rio;
El ofrecimiento de ayuda tomará a menudo el nombre de 2°) el ofrecimiento de ayuda puede retirarse cuando la
subvención, de participación, de adelantos reembolsables.
Administración no lo ha aceptado;
Poco importa el nombre dado al ofrecimiento. Lo esencial es
analizar la operación y determinar exactamente sus carac- 39) el ofrecimiento de ayuda es una operación jurídica
entre vivos]
teres distintivos.
49) el ofrecimiento de ayuda debe hacerse con miras a
un trabajo público, a una obra pública;
VI. — En la práctica, los casos más numerosos de ofre- 59) hay compromiso unilateral del suscritor.
cimientos de ayuda se producen en ocasión de realizarse obras
I. — El ofrecimiento de ayuda es, esencialmente, un acto
públicas: carreteras, ferrocarriles, líneas telegráficas, líneas
voluntario
telefónicas, distribución de agua, etc. Es por esto que la juris-
prudencia considera que la operación administrativa de ofre- I. — La ley prevé a menudo que una parte del gasto de
cimiento de ayuda se hace esencialmente teniendo en vista creación o de organización o de funcionamiento de un servicio
una obra pública.
203 Ejemplo: Cons. de Est., 25 noviembre 1912, Commune des Gours,
" B e c " , p. 1089: " E l mencionado contrato constituye un ofrecimiento de
202 Los ofrecimientos de ayuda entre Administraciones públicas son tan ayuda, en vista de una obra pública". Cfr. LAFERRIÉRE, Jur. adm. et rec.
frecuentes que, cada año, la ley de presupuesto prevé dichos ofrecimientos y contentieux, 2* ed., 1896, I, p. 561: " L a jurisprudencia... ha admitido siempre
existe, además, una contabilidad especial para ellos. Ejemplo: ley de presupuesto que él ofrecimiento de ayuda, provocado o aceptado por la Administración,
del 30 junio; 1923, arts. 148 y ss.; arts. 164 y 180 y ss. Sobre la contabilidad constituye un contrato de una naturaleza particular, que tiene por objeto esen-
de los folidos de ayuda, véase: ley del 6 junio 1843; decreto del 31 mayo 1862 cial la ejecución de obras públicas..."; n, p. 127: "Los ofrecimientos de
(art. 52); decisión del 6 junio 1893; ley del 26 diciembre 1890 (art. 43);
GASTÓN JÉZE, Cour» de se. des finanoes, 6* ed., Théorie genérale du budget, ayuda... constituyen un contrato administrativo especial".
1922, ps. 134 y ss. 204 Sobre la cuestión de saber si el ofrecimiento de ayuda es realmente
un contrato, véase infra, ps. 478 y ss.
/
II. — Numerosas leyes establecen la participación obli- el acuerdo de voluntades sólo podio, resultar de la adhesión del señor J. a las
gatoria del Estado, departamentos y municipios, en los gastos condiciones de que se trata, adhesión que no está probada. Eesulta, en cambio,
de ciertos servicios públicos: asistencia, instrucción primaria, de los hechos posteriores que, en el común pensamiento de las partes, el con-
trato no se había formado...' '.
obras de salubridad, etc. 207 Cons. de Est., 7 agosto 1903, Basses-Pyrénées, " R e c " , p. 659: "Todos
estos municipios han tenido conocimiento del proyecto de red tranviaria, para
I I I . — En todas estas hipótesis, no existe operación ad- cuyo establecimiento se solicitaba su participación y a la que prometieron con-
currir en la proporción que se les indicó. Sólo después de la aceptación de su
ministrativa de ofrecimiento de ayuda, porque no hay contra- promesa por el departamento han pretextado, para sustraerse al cumplimiento
to, no hay acuerdo de voluntades. de su compromiso, que el establecimiento de la red proyectada no tenía interés
Para decirlo una vez más, el ofrecimiento de ayuda es para ellos".
esencialmente voluntario. 208 Cons. de Est., 6 diciembre 1889, Morange, " R e c " , p. 1135: " S i bien
el concejo municipal... por acuerdo..., ha hecho un ofrecimiento puro y simple,
en. una segunda deliberación... adoptada antes de la aceptación de dicho ofre-
II. — El ofrecimiento de ayuda puede retirarse cuando la cimiento, ha declarado formalmente que el municipio sólo entendía comprome-
terse a pagar una subvención de 6.000 francos, con la salvedad de la finaliza-
Administración no lo ha aceptado ción de las obras en 1878; en estas circunstancias, el departamento no está
autorizado para sostener que las convenciones litigiosas eran puras y simples
I. — El suscritor, espontáneamente o ante una invita- o no contenían una condición formal y determinante".
ción205, ofrece cierta participación en los gastos. 209 Inversamente, no basta que las partes contratantes hayan dado a su
La Administración interesada acepta. Según la jurispru- convención el nombre de ofrecimiento de ayuda, para que exista contrato ad
ministrativo de esta índole: Cons. de Est., 27 enero 1911, Dignat, " R e c " ,
dencia del Consejo de Estado y los autores, cuando las dos p. 96: " Estas convenciones . . . no presentaban de ninguna manera, a pesar de
voluntades son concordantes206, hay un contrato formado. la expresión empleada erróneamente en él decreto prefectoral..., el carácter de
Hasta este momento, no hay todavía contrato; no hay todavía un contrato de ofrecimiento de ayuda; las obras de mejoramiento del 6a-
rona, con cuyo objeto se han celebrado, no implican ninguna ventaja para el
compromiso jurídico del suscritor. En efecto, el suscritor sólo proponente, que no había hecho de ellas una condición de su compromiso".
205 V. supra, p. 472, nota 196. 210 Cons. de Est., 7 marzo 1890, Berne, " R e c " , p. 263: " E l señor B. se
206 Cons. de Est., 27 noviembre 1885, Jullier, " R e c " , p. 897: " S i bien el ha comprometido a pagar al municipio... la suma de 2.000 francos el día en
señor J. había ofrecido soportar los gastos de poner en estado de viabilidad, que el puente... se librase a la circulación. La Aceptación por el municipio de
resulta del expediente que no se había comprometido a aceptar á forfait la este ofrecimiento de ayuda resulta del hecho de ejecución de las obras; y el
estimación de la ciudad, ni a pagar los gastos previamente a la ejecución de señor B., a quien, por lo demás, nada ha reclamado el municipio antes de que
las obras... Por tanto, al estipular las condiciones arriba indicadas, el concejo el puente fuese librado al tránsito, no tiene derecho a sostener que él ha podido
municipal ha modificado las proposiciones del señor J. y, por consiguiente, válidamente retirar el mencionado ofrecimiento, en un momento en que los
trabajos estaban casi completamente terminados".- Véase, también, Cons. de
Est., 18 enero 1878, Germa, " R e c " , p. 76.
478 E L FUNCIONAMIENTO DE LOS SERVICIOS PÚBLICOS Los PRINCIPALES CONTRATOS ADMINISTRATIVOS 479
mente el comienzo de ejecución del proyecto hace irrevocable decir que, siendo el ofrecimiento de ayuda un contrato, sólo
el ofrecimiento. La simple modificación del proyecto —no hay obligación jurídica, para el suscritor, en virtud de la
acompañada de una aceptación expresa, ni seguida de co- aceptación expresa o tácita de la Administración beneficiaría?
mienzo de ejecución— no representa una aceptación definitiva
del ofrecimiento de ayuda. Por mi parte, tengo muy serias dudas sobre este punto.
La explicación más exacta, más conforme a los hechos, es la
de que el suscritor está obligado jurídicamente por su mani-
III. — En principio, el ofrecimiento ya no puede retirarse festación unilateral de voluntad.
una vez aceptado, pues subsiste. El simple aplazamiento de
las obras o la modificación de la situación financiera de la Sólo que este compromiso jurídico puede revocarse en
Administración beneficiaría, no lo deja sin efecto211. Sin em- cualquier momento, mientras la Administración beneficiaría
bargo, a falta de un plazo fijado por el suscritor, corresponde no haya aceptado el ofrecimiento. La aceptación de la Admi-
al juez establecerlo para la ejecución de las obras en vista de nistración no tiene, pues, por efecto, perfeccionar un contrato
las cuales se ha hecho y aceptado el ofrecimiento; vencidos que da nacimiento a la obligación del suscritor, sino hacer
estos plazos, el ofrecimiento quedará sin efecto212. irrevocable el compromiso existente del suscritor, obligación
creada por su manifestación unilateral de voluntad218.
IV. — Todas estas soluciones son evidentes. No se dis-
cuten. Pero la explicación jurídica que se da, ¿es realmente V . — Es muy importante, desde el punto de vista prác-
exacta? El acto de ofrecimiento de ayuda, ¿es en verdad un tico, definirse acerca de esta cuestión. Veamos el interés que
contrato, como lo afirman las decisiones del Tribunal de Con- representa el problema:
flictos y los fallos del Consejo de Estado? ¿Resulta exacto l 9 ) A veces es muy temerario considerar a ciertos actos
de la Administración manifestaciones de voluntad que entra-
211 Cons. de Est., 27 junio 1919, Petit, " R e c " , p. 551: "Los recurrentes ñan acuerdo de voluntades y, por consiguiente, contrato de
habían consentido participar, en 1902, por las sumas consignadas frente a sus ofrecimiento de ayuda. Por el contrario, resulta más conforme
respectivas firmas, en la subvención de 50.000 francos solicitada por la Com- a los hechos decir que el suscritor no puede revocar su com-
pagnie du P.-L.-M., con miras a la realización de la línea con vía ¿ormal, de
Riom a Chatelguyon. El heóho de que la apertura y el comienzo de explotación promiso jurídico, desde el momento que se realiza un acto
de esta última línea se hayan prorrogado durante algunos años, y la circuns- de la Administración, que supone que ella ha descontado el
tancia de que la situación financiera del municipio de Chatelguyon ya no jus- beneficio del ofrecimiento de concurso.
tificaría las promesas de suscripción privadas, anteriormente suscritas, no
pueden hacer caducar y dejar sin ningún efecto los ofrecimientos de ayuda He aquí algunos ejemplos:
espontáneamente consentidos, a propósito de los cuales los recurrentes —que a) ¿Cuál es la autoridad administrativa competente para
en ningún momento los habían retirado— sólo protestaron cuando el Concejo hacer irrevocable el ofrecimiento de ayuda? Supongamos un
municipal decidió tenerlos en cuenta... " .
212 Cons. de Est., 24 julio 1918, Lefaverais, " R e c . " , p. 750: " E l ofre-
ofrecimiento hecho a un municipio. ¿Es preciso que el con-
cimiento de ayuda sólo podría subsistir mientras el municipio procediese a cejo municipal lo acepte y que el prefecto apruebe este acuer-
realizar las obras proyectadas, en vista de las cuales se ha suscrito dicho ofre- do? ¿Es irrevocable el ofrecimiento cuando lo ha aceptado el
cimiento dentro de un plazo que, ...no habiéndolo establecido las partes, debe concejo municipal, sin esperar la aprobación de la autoridad
determinar él juez. Conviene, en consecuencia, fijar un plazo al municipio...,
vencido el cuál, si la condición del ofrecimiento no se cumpliese, el contrato prefectoral? Si el ofrecimiento de ayuda es un contrato, el
caducaría". La cuestión se había planteado en diversas ocasiones, pero el acuerdo de voluntades sólo existirá cuando lo apruebe el
Cons. de Estado había respondido que cuando un ofrecimiento de ayuda se
hace sin fijación de plazo, la demora en la ejecución de la obra no tiene
213 Sobre la creación de situaciones jurídicas individuales por una mani-
ninguna influencia sobre la validez del compromiso del suscritor: Cons. de
festación unilateral de voluntad, véase GASTÓN JÉZE, Les principes généraux
Est, 4 mayo 1888, Cotelle, " R e c . " , p. 414; Trib. de Conflictos, 30 julio 1887,
du droit administratif, 3» ed>, i, La technique juridique, 1925, ps. 39 y ss.
Guillaumin, " R e c . " , p. 618 (la nota vn, fine).
Cfr. infra, p. 515.
480 E L FUNCIONAMIENTO DE LOS SERVICIOS PÚBLICOS
LOS PRINCIPALES CONTRATOS ADMINISTRATIVOS 481
217 En derecho privado, la solución es la misma en el caso de donación III. — El ofrecimiento de ayuda es, esencialmente} un
indirecta, bajo la forma, verbigracia, de una estipulación por otro: el donante
contrata un seguro de vida en beneficio de un tercero. Esta estipulación por
acto entre vivos
otro no es una policitación; hace surgir, en beneficio del tercero, desde el
momento mismo en que se produce, un crédito contra la Compañía de seguros. El ofrecimiento de ayuda debe emanar de un particular
El donante puede revocar la liberalidad hasta la aceptación del beneficiario.
Esta aceptación puede darse aun después del fallecimiento del donante (COLÍN
vivo, de una sociedad o de la Administración pública. No
y CAPITANT, Droit civil, 3* ed., ni, 1922, p. 775). Los civilistas no adoptan la hay ofrecimiento propiamente dicho hecho por testamento.
misma solución en el caso de donación indirecta, bajo la forma de cesión del Sin duda, los particulares pueden hacer un legado a la
título nominativo. La aceptación no puede producirse después del fallecimiento
del donante (COLÍN y CAPITANT, op. cit., ni, p. 776. Casación civ., 18 octubre Administración, con cargo de emplear el emolumento del le-
1909, " D . " , 1910, 1, 562; " S . " , 1911, 1, 489 y la nota de TISSIER). gado en determinada obra pública, en cierto servicio público,
218 El Consejo de Estado exige, sin embargo, que esta revocación de la en determinadas condiciones. Se trata, entonces, de un legado
aceptación sea expresa y, en todo caso, inequívoca. Cons. de Est., 5 enero 1921, con cargo, al que los civilistas dan, generalmente, el nombre
Départament du Ehóne, " R e c . " , p. 9: "Admitiendo que el Consejo general...
ha entendido denunciar el contrato que obligaba al departamento con el Estado, de fundación.
este acuerdo no ha podido producir ningún efecto jurídico, a falta de una ¿Cuál es el régimen jurídico al que se someten estos le-
renuncia expresa de los representantes autorizados del Estado a los derechos gados con cargo? Es ésta una cuestión extraña al problema
que éste obtenía de la mencionada convención".
Veamos un caso de retiro tácito, pero evidente, de la aceptación: Se ha
de los ofrecimientos de ayuda propiamente dichos. Se com-
hecho un ofrecimiento de ayuda para la construcción de un camino, cuando el prueba, sin embargo, que el hecho de que un legado esté des-
proyecto se refería a determinado trazado. Posteriormente, la Administración tinado a una obra pública, o a un servicio público, implica
modifica dicho trazado. Los suscritores tienen derecho a sostener que ellos
sólo deseaban contribuir al gasto respectivo, en caso de que se mantuviese el
trazado primitivo. Cons. de Est., 14 enero 1914, Com. de St.-Gence, " B e c . " , trazado, puesto desde entonces en ejecución... En estas condiciones, . . . l o s
p. 30: " E n la época en que se redactó la lista de suscripción para la construc- señores M. no estaban obligados, en virtud de su ofrecimiento de ayuda, a
ción del camino vecinal, . . . e l municipio... y los autores de los ofrecimientos ceder gratuitamente al municipio los terrenos necesarios para el establecimiento
de a y u d a . . . contaban legalmente con que el mencionado camino se haría
del camino vecinal ejecutado según un trazado dispuesto con posterioridad al
aprovechando el trazado de un antiguo camino... La ejecución de la ruta, de
mencionado ofrecimiento de ayuda".
conformidad a dicho trazado, no fué declarada impracticable por el servicio
-vecinal hasta fines de ese mismo año, proponiendo el citado servicio un nuevo 218 Para el desarrollo de esta idea, véase infra, ps. 488 y ss.
484 E L FUNCIONAMIENTO DE LOS SERVICIOS PÚBLICOS Los PRINCIPALES CONTRATOS ADMINISTRATIVOS 485
que no pueda ser totalmente regido por las reglas del derecho El ofrecimiento de ayuda responde cabalmente a esta amplia
privado. En particular, la aceptación del legado por la Admi- definición.
nistración no obliga jurídicamente a ésta a hacer funcionar el Pero esto no hace que el ofrecimiento de ayuda sea un
servicio público en las condiciones establecidas por el testador acto jurídico idéntico a la fundación de una escuela privada,
(v. infra, ps. 488 y ss.). de un asilo o de un hospital privado, etc. El ofrecimiento es
En todo caso, lo evidente es que el legado hecho a una una categoría jurídica aparte. No es ni una donación —pues
Administración pública, para participar en los gastos de una no hay contrato— ni un legado. Es una participación finan-
obra o de un servicio públicos, no es un ofrecimiento de ayuda, ciera en una obra pública222.
en el sentido técnico de la expresión. A diferencia del ofreci-
miento de ayuda, los herederos no pueden retirar el legado II. — El Consejo de Estado, al partir de la idea de que
cuando la Administración no lo ha aceptado. el ofrecimiento de ayuda se hace esencialmente con miras a la
ejecución de obras públicas, se ve forzado a decir que el ofre-
IV. — El ofrecimiento de ayuda debe hacerse con miras cimiento de participación en dinero o en terreno, en todo
a la realización de un trabajo o una obra pública trabajo público, es un ofrecimiento de ayuda. Ahora bien;
I. — Si la participación concierne a los gastos de una según el Consejo de Estado, la obra pública no es, necesaria-
empresa privada, no hay ofrecimiento de ayuda propiamente mente, una obra para un servicio público propiamente dicho;
dicho220. basta que haya obra de utilidad general (v. supra, ps. 356
La participación en los gastos de un trabajo público y ss.) 223 . De ahí se deduce que, según el Consejo de Estado,
propiamente dicho, de una obra pública, es un elemento esen- el ofrecimiento de ayuda propiamente dicho puede hallarse
cial del ofrecimiento de ayuda. Ño siempre se señala esto lo para la ejecución de una obra de utilidad general, sin que haya
suficiente. Los civilistas, en especial, incluyen bajo el nombre servicio público. Tal es el caso de la construcción o reparación
de una iglesia. Según el Consejo de Estado, éstos son trabajos
de fundación todos los actos jurídicos por los cuales "una
públicos, aunque el servicio de cultos, después de la ley de
persona afecta todo o parte de sus bienes al establecimiento
1905 sobre separación de las Iglesias y el Estado, ya no sea
de una obra que presenta un carácter de utilidad general"221.
un servicio público224.
220 Cons. de Est., 16 noviembre 1900, Leboucher, " R e c . " , ps. 626 y ss.:
Los señores L., concesionarios de líneas telefónicas de interés privado, han pre-
sentado una demanda tendiente a hacer determinar las condiciones en las que 222 COLÍN y CAPITANT, op. cit., ni, p. 688, olvidan este carácter esencial:
el Estado está obligado a asegurarles el uso de esas líneas. " L a s sumas que " L a fundación se asemeja a una liberalidad porque está inspirada por un
los concesionarios están obligados a pagar en virtud de sus contratos, tanto pensamiento desinteresado y generoso. Pero presenta un rasgo original que
por gastos de instalación o de conservación, como a título de derecho de no se halla en las donaciones y los legados ordinarios. Los bienes o capitales
uso..., tienen todas el mismo carácter de contribución o de suscripción propio que constituyen su objeto, no deben beneficiar a un individuo, sino que ee
de un servicio general de Estado y no podría considerarse que representan un afectan de manera perpetua a la dotación de una obra; forman, por así decirlo,
ofrecimiento de ayuda voluntaria, para los gastos de una obra de utilidad un patrimonio separado destinado a asegurar el funcionamiento indefinido de
pública". Hallamos la misma fórmula en el pronunciamiento Boucher, Cons. de esta obra".
Est., 16 noviembre 1900, " R e c " , p. 627. 223 Cons. de Est., 7 abril 1916, Astruc, " E e c " , p. 164; " B . D . P . " , 1916,
221 COLÍN y CAPITANT, Droit cwil, 3» ed., ni, ps. 688 y ss.: " S e designa p. 374; 10 junio 1921, Commhme de Monségur, " R e c " , p. 573, " R . D . P . " ,
con el nombre de fundación, el acto por el cual una persona afecta todo o 1921, p. 369, con las conclusiones de CORNEILLE y mi nota.
parte de sus bienes al establecimiento de una obra que presenta un carácter 224 Cons. de Est., 10 junio 1921, Cornmune de Monségur, " R e c . " , p. 573.
de utilidad general: asilo, orfelinato, escuela, hospicio, creación de camas en En sus conclusiones, CORNEILLE ( " R . D . P . " , 1921, p. 369) decía: " N o son
un hospital para beneficio de los pobres de determinado municipio, institución solamente los trabajos de los servicios públicos los que pueden definirse como
artística, científica, literaria, social, creación de cátedras, de laboratorios, de obras públicas. La noción es más amplia...: es obra pública todo trabajo que
premios destinados a recompensar actos de abnegación, obras científicas o lite- tenga un destino de utilidad general, ejecutado por cuenta de una persona mo-
rarias, becas de estudio, etc.
ral administrativa". El Consejo de Estado ha resuelto: "Los trabajos reali-
LOS PRINCIPALES CONTRATOS ADMINISTRATIVOS 487
486 E L FUNCIONAMIENTO DE LOS SERVICIOS PÚBLICOS
voluntad para hallar, en los términos del art. 4, un argu-
Esta solución del Consejo de Estado es criticable, al igual mento decisivo226.
que la noción demasiado amplia de trabajo público. Se explica
solamente por la supervivencia de viejas ideas; antiguamente IV. — Según la jurisprudencia y los autores, sólo hay
no se daba a la noción de servicio público propiamente dicho, ofrecimiento de ayuda en el sentido técnico, cuando existe
la significación precisa y el lugar preponderante que le co- trabajo u obra pública propiamente dicha227. El ofrecimiento
rresponden en derecho público moderno. de participar, mediante una suma de dinero o en cualquier
otra forma?l en un servicio público que no sea un trabajo o una
III. — El ofrecimiento de participación se hace con la obra pública, no es un verdadero ofrecimiento de ayuda.
finalidad de lograr que un trabajo u obra pública se realice Esta solución, exacta en el estado del derecho público
u organice en determinada forma. Es, muy generalmente, un actual, es muy criticable.
ofrecimiento de colaboración directa en el funcionamiento de ¿Por qué el ofrecimiento de participar en los gastos de
un servicio público. Al aceptar el ofrecimiento de ayuda,' la un servicio público que no importa un trabajo público no se
Administración contrae el compromiso moral, si no jurí- regiría por el derecho público? ¿Por qué el acto de ofreci-
dico, de ejercer su competencia funcional en determinada miento de ayuda para la construcción de una Facultad es
forma. Hay allí algo que no se encuentra en derecho privado. administrativo, regido por el derecho público, mientras que
La competencia de un agente público es muy diferente de la el ofrecimiento para participar en la creación de una cátedra
capacidad jurídica de un particular. Los actos que tienen o de un laboratorio de Facultad es un acto de derecho privado?
esencialmente por objeto influir sobre el ejercicio de una ¿Dónde está la razón lógica para hacer estas distinciones?
competencia funcional, no son actos de derecho privado, por- Sin duda, el art. 4 de la ley de pluvioso año VIII nada tendría
que el ejercicio de la competencia no se rige por las reglas del que ver con estos ofrecimientos de participación. Pero, hoy,
derecho privado. con la mentalidad actual, ¿se necesita a cualquier precio un
Por esta argumentación debe justificarse el carácter ad- texto legal para justificar el carácter administrativo del ofre-
ministrativo del acto de ofrecimiento de ayuda y no, como cimiento de ayuda? ¿No son acaso una base más sólida los
generalmente se hace225, por argumentos legales, sacados de principios generales del derecho público? Cuando se afirma
los términos generales del a r t 4 de la ley del 28 pluvioso 226 Art. 4: " E l Consejo de prefectura se pronunciará: sobre las difi-
año vin, sobre lo contencioso de obras públicas. cultades que podrían producirse entre los empresarios de obras públicas y la
Administración, en lo concerniente al sentido o a la ejecución de las cláusulas
Por otra parte, hace falta mucha imaginación y buena de sus contratos; sobre las reclamaciones de los particulares que se quejasen
de los daños y perjuicios provenientes del hecho personal de los empresarios
y no del hecho de la Administración; sobre las demandas! y controversias rela-
zados en una iglesia por cuenta de una persona pública con un fin de utilidad tivas a las indemnizaciones debidas a los particulares, en razón de tierras to-
general, conservan el carácter de obras públicas", aunque "después de san- madas o excavadas para la construcción de caminos, canales y otras obras
cionada la ley del 9 diciembre 1905, sobre separación de las Iglesias y el
Estado, el servicio del culto ya no constituya un servicio público". públicas".
227 LAFERRIÉRE, Jur. adm. et rec. cont., 2* ed., 1896, i, p. 561: " E l ofre-
225 LAFERMÉRE, Jur. adm, et reo. cont., 2» ed., 1896, i, p. 561: " L a juris- cimiento de ayuda constituye un contrato... que tiene por objeto esencial
prudencia. .. ha admitido siempre que el ofrecimiento de ayuda, provocado o la ejecución de obras públicas...". HAURIOU, Droit adm., 9* ed., 1919, ps. 855
aceptado por la Administración, es un contrato de naturaleza particular, que y ss., sólo se ocupa de los ofrecimientos de ayuda hechos a propósito de obras
tiene por objeto esencial la ejecución de obras públicas, y que corresponde públicas. EOMIEU, conclusiones en el caso Gau-Bosc, Cons. de Est., 9 marzo
a este título, a la competencia del Consejo de prefectura, en virtud del art. 4
1906, "Rec.*', p. 224: " E l ofrecimiento de ayuda es un contrato unilateral,
de la ley del 28 pluvioso año v n i " (Cons. de Estado [Conflicto], 20 abril 1839,
préfet du Cher, " R e c " , p. 233; 18 diciembre 1846, Commune de Nanteuil, que tiene en vista la ejecución de obras públicas; es una especie de donación
" E e c . " , p. 562). subordinada a la ejecución de obras públicas".
488 E L FUNCIONAMIENTO DE LOS SERVICIOS PÚBLICOS
Los PRINCIPALES CONTRATOS ADMINISTRATIVOS 489
que el ofrecimento de ayuda "tiene por objeto esencial la eje-
cución de obras públicas" (LAFERRIÉRE, op. cit., i, p. 561), se ofrecimiento de ayuda no obliga jurídicamente a la Adminis-
omite la prueba de dicha afirmación. Todo ofrecimiento de tración, que lo ha aceptado 229 . Si la obra pública no se crea u
participación en los gastos de creación o de reorganización organiza como se había previsto en el ofrecimiento de ayuda,
de un servicio público, hecho pura y simplemente, o con la el suscritor queda liberado del ofrecimiento que había hecho,
condición de que el servicio funcionará en determinada forma, y la Administración será obligada simplemente a restituir
debería ser una operación administrativa de ofrecimiento de lo que había recibido. Por ello se revela el carácter adminis-
ayuda, regida por el derecho público, tal como se ha expre- trativo del ofrecimiento de ayuda, su diferencia con el acto
sado más arriba. jurídico de derecho privado que parece análogo: la donación
con cargo. El ofrecimiento de ayuda, operación de derecho
V. — Compromiso unilateral del suscritor público, no se rige por las reglas del derecho privado sobre
las donaciones con cargo230. Veremos, por lo demás, que no
I. — Por la operación de ofrecimiento de ayuda, el pro- es una liberalidad (v. infra, ps. 495 y ss.).
mitente y la Administración no contraen compromisos sina-
lagmáticos, bilaterales. En otros términos: no se obligan re- III. — Interesa mucho distinguir la operación adminis-
cíprocamente. El suscritor se compromete a entregar cierta trativa de ofrecimiento de ayuda, de la donación con cargo,
prestación, en dinero o en especie (cesión de un terreno, por de la donación con cargo hecha a la Administración. Un
ejemplo). Pero la Administración no se obliga jurídicamente carácter esencial de la donación'con cargo, es que el donata-
a crear una obra pública o a organizaría en determinada for-
rio que acepta la donación está obligado a ejecutar el cargo,
ma o a hacerla funcionar en ciertas condiciones228.
comprometiéndose jurídicamente a ello; no está obligado por
Trátase de un punto esencial, sobre el cual es preciso una obligación alternativa: o cumplir el cargo, o perder el
insistir.
beneficio de la donación. En caso de inejecución del cargo el
donatario desconoce una obligación contractual231.
II. — En derecho privado, existe un acto que se ha in-
tentado comparar al ofrecimiento de ayuda. Es la donación 229 Es, sin duda, pensando en este efecto jurídico, que EOMIEU habla de
con cargo. El donatario tiene la obligación jurídica de ejecu- contrato unilateral. V. supra, p. 488, nota 228.
t a r el cargo; el donante con cargo tiene derecho a exigir el 280 Loa civilistas no han estudiado el ofrecimiento de ayuda para una
cumplimiento del cargo y no solamente el de solicitar la revo- obra pública. Pero esta operación cabe dentro de la amplia definición que ellos
cación de la donación por inejecución de los cargos. En la dan de la fundación (v. supra, p. 484, nota 221). Por tanto, según ellos, de-
bería considerarse " n o como un acto jurídico original, sino como una simple
operación de ofrecimiento de ayuda, la Administración no variante de la donación o del legado". Sería una fundación pública, pues la
puede contraer ningún compromiso jurídico en lo concernien- liberalidad se hace a un establecimiento público preexistente, con cargo de
te al ejercicio de su competencia, en el sentido de que el sus- crear la fundación. Existe —dicen— liberalidad; " e n efecto, el fundador se
empobrece sin recibir nada en cambio, y, por otra parte, el establecimiento
critor podría exigir y hacer ordenar judicialmente la creación donatario o legatario obtiene de la fundación un beneficio moral, pues los
o la modificación de una obra o de un trabajo público. El bienes que recibe hacen enriquecer y perfeccionar el funcionamiento de sus
servicios" (COLÍN y CAPITANT, Droit civil, 3* ed., ni, 1922, p. 691). Estas
proposiciones no convienen de ningún modo al ofrecimiento de ayuda para
228 EOMIEU, conclusiones en el caso Gau-Bosc, Cons. de Est., 9 marzo» una obra pública.
1906, " B e c " , p. 225, expresa: " E l ofrecimiento de ayuda es un contrata
unilateral que tiene en vista la ejecución de obras públicas; es una especie de 231 COLÍN y CAPITANT, Droit civil, 3» ed., m, 1922, p. 802: "Cuando el
donación, subordinada a la ejecución de obras públicas". Esta segunda pro- donatario no cumple el cargo que ha prometido ejecutar, el donante puede,
posición no es exacta. No existe donación. Lo verdadero es el carácter unilateral según le parezca, demandar directamente el cumplimiento del cargo o solicitar
del compromiso del suscritor. la revocación. Nuestros antiguos autores negaban al donante... esta opción—
Pero esta solución, que el Código no ha reproducido, ya no puede aceptarse en
•
490 E L FUNCIONAMIENTO DE LOS SERVICIOS PÚBLICOS
LOS PRINCIPALES CONTRATOS ADMINISTRATIVOS 491
*
492 Eli FUNCIONAMIENTO DE LOS SERVICIOS PÚBLICOS
LOS PRINCIPALES CONTRATOS ADMINISTRATIVOS 493
administrador, nunca resulta una servidumbre activa o pa-
siva en beneficio de un fundo237.
realiza el trabajo público de determinada manera, destinada
Señalemos este carácter del compromiso del suscritor, a procurarle cierta ventaja personal. Por ejemplo, un propie-
que desarrollaremos más adelante (infra, ps. 500 y ss.). tario promete una suma de dinero o la cesión de tierras para
la construcción de un camino, a condición de que el trazado
§ 2 se modifique, y pase por sus propiedades o cerca de ellas, o a
condición de que la obra pública se concluya antes de cierta
Clasificación de los ofrecimientos de ayuda época, para beneficiarse con ella, etc.
Estas condiciones son los motivos determinantes de la
Los ofrecimientos de ayuda se han clasificado en dos promesa jurídica hecha por el ofertante. Si la Administra-
grandes categorías:
ción no los tiene en cuenta en la organización de la obra
1*) los ofrecimientos conmutativos y los ofrecimientos pública, desaparece la obligación jurídica del suscritor.
de beneficencia;
2*) los ofrecimientos de ayuda en dinero y los ofreci- III. — El análisis atento del ofrecimiento de ayuda per-
mientos de ayuda en tierras.
mitirá al juez**, en cada caso, determinar si el ofertante ha
En todos estos casos, hay realmente operación adminis- procurado y obtenido o no una ventaja personal, si se ha des-
trativa de ofrecimiento de ayuda. Pero, conforme a las hipó-
tesis, cabría —según algunos— aplicar, además, algunas re- prendido o no de un valor sin recibir ninguna contrapresta-
glas especiales. ción, cualquiera sea ella.
En el primer caso —se dice— hay operación a título con-
I mutativo. En el segundo caso habría liberalidad.
Ofrecimientos de ayuda conmutativos y ofrecimientos de IV. — Esta clasificación es inaceptable. En efecto, desde
beneficencia que quien hace el ofrecimiento de ayuda persigue y obtiene
una ventaja, de cualquier clase, económica o de otra índole,
I. — El ofrecimiento de ayuda de beneficencia es —dí- la operación es conmutativa. Ahora bien; ésta es la regla
cese— aquel en el cual el suscritor promete participar en el general. Muy a menudo, el ofrecimiento de ayuda está gravado
gasto, sin estipular con la Administración ningún beneficio con una carga, lo que le da un carácter indudablemente con-
personal, cualquiera sea. La Administración queda en liber- mutativo. Aunque no haya carga expresa, la organización de
tad de organizar la obra pública como le plazca, sin que tenga una obra pública (camino, puente, trabajos de reparación),
que temer la pérdida de la ayuda ofrecida.
238 TISSIER, Dons et legs ("Répertoire Béquet"), p. 311, n» 354: "La
autoridad judicial se halla en absoluta libertad para decidir si el acto por el
II. — En el ofrecimiento conmutativo, en cambio, el sus- cual se ha ofrecido a una persona moral contribuir para los gastos de ejecu-
critor sólo acepta comprometerse cuando la Administración ción de un trabajo determinado, constituye un contrato a título oneroso o un
contrato de beneficencia, para pesar las ventajas materiales o morales con las
237 Cons. de Est., 9 marzo 1906, Gau-Bosc, "Bee.", p. 224. En sus con- que ha contado el autor del ofrecimiento de ayuda, y, aun cuando éste las hu-
clusiones, EOMIEU expresa: " U n ofrecimiento de ayuda en tierras, {tiene un biese considerado como la contraprestación exacta de la carga que ha asumido,
carácter real o un carácter personáis Consideramos que el ofrecimiento de ayuda cabría —en caso de que se reconociera que son insignificantes— ver en el
constituye un contrato personal para aquel que lo suscribe, un contrato que, ofrecimiento de ayuda una donación, cuya aceptación se subordina a la auto-
a menos que haya estipulación en contrario, sigue siendo inherente a la persona rización prevista por los arts. 910 y 937 del Código Civil''.
que lo ha suscrito y a sus herederos; que no sigue de plena derecho al inmueble La Corte de Casación, en el fallo Bardet, del 14 abril 1863^ ( " S . " , 1863,
en cuyo beneficio se habría celebrado". V. infra, p. 502. 1, 362), parece decir que el juez sólo tiene que indagar si el autor del ofreci-
miento estima o no que ha recibido una contraprestación equivalente. En esta
sentido, TISSIER, op. y loo. cits.
494 E L FUNCIONAMIENTO DE LOS SERVICIOS PÚBLICOS
LOS PRINCIPALES CONTRATOS ADMINISTRATIVOS 495
ÑO obstante, en varias ocasiones, se ha propuesto esta de las condiciones del ofrecimiento de ayuda de su vendedor
distinción y la jurisprudencia del Tribunal de Conflictos y y reclama el precio del terreno cedido gratuitamente e incor-
del Consejo de Estado la ha admitido en una hipótesis. porado al camino. Expresa que el ofrecimiento de ayuda para
la construcción del camino se ha hecho en interés del dominio,
II. — Las dos principales consecuencias que se ha que- que debía beneficiarse con la plusvalía resultante de la eje-
rido deducir de la distinción, conciernen:
cución de la obra. Sostiene que los derechos y obligaciones
l 9 ) a la naturaleza jurídica de los derechos y obligacio- que derivan del ofrecimiento de ayuda son inherentes a este
nes que resultan de la suscripción del ofrecimiento de ayuda
en tierras) dominio, no son derechos y obligaciones personales del sus-
critor y se trasmiten a sus herederos; acompañan al inmueble
29) a la naturaleza jurídica de la cesión de tierras. a través de los sucesivos propietarios del dominio.
I. — Naturaleza jurídica de los derechos y obligaciones IV. — La cuestión principal a resolver es la siguiente:
resultantes de la suscripción en tierras "Cuando un propietario ha hecho un ofrecimiento de
ayuda, realizado en tierras, con miras a la ejecución de obras
I. — El problema se plantea en dos hipótesis: 1*) El públicas y vende luego el inmueble en cuyo interés se consi-
suscritor ha ejecutado el ofrecimiento de ayuda. ¿Quién pue- dera ha formulado su ofrecimiento, ¿tienen él o sus herederos
de quejarse de la inejecución de las condiciones impuestas en personería para discutir el ofrecimiento, o es el adquirente
el ofrecimiento: el suscritor y sus herederos y causahabientes, del inmueble quien queda de pleno derecho en la situación
y sólo ellos, o bien el propietario del inmueble en cuyo bene- de aquéllos?" 249 .
ficio se ha formulado el ofrecimiento de suscripción?
2*) El suscritor no ha cumplido el ofrecimiento de sus- V. — Observemos, ante todo, que no se plantea aquí el
cripción aceptado. ¿A quién podrá dirigirse la Administra- problema de si el acto de compraventa del inmueble en cuyo
ción? ¿Sólo al suscritor y a sus herederos? ¿Al propietario interés se considera que se ha hecho el ofrecimiento, ha tras-
del inmueble considerado beneficiario? mitido al adquirente los derechos y obligaciones del vendedor
que ha suscrito el ofrecimiento de ayuda. En tal caso, se apli-
II. — No hay problema si el ofrecimiento de ayuda con- caría el contrato: el adquirente, invocando su contrato, ten-
siste en una suma de dinero. En cambio, se plantea la cuestión dría personería para actuar y quejarse de la inejecución —por
si el ofrecimiento consiste en la cesión de una parcela de parte de la Administración— de las condiciones del ofreci-
tierra. miento de ayuda. Resultaría así no un propietario del domi-
nio, sino un causahabiente del suscritor.
III. — El problema se ha presentado ante el Consejo de Dejemos de lado este caso particular. Examinemos la
Estado, en las siguientes circunstancias de hecho: cuestión principal.
Se repara y amplía un camino vecinal de interés común.
Un propietario cuyos terrenos debían estar comprendidos en VI. — El Consejo de Estado ha respondido muy clara-
parte en el nuevo trazado, cede gratuitamente, pero bajo cier- mente: el ofrecimiento de ayuda en tierras tiene carácter
tas condiciones, las parcelas de su dominio necesarias para el personal y no real 250 .
camino. Las obras se realizan sin que se produzca ninguna 249 Es en estoa términos que EOMIETJ formula la cuestión, en sus conclu-
reclamación y el camino es así reparado y ampliado. Más siones sobre el caso Gau-Bose, Cons. de Est., 9 marzo 1906, " R e c " , p. 224.
tarde, el propietario vende el terreno por donde pasa el ca- 260 Cons. de Est., 9 marzo 1906, Gau-Bosc, " R e c " , p. 224 (con las con-
mino. El adquirente se queja, entonces, del incumplimiento clusiones de ROMISU) : " E l señor G. B., que ha adquirido... el dominio que
había pertenecido al señor R. (suscritor del ofrecimiento de ayuda), no está
502 E L FUNCIONAMIENTO DE LOS SERVICIOS PÚBLICOS LOS PRINCIPALES CONTRATOS ADMINISTRATIVOS 503
Esta solución es correcta: miento de ayuda? ¿Cómo podría el adquirente adivinar que
l p ) No habría problema si, en la hipótesis en examen, el una carga, proveniente de un ofrecimiento de ayuda, grava
ofrecimiento de ayuda consistiese en una suma de dinero. el inmueble? La existencia de un camino no implica necesa-
Aunque el ofrecimiento en dinero se hubiese formulado en riamente una obligación de los linderos en ocasión de su cons-
interés de una propiedad, nunca se ha sostenido que el ofre- trucción. Inversamente, no es admisible que el adquirente de
cimiento trasfiriese de pleno derecho al adquirente del in- un inmueble tenga personería para reclamar el cumplimiento
mueble el derecho de reclamar, en este único carácter, el cum- de las condiciones del ofrecimiento de ayuda formulado por
plimiento de las condiciones. un propietario precedente que no había protestado.
¿Por qué debería ser de otro modo cuando el ofrecimiento 49) Es muy difícil saber si un ofrecimiento de ayuda se
de ayuda consiste en tierras? 251 . ¿Qué se decidiría en el caso ha formulado únicamente en interés de un inmueble. Los
frecuente en que el ofrecimiento de ayuda consiste en dinero y motivos que provocan el ofrecimiento raramente son de u n a
en tierras? sola índole: interés económico, vanidad, segundas intenciones
29) "No se podría considerar de pleno derecho inherentes políticas, preocupación por el interés general: todas estas con-
a un inmueble las obligaciones que un propietario cree que sideraciones han influido, muy frecuentemente, sobre la vo-
debe contraer para la ejecución de obras públicas de interés luntad del suscritor del ofrecimiento. Por tanto, el argumento
general, que está en libertad de asumir o no y que, por tanto, principal que podría invocarse, falta de "hecho.
no son accesorios necesarios del inmueble aun si la propiedad 59) Las dificultades prácticas que resultarían de una so-
obtiene de ellos ciertos beneficios"252. Los derechos y obliga- lución contraria, serían muy grandes. Supongamos que el
ciones inherentes a un inmueble constituyen servidumbres suscritor o sus herederos hayan vendido una parte del in-
activas o pasivas. Es preciso que se constituyan en las condi- mueble. ¿Cuáles serán las respectivas situaciones del sus-
ciones legales. Éste no es el caso. critor o sus herederos y del adquirente? Asimismo, si la
39) Interesa que las cargas que pesan sobre un inmueble controversia sobre el ofrecimiento de ayuda se suscita en vida
se den a publicidad, a fin de que los terceros puedan conocer- del suscritor, pero después de la venta, ¿el promitente dejará
las. ¿Es admisible que al adquirir un inmueble se esté ex- de estar obligado a ejecutar el ofrecimiento? ¿Será el adqui-
puesto a sufrir las cargas que podrían resultar de un ofreci- rente el único que quedará obligado? Esto es inadmisible y
contrario a la voluntad razonable del suscritor y de la Admi-
autorizado por su solo carácter de adquirente y a falta de toda estipulación* nistración aceptante 253 .
en el acto de venta, para reclamar el cumplimiento de las obligaciones que,
para la Administración, resultarían del contrato de ofrecimiento de ayuda II. — Naturaleza jurídica del ofrecimiento de ayuda que
aceptado... por el señor R.". ROMIEU concluía en este sentido: " L a única importa cesión de tierras2™
solución admisible —decía— es la de reconocer que el ofrecimiento de ayuda
es un contrato personal, que los derechos y obligaciones que de él dimanan I. — Una larga discusión —en un principio inexplica-
siguen siendo inherentes a la persona del vendedor y pasan sólo a sus herederos,
salvo, naturalmente, que existan estipulaciones en contrario insertas en los ble— se ha suscitado en cuanto a la naturaleza jurídica del
actos de venta". ofrecimiento de ayuda que importa cesión de tierras2**.
2M Tribunal de Conflictos, 5 agosto 1887, Guillaumin, " R e c " , p. 619:
"Poco importa que el ofrecimiento de ayuda... haya consistido en la cesión 253 Sobre todos estos puntos, véase BOMIEU, conclusiones precitadas,
gratuita de tierras... que serían necesarias para la construcción del camino. " R e c . " , 1906, p. 226.
La naturaleza del objeto ofrecido no cambia su destino y, por consiguiente, no 254 LAFEBRIÉRE, Jur. adm. et rec. cont., 2» ed., 1896, i, ps. 561 y as.
modifica la naturaleza del contrato. No cabe, pues, distinguir entre los compro- 255 Si el ofrecimiento de ayuda tiene por objeto una suma de dinero «
misos asumidos en el sentido de pagar sumas de dinero y los que consisten en materiales, no hay dificultad. Todos los tribunales y todos los juristas están
cesión gratuita de tierra". de acuerdo.: la operación es administrativa. Casac, 20 abril 1870, Bollin, " D . " ,
262 EOMIEÜ, conclusiones precitadas, " B e c " , 1906, p. 225. 1871, 1, 41; 4 marzo 1872, de la Guére, " D . " , 1872, 1, 440.
504 E L FUNCIONAMIENTO DE LOS SERVICIOS PÚBLICOS
LOS PRINCIPALES CONTRATOS ADMINISTRATIVOS 505
l 9 ) El Consejo de Estado 256 durante mucho tiempo, y 2') El Consejo de Estado después de 1864 y el Tribunal
durante más tiempo aún la Corte de Casación, han afirmado de Conflictos después de su creación, han condenado este pun-
que había allí un "contrato de derecho civil", de competencia
to de vista. Han resuelto que el ofrecimiento de ayuda tiene
de los tribunales judiciales 257 . En efecto, se trata de una
cesión amistosa, que tiene en vista la ejecución de obras pú- siempre la misma naturaleza jurídica, cualquiera sea la cosa
blicas. Pero las leyes sobre expropiación dan competencia ofrecida: suma de dinero, materiales, tierra, etc. Una opera-
a los tribunales judiciales para estatuir sobre las cesiones de ción jurídica no puede cambiar de naturaleza, según el objeto
tierra 258 . Es ésa una garantía esencial. Si la jurisdicción com- de la prestación 260 . En todos los casos, hay esencialmente una
petente, según la ley, es la de los tribunales judiciales, debe ayuda ofrecida a la Administración, para facilitar la organi-
concluirse que, según la voluntad del legislador, la operación zación, modificación o funcionamiento de una obra o de un
de ofrecimiento, de ayuda que importa cesión de tierra es un servicio público. El objeto ofrecido es secundario.
"contrato civil" de derecho privado 259 . Parece resultar de ahí que los tribunales competentes
para estatuir sobre las dificultades suscitadas por un ofreci-
256 Cons. de Estado (conflicto), 17 julio 1861, Comrmne de Craon, " E e c . " , miento de ayuda, son siempre los tribunales administrativos,
p. 628: "Los contratos que tienen por objeto la cesión, hecha por los particu-
lares a los municipios, de tierras destinadas a la ejecución de obras públicas, pues el ofrecimiento es una operación administrativa por na-
bajo determinadas condiciones estipuladas en beneficio de los propietarios, son
contratos civiles cuyo sentido y alcance corresponde determinar a los tribuna-
les, cuando se suscitan dificultades entre las partes en lo referente a la ejecu- distinto de aquel que yo cedí o que no ha cumplido la condición estipulada,
ción de las cláusulas". ¿cuál es, en realidad, el sentido de mi queja? En realidad, sostengo que he
257 Casac, 18 enero 1887, Guillaumin, " D . " , 1887, 1, 229: "Los contra- sido desposeído injustamente, despojado a pesar mío; en otros términos: que
tos que tienen por objeto la cesión, hecha por los particulares a los municipios, el derecho de propiedad, este derecho por el cual vela el legislador con tanta
de tierras destinadas a la ejecución de obras públicas, bajo determinadas con- solicitud, es desconocido, violado, en lo que me concierne. Tengo, pues, derecho a
diciones, estipuladas en beneficio de los propietarios, spn contratos civiles, cual- las garantías tutelares del derecho común, a las garantías judiciales a las que
quiera sea la forma en que se hayan celebrado". no he renunciado, y con respecto a las cuales, por lo demás, mi renuncia sería
inútil. Corresponde, pues, al tribunal civil y no al Consejo de prefectura
258 Tribunal de Conflictos, 20 noviembre 1880, Thuillier, " E e c . " , p. 910 r decidir si la toma de posesión por el Estado de las parcelas... constituye o no
" L a s convenciones celebradas en virtud de la ley del 3 mayo 1841, entre un
propietario y una ciudad, para la adquisición de tierras necesarias para una la ejecución del contrato de derecho común celebrado entre ellos".
obra declarada de utilidad pública, son contratos de derecho común, cuya in- 260 Consejo de Estado (conflicto), 5 marzo 1864, Cristofini, " E e c " , p.
terpretación y ejecución corresponden a la autoridad judicial". 228, resuelto contrariamente a las conclusiones del comisario del Gobierno,
EOBERT ( " D . " , 1865, 3, 33. V. supra, p. 504, nota 259). El Tribunal de Con-
259 El comisario del Gobierno, BOBERT, ha defendido este punto de vista flictos ha reproducido, desde su creación, las fórmulas del fallo de 1864: Trib.
en el caso Cristofini, Cons. de Est., 5 marzo 1864, " E e c " , p. 228 (las con- de Conflictos, 27 mayo 1876, de Chargére, " E e c " , p. 497; 30 julio 1887, Gui-
clusiones se comentan en "Dalloz", 1865, 3, 33): "Nos parece que a pesar llaumin, " E e c " , p. 617: " E l compromiso suscrito por G. para participar en
de las distinciones más o menos arbitrarias que se tratara de establecer, toda la construcción del camino... y la aceptación que se habría producido de esta
esta materia está dominada por una regla de derecho público, escrita en la ayuda y de la de otros particulares por un acuerdo válidamente aprobado, del
constitución y en las leyes, y a cuyas diversas consecuencias es realmente im- concejo municipal..., constituyen un contrato que tiene por objeto la ejecu-
posible sustraerse. La propiedad es inviolable. La expropiación la realiza la ción de una obra pública. Según las disposiciones legales precitadas (art. 4
autoridad judicial. Del hecho de que la propiedad inmobiliaria resulta así colo- de la ley del 28 pluvioso año vm), la jurisdicción administrativa es la única
cada bajo la protección de la autoridad judicial, se deduce, en primer lugar, competente para estatuir sobre las controversias que puedan provenir de la
que, si se constriñe al propietario al abandono forzoso, su derecho está garan- existencia y del cumplimiento de este contrato. Poco importa que el ofreci-
tizado por formas rigurosas, por la indemnización previa y por la intervención miento de ayuda de G. haya consistido en la cesión gratuita de las tierras de su
del jurado; además, si el propietario precede a la declaración de utilidad pú- propiedad que serían necesarias para la construcción del camino. La naturaleza
blica de una cesión voluntaria o si, después de esta declaración, vende volun- del objeto ofrecido no modifica el destino, y, por consiguiente, no cambia la
tariamente, la protección de la justicia le es siempre favorable en virtud naturaleza del contrato. No cabe, pues, distinguir entre los compromisos con-
de la ley. El día en que se suscite una controversia, el juez natural es el juez traídos para pagar sumas de dinero y los que consisten en cesión gratuita de
civil. En efecto, cuando después de haber entregado voluntariamente,mi inmue- tierras". Idéntica fórmula en: Trib. de Conflictos, 11 enero 1890, Veil, " E e c " ,
ble a la Administración para una obra pública, afirmo que ha ocupado uno> p. 21.
506 E L FUNCIONAMIENTO DE LOS SERVICIOS PÚBLICOS LOS PRINCIPALES CONTRATOS ADMINÍSTRATEOS 507
turaleza, regida por el derecho público. Es ésta la solución II. — Esta jurisprudencia sólo regula un punto comple-
que han sostenido algunos 261 . tamente secundario: el del tribunal competente para juzgar
Ésta no es, sin embargo, la solución que ha prevalecido los litigios, pero no se ocupa de la naturaleza de la operación
finalmente en la jurisprudencia. de ofrecimiento de ayuda, cuestión ya definitivamente reglada
39) Los autores y la jurisprudencia hacen una distinción. por el Consejo de Estado, en 1864, y por el Tribunal de Con-
Si el suscritor sólo ofrece la cesión de sus tierras después que flictos, en 1876 (v. supra, p. 505 ) 264 .
se ha declarado de utilidad pública la obra a realizar, y con La distinción se esfuerza en conciliar los textos sobre
la finalidad de obtener un trazado más favorable para sus competencia: art. 4 de la ley de pluvioso afío vin, sobre la
intereses, el ofrecimiento de ayuda no hace más que adelan- competencia de los Consejos de prefectura en materia de obras
tarse a una expropiación inminente, teniendo el carácter de públicas; leyes de 1810 y de 1841, sobre la competencia de los
una cesión amistosa en el curso de un procedimiento de ex- tribunales judiciales en materia de expropiación.
propiación. Pero, según las leyes sobre expropiación, las con-
troversias sobre las trasferencias de propiedad son de compe- III. — Estas sutiles controversias sobre una cuestión de
tencia de los tribunales judiciales. Los tribunales civiles se- competencia ponen de relieve el carácter mezquino que se da,
rán, pues, los competentes, y no los tribunales administra- a veces, a la teoría de los ofrecimientos de ayuda. Se la ha
tivos. En cambio, si el ofrecimiento de ayuda en tierras se reducido a problemas de interpretación de textos. Así se ha
hace antes de toda declaración de utilidad pública, cuando la llegado a distinguir sutilmente los casos de obras públicas
ejecución de la obra pública todavía no se ha decidido, y propiamente dichas y los casos de expropiación, con atribu-
cuando el ofrecimiento se hace con el propósito de inducir a ción de la competencia a los tribunales administrativos, o a
la Administración para que realice la obra, la idea de obra los tribunales judiciales.
pública domina y entraña la competencia del Consejo de pre- Si se hubiese construido la teoría del ofrecimiento de
fectura, por aplicación del art. 4 de la ley de pluvioso ano ayuda sobre análisis jurídicos y sobre los principios generales
vm 262 E ¡ Consejo de Estado se ha pronunciado claramente del derecho público, hubiese sido realmente inútil hacer estas
por esta distinción 263 . sutiles distinciones, carentes de importancia en cuanto al fon-
do de la cuestión. Estamos ante una complicación de pro-
261 Véase la nota en " R e c " , p. 617, acerca de Trib. de Conflictos, 30
julio 1887, Guillaumin. cedimiento265.
262 SERRIGNY, Compétence administrative, 2* ed., n , n» 69; Aucoc, École
des communes, 1864, p. 3 7 1 ; Conférences, i, p. 432. Según él, la autoridad ju- su terreno. Finalmente, las parcelas de que se trata están comprendidas en el
dicial debe conocer de los litigios provenientes de las cesiones posteriores a la decreto de cesibilidad dictado por el p r e f e c t o . . . E l ofrecimiento formulado
declaración de utilidad pública; se está obligado a aplicar, en este caso, el por el señor A. en la precitada lista sometida a la investigación, tenía por ob-
principio establecido por las leyes del 8 marzo 1810, 7 julio 1833 y 3 mayo jeto la cesión de un terreno considerado necesario para la ejecución del camino.
1841, de conformidad a cuyos términos la expropiación la efectúa la autoridad Corresponde reconocer la existencia y determinar el sentido y el alcance de los
judicial. Pero las cesiones anteriores no están regidas de ningún modo por esta compromisos que podían resultar para el señor A. de la declaración de que se
ley, y, por tanto, siguen sometidas al art. 4 de la ley del 28 pluvioso año Vin; trata".
LAFERRIÉRE, Jur. adm. et rec. cont., 2* ed., 1896, i, ps. 561 y ss.; HAUKIOU, Droit 264 EOMIEU, conclusiones ante el Cons. de Estado, 9 marzo 1906, Gau-Bosc,
adm., 9* ed., 1919, p. 856, nota 1. Este autor atribuye al Consejo de Estado " R e c . " , p. 225: Ya se trate de ofrecimiento de ayuda en dinero o en tierras,
los fallos del Tribunal de Conflictos de 1887 (Guillaumin) y de 1890 (Veil). " e l contrato es de la misma naturaleza, el fin que se desea alcanzar es el
263 Consejo de Estado, 1» agosto 1873, Abadie, " R e c . " , p. 720 (y la n o t a ) : mismo, y se suscribe teniendo en vista el mismo resultado para las propieda-
' ' Las parcelas de t i e r r a . . . habían sido colocadas —en virtud de lo dispuesto des interesadas. Cualquier distinción sería ilógica". ROMIEU escribe esto re-
por el art. 4 del la ley del 3 mayo 1841— en la situación de tierras necesarias firiéndose al carácter real o personal de la operación de ofrecimiento de ayuda
para la ejecución del camino..., y es mediante una declaración consignada en (supra, ps. 501 y ss.). Pero su argumentación tiene alcance general.
la mencionada lista que ha servido de base a la investigación prescrita por el 265 Esto es lo que decía con razón (pero concluyendo en favor de la com-
art. S de la mencionada ley, que el señor A. ha declarado ceder gratuitamente petencia judicial) ROBERT, en sus conclusiones ante el Cons. de Estado (con-
508 E L FUNCIONAMIENTO DE LOS SERVICIOS PÚBLICOS
LOS PRINCIPALES CONTRATOS ADMINISTRATIVOS 509
SECCIÓN VIII
§ 1
OTROS CONTRATOS ADMINISTRATIVOS Contratos administrativos verdaderos
I. — Los contratos administrativos estudiados en las Veamos dos verdaderos contratos administrativos:
páginas precedentes, son los más frecuentes en la práctica. l 9 ) la concesión de incremento* futuros; 2°) los arrenda-
Pero no son los únicos. mientos de yacimientos minerales.
Existen muchos otros: son todos aquellos que reúnen las
cuatro condiciones generales esenciales (v. supra, p. 324); a • I. — Concesión de incrementos futuros
saber: l 9 ) acuerdo de voluntades; 2*) creación de una situa-
ción jurídica individual) 3*) con la finalidad de asegurar el I. — Mediante la concesión de incrementos futuros, la
funcionamiento de un servicio público; 4*) voluntad de some- Administración otorga a una persona o a una sociedad la
terse a un régimen jurídico especial. autorización para ocupar una parte del dominio público (ori-
llas del mar o de los ríos), para construir allí un dique u otras
II. — El análisis cada vez más penetrante que han hecho obras, con la finalidad de facilitar la formación de aluviones.
el Tribunal de Conflictos, el Consejo de Estado y la doctrina, Se sobrentiende que, una vez formados los aluviones, serán
en lo referente a estas condiciones esenciales, ha conducido propiedad privada del concesionario.
a un doble resultado:
II. — La operación es un contrato administrativo de
V) Es preciso negarse a seguir considerando contratos
obras públicas. Están reunidos todos los elementos esenciales
a ciertas operaciones administrativas. O no existe acuerdo de
del contrato de obras públicas: acuerdo de voluntades, obra
voluntades, o bien no hay creación de una situación jurídica
ejecutada en una dependencia del dominio público teniendo
individual, siendo la situación legal y no contractual. No es,
en vista una utilidad general, por cuenta de una Administra-
pues, el régimen de los contratos el que debe aplicarse.
ción, con los riesgos a cargo del empresario. En este caso sola-
29) Se ha negado a seguir considerando contratos admi-
mente, la remuneración del empresario consiste en la atribu-
nistrativos a ciertos contratos, en los cuales no hay servicio
ción en propiedad de los terrenos ganados al mar o al río. Se
público, o no existe régimen jurídico especial. La situación
trata de un contrato de obras públicas, con remuneración
jurídica es perfectamente contractual, pero el régimen apli-
en especie286.
cable no es el del derecho público, sino el del derecho privado.
266 LAPERRIÉEE, Jur. adm. et reo. oont., 2» ed., 1895, i, ps. 608 y ss., anali-
za en otra forma la operación: " E s t a concesión contiene dos elementos: pri-
III. — Por lo demás, existen operaciones que entrañan, meramente, una autorización dada al concesionario para ocupar partes del
evidentemente, contratos administrativos propiamente dichos. dominio público, a fin de construir diques y otras obras destinadas a favorecer
la formación de aluviones; luego, la cesión de una cosa futura, del aluvión que
flictos), 5 marzo 1864, Cristofini ("Dalloz", 1865, 3, 34): "¿Cuál es la base se formará y podrá convertirse en propiedad privada. El primer elemento es
de esta distinción? En vano la buscamos. ¿Cómo puede sostenerse, para justi- un acto administrativo, mientras que el segundo es un contrato a término o
ficarla, que la declaración de utilidad pública —que consagra de manera tan bajo condición; la reunión de ambos constituye un contrato administrativo de
notable el carácter público de las obras— convierte de improviso a las con- naturaleza especial, en el cual el ejercicio del poder público fundamenta las
venciones administrativas en contratos civiles? jCómo admitir que la cesión convenciones celebradas con el dominio. En efecto, el objeto de estas conven-
amistosa de un campo al Estado, teniendo en vista una obra que la Adminis- ciones, es decir, la toma de posesión eventual de terrenos ganados al mar o a
tración proyecta, sólo será una convención administrativa la víspera del día los ríos, quizá no se realizaría nunca, si no se diese al concesionario los recursos
en que se declare de utilidad pública a la obra, y volverá a ser, en cambio, para asegurar esta conquista, mediante trabajos efectuados en el dominio pú-
contrato civil, si no se perfecciona hasta el día siguiente?". blico". Los trabajos hechos en el dominio público por cuenta de una Adminis-
tración, son obras públicas (supra, ps. 356 y ss.).
510 E L FUNCIONAMIENTO DE LOS SERVICIOS PÚBLICOS LOS PRINCIPALES CONTRATOS ADMINISTRATIVOS 511
III. — La jurisprudencia no es unánime acerca de la II. — Durante mucho tiempo, la jurisprudencia —inter-
naturaleza jurídica de esta operación. pretando la resolución de los cónsules del 3 floreal año VIII,
La Corte de Casación ha visto en la concesión de incre- arts. 1' y 2a69, decidía que el derecho privado era aplicable
mentos futuros una venta del dominio, y, por consiguiente, y que el contencioso era judicial, cuando los yacimientos no
un contrato de derecho privado, regido por este derecho y de pertenecían al Estado. En efecto, según dicha resolución con-
competencia de los tribtmales judiciales 267 . sular, el producto de los yacimientos "pertenecientes a la Re-
El Tribunal de Conflictos ha resuelto que se trataba de pública." debe arrendarse y, "a falta de pago del precio del
una convención con miras a la ejecución de obras de interés arrendamiento o de la ejecución de las cláusulas allí incluidas,
público266. Es lo que se denomina un contrato de obras pú- podrá ser rescindido por el Consejo de prefectura y adjudicado
blicas. a la folie enchére du fermier."
El Consejo de Estado había decidido de inmediato que,
II. — Arrendamientos de yacimientos minerales perte- dada la redacción de la resolución consular del afío vni, la
necientes al Estado, a los departamentos y a competencia administrativa sólo existía para los arrenda-
los municipios mientos de los yacimientos minerales del Estado270. La explo-
tación de los yacimientos minerales, en general, no se consi-
I. — Cuando la explotación de estos yacimientos se erige deraba un servicio público; en la operación jurídica que tiene
en servicio público propiamente dicho, trátase indudablemente por objeto hacer administrar por un empresario privado los
de contratos administrativos de concesión de servicio público. yacimientos minerales, se veía un arrendamiento, una locación
El régimen aplicable es, pues, el del derecho público, y la de cosas del derecho privado.
competencia corresponde ,a los tribunales administrativos. Bajo la Restauración, en un momento de reacción contra
los tribunales administrativos, la competencia administrativa
267 Casación civ., 2 mayo 1848 (comentado en el "Rec. des arréts du C. dispuesta por la resolución de los cónsules del año vm, pa-
d'État", 1850, p. 640): "Cuando el Gobierno, autorizado por una ley, con- reció ser una excepción a los principios generales. Se la inter-
cede una parte del dominio público o del dominio del Estado, no figura en el pretó, pues, restrictivamente.
acto como poder administrativo que procura el cumplimiento de las leyes me-
diante reglamentos o decisiones, sino que estipula como representante del Estado I 9 ) Se resolvió que, siendo el arrendamiento de yaci-
propietario y enajena, por una convención del derecho civil, una parte de su mientos minerales un contrato civil, la competencia de los
• dominio. No es éste un acto de autoridad, sino un contrato formado por el tribunales administrativos sólo podía admitirse en el caso
concurso de dos voluntades; las cuestiones de propiedad que originan las rela-
ciones de este acto con los derechos de los terceros, son de competencia de los considerado por la resolución del año VIII, es decir, el de los
tribunales". Idéntica fórmula: Casac. civ., 8 enero 1861, Aséma, " D . " , 1861,
1, 116. 269 Art. 1*: "Los prefectos dispondrán la adjudicación por subasta
pública del producto de las aguas minerales, en los lugares en que haya fuentes
268 Trib. de Conflictos, 1' julio 1850, de Gomello, " R e c " , p. 640: " L a pertenecientes a la Bepública. El pliego de condiciones contendrá el precio de
Administración puede por sí sola conocer de la ejecución de las obras de interés las aguas, baños y duchas''. Art. 2: " L a duración del arrendamiento será
público, bajo cuya condición una parte del dominio público debe dejar de for- de tres años. A falta de pago del precio del arrendamiento o de la ejecución
mar parte de este dominio y entrar en el dominio privado". Trib. de Con- de las cláusulas y contenidos, podrá ser rescindido por el Consejo de prefectura
flictos, 31 mayo 1851, Duhamel, " R e c " , p. 405: " E l fallo (del Consejo de y adjudicado á la folie enchére du fermier".
1763) de que se trata, que contiene una concesión otorgada por la autoridad
administrativa superior bajo determinadas condiciones relativas al servicio de Esta reaolución consular se considera con fuerza de ley, en razón del hecho
la navegación, es un acto administrativo cuya interpretación sólo puede corres- de que al Senado no se la ha deferido por inconstitucional.
ponder a la autoridad de la cual ha emanado". 270 Cons. de Est., 4 diciembre 1822 (hospice de Bagnéres, " R e c " , 1822, n,
p. 441): "Sólo se trata, en la especie, de cuestiones relativas a la pretendida
LAFERKIÉRE, op. cit., p. 610, nota 2, cita también un dictamen del Consejo inejecución de un arrendamiento, que no pueden resolverse mas que por las
de Estado (secciones en pleno de obras públicas y de finanzas), del 29 junio reglas del derecho común, cuya aplicación corresponde a los tribunales ju-
1881. Impresos del Cons. de Est., 1881, n" 378.
diciales ' \
512 E L FUNCIONAMIENTO DE LOS SERVICIOS PÚBLICOS LOS PRINCIPALES CONTRATOS ADMINISTRATIVOS 513
yacimientos minerales del Estado, y no en el caso de los yaci- I I I . — Estas soluciones se hallan hoy abandonadas, por
mientos minerales de los departamentos y de los municipios. ser insostenibles:
La Administración trató vanamente de hacer triunfar una Desde 1860, el Consejo de Estado ha declarado obrax
interpretación extensiva. El reglamento del 18 junio 1823, públicas a todos los trabajos ejecutados por el Estado en un
título ni, art. 22, establecía que "las cláusulas de los arren- establecimiento termal 275 .
damientos (de los yacimientos pertenecientes al Estado, a los En esta ocasión, el comisario del Gobierno, Aucoc, afir-
departamentos, a los municipios y a los establecimientos de mó que la explotación de una fuente termal es un verdadero
caridad) estipularán siempre que el Consejo de prefectura servicio público. Esto es legítimo desde el momento que la»
podrá pronunciar la rescisión inmediatamente, en caso de vio- preocupaciones de higiene y de salud pública se han hecho
lación del pliego de condiciones". Pero el Consejo de Estado, muy grandes y que la Administración pública ya no se des-
después de vacilar 271 , no admitió esta interpretación; consi- interesa de ellas, como sucedía a principios del siglo x i x .
deró ilegal el reglamento de 1823. "Ninguna disposición le- En la actualidad, con el progreso de las ideas relativas
gislativa —establece un fallo de 1861272— atribuye a los Con- a la higiene y también con el desarrollo considerable de l a
sejos de prefectura la facultad de estatuir sobre las contro- noción de servicio público 276 , las soluciones adoptadas al prin-
versias que puedan suscitarse en materia de ejecución de los cipio del siglo x i x ya no serían admisibles.
arrendamientos celebrados para la locación de las aguas mine- Se ha interpretado, pues, de otro modo la resolución de
rales pertenecientes a los municipios". los cónsules del afío vni. Más exactamente, desde el momento
29) Se afirmaba, además, que la explotación de los yaci- que ningún texto formal se opone a ello, se ha resuelto que Ja
mientos minerales del Estado no solamente no estaba erigida explotación de un yacimiento mineral del Estado, de un de-
en servicio público propiamente dicho, sino que además no partamento o de un municipio o establecimiento público, pue-
presentaba un carácter de utilidad general. Por tanto, las de erigirse en servicio público; en este caso, se aplicarán a
obras realizadas para esta explotación en un establecimiento esta explotación las reglas del derecho público; el contrato
termal del Estado, no son obras públicas en el sentido técnico por el cual se confía a un empresario la explotación de yaci-
de esta expresión273. El contencioso de estos contratos de obras mientos minerales del Estado, departamentos o municipios,
o, de manera más general, el contencioso de las obras, era e s un contrato administrativo de concesión de servicio público,
declarado de competencia de los tribunales judiciales. En par- 275 Cons. de Est., 8 marzo 1866, Lafond, " R e c . " , p. 230 (con las con-
ticular, las "rutas termales", destinadas exclusivamente a fa- clusiones de Auooc): ' ' Las obras ejecutadas por el Estado en el estableci-
vorecer el acceso a los yacimientos y su explotación, no son miento termal de Néris tienen un fin de utilidad pública, y, por tanto, entra»
en la categoría de las obras públicas". Aucoc decía: " E n la gestión de los
—decíase— obras públicas propiamente dichas. Sólo sería establecimientos (termales) que pertenecen al Estado, el legislador ha visto
diferente cuando la "ruta termal" se destinase, además, a siempre, no la explotación de una propiedad para obtener rentas, sino un ver-
facilitar el acceso a la ciudad o a embellecerla, en cuyo caso dadero servicio público, el servicio de la salud pública. La prueba de ello es
que los litigios... debe juzgarlos el Consejo de prefectura... Hay algo más.
no se trataría solamente de rutas termales, sino también de ¿ a ley del 14 julio 1856, sobre la conservación y el perfeccionamiento de la»
caminos públicos27*. fuentes termales... (art. 12), dispone que si una fuente de agua mineral de-
clarada de interés público —pero que no pertenece al Estado— se explota e»
una forma que compromete su conservación, o si la explotación no satisface
271 Cons. de Est., 6 abril 1854, Bonvelle, " R e c . " , p. 280, había admitido las necesidades de la salud pública, un decreto... puede autorizar la expro-
implícitamente la competencia administrativa para un arrendamiento de fuen- piación de la fuente... ¿No es ésta la prueba evidente de que hay allí utilidad!
tes termales de Saint-Armand, perteneciente al departamento del Norte. pública, servicio públicol".
272 Cons. de Est., 20 junio 1861, Morél, " R e c " , p. 529 (y la nota). 276 Véase supra, ps. 426 y ss., lo que se ha dicho con respecto a los teatro»
273 V. supra, ps. 356 y ss. nacionales o municipales, cuya explotación puede erigirse en servicio públieo
274 LAFERRIÉRE, Jur. adm. et rec. cont., 2» ed., 1896, i, p. 593. propiamente dicho.
de competencia de los tribunales administrativos (Consejo de que ha realizado el acto es decisiva, y no la de quien lo ha
prefectura, en razón de la resolución de los cónsules del solicitado, provocado o aceptado. En particular, la revocación
afío v i n ) . del acto es siempre posible, en principio, por parte de la Ad-
ministración que ha realizado el acto unilateral. Tal es el
IV. — Es lo que ha resuelto el Consejo de Estado, el 28 caso de cierto número de hipótesis, en que la situación no es
junio 1918, Société genérale thermale et balnéaire ("Rec", contractual, contrariamente a lo que en general se enseña.
p. 642): "Por el contrato celebrado... por la sociedad... j Hay también un interés de procedimiento en distinguir
la ciudad de Bagnéres de Luchon, esta última declaraba con- el acto unilateral del contrato: el recurso contra el acto uni-
ceder y dar en locación, por un término de 50 años, la explo- lateral administrativo es, muy ordinariamente, un recurso de
tación del casino y del establecimiento termal de Luchon, con anulación deducido ante el Consejo de Estado; en cambio, los
todas las fuentes minerales de que es propietario el municipio, contratos dan lugar a lo que se denomina el contencioso de
y los edificios y dependencias del mencionado establecimiento, plena jurisdicción. Estas dos clases de recursos jurisdiccio-
incluyendo la maquinaria y el material industrial, mediante nales se someten a regímenes jurídicos diferentes277.
el pago de una contribución anual por parte de la sociedad, I. — Concesiones de ocupación del dominio público
y, además de varias otras obligaciones, la ejecución de obra»
de construcción y mejora. El convenio en cuestión presenta, No se trata de acuerdos de voluntades; estas concesiones
en conjunto, el carácter de un contrato de concesión de un no tienen por finalidad el funcionamiento de un servicio pú-
servicio público, sometido a las reglas del art. 115 de la ley blico. Las otorga unilateralmente la Administración, a soli-
del 5 abril 1884. Si bien el mencionado contrato importa, citud y en favor de un empresario privado; además, no crean
también, la asignación de goce —en favor de la sociedad— una situación jurídica individual. La Administración examina
de varias propiedades municipales, esta circunstancia no po- unilateralmente y decide libremente el género de ocupación
dría conferirle los caracteres de un arrendamiento...". anormal que es compatible con el funcionamiento regular del
servicio público de vialidad. Pero no se compromete a man-
§ 2 tener estas ocupaciones anormales. La competencia de policía
no puede quedar obligada por un contrato. No hay contrato276;
Casos en los cuales no hay contrato administrativo, pero hay acto unilateral de gestión del dominio público. Trátase,
cuya operación jurídica es administrativa 277 LAPEBKIÉRE (Jur. adm. et rec. cont., 2» ed., 1896, n, p. 150) subraya
muy bien esta diferencia: "Este último carácter (actos de poder público, que
I. — El nombramiento de funcionario público (v. supra, puede anular pero no modificar el Consejo de Estado) corresponde a las deci-
siones ministeriales dictadas en materia de afectaciones, de concesiones domini-
ps. 447 y ss.), el enganche voluntario militar (v. supra, p. 448, cales, de concesiones de minas, etc.; materias mixtas en las cuales el acto
nota 149), el ofrecimiento de ayuda (v. supra, ps. 479 y ss.), administrativo se combina con el contrato, y en las que el ministro interviene
son actos unilaterales y no contratos. A mi juicio, es preciso más bien como administrador que como parte contratante, aun cuando persiga
agregarles algunos otros. la ejecución de un pliego de condiciones. Los afectatarios o concesionarios
sólo pueden, entonces, impugnar la decisión ministerial mediante el recurso
por exceso de poder, a menos que disposiciones especiales de la ley les propor-
II. — Existe marcada diferencia entre un acto unilateral cionen un contencioso más amplio; se halla un ejemplo en el art. 6 de la lej
provocado o aceptado, y un acuerdo de voluntades. En el pri- del 27 abril 1838, que permite a los concesionarios de minas alcanzados por
un decreto de caducidad, apelar ante el Consejo de Estado y discutir, tanto de
mer caso, el acto se debe a una sola voluntad, mientras que hecho como en derecho, la medida adoptada por el ministro de Obras Públicas".
en el segundo el acto resulta de dos voluntades. Para deter- 278 En sentido contrario, TROTABAS, De l'utilisation du domaine jmblio
minar los efectos del acto unilateral, la voluntad de aquel par les particuliers (tesis, París, 1924, p. 120): " L a concesión se distingue de
516 E L FUNCIONAMIENTO DE LOS SERVICIOS PÚBLICOS LOS PRINCIPALES CONTRATOS ADMINISTRATIVOS 517
por lo demás, de una operación administrativa regida por el 3*) E n otras ocasiones, la afectación de una dependencia
derecho público y cuyo contencioso es, por naturaleza, admi- del dominio (del Estado, de los departamentos y de los mu-
nistrativo279. nicipios) se hace en favor de una sociedad o de un particular,
colaboradores voluntarios de la Administración en las obras
II. — Afectaciones de dependencias del dominio (público de interés general (obras privadas de beneficencia, de ins-
o privado) trucción, etc.). Esto es cada vez más raro en la actualidad,
después de la ley de 1905 sobre separación de las iglesias
I. — Estas afectaciones son de tres categorías muy dis- y el Estado.
tintas : 4*) Por último, otras veces, la afectación de una depen-
1*) A veces, es el presidente de la República quien afecta dencia del dominio se hace, no en favor de una sociedad o de
un inmueble del dominio del Estado a un servicio público ad- un particular, sino de una institución de utilidad general.
ministrado por una autoridad pública del Estado. En este Ej.: afectación de las iglesias al culto católico (ley del 2
caso, no hay evidentemente contrato administrativo. Se trata enero 1907, art. 5) 281 .
de actos unilaterales de distribución de las dependencias del
dominio, de actos de organización de servicio público. El regla- II. — A primera vista parece que existe contrato282, pero
mento del 14 junio 1833 establece que la afectación se efectúa no hay nada de esto. No existe ni siquiera acuerdo de volun-
por decreto, a propuesta del ministro de Hacienda (depositario tades. La cosa es evidente en el caso de afectación de iglesias.
del dominio) y del ministro de la Administración interesada. La Administración que afecta no tiene, frente a ella, a ningún
contratante. La solución es la misma en las demás hipótesis.
29) Otras veces se afecta una dependencia del dominio
Hay acto unilateral de afectación.
del Estado a un servicio público departamental o municipal,
o inversamente, una dependencia del dominio departamental El afectatario puede haber provocado o aceptado la afec-
o municipal, a un servicio público del Estado. tación; puede incluso haberla aceptado, con ciertas cargas.
Este acto de afectación no es tampoco un contrato. Es, 281 " A falta de asociaciones cultuales, los edificios afectados al ejercicio
del culto... seguirán, salvo desafectación..., a disposición de los fieles y de
como en el primer caso, una organización de servicios públi- los ministros del culto para la práctica de su religión. El goce gratuito de
cos2*0, por acto unilateral, a propuesta y con la opinión favo- ellos podrá concederse a asociaciones cultuales..., a asociaciones..., o a los
rable de varias autoridades administrativas. ministros del culto... El goce arriba previsto de los mencionados edificios...
se asignará... por medio de un acto administrativo emanado del prefecto para
los inmuebles... que pertenecen al Estado y a los departamentos, y del alcalde,
las demás formas de utilización privativa por un carácter propio: siempre para* los inmuebles que son de propiedad de los municipios".
realiza una situación contractual". El permiso de ocupación del dominio pú- 282 Esto es lo que decidía, para las afectaciones de bienes municipales, la
blico sería —según TROTABAS— un acto unilateral, pero no la concesión. En el Corte de Casación, 17 agosto 1880, ville de Foix, " S . " , 1881, 1, 17. La Corte
mismo sentido, A. MESTRE, Propriétaires et compagnies de distribution d'éner- de Casación establecía que existía contrato y contrato de derecho privado, que
gie électrique, 1925, p. 10. Esta distinción es injustificable. Cfr., supra, entraña trasferencia de propiedad, con competencia de los tribunales judiciales:
ps. 419 y ss. " E n cumplimiento de los acuerdos celebrados en 1854 y reconocidos por las
279 LAFERRIERE* Jur. adm. et rec. cont., 2» ed., 1896, i, p. 605: " S e llama partes, la ciudad de Foix había puesto a la congregación... en posesión de
también concesiones a ciertas autorizaciones sobre el dominio público inaliena- los edificios . . . con autorización para establecer en ellos un instituto de
ble e imprescriptible, tales como la autorización para llevar a cabo una toma educación particular, pero con cargo de sostener, por cuenta del municipio, la
de agua en un curso navegable, o para obtener de¡ allí fuerza motriz, o el per- escuela gratuita de niños... En la convención que han suscrito el municipio
miso para ocupar determinadas partes de las playas del mar. Sólo se trata y las hermanas..., las partes han contraído, entre sí, diversos compromisos
aquí de actos de administración, no de contratos; las cláusulas impuestas al que hacen de ella un contrato innominado...". Casac, 31 agosto 1881, ville de
permisionario no pueden asimilarse a las cláusulas de una convención". Foix; Casac, 24 julio 1882, ville de Chambéry. GOMEL cita estos dos pronun-
280 Cons. de Est., 13 marzo 1925, ville de París, con las conclusiones de ciamientos en sus conclusiones ante el Cons. de Est., 29 junio 1883, " B e c . " ,
Emrp ( " B . D . P . " , 1925, ps. 262 y as.). p. 602.
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518 E L FUNCIONAMIENTO DE LOS SERVICIOS PÚBLICOS LOS PRINCIPALES CONTRATOS ADMINISTRATIVOS 519
3*) Por lo demás, el acto de concesión no crea una situa- raleza, y escapa a la competencia judicial, en virtud del prin-
ción jurídica individual. Aplica al concesionario el status cipio de separación de los poderes. El acto que convierte la
legal, establecido por las leyes y reglamentos relativos a la concesión provisional en concesión definitiva, tiene el mismo
explotación de las minas.
carácter... El acto^que crea la propiedad es un acto admi-
49) La Administración puede dejar sin efecto el acto de nistrativo; las dificultades de interpretación que surgiesen
concesión de mina en los casos previstos por la ley. durante un debate judicial, deberían llevarse ante la jurisdic-
No se trata, pues, de un contrato administrativo, sino» ción administrativa".
de un acto administrativo unilateral, para cuya interpreta-
ción será preciso determinar exclusivamente la voluntad de la III. — Parece más correcto analizar la concesión de tie-
Administración concedente y las leyes orgánicas sobre con- rras para colonización en las colonias, en la misma forma que
cesión y explotación de minas. la concesión de minas.
La asignación provisional y la definitiva son actos uni-
III. — En todo caso, es aplicable el derecho público; no» laterales de la Administración, provocados o aceptados por el
el régimen del derecho privado. Los tribunales administrativos- concesionario. No son contratos. No existe acuerdo de volun-
son los que deben estatuir sobre los litigios entre la Adminis- tades. La situación jurídica del concesionario es una situa-
tración y el concesionario, suscitados por el acto de concesión. ción legal, reglamentaria, que se le aplica en virtud de los
actos unilaterales de concesión.
IV. — Concesión de tierras en Argelia y en las colonias El análisis jurídico no conduce de ningún modo a la
noción de contrato.
I. — En interés de la colonización, diversas leyes han Por lo demás, es exacto decir que la operación es admi-
autorizado al Gobierno para distribuir a los colonos o a las: nistrativa y que se rige por el derecho público.
sociedades, tierras que ellos se encargarán de valorizar. A
veces, estas asignaciones de tierras son gratuitas; otras veces, § 3
dan lugar al pago de un precio.
En Argelia, por ejemplo, según el decreto del 30 setiembre Casos en los cuales hay contrato, pero no contrato admi-
1878, las concesiones de tierras dominicales eran absolutamen- nistrativo: balsas y travesías de agua
te gratuitas.
La situación del concesionario no es la de un propietario. I. — La jurisprudencia del Consejo de Estado se orienta
Durante un período más o menos largo, debe desarrollar su» hoy, en lo que concierne a los servicios industriales, en el
actividades y residir allí, bajo pena de caducidad de la con- sentido de establecer una distinción fundamental entre los
cesión, caducidad que se pronuncia por acto administrativo. servicios industriales erigidos en servicios públicos propia-
Luego, el concesionario se convierte definitivamente en pro- mente dichos y los servicios industriales no erigidos en servi-
pietario de la tierra. cios públicos281.
Hay, por consiguiente, tendencia a negar el carácter de
TI. — ¿Cuál es la naturaleza jurídica de la concesión de servicio público a ciertas empresas calificadas hasta ahora
tierras? de servicios públicos.
Según algunos28*, es "un acto de poder público, con cláu-
sulas contractuales, un contrato administrativo por su natu- 287 V. supra, ps. 464 y ss., las consideraciones acerca de: Tribunal de
Conflictos, 22 enero 1921, Société commercidle de l'Ouest afrioain, "Bec.",
p. 91, 7 Gons. de Est., 23 diciembre 1921, Société genérale d'armements,
286 LAPEBBIÉRE, Jvtr. adm. et reo. cont., 2» ed., 1896, i, p. 608. "Bec.", p. 1109, y " B . D . P . " , 1922, ps. 74 y ss.
522 E L FUNCIONAMIENTO DE LOS SERVICIOS PÚBLICOS LOS PRINCIPALES CONTRATOS ADMINISTRATIVOS 523
I I . — El caso más notable es el dé las balsas que sirven una continuación de este último y un servicio público290. Por
para poner en comunicación con las rutas y caminos públicos. consiguiente, el contrato celebrado entre el arrendatario y el
Es lo que se llamaba, bajo el antiguo régimen, los dere- Estado es una concesión de servicio público, sometida al ré-
chos de balsas y de travesías de agua. E r a una regalía, una gimen del derecho público y a la competencia de los tribunales
explotación monopolizada. La ley del 25 agosto 1792 (art. 9) administrativos (Consejo de prefectura).
suprimió el monopolio: todo ciudadano puede, en lo sucesivo,
instalar balsas y barcas sujetas a los alquileres y retribuciones IV. — La ley del 10 agosto 1871, al dar a los Consejos de
fijados por los directorios de departamento. Pero este sistema prefectura el poder de organizar servicios de "balsas y trave-
originó dificultades para la navegación y vejaciones al público, sías de agua a través de rutas y caminos a cargo del departa-
mento" (art. 46, § 13), no ha modificado la legislación an-
por parte de los empresarios privados 288 . La ley del 6 frimario
terior.
afío vil restableció el monopolio en beneficio del Estado 289 , a
fin de proteger "la seguridad personal de los ciudadanos, el V. — Durante mucho tiempo, la cuestión no ha ofrecido
mantenimiento del buen orden y la policía"; pero ordenó la dudas. El contrato de concesión de servicio público de balsas
explotación por un arrendatario designado por adjudicación, se sometía al derecho público, en las condiciones ordinarias
con pliego de condiciones y tarifas. de los contratos administrativos de concesión de servicio pú-
Por tanto, se plantea la cuestión de saber cuál es la natu- blico 291 ; la aplicación de las tarifas daba lugar a la percep-
raleza del contrato celebrado entre el Estado y el arrendata- ción de tasas propiamente dichas, con competencia del juez
rio, para la explotación de balsas. de paz para las reclamaciones sobre la aplicación de la
tarifa 292 .
290 Es ésta la tesis desarrollada en 1850, ante el Trib. de Conflictos (7
I I I . — Se ha afirmado que toda balsa y travesía de agua noviembre 1850, Perriat, " E e c " , p. 800), por el ministro de Obras Públicas:
que une los tramos de un camino público, debían considerarse " L a creación de un pasaje de agua interesa, por una parte, a la policía de la
vía pública, puesto que una balsa pertenece a una vía pública, de la cual no
es sino la continuación, y además, a la policía de la navegación, pues la exis-
288 Preámbulo de la ley del 6 frimario año vil: "Considerando que la
tencia de dicha balsa y el servicio que implica, deben conciliarse con las exi-
seguridad personal de los ciudadanos, el mantenimiento del buen orden y de la
gencias de la navegación. El material de una balsa se afecta, pues, a un servicio
policía y el propio interés del Tesoro público, exigen que la administración
público de tránsito mayor... Los arrendatarios de las balsas no son, pues,
y la fijación de los derechos a percibir sobre las balsas, barcas, embarcaciones
...simples detentadores de un material afectado a un servicio público como
para trasportar caballos, instalados o a instalarse para atravesar los ríos,
el mencionado. Por tanto, según los términos de las disposiciones combinadas
arroyos y canales navegables, se regulen con prontitud a fin de terminar con la
del art. 4 de la ley del 28 pluvioso! año vni y de los arts. 31 y 35 de la del 6
arbitrariedad y las vejaciones derivadas de la falta de vigilancia activa y
frimario año Vil, corresponde a los Consejos de prefectura y no a los tribu-
permanente " . . .
nales ordinarios estatuir sobre las controversias relativas a este material".
280 Un dictamen del Consejo de Estado, del 2 abril 1829 (citado por
291 Trib. de Conflictos, 7 noviembre 1850, Perriat, " E e c " , p. 799: " L a s
DUPOUR, Droit adm„ III, n° 39), resolvió que el monopolio se restablecía con
controversias que se ventilen entre el Estado y los arrendatarios de una balsa,
respecto a las balsas que hacen la travesía de los cursos de agua navegables y
en lo referente al suministro o al reemplazo del material afectado al servicio
flotables, y también sobre los cursos de agua no navegables. La Corte de Casa-
público de las travesías de agua, interesan al mismo tiempo al gran tránsito
ción ha decidido que el monopolio sólo existía para los ríos navegables. Casac.
y a la policía de la navegación, y deben, teniendo en cuenta esta doble rela-
civ., 9 julio 1851, Coste, " D . " , 1851, 1, 222: " L a ley del 6 frimario año Vil...
ción, someterse, conforme a los términos de las precitadas leyes (ley del 6
sólo concierne a las balsas y barcas instaladas o a instalarse sobre los ríos,
frimario año vn, 16 set. 1807, 12 vendimiario año vira, 13 frimario y 28 plu-
arroyos y canales navegables". La ley de frimario año vil se relaciona con
vioso año vm, 14 floreal año x y 17 abril 1832), a la jurisdicción adminis-
el régimen, policía y administración de las balsas y barcas que atraviesan los
trativa".
ríos, arroyos y canales navegables. El art. 1' establece: " S e derogan... las
292 Ley del 6 frimario año vn, art. 56: "Toda persona que se sustrajese
disposiciones de las leyes del 25 agosto 1792, sobre las balsas y barcas insta-
ladas para la travesía de los ríos, arroyos y canales navegables". Los arts. 2, al pago de las sumas establecidas en las mencionadas tarifas, será condenada
18, 25, 31 y 64 se refieren, también, a los ríos, arroyos y canales navegables. a pagar una multa, por el juez de paz del cantón, además de la restitución de
los derechos...".
524 E L FUNCIONAMIENTO DE LOS SERVICIOS PÚBLICOS LOS PRINCIPALES CONTRATOS ADMINISTRATIVOS 525
VI. — Pero en 1921, el Tribunal de Conflictos (22 enero encargados de juzgar los litigios que ellos suscitan—, no se
1921, Société commerciale de VOuest africain, "Rec", p. 91) somete al régimen del derecho público. Una ley formal, por
ha juzgado que un servicio de balsas, establecido en una colo- razones circunstanciales, decide que las controversias susci-
nia, sobre una laguna, para unir dos tramos de vías públicas, tadas por estos contratos se llevarán ante los tribunales judi-
y explotado directamente por la Administración, era un servi- ciales y no ante los tribunales administrativos.
cio de trasporte no erigido en servicio público propiamente ¿Tiene ello por resultado sustraerlos enteramente al ré-
dicho. Por tanto, son aplicables el régimen jurídico del dere- gimen del derecho público y convertirlos en contratos de
cho privado y la competencia judicial 293 . derecho privado?
Esta decisión plantea la siguiente cuestión: si el servicio
industrial de balsas y travesía de agua, en una colonia, no es § 1
un servicio público propiamente dicho, ¿existe alguna razón
para que no suceda lo mismo en Francia? La razón para du- Inconvenientes de esta competencia excepcional
dar es que la ley de frimario ano vn estableció un monopolio,
pero ése es, muy ordinariamente, uno de los indicios más I. — Seguramente, el hecho de que los tribunales judi-
convincentes de que el servicio está erigido en servicio pú- ciales son competentes para resolver las controversias, tendrá,
blico294. El contrato de arrendamiento de una balsa sería, muy a menudo, como consecuencia, una tentativa de aplica-
pues, en Francia, un contrato administrativo de concesión de ción de las reglas del derecho privado, o una aplicación des-
servicio público, y, en las colonias, un contrato de derecho afortunada de las reglas del derecho público.
privado. Es evidente, en efecto, que los hombres habituados a juz-
Mejor sería adoptar una solución uniforme. La más ló- gar los procesos entre particulares, es decir, que están ani-
gica y la más conforme con las necesidades, parece ser la de mados de la legítima preocupación de mantener estrictamente
la concesión de servicio público. equilibrada la balanza entre intereses privados de igual natu-
raleza y de no sacrificar nunca unos a otros, no pueden per-
der, de pronto, esta cualidad espiritual. Carecen de experien-
cia, de habilidad y de delicadeza, cuando es preciso hallar una
SECCIÓN IX conciliación entre el interés general representado por la Ad-
ministración y el interés privado.
CONTRATOS ADMINISTRATIVOS CUTO CONTENCIOSO SE
ATRIBUTE, POR UNA LET ESPECIAL, A LOS Algunas veces, so pretexto de que la ley ha encargado a
TRIBUNALES JUDICIALES los tribunales judiciales el juzgamiento de los litigios susci-
tados por tal operación, los jueces judiciales concluirán de
allí que la operación no es administrativa y que corresponde
I. — Existe cierto número de contratos administrativos aplicarle el derecho privado, todo el derecho privado. Se corre
que, en un punto especial —la competencia de los tribunales así el riesgo de obtener malos resultados, desde el punto de
vista del funcionamiento regular de los servicios públicos.
» 3 Trib. de Conflictos, 22 enero 1921, " B e c " , p. 91: " L a balsa de
Eloka no es una obra pública... Al efectuar, mediante remuneración, las ope- Otras veces, los tribunales judiciales estimarán que, a
raciones de travesía de peatones 7 vehículos de una orilla a otra de la laguna, pesar de la atribución de competencia a los tribunales civiles,
la colonia... explota un servicio de trasporte en las mismas condiciones que un
industrial ordinario. Por consiguiente, a falta de un texto especial que atri-
buya competencia a la jurisdicción administrativa, corresponde solamente a la 1923 ( " B . D . P . " , 1923, p. 245): " E n cuanto a los servicios legalmente mo-
autoridad judicial conocer de las consecuencias dañosas del accidente invocado''. nopolizados, .. .la existencia misma del monopolio descarta toda idea de com-
2M BTVET, conclusiones en el caso Lafrégeyre, Gons. de Est., 26 enero paración posible con la industria privada".
526 E L FUNCIONAMIENTO DE LOS SERVICIOS PÚBLICOS
Los PRINCIPALES CONTRATOS ADMINISTRATIVOS 527
teme investigar los motivos determinantes para comprobar si defensa del dominio público. La Corte de Casación, que se
existe o no desviación de poder. complace en calificarse de guardián de la propiedad privada,
Esta oposición de las jurisprudencias de la Corte de Ca- no titubea en sacrificarlo a lo que cree necesario para el servi-
sación y del Consejo de Estado, en los mismos casos, es muy cio público. El Consejo de Estado limita el alcance de las
conocida. reglas de defensa del dominio público a lo que le parece indis-
29) Defensa del dominio público contra las usurpacio- pensable para esta protección, sin imponer a la propiedad
nes. — En derecho público francés, se ha dividido la vía privada sacrificios excesivos. He aquí algunos ejemplos:
pública en dos grandes categorías: la gran vía pública o grande Supongamos que un propietario lindero de una vía pú-
voirie (rutas nacionales y departamentales, calles de París) y blica ha construido un edificio, sin solicitar autorización a la
la pequeña vía pública o petite voirie (otros caminos y calles Administración. Si se trata de la gran vía pública, el Consejo
de las ciudades que no sean la de París). El contencioso de la de Estado sólo ordena la demolición de la obra mal asentada,
grande voirie pertenece a los tribunales administrativos; el cuándo la construcción avanza sobre el dominio público. De
contencioso de la petite voirie es del resorte de los tribunales lo contrario, se contenta con aplicar una multa al contra-
judiciales300. Evidentemente, las dos voiries constituyen un ser- ventor.
vicio público idéntico: el de las vías de comunicación; ambas, Hasta 1846, la Corte de Casación, en materia de pequeña
pues, se rigen por el derecho público. Es por razones circuns- vía pública (petite voirie), condenaba, en todos los casos, al
tanciales que se ha dividido el contencioso. Eacionalmente, el propietario a la demolición de los edificios construidos sin
contencioso debería ser administrativo, como las reglas a autorización, hubiese o no avance sobre el dominio público301.
aplicar. En 1846, la Corte de Casación terminó por adherirse a la juris-
Sea como fuere, el Consejo de Estado y la Corte de Casa- prudencia del Consejo de Estado.
ción aplican las mismas reglas. Es un hecho frecuentemente Evidentemente, la demolición para la defensa del domi-
comprobado que la Corte de Casación muestra un rigor y una nio público, es inútil cuando no hay usurpación. La Corte de
severidad que el Consejo de Estado juzga inútiles para la Casación exageraba, pues, el alcance de una regla de dere-
cho público.
300 Las reglas precisas sobre la división del contencioso son más compli- Aun hoy, la Corte de Casación, contrariamente a la juris-
cadas. Pero para lo que aquí nos interesa, basta esta división sumaria. Para prudencia del Consejo de Estado, ordena la demolición de las
los detalles de la competencia judicial en materia de petite voirie, véase Trib. obras ejecutadas sin autorización: l 9 ) en el frente de una
de Conflictos, 21 marzo 1850, Morel Wass, " E e c . " , p. 274 y nota: "Los Con-
sejos de prefectura se encargan de hacer cesar las usurpaciones cometidas en casa afectada por la servidumbre de retroceso, sin distinguir
los caminos vecinales, y los jueces de policía, de aplicar las multas. Esta com- entre las obras confortativas y las no confortativas302; 29) de-
binación atribuye a cada autoridad las facultades que le pertenecen, reservando trás del frente y sobre toda la parte separable del inmueble303.
a la autoridad administrativa las medidas de conservación de la vía pública y a
la autoridad judicial la aplicación de las penalidades". Esta decisión se ha El Consejo de Estado, en cambio, considera, en estos dos
confirmado desde entonces de manera constante. Además, el juicio por los dete- casos: l 9 ) que sólo deben demolerse las obras confortativas
rioros de los caminos vecinales es de competencia de los tribunales judiciales del frente304; 29) que las obras hechas detrás de la pared
(Trib. de Conflictos, 17 mayo 1873, Desanti, " E e c " [supl.], p. 104 [y la nota];
13 marzo 1875, Gérentet, " E e c . " , p. 262: "Los deterioros o menoscabos se 301 Casac, 27 diciembre 1832, Massa; 15 febrero 1845, Michelini; jurispru-
rigen exclusivamente por el art. 479, § 11, del Código Penal, sometiéndose al dencia nueva con: Casac, 30 abril 1846, Guidicelli.
tribunal de simple policía, de conformidad al art. 138 del Código de Instr. 802 Casac, 3 enero 1874, Gosselin. Véase la jurisprudencia citada por
Crim.), para la aplicación de la pena, o para la reparación del daño". LAFERRIÉRE, op. cit., 2» ed., 1896, n, p. 668.
Sin embargo, en lo que concierne al tránsito menor urbano, todo el con- 303 Casac, 17 julio 1863, Giraud-Pinard. LAPERKIÉRE, op. y loe. cits., n,
tencioso (juicio de las usurpaciones, de los deterioros y aplicación de las pena- p. 668.
lidades) es judicial (Cons. de Est., 22 febrero 1855, Moreau, " E e c " , p. 185). 304 Cons. de Est., 28 noviembre 1884, Bourget, " E e c " , p. 836. Jurispru-
Cfr. LAFBRRIÉRE, Jur. adm. et rec. cont., 2» ed., 1896, i, ps. 704 y ss. dencia constante.
36
Jéze, Der. Adm., III
530 E L FUNCIONAMIENTO DE LOS SERVICIOS PÚBLICOS Los PRINCIPALES CONTRATOS ADMINISTRATIVOS 531
del frente son confortativas sólo cuando se adhieren a esta concesión de servicio público: la percepción de un impuesto
pared y le sirven de apoyo305. es un servicio público propiamente dicho307. El régimen apli-
La razón de esta divergencia de jurisprudencia es la in- cable es el del derecho público. Pero el decreto del 17 mayo
experiencia de los tribunales judiciales en la aplicación de las 1809308 ha dispuesto que el contencioso de los arrendamientos
reglas del derecho público306. de dicho impuesto correspondería a los tribunales judiciales,
en todo lo concerniente a la ejecución, rescisión, indemniza-
§ 2 ' ción, etc.; y que sería administrativo para la interpretación
del contrato: se encarga al Consejó de prefectura determinar
Principales contratos administrativos cuyo contencioso se el sentido de los arrendamientos del impuesto municipal sobre
atribuye, por ley, a los tribunales judiciales los artículos de consumo (octroi).
Establecido esto, ¿cuáles son los contratos administrati- II. — Esta regla resulta muy difícil de justificar 809 . Exis-
vos cuyo contencioso se atribuye a los tribunales judiciales? te; no hay más que verificarla y aplicarla.
Fuera del dudoso contrato de trabajo de los ferroviarios No solamente la jurisprudencia continúa aplicando la
del Estado (ley del 21 marzo 1905; supra, ps. 468 y ss.) y del regla contenida en el decreto de 1809, sino que también ha
ofrecimiento de ayuda en tierras, luego de una declaración extendido esta norma a otros contratos de concesión de servi-
de utilidad pública (supra, ps. 506 y ss.), los principales cios públicos municipales.
son los siguientes:
II. — Contratos administrativos de arrendamiento de
I. — Contrato administrativo de arrendamiento del im- tasas de mataderos, ferias y mercados
puesto municipal sobre los artículos de consumo (octroi)
Trátase de contratos administrativos de concesión de
I. — Es éste un contrato que no tiene similar en el dere- servicio público, que la jurisprudencia asimila, desde el punto
cho privado: es, en realidad, un contrato administrativo de 307 V. supra, p. 367.
808 Decreto del 17 mayo 1809, art. 136: " L a s controversias que puedan
305 Cons. de Est., 12 mayo 1869, Clément, " B e c . " , p. 456. suscitarse, con respecto a la administración o a la percepción de los impuestos
806 LAFERRIÉRE, Jur. adm. et rec cont., 2* ed., 1896, n, p. 667: " L a acción municipales a los consumos por sociedades mixtas, entre los municipios y los
que entabla la Administración para obtener las restituciones y reparaciones... administradores, se deferirán al prefecto, que estatuirá oído el Consejo de
es la acción dominical por excelencia; destinada a asegurar la integridad del prefectura, después de haber escuchado a las partes, salvo el recurso ante
dominio público inalienable e imprescriptible, no podría tener similar en dere- nuestro Consejo de Estado... Lo mismo sucederá respecto a las controversias
cho privado. Lo que domina aquí, no es, pues, la idea de una falta que debe que puedan suscitarse entre los municipios y los arrendatarios de los impuestos
repararse, de una responsabilidad que se invoca, sino la necesidad de defender sobre los consumos acerca del sentido de las cláusulas de los arrendamientos.
una propiedad pública. Se la defiende contra los atentados materiales de que Todas las demás diferencias que pudieran suscitarse entre los municipios y los
puede ser objeto, ya sea restituyéndole en cualquier momento el terreno usur- arrendatarios mencionados se llevarán ante los tribunales". Se observará que
pado, o bien haciendo cesar en cualquier época los daños que se le causan... la jurisprudencia considera válida a esta atribución de competencia por decreto,
Esta regla, si se la comprende bien, lleva consigo sus arbitrios. Por estar sufi- según la regla tradicional que reconoce fuerza de ley a los decretos imperiales
cientemente imbuida de su espíritu, la jurisprudencia de la Corte de Casación (y también a las resoluciones consulares) que regulan materias de la compe-
ha llegado a desplegar contra la propiedad privada —en materia de petite tencia de la autoridad legislativa, que no se han deferido al Senado por incons-
voirie— rigores inútiles, que la jurisprudencia del Consejo de Estado ha evitado. titucionalidad.
Muy a menudo, en efecto, la Corte suprema ha considerado la demolición 309 LAFERRIÉBE, Jur. adm. et rec. cont., 2» ed., 1896, i, p. 595: " E s t a
de las construcciones ilícitas como la punición de una desobediencia a la ley dualidad de competencia puede, seguramente, ser criticada, y se comprende
o a las órdenes de la Administración, mientras que ella no debe ser más que la difícilmente que la autoridad judicial, competente para pronunciar una resci-
reparación de un daño, la cesación de una usurpación que atenta contra el sión, para ordenar el pago de indemnizaciones en razón de la inejecución de
dominio público. De ahí las numerosas disidencias —varias de las cuales todavía este contrato, sea obligada a solicitar ante la jurisdicción administrativa la
subsisten— entre la jurisprudencia judicial y la del Consejo de Estado". interpretación de este mismo contrato".
532 E L FUNCIONAMIENTO DE LOS SERVICIOS PÚBLICOS Los PRINCIPALES CONTRATOS ADMINISTRATIVOS 533
de vista del contencioso, a los arrendamientos del impuesto del tribunal administrativo, declarado competente para juz-
municipal sobre los artículos de consumo. En otros términos: gar los litigios.
el contencioso de la interpretación del sentido de los arrenda-
mientos, es administrativo (Consejo de prefectura); todas las II. — Esta atribución excepcional de competencia —que
demás controversias son de competencia de los tribunales se explica históricamente por las circunstancias políticas del
judiciales310. momento— es injustificable en la actualidad, pues estas con-
sideraciones políticas han desaparecido. La atribución de com-
petencia subsiste, sin embargo, porque el legislador ha dejado
SECCIÓN X la anomalía. La jurisprudencia no ha hecho sino mantenerla,
aunque restringiendo su alcance.
CONTRATOS DE DERECHO PRIVADO CUYO CONTENCIOSO El principal caso de contrato de derecho privado, regido
ES ATRIBUIDO POR LEY A LOS TRIBUNALES por el derecho privado, pero cuyo contencioso se atribuye a
ADMINISTRATIVOS los tribunales administrativos, es el contrato de venta de in-
muebles del Estado.
I. — Los contratos de derecho privado cuyo contencioso § 1
8e atribuye por una ley a los tribunales administrativos, son
extremadamente raros. Su origen se remonta hasta el período Las ventas de bienes del dominio público
revolucionario, en una época en que era grande la desconfianza
hacia los tribunales. I. — Las leyes del 28 octubre-5 noviembre 1790 y del
Siendo contratos de derecho privado, las reglas aplica- 15-27 marzo 1791, habían hecho pasar a los tribunales la
bles son las del derecho privado. La única regla especial es la mayoría de los asuntos patrimoniales que, bajo el antiguo
régimen, correspondían a la competencia de las Cámaras de
3io Tribunal de Conflictos, 4 agosto 1877, Commune de Langeac, " R e c " ,
p. 825 (y la nota): "Los derechos de piso percibidos en las ferias y mercados cuentas y de las demás jurisdicciones especiales311. En una
en virtud de tarifas válidas, son tasas de la misma naturaleza que los impuestos resolución del 2 nivoso año vi, el Directorio había aprobado
municipales sobre los artículos de consumo. Por consiguiente, las convenciones un informe del ministro de Justicia, afirmando: "Siempre
celebradas entre los municipios y los arrendatarios que se hacen cargo, mediante el
pago de un precio anual, de la percepción de esos derechos, deben asimilarse a
que hay litigio acerca del dominio, la nación misma se des-
las convenciones por las cuales los municipios arriendan el producto de sus poja, por una admirable ficción, de su soberanía, y se presenta,
impuestos sobre los consumos... Cuando las controversias entre los municipios por intermedio de sus agentes, frente a tribunales impasibles,
y los arrendatarios de los derechos de piso en las ferias y mercados se refieren ante los cuales discute sus derechos, sometiéndose de antema-
al sentido de los contratos respectivos, corresponde a la autoridad administra-
tiva, previamente al juicio sobre el fondo del proceso, fijar el sentido y deter- no a las mismas condenaciones que las que podría sufrir un
minar la extensión de las cláusulas discutidas". Idéntica fórmula se halla en simple particular".
el fallo del Tribunal de Conflictos, del 15 marzo 1879, Benaud, " R e c " , p. 229. Pero creyóse necesario hacer una excepción a esta regla,
Cons. de Est., 13 marzo 1891, Médioni, " R e c " , p. 208: "Los derechos
de piso, así como los derechos de matanza y de medición percibidos en las ferias cuando la Revolución procedió a la venta de los bienes nacio-
y mercados en virtud de tarifas... son tasas indirectas... " ; la misma fórmula nales. Estos bienes provenían, en su mayoría, de confiscacio-
que en la decisión del Trib. de Conflictos, del 4 agosto 1877, Commune de nes. Era preciso infundir confianza a los adquirentes sobre la
Langeac, " R e c " , p. 825. Cons. de Est., 17 abril 1891, Commune de Saint-Justin. solidez del título que se les confería. Se decidió que las ventas
" R e c " , p. 280: "Los derechos de piso percibidos en las ferias y mercados
en virtud de tarifas... son tasas indirectas..."; idéntica fórmula que en el de bienes nacionales pondrían al adquirente a salvo de cual-
pronunciamiento precedente; Cons. de Est., 27 marzo 1925, Servat, igual
fórmula. 311 LAFERBIÉBE, op. cit., 2* ed., 1896, i, p. 556.
534 E L FUNCIONAMIENTO DE LOS SERVICIOS PÚBLICOS LOS PRINCIPALES CONTRATOS ADMINISTRATIVOS 535
quier reivindicación, de cualquier acción por reconocimiento citan entre el Estado y sus adquirentes (ejecución, interpre-
de los derechos reales existentes 312 . Si el Estado hubiese ven- tación, validez de las ventas, recursos en garantía entablados
dido la cosa ajena, el adquirente sería, a pesar de ello, pro- por un adquirente contra el Estado).
pietario, debiendo el Estado indemnizar al antiguo dueño 318 .
La trasferencia de propiedad fué declarada válida, aunque III. — Esta jurisprudencia se aplicó, no solamente a las
recayese sobre dependencias del dominio público. ventas nacionales propiamente dichas, es decir, a las ventas
E n estas condiciones, las ventas nacionales eran, en esa efectuadas bajo la Revolución, sino también a las ventas pa-
época, contratos de naturaleza especial, verdaderos contratos trimoniales, celebradas después de J81Jf. Esta solución, muy
administrativos. Para fortalecer el régimen particular de las criticable, injustificable y a menudo impugnada, se ha man-
ventas patrimoniales pareció necesario y lógico sustraer su tenido en razón de los términos generales de la ley de pluviosa
contencioso a los tribunales —por lo demás, sospechados de año vm (contencioso de los dominios nacionales)316. Así, las
espíritu anturevolucionario— y atribuirlo a la autoridad ad- controversias relativas a la venta de terrenos de aluvión (im-
ministrativa (administraciones centrales de departamento, propiamente llamada concesión), son de competencia de los
salvo el recurso al ministro de Hacienda y al Directorio) 814 . tribunales administrativos (Consejos de prefectura) 816 .
Esto se hizo primeramente sin texto legal, por aplicación
del principio de separación de las autoridades administrativa IV. — Sin embargo, la jurisprudencia ha tendido conti-
y judicial. Pero en el año vm, la ley del 28 pluvioso, art. 4, nuamente a restringir el campo de aplicación de la compe-
decidió que los Consejos de prefectura juzgarían "el conten- tencia administrativa.
cioso de los dominios nacionales".
315 Trib. de Conflictos, 7 marzo 1850, Fioupon, " R e c " , p. 219; Con».
de Est., 5 marzo 1864, Hottot, " R e c " , p. 411 (con las conclusiones de L'Hd-
II. — Bajo la Restauración, en un momento en que se PITAL); Tribunal de Conflictos, 1» mayo 1875, Tarbé des Sablons, " R e c " ,
hacía sentir una reacción contra los tribunales administra- p. 409 (con las conclusiones de REVERCHON) : " E l acto de adjudicación que se
trata de interpretar, se aplica a las parcelas que han formado parte anterior-
tivos, la jurisprudencia decidió que las acciones por indemni- mente del dominio militar, y que la Administración de los dominios ha puesto
zación de los terceros despojados contra el Estado, en razón en venta como bienes del Estado, celebrándose el 10 junio 1871... Según los
de evicción total o parcial resultante de una venta de bienes términos del art. 4 de la ley del 28 pluvioso año vni, la autoridad administra-
tiva, encargada de pronunciarse sobre el contencioso de los dominios nacionales,
nacionales, se entablarían ante los tribunales judiciales. Pero es la única competente para determinar su sentido y su alcance".
mantuvo la competencia de los Consejos de prefectura en los 316 LAPEERIÉEE, Jur. adm, et rec. cont., 2* ed., 1896, n, p. 149. Arg. art. 4,
litigios concernientes a las ventas nacionales y que se sus- § 5, ley de pluvioso año vm.
La cuestión se ha discutido. La Corte de Casación, civ., 2 mayo 1848
312 Por aplicación de los principios, se reconoció competentes a los tribu- ( " D . " , 1848, 1, 85), había resuelto: "Cuando el Gobierno, autorizado por una
nales para estatuir sobre la acción de reivindicación u otras entabladas contra ley, concede una parte del dominio público o del dominio del Estado, no figura
el Estado, siempre que no hubiese venta. en el acto como poder administrativo que procura el cumplimiento de las leyes
313 Constitución del año in (art. 374) y Const. del año vm (art. 94): mediante reglamentos o decisiones, pero estipula como representante del Estado
" L a nación francesa declara que después de una compraventa legalmente con- propietario y enajena, por una convención del derecho civil, una parte de so
sumada de bienes nacionales, cualquiera sea su origen, el adquirente legítimo dominio. Este acto no es un acto de autoridad, sino un contrato formado por él
no puede ser legalmente desposeído de ellos, salvo el derecho de los terceros concurso de dos voluntades, siendo de competencia exclusiva de los tribunales
a ser indemnizados, si cabe, por él Tesoro público". las cuestiones de propiedad que originen las relaciones de dicho acto con los
314 Resoluciones del Directorio sobre conflicto, 12 frimario y 4 nivoso derechos de los terceros". Pero el Consejo de Estado (17 diciembre 1847, de
año vi: "Sólo la autoridad administrativa podría modificar, suspender o anular Gallifet, " R e c " , p. 691 [con un análisis muy detallado del asunto]; 31 mayo
el efecto de las ventas nacionales; la actividad de los jueces tiende a esta- 1851, Duhamel, " R e c " , p. 405) ha resuelto lo contrario. El Tribunal de Con-
blecer una lucha peligrosa entre las autoridades y a confundir todos los pode- flictos, 1» julio 1850, de GouveUo, '' R e c ' ' , p. 640, ha consagrado la competencia
res, a trabar la marcha del Gobierno y a destruir las medidas más apropiadas de los tribunales administrativos, en virtud del art. 4 de la ley del 28 pluvioso
para consolidar la revolución y para perpetuar la existencia de la República". año vin. V. supra, p. 510, nota 268.
536 E L FUNCIONAMIENTO DE LOS SERVICIOS PÚBLICOS LOS PRINCIPALES CONTRATOS ADMINISTRATIVOS 537
l 9 ) El Consejo de Estado ha admitido siempre que si se del art. 4 de la ley del 28 pluvioso año vni, relativa al "con-
trataba no de una venta, sino de una permuta del dominio tencioso de los dominios nacionales" 320 .
nacional, los tribunales judiciales son competentes317.
29) El Tribunal de Conflictos ha decidido, en 1889, que § 2
los tribunales judiciales son competentes en Argelia, para
estatuir sobre los litigios suscitados por las ventas patrimo- Régimen de derecho privado y competencia judicial nor-
niales. En efecto, la ley del 16 junio 1851, relativa al régimen mal con respecto a los contratos de derecho privado
de la propiedad en Argelia, encomienda a los tribunales judi- celebrados por la Administración
ciales el juicio de las acciones inmobiliarias deducidas por o
el dominio contra él318. I. — En principio, cuando un contrato celebrado por la
Administración, aun para el funcionamiento de un servicio
V. — Se ha propuesto proseguir esta evolución mediante H publico, no se somete a las reglas especiales de derecho pú-
una medida más radical. Las únicas ventas que tienen el ca- blico, el contencioso pertenece a los tribunales judiciales.
rácter de contratos administrativos propiamente dichos, son Estos casos son muy numerosos. Veamos los principa-
las ventas de bienes nacionales efectuadas durante la Revo- les321, fuera de los que ya se han estudiado:
lución. La competencia administrativa sólo existiría para es- 1*) adjudicaciones de cortes en los bosques del Estado,
tos contratos. En cuanto a las ventas patrimoniales posterio- y de los productos accesorios de los bosques: frutas, hier-
res a 181Ji, la competencia sería judicial, siendo la venta un bas, etc. 322 ;
contrato de derecho privado 319 .
Es ésta una distinción muy razonable y deseable. por el Estado, persona civil, para la disposición de sus propiedades". Desde
Todos los proyectos de reforma de la jurisdicción admi- 1864, el comisario del Gobierno, L ' H Ó P I T A L , criticaba las soluciones admitidas
nistrativa coinciden en pedir la derogación de la disposición (Cons. de Est., 5 mayo 1864, Hottot, " R e c " , p . 411). Asimismo, REVERCHON,
ante el Tribunal de Conflictos, 1« mayo 1875, Tarbé des Sablons, " R e c " ,
p. 409. Pero estos dos magistrados no creían que la reforma pudiese hacerse
317 Cons. de Est., 6 noviembre 1822, Bambourg, " R e c " , p. 334: " L a s
por simple evolución jurisprudencial (v. supra, p. 535, nota 315).
controversias que pueden suscitarse entre las partes, tanto sobre la ejecución
320 Véase, por ejemplo, desde el año 1865, la enmienda JOSSEAU, a propósito
de l a s . . . condiciones de permuta, como sobre la resolución del contrato, com-
de la discusión acerca del proyecto que se convirtió en la ley del 21 junio 1865,
peten a los t r i b u n a l e s " . Cons. de Est., 27 marzo 1885, Rutel, " R e c " , p . 3 6 1 :
sobre los Consejos de prefectura (LAFERRIÉRE, op. cit., p . 559). Con respecto
" L a permuta de inmueble celebrada entre el Estado y la ciudad de Argel, por
a los proyectos y proposiciones de fecha reciente, véase las proposiciones de
acto d e l . . . , constituye un contrato de derecho común''.
ley Barthe, del 19 marzo 1920 (Cámara, n« 578, Doc. parí., p . 486), BENDER,
318 Tribunal de Conflictos, 20 julio 1889, Jumel de Noireterre (dos deci-
1' julio 1919, reproducida en 1925 ( " R . D . P . " , 1925, p . 289). Cfr. GASTÓN
siones), " R e c " , p. 882: " S i el art. 13 del decreto del 9 diciembre 1848 h a
J É Z E , Les projets de modification des regles de compétence administrative,
tenido por efecto hacer aplicable en Argelia el art. 4 de la ley del 28 pluvioso
" R . D . P . " , 1918, p . 63, 1920 y ss., 1925, n« 2 ; J . LAFERRIÉRE, La reforme de
año viii, in fine..., esta disposición ha sido virtualmente derogada por lo»
la juridiction administrative, en la " R . D . P . " , ps. 147 y ss.
arts. 13 y 23 de la ley del 16 junio 1 8 5 1 " .
821 LAFERRIÉRE, Jur. adm. et rec. cont., 2» ed., 1896, i, ps. 588 y ss.
319 LAFERRIÉRE, Jur. adm. et rec. cont., 2» ed., 1896, i, p . 559: " L a dife-
rencia . . . entre las antiguas ventas nacionales a las que el poder público im- 322 Cons. de Est., 11 diciembre 1814, Beaudoin ( " R e c " , n i , p . 4 7 ) :
primía un carácter especial y fuera de la órbita del derecho común, y las " D e s d e la supresión de los grandes maestrazgos de aguas y bosques, los tribu-
ventas dominicales actuales que sólo difieren de las ventas ordinarias de inmue- nales ordinarios han sido los únicos llamados a pronunciarse sobre todas las ¡
bles por la calidad del vendedor, habría podido proporcionar los elementos de controversias relativas al corte y a la venta de maderas, y no existe ninguna
una distinción racional entre la competencia administrativa y la competencia ley que haya atribuido su conocimiento exclusivamente a la autoridad adminis-
judicial. La primera debe seguramente mantenerse para las controversias que t r a t i v a " . Cons. de Est., 28 febrero 1820, Turmer ( " R e c " , v, p . 3 3 0 ) : " T o d a s
también puede originar la ejecución o la interpretación de las antiguas ventas las acciones dominicales que no sean las que se relacionan con la venta de los
nacionales; pero la competencia judicial debería, según nosotros, destinarse a bienes nacionales y que interesan al Estado, como demandante o como deman-
las ventas dominicales ordinarias, que son simples actos de gestión realizados dado, son de competencia exclusiva de los tribunales o r d i n a r i o s " .
538 E L FUNCIONAMIENTO DE LOS SERVICIOS PÚBLICOS LtOS PRINCIPALES CONTRATOS ADMINISTRATIVOS 539
29) arrendamientos de caza en los bosques del Estado823, 49). arrendamientos de pesca en los cursos de agua na-
no obstante toda convención en contrario; vegables326 ;
3*) contratos que tienen por objeto la construcción o la 59) las enajenaciones de bienes muebles o inmuebles del
reparación de edificios de explotación en los dominios agríco- dominio del Estado —que no sean las ventas del dominio del
las o forestales o la creación de caminos destinados a facilitar Estado (v. supra, ps. 533 y ss.)—, de los departamentos, mu-
esta explotación, pero no destinados a servir a caminos pú- nicipios, colonias y establecimientos públicos',
blicos324 ; y esto, pese a toda cláusula en contrario 326 ; 69) los arrendamientos de inmuebles pertenecientes a
323 Trib. de Conflictos, 29 noviembre 1884, Jacquinot, " B e c " , p. 855: particulares, aunque sea para el funcionamiento de un servi-
"Siendo el arrendamiento (de caza) un contrato de derecho común, las contro- cio público327.
versias que pueda originar su ejecución, entre la Administración y el adjudi-
catario, competen a la autoridad judicial, a menos que lo disponga de otro
modo una disposición formal de la ley, y esta competencia, que deriva de la " L a s obras de las que se ha declarado adjudicatario el señor B. tenían por
propia naturaleza del contrato, no puede ser modificada por el carácter de los objeto la construcción de una ruta forestal, exclusivamente destinada a la
hechos que hubiesen causado la privación parcial o total de goce, alegada por explotación del bosque municipal de Divonne. Las mencionadas obras no en-
el demandante". traban en la categoría de aquellas a lasi cuales se aplica el art. 4 de la ley del
Trib. de Conflictos, 21 marzo 1891, Cahen d'Anvers, " E e c . " , p. 252: 28 pluvioso año v m . . . Por consiguiente, no obstante los términos del art. 47
" E l señor C, adjudicatario del derecho de caza... del bosque dominical... de las cláusulas arriba consideradas, el Consejo de prefectura era incompe-
se considera turbado en el goce de este derecho por la explotación de una tente...".
carretera que se habria construido, en virtud de una concesión administrativa, 326 Ley del 15 abril 1829, sobre la pesca fluvial, art. 4: " L a s contro-
sobre una parte del bosque arrendado; dedujo contra el Estado, ante el tribunal versias entre la Administración y los adjudicatarios, relativas a la interpretación
civil, una acción tendiente a hacer ordenar la cesación de la turbación... Por y a la ejecución de los arrendamientos y adjudicaciones, y todas las que se
sentencia..., el tribunal civil..., fundándose en que la cláusula contenida en suscitasen entre la Administración y sus causahabientes y los terceros intere-
el art. 30 del pliego de condiciones sería un acto administrativo, se declaró sados, en razón de sus derechos o de sus propiedades, se llevarán ante los
incompetente para apreciar su sentido y alcance... El 13 junio 1890, ante el tribunales".
recurso entablado por C, el Consejo de Estado, estatuyendo en lo contencioso Trib. de Conflictos, 11 diciembre 1875, Maisonnabe, " E e c " , p. 1012.
( " E e c " , p. 561), declaró que la autoridad administrativa era la competente Arrendamiento de pesca: "Siendo el arrendamiento un contrato de derecho
para interpretar el art. 30 mencionado, parte integrante del arrendamiento de común, las controversias que puede originar su interpretación o su ejecución,
caza consentido por dicho señor C . . . El arrendamiento del derecho de caza entre la Administración y el adjudicatario, competen a los tribunales civiles.
del que C. se ha hecho adjudicatario... no tiene el carácter de un acto admi- Esta competencia, por lo demás, que le ha reservado especialmente el art. 4
nistrativo; es un contrato de derecho común y las controversias que su ejecu- de la ley del 15 abril 1829, sobre la pesca fluvial, deriva de la naturaleza misma
ción origina, competen a la autoridad judicial, mientras no lo disponga de del contrato, y no podrían modificarla los hechos subsiguientes que han podido
otro modo una disposición legal". producir la privación de goce de que se queja el demandante. Por tanto, no
324 Cons. de Est., 2 mayo 1873, Barliac, " E e c " , p. 371 (y la extensa importa que las obras realizadas sobre el lecho del río por el señor L., a las que
nota): " L a s obras de las que se ha declarado adjudicatario al señor B., tenían el accionante atribuye esta privación de goce, las haya autorizado, en su interés
por objeto la construcción de una ruta destinada exclusivamente a la explota- privado, la Administración. En consecuencia, es con razón que el tribunal civil
ción de un bosque dependiente del dominio del Estado. Las mencionadas obras ...se ha declarado competente para conocer de este litigio".
no entraban en la categoría de aquellas a las cuales se aplica el art. 4 de la ley 327 Jurisprudencia constante. Trib. de Conflictos, 4 junio 1910, Compagnie
del 28 pluvioso año vin. Por tanto, el Consejo de prefectura era incompetente". d'assuranees le Soleil, " E e c " , p. 446 (con las conclusiones de FEUILLOLEY) :
Esto implica un cambio de jurisprudencia. Algunos años antes, el Consejo de Inmueble perteneciente a una ciudad y puesto a disposición de la autoridad
Estado había resuelto lo contrario: Cons. de Est., 3 julio 1852, Mercier, militar, para alojamiento de los reservistas convocados por un período de 28
" E e c . " , p. 279: Obras hechas en un camino de explotación de un bosque domi- días: " L a ocupación de este inmueble no se ha realizado en virtud de un.
nical, por cuenta de la Administración de bosques. El ministro de Hacienda acto regular y permanente de afectación, sino en virtud de un acuerdo, quey
sostenía que no se trataba de obras públicas, pero que él era el tribunal com- por su naturaleza y sus efectos, entra en la categoría de los contratos de dere-
petente, salvo recurso ante el Consejo de Estado (contrato de suministros). El cho civil, y cuyo conocimiento, por consiguiente, corresponde a la autoridad
Cons. de Estado había resuelto: " L a s obras de que se trata entran en la judicial". Trib. de Conflictos, 15 noviembre 1913, Meyer, " E e c . " , p. 1116:
categoría de aquellas a las cuales se aplica el inc 2 del art. 4 de la ley del " L a acción... tiende únicamente a hacer condenar al Estado al pago de al-
28 pluvioso año vm. Por tanto, era competente el Consejo de prefectura". quileres de inmuebles... que sirven de cuartel a los reservistas. Cuando el
325 Cons. de Est., 5 agosto 1887, Commune de Divonne, " E e c " , p. 642: Estado ocupa un inmueble en virtud de un arrendamiento, aunque lo haga
540 E L FUNCIONAMIENTO DE LOS SERVICIOS PÚBLICOS LOS PRINCIPALES CONTRATOS ADMINISTRATIVOS 541
330 Cons. de Est., 3 agosto 1923, Sooiété francaise, " B e c " , p. 653: " L a
cuestión de saber*si el contrato a celebrarse entre los municipios y la sociedad
recurrente, referente a la concesión para la explotación de las canteras de
bauxita y que era el objeto del precitado acuerdo, tiene el carácter de una
locación o de una enajenación, es del resorte de la autoridad judicial. Cabe,
por tanto, diferir el pronunciamiento hasta que los tribunales civiles se hayan
pronunciado sobre el problema de que se t r a t a " . En la especie, esta cuestión
dominaba el litigio sobre la validez del acto. Si existia locación, por menos de
18 años, la aprobación del prefecto no era necesaria; si había enajenación, se
requería dicha aprobación (art. 68, ley del 5 abril 1884).
[•
ÍNDICE ALFABÉTICO DE MATERIAS
A ADJUDICACIÓN. Exclusión de un
proveedor de u n a . . . : ps. 195 y
ACTO BAJO FORMA ADMINIS-
294, n.
TRATIVA: p . 298.
ADMINISTRADOS. Situación de
ACTOS A D M I N I S T R A T I V O S
l o s . . . con relación a los servicios
UNILATERALES: p . 514, i ; dis-
públicos: ps. 5 y 14; cargas de
tinción entre el acuerdo de volun-
l o s . . . para el funcionamiento de
tades y el acto unilateral provoca-
los servicios públicos: p . 20, $ 2.
do, pedido o aceptado: p. 514, n.
AFECTACIÓN DE INMUEBLES
ACTOS CONTRACTUALES. Los...
DEL DOMINIO PÚBLICO: ps.
escapan al poder jerárquico: p .
178 y 515.
122, § 2. V.: Poder de control ad-
ministrativo', p. 155. AGENTES CENTRALIZADOS so-
metidos al poder jerárquico: p .
ACTOS JURÍDICOS INOPORTU-
117; subordinación directa o indi-
NOS O ILEGALES: p. 69; las
recta de todos l o s . . . a un minis-
instrucciones generales y órdenes
tro: p. 119, II; el alcalde: p. 121,
de servicio no s o n . . . : p. 72; ca-
n i ; v. Poder jerárquico) p. 130, $
sos en que la orden individual de
5; v. Poder de control administra-
servicio es u n . . . : p. 76, v ; el po-
tivo : p . 134, 2.
der jerárquico sólo se ejerce so-
bre l o s . . . unilaterales: ps. 122 y AGENTES DESCENTRALIZA
124; suspensión, anulación o re- DOS. V.: Poder de control admi-
forma por el jefe de servicio, del... nistrativo: p. 134, § 2.
•cumplido por el agente subordina- AGENTES MILITARES. Deber de
do: p. 124, § 3 ; v. Poder jerár- obediencia de l o s . . . : p. 86, v ;
quico ; p. 125; v. Poder de control deber de obediencia de l o s . . . con
administrativo: p. 143, § 4 ; obje- relación a los gobernantes: p. 8 7 ;
to posible y lícito en l o s . . . : p. con relación a los agentes civiles:
219, § 3 ; nulidad d e l . . . , como con- p. 88, b; con relación a sus supe-
secuencia de la no publicidad pos- riores militares: p. 88, c.
terior: p. 307. AGENTES PÚBLICOS. Situación
ACUERDOS DE VOLUNTAD. V.: jurídica de l o s . . . : p. 5 ; situación
Servicio publico: p. 165; . . . n o jurídica de los gobernantes y de
contractuales: p. 182, § 4. l o s . . . : p. 7; responsabilidad pe-
to de derecho privado y e l . . . : p. CORREOS. Aplicación de los prin- p. 432; los contratos d e . . . de los blicidad anterior o concomitante:
324; signos principales por los cipios del servicio público al ser- departamentos, municipios y es- p. 303; publicidad posterior: p.
que se reconoce que las partes han vicio d e . . . : p. 47, vi; funciona- tablecimientos públicos: p. 443, 305; casos en que la publicidad
elegido e l . . . : p. 324; pliego de miento del servicio d e . . . : p. 47, p. rv. posterior entraña la nulidad del
cláusulas y condiciones generales: vi. ENGANCHE MILITAR voluntario: acto jurídico: p. 310; v. Ofreci-
p. 325, ni; cooperación personal CORTE DE CASACIÓN. Actitud p. 184, II. miento de ayuda: p. 496, vi; in-
activa: p. 325, m ; servicio públi- de la... en la investigación de los fluencia de las... y actos prepa-
co que necesariamente implica el ENSEÑANZA. V.: Servicio público:
motivos determinantes. Reserva y p. 31, m. ratorios sobre la naturaleza jurí-
régimen del derecho público: p. razones de esta timidez: p. 287; dica de los contratos de derecho
325, m ; cláusula que estipula la ii; .. .y la noción de desviación de ERROR: p. 207, i. privado: p. 540, ni.
jurisdicción administrativa: p. 325, poder: p. 526, n ; . . .y la protec- FÓSFOROS. Sociedad d e . . . : p.
ni; distinción entre los... del Es- ción del dominio público en mate- F 395, n ; monopolio de l o s . . . : p.
tado y los... de los departamentos, ria de petite voirie: p. 528. 394.
municipios, etc.: p. 341, I I ; prin- FALTA DE SERVICIO. El poder
cipales. . . : p. 345; contrato de su- CH disciplinario sólo puede ejercerse G
ministros: p. 346; contrato de en razón de u n a . . . : p. 95, n i ;
trasporte: p. 350; contrato de CHEMINOTS. V.: Obreros ferro- distinción entre l a . . . y la falta GRADOS U N I V E R S I T A R I O S .
obras públicas: p. 356; contrato viarios. personal: p. 289, ni. Otorgamiento de títulos o . . . : p.
de concesión de servicio público: D 37, rv.
FALTA PERSONAL. Distinción en-
p. 361; clasificación de los... de tre l a . . . y la falta de servicio: H
concesión de servicio público: p. DELEGACIÓN. V.: Poder de con-
trol administrativo: p. 154, i. p. 289, in.
394, § 2; ...de empréstito públi- HUELGA DE LOS "CHEMINOTS"
co de Estado: p. 432; . . . de loca- DESVIACIÓN DE PODER. Teoría FERROCARRniES. Aplicación de
DEL ESTADO: p. 526, n.
ción de servicios personales: p. de l a . . . : p. 79, § 2; aplicaciones los principios generales del servi-
446; casos en los que no existe de la teoría de l a . . . : p. 81, n ; cio público a l o s . . . : p. 55, vn;
funcionamiento del servicio de los I
contrato: p. 447, § 1; casos en los consecuencias de las instrucciones
que hay contrato administrativo: y órdenes viciadas d e . . . : p. 81, . . . : ps. 58, n, y 396, n. V.: Mo- IMPUESTO MUNICIPAL AL CON-
p. 452, § 2; casos en los que exis- n ; la Corte de Casación y la no- nopolio. SUMO ("OCTROF). Arrenda-
te contrato de locación de servi- ción d e . . . : p. 525. FORMAS. Necesidad de seguirlas: miento del..., competencia de los
cios del derecho privado: p. 467; DOLO: p. 207, i. p. 290, $ 5; importancia de las... tribunales judiciales: p. 530, i.
. . .verdaderos: p. 507; . . .de con- DOMINIO. Afectación de inmuebles en derecho público: p. 290, i; . . . INCREMENTOS FUTUROS. Con-
cesión del servicio público deno- dominicales: p. 178; locación del propiamente dichas y casos de cesión d e . . . : ps. 180, ii, y 509, i.
minado arrendamiento de fuentes . . . público: p. 259; concesiones competencia colectiva: p. 292; ad-
judicación, investigaciones: p. 294, INDEBIDO. Repetición de l o . . . en
minerales: p. 510, n ; contratos de ocupación del... público: p. derecho público: p. 186, § 5.
que no se consideran como...: p. 514; afectación de dependencias n ; publicidad, convocaciones, re-
520, rv; ...cuyo contencioso es querimientos,, notificación: p. 295, INDIVIDUOS, v.: Administrados.
del... público privado: p. 515,
atribuido por una ley especial a m; actos bajo forma administra- INSTRUCCIONES GENERALES.
i; protección del... público en ma-
los tribunales judiciales: p. 523; tiva: p. 298; sellado y registro: p. Naturaleza jurídica de l a s . . . : p.
teria de petite voirie: p. 526, n ; 298, v; reglas del derecho público
inconvenientes de esta competen- venta de bienes del dominio públi- 71, § 1; las... no son actos •ju-
cia excepcional: p. 520. franeés, relativas a l a s . . . : p. 298, rídicos: p. 72, n ; refutación de la
co: p. 533. ni; omisión de l a s . . . : p. 298, m; teoría de las... contractualmente
CONTRIBUCIONES. V. Servicio las... en el período de guerra: p.
E reglamentarias: p. 78, vin; l a s . . .
públieo: p. 25; v. Concesión de 300; irregularidad de una..,: p. y órdenes individuales de servicio
servicio público: p. 374, iv. EMPRÉSTITO. Contrato adminis- 302; . . .de orden interno: p. 302; no pueden tener por objeto sino el
CONVOCACIÓN: p. 294. trativo d e . . . público de Estado: publicidad irregular: p. 303; pu- servicio público: p. 79, § 2; . . . y
550 ÍNDICE ALFABÉTICO DE MATERIAS ÍNDICE ALFABÉTICO DE MATERIAS 551
órdenes viciadas de desviación de MEDIDAS DISCIPLINARIAS. V.: permisos de ocupación de vía pú- rídica de los contratos d e . . . : p .
poder: p. 8 1 ; obediencia de los Poder de control administrativo: blica, por motivos pecuniarios: p. 508; v. Contratos administrativos.
agentes públicos a l a s . . . y órde- p. 154, i. 251; persecución de un fin que no OBREROS FERROVIARIOS
nes individuales: p. 8 1 ; poder de MERCADOS. Arrendamiento de las es de interés general: p . 264; per- ("CHEMINOTS"). Huelga délos
los agentes superiores de impar- tasas de l o s . . . , competencia de secución de fines múltiples: p. . . . : p. 526, II.
t i r . . . y órdenes individuales de los tribunales judiciales: p . 540. 268; teoría del móvil político: p. O F I C I A L E S MINISTERIALES.
servicio a todos los agentes públi- 269; condenación de la teoría de V.: Tribunales disciplinarios: p .
MINISTRO. Jefe de la jerarquía:
cos: p. 89, § 3. l o s . . . políticos: p. 274; resisten- 111, ix.
p. 118, i.
MONOPOLIO. V.: Servicio público: cia de los gobiernos: p . 277; el OFRECIMIENTO DE AYUDA: p .
J p. 24; concesión de un servicio pú- juez no investiga de oficio l o s . . . : 471; motivos d e l . . . : p. 472, n ;
blico monopolizado: p . 394, i ; con- p . 279; el juez no puede apreciar . . .que emana de Administraciones
J E F E DE SERVICIO. Competen- la oportunidad de las medidas
cia d e l . . . para actuar directamen- cesión c o n . . . de puro hecho: p. públicas: p. 473, v ; ...volunta-
adoptadas por los agentes públi- rio: p. 475, i ; revocación posible
t e : p. 78, vi; fijación discrecional 396, n ; ferrocarriles, tranvías, óm-
cos : p. 279; prueba d e l . . . : p. 281; d e l . . . : p. 476, n ; aceptación ex-
de la pena disciplinaria por e l . . . : nibus, etc.: p. 396, n ; distinción
piezas del expediente: p. 282; com- presa: p . 477, II ; aceptación táci-
p. 100, iv; v. Poder disciplinario: entre las concesiones c o n . . . y las
paración entre la jurispruden- t a : p. 477, i i ; efecto de la mora
p . 106; v. Poder jerárquico: p. concesiones s i n . . . : p . 430, v.
cia del Consejo de Estado y la de en la ejecución de la obra: p . 478,
124, § 3. M O T I V O S DETERMINANTES. la Corte de Casación, en lo con- m ; e l . . . es un contrato: p. 478,
JURAMENTO POLÍTICO: p. 99. Teoría general: p. 223, § 4 ; en cerniente a la investigación de los iv; autoridad competente para ha-
JUSTICIA CIVIL. V.: Servicio pú- derecho privado: p. 227, i ; teoría . . . : p . 287, II ; utilidad de la teo- cer irrevocable el ofrecimiento de
blico, p. 27, n . de la causa: p. 227, i ; teoría de ría de l o s . . . , para llegar a la ayuda: p. 439, a; e l . . . queda sin
l o s . . . en derecho público: p. 231, distinción entre la "falta de ser- efecto por el fallecimiento del sus-
L II ; obligación de los agentes públi- vicio" y la "falta personal": p. critor antes de la aceptación: p .
cos de motivar sus actos: p. 232; 289, ni. 480; facultad de la Administración
LEALTAD POLÍTICA: p. 96. nulidad del acto no motivado: p. N de retirar expresa o tácitamente
LEGAJO, COMUNICACIÓN DEL. 232; exposición clara y precisa de su aceptación: p. 482; libertad de
Poder disciplinario: p. 106. l o s . . . : p. 235; exactitud material NATURALEZA JURÍDICA verda-
dera de un acto: p. 4 1 ; v. Moti- la Administración después de la
LESIÓN en derecho público: p. 211, de l o s . . . impugnados: p. 235; los aceptación: p. 482; e l . . . es una
. . . invocados deben ser lícitos: p. vos determinantes: p. 285;influen-
II; venta de inmuebles: p. 212, i ; operación entre vivos: p . 483, n i ;
238; motivos ilícitos: p, 239; . . .en cia de las formas y actos prepa-
caso general de l a . . . : p. 213, n ; el legado con cargo jamás es un... t
oposición flagrante con la ley: p. ratorios sobre l a . . . de los contra-
revisión de los contratos de guerra, p. 483, n i ; e l . . . debe hacerse con
tos de derecho privado: p. 540,
por causa d e . . . : p. 217; proyec- 239; . . . que descansan sobre un miras a la realización de una obra
§3.
to de ley de 1920: p. 217. error de derecho: p. 240; . . . que pública: p. 484, iv; obligación
consisten en la voluntad de torcer NOMBRAMIENTOS, v.: Poder de
LOCACIÓN DE SERVICIOS PER- unilateral del suscritor: p. 488, v j
una ley o un reglamento: p. 244; control administrativo: p. 154, i ;
SONALES. Contrato administra- e l . . . conmutativo y e l . . . de be-
fin lícito en sí mismo, pero fuera distinción entre e l . . . de funcio-
tivo d e . . . : p. 446; casos en los neficencia: p. 492, i ; e l . . . en di-
de la competencia propia del agen- nario y el contrato: p. 448, i i ;
que hay contrato d e . . . del dere- nero y en tierras: ps. 492, § 2, y
t e : p. 247; persecución de un fin contrato s i n . . . : p . 457, n.
cho privado: p. 469, § 3. 499, II ; derechos y obligaciones
lícito en sí mismo, pero mediante NOTIFICACIÓN: p. 294, m . resultantes de u n . . . : p. 499, xi y
el ejercicio de un poder no orga- XII; distinción de l o s . . . , según la
M O
nizado para alcanzar dicho fin: p . fecha en que se ha hecho e l . . . en
MATADEROS. Arrendamiento de 248; ejercicio de un poder de po- OBJETO. V.: Teoría de los actos ju- tierras, en el curso de un proce-
las tasas d e . . . , competencia de licía para alcanzar un fin pecu- rídicos: p. 219, § 3. dimiento de expropiación: p. 504.
los tribunales judiciales: p. 530, i. niario: p. 248; revocación de los OBRAS PÚBLICAS. Naturaleza ju- ÓMNIBUS. Concesión de un serví-
562 ÍNDICE ALFABÉTICO DE MATERIAS ÍNDICE ALFABÉTICO DE MATERIAS 553
ció público d e . . . : p. 396, n ; v. concejos municipales, alcaldes: p . en lugar del alcalde: p. 160, m ; terales: p . 122, § 2 ; e l . . . no pue-
Concesión del servicio público. Mo- 143, § 4 ; . . .sobre los actos jurídi- ausencia del poder de modifica- de ejercerse sobre los actos contrac-
nopolio. cos de los Consejos generales: p . ción: p . 161, rv; poder del alcalde tuales: p. 122, i ; e l . . . confiere
ORDEN DE SERVICIO individual: 144, i; poder de pronunciar, en para defender su independencia: al jefe de servicio el poder de sus-
p. 71, § 1; casos en que l a . . . es los casos de ilegalidad grave, la p . 161, v. pender, anular o modificar el ac-
nn acto jurídico: p. 76, v ; poder nulidad de derecho en cualquier PODER DE CONTROL JURIS- to jurídico realizado por el agen-
época: p . 144, i ; poder de pronun- DICCIONAL. Los poderes jerár- te subordinado: p . 124, § 3 ; el
de los agentes superiores para im-
ciar la anulación, dentro de deter- quico, disciplinario y de control jefe de servicio que ejerce s u . . . ,
partir instrucciones generales y . . .
minados plazos, por motivos de de- administrativo, no s o n . . . : ps. 102, realiza actos jurídicos: p . 128, i i ;
a todos los agentes públicos: p.
recho: p. 144, n ; poder de pro- v, 139, § 3, y 192. el ejercicio d e l . . . no constituye
89, § 3 ; v. Instrucciones de servi-
nunciar, en los casos de ilegalidad el ejercicio de un poder jurisdiccio-
cio. PODER DE VIGILANCIA: p. 71.
grave, la nulidad de derecho en nal': p. 128, II ; los agentes centra-
P cualquier época: p. 144, i ; suspen- PODER DISCIPLINARIO: p . 92; lizados no pueden impugnar, me-
sión, por toda clase de motivos: p . e l . . . tiene por objeto la mejora diante recursos contenciosos, el
PATRIMONIOS ADMINISTRATI- 145, i n ; poder de aprobación: p . del funcionamiento del servicio pú- ejercicio d e l . . . : p . 130, § 5.
TIVOS. Responsabilidad pecunia- 146, rv; poder de actuar en lugar, blico: p. 92, i ; e l . . . no puede POLICÍA. V.: Poder de control ad-
ria de l o s . . . : p. 11, ni. del Consejo general: p. 146, V; au- ejercerse sino en razón de una ministrativo: p. 154; ejercicio del
sencia del poder de modificación: falta de servicio: p. 95, n i ; leal- poder d e . . . , para alcanzar una
P E N A DISCIPLINARIA. Fijación
p. 147, v i ; ...sobre los actos ju- tad política: p. 96; juramento po- finalidad pecuniaria: p . 248; dis-
discrecional de l a . . . por el jefe
rídicos de los concejos municipa- lítico: p . 99; jurisdiccionalización tinción entre medidas d e . . . y lo-
de servicio: p. 100, rv.
les : p. 148, II ; poder de anulación, d e l . . . : p. 102, v ; lagunas de la cación del dominio público: p. 256.
PODER DE CONTROL ADMINIS- por ilegalidad, en cualquier mo- legislación que reglamenta e l . . . :
TRATIVO: p. 132; diversas mo- POMPAS FÚNEBRES. Concesión
mento: p. 148, i; poder de anula- p . 105, vi; comunicación previa del
dalidades d e l . . . : p. 134, n ; los d e . . . : p. 395, m . V. Concesión de
ción, por ilegalidad, en determina- legajo: p. 106; agentes públicos
agentes descentralizados tienen el servicio publico.
do plazo: p. 149, n ; poder de que pueden exigir la comunicación
recurso jurídico de defenderse aprobación: p. 149, n i ; poder de previa del legajo: p . 106, v n ; de- P R E S T A C I Ó N D I R E C T A DE
contra los excesos d e . . . de los actuar en lugar del concejo muni- recho a la comunicación del lega- SERVICIOS PÚBLICOS ("RÉ-
agentes centralizados: p. 134, § 2 ; cipal: p. 151, rv; todos los actos j o : p. 106; procedimiento de la GIE"). Comparación entre el con-
recurso por exceso de poder an- del concejo municipal están so- comunicación: p . 107; el jefe de trato de suministros y l a . . . : p.
te el Consejo de Estado en lo con- metidos a l . . . : p . 152, v ; el poder servicio que no ha observado el 347; comparación entre el contra-
tencioso : p. 135, n ; recurso de los de modificación no existe con res- to de trasporte y l a . . . : p. 361;
procedimiento del art. 65 de la ley
miembros de un cuerpo descentra- pecto a los actos de los concejos servicio público explotado median-
de 1905, puede convalidar la irre-
lizado : p . 138; e l . . . no es un municipales: p. 152, v i ; . . . s o b r e te l a . . . : p. 463.
gularidad: p. 108, 4 ' ; casos en los
poder de control jurisdiccional: los actos jurídicos de los alcaldes: PUBLICIDAD: p. 294, m ; . . . a n -
euales la comunicación es obliga-
p. 139, § 3 ; el examen d e l . . . no p. 152, n i ; situación especial de terior o concomitante: p. 303, 1*;
toria : p. 108, 5*; casos en los cua-
conduce a una comprobación con los alcaldes: p. 154, i ; poder de ...posterior: p. 305, 2*; la omi-
les el art. 65 deja de ser aplica-
fuerza de verdad legal: p. 139, i ; anulación o de suspensión: p. 154, sión de l a . . . posterior, entraña la
ble: p. 108,. v. Tribunales dis-
la misma solución, cuando e l . . . i ; excepciones a la regla (actos- nulidad del acto jurídico: p . 310.
ciplinarios: p . 111, ix.
debe ejercerse con formalidades contractuales, nombramientos, me- i
jurisdiccionales: p. 140, n ; con- didas disciplinarias, delegación,, PODER JERÁRQUICO: p . 117; el
secuencias del carácter no juris- . . . se ejerce sobre todos los agen- R
policía): p. 155; apreciación de
diccional d e l . . . : p. 142, rv; apli- los motivos por el Consejo de E s - tes centralizados: p. 118, § 1; los
cación d e l . . . a los actos jurídicos ministros son los jefes de la jerar- RECURSO C O N T E N C I O S O . V.
tado: p . 156; poder de aproba-
de los principales agentes descen- quía : p. 118, i ; e l . . . sólo se ejer- Poder jerárquico: p. 130, § 5.
ción: p. 159, i i ; poder de actuar
tralizados : C o n s e j o s generales, ce sobre los actos jurídicos unila- RECURSO POR EXCESO DE PO-
554 ÍNDICE ALFABÉTICO DE MATERIAS ÍNDICE ALFABÉTICO DE MATERIAS 555
DER. V. Poder de control admi- REVOCACIÓN DE LOS P E R M I - ferencias jurídicas entre los diver- TÍTULOS UNIVERSITARIOS.
nistrativo: p . 134, § 2 ; . . . d e los SOS DE OCUPACIÓN DE VÍA sos modos de colaboración volun- Otorgamiento d e . . . : p. 37, rv.
miembros de un Consejo descentra- PÚBLICA: p . 252. taria en e l . . . : p . 165, § 1 ; cola- TRANVÍAS. Concesión del servicio
lizado: p . 138, 2». boración forzosa en e l . . . : mani- público d e . . . : p. 396, n : v. Mo-
REENGANCHADOS. Empleos re- festación unilateral de voluntad: nopolio.
S
servados a los a n t i g u o s . . . : p . 190. p . 168; principio general de la co-
laboración en e l . . . : p . 170; res- TRASPORTE. V. Contratos de...:
"RÉGIE". V. Prestación directa de SERVICIO MILITAR: p . 22.
p. 350.
servicios públicos. SERVICIO PÚBLICO. Funciona- ponsabilidad delictual en razón
miento de l o s . . . : p . 3 ; v. Agen- del funcionamiento de l o s . . . : p . TRIBUNALES ADMINISTRATI-
REGISTRO: p . 298, v.
tes públicos: p . 5 ; concesionarios 171, § 1 ; e l . . . y los contratos ad- VOS. Competencia de l o s . . . para
RENUNCIA. La separación deno- ministrativos: p . 175, 2 ; acuerdos juzgar los contratos administrati-
m i n a d a . . . de oñcio es una ver- d e . . . : ps. 12 y 361; situación de
P ios administrados con relación al bilaterales de voluntades contrac- vos: ps. 381 y 385, rv: contratos
dadera sentencia: p . 114, 3 . de derecho privado cuyo conten-
. . . : p . 1 4 ; reglas esenciales de tuales para el funcionamiento de
REPETICIÓN DE LO INDEBIDO. l o s . . . : p . 177, 5 3 ; afectación de cioso es atribuido a l o s . . . : p .
l o s . . . : p . 24, i ; igualdad de los
L a . . . en derecho público: p . 186, inmuebles dominicales: p . 178; 531, I I .
individuos ante l o s . . . : p . 24, i ;
§ 5. concesiones perpetuas de inmue-
competencia o monopolio: p . 24, TRIBUNALES DISCIPLINA-
REPRESIÓN DISCIPLINARIA. i ; naturaleza de las prestaciones bles afectados a u n . . . : ps. 179, R I O S : p . 111, i x ; Consejos uni-
Distinción entre l a . . . y la repre- de l o s . . . : p . 24, i ; contribución 180 y 515, i ; contrato de conce- versitarios : p . 112; Corte de Casa-
sión penal: ps. 110, VIII, y 115, x. por el uso d e l . . . : p . 2 5 ; aplica- sión d e . . . : p . 361; . . .industria- ción: p. 113; las destituciones de-
REPRESIÓN PENAL. Distinción ción de los principios d e l . . . a l . . . - les: p . 462, n i ; ...concedido: p . nominadas renuncias de oficio, son
entre la represión disciplinaria y de justicia civil: p . 27, n ; aplica- 462, n i ; ...explotado directamen- verdaderas sentencias: p . 114; tri-
l a . . . : ps. 110, VIII, y 115, x. ción de los principios d e l . . . a l . . . t e : p . 464. V. Concesión. bunales civiles que ejercen el po-
REQUERIMIENTOS: p . 295. de enseñanza: p . 31, n i ; . . . d e l der disciplinario sobre los oficia-
SERVIDUMBRE NON AEDIFI-
REQUISICIÓN MILITAR: p . 22. otorgamiento de títulos o grados les ministeriales: p . 114, 4*; Con-
CANDI: p . 21, i n .
universitarios: p . 37, rv; aplica- sejos d'enquéte: p . 114, 5°.
RESPONSABILIDAD pecuniaria
ción de los principios d e l . . . al
de los gobernantes y de los agen-
servicio de asistencia médica gra- T TRIBUNALES JUDICIALES. Con-
tes públicos: p . 11, n i ; ...pecu-
tuita: p . 40, v ; aplicación de los tratos administrativos cuyo con-
niaria de los patrimonios admi-
principios d e l . . . al servicio de TARIFAS. Naturaleza jurídica: p . tencioso es atribuido a l o s . . . : p .
nistrativos: p . 1 2 ; . . . d e l conce-
correos, telégrafos y teléfonos: p . 375; v. Concesión de servicio pú- 524; inconvenientes de esta com-
sionario de servicio público: p . 13,
47, vr; aplicación de los principios blico. petencia excepcional: p . 525, § 1 ;
I I ; l a . . . personal de los agentes
d e l . . . al servicio de ferrocarri- arrendamiento del impuesto muni-
públicos queda sustraída a las re- T A S A : p . 374, rv.
les: p . 55, VH ; poderes de los go- cipal sobre los artículos de consu-
glas del derecho privado: p . 2 7 ; TEATROS. Concesión del servicio
l a . . . de los patrimonios adminis- bernantes y de los agentes públi- mo: p . 530, i ; arrendamientos de
cos superiores sobre los demás público d e . . . : p . 428; situación las tasas de mataderos, ferias y
trativos queda sustraída a las re- jurídica - de los directores de los...
glas del derecho privado: p . 2 7 ; agentes públicos, con el propósito mercados: p . 531, I I .
de asegurar el funcionamiento de nacionales: p . 463.
. . . penal de los agentes públicos:
p. 86, i v ; ...delictual: p . 171, l o s . . . : p . 69; el poder disciplina- TELÉFONOS. Naturaleza del ser-
U
§ 1. rio tiene por objeto la mejora del vicio'público d e . . . : p . 47, v i ; so-
funcionamiento d e l . . . : p . 92, i ; ciedad d e . . . : p. 395, n ; monopolio
REVISIÓN DE LOS CONTRA- USUARIOS. Derechos de l o s . . . de
colaboración voluntaria en el fun- de l o s . . . : p. 395, n.
TOS de guerra por lesión: p . 217; los servicios públicos: p . 14, § 1 ;
cionamiento de l o s . . . : acuerdo bi- TITULAR APARENTE. Teoría del
v. Lesión, Contratos administra- situación jurídica de l o s . . . ps. 18,
lateral de voluntades: p . 165; di- . . . : p . 200.
tivos. in, y 376.
556 ÍNDICE ALFABÉTICO DE MATERIAS
UNIVERSIDAD DE SALAMANCA
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ESTE LIBRO
SE TERMINÓ DE IMPRIMIR
EL DÍA 29 DE DICIEMBRE DE 1949
EN EL ESTABLECIMIENTO GRÁFICO DEPALMA
BOYACA 2205 - BUENOS AIRES
AL CUIDADO DE ROBERTO SUARDÍAZ
961
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CONSTITUCIÓN
DÉLA
NACIÓN ARGENTINA
" . . .En esta edición de la Constiti
la Nación Argentina, que ha
Editorial Depalma, se inserta el texto;
nuestra carta fundamental como fué
donada por el Congreso General Coz
hspX"" yente el l 9 de mayo de 1853 y con las i
•V formas que le fueron introducidas por 1
convenciones nacionales de 1860,
1898 y 1949. Ofrécese nuestra carta
tica tal como se halla en vigor, pero
¡¡«A. o p gándole, para hacer más fácil y
P O L I C Í A
SANITARIA
DOCTRINA, LEGISLACIÓN
NACIONAL Y PBOVINCIAL
Por ALBERTO DOMÍNGUEZ
EDITORIAL DE1
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