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El centro educativo de calidad como eje de la educación costarricense

En el periodo post pandémico que se encuentra el sistema educativo, es fundamental e

imperativo, convertir los centros educativos en recintos de formación educativa de calidad.

Costa rica se encuentra en un momento muy vulnerable de reactivación económica,

anudado a eso, nos encontramos en el pico más alto de la deserción estudiantil, registrando una

cumbre de cerca del 10%, por lo que es fundamental transformar los métodos antiguos de

aprendizajes en ideas frescas e innovadoras que creen en el estudiante la posibilidad de llevar

una vida plena y trascendente.

Debemos centrar nuestros esfuerzos en garantizar la excelencia de la educación y para

eso es fundamental que la comunidad, los padres, los estudiantes y los docentes se unan y

avancen juntos, pues a su vez son los que más influencia tienen sobre los estudiantes y las

decisiones que estos van a tomar a futuro.

El título séptimo de la constitución política del país establece la educación como un

derecho fundamental de todos los ciudadanos, e incluso nuestro código de familia contemplaba

una multa económica para los padres que no enviaran a sus hijos a la escuela; sumado al

montón de veces que hemos escuchado al gobierno mencionar que costa rica es un país que no

gasta en ejército, pero invierte en educación, o que se refiere a los estudiantes como el ejército

de nuestro país; confirmado así la importancia de la calidad de la educación en el país.

No obstante, el estándar debe de cambiar para considerar que la educación es eficaz,

necesitamos cambiar la idea de que todo acaba con el bachillerato, debemos aspirar, inspirar y

forjar en la mentalidad de los estudiantes la idea de lograr una educación universitaria que les

proporcione una vida individual y social de calidad.


Los mayores esfuerzos deben de concentrarse en la población con condiciones de riesgo

social, para crear en ellos la ambición y el deseo de salir adelante, demostrándoles que las

oportunidades de aprendizaje también son para ellos.

La educación es formadora y el docente es visto en muchas ocasiones como el tercer

padre de los estudiantes, por lo que la educación integral también forma parte fundamental

dentro de la necesidad de crear una educación de calidad.

Al complementarse educación de calidad y educación integral, el docente debe de

buscar o por lo menos intentar enfocar la educación, en educar para la vida, el trabajo y la

convivencia; ya que su misión es formar ciudadanos éticos que posean las herramientas

necesarias para avanzar.

Para conseguirlo el docente debe enfocarse en dotar al estudiante de dignidad y valor,

cosas que le permitirán alcanzar una perfección dentro de la sociedad; también debe enseñarle a

pensar objetivamente, para que siga perfeccionando los conocimientos ya adquiridos y le sea

más fácil entenderse con otras personas de la sociedad; y debe de crear dentro del estudiante la

idea de ser un propulsor de la educación, para que así, el promueva y motive el aprendizaje en

otras personas dentro de su entorno social.

Para finalizar la educación de calidad debe procurar cerrar la brecha entre los grupos

sociales, creando nuevas posibilidades y oportunidades para todos los ciudadanos, invitándolos

a participar activamente en la solución de problemas sociales, que nos competen a todos, para

integrar completamente a los futuros profesionales dentro de la sociedad y así aumentar la

competitividad y la productividad del país, lanzándolo hacia el éxito; ya que se estaría

formando una sociedad que se respete a sí misma, que se preocupe por el bien común y que se

prepare para la vida profesional, la vida familiar y lo más importante para vivir dignamente.

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