Está en la página 1de 99

Resumen de Derecho

Constitucional 1
Iván Moreno
Constitucionalismo
El derecho constitucional es producto del constitucionalismo, que es
un proceso jurídico y político. Proceso porque no es una idea que nace
de un día para otro, sino que aparece con distintos precedentes o
corrientes ideológicas que van conformando esta idea final del
constitucionalismo. Es jurídico porque se vincula con el
establecimiento de normas (es normativo) y es político porque se
relaciona con la toma de decisiones.
En su versión inicial tuvo por objetivo establecer en cada Estado un
documento legal (la constitución), con determinadas características.
A) Aspectos formales: Es un documento legal que consta de un texto
escrito, único y orgánico, se vincula con su prolijidad. Además, tendrá
como característica la supremacía, esto es, que tenga una jerarquía
superior al resto del ordenamiento jurídico.
B) Aspectos de contenido: Estructurara básicamente al Estado,
dividiéndolo en (al menos) tres poderes: ejecutivo, legislativo y
judicial.
Los va a dotar de facultades, va a establecer que limites existirán entre
ellos, que responsabilidad habrá ante los órganos o ante las funciones
del Estado entre ellas, un control intra y extra-órganos.
Además, va a enunciar cuales son los derechos y libertades de los
particulares que actuaran como garantía o protección ante un
eventual exceso en las facultades del Estado.
La constitución nos va a indicar también cual es la finalidad que tendrá
este Estado que se conforma a partir de ese acuerdo, ese contrato que
es la constitución.

Constitucionalismo liberal, social y


ecuménico.
El constitucionalismo liberal incorpora al individuo el
reconocimiento de los derechos civiles, aquellos que expresan del
modo más claro la dimensión individual y libertaria del hombre (la
vida, la integridad física, la privacidad, la libertad de expresión, la
libertad de culto) y con ello asume el constitucionalismo liberal un rol
acotado del estado que actúa como un garante de los derechos y
libertades individuales mencionados.
Por otro lado, el constitucionalismo social más allá de que puede
tener signos del constitucionalismo liberal tiene un enfoque distinto.
Ya no tiene una visión de la dimensión individual del hombre, sino
que la visión del hombre es con relación a otros hombres. Entonces
propone un Estado activo, que se involucra en las relaciones entre
los particulares con la idea de lograr lo que se llama “igualdad real de
oportunidades”, esta igualdad supone que el Estado se involucra,
asume un rol activo, toma medidas para equiparar a aquellos
colectivos sociales que se encuentran en inferioridad de condiciones
respecto de otros para equipararlos en un eventual conflicto de
intereses.
Así nuestra constitución tiene claras visiones del constitucionalismo
liberal (art 17) y también del constitucionalismo social (art 14 bis).
Aparece un tercer constitucionalismo, el constitucionalismo
ecuménico. Se vincula con la firma de tratados internacionales, es la
visión del hombre en relación con la humanidad. Es ecuménico
porque se puede hablar de la hermandad de los pueblos, son
distintos Estados que se ponen de acuerdo para garantizar, proponer
y explicitar derechos. Esos Estados tomaran todos los recaudos para
poder cumplir y generar medidas de protección de los habitantes de
sus naciones.
Para resumir:
Constitucionalismo liberal: visión del hombre desde su perspectiva
individual.
Constitucionalismo social: visión del hombre en relación a otros
hombres (familia, compañeros de trabajo, vecinos)
Constitucionalismo ecuménico: visión del hombre con la
humanidad.
Fallos que versan sobre constitucionalismo:
Ercolano c/ Lanteri s/ consignación
Sentencia 28 de abril de 1922
Sumario: Ni el derecho de disponer de la propiedad, ni ningún otro
derecho reconocido por la constitución, reviste el carácter de
absoluto, habiendo confiado al Poder Legislativo la misión de
reglamentar dentro de cierto límite el ejercicio de los derechos que
ella reconoce.
Hechos: La ley 1157 fijo un límite en el canon de alquileres, Lanteri
planteo la inconstitucionalidad de la ley amparándose en los art 14,
17 y 28 de la CN.
El voto de la mayoría es en favor de Ercolano en cuanto a una visión
de constitucionalismo social, la disidencia del Dr. Bermejo es en pos
de una visión de constitucionalismo liberal.
La Corte dejo en claro también que no debía opinar acerca de si una
norma era adecuada o no para resolver una cuestión determinada,
sino solo si el Congreso tenía o no facultades para restringir el
derecho a la propiedad.

Supremacía constitucional
Fundamentalidad
En cuanto a la temática vinculada a la supremacía constitucional, en
primer lugar, hay que hablar de la fundamentalidad de la
Constitución, este concepto nos va a llevar a lo que llamamos
supremacía constitucional, supremacía del bloque de
constitucionalidad federal y luego supremacía del ordenamiento
jurídico federal por sobre el local.
La Constitución es fundamental porque organiza y estructura los
poderes del Estado, en nuestro caso en tres funciones,
administrativa, judicial y legislativa. Distribuye las facultades de esas
tres funciones determinando cuales son los límites de tarea, cual es
el plus de control que tiene cada uno de los poderes respecto de los
otros y determina la responsabilidad intra y extra- órganos. Los
órganos tienen responsabilidades de cara a los otros poderes y así
mismo existen responsabilidades intra-órganos. En nuestro sistema
presidencialista el poder ejecutivo, la responsabilidad intra-órganos
es nula porque una sola persona es el poder ejecutivo, el presidente.
En cambio, la responsabilidad extra-órganos en el sistema
presidencialista como el nuestro aparece con más nitidez, el poder
legislativo podrá eventualmente controlar al poder ejecutivo (art 99
inc. 3º, la comisión bicameral permanente revisa los DNU) y a su vez
el poder judicial ante un planteo de inconstitucionalidad de una de
las normas tanto del legislativo como actos u omisiones del ejecutivo
también ejercerá control extra-órganos con el control de
constitucionalidad.
A su vez la Constitución es fundamental porque establece los
derechos y garantías de los particulares. Los derechos se asumen
como la protección que tiene el particular ante un exceso en las
funciones del Estado, y esas garantías son las que van a proteger al
particular con mecanismos tales como el acceso a la jurisdicción, las
herramientas por medio de las cuales uno accede a la jurisdicción
(amparo, habeas corpus, habeas data, art 43 CN) y así mismo la
constitución es fundamental porque nos va a expresar la finalidad,
cuáles son los objetivos del Estado. Como primera aproximación
tenemos el preámbulo de la Constitución.
Indelegabilidad de tareas: Las tres funciones del Estado no pueden
delegar su función en otro poder.
Principio de legalidad: art 19 CN
“Esta todo permitido salvo aquello que está expresamente
prohibido”. Perspectiva del individuo.
Perspectiva del Estado: El Estado únicamente podrá realizar aquellos
actos que expresamente estén previstos por ley.
La Constitución es fundamental porque goza de lo que se llama
perdurabilidad.
La perdurabilidad es una característica de la Constitución porque sus
preceptos tienden a perdurar en el tiempo, las cláusulas
constitucionales tienden a perdurar en el tiempo y eso la diferencia
claramente de la norma ordinaria que tienen objetivos mucho más
transitorios.
Entonces la Constitución es fundamental porque prevé la
organización fundamental del Estado, en esa organización distribuye
facultades y derechos de cada uno de los poderes junto con la
indelegabilidad de tareas y también se prevén las responsabilidades
intra y extra-órganos. En ese contexto los derechos y garantías de los
particulares aparecen como la protección ante un eventual exceso
del Estado y la Constitución nos muestra cuales son los objetivos de
ese Estado que se forma.
En ese contexto y con la característica de perdurabilidad, la
Constitución asume un rol que la muestra con mucho mayor
jerarquía que la norma ordinaria, eso nos lleva a que la Constitución
no puede tener el mismo orden jerárquico que una norma ordinaria,
por ende, la norma ordinaria está por debajo del nivel jerárquico de
la Constitución y en ese sentido una norma ordinaria no puede
contrariar a la Constitución Nacional.
¿En qué artículos de la Constitución Nacional se vislumbra esta
calidad de encontrarse en la cima del ordenamiento jurídico?
121 y siguientes. Se refieren a la autonomía provincial y municipal
porque estas se encuentran por debajo del ordenamiento jurídico
federal.
Art 31. Aclarando que este articulo no refiere puntualmente a la
supremacía constitucional, sino que demuestra que el ordenamiento
jurídico federal se encuentra por sobre el provincial. Esto significa
que cualquier norma de inferior jerarquía que contradiga a la
Constitución y si esta situación es llevada ante la jurisdicción para
ejercer el control de constitucionalidad, esa norma será
inconstitucional.
Por ejemplo, entre una contradicción dada por una Constitución
Provincial y un decreto presidencial, el de mayor jerarquía será la
emanada del ejecutivo nacional por ser ordenamiento jurídico
federal.
Art 31: Las autoridades de cada provincia están obligadas a
conformarse a la normativa nacional.
Art 5: Establece que cada provincia dictara una constitución de
acuerdo a los principios, declaraciones y garantías de la Constitución
Nacional.
Art 123: Determina que cada provincia dicta su propia constitución
conforme a lo dispuesto por el art 5, asegurando la autonomía
municipal y reglando su alcance y contenido en el orden
institucional, político, económico y financiero.
Esto significa que las constituciones provinciales deben estar a lo
establecido en la Constitución Nacional.
El alcance de la autonomía municipal establecida en el art 129
referido a la Ciudad de Buenos Aires y 123 referido a los municipios
de las demás provincias. El alcance de la autonomía provincial lo dará
la Constitución Provincial.
La Corte ha establecido que los municipios deben gozar de la calidad
de autónomas siempre con los límites que establezca la Constitución
Provincial.
En este contexto la supremacía constitucional que deviene de la
fundamentalidad de la constitución organiza los poderes del Estado,
enuncia los derechos y garantías de los particulares, nos dice cuál es
la finalidad del Estado que se está conformando y además goza de
perdurabilidad en el tiempo, nos refiere que esas características, esa
norma es fundamental y como es fundamental y porque tiene estas
características difiere notablemente de la norma ordinaria y si ocurre
esto tenemos que decir que tiene mayor jerarquía, la superlegalidad
formal y material de la constitución surge de estas características y
entonces hablamos de norma fundamental o supremacía
constitucional.

Constitución rígida y flexible


La constitución flexible es aquella que puede ser modificada por una
norma ordinaria, por una ley del Congreso. Por el contrario, una
Constitución rígida es aquella que conlleva un procedimiento
especial, más dificultoso para su reforma.
La constitución como contiene procedimientos especiales para su
reforma goza de lo que se llama superlegalidad formal, que es la
existencia de procedimientos rigurosos para poder modificar la
constitución y la superlegalidad formal y la rigidez de la constitución
nos demuestran que hay una diferencia sustancial entre los poderes
constituidos y los poderes constituyentes. Es el poder constituyente
el que creo la constitución, el que nos provee de esta herramienta
que lleva la necesidad de contar con determinados procedimientos
mucho más complejos que el de una norma ordinaria de sanción de
una ley del Congreso para modificar la Constitución. La diferencia
entre poderes constituyentes, que crean la constitución y podres
constituidos creados por la constitución, esto es Congreso, Poder
Ejecutivo y Poder Judicial. De esta manera un producto de un poder
constituido, una ley, de ninguna manera puede modificar en el
concepto de las constituciones rígidas una norma creada por el
poder constituyente, la constitución que goza de superlegalidad
formal. La constitución rígida, como la argentina, contiene un
procedimiento mucho más dificultoso que el de la sanción de una
norma ordinaria.

Tratados internacionales.
Los tratados internacionales tienen mayor jerarquía que la ley.
Esto se ventila en el fallo “Ekmedjian”. Se puede advertir como esa
jurisprudencia es fuente de derecho constitucional porque el
constituyente del ‘94 incorpora esos parámetros al art 75 inc. 22,
está claro y explicito en la Constitución Nacional que los tratados
tienen mayor jerarquía que las leyes ordinarias del Congreso.
La Corte reitera esto en los fallos “Fibraca” constructora y en café La
Virginia, en ambos casos parte de la base sostenida en “Ekmedjian
contra Sofovich” en cuanto a que los tratados tienen mayor jerarquía
que la ley y en ese contexto realice un confronte entre las normas
ordinarias locales invocadas por las partes y los tratados también que
invocan como contradictorios a esas normas.
Una vez elucidada esta cuestión aparecen nuevos desafíos, nuevas
situaciones que nos traen justamente la incorporación de tratados
internacionales como parte de la Constitución Nacional, aquello que
llama bloque de constitucionalidad federal y entonces tenemos que
revisar cual es el valor de la jurisprudencia de la Corte
Interamericana de DDHH que es el tribunal internacional que
nosotros aceptamos mediante la suscripción del Pacto de San José de
Costa Rica, en ese contexto revisamos que significa en las
condiciones de su vigencia que los tratados no derogan artículos sino
que los complementan.
Para ello revisar los casos “Giroldi”, “Bramajo”, “Petric”, “Mazzeo”,
“Rodriguez Pereyra”.
La Corte en algún caso refiere que la jurisprudencia de la Corte
Interamericana es una guía de interpretación insoslayable para
entender que dicen esos pactos porque en última instancia es el
último interprete del Pacto de San José de Costa Rica. Además,
cuando se refiere al control de convencionalidad nuestra Corte va a
citar concretamente un precedente de la Corte Interamericana,
Arellano, donde parece decir que el valor de la jurisprudencia de la
Corte Interamericana no solo es una guía de interpretación, sino que
es obligatoria cuando se trata de efectuar este tipo de control de
convencionalidad.

Jerarquía de los tratados internacionales


La incorporación de los tratados internacionales en el año ´94
termina de completar lo que se llama control de constitucionalidad y
evolucionar a lo que se llama control de convencionalidad. Para
definir que jerarquía tienen los tratados internacionales vemos el
caso “Ekmedjan contra Sofovich”, porque es un caso anterior a la
reforma constitucional, la Corte ha actuado como fuente de derecho
y ha definido con claridad cual es el estatuto jurídico que tienen los
tratados internacionales en relación con las leyes. En ese caso se
debe advertir que por primera vez la Corte va a definir que un
tratado internacional tiene mayor jerarquía que las leyes y se basara
en dos puntos concretos. Ese pronunciamiento tiene una faz
normativa muy clara que se vincula con el art 27 de la Convención de
Viena de derechos sobre los tratados que establece que no se puede
alegar el derecho interno para incumplir una norma internacional,
tratado que ya había sido ratificado por nuestro país al momento de
la firma de ese fallo y por otro lado por el procedimiento es
dificultoso y especial de aprobación y ratificación de un tratado que
difiere notablemente del procedimiento de formación y sanción de
una ley. En base a esos dos argumentos, uno normativo (art 27
Convención de Viena) y uno factico (trámite para ratificar un tratado,
complejo, interviene el Poder Ejecutivo y Legislativo). La Corte
menciona que intervienen dos poderes del Estado y por ende no
podemos asimilarlo al trámite de formación y sanción de una ley. En
ese contexto la Corte asume que los tratados tienen mayor jerarquía
que la ley.

Control de convencionalidad. Valor de la


jurisprudencia de la Corte interamericana de
DDHH.
Apreciación de la Corte sobre la jurisprudencia de la corte
Interamericana de DDHH.
Cuando necesitan nuestros tribunales determinar el alcance de una
determinada cláusula del Pacto de San José de Costa Rica entonces
un método es acudir a la jurisprudencia de la Corte Interamericana.
Así lo dice en “Giroldi”, en “Bramajo”, en “Felicetti” nuestra Corte.
Luego veremos en “Mazzeo” que va más allá, dice que la
jurisprudencia de ese tribunal internacional es obligatoria para todos
los actores del sistema de los países parte, de los países que hayan
firmado ese tratado. Desde esa perspectiva los jueces están
obligados a aplicar la jurisprudencia de la Corte Interamericana en el
momento de hacer el control de convencionalidad. El control de
convencionalidad es contrastar normas del ordenamiento jurídico
nuestro, local, con las cláusulas de estos tratados internacionales.
En el caso “Fontevechia” la corte analiza el art. 27 de nuestra
Constitución Nacional, el cual establece que se deben establecer
lazos y vínculos con otras potencias extranjeras, pero siempre
resguardando y haciéndolos compatibles con el derecho público
nacional. En este caso nuestra Corte entendió que aquello que había
resuelto la Corte Interamericana excedía sus facultades, las
facultades reparatorias que cuenta la Corte Interamericana.

Normas operativas y programáticas


La jurisprudencia de la Corte es fuente de derecho constitucional.
Es la Corte la que nos va a precisar con total claridad el alcance de
las cláusulas operativas.
Una norma es operativa cuando está dirigida a una situación de la
realidad en la que puede operar inmediatamente sin necesidad de
instituciones que deba establecer el Congreso.
Una norma entonces es operativa cuando no requiere de una ley del
Congreso que la reglamente, siesa norma puede directamente ser
aplicada a un caso concreto, entonces es operativa, por el contrario,
si la norma no está completa o por distintas características de la
redacción de la norma no puede ser aplicada inmediatamente sin
otra ley que la reglamente, regule, explique, entonces hablamos de
una ley programática.
En el fallo “Ekmedjan c/ Sofovich” la Corte entiende que el art 14
inc. 1 del Pacto de San José de Costa Rica, el que establece derecho a
réplica o respuesta es una norma operativa porque en su redacción
se establece los modos, el camino que hay que transitar para poder
ejercer ese derecho. En ese contexto la Corte establece que no
necesita una ley reglamentaria.
Un punto a destacar en cuanto a las normas programáticas es la
labor de la Corte cuando analizó casos en los que se invocaban
normas de la Constitución Nacional que aún no contenían una ley
reglamentaria. Un caso es “Urtiaga” del año 1998.Urtiaga impone
una acción que podemos calificarla ahora como de “habeas data”
prevista en el art 43 párrafo 3º de la Constitución Nacional pero que
no contaba con una ley reglamentaria.
Facundo Urtiaga intentaba obtener datos de su hermano Benito
Urtiaga. El art 43 solo hace referencia al que podría intentar ese tipo
de acción, el titular del dato, el dato que se pretende conocer. Sin
embargo, la Corte reinterpreta el art 43 (que no contaba con norma
reglamentaria) y acepta la legitimación, acepta la aptitud para
interponer este tipo de acción al hermano, que no era el titular del
dato pero que pretende obtener información sobre su hermano
presuntamente abatido en el año 1976. Este es un ejemplo de como
la Corte al encontrarse con una norma presuntamente programática
realiza una interpretación amplia para que de esa manera el
justiciable pueda ejercer el derecho previsto en la norma
constitucional o la acción que la cláusula constitucional dispone o
pone a disposición del justiciable.

Control judicial del proceso de reforma


constitucional
En Soria Guerrero c/ viñedos Pulenta la Corte deja en claro que el
análisis, el control de procedimiento de sanción de una ley en ese
caso puntual reforma constitucional de 1957 era un tema exento de
control de política justiciable, sin embargo, por obiter deja asentado
que cuando falten los requisitos mínimos e indispensables o
existieran vicios graves en el trámite pueden en ese caso convertirse
en una cuestión justiciable. Luego de ese caso mencionamos
“Polino”, donde la Corte entiende que el actor, Polino y Bravo no
contaban con la legitimación activa suficiente para interponer la
acción, para configurar lo que se llama una causa o un caso, esto es
una situación de hecho y derecho que quien la lleva al conocimiento
del juez tiene un interés directo, inmediato o preciso en que eso se
resuelva a su favor. La Corte le dice que no se vislumbra cual es el
interés concreto que tienen los actores y rechazan la demanda.
Donde se vuelve a tratar el tema del control del proceso de reforma
es en el caso Fayt. Es importante entender que la Corte en ese caso
asume que el Congreso por la ley 24309 del núcleo de condiciones
básicas de necesidad de reforma el Congreso admite tener un rol
regulatorio del proceso de reforma por el modo que esta dictada la
ley, esto es cualquier tema que se reforma más allá de lo que el
Congreso establezca seria nula, de nulidad absoluta, no tendría valor.
La Corte en aquel caso entiende que la convención constituyente se
había excedido de aquellos temas y había tratado un tema, la
inamovilidad en el cargo de los jueces, con una cláusula incorporada
con el art 99 inc. 4º párrafo 3º que establece que los jueces de 75
años debían contar con un acuerdo del Senado para continuar en sus
cargos.
Lo que modifica la doctrina en el caso “Schifrin” es el valor que se le
da a la tarea de la convención constituyente y es lo más importante
que nosotros advertimos en todos estos fallos vinculados con esta
unidad puntual (reforma constitucional y control judicial del proceso
de reforma). La Corte dice que la convención constituyente es el
poder constituyente derivado y hay que tener una mayor deferencia
por la preciación de su actuación, que únicamente puede ser tachado
de nulo o inconstitucional una temática estudiada e incorporada por
la convención constituyente si existiera una contradicción
totalmente manifiesta con aquello que el Congreso hubiera
habilitado o el segundo estándar de análisis es si afectara ese
tratamiento un derecho fundamental de la Constitución. Para hablar
de derechos fundamentales hace mención a varias situaciones y hace
mención a lo que llama contenidos pétreos, aquella que Bidart
Campos nos dice que hay ciertos valores que no pueden ser
modificados porque desvirtuarían en concreto el objetivo tenido en
cuenta por el constituyente, entonces en este caso puntual,
“Schifrin”, la Corte entiende que no hubo exceso porque no se afecta
un derecho fundamental porque se confunde cargo vitalicio con
inamovilidad en el cargo y porque no considera que hubiese existido
una contradicción manifiesta y grosera entre la función que ejerció el
poder constituyente derivado, la convención constitucional y la ley y
los puntos de la ley del Congreso en su rol de poder
preconstituyente.
Fallos que versan sobre supremacía constitucional y supremacía
del ordenamiento jurídico federal por sobre el local:
Telefónica c/ Municipalidad de Gral. Pico
Sentencia 27 de febrero de 1997
Sumario: Si la actora que planteó la no exigibilidad de tributos
municipales por la ocupación o el uso de espacios públicos es una
empresa privada y no un ente estatal, las disposiciones de la ley
22016 no le resultan aplicables.
Hechos: La municipalidad de Gral. Pico pretende cobrar un impuesto
por el uso del espacio público a Telefónica de Argentina SA.
La empresa invoca la ley nacional 19798 art 39 que exime del cobro
de gravamen a las empresas de servicio público de
telecomunicaciones.
Las comunicaciones telefónicas interestatales esta sujetas a la
jurisdicción nacional. Además, el art 31 de la Constitución Nacional
refiere la supremacía federal por sobre la provincial.
Tampoco se aplica sobre la actora la ley 22016 ya que esta refiere a
empresas con participación estatal.
NSS SA. c/ GCBA
Sentencia 15 de julio de 2014
Sumario: Cabe confirmar parcialmente la sentencia que declaro la
ilegitimidad de la pretensión de cobrar a la actora- titular de una
licencia para prestar el servicio de telefonía fija local, de telefonía de
larga distancia nacional e internacional y del servicio de telefonía
pública-, el gravamen por el uso y ocupación de la superficie, espacio
aéreo y subsuelo de la vía pública, pues la pretensión tributaria local
de gravar tal uso diferencial ha hecho en una materia delegada por
las provincias a la Nación (incs. 13, 14, 18, y 32 del art 75 de la
Constitución Nacional), e importa el desconocimiento del ámbito de
protección que la ley federal otorga a dicho servicio público,
lesionando palmariamente el principio de supremacía legal del art 31
de la Constitución Nacional.
Interpretación constitucional:
Ministerio publico fiscal c/ Benjamín Calvete
Sentencia 17 de octubre de 1864
Sumario: La Corte Suprema se proclamó como interprete final de la
Constitución Nacional y de derechos y garantías por esta
consagrados. (fuente propia no oficial)
Hechos: El procurador fiscal acusa ante un juez seccional de la
Nación al sargento mayor Manuel Calvete por publicar en un diario
un comunicado que a su juicio, injuriaba y amenazaba al senador
Martin Piñero.
El juez de primera instancia se declaró incompetente. La Corte
revoco el auto apelado y lo devolvió al juzgado para que, en ejercicio
de su jurisdicción, procediera y resolviera lo que correspondiera por
derecho.
La abstención que el art. 32 de la Constitución Nacional impone a la
jurisdicción federal esta circunscripta a las infracciones de las leyes
comunes que pueden ser castigadas por la justicia provincial, pero
esto no se extiende a los delitos que, aún cometidos por la prensa,
violan a la Constitución, pues el juicio de las que se cometen en su
contra y las leyes del Congreso no pertenece al fuero provincial.
Calumnia: Imputación de un delito hecho con conocimiento de su
falsedad.
Injuria: Acción o expresión que lesiona la dignidad de otra persona.
Tratados internacionales, alcance, orden jerárquico, control de
convencionalidad:
Ekmekdjian c/ Neustadt
Sentencia 1 de diciembre de 1988
Sumario: El derecho a réplica o respuesta contenido en el art. 14.1
de la Convención Americana sobre Derechos Humanos aprobada por
la ley 23054, no ha sido objeto aún de reglamentación legal para ser
tenido como derecho positivo interno.
No puede encontrarse operatividad directa al derecho a réplica en el
marco del Pacto de San José de Costa Rica -que integra el derecho
argentino- pues aquel lo remite a “las condiciones que establezca la
ley”.
El derecho a réplica no ha sido objeto aún de reglamentación legal
para ser tenido como derecho positivo interno.
Ekmekdjian c/ Sofovich
Sentencia 7 de julio de 1992
Hechos: El actor se sintió lesionado en sus sentimientos religiosos
por parte del señor D. Sáenz quien en el programa televisivo de G.
Sofovich expresó un discurso ofensivo en contra de Jesucristo y la
Virgen María. Interpuso acción de amparo dirigida al conductor para
que se lea en su programa una carta que contestaba los supuestos
agravios, a lo que el conductor se negó.
El juez de primera instancia rechazó la demanda con los mismos
argumentos que en la causa “Ekmekdjian c/ Neustad”, sosteniendo
que “no tiene derecho a réplica por no haber mediado una
afectación a la personalidad”. Y agrega que “el derecho a réplica no
puede considerarse derecho positivo interno porque no ha sido aún
reglamentado”. La Cámara de Apelaciones resolvió en el mismo
sentido.
La Corte ante la queja hace lugar al recurso extraordinario, al
entender que debía pronunciarse por tratarse de una cuestión
federal en cuanto se cuestionaban cláusulas de la Constitución
Nacional y del Pacto de San José de Costa Rica.
En su pronunciamiento deja establecido que el derecho a réplica
integra nuestro ordenamiento jurídico, resolviendo de manera
opuesta a “Ekmekdjian c/ Neustad”.
Interpreta que el Pacto de San José de Costa Rica al expresar en su
art. 14 “en las condiciones que establece la ley” se refiere a
cuestiones como el espacio en el que se debe responder o el lapso
de tiempo y no como considero en el caso anterior, en el que el a
quo interpreto que esta frase se refería a la necesidad de que se
dictara una ley que estableciera que el derecho a réplica fuera
considerado derecho positivo interno.
Por lo tanto, el derecho a réplica existe e integra nuestro
ordenamiento jurídico sin necesidad de que se dicte ley alguna.
La Corte se basó también en el art.31 de la Constitución Nacional y
en lo establecido por la Convención de Viena sobre el derecho de los
tratados, donde se confiere primacía al derecho internacional sobre
el derecho interno.
Fibraca constructora c/ comisión técnica mixta de Salto Grande
Sentencia 7 de julio de 1993
Sumario: La necesaria aplicación del art. 27 de la Convención de
Viena sobre el Derecho de los Tratados, impone a los órganos del
Estado Argentino, una vez asegurados los principios de derecho
público constitucionales, asignar primacía a los tratados ante un
eventual conflicto con cualquier norma interna contraria.
Art. 27 Convención de Viena: Una parte no podrá invocar las
disposiciones de su derecho interno como justificación del
incumplimiento de un tratado.
Cafés La Virginia SA.
Sentencia 13 de octubre de 1994
El “derecho de importación adicional” establecido por el art. 2º de la
resolución M.E. 74/ 86 entra en abierta contradicción con la norma
material que surge del Tratado de Montevideo de 1980 que creó la
asociación Latinoamericana de Integración.
La aplicación por los órganos del Estado Argentino de una norma
interna que transgrede un tratado, además de constituir el
incumplimiento de una obligación internacional, vulnera el principio
de la supremacía de los tratados internacionales sobre las leyes
internas.
Si el legislador dictase una ley que prescribiese disposiciones
contrarias a un tratado o que hiciese imposible su cumplimiento, ese
acto legislativo comportaría una transgresión al principio de
jerarquía de las normas (art. 31 de la Constitución Nacional) y seria
un acto constitucionalmente inválido.
Giroldi
Sentencia 7 de abril de 1995
Hechos: Se le aplica un mes de prisión en suspenso por el delito de
robo simple en grado de tentativa.
La defensora oficial interpuso recurso de casación planteando la
inconstitucionalidad del límite para recursar la sentencia del tribunal
impuesto por el art. 459 inc. 2 del CPPN por contrariar al art. 8 inc. 2
apartado H de la Corte Interamericana de DDHH.
“… Durante el proceso, toda persona tiene derecho, en plena
igualdad, a las siguientes garantías mínimas:
Derecho de recurrir del fallo ante juez o tribunal superior”
La Corte expresó que ante la reforma constitucional de 1994 ha
conferido jerarquía constitucional a varios acuerdos internacionales
(art. 75, inc. 22, par. 2).
La jerarquía constitucional de la Convención Americana sobre DDHH
ha sido establecida por voluntad expresa del constituyente.
Bramajo
Sentencia 12 de septiembre de 1996
Se lo excarcela por aplicación del art. 1º de la ley 24390, al cumplir
tres años de prisión preventiva. El fiscal cuestiona la validez del
articulo mencionado debido a que se hallaría en colisión con lo
dispuesto por el art. 7º inc. 5º de la Convención Americana de DDHH.
Al respecto aduce que bajo el pretexto de reglamentar un Tratado
Internacional la ley 24390 lo desvirtúa, pues convierte una razón
subjetiva, determinar cual es el plazo razonable, en una razón
objetiva, supeditada al simple cumplimiento de un plazo fijo.
Si bien la ley 24390 fija plazos para la procedencia de la libertad
caucionada, de ello no se deriva que vulnere lo establecido por el art.
7º inc. 5º de la Convención Interamericana, puesto que la comisión
no prohíbe que cada Estado Parte establezca plazos de la detención
sin juzgamiento, lo que no admite es la aplicación de aquellos en
forma automática sin valorar otras circunstancias.
Faliccetti
Sentencia de 21 de diciembre de 2000
Hechos: El Procurador del Tesoro de la Nación, a instancias del
presidente interpuso un recurso de queja en contra de la resolución
que declara inadmisible el recurso extraordinario planteado contra la
denegatoria de la revisión deducida por los defensores de los
condenados en el ataque al Regimiento de La Tablada. La Cámara de
Casación Penal rechaza el recurso extraordinario.
No es suficiente tener un interés en el resultado del proceso, sino
además contar con legitimación para actuar en juicio determinado.
El Ministerio Publico Fiscal es el encargado de promover la actuación
de la justicia y que otro organismo del Estado de manera unilateral
se arrogue la personería para actuar en un proceso criminal es
inadmisible.
El recurrente sostiene que su objetivo es satisfacer la
recomendación efectuada por la Comisión Interamericana de DDHH
para hacer efectiva la garantía de recurrir un fallo ante un juez o
tribunal superior.
La Comisión no impone necesariamente la doble instancia como
renovación del debate realizado en el proceso sino asegurar que la
condena definitiva no sea de un tribunal inferior en la escala
jerárquica sino de la instancia más alta. Por lo tanto, con el
juzgamiento de esta no afecta las garantías de los derechos de los
procesados.
Al provenir la sentencia de la Cámara Federal de Apelaciones, siendo
esta el tribunal superior, la regla internacional de la doble revisión no
fue violada. La posibilidad de una instancia revisora diferente, que
podría ser instaurada por el Congreso, no puede ser llevada a cabo
por la Corte en la medida en que la misión más delicada de de
función jurisdiccional de los jueces es saber mantenerse dentro de su
órbita.
Petric c/ diario Página 12
Sentencia de 16 de abril de 1998
Hechos: El actor inicio demanda contra el diario Página 12 al
rechazarle el pedido del derecho de rectificación o respuesta
contenido en el art 14 de la Convención Interamericana de DDHH.
La Cámara de Apelaciones confirmo la sentencia que había admitido
la demanda. El diario interpuso recurso extraordinario que denegado
motivó el recurso de queja.
Según el estándar de la Corte el inc. 3º del art 14 de la Convención
hace expresa mención a las publicaciones, precepto destinado a regir
sobre el derecho de rectificación o respuesta, lo que impide aceptar
la exclusión de los medios gráficos del ámbito de aquel.
La Corte estableció que el actor podía ejercerlo circunscripto a
hechos facticos y no opiniones, ideas, creencias, conjeturas, juicios
críticos y de valor. Sería inviable si cualquier opinión pudiera ser
objeto de réplica.
La información debe referirse de manera precisa a la persona
involucrada y la información debe ser inexacta y perjudicial.
Mazzeo
Sentencia de 13 de julio de 2007
Hechos: El Juzgado Federal N.º 2 de San Martin hizo lugar a la
presentación que perseguía la declaración de inconstitucionalidad
del decreto presidencial que indultó a varios imputados por presunta
participación en delitos de lesa humanidad por parte de las Fuerzas
Armadas y de Seguridad. La defensa de ellos apeló el
pronunciamiento con fundamento en la cosa juzgada.
Sumario: Los principios que, en el ámbito nacional, se utilizan
habitualmente para justificar el instituto de la cosa juzgada y ne bis
in idem no resultan aplicables respecto de delitos contra la
humanidad porque los instrumentos internacionales que establecen
esta categoría de delitos, así como el consiguiente deber para los
Estados de individualizar y enjuiciar a los responsables, no
contemplan, y por ende no admiten, que esta obligación cese por el
transcurso del tiempo, amnistías o cualquier otro tipo de medidas
que disuelvan la posibilidad de reproche.
Fontevechia vs Argentina
Sentencia de 14 de febrero de 2017
La Corte Suprema de Justicia de la Nación desestimo la presentación
de la Dirección de Derechos Humanos del Ministerio de Relaciones
Exteriores y Culto por el cual se solicitaba que, como consecuencia
del fallo de la Corte Interamericana dictado en la causa “Fontevechia
y otros c/ República Argentina”, se dejara sin efecto una sentencia
firme de la Corte Suprema.
La Corte considero que no correspondía hacer lugar a lo solicitado
en tanto ello supondría transformar a la Corte Interamericana en una
“cuarta instancia” revisora de los fallos dictados por los tribunales
nacionales, en contravención de la estructura del sistema
interamericano de derechos humanos y de los principios de derecho
público de la Constitución Nacional.
En este sentido entendió que el texto de la Convención no atribuye
facultades a la Corte Interamericana para ordenar la revocación de
sentencias nacionales (art. 63. CADH).
Consideró que revocar su propia sentencia firme implicaría privarla
de su carácter de órgano supremo del Poder Judicial argentino y
sustituirla por un tribunal internacional, en violación a los arts. 27 y
108 de la Constitución Nacional.
Carranza Latrubesse
Sentencia de 6 de agosto de 2013
Hechos: El actor, Dr. Gustavo Carranza Latrubesse, fue removido de
su cargo de juez de primera instancia de la provincia de Chubut
mediante un decreto dictado por el ejecutivo provincial de facto en
junio de 1976. Superado el periodo de facto promovió en 1984 ante
el Tribunal Supremo Provincial una acción contencioso
administrativa en la que reclamó la nulidad de la medida y
reparación de los daños y perjuicios materiales y morales que esta le
había causado.
La Corte confirmó la sentencia de indemnizar con $400.000 al actor
por incumplimiento por parte del Estado Argentino del informe N.º
30/ 97 dictado por la Comisión Interamericana de DDHH. En el citado
informe se concluyó que al impedir una decisión sobre los méritos
del caso el Estado Argentino violó sus derechos a las garantías
judiciales y a la protección judicial.
Se postuló la obligatoriedad para los Estados de cumplir en toda
circunstancia con los informes del art. 51 de la Comisión
Interamericana y en el caso, con las recomendaciones formuladas en
el informe 30/ 97, por lo que el Estado Argentino debía indemnizar al
actor ante el incumplimiento de dicho informe.
Reforma constitucional y control judicial del proceso de reforma
Polino
Sentencia de 7 de abril de 1994
Hechos: Héctor Polino y Alfredo Bravo en su carácter de ciudadanos
y diputados nacionales, presentaron un amparo con el objeto de que
se declare la nulidad del proceso legislativo que concluyó con el
dictado de la ley 24309 que autorizó al Poder Ejecutivo a convocar al
pueblo para elegir convencionales que reformaran la Constitución
Nacional por haberse transgredido el trámite previsto en el art. 71 de
la Carta Magna.
Art. 30 C. N.: La Constitución puede reformarse en el todo o en
cualquiera de sus partes. La necesidad de reforma debe ser
declarada por el Congreso con el voto de dos terceras partes, al
menos, de sus miembros; pero no se efectuará sino por una
Convención convocada al efecto.
El art. 30 solo exige que la necesidad de reforma sea declarada por el
Congreso con el voto de dos terceras partes, sin exigir que sea
declarada en forma de ley. Por esto, el Congreso se mantuvo dentro
del marco exigido en la disposición.
Sumario: La condición de ciudadano que invocan los demandantes
no es apta por carecer de un interés concreto, inmediato y
sustancial. El apelante solo invoca una preocupación muy general y
el cargo que ocupa solo lo habilita para actuar como tal dentro del
organismo que integra.
Lo que referían Polino y Bravo era que la ley obtuvo media sanción
en diputados y luego se sanciono en el Senado con modificaciones en
el texto aprobado por lo que debía volver a la cámara de origen para
que se pronunciara sobre la misma. Sin embargo, ello no sucedió y
ese mismo día fue promulgada como ley.
Fayt
Sentencia de 14 de julio de 1999
Hechos: El ministro de la Corte Suprema Dr. Carlos Fayt planteó una
acción declarativa de inconstitucionalidad del tercer párrafo del inc.
4º del art. 99 y de la disposición transitoria undécima introducidos
por la reforma constitucional de 1994.
El art. 99 expresa refiriéndose a los magistrados federales: “un
nuevo nombramiento, precedido de igual acuerdo, será necesario
para mantener en el cargo a cualquiera de esos magistrados, una vez
que cumplan la edad de 75 años. Todos los nombramientos de
magistrados cuya edad sea la indicada o mayor se harán por cinco
años y podrán ser repetidos indefinidamente por el mismo tramite”.
Para la Corte las convenciones constituyentes se reúnen al solo
efecto de modificar aquellas clausulas constitucionales que
previamente el Congreso declaró susceptibles de reforma. Ninguna
otra reforma es posible ya que faltaría en ese caso tanto la voluntad
expresa del Legislativo como del pueblo de la Nación que, al elegir a
los convencionales constituyentes lo hizo para que tratasen
únicamente aquellas reformas y no otras.
La Corte declaró la nulidad de las dos mencionadas reformas
introducidas por la Convención constituyente de 1994, invalidando a
la propia reforma constitucional, asumiendo así la potestad de
revisar judicialmente las facultades del poder constituyente
derivado, contradiciendo la tradicional postura de no interferir en las
llamadas “cuestiones políticas no justiciables”.
Schiffrin
Sentencia de 28 de marzo de 2017
La Corte Suprema reconoció las facultades de la Convención
constituyente de 1994 y restableció el límite constitucional de 75
años de edad para la función judicial.
Con este pronunciamiento la Corte abandono lo decidido en el caso
Fayt en 1999 y devuelve la validez de la norma que fue declarada
nula.
La aplicación de la nueva doctrina lleva a concluir que el
constituyente de 1994 no ha excedido los límites de su competencia
al incorporar la cláusula de límite de edad, ello así en tanto el límite
de edad modifica únicamente el carácter vitalicio del cargo, pero no
la inamovilidad de los jueces.
Colegio de abogados de Tucumán c/ Honorable Convención
Constituyente de Tucumán y otro.
Sentencia de 14 de abril de 2015
La Corte reconoció que todo ciudadano tiene derecho a cuestionar
judicialmente el proceso de reforma constitucional provincial cuando
alega que fue realizado en violación a las normas preestablecidas
para ello. En el caso, el Colegio de Abogados de Tucumán cuestiono
algunos aspectos referidos al funcionamiento del Consejo de la
Magistratura provincial como su Consejo Asesor al igual que los
parámetros que vulneraban el sistema de gobierno nacional y
provincial.
Reconoció que los ciudadanos están habilitados a requerir el control
judicial cuando la Constitución está siendo desnaturalizada y se
invoca la vigencia del principio republicano establecido en el art. 1 de
la Constitución Nacional para evitar que una mayoría ocasional
pueda derogar los principios de organización y de división del poder.
En excepcionales situaciones donde se desconocen los
procedimientos constitucionales de reforma la intervención judicial
busca garantizar la eficacia de los derechos y del sistema de gobierno
que debe estar especialmente protegido por su trascendente
naturaleza.
La pretensión hizo pie en que la Convención excedió su competencia
material al incorporar al texto constitucional clausulas sobre puntos
cuyo tratamiento no había sido habilitado por la ley 7469 que
declaro la necesidad de reforma, o que, en todo caso, la atribución
reconocida a la convención estaba condicionada a que de
sancionarse una nueva disposición lo fuere en el sentido unívoco
predeterminado por la legislatura en el ejercicio de su función
preconstituyente.

Control de constitucionalidad de oficio.


Dificultad contramayoritaria
Son tres las circunstancias que se combinan para sustentar la
dificultad contramayoritaria, esto es cuestionar que los jueces
ejerzan el control de constitucionalidad.
La primera y más importante se vincula con la menor legitimidad de
origen democrática que tiene el juez que no es elegido por el voto
popular, periódico, universal, así como sí lo son los legisladores. En
este contexto lo que hace Nino es plantearnos que el juez cuando
resuelve un caso hace valoraciones, el juez valora la Constitución y
valora las leyes o las normas, no es un proceso netamente intelectivo
como puede ser un árbitro de futbol que conoce la regla y la aplica
rigurosamente sin valorarla. Dice Nino, como la resolución de un
caso es valorativa, la cuestión de la menor legitimidad de origen
torna o aparece como muy relevante porque el juez cuando valora el
proceso del conocimiento por el cual el juez llegó a resolver el caso,
está teñido de creencias, prejuicios, costumbres, y justamente ahí
aparece una pauta insoslayable dice Nino que hay que tener en
cuenta. El juez que aparece designado o elegido en el marco de un
proceso en el cual no interviene el pueblo entero, sino que el
mecanismo es mucho más restrictivo, de acceso más restringido y
además Nino plantea que no cualquier ciudadano puede acceder a
ese cargo, entonces ahí aparece la alarma y dice esa diferencia de
legitimación democrática debe ser estudiada en el contexto de un
trabajo que es muy valorativo y no meramente intelectivo.
La segunda circunstancia es justamente la rigidez de la Constitución,
no hay un mecanismo en ella para que el Congreso tenga algún tipo
de injerencia, entonces cuando un juez declara la
inconstitucionalidad de una ley en el marco de una causa, no hay un
mecanismo de reenvío al Congreso o a las legislaturas locales para
que puedan ratificar esa norma, siempre la última palabra, una vez
que está en un caso judicial, la tiene el Poder Judicial.
La tercera circunstancia es la contravertibilidad interpretativa de la
Constitución. La Constitución esta teñida de preceptos, y los
preceptos son justamente estas reglas que aparecen de un modo
que su interpretación conlleva a tratar de incluir la mayor cantidad
de presupuestos de hecho dentro de esa regla, esto en el contexto
de una tarea valorativa que hace el juez, lo que nos dice la dificultad
contramayoritaria es que dada la abundancia de conceptos
esencialmente controvertidos que existen, en las leyes y en la propia
Constitución, circunscribir esa interpretación a una sola persona con
una legitimación democrática mucho más acotada o menor a la que
pudiera tener el legislador también conlleva a una crítica de lo que es
el control judicial de constitucionalidad.
Cuestionamiento a la dificultad contramayoritaria.
Defensa del control judicial de constitucionalidad: Es claramente
democrático porque es el pueblo quien ha definido que los jueces
efectúen el control de constitucionalidad cuando actuaron con su rol
soberano de poder constituyente, justamente el argumento es que el
art. 116 de la Constitución Nacional dice que es el poder judicial
quien conoce en las causas que versan sobre la constitución y las
leyes, por ende el argumento es bastante básico pero bastante
concreto también, fue el pueblo el pueblo el que decidió esta
situación cuando actuó como poder constituyente originario.
Segunda critica: Admite que puede ser menos democrática que el
sistema en el cual todos pudieran intervenir sobre la
constitucionalidad o no de una ley pero dice esta critica que si bien
puede ser menos democrática la actuación del juez por su origen de
menor legitimidad democrática en relación con los miembros del
Congreso es que es un mecanismo muy efectivo para restaurar un
derecho constitucional que pueda ser afectado en un caso concreto,
concretamente esta crítica dice puede ser menos democrática pero
lo cierto es que el juez puede rápidamente resolver y una situación
donde una ley afecta un derecho constitucional y en ese contexto
rápidamente el poder judicial puede restaurar ese derecho
constitucional afectado.
Ahora bien, Nino plantea tres situaciones donde según su parecer
tres excepciones a la dificultad contramayoritaria. Estas tres
excepciones aparecen en su libro “La Constitución en la democracia
deliberativa”.
La primera excepción que plantea, esto es en que caso considera
que si los jueces pueden declarar o controlar la constitucionalidad de
una norma, se llama “control de procedimiento democrático”. Nino
propone una democracia bien directa en la que todo el mundo
pueda participar, advierte que para que esto suceda debe haber
reglas muy claras y todas aquellas reglas deben estar orientadas a
una mayor participación de todo el mundo. Entonces dice “cualquier
persona que conozca las reglas y sepa aplicarlas entonces puede
evaluar si en el proceso democrático esas reglas son respetadas”. Lo
que dice Nino es que si el trabajo del juez fuera mera o netamente
intelectivo (aplicación de una regla rígida sin necesidad de valorarla)
entonces si ahí el juez lo puede hacer, porque actuaría como juez y
no en el marco de un proceso valorativo.
Segunda excepción: Autonomía personal.
El Estado nunca puede involucrarse en los valores propios que tiene
una persona, nunca el Estado debería actuar en forma paternalista e
intervencionista en lo que tiene que ver en el propio plan de vida que
tiene una persona.
Lo toma como una excepción porque considera que cualquier
persona que pueda hacer una objeción de conciencia, vislumbrar
cuando algo está mal, cuando hay una acción que afecta esta
autonomía personal entonces cualquier persona que pueda hacer
esta tarea entonces también podrá controlar la constitucionalidad de
aquellas normas del Estado que afecten la autonomía personal.
Tercera excepción: La Constitución como una práctica social.
Es la más compleja pero bastante clara. Un juez puede resolver que
una norma es inconstitucional, es decir puede ejercer el control de
constitucionalidad de aquellas normas o leyes que si bien fueron
dictadas en el marco de un proceso claramente democrático donde
todo el mundo participa, si aún en ese contexto la norma tiene un
objetivo antidemocrático entonces el juez podría declarar su
anticonstitucionalidad porque dicha norma iría contra el objetivo
principal de la constitución histórica, esto es si la idea primigenia de
ese Estado es que exista una democracia muy participativa, cualquier
persona, incluida el juez, que advierta que la ley que se dicta o la
norma que se dicta va en contra de este objetivo de que todo el
mundo participe, también el juez en ese caso puede intervenir en
forma justificada e invalidar la ley democrática, pero democrática
por su origen, formación, procedimiento de sanción, pero que su
finalidad es antidemocrática.
Principio de autonomía personal.
Art. 19 de la Constitución Nacional: Las acciones privadas de los
hombres que de ningún modo ofendan al orden y a la moral pública,
ni perjudiquen a un tercero, están solo reservadas a Dios, y exentas
de la autoridad de los magistrados. Ningún habitante de la Nación
será obligado a hacer lo que no manda la ley, ni privado de lo que
ella no prohíbe.
Esta cláusula constitucional nos revela dos principios, el de legalidad
y el de autonomía personal que incluye el de intimidad.
Este principio libertario lo que nos muestra es que nuestro sistema
constitucional excluye la posibilidad de un Estado paternalista o
perfeccionista que se involucre en la vida personal o privada de las
personas. Lo que no significa que sea una exclusión total, ya que el
propio art. 19 nos revela que, si bien el sistema excluye este tipo de
intervención perfeccionista en el propio plan de vida de las personas,
si admite que en virtud del bien común o de ciertos fines ineludibles
para la sociedad pueda el Estado limitar derechos que alcanzarían las
acciones privadas de las personas. Las puertas por las cuales se
habilitan este tipo de intervenciones son el orden, la moral pública y
la afectación a terceros. Suscita mucho debate el alcance del art. 19
concretamente ante las tres posibilidades.
Nino dice que el art. 19 resguarda algo más que las acciones en
privado.
Cuando este articulo dice acciones privadas va más allá de las
acciones realizadas en privado, sino que también puede alcanzar
aquellas acciones realizadas en público pero que de igual manera
puedan ser resguardadas por el principio de autonomía que no
afecten a terceros, ni al orden, ni a la moral pública.
Únicamente interviene previniendo conductas cuando estas
intervienen ofendiendo a la moral pública cuando perjudiquen a
terceros. Nino dice que el único límite es la afectación a derechos de
terceros.
El real alcance será la casuística, verificar en casos concretos la
jurisprudencia, hacia donde lo entendió el alcance del art. 19.
Distinción entre privacidad como principio de no interferencia del
Estado o de otros y el de intimidad.
Galli dice que el segundo es derivado del primero, es el derecho a
ser dejado a solas, a excluir la personalidad de uno cuando está en
privado de la mirada de terceros.
No se trata de impedir que el Estado reprima conductas o las
imponga sino de preservar el conocimiento ajeno de aquellos
derechos, de resguardar el derecho al secreto y al silencio de las
personas. Esto es concretamente un alcance o una dimensión más
que se puede vislumbrar del art. 19.
El alcance en última instancia será detallado y delimitado en una
causa judicial porque en última instancia estos alcances son
determinados por el poder judicial.
Objeción de conciencia: Esto implica la actividad pasiva, la omisión
de hacer algo, de quienes se niegan a aceptar determinadas normas
legales, alegando que su cumplimiento violaría sus convicciones
religiosas, filosóficas, morales y en ese contexto conforman un
ideario de vida.
Existen dos consecuencias: Aceptar las consecuencias punitorias de
ese obrar (no cumplir la ley) y por ende acepto las consecuencias o
en cambio resistir esas consecuencias yendo a la jurisdicción, la
justicia judicial, para ser exonerados de los deberes que implica la
ley. Así decimos que el art. 19 incluye la posibilidad de alegar
objeción de conciencia para incumplir una norma legal.
Frente a la actitud del objetor de conciencia el Estado puede admitir
la objeción como una excepción legal al cumplimiento de la norma,
librándolo de las sanciones penales o consecuencias no penales.
En cuanto a la jurisprudencia vinculada a la temática tenemos los
fallos “Colavini”, “Montalvo”, “Bazterrica” y “Arriola”, con distintos
argumentos de la Corte para cada uno de ellos.
Igualdad
Igualdad formal ante la ley o en la ley.
Igualdad formal: Nace con la Revolución Francesa, la ley es igual
para todos, se aplica a todos por igual. Universalidad de aplicación
ante la ley.
La igualdad se completa con una acepción un poco mas compleja,
igualdad en la ley o igualdad material. Concretamente allí hay una
limitación al legislador en lo que se refiere al cuerpo de la norma, no
pueden establecerse dentro de la norma discriminaciones
prejuiciosas, esto es datos inadecuados, hostilidad a grupos sociales
determinados, no puede haber motivaciones arbitrarias o
irrazonables para distinguir entre unas personas y entre otras.
Algunas cláusulas que podemos entender a priori como categorías
caprichosas es por ejemplo el art. 20 de la Constitución Nacional
donde se habla de igualdad material concretamente en las
distinciones de extranjeros y nacionales.
La Corte ha definido al principio de igualdad de esta manera: El
derecho que consagra la garantía de igualdad consiste en aplicar la
ley a todos los casos ocurrentes, igualdad formal según sus
diferencias constitutivas, esto es igualdad material. No se trata de la
igualdad absoluta o rígida sino de igualdad para todos los casos
idénticos. Importa la prohibición de establecer excepciones que
excluyan a unos de lo que les concede a otros en las mismas
circunstancias, no se impide que el legislador establezca distinciones
valederas entre supuestos que estime diferentes o que obedezcan a
una objetiva razón de discriminación. La Corte apunta a que la
igualdad es igualdad en igualdad de circunstancias.
Igualdad formal ante la ley (la ley se les aplica a todos por igual) e
igualdad material, en el cuerpo de la ley no puede haber distinciones
que establezcan una igualdad arbitraria.
Con la incorporación de los tratados internacionales entendemos
que el principio de igualdad se ha engrosado y lo podemos llamar a
esta altura igualdad como no discriminación.
Porque cuando el principio de igualdad ante la ley nos refiere que no
se pueden establecer criterios arbitrarios, discriminatorios, los
tratados internacionales nos brindan una pauta insoslayable de
interpretación a ellos, por ejemplo, el art. 1 del Pacto de San José de
Costa Rica nos dice que los estados parte en esta convención se
comprometen a respetar los derechos y libertades establecidas en
ellas y a garantizar su libre y pleno ejercicio a toda persona que esté
sujeta a su jurisdicción, sin discriminación alguna por motivos de
raza, religión, sexo, idioma, opiniones políticas o de cualquier otra
índole, origen nacional o social, posición económica, nacimiento y
cualquier otra condición social.
En el mismo sentido el art. 24 del Pacto consagra el principio de
igualdad cuando reza que todas las personas son iguales ante la ley,
en consecuencia, tienen derecho sin discriminación a igual
protección de la ley.
La igualdad ante igualdad de circunstancias, la igualdad ante la ley y
en la ley se engrosa con las incorporaciones de los tratados
internacionales, cuando dice que el legislador no puede incorporar
categorías discriminatorias.
El Estado debe adoptar ciertas conductas que tiendan a garantizar la
real igualdad de oportunidades de aquellos grupos sociales que a lo
largo de la historia se han encontrado postergados.
Igualdad y no sometimiento, igualdad y no exclusión.
Lo que se pretende es que el Estado al momento de distinguir tenga
principal consideración por aquellos grupos sociales que
históricamente se encontraron desventajados. Y de esta manera
adopte medidas positivas para equilibrar esta situación de
desventaja. Lo vemos en el art. 75 inc. 23 de la Constitución Nacional
donde se prevé que el Estado adoptará medidas de discriminación
inversa en favor de niños, adultos mayores, mujeres y
discapacitados.
El Estado no solo debe abstenerse a distinciones caprichosas o
irrazonables, sino que se obliga a entablar medidas para mejorar la
situación de grupos sociales desventajados.
Fallos:
Marbury vs Madison US
Sentencia de 1803
En el año 1801 el presidente Adams designó a Marshall presidente
de la Corte Suprema junto con otros jueces entre los que se
encontraba Marbury.
Finalizado el mandato presidencial es sucedido por el presidente,
Jefferson quien designa como secretario de Estado a Madison.
La mayoría de los jueces nombrados durante el gobierno anterior
recibió la notificación en la que constaba que tenían acceso a sus
cargos de jueces. No obstante, otros, entre los que se encontraba
Marbury, no recibieron dicha notificación y decidieron solicitar a
Madison que el nombramiento les fuera notificado para acceder al
cargo. Al no obtener respuesta de Madison, Marbury pidió a la Corte
que emitiera un “mandamus” por el cual se le ordenara a Madison
que cumpliera con la notificación, basándose en la Sección trece del
Acta Judicial que acordaba a la Corte Suprema la competencia
originaria para expedir el “mandamus”
Marbury tenía derecho al nombramiento que demandaba, teniendo
en cuenta que este había sido firmado por el presidente y sellado por
el secretario de estado durante la presidencia de Adams.
La negativa constituyó una clara violación de ese derecho frente al
cual las leyes de su país brindaban un remedio, emitir un
mandamiento.
La constitución de los Estados Unidos establece en su art. III, la
competencia de la Corte Suprema solo por apelación, salvo en
determinados casos en la que es originaria, no encontrándose el
“mandamus” dentro de estas excepciones, por lo que rechazó la
petición del demandante, ya que la Corte Suprema no poseía
competencia originaria.
Esto trajo aparejado un conflicto entre la Constitución y el Acta
Judicial, sección 13 (de rango jerárquico inferior). Marshall resolvió
en su sentencia declarar la inconstitucionalidad del Acta Judicial, por
considerar que ampliaba la competencia de la Corte y contrariaba la
Constitución.
Se firmó el principio de supremacía constitucional.
Se consagró el principio que el poder judicial ejerce el control de
constitucionalidad.
Sojo
Sentencia de 20 de septiembre de 1887
Sumario: La Corte Suprema no tiene jurisdicción originaria para
reconocer en los recursos de habeas corpus interpuestos por
particulares. Salvo que el individuo arrestado fuera embajador,
ministro o cónsul extranjero; o el arresto hubiese sido decretado por
tribunal o juez de cuyos autos les correspondiese entender por
apelación.
Caso: Por un dibujo satírico publicado en el periódico Don Quijote,
su redactor Eduardo Sojo fue puesto en prisión, en virtud de
resolución de la H. Cámara de Diputados de la Nación, que la ordenó
por todo el tiempo que durasen sus sesiones.
Sojo interpuso el recurso de habeas corpus ante la Suprema Corte,
fundando la competencia de la misma en el art. 20 de la ley 48 sobre
jurisdicciones de los tribunales federales.
Cullen
Sentencia de 7 de septiembre de 1893
Sumario: Los actos políticos de los poderes políticos de la Nación,
disponiendo su intervención de las provincias, no fundan un caso
judicial. No se trae a discusión una contienda entre partes por
derechos de particulares o del Estado mismo, vulnerados por la
ejecución de una ley del Congreso, y que se encuentren protegidos
por la constitución directamente; no se produce un verdadero caso
judicial, en la acepción propia de este concepto jurídico: se pretende
expresamente el restablecimiento del gobierno provisorio que
representa el poder político de la provincia, y que se mande
suspender la intervención que se realiza en ella por el Poder
Ejecutivo en cumplimiento de una ley: se reclama una decisión de
carácter general, que comprenda todo el régimen de gobierno de la
provincia intervenida; una sentencia de naturaleza política y de
efecto puramente político, controlando y revocando disposiciones y
actos del poder legislativo y ejecutivo de la nación, en materia de la
exclusiva competencia de dichos poderes; lo que se encuentra fuera
de las atribuciones de la Corte, como ha sido también declarado por
los tribunales de los Estados Unidos.
Cuestiones políticas no justiciables: Marbury vs Madison es una
doctrina involucrada al caso Cullen c/ Llerena. En el caso Madison se
esboza esta teoría al sostener John Marshall que, por la Constitución
de los Estados Unidos, el presidente de los Estados Unidos esta
investido de algunos importantes poderes políticos cuyo ejercicio
está liberado a su exclusivo arbitrio, por el cual es solo responsable
ante el pueblo, desde el punto de vista político, y ante su propia
conciencia. Para colaborar con él en el cumplimiento de sus
funciones, puede designar funcionarios que actúen bajo su autoridad
y de conformidad con sus órdenes. Los actos de los funcionarios son
los actos del presidente y sea cual fuere la opinión que pueda
merecer el modo en que el ejecutivo utiliza sus poderes
discrecionales, no existe ni puede existir poder alguno que los
controle. En muchos casos las decisiones de la autoridad ejecutiva o
legislativa son definitivas y concluyentes, no siendo por su naturaleza
y carácter susceptibles de revisión. Cuando se trata de una medida
exclusivamente política, legislativa o ejecutiva, es evidente que, en
este caso el Poder Ejecutivo o el Poder Legislativo es juez supremo
de su propia capacidad y que su resolución no puede quedar
sometida a ninguna revisación.

Naturalmente corresponde a la Corte decidir si una cuestión es una


“cuestión política” en este sentido.
En el caso Cullen la Corte sostuvo que la intervención nacional en las
provincias en todos los casos en que la Constitución Nacional
permite, es un acto político por su naturaleza y que les corresponde
a los poderes políticos de la Nación sin contestación ni oposición de
ningún género. Todos los casos de intervención a las provincias han
sido resueltos y ejecutados por el poder político, es decir, por el
Congreso y el Poder Ejecutivo sin ninguna participación del Poder
Judicial.
Soria de Guerrero c/ viñedos Pulenta
Sentencia de 20 de septiembre de 1963
Hechos: Juana Soria de Guerrero fue expulsada de la empresa por
participar de una huelga, por lo que demanda a Viñedos Pulenta SA
basándose en al art. 14 bis de la Constitución Nacional, protección
contra el despido arbitrario.
La empresa cuestiona el procedimiento por el cual se incorpora el
artículo, introducido por la reforma del ´57 y su vigencia.
Se invoca que en el trámite de aprobación del mismo se había
violado las disposiciones del reglamento de la Convención
Constituyente.
Sumario: Las facultades jurisdiccionales del Poder Judicial no
alcanzan, como principio, al examen del procedimiento adoptado en
la formación y sanción de las leyes, sean ellas nacionales o
provinciales. Tal principio tiende a preservar la separación de los
poderes del Estado, asegurando a cada uno de ellos el goce de la
competencia constitucional que les concierne en el ámbito de su
especifica actividad.
No constituye cuestión justiciable lo atinente al procedimiento
adoptado por el Poder Legislativo para la formación y sanción de
leyes, salvo el supuesto de incumplimiento de los requisitos
constitucionales mínimos e indispensables que condicionan la
creación de la ley.
Monges c/ UBA
Sentencia de 26 de enero de 1996
Hechos: La ley de educación superior dispuso que en las
universidades de más de 50.000 alumnos cada facultad puede fijar su
propio régimen de admisión, lo que le permitió al decano de
Medicina crear su propio curso preuniversitario de ingreso de
alcance restrictivo y en abierto desafío al CBC.
La UBA declaró la nulidad del curso, pero una alumna, Analía
Monges, apeló la decisión ante la Cámara en lo Contencioso
Administrativo, que consideró que la citada ley era válida. Ante esta
decisión, el rector presentó un recurso extraordinario ante la Corte.
Sumario: La declaración de inconstitucionalidad de una disposición
legal es acto de suma gravedad institucional y una de las más
delicadas funciones susceptibles de encomendarse a un tribunal de
justicia y, por ello, debe ser considerada como ultima ratio del orden
jurídico.
Rodríguez Pereyra c/ Ejército Argentino s/ Daños y Perjuicios
Sentencia de 27 de noviembre de 2012
Hechos: Un conscripto había reclamado una indemnización con
sustento en los artículos 1109 y 1113 del Código Civil contra el
Estado Nacional por las lesiones que sufrió mientras cumplía con el
servicio militar obligatorio.
La ley 19101 de personal militar (art. 76, inc. 3º, apartado c, texto
según ley 2251) fija un tope máximo a este tipo de indemnizaciones,
y excluye por lo tanto las reglas generales establecidas en el Código
Civil para determinar los rubros indemnizatorios.
Al examinar el planteo, la Corte Suprema advirtió que la aplicación
del referido régimen especial otorgaba al accidentado un
resarcimiento sustancialmente inferior al que había sido admitido
sobre la base de los parámetros establecidos en el Código Civil. Sin
embargo, en el caso, dicho sistema no había impugnado
constitucionalmente, lo que impedía prescindir de su texto para
resolverlo.
Frente a esta evidencia, el Tribunal determinó que, dentro del marco
constitucional vigente, se encuentra habilitado para declarar de
oficio -es decir, sin que la parte interesada lo haya solicitado- la
inconstitucionalidad del artículo en cuestión.
Sumario: Los órganos judiciales de los países que han ratificado la
Convención Americana de DDHH están obligados a ejercer, de oficio,
el control de convencionalidad, descalificando las normas internas
que se opongan a dicho tratado, dado que resultaría un
contrasentido aceptar que la Constitución Nacional que, por un lado
confiere rango constitucional a la mencionada Convención (art. 75,
inc. 22), incorpora sus disposiciones al derecho interno, y por
consiguiente, habilita la aplicación de la regla interpretativa -
formulada por su interprete autentico, es decir, la Corte
Interamericana de DDHH- que obliga a los tribunales nacionales a
ejercer de oficio el control de convencionalidad, impida, por otro
lado, que esos mismos tribunales ejerzan similar examen con el fin
de salvaguardar su supremacía frente a normas locales de menor
rango.
Campodónico c/ Ministerio de salud y acción social
Sentencia de 24 de octubre de 2000
Hechos: El hijo de la demandante recibía una medicación especial
para tratamiento de una enfermedad especifica de parte del Banco
Nacional de Drogas Antineoplásicas, dependiente del Ministerio de
Salud y acción social hasta que el organismo manifestó que se
entregarían “por última vez”.
La madre introdujo acción de amparo contra el Ministerio. El
Procurador Fiscal sostuvo que el hijo de la actora sufría una
enfermedad no oncológica, por lo que no era obligación de ese
Banco de Drogas proveer el medicamento, que su entrega había
obedecido a razones humanitarias y la interesada debía recurrir a su
obra social o solicitar subsidio a la Secretaria de Desarrollo Social.
El juez y la Cámara hicieron lugar al amparo. La Corte confirmó la
sentencia.
Sumario: Los derechos a la vida y a la preservación de la salud
reconocidos por los arts. 14, 14 bis, 18, 19 y 33 de la Ley
Fundamental y los tratados internacionales de jerarquía
constitucional, conllevan deberes correlativos que el Estado debe
asumir en la organización del servicio sanitario. El principio de
actuación subsidiaria que rige en esta materia se articula con la regla
de seguridad social, pues el Estado debe garantizar una cobertura
asistencial a todos los ciudadanos, sin discriminación social,
económica, cultural o geográfica (art. 1, ley 23661), y ello impone su
intervención cuando se encuentra superada la capacidad de
previsión de los individuos o pequeñas comunidades.
Roquel c/ Santa Cruz
Sentencia de 10 de diciembre de 2013
Hechos: Los actores en su carácter de ciudadanos electores de la
Provincia de Santa Cruz, usuarios, consumidores y beneficiarios de
los derechos reconocidos en la Constitución Nacional y provincial y
en las leyes dictadas en su consecuencia, promueven acción de
amparo en los términos del art. 43 de la Constitución Nacional y de la
ley 16986 ante el Juzgado Federal de Rio Gallegos, a fin que se
declare la inconstitucionalidad del decreto del PEN 1277/ 2012 y de
su anexo, por el cual se aprueba la reglamentación de la ley 26741
(YPF), así como también de toda otra norma dictada en su
consecuencia.
Sumario: Cabe desestimar la acción de amparo deducida por los
actores en su carácter de ciudadanos electores de la Provincia de
Santa Cruz, usuarios, consumidores y beneficiarios, a fin de obtener
la declaración de inconstitucionalidad del decreto del PEN 1277/
2012 y de su anexo, por el cual se aprobó la reglamentación de la ley
26741 (YPF), así como también de toda otra norma dictada en su
consecuencia, pues no se verifica la presencia de un interés jurídico
inmediato o directo que dé lugar a una controversia actual o
concreta.
Autonomía personal
Colavini
Sentencia de 28 de marzo de 1978
Hechos: Ariel Colavini fue detenido por una comisión policial
mientras circulaba por la localidad de El Palomar, en razón de
haberse secuestrado entre sus ropas dos cigarrillos de marihuana.
Se condenó a Colavini a dos años de prisión en suspenso y el pago
de una multa de $5000, por considerarlo autor del delito previsto en
el artículo 6º de la ley 20771. El defensor oficial dedujo el recurso
extraordinario que prevé el art. 14 de la ley 48, afirmando que el
Acuerdo Sudamericano sobre Estupefacientes y Psicotrópicos
aprobado por la ley 21422 no pena el uso personal de
estupefacientes en forma privada y que esta ley es de igual jerarquía
y posterior a la ley 20771. Sostiene, además, que la disposición antes
citada de esta ley contraviene lo dispuesto en el art. 19 de la
Constitución Nacional, toda vez que, al reprimirse la tenencia de
estupefacientes, aunque esté dirigida al uso personal se sanciona
una acción de naturaleza privada de las que se encuentran, de
acuerdo al texto constitucional, fuera del alcance del legislador.
Finalmente, la Corte desestima los planteos de la defensa y
mantiene la constitucionalidad del art. 6 de la ley 20771.
Como argumento invoca la deletérea influencia de la creciente
difusión actual de la toxicomanía en el mundo entero, calamidad
social comparable a las guerras que asolan a la humanidad, o a las
pestes que en tiempos pretéritos la diezmaban. Es decir, la acción
excede el mero vicio individual, al llevar incita la propagación, y su
consecuente afectación a bienes colectivos fundamentales como lo
es principalmente la salud pública, pero también la moralidad y la
seguridad pública. Hace hincapié en los múltiples efectos nocivos de
la drogadicción (aniquilación de individuos, delincuencia, destrucción
de familias, entre otros), estos permiten justificar todos los medios
idóneos para erradicar el flagelo de la drogadicción.
Bazterrica s/ tenencia de estupefacientes
Sentencia de 29 de agosto de 1986
Hechos: Se condeno a Bazterrica a la pena de un año de prisión en
suspenso, multa y costas, por considerarlo autor del delito de
tenencia de estupefacientes. Este pronunciamiento fue confirmado
por la Cámara Nacional de Apelaciones en lo Criminal y Correccional,
y contra ésta se interpuso recurso extraordinario, sosteniendo la
inconstitucionalidad del art. 6 de la ley 20771 que por reprimir la
tenencia de estupefacientes para uso personal se viola el art. 19 de la
Constitución Nacional.
Sumario: El art. 19 de la Constitución Nacional circunscribe el campo
de inmunidad de las acciones privadas, estableciendo su límite en el
orden y la moral pública y en los derechos de terceros. Tales
limitaciones, genéricamente definidas en aquella norma, son
precisadas por obra del legislador. En materia penal es éste el que
crea los instrumentos adecuados para resguardo de los intereses que
la sociedad estima relevante, mediante el dictado de las
disposiciones que acuerdan protección jurídica a determinados
bienes.
Montalvo s/ inf. Ley 20771
Sentencia de 11 de diciembre de 1990
Hechos: Cuando Ernesto Montalvo era conducido detenido junto a
Jorge Monteagudo como sospechosos del delito de hurto, tenía en
su poder 2,7 grs. de marihuana. Por esta razón, fue condenado a la
pena de un año de prisión de ejecución condicional y multa, al ser
considerado autor del delito de tenencia de estupefacientes, en los
términos de la ley 20771. La defensa cuestiona la constitucionalidad
de la norma.
En 1989 se sanciona la ley 23737 que penaliza en su artículo 14,
segundo párrafo “la pena será de un mes a dos años de prisión
cuando, por su escasa cantidad y demás circunstancias, surgiere
inequívocamente que la tenencia es para uso personal”.
Argumentos de la mayoría: Que la tenencia de drogas para consumo
personal trasciende los límites del derecho a la intimidad del art. 19
de nuestra Constitución Nacional. Dicho artículo queda excluido para
este tipo de hechos ya que en este caso las acciones privadas (el
consumo de estupefacientes) ofenden al orden y la moral pública y
perjudican a terceros. Así la conducta de los drogadictos ofrece un
ejemplo instigador a quienes no lo son, su conducta no queda
encerrada a su intimidad, sino que se exterioriza en acciones
afectando el orden o la moral pública o los derechos de un tercero.
Arriola s/ recurso de hecho
Sentencia de 25 de agosto de 2009
Hechos: En el marco de una investigación por tráfico y
comercialización de estupefacientes se realizó un allanamiento
durante el cual fueron detenidas ocho personas con marihuana en su
poder que, por su escasa cantidad, denotaba ser para uso personal.
La defensa de los detenidos sostuvo que el art. 14 de la ley 23737,
que reprime la tenencia de estupefacientes para consumo personal,
es incompatible con el principio de reserva contenido en el art. 19 de
la Constitución Nacional y señaló que la intervención punitiva cuando
no media un conflicto jurídico, entendido como la afectación a un
bien jurídico total o parcialmente ajeno, individual o colectivo, no es
legítima.
Sumario: El alcance que cabe otorgarle a las “acciones privadas”
previstas en el art. 19 de la Constitución Nacional, al bien jurídico
“salud pública”, ha sido resuelto acertadamente en “Bazterrica”,
precedente que, en los últimos veinte años, se ha transformado en
un caso emblemático.
Si bien con posteridad a “Bazterrica”, la Corte dictó otro
pronunciamiento in re “Montalvo”, que consideró legítima la
incriminación de la tenencia para consumo personal, el Tribunal,
decide apartarse de la doctrina jurisprudencial de este último
precedente y afianzar la respuesta constitucional del fallo
“Bazterrica”.
La jurisprudencia de la Corte es un tema tan trascendente, lejos de
ser pacifica, ha sido zigzagueante. Así en “Colavini” se pronunció a
favor de la criminalización; en “Capalbo”, se apartó de tal doctrina; y
en 1990, en “Montalvo” vuelve nuevamente sobre sus pasos a favor
de la criminalización de la tenencia para consumo personal, y hoy el
Tribunal decide volver a “Bazterrica”.
D. M. A. s/ Declaración de incapacidad
Sentencia de 19 de abril de 2013
Hechos: DMA se encontraba desde hacia ya 20 años con medidas de
prolongación de la vida artificiales producto de un accidente
automovilístico. El paciente no había dejado ninguna instrucción
formal por escrito respecto a qué medida debía adoptarse en una
situación como la que se encontraba en ese momento. En el
momento del accidente no se había dictado aun la ley de derechos
del paciente 26529 que autoriza a las personas a disponer mediante
instrumento público sobre su salud dando directivas anticipadas.
Sin embargo, él les había manifestado a sus hermanas que en la
eventualidad de hallarse en el futuro en esta clase de estado
irreversible no era su deseo que se prolongara artificialmente su
vida. En consecuencia, sus hermanas basándose en esta
manifestación de voluntad solicitaron la suspensión de las medidas
de soporte vital que se le venían suministrando.
En el fallo la Corte considero que la ley de derechos del paciente
contempla la situación de quienes como DMA se encuentran
imposibilitados de expresar su consentimiento informado y autoriza
a sus familiares a dar testimonio de la voluntad del paciente respecto
de los tratamientos médicos que este quiere o no recibir. En razón de
ello resolvió que debía admitirse la petición planteada en la causa a
fin de garantizar la autodeterminación de MAD.
Sumario: Debe dejarse sin efecto la sentencia que había rechazado
el pedido de las hermanas de un paciente terminal, tendiente que se
le retire y abstengan de practicarle todas las medidas de soporte vital
que mantienen con vida a su hermano en forma artificial y precisar
que, la petición expresada no requiere de autorización judicial y,
debe tramitar conforme la nueva ley de derechos del paciente, que
prevé el consentimiento por representación.
Vázquez Ferrá s/ incidente de apelación
Sentencia de 30 de septiembre de 2003
Hechos: En junio de 1997, S. Pegoraro, embarazada de cinco meses,
fue secuestrada junto con su marido por las fuerzas de seguridad.
Dio a luz a su hija en el centro clandestino de detención ESMA.
Se presume que la niña nacida en cautiverio fue entregada a P.
Vázquez y que la había inscripto como hija propia.
La supuesta abuela biológica de la niña querelló a Vázquez y a su
esposa por los delitos de supresión de estado civil y falsedad
ideológica del acta de nacimiento de la niña.
Los acusados confesaron que habían recibido a la niña en
circunstancias que permitían suponer que era hija de desaparecidos.
El juez de primera instancia ordenó extraer una muestra de sangre
de la niña, para realizar un estudio genético y determinar si era nieta
de la querellante. En caso de que la joven se negara dispuso que se
hiciera por la fuerza.
Pero al momento de ordenar la medida la niña ya era adulta y apeló
la resolución. Consideraba que podía perjudicar a el matrimonio que
la había criado, que vulneraba su integridad física, su derecho a la
intimidad, su dignidad y que le negaba el derecho a no declarar
contra sus progenitores otorgado por el código de procedimiento
penal.
Se encontraban en conflicto el interés de E. Vázquez de no ser usada
como prueba contra quienes la criaron, el interés de la querellante
de saber si ella era su nieta y de conocer las circunstancias en las que
le fue sustraída a su hija, por último, el interés de la sociedad para
que se esclarezcan y castiguen los delitos de la última dictadura
militar.
La Corte determinó que la extracción de sangre no podía realizarse
en contra de la voluntad de E. Vázquez Ferrá. Los jueces estimaron
que el objeto del proceso penal se circunscribía a dilucidar si el
matrimonio Vázquez la había anotado indebidamente como su hija
suprimiendo su identidad, cualquiera que fuera.
Los jueces argumentaron que como era una persona adulta, tenía
derecho a negarse a conocerla, y que el reproche penal se dirigía a
los Vázquez Ferrá. Como estos habían confesado la culpabilidad de
los acusados ya estaba probada y no se justificaba la realización de
este estudio.
Afirmaron también que Vázquez Ferrá tenía el derecho
constitucional a oponerse a que su cuerpo se usara para buscar
prueba de cargo contra las personas que ella consideraba como sus
padres.
Bahamondez s/ medida cautelar
Sentencia de 6 de abril de 1993
Hechos: M. Bahamondez perteneciente al culto “testigos de
Jehová”, interpone recurso extraordinario para contra la sentencia
de la Cámara Federal de Apelaciones de Comodoro Rivadavia que
autoriza la realización de transfusiones de sangre en contra la
voluntad de la parte actora fundado en que la decisión de
Bahamondez implica un suicidio lentificado. Bahamondez alega su
derecho a la libertad de cultos, intimidad y principio de reserva.
La Corte decidió que era inadmisible cuestionar el derecho de
disponer del propio cuerpo y además que ya no podía expedirse
debido a que la cuestión se había tornado abstracta.
Sumario: Resulta inoficioso decidir sobre la negativa del recurrente a
recibir transfusiones de sangre por considerar que ello hubiera sido
contrario a sus creencias del culto “testigos de Jehová”, si los
informes proporcionados a requerimiento del Tribunal permiten
conocer que el cuadro clínico subsistió, lo que determina la falta de
un interés o agravio concreto y actual del apelante.
Albarracini N, J. W. s/ medidas precautorias
Sentencia de 1 de junio de 2012
Hechos: Albarracini Nieves J. W., progenitor de Albarracini O., J. P.
interpuso recurso extraordinario contra la sentencia anterior de la
Cámara Nacional de apelaciones en lo Civil (CABA) que revocaba la
sentencia dictada en instancia anterior que autorizaba la realización
de una transfusión de sangre a su hijo mayor de edad J. P.
perteneciente al culto “testigos de Jehová”. Teniendo en cuenta que
J.P. tiempo atrás había manifestado su voluntad a través de
instrumento público de que no quiere recibir transfusiones de sangre
a pesar de estar su vida en riesgo. La Corte reconoció el valor del
instrumento público y la voluntad expresada en el cómo actual y
confirmó la sentencia apelada.
Sumario: Corresponde confirmar el pronunciamiento que denegó la
medida cautelar tendiente a que se autorizase a los médicos
tratantes a efectuar una transfusión de sangre si no existen
constancias que indiquen que la negativa del hijo mayor de edad del
presentante a recibir un tratamiento médico contrario a sus
creencias religiosas -culto “testigos de Jehová”- ofenda al orden, a la
moral pública o a los derechos ajenos, por lo que cabe concluir que
no existió interés público relevante que justificara la restricción en su
libertad personal.
N. N. o U., V. s/ protección y guarda de personas
Sentencia de 12 de junio de 2012
Hechos: Los padres de un recién nacido se niegan a aplicarle las
vacunas correspondientes a este por lo que se los intima a hacerlo.
Sumario: Corresponde confirmar la sentencia que intimó a los
padres del menor a que acreditasen el cumplimiento del plan de
vacunación oficial, bajo apercibimiento de proceder a la vacunación
en forma compulsiva ya que esta no alcanza sólo al individuo que la
recibe, sino que excede dicho ámbito personal para incidir
directamente en la salud pública siendo uno de sus objetivos
primordiales el de reducir y/ o erradicar los contagios en la
población, ya que sólo de esta forma puede entenderse el carácter
obligatorio y coercitivo del régimen para “todos los habitantes del
país” (art. 11 de la ley 22909) que se funda en razones de interés
colectivo que hacen al bienestar general.
Igualdad. Igualdad y no discriminación. Igualdad y no
sometimiento.
Radulescu
Sentencia de 22 de octubre de 1974
Hechos: El Poder Ejecutivo desestimó el recurso interpuesto contra
la disposición que le denegó al actor, argentino naturalizado, el título
de Práctico, de conformidad con lo establecido en el Reglamento de
Practicaje y Pilotaje para Ríos, Puertos, Pasos y Canales de la
República Argentina. A raíz de dicho acto administrativo, el
accionante promovió demanda, afirmando las disposiciones
aplicadas a su respecto son inconstitucionales por contrariar las
garantías establecidas en los arts. 16 y 20 de la Ley Fundamental. El
juez de primera instancia rechazó la demanda. Apelando ese fallo, la
Cámara decidió confirmarlo. Contra dicha sentencia se interpuso
recurso extraordinario, que fue concedido. La Corte Suprema
confirmó el pronunciamiento.
Sumario: El otorgamiento de la nacionalidad argentina a los
extranjeros que reunieran las condiciones establecidas en el art. 20
de la Constitución Nacional y las exigidas por el Congreso al dictar
“leyes generales para toda la Nación sobre naturalización y
ciudadanía” (art. 67 inc. 11, de la Ley Fundamental) no impide que el
Poder Legislativo o el Poder Administrador -en ejercicio de su
facultad constitucional de reglamentar leyes- distinga entre
argentinos nativos o por opción y argentinos naturalizados para el
ejercicio de determinadas funciones vinculadas con la soberanía y
seguridad de la Republica, en tanto mediante ellas no se infrinjan los
límites de razonabilidad o no se concreten propósitos persecutorios
o de hostilidad.
Arenzón c/ Estado Nacional Argentino
Sentencia de 15 de mayo de 1984
Hechos: El actor inició acción de amparo contra la Dirección
Nacional de Sanidad Escolar en cuanto le negó el certificado de
aptitud psicofísica que le permita ingresar en el Instituto Superior del
Profesorado “Joaquín V. González”, a efectos de seguir el
profesorado de Matemáticas y Astronomía. La razón de la negativa
radicó en la circunstancia de que el actor no reunía el requisito de
altura mínima. En primera y segunda instancia hicieron lugar al
amparo. Llegó a la Corte por recurso extraordinario federal
presentado por la administración. La Corte confirmó la sentencia
recurrida.
Estándar aplicable: La negativa de extender el certificado de aptitud
psicofísica, fundamentada únicamente en la estatura del actor -1,48
m.- no guarda razonable relación con el objetivo de estudiar el
profesorado de matemáticas y astronomía e importa una limitación
arbitraria a los derechos de enseñar y aprender, contemplados en el
art. 14 de la Ley Fundamental, que excede la facultad reglamentaria
de la administración.
Repetto, Inés c/ Bs. As.
Sentencia de 8 de noviembre de 1988
El art. 20 de la Constitución Nacional en cuanto establece que “los
extranjeros gozan en el territorio de la Nación de todos los derechos
civiles del ciudadano, pueden ejercer su industria, comercio y
profesión…”, se propone establecer la igualdad civil entre ciudadanos
y extranjeros y confirmar expresamente algunos derechos que, por
razones de conveniencia, de religión o de costumbres, algunas
naciones no conceden al extranjero.
Hechos: Inés Repetto es una docente extranjera a la que se le
prohibió el ejercicio de la docencia en un instituto particular basado
en el art. 5 inc. a del reglamento general de escuelas privadas que
establece el requisito de ser argentino nativo o naturalizado con dos
años de ejercicio de la ciudadanía para ejercer la docencia en
carácter de titular o suplente de un establecimiento de enseñanza
privada concordante con el art. 4º inc. a del decreto 4/ 80.
La actora estima que dichas normas están en pugna con los arts. 14,
16, 20, 25 y 28 de la Constitución Nacional.
La Corte declara invalidas por contraponerse al art. 20 de la
constitución Nacional a las mencionadas normas.
Calvo y Pesini c/ Córdoba
Sentencia de 24 de febrero de 1998
Hechos: Una persona de nacionalidad española promovió amparo
contra la Provincia de Córdoba a fin de que esta se abstenga de
aplicar el art. 15, inc. a de la ley 7625 que impide el ingreso,
reingreso o reincorporación al régimen del personal que integra el
equipo de salud humana, a personas que no cumplan con el requisito
de ser argentinas. Sostuvo haber obtenido la radicación permanente
en el país y el reconocimiento del título de licenciada en psicología, y
que además fue puesta en posesión de un cargo en un hospital
provincial, pero que no fue designada por no ser argentina. La Corte
Suprema admite el amparo.
Sumarios: Corresponde declarar la inconstitucionalidad del art. 5,
inc. a de la ley 7625 de la Provincia de Córdoba que exige ser
argentino para ingresar como personal permanente al régimen del
“equipo de salud humana”, ya que, no se ha justificado la existencia
de un interés estatal que ampare la restricción, teniendo en cuenta
el principio general que consagra el art. 16 de la Constitución
Nacional a favor de todos los habitantes y el reconocimiento pleno
de los derechos de los extranjeros al ejercicio de su profesión.
Regentes de la Universidad de California vs. Bakke (Corte de EEUU)
Sentencia de 28 de junio de 1978
El Tribunal Supremo de EEUU ordenó a la facultad de Medicina del
estado de California que admita a un estudiante, que había sido
ilegalmente discriminado a la hora del ingreso por ser de raza blanca.
El estudiante Allan Bake intentó matricularse en la facultad de
Medicina, pero no fue admitido porque, según el centro docente, no
tenía las puntuaciones requeridas. Sin embargo 16 plazas de 100
disponibles en la facultad estaban destinadas a estudiantes
pertenecientes a minorías raciales.
Cuando Bakke comprobó que algunos de los alumnos inscriptos en
este cupo tenían peores puntuaciones que él se querelló contra las
autoridades académicas por estimar que el hecho de ser de raza
blanca había motivado una discriminación a la hora del ingreso.
El Tribunal Supremo falló a favor de Bakke y ordenó a la facultad que
lo admita. Sin embargo, la sentencia reconoce que la raza debe
seguir tomándose en cuenta a la hora de admitir alumnos. El Tribunal
continúa defendiendo los avances recogidos en la ley de Derechos
Civiles de 1964 pero reconoce que en algunos casos como este se
traspasa el límite de lo legal para incurrir en un caso de
discriminación racial.
Bakke no tuvo que probar que habría sido admitido en el caso de
que no hubiera existido el sistema de cuotas para las minorías
negras, hispanas y asiáticas, pero la universidad tuvo que reconocer
también que no podía probar que Bakke habría sido rechazado si el
programa especial de cuotas no hubiera estado en vigor.
Hooft c/ Provincia de Bs. As.
Sentencia de 16 de noviembre de 2004
Hechos: Un juez de primera instancia de la Provincia de Bs As-nacido
en Holanda y que había obtenido la nacionalidad argentina-
promovió demanda a fin de obtener que se declare la
inconstitucionalidad o inadmisibilidad del art. 177 de la constitución
de dicha provincia, por ser contrario a la Constitución Nacional al
considerar que cercenaba su derecho a ser juez de cámara o
casación al requerir para acceder al cargo haber nacido en territorio
argentino o ser hijo de ciudadano argentino nativo si hubiese nacido
en el extranjero.
Sumario: Carece de razonabilidad, por ser contrario al principio de
igualdad ante la ley el art. 177 de la Constitución de la Provincia de
Bs As…
El art. 177 es manifiestamente contrario a la Ley Fundamental, toda
vez que lesiona el principio de igualdad consagrado en ella, y excede
las limitaciones que prescribe para ejercer idénticos cargos en el
orden nacional, a los que aspira el recurrente.
Gottschau, Evelyn
Sentencia de 11 de abril de 2007
Hechos: La actora de nacionalidad alemana se presentó como
postulante en el concurso para la Selección de Primera Instancia del
Poder Judicial de CABA, pero su solicitud fue denegada con
invocación del art. 10.1.4 del Reglamento de Concursos que
establece como requisito ser argentino nativo o naturalizado.
La actora planteó acción de amparo sosteniendo que se violaban
distintos preceptos constitucionales locales y nacionales que
protegen la igualdad de los habitantes, cualquiera fuere su
nacionalidad.
La Corte Suprema declaró la inconstitucionalidad, en el caso, de la
norma local que impone el requisito de nacionalidad argentina para
concursar en el cargo de secretario de Primera Instancia en los
Juzgados de CABA.
Reyes Aguilera, Daniela c/ Estado Nacional
Sentencia de 4 de septiembre de 2007
Hechos: La actora de nacionalidad boliviana había solicitado una
pensión por invalidez que fue rechazada por lo cual esta peticionó la
inconstitucionalidad del inc. e del art. 1º del decreto 432/ 97 que
impone como requisito a extranjeros para acceder a estas
prestaciones acreditar una residencia mínima y continuada de veinte
años en el país.
Sumario: La Corte declaró admisible la queja, sostuvo que por mayor
que fuese el margen de apreciación que corresponda dispensar al
legislador en la presente materia, no cabe duda alguna que sumar a
dichos críticos requerimientos un lapso de residencia aun cuando
rigiera igual para los argentinos, incluso nativos implica, puesto que
la subsistencia no puede esperar, un liso y llano desconocimiento del
derecho a la seguridad social, en los términos de los citados textos
internacionales de jerarquía constitucional, en grado tal que
compromete le derecho a la vida, primer derecho a la persona
humana que resulta reconocido y garantizado por la Constitución
Nacional.
Finalmente concluyó que el recaudo de la residencia establecido en
el art. 1 e del decreto 432/ 97 resulta inaplicable por
inconstitucional, en los casos en que se encuentren reunidos todos y
cada uno de los restantes requisitos para acceder a la prestación por
invalidez exigidos por dicho cuerpo legal.
Partido Nuevo Triunfo s/ reconocimiento
Sentencia de 17 de marzo de 2009
Hechos: La Cámara Nacional Electoral confirma la decisión de no
otorgarle personería jurídica- política al partido Nuevo Triunfo por
ser este manifestante de una ideología similar al nazismo, con
ideologías racistas.
Debido a esto el partido recurre recurso extraordinario recurriendo
la apelación a la Corte Suprema.
Sumario: La decisión de negar autorización a los miembros de un
partido político supera los cuestionamientos basados en el derecho a
la igualdad, tanto desde el punto de vista del criterio amplio cuanto
del más estricto impuesto por las cláusulas antidiscriminatorias, pues
el régimen de partidos políticos distingue del resto a aquellas
organizaciones cuyo programa político incluya la promoción del
desprecio u odio racial, religioso o nacional y ese distingo responde a
una finalidad sustantiva que el Estado no puede en modo alguno
soslayar ni demorar.
Mantecón Valdés c/ Estado Nacional
Sentencia de 12 de agosto de 2008
Hechos: Mantecón Valdés de nacionalidad cubana interpone recurso
de queja ante la Corte Suprema porque se rechazó su solicitud para
participar del concurso para cubrir el cargo de auxiliar en la
Biblioteca de la Corte Suprema de Justicia de la Nación por no
cumplir con el requisito de tener nacionalidad argentina que exige el
art. 11 del Reglamento para la Justicia Nacional la cual remite la
resolución 1331/ 04 que llamo a dicho concurso.
El actor adujo que dicha norma vulnera los derechos consagrados en
los arts. 14, 14 bis, 16, 19, 20 y 28 de la Constitución Nacional, así
como el art. 1º del Pacto de San José de Costa Rica y en la
Convención Internacional sobre la eliminación de todas formas de
discriminación racial (art. 75 inc. 22 de la Constitución Nacional).
Sumario: La Corte hace lugar con respecto a la inconstitucionalidad
del requisito y por ende a la invalidez tanto de la resolución 1331/
2004 cuanto del art. 11 del Reglamento para la Justicia Nacional en el
que aquella se sustenta. En consecuencia, se revoca la sentencia
apelada, se hace lugar a la acción de amparo y se declara nula la
resolución por la cual se denegó al actor la inscripción en el concurso
(art. 16, segunda parte, de la ley 48).
Castillo, Carina y otros c/ Ministerio de Educación de la Provincia
de Salta
Sentencia de 12 de diciembre de 2017
Hechos: Un grupo de madres de alumnos de escuelas públicas
salteñas y la Asociación por los Derechos Civiles iniciaron una acción
de amparo colectiva contra la Provincia de Salta planteando la
inconstitucionalidad del art. 27 inc. ñ de la ley provincial de
educación 7546.
Dicha norma dispone que la instrucción religiosa integra los planes
de estudio y se imparte dentro de los horarios de clase, atendiendo a
la creencia de los padres y tutores y que los contenidos y la
habilitación docente requerirán el aval de la respectiva autoridad
religiosa.
La Corte declaró la inconstitucionalidad del inc. ñ del art. 27 de la ley
7546 y de la disposición 45/ 09 de la Dirección General de Educación
Primaria y Educación Inicial de la Provincia de Salta y, en
consecuencia, de las prácticas religiosas tal como se han venido
desarrollando en las escuelas públicas de la citada provincia.
El texto del inc. ñ del art. 27 de la ley de educación provincial no
contiene un supuesto de discriminación directa, sino que, bajo la
apariencia de neutralidad, tiene decisivos efectos discriminatorios y,
de este modo, viola el principio de igualdad y no discriminación que
debe orientar e inspirar a las políticas con miras a alcanzar una
educación inclusiva que priorice la igualdad plena de oportunidades.
Sisnero, Mirtha y otros c/ Tadelva SRL y otros s/ amparo
Sentencia de 20 de mayo de 2014
Hechos: Una vecina de la ciudad de Salta y una fundación que
promueve los derechos de las mujeres presentaron una acción de
amparo colectivo contra las diversas entidades de transporte y las
empresas que tienen a su cargo los ocho corredores del transporte
público urbano de pasajeros en la mencionada ciudad, mediante la
cual interpusieron dos pretensiones, una de carácter individual y otra
de carácter colectivo. En relación a la pretensión individual, alegaron
la violación del derecho a la igualdad y a la no discriminación en
razón del género a raíz de la imposibilidad de la amparista de
acceder a un puesto de trabajo como chofer en las empresas
demandadas, pese a haber cumplido con todos los requisitos de
idoneidad requeridos para dicho puesto. En relación con la
pretensión colectiva, fundaron la vulneración del derecho a la
igualdad y a la no discriminación en la falta de contratación de
choferes mujeres en el transporte público de pasajeros.
Sumario: Cabe dejar sin efecto la sentencia que revocó la decisión
que había admitido la demanda de amparo y había ordenado el cese
de la discriminación por razones de género, disponiendo que las
empresas de transporte público demandadas deberían contratar
personal femenino hasta alcanzar un treinta por ciento de la planta
de choferes, pues al concluir el a quo en que no se había acreditado
un acto discriminatorio, no valoró adecuadamente la prueba obrante
en el expediente ni respetó los criterios del Tribunal en materia de
cargas probatorias, por lo que las dogmáticas explicaciones
esbozadas por las empresas resultan inadmisibles para destruir la
presunción de que las demandadas han incurrido en conductas y
prácticas discriminatorias contra las mujeres en general y contra la
actora en particular.
Pérez Ortega, Laura c/ Honorable Cámara de Diputados de la
Nación
Sentencia de 21 de febrero de 2013
Hechos: La parte demandada revocó la designación de la accionante
en un cargo de planta permanente, porque no cumplía el requisito
de ser argentina, exigido en el art. 7º, inc. d, de la ley 22140, para el
ingreso a la administración pública nacional. Por ello la mujer acudió
a la justicia que rechazó su pedido de declarar la inconstitucionalidad
de la norma y la nulidad del acto administrativo y su consiguiente
pedido de indemnización.
Sumario: El art. 7º inc. d de la ley 22140, que exige el requisito de la
nacionalidad a fin de ingresar a la administración pública nacional,
resulta violatorio a la Constitución Nacional por imponer una
distinción basada en la nacionalidad que, al ser considerada
sospechosa de discriminación, no supera el exigente criterio de
ponderación que requiere el control de constitucionalidad en estos
casos.
Franco, Blanca Teodora c/ Provincia de Bs As
Sentencia 12 de noviembre de 2002
Hechos: La actora promovió demanda originaria de
inconstitucionalidad por ante la Suprema Corte de Bs As impugnado
el art. 32 inc. 1º del decreto ley nº local 9020/ 78 que dispone la
inhabilidad para ejercer funciones notariales a la edad de 75 años y,
asimismo, contra la resolución del Ministerio de Gobierno de la
Provincia que, con apoyo en el citado precepto, había dispuesto su
cesación como titular de un registro notarial.
La Corte Suprema de Justicia de la Nación revocó la sentencia,
declaro la nulidad de la disposición impugnada y la consecuente
nulidad de la resolución ministerial fundada en aquella.
La norma vulnera el derecho de trabajar reconocido por el art. 14 de
la Ley Fundamental y por diversos tratados internacionales
incorporados a ella (art.75, inc. 22).
También se viola el derecho a la igualdad, pues se discrimina a los
escribanos en razón de edad sin hacerse lo mismo respecto de otras
profesiones que requieren título universitario y conllevan una
relevancia social similar.
González de Delgado, Cristina y otros c/ Universidad Nacional de
Córdoba
Sentencia de 19 de septiembre de 2000
Hechos: Padres de alumnos del Colegio Nacional Monserrat
dependiente de la Universidad Nacional de Córdoba interpusieron
amparo con el fin de obtener que el consejo superior de la
mencionada Universidad se abstuviera d aprobar el proyecto de
ordenanza en virtud del cual se transformaría dicho colegio en
establecimiento de carácter mixto. Sustentaron su derecho en el art.
44 incs. a y c de la ley federal de educación 24195, como agentes
naturales y primarios de la educación y en ejercicio del derecho que
esta norma les confiere de elegir el tipo de formación para sus hijos.
Sumario: Los principios de igualdad y de no discriminación a las
mujeres, garantizados por diversas normas constitucionales, resultan
lesionados cuando se obstaculiza el acceso de aquellas a la misma
experiencia educativa que se ofrece a los varones, pues se impide así
favorecer el enriquecimiento de la personalidad de los educandos de
ambos sexos mediante la coeducación y la convivencia.

Protección de derechos.
Habeas data: Protege la autodeterminación informativa.
Habeas corpus: Tutela la libertad ambulatoria, el trato digno en las
cárceles y la desaparición forzada de las personas.
Amparo: Tutela el resto de los derechos.
Art. 43 de la Constitución Nacional: El habeas data tiene una
legitimación activa restringida, el habeas corpus tiene una
legitimación activa amplísima y el amparo amplia por aquello
establecido en el párrafo 2do del art. 43 de la Constitución Nacional.
Requisitos para la admisibilidad de la acción de amparo:
De acuerdo a lo que indica el art. 43 CN, para que tramite una
petición por la vía del amparo debía verificarse que no existiese un
medio judicial más idóneo y así mismo arbitrariedad e ilegalidad
manifiesta, advertimos que esos dos recaudos dos caras de la misma
moneda porque si lo que se plantea requiere un mayor debate o
prueba, esto es si es necesario un trabajo procesal importante para
poder acreditar la posición de quien interpone la acción entonces es
que no hay arbitrariedad ni ilegabilidad manifiesta y en el mismo
sentido hay medios judiciales de mayores plazos, de mayor
posibilidad de discusión y prueba idóneos para canalizar aquello que
se plantea.
Todo el estudio que hagamos de las acciones debe ser enfocado
desde la perspectiva de la tutela judicial efectiva, ese principio es el
que nos va a guiar cuando debamos analizar si una vía procesal
escogida es la vía idónea para lograr determinada tutela
constitucional desde la jurisdicción. Ahora bien, habíamos
establecido que se puede cumplir con este requisito, el de la tutela
judicial efectiva aun con vías ordinarias que deben tramitar en un
prolongado lapso de tiempo y allí comenzamos a hablar de lo que se
llaman medidas cautelares. La medida cautelar es un pedido de
tutela anticipada que hace el justiciable ante el juez para asegurar
que en el transcurso del tiempo o lo que pueda durar la tramitación
del expediente no redunde en una aniquilación o en la pérdida total
del derecho por el cual se está reclamando.
Tutela judicial efectiva.
Art 25 del Pacto de San José de Costa Rica.
Protección judicial.
1) Toda persona tiene derecho a un recurso sencillo y rápido o a
cualquier otro recurso efectivo ante los jueces o tribunales
competentes, que la ampare contra actos que violen sus
derechos fundamentales reconocidos por la Constitución, la ley o
la presente Convención, aun cuando tal violación sea cometida
por personas que actúen en ejercicio de sus funciones oficiales.
2) Los Estados parte se comprometen:
a) A garantizar que la autoridad competente prevista por el
sistema legal del Estado decidirá sobre los derechos de toda
persona que interponga tal recurso;
b) A desarrollar las posibilidades de recurso judicial, y
c) A garantizar el cumplimiento, por las autoridades
competentes, de toda decisión en que se haya estimado
procedente el recurso.
Características que debe tener un proceso judicial para cumplir
acabadamente con la tutela judicial efectiva, esto es con una
protección eficiente y efectiva de la de la jurisdicción ante una
afectación a un derecho convencional o constitucional. En ese
contexto es atinado decir que debe existir un acceso a la
jurisdicción sin obstáculos formales, se habla de obstáculos
formales cuando intentamos demostrar o poner de relieve
aquellos recaudos que entorpecen el acceso a la jurisdicción y
que se trata de meras solemnidades. Por otro lado, que ese
proceso tenga un plazo razonable de acuerdo a la complejidad
del asunto que se está planteando o rápido o corto en el
tiempo porque si lo que se plantea es a todas luces una
afectación a un derecho constitucional de manera arbitraria
entonces no hay necesidad de que el proceso tenga una larga
duración. Dijimos que, en ese plazo razonable, o en su caso
breve las partes deben tener la posibilidad de argumentar, de
ser oídas por el juez y luego que el juez dicte una sentencia
ajustada a derecho, una sentencia fundada en la normativa
vigente.
Advertimos que el principio de tutela judicial efectiva no se
acaba con esos recaudos, sino que aparece una situación muy
puntual y muy importante luego de dictada la sentencia y esto
es que la sentencia se pueda ejecutar, que el poder judicial
tenga los elementos, los mecanismos necesarios para hacer
cumplir esa sentencia que manda a restaurar el derecho
convencional o el derecho constitucional que se encuentra
afectado.
Garantías
Amparo: Existen dos requisitos para que las peticiones
vinculadas con derechos constitucionales o convencionales
terminen por esa vía y son: arbitrariedad o ilegalidad
manifiesta o inexistencia de medio judicial más idóneo. Existen
contradicciones entre el art. 43 de la Constitución Nacional y la
ley nacional de amparo (16986) que regula el trámite de esa
acción sumarísima. Advertimos por ejemplo que la ley hace
mención a haber agotado vías administrativas, la existencia de
vías administrativas vigentes podrían obstaculizar el trámite
del amparo, advertimos allí que hay una incongruencia con el
art. 43 porque únicamente la cláusula constitucional se refiere
al medio judicial más idóneo, en cuanto el plazo para
interponer la acción de amparo que refiere la ley, advertimos
que a priori en un análisis en abstracto podía ser contrario al
principio de tutela judicial efectiva del art. 25 del Pacto de San
José de Costa Rica porque supone un obstáculo formal para
acceder a la jurisdicción en materia de protección de derechos
constitucionales y convencionales. Advertimos que, si bien
puede una petición no ser viable por medio del amparo y si por
una vía ordinaria de mayor lapso de duración, mayor debate y
prueba que se puede cumplir con la tutela judicial efectiva,
esto es con la restauración urgente del derecho constitucional
que se alega afectado con lo que se llama una medida cautelar.
Es un pedido de tutela anticipada al tribunal para que en
forma urgente y para evitar que el transcurso del tiempo
genere un gravamen irreparable, es decir que se afecte
gravemente el derecho que se pretende tutelar, se puede
pedir al juez que dicte una medida ordenando hacer,
ordenando abstenerse de hacer, ordenando suspender algún
acto tanto a un particular como a la autoridad pública, al
Estado.
Los requisitos para que procedan las medidas cautelares son
la verosimilitud en el derecho y el peligro en la demora,
justamente una apariencia de buen derecho de lo que se esta
pidiendo, es verosímil, es real, que asiste razón a quien lo pide
en una primera mirada y el peligro en la demora, esto es que
en el transcurso del tiempo esto genere un daño a ese derecho
de imposible reparación. Luego advertimos que los tribunales
verifican cuando otorgan una medida cautelar que no haya una
afectación al interés público, esto es que el otorgamiento de la
cautelar no genere un daño mucho mas grave que aquel que
se podría operar si se rechaza. Por otro lado, el requerimiento
de una contra cautela, aquel que solicita la medida cautelar,
esto es que se garantizará, que se hará cargo de los daños que
pudiera ocasionar esa medida cautelar si hubiese sido pedida
sin derecho.
Tipo de legitimación: aquellos precedentes de la Corte donde
se empieza a admitir la legitimación activa de personas
potencialmente distintas de las directamente afectadas, hay
un análisis del art. 43, segundo párrafo de la Constitución y la
Corte comienza a hacer una aplicación estricta admitiendo la
legitimación del afectado, del defensor del pueblo y de las
asociaciones que propendan la defensa de los derechos
constitucionales que se alegan afectados o incumplidos, en ese
contexto analizamos el precedente “asociación Mongalense”,
“portal de Belén”, etc. donde la Corte explica cual es el alcance
del segundo párrafo del art. 43 y esta situación de verificar la
existencia de causa pero ya no a los términos de legitimación,
la existencia de un interés concreto en el acto inmediato y
directo puede ser un interés no directamente atribuible a
quien lo peticiona, esto es lo que llamamos los amparos
colectivos, la legitimación de una persona potencialmente
distinta de la directamente afectada.
Doctrina en cuanto a la legitimación procesal para interponer
acciones que pretenden la tutela de derechos.
Nos enfocamos directamente en la letra del fallo donde la
corte advierte tres categorías de derecho a los fines de la
legitimación, esto es la aptitud para interponer una acción
judicial, en primer lugar, derechos individuales, en segundo
lugar, de incidencia colectiva que tienen por objeto bienes
colectivos y en tercer lugar la novedad que nos propone el fallo
de incidencia colectiva referentes a intereses individuales
homogéneos.
En las tres categorías hay que verificar dice la Corte la
existencia de un caso, eso es imprescindible, no cambia el
requisito sustancial, la base del control de constitucionalidad
que es causa, caso, controversia. Lo que puede suceder y eso
lo advierte la Corte es que el concepto de caso no sea idéntico
en las tres situaciones siendo que es esencial tenerlo en cuenta
para decidir sobre la procedencia formal de las pretensiones.
Ahora bien, en todos los casos hace falta una afectación actual
o una amenaza claramente previsible, a donde apunta la Corte
no es un control de constitucionalidad en abstracto, los
requisitos establecidos tanto en el art. 116 de la Constitución
Nacional, como en las leyes 27 y 48 no varían, no cambian el
requisito base para el control de constitucionalidad que nos
dice que debe verificarse una situación de hecho y derecho
real y concreta y una aptitud verificada por un interés
sustancial, concreto, inmediato, que podemos verificarlo con el
amparo colectivo que puede ser potencialmente distinto del
interés directo que lo plantea, un interés potencialmente
distinto de aquel que tiene un interés directo, entonces la
Corte nos refiere que este requisito sigue en las tres
categorías, las tres deben verificarse.
En cuanto a la primera categoría la Corte nos dice que
derechos individuales son aquellos a los que se refiere el
primer párrafo del art. 43 de la Constitución, esto es los
precedentes donde una persona tiene un derecho claramente
apropiable, un derecho subjetivo por el cual solicita una tutela
a la jurisdicción. Allí la Corte dice para poder identificarlo con
claridad que es claramente divisible, se puede dividir la
persona y el derecho, una persona, un derecho, el derecho es
atribuible a la persona que plantea la acción, la Corte nos
advierte que puede haber un “litis consorci”, es decir que
pueden ser varias personas peticionando cuestiones,
pretensiones similares en el marco del mismo expediente pero
con claridad uno puede atribuir, uno puede atribuir cada uno
de los derechos que están planteando y relacionarnos con
cada uno. Esa categoría es el primer párrafo del art. 43
vinculados con los derechos individuales.
La segunda categoría a la que hace mención la Corte, esto es
derechos de incidencia colectiva que tienen por objeto bienes
colectivos es la que aparece en el segundo párrafo del art. 43 y
la Corte lo explica en el considerando 11. Este tipo de
legitimación lo que refiere es que el objeto de la tutela es un
bien colectivo. Quien lo plantea, el planteo debe estar
enfocado al bien colectivo, al aspecto colectivo y no a un bien
individual, aquí no se hayan en juego derechos subjetivos, no
es posible identificar el derecho con la persona, sino que los
bienes que se pretenden tutelar pertenecen a la esfera social y
no individual y no hay modo de dividir ese derecho respecto de
cada una de las personas que lo plantean. El ejemplo más
claro, el precedente al habi vinculado con el medio ambiente
sano, no es posible identificar una porción de ese derecho, de
ese medio ambiente sano a una de las personas y es donde se
manifiesta con claridad que pertenece a la esfera social y no
individual. Entonces en esta segunda categoría la Corte nos
dice que puede interponerlo justamente el defensor del
pueblo, el afectado o las asociaciones, que propendan la
defensa de esos derechos de incidencia colectiva sobre bienes
colectivos corresponde al defensor del pueblo, asociaciones y a
afectados y que ella debe ser diferenciada de los intereses
individuales sean patrimoniales o no, para los cuales hay una
esfera de disponibilidad en cabeza de su titular. Un derecho de
segunda categoría puede generar luego una afectación al
patrimonio individual, si hay una afectación al medio ambiente
que está comprobada, esa afectación al medio ambiente
probablemente pueda generar una afectación al derecho a la
salud de un particular, eso no significa que si uno plantea por
el derecho a la salud de ese propio particular va a transformar
en segunda categoría sino lo contrario, cuando la afectación es
al patrimonio individual aquella afectación a segunda categoría
se torna o puede transformarse en una afectación de derecho
individual, esto es apropiable, identificable, divisible según el
primer párrafo del art. 43.
Tercera categoría de derecho, a los fines de la legitimación
procesal para interponer una acción de clase. (No hay material
sobre esta categoría).
Habeas corpus y estado de sitio.
El habeas corpus se trata de la libertad ambulatoria, trato
digno en las cárceles y desaparición forzada de las personas.
Clasificación: Habeas corpus preventivo, reparador y clásico,
también existe un habeas corpus en la traslación y el habeas
corpus pronto despacho para requerir con urgencia algún tipo
de pronunciamiento relativo a la situación de alguna persona
privada de su libertad.
El estado de sitio: su regulación primigenia constitucional
aparece en el art. 23 donde faculta al presidente a trasladar
personas y arrestar a aquellas personas que tengan incidencia
directa sobre los motivos por los cuales se declara el estado de
sitio. Lo que no puede hacer el presidente es aplicar penas y
demorar o evitar que esa persona que quiera salir del país así
lo haga. La Corte ha dicho que el estado de sitio constituye una
respuesta institucional reglada por la Constitución ante
emergencias de carácter político, son dos las situaciones:
ataque exterior y conmoción interior. Para declararlo podemos
decir que en cada una de esas dos situaciones se debe poner
en peligro el ejercicio y vigencia de la Constitución o de las
autoridades por ella creadas, de los poderes constituidos. La
Corte ha precisado que es una defensa extraordinaria para
defender la Constitución Nacional y los poderes creados por
ella.
Art. 99 inc. 16: El Poder Ejecutivo con acuerdo del Senado
puede declarar el estado de sitio en materia de ataque
exterior, así mismo en cuestiones de conmoción interior lo
hace el Congreso de acuerdo a lo que establece el art. 75 inc.
29 y si está en receso lo podrá hacer el ejecutivo, luego el
poder legislativo deberá aprobarlo o suspenderlo si fue
durante su receso.
Habeas data y garantías del debido proceso penal.
En cuanto a la primera acción, la garantía tenemos que decir
que la encontramos en el art. 43 de la Constitución Nacional en
el tercer párrafo donde el convencional constituyente del año
’94 constitucionaliza la acción cuando allí menciona que una
persona podrá interponer este tipo de herramienta para tomar
conocimiento de los datos a ella referidos. El ámbito de
protección del habeas data es la autodeterminación
informativa, esto es elegir un propio plan de vida, pero
respecto de los datos que uno posee, elegir como, cuando y a
quien entregarle los datos referidos a nuestra propia persona.
Tenemos que decir que hay una evolución de la jurisprudencia
de la Corte Suprema de Justicia en relación al habeas data que
va desde el caso “Urtiaga”, el primer caso de mucha relevancia
vinculado con este tipo de acción donde la Corte reinterpreta
el art. 43 de la Constitución que dice datos a ella referida
como si nos refiriéramos al titular del dato quien fuera
legitimado activo para interponer la acción, decía reinterpreta
y amplia la legitimación al hermano del titular del dato.
Facundo Urtiaga pretendía tomar conocimiento de datos
referidos a su hermano Benito Urtiaga, presuntamente abatido
en el año ’76. La Corte asume que como no había
reglamentación legal de este tipo de acción, el fallo es anterior
al año 2000 en que se dicta la ley 25326 de habeas data y
admite la legitimación del hermano para tomar conocimiento
de los datos referidos al presuntamente fallecido Benito
Urtiaga.
La Corte admite que hay una cláusula constitucional que debe
ser aplicada inmediatamente y que la ausencia de
reglamentación no puede desnaturalizar el espíritu de esa
garantía, por ende, ordena que se informe sobre los datos que
existían respecto de Benito Urtiaga y su presunta desaparición
en el año 1976.
Una situación similar donde la Corte actúa como fuente de
derecho constitucional es el caso “Ganora”, allí la Corte lo que
hace es precisar que es un banco de datos público, el art. 43
hace referencia a como legitimados pasivos al habeas data a
los banco de datos públicos o los bancos de datos privados
destinados a proveer informes, los banco de datos públicos
son aquellos que su titularidad es del Estado y la Corte en
“Ganora” admite que aquellos bancos de datos de carácter
secreto también son alcanzados por el habeas data. Es cierto
que la Corte es anterior al dictado de la ley, que esto lo regula
el legislador y termina incorporando a la ley aquella doctrina
de la Corte. El máximo tribunal admite la legitimación pasiva
de banco de datos del Estado de carácter secreto con la
precisión o con el limite de que estos bancos pueden excusarse
de entregar estos datos si el dato que se peticiona afecta la
defensa nacional, las relaciones exteriores o la investigación de
presuntos delitos. Lo mismo pasa en el caso “Matinport SA”, es
mucho más contemporáneo a la ley de habeas data y allí la
Corte admite la legitimación activa de una persona de
existencia ideal, por ende, también podemos decir que
reinterpreta el art. 46 y admite no solo personas de existencia
física sino personas de existencia ideal a los fines de estar
legitimados para interponer este tipo de acción.
El habeas data tiene una legitimación restrictiva, esto es el art.
43 hace mención a las personas, a los datos a ella referida,
podemos inferir en principio que el titular del dato puede
interponer este tipo de acción, luego el legislador, tomando la
jurisprudencia sentada en “Urtiaga”, admite en la ley, en la
25326, la legitimación para interponer este tipo de acción a
tutores, curadores y familiares hasta el segundo grado de línea
colateral, el hermano del titular del dato si demuestra la
afectación puede interponer este tipo de acciones. Por otro
lado, tenemos que decir que hay distintas clasificaciones
respecto del habeas data, básicamente las clasificaciones son
interesantes para entender cual es el objeto de las acciones.
Por ejemplo, habeas data autoral, esto es instar la acción para
tomar conocimiento de quien es el autor del dato, habeas data
finalista, tomar conocimiento de para que fines se ha recabado
ese dato, habeas data exhibitorio, tomar conocimiento del
dato, habeas data rectificativo o cancelatorio, modificar datos
erróneos o cancelar o reservar aquellos datos que puedan ser
discriminatorios según el contexto. La ley es muy interesante
porque hay una técnica legislativa que se avoca a la
conceptualización de distintos términos como los que son los
datos personales y datos sensibles. Los primeros tienen que
ver con características de las personas, datos vinculados con
ella, nombre, domicilio, etc. pero en los datos sensibles
aparece una situación novedosa muy interesante porque el
legislador entiende que son aquellos que pueden generar
según el contexto una discriminación, datos que tienen que ver
con la orientación política, sexual, raza, color de las personas y
que se vincula concretamente con el art. 1 del Pacto de San
José de Costa Rica, aquel que nos plantea distintos criterios
que a priori podemos considerarlos como sospechosos de
discriminación.
Evolución de la jurisprudencia en materia de habeas data.
Arrancamos con “Urtiaga” donde la Corte reinterpreta el art.
43 y admite la legitimación activa del hermano del titular del
dato a quien se refiere el dato que se intenta recabar. Luego
en “Ganora” la Corte precisa cual es el alcance del banco de
datos publico a los fines de la legitimación pasiva en materia
de habeas data, en “Matinpert” sucede lo mismo y una
persona de existencia ideal es aceptada como legitimada activa
para interponer la acción y luego de esos casos aparece el
tema: ¿Qué es un banco de datos destinado a proveer
informes? Y si bien la ley es bastante precisa, la Corte ha ido
diseñando en que casos y con qué parámetros se analiza la
procedencia de un habeas data cuando elato que se proyecta
es real, no es falso, no es arbitrario, entonces allí vamos a
tener por ejemplo el caso “Lascano Quintana” donde una
persona interpone un habeas data, una persona que era
presidente de una compañía de seguros, para que se
resguarde el dato que lo vinculaba con el concurso preventivo
de esa empresa, la Corte rechaza el habeas data alegando que
el dato era cierto, que en efecto esa persona era presidente de
esa compañía de seguros que se encontraba asegurada y por
ende al no haber falsedad , no haber arbitrariedad o ilegalidad
manifiesta y en esto hay que tenerlo en cuenta porque la Corte
parece asimilar el habeas data a una subespecie del amparo,
rechaza la acción interpuesta por Lascano Quintana, situación
similar sucede en “Matinport SA” donde la empresa pretendía
la cancelación de un dato vinculado con un pedido de quiebra
anotada en el registro de juicios universales donde la Corte
también rechaza el habeas data porque al no haber falsedad
en el dato, el dato era cierto, entendió que no había
discriminación y por ende desestima la acción interpuesta por
Matinport SA.
La situación cambia con el dictado de la ley 25326 porque allí
hay una nueva interpretación de aquel dato que, si bien es
cierto, muestra una visión parcializada de la realidad y esa es la
doctrina que se revela en “Martinez”, en “Dinuncio” y en otros
datos vinculados con datos de entidades crediticias o datos
que se relacionan con la aptitud patrimonial de una persona
que si bien son ciertos no muestran cabalmente un panorama
total de la situación. En “Martinez” lo que sucedió, había un
juicio iniciado por una consignación por revisión de precio de
un banco cerrado fallido y lo que figuraba allí era deudor
incobrable por la actora con juicio iniciado, la Corte dice que si
bien es cierto el dato, la ley de habeas data lo que plantea es
que el dato debe mostrar un panorama completo de la aptitud
crediticia de la persona afectada, por ende hace lugar al
habeas data y manda en primera instancia a revisar la
sentencia tomando en cuenta los parámetros de la ley de
habeas data, esto es muy importante porque allí la Corte
admite con claridad que el habeas data no es una especie del
amparo sino que es una herramienta jurídica independiente y
autónoma, la Corte dice puede que no haya arbitrariedad
manifiesta, esto es porque el dato es cierto, pero el dato debe
mostrar una visión total de la realidad, no una visión
parcializada, por ende se acepta la visión de habeas data, lo
mismo sucede en “Dinunsio”, una persona que había intentado
comprar una flota de autos, la agencia había cerrado y sin
embargo seguían cobrando la cuota del crédito prendario, la
Corte alude lo mismo, toma como fundamento legal la ley de
habeas data y entiende que tiene que ser cabal la acción que
se demuestre y hace lugar a la acción de habeas data.
Poder de policía.
Este concepto se vincula con la facultad del Estado de
reglamentar los derechos constitucionales. El fundamento del
poder de policía, el fundamento constitucional lo podemos
verificar en una primera mirada en el art. 14 de la Constitución
Nacional, aquel que indica que los habitantes de la nación
gozan de los siguientes derechos conforme a las leyes que
reglamentan su ejercicio y es justamente la reglamentación del
ejercicio de los derechos aquello que nosotros llamamos poder
de policía. Reglamentar un derecho es limitarlo para que el
ejercicio de ese derecho no contraste, no choque con el
ejercicio de derecho de otro particular. Entonces vamos a decir
que el poder de policía justamente es la facultad del Estado de
reglamentar los derechos constitucionales y que ese poder de
policía en puridad se realiza, se ejerce, mediante las leyes del
Congreso. Pero hay que hacer una primera advertencia, una
primera precisión y es que en principio el poder de policía es
local, esto es la reglamentación de los derechos se hace por la
vía legislativa provincial, esto surge del art. 121 de la
Constitución Nacional que indica que las provincias se
conservan tosas sus facultades salvo las que expresamente se
hayan delegado a la Nación.
Lo que vamos a revisar por medio de la jurisprudencia
vinculada con esta temática es que existen en muchas
cuestiones un poder de policía concurrente, esto es donde
tanto a nivel local como nivel nacional se pueden reglamentar
derechos constitucionales, por ejemplo, cuando hablamos de
la materia de transporte interjurisdiccional el poder de policía
es nacional por el art. 75 inc. 13, cuando tratamos el tema de
regulación de los establecimientos de utilidad federal de
acuerdo al art 75 inc. 30, en principio el poder de policía es
nacional pero localmente las provincias también lo pueden
regular siempre y cuando no afecten los objetivos de ese
establecimiento de utilidad federal, así lo explico la Corte en
“Hidronor” y así lo instaló el convencional constituyente en el
art. 75 inc. 30.
El poder de policía es en principio local y tiene dos
limitaciones que son la legalidad y la razonabilidad.
El poder de policía clásico, aquel que admite la limitación de
los derechos constitucionales en razón de tres cuestiones,
moralidad, salubridad y seguridad ha sido admitido por la
Corte en un precedente muy antiguo que se llama “Plaza de
toros”, en ese caso la Corte hace mención a la facultad que
tiene el Congreso de limitar derechos constitucionales,
concretamente en el caso se trataba del otorgamiento de un
permiso para instalar una plaza de toros en la provincia de
Buenos Aires que había sido desestimado por la administración
y la Corte confirmó este rechazo porque los motivos que se
alegaban se vinculaban con la moralidad, la salubridad y
seguridad de la comunidad que conforma el Estado. Ahora
bien, el poder de policía clásico admite una ampliación, admite
una variación y es aquel que se llama poder de policía amplio,
es aquel que admite la limitación de derechos constitucionales
por cuestiones que van más allá de la moralidad, salubridad y
seguridad, tal como el poder de policía clásico y el Estado ha
hecho uso de este tipo de institución en casos donde se
encontraban en juego intereses económicos de la sociedad.
La Corte Suprema estudió y avaló un planteo vinculado con el
poder de policía amplio por primera vez en el caso “Ercolano c/
Lanteri”. Lo que hace el máximo tribunal en aquel caso por ser
el primero que admitirá la constitucionalidad del poder de
policía amplio, la Corte parte de la posición de que el control
de constitucionalidad que se realiza respecto de normas que
limitan los derechos constitucionales es legalidad y
razonabilidad, pero la introducción que realiza la Corte
vinculada con el poder de policía amplio citando jurisprudencia
de la Corte de Estados Unidos es aquella que se vincula con el
fundamento constitucional y legal por el cual se habilita que el
Estado regule relaciones entre los particulares y allí es muy
importante advertir una cuestión y es que loa Corte entiende
que debe estar en juego el bien común, que en materia de
poder de policía amplio cuando se limitan derechos
constitucionales por motivaciones que van más allá de
moralidad, salubridad y seguridad en el caso interés
económico de la sociedad el monopolio de la locación de
departamentos y casas de vivienda, la Corte dice hay que
verificar que esté en juego el bien común, esto es que haya
una situación que amerite por su gravedad que el Estado se
involucre y regule situaciones que no se sustentan en las tres
motivaciones del poder de policía clásico.
La Corte también advierte que este poder de policía se tiene
que dar en situaciones excepcionales, transitorias, no puede
ser una práctica que se prolongue en el tiempo porque
justamente reglamentar derechos constitucionales y relaciones
entre particulares basadas en cuestiones por ejemplo
económicas la Corte dice que aquello son situaciones que
deben ser excepcionales para que no se traduzca ese poder de
policía amplio en un poder de policía clásico que se vincula con
la moralidad, salubridad y seguridad. Entonces una vez que la
Corte admite la cuestión relativa al poder de policía amplio
donde se encuentra en juego el bien común, el bien de la
sociedad entera y admite que debe ser transitorio el ejercicio
de este tipo de práctica lo que hace luego es un análisis de
razonabilidad.
El análisis de razonabilidad que realiza la Corte en los casos en
lo que se estudia una afectación a un derecho constitucional
basado en intereses económicos de la sociedad por ejemplo
cuando hablamos de poder de policía amplio, el análisis
concurre de cuatro supuestos: medios, fines, adecuación y
proporción.
Medios: Esto es que herramientas utilizó el Estado para lograr
el objetivo buscado.
Fines: ¿Cuál es el objetivo en el caso? La ley porque el
principio de legalidad es el primer recaudo para el poder de
policía, las limitaciones de los derechos se hacen por ley.
Adecuación: De los medios en relación a los fines, esto es, si
los medios son adecuados a los fines buscados y aquí hay que
hacer una advertencia, la Corte en “Ercolano c/ Lanteri”, luego
en “Cine Callao”, luego en “Herta c/ Harguintegui”, en todos
esos casos vinculados con el poder de policía advierte con
claridad que la adecuación de los medios a los fines buscados
es una cuestión ajena al control de constitucionalidad, esto es
si son oportunos los medios, si son convenientes los medios
que eligió el legislador para lograr el fin buscado, aquello es
ajeno al estudio de los tribunales porque es una atribución
propia del Poder Legislativo por ende en esta tercera etapa del
análisis la Corte advierte y precisa que allí no se va a meter.
Pero si en la cuarta etapa del análisis que es:
Proporción: La proporcionalidad sí es una cuestión sometida al
control de constitucionalidad, esto significa que
concretamente tiene que ver con el grado de afectación que
supone el medio en relación con el fin que se busca, esto es, la
afectación al derecho debe ser proporcional al fin u objetivo
que se busca con dicha afectación. En el caso “Ercolano c/
Lanteri” la Corte entiende que no había sido aprobado
fehacientemente una afectación desproporcionada, arbitraria
al derecho de propiedad o al derecho de contratar que alegaba
la locadora. Lo mismo ocurre en “Cine Callao”, en ese leading
case vinculado con el poder de policía amplio efectúa el mismo
análisis, legalidad, por un lado, por ley, razonabilidad, y la
razonabilidad, medios, fines, adecuación y proporción.
Fallos sobre habeas corpus.
Mignone, Emilio Fermín s/ amparo
Sentencia de 9 de abril de 2002
Hechos: Emilio Mignone presentó una acción de amparo en
1998 en representación del CELS que demandó la adopción de
“las medidas necesarias para garantizar el ejercicio del derecho
de sufragio (art. 37 de la Constitución Nacional) de las
personas detenidas sin condena en todos los establecimientos
penitenciarios de la Nación en condiciones de igualdad con el
resto de los ciudadanos”, declarándose para ello la
inconstitucionalidad del art. 3º inc. “D” del Código Electoral,
ley 19945.
Sumario: La limitación contenida en el art. 3º inc. “D” del
Código Electoral Nacional que excluye del padrón electoral a
“los detenidos por orden de juez competente mientras no
recuperen su libertad”, es contraria a la Constitución Nacional
y a los tratados internacionales.
Otro sumario: Reconocer un derecho, pero negarle un
remedio apropiado equivale a desconocerlo. En consecuencia,
corresponde urgir al Poder Legislativo y al Poder Ejecutivo a
que adopten las medidas necesarias para hacer efectivo el
derecho a votar de los detenidos no condenados.
Peláez, Víctor s/ habeas corpus.
Sentencia del 19 de octubre de 1995
Hechos: Víctor Peláez fue citado por la Comisión de Asuntos
Constitucionales de la Cámara de senadores para declara sobre
unos agravios vertidos a senadores neuquinos en un periódico,
acto seguido fue sancionado con 48 horas de arresto
domiciliario, habida cuenta de que la Cámara “cuenta con
facultades jurisdiccionales, de acuerdo a la doctrina
constitucional y a la jurisprudencia de la Corte Suprema para
aplicar sanciones por actos que afecten los fueros
parlamentarios de los legisladores”. Peláez interpone acción de
habeas corpus que tras apelación del Senado llega a la Corte
Suprema.
Sumario: Esclarecer las facultades del Senado para arrestar a
una persona, cae dentro del ámbito de la ley de habeas corpus
23098.
Otros sumarios:
-Planteada una causa no existe otro poder por encima de la
Corte para resolver acerca de la existencia y los limites de las
atribuciones constitucionales otorgadas a los departamentos
Legislativo, Judicial y Ejecutivo.
-Si se ha invocado ante el Poder Judicial la protección de la
libertad ambulatoria, que se vería cercenada por una orden de
arresto del Senado se configura una causa.
-Si la publicación periodística no constituyó una obstrucción o
impedimento, serio y consistente, para la existencia o el
ejercicio de las funciones propias del Senado, careció de
validez el arresto que le impusiera al autor.
Dessy, Gustavo s/ hábeas corpus.
Sentencia de 19 de octubre de 1995
Hechos: Gustavo Dessy, interno del SPF, alojado en la Unidad
7, interpuso habeas corpus por considerar que se había
agravado ilegalmente sus condiciones de detención al violar su
correspondencia y afectar su derecho a la intimidad. En tal
sentido señaló que el personal penitenciario le había
rechazado una pieza de correspondencia que pretendía enviar.
Sostiene que la obligación de entregar abiertas las cartas que
se propone despachar, para permitir a las autoridades del
penal ejercer la censura de su contenido contraviene la Ley
Penitenciaria Nacional que solo prescribe la supervisión de las
cartas recibidas, pero no las remitidas, viola los art. 18 y 19 de
la Constitución Nacional y la Convención Americana de DDHH.
Sumario: Procede el recurso extraordinario si se tachó de
inconstitucional un acto de autoridad nacional desarrollado de
acuerdo con un reglamento que a juicio del recurrente
afectaría las garantías constitucionales de inviolabilidad de la
correspondencia y privacidad e intimidad en las que funda su
derecho y la sustancia del planteo conduce a determinar el
alcance de dichas clausulas (art. 14 inc. 3º de la ley 48).
Nasso, José Agustín s/ habeas corpus.
Sentencia de 5 de abril de 1994
Texto: Si bien es cierto que la facultad de designar la unidad
de detención en la que debe alojarse los internos es, en
principio, materia propia de la autoridad administrativa, ello
no es obstáculo suficiente para vedar a los jueces la posibilidad
de ejercer el control de legalidad y razonabilidad de los actos
que son cuestionados ante sus estrados.
Sumario: Es admisible el recurso extraordinario, aun cuando
remite al examen de cuestiones de derecho común -Ley
Penitenciaria Federal- y prueba, si lo decidido es arbitrario,
carece de fundamentación y no constituye una derivación
razonada del derecho vigente con aplicación de las
circunstancias comprobadas de la causa.
Verbitsky, Horacio s/ habeas corpus.
Sentencia de 3 de mayo de 2005.
El centro de Estados Legales y Sociales interpuso un habeas
corpus en representación de todas las personas detenidas en
prisiones y comisarias de la Provincia de Buenos Aires. Relató
que los detenidos padecían condiciones de superpoblación y
hacinamiento porque los calabozos estaban en un estado
deplorable de conservación e higiene.
El Tribunal de Casación penal de la provincia de Buenos Aires
rechazó el habeas corpus, al considerar que debía analizarse
cada caso en particular.
La Corte reconoció al Centro de Estudios Legales y Sociales
legitimación colectiva para interponer un habeas corpus
correctivo y colectivo a favor de las personas detenidas en las
comisarias bonaerenses y ordenó al Gobierno de la provincia
que revierta las condiciones inhumanas de confinamiento
existentes.
Gutiérrez, Alejandro s/ causa nº 11960.
Sentencia de 19 de febrero de 2015
La Corte Suprema hizo lugar a la queja interpuesta contra el
pronunciamiento dictado por la Sala II de la Cámara Federal de
Casación Penal, que al hacer lugar al recurso interpuesto por la
representación del Estado Nacional en las causas que se
originen en el ámbito del SPF, revocó la decisión de la Sala I de
la Cámara Nacional de Apelaciones en lo Criminal y
Correccional, confirmatoria de la sentencia del Juzgado de
instrucción nº 38, que hiciera lugar al habeas corpus correctivo
presentado por el interno Alejandro Gutiérrez.
Sumario: Corresponde dejar sin efecto la sentencia que revocó
la dedición que había hecho lugar al habeas corpus correctivo
presentado por un interno del SPF fundado en el riesgo a la
integridad física debida a la demora en el mecanismo de
apertura de las puertas de la unidad, que comprometía
negativamente la capacidad de actuar en caso de emergencias
si el defecto de la decisión recurrida predicó de la sentencia
sometida a su revisión carece de absoluto correlato con lo
efectivamente obrado en la causa, por lo que se verifica a su
respecto una fundamentación solo aparente, apoyada en
conclusiones dogmáticas o inferencias sin sostén jurídico o
factico, que no parece responder mas que la exclusiva
voluntad de los jueces.
Habeas corpus y estado de sitio.
Timerman, Jacobo s/ recurso de habeas corpus.
Sentencia de 20 de julio de 1978
Sumario: El control de razonabilidad puede abarcar un doble
aspecto:
a) La relación entre la garantía afectada y del estado de
conmoción interior;
b) La verificación de si el acto restrictivo guarda proporción
adecuada con los fines perseguidos por la declaración del
estado de sitio.
Otros sumarios:
-El estado de sitio tiene una órbita propia y una función
útil, pues se trata de un recurso extremo y transitorio para
preservar y no para suprimir el imperio de la Constitución.
-Durante el estado de sitio el Poder Ejecutivo tiene la
obligación y la responsabilidad de ejercer, en cada caso,
fundada y razonablemente, los poderes que le confiere el
art. 23 de la Constitución Nacional, y el Poder Judicial
inviste el control jurisdiccional sobre la aplicación concreta
de tales poderes.
Zamorano, Carlos
Sentencia de 4 de abril de 1977
Zamorano era un abogado que había sido arrestado poco
después de que el gobierno de Isabel Perón declaró el
estado de sitio en 1974. El suyo fue el primer recurso de
habeas corpus que la Corte admitió en contra de un arresto
perpetrado durante un estado de emergencia.
Anteriormente tales arrestos eran susceptibles de revisión
solo si se había violado el art. 23, ignorando el derecho del
detenido de ejercer su opción de dejar el país. La Corte
sostuvo que el control de razonabilidad sobre las medidas
que adopte el Poder Ejecutivo durante el estado de sitio
debe determinar al menos la pertinencia entre las razones
de la detención y las causas del estado de sitio, y que las
respuestas genéricas e imprecisas eran insuficientes.
El presidente de la República no es el único facultado para
evaluar la situación de aquellos que se hallan detenidos a
su disposición. Si bien es ajeno al ámbito de actividad
jurisdiccional lo concerniente a cuestiones eminentemente
políticas y no judiciales, le compete al Poder Judicial de la
Nación analizar en casos excepcionales como el presente la
razonabilidad de las medidas que adopta el Poder
Ejecutivo, lo que halla en sustento en el propio art. 23 y 95
de la Constitución.
Granada
Sentencia de 3 de diciembre de 1985
El Poder Judicial conserva un elemental control que se dio
en llamar racionalidad, que importa su deber de invalidar la
medida cuando resulte arbitraria en forma notoria.
Habeas data.
Urteaga, Facundo c/ Estado Mayor Conjunto de las FFAA
Sentencia de 15 de octubre de 1998
Hechos: Facundo Urteaga dedujo acción de amparo de
habeas data contra el Estado Mayor Conjunto de las FFAA
y/o el Gobierno de la Provincia de Buenos Aires con el
objeto de “obtener información que exista en los Bancos de
Datos de la Secretaria de Informaciones del Estado y
servicios de inteligencia de las FFAA sobre su hermano
Benito Urteaga, supuestamente abatido el 19 de julio de
1976.
El a quo rechazó la acción con dos fundamentos: a) la falta
de legitimación activa del actor “en tanto los datos que
pretende recaba no están referidos a su persona”; b) la
finalidad que se persigue en la presente acción “no se
compadece con lo que surge del texto constitucional”.
La Corte admite que el actor es damnificado en cuanto a su
derecho a conocer el paradero de su hermano o localizar
sus restos.
Ganora, Mario s/ habeas corpus
Sentencia de 16 de septiembre de 1999
Sumario: La obtención de información sobre datos
personales obrantes en los organismos y fuerzas de
seguridad halla adecuación legal en la acción de habeas
data. Al ser ello así, la decisión del a quo de rechazar la
acción deducida por considerar que los particulares no
pueden tener acceso a la información obrante en las FFAA y
organismos de seguridad del Estado “por obvias razones de
seguridad pública”, constituye una afirmación dogmática
carente de razonabilidad.
Matinport SA/ medida precautoria
Sentencia de 9 de marzo de 1999
La Corte rechaza la acción de habeas data tendiente a
suprimir del Registro de Juicios Universales la anotación de
un pedido de quiebra respecto de una sociedad comercial
que había sido desestimada por no cumplirse el
presupuesto factico de la falsedad previsto en el art. 43 de
la Constitución Nacional.
Lascano Quintana c/ Veraz SA s/ habeas data.
Sentencia de 23 de febrero de 1999
Es improcedente la acción de habeas data tendiente a
suprimir del legajo personal del actor en un banco de datos
privado información relacionada con los juicios seguidos
contra la sociedad anónima del que es presidente si tales
datos son verdaderos, no están desactualizados ni revisten
carácter discriminatorio reflejando una circunstancia
objetiva que guarda estrecha relación con la finalidad del
crédito.
Martínez, Matilde c/ organización Veraz SA.
Sentencia de 5 de abril de 2005
Sumario: Cabe dejar sin efecto la sentencia por la cual
rechazó la acción de habeas data deducida contra una
empresa proveedora de información crediticia a fin de que
rectifique ciertos datos asentados en sus registros, pues el
informe brindado por la demandada en cuanto califica al
actor como deudor moroso -en el caso respecto de un
mutuo hipotecario-, aun cuando aclara que este mantiene
dos juicios contra el banco prestamista por revisión del
precio y consignación, configura una imagen parcializada
del comportamiento del actor en el cumplimiento de sus
obligaciones comerciales.
Empresa de Combustible Zona Común SA c/ AFIP.
Sentencia de 7 de abril de 2009
La empresa de Combustibles Zona Común SA interpuso
una acción de habeas data contra la AFIP a fin de que se le
ordene al organismo recaudador que en el plazo de 5 días
le informara los datos a esta referidos que se encontraran
en su poder. El juzgado de primera instancia y la Cámara
Federal de Apelaciones hicieron lugar a la demanda. La AFIP
recurre a la Corte.
El Alto Tribunal retomando los argumentos del Procurador
General revocó la sentencia apelada.
En su opinión sostuvo que la acción intentada por la actora
no se compadecía con el objeto de la garantía invocada,
pero con distintos fundamentos a los invocados por la
demandada.
Sostuvo que de acuerdo al art. 43 párrafo 3º de la
Constitución Nacional, la AFIP si era legitimada pasiva a la
acción intentada, puesto que se trataba de un Banco de
datos públicos.
Por otra parte, opinó que la falta de acreditación de la
falsedad o discriminación de los datos era abstracta, de
acuerdo al art. 16 de la ley 25326, esa exigencia solo puede
requerirse siempre y cuando el interesado haya tomado
conocimiento de los datos, en los términos del art. 14 del
mismo cuerpo legal, para luego ejercer la opción que se
estime corresponder en el caso. No obstante, esta
circunstancia no aconteció puesto que la empresa
accionante no pudo saber cuales eran los datos referidos a
su persona.
Di Nunzio, Daniel c/ Bank Boston y otros s/ habeas data.
Sentencia de 21 de noviembre de 2006
El actor demanda a Bank Boston, Veraz SA y Banco Central
reclamando que en el informe comercial en que figura
como deudor se agreguen los datos de la causa penal por
estafa contra las personas que lo habían defraudado y lo
dictaminado por un agente del Banco Central en donde se
pone en duda que el actor sea el deudor y se reseña una
serie de errores por parte del Bank Boston.
En 1º instancia se hizo lugar a la demanda, pero en la
apelación la Cámara la revocó.
La Corte reprocha al a quo haber considerado que la
inscripción de los datos solicitados sea excusa para anotar
datos de terceros. El tercero era Bank Boston, el informante
y acreedor de la deuda reclamada, por lo que puede ser
introducida en el informe al igual que los datos de la causa
penal por estafa, la cual es una de las causas de la situación
5 crediticia.
La explicación fue que la ley 25326 no fue sancionada para
proteger a quienes realizan el tratamiento de los datos
personales sino a los titulares de estos datos, los cuales
tienen derecho a que se informe de manera completa y
actualizada su situación financiera.
R.P., R.D. c/ Estado Nacional- SIDE.
Sentencia de 19 de abril de 2011
El demandante había iniciado una acción de habeas data
con el objeto de conocer si la demandada tenía en sus
archivos información de interés para el cálculo de su
jubilación del periodo comprendido entre 1961 y 1973, de
acuerdo a lo que determina el decreto 4827/ 58.
La Corte confirmó la sentencia de la Sala I de la Cámara
Nacional de Apelaciones en lo Contencioso Administrativo
Federal que había resuelto que al demandante le asiste el
derecho a saber si la SIDE tiene en sus archivos información
referente a sus datos personales, al mismo tiempo que
disponía que la juez de primera instancia interviniente
debía intimar a ese organismo para que remitiese la
información requerida.
La Cámara había advertido que la juez, a pedido del
demandante, podía tomar conocimiento personal y directo
de los actos que la SIDE reconociera tener, aunque con la
obligación de mantener su confidencialidad.
Catania, Américo c/ BCRA s/ habeas data.
Sentencia de 8 de noviembre de 2011
Hechos: El actor promovió acción de habeas data contra el
BCRA con el objeto de acceder a los datos que sobre su
persona obran en la base de datos de dicha entidad y
contra el banco privado que lo calificó como incobrable. En
1º y 1º instancia se desestimó la pretensión. Contra tal
pronunciamiento el actor interpuso recurso extraordinario.
La Corte Suprema revocó la sentencia impugnada.
Sumario: Cabe revocar la sentencia que rechazó la acción
de habeas data deducida contra el BCRA y a la entidad
bancaria que le comunicó la información adversa relativa a
su condición de deudor incobrable, con el objeto de que
este último brinde adecuada información acerca de los
datos que envía a aquella entidad en relación con la Central
de deudores del sistema financiero y que se elimine la
información de morosidad, fundando el pedido en el art. 43
de la Constitución Nacional y art. 26 inc. 4º de la ley 25326,
pues la ley ha consagrado el derecho del afectado a exigir
que -transcurrido cierto tiempo- los datos significativos
para evaluar su solvencia económica – financiera no sean
mantenidos en las bases de datos ni difundidos, con el
objeto de que el individuo no quede sujeto
indefinidamente a una indagación sobre su pasado.
Napoli, Carlos c/ Citibank.
Sentencia de 8 de noviembre de 2011
Hechos: El actor promovió acción de habeas data contra
una entidad financiera privada en los términos de la ley
25326, a fin de que esta cancele la información referente a
él obrante en sus registros, y que comunicara tal
circunstancia al BCRA, a efectos de que fuera dado de baja
en la central de deudores del sistema financiero. En 1º
instancia se denegó la pretensión, decisión que fuera
revocada por la Cámara que admitió el planteo del
recurrente. Contra esa decisión, la demandada interpuso
recurso extraordinario, cuya denegación originó la queja.
El Alto Tribunal remarcó que el decreto reglamentario que
regulaba la cuestión era “impreciso” y “poco claro” lo que
amerita que se subsane mediante una interpretación que
se ajuste estrictamente a la voluntad del legislador.
Ha de evitarse una postergación o excesiva tardanza en el
inicio en el computo del plazo, puesto que ello se opone al
declarado propósito de lograr una reinserción del afectado
en el circuito comercial financiero.
Garantías del debido proceso.
Fernández Prieto y Tumbeiro vs Argentina
Sentencia de 1 de septiembre de 2020
Hechos: La Corte Interamericana de DDHH notificó la
sentencia de excepciones preliminares, fondo, reparaciones
y costas en el caso “Fernández Prieto y Tumbeiro vs
Argentina”, en el que la defensora general de la Nación
intervino como representante legal de las victimas ante el
Sistema Interamericano de Protección de DDHH.
La Corte IDH encontró al Estado argentino responsable de
por la violación de los derechos a la libertad personal,
dignidad, y a las garantías judiciales y protección judicial de
los señores Carlos Fernández Prieto y Carlos Tumbeiro, así
como del derecho a la igualdad ante la ley y la prohibición
de discriminación, en perjuicio de este último.
Sumario: La detención que en 1998 y con fines de
identificación efectuaran agentes de la policía bonaerense
en perjuicio de quien luego sufriera un encarcelamiento
arbitrario, se fundó en prejuicios posteriormente
convalidados por los tribunales internos, incumpliendo con
el requisito de legalidad en violación a los art. 7.1 y 7.2 de
la Convención Americana, pues no respondió a criterios
objetivos, sino a la aplicación de estereotipos sobre la
apariencia del afectado, convirtiendo a la intervención
policial en una actuación discriminatoria y, por ende,
arbitraria en violación a los art. 7.3 y 24 de la Norma
Convencional.
Tarifeño, Francisco s/ encubrimiento en concurso ideal
con abuso de autoridad.
Sentencia de 28 de diciembre de 1989
En la instrucción el juez ordena el procesamiento de
Tarifeño.
El fiscal solicita unas medidas probatorias que fueron
concedidas por el juez y luego formalizar la requisitoria de
elevación a juicio.
En el plenario luego de la producción de una serie de
pruebas por parte del abogado defensor, el fiscal,
convencido de la inocencia de Tarifeño, al momento de
emitir sus conclusiones, no lo acusa, sino que por el
contrario pide su absolución.
No obstante, el órgano jurisdiccional sentencia a Tarifeño
sosteniendo que la actividad del Ministerio Fiscal quedó
firme al formular Requisitoria de elevación a juicio.
El defensor recurre la sentencia y llega a la Suprema Corte.
La Corte declara la nulidad de la sentencia condenatoria.
Con el fundamento de que la acción penal necesita que la
acusación que realiza el fiscal en el acto de Requisitoria sea
mantenida en el momento de realizar las conclusiones, con
lo que de no sostenerse en esa instancia no se cumple con
el objetivo de acusar al imputado solicitando determinada
pena, lo que llevaría a la declaración de instancia.
Conclusión: La falta de acusación del fiscal invalida un
pronunciamiento jurisdiccional condenatorio por afectación
del derecho de defensa del imputado. Se pone de
manifiesto la necesidad de rango constitucional, que, para
hablar de juicio previo, debido proceso y de la plena
garantía de la defensa en juicio, es menester asegurar el
contradictorio, máxime aún en la etapa culminante del
proceso (el plenario).
Si el fiscal no acusa en el plenario, no se puede sentenciar.
Marcilese.
Sentencia de 15 de agosto de 2002
Aún cuando el Ministerio Publico había solicitado la
absolución, la Cámara primera en lo criminal de la provincia
de Salta condenó a Marcilese.
La Corte variando la posición adoptada en “Tarifeño”
considera como acusación únicamente al escrito de
requerimiento de elevación a juicio, no revistiendo los
alegatos tal carácter, por no modificar el objeto procesal.
Por ello confirma la sentencia a pesar del pedido de
absolución del fiscal.
En conclusión, varia la anterior doctrina de “Tarifeño”, si el
fiscal no acusa en el plenario no se puede sentenciar.
A partir de este caso, si el fiscal no acusa en el plenario se
puede sentenciar porque el Tribunal condiciona su
actuación a la formulación del requerimiento fiscal de
elevación a juicio.
Mostaccio, Julio s/ homicidio culposo.
Sentencia de 17 de febrero de 2004
Se retoma la doctrina “Tarifeño” por lo que la Corte
considera que el requerimiento de elevación a juicio no es
acusación suficiente. La acusación del fiscal en el juicio es
indispensable y habilitante de la condena.
Santillán, Francisco s/ recurso de casación.
Sentencia de 13 de agosto de 1998
La querella pide condena, pero el a quo se abstiene de
emitir pronunciamiento ya que el fiscal pide la absolución
considerando que la acción del primero no es autónoma
con respecto al segundo. La Corta Suprema considera que,
si la ley procesal reconoce al querellante personería jurídica
para actuar en juicio, tiene por ello el derecho a obtener
una sentencia que responda a la petición de la condena.
Por lo tanto, el Tribunal puede ejercer su jurisdicción con el
pedido de condena del querellante.
Montenegro, Luciano s/ robo.
Sentencia de 10 de diciembre de 1981
La defensa de un condenado por robo con armas interpuso
recurso extraordinario contra el fallo condenatorio de su
defendido sosteniendo que lo resuelto transgredió el
principio contenido en el art. 18 de la Constitución en
cuanto manda a que nadie puede ser obligado a declarar
contra sí mismo y con ello la inviolabilidad de la defensa en
juicio. Funda su presentación en que según consta en la
causa, el imputado habría sido victima de apremios ilegales,
lo que invalida a la declaración en sede policial en la que
confiesa el ilícito.
El acatamiento por parte de los jueces del mandato del art.
18 de la Constitución Nacional no puede reducirse a
disponer el procesamiento y castigo de los eventuales
responsables de los apremios, porque otorgar valor al
resultado de su delito y apoyar sobre él una sentencia
judicial, no solo es contradictorio con el reproche
formulado, sino que compromete la buena administración
de la justicia al pretender constituirla en beneficiaria del
hecho ilícito.
Art. 18 CN: “…nadie puede ser obligado a declarar contra sí
mismo…”
Rayford, Reginald.
Sentencia de 13 de mayo de 1986
Rayford era un ciudadano americano que fuera detenido
por tenencia de estupefacientes, la cual se obtuvo luego de
allanar su vivienda sin orden judicial. Luego el imputado
involucró a otras personas como vendedores que fueron
también detenidas.
La defensa planteó la ilegalidad de los actos iniciales de la
investigación por la entrada ilegal al domicilio lo cual a su
juicio debida determinar la nulidad de todo lo que fue su
consecuencia.
Dice la Corte: la regla es la exclusión de cualquier medio
probatorio obtenido de vías ilegitimas, agregó que lo
contrario implicaría desconocer el derecho al debido
proceso.
Fiorentino, Diego s/ tenencia ilegitima de
estupefacientes.
Sentencia de 27 de noviembre de 1984
Fiorentino fue detenido y al ser interrogado en sede
policial reconoció poseer marihuana para consumo
personal que guardaba en el departamento donde vivía con
sus padres y autorizó el registro del mismo.
La defensa afirma que el allanamiento fue ilegítimo.
La Corte concluye que el solo consentimiento debidamente
comprobado, con conocimiento a no prestarlo y previo al
ingreso de los agentes del orden a la vivienda puede
justificar dicho ingreso realizado sin orden de autoridad
competente emitida con los recaudos pertinentes y sin
mediar situaciones definibles como estado de necesidad de
acuerdo con la ley.
Asimismo, quedó establecido que los medios probatorios
incautados mediante un allanamiento ilegal de morada no
son admisibles en juicio y determinan la nulidad de la
sentencia que se base sustancialmente en ellos.
Baldivieso, César.
Sentencia de 20 de abril de 2010
En octubre de 2002 la guardia del hospital San Bernardo
puso en conocimiento de la policía que ingresó una persona
para ser atendida por una obstrucción intestinal y que se le
extrajo del cuerpo trece capsulas con estupefacientes. El
paciente fue imputado por transporte de estupefacientes y
condenado. La Corte Suprema hizo lugar al recurso de
queja, declaró la nulidad de todo lo actuado y absolvió al
imputado.
El Estado no puede perseguir el delito valiéndose de
medios inmorales como seria aprovecharse del inminente
riesgo de muerte ya que Baldivieso se encontraba en la
disyuntiva de ir al hospital o morir por lo que no tuvo otra
alternativa más que auto incriminarse.
Losicer, Jorge y otros c/ BCRA.
Sentencia de 26 de junio de 2012
Sumario: Cabe revocar la sentencia que desestimó los
recursos de apelación interpuestos contra la resolución del
BCRA que impuso multas por aplicación de lo establecido
por el inc. 3º del art. 41 de la ley 21526, por diversas
infracciones al régimen financiero cometidas por quienes
actuaron como directores o síndicos de una sociedad
anónima, pues los prolongados lapsos de inactividad
procesal, puestos de manifiesto por la propia autoridad
administrativa, atribuibles inequívocamente a dicha
entidad financiera, se presentan como el principal motivo
de dilación del sumario que tuvo resolución solo después
de haber transcurrido dieciocho años desde el
acaecimiento de los hechos supuestamente infraccionales
y tras quince años de haberse dispuesto su apertura, por lo
que la irrazonable dilación del procedimiento
administrativo resulta incompatible con el derecho al
debido proceso amparado en el art. 18 de la Constitución
Nacional y por el art. 8 de la Convención Americana de
DDHH.
Intercorp. Afip C/ Intercorp SRL s/ Ejecución fiscal.
Sentencia de 15 de junio de 2010
La Corte Suprema declaró la inconstitucionalidad del
marco legal que permitía al organismo de recaudación
disponer medidas cautelares -tales como embargos- con el
único requisito de avisar al juez interviniente.
“No resulta admisible que a la hora de establecer
procedimientos destinados a garantizar la normal y
expedita percepción de la renta publica se recurra a
instrumentos que quebrantan el orden constitucional”.
La Corte consideró que “no cabe sino concluir en que, en
su actual redacción, el art. 92 de la Ley de Procedimientos
Fiscales contiene una inadmisible delegación, en cabeza del
fisco nacional, de atribuciones que hacen a la esencia de la
función judicial”.
Art. 17 de la Constitución Nacional. Inviolabilidad de la
propiedad y ningún habitante puede ser privado de ella
sino en virtud de una sentencia fundada en ley.
Poder de policía.
Ercolano C/ Lanteri s/ Consignación (pág. 4)
Cine Callao.
Sentencia de 22 de junio de 1960
Debido a la falta de suficientes salas de teatro, los artistas
del espectáculo sufrieron una grave crisis ocupacional.
Circunstancia por la cual, el Poder Legislativo dictó la ley nº
14226, la cual declara obligatoria la inclusión del
espectáculo de variedades en los programas de las salas
cinematográficas de todo el territorio de la Nación.
La SA propietaria del cine Callao impuso recurso
extraordinario impugnando la constitucionalidad de la ley
por contrariar la garantía de propiedad y el derecho de
ejercer libremente el comercio y la industria, ambos
consagrados por los arts. 14 y 17 de la Constitución
Nacional.
La Corte Suprema en primer lugar dejó de lado la
concepción limitada de poder de policía y adoptó una tesis
amplia, según la cual los derechos individuales pueden ser
restringidos no solo por razones de moralidad, seguridad y
salubridad pública, sino también con el objetivo de atender
los intereses económicos de la comunidad art. 67 inc. 16 de
la Constitución Nacional. Esa concepción de poder de
policía incluye la facultad de dictar leyes como la 14226 con
la finalidad de evitar los daños económicos y sociales que
genera la desocupación.
Plaza de toros
Sentencia de 13 de abril de 1870
El caso es que la empresa Plaza de Toros inició una causa
ante un juez de la provincia de Buenos Aires impugnando
una ley local que prohibía instalar plazas de toros en su
territorio, se fundaba en el libre ejercicio de la industria.
El art. 14 de la Constitución Nacional que permite toda
industria licita no es absoluto pues se encuentra sometido a
las leyes que reglamenten su ejercicio. Las cuestiones que
tengan que ver con la salud y moralidad de los vecinos
están reservadas a las provincias.
Avico, Oscar c/ De la Pesa, Saúl.
Sentencia de 7 de diciembre de 1934
Se habían hecho contratos hipotecarios rurales, la mayoría
inmuebles rurales que dependían de las cosechas y de los
precios de los granos. Estos contratos tenían casi todos un
9% de interés, y el precio cayó de un modo que hizo
imposible el cumplimiento. Entonces el Estado intervino,
sancionando la ley 11741 de 1933 en donde se reduce el
interés a un 6% y prorroga el plazo por 3 años para el pago
del capital del préstamo. El acreedor impugna la ley por
considerarla inconstitucional.
La Corte concluyó “podemos afirmar que la gravedad y
extensión de la crisis económica justifican ampliamente la
ley impugnada, que todas sus disposiciones pretenden
salvaguardar el interés público (…) son justos y razonables
como reglamentación o regulación de derechos
contractuales.

También podría gustarte