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Resumen de Derecho Constitucional
Resumen de Derecho Constitucional
Constitucional 1
Iván Moreno
Constitucionalismo
El derecho constitucional es producto del constitucionalismo, que es
un proceso jurídico y político. Proceso porque no es una idea que nace
de un día para otro, sino que aparece con distintos precedentes o
corrientes ideológicas que van conformando esta idea final del
constitucionalismo. Es jurídico porque se vincula con el
establecimiento de normas (es normativo) y es político porque se
relaciona con la toma de decisiones.
En su versión inicial tuvo por objetivo establecer en cada Estado un
documento legal (la constitución), con determinadas características.
A) Aspectos formales: Es un documento legal que consta de un texto
escrito, único y orgánico, se vincula con su prolijidad. Además, tendrá
como característica la supremacía, esto es, que tenga una jerarquía
superior al resto del ordenamiento jurídico.
B) Aspectos de contenido: Estructurara básicamente al Estado,
dividiéndolo en (al menos) tres poderes: ejecutivo, legislativo y
judicial.
Los va a dotar de facultades, va a establecer que limites existirán entre
ellos, que responsabilidad habrá ante los órganos o ante las funciones
del Estado entre ellas, un control intra y extra-órganos.
Además, va a enunciar cuales son los derechos y libertades de los
particulares que actuaran como garantía o protección ante un
eventual exceso en las facultades del Estado.
La constitución nos va a indicar también cual es la finalidad que tendrá
este Estado que se conforma a partir de ese acuerdo, ese contrato que
es la constitución.
Supremacía constitucional
Fundamentalidad
En cuanto a la temática vinculada a la supremacía constitucional, en
primer lugar, hay que hablar de la fundamentalidad de la
Constitución, este concepto nos va a llevar a lo que llamamos
supremacía constitucional, supremacía del bloque de
constitucionalidad federal y luego supremacía del ordenamiento
jurídico federal por sobre el local.
La Constitución es fundamental porque organiza y estructura los
poderes del Estado, en nuestro caso en tres funciones,
administrativa, judicial y legislativa. Distribuye las facultades de esas
tres funciones determinando cuales son los límites de tarea, cual es
el plus de control que tiene cada uno de los poderes respecto de los
otros y determina la responsabilidad intra y extra- órganos. Los
órganos tienen responsabilidades de cara a los otros poderes y así
mismo existen responsabilidades intra-órganos. En nuestro sistema
presidencialista el poder ejecutivo, la responsabilidad intra-órganos
es nula porque una sola persona es el poder ejecutivo, el presidente.
En cambio, la responsabilidad extra-órganos en el sistema
presidencialista como el nuestro aparece con más nitidez, el poder
legislativo podrá eventualmente controlar al poder ejecutivo (art 99
inc. 3º, la comisión bicameral permanente revisa los DNU) y a su vez
el poder judicial ante un planteo de inconstitucionalidad de una de
las normas tanto del legislativo como actos u omisiones del ejecutivo
también ejercerá control extra-órganos con el control de
constitucionalidad.
A su vez la Constitución es fundamental porque establece los
derechos y garantías de los particulares. Los derechos se asumen
como la protección que tiene el particular ante un exceso en las
funciones del Estado, y esas garantías son las que van a proteger al
particular con mecanismos tales como el acceso a la jurisdicción, las
herramientas por medio de las cuales uno accede a la jurisdicción
(amparo, habeas corpus, habeas data, art 43 CN) y así mismo la
constitución es fundamental porque nos va a expresar la finalidad,
cuáles son los objetivos del Estado. Como primera aproximación
tenemos el preámbulo de la Constitución.
Indelegabilidad de tareas: Las tres funciones del Estado no pueden
delegar su función en otro poder.
Principio de legalidad: art 19 CN
“Esta todo permitido salvo aquello que está expresamente
prohibido”. Perspectiva del individuo.
Perspectiva del Estado: El Estado únicamente podrá realizar aquellos
actos que expresamente estén previstos por ley.
La Constitución es fundamental porque goza de lo que se llama
perdurabilidad.
La perdurabilidad es una característica de la Constitución porque sus
preceptos tienden a perdurar en el tiempo, las cláusulas
constitucionales tienden a perdurar en el tiempo y eso la diferencia
claramente de la norma ordinaria que tienen objetivos mucho más
transitorios.
Entonces la Constitución es fundamental porque prevé la
organización fundamental del Estado, en esa organización distribuye
facultades y derechos de cada uno de los poderes junto con la
indelegabilidad de tareas y también se prevén las responsabilidades
intra y extra-órganos. En ese contexto los derechos y garantías de los
particulares aparecen como la protección ante un eventual exceso
del Estado y la Constitución nos muestra cuales son los objetivos de
ese Estado que se forma.
En ese contexto y con la característica de perdurabilidad, la
Constitución asume un rol que la muestra con mucho mayor
jerarquía que la norma ordinaria, eso nos lleva a que la Constitución
no puede tener el mismo orden jerárquico que una norma ordinaria,
por ende, la norma ordinaria está por debajo del nivel jerárquico de
la Constitución y en ese sentido una norma ordinaria no puede
contrariar a la Constitución Nacional.
¿En qué artículos de la Constitución Nacional se vislumbra esta
calidad de encontrarse en la cima del ordenamiento jurídico?
121 y siguientes. Se refieren a la autonomía provincial y municipal
porque estas se encuentran por debajo del ordenamiento jurídico
federal.
Art 31. Aclarando que este articulo no refiere puntualmente a la
supremacía constitucional, sino que demuestra que el ordenamiento
jurídico federal se encuentra por sobre el provincial. Esto significa
que cualquier norma de inferior jerarquía que contradiga a la
Constitución y si esta situación es llevada ante la jurisdicción para
ejercer el control de constitucionalidad, esa norma será
inconstitucional.
Por ejemplo, entre una contradicción dada por una Constitución
Provincial y un decreto presidencial, el de mayor jerarquía será la
emanada del ejecutivo nacional por ser ordenamiento jurídico
federal.
Art 31: Las autoridades de cada provincia están obligadas a
conformarse a la normativa nacional.
Art 5: Establece que cada provincia dictara una constitución de
acuerdo a los principios, declaraciones y garantías de la Constitución
Nacional.
Art 123: Determina que cada provincia dicta su propia constitución
conforme a lo dispuesto por el art 5, asegurando la autonomía
municipal y reglando su alcance y contenido en el orden
institucional, político, económico y financiero.
Esto significa que las constituciones provinciales deben estar a lo
establecido en la Constitución Nacional.
El alcance de la autonomía municipal establecida en el art 129
referido a la Ciudad de Buenos Aires y 123 referido a los municipios
de las demás provincias. El alcance de la autonomía provincial lo dará
la Constitución Provincial.
La Corte ha establecido que los municipios deben gozar de la calidad
de autónomas siempre con los límites que establezca la Constitución
Provincial.
En este contexto la supremacía constitucional que deviene de la
fundamentalidad de la constitución organiza los poderes del Estado,
enuncia los derechos y garantías de los particulares, nos dice cuál es
la finalidad del Estado que se está conformando y además goza de
perdurabilidad en el tiempo, nos refiere que esas características, esa
norma es fundamental y como es fundamental y porque tiene estas
características difiere notablemente de la norma ordinaria y si ocurre
esto tenemos que decir que tiene mayor jerarquía, la superlegalidad
formal y material de la constitución surge de estas características y
entonces hablamos de norma fundamental o supremacía
constitucional.
Tratados internacionales.
Los tratados internacionales tienen mayor jerarquía que la ley.
Esto se ventila en el fallo “Ekmedjian”. Se puede advertir como esa
jurisprudencia es fuente de derecho constitucional porque el
constituyente del ‘94 incorpora esos parámetros al art 75 inc. 22,
está claro y explicito en la Constitución Nacional que los tratados
tienen mayor jerarquía que las leyes ordinarias del Congreso.
La Corte reitera esto en los fallos “Fibraca” constructora y en café La
Virginia, en ambos casos parte de la base sostenida en “Ekmedjian
contra Sofovich” en cuanto a que los tratados tienen mayor jerarquía
que la ley y en ese contexto realice un confronte entre las normas
ordinarias locales invocadas por las partes y los tratados también que
invocan como contradictorios a esas normas.
Una vez elucidada esta cuestión aparecen nuevos desafíos, nuevas
situaciones que nos traen justamente la incorporación de tratados
internacionales como parte de la Constitución Nacional, aquello que
llama bloque de constitucionalidad federal y entonces tenemos que
revisar cual es el valor de la jurisprudencia de la Corte
Interamericana de DDHH que es el tribunal internacional que
nosotros aceptamos mediante la suscripción del Pacto de San José de
Costa Rica, en ese contexto revisamos que significa en las
condiciones de su vigencia que los tratados no derogan artículos sino
que los complementan.
Para ello revisar los casos “Giroldi”, “Bramajo”, “Petric”, “Mazzeo”,
“Rodriguez Pereyra”.
La Corte en algún caso refiere que la jurisprudencia de la Corte
Interamericana es una guía de interpretación insoslayable para
entender que dicen esos pactos porque en última instancia es el
último interprete del Pacto de San José de Costa Rica. Además,
cuando se refiere al control de convencionalidad nuestra Corte va a
citar concretamente un precedente de la Corte Interamericana,
Arellano, donde parece decir que el valor de la jurisprudencia de la
Corte Interamericana no solo es una guía de interpretación, sino que
es obligatoria cuando se trata de efectuar este tipo de control de
convencionalidad.
Protección de derechos.
Habeas data: Protege la autodeterminación informativa.
Habeas corpus: Tutela la libertad ambulatoria, el trato digno en las
cárceles y la desaparición forzada de las personas.
Amparo: Tutela el resto de los derechos.
Art. 43 de la Constitución Nacional: El habeas data tiene una
legitimación activa restringida, el habeas corpus tiene una
legitimación activa amplísima y el amparo amplia por aquello
establecido en el párrafo 2do del art. 43 de la Constitución Nacional.
Requisitos para la admisibilidad de la acción de amparo:
De acuerdo a lo que indica el art. 43 CN, para que tramite una
petición por la vía del amparo debía verificarse que no existiese un
medio judicial más idóneo y así mismo arbitrariedad e ilegalidad
manifiesta, advertimos que esos dos recaudos dos caras de la misma
moneda porque si lo que se plantea requiere un mayor debate o
prueba, esto es si es necesario un trabajo procesal importante para
poder acreditar la posición de quien interpone la acción entonces es
que no hay arbitrariedad ni ilegabilidad manifiesta y en el mismo
sentido hay medios judiciales de mayores plazos, de mayor
posibilidad de discusión y prueba idóneos para canalizar aquello que
se plantea.
Todo el estudio que hagamos de las acciones debe ser enfocado
desde la perspectiva de la tutela judicial efectiva, ese principio es el
que nos va a guiar cuando debamos analizar si una vía procesal
escogida es la vía idónea para lograr determinada tutela
constitucional desde la jurisdicción. Ahora bien, habíamos
establecido que se puede cumplir con este requisito, el de la tutela
judicial efectiva aun con vías ordinarias que deben tramitar en un
prolongado lapso de tiempo y allí comenzamos a hablar de lo que se
llaman medidas cautelares. La medida cautelar es un pedido de
tutela anticipada que hace el justiciable ante el juez para asegurar
que en el transcurso del tiempo o lo que pueda durar la tramitación
del expediente no redunde en una aniquilación o en la pérdida total
del derecho por el cual se está reclamando.
Tutela judicial efectiva.
Art 25 del Pacto de San José de Costa Rica.
Protección judicial.
1) Toda persona tiene derecho a un recurso sencillo y rápido o a
cualquier otro recurso efectivo ante los jueces o tribunales
competentes, que la ampare contra actos que violen sus
derechos fundamentales reconocidos por la Constitución, la ley o
la presente Convención, aun cuando tal violación sea cometida
por personas que actúen en ejercicio de sus funciones oficiales.
2) Los Estados parte se comprometen:
a) A garantizar que la autoridad competente prevista por el
sistema legal del Estado decidirá sobre los derechos de toda
persona que interponga tal recurso;
b) A desarrollar las posibilidades de recurso judicial, y
c) A garantizar el cumplimiento, por las autoridades
competentes, de toda decisión en que se haya estimado
procedente el recurso.
Características que debe tener un proceso judicial para cumplir
acabadamente con la tutela judicial efectiva, esto es con una
protección eficiente y efectiva de la de la jurisdicción ante una
afectación a un derecho convencional o constitucional. En ese
contexto es atinado decir que debe existir un acceso a la
jurisdicción sin obstáculos formales, se habla de obstáculos
formales cuando intentamos demostrar o poner de relieve
aquellos recaudos que entorpecen el acceso a la jurisdicción y
que se trata de meras solemnidades. Por otro lado, que ese
proceso tenga un plazo razonable de acuerdo a la complejidad
del asunto que se está planteando o rápido o corto en el
tiempo porque si lo que se plantea es a todas luces una
afectación a un derecho constitucional de manera arbitraria
entonces no hay necesidad de que el proceso tenga una larga
duración. Dijimos que, en ese plazo razonable, o en su caso
breve las partes deben tener la posibilidad de argumentar, de
ser oídas por el juez y luego que el juez dicte una sentencia
ajustada a derecho, una sentencia fundada en la normativa
vigente.
Advertimos que el principio de tutela judicial efectiva no se
acaba con esos recaudos, sino que aparece una situación muy
puntual y muy importante luego de dictada la sentencia y esto
es que la sentencia se pueda ejecutar, que el poder judicial
tenga los elementos, los mecanismos necesarios para hacer
cumplir esa sentencia que manda a restaurar el derecho
convencional o el derecho constitucional que se encuentra
afectado.
Garantías
Amparo: Existen dos requisitos para que las peticiones
vinculadas con derechos constitucionales o convencionales
terminen por esa vía y son: arbitrariedad o ilegalidad
manifiesta o inexistencia de medio judicial más idóneo. Existen
contradicciones entre el art. 43 de la Constitución Nacional y la
ley nacional de amparo (16986) que regula el trámite de esa
acción sumarísima. Advertimos por ejemplo que la ley hace
mención a haber agotado vías administrativas, la existencia de
vías administrativas vigentes podrían obstaculizar el trámite
del amparo, advertimos allí que hay una incongruencia con el
art. 43 porque únicamente la cláusula constitucional se refiere
al medio judicial más idóneo, en cuanto el plazo para
interponer la acción de amparo que refiere la ley, advertimos
que a priori en un análisis en abstracto podía ser contrario al
principio de tutela judicial efectiva del art. 25 del Pacto de San
José de Costa Rica porque supone un obstáculo formal para
acceder a la jurisdicción en materia de protección de derechos
constitucionales y convencionales. Advertimos que, si bien
puede una petición no ser viable por medio del amparo y si por
una vía ordinaria de mayor lapso de duración, mayor debate y
prueba que se puede cumplir con la tutela judicial efectiva,
esto es con la restauración urgente del derecho constitucional
que se alega afectado con lo que se llama una medida cautelar.
Es un pedido de tutela anticipada al tribunal para que en
forma urgente y para evitar que el transcurso del tiempo
genere un gravamen irreparable, es decir que se afecte
gravemente el derecho que se pretende tutelar, se puede
pedir al juez que dicte una medida ordenando hacer,
ordenando abstenerse de hacer, ordenando suspender algún
acto tanto a un particular como a la autoridad pública, al
Estado.
Los requisitos para que procedan las medidas cautelares son
la verosimilitud en el derecho y el peligro en la demora,
justamente una apariencia de buen derecho de lo que se esta
pidiendo, es verosímil, es real, que asiste razón a quien lo pide
en una primera mirada y el peligro en la demora, esto es que
en el transcurso del tiempo esto genere un daño a ese derecho
de imposible reparación. Luego advertimos que los tribunales
verifican cuando otorgan una medida cautelar que no haya una
afectación al interés público, esto es que el otorgamiento de la
cautelar no genere un daño mucho mas grave que aquel que
se podría operar si se rechaza. Por otro lado, el requerimiento
de una contra cautela, aquel que solicita la medida cautelar,
esto es que se garantizará, que se hará cargo de los daños que
pudiera ocasionar esa medida cautelar si hubiese sido pedida
sin derecho.
Tipo de legitimación: aquellos precedentes de la Corte donde
se empieza a admitir la legitimación activa de personas
potencialmente distintas de las directamente afectadas, hay
un análisis del art. 43, segundo párrafo de la Constitución y la
Corte comienza a hacer una aplicación estricta admitiendo la
legitimación del afectado, del defensor del pueblo y de las
asociaciones que propendan la defensa de los derechos
constitucionales que se alegan afectados o incumplidos, en ese
contexto analizamos el precedente “asociación Mongalense”,
“portal de Belén”, etc. donde la Corte explica cual es el alcance
del segundo párrafo del art. 43 y esta situación de verificar la
existencia de causa pero ya no a los términos de legitimación,
la existencia de un interés concreto en el acto inmediato y
directo puede ser un interés no directamente atribuible a
quien lo peticiona, esto es lo que llamamos los amparos
colectivos, la legitimación de una persona potencialmente
distinta de la directamente afectada.
Doctrina en cuanto a la legitimación procesal para interponer
acciones que pretenden la tutela de derechos.
Nos enfocamos directamente en la letra del fallo donde la
corte advierte tres categorías de derecho a los fines de la
legitimación, esto es la aptitud para interponer una acción
judicial, en primer lugar, derechos individuales, en segundo
lugar, de incidencia colectiva que tienen por objeto bienes
colectivos y en tercer lugar la novedad que nos propone el fallo
de incidencia colectiva referentes a intereses individuales
homogéneos.
En las tres categorías hay que verificar dice la Corte la
existencia de un caso, eso es imprescindible, no cambia el
requisito sustancial, la base del control de constitucionalidad
que es causa, caso, controversia. Lo que puede suceder y eso
lo advierte la Corte es que el concepto de caso no sea idéntico
en las tres situaciones siendo que es esencial tenerlo en cuenta
para decidir sobre la procedencia formal de las pretensiones.
Ahora bien, en todos los casos hace falta una afectación actual
o una amenaza claramente previsible, a donde apunta la Corte
no es un control de constitucionalidad en abstracto, los
requisitos establecidos tanto en el art. 116 de la Constitución
Nacional, como en las leyes 27 y 48 no varían, no cambian el
requisito base para el control de constitucionalidad que nos
dice que debe verificarse una situación de hecho y derecho
real y concreta y una aptitud verificada por un interés
sustancial, concreto, inmediato, que podemos verificarlo con el
amparo colectivo que puede ser potencialmente distinto del
interés directo que lo plantea, un interés potencialmente
distinto de aquel que tiene un interés directo, entonces la
Corte nos refiere que este requisito sigue en las tres
categorías, las tres deben verificarse.
En cuanto a la primera categoría la Corte nos dice que
derechos individuales son aquellos a los que se refiere el
primer párrafo del art. 43 de la Constitución, esto es los
precedentes donde una persona tiene un derecho claramente
apropiable, un derecho subjetivo por el cual solicita una tutela
a la jurisdicción. Allí la Corte dice para poder identificarlo con
claridad que es claramente divisible, se puede dividir la
persona y el derecho, una persona, un derecho, el derecho es
atribuible a la persona que plantea la acción, la Corte nos
advierte que puede haber un “litis consorci”, es decir que
pueden ser varias personas peticionando cuestiones,
pretensiones similares en el marco del mismo expediente pero
con claridad uno puede atribuir, uno puede atribuir cada uno
de los derechos que están planteando y relacionarnos con
cada uno. Esa categoría es el primer párrafo del art. 43
vinculados con los derechos individuales.
La segunda categoría a la que hace mención la Corte, esto es
derechos de incidencia colectiva que tienen por objeto bienes
colectivos es la que aparece en el segundo párrafo del art. 43 y
la Corte lo explica en el considerando 11. Este tipo de
legitimación lo que refiere es que el objeto de la tutela es un
bien colectivo. Quien lo plantea, el planteo debe estar
enfocado al bien colectivo, al aspecto colectivo y no a un bien
individual, aquí no se hayan en juego derechos subjetivos, no
es posible identificar el derecho con la persona, sino que los
bienes que se pretenden tutelar pertenecen a la esfera social y
no individual y no hay modo de dividir ese derecho respecto de
cada una de las personas que lo plantean. El ejemplo más
claro, el precedente al habi vinculado con el medio ambiente
sano, no es posible identificar una porción de ese derecho, de
ese medio ambiente sano a una de las personas y es donde se
manifiesta con claridad que pertenece a la esfera social y no
individual. Entonces en esta segunda categoría la Corte nos
dice que puede interponerlo justamente el defensor del
pueblo, el afectado o las asociaciones, que propendan la
defensa de esos derechos de incidencia colectiva sobre bienes
colectivos corresponde al defensor del pueblo, asociaciones y a
afectados y que ella debe ser diferenciada de los intereses
individuales sean patrimoniales o no, para los cuales hay una
esfera de disponibilidad en cabeza de su titular. Un derecho de
segunda categoría puede generar luego una afectación al
patrimonio individual, si hay una afectación al medio ambiente
que está comprobada, esa afectación al medio ambiente
probablemente pueda generar una afectación al derecho a la
salud de un particular, eso no significa que si uno plantea por
el derecho a la salud de ese propio particular va a transformar
en segunda categoría sino lo contrario, cuando la afectación es
al patrimonio individual aquella afectación a segunda categoría
se torna o puede transformarse en una afectación de derecho
individual, esto es apropiable, identificable, divisible según el
primer párrafo del art. 43.
Tercera categoría de derecho, a los fines de la legitimación
procesal para interponer una acción de clase. (No hay material
sobre esta categoría).
Habeas corpus y estado de sitio.
El habeas corpus se trata de la libertad ambulatoria, trato
digno en las cárceles y desaparición forzada de las personas.
Clasificación: Habeas corpus preventivo, reparador y clásico,
también existe un habeas corpus en la traslación y el habeas
corpus pronto despacho para requerir con urgencia algún tipo
de pronunciamiento relativo a la situación de alguna persona
privada de su libertad.
El estado de sitio: su regulación primigenia constitucional
aparece en el art. 23 donde faculta al presidente a trasladar
personas y arrestar a aquellas personas que tengan incidencia
directa sobre los motivos por los cuales se declara el estado de
sitio. Lo que no puede hacer el presidente es aplicar penas y
demorar o evitar que esa persona que quiera salir del país así
lo haga. La Corte ha dicho que el estado de sitio constituye una
respuesta institucional reglada por la Constitución ante
emergencias de carácter político, son dos las situaciones:
ataque exterior y conmoción interior. Para declararlo podemos
decir que en cada una de esas dos situaciones se debe poner
en peligro el ejercicio y vigencia de la Constitución o de las
autoridades por ella creadas, de los poderes constituidos. La
Corte ha precisado que es una defensa extraordinaria para
defender la Constitución Nacional y los poderes creados por
ella.
Art. 99 inc. 16: El Poder Ejecutivo con acuerdo del Senado
puede declarar el estado de sitio en materia de ataque
exterior, así mismo en cuestiones de conmoción interior lo
hace el Congreso de acuerdo a lo que establece el art. 75 inc.
29 y si está en receso lo podrá hacer el ejecutivo, luego el
poder legislativo deberá aprobarlo o suspenderlo si fue
durante su receso.
Habeas data y garantías del debido proceso penal.
En cuanto a la primera acción, la garantía tenemos que decir
que la encontramos en el art. 43 de la Constitución Nacional en
el tercer párrafo donde el convencional constituyente del año
’94 constitucionaliza la acción cuando allí menciona que una
persona podrá interponer este tipo de herramienta para tomar
conocimiento de los datos a ella referidos. El ámbito de
protección del habeas data es la autodeterminación
informativa, esto es elegir un propio plan de vida, pero
respecto de los datos que uno posee, elegir como, cuando y a
quien entregarle los datos referidos a nuestra propia persona.
Tenemos que decir que hay una evolución de la jurisprudencia
de la Corte Suprema de Justicia en relación al habeas data que
va desde el caso “Urtiaga”, el primer caso de mucha relevancia
vinculado con este tipo de acción donde la Corte reinterpreta
el art. 43 de la Constitución que dice datos a ella referida
como si nos refiriéramos al titular del dato quien fuera
legitimado activo para interponer la acción, decía reinterpreta
y amplia la legitimación al hermano del titular del dato.
Facundo Urtiaga pretendía tomar conocimiento de datos
referidos a su hermano Benito Urtiaga, presuntamente abatido
en el año ’76. La Corte asume que como no había
reglamentación legal de este tipo de acción, el fallo es anterior
al año 2000 en que se dicta la ley 25326 de habeas data y
admite la legitimación del hermano para tomar conocimiento
de los datos referidos al presuntamente fallecido Benito
Urtiaga.
La Corte admite que hay una cláusula constitucional que debe
ser aplicada inmediatamente y que la ausencia de
reglamentación no puede desnaturalizar el espíritu de esa
garantía, por ende, ordena que se informe sobre los datos que
existían respecto de Benito Urtiaga y su presunta desaparición
en el año 1976.
Una situación similar donde la Corte actúa como fuente de
derecho constitucional es el caso “Ganora”, allí la Corte lo que
hace es precisar que es un banco de datos público, el art. 43
hace referencia a como legitimados pasivos al habeas data a
los banco de datos públicos o los bancos de datos privados
destinados a proveer informes, los banco de datos públicos
son aquellos que su titularidad es del Estado y la Corte en
“Ganora” admite que aquellos bancos de datos de carácter
secreto también son alcanzados por el habeas data. Es cierto
que la Corte es anterior al dictado de la ley, que esto lo regula
el legislador y termina incorporando a la ley aquella doctrina
de la Corte. El máximo tribunal admite la legitimación pasiva
de banco de datos del Estado de carácter secreto con la
precisión o con el limite de que estos bancos pueden excusarse
de entregar estos datos si el dato que se peticiona afecta la
defensa nacional, las relaciones exteriores o la investigación de
presuntos delitos. Lo mismo pasa en el caso “Matinport SA”, es
mucho más contemporáneo a la ley de habeas data y allí la
Corte admite la legitimación activa de una persona de
existencia ideal, por ende, también podemos decir que
reinterpreta el art. 46 y admite no solo personas de existencia
física sino personas de existencia ideal a los fines de estar
legitimados para interponer este tipo de acción.
El habeas data tiene una legitimación restrictiva, esto es el art.
43 hace mención a las personas, a los datos a ella referida,
podemos inferir en principio que el titular del dato puede
interponer este tipo de acción, luego el legislador, tomando la
jurisprudencia sentada en “Urtiaga”, admite en la ley, en la
25326, la legitimación para interponer este tipo de acción a
tutores, curadores y familiares hasta el segundo grado de línea
colateral, el hermano del titular del dato si demuestra la
afectación puede interponer este tipo de acciones. Por otro
lado, tenemos que decir que hay distintas clasificaciones
respecto del habeas data, básicamente las clasificaciones son
interesantes para entender cual es el objeto de las acciones.
Por ejemplo, habeas data autoral, esto es instar la acción para
tomar conocimiento de quien es el autor del dato, habeas data
finalista, tomar conocimiento de para que fines se ha recabado
ese dato, habeas data exhibitorio, tomar conocimiento del
dato, habeas data rectificativo o cancelatorio, modificar datos
erróneos o cancelar o reservar aquellos datos que puedan ser
discriminatorios según el contexto. La ley es muy interesante
porque hay una técnica legislativa que se avoca a la
conceptualización de distintos términos como los que son los
datos personales y datos sensibles. Los primeros tienen que
ver con características de las personas, datos vinculados con
ella, nombre, domicilio, etc. pero en los datos sensibles
aparece una situación novedosa muy interesante porque el
legislador entiende que son aquellos que pueden generar
según el contexto una discriminación, datos que tienen que ver
con la orientación política, sexual, raza, color de las personas y
que se vincula concretamente con el art. 1 del Pacto de San
José de Costa Rica, aquel que nos plantea distintos criterios
que a priori podemos considerarlos como sospechosos de
discriminación.
Evolución de la jurisprudencia en materia de habeas data.
Arrancamos con “Urtiaga” donde la Corte reinterpreta el art.
43 y admite la legitimación activa del hermano del titular del
dato a quien se refiere el dato que se intenta recabar. Luego
en “Ganora” la Corte precisa cual es el alcance del banco de
datos publico a los fines de la legitimación pasiva en materia
de habeas data, en “Matinpert” sucede lo mismo y una
persona de existencia ideal es aceptada como legitimada activa
para interponer la acción y luego de esos casos aparece el
tema: ¿Qué es un banco de datos destinado a proveer
informes? Y si bien la ley es bastante precisa, la Corte ha ido
diseñando en que casos y con qué parámetros se analiza la
procedencia de un habeas data cuando elato que se proyecta
es real, no es falso, no es arbitrario, entonces allí vamos a
tener por ejemplo el caso “Lascano Quintana” donde una
persona interpone un habeas data, una persona que era
presidente de una compañía de seguros, para que se
resguarde el dato que lo vinculaba con el concurso preventivo
de esa empresa, la Corte rechaza el habeas data alegando que
el dato era cierto, que en efecto esa persona era presidente de
esa compañía de seguros que se encontraba asegurada y por
ende al no haber falsedad , no haber arbitrariedad o ilegalidad
manifiesta y en esto hay que tenerlo en cuenta porque la Corte
parece asimilar el habeas data a una subespecie del amparo,
rechaza la acción interpuesta por Lascano Quintana, situación
similar sucede en “Matinport SA” donde la empresa pretendía
la cancelación de un dato vinculado con un pedido de quiebra
anotada en el registro de juicios universales donde la Corte
también rechaza el habeas data porque al no haber falsedad
en el dato, el dato era cierto, entendió que no había
discriminación y por ende desestima la acción interpuesta por
Matinport SA.
La situación cambia con el dictado de la ley 25326 porque allí
hay una nueva interpretación de aquel dato que, si bien es
cierto, muestra una visión parcializada de la realidad y esa es la
doctrina que se revela en “Martinez”, en “Dinuncio” y en otros
datos vinculados con datos de entidades crediticias o datos
que se relacionan con la aptitud patrimonial de una persona
que si bien son ciertos no muestran cabalmente un panorama
total de la situación. En “Martinez” lo que sucedió, había un
juicio iniciado por una consignación por revisión de precio de
un banco cerrado fallido y lo que figuraba allí era deudor
incobrable por la actora con juicio iniciado, la Corte dice que si
bien es cierto el dato, la ley de habeas data lo que plantea es
que el dato debe mostrar un panorama completo de la aptitud
crediticia de la persona afectada, por ende hace lugar al
habeas data y manda en primera instancia a revisar la
sentencia tomando en cuenta los parámetros de la ley de
habeas data, esto es muy importante porque allí la Corte
admite con claridad que el habeas data no es una especie del
amparo sino que es una herramienta jurídica independiente y
autónoma, la Corte dice puede que no haya arbitrariedad
manifiesta, esto es porque el dato es cierto, pero el dato debe
mostrar una visión total de la realidad, no una visión
parcializada, por ende se acepta la visión de habeas data, lo
mismo sucede en “Dinunsio”, una persona que había intentado
comprar una flota de autos, la agencia había cerrado y sin
embargo seguían cobrando la cuota del crédito prendario, la
Corte alude lo mismo, toma como fundamento legal la ley de
habeas data y entiende que tiene que ser cabal la acción que
se demuestre y hace lugar a la acción de habeas data.
Poder de policía.
Este concepto se vincula con la facultad del Estado de
reglamentar los derechos constitucionales. El fundamento del
poder de policía, el fundamento constitucional lo podemos
verificar en una primera mirada en el art. 14 de la Constitución
Nacional, aquel que indica que los habitantes de la nación
gozan de los siguientes derechos conforme a las leyes que
reglamentan su ejercicio y es justamente la reglamentación del
ejercicio de los derechos aquello que nosotros llamamos poder
de policía. Reglamentar un derecho es limitarlo para que el
ejercicio de ese derecho no contraste, no choque con el
ejercicio de derecho de otro particular. Entonces vamos a decir
que el poder de policía justamente es la facultad del Estado de
reglamentar los derechos constitucionales y que ese poder de
policía en puridad se realiza, se ejerce, mediante las leyes del
Congreso. Pero hay que hacer una primera advertencia, una
primera precisión y es que en principio el poder de policía es
local, esto es la reglamentación de los derechos se hace por la
vía legislativa provincial, esto surge del art. 121 de la
Constitución Nacional que indica que las provincias se
conservan tosas sus facultades salvo las que expresamente se
hayan delegado a la Nación.
Lo que vamos a revisar por medio de la jurisprudencia
vinculada con esta temática es que existen en muchas
cuestiones un poder de policía concurrente, esto es donde
tanto a nivel local como nivel nacional se pueden reglamentar
derechos constitucionales, por ejemplo, cuando hablamos de
la materia de transporte interjurisdiccional el poder de policía
es nacional por el art. 75 inc. 13, cuando tratamos el tema de
regulación de los establecimientos de utilidad federal de
acuerdo al art 75 inc. 30, en principio el poder de policía es
nacional pero localmente las provincias también lo pueden
regular siempre y cuando no afecten los objetivos de ese
establecimiento de utilidad federal, así lo explico la Corte en
“Hidronor” y así lo instaló el convencional constituyente en el
art. 75 inc. 30.
El poder de policía es en principio local y tiene dos
limitaciones que son la legalidad y la razonabilidad.
El poder de policía clásico, aquel que admite la limitación de
los derechos constitucionales en razón de tres cuestiones,
moralidad, salubridad y seguridad ha sido admitido por la
Corte en un precedente muy antiguo que se llama “Plaza de
toros”, en ese caso la Corte hace mención a la facultad que
tiene el Congreso de limitar derechos constitucionales,
concretamente en el caso se trataba del otorgamiento de un
permiso para instalar una plaza de toros en la provincia de
Buenos Aires que había sido desestimado por la administración
y la Corte confirmó este rechazo porque los motivos que se
alegaban se vinculaban con la moralidad, la salubridad y
seguridad de la comunidad que conforma el Estado. Ahora
bien, el poder de policía clásico admite una ampliación, admite
una variación y es aquel que se llama poder de policía amplio,
es aquel que admite la limitación de derechos constitucionales
por cuestiones que van más allá de la moralidad, salubridad y
seguridad, tal como el poder de policía clásico y el Estado ha
hecho uso de este tipo de institución en casos donde se
encontraban en juego intereses económicos de la sociedad.
La Corte Suprema estudió y avaló un planteo vinculado con el
poder de policía amplio por primera vez en el caso “Ercolano c/
Lanteri”. Lo que hace el máximo tribunal en aquel caso por ser
el primero que admitirá la constitucionalidad del poder de
policía amplio, la Corte parte de la posición de que el control
de constitucionalidad que se realiza respecto de normas que
limitan los derechos constitucionales es legalidad y
razonabilidad, pero la introducción que realiza la Corte
vinculada con el poder de policía amplio citando jurisprudencia
de la Corte de Estados Unidos es aquella que se vincula con el
fundamento constitucional y legal por el cual se habilita que el
Estado regule relaciones entre los particulares y allí es muy
importante advertir una cuestión y es que loa Corte entiende
que debe estar en juego el bien común, que en materia de
poder de policía amplio cuando se limitan derechos
constitucionales por motivaciones que van más allá de
moralidad, salubridad y seguridad en el caso interés
económico de la sociedad el monopolio de la locación de
departamentos y casas de vivienda, la Corte dice hay que
verificar que esté en juego el bien común, esto es que haya
una situación que amerite por su gravedad que el Estado se
involucre y regule situaciones que no se sustentan en las tres
motivaciones del poder de policía clásico.
La Corte también advierte que este poder de policía se tiene
que dar en situaciones excepcionales, transitorias, no puede
ser una práctica que se prolongue en el tiempo porque
justamente reglamentar derechos constitucionales y relaciones
entre particulares basadas en cuestiones por ejemplo
económicas la Corte dice que aquello son situaciones que
deben ser excepcionales para que no se traduzca ese poder de
policía amplio en un poder de policía clásico que se vincula con
la moralidad, salubridad y seguridad. Entonces una vez que la
Corte admite la cuestión relativa al poder de policía amplio
donde se encuentra en juego el bien común, el bien de la
sociedad entera y admite que debe ser transitorio el ejercicio
de este tipo de práctica lo que hace luego es un análisis de
razonabilidad.
El análisis de razonabilidad que realiza la Corte en los casos en
lo que se estudia una afectación a un derecho constitucional
basado en intereses económicos de la sociedad por ejemplo
cuando hablamos de poder de policía amplio, el análisis
concurre de cuatro supuestos: medios, fines, adecuación y
proporción.
Medios: Esto es que herramientas utilizó el Estado para lograr
el objetivo buscado.
Fines: ¿Cuál es el objetivo en el caso? La ley porque el
principio de legalidad es el primer recaudo para el poder de
policía, las limitaciones de los derechos se hacen por ley.
Adecuación: De los medios en relación a los fines, esto es, si
los medios son adecuados a los fines buscados y aquí hay que
hacer una advertencia, la Corte en “Ercolano c/ Lanteri”, luego
en “Cine Callao”, luego en “Herta c/ Harguintegui”, en todos
esos casos vinculados con el poder de policía advierte con
claridad que la adecuación de los medios a los fines buscados
es una cuestión ajena al control de constitucionalidad, esto es
si son oportunos los medios, si son convenientes los medios
que eligió el legislador para lograr el fin buscado, aquello es
ajeno al estudio de los tribunales porque es una atribución
propia del Poder Legislativo por ende en esta tercera etapa del
análisis la Corte advierte y precisa que allí no se va a meter.
Pero si en la cuarta etapa del análisis que es:
Proporción: La proporcionalidad sí es una cuestión sometida al
control de constitucionalidad, esto significa que
concretamente tiene que ver con el grado de afectación que
supone el medio en relación con el fin que se busca, esto es, la
afectación al derecho debe ser proporcional al fin u objetivo
que se busca con dicha afectación. En el caso “Ercolano c/
Lanteri” la Corte entiende que no había sido aprobado
fehacientemente una afectación desproporcionada, arbitraria
al derecho de propiedad o al derecho de contratar que alegaba
la locadora. Lo mismo ocurre en “Cine Callao”, en ese leading
case vinculado con el poder de policía amplio efectúa el mismo
análisis, legalidad, por un lado, por ley, razonabilidad, y la
razonabilidad, medios, fines, adecuación y proporción.
Fallos sobre habeas corpus.
Mignone, Emilio Fermín s/ amparo
Sentencia de 9 de abril de 2002
Hechos: Emilio Mignone presentó una acción de amparo en
1998 en representación del CELS que demandó la adopción de
“las medidas necesarias para garantizar el ejercicio del derecho
de sufragio (art. 37 de la Constitución Nacional) de las
personas detenidas sin condena en todos los establecimientos
penitenciarios de la Nación en condiciones de igualdad con el
resto de los ciudadanos”, declarándose para ello la
inconstitucionalidad del art. 3º inc. “D” del Código Electoral,
ley 19945.
Sumario: La limitación contenida en el art. 3º inc. “D” del
Código Electoral Nacional que excluye del padrón electoral a
“los detenidos por orden de juez competente mientras no
recuperen su libertad”, es contraria a la Constitución Nacional
y a los tratados internacionales.
Otro sumario: Reconocer un derecho, pero negarle un
remedio apropiado equivale a desconocerlo. En consecuencia,
corresponde urgir al Poder Legislativo y al Poder Ejecutivo a
que adopten las medidas necesarias para hacer efectivo el
derecho a votar de los detenidos no condenados.
Peláez, Víctor s/ habeas corpus.
Sentencia del 19 de octubre de 1995
Hechos: Víctor Peláez fue citado por la Comisión de Asuntos
Constitucionales de la Cámara de senadores para declara sobre
unos agravios vertidos a senadores neuquinos en un periódico,
acto seguido fue sancionado con 48 horas de arresto
domiciliario, habida cuenta de que la Cámara “cuenta con
facultades jurisdiccionales, de acuerdo a la doctrina
constitucional y a la jurisprudencia de la Corte Suprema para
aplicar sanciones por actos que afecten los fueros
parlamentarios de los legisladores”. Peláez interpone acción de
habeas corpus que tras apelación del Senado llega a la Corte
Suprema.
Sumario: Esclarecer las facultades del Senado para arrestar a
una persona, cae dentro del ámbito de la ley de habeas corpus
23098.
Otros sumarios:
-Planteada una causa no existe otro poder por encima de la
Corte para resolver acerca de la existencia y los limites de las
atribuciones constitucionales otorgadas a los departamentos
Legislativo, Judicial y Ejecutivo.
-Si se ha invocado ante el Poder Judicial la protección de la
libertad ambulatoria, que se vería cercenada por una orden de
arresto del Senado se configura una causa.
-Si la publicación periodística no constituyó una obstrucción o
impedimento, serio y consistente, para la existencia o el
ejercicio de las funciones propias del Senado, careció de
validez el arresto que le impusiera al autor.
Dessy, Gustavo s/ hábeas corpus.
Sentencia de 19 de octubre de 1995
Hechos: Gustavo Dessy, interno del SPF, alojado en la Unidad
7, interpuso habeas corpus por considerar que se había
agravado ilegalmente sus condiciones de detención al violar su
correspondencia y afectar su derecho a la intimidad. En tal
sentido señaló que el personal penitenciario le había
rechazado una pieza de correspondencia que pretendía enviar.
Sostiene que la obligación de entregar abiertas las cartas que
se propone despachar, para permitir a las autoridades del
penal ejercer la censura de su contenido contraviene la Ley
Penitenciaria Nacional que solo prescribe la supervisión de las
cartas recibidas, pero no las remitidas, viola los art. 18 y 19 de
la Constitución Nacional y la Convención Americana de DDHH.
Sumario: Procede el recurso extraordinario si se tachó de
inconstitucional un acto de autoridad nacional desarrollado de
acuerdo con un reglamento que a juicio del recurrente
afectaría las garantías constitucionales de inviolabilidad de la
correspondencia y privacidad e intimidad en las que funda su
derecho y la sustancia del planteo conduce a determinar el
alcance de dichas clausulas (art. 14 inc. 3º de la ley 48).
Nasso, José Agustín s/ habeas corpus.
Sentencia de 5 de abril de 1994
Texto: Si bien es cierto que la facultad de designar la unidad
de detención en la que debe alojarse los internos es, en
principio, materia propia de la autoridad administrativa, ello
no es obstáculo suficiente para vedar a los jueces la posibilidad
de ejercer el control de legalidad y razonabilidad de los actos
que son cuestionados ante sus estrados.
Sumario: Es admisible el recurso extraordinario, aun cuando
remite al examen de cuestiones de derecho común -Ley
Penitenciaria Federal- y prueba, si lo decidido es arbitrario,
carece de fundamentación y no constituye una derivación
razonada del derecho vigente con aplicación de las
circunstancias comprobadas de la causa.
Verbitsky, Horacio s/ habeas corpus.
Sentencia de 3 de mayo de 2005.
El centro de Estados Legales y Sociales interpuso un habeas
corpus en representación de todas las personas detenidas en
prisiones y comisarias de la Provincia de Buenos Aires. Relató
que los detenidos padecían condiciones de superpoblación y
hacinamiento porque los calabozos estaban en un estado
deplorable de conservación e higiene.
El Tribunal de Casación penal de la provincia de Buenos Aires
rechazó el habeas corpus, al considerar que debía analizarse
cada caso en particular.
La Corte reconoció al Centro de Estudios Legales y Sociales
legitimación colectiva para interponer un habeas corpus
correctivo y colectivo a favor de las personas detenidas en las
comisarias bonaerenses y ordenó al Gobierno de la provincia
que revierta las condiciones inhumanas de confinamiento
existentes.
Gutiérrez, Alejandro s/ causa nº 11960.
Sentencia de 19 de febrero de 2015
La Corte Suprema hizo lugar a la queja interpuesta contra el
pronunciamiento dictado por la Sala II de la Cámara Federal de
Casación Penal, que al hacer lugar al recurso interpuesto por la
representación del Estado Nacional en las causas que se
originen en el ámbito del SPF, revocó la decisión de la Sala I de
la Cámara Nacional de Apelaciones en lo Criminal y
Correccional, confirmatoria de la sentencia del Juzgado de
instrucción nº 38, que hiciera lugar al habeas corpus correctivo
presentado por el interno Alejandro Gutiérrez.
Sumario: Corresponde dejar sin efecto la sentencia que revocó
la dedición que había hecho lugar al habeas corpus correctivo
presentado por un interno del SPF fundado en el riesgo a la
integridad física debida a la demora en el mecanismo de
apertura de las puertas de la unidad, que comprometía
negativamente la capacidad de actuar en caso de emergencias
si el defecto de la decisión recurrida predicó de la sentencia
sometida a su revisión carece de absoluto correlato con lo
efectivamente obrado en la causa, por lo que se verifica a su
respecto una fundamentación solo aparente, apoyada en
conclusiones dogmáticas o inferencias sin sostén jurídico o
factico, que no parece responder mas que la exclusiva
voluntad de los jueces.
Habeas corpus y estado de sitio.
Timerman, Jacobo s/ recurso de habeas corpus.
Sentencia de 20 de julio de 1978
Sumario: El control de razonabilidad puede abarcar un doble
aspecto:
a) La relación entre la garantía afectada y del estado de
conmoción interior;
b) La verificación de si el acto restrictivo guarda proporción
adecuada con los fines perseguidos por la declaración del
estado de sitio.
Otros sumarios:
-El estado de sitio tiene una órbita propia y una función
útil, pues se trata de un recurso extremo y transitorio para
preservar y no para suprimir el imperio de la Constitución.
-Durante el estado de sitio el Poder Ejecutivo tiene la
obligación y la responsabilidad de ejercer, en cada caso,
fundada y razonablemente, los poderes que le confiere el
art. 23 de la Constitución Nacional, y el Poder Judicial
inviste el control jurisdiccional sobre la aplicación concreta
de tales poderes.
Zamorano, Carlos
Sentencia de 4 de abril de 1977
Zamorano era un abogado que había sido arrestado poco
después de que el gobierno de Isabel Perón declaró el
estado de sitio en 1974. El suyo fue el primer recurso de
habeas corpus que la Corte admitió en contra de un arresto
perpetrado durante un estado de emergencia.
Anteriormente tales arrestos eran susceptibles de revisión
solo si se había violado el art. 23, ignorando el derecho del
detenido de ejercer su opción de dejar el país. La Corte
sostuvo que el control de razonabilidad sobre las medidas
que adopte el Poder Ejecutivo durante el estado de sitio
debe determinar al menos la pertinencia entre las razones
de la detención y las causas del estado de sitio, y que las
respuestas genéricas e imprecisas eran insuficientes.
El presidente de la República no es el único facultado para
evaluar la situación de aquellos que se hallan detenidos a
su disposición. Si bien es ajeno al ámbito de actividad
jurisdiccional lo concerniente a cuestiones eminentemente
políticas y no judiciales, le compete al Poder Judicial de la
Nación analizar en casos excepcionales como el presente la
razonabilidad de las medidas que adopta el Poder
Ejecutivo, lo que halla en sustento en el propio art. 23 y 95
de la Constitución.
Granada
Sentencia de 3 de diciembre de 1985
El Poder Judicial conserva un elemental control que se dio
en llamar racionalidad, que importa su deber de invalidar la
medida cuando resulte arbitraria en forma notoria.
Habeas data.
Urteaga, Facundo c/ Estado Mayor Conjunto de las FFAA
Sentencia de 15 de octubre de 1998
Hechos: Facundo Urteaga dedujo acción de amparo de
habeas data contra el Estado Mayor Conjunto de las FFAA
y/o el Gobierno de la Provincia de Buenos Aires con el
objeto de “obtener información que exista en los Bancos de
Datos de la Secretaria de Informaciones del Estado y
servicios de inteligencia de las FFAA sobre su hermano
Benito Urteaga, supuestamente abatido el 19 de julio de
1976.
El a quo rechazó la acción con dos fundamentos: a) la falta
de legitimación activa del actor “en tanto los datos que
pretende recaba no están referidos a su persona”; b) la
finalidad que se persigue en la presente acción “no se
compadece con lo que surge del texto constitucional”.
La Corte admite que el actor es damnificado en cuanto a su
derecho a conocer el paradero de su hermano o localizar
sus restos.
Ganora, Mario s/ habeas corpus
Sentencia de 16 de septiembre de 1999
Sumario: La obtención de información sobre datos
personales obrantes en los organismos y fuerzas de
seguridad halla adecuación legal en la acción de habeas
data. Al ser ello así, la decisión del a quo de rechazar la
acción deducida por considerar que los particulares no
pueden tener acceso a la información obrante en las FFAA y
organismos de seguridad del Estado “por obvias razones de
seguridad pública”, constituye una afirmación dogmática
carente de razonabilidad.
Matinport SA/ medida precautoria
Sentencia de 9 de marzo de 1999
La Corte rechaza la acción de habeas data tendiente a
suprimir del Registro de Juicios Universales la anotación de
un pedido de quiebra respecto de una sociedad comercial
que había sido desestimada por no cumplirse el
presupuesto factico de la falsedad previsto en el art. 43 de
la Constitución Nacional.
Lascano Quintana c/ Veraz SA s/ habeas data.
Sentencia de 23 de febrero de 1999
Es improcedente la acción de habeas data tendiente a
suprimir del legajo personal del actor en un banco de datos
privado información relacionada con los juicios seguidos
contra la sociedad anónima del que es presidente si tales
datos son verdaderos, no están desactualizados ni revisten
carácter discriminatorio reflejando una circunstancia
objetiva que guarda estrecha relación con la finalidad del
crédito.
Martínez, Matilde c/ organización Veraz SA.
Sentencia de 5 de abril de 2005
Sumario: Cabe dejar sin efecto la sentencia por la cual
rechazó la acción de habeas data deducida contra una
empresa proveedora de información crediticia a fin de que
rectifique ciertos datos asentados en sus registros, pues el
informe brindado por la demandada en cuanto califica al
actor como deudor moroso -en el caso respecto de un
mutuo hipotecario-, aun cuando aclara que este mantiene
dos juicios contra el banco prestamista por revisión del
precio y consignación, configura una imagen parcializada
del comportamiento del actor en el cumplimiento de sus
obligaciones comerciales.
Empresa de Combustible Zona Común SA c/ AFIP.
Sentencia de 7 de abril de 2009
La empresa de Combustibles Zona Común SA interpuso
una acción de habeas data contra la AFIP a fin de que se le
ordene al organismo recaudador que en el plazo de 5 días
le informara los datos a esta referidos que se encontraran
en su poder. El juzgado de primera instancia y la Cámara
Federal de Apelaciones hicieron lugar a la demanda. La AFIP
recurre a la Corte.
El Alto Tribunal retomando los argumentos del Procurador
General revocó la sentencia apelada.
En su opinión sostuvo que la acción intentada por la actora
no se compadecía con el objeto de la garantía invocada,
pero con distintos fundamentos a los invocados por la
demandada.
Sostuvo que de acuerdo al art. 43 párrafo 3º de la
Constitución Nacional, la AFIP si era legitimada pasiva a la
acción intentada, puesto que se trataba de un Banco de
datos públicos.
Por otra parte, opinó que la falta de acreditación de la
falsedad o discriminación de los datos era abstracta, de
acuerdo al art. 16 de la ley 25326, esa exigencia solo puede
requerirse siempre y cuando el interesado haya tomado
conocimiento de los datos, en los términos del art. 14 del
mismo cuerpo legal, para luego ejercer la opción que se
estime corresponder en el caso. No obstante, esta
circunstancia no aconteció puesto que la empresa
accionante no pudo saber cuales eran los datos referidos a
su persona.
Di Nunzio, Daniel c/ Bank Boston y otros s/ habeas data.
Sentencia de 21 de noviembre de 2006
El actor demanda a Bank Boston, Veraz SA y Banco Central
reclamando que en el informe comercial en que figura
como deudor se agreguen los datos de la causa penal por
estafa contra las personas que lo habían defraudado y lo
dictaminado por un agente del Banco Central en donde se
pone en duda que el actor sea el deudor y se reseña una
serie de errores por parte del Bank Boston.
En 1º instancia se hizo lugar a la demanda, pero en la
apelación la Cámara la revocó.
La Corte reprocha al a quo haber considerado que la
inscripción de los datos solicitados sea excusa para anotar
datos de terceros. El tercero era Bank Boston, el informante
y acreedor de la deuda reclamada, por lo que puede ser
introducida en el informe al igual que los datos de la causa
penal por estafa, la cual es una de las causas de la situación
5 crediticia.
La explicación fue que la ley 25326 no fue sancionada para
proteger a quienes realizan el tratamiento de los datos
personales sino a los titulares de estos datos, los cuales
tienen derecho a que se informe de manera completa y
actualizada su situación financiera.
R.P., R.D. c/ Estado Nacional- SIDE.
Sentencia de 19 de abril de 2011
El demandante había iniciado una acción de habeas data
con el objeto de conocer si la demandada tenía en sus
archivos información de interés para el cálculo de su
jubilación del periodo comprendido entre 1961 y 1973, de
acuerdo a lo que determina el decreto 4827/ 58.
La Corte confirmó la sentencia de la Sala I de la Cámara
Nacional de Apelaciones en lo Contencioso Administrativo
Federal que había resuelto que al demandante le asiste el
derecho a saber si la SIDE tiene en sus archivos información
referente a sus datos personales, al mismo tiempo que
disponía que la juez de primera instancia interviniente
debía intimar a ese organismo para que remitiese la
información requerida.
La Cámara había advertido que la juez, a pedido del
demandante, podía tomar conocimiento personal y directo
de los actos que la SIDE reconociera tener, aunque con la
obligación de mantener su confidencialidad.
Catania, Américo c/ BCRA s/ habeas data.
Sentencia de 8 de noviembre de 2011
Hechos: El actor promovió acción de habeas data contra el
BCRA con el objeto de acceder a los datos que sobre su
persona obran en la base de datos de dicha entidad y
contra el banco privado que lo calificó como incobrable. En
1º y 1º instancia se desestimó la pretensión. Contra tal
pronunciamiento el actor interpuso recurso extraordinario.
La Corte Suprema revocó la sentencia impugnada.
Sumario: Cabe revocar la sentencia que rechazó la acción
de habeas data deducida contra el BCRA y a la entidad
bancaria que le comunicó la información adversa relativa a
su condición de deudor incobrable, con el objeto de que
este último brinde adecuada información acerca de los
datos que envía a aquella entidad en relación con la Central
de deudores del sistema financiero y que se elimine la
información de morosidad, fundando el pedido en el art. 43
de la Constitución Nacional y art. 26 inc. 4º de la ley 25326,
pues la ley ha consagrado el derecho del afectado a exigir
que -transcurrido cierto tiempo- los datos significativos
para evaluar su solvencia económica – financiera no sean
mantenidos en las bases de datos ni difundidos, con el
objeto de que el individuo no quede sujeto
indefinidamente a una indagación sobre su pasado.
Napoli, Carlos c/ Citibank.
Sentencia de 8 de noviembre de 2011
Hechos: El actor promovió acción de habeas data contra
una entidad financiera privada en los términos de la ley
25326, a fin de que esta cancele la información referente a
él obrante en sus registros, y que comunicara tal
circunstancia al BCRA, a efectos de que fuera dado de baja
en la central de deudores del sistema financiero. En 1º
instancia se denegó la pretensión, decisión que fuera
revocada por la Cámara que admitió el planteo del
recurrente. Contra esa decisión, la demandada interpuso
recurso extraordinario, cuya denegación originó la queja.
El Alto Tribunal remarcó que el decreto reglamentario que
regulaba la cuestión era “impreciso” y “poco claro” lo que
amerita que se subsane mediante una interpretación que
se ajuste estrictamente a la voluntad del legislador.
Ha de evitarse una postergación o excesiva tardanza en el
inicio en el computo del plazo, puesto que ello se opone al
declarado propósito de lograr una reinserción del afectado
en el circuito comercial financiero.
Garantías del debido proceso.
Fernández Prieto y Tumbeiro vs Argentina
Sentencia de 1 de septiembre de 2020
Hechos: La Corte Interamericana de DDHH notificó la
sentencia de excepciones preliminares, fondo, reparaciones
y costas en el caso “Fernández Prieto y Tumbeiro vs
Argentina”, en el que la defensora general de la Nación
intervino como representante legal de las victimas ante el
Sistema Interamericano de Protección de DDHH.
La Corte IDH encontró al Estado argentino responsable de
por la violación de los derechos a la libertad personal,
dignidad, y a las garantías judiciales y protección judicial de
los señores Carlos Fernández Prieto y Carlos Tumbeiro, así
como del derecho a la igualdad ante la ley y la prohibición
de discriminación, en perjuicio de este último.
Sumario: La detención que en 1998 y con fines de
identificación efectuaran agentes de la policía bonaerense
en perjuicio de quien luego sufriera un encarcelamiento
arbitrario, se fundó en prejuicios posteriormente
convalidados por los tribunales internos, incumpliendo con
el requisito de legalidad en violación a los art. 7.1 y 7.2 de
la Convención Americana, pues no respondió a criterios
objetivos, sino a la aplicación de estereotipos sobre la
apariencia del afectado, convirtiendo a la intervención
policial en una actuación discriminatoria y, por ende,
arbitraria en violación a los art. 7.3 y 24 de la Norma
Convencional.
Tarifeño, Francisco s/ encubrimiento en concurso ideal
con abuso de autoridad.
Sentencia de 28 de diciembre de 1989
En la instrucción el juez ordena el procesamiento de
Tarifeño.
El fiscal solicita unas medidas probatorias que fueron
concedidas por el juez y luego formalizar la requisitoria de
elevación a juicio.
En el plenario luego de la producción de una serie de
pruebas por parte del abogado defensor, el fiscal,
convencido de la inocencia de Tarifeño, al momento de
emitir sus conclusiones, no lo acusa, sino que por el
contrario pide su absolución.
No obstante, el órgano jurisdiccional sentencia a Tarifeño
sosteniendo que la actividad del Ministerio Fiscal quedó
firme al formular Requisitoria de elevación a juicio.
El defensor recurre la sentencia y llega a la Suprema Corte.
La Corte declara la nulidad de la sentencia condenatoria.
Con el fundamento de que la acción penal necesita que la
acusación que realiza el fiscal en el acto de Requisitoria sea
mantenida en el momento de realizar las conclusiones, con
lo que de no sostenerse en esa instancia no se cumple con
el objetivo de acusar al imputado solicitando determinada
pena, lo que llevaría a la declaración de instancia.
Conclusión: La falta de acusación del fiscal invalida un
pronunciamiento jurisdiccional condenatorio por afectación
del derecho de defensa del imputado. Se pone de
manifiesto la necesidad de rango constitucional, que, para
hablar de juicio previo, debido proceso y de la plena
garantía de la defensa en juicio, es menester asegurar el
contradictorio, máxime aún en la etapa culminante del
proceso (el plenario).
Si el fiscal no acusa en el plenario, no se puede sentenciar.
Marcilese.
Sentencia de 15 de agosto de 2002
Aún cuando el Ministerio Publico había solicitado la
absolución, la Cámara primera en lo criminal de la provincia
de Salta condenó a Marcilese.
La Corte variando la posición adoptada en “Tarifeño”
considera como acusación únicamente al escrito de
requerimiento de elevación a juicio, no revistiendo los
alegatos tal carácter, por no modificar el objeto procesal.
Por ello confirma la sentencia a pesar del pedido de
absolución del fiscal.
En conclusión, varia la anterior doctrina de “Tarifeño”, si el
fiscal no acusa en el plenario no se puede sentenciar.
A partir de este caso, si el fiscal no acusa en el plenario se
puede sentenciar porque el Tribunal condiciona su
actuación a la formulación del requerimiento fiscal de
elevación a juicio.
Mostaccio, Julio s/ homicidio culposo.
Sentencia de 17 de febrero de 2004
Se retoma la doctrina “Tarifeño” por lo que la Corte
considera que el requerimiento de elevación a juicio no es
acusación suficiente. La acusación del fiscal en el juicio es
indispensable y habilitante de la condena.
Santillán, Francisco s/ recurso de casación.
Sentencia de 13 de agosto de 1998
La querella pide condena, pero el a quo se abstiene de
emitir pronunciamiento ya que el fiscal pide la absolución
considerando que la acción del primero no es autónoma
con respecto al segundo. La Corta Suprema considera que,
si la ley procesal reconoce al querellante personería jurídica
para actuar en juicio, tiene por ello el derecho a obtener
una sentencia que responda a la petición de la condena.
Por lo tanto, el Tribunal puede ejercer su jurisdicción con el
pedido de condena del querellante.
Montenegro, Luciano s/ robo.
Sentencia de 10 de diciembre de 1981
La defensa de un condenado por robo con armas interpuso
recurso extraordinario contra el fallo condenatorio de su
defendido sosteniendo que lo resuelto transgredió el
principio contenido en el art. 18 de la Constitución en
cuanto manda a que nadie puede ser obligado a declarar
contra sí mismo y con ello la inviolabilidad de la defensa en
juicio. Funda su presentación en que según consta en la
causa, el imputado habría sido victima de apremios ilegales,
lo que invalida a la declaración en sede policial en la que
confiesa el ilícito.
El acatamiento por parte de los jueces del mandato del art.
18 de la Constitución Nacional no puede reducirse a
disponer el procesamiento y castigo de los eventuales
responsables de los apremios, porque otorgar valor al
resultado de su delito y apoyar sobre él una sentencia
judicial, no solo es contradictorio con el reproche
formulado, sino que compromete la buena administración
de la justicia al pretender constituirla en beneficiaria del
hecho ilícito.
Art. 18 CN: “…nadie puede ser obligado a declarar contra sí
mismo…”
Rayford, Reginald.
Sentencia de 13 de mayo de 1986
Rayford era un ciudadano americano que fuera detenido
por tenencia de estupefacientes, la cual se obtuvo luego de
allanar su vivienda sin orden judicial. Luego el imputado
involucró a otras personas como vendedores que fueron
también detenidas.
La defensa planteó la ilegalidad de los actos iniciales de la
investigación por la entrada ilegal al domicilio lo cual a su
juicio debida determinar la nulidad de todo lo que fue su
consecuencia.
Dice la Corte: la regla es la exclusión de cualquier medio
probatorio obtenido de vías ilegitimas, agregó que lo
contrario implicaría desconocer el derecho al debido
proceso.
Fiorentino, Diego s/ tenencia ilegitima de
estupefacientes.
Sentencia de 27 de noviembre de 1984
Fiorentino fue detenido y al ser interrogado en sede
policial reconoció poseer marihuana para consumo
personal que guardaba en el departamento donde vivía con
sus padres y autorizó el registro del mismo.
La defensa afirma que el allanamiento fue ilegítimo.
La Corte concluye que el solo consentimiento debidamente
comprobado, con conocimiento a no prestarlo y previo al
ingreso de los agentes del orden a la vivienda puede
justificar dicho ingreso realizado sin orden de autoridad
competente emitida con los recaudos pertinentes y sin
mediar situaciones definibles como estado de necesidad de
acuerdo con la ley.
Asimismo, quedó establecido que los medios probatorios
incautados mediante un allanamiento ilegal de morada no
son admisibles en juicio y determinan la nulidad de la
sentencia que se base sustancialmente en ellos.
Baldivieso, César.
Sentencia de 20 de abril de 2010
En octubre de 2002 la guardia del hospital San Bernardo
puso en conocimiento de la policía que ingresó una persona
para ser atendida por una obstrucción intestinal y que se le
extrajo del cuerpo trece capsulas con estupefacientes. El
paciente fue imputado por transporte de estupefacientes y
condenado. La Corte Suprema hizo lugar al recurso de
queja, declaró la nulidad de todo lo actuado y absolvió al
imputado.
El Estado no puede perseguir el delito valiéndose de
medios inmorales como seria aprovecharse del inminente
riesgo de muerte ya que Baldivieso se encontraba en la
disyuntiva de ir al hospital o morir por lo que no tuvo otra
alternativa más que auto incriminarse.
Losicer, Jorge y otros c/ BCRA.
Sentencia de 26 de junio de 2012
Sumario: Cabe revocar la sentencia que desestimó los
recursos de apelación interpuestos contra la resolución del
BCRA que impuso multas por aplicación de lo establecido
por el inc. 3º del art. 41 de la ley 21526, por diversas
infracciones al régimen financiero cometidas por quienes
actuaron como directores o síndicos de una sociedad
anónima, pues los prolongados lapsos de inactividad
procesal, puestos de manifiesto por la propia autoridad
administrativa, atribuibles inequívocamente a dicha
entidad financiera, se presentan como el principal motivo
de dilación del sumario que tuvo resolución solo después
de haber transcurrido dieciocho años desde el
acaecimiento de los hechos supuestamente infraccionales
y tras quince años de haberse dispuesto su apertura, por lo
que la irrazonable dilación del procedimiento
administrativo resulta incompatible con el derecho al
debido proceso amparado en el art. 18 de la Constitución
Nacional y por el art. 8 de la Convención Americana de
DDHH.
Intercorp. Afip C/ Intercorp SRL s/ Ejecución fiscal.
Sentencia de 15 de junio de 2010
La Corte Suprema declaró la inconstitucionalidad del
marco legal que permitía al organismo de recaudación
disponer medidas cautelares -tales como embargos- con el
único requisito de avisar al juez interviniente.
“No resulta admisible que a la hora de establecer
procedimientos destinados a garantizar la normal y
expedita percepción de la renta publica se recurra a
instrumentos que quebrantan el orden constitucional”.
La Corte consideró que “no cabe sino concluir en que, en
su actual redacción, el art. 92 de la Ley de Procedimientos
Fiscales contiene una inadmisible delegación, en cabeza del
fisco nacional, de atribuciones que hacen a la esencia de la
función judicial”.
Art. 17 de la Constitución Nacional. Inviolabilidad de la
propiedad y ningún habitante puede ser privado de ella
sino en virtud de una sentencia fundada en ley.
Poder de policía.
Ercolano C/ Lanteri s/ Consignación (pág. 4)
Cine Callao.
Sentencia de 22 de junio de 1960
Debido a la falta de suficientes salas de teatro, los artistas
del espectáculo sufrieron una grave crisis ocupacional.
Circunstancia por la cual, el Poder Legislativo dictó la ley nº
14226, la cual declara obligatoria la inclusión del
espectáculo de variedades en los programas de las salas
cinematográficas de todo el territorio de la Nación.
La SA propietaria del cine Callao impuso recurso
extraordinario impugnando la constitucionalidad de la ley
por contrariar la garantía de propiedad y el derecho de
ejercer libremente el comercio y la industria, ambos
consagrados por los arts. 14 y 17 de la Constitución
Nacional.
La Corte Suprema en primer lugar dejó de lado la
concepción limitada de poder de policía y adoptó una tesis
amplia, según la cual los derechos individuales pueden ser
restringidos no solo por razones de moralidad, seguridad y
salubridad pública, sino también con el objetivo de atender
los intereses económicos de la comunidad art. 67 inc. 16 de
la Constitución Nacional. Esa concepción de poder de
policía incluye la facultad de dictar leyes como la 14226 con
la finalidad de evitar los daños económicos y sociales que
genera la desocupación.
Plaza de toros
Sentencia de 13 de abril de 1870
El caso es que la empresa Plaza de Toros inició una causa
ante un juez de la provincia de Buenos Aires impugnando
una ley local que prohibía instalar plazas de toros en su
territorio, se fundaba en el libre ejercicio de la industria.
El art. 14 de la Constitución Nacional que permite toda
industria licita no es absoluto pues se encuentra sometido a
las leyes que reglamenten su ejercicio. Las cuestiones que
tengan que ver con la salud y moralidad de los vecinos
están reservadas a las provincias.
Avico, Oscar c/ De la Pesa, Saúl.
Sentencia de 7 de diciembre de 1934
Se habían hecho contratos hipotecarios rurales, la mayoría
inmuebles rurales que dependían de las cosechas y de los
precios de los granos. Estos contratos tenían casi todos un
9% de interés, y el precio cayó de un modo que hizo
imposible el cumplimiento. Entonces el Estado intervino,
sancionando la ley 11741 de 1933 en donde se reduce el
interés a un 6% y prorroga el plazo por 3 años para el pago
del capital del préstamo. El acreedor impugna la ley por
considerarla inconstitucional.
La Corte concluyó “podemos afirmar que la gravedad y
extensión de la crisis económica justifican ampliamente la
ley impugnada, que todas sus disposiciones pretenden
salvaguardar el interés público (…) son justos y razonables
como reglamentación o regulación de derechos
contractuales.