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Universidad Autónoma de Nuevo León

Facultad de Psicología

Título: 3- Reporte de lectura

Alumno: Dayra Patricia Jiménez Cardona


Matrícula: 1910813
Grupo: 003

Asignatura: Intervención en calidad de vida


Nombre del docente: María Luisa Garza Tamez

Fecha: 03 de septiembre del 2023


Desensibilización sistemática
Introducción
Joseph Wolpe (1915-1997) fue un destacado psiquiatra sudafricano conocido por
desarrollar la técnica de Desensibilización Sistemática, que se utiliza en el
tratamiento de fobias y ansiedad. Su trabajo en este campo fue fundamental para el
desarrollo de la Terapia de Conducta. Además, creó un sistema de medición llamado
"Subjective Units of Disturbance Scale" (SUDS) para evaluar el malestar subjetivo
en la Desensibilización Sistemática y para medir la ansiedad subjetiva durante otros
enfoques de tratamiento para la ansiedad.
Joseph Wolpe desarrolló la técnica de Desensibilización Sistemática (DS) en la
primera generación de la Terapia de Conducta, siendo una técnica emblemática en
la Terapia Cognitivo Conductual. Esta técnica se basa en la exposición gradual a
estímulos que causan ansiedad mientras se induce una respuesta de relajación en
el paciente. Su objetivo es reducir la ansiedad y las conductas de evitación ante
estos estímulos.
Wolpe diseñó la DS después de estudiar neurosis experimentales en gatos y aplicar
los principios del condicionamiento clásico para eliminar fobias. La DS se adapta a
los seres humanos y se utiliza para tratar una variedad de trastornos de ansiedad.
La técnica implica exponer al paciente en su imaginación a una jerarquía de
estímulos ansiosos de manera gradual mientras se mantiene un estado de
relajación, evitando así la producción de respuestas de ansiedad.
La DS se ha utilizado ampliamente en diversos contextos y problemas relacionados
con la ansiedad, lo que la convierte en una técnica valiosa en la Terapia Cognitivo
Conductual.
Fundamentos teóricos
La Desensibilización Sistemática (DS), desarrollada por Joseph Wolpe, se basa en
los principios del condicionamiento clásico. Su idea principal es reducir la ansiedad
al establecer una respuesta incompatible con la ansiedad frente a estímulos que la
provocan. Esto se logra presentando gradualmente estímulos ansiosos mientras se
mantiene una respuesta de relajación. La relajación previene la producción de
respuestas de ansiedad y debilita la conexión entre el estímulo y la ansiedad que
provoca.
Originalmente, Wolpe creía que la relajación funcionaba como un mecanismo
inhibidor, pero investigaciones posteriores sugieren que la relajación no es esencial
para reducir el miedo en la DS. Más bien, la relajación facilita que el individuo se
mantenga en contacto con el estímulo temido, reduciendo el malestar durante la
terapia de exposición.
Además, se ha demostrado que otras respuestas incompatibles con la ansiedad,
como la hipnosis, han sido efectivas en acortar el procedimiento de DS,
cuestionando la necesidad de la relajación. Algunos argumentan que la
visualización repetida del estímulo temido y las sugestiones post-hipnóticas pueden
explicar mejor el cambio terapéutico en la DS que los procesos de contra-
condicionamiento e inhibición recíproca propuestos inicialmente.
Las investigaciones posteriores sobre la Desensibilización Sistemática (DS),
propuestas por diferentes autores después del modelo inicial de Joseph Wolpe,
coinciden en que la exposición repetida al estímulo temido es la variable clave que
permite la extinción del miedo y la generación de un nuevo aprendizaje. Aunque
estos autores apelan a diferentes mecanismos, como la reprocesamiento emocional
o la implicación de variables cognitivas, la exposición repetida al estímulo temido es
esencial para el éxito del tratamiento.
Elementos como la presencia de una respuesta incompatible, la gradualidad en la
presentación de los estímulos o la visualización en la imaginación parecen ser
menos relevantes en comparación con la prolongada exposición al estímulo temido.
En resumen, a pesar de que la DS se basó originalmente en los principios del
condicionamiento clásico, las investigaciones posteriores han demostrado que los
mecanismos de cambio involucrados son más complejos y se asemejan más a otros
tratamientos de exposición que a lo que se esperaba inicialmente. La exposición
repetida al estímulo temido sigue siendo el elemento central en la efectividad de la
DS.
Condiciones de aplicación de la desensibilización sistemática
La Desensibilización Sistemática se utiliza principalmente para tratar miedos
fóbicos, especialmente en casos donde existe un estímulo condicionado específico.
Por ejemplo, puede ser efectiva en el tratamiento del miedo a procedimientos
dolorosos en niños.
Sin embargo, la elección de la Desensibilización Sistemática como técnica de
tratamiento debe considerar algunas consideraciones importantes:
Especificidad del miedo: La DS es más adecuada cuando se enfrenta a un miedo o
fobia muy específica, es decir, cuando el temor se relaciona con un estímulo
claramente identificable, como arañas, aviones o procedimientos médicos.
No es adecuada para ansiedad generalizada: No es la elección adecuada para tratar
trastornos de ansiedad generalizada, fobia social, agorafobia o trastorno obsesivo-
compulsivo. Estos trastornos involucran una amplia gama de preocupaciones o
miedos, falta de predictibilidad en las situaciones, ausencia de recursos personales
o habilidades, o variabilidad en los estímulos temidos, lo que hace que la DS no sea
la opción más apropiada.
En resumen, la Desensibilización Sistemática es una técnica efectiva para abordar
miedos fóbicos específicos, pero no es adecuada para trastornos de ansiedad más
amplios y complejos. La elección de la técnica de tratamiento debe adaptarse a las
características individuales de cada paciente y su diagnóstico específico.
Es importante destacar que la Desensibilización Sistemática es más efectiva cuando
se aplica a problemas fóbicos donde el paciente reconoce que su ansiedad es
irracional y tiene una comprensión precisa de la situación a la que se enfrenta. En
otras palabras, el individuo es consciente de que su miedo es excesivo y
desproporcionado en relación con el estímulo temido. Por ejemplo, la DS sería
adecuada para una persona con fobia a los perros que entiende que la probabilidad
de ser atacada por un perro es muy baja si sigue ciertas normas de seguridad y que
los perros pequeños raramente pueden causarle daño grave.
Sin embargo, si el paciente tiene creencias erróneas o distorsionadas sobre la
peligrosidad o impredecibilidad del estímulo temido, como en el caso de alguien que
cree que todos los perros son extremadamente peligrosos, antes de aplicar la
Desensibilización Sistemática, se debe realizar un trabajo previo de psicoeducación
y reestructuración cognitiva para corregir estas creencias irracionales.
En resumen, la DS es más efectiva cuando se aplica a miedos fóbicos donde el
paciente reconoce la irracionalidad de su ansiedad y tiene una comprensión precisa
de la situación. Si existen creencias distorsionadas, es necesario abordar estas
creencias antes de llevar a cabo la DS.
Procedimiento de aplicación
La aplicación de la Desensibilización Sistemática implica ciertos pasos
preparatorios antes de comenzar las sesiones de desensibilización en sí. Estos
pasos son los siguientes:
Elección de la respuesta incompatible con la ansiedad y posible entrenamiento: En
este paso, el terapeuta y el paciente eligen una respuesta incompatible con la
ansiedad que se utilizará durante la desensibilización, generalmente la relajación.
Si el paciente no está familiarizado con la relajación, puede ser necesario
proporcionar entrenamiento previo.
Elaboración de una jerarquía de ansiedad: Se crea una lista jerárquica de
situaciones o estímulos relacionados con el miedo o la fobia del paciente. Estos
elementos se organizan de menor a mayor intensidad en términos de ansiedad que
provocan. Esta jerarquía se utiliza para guiar el proceso de exposición gradual
durante la Desensibilización Sistemática.
Valoración de la capacidad imaginativa y entrenamiento en imaginación si es
necesario: El terapeuta evalúa la capacidad imaginativa del paciente para visualizar
situaciones de ansiedad. Si el paciente tiene dificultades con la imaginación, se
proporciona entrenamiento para mejorar esta habilidad.
Estas tres actividades pueden llevarse a cabo en paralelo durante las primeras
sesiones en la consulta, y el terapeuta dirige el proceso. Dependiendo de las
habilidades y la preparación previa del paciente en relajación y capacidad
imaginativa, se determina cuánto trabajo se necesita antes de comenzar con las
sesiones de desensibilización propiamente dichas. La jerarquía de ansiedad es un
componente fundamental para guiar el tratamiento y exponer gradualmente al
paciente a sus miedos.
En la aplicación de la Desensibilización Sistemática, se suelen utilizar técnicas de
relajación como respuesta incompatible, siendo las derivadas del entrenamiento en
Relajación Progresiva de Jacobson (1929) muy comunes. Estas técnicas tienen la
ventaja de ser estructuradas y relativamente fáciles de aprender, induciendo
rápidamente un estado de distensión muscular que los pacientes suelen valorar
positivamente.
Sin embargo, en ciertos casos, no es posible utilizar la relajación como respuesta
incompatible. Por ejemplo:
En niños: Los niños pueden tener dificultades para mantener la atención necesaria
para la relajación, por lo que puede ser más apropiado utilizar imágenes emotivas
como respuesta incompatible. Esta técnica, desarrollada por Lazarus y Abramovitz
(1979), tiene como objetivo provocar un estado emocional diferente e incompatible
con la ansiedad. El terapeuta sugiere imágenes emotivas durante la exposición a
los estímulos fóbicos para desencadenar respuestas emocionales incompatibles
con el miedo. En algunos casos, como en el programa de escenificaciones emotivas
desarrollado por Méndez (1986 y 1999) en España, se utiliza la exposición gradual
en vivo al estímulo temido a través de juegos y actividades que involucran al niño.
En disfunciones sexuales: En ciertos problemas de disfunciones sexuales, como el
miedo a la interacción sexual, la respuesta de excitación sexual puede ser más
apropiada que la relajación como respuesta incompatible. Esta respuesta es
coherente con la situación que se busca abordar y dirigir el acercamiento del
individuo hacia la actividad sexual.
En resumen, aunque la relajación es una respuesta incompatible comúnmente
utilizada en la Desensibilización Sistemática, en algunos casos se pueden preferir
respuestas emocionales o fisiológicas diferentes, según las características del
problema y del paciente. La elección de la respuesta incompatible adecuada se
adapta a las necesidades específicas de cada situación terapéutica.

La construcción de una jerarquía de ansiedad es un proceso que lleva tiempo y


generalmente no se completa en una sola sesión terapéutica. Los pacientes pueden
encontrar difícil determinar cuál situación les genera más o menos ansiedad y a
menudo no están familiarizados con la asignación de puntuaciones a las situaciones
que provocan ansiedad.
Al construir una jerarquía de ansiedad, es importante considerar lo siguiente:
Distancia entre ítems: Los ítems en la jerarquía deben tener una distancia razonable
entre ellos. Generalmente, se sugiere que no haya más de 10 unidades de
diferencia entre los ítems. Si existen brechas mayores, es recomendable intentar
generar un ítem intermedio. Esto ayuda a que la progresión sea más gradual.
Comenzar y terminar adecuadamente: La jerarquía debe comenzar con un ítem que
sea neutral o que genere muy poca ansiedad, y debe terminar con el ítem que
provoque la máxima ansiedad posible, generalmente asignado con una puntuación
de 100. Esto proporciona una estructura clara para el proceso terapéutico.
Considerar la complejidad: En algunos casos, debido a la complejidad del problema
o la naturaleza de las fobias, la jerarquía puede requerir más ítems de los habituales,
superando la cantidad típica de 10-15 ítems.
Es importante tener en cuenta que, si bien el terapeuta puede ayudar al paciente en
la elaboración de la jerarquía y proporcionar detalles que faciliten una imaginación
más vívida y real de cada situación, el paciente es quien debe establecer el orden y
los detalles que considere relevantes. Cada individuo experimenta el miedo de
manera única, y lo que provoca ansiedad en un paciente puede no tener el mismo
efecto en otro. Por lo tanto, la colaboración del paciente es esencial para asegurar
que la jerarquía refleje con precisión sus temores y su progresión en el tratamiento.
Un ejemplo ilustrativo es el de una paciente con fobia a las cucarachas que
mencionó que si la cucaracha echaba a volar, experimentaba una disminución
significativa de la ansiedad. Esta información detallada es valiosa y muestra cómo
cada paciente puede tener respuestas específicas ante sus miedos, lo que enfatiza
la importancia de involucrar al paciente en la construcción de la jerarquía.
La construcción de una jerarquía de ansiedad es un proceso fundamental en la
terapia de exposición, pero puede llevar tiempo y no se completa típicamente en
una sola sesión terapéutica. Aquí hay algunos puntos clave a considerar al crear
una jerarquía de ansiedad:
Distancia entre ítems: Los ítems en la jerarquía deben estar diseñados de manera
que no haya brechas demasiado grandes entre ellos en términos de ansiedad que
provocan. Se sugiere que la diferencia entre los ítems no sea mayor de 10 unidades.
Si hay diferencias significativas, es útil agregar ítems intermedios para garantizar
una progresión gradual.
Comenzar y terminar adecuadamente: La jerarquía debe comenzar con un ítem que
sea neutro o que genere muy poca ansiedad, permitiendo al paciente una
introducción gradual al proceso. Por otro lado, debe terminar con el ítem que genere
la máxima ansiedad posible, normalmente asignado con una puntuación de 100.
Esto proporciona una estructura clara y un objetivo claro para el tratamiento.
Considerar la complejidad: En algunos casos, especialmente aquellos con
problemas más complejos o múltiples miedos, la jerarquía puede requerir más ítems
de lo habitual. No hay una regla fija sobre la cantidad de ítems, pero es importante
que la jerarquía sea lo suficientemente completa para abordar todos los aspectos
del problema.
Colaboración del paciente: Aunque el terapeuta puede brindar orientación y apoyo,
es fundamental que el paciente participe activamente en la construcción de la
jerarquía. El paciente debe determinar el orden y los detalles que considere más
relevantes, ya que sus miedos y respuestas de ansiedad son únicos. La
participación del paciente garantiza que la jerarquía refleje con precisión sus
experiencias y permitirá una mejor adherencia al tratamiento.
La Desensibilización Sistemática a menudo se realiza mediante la exposición del
estímulo temido en imaginación, aunque también puede llevarse a cabo en
situaciones en vivo. Para garantizar que la terapia en imaginación sea efectiva, es
esencial evaluar la capacidad imaginativa del paciente. El objetivo principal es que
durante la presentación de los elementos de la jerarquía en imaginación, el paciente
desarrolle una imagen mental vívida y realista que sea capaz de suscitar ansiedad,
similar a la que experimentaría en la situación real.
Si se detecta que el paciente tiene dificultades para generar imágenes mentales
vívidas que provoquen ansiedad, es necesario realizar un entrenamiento en
imaginación. Este proceso de entrenamiento en imaginación implica lo siguiente:
Imaginación detallada: El terapeuta guía al paciente para que imagine escenas
concretas y agregue detalles específicos. Por ejemplo, el paciente podría ser
alentado a visualizar la habitación en la que se encuentra y luego tratar de recrearla
en su mente. El terapeuta proporciona indicaciones concretas para añadir detalles
a la imagen mental, como describir los colores de un cuadro en la pared.
Incremento gradual de la complejidad: Con el tiempo, el terapeuta introduce
cambios en la escena imaginada, como cambios en la apariencia personal del
paciente, la entrada de otra persona a la habitación o modificaciones en la
disposición del mobiliario. Estos cambios progresivos aumentan la complejidad de
las imágenes imaginadas.
Entrenamiento con escenas neutras: Inicialmente, el entrenamiento en imaginación
comienza con escenas neutras que no están relacionadas con el problema de
ansiedad. Esto permite al paciente desarrollar sus habilidades de imaginación antes
de abordar las situaciones que le provocan ansiedad.
Comprobación de la ansiedad: Una vez que el paciente ha desarrollado una
capacidad imaginativa adecuada, se procede a comprobar si los ítems de la
jerarquía generan la ansiedad que se les ha asignado previamente durante su
elaboración. Si se observa que el nivel de ansiedad producido no coincide con el
asignado (ya sea demasiado alto o demasiado bajo), es necesario ajustar la
jerarquía introduciendo nuevos ítems o reorganizando su orden hasta que cada uno
provoque la ansiedad deseada.
El entrenamiento en imaginación es una parte crucial de la preparación para la
Desensibilización Sistemática y garantiza que el paciente pueda experimentar las
situaciones temidas de manera efectiva en su mente antes de enfrentarlas en la
realidad. Esto contribuye al éxito del tratamiento y a la reducción de la ansiedad.
Variaciones en la aplicación de la desensibilización sistemática
La Desensibilización Sistemática, aunque inicialmente fue desarrollada como un
procedimiento de exposición en imaginación de aplicación individual, ha
evolucionado con el tiempo y ha dado lugar a diversas variantes que se adaptan a
diferentes necesidades y contextos. A continuación, se describen brevemente
algunas de estas variaciones:
4.5.1. Desensibilización Sistemática en vivo: Esta variante implica la presentación
de los elementos de la jerarquía en el contexto real en lugar de la imaginación. En
este caso, se exponen al paciente a las situaciones temidas en la vida real. Esto
tiene la ventaja de que se eliminan las limitaciones asociadas con la exposición en
imaginación, y el tiempo de intervención se reduce, ya que no es necesario realizar
una exposición en vivo posterior. Sin embargo, puede ser un desafío encontrar
situaciones que permitan una exposición gradual y graduada. Además, la exposición
en vivo implica una pérdida de control sobre la situación que no ocurre en la
exposición en imaginación.
4.5.2. Desensibilización Sistemática en grupo: En esta variante, varias personas con
problemas similares se reúnen en un grupo (generalmente no más de seis
personas) y siguen juntas el protocolo de intervención de la Desensibilización
Sistemática. Las personas en el grupo deben tener problemas que sean
compatibles, y la jerarquía que se elabora debe ser adecuada para todos los
miembros. La elaboración de la jerarquía y la exposición se realizan en grupo, y el
ritmo de presentación de los ítems se adapta al miembro que avance más
lentamente.
4.5.3. Desensibilización Sistemática enriquecida: En esta variante, se incorpora
alguna forma de estimulación física que enriquece la escena imaginada, haciéndola
más realista. Esto puede incluir elementos como ruidos, olores, contacto físico, u
otras sensaciones que enriquezcan la experiencia de exposición. Esta técnica tiene
como objetivo aumentar la sensación de realismo durante la exposición en
imaginación.
Cada una de estas variaciones tiene sus propias ventajas y desafíos, y la elección
de la técnica dependerá de las necesidades individuales del paciente y de la
naturaleza de su problema de ansiedad. La Desensibilización Sistemática sigue
siendo una técnica valiosa en la terapia cognitivo-conductual y puede adaptarse de
diversas formas para abordar una variedad de trastornos de ansiedad y fobias.
4.5.4 Desensibilización sistemática automatizada y auto- aplicada: consiste en la
elaboración de una jerarquía adaptada al problema específico del paciente, para
después grabar las sesiones de desensibilización, con instrucciones de relajación
incluidas, para que éste pueda poner en práctica el tratamiento por su cuenta.
Ámbitos de aplicación y evidencia empírica
La Desensibilización Sistemática es una técnica terapéutica que se ha utilizado
principalmente en el tratamiento de los trastornos de ansiedad, especialmente en el
abordaje de las fobias y la ansiedad asociada a situaciones específicas. Ha sido
considerada eficaz en estos contextos y ha sido respaldada por la American
Psychological Association (APA).
Además de su aplicación en trastornos de ansiedad, la Desensibilización
Sistemática también ha sido utilizada en otros campos de la salud mental, aunque
con resultados que a veces deben tomarse con cautela debido a la falta de
rigurosidad metodológica en algunas investigaciones. Algunos de los campos de
aplicación de la Desensibilización Sistemática incluyen:
Trastornos de conducta alimentaria: En el abordaje del miedo al aumento de peso
o a la comida en trastornos como la anorexia o la bulimia, aunque se necesita más
investigación rigurosa en este ámbito.
Medicina conductual: En pacientes con cáncer que han desarrollado respuestas
condicionadas de vómitos o náuseas ante el tratamiento, así como en la prevención
y tratamiento de la ansiedad ante procedimientos dolorosos en niños.
Tratamiento de la ansiedad al dolor: Se ha explorado su utilidad en pacientes con
cefaleas migrañosas, aunque los resultados pueden variar y requieren de más
investigación.
En resumen, la Desensibilización Sistemática es una técnica versátil que, si se
aplica de manera adecuada, puede ser beneficiosa en una variedad de problemas
de salud mental y conductual. Sin embargo, es importante tener en cuenta que su
efectividad puede variar según el contexto y la rigurosidad de la aplicación. Por lo
tanto, se recomienda su uso bajo la supervisión de profesionales de la salud mental
capacitados.

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