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Valores Éticos

Antonio Martínez Santiago


Nestor Gadiel Bautista Olivera
Eliel Gutiérrez Cortez
Alejandro Sánchez Sánchez

Taller de Ética

16:00 – 17:00 Grupo: 1S-A


Introducción
Los valores éticos son aquellos principios que guían nuestras acciones y decisiones
en base a lo que consideramos bueno, justo y correcto. Estos valores pueden variar
de una cultura a otra y de una persona a otra, pero algunos ejemplos comunes
incluyen la honestidad, la integridad, la responsabilidad, la empatía, la justicia y el
respeto por los demás.

En esta introducción exploraremos la importancia de los valores éticos en la


sociedad, así como su influencia en la toma de decisiones. Los valores éticos
pueden ayudarnos a resolver dilemas morales y construir relaciones éticas y
saludables con los demás. Además, consideraremos la importancia de la educación
ética y el desarrollo personal en la formación de personas para actuar éticamente
en su entorno personal y profesional.
El respeto
Empezamos a hablar de respeto porque es, muy probablemente, uno de los
primeros valores éticos que adquirimos en la infancia. El respeto es ni más ni menos
que la base a través de la cual las personas se relacionan y la forma de compartir
intereses y necesidades en cualquier contexto: trabajo, familia, amistades,
estudios…

Es el valor bidireccional por excelencia, ya que sólo se entiende en ambas


direcciones: el respeto a los padres, a las madres u otras figuras de autoridad, a la
naturaleza, a la ley. También ayuda a comprender otros valores éticos como la
tolerancia o valores humanos como la empatía. Algunos buenos ejemplos para
trabajar el respeto si tenemos hijos e hijas o queremos hablar de este tema en clase
como profesores, o simplemente combatir el Bull ying.

Integridad
La integridad implica honestidad y coherencia en nuestras acciones y palabras. Es
fundamental ser sinceros y cumplir nuestros compromisos en todas las
circunstancias, hacer siempre lo correcto; quien hace todo lo que considera bueno
para sí mismo sin afectar los intereses de otros individuos.
Justicia
A diferencia del respeto, la justicia se encarga de ser justa con las personas de
manera imparcial y aplicar estándares aceptados por la mayoría de la sociedad y
enfocados al bien común. En este caso, la justicia como término no es más que la
concepción que cada época tiene de sus normas jurídicas, y aspira a mantener la
armonía entre las personas y entre las personas y las instituciones. Si bien la
concepción de lo que es justo puede variar entre sociedades, en todas existe un
marco legal y la mayoría de los seres humanos tienen una concepción mental de su
significado y una aspiración hacia este tipo de acciones.

Libros como Ivanhoe (Walter Scott, 1820), Crimen y castigo (Fiódor Dostoyevski,
1866) o la historia de Antígona, de Sófocles son tres ejemplos clásicos de obras que
han tratado en detalle la concepción de justicia y algunos de los problemas cuando
las mismas entran en contradicción: justicia social, justicia política, justicia familiar…

Libertad
Existe un valor ético del que hemos oído hablar más que del resto, este es, sin lugar
a dudas, la libertad. Desde superproducciones como Brave Heart (Mel Gibson,
1995) a clásicos del cine como Doce hombres sin piedad (Sidney Lumet, 1957) o El
hombre que mató a Liberty Valance (John Ford, 1962), o libros como Farenheit 451,
de Ray Bradbury, que nos hablan de la libertad de los pueblos, de la libertad
individual, de cómo surge y se alcanza la libertad de expresión; y de la búsqueda
de la verdad o la libertad de prensa.

La libertad es esa capacidad que tiene todo ser humano de poder actuar a lo largo
de su vida según su propia voluntad mediante libre elección, sin condicionantes
personales ni externos. Sin embargo, la libertad es también una lucha constante,
siempre relativa, porque las influencias que nos rodean limitan esta capacidad y nos
imposibilitan hablar en términos absolutos. Quizás por este último motivo, la libertad
sea, entre los valores éticos, el que más se ha combatido, ya que sin ella es difícil
que se desarrollen en nuestras sociedades la honestidad, la responsabilidad, la
justicia o el respeto.

Empatía
La empatía es la capacidad de comprender los sentimientos y emociones de otra
persona y tratar de experimentar objetiva y racionalmente lo que siente. La empatía
hace que las personas se ayuden entre sí. Está muy relacionado con el altruismo
(amor y preocupación por los demás) y la capacidad de ayudar. Cuando un individuo
logra sentir el dolor o sufrimiento de los demás poniéndose en su lugar, despierta el
deseo de ayudar y actuar siguiendo sus principios morales. La capacidad de
ponerse en el lugar del otro, que se desarrolla a través de la empatía, ayuda a
comprender mejor el comportamiento de las personas y los motivos de
determinadas decisiones. Una persona empática se caracteriza por identificarse con
otra persona, saber escuchar a los demás, comprender sus problemas y emociones.

Solidaridad

La solidaridad tiene varios componentes entre los que destacan el respeto, la


empatía, la compasión, la tolerancia e incluso la curiosidad y el interés. Los gestos
de solidaridad suelen darse entre quienes tienen vínculos de diversa índole, como
familiares, compatriotas, vecinos o compañeros; Pero la solidaridad va más allá
cuando nos preocupamos y cuidamos de otros que tal vez no se parezcan en nada
a nosotros, pero que aún necesitan nuestra ayuda, o al menos nuestra simpatía..
Conclusión
Los valores éticos son fundamentales para comprender y mejorar nuestras acciones
y relaciones en la sociedad, y esta introducción nos proporciona una base sólida
para explorar más a fondo este fascinante campo de estudio.

En un mundo en constante cambio y desafío moral, la reflexión sobre los valores


éticos y su aplicación en la vida diaria es fundamental. Al reconocer la importancia
de estos valores, podemos aspirar a construir una sociedad más justa, equitativa y
ética en la que cada individuo pueda contribuir al bienestar común y a su propio
crecimiento personal.

En conclusión, los valores éticos juegan un papel crucial en la vida de las personas
y en la sociedad en su conjunto. Estos principios guían nuestras acciones y
decisiones, influyendo en cómo nos relacionamos con los demás y cómo
construimos una sociedad más justa y ética.

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