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Valores éticos, sociales y políticos

Los valores son determinadas maneras de apreciar ciertas cosas importantes de la


vida por parte de los individuos que pertenecen a un determinado grupo social o
cultura.
Los valores se mueven a la vez en los planos espiritual y material de la actividad
humana, se forman partir de cualquier área y tienden a convertirse en un contenido
relativamente estable en la cultura general.
Los valores más importantes de la persona forman parte de su identidad, orientan sus
decisiones frente a sus deseos e impulsos y fortalecen su sentido del deber ser.
Los valores se aprenden desde la temprana infancia y cada persona les asigna un
sentido propio, de acuerdo a sus experiencias, conocimientos previos y desarrollo
cognitivo, construye un sentido propio de los valores. Así por ejemplo, aunque a todos
nos enseñen que la solidaridad es algo deseable, y aunque todos lo aceptamos como
cierto, la interpretación que haremos de este valor, el sentido qué le |encontraremos
en nuestra vida, será diferente para cada persona.
Los valores están relacionados con los intereses y necesidades de las personas a lo
largo de su desarrollo. Los valores de los niños pequeños están definidos en buena
medida por sus necesidades de ¡Subsistencia y por la búsqueda de aprobación de
sus padres: sustento biológico y amor filial. Los adolescentes guían sus valores
personales por su necesidad de experimentación y autonomía: amistad, libertad.
Mientras que en la edad adulta se plantean nuevas prioridades: salud, éxito
profesional, responsabilidad. Algunos valores aprendidos desde temprana infancia
permanecen a lo largo de la vida de las personas.

Valores éticos: Solidaridad, disciplina,


generosidad, cooperación, honestidad y respeto.
Los valores éticos o morales son aquellos que nos permiten experimentar una
preferencia, sentido del deber u obligación hacia las relaciones o acciones buenas,
correctas o justas y aversión hacia sus manifestaciones contrarias.
Esto viene dado en primer término, por la amplia penetración de la moral en las
restantes esferas del desenvolvimiento humano y el contenido normativo de ciertos
parámetros provenientes de la experiencia histórica social, en aras del buen
funcionamiento de las comunidades.

Solidaridad
La solidaridad nace del ser humano y se dirige al ser humano. Trasciende todas las
fronteras políticas, religiosas y culturales para instalarse en el ser humano ya que el
único objetivo es ayudar al más necesitado. Por ello la solidaridad implica afecto: al
maltratado, al perseguido, hacia las causas nobles. La solidaridad tiene los siguientes
valores esenciales:
Compasión, es un sentimiento que determina un modo de ver y acercarse a la
realidad humana y social. Supone ver a los otros y las cosas que nos rodea con "los
ojos del corazón" es decir, con un sentimiento de fraternidad y de identificación con el
prójimo.
Reconocimiento, ya que no toda compasión genera generosidad, para ello es
necesario reconocer en el otro su dignidad de persona.
Universalidad, quiere ello decir que la solidaridad no tiene rostro preciso y que se
manifiesta hacia todas las personas. Se practica sin distinción de sexo, raza,
nacionalidad, afiliación política.
La verdadera solidaridad implica ayudar a alguien sin recibir nada a cambio y
procurando que nadie se entere, ya que quien es solidario debe ser también
desinteresado y actuar impulsado por un sentimiento de justicia e igualdad.

La Disciplina
Es la capacidad del ser humano para actuar de forma ordenada y perseverantemente
para conseguir un bien o alcanzar una meta. Es un valor fundamental para poder
alcanzar otros, ya que sin disciplina es prácticamente imposible tener fortaleza y
templanza ante las adversidades que se presentan día a día. La principal necesidad
para adquirir este valor es la autoexigencia; es decir, la capacidad de demandarnos a
nosotros mismos un mayor esfuerzo para hacer las cosas de la mejor manera.
Debemos tener presente que para alcanzar más rápido las metas y objetivos que nos
fijamos es necesario proceder con orden y soportar las molestias que ello ocasiona y
para ello debemos disciplinarnos.
Quien se exige a sí mismo es comprensivo con los demás, estudia, trabaja y produce
mejor y le da sentido a todo lo que hace. Este valor es fundamental y básico para
poder desarrollar muchas otras virtudes. Una persona disciplinada es capaz de lograr
todos los objetivos que se propone y mantener un equilibrio en los aspectos físico,
mental, emocional y social.

La Generosidad
La generosidad consiste en dar y ayudar a los demás, teniendo como meta el logro
del bien común. Puede consistir también en ayudar al prójimo y prestar un servicio
desinteresadamente, sin esperar nada a cambio.
La generosidad puede manifestarse de muchas maneras: con el trabajo voluntario al
servicio de las personas que nos necesitan en situaciones de desastres, en incendios,
acompañando a personas enfermas o ancianas en los hospitales. También puede
manifestarse mediante el tiempo, cariño y compañía que les brindamos a las personas
que lo requieran sin esperar ninguna recompensa.
Una persona generosa está siempre dispuesta a colaborar con los demás, sin hacer
distinciones de ningún tipo. Existen múltiples oportunidades para manifestar nuestra
generosidad, algunas de ellas podrían ser:
• Participar en acciones comunitarias, tales como la limpieza de espacios comunes
como los parques, recuperación de escuelas.
• Ayudar a las personas mayores, a los discapacitados.
• Ser generoso nos hace sentirnos bien con nosotros mismos, lo cual no solamente
favorece nuestro crecimiento personal, sino también permite la consolidación y
crecimiento de la comunidad donde convivimos. Con nuestro crecimiento personal
para desarrollarnos como individuos más amables y colaboradores.

La Cooperación
Consiste en la realización de actividades o de un trabajo en común llevado a cabo por
un grupo 'e personas o varias entidades, hacia un objetivo compartido, generalmente
usando herramientas en forma conjunta. La cooperación facilita la comunicación,
incrementa el rendimiento y promueve nuevas ideas que se comparten en el grupo
hacia el logro del bien común. La cooperación se debe fundamentar en el respeto
mutuo. Para practicar la cooperación y hacer que el mismo se implante como un valor
en nuestras vidas, podemos realizar algunas tareas, tales como:
• Realizar actividades en grupo, desarrollando así habilidades para el trabajo en
equipo.
• Efectuar trabajos voluntarios dentro de nuestra comunidad o en diferentes
instituciones para colaborar con otras personas.
• Ayudar a nuestros compañeros de estudios en aquellas actividades donde tengan
mayor dificultad.

La Honestidad
La honestidad significa armonizar las palabras con los hechos, tener identidad y
coherencia para estar en armonía con nosotros mismos. La honestidad es una forma
de vivir congruente entre lo que se piensa y lo que se hace, conducta que se observa
hacia los demás y se exige a cada quien lo que es debido.
Para ser honesto es importante ser sincero con uno mismo, fiel a la promesa hecha
con las personas con quienes convivimos o tratamos. Ser honesto es tener un
comportamiento adecuado, correcto, justo y desinteresado. La honestidad es una
forma de vivir congruentemente entre lo que se piensa y lo que se hace, conducta que
se observa hacia los demás y se exige a cada quien lo que es debido. Para ser
honesto es importante ser sincero con uno mismo, fiel a la promesa hecha con las
personas con quienes convivimos o tratamos. Ser honesto es tener un
comportamiento adecuado, correcto, justo y desinteresado.
Si podemos hacer un listado de las cualidades que nos gustaría ver o mejor aún
poseer, seguramente diremos que la honestidad garantiza confianza, seguridad,
responsabilidad, confidencia, lealtad y, en una palabra, integridad.
Si somos honestos seremos reconocidos por los demás, porque el interior y el exterior
son el reflejo el uno del otro. Para una persona honesta no existen contradicciones
entre los pensamientos, palabras o acciones; ésta integración nos proporciona
claridad y ejemplo a los demás; ser interiormente de una forma y exteriormente de
otra ocasiona daño y conflictos, porque no se puede estar cerca de los demás, ni los
demás querrán estar cerca de una persona que no es leal o digna de confianza. El
valor de la honestidad es visible en cada acción que se realiza.
Cuando existe honestidad y limpieza en lo que se hace, hay cercanía y cariño; sin
estos principios la sociedad no puede funcionar, esto significa no hacer un mal uso de
lo que se nos confía, por ejemplo, usar los recursos de manera adecuada para las
necesidades básicas, pues los recursos bien utilizados crean bienestar y se
multiplican.
La persona comprometida con el desarrollo y el progreso mantiene una actitud
honesta como un principio para construir un mundo de paz, sin desperdicios y con
más esplendor.

El Respeto
El respeto es la base fundamental para una convivencia sana y pacífica entre los
miembros de una sociedad. Abarca todas las esferas de la vida, empezando por el
que nos debemos a nosotros mismos y a todos nuestros semejantes, incluyendo el
que le debemos al medio ambiente, a los seres vivos y a la naturaleza en general, sin
olvidar el respeto a las leyes, a las normas sociales, a la memoria de los antepasados
y a la patria en que nacimos.
El valor del respeto se ejerce cuando mostramos aprecio y cuidado por el valor de
algo o de alguien. Puede estar dirigido hacia los derechos y la dignidad de las demás
personas, hacia los de nosotros mismos y también hacia el ambiente, incluyendo las
plantas y los animales que lo integran. Nos ayuda a conservar intacto aquello que más
apreciamos en la vida; nos enseña a reconocer aquello que más aprecian los demás.
Puede vivirse en forma colectiva, en un país o una región, o en forma individual entre
dos personas.
El respeto es un valor que podemos practicarlo todos los días; hacerlo nos conducirá
a ser excelentes ciudadanos. Si este comportamiento se multiplica, lo cual sería
posible mediante el ejemplo, podemos garantizar el verdadero desarrollo del país en
beneficio de todos.
El respeto lo practicamos cuando:

• Respetamos a nuestros padres y las normas del hogar. El irrespeto y la violencia en


el hogar degenera nuestro comportamiento como personas en la sociedad.
• Cumplimos las leyes, normas y reglamentos del país, de nuestra comunidad y de
nuestro grupo cercano.
• No ofender ni humillar a ninguna persona, independientemente de su condición.
En algunas oportunidades las dificultades hacen que muchas personas decidan no
cumplir con las leyes y normas y hasta obligar a las demás personas para conseguir
sus fines. Aunque por esta vía obtengan lo que se proponen deben conocer que solo
propiciarán la deshonestidad, la violencia y el sufrimiento.

Valores políticos y sociales: territorialidad,


seguridad, soberanía, libertad, justicia, igualdad,
religión, salud, educación
Al concebir el hecho social como un elemento dinamizador para el desarrollo de los
pueblos, es imposible dejar de pensar en los valores sociales como el principal
elemento para mantener buenas y armoniosas relaciones sociales. Dentro de valores
sociales, podemos mencionar la territorialidad, la seguridad, la soberanía, la libertad,
la justicia, la igualdad, la religión, la salud y la educación. Estos valores están
interrelacionados y son fundamentales para garantizar el desarrollo de las naciones y
para mantener las relaciones humanas en los individuos, las organizaciones y entre
los países.

Los valores políticos pueden ser definidos como aquellos asumidos por la sociedad
que contribuyen -satisfacer las necesidades reconocidas por ésta y a conservar la
estabilidad política necesaria para garantizar el desarrollo. Es imposible desarrollar
una actividad política en beneficio de un pueblo sin considerar los valores que deben
prevalecer en cada uno de los actos políticos como uno de los aspectos más
significativos. Los valores condicionan la proyección integral de los sujetos hacia el
sistema político y constituyen en sí mismos un componente de la cultura política.
Cuando la población siente que no existe una identificación entre los contenidos de
los valores y los planes y proyectos de desarrollo que deben conducir un país hacia el
logro de objetivos concretos, genera el desaliento, la tristeza y la falta de identificación
con los valores o con las acciones que se desarrollan.

Por ello los valores sociales y políticos no pueden representar un interés particular ya
que deben englobar el anhelo de todo un pueblo hacia el bien común, de allí la
importancia de su estudio dentro de esta asignatura.

Territorialidad
La territorialidad proporciona un sentimiento de pertenencia sobre una porción
particular de territorio sobre el que se tienen derechos exclusivos; implica además un
modo especial de comportamiento en el interior de esa entidad. Con la territorialidad
es posible planificar el desarrollo sostenible, buscando el justo equilibrio entre la mejor
calidad de vida de la población mediante el aprovechamiento racional de los recursos
naturales y la conservación del ambiente. Para algunos, la territorialidad es una
conducta humana que intenta influir, desarrollar o controlar acciones, mediante el
establecimiento de un control sobre un espacio o territorio específico.
La territorialidad tiene tres elementos: el sentido de la identidad espacial, el sentido de
la exclusividad y la compartimentación de la interacción humana en el espacio.

Seguridad
Este término proviene del latín securitas que traduce cualidad de seguro, es decir
aquello que está exento de peligro, daño o riesgo; es decir, es algo seguro, cierto y
firme. Hay distintos tipos de seguridad, entre las cuales podemos mencionar:
Seguridad alimentaria: hace referencia a la disponibilidad y acceso de los alimentos
en proporciones y cantidades adecuadas a fin de garantizar el acceso físico y
económico para todas las personas que habitan en un territorio determinado.
Seguridad jurídica: se refiere a la certeza que tienen los ciudadanos de la correcta
aplicación de las leyes y la garantía de su recta aplicación, por jueces y funcionarios
idóneos, dentro del Estado.
Seguridad pública implica que los pobladores de un territorio dado pueden vivir en
protegidos, cada uno respetando los derechos individuales de otro. El estado es el
garante de la seguridad pública y por lo tanto quien debe garantizar el orden y la vida
de los ciudadanos.

Soberanía
Como ya lo explicáramos en anteriores temas, la soberanía es el ejercicio de la
autoridad suprema que reside en el pueblo y que se ejerce a través de los poderes
públicos de acuerdo a su propia voluntad y sin la influencia de elementos extraños. La
soberanía, además de ser un principio jurídico, es un valor que debe ser defendido
para garantizar la seguridad del Estado.
Como recordarás es uno de los elementos más representativos del Poder del Estado,
y es el pueblo, tan mencionado en nuestro ordenamiento jurídico, quien lo detenta y
ejerce por medio de los órganos destinados para tal fin. Es por eso que los valores
condicionan la proyección integral de los sujetos hacia el sistema político y
constituyen en sí mismos un componente de la cultura política.

Libertad
La libertad es la situación donde uno tiene la posibilidad de actuar con o sin
interferencias, presiones ni contradicciones; es la forma de expresar por voluntad
propia nuestros actos. Es un valor primordial, ya que permite que los demás valores
existan; en efecto, a partir de allí nacen las libertades específicas: de expresión, de
tránsito, de religión, de asociación, por solo mencionar algunas. Sin embargo, aunque
individualmente la libertad significa que podemos decidir por nosotros mismos,
obedeciendo nuestro propio criterio, en el ámbito social, la libertad tiene sus límites,
porque implica el respeto a las libertades de los demás que constituyen la sociedad y
la responsabilidad de participar en decisiones colectivas, como la elección de nuestros
gobernantes, el respeto y acatamiento de leyes y normas que garanticen la
convivencia y la calidad de vida de todos.

Justicia
La palabra justicia tiene su origen en el término latino Justicia, que era considerada
como una de las cuatro virtudes que garantizaban la vida de los pueblos. La justicia
consiste en dar a cada uno lo que le corresponde. Cuando ello no se logra entre los
individuos de forma natural, debe regularlo el derecho i y las leyes. La justicia tiene
una base moral fundamentada en lo que es bueno o malo para el individuo y una
formal que son las leyes, normas y regulaciones que rigen el comportamiento del ser
humano, de acuerdo a la base moral.
A mediados del siglo XIX, con el nacimiento de los Estados surge el concepto de
justicia social, estrechamente vinculado con la necesidad de lograr un reparto
equitativo de los bienes del Estado. La justicia social incorpora el compromiso del
Estado para compensar las desigualdades que pudieran aparecer en la sociedad
como resultado de la industrialización y el incremento de los mercados. Por ello debe
generarse mecanismos de compensación y regulación que garanticen la satisfacción
de las necesidades de la población.

Igualdad
La palabra igualdad también proviene del latín aequalitas, es sinónimo de equidad, es
la correspondencia y proporción de muchas partes que componen un todo. Como
valor político hablamos de igualdad social que significa que todos los ciudadanos
tenemos los mismos derechos y las mismas oportunidades en la vida, entendida esta
como la posibilidad de accesar de igual manera a los recursos. De esta manera,
aunque la igualdad debe ser rechazada, es comprensible y aceptable cuando
proviene de la realización del individuo. Así por el ejemplo el individuo que estudia,
trabaja y se esfuerza tiene mayores posibilidades de alcanzar las metas y obtener
recursos que el flojo y holgazán. Las sociedades han luchado siempre por alcanzar
esta igualdad social y aunque se han alcanzado la eliminación de las diferencias
sociales fundamentadas en la raza, el credo o el sexo, aún queda mucho por hacer
para alcanzar la igualdad social, que garantice el goce de los derechos sociales y
económicos, independientemente del logro individual alcanzado.

Religión
El concepto de religión tiene su origen en el término latino religigare que significa
volver a unir, juntar algo que está separado y se refiere al conjunto de creencias o
dogmas acerca de una divinidad. La religión implica sentimientos de veneración, amor
y temor hacia Dios o hacia los dioses, cumplimiento de normas morales y de conducta
e individual y social y la prácticas de cultos o rituales incluyendo la oración y en
alguno caso el sacrificio.
Existen distintos tipos de religiones de acuerdo a su concepción teológica. Así
hablamos de religiones monoteístas (cristianismo, judaismo y el islamismo),
entendidas como las que se basan en la existencia de un solo Dios y politeístas las
que se fundamentan en la existencia de varios dioses (hinduismo)
La religión puede ser considerada como un valor ya que en la medida que el ser
humano practica una religión se relaciona con Dios y como consecuencia de ello crea
una relación positiva entre quienes practica una religión y su entorno.
Salud
Los cambios sociales que se han llevado a cabo a través de la historia han conducido
a considerar a la salud como un valor en el contexto humano con proyección social,
reclamando la construcción de toda una cultura alrededor de la salud. Cuando el ser
humano es educado desde su infancia a la prosecución de la salud, puede formarse
un criterio propio, entender y realizar medidas de prevención de enfermedades y
cuidado de la salud que repercuten en el bienestar de la sociedad. Si consideramos la
salud como un valor que se debe cultivar, lograremos erradicar algunas enfermedades
y ser más eficaces en la aplicación de los programas de prevención.
Como ya lo indicáramos, la salud está considerada en la Carta Magna como un hecho
social fundamental. La norma contenida en el artículo 83 establece lo siguiente:

Artículo 83. La salud es un derecho social fundamental, obligación del Estado, que lo
garantizará como parte del derecho a la vida. El Estado promoverá y desarrollará
políticas orientadas a elevar la calidad de vida, el bienestar colectivo y el acceso a los
servicios. Todas las personas tienen derecho a la protección de la salud, asi como el
deber de participar activamente en su promoción y defensa, y el de cumplir con las
medidas sanitarias y de saneamiento que establezca la ley, de conformidad con los
tratados y convenios internacionales suscritos y ratificados por la República.

Educación
La educación, entendida no solamente como un derecho humano sino también como
un valor, permite a las personas crecer espiritual y materialmente. Haber recibido una
educación, estar formado y poseer suficiente información debe ser valorado
socialmente. En nuestra sociedad ha sido siempre el deseo de los padres el que sus
hijos se eduquen y adquieran los conocimientos, valores y costumbres necesarios
para incorporarse activamente a la sociedad.
Debemos recordar que la educación no sólo se adquiere a través de la palabra, se
encuentra presente en todas nuestras acciones, sentimientos y actitudes. Es un
proceso de vinculación y revalidación cultural, moral y conductual. Así, a través de la
educación, las nuevas generaciones asimilan y aprenden los conocimientos, normas
de conducta, modos de ser y formas de ver el mundo de generaciones anteriores,
creando además otros nuevos.
Existen tres tipos de educación: la formal, la no formal y la informal. La educación
formal hace referencia a los ámbitos de las. escuelas, institutos y universidades. La no
formal se refiere a los cursos, talleres, academias, etc. y la educación informal es
aquella que abarca la formal y no formal, pues es la educación que se adquiere a lo
largo de la vida.

La Constitución de la República en su artículo 102, señala lo siguiente en relación a la


Educación.

Artículo 102. La educación es un derecho humano y un deber social fundamental, es


democrática, gratuita y obligatoria. El Estado la asumirá como función indeclinable y
de máximo interés en todos sus niveles y modalidades, y como instrumento del
conocimiento científico, humanístico y tecnológico al servicio de la sociedad. La
educación es un servicio público y está fundamentada en el respeto a todas las
corrientes del pensamiento, con la finalidad de desarrollar el potencial creativo de
cada ser humano y el pleno ejercicio de su personalidad en una sociedad democrática
basada en la valoración ética del trabajo y en la participación activa, consciente y
solidaria en los procesos de transformación social, consustanciados con los valores
de la identidad nacional y con una visión latinoamericana y universal. El Estado, con la
participación de las familias y la sociedad, promoverá el proceso de educación
ciudadana, de acuerdo los principios contenidos en esta Constitución y en la Ley.

Para finalizar el desarrollo de este tema, quisimos incluir un valor que consideramos
fundamental para la consolidación de los anteriores e imprescindible para el logro de
nuestro crecimiento como personas comprometidas con el pleno desarrollo del país.
Nos referimos a la autenticidad

Autenticidad
Es ser uno mismo y del todo, en cada situación. Es una respuesta inmediata, directa,
inteligente y sencilla ante la vida. Se produce instantáneamente desde lo más
profundo de nuestro ser, es un sentimiento que nos hace sentirnos bien con nosotros
mismos. Se relaciona directamente con la sencillez, porque es lo que surge después
de que se ha eliminado los complejos y las limitaciones adquiridas.

Es la expresión más genuina de la libertad interior, la cual se encuentra en oposición a


todo condicionamiento y se expresa a través de una sensación de bienestar con
nosotros mismos y nuestro entorno.
Cuando somos auténticos, estamos en armonía con nosotros mismos y la trasmitimos
a los demás. Reconocemos nuestras capacidades y limitaciones y por lo tanto nos
podemos fijar metas alcanzables. Además la autenticidad nos proporciona la
seguridad, certeza y claridad necesarias para actuar positivamente y sin temor.

Algunas reglas para lograr la autenticidad:


• Evitar la mentira y la personalidad múltiple. Ser el mismo siempre,
independientemente de las circunstancias.
• Luchar contra la vanidad. Que nos lleva a elevarnos por encima de lo que somos
para cubrir nuestras flaquezas o exaltar nuestras cualidades.
• Vivir de acuerdo a nuestras posibilidades, evitando lujos fuera de nuestro alcance.
• Prepararnos para adquirir aquellas destrezas o habilidades que nos hacen falta para
el trabajo o para sacar adelante a la familia.
• Cooperación y comprensión para evitar el deseo de dominio sobre los demás,
respetando sus derechos y opiniones.
• Ser fieles a las promesas que hemos hecho, de esta manera, somos fieles con
nosotros mismos. Cumplir responsablemente con las obligaciones que hemos
adquirido en la familia o el trabajo.
• Hacer a un lado simpatías e intereses propios, para poder juzgar y obrar justamente.
• Esforzarnos por vivir las leyes, normas y costumbres de nuestra sociedad.
• No tener miedo a que "me vean como soy".

"La autenticidad da a la persona una natural confianza, pues con el paso del tiempo
ha sabido cumplir con los deberes que le son propios en el estudio, la familia y el
trabajo, procurando perfeccionar el ejercicio de estas labores superando la apatía y la
superficialidad, sin quejas ni lamentaciones. Por la integridad que da el cultivo de este
valor, nos convertimos en personas dignas de confianza y honorables, poniendo
nuestras cualidades y aptitudes al servicio de los demás, pues nuestras miras van
más allá de nuestra persona e intereses."

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