Está en la página 1de 11

UNIVERSIDAD JUAREZ AUTONOMA DE

TABASCO

“DIVISIÓN ACADEMICA DE CIENCIAS DE LA SALUD”

LICENCICATURA: CIRUJANO DENTISTA

ASIGNATURA: DERECHOS HUMANOS, SOCIEDAD Y

MEDIO AMBIETE

EVIDENCIA FINAL

ALUMNO: ANDRÉS ALBERTO DE DIOS ROMERO


Análisis situacional en relación con los Derechos
Económicos, Sociales, Culturales y Ambientales

Antecedentes

La consagración de los Derechos Económicos, Sociales, Culturales y Ambientales


(DESCA) ha sido un largo proceso que aún no culmina; desde la aprobación del
Pacto Internacional de Derechos Económicos, Sociales y Culturales (PIDESC) en
1966 por la Asamblea General de la Organización de las Naciones Unidas (ONU),
hasta la adopción de la Agenda 2030 para el Desarrollo Sostenible de dicha
Organización Internacional en 2015, aún existen importantes retos por atender para
hacer de estos derechos una realidad para todas las personas.

Los DESCA se identifican como aquellos derechos que se relacionan con la


satisfacción de necesidades básicas de las personas, comprenden distintos
Derechos Humanos, entre ellos: a un nivel de vida adecuado, a la alimentación, a
la salud, al agua, al saneamiento, al trabajo, a la seguridad social, a una vivienda
digna y decorosa, a la educación, a la cultura, así como al medio ambiente.

Cada Estado tiene la obligación de adoptar medidas hasta el máximo de los


recursos de que disponga para lograr progresivamente, por todos los medios
apropiados, inclusive en particular la adopción de medidas legislativas,
administrativas o de otra naturaleza, la plena efectividad de estos derechos,
evitando tomar medidas regresivas, por ende, resulta ineludible la obligación de las
autoridades para cumplir con los mínimos indispensables de esos derechos.

El Informe Anual de Actividades de la CNDH de 2018 consideró que el Comité


DESC [i] de la ONU, expresó en sus Observaciones finales sobre los informes
periódicos quinto y sexto combinados de México la insuficiencia del salario mínimo
para proporcionar condiciones de vida digna; la alta proporción de trabajadores en
la informalidad; que el desempleo y subempleo afectan especialmente a personas
jóvenes, personas con discapacidad, personas migrantes, entre otros; la
persistencia de condiciones laborales injustas para trabajadores agrícolas y en el
servicio doméstico; un sistema de protección social fragmentado por sectores y
vinculado a la formalidad del empleo; altas tasas de desnutrición en contraposición
con altos niveles de sobrepeso y obesidad que vulneran el ejercicio del derecho a
la alimentación; además de una alta desigualdad que afecta a las personas más
desfavorecidas y marginadas.

Interesa a este Organismo Nacional que tras un año del informe del Comité DESC,
la Alta Comisionada de Naciones Unidas para los Derechos Humanos, Michelle
Bachelet, durante su visita a México en el mes de abril de 2019, expresará su
preocupación por los retos de desarrollo socioeconómico que debe enfrentar
nuestro país dado el porcentaje de población que vive en pobreza[ii].
La Alta Comisionada de la ONU para los Derechos Humanos, remarcó a su vez la
importancia de buscar el equilibrio entre proyectos de desarrollo; el medio ambiente;
la protección de los territorios y recursos de los pueblos indígenas e insistió en que
los procesos de consulta previa, libre, informada, de buena fe y culturalmente
adecuada, son una herramienta que puede ayudar a evitar conflictos, al
considerar las opiniones y visiones de quienes han estado más excluidos.

Por otra parte, resaltó la necesidad de que el desarrollo sea sostenible y sustentable
desde la perspectiva ambiental, social y de Derechos Humanos, al hacer referencia
a la Agenda 2030 y cómo ésta exige involucrar a los beneficiarios en el diseño,
implementación y monitoreo de los proyectos que les pueden afectar.

Finalmente, hizo un llamado al Estado mexicano para incorporar en su sistema


jurídico diversos instrumentos internacionales de protección de los DESCA, tal es el
caso del Protocolo Facultativo del Pacto Internacional de Derechos Económicos,
Sociales y Culturales; el Convenio 189 de la Organización Internacional del Trabajo
sobre el trabajo decente para las trabajadoras y los trabajadores domésticos; y el
Acuerdo Regional sobre el Acceso a la Información, la Participación Pública y el
Acceso a la Justicia en Asuntos Ambientales en América Latina y el Caribe,
conocido como Acuerdo de Escazú.

Contexto Actual

En México, a partir de 2011, se presentó un nuevo escenario constitucional en


materia de Derechos Humanos, a efecto de impactar de manera positiva en la vida
de las personas respecto del reconocimiento a su dignidad e incentivar la mayor
protección posible de sus derechos.

Este paradigma se presenta a partir de diversas reformas constitucionales que


señalan la obligación de las autoridades de promover, proteger, respetar y
garantizar los Derechos Humanos, entre ellos, los Económicos, Sociales, Culturales
y Ambientales, además de reafirmar el reconocimiento de los Derechos
Humanos previstos en nuestra Constitución como en los tratados de los que el
Estado mexicano es parte.

El andamiaje jurídico resulta propicio para incentivar una perspectiva de acción


estatal que tenga como eje la dignidad de las personas, sin embargo, la Comisión
Nacional de los Derechos Humanos advierte con preocupación que, al considerar
la información expuesta por el Consejo Nacional para la Evaluación de la Política
de Desarrollo Social (CONEVAL) disponible hasta 2018, aún se identificaban a 52.4
millones de personas en situación de pobreza, y 9.3 millones en pobreza
extrema.[iii].

El CONEVAL ha implementado una medición multidimensional de la pobreza: una


de las dimensiones da cuenta del bienestar económico y las otras de las carencias
en DESCA. A partir de ello, señaló que en el caso de la medición de pobreza las
entidades federativas de Chiapas, Guerrero y Oaxaca registran los mayores
porcentajes de pobreza con 76.4, 66.5 y 66.4 por ciento, respectivamente, mientras
que Nuevo León presenta el porcentaje de pobreza más bajo a nivel nacional (14.5),
seguido de Baja California Sur (18.1) y Coahuila (22.5)[iv]. En el caso de los
municipios, en el año 2015 y su comparativo con 2010, un total de 927 municipios
tenían 75 por ciento o más de su población en situación de pobreza (la mayoría son
municipios pequeños, con un porcentaje alto de población indígena y rurales)[v].

Chiapas Guerrero Oaxaca Nuevo León Baja California


SurCoahuila010203040506070076Porcentaje

Este Organismo Nacional ha señalado que la pobreza y la pobreza extrema afectan


de forma distinta a la población, al considerar el área donde residen y las
características sociodemográficas, por lo cual, el ejercicio de los derechos de ciertos
grupos de población como mujeres, personas indígenas.

Este Organismo Nacional ha señalado que la pobreza y la pobreza extrema afectan


de forma distinta a la población, al considerar el área donde residen y las
características sociodemográficas, por lo cual, el ejercicio de los derechos de ciertos
grupos de población como mujeres, personas indígenas, jóvenes o con alguna
discapacidad se encuentra sistemáticamente comprometido, por lo cual, se agrava
la vulneración reiterada de varios de sus Derechos Humanos.

Al respecto, el multicitado Consejo Nacional publicó en 2018 una serie de


documentos diagnósticos[vi]. respecto de diversos derechos entre los que se
encuentra el derecho a la alimentación nutritiva y de calidad; el derecho al medio
ambiente sano; el derecho a la vivienda digna y decorosa; el derecho al trabajo; y
el derecho a la educación. Estos visibilizan las carencias que enfrentan las
personas, particularmente, aquellas que por su condición se agrava su situación de
vulnerabilidad y, en consecuencia, el goce efectivo de estos derechos.

Es preciso señalar sobre el derecho a la educación, que el gasto público al mismo


en 2016, representó únicamente el 5.1 por ciento del Producto Interno Bruto (PIB),
cifra inferior de lo que la Organización de las Naciones Unidas para la Educación,
la Ciencia y la Cultura (UNESCO) señala el cual debe ser al menos seis por ciento
de su producto interno bruto (PIB) o 20 por ciento de su presupuesto público total
en educación, es decir, el 6.8 por ciento del PIB. Dicha cifra en México también fue
inferior a lo referido por el artículo 25 de la Ley General de Educación, el cual
establece que el monto anual que el Estado – Federación, entidades federativas y
municipios -, destine al gasto en educación pública y en los servicios educativos, no
podrá ser menor a ocho por ciento del producto interno bruto del país.

Por otra parte, respecto del diagnóstico relativo al derecho a un medio ambiente
sano, se refiere también el derecho al agua y al saneamiento; a la calidad del aire;
así como situaciones específicas, tal es el caso del manejo de residuos; la
biodiversidad, el suelo y el cambio climático, siendo preocupante que el acceso
físico al agua para consumo humano, cuente con una menor cobertura en
localidades indígenas. Por otro lado, la accesibilidad de los servicios de drenaje
contó con una cobertura de 91.4 por ciento en 2015 en el ámbito nacional, sin
embargo, sobre este servicio el CONEVAL identificó brechas entre entidades, ya
que mientras en Colima, la Ciudad de México y Aguascalientes la cobertura fue
cerca del 99 por ciento de las viviendas, en Oaxaca y Guerrero la cobertura fue de
77.1 y 71.8 por ciento, respectivamente.

Desde las Organizaciones de la Sociedad Civil, se emitió un documento entregado


a la Oficina de la Alta Comisionada de Naciones Unidas para los Derechos
Humanos con motivo de su visita que contiene una serie de temáticas relacionadas
con los DESCA en México, del cual se resalta la preocupación por las decisiones,
acciones y omisiones del gobierno federal respecto de presupuesto, políticas
públicas, grupos de atención prioritaria y la normatividad.

En este sentido, la CNDH reconoce la actividad constante de las organizaciones de


la sociedad civil, por su incansable compromiso con la promoción y difusión de los
Derechos Humanos, y consideramos de especial importancia los espacios que
generan los organismos internacionales para escuchar a dichas organizaciones y a
la sociedad civil en general, con el propósito de contar con información que les
permitan conocer la situación real de los Derechos Humanos, y así contribuir de la
mejor manera a que los Estados cumplan plenamente con sus responsabilidades
internacionales.

Acerca del mencionado documento, al analizar su contenido se remarca que varias


de las problemáticas que menciona, coinciden con las llamados que ha realizado
este Organismo Nacional, y otras que se suman a las prioridades que debe asumir
el Estado mexicano, lo que resulta de vital importancia para visibilizar carencias de
la población que deben atender las autoridades, tal es el caso, por ejemplo, de la
situación del programa de estancias infantiles; la existencia de cifras oficiales de
muertes maternas indígenas; la armonización de la normatividad mexicana con el
convenio sobre los Derechos de las Personas con Discapacidad: la justicia laboral
y derechos colectivos de acuerdo con las tendencias internacionales; el diseño de
una política de gestión integral de riesgos; la evaluación del impacto social,
ambiental y en general los megaproyectos, entre otros.
Estas situaciones, así como las que se presentan dentro de este documento,
robustecen las expresadas por este Organismo Nacional en el documento
intitulado Agenda Básica de Derechos Humanos 2019. [vii]

Retos del Estado mexicano

Esta Institución Autónoma reitera su preocupación por la urgente necesidad de


implementar la perspectiva de Derechos Humanos en la gestión gubernamental, e
impulsar prácticas para prevenir la corrupción y sancionarla de manera efectiva y
real, ello permitirá a nuestro país el uso debido y eficiente de los recursos para dar
cumplimiento a los DESCA.

Esta situación ha sido expuesta en los Estudios Presupuesto Público y Derechos


Humanos [viii], ambos impulsados por la CNDH con el propósito de conocer la
relación que guardan dichos temas con los Derechos Humanos.

Estos documentos, parten de una perspectiva de Derechos Humanos misma que


permitirá, entre otros aspectos, que el ejercicio presupuestal en el país influya de
manera positiva en el pleno goce y ejercicio de los derechos, en lugar de generar
vulneraciones a los mismos, lo cual puede materializarse por una incorrecta
distribución de los recursos o por reducciones presupuestales que afecten a las
personas y sus derechos como al trabajo y en el trabajo, a la seguridad social, a la
salud, a la cultura, a la educación o a un medio ambiente sano, por mencionar
algunos.

En este sentido, las autoridades deben estar atentas a que las políticas públicas y
programas de atención, fomenten la progresividad de los Derechos Humanos, con
el propósito de resolver de manera inmediata la urgente situación que se presenta
debido a la violación sistemática de derechos que surge por la inflexión de distintas
carencias en una sola persona o núcleo familiar.

Por lo que resulta imperativo generar estrategias renovadas de atención a la


corrupción y a la pobreza, que prevean la protección de derechos en lugar de
impedir su ejercicio, es decir, que la atención a estas problemáticas debe tener en
el centro la dignidad de las personas ya que, al considerar los principios de
universalidad, interdependencias, indivisibilidad y progresividad, no se puede
justificar la vulneración de un derecho en aras de la protección de otro.

Es por eso que encontramos preocupantes las reducciones respecto de la


protección ambiental o a la cultura; además del impacto de la reducción
presupuestal al Instituto Nacional de Estadística y Geografía (INEGI) misma que
puede provocar una falta de información clave, pertinente y confiable que coadyuve
en la comprensión de las distintas problemáticas, permita adoptar decisiones de
política pública o reorientar las acciones implementadas.

Lamentablemente, también se advierte con preocupación que existe un serio


problema de seguridad y de discriminación en el país, por lo que se considera
pertinente que el Estado mexicano adopte los instrumentos internacionales que
favorezcan el ejercicio de los Derechos Humanos, en particular de los DESCA y que
se impulse la armonización normativa de las obligaciones internacionales del país
en la legislación de cada materia, lo que permitirá generar mejores prácticas
administrativas, así como precedentes jurisdiccionales [ix] para el goce y ejercicio
de los DESCA.

Asimismo, se deben generar políticas públicas incluyentes; un sistema de seguridad


social que garantice una cobertura de protección social universal (en caso de vejez,
desempleo, enfermedad, entre otras) adecuadas a todas las personas y dirigir los
esfuerzos a alcanzar una cobertura universal de salud y una cobertura sanitaria
universal.

Por lo anterior, se reitera la necesidad de garantizar que las instalaciones, bienes y


servicios públicos se encuentren disponibles y sean accesibles (económicamente),
adaptables (deben considerar las diferencias culturales, las barreras lingüísticas, las
necesidades específicas e incluso prestar una asistencia adaptada), asequibles
(algunos pueden ser incluso de acceso gratuito) y de buena calidad. Y se garantice
que quienes viven en pobreza puedan acceder a ellos.

Por otra parte, se insiste en que deben impulsarse mecanismos[x] que consoliden
la cultura de la denuncia, vigilancia social, transparencia y rendición de cuentas
basada en una debida y eficiente fiscalización y control de los recursos públicos;
contar con mecanismos eficaces para denunciar abusos y explotación, fortalecer las
labores de inspección, principalmente, en materia laboral, de seguridad social y
ambiental, así como una coordinación más efectiva entre las autoridades de los
distintos órdenes de gobierno.

Adicionalmente, dar seguimiento a la progresión de la situación preexistente de


derechos como a la educación y alcanzar el 100 por ciento del acceso oportuno a
los materiales educativos en todos los niveles obligatorios, y continuar con las
Recomendaciones de la Organización para la Cooperación y el Desarrollo
Económicos (OCDE) respecto de la mejora de la calidad docente, a la vez de
impulsar la educación superior dado su impacto en el mercado laboral y el nivel de
vida de las personas.

Indispensables para 2022

Este Organismo Nacional considera imperativo se realicen una serie de acciones


urgentes e inmediatas por parte del Estado mexicano con el propósito de propiciar
el debido Estado de Derecho, la observancia de los Derechos Humanos contenidos
en nuestro orden jurídico y en las obligaciones internacionales.

En este sentido, al tener en cuenta que, a partir de 2011, se presentó un nuevo


escenario constitucional en materia de Derechos Humanos, a efecto de impactar de
manera positiva en la vida de las personas respecto del reconocimiento a su
dignidad, e incentivar la mayor protección posible de sus derechos, el cual además
amplió el catálogo de fuentes de derechos que pueden exigir todas las personas,
con base en los instrumentos internacionales vinculantes para el Estado mexicano.

A este respecto, es importante precisar que se habla de instrumentos


internacionales de una manera genérica, para referir a tratados o convenios, pero
se agrega su característica de “vinculantes” cuando tales estándares se incorporan
al orden jurídico de los Estados, lo que genera obligaciones internacionales y
efectos jurídicos internos para la población y para las autoridades de dicho país.
Este carácter vinculante motiva necesariamente acciones para su incorporación,
siendo la primera de ellas, la armonización normativa que los haga operables y
aplicables a casos concretos. Es cierto que pueden aplicarse los estándares
internacionales de manera directa, sin embargo, se debe propiciar su presencia en
la legislación, con el propósito de acercarlos a toda la población para que conozcan
sus derechos, en particular, a quienes se encuentran en situaciones de atención
prioritaria y, por supuesto, a los operadores jurídicos, en específico autoridades,
para que realicen su actividad de manera efectiva. Esto resulta en una de las más
importantes consecuencias de este ejercicio.

Estamos conscientes también, que la labor no puede terminar en la integración del


derecho internacional a las leyes especializadas por materia, sino que debemos
considerar dos cuestiones:

La primera es que las leyes deben impactar en la vida de las personas, es decir,
materializarse mediante el pleno ejercicio de sus derechos.

La segunda cuestión es el éxito de la Reforma expresada anteriormente, mismo que


no se puede lograr si las autoridades desconocen los límites de sus facultades o
atribuciones y no sitúan la dignidad de las personas en el centro de sus obligaciones
de promoción, respeto, protección y garantía de los Derechos Humanos.

Asimismo, resulta necesario que el Plan Nacional de Desarrollo para este sexenio
propicie que las políticas, programas y acciones del Estado mexicano beneficien de
manera directa a las personas y se reduzca la vulneración de los Derechos
Humanos en el país, así como la revictimización de las personas, al ser común que
las personas con menos acceso a recursos encuentren carencias en más de una
de las necesidades fundamentales para su desarrollo.

En ese sentido, resulta de la mayor importancia que el cambio de paradigma


propuesto para la acción gubernamental reconozca a las personas como titulares
de derechos y agentes de cambio, a fin de impulsar medidas positivas y afirmativas
con especial énfasis en los ámbitos vulnerables a la pobreza. Estas medidas deben
impactar en los instrumentos legislativos, administrativos, presupuestarios y
reguladores, así como en las políticas, programas y planes gubernamentales,
circunstancia que ha sido expuesta, en informes previos, por esta Comisión
Nacional.

De manera particular, es necesario incrementar el PIB en materia de educación, al


menos, a lo que establece la legislación de la materia, así como actualizar los
materiales educativos y revisarlos con el propósito de que sean pertinentes
culturalmente.

Respecto al derecho al agua, contenido en el artículo 4° constitucional, es obligación


del Estado mexicano garantizarlo, valiéndose de las bases, apoyos, modalidades
para el acceso y uso equitativos y sustentables de los recursos hídricos previstos
en la normatividad.
Para alcanzar tal desafío, y a fin de dotar de vigencia el contenido de la adición
constitucional, el tercero transitorio del Decreto del 8 de febrero de 2012, estableció
al Congreso de la Unión un plazo de 360 días para emitir una Ley General de Aguas,
sin embargo, a más de siete años desde la publicación de mencionado Decreto, la
referida ley no ha sido emitida, lo cual actualiza una evidente omisión legislativa que
pone en entredicho la operatividad de la adición constitucional y visibiliza el
incumplimiento del Estado mexicano de proteger el derecho humano al agua.

Aunado a lo anterior, encontramos situaciones en materia ambiental como es la


disposición del agua, por lo que se deben establecer estrategias que permitan
mitigar la situación que enfrenta el país respecto de la disponibilidad natural del vital
líquido, al existir zonas en escasez absoluta si se compara con las cifras que señala
la Organización de las Naciones Unidas para la Alimentación (FAO), por lo que se
debe ampliar la infraestructura de agua potable y saneamiento para viviendas,
comunidades indígenas y localidades rulares.

En este mismo sentido, y con base en los principios de interdependencia e


indivisibilidad de los Derechos Humanos, se debe atender el derecho a la salud de
las personas, misma que se ve afectada por la calidad del aire en el país o aspectos
de contaminación en los hogares por prácticas que pueden resultar nocivas para la
salud, por ejemplo, el uso de fogones en su interior, sin perder de vista la necesidad
de incrementar la inversión y generación de energía con base en tecnologías
limpias. Debe existir también, un sistema de recolección de residuos sólidos
urbanos que evite la contaminación, mejorar el control de generadores de residuos
peligrosos, frenar la pérdida de recursos y ecosistemas e incentivar su recuperación.

Asimismo, se debe velar por la protección de los derechos en el trabajo,


independiente de la forma en que se genere la relación laboral, toda vez que el
pleno ejercicio de estos derechos, con base en las tendencias internacionales y las
garantías consagradas en nuestro ordenamiento jurídico, permite el desarrollo
individual de las o los trabajadores y de ser el caso, de sus familias.

La Comisión Nacional de los Derechos Humanos reconoce y reitera también la


necesidad de realizar acciones impostergables, como la ratificación de instrumentos
internacionales, entre los cuales se encuentra el Protocolo Facultativo del Pacto
Internacional de Derechos Económicos, Sociales y Culturales (PIDESC), toda vez
que, con su adopción se reconoce una instancia de garantía de los Derechos
Humanos complementaria y subsidiaria a los mecanismos nacionales.

Además del Acuerdo Regional sobre el Acceso a la Información, la Participación


Pública y el Acceso a la Justicia en Asuntos Ambientales en América Latina y el
Caribe (Acuerdo de Escazú) y la suscripción de Convenios de la OIT como son: 81
sobre la inspección del trabajo; 122 sobre la política de empleo; 129 en materia de
agricultura; 156 sobre trabajadores con responsabilidades familiares y el 183 sobre
protección de la maternidad.
También es necesario implementar los Principios Rectores sobre la Extrema
Pobreza y los Derechos Humanos[xi] adoptados en 2012 en el seno del Consejo
de Derechos Humanos de la ONU, que constituyen una herramienta práctica a
quienes les compete la formulación de políticas que permitan asegurar que éstas
lleguen a las personas más desfavorecidas y que se respeten y hagan cumplir sus
derechos, al considerar los distintos obstáculos sociales, culturales, económicos y
estructurales que les impiden disfrutar de los mismos.

Incorporar los Principios Rectores de Naciones Unidas sobre las empresas y


los Derechos Humanos [xii], por los que se pueden orientar acciones a fin de
promover el respeto de los Derechos Humanos en el contexto de las actividades
empresariales, y en consecuencia al acceso a reparaciones eficaces para las
personas y grupos afectados por dichas actividades.

Sin duda, un reto relevante para el Estado mexicano será el establecimiento de un


mecanismo efectivo para supervisar los progresos del PIDESC y de la Agenda 2030
para el Desarrollo Sostenible, por lo que es necesario fortalecer la participación y
colaboración de la CNDH para alcanzar los Objetivos y Metas de dicha Agenda;
contar con sistemas de información pertinente, oportunos y confiables; e
indicadores adecuados que permitan identificar situaciones de incumplimiento en el
ejercicio de los DESCA.

[i] El Comité DESC fue creado por el Consejo Económico y Social de la


Organización de las Naciones Unidas, su función primordial es vigilar la aplicación
del Pacto Internacional de Derechos Económicos, Sociales y Culturales por los
Estados Partes.
[ii] El mensaje emitido con motivo de su visita se encuentra disponible
en: www.hchr.org.mx/index.php?option=com_k2&view=item&id=1254:declar
acion-de-la-alta-comisionada-de-naciones-unidas-para-los-derechos-
humanos-michelle-bachelet-con-motivo-de-su-visita-a-mexico&Itemid=265
[iii]Disponible en: www.coneval.org.mx/Medicion/MP/Paginas/Pobreza-
2018.aspx
[iv] Disponible
en: www.coneval.org.mx/Medicion/MP/Documents/Pobreza_18/Pobreza_2018
_CONEVAL.pdf
[v] Comisión Nacional de los Derechos Humanos (CNDH), FASCÍCULO 1
OBJETIVO DE DESARROLLO SOSTENIBLE 1 Poner fin a la pobreza en todas sus
formas en todo el mundo, pág. 18, disponible
en: appweb.cndh.org.mx/biblioteca/archivos/pdfs/32-FASC-1-POBREZA.pdf
[vi] Disponible en: www.coneval.org.mx/Evaluacion/IEPSM/Paginas/Estudios-
sobre-derechos-sociales.aspx
[vii] Disponible
en: https://www.cndh.org.mx/sites/default/files/documentos/2019-06/Basica-
de-DDHH-2019.pdf
[viii] Disponibles en: www.cndh.org.mx/sites/all/doc/Informes/Especiales/DH-
Corrupcion-Mexico.pdf
[ix] De conformidad con las Observaciones finales sobre los informes periódicos
quinto y sexto combinados de México, el Comité DESC señala con preocupación
que en la práctica las víctimas de violaciones a derechos económicos, sociales,
culturales y ambientales enfrenten dificultades para acceder a recursos judiciales
efectivos. Incluso alienta a llevar a cabo capacitaciones, especialmente entre
jueces, abogados, agentes del orden, entre otros actores.
[x] Al respecto, es importante señalar que tanto el Comité DESC como la CNDH,
con motivo del Estudio Los Derechos Humanos y la Corrupción En México Análisis
de las tendencias en las entidades federativas entre el 2000 y el 2014, han
enfatizado sobre distintos aspectos, entre ellos, fortalecer el acceso a los recursos
judiciales, se investiguen de manera efectiva las denuncias presentadas en esa
materia, se integren comisiones de la verdad o comisiones internacionales contra la
impunidad, la observancia efectiva de la normatividad, entre otras.

También podría gustarte