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1.9.1. Dificultad en la lectura: dislexia ........................................................................ 33
2. Resumen ................................................................................................................ 38
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UD 5. Respuestas educativas inclusivas I: salud mental
Esta unidad didáctica comenzará con una introducción al concepto de educación inclusiva, una
perspectiva para abrazar la diversidad en al aula, es decir, adaptarse a las diferentes
características de los estudiantes para que saquen el mayor partido al proceso educativo.
Teniendo en cuenta la amplitud de esa diversidad, dedicaremos dos unidades: esta y la unidad
6.
En concreto, en esta unidad exploraremos diferentes motivos por los cuales el alumnado puede
mostrar formas particulares de comportamiento y alteraciones en el ámbito emocional y
relacional, adentrándonos en el campo de la salud mental, es decir, de la salud.
Como docentes, asumimos una educación integral del alumno como persona y siempre desde un
punto de vista positivo. A tal efecto puntualizamos el concepto de salud de la Organización
Mundial de la Salud como «un estado completo de bienestar físico, mental y social, y no solamente
la ausencia de afecciones o enfermedades» (OMS, 1948). Teniendo esto en cuenta y la prioridad
del derecho a la salud, el docente debería tener como objetivo favorecer el bienestar del alumnado
Figura 1. El docente tiene que estar preparado para identificar algunos de los trastornos mentales en el aula y poder
ajustar su intervención educativa.
Debemos tener presente que existe una enorme heterogeneidad en cuanto a los tipos de
trastornos, síntomas y nivel de afectación de los mismos en cada persona, por lo que nos
centraremos solo en los más importantes. Al mismo tiempo, es de rigor ser extremadamente
cautelosos para no extrapolarnos de nuestras funciones, pero a su vez ser de ayuda.
Por otro lado, debido a la limitación de los temas, se incluyen en esta unidad algunos trastornos
específicos del aprendizaje que sería más correcto denominarlos «dificultades de
aprendizaje», ya que, obviamente, no son trastornos mentales, sino problemas específicos a
nivel académico.
• Presentar la perspectiva de la educación inclusiva como la opción más idónea para acoger
la diversidad.
• Argumentar la necesidad de proporcionar una enseñanza adaptativa que promueva la
participación de todos los alumnos en clase.
• Describir los principales trastornos de la salud mental que pueden tener lugar en el aula.
• Proponer algunas pautas de actuación generales para las dificultades que conlleven dichos
trastornos.
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1. Desarrollo del contenido
Hasta ahora hemos asumido una perspectiva generalista, pero en estas últimas unidades vamos
a compensar este aspecto. De hecho, uno de los temas fundamentales de la educación es el
reconocimiento de la individualidad de cada alumno y la consideración de la diversidad como un
gran valor. Esto hace necesaria una nueva perspectiva denominada educación inclusiva, que
ofrece una enseñanza de calidad a todos los individuos, sin caer en exclusiones o discriminaciones
(Martín y Mauri, 2011), trabajando desde la prevención y el respeto de los derechos de las
personas.
Tradicionalmente, se han considerado los problemas del alumnado en función de sus deficiencias
o limitaciones exclusivamente. Por el contrario, desde la educación inclusiva se entiende que los
problemas derivan de la interacción entre las características particulares del alumno y el
centro. De esta forma, se usa otra terminología que pone el foco en la manifestación concreta
en el contexto del aula.
Viaja
Ya con la Ley Orgánica 1/1990 de Ordenación General del Sistema Educativo (LOGSE) se
introdujo el término necesidades educativas especiales.
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Bajo esta perspectiva, se deduce que no tiene sentido separar al alumnado que requiera una
ayuda especial ni en grupos aparte ni en centros de educación especial. De este modo, tanto el
centro como el profesorado deben estar preparados para facilitar el acceso al centro y contar con
los sistemas de apoyo que se precisen (Martín y Mauri, 2011; Ortiz y Carrión, 2020). La educación
inclusiva se desarrolla a través de la participación y del uso de metodologías inclusivas.
Existen colectivos que normalmente son más vulnerables, aunque eso depende de varios factores,
como la cultura, es el caso de las minorías étnicas o de las personas con diversidad funcional
(discapacidad) (Martín y Mauri, 2011; Ortiz y Carrión, 2020).
Como se recordará de temas anteriores, una de las condiciones para trabajar en una ZDP tiene
que ver con la capacidad del docente para diseñar una intervención que se ajuste a las
necesidades del alumnado. Esto es lo que se conoce con el nombre de enseñanza adaptativa
(Martín y Mauri, 2011).
Play
«Ninguna escuela debería llamarse inclusiva, todas deberían serlo». Silvana Corso explica
cómo se contruye una escuela con estas características.
El docente debe primero observar y conocer las diferentes dificultades en el aprendizaje y estar
preparado para afrontar los distintos ritmos de aprendizaje que tienen lugar en el aula.
Recordamos que el profesor no está solo, sino en estrecha colaboración y comunicación con
el tutor y el departamento de orientación. De hecho, cuando se detecte algún síntoma
psicológico de importancia o alguna necesidad educativa en el aula, se debe proceder a su
derivación al departamento de orientación, para que realice, si lo considera oportuno, una
evaluación psicopedagógica.
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A, B, C…
Sucesivamente, se deciden las medidas de actuación que llevar a cabo, que son numerosas.
En la LOMLOE se explicitan las siguientes: «las adaptaciones del currículo, la integración de
materias en ámbitos, los agrupamientos flexibles, los desdoblamientos de grupos, la oferta de
materias optativas, programas de refuerzo y medidas de apoyo personalizado para el alumnado
con necesidad específica de apoyo educativo» (LOMLOE, 2020). Siempre se intentarán las
soluciones que menos cambios y recursos requieran.
Áreas del currículo modificables: (Castejón, 2013, p. 60; García, Pérez y Berruezo, 2010, p.
282):
Objetivos y contenidos
Dar prioridad a aquellos que sean más fácilmente alcanzables por el alumnado, priorizando los
de tipo procedimental y aquellos más funcionales para su desenvolvimiento autónomo en la
vida diaria. En general, los objetivos de tipo procedimental resultan también más motivadores.
Esto implica centrarse solo en algunos objetivos y contenidos y en definir otros nuevos.
Actividades de enseñanza-aprendizaje
Diseñar actividades diversas que permitan al alumno elegir aquellas que se adapten mejor a
sus características. También han de poderse resolver utilizando diversas vías y ser cercanas a
la realidad de la vida cotidiana.
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Metodología
Seleccionar técnicas de enseñanza que puedan beneficiar al mayor número de alumnos. Por
ejemplo, el uso de las TIC y el aprendizaje cooperativo.
Evaluación
La mayoría de los trastornos de salud mental no suelen repercutir a nivel académico, es decir, no
conllevan una expresión concreta de necesidades educativas. Motivo este por el que, durante
nuestro desempeño profesional, debemos tener cuidado y no extrapolarnos de nuestras
competencias.
Por otro lado, es deseable que conozcamos cómo afectan ciertas condiciones a la persona y
seamos sensibles y capaces de percibir posibles síntomas que podrían indicar una alteración
psicológica de relevancia. En esos casos, siempre respetando la máxima privacidad, se debe
derivar el caso a la familia y a un profesional sanitario para que gestione la situación.
Generalmente el tutor o el orientador educativo serán los que se pondrán en contacto con los
padres para que se tomen las medidas oportunas. Esto consiste en dirigirse al pediatra y a los
especialistas de salud mental para evaluar e intervenir lo antes posible.
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Debemos tener presente que existe una enorme heterogeneidad en cuanto a los tipos de
trastornos, síntomas y nivel de afectación en cada persona. Además, en la adolescencia a veces
se confunden estos síntomas con las características propias de la etapa, o puede que se trate de
estados temporales, y, por lo tanto, no son ningún trastorno. Es un tema muy complejo que exige
la máxima cautela, debido a que el peso del estigma de la enfermedad mental puede llegar a
tener consecuencias incluso más perjudiciales que el propio trastorno.
Play
Los individuos que sufren algún trastorno mental están muchas veces sujetos a prejuicios y
estereotipos que no se ajustan a la realidad. En este video algunas de estas personas intentan
resolver estas ideas erróneas de primera mano y arrojar un poco de luz sobre su situación.
No se han incluido todas alteraciones de la salud mental en la unidad. Se ha hecho una selección
de los trastornos y dificultades específicas que tienen mayor impacto en el aprendizaje y aquellas
con mayor incidencia en la población adolescente y juvenil.
e.moti.on
Debemos evitar el uso de etiquetas genéricas como disléxico o ansioso cuando se hace
referencia a alguien. Por respeto a la dignidad de todo ser humano, deberíamos sustituirlo
por «persona con dislexia o alumno que sufre de ansiedad».
De esa forma, evitamos caer en el denominado «efecto halo», es decir, que la identidad de
los sujetos se vea ofuscada por una de sus características y considerar todos esos otros
aspectos no relacionados con la enfermedad.
Con este fin didáctico, se ha elegido la clasificación clínica del Manual diagnóstico y estadístico
de trastornos mentales (en su 5.ª edición), más conocido por sus siglas en inglés DSM-5
(American Psychiatric Association o APA, 2013) para analizar los principales trastornos
psicológicos y dificultades que se pueden encontrar en un aula.
El DSM-5 nos sirve de guía de referencia, pero hay que tener en cuenta que es una visión
reduccionista, médica y estereotipada. Recordemos siempre que, como docentes, debemos
favorecer el desarrollo en plenitud del alumnado, manteniendo una mirada tolerante y abierta
hacia todas las capacidades de la persona.
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1.2. Trastornos del neurodesarrollo
Nota
Los trastornos específicos del aprendizaje se han ubicado al final de esta unidad.
Se caracterizan por debutar de manera precoz, generalmente antes de que el niño haya
comenzado la Educación Primaria, aunque muchas veces se detectan en edades más avanzadas.
Los déficits pueden afectar habilidades muy concretas, como la lectura o el cálculo, o tener una
repercusión global, limitando la inteligencia o las habilidades sociales.
Características generales
La característica principal del trastorno por déficit de atención e hiperactividad (TDAH) es
un patrón persistente de inatención y/o hiperactividad-impulsividad, de carácter crónico y que
interfiere en el funcionamiento normal. Dentro de las características definitorias, pueden
prevalecer más unas sobre otras, por lo que existen diferentes subtipos dentro del trastorno, por
ejemplo, la predominancia de la actividad motora.
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Barkley (2002) indica tres síntomas nucleares del TDAH:
Déficit atencional
Hiperactividad
Exceso de actividad verbal o motora inapropiada, bien para la etapa del desarrollo, bien para
el momento o situación. Por ejemplo, el alumno puede levantarse de la silla en situaciones
inadecuadas (trabajo, clase, etc.). Asimismo, los alumnos con este síntoma presentan
teatralidad y variaciones impredecibles en su conducta.
Este síntoma es el que se controla de forma más precoz, con lo cual, el adolescente TDAH irá
regulando paulatinamente (por presión social) su excesiva actividad motora. No obstante, los
adultos con TDAH refieren que este síntoma se transforma en una constante inquietud o
impaciencia.
Impulsividad
Tendencia a actuar de manera brusca o no planificada, sin reflexión ni tener en cuenta las
consecuencias. Son impacientes, no guardan turno, responden sin que finalice la pregunta o
interrumpen a los demás. Asimismo, manifiestan incapacidad para aplazar las metas
gratificantes, no perciben situaciones de peligro, muestran dificultades para inhibir conductas
(por ejemplo, dicen siempre lo que piensan o manifiestan conductas disruptivas). Este
comportamiento es el que más se suele incrementar durante la adolescencia.
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En la adolescencia, el alumnado con TDAH corre el riesgo de desarrollar conductas negativistas
y oposicionistas-desafiantes (conductas de riesgo, abuso de drogas, alcohol, conflicto con la
autoridad…). Por otro lado, se acentúan las dificultades en planificación, perseverancia, demora
del refuerzo y gestión del tiempo. En general, el adolescente con TDAH se caracteriza por
presentar desorganización tanto interna como externamente, lo que hace que le resulte más difícil
ser autónomo e independiente (APA, 2013).
Play
Para aprender un poco más sobre el trastorno por déficit de atención/hiperactividad, este
video ofrece información valiosa y explica algunos aspectos interesantes, como su posible
origen y tratamiento.
Estos síntomas nucleares conllevan otro tipo de dificultades como, por ejemplo, baja autoestima,
problemas en las relaciones sociales, de sueño y emocionales. De hecho, presentan un desarrollo
emocional más inmaduro que sus compañeros de edad. Así, pueden mostrar ansiedad,
conductas compulsivas (por ejemplo, comer en exceso) o quejas somáticas (cefaleas o dolores
abdominales), depresión y baja tolerancia a la frustración. Además, suelen atribuirse a sí mismos
los éxitos, pero no los fracasos, y manifiestan una alta necesidad de llamar la atención a los
adultos (Biederman et al., 1997).
Recuerda
La privacidad del alumno debe ser prioritaria, así que no se debe comunicar al resto del
alumnado la razón de las medidas adoptadas, procurando ser discretos.
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Para prevenir y evitar estas consecuencias, se aconsejan estas indicaciones (Aires et al., 2015):
En la modalidad de escolarización
Inclusión en aula ordinaria con apoyo mediante una adaptación curricular si fuera necesario y
recibiendo ayuda a través de diferentes técnicas (autoinstrucciones, autocontrol, resolución de
problemas, etc.). Sería pertinente modificar la temporalización de la programación didáctica
ampliando el tiempo y secuenciando los objetivos en pequeñas metas o, incluso, seleccionando
los objetivos y contenidos mínimos que ha de conseguir el alumno, eliminando el resto.
En la práctica educativa
Puede resultar muy útil implementar algunas técnicas de intervención cognitivo-conductuales que
se estudiaron en la Unidad didáctica 3 para corregir problemas concretos.
a. Impulsividad:
• Evitar situaciones en las que sea muy probable que el alumno no sea capaz de controlar
su conducta.
• Solicitar al alumno que revise actividades o exámenes antes de entregarlos para evitar
despistes.
• Enseñar técnicas de autocontrol.
b. Hiperactividad:
• Permitir ciertos «respiros motores» en los que el alumno se pueda mover (p. ej., para
formar grupos de trabajo).
c. Déficit atencional:
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• Generar un ambiente ordenado y tranquilo, con base en rutinas.
• Hacer repetir la información relevante.
• Pactar «periodos de atención» que vayan aumentando de forma progresiva.
• Sentarlo próximo al docente y con compañeros «tranquilos».
f. Metodología educativa:
g. Manejo de la conducta:
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• Fomentar los comportamientos positivos del alumno (incompatibles o los disruptivos o
alternativos a ellos) mediante el reforzamiento social explícito.
• Mantener la disciplina desde la calma. Podría ser necesario consensuar algún tipo de señal
para advertir al alumno si está incumpliendo alguna norma de comportamiento.
Características principales
El trastorno del espectro autista (TEA) es una alteración del neurodesarrollo que puede presentar
varios niveles de gravedad (de ahí la palabra espectro) y que se caracteriza por una alteración
en las cuatro principales dimensiones que se explican a continuación.
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Alteración cualitativa de la comunicación
Suelen mostrar ecolalias. Muestran una pobre comunicación no verbal y paraverbal, por
ejemplo, les cuesta mantener la mirada o se mantienen totalmente inexpresivos o muestran
alteración de la prosodia.
A, B, C…
Ecolalias: alteración del lenguaje en la que el sujeto repite involuntariamente una palabra
que acaba de pronunciar otra persona en su presencia, a modo de eco.
El componente pragmático del lenguaje, es decir, el uso social del lenguaje es el más afectado
(ironías, metáforas, dobles sentidos…), lo que produce literalidad en el lenguaje. Asimismo,
pueden referirse a sí mismos en segunda o tercera persona.
Alteraciones en el comportamiento
A, B, C…
Asimismo, presentan escasa tolerancia a los cambios. Son muy rígidos e intransigentes con
los patrones de comportamiento habitual y desviarse del patrón se convierte en algo intolerable.
Por este motivo, suelen preferir actividades muy pautadas y rutina.
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También es común que presenten una hiper/hiporreactividad o hiper/hiposensibilidad
estimular, con lo cual se pueden mostrar indiferentes ante un descenso marcado de la
temperatura, pero no ser capaces de soportar un mínimo cambio de luz (APA, 2013).
La etapa de la adolescencia es esencial para las personas con TEA, ya que hacia el final de esta
parecen ganar cierto interés por las actividades sociales.
Sabías que:
En la vida adulta, la mayoría pueden vivir de manera independiente, aunque suelen ser
extremadamente vulnerables e ingenuos. Con la ayuda adecuada, muchos pueden utilizar
estrategias compensatorias que les permitan manejarse mejor en situaciones relacionales. Sin
embargo, las interacciones frecuentemente siguen generando mucha ansiedad. A su vez, hay que
tener en cuenta que, al ser un trastorno complejo y heterogéneo, puede ir unido a un elevado
porcentaje de comorbilidades (epilepsia, TDAH, trastorno del sueño, depresión, tics, ansiedad,
etc.).
Nivel educativo
Las personas con TEA normalmente presentan dificultades para el aprendizaje, requiriendo
apoyos y atenciones educativas específicas.
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Algunas recomendaciones generales que el docente debe tener en cuenta son (Aires et al.,
2015):
1. Objetivos educativos
Formar ciudadanos satisfechos con su vida, que sean lo más independientes posible y que
participen de la actividad social de su comunidad (Tamarit, 1990), lo cual supone entender la
educación más allá de la transmisión de contenidos académicos.
Es conveniente utilizar un plan de apoyo individualizado (PAI) que se oriente hacia las
necesidades funcionales y personales. La Asociación Americana de Discapacidades Intelectuales
y del Desarrollo (Asociación Americana de Discapacidades Intelectuales y del Desarrollo [AAIDD],
2011) recomienda que conste de cuatro pasos:
Se debe procurar que la clase esté bien estructurada y su desarrollo sea predecible. Esto
implica una buena organización temporal que permita diferenciar qué se debe hacer en cada
momento, así como avisar con antelación en el caso de que se realice algún cambio en el
desarrollo de la clase, para que puedan prepararse ante ese suceso (Merino y García, 2014). Por
tanto, el profesor debe explicitar cuáles son las normas generales de la clase y qué actuaciones
están fuera de lugar (Hudson, 2017).
Las personas con autismo tienen un estilo de pensamiento marcadamente visual, por este
motivo cualquier tipo de material elaborado en esta modalidad sensorial es especialmente
adecuado. Consecuentemente, es importante la creación de mapas conceptuales y la utilización
de imágenes. Los esquemas visuales pueden presentarse como una guía para que el estudiante
pueda entender exactamente qué ha de hacer en una actividad concreta (Hudson, 2017).
Por otro lado, es esencial adaptar el lenguaje verbal y no verbal al alumnado. Esto implica la
utilización de frases directas (evitando las metáforas, ironías, etc.) y la formulación de las tareas
y explicaciones de manera clara y explícita. Asimismo, es importante el establecimiento de
contacto ocular y el uso de la sonrisa para crear un espacio afectivo positivo (Hudson, 2017).
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Nivel educativo (II)
3. Adaptación del entorno a sus peculiaridades
Es preferible que los alumnos con TEA estén escolarizados en centros estructurados y
pequeños que faciliten la predictibilidad y que no les supongan grandes exigencias sociales.
También, es esencial adaptar el entorno escolar y hacerlo mucho más accesible. Necesitan un
entorno especialmente definido y claro, donde dispongan de un espacio físico de uso particular
(zona de trabajo en equipo, trabajo individual, etc.). Se aconseja utilizar relojes y calendarios
para marcar los tiempos, así como dibujos para identificar el uso de los materiales y lugares del
aula.
I like it
Resulta de gran apoyo para estas personas y sus familiares pertenecer a una asociación. En
nuestro territorio contamos con la Confederación de Autismo España, cuya web nos
proporciona mucha información sobre el tema.
El docente debe actuar como mediador en sus interacciones sociales, incentivando que establezca
una comunicación adecuada con sus iguales, explicando bien cómo funciona el intercambio social
y qué tipo de comportamiento es el adecuado en estos casos. Asimismo, el centro escolar debe
promover actividades de sensibilización con respecto a esta tipología de alumnado y fomentar
actividades inclusivas.
Play
Se produce una marcada desviación del patrón psicológico relativamente estable que conforma
la personalidad del individuo, de tal forma que va más allá de las expectativas que marca una
determinada cultura y que provoca malestar o deterioro en la persona que lo sufre. Las
características se manifiestan en los planos cognitivo y afectivo, en el funcionamiento
interpersonal y en el control de impulsos. El patrón de comportamiento inusual se pone de
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manifiesto de manera rígida, sea cual sea la situación, y es duradero en el tiempo, remontándose
como mínimo a la adolescencia (APA, 2013), por lo que su diagnóstico es posterior.
Clúster A
Clúster B
Clúster C
Se caracterizan por presentar un nivel de ansiedad y/o miedos exagerados por temor a perder el
control (de sí mismo, de otros, de las situaciones, etc.). Se incluyen en este apartado:
Uno de los aspectos más preocupantes del TLP son las conductas suicidas y autolesivas. De hecho,
los estudios transversales estiman que un 10% de las personas con TPL se suicidan. Además,
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existe una alta comorbilidad entre TLP y otros trastornos de: ansiedad, afectivos, de abuso de
sustancias, de la conducta alimentaria… (Belloch et al., 2020b).
1.4.1. Tipos
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Play
Para hacer un recorrido por los distintos trastornos disruptivos, de la conducta y el control de
impulsos puede ser interesante ver el siguiente video.
En la siguiente tabla se presentan las características diferenciadoras para cada uno de los
trastornos:
Tabla 1. Trastornos disruptivos, de la conducta y del control de impulsos. Fuente: APA, 2013 (adaptación).
• En los trabajos grupales, ayudar a distribuir las tareas entre los miembros.
• Facilitar la posibilidad de elección de las tareas.
• Fomentar el aprendizaje cooperativo con sus compañeros.
• Fomentar la participación en las tareas en las que puedan tener éxito.
• Priorizar objetivos con el fin de potenciar la autonomía personal, habilidades sociales y
comunicativas.
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• Fomentar que el alumno tome conciencia del daño provocado.
• Practicar técnicas de relajación.
• Realizar dinámicas grupales sobre autoestima y técnicas de resolución de conflictos en
clase.
A, B, C…
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• La palabra «castigo» sustituirla por «consecuencias naturales de las acciones».
• Hacer comparaciones o aludir a incidentes anteriores.
En general, se recomienda considerar los conflictos que se puedan producir como una
oportunidad pedagógica y no como un hecho punible simplemente. Por ejemplo, se les puede
enseñar qué es correcto y pedir que se repare o compense el daño causado, llevando a cabo
prácticas restaurativas (Romera y Gorbeña, 2009). Recordemos, a su vez, dejar claro nuestro
rechazo hacia los actos violentos, pero no hacia el alumnado.
Los estudios epidemiológicos muestran que un 0,4-0,3 % de adolescentes tienen una patología
asociada al estado de ánimo (Aires et al., 2015). A partir de la adolescencia, la proporción en el
sexo femenino es de 2:1.
Aunque existen varios trastornos dentro de esta categoría, nos centraremos únicamente en la
depresión. Esta se caracteriza por un estado de ánimo deprimido o disfórico, que en los
niños y adolescentes puede ser un estado de ánimo irritable. Sus síntomas son la tristeza y
anhedonia (falta de interés, desgana) y puede conllevar una baja autoestima, trastornos del
sueño, relacionales, retraimiento, pérdida de peso significativa, agitación o enlentecimiento de
los movimientos, fatiga, sentimientos de culpa, incapacidad para concentrase y pensamientos
suicidas (Rodríguez-Sacristán, 2005).
Play
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Los trastornos del estado de ánimo infanto-juveniles provocan graves problemas en su desarrollo
personal, escolar, familiar y social. Evidentemente, este trastorno genera una gran incapacidad
en quien lo sufre, ya que imposibilita hacer una vida normal. Esta patología está relacionada con
problemas en la adolescencia, como el abuso del alcohol y drogas, promiscuidad sexual,
agresividad y trastornos de alimentación, trastorno de pánico, trastorno obsesivo-compulsivo y
el trastorno límite de la personalidad (Aires et al., 2015).
La intervención del docente en los trastornos del estado de ánimo se debe centrar en observar
en el alumnado cambios repentinos y duraderos que puedan ser compatibles con esta
patología y en informar para que sean tratados por psicólogos sanitarios o psiquiatras cuanto
antes. Normalmente, se suele estimular la asistencia al instituto y el mantenimiento de las
actividades placenteras. Asimismo, es deseable que los docentes tengan en cuenta las siguientes
(Aires et al., 2015):
Nota
Por ejemplo, si un chico se suicida al día siguiente de que su novia dejase la relación, ¿cuál
es la causa del suicidio? La depresión. ¿Y el factor desencadenante? El fin de la relación.
Además, lo que puede hacer el docente es prevenir y promover la salud. Para ello, se aconseja
aprovechar las tutorías para realizar dinámicas de educación emocional, autoestima,
afrontamiento de dificultades relacionales y hábitos saludables, siempre contando con el apoyo
del departamento de orientación.
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1.6. Trastornos ansiosos
Play
Este video corto animado presenta las características de una persona con ansiedad social. ¿En
qué es diferente este trastorno a la timidez?
Todo esto provoca agitación, fatiga, dificultades para concentrarse, irritabilidad, tensión muscular
y trastornos del sueño. Puede presentarse mediante dificultades en el lenguaje (tartamudez,
mutismo…), inseguridad o sentimiento de inferioridad, timidez excesiva, agresividad o
hiperactividad, incluso rituales o ideas obsesivas. Las cogniciones de adolescentes con ansiedad
suelen basarse en pensamientos negativos, catastrofistas y autorreferenciales, que interfieren de
manera significativa en la vida de la persona.
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1.6.2. Fobia social
Otro trastorno de ansiedad común entre los adolescentes es la fobia social o trastorno de la
ansiedad social. Se caracteriza por un miedo intenso a las situaciones sociales en las que el
adolescente puede ser analizado por los demás y ser evaluado negativamente. Esto puede incluir
hablar con los compañeros, salir a dar una presentación o contestar en alto una pregunta en
clase. La clínica suele verse agravada por vergüenza derivada de consecuencias físicas (temblor
de manos, enrojecimiento de la piel, etc.). Muchas veces intentan evitar las circunstancias que lo
provocan, con lo cual, se suele producir absentismo escolar y abandono, así como dificultades
sociales y consumo de drogas (Aires et al., 2015).
Con respecto a lo que debe plantearse el profesorado en caso de trastornos ansiosos, sería
analizar si la ansiedad elevada es debida a una situación concreta y comprensible, o si ese estado
persiste en el tiempo y a pesar de las circunstancias. La forma de ayudar es dar la señal de alarma
y cuestionarse si los procedimientos metodológicos utilizados son adecuados para crear un clima
del aula tranquilo, de apoyo mutuo y sin exigencias excesivas. A su vez, se debe procurar
disminuir la ansiedad general del grupo usando un tono de voz pausado, dejando espacios para
las pausas y el silencio, o incluso incorporar ejercicios de relajación, respiración y control corporal
en el aula.
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Los trastornos de la conducta alimentaria más frecuentes son, por un lado, la anorexia nerviosa
y, por otro lado, la bulimia nerviosa. Si bien estos trastornos se pueden dar de forma
independiente, un escenario habitual es el de comenzar en la adolescencia temprana con una
restricción en la alimentación, provocando anorexia nerviosa y, posteriormente, experimentar
pérdida de control por la ingesta en forma de atracones y conductas compensatorias,
desarrollando bulimia nerviosa en la adolescencia tardía (Belloch, Sandín y Campos, 2020a).
La anorexia nerviosa es más frecuente en mujeres, con una proporción de 10 a 1 respecto a los
hombres. Suele comenzar en la adolescencia o adultez temprana, sobre los 13-18 años (Belloch
et al., 2020a). No es casualidad que se inicie en la adolescencia, debido a los cambios físicos que
suelen acontecer y que se describieron en la Unidad didáctica 1. Se caracteriza por presentar los
siguientes síntomas (APA, 2013):
• Restricción de los alimentos, lo que conlleva malnutrición y una pérdida de peso sustancial,
por debajo de lo que se considera mínimamente normal.
• Miedo intenso a ganar peso o volverse gordo, lo que implica llevar a cabo determinados
comportamientos para impedirlo.
• Evaluación negativa del propio cuerpo, que implica una incapacidad para ser consciente
de la gravedad de la situación.
Es habitual que se inicie con un comentario negativo con respecto a su peso o figura, o con un
refuerzo sobre una pérdida significativa de peso de forma no incidental (Belloch et al., 2020a).
La pérdida de peso es el criterio más llamativo, no obstante, el síntoma principal es la
sobrevaloración de la imagen corporal (verse más gordo/a de lo que se es) y valorar su
persona solo en función de su figura corporal o control del peso (Belloch et al., 2020a). La
restricción de la alimentación no se debe a una pérdida de apetito, sino que la señal fisiológica
de hambre se interpreta como una señal positiva y de que «están haciendo bien las cosas». Puede
producir hipotermia, lanugo, hipotensión, bradicardia, uñas y pelo débiles, etc.
Play
Sabemos que las redes sociales exaltan muchas veces el valor de la apariencia física y
favorecen incluso la generación de juicios dañinos al respecto. ¿Pero sabías que se puede dar
«la vuelta a la tortilla»? Los social media se pueden usar incluso en el tratamiento de los
trastornos de la conducta alimentaria (TCA) Este es un ejemplo de su uso eficaz en España:
Instagram como herramienta terapéutica.
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Las personas con anorexia nerviosa suelen ser estudiantes excepcionales, muy responsables,
autoexigentes y con un gran nivel de perfeccionismo (Belloch et al., 2020a). El componente
cultural parece ser clave para el desarrollo de este trastorno. De hecho, la presión social por
alcanzar un canon de belleza asociado a la delgadez provoca que muchos adolescentes sientan
desagrado con su cuerpo. Determinadas profesiones, o ser deportista profesional o modelo,
aumentan el riesgo de padecer este trastorno (APA, 2013). Muestran un apego emocional hacia
la idealización de la delgadez, de tal forma que se vuelve una forma de expresar su identidad
(Belloch et al., 2020a) y tienden a defenderlo como un estilo de vida.
1.7.2. Bulimia
La bulimia también es mucho más frecuente en mujeres (10 a 1 respecto a los hombres). La
edad de inicio es más tardía, situándose entre los 18 y los 21 años (Belloch et al., 2020a). La
diferencia fundamental es que las personas con bulimia no presentan un peso por debajo de lo
normal. Es decir, no cumplen el primer criterio para ser diagnosticadas con anorexia. Suele tener
su inicio en la adolescencia, generalmente durante o después de una dieta para perder peso o un
acontecimiento traumático. Este trastorno suele persistir durante mucho tiempo, a veces durante
toda la vida (APA, 2013).
A, B, C…
Signo de Russell - Callosidades en los nudillos provocadas por el roce de los dientes al
provocarse el vómito.
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La intervención en el ámbito escolar en los trastornos de la conducta alimentaria se debe abordar
mediante el enfoque de la prevención primaria. Esta prevención se basa en promocionar
hábitos alimenticios saludables, cambiando los mitos e ideas erróneas de los adolescentes
sobre los cambios puberales y sobre cómo el cuerpo cambia con la edad, así como sobre la
nutrición adecuada, ya que estas ideas erróneas pueden llevar a tener metas idealistas que
conlleven conductas alimentarias de riesgo. Se debe hacer énfasis en cómo el cuerpo cambia con
la edad. No obstante, para que los programas psicoeducativos sean eficaces no se deben centrar
en la atención de los síntomas de los trastornos de la conducta alimentaria, ya que esto puede
provocar la «imitación del síndrome» (Belloch et al., 2020a).
Play
Este corto, creado por la Fundación de Ayuda contra la Drogadicción, ilustra cómo un
adolescente es introducido al consumo de sustancias por sus compañeros de clase.
Una adicción supone que la persona pierda el control sobre su conducta (ya sea consumo, juego,
etc.), lo cual le produce consecuencias graves a nivel personal, social, laboral, de pareja, etc.
Para llegar a considerar que existe un trastorno de este tipo se atiende a cuatro criterios (APA,
2013):
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Existen muchas sustancias que generan adicción, y la droga puede ser legal (alcohol, tabaco,
cafeína, drogas de prescripción…) o ilegal (cannabis, cocaína, etc.). En concreto, la adolescencia
es una edad crítica y vulnerable para el consumo de drogas, así como para la percepción subjetiva
del riesgo de las sustancias y la aceptación social del consumo.
Se ha demostrado que la publicidad de las drogas legales incrementa su consumo. Las personas
con personalidades tendentes a la impulsividad y la búsqueda de sensaciones tienen mayores
probabilidades de consumo. El consumo de sustancias se relaciona con un rendimiento académico
menor, y España es uno de los países de mayor consumo de drogas ilegales en Europa y la
prevalencia en hombres es mayor que en mujeres (Belloch et al., 2020a).
Sabías que:
Según la encuesta de 2020 del Observatorio Español de las Drogas y las Toxicomanías
(OEDYLT, 2020), el 58,2 % de los estudiantes de entre de 14 a 18 años que cursaban la ESO
habían consumido alcohol los 30 días previos a la encuesta, y un 26,7 % tabaco. El cannabis es
la droga ilegal más consumida con un 19,3 %. Por otro lado, se advertía de un incremento de las
borracheras Estos resultados se asocian a un menor riesgo percibido en el consumo de alcohol,
cannabis e hipnosedantes y a un aumento de la disponibilidad en el caso del alcohol.
Aspectos más relevantes de las drogas de mayor consumo (Belloch et al., 2020):
Alcohol
Es la sustancia tóxica de consumo más social. El consumo de alcohol en jóvenes está cambiando
hacia el modelo anglosajón, es decir, el de consumo intenso durante periodos de tiempo cortos.
El alcohol produce alteraciones del comportamiento y reducción de la capacidad de autocrítica,
así como alteraciones en la capacidad perceptiva.
Tabaco
El consumo de tabaco persiste debido a su alto poder reforzante y a la evitación de sus síntomas
de abstinencia, a pesar de la alta mortalidad que produce. Asimismo, se ha relacionado con
trastornos de salud mental como la esquizofrenia, los trastornos del estado de ánimo o los
trastornos de ansiedad (Belloch et al., 2020a).
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Cannabis
El cannabis es la droga ilegal más consumida en el mundo y, además, tiene una edad de inicio
temprana. Produce sensación de bienestar, euforia, relajación, aumento de la libido, así como
risa fácil, locuacidad, letargo, fatiga, problemas de atención y memoria y anhedonia. El
síndrome de abstinencia conlleva craving, irritabilidad, etc.
Recientemente, el DSM-5 ha añadido este trastorno. Este hecho responde a una necesidad social,
ya que, si bien la mayoría de los jugadores hacen un uso recreativo de los mismos, en otros casos
su abuso ha producido un hábito disfuncional, llegando a producir sintomatología propia de las
adicciones como el craving o la abstinencia. Desde posicionamientos polarizados, se han adoptado
nuevas posturas con respecto al uso de los videojuegos que hablan de un continuo en el cual
situar a los consumidores. La mayor parte estarían en un uso intermedio y en su extremo
encontraríamos a aquellas personas que hacen un uso disfuncional del mismo (Belloch et al.,
2020a):
Nota
Los llamados MMORPG (videojuegos de rol multijugador masivos online) son los más
adictivos, ya que están diseñados para que el juego continúe, aunque el jugador no esté
conectado.
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Los criterios diagnósticos incluyen el uso persistente o recurrente online u offline, con pérdida de
control sobre su uso y pérdida de interés por otras actividades. Los videojuegos se convierten en
prioridad en su vida, así como continuar en el juego a pesar de las posibles consecuencias
negativas. Debe conllevar una afectación significativa en el funcionamiento cotidiano o malestar
clínicamente significativo durante al menos doce meses (APA, 2013). Tiene una prevalencia cinco
veces mayor en hombres, y las tasas son mayores en adolescentes (Belloch et al., 2020a).
Suele coocurrir con otros trastornos como trastornos afectivos y del estado de ánimo, de la
personalidad, TDAH, fobia social o trastornos de la personalidad (Belloch et al., 2020a).
Aunque según el DSM-5 se trata de un trastorno del neurodesarrollo, hemos decidido separarlo
de esa categoría porque se trata de dificultades de aprendizaje y no de trastornos. Comprende
una alteración en el procesamiento de la información. La palabra clave es «específico». Esto
quiere decir que no afecta al funcionamiento global de un individuo, sino que se ciñe a la
dimensión concreta de las habilidades académicas. A su vez, no se relaciona con una capacidad
intelectual inferior ni es debido a factores externos (como situación económica o absentismo
escolar) ni a trastornos neurológicos. En educación suelen clasificarse como necesidades
específicas de apoyo educativo. Se distinguen estas categorías o dificultades:
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Debemos conocer previamente que la capacidad de leer supone el reconocimiento de las palabras
escritas y esto requiere un procesamiento dual o de la doble vía: la vía fonológica o indirecta y la
vía léxica o directa.
Por otro lado, la vía léxica conlleva el acceso al significado de forma directa, mediante una
perspectiva visual y global de la palabra. Es decir, la vía léxica íntegra simultáneamente el proceso
de reconocimiento de la palabra y el acceso a su significado.
Ambas vías son necesarias, por un lado, la vía léxica es más rápida, pero, por otro, la vía
fonológica es necesaria para iniciarse en el aprendizaje de la lectura y para la lectura de palabras
no conocidas. En las personas que padecen dislexia hay una alteración, desarrollándose distintos
subtipos de dislexia:
1. Fonológica
Cuando está alterada la ruta fonológica, por lo que se estaría utilizando la ruta directa.
Manifestaciones:
2. Superficial
Está alterada la ruta directa de la lectura, lo que conlleva que se utilice la ruta indirecta durante
la lectura. Manifestaciones:
• Confusión de homófonos.
• Dificultades en comprensión.
• Lentitud durante la lectura con presencia de silabeo.
• Errores de acentuación.
• Errores de ortografía arbitraria: (p. ej., /b/ y /v/).
• Mejor lectura de palabras cortas.
• Adición, omisión o sustitución de letras.
• Regularizaciones de palabras irregulares.
3. Profunda
Play
¿Cómo lee una persona con dislexia? Este video corto presenta la idea que ha tenido un autor
sueco para plasmar la forma en la que una persona con este trastorno lee las palabras,
utilizando para ello una página web.
Muy frecuentemente, la dislexia concurre con otras alteraciones como la disortografía, que
incluye problemas relacionados con la expresión escrita como errores ortográficos (confusión de
letras, omisión de sílabas) y gramaticales (construcción inadecuada de frases y párrafos, mala
puntuación, etc.). Además, suele generar problemas para la comprensión de textos, con lo
cual, este alumnado tiene dificultades para seleccionar las ideas principales de un texto, organizar
sus contenidos, utilizar la información ya conocida, etc. (Marchesi, Coll y Palacios, 2017).
Nota
Algunas prácticas comunes de los docentes, lejos de mejorar las dificultades, conducen
frecuentemente a acentuar el fracaso (Rivas y Fernández, 2011), por ejemplo, los dictados,
las listas de palabras y las copias monótonas. En lugar de esto, se pueden llevar a cabo
listados o ficheros cacográficos (inventario de errores cometidos junto con la palabra
correcta).
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Recomendamos seguir algunas pautas generales para este alumnado (Fiuza y Fernández,
2014):
Pautas para facilitar el aprendizaje de matemáticas (Hudson, 2017; Fiuza y Fernández, 2014):
• Incitar a la reflexión sobre el problema pensando en voz alta y revisando cada paso.
• Descomponer el problema en varias partes más pequeñas y usar la representación gráfica.
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• No enfocar la enseñanza de las matemáticas a la teoría. En cambio, experimentar con las
matemáticas con prácticas breves y frecuentes.
• Normalizar el uso de los dedos para contar, restándole importancia.
• Ser riguroso con el lenguaje, de tal modo que siempre se haga uso de los mismos términos.
Por ejemplo, utilizar siempre «resta» en vez de «substracción».
• Practicar juegos como las cartas o el dominó para entender patrones numéricos.
• Mostrar explícitamente el «para qué» de las actividades matemáticas.
• Comenzar utilizando objetos de la vida diaria para, posteriormente, iniciar el uso de
símbolos.
• Ser conscientes del conocimiento previo y evitar que el material resulte demasiado
novedoso.
• Usar analogías para deducir o comparar.
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2. Resumen
Desde la psicología de la educación, se mantiene una perspectiva inclusiva, que considera todos
los aspectos de la persona, asumiendo una visión más positiva. No obstante, se ha usado la
clasificación médica del DSM-5 (Manual diagnóstico y estadístico de trastornos mentales) como
referencia para hacer un recorrido de las problemáticas de naturaleza psicopatológica que pueden
afectar al alumnado.
Los trastornos de la personalidad tienen que ver con alteraciones en los patrones
relativamente estables de las características psicológicas de un individuo. Se han destacado,
debido a su epidemiología, riesgos y repercusiones en el aula: el trastorno límite de la
personalidad y el trastorno histriónico de la personalidad.
Los trastornos del estado de ánimo, como la depresión, y los trastornos ansiosos, como la
fobia social, pueden tener lugar en cualquier momento del curso vital de una persona y pueden
afectar a nivel académico.
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Los trastornos relacionados con sustancias y trastornos adictivos implican un patrón de
comportamiento que gira en torno a la sustancia de consumo. En el caso de España, las drogas
más utilizadas por los adolescentes son el alcohol, el tabaco y el cannabis. Por último, incluimos
la adicción a los videojuegos, debido a su gran incidencia actual y repercusión durante la
adolescencia.
Por último, hemos abordado algunos trastornos o mejor llamados: dificultades específicas de
aprendizaje, como son la dislexia y la discalculia.
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3. Mapa conceptual
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4. Recursos bibliográficos
Bibliografía básica
Aires, M., Herrero, S., Padilla, E. y Rubio, E. (2015). Psicopatología en el contexto escolar:
Lecciones teórico-prácticas para maestros. Pirámide.
American Psychiatric Association, APA. (2013). Diagnostic and Statistical Manual of Mental
Disorders DSM-5 (5.a ed.).
Belloch, A. Sandín, B. y Campos, F. (2020b). Manual de psicopatología (vol. II) (3.a ed.).
McGraw-Hill Interamericana de España S. L.
Bibliografía complementaria
Biederman, J., Wilens, T., Mick, E., Faraone, S., Weber, W., Curtis, S., Thornell, A., Pfister, K.,
Jetton, J. y Soriano, J. (1997). Is ADHD a risk factor for psychoactive substance use disorders?
Findings from a four-year perspective follow-up study. Journal of the American Academy of
Child Psychiatry, 36(1), 21-29.
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Castejón, J. L. (2013). Dificultades y trastornos del aprendizaje y del desarrollo en infantil y
primaria. ECU.
LOMLOE: Ley Orgánica 3/2020, de 29 de diciembre, por la que se modifica la Ley Orgánica
2/2006, de 3 de mayo, de Educación. Boletín Oficial del Estado, 30 de diciembre de 2020, núm.
340.
Miranda, A., Presentación, M. J. y López, C. (1995). Contextos familiar y escolar con niños con
TDAH, agresivos y no agresivos. En Lara, F. (coord.), Psicología evolutiva y de la educación,
Actas del IV Congreso INFAD. Universidad de Burgos.
Observatorio Español de las Drogas y las Toxicomanías, OEDYLT. (2020). ESTUDES 2018/19.
Encuesta sobre el uso de drogas en enseñanzas secundarias de España (ESTUDES) 1994-2018.
Ministerio de Sanidad, Consumo y Bienestar Social.
Otros recursos
Aprendemos Juntos. (23 de enero de 2019). Dislexia: los sueños no se leen, se hacen realidad.
Luz Rello, investigadora y lingüista. [Video]. YouTube.
https://www.youtube.com/watch?v=ru53gcl3EcM
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Educando con cerebro. (13 de febrero de 2016). ¿Qué es el aprendizaje cooperativo? [Video].
YouTube. https://www.youtube.com/watch?v=P9sdZgyf31Q
El HuffPost. (14 de septiembre de 2017). Así lee una persona con dislexia. [Video]. YouTube.
https://www.youtube.com/watch?v=Jr9R3Y61lEo
Orden Hospitalaria San Juan de Dios - Provincia de Aragón San Rafael. (4 de marzo de 2020).
Instagram: herramienta terapéutica para el tratamiento de la anorexia y la bulimia (HSJD
Barcelona). [Video]. YouTube. https://www.youtube.com/watch?v=BToFqHwUymM
Psych2Go. (15 de junio de 2020). 8 signs you might have social anxiety. [Video]. YouTube.
https://www.youtube.com/watch?v=MpovjH-06Uc
Special Books by Special Kids. (12 de septiembre de 2019). La vida como un adolescente Aspie
(Autismo, TDAH y Ansiedad). [Video]. YouTube.
https://www.youtube.com/watch?v=D4Hapmm9YiY
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